Clasificación

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Clasificación[editar]

Las siete artes liberales, imagen del Hortus deliciarum (siglo XII), de Herrad von Landsberg.

La clasificación del arte, o de las distintas facetas o categorías que pueden considerarse
artísticas, ha tenido una evolución paralela al concepto mismo de arte: como se ha visto
anteriormente, durante la antigüedad clásica se consideraba arte todo tipo de habilidad
manual y destreza, de tipo racional y sujeta a reglas; así, entraban en esa denominación tanto
las actuales bellas artes como la artesanía y las ciencias, mientras que quedaban excluidas
la música y la poesía. Una de las primeras clasificaciones que se hicieron de las artes fue la
de los filósofos sofistas presocráticos, que distinguieron entre “artes útiles” y “artes
placenteras”, es decir, entre las que producen objetos de cierta utilidad y las que sirven para el
entretenimiento. Plutarco introdujo, junto a estas dos, las “artes perfectas”, que serían lo que
hoy consideramos ciencias. Platón, por su parte, estableció la diferencia entre “artes
productivas” y “artes imitativas”, según si producían objetos nuevos o imitaban a otros. 38
Durante la era romana hubo diversos intentos de clasificar las artes: Quintiliano dividió el arte
en tres esferas: “artes teóricas”, basadas en el estudio (principalmente, las ciencias); “artes
prácticas”, basadas en una actividad, pero sin producir nada (como la danza); y “artes
poéticas” –según la etimología griega, donde ποίησις (poíêsis) quiere decir ‘producción’–, que
son las que producen objetos. Cicerón catalogó las artes según su importancia: “artes
mayores” (política y estrategia militar), “artes medianas” (ciencias, poesía y retórica) y “artes
menores” (pintura, escultura, música, interpretación y atletismo). Plotino clasificó las artes en
cinco grupos: las que producen objetos físicos (arquitectura), las que ayudan a la naturaleza
(medicina y agricultura), las que imitan a la naturaleza (pintura), las que mejoran la acción
humana (política y retórica) y las intelectuales (geometría).39
Sin embargo, la clasificación que tuvo más fortuna –llegando hasta la era moderna– fue la
de Galeno en el siglo II, que dividió el arte en “artes liberales” y “artes vulgares”, según si
tenían un origen intelectual o manual. Entre las liberales se encontraban: la gramática,
la retórica y la dialéctica –que formaban el trivium–, y la aritmética, la geometría,
la astronomía y la música –que formaban el quadrivium–; las vulgares incluían la arquitectura,
la escultura y la pintura, pero también otras actividades que hoy consideramos artesanía. 40
Durante la Edad Media continuó la división del arte entre artes liberales y vulgares –llamadas
estas últimas entonces “mecánicas”–, si bien hubo nuevos intentos de
clasificación: Boecio dividió las artes en ars y artificium, clasificación similar a la de artes
liberales y vulgares, pero en una acepción que casi excluía las formas manuales del campo
del arte, dependiendo este tan solo de la mente. En el siglo XII, Radulfo de Campo
Lungo intentó hacer una clasificación de las artes mecánicas, reduciéndolas a siete, igual
número que las liberales. En función de su utilidad cara a la sociedad, las dividió en: ars
victuaria, para alimentar a la gente; lanificaria, para vestirles; architectura, para procurarles
una casa; suffragatoria, para darles medios de transporte; medicinaria, que les
curaba; negotiatoria, para el comercio; militaria, para defenderse.41
En el siglo XVI empezó a considerarse que la arquitectura, la pintura y la escultura eran
actividades que requerían no solo oficio y destreza, sino también un tipo de concepción
intelectual que las hacían superiores a otros tipos de manualidades. Se gestaba así el
concepto moderno de arte, que durante el Renacimiento adquirió el nombre de arti del
disegno (artes del diseño), por cuanto comprendían que esta actividad –el diseñar– era la
principal en la génesis de las obras de arte.42

Las Meninas (1656), de Velázquez, fue un alegato de la figura del pintor como artista inspirado, frente a
la condición de simple artesano que hasta entonces se tenía del oficio de pintor.

Sin embargo, faltaba aglutinar estas artes del diseño con el resto de actividades consideradas
artísticas (música, poesía y teatro), tarea que se desarrolló durante los dos siglos siguientes
con varios intentos de buscar un nexo común a todas estas actividades: así,
el humanista florentino Giannozzo Manetti propuso el término “artes ingeniosas”, donde incluía
las artes liberales, por lo que solo cambiaba el vocablo; el filósofo neoplatónico Marsilio
Ficino elaboró el concepto de “artes musicales”, argumentando que la música era la
inspiración para todas las artes; en 1555, Giovanni Pietro Capriano introdujo en su De vera
poetica la acepción “artes nobles”, apelando a la elevada finalidad de estas
actividades; Lodovico Castelvetro habló en su Correttione (1572) de “artes memoriales”, ya
que según él estas artes buscaban fijar en objetos la memoria de cosas y
acontecimientos; Claude-François Menestrier, historiador francés del siglo XVII, formuló la idea
de “artes pictóricas”, remarcando el carácter visual del arte; Emanuele Tesauro ideó en 1658
la noción de “artes poéticas”, inspirado en la célebre cita de Horacio ut pictura poesis (la
pintura como la poesía), describiendo el componente poético y metafórico de estas artes; ya
en el siglo XVIII, coincidieron en un mismo año (1744) dos definiciones, la de “artes
agradables” de Giambattista Vico, y la de “artes elegantes” de James Harris; por último, en
1746, Charles Batteux estableció en Las bellas artes reducidas a un único principio la
concepción actual de bellas artes, remarcando su aspecto de imitación (imitatio).43
Batteux incluyó en las bellas artes pintura, escultura, música, poesía y danza, mientras que
mantuvo el término artes mecánicas para el resto de actividades artísticas, y señaló como
actividades entre ambas categorías la arquitectura y la retórica, si bien al poco tiempo se
eliminó el grupo intermedio y la arquitectura y la retórica se incorporaron plenamente a las
bellas artes. Sin embargo, con el tiempo, esta lista sufrió diversas variaciones, y si bien se
aceptaba comúnmente la presencia de arquitectura, pintura, escultura, música y poesía, los
dos puestos restantes oscilaron entre la danza, la retórica, el teatro y la jardinería, o, más
adelante, nuevas disciplinas como la fotografía y el cine. El término “bellas artes” hizo fortuna,
y quedó fijado como definición de todas las actividades basadas en la elaboración de objetos
con finalidad estética, producidos de forma intelectual y con voluntad expresiva y
trascendente. Así, desde entonces las artes fueron “bellas artes”, separadas tanto de las
ciencias como de los oficios manuales. Por eso mismo, durante el siglo XIX se fue produciendo
un nuevo cambio terminológico: ya que las artes eran solo las bellas artes, y el resto de
actividades no lo eran, poco a poco se fue perdiendo el término ‘bellas’ para quedar solo el de
‘artes’, quedando la acepción ‘arte’ tal como la entendemos hoy día. Incluso sucedió que
entonces se restringió el término “bellas artes” para designar las artes visuales, las que en el
Renacimiento se denominaban “artes del diseño” (arquitectura, pintura y escultura), siendo las
demás las “artes en general”. También hubo una tendencia cada vez más creciente a separar
las artes visuales de las literarias, que recibieron el nombre de “bellas letras”. 44 Se podría decir
que las “bellas artes” son aquellas que cumplen con ciertas características estéticas dignas de
ser admiradas: tienen como objetivo expresar la belleza aunque esta sea definida por el artista
o por la particular perspectiva del observador, cayendo en la ambigüedad de lo que es
bello. Gary Martin señaló que debido a que constituye una experiencia subjetiva, a menudo se
dice que «la belleza está en el ojo del observador». Las “bellas artes” han tenido
históricamente tal adjetivo debido a que representan la máxima expresión sentimental del ser
humano desde épocas remotas.
Sin embargo, pese a la aceptación general de la clasificación propuesta por Batteux, en los
siglos siguientes todavía se produjeron intentos de nuevas clasificaciones del arte: Immanuel
Kant distinguió entre “artes mecánicas” y “artes estéticas”; Robert von Zimmermann habló de
artes de la representación material (arquitectura y escultura), de la representación perceptiva
(pintura y música) y de la representación del pensamiento (literatura); y Alois Riegl, en Arte
industrial de la época romana tardía, dividió el arte en arquitectura, plástica y
ornamento. Hegel, en su Estética (1835-1838), estableció tres formas de manifestación
artística: arte simbólico, clásico y romántico, que se relacionan con tres formas diferentes de
arte, tres estadios de evolución histórica y tres maneras distintas de tomar forma la idea:

Arte Historia Idea Forma


Simbólico Infancia Desajuste Arquitectura
Clásico Madurez Ajuste Escultura
Romántic
Vejez Desbordamiento Pintura, música y poesía
o

En la idea, primero hay una relación de desajuste, donde la idea no encuentra forma; después
es de ajuste, cuando la idea se ajusta a la forma; por último, en el desbordamiento, la idea
sobrepasa la forma, tiende al infinito. En la evolución histórica, equipara infancia con el arte
prehistórico, antiguo y oriental; madurez, con el arte griego y romano; y vejez, con el
arte cristiano. En cuanto a la forma, la arquitectura (forma monumental) es un arte tectónico,
depende de la materia, de pesos, medidas, etc.; la escultura (forma antropomórfica) depende
más de la forma volumétrica, por lo que se acerca más al hombre; la pintura, música y poesía
(formas suprasensibles) son la etapa más espiritual, más desmaterializada. La creación
artística no ha de ser una mimesis, sino un proceso de libertad espiritual. En su evolución,
cuando el artista llega a su límite, se van perdiendo las formas sensibles, el arte se vuelve
más conceptual y reflexivo; al final de este proceso se produce la “muerte del arte”. 45
Pese a todo, estos intentos de clasificación resultaron un tanto baldíos y, cuando parecía que
por fin se había llegado a una definición del arte universalmente aceptable, después de tantos
siglos de evolución, los cambios sociales, culturales y tecnológicos producidos durante los
siglos XIX y XX han comportado un nuevo intento de definir el arte con base en parámetros
más abiertos y omnicomprensivos, intentando abarcar tanto una definición teórica del arte
como una catalogación práctica que incluyese las nuevas formas artísticas que han ido
surgiendo en los últimos tiempos (fotografía, cine, cómic, nuevas tecnologías, etc.). Como el
de Juan Acha con su ensayo Arte y sociedad. Latinoamérica: el producto artístico y
estructura (1979), cuya compleja organización de las artes es según su aplicación y origen; en
grupos como "Cuerpo-Objeto", "Superficie-Objetos", "Superficies-Icónicas", "Superficies-
Literarias", "Espectáculos" y "Audiciones". Y otra más simple en Lógica del Límite (1991)
de Eugenio Trías, en la que el artista es como un habitante y a un determinado oficio artístico
como un habitáculo, que constituyen tres grandes áreas del arte: artes estáticas o del espacio,
artes mixtas y artes temporales o dinámicas.

Artes estáticas o
Artes mixtas Artes dinámicas o temporales
espaciales
Arquitectura Cine Música
Escultura Teatro Danza
Pintura Ópera Literatura

Estos intentos, un tanto infructuosos, han producido en cierta forma el efecto contrario,
acentuando aún más la indefinición del arte, que hoy día es un concepto abierto e
interpretable, donde caben muchas fórmulas y concepciones, si bien se suele aceptar un
mínimo denominador común basado en cualidades estéticas y expresivas, así como un
componente de creatividad.35
Cinco artes son comúnmente citadas en el siglo XIX, a las cuales en el siglo XX se le añadirán
cuatro más para llegar a un total de nueve artes, sin ser capaces los expertos y críticos de
ponerse de acuerdo sobre la clasificación un "décimo arte".
Al final del siglo XX, la siguiente lista establece las nuevas clasificaciones, al igual que el
número de musas antiguas:

1. Arquitectura
2. Escultura
3. Artes visuales, que incluyen la pintura, el dibujo y el grabado
4. Música
5. Literatura, que incluye la poesía
6. Artes escénicas, que incluyen el teatro, la danza, el mimo y el circo
7. Cinematografía
8. Fotografía
9. Historieta
Ciertos críticos e historiadores consideran otras artes en la lista, como la gastronomía,
la perfumería, la televisión, la moda, la publicidad, la animación y los videojuegos. En la
actualidad existe aún cierta discrepancia sobre cuál sería el “décimo arte”. 46

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