Sermon Filipenses 2

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Tema: La conducta del cristiano.

Título: Un sentir como Cristo. (Una actitud de humildad)

Texto: Filipenses 2.3-11

Introducción:

En el capitulo anterior Pablo ha hablado de la obra de Cristo en la salvación del

creyente, es decir, cuando él le salvo de sus pecados, y le dio el privilegio de ser

parte de su familia. En estos siguientes versos, Pablo tratara de guiarnos a la

conducta del cristiano. Como debe de ser la conducta del cristiano a la luz de

haber recibido a Cristo. En el verso dos, como hemos visto, Pablo se enfoca en

hablar a la mente que es el asiento del raciocinio y la dirección del hombre, y al

corazón, que es donde surgen las emociones. Ambas cosas deben de estar

alineadas a la par para hacer la voluntad de Dios. Es decir, no adoramos a Dios

solo con la mente, de lo contrario, donde estarían los sentimientos de amor,

afecto, misericordia y demás. Ahora nos adentraremos al estudio del versículo 3.

Desarrollo:

V. 3 Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad,

estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo;

Fascinante verso. Es muy claro. No se esconde lo que debe de decir. En otras

palabras, si harás cualquier cosa, no lo hagas por querer quedar mejor que los

demás. Ni por el llamado, espíritu de competencia. Porque a final de cuentas es

orgullo.
Aunque la Biblia si nos habla de obrar con excelencia, ella no nos habla de

competir contra otros como tal. Al hombre le encanta competir, por eso creo las

olimpiadas, se dan premios en la música, en la educación, se premia a los

trabajadores. Pero cuando hablamos de la comunión con Cristo, la cosa ambia, a

algo más personal. No dice No dice que no crezcamos, que no mejoremos, que no

nos profesionalicemos, que no estudiemos, dice, que no se haga con el motivo

correcto.

Cuando la biblia habla de correr la carrera de la fe, algo interesante en hebreos

12, nos habla de testigos que nos ven correr, pero no habla de competencia al

hablar en plural sino más bien es una motivación en singular dentro del plural, es

decir, habla a uno en específico dentro de un grupo con una misma meta, no

corriendo en competencia, sino en equipo. Y los testigos nos observan, no corren

con nosotros.

Hebreos 12.1-3

1 Corintios 9: 24-27.

Pablo no dice que debemos de correr para obtener el premio, más que uno solo se

puede llevar el premio, pero cuando el habla de cómo es la carrera desde su

perspectiva el no nos habla de competir contra otro, o desear ser mejor que otro,

sino su primera preocupación es no ser eliminado, y la segunda es terminar su

carrera de manera fiel.

Ahora y apropósito, cuando Pablo habla de no hacer nada por contienda, no se

limita solo a nuestro servicio cristiano, que cierta y primeramente en el servicio


cristiano no debemos hacer nada por contienda, ni en los compañerismos, ni en la

evangelización, ni en el ministrar el servicio, ni en la hospitalidad, absolutamente

en nada debemos de ser contenciosos, ni buscar el mayor honor, pero en cuanto a

loas otras áreas de nuestra vida tampoco, es decir, si seré el mejor en mi trabajo,

no es para demostrar que soy mejor, más capaz, más esforzado, más puntual,

más preparado, más capacitado, que otros, porque nuestra naturaleza así lo

quiere, pero Dios no. Cuando se trata de la escuela, no es para que sepan que tan

estudioso o inteligente soy yo.

Cuando se trata de la familia, no es para que vea cuanto puedo ayudar yo, o

cuanto me preocupo, o que yo si cumplo mi responsabilidad en la familia.

Cuando es en el matrimonio no es para que vean que yo si soy el ejemplo de

esposo o esposa que debo de ser, o padre. Ni para que vean los vecinos o

amistades que soy mejor que ellos al cumplir mi papel y responsabilidad.

Y así en cada área de mi vida, no debo de buscarlo para que los reflectores,

aplausos estén sobre mí todo el tiempo adulando mis capacidades. Sino más bien

para mostrar la gloria de Dios en mí.

Pablo dijo en 1 Corintios 15.10. que todos los logros que tenía en su vida actual y

después de su conversión, que todo lo que él había logrado, y su trabajo principal,

que debe de ser nuestro trabajo también y que lo consumía y le daba un propósito

de vida, era el servir a Dios en el ministerio de tiempo completo, y todos su logros

que los enumera en otra parte de Corintios, las iglesias que plantó, el resultado de

ese trabajo, los sufrimientos que sufrió que según la biblia son un privilegio, y le
dice a los gálatas que tiene las marcas de Cristo, y todo su cristianismo dedicado y

riguroso, es gracias a la Gracia de Dios y no a su esfuerzo. Más el dice que no

tiene merito alguno, dice la gracia de Dios conmigo.

Y la razón por la que Pablo nos insta a no hacer las cosas por contienda, es

porque se nos da fácil ser contenciosos. Porque entendiendo que andamos en la

carne, según 2 Corintios 10.3, dice que no debemos militar, es decir, seguir sus

órdenes, sin embargo, andamos en la carne, habitamos en la carne, y una de las

características de la carne es ser contenciosa. La definición de contención según

la RAE, es el enfrentamiento de dos personas, o más, para imponer su voluntad o

conseguir algo.

Como nos es tan fácil imponer, o querer imponer nuestra voluntad a la hora de

tomar decisiones. Es algo de nuestra naturaleza carnal. Siempre tenemos una

opinión, critica, critica constructiva. Queremos dirigir el proyecto, corregir a las

personas. O tener la razón en una discusión. Damos nuestros argumentos, y

cuando no se hace lo que pensamos nos enojamos o actuamos de manera

egoísta y a veces hasta grosera. A veces pensamos que somos los únicos que

podemos hacer las cosas de manera correcta o más efectiva y no enfrascamos en

demostrarlo. La carne no quiere sujetarse.

Por otro lado está la vana gloria, el pecado que hizo caer a lucifer hasta

transformarse en el diablo. Isaías 14. 13-19. Esa vanagloria que le fue contagiada

a Adán y Eva en Gn. 3:4-5 cuando el hombre tiene la ambición de ser como Dios.

Es una ambición por la gloria, la fama, el reconocimiento, el aplauso, la adulación,


las felicitaciones por el esfuerzo. Es eso lo que al hombre domina y ciega, pro que

trae consigo grandes problemas.

Con esa vana gloria fu tentado Jesús a adorar al Diablo. Mt. 4.8-10

Esa vana gloria condenó a Ananías y Zafira. Hch. 5. 1-2

Esa vana gloria será desecha. 1 Jn. 2.17.

Esa vanagloria decepcionó a Salomón, Demas, Juan Maros.

La vanidad es el deseo de tener cosas que no valen la pena. El aplauso dura

minutos, la grandeza se termina, la fama se olvida, el placer se termina. No es

duradero.

Pablo nos dice que no nos esforcemos por lo que no tiene sentido.

Tanto la contienda como la vana gloria son facetas del orgullo que hay en

nosotros, el cual es peligroso y tarde o temprano nos destruirá.

Recuerde Stg. 4.6 El da gracia a quien no busca su gloria.

Eso le fu dicho a Baruch. Jeremías 45.5

Sino con humildad.

Gálatas 5:20
Conclusión:

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