Planeta Estacionario
Planeta Estacionario
Planeta Estacionario
Los tránsitos deben ser interpretados dentro del contexto en que se mueve
el individuo. Un planeta retrógrado puede eventualmente por progresión
alcanzar el punto estacionario antes de ponerse directo.
Los planetas más rápidos probablemente lo harán durante el lapso normal
de la vida humana (en especial, Mercurio y Venus, y a veces Marte).
Para los demás planetas, dependerá de si sus posiciones retrógradas natales
se encuentran ya suficientemente cerca de esta fase dentro de un período de
tiempo razonable.
Así como la fase estacionaria para algunos planetas puede durar varios días,
la influencia de un planeta estacionario progresado puede operar durante
varios años.
A diferencia de los tránsitos, las progresiones se relacionan más con el
desarrollo interno del carácter potencial (que puede o no ser proyectado en
las relaciones o los sucesos). Cuanto menos se proyecte un planeta, mejor
se asimilará la progresión y más se convertirá en una parte integrante de la
naturaleza interna.
Pero incluso si una progresión bien asimilada se expresa a través de un
mecanismo de proyección, lo que se proyecta se vuelve constructivo y
armonioso para las necesidades del propio carácter.
Los tránsitos en cambio generalmente representan condiciones externas
existentes en el medio ambiente, que operan a través de asuntos y de
situaciones concretos. Pero incluso estas energías no siempre serán
expresadas a través de circunstancias (ya que los tránsitos no se relacionan
con hechos personales o la necesidad de actuar). Uno de los misterios de la
astrología es que nadie puede predecir con absoluta certeza en qué nivel
expresará el individuo estos principios, esto lo determinará el grado de
evolución de cada personalidad (más la propia capacidad para servirse del
libre albedrío). En general, cuánto más consciente sea un individuo, más
propenso será a experimentar cualquier planeta (natal, progresado, o
transitante) a través de la actitud y el comportamiento y no a través de las
circunstancias concretas y mundanas. Por supuesto, un individuo bien
integrado debería ser capaz de transformar con más facilidad esas actitudes
en actividad creativa y productiva sin grandes dificultades.