Christenig Book

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Contenido

CAPÍTULO 1 – ¿COMO? ........................................................................................................................... 3


JESÚS HABLABA EN PARÁBOLAS ......................................................................................................... 3
ANALIZANDO LA GRAN COMISIÓN ..................................................................................................... 4
EVIDENCIA EN LOS MISMOS EVANGELIOS .......................................................................................... 4
EVIDENCIA EN EL LIBRO DE LOS HECHOS............................................................................................ 5
EVIDENCIAS EN LAS EPISTOLAS ........................................................................................................... 7
LA REGLA IMPORTANTE ...................................................................................................................... 8
CAPITULO 2— ¿CUAL ES EL NOMBRE? ................................................................................................... 9
¿CUAL ES ELNOMBRE DE DIOS? .......................................................................................................... 9
DEL HIJO ............................................................................................................................................ 11
DEL PADRE......................................................................................................................................... 11
DEL ESPIRITU SANTO ......................................................................................................................... 12
ENTENDAMOSLO POR LA LOGICA ..................................................................................................... 12
UNA FRASE INCOMPLETA ................................................................................................................. 12
UN CHEQUE SIN FIRMA ..................................................................................................................... 13
EL OBJETIVO DE LA COMISION .......................................................................................................... 13
CAPÍTULO 3—IMPORTANCIA DEL BAUTISMO ...................................................................................... 14
PARA SALVACIÓN .............................................................................................................................. 14
PARA EL PERDON DE PECADOS ......................................................................................................... 14
¿SOLO ARREPENTIMIENTO? ............................................................................................................. 15
AUN ES IMPORTANTE ....................................................................................................................... 15
BAUTISMO—INICIACION ................................................................................................................... 16
FELIPE Y EL EUNUCO ......................................................................................................................... 17
EL CARCELERO DE FILIPOS................................................................................................................. 17
¿CON SOLO CREER? .......................................................................................................................... 18
BAUTIZAR SINONIMO CON INICIAR .................................................................................................. 19
“PLANTADOS JUNTAMENTE CON ÉL” ............................................................................................... 19
¿CUANTOS BAUTISMOS HAY?........................................................................................................... 20
CAPÍTULO 4—IMPORTANCIA DEL NOMBRE ......................................................................................... 21
EL NOMBRE SOBRE TI........................................................................................................................ 23
¿POR QUÉ EL NOMBRE? ................................................................................................................... 25
NO IMAGENES, SINO EL NOMBRE..................................................................................................... 26
HOY TENEMOS SU NOMBRE ............................................................................................................. 26
CAPITULO 5—LAS LLAVES DE PEDRO .................................................................................................... 27
CAPITULO 6—LA SANGRE EN EL NOMBRE ............................................................................................ 29
CAPITULO 7—ETIMOLOGÍA DE BAUTIZAR ............................................................................................ 31
CAPITULO 8—SEÑOR JESUCRISTO ........................................................................................................ 34
CAPITULO 9—OBJECIONES ................................................................................................................... 36
¿A QUIÉN OBEDECEMOS? ................................................................................................................. 36
¿SOLO PARA JUDIOS?........................................................................................................................ 36
¿DOS COMISIONES? .......................................................................................................................... 37
EL NOMBRE, ¿SOLO AUTORIDAD? .................................................................................................... 37
“PERO, YO YA SOY BAUTIZADO” ....................................................................................................... 38
¿QUÉ DE RE-BAUTIZAR? .................................................................................................................... 38
EL DIABLO ODIA EL NOMBRE ............................................................................................................ 39
CAPÍTULO 1 – ¿COMO?
Jesús dijo: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.
Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre,
y del Hijo y del Espíritu Santo” (Mateo 28:19).
De la manera que hablan, enseñan y practican muchos hoy en día, parece como si Jesús
hubiera dicho: “… bautizándolos EN LOS TÍTULOS” o “EN LOS NOMBRES” pero, ÉL NO DIJO
ASÍ.
El bautismo es un tema de mucha importancia, y es por esto que el diablo ha querido causar
confusión alrededor de este tema, aunque en la biblia se halle bien claro. En el Nuevo
Testamento el bautismo es mencionado muchas veces, y en el Libro de los Hechos podemos
ver que era una de las primeras cosas que hacían cuando alguien quería mostrar su
adhesión a Jesucristo, o cuando a alguien se le hablaba o comunicaba el Evangelio – las
Buenas Nueva.
El Señor Jesucristo le dio importancia al bautismo al mencionarlo entre sus últimas palabras
e instrucciones. Es importante que analices lo que dice la Palabra de Dios acerca del
bautismo en agua, y veas lo que está claramente expuesto.
¿Por qué dijo Jesús algo en la Gran Comisión, pero vemos que los discípulos bautizaron en el
Nombre de Jesús? ¿Por qué Jesús dijo una cosa y los discípulos aparentemente practicaron
otra?

JESÚS HABLABA EN PARÁBOLAS


Primeramente, debemos recordar que el Señor Jesús SIEMPRE HABLABA EN PARABOLAS,
con el propósito de presentar la verdad de tal forma que los que “tienen oídos para oír,
oigan.” No era tanto para explicar o aclarar la verdad, sino para esconderla entre palabras, y
luego el Espíritu Santo ACLARARÍA su significado. O sea que, todo aquel que buscara a Dios
con sinceridad y honestidad, y al escudriñar las Escrituras, hallaría esa Verdad.
Notemos lo que la misma Biblia dice acerca de esto: “Entonces, acercándose los discípulos,
le dijeron; ¿Por qué les hablas por parábolas? Él respondiendo, les dijo: Porque a vosotros
os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado. Porque a
cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será
quitado. Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni
entienden. De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo: De oído oiréis, y
no entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis. Porque el corazón de este pueblo se ha
engrosado, y con los oídos oyen pesadamente, y han cerrado sus ojos; para que no vean con
los ojos, y oigan con los oídos, y con el corazón entiendan, y se conviertan y yo os sane”
(Mateo 13: 10-15).

“Todo esto habló Jesús por parábolas a la gente, y SIN PARABOLAS NO LES HABLABA; para
que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo: Abriré en parábolas mi boca;
declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo” (Mateo 13:34-35).
El propósito de hablar en forma parabólica era para esconder la verdad. Por eso hay que ver
EL SENTIDO de lo que decía Cristo, escudriñar por su verdadero significado, y luego ver en el
resto de la Biblia como entendieron sus contemporáneos lo que Él había dicho (en este
caso, los apóstoles).

Tal vez alguno dirá que Jesús no hablaba en parábolas cuando estaba solo con sus apóstoles.
Sin embargo, cuando Jesús ascendió no lo hizo solo en presencia de los apóstoles, sino de
un gran número de discípulos. En 1 Corintios 15:6 el apóstol Pablo nos da a entender que
habían más de quinientas personas allí presentes: “Después apareció a más de quinientos
hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen.”

Mateo nos dice que, entre los que allí estaban, algunos “dudaban”—Mateo 28:17. Por lo
tanto, Jesús estaba ante un grupo de personas donde hablaría en forma parabólica—como
de costumbre.

ANALIZANDO LA GRAN COMISIÓN


“Bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.” Este es el único
lugar en la biblia donde se halla esta expresión. Y si esa era la fórmula o las palabras que se
debían decir sobre un candidato al ser bautizado, NO SE HALLA NINGÚN EJEMPLO de tal
caso en la Biblia.
Analicemos este mandato del Señor. Él dijo: “bautizándolos en EL NOMBRE…” Observe bien
que, ÉL NO DIJO, en los nombres (plural), o en los títulos, sino que “en EL NOMBRE”
(singular). Jesús allí claramente, se está refiriendo a un nombre en particular.
El énfasis es sobre EL NOMBRE. EL NOMBRE es el objeto principal de la comisión.
La pregunta importante que nos debemos hacer es: ¿Cuál es EL NOMBRE?

EVIDENCIA EN LOS MISMOS EVANGELIOS


Sin salirnos de los Evangelios (o sea, de los escritos que tratan exclusivamente de la vida,
palabras y hechos de Jesucristo), veamos el pasaje paralelo de Lucas 24: 45-47. Allí Lucas
escribe sobre o acerca del mismo incidente cuando Jesús habló con sus discípulos antes de
ascender. Y observemos que, en vez de reportar o registrar las palabras exactas de Jesús
(como lo hizo Mateo) Lucas más bien nos da EL SENTIDO de lo que Cristo dijo.
“Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras; y les dijo: Así
está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer
día; y que se predicase EN SU NOMBRE el arrepentimiento y el perdón de pecados…”
ÉL NO DICE que “se predicase en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo”, sino
EN SU NOMBRE. Cuando Lucas da el sentido de las palabras que le oyó a Jesús allí en el
monte de los Olivos el día que ascendió, interpreta las palabras de Jesús como que ÉL se
refería a SU NOMBRE cuando dijo lo registrado literalmente por Mateo.

Ahora, Jesucristo dijo: “bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu
Santo”, pero ¿QUÉ HICIERON LOS APÓSTOLES? ¿Cómo bautizaron ellos? ¿Qué palabras
decía o usaban sobre los que estaban siendo bautizados?
EVIDENCIA EN EL LIBRO DE LOS HECHOS
El primer incidente lo hallamos e Hechos el capítulo dos, cuando Pedro predicó en el Día de
Pentecostés. Al recibir los 120 el Espíritu Santo, se congregó “toda Jerusalén” a causa de
este fenómeno. Viendo la actitud de algunos, y especialmente siendo impulsado por el
Espíritu Santo que acababa de recibir, el apóstol Pedro predicó. Al estar predicando, sus
oyentes sintieron tal convicción que interrumpieron el discurso de Pedro con la
exclamación: “Varones, hermanos, ¿qué haremos?”
Ahora, esa pregunta no era solo para Pedro, sino que “dijeron a Pedro Y A LOS OTROS
APÓSTOLES.” Pedro fue el que respondió diciendo: “arrepentíos y bautícese cada uno de
vosotros EN EL NOMBRE DE JESUCRISTO para el perdón de los pecados; y recibiréis el don
del Espíritu Santo” (Hechos 2:38).
La respuesta a la pregunta de “¿qué haremos?” fue: 1. Que se arrepintieran; 2. Que se
bautizaran en el nombre de Jesucristo; y 3. Que recibieran el Espíritu Santo. Hay varias cosas
que observar aquí.
Primeramente, esto ocurrió SOLO DIEZ (10) DIAS después de lo dicho por el Señor Jesús
antes de ascender. No un mes, un año o más, sino 10 días. Las palabras de Jesús todavía
estaban frescas en la mente de los apóstoles. Sin embargo cuando Pedro dice que se
bauticen, no les dice que lo hagan “en el nombre del Padre, y del hijo y del Espíritu Santo,”
sino “EN EL NOMBRE DE JESUCRISTO.” ¿Por qué? Porque ellos entendieron lo que Jesús
quería decir, y le obedecieron.
¡Mateo 28:19 es el mandamiento, pero Hechos 2:38 es el cumplimiento!
¿Será que Pedro se equivocó? ¿Que en un momento de emoción hizo una declaración
errónea? ¡Absolutamente no! Las palabras de Cristo estaban frescas en su mente, y además
estaba hablando bajo la unción o inspiración del Espíritu Santo—que acababa de recibir.
Dios tampoco hubiera permitido que un error de esa índole quedara registrado en la Biblia,
especialmente sin ser corregido— ¡y en el día de Pentecostés!
Si hubiera sido un error, Pedro lo podría haber corregido más adelante, pero NUNCA
CAMBIÓ. Incluso, ¡LA IGLESIA PRIMITIVA SIEMPRE BAUTIZÓ EN EL NOMBRE DEL SEÑOR
JESUS!

MATEO ESTABA PRESENTE en el día de Pentecostés—incluso, él aún no había escrito su


Evangelio, que fue escrito 22 años más tarde. Mateo no solo hubiera corregido a Pedro, sino
que debería haberlo corregido—si es que se trataba de un error. Al contrario, Mateo apoyó
la declaración de Pedro.
O sea que, la declaración de Pedro en el día de Pentecostés (el día en que nació la iglesia), es
la interpretación, la forma en que comprendieron los apóstoles las palabras del Señor Jesús.

Así lo entendieron ellos. Y la Biblia dice: “edificados sobre el fundamento de los apóstoles y
profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo” (Ef. 2:20).
¡Si la pregunta que se hizo en el Día de Pentecostés no ha cambiado, tampoco la respuesta
ha cambiado!
EN LA CASA DE CORNELIO: Once (11) años después del día de Pentecostés hallamos a Pedro
en la casa de Cornelio— ¡todavía mandando a que se bautizaran en el nombre de Jesús! Si
acaso se hubiera equivocado, en once años Pedro tenía más que suficiente para corregir su
error. Pero, EL NO COMETIO UN ERROR.
Cuando Pedro vio como Dios había llenado a Cornelio y a su casa con el Espíritu Santo (y
ellos eran gentiles), dijo: “¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean
bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros? Y MANDO
bautizarles EN EL NOMBRE DEL SEÑOR JESÚS” (Hechos 10:47-48).
Este incidente de la casa de Cornelio es muy importante, porque hay aquellos que dicen
que, el bautismo en el nombre de Jesús era solo para judíos. Pero, aquí hallamos a Pedro
MANDANDO U ORDENANDO que los gentiles también se bautizaran en el nombre de Jesús.
¡No hay un bautismo para judíos y otro para gentiles! La Biblia claramente dice: “Un Señor,
una fe y UN BAUTISMO” (Efe. 4:5). Así como no hay dos Evangelios (Gal. 1:6-8), tampoco hay
dos bautismos que acepte Dios. Veamos como bautizaban algunos otros de la iglesia
Primitiva:

FELIPE fue a Samaria donde tuvo un gran éxito. Habían milagros, señales, sanidades, y la
gente se convertía al Señor (Hechos 8:5-8). Pero, ¿cómo bautizaba Felipe a los Samaritanos
(no judíos) que se convertían al Señor? “Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén
oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan; los
cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo; porque aún
no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente HABIAN SIDO BAUTIZADO
EN EL NOMBRE DE JESUS” (Hechos 8:14-16). ¡Los samaritanos también fueron bautizados en
el nombre de Jesús!
ANANIAS fue el discípulo que usó el Señor para la conversión de Saulo (Pablo). ¿Cómo le
mandó Ananías a Saulo (Pablo) que fuera bautizado? En el testimonio que dio el apóstol
Pablo en Jerusalén, relató cómo Ananías vino donde él estaba en Damasco, y entre otras
cosas, le dijo: “Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados,
INVOCANDO SU NOMBRE” (Hechos 22:16). ¡Ananías también bautizaba en el nombre de
Jesús, y Pablo también fue bautizado en el nombre de Jesús!
PABLO era el apóstol a los gentiles, por lo tanto, nos debe interesar cómo bautizaba él.
“Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, después de recoger las
regiones superiores, vino a Éfeso, y hallando a ciertos discípulos, les dijo: ¿Recibisteis el
Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu
Santo. Entonces dijo: ¿EN QUÉ PUES FUISTEIS BAUTIZADOS? Ellos dijeron: En el bautismo de
Juan (Bautista). Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al
pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo.
Cuando oyeron esto, FUERON BAUTIZADOS EN EL NOMBRE DEL SEÑOR JESÚS.” (Hechos
19:1-5). ¡Los efesios también fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús!
No se requiere de un estudio profundo del libro de los Hechos para descubrir y notar que
TODOS LOS DISCIPULOS de la Iglesia Primitiva FUERON BAUTIZADOS EN EL NOMBRE DE
JESUCRISTO. NINGUNO FUE BAUTIZDO DE OTRA FORMA. Si tú has sido bautizado de alguna
otra forma, si has sido bautizado “en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo”,
¿cómo te debes de sentir al considerar que NADIE EN LA BIBLIA FUE BAUTIZADO ASI?
Piénsalo, por un momento. Si tú, amigo lector, fuiste bautizado “en el nombre del Padre, y
del Hijo y del Espíritu Santo”, ¿cómo te sientes al saber que NADIE fue bautizado así en la
Biblia? ¿No te deberá eso hacer incómodo?

EVIDENCIAS EN LAS EPISTOLAS


No solo en los libros de los hechos hallamos el bautismo en el nombre de Jesucristo, sino
que también en las Epístolas.

ROMANOS. ¿Cómo fueron bautizados los creyentes en Roma? Pablo escribiéndoles dice:
“¿O no sabéis que TODOS LOS QUE HEMOS SIDO BAUTIZADOS EN CRISTO JESUS, hemos sido
bautizados en su muerte?” (Romanos 6:3). Ellos no habían sido bautizados solo en títulos,
no habían sido bautizados "en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo”, sino “EN
CRISTO JESUS”. Ser bautizado en Cristo Jesús es ser bautizado en el Nombre de Jesucristo. Y
observe que Pablo dice que TODOS habían sido bautizados así.

GALATAS. ¿Cómo fueron bautizados los creyentes en Galacia? Pablo les dijo: “Porque todos
los que habéis sido bautizados EN CRISTO, de Cristo estáis revestidos.” (Gal. 3:27) Los
gálatas tampoco habían sido bautizados solo en títulos, sino EN CRISTO o sea, en el nombre
de Jesucristo. Y de nuevo, el apóstol Pablo señala que TODOS habían sido bautizados así.

CORINTIOS. ¿Cómo fueron bautizados los creyentes en Corinto? Al reclamares acerca de


ciertas divisiones que habían entre ellos, el apóstol Pablo les dice: “Quiero decir, que cada
uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo soy de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo.
¿Acaso está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O fuisteis bautizado EN
EL NOMBRE DE PABLO?” (1 Corintios 1:12-13).
La respuesta lógica es que: Cristo NO ESTA dividido; Pablo NO FUE CRUCIFICADO por ellos;
ni tampoco fueron bautizados en el NOMBRE de Pablo. Pero, ¡SI FUERON BAUTIZDOS EN EL
NOMBRE PARTICULAR DE ALGUIEN! Y ese “alguien” era el que había sido crucificado por
ellos – o sea, Jesucristo. En otras palabras, los corintios también habían sido bautizados en
el Nombre de Jesucristo.
EPISTOLA DE JUAN. También el apóstol Juan en su primer epístola, nos da a entender que,
aquellos a los cuales les estaba escribiendo, habían sido bautizados en el nombre de
Jesucristo: “Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestro pecados os han sido perdonados
POR SU NOMBRE” (1 Juan 2:12).
Esas palabras armonizan bellamente con lo que había mandado el apóstol Pedro en el Día
del Pentecostés, cuando dijo: “Y bautícese CADA UNO DE VOSOTROS en el nombre de
Jesucristo PARA PERDON de los pecados” (Hechos 2:38). Si el apóstol Juan no se está
refiriendo al hecho que el nombre de Jesús había sido invocado sobre ellos en las aguas del
bautismo, ¿a qué se refería?

LA REGLA IMPORTANTE
“Y TODO lo que hacéis, sea de palabra o, de hecho. HACEDLO TODO EN EL NOMBRE DEL
SEÑOR JESUS, dando gracias al Padre por medio de Él” (Col. 3:17).
El bautismo no solo es un HECHO, un acto, sino que también hay palabra. Por lo tanto, solo
en base a esa regla deberíamos bautizar en el nombre del Señor Jesucristo – aunque, como
estamos viendo, hay más base y evidencia que esa.
Pero, ¿Por qué en el nombre de Jesús? Porque “EN NINGÚN OTRO HAY SALVACIÓN;
PORQUE NO HAY OTRO NOMBRE bajo el cielo, dado a los hombres, EN QUE PODAMOS SER
SALVOS” (Hechos 4:12).
Algo que hallo difícil de comprender es, cómo tantas personas lo hacen todo en el Nombre
de Jesús, pero luego no quieren ser bautizados en el Nombre de Jesús. Si se necesita del
NOMBRE DE JESÚS para sanidad, para milagros, para echar fuera demonios, para recibir
respuesta la oración, TAMBIEN SE NECESITA EN EL BAUTISMO. ¡Cuánto más en el bautismo!
¡Hay que ser consistente en lo que uno hace y dice!
CAPITULO 2— ¿CUAL ES EL NOMBRE?
Regresemos a las palabras de Jesucristo en Mateo 28:19—“Bautizándolos en el nombre del
Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.” Como ya hemos señalado, JESUS NO DIJO “los
nombres”, ni “los títulos”, sino “EL NOMBRE” (singular). Entonces, ¿Cuál es EL NOMBRE?
¿Cuál es ESE nombre? ¿Cuál es el nombre: del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo?
Primeramente, debemos observar que Padre, Hijo o Espíritu Santo NO SON NOMBRES. Esos
son sólo títulos como pueden ser: tío, abuelo, abogado, doctor, carpintero, esposo, etc. Por
ejemplo, yo soy un padre (porque tengo hijos), soy un hijo (ante mi propio padre) y soy un
espíritu santificado ante Dios. Pero, ¡tengo un nombre! Es con mi nombre que me identifico,
y no cualquier título que tenga. Por lo tanto, ¿Cuál es el nombre del Padre? ¿Cuál es el
nombre del Hijo? ¿Cuál es el nombre del Espíritu Santo? Al fin y al cabo…

¿CUAL ES ELNOMBRE DE DIOS?


Es de mucha importancia saber cuál es el nombre de Dios. Si le hiciera esa pregunta a la
mayoría de los que se consideran cristianos hoy, no estarían seguros cómo responderle.
Pero, la Biblia sí nos dice cuál es el nombre de Dios.
¡Dios TIENE un nombre! El nombre del Ser Supremo no es: Dios, ni Creador, ni
Todopoderoso, etc. Esos son sólo títulos descriptivos que tiene, pero, Él también tiene un
nombre personal. Ese nombre personal se lo reveló por primera vez a Moisés.
Cuando Dios lo llamó a Moisés desde la zarza ardiendo y lo comisionó para ser el que
serviría de líder, sacando al pueblo de Israel de Egipto, Moisés le dijo a Dios: “He aquí que
llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros.
Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé? Y respondió Dios a
Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a
vosotros… ESTE ES MI NOMBRE PARA SIEMPRE; con él se me recordará por todos los siglos.”
(Éxodo 3:13-15)
Antes de ese incidente, nadie conocía ese nombre ni lo había oído. Aún Abraham, no había
conocido el nombre personal de Dios. Mire lo que Dios mismo le dijo a Moisés: “Habló
todavía Dios a Moisés, y le dijo: YO SOY JEHOVA. Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob
como Dios Omnipotente, mas EN MI NOMBRE JEHOVA NO ME DI A CONOCER A ELLOS”
(Éxodo 6:2-3).
Ese nombre es JEHOVÁ o YAHVE. La pronunciación exacta del nombre se desconoce porque
el hebreo antiguo no tenía vocales. Y luego, cuando fueron incorporadas las vocales, el
nombre de Dios siguió siendo escrito con sus consonantes YHWH. La mayoría de los
eruditos, versados en el idioma hebreo, consideran que YAHVE talvez sea la pronunciación
que más se acerque a la correcta. Pero, como Jehová es tan popularmente conocido, es el
que usaremos en este estudio.
La raíz hebrea del nombre Jehová, viene del verbo “hayah”: ser. Por esto dijo Dios: “YO SOY
EL QUE SOY” Este nombre Jehová se halla 6855 veces en el Antiguo Testamento, y quiere
decir: el eterno, el auto—existente, el que es, el que existe en sí mismo.
En la antigüedad los nombres de las personas o cosas siempre llevaban un significado. A
nadie se le daba un nombre sólo porque sonaba bien, sino siempre con algún significado
que se asociara al carácter que los padres esperaban ver en sus hijos, o a alguna experiencia
ocurrida al tiempo de nacer, etc. Por esto, los nombres eran descriptivos de la persona o
algo relacionado a la persona.
Sólo el nombre de Dios no es suficiente para describirlo. Por esto, en el Antiguo Testamento,
para demostrar los diferentes aspectos de Su persona y carácter, Dios se reveló usando Su
nombre vinculándolo a diferentes títulos, o sea, en forma mancomunada.
Por ejemplo: Jehová—M´Kadesh (que Santifica), Jehová—Jiré (Proveerá), Jehová—Rophe (tu
Sanador), Jehová—Nissi (tu Estandarte), Jehova—Shalom (Paz), Jehová—Tsidkenu (Justicia),
Jehová—Rohi (tu Pastor) y Jehová—Shammah (que está allí). Todos estos nombres
mancomunados servían para revelar una función, atributo, aspecto o característica de Dios.
Sin embargo, cualquier de la Biblia notará que, aunque Dios en el Antiguo Testamento
claramente dijo que Su nombre es Jehová, ¡ESE NOMBRE NO SE ENCUENTRA ASI NI UNA
SOLA VEZ EN EL NUEVO TESTAMENTO!
En el Nuevo Testamento ¡EL UNICO NOMBRE ATRIBUIDO A LA DIVINIDAD ES JESUS! Sin
embargo, este nombre (como tal) no aparece tampoco en el Antiguo Testamento. O sea
que, “Jehová” no se halla en el Nuevo Testamento, y “Jesús” no se halla en el Antiguo
Testamento. ¿Por qué será esto? ¿Será una contradicción? ¿Será que el Dios del Antiguo
Testamento es diferente al del Nuevo Testamento?
Para colmo, en el Antiguo Testamento Dios dijo: “Este mi nombre PARA SIEMPRE” (Éxodo
3:15). Y luego, a través del profeta Isaías dijo: “Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no
daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas” (Isaías 42:8). Pero, en el Nuevo Testamento dice:
“Y EN NINGÚN OTRO HAY SALVACIÓN; PORQUE NO HAY OTRO NOMBRE BAJO EL CIELO
DADO A LOS HOMBRES, EN QUE PODAMOS SER SALVOS” (Hechos 4:12). ¿Cómo pueden
compaginarse estas dos declaraciones aparentemente opuestas?
¡La solución es sencilla! ¡La clave está en el hecho que JEHOVA Y JESUS SON EL MISMO
NOMBRE, SOLO QUE EN DOS IDIOMAS DIFERENTES! El Antiguo Testamento fue escrito en
hebreo (con algunas pocas porciones en arameo), y el Nuevo Testamento fue escrito en
griego. Por lo tanto, Jehova y Jesús son voces en diferentes idiomas, pero el mismo nombre.
Un ejemplo contemporáneo sería los nombre William y Guillermo. Aunque suenan
distintamente, y muchos pueden creer que se trata de dos nombres diferentes, resulta ser
que son el mismo nombre solo que en dos idiomas diferentes. William es inglés y Guillermo
es español. Incluso, a veces en un mismo idioma puede existir un mismo nombre en dos
diferentes formas, como Juana y Chana en el castellano; o José, Chepe o Pepe.
El nombre Jesús es una voz griega traducida del hebreo “Jehósua o Yeshúa” que quiere
decir: Jehová—salva. Otras variaciones de este nombre en el hebreo son: Josué y Oseas.
Hasta el día de hoy, los judíos no hablan acerca de Jesús, sino de “Yeshúa”.
Por lo tanto, cuando dice Jesús, está mentando el mismo nombre Jehová solo que en griego
(o su equivalente castellano).
Prueba de que Jesús es el mismo nombre que Jehová (solo que en un idioma diferente) lo
podemos ver en las mismas palabras de Jesús. La mantener en mente que el idioma que
Jesús usaba todos los días, y en el que platicaba o hablaba con sus discípulos era el hebreo,
Él dijo: “Yo he venido en nombre de mi Padre” (Juan 5:43).
“Padre… He manifestado TU NOMBRE a los hombres que del mundo me diste… Y les he
dado a conocer TU NOMBRE, y lo daré a conocer aún” (Juan 17:6 y 26).
Además ya había hablado Dios a través de Moisés diciendo: “Profeta les levantaré de en
medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo
que yo le mandare. Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare EN MI
NOMBRE, yo le pediré cuenta” (Deuteronomio 18:18-19)
¡JESÚS ES EL NOMBRE DE DIOS! Ese nombre Jesús (o Jehova—salva en hebreo) es el nombre
compuesto o mancomunado de Dios para esta Dispensación, es el nombre redentor de Dios
Al decir Jesús estás diciendo Jehová—salva, solo que en otro idioma. ¡Con razón, los
enfermos son sanados, los demonios son echados fuera, hay milagros, EN EL NOMBRE DE
JESUS! Ese es el mismo nombre que Dios le había revelado a Moisés en Éxodo 3:14.
“Y Jehová será rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová será uno, Y UNO SU NOMBRE”
(Zacarías 14:9)
Esto nos debe ayudar a comprender a qué nombre se estaba refiriendo Jesús cuando dijo:
“en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo” Pero para establecer esto más
concretamente veamos: ¿Cuál es el nombre del Padre? ¿Cuál es el nombre del Hijo? ¿Cuál
es el nombre del Espíritu Santo?

DEL HIJO
Empecemos con el nombre del Hijo, puesto que es más conocido y fácil. No creo que haya
quién discuta el hecho que el nombre del Hijo es Jesús. El ángel anunciándole a María el
nacimiento de su hijo, le dijo: “Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús, porque él
salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo 1: 21).

DEL PADRE
¿Cuál es el nombre del Padre? Veamos lo que dijo Jesús: “Yo he venido EN NOMBRE DE MI
PADRE, y no me recibís” (Juan 5:43). De que él se estaba refiriendo a su nombre en
particular y no sólo al hecho que venía comisionado, encomendado o autorizado por el
Padre, se por la segunda parte de este versículo: “si otro viniere en su propio nombre, a ése
recibiréis.” En efecto, Él está diciendo que, Él no viene con su nombre “propio” o diferente
al del Padre, como algún otro podría venir trayendo su propio nombre.
También en la oración que hallamos registrada en Juan 17, Jesús está orándole al Padre y
dice: “He manifestado TU NOMBRE a los hombres que del mundo me diste” (ver. 6).
“Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en TU NOMBRE” (ver. 12). “Les he
dado a conocer TU NOMBRE, y lo daré a conocer aún.” (ver. 26).
Ahora, ¿qué NOMBRE había manifestado Jesús al mundo? ¿Qué nombre dio a conocer, y
que daría a conocer aún—o sea, se seguiría conociendo a través de la Dispensación de la
Iglesia? ¡EL UNICO NOMBRE DIVINO EN EL NUEVO TESTAMENTO ES JESÚS! No hay otro
nombre mencionado, revelado, manifestado, dado a conocer, que EL NOMBRE DEL SEÑOR
JESUCRISTO. Esto quiere decir que, el nombre que Él llevaba es el mismo nombre del Padre.

DEL ESPIRITU SANTO


¿Cuál es el nombre del Espíritu Santo? Debemos recordar que el Espíritu Santo no es un
anónimo, o sin nombre, sino que TIENE NOMBRE. El Señor Jesucristo también lo dio a
conocer en Juan 14: 26 diciendo: “Mas el Consolador, EL ESPIRITU SANTO, a quien EL PADRE
ENVIARÁ EN MI NOMBRE.” Observe bien que Jesucristo dice que el Espíritu Santo traería su
nombre—el nombre de Jesús.
Además, en otros lugares de la Biblia al Espíritu Santo claramente se le llama “el Espíritu de
Cristo” (Romanos 8:9 y 1 Pedro 1:11), “el Espíritu de Jesucristo” (Filipenses 1:19). Por lo
tanto, el nombre que lleva o tiene el Espíritu Santo también es Jesús.
¿Cuál, entonces, ES el nombre del Padre, y de Hijo y del Espírito Santo? ¡JESUS! “NO HAY
OTRO NOMBRE bajo el cielo, dado a los hombres, EN QUE PODAMOS SER SALVOS” (Hechos
4:12). O sea que, que para todo lo relacionado a la salvación, EL UNICO NOMBRE QUE SE
DEBE O PUEDE USAR ES JESUS.
Viendo esto, con razón los apóstoles entendieron y luego usaron el nombre de Jesucristo en
el bautismo. Por esto, en el Día de Pentecostés el apóstol Pedro no titubeó en declarar que
el bautismo era en el nombre de Jesús.

ENTENDAMOSLO POR LA LOGICA


Si yo le dijera a alguien: “escriba en un papel el nombre del presidente de este País”, ¿qué
escribiría? Ese individuo no va a poner en el papel las mismas palabras que yo le dije,
escribiendo “EL NOMBRE DEL PRESIDENTE”… ¡No, sino que entiende y escribe EL NOMBRE!
Así también, cuando el Señor Jesucristo dijo: “Id, y haced discípulos a todas las naciones,
bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo”, los discípulos
entendieron que Él no estaba tan interesado en esos títulos, sino EN EL NOMBRE, y así lo
ejecutaron y pusieron en práctica. A nosotros hoy en día nos corresponde hacer lo mismo.

UNA FRASE INCOMPLETA


Bautizar “en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo”, es usar una frase
incompleta—porque falta lo más importante, EL NOMBRE. Cuando uno presenta a un amigo
o familiar a otra persona, no solo le dice los títulos o funciones que tiene ese individuo. No,
sino que lo que más importa es su nombre. Es el nombre, que le da valor y le da realce a los
títulos que pueda tener un individuo.
UN CHEQUE SIN FIRMA
Bautizar “en el nombre del padre, y del Hijo y del Espíritu Santo”, es como un cheque sin
firma. Al querer usar un cheque, un0 no pone sus títulos como firma, sino que el nombre de
la cuenta corriente es el que le da valor a ese cheque y permite ser cobrado. No importa los
títulos que tenga el individuo, si el cheque no lleva su firma, no tiene valor.
Así también, el bautismo tiene que llevar el nombre (la firma) de Aquél que logró el perdón
de pecados por nosotros en la cruz del Calvario: el Señor Jesucristo.

EL OBJETIVO DE LA COMISION
El objetivo principal de la Gran Comisión ES EL NOMBRE, y no los títulos. Esto se puede ver
cuando notamos que Jesús, mientras les estaba mandando a ir por todo el mundo y predicar
el Evangelio, constantemente aludía y hacía énfasis en Sí mismo, y en SU NOMBRE.
Observe el contexto: “Toda potestad ME es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y
haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos el (MI) nombre del Padre, y del Hijo y
del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que OS HE mandado; y he aquí
YO ESTOY con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén. (Mateo28:18-20)
Luego, al leer el relato de Marcos, también podemos ver que el énfasis era en el nombre,
porque Marcos le atribuye las siguientes palabras adicionales a Jesús: “Y estas señales
seguirán a los que creen: EN MI NOMBRE echarán fuera demonios…” (Marcos 16:17)
También Lucas, en su rendición de ese relato dijo: “Entonces les abrió el entendimiento,
para que comprendiesen las Escrituras; y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el
CRISTO padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase EN SU
NOMBRE el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando
desde Jerusalén.” (Lucas 24:45-47)
¡Con razón, los discípulos LO HACÍAN TODO EN EL NOMBRE DE JESUCRISTO (incluyendo el
bautismo)!
CAPÍTULO 3—IMPORTANCIA DEL BAUTISMO
¿Es importante el bautismo en agua? ¿Será algo que merece nuestra atención y cuidado?
¿Será sólo una ceremonia insignificante? ¿Tiene algún valor? ¿Vale la pena preocuparnos de
cómo estamos bautizados?
Hay quienes intentan evadir el tema del bautismo minimizando su valor, o sea, restándole
importancia. Pero, analicémoslo a la luz de la Biblia.
Primeramente, ¡Dios lo ha mandado! Esa es razón suficiente. Si la Biblia no nos diera otra
razón más, solo por el hecho que lo mandó el Señor ya es suficiente. Y Dios no manda algo
sin razón. No sólo lo mandó el Señor, sino que también los apóstoles lo mandaban y lo
practicaban—Hechos 2:38 y 10:40. Tenemos la responsabilidad de cumplir con lo que la
Biblia manda— ¡al pie de la letra!

PARA SALVACIÓN
Hablando con Nicodemo, Jesús le dijo: “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de
agua y del Espíritu, NO PUEDE ENTRAR en el reino de Dios” (Juan 3:5). Nacer “de agua y del
Espíritu” es ser bautizado en agua y recibir el Espíritu Santo. Más claro no lo podría decir:
“NO PUEDE ENTRAR.”
También, en Marcos 16:16, Jesucristo dijo: “El que creyere el bautizado, será salvo; mas el
que no creyere, será condenado.” Observe bien el orden que le da Jesús a lo que dice allí. ÉL
NO DIJO que el que creyere será salvo y luego será bautizado, sino que “el que creyere y
FUERE AUTIZADO, SERA SALVO.”
Además, la Biblia CLARAMENTE dice que el bautismo es para salvación: “El bautismo que
corresponde a esto ahora NOS SALVA” (1 PEDRO 3:21). He oído a muchos decir que el
bautismo NO SALVA, pero la Biblia dice todo lo contrario: NOS SALVA.
Puede ser que el bautismo que tú tienes NO SALVA y tienes razón en decir que no salva,
pero EL BAUTISMO EN EL NOMBRE DE JESUCRISTO SÍ SALVA— ¡es parte del proceso de
salvación!

PARA EL PERDON DE PECADOS


¿Por qué “nos salva” el bautismo? La razón más importante es por ser para el perdón de
pecados. Y así lo dice CLARAMENTE la Palabra de Dios. “Arrepentíos, y bautícese cada uno
de vosotros en el nombre de Jesucristo PARA EL PERDON DE PECADOS…” (Hechos 2:38).
¡Más claro no lo podría decir la Biblia!
También en Hechos 22:16 dice: “Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, Y
LAVA TUS PECADOS, invocando Su nombre.”
Hay otros pasajes que confirman el hecho que es en el bautismo donde está el lavamiento o
el perdón de los pecados, y que es parte del proceso de salvación. “Nos salvó, no por obras
de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por EL LAVAMIENTO
de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo” (Tito 3:5).

“Y esto erais; mas ya habéis sido LAVADOS, ya habéis sido SANTIFICADOS, ya habéis sido
JUSTIFICADOS EN EL NOMBRE DEL SEÑOR JESUS, Y POR EL ESPIRITU DE NUESTRO DIOS”
(1 Corintios 6:11). “Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido
PERDONADOS POR SU NOMBRE” (1 Juan 2:12). “Y que se predicase en SU NOMBRE EL
ARREPENTIMIENTO Y EL PERDON DE PECADOS…” (Lucas 24:47).
Lea de nuevo estos pasajes cuidadosamente y notará el paralelo que hay entre el patrón
establecido en el Día de Pentecostés (bautismo del agua y del Espíritu) y lo que en ellos dice
(lavar y Espíritu).

¿SOLO ARREPENTIMIENTO?
El caso de Hechos 22:16 donde registra las palabras de Ananías a Saulo (Pablo) es de mucha
importancia. Pablo llevaba tres días desde que había visto la visión y la luz resplandeciente
en el camino a Damasco. Había quedado ciego y durante esos tres días había estado en
ayuno y oración. O sea, que tenemos que reconocer que Pablo estaba arrepentidísimo de
haber perseguido a la Iglesia, y por ende a Jesús, el Mesías.
¡Pero, viene Ananías y, en efecto le dice que sus pecados todavía no habían sido lavados!
¡Solo el arrepentimiento no lava los pecados!
Ahora, esto no es creer en “regeneración bautismal”—que solo porque una persona se haya
bautizado ya es salva. No, el bautismo DEBE SER PRECEDIDO O ANTECEDIDO por
arrepentimiento. En el Día de Pentecostés el apóstol Pedro no solo mandó a bautizar, sino
que dijo: “Arrepentíos y bautícese…” Es el bautismo con arrepentimiento el que Dios busca.
Pero, según la Biblia, el bautismo es parte del PROCESO de salvación—un paso.
Muchos dicen: “Pero no somos salvos por obras.” Muy cierto, y así lo enseña caramente la
Biblia (Efesios 2:8-9). Pero, bautismo no es una obra— ¡es un acto de fe!
Si el bautismo es una obra, también los es el arrepentimiento porque ambos requieren un
esfuerzo humano, aunque mínimo. No podemos, ni confesar con nuestra boca si n hacer un
pequeño esfuerzo humano. Pero, arrepentimiento, bautismo en agua y la recibida del
Espíritu Santo no son obras, ¡sino mandamientos de Dios!

AUN ES IMPORTANTE
No importa los que se diga del bautismo, es importante. Aún, si una persona no quiere creer
que es para el perdón de pecados, todavía se tiene que sentir comprometido con Dios de
someterse al bautismo y que sea en el nombre de Jesucristo. Solo por el hecho de rebelarse
contra algo mandado por Dios puede ser causa que se pierda.
Algunos dicen que el bautismo solo es como un testimonio público. Bueno, pero todavía hay
que hacerlo, porque Cristo dijo: “El que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta
generación adulta y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando
venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles” (Marcos 8:38).
Si dice que no es algo grande, sino pequeño, Jesús también dijo: “Cualquiera que quebrante
uno de estos mandamientos, MUY PEQUEÑOS, y así enseñe a los hombres, MUY PEQUEÑO
SERA LLAMADO en el reino de los cielos…” (Mateo 5:19)

No importa como quiera clasificar el bautismo en agua— ¡es importante! Debemos aceptar
lo que claramente dice la Biblia.
BAUTISMO—INICIACION
¿Cómo es que uno llega a ser discípulo, seguidor, del Señor Jesucristo? ¿Cuál es el acto de
iniciación?
Hay muchos hoy en día que predican diciendo e invitando a la gente pecadora a que “acepte
al Señor”, o que levanten la mano en algún culto evangelístico, o que firmen una tarjeta de
“decisión”, o que pasen adelante. Pero, ¿cómo lo hacían en la Biblia?
Para empezar, cabe señalar que la expresión “aceptar a Cristo” o “aceptar al Señor” NO SE
HALLA EN LA BIBLIA. Es una frase inventada en los últimos años. ¿Para qué usar expresiones
que, no solo no fueron usadas en la Biblia, sino que pueden distorsionar el concepto de la
salvación?
Invitarle a alguien que “acepte al Señor” es una gran equivocación, porque no somos
NOSOTROS los que lo aceptamos a Él, sino que es Él quien nos acepta a nosotros. Jesús dijo:
“No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros” (Juan 15:16).
La Biblia claramente nos enseña que, lo primero que una persona tiene que hacer es
ARREPENTIRSE. ¿Por qué intentar diluir el concepto de arrepentimiento llamándolo “aceptar
a Cristo”?
“Arrepentíos…” predicaba Juan el Bautista (Mateo 3:2).
“Arrepentíos…” predicaba el Señor Jesucristo (Mateo 4:17).
“Arrepentíos…” predicaban los apóstoles (Hechos 2:38).
¡También a nosotros hoy nos corresponde estar predicando “Arrepentíos”!
Pero, el arrepentimiento es un acto del corazón que se necesita demostrar exteriormente.
¿Cómo se demuestra el arrepentimiento? ¿Cómo llega uno a ser “discípulo”? ¿Cómo
llegaban a ser discípulos en el Nuevo Testamento?
La mayoría hoy en día, reconoce que el arrepentimiento es algo del corazón y que se debe
exteriorizarse de alguna manera. Es por esto que usan: el levantar la mano, firmar una
tarjeta, pasar adelante, etc. Pero, la Iglesia Primitiva invitaba a las aguas, ¡las aguas del
bautismo!
¿Cómo hacía discípulos Jesús? “Cuando, pues, el Señor entendió que los fariseos habían
oído decir: Jesús hace y bautiza más discípulos que Juan…” (Juan 4:1). Esto era al comienzo
del ministerio público de Jesús, y los fariseos estaban haciendo una comparación entre Jesús
y Juan. No comparaban la forma, el método para hacer discípulos, sino el número—la
cantidad. Lo que sí vemos es que, al ser bautizados eran identificados como discípulos,
seguidores, del Señor Jesús.
¿Cómo hacía discípulos Juan el Bautista? Al predicar en la ribera del río Jordán, no pedía que
levantaran la mano, sino que se sometieran al bautismo como una demostración de su
arrepentimiento. ¡Sin duda, hacía la invitación de las mismas aguas! El bautismo era el “acto
de iniciación”. Luego, cuando Jesús empezó su ministerio público, Él usó el mismo patrón
que ya había establecido Juan en cuanto a usar el bautismo como el acto de iniciación.
Jesucristo obró de la misma manera sólo que Él bautizó más discípulos que Juan. Lo que
quiero que observemos es que, el bautismo era el acto o paso iniciatorio al discipulado.
En la Gran Comisión, el Señor Jesucristo también dejó en claro que era por el bautismo que
uno llega a ser Su discípulo. “Id, y HACED DISCÍPULOS a todas las naciones…” ¿Cómo?
“BAUTIZANDOLOS…”

FELIPE Y EL EUNUCO
Cuando Felipe fue movido por el Espíritu a que saliera al desierto y le hablara al eunuco la
palabra del Señor, es muy evidente que, entre las primeras cosas que le había hablado
Felipe al etíope era acerca del bautismo.
Esto queda claro, porque cuando el eunuco vio agua (que no era fácil hallar en el desierto), y
siendo que en su corazón ya había decidido seguir a Cristo, le dice a Felipe: “Aquí hay agua;
¿qué impide que yo sea bautizado? Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y
respondiendo dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. Y mandó a parar el carro; y
descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó” (Hechos 8:36-38).
No solamente vemos que Felipe bautizó al eunuco, iniciándolo así al discipulado de
Jesucristo, sino que también allí podemos ver EL UNICO REQUISITO QUE ESTABLECE LA
BIBLIA PARA QUE ALGUIEN SEA BAUTIZADO,

EL CARCELERO DE FILIPOS
También en el caso del carcelero de Filipos, fue por medio del bautismo que ese hombre,
con toda su casa, se convirtió al Señor. Analicemos ese incidente más cerca.
Pablo había sido encarcelado injustamente, incluso había sido sometido a látigo romano.
Pero, a medianoche lo hallamos a él y a Silas cantando. Tal demostración de devoción lo
movió de tal forma que envió un terremoto milagroso—que rompió las cadenas sin matar a
los encarcelados.
El carcelero viene corriendo, y cuando ve las puertas abiertas, se supone lo peor—que los
prisioneros habían escapado. Él sabía que la pena romana por escaparse prisioneros era
que: el encarcelero era enviado a remar como esclavo en los barcos de guerra, y su familia
era desterrada. No queriendo sufrir tal desgracia, o por lo menos vivir para verla, decide
quitarse la vida.
Pero, Pablo lo detiene, diciéndole: “No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí. Él
entonces, pidiendo luz, se precipitó adentro, y temblando, se postró a los pies de Pablo y de
Silas; y sacándolos, les dijo: Señores ¿qué debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron: Cree en
el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. Y le hablaron la palabra del Señor a él y a
todos los que estaban en su casa.
Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, le lavó las heridas; y ENSEGUIDA se
bautizó él con todos los suyos” (Hechos 16:28-33).
Podemos ver que Pablo consideraba el bautismo de tanta importancia que, “a esa misma
hora de la noche” procedió a bautizar al carcelero con toda su casa. Él podía haber esperado
hasta el día siguiente—especialmente cuando uno considera el hecho que tenía la espalda
herida del látigo romano. Es evidente que, para Pablo, la manera que una persona era
inmediatamente iniciada al discipulado de Cristo ERA POR MEDIO DEL BAUTISMO. Así se
convertían en seguidores de Jesús.

¿CON SOLO CREER?


Este pasaje también es importante (y por eso lo hemos citado en forma extensiva) porque
hay quienes de aquí se basan para decir que, con solo “creer” una persona es salva. Pero ese
no es el sentido de este texto.
Cuando el apóstol Pablo le dijo al carcelero: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y
tu casa”, ¡NI ÉL, NI EL CARCELERO ESTABAN PENSANDO EN LA SALVACIÓN DEL ALMA!
Recordemos que el carcelero todavía desconocía “la palabra del Señor”. La prueba está que,
solo fue DESPUÉS que “le hablaron la palabra del Señor” (ver. 32). Cuando el carcelero
preguntó qué debía hacer para ser salvo, él estaba pensando en la sentencia romana que
caería sobre él, si se escapaban prisioneros. Él estaba pensando en su propio “pellejo” y en
su futuro como carcelero. O sea que Pablo, más bien le estaba diciendo que confiara en
Jesús, que le dejara la solución de ese problema al Señor Jesucristo.
Esto también se deduce por el hecho que Pablo dijo: “tú y tu casa” ¡La salvación no es
heredada! ¡Dios no tiene nietos! Cada persona tiene que creer y obedecerle personalmente
al Señor para poder ser salvo.
Este es el UNICO LUGAR EN TODA LA BIBLIA donde sugiere que con ser salvo uno también
logra la salvación de toda su casa. Por lo tanto, no puede ser que se está refiriendo a la
salvación del alma.
Yo me puedo imaginar, al carcelero, al oír esa declaración de Pablo allí en la cárcel, diciendo:
“Pero, ¿quién es este Jesucristo que me puede librar de la ley romana? ¿Será un abogado,
un sanador, un hombre rico?” Fue entonces que, al hablarle “la palabra del Señor” él vio su
necesidad de una salvación mucho más importante que la de su cuerpo, su posición, sus
posesiones y su familia— ¡era la salvación de su alma! Por esto, se sometió al bautismo para
convertirse en seguidor de Jesús.
BAUTIZAR SINONIMO CON INICIAR
Aún hoy en día, la palabra bautizar es empleada para actos de iniciación en cosas no
religiosas. Esto señala un concepto residual que ha quedado del uso que tenía en el pasado.
Esta palabra “bautizar” se refiere al acto consagratorio, dedicatorio o inicial de muchas
cosas.
Inauguraciones son llamadas “bautizos.” Se habla del “bautizo del aire” cuando un avión o
un piloto tienen su primer vuelo. Los barcos tienen su “bautizo” y so lazados al mar.
También es interesante observar que es en los “bautizos” donde se les da nombre a cosas o
personas. Una de las definiciones que da el diccionario a la palabra “bautizar” es “poner
nombre… dar a una persona o cosa otro nombre o el suyo.”
Es de conocimiento común que, es en el bautismo donde la Iglesia Católica les ha dado
nombre a los niños desde tiempos remotos. Este asunto del nombre en el bautismo es un
residuo, es algo que ha quedado del propósito original. El diablo ha logrado que, en vez de
dar o invocar el nombre de Jesús a la hora del bautismo, le dan otro. ¡Cuánto más necesario
es recibir el Nombre de Jesús al ser bautizado!
En el plan de Dios, el bautismo todavía sirve como el acto de iniciación al discipulado de
Jesús. Es en ese momento cuando el nombre de Jesús (al que va a seguir, adherirse,
obedecer) debe ser invocado sobre el candidato—Hechos 22:16.

“PLANTADOS JUNTAMENTE CON ÉL”


En Romanos 6, al hablar acerca del bautismo en agua, el apóstol Pablo señala otro aspecto
importante.
“¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido
bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él PARA MUERTE POR
EL BAUTISMO, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así
también nosotros andemos en vida nueva. Porque SI FUIMOS PLANTADOS JUATAMENTE
CON ÉL en la semejanza de su muerte, ASÍ TAMBIEN LO SEREMOS EN LA DE SU
RESURRECCION” (Romanos 6:3-5).
En efecto, ¡Pablo está diciendo que el bautismo es un funeral! Así como en lo natural
cuando hay un muerto hay que enterrarlo, también en lo espiritual. Cuando hay muerte
(arrepentimiento, que es muerte al yo) debe haber un entierro (bautismo).
O sea que, si NO “SOMOS SEPULTADOS juntamente con Él para muerte POR EL BAUTISMO”,
entonces quiere decir que seguimos vivos—para nosotros mismos. Solo los que ya han
muerto (arrepentido) y han sido sepultados (bautizados) pueden decir: “Ya no vivo yo, mas
vive Cristo en mí” (Gálatas 2:20).
Pablo también hace comparación entre el bautismo y una siembra con su respectiva
cosecha. Él enseña que si esperamos algún día resucitar con Jesucristo, primero tenemos
que ser “plantados juntamente con Él.” Esto claramente se está refiriendo al bautismo en
agua, que para ser “en él”, tiene que ser EN SU NOMBRE. ¡Es una necedad cosechar lo que
uno no sembró! Así también en lo espiritual.
“Necio, lo que tú siembras no se vivifica, si no muere antes…
Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en
incorrupción. Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad,
resucitará en poder” (1 Corintios 15:36, 42-43).

¿CUANTOS BAUTISMOS HAY?


Leyendo en hebreos 6:1-2 notamos que el bautismo es un tema de importancia, puesto que
se incluye como parte de los “rudimentos de la doctrina de Cristo.” O sea que, es parte del
fundamento.
Ahora, allí dice “bautismos” (plural). ¿Será que hay más de uno? ¿Será que Dios acepta más
de un bautismo? Pues, no puede ser porque Efesios 4:5 dice que solo hay “Un bautismo”.
Lo que debemos comprender es que, en el primer siglo había varios bautismos siendo
practicados y administrados. Había el bautismo de Juan el Bautista. Luego había los
bautismos de los proselitistas judíos. Además, había otros bautismos de parte de otros que
se decían ser el Mesías, o algún enviado especial de Dios. Por lo tanto, era necesario
establecer cuál era el bautismo que reconocía y aceptaba Dios—entre todos los que había.
¡SOLO HAY UN BAUTISMO QUE ES VALIDO ANTE DIOS! No hay un bautismo para judíos y
otro para gentiles, o un bautismo para el primer siglo y otro para el siglo veinte.
Precisamente, la gran discusión del primer concilio en Hechos 15 era que los gentiles se
salvaban de la misma manera que los judíos.
Nosotros estamos todavía en la misma Dispensación que la Iglesia Primitiva. Todavía está en
vigencia el “UN BAUTISMO” que ellos practicaban.
CAPÍTULO 4—IMPORTANCIA DEL NOMBRE
Juan 1:12 dice: “Mas a todos los que le recibieron, A LOS QUE CREEN EN SU NOMBRE, les
dio potestad de ser hechos hijos de Dios.” Este es un versículo frecuentemente citado, sin
embargo, tiene un significado más profundo de lo que la mayoría le atribuye.
Parece que muchos no se fijan que esa promesa de poder llegar a ser “hijos de Dios” es “a
los que le recibieron” y “A LOS QUE CREEN EN SU NOMBRE.”
Uno no puede leer el libro de los Hechos sin notar el lugar de prominencia que ocupaba el
nombre de Jesús en la Iglesia Primitiva. Vez tras vez habla acerca “del Nombre”. Notemos
algunos casos:
“Y por la fe EN SU NOMBRE, a este, que vosotros veis y conocéis, le ha confirmado SU
NOMBRE.” (Hechos 3:16).
“Mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades, señales y prodigios mediante EL
NOMBRE de tu santo Hijo Jesús.” (Hechos 4:30)
“Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de
padecer afrenta por causa del NOMBRE.” (Hechos 5:41).
“Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio de reino de Dios y EL NOMBRE
de Jesucristo, se bautizaban hombre y mujeres.” (Hechos 8:12)
“Porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por MI NOMBRE” (Hechos 9:16).
“Hombre que han expuesto su vida por EL NOMBRE de nuestro Señor Jesucristo.” (Hechos
15:26).
“Y esto fue notorio a todos los que habitaban en Éfeso, así judíos como griegos; y tuvieron
temor todos ellos, y era magnificado EL NOMBRE del Señor Jesús.” (Hechos 19:17).
Con estos versículos de libro de los Hechos podemos ver (aunque hay más) cómo alude y
hace mención DEL NOMBRE. Los discípulos descubrieron el valor y la importancia DEL
NOMBRE.
Hasta entonces habían tenido temor de pronunciar EL NOMBRE de Dios. En el Antiguo
Testamento no era pronunciado por temor a incurrir en pecado, por causa de una mala
interpretación del tercer mandamiento que decía: “No tomarás EL NOMBRE de Jehová tu
Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare SU NOMBRE en vano.”
(Éxodo 20:7).
Era tal el temor, que hasta lo dejaron de pronunciar por completo, sustituyendo su uso con
Adonai (Señor), Elohim (Todopoderoso) o Dios. Nadie se atrevía a pronunciar EL NOMBRE.
Solo el sumo sacerdote y un grupo pequeño y selecto de los sacerdotes sabían cuál era la
pronunciación correcta del Nombre de Dios.
En Levíticos 24:11 tenemos una historia que ilustra las consecuencias del mal uso del
Nombre de Dios, y que luego llegó a ser causa de ese temor que tenían.
“Y el hijo de la mujer israelita blasfemó EL NOMBRE, y maldijo; entonces lo llevaron a
Moisés… Y lo pusieron en la cárcel, hasta que les fuese declarado por palabra de Jehová. Y
Jehová a Moisés, diciendo: Saca al blasfemo fuera del campamento, y todos los que lo
oyeron pongan sus manos sobre la cabeza de él, y apedréelo toda la congregación.”
Note cómo en el libro de los Hechos también habla a veces solo de “EL NOMBRE”. Esta
expresión, en la Biblia, siempre se refiere a Dios, NUNCA SE REFIERE A OTRO NOMBRE.
Ese incidente de Levíticos infundió temor, al grado que ya no querían pronunciar el nombre
de Dios, NI EN MOMENTOS SAGRADOS. Solo el sumo sacerdote y un grupo selecto conocían
su pronunciación.
Por esto fue de gran consternación para los judíos religiosos y los fariseos cuando apareció
Jesús, no solo llevando el nombre sobre sí, sino usándolo frecuentemente. Hay que recordar
que Jesús es el mismo nombre Jehová del Antiguo Testamento solo que en otro idioma
(griego).
Los fariseos sospechaban de Jesús por el nombre que llevaba. Según la historia, a Jesús lo
acusaban de haberse introducido al Templo y “robado” la pronunciación correcta DEL
NOMBRE. Pero, ¿Cómo no iba a conocer la pronunciación correcta de su propio nombre?
Cuando hablaban de Jesús (al hablar en hebreo, como hacían) hablaban de “Jehova—
salva”, y esto causaba consternación. No solo se molestaban porque se hacía pasar con el
nombre de Jehová del Antiguo Testamento, sino que lo usaba frecuentemente Y CON
PODER.
Jesús dijo: “Os lo he dicho, y no creéis, las obras que yo hago EN NOMBRE de mi Padre, ellas
dan testimonio de mí” (Juan 10:25), o sea que, Él estaba dando a conocer que SU NOMBRE
LO IDENTIFICABA.
“Yo he venido EN NOMBRE de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre
a ese recibiréis” (Juan 5:43).
A Jesucristo lo perseguían los Fariseos y religiosos de su día por EL NOMBRE que llevaba,
porque ESE NOMBRE REVELABA SU IDENTIDAD—Jehová-salva, Jehová salvando a la raza
humana.
Luego, Jesucristo dijo que nosotros también seríamos aborrecidos por SU NOMBRE…”
(Mateo 10:22). “Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de
todas las gentes por causa de MI NOMBRE” (Mateo 24:9). ¡Al diablo no le gusta que se esté
usando el Nombre de Jesucristo! ¡Él lo odia por lo que representa!
Jesucristo sacó de la oscuridad ese NOMBRE olvidado de Dios, y lo adoptó y usó es Sus
prácticas y enseñanzas. El ejercitó la autoridad y poder soberano que hay en ese NOMBRE.
Pero, lo tremendo es que, ¡LO HA LEGADO O DEJADO A LA IGLESIA, a sus discípulos, con el
cual pueden continuar Su Ministerio con poder ilimitado sobre la tierra!
Jesús ascendió a la gloria, PERO NOS HA DEJADO SU NOMBRE. EL NOMBRE DE JESUS TOMA
EL LUGAR DE PRESENCIA FISICA SOBRE LA TIERRA. Es por esto que es tan importante ese
nombre. Jesús nos ha dado el PODER NOTARIAL para usar Su nombre. Podemos usar el
nombre de Jesucristo con poder y autoridad. Cuando invocamos ese nombre con fe y
autoridad, todo el cielo nos respalda y apoya, todo el poder de Dios está respaldando el
NOMBRE DE JESUS.
Ese nombre que se había perdido en la antigüedad por temor a mal pronunciarlo y usarlo,
fue re-descubierto, restaurado y demostrado por el Señor Jesucristo. EL NOMBRE de Jesús
es primordial, es una parte capital del cristianismo. Era una de las características principales
del Señor Jesucristo.
Jesús en cierta ocasión dijo: “Padre, glorifica TU NOMBRE. Entonces vino una voz del cielo:
Lo he glorificado y lo glorificaré otra vez” (Juan 12:28). Esa respuesta que vino del cielo era
para entonces y también para hoy. ¡Dios glorifica SU NOMBRE!
David dijo: “Me postraré hacia tu santo templo, y alabaré TU NOMBRE por tu misericordia y
tu fidelidad; porque has engrandecido TU NOMBRE, Y TU PALABRA SOBRE TODAS LAS
COSAS.” (Salmos 138:2).
En EL NOMBRE de Dios, en EL NOMBRE de Jesucristo, está investido todo el poder, el
carácter, las facultades y la autoridad de Dios. Todo lo que necesitas lo puedes recibir al
invocar o pronunciar el nombre del Señor Jesucristo en fe creyendo.
Con razón Jesús dijo, en su oración al Padre, en Juan 17: “He manifestado TU NOMBRE a los
hombres que del mundo me diste…” (Ver. 6) “Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los
guardaba en TU NOMBRE…” (ver. 12) “Y les he dado a conocer TU NOMBRE, y lo daré a
conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos” (ver. 26).
¿Qué nombre dio a conocer? ¡JESUS! Y todavía lo está dando a conocer. Gracias a Dios, que
hoy en día está revelando SU NOMBRE y lo que significa ESE NOMBRE a muchas personas. Él
ha prometido: “TODO lo que pidieres al Padre EN MI NOMBRE, LO HARÉ, para que el Padre
sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis EN MI NOMBRE, yo lo haré” (Juan 14:13-14).
¿Crees tú en el nombre de Jesús? ¿Crees lo que ese nombre dice—Jehova-salva?
Ahora, podemos comprender el significado profundo de Juan 1:12: “Mas a todos los que le
recibieron, A LOS QUE CREEN EN SU NOMBRE, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.”
También Juan 20:31 dice: “Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el
Hijo de Dios, y para que creyendo, TENGÁIS VIDA EN SU NOMBRE.” Y también nos dice la
Biblia quiénes ya son condenados: “El que en él cree no es condenado; pero el que no cree
ya ha sido condenado, PORQUE NO HA CREIDO EN EL NOMBRE del unigénito Hijo de Dios”
(Juan 3:18).
¿Crees tú que Jesús es lo que dice SU NOMBRE? Si crees de todo corazón, puedes invocar
ESE NOMBRE y recibir contestación a tu oración. Si crees, entonces, con gusto vas a querer
ser identificado con Él en las aguas del bautismo, bautizándote EN EL NOMBRE DEL SEÑOR
JESUCRISTO.

EL NOMBRE SOBRE TI
El apóstol Pablo nos enseña que las cosas ocurridas al pueblo de Israel en el Antiguo
Testamento fueron para nuestro bien: “Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y
están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los
siglos” (1 Corintios 10:11). Las experiencias que ellos tuvieron tienen su aplicación espiritual
en el Nuevo Testamento.
Vemos que en el Antiguo Testamento Dios ordenó que a través o por medio de ciertas
ceremonias y ritos el nombre de Dios debía ser invocado sobre el pueblo de Israel, y de esta
manera tendrían la aprobación, protección, identificación y bendición de parte de Dios,
quien lo haría POR AMOR A SU NOMBRE. “Y pondrán MI NOMBRE sobre los hijos de Israel, y
yo los bendeciré” (Números 6:27).
Veamos otros pasajes donde confirma esta tremenda declaración: “Si se humillare mi
pueblo, SOBRE EL CUAL MI NOMBRE ES INVOCADO…” (2 Crónicas 7:14). “Sin embargo, tú
estás entre nosotros, oh Jehová, y sobre nosotros es INVOCADO TU NOMBRE; no nos
desampares” (Jeremías 14:9). “…Porque TU NOMBRE SE INVOCO SOBRE MI, oh Jehová Dios
de los ejércitos” (Jeremías 15:16). “…TU NOMBRE ES INVOCADO sobre tu ciudad y sobre tu
pueblo” (Daniel 9:19).
“Y verán todos los pueblos de la tierra que EL NOMBRE DE JEHOVA ES INVOCADO SOBRE TI
(Israel), y te temerán” (Deuteronomio 28:10). “Hemos venido a ser como aquellos de
quienes nunca te enseñoreaste, SOBRE LOS CUALES NUNCA FUE LLAMADO TU NOMBRE”
(Isaías 63:19).

Es de observar que, POR CAUSA de que el nombre de Dios había sido invocado sobre el
pueblo de Israel, Dios estaba comprometido con ellos—porque llevaban Su Nombre. Servía
como punto de referencia y apelación. Los israelitas tenían derecho de clamarle a Dios, por
causa de Su nombre que llevaban.
¡SI ASÍ FUE EN EL ANTIGUO TESTAMENTO, CUANTO MÁS EN EL NUEVO! Por esto era que el
bautismo en agua era practicado en el nombre del Señor Jesucristo. Era en ESE MOMENTO,
en forma oficial y legítima, cuando el nombre del Señor era invocado sobre la persona.
Veamos si concuerda esto o no con lo que hallamos en el Nuevo Testamento. “¿No
blasfeman ellos el buen nombre que FUE INVOCADO SOBRE VOSOTROS?” (Santiago 2:7).
Ahora, ¿cuándo fue invocado ese “buen nombre”? “Ahora, pues, ¿por qué te detienes?
Levántate y bautízate y lava tus pecados INVOCANDO SU NOMBRE” (Hechos 22:16).
El apóstol Juan también dice: “Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os
han sido perdonados POR SU NOMBRE” (1 Juan 2:12). ¿Fue invocado el nombre del Señor
Jesucristo sobre ti en las aguas del bautismo?
Dios quería que lo que había hecho en el Antiguo Testamento se repitiera en el Nuevo
Testamento, ya no solo sobre o para los judíos, sino también para los gentiles—para TODO
EL MUNDO. Note bien lo que dice: “Ve, porque instrumento escogido me es éste (Pablo),
para llevar MI NOMBRE en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel”
(Hechos 9:15) “Para que el resto de los hombres busque al Señor, y todos LOS GENTILES,
SOBRE LOS CUALES ES INVOCADO MI NOMBRE” (Hechos 15:17).
También: “EN SU NOMBRE ESPERABAN LOS GENTILES” (Mateo 12:21). “Para que los gentiles
glorifique a Dios por Su misericordia, como está escrito: Por tanto, yo te confesaré entre los
gentiles, Y CANTARÉ A TU NOMBRE” (Romanos 15:9).
¿Se ha cumplido esto en ti? ¿Fue invocado el nombre del Señor sobre ti en el bautismo? ¿Ya
recibiste el “sobrenombre” o el nombre de familia cuando fuiste bautizado? La Biblia dice:
“Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien TOMA
NOMBRE toda familia en los cielos y en la tierra” (Efesios 3:14-15) ¿Eres parte de la familia
de Dios llevando Su Nombre?
Note dónde irán a estar los que tienen el nombre de Dios sobre ellos: “Y no habrá más
maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará sobre ella (la Nueva Jerusalén), y sus
siervos le servirán, y verán su rostro, Y SU NOMBRE ESTARÁ EN SUS FRENTES” (Apocalipsis
22:3-4). “Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el Monte de Sion, y con él
ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de él y el de su Padre ESCRITO EN LA
FRENTE” (Apocalipsis 14:1).
¿Llevas el nombre del Señor? ¿Se podrá decir lo siguiente de ti: “No temas, porque yo estoy
contigo; del oriente traeré tu generación, y del occidente te recogeré. Diré al norte: Da acá;
y al sur: No detengas; trae de lejos mis hijos, y mis hijas de los confines de la tierra; TODOS
LOS LLAMADOS DE MI NOMBRE…? (Isaías 43:5-7).
Si al ser bautizado lo hicieron “en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo”,
entonces no ha sido invocado el nombre del Señor sobre ti, y cuando era la ocasión para
hacerlo. ¡Solo han invocado títulos sobre ti!

Necesitas que EL NOMBRE DEL SEÑOR JESUCRISTO sea invocado sobre ti para que te sirva
como punto de referencia y apelación. Tus peticiones y oraciones al Señor ya pueden ser
“por amor a Tu Nombre.”

¿POR QUÉ EL NOMBRE?


¿Por qué hace tanto énfasis la Biblia en EL NOMBRE DE JESÚS? ¡Lea el libro de Hechos y
verá! ¿Qué hay en un nombre? ¿Es de importancia un nombre? El tuyo, por ejemplo, ¿no te
da sensación cuando oyes tu nombre siendo mencionado en público? ¡Claro que sí! Porque
el nombre lo distingue de otras personas. Proverbios 22:1 dice: “De más estimas es el buen
nombre que las muchas riquezas.”
Tu nombre te representa donde quieras que vayas. Por eso, la primera pregunta que se
hace cuando uno conoce a alguien por primera vez es: ¿Cómo te llamas? ¡Importa!
¡Igual ocurre con el nombre de Dios! Por esto es que la Biblia hace tanto énfasis en EL
NOMBRE DE JESÚS. Porque EL NOMBRE representa a la persona, la distingue de las demás.
El nombre de Jesús representa el poder, la autoridad y la persona de Dios mismo. Todo en el
cielo y en la tierra está sujeto a ese nombre (lea Filipenses 2:10-11).
EL NOMBRE DE JESUS TOMA LUGAR DE SU PRESENCIA FISICA. Como tratas ese nombre
demuestra cómo lo tratarías a Él mismo. Por esto, uno de los mandamientos es “No
tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano” (Éxodo 20:7).
El nombre de Jesús lo representa. Por esto habla la Biblia de “invocar el nombre del Señor”.
¡Le llama la atención, hace que Su presencia se ha presente!
NO IMAGENES, SINO EL NOMBRE
La tendencia del hombre es de representar a Dios siempre con algo—una imagen o algún
objeto. Parece que de esta manera le ayuda a enfocar su fe en Dios. Pero, Dios ha prohibido
el uso de imágenes, Él no quiere ser representado así. ¡Lo que Dios ha dejado ES SU
NOMBRE!
SU NOMBRE trae a la memoria todo lo relacionado a Él, y es la mejor representación—
porque solo es invocar, hablarlo, incluso: susurrarlo.

HOY TENEMOS SU NOMBRE


En la Biblia leemos cómo tanta gente quería tocar al Señor Jesucristo para recibir sanidad o
algún milagro en sus vidas. Como en el caso de la mujer que tocó el borde de su mano y fue
sanada. Así como ella, habían muchos (Marcos 6:56).
Hoy en día Cristo Jesús n está en nuestro medio en forma física o corporal. Cuántas veces
quisieras tocarlo—sea para sanidad, salvación, consuelo, ayuda, etc., pero, siendo Espíritu
no lo puedes palpar con las manos o abrazarlo. Pero, amigo, hermano, ¡Él ha dejado algo
que toma lugar de su presencia física Y ES SU NOMBRE!

Si invocas el nombre de Jesús en fe creyendo, es lo mismo como si lo estuvieras palpando


con tus manos. Tendrá el mismo efecto como si lo tocaras. Y es mejor, porque dondequiera
que estás, en cualquier lugar o circunstancia, puedes invocar (o susurrar) el nombre de
Jesús.
Por eso es tan importante el nombre de Jesús—porque toma lugar de Su misma presencia.
¡Es un legado o herencia que el Señor nos ha dejado! Con razón Cristo dijo que: “Donde
están dos o tres CONGREGADOS EN MI NOMBRE, allí estoy yo en medio de ellos”
(Mateo18:20).
También dice la Biblia: “Torre fuerte ES EL NOMBRE DE JEHOVÁ; a él correrá el justo, y será
levantado” (Proverbios 18: 10). ¿Tienes ese nombre?
CAPITULO 5—LAS LLAVES DE PEDRO
¿Te has puesto a considerar cuáles son las llaves que le dio Jesucristo a Pedro? Jesús le dijo:
“Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos” (Mateo16:19). ¿Cuáles son esas llaves? Es de
importancia descubrir estas llaves y ver donde y cuando las usó Pedro.
Ahora, ¿para qué sirven llaves? ¿Qué función tienen o desempeñan? Cualquiera sabe que
llaves sirven para abrir puertas, para así poder entra en algún lugar. Teniendo las llaves
apropiadas uno tiene acceso al lugar de donde son estas llaves. Por esto, es de mucha
importancia saber qué llaves se refería Jesús, porque Él las llamó “las llaves DEL REINO DE
LOS CIELOS.” En otras palabras, Jesús estaba hablando de aquello con lo que las personas
tienen entrad o acceso al “reino de los cielos.” ¡Es con lo que abrimos la puerta al cielo!
Jesús no le dio a Pedro unas llaves metálicas, de madera o de algún otro material. Jesucristo
estaba hablando en forma simbólica de aquellas cosas con las cuales obtenemos entrada al
reino de los cielos— ¡Lo que necesitamos para la salvación!
Es de mucha importancia fijarnos en lo que Jesús le dijo a Pedro que le daba “LAS LLAVES”
(plural). No le dijo “la llave” (singular), sino que se refirió a más de una llave. Por lo tanto, al
hablar de unas llaves (en plural) da a entender que se trata de dos o más. ¿Cuántas llaves
son? Pues, al observar la vida de Pedro veremos: cuántas son, cuáles son y cuándo las usó.
Hay que notar también, que el Señor Jesús NO LE DIO las llaves a Pedro EN ESE MOMENTO,
sino que solo se las prometió dar en el futuro: “a ti TE DARÉ”. Por lo tanto, es en vano
buscar en ese pasaje o conversación para ver si allí son mencionadas, puesto que no fue
entonces que se las dio, sino en un futuro. ¿Cuándo, pues, le dio Jesús estas llaves a Pedro?
¿Cuándo abrió Pedro la entrada al reino de los cielos?
¡Fue en el Día de Pentecostés cuando Pedro recibió estas llaves y las usó por primera vez!
Cuando le preguntaron a él “y a los otros apóstoles: Varones, hermanos, ¿qué haremos?”
fue Pedro el que le señaló a la multitud lo debía hacer. Al recibir el Espíritu Santo, Pedro
recibió la iluminación de parte de Dios de lo que se necesitaría para poder entrar en el reino
de Dios—o sea, las llaves.
Fue en ese Día de Pentecostés cuando Pedro, bajo la inspiración del Espíritu Santo declaró:
“Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para el perdón
de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hechos 2:38) ¡ESAS SON LAS LLAVES
DEL REINO DE LOS CIELOS!
Son tres llaves: 1) “Arrepentíos”, 2) “y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de
Jesucristo para el perdón de los pecados”, 3) “y recibiréis el don del Espíritu Santo”.
Por esto fue que a Pedro le tocó predicar en ese día—el natalicio de la iglesia. Por esto fue
que también le tocó introducir o presentar las llaves a los samaritanos y a los gentiles. Y
note bien, que en los tres casos USARON LAS MISMAS LLAVES. A Pedro le correspondía
señalarles la forma que se obtiene la entrada al reino de los cielos a los: judíos samaritanos
y gentiles.
Felipe descendió a Samaria y hubo un gran avivamiento—sanidades, milagros, señales y la
gente creía en el Señor y eran bautizados en el nombre de Jesús (Hechos 8). Pero, no se
derramaba sobre ellos el Espíritu Santo. ¿Por qué? Porque era necesario que llegara Pedro
para que se pudiera completar el proceso de salvación en las vidas de los samaritanos. Era
necesario que llegara el que Jesús había señalado como el encargado de presentar esas
llaves por primera vez a los diferentes grupos o clases de personas. Al llegar Pedro y Juan, le
imponían las manos y recibían el Espíritu Santo.
Cuando el ángel le habló a Cornelio (un gentil), le dijo que llamara a Pedro para que le dijera
lo que tenía que hacer. Y cuando llegó Pedro, cayó sobre ellos el Espíritu Santo y él “mandó
a bautizarles en el nombre del Señor Jesús” (Hechos 10:48).
Al presentarles las llaves e introducirles al uso de ellas, a estos tres diferentes grupos
(judíos, samaritanos y gentiles), Pedro cumplió con el deseo y mandato del Señor Jesucristo.
Esas llaves no eran para el uso exclusivo de Pedro, sino que a él le tocaba ser el primero en
usarlas y presentarlas. Una vez que él había hecho eso, quedaban a disposición de todo el
que las quisiera usar para entrar al reino de los cielos.
Todos los seres humanos están dentro de uno de estos tres grupos. Por lo tanto, las llaves
hoy las pueden usar todos. Y, si tú quieres entrar al reino de los cielos TIENES QUE USAR
estas mismas llaves.
No basta usar solo UNA llave. Hay que usar las tres para poder tener garantizada la entrada
al reino de los cielos. Es como una puerta con tres cerraduras diferentes. No puede entrar
usando sólo una llave, sino que tenía que usar las tres para abrirla.
¿Has hecho uso de las tres llaves—de las tres cosas que hay que hacer para poder entrar al
reino de los cielos?
CAPITULO 6—LA SANGRE EN EL NOMBRE
Tal vez una de las doctrinas más importantes en la Biblia es que todos deben ser lavados por
la sangre de Cristo para poder ser salvos. “Sabiendo que fuisteis rescatado de vuestra vana
manera de vivir…no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de
Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación” (1 Pedro 1:18-19)
Si esa sangre no es aplicada a nuestra vida, NO HAY SALVACIÓN. En el ángel de la muerte
(como en el caso de los israelitas en Egipto) tendrá derecho a reclamarlos para sí, si no ha
sido aplicada esa sangre de Cristo.
Hoy, Jesucristo es el Cordero de Dios. “Porque nuestra pascua, QUE ES CRISTO, ya fue
sacrificada por nosotros” (1 Corintios 5:7). Sin su sangre nuestra justicia es como trapos de
inmundicia.
Pero, ¿cuándo se aplica la sangre en la vida de un creyente? ¿Cuándo se arrepiente?
¿Cuándo se bautiza? ¿O será cuando una persona simplemente cree en Jesús, o “acepta el
Señor”?
Es de mucha importancia que sepamos cuando es aplicada la sangre, porque si satanás
puede lograr engañar a la gente de modo que no sea aplicada la sangre a sus vidas, él
logrará su perdición. Hay tantos que dicen que han sido lavados por la sangre de Cristo,
¿pero estás seguro? ¿Es según lo que dice la Biblia? ¿O será algo que alguien te dijo? Uno no
se debe dejar engañar. ¡Qué triste que alguien llegue a la eternidad pensando que la sangre
de Cristo fue aplicada a su vida, y que resulte no siendo así!
La Biblia nos habla acerca de la necesidad de “obedecer” y ser rociados con la sangre de
Jesucristo” (1 Pedro 1:2). Dice también que “la sangre rociada que habla mejor que la de
Abel” (Hebreos 12:24). Pero, ¿en qué momento es que somos rociados con esa sangre?
Debemos recordar que, cuando Jesús fue crucificado, su sangre fluyó de sus heridas y cayó a
tierra. Esa sangre no fue recogida en algún recipiente y llevada al cielo para ser usada y
rociada sobre los que creerían. Esa sangre física de Cristo se perdió en la tierra alrededor de
la cruz. Por lo menos, la Biblia no dice que fue recogida, y creer que así fuera es pura
especulación.
Además, no había suficiente sangre en el cuerpo de Cristo para que en un sentido literal
pudieran ser “rociados” los millones que le han obedecido a Él. El cuerpo humano tiene
como cinco litros de sangre—eso no es suficiente para alcanzar a tantos.
¿Cómo, entonces, puede ser aplicada la sangre a mi vida? ¿Será que ya no hay esperanza?
¡Gracias a Dios sí hay! Dios ha solucionado eso en una forma simple y sencilla. ¡Dios HA
TRANSFERIDO EL PODER DE LA SANGRE AL NOMBRE DE JESUS!
¡TODAS las funciones que desempeña la sangre son atribuidas AL NOMBRE DE JESUS! Según
Levítico 17:11-14 dice: “Porque la vida de la carne en la sangre está…Porque la vida de toda
carne es su sangre.” Pero, ahora, en el Nuevo Testamento nos dice que la vida está en el
Nombre de Jesús. “Pero éstas se ha escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de
Dios, y para que creyendo tengáis VIDA EN SU NOMBRE” (Juan 20:31).

La vida la recibimos por el nombre de Jesús. La sangre ahora está en la sangre de Jesús. La
sangre nos viene a través del nombre de Jesús. No hay otra forma que podamos obtener los
beneficios de la sangre de Cristo que por fe en Su Nombre. Por esto, tienes que arrepentirte
y bautizarte EN SU NOMBRE.
Al invocar el nombre de Jesús sobre una persona, en las aguas del bautismo, es en ese
momento que la sangre es aplicada, porque EL PODER, LA EFICACIA DE LA SANGRE ESTA EN
EL NOMBRE DE JESUS. Por lo tanto, es en ese momento cuando son perdonados los pecados
del individuo (Hechos 2:38). ¡Si así obedeces tendrás vida!
CAPITULO 7—ETIMOLOGÍA DE BAUTIZAR
Juan Bautista dijo en Mateo 3:11, “Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento;
pero el que viene tras de mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que
yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.”
Notemos allí el DOBLE USO de las palabras “bautizar” que emplea Juan. Hay veces que se
hace necesario un estudio semántico o etimológico de ciertas palabras. O sea, ¿cuál era el
uso de ciertas palabras o expresiones que hallamos en la Biblia?
Lo que nos debe interesar es, el uso que tenían en el tiempo en que escribieron la Biblia, y
no necesariamente el que se les da hoy. ¡Porque el diablo es experto en cambia etiquetas!
Él procura cambiarle el significado de las palabras para así lograr sus planes y tergiversar la
Verdad.
Cuando recordamos que la Biblia que usamos la mayoría es una traducción de los idiomas
originales en que fue escrita: griego, hebreo y partes en arameo, no cabe duda, que aun en
las mejores traducciones hay ciertos matices o aspectos de expresiones o palabras que se
pierden.
Las palabras “bautizar”, “bautismo”, “bautizo”, son derivadas del griego “baptizo” y
“baptisma”. O sea que, son palabras prestadas del idioma griego. Para poder apreciar el
valor y el sentido completo que estas palabras llevan, es necesario considerar el uso que
tenían en la vida y literatura griega, y su uso en el Nuevo Testamento.
Al estudiar los diferentes usos que tenía la palabra bautizar, podemos lo que Dios tenía en
mente en cuanto a su sentido espiritual. El idioma (lenguaje) y las palabras son vehículos del
pensamiento. Sirven para comunicar los deseos o ideas de una mente a otra.
Cuando Dios se propuso establecer el acto de iniciación, por medio del cual una persona
demostraba su obediencia y sumisión a Él, Él echó mano de la palabra “bautizar”, sabiendo
bien el significado que ya tenía. En alguna forma, los diferentes usos de esa palabra
contribuían al deseo de Dios para ese acto—del bautismo. Dios no hace nada en forma
casual o accidental.
Hay que recordar que, lo que aquí estaremos viendo acerca de los diferentes usos de la
palabra bautizar, no solo es aplicable al bautismo en agua, sino también al del Espíritu
Santo. Juan el Bautista usó la palabra “bautizar” para ambas experiencias.
La verdad es que el bautismo en agua y el bautismo en el Espíritu Santo son DOS MITADES
DE UN MISMO ENTERO. O sea que, solo hay UN BAUTISMO que tiene dos correspondientes
partes de agua y Espíritu. Es por esto, también, que el uno sin el otro no está completo. Uno
tiene que nacer “de agua y del Espíritu.”
Veamos algunos usos de la palabra BAUTIZAR:

1. SUMERGIR: La palabra griega “baptizo” literalmente quiere decir: sumergir. Esto


claramente nos indica la necesidad que el bautismo sea por inmersión-sumergiendo
por completo al candidato en las aguas. La idea de “bautizar” infusión (echando agua
sobre la cabeza o persona) o aspersión (salpicando agua sobre la cabeza o persona),
es contradictorio al significado de la palabra.
La Biblia nos enseña que el bautismo es identificación con la muerte Y SEPULTURA
de Jesucristo (Romanos 6:3), y a Él no le pusieron un poquito de tierra sobre la
cabeza o sobre el cuerpo, sino que quedó completamente sepultado bajo tierra.
Pablo dijo: “SEPULTADOS con Él en el bautismo…” (Colosenses 2:12).
2. TEÑIR: Cuando una tela era completamente sumergida en algún líquido para ser
teñida, con el propósito de que cada fibra del material recogiera la calidad o el color
del teñido, y así se cambiaba su color, se le llamaba “bautizar la tela”. El efecto de
ese “bautismo” (teñido) sería aparente a todos.
De igual manera, el deseo de Dios es que nuestra vida debe quedar afectada al ser
bautizados. Cada “fibra” de nuestro ser debe quedar tocado, afectado y alterado por
la experiencia. Y, ¿qué color debe verse? ¡Cristo!
3. CON EL HIERRO: También se le llamaba bautizar, cuando el hierro caliente era
metido en agua (como una espada) para que así alterar la composición molecular y
quedara templado, dándole fuerza y durabilidad. Así mejor retenía el filo.
El bautismo tiene el propósito de establecer o grabar el arrepentimiento que
sentimos en ese momento—debe templar esa experiencia en nuestra vida. Esa
convicción, esa “tristeza según Dios”, debe quedar impregnada en ti.
4. HUNDIMIENTO: Cuando un barco se hundí y quedaba completamente sumergido e
inundado por agua, se decía que el barco había quedado “bautizado”. Así también, el
bautismo debe ser el “hundimiento”, el fin, la terminación, de nuestra vida antigua.
Pablo así lo expresó, cuando dijo: “Ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí” (Gal. 2:20).
5. LA ESPONJA: También se le llamaba bautizar, cuando una esponja era sumergida en
agua y quedaba completamente saturada, llena de agua. También, nosotros
debemos absorber a Dios y las cosas de Dios, para que, cuando nuestra vida esté
bajo presión y tensión, sea el Espíritu y el carácter de Cristo que se manifieste.
6. AHOGAR EN VINO: Lo mismo se decía cuando ahogaban la comida en vino para
recoger su sabor o para darle mayor sabor.
¿Recogiste el sabor de Cristo cuando fuiste bautizado en agua y el Espíritu? Muy Muy
evidentemente esto sí fue cierto de los discípulos, porque de ellos se dice que “les
reconocían que habían estado con Jesús” (Hechos 4:13)
7. UN BALDE DE AGUA: Cuando un balde era metido en el pozo para sacar el agua a la
superficie, y así ser compartida y usada, se le llamaba bautismo. ¡Qué lección! ¡Una
vez bautizado, debes compartir con otros el agua de vida! Debes estar sacando “con
gozo aguas de las fuentes de la salvación” (Isaías 12:3).
8. USO CEREMONIAL: También “baptizo” era usado en un sentido ceremonial. Cuando
los fariseos lavaban las copas y ollas para ser usadas en el templo, decían que eran
“bautizadas” (Marcos 7:4). También cuando se lavaban las manos antes de comer se
le llamaba “bautizar” (Lucas 11:38).
Esto es muy interesante, puesto que el lavamiento allí se refería al proceso de
limpieza y purificación de vasos consagrados para Dios. ¿Quieres ser un vaso
consagrado para Dios? ¡Empieza por el bautismo!
Pablo dijo: “Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento (vaso) para
honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra” (2 Timoteo 2:21).
No cabe duda que, este uso de la palabra bautizar señala el hecho que el bautismo
efectúa limpieza.
9. USO METAFORICO: La palabra “baptizo” también tenía un uso metafórico o
figurado. En ese sentido la palabra era usada relacionado a la idea de quedar
abrumado, anonado o sobrecogido de gozo, alegría, temor o tristeza.
Jesús lo usó de esta forma cuando dijo: “De un bautismo tengo que ser bautizado; y
¡cómo me angustio hasta que se cumpla!” (Lucas 12:50).
Todos los matices de significado y usos varios de esta palabra “baptizo” contribuyen
a nuestro entendimiento. Verdad no puede ser completamente traducida a la vida o
llevada a la práctica, hasta que hay sido completamente apreciada. El bautismo tiene
un significado y valor profundo— ¡apreciémoslo!
Cuando analicemos el uso de la palabra “bautizar” podemos ver que Dios tenía algo
en mente cuando la decidió usar para describir uno de los pasos del proceso de
salvación.
CAPITULO 8—SEÑOR JESUCRISTO
Al leer el Nuevo Testamento no tardará notar la cantidad de veces que se usa la expresión:
SEÑOR JESUCRISTO. Se usa tanto, que parece indicar que representaba algo especial para
los discípulos del primer siglo. ¿Por qué lo dirían? ¿Por qué usarían tan frecuentemente este
título COMPLETO de Jesús? ¿No bastaría con sólo decir Jesús, o Cristo?
Es título, así tan completo, no es accidental, casual o sin significado. Es precisamente al
analizar el título y nombre completo de SEÑOR JESUCRISTO que hallamos quién es Jesús, y
descubrimos algo importante acerca de la expresión: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
En NINGÚN lugar de los Evangelios hallamos este título así completo. En los Evangelios solo
se referían al Maestro como: Jesús, Señor o Cristo, y raras veces Jesucristo. Pero después de
lo dicho por Pedro en el Día de Pentecostés, empiezan usando ya bastante el título y
nombre completo de SEÑOR JESUCRISTO. Pedro había dicho: “Sepa, pues, ciertísimamente
toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho
Señor y Cristo” (Hechos 2:36).
Después del Día de Pentecostés, hallamos la expresión SEÑOR JESUCRISTO más de 90 veces.
Algunas veces hallamos las variaciones de: “Cristo Jesús el Señor”, “Señor y Salvador
Jesucristo”, etc. Pero, allí también hallamos los tres elementos importantes de: Señor, Jesús
y Cristo.
¿Qué hay, pues, de importancia en esa expresión? En el título y nombre completo de SEÑOR
JESUCRISTO hallamos la expresión paralela, más completa y sustitutiva de “PADRE, HIJO Y
ESPIRITU SANTO”. Allí tenemos las tres partes que concuerdan la una con la otra: Padre
(Señor), Hijo (Jesús) y Espíritu Santo (Cristo).
Veamos algunos ejemplos del uso de esta expresión:
Pablo enseñaba acerca del SEÑOR JESUCRISTO (Hechos 20:21).
Habían expuesto sus vidas por el nombre del SEÑOR JESUCRISTO (Hechos 15:26).
El carcelero tenía que creer en el SEÑOR JESUCRISTO (Hechos 16:31).
Vestíos del SEÑOR JESUCRISTO (Romanos 13:14).
El día de nuestro SEÑOR JESUCRISTO (1 Corintios 1:8).
El nombre y el poder de nuestro SEÑOR JESUCRISTO (1 Corintios 5:4).
El que no amare al SEÑOR JESUCRISTO será anatema (1 Corintios 16:22).
Debemos crecer en la gracia y conocimiento del SEÑOR JESUCRISTO (2 Pedro 3:18).
Hay que enseñar conforme a las sanas palabras de nuestro SEÑOR JESUCRISTO (1 Tim. 6:3).
Vuelvo a repetir que, la expresión SEÑOR JESUCRISTO toma el lugar de: Padre, Hijo y Espíritu
Santo—y en forma más completa.
Veamos cómo puede ser esto:

SEÑOR: Es un título que siempre es asociado con Dios el Padre, lea: Salmos 136:1-3; Daniel
2:47; Mateo 4:10; Salmos 8:1,9; Isaías 6:1.

JESÚS: El nombre que usó el Hijo—o sea, la manifestación de Dios en carne.

CRISTO: El ungido, o la unción misma—o sea, el Espíritu Santo. Cada vez que habla de
unción o ungido en la Biblia, se refiere a una función del Espíritu Santo. La palabra griega
Cristo era la traducción del hebreo Mesías, que quiere decir: el ungido.

EL SEÑOR JESUCRISTO= Padre, Hijo y Espíritu Santo. Al bautizar en el nombre del SEÑOR
JESUCRISTO uno lo está bautizando en el equivalente nominal de: Padre, Hijo y Espíritu
Santo, sólo que, ya no usando títulos, sino la expresión completa.
CAPITULO 9—OBJECIONES

¿A QUIÉN OBEDECEMOS?
Hay aquellos que intentan minimizar y restarle valor a la evidencia bíblica sobre el bautismo
en agua en el nombre de Jesús, diciendo: “no, pero yo prefiero obedecer a Jesús que a
Pedro”. Dicen que, bautizar en el nombre de Jesús es seguir mandamientos de hombres. Eso
es usar un tren de pensamiento muy inconsistente con la lógica y con la Biblia.
¡Tanto Mateo 28:19 como Hechos 2:38 fueron escritos por hombres! Ambos pasajes los
conocemos a través de los seguidores de Jesús, porque ¡JESUS NO ESCRIBIO NINGUN LIBRO!
Jesús mismo les dijo a sus discípulos: “Y vosotros daréis testimonio también, porque habéis
estado conmigo desde el principio” (Juan 15:27). Y, en su oración al Padre, Jesús también
dijo: 2Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que HAN DE CRER EN MI POR
LA DE ELLOS” (Juan 17:20). También dijo: “El que a vosotros recibe, a mí me recibe” (Mateo
10:40).
Además, tenemos ese pasaje fundamental que dice: “Edificados sobre el fundamento de los
apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo” (Efesios 2:20).
Si el bautismo en el nombre de Jesús es “mandamiento de hombres”, entonces TODA la
Iglesia Primitiva estaba basada y practicaba “mandamientos de hombres”. Pero, creo que
ellos sabían más de lo que sabemos hoy. ¡Agua es más pura cuanta más cerca esté a su
fuente!
La verdad es que, lo UNICOS que realmente bautizan “en el nombre del Padre, y del Hijo y
del Espíritu Santo” son los que bautizan en el nombre de Jesús. Son los UNICOS que
realmente obedecen al Señor.

¿SOLO PARA JUDIOS?


Ya hemos hecho referencia al hecho que, hay aquellos que intentan relegar el bautismo en
el nombre de Jesús solo para los judíos. Como ya hemos visto, tanto gentiles (Hechos 10:48)
como samaritanos (Hechos 8:16) fueron bautizados en el nombre de Jesús.
Sin embargo, hay quienes intentan de establecer una diferencia entre la Gran comisión de
Mateo 28:19 y lo declarado por Pedro en el Día de Pentecostés diciendo que, uno era para
“todas las naciones”, y el otro “para la casa de Israel” (Hechos 2:36).
Es cierto que la Gran Comisión era “para todas la naciones”, PERO “COMENZANDO DESDE
JERUSALEN” (Lucas 24:47 y Hechos 1:8). O sea que, que la Gran Comisión NO EXCLUYE a
Israel, sino que, siendo también una nación, es una de “todas las naciones”.
También hay aquellos que intentan señalar que el “cada uno de vosotros” de Hechos 2:38
está claramente indicado que era solo para los judíos allí presentes. Pero, eso es no ver lo
que sigue diciendo el siguiente versículo: “Porque para vosotros es la promesa, y para
vuestro hijos, y para TODOS LOS QUE ESTAN LEJOS, PARA CUANTOS EL SEÑOR NUESTRO
DIOS llamare” (VER. 39).
No olvidemos que Pablo era “apóstol a los gentiles” (2 Timoteo 1:11), y él bautizaba, era
bautizado y mandaba a bautizar en el nombre de Jesús.
Otros arguyen que, siendo que los judíos tenían dificultad en aceptar el nombre de Jesús, y
siendo que ellos crucificaron a Jesús, que por eso ellos tenían que ser específicamente
bautizados en el nombre de Jesús. Sin embargo, ese es el problema que tienen muchos hoy
en día (que no quieren aceptar el nombre) entre judíos, gentiles y religiosos. Por lo tanto,
necesitan ser bautizados en el nombre de Jesucristo.

¿DOS COMISIONES?
Otros dicen que hay dos comisiones: Mateo 10:5 y Mateo 28:19. Que la primera se aplica a
los judíos y la segunda a los gentiles.
Mateo 10:5-6 dice: “A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones, diciendo: Por camino
de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis, sino id antes a las ovejas
perdidas de la casa de Israel.” Que por decir “en caminos de gentiles no vayáis”, eso
muestra que solo era para judíos. Y es cierto ERA—porque esta comisión era temporal y
terminó (vea Lucas 22:35-36).
Jesús mismo dijo: “sino ANTES ID…” Primero, debían ir a las ovejas perdidas de la casa de
Israel. Esto era aplicable al ministerio de Jesucristo y luego podemos ver que Pablo iba
primero a las sinagogas judías, hasta que lo rechazaban.
Mateo 10:5 fue sustituido y ampliado por la Gran Comisión que dio Jesucristo antes de
ascender. Además 10:5 no habla del bautismo. Realmente, ese argumento es intentar
“sacarle puntas al gato”.

EL NOMBRE, ¿SOLO AUTORIDAD?


Otro argumento que se emplea para intentar de descartar el bautismo en el nombre de
Jesucristo es en cuanto al nombre. Hay aquellos que argumentan que, cuando la Biblia dice
“en el nombre de Jesús”, que no se refiere a que esas palabras literalmente fueron dichas,
sino que se hace en o “por la autoridad de Jesús”.
Otros van al extremo de tergiversar el sentido común de las palabras diciendo que, cuando
la Biblia dice que eran bautizados “en el nombre de Jesús”, que está señalando al hecho que
ellos fueron bautizados COMO HABIA MANDADO JESUS, o sea, “en el nombre del Padre, y
del Hijo y del Espíritu Santo”.
Sin embargo, ambas ideas quedan anuladas por las palabras de Ananías a Saulo (Pablo) en
su conversión: “Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados
INVOCANDO SU NOMBRE” (Hechos 22:16). O sea que, que el nombre de Jesús tenía que ser
INVOCADO, MENTADO, DICHO, PRONUNCIADO sobre el individuo al bautizarse.
También, Hechos 15:17 dice: “Para que el resto de los hombres busque al Señor, y TODOS
LOS GENTILES, SOBRE LOS CUALES ES INVOCADO MI NOMBRE”.
Además, para ser consistente, ese argumento o línea de pensamiento tendría que ser
llevado a su conclusión lógica, y es que aún la oración por los enfermos, el echar fuera
demonios, y todo lo que la Biblia manda que se haga en el nombre de Jesús, más bien se
debería hacer en “el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo”. Pero, ¡pruebe a ver si
sanan los enfermos así! ¡Intente echar fuera demonios solo usando los títulos!
“PERO, YO YA SOY BAUTIZADO”
También he oído a algunos decir que, siendo que la Biblia dice que solo hay “un bautismo”,
y siendo que ellos se han “bautizado”, entonces no se deben rebautizar. Pero hay que
recordar que ese “un bautismo” es solo EL VERDADERO, y no el que cualquiera llame así. ¡Si
no eres bautizado en el nombre de Jesús, no estas bautizado!
Además, para los que fueron bautizados cuando niños y luego se bautizaron en los títulos
cuando adultos, ¿por qué no usaron ese mismo argumento cuando se “re-bautizaron”—y
para colmo, de nuevo en los título?

¿QUÉ DE RE-BAUTIZAR?
Un punto bastante controversial es el de rebautizar. O sea que, hay muchos que tal vez sí
reconocen que el bautismo debe efectuarse en el nombre de Jesús, pero no están de
acuerdo en que ellos se tengan que re-bautizar. Creen que Dios debe aceptar la forma en
que ya fueron bautizados (aunque incorrecta) solo por el hecho que lo hicieron con toda
sinceridad ante Dios.
Sin embargo, hay que recordar que Dios es un Dios de detalles. A Uza lo mató Dios por tocar
el arca (2 Samuel 6:6-7). Sin duda, Uza no lo hizo con malicia, con una mala intención, sino
sólo porque quería sostener el arca para que no se cayera. Pero, Dios no tomó en cuenta el
motivo de Uza, sino que vio que era una desobediencia a su Palabra.
No debemos de creer que por nuestra sinceridad o celo, Dios se tiene que ver
comprometido con nosotros y salvarnos. Alguien dijo que, “el camino al infierno está
pavimentado con buenas intenciones” Dios exige que cumplamos Su Palabra-en su
totalidad.
Pablo dijo: “Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel,
es para salvación. Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no
conforme a ciencia. Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya
propia, no se han sujetado a la justicia de Dios”. (Romanos 10:1-3).
¡EL APOSTOL DE PABLO RE-BAUTIZABA a personas que no eran bautizadas en el nombre de
Jesús! En Hechos 19:1-6 vemos donde Pablo re-bautizó a unos discípulos de Juan Bautista
porque el bautismo que ellos habían recibido ya no era válido.
Sin embargo, el bautismo de Juan SÍ HABÍA SIDO VALIDO en el tiempo ANTES DE
PENTECOSTES. Jesucristo, y aparentemente la mayoría de los apóstoles habían sido
bautizados por Juan. Pero, después del Día de Pentecostés el bautismo de Juan fue
sustituido y reemplazado por el bautismo en el nombre de Jesucristo.
Ahora, si el apóstol Pablo re-bautizaba discípulos cuyo bautismo sí había sido válido (en
cierto tiempo), ¡cuánto más necesario será que personas sean “re-bautizadas” cuyo
bautismo NUNCA FUE VÁLIDO! NADIE EN LA BIBLIA FUE BAUTIZADO USANDO LAS PALABRAS
“EN EL NOMBRE DEL PADRE, Y DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO”.
Sin embargo, hay quienes se enojan porque nosotros re-bautizamos, aunque ellos mismos
lo están haciendo. Me acuerdo en cierta ocasión hablando con algunos líderes de una
agrupación Evangélica. Me reclamaron este asunto diciendo: “No estamos de acuerdo con
que Uds. Estén re-bautizando en el nombre de Jesús”.
“¿Y Uds. No rebautizan?” les pregunté.
“No”, me respondieron.
“Qué raro”, les dije, “Porque en estos países latinoamericanos, todos fueron bautizados
cuando niños por la Iglesia Católica, y no sé dónde hallan a personas que no estén ya
bautizadas”.
O sea que, ellos sí re-bautizan (a católicos) porque no consideran que ese bautismo es
válido, pero no están de acuerdo en que nosotros re-bauticemos en el nombre de Jesús. Por
fin, uno de ellos me dijo: “Realmente, tengo que admitir, que nunca había pensado en eso”.
La verdad es que, no se puede considerar “bautismo” lo que no es bíblico. Una persona no
ha sido realmente y verdaderamente bautizada hasta que lo hace en el nombre del Señor
Jesucristo. Bíblicamente, ese es el único bautismo que reconoce Dios.

EL DIABLO ODIA EL NOMBRE


Siendo que el nombre de Jesús lo representa, y representa todo lo que es de Él, es natural
que el diablo odie el Nombre de Jesús.
Él ha intentado mantener en ignorancia a los cristianos para que no descubran, hablen, ni
usen el Nombre de Jesús.
La primera orden que dio el diablo contra la Iglesia fue de INTENTAR DETENER EL NOMBRE.
“Sin embargo, para que no se divulgue más entre el pueblo, amenacémosles para QUE NO
HABLEN de aquí en adelante a hombre alguno EN ESTE NOMBRE. Llamándolos, les
intimaron QUE EN NINGUNA MANERA HABLEN, NI ENSEÑASEN EN EL NOMBRE DE JESUS”
(Hechos 4:17:18). La primera sugerencia o insinuación del diablo contra la Iglesia, después
de Día de Pentecostés, fue detener el uso del nombre. Y este será el caso y la situación hasta
la segunda venida de Jesucristo. Por esto, también hoy, el Enemigo intenta detener la
propagación y uso del nombre. Hay aquellos que se molestan porque hablamos tanto del
nombre de Jesús. ¿No será señal que no le conocen ni aman de veras? Le dan servicio de
labios, pero no de corazón.
Jesús dijo: “Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo” (Juan 12:32). La
forma que lo levantamos o exaltamos a Él, es exaltando SU NOMBRE. ¡Oh, hermano, amigo,
pongamos siempre el nombre de Jesús en alto!

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