Christenig Book
Christenig Book
Christenig Book
“Todo esto habló Jesús por parábolas a la gente, y SIN PARABOLAS NO LES HABLABA; para
que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo: Abriré en parábolas mi boca;
declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo” (Mateo 13:34-35).
El propósito de hablar en forma parabólica era para esconder la verdad. Por eso hay que ver
EL SENTIDO de lo que decía Cristo, escudriñar por su verdadero significado, y luego ver en el
resto de la Biblia como entendieron sus contemporáneos lo que Él había dicho (en este
caso, los apóstoles).
Tal vez alguno dirá que Jesús no hablaba en parábolas cuando estaba solo con sus apóstoles.
Sin embargo, cuando Jesús ascendió no lo hizo solo en presencia de los apóstoles, sino de
un gran número de discípulos. En 1 Corintios 15:6 el apóstol Pablo nos da a entender que
habían más de quinientas personas allí presentes: “Después apareció a más de quinientos
hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen.”
Mateo nos dice que, entre los que allí estaban, algunos “dudaban”—Mateo 28:17. Por lo
tanto, Jesús estaba ante un grupo de personas donde hablaría en forma parabólica—como
de costumbre.
Ahora, Jesucristo dijo: “bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu
Santo”, pero ¿QUÉ HICIERON LOS APÓSTOLES? ¿Cómo bautizaron ellos? ¿Qué palabras
decía o usaban sobre los que estaban siendo bautizados?
EVIDENCIA EN EL LIBRO DE LOS HECHOS
El primer incidente lo hallamos e Hechos el capítulo dos, cuando Pedro predicó en el Día de
Pentecostés. Al recibir los 120 el Espíritu Santo, se congregó “toda Jerusalén” a causa de
este fenómeno. Viendo la actitud de algunos, y especialmente siendo impulsado por el
Espíritu Santo que acababa de recibir, el apóstol Pedro predicó. Al estar predicando, sus
oyentes sintieron tal convicción que interrumpieron el discurso de Pedro con la
exclamación: “Varones, hermanos, ¿qué haremos?”
Ahora, esa pregunta no era solo para Pedro, sino que “dijeron a Pedro Y A LOS OTROS
APÓSTOLES.” Pedro fue el que respondió diciendo: “arrepentíos y bautícese cada uno de
vosotros EN EL NOMBRE DE JESUCRISTO para el perdón de los pecados; y recibiréis el don
del Espíritu Santo” (Hechos 2:38).
La respuesta a la pregunta de “¿qué haremos?” fue: 1. Que se arrepintieran; 2. Que se
bautizaran en el nombre de Jesucristo; y 3. Que recibieran el Espíritu Santo. Hay varias cosas
que observar aquí.
Primeramente, esto ocurrió SOLO DIEZ (10) DIAS después de lo dicho por el Señor Jesús
antes de ascender. No un mes, un año o más, sino 10 días. Las palabras de Jesús todavía
estaban frescas en la mente de los apóstoles. Sin embargo cuando Pedro dice que se
bauticen, no les dice que lo hagan “en el nombre del Padre, y del hijo y del Espíritu Santo,”
sino “EN EL NOMBRE DE JESUCRISTO.” ¿Por qué? Porque ellos entendieron lo que Jesús
quería decir, y le obedecieron.
¡Mateo 28:19 es el mandamiento, pero Hechos 2:38 es el cumplimiento!
¿Será que Pedro se equivocó? ¿Que en un momento de emoción hizo una declaración
errónea? ¡Absolutamente no! Las palabras de Cristo estaban frescas en su mente, y además
estaba hablando bajo la unción o inspiración del Espíritu Santo—que acababa de recibir.
Dios tampoco hubiera permitido que un error de esa índole quedara registrado en la Biblia,
especialmente sin ser corregido— ¡y en el día de Pentecostés!
Si hubiera sido un error, Pedro lo podría haber corregido más adelante, pero NUNCA
CAMBIÓ. Incluso, ¡LA IGLESIA PRIMITIVA SIEMPRE BAUTIZÓ EN EL NOMBRE DEL SEÑOR
JESUS!
Así lo entendieron ellos. Y la Biblia dice: “edificados sobre el fundamento de los apóstoles y
profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo” (Ef. 2:20).
¡Si la pregunta que se hizo en el Día de Pentecostés no ha cambiado, tampoco la respuesta
ha cambiado!
EN LA CASA DE CORNELIO: Once (11) años después del día de Pentecostés hallamos a Pedro
en la casa de Cornelio— ¡todavía mandando a que se bautizaran en el nombre de Jesús! Si
acaso se hubiera equivocado, en once años Pedro tenía más que suficiente para corregir su
error. Pero, EL NO COMETIO UN ERROR.
Cuando Pedro vio como Dios había llenado a Cornelio y a su casa con el Espíritu Santo (y
ellos eran gentiles), dijo: “¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean
bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros? Y MANDO
bautizarles EN EL NOMBRE DEL SEÑOR JESÚS” (Hechos 10:47-48).
Este incidente de la casa de Cornelio es muy importante, porque hay aquellos que dicen
que, el bautismo en el nombre de Jesús era solo para judíos. Pero, aquí hallamos a Pedro
MANDANDO U ORDENANDO que los gentiles también se bautizaran en el nombre de Jesús.
¡No hay un bautismo para judíos y otro para gentiles! La Biblia claramente dice: “Un Señor,
una fe y UN BAUTISMO” (Efe. 4:5). Así como no hay dos Evangelios (Gal. 1:6-8), tampoco hay
dos bautismos que acepte Dios. Veamos como bautizaban algunos otros de la iglesia
Primitiva:
FELIPE fue a Samaria donde tuvo un gran éxito. Habían milagros, señales, sanidades, y la
gente se convertía al Señor (Hechos 8:5-8). Pero, ¿cómo bautizaba Felipe a los Samaritanos
(no judíos) que se convertían al Señor? “Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén
oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan; los
cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo; porque aún
no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente HABIAN SIDO BAUTIZADO
EN EL NOMBRE DE JESUS” (Hechos 8:14-16). ¡Los samaritanos también fueron bautizados en
el nombre de Jesús!
ANANIAS fue el discípulo que usó el Señor para la conversión de Saulo (Pablo). ¿Cómo le
mandó Ananías a Saulo (Pablo) que fuera bautizado? En el testimonio que dio el apóstol
Pablo en Jerusalén, relató cómo Ananías vino donde él estaba en Damasco, y entre otras
cosas, le dijo: “Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados,
INVOCANDO SU NOMBRE” (Hechos 22:16). ¡Ananías también bautizaba en el nombre de
Jesús, y Pablo también fue bautizado en el nombre de Jesús!
PABLO era el apóstol a los gentiles, por lo tanto, nos debe interesar cómo bautizaba él.
“Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, después de recoger las
regiones superiores, vino a Éfeso, y hallando a ciertos discípulos, les dijo: ¿Recibisteis el
Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu
Santo. Entonces dijo: ¿EN QUÉ PUES FUISTEIS BAUTIZADOS? Ellos dijeron: En el bautismo de
Juan (Bautista). Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al
pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo.
Cuando oyeron esto, FUERON BAUTIZADOS EN EL NOMBRE DEL SEÑOR JESÚS.” (Hechos
19:1-5). ¡Los efesios también fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús!
No se requiere de un estudio profundo del libro de los Hechos para descubrir y notar que
TODOS LOS DISCIPULOS de la Iglesia Primitiva FUERON BAUTIZADOS EN EL NOMBRE DE
JESUCRISTO. NINGUNO FUE BAUTIZDO DE OTRA FORMA. Si tú has sido bautizado de alguna
otra forma, si has sido bautizado “en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo”,
¿cómo te debes de sentir al considerar que NADIE EN LA BIBLIA FUE BAUTIZADO ASI?
Piénsalo, por un momento. Si tú, amigo lector, fuiste bautizado “en el nombre del Padre, y
del Hijo y del Espíritu Santo”, ¿cómo te sientes al saber que NADIE fue bautizado así en la
Biblia? ¿No te deberá eso hacer incómodo?
ROMANOS. ¿Cómo fueron bautizados los creyentes en Roma? Pablo escribiéndoles dice:
“¿O no sabéis que TODOS LOS QUE HEMOS SIDO BAUTIZADOS EN CRISTO JESUS, hemos sido
bautizados en su muerte?” (Romanos 6:3). Ellos no habían sido bautizados solo en títulos,
no habían sido bautizados "en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo”, sino “EN
CRISTO JESUS”. Ser bautizado en Cristo Jesús es ser bautizado en el Nombre de Jesucristo. Y
observe que Pablo dice que TODOS habían sido bautizados así.
GALATAS. ¿Cómo fueron bautizados los creyentes en Galacia? Pablo les dijo: “Porque todos
los que habéis sido bautizados EN CRISTO, de Cristo estáis revestidos.” (Gal. 3:27) Los
gálatas tampoco habían sido bautizados solo en títulos, sino EN CRISTO o sea, en el nombre
de Jesucristo. Y de nuevo, el apóstol Pablo señala que TODOS habían sido bautizados así.
LA REGLA IMPORTANTE
“Y TODO lo que hacéis, sea de palabra o, de hecho. HACEDLO TODO EN EL NOMBRE DEL
SEÑOR JESUS, dando gracias al Padre por medio de Él” (Col. 3:17).
El bautismo no solo es un HECHO, un acto, sino que también hay palabra. Por lo tanto, solo
en base a esa regla deberíamos bautizar en el nombre del Señor Jesucristo – aunque, como
estamos viendo, hay más base y evidencia que esa.
Pero, ¿Por qué en el nombre de Jesús? Porque “EN NINGÚN OTRO HAY SALVACIÓN;
PORQUE NO HAY OTRO NOMBRE bajo el cielo, dado a los hombres, EN QUE PODAMOS SER
SALVOS” (Hechos 4:12).
Algo que hallo difícil de comprender es, cómo tantas personas lo hacen todo en el Nombre
de Jesús, pero luego no quieren ser bautizados en el Nombre de Jesús. Si se necesita del
NOMBRE DE JESÚS para sanidad, para milagros, para echar fuera demonios, para recibir
respuesta la oración, TAMBIEN SE NECESITA EN EL BAUTISMO. ¡Cuánto más en el bautismo!
¡Hay que ser consistente en lo que uno hace y dice!
CAPITULO 2— ¿CUAL ES EL NOMBRE?
Regresemos a las palabras de Jesucristo en Mateo 28:19—“Bautizándolos en el nombre del
Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.” Como ya hemos señalado, JESUS NO DIJO “los
nombres”, ni “los títulos”, sino “EL NOMBRE” (singular). Entonces, ¿Cuál es EL NOMBRE?
¿Cuál es ESE nombre? ¿Cuál es el nombre: del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo?
Primeramente, debemos observar que Padre, Hijo o Espíritu Santo NO SON NOMBRES. Esos
son sólo títulos como pueden ser: tío, abuelo, abogado, doctor, carpintero, esposo, etc. Por
ejemplo, yo soy un padre (porque tengo hijos), soy un hijo (ante mi propio padre) y soy un
espíritu santificado ante Dios. Pero, ¡tengo un nombre! Es con mi nombre que me identifico,
y no cualquier título que tenga. Por lo tanto, ¿Cuál es el nombre del Padre? ¿Cuál es el
nombre del Hijo? ¿Cuál es el nombre del Espíritu Santo? Al fin y al cabo…
DEL HIJO
Empecemos con el nombre del Hijo, puesto que es más conocido y fácil. No creo que haya
quién discuta el hecho que el nombre del Hijo es Jesús. El ángel anunciándole a María el
nacimiento de su hijo, le dijo: “Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús, porque él
salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo 1: 21).
DEL PADRE
¿Cuál es el nombre del Padre? Veamos lo que dijo Jesús: “Yo he venido EN NOMBRE DE MI
PADRE, y no me recibís” (Juan 5:43). De que él se estaba refiriendo a su nombre en
particular y no sólo al hecho que venía comisionado, encomendado o autorizado por el
Padre, se por la segunda parte de este versículo: “si otro viniere en su propio nombre, a ése
recibiréis.” En efecto, Él está diciendo que, Él no viene con su nombre “propio” o diferente
al del Padre, como algún otro podría venir trayendo su propio nombre.
También en la oración que hallamos registrada en Juan 17, Jesús está orándole al Padre y
dice: “He manifestado TU NOMBRE a los hombres que del mundo me diste” (ver. 6).
“Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en TU NOMBRE” (ver. 12). “Les he
dado a conocer TU NOMBRE, y lo daré a conocer aún.” (ver. 26).
Ahora, ¿qué NOMBRE había manifestado Jesús al mundo? ¿Qué nombre dio a conocer, y
que daría a conocer aún—o sea, se seguiría conociendo a través de la Dispensación de la
Iglesia? ¡EL UNICO NOMBRE DIVINO EN EL NUEVO TESTAMENTO ES JESÚS! No hay otro
nombre mencionado, revelado, manifestado, dado a conocer, que EL NOMBRE DEL SEÑOR
JESUCRISTO. Esto quiere decir que, el nombre que Él llevaba es el mismo nombre del Padre.
EL OBJETIVO DE LA COMISION
El objetivo principal de la Gran Comisión ES EL NOMBRE, y no los títulos. Esto se puede ver
cuando notamos que Jesús, mientras les estaba mandando a ir por todo el mundo y predicar
el Evangelio, constantemente aludía y hacía énfasis en Sí mismo, y en SU NOMBRE.
Observe el contexto: “Toda potestad ME es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y
haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos el (MI) nombre del Padre, y del Hijo y
del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que OS HE mandado; y he aquí
YO ESTOY con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén. (Mateo28:18-20)
Luego, al leer el relato de Marcos, también podemos ver que el énfasis era en el nombre,
porque Marcos le atribuye las siguientes palabras adicionales a Jesús: “Y estas señales
seguirán a los que creen: EN MI NOMBRE echarán fuera demonios…” (Marcos 16:17)
También Lucas, en su rendición de ese relato dijo: “Entonces les abrió el entendimiento,
para que comprendiesen las Escrituras; y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el
CRISTO padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase EN SU
NOMBRE el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando
desde Jerusalén.” (Lucas 24:45-47)
¡Con razón, los discípulos LO HACÍAN TODO EN EL NOMBRE DE JESUCRISTO (incluyendo el
bautismo)!
CAPÍTULO 3—IMPORTANCIA DEL BAUTISMO
¿Es importante el bautismo en agua? ¿Será algo que merece nuestra atención y cuidado?
¿Será sólo una ceremonia insignificante? ¿Tiene algún valor? ¿Vale la pena preocuparnos de
cómo estamos bautizados?
Hay quienes intentan evadir el tema del bautismo minimizando su valor, o sea, restándole
importancia. Pero, analicémoslo a la luz de la Biblia.
Primeramente, ¡Dios lo ha mandado! Esa es razón suficiente. Si la Biblia no nos diera otra
razón más, solo por el hecho que lo mandó el Señor ya es suficiente. Y Dios no manda algo
sin razón. No sólo lo mandó el Señor, sino que también los apóstoles lo mandaban y lo
practicaban—Hechos 2:38 y 10:40. Tenemos la responsabilidad de cumplir con lo que la
Biblia manda— ¡al pie de la letra!
PARA SALVACIÓN
Hablando con Nicodemo, Jesús le dijo: “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de
agua y del Espíritu, NO PUEDE ENTRAR en el reino de Dios” (Juan 3:5). Nacer “de agua y del
Espíritu” es ser bautizado en agua y recibir el Espíritu Santo. Más claro no lo podría decir:
“NO PUEDE ENTRAR.”
También, en Marcos 16:16, Jesucristo dijo: “El que creyere el bautizado, será salvo; mas el
que no creyere, será condenado.” Observe bien el orden que le da Jesús a lo que dice allí. ÉL
NO DIJO que el que creyere será salvo y luego será bautizado, sino que “el que creyere y
FUERE AUTIZADO, SERA SALVO.”
Además, la Biblia CLARAMENTE dice que el bautismo es para salvación: “El bautismo que
corresponde a esto ahora NOS SALVA” (1 PEDRO 3:21). He oído a muchos decir que el
bautismo NO SALVA, pero la Biblia dice todo lo contrario: NOS SALVA.
Puede ser que el bautismo que tú tienes NO SALVA y tienes razón en decir que no salva,
pero EL BAUTISMO EN EL NOMBRE DE JESUCRISTO SÍ SALVA— ¡es parte del proceso de
salvación!
“Y esto erais; mas ya habéis sido LAVADOS, ya habéis sido SANTIFICADOS, ya habéis sido
JUSTIFICADOS EN EL NOMBRE DEL SEÑOR JESUS, Y POR EL ESPIRITU DE NUESTRO DIOS”
(1 Corintios 6:11). “Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido
PERDONADOS POR SU NOMBRE” (1 Juan 2:12). “Y que se predicase en SU NOMBRE EL
ARREPENTIMIENTO Y EL PERDON DE PECADOS…” (Lucas 24:47).
Lea de nuevo estos pasajes cuidadosamente y notará el paralelo que hay entre el patrón
establecido en el Día de Pentecostés (bautismo del agua y del Espíritu) y lo que en ellos dice
(lavar y Espíritu).
¿SOLO ARREPENTIMIENTO?
El caso de Hechos 22:16 donde registra las palabras de Ananías a Saulo (Pablo) es de mucha
importancia. Pablo llevaba tres días desde que había visto la visión y la luz resplandeciente
en el camino a Damasco. Había quedado ciego y durante esos tres días había estado en
ayuno y oración. O sea, que tenemos que reconocer que Pablo estaba arrepentidísimo de
haber perseguido a la Iglesia, y por ende a Jesús, el Mesías.
¡Pero, viene Ananías y, en efecto le dice que sus pecados todavía no habían sido lavados!
¡Solo el arrepentimiento no lava los pecados!
Ahora, esto no es creer en “regeneración bautismal”—que solo porque una persona se haya
bautizado ya es salva. No, el bautismo DEBE SER PRECEDIDO O ANTECEDIDO por
arrepentimiento. En el Día de Pentecostés el apóstol Pedro no solo mandó a bautizar, sino
que dijo: “Arrepentíos y bautícese…” Es el bautismo con arrepentimiento el que Dios busca.
Pero, según la Biblia, el bautismo es parte del PROCESO de salvación—un paso.
Muchos dicen: “Pero no somos salvos por obras.” Muy cierto, y así lo enseña caramente la
Biblia (Efesios 2:8-9). Pero, bautismo no es una obra— ¡es un acto de fe!
Si el bautismo es una obra, también los es el arrepentimiento porque ambos requieren un
esfuerzo humano, aunque mínimo. No podemos, ni confesar con nuestra boca si n hacer un
pequeño esfuerzo humano. Pero, arrepentimiento, bautismo en agua y la recibida del
Espíritu Santo no son obras, ¡sino mandamientos de Dios!
AUN ES IMPORTANTE
No importa los que se diga del bautismo, es importante. Aún, si una persona no quiere creer
que es para el perdón de pecados, todavía se tiene que sentir comprometido con Dios de
someterse al bautismo y que sea en el nombre de Jesucristo. Solo por el hecho de rebelarse
contra algo mandado por Dios puede ser causa que se pierda.
Algunos dicen que el bautismo solo es como un testimonio público. Bueno, pero todavía hay
que hacerlo, porque Cristo dijo: “El que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta
generación adulta y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando
venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles” (Marcos 8:38).
Si dice que no es algo grande, sino pequeño, Jesús también dijo: “Cualquiera que quebrante
uno de estos mandamientos, MUY PEQUEÑOS, y así enseñe a los hombres, MUY PEQUEÑO
SERA LLAMADO en el reino de los cielos…” (Mateo 5:19)
No importa como quiera clasificar el bautismo en agua— ¡es importante! Debemos aceptar
lo que claramente dice la Biblia.
BAUTISMO—INICIACION
¿Cómo es que uno llega a ser discípulo, seguidor, del Señor Jesucristo? ¿Cuál es el acto de
iniciación?
Hay muchos hoy en día que predican diciendo e invitando a la gente pecadora a que “acepte
al Señor”, o que levanten la mano en algún culto evangelístico, o que firmen una tarjeta de
“decisión”, o que pasen adelante. Pero, ¿cómo lo hacían en la Biblia?
Para empezar, cabe señalar que la expresión “aceptar a Cristo” o “aceptar al Señor” NO SE
HALLA EN LA BIBLIA. Es una frase inventada en los últimos años. ¿Para qué usar expresiones
que, no solo no fueron usadas en la Biblia, sino que pueden distorsionar el concepto de la
salvación?
Invitarle a alguien que “acepte al Señor” es una gran equivocación, porque no somos
NOSOTROS los que lo aceptamos a Él, sino que es Él quien nos acepta a nosotros. Jesús dijo:
“No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros” (Juan 15:16).
La Biblia claramente nos enseña que, lo primero que una persona tiene que hacer es
ARREPENTIRSE. ¿Por qué intentar diluir el concepto de arrepentimiento llamándolo “aceptar
a Cristo”?
“Arrepentíos…” predicaba Juan el Bautista (Mateo 3:2).
“Arrepentíos…” predicaba el Señor Jesucristo (Mateo 4:17).
“Arrepentíos…” predicaban los apóstoles (Hechos 2:38).
¡También a nosotros hoy nos corresponde estar predicando “Arrepentíos”!
Pero, el arrepentimiento es un acto del corazón que se necesita demostrar exteriormente.
¿Cómo se demuestra el arrepentimiento? ¿Cómo llega uno a ser “discípulo”? ¿Cómo
llegaban a ser discípulos en el Nuevo Testamento?
La mayoría hoy en día, reconoce que el arrepentimiento es algo del corazón y que se debe
exteriorizarse de alguna manera. Es por esto que usan: el levantar la mano, firmar una
tarjeta, pasar adelante, etc. Pero, la Iglesia Primitiva invitaba a las aguas, ¡las aguas del
bautismo!
¿Cómo hacía discípulos Jesús? “Cuando, pues, el Señor entendió que los fariseos habían
oído decir: Jesús hace y bautiza más discípulos que Juan…” (Juan 4:1). Esto era al comienzo
del ministerio público de Jesús, y los fariseos estaban haciendo una comparación entre Jesús
y Juan. No comparaban la forma, el método para hacer discípulos, sino el número—la
cantidad. Lo que sí vemos es que, al ser bautizados eran identificados como discípulos,
seguidores, del Señor Jesús.
¿Cómo hacía discípulos Juan el Bautista? Al predicar en la ribera del río Jordán, no pedía que
levantaran la mano, sino que se sometieran al bautismo como una demostración de su
arrepentimiento. ¡Sin duda, hacía la invitación de las mismas aguas! El bautismo era el “acto
de iniciación”. Luego, cuando Jesús empezó su ministerio público, Él usó el mismo patrón
que ya había establecido Juan en cuanto a usar el bautismo como el acto de iniciación.
Jesucristo obró de la misma manera sólo que Él bautizó más discípulos que Juan. Lo que
quiero que observemos es que, el bautismo era el acto o paso iniciatorio al discipulado.
En la Gran Comisión, el Señor Jesucristo también dejó en claro que era por el bautismo que
uno llega a ser Su discípulo. “Id, y HACED DISCÍPULOS a todas las naciones…” ¿Cómo?
“BAUTIZANDOLOS…”
FELIPE Y EL EUNUCO
Cuando Felipe fue movido por el Espíritu a que saliera al desierto y le hablara al eunuco la
palabra del Señor, es muy evidente que, entre las primeras cosas que le había hablado
Felipe al etíope era acerca del bautismo.
Esto queda claro, porque cuando el eunuco vio agua (que no era fácil hallar en el desierto), y
siendo que en su corazón ya había decidido seguir a Cristo, le dice a Felipe: “Aquí hay agua;
¿qué impide que yo sea bautizado? Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y
respondiendo dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. Y mandó a parar el carro; y
descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó” (Hechos 8:36-38).
No solamente vemos que Felipe bautizó al eunuco, iniciándolo así al discipulado de
Jesucristo, sino que también allí podemos ver EL UNICO REQUISITO QUE ESTABLECE LA
BIBLIA PARA QUE ALGUIEN SEA BAUTIZADO,
EL CARCELERO DE FILIPOS
También en el caso del carcelero de Filipos, fue por medio del bautismo que ese hombre,
con toda su casa, se convirtió al Señor. Analicemos ese incidente más cerca.
Pablo había sido encarcelado injustamente, incluso había sido sometido a látigo romano.
Pero, a medianoche lo hallamos a él y a Silas cantando. Tal demostración de devoción lo
movió de tal forma que envió un terremoto milagroso—que rompió las cadenas sin matar a
los encarcelados.
El carcelero viene corriendo, y cuando ve las puertas abiertas, se supone lo peor—que los
prisioneros habían escapado. Él sabía que la pena romana por escaparse prisioneros era
que: el encarcelero era enviado a remar como esclavo en los barcos de guerra, y su familia
era desterrada. No queriendo sufrir tal desgracia, o por lo menos vivir para verla, decide
quitarse la vida.
Pero, Pablo lo detiene, diciéndole: “No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí. Él
entonces, pidiendo luz, se precipitó adentro, y temblando, se postró a los pies de Pablo y de
Silas; y sacándolos, les dijo: Señores ¿qué debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron: Cree en
el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. Y le hablaron la palabra del Señor a él y a
todos los que estaban en su casa.
Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, le lavó las heridas; y ENSEGUIDA se
bautizó él con todos los suyos” (Hechos 16:28-33).
Podemos ver que Pablo consideraba el bautismo de tanta importancia que, “a esa misma
hora de la noche” procedió a bautizar al carcelero con toda su casa. Él podía haber esperado
hasta el día siguiente—especialmente cuando uno considera el hecho que tenía la espalda
herida del látigo romano. Es evidente que, para Pablo, la manera que una persona era
inmediatamente iniciada al discipulado de Cristo ERA POR MEDIO DEL BAUTISMO. Así se
convertían en seguidores de Jesús.
EL NOMBRE SOBRE TI
El apóstol Pablo nos enseña que las cosas ocurridas al pueblo de Israel en el Antiguo
Testamento fueron para nuestro bien: “Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y
están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los
siglos” (1 Corintios 10:11). Las experiencias que ellos tuvieron tienen su aplicación espiritual
en el Nuevo Testamento.
Vemos que en el Antiguo Testamento Dios ordenó que a través o por medio de ciertas
ceremonias y ritos el nombre de Dios debía ser invocado sobre el pueblo de Israel, y de esta
manera tendrían la aprobación, protección, identificación y bendición de parte de Dios,
quien lo haría POR AMOR A SU NOMBRE. “Y pondrán MI NOMBRE sobre los hijos de Israel, y
yo los bendeciré” (Números 6:27).
Veamos otros pasajes donde confirma esta tremenda declaración: “Si se humillare mi
pueblo, SOBRE EL CUAL MI NOMBRE ES INVOCADO…” (2 Crónicas 7:14). “Sin embargo, tú
estás entre nosotros, oh Jehová, y sobre nosotros es INVOCADO TU NOMBRE; no nos
desampares” (Jeremías 14:9). “…Porque TU NOMBRE SE INVOCO SOBRE MI, oh Jehová Dios
de los ejércitos” (Jeremías 15:16). “…TU NOMBRE ES INVOCADO sobre tu ciudad y sobre tu
pueblo” (Daniel 9:19).
“Y verán todos los pueblos de la tierra que EL NOMBRE DE JEHOVA ES INVOCADO SOBRE TI
(Israel), y te temerán” (Deuteronomio 28:10). “Hemos venido a ser como aquellos de
quienes nunca te enseñoreaste, SOBRE LOS CUALES NUNCA FUE LLAMADO TU NOMBRE”
(Isaías 63:19).
Es de observar que, POR CAUSA de que el nombre de Dios había sido invocado sobre el
pueblo de Israel, Dios estaba comprometido con ellos—porque llevaban Su Nombre. Servía
como punto de referencia y apelación. Los israelitas tenían derecho de clamarle a Dios, por
causa de Su nombre que llevaban.
¡SI ASÍ FUE EN EL ANTIGUO TESTAMENTO, CUANTO MÁS EN EL NUEVO! Por esto era que el
bautismo en agua era practicado en el nombre del Señor Jesucristo. Era en ESE MOMENTO,
en forma oficial y legítima, cuando el nombre del Señor era invocado sobre la persona.
Veamos si concuerda esto o no con lo que hallamos en el Nuevo Testamento. “¿No
blasfeman ellos el buen nombre que FUE INVOCADO SOBRE VOSOTROS?” (Santiago 2:7).
Ahora, ¿cuándo fue invocado ese “buen nombre”? “Ahora, pues, ¿por qué te detienes?
Levántate y bautízate y lava tus pecados INVOCANDO SU NOMBRE” (Hechos 22:16).
El apóstol Juan también dice: “Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os
han sido perdonados POR SU NOMBRE” (1 Juan 2:12). ¿Fue invocado el nombre del Señor
Jesucristo sobre ti en las aguas del bautismo?
Dios quería que lo que había hecho en el Antiguo Testamento se repitiera en el Nuevo
Testamento, ya no solo sobre o para los judíos, sino también para los gentiles—para TODO
EL MUNDO. Note bien lo que dice: “Ve, porque instrumento escogido me es éste (Pablo),
para llevar MI NOMBRE en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel”
(Hechos 9:15) “Para que el resto de los hombres busque al Señor, y todos LOS GENTILES,
SOBRE LOS CUALES ES INVOCADO MI NOMBRE” (Hechos 15:17).
También: “EN SU NOMBRE ESPERABAN LOS GENTILES” (Mateo 12:21). “Para que los gentiles
glorifique a Dios por Su misericordia, como está escrito: Por tanto, yo te confesaré entre los
gentiles, Y CANTARÉ A TU NOMBRE” (Romanos 15:9).
¿Se ha cumplido esto en ti? ¿Fue invocado el nombre del Señor sobre ti en el bautismo? ¿Ya
recibiste el “sobrenombre” o el nombre de familia cuando fuiste bautizado? La Biblia dice:
“Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien TOMA
NOMBRE toda familia en los cielos y en la tierra” (Efesios 3:14-15) ¿Eres parte de la familia
de Dios llevando Su Nombre?
Note dónde irán a estar los que tienen el nombre de Dios sobre ellos: “Y no habrá más
maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará sobre ella (la Nueva Jerusalén), y sus
siervos le servirán, y verán su rostro, Y SU NOMBRE ESTARÁ EN SUS FRENTES” (Apocalipsis
22:3-4). “Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el Monte de Sion, y con él
ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de él y el de su Padre ESCRITO EN LA
FRENTE” (Apocalipsis 14:1).
¿Llevas el nombre del Señor? ¿Se podrá decir lo siguiente de ti: “No temas, porque yo estoy
contigo; del oriente traeré tu generación, y del occidente te recogeré. Diré al norte: Da acá;
y al sur: No detengas; trae de lejos mis hijos, y mis hijas de los confines de la tierra; TODOS
LOS LLAMADOS DE MI NOMBRE…? (Isaías 43:5-7).
Si al ser bautizado lo hicieron “en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo”,
entonces no ha sido invocado el nombre del Señor sobre ti, y cuando era la ocasión para
hacerlo. ¡Solo han invocado títulos sobre ti!
Necesitas que EL NOMBRE DEL SEÑOR JESUCRISTO sea invocado sobre ti para que te sirva
como punto de referencia y apelación. Tus peticiones y oraciones al Señor ya pueden ser
“por amor a Tu Nombre.”
La vida la recibimos por el nombre de Jesús. La sangre ahora está en la sangre de Jesús. La
sangre nos viene a través del nombre de Jesús. No hay otra forma que podamos obtener los
beneficios de la sangre de Cristo que por fe en Su Nombre. Por esto, tienes que arrepentirte
y bautizarte EN SU NOMBRE.
Al invocar el nombre de Jesús sobre una persona, en las aguas del bautismo, es en ese
momento que la sangre es aplicada, porque EL PODER, LA EFICACIA DE LA SANGRE ESTA EN
EL NOMBRE DE JESUS. Por lo tanto, es en ese momento cuando son perdonados los pecados
del individuo (Hechos 2:38). ¡Si así obedeces tendrás vida!
CAPITULO 7—ETIMOLOGÍA DE BAUTIZAR
Juan Bautista dijo en Mateo 3:11, “Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento;
pero el que viene tras de mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que
yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.”
Notemos allí el DOBLE USO de las palabras “bautizar” que emplea Juan. Hay veces que se
hace necesario un estudio semántico o etimológico de ciertas palabras. O sea, ¿cuál era el
uso de ciertas palabras o expresiones que hallamos en la Biblia?
Lo que nos debe interesar es, el uso que tenían en el tiempo en que escribieron la Biblia, y
no necesariamente el que se les da hoy. ¡Porque el diablo es experto en cambia etiquetas!
Él procura cambiarle el significado de las palabras para así lograr sus planes y tergiversar la
Verdad.
Cuando recordamos que la Biblia que usamos la mayoría es una traducción de los idiomas
originales en que fue escrita: griego, hebreo y partes en arameo, no cabe duda, que aun en
las mejores traducciones hay ciertos matices o aspectos de expresiones o palabras que se
pierden.
Las palabras “bautizar”, “bautismo”, “bautizo”, son derivadas del griego “baptizo” y
“baptisma”. O sea que, son palabras prestadas del idioma griego. Para poder apreciar el
valor y el sentido completo que estas palabras llevan, es necesario considerar el uso que
tenían en la vida y literatura griega, y su uso en el Nuevo Testamento.
Al estudiar los diferentes usos que tenía la palabra bautizar, podemos lo que Dios tenía en
mente en cuanto a su sentido espiritual. El idioma (lenguaje) y las palabras son vehículos del
pensamiento. Sirven para comunicar los deseos o ideas de una mente a otra.
Cuando Dios se propuso establecer el acto de iniciación, por medio del cual una persona
demostraba su obediencia y sumisión a Él, Él echó mano de la palabra “bautizar”, sabiendo
bien el significado que ya tenía. En alguna forma, los diferentes usos de esa palabra
contribuían al deseo de Dios para ese acto—del bautismo. Dios no hace nada en forma
casual o accidental.
Hay que recordar que, lo que aquí estaremos viendo acerca de los diferentes usos de la
palabra bautizar, no solo es aplicable al bautismo en agua, sino también al del Espíritu
Santo. Juan el Bautista usó la palabra “bautizar” para ambas experiencias.
La verdad es que el bautismo en agua y el bautismo en el Espíritu Santo son DOS MITADES
DE UN MISMO ENTERO. O sea que, solo hay UN BAUTISMO que tiene dos correspondientes
partes de agua y Espíritu. Es por esto, también, que el uno sin el otro no está completo. Uno
tiene que nacer “de agua y del Espíritu.”
Veamos algunos usos de la palabra BAUTIZAR:
SEÑOR: Es un título que siempre es asociado con Dios el Padre, lea: Salmos 136:1-3; Daniel
2:47; Mateo 4:10; Salmos 8:1,9; Isaías 6:1.
CRISTO: El ungido, o la unción misma—o sea, el Espíritu Santo. Cada vez que habla de
unción o ungido en la Biblia, se refiere a una función del Espíritu Santo. La palabra griega
Cristo era la traducción del hebreo Mesías, que quiere decir: el ungido.
EL SEÑOR JESUCRISTO= Padre, Hijo y Espíritu Santo. Al bautizar en el nombre del SEÑOR
JESUCRISTO uno lo está bautizando en el equivalente nominal de: Padre, Hijo y Espíritu
Santo, sólo que, ya no usando títulos, sino la expresión completa.
CAPITULO 9—OBJECIONES
¿A QUIÉN OBEDECEMOS?
Hay aquellos que intentan minimizar y restarle valor a la evidencia bíblica sobre el bautismo
en agua en el nombre de Jesús, diciendo: “no, pero yo prefiero obedecer a Jesús que a
Pedro”. Dicen que, bautizar en el nombre de Jesús es seguir mandamientos de hombres. Eso
es usar un tren de pensamiento muy inconsistente con la lógica y con la Biblia.
¡Tanto Mateo 28:19 como Hechos 2:38 fueron escritos por hombres! Ambos pasajes los
conocemos a través de los seguidores de Jesús, porque ¡JESUS NO ESCRIBIO NINGUN LIBRO!
Jesús mismo les dijo a sus discípulos: “Y vosotros daréis testimonio también, porque habéis
estado conmigo desde el principio” (Juan 15:27). Y, en su oración al Padre, Jesús también
dijo: 2Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que HAN DE CRER EN MI POR
LA DE ELLOS” (Juan 17:20). También dijo: “El que a vosotros recibe, a mí me recibe” (Mateo
10:40).
Además, tenemos ese pasaje fundamental que dice: “Edificados sobre el fundamento de los
apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo” (Efesios 2:20).
Si el bautismo en el nombre de Jesús es “mandamiento de hombres”, entonces TODA la
Iglesia Primitiva estaba basada y practicaba “mandamientos de hombres”. Pero, creo que
ellos sabían más de lo que sabemos hoy. ¡Agua es más pura cuanta más cerca esté a su
fuente!
La verdad es que, lo UNICOS que realmente bautizan “en el nombre del Padre, y del Hijo y
del Espíritu Santo” son los que bautizan en el nombre de Jesús. Son los UNICOS que
realmente obedecen al Señor.
¿DOS COMISIONES?
Otros dicen que hay dos comisiones: Mateo 10:5 y Mateo 28:19. Que la primera se aplica a
los judíos y la segunda a los gentiles.
Mateo 10:5-6 dice: “A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones, diciendo: Por camino
de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis, sino id antes a las ovejas
perdidas de la casa de Israel.” Que por decir “en caminos de gentiles no vayáis”, eso
muestra que solo era para judíos. Y es cierto ERA—porque esta comisión era temporal y
terminó (vea Lucas 22:35-36).
Jesús mismo dijo: “sino ANTES ID…” Primero, debían ir a las ovejas perdidas de la casa de
Israel. Esto era aplicable al ministerio de Jesucristo y luego podemos ver que Pablo iba
primero a las sinagogas judías, hasta que lo rechazaban.
Mateo 10:5 fue sustituido y ampliado por la Gran Comisión que dio Jesucristo antes de
ascender. Además 10:5 no habla del bautismo. Realmente, ese argumento es intentar
“sacarle puntas al gato”.
¿QUÉ DE RE-BAUTIZAR?
Un punto bastante controversial es el de rebautizar. O sea que, hay muchos que tal vez sí
reconocen que el bautismo debe efectuarse en el nombre de Jesús, pero no están de
acuerdo en que ellos se tengan que re-bautizar. Creen que Dios debe aceptar la forma en
que ya fueron bautizados (aunque incorrecta) solo por el hecho que lo hicieron con toda
sinceridad ante Dios.
Sin embargo, hay que recordar que Dios es un Dios de detalles. A Uza lo mató Dios por tocar
el arca (2 Samuel 6:6-7). Sin duda, Uza no lo hizo con malicia, con una mala intención, sino
sólo porque quería sostener el arca para que no se cayera. Pero, Dios no tomó en cuenta el
motivo de Uza, sino que vio que era una desobediencia a su Palabra.
No debemos de creer que por nuestra sinceridad o celo, Dios se tiene que ver
comprometido con nosotros y salvarnos. Alguien dijo que, “el camino al infierno está
pavimentado con buenas intenciones” Dios exige que cumplamos Su Palabra-en su
totalidad.
Pablo dijo: “Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel,
es para salvación. Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no
conforme a ciencia. Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya
propia, no se han sujetado a la justicia de Dios”. (Romanos 10:1-3).
¡EL APOSTOL DE PABLO RE-BAUTIZABA a personas que no eran bautizadas en el nombre de
Jesús! En Hechos 19:1-6 vemos donde Pablo re-bautizó a unos discípulos de Juan Bautista
porque el bautismo que ellos habían recibido ya no era válido.
Sin embargo, el bautismo de Juan SÍ HABÍA SIDO VALIDO en el tiempo ANTES DE
PENTECOSTES. Jesucristo, y aparentemente la mayoría de los apóstoles habían sido
bautizados por Juan. Pero, después del Día de Pentecostés el bautismo de Juan fue
sustituido y reemplazado por el bautismo en el nombre de Jesucristo.
Ahora, si el apóstol Pablo re-bautizaba discípulos cuyo bautismo sí había sido válido (en
cierto tiempo), ¡cuánto más necesario será que personas sean “re-bautizadas” cuyo
bautismo NUNCA FUE VÁLIDO! NADIE EN LA BIBLIA FUE BAUTIZADO USANDO LAS PALABRAS
“EN EL NOMBRE DEL PADRE, Y DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO”.
Sin embargo, hay quienes se enojan porque nosotros re-bautizamos, aunque ellos mismos
lo están haciendo. Me acuerdo en cierta ocasión hablando con algunos líderes de una
agrupación Evangélica. Me reclamaron este asunto diciendo: “No estamos de acuerdo con
que Uds. Estén re-bautizando en el nombre de Jesús”.
“¿Y Uds. No rebautizan?” les pregunté.
“No”, me respondieron.
“Qué raro”, les dije, “Porque en estos países latinoamericanos, todos fueron bautizados
cuando niños por la Iglesia Católica, y no sé dónde hallan a personas que no estén ya
bautizadas”.
O sea que, ellos sí re-bautizan (a católicos) porque no consideran que ese bautismo es
válido, pero no están de acuerdo en que nosotros re-bauticemos en el nombre de Jesús. Por
fin, uno de ellos me dijo: “Realmente, tengo que admitir, que nunca había pensado en eso”.
La verdad es que, no se puede considerar “bautismo” lo que no es bíblico. Una persona no
ha sido realmente y verdaderamente bautizada hasta que lo hace en el nombre del Señor
Jesucristo. Bíblicamente, ese es el único bautismo que reconoce Dios.