Tema 11.-El Proceso Seguido Por El Modelo Abc

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TEMA 11.- EL PROCESO SEGUIDO POR EL MODELO ABC.
1. EL PROCESO DE ASIGNACIÓN EN EL MODELO ABC.
Es frecuente hablar de dos fases en el proceso seguido por el modelo ABC:
- En la primera fase se asignan los costes a las actividades pertenecientes a los diferentes centros;
de esta forma las actividades se convierten en el núcleo del modelo.
- En la segunda fase se asignan a los productos los costes de las actividades y, además, se asignan a
esos mismos productos los costes directos correspondientes.
Entrando en más detalles, hemos de adelantar que la formación del coste del producto sigue un proceso
secuencial en el que pueden distinguirse ocho etapas distintas:

FASES ETAPAS
1ª Localización de los costes directos en los centros
Determinación 2ª Identificación de las actividades
del coste de las 3ª Reparto de los costes entre las actividades
actividades de 4ª Elección de cost-drivers o generadores de costes
cada centro 5ª Cálculo del coste de los generadores de costes
6ª Reclasificación de las actividades
Determinación 7ª Asignación de los costes de las actividades a los materiales y a los productos
del coste
de los productos 8ª Asignación de los costes directos a los productos

Podemos hacer algunas consideraciones con relación a estas etapas del proceso de asignación por el
sistema ABC:
- La primera etapa a veces se elimina, por considerar por algunas interpretaciones del modelo ABC
que los centros no tienen en él significación contable alguna a la hora de asignación de costes.
- Las demás etapas giran alrededor del concepto de actividad y se apoyan en los generadores de costes.

2. ANÁLISIS DEL PROCESO DE ASIGNACIÓN DE COSTES EN EL MODELO ABC.


2.1. Asignación de los costes indirectos a los centros.
En esta primera etapa se procede a localizar las costes indirectos respecto del producto en cada uno de
los centros en los que se encuentra dividida la empresa, de manera similar a como lo hacen los modelos
tradicionales. Esta localización se limita a situar los costes en el centro donde se realiza la actividad a la que
después se traspasará. Hemos de reconocer que en algunas exposiciones del modelo de costes ABC no
siempre se incluye esta etapa. Parece razonable que una adecuada división de la empresa en centros de
actividad, que estén orientados principalmente hacia las propias actividades, potencia la aplicación del
modelo ABC y la ejecución de su proceso contable, que es el punto en el que estamos ahora. No lo
desvirtúa, puesto que no sustituye la aparición de las actividades.

2.2. Identificación de las actividades por centros.


En esta segunda etapa se identifican y clasifican cada una de las actividades que se realizan en cada
centro. El proceso de identificación de las actividades que tienen lugar en los distintos centros constituye
una de las etapas más delicadas e importantes. Para ello, uno de los procedimientos que se utilizan es el
cuestionario o entrevista entre personas integradas en los centros. En realidad, lo que importa es el
descubrimiento de todas las actividades que se realizan en la empresa.
Es importante señalar que las actividades han de recibir sólo los que originan, de manera que todos los
costes del centro han de estar repartidos entre todas las actividades que en él hayamos identificado.

2.3. Distribución de los costes del centro entre las actividades.


Identificadas y definidas cada una de las actividades de los centros, el proceso se completa en esta
tercera etapa con la distribución o reparto de los costes localizados en los centros entre las distintas
actividades que lo han generado. Este reparto no es, en general, complejo, dado que en la mayor parte de las
ocasiones es posible identificar de manera directa y simple los costes ocasionados por las distintas
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actividades dentro de cada centro, por lo que su determinación no debe resultar problemática; no obstante en
presencia de repartos difíciles de efectuar se necesitará disponer de la suficiente información para que el
reparto realizado no se lleve a cabo de manera subjetiva.

2.4. Determinación de los generadores de costes de las actividades.


Esta etapa supone un momento crucial en estos procesos de asignación. En efecto, dentro de cada
actividad se deberá elegir aquel cost-driver, portador o inductor de costes, que mejor respete la relación
causa-efecto entre: Consumo de recursos Actividad Producto. Asimismo se deberá tender, entre los que
cumplan la anterior condición, hacia aquél más fácil de medir e identificar.
Tiene una gran importancia la clasificación de las actividades por niveles.
Los posibles generadores relacionados con cada una de las actividades de diferentes niveles son:

ACTIVIDADES GENERADORES DE COSTES


A nivel unitario Primera materia consumida
Mano de obra directa (h/h)
Horas-máquina (h/mq)
A nivel de lote Número de puestas a punto de la maquinaria
Órdenes de compra
Movimientos de los materiales
Número de órdenes de venta
A nivel de línea Número de cambios de ingeniería requeridos para cada tipo de producto
Especificaciones requeridas por el producto
A nivel de empresa No son necesarios a efecto del proceso de asignación

 A nivel de empresa no se hacen necesarios los generadores de costes a efectos de realizar el


proceso de asignación, ya que los costes correspondientes a ese nivel, se suele considerar
oportuno no trasladarlos al coste de los productos por pensarse, entre otras cosas, que ningún
generador elegido a este nivel sirve para establecer una buena relación causal entre actividades y
productos.
 A nivel de línea de producto aparecen unos generadores de costes que adquirirían todo su
significado si nos situásemos en la realidad concreta de una empresa en particular. No obstante,
los cambios de ingeniería, por ejemplo, muestran bien a las claras que han de vincularse a la línea
en su conjunto, ya que, por ejemplo, son normalmente indiferentes respecto de los lotes o respecto
de las unidades de producto obtenidas.
 A nivel de lote, es decir, del conjunto de bienes o servicios que tienen un tratamiento conjunto en
el proceso productivo, los generadores de costes están exigidos por esos conjuntos, y son
básicamente independientes del número de unidades de productos o servicios.
 A nivel de producto ya habría que pensar en vincularlos a cada unidad de producto o servicio
obtenida, ya que variarán en función del número de éstas, como pueden ser las horas-máquina que
exige cada uno de ellos.

Los posibles generadores de costes según centros y actividades de los mismos son:

CENTRO ACTIVIDADES TIPO DE ACTIVIDAD GENERADORES DE COSTES


Compras Emisión de órdenes de compras Nivel de lote Número de órdenes cursadas
Transporte interno Nivel de lote Número de transportes
Corte de la primera materia Nivel unitario Horas-máquina
Cortado Puestas a punto de la maquinaria Nivel de lote Número de puestas a punto
Transporte interno Nivel de lote Número de transportes
Cambios de ingeniería Nivel de línea Tiempos empleados
Montaje de partes Nivel unitario Horas-máquina
Montaje Puestas a punto de la maquinaria Nivel de lote Número de puestas a punto
Transporte interno Nivel de lote Número de transportes

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2.5. Cálculo del coste unitario del generador de costes.
Conocidos los costes de actividad, y determinado el portador de costes, generador de costes o cost-
driver para cada una de ellas, el coste unitario se determina en esta quinta etapa dividiendo los costes totales
de cada actividad entre el número de generadores de costes.
El coste unitario del generador de costes representa la medida del consumo de recursos que cada
inductor ha necesitado para llevar a cabo su misión, o en otros términos, el coste que cada inductor genera
dentro de una actividad concreta.

2.6. Reclasificación de las actividades.


En esta etapa se pretende agregar las actividades. En efecto, hemos visto que dentro de los distintos
centros pueden existir idénticas o similares actividades. Ahora se trata de agregar esas actividades para
simplificar los procesos de asignación. A tal fin, se agrupan las actividades que tengan similar finalidad y el
mismo generador de costes.
Cuando el coste unitario de los generadores de las actividades reclasificadas, es decir, de aquellas con
similar finalidad y el mismo generador, sean de importes diferentes, habría que proceder a establecer la
oportuna relación de equivalencia.

2.7. Asignación de los costes de las actividades a los materiales y a los productos.
Esta séptima etapa tiene una honda significación en el modelo ABC. Ya sabemos que los productos
consumen actividades y las actividades consumen recursos, siendo los generadores o inductores los que
relacionan de manera directa a unos y otros.
Llegado este momento en el proceso de asignación, son conocidos ya los costes generados por cada
portador de costes; asimismo, y de acuerdo con la correspondencia directa entre éstos y los productos,
podemos saber de manera inmediata el consumo que cada producto ha hecho de cada actividad.
El consumo realizado de cada actividad vendrá expresado por el número de prestaciones con las que la
actividad ha contribuido a la formación del producto en cualquiera de los niveles, es decir, viene expresado
por los inductores o generadores consumidos en los diferentes niveles del proceso productivo.

2.8. Asignación de los costes directos a los productos.


Los costes directos respecto del producto no han intervenido en las etapas anteriores del proceso
contable del modelo ABC. Conocidos los costes originados por las compras, y repercutidos todos los costes
indirectos entre los productos, el proceso de asignación culminará esta octava etapa trasladando los costes
directos respecto del producto a cada uno de ellos.
Pero conviene hacer un apartado respecto de la mano de obra directa. El modelo ABC propugna la
asignación de la mano de obra directa a las actividades y su reparto desde éstas a los productos, de acuerdo
con un generador de coste representativo. Esto es así por cuanto la mano de obra directa suele representar
una parte del coste de muchas actividades, por lo que de no tenerse en cuenta, se estaría deformando el coste
total de ellas.
Por tanto, los costes directos a repartir sólo harán referencia a los materiales consumidos, que se
trasladarán al coste de los productos a nivel unitario de acuerdo con las cantidades físicas que hayan
necesitado.

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3. LA IMPLANTACIÓN DEL MODELO ABC.
Los diferentes modelos de Contabilidad de Costes tienen sus ventajas e inconvenientes, siempre
considerando las características de la empresa en la que se piense implantarlos. En este sentido se han
venido señalando algunas características que ha de reunir la realidad de la empresa para que sea más
propicia, en principio, a la implantación del modelo ABC:
 Importancia relativamente grande de los costes indirectos, sobre todo de los relacionados con la
actividad productiva de la empresa; lo llamado costes de conversión en el modelo anglosajón.
 Apreciable diversidad en las actividades realizadas por la empresa (hospitales, constructoras…).
 Notoria variedad de productos, sobre todo si éstos son muy diferentes y siendo relevante también
que se obtengan en cantidades apreciablemente distintas.
Una de las cuestiones que están siendo objeto de debate es la exigencia de una organización adecuada
para la implantación del modelo ABC. No vemos inconveniente en que las actividades se relacionen
claramente con núcleos de responsabilidad. Esto favorecerá al menos dos aspectos a tener en cuenta:
 Por un lado, los núcleos de responsabilidad facilitaran la mejora en el rendimiento alcanzable en
cada actividad. Si detrás de cada actividad no hay personas responsables como interlocutores,
difícilmente podrá adecuarse el modelo contable al objetivo de la planificación y el control.
 Por otro lado, la aplicación del modelo ABC de costes exige que las personas vinculadas a las
diferentes actividades puedan participar en el diseño del propio modelo, por ser quienes las
conocen más de cerca.
La implantación del modelo ABC exige, asimismo, una implantación adecuada de la informática para el
tratamiento de los datos. El volumen de información que mueve un modelo ABC con un número razonable
de actividades hace que las empresas necesiten un grado de informatización adecuado.
La implantación del modelo ABC, por otra parte, constituye una operación delicada, en buena medida
lo mismo que cualquier otro modelo de Contabilidad de Costes. No obstante, tiene algunas dificultades
añadidas, derivadas de que en el diseño de un modelo ABC, la delimitación operativa de las actividades y el
seguimiento de los generadores del coste exigen un cuidado especial. Esto aconseja una implantación
gradual del modelo ABC.
Una de las cuestiones a resolver en esa aplicación gradual es el de la elección adecuada del programa
informático de contabilidad aplicable. Aquí habría que diferenciar dos casos:
 En las empresas que no tengan especificidades o que sean de una dimensión menor, los programas
informáticos del modelo ABC estándar pueden ser suficientes, sobre todo cuando existen distintas
alternativas para elegir entre ellos.
 Las empresas grandes con ciertas especificidades o particularidades, con recursos materiales y
humanos importantes en materia informática, pueden intentar unas aplicaciones hechas a la
medida de la propia empresa.

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