Temario Examen Odec
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BIBLIA
Canon del Nuevo Testamento
El Nuevo testamento Católico, definido en el Concilio de Trento, no difiere, respecto a los libros que contiene, del de
todos los grupos cristianos actuales. Como el Antiguo Testamento, el Nuevo tiene sus libros deutoercanónicos y partes de
libros cuya canonicidad ha sido tema de controversia en la Iglesia. Desde el Concilio de Trento no se permite a los
católicos cuestionar la inspiración de estos pasajes.
GENEROS LITERARIOS: DV
Para descubrir la intención de los hagiógrafos, entre otras cosas hay que atender a "los géneros literarios". Puesto que la verdad
se propone y se expresa de maneras diversas en los textos de diverso género: histórico, profético, poético o en otros géneros
literarios. Conviene, además, que el intérprete investigue el sentido que intentó expresar y expresó el hagiógrafo en cada
circunstancia según la condición de su tiempo y de su cultura, según los géneros literarios usados en su época.
“EL ANTIGUO TESTAMENTO
La historia de la salvación consignada
en los libros del Antiguo Testamento
14. Dios amantísimo, buscando y preparando solícitamente la salvación de todo el género humano, con singular favor se eligió
un pueblo, a quien confió sus promesas. Hecho, pues, el pacto con Abraham y con el pueblo de Israel por medio de Moisés, de
tal forma se reveló con palabras y con obras a su pueblo elegido como el único Dios verdadero y vivo, que Israel experimentó
cuáles eran los caminos de Dios con los hombres, y, hablando el mismo Dios por los Profetas, los entendió más hondamente y
con más claridad de día en día, y los difundió ampliamente entre las gentes.
La economía, pues, de la salvación preanunciada, narrada y explicada por los autores sagrados, se conserva como verdadera
palabra de Dios en los libros del Antiguo Testamento; por lo cual estos libros inspirados por Dios conservan un valor perenne:
"Pues todo cuanto está escrito, para nuestra enseñanza, fue escrito, a fin de que por la paciencia y por la consolación de las
Escrituras estemos firmes en la esperanza" (Rom. 15,4).
Importancia del Antiguo Testamento para los cristianos
15. La economía del Antiguo Testamento estaba ordenada, sobre todo, para preparar, anunciar proféticamente y significar con
diversas figuras la venida de Cristo redentor universal y la del Reino Mesiánico. mas los libros del Antiguo Testamento
manifiestan a todos el conocimiento de Dios y del hombre, y las formas de obrar de Dios justo y misericordioso con los hombres,
según la condición del género humano en los tiempos que precedieron a la salvación establecida por Cristo. Estos libros, aunque
contengan también algunas cosas imperfectas y adaptadas a sus tiempos, demuestran, sin embargo, la verdadera pedagogía
divina. Por tanto, los cristianos han de recibir devotamente estos libros, que expresan el sentimiento vivo de Dios, y en los que
se encierran sublimes doctrinas acerca de Dios y una sabiduría salvadora sobre la vida del hombre, y tesoros admirables de
oración, y en los que, por fin, está latente el misterio de nuestra salvación.
Unidad de ambos Testamentos
16. Dios, pues, inspirador y autor de ambos Testamentos, dispuso las cosas tan sabiamente que el Nuevo Testamento está
latente en el Antiguo y el Antiguo está patente en el Nuevo. Porque, aunque Cristo fundó el Nuevo Testamento en su sangre, no
obstante los libros del Antiguo Testamento recibidos íntegramente en la proclamación evangélica, adquieren y manifiestan su
plena significación en el Nuevo Testamento, ilustrándolo y explicándolo al mismo tiempo.
EL NUEVO TESTAMENTO
PEDAGOGIA DE JESUS
La persona y la vida de Jesús forman la Pedagogía de la comunicación plena de Dios con el hombre. Jesús es el "gran
comunicador de Dios" que habla con autoridad y no como los escribas (Cfr. Lc 4, 32-36); enseña con su palabra lo que vive en su
propia vida. Hay en Él una coherencia de vida. Él es pobre y elige la pobreza como desprendimiento total para aceptarlo, seguirlo
y ser digno de Él. "Si alguno quiere venir en pos de mí, nié-guese a sí mismo, tomo su cruz y que me siga" (Lc 8,39). Utiliza en su
actua-ción las actitudes fundamentales del amor, perdón, verdad, transparencia y sacrificio que el mismo exige y a quien quiera
aceptarlo y seguirlo.
Así, podemos afirmar que su actitud de amor y de donación in-condicional fue el ALMA DE SU PEDA-GOGIA, porque en su
persona, en sus parábolas y en sus hechos, el Mensaje más sublime es el de su "Amor de Do-nación hasta el extremo de la cruz"
y es ahí donde pronuncia su postrera súplica a su padre "Padre perdónalos porque no saben lo que hacen" (Lc 23,34).
Doctrinas
Éstas son (1) específicamente no cristianas; o (2) específicamente cristianas.
(1) Doctrinas específicamente no cristianas: Al ser el cristianismo la continuación normal del judaísmo, el Nuevo Testamento
necesita heredar del Antiguo cierto número de doctrinas religiosas respecto a Dios, su culto, los destinos originales del mundo, y
especialmente del hombre, la ley moral, espíritus, etc. Aunque esas creencias no son específicamente cristianas, el Nuevo
Testamento las desarrolla y perfecciona.
Se insiste más plenamente en los atributos de Dios, particularmente su espiritualidad, su inmensidad, su bondad, y sobre todo
su paternidad.
Se restablece la ley moral a su perfección primitiva en lo que respecta a la unidad y perpetuidad del matrimonio, respeto al
nombre de Dios, perdón de las injurias y en general los deberes hacia el prójimo; se establece claramente la culpabilidad por el
simple deseo de una cosa prohibida por la Ley; las obras externas (oración, donación de limosnas, ayuno, sacrificio) realmente
derivan su valor de las disposiciones del corazón que las acompañan.
Se purifica la esperanza mesiánica de los elementos temporales y materiales en que se había envuelto.
Se especifica más claramente las retribuciones del mundo venidero y de la resurrección del cuerpo.
(2) Doctrinas Específicamente Cristianas: Otras doctrinas, específicamente cristianas, no se añaden al judaísmo para
desarrollarlas, sino más bien para reemplazarlas. En realidad, entre el Nuevo y el Antiguo Testamento hay una sucesión directa
pero no revolucionaria como estaría inclinado a creer un observador superficial; igual que en los seres vivos, el estado
imperfecto de ayer debe dar paso a la perfección de hoy aunque uno haya preparado a la otra. Si el misterio de la Santísima
Trinidad y el carácter espiritual del Reino Mesiánico están clasificados entre los dogmas cristianos peculiares es porque el
Antiguo Testamento era en sí mismo insuficiente para establecer la doctrina del Nuevo Testamento sobre este tema; y aun más
porque, en la época de Jesús, las opiniones corrientes entre los judíos iban decididamente en dirección contraria.
La vida divina común de las Tres Personas (Padre, Hijo y Espíritu Santo) en la Unidad de una y la misma naturaleza es el misterio
de la Trinidad, oscuramente tipificado o esbozado en el Antiguo Testamento.
El Mesías prometido por los profetas ha venido en la persona de Jesús de Nazaret, que fue no sólo un hombre poderoso en
palabras y obras, sino el verdadero Dios mismo, el Verbo hecho hombre, nacido de una virgen, crucificado bajo el gobierno de
Poncio Pilatos, pero resucitado de entre los muertos y ahora exaltado a la derecha de su Padre.
Fue con una muerte ignominiosa sobre la Cruz, y no por poder y Gloria, que Jesucristo redimió al mundo del pecado, muerte y
de la ira de Dios; Él es el Redentor de toda la humanidad (tanto gentiles como judíos) y los unió a todos a sí mismo sin distinción.
La legislación mosaica (ritos y teocracia política) fue dada sólo a los judíos, y con el tiempo debe desaparecer, como la figura
antes de la realidad. Cristo sustituye estas prácticas ineficaces en sí mismas con ritos realmente santificantes, especialmente el
bautismo, la Eucaristía y el Sacramento de la Penitencia. Sin embargo, la nueva economía es a tal grado una religión en espíritu y
en verdad, que, absolutamente hablando, el hombre se puede salvar, en ausencia de todos los medios exteriores, al someterse a
sí mismo completamente a Dios por la fe y el amor del Redentor.
Antes de la venida de Cristo, Dios había tratado a los hombres como esclavos o niños pequeños, pero con el Evangelio comienza
una nueva ley de amor y libertad escrita primero en el corazón; esta ley no consiste meramente en la letra que prohíbe, ordena
o condena; es también, y principalmente, una gracia interior que dispone el corazón a hacer la voluntad de Dios.
El Reino de Dios predicado y establecido por Jesucristo, aunque existe ya visiblemente en la Iglesia, no será perfeccionado hasta
el fin del mundo (del cual nadie sabe el día ni la hora), cuando Él venga en poder y majestad a pagar a cada uno según sus obras.
Mientras tanto, la Iglesia asistida por el Espíritu Santo, gobernada por los apóstoles y sus sucesores bajo la autoridad de Pedro,
enseña y propaga el Evangelio hasta los confines de la tierra.
El amor al prójimo se eleva a la altura del amor a Dios, porque el Evangelio nos hace ver a Dios y a Cristo en todos los hombres
pues ellos son, o deben ser, sus miembros místicos. Cuando es necesario, el amor debe ser llevado hasta el sacrificio de uno
mismo, tal es el mandamiento de Cristo.
La moralidad natural en el Evangelio se eleva a una esfera más alta por los consejos de perfección (pobreza y castidad), que
pueden ser resumidos como la renuncia positiva a los bienes materiales de esta vida, hasta donde impiden nuestra entrega total
al servicio de Dios.
La vida eternal, la cual no se realizará completamente hasta la resurrección del cuerpo, consiste en la posesión de Dios, visto
cara a cara, y de Jesucristo.
II. LITURGIA
a. Año litúrgico 2023
b. Ciclo del Año Litúrgico 2023
El AÑO LITURGICO
1163 «La santa Madre Iglesia considera que es su deber celebrar la obra de salvación de su divino Esposo con un sagrado
recuerdo, en días determinados a través del año. Cada semana, en el día que llamó "del Señor", conmemora su resurrección,
que una vez al año celebra también, junto con su santa pasión, en la máxima solemnidad de la Pascua. Además, en el ciclo del
año desarrolla todo el Misterio de Cristo. [...] Al conmemorar así los misterios de la redención, abre la riqueza de las virtudes y
de los méritos de su Señor, de modo que se los hace presentes en cierto modo, durante todo tiempo, a los fieles para que los
alcancen y se llenen de la gracia de la salvación" (SC 102).
III. ECLESIOLOGÍA
ECLESIOLOGÍA
a. Pueblo de Dios e inculturación
1. Necesidad de la inculturación: A la vez como «misterio» y como «sujeto histórico», el nuevo pueblo de Dios «se compone de
hombres que, reunidos en Cristo, son conducidos por el Espíritu Santo en su peregrinación al Reino del Padre y han recibido un
mensaje de salvación que han de proponer a todos. Por esta razón, fomenta y asume los valores y las riquezas y las costumbres
de los pueblos en lo que tienen de bueno, pero, asumiéndolos, los purifica, fortalece y eleva»[26]. El término general de
«cultura» parece poder resumir, como lo propone la Constitución pastoral Gaudium et spes, este conjunto de datos personales y
sociales que marcan al hombre, permitiéndole asumir y dominar su condición y su destino[27].
Se trata, por tanto, para la Iglesia en su misión de evangelizar, de «introducir la fuerza del Evangelio en lo más íntimo de la
cultura humana y de las formas de la misma cultura»[28]. Si esto faltara, el hombre no sería alcanzado verdaderamente por el
mensaje de salvación que la Iglesia le comunica.
la exigencia de inculturación se impone a todas las comunidades cristianas,
2. El fundamento de la inculturación
El fundamento doctrinal de la inculturación se encuentra, en primer lugar, en la diversidad y multitud de los seres creados que
proviene de la intención de Dios Creador, deseoso de que esta multitud diversificada ilustre más los innumerables aspectos de
su bondad[34]. Todavía más se encuentra en el misterio del mismo Cristo: su encarnación, su vida, su muerte y su resurrección.
En efecto, de la misma manera que el Verbo de Dios ha asumido en su propia persona una humanidad concreta y ha vivido todas
las particularidades de la condición humana en un lugar, en un tiempo y en el seno de un pueblo, la Iglesia, a ejemplo de Cristo y
por el don de su Espíritu, debe encarnarse en cada lugar, en cada tiempo y en cada pueblo (cf. Hech 2, 5-11).
Cristo ha resucitado revelando plenamente el hombre a sí mismo y comunicándole los frutos de una redención perfecta.
Igualmente, una cultura que se convierte al Evangelio encuentra en él su propia liberación y saca a la luz riquezas nuevas que
son, a la vez, dones y promesas de resurrección.
b. Iglesias particulares e Iglesia universal: los obispos sucesores de los apóstoles y el sucesor de pedro unidos
1. Las distinciones necesarias
la «Iglesia particular» (Ecclesia peculiaris aut particularis) es, en primer lugar, la diócesis[39] … Bajo la acción de la Providencia,
estas Iglesias han desarrollado, también en nuestros días, un patrimonio propio de orden teológico, jurídico, litúrgico y
espiritual. El criterio es aquí, primariamente, de orden socio-cultural.
Distinguimos igualmente la estructura esencial de la Iglesia, de su figura concreta y evolutiva (o su organización). La estructura
esencial comprende todo lo que en la Iglesia proviene de su institución por Dios (iure divino), a través de la fundación por Jesús y
el don del Espíritu Santo. Sin embargo, esta estructura esencial y permanente reviste siempre una figura concreta y una
organización (iure ecclesiastico) que son fruto de datos contingentes y evolutivos, históricos, culturales, geográficos, políticos...
La estructura esencial está siempre implicada en una figura concreta sin la cual no podría vivir.
La Iglesia particular, unida a su Obispo o pastor, pertenece en cuanto tal a la estructura esencial de la Iglesia.
2. Unidad y diversidad
Puestas estas distinciones, es necesario subrayar aquí que para la teología católica de la unidad y de la diversidad se impone una
referencia originaria: la de la Trinidad diferenciada de las personas en la Unidad misma de Dios. La teología de la Trinidad nos
muestra que las verdaderas diferencias no pueden existir más que en la unidad. La Iglesia de la Trinidad[41], cuya diversidad es
múltiple, recibe su unidad del don del Espíritu Santo, que es, él mismo, lazo de unidad entre el Padre y el Hijo.
«la una y única Iglesia católica existe en las Iglesias particulares y a partir de ellas»[43]. Entre las Iglesias particulares y la Iglesia
universal existe, por tanto, una interioridad mutua, una especie de ósmosis. La Iglesia universal, en efecto, encuentra su
existencia concreta en cada Iglesia en la cual esta presente.
3. El servicio de la unidad
En el corazón de la red universal de Iglesias particulares de que se compone la única Iglesia de Dios, hay un centro y un punto de
referencia: la Iglesia particular de Roma. Ésta, con la que «toda Iglesia debe concordar necesariamente», como escribía san
Ireneo[45] , preside a la caridad y la comunión universal[46].
La constitución no quiere disociar la doctrina que propone de nuevo con respecto al primado y al magisterio del Romano
Pontífice, de «la doctrina sobre los Obispos, sucesores de los Apóstoles»[49]. El colegio de los Obispos, que sucede al colegio de
los Apóstoles, manifiesta, a la vez, la diversidad, la universalidad y la unidad del pueblo de Dios. Ahora bien, «los Obispos,
sucesores de los Apóstoles, con el sucesor de Pedro, Vicario de Cristo y Cabeza visible de toda la Iglesia, rigen la casa del Dios
vivo»[50], es decir, la Iglesia.
El «sentimiento colegial» (affectus collegialis) que el Concilio ha vivificado entre los Obispos se ha traducido concretamente
desde entonces por el papel importante jugado por las Conferencias Episcopales[55]. En el seno de estas instancias, los Obispos
de una nación o de un territorio ejercen «a la vez» o «conjuntamente» algunas de sus responsabilidades apostólicas y
pastorales[56].
Podemos notar también que las Conferencias Episcopales desarrollan frecuentemente entre ellas relaciones de vecindad, de
colaboración y de solidaridad, especialmente a escala de los continentes.
La utilidad e incluso la necesidad pastoral de las Conferencias Episcopales, así como de sus reagrupaciones a escala continental,
es indiscutible.
«Hay una única Iglesia de Cristo que en el Símbolo confesamos una, santa, católica y apostólica, que nuestro Salvador, después
de su resurrección, confió a Pedro para que la apacentara (cf. Jn 21,17), y encomendó a el y a los demás Apóstoles para que la
propagaran y rigieran (cf. Mt 28,18ss), y a la que erigió como “columna y fundamento de la verdad” (1 Tim 3,15). Esta Iglesia,
constituida y ordenada en este mundo como sociedad, subsiste en la Iglesia católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por
los Obispos en comunión con él, aunque fuera de su estructura se encuentren muchos elementos de santificación y de verdad
que, como dones propios de la Iglesia de Cristo, impulsan a la unidad católica»[96].
3. Elementos de santificación
Sin embargo, la presencia plena y perfecta de la Iglesia de Cristo en la Iglesia católica no excluye la presencia de la Iglesia de
Cristo allí donde «fuera de esta estructura [de la Iglesia católica] se encuentren muchos elementos de santificación y de verdad
que, como dones propios de la Iglesia de Cristo, impulsan a la unidad católica»[104]. Por don de Dios, ordenado a la Iglesia, se
dan muchos elementos de santificación y de verdad, que, aunque existan fuera de la estructura visible de la Iglesia católica,
están en conexión real con el orden de la salvación.
Hay, por tanto, fuera de la Iglesia católica, no sólo muchos cristianos, sino muchos principios verdaderamente cristianos de vida
y de fe. De nuestro examen aparece que la «verdadera Iglesia» no puede entenderse como una utopía que todas las
comunidades cristianas hoy separadas y divididas buscarían alcanzar. La «verdadera Iglesia», como su unidad, no se encuentran
sólo «en el futuro». Ya se dan en la Iglesia católica, en la que está realmente presente la Iglesia de Cristo.
1077 "Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales,
en los cielos, en Cristo; por cuanto nos ha elegido en él antes de la creación del mundo, para ser santos e inmaculados en su
presencia, en el amor; eligiéndonos de antemano para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su
voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia con la que nos agració en el Amado" (Ef 1,3-6).
1110 En la liturgia de la Iglesia, Dios Padre es bendecido y adorado como la fuente de todas las bendiciones de la creación y de la
salvación, con las que nos ha bendecido en su Hijo para darnos el Espíritu de adopción filial.
1111 La obra de Cristo en la liturgia es sacramental porque su Misterio de salvación se hace presente en ella por el poder de su
Espíritu Santo; porque su Cuerpo, que es la Iglesia, es como el sacramento (signo e instrumento) en el cual el Espíritu Santo
dispensa el Misterio de la salvación; porque a través de sus acciones litúrgicas, la Iglesia peregrina participa ya, como en
primicias, en la liturgia celestial.
1112 La misión del Espíritu Santo en la liturgia de la Iglesia es la de preparar la asamblea para el encuentro con Cristo; recordar y
manifestar a Cristo a la fe de la asamblea de creyentes; hacer presente y actualizar la obra salvífica de Cristo por su poder
transformador y hacer fructificar el don de la comunión en la Iglesia.
— Quién celebra, 1136 La Liturgia es "acción" del "Cristo total". 1140 Es toda la comunidad, el Cuerpo de Cristo unido a su
Cabeza quien celebra, 1141 La asamblea que celebra es la comunidad de los bautizados
— Cómo celebrar, 1145 Una celebración sacramental esta tejida de signos y de símbolos: 1150 Signos de la Alianza, 1151 Signos
asumidos por Cristo, Signos sacramentales. Desde Pentecostés, el Espíritu Santo realiza la santificación a través de los signos
sacramentales de su Iglesia (las bendiciones, exorcismo). Con Palabras y acciones, Canto y música.
— Cuándo celebrar: El tiempo litúrgico, El día del Señor, 1166 "La Iglesia, desde la tradición apostólica que tiene su origen en el
mismo día de la resurrección de Cristo, celebra el misterio pascual cada ocho días, 1175 La Liturgia de las Horas está llamada a
ser la oración de todo el Pueblo de Dios.
— Dónde celebrar: 1179 El culto "en espíritu y en verdad" (Jn 4,24) de la Nueva Alianza no está ligado a un lugar exclusivo. 1181
"En la casa de oración se celebra y se reserva la sagrada Eucaristía, 1182 El altar de la Nueva Alianza es la Cruz del Señor (cf Hb
13,10), 1183 El tabernáculo debe estar situado "en las iglesias en el lugar más digno y con el máximo honor
b) La espiritualidad del fiel laico: 545 Los fieles laicos están llamados a cultivar una auténtica espiritualidad laical, que los
regenere como hombres y mujeres nuevos, inmersos en el misterio de Dios e incorporados en la sociedad, santos y
santificadores. 546 Los fieles laicos deben fortalecer su vida espiritual y moral, madurando las capacidades requeridas para el
cumplimiento de sus deberes sociales. La síntesis entre fe y vida requiere un camino regulado sabiamente por los elementos que
caracterizan el itinerario cristiano: la adhesión a la Palabra de Dios; la celebración litúrgica del misterio cristiano; la oración
personal; la experiencia eclesial auténtica, enriquecida por el particular servicio formativo de prudentes guías espirituales; el
ejercicio de las virtudes sociales y el perseverante compromiso de formación cultural y profesional.
PASTORAL DIOCESANA
Toda acción en la Iglesia -para ser válida y auténtica- ha de contener -en algún nivel- cada una de estas 04 categorías sustantivas
de la pastoral.
La vida eclesial es una Comunidad de Bautizados /
Testigos (Koinonía) que Evangeliza (Martyría)
y se constituye en Servidora de Humanidad (Diakonía)
y que Celebra su Fe (Liturgia).
uncionalidad: ¿Cómo están organizadas?
Las Comisiones se agrupan por Áreas Pastorales, las mismas que elaborarán su Misión y Visión,
Cada Área Pastoral ha de tener un Coordinador,
Cada Comisión ha de definir su Misión y Visión respetando la especificidad de la tarea encomendada,
A su vez, el Organigrama, el Manual de Funciones y el Cronograma Anual han de contar con la aprobación del Obispo, del
Coordinador del Área Pastoral respectiva y del Pleno del CPD,
Si bien las Comisiones pueden desarrollar tareas supra parroquiales, su tarea principal ha de ser la de fortalecer los Decanatos y
Parroquias de la Diócesis de Lurín en el carisma específico que desarrollan,
De ahí que su organización ha de respetar los ritmos propios e instancias de responsabilidad de cada Decanato y sus Parroquias,
evitándose cualquier expresión de autoritarismo y/o uniformidad impuesta.
Bajo este enfoque, se comprende que las ÁREAS y sus COMISIONES se constituyen en herramientas eficaces y necesarias para
vivir la Sinodalidad, Participación y Corresponsabilidad en el caminar de nuestra Iglesia Diocesana.
AREA SOCIAL ÁREA DE COMUNIÓN
Misión Animar el proceso de transformación de nuestra Misión: Fortalecer la comunión eclesial, en los Decanatos,
realidad, una sociedad justa, fraterna y solidaria Parroquias, Áreas y Comisiones, promoviendo la unidad en la
Comunidades solidarias, respetuosas, defensoras de la construcción del Reino de Dios.
Dignidad Humana Visión: Ser Pueblo de Dios que vive la comunión y
participación en la necesaria diversidad de carismas.
Currículo nacional
Vinculación de las competencias del área y las de las otras áreas
El logro de los aprendizajes relacionados al área de Educación Religiosa requiere la vinculación de sus competencias. Por ejemplo
referente a la primera: CONSTRUYE SU IDENTIDAD COMO PERSONA HUMANA, AMADA POR DIOS, DIGNA, LIBRE Y TRASCENDENTE,
COMPRENDIENDO LA DOCTRINA DE SU PROPIA RELIGIÓN, ABIERTO AL DIÁLOGO CON LAS QUE LE SON MÁS CERCANAS, al estudiar
la vida como don de Dios debe ser valorada, preservada y defendida en todas sus formas, mediante el cuidado responsable de la
salud corporal y espiritual; y de las demás personas a través de estrategias de aprendizaje que promuevan el desarrollo de la
personalidad, de la propia autoestima y toma de decisiones. De igual forma, al promover la identidad peruana, que es
profundamente religiosa, contribuye al diálogo entre la cultura y la fe, todo ello promueve actitudes que contribuyen a la
construcción y desarrollo de una sociedad en la que predominen los valores éticos, favorece el respeto a la diversidad étnica,
puesto que todas las personas participan de la misma dignidad.
Así mismo implica la vinculación con otras competencias por ejemplo: ASUME LA EXPERIENCIA DEL ENCUENTRO PERSONAL Y
COMUNITARIO CON DIOS EN SU PROYECTO DE VIDA EN COHERENCIA CON SU CREENCIA RELIGIOSA que supone para el estudiante
el discernimiento y la búsqueda de la verdad llevándolo a proponer y dar solución a todo tipo de problemas, así como también a
ejercitarse en el correcto uso del razonamiento en la investigación, con la finalidad de elaborar proyectos de vida y propuestas
que ayuden a cambiar y mejorar su entorno y comunidad. De otro lado, el proyecto de vida es la base del compromiso cristiano
de buscar el bien común a través del desarrollo personal y del entorno, mediante el testimonio, la ayuda mutua, el compartir y
otras formas que pongan en práctica la creatividad e innovación de los estudiantes.
- Relación entre el Perfil de egreso con el desarrollo de las competencias en el área de Educación Religiosa:
Construye su identidad como persona humana, amada por Dios, digna, libre y trascendente, comprendiendo la doctrina de su propia religión,
abierto al diálogo con las que le son más cercanas, cuando sustenta con convicción que Dios es el principio y fin de todo lo creado y que da
sentido y plenitud a la existencia humana: desarrolla una relación personal con Él; argumenta su fe de manera comprensible y respetuosa;
actúa con libertad, autonomía y responsabilidad, promoviendo
- Relación entre el desarrollo de las competencias en el área de Educación Religiosa con los enfoques transversales.
Se busca formar personas creyentes con una cosmovisión cristiana de la realidad para interpretar críticamente la cultura.
Proporcionar al estudiante, una información cultural e histórica de primera magnitud, imprescindible para comprender
la cultura en la que se mueve, un mundo en el que el estudiante vive, sabiendo que la Iglesia ha influido decisivamente
en acontecimientos trascendentales de nuestra historia, este es un mensaje que el estudiante debe cultivar, conocer,
comprender, asumir y vivenciar para poder entender las civilizaciones y culturas y así argumentar con conocimiento.