Temario Examen Odec

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 13

I.

BIBLIA
Canon del Nuevo Testamento
El Nuevo testamento Católico, definido en el Concilio de Trento, no difiere, respecto a los libros que contiene, del de
todos los grupos cristianos actuales. Como el Antiguo Testamento, el Nuevo tiene sus libros deutoercanónicos y partes de
libros cuya canonicidad ha sido tema de controversia en la Iglesia. Desde el Concilio de Trento no se permite a los
católicos cuestionar la inspiración de estos pasajes.
GENEROS LITERARIOS: DV
Para descubrir la intención de los hagiógrafos, entre otras cosas hay que atender a "los géneros literarios". Puesto que la verdad
se propone y se expresa de maneras diversas en los textos de diverso género: histórico, profético, poético o en otros géneros
literarios. Conviene, además, que el intérprete investigue el sentido que intentó expresar y expresó el hagiógrafo en cada
circunstancia según la condición de su tiempo y de su cultura, según los géneros literarios usados en su época.
“EL ANTIGUO TESTAMENTO
La historia de la salvación consignada
en los libros del Antiguo Testamento
14. Dios amantísimo, buscando y preparando solícitamente la salvación de todo el género humano, con singular favor se eligió
un pueblo, a quien confió sus promesas. Hecho, pues, el pacto con Abraham y con el pueblo de Israel por medio de Moisés, de
tal forma se reveló con palabras y con obras a su pueblo elegido como el único Dios verdadero y vivo, que Israel experimentó
cuáles eran los caminos de Dios con los hombres, y, hablando el mismo Dios por los Profetas, los entendió más hondamente y
con más claridad de día en día, y los difundió ampliamente entre las gentes.
La economía, pues, de la salvación preanunciada, narrada y explicada por los autores sagrados, se conserva como verdadera
palabra de Dios en los libros del Antiguo Testamento; por lo cual estos libros inspirados por Dios conservan un valor perenne:
"Pues todo cuanto está escrito, para nuestra enseñanza, fue escrito, a fin de que por la paciencia y por la consolación de las
Escrituras estemos firmes en la esperanza" (Rom. 15,4).
Importancia del Antiguo Testamento para los cristianos
15. La economía del Antiguo Testamento estaba ordenada, sobre todo, para preparar, anunciar proféticamente y significar con
diversas figuras la venida de Cristo redentor universal y la del Reino Mesiánico. mas los libros del Antiguo Testamento
manifiestan a todos el conocimiento de Dios y del hombre, y las formas de obrar de Dios justo y misericordioso con los hombres,
según la condición del género humano en los tiempos que precedieron a la salvación establecida por Cristo. Estos libros, aunque
contengan también algunas cosas imperfectas y adaptadas a sus tiempos, demuestran, sin embargo, la verdadera pedagogía
divina. Por tanto, los cristianos han de recibir devotamente estos libros, que expresan el sentimiento vivo de Dios, y en los que
se encierran sublimes doctrinas acerca de Dios y una sabiduría salvadora sobre la vida del hombre, y tesoros admirables de
oración, y en los que, por fin, está latente el misterio de nuestra salvación.
Unidad de ambos Testamentos
16. Dios, pues, inspirador y autor de ambos Testamentos, dispuso las cosas tan sabiamente que el Nuevo Testamento está
latente en el Antiguo y el Antiguo está patente en el Nuevo. Porque, aunque Cristo fundó el Nuevo Testamento en su sangre, no
obstante los libros del Antiguo Testamento recibidos íntegramente en la proclamación evangélica, adquieren y manifiestan su
plena significación en el Nuevo Testamento, ilustrándolo y explicándolo al mismo tiempo.

EL NUEVO TESTAMENTO

Excelencia del Nuevo Testamento


17. La palabra divina que es poder de Dios para la salvación de todo el que cree, se presenta y manifiesta su vigor de manera
especial en los escritos del Nuevo Testamento. Pues al llegar la plenitud de los tiempos el Verbo se hizo carne y habitó entre
nosotros lleno de gracia y de verdad. Cristo instauró el Reino de Dios en la tierra, manifestó a su Padre y a Sí mismo con obras y
palabras y completó su obra con la muerte, resurrección y gloriosa ascensión, y con la misión del Espíritu Santo. Levantado de la
tierra, atrae a todos a Sí mismo, El, el único que tiene palabras de vida eterna. pero este misterio no fue descubierto a otras
generaciones, como es revelado ahora a sus santos Apóstoles y Profetas en el Espíritu Santo, para que predicaran el Evangelio,
suscitaran la fe en Jesús, Cristo y Señor, y congregaran la Iglesia. De todo lo cual los escritos del Nuevo Testamento son un
testimonio perenne y divino.
Origen apostólico de los Evangelios
18. Nadie ignora que entre todas las Escrituras, incluso del Nuevo Testamento, los Evangelios ocupan, con razón, el lugar
preeminente, puesto que son el testimonio principal de la vida y doctrina del Verbo Encarnado, nuestro Salvador.
La Iglesia siempre ha defendido y defiende que los cuatro Evangelios tienen origen apostólico. Pues lo que los Apóstoles
predicaron por mandato de Cristo, luego, bajo la inspiración del Espíritu Santo, ellos y los varones apostólicos nos lo
transmitieron por escrito, fundamento de la fe, es decir, el Evangelio en cuatro redacciones, según Mateo, Marcos, Lucas y Juan.
Carácter histórico de los Evangelios
19. …los cuatro referidos Evangelios, cuya historicidad afirma sin vacilar, comunican fielmente lo que Jesús Hijo de Dios, viviendo
entre los hombres, hizo y enseñó realmente para la salvación de ellos, hasta el día que fue levantado al cielo. Los Apóstoles,
ciertamente, después de la ascensión del Señor, predicaron a sus oyentes lo que El había dicho y obrado, con aquella crecida
inteligencia de que ellos gozaban, amaestrados por los acontecimientos gloriosos de Cristo y por la luz del Espíritu de verdad.
Los autores sagrados escribieron los cuatro Evangelios escogiendo algunas cosas de las muchas que ya se trasmitían de palabra o
por escrito, sintetizando otras, o explicándolas atendiendo a la condición de las Iglesias, reteniendo por fin la forma de
proclamación de manera que siempre nos comunicaban la verdad sincera acerca de Jesús. Escribieron, pues, sacándolo ya de su
memoria o recuerdos, ya del testimonio de quienes "desde el principio fueron testigos oculares y ministros de la palabra" para
que conozcamos "la verdad" de las palabras que nos enseñan (cf. Lc., 1,2-4).
Los restantes escritos del Nuevo Testamento
20. El Canon del Nuevo Testamento, además de los cuatro Evangelios, contiene también las cartas de San Pablo y otros libros
apostólicos escritos bajo la inspiración del Espíritu Santo, con los cuales, según la sabia disposición de Dios, se confirma todo lo
que se refiere a Cristo Señor, se declara más y más su genuina doctrina, se manifiesta el poder salvador de la obra divina de
Cristo, y se cuentan los principios de la Iglesia y su admirable difusión, y se anuncia su gloriosa consumación. El Señor Jesús,
pues, estuvo con los Apóstoles como había prometido y les envió el Espíritu Consolador, para que los introdujera en la verdad
completa (cf. Jn., 16,13).” DV.

PEDAGOGIA DE JESUS
La persona y la vida de Jesús forman la Pedagogía de la comunicación plena de Dios con el hombre. Jesús es el "gran
comunicador de Dios" que habla con autoridad y no como los escribas (Cfr. Lc 4, 32-36); enseña con su palabra lo que vive en su
propia vida. Hay en Él una coherencia de vida. Él es pobre y elige la pobreza como desprendimiento total para aceptarlo, seguirlo
y ser digno de Él. "Si alguno quiere venir en pos de mí, nié-guese a sí mismo, tomo su cruz y que me siga" (Lc 8,39). Utiliza en su
actua-ción las actitudes fundamentales del amor, perdón, verdad, transparencia y sacrificio que el mismo exige y a quien quiera
aceptarlo y seguirlo.
Así, podemos afirmar que su actitud de amor y de donación in-condicional fue el ALMA DE SU PEDA-GOGIA, porque en su
persona, en sus parábolas y en sus hechos, el Mensaje más sublime es el de su "Amor de Do-nación hasta el extremo de la cruz"
y es ahí donde pronuncia su postrera súplica a su padre "Padre perdónalos porque no saben lo que hacen" (Lc 23,34).

BIENAVENTURANZAS PAPA FRANCISCO


Es un mensaje para toda la humanidad. Además, "el monte" recuerda al Sinaí, donde Dios le dio a Moisés los mandamientos.
Jesús empieza a enseñar una nueva ley: ser pobre, ser manso, ser misericordioso... Estos "nuevos mandamientos" son mucho
más que normas. De hecho, Jesús no impone nada, pero revela el camino a la felicidad - su camino – repitiendo ocho veces la
palabra “bienaventurados”.
La palabra bienaventuranza: indica a una persona que está en una condición de gracia y que progresa en la gracia de Dios y que
progresa por el camino de Dios: la paciencia, la pobreza, el servicio a los demás, el consuelo…Los que progresan en estas cosas
son felices y serán bienaventurados.
Cada bienaventuranza está compuesta de tres partes. Primero está siempre la palabra "bienaventurado"; luego viene la
situación en la que se encuentran los bienaventurados y así sucesivamente; finalmente está el motivo de la bienaventuranza.

CONTENIDO DEL A.T.

Doctrinas
Éstas son (1) específicamente no cristianas; o (2) específicamente cristianas.

(1) Doctrinas específicamente no cristianas: Al ser el cristianismo la continuación normal del judaísmo, el Nuevo Testamento
necesita heredar del Antiguo cierto número de doctrinas religiosas respecto a Dios, su culto, los destinos originales del mundo, y
especialmente del hombre, la ley moral, espíritus, etc. Aunque esas creencias no son específicamente cristianas, el Nuevo
Testamento las desarrolla y perfecciona.
Se insiste más plenamente en los atributos de Dios, particularmente su espiritualidad, su inmensidad, su bondad, y sobre todo
su paternidad.
Se restablece la ley moral a su perfección primitiva en lo que respecta a la unidad y perpetuidad del matrimonio, respeto al
nombre de Dios, perdón de las injurias y en general los deberes hacia el prójimo; se establece claramente la culpabilidad por el
simple deseo de una cosa prohibida por la Ley; las obras externas (oración, donación de limosnas, ayuno, sacrificio) realmente
derivan su valor de las disposiciones del corazón que las acompañan.
Se purifica la esperanza mesiánica de los elementos temporales y materiales en que se había envuelto.
Se especifica más claramente las retribuciones del mundo venidero y de la resurrección del cuerpo.
(2) Doctrinas Específicamente Cristianas: Otras doctrinas, específicamente cristianas, no se añaden al judaísmo para
desarrollarlas, sino más bien para reemplazarlas. En realidad, entre el Nuevo y el Antiguo Testamento hay una sucesión directa
pero no revolucionaria como estaría inclinado a creer un observador superficial; igual que en los seres vivos, el estado
imperfecto de ayer debe dar paso a la perfección de hoy aunque uno haya preparado a la otra. Si el misterio de la Santísima
Trinidad y el carácter espiritual del Reino Mesiánico están clasificados entre los dogmas cristianos peculiares es porque el
Antiguo Testamento era en sí mismo insuficiente para establecer la doctrina del Nuevo Testamento sobre este tema; y aun más
porque, en la época de Jesús, las opiniones corrientes entre los judíos iban decididamente en dirección contraria.

La vida divina común de las Tres Personas (Padre, Hijo y Espíritu Santo) en la Unidad de una y la misma naturaleza es el misterio
de la Trinidad, oscuramente tipificado o esbozado en el Antiguo Testamento.
El Mesías prometido por los profetas ha venido en la persona de Jesús de Nazaret, que fue no sólo un hombre poderoso en
palabras y obras, sino el verdadero Dios mismo, el Verbo hecho hombre, nacido de una virgen, crucificado bajo el gobierno de
Poncio Pilatos, pero resucitado de entre los muertos y ahora exaltado a la derecha de su Padre.
Fue con una muerte ignominiosa sobre la Cruz, y no por poder y Gloria, que Jesucristo redimió al mundo del pecado, muerte y
de la ira de Dios; Él es el Redentor de toda la humanidad (tanto gentiles como judíos) y los unió a todos a sí mismo sin distinción.
La legislación mosaica (ritos y teocracia política) fue dada sólo a los judíos, y con el tiempo debe desaparecer, como la figura
antes de la realidad. Cristo sustituye estas prácticas ineficaces en sí mismas con ritos realmente santificantes, especialmente el
bautismo, la Eucaristía y el Sacramento de la Penitencia. Sin embargo, la nueva economía es a tal grado una religión en espíritu y
en verdad, que, absolutamente hablando, el hombre se puede salvar, en ausencia de todos los medios exteriores, al someterse a
sí mismo completamente a Dios por la fe y el amor del Redentor.
Antes de la venida de Cristo, Dios había tratado a los hombres como esclavos o niños pequeños, pero con el Evangelio comienza
una nueva ley de amor y libertad escrita primero en el corazón; esta ley no consiste meramente en la letra que prohíbe, ordena
o condena; es también, y principalmente, una gracia interior que dispone el corazón a hacer la voluntad de Dios.
El Reino de Dios predicado y establecido por Jesucristo, aunque existe ya visiblemente en la Iglesia, no será perfeccionado hasta
el fin del mundo (del cual nadie sabe el día ni la hora), cuando Él venga en poder y majestad a pagar a cada uno según sus obras.
Mientras tanto, la Iglesia asistida por el Espíritu Santo, gobernada por los apóstoles y sus sucesores bajo la autoridad de Pedro,
enseña y propaga el Evangelio hasta los confines de la tierra.
El amor al prójimo se eleva a la altura del amor a Dios, porque el Evangelio nos hace ver a Dios y a Cristo en todos los hombres
pues ellos son, o deben ser, sus miembros místicos. Cuando es necesario, el amor debe ser llevado hasta el sacrificio de uno
mismo, tal es el mandamiento de Cristo.
La moralidad natural en el Evangelio se eleva a una esfera más alta por los consejos de perfección (pobreza y castidad), que
pueden ser resumidos como la renuncia positiva a los bienes materiales de esta vida, hasta donde impiden nuestra entrega total
al servicio de Dios.
La vida eternal, la cual no se realizará completamente hasta la resurrección del cuerpo, consiste en la posesión de Dios, visto
cara a cara, y de Jesucristo.
II. LITURGIA
a. Año litúrgico 2023
b. Ciclo del Año Litúrgico 2023
El AÑO LITURGICO

1163 «La santa Madre Iglesia considera que es su deber celebrar la obra de salvación de su divino Esposo con un sagrado
recuerdo, en días determinados a través del año. Cada semana, en el día que llamó "del Señor", conmemora su resurrección,
que una vez al año celebra también, junto con su santa pasión, en la máxima solemnidad de la Pascua. Además, en el ciclo del
año desarrolla todo el Misterio de Cristo. [...] Al conmemorar así los misterios de la redención, abre la riqueza de las virtudes y
de los méritos de su Señor, de modo que se los hace presentes en cierto modo, durante todo tiempo, a los fieles para que los
alcancen y se llenen de la gracia de la salvación" (SC 102).
III. ECLESIOLOGÍA
ECLESIOLOGÍA
a. Pueblo de Dios e inculturación
1. Necesidad de la inculturación: A la vez como «misterio» y como «sujeto histórico», el nuevo pueblo de Dios «se compone de
hombres que, reunidos en Cristo, son conducidos por el Espíritu Santo en su peregrinación al Reino del Padre y han recibido un
mensaje de salvación que han de proponer a todos. Por esta razón, fomenta y asume los valores y las riquezas y las costumbres
de los pueblos en lo que tienen de bueno, pero, asumiéndolos, los purifica, fortalece y eleva»[26]. El término general de
«cultura» parece poder resumir, como lo propone la Constitución pastoral Gaudium et spes, este conjunto de datos personales y
sociales que marcan al hombre, permitiéndole asumir y dominar su condición y su destino[27].

Se trata, por tanto, para la Iglesia en su misión de evangelizar, de «introducir la fuerza del Evangelio en lo más íntimo de la
cultura humana y de las formas de la misma cultura»[28]. Si esto faltara, el hombre no sería alcanzado verdaderamente por el
mensaje de salvación que la Iglesia le comunica.
la exigencia de inculturación se impone a todas las comunidades cristianas,

2. El fundamento de la inculturación
El fundamento doctrinal de la inculturación se encuentra, en primer lugar, en la diversidad y multitud de los seres creados que
proviene de la intención de Dios Creador, deseoso de que esta multitud diversificada ilustre más los innumerables aspectos de
su bondad[34]. Todavía más se encuentra en el misterio del mismo Cristo: su encarnación, su vida, su muerte y su resurrección.

En efecto, de la misma manera que el Verbo de Dios ha asumido en su propia persona una humanidad concreta y ha vivido todas
las particularidades de la condición humana en un lugar, en un tiempo y en el seno de un pueblo, la Iglesia, a ejemplo de Cristo y
por el don de su Espíritu, debe encarnarse en cada lugar, en cada tiempo y en cada pueblo (cf. Hech 2, 5-11).

Cristo ha resucitado revelando plenamente el hombre a sí mismo y comunicándole los frutos de una redención perfecta.
Igualmente, una cultura que se convierte al Evangelio encuentra en él su propia liberación y saca a la luz riquezas nuevas que
son, a la vez, dones y promesas de resurrección.

3. Aspectos diversos de la inculturación


La inculturación repercute profundamente en todos los aspectos de la existencia de la Iglesia. Retengamos aquí lo que afecta a
su vida y su lenguaje.
En el campo de la vida, la inculturación consiste en que las formas y figuras concretas de expresión y de organización de la
institución eclesial correspondan, del modo mejor, a los valores positivos que constituyen la personalidad de una cultura.
En el campo del lenguaje (entendido aquí en el sentido antropológico y cultural), la inculturación consiste, en primer lugar, en el
acto de apropiación del contenido de la fe en las palabras y las categorías de pensamiento, los símbolos y los ritos de una cultura
dada.
En esta tarea global, la promoción de la justicia, sin duda, no es más que un elemento, pero un elemento importante y urgente.
El anuncio del evangelio debe asumir el reto tanto de las injusticias locales como de la injusticia planetaria.

b. Iglesias particulares e Iglesia universal: los obispos sucesores de los apóstoles y el sucesor de pedro unidos
1. Las distinciones necesarias
la «Iglesia particular» (Ecclesia peculiaris aut particularis) es, en primer lugar, la diócesis[39] … Bajo la acción de la Providencia,
estas Iglesias han desarrollado, también en nuestros días, un patrimonio propio de orden teológico, jurídico, litúrgico y
espiritual. El criterio es aquí, primariamente, de orden socio-cultural.

Distinguimos igualmente la estructura esencial de la Iglesia, de su figura concreta y evolutiva (o su organización). La estructura
esencial comprende todo lo que en la Iglesia proviene de su institución por Dios (iure divino), a través de la fundación por Jesús y
el don del Espíritu Santo. Sin embargo, esta estructura esencial y permanente reviste siempre una figura concreta y una
organización (iure ecclesiastico) que son fruto de datos contingentes y evolutivos, históricos, culturales, geográficos, políticos...
La estructura esencial está siempre implicada en una figura concreta sin la cual no podría vivir.
La Iglesia particular, unida a su Obispo o pastor, pertenece en cuanto tal a la estructura esencial de la Iglesia.

2. Unidad y diversidad
Puestas estas distinciones, es necesario subrayar aquí que para la teología católica de la unidad y de la diversidad se impone una
referencia originaria: la de la Trinidad diferenciada de las personas en la Unidad misma de Dios. La teología de la Trinidad nos
muestra que las verdaderas diferencias no pueden existir más que en la unidad. La Iglesia de la Trinidad[41], cuya diversidad es
múltiple, recibe su unidad del don del Espíritu Santo, que es, él mismo, lazo de unidad entre el Padre y el Hijo.
«la una y única Iglesia católica existe en las Iglesias particulares y a partir de ellas»[43]. Entre las Iglesias particulares y la Iglesia
universal existe, por tanto, una interioridad mutua, una especie de ósmosis. La Iglesia universal, en efecto, encuentra su
existencia concreta en cada Iglesia en la cual esta presente.

3. El servicio de la unidad
En el corazón de la red universal de Iglesias particulares de que se compone la única Iglesia de Dios, hay un centro y un punto de
referencia: la Iglesia particular de Roma. Ésta, con la que «toda Iglesia debe concordar necesariamente», como escribía san
Ireneo[45] , preside a la caridad y la comunión universal[46].

La constitución no quiere disociar la doctrina que propone de nuevo con respecto al primado y al magisterio del Romano
Pontífice, de «la doctrina sobre los Obispos, sucesores de los Apóstoles»[49]. El colegio de los Obispos, que sucede al colegio de
los Apóstoles, manifiesta, a la vez, la diversidad, la universalidad y la unidad del pueblo de Dios. Ahora bien, «los Obispos,
sucesores de los Apóstoles, con el sucesor de Pedro, Vicario de Cristo y Cabeza visible de toda la Iglesia, rigen la casa del Dios
vivo»[50], es decir, la Iglesia.

El «sentimiento colegial» (affectus collegialis) que el Concilio ha vivificado entre los Obispos se ha traducido concretamente
desde entonces por el papel importante jugado por las Conferencias Episcopales[55]. En el seno de estas instancias, los Obispos
de una nación o de un territorio ejercen «a la vez» o «conjuntamente» algunas de sus responsabilidades apostólicas y
pastorales[56].

Podemos notar también que las Conferencias Episcopales desarrollan frecuentemente entre ellas relaciones de vecindad, de
colaboración y de solidaridad, especialmente a escala de los continentes.
La utilidad e incluso la necesidad pastoral de las Conferencias Episcopales, así como de sus reagrupaciones a escala continental,
es indiscutible.

c. La Iglesia como sacramento de Cristo


1. Sacramento y misterio
La Iglesia de Cristo, «nuevo pueblo de Dios», se presenta indisolublemente como misterio y sujeto histórico. «Y como la Iglesia
es en Cristo como un sacramento o signo e instrumento de la unión con Dios y de la unidad de todo el género humano...»[91]. El
uso de la palabra «sacramento», cuando se refiere a la Iglesia, permite subrayar el origen de la Iglesia en Dios y en Cristo, y su
absoluta dependencia con respecto a ellos[93].
el «misterio» es el decreto divino por el que el Padre realiza su voluntad salvífica en Cristo, al mismo tiempo que la revela a
través de una realidad temporal que guarda su transparencia.
2. Cristo y la Iglesia
la denominación de la Iglesia como sacramento subraya, en primer lugar y con gran claridad, el vínculo de la Iglesia con Cristo.
Así, es posible aproximar a esta expresión las imágenes bíblicas de la Iglesia Cuerpo de Cristo y de Esposa. Lo mismo sucede con
la fórmula «nuevo pueblo de Dios» en cuanto que se refleja en las dos direcciones inseparables de misterio y sujeto histórico.
3. La Iglesia, sacramento de Cristo
La teología de la Iglesia-sacramento nos permite estar más atentos a la responsabilidad concreta de la comunidad cristiana. En
efecto, los hombres serán conducidos a su Salvador por la vida, el testimonio y la acción cotidiana de los discípulos de Cristo.
Unos, por el conocimiento del «signo» de la Iglesia y la gracia de la conversión, encontrarán cuáles son la grandeza del Amor de
Dios y la verdad del evangelio, de modo que la Iglesia, de manera completamente explicita, sea para ellos «signo e instrumento»
de salvación. Otros, de modo más misterioso y que sólo Dios conoce, son asociados por el Espíritu Santo al misterio pascual de
Cristo, y así también ala Iglesia[95].

d. La única Iglesia de Cristo


1. Unidad de la Iglesia y diversidad de los elementos cristianos

«Hay una única Iglesia de Cristo que en el Símbolo confesamos una, santa, católica y apostólica, que nuestro Salvador, después
de su resurrección, confió a Pedro para que la apacentara (cf. Jn 21,17), y encomendó a el y a los demás Apóstoles para que la
propagaran y rigieran (cf. Mt 28,18ss), y a la que erigió como “columna y fundamento de la verdad” (1 Tim 3,15). Esta Iglesia,
constituida y ordenada en este mundo como sociedad, subsiste en la Iglesia católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por
los Obispos en comunión con él, aunque fuera de su estructura se encuentren muchos elementos de santificación y de verdad
que, como dones propios de la Iglesia de Cristo, impulsan a la unidad católica»[96].

2. Unicidad de la Iglesia de Cristo


En primer lugar, conviene decir una palabra de «la misma plenitud de gracia y de verdad que ha sido confiada a la Iglesia
católica»[98]. Esto se deduce rectamente, porque «creemos, en efecto, que el Señor ha encomendado al único colegio
apostólico, que preside Pedro, todos los bienes de la Nueva Alianza para constituir un único cuerpo de Cristo en la tierra, al que
deben incorporarse plenamente los que ya pertenecen, de alguna manera, al pueblo de Dios»[99]. La dimensión espiritual de la
Iglesia no puede separarse de su dimensión visible. La Iglesia una, única y universal, la Iglesia de Jesucristo, puede conocerse
históricamente en la Iglesia visible constituida en torno al colegio de los Obispos y su cabeza, el Romano Pontífice[100]. La Iglesia
se encuentra allí donde los sucesores del apóstol Pedro y de los otros Apóstoles conservan visiblemente la continuidad con los
orígenes.
El Decreto sobre el ecumenismo puede hablar, con razón, del «sagrado misterio de la unidad de la Iglesia», cuyos elementos
esenciales enumera: «Jesucristo quiere que, por la fiel predicación del evangelio y la administración de los sacramentos y por el
gobierno en el amor, realizados por los Apóstoles y sus sucesores, es decir, los Obispos con su cabeza el sucesor de Pedro,
actuando el Espíritu Santo, crezca su pueblo; y consuma su comunión en la unidad: en la confesión de una sola fe, en la
celebración común del culto divino y en la concordia fraterna de la familia de Dios»[101].

3. Elementos de santificación
Sin embargo, la presencia plena y perfecta de la Iglesia de Cristo en la Iglesia católica no excluye la presencia de la Iglesia de
Cristo allí donde «fuera de esta estructura [de la Iglesia católica] se encuentren muchos elementos de santificación y de verdad
que, como dones propios de la Iglesia de Cristo, impulsan a la unidad católica»[104]. Por don de Dios, ordenado a la Iglesia, se
dan muchos elementos de santificación y de verdad, que, aunque existan fuera de la estructura visible de la Iglesia católica,
están en conexión real con el orden de la salvación.
Hay, por tanto, fuera de la Iglesia católica, no sólo muchos cristianos, sino muchos principios verdaderamente cristianos de vida
y de fe. De nuestro examen aparece que la «verdadera Iglesia» no puede entenderse como una utopía que todas las
comunidades cristianas hoy separadas y divididas buscarían alcanzar. La «verdadera Iglesia», como su unidad, no se encuentran
sólo «en el futuro». Ya se dan en la Iglesia católica, en la que está realmente presente la Iglesia de Cristo.

e. El carácter escatológico de la Iglesia: Reino e Iglesia


1. La Iglesia es, a la vez, terrestre y celeste
Este pueblo mesiánico «tiene, por último, como fin el Reino de Dios, incoado en la tierra por el mismo Dios, y que ha de ser
extendido hasta que al fin de los tiempos sea también consumado por él mismo»[112]. Este fin es reafirmado al comienzo del
número 48 de la misma constitución conciliar: «La Iglesia a la que todos estamos llamados en Cristo Jesús y en la que por la
gracia de Dios adquirimos la santidad, sólo será consumada en la gloria celeste… la Iglesia tiene un fin salvífico y escatológico
que sólo en el siglo futuro puede ser alcanzado plenamente»[114]. Además, el capítulo VII de Lumen gentium amplia la
perspectiva sobre la Iglesia, pues nos recuerda que el pueblo de Dios en su estatuto presente de sujeto histórico es ya
escatológico y que la Iglesia peregrina está unida a la Iglesia del cielo.
En efecto, no se podría limitar la Iglesia a su sola dimensión terrestre y visible. Mientras que camina en la tierra, las fuentes
invisibles de las que vive y por las que se renueva sin cesar están «donde Cristo está sentado a la derecha de Dios, donde la vida
de la Iglesia esta escondida con Cristo en Dios, hasta que [la Iglesia misma] aparezca con su Esposo en la gloria (cf. Col 3,1-
4)»[115]. Tal es la obra que el Espíritu Santo realiza: «por la virtud del evangelio hace a la Iglesia rejuvenecer y la renueva sin
cesar y la conduce a la unión consumada con su Esposo»[116].
2. La Iglesia y el Reino
Debemos mantener presente en la memoria la perspectiva de la unidad de la Iglesia cuando abordamos la difícil cuestión de la
relación entre la Iglesia y el Reino.
¿Cual es su relación en el tiempo presente? El texto mas explícito[130] nos hace percibir qué sutil es la relación entre las
nociones de Reino y de Iglesia. La suerte de la Iglesia y la suerte del Reino aparecen, en sus comienzos, como inseparables:
«Pues el Señor Jesucristo dio comienzo a su Iglesia predicando la buena nueva, es decir, la llegada del Reino de Dios»[131].
Comienzo de la Iglesia y llegada del Reino se manifiestan en una perfecta simultaneidad. Lo mismo sucede con el crecimiento de
ambos. En efecto, los que acogen con fe la palabra de Cristo y se cuentan en «la pequeña grey ele Cristo» (Lc 12,32), «recibieron
el Reino mismo»[132]. Pertenecer a la Iglesia consiste en lo mismo: el Padre «ha determinado convocar en la santa Iglesia a los
que creen en Cristo»[133]. Por tanto, se puede describir el crecimiento del Reino y el crecimiento de la Iglesia con los mismos
términos[134].
Iglesia y Reino convergen también en el modo propio de su crecimiento, que no se realiza sino en la conformación y por la
conformación a Cristo, que da su vida por la vida del mundo.
3. ¿Es la Iglesia sacramento del Reino?«Iglesia sacramento del Reino» si es claro que se la emplea en la perspectiva siguiente:
I. Para su aplicación a la Iglesia, el termino «sacramento» es utilizado de manera analógica,
2. La expresión se refiere a la relación entre el Reino comprendido en el sentido pleno de su cumplimiento, por una parte, y, por
otra, la Iglesia limitada a su aspecto «peregrinante».
4. La Iglesia no es puro signo (sacramentum tantum), sino que la realidad significada está presente en el signo (res et
sacramentum) como realidad del Reino.
5. La noción de Iglesia no se limita a su solo aspecto temporal y terrestre, e inversamente, la noción de Reino implica una
presencia ya aquí «in mysterio».
4. María, la Iglesia realizada. La Iglesia y el Reino encuentran su más alta realización en María. Que la Iglesia sea ya la presencia
«in mysterio» del Reino, se esclarece definitivamente a partir de María, morada del Espíritu Santo, modelo de fe, «Realsymbol»
de la Iglesia. Por esto, el Concilio afirma de ella: «La Iglesia en la santísima Virgen ha alcanzado ya la perfección, por la que existe
sin mancha ni arruga (cf. Ef 5,27)»[143].

CATECISMO DE LA IGLESIA CATOLICA


SEGUNDA PARTE LA CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO
PRIMERA SECCIÓN: LA ECONOMÍA SACRAMENTAL
a. Capítulo primero: el misterio pascual en el tiempo de la iglesia
Cristo glorificado.....desde la Iglesia de los Apóstoles..está presente en la liturgia terrena...la cual participa en la liturgia
celestial
I. El Padre, fuente y fin de la liturgia: En la liturgia de la Iglesia, la bendición divina es plenamente revelada y comunicada.
La obra de Cristo en la liturgia: 1084 "Sentado a la derecha del Padre" y derramando el Espíritu Santo sobre su Cuerpo que es la
Iglesia, Cristo actúa ahora por medio de los sacramentos, En la liturgia de la Iglesia, Cristo significa y realiza principalmente su
misterio pascual.
El Espíritu y la Iglesia cooperan en la manifestación de Cristo y de su obra de salvación en la liturgia

1077 "Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales,
en los cielos, en Cristo; por cuanto nos ha elegido en él antes de la creación del mundo, para ser santos e inmaculados en su
presencia, en el amor; eligiéndonos de antemano para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su
voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia con la que nos agració en el Amado" (Ef 1,3-6).
1110 En la liturgia de la Iglesia, Dios Padre es bendecido y adorado como la fuente de todas las bendiciones de la creación y de la
salvación, con las que nos ha bendecido en su Hijo para darnos el Espíritu de adopción filial.

1111 La obra de Cristo en la liturgia es sacramental porque su Misterio de salvación se hace presente en ella por el poder de su
Espíritu Santo; porque su Cuerpo, que es la Iglesia, es como el sacramento (signo e instrumento) en el cual el Espíritu Santo
dispensa el Misterio de la salvación; porque a través de sus acciones litúrgicas, la Iglesia peregrina participa ya, como en
primicias, en la liturgia celestial.

1112 La misión del Espíritu Santo en la liturgia de la Iglesia es la de preparar la asamblea para el encuentro con Cristo; recordar y
manifestar a Cristo a la fe de la asamblea de creyentes; hacer presente y actualizar la obra salvífica de Cristo por su poder
transformador y hacer fructificar el don de la comunión en la Iglesia.

b. Capítulo segundo: la celebración sacramental del misterio pascual


1135 La catequesis de la liturgia implica en primer lugar la inteligencia de la economía sacramental (capítulo primero). A su luz
se revela la novedad de su celebración. Se tratará, pues, en este capítulo de la celebración de los sacramentos de la Iglesia. A
través de la diversidad de las tradiciones litúrgicas, se presenta lo que es común a la celebración de los siete sacramentos. Lo
que es propio de cada uno de ellos, será presentado más adelante. Esta catequesis fundamental de las celebraciones
sacramentales responderá a las cuestiones inmediatas que se presentan a un fiel al respecto:

— Quién celebra, 1136 La Liturgia es "acción" del "Cristo total". 1140 Es toda la comunidad, el Cuerpo de Cristo unido a su
Cabeza quien celebra, 1141 La asamblea que celebra es la comunidad de los bautizados

— Cómo celebrar, 1145 Una celebración sacramental esta tejida de signos y de símbolos: 1150 Signos de la Alianza, 1151 Signos
asumidos por Cristo, Signos sacramentales. Desde Pentecostés, el Espíritu Santo realiza la santificación a través de los signos
sacramentales de su Iglesia (las bendiciones, exorcismo). Con Palabras y acciones, Canto y música.
— Cuándo celebrar: El tiempo litúrgico, El día del Señor, 1166 "La Iglesia, desde la tradición apostólica que tiene su origen en el
mismo día de la resurrección de Cristo, celebra el misterio pascual cada ocho días, 1175 La Liturgia de las Horas está llamada a
ser la oración de todo el Pueblo de Dios.
— Dónde celebrar: 1179 El culto "en espíritu y en verdad" (Jn 4,24) de la Nueva Alianza no está ligado a un lugar exclusivo. 1181
"En la casa de oración se celebra y se reserva la sagrada Eucaristía, 1182 El altar de la Nueva Alianza es la Cruz del Señor (cf Hb
13,10), 1183 El tabernáculo debe estar situado "en las iglesias en el lugar más digno y con el máximo honor

SEGUNDA SECCIÓN: LOS SIETE SACRAMENTOS DE LA IGLESIA


a. Capítulo primero los sacramentos de la iniciación cristiana

b. Capítulo segundo los sacramentos de curación


VII. Los actos del penitente
En su mente, Examen de conciencia: es repasar y recordar los pecados que hemos cometido.
1450 "La penitencia mueve al pecador a soportarlo todo con el ánimo bien dispuesto;
en su corazón, contrición: Es "un dolor del alma por pecar y un detestar el pecado cometido con la resolución de no volver a
pecar". Cuando nace del amor de Dios, perdona los pecados veniales y mortales y se llama contrición perfecta y cuando nace del
miedo a la condenación eterna se llama imperfecta no perdona los pecados mortales que será perdonado con la confesión.
en la boca, confesión al sacerdote: nos libera y facilita nuestra reconciliación con Dios y con los demás. deben enumerar todos
los pecados mortales cometidos. 1457 Según el mandamiento de la Iglesia "todo fiel llegado a la edad del uso de razón debe
confesar, al menos una vez la año,
en la obra, toda humildad y fructífera satisfacción: consiste en reparar el mal cometido, devolver lo robado, etc. 1460 La
penitencia que el confesor impone debe tener en cuenta la situación personal del penitente y buscar su bien espiritual. Debe
corresponder todo lo posible a la gravedad y a la naturaleza de los pecados cometidos. Puede consistir en la oración, en
ofrendas, en obras de misericordia, servicios al prójimo, privaciones voluntarias, sacrificios, y sobre todo, la aceptación paciente
de la cruz que debemos llevar.
EFECTOS DEL SACRAMENTO
- restituye a la gracia de Dios y nos reconcilia con Él
- nos reconcilia con la Iglesia
- anticipa al juicio al que sería sometido.

c. Capítulo tercero los sacramentos al servicio de la comunidad


d. Capítulo cuarto otras celebraciones litúrgicas
TERCERA PARTE LA VIDA EN CRISTO
PRIMERA SECCIÓN LA VOCACIÓN DEL HOMBRE: LA VIDA EN EL ESPÍRITU
a. Capítulo primero la dignidad de la persona humana
b. Capítulo segundo la comunidad humana
c. Capítulo tercero la salvación de Dios: la ley y la gracia

DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA


I. LA ACCIÓN PASTORAL EN EL ÁMBITO SOCIAL
a) Doctrina social e inculturación de la fe: 521 Consciente de la fuerza renovadora del cristianismo también en sus relaciones
con la cultura y la realidad social,1105 la Iglesia ofrece la contribución de su enseñanza para la construcción de la comunidad de
los hombres, mostrando el significado social del Evangelio.1106 La intervención de León XIII en la realidad socio-política de su
tiempo con la encíclica « Rerum novarum » « confiere a la Iglesia una especie de “carta de ciudadanía” respecto a las realidades
cambiantes de la vida pública, y esto se corroboraría aún más posteriormente ».1108
522 La Iglesia, con su doctrina social, ofrece sobre todo una visión integral y una plena comprensión del hombre, en su
dimensión personal y social. La antropología cristiana, manifestando la dignidad inviolable de la persona, introduce las
realidades del trabajo, de la economía y de la política en una perspectiva original, que ilumina los auténticos valores humanos e
inspira y sostiene el compromiso del testimonio cristiano en los múltiples ámbitos de la vida personal, cultural y social. 523 La
antropología cristiana anima y sostiene la obra pastoral de la inculturación de la fe, dirigida a renovar desde dentro, con la
fuerza del Evangelio, los criterios de juicio, los valores determinantes, las líneas de pensamiento y los modelos de vida del
hombre contemporáneo
b) Doctrina social y pastoral social: 524 La pastoral social es la expresión viva y concreta de una Iglesia plenamente consciente
de su misión de evangelizar las realidades sociales, económicas, culturales y políticas del mundo.
525 El mensaje social del Evangelio debe orientar la Iglesia a desarrollar una doble tarea pastoral: ayudar a los hombres a
descubrir la verdad y elegir el camino a seguir; y animar el compromiso de los cristianos de testimoniar, con solícito servicio, el
Evangelio en campo social. 526 La doctrina social dicta los criterios fundamentales de la acción pastoral en campo social:
anunciar el Evangelio; confrontar el mensaje evangélico con las realidades sociales; proyectar acciones cuya finalidad sea la
renovación de tales realidades, conformándolas a las exigencias de la moral cristiana. 527 La acción pastoral de la Iglesia en el
ámbito social debe testimoniar ante todo la verdad sobre el hombre. La pastoral social se esfuerza para que la renovación de la
vida pública esté ligada a un efectivo respeto de estos valores. De ese modo, la Iglesia, mediante su multiforme testimonio
evangélico, promueve la conciencia de que el bien de todos y de cada uno es el recurso inagotable para desarrollar toda la vida
social.
c) Doctrina social y formación: 528 La doctrina social es un punto de referencia indispensable para una formación cristiana
completa. 529 El valor formativo de la doctrina social debe estar más presente en la actividad catequética.1122 530 Es
importante, sobre todo en el contexto de la catequesis, que la enseñanza de la doctrina social se oriente a motivar la acción para
evangelizar y humanizar las realidades temporales. 531 La doctrina social ha de estar a la base de una intensa y constante obra
de formación, sobre todo de aquella dirigida a los cristianos laicos. Esta formación debe tener en cuenta su compromiso en la
vida civil: « A los seglares les corresponde, con su libre iniciativa y sin esperar pasivamente consignas y directrices, penetrar de
espíritu cristiano la mentalidad y las costumbres, las leyes y las estructuras de la comunidad en que viven ».1129 El primer nivel
de la obra formativa dirigida a los cristianos laicos debe capacitarlos para a encauzar eficazmente las tareas cotidianas en los
ámbitos culturales, sociales, económicos y políticos, desarrollando en ellos el sentido del deber practicado al servicio del bien
común.1130 Un segundo nivel se refiere a la formación de la conciencia política para preparar a los cristianos laicos al ejercicio
del poder político: « Quienes son o pueden llegar a ser capaces de ejercer ese arte tan difícil y tan noble que es la política,
prepárense para ella y procuren ejercitarla con olvido del propio interés y de toda ganancia venal ».1131
532 Las instituciones educativas católicas pueden y deben prestar un precioso servicio formativo, aplicándose con especial
solicitud en la inculturación del mensaje cristiano, es decir, el encuentro fecundo entre el Evangelio y los distintos saberes. La
doctrina social es un instrumento necesario para una eficaz educación cristiana al amor, la justicia, la paz, así como para
madurar la conciencia de los deberes morales y sociales en el ámbito de las diversas competencias culturales y profesionales.
d) Promover el diálogo: 534 La doctrina social es un instrumento eficaz de diálogo entre las comunidades cristianas y la
comunidad civil y política, un instrumento idóneo para promover e inspirar actitudes de correcta y fecunda colaboración, según
las modalidades adecuadas a las circunstancias. 535 La doctrina social es un terreno fecundo para cultivar el diálogo y la
colaboración en campo ecuménico, que hoy día se realizan en diversos ámbitos a gran escala, 536 En la común tradición del
Antiguo Testamento, la Iglesia católica sabe que puede dialogar con sus hermanos Hebreos, también mediante su doctrina
social, para construir juntos un futuro de justicia y de paz para todos los hombres, hijos del único Dios. 537 La doctrina social se
caracteriza también por una llamada constante al diálogo entre todos los creyentes de las religiones del mundo, hacia una
mutua colaboración.
e) Los sujetos de la pastoral social: 538 La Iglesia, en el ejercicio de su misión, compromete a todo el Pueblo de Dios. 539 En la
Iglesia particular, el primer responsable del compromiso pastoral de evangelización de lo social es el Obispo, ayudado por los
sacerdotes, los religiosos y las religiosas, y los fieles laicos. 540 La acción pastoral en el campo social se sirve también de la obra
de las personas consagradas, de acuerdo con su carisma; su testimonio luminoso, particularmente en las situaciones de mayor
pobreza, constituye para todos una llamada a vivir los valores de la santidad y del servicio generoso al prójimo.

COMPROMISO DE LOS FIELES LAICOS


a) El fiel laico: 541 « A los laicos corresponde, por propia vocación, tratar de obtener el reino de Dios gestionando los asuntos
temporales y ordenándolos según Dios ». « Con el nombre de laicos se designan aquí todos los fieles cristianos, a excepción de
los miembros del orden sagrado y los del estado religioso aprobado por la Iglesia. partícipes, a su modo, de la función
sacerdotal, profética y real de Cristo, ejercen en la Iglesia y en el mundo la misión de todo el pueblo cristiano en la parte que a
ellos corresponde ».1140 542 La identidad del fiel laico nace y se alimenta de los sacramentos. 543 Es tarea propia del fiel laico
anunciar el Evangelio con el testimonio de una vida ejemplar, enraizada en Cristo y vivida en las realidades temporales: la
familia; el compromiso profesional en el ámbito del trabajo, de la cultura, de la ciencia y de la investigación; el ejercicio de las
responsabilidades sociales, económicas, políticas. Todas las realidades humanas seculares, personales y sociales, ambientes y
situaciones históricas, estructuras e instituciones, son el lugar propio del vivir y actuar de los cristianos laicos. 544 El testimonio
del fiel laico nace de un don de gracia, reconocido, cultivado y llevado a su madurez.1142 Ésta es la motivación que hace
significativo su compromiso en el mundo y lo sitúa en las antípodas de la mística de la acción, propia del humanismo ateo,

b) La espiritualidad del fiel laico: 545 Los fieles laicos están llamados a cultivar una auténtica espiritualidad laical, que los
regenere como hombres y mujeres nuevos, inmersos en el misterio de Dios e incorporados en la sociedad, santos y
santificadores. 546 Los fieles laicos deben fortalecer su vida espiritual y moral, madurando las capacidades requeridas para el
cumplimiento de sus deberes sociales. La síntesis entre fe y vida requiere un camino regulado sabiamente por los elementos que
caracterizan el itinerario cristiano: la adhesión a la Palabra de Dios; la celebración litúrgica del misterio cristiano; la oración
personal; la experiencia eclesial auténtica, enriquecida por el particular servicio formativo de prudentes guías espirituales; el
ejercicio de las virtudes sociales y el perseverante compromiso de formación cultural y profesional.

PASTORAL DIOCESANA
Toda acción en la Iglesia -para ser válida y auténtica- ha de contener -en algún nivel- cada una de estas 04 categorías sustantivas
de la pastoral.
La vida eclesial es una Comunidad de Bautizados /
Testigos (Koinonía) que Evangeliza (Martyría)
y se constituye en Servidora de Humanidad (Diakonía)
y que Celebra su Fe (Liturgia).
uncionalidad: ¿Cómo están organizadas?
Las Comisiones se agrupan por Áreas Pastorales, las mismas que elaborarán su Misión y Visión,
Cada Área Pastoral ha de tener un Coordinador,
Cada Comisión ha de definir su Misión y Visión respetando la especificidad de la tarea encomendada,
A su vez, el Organigrama, el Manual de Funciones y el Cronograma Anual han de contar con la aprobación del Obispo, del
Coordinador del Área Pastoral respectiva y del Pleno del CPD,
Si bien las Comisiones pueden desarrollar tareas supra parroquiales, su tarea principal ha de ser la de fortalecer los Decanatos y
Parroquias de la Diócesis de Lurín en el carisma específico que desarrollan,
De ahí que su organización ha de respetar los ritmos propios e instancias de responsabilidad de cada Decanato y sus Parroquias,
evitándose cualquier expresión de autoritarismo y/o uniformidad impuesta.
Bajo este enfoque, se comprende que las ÁREAS y sus COMISIONES se constituyen en herramientas eficaces y necesarias para
vivir la Sinodalidad, Participación y Corresponsabilidad en el caminar de nuestra Iglesia Diocesana.
AREA SOCIAL ÁREA DE COMUNIÓN
Misión Animar el proceso de transformación de nuestra Misión: Fortalecer la comunión eclesial, en los Decanatos,
realidad, una sociedad justa, fraterna y solidaria Parroquias, Áreas y Comisiones, promoviendo la unidad en la
Comunidades solidarias, respetuosas, defensoras de la construcción del Reino de Dios.
Dignidad Humana Visión: Ser Pueblo de Dios que vive la comunión y
participación en la necesaria diversidad de carismas.

ÁREA DE LITURGIA ÁREA DE EVANGELIZACIÓN


Misión: ministerios litúrgicos encargado de promover la Misión: Dar testimonio de nuestra fe en la realidad de Lima
acción litúrgica, en la Diócesis, como en los Decanatos y Sur.
Parroquias. Visión: Ser una Iglesia misionera que proclama a Jesús como
VISIÓN: diócesis ce ora y celebra su fe. El Cristo, e impulsa Comunidades evangelizadas y
evangelizadoras.

CARTA APOSTOLICA CRISTUS VIVIT


12. Cuenta una parábola de Jesús (cf. Lc 15,11-32) que el hijo “más joven” quiso irse de la casa paterna hacia un país lejano (cf. vv.
12-13). Pero sus sueños de autonomía se convirtieron en libertinaje y desenfreno (cf. v. 13) y probó lo duro de la soledad y de la
pobreza (cf. vv. 14-16). Sin embargo, supo recapacitar para empezar de nuevo (cf. vv. 17-19) y decidió levantarse (cf. v. 20). Es
propio del corazón joven disponerse al cambio, ser capaz de volver a levantarse y dejarse enseñar por la vida. ¿Cómo no
acompañar al hijo en ese nuevo intento? Pero el hermano mayor ya tenía el corazón avejentado y se dejó poseer por la avidez, el
egoísmo y la envidia (cf. vv. 28-30). Jesús elogia al joven pecador que retoma el buen camino más que al que se cree fiel pero no
vive el espíritu del amor y de la misericordia.
13. Jesús, el eternamente joven, quiere regalarnos un corazón siempre joven. La Palabra de Dios nos pide: «Eliminen la levadura
vieja para ser masa joven» (1 Co 5,7).
22. Jesús es «joven entre los jóvenes para ser ejemplo de los jóvenes y consagrarlos al Señor»[3]. Por eso el Sínodo dijo que «la
juventud es una etapa original y estimulante de la vida, que el propio Jesús vivió, santificándola»[4]. ¿Qué nos cuenta el Evangelio
acerca de la juventud de Jesús?
28. En la adolescencia y en la juventud, su relación con el Padre era la del Hijo amado, atraído por el Padre, crecía ocupándose de
sus cosas: «¿No sabían que debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?» (Lc 2,49). Sin embargo, no hay que pensar que Jesús
fuera un adolescente solitario o un joven ensimismado. Su relación con la gente era la de un joven que compartía toda la vida de
una familia bien integrada en el pueblo. Aprendió el trabajo de su padre y luego lo reemplazó como carpintero. Por eso, en el
Evangelio una vez se le llama «el hijo del carpintero» (Mt 13,55) y otra vez sencillamente «el carpintero» (Mc 6,3). Este detalle
muestra que era un muchacho más de su pueblo, que se relacionaba con toda normalidad. Nadie lo miraba como un joven raro o
separado de los demás. Precisamente por esta razón, cuando Jesús salió a predicar, la gente no se explicaba de dónde sacaba esa
sabiduría: «¿No es este el hijo de José?» (Lc 4,22).
Su juventud nos ilumina
30. Estos aspectos de la vida de Jesús pueden resultar inspiradores para todo joven que crece y se prepara para realizar su misión.
Esto implica madurar en la relación con el Padre, en la conciencia de ser uno más de la familia y del pueblo, y en la apertura a ser
colmado por el Espíritu y conducido a realizar la misión que Dios encomienda, la propia vocación. Nada de esto debería ser
ignorado en la pastoral juvenil, para no crear proyectos que aíslen a los jóvenes de la familia y del mundo, o que los conviertan en
una minoría selecta y preservada de todo contagio. Necesitamos más bien proyectos que los fortalezcan, los acompañen y los
lancen al encuentro con los demás, al servicio generoso, a la misión.
Una Iglesia atenta a los signos de los tiempos
39. «Para muchos jóvenes Dios, la religión y la Iglesia son palabras vacías, en cambio son sensibles a la figura de Jesús, cuando
viene presentada de modo atractivo y eficaz»[14]. Por eso es necesario que la Iglesia no esté demasiado pendiente de sí misma
sino que refleje sobre todo a Jesucristo. Esto implica que reconozca con humildad que algunas cosas concretas deben cambiar, y
para ello necesita también recoger la visión y aun las críticas de los jóvenes.
40. En el Sínodo se reconoció «que un número consistente de jóvenes, por razones muy distintas, no piden nada a la Iglesia porque
no la consideran significativa para su existencia. Algunos, incluso, piden expresamente que se les deje en paz, ya que sienten su
presencia como molesta y hasta irritante. Esta petición con frecuencia no nace de un desprecio acrítico e impulsivo, sino que
hunde sus raíces en razones serias y comprensibles: los escándalos sexuales y económicos; la falta de preparación de los ministros
ordenados que no saben captar adecuadamente la sensibilidad de los jóvenes; el poco cuidado en la preparación de la homilía y
en la explicación de la Palabra de Dios; el papel pasivo asignado a los jóvenes dentro de la comunidad cristiana; la dificultad de la
Iglesia para dar razón de sus posiciones doctrinales y éticas a la sociedad contemporánea»[15]…
54. El beato Andrés Phû Yên era un joven vietnamita del siglo XVII. Era catequista y ayudaba a los misioneros. Fue hecho prisionero
por su fe, y debido a que no quiso renunciar a ella fue asesinado. Murió diciendo: “Jesús”.
Y al final... un deseo
299. Queridos jóvenes, seré feliz viéndolos correr más rápido que los lentos y temerosos. Corran «atraídos por ese Rostro tan
amado, que adoramos en la Sagrada Eucaristía y reconocemos en la carne del hermano sufriente. El Espíritu Santo los empuje en
esta carrera hacia adelante. La Iglesia necesita su entusiasmo, sus intuiciones, su fe. ¡Nos hacen falta! Y cuando lleguen donde
nosotros todavía no hemos llegado, tengan paciencia para esperarnos».

CARTA APOSTOLICA GAUDETE ET EXSULTATE llamado a la santidad en el mundo actual.


1. «Alegraos y regocijaos» (Mt 5,12), dice Jesús a los que son perseguidos o humillados por su causa. El Señor lo pide todo, y lo
que ofrece es la verdadera vida, la felicidad para la cual fuimos creados. Él nos quiere santos y no espera que nos conformemos
con una existencia mediocre, aguada, licuada. En realidad, desde las primeras páginas de la Biblia está presente, de diversas
maneras, el llamado a la santidad. Así se lo proponía el Señor a Abraham: «Camina en mi presencia y sé perfecto» (Gn 17,1).
2. No es de esperar aquí un tratado sobre la santidad, con tantas definiciones y distinciones que podrían enriquecer este
importante tema, o con análisis que podrían hacerse acerca de los medios de santificación. Mi humilde objetivo es hacer resonar
una vez más el llamado a la santidad, procurando encarnarlo en el contexto actual, con sus riesgos, desafíos y oportunidades.
Porque a cada uno de nosotros el Señor nos eligió «para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor» (Ef 1,4).
16. Esta santidad a la que el Señor te llama irá creciendo con pequeños gestos. Por ejemplo: una señora va al mercado a hacer las
compras, encuentra a una vecina y comienza a hablar, y vienen las críticas. Pero esta mujer dice en su interior: «No, no hablaré
mal de nadie». Este es un paso en la santidad. Luego, en casa, su hijo le pide conversar acerca de sus fantasías, y aunque esté
cansada se sienta a su lado y escucha con paciencia y afecto. Esa es otra ofrenda que santifica. Luego vive un momento de angustia,
pero recuerda el amor de la Virgen María, toma el rosario y reza con fe. Ese es otro camino de santidad. Luego va por la calle,
encuentra a un pobre y se detiene a conversar con él con cariño. Ese es otro paso.
21. El designio del Padre es Cristo, y nosotros en él. En último término, es Cristo amando en nosotros, porque «la santidad no es
sino la caridad plenamente vivida»[24]. Por lo tanto, «la santidad se mide por la estatura que Cristo alcanza en nosotros, por el
grado como, con la fuerza del Espíritu Santo, modelamos toda nuestra vida según la suya»[25]. Así, cada santo es un mensaje que
el Espíritu Santo toma de la riqueza de Jesucristo y regala a su pueblo.
DOS SUTILES ENEMIGOS DE LA SANTIDAD
El gnosticismo actual
36. El gnosticismo supone «una fe encerrada en el subjetivismo, donde solo interesa una determinada experiencia o una serie de
razonamientos y conocimientos que supuestamente reconfortan e iluminan, pero en definitiva el sujeto queda clausurado en la
inmanencia de su propia razón o de sus sentimientos»[35].
Una mente sin Dios y sin carne, Una doctrina sin misterio
El pelagianismo actual
48. Porque el poder que los gnósticos atribuían a la inteligencia, algunos comenzaron a atribuírselo a la voluntad humana, al
esfuerzo personal. Así surgieron los pelagianos y los semipelagianos. Ya no era la inteligencia lo que ocupaba el lugar del misterio
y de la gracia, sino la voluntad. Se olvidaba que «todo depende no del querer o del correr, sino de la misericordia de Dios» (Rm
9,16) y que «él nos amó primero» (1 Jn 4,19). «en el fondo solo confían en sus propias fuerzas y se sienten superiores a otros por
cumplir determinadas normas o por ser inquebrantablemente fieles a cierto estilo católico»[46].
Una voluntad sin humildad
Una enseñanza de la Iglesia muchas veces olvidada
52. La Iglesia enseñó reiteradas veces que no somos justificados por nuestras obras o por nuestros esfuerzos, sino por la gracia
del Señor que toma la iniciativa.
Las bienaventuranzas, camino a la santidad:
- Ser pobre en el corazón, esto es santidad.
- Reaccionar con humilde mansedumbre, esto es santidad.
- Saber llorar con los demás, esto es santidad.
- Buscar la justicia con hambre y sed, esto es santidad.
- Mirar y actuar con misericordia, esto es santidad.
- Mantener el corazón limpio de todo lo que mancha el amor, esto es santidad.
- Sembrar paz a nuestro alrededor, esto es santidad.
- Aceptar cada día el camino del Evangelio aunque nos traiga problemas, esto es santidad.
El gran protocolo. Mateo 25
Aguante, paciencia y mansedumbre
112. La primera de estas grandes notas es estar centrado, firme en torno a Dios que ama y que sostiene. Desde esa firmeza interior
es posible aguantar, soportar las contrariedades, los vaivenes de la vida, y también las agresiones de los demás, sus infidelidades
y defectos: «Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?» (Rm 8,31).
Alegría y sentido del humor
122. Lo dicho hasta ahora no implica un espíritu apocado, tristón, agriado, melancólico, o un bajo perfil sin energía. El santo es
capaz de vivir con alegría y sentido del humor. Sin perder el realismo, ilumina a los demás con un espíritu positivo y esperanzado.
Ser cristianos es «gozo en el Espíritu Santo» (Rm 14,17), porque «al amor de caridad le sigue necesariamente el gozo, pues todo
amante se goza en la unión con el amado […]
Audacia y fervor
129. Al mismo tiempo, la santidad es parresía: es audacia, es empuje evangelizador que deja una marca en este mundo. Para que
sea posible, el mismo Jesús viene a nuestro encuentro y nos repite con serenidad y firmeza: «No tengáis miedo» (Mc 6,50). «Yo
estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos» (Mt 28,20).
En comunidad
141. La santificación es un camino comunitario, de dos en dos. Así lo reflejan algunas comunidades santas.
En oración constante
147. Finalmente, aunque parezca obvio, recordemos que la santidad está hecha de una apertura habitual a la trascendencia, que
se expresa en la oración y en la adoración.

Currículo nacional
Vinculación de las competencias del área y las de las otras áreas
El logro de los aprendizajes relacionados al área de Educación Religiosa requiere la vinculación de sus competencias. Por ejemplo
referente a la primera: CONSTRUYE SU IDENTIDAD COMO PERSONA HUMANA, AMADA POR DIOS, DIGNA, LIBRE Y TRASCENDENTE,
COMPRENDIENDO LA DOCTRINA DE SU PROPIA RELIGIÓN, ABIERTO AL DIÁLOGO CON LAS QUE LE SON MÁS CERCANAS, al estudiar
la vida como don de Dios debe ser valorada, preservada y defendida en todas sus formas, mediante el cuidado responsable de la
salud corporal y espiritual; y de las demás personas a través de estrategias de aprendizaje que promuevan el desarrollo de la
personalidad, de la propia autoestima y toma de decisiones. De igual forma, al promover la identidad peruana, que es
profundamente religiosa, contribuye al diálogo entre la cultura y la fe, todo ello promueve actitudes que contribuyen a la
construcción y desarrollo de una sociedad en la que predominen los valores éticos, favorece el respeto a la diversidad étnica,
puesto que todas las personas participan de la misma dignidad.

Así mismo implica la vinculación con otras competencias por ejemplo: ASUME LA EXPERIENCIA DEL ENCUENTRO PERSONAL Y
COMUNITARIO CON DIOS EN SU PROYECTO DE VIDA EN COHERENCIA CON SU CREENCIA RELIGIOSA que supone para el estudiante
el discernimiento y la búsqueda de la verdad llevándolo a proponer y dar solución a todo tipo de problemas, así como también a
ejercitarse en el correcto uso del razonamiento en la investigación, con la finalidad de elaborar proyectos de vida y propuestas
que ayuden a cambiar y mejorar su entorno y comunidad. De otro lado, el proyecto de vida es la base del compromiso cristiano
de buscar el bien común a través del desarrollo personal y del entorno, mediante el testimonio, la ayuda mutua, el compartir y
otras formas que pongan en práctica la creatividad e innovación de los estudiantes.

- Relación entre el Perfil de egreso con el desarrollo de las competencias en el área de Educación Religiosa:
Construye su identidad como persona humana, amada por Dios, digna, libre y trascendente, comprendiendo la doctrina de su propia religión,
abierto al diálogo con las que le son más cercanas, cuando sustenta con convicción que Dios es el principio y fin de todo lo creado y que da
sentido y plenitud a la existencia humana: desarrolla una relación personal con Él; argumenta su fe de manera comprensible y respetuosa;
actúa con libertad, autonomía y responsabilidad, promoviendo
- Relación entre el desarrollo de las competencias en el área de Educación Religiosa con los enfoques transversales.
Se busca formar personas creyentes con una cosmovisión cristiana de la realidad para interpretar críticamente la cultura.
Proporcionar al estudiante, una información cultural e histórica de primera magnitud, imprescindible para comprender
la cultura en la que se mueve, un mundo en el que el estudiante vive, sabiendo que la Iglesia ha influido decisivamente
en acontecimientos trascendentales de nuestra historia, este es un mensaje que el estudiante debe cultivar, conocer,
comprender, asumir y vivenciar para poder entender las civilizaciones y culturas y así argumentar con conocimiento.

Desarrollo de las competencias en el área de Educación Religiosa


• Enfoque que sustenta el desarrollo de las competencias en el área de Educación Religiosa.
El Enfoque Humanista Cristiano permite al estudiante comprender y dar razón de su fe e integrar la fe y la vida para
aplicarla a la realidad.
El Enfoque Cristocéntrico está orientado a promover en el estudiante su actuar en el mundo al estilo de Jesucristo.
Consideramos que entre Dios Padre y el estudiante, hay una relación filial que es natural, por haber sido creado a su
imagen y semejanza.
El Enfoque Comunitario, la nota distintiva de la educación religiosa es vivir en comunidad, por tanto se pretende que
el estudiante contribuya a crear en su comunidad escolar, un ambiente de vida fraterna y solidaria, animado por el
espíritu evangélico del amor, que lo ayudará en su autorrealización, poniendo en ejercicio su capacidad innata de
relacionarse responsablemente consigo mismo, con el Ser divino, con los otros y con la naturaleza.

Caracterización de las competencias en el área de Educación Religiosa.


El Área de Educación Religiosa es reflexiva y vivencial, ello implica generar condiciones
didácticas como las siguientes:
Cultiva con asiduo cuidado las facultades espirituales, religiosas y trascendentes.
Desarrolla la capacidad del recto juicio moral.
Valora y difunde el patrimonio religioso y cultural transmitido por las generaciones pasadas.
Promueve la práctica de los valores y virtudes cristianos.
Fomenta el trato amistoso entre los estudiantes de diversa índole y condición,
contribuyendo a la mutua comprensión.

También podría gustarte