MEMORIAS de Cirugia Bovina - Por DR de Mexico
MEMORIAS de Cirugia Bovina - Por DR de Mexico
MEMORIAS de Cirugia Bovina - Por DR de Mexico
Elaboradas por la MVZ Irma Tovar Corona, MVZ Rafael Ordóñez Medina y Dr. Eduardo
Téllez Reyes Retana.
Septiembre de 2009
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CIRUGÍA DE CAMPO EN BOVINOS
CUIDADOS PREOPERATORIOS
Estos deberán seguirse con el mayor esmero:
a) Ayuno: Aunque la mayoría de las técnicas quirúrgicas se practican con el paciente
de pie, es necesario realizar un ayuno de 12 horas para no encontrar repletos a los
compartimentos gástricos durante el período transoperatorio; cuando la cirugía no es de
urgencia. Esta medida es indispensable si la intervención ha de practicarse en decúbito
dorsal o lateral, para evitar que debido a la posición y el uso de sedantes se produzca el
vómito que puede dar lugar a la muerte por broncoaspiración.
b) Tricotomía y lavado de la piel: En caso necesario se bañarán a los pacientes unas
horas antes de la cirugía. El rasurado del pelo tiene que abarcar una superficie tres
veces mayor al área de la incisión. La piel deberá lavarse con jabón quirúrgico. Es
necesario el lavado cuidadoso de las manos con agua y con jabón así como el cepillado
de las uñas del cirujano y sus ayudantes, además de la utilización de guantes
quirúrgicos.
c) Inmovilización del paciente: Si la intervención se va a realizar con el paciente de
pie deberá aplicarse un nariguero que será sostenido por un ayudante. Si el animal es
agresivo será necesario administrar un tranquilizante. Cuando éste se aplica en dosis
hipnótica a los pocos minutos se echan; por lo que se debe esperar evitando la
maniobra de derribo. Los miembros torácicos y pélvicos se inmovilizan con cuerdas
independientes, las cuales deberán fijarse a una base sólida, hasta que el paciente
quede colocado en decúbito dorsal o lateral, según lo requiera la intervención que va a
efectuarse. Si se va a intervenir un pie, hay que dejarlo sin amarrar, por lo que se
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recomienda entonces la aplicación de anestesia epidural alta evitando así los forcejeos
del animal durante la cirugía.
d) Esterilización del instrumental: Es la eliminación o destrucción de los
microorganismos por procesos físicos o químicos. Un instrumento estéril es el que no
posee ningún microorganismo vivo y así debe mantenerse durante el acto quirúrgico.
e) Antisepsia: Los antisépticos impiden el desarrollo de los microorganismos o los
exterminan y se aplican a los tejidos vivos. La actividad de estos antisépticos locales se
neutraliza con jabones, componentes tisulares y pus. Para la desinfección preoperatoria
de la piel intacta se recomienda la tintura de benzalconio, yodóforos y los compuestos
clorinados.
CUIDADOS POSTOPERATORIOS
Este período comienza cuando finaliza la intervención quirúrgica y se continúa hasta
que el paciente es dado de alta. Si este período se descuida, la consecuencia puede
ser un desenlace desfavorable o, al menos un aplazamiento del tiempo de
recuperación, aunque la cirugía haya sido practicada correctamente.
Es importante dejar por escrito al propietario o responsable todos los cuidados que
deban darse al paciente y despejar cualquier duda, ya que del cumplimiento de estas
indicaciones, dependerá el resultado de la operación.
a) Alojamiento
El paciente deberá alojarse en un sitio limpio, aislado y con abundante cama, además
de prevenirlo de enfriamientos y corrientes de aire.
b) Higiene de la piel
La herida quirúrgica debe mantenerse limpia y será tratada con cicatrizantes u otros
antisépticos diariamente hasta que los puntos sean retirados. El cuidado de esta región
permite prevenir las infecciones.
c) Alimentación
La dieta se recomienda de acuerdo con el carácter de la intervención quirúrgica y el
funcionamiento de tracto gastrointestinal; es necesario que el paciente reciba la
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cantidad suficiente de alimentos energéticos y proteicos. El propietario debe conocer
bien con qué habrá de alimentar al paciente después de la operación y como deben
modificarse las raciones de acuerdo con la evolución postoperatoria.
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Cuando se forma un absceso en una herida quirúrgica es importante diagnosticarlo y
evacuarlo para eliminar los gérmenes y las toxinas con los productos de la
desintegración tisular. Después se procederá a realizar la limpieza de las zonas
lesionadas. La cicatrización de la herida será a partir del tejido de granulación que
rellena la zona afectada al crecer desde los bordes. La administración de
antimicrobianos que eliminen la infección favorece la curación local y evita o elimina la
aparición de infecciones en otras localizaciones.
Los antimicrobianos más empleados son:
Penicilina G (11,000 – 22,000 UI/Kg, IM cada 24 horas)
Enrofloxacina (2.5 mg/Kg, IV ó IM, cada 24 horas)
Trimetoprim/Sulfametoxasol (30mg/Kg, IM, cada 24 horas)
Gentamicina (4 mg/Kg, IM, cada 24 horas)
Ceftiofur (1-2 mg/Kg, IM, cada 24 horas)
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SEDACIÓN Y ANESTESIA
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cardiovasculares causando bradicardia; es capaz de estimular tanto el sistema nervioso
simpático como el parasimpático pudiendo provocar contracciones uterinas, por lo que
no se recomienda en el último tercio de la gestación; también produce diuresis y
salivación.
La duración de su efecto en promedio es de 2 a 3 horas.
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Infiltración en la línea de incisión. Con ésta técnica el anestésico se difunde hacia
los tejidos circundantes. Una de las ventajas que nos proporciona es su efecto
vasoconstrictor con lo que se minimiza el sangrado en el área quirúrgica. Sin
embargo, el proceso de cicatrización pudiera verse alterado por la presencia del
anestésico y el vasoconstrictor en el área de incisión.
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La anestesia de conducción o por bloqueo nervioso se obtiene inyectando el anestésico
local junto a un nervio periférico o plexo nervioso. La solución anestésica se difunde
hacia el tronco nervioso anestesiando la zona inervada, ya que imposibilita la
conducción de impulsos a lo largo del nervio, produciendo no solo analgesia sino
también relajación, lo cual es de utilidad en algunos procedimientos quirúrgicos. En
este tipo de anestesia están la anestesia paravertebral, el bloqueo retrocular del ojo y el
bloqueo del nervio cornual.
Por lo general se bloquean los nervios T13, L1 y L2, obteniendo un efecto satisfactorio
para la mayoría de las cirugías abdominales.
Los sitios de bloqueo se ubican sobre una línea imaginaria que transita paralelamente a
5 cm de la línea media (procesos espinosos de las vértebras), por encima de los
procesos transversos lumbares; la localización exacta de cada punto se corresponde
con el borde anterior de los procesos transversos, se infiltran 2 ml de lidocaína para
lograr la anestesia de la piel. Como los nervios espinales a partir del segmento torácico
emergen en dirección oblicua hacia atrás T13 se bloquea en la primera apófisis
transversa lumbar y así sucesivamente. Para el bloqueo de los nervios se emplea una
aguja de 10 cm de longitud e introduciéndola a través del orificio de la infiltración
subcutánea se dirige verticalmente hacia abajo hasta topar con el borde anterior de la
apófisis transversa correspondiente, a ese nivel por encima del ala de la vértebra se
inyectan 5 ml de lidocaína 2% para bloquear la rama cutánea del nervio
correspondiente, la que corre por encima de la apófisis transversa; a continuación la
aguja se dirige sobre el borde anterior perpendicularmente en dirección craneal, de
manera que la aguja siga un trayecto casi vertical y se profundiza de 1 a 2 cm más,
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hasta rebasar el ligamento intertransverso, el cual se percibe en su resistencia al paso
de la aguja y se depositan 15 ml de la solución; este procedimiento se repite con la
misma exactitud en cada punto, el efecto total de la anestesia se aprecia a los 15
minutos del bloqueo del último nervio y dura alrededor de 90 minutos. Si se desea
ampliar el área anestesiada puede incluirse el bloqueo de T12 y L4.
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Los nervios bloqueados son:
Rama aurículo palpebral
Rama maxilar del trigémino
Rama oftálmica del trigémino
El oculo motor, troclear y abducens
El nervio óptico.
Todos los nervios citados, excepto el óptico, pasan a través del agujero redondo de la
órbita y en esta técnica se depositan 20 ml del anestésico por delante del agujero
redondo.
Bloqueo del nervio cornual. El nervio cornual es una rama terminal de la división
oftálmica del trigémino, recorre el borde lateral del hueso frontal (cresta frontal)
inmediatamente por debajo de la piel.
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La aguja se introduce en el centro de una línea trazada entre la comisura externa del
ojo y la base del cuerno, y debe penetrar únicamente la piel y . La dosis es de 5 a 15
ml de lidocaína al 2% de acuerdo al peso del bovino. La indicación más frecuente es el
descornado.
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Para aplicar la anestesia epidural el cirujano debe colocarse detrás del paciente y
localizar el punto de inyección, primero por observación (ligera depresión en la base de
la cola) y después, por palpación digital comprueba el punto realizando movimientos de
arriba a abajo en la cola. Previo rasurado y embrocación con antiséptico se introduce
una aguja en el punto mencionado a través de la piel, dándole una inclinación
aproximada de 45°, en dirección cráneo – ventral hasta llegar al ligamento
intervertebral, cuya perforación se percibe por una sensación similar a la que produciría
una hoja de papel al ser puncionada por una aguja. La profundidad a la que es
necesario introducir la aguja para llegar al ligamento intervertebral es de 2 a 4 cm y
puede variar según la condición corporal.
En la anestesia epidural baja se aplica hasta un máximo de 10 ml de solución
anestésica y dura alrededor de 90 minutos.
c) Vasoconstrictores
La duración del efecto de un anestésico local es proporcional al tiempo durante el cual
se encuentra en contacto con el nervio. Por lo tanto, los medicamentos que conservan
al fármaco a nivel del nervio prolongan el período de anestesia. Los preparados de
anestésicos locales suelen contener adrenalina o epinefrina como vasoconstrictor.
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Los vasoconstrictores asociados a los anestésicos, tales como la epinefrina (1:50,000 a
1:200,000), al reducir el flujo sanguíneo de la zona en la cual se ha aplicado incrementa
el tiempo de duración del efecto local y retrasa la aparición del efecto sistémico,
disminuyendo el riesgo de alteraciones cardiovasculares y del sistema nervioso central.
El fármaco vasoconstrictor más utilizado es la epinefrina en dosis de 5μg/mL. También
se han utilizado la fenilefrina y la noradrenalina.
El uso excesivo de vasoconstrictores puede retrasar la cicatrización y provocar edema
tisular o necrosis debido a la hipoxia de los tejidos, por lo que no se deben administrar
en zonas que poseen una irrigación terminal como los dedos, el pene, el pabellón
auricular, los pezones, etc.
d) Analépticos
Cuando se concluye una cirugía y el paciente aun se encuentra deprimido por efecto de
la xilacina, se puede utilizar una sustancia antagonista del sedante como el clorhidrato
de doxopram, analéptico respiratorio que estimula el centro respiratorio y recupera el
intercambio gaseoso. La dosis es de0.5-1.5 mg/kg por vía intravenosa.
Otro estimulante es la combinación del clorhidrato de heptaminol con la diprofilina, el
primero estimula la respiración y aumenta el tono cardíaco, la segunda es un derivado
de la teofilina y tiene actividad analéptica al estimular la corteza central y el centro
respiratorio. La dosis es de 1 – 10 mg/kg de heptaminol y 1- 10 mg/kg de diprofilina por
vía endovenosa.
Para contrarrestar el efecto depresor de los sedantes también podemos utilizar la
piribenzamina, antagonista que actúa en los receptores para la histamina H 1 que tiene
un efecto estimulante muy marcado. La dosis es de 0.75 mg/kg (en los bovinos se
recomienda una dosis total de 20 ml) por vía endovenosa lenta. El efecto es inmediato,
los animales postrados se reincorporan, no tienden a postrarse de nuevo y la acción del
tranquilizante no se ve afectada.
BIBLIOGRAFIA
14
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15
3. Neoplasias del tercer párpado, conjuntiva palpebral, globo ocular y
estructuras adyacentes.
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Se hacen dos o tres puntos en U para dejar unidos el párpado superior con el tercer
párpado.
Se aplica antibiótico por vía subconjuntival y local entre el tercer párpado y la córnea
así como sobre el tercer párpado fijado. Los puntos de sutura se retiran 2 a 3 semanas
después.
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La lesión es una masa irregular que se puede ulcerar, sangrar, necrosar o infectar y en
ocasiones lesiona a la córnea produciéndole queratitis por irritación permanente.
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Para anestesiar el tercer párpado se sujeta jalándolo con los dedos o pinzas de Allis
para localizar su base, en donde se infiltrarán 10 a 15 ml de lidocaína con
vasoconstrictor a lo largo de ésta, utilizando una aguja fina.
Se coloca una pinza de Kelly curva en la base del tercer párpado. Con tijeras o bisturí
se incide retirando totalmente el cartílago para evitar irritación de la córnea.
Las pinzas de Kelly permanecerán colocadas durante 3 minutos para hacer hemostasis
por compresión.
Se coloca antibiótico oftálmico sobre la córnea después de retirar las pinzas de Kelly.
Se recomienda la aplicación de vacunas autógenas elaboradas con el tejido neoplásico
extirpado como tratamiento coadyuvante al tratamiento quirúrgico para evitar recidivas.
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Para elaborar la vacuna se hace un macerado del tejido tumoral, al que se le añade
formalina al 0.05% y antibiótico. La mezcla se filtra a través de una gasa y el líquido
recuperado se aplica por vía subcutánea.
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ENUCLEACIÓN
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Neoplasia en el párpado inferior.
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Esta cirugía debe practicarse en un sitio que permita inmovilizar la cabeza del paciente.
La sedación se consigue aplicando una dosis de 20-40 mg de xilacina 2% por vía
intramuscular.
Para inducir la anestesia del globo ocular se infiltra xilocaína 2% en el fondo de la
órbita. El bloqueo regional puede lograrse de dos maneras:
1) introduciendo la aguja por la comisura externa del ojo, entre la esclerótica y el hueso
cigomático, o
2) con la técnica de Peterson (introduciendo la aguja por detrás del canto lateral del ojo
y dirigiéndola hacia el forámen óptico).
La anestesia de los párpados se produce al infiltrar xilocaína 2% en el tejido subcutáneo
de éstos.
Se realiza una incisión elíptica a 1 cm. de distancia del borde de los párpados. Se
profundiza a través del tejido subcutáneo y los músculos hasta alcanzar el fondo de la
órbita. Una vez que se ha conseguido separar al globo ocular y sus anexos de la
estructura ósea, se localiza el paquete vasculonervioso, se hace hemostasis por
pinzamiento y se secciona.
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Pinzamiento del paquete vascular para hacer hemostasis.
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El tratamiento postoperatorio incluye la aplicación de antimicrobianos por vía parenteral
y el cuidado de la herida.
A las 72 horas deberá ser retirada la gasa de la cavidad orbitaria.
BIBLIOGRAFÍA:
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25
DESVIACIÓN DEL PENE POR MEDIO DE LA TÉCNICA DE TUNELIZACIÓN
La detección oportuna del estro tiene gran importancia en la reproducción bovina. Esta
práctica es realizada con mayor eficiencia por los machos bovinos que por el hombre.
La importancia de la detección oportuna del celo ha estimulado la búsqueda de diversos
procedimientos, entre los cuales se encuentra el uso de artefactos como el llamado
KaMaRs, que se basa en la liberación de tinta por efecto de la monta, lo cual evidencia
a las vacas en celo. Otros métodos no quirúrgicos incluyen el uso de petos protectores
que impiden físicamente la cópula; el Chin-ball, que consiste en colocar a los machos
un dispositivo que pinta el lomo de las vacas montadas y el empleo de vacas
ninfómanas o de vacas o novillos tratados con aplicaciones seriadas de testosterona.
Existen varios métodos quirúrgicos mediante los cuales se pueden preparar toros
celadores. Las intervenciones quirúrgicas presentan diferente grado de complejidad,
pero podría señalarse que la mayoría de ellas son sencillas y rápidas. Entre las técnicas
reportadas están la vasectomía, la penectomía, la obturación del foramen prepucial, la
fijación del pene y la transposición o desviación de éste órgano. Cada una de estas
técnicas tiene ventajas y desventajas. La vasectomía, por ejemplo, es una técnica
sencilla de realizar, pero tiene el grave inconveniente de que los animales pueden
realizar la cópula y trasmitir enfermedades como la vibriosis (campilobacteriosis), la
brucelosis, la tricomoniasis, la rinotraqueitis infecciosa bovina y otras más.
Intervenciones como la penectomía y la fijación del pene producen un gran estrés en el
toro, lo que tiene un efecto negativo sobre la libido. La desviación del pene en cambio
ofrece las siguientes ventajas:
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Los animales seleccionados para ser intervenidos deben haber alcanzado la pubertad y
demostrar buena libido.
Los pacientes se someten a un ayuno de 18 - 24 horas para evitar el vómito que puede
dar lugar a la broncoaspiración.
La cirugía se desarrolla con el paciente colocado en decúbito dorsal, con los miembros
anteriores y posteriores en extensión.
El área quirúrgica abarca desde la cicatriz umbilical hasta el borde anterior del escroto y
hacia el lado (izquierdo o derecho) donde se realizará la implantación del rodete
prepucial.
La anestesia puede lograrse con varias técnicas o combinaciones de ellas de acuerdo
con la preferencia del cirujano. Las posibilidades que hemos probado exitosamente son
las siguientes:
Anestesia paravertebral.
Sedación profunda (xilacina 2% nivel II ó nivel III) y la infiltración local de
xilocaína 2% en las líneas de incisión.
La primera línea de incisión se ubica en la línea media, se inicia a 4 cm del meato
prepucial y abarca 2/3 del prepucio.
La segunda es circular, alrededor del meato prepucial y se une a la primera.
La tercera es circular y se ubica a 45° de la línea media (cercana al pliegue de la
babilla).
A partir de la primera y segunda líneas de incisión se diseca el prepucio hasta separarlo
de la pared abdominal. La irrigación debe respetarse al máximo.
Para trasladar el prepucio se hace un túnel en el tejido subcutáneo desde la línea media
hacia la tercera línea de incisión.
La piel se afronta colocando puntos simples con material no absorbible (nylon o seda).
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Sutura de la piel en las líneas de incisión.
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28
CESÁREA EN EL FLANCO IZQUIERDO CON LA VACA DE PIE
La cesárea es una técnica quirúrgica que nos permite evacuar al producto a través de la
incisión de la pared abdominal y uterina.
Indicaciones de la cesárea:
- Es la técnica de elección cuando el producto está vivo.
- Es la alternativa a elegir cuando no es posible hacer una fetotomía.
- En casos de torsión uterina.
- Cuando hay falta de dilatación cervical.
- Hembras que presentan problemas a nivel pélvico (estrechez o fracturas).
- Neoplasias en labios vulvares y/o vagina.
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La exteriorización de la matriz se facilita aplicando relajante uterino (100 - 120 mg. de
lactato o clorhidrato de isoxsuprin).
Se recomienda evitar lesionar los placentomas al realizar la incisión del útero, la cual
debe ser amplia para que permita la evacuación del producto, lo que generalmente no
representa mayor dificultad que evitar desgarres en pared uterina o que los líquidos
fetales se derramen en la cavidad abdominal.
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Sutura invaginante en la pared uterina.
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cuidado de la herida por medio de la aplicación diaria de antiséptico con
cicatrizante
Cuando la paciente se encuentra en recumbencia debido al agotamiento o su
temperamento no permite realizar la técnica antes descrita, puede emplearse la técnica
ventral por línea media o la ventrolateral.
BIBLIOGRAFÍA:
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32
AFECCIONES DEL RUMEN Y RETICULO DE RESOLUCION QUIRÚRGICA
En la clínica de bovinos, las afecciones del sector anterior del aparato digestivo (rumen
y retículo) constituyen un tema de gran importancia debido a la frecuencia con la que se
presentan.
En la actualidad estos padecimientos son consecuencia de la mecanización de la
agricultura, con la consiguiente profusión de restos metálicos y del incremento de la
contaminación de las áreas de cultivo y asoleaderos en las zonas rurales y suburbanas.
RETICULOPERITONITIS TRAUMÁTICA
Se produce por la ingestión de objetos metálicos punzocortantes como alambres,
clavos, agujas hipodérmicas, etc.
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afectados se resisten a moverse y pueden quejarse al caminar, orinar, defecar o al
hacer movimientos para echarse o levantarse. Se paran con los codos en abducción,
el lomo arqueado, el abdomen contraído, la cabeza y cuello extendidos, y rechinan
los dientes. Los animales muestran una expresión de ansiedad y dolor que se
manifiesta por la tensión de los músculos faciales. El contenido ruminal es mas firme
a la palpación, el reflejo del eructo se presenta con menos frecuencia y puede
presentarse meteorismo moderado. Las heces se tornan secas y disminuye su
volumen. Los animales afectados presentan cetosis secundaria. El curso de este
padecimiento es corto y los animales enfermos tienden a recuperarse de manera
parcial dentro de los siguientes 3 a 5 días. La localización del absceso formado al
paso del objeto punzocortante es mas común en la porción ventral y ventrocraneal
del retículo.
2. La peritonitis difusa es una consecuencia menos común debido a que los bovinos
tienen la capacidad de formar adherencias como respuesta al daño peritoneal. Sólo
el 5% de los animales afectados desarrollan este tipo de peritonitis. El cuadro clínico
es similar al descrito para la peritonitis aguda localizada, pero los signos son más
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severos. La fiebre es de 40 a 41ºC al inicio y después hay hipotermia. Cursa con
deshidratación, diarrea, depresión y postración. La pared abdominal presenta
resistencia a la palpación. El curso de ésta enfermedad es corto (2 a 7 días). El
desenlace es fatal.
Se favorece la peritonitis difusa cuando el objeto metálico perfora la parte posterior
del retículo.
La gestación avanzada aumenta el riesgo de peritonitis difusa porque el tamaño y
volumen del útero gestante dificultan el encapsulamiento del proceso infeccioso.
La aplicación de fármacos fibrolíticos desencadena la peritonitis difusa al intentar dar
solución a procesos fibrosos del salpinx o la ubre cuando las pacientes además
presentan reticuloperitonitis fibrinosa crónica o abscesos en la cavidad abdominal.
3. La reticuloperitonitis crónica se presenta como consecuencia de un caso agudo al
que no se le dio tratamiento oportuno y está estrechamente relacionada con el
Síndrome de Indigestión Vagal. Las adherencias que afectan las paredes del retículo
y otros órganos obstaculizan la actividad motora del sector ruminoreticular. El cuadro
clínico es menos severo que el descrito para la peritonitis aguda localizada, es decir,
hay menos evidencia de dolor; la temperatura, frecuencia cardiaca y respiratoria
tienden a la normalidad; la producción láctea y el apetito están disminuidos; se
observa pérdida de peso progresiva e indigestión recurrente. Puede presentarse
meteorismo moderado intermitente o constante. Las heces se encuentran mal
digeridas y en menor volumen. El curso de ésta enfermedad es largo.
El diagnóstico se basa en el examen físico y la anamnesis además de la palpación-
compresión y percusión directa de la zona de proyección del retículo. Los casos
clásicos (reticuloperitonitis aguda localizada) son fáciles de diagnosticar a diferencia de
los casos que presentan signos variados o poco definidos.
Pruebas de sensibilidad y reactividad al dolor:
Prueba de Kalchschmidt o pellizco del dorso: se basa en la auscultación -con el
estetoscopio- de la tráquea mientras se pellizca la piel que se encuentra por
encima de las apófisis espinosas de la 6ª a la 8ª vértebras dorsales. La prueba se
considera positiva si el bovino retiene la respiración y emite un quejido provocado
por la presión que se ejerce en la zona inflamada del peritoneo.
35
Prueba de Götze o del palo: se realiza colocando un palo a nivel del esternón. Con
la ayuda de dos personas se eleva el palo lentamente para ejercer presión en la
zona de proyección del retículo. En los casos positivos, la presión ejercida genera
dolor al paciente y lo demuestra emitiendo un quejido.
Percusión de la zona de proyección del retículo: consiste en golpear con el puño la
pared abdominal ventral a nivel del cartílago xifoides. Esta prueba despierta el dolor
en caso de haber una reacción inflamatoria en el peritoneo.
El diagnóstico es auxiliado por pruebas de laboratorio como la biometría hemática, en
donde se reportará leucocitosis con neutrofilia y desviación a la izquierda en los casos
agudos de reticuloperitonitis traumática.
El diagnóstico diferencial se realiza con otras enfermedades que cursan con fiebre,
disminución de la producción láctea, pérdida de peso, dolor e indigestión. Tal es el caso
de la neumonía, úlceras perforantes del abomaso, indigestión con acidosis, cetosis
primaria y abscesos hepáticos.
La reticuloperitonitis crónica debe diferenciarse de otros padecimientos que den origen
al síndrome de indigestión vagal como tuberculosis miliar y leucosis y otros como el
síndrome por cuerpos extraños exógenos que puede llegar a ocasionar un cuadro
similar cuando por su volumen y peso los objetos afectan la motilidad del sector gástrico
anterior.
El tratamiento de elección es el quirúrgico mediante una laparotomía lateral izquierda
con rumentomía. Además de retirar el objeto punzocortante nos es de utilidad ésta
técnica para establecer el pronóstico al poder evaluar de manera directa el grado de
lesión del peritoneo y vísceras (adherencias, formación de abscesos, aspecto del
líquido peritoneal, etc.) La cirugía se realiza en casos de reticuloperitonitis aguda
localizada y reticuloperitonitis crónica.
La reticuloperitonitis difusa no se trata. Los animales afectados deben ser sacrificados.
El pronóstico es favorable para el caso de peritonitis aguda localizada; reservado para
la reticuloperitonitis crónica y desfavorable en casos de peritonitis difusa.
La prevención consiste en evitar la contaminación del alimento con objetos metálicos
punzocortantes y proveer de sales minerales al ganado para evitar que éste presente
deficiencia de minerales e ingiera objetos de manera voluntaria. Puede hacerse la
36
prevención dando a tragar un imán enjaulado para que los objetos metálicos se
adhieran a éste y no ocasionen daño a la pared del retículo.
Este síndrome tiene como causa a diversos padecimientos de curso crónico que
afectan la motilidad de las paredes reticuloruminales debido a alteraciones
anatomofisiológicas del nervio vago, lo que disminuye la velocidad del tránsito de la
ingesta a través de los compartimentos gástricos.
Dentro de las causas más comunes podemos citar a:
a) procesos reticulo-peritoneales de naturaleza traumática, caracterizados por la
formación de abscesos, adherencias o cicatrices de evolución lenta y que al estar
localizados en regiones tisulares relacionadas con el curso del nervio vago
comprometen su funcionalidad.
b) afecciones tuberculosas o actinobacilares de los ganglios linfáticos cervicales o
mediastínicos posteriores con difusión y formación de adherencias.
c) leucosis linfática asociada a lesiones tumorales de la pared reticular.
d) otras como papilomatosis, hernias diafragmáticas, mediastinitis, y alteraciones de la
actividad vagal, sin modificaciones morfológicas del vago. El cuadro clínico se
caracteriza por el meteorismo crónico recidivante (espumoso), rumen ligeramente
repleto, con distensión intermitente o constante de la fosa paralumbar izquierda y
porción ventral del abdomen, disminución del apetito, contracciones ruminales
débiles e irregulares, heces pastosas y disminuidas en cantidad, producción láctea
disminuida, adelgazamiento progresivo, pelo hirsuto y opaco. Es de gran valor
diagnóstico la bradicardia, que indica un síndrome parasimpático por la alteración del
nervio vago, aunque ésta solo se presenta en un tercio o menos de los animales
afectados.
37
Silueta abdominal de bovino con síndrome de Hoflund.
38
IMPACTACION RUMINAL
La impactación ruminal o sobrecarga del rumen es ocasionada por la ingestión de
grandes cantidades de alimentos fibrosos indigeribles..
Este padecimiento es agudo y ocasiona cólico intenso, depresión, anorexia,
deshidratación, aumento de la frecuencia cardiaca y respiratoria y elevación ligera de la
temperatura. La rumia y la producción láctea cesan. Es manifiesta la repleción y atonía
ruminal, el contenido ruminal se torna compacto. Las heces pueden estar compactas.
Cursan con deshidratación, incoordinación, hipotermia y postración. La muerte ocurre
en un plazo de 24 a 72 horas.
El diagnóstico se basa en el cuadro clínico y en la historia clínica detallada. A la
palpación rectal el rumen se encuentra firme y repleto.
Los casos menos severos pueden resolverse mediante el ayuno, el suministro de
fármacos colinérgicos y la rehidratación.
El tratamiento quirúrgico consiste en realizar una laparotomía lateral izquierda con
rumentomía y extraer la mayor cantidad posible del contenido ruminal.
Los animales afectados que cursan con un cuadro clínico nervioso no deben ser
tratados.
39
Los síntomas se presentan de forma súbita. Existen tres formas clínicas de la
enfermedad: leve, grave y comatosa. En la primera, los animales afectados presentan
atonía ruminal, anorexia, descenso en la producción láctea, deshidratación,
hemoconcentración e hipertermia. En la forma grave además de los síntomas anteriores
se presenta diarrea fétida, taquicardia, disnea, marcha dificultosa, laminitis y cólico por
la rumenitis. La forma comatosa incluye hipotermia, pérdida del reflejo pupilar, ceguera,
postración y la muerte puede sobrevenir en unas horas.
El diagnóstico se realiza con base en el cuadro clínico y el antecedente de haber
ingerido gran cantidad de alimentos ricos en carbohidratos.
Los casos leves se tratan suministrando sustancias alcalinizantes (bicarbonato de sodio
o gel de hidróxido de aluminio) por vía oral y soluciones para rehidratar por vía
endovenosa.
En los casos graves además de la rehidratación se realiza la rumentomía para extraer
el contenido ruminal. Los gérmenes productores de ácido láctico se destruyen aplicando
penicilina o tetraciclina por vía endorruminal. La acidosis metabólica es neutralizada con
lactato de sodio o bicarbonato de sodio por vía endovenosa. Resulta útil el suministro
de líquido ruminal sano por vía oral.
40
abdominal. El contenido ruminal se encuentra fluido, de color verde negruzco, con olor
pútrido y espumoso. Este padecimiento puede llegar al grado de intoxicación.
El diagnóstico se realiza con base en el cuadro clínico y por el antecedente de haber
ingerido elementos nitrogenados.
Está indicada la rumentomía para extraer el contenido ruminal. Por vía oral se
suministran antibacterianos (tetraciclina, estreptomicina), ácido acético y líquido ruminal
sano para repoblar la flora ruminal.
Para prevenir este padecimiento, la urea no debe superar el 1% de los componentes de
la ración o el 3% de los concentrados y no debe superar 1/3 de las necesidades totales
de nitrógeno. La urea debe mezclarse de manera homogénea con los demás
ingredientes de la dieta.
41
El tratamiento es quirúrgico mediante la realización de una laparotomía lateral izquierda
con rumentomía para extraer los objetos extraños.
RUMENTOMÍA
La laparotomía lateral izquierda con rumentomía y la extracción manual de los cuerpos
extraños, representa el único método terapéutico seguro en la reticulitis y
reticuloperitonitis traumática. En ciertos casos de impactación ruminal, donde los
tratamientos conservadores no han tenido los resultados esperados, esta operación
puede ser una alternativa eficaz. La rumentomía es la alternativa en otros
padecimientos, por ejemplo en la intoxicación por nitritos y nitratos, para retirar el
material tóxico y puede realizarse antes de reconstruir los planos quirúrgicos cuando se
ha practicado una ruminocentesis inadecuada, para explorar la cavidad ruminal y
reticular.
42
Además, es probablemente una de las operaciones más comunes en los rumiantes con
fines experimentales, en éstos casos la rumentomía se realiza para implantar una
cánula ruminal.
Se recomienda suprimir todo alimento 12 – 24 horas antes de la operación (excepto en
casos de intoxicación).
Además del instrumental de cirugía general, pueden emplearse diversos instrumentos
especiales, diseñados para fijar la panza por fuera de los labios de la herida abdominal,
entre ellos los más utilizados internacionalmente son: el bastidor de Weingart y la
manga con anillo elástico y el clamp largo ajustable de Mc Lintock.
La operación se lleva acabo con el animal de pié con una cabezada se amarra corto y
se coloca el animal con el costado derecho próximo a una pared o cerca de madera
fuerte, se manean las extremidades posteriores incluyendo la fijación de la cola a la
manea, para evitar el movimiento de ésta, que contamina la herida durante la
operación.
La anestesia que puede aplicarse es la paravertebral lumbar, que se acompaña de la
relajación de la pared y de una relativa calma visceral; la infiltración en forma de "L"
invertida o la infiltración en la línea de la incisión.
La incisión se realiza a 5 cm. por detrás de la última costilla y paralelo a ella se extiende
desde unos 3 ó 4 cm. por debajo de los procesos transversos lumbares hasta una
longitud de 15 a 20 cm.
Tanto la diéresis de la piel como las aponeurosis y músculos parietales (oblicuo
abdominal externo e interno y transverso abdominal) siguen la misma dirección, la
hemostasia se realiza al finalizar la incisión de los dos músculos oblicuos, por
pinzamiento y ligadura. Después de seccionar los oblicuos, se observa una fascia
blanco-grisáceo, la del transverso abdominal, a la que está firmemente adherido el
peritoneo parietal, se abre un ojal en ésta túnica y se completa la incisión con una tijera.
Ya en cavidad abdominal, se introduce el brazo y se explora la pared, el bazo y hasta
donde sea posible alcanzar, hacia delante y abajo en busca de posibles
complicaciones, adherencias, peritonitis, esplenitis, tuberculosis crónica, etc. que
puedan cambiar el plan operatorio o incluso hasta interrumpirlo.
43
Una vez explorada la cavidad, el paso siguiente depende de si se cuenta con alguno de
los instrumentos de fijación externa del rumen o no.
En cualquier situación que se adopte, ya sea con instrumentos de fijación externa de la
panza o sin ellos, el principio básico de la rumentomía es evitar que el contenido
contamine la cavidad peritoneal y los bordes de la herida peritoneal.
Una vez exteriorizado e incidido el rumen y fijado por el método elegido, se procede a la
búsqueda del cuerpo extraño. Muchas veces es necesario la evacuación de parte del
contenido sólido del rumen, lo que se realiza manualmente, depositando el contenido
en un recipiente que se retira una vez evacuado lo suficiente, a veces es necesario
evacuar contenido líquido, lo que puede realizarse por sifonaje, con una manguera de 3
cm. de luz y 3 m de largo, la manguera se llena de agua y se taponan los extremos, uno
de ellos se sitúa en el contenido del líquido del rumen y el otro en un recipiente colector
a nivel del suelo, ésta evacuación se realiza para facilitar el acceso al retículo. En
animales de mucha talla puede ser necesario que el operador se suba a un banco o se
aproxime el fondo del retículo por pellizcamiento o tracción.
Fijación del rumen con el retractor del rumen para explorar el retículo.
44
Sujeción manual de la pared ruminal.
Extraído el cuerpo extraño se procede al cierre de la pared ruminal, después del lavado
de toda la zona operatoria y la retirada de los medios de fijación ruminal empleados. La
45
sutura a emplear es una sutura de inversión de Utrecht, Lembert o Conell, con material
absorbible No. 2 (dexón, vicryl o catgut).
La pared abdominal se sutura por planos: los músculos y peritoneo se suturan en un
solo plano con una sutura continua (surgete), con material absorbible No. 2 y la piel se
sutura con material no absorbible (nylon No. 2) con una sutura anclada (Reverdín) o
con puntos simples.
Puede aplicarse antibiótico (penicilina) en la cavidad abdominal y/o en los planos
suturados.
Los cuidados postoperatorios incluyen una dieta estricta, evitando sobre todo el
consumo de alimentos muy fermentables, que pueden provocar una distensión gaseosa
de la panza y la dehiscencia de la sutura.
Deben administrarse antimicrobianos durante los cinco días después de la operación y
cuidarse la herida.
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46
DESPLAZAMIENTO Y DILATACION DEL ABOMASO
El desplazamiento del abomaso fue descrito por primera vez por Begg en 1950 en
Inglaterra, posteriormente fue estudiado por Müller y Dirksen en Alemania en 1967.
Actualmente es uno de los trastornos digestivos más comunes en el ganado lechero, se
ha reportado una frecuencia de hasta el 15%. Esto genera pérdidas económicas
importantes debido al descenso en la producción y al desecho.
Las patologías del abomaso son producidas por errores en la alimentación del ganado
bovino como las dietas pobres en fibra y altas en carbohidratos, o las dietas que
contienen la fibra demasiado triturada.
Se han descrito diversas técnicas para corregir el desplazamiento del abomaso. La
mayoría de ellas son invasivas, teniendo como vía de acceso incisiones practicadas en
el flanco o la pared ventral, teniendo como promedio de recuperación un 90%,
dependiendo de la capacidad del paciente para recuperar su plena producción y las
recidivas. La laparoscopia es una técnica poco invasiva que permite la observación de
los órganos abdominales, teniendo como resultado mínimo dolor y rápida recuperación,
además de no requerir antibioterapia. En 1998 Janowitz describió la técnica
laparoscópica para fijar el abomaso en dos tiempos, utilizando una barra de fijación,
reportando una efectividad del 98%, basado en la no recurrencia del desplazamiento.
La fijación laparoscópica del abomaso en un tiempo quirúrgico, con el paciente de pie
fue descrita por Christiansen y Barisani en 2004 y la fijación laparoscópica en decúbito
dorsal, aplicando puntos de sutura en la pared del abomaso la describió Newman en
2005.
La etiología es multifactorial, las más afectadas son las hembras bovinas adultas
productoras de leche, aunque también puede presentarse en los machos y animales
jóvenes.
Los factores predisponentes son la atonía e hipomotilidad del abomaso. Estas son
ocasionadas por las dietas ricas en carbohidratos (concentrados, ensilados,
subproductos de la industria y cereales) o la deficiencia de fibra en la dieta o el tamaño
reducido de la partícula de fibra. La hipocalcemia o los procesos infecciosos (metritis,
47
mastitis, neumonía, etc.) que incrementan la liberación de histamina o enfermedades
del sistema nervioso como la rabia también reducen la motilidad gástrica.
Estos factores ocasionan pérdida del tono de la musculatura lisa e incremento en la
producción de gas en el abomaso, por lo que éste órgano pierde su ubicación normal
dentro de la cavidad abdominal y puede dirigirse hacia el lado izquierdo
(desplazamiento) o elevarse en el lado derecho (dilatación).
Los factores desencadenantes comprenden al parto, la gestación avanzada. el
confinamiento, la falta de ejercicio, la amplia capacidad abdominal y los movimientos
bruscos durante el transporte o la monta. Estos facilitan que el abomaso pierda su
ubicación normal.
La mayoría de los casos ocurren dentro del primer mes postparto y algunas de las
vacas afectadas cursan con una enfermedad infecciosa concomitante como la retención
placentaria, metritis o mastitis.
Los animales afectados muestran anorexia parcial, con apetito selectivo (prefieren los
forrajes fibrosos y rechazan los alimentos ricos en carbohidratos), disminución en la
producción láctea, pérdida de peso, deshidratación y pueden presentar cólico al
momento de producirse la desubicación del órgano. Las heces se tornan escasas -
compactas o acuosas- y mal digeridas. La temperatura corporal es normal (en caso de
no existir infección concomitante) y hay presencia de cuerpos cetónicos debido a la
cetosis secundaria. En ocasiones puede percibirse cambio en la conformación de la
fosa paralumbar, debido a la presencia del abomaso que se encuentra interpuesto entre
la pared abdominal izquierda y el rumen, empujando al rumen medialmente.
48
Se nota la deshidratación por el hundimiento de los ojos.
49
El tratamiento físico (volteo) consiste en derribar, colocar al paciente sobre su dorso y
balancearlo para que el abomaso retorne por efecto del gas al piso de la cavidad
abdominal. Al estar en decúbito dorsal el paciente, se ausculta la región ventral para
cerciorarse que el abomaso se encuentre reubicado y luego se coloca al animal en
decúbito lateral izquierdo para que se reincorpore. Este método está contraindicado en
la dilatación del abomaso porque puede desencadenar la torsión del órgano y no debe
practicarse a hembras con gestación avanzada ya que pudiera ocasionar torsión
uterina. Los resultados obtenidos con éste tratamiento son deficientes si no se realiza
de manera simultánea el tratamiento farmacológico.
El tratamiento quirúrgico consiste en fijar al abomaso en su posición normal por medio
de las técnicas de abomasopexia (paramediana derecha y en la fosa paralumbar
izquierda), omentopexia o la técnica percutánea.
El pronóstico es favorable (recuperación del 80-95%) cuando la dislocación abomasal
no se encuentra complicada con algún padecimiento grave (metritis séptica) o
irreversible (rabia o esteatosis hepática).
El control implica corregir el problema alimenticio: proporcionar una cantidad adecuada
de fibra, que la longitud de las partículas de ésta sea mayor a los 4 cm. al menos en un
20% y prevenir la hipocalcemia. La prevención y el tratamiento oportuno de las
enfermedades infecciosas también juegan un papel importante.
50
lateral derecha desde la octava costilla hasta la parte media de la fosa paralumbar
derecha aunado esto al cuadro clínico.
En el diagnóstico diferencial deben excluirse los procesos intestinales de tipo oclusivo,
la dilatación y torsión del ciego, la reticuloperitonitis traumática y la dislocación y
dilatación del abomaso.
Es importante el diagnóstico temprano y la corrección quirúrgica a través de una
laparotomia lateral derecha con abomasotomía, corrección de la torsión y
abomasopexia. Además se debe corregir la deshidratación y aplicar analgésico.
El pronóstico depende de la severidad del problema (ya que puede presentarse
trombosis de la arteria gastroepiploica) así como del tiempo que haya transcurrido.
Una secuela es la indigestión vagal, ocasionada por el daño directo a las ramas del
nervio vago.
Existen varias opciones para corregir la posición anatómica del abomaso y fijarlo:
Abomasopexia ventral (paramediana derecha)
Abomasopexia lateral izquierda (técnica del botón)
Abomasopexia lateral derecha
Omentopexia
Técnica percutánea (técnica ciega o técnica de las barras)
Técnicas de mínima invasión: abomasopexias por laparoscopia.
La elección de la técnica dependerá del caso clínico en particular (ya sea si se trata de
una dilatación, desplazamiento o torsión del abomaso, de la etapa reproductiva y el
valor productivo del animal), así como de la preferencia del cirujano.
Las técnicas que a continuación se describen presentan algunas modificaciones con
respecto a las técnicas descritas por diversos autores.
51
Esta técnica se emplea para corregir el desplazamiento o la dilatación del abomaso y se
realiza con el animal en decúbito dorsal.
Es indispensable retirar el alimento 12 a 18 horas y el agua 8 a 12 horas previo a la
cirugía.
La sedación se consigue aplicando xilacina al 2% (0.2 mg/Kg.) por vía endovenosa.
Una vez que el paciente se encuentra echado por efecto del sedante, se sujetan los
miembros anteriores y posteriores por separado y se coloca al paciente en decúbito
dorsal.
Se lava la región ventral del abdomen y se rasura un rectángulo de aproximadamente
20 cm de largo por 15 cm de ancho, sobre el lado derecho teniendo como límite anterior
el apéndice xifoides, hasta la cicatriz umbilical.
Se embroca con antiséptico la piel. La anestesia local se realiza infiltrando lidocaína al
2% en el tejido subcutáneo y muscular.
En la piel se hace una incisión paralela a la línea media, a unos 5 cm de ésta, de
aproximadamente 15 cm.
Se profundiza la incisión hasta la fascia externa del músculo recto abdominal para luego
hacer un ojal en el músculo y realizar disección roma de éste.
Para evitar lesionar al abomaso que por efecto del gas se encuentra en ésta región
ventral, la fascia interna y el peritoneo se toman con un par de pinzas de Kelly y jalando
de ellas se realiza un ojal para prolongar la incisión con las tijeras de Metzenbaum.
Se palpa el abomaso para descartar alteraciones (neoplasias o cuerpos extraños) y en
caso necesario se evacua el gas por medio de una aguja #12.
La fijación se realiza colocando dos o tres puntos en “U” de la pared abdominal
(exceptuando la piel) hacia el abomaso con material absorbible natural o sintético del
no. 2.
52
Fijación del abomaso a la pared abdominal con puntos en U.
53
En la piel se colocan puntos simples o sutura continua anclada con material no
absorbible No. 2 (seda o nylon), tomando siempre el plano inferior para evitar dejar
espacios muertos.
Ventajas
Desventajas
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ABOMASOPEXIA LATERAL IZQUIERDA
55
Sutura de la pared del abomaso.
56
Colocación del botón en la pared ventral del abdomen.
Ventajas
Desventajas
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La motilidad gástrica debe estimularse aplicando fármacos colinérgicos por vía oral o
parenteral.Los puntos de la piel son retirados 15 días después de realizada la
intervención quirúrgica.
El pronóstico de los animales intervenidos oportunamente es bastante favorable ya que
la producción láctea esperada se restablece plenamente así como la ganancia de peso
en los bovinos de engorda.
Es similar a la técnica lateral izquierda. Se utiliza para corregir la torsión del abomaso,
lo que se logra realizando la abomasotomía para evacuar la gran cantidad de líquido
que contiene éste órgano. Para extraer el contenido del abomaso se utiliza una sonda,
la cual se introduce a través de una incisión practicada en la pared abomasal. Para
evitar el derrame del contenido gástrico se coloca una sutura en forma de jareta
alrededor del sitio de la incisión y cuando esté colocada la sonda se tensa el material de
sutura de manera que quede pegada la mucosa gástrica a la sonda.
Ya que se ha extraído en contenido, se saca la sonda y se tensa la sutura de manera
que la jareta se hace oclusiva y se anuda. Para reforzar se coloca una segunda línea de
sutura invaginante y no perforante y en este sitio pueden colocarse las suturas que
fijarán al abomaso a la región ventral del abdomen. La torsión deberá corregirse para
luego fijar al abomaso en su posición normal.
El tratamiento postoperatorio es similar al mencionado para las otras técnicas de
abomasopexia. En estos casos debe suministrarse analgésico.
Cuando ésta técnica se realiza de manera oportuna tiene excelentes resultados. Los
animales muestran notable mejoría de inmediato.
OMENTOPEXIA
Esta técnica consiste en practicar una incisión en la fosa paralumbar derecha,
relocalizar el abomaso en su posición anatómica y fijar el omento mayor a la pared
abdominal derecha.
58
Es utilizada para corregir el desplazamiento, la dilatación y la torsión del abomaso.
La preparación del paciente y los tiempos quirúrgicos son similares a los que se
describen en la abomasopexia lateral izquierda, hasta que el abomaso es reubicado.
Entonces se localiza la porción pilórica de éste y se ubica cerca de la incisión para fijar
el omento mayor a la pared abdominal derecha colocando dos puntos con material de
sutura absorbible o no absorbible, tomando los músculos y el peritoneo.
En el peritoneo y músculo transverso se realiza una sutura continua y puede incluirse el
omento en ésta. Los demás planos se suturan como en la técnica de abomasopexia
lateral izquierda.
El tratamiento posoperatorio es el mismo que para las técnicas de abomasopexia.
Ventajas
Son similares a las de la abomasopexia lateral.
Desventajas
Dentro éstas encontramos la recurrencia del desplazamiento del abomaso como
consecuencia del desgarre del omento, la formación de abscesos en el sitio de fijación
del omento o la formación de hematomas si se punciona un vaso omental de calibre
considerable.
Esta técnica es una extensión del tratamiento físico (volteo). Consiste en colocar un par
de barras de plástico a través de un trócar-cánula. Sirve para corregir la dilatación y el
desplazamiento del abomaso.
La preparación del paciente se realiza como en las técnicas de abomasopexia ventral.
Colocado el paciente en decúbito dorsal se lava la región ventral y se verifica la
posición del abomaso a través de la auscultación y percusión simultáneas.
59
Se lava y rasura la región ventral derecha entre la apófisis xifoides y la cicatriz umbilical
(que corresponde a la zona de ubicación anatómica del abomaso). Se embroca con
antiséptico y se infiltra lidocaína en el tejido subcutáneo y muscular.
Se punciona con el trócar-cánula, se retira el trócar y se introduce una de las barras. Se
retira la cánula quedando el material de sutura hacia el exterior y la barra en la luz
abomasal. A unos 5-7 cm de distancia se introduce nuevamente el trócar-cánula para
colocar la segunda barra.
Finalmente se anudan ambas suturas sin ejercer demasiada tensión para no dañar la
mucosa abomasal. Para regular la tensión puede colocarse una gasa entre la piel y el
material de sutura.
Se aplica antiséptico con cicatrizante y se permite la reincorporación del paciente.
El tratamiento postoperatorio es similar al descrito para las técnicas antes
mencionadas.
La sutura debe ser retirada diez días después de la intervención para evitar daño en la
mucosa del abomaso.
Ventajas
El bajo costo y la facilidad y rapidez con que ésta se efectúa son las ventajas de ésta
técnica.
Desventajas
Existen riesgos debido a que ésta técnica se realiza a ciegas, pudiendo ser que las
barras queden incorporadas a otra víscera (rumen) o a una porción no adecuada del
abomaso. Entre las posibles complicaciones tenemos a la fistulización del abomaso, la
peritonitis difusa o la celulitis de la pared abdominal.
60
TÉCNICA DE ABOMASOPEXIA POR LAPAROSCOPIA EN UN TIEMPO (PACIENTE
DE PIE) EMPLEANDO UN ENDOSCOPIO RÍGIDO
61
8. En el área ubicada en el espacio intercostal se realiza una incisión dorsoventral de 1
cm de longitud en la piel y se coloca el trócar de 5 mm de diámetro x 15 cm de
longitud, cuidando de no ocasionar daño al bazo u otro órgano.
9. Visualizando la punta del trócar se dirige ésta a la curvatura mayor del abomaso
para puncionarlo. Sin dejar de escapar el gas del abomaso se retira el punzón del
trócar y a través de la luz de la funda se pasa la barra metálica a la luz del abomaso,
manteniendo los hilos en el exterior.
10. Se permite el desinflamiento del abomaso, dejando escapar el gas por la funda del
trócar, para que se reubique en el piso de la cavidad abdominal.
11. Se retira el trócar de 5 mm de diámetro x 15 cm de longitud y se sustituye por del
trócar de 10 mm de diámetro x 10 cm de longitud, pasando los hilos unidos a la
barra de metal por la luz de la funda del trócar.
12. Los hilos de la barra metálica se amarran a la punta del instrumento de Barisani.
62
13. Introducción del aparato de Barisani a través del trócar de 10 mm de diámetro x 10
cm de longitud, dirigiéndolo hacia la región epigástrica derecha.
14. Ubicación del sitio de punción. Haciendo presión son el instrumento de Barisani se
visualiza o palpa el lugar donde se hará la fijación del abomaso.
15. Se empuja el vástago del instrumento de Barisani para atravesar la pared
abdominal.
16. Se recuperan los hilos, los cuáles se amarran a la pared, empleando un botón.
17. Se retira el instrumento de Barisani, el trócar y el endoscopio rígido.
18. Sutura de las incisiones.
63
BIBLIOGRAFIA
64
DILATACIÓN Y TORSIÓN CECAL
65
En la torsión cecal los signos son más notables: la producción láctea y de heces
disminuyen de manera espectacular, la deshidratación es intensa, el cólico persiste, la
distensión abdominal es mayor y el rumen se encuentra con atonía. La frecuencia
cardíaca esta elevada como consecuencia del dolor severo.
Para realizar el diagnóstico se efectúa la percusión y auscultación simultáneas del
flanco derecho del abdomen, en el cuadrante caudodorsal, a nivel de la fosa
paralumbar y sobre los cuatro últimos espacios intercostales, donde podrá escucharse
un sonido agudo de tintineo metálico similar al encontrado durante el desplazamiento
del abomaso. Al examen rectal se confirma la dilatación/torsión del ciego, al encontrar a
este órgano distendido en la cavidad pélvica.
La dilatación cecal puede ser un hallazgo durante la búsqueda del abomaso dilatado al
percutir la pared abdominal derecha, además es común que la dilatación y el
desplazamiento del abomaso se acompañen de la dilatación del ciego, sin que este
último problema manifieste un cuadro clínico característico.
El diagnóstico diferencial debe realizarse con otros padecimientos que cursen con un
cuadro clínico similar al descrito para la dilatación cecal, por ejemplo la dilatación y
desplazamiento del abomaso, la indigestión simple y la cetosis primaria.
La torsión cecal debe diferenciarse de las obstrucciones del intestino delgado y de la
torsión del abomaso.
Existen dos alternativas de tratamiento:
1. Tratamiento farmacológico (conservador): se utiliza solo en casos de dilatación cecal
con ausencia de cólico o cólico moderado, está contraindicado en casos de torsión
cecal; consiste en aplicar colinérgicos (pilocarpina, arecolina), espasmolíticos,
reguladores del peristaltismo (bromuro de prifinio1, cisaprida2) y soluciones de calcio
y glucosa.
2. Si los pacientes no mejoran con la aplicación de estos fármacos, son candidatos al
tratamiento quirúrgico.
1
Dosis: 0.375 mg/kg. IV o IM (Prifinial, Lab. Vétoquinol)
2
Dosis: 0.08 mg/kg. IV.
66
3. Tratamiento quirúrgico: con el paciente de pie se realiza una laparotomía en la fosa
paralumbar derecha seguida de la tiflotomía.
El pronóstico es favorable en los casos de dilatación cecal y aquellos casos de torsión
en los que no estaba comprometida la irrigación.
Solo el 10% de los animales intervenidos presentan recidivas.
La persistencia de la dilatación cecal aun después de haber realizado la tiflotomía se
debe a la falta de motilidad del colon más que a la atonía cecal.
La distensión, impactación u otro problema en el colon pueden ocasionar que se retrase
la recuperación de los animales a los que se les ha practicado la tiflotomía.
TÉCNICA DE TIFLOTOMIA
67
En el ápice del ciego se realiza una sutura circular no perforante (de aproximadamente
6 - 8 cm de diámetro) con material absorbible No. 0, la sutura se mantiene sin hacer
oclusiva la jareta.
Mientras el ciego permanezca exteriorizado deberá evitarse la deshidratación de este
órgano, mediante la aplicación de solución isotónica en la serosa.
Con el bisturí se realiza una incisión en el centro de la sutura circular. De esta manera
se evacua el contenido del órgano (gas y contenido fluido).
68
Se coloca una sutura invaginante, continua y no perforante en la pared del órgano, con
material absorbible No. 0 (Cushing o una sutura en bolsa de tabaco). Se recomienda
hacer dos líneas de sutura para garantizar el cierre del órgano.
Antes de retornar al ciego a la cavidad abdominal, se lava con solución salina y se pasa
por detrás del epiplón para que éste retorne a su posición normal.
La pared abdominal se sutura de forma convencional, con material absorbible No. 1 ó 2,
colocando una sutura continua en el peritoneo y músculo transverso abdominal; en los
músculos oblicuos se colocan puntos de resistencia en X. La piel se afronta con
material no absorbible No. 1 ó 2, colocando puntos simples o sutura anclada
(Reverdín).
Sobre la piel se aplica un antiséptico con cicatrizante.
El tratamiento postoperatorio se inicia el mismo día de la cirugía y consiste en aplicar
una terapia con antimicrobianos (penicilina - estreptomicina, quinolonas o sulfa
trimetoprim) en las dosis farmacológicas recomendadas, durante 4 o 5 días.
Es recomendable aplicar el día de la cirugía un analgésico o antiespasmódico intestinal
para acelerar la recuperación del paciente.
En caso necesario se rehidratará aplicando solución isotónica de cloruro de sodio o
Solución Harttman.
La aplicación del cicatrizante deberá continuar diariamente hasta que los puntos de la
piel sean retirados (12 a 15 días).
Se proporcionará forraje de buena calidad y una vez que se restablezca la motilidad
gastrointestinal se proporcionarán carbohidratos, comenzando con una pequeña
cantidad e ir incrementando hasta que consuma la cantidad adecuada para su peso y
estado productivo.
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