Herramientas
Herramientas
Herramientas
1. Las herramientas
El concepto de herramienta da una idea de algo “que sirve para...”, que se piensa en
función de una tarea a realizar o de un logro que está más allá de la herramienta en sí.
De este modo, la herramienta no tiene un valor intrínseco sino instrumental, sirve y
vale la pena en la medida en que será útil para algo. Vigotsky (1989) utilizó este
concepto para hacer referencia a “diversos facilitadores de la acción y el pensamiento”,
no limitándose a la herramienta como un objeto físico sino haciéndola extensiva a la
herramienta conceptual, la herramienta cognitiva, verbal, gestual. Él entendía que el
aprendizaje es interiorización de conceptos, pero que éstos evolucionan a lo largo de la
vida. Así, lo que hoy connota para nosotros una palabra, una acción, un movimiento,
será diferente del sentido que le atribuiremos dentro de algún tiempo. Las
herramientas son, en este contexto, facilitadores para la interiorización, en palabras de
Martins:
1
Daniel Brailovsky: “Herramientas para el abordaje del objeto de conocimiento”
Coordenadas en Investigación Educativa
www.educared.org.ar/biblioteca/coordenadas
2
Daniel Brailovsky: “Herramientas para el abordaje del objeto de conocimiento”
Coordenadas en Investigación Educativa
www.educared.org.ar/biblioteca/coordenadas
Gadino (2001) señala que “lo valioso del aprendizaje estratégico no está en ampliar
el repertorio de recursos de los alumnos, sino en que reconozcan su capacidad de
evocar, adaptar o crear las estrategias alternativas que atiendan las condiciones de la
situación”. Esto significa que desplazar al contenido para jerarquizar a la herramienta
sería un planteo circular si ésta se concibiera en el mismo sentido aditivo, de saberes
que incorpora el alumno en forma acumulativa. La herramienta se aprende en el uso,
en el desarrollo mismo de la estrategia. Vale aquí recordar la distinción que hace
Calmels (1998) entre conocer y saber. El conocimiento se basa, según este autor, en
la posesión de información, mientras que el saber (que asocia etimológicamente al
sabor) requiere de involucrarse corporalmente, de experimentar y vivir en la acción la
puesta en funcionamiento de ese conocimiento. En ese sentido, cuando hablamos de
“objeto de conocimiento” debemos entender la palabra en un sentido amplio y
abarcativo de ese saber.
3
Daniel Brailovsky: “Herramientas para el abordaje del objeto de conocimiento”
Coordenadas en Investigación Educativa
www.educared.org.ar/biblioteca/coordenadas
I
Pensar mientras miramos un concierto: “si yo tocara el violín
como este músico me sentiría inmensamente feliz, podría compartir esa habilidad con
mis amigos...”.
Fantasear, de regreso a casa, mientras caminamos por la
vereda, sobre una situación en la que tocamos el violín y nos acompaña en el piano
una tía nuestra que de pequeños nos cantaba canciones.
Ya en casa, pensar “¿y por qué no?”. Dejar pasar unos días,
ocupados en las tareas cotidianas, y por casualidad pasar por la vidriera de una casa
de música. Mirar los instrumentos, entre ellos los violines, recordar el concierto y la
fantasía sobre el dúo piano-violín con la vieja tía.
Observando el violín en la vidriera, preguntarnos “¿para qué
servirán esas ranuras que tiene sobre la madera, en forma de eses?”.
II
Tomar clases de violín, enterarnos para qué sirven las eses,
contárselo como una interesante curiosidad a nuestra tía.
Tocar notas largas hasta lograr finalmente familiarizarnos con el
sonido del instrumento, y jugar, en los ratos que dedicamos a su estudio, con las
sonoridades de las cuerdas, hacer movimientos del arco que siempre observábamos a
los violinistas en los conciertos.
Escribir una melodía para violín toma ndo fragmentos de aquélla
sonata que escuchamos una vez, e improvisando sobre sus temas.
III
Oponerse a aquella vieja escuela de enseñanza del violín que
priorizaba los solfeos a la ejecución de obras, simpatizar con los violines de luthier
antes que los que se fabrican en serie.
4
Daniel Brailovsky: “Herramientas para el abordaje del objeto de conocimiento”
Coordenadas en Investigación Educativa
www.educared.org.ar/biblioteca/coordenadas
5
Daniel Brailovsky: “Herramientas para el abordaje del objeto de conocimiento”
Coordenadas en Investigación Educativa
www.educared.org.ar/biblioteca/coordenadas
a) El abordaje selectivo.
b) El abordaje organizativo.
6
Daniel Brailovsky: “Herramientas para el abordaje del objeto de conocimiento”
Coordenadas en Investigación Educativa
www.educared.org.ar/biblioteca/coordenadas
7
Daniel Brailovsky: “Herramientas para el abordaje del objeto de conocimiento”
Coordenadas en Investigación Educativa
www.educared.org.ar/biblioteca/coordenadas
juegos en que se involucran los nombres para formar versos y estrofas. Al verse a si
mismo (a través de su nombre, su idea, su imagen, su producción, etc.) reflejado en
ese objeto cultural, el niño siente que forma parte de él, y se apropia de él desde el
punto de vista de la pertenencia. No es casual que una de las primeras cosas que los
niños escriben sea el nombre propio, como sello de identidad sobre el sistema de
escritura, como forma de aceptación de esa “colonización cultural” (Montes, 1990) que
significa sumergirse en el lenguaje.
c) El abordaje elaborativo.
8
Daniel Brailovsky: “Herramientas para el abordaje del objeto de conocimiento”
Coordenadas en Investigación Educativa
www.educared.org.ar/biblioteca/coordenadas
podrán propiciar situaciones en las que los niños interactúen en forma amplia y
múltiple con los libros, intentando interrogar al objeto, pero a partir de sus propias
preguntas espontáneas, “jugar a leer”, realizar variadas lecturas, leer dos versiones
diferentes del mismo cuento.
¿Qué sucede con el docente? ¿Qué lugar se le asigna dentro de este planteo del
aprendizaje como un abordaje múltiple? En el triángulo didáctico el conoc imiento
puede ser objeto de diferentes acciones, actitudes e instrumentación por parte del
maestro: puede traducirlo, interpretarlo, “filtrarlo”, exponerlo, ordenarlo, embellecerlo,
recontextualizarlo, dejarlo apenas entrever para generar interés..., las posibilidades
son muchas y dependerá del tipo de abordaje del objeto a conocer que se esté
propiciando el modo de intervención que el maestro priorizará respecto del contenido.
Existe en cualquier caso dentro de este triángulo (docente, alumno, saber), un juego
de mediaciones, como señala Souto: “los elementos se desplazan en su función de
terceros mediadores para facilitar la acción pedagógica en común” (Souto, 1993). Es
decir, el docente es mediador entre el alumno y el saber (es el caso de una clase
convencional, sin ir más lejos), pero también el alumno es mediador entre el maestro y
el contenido al ser tenido en cuenta en la preparación del contexto en el que el saber
será enseñado. Finalmente, el contenido media también el vínculo pedagógico entre
maestro y alumno al ofrecer, por ejemplo, un discurso disciplinar propio del objeto de
conocimiento. Si hasta aquí, donde nos hemos restringido al plano estrictamente
“técnico” de las relaciones, resulta evidente este carácter dinámico del juego de
mediaciones en el triángulo didáctico, éste se abre aún más si consideramos el plano
9
Daniel Brailovsky: “Herramientas para el abordaje del objeto de conocimiento”
Coordenadas en Investigación Educativa
www.educared.org.ar/biblioteca/coordenadas
Los tipos de abordaje no se asemejan a estadios del desarrollo que condicionan los
posibles aprendizajes, sino más bien a lo contrario: son momentos, puntos de
referencia que es posible construir dentro de nuestra concepción del aprendizaje que
suscitan el desarrollo de la persona. En ese sentido, aceptamos la posición de Vigotsky
acerca de la relación entre desarrollo y aprendizaje, es decir que éste último precede al
primero 2 . Y decimos que no son estadios de desarrollo por varias razones.
10
Daniel Brailovsky: “Herramientas para el abordaje del objeto de conocimiento”
Coordenadas en Investigación Educativa
www.educared.org.ar/biblioteca/coordenadas
4. Palabras finales
El segundo aspecto tiene en parte que ver con lo anterior: las relaciones entre los
sujetos y el saber, y las relaciones entre sujetos en el marco del aprendizaje están
siempre sujetas a un encuadre institucional. Es decir, tienen lugar dentro de
organizaciones complejas donde se ponen en juego y se construyen sistemas de
abordaje de los objetos de conocimiento que pasan, no sólo por las estrategias y
herramientas ya desarrolladas, sino por intereses propios de las instituciones,
ideológicos, políticos, y por el hecho de que la relación entre el maestro y el alumno no
pasa única ni predominantemente por el saber a cuya construcción la institución los
convoca, sino que entran en juego aspectos personales, de mutua significación en
relación a las historias de vida, que un enfoque global ha de tener en cuenta
(Blanchard Laville, 1996). El acento entonces está puesto, como se dijo al comienzo,
en la posibilidad de generar imágenes concretas susceptibles de derivar en estrategias
de enseñanza que se encuadrarán institucionalmente. Sería vano el intento de
generalizar aspectos del aprendizaje tal como lo estamos concibiendo en relación a los
espacios institucionales, pues su diversidad y complejidad haría esa tarea infructuosa.
Pero debe señalarse en qué medida la dimensión política en la relación pedagógica es
tributaria de una atención especial y un estudio específico.
11
Daniel Brailovsky: “Herramientas para el abordaje del objeto de conocimiento”
Coordenadas en Investigación Educativa
www.educared.org.ar/biblioteca/coordenadas
Una última observación a este modelo de tipos de abordaje tiene que ver con el
lugar que ofrece a la idea de autorregulación, a los procesos metacognitivos. Veamos
algunas características de estos procesos desde este punto de vista.
Cuando comenzamos a organizar un objeto de conocimiento (segundo tipo de
abordaje) se nos presenta la posibilidad de construir una relación con el mismo,
despojándonos del deseo original, ingenuo e idealista, pero proveyéndonos otro,
dimensionado y apoyado en los primeros logros y adquisiciones. Esta nueva dimensión
nos habilita a compartir esa nueva luz que hemos visto en el saber sobre ese objeto
con otras personas, a compartir el entusiasmo y sentirnos deseosos de revelar
“secretos” acerca del mismo. La situación de ver a un niño de 5 años, por ejemplo,
explicando a otro las reglas de un juego o el modo de obtener un color mezclando
otros con la pintura, es una excelente oportunidad de evaluación. Un conocimiento
comienza a ser transmisible cuando ha sido organizado y al menos en parte elaborado.
Esta posibilidad de transmitir, y de ocupar un lugar de posesión es un primer espacio
de contacto con el propio conocimiento, puesto que al enseñar se explicita para el que
enseña la estructura del sistema de abordaje del objeto.
Otro punto de anclaje en el conocimiento sobre el sistema de abordaje de un objeto
se da en el momento en que el saber adquirido, organizado y elaborado, se enfrenta a
un testigo del saber ingenuo, previo a la “desidealización”. Para el violinista de nuestro
ejemplo (ver pág. 4-5), este caso se daría al ver un video de aquél concierto que
despertó su interés y recordar las cosas que lo impresionaron entonces. Si ya experto
en el conocimiento del lenguaje musical, encontrara sus apuntes o ensayos escritos en
los primeros pentagramas sobre los que trazó claves y figuras, se emocionaría ante la
escritura temblorosa, las plicas torcidas, las armonías elementales que utilizaba en esa
etapa inicial, tomando conciencia del camino recorrido. De aquí se desprende un
criterio de autoevaluación que el docente puede utilizar: el encuentro entre los
expertos y los objetos-testigo de sus primeros abordajes de los objetos en los que se
hicieron expertos.
Los tipos de abordaje son un criterio amplio para pensar el proceso de aprendizaje
de los alumnos y en otro nivel, para diseñar y secuenciar (poner en orden) actividades
de enseñanza. Pueden también entenderse como un complemento para pensar las
formas tradicionales de concebir la planificación didáctica (se ha visto que los
proyectos de aula bien pueden ser pensados en tres etapas de actividades pensadas
desde los tres tipos de abordaje).
Para finalizar, es esperable también que este modelo resulte de utilidad para los
maestros para pensar su propia relación con el saber pedagógico, relación que guarda
íntima conexión con el modo de fomentar la relación de los alumnos con los objetos de
conocimiento. Es evidente que la capacidad de promover la regulación que los niños
puedan hacer de su aprendizaje, lo que lleguen a aprender acerca de sus propios
procesos de relación con el saber, irá en proporción en alguna medida con el grado de
autorregulación que el propio maestro tenga de sus aprendizajes en materia
pedagógica. Al decir de Blanchard Lavilla, en el vínculo que el docente establecerá con
los alumnos para relacionarlos con el saber revelará su propia relación con el saber,
tanto el saber que enseña como el saber vinculado a las herramientas que emplea para
12
Daniel Brailovsky: “Herramientas para el abordaje del objeto de conocimiento”
Coordenadas en Investigación Educativa
www.educared.org.ar/biblioteca/coordenadas
enseñarlo. Si como hemos dicho, la situación de enseñar ayuda a explicitar los rasgos
del sistema de abordaje propuesto, podemos considerarnos, como maestros, en un
lugar privilegiado para aprender.
5. Bibliografía
Notas
1
Daniel Brailovsky es Lic. en Educación Inicial (Usal), Maestro de Nivel Inicial, Prof. de Educación Musical
(CMMF), Especialista en Educación con orientación en Gestión Educativa (UdeSA) y Candidato a Doctor en
13
Daniel Brailovsky: “Herramientas para el abordaje del objeto de conocimiento”
Coordenadas en Investigación Educativa
www.educared.org.ar/biblioteca/coordenadas
Educacion (UdeSA). Forma parte del equipo del Área de Educación en la Universidad Torcuato Di Tella, e
investiga en el área de Pedagogía e Historia de la Educación. Formador y capacitador de docentes, coordina
distintos proyectos web con contenidos educativos. Ha participado en numerosos encuentros y congresos, y
ha escrito artículos sobre temas de Nivel Inicial, pedagogía, género y didáctica, que fueron publicados en
revistas de educación, y en libros, de los que participó como autor, coautor o compilador: La Didáctica en
Crisis (Novedades Educativas, 2001), Dolor de Escuela (Prometeo, 2006), Interés, motivación, deseo. La
pedagogía que mira al alumno (Novedades Educativas, 2007)
2
Vigotsky sostiene que el aprendizaje precede al desarrollo, y es en ese supuesto que se fundamenta su
concepto de Zona de Desarrollo Próximo. Los aprendizajes que se realizan en esta ZDP son aprendizajes
estructurados, que sirven a los efectos de crear y desarrollar herramientas para conocer, y que se
corresponderían con un abordaje selectivo. Los aprendizajes realizados en la Zona de Desarrollo Real, en
cambio, son mediados por herramientas que de hecho existen en el sujeto, y se corresponden con los
abordajes organizativo y elaborativo. En relación al, desarrollo y al aprendizaje, dice Vigotski (cit. en
Dubrovsky, 2000): “le enseñanza correctamente organizada conduce tras de sí al desarrollo mental infantil,
despierta a la vida una serie de procesos que fuera de la enseñanza serían, en general, imposibles”
14