Bendición de La Corona de Adviento
Bendición de La Corona de Adviento
Bendición de La Corona de Adviento
Madre de familia:
Hermanos: Al comenzar el nuevo año litúrgico vamos a bendecir esta
corona con que inauguramos también el tiempo de Adviento. Sus
luces nos recuerdan que Jesucristo es la luz del mundo. Su color
verde significa la vida y la esperanza. La corona de Adviento es, pues,
un símbolo de que la luz y la vida triunfarán sobre las tinieblas y nos
ha dado la verdadera vida.
El encender, semana tras semana, los cuatro cirios de la corona
deben significar nuestra gradual preparación para recibir la luz de la
Navidad. Por eso hoy, primer domingo de Adviento, bendecimos esta
corona y encendemos su primer cirio.
Sacerdote:
Oremos.
La tierra, Señor, se alegra en estos días, y tu Iglesia desborda de gozo
ante tu Hijo, el Señor, que se avecina como luz esplendorosa, para
iluminar a los que estamos en las tinieblas de la ignorancia, del dolor y
del pecado.
Lleno de esperanza en su venida, tu pueblo ha preparado esta corona
con ramos del bosque y la ha adornado.
Ahora, pues, que vamos a empezar el tiempo de preparación para la
venida de tu Hijo, te pedimos, Señor, que bendigas esta corona de
adviento y que, mientras se acrecienta cada día el esplendor de esta
corona, con nuevas luces, a nosotros nos ilumines con el esplendor de
aquel que, por ser la luz del mundo, iluminará todas las oscuridades.
Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
R. Amén.
Padre de familia: Dios Padre, gracias por darnos una familia. Te
pedimos que, ahora que comienza el adviento, en nuestra familia
podamos demostrarnos el amor que nos tenemos y vivamos cada día
más unidos. Te pedimos llenar nuestro hogar de tu amor divino. Te lo
pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Se enciende la vela.
SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO
Madre de familia:
Hoy, segundo domingo de Adviento, Dios nos sigue anunciando que
su Hijo está por nacer y necesita de profetas como Juan Bautista para
que comuniquen al pueblo de Dios, que deben enderezar los senderos
de su vida, para recibirlo.
Sacerdote:
Padre bueno,
gracias por la constante invitación a estar en vela,
empeñándonos en preparar el camino del Señor, que ya llega.
Que como Juan Bautista comuniquemos con valentía,
que debemos enderezar los caminos de nuestra vida
y ayudar a que el mundo no camine en tinieblas,
y como signo de esta gozosa espera encendemos el segundo cirio.
Padre de familia:
Padre, que nos has dado una familia en la que todos nos ayudamos y
somos felices, te pedimos bendecir nuestros trabajos y tareas de todos
los días para que cumplamos con más ganas y alegría la tarea que
nos toca hacer a cada uno de los miembros de esta familia en nuestro
hogar. Amén.
Se enciende la vela.
TERCER DOMINGO DE ADVIENTO
Madre de familia:
A este Domingo se le llama de gaudete, que significa ‘alégrate’,
porque se nos invita a estar siempre alegres, porque el Señor está
cerca. Nos congregamos en torno a la corona de Adviento,
encendemos el tercer cirio, de color rosa, y continuamos clamando
Ven, Señor Jesús.
Sacerdote:
Gracias Padre Bueno,
ya está más cerca el día en que nacerá tu Hijo Jesús;
concédenos seguir preparándonos con la oración,
con las buenas obras,
y buscando la reconciliación con todos;
en señal de lo cual encendemos este tercer cirio.
Padre de familia:
Padre, en nuestra familia crecemos y aprendemos a ser mejores, te
pedimos hoy que nos ayudes a ser una familia cristiana y ser un buen
ejemplo para los que nos rodean, Te pedimos fuerzas para mejorar o
cambiar lo que sea necesario de nosotros para que nuestra familia sea
mejor cada día. Amén.
Se enciende la vela.
CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO
Madre de familia:
En este cuarto domingo de Adviento nos congregamos en torno a la
corona de Adviento y con María la Madre de Jesús, disponemos
nuestro corazón para que Jesús nazca y sea el Dios con nosotros.
Sacerdote:
Te alabamos, Padre Bueno,
porque quisiste elegir a la Virgen María como Madre de tu Hijo;
en ella, que supo esperar con inefable amor de Madre,
vemos el ejemplo para seguirte
por el camino de preparación a las fiestas de su Nacimiento;
queremos recibir a aquel que es la Luz que nace de lo alto,
para que ilumine nuestra vida y a la humanidad entera;
en señal de lo cual encendemos este cuarto cirio.
Padre de familia:
Padre, que nos has dado una familia en la cual te hemos conocido y
amado, ayúdanos a vivir teniéndote siempre presente en nuestras
vidas. Te pedimos que en esta Navidad nos regales el quedarte con
nosotros en nuestros corazones y sentir que vives en nuestro hogar,
en nuestras familias. Amén.
Se enciende la vela.