Los Tres Cerditos

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Los tres - Anda cerditos sed buenos y dejarme entrar...

cerditos - ¡No! ¡Eso ni pensarlo!, dijeron los dos

Cuentos clásicos - ¡Pues soplaré y soplaré y la casita derribaré!


Autor:
Anónimo El lobo empezó a soplar y a estornudar y aunque esta
Edades: vez tuvo que hacer más esfuerzos para derribar la
A partir de 6 años casa, al final la madera acabó cediendo y los cerditos
salieron corriendo en dirección hacia la casa de su
hermano mayor.
Había una vez tres hermanos cerditos que vivían en
el bosque. Como el malvado lobo siempre los estaba El lobo estaba cada vez más hambriento así que sopló
persiguiendo para comérselos dijo un día el mayor: y sopló con todas sus fuerzas, pero esta vez no tenía
nada que hacer porque la casa no se movía ni siquiera
- Tenemos que hacer una casa para protegernos de un poco. Dentro los cerditos celebraban la resistencia
lobo. Así podremos escondernos dentro de ella cada de la casa de su hermano y cantaban alegres por
vez que el lobo aparezca por aquí. haberse librado del lobo:

A los otros dos les pareció muy buena idea, pero no - ¿ Quien teme al lobo feroz? ¡No, no, no!
se ponían de acuerdo respecto a qué material utilizar.
Al final, y para no discutir, decidieron que cada uno Fuera el lobo continuaba soplando en vano, cada vez
la hiciera de lo que quisiese. más enfadado. Hasta que decidió parar para
descansar y entonces reparó en que la casa tenía una
El más pequeño optó por utilizar paja, para no tardar chimenea.
mucho y poder irse a jugar después.
- ¡Ja! ¡Pensaban que de mí iban a librarse! ¡Subiré
El mediano prefirió construirla de madera, que era por la chimenea y me los comeré a los tres!
más resistente que la paja y tampoco le llevaría
mucho tiempo hacerla. Pero el mayor pensó que Pero los cerditos le oyeron, y para darle su merecido
aunque tardara más que sus hermanos, lo mejor era llenaron la chimenea de leña y pusieron al fuego un
hacer una casa resistente y fuerte con ladrillos. gran caldero con agua.

- Además así podré hacer una chimenea con la que Así cuando el lobo cayó por la chimenea el agua
calentarme en invierno, pensó el cerdito. estaba hirviendo y se pegó tal quemazo que salió
gritando de la casa y no volvió a comer cerditos en
Cuando los tres acabaron sus casas se metieron cada una larga temporada.
uno en la suya y entonces apareció por ahí el
malvado lobo. Se dirigió a la de paja y llamó a la
puerta:

- Anda cerdito se bueno y déjame entrar...

- ¡No! ¡Eso ni pensarlo!

- ¡Pues soplaré y soplaré y la casita derribaré!

Y el lobo empezó a soplar y a estornudar, la débil


casa acabó viniéndose abajo. Pero el cerdito echó a
correr y se refugió en la casa de su hermano mediano,
que estaba hecha de madera.

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