Migracion y Pobreza

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MIGRACION Y POBREZA

La migración es el desplazamiento de una población que se produce desde un lugar de


origen a otro destino y lleva consigo un cambio de la residencia habitual en el caso de las
personas o del hábitat en el caso de las especies animales migratorias. De acuerdo con lo
anterior se pueden considerar dos tipos de migraciones: migraciones humanas y migraciones
animales. Las migraciones de seres humanos se estudian tanto por la demografía como por
la geografía de la población. Y las de especies de animales se estudian en el campo de
la zoología, de la biogeografía y en el de la ecología. Los artículos que se pueden consultar al
respecto son:

 Migración humana, que integra dos procesos: el de la emigración, desde el punto de vista
del lugar o país de donde sale la población; y el de la inmigración, desde el punto de vista
del lugar o país a donde llegan los "migrantes". Ellos migran por variadas causas, por
ejemplo: motivos económicos, gobierno, falta de trabajo, etc. La migración se convierte en
una práctica cotidiana y tradicional de los pueblos que llega a configurar toda una cultura.1
 Migración animal: desplazamientos periódicos, estacionales o permanentes, de especies
de animales, de un hábitat a otro.

Historia
La historia de la humanidad ha sido la historia de grandes migraciones, cada movimiento
migratorio ha provocado que el ser humano se haya desplazado desde sus lugares de origen.
Este proceso de migración constante era la condición natural de vida de las sociedades
tribales originarias. La migración desde África hacia Asia y luego el resto del mundo se inició
hace unos 70 000 años y bien podemos decir que aún está en marcha.
Al hablar de migración es conveniente recordar los periodos históricos que precedieron al
actual. Sólo desde el contexto histórico y considerando las variables económicas y sociales,
podremos comprender los motivos por los que emigran, personas procedentes de todos los
continentes y que llegan a los países de destino con la expectativa de permanecer por un
tiempo o, tal vez, de construir una vida en ellos.
La historia de la humanidad hace referencia a los grandes movimientos culturales,
económicos, geográficos y políticos que dieron origen a desplazamientos en masa de la
población, tanto espontáneos como forzados.

 En la prehistoria se inició la expansión de la humanidad, alcanzando casi todas las


regiones habitables.

 En la antigüedad, Grecia, Cartago y Roma organizaban flujos emigratorios como método


para establecer las colonias para expandir el comercio de la metrópoli, el cual constituía
su principal medio de subsistencia.

 La Edad Media duró un milenio en Europa y fue testigo de tres procesos migratorios


masivos: las invasiones bárbaras, la expansión del Islam y la formación del Imperio
bizantino, el cual vino a ser sustituido, ya en la Edad Moderna, por el Imperio turco
(u otomano).
 A partir del descubrimiento de América, millones de personas emigraron a los nuevos
territorios. Los Estados Unidos en América del Norte son el mejor ejemplo de un territorio
poblado por sucesivas olas de inmigración.

 En el siglo XIX, con la Revolución Industrial, ya iniciada en el siglo anterior en Europa, se


inició una época de extraordinario crecimiento del colonialismo con el fin de obtener, por
parte de los países europeos en proceso de industrialización, las materias primas que
necesitaban para esa industrialización.

 Y en el siglo XX (continuado en el presente siglo), un extraordinario desarrollo de los


medios de comunicación y transporte (automóviles, ferrocarriles, aviones, barcos, etc.)
han hecho posible las migraciones masivas de personas en una escala global nunca
antes vista. Se trata de migraciones de tipo socio-económico, estimuladas por un proceso
de desigualdad creciente entre los países desarrollados y subdesarrollados y acentuados,
en especial en este último caso, por malos y hasta pésimos gobiernos. En Japón, durante
la Restauración Meiji, se produjo un fuerte proceso de tecnificación que generó excedente
de mano de obra, y emigraciones a distantes países cómo Estados
Unidos, Brasil, Perú, Argentina, entre otros.

Procesos relevantes en la historia de las migraciones


 La revolución neolítica de hace unos 9 000 años, y que consistió básicamente en el
desarrollo de la agricultura intensiva bajo riego, trajo consigo un desplazamiento enorme
de la población en los continentes africano, asiático primero, europeo y americano
después, en el que millones de personas abandonaron su modo de vida nómada para
hacerse sedentarios. El proceso de esta primera revolución ocurrida en la historia de la
humanidad está bien explicado en varias obras de V. Gordon Childe (especialmente
en Los orígenes de la civilización).2
 La formación de los primeros imperios en el Oriente Medio y en el Mediterráneo oriental
(Mesopotamia, Egipto, Persia, Media, Grecia, Macedonia, Fenicia) y en el Mediterráneo
occidental (Cartago y Roma) trajo consigo grandes desplazamientos de pobladores y
soldados, que se encargaron de ocupar, tanto libremente como por la fuerza, nuevas
tierras. El poblamiento y expansión de los cartagineses y romanos en el Mediterráneo
occidental estuvo acompañado por una etapa de guerras (Las guerras púnicas) que
cambiaron por completo el mapa político de esta zona del sur de Europa y norte de África.
El caso de los colonos romanos que se establecieron en la
antigua Dacia (actual Rumanía) puede servir también de ejemplo de estos
desplazamientos.
 El periodo de las grandes migraciones sirvió para que muchos pueblos indoeuropeos se
establecieran a ambos lados de los antiguos limes (límites) del Imperio romano.
 El feudalismo tuvo un efecto dual en cuanto se refiere a las migraciones de población: por
una parte fijó a los campesinos al suelo, es decir, a la tierra y aldeas de los
distintos feudos. Por la otra, aunque redujo el comercio, aumentó enormemente las
guerras de conquista entre los feudos existentes, lo cual dio origen a verdaderas
invasiones y desplazamientos masivos de la población, que fueron creciendo con el
aumento y transformación de algunos feudos en los estados nacionales a fines de la Edad
Media lo que, a su vez, determinó la decadencia definitiva del sistema feudal.
 En la Baja Edad Media se desarrollaron las redes de las ciudades estado, como la Liga
Hanseática en el noroeste europeo y las ciudades surgidas a ambos lados de los pasos a
través de los Alpes y en las ciudades del Norte de Italia, con el predominio de Venecia,
que llegó a ser la mayor ciudad del mundo gracias al desarrollo del comercio. Estas
ciudades crecieron enormemente por el desarrollo del comercio y dieron lugar a grandes
desplazamientos o migraciones entre el mundo rural y dichas ciudades, así como el
surgimiento de otras aldeas transformadas en burgos dedicados a la manufactura
artesanal que alimentaba ese comercio.

 Los comienzos de la Edad Moderna marcan el inicio de los viajes de descubrimiento, la


formación de Imperios de ultramar, la colonización de otros continentes y países por parte,
principalmente, de los países europeos. El desarrollo de la navegación dio lugar a unos
desplazamientos masivos de millones de personas que, al mismo tiempo que dieron
origen a una verdadera despoblación en muchos países europeos, sirvieron para fundar y
poblar muchos países nuevos, sobre todo en América, a través de un proceso que puede
considerarse, al mismo tiempo, como una invasión y hasta genocidio (especialmente en
los primeros tiempos) pero también como la fundación y desarrollo de un nuevo mundo
con una mayor calidad de vida: Muchos de los desarrollos técnicos iniciados en Europa
pasaron rápidamente al continente americano (uso del caballo, puentes,
acueductos, caminos, molinos, plantas de cultivo, fraguas y forjas catalanas (como la que
se construyó en la Misión de San Juan Capistrano), etc. La ocupación progresiva de
la América del Norte por parte de los españoles, franceses e ingleses (en este orden) se
hizo más intensa con el descubrimiento de oro y plata en el Oeste del territorio en 1848,
pero esta ocupación, sobre todo en el siglo XIX, tuvo caracteres muy distintos a la
expansión colonial en Hispanoamérica durante la época colonial.
 El desarrollo de la Revolución Industrial dio origen al mayor proceso migratorio de toda la
historia que no ha terminado aún, sino que está tomando nuevas formas: el
llamado éxodo rural, que involucró a miles de millones de campesinos en todo el mundo
que fueron dando origen, a su vez, al crecimiento descontrolado y excesivo de ciudades
enormes.
 La Gran Emigración europea (1800-1950). Relacionado con el éxodo rural desde
comienzos del siglo XIX y durante casi un siglo y medio, millones de europeos pobres
emigraron principalmente hacia los continentes de América y Australia.
 A partir de 1950 en adelante se ha venido desarrollando un proceso emigratorio de
dimensiones incalculables en los países del Tercer Mundo, especialmente en los más
poblados. También relacionado con el éxodo rural, que en el Tercer Mundo comenzó
después que en Europa, millones de personas de los países no desarrollados iniciaron un
proceso de migraciones hacia Estados Unidos, Europa, Canadá, Japón y Australia,
principalmente. Y la dimensión interna de esta gran emigración siempre ha sido mucho
mayor que la internacional, lo que está avalado por el hecho notorio de que las grandes
ciudades más pobladas del mundo actual han surgido, precisamente, en países del Tercer
Mundo (Shanghái, Bombai, México).

Teorías migratorias
Tipos de teorías
Las migraciones han sido analizadas desde el punto de vista de distintas disciplinas
académicas, existiendo hoy un conjunto de teorías altamente especializadas sobre las
mismas. Lamentablemente, esta especialización no siempre ha ido en provecho del diálogo
interdisciplinario y una visión más holístisca del proceso migratorio.3 En particular, los
enfoques económicos, con su aplicación de modelos fuertemente sofisticados y formalizados
matemáticamente, han tendido a crear un campo de estudios prácticamente separado del
resto de las otras disciplinas.4
A pesar de esta diversificación y especialización se pueden establecer ciertos parámetros
para agrupar los distintos enfoques en uso. Una forma simple de clasificar estos enfoques es
atendiendo al énfasis que se pone en distintos aspectos de los fenómenos migratorios. Así,
por ejemplo, hay enfoques que acentúan los así llamados “factores de expulsión” (push
factors en la terminología académica) que empujan a los migrantes a dejar sus respectivas
regiones o países (guerras, dificultades económicas, persecuciones religiosas, desastres
medioambientales, etc.). Por otra parte, están los enfoques que acentúan los “factores de
atracción” (pull factors) que llaman a los migrantes hacia determinadas regiones o países
(mejores salarios, democracia, paz, acceso a la tierra y condiciones favorables de vida en
general).
Otra forma de agrupar los diversos enfoques, que aquí se seguirá, es prestando atención al
nivel del análisis ofrecido. Así por ejemplo, tenemos análisis que enfocan prioritariamente los
aspectos agregados o estructurales (niveles comparativos de desarrollo, estándares de vida,
condiciones demográficas, grandes cambios socioculturales, las tecnologías de la
comunicación y el transporte, etc.) y que por ello pueden ser llamadas explicaciones o
enfoque “macro”. Estas fueron las primeras teorías sobre el fenómeno migratorio y su fuerza
explicativa es notable a un nivel general. Sin embargo, la decisión de migrar ni involucra a
todos los que se ven afectados por los mismos factores macro ni se puede deducir de manera
axiomática de ciertas disparidades estructurales. Por ello que otros enfoques han tratado de
entender la decisión misma de migrar a un nivel individual o del entorno humano que
directamente la influencia. Estamos por ello frente a enfoques que pueden ser llamados
“micro” u orientados a entender el por qué de la decisión particular de migrar. Sin embargo,
durante las últimas décadas se ha venido poniendo mayor interés en el nivel intermedio, o
mediador entre las condiciones estructurales y las decisiones individuales, que por ello
podemos llamar perspectiva “meso”. Se trata de entender fundamentalmente las redes
sociales y las organizaciones e instituciones concretas que posibilitan la migración. Las redes
o cadenas migratorias han sido, en especial, un foco de gran interés dentro de esta
perspectiva meso.5 También las organizaciones de carácter criminal han sido estudiadas a
este nivel.6
A continuación se darán ejemplos de estos tres tipos de enfoques, macro, micro y medio,
tratando de esta manera de entender los aportes que cada uno de ellos hace, a su manera, a
la comprensión de las migraciones.

Enfoques migratorios a nivel macro


Enfoque demográfico
El enfoque demográfico es característico de este nivel de análisis, poniendo el acento sobre
las disparidades en cuanto al desarrollo poblacional entre diversas regiones y países. Esta es,
sin duda, la base de todo análisis serio de los fenómenos migratorios que alcanza una
importancia cuantitativa ya que nos da una visión general sobre la existencia de un potencial o
de una demanda migratoria. Esto se relaciona, en general, con la fase en que diversas zonas
del mundo se encuentran en la así llamada “transición demográfica”, es decir, en los cambios
en la relación entre la tasa de natalidad y de mortalidad que explican la gran expansión
demográfica de los últimos dos siglos. En este sentido, las sociedades europeas han entrado
en una fase pos transición demográfica, en que esta tiende incluso a revertirse en el sentido
de que la tasa de mortalidad supera a la de natalidad, generando por ello un decrecimiento
poblacional. El contraste más palpable con esta situación la encontramos en el continente
africano, donde el diferencial entre natalidad y mortalidad es, a pesar de las altas tasas de
mortalidad, muy grande, dando origen a un extraordinario incremento poblacional. Así por
ejemplo, entre 2010 y 2050 la Comisión de Naciones Unidas para la Población pronostica una
caída en la población en edad activa (15 a 64 años) europea de un 20 % (de 500 a 398
millones) mientras que la africana más que se duplicaría (de 581 a 1310 millones).7 Estas
diferencias tan evidentes le dan de por sí una posición mucho más competitiva en su mercado
de trabajo a la población en edad activa que se encuentra en Europa respecto de aquella que
se encuentra en África. Esto debe, por supuesto, combinarse con la disposición de recursos
naturales y el nivel de desarrollo alcanzado para poder calibrar con mayor exactitud el
significado de las disparidades demográficas existentes.
Enfoque sociológico
Un enfoque sociológico a nivel macro es aquel que acostumbra llamarse “paradigma de
la modernización”, que asocia las migraciones con procesos de cambio socioculturales que
predisponen a aumentar la movilidad humana. Se pasaría así de una situación de mayor
sedentariedad y fuerte adscripción al entorno local, propia de una “sociedad tradicional”, a una
situación de alta movilidad y adscripciones difusas a distintos niveles, propia de una “sociedad
moderna”. Estos cambios potenciarían primero las migraciones internas y, en particular, el
proceso de urbanización, para luego pasar a una fase de migraciones de más largo alcance
incluyendo las internacionales.
Enfoque económico
A nivel económico, la economía ortodoxa o “economía neoclásica” ha acentuado las diversas
dotaciones de factores productivos (recursos naturales, trabajo, capital, etc.) en diversas áreas
y países, lo que da una retribución económica diferente al uso de esos factores. Los primeros
análisis neoclásicos aplicados a las migraciones fueron realizados por Ernest-George
Ravenstein a fines del siglo XIX, que han dado origen a las así llamadas “leyes de
Ravenstein”. Ravenstein publicó las "Leyes de Migración" (The Laws of Migration), en las
cuales el factor económico juega un papel importante porque el deseo de los seres humanos
consiste en mejorar las condiciones materiales de vida; por tal motivo, existe una tendencia de
migrar hacia áreas más desarrolladas, tomando en consideración la ubicación geográfica de
los migrantes 8. Economistas como Michael Todaro y George Borjas han desarrollado
posteriormente este enfoque de manera amplia. En el caso de las migraciones la abundancia
de fuerza de trabajo en relación a otros factores productivos potenciaría la emigración debido
a los bajos salarios de un trabajo superabundante. Por su parte, regiones con, por ejemplo,
mucho capital o tierra en relación a la población activa disponible tenderían a generar unos
ingresos más altos al trabajo y ser, por ello, atractivos como lugares de inmigración. Este sería
el caso típico de Estados Unidos en el siglo XIX, con mucha tierra accesible y poca población,
respecto de una Europa con poca tierra en relación a su población. Lo mismo ocurriría hoy
entre las regiones más desarrolladas con mucho capital y relativamente pocos trabajadores
respecto de muchas áreas menos desarrolladas que muestran la situación inversa. En buenas
cuentas, los flujos migratorios, así como otros flujos económicos, tenderían a crear una
situación de mayor equilibrio en la dotación y remuneración de los factores productivos a nivel
global. Este equilibrio implicaría un mejor uso de los mismos, generando grandes ventajas
globales y abriendo oportunidades sustanciales de mejoramiento de las condiciones de trabajo
y de vida de los migrantes en relación a su situación en el país de origen, si bien las mismas
pueden parecer desventajosas en comparación con las condiciones imperantes entre los
trabajadores y las población de los países de acogida. Esta perspectiva macroeconómica
enfatiza también las trabas a la inmigración provenientes de las organizaciones de los
trabajadores de los países más desarrollados que verían debilitado su poder de negociación y
por ende sus ascensos salariales al aumentar la cantidad de mano de obra ofertada en su
mercado de trabajo. Este es un típico ejemplo de lo que se conoce como conflicto entre los
“insiders” (grupos que están ya adentro) y los “outsiders” (nuevos grupos que presionan por
entrar en un mercado de trabajo más favorable).
Desde un punto de vista dinámico la economía ortodoxa ha elaborado una serie de teorías
acerca de las relaciones entre migración, pobreza y desarrollo.9 Se parte de una relación
inversa entre pobreza y migraciones de mediano y, en especial, migraciones internacionales
de largo alcance. Este tipo de migraciones son, habitualmente, muy costosas en relación a los
recursos disponibles por los sectores más pobres de la población mundial. Esto es lo que se
conoce como “trampa de la pobreza” que dificulta o impide que aquellos que más tendrían que
ganar migrando no puedan afrontar la inversión que ello supone. Los que normalmente migran
no son, según esta perspectiva, los más pobres sino sectores medios o relativamente
privilegiados de sociedad en desarrollo. Es por ello que se habla de una “autoselección” social
y educacionalmente positiva de los emigrantes respecto del total de la población del país de
origen. Esto mismo explica el hecho de que la emigración tienda a crecer, contrariamente a lo
que habitualmente se cree, cuando se inicia un proceso exitoso de desarrollo ya que el mismo
abre posibilidades para que más y más personas puedan invertir en la migración hacia países
donde su “capital humano” sería aún más rentable. Esta emigración viene a su vez a
potenciar, por medio de las remesas, el desarrollo del país de origen, generándose así un
“círculo virtuoso” entre desarrollo, emigración y más desarrollo. Cuando el nivel de desarrollo
del país de emigración lo acerca al del país de inmigración el flujo tiende a ralentizarse para
luego detenerse y, finalmente, invertirse, formando aquello que se ha llamado la “U invertida”.
Un ejemplo palpable de este proceso es la emigración española hacia el norte de Europa, que
fue fuertemente potenciada por el desarrollo económico español de los años 1960 para luego,
en los 70, detenerse e invertirse cuando España alcanzó niveles de bienestar que si bien aún
eran inferiores a los del norte europeo no compensaban ya los costes de todo tipo que impone
la emigración.
El enfoque económico antagónico al recién expuesto lo proponen diversas escuelas de
pensamiento neomarxistas, que acentúan la polarización internacional que vendría a
empobrecer crecientemente las así llamadas “periferias” del sistema capitalista mundial,
forzando a sus poblaciones a emigrar para subsistir creando de esta manera una especie de
“Tercer” o “Cuarto Mundo” migrante que se ofrece por bajos salarios y aceptando condiciones
de “sobreexplotación” en los mercados de trabajo del mundo desarrollado. Estas perspectivas
tienen su origen en la Escuela o Teoría de la Dependencia, popularizada por autores
como André Gunder Frank ya en los años 1960, y en la así llamada teoría del sistema-
mundo asociada al nombre de Immanuel Wallerstein.10 De acuerdo a este enfoque estaríamos
frente a un círculo vicioso de explotación, empobrecimiento, emigración y mayor
empobrecimiento. Esta perspectiva general ha sido complementada por las teorías del
“mercado dual” o “segmentado” de trabajo, asociadas a los nombres de Michael Piore,
Stephen Castles y Godula Kosak. Para estos autores existen dos tipos de mercados laborales
y, de hecho, dos tipos de clases trabajadoras en los países desarrollados: una compuesta
fundamentalmente por los autóctonos, que comparten condiciones regulares y aceptables de
trabajo, y otra formada por los inmigrantes, en particular aquellos en diversas situaciones de
irregularidad, que carecen de condiciones seguras y dignas de trabajo.11

Enfoques migratorios a nivel micro


Los enfoques micro surgen de la necesidad de explicar las decisiones reales de los sujetos de
las migraciones, es decir, de los migrantes mismos. El punto de partida de estas reflexiones es
que realmente existe una decisión migratoria y que no se trata de un hecho meramente
forzoso, como sería el tráfico de esclavos o las deportaciones masivas de población. Estas
situaciones extremas excluyen por cierto toda decisión del individuo migrante que, de hecho,
no es sujeto de la acción de migrar sino víctima u objeto de la decisión de otros. Sin embargo,
en la gran mayoría de los casos existe un momento de voluntariedad y decisión que debe ser
explicado, aún bajo condiciones muy penosas. De hecho no todos, ni siquiera la mayoría de
una población sometida a persecuciones políticas intensas o a condiciones económicas
desventajosas dejan sus países de origen. Lo hacen algunos y no otros que optan, por más
dura que sea esa opción, por quedarse y resistir a las condiciones adversas. Esto hace
relevante la pregunta por la decisión de migrar en circunstancias muy variadas.
La teoría económica ortodoxa enfoca este tema como si el emigrante fuese un inversor
cualquiera, que hace una evaluación de costos y beneficios y elige, de acuerdo a ese cálculo y
buscando maximizar sus beneficios, si emigrar o no. Se trata de un cálculo difícil de evaluar
en términos exactos ya que implica una serie de incertidumbres y de costos que escasamente
se dejan sopesar (dejar a la familia, a los conocidos y a lo conocido, etc.). La decisión
“racional” puede, además, ser perfectamente “irracional” en el sentido de que el cálculo puede
basarse en informaciones erradas. Todo esto no obsta para considerar al migrante como un
“homo oeconomicus” de texto ya que estos fallos de información se pueden dar en el caso de
cualquier consumidor o inversor. Según esta aproximación, uno de los factores decisivos de la
decisión de emigrar es la rentabilidad potencial del capital humano del migrante en un nuevo
mercado de trabajo, a lo que se le contraponen, como costos, su ingreso actual y otras
“pérdidas” de la emigración. Esto es lo que vendría a explicar la observación incontrovertible
de que, a falta de impedimentos mayores y teniendo los recursos para migrar, los flujos
migratorios tiendan a ir de países de menores salarios a aquellos de mayores salarios.
Contrapuesto a este punto de vista explícitamente individualista ha surgido el así llamado
paradigma de la nueva economía de la migración.12 En esta perspectiva se desplaza el foco
de atención de la decisión individual a la del grupo humano que forma el entorno original del
migrante (su familia nuclear o extendida, sus vecinos, su pueblo, etc.). Al mismo tiempo se
pone el acento no sobre la maximización del beneficio sino sobre la minimización de los
riesgos, que se logra al desplazar miembros (habitualmente jóvenes) de un grupo a diversos
nichos económicos. Se trata, en resumen, de una decisión de migrar que atañe a un individuo
pero que ha sido tomada y financiada colectivamente como parte de una estrategia de
supervivencia de todo un grupo humano, lo que implica que el migrante lleva consigo y debe
responder a una serie de compromisos y lealtades con su grupo de origen. Su conducta debe
por ello ser grupal y no individualista, especialmente en cuanto al uso de los beneficios
económicos de migración (obligación de enviar remesas) y a los compromisos de largo plazo,
como por ejemplo la elección de esposa o esposo o el compromiso de ayudar a nuevos
migrantes del mismo grupo de origen. Se forman así tanto cadenas migratorias como fuertes
solidaridades transnacionales que condicionan vitalmente la vida del inmigrante.
A pesar de sus evidentes diferencias cabe destacar una similitud básica entre el enfoque
micro de la economía ortodoxa y el de la nueva economía de la migración: ambos parten de la
existencia de un cálculo racional como fundamento del hecho migratorio. En un caso realizado
por un individuo que busca su máximo provecho y en el otro por un grupo que también lo
busca.
Frente a estos enfoques “racionalistas” existe el “misterio de los pioneros”, aquellos individuos
o pequeños grupos que abren un nuevo horizonte migratorio y a los que luego seguirán
muchos otros por motivos muy distintos y, habitualmente, más explicables que los de los
pioneros. Estos “aventureros migratorios” son difíciles de encuadrar en una teoría más
general, siendo muchas veces los diferentes e incluso los disidentes de una comunidad o
sociedad determinada, que la dejan impulsados por una búsqueda incierta de una vida
diferente o, a veces, por el simple rechazo social ante sus conductas inconformistas o
“socialmente desviadas”. De esta manera partieron, por ejemplo, los primeros disidentes
religiosos de Europa hacia Norteamérica. Otras causas igualmente difíciles de encasillar en
teorías generales son las del amor, que llevan a una persona a seguir a otra iniciando una
migración que tal vez otros sigan por razones muy distintas explicando así, al menor en parte,
la extraña geografía de muchos flujos migratorios cuya concentración en ciertos lugares de
origen o de llegada parecen ser puramente aleatorios.
Enfoques migratorios a nivel medio
Las perspectivas macro y micro fueron severamente criticadas durante los últimos decenios
del siglo pasado ya que olvidaban que entre los factores generales y los más particulares
existen una serie de estructuras que hacen posible la migración, abaratando sus costos y, de
hecho, canalizándola hacia ciertas zonas, nichos laborales y localidades concretas. Surgió así
el análisis de las redes migratorias que parte de la creación de un “capital social migratorio”
que se va acrecentando en la medida en que se fortalece la migración. 13 Este capital social
incluye desde recursos materiales para posibilitar la partida y la inserción en la nueva
sociedad hasta contactos e información de decisiva importancia para el éxito del proyecto
migratorio. Se trata de una perspectiva en que el esfuerzo y los elevados costos de los
pioneros van formando un capital que hace más accesible la migración para otros,
habitualmente con menos recursos o circunstancias menos favorables o afortunadas que las
de los pioneros exitosos. Al mismo tiempo, los pioneros se tienden a convertir en líderes del
nuevo grupo inmigrante, teniendo en sus manos las claves de la inserción en la sociedad de
acogida y buscando sacar ventajas de las mismas. Se forman así cadenas de migrantes que,
en sus expresiones más notables, llevan a la formación de los así llamados “enclaves étnicos”
de gran vitalidad económica pero que muchas veces generan fuertes relaciones de
explotación dentro del grupo respectivo.14 Clásicos ejemplos de ello se dieron, y se dan
todavía, en Estados Unidos, explicando desde la vitalidad empresarial de parte significativa de
la comunidad judía establecida allí durante el siglo XIX hasta los “chinatowns” o el pujante
enclave cubano de Miami. Estos enclaves han mostrado que, a pesar de sus rasgos de abuso
intraétnico, en el largo plazo han sido trampolines del progreso de prácticamente toda la
comunidad étnica involucrada, tal como lo muestran los notables progresos económicos de los
descendientes de los inmigrantes judíos y chinos que hoy cuentan con niveles de ingreso y
educación muy superiores a la media de la población estadounidense de origen anglosajón.
El estudio de las redes migratorias incluye también aquellas que decididamente actúan fuera y
en contra de la ley, habitualmente calificadas como mafias donde el así llamado “traffiking” con
fines de explotación sexual es una fuente de ingentes ganancias para algunos y de gran
sufrimiento para muchos.
También se debe incluir en este enfoque meso el estudio de lo que podríamos llamar la
“industria de la migración”, que va desde las empresas de viajes de “bajo costo”
especializadas en el transporte de migrantes a empresas que dan créditos para posibilitar la
migración o aquellas que posibilitan las comunicaciones o el envío de remesas. Todos estos
son elementos esenciales de proyectos migratorios que sin ellos serían extremadamente
difíciles y costosos.

Las migraciones internacionales en la actualidad

Según el Informe sobre Desarrollo Humano 2009 del PNUD15 existirían unos mil millones de
migrantes en la actualidad. De ellos, la abrumadora mayoría serían migrantes internos y solo
menos de una cuarta parte se habría desplazado fuera de las fronteras de su respectivo país.
Así lo dice el informe mencionado:
Número de inmigrantes en el mundo entre 1960 y 2010
Incluso con una definición conservadora de la migración interna que computa el movimiento sólo a
través de las demarcaciones zonales más grandes de un país, el número de personas que se desplaza
internamente en nuestra muestra es seis veces mayor que quienes emigran a otro país. Si usamos los
patrones regionales que encontramos en estos datos, calculamos que hay alrededor de 740 millones de
migrantes internos en el mundo, casi cuatro veces la cifra de quienes se desplazan internacionalmente.
En comparación, la cifra contemporánea de migrantes internacionales (214 millones o 3,1 % de la
población mundial) parece pequeña.16

El mismo informe muestra que el flujo mayoritario de desplazamientos internacionales se


dirigiría hacia países con niveles semejantes de desarrollo. Un flujo considerable, pero
minoritario, está sin embargo formado por aquellas personas que se desplazan desde países
pobres o menos desarrollados a países ricos o más desarrollados. Esta migración acostumbra
a denominarse migración Sur-Norte (países pobres-países ricos). El PNUD nos da la siguiente
estimación de estos flujos: “si limitamos nuestra atención a los movimientos internacionales, el
grueso de ellos no se produce entre países con niveles de desarrollo muy diferentes. Sólo el
37 % de la migración mundial es desde países en desarrollo a países desarrollados. La
mayoría del desplazamiento tiene lugar entre países de la misma categoría de desarrollo:
alrededor del 60 % de los migrantes se traslada o bien entre países en desarrollo o entre
países desarrollados (el restante 3% se mueve desde países desarrollados a países en
desarrollo)”.16
En términos de género, la composición de las migraciones internacionales se ha mantenido
muy estable durante los últimos dos decenios, mostrando una leve mayoría masculina lo que
viene a contradecir la idea tan común de una “feminización de las migraciones”. De hecho,
según las estimaciones de Naciones Unidas17 el porcentaje de mujeres en el total de
migrantes internacionales decrece levemente entre 1990 y 2010 (de 49,1 a 49 %). Este
decrecimiento se observa tanto en los países más desarrollados (de 52 a 51,5 %) como en
aquellos menos desarrollados (de 45,9 a 45,3 %). Sin embargo, esto no obsta para constatar
grandes diferencias en términos de género entre los emigrantes de diversas regiones del
mundo. Las migraciones de América Central y del Sur hacia Europa están, por ejemplo,
fuertemente feminizadas, mientras que las de México a Estados Unidos o las provenientes de
África o, en general, del mundo musulmán, están claramente masculinizadas.
Fuente Naciones Unidas. Gráfico: elaboración propia

Las estimaciones de las Naciones Unidas muestran además que si bien los flujos migratorios
internacionales han aumentado de manera considerable en términos absolutos (de un total
acumulado de 75 millones en 1960 a 214 en 2010) su participación porcentual en el total de la
población mundial prácticamente no se ha alterado (2,5 % en 1960, 2,9 % en 1990 y 3,1 % en
2010). Esta constatación sorprende teniendo en cuenta la creciente globalización y el aumento
considerable de otros flujos internacionales (turismo, mercancías, servicios, capital,
información etc.). Comparando con la ola migratoria de fines del siglo XIX vemos que los flujos
actuales son en realidad bastante limitados (3,1 % comparado con el 8,5 % de la población
mundial que se alcanzó antes de la Primera Guerra Mundial) a pesar de las mejoras en los
sistemas de transportes y el abaratamiento considerable del uso de los mismos. Además, las
disparidades que alientan las migraciones muestran hoy por hoy niveles extraordinariamente
altos, lo que eleva considerablemente los beneficios que puede reportar el desplazarse de un
país pobre a un país rico. El informe del PNUD da al respecto los siguientes ejemplos: «Los
migrantes de los países con bajo IDH son quienes más pueden ganar y, en efecto, en
promedio vieron multiplicarse sus ingresos por 15 (a US$15 000 por año), duplicaron sus
tasas de matrícula en educación (de 47 % a 95 %) y redujeron la mortalidad infantil en 16
veces (de 112 muertes por cada 1000 nacidos vivos a siete)».18

Estos datos muy someros indican la existencia de grandes incentivos a la migración, en


particular aquella que hemos denominado Sur-Norte. Se trata no solo de potenciales
ganancias económicas y de bienestar material sino de todas aquellas relacionadas con vivir
en sociedades con sistemas políticos democráticos y un amplio respeto a las libertades y los
derechos humanos. Sin fuertes trabas de carácter político-policial deberíamos, por lo tanto,
estar frente a flujos migratorios internacionales considerablemente mayores que los que en
realidad se observan. Estas barreras dificultan y encarecen notablemente las migraciones Sur-
Norte, haciéndolas en la práctica accesibles solo a aquellos sectores sociales capaces de
financiar sus altos costos. Esto se relaciona con otro elemento que limita las migraciones Sur-
Norte actuales. Se trata de lo que en teoría migratoria se conoce como la “trampa de la
pobreza”, es decir, niveles de pobreza tales que impiden que aquellos que más tendrían que
ganar desplazándose hacia un país desarrollado no puedan intentarlo dada su incapacidad de
financiar los costos de la emigración. En este sentido y contradiciendo lo que habitualmente se
cree, un mayor desarrollo en las áreas más pobres del planeta incrementaría notablemente la
capacidad migratoria de los habitantes de las mismas y por ello la presión migratoria hacia el
Norte.

Mirando ahora la distribución por país de acogida se constata que Estados Unidos sigue
siendo, como ya es tradicional, el principal país receptor de inmigrantes con cerca de 43
millones de inmigrantes legales en 2010 (a lo que hay que sumarle una cifra estimada en
cerca de 10 millones de inmigrantes irregulares). A bastante distancia le siguen Rusia (12,3
millones), Alemania (10,8 millones), Arabia Saudí (7,3 millones), Canadá (7,2 millones),
Francia (6,7 millones), Reino Unido (6,5 millones) y España (6,4 millones). En todos estos
casos hay que sumar un porcentaje que va de un 5 a un 15 % de inmigrantes irregulares. En
porcentaje de su población, la región que más ha recibido inmigrantes es Oceanía (16,8 %),
seguido por América del Norte (14,2 %) y Europa (9,5 %). A mucha distancia se ubican África
(1,9 %), Asia (1,3 %) y América Latina (1,3 %).
Dentro del total de migrantes internacionales también se considera a los refugiados, que en
2010 sumaban según Naciones Unidas 16,3 millones de personas, lo que representa un
aumento respecto de la cifra de 2005 pero, a su vez, un claro descenso respecto de 1990,
cuando se contabilizaron 18,5 millones de refugiados. En porcentaje de la población mundial
esto implica un descenso desde 0,35 % en 1990 a 0,24 % en 2010.
A largo plazo, las disparidades del desarrollo demográfico de las diversas regiones del planeta
serán de gran importancia para entender las presiones migratorias. A este respecto se
observan ya hoy grandes disparidades, las que se verán significativamente aumentadas en las
décadas venideras. Esto es particularmente notable e importante en lo que se refiera a la
población en edad activa, elemento vital para el sustento de los niveles y sistemas de
bienestar de los diversos países.
Según las proyecciones del International Institute for Applied Systems Analysis (IIASA)19
Europa y el Asia Oriental experimentarán caídas poblacionales en las próximas décadas y, a
su vez, una redistribución de la población en detrimento del segmento en edad de trabajar.
Por su parte, Asia del Sur y sobre todo el África Subsahariana experimentarán fuertes
incrementos demográficos. Para poner un ejemplo, de acuerdo a las cifras de Naciones
Unidas la población europea de 15 a 59 años experimentará entre 2010 y 2050 un descenso
de casi 100 millones de personas (cerca de una cuarta parte), al mismo tiempo la población de
África Subsahariana en ese segmento de edad aumentará en unos 600 millones de
individuos.20
Estas extraordinarias disparidades, sumadas a las grandes disparidades económicas, sociales
y políticas que caracterizan el mundo de hoy, serán los vectores futuros de la migración
internacional. Simultáneamente, el progreso económico y social de una porción creciente de la
población de los países en desarrollo ha ido aumentando significativamente la cantidad de
personas con recursos suficientes para financiar la migración hacia el Norte. Baste solo
recordar que según las cifras del Banco Mundial, entre 1981 y 2005 aumentó el número de
personas en el mundo en desarrollo que disponen de un ingreso de más de 2,5 dólares por
día de 930 a 3 500 millones de individuos.21 Todo indica que este desarrollo continuará,
potenciando con gran fuerza la capacidad migratoria de un mayor número de personas del
mundo en desarrollo.
De los 209 Estados existentes, 43 países se encuentran recibiendo inmigrantes, mientras que
sólo 32 envían y 23 reciben y envían. Un gran número de países están viviendo o
desarrollando estos procesos migratorios, con Estados Unidos a la cabeza, con 35 millones de
inmigrantes. Aproximadamente el número total de migrantes asciende a más de 175 millones
de personas, esto es, el 2,9 % de la población mundial vive fuera de su país de origen. Esto
ha permitido una concientización mundial con respecto de este fenómeno y la idea de la
“aldea global”. Durante los últimos 35 años, el número de migrantes internacionales ha crecido
a más del doble.
Según datos de la CONAPO, entre 1995 y el año 2000, 1 millón 209 mil mexicanos emigraron
a Estados Unidos, sin embargo, entre 2005 y 2010, únicamente lo hicieron 683 mil
connacionales. Por otro lado, aumentó la migración de retorno, de 267 mil migrantes entre
1995 a 2000, a 824 mil en el quinquenio de 2005-2010, lo que representa un incremento del
300 %. Se preguntan si esto se trata de un nuevo patrón migratorio o si se trata de cambios
coyunturales debidos a la recesión económica y a las políticas migratorias del vecino país, y
que al momento de estabilizarse permitirán el retorno a los patrones migratorios anteriores.

El tema migratorio en la agenda internacional


Se debe enfatizar en la importancia de la intervención temprana de las instituciones
nacionales e internacionales, y proponer un enfoque que responda a los problemas y
necesidades de salud, educación, seguridad y cohesión social, para enfrentarlas de manera
articulada, entre países de origen y destino, las consecuencias derivadas de la migración.
Algunos países han reconocido la necesidad de crear mecanismos especiales que permitan
proteger los derechos de grupos de migrantes que, se encuentran en riesgo y en
vulnerabilidad, pues suelen pasar desapercibidas por las autoridades o en muchos casos ser
re-victimizadas a través de deportaciones o detenciones y otras prácticas utilizadas para los
extranjeros adultos pueden no ser apropiadas para menores.
“Las políticas públicas en la materia migratoria y en sus relaciones con la cultura son un
parámetro directo de evolución social y, por consiguiente, el debate público sobre esta
problemática debiera enfocar buena parte de su esfuerzo a impulsar prácticas estatales cada
vez más cercanas a los principios de una sociedad humana con alcance global.”25
Por la dinámica del tema, la migración es un tema que es revisado por los diversos
organismos internacionales. Entre ellos, se destaca el trabajo de la Organización Internacional
para las Migraciones y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.
Además, se han abierto diversos procesos de diálogo para atender el tema, como el Diálogo
de Alto Nivel sobre Migración Internacional y Desarrollo26 y el Foro Mundial sobre Migración y
Desarrollo.

La Organización Internacional para las Migraciones


La Organización Internacional para las Migraciones es una organización intergubernamental,
fundada en 1951, que se ocupa de la problemática de las migraciones. Con sede en Ginebra,
cuenta con oficinas locales en más de 100 países. Se trata de una organización creada por
tratado por los Estados soberanos, sin embargo, no depende de las Naciones Unidas. En la
actualidad, los Estados miembros son 127 y 18 son observadores, con la adición de 76
organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales. La OIM cuenta con una
estructura flexible y tiene más de 440 oficinas en más de 100 países.

Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados


El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR, en
inglés UNHCR, United Nations High Commissioner for Refugees) es el organismo de
las Naciones Unidas encargado de proteger a los refugiados y desplazados por persecuciones
o conflictos, y promover soluciones duraderas a su situación, mediante el reasentamiento
voluntario en su país de origen o en el de acogida. Tiene su sede en Ginebra, Suiza, y más de
250 oficinas repartidas por todo el mundo.

Foro Mundial sobre Migración y Desarrollo


El Foro Mundial sobre Migración y Desarrollo es una iniciativa de los Estados para discutir
los aspectos multidimensionales de la migración y el desarrollo. El Foro Mundial surgió en el
marco del Diálogo de Alto Nivel sobre Migración Internacional y Desarrollo26 celebrado en el
seno de la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2006. A la fecha, el Foro Mundial ha
tenido cinco reuniones: Bruselas 2007, Manila 2008, Atenas 2009, Puerto Vallarta 2010,
Ginebra 2011, Port Louis, Mauricio en 2012. La séptima reunión tuvo lugar
en Estocolmo, Suecia en mayo de 2014.

Causas principales de las migraciones


Las migraciones constituyen un fenómeno demográfico sumamente complejo que responde a
causas diversas y muy difíciles de determinar, en especial porque debido a las migraciones
irregulares o disfrazadas de actividades turísticas o de otra índole, los datos cuantitativos son
difíciles de obtener, especialmente en el caso de los países subdesarrollados. Las principales
causas de las migraciones son:

Causas políticas
Por persecución y venganza política abandonan un país para residenciarse en otro o, al
menos, intentan abandonarlo, aunque a menudo pueden llegar inclusive a perder la vida
cuando se trata de regímenes totalitarios. Cuando las personas emigran por persecuciones
políticas en su propio país, se habla de exiliados políticos, como sucedió en el caso de los
españoles que huían de la persecución del después de la Guerra Civil, así como muchos otros
que se dirigieron a otros países. En gran parte, la crisis migratoria en Europa que alcanzó su
nivel más grave en el 2015, ha tenido y sigue teniendo motivos políticos y confrontaciones
internas que se ha agudizado por el impacto en las poblaciones vulnerables, como las mujeres
y, sobre todo, los niños, como puede verse en un blog de la UNICEF (13)

Causas culturales
La base cultural de una población determinada es un factor muy importante a la hora de
decidir a qué país o lugar se va a emigrar. La cultura (religión, idioma, tradiciones,
costumbres, etc.) tiene mucho peso en la decisión de quedarse en un país o emigrar de éste.
Las posibilidades educativas son muy importantes a la hora de decidir las migraciones de un
lugar a otro, hasta el punto de que, en el éxodo rural, este factor es a menudo determinante,
ya que los que emigran del medio rural al urbano suelen ser adultos jóvenes, los cuales tienen
mayores probabilidades de tener hijos menores de edad.

Causas socioeconómicas
Son las causas fundamentales en cualquier proceso migratorio. De hecho, existe una relación
directa entre desarrollo socioeconómico e inmigración y, por ende, entre subdesarrollo y
emigración. La mayor parte de los que emigran lo hacen por motivos económicos, huyendo de
la pobreza, buscando acceso al trabajo, un mejor nivel de vida, mejores condiciones de
trabajo y remuneración, o en casos más críticos, por cuestiones de supervivencia. La situación
de hambre y miseria en muchos países subdesarrollados obliga a muchos emigrantes a
arriesgar su vida (y hasta perderla en multitud de ocasiones), con tal de salir de su situación.

Causas familiares
Los vínculos familiares, así como la disolución de los mismos, también resultan factores
importantes en la decisión de emigrar. La desintegración familiar, en muchos casos, puede dar
origen a la migración infantil:
Migración infantil. En el mundo actual no solo existe la migración de adultos, también existe
la de menores de edad. Las principales causas de este hecho son:

 El tener familiares que ya han migrado.


 El deseo de los padres de querer tener mejor nivel económico para la familia (la mayoría
solo viven con la madre, que a menudo suele tener varios hijos).
 La búsqueda de una vida mejor por parte de sus padres o familiares a cargo
(económicamente).
Causas bélicas y otros conflictos internacionales
Constituyen una verdadera fuente de migraciones forzadas, que han dado origen a
desplazamientos masivos de la población, huyendo del exterminio o de la persecución del
país o ejército vencedor. La Segunda Guerra Mundial en Europa (y también en Asia), así
como guerras posteriores en África (Biafra, Uganda, Somalia, Sudán, etc.) y en otras partes
del mundo, han dado origen a enormes desplazamientos de la población o, como podemos
decir también, migraciones forzadas.

Catástrofes generalizadas
Los efectos de grandes terremotos, inundaciones, sequías prolongadas,
ciclones, tsunamis, epidemias y otras catástrofes tanto naturales como sociales (o una
combinación de ambas, que es mucho más frecuente) han ocasionado grandes
desplazamientos de seres humanos (también podríamos considerarlos como migraciones
forzosas) durante todas las épocas, pero se han venido agravando en los últimos tiempos por
el crecimiento de la población y la ocupación de áreas de mayor riesgo de ocurrencia de esas
catástrofes. Este panorama hace que sea muy difícil, si no imposible, discriminar entre las
causas de las migraciones debidas a catástrofes naturales de las de otro tipo. Un terremoto de
escasa intensidad, por ejemplo, puede ser muy destructivo en áreas subdesarrolladas con
viviendas precarias y sin una organización social y económica importante; mientras que en
otros países más desarrollados y culturalmente más avanzados, otro terremoto de la misma
intensidad puede no tener casi ninguna consecuencia negativa en materia de la infraestructura
del país y de la pérdida de vidas.

MIGRACION SELECTIVA
El mundo se ha dividido en desarrollados y subdesarrollados, el primero caracterizado como el
reino de la abundancia producida por el progreso de la ciencia y la tecnología y en segundo
lugar aquel mundo de la escasez, de la falta, pero sobre todo definido por la incapacidad de
revertirla. Definido así por lo que no tiene, por lo que no es, se inculca la búsqueda de una
transformación para dar la espalda a lo que se ha sido y tratar de ser lo que otros son. En este
proceso, los países en subdesarrollo han invertido amplios recursos en la formación de los
profesionales, cuyas capacidades son posteriormente aprovechadas por los países
industrializados.
Buena parte de los que se marchan han sido educados y formados con dinero público y se
van a aplicar sus conocimientos a otro país. Lo que se agrava en los países donde la
educación en su totalidad –incluida la universitaria-, es gratuita. Si tal como se estima el costo
por alumno en una universidad de un país sudamericano es de aproximadamente veinte mil
dólares a cuarenta mil dólares (según sea estatal o privada) durante cinco o seis años y
multiplicamos esa cantidad por los miles de profesionales que emigran, los países receptores
ahorran miles de millones de dólares solamente en el costo de la educación y la operación
sale rentable. En cierta manera, el dinero invertido en educación en los países de origen se
termina convirtiendo en un suplemento del presupuesto de los países desarrollados.
Para ver reflejado esto en números: desde el año 2002 al 2006 se ha solicitado la
homologación, convalidación y reconocimiento de un total de 127.821 títulos extranjeros de los
cuales un 95 % fueron estimatorios, la mayor cantidad de solicitud de licenciaturas
correspondieron a Ingeniería en Informática, Derecho, Psicología y a Medicina, ésta última
representa el 41 % del total de las solicitudes. En tanto la acreditación de títulos profesionales
españoles para establecerse en otros estados de la UE asciende en el año 2006 a 2.551
frente a las 24.578 presentadas por extranjeros para establecerse en España. Como muchas
regiones, América Latina experimenta desde décadas atrás la pérdida de población altamente
calificada, cuyo potencial beneficio no parece que se materializará a través del retorno.
Con especial atención debe atenderse a las economías más pequeñas, que son las más
afectadas por la emigración de sus profesionales. Por ejemplo, Uruguay, una economía de 3,5
millones de habitantes ha solicitado durante el año 2006 la homologación de más títulos
universitarios que África, Asia y Oceanía juntos y esto sólo en lo que refiere a los datos de
España. Entre los principales problemas que tiene este país para retener a sus cerebros “son
de dinero como la forma de considerar a la edad y la experiencia”. Las cuentas son muy
fáciles: las tasas de pago en el exterior respecto al país son de 10 y 20 veces más por la
misma experiencia y función y a diferencia de lo que sucede en Uruguay donde la juventud y
la inexperiencia son un problema, en estos países son ventajas altamente valoradas.
Recordemos que el conocimiento es un valor no sólo económico sino también público en la
medida en que contribuye al desarrollo social y beneficia no solo a los productores sino
también a los usuarios del mismo, por lo que cuando emigra un médico, un ingeniero, un
abogado… no sólo emigra un profesional, también emigra parte de la masa crítica que
contribuye a la construcción de las sociedades democráticas. Deben considerarse también las
pérdidas colaterales tales como la disminución de ingresos fiscales, inestabilidad de la clase
media, entre otros.
América no logrará elevar el nivel de su sistema educativo y retener al servicio del país a
numerosos de sus mejores talentos sin un cambio profundo en sus métodos selectivos que
coloquen en el puesto a ocupar no sólo a los más capacitados, sino también a personas
dinámicas totalmente dedicadas a su labor docente y con un compromiso serio de permanecer
en su país de origen.

TRATA DE PERSONAS
La trata de personas, comercio de personas o tráfico de personas es el comercio ilegal de
seres humanos con propósitos de esclavitud laboral, mental, reproductiva, explotación
sexual, trabajos forzados, extracción de órganos, o cualquier forma moderna
de esclavitud contra la voluntad y el bienestar del ser humano.
Es un delito internacional de lesa humanidad y viola los derechos humanos de la persona.
También, se lo denomina la esclavitud del siglo XXI.234 Es una violación a los derechos
humanos que atenta contra la libertad y la dignidad de las víctimas. Esto incluye la captación y
el transporte ilegal de personas.
El Protocolo de las Naciones Unidas para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de
Personas, Especialmente Mujeres y Niños (más conocido como Protocolo contra la trata de
personas) fue adoptado en Palermo Italia en el 2000, ratificado por España en 2003,y es un
acuerdo internacional adjunto a la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia
Organizada Transnacional. El Protocolo contra la trata de personas es uno de los tres
protocolos adoptados a fin de facilitar la aplicación de la Convención.5 El fin del acuerdo es
favorecer la cooperación internacional, las investigaciones y procedimientos penales contra
los criminales dedicados a la trata de personas. Un primer objetivo es proteger y asistir las
víctimas de tales crímenes en el pleno respeto de los derechos humanos. Se trata del primer
instrumento a nivel global para combatir la trata de seres humanos y el único hasta ahora que
atribuye una definición universal de este fenómeno. El Protocolo efectúa las siguientes
precisiones de interés:
- Por "trata de personas" se entenderá la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la
recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras de coacción, al
rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la
concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona
que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación. Esa exploración incluirá, como
mínimo, la explotación de la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, los
trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, la
servidumbre o la extraccción de órganos;
- El consentimiento dado por la víctima de la trata de personas a toda forma de explotación
intencional descrita no se tendrá en cuanto cuando se haya recurrido a cualquiera de los
medios enunciados antes.
- La captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de un niño con fines de
explotación se considerará "trata de personas" incluso cuando no se recurra a ninguno de los
medios enunciados.
El negocio de la trata mueve más de 32 000 millones de dólares por año en el mundo.6 Según
la OIT, más de 12,3 millones de personas sufren situaciones laborales similares a la
esclavitud. Cuatro millones son víctimas de la trata cada año. La mayor parte de las víctimas
son niñas, niños y mujeres. Entre el 10 y el 30 % de mujeres víctimas de la trata son menores
de edad. En América Latina, 2 millones de niñas, niños y adolescentes son víctimas de
explotación sexual, comercial o laboral (mendicidad).

Las remesas 
Son ganancias que los emigrantes envían a su país de origen, normalmente a sus familiares.
El envío de fondos por parte de emigrantes es un evento que ha ocurrido desde el siglo XIX
con el aumento de las corrientes migratorias, pero recién a fines del siglo XX ha alcanzado un
desarrollo elevado debido a la mejora en los sistemas de comunicación a nivel mundial y al
mayor desarrollo de la banca a nivel internacional. Las remesas familiares son transferidas de
recursos de personas en el exterior, principalmente de Estados Unidos, aunque pueden ser de
cualquier parte del mundo que envían a personas diferentes.
Durante desastres o emergencias, las remesas pueden ser una fuente vital de recursos para
personas cuyas principales fuentes de ingresos pueden haber sido destruidas por conflictos o
desastres naturales. Según el Instituto de Desarrollo de Ultramar, la importancia de las
remesas está siendo cada vez más considerada por los actores que quieren ayudar a los
afectados.
En los recientes esfuerzos internacionales coordinados para reducir las posibles fuentes de
lavado de dinero y/o financiamiento terrorista ha incrementado el costo de enviar remesas
directamente incrementando los costos de las empresas que facilitan el envío e
indirectamente a la persona que lo recibe.
El impacto benéfico generado por las remesas en países en desarrollo es un tema polémico.2
Economistas del Banco Mundial discuten que la alta probabilidad de que los beneficiarios de
las remesas estén bancarizados significa que las remesas pueden promover el acceso a
servicios financieros tanto para el que envía como el que recibe, aclamando que apoyar a las
remesas es un aspecto fundamental para promover el desarrollo económico.3 Mientras tanto,
estudiosos de las migraciones han expresado preocupación sobre la habilidad de las remesas
para influir directamente en las causas del subdesarrollo económico.45
Generalmente se piensa que las remesas son anticíclicas. La estabilidad de los flujos de
remesas en crisis financieras y depresiones económicas las transforman en una buena fuente
de ingresos de moneda extranjera para países en desarrollo. Ya que las remesas enviadas
por emigrantes no paran al pasar de los años y no sólo corresponden a nuevos emigrantes,
las remesas pueden persistir a través del tiempo. Esto en particular sucede con los migrantes
circulantes quienes viajan constantemente entre su país originario y migratorio. A nivel estatal,
países con diversidad de destinos migratorios tienen mayor posibilidad de contar con un flujo
de remesas estable.3

LA POBREZA
La pobreza es la situación de no poder satisfacer las necesidades físicas y psicológicas
básicas de una persona o lo que se relaciona dentro de la vida del mismo, 1 por falta de
recursos como la alimentación, la vivienda, la educación, la asistencia sanitaria, el agua
potable o la electricidad. La pobreza puede afectar a una persona, a un grupo de personas o a
toda una región geográfica.
También se suele considerar como pobreza a las situaciones en que la falta de medios
económicos impide acceder a tales recursos. Situaciones como el desempleo, la falta de
ingresos o un nivel bajo de los mismos. Asimismo la pobreza puede ser el resultado de
procesos de exclusión social, segregación social o marginación (de manera inversa, el que
una persona se vuelva pobre también puede conducirla a la marginación). En muchos países
del tercer mundo, la pobreza se presenta cuando no es posible cubrir las necesidades
incluidas en la canasta básica de alimentos o se dan problemas de subdesarrollo.2
En los estudios y estadísticas sociales se distingue entre pobreza y pobreza extrema (también
llamada miseria o indigencia), definiéndose la pobreza extrema como aquella situación en la
que una persona no puede acceder a la canasta básica de alimentos (CBA) que le permita
consumir una cantidad básica de calorías por día, y pobreza como aquella situación en la que
una persona no puede acceder a una canasta básica de bienes y servicios más amplia (CBT),
que incluye, además de los alimentos, rubros como los servicios públicos, la salud, la
educación, la vivienda o la vestimenta. 3 El Banco Mundial ha cuantificado ambas líneas,
estableciendo desde octubre de 2015, la línea de pobreza extrema (indigencia) en 1,90
dólares norteamericanos ($) por día y la línea de pobreza en 3,10 $ diarios.45
Según el Informe de Desarrollo Humano de 2014 del Programa de Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD), uno de cada cinco habitantes del mundo vive en situación de pobreza o
pobreza extrema. Es decir, 1 500 millones de personas no tienen acceso a saneamiento, agua
potable, electricidad, educación básica o al sistema de salud, además de soportar carencias
económicas incompatibles con una vida digna.2
En la mayoría de contextos sociales la pobreza se considera algo negativo y penoso, si bien
en algunos ámbitos de carácter espiritual o religioso la pobreza voluntaria se considera una
virtud por implicar la renuncia a los bienes materiales —voto monástico de pobreza.
Históricamente la pobreza ha sido valorada de muy distinta forma según la ideología o
ideologías de cada época; así[aclaración requerida] ocurría en el pensamiento económico medieval.
Distinta de la pobreza voluntaria es la vida austera o vida sencilla, cercana a posiciones tanto
espirituales como ecologistas —decrecimiento.

Tres significados básicos


La idea de pobreza puede encontrarse en antiguos textos de civilizaciones que no tenían
ningún contacto, como la Biblia judía,6 y el Popol Vuh maya-quiché.7
El término español proviene etimológicamente del término latino paupertas, que remite
originalmente a la condición de 'pauperos' que significa, literalmente, parir o engendrar poco y
se aplicaba al ganado y, por derivación, a la tierra pobre, es decir, infértil o de poco
rendimiento.8 De esta acepción de pobreza como falta de potencialidad o capacidad de
producir deriva un concepto distinto que apunta a la carencia misma de una serie de bienes y
servicios básicos. Es la pobreza absoluta.
También surgió tempranamente el concepto de pobreza como contraposición al de riqueza, de
donde proviene el concepto de pobreza relativa.9

Pobreza como falta de desarrollo humano


El enfoque más moderno sobre la pobreza lleva el sello del economista y premio
Nobel Amartya Sen,10 y se inspira en la acepción primigenia de pobreza como falta de
capacidad de producir o de realizar su potencial productivo. En este enfoque el énfasis está
puesto no tanto en el resultado (ser pobre en el sentido de no disponer
de ingresos o bienes suficientes) sino en el ser pobre como imposibilidad de alcanzar un
mínimo de realización vital por verse privado de las capacidades, posibilidades, y derechos
básicos para hacerlo. Esta forma de ver la pobreza se inspira, como Sen mismo lo destaca, en
la filosofía aristotélica que define la “buena vida” como aquella en que se han realizado o
florecido todas las capacidades encerradas en la naturaleza de los seres humanos (que
según Aristóteles pueden ser muy diversas, como aquella que lleva a algunos a ser señores y
a otros a ser esclavos). Esta concepción es parte de la ontología o doctrina del ser de
Aristóteles donde las cosas tienen una naturaleza que determina y fija las finalidades o
plenitud de su desarrollo. Así, en la política nos dice que “la naturaleza de una cosa es
precisamente su fin, y lo que es cada uno de los seres cuando ha alcanzado su completo
desenvolvimiento se dice que es su propia naturaleza”. El pleno florecimiento humano
requiere, según Aristóteles, de la polis o ciudad, como conjunto organizado y autosuficiente de
seres humanos que han realizado sus diversas naturalezas y las ponen al servicio unos de
otros.
Este concepto de pobreza, actualizado por Amartya Sen y despojado de sus rasgos
incompatibles con una sociedad basada en la igualdad básica de los seres humanos, podría
ser definido como pobreza de desarrollo humano. Este es el enfoque que ha sido
instrumentalizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD),
estableciendo una serie de criterios de satisfacción de necesidades básicas —esperanza de
vida, logros educacionales e ingreso, que son la base del así llamado Índice de Desarrollo
Humano (IDH)— que formarían la base de recursos y habilidades que permiten el “desarrollo
humano, definido como el proceso de ampliación de las opciones de las personas y mejora de
las capacidades humanas (la diversidad de cosas que las personas pueden hacer o ser en la
vida) y las libertades”.11 A partir de ello el PNUD ha elaborado un Índice de Pobreza
Humana (IPH) que se describe de la siguiente manera: “En lugar de utilizar los ingresos para
medir la pobreza, el IPH mide las dimensiones más básicas en que se manifiestan las
privaciones: una vida corta, falta de educación básica y falta de acceso a los recursos públicos
y privados.”12
El problema de este intento de instrumentalizar el enfoque de Sen radica en la reducción de
sus elementos determinantes a algunas variables –como expectativa de vida, escolarización o
ingreso disponible– que si bien son relativamente fáciles de medir dejan fuera del análisis del
desarrollo a otros componentes esenciales del mismo como pueden ser la libertad individual o
los derechos democráticos. Se reduce así la perspectiva de la pobreza de una manera que el
mismo Sen ha considerado inaceptable: “La pobreza económica no es la única que
empobrece la vida humana. Para identificar a los pobres debemos tener en cuenta, por
ejemplo, la privación de los ciudadanos de regímenes autoritarios, desde Sudán a Corea del
Norte, a los que se niegan la libertad política y los derechos civiles.”13
Esto muestra la dificultad de instrumentalizar satisfactoriamente el amplio enfoque de Sen y
puede llevar a absurdos como llegar a considerar que quienes viven bajo regímenes
fuertemente autoritarios o simplemente totalitarios gozan de mayor “desarrollo humano” que
quienes viven en sociedades que respetan los derechos y las libertades humanas. Así, según
el informe de 2009 del PNUD, Kuwait permitiría a su población un desarrollo humano más alto
que, por ejemplo, Portugal o la República Checa, y Cuba se ubica a este respecto en mejor
posición que Costa Rica o Rumanía.14

Pobreza absoluta

A esta forma previa de ver la pobreza, centrada en las capacidades para realizar las propias
potencialidades, se opone otra definición igualmente antigua, aquella que ve la pobreza y la
condición de pobre (pauper) como un estado de privación o falta de recursos para poder
adquirir una “canasta de bienes y servicios” necesaria para vivir una vida mínimamente
saludable. Este enfoque fue sistematizado a comienzos del siglo XX por el británico Seebohm
Rowntree en Poverty: A Study of Town Life (1901), un estudio pionero sobre la pobreza que
se transformaría en el punto de partida y referencia de los futuros estudios sobre el tema. La
razón de ello es doble. Por una parte, este estudio se basa en una amplia investigación
empírica realizada en York, la ciudad natal de Rowntree, que abarcó nada menos que 11 560
familias, lo que equivalía a unas dos terceras partes de todas las familias de York. La segunda
razón es que para llevar adelante su investigación Rowntree elaboró una serie de conceptos y
métodos de medición que pasarían a formar instrumentos centrales en prácticamente todos
los estudios posteriores sobre el tema. Entre estos instrumentos se destaca la elaboración de
una “línea de pobreza”, que no solo incluía la alimentación, sino además el acceso a la
vivienda, a prendas de vestir adecuadas y otros objetos absolutamente necesarios para
mantener lo que Rowntree llamó “un funcionamiento puramente físico”. Esto le permitió definir
dos tipos de pobreza, la “pobreza primaria” y la “pobreza secundaria”. En pobreza primaria
vivían aquellas “familias cuyo ingreso total no era suficiente para obtener el mínimo necesario
para mantener un funcionamiento puramente físico”.15 En pobreza secundaria vivían las
familias que podían alcanzar ese mínimo, pero no disponían de excedentes.
Este enfoque de falta de recursos es el baremo más empleado mundialmente para determinar
la extensión de la pobreza, tal como lo muestran los cómputos realizados por el Banco
Mundial sobre la base de una “línea internacional de pobreza”. Esta línea fue tradicionalmente
fijada en 2 dólares estadounidenses ($) de 1985 per cápita, en paridad de poder adquisitivo,
para definir la pobreza y en 1 dólar para definir la pobreza extrema, absoluta o aguda. En
agosto de 2008, la línea de pobreza extrema fue reajustada a 1,25 $. Esta cantidad refleja el
promedio del ingreso mínimo necesario para sobrevivir en los diez a veinte países más pobres
del mundo.16 En octubre de 2015 el Banco Mundial actualizó el umbral internacional de
pobreza a 1,90 $/día.17

Pobreza relativa
Frente a este criterio o forma de medir la pobreza ha existido otro enfoque igualmente clásico
que apunta a la posibilidad de adquirir una canasta de bienes y servicios que puedan asegurar
una vida digna de acuerdo a las convenciones y estándares de una sociedad determinada. En
este caso tenemos la así llamada pobreza relativa, que varía con el desarrollo social que va
determinando, en cada época y sociedad, aquel mínimo de consumo bajo el cual más que ver
amenazada la supervivencia se cae en un estado de exclusión o imposibilidad de participar en
la vida social. El ejemplo clásico de esta forma de pobreza fue dado por Adam Smith en La
riqueza de las naciones al escribir:
“Por mercancías necesarias entiendo no solo las indispensables para el sustento de la vida, sino todas
aquellas cuya carencia es, según las costumbres de un país, algo indecoroso entre las personas de
buena reputación, incluso entre las de clase inferior. En rigor, una camisa de lino no es necesaria para
vivir. Los griegos y los romanos vivieron de una manera muy confortable a pesar de que no conocieron
el lino. Pero en nuestros días, en la mayor parte de Europa, un honrado jornalero se avergonzaría si
tuviera que presentarse en público sin una camisa de lino. Su falta denotaría ese deshonroso grado de
pobreza en el que se presume que nadie podría caer sino a causa de una conducta en extremo
disipada.”

El riesgo de esta forma de ver la pobreza y, en general, de toda la idea de la pobreza relativa
ha sido bien apuntado por Amartya Sen, quien hace un llamado a no perder de vista el “núcleo
irreductible de privación absoluta en nuestra idea de pobreza”. El riesgo es llegar a una
relativización total de “la pobreza” siguiendo la famosa frase de Mollie Orshansky acerca de
que “la pobreza, como la belleza, está en el ojo de quien la percibe”.19 Además, las
expectativas sociales se mueven constantemente en la medida en que una sociedad se
desarrolla, elevando sucesivamente nuestra vara de medir el umbral de lo que Smith llamaba
“ese deshonroso grado de pobreza”. De esta manera se puede relativizar y hasta banalizar el
concepto de pobreza, hasta el punto de decir que, por ejemplo, en Estados Unidos hay un
porcentaje mayor de pobres que, en los países del África subsahariana. También se puede
llegar a la conclusión de que la pobreza aumenta al aumentar el bienestar general de una
sociedad ya que las expectativas sobre el “mínimo socialmente aceptable” pueden aumentar
más rápidamente que el bienestar real de la población.

Programas de lucha contra la pobreza


En la actualidad, la cifra de personas que viven en pobreza extrema alcanza ya los mil
cuatrocientos millones en todo el mundo, según los últimos datos del Banco Mundial.
Teniendo en cuenta que la Carta de las Naciones Unidas, la Declaración Universal de los
Derechos Humanos y la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social han confirmado el derecho
al desarrollo y a una vida libre de pobreza como derechos humanos básicos, desde varios
programas dan la voz de alarma para que las estrategias de lucha contra la pobreza se
tornen, de una vez por todas, reales y efectivas.

En el año 2000 el PNUD se fijó un nuevo reto: “Objetivos de Desarrollo del Milenio”, con la
finalidad de reducir a la mitad la cantidad de personas que viven en la extrema pobreza para
el año 2015. Para ello, pretendía potenciar las soluciones de los gobiernos nacionales,
favoreciendo el acceso a los bienes productivos y vinculando los programas de lucha contra
la pobreza con las políticas económicas y financieras internacionales. Su meta: que la
globalización beneficie a los pobres, a través del alivio de la deuda y de la orientación de la
inversión. Hasta ahora, ya casi ha alcanzado su propósito en algunas comunidades aisladas
de Europa y en las zonas Este y Sudeste de Asia. Es un paso, pero si los pobres extremos
representan casi al 25 por ciento de la población mundial, aún queda mucho por hacer para
poder reducir esa cifra al 12 por ciento en el 2015.

A pesar de estos datos optimistas, el panorama actual no se presenta tan alentador: según un
estudio conjunto del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, entre cincuenta y
noventa millones de personas más se hundirán en la pobreza extrema (menos de un
dólar diario) a consecuencia de la crisis económica global que nos está afectando estos días.
Ambas Instituciones alertan de que a este ritmo los países en desarrollo serán incapaces de
alcanzar la mayoría de los objetivos establecidos  por el PNUD en el Desarrollo del Milenio.

Antes definíamos la pobreza como una falta de ingresos suficientes para su superación. Ahora
el concepto va mucho más allá: también es la denegación a vivir una vida larga, sana y
creativa, a disfrutar de un nivel decente de vida, a la libertad, dignidad, al respeto por uno
mismo y por los demás.

Las causas de la pobreza en República Dominicana. ... Según datos del Ministerio de


Economía, Planificación y Desarrollo el 30,5% de la población se encuentra bajo el umbral de
la pobreza, lo que son alrededor de 3 millones de personas. En cuando a pobreza extrema,
la sufren aproximadamente 680.000 personas.
Exclusión Social. ... El fenómeno de la exclusión social se percibe con frecuencia hoy en
día, caracterizado por ejemplo por la presencia de grupos de personas que, al no poseer los
medios o recursos para sostenerse por sí mismos, caen fuera del sistema y pasan a vivir en la
indigencia o máxima pobreza.

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