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Políticas en Salud

Contenidos

Indicador de logro:

Identifica los actores y el mecanismo por el cual los problemas públicos ingresan a la agenda pública.

Contenidos:

 Política pública: Elementos esenciales del diseño

 Política Nacional de Salud

 Salud en todas las políticas

Autores del contenido

Autor: Patricia Caro, Carlos Sandaña

Revisor:

Caro P, Sandaña C. Política Pública e Intersectorialidad. Santiago: Escuela de Salud Pública,


Universidad Mayor; 2018.Material docente Salud Pública.

Introducción

Para un gobierno, la tarea fundamental es la de gobernar una comunidad política, ya sea un país o
una región. El modo como un gobierno decide gobernar determina de manera significativa el
devenir de una sociedad. Los gobiernos intervienen sobre la realidad a través de la acción pública
con una cierta intencionalidad, ya sea para modificarla o para intentar mantener el statu quo. El
“qué hace” y “cómo lo hace” un gobierno para intervenir sobre una determinada realidad reconoce
varios instrumentos o mecanismos, siendo uno de los fundamentales la política pública.

Cuando hablamos de política, podemos encontrar 3 significados. Primero la política entendida como
las actividades humanas que tienen que ver con el gobierno, con las diferentes formas de gobierno
y con el concepto de Estado (polity en inglés), la política entendida como la organización y lucha por
el poder o más convencionalmente en el sentido de dedicarse a la política (politics en inglés) y, la
tercera, la política como propósito y acción de un gobierno expresada en políticas y programas para
la acción en un foco más concreto (policy)

Tanto la política como las políticas públicas tienen relación con el poder social. La política, como
concepto tiene relación con el poder en general, mientras que las políticas públicas corresponden a
soluciones específicas de asuntos públicos o situaciones socialmente problemáticas. Por lo tanto,
las políticas públicas no son un fin en sí mismas, sino más bien un medio para dar respuesta a una
problemática social especifica. En este contexto, el concepto de política pública se encuentra ligado
al concepto de problema público.
¿Qué es un problema público?

Un problema público se podría definir como una situación que afecta negativamente el bienestar
de la población, además existe imposibilidad del individuo o del conglomerado para resolver este
problema por sus propios medios, siendo necesaria la intervención del Estado para su resolución.

Para que cualquier situación problemática adquiera el carácter de público requiere un


reconocimiento y una construcción social basada en intereses sociales, económicos, políticos,
ideológicos, tecnológicos, ambientales entre otros. En este aspecto, los medios de comunicación
juegan un rol importante en el reconocimiento o no, de las problemáticas sociales.

Según Gary Becker (1995) se reconoce un problema social cuando se observan carencias objetivas
en la sociedad o cuando los actores con poder califican la situación como problema público. Por otro
lado, el reconocimiento también está determinado por la magnitud (cantidad de población
afectada), severidad, letalidad y grado de impacto que genera.

Las carencias en la población pueden ser demostradas a través de informes o estudios elaborados
a través de métodos rigurosos de investigación, los cuales aportan la evidencia necesaria que
objetiva las carencias de la población. Esta carencia objetiva se elevará a problema público cuando
actores de poder, dentro o fuera del Estado, identifiquen como tal esa situación de carencia. De este
modo, la acción de los actores de poder instala el problema en la agenda pública.

¿Cómo se origina un problema público?

La literatura reconoce las siguientes formas para el surgimiento de un problema público:

1. Surgimiento de una demanda: En este enfoque el origen del problema público se encuentra
basado en demandas aisladas, necesidades de los habitantes o un problema etiquetado por
las estructuras políticas y transformado en demanda hacia el sistema político.

2. Desde la oferta: En esta visión las autoridades identifican las situaciones que serán
catalogadas como problema público.

3. Como consecuencia de otra política pública: Esta visión ocurre cuando la implementación
de una política pública encuentra problemas no detectados inicialmente, o al cambiar la
situación original luego de la implementación de la política pública se generan nuevas
demandas
¿Qué es una política pública?

Existen importantes vacíos tanto a nivel teórico como metodológico acerca de qué es y cómo se
diseña una política pública, en un contexto de gran variedad de aproximaciones disciplinares. Este
es el caso de la apropiación de la noción de políticas públicas que se ha hecho desde la economía,
la sociología, la ciencia política y la administración pública, entre otras. Para la economía, el énfasis
está dado en los factores económicos que influyen en las políticas públicas, tales como el
crecimiento económico, la productividad y el empleo. Las herramientas de la economía son
utilizadas ya sea para promover cierto tipo de políticas o bien para explicar su éxito o fracaso. Para
la sociología, en cambio, el énfasis gira en torno al conjunto de demandas que pueden ejercer la
comunidad y los grupos en el proceso de construcción de las políticas públicas. La ciencia política,
por otra parte, enfatiza el papel que juega el proceso político en la generación e implementación de
las políticas públicas. En el caso de la administración pública, se enfatiza la gerencia de los programas
públicos como una parte importante del proceso de desarrollo de las políticas públicas; y así
sucesivamente. A su vez, existe una escasa capacidad de dialogar entre las distintas disciplinas en
torno al conocimiento que cada una de ellas genera en el ámbito de las políticas públicas.

A lo anterior se agrega el hecho de que, en algunos casos, lo que el gobierno a nivel nacional asume
como una política pública, no es más que un conjunto de definiciones básicas y lineamientos
generales en torno a la problemática que se ha decidido abordar. En otros, solamente forma parte
del discurso político, constituyendo más bien el anuncio de una política pública. También se
observan situaciones en que se elaboran documentos cuyo enunciado precisamente nombra lo que
está ausente, es decir, se mueven en la dirección de entregar elementos para la formulación de una
política nacional en tal o cual área.

A pesar de las dificultades que encierra la definición del concepto, existen muchas definiciones sobre
lo que ha de entenderse por políticas públicas. Tomas Dye (2002) señala que una política pública es
cualquier cosa que el Estado elige o no hacer. En el mismo sentido, Howlett y Ramesh (2003) definen
las políticas públicas como el resultado de decisiones del gobierno que pueden estar orientadas a
mantener o alterar el status quo. Eugenio Lahera, señala que las políticas públicas debieran
entenderse como “cursos de acción y flujos de información relacionados con un objetivo público
definido en forma democrática; los que son desarrollados por el sector público y, frecuentemente,
con la participación de la comunidad y el sector privado.”

Los elementos centrales que definen una política pública son:

 El actor privilegiado en ellas es el Estado

 Involucran una decisión fundamental sobre hacer o no hacer algo

 Tienen una finalidad pública: Su destinatario son los ciudadanos.

 Involucran un conjunto de decisiones interrelacionadas

 Requieren instrumentos, definiciones institucionales, organizaciones y recursos para ser


implementadas.

La relación que se da entre el gobierno y la sociedad se encuentra mediada por las políticas públicas,
las cuales son el resultado del proceso político de un país. Reflejan el impacto del gobierno en la
sociedad a partir de su habilidad para mejorar (o empeorar) las cosas. La capacidad de los gobiernos
para manejar apropiadamente las relaciones entre el Estado y la sociedad consiste en su habilidad
para convertir las demandas sociales en políticas públicas que satisfagan al mayor número de
ciudadanos posibles, en función de las problemáticas que los afectan. El gobierno debe garantizar
que el número de personas beneficiadas sea siempre mayor que el número de personas que
pudieran verse eventualmente perjudicadas con las iniciativas que se asuman.

Las políticas públicas, en tal sentido, constituyen una respuesta o solución a determinadas
situaciones problemáticas o insatisfacciones que han sido identificadas como problemas relevantes
en ciertos ámbitos circunscritos de realidad, las cuales expresan el mandato o voluntad de la
autoridad de gobierno. En otras palabras, “las políticas públicas corresponden a soluciones
específicas de cómo manejar los asuntos públicos”.

¿Quiénes son los actores?

Los actores que participan en el proceso de una política pública pueden hacerlo desde posiciones
formales o informales.

Los actores formales son aquellos que se desempeñan en cargos formales de poder en la estructura
del Estado y cuyas atribuciones, competencias y facultades están señaladas en la Constitución, leyes
y otras normas del Estado. Se clasifican en:

a. Cargos políticos: presidente de la Republica, cargos de confianza política, parlamentarios.

b. Asesores presidenciales

c. Personal profesional en la carrera de administración publica

Los actores informales se involucran en el proceso a medida que los intereses de ellos se ven
afectados, positiva o negativamente. Emergen desde la propia sociedad, pueden ser colectivos o
individuales y el desempeño de sus roles no está normado. Se clasifican en:
¿Cómo ingresan los problemas en la agenda pública?

La incorporación de una cierta temática como parte de una política pública requiere de un proceso
previo, el haber sido socialmente problematizada y políticamente visibilizada (Lobby) para así llegar
a ser parte de la agenda pública.

Esto pudo haber sido desde arriba, desde el Gobierno Nacional o Regional, mediante alguna
iniciativa del Presidente, algún Ministro, Intendente, alguna agencia de gobierno u otro, o desde
abajo, a través de la presión o demandas de distintos actores sociales, políticos, económicos, la
opinión pública, etc. Esto es lo que se conoce como agenda o setting.

La agenda o setting es el proceso mediante el cual distintas problemáticas se visibilizan en el espacio


público llamando (o perdiendo) el interés y preocupación tanto de las autoridades de gobierno
como de la ciudadanía.

En la medida en que exista un conjunto de preocupaciones social y culturalmente compartidas por


amplios segmentos de la sociedad, se facilita la incorporación de tales problemáticas en la agenda.
Y la forma en que una determinada problemática entra en la agenda pública, condiciona el tipo de
soluciones que serán desarrolladas para resolver dicho problema. Los grupos que instalen
exitosamente una problemática tendrán mejores oportunidades de definir también sus posibles
soluciones, prevaleciendo en el debate público.

Muchas de las problemáticas que entran a la agenda pública en un momento dado, pueden salir de
ella en otro. Pueden dejar de ser motivo de preocupación frente, por ejemplo, a la emergencia de
otras nuevas o frente a la imposibilidad de darles una solución satisfactoria. Las problemáticas
compiten, en cierto modo, tanto para formar parte de la agenda como para no salir de ella. A su vez,
si una problemática desaparece de la agenda pública esto no significa necesariamente que dicha
situación haya mejorado o desaparecido.
¿Cuáles son las etapas en el proceso de formulación de una política pública?

Existen diferentes etapas para el diseño de políticas públicas según el autor que lo describe. Para
Parson, el proceso consta de 3 etapas: formulación, implementación y evaluación. Howlett y
Ramesh, en cambio, lo formulan en 4 etapas: formulación, toma de decisión, implementación y
evaluación. Jones plantea 5 etapas interrelacionadas: identificación del problema, formulación de
soluciones, toma de decisiones, implementación y evaluación. Todas estas definiciones tienen en
común dos cosas, que contienen un proceso técnico-racional en el cual se identifica el problema y
se diseña o estructura una intervención con el fin de resolver o mitigar el problema; y una fase de
evaluación, la cual tiene por objetivo entregar información a los tomadores de decisión y otros
actores del proceso de la política.

A continuación, se detalles las tres grandes fases del diseño de una política pública

1. Formulación o diseño

Como hemos mencionado anteriormente, la formulación está orientada a resolver un problema que
afecta a la comunidad, lo cual implica la toma de decisión de un conjunto de actores involucrados.
La intervención de los múltiples actores puede llevar a decisiones no tan racionales o coherentes
debido a la confrontación de intereses.

La decisión es el fruto de un largo y complejo proceso, en el cual se observan dos etapas: la


formulación de la solución y la legitimización de ésta.

Para la formulación de la solución, los actores involucrados hacen presión política y buscan aliados
con el fin de lograr sus objetivos. Como producto de esta lucha, un actor gubernamental toma la
decisión y la legitima a través de una forma y/o un acto administrativo que le da la fuerza a la
decisión, convirtiéndose en una norma oficial. Con esto, las autoridades legítimas, los actores
involucrados, la comunidad, pueden exigir a las autoridades encargadas hacerla efectiva al estar
expresada como política pública.

En el proceso de toma de decisión se puede dar el caso de no decisión, aplazamiento, estancamiento


o entierro de proyectos, los cuales también corresponden a una decisión.

El proceso de formulación involucra la planificación, la definición de objetivos y metas, os


mecanismos para medir los logros y la puesta en marcha de la decisión tomada.

2. Implementación

La implementación, como proceso complejo, involucra la puesta en marcha de múltiples acciones


políticas y administrativas. Existen diferentes modelos de implementación de políticas, los cuales se
resumen en 3 enfoques principales:
a. Modelo jerárquico (de arriba abajo; Top-down)

Las políticas se generan en el gobierno central y son implementadas por entes gubernamentales a
nivel periférico, se asume un proceso de política lineal y se niega el rol que juegan los diferentes
actores en el proceso.

b. Modelo participativo (de abajo hacia arriba; Bottom-up)

Enfatiza la importancia de los actores en la implementación de las políticas, especialmente, aquellos


de nivel local. Se concibe la implementación como un proceso interactivo y no lineal, supone
permanentes acciones de negociación y consenso para solucionar los conflictos.

c. Modelo evolucionalista/incrementalista

Combina ambos modelos, superando las debilidades de cada uno de ellos, entendiéndose la
implementación como una acción política continua que involucra negociación constante, sin separar
la formulación de la implementación.

3. Evaluación

La evaluación es un proceso que aparte de contrastar los objetivos y metas de una política pública
con los resultados obtenidos y la realidad en la cual ésta se desarrolla, implica, además, una
determinación sistemática de la pertinencia, eficiencia, eficacia e impacto de todas las actividades
desarrolladas, los recursos asignados, así como el fundamento teórico y metodológico de la política
pública.

Existen diferentes concepciones, propósitos, ámbitos de aplicación y metodología de evaluación.


Los métodos elegidos para evaluar una política pública deben ajustarse al propósito de la
evaluación. La evaluación puede darse en 3 momento (cuadro 1)

Fuente: Roth Deubel. Politicas públicas: Formulación, implementación y evaluación. Bogotá: Ed


Aurora;2002
La evaluación se diferencia además por el tipo de personal que participan en ella, distinguiéndose:

 Evaluación externa: Conformada por expertos externos a la institución que implementó la


política.

 Evaluación interna: Conformada por especialistas de la misma institución que implemento


la política.

 Evaluación mixta: Conformada por miembros del equipo ejecutor de la política, expertos
externos y comunidad afectada.

Criterios de calidad de una política pública

Entre los principales criterios de calidad que deberían estar presentes en el diseño de una política
pública, deberían considerarse a lo menos los siguientes:

1. Capacidad de Resolución y Ejecución

La capacidad de resolución tiene que ver con la capacidad de llevar a cabo tales compromisos
programáticos mediante las políticas públicas. Con cierta frecuencia el mayor problema no radica
tanto en definir políticas públicas apropiadas, sino más bien en su capacidad de ponerlas en marcha.
En otras palabras, la implementación de una política pública no garantiza necesariamente el que
finalmente sea ejecutada.

Esto puede ocurrir por varias razones, una de las cuales tiene que ver con su viabilidad. La viabilidad
de las políticas públicas es algo a tener en consideración al momento de su diseño. Se requiere tener
claridad respecto de lo que es realmente susceptible de llevar a cabo de lo que no lo es. Un error
frecuente consiste en no considerar apropiadamente los criterios de viabilidad política y social.

2. Estabilidad

Las políticas públicas necesitan de un cierto tiempo de ejecución para mostrar sus resultados y, en
consecuencia, la estabilidad se transforma en una condición necesaria para su éxito. Es decir, las
políticas públicas deben ser estables en el tiempo.

Esto puede verse afectado por la acción con una alta capacidad de veto, que pueden eventualmente
plantear importantes desafíos al logro de los objetivos de la política. También podría ser alterada
cuando se da una alternancia en el poder o cambio de autoridades, provocando una oscilación en
las políticas públicas. Este puede ser el caso, por ejemplo, cuando se produce un cambio: de
gobierno, de algún miembro clave en el gabinete, de un alto funcionario público o de un Intendente.
Lo que se intenta resguardar con el criterio de estabilidad es la capacidad de los distintos actores,
de darle continuidad a las políticas públicas, a pesar del cambio de las autoridades políticas y más
allá del mandato de determinados funcionarios públicos o de la coalición del gobierno de turno.

3. Adaptabilidad

Lo anterior no quiere decir que las políticas públicas no puedan ser eventualmente modificadas por
decisiones del propio Gobierno, ya sea debido al cambio de ciertas condiciones objetivas en el
contexto en el cual estas operan, la detección de errores o el fracaso mismo de la política pública.
Las políticas públicas deben tener una cierta capacidad de adaptabilidad mínima necesaria que le
permita hacer frente a las situaciones antes descritas. Es decir, la adaptabilidad da cuenta de hasta
qué punto pueden ajustarse las políticas públicas cuando fallan o cuando cambian las circunstancias
sobre las cuales se basó su planificación.

El monitoreo de la política pública en los distintos momentos de su ejecución, es de vital importancia


para hacer los ajustes necesarios que respondan de mejor modo a los nuevos contextos/situaciones
que inicialmente no habían sido contemplados en su fase de diseño. De este modo se evita
comprometer la viabilidad o eficacia de la política. Entre mayor sea la capacidad de
incorporar/responder frente a los nuevos contextos/situaciones, mayor será el grado de flexibilidad
de la política pública.

4. Coherencia y Coordinación

Las políticas públicas deben lograr una adecuada coherencia interna y externa. La coherencia
interna se relaciona con la pertinencia entre los objetivos de las políticas públicas, los instrumentos
de intervención y los problemas que intenta solucionar. La coherencia externa, en tanto, se refiere
al grado de compatibilidad que puede alcanzar una política pública determinada en relación a otras
intervenciones públicas.

Por otra parte, la coordinación tiene que ver con el grado de articulación necesaria que se requiere
para garantizar la coherencia externa. Mediante una adecuada coordinación se intenta resguardar
un mínimo de coherencia necesaria entre la nueva política pública y las otras intervenciones
regionales, nacionales y locales de modo tal que no se presenten como contradictorias o
incoherentes entre sí frente a un problema común que intenten resolver.

¿Qué es una política nacional de salud?

Un objetivo fundamental de una política nacional de salud debe ser el crear las condiciones que
aseguren la buena salud para toda la población. Son tres sus principales componentes:

1. Intervenciones públicas dirigidas al establecimiento, mantenimiento y fortalecimiento de los


determinantes estructurales de la buena salud; a saber, intervenciones políticas, económicas,
sociales y culturales encaminadas a mejorar la salud. Son llamados estructurales porque ellos
forman parte de la estructura política, social y económica de la sociedad y de la cultura que los
determinan.

Las acciones en este nivel se pueden resumir en:

 Promover la Participación y la Influencia en la Sociedad: Estas intervenciones


extremadamente importantes están dirigidas a facilitar el desarrollo de instituciones y
prácticas que creen las condiciones para que las personas (como miembros de clases
sociales, géneros, razas, etnias, regiones y naciones) tomen decisiones sobre ellos y sobre
el control de sus propias vidas.

 Determinantes económicos y sociales: Estas son intervenciones que se dirigen al desarrollo


de seguridad y que facilitan su realización. Incluyen: políticas de pleno empleo, políticas de
seguridad social, de reducción de desigualdades, intervenciones para una vida laboral
saludable, protección ambiental y de los consumidores, entre otras.
2. Políticas públicas dirigidas a individuos y están enfocadas en lograr cambios en el
comportamiento individual y de los estilos de vida. Estos estilos de vida determinantes son
también muy importantes y han tenido mayor visibilidad en las políticas de salud.

Las acciones en este nivel se pueden resumir en:

 Intervenciones en Comportamientos de Buenas Prácticas Sexuales y buena Salud


Reproductiva: Estas intervenciones están dirigidas a desarrollar la sexualidad como un
derecho humano, separando lo agradable y placentero de la reproducción. Las personas
deben ser capaces de expresar su identidad sexual libremente, sin discriminación.
Información y atención sobre salud sexual y reproductiva debe estar disponible para todas
las personas que pueden beneficiarse de ello.

 Incremento de la Actividad Física: Las autoridades públicas deben promover la actividad


física en jardines, escuelas, centros de trabajo y formación y deben alentar el uso de
bicicletas y del caminar.

 Buenos Hábitos de Alimentación y Comida Segura: Es imperativo que exista una buena y
saludable alimentación disponible para toda la población, incluyendo una amplia variedad
de opciones alimenticias, la comida debe ser higiénica y saludable; el público debe ser
informado sobre el contenido calórico y la composición de todos los productos alimenticios.

 Reducción del Consumo del Tabaco y Alcohol, Uso de Drogas y exceso del juego: La
publicidad del tabaco dirigida a los jóvenes debe ser ilegal, la publicidad debe estar 10
restringida a ciertos foros con restricción de los anuncios comerciales de radio y televisión.
El consumo de alcohol debe ser reducido. Las bebidas alcohólicas se les deben agregar
impuestos de acuerdo a su contenido de alcohol. El consumo de alcohol solo debe ser
permitido en áreas restringidas y no en lugares públicos como calles, teatros o foros de
deporte. Los individuos adictos a las drogas deben ser asistidos y no penalizados (excepto
cuando son consumidores de drogas en lugares públicos). Es la distribución de drogas la que
debe ser fuertemente penalizada

3. Socialización y empoderamiento determinantes conectan el segundo tipo (estilos de vida) con


el primer tipo (determinantes estructurales). Las intervenciones de socialización y
empoderamiento establecen la relación entre las responsabilidades colectivas e individuales para la
creación de las condiciones que aseguren buena salud.

Las estrategias de empowerment deben ayudar a los individuos a unir su lucha personal por el
mejoramiento de la salud con la lucha colectiva por el mejoramiento de la salud de todos. Existe
una fuerte evidencia que muestra que los individuos que son conscientes de sus limitaciones en
salud y de las causas de esas limitaciones, pueden mejorar su salud si ellos unen su lucha por mejorar
la salud con la lucha de otras personas que comparten sus limitaciones.
Salud en todas las políticas I

La acción intersectorial es un tema recurrente en


la gestión de la salud pública. Sin embargo, hay
muy poca documentación y sistematización
acerca de la forma en que se practica, sobre todo
en el campo de la salud. Tampoco existe una
teoría explícita sobre la manera de construir un
marco desde el ámbito de la salud para el análisis
de los tipos de acciones intersectoriales factibles
en diferentes escenarios, ni acerca del tipo de
acción intersectorial que se necesita para abordar
los determinantes sociales de la salud y reducir las
inequidades en salud (Solar et al., 2009)
Actualmente la noción de intersectorialidad en el
campo de la salud suele asociarse o asimilarse a la
expresión “Salud en Todas las Políticas (STP)”,
que fue acuñada a finales de 1990 y se desarrolló
en profundidad durante la segunda presidencia de
Finlandia en la Unión Europea en el 2006, cuando
el tema principal fue la salud (Leppo y Ollila, 2013).
Según lo expresa la OMS, la salud en todas las
políticas es un enfoque para abordar las políticas
públicas a través de todos los sectores, que tiene
en cuenta, de manera sistemática, las
consecuencias de las decisiones sobre la salud,
busca sinergias y, al mismo tiempo, evita los
efectos negativos para la salud de las políticas
públicas, con el fin de mejorar la salud de la
población y la equidad en salud (OMS, 2013). A
pesar de esa definición señalada por la OMS y de
la Declaración de Adelaida sobre Salud en Todas
las Políticas, del año 2010 (OMS y Gobierno de
Australia Meridional, 2010), no hay una definición
de uso común y consensuada a nivel mundial que
refleje la coexistencia de diversas
interpretaciones y prácticas.
De hecho, en la Región de las Américas, la STP ha
sido un término casi ausente en la formulación de
las políticas públicas. Esto pareciera responder, en
parte, a que dicha conceptualización corresponde
a un contexto histórico social europeo y, dentro
de este, al impulso particular que le diera la
presidencia de Finlandia en la Unión Europea, en
el año 2006.
Salud en todas las políticas II

En la Región de las Américas se ha preferido el concepto de intersectorialidad. Este tiene sus bases,
para el ámbito de la salud, en el llamado de la Declaración de Alma Ata en 1978 de “Salud para
Todos “, que tuvo una gran influencia en América Latina y el Caribe. Se sumaron a lo anterior, los
importantes aportes señalados en la Carta de Ottawa del año 1986 acerca de la promoción de salud
y, a la vez, los desarrollos y debates ocurridos en la Región de las Américas en torno a los Sistemas
Locales de Salud (SILOS). Estos formaron parte de una respuesta del sector de la salud a los procesos
de democratización que tenían lugar en la Región.

Su énfasis estuvo en la necesidad de reorganizar y reorientar los sistemas de salud sobre la base de
los procesos de descentralización y desarrollo local, así como en reforzar y renovar la estrategia de
atención primaria aprobada en Alma Ata, dándole mayor relevancia a la búsqueda de equidad con
solidaridad y justicia para toda la población.

El logro de la salud requiere la concertación de una multiplicidad de condiciones y factores, dado


que coexisten diversos mecanismos sociales que generan los procesos de salud y enfermedad. Es
sabido que gran parte de tales condiciones y mecanismos están fuera del alcance directo del sector
de la salud. Teniendo esto en cuenta, es evidente que los problemas de salud difícilmente pueden
ser resueltos por acciones exclusivas del sector de la salud o por cualquier otro sector de manera
aislada.

Tal aseveración es aún más relevante cuando el objetivo es reducir las inequidades en salud, dado
que hacer frente a ellas implica abordar los determinantes sociales de la salud. De hecho, el trabajo
intersectorial se convierte en un mandato técnico y político cuando el problema que se debe
abordar es conceptualizado en su génesis y en las intervenciones más allá del sector de la salud,
asociándolo principalmente con la producción y reproducción social de la salud, de la enfermedad
y de la calidad de vida.

Al mismo tiempo, cuando la agenda se refiere al abordaje de las causas de las inequidades en salud
y, por ende, a los determinantes sociales, el sector de la salud no puede evitar mirar a otros sectores
sociales y gubernamentales para diseñar, planificar y/o ejecutar políticas, programas o acciones en
este ámbito. Esta conceptualización, por tanto, difiere de aquella en la que la salud es vista como
un proceso asociado principalmente con el acceso a los servicios médicos curativos y preventivos,
donde la relación de la salud con otros sectores no es un objetivo prioritario o solo es instrumental
para los objetivos sectoriales de salud (Solar et al., 2009).

La intersectorialidad se puede entender como la “intervención coordinada de instituciones


representativas de más de un sector social, en acciones destinadas, total o parcialmente, a tratar
los problemas vinculados con la salud, el bienestar y la calidad de vida” (FLACSO, 2015).
Considerando el enfoque de las determinantes sociales de la salud, es prioritario un trabajo
intersectorial que involucre diferentes actores mediante una acción colaborativa con el fin de
alcanzar de manera más eficiente y eficaz objetivos de políticas públicas que no podrían ser logrados
solo por el sector salud.

El sector salud a nivel internacional ha intentado promover la intersectorialidad en diferentes áreas


hace ya varias décadas. Es el caso de la Declaración de Alma-Ata (1978), que afirma que en la
atención primaria de la salud “se fundamenta en la participación, además del sector sanitario, de
todos los sectores y campos de actividad conexos del desarrollo nacional y comunitario, en
particular la agricultura, la zootecnia, la alimentación, la industria, la educación, la vivienda, las obras
públicas, las comunicaciones y otros sectores y exige los esfuerzos coordinados de todos esos
sectores”. Otro ejemplo se encuentra en la Carta de Ottawa (1986) sobre la promoción de la salud,
en la que se indica que “la política de promoción de la salud ha de combinar enfoques diversos, si
bien complementarios, entre los que figuren la legislación, las medidas fiscales, el sistema tributario
y los cambios organizativos”. Actualmente, la intersectorialidad se promueve desde la “Salud en
todas las políticas” (Health in all policies), enfoque de políticas públicas entre sectores que
sistemáticamente toma en cuenta las implicancias para la salud de las decisiones, busca sinergias y
evita los impactos dañinos para la salud con el fin de mejorar la salud de la población y la equidad
en salud.

Bibliografía

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Lectura recomendada

 Cuadrado C. Políticas públicas de salud en Chile: buscando la confianza perdida. Medwave


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