Seccion Historia de Himnos
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Seccion Historia de Himnos
Nuestras Raíces
Cada canto que compone el himnario Pentecostal tiene un origen de una
vivencia de su autor y lo que es más importante, su inspiración, provista por
el espíritu santo. Es que ninguno de ellos fue creado pensando en entretener o
tocar los sentimientos del ser humano que ni sus propios autores pensaron
que estos himnos se perpetuarían a través de los tiempos. Algunos con
palabras sencillas, otros con humildad, describen lo que Dios ha hecho y
representa para ellos. Lávame en tu sangre Salvador, límpiame de toda mi
maldad, Cariñoso salvador, Padre a tus pies me postro, son letras o
exclamaciones que nunca, pero nunca deben faltar en nuestros labios. La
adoración y la alabanza a Dios, no depende de un ritmo lento o rápido, lo
que busca el Padre, son adoradores en espíritu y en verdad.
Damos gracias a Dios que estos hombres y mujeres, nos dejaron un legado,
un tesoro que todo cristiano debe valorizar.
Himnos cristianos
Himno 85: ¡Firmes y Adelante!
Título en Español: Adelante Soldados Cristianos
Letra: Sabine Baring-Gould 1865
Música: Arthur Sullivan 1871
Witmonday era un festival celebrado por las escuelas. Ese día los niños se
dirigían desde el puente de Horbury hasta la Iglesia de San Pedro de Horbury
cerca de Wakefield en Yorkshire. Durante esta procesión los niños llevaban
una cruz y varias pancartas. Sabine quería escribir un himno que animara a
los todos durante la procesión, haciendo referencia a los textos en la Biblia
donde se compara a los cristianos con soldados. Se dice que todas las
estrofas las escribieron en 15 minutos, y el mismo Barin-Gould luego se
disculpó porque descubrió que algunos versos estaban mal, y permitió que se
modificara parte de la letra.
Gould originalmente compuso la melodía para este himno afectado en
movimiento lento de la sinfonía en Re No. 15 de Joseph Haydn, y se lo publicó
en 1871. Sin embargo no se hizo popular entre los cristianos con esta
melodía, sino con la compuesta por Arthur Sullivan la cual él bautizó a St.
Gertrude en honor a la esposa de un amigo.
Himno 66: ¡Nos veremos junto al río!
Música y Letra: Robert Lowry
Año: 1864
Title in English: ¿Nos reuniremos en el río?
Borbert Lowry era profesor de literatura de la Iglesia Bautista, y fue
compositor de una gran cantidad de himnos. El 4 de julio de 184, mientras
Lowry se encontraba descansando en su sofá, empezó a meditar en cómo
sería el cielo. Por su mente pasó el trono dorado rodeado de una multitud de
santos reunidos al lado del hermoso río de cristal. Se sintió sobrecogido por
un sentimiento de alegría. Entonces se preguntó por qué había tantos himnos
que hacían referencia al valle de la muerte pero tan pocos que contaran sobre
el río de la vida. Mientras meditaba en esto comenzó a su mente la letra y
música de Nos Veremos Junto Al Río.
Desde entonces, este himno ha transmitido alegría y esperanza a millones de
cristianos en todo el mundo.
Para mí este himno tiene un significado especial pues mi tío David siempre
mencionaba estas palabras al despedirse, hasta que un día fueron
ciertos. Nos veremos junto al río tío.
Himno 393: Señor mi Dios
Title in English: Qué grande eres
Letra: Carl Gustav Boberg
Música: Stuart K. Hines
Año: 1885
Este himno pasó por un largo viaje lleno de transformaciones antes de
obtener la letra y melodía conocida por todos. Originalmente fue escrito el
Reverendo Carl Gustav Boberg, un predicador Sueco, en 1885, bajo el título
O Stor Gud. Boberg publicó el poema en su periódico Sanningsvittnet en
1886. Cuando Carl Boeng escribió este poema, no lo hizo con la intención de
que se le añadiera música. Un soleado día en 1885 el pastor y senador sueco,
Carl Boberg, regresaba de una reunión. Se encontraba caminando por el
campo cuando súbitamente fue alcanzado por una tormenta veraniega. Al
refugiarse entre unos árboles mientras escampara. Boberg, reflexionó en la
grandeza de Dios, y así nació “Cuán grande es Él”. Fue traducido al alemán
en 1907 y luego llevado a Rusia en 1912, 5 años antes de la Revolución. Un
misionero inglés, Stuart K. Hine, lo aprendió en ruso y lo tradujo, agregando
la cuarta estrofa en 1948, y luego fue traducido al español en 1958, por un
argentino.
Fueron los esposos Hine quienes escucharon este himno cantado en Suecia y
lo tradujeron al idioma Inglés. Durante sus experiencias en los Montes
Cárpatos obtuvo la inspiración para escribir las primeras tres estrofas de
este himno. En una pequeña aldea se encontró el Sr. Hine cantando en las
calles un himno y leyendo el capítulo 3 del Evangelio de Juan. Entre los
oyentes se encontro un profesor de la escuela. Se desató una tormenta y el
maestro de escuela se ofreció a hospedarlo en su casa. Mientras el Sr. Hine
escuchaba los relámpagos y truenos hacer eco en las montañas, se inspiró
para escribir la primera estrofa del himno. Al regresar a Inglaterra compuso
la melodía con la que se hizo popular este himno.
En la década de 1950 este himno se hizo muy popular en los estados unidos.
Sublime Gracia
Título en Español: Sublime Gracia
Letra: John Newton
Año: 1773
John Newton era un capitán de barco conocido por su vulgaridad y su forma
de ser tosca, por ser blasfemo y arrogante. Miembro de Marina Real Inglesa
se dedicaba al comercio de esclavos en las costas de Suráfrica. Se cuenta que
una noche una tormenta abatió terriblemente su embarcación que el miedo lo
llevó a pedir a Dios misericordia. Este fue el inicio de su conversión al
Cristianismo y aunque sus actividades en el comercio de esclavos
continuaron por unos años, se mejoraron y mejoraron la teología.
En 1764 fue ordenado en la “Church of England” y fue nombrado cura de
Olney, Buckinghamshire, donde comenzó a escribir himnos junto con el poeta
William Cowper. Escribió el himno Sublime Gracia para ilustrar el sermón
de año nuevo de 1773, como testimonio de su conversión. Sublime gracia es
tal vez el himno más conocido en el idioma inglés.
Historia del himno Castillo Fuerte es Nuestro Dios
Como un escritor ha dicho: "Lutero era músico desde la cuna. Como niño
tenía una voz esplendorosa para cantar. Su entretenimiento favorito era
tomar su laúd todos los días después de haber comido y apartarse por media
hora para tocar y cantar. Mientras él estaba estudiando en una escuela del
Monasterio Franciscano siendo muy joven, muchas veces usó su magnífica
voz para cantar frente a las ventanas de los ricos para obtener limosnas y
poder dárselas a los pobres. Decía Lutero: "A quien no le guste la música,
nunca podrá ser mi amigo". Él dijo que la música era un "don y una gracia
de Dios. Podía ahuyentar a Satanás y hacer que el hombre olvidara todo
enojo". Su deseo era componer himnos para que el mensaje de Dios fuese
propagado por medio del canto. El deseaba que todos sus compatriotas
tuviesen himnos y leyesen la Biblia en su propia lengua.
Al leer la Biblia oirían la voz de Dios y al cantar himnos, ellos hablarían con
Dios. Antes de Martín Lutero, la música era usada solamente por los
sacerdotes de las iglesias o coros selectos en latín. Pero el gran Reformador
introdujo al mundo la himnología congregacional. El primer himnario
protestante fue el publicado en Wittenberg, Alemania, en 1524. Este librito
tenía solamente 8 himnos, 4 de ellos escritos por Martín Lutero.
Desde su infancia, Juan Bautista Cabrera sentía gran sed espiritual, y a los
dieciséis años ingresó a una orden religiosa. Estudiaba la Biblia en secreto,
pues era prohibido en esa época en España. Huyó a Gibraltar donde recibió
a Cristo como Salvador personal, a su amigo y eterno bien, como dice el
himno que tradujo “Cuan Dulce el Nombre de Jesús.” Con gran gozo y paz
regresó a España para compartir su fe por medio de revistas, la predicación y
la música. Mientras organizaba iglesias, también publicaba himnarios y daba
clases de canto. Se radicó en Madrid, donde ocupó importantes cargos de
liderazgo en la obra evangélica. Sin embargo, hizo su contribución mayor en
el área de la himnodia cristiana, ya que sus himnos han sido de bendición
para un sin número de creyentes.
En cierta ocasión, alguien quiso consolarla por la tragedia de ser ciega. Ella
respondió que no se lamentaba, pues al llegar al cielo el primer rostro que
vería sería el de su Salvador.
William J. Kirkpatrick (1838-1921)
Desde muy joven William sintió vocación por la música, y a los veintiún años
de edad ya había editado su primera colección de himnos. Sin embargo, no
fue sino hasta cumplir los cuarenta años que pudo dedicarle todo su tiempo a
la profesión musical. Tuvo que prestar servicio militar, y luego trabajó como
carpintero, y abrió una mueblería.
Seguramente cantaba mientras pulía madera, y las melodías que compuso a
lo largo de su vida han perdurado como favoritas. Compuso la música de los
himnos “Al rústico pesebre”, “El fiel Consolador”, “La Palabra del Señor”,
“Nuestra vida acabará” al cual también es autor de la letra, “Comprado con
sangre por Cristo”, “Un gran Salvador es Jesús”, “Mi fe descansa en
Jesús”, “Cuán dulce es confiar en Cristo”, “Que mi vida entera esté” y “Rey
de mi vida”. Falleció mientras escribía la segunda estrofa de un himno que
habla de confiar solamente en Jesús para la salvación.
John Newton