Fluidos 1
Fluidos 1
Fluidos 1
13 de agosto de 2021
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Figura 1: En una descripción Euleriana, la posición del surfista depende del tiempo; en cambio, sus coorde-
nadas lagrangianas permanecen constantes
x (q, 0) = q (1)
Tanto un observador euleriano como uno lagrangiano coinciden respecto a qué velocidad tienen las partı́cu-
las del fluido. Esa condición se expresa por la identidad
d ∂xi ∂v i ∂xj
k
= (4)
dt ∂q ∂xj ∂q k
Esta ecuación, con la condición inicial que se deduce de (1)
∂xi
(t = 0) = δki (5)
∂q k
determina la transformación de las coordenadas lagrangianas en eulerianas, si se conoce el campo de
velocidades v = v (x, t).
tiende que debe sumarse sobre todo su rango de valores. Por lo tanto, en la fórmula (4) el ı́ndice j debe ir sumado desde j = 1
hasta j = 3. Por supuesto, la convención se llama ası́ por Albert Einstein (1879-1955).
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Figura 2: Panqueque de Zel’dovich. Todas las partı́culas del fluido tienden al plano z = 0, con una velocidad
constante proporcional al valor inicial de la coordenada z
x = qx
y = qy
v
z = 1 − t qz (8)
`
Nótese que en el instante t = `/v la totalidad del fluido ha colapsado al plano z = 0, independientemente
de la posición inicial de las partı́culas.
Yakov Zel’dovich (1914-1987) propuso este modelo como el primer paso en la formación de una galaxia.
2. La ecuación de continuidad
Supongamos que un cierto número de partı́culas ocupa un volumen d3 q en coordenadas lagrangianas,
y su masa total es ρ (q) d3 q. Como corresponde a la descripción lagrangiana, tanto el volumen d3 q como
la densidad ρ (q) son independientes del tiempo. Ahora, estas mismas partı́culas ocupan, en la descripción
euleriana, un volumen d3 x = Jd3 q, donde (ver fig. (3))
∂xi
J = det k (t)
(9)
∂q
es el Jacobiano de la transformación de las coordenadas eulerianas en las lagrangianas. Como la masa
del elemento de fluido es la misma en ambas descripciones, debemos tener
∂ρ dxi
∂ρ ∂J
+ J +ρ =0 (12)
∂xi dt ∂t ∂t
donde ya sabemos que dxi /dt = v i .
3
Figura 3: Inicialmente, el volumen de un elemento de fluido es el mismo en coordenadas eulerianas o lagran-
gianas. En cualquier otro instante, el volumen en coordenadas lagrangianas permanece constante, mientras
que en coordenadas eulerianas no.
∂x0i
J (t + dt) = J (t) det (14)
∂xj
Pero
x0i = xi + v i dt (15)
Por lo tanto
∂x0i ∂v i
= δji + dt j
∂xj ∂x
1 + dt ∂v dt ∂v dt ∂v
x x x
∂x ∂y ∂z
∂vy ∂vy ∂v
= dt ∂x 1 + dt ∂y dt ∂zy (16)
dt ∂v
∂x
z
dt ∂v
∂y
z
1 + dt ∂v∂z
z
∂x0i
= 1 + dt ∇ · v + O dt2
det j
(17)
∂x
4
Figura 5: Una variación en el espacio convertida en una variación en el tiempo.
∂ρ ∂ρ i ∂v i
+ v + ρ =0 (20)
∂t ∂xi ∂xi
Esta ecuación se suele escribir de dos maneras equivalentes: por un lado
∂ρ
+ ∇ · (ρv) = 0 (21)
∂t
a la que vamos a volver más adelante, y por otro
dρ
+ ρ∇ · v = 0 (22)
dt
donde hemos introducido la derivada material
dρ ∂ρ
= + (v · ∇) ρ (23)
dt ∂t
que consiste en derivar respecto del tiempo manteniendo fijas las coordenadas lagrangianas4
Esta segunda manera de escribir la ecuación de continuidad (20) enfatiza que hay dos mecanismos por los
cuales la densidad puede variar: porque es, efectivamente, dependiente del tiempo, o porque al transcurrir
el tiempo una misma posición en el espacio es ocupada por distintos elementos de fluido, de modo que una
variación en el espacio se convierte en una variación en el tiempo (ver (fig. (5)).
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Figura 6: La evolución de la densidad de un panqueque de Zel’dovich. El área bajo la curva permanece
constante, lo cual refleja la conservación de la masa.
h i
ρ [q (x, t)] ρ x, y, 1−zv t , 0
`
ρ [x, t] = = (26)
1 − v` t 1 − v` t
que no sorprendentemente explota en t = `/v (ver fig. (6)).
Derivando respecto del tiempo
h i h i
z z
∂ρ v ρ x, y, v
1− ` t , 0 ρ
v ,z x, y, 1− ` t , 0
v
= 2 + z 3 (27)
∂t ` 1 − vt ` 1 − vt
` `
mientras que derivando respecto de z
h i
∂ρ [x, t] ρ,z x, y, 1−zv t , 0
`
= 2 (28)
∂z 1 − v` t
Por otro lado, de la ecuación (7) tenemos que
v z
vz = − (29)
` 1 − v` t
con lo cual podemos verificar fácilmente la ecuación de continuidad.
3. Cinemática de fluidos
En esta sección vamos a discutir como es posible deducir caracterı́sticas del flujo de un fluido a partir de
propiedades locales del campo de velocidades.
Dada la velocidad v en un punto, el flujo más simple que podemos imaginar serı́a una traslación rı́gida,
en que todos los puntos del fluido fluyen con la misma velocidad (ver fig. (7)).
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Figura 8: El efecto de un flujo con divergencia no nula pero sin rotor ni tensor de corte sobre un elemento
de fluido.
Los apartamientos de este flujo básico estarán descriptos, en primer lugar, por las nueve derivadas pri-
meras ∂v i /∂xj en el mismo punto. Es habitual agrupar estas derivadas en
a) Un escalar, la divergencia de la velocidad
∂v i
∇·v = (30)
∂xi
b) Un (pseudo) vector, la vorticidad
ω =∇×v (31)
o en componentes
ω i = ijk ∂j vk (32)
2
σjk = ∂j vk + ∂k vj − δjk ∇ · v (33)
3
Puesto que la divergencia da cuenta de un grado de libertad, la vorticidad de 3 y el tensor de deformaciones
de 5, entre los tres dan cuenta de las nueve derivadas primeras.
Como ya hemos visto (ver la ecuación (20)) la divergencia está asociada a flujos con cambios en la
densidad del fluido (ver fig. (8)).
Un fluido con divergencia nula corresponde a densidad constante, se dice que es un flujo incompresible.
La vorticidad está asociada a una rotación rı́gida alrededor del punto de referencia, que tomamos como
x = 0 (ver fig. (9)).
Efectivamente, en una rotación rı́gida con velocidad angular Ω, el campo de velocidades alrededor del
origen es
v =Ω×x (34)
o en componentes
v i = ijk Ωj xk (35)
y la vorticidad
7
Figura 9: El efecto de un flujo con rotor no nulo pero sin divergencia ni tensor de corte sobre un elemento
de fluido.
ωi = ijk ∂j klm Ωl xm
= ijk klj Ωl
= 2Ωi (36)
Un flujo con vorticidad nula se dice irrotacional o potencial ya que, como el campo electroestático en
Fı́sica 3, la condición de vorticidad nula indica que el campo de velocidades se puede escribir como el gradiente
de un escalar, v = ∇φ.
Z 1
φ (x + dx) − φ (x) = dλ [(x + dx) · v (λ (x + dx)) − x · v (λx)]
0
Z 1
≈ dxi dλ vi (λx) + xj λvj,i (λx)
(41)
0
8
Figura 10: La circulación del campo de velocidades de la rotación rı́gida (34) alrededor del cı́rculo x = r cos ϕ,
y = r sin ϕ, z = 0, 0 ≤ ϕ ≤ 2π.
d
λ xj vi,j (λx) = λ
vi (λx) (42)
dλ
de manera que podemos integrar por partes y encontrar que
4. Dinámica de fluidos
Las ecuaciones de movimiento de un fluido se expresan como un conjunto de leyes de conservación.
Supongamos que cada partı́cula del fluido posee una cierta cantidad de una cierta magnitud aditiva X.
Entonces la cantidad de X en un volumen d3 x va a ser proporcional al volumen, dX = ξd3 x, y la cantidad
de X en un volumen finito (que llamamos el volumen de control ) se calcula por aditividad
9
Figura 11: El efecto de un flujo con tensor de corte no nulo pero sin divergencia ni rotor sobre un elemento
de fluido.
Figura 12: Patrón tı́pico del campo de velocidades en un flujo con divergencia no nula pero sin rotor ni tensor
de corte. Se trata de un flujo potencial con potencial φ ∝ x2 + y 2
Figura 13: Patrón tı́pico del campo de velocidades en un flujo con rotor no nula pero sin divergencia ni tensor
de corte.
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Figura 14: Patrón tı́pico del campo de velocidades en un flujo con tensor de corte no nulo pero sin divergencia
ni rotor. El potencial que genera el campo de velocidades es φ ∝ x2 − y 2
Figura 15: Los dos mecanismos que inducen una variación de la cantidad X: izquierda: creación en el volumen;
derecha: flujo a través de la frontera.
Z
X= d3 x ξ (46)
V
Ahora nos preguntamos por los mecanismos por los cuales la cantidad X puede variar en el tiempo
Z
dX ∂ξ
= d3 x (47)
dt V ∂t
Básicamente hay dos. Puede ser que una cierta cantidad f de X se cree (o se destruya) por unidad de
volumen y de tiempo dentro del volumen de control, o bien puede ser que una cantidad de X abandone el
volumen de control a través de su frontera δV (ver fig. (15)).
El primer mecanismo produce un cambio en X de
Z
dX1 = d3 x f dt (48)
V
Podemos imaginar dos maneras en que X se intercambie a través de δV . Podrı́a ser que haya partı́culas
atravesando la frontera, y que transporten cada una una cantidad de X, o bien otro mecanismo que no
involucre el transporte de partı́culas.
Supongamos un elemento de área dA en la frontera δV . El elemento de área está caracterizado por su
magnitud dA y por la normal n exterior a V . Para que una partı́cula con velocidad v atraviese el elemento
de área en un lapso dt, debe estar ubicada a una distancia no mayor que n · vdt de la frontera, ya que n · v
es la componente de la velocidad en la dirección a la frontera (ver fig. (16)). Si n · v > 0 la partı́cula sale de
V , y en caso contrario entra en V .
Todo el volumen dA n · vdt es transportado dentro o fuera de V en el lapso dt, y por lo tanto el cambio
neto en X es
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Figura 16: El delfı́n se mueve con velocidad v, pero su velocidad normal a la superficie es n · v. Para poder
salir del agua en un intervalo dt debe hallarse a una profundidad no mayor que n · v dt.
Figura 17: El teorema de Gauss en una dimensión. Consideramos la variación en la cantidad de fluido
comprendida entre las posiciones x y x + L en un cilindro de área transversa A. El fluido que entra por la
tapa en x es v (x) ρ (x) Adt. El fluido que sale por la tapa en x + L es v (x + L) ρ (x + L) Adt. Por lo tanto
R x+L
la variación neta en la masa de fluido es Adt (v (x) ρ (x) − v (x + L) ρ (x + L)) = −Adt x dx d(vρ)
dx
Z
dX2 = − dA · v ξdt (49)
∂V
que por el Teorema de Gauss7 (ver fig. (17)) se puede convertir en una integral de volumen
Z
dX2 = − d3 x ∇ · (ξv) dt (50)
V
Finalmente, asumimos que la variación de X debida a otras acciones en la frontera también es extensiva,
y por lo tanto se puede escribir como la suma de las variaciones por unidad de tiempo en cada elemento de
área
Z
dX3 = dA · j dt (51)
∂V
que también se puede convertir en una integral de volumen por el teorema de Gauss.
En resumen, en un lapso dt tenemos dX = dX1 + dX2 + dX3 , y dividiendo ambos términos por dt,
finalmente
Z
∂ξ
d3 x + ∇ · (ξv) − f − ∇ · j = 0 (52)
V ∂t
y como el volumen de control es arbitrario, obtenemos la ecuación de conservación
∂ξ
+ ∇ · (ξv) = f + ∇ · j (53)
∂t
Es fácil ver que si ponemos ξ = ρ, f = j = 0, recuperamos la ecuación de continuidad (20).
La otra ley de conservación que nos interesa es la del impulso. También existen leyes de conservación
para el impulso angular y para la energı́a. Esta última es un poco más complicada, ya que implica introducir
elementos de termodinámica, que discutiremos en un apéndice.
7 Llamado ası́ por Carl Friedrich Gauss (1777-1855).
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Figura 18: Cada una de las componentes (px , py , pz ) del momento transmitido a través de un elemento de
superficie en un intervalo dt es proporcional al área dA, al lapso dt, y una combinación lineal de las tres
componentes de la normal (nx , ny , nz ). Estas tres combinaciones lineales se pueden escribir como una única
ecuación matricial pj = −dA dt T jk nk .
∂ j ∂ 1 ∂p 1 ∂τ jk 1
v + vk k vj = − − k
+ fj (58)
∂t ∂x ρ ∂xj ρ ∂x ρ
8 Llamado ası́ por Blaise Pascal (1623-1662).
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Figura 19: Principio de Pascal: la fuerza de presión sobre un elemento de superficie es siempre en la dirección
de la normal a ese elemento.
Figura 20: La energı́a potencial es V = mgz. El potencial gravitatorio es la energı́a por unidad de masa
Φ = gz, y ∇Φ = g K̂
En el caso más general, la fuerza externa f es simplemente el peso del fluido, f = −ρ∇Φ, donde Φ es el
potencial gravitatorio (ver fig. (20)).
Decimos que un fluido es ideal si τ jk = 0. Para un fluido ideal sujeto a su propio peso, la ecuación (60)
se convierte en la ecuación de Euler (ver fig. (21)).
∂ j ∂ 1 ∂p ∂Φ
v + vk k vj = − − (59)
∂t ∂x ρ ∂xj ∂xk
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Figura 22: El momento angular siempre se puede descomponer en el momento debido a la traslación del
centro de masa y el momento debido al movimiento alrededor del centro de masa. Pero si las partı́culas que
componen el fluido no tienen un momento angular intrı́nseco, el momento angular alrededor del centro de
masa es despreciable, porque tiende a cero más rápido que el volumen del elemento de fluido.
que las partı́culas no tienen spin o momento angular intrı́nseco. Por lo tanto, su momento angular proviene
exclusivamente de su movimiento en el espacio.
El momento angular de las partı́culas comprendidas en un elemento de volumen d3 x puede descomponerse
en el momento angular del centro de masa y el momento angular respecto del centro de masa, lo que es un
corolario del Teorema de Steiner9 . Pero este último
Z
LCM = d3 x ρ (x − xCM ) × (v − vCM ) (60)
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Como ya hemos visto, la variación del volumen por unidad de tiempo está dada por la divergencia del
campo de velocidades ∇ · v. El trabajo asociado al cambio de volumen es w = p∇ · v.
Para describir el transporte de calor introducimos un vector flujo de calor q, de manera que la cantidad
de calor que atraviesa un elemento de área dA por unidad de tiempo en la dirección de la normal es dA · q.
Como veremos más adelante, el calor generado por las fuerzas de fricción es τij vi,j .
Reuniendo todos estos términos, la ecuación de conservación para la energı́a interna es
∂u ∂ ∂v k ∂q k ∂vi
uv k = −p k − − τ ik k
+ k
(65)
∂t ∂x ∂x ∂xk ∂x
En el apéndice damos una deducción más detallada de esta fórmula.
5. Acerca de la literatura
La referencia primaria para este curso es el tomo VI del Curso de Fı́sica Teórica de Landau y Lifshitz
[1]. Los libros de Kambe [2], Cohen y Kundu [3] y Falkovich [4] son buenas referencias que tienen la ventaja
de ser más modernos. Las notas del Prof. Fernando Minotti cubren la mayor parte del curso [5].
T S = E + pV − µN − v · P (67)
Diferenciando esta identidad y substrayendo la Primera Ley (68) obtenemos la ecuación de Gibbs-Duhem
N dµ = −SdT + V dp − P · dv (68)
En vez de estudiar la termodinámica del fluido en su conjunto, podemos analizar un elemento de volumen
dV . Entonces S = sdV , E = dV , N = ndV y P = pdV . p es la densidad de impulso, que ya sabemos es
p = mnv. Entonces la ecuación (69) se convierte en
T s = + p − µn − mnv2 (69)
La Primera Ley
T ds = d − µdn − v · dp (70)
y la ecuación de Gibbs-Duhem
∂n ∂
+ nv k = 0
∂t ∂xk
∂pi ∂
mnv i v k + δ ik p + τ ik = 0
+ k
∂t ∂x
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∂ ∂
( + p) v k + j k = 0
+ k
∂t ∂x
∂s ∂ k
sv + jsk = σ
+ k
(72)
∂t ∂x
No conocemos la forma del tensor de esfuerzos τ jk ni de las corrientes j k y jsk . La inclusión de la presión
en la ecuación para la energı́a da cuenta del trabajo de las fuerzas de presión ante un cambio de volumen.
La Segunda Ley afirma que la creación de entropı́a σ es no negativa,
σ≥0 (73)
Ahora, por la ecuación (72), podemos escribir
∂s −1 ∂ ∂ ∂
( + p) v k + j k − µ k nv k − vi k mnv i v k + δ ik p + τ ik
=
∂t T ∂xk ∂x ∂x
∂ k ∂ 1 k ik ik
= − k sv − j − vi δ p + τ
∂x ∂xk T
1 ∂T
T sv k + j k − v k p − vi τ ik
− 2 k
T ∂x
1 ∂µ k 1 ∂vi
mnv i v k + δ ik p + τ ik
− nv − (74)
T ∂xk T ∂xk
Utilizamos la ecuación de Gibbs-Duhem (73) para eliminar las derivadas de µ
∂s ∂ ∂ 1 k 1 ∂T 1 ∂vi ik
= − k sv k − ik
− 2 k j k − vi τ ik −
k
j − v i τ τ (75)
∂t ∂x ∂x T T ∂x T ∂xk
q k = j k − vi τ ik es la parte del flujo de energı́a que no se debe al trabajo de las fuerzas entre partı́culas, y
por lo tanto puede interpretarse como un flujo de calor. Comparando con el modelo de ley de conservación,
identificamos
qk
jsk =
T
1 ∂T k 1 ∂vi ik
σ = − q − τ (76)
T ∂xk T ∂xk
Más adelante en el curso vamos a explorar las consecuencias de la positividad de σ. Por ahora, observamos
que el hecho de que el término τ ik vi,k sea parte de la creación de entropı́a justifica asociarlo con el concepto
de fricción, como hicimos en el texto.
Para concluir, la ley de conservación de la energı́a resulta
∂ ∂
( + p) v k + vi τ ik + q k = 0
+ k
(77)
∂t ∂x
Es habitual escribir
1
= mnv2 + u (78)
2
donde u es la energı́a interna, y
1
µ = − mv2 + µT (79)
2
De esa forma podemos eliminar v de las ecuaciones, ya que
T s = u + p − µT n
T ds = du − µT dn
ndµT = −sdT + dp (80)
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Referencias
[1] L. Landau y E. Lifshitz, Mecánica de Fluidos, Reverté, Barcelona (2001).
[2] T. Kambe, Elementary Fluid mechanics, World Scientific, Singapur (2007).
[3] P. Kundu e I. Cohen, Fluid Mechanics, Elsevier, Amsterdam (2004).
[4] G. Falkovich, Fluid Mechanics, Cambridge University Press, Cambridge (2018).
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