LUJAN y CHIVILCOY Andreucci
LUJAN y CHIVILCOY Andreucci
LUJAN y CHIVILCOY Andreucci
Tesis de Doctorado.
Noviembre de 2009
1
2
INTRODUCCIÓN.
3
Prevalecerá en estas páginas, una perspectiva de abordaje agrario-cultural
desde la que se tratará de desentrañar las estrategias de los labradores de la
región, la que alternará, con análisis de carácter más general –como el
efectuado al describir el desplazamiento de la producción de trigo al partido de
Chivilcoy o la distribución de la riqueza- que servirán para contextualizar los
estudios de raíz microhistórica.
4
desplazamientos poblacionales muestran una larga permanencia en la región.
Algunas transformaciones sutiles, como altibajos en los ritmos de inmigración
o diferencias entre provincias expulsoras, complejizarán el panorama. Los
modos de constitución de la familia, la consolidación de redes y sus itinerarios
migrantes entre otros aspectos, fueron estrategias deliberadas adoptadas por
los labradores para adaptarse a la sociedad de frontera. Continuaremos el
análisis con el conflicto que suscitó la primera ocupación de las tierras de la
frontera a fines del siglo XVIII entre labradores/arrendatarios y poseedores de
títulos. Conflicto en el que una de las partes adoptó la representación colectiva
para acceder a la justicia y que coincidió – no casualmente- con la rápida
mercantilización de la producción pecuaria. Luego, pasaremos a analizar las
respuestas familiares y personales a las normativas institucionales respecto a
la tierra pública con el fin de establecer momentos más o menos propicios para
la consolidación del patrimonio rural de estos sectores. Al mismo tiempo,
describiremos la estrategia de enviar a miembros jóvenes de las familias a
ocupar las tierras libres que se extendían más allá de la frontera oficial como
modo de asegurar su posesión y ampliar el espacio disponible para la
reproducción de sus rodeos. Continuamos el análisis describiendo el
corrimiento de la frontera y la gestación de una comunidad – la de Chivilcoy-
que desde sus orígenes se definió por el predominio de los “labradores
medianos”. Por eso, llegados a este punto haremos hincapié, en la distribución
del ingreso en la campaña bonaerense, porque de la comparación con los
demás partidos se evidencia la mayor equidad de la riqueza en la región
oeste, y principalmente en Chivilcoy, con lo que fundamentamos la elección de
la región. Cabe destacar que en este sector de la campaña desde su
poblamiento predominaron pequeños y medianos labradores dedicados a la
agricultura. La excepcionalidad que Chivilcoy mostraba a mediados del siglo
XIX, en una campaña bonaerense, aún sumida en una “edad oscura”, según
palabras de Sarmiento1, hizo que los dos primeros presidentes de la argentina
unificada – Mitre y Sarmiento- la tomaran como ejemplo para sus proyectos
de gobierno.2
1
Según Halperín Donghi, son varios autores los que se refirieron al atraso de la campaña
para mediados del siglo XIX: Álvaro Barros, José Hernández colocaron el tema de la frontera
y de la arbitrariedad administrativa en el centro del problema, en Tulio HALPERIN DONGHI,
“Una nación para el desierto argentino”, Buenos Aires, Editorial Prometo, 2005.
2
Sarmiento a sabiendas de las escasas posibilidades que tenía para lograrlo propone realizar
modificaciones en la campaña que faciliten una mayor difusión del bienestar y el avance más
rápido de la cultura material y cívica de las poblaciones rurales. Comparte con las clases
ilustradas el diagnostico de que el problema de la campaña no era exclusivamente económico
y que por lo tanto la solución no podía venir exclusivamente por esa vía. El primitivismo de la
campaña imponía riesgos intolerables al desarrollo argentino. Esta perspectiva iba a ser
seguida de un corolario preciso: la eliminación del primitivismo sociocultural de la campaña
requería la eliminación también, del predominio ganadero, estableciendo una identificación
directa entre economía pastoril y barbarie política. Es en esta noción en la que se apoya un
vasto consenso que propone no sólo como solución para el atraso de la campaña la
colonización agrícola sino para los problemas socio-políticos de toda la nación. La diferencia
entre Mitre y Sarmiento pasó en parte, por esta noción y por eso volvieron a tomar a Chivilcoy
como ejemplo de sus proyectos y de sus límites, lo que muestra la excepcionalidad que
mantenía aún esta ciudad en una fecha tan tardía como 1868. El 3 de octubre de ese año el
pueblo de Chivilcoy le ofreció un banquete al presidente electo: Sarmiento y el 25 de ese mes
despidió al presidente saliente: Mitre. El primero aprovechó la oportunidad para reafirmar el
lugar central que la creación de una nueva sociedad campesina tiene en la transformación
nacional que pretende impulsar; el segundo lo empleó para recusar la noción misma de que la
5
La movilización que mencionamos cierra el trabajo, porque muestra la
capacidad adquirida por estos sectores para defender un proyecto de nación,
que los tuviera como protagonistas. Queda claro entonces, que este trabajo no
pretende ser la historia de la Guardia de Luján o de Chivilcoy. Si se adoptan
estos partidos como objeto de análisis es porque fueron los que concentraron
medianos productores rurales y permiten por lo tanto, el análisis pormenorizado
de su existencia, de sus estrategias y de las condiciones de su desarrollo.
economía y la sociedad de la campaña requerían ser rehechas hasta sus raíces. Fue en ese
discurso cuando Sarmiento dio a conocer su programa: “Hacer cien Chivilcoy en seis años de
gobierno y con tierra para cada padre de familia, con escuela para sus hijos”. La necesidad de
la redistribución de la tierra para lograr un estilo de desarrollo aceptable en la campaña, se
mantiene asta esa fecha; pero no se puede pasar por alto que a fines de la década del 60
otros partidos habían tenido evoluciones rápidas y asombrosas sin que el estatuto tradicional
de tenencia de la tierra se hubiera modificado como en Chivilcoy. El tono irónico del discurso
de Mitre no sólo cuestionó la posibilidad de elaborar planes de cambio social a partir de
criterios exclusivamente económicos, sino defendió la racionalidad que se despliega en la
historia y con la que comunica instintivamente la inteligencia popular que “los obstinados
2
errores de los sabios no dejaron de beneficiar a Chivilcoy” . En otras palabras, para Mitre, el
éxito de Argentina lo debía a su decisión de concentrar su esfuerzo productivo en aquellos
renglones para los cuáles las condiciones localmente favorables se reflejaban en bajos costos
de producción. Aparece así finalizando la década del 60 un estado de conformidad con el statu
quo, que terminó por hacer desaparecer la necesidad – o posibilidad- de construir en el
desierto pampeano una sociedad campesina radicalmente nueva, que diera fundamento a una
nación renovada. En T. HALPERÍN DONGHI, “Una Nación…..” op. cit.
3
Banzatto Guillermo Estrategias de ocupación y acceso a la propiedad legal de la tierra en la campaña
bonaerense. Chascomús, Ranchos, y Monte. 1779-1850. Mimeo.
6
la propiedad legal de la tierra que estuvieron vigentes desde el siglo XVII
hasta el XIX, por eso sólo existieron unas pocas mercedes de tierra en la
franja este, unas pocas donaciones en Los Leones y fue la enfiteusis el modo
predominante de acceso a las tierras públicas, en el resto de la región.
4
Revista El Blandengue www.ejercito.mil.ar
7
De este a oeste la tierra va mejorando lentamente y mientras que en la
Guardia y en Los Leones predominan los campos “tendidos”, aunque jalonados
por algunas lomadas, en Chivilcoy la tierra es más feraz, los cardales más
tupidos y los cultivos más sustanciosos. En las páginas que siguen
intentaremos “historizar” el paisaje, con los relatos de los viajeros, las
observaciones de los agrimensores, los mapas y el conocimiento “in situ”.
Referencias:
Fortines o Villas
Chacras
Estancias
8
entonces – han pasado más de veinte años- con fervor inusitado se
produjeron tal cantidad de estudios que hoy día resulta casi imposible
enumerarlos.
9
trabajo dependiente. Y, mientras los pastores en general tenían menos de cien
cabezas, los hacendados más de mil. Los agricultores eran también
productores ganaderos y la propiedad de la tierra casi no tuvo peso en
ninguno de los dos grupos. Para él los labradores eran el último eslabón
campesino,8 al no tener nada más que su fuerza de trabajo y la de su grupo
doméstico. La información obtenida de los censos, de los diezmos y de las
sucesiones, fue enriquecida en su obra con la reconstrucción de algunas
historias familiares que sirvieron para colorear los matices que comenzó a
encontrar en ese tegumento que la información censal escasamente
discrimina. Reconoce de este modo sutiles diferencias entre los que usaron la
producción triguera y ganadera como escalones para un proceso de
acumulación, a los que llegó a llamar “empresarios agrarios.” Podríamos
reconocer en estos agricultores de “buen pasar” a los antecesores de los que
estudiaremos en este trabajo.9 El énfasis que puso en la “libertad relativa” que
le permitía a los labradores sobrevivir ocupando tierras ajenas o sin dueño, los
alejó de los diferentes modos de servidumbre que existían en otros lugares de
América Latina para esa época y los liberó de la inercia que habrían tenido en
ese contexto.10
10
mundo “urbano” y “rural” son más nítidas y las relaciones entre ambos,
menores. Cabe preguntarnos por las transformaciones acaecidas en el mundo
campesino rioplatense para encontrar entre los rudos campesinos de Fradkin,
capaces de sublevarse, formar montoneras, gavillas de asaltantes y asimilarse,
en otras palabras a los bandoleros que recorrieron Latinoamérica en esos
años, a los labradores de Chivilcoy, imbuidos de valores cívicos, tal como los
describimos este trabajo.12
11
familia –en lugar del hombre solo-, de las amplias redes de relaciones, de
patrones de movilidad espacial específicos abrevó en el descubrimiento de un
patrón de constitución familiar, con una elevada tasa de ilegitimidad que no
siempre respondió a la inestabilidad de las relaciones y que fue funcional a un
medio que se caracterizaba por la alta movilidad espacial y social. Las
estrategias que adoptaron las familias analizadas en este trabajo convalidan las
hipótesis de estos investigadores y refuerzan la imagen de la familia como
célula primaria y como institución prioritaria en la adopción de estrategias para
la reproducción social. Moreno reconstruyó – de modo muy similar al nuestro-
los linajes de cuatro familias de esta región durante varias generaciones
indicando los obstáculos que encontraron en el proceso de acumulación
patrimonial y mostrando como familias muy antiguas de la región tendieron a
proletarizarse con el correr del tiempo. Parte de nuestro trabajo es tributario de
esa investigación y los resultados tienden a coincidir.
15
Mateo José “ Bastardos y concubinas. La ilegitimidad conyugal y filial en la frontera
pampeana bonaerense (Lobos, 1810-1869)” en el Boletín del Instituto de Historia Argentina y
Americana Dr E. Ravignani” Nº 13, tercera serie, Buenos Aires, 1996 y Población, parentesco
y red social en la frontera. Lobos, en el siglo XIX, Mar del Plata, Grupo de investigaciones en
Historia Rural Rioplatense, Universidad de Mar del Plata.
16
E. SAGUIER, Mercado inmobiliario y estructura social. El Río de la Plata en el siglo XVIII,
Buenos Aires, CEAL, Nº 108, 1993.
17
M. CANEDO, Propietarios, ocupantes y pobladores. San Nicolás de los Arroyos, 1600-1860,
Mar del Plata, Grupo de Investigación en Historia Rural Rioplatense, 2000.
18
G. BANZATTO, La expansión de la frontera bonaerense. Posesión y propiedad de la tierra en
Chascomús, Ranchos y Monte, 1780-1880, Quilmes, Universidad Nacional de Quilmes, 2005.
12
transferidas por cada gobierno así como los traspasos entre particulares;
permitiéndonos contar con cifras precisas que sirven para contextualizar los
resultados parciales obtenidos en los tres partidos que abarca esta
investigación. No fue justamente, el objetivo de estos trabajos diferenciar
estratos sociales en la campaña bonaerense; sin embargo el abordaje de la
posesión y propiedad de la tierra lleva implícitamente a efectuar una lectura
social que permite tangencialmente abordar la cuestión que nos interesa. Del
mismo modo, tampoco fue el interés por los sectores medios lo que movilizó a
Julio Djenderedjian a reconstruir el desarrollo de la agricultura pampeana en la
primera mitad del siglo XIX, en la que con la ecuación precio del
trigo/tecnología/mano de obra explicó las condiciones de producción. Sin
embargo, de su lectura se desprende el fortalecimiento de estos sectores a
partir de la consolidación en la producción de trigo que se observa en la década
de 1840. El análisis efectuado por Daniel Santilli y Jorge Gelman, quiénes con
los legajos de la Contribución Directa, trataron de abordar la espinosa cuestión
de la distribución de la riqueza en el Buenos Aires rosista, puso en evidencia la
amplitud que alcanzaron los sectores medios en la región que analizamos en
comparación con el resto de la provincia, permitiéndonos contar con
parámetros útiles para efectuar comparaciones.
Por último, debemos destacar que muchas de las hipótesis que tratamos
de corroborar en este trabajo tienen su origen en las amplias y sagaces
interpretaciones que realizó Halperín Donghi sobre cuestiones que atravesaron
la primera mitad del siglo XIX. Sus planteos sobre el origen de la burguesía
terrateniente, incluye interesantes apreciaciones sobre los otros sectores
sociales, así como sus análisis de las modificaciones generadas en el seno del
estado e incluso su caracterización de la campaña bonaerense fueron los que
forjaron nuestros interrogantes y orientaron la investigación que a continuación
presentamos.20
19
B. ZEBERIO “Tierra, familia y herencia en la pampa argentina. Continuidades y rupturas en
la reproducción del patimonio, Siglos XIX y XX” Quinto sol, Año 6 nº 6, Santa Rosa,
Universidad Nacional de la Pampa, pp 129-151.
20
Resulta imposible sintetizar la obra de Halperín Donghi. La época abordada en este trabajo
fue tratada por este autor en: T HALPERIN DONGHI Revolución y guerra. La formación de la
élite criolla, Buenos Aires, siglo XXI, 1972 ó Una Nación para el Desierto Argentino, prólogo de
Roy Hora, reedición, Buenos Aires, Prometeo, 2005; Guerra y finanzas en los orígenes del
Estado Argentino 1791-1850, reedición, Buenos Aires, Prometeo, 2005.
13
No pretendemos en este breve estado de la cuestión abordar la inmensa
cantidad de bibliografía que aborda esta problemática tan rica y profunda.
Existen hoy en día excelentes trabajos que realizan balances exhaustivos de la
producción historiográfica desarrollada en las últimas décadas, a los que puede
remitirse el lector.21 Nuestro interés se limita en esta instancia a trazar las
líneas que siguieron algunos autores que retomaremos con mayor
profundidad en páginas siguientes. Pero sin dudas, más allá de los trabajos
citados, los interrogantes que guían esta investigación han surgido de un
conglomerado de debates, lecturas y discusiones que a lo largo de los años
nos han hecho avanzar por senderos que se han ido abriendo gracias a los
diálogos fluidos que la historia rural rioplatense fue capaz de generar.
21
J. C. GARAVAGLIA “Historiografía de la historia agraria colonial” en Historiografía Argentina
1958-1988. Una evaluación crítica de la producción historiográfica argentina, Buenos Aires,
Comité internacional de investigaciones históricas, 1990; R. DI STEFANO “ El mundo rural
rioplatense; una cuestión abierta” en el Boletín de Historia Argentina Dr. Emilio Ravignani Nº 4,
Tercera Serie, Buenos Aires, 1991; R FRADKIN, “La historia agraria y los estudios de
establecimientos productivos en Hispanoamérica colonial: una mirada desde el Río de la Plata”
en La Historia Agraria del Río de la Plata Colonial. Los establecimientos productivos, Buenos
aires, CEAL, Vol. 1,1993; J.C GARAVAGLIA Y J. GELMAN, “Mucha tierra y poca gente: un
nuevo balance historiográfico de la historia rural rioplatense (1750-1850)” en Historia Agraria
Nº 29, Murcia, SEHA, 1998; MIGUEZ E, “El capitalismo y la polilla. Avances en los estudios de
la economía y la sociedad rural pampeana,1740/1850” en Boletín del Instituto de Historia Dr.
Emilio Ravignani Nº 21, Tercera serie, Buenos Aires, 2000; R FRADKIN, “ Caminos abiertos en
la pampa. Dos décadas de renovación de la historia rural rioplatense desde mediados del siglo
XVIII a mediados del XIX” en La Historia Económica Argentina en la encrucijada, Gelman
(comp.),Buenos Aires, Prometeo, 2006; MIGUEZ E “¿Veinte años no es nada? Balances y
perspectivas de la producción reciente sobre la gran expansión agraria, 1850-1914,” Ibídem,
pp209-231 y BONAUDO M, “La historia Rural pensada desde una periferia”, ibídem, pp. 231-
247.
14
I. LA POBLACIÓN
22
Acuerdos del Extinguido Cabildo de Buenos Aires, 17 y 26 de septiembre de 1749, T IX,
Libro XXVI, pp. 486/7/507.
23
Acuerdos op. cit., 1753, S III, T1, L XXVIII.
24
AGN, XIII, 41,7, 2. Libros de Filiación y pagamentos que se hacen a los oficiales y demás
soldados de la Compañía Valerosa. Esta compañía estaba constituida por 21 reclutas porteños,
1 correntino, 6 cordobeses, 10 paraguayos, 1 catamarqueño, 1 mendocino, 1 santafecino y 1
canario. El primer jefe, José de Zarate, vecino de esta frontera, era un criollo, hijo de
españoles nacido en Buenos Aires, que para la década de 1720 se estableció en una estancia
de tierras propias, en las cercanías de la Cañada de la Cruz, pago de Luján. Cuándo azotaron
los pampas esta comarca en 1739, comenzó a participar en las persecuciones, llegando a
entablar amistad con Calelían al que terminó por apresar a legua y media de Luján y a partir de
este hecho comenzó a crecer su fama de buen militar.
15
"rastrillada de las Salinas o rastrillada Grande”-25 camino recorrido por las
carretas que desde la Guardia de Luján se dirigían a las Salinas Grandes,
(Hidalgo, La Pampa) en busca de sal –.Pero además, desde los acuerdos con
los pampas en 1743 y con los aucas en 1770 pasó a ser la única puerta de
entrada para el comercio indígena.26 Por eso, las pulperías fijas y volantes,
los comerciantes que recorrían la campaña y los pobladores que hacían del
comercio con los indios su principal actividad, la convirtieron en un "pequeño
emporio mercantil"27. Pero también adquirió desde los primeros años de
fundada, un marcado perfil agrícola28, ya en 1770 tenía sementeras de trigo
de más de 200 cuadras.29
16
principalmente hombres solos. Las mujeres comenzaron a llegar en la
década de 1820, aunque nunca igualaron a los hombres. Por eso, el
panorama que presentó la Guardia, se enmarca en las visiones más
tradicionales: los inmigrantes fueron principalmente hombres jóvenes y
adultos.34
17
“En la estrecha faja que forman los ríos Paraná y Salado, no caben
las poblaciones de nuestros labradores y hacendados. Se han visto
precisadas las familias contra lo estipulado en las paces celebradas
con los pampas, a pasar el límite del río Salado. La necesidad ha
obligado a excederse por la propia conservación.35”
18
pobres. Luego de largas migraciones, las más de las veces haciendo escalas,
arribaban a la frontera. Aún es posible que varios intentos precedieran al
asentamiento definitivo. Llegar desde Santiago o Córdoba hasta la Guardia de
Luján no debía insumir más de un mes y medio o dos a fines del siglo XVIII y
la buena paga de la cosecha o la buena comida en casa de un coterráneo
debieron actuar como buenos estímulos. Pero, este patrón de movilidad
suponía la existencia de redes de relaciones. Migraba primero un hermano y
luego traía al resto de la familia. El tío llamaba al sobrino. O migraban para la
cosecha por varios años consecutivos los varones de la familia hasta que
luego traían a sus padres. Las circunstancias debieron ser múltiples. Pero este
era un patrón de movilidad, basado en relaciones sociales y familiares, tal
como se percibe en el padrón38.
Las estrategias de los que "ya estaban", no eran muy disímiles de la de
los inmigrantes recientes. En el caso de las "viejas familias", al padre le
parecía conveniente que sus hijos formaran sus familias pero permanecieran a
su lado. Lo mismo que al suegro con el yerno. Todos podían trabajar
mancomunadamente cuando hacía falta y así resolvían el problema más
acuciante que presentó este ecosistema: producir con una escasez crónica de
fuerza de trabajo. Todo esto fue posible por la abundancia de tierras de libre
disponibilidad. En otras palabras podríamos esbozar la siguiente hipótesis; al
mismo tiempo que las familias extensas se estaban desarticulando en el interior
por efecto de las migraciones, se articulaban en la frontera amplias redes
horizontales compuestas por múltiples familias nucleares, que resultaban
funcionales al déficit estructural de mano de obra.
38
IBIDEM
39
HALPERIN DONHI T “Historia contemporánea de América Latina”, Buenos Aires, Editorial
Alianza, 1986.
40
HALPERÍN DONGHI T “Revolución y guerra. Formación de la élite dirigente en la Argentina
criolla”, Buenos Aires, siglo XXI editores, 2005.
19
independencia, porque creemos que fue en su seno donde se dieron las
matrices sociales, políticas e ideológicas presentes en el poblamiento de
Chivilcoy. Recordemos que esta región comenzó a poblarse en la década de
1830 por una avalancha de provincianos, de los más disímiles extractos
sociales, que una vez movilizados en los ejércitos revolucionarios no
retornaron a sus provincias, arruinadas por las transformaciones a las que ya
hemos hecho mención.
La decadencia del Alto Perú como centro argentífero (e incluso la
decadencia de la plata y su reemplazo por el oro, como medio dominante de
circulación económica) y la aparición de nuevas metrópolis económicas y
financieras en Europa, sirvió para arrasar con los antiguos equilibrios
macroeconómicos. Y, mientras el Río de la Plata creció vertiginosamente como
consecuencia de estos cambios, el interior demostró tener escasa capacidad
para adecuarse a la nueva realidad. Sin embargo el impacto de estas
transformaciones no fue igual para todo el interior, ya que esta región
tampoco era un bloque homogéneo, incluso desde antes de ellas. Santiago
del Estero, por ejemplo, era una de las regiones más pobres, que actuaba en
el equilibrio demográfico rioplatense como un “inagotable centro de altas
presiones;”41 expulsando emigrantes temporarios o permanentes que fueron el
recurso humano indispensable para la producción agropecuaria del litoral. San
Juan entró en una decadencia acelerada en 1778, a raíz del derrumbe de
precios que produjo la libertad comercial. Las vastas huestes de peones y
labradores que necesitaba la agricultura triguera que se desarrolló en Chivilcoy
a partir de 1830, provinieron de todo el interior, pero fueron estas dos regiones
las principales expulsoras.
No fueron sólo causas económicas las que estuvieron tras estos
desplazamientos. Las luchas de la independencia, devenidas luego en guerras
civiles, generaron una intensa movilidad espacial: se desplazaban tanto los
que participaban en los frentes de batalla como quiénes debían exiliarse.
Ahora bien, como señala Halperín, la movilización militar implicó una previa
movilización política que se hizo en condiciones demasiado precarias para
disciplinar a los que se convocaba a la lucha. Los oficiales criollos, surgidos
durante la misma contienda, rápidamente adquirieron sentido de cuerpo, con el
que presionaron a los gobiernos de turno para apropiarse de una porción muy
significativa de las rentas del estado. Tras treinta años de guerras, de
desplazamientos, la desmovilización no debió ser tarea fácil. Los provincianos
que desde hacía años estaban lejos de sus terruños natales, de sus familias
y que por lo tanto habían sufrido sino la ruptura al menos el “debilitamiento” de
los vínculos familiares, y que habían atravesado el país a lo largo y ancho,
tras oficiales criollos, con los que establecieron lazos de solidaridades
cruzadas, no estaban dispuestos a regresar a sus pobres pero señoriales
provincias. Para ellos resultaba mucho más atractiva la sociedad igualitaria,
con acceso a tierras libres que se estaba gestando en la frontera y que era
prometedora de fáciles éxitos económicos. Chivilcoy era una de ellas y por eso
aquí vinieron y fueron los responsables de su rápido crecimiento.
Los campos de batalla y el vacío dejado por la ruina del estado colonial
sirvieron también para tejer una vasta red de relaciones entre personajes
41
Ibidem, p. 21
20
políticamente influyentes, sobre la que debía descansar el nuevo orden. Esta
red tenue, compleja, de cambiantes relaciones personales y en muchos casos
nacida de intereses y afinidades privadas, tuvo también representación material
en el poblamiento de la región. Las familias Iramaín, Frías y Gorostiaga,
exiliadas de Santiago el Estero, llegaron aquí gracias a las alianzas
establecidas con porteños influyentes.
Fueron varias las circunstancias que estuvieron en la base del
poblamiento de la región; fueron también variados los sujetos y sus
extracciones sociales y políticas. Por eso, cualquier intento de reducirlos a
determinados orígenes, extractos sociales o tratar de homogenizar las causas
de sus desplazamientos espaciales, conduce al fracaso. La riqueza de matices
de este primer poblamiento sirve, en parte, para explicar la movilización que
atravesó la región en la década de 1850. Desde aquellos que hundieron sus
raíces en tiempos coloniales y avanzaron desde las zonas de “antigua
colonización”, hasta algunos miembros de las alicaídas élites santiagueñas y
sanjuaninas, pasando por muchos otros “pobres” del interior en general y de la
campaña bonaerense en particular, todos confluyeron en esta región haciendo
que adquiriera sus rasgos originales: una distribución de la riqueza más
equitativa que en el resto de la provincia, con numerosos labradores de
medianas dimensiones, muchos de pequeñas pero muy pocos de grandes; una
acelerada expansión agrícola, respaldada en los buenos precios que ese
cereal logró durante la década de 1840 pero con escasas y fragmentadas
innovaciones técnicas y la gestación de una identidad colectiva definida como
“labradores chivilcoyanos”, capaz de movilizarse por la defensa de sus
intereses.
“Estos fronteros que disfrutan confianza entre los españoles, son los
introductores de los indios tierra adentro: casi todos son parientes,
amigos y relacionados, y como todos tienen innatos unos mismos
vicios que es el robo al español y el asesinato, si impunemente
pueden hacerlo, cometen todo tipo de atrocidad y se retiran
contando esos hechos.”
42
Gelman “ Un funcionario en busca del estado” op cit.
21
Los habitantes de Las Saladas (y de la frontera en general) se le
presentaban a García como una turba peligrosa capaz de realizar las mayores
atrocidades: “La clase de hombres aquí pobladas son poco menos feroces e
inciviles que los propios indios”. La frontera era un sitio peligroso en el que se
congregaban hombres de mal vivir, de hábitos promiscuos y para este
funcionario eran tanto las conductas de estos pobladores como la de los
indios, las responsables de las recurrentes tensiones que recorrían la zona:
43
En 1784 el comandante Francisco Balcarce ejecutó una estratégica expedición al desierto y
obligó a los indios a negociar la paz. Los casi cuarenta años de paz que siguieron al tratado de
1784 impulsaron la expansión de las estancias De este modo la frontera continuó su avance
lento pero inexorable hacia el oeste; las cañadas Los Leones, Las Saladas, La Rica fueron
ejes de este proceso. La ausencia de interlocutores en el gobierno criollo y la presencia de
desertores en las tolderías fueron las causas de la nueva movilización.
44
Parchappe “ El fuerte….” Op cit
22
Hundirse en las pampas fue la expresión elegida para entrar en el
desierto; enorme llanura, de altos pajonales, alterada por pequeñas lomadas
que caían en juncales y guadacales. No era fácil transitar la pampa ni vivir en
este ámbito: el sol “quemante” aún desde el horizonte, el calor terrible de un
enero tórrido ( como el que le tocó vivir a Parchappe), las vastas extensiones
sin árboles ni arbustos para refugio del viajero, los cursos de agua salobres,
prontos a cortarse a raíz de la intensa sequía que se avecinaba,45 los
sanguinarios tábanos, que no eran tan abundantes en las regiones
pastoreadas, pero que se reproducían incansablemente en los pajonales en los
que el pasto se elevaba a su altura natural y las vizcacheras, cuevas que de
estar abandonadas y cubiertas de pasto, se convertían en peligrosas trampas
para el viajero distraído.
Así se presentaban en esos años los pagos de Los Leones, Las Saladas,
La Rica, Chivilcoy y el río Salado. Sabemos, también por esta crónica, que para
1828 el poblamiento no había alcanzado la cañada de Chivilcoy: la última
casucha estaba entre Las Saladas y esta última cañada. Sin embargo, fue para
los últimos años de la década de 1820, pero más que nada para las de 1830 y
1840, cuando el flujo de inmigrantes se acentuó y la frontera avanzó,
poblándose la región de Chivilcoy. Tal proceso queda demostrado por el
comportamiento que tuvo la tasa de crecimiento de la población, que si se
analiza según las zonas de la campaña, muestra los rumbos que las
corrientes migratorias adoptaron. La población de la campaña bonaerense
creció a un ritmo del 3.8% anual entre 1815 y 1854; pero fue la región oeste
la que lo lideró y dentro de ella, Chivilcoy superó la tasa regional,
alcanzando el 4,6%, en la etapa 1836-185446, situación explicable a partir de
la pérdida de dinamismo de la campaña cercana como polo de atracción de
inmigrantes y de la tardanza del “despegue” demográfico que acompañó la
puesta en producción las tierras del “nuevo sur.”
47
Fue levantado siguiendo las instrucciones del gobierno de Buenos Aires del 20 de mayo
de 1836 por el juez de paz y supuestamente cada UC (unidad censal) representaba a una
unidad productiva, ya que el fin del censo fue conocer cuanta gente había en los diferentes
partidos. Podría haber casos de unidades censales que no constituyen unidades productivas y
en las cuáles los integrantes debieron trabajar en unidades productivas externas.
23
mencionó, en cambio, al río Salado, ni a la cañada Chivilcoy, por lo que
suponemos que carecían de ella48. El actual partido de Chivilcoy tenía en
1836, aproximadamente 1518 habitantes, concentrados en su esquina
sudeste, (Saladas, La Rica), estando aún casi despoblado el resto.49
Sin embargo para 1850 esta región mostraba una densidad importante
de población que había llegado principalmente luego de la intensa sequía de
1833, aunque su ingreso se acentuó en las décadas de 1840-50. Este flujo
avanzó en dirección noreste-sudoeste, siguiendo el antiguo trazado del camino
a Las Salinas50. Como mencionamos el poblamiento de la frontera mostró gran
48
Presentó el problema de indicar sólo el nombre del titular de cada unidad censal y divide a
la población en las categorías: “blanco”, “pardos o morenos”, “extranjeros” y “tropa,” sin incluir
información sobre edad, sexo u ocupación de los miembros de cada unidad censal. En
algunos casos se agrega en que cuartel de cada partido se encuentra la unidad censada, pero
en el caso del partido en cuestión, aparece un cuartel “sin denominación”, lo que torna más
impreciso aún el análisis. El partido de la “Guardia de Luján” aparece dividido en ocho pliegos
y pertenecerían al futuro partido de Chivilcoy los cuarteles correspondientes a la “Cañada de
La Rica”, “Salada” y “Salada Arriba”. El cuartel de “Leones” a Suipacha y “Monte de los
Gallegos” y los otros que aparecen “sin denominación” a Mercedes.
49
Al año se levantó el padrón de 1837 que indicó una población mucho mayor: 5404 habitantes,
aunque no discriminó los cuarteles. La diferencia entre ambos no respondería a un
crecimiento real del partido, sino a un área de cobertura mayor (recordemos que las
definiciones de los límites de los partidos no eran aún demasiado exactos) y a un criterio
diferente para empadronar, ya que en 1837 se censó en varias oportunidades a los mismos
vecinos, encabezando UC diferentes. Creemos, que el eje de este padrón fueron las
explotaciones y por eso aquellos que tenían más de una, fueron censados en cada una de sus
propiedades. Esta lista nominal tampoco introdujo información respecto al origen, sexo, edad
u otras características socio-ocupacionales de los pobladores. De cualquier modo ambos
indicaron un crecimiento sostenido de la población de la zona.
50
La otra fuente que podemos usar son las declaraciones de los aspirantes a comprar los 429
lotes en que quedaron divididas las cuarenta y cinco leguas de tierras públicas de Chivilcoy.
En 1864 cuando el agrimensor Jardel hizo la división cada vecino debió declarar la fecha de
ocupación de cada lote, ya que sólo podían aspirar aquellos que estaban desde “antes de la
50
ley” que se sancionó en 1858, Las declaraciones incluyeron, en caso de compra de derechos
a terceros, la antigüedad de asentamiento del primer poblador y por eso permiten una gran
fineza de análisis en el proceso de ocupación espacial, que sólo se ve entorpecido por el
alto porcentaje que manifestó ser “poblador antiguo” sin poder fijar la fecha de arribo. Hemos
construido un universo de 381 pobladores, a los que hemos restado 86 “pobladores antiguos,”
de los que no conocemos su fecha de llegada. Esta muestra permite observar que casi el 20
% llegó entre 1833 y 1845 y más del 30% entre 1845/55.
24
continuidad ya que en los cien años estudiados prevalecieron las
migraciones internas y si bien a inicios del XVIII fue Córdoba la mayor
expulsora, a lo largo del XIX Santiago se mantuvo como el principal expulsor.
Son varios los recuentos de población efectuados en el partido que ratifican
esta afirmación: El 11 de septiembre de 1851, en vísperas de Caseros, se
efectuó el enrolamiento de la población masculina mayor de 15 años, del
partido de Chivilcoy,51 ( es la primer lista de población del partido de Chivilcoy
y no de toda la Guardia, como los anteriores)52. En ella, los santiagueños
representaban el 42,7 % del total de la población masculina mayor de quince
años y le seguían los nativos de Buenos Aires, con el 28 % que podían ser
oriundos del partido o de los cercanos, responsables de las migraciones de
“corto alcance”, que hemos descripto53.
51
Archivo Histórico de Chivilcoy, Libro Orígenes.
52
El partido de Chivilcoy fue creado en 1845 Rosas y tenía como límites las Saladas, el
fortín de Areco y el partido de Navarro, mientras que no se precisaron los del oeste. Sólo
hemos hallado los legajos de las secciones 1ª, 2ª y 5ª que contaban con un total de 650
varones adultos. A pesar de su parcialidad lo incorporamos porque muestra con claridad la
magnitud del impacto inmigratorio, especialmente de las provincias norteñas y con más
precisión de Santiago del Estero.
53
Cuadro nº 18: La población de Chivilcoy, según su origen en 1851. Enrolamiento
realizado el 11 de septiembre de 1851.
Población por origen Absoluta Porcentaje
Norte* 282 43%
Buenos Aires 183 28%
Centro* 81 12%
Cuyo* 62 9%
Litoral* 42 6%
Total 650 100%
Norte: incluye a Santiago del Estero, Catamarca, Salta y Tucumán
Cuyo: San Juan, San Luis y Mendoza
Centro: Córdoba y Santa Fe.
Litoral: Entre Ríos y Corrientes.
54
El índice de masculinidad era de 155,8 que superaba al de la campaña en general que era
124. J L MORENO, R. Di STEFANO, et al, Morón una sociedad de campesinos (1740-1820).
55
AGN, Sala X, Cédulas censales de 1869, tomos 66 y 67. Hemos trabajado exclusivamente
con las Cédulas Censales referidas a la población rural que están repartidas en dos tomos: el
66 y 67. En el 66 cuatro empadronadores; Evaristo Manjudo, Calixto Calderón, Juan de Dios
Dozo y José Arce completaron 22 cuadernillos con un total de 2845 habitantes. En el 67, siete
empadronadores en 23 cuadernillos contabilizaron 4604 personas. En esta oportunidad
hemos trabajado sólo sobre la población masculina a la que se le consignaron actividades
económicas.
25
Como adelantamos, las transformaciones que sufrió el interior del país,
motivadas en parte por la pérdida de sus principales mercados y las
movilizaciones que ocasionaron las guerras revolucionarias, devenidas luego
en civiles, produjeron grandes desplazamientos de población. Este sector de la
frontera en las décadas de 1830/40 actuó como un centro de baja presión
capaz de absorber y amalgamar inmigrantes de las extracciones sociales más
disímiles, orígenes más diversos e historias más opuestas. Por eso, nos
interesa demostrar en los párrafos que siguen las historias de algunas familias
de inmigrantes para observar en el plano de las historias familiares y
personales, las transformaciones generales antes esbozadas. Como ha
quedado demostrado, Chivilcoy actuó como un “crisol”, fundiendo orígenes e
historias. A los efectos de este trabajo hemos seleccionado a aquellas familias
que tuvieron un rol trascendente en la movilización de la década siguiente; por
eso ordenamos los párrafos en; “desde Santiago el Estero”, “ desde San Juan
”, “los exiliados en la Banda Oriental” y “desde los partidos de antigua
colonización”
“Desde Santiago”
Santiago del Estero, recorrida por los ríos Salado y Dulce, que forman
dos valles estrechos, era la provincia más pobre del norte. La agricultura
básicamente de maíz, tenía caracteres muy primitivos que la hacían fracasar
con frecuencia por las grandes sequías que la azotaban. La ganadería contaba
con escaso desarrollo y era principalmente de animales menores, como cabras.
Los tejidos domésticos, que encontraban dificultades cada vez mayores en su
venta, generaban algunos dinerillos a una economía paupérrima. La pérdida
del Alto Perú impactó con más fuerza en Santiago que en las otras provincias
norteñas. Y, la revolución le agregó nuevos problemas; inseguridad, requisas
de ganado para los ejércitos de línea, etc. Por eso, Santiago era en 1810 un
villorrio marginal de aproximadamente cinco mil almas, que contaba con sólo
veintitrés familias de “notables”56 entre los que estaban los Gorostiaga, los
Iramaín, los Frías y los Carranza. Las rivalidades internas en la región se
entrelazaron con la que oponían a Santiago con la próspera Tucumán.
Fueron sobre todo, según Halperín, los comerciantes y las familias más ricas
de la capital, dueñas de las escasas tierras irrigadas, las que alimentaron esa
rivalidad. Su dominio sobre el Cabildo local que venía del pasado colonial se
mantuvo sin esfuerzos durante la primera década revolucionaria; pero será
este sector el que se verá más perjudicado por las transformaciones que
ocasionó la revolución: la perdida el mercado altoperuano y la escasez de
mano de obra.57El sector ganadero en cambio, fue el menos perjudicado ya
que se benefició con la apertura del comercio. La devastación que sufrió la
ganadería del litoral además le aseguró una demanda sostenida a los cueros
santiagueños. A este cambio en el equilibrio económico acompañó otro en el
político militar; ya que quedaron a cargo de la frontera las tropas milicianas,
fortaleciéndose sus caudillos, mientras que el ejército de línea se reclutó para
la guerra realista. Se dieron entonces las condiciones para un cambio en el
equilibrio político local: la hegemonía de la capital y de los propietarios de
56
HALPERÍN DONGHI T “Revolución y guerra..” op cit
57
Como señala Halperín Donghi fue en esta provincia sólo rica en hombres a la que los
gobiernos revolucionarios acudieron con preferencia para engrosar sus ejércitos.
26
tierras irrigadas que tenían su fortaleza en el Cabildo, quedó amenazada.
Complicó aún más la situación el hecho que desde 1814, Santiago quedó bajo
la directa dependencia de la Intendencia de Tucumán. Cuando en 1816
Santiago debió elegir a sus representantes, los “ciudadanos de mejor
representación” se abstuvieron de votar y sólo el elector de Matará (centro
principal de la frontera) Juan Felipe Ibarra, estuvo de acuerdo en hacerlo.
Ibarra devenido de este modo en caudillo todopoderoso, avanzó con sus
tropas fronterizas contra las familias capitulares, obteniendo un sorpresivo
triunfo, después del cuál gobernó con manos férreas Santiago durante los
treinta años siguientes. Las familias Frías, Carranza, Iramaín y Gorostiaga
formaban parte de la élite mercantil con representación en el Cabildo local. El
alineamiento de la élite en contra de Ibarra no fue lineal e incluso algunos
miembros de estas familias, como Pedro Pablo Gorostiaga llegaron a apoyarlo.
Vayamos a las historias de estas familias.
Los Frías se remontan aún más lejos, porque desde principios del siglo
XVIII ya estaban en Santiago del Estero. El patriarca Don Joseph de Frías y
Suárez de Cantilena tuvo ocho hijos, nacidos entre 1779 y 1787. Dos fueron
sacerdotes, los otros tuvieron una marcada actuación política, que incluso
mantuvieron sus descendientes. Félix Ignacio, uno de ellos, fue secretario del
Cabildo porteño entre 1813 y 1817, Director del Banco de la Provincia de
Buenos Aires entre 1824 y 1830 y Secretario del General Lavalle. Félix falleció
en un accidente en 1831, - ocurrido a los pocos días del nacimiento e su hija
Luisa- provocado por la estampida de los caballos que conducían su carruaje
en el campo “Fortín Ayacucho” ubicado en Las Saladas. Heredaron sus
58
DE LILLO, Genealogías Santiagueñas, 1848, p. 122Citado por PERNIGOTTI, op cit.
59
Casas comerciales incorporadas al comercio en Santiago del Estero con fiado, en E
SAGUIER, Genealogía de la Tragedia Argentina, apéndice B-VI, Buenos Aires, septiembre de
2007.
27
descendientes varios inmuebles en territorio bonaerense, saladeros y pagarés
en monedas extranjeras. Volvamos a la familia Gorostiaga porque una
hermana de Félix, María Bernarda, se casó con Pedro Pablo Gorostiaga con
quién tuvo nueve hijos nacidos en Santiago del Estero. Pedro Pablo, como
anticipamos supo establecer buenas relaciones con Ibarra en el momento de
su ascenso político e incluso en reiteradas oportunidades lo suplió en su
gobierno. Sin embargo, los sucesos de la década de 1820 los distanciaron a tal
punto que Ibarra lo mandó a matar. Fue en esa oportunidad, 1835, cuando su
esposa, Bernarda Frías, huyó de Santiago con sus hijos y se afincó en la
estancia “Fortín Ayacucho” donde ya estaba su hijo mayor Domingo,
encargado de los intereses de su tío ya difunto, Félix Frías. De los hijos de
Bernarda, José Benjamín, -que se casó con su prima Luisa Frías, hija de Félix-
fue el que hizo una carrera más exitosa: estudió en el colegio de los jesuitas,
graduándose de abogado en 1846 y fue constituyente por Santiago el Estero
en 1853, Ministro de Interior, de Hacienda, Miembro de la corte Suprema de
Justicia, Presidente del Ferrocarril Oeste, etc.
28
estas familias utilizaron en otros ámbitos la lógica que los guiaba en su
provincia: endogamia no sólo en el matrimonio sino también en los negocios;
clientelismo y paternalismo. De lo contrario es difícil entender como la
enfiteusis de doce leguas que se le concedió a Ángel Carranza (también
santiagueño), en noviembre de 1825, en diciembre de ese mismo año le fuera
transferida a Félix Ignacio Frías, supuestamente abogado de la firma Iramaín y
Cia, pero también Director del Banco de la Provincia de Buenos Aires. Este lote
sería parte de todo un avance realizado por esa élite de comerciantes vascos
- santiagueños que desde 1824 – y aprovechando el cargo estratégico de
Frías- comenzó a tomar posesión de una vasta superficie que se extendía
desde el Río Salado hasta la Laguna Brava en Bragado.
29
Hudson, unos pocos jóvenes ilustrados que habían estudiado en Córdoba,
visitado Buenos Aires o Santiago de Chile conocían los sucesos políticos de
Europa y Estados Unidos y eran capaces de movilizarse tras las nuevas
ideas; el resto mostraba la mayor apatía frente a ellas.61 A pesar de ello, las
guerras civiles fueron particularmente cruentas en esta provincia; en primer
lugar se vivió aquí con gran intensidad los preparativos de la campaña a
Chile, luego la invasión de Quiroga, con su secuela de barbarie y destrucción;
que ocasionó en esta, -como en tantas otras provincias argentinas-, el clima de
violencia y barbarie que, según Halperin Donghi, sucedió a las guerras
revolucionarias. Fusilamientos, saqueos y matanzas de uno y otro bando se
hicieron frecuentes por esos año se hicieron decaer aún más a la producción
local. A esto se agregó que esta provincia alejada de los escenarios de lucha,
actuó como proveedora de hombres, caballos, mulas y vacas a los ejércitos
revolucionarios.62 Por eso, las migraciones de sanjuaninos a la frontera
bonaerense deben entenderse en este contexto, ya que como demostraremos,
no fueron las más cuantiosas, pero sí las que involucraron redes familiares y/o
sociales más extensas.
61
D HUDSON “Recuerdos históricos sobre la provincia de Cuyo”,Buenos Aires, Tomo I,
Imprenta de Juan Alsina, 1898.
62
Una excelente descripción del clima de violencia que se había desarrollado en la provincia
se encuentra en Hudson Damian, op cit.
63
AGN, Sala X, Padrón de 1812.
30
Oeste, convirtiéndose en uno de los pro-hombres más importantes de
Chivilcoy.64
64
Diccionario biográfico
65
Los inventarios de los dos negocios apenas si alcanzaban los 70.000 $.
31
el Banco Provincia.66 El otro sanjuanino que rastreamos fue Antonio Benavides
que también participó de la guerra contra Brasil y al retornar, en 1830, se casó
con la porteña Casimira Luna. La nueva pareja fijo su residencia en la “cañada
Chivilcoy” –que como demostramos era la región de “nuevo poblamiento”.No
permaneció por muchos años en la zona, ya que en la década del 50 lo
encontramos arrendando un pequeño campo en Navarro en el que sólo tenía
trescientas ovejas y construyendo casas para alquilar en Buenos Aires.
El origen común, las mismas edades y los itinerarios compartidos nos llevan
a suponer que existían vínculos entre los sanjuaninos. Fue gracias a un
hallazgo casi fortuito que se hizo explicito lo que suponíamos. En 1861 falleció
repentinamente Antonio Benavides. Supuestamente no tenía descendientes ni
ascendientes, ya que su esposa Casimira Luna, había muerto en 1858 y sus
“padres que serían muy viejos, del otro siglo, habían fallecido en San Juan.”
Parecía que nadie iba a reclamar sus escasos bienes, cuando se presentó
Marcelino. Fue en esta oportunidad cuando se abrió la sucesión y se
incorporaron testimonios de los “sanjuaninos” que habían conocido a la pareja
en sus años de juventud en Chivilcoy y podían atestiguar el nacimiento de
este hijo. El primero en declarar fue Agustín Souza. El recordó que; “ lo
conoció desde San Juan y desde el año treinta y cuatro, antes de que tuvieran
al hijo Marcelino, mantuvo una relación muy estrecha con toda la familia
Benavides,”” Declaró también Doña Carmen Luna de Ramos, tía política “lo
conocía desde antes de venir en el año 31 en el que la declarante fue a
Chivilcoy. Los ha tratado con intimidad por ser de la familia y el hijo Marcelino
nació muchos años después de contraído el matrimonio.” Ambrosio Castro,
otro sanjuanino, nacido en 1798 declaró: “ conocía a los finados hace más de
cincuenta años, pues aquel también era de San Juan, como el dicente y
vinieron juntos, siendo vecinos de los Benavides en Chivilcoy desde 1835.”
32
Aires, donde el negocio de alquiler de propiedades ofrecía rentas seguras
aunque no extraordinarias.68
“Desde el exilio”.
“El frente que mira hacia el oeste lo constituye una serie de cuartos
con un ancho corredor que comprende toda la cuadra y que es
frecuentado por troperos, barranqueros y acopiadores de frutos del
país. En el centro de la fila de cuartos hay un enorme portón que da
entrada a una extensísima barraca, propiedad lo mismo que el
edificio del señor don Pablo Villarino, respetable y acaudalado
español, casado con una hija del país y padre de una numerosa y
respetable familia”70
Los Villarino eran para 1830 una de las familias acaudaladas de Buenos
Aires y sus tertulias eran frecuentadas por lo más granado de la sociedad local,
a tal punto que fueron objeto de acuarelas de un pintor de la talla de Carlos
Pellegrini.71 Francisco e Ignacio, hijos de Pablo se hicieron cargo del campo
de Magdalena. Francisco hizo construir la Iglesia de Chascomús y participó de
la campaña al desierto comandada por Rosas. Ignacio, en tanto, en sociedad
con Melchor Romero (cuñado de Francisco) recibió la enfiteusis más grande
de Chivilcoy: 14 leguas que mantuvo hasta 1835.
68
Los principales labradores mendocinos – con vínculos con los sanjuaninos- fueron:
Sebastián Jiménez, nacido en Mendoza en los últimos años del sigo XVIII. Llegó a Navarro
cuando comenzaba la década de 1820 y hasta 1835 fue teniente alcalde de ese partido,
siempre como labrador sobre tierras arrendadas. La oportunidad de ocupar tierras libres en la
cañada Chivilcoy lo trajo hasta aquí en 1840. A los cinco años ya era teniente alcalde de este
partido. Y, Gabriel Ramírez, nacido en 1816, que había emigrado con toda su familia de esa
provincia. El fue uno de los principales dirigentes de la protesta de 1854.
69
A CAGGIANO “Lazos parentales en la frontera del Salado” Mimeo.
70
WILDE JOSÉ ANTONIO, Buenos Aires, desde setenta años atrás, Colección Austral,
Espasa Calpe. Extraído de Caggiano Amanda, op cit.
71
La esposa Carlos Pellegrini (h) era Carolina Lagos, bisnieta de Pablo Villarino. Dos acuarelas
de Carlos Pellegrini, “Tertulia porteña” y “Minué en la casa de Villarino” representan escenas de
esa familia.
33
Cuando en la madrugada del 29 de octubre de 1839 estalló la revolución
de los “Libres del Sur,” Francisco y su hijo Manuel estuvieron entre los
principales protagonistas. Los episodios tuvieron ribetes novelescos porque
cuando la resistencia se tornó imposible, Francisco se comunicó con los barcos
franceses que bloqueaban Montevideo y acordó con ellos arrasar al fuerte y
tirar la artillería al pantano, embarcándose luego a Montevideo. No tuvo esa
suerte su hijo Manuel, que fue apresado y enviado a Buenos Aires. Gracias a
las redes de esta “gran familia,” su abuelo Pablo, intercedió ante su yerno
Manuel Inciarte - que era Ministro de Gobierno de Rosas- y logró su liberación,
argumentando que Manuel era menor. Una vez liberado y “debiendo tener la
casa de sus abuelos como cárcel” huyó de allí para reunirse con su padre en
Montevideo, donde se relacionó con el general Rivera, al que le arrendó un
saladero en el que estableció una jabonería. 72 En 1844, impulsado por su
padre, decidió regresar a Argentina y aceptar la propuesta de Diego White
(con quién tenía viejos vínculos porque su tío Ignacio, en 1835, le había
transferido parte de la enfiteusis de catorce leguas que tenía en Chivilcoy), que
lo habilitó con un capital de sesenta mil pesos para hacerse cargo de su
negocio, ubicado muy cerca de las barrancas del río Salado, en plena frontera.
Una vez allí, debió edificar una vivienda rodeada por un foso para defensa,
que fue conocida como “azotea de Villarino” y que oficiaba como pulpería y
posta en el camino hacia Las Salinas, como continuaba llamándose aún en la
década de 1840 al camino que iba hacia el sur.73 Con este negocio recuperó la
ocupación familiar; el comercio. Su abuelo era uno de los principales
acopiadores de cueros de Buenos Aires y los negocios compartidos con White
y Melchor Romero, ambos importantes comerciantes, no debieron ser más
que operaciones entre socios. Sin embargo, su procedencia no le impidió ser
uno de los ideólogos más activos de la movilización de la década siguiente en
pos de la entrega de tierras públicas a los pequeños y medianos labradores.
72
AGN, sala X,3-6-7, Nota de Rosas a Corvalan.
73
La víspera del día en que tomó posesión de su puesto, su antecesor había sido lanceado y
degollado por un grupo de indios y bandoleros blancos. Villarino construyó una casa con
azotea y armó un cañón. Luisa Henry, artículo publicado en Palas, Revista de la Escuela
Normal de Chivilcoy, año 1915. Citado por Birabent Mauricio en “La región y las chacras”.
34
“vieja ocupación” y que buscaban en la frontera convertirse en propietarios en
ascenso social. La familia Barrancos, como demostramos, fue una de ellas,
pero existieron otras que describiremos brevemente.
74
SAGUIER, Op. Cit.
75
MORENO JOSÉ LUIS, “La transmisión patrimonial de la pequeña propiedad agraria en la
campaña del oeste de la provincia de Buenos Aires en el periodo e transición 1800-1870. Un
estudio de linajes familiares,” MIMEO.
35
de Ramón, casado con Juana Montenegro, fallecidos en 1856 y 1870,
respectivamente. El predio solicitado tenía una superficie de 2 leguas y 172
milésimas de otra, que se dividió en dos partes iguales.
36
en 1812. Juan se casó con Juana Ortellado en 1821 en la Capilla de Morón,
dando cuenta de la búsqueda de esposa en las zonas de antigua población, en
las que abundaban las mujeres. La pareja volvió a residir a la frontera y fue
censada en 1836, en una UC de sólo cinco integrantes. Su hermano menor,
Mariano, se casó en 1832 con Inés López.76No participaron de la enfiteusis a
pesar de ser viejos residentes de la zona. Y, tuvieron que esperar a las
condiciones ventajosas que otorgó la Ley de 1858 para que Mariano adquiriera
100 cuadras de tierras públicas en el cuartel 4ª, donde supuestamente vivía
su padre desde fines del siglo XVIII. Desde que llegaron y se internaron en el
“desierto” (1780) hasta que accedieron a la tierra pasaron más de 80 años. Tan
larga espera es muestra de que la frontera, y aún el “desierto”, no ofrecía a
todos iguales oportunidades. La familia Alanis sería ejemplo de las grandes
dificultades que algunas familias debieron afrontar para consolidar el
patrimonio familiar.
37
el padrón muestra la existencia de estas últimas, el análisis más minucioso
muestra como se iban instalando familias emparentadas, unas al lado de
otras, formando redes extensas que contrarrestaban la soledad, la falta de
civilidad y de vida social propia de la frontera bonaerense.
38
II PARTE. LA TIERRA.
Introducción
Nos hemos propuesto estudiar la estructura territorial de las
inmediaciones de la Guardia de Luján, de la cañada Los Leones y de Chivilcoy
adoptando una perspectiva agrario-cultural, basada en historias familiares,
desde la que trataremos de establecer conexiones entre ciclos de vida,
repartos patrimoniales, políticas públicas y condiciones de los mercados para
determinar en el nivel de los comportamiento individuales y familiares,
momentos más o menos exitosos en la consolidación y conservación del
patrimonio territorial. El abordaje de la problemática del acceso y tenencia de
la tierra no ya desde la perspectiva jurídica como lo hicieron numerosos
trabajos77 o desde extensos agregados cuantitativos,78 sino desde la lógica de
los sujetos, principalmente de los pequeños y medianos productores (que
fueron los que prevalecieron en la región) y sus estrategias para acceder y
conservar sus patrimonios territoriales en los momentos en que se aplicó la
moderada composición, la enfiteusis y luego la venta, nos permite especificar y
personalizar este proceso, ganando en fineza de análisis.
La organización del análisis de los traspasos de la tierra en cinco
apartados, que responden a espacios claramente definidos: el primero y el
segundo referidos a la Guardia de Luján (actualmente Mercedes), el tercero a
Los Leones (Suipacha) y los dos últimos a Chivilcoy obedece a dos motivos.
El primero proviene del interés en marcar las especificidades de cada región a
pesar de la continuidad espacial que presentan. El segundo responde al
análisis diacrónico que debimos efectuar, ya que si bien el espacio analizado
es homogéneo en sus características geográficas, en la puesta en producción
de sus tierras y en los intentos por legitimar las posesiones existen diferencias
cronológicas; de este a oeste encontramos mercedes, moderada
composición, donaciones y enfiteusis sucesivamente, aunque en algunos casos
alternadas entre sí.
No es de menor importancia, indicar que iniciamos y cerramos el
estudio sobre las estrategias adoptadas por los pequeños y medianos
labradores de a zona para acceder a la tierra y consolidar el patrimonio
pecuario con dos movilizaciones. La primera, que analizaremos a
continuación, marcó el inicio del interés en las tierras de la región, proceso
ocurrido a fines del siglo XVIII e insertó en otros dos intrínsecamente
vinculados: la mercantilización de la producción pecuaria y el acelerado
poblamiento. El segundo, que cierra esta investigación, se produjo cincuenta
años después cuando los labradores de Chivilcoy solicitaron la venta de las
tierras públicas que ocupaban. También incidió en éste el otro gran avance
en el largo proceso de mercantilización pecuaria que se produjo a mediados del
siglo XIX y que coincidió con los debates respecto a las tierras públicas que
acompañaron la caída de Rosas. En ambos, el discurso de los labradores –
que sin dudas formaron parte de los sectores subalternos de la campaña-
sorprende por la claridad de objetivos y por la sintonía que presenta con los
discursos de los intelectuales de la época. Creímos, por lo tanto necesario
abordar las dos movilizaciones para mostrar; en primer lugar, la tradición que
77
AVELLANEDA (1865), CÁRCANO (1972) GIBERTI (1970), BURGIN (1969) y HALPERIN
DONGHI (1973)
78
CONI (1927), ODDONE (1967)
39
tenía en la comunidad el litigio por la tierra, en segundo lugar, la capacidad de
movilización de sectores considerados subalternos y por último, para observar
las continuidades y/o rupturas que se produjeron en las ideas agraristas de los
labradores en dos momentos diferentes: los últimos años del período colonial y
las vísperas de la organización nacional y de la incorporación definitiva de la
economía pampeana a los mercados mundiales.
En los últimos treinta años del siglo XVIII, tres juicios colectivos en los
que participaron más de ciento cincuenta labradores arrendatarios, movilizaron
la población de una pequeña franja de la frontera oeste, con epicentro en la
Guardia de Luján. Con el análisis de los juicios trataremos de explorar las
estrategias usadas por los labradores para defender las tierras que
explotaban. La perspectiva adoptada, prioriza las formas cotidianas de
abordaje de los conflictos79 y por eso, el funcionamiento jurídico se presenta
como un espacio privilegiado para la manifestación de los mismos, al
permitirnos estudiar una de las formas de resistencia cotidiana con la que los
sectores subalternos platearon su descontento.80 Aceptar la presencia del
conflicto en el agro pampeano, va en contra de una larga tradición
historiográfica que supuso que el tránsito hacia el capitalismo no estuvo
acompañado de los conflictos sociales que fueron comunes en otras partes
de Latinoamérica. Para esta tradición, sólo en momentos críticos, fruto de
circunstancias desfavorables específicas, como una mala cosecha, o baja de
precios agrícolas, arrecieron las huelgas, los paros y las protestas. Pero
estas movilizaciones no sólo fueron excepcionales sino también de corta
duración. Al contrario creemos, como señala Palacios, que a esta imagen
puede tildársela de reduccionista, en tanto sólo atiende a las grandes
movilizaciones que llegaron a la prensa y tuvieron trascendencia política.81 Sí,
como lo hacemos en este trabajo, atendemos manifestaciones menos
espectaculares, encontramos que tras la aparente calma, hervía un sinnúmero
de pequeños conflictos como desalojos, juicios por pago de arriendos, por
mensuras, por títulos superpuestos y por muchos otros motivos difíciles de
hallar en los juzgados modernos. Como es obvio, el análisis de tres juicios no
basta para cuestionar una tradición historiográfica. Tampoco tenemos la
intención de hacerlo, más aún cuando aceptamos que si bien fue común usar
el sistema jurídico para plantear el descontento, éste medio tendió a restarle
conflictividad al canalizarlo por otros caminos, quitándole la violencia que la
lucha armada tuvo en otras formas de resistencia latinoamericana.
79
La perspectiva que parte de la hipótesis que los conflictos se expresan más frecuentemente
en las formas cotidianas que en las grandes revoluciones, dio cuerpo a una importante línea
de historiografía latinoamericana que abordó la problemática de la “subalternidad”.
80
S. STERN, Los pueblos indígenas del Perú y el desafío de la conquista española, Madrid,
Alianza editorial, 1982.
81
J. M. PALACIO, La paz del trigo. Cultura legal y sociedad local en el desarrollo agropecuario
pampeano, 1890-1945, Buenos Aires, Edhasa, 2004.
40
Los tres juicios muestran concentración espacial de la litigiosidad.
Fueron llevados a cabo por labradores de una pequeña franja de territorio de
aproximadamente 30 Km. de radio, con epicentro en la Guardia de Luján.
Este espacio formaría parte de la región que, según Fradkin, concentró la
mayor litigiosidad en la década de 1820.82 Él cree que, entre los ríos La
Matanza y Areco y desde la ciudad de Buenos Aires hasta la frontera, se
presentó un espacio con características semejantes; con producción mixta,
fuerte presencia de la agricultura y centros poblados con una intensa
comunicación entre sí. Estas serían comunidades, como sugiere éste autor:
“en las que todo se sabe y todos se conocen; de este modo los pleitos
judiciales se presentan como auténticas teatralizaciones de la vida social, que
ponen de manifiesto los múltiples lazos y fricciones entre los actor83”. Pero
además, en esta región la tensión entre los labradores y los estancieros tenía
larga data. Como indica Marquiegui la defensa de los intereses ganaderos de
los hacendados locales encontró en el Cabildo de Luján el ámbito adecuado
para traducir esas aspiraciones en hechos concretos.84 Fue en este cabildo
donde, en los últimos treinta años del siglo XVIII, se promovió la efectivización
de reiterados “arreglos” en la campaña con el fin de subordinar los
labradores a los estancieros. En este sentido, la determinación de áreas
específicas de cultivo, adoptada en 1797, que relegaba esta actividad a los
ejidos de los pueblos o a las márgenes de la frontera y la disposición de
otorgar derecho de cultivo sólo a aquellos que tenían más de 1000 varas de
extensión, tuvieron ese fin.85 Estas medidas levantaron una ola de protestas
que alcanzaron los oídos del Virrey, pero a pesar de ello, continuó
incrementándose la presión ejercida por los hacendados durante toda la
década de 1800. Las únicas atenuaciones provinieron de la escasa capacidad
política que tenía el Cabildo para hacer cumplir con sus normativas. Por eso,
debemos remarcar que éste fue el contexto en que se produjeron los juicios
que analizamos.
82
R FRADKIN Y N ROBLES “Juicios de desalojo y formas de resistencia subalterna en la
campaña bonaerense durante la década de 1820”. Mimeo.
83
R FRADKIN y N ROBLES, Ibidem, cita textual, el remarcado es nuestro.
84
D MARQUIEGUI, “Estancia y poder político en un partido e la campaña bonaerense. Luján
1726-1821” en Estructuras sociales y mentalidades en América Latina, siglos XVII y XVIII.
Buenos Aires, Fundación Simón Bolívar, Biblos, 1990.
85
El encargado de hacer la defensa de lo actuado por el Cabildo, como indica Marquiegui,
fue el hacendado y miliciano Carlos Tadeo Romero que argumentó que en las circunstancias
imperantes en ese momento era la ganadería la que debía ser objeto de mayores cuidados,
pues era la que tributaba los mayores beneficios.
41
estructura social y económica ya consolidada en el medio rural, difícil de
alterar. En este trabajo sin embargo, se evidencia la capacidad de
movilización y participación de los labradores de la zona. Demostraremos
como se trabó un “dialogo fecundo” entre labradores y abogados urbanos
capaces de encausar sus demandas en discursos imbuidos de ideas
ilustradas. Confirma la hipótesis del rol activo de los labradores, el alcance de
la movilización, la duración de los juicios y el hallazgo realizado por Banzatto
de litigios semejantes en el origen de Chascomús, lo que muestra que una
porción importante de la campaña fue sacudida por conflictos semejantes en
esos años. Este último litigio, según Banzatto, fue ocasionado por el
incumplimiento de lo prescripto en las Leyes de Indias respecto a otorgar a
los primeros pobladores de las Guardia títulos de propiedad de las tierras que
ocupaban. La precariedad jurídica en que por eso quedaron, fue aprovechada
por denunciantes ausentistas, en su mayoría abastecedores de Buenos Aires,
que realizaron denuncias que comprendieron las tierras de los milicianos.
Banzatto demostró las maniobras dilatorias que llevaron a cabo los militares de
la Guardia intentando el establecimiento permanente de los milicianos en la
frontera ante las resoluciones de gobernadores, intendentes y fiscales.86
42
sobre cobro de Francisco Suero de arrendamientos de aquellas tierras”. 87 El
segundo, de 1798, aparece titulado como "Expediente promovido por Andrés
Veloz por sí y a nombre de otros vecinos del pueblo de la Guardia de la
Frontera de Luján para que Pedro Díaz de Vivar no les moleste con
arrendamientos u otras pensiones por los terrenos que ocupa.”88 El tercero de
1812, por “Los labradores de la Guardia de Navarro contra Juan de
89
Almeyra”. Como podemos apreciar, todos tienen varios elementos en común;
fueron iniciados por labradores de la misma región: la frontera de Luján, a tal
punto, que algunos arrendatarios son partícipes de dos de ellos, además
coinciden los motivos y los modos de llevarlos adelante: todos se iniciaron por
el pago de arriendos y en todos uno de los labradores representó a los demás
por el poder que le habían otorgado. Pero el rasgo que consideramos más
original es que todos reprodujeron la tensión generada por el primer intento de
legitimar la posesión sobre “tierras nuevas”.
87
AHPBA, Legajo 9, Nº 330, año 1788.
88
AHPBA, Legajo 11, Nº 483, año 1798.
89
AHPBA, Legajo 12-424 Este juicio fue extensamente trabajado por E. AZCUY AMEGHINO
en “¿Oferta ilimitada de tierras? Navarro, 1791-1822”, en Ciclos, Año IV, Nº 6, 1º semestre de
1994
90
AHPBA, Legajo 9, Nº 330, año 1788.
43
en el real nombre de las referidas tierras que estoi pronto a pagar el
real derecho de la media annata... “91
".... que por quanto el trece de mayo del año pasado de mil
setecientos sinquenta y uno, el referido General Orellano le sedió y
traspasó a Francisco Suero todo el derecho y acción que tenía a las
cabezadas de tierras de estancias que poseía en dicho partido, en
virtud de título expedido a su favor por el gobernador, cuia sesión
recaio aún finiuito de quentas que entre ambos tenían
extrajudicialmente, de lo que hicieron un papel simple....."
91
AHPBA, Legajo 9 Nº 330. La imprecisión espacial de la solicitud se manifiesta en la
denuncia de tierras: “Se hallan vacas las tierras que están sobre el río Luján que llegan a
encontrarse con las suertes principales repartidas en la otra banda del río Luján y también de
las que lindan dos leguas río arriba y dos leguas río debajo de la dicha de mis estancias y las
quales dichas tierras son improductivas que solo pueden servir para la extensión de los
ganados que tengo en dichas estancias para que puedan pastar en ellas” p. 5.
92
AHPBA, Legajo 9, Nº 330.
93
En la tasación intervino el vecino Don Joseph Rodríguez Luna, quién vaticinó que:
"....dichas cabezadas son secadales, sin agua en parte ninguna y no tienen ni son de utilidad
ninguna por ser campos yermos y solo pueden servir para estancia de los ganados de dicho
Don Joseph de Ruiz de Orellano y los taso en quinientos pesos". AHPBA, Legajo 9, Nº 330.
94
SAGUIER, CANEDO, BANZATTO, op. cit.
44
".... habiendo tenido posesión desde tiempo inmemorial,
desde mis bizaguelos de unas tierras de cavezadas en el dicho
pago en que tenían sus labranzas y sus descansos de sus crecidos
ganados y últimamente habiéndome hecho traspaso mi hermano, el
general Don Joseph Ruiz de Orellano, como uno de los principales
herederos de dichos mis abuelos.”95
95
AHPBA, Legajo 9 Nº 330.
45
efectuó en mayo de 1757 y luego, Francisco Suero tomó posesión de las tierras
que le correspondían y Ballejos quedó en las que él ya tenía.
96
Ibídem.
46
".... parte de los vienes de dicha finada se cobren por vías de
arrendamiento de labranzas de tierras a los chacareros que
siembran desde el camino antiguo y del lado que viene de Areco
atravezando la cañada que llaman de las vizcacheras, para el río de
Luján al paso que llaman de Trejo y que se cobre de los lados del
poniente del dicho camino y que el referido Francisco Suero cobrará
de los lados del naciente...."97
Márquez afirmó que ante la intimación del alcalde de Luján, pagaron los
veinte y cinco pesos que éste fijo como canon. Pero con esta presentación,
solicitaban que se revieran los títulos de Suero y que si éste no pudiera
acreditar el dominio directo de dichas tierras, se les restituyera el arriendo
pagado:
"..... y les reconvine y les hice saber que debían pagar los
arrendamientos en semillas, así atrasados como presentes, que son
dos fanegas por año, con algunas rebajas a los mui pobres y que por
no obediencia y resistencia se le exigiría una multa de doce pesos,
y pagadas que fuesen las semillas y multa le concedía término de
tres días para su recurso al derecho que tenían a dichas tierras, ante
el señor alcalde de la expresada Villa..."
97
Ibídem.
98
Ibídem.
47
¿Cuanto pagaban y quiénes eran?99
Cuadro nº 4: Pagos efectuados por arrendatarios a Francisco Suero.
99
La lista esta encabezada por la siguiente inscripción "Lista de lo que hasta el presente han
pagado en semillas los que siembran en las tierras de Francisco Suero. " Esta firmada por
Pedro Riberos.
48
En segundo lugar, teniendo en cuenta que el terrazgo suponía la mitad
de semillas que estos labradores sembraban y que se necesita una fanega
(100 kg.) para sembrar una hectárea de trigo, encontramos que en las
chacras que más se sembraba el área era de unas 16 hectáreas, mientras
que en la mayoría de estas chacras el trigo ocupaba una extensión que
oscilaba en el rango de 2 a 8 hectáreas. Si con la tecnología de la época, se
esperaba una relación siembra/cosecha de 1 a 5, en las chacras más
pequeñas, en que sembraban 2 o 4 fanegas las cosechas eran de 1000 a
2000 kg. y en las más grandes, que sembraban 12 o 16 fanegas la cosecha
era de 60.000 u 80.000 kg.100. Volúmenes que una familia campesina con sus
animales domésticos incluidos podía consumir a lo largo de un año. El volumen
exiguo y la existencia de algunas explotaciones "mui pobres" como dice la
fuente indican el predominio en la región de explotaciones pequeñas de
carácter doméstico. Sin embargo la presencia de algunas capaces de producir
más de cien bolsas de trigo anuales y pagar el arriendo en plata es muestra
de la diversidad productiva.
Por último, debemos remarcar una cuestión que también aparece en los
otros juicios y que tiene que ver con el carácter de los litigios. Mientras que los
tres primeros fueron entre presumibles poseedores de títulos para dirimir
quién se quedaba con la renta de los arrendatarios, recién el último, de 1788,
muestra arrendatarios litigando, encabezados por alguien que,
supuestamente, también lo era. Ahora bien, sí Ángel Márquez también lo era,
¿por qué no aparece en la lista efectuando los pagos correspondientes?
¿Estaba en la misma situación que el resto o era otro rentista encubierto?
100
I. TORT, op cit.
49
cabezadas respectivas.101 Esta merced se iniciaba en el paraje del “árbol
solo”102 y llegaba hasta el salto del río Luján, que de acuerdo a la mensura
realizada por Cañas y Osores en 1783 se sitúa frente a la Guardia de Luján –
actual ciudad de Mercedes.103 En 1638 Bergara trató de ampliar la merced
anterior y le solicitó al gobernador:
101
Juan de Bergara según su declaración había prestado importantes servicios al rey “en esta
ciudad, en Tucumán y en Perú " y fue uno de los más favorecidos por los repartos realizados
por los gobernadores entre 1630 y 1640, recibiendo cabezadas en Las Conchas; cabezadas,
sobras y otras tierras en Luján; cabezadas y sobras en Arrecifes; cabezas y sobras en Monte
Grande, tierras para chacras en Monte Grande y solares urbanos. AHPBA, Mercedes de
tierras hechas por los gobernadores a nombre del rey, La Plata, 1979, pp. 20.
102
El árbol solo supuestamente estaba ubicado en la actual ciudad de Luján.
103
Mensura realizada por Manuel Ozores en 1793, de la posesión de Pedro Díaz de Vivar.
Ozores afirmó respecto al salto: “.... y que ahora no se lo podía conocer por la mucho agua
que llevaba el cajón del río y por eso no se podían reconocer las toscas que se habían visto en
la mensura de 1753.” Mensuras Antiguas de la Guardia de Luján, Archivo Histórico de
Geodesia, La Plata.
104
Ibídem.
105
Archivo Histórico de Geodesia, en adelante AHG; Registro gráfico de 1830, MOSP, La
Plata.
106
Mercedes de tierras hechas por los gobernadores a nombre del rey. Op. cit. p. 26. Ya en
ese momento, el propio tasador al referirse a las tierras de Bergara consideró que: " las
cabezadas de esta estancia son de poco valor porque nunca se pueblan y son tierras yermas y
despobladas..”
107
AHPBA, Legajo 19 Nº 651, José Díaz contra.....
50
milicias de la capital, vecino de Buenos Aires y comerciante,108 con vínculos
en esta frontera la recibió en 1793.109
A pesar del largo tiempo de tenencia los únicos actos de posesión sobre
estas tierras ejercidos por los descendientes de Bergara fueron formales; en
1757 sus herederos mensuraron la merced y luego mantuvieron litigios con los
vecinos. Sus resultados favorables fueron presentados como prueba de
posesión. Pero no pudieron esgrimir en ningún momento, algún acto de
posesión efectiva. En estos ciento cincuenta años nunca construyeron una
vivienda, ni explotaron esta merced. Sin embargo estas tierras no quedaron
yermas y despobladas, ya que a lo largo del siglo XVIII pobladores
espontáneos se fueron asentando sobre ambas márgenes del río Luján
aprovechando la fertilidad de estas tierras, de suaves lomadas, con abundantes
aguadas naturales y buenos pastos.110 El poblamiento de esta región se
afianzó con la construcción del Fuerte de la Guardia de Luján, a mediados de
ese siglo sobre las propias tierras de Vivar.
El primer litigio generado por esta merced fue con Francisco Suero, en
1753, por los fondos, que se resolvió con la demarcación realizada por
Domingo Díaz ese mismo año. En esa mensura se le adjudicó a la merced de
Vivar una extensión de cinco leguas y medias. El segundo fue en 1793,
cuando Díaz de Vivar le quiso cobrar arriendo a José Tomás Díaz
sosteniendo que las tierras le pertenecían. Este juicio hizo hincapié en las
mensuras y la defensa esgrimida por Díaz se basó en la presencia de
tierras comunales:111
108
AGN, Biografías, Sección Colonia. En 1774 a Díaz de Vivar se le abrió un expediente
para que devolviera los 500 $ que recibiera de gratificación del apoderado de los blandengues
de la Frontera de la Guardia de Luján por haber intercedido para lograr el pago atrasado de los
haberes de lo soldados de este regimiento. Es posible que el desprestigio en el que cayó Díaz
de Vivar, después del episodio del pago de los blandengues y de otros similares, como el de
1780, cuando se resolvió que fuera a las Islas Malvinas, como castigo por haber fomentado
una representación solicitando que continuara como virrey Cevallos, después de ser público el
nombramiento de Vértiz, haya hecho que los vecinos de la Guardia de Luján, que estaban
ocupando las tierras que él había heredado y que conocían esta situación, aprovecharan su
descrédito y le iniciaran un juicio del que se suponía que saldrían airosos.
109
E SAGUIER “Mercado Inmobiliario y Estructura Social. El Río de la Plata en el siglo XVIII”,
Buenos Aires, CEAL, 1993.
110
AGN, Comandancia de Fronteras, Sala IX, 1-5-6.
111
AHPBA, 19-6-51. Los derechos de José Tomás Díaz provenían Lazaro Pérez Luque,
alférez y vecino de Buenos Aires, que en 1690 por haber prestado importantes servicios al
rey, recibió dos parcelas de tierras para estancias de ganados sobre la costa oriental del
51
:“...y que otras cabezadas correspondientes a los expresados
terrenos están para ponerse en ellas ganados para que fueran
aguadas comunales a las haciendas de todas las estancias y las
frontadas para ponerse en ellas sembrados y sementeras. (....)
porque pedir las cabezadas de todo el río Luján es pedir aquello
mismo que era propio de todos los vecinos, porque así esta visto y
se encuentran numerosas ordenes en el Cabildo de la Villa de
Luján.”112
En primer lugar, ¿Qué reclamaban los vecinos? Los motivos por los que
iniciaron el litigio fueron:
río Luján. Este se las donó a su sobrino, Marcos Rodríguez Flores y posteriormente las
heredó su nieto José Tomás Díaz.
112
AHPBA, Legajo 19-651.
113
AHPBA, 12-424, Andrés Veloz contra Pedro Díaz de Vivar.
52
leguas en contorno que es lo menos que se necesita para pastos y
labrantíos sea molestado con despojo de arrendamiento u otras
pensiones por Don Pedro Díaz de Vivar o algún otro a que este le
haya vendido.”114
53
Guardia, especialmente cuando se refirió a que:" Ellos se titulan vecinos del
pueblo de la Guardia de la frontera de Luján y esto no pudo asentarse sino
como error porque aquella no es villa, lugar, ni pueblo, ni tiene título de tal,
respecto a que solo se hallan establecida con autoridad la guardia de la
frontera”. Su argumento se basó en el desconocimiento del status jurídico de
villa o pueblo y de tal modo en la negación de los derechos que pudieran tener
sus habitantes. Por último, hipotetizó Vivar, si fuera tan imprescindible la
presencia de estos pobladores en la frontera, la expropiación e sus tierras
sería la solución legítima:
116
Ibídem.
117
O CANSANELLO “ De súbditos a ciudadanos. Los pobladores rurales bonaerenses entre el
Antiguo Régimen y la modernidad” Boletín del Instituto de Historia Argentina “ Dr. Emilio
Ravignani” Nº 11, 3ª serie, Buenos aires, UBA, pp. 113-133.
118
En esta oportunidad invocaron la ley de Indias contenida en el título 12 y la Real Cédula
del 15 de octubre de 1754, en la que se recomienda el amparo de las poblaciones en aquellos
terrenos que ocupen pastos y labrantíos.
119
En el juicio que José Tomás Díaz le inició a Pedro Díaz de Vivar en 1793, el primero
afirmó que desde 1715 estaba en estos campos, los argumentos fueron los mismos: “ y que
los he defendido con las armas en la mano en 1734, y que tomé plaza de miliciano haciendo
una campaña a los yndios fronterizos a mi costa con caballos y armas y (....) después hice otra
campaña de guerra matando y aprisionando barbaros ynfieles que ostilizaban estos terrenos "
AHPBA, Legajo 19 Nº 651, José Tomás Díaz contra Pedro Díaz de Vivar.
54
ofrecieron que se le solicitara un informe al Comandante de la Guardia
respecto a la conveniencia de su reclamo, ya que su lealtad debió estar con
sus vecinos - con quiénes debía compartir los peligros de la vida en la frontera
y no con lejanos y antiguos propietarios. Recordemos que lo mismo percibió
Banzatto en Chascomús, en donde demostró la multiplicidad de maniobras
dilatorias adoptadas por los militares de esa Guardia para lograr la
permanencia de los labradores que las órdenes del gobierno central obligaban
a desalojar.
• "...sabemos muy bien que a todos los que se les hubiere repartido
tierras deben poblarlas y poseerlas bajo la pena de perderlas.”120
55
Díaz de Vivar no especificaban si esta merced incluía suertes principales,
cabezadas o sobras, ni su extensión, ni el paraje en el que se hallaban, solo
afirmaban que Bergara:....se llamaba lindero de una escritura otorgada a favor
del santuario de Nuestra Señora de Luján de unas tierras de estancia y que
ninguno de los establecidos hasta el salto había presentado documentos que
desvaneciesen la anticuada pertenencia" Veloz se quejó de que tanta
imprecisión "pudo haberlo posesionado hasta la cierra de la ventana, bien
seguro de que tampoco encontraría documentos entre los yndios, obstructivos
de su empeño". La imprecisa delimitación de los terrenos y la superposición de
títulos de propiedad fueron los motivos más frecuentes de conflictos judiciales.
Además la mensura presentada, realizada en 1793123 por Cañas y Ozores,
adolecía de ciertos errores, que podían denotar la liberalidad con la que se
entregaba la tierra pública o el favoritismo del agrimensor hacia el propietario.
Al respecto Veloz afirmó:
De esta forma, los terrenos más cercanos a la Guardia –que eran los
que mayor población tenían- quedaban en una situación discutible (sin
mensura pero pertenecientes por los títulos y con un mojón salido de la línea)
Esta circunstancia le permitía a Vivar tener más arrendatarios a quienes
cobrar y a estos, poder cuestionar esos derechos. El problema se agravó ya
que a partir de 1798 Vivar comenzó a vender partes de su merced y los nuevos
dueños hostigaron aún más a quienes se encontraban residiendo en sus
campos y se negaban a pagar arriendos. Llegaba a tal punto la confusión (o
viveza de Veloz, como quiso hacerlo ver Díaz de Vivar) que de los cincuenta y
tres vecinos firmantes solo cinco, estarían comprendidos dentro de lo que
quedaba de su merced y estos eran: el propio Veloz, Juan José Palavecino,
Silverio Melo, Nicolás Rodríguez e Ildefonso Barrancos.
123
AHG, Mensura realizada por Juan de Cañas y Manuel Osores, Mensuras Antiguas, La
Plata.
124
Ibídem.
56
Labradores y apoderados.
Algunos seguro que no. Andrés Veloz, aceptó tener cinco mil cabezas
de ganado vacuno, a más de caballar y ovino.127 Y no solo era un rico
hacendado Andrés Velóz, sino también lo eran su hijo, Mariano y sus yernos,
Juan Rodríguez y Silverio Melo quiénes tenían aproximadamente,
cuatrocientas cabezas cada uno, en las tierras que estaban en litigio. Pero no
sólo hacendados vivían en la frontera sino también labradores y comerciantes.
125
AGN, Sala X, 8-10-4.
126
AHPBA, Legajo 483.
127
Pedro Díaz de Vivar en su defensa advierte "que de todos los sujetos que aparecen
subscriptos en aquel paraje solo el mismo Andrés Veloz, Juan José Palabecino, Silverio Melo,
Nicolás Rodríguez e Ildefonso Barrancos son comprendidos en los terrenos de mi pertenencia
y ninguno de los otros. " Andrés Veloz contra P. Díaz..... Op cit.
57
El propio Vivar se ocupó de describir el carácter mercantil de los habitantes de
esta frontera:
El comercio con la tropa, con los indios, el acopio de trigo, cueros y sal
fueron actividades rentables y es dentro de este grupo en donde vamos a
encontrar la mayor cantidad de futuros enfiteutas.129También había labradores
entre estos vecinos y las continúas menciones a la cosecha y siembra de trigo
y frutos de huertas dan cuenta de la importancia de esta actividad, que en
algunas épocas del año llegaba a paralizar las actividades militares de la
comandancia.130
128
Ibidem.
129
ANDREUCCI B “… Tierras libres hacia el oeste. Población, sociedad y economía en la
Guardia de Luján”, Tesis de Maestría.
130
“....quedo encargado de esta frontera con 14 blandengues y 49 milicianos que el
comandante de la frontera ha dispuesto para defensa de este fuerte(...) antes que llegue la
cosecha de granos en que las gentes del campo se consideran tan ocupadas”. AGN, Sala IX,
Legajo 1-6-1, Frontera de Luján, 12 de noviembre de 1779, citado por E NESPOLO “Los
pobladores en la frontera de Luján y el servicio de las milicias” Mimeo.
131
Andrés Veloz contra..... op cit
58
El tercer juicio, iniciado en 1812, fue sobre tierras situadas al exterior de
la línea de frontera. En 1791 un vecino de Buenos Aires, Salvador Rizo,
denunció una fracción de terreno realengo “... distante una legua contando
hacia afuera del mencionado fortín de Navarro... hasta la laguna del trigo
que serán seis leguas”. 132 Rizo nombró como apoderado para el seguimiento
de las diligencias al procurador de la Audiencia de Buenos Aires: Juan de
Almeyra.133 Siguiendo los trámites correspondientes, el fiscal de la audiencia
pidió un informe al Comandante de la Frontera respecto a la conveniencia de
este otorgamiento.
Aún no contaba Almeyra con títulos firmes cuando tuvo que defender su
denuncia. Esto sucedió en 1795 cuando Marcos Martínez Carmona, Juan
Justo Marchan y Marcos Miguens solicitaron dominio directo sobre los
mismos terrenos que poesía Almeyra.136 Fue en este momento cuando
Almeyra – y no Rizo- solicitó que se diera curso a la venta de los terrenos.
La denuncia de Almeyra fue admitida en enero de 1796 y se realizaron todas
las diligencias que suponían las operaciones de esta índole.137 La tierra quedó
tasada en 40 $ la legua y en junio de 1797 se realizó en Luján la subasta
132
AHPBA, 152-12091, fuentes citadas por Azcuy Ameghino en “ ¿Oferta ilimitada de
tierras? Navarro, 1791-1822” en Ciclos, Año IV, Vol. IV, Nº 6, 1º semestre de 1994.
133
Azcuy Ameghino cree que Rizo solo actuó como un testaferro que le permitió a Almería -
verdadero interesado de las tierras- moverse con más libertad.
134
Esta cita hace explícita mención al poco interés que tenían los indios por las chacras de
labradores, ya que el ataque a éstas era secundaria al de las estancias. Esta podría ser una
razón para explicar la ubicación de las chacras de labranza en el anillo más externo de la
frontera sin protección de fortines.
135
El proceso de poblamiento de esta región por labradores se percibe con claridad: en
1792, Rizo se quejó que el Comandante del Fortín de Navarro “permite que se hagan
todas las poblaciones que se quieran sin impedimento alguno y con la licencia que desde
luego le franquearon....lo que ha de seguirse grave daño a mi parte que aunque no se me
considere un derecho absoluto a las referidas tierras, no podrá negárseme que tengo alguno
por ser el primero que las pobló y denunció.”
136
AHPBA, 9-331.
137
Al realizarse el deslinde del terreno se decidió que una cuarta parte de la laguna de
Navarro quedara para Juan Almeyra, la otra cuarta parte para Mariano Almeyra - hermano
de Juan-, y la otra mitad para el que la denunciase o para bien público de los chacareros
inmediatos a ese fuerte.
59
pública. Almeyra ofreció 928 $ por las 23,2 leguas denunciadas, pero nunca
llegó a ingresar ese dinero en las arcas reales.138
Recién a esta altura del litigio aparece Don Gerónimo Colman y su hijo
Gregorio, Alcalde de la Hermandad del partido de Navarro. Sin embargo, la
historia de los Colman venía de antes. En 1805 se había presentado
Gerónimo Colman ante la Superintendencia denunciando dos suertes de
tierras en las inmediaciones del Río Salado, donde tenía su población. Una
era para sí y la otra para su hijo Teodoro, con una extensión cada una, de
dos leguas de frente y cuatro de fondo. Aunque la denuncia fue admitida no
se practicaron las diligencias por estar dichas tierras comprendidas en las
que tenía Almeyra. Colman no realizó presentaciones hasta 1810, cuando “
por sí y con poder de los pobladores que representaba solicitó un cuarto de
legua de frente con una y media de fondo para cada uno.”143 En esta
138
Eduardo Azcuy Ameghino en “ ¿Oferta ilimitada de tierras? OB CIT.
139
AGN, Sala X, 7-4-3. A pesar de que él manifestó su radicación en Navarro, aún fue
empadronado en la Villa de Luján en el censo de 1813.
140
AHPBA, 12-424.
141
Ibídem.
142
Ibídem.
143
Ibídem.
60
presentación Colman propuso que en caso de obtener los terrenos
reclamados los dividiría entre los allí poblados.
61
sebo y el cuero vuelan a los países más remotos; haya de
extorsionarse al criador por respetos de un triste cosechero que
ha tomado esta ocupación para situarse en las inmediaciones de
una hacienda de ganados que clandestinamente rinda lo necesario
para comer y para algún corto tráfico como sucede con Toro, que
es un rancho y receptáculo de más de cien agregados sin más
ganado que el mío para devorar.”
147
AHPBA, 12-424.
148
Ibídem.
62
Ameghino149 utilizó la sucesión de Juan de Almeyra, de 1822para encontrar
las piezas finales de este rompecabezas150. Con ésta descubre que, recién en
1821, el gobernador Martín Rodríguez le dio curso favorable a la petición de
Almeyra y el fiscal dictaminó que se aceptara a Almeyra como titular del
dominio directo por ser el más antiguo poblador y que como toda la cuestión
estaba sobre la legua y media a los fondos del terreno, se expidiera en su
favor el respectivo título de propiedad reduciendo el fondo de seis a cuatro
leguas y medias. Al poco tiempo Jerónimo Colman prestó conformidad para la
solución del pleito.
149
Azcuy Ameghino ¿Oferta ilimitada de tierras...? op cit
150
AGN, Sucesiones, 3482.
151
Ibídem.
152
Ibídem.
63
diferenciaban por ello, de Suero, Díaz de Vivar o Almeyra. Es el objetivo de
este trabajo no sólo demostrar su presencia sino también analizar sus
estrategias en el proceso de acumulación y reproducción social, para alejar a
estos sectores de la inercia con que tradicionalmente se los percibió. Por eso,
en los capítulos siguientes retomaremos historias de otros medianos
labradores y estancieros para percibir las múltiples estrategias ideadas, ya que
acudir a la justicia para defender sus derechos fue una de ellas; pero también
fue otra, enviar a los miembros jóvenes de las familias a ocupar las tierras
libres que se extendían más allá de la frontera oficial. Participar de cuanta
oferta de tierra pública hiciera el gobierno – y no siempre con resultados
satisfactorios- fue también otra de las estrategias empleadas.
153
Al respecto, tanto la acusación de dilapidación endilgada a la corona española
principalmente desde la segunda mitad del siglo XVIII, como a Rosas con la enfiteusis, hoy se
cuestiona con la evidencia generada por la nueva historiografía sobre la extensión de los
lotes, M. E INFESTA La pampa criolla. Usufructo y apropiación privada de las tierras públicas
en Buenos Aires, 1820 -1850, La Plata, Publicaciones del Archivo Histórico de la Provincia de
Buenos Aires, 2003.
154
CANEDO M, BANZATTO G, op cit.
64
el debate sobre el origen de la clase terrateniente rioplatense.155 Desde los
estudios más tempranos que plantearon su origen colonial - hoy retomados
por Azcuy Ameghino- el aporte de Halperín, que situó las transformaciones
operadas en la campaña rioplatense en las décadas de 1810/1820 en la base
del proceso de constitución de ésta y de su ascenso al estatus de clase
dominante, fue determinante en la aparición de numerosos estudios sobre el
tema.156 Las historias dominiales reconstruidas en estos tres capítulos
muestran, en el ámbito de la región analizada cuyo principal rasgo fue su
carácter fronterizo, el peso de los “primeros pobladores,” en el proceso de
apropiación de la tierra. Estos, desde sus orígenes, conformaron un sector
muy diferente a la burguesía porteña. A los efectos de este trabajo
entendemos por “primeros pobladores” a quiénes estaban asentados en la
región en las últimas décadas del siglo XVIII y en la primera del XIX.157
Creemos necesario definir este término porque ser un “primer poblador” supuso
entre otras cosas, vivir en una región marginal de la campaña, lejos de las
estructuras de poder, estar al acecho de los malones indígenas, ser un
pequeño o mediano productor directo, en otras palabras formar parte de un
sector relativamente marginal. Será nuestro trabajo, entonces, describirlos
atendiendo a las estrategias que ellos adoptaron respecto a la tierra. Los
márgenes de ignorancia que supone un análisis de este tipo es otra de las
cuestiones que deben tenerse en cuenta, ya que la existencia o no de
información fue el criterio usado para definir “primer poblador”; pero como es
lógico, este criterio trae aparejado el problema de otros, que también podrían
serlo, pero de quiénes no contamos con la información necesaria. Creemos de
cualquier modo que estas cuestiones (centrales por cierto) no invalidan
nuestra tarea, más aún cuando no existe modo de resolverlas.
El tercero es el de la especulación. Esta problemática también está
vinculada a las anteriores. Infesta158 en un minucioso estudio sobre la entrega
de tierras en enfiteusis pudo delimitar con claridad la extensión otorgada bajo
este sistema: 6.703.430 has; casi la mitad de la cifra barajada por Carretero,
aclarando de este modo, una cuestión álgida de la historiografía argentina, que
generó polémicas desde la época en que Avellaneda publicó su estudio sobre
las tierras públicas.159 Esta autora sistematizó las transferencias entre
particulares, que por su magnitud conformaron un interesante mercado de
tierras, a partir de las negociaciones de los derechos reconocidos por el
estado.160 Es, en este trabajo, donde la autora aborda la problemática de la
especulación que condujo a la concentración de tierras.161 Polemizó de este
modo con los trabajos más tradicionales sobre el tema, como el de Andrés
Carretero que sostuvo que la enfiteusis puso fin a la especulación.162 En este
155
AZCUY AMEGHINO, op cit.
156
IBÍDEM
157
Específicamente consideramos primeros pobladores a quiénes fueron empadronados en
este partido en 1813 o quedaron registrados sus nacimientos y matrimonios en los Libros
Parroquiales en fechas anteriores a ese año.
158
INFESTA M, “ La pampa criolla….. ” La Plata, AHPBA, 2003.
159
NICOLÁS AVELLANEDA “Estudio sobre las leyes de tierras públicas,” Buenos Aires, La
Facultad, 1915.
160
Infesta calculó las transferencias entre particulares en 4.189.050 has.
161
Para esta autora el promedio de las parcelas pasó de 15.147 en 1827 a 17.118 en 1836.
162
A. CARRETERO “La propiedad de la tierra en la época de Rosas”, Editorial Coloquio,
Buenos Aires, 1972.
65
sentido, evaluaremos con qué sistemas de entrega de tierra pública la
especulación fue mayor. El análisis desde la lógica de los sujetos permite
discriminar en las transferencias y pérdidas de derechos, casos de
especulación, de otros que, más bien podrían interpretarse a la luz de las
dificultades que les presentó a los medianos y pequeños productores los
vericuetos de la burocracia, ó la falta de interés sobre la tierra, temática que
también ha generado un rico debate historiográfico.163 Este estudio al poner la
lupa en la relación de los “primeros pobladores” con el estado y de las lógicas
que los guiaban, genera interrogantes sobre su vulnerabilidad y nos lleva a
preguntarnos en qué casos las solicitudes de tierras fueron conductas
deliberadas, racionales, explicitas de sujetos concientes del valor que tenía la
propiedad o sí en su defecto respondieron a una lógica de “contagio”, de
“reacción en cadena” de toda una región como respuesta escasamente
deliberada a las políticas públicas.
Hemos estudiado las transferencias estado-particulares y particulares-
particulares de 404.000 has correspondientes a los partidos de Mercedes
(105.000 has) Suipacha (95.000) y Chivilcoy (205.000). En total los tres suman
405.000 has, cifra muy cercana a la analizada en este trabajo: 404.000 has. Sin
embargo debemos aclarar que no hemos efectuado este análisis sobre la
totalidad de las tierras que estos partidos comprenden actualmente porque la
inexistencia de estas jurisdicciones para la época estudiada lo hizo
imposible. De Mercedes hemos trabajado sobre las tierras que se extendían al
oeste del pueblo, omitiendo las que iban hacia la Villa de Luján, de Suipacha no
hemos analizado las esquinas NO y SO y de Chivilcoy hemos analizado las
tierras que se extendían hasta el Salado, por más que luego formaran parte del
partido de Alberti.
La primer comparación efectuada referida al volumen de hectáreas negociadas,
según los diferentes modos de traspasos públicos/ privados y privados/
privados aplicados en la región muestra un escalonamiento en la legitimación
de la tierra; mientras que las tierras de Mercedes ya se habían incorporado a
la producción y estaban en trámite de legitimarse a fines del siglo XVIII las de
Suipacha y Chivilcoy, recién lo hicieron con la enfiteusis en 1825. Y, por ende,
mientras que en la Villa de Luján y la Guardia homónima prevalecieron las
mercedes, cinco leguas al oeste - en las cañadas del Durazno y Los
Leones (actualmente Suipacha), hubo entre 1800 y 1806, solicitudes de
moderada composición que fracasaron y en la misma dirección pero a diez
leguas de la Guardia, en las cañadas Las Saladas, La Rica y el Río Salado,
sólo hallamos una solicitud de moderada composición, mientras que el modo
más usual de acceso fue la enfiteusis, por la que fueron transferidas casi
todas las tierras en la década de 1820. Queda demostrado, de este modo la
hipótesis que afirma que el mercado de tierras en la región fue
constituyéndose gradualmente, iniciándose a fines del siglo XVIII cuando
comenzaron a poblarse las tierras defendidas por los fuertes, intensificándose
en la década de 1820 y alcanzando pleno funcionamiento para 1880164.
163
E CONI “La verdad sobre la enfiteusis de Rivadavia” Buenos Aires, 1927, Imprenta de la
Universidad; ODDONE, J “La burguesía terrateniente argentina”, Buenos Aires, Libera, 1930;
GIBERTI H, “Historia Económica de la Ganadería Argentina”, Buenos Aires, Solar, 1954;
CARRETERO, A op cit, entre otros.
164
G. BANZATTO G, op cit.
66
Modos de traspaso público/ privado y privado/privado de la tierra en la
frontera oeste.
Transferencias de tierras
350000
300000
250000
hectáreas
Mercedes
200000
Suipacha
150000
Chivilcoy
100000
50000
0
98
04
23
25
27
29
31
33
35
37
39
41
43
53
58
66
17
18
18
18
18
18
18
18
18
18
18
18
18
18
18
18
años
67
norte ni en el sur existían tierras en esta condición a una distancia de 100 a
150 km. de Buenos Aires- y además el hecho de que hacia la década de 1820
la Guardia de Luján dejó de cumplir su función militar165 - gracias a la
fundación de los fuertes de Federación en Junín, La Barrancosa en Bragado y
Cruz de Guerra en 25 de Mayo, - por lo que se trasladó la defensa hacia
estas áreas, permitiendo que en esta región se consolidara la producción
agrícola y ganadera.
165
Registro Oficial de la Provincia de Buenos Aires, Decreto de supresión de comandancias
militares de los pueblos de campaña, Año 1827.
166
AGN, sala X, Julio de 1832, Expedientes de la Justicia de Paz de la Guardia de Luján,
Postulantes a alcaldes y tenientes alcaldes.
167
Estos proyectos de ventas se venían anunciando desde 1831.M. E Infesta “La
enfiteusis.....”op. cit.
68
del dominio público al privado, las que quedaban en mejores condiciones de
ser negociadas.168 Estas autoras en trabajos que estudiaron las transferencias
de tierras públicas a manos privadas, primero en usufructo por la enfiteusis y
luego por las sucesivas ventas que otorgaron la propiedad plena, demostraron
que hubo una muy importante ocupación de la tierra mucho más allá de las
márgenes del río Salado antes de 1880, emergiendo un mercado de tierras en
el que se negociaron los derechos de uso sobre estos territorios. Los
traspasos público-privados y las transacciones entre particulares que
analizamos fueron muestras de que este proceso también se efectuó en
estos partidos, aunque debemos remarcar que las transacciones entre
particulares, en Mercedes y Suipacha, fueron más independientes de los
movimientos de las tierras públicas, que en Chivilcoy.
Modos de acceso a la tierra pública en Mercedes, Suipacha y Chivilcoy,
según el Registro Gráfico de 1824.
168
Infesta M (1191 y 2003) y Valencia M (1999 y 2000).
69
gobiernos coloniales. La ocupación y legitimación de tierras que se había
operado sobre franja del camino al Alto Perú e incluso en partidos del norte de
la provincia de Buenos Aires, no habían alcanzado a esta región.169 Sólo la
merced de Díaz de Vivar, ocupaba por ser la última otorgada sobre el río
Luján, todas sus cabezadas; en otras palabras, la mitad noroeste del actual
partido de Mercedes, el sudoeste del partido de Luján y el sudoeste del partido
de San Andrés de Giles.
70
mercado regional que ya de por sí era muy dinámico. Fueron, como lo
demostró Saguier, la banda sur del pago de Luján y San Isidro, los pagos en
los que las transacciones venales fueron más elevadas en el siglo XVIII y las
primeras décadas del XIX, ya que en promedio cada lote cambió diez veces de
dueño.175
Fragmentación y venta de la merced de Díaz de Vivar.
1797 Díaz de Felipe 1803 Felipe Juan José 1823 Viuda de Pedro Juan 1838
Giles Vivar Antonio Antonio Sánchez Sánchez Sánchez Compra
Martínez Martínez Compra Compra José Díaz
176
Madre-hijo
Compra
1798 Díaz de Simón 1826 Viuda de Blas 1862 Viuda de Toribio
Merce- Vivar Robredo S. Achaval Achaval, Achaval
des Compra Robredo Compra Jacoba Compra
10.900 Iramaín Madre-hijo
has
1801 Díaz de Tadeo 1814 Tadeo Roque
Giles Vivar Rodríguez Rodríguez Almirón
Compra Venta
parcial.
Resto
conservan
herederos
1801 Díaz de Jorge ¿ Jorge Basilio ¿
Giles Vivar Ormachea Ormachea Dominga
Compra Ormachea
Herencia
1801 Díaz de Manuel ¿ Manuel Petrona
Giles vivar Quevedo Quevedo Flores de
Compra Quevedo
Herencia
1802 Díaz de Simón 1837 Simón Joaquín 1853 Herederos Pastor Frías
Merce- vivar Robredo, Robredo Molina Joaquín Compra
des Compra Compra Molina
4300 has 2700 has
1804 Díaz de Felipe ¿ Herederos
Giles/ viva Antonio Dominga
Merced Martínez Garcete
es 12.000 de
has Martínez.
Compra Ramón
Colomero.
Manuel
Noriega.
Francisco
Lezcano
177
.
1805 Díaz de Familia
Giles/ Vivar Cobo
Lujan Compra
1805 Díaz de María ¿ Herederos Francisco ¿ Herederos María
Luján Vivar Arriola, de Arriola Del Sar de Del Sar Tormey de
viuda de Compra Morgan
Monsalvo Compra
Compra.
175
SAGUIER E, op cit.
176
El escribano fue Juan José Rocha.
177
AHG, Duplicados de Mensuras, Mercedes, Nº 7.
71
1824 Díaz de Esteban Viuda Don Benjamín
Merce- Vivar Irrazabal Josefa Castro Ramona,
des Compra Silva de Otaiza, Josefa y
2100 has. Irrazabal 567 has Pastor
Remate Irrazabal
público Herencia,
1190 has178
1823 Díaz de Sánchez Chacras
179
Merce- Vivar de
des Compra Mercedes.
2300 has Loteo
1823 Díaz de Santiago Estado Santiago Santiago Neyra
Merce- Vivar Barrios Barrios Barrios Francisco
des Compra, Sobrante Emilia
1600 has 1320 has Ambrosia
Clemente
Antonio
Herencia
¿Por qué Díaz de Vivar vendió su merced? Era joven cuando lo hizo, se
trataba de una gran propiedad y no podemos argumentar por lo tanto, que la
venta coincidiera con la finalización de un ciclo de vida o que la fragmentación
fue producto de las divisiones sucesorias. Las primeras ventas
coincidieron con el juicio ya analizado y muestran, por un lado, la urgencia de
metálico que Vivar tenía por los problemas financieros que debió afrontar, pero
muestran también, que Vivar se desprendió de su posesión tan pronto hubo
interesados en comprarla. Varios trabajos encuentran en otros pagos, e incluso
en otras épocas, dinámicas similares, derivadas de la intensidad del proceso
colonizador.181 El aumento de población foránea incrementó el ritmo de
transferencias, creciendo las ventas a personas ajenas a la región.
En este trabajo hemos profundizado la historia dominial de los lotes
que estaban ubicados en la Guardia de Luján, cubriendo 31.500 has repartidas
en ocho lotes, a pesar de que en el cuadro tratamos de mostrar las
operaciones de la totalidad de la merced.
¿Quiénes se beneficiaron con este loteo y venta?
Luján era para aquellos años (como lo demuestra el Padrón de 1744 y el de los
Hacendados de 1789) una región de antiguo poblamiento. En consecuencia
contaba con una estructura patrimonial relativamente consolidada. La
presencia del Cabildo – único en la campaña rioplatense- afianzó aún más las
jerarquías locales y como ha quedado demostrado, éste fue el órgano de
defensa de los intereses de los estancieros. Tales atributos ayudaron a
fortalecer a este sector y por eso, no ha de extrañarnos que fueran los
estancieros los beneficiarios de las ventas efectuadas por el fraccionamiento
178
AHG, Duplicados de Mensuras, Mercedes, Nº 59.
179
Juan Agustín Sánchez había nacido en Tucumán en 1863. Fue censado como estanciero
180
Francisco González nacido en España en 1783, era comerciante perteneciente a una
numerosa familia de mercaderes asentados en esta Guardia. Padrón de 1813.
181
Canedo realizó una apreciación similar para Los Arroyos en la década de 1720.
72
de la merced de Vivar y de los predios otorgados en moderada composición.
Con la primer venta, en 1798, Simón Robredo adquirió una suerte de
estancia de 10.900 hectáreas que formaba un rectángulo separado del río.
Cuatro años después, compró 4300 hectáreas contiguas a las anteriores, de
las que vendió una parte a Joaquín Molina, también miembro del cabildo.
Felipe Antonio Martínez, hacendado de Areco y regidor del cabildo en 1796,
compró 12.000 has, más cercanas a Areco. En la otra margen del río –
donde se había fundado la Guardia de Luján - vendió tres fracciones de
aproximadamente 2100 has, entre 1823 y 1824 a Francisco Sánchez,
Santiago Barrios y Esteban Irrazabal.182
La familia Irrazabal era dueña de varias suertes en partes heredadas y
en partes adquiridas a Vivar. Miembros de la familia fueron cabildantes en
Luján entre 1775 y 1814.183 Juan de Irrazabal, al momento de testar (1819)
declaró tener una estancia de 1875 varas, con casi tres mil vacunos y dos mil
ovinos.184 En un conflicto con un vecino, Juan, antepuso los antecedentes de
los Irrazabal: “criadores de varias generaciones, de arraigo en el pago y pares
de lo hacendados pudientes.”185 Otro de los beneficiarios fue Joaquín Molina;
cabildante en 1803 y alcalde de la hermandad de la Cañada de la Cruz en
1790 y 1791, donde tenía once propiedades. Poseía también una en Buenos
Aires, pero eran sus dos estancias; una de tres mil varas en Capilla del Señor
y la otra de 6000 varas frente al río Luján en las cercanías Guardia, con mil
vacunos, seiscientas yeguas, caballos, mulas y ovejas, la base de su
riqueza.186
182
AHG, Mensuras Antiguas de Mercedes, Nº 3. A principios del siglo XIX, sólo siete
poblaciones era posible distinguir en sus cuarenta mil hectáreas; la casa de Joaquín Molina, la
de Robredo, la de Isidro Irrazabal, la estancia de Sánchez, “la población de Márquez situada
en terrenos de Robredo debiendo estar en el de Barrios y la estancia de Silvestre Lezcano que
debía estar en terrenos de Martínez” .
183
MARQUIEGUI D, op cit.
184
Su hermano que tenía otra un poco menor, dejó a sus herederos varios pagarés, indicio de
su actividad financiera.
185
Como indica Marquiegui, Juan Irrazabal no había tenido reparos en alinearse con los
pequeños propietarios para acusar a un juez de tergiversar las mensuras de sus estancias para
beneficiar a Manuel Pinazzo.
186
En esta estancia tenía además una chacra, a cargo de su hijo Isidoro, uno de los vecinos
más activos de la Guardia de Luján en sus orígenes. Era propietario además de once esclavos
que trabajan en las estancias. AGN, Sucesiones 6774.
187
J OTS CAPDEQUI “Manual de Historia del Derecho Español en las Indias y del Derecho
propiamente Indiano,” Facultad de Derecho, 1943, Buenos Aires.
73
División de la Merced de Díaz de Vivar, según plano de 1823, según plano de Mensuras
188
Antiguas, de 1823 .
74
que consiguió mantener su patrimonio durante seis generaciones en los pagos
de Luján.191
expediciones a las salinas e incursiones contra los indios (1744), e incluso trascendió el ámbito
local cuando en 1747 fue nombrado Alcalde de Hermandad por el Cabildo de Buenos Aires.
Su hijo Antonio, heredó parte de las posesiones paternas e incorporó otras nuevas por su
matrimonio sobre la Cañada de la Cruz, donde lo encontramos en este estudio. Antonio, se
casó con Pasquala Bello, quince años menor, con quién tuvo cinco hijos.
191
E. SAGUIER “Mercado inmobiliario y estructura social. El río de la plata en el siglo XVIII”,
Buenos Aires, CEAL, 1993. Según Saguier las otras familias de Luján que se perpetuaron por
seis generaciones fueron la de Pedro Lobo Sarmiento y Melchora Díaz de Meneses, la de
Marcos Rodríguez Flores y Catalina Martínez de Saravia y la de Bernabé González Filiano y de
Francisca Trigueros.
192
MARQUIEGUI, op cit.
193
Banzatto demuestra la importancia que este modo de acceso a la tierra tuvo en los partidos
del sur de la Provincia de Buenos Aires.
194
Mientras tanto surgieron en esta gran enfiteusis explotaciones que alternativamente
pagaron arriendo al estado o a la viuda de Sayos. La situación se resolvió recién en 1859,
cuando el estado lo puso en venta y pudieron comprarla los arrendatarios, algunos de ellos
devenidos en importantes productores como Eustaquio Cardoso y Zemboraín. Participaron
también de estas ventas miembros de la burguesía porteña con otros intereses en la zona,
como Saturnino Unzué e hijos, y también irlandeses, que desde principios de la década del
50 estaban en plena expansión patrimonial.
75
El acceso a la tierra de los “primeros pobladores” a través de la
enfiteusis, en la Guardia de Luján
195
Se debe aclarar que no se ha trabajado con la superficie de todo el partido de Mercedes
sino se ha recortado la fracción de aproximadamente 90.000 has que se extiende desde la
ciudad de Mercedes hacia el oeste y que tiene como límites por el norte los partidos de San
Andrés de Giles y Carmen de Areco y por el sur el de Navarro.
196
Era viuda en primeras nupcias de Pedro Burgos, latifundista de Los Leones.
197
Libros de Matrimonio, Tomo 1. Archivo Parroquial de la Guardia de Luján.
198
Las cuatro hijas mujeres de Pedro se casaron con importantes comerciantes y
estancieros, propietarios de los escasos esclavos censados en la Guardia: Inés y Juana con
dos hermanos; Juan y Bernardo González, comerciantes asturianos. María Luisa con
76
campo, que terminó comprándolo en 1837, Saturnino Unzué e hijos. Su vecino,
Antonio Villalva, había nacido en esta Guardia en 1779 y pertenecía a una
numerosa y antigua familia. El solicitó las tierras más cercanas al ejido de la
Guardia, en enero de 1828. Las pudo mantener durante muy poco tiempo
porque en 1835 le vendió sus derechos a Antonio Lezcano, también vecino,
que las adquirió en 1838. Este último también había solicitado en enfiteusis
6250 hectáreas linderas, que sin llegar a adquirir, transfirió en 1836 a
Dionisio Sánchez. Cuando falleció Sánchez, su testamentería conservó la
mitad y vendió a Pablo Mexias, 925 hectáreas y a Antonio Lobos, 3200
hectáreas.
Tomás Flores, modesto labrador con una numerosa familia (no contaba
con esclavos ni jornaleros), también había nacido en la Guardia en 1787199.
Solicitó una enfiteusis de 3750 hectáreas, el 1º de marzo de 1827 en los
aledaños de la cañada La Turbia. Fue su viuda la que llevó a cabo la compra
en marzo de 1839. Su familia mantuvo la propiedad hasta entrada la segunda
mitad del siglo XIX.
Polinario López, de otra familia de comerciantes criollos. Y Escolástica, con Pedro Suárez
estanciero de la cañada Los Leones.
199
Catedral de Mercedes. Libros de bautismo. Tomo I.
77
posesiones. Por eso podemos afirmar que el estado colonial, para esta región
fronteriza y para sus pobladores, pequeños y medianos productores, mantuvo
cerradas casi todas las vías de acceso a la tierra. Las ventas que surgieron de
la merced de Vivar, la única moderada composición que prosperó e incluso la
donación del directorio estuvieron dirigidas a consolidar el poder económico de
los sectores tradicionales que ya lo tenían; por eso confirmamos que la corona
española fue muy prudente en el otorgamiento de la tierra pública y, más que
nada, en ampliar la base social de los adquirientes. Recién con la enfiteusis,
que amplió las extensiones traspasadas a particulares, los “primeros
pobladores” pudieron legitimar sus posesiones.
200
Se pueden ejemplificar estas estrategias con Barreira que compró en julio de 1838 las
3500 has que poseía en enfiteusis y vendió al mes a dos importantes vecinos. O, las
transferencias de derechos que realizaron “viejos vecinos” como Antonio Villalba, Pío Falcón,
Remigio González, poco antes de la venta.
78
inmobiliario, los “nuevos” realizaron operaciones de compra-venta en varios
partidos aprovechando las oportunidades que se presentaban.
201
Este último era casado con Jacoba Iramaín, proveniente de una tradicional familia de
Santiago del Estero. Los Iramaín llegaron en 1824, huyendo de las guerras intestinas que
durante tantas décadas sacudieron a Santiago y se asentaron diez leguas hacia el oeste de la
Guardia, solicitando una vasta enfiteusis de más de nueve leguas del otro lado de la cañada
Las Saladas.
202
Existe abundante literatura sobre la misma. Véase Saguier, Zeberio, entre otros.
79
Fragmentación del lote de Pedro Leguízamon y recomposición efectuada por Saturnino
203
Unzué.
203
AHG, Duplicados de Mensuras, Mercedes , Nº 6 y 34.
204
Infesta demostró como creció el interés de transacciones en vísperas de la puesta en venta
de la tierra pública.
80
quedándole solo a los herederos 1500 varas, de las que también se
desprendieron entre 1857 y 1860. Saturnino Unzué no dejó escapar ninguna
de estas ventas y en tres compras de pequeños lotes efectuadas a las viudas
de los hijos de Leguízamon y a sus nietos, volvió a recomponer la totalidad
del terreno. También Unzué, se benefició con la compra de los sobrantes,
por más que uno de ellos estuviera “dentro” del lote de Barrancos y sus
herederos también lo reclamaran.205
205
Nos referimos a ese conflicto en el capítulo dedicado a la familia Barrancos.
206
AHPBA, EMG, Legajo 17, Nº 605, año 1805.
207
AHG, Mensuras Antiguas de Mercedes Nº 3.
81
curso aún más corto y un cauce más exiguo, que no le impidió ser otro eje
colonizador. Las cañadas de la zona por atravesar la pampa ondulada,
cuentan con numerosos meandros que forman rinconadas, indispensables
para “aquerenciar” hacienda.
Quién debía salir con sus haciendas del pago de Luján era Silverio
Melo. Recordemos que Silverio era el yerno de Andrés Veloz, portavoz de
208
GARCIA P A, “Viaje a las Salinas” en J GELMAN “Un funcionario en busca del estado”, UN
de Quilmes, 1997.
209
García Pedro A. Citado por Gelman en Un funcionario en busca de un estado... García se
refiere así a su paso por esta región en 1810: “El terreno que media desde la Guardia hasta
este punto, de poco más de tres leguas, es feracísimo, firme y de excelentes pastos para los
ganados, y de escasos de aguada; todo él es una población no interrumpida de chacras en las
que se ven sembrados pequeños, trigales muy frondosos, algunos ganados vacunos y
caballares, con pocos puestos de haciendas, que deberían estar sujetos a población; porque
cada una de estas poblaciones es un receptáculo de indios...”
210
AGN, Protocolos, registro 5, 1759, foja 50. Citado por H. Saguier, op cit.
82
los labradores de la Guardia de Lujan, en el juicio que mantuvieron con Díaz
de Vivar. Lo curioso es que ésta debió ser la primera, pero no la única vez
que Silverio fue “expulsado” o “corrido hacia el oeste.” La cita del epígrafe
fue parte de la declaración que él realizó cuando, junto con Carlos Correa,
le compró a José Celis doscientas varas de tierra de estancia en Luján. Con
el tiempo incrementó la superficie, hasta llegar en 1789 a las 900 varas, en
las que tenía cien cabezas de ganado vacuno bajo marca propia, indicio
de una corta fortuna.211 En febrero de 1800 utilizó un argumento similar al
solicitar en moderada composición un lote en la Cañada Los Leones:
211
AGN, Sala IX, 9-7-7, Padrón de hacendados de 1789, publicado por Azcuy Ameghino en “
Tierra y ganado en la campaña de Buenos Aires, según el censo de hacendados de 1789”,
IIHES, Buenos Aires, 1989.
212
AHPBA, EMG Legajo 11- 483, año 1798.
213
AHPBA, EMG, Legajo 24- 921.
214
Para esos años, Silverio era un niño de tan sólo 11 años, que vivía con sus cinco hermanos
y un peón, mulato libre.
83
que las élites blancas de la campaña se aseguraban su reproducción familiar:
el control de tierras, en el confín de la frontera. Pero, sin querer estaba
participando de un proceso de gran trascendencia; adelantar esta línea, la que
lentamente, como una mancha de aceite, fue avanzando en los años en
cuestión, por las acciones de Melo y muchos otros que, asentados en la
retaguardia, a escasos kilómetros de su confín, se internaban en el “desierto”
para hacer un uso esporádico de sus abundantes pastos.
Pero, ¿sí resultaba tan fácil entrar y salir de ella cuantas veces fuera
necesario, porque en determinados momentos, - que en el caso de esta
región fueron los años que transcurrieron entre 1798 y 1806- se trató por
todos los medios posibles de legitimar la posesión? ¿Qué cambios hubo para
que estos pobladores iniciaran trámites burocráticos, caros y engorrosos?
Creemos que fueron varios los motivos; en primer lugar, como hemos
demostrado, fue en estos años cuando arreciaron en la zona los juicios
entre los poseedores de mercedes o terrenos en moderada composición y
sus arrendatarios. La mayor presencia de conflictos, ventilados en
tribunales porteños, debió acercar a muchos pobladores de la zona a la
Justicia. Acudir a letrados, presentarse a las defensas, contestar demandas,
fueron prácticas que desarrollaron todo un saber popular que les abrió el
camino de los canales institucionales. Pero, por sobre todo, estos juicios
iban dirigidos a ellos; pequeños y medianos propietarios. Paradójicamente,
mientras por un lado pusieron en peligro el usufructo de los terrenos que
ocupaban en la zona de “antigua colonización,” por el otro, les abrieron
215
AHPBA, EMG, Legajo 24, Nº 921.
216
E NESPOLO, Tesis de Doctorado presentada en la UBA, año 2006, Mimeo.
84
expectativas al mostrarles que también ellos podían acceder a tierras, aunque
fuera en zonas remotas.
Un espacio de fronteras abiertas permite una movilidad espacial muy
grande y en el contexto anteriormente descrito podríamos suponer que las
familias de las cercanías adoptaron estrategias específicas vinculadas con
esta situación. Sería lógico pensar que enviaran a algunos de sus hijos al área
de tierras vírgenes con el objetivo de proteger su posición social inmovilizando
la división de las propiedades.217 Esta estrategia les permitiría detener la
partición igualitaria de los bienes familiares y al mismo tiempo posibilitaría a
quienes adelantaban la frontera igualar y/o superar la posición social de sus
padres, reproduciendo con ello el modelo social.218 Trataremos de verificar si
las familias analizadas adoptaron esta estrategia y así podremos percibir la
influencia de las tierras libres en la consolidación del patrimonio familiar.
Banzatto, también se preguntó por el impacto que tuvo la frontera bonaerense
en la consolidación del patrimonio territorial de los notables del nordeste del río
Salado, demostrando como al cerrarse las posibilidades de acrecentar la
extensión de las propiedades hacia 1822, quiénes quisieron incrementar la
escala de producción tuvieron la posibilidad de tomar tierras en usufructo hacia
el sur y oeste da la provincia.219 Los casos de Fernández, Girado, Miguens e
incluso Anchorena son ejemplos de la estrategia mencionada. Sin embargo,
estos casos se diferenciaron de los analizados en este capítulo por las
grandes extensiones territoriales que lograron concentrar y por el hecho de
que en general, los el sur “avanzaron hacia el oeste” sólo después de
consolidar con títulos el patrimonio territorial que poseían en la zona más
antigua, mientras que los casos aquí analizados lo hicieron, en muchos casos,
“expulsados”, dando cuenta del carácter marginal que tenían.
85
eso, también podían solicitar tierras. Cómo demostraremos a continuación,
caminos como el iniciado por Silverio y Felipe fueron vías de ascenso social
frecuentemente utilizadas por los miembros de las comunidades locales. El
perfil militar también fue percibido por Banzatto entre los miembros de las
familias fundadoras de la Guardia de Chascomús.
La dinámica descripta será analizada en este capítulo, en el que
haremos hincapié en los intentos que hicieron algunas familias para
legitimar las posesiones de tierras que se encontraban en la franja que se
extiende desde la Guardia de Luján hasta las Saladas, sobre las cañadas
Los Leones y el Durazno. La adopción de una perspectiva etnográfica hizo que
privilegiáramos una forma de abordar esta temática que recuperara en las
fuentes analizadas, la percepción que los agrimensores, testigos y viajeros
tuvieron del espacio, de la vegetación y de otros aspectos que nos permitan
avanzar en el conocimiento de la cotidianeidad de la vida en la frontera.
220
Recordemos que al solicitar tierras hizo explícita la función que para él tenía el estado:
resolver el problema que les ocasionaba a los humildes pobladores de la frontera el arbitraje
desfavorable en el juicio mantenido con Díaz de Vivar.
86
del campo.221 El primer intento por legitimar la posesión, fue la solicitud de
moderada composición que efectuó Silverio en 1800, que fracasó.222 En
diciembre de 1802 se dirigió directamente al virrey afirmando:
“... ha tiempo de tres años que me hallo en una estancia
poblada en el lugar que llaman los chañares con bastante número de
ganado vacuno, caballar y lanar, cuios terrenos corresponden a su
majestad, a fin de que no se me despoje de aquel lugar hago
denuncias de ellos a fin de comprarlos según su tasación.”223
Silverio debió acudir a un letrado para continuarlo, quién demostró
gran interés en que se le otorgara el certificado de la solicitud para que “no
se perdiera el derecho.” El trámite continuó lentamente. Al año, intervino el
Fiscal de la Real Hacienda que solicitó suspender la enajenación y venta de
estas tierras realengas, ya que “el denunciante no tiene derecho más que
otros, por tener poblado y con haciendas el terreno que solicita.”Aquí finaliza
la fuente. El empadronador cuando visitó la estancia en 1813, encontró a un
matrimonio de adultos, sin hijos, en compañía de una pareja de esclavos y de
un jornalero indio.224 Luisa, su esposa, que murió a los setenta años, en
1832, tuvo una presencia importante en la zona. Hizo construir un oratorio en
su estancia, que fue durante varias décadas, el último rincón de religiosidad
de la frontera.225 En 1825, Luisa denunció en enfiteusis 4820 hectáreas y a
los pocos meses se le concedió.226 Ella falleció sin descendencia y por eso
los derechos enfitéuticos se traspasaron; una parte le correspondió a su
hermano Mariano (que además era su socio)227 y la otra a su sobrino Julián
221
El boleto de marca está a nombre de Mariano Veloz. Juzgado de Paz de Mercedes.
222
AHPBA, EMG, Legajo 24 - Nº 921. En esta primera oportunidad no contó con la aprobación
del Comandante de Fronteras porque a este terreno también lo habían solicitado Felipe
Martínez y Simón Robredo, ya que la imprecisión hacía muy difícil establecer los límites de los
campos.
223
AHPBA, EMG, Legajo 12, Nº 414. La virginidad del terreno quedó explicita cuando
describió su ubicación: “(…) debiendo entenderse esta denuncia de dos leguas de frente al
norte que deben contarse desde donde se hallan unos chañares chicos y su fondo esta dos
leguas al sur tirando al Salado.” No existían mojones, casas de vecinos, ni ninguno de los
otros puntos de referencia que aparecen en las mensuras posteriores. La inmensidad de la
pampa, solo interrumpida por unos chañares chicos. Estos, eran las únicas referencias
posibles.
224
AGN, Sala X, Padrón de 1813. En 1813 Silverio tenía 58 años y Luisa 49. Ambos fueron
catalogados como criollos – el empadronador al finalizar el censo aclaró “donde dice criollos se
entiende naturales de ese lugar”. El jornalero indio había sido recientemente manumitido
porque su hijo - de sólo tres años- era esclavo.
225
En este oratorio se anotaron durante dos años (1825/6) los nacimientos de la zona.
226
AHPBA, EMG, Legajo 2-69. Luisa realizó la denuncia para asegurarse que la casa y el
oratorio quedaran comprendidos en el terreno, pero también en él quedaron comprendidas
otras poblaciones. Este expediente generó una acalorada intervención del fiscal
denunciando los bajos precios con que los vecinos tasaban la tierra pública. Los tasadores
eran vecinos y también tenían intereses de compra, trataron de mostrar la mala calidad de los
terrenos y para ello no dudaron en afirmar que la cañada Los Leones no traía aguas en forma
permanente y que no existían otras aguadas.
227
AHPBA, EMG, Legajo 2-69. Como Luisa no dejó bienes no necesitó hacer sucesión,
generándose una polémica entre los letrados al querer vender su hermano, Mariano, parte del
terreno a su sobrino, Julián Luengo. Luisa, antes de morir había manifestado que “ por el
cariño que nos profesamos le dono a mi hermano el ganado que tiene a medias y las acciones
de la tierra del estado; así como la casa y los muebles, por no tener herederos forzosos
ascendentes ni descendentes.” Pero Luisa consumió en vida sus animales y lo único que
quedó fue la acción de enfiteusis. Las dudas, entre los abogados, surgieron respecto la
87
Luengo.228 El primero para comprar su parte debió asociarse a Manuel
Pirán gran enfiteuta con posesiones en varios partidos, que al año se la
vendió a Pedro Mones Ruiz, quién lo conservó.229
Con Julián Luengo (hijo de Sabina Veloz) y Pedro Veloz, hijo de
Mariano, entramos en la tercera generación. Ambos se habían criado en la
Villa de Luján y en su juventud se trasladaron a Los Leones, donde estaba el
patrimonio familiar230. Julián lo hizo cuando se casó, en la década de 1820.
Para esa época, con veintiún años tenía más bienes que muchos de sus
vecinos; una manada de yeguas, otra de caballos, sesenta vacas, cien ovejas
criollas, cuatro esclavos y una casa en la Villa de Luján.231 Julián dueño de una
conocido negocio en las orillas del arroyo Los Leones, compró las 2500 has
heredadas de la enfiteusis de Luisa. Falleció a los ochenta años durante la
epidemia de cólera de 1868,232 y el traspaso a la cuarta generación no estuvo
libre de obstáculos; ya que Julián había vendido una fracción a Francisco
Villafañe y otra a Tomás Maguirre, por lo que su patrimonio alcanzaba sólo
tres cuarto de leguas. Benefició a su segunda esposa e hijo menor con la
quinta parte de sus bienes, además del casco de la estancia, por lo que sus
tres hijos del primer matrimonio heredaron aproximadamente 320 has cada
uno, de las que se desprendieron rápidamente.233 En la misma familia pero por
otra rama, Pedro, el hijo de Mariano, debió asociarse a la “Sociedad Pastoril
de Amigos del País” para poder comprar otro lote, ya que el familiar había
sido adquirido por su padre y primo. Fue así que compró en mayo de 1845,
cuatro leguas de tierra. Pero esta compañía tuvo corta vida, desapareciendo
para mediados del siglo XIX. En su lugar – y luego de numerosas e intrincadas
transacciones- dos descendientes de los antiguos ocupantes, Pablo Martínez
y Pedro Nolasco Silva, (h) recuperaron sus propiedades. No tuvo esa suerte
Pedro Veloz, que con las ventas efectuadas perdió todo su patrimonio
territorial.
capacidad de Luisa para testar derechos de enfiteusis. El letrado actuante equiparó éstos a
los cánones de los arrendatarios y manifestó: “La cosa locada no se transmite a los herederos
del locador o inquilino, del mismo modo la acción o posesión de la enfiteusis no puede
transmitirse por derecho hereditario al sucesor del enfiteuta”. De acuerdo a esta interpretación
Luisa, no contaba con derechos para dejar en herencia el bien locado. La alternativa era que
Mariano, su hermano, hubiera denunciado estas tierras en virtud de la muerte de su
poseedora, ya que tenía tantos derechos como ella, por ser ocupante. Pero, se oscurecía el
panorama porque Luisa había pagado el canon hasta 1832 y luego Mariano no había
continuado. Por eso no podía tener valor legal la transferencia que Veloz le hizo a Julián
Luengo, a pesar de que ya había sido cobrada y su dinero donado – de acuerdo a los deseos
de Luisa- a la parroquia de la Guardia de Luján. La única solución era la re-compra del terreno
por Luengo. Así se hizo y terminó adquiriéndolo en 1836.
228
Julián había nacido en 1788. Libro Parroquial de Lujan.
229
AHPBA, EMG, Legajo 15/12243.
230
AGN, Padrón 1813, Villa de Luján.
231
AGN, Sala X, Testamentería Nº 6550, año 1868. Su esposa en cambio, sólo introdujo una
yunta de bueyes y 25 patacones.
232
Juan Moreira y Julián de Andrade fueron asiduos concurrentes. Arístides Testa, op cit.
233
Tenía setenta y cuatro años cuando tuvo su último hijo con Doña Segunda Ramírez,
mientras vivía su esposa, ya anciana. Cuando el niño tenía un año, su esposa falleció y Julián
se casó con la madre del niño.
88
cuando el juez le obligó pagar arrendamiento fue el único de los treinta y un
demandantes que decidió abandonar esas tierras e “ ir a ocupar otras tierras
vacas, río Lujan arriba”. Cuando se desató en la zona el interés por solicitar
tierras en moderada composición – allá por 1800 - él solicitó las que ocupaba.
Al iniciar el trámite afirmó:
234
Uno de ellos, Mateo Mones afirmó que vivía desde hacía cinco años en una chacra
“más allá de las últimas estancias amojonadas sobre el cordón de la frontera mirando
al oeste, sembrando trigo”. Fue más explícito, Francisco Quevedo, con “chacra de
sembrar”, que recordó como se poblaron esos campos:
“(…)en otros tiempos estos mismos destinos se conocían por tierras de los
indios, pero que desde hace pocos años a esta parte han empezado a
avecinarse y a poblarlos. Los españoles que residen son de estas inmediaciones
y están en ellos sin que nadie los incomode ni cobre arriendos.”
89
aprovecharon la paz que le siguió al malón de 1783, para escapar de la
presión ejercida por quiénes podían esgrimir títulos sobre las tierras más
protegidas. Eso los hizo arriesgarse y ubicarse afuera de la frontera “mirando a
los indios”; sólo algunos fueron los que iniciaron los trámites para solicitar
las tierras, e incluso ellos, fueron considerados por el Comandante de la
Frontera, pobres y por lo tanto pasibles de recibir pocas tierras. Pero había
otros más pobres aún; los testigos incapaces de solicitarlas, los que sólo
tenían míseras chacras, en la zona más desprotegida. 235 A pesar de que la
solicitud se completó hasta el final y de que Silva efectivamente residía en la
zona, el trámite fracasó.236 Y llamativamente poco hizo Silva, que por otra
parte vivió muchos años, para conseguir títulos sobre estas tierras. Recién, en
1826 y ante otra oleada de solicitudes sobre las tierras de la región, motivada
en esta oportunidad por la enfiteusis, volvió a la carga.237 Fue gracias a las
declaraciones de su apoderado, Manuel Joseph Segovia, como nos
informamos de las causas del fracaso de la compra por Moderada
Composición:
235
A pedido de Silva, el virrey Sobremonte autorizó la mensura y para ello comisionó al perito,
Don Manuel de Ozores que describió las fértiles aunque arcillosas tierras del partido de
Suipacha de un modo que hoy cuesta imaginar: “Tiene algunos terrenos propios en los que
siembra trigo y otros para criar ganado, aunque la maior parte de estos son tierras guadosas.
No comprende en su situación, ríos, arroyos, montes o rinconadas. Solo contiene al sureste
una cañada que llaman Los Leones y aunque en tiempos de agua los inunda y es intransitable,
le acompaña el defecto que en tiempo de secas vuélvase solo pajonales. Son los confines de
este terreno por la parte noreste la Frontera de Lujan, distante como cinco o seis leguas. El
fortín de Areco al noroeste distante igual y los demás confines y linderos que circulan al
terreno referido por los demás ángulos son campos abiertos y de muy pocas utilidades. Están
expuestos a las invasiones de los indios por estar fuera de la frontera y por estar las
tolderías en las inmediaciones de estas estancias.”Los guadacales son tierras arenosas,
medanosas con escasa cubierta vegetal, que cuando llueve se convierten en barriales. Los
montes, ríos, arroyos y rinconadas eran lo que le daba valor a la tierra. Sabemos que existían,
pero fueron ignorados por el perito, quién siguiendo una larga tradición trató de beneficiar al
solicitante, restándole valor al lote.
236
Siguiendo los pasos, dos vecinos tasaron el campo y luego se hizo el edicto de venta:
“Antonio Olavarría, Teniente del Regimiento de Milicias de la Campaña y segundo
Comandante del Cuerpo de Blandengues de la Frontera de Buenos Aires hago saber que dos
leguas de terreno mensuradas y tasadas en el paraje de Los Leones, se venden por S. M a
Nolasco Silva en este mismo sitio se han de rematar por pública subasta y se admitirán
posturas que se hicieron por más de 25 $ por cada legua, en los días 5 y 6 de julio de 1806.”
237
AHPBA, EMG, Legajo Nº 166. Nº 11864.
90
extensa familia de la zona: los Guevara.238 En marzo de 1826 solicitó su
parcela en enfiteusis. Los testigos fueron los vecinos de la primera época;
Francisco Villafañe, albacea del difunto Manuel Pavón y Martín Cruz. Sus
hijos varones compraron el terreno y lo mantuvieron hasta la segunda mitad
del siglo XIX.239
Silva, además, tuvo dos hijas; María Trinidad y Josefa. La primera, que
nació en 1783, se casó con José Viñas, importante comerciante gallego de la
Guardia de Luján, que en 1826 solicitó 3000 has en enfiteusis sobre las tierras
de su suegro y luego, en julio de 1827, 2100 más, linderas a las anteriores.240
La otra hija de Silva, Josefa, se casó con Freyre, comerciante porteño, con
quién tuvo un hijo: Toribio. Freyre falleció en 1805 y su viuda contrajo
matrimonio con Matías Otero, “habilitado” de Freyre en su negocio de la
Guardia de Luján. Con Otero, Josefa tuvo otro hijo: Hermenegildo.
Reconstruimos los lazos familiares para demostrar que fueron transacciones
entre parientes las que realizaron; Viñas en 1833, cuando transfirió una parte
de sus derechos enfitéuticos a su sobrino, Hermenegildo Otero, que a su vez
en 1837, se las traspasó a su hermanastro, Toribio Freyre, quién las
conservó. El análisis de la estructura territorial incorporando historias
familiares permite percibir casos como éste, en el que reiteradas operaciones
sobre un mismo lote se realizan dentro de una familia, teniendo
consecuencias diferentes a que si se hubiesen realizado externamente.241
238
AGN, Sala X, Padrón de 1813, 8-10-4 y 7-2-4.
239
Cuando estaba por finalizar el trámite, se descubrió un sobrante de ocho cuadras de frente
por una legua de largo entre este terreno y el de Carmen Martínez. Esta vez no dudó el
procurador en apelar a la antigüedad de su representado para solicitarlo.
240
Consideramos tierras nuevas a las que no fueron otorgadas anteriormente por Moderada
Composición.
241
El otro lote solicitado por Viñas, en cambio, salió de esta urdimbre familiar y le fue
transferido J. Colomero, importante enfiteuta con tierras en otros pagos. Este, siguiendo un
comportamiento “clásico” volvió a transferirlas a Francisco Lobato y F. Alvarado, quiénes
fueron los que le compraron al estado, aunque en 1843 le vendieron a Benito Baldivares, que
las conservó.
242
Dionisio se había casado con Juana Falcón, de una antigua y humilde familia e Inocencio
con Paula Galván.
243
Juan Antonio Suárez había nacido en Córdoba en 1761 y siguiendo el modelo que
planteamos en el capítulo 1, emigró a esta frontera. Una vez aquí, tardó varios años en
instalarse y formar un pequeño capital, quizás por eso se casó ya maduro con Escolática,
treinta años menor.
91
(una de ellas hasta el día de hoy).244 En torno a ellas surgió Suipacha. Cuenta
la historia local que fue en esas casas donde se celebraban los matrimonios o
los velatorios de los miembros de la familia y de los vecinos.245Nos interesa
reconstruir las densas urdimbres familiares que se plasmaron en la frontera y
que se materializaban en una intensa vida social. Imagen muy lejana a la que
primó en la historia tradicional que describió a esta región como remota, vacía y
habitada por hombres solos.
244
TESTA DIAZ ARISTIDE “Apuntes para la historia del Partido de Suipacha”, Ediciones
Teoría, julio de 1974, Suipacha. La casa de Freyre, que es la que se mantiene, es una clásica
casa con forma de U, con zaguán y habitaciones al frente, dos hileras de piezas a los costados
y una reja cerrando el patio. Tiene muy buenos sótanos con techos de bovedillas,
comunicados entre sí, preparados para ser refugio en casos de ataques de malones. Las
casas de las dos primas estaban a no más de cinco cuadras, sobre el “cerrito El Durazno”,
pequeña elevación hoy casi imperceptible y ubicadas muy cerca del camino que iba de
Mercedes a “médano blanco” (25 de mayo), que las hicieron propicias para el obligado
descanso de las carretas, por lo que sus propietarias las fueron ampliando hasta llegar a
ocupar por lado casi una cuadra, cada una.
245
Recordaba una vecina que falleció de 104 años en 1941, que cuando ella se casó en 1867:
“Todos, novios, padrinos e invitados fueron a caballo a Mercedes donde se hizo la ceremonia,
regresando de la misma forma para celebrar la fiesta en esa casa. Entrevista mantenida por
Arístides Testa Díaz con Crisanta Romero en 1941.
246
Felipe Antonio Martínez fue Comandante del Regimiento de Voluntarios de Caballería de
Buenos Aires, a partir de 1792.
247
Padrón e Hacendados, citado por Azcuy Ameghino, op cit.
248
AHPBA, EMG, Legajo 154 Nº 12198.
249
AGN, Tribunales administrativos, Legajo Nº 10, exp.32.
92
hijo Norberto Antonio, quién solicitó este terreno por enfiteusis en julio de
1827.250
La cuarta familia con lazos coloniales en los partidos de antigua
colonización fue la de Pedro Burgos. Su padre Silvestre llegó a ser capitán de
milicias y a contar con 1670 varas y cien cabezas de ganado en una estancia
sobre el río Lujan. Por eso, cuando en abril de 1806, Pedro solicitó tierras en
moderada composición,251 argumentó no haber iniciado antes el trámite
porque sus haciendas aún no habían tomado querencia.252 No es fácil
aquerenciar las haciendas en los campos abiertos, más aún cuando no hay
rinconadas de ríos u otros obstáculos naturales que actúen de freno y en estos
casos se forman rodeos de animales que se reconocen entre sí,
constituyendo grupos relativamente estables, que suelen desplazarse dentro de
radios limitados, en tanto se van agotando las pasturas disponibles. Burgos
apeló al Comandante de la Guardia de Luján, Coronel Antonio Olavarria, que
cuando tuvo que expedirse lo hizo a favor de él.
250
El agrimensor que partió de la casa - estancia acompañado de un séquito de viejos
vecinos; entre los que estaban Pedro Nolasco Silva y Mariano Veloz fue muy perceptivo del
paisaje:
“… y los campos que dentro de ella encierra tienen pastos fuertes, los
quales la mayor parte es paja que llaman de embarrar y cortadera” Aclaró
además, que “dentro del espacio de esta estancia han entrado cinco poblaciones,
cuatro chacras y la estancia de Norberto Martínez, la que esta compuesta de dos
muy buenos potreros para encerrar ganado y un buen corral para encerrar ganado
y caballos, compuesto de palos de ñandubay y dos cuartos de techos de paja
para su habitación.”
La estancia ganadera contaba con cuatro chacras, formadas por pequeñas parcelas con foso
y cerco de sauces para que la hacienda no penetrara en los “tablones” de trigo. El agrimensor
hizo además hincapié en un aspecto clave del manejo de estas haciendas: los potreros y
corrales para “encerrar”. Las vacas y caballos que deambulaban libremente aprovechando los
“pastos fuertes,” formando tropillas y rebaños relativamente estables que con frecuencia se
aquerenciaban en las cercanías de los arroyos, eventualmente debían encerrarse. El corral de
palos de ñandubay – madera ajena a la zona- era el sitio donde se señalaba y se capaba a los
terneros destinados al abasto. La estancia con esta infraestructura, debió ser rentable porque
no solo pudo comprarla en 1837; sino que su hijo Pablo adquirió luego, otros lotes vecinos.
251
AHPBA, EMG, Legajo 143 Nº 11.586.
252
AHPBA, EMG, Legajo 143 Nº 11586, año 1896.
253
AHPBA, EMG, Legajo Nº 145, Nº 11742 y AHG, Duplicados de mensuras del partido de
Suipacha, Nº 33 y 43.
93
Mariano, a quién ya nos referimos. En efecto, lo anterior es un ejemplo más de
las densas urdimbres tejidas por estas familias.
Ninguna de las solicitudes en Moderada Composición prospero, por lo
que los mismos individuos- o sus descendientes- volvieron a solicitarlas en
enfiteusis, aunque con este sistema se amplió el radio de tierras otorgadas y
aumentó la cantidad de solicitantes. Resulta difícil establecer si las solicitudes
de enfiteusis coincidieron con las de Moderada Composición porque no existen
mapas o croquis de estas últimas.
Con la enfiteusis el modelo colonizador de “tierras nuevas” no quedó sujeto a
los cursos de agua, dado que los avances efectuados por esos años en la
geodesia convirtieron a las coordenadas geográficas en las líneas
demarcatorias. Fue por eso, y por las mejoras en los modos de medición de
los campos, que se descubrieron muchos sobrantes. No obstante, los cursos
de agua, más aún si eran de carácter permanente, continuaron siendo un valor
agregado ya que de no existir se debía recurrir al pozo de balde para extraer
agua con caballos.
94
Felipa Belmúdez, no había quedado descendencia pero sí del primer
matrimonio de Felipa; una hija y seis nietos. Felipa falleció de cólera en 1868 y
los bienes que dejó eran todos gananciales; una casa en Buenos Aires, una
legua y media de campo en Suipacha (atravesada por el ferrocarril oeste, al
que le había donado tierras para construir la estación Toribio Freyre) y otro
establecimiento rural en 9 de julio.254 En la división patrimonial se trató de
conservar indivisas las unidades de explotación; así su hija, que fue la mayor
heredera, recibió el campo de Mercedes, mientras que sus nietos recibieron el
de 9 de julio y la casa de Buenos Aires. La capacidad de acumulación de
Freyre fue superior a la de Luengo; pudo adquirir una casa en Buenos Aires (en
lugar de Mercedes), mantener integra la enfiteusis que adquirió y comprar otro
lote en 9 de julio. Pero este patrimonio estaba lejos de constituir una fortuna y
los Freyre estaban lejos de asemejarse a la conspicua oligarquía que se estaba
consolidando para esos años. Eran más bien representantes de los sectores
medios rurales que también participaban del proceso de expansión
agropecuaria, pero en un contexto de mayor vulnerabilidad. Sus posibilidades
de reproducción social dependían del éxito alcanzado en hacer frente a
obstáculos como las reparticiones hereditarias, el endeudamiento con los
bancos o los malos ciclos agrícolas.
254
El establecimiento de 9 de julio era de mucho menor valor, producto de la estrategia de
avanzar hacia el oeste a medida que la frontera lo iba haciendo. Freyre tenía además, deudas
de casi el 20 % del acervo patrimonial contraídas con el Banco Provincia y con particulares. El
establecimiento de 9 de Julio era muy rudimentario y estaba constituido por seis ranchos (uno
como casco y los otros como puestos) con unas pocas vacas y ovejas, a las que el albacea
propuso vender con urgencia en remate por las dificultades que la epidemia de cólera y la falta
de mano de obra ocasionaba para conservarlas.
255
Documentos del Juzgado de Paz de la Guardia de Luján, año 1832.
256
Duplicados de mensuras de Lotes de Chivilcoy, Pedro Pico, Archivo de Geodesia y
Catastro, La Plata. “Los límites del partido de Chivilcoy hacia la parte del Noroeste no me son
precisamente conocidos, ni lo son tampoco a las autoridades locales, y acerca de los que
parecen más regulares y convenientes, ya he tenido el honor de conocer la opinión del Sr.
Ministro sobre el plano mismo de una parte del partido. La designación de los límites es la
siguiente: al costado NO del terreno de Terreros denominado del “Rosario”, continua por el de
“Segovia”, circundando al de A Rocha llamado “ Medano Blanco”, el terreno de “Las Toscas”
de Patricio Lynch, por sus costados noreste y noroeste hasta el terreno de Rubio y luego
hasta “Las Saladas”. Siendo necesaria esta demarcación de manera oficial”.
257
Se determinaron por el decreto de 24 de febrero de 1865 que fue reglamentario de la ley del
25 de octubre de 1864.
95
resolvimos trabajar sobre los lotes existentes, llegando a una superficie
aproximada de 100 leguas cuadradas que abarcan el actual partido de
Chivilcoy y el de Alberti, salvo su esquina noroeste, que se extiende al oeste
del río Salado.
96
permanecieron como ocupantes, algunos de ellos durante varios años, a
quienes podemos rastrear porque las mensuras de los campos mencionan sus
poblaciones o por los padrones de 1813 y 1836. No hay indicios de
conflictos entre estos pobladores y los que accedieron a la enfiteusis. Sí hay
en cambio, evidencias del interés de los enfiteutas por incorporarlos a sus
campos para aprovecharlos como mano de obra.259
259
AHG, Duplicados mensuras, año 1825, La Plata. En la mensura de la parcela denunciada
por los hermanos Carranza en 1825, el agrimensor Lemoine consignó “...habiendo expresado
los interesados que no era su deseo que los límites del terreno pasasen más adelante por
aquella parte sino que comprendiesen dentro algunas poblaciones de labradores”. Entre
tempranos pobladores y con larga permanencia en sus tierras podemos nombrar a Lucas
Coronel, Lucas Fredes, Pedro Regalado, etc.
260
AHPBA, EMG, 15/148.
261
AHG, Duplicados de Mensuras de Chivilcoy, Nº 14. En la mensura de su vecino, Pedro
Pereyra -realizada en el mismo momento que la suya- el agrimensor mencionó sus rastrojos
de trigo,.
262
AHPBA, EMG, 15/148. En este mismo legajo, siguiendo el procedimiento habitual, se
solicitó a los testigos de la zona que respondieran a una serie de preguntas respecto a la
naturaleza de los terrenos solicitados. En este caso, el vecino José Barrancos afirmó “ la
chacra dista de esta guardia como once leguas en el rumbo sur, cuyos terrenos son de
propiedad del estado, y hace como más diez años que la conozco.”
97
Juan Ramos, nacido en esta frontera en 1811, le transfirió a Basilio
Melo, también antiguo vecino los derechos sobre 2,2 leguas que había
solicitado en enfiteusis en 1828, ubicadas en las adyacencias de la cañada de
Chivilcoy.263 En 1839 surgió un litigio respecto a esta parcela, cuando José
Ruiz Huidobro se ofreció a comprar este terreno ya que: “el enfiteuciario no
quiere hacer uso de los derechos que le dan las leyes para adquirir su
propiedad ofrezco comprarla por tener ya en él un establecimiento” Basilio
Melo, a través del gestor Adolfo Arana se opuso a esta compra argumentando
que: “He pagado el canon hasta el año 37, no se ha hecho publicación de ese
terreno y he tratado de tomarlo en propiedad antes de Ruiz Huidobro”. Pero
fueron llamativos los argumentos por los que Huidobro decía tener derechos:
“...dice que es poseedor porque hoy se titula socio de un arrendatario.... Por
primera vez llega noticia de mi parte que Ruiz sea socio del arrendatario Don
Francisco Bustamante, esta sociedad estaría reducida a darle a aquel algunos
pesos para que siembre y otros para que recoja el trigo, del mismo modo
podría clasificar mi parte a dos ó tres arrendatarios con los que acostumbro a
hacer otro tanto”. La indefinición del conflicto hizo que ni uno no otro lo
comprara, volviendo a ser tierra pública. Julián Solveyra, gallego, llegó a
la Guardia de Luján a fines del siglo XVIII,264 en donde fijó su residencia.265
Desde su cargo de Juez de Paz pudo acceder a diferentes lotes de enfiteusis
en la zona, los que fue arrendando por cortos períodos. En 1835 cuando
Melchor Romero dividió su enfiteusis de 28 leguas, adquirió derechos sobre
6.5 leguas. En 1838 solicitó la compra pero no pudo concretar la operación
porque no se había registrado el decreto que aprobaba la operación en el
expediente, ni la orden de extender la escritura a su favor.
98
En tercer lugar, estaban los antiguos ocupantes que accedieron al
usufructo por enfiteusis y a la propiedad. Las historias de las familias Barrios,
Barrancos, Cruz, Lobo Sarmiento hunden sus raíces en los últimos años de la
colonia y presentan la particularidad de ser claros ejemplos de la estrategia
que mencionamos en el capítulo anterior: enviar a los miembros jóvenes a
“tierras de indios” o a sitios ubicados al oeste da la frontera oficial, para
ampliar el patrimonio familiar y de este modo paliar las graves consecuencias
que traía aparejada la repartición igualitaria de los bienes que producían los
traspasos generacionales. Esta puede ser una de las claves de su éxito ya
que la mayoría de los antiguos pobladores que accedieron a la enfiteusis
terminaron comprando sus terrenos. Repasemos algunos de los casos de
estos pobladores exitosos. Felipe Rojas hacía años que estaba en la
zona cuando se efectivizó la enfiteusis. En 1826 solicitó tres leguas en
enfiteusis y el gobierno se las concedió en “Las Saladas”. En 1831 una nueva
mensura descubrió un sobrante de media legua, en el que tenía construida su
casa, que también le fue otorgada en enfiteusis. En 1835, le tuvo que
transferir a Felipe Barrancos 1,5 L. En 1838 le compró al estado las dos
leguas restantes, amparándose en lo establecido por la ley de 1836. No sólo
residía él en la zona aledaña a “Las Saladas”, sino que su unidad censal
estaba rodeada por otras tres familias de apellido Rojas; la de Antonio,
Bernardo y Celestino.267 Esta explotación, que conjugaba la ganadería
vacuna con la agricultura de trigo y maíz, incluyó también un negocio, que
comerciaba el cereal de la región con el mercado porteño.268 Rojas falleció en
1861 y heredaron este campo sus hijos aunque para esta época, se trataba
de una explotación casi abandonada.269Pedro Cruz ya estaba asentado en
los pagos de la Cañada de la Rica cuando se hicieron las primeras mensuras
de enfiteusis en la zona270. Solicitó el lote en que tenía su casa, negocio y
atahona en abril de 1826 y en agosto de 1827 el gobierno le concedió dos
leguas y cuarto de terreno en enfiteusis.271 El, que había nacido en Buenos
Aires en 1786, efectivamente residía en la Rica, atendiendo “su famosa
chacra, estancia, negocio y atahona”272. Su UC según el padrón de 1836,
contaba con 28 personas, incluidos negros muy escasos en la frontera.
Sabemos, por el inventario de su sucesión, que junto a la casa, estaba la
atahona y dos graneros para el acopio. El negocio, bien surtido, contaba
267
AGN, Sala X , Padrón de 1836. Según este padrón, residían en su explotación diez
personas, todas blancas. En 1848 aún tenía 1 capataz y 7 peones. Censo de peones,
Legajos del Juzgado de Paz, op. cit.
268
En 1839 pagaron patentes por cinco carretas. Censos de carros y carretas. Legajos de la
Justicia de Paz de la Guardia de Luján.
269
AGN, Sala X, Legajo Nº 3876, Sucesión de Felipe Rojas.
270
En agosto de 1826, el agrimensor Pedro Pratt y Puig acudió a estos pagos para realizar las
mensuras de terrenos denunciados por Pedro Pereyra, Dionisio Moyano y el propio Pedro
Cruz. En esta ocasión, el agrimensor afirmo haber puesto un mojón dentro de los rastrojos de
Pedro Cruz.
271
Pedro Cruz para 1830 ya tenía una pingue fortuna. Los años de la guerra los había pasado
fuera de esta región, en la que se asentó en la primera mitad de la década de 1820. Relación
de Alcaldes y Tenientes Alcaldes, trimestre julio-septiembre de 1832. Justicia de Paz de la
Guardia de Luján.
272
Según el padrón de 1836, la UC. de Pedro Cruz era la más extensa del partido con 28
personas, de las cuáles seis eran negros y uno extranjero. En 1848, aún tenía 15 empleados.
Censo de peones, ob. cit.
99
con abundantes cereales acopiados.273 En julio de 1839 Cruz obtuvo la
propiedad del terreno.274 Falleció en 1855 y heredaron sus bienes, un hijo
natural y sus otros cuatro hijos.275 Santiago Barrios nació en 1784 y fue
bautizado en la parroquia de la Guardia de Luján, hijo de María Lavallen
(proveniente de una antigua familia de la Villa de Luján) y de Juan Antonio
Barrios, vecino de la frontera. Santiago que se casó en 1808 con Pasquala
Cruz, hija de Don Martín Cruz, le compró a Díaz de Vivar una fracción de
2100 has, en 1822.276 Pero fue su suegro, Don Martín Cruz, el que denunció
en 1807 un terreno por moderada composición, en Las Saladas, cuando
esta zona estaba casi diez leguas al oeste de la frontera oficial. Sus únicos
vecinos para aquellos años eran los Barrancos. Fue, por lo tanto, uno de los
pobladores más antiguos de la zona. La UC de Pedro Cruz, según el padrón
de 1813, contaba con numerosa mano de obra esclava. En 1825, el
procurador Don Juan Álvaro Castro, apoderado de los herederos de Martín
Cruz, solicitó en enfiteusis el terreno denunciado por Martín en moderada
composición, cuyo trámite había quedado inconcluso. Le concedieron un
cuadrilátero de tres leguas y seiscientos avos de otra. En octubre de 1837m
su yerno Santiago Barrios lo compró. Durante todos esos años vivió en el
campo, con sus seis hijos: Antonia, Neyra, Ambrosia, Emilia, Clemente y
Francisco. Todos, al casarse, (con inmigrantes provincianos o de ultramar)
permanecieron en las cercanías de la casa de Santiago, que cuando falleció,
en 1857, dejó a sus herederos explotaciones rentables que se mantuvieron
hasta bien entrado el siglo XX.277 Pedro Pereyra, anotó su primer hijo
en la parroquia de la Guardia de Luján en 1795 y él declaró ser “natural de
esta frontera” 278. En 1826 solicitó 1,3 leguas en enfiteusis. Su unidad censal,
según el padrón de 1836, muy numerosa, estaba compuesta por 25 personas.
En 1838 hizo la propuesta al estado para comprar este terreno, solicitando
pagar todo en el mes de marzo “en virtud de que en dicho término podré
hacerlo con el producto de las sementeras de trigo que tengo hechas, y no
tener en el día dinero disponible” Fue así como compró el terreno.279
273
Las patentes que pagó en agosto de 1839 por un coche y cinco carretas testimonian la
continuidad de la actividad comercial. Censo de carros y carretas, Ob cit.
274
Solicito la propiedad pagándola con boletos de premios militares dados a oficiales que
habían participado en una campaña contra los indios .En esta oportunidad Pedro Cruz solicitó
que esas dos leguas y cuarto fueran ubicadas en la Cañada de Chivilcoy a cambio de un
terreno que poseía en la laguna de “La Barrancosa” (Bragado).Estos premios militares de
revalidaron después de Caseros.
275
AGN, Sala X, Sucesión de Pedro Cruz, Nº 4883, año 1853. Según el inventario junto a la
casa, estaba la atahona con todos sus enseres y dos graneros para el acopio. El negocio, en
la época de su sucesión, estaba bien surtido, y en él eran importantes los cereales acopiados.
Lo más importante, en el inventario, era la hacienda -principalmente vacuna- y la tierra.
También había caballos, mulas atahoneras y bueyes para la labranza.
276
Archivo Parroquial de Mercedes, Partida de nacimiento de Santiago Rojas, Libro de
Nacimientos Nº 1. Se casó en 1808 en la parroquia de la Guardia de Luján con otra vecina del
lugar, María Cruz.
277
En noviembre de 1827 el juez de paz le solicitó que fuera a reconocer unos presos que
estaban en San Antonio de Areco, que supuestamente habían asaltado su campo. En 1839
pagó patentes por tres carretas. Censo de carros y carretas, op cit.
278
Archivo de la Parroquia de la Guardia de Luján, acta de nacimiento de Carlos Pereyra, Libro
de Nacimientos, vol. 1.
279
AHPBA, EMG, 154/5560.
100
Policarpio Bustos le traspasó, en 1830, a Rafael Lobo, de la
antiquísima familia Lobo-Sarmiento los derechos enfitéuticos sobre 2,3 leguas,
ubicadas en las inmediaciones de la cañada Chivilcoy.280 Rafael era hijo de
Martín Lobo Sarmiento y María Ignacia Palomeque.281 En julio de 1838,
representado por Celedonio Sánchez, Lobo solicitó la compra de este campo
“que aún seco y de ningún mérito, sentía dejarlo por haberlo regado infinitas
veces con su sudor.”282 La operación se efectivizó en 1838.283 El falleció en
1848284, al año falleció su viuda, en 1849285 y sus hijos Juan Ramón y
Luciano, lo heredaron.286 Casos similares fueron los de Juan Bautista
Ramos287, Avelino Montenegro, 288 Rivadaneyra289 y de Gregorio
280
Según el padrón de 1836, en esta UC. vivían 7 personas. Esta familia estuvo siempre
asentada en este pago, continuando sus descendientes.
281
No podemos precisar con exactitud dentro de esta frontera su lugar de residencia antes
de acceder a esta enfiteusis. Varias familias de apellido Lobo, estaban ubicadas en las
parcelas que después fueron de Barrios y Rojas, sobre la cañada Las Saladas. Se casó en
1807 en Exaltación de la Cruz con Paula Ortega. De esta unión nacieron dos hijos que
sobrevivieron, Juan Ramón en 1808 y Luciano en 1811. Juan Ramón se casó en 1850 con otra
vecina del lugar, Juana Montenegro (hija de otro enfiteuta Manuel Montenegro) y no tuvieron
hijos. Fue teniente alcalde entre 1846 y 1851. Su hermano, Luciano tuvo un sólo hijo
Martiniano, quién compartió con su tío la explotación de la estancia. Libros Parroquiales de la
Guardia de Luján.
282
Solicitó comprarlo con billetes de tesorería porque empleó “sus cortos fondos que iba
recaudando en estos..... quedando gravemente enfermo en su chacra y por ser muy pobre,
viejo y estar enfermo teme que le venga la muerte sin haber pagado todo este terreno”. bídem
283
A. CAGGIANO, Chivilcoy, biografía de un pueblo pampeano, Chivilcoy, editorial del diario
La Razón, 1997. Hay una inscripción de casamiento de Rafael Lobo en la Parroquia de
Exaltación de la Cruz, Año 1807:"Presbítero Felipe S. Torres casó y dio las nupciales
bendiciones a Don Rafael Lobo de la feligresía de Luján y Paula Ortega, hija legítima del
finado Juan José Ortega y Doña Eugenia Melo”
284
Catedral de Mercedes, Libro de defunciones, Año 1848, folio 126.
285
Catedral de Mercedes, Libro de defunciones, Año 1849.
286
Catedral de Mercedes. Libro de Bautismos. Tomo III. Libro de Matrimonios, el presbítero
Millán Zabala " desposo corridas las tres conciliares amonestaciones y examinados en la
doctrina cristiana a Juan Ramón Lobo, soltero, natural de la Villa de Luján y residente en esa
Parroquia, de 42 años, hijo legítimo del finado Don Rafael Lobo y Doña Paula Ortega, con
doña Juana Montenegro, viuda del finado Don José Aranda, siendo testigos Don Tomás
Burgos y Doña Josefa Estocle. Fue teniente alcalde en reiteradas oportunidades y labrador, de
regular fortuna. Falleció en junio de 1856 y su esposa, la sanjuanina Juana Montenegro, el 8
de junio de 1870. Parroquia de Chivilcoy, Libro de Defunciones.
287
Su bautismo esta inscripto en los libros parroquiales de la Guardia de Luján en 1811. En
1828 solicitó en enfiteusis 2,2 leguas en la Cañada Chivilcoy, pero pagó los cánones sólo por
cuatro años. Esta parcela se concedió en 1833 a Basilio Melo. Ramos también fue teniente
alcalde del cuartel de La Rica, entre 1828 y 1830. En 1843, pudo comprar 1,5 leguas de la
enfiteusis que originalmente fueran de Melchor Romero.
288
Era considerado por sus vecinos “un monstruo de ingratitudes que había venido de más de
veinte leguas de allí y que con una amistad fingida con Vera había conseguido que le
repartiese el terreno por partes iguales” Logró que su chacra de sólo 0,8 leguas fuera una
explotación floreciente que en 1848 contrataba a 10 peones, En 1838 Manuel Montenegro,
hijo de Avelino compró las 0,8 al estado. Censo de peones del partido de Chivilcoy, Año 1848,
Archivo Histórico Municipal.
289
Rivadaneyra era un viejo vecino, asentado en la zona desde antes de 1806, (anoto a una de
sus hijas ese año). Libro de Nacimientos de la Guardia de Luján. Sembraba trigo en su parcela
y su hijo Fermín compró la enfiteusis heredada de su padre, pero a los dos meses se la
vendió a Manuel López, comerciante español recientemente asentado en la zona, que
concentró varios terrenos.
101
Reynoso.290 ¿Que encontramos en común al analizar los casos de estos
pobladores exitosos?
290
En 1813 estaba casado con la viuda María Eulalia Zambrano, con la que había tenido un
hijo. Según la mensura de su propio terreno, en 1825 ya tenía casa construida en él. Gregorio
Reynoso había nacido en esta frontera en 1793, Ibidem. Gregorio solicito su parcela en
enfiteusis y la describió como “de tierras de labranza y sin aguadas permanentes,”
comprándola en 1837. AHPBA, EMG, legajo Nº 45-987.
291
Varios de ellos se definieron cómo pobres cuando tuvieron que hacer la propuesta de
pagos. Ver Lobos, Barrancos, Melo, etc.
292
Oddonne, Cárcano, ob. cit.
293
Otros fueron Sebastián Jimenez, Manuel Mexias, Antonio Cateura, Juan Patrón, Manuel
Viedma y Victoriano Rubio,
294
J. A. PERNIGOTTI Un retazo de historia lugareña. Las Saladas, Chivilcoy y Gorostiaga,
Chivilcoy, Municipalidad de Chivilcoy, 2005.
102
emigrar con los invasores del salvaje unitario Lavalle”. El juez de paz de la
Guardia de Luján “procedió por esta única causa a embargar mi estancia”.295
Para solicitar el desembargo Domingo invocó el nombre de su madre, lo que
dio origen a un juicio por la titularidad de la estancia, entre él y su madre,
María Bernarda. Esta lo perdió en 1851, pero su hijo no pudo notificarse
porque había muerto poco antes,296 sin embargo, la madre y el hermano de
Domingo volvieron a litigar y terminaron desalojando a la viuda de Domingo y
a sus hijos de la estancia, en 1852.297 Tomás Guido, militar y vecino de
Buenos Aires, recibió en septiembre de 1827 once leguas y medias sobre la
cañada de Chivilcoy.298 En julio de1837 se lo traspasó a Juan Neponuceno
Terrero, que lo compró en noviembre de ese año. José Velarde recibió
cuatro leguas en enfiteusis sobre la cañada de Chivilcoy que en 1835
transfirió a Toribio Ovejero.299 En 1858, en ocasión de escriturar su campo,
Ovejero relató que: “ su explotación iba bien hasta que en 1839 una gran
invasión de indios los obligó a abandonar su campo, cómo debieron hacerlo los
demás vecinos que como yo se habían establecido en esta frontera. Al año
siguiente traté de repoblar el campo y con ese objeto hacía conducir la
hacienda del sur de nuestra campaña y en esos momentos sobrevino la
expedición del general Lavalle y los peones que conducían la hacienda la
abandonaron al cruzar el río Salado perdiéndose toda ella.”300 De esta forma
Ovejero trató de conseguir su escritura, pero cómo a su vez subarrendaba su
campo a arrendatarios, que se negaban a pagar el arriendo que les exigía,
se originó un juicio que se resolvió recién en 1860.
295
Archivo Judicial de Mercedes, Legajos de la Justicia de Paz de la Guardia de Luján.
296
A. CAGGIANO, Op. Cit.
297
Tanto Benjamín Gorostiaga como su hermano Justo Pastor comenzaron a ascender en sus
carreras políticas después de la caída de Rosas. En Caggiano, Chivilcoy, biografía de un
pueblo pampeano, op cit.
298
AHG, Duplicados de mensuras nº 11.Declararon Isidoro Molina, Eguía, Iramaín y Melchor
Romero.
299
AGN, Sala X, Sucesión de Toribio Obejero. Toribio Obejero era salteño y había nacido en
1796. Se caso con Juana A. De la Iglesia y tuvieron cinco hijos.
300
AHPBA., EMG, Nº 144-23.
301
Si bien cuantitativamente fue más importante el segundo grupo, el primero fue más original
porque la presencia de antiguos pobladores que accedieron a la tierra a través de la enfiteusis
103
baja incidencia en el total de los enfiteutas, se debió la región de Chivilcoy era
para esos años un espacio mucho más “vacio” que Los Leones o La Guardia
de Luján. Recordemos que su poblamiento casi coincidió con la enfiteusis y
por eso eran muy pocos los que residían efectivamente en las parcelas.
ayuda a cuestionar la tan difundida hipótesis de los enfiteutas ausentistas y del estado post-
independiente en manos de terratenientes.
302
La mayoría de las denuncias se hicieron entre 1826 - 1828 y para 1836-1838, la mayoría ya
había comprado sus lotes.
303
Para analizar la permanencia de los enfiteutas en sus parcelas usamos los libros de
enfiteusis y las fechas de traspasos consignadas en las mensuras. Libros de enfiteusis, AHG.
104
Viejos y nuevos enfiteútas en Chivilcoy, Suipacha y Mercedes304.
Viejos pobladores
304
Construcción propia a partir del registro Gráfico de 1830.
305
Eran los de Felipe Rojas, Gregorio Reynoso, Ramón Biaus, Pedro Pereyra, Manuel López,
Diego White, Juan Bautista Ramos, Agustín Souza y Edmundo Cranwell
105
efectuado la compra306 y en una situación dudosa estaban quiénes habían
sido embargados por Rosas, como Bernarda Frías de Gorostiaga, o quiénes
los habían adquirido por recibir boletos de sangre, como Santiago Villamayor,
(lo recibió en 1839 por fidelidad a la causa), Pedro Cruz (recibió un boleto por
6075 has por actuar en La Cortadera), David Smith ó Toribio Ovejero, que
uso sus boletos para escriturar las 23.625 has que tenía en este partido.
306
Eran los de Miguel Vera, Monasterio y Maderna, Guillermo Michemberg, Antonio Benavides,
Julian Solveyra, Sebastián Jiménez, Manuel Mexias, Basilio Melo, Felipe Barrancos, Basilio
Segovia y Victoriano Rubio.
106
El análisis en profundidad de un caso que puede resultar
paradigmático servirá para entender el retorno al estado de la tierra entregada
en enfiteusis.
107
aquí. Cuando Rosas estableció que solo se podrían adquirir con
boletos militares, Melchor Romero solicitó que se le permitiera
escriturar con los boletos que el Coronel Pedro Ramos, jefe de la
división del centro, obtuviera por la campaña contra los indios
Bogarás. No fue aceptada la transacción porque el boleto de
Ramos era sólo de dos leguas y el lote en cuestión de 2.3. Luego
de muchas idas y venidas, Villarino consiguió otros dos boletos
militares de 0.25 leguas cada uno; pero para ese tiempo Rosas no
despachó más negocios de tierras. Pasaron los años pero
Romero no perdió el interés por el terreno. Volvió a la carga en
enero de 1859, cuando amparándose en la ley del 7 de octubre
de 1858, que revalidaba los premios de tierras otorgados en
combates contra los indios, percibió que tenía alguna posibilidad.
Sin embargo, también el coronel Ramos volvió a presentar el
boleto que nunca había ubicado. Fue en ese momento cuando
ambos litigaron ante los tribunales ordinarios: Romero
argumentando que la operación de compra del boleto efectuada
en 1839 era legítima y Ramos negando esa posibilidad. Por último
el juez falló a favor de Ramos, entre otros motivos porque el lugar
solicitado por Romero entraba dentro del loteo de las Tierras
Públicas de Chivilcoy. De este modo Romero perdió todos los
derechos sobre esas tierras que volvieron a ser públicas. Desde la
primer solicitud en 1826 hasta 1859 pasaron treinta y tres años,
durante los cuáles Villarino y Romero solicitaron la tierra toda vez
que pudieron pero como ellos mismos afirmaron nunca llegaron a
instalarse (ambos eran reconocidos comerciantes porteños), por
eso sobre estas veintiuna leguas surgieron numerosas chacras
que reconocían como enfiteuta a Goroland, sub –arrendatario de
Villarino y Romero.
108
escriturarlas con el premio recibido en 1841. 310 Este
premio fue anulado después de la caída de Rosas y las
7560 hectáreas quedaron sin escriturar. Sin embargo,
estas tierras cercanas al río Salado se habían poblado en
la década de 1840 y para 1864 treinta y un ocupantes
estaban asentadas en ellas, por ejemplo, José Duarte
(bisabuelo de Eva) y Juan de Dios Dozo, comerciante y
nieto de Felipe Barrancos, eran los tenían las
explotaciones más importantes.
3- Cercano estaba el pequeño lote de Miguel Vera.
Recordemos que había recibido en 1826, 1.6 leguas, pero
al momento de escriturarlas, su vecino Avelino Montenegro
argumentó que su posesión era más antigua. Ante la duda
la Dirección de Geodesia decidió dividir el lote en dos
partes de 0.8 leguas cada una, que Montenegro terminó
comprando en 1836 y no así Vera, cuyo lote volvió a ser
público. De los labradores que se asentaron en las 2000
has.311 sobresalieron las chacras de Lucas Coronel,
Inocencio Montenegro y Mariano Pereyra (nótese que
estos dos últimos eran enfiteutas pero sus poblaciones
estaban fuera de la línea de sus campos). Esteban Trejo y
Cirilo Liendo que fueron dos activos labradores de la
protesta quedaron afuera de este lote, por más que tenían
interés en la compra.
4- El terreno de Segovia, de casi tres leguas, fue uno
de los últimos, no sólo en entregarse en enfiteusis, sino
también en poblarse: sus veintiún pobladores se habían
asentado, casi todos, en la década de 1850 y sólo la
familia de Francisco Laborde tuvo una actuación
destacada.
5- En cambio, no muy lejos estaban las enfiteusis de López
y Rubio, terrenos que también se habían transferido
tardíamente pero que habían recibido una población
mayor y más temprana. Sus casi siete leguas y media
albergaban ochenta y siete poblaciones, muchas de ellas
310
En la misma oportunidad que a Villamayor se le otorgaron premios a Hilario Lagos ( 18.900
has.), Vicente González (12.150 Has) y Ángel Pacheco (99.000 has) en VALENCIA MARTA “
Tierras públicas, tierras privadas, Buenos Aires, 1852-1876, La Plata, 2005
311
Mensura de terreno de Vera. Archivo Histórico de Geodesia, MOSP, La Plata. Avelino
Montenegro se opuso a la mensura, alegando que estaba en litigio con Miguel Vera por el
terreno y al querer detenerlo enfrentó los presentes con su arma. Montenegro alegó que de
común acuerdo y como amigos, habían hecho un contrato verbal con Vera para que este le
cediese la mitad del terreno, a cambio de hacerse cargo de los gastos que la enfiteusis
suponía, aunque posteriormente reclamó por todo el terreno. Los vecinos atestiguaron que
Montenegro era un intruso que no hacía más de seis meses que se había asentado sobre los
terrenos de Vera. El agrimensor argumentó que los derechos de Vera, por la antiguedad de su
ocupación, eran muy poderosos. Los vecinos procedieron a firmar la mensura, apoyando a
Vera. El agrimensor en el informe consignó que los campos eran de calidad superior para
labranza, de pastos regulares y con escasas aguadas. Dentro del terreno quedaron las
poblaciones de Juan Gómez.
109
muy antiguas.312 También se habían asentado en los
últimos años algunos miembros de familias antiguas que
habían quedado en la retaguardia; Ezequiel, Víctor y
Pedro Barrancos tenían aquí sus chacras, del mismo
modo que Pedro y Raymundo Velóz, Tomás Burgos y
algunos miembros de la familia Molina, que como
demostramos en los capítulos anteriores habían visto
achicarse y en algunos casos desaparecer, sus
posesiones en la zona más antigua. Quedaron también en
este lote las poblaciones de los enfiteutas Francisco Rubio
e Hipólito Segovia.
6- El lote que rodea el ejido de Chivilcoy era una sobra de
las ex – enfiteusis de Barrancos (recordemos que dejó de
pagar el canon cuando consiguió que su vecino Santiago
Rojas le transfiriera el lote sobre el que tenía su casa) y
de Policarpio Bustos, que también tempranamente dejo de
pagar el canon. En las 1261 cuadras había trece
poblaciones; algunas viejas e importantes; como la de la
familia Guzmán (una de los primeros en sembrar trigo en
la región), la de Federico Lacroze, con la atahona más
importante, la de Vicente Bramajo,313 la de la familia
Moris y la de Pedro Coronel, que vino de Mercedes y era
uno de los pobladores más antiguos de la región.
7- Por último, el lote ubicado entre el de Gorostiaga y López,
pertenecía a la enfiteusis de Cateura y Patrón que fue
traspasada a Monasterio y Haedo, quiénes dejaron de
pagar el canon rápidamente. Este lote, de cinco y tres
cuarto de leguas, que fue uno de los primeros en
poblarse, tenía setenta y tres poblaciones para 1864. La
mayoría de estas chacras habían sufrido transferencias y
por eso el agrimensor Pedro Pico tuvo un trabajo mayor.
En varias oportunidades dejo constancias de situaciones
como la que sigue: “le habían dicho que Doña Rosa
Villalva, vendedora de numerosas chacras las compraba
para volverlas a vender”. Las principales chacras eran en
general, de antiguos vecinos: Pío Gallo, Vicente Rojas,
Mariano Alanis, Juan de Dios Dozo, la del francés Agustín
Pechieu era el más reciente.
312
Por ejemplo Juan Lima estaba desde 1834, la familia Reynoso desde 1832, Cirilo León
desde 1842, Manuel Brizuela desde 1834..
313
Asentado desde 1831.
110
Las tierras públicas del partido de Chivilcoy en 1858, según los
duplicados de mensuras de AHG. Construcción propia.
Rio Salado
Cañada La Salada
Terreno de Cateura y
Patrón
Terreno de Barrancos
y Ramos
Terreno de Segovia
Terreno de Goroland
Terreno de Rubio y N -Ex-Villarino y Romero-
Lopez
111
Terreno de Cateura y 5 39 73 40 58 Hay muchos 8153
Patrón “pobladores cuadras
(Cuartel 4. Entre Gorostiaga, antiguos”
Barrios, López y ejido
Saladas. La Rica)
Numeración de Jardel 7 9 7 13 1856 918
Terreno 6 56 y 77 29 43 (1845) Hay 16419
Villarino/Romero sobra sólo 18 con
Campos entre el Ejido y el Río ntes fechas.
Salado
Casi compradas o con 7 y 57 49 20 26 1852. ( No ¿
trámites iniciados sobrantes hay muy
antiguos, pero
sí muchos de
fines de 40)
Fuente: Mensuras de tierras públicas del partido de Chivilcoy, AHG, Nº 89.
112
Chivilcoy, que mostró que en su esquina NO, solicitada en enfiteusis por
individuos sin lazos con la zona, la inestabilidad dominial fue muy elevada,
retornado al estado un gran porcentaje de esas tierras.
Los estudios sobre el tema plantearon que le propiedad quedó casi sin
variantes desde 1830 a 1850 y que durante la época de Rosas desapareció la
especulación en los campos, es decir, que se terminó casi por completo con la
transferencia de los terrenos o la compra-venta.314 Infesta cuestionó esta
hipótesis, al demostrar que la mayor parte de las tierras entregadas en
enfiteusis registraron sucesivas transferencias y que el tamaño promedio de las
unidades tendió a aumentar.315 Verificamos la magnitud del reemplazo de los
“primeros pobladores” por los nuevos y analizamos la evolución del tamaño de
los lotes para conocer si predominaron las tendencias de fragmentación o
concentración.
113
era despreciable que el 48 % de las propiedades enfitéuticas tuviera menos de
5400 has, indicando la riqueza de matices, en cuanto a los tamaños de los
lotes que presentó la campaña bonaerense. Ilustrativo de la diversidad, pero
más que nada del peso de la pequeña propiedad, fueron los partidos
analizados en este trabajo, con promedios de lotes muy por debajo de lo
señalado por Infesta.318 Las 3922 has que tuvieron en promedio las enfiteusis
mercedinas en 1827 y las 3375 de las suipachenses, dos veces menores al
promedio general de 12.501 has, fueron muestras claras del predominio de los
pequeños productores en la región. En Chivilcoy, el promedio de 11035 has
para 1828, también fue menor al general, aunque no tan lejano.319 Pero la
tendencia aún es más marcada si comparamos por franjas porque casi el 70 %
de la superficie de Mercedes y la totalidad de Suipacha estaban ocupadas por
lotes de menos de 5400 has (sólo la donación que F. Sayos terminó
legitimando por enfiteusis de 15.000 has, elevó el promedio) y en Chivilcoy, el
73,9 % de las explotaciones tenía entre 1 y 4 leguas.
318
Tamaño de las parcelas entregadas en enfiteusis. Mercedes, Suipacha y Chivilcoy entre 1825-1835
1828 1835
Mercedes Suipacha Chivilcoy Mercedes Suipacha Chivilcoy
Extensión Cant Ext. en Cant. Ext. % Ext. Cant. Ext. Cant Ext. Cant. Ext. Has dif.
has. Cant. Has Has Has % 1825/1840
% % Cant. Ext
- de 6 10565 2 4320. 4 6320 2 4400 2 4320 0 0
2700has 20 % 0.15 % 20 % 17 % 0.15 %
De 2700 6 25424 8 27100 7 26190 8 28125 6 20250 8 29000 +1 +1.3
a 5400 49 % 100 9.6 % 80 % 83 % 10.8 %
has
De 5400 a 0 8 67230 10 68040 +2 + 0.6
10800 has 24.6 % 25.2 %
De 10.800 1 15000 5 67500 8 135000 +4 + 26
a 27000 21% 24.7 % 50.3 %
Has
+ de 0 2 108000 1 32000 -1 -28
27000 has 39.9 % 11.8 %
Total 13 50994 27100 100 254040 12 34755 8 24250 29
Promedio 3922 3375 11035 2896 3031 9180
319
M E INFESTA , ob. cit.
320
Ibidem.
114
(veintiocho leguas) que se dividió en seis partes, una de las cuáles volvió a
fragmentarse. Pero el otro, comenzó a perfilarse una tendencia que después
fue frecuente: la concentración de parcelas a través de la compra. Por ejemplo,
Manuel López, de Chivilcoy, adquirió el derecho a un enfiteuta y después la
propiedad de una pequeña parcela y en 1838 compró el lote de al lado.
321
Sólo dos lotes se traspasaron dos veces y uno sólo lo hizo tres. Los cuatro restantes, -de
los cuales, uno se fraccionó en tres partes-, permanecieron en las manos de las mismas
familias durante todo el lapso de tiempo estudiado. Y, de las siete parcelas, seis fueron
traspasadas de una generación a otra.
322
El análisis efectuado puso en evidencia que muchas de esas transferencias se hicieron en
el seno de la misma familia y si resulta difícil dilucidar los motivos (posiblemente se trataran de
acuerdos familiares no legalizados ante juzgados), debemos aceptar que las consecuencias
fueron muy diferentes a que si hubieran sido ventas o transferencias de derechos hacia fuera
del núcleo familiar.
323
Estos lotes volvieron a ser públicos e implicaban el 7,1 % de las leguas analizadas.
115
perdieron sus derechos y salieron rápidamente del circuito inmobiliario, los
“nuevos” realizaron operaciones de compra-venta en varios partidos
aprovechando las oportunidades que se presentaban. En Chivilcoy, de las
211.140 has transferidas por primera vez entre particulares, 81.000 has no
volvieron a transferirse y 30.109 has se transfirieron por segunda vez. 78.300
has se transfirieron por tercera vez y por último 17550 has se transfirieron
cuatro veces. Las primeras transferencias se concentraron entre 1825 y 1835,
mientras que las segundas fueron posteriores a esta fecha. Con respecto a las
transferencias resulta evidente que el auge de este tipo de operación en los
años 1835 y 1836, previo a la venta de tierras que comenzó en 1836 y continuó
hasta 1840.
116
III. EL DESPLAZAMIENTO DE LA AGRICULTURA DESDE LOS
PARTIDOS DE LAS “CERCANÍAS” A CHIVILCOY.
“Si algún pueblo puede justamente señalar el progreso de
Buenos Aires en estos últimos años, no será sin duda el que levanta
hermosas granjas rodeadas de objetos de mármol entre flores y
árboles preciosos, pero que aparecen desiertas la mayor parte del
año, ni el que después de cien años mal puede todavía sostenerse
por sí solo sobre uno de los mejores puertos, ni aquel otro arrabal
del gran centro que recuerda en su fisonomía un pedazo de las
Provincias Vascongadas, transportado como por encanto del pié de
los Pirineos,(….) volviendo la vista hacia el desierto sorprende el
crecimiento de un pueblo de ayer, enclavado en la pampa, y que
como una verdadera improvisación del progreso, aparece lleno de
vida y provenir, como los cimientos de una gran ciudad del interior
que resume todas la transformaciones de la historia de los últimos
diez años, pudiendo presentarse como una digna muestra del
progreso.
Tal es Chivilcoy, que hasta la misma signicación de
campos bañados parecía alegar toda aglomeración”
Facsímile de la primera página del folleto editado en 1866, al
inaugurarse el ferrocarril a Chivilcoy
324
M. A. ROSAL Y R. SCHMITH R “Las exportaciones pecuarias bonaerenses y el espacio
mercantil rioplatense” en En Busca de un tiempo perdido. La economía de Buenos Aires en el
país de la abundancia, 1750-18565, Fradkin y Garavaglia, ed. Prometeo, Buenos Aires, 2004.
325
J.C. GARAVAGLIA “ La economía rural de la campaña de Buenos Aires vista a través de
sus precios” en FRADKIN R y GARAVAGLIA JC (Comp) En busca de un tiempo pérdido. La
117
la suba del precio del trigo326. Lo paradójico es que ambos comportamientos
pueden explicarse por las mismas causas si cambia el signo: el éxito o, en su
defecto, el fracaso de la economía pecuaria de la región, para equilibrar la
oferta con la demanda de dichos bienes. El éxito que la ganadería vacuna y
ovina logró desde 1820 gracias a motivos tales como la expansión territorial,
el aumento del plantel y la merma en embarques de cueros vacunos entre
1846/48, se tradujo en una mayor oferta de vacas y novillos que superó la
demanda (que si bien también se incrementó, no lo hizo en tan alto grado). El
precio del trigo mostró justamente el comportamiento opuesto y fueron causas
similares pero, de signo contrario, las que intervinieron para que éste producto
tendiera a subir. Si se toma como base la producción y el consumo de trigo en
los últimos años de la colonia, se observa que durante los largos años que le
siguieron no hubo en el área rioplatense condiciones favorables para la
producción agrícola: los ciclos de precios altos duraban, como señala
Djenderedjian, demasiado poco como para incentivar las inversiones a
mediano plazo en ese rubro, más aún, cuando se contaba con la posibilidad de
ingreso en una ganadería más dinámica. Por eso, después de 1820,
confluyeron en el mercado porteño la oferta externa de trigos y harinas, con la
que provino de los lugares más alejados de la frontera o incluso de provincias
del interior, como Mendoza y la de las chacras ubicadas en las cercanías de la
capital que, a pesar de todo, continuaron dominando la oferta local, pautándola
no sólo por la calidad de sus granos sino por sus costos y su productividad por
hectárea.
El consumo alimentario más extendido entre la población de la ciudad
de Buenos Aires, fue desde tiempos coloniales, el pan. (Johnson y Garavaglia,
1993).Sin embargo, la expansión ganadera que caracterizó a la campaña
bonaerense se realizó en detrimento de la agricultura, que mostró un constante
descenso desde las décadas de 1810 y 1820 cuando se exportaba maíz,
harina y trigo , a la de 1850 cuando se pasó a ser importador de esos cereales.
Como sostiene Irigoin327 la inestabilidad de la moneda que se sucedió desde
1820 sumo mayores impedimentos a la agricultura que a la ganadería, ya que
la primera debía soportar un tiempo más largo para el retorno de sus
inversiones, un uso más intensivo de la mano de obra, a altos costos de
transporte a los mercados, herramientas importadas, almacenaje del grano,
adversidades climáticas, etc. En cambio, la segunda se vio favorecida por la
inflación y las tarifas aduaneras fijadas en pesos constantes que hicieron que,
por un lado, se cobrara en “oro” y se afrontaran costos internos en moneda
devaluada y por el otro, que la presión fiscal fuera cada vez menor por la
devaluación del peso papel. Actuó la devaluación en idéntico sentido respecto
a los aranceles con los que trató de protegerse a la producción triguera
interna, que al ser fijados en pesos constantes terminaron – por la devaluación-
perdiendo su significación. Por estos motivos entre las décadas de 1820 y
1830 cayó la producción cerealera y aumentó la ganadera, sin embargo,
118
cambios significativos se produjeron en la década de 1840 en el mercado del
trigo que, como vimos, no era una actividad menor en esta región. A partir de
1838, por la frágil situación política y por la gran sequía que azotó las
sementeras de la campaña, comenzó a subir su precio. La suba local fue
acompañada por la internacional y si bien existieron fluctuaciones en el
mercado local – como la leve caída de 1840- para 1842, los precios del trigo
habían alcanzado en valores oro los máximos hasta entonces logrados por el
cereal. Pero lo importante, como señala Djenderedjian, fue que, con altibajos,
estos precios se mantuvieron hasta 1849, año en que recién regresaron a los
valores de diez años antes. En otras palabras, con precios históricos que
pocas veces superaron los 5 $ fuertes, desde 1842 la fanega de trigo se
mantuvo siempre por encima de los 10 $ e inclusive llegó a los 17 $ en 1843,
retornando recién con la cosecha de 1848 a los 5 pesos.
600
500
400
300
200
100
0
1835 1836 1837 1838 1839 1840 1841 1842 1843 1844 1845 1846 1847 1848 1849 1850 1851
Los elevados precios de los granos parecieron más influidos por la fuerte
crisis internacional de 1847/48, que elevaron los precios europeos
significativamente, respondiendo al último gran ciclo de hambrunas del siglo
XIX europeo, que al bloqueo anglo-francés, que no fue demasiado estricto
en el cierre del puerto porteño. Produjo también una caída de la producción
local, la expansión ovina que compitió con la producción de trigo en amplias
zonas de campaña y principalmente en la que es objeto de este estudio. Sin
embargo, los elevados precios y la necesidad de competir con actividades de
alta rentabilidad, favorecieron la incorporación de algunas mejoras técnicas
como el trigo barletta, variedad de buena aplicación en los campos de
Chivilcoy.
Los excelentes precios del trigo, que se mantuvieron durante casi una
década, supusieron un cambio cualitativo en el principal mercado agrícola
rioplatense, que según Djenderedjian, afectó a toda la región. En esta larga
coyuntura de elevados precios, la primera de todo el siglo XIX, se dieron
condiciones rentables a mediano plazo en la producción agrícola, incluso en
regiones alejadas a la ciudad, desde las que el precio a obtener justificaba los
119
altos costos de transporte. Fue este nuevo contexto, el que hizo que la
producción triguera se desarrollara a partir de 1840, en la región oeste.
El éxodo de la producción de cereales desde los partidos de las
cercanías hacia la frontera no se limitó al desplazamiento espacial sino que
incluyó modificaciones significativas en las técnicas agrícolas. Como bien
señala Djenderedjian ,existía en el contexto agrícola tardo- colonial una íntima
imbricación entre las prácticas productivas y las condiciones sociales de la
producción que hacían que las explotaciones de tipo familiar gozaran de
mayor productividad relativa en tanto que para implementar las prácticas
agrícolas tradicionales contaban con abundante mano de obra, recurso
necesario y a la vez costoso328. Las familias extensa con agregados que
predominaban en las unidades de labranza de la campaña bonaerense
resultaban muy funcionales a un contexto técnico en el que la mayoría de los
procesos de trabajo se basaban en la fuerza humana. Pero además, las
técnicas agrícolas tradicionales no requerían mucha inversión de capital, lo que
favorecía aún más a estas unidades de labranza familiares, en las que la
disponibilidad de fondos nunca fue abundante. Esta ecuación de factores había
logrado una eficiencia estática muy difícil de romper, más aún cuando en los
términos productivos existentes resultaban ser más competitivas las pequeñas
explotaciones domésticas que las medianas o grandes, impulsándolas por eso
a mantener el statu quo. 329
Los medianos y grandes productores, que eran los que estaban más
capacitados para incorporar nuevas tecnologías, se orientaron hacia la
producción ganadera en la primera mitad del siglo XIX, a raíz de su mayor
rentabilidad. La agricultura en estas condiciones generó pocos incentivos para
la introducción de cambios tecnológicos y por eso, como señala Djenderedjian
“se cerró aparentemente el circulo vicioso del atraso tecnológico agrícola:
mientras en ciertos actores no existían incentivos para la introducción de
innovaciones, para otros la tentación de ingresar en rubros diferentes de
rentabilidad mayor implicaba una constante fuga de capitales hacia ellos, en
detrimento de mayores inversiones en nuevas técnicas de producción
cerealera.”330 Sin embargo, aparecieron factores en la década de 1840 que
comenzaron a resquebrajar este círculo vicioso; la expansión de la frontera,
que generó mejores condiciones competitivas para las medianas y grandes
explotaciones agrícolas, fue uno e ellos.
328
J DJENDEREDJIAN La agricultura pampeana en la primera mitad del siglo XIX, en
Historia del Capitalismo Agrario Pampeano, Tomo 4, Buenos Aires, siglo veintiuno editores,
2007.
329
En este esquema eran las medianas y grandes explotaciones las que debían lograr
incrementos en su productividad para poder sostener su nivel en el mercado.
330
Ibidem.
331
La abundancia de tierras de fácil acceso llevó a que no fuera usual la puesta en
barbecho de las superficies cultivadas, las que eran sembradas una y otra vez en forma
120
avance de la frontera agropecuaria hizo que en el sector de Chivilcoy y su
zona circundante surgiera un tupido asentamiento de labradores con
escasas posibilidades, por el tamaño de los predios que controlaban, –casi
todos ellos de propiedad pública- de iniciar explotaciones ganaderas. A ellos,
les resultaba factible en cambio, desarrollar explotaciones agrícolas. El éxito
de la producción triguera en “tierras nuevas” dependía de que se pudiese usar
ampliamente el recurso más abundante y barato que ofrecía el sistema: la
tierra. Sin embargo, la abundancia de este factor en el proceso inicial tendió
a compensar con exceso los restantes, como la escasez de capital y mano de
obra y retardar por ello, la incorporación de nuevas tecnologías. Pero,, al
adentrarse en tierras más lejanas, la producción agrícola debió hacer frente a
condiciones ambientales distintas y a demandas puntuales que no sólo tenían
que ver con el ahorro de mano de obra, sino con la adaptación al nuevo
ecosistema. Y, en este caso, la acumulación de ensayos y errores fue
generando lentamente un cúmulo de conocimientos y técnicas adecuadas para
enfrentar el desafío que planteaba el nuevo ecosistema, ya que la adaptación
de la tecnología agrícola a las viejas prácticas era demasiado estrecha como
para que pudiera extenderse al ámbito de la frontera sin sufrir
transformaciones de envergadura. Por eso fueron apareciendo, al principio
tímidamente, innovaciones puntuales que comenzando a menudo en las
grandes explotaciones, fueron luego extendiéndose. En consecuencia,
podemos afirmar que no hubo ningún cambio radical en las décadas de
1840/50 en la tecnología agraria y en las relaciones productivas, debido a que
este no era el rubro más dinámico de la época, sino que lentamente fueron
introduciéndose cambios fragmentados pero acumulativos que hicieron que la
agricultura de la década de 1870 fuera sólo en algunos aspectos diferente a la
tardo-colonial.
continúa durante varios años con las mismas especies, obteniéndose rendimientos
decrecientes hasta que luego de agotar el suelo se trasladaban a otras tierras para reiniciar sus
cultivos, en DJENDERDEJIAN J La agricultura pampeana en la primera mitad del siglo XIX, en
Historia del Capitalismo Agrario Pampeano. Tomo IV, siglo XXI, Buenos Aires, 2008.
332
DJENDERDEJIAN J, Ibidem.
333
R FRADKIN, J.C. GARAVAGLIA, J. GELMAN y P. GONZALEZ B., “Cambios y
permanencias: Buenos Aires en la primera mitad del siglo XIX.” Prólogo, Tandil, Anuario IEHS,
Nº 12, año 1997. El interés por esta transición surge a fines de la década de 1990 y queda
manifiesto en el prólogo del anuario del IHES de 1997, donde historiadores como Fradkin,
Garavaglia, Gelman, etc. de trayectoria conocida en la historia rural colonial, se abocan a
encontrar cambios y permanencias en el período de 1800-1850 y tratan de tender puentes
entre la historia rural colonial y la etapa que se abre después de Caseros. Ellos afirman: “es
como si todo aquello que iría conformando lo que sería progresivamente la argentina
“moderna”, hubiera caído desde el cielo sobre una tierra virgen: virgen de ordenamientos
121
afirmaba: “....Los elementos centrales de la tecnología agraria de la región
pampeana no sufren muchas alteraciones desde el siglo XVIII hasta los años
cruciales de 1865/1875, cuando las Argentina comenzó a colocar las bases de
su riqueza como uno de los centros de exportación de granos más
importantes del mundo.”334 El conocimiento actual del tema permite relativizar la
frase anterior; pero hacemos hincapié en que sólo relativizarla, en función de
que las transformaciones fueron fragmentadas y lentas a raíz de los límites
planteados por Djerderejian, que hicieron que esta actividad no alcanzara a
lograr el importante incremento en la productividad que le permitiera a
Argentina dejar de ser un país importador de cereales. Por eso, hacemos
propio el interrogante que planteo Irigoin: ¿Cómo es posible que sí en 1854,
el 27 % de la población masculina mayor de 14 años de la campaña
bonaerense fue censada como labradora, esta economía fuera importadora
neta de cereal? 335 No pretendemos hallar una respuesta unívoca a este
interrogante pero sí trataremos de tenerlo en cuenta al abordar los modos en
que se llevaba a cabo la producción triguera en Chivilcoy, en esos años.
Demostramos la hipótesis del desplazamiento espacial de la producción
triguera a medida que crecía la demanda, subían los precios y –no por último
menos importante- crecía la presión demográfica en los partidos de las
cercanías (le hacía perder espacio a la producción agrícola) a partir de la
información del Registro Estadístico Provincial que muestran el peso que la
producción triguera alcanzó en Chivilcoy a mediados de la década de 1850.
122
La mitad de las leguas ocupadas por labradores de la provincia (debían
incluir sementeras sin estar en la totalidad cubiertas por ellas) estaban en
Chivilcoy. Cincuenta leguas, es sin dudas una extensión importante, más aún
cuando los partidos que le seguían, que eran los productores trigueros de las
“cercanías,” contaban con menos de la mitad: Morón con 20 leguas, Barracas
con 10 y San Isidro – productor triguero por excelencia desde la colonia- con 6.
337
Registro estadístico provincial. Año 1854, op cit.
123
Chivilcoy? ¿Cuál era el tamaño de las sementeras de trigo? ¿Qué cambios se
habían producido si se las compara con las tardo-coloniales? Podemos dar
respuesta a partir del análisis del listado de sementeras del partido que se
levantó en septiembre de 1853 para acompañar uno de los petitorios
elevados al gobierno por los labradores.338 Este listado ha llegado
incompleto y sobre nueve páginas faltan las cuatro primeras, que además
deben presentar la mayor concentración ya que en ellas quedaron registradas
las sementeras de 4013 cuadras y en las cinco restantes las de 2769 que
completaron las 6882 cuadras que se habían sembrado en el partido. Con
estas últimas se construyó el gráfico que se presenta.339
de 20 a 30
cuadras
menos de 10
cuadras
de 10 a 20
cuadras
124
agrícolas; dos hermanos Luna, sanjuaninos; Francisco Laborde, mendocino;
Federico Soarez, de la Banda Oriental; Carlota Guzmán, del sur de Córdoba,
Juan Goyeneche, recién llegado del país vasco. Pero hubo también
descendientes de las familias que rastreamos en los capítulos anteriores como
Ventura Barrancos, Tomás Burgos y Francisco Villafañe; por eso, podemos
afirmar que la producción triguera no involucró sólo a los recién arribados, sino
a la mayoría de la población, amalgamándola en cuerpo autodefinido como
“labradores chivilcoyanos”.
343
Registro estadístico de la provincia de Buenos Aires. 1854. op cit.
344
Ibid.
345
ARCHIVO HISTÓRICO MUNICIPAL Libro Orígenes. Vol.6. El cuaderno se encuentra
incompleto ya que sólo cuenta con las planillas desde abril a septiembre.
125
Durante esos meses, 210 patrones tuvieron 972 peones y 10 capataces, con
sueldos que oscilaron entre los 100 y 130 pesos, siendo inferior el salario de
los cocineros y lavanderos: 30 o 40 $ y superior el de los capataces: entre 200
y 300 $. En promedio cada patrón contaba con casi cinco peones, lo que es un
buen indicador de la tendencia hacia la asalarización de la mano de obra que
acompañó a la expansión triguera. Pero sí además, tenemos en cuenta que
correspondió a los meses de menor trabajo agrícola y que deberíamos
agregarle miembros de la familia del “patrón” que con seguridad compartían
las tareas pecuarias, encontramos que cada productor podía movilizar una
importante masa de personas. El análisis de los patrones que contaban con
más peones nos permitirá definir mejor las explotaciones de la elite local.
Roldan P 16 Labrador
Benavidez T 20 Labrador
Viñales H 13 Labrador
Villafañe A 20 Labrador
Chavez R 22 Labrador
Villegas N 14 Labrador
Guimenez J 29 Labrador
Lugones 27 Sin datos
Lezcano M 32 Sin datos
Figueredo L 20 Labrador
Lovato V 24 Labrador
Bermejo A 18 Labrador
Cruz J 15 Estanciero- ex enfiteuta*
Salas E 10 Sin datos
Montenegro B 10 Enfiteuta
Benitez M 15 Labrador
Sousa A 30 Labrador
Aguero A 17 Labrador
Noriega L 16 Estanciero- ex enfiteuta*
Silva E 11 Labrador
Barrios B 16 Estanciero –ex enfiteuta*
Lopez M 18 Estanciero-labrador- ex enfiteuta
Marquez 10 sin datos
Cuello F 15 sin datos
Taborda B 10 Labrador
Cateuxta A 12 Estanciero –ex enfiteuta
Fuente: Relevamiento de peones del partido de Chivilcoy, realizado por el juzgado de paz. Año
1848.
* En el relevamiento aparecen como actividades principales las categorías de labradores,
estancieros, etc. La categoría ex enfiteuta la incorporamos nosotros.
126
El fortalecimiento de grandes y medianas chacras agrícolas que
,aprovechando la paz rosista, comenzaron a producir para el mercado
porteño y por la escasa innovación tecnológica necesitaron incorporar
numerosa mano de obra, queda confirmado y se visualiza en el caso de
algunos grandes labradores de la lista como Lobato, Bermejo, Souza, López,
etc. Pero además, también las grandes explotaciones de los estancieros
solían poseer en su interior una o más chacras agrícolas. Si indagamos un
poco más, encontramos que el patrón que más peones tenía era el sanjuanino
Agustín Souza (30 peones) .Recordemos que había adquirido sus tierras en
1850 a un ex enfiteuta346 y si bien se definía como labrador y firmó el
petitorio para la venta de tierras públicas en 1854, concentraba más de 5000
has, algunas en propiedad347.
127
con los que se ha podido abordar un universo de explotaciones agrícolas de
diferente tamaño y composición de capital. El análisis que iniciamos encontró
límites; el primero en la cantidad reducida de inventarios que hallamos, dado
que, los labradores más importantes consolidaron sus explotaciones en la
juventud que transcurrió durante las décadas de 1830/40 y murieron
después de 1870. El segundo, en el hecho de que ésta fuente esta
determinada socialmente, ya que el espectro de sucesiones halladas
corresponde a los grandes y medianos propietarios, sin que quedaran indicios
de los pequeños y de los arrendatarios. Hemos tratado de ampliar la base
social de la fuente incorporando siete inventarios realizados por el Juez de Paz
local por embargos.350 Usaremos también publicaciones, censos, contratos de
compra-venta, ect.
350
La existencia de embargos por deudas puede indicar las dificultades encontradas por los
pequeños agricultores, con o sin tierras propias. Dificultad que terminaría por marginarlos del
sistema por endeudamiento.
351
Libro Judiciales 6. Archivo Orígenes, Archivo Histórico de Chivilcoy
352
GARAVAGLIA J C “Las chacras y quintas de Buenos Aires. Ejido y Campaña” en Huellas
en la Tierra, iehs,
353
GARAVAGLIA JC “Pastores y labradores de Buenos Aires. Una historia agraria de la
campaña bonaerense” Ediciones La Flor, Buenos Aires, 1999. Analiza 92 inventarios y observa
que las chacras son unidades de producción de menor valor que las estancias pero que están
muy lejos de tener un valor despreciable.
128
P o r c e n t a je s d e c a p it a l e s s e g ú n d if e r e n t e s r u b r o s e n l o s i n v e n t a r io s
T ie r r a
22% T ie r r a a g r í c o la
34% C o n s t r u c c io n e s
H e r r a m ie n ta s a g r í c o la s
4%
E x is te n c ia d e c e r e a l
0%
A n im a le s
19% 5% Im p le m e n t o s g a n a d e r o s
7% T ra n sp o rte
7% 2%
N e g o c io
354
GARAVAGLIA JC “Ecosistemas y tecnología agraria......” ob cit.
355
AGN, Sala X, Nº 8023, Sucesión de Calixto Calderón.
129
origen de los labradores, los montes frutales debieron obedecer a una larga
tradición cultural.
• La preparación de la tierra
356
J SCOBIE, Revolución en las Pampas. Historia Social del Trigo Argentino.1860-1910
Ediciones Solar, Buenos Aires, 1968.
357
GRUIGERA Manuel, Manual de Agricultura, Imprenta de la independencia, Buenos Aires,
1817.
358
AGN, sala X, nº 8023, Sucesión de Calixto Calderón.
130
conocemos hoy en día, significaron un cambio profundo, que aún en 1860 no
se había iniciado, vinculándose con la llegada de los inmigrantes europeos.
• La siembra
360
N. PARCHAPPE, “Expedición fundadora del Fuerte 25 de Mayo en Cruz de Guerra, Año
1828” EUDEBA, Buenos Aires, 1977.
361
D. F. SARMIENTO “Campaña en Ejército Grande” Edición, prólogo y notas de Tulio Halperín
Donghi, Universidad nacional de Quilmes, 1997.
362
T. GRIGUERA, “ Manual de Agricultura”, ob cit.
131
Los cambios que se llevaron a cabo en el proceso de la siembra no
fueron abruptos, sino tan sólo pequeñas mejoras en las prácticas existentes y
por eso, en esencia, es factible encontrar continuidades con las labores
propias de la agricultura tardo-colonial. El arado no había sufrido casi
transformaciones desde su invención, aunque la reja de hierro – conocida en
el mediterráneo desde el segundo milenio- no se había extendido en el Río de
la Plata y en su lugar se utilizaban arados de maderas duras como el algarrobo
o el urunday, ó endurecidas al fuego, que se desechaban tan pronto perdían el
filo necesario para hincar la tierra. Las rastras usadas para uniformar la tierra
arada se elaboraban con simples entramados de hojas espinosas, como ramas
de tala o espinillo. Sin embargo, los arados que aparecen inventariados en las
sucesiones de Chivilcoy de mediados del siglo XIX, no son más esos rústicos
arados de madera, que solo contaban con una punta de hierro, llamada “reja”
localmente y sin vertedora363. Hasta en los inventarios de las chacras más
pobres, como la de Santos Ojeda364,- inventario por deudas realizado por el
Juez Local de una chacra agrícola, sin tierras propias en el que los mayores
rubros inventariados corresponden a las existencias de cereal (28%) y los
animales (20 %)- aparecen arados ingleses con sus aperos, en algunos casos
se agrega que están viejos, lo que indicaría un largo tiempo de uso. De los 26
arados inventariados, 18 corresponden a arados ingleses y el resto a los del
país. También se diferenciaron arados grandes de chicos y en las ya
mencionadas chacras de Agustín Souza, aparecen inventariados arados de
dos rejas. Los arados ingleses tienen vertedera que voltea, desmenuza y
pueden graduar la profundidad de la labranza, mientras que los del país sólo
son una reja que se hunde en la tierra, siempre a la misma profundidad sin
llegar a darla vuelta; sólo la rasguña.365 Salvo, esta diferencia y su tamaño -
vinculado a la cantidad de rejas- los arados se mantuvieron sin grandes
cambios hasta bien entrado este siglo, en que la introducción del tractor
permitió cambios significativos como los arados de acero, asiento y rejas
múltiples. Por lo tanto en este caso estamos percibiendo el pequeño cambio
que implicó la incorporación de arados ingleses o del país con el dispositivo
adosado que le permitía regular la profundidad de la labranza.
Un buey con un arado puede arar 1200 metros en una hora y el arado
del país hace una melga de entre 20 y 30 centímetros de ancho. Por lo tanto
para arar una hectárea hacían falta 30 horas de trabajo. El arado del país ara
a 6 cm. de profundidad, mientras que la reja del inglés se puede ajustar a una
profundidad que varía entre los 8 y 12 cm.366 El hecho de poder graduar la
profundidad de la siembra gracias a la incorporación de arados ingleses
mejoró substancialmente la siembra del trigo, ya que el laboreo a más
profundidad aseguraba un mejor barbecho y la posibilidad de conservar
humedad por más tiempo. Por supuesto, la dificultad para arar se vincula con
el tipo de tierras, y “cuando estas son livianas entrará como una sesma en la
primera reja, en la segunda una quarta y en las otras irá entrando
363
J.C. GARAVAGLIA “Los ecosistemas agrarios rioplatenses...”, op. cit, Pág. 556
364
Embargo por deuda de Santos Ojeda, Archivo Municipal de Chivilcoy, Libro Orígenes, Vol.
5.
365
DJENDEREJIAN J op cit.
366
Información verbal
132
proporcionalmente.”367 Las tierras de Chivilcoy son livianas y blandas, pero
cuando los potreros eran vírgenes y estaban cubiertos con duros pastizales la
tarea no era tan fácil, por eso era costumbre quemar los pastos duros para
que la tierra concentrara humedad y se comenzaba a arar después de las
lluvias de otoño.368 En las sucesiones aparecen parcelas aradas con una sola
reja las que estaban tasadas a la mitad de precio que las otras que ya estaban
listas para sembrar.369Las rejas se debían dar muy unidas para que la tierra
quedara sin terrones y suelta. Después de cada reja se debía pasar una rastra
por el terreno con mucho peso para que deshiciera los terrones. En las últimas
rejas la rastra debería quedar ligera para que solo emparejara la tierra.370
El mejor indicio de que esta era una etapa de transición en que sólo
hubo tentativas de mejoras fueron los continuos informes como los que ya
citamos y como el que sigue, enviado en septiembre de 1854:375
367
Griguera Tomás Manual de Agricultura, ob cit.
368
Informe del Juez de Paz, Año 1854, Libro Orígenes, Archivo Municipal de Chivilcoy.
369
AGN, sala X, Sucesión de Agustín Souza.
370
El labrador Argentino, revista mensual de agricultura y pastoreo, año 1856.
371
Anuario de la Sociedad Rural Argentina, año 1910.
372
AGN, Sala X, Calderón Calixto, Sucesión, ob cit.
373
Scobie , ob cit, p. 102.
374
Scobie, ob cit, pp 108
375
Libro Orígenes, vol. VIII. Archivo Municipal de Chivilcoy.
133
“Las tierras son por lo común mal preparadas, las siembras se
hacen con desigualdad, la semilla no es escogida ni limpia, por cuyo
motivo sale mucho nabo, mostaza y otras hierbas que le quitan la
fuerza. Llega el tiempo de la formación del grano y una parte del
trigo se cría endeble o chuzo y otra se caría y pierden formando lo
que llaman polvillo. Sin embargo de estos defectos se ha observado
que el trigo en años medios rinde de 15 a 18 fanegas por cuadra
cuadrada de 100 varas”.
• La Cosecha
376
Libro Orígenes, vol. V. Archivo Municipal
377
M. I. TORT, “Tecnología y mano de obra en el cultivo de trigo en la región pampeana”. en
Tecnología en el agro, el caso argentino. Recopilación de ensayos, CEIL.
378
Informe de Juez de Paz Villarino del 11 de septiembre de 1853, Libro Orígenes, Archivo
histórico Municipal.
134
La escasa incorporación de las máquinas de segar, indica que también
en esta etapa productiva, el adelanto técnico que precedió a la expansión
productiva, no fue masivo. En julio de 1868, Augusto Krausse pidió al
presidente de la municipalidad que lo exceptuara del pago de la patente de
dos carros de segar que él había inventado a los que consideraba como un
“bien común del partido379”. En tres de las sucesiones estudiadas aparecen
inventariadas máquinas de segar, muy costosas -tasadas en 5000 $- que ya
debía hacer tiempo que se conocían porque aparece una catalogada como
vieja. Estas máquinas adosadas a un buey o caballo, cortaban el trigo con
unos discos de hierro filoso, reemplazando a la guadaña o a la hoz. Ya
sea con las hoces y guadañas o con segadoras, el próximo paso era
levantar el trigo con los “alzadores” y hacer las gavillas, esperando el momento
oportuno para hacer la trilla y después las parvas. En este procedimiento
hasta casi 1870 no hubo cambios. Se realizaba la trilla a “pata de yegua” en
las eras preparadas desde el mes anterior para ese fin. Las eras eran
redondas y con el suelo bien apisonado para que una manada de yeguas
girara y pisara el trigo para separar las semillas de la paja. Luego había que
esperar un día ventoso para que con las horquillas y aventadores varios
labradores arrojaran la paja para que, arrastrada por una corriente de aire,
cayera lejos de la semilla. Con estas técnicas las perdidas de granos eran
grandes.
379
Libro Orígenes, vol 12, Archivo Municipal de Chivilcoy.
380
Tort María Isabel, “ Tecnología...... “op cit.
381
Mientras que el costo de siembra, incluidas las semillas, trepaba a 620 $ por cuadra, la
cosecha según el volumen suponía 1400$ por cuadra. Si sumamos ambos, el costo de
producción de una cuadra de trigo era de 2000$ aproximadamente. Pero si la cosecha era
buena y rondaba las 20 fanegas, y el precio del trigo en el mercado porteño no bajaba de los
140 $ como en 1855 se podía obtener una ganancia de casi 900 $ por cuadra sembrada.
Una ganancia cercana al 50 % por cosecha explica el rápido enriquecimiento de estos
labradores, así como la expansión de las chacras trigueras y el crecimiento de región. Libro
Orígenes. Informes enviados por el juzgado de paz.
135
graneros. Todos los inventarios incluyen bolsas de arpillera y carretéles de
cordel de Manila para cocerlas. Con respecto a los graneros aparecen en los
inventarios de las chacras más grandes y en los negocios de los acopiadores.
Parchappe382 en 1828, se aloja en la estancia de Don Felipe Barrancos, (ver
capítulo 11) y describe un silo preparado para guardar trigo383:
382
Parchappe N “Expedición fundadora del Fuerte 25 de mayo en cruz de guerra. Año 1828.
EUDEBA, Buenos Aires, 1977.
383
Otra parte de la descripción esta en el capítulo IV.
384
Sucesión de Agustín Souza, año 1863, AGN, Sala X nº 6807.
385
Se han encontrado en algunos inventarios una importante sobreinversión de capitales en
herramientas y maquinarias agrícolas, lo que hace suponer que en algunas de estas
explotaciones se alquilaban las herramientas o que se trabajaba en campos ajenos.
386
Testamentería de Agustín Souza, ob cit.
136
semillas de la siembra de 1854. Se conservaban en el partido 16.115 fanegas
de trigo, cifra importante si se tiene en cuenta el consumo de la época.
Este inventario que esta completo, muestra una gran dispersión: 105 vecinos
conservaban en promedio 148 fanegas cada uno. Sin embargo aquí entran
nuevos agentes; los comerciantes. Como es lógico, ocho meses después de la
cosecha, las mayores cantidades de trigo estaban en sus manos.
La molienda
Una parte mínima del trigo se molía en la zona, ya que lo más habitual
era enviarlo a Buenos Aires porque es más fácil transportar y almacenar el
trigo que la harina. Por eso existían pocas atahonas. Una de las primeras fue
137
la de Juan Lacroze, ubicada en el monte “La Cruz”387. En 1859 Juan Lacroze
le dio en arriendo a Don Lorenzo Bardier cinco asientos de atahonas, con tres
cernidores, el altillo, veinte mulas mansas y todos los demás enseres a cambio
de 600 $ mensuales y una bolsa de afrechillo. Este tipo de relaciones
contractuales que fue muy frecuente e incluyó contratos de compra - venta y
de arriendo de chacras, animales, herramientas de labranza quedó registrado
en el Juzgado de Paz local. Las variedades de trigo que se almacenaban,
según la sucesión de Santos Ojeda de 1852, eran el Barletta cuyo precio de
venta en el campo era de 65$ la fanega y el trigo pan, (el más tradicional)
tasado en 55$. Además se clasificaba en calidad superior a 80 $, regular a
60$ e inferior a 35.$388 Pero era frecuente que fuera atacado por el gorgojo y
en las sucesiones aparecen reservas de trigo agorgojado a 10 $ el quintal.389
Como señala Djenderedjian, uno de los hechos más llamativos de la extensión
de la agricultura a la frontera fue la aparición de nuevas variedades de trigo,
mucho mejor adaptadas a las nuevas condiciones que las antiguas, entre ellas
el trigo Barletta, que tuvo un desarrollo espectacular en esos años. No es poco
decir que esta variedad fue introducida por Jacinto Caprile, comerciante
genovés e iniciador del primer servicio regular de carga y correspondencia
entre el reino de Cerdeña y el Río de la Plata, quién introdujo en 1844 varias
bolsas de trigo Barletta, iniciando siembras experimentales en sus campos de
Chivilcoy. Y, no sólo introdujo el trigo en Chivilcoy, sino que también auspició
la llegada de agricultores desde Cerdeña que tuvieron un papel activo en los
ensayos efectuados en este partido y sin dudas, en la difusión posterior.390
Esta variedad resolvió varios de los problemas que planteó la expansión del
trigo en tierras nuevas porque era de muy alta calidad y se adaptaba a las
condiciones de cultivo extensivo en áreas más secas que las cercanas a los
grandes ríos. Tenía además la gran ventaja frente a la escasez de mano de
obra de que sus espigas permanecieran más tiempo enteras en las plantas,
incluso maduras, sin ser desparramadas por vientos intensos de una zona que
aún estaba desprovista de árboles. Además, resistía mejor a los cambios de
clima que las variedades más tradicionales y mostraba una mayor estabilidad
genética, al no degenerar fácilmente. Que Chivilcoy, fuera durante la década
de 1850 un centro experimental para las variedades de trigo lo demuestra la
carta que el vecino Manuel Villarino le envió a M. Posadas demostrando las
ventajas del trigo Lombardo frente al Barletta, que a igual peso y volumen de
grano producía un 15 % más. A pesar de ello se abandonó progresivamente su
siembra porque no resistía tan bien como el Barletta las difíciles condiciones de
la región.
El transporte
387
Se supone que el topónimo La Cruz es la traducción de Lacroze.
388
Testamentería de Agustín Souza, ob cit.
389
Sucesiones, ob cit.
390
Djenderedjian cita, respecto a la introducción del trigo Barletta a Dionisio Petriello y Sara
sosa Miatello, (2002).
138
del Oeste, sólo llego a Chivilcoy en 1866, después de petitorios enviados por
los labradores de Chivilcoy contando sus penurias en el transporte con carros
y carretas. El sistema de transportes previo al ferrocarril hizo difícil la
competencia de los cereales locales con los extranjeros. En el petitorio que
mencionamos los labradores afirmaban que “ las conducciones son tan
costosos, que en algunas épocas del año son sin exageración, más caras de
Chivilcoy a Buenos Aires que de Buenos Aires a Europa”, por tal motivo
pedían protección al menos por cinco años hasta que llegara el ferrocarril. En
otro petitorio dirigido al gobernador Alsina, los mismos labradores
planteaban391:
391
Archivo Historico Municipal, Libro Orígenes Nº 7, folio 18, año 1860.
392
Archivo Histórico Municipal, Libro Orígenes Nº 6, folio 34, año 1859.
393
Los labradores nuevamente se quejaron de “las condiciones ruinosas de producción.”
394
Archivo Histórico Municipal, Libro Orígenes Nº 4, folio 10, año 1857.
395
Libro Mayor de la Municipalidad, año 1862. Archivo Municipal
139
de los mayores transportistas locales y propietario incluso de la empresa local
de pompas fúnebres. Halperín Donghi llamó la atención sobre la dispersión
que existía en Chivilcoy en los medios de transporte y lo tomó como ejemplo de
que ésta actividad reflejaba el fraccionamiento y la fortaleza de la pequeña y
mediana producción que caracterizaba a la agricultura local396.
Los carros se diferencian de las carretas por las ruedas, mientras los
primeros tenían dos, las segundas contaban con cuatro. Una carreta podía
transportar unas 50 bolsas de 80 kg. o sea unos 4000 kg. y recorría entre 5 y
6 km. por hora cargada, lo que implicaba unos 50 km. por día, suponiendo que
anduviera 10 horas. Los carros, más rápidos, sólo podían transportar 1500 kg.
a razón de 7 u 8 km. por hora, e iban tirados por 6 caballos en fila.397 De
acuerdo a lo anterior, un viaje a Buenos Aires demandaba unos 3 o 4 días para
una carreta cargada, debiendo atravesar varios bajos y cañadas que solían
anegarse en diciembre y enero, meses de muchas lluvias y más tránsito por la
cosecha del trigo. La primera dificultad surgía en la “Cañada La Salada” en el
actual límite entre Chivilcoy y Suipacha, donde después de las lluvias iban
cuadrillas de bueyes para sacar a las carretas encajadas, tarea que solía
demandar unas cuantas horas y que por supuesto encarecía los fletes.
Situaciones similares se repetían entre Suipacha y Mercedes en el arroyo “ El
Durazno” y “Leones”, resolviéndose de la misma forma. Las postas en un
camino de tránsito intenso, especialmente en verano, estaban bastante cerca:
cada dos o tres leguas había una posta o negocio, como la de Julián Luengo
en Los Leones o la de Barrancos en Las Saladas. Estos negocios, para la
década del 50 cuando se intensificó el tránsito de las carretas se habían
surtido y ampliado.398 Pasando Mercedes mejoraba el camino, ya sea porque
no había casi bañados o porque se habían construido puentes.399
396
HALPERIN DONGHI Revolución y guerra, siglo XXI editores, Buenos Aires, 2007
397
Descripción de carretas y carros, año 1858, Libro municipal de pago de patentes, e
información oral. Archivo Municipal.
398
ARISTIDES TESTA DIAZ, Apuntes para la Historia del Partido de Suipacha, ediciones
Theoría, Suipacha, 1974.
399
Petitorio para la extensión del ferrocarril, año 1863, Libro Orígenes, Vol. 9, Archivo Municipal
de Chivilcoy.
140
apropiado de este concepto y lo usaban constantemente en sus discursos.
Gracias a estos escritos sabemos por ejemplo, que lo asociaban a los rindes
de sus cosechas, la incorporación de máquinas y la muda de las semillas; y
por eso eran dignos de mención, aquellos capaces de obtener los mejores
resultados. Analicemos las publicaciones que resultan más representativas.
Por ejemplo, el 29 de septiembre de 1855 el ingeniero Manuel Eguía se refería
en estos términos al cultivo de trigo en Chivilcoy:
En su cosecha………………………… 10,850.000
Suma 14,060,000
400
Manuel Eguía.
400
AHPBA; Registro Estadístico de la Provincia de Buenos Aires, Año 1855.
401
El costo 70 $ por fanega sobre un rinde de 2500 fanegas supone que el costo de cosecha
de cada cuadra era de 1750 $.
141
como el cuello de botella que hacia rentable o no la siembra de trigo en
determinados lugares. La producción de una cuadra se podía vender –con el
valor que el trigo tenía en 1854- a 3500 $. Si descontamos los 2300 $ que
tenía de costo su producción, la ganancia neta era de 1200$, obteniendo una
renta superior al 50%, que sin dudas es el factor más explicativo del éxito de
la producción triguera local.
Los informes de los jueces de paz seguían el mismo tono. Por ejemplo, el
que elevó el Juez de Paz, Manuel Villarino, en septiembre de 1853, al
Ministro de Gobierno sobre “los adelantos y necesidades del partido”:402
402
Informes del Juez de Paz. Archivo Histórico Municipal. Año 1855. Libro Orígenes. Vol. 8
403
Si una fanega equivale a 100 kg. y una cuadra a 1,68 has, el rinde de 20 fanegas por cuadra
sería equivalente a 1190 kg. por ha y 40 fn a 2380 kg. por ha.
404
Informe del juez de Paz, D. Federico Soarez. Archivo Municipal de Chivilcoy. Libro
Orígenes. Vol. 6.
142
incorporaron las innovaciones técnicas. Las seis máquinas de segar
posiblemente tiradas por caballos estaban dirigidas justamente a aliviar el
proceso más engorroso al reemplazar las hoces o guadañas en la siega. En
1857, Sarmiento pronunció un discurso en Chivilcoy con motivo de inaugurarse
la iglesia y al referirse a la agricultura local afirmó:405
143
pasó a otra concentrada, que fue capaz de desarrollar una importante gama de
servicios asociados a la producción de trigo. Estos cambios ayudaron a
profundizar la identidad de las regiones de la Provincia de Buenos Aires y
convirtieron a Chivilcoy, en la región triguera por excelencia. Otras tradiciones
se mantuvieron e incluso se acentuaron; el arriendo fue una de ellas. Sin
embargo, la inexistencia de la propiedad de la tierra no fue un obstáculo para
que los labradores pudieran desarrollar chacras rentables gracias a la
readaptación e incorporación de tecnología sencilla en los diferentes procesos
de la producción triguera.
144
IV. UNA SOCIEDAD MÁS IGUALITARIA. LA DISTRIBUCIÓN DE
LA RIQUEZA EN LA GUARDIA DE LUJÁN Y CHIVILCOY, ENTRE 1839 Y
1860.
406
Para una buena descripción sobre la Contribución Directa, léase J GELMAN J y D SANTILLI
“De Rivadavia a Rosas. Desigualad y crecimiento económico”, en siglo veintiuno editores,
Buenos Aires, 2006, pp. 34-35
407
AGN, X, 42-10-9.
145
comisión conformada por los representantes máximos del Estado en cada
partido: el juez de paz y los alcaldes. La capacidad recaudatoria de la reforma
encontró sus límites en la escasa autonomía de los funcionarios, que se vieron
en algunos casos obligados a aceptar rebajas en las valuaciones. Pero, como
señalan Gelman y Santilli, el estallido de la “Revolución de los Libres del Sur”
justamente a fines del año en que se originó la reforma puede interpretarse
como indicio de una mayor presión fiscal.
Las fuentes que vamos a usar a continuación son los informes que el
juez de paz de la Guardia de Luján en 1839 y el de Chivilcoy en 1851,
1857,1858 y 1859 enviaron a la Colecturía General, con la nómina de los
capitalistas, el inventario de sus bienes y el monto de lo recaudado por tal
concepto.408 Los informes se encuadernaron en dos libros; uno para la ciudad
y el otro para la campaña. Obviamente los analizados en este caso están
insertos en los libros de la campaña. El informe de 1839 presenta el problema
de incluir en forma agregada la información de toda la Guardia de Luján
(recordemos que el partido de Chivilcoy recién se creó en 1845) y por lo tanto
no es comparable con el de 1851 que incluyó sólo a Chivilcoy. A pesar de ello
lo tomamos como fuente porque nuestro objetivo es evaluar el comportamiento
económico de Chivilcoy en una fecha “temprana” y compararla con el resto de
los partidos. El análisis de Gelman y Santilli sobre los informes de CD de
toda la provincia para 1839, servirá para establecer comparaciones con los
demás partidos y regiones. En cambio, el informe de 1851 permitirá efectuar
un análisis más pormenorizado pero sólo del partido de Chivilcoy ya que la
408
En tal sentido, es muy gráfico el siguiente párrafo de Miron Burgin: “Pedro De Angelis
destacó en su Memoria que la contribución directa producía mucho menos que el antiguo
diezmo a pesar de haber aumentado grandemente la riqueza del país después de 1821, año en
que fue abolido el diezmo. De Angelis atribuyó el fracaso de la contribución directa a diversas
causas.Para empezar, las tasas eran demasiado moderadas, o sea que eran demasiado bajas
dada la forma de operar de la ley. El hecho de que la ley no dispusiera nada acerca de la
depreciación del dinero resultaba desventajoso para la Tesorería. Los propietarios tenían pleno
derecho para valuar en oro sus propiedades a los efectos del impuesto y pagarlo en papel
moneda calculado al porcentaje. De ese modo la Sociedad Rural abonaba nada más que $540
por una estancia con cerca de 19.000 cabezas de ganado. El impuesto del capital invertido en
el ganado solamente tendría que haber sido por lo menos el cuádruple de la suma que pagaba
la sociedad.
En la ciudad la situación no era mucho mejor. Una manzana de casas pagaba 110 pesos papel
simplemente porque la inversión original se había calculado en 5.000 pesos oro. Pero la renta
anual de la sociedad podía fácilmente acceder de esa inversión original. No era de extrañar,
por lo tanto, que la contribución directa produjera tan poco. Porque en esas condiciones el
impuesto era “un insulto a la buena fe y la dignidad del gobierno”. En segundo lugar, la
formación de las tasas para la contribución directa no siempre era buena. Recordemos que la
ley distinguía entre el capital invertido en artículos remitidos a Buenos Aires en consignación y
el invertido en artículos comprados en firme. En el primer caso el impuesto era del 4 por mil
mientras que en el segundo era del 8 por mil. Era de esperar que para eludir el pago de la tasa
mayor los comerciantes declaran sus mercaderías como importadas en consignación. Recurso
tanto más difícil de impedir cuanto que la única base para la administración y percepción del
impuesto era la declaración del contribuyente. ”La circunstancia de que ni la Tesorería ni la
administración de impuestos tuviera ninguna información fehaciente sobre el valor de las
propiedades sujetas a la contribución directa resultaba particularmente perjudicial para los
intereses de la Tesorería. Lo dijo la Comisión de Cuentas: ‘Mientras que no haya censo el
impuesto será ilusorio’ DE ANGELIS PEDRO Memoria sobre el estado de la hacienda pública
escrita por orden del gobierno, Buenos Aires, 1834 pág. 115 y 116.
146
inexistencia de trabajos generales para ese año no permitirá establecer
comparaciones, salvo las que podamos llevar a cabo con datos obtenidos por
nosotros para los demás partidos409.
409
Padrones de 1836, 1837 y Contribución Directa de 1839.
Los datos del cuadro anterior que incluyen los capitalistas de la CD y las Unidades Censales
(en adelante UC) de los padrones de 1836 y 1837, pueden llevar a interpretaciones divergentes
sobre la inclusión de los habitantes del partido en la tributación de la CD. Por eso, algunas
precisiones sobre la confección de los padrones pueden ayudar a resolver la confusión que los
datos generan. Sí se toma la cantidad de UC del padrón de 1836 y se lo compara con los
capitalistas del partido se observa que casi el 80 % de los jefes de UC eran capitalistas de
CD. En cambio, si se hace la misma operación con el padrón de 1837 el porcentaje baja al 35
%. Tal amplitud sólo responde a que ambos padrones se confeccionaron siguiendo diferentes
criterios y coberturas espaciales: el de 1836 tomó como eje a los titulares de las UC y si
alguien era productor en más de una, sólo era censado en la primera. En cambio el de 1837
repite los nombres de quiénes encabezaban UC de acuerdo a las explotaciones que tuvieran.
Por eso, creemos que el de 1836 se condice con la forma en que se levantó el informe de la
CD y no lo hace el de 1837, aunque aceptamos que la marcada diferencia entre ambos
responde más que nada, a coberturas espaciales diferentes y en este caso no podemos
precisar cuál se acerca más al informe de CD.
410
Gelman y Santilli adoptan la clasificación realizada por Garavaglia, en “ Ecosistemas… “ op
cit. Dentro del oeste ubicaron los partidos de Exaltación de la Cruz, Fortín Areco, Guardia de
Luján, Pilar, San Andrés de Giles, San Antonio de Areco y Villa de Luján
147
La primera aproximación a la “riqueza del partido,” comparado con la
distribución general de la riqueza de la provincia, muestra algunos rasgos que
lo tornan singular; en primer lugar el predominio numérico de las pequeñas y
medianas explotaciones (si realizamos la comparación con el padrón de 1836,
encontramos que las UC eran 395 y los capitalistas 309) o sea que más del 80
% de los pobladores tenía bienes propios y actividades económicas
independientes. En segundo lugar, encontramos que la Guardia muestra
una “riqueza diferente” a la del sur, pero no por eso muy inferior; basada en
un uso intensivo de las tierras, que eran mucho menos extensas pero con un
elevado valor; por la antigua colonización, la buena infraestructura y la
posibilidad de generar los bienes que el mercado porteño demandaba – léase
cereales, hortalizas, productos lácteos, etc-. Por eso la Guardia escapó a
algunas reglas generales; por ejemplo, si la composición del capital era
similar en todos los partidos, en los que entre el 25 y 35 % del capital lo
ocupaban “otros bienes” (básicamente las tierras que eran necesarios para la
cría de ganado) en la Guardia de Luján la tierra superaba el 42 % del total de
capitales por la valoración y por las mejoras que tenía. En segundo lugar, la
Guardia estaba entre los cuatro partidos de más actividad comercial, luego de
Quilmes, que había desarrollado un importante comercio por las cercanías a
Buenos Aires y de los prósperos partidos del sur; Dolores y Chascomús,
cabeceras de la avanzada blanca hacia el desierto y capaces por ello, de
controlar la enorme extensión de tierras que se extendían hacia el oeste. El
elevado valor de la tierra, que posiblemente incluyera el valor agregado que
suponía la preparación de sementeras, el peso del comercio y de las
“fábricas,” fueron los rasgos que le otorgaron identidad al partido.
Fábrica Giro
1% 6%
Otros
bienes
43%
Ganado
50%
411
AGN, Sala X, 13-2-4.
148
La mayoría de los trabajos que se ocuparon de la distribución de la
riqueza durante del período rosista insistieron en la creciente desigualdad.412
Sin embargo esta hipótesis ha recibido críticas por tomar como eje la desigual
distribución de la tierra pública a través de la enfiteusis o de la compra, sin
tener en cuenta la evolución de la propiedad privatizada, que tendió a
fragmentarse, ni estudiar otras formas de acceso a la tierra que permitían un
uso menos desigual. Se le cuestionó también, no atender a que la tierra no
era el único indicador a considerar en un proceso de expansión agraria, que al
menos hasta mediados del siglo XIX, otorgaba en general más valor al ganado,
ni haber tenido en cuenta el alto valor de los salarios rurales que ocasionaba
la escasez de mano de obra. 413 Por eso, la problemática de la distribución de la
riqueza es un tema aún pendiente que requiere nuevos abordajes a partir de
otro tipo de fuentes. Es necesario, a los fines de este trabajo, comparar la
situación de este partido con el resto de la provincia, porque su “temprana“
orientación cerealera deberá reflejarse en la existencia de sectores de
labradores más amplios que en otras regiones y una distribución de la riqueza
diferente de a la de los partidos que se dedicaban a la ganadería.
La lectura del cuadro anterior muestra que la región oeste fue la que
contó con la menor proporción de concentración de riqueza (aunque el hecho
de que fuera “menor” no supone que fuera escasa) y que éste partido tuvo un
comportamiento que no desentonó con el de la región. El 10 % más rico
concentraba el 40 % de la riqueza del partido y el 20 % más pobre el 3,5 %. En
cambio, en el nuevo sur el 20 % más rico tenía el 62 % y el 20 % menos
rico sólo el 1.5 %. El coeficiente de GINI, (expresa la desigualdad obteniendo
un valor que varía de 0 a 1 y cuanto más se acerca a la unidad mayor es la
concentración de riqueza, mientras que 0 expresaría una sociedad
completamente igualitaria) incorporando al total de la población y no sólo a los
contribuyentes, según Santilli y Gelman, es de 0.81. Sin embargo dudamos
de esta cifra porque fue obtenida tomando el padrón de 1837, que para este
partido mostró respecto al de 1836, una diferencia de 1504 personas y 466
412
Los autores que se han ocupado de este tema asocian las etapas del despegue de
crecimiento capitalista con el crecimiento de la desigualdad social, tendiendo a moderarse
esas diferencias en las etapas posteriores.
413
J.C GARAVAGLIA J C“Un siglo de estancias en la campaña de Buenos Aires, 1751 a
1853”Hispanic American Historical Review, 79.4, pp. 703 a 734, analizando inventarios de
sucesiones modera la imagen de la desigual distribución de la riqueza. Tampoco tuvieron en
cuenta los salarios rurales que eran altos por la escasez de mano de obra
149
UC. Tal diferencia en sólo un año nos hace dudar sobre su nivel de
cobertura y la validez de la cifra.
Más de 330.000
Entre 160.000 y 329.000
Entre 80.000 y 159.000
Entre 60.000 y 79000
Entre 50.000 y 59.999
Entre 40.000 y 49.000
Entre 30.000 y 39.000
Entre 20.000 y 29.000
Entre 10.000 y 19.999
Entre 5000 y 9999
Menos de 5000
0 5 10 15 20 25 30 35 40
Porcentajes
% de casos % de montos
150
los contribuyentes concentrando el 57 % de la riqueza. Y, si poseer un
capital superior a 40.000 $ no era despreciable tampoco suponía formar parte
de una conspicua burguesía. La forma que adquiere la pirámide de capitales
que crece en las tres categorías más bajas - por la importante cantidad de
contribuyentes de cada una de ellas- y decrece en las siguientes mostrando
algunos altibajos, es muestra de ello. El 61,4% de los contribuyentes eran
pobres (tenían menos de 10.000 $) y poseían el 22,8 % de los capitales, cifra
nuevamente lejana a los promedios provinciales, donde el estrato más pobre
estaba formado por el 55 % de los contribuyentes con el 12 % de los capitales,
Este estrato, según Santilli y Gelman, no tenía capacidad de acumulación,
debiendo vender su fuerza de trabajo a otros. Si se amplía la categoría de los
que menos tenían hasta los 20.000 $ se observa que en ella se encontraba el
81,4 % del total de los contribuyentes, cifra que da cuenta de la existencia de
un nutrido grupo de propietarios de escasos bienes.
El pasaje del grupo de contribuyentes con bienes menores a 5000$ (los
más pobres) a la segunda categoría (10.000 $) fue muy marcado aunque no
lo fue tanto en el de la segunda a la tercera (10.000 a 19.999 $). Volvió a
reducirse casi a la mitad el número de los contribuyentes que pasó de la
tercera a la cuarta (20.000 a 29.999$) y fue muy abrupta también de la cuarta a
la quinta (30.000 a 39.999$). Estos datos muestran la existencia de una gran
masa de “pobres” (aunque propietarios), sucedidos de un estrato medio
relativamente numeroso, que contaba con algunas posibilidades de
acumulación (entre 5000 y 20.000 $). El achicamiento de las cohortes
superiores indicaba que eran grandes las dificultades que debían superarse
para lograr una acumulación mayor a 30.000 $.
Más 70,000
ontoderiqueza
50.000 a 59.999
30.000 a 39.000
10.000 a 19.999
M
-5000
151
en segundo lugar, la tierra necesaria para su reproducción. Al contrario, en la
Guardia de Luján, en los sectores más pobres, los “otros bienes” dentro de los
que entraba la tierra (posiblemente preparada con sementeras) y la
infraestructura ocupaban un lugar importante. El comercio estaba presente en
todas las categorías, aunque nunca ocupó un porcentaje importante en las
fortunas personales de los contribuyentes, debido al modo en que se llevaba a
cabo esta actividad que era relativamente similar entre todos los involucrados
en ella. Las fábricas que en el resto de la provincia eran casi inexistentes, aquí
si bien tenían un peso escaso, su presencia en todas las categorías les otorgó
alguna importancia. Se trataba básicamente de atahonas, ubicadas en la
región de Chivilcoy y de “hornos de ladrillo”.
Por último la fuente nos permite conocer la residencia de los
contribuyentes, al indicar si vivían en la Guardia o en el campo. De los 309
sólo 73 residían en la Guardia (23 %) y poseían capitales por 1.338.208 $ (32
%). Los datos muestran que los residentes urbanos eran un poco más ricos
que los que vivían en el campo. Predominaban en el pueblo los comerciantes y
de los 239,000 $ de capital en giro que había en el partido, el pueblo
concentraba 158,000, definiéndose como un área de servicios, capaz de
concentrar el comercio. El resto estaba en manos de algunos residentes en la
campaña, como Manuel López, Juan Lacroze, Pedro Cruz, o Ramón
Santamarina; los dos primeros poseedores de atahonas.
152
tenían capitales entre 5000 y 10.000 $ podían mantenerse sin consumir su
capital pero tampoco incrementarlo; en cambio, quiénes tenían menos de 5000
$ no podían atender a su supervivencia sólo con el recurso de capital y, o bien
se dedicaban a la agricultura, o bien a trabajar bajo patrón para completar
parte de sus ingresos. Santilli y Gelman consideran posible que fueran
contratados por quiénes tenían entre 20.000 y 60.000$, que por su capital
estaba en condiciones de poder pagar mano de obra.416 En la totalidad de los
partidos, este estrato supuso el 15 y 17 % respectivamente de los
contribuyentes y fue en realidad, el que contrató mano de obra, ya que el
estrato que le seguía, con capitales superiores a los 70.000 $ fue en ambos
informes, muy poco numeroso. Ahora bien, según los autores citados, recién
con estos capitales se podía ser considerado rico. Y, por encima de estas
cifras estaban los “verdaderamente ricos”. En este partido, uno sólo: Blas
Achaval, con propiedades en varios lugares de la provincia.
Cabe interrogarse por la identidad de los “ricos”, atendiendo al análisis
efectuado sobre las posibilidades de ascenso social en la región desde fines
del siglo XVIII.
416
Se calcula que una familia a principios del siglo XIX estaba en condiciones de atender 1000
cabezas de vacuno, en GELMAN J “Campesinos y estancieros. Una región del Río de la Plata
a fines de la época colonial, Buenos Aires, Editorial Los Libros del Riel.
153
Fuente: Contribución directa de la Guardia de Luján de 1839, AGN.
En el estrato más alto se ubicó Blas Achaval, descendiente de una de
las familias de comerciantes vasco- santiagueños que desembarcaron en la
región en la década de 1820, con cuantiosos capitales. Recordemos que le
compró a Pedro Díaz de Vivar parte del loteo en que dividió su merced y que
luego completó esa propiedad adquiriendo lotes vecinos. En el estrato que le
seguía, Domingo Gorostiaga, tuvo un desempeño parecido a Achaval,
formando parte del mismo grupo. Santiago Barrios, en cambio era un poblador
mucho más antiguo proveniente de una familia presente en la zona desde la
segunda mitad del siglo XVIII. Compartió con Achaval la participación en el
loteo de Díaz de Vivar, pero adquirió un lote pequeño; lo que modificó
significativamente la suerte de su familia fue la estrategia de ocupar las tierras
que se extendían al oeste de la frontera, en tiempos muy tempranos. El tercer
estrato nuevamente estaba formado por miembros de esa red de migrantes
vasco-santiagueños, - tal sería el caso de Carranza- y por “primeros
pobladores”, entre quiénes diferenciamos los que adoptaron la estrategia de
“avanzar la frontera” como Felipe Barrancos y su yerno Matías Cardoso, de
otros que permanecieron en las cercanías de la Guardia pero consolidando su
patrimonio – que detentaban desde fines del siglo XVIII- con la enfiteusis y
compra: Pedro Bermúdez y Juan Martínez. El cuarto estrato presenta los
mismos orígenes, aunque ya no hay presencia de vascos-santiagueños y
tienen mayor representación el grupo de comerciantes residente en la Guardia,
como: Gregorio Villafañe, catamarqueño, o Julián Solveyra, proveniente de las
familias gallegas que llegaron a la Guardia a fines del XVIII, comerciante y
funcionario. Damián Bustos, presbítero y enfiteuta, Pedro Cruz, enfiteuta y
comerciante de Las Saladas y Francisco Colomero, dedicado al acopio de
“productos del país” y partícipe de estrategias especulativas con los campos
de la zona. Vuelven a repetirse los mismos orígenes en el quinto estrato, pero
aparecen personajes nuevos y desconocidos. En esta categoría identificamos a
Víctor Barrancos, el hermano de Felipe, que se quedó con la posesión familiar
enfrente a la Guardia, Pedro Casas, el importante comerciante español, que
para esos años poseía una fortuna relativamente menguada y Saturnino
Irrazabal, descendiente de una antiquísima familia de cabildantes de Luján. Por
último en el estrato de 20.000 a 30.000 $ que indicaba una fortuna pequeña,
encontramos nuevamente a los que hundían sus modestas raíces en tiempos
coloniales pero que habiendo hallado dificultades en el proceso de
acumulación solo pudieron comprar lotes pequeños de enfiteusis; como
Guillermo Cordero, Ignacio Barrancos (hermano de los anteriores), Santiago
Bermúdez, Antonio Lobo o Pablo Martínez e incluso algunos que no pudieron
hacerlo como Lázaro Molina, que tuvo que esperar hasta la Ley de Ventas de
Tierras Públicas del partido de Chivilcoy para acceder a su lote. También
aparecen en este estrato los que llegaron a la región por la enfiteusis y recién
iniciaban el proceso de consolidación patrimonial: Manuel López que luego
será el comerciante y hacendado más importante de La Rica, Vicente Ibarra,
Manuel Pirán, Pablo Mexias, etc.
El cuadro precedente refleja la situación de la campaña a fines de la
década del 30. Los años anteriores se habían caracterizado por la rápida
expansión de la frontera agropecuaria, la consiguiente incorporación de tierras
fértiles y el crecimiento de stock ganadero. Sin embargo, y tal como lo
demuestran Gelman y Santilli, tal expansión no había ido acompañada de un
154
aumento importante del stock de capitales, mostrando más bien un crecimiento
moderado de la región. Sin embargo, tal moderación no reflejaría otra cosa
que la baja del precio de los bienes que esos capitales representaban. En los
años en cuestión tendió a disminuir el precio de las vacas y de la tierra por la
abundancia de ambos factores; indicio de una economía relativamente exitosa,
capaz de proveer los bienes que el mercado exterior requería. Sin embargo – y
como explicamos- no sucedió lo mismo con el trigo, cuyo precio muy oscilante
hasta entonces, tendió a crecer en forma sostenida durante la década de 1840.
Estoas transformaciones macroeconómicas pueden “leerse” en los datos
obtenidos por la CD. Recordemos que la esquina oeste del partido estaba en
pleno proceso expansivo, recibiendo un importante flujo de inmigrantes;
tengamos en cuenta también que esta radiografía coincide casi exactamente
con las “ventas “de las tierras públicas ofrecidas en enfiteusis, por lo que
debería captar el “avance del control de la tierra” y la correspondiente merma
de los pequeños propietarios. Sin embargo, el informe parecería demostrar lo
contrario: en pleno auge de ventas- y de traspaso público –privado, el número
de pequeños propietarios fue muy elevado. El estrato de quiénes tenían
menos de 5,000 $ conformado principalmente por pastores de pequeños
rodeos – menos de 250 animales- (ya que un porcentaje de ese valor lo
ocupaban los otros bienes) y labradores de “tablones de trigo” fue abundante,
del mismo modo que el de los de hasta 10,000$.417
Hacia mediados del siglo XIX la producción del partido estaba en pleno
proceso de consolidación. Los elevados precios que el trigo había mantenido
durante casi una década, el trazado de caminos que acercaba el trigo de Las
Saladas y La Rica al mercado 11 de septiembre, que concentraba el trigo
producido en la región oeste y el inicio de las estancias ovejeras fueron claves
en el desarrollo de esta región, por eso pretendemos observar la evolución de
las variables analizadas en 1839, doce años después, con un modelo
productivo más maduro.
Los legajos de CD de 1851 tienen las mismas características que los de
1839, salvo el reemplazo de la ubicación rural/urbana por el número de los
cuarteles. Sin embargo, no se pueden establecer comparaciones cuantitativas
entre ellos porque el partido de Chivilcoy se escindió del de Mercedes en
1845; lo que hizo que el informe de 1839 estuviera realizado sobre un espacio
mucho mayor que el de 1851. En cambio sí se puede observar que las
tendencias trazadas no sólo que se mantuvieron sino se acentuaron.418
417
Garavaglia valúa en 20 $ cada animal, en Pastores y labradores de Buenos Aires, una
historia agraria de la campaña bonaerense 1700-1830” Buenos Aires, Ediciones La Flor.
418
Algunos estudios económicos señalan que a medida que la provincia sumaba
emprendimientos, incorporaba tierras y mejoraba sus producciones agropecuarias,
paradójicamente, se producía un resultado decreciente en la recaudación. Tomaban como
ejemplo lo ingresado en concepto de papel sellado en los años 1822 y 1833. Pedro de Angelis
decía: “Los tributos marchan, pues, en razón inversa de los progresos del país. Cuanto más
se complican sus relaciones sociales; cuanto más se dilata la esfera de acción de su comercio
e industria; cuanto más se aumente el número de sus establecimientos, de sus propiedades, de
sus comerciantes, tanto menor es el producto de un impuesto que abraza a todas las clases7.
155
La primera tendencia que se mantuvo –e incluso se acentuó- fue la
cantidad de contribuyentes. Chivilcoy fue el partido con más contribuyentes de
toda la provincia: tenía 187419. El segundo partido en 1851 por cantidad de
contribuyentes fue Quilmes, con características diferentes por estar ya casi
incorporado a Buenos Aires. A gran distancia le seguían Azul (que había
sufrido un proceso de colonización), la Guardia de Luján( de la que se había
escindido Chivilcoy) y San José de Flores.
DE ANGELIS PEDRO Memoria sobre el estado de la hacienda pública escrita por orden del
gobierno, Buenos Aires, 1834 pág. 115 y 116.
En el mensaje oficial a la Legislatura de 1847 se incluyó una evaluación de lo recaudado en
concepto de impuestos. Mientras los derechos de Aduana y la Contribución Directa tuvieron
mayor ingreso que el estimado, la reaudación por Papel Sellado, Patentes y boletos de
registros
de marcas fue casi un tercio menor a la prevista.
419
Mientras que en 1839 la Guardia de Luján había sido el segundo, aunque con 306, lo que
indica que la cantidad absoluta tendió a disminuir. Sí la tributación se mantuvo en pesos
constantes, debería haber sucedido exactamente al revés, por la devaluación del peso. Sin
embargo, estas cifras se explican por la división espacial del partido, porque sí sumamos los
187 contribuyentes de Chivilcoy y los 122 de Mercedes, obtenemos 309 contribuyentes, casi la
misma cantidad que había doce años atrás. El “congelamiento” de la base tributaria resulta
llamativo. ¿Se debió a que cayó la presión fiscal en vísperas de Caseros y del derrumbe de la
administración rosista? ¿O a que ambos partidos no habían sufrido cambios importantes en
esos años? Creemos que la primera hipótesis es más explicativa, por el celo con que debieron
recaudar la CD los funcionarios en 1839, año en que se inició la reforma
156
entre 1839 y 1851, aunque el monto de capital que controlaban se mantuvo
rodando el 20 %. Sin embargo, si se discrimina dentro de esta categoría, los
más pobres (menos de 5000$) pasaron de controlar el 8 % de los capitales al
3 %, y disminuyeron en números absolutos de 116 a 26 y, lo que es más
importante atendiendo a las variaciones espaciales, en números relativos del
37 % al 14%. Esta caída se puede interpretar de dos formas: pudo haber sido
producto de la devaluación del peso que como sabemos fue importante para
esos años y supuso que se “elevara” el valor de todos los bienes y que el
desfasaje entre la CD fijada en valores constantes y el valor de los bienes se
incrementara, o supuso cambios reales en la economía de los pequeños
propietarios que podrían haber seguido dos direcciones; o bien un
empobrecimiento generalizado que le hizo perder a los más pobres sus
pocos bienes; o en su defecto, un “mejoramiento” generalizado que los hizo
pasar a la categoría superior. El ensanchamiento de las categoría superior (de
5000 a 10.000$) que pasó del 25 al 38 % en la cantidad de contribuyentes y de
14 a 17 % en relación al capital controlado no alcanza para absorber a los
desplazados de la primera, pero cambia la situación si le sumamos el
incremento de las categorías sucesivas, por ejemplo la de 10.000 a 20.000 $
pasó del 20 % al 28 %, en contribuyentes, aunque disminuyó en un 3 %
respeto al capital controlado, los medianos (entre 20.000 y 40.000 $) se
mantuvieron en cantidad y disminuyó muy levemente su porcentaje en el
control del capital. Aumentó, en cambio, el porcentaje de capital de las
categorías más ricas, que pasaron a controlar casi el 35% del total.
CAD
Monto de capital contribuyentes % Capital %
-5000 26 14,1 126.068 3.6
5000 a 10,000 70 38 545.826 17.8
10,000 a 19,999 53 28,8 838.244 27.4
20,000 a 29,999 15 8,1 437.205 14.3
30,000 a 39,999 10 5,4 343.647 11.2
40.000 a 49,999 3 1,6 143.500 4.7
50,000 a 59.999 3 1,6 172.595 5.9
60.000 a 69000 0 0 0
70.000 4 2,1 445.727 14.6
Fuente: Legajos de CD de Chivilcoy, de 1851, AGN.
157
Mayores contribuyentes de Chivilcoy en 1851.
La primera lectura nos muestra que “los ricos” eran menos que en 1839,
a pesar de la devaluación del peso. Y, además encontramos pocos “viejos
conocidos”. De aquellos que hundían sus orígenes - o los de sus familias para
estos años- en el pasado colonial, sólo Santiago Barrios, Manuel Lezcano,
Francisco Silva e Hilario Flores quedaron como representantes. Y, salvo
Barrios que se mantuvo entre los más adinerados, los demás estaban en las
categorías inferiores. Esta afirmación confirma nuestra hipótesis del “recambio”
que se produjo en la región en las décadas de 1830/40 con el traspaso
generacional de la 2º a 3º generación y la irrupción de pobladores “nuevos”, en
su mayoría provincianos que resultaron más exitosos en sus procesos de
acumulación que los “descendientes de los primeros pobladores”. Obviamente
incidió en este proceso el desplazamiento espacial, porque los viejos quedaron
en las cercanías de Mercedes y fueron los “nuevos” los que ocuparon las
tierras de Chivilcoy. Si analizamos el informe de Mercedes también
observamos el “recambio” de personas adineradas aunque menor que en
Chivilcoy. Los que tenían bienes por más de 30.000 $ eran los antiguos
vecinos Manuel Lezcano y Felipe Barrancos, los irlandeses Patricio Fleming,
Eduardo O CONNOR y Domingo Espil , el atahonero Pascoal Suárez, Jacoba
Iramaín, de la familia de comerciantes vasco-santiagueños y José Laprida.
Volviendo a Chivilcoy, no puede pasar por desapercibido que quiénes
concentraban más capitales eran comerciantes. Diego White, como se
demostró tuvo vínculos con la zona desde 1835 cuando adquirió los derechos
enfitéuticos de Melchor Romero. Fue su apoderado Manuel Villarino – nieto de
uno de los mayores acopiadores de frutos del país- el que construyó el negocio
en las barrancas del río Salado, en 1842. Juan Lacroze en las cercanías del
ejido de Chivilcoy construyó una famosa atahona de la que hacía periódicos
embarques de harina el mercado porteño. Pedro Cruz, fue uno de los
primeros en instalar “negocio” en las cercanías de la cañada La Rica. Diego
Dozo, cuñado de Felipe Barrancos, como demostramos también tenía un
surtido negocio. En otras palabras, no sólo se había producido un interesante
recambio de actores, sino también de actividades. El comercio pareció ser la
puerta de ingreso al proceso de acumulación de la región.
158
La consolidación del modelo y la distribución de la riqueza a fines de la
década de 1850.
El modelo económico basado en la producción triguera mostró en los
escasos veinte años analizados: 1839 -1859 una rápida consolidación, que
supuso no sólo una profundización de las tendencias que indicamos sino
también un aumento en la complejidad de las relaciones de producción. Los
legajos de CD de 1857, 1858 y 1859 discriminan con mayor minuciosidad que
los anteriores las inversiones que tributaban, así como su ubicación en los
cuarteles y por eso nos otorgan la posibilidad de construir una radiografía del
partido en general.
La ampliación del peso de los pequeños y medianos propietarios – en
1858 suponían el 85 % de los casos- no hace más que profundizar una
tendencia ya señalada. Sin embargo, junto a ellos, los propietarios grandes lo
fueron aún más: algunos llegaron a superar el millón de pesos, como White,
Terreros, Cranwell, por la valoración de sus grandes extensiones de tierras.
Pero, no es un dato menor que creciera la franja de labradores medianos y
grandes que participó de esta misma valoración y que vio en el curso de tres
años duplicar sus capitales420.
420
Los capitales de López pasaron de 350.000 en 1857 a 650.000 en 1859; Ramón Lobo, de
120.000 a 250.000, Agustín Souza, de 290.000 a 540.000; o de Juan Ramos de 100.000 a
250.000.
159
La cantidad de contribuyentes por cuarteles, como los montos
declarados, muestran un comportamiento errático421.
421
Mientras la cantidad de contribuyentes aumenta un 34 % entre 1857 y 1858, el monto de
bienes raíces declarados lo hace en un 97%, lo que implica una valoración de los activos. Entre
1858 y 1859 disminuye la cantidad de contribuyentes en un 31 %, pero el monto declarado
vuelve a ascender un 47 %, lo que acentúa la tendencia citada. Se debe aclarar que el primer
informe no incorpora a el pueblo y los otros si lo hacen. A partir de las contribuciones del año
1857 (las más detalladas) se ha podido incursionar en la descripción de los ocho cuarteles y
con la ubicación de cada uno en el registro gráfico de 1864, se ha podido establecer
“microregiones”, dentro del partido.El cuartel 1º ubicado al oeste del ejido y con el río Salado
como límite, tenía muy buenas tierras, por eso, en él coexistían grandes propiedades como la
de Mariano Biaus (ex enfiteuta) con otras 17 más pequeñas que formaban parte de los Lotes
de Chivilcoy, y cuyo capital oscilaba entre los 30.000 y 40.000 $. El cuartel 2º, ubicado
también sobre la margen del río salado, fue el de comportamiento más errático, ya que de 18
contribuyentes en 1857 pasó a sólo 3 en 1859, al quedar parte de sus tierras dentro del ejido
urbano. Los principales contribuyentes – y líderes de la movilización que describiremos en
capítulo X- fueron Manuel Villarino y Calixto Calderón. Junto a ellos estaban Diego White y
Bruno Medina. White aún asociado a Villarino, era el más acaudalado, con bienes que
superaban el millón de pesos, (cinco leguas de terreno, valuadas en 825.000$ y 120.000$ de
fincas en el pueblo.) Calixto Calderón, juez de paz que confeccionó los inventarios, tenía
65.000 $ en fincas que incluían “una casita” en el pueblo y Bruno Medina, -otro de los
protagonistas de la movilización- tenía 60.000$, también en fincas y “la casita en el pueblo.” El
hábito de poseer casa en el pueblo se vinculada al proceso de urbanización que vivía toda la
421
provincia e indicaba el ascenso social de los labradores. El 3º cuartel, ubicado en el centro
del partido, y de buenas tierras para agricultura, aunque terminaba en un gran bajo inundable,
por el que corre la cañada Las Saladas, tenía muchos contribuyentes pobres (apenas rondaban
los 10.000$) y sólo ocho acaudalados. Los pequeños contribuyentes eran quinteros ubicados
en el ejido del pueblo que posteriormente dejaron de tributar. Entre los grandes, Manuel López,
421
era el más rico con 650.000$ (4 leguas de terreno con una población y cuatro puestos) .
Agustín Sousa, otro de los activos labradores de la movilización poseía 3 leguas de campo,
valuadas en 500.000$ y tres negocios. Roman Cruz aún le quedaba media legua y una
población tasada en 80.000$. Carlos Pereyra y Santiago Barrios –ambos ex enfiteútas-
poseían una y tres leguas respectivamente. Algunas de estas grandes y medianas
explotaciones pertenecían a ex enfiteutas y otras a labradores y comerciantes enriquecidos.
Estas propiedades adquiridas por enfiteusis, compra a particulares o por la Ley de Venta de
Tierras Públicas incluyeron chacras agrícolas.
El cuartel 4º, ubicado en el centro del partido y de buenas tierras, tenía pequeñas y medianas
explotaciones surgidas de la venta de tierras públicas, por lo que encontramos una presencia
masiva de medianos productores, con una dotación de capitales promedio de 40.000 a
80.000$. Sólo Rojas y Gorostiaga, antiguos enfiteutas, continuaron con sus grandes
explotaciones. La existencia de bueyes, yeguas y carretas son indicadores del desarrollo
agrícola que debió convivir con una ganadería bastante diversificada El ganado vacuno llegó a
ocupar casi el 30 % de los bienes declarados, seguido por el ovino. Los demás tipos de
421
ganado: lanar, cerdos, mulas, sin significar elevados valores siempre estuvieron presentes .
Las diez carretas que poseía Rojas (hijo del ex enfietuta Santiago Rojas) indican que incluso
en los latifundios se practicaba la agricultura.
El cuartel 5 formado por quintas, en el ejido del pueblo, contaba con pequeñas
explotaciones, que en su mayoría tenían un capital inferior a los 10.000$. Este cuartel incluía
también algunas grandes chacras como la de Ángel Grego, Antonio Bermejo o Francisco
Sánchez. Casi todas contaban con vacunos pero en cantidades ínfimas y si bien la fuente no
lo detalla, posiblemente se tratara de vacas lecheras. Las pocas ovejas muestran que el
ovino se reservaba a las explotaciones mayores. El cuartel 7, de buena calidad de tierras,
albergaba a los grandes latifundistas- enfiteutas como Terreros - el más acaudalado del
partido con 1.600.000$-, Ovejero y Cranwel, aunque junto a ellos había varios chacareros. El
cuartel 8, con bañados y lagunas, fue el que menos se subdividió, conservándose los
latifundios de Gorostiaga, de los hermanos Lobo y el negocio de Federico Soarez. El hallazgo
en los informes de 1858 y 1859 de individuos que contribuían tanto en el pueblo como en la
zona rural, indica el fortalecimiento de ese estrato de labradores pudientes, que podían dejar
el campo en manos de terceros.
160
En los cuarteles cercanos al ejido del pueblo, se percibe una incipiente
división del trabajo: en algunas explotaciones, siendo muy escasa la dotación
en tierras, hubo importantes inversiones de capitales en útiles de labranza y
carretas. Por ejemplo, Ramón Guzmán o Emilio Luengo contaron con las
inversiones más cuantiosas en útiles de labranza de todos los inventarios. Con
esas herramientas trabajaban tierras ajenas. Asencio Cabrera, del mismo
modo, contaba con muchas carretas y bueyes, con los que transportaba las
cosechas de sus vecinos. Estos individuos dedicados a tareas de “servicio”
vivían en quintas en el ejido, en donde recibían encargos de trabajo.
Había también productores marginales, muy pobres, sin tierra, o con
muy escasa dotación, entre ellos varias mujeres que apenas contaban con
una pequeña majada de animales que posiblemente pastaran en las quintas o
en la calle. En el fragmento de explotaciones más chicas prevalecían las
mixtas orientadas a la ganadería y agricultura.422 La radiografía de las
explotaciones del partido diferencia tres tipos: por un lado, los grandes
latifundios de origen enfiteuta, que eran los que más capital tenían por la
valoración de la tierra. En estos predominaba una ganadería extensiva en la
que el ovino competía con el vacuno. Pero también dentro de ellos había
chacras agrícolas arrendadas; por el otro, las chacras mixtas en las que se
practicaba la agricultura junto a una ganadería relativamente diversificada,
cuyos propietarios eran los labradores que participaron de la Ley de Ventas de
Tierras Públicas. Este sector era bastante heterogéneo porque coexistían
desde pequeñas hasta grandes chacras e incluso labradores que poseían
más de una. Por último, estaban las quintas y explotaciones marginales,
ubicadas en el ejido del pueblo. Estas explotaciones muy pequeñas debieron
haber tenido un comportamiento errático respecto al mercado, al que solo
enviarían una parte reducida de su producción quedando el resto para el
autoconsumo familiar y por eso se diversificaron al máximo. De cualquier
modo, todos los tipos de explotaciones descriptos participaron de una notable
valoración financiera en los tres años analizados.
La presencia de explotaciones medianas y pequeñas pero ganaderas
se contradice con las visiones tradicionales que reservaban la ganadería a las
grandes estancias. Estas actividades mixtas son un ejemplo del dinamismo,
agilidad y versatilidad que tuvieron las pequeñas y medianas explotaciones;
del mismo modo que lo fue la especialización y división del trabajo entre
“contratistas” y “transportistas” .
422
Incluso en las explotaciones más chicas hay casos de especialización. Seis se dedicaban
exclusivamente a la agricultura, predominando entre ellas las de menor dotación de capitales,
otras cinco exclusivamente a la ganadería, especialmente vacuna. La oveja que ya se había
extendido ampliamente en otros partidos, tenía una participación muy reducida,
circunscribiéndose a pocas explotaciones. Los cerdos directamente no aparecen en los
inventarios, mientras que la dotación de vacas fue importante en la mayoría de los casos.
161
1839 y 1851 da la pauta de la existencia de un amplio sector de pequeños y
medianos propietarios; es decir de un patrón de distribución de la riqueza más
equitativo que el del resto de la provincia. Muchos pequeños propietarios, (pero
propietarios, al fin) un sector amplio de medianos y muy poco ricos fue el
rasgo distintivo del partido. Este patrón de distribución de la riqueza debió
influir (por no decir que fue el responsable) de las movilizaciones que se
produjeron en la década del 50.
La versatilidad que acompañó a la producción triguera en el modo de
organizar la producción, tal como la subcontratación de servicios, la presencia
de empresas de transporte, debido en parte a la existencia de un empresariado
ágil y moderno, también debieron influir en ese proceso. Por último, de la
comparación de la riqueza de este partido con la de otros se observa el
“enriquecimiento” que Chivilcoy logró en las décadas de 1840 y 1850, a
medida que aumentaba el precio del trigo en el mercado porteño y decaía el de
la hacienda vacuna. Circunstancia que llevó a que la mirada de los estadistas
se dirigiera hacia este partido.
162
VIII. LA PROTESTA DE LOS LABRADORES.
Introducción
En un frío y húmedo mes de mayo, mientras los arados uncidos a sus
bueyes hundían la reja en los surcos, dejando a su paso una estela de tierra
húmeda y pesada, los labradores de Chivilcoy decidieron convertir en
protesta una larga tradición local: la siembra sobre tierras ajenas.423Este
capítulo abordará algunos aspectos de esta movilización ya que creemos que
condensa, mejor que ningún otro hecho, los procesos que hemos investigado
tales como: las dificultades en los traspasos sucesorios que tuvieron los
pequeños y medianos productores, que terminó pulverizando en la mayoría de
los casos sus propiedades y los expulsó a la búsqueda de otras alternativas
económicas; la desarticulación de las economías provinciales que llevó a
buscar en una frontera no sólo espacial sino también de oportunidades, la
sociedad promisoria e igualitaria, que la esclerosis en al que habían caído las
economías provinciales tornaba cada vez más lejana; el rápido proceso de
mercantilización de los productos pecuarios que modificó de cuajo las
relaciones sociales y jurídicas sobre las que descansaba la producción de
bienes. Por eso, avanzada la década de 1840, Chivilcoy conjugaba al mismo
tiempo el fracaso y la promesa. Como tierra de inmigrantes escondía historias
de fracasos, de canales de ascenso social truncos, de dificultades en la
reproducción individual y familiar en los terruños de antigua colonización, en
las provincias interiores o en cualquier otra región de la que provenían sus
habitantes. Pero también, como ninguna otra región, Chivilcoy representaba la
promesa del progreso, que se alcanzaría de la mano de la agricultura, base
de una sociedad igualitaria. Los labradores pequeños y medianos verían
colmados sus anhelos de progreso y bienestar con su trabajo en una sociedad
nueva, justa y laboriosa.424
La búsqueda de esa sociedad era un anhelo largamente compartido con
los estadistas de la época. Justamente fue el conflicto de estos labradores lo
que le permitió a Sarmiento formular sin reticencias el proyecto de
trasformación rural que creía esencial para la creación de una nueva nación.425
Pero, lo que realmente movilizó a Sarmiento fue que “un grupo compacto de
esas masas rurales habitualmente pasivas (o reaccionado al servicio de causas
que le eran ajenas) se hubiera movilizado para defender un interés propio.”
(Halperín, 1980). Chivicloy, según Halperín, abrió por un momento la
perspectiva de la transformación de la campaña. Y, no sólo Sarmiento percibió
las potenciales consecuencias políticas, económicas y sociales de la protesta
sino también lo hizo Mitre, que no dudó en levantar su voz contra los “señores
feudales que dominan la campaña y la condenan a la despoblación y el
atraso.”426
423
Petitorio para la venta de las tierras públicas del partido enviado a la H. Sala de
Representantes el 22 de mayo de 1854.
424
Sin dudas este contexto ideológico fomentó la expresión de los labradores.
425
T. DONGHI HALERÍN Una nación para el desierto argentino, Prometeo, Buenos Aires,
2005, p. 132.
426
B. MITRE y D. SARMIENTO “Mensaje del poder ejecutivo de la provincia de Buenos Aires
sobre la creación de centros agrícolas a lo largo del ferrocarril oeste” en Sarmiento D, Obras
completas Tomo XXIII, Buenos Aires, Luz del Día, 1951, citado en DONGHI HALERÍN T “Una
nación para el desierto argentino”, op. cit.
163
Pero, como bien señala Halperín, esta perspectiva se presentó
rápidamente ilusoria por diversos motivos, que no serán analizados en este
trabajo, que se limita a abordar su momento inicial. Por eso, el conflicto que
analizamos marca como ningún otro el tiempo en el que la transformación de
la campaña ganadera en una sociedad campesina no sólo aparecía posible
sino también deseable. Sin embargo, a partir de este momento se acumularon
transformaciones irreversibles que frustraron este modelo e hicieron
imposible formular otro nuevo, mostrando que ese instante en que el país
parecía ávido de recibir una nueva forma había quedado irremisiblemente
atrás. Por eso, su análisis nos permite jugar con la posibilidad de pensar que
de no haber fracasado, otro país hubiera sido posible.
Por último, debemos reconocer que siempre nos llamó la atención, que un
grupo de rústicos labradores de frontera, ni siquiera propietarios, tuviera no
sólo un discurso, que en algunos aspectos se lo puede considerar propio de
sectores letrados, sino también la actitud de peticionar y más aún de presentar
propuestas a los estadistas de la época. Y, no sólo nosotros fuimos los
sorprendidos, sino que también lo fueron los historiadores locales, que hicieron
reposar la identidad local sobre su clarividencia.
Nos inclinaremos en este trabajo por otorgarle un origen más prosaico,
derivado de los nuevos aires políticos que siguieron a Caseros, cuando hizo
su aparición una opinión pública ampliada de la que formaron parte estos
vecinos. La renovada relación entre la clase política en formación y este
nuevo sector, cuyo mandato no dejo de invocarse, dio origen a un diálogo
muy fluido, en el que los periódicos surgidos en esos años tuvieron un papel
clave. El Nacional, de Vélez Sarfield427, como Los Debates, de Mitre -entre
tantos otros aparecidos en esos años de eclosión de un “nuevo diarismo428- se
presentaron como intérpretes de la nueva opinión pública que surgía de las
ruinas del rosismo. Graficamos esta relación como una caja de resonancia, en
la que las ideas – e incluso el discurso- de la élite letrada era reapropiado por
sectores, como estos labradores, que lo reformulaban de acuerdo a sus
intereses429. Por eso creemos que más que de una formación académica
elevada (que no tenía ninguno de los labradores del partido) su discurso y sus
ideas tuvieron su origen en ese diálogo.
El juego dialéctico planteado no se acabó con la adopción del discurso;
sino que supuso también que estos sectores que hacían su aparición en la
vida pública fueran respaldados por la élite letrada cuando presentaban notas
y petitorios. Y, en ello también la prensa comenzó a desempeñar un papel
clave como formadora y articuladora de la opinión pública en la etapa en que
se iniciaba430.Por eso, buscaremos recrear el diálogo entre los petitorios de los
427
El Nacional (1852-1893) fue inicialmente dirigido por Velez Srafield aunque más tarde fue
considerado el órgano de la fracción sarmientina. En H. SABATO, La vida pública en Buenos
Aires, en Nueva Historia Argentina, tomo IV, Bonaudo, (comp).
428
A. LETTIERI De la República de la Opinión a la República de las instituciones”, en Nueva
Historia Argentina, Bonaudo (comp.) Tomo IV, Buenos Aires, 1999.
429
Tuvo mucho que ver en ello la rápida expansión de la prensa después de Caseros, no sólo
en cuanto a la multiplicación de diarios, periódicos, revistas y panfletos, sino también al
volumen de las ediciones. Sólo en 1852 salieron treinta periódicos nuevos algunos con
ediciones de 3000 a 4000 ejemplares, que hizo que se produjera un ejemplar de diario por
cada cuatro habitantes de Buenos Aires
430
A. LETTIERI “ De la República de la Opinión a la república de las instituciones” en Nueva
Historia Argentina, Bonaudo (comp.) Tomo IV, Buenos Aires, 1999
164
labradores y los debates en las cámaras y los artículos periodistas de las élites
letradas identificando sus semejanzas.
La movilización.
165
numerosos de vecinos con el fin de elevar pedidos o notas a las autoridades.
Los comentarios, los debates, las reuniones y la discusión de cuestiones
esenciales para el progreso del país, así como la elevación de notas y
petitorios a las autoridades fueron las acciones realizadas por estos
labradores; ya que no hay registro de que efectuaran otras y con esto
volvemos a la aseveración del párrafo anterior; si existía cierta disconformidad
en el partido por la tenencia de la tierra o por el precio del trigo, los
perjudicados usaron únicamente vías investidas en la civilidad y legitimadas
por la constitución. Nada más lejano a estos labradores que las montoneras,
los atropellos y los demás modos que adoptaron tradicionalmente los conflictos
sociales. Los presentamos entonces, como un grupo de ciudadanos imbuidos
en altos valores cívicos haciendo uso del derecho de petición:
“Los vecinos que suscriben, en uso del derecho de petición que les
confiere la ley”433[11],
El petitorio, que proviene de una vieja costumbre adquirida durante la
colonia, cuando la actitud que se esperaba aún de los más poderosos sectores
de intereses frente a los emisarios de la corona era la de humildes
peticionantes, se había redefinido como un derecho civil y en este contexto era
una conducta muy aprobada que los ciudadanos, preocupados por el progreso
del país, peticionaran a sus autoridades, más aún si el pedido iba acompañado
de propuestas fundamentadas. En todas estas acciones se debe destacar el
contagio que produjeron los debates sobre el proyecto de país, ya que si hubo
una etapa pletórica de debates en la historia argentina; si hubo un momento en
que se pensó y discutió que país se quería hacer, fue esta y llamativamente
esta inquietud no quedo limitada a los estadistas y políticos, sino que se
derramó por el resto de la sociedad.
La aparición de la denominación: “labradores chivilcoyanos” firmando
petitorios, artículos de diarios, revistas y notas al gobierno, e incluso, que las
autoridades utilizaran esta denominación para dirigirse a ellos, habla de la
entidad que había adquirido la denominación. Si rastreamos con cuidado las
fuentes de información, observamos que esta denominación se utilizó sólo
entre mayo de 1852 y julio de 1858. Ni en la década de 1840 ni en la del 60
aparecen registros de ella. Se debe aclarar que en algunos casos aparece solo
la denominación “labradores chivilcoyanos” encabezando o firmando las notas,
en cambio en cinco casos –que tienen un carácter más marcado de petitorio- a
la solicitud le continuaban las firmas de los labradores, que solían ser
trescientos o más. Podemos extraer la primera hipótesis: fue sólo en ese corto
lapso de tiempo cuando hubo una fuerte identidad común definida en torno a
dos cuestiones: la agricultura y la localidad. Ellos mismos se vieron diferentes
a los pobladores de los otros partidos y también así lo hicieron las autoridades.
Por eso cabe preguntarse ¿Cómo surgió esta identidad?
El 23 de mayo de 1852 aparece por primera vez “labradores de Chivilcoy”
en una nota solicitando la prohibición de la libre introducción de harinas
extranjeras. Debemos tener en cuenta que hacía muy poco (en los últimos días
de enero), había estado el “Ejército Grande” al mando de Urquiza de paso por
Chivilcoy y el boletinero, Domingo Sarmiento, tomó contacto por primera vez
con la región. No fue casual que el ejército acampara en el campo de Don
Patricio Gorostiaga y cuentan las crónicas locales que los principales vecinos
433
Petitorio de los labradores chivilcoyanos, del 22 de mayo de 1854.
166
fueron a entrevistarse con Urquiza. En esa oportunidad debieron escuchar a
Sarmiento decir: “aquí va a fundarse el inquilinaje, el azote de Irlanda434 e
incluso habrán tenido oportunidad de intercambiar ideas sobre uno de los
problemas que ya por aquellos años le preocupaba a Sarmiento: el del reparto
de la tierra pública como vehículo de desarrollo.435 Justamente fue Don
Patricio Gorostiaga designado Juez de Paz en marzo de 1852, momento en
que comenzaron a aparecer las notas. Es factible, que el vínculo con
Sarmiento, la presencia de un juez de paz muy politizado, pariente de los Frías,
embargado por Rosas, amigo de Urquiza y hermano del futuro constituyente,
hayan tenido que ver con el inicio de la movilización. Pero, sin dudas, más
incidieron sus protagonistas. Antes de preguntarnos por ellos conviene
identificar las cuestiones capaces de movilizar a estas supuestas “masas
inertes”.
Hemos identificado dos cuestiones que aparecen en forma recurrente
en los petitorios:
• La protección del trigo y de la harina.
• La tierra pública.
En los seis años que transcurrieron entre el octubre del 1852 y junio del
1858, los labradores de Chivilcoy hicieron cinco petitorios o presentaciones
colectivas, que llamativamente fueron –salvo dos- escritas y firmadas de puño
y letra de diferentes personas, con lo que se amplió la cantidad de labradores
capaces de proponer a partir de un discurso progresista, reformas de peso. A
modo de síntesis hacemos un racconto de ellas, pero también de la
repercusión que obtuvieron en la prensa, porque como indicamos
anteriormente del “diálogo” entre los labradores y los estadistas, cobró bríos
la movilización. El diálogo trabado se pone en evidencia en reiteradas
oportunidades, por ejemplo:
Después de ocuparse de un aserto del periódico “El Nacional”
del 25 de octubre que dice “por proteger la agricultura nos hemos
quedado sin agricultura”, los agricultores de Chivilcoy señalamos
algunas medidas para el adelantamiento y mejora de la campaña,
entre las que figura muy especialmente la prohibición absoluta de
la entrada de harinas extranjeras en atención a lo abundante que se
presenta la cosecha.”436
434
D. SARMIENTO D, Campaña en el ejército grande, en Obras Completas, op cit.
435
El propio Sarmiento afirmó posteriormente: “como se ve el problema de las tierras no nos
toma de nuevo, y quién sepa que hemos visitado Argelia, penetrado hasta los límites internos
de la colonización francesa y los Estados Unidos hasta los Estados del Oeste, que se están
colonizando actualmente, no dudará de nuestra verdad, si le aseguramos que desde 1845 nos
ocupamos ya de estas cuestiones y que aquellas lejanas excursiones en nuestros viajes
fueron emprendidas con el objeto de estudiarlas”. En SARMIENTO D, Obras completas, op cit.
436
AGN, Sala X, 28-2-6.
167
Secuencia de petitorios de labradores chivilcoyanos y artículos en la
prensa porteña referidos al tema.
437
Fecha Motivo Escrita y primeras firmas Cantidad de
firmada firmas
por
28 de Gratitud a Urquiza Federico Gabriel Ramírez, Julián Regojo, Lázaro 266
octubre
Urquizadep apoyo a la agricultura Soárez Molina, Alejandro Molina, Manuel
1852 Montenegro, Manuel López, Agustín
Falcón, Manuel Bustamante, Solano
Almeida, Martín Amespil, Cirilo Olmos,
Anastasio Villafañe, Francisco
Figueredo, Tomás Lucero, Ángel Grego,
Félix y Carlota Guzmán, Antonio
Bermejo, Hilario Viñales, Pedro Coronel,
Rebollo Valentín, Galán Ruperto,
Barrancos Ventura.
2 de Protección a las Calixto Anastasio Chávez, Federico Soárez, 256
septiembre harinas y trigos Anastasio Villafañe, Alejandro Molina,
de 1853 Calderón Rebollo Valentín, Gabriel Ramírez, León
Amespil, Manuel Villarino, Ángel Grego,
Antonio Bermejo, Mariano Benítez,
Benito Figueredo, Ruperto Galán, Bruno
Medina, Montenegro Manuel, Francisco
Sánchez.
438
Octubre Estadísticas de Manuel Revista del Plata.
1853 Chivilcoy Villarino
439
Enero Protección acertada Manuel Revista del Plata
1854 Villarino
22 de Venta o arrendamiento Gabriel Manuel Villarino, Calixto Calderón, 361
mayo de de las tierras públicas Ramírez Miguel Calderón, Bruno Medina,
1854 Cayetano Castro, Esteban Lobato,
Ruperto Galán, Ramón Trejo, Félix
Dozo, Souza Agustín, triunfo Villafañe,
Ezcurra Felipe, Pedro Coronel, Carlota
Guzmán, Marcos Décima, Lobo
Jerónimo, Grego Ángel, Rebollo
Valentín, Lucero Tomás, Benítez
Mariano, Castro Ambrosio, Luna Juan,
Chávez Anastasio, Bermejo Antonio,
Falcato Julio, Coria Valentín, Lobo Juan,
Montenegro Manuel, Figueredo Manuel
440
15 de Defensa de protección J. Portela Revista del Plata
agosto de aduanera
1854
441
12 de Ley de tierras de Sarmiento Editorial “El Nacional” . El diario publica
agosto de Chivilcoy un opúsculo con
1855. el análisis de los
artículos
efectuado por
Sarmiento
437
Para poder definir un núcleo duro dentro de la protesta hemos tomado las primeras firmas y
las de quiénes en reiteradas oportunidades firmaron por otros.
438
Revista del Plata, octubre 1853, pp. 55, Biblioteca de la Universidad de La Plata,
hemeroteca,
439
Ibidem, pp. 244
440
Ibidem, pp 314
168
442
12 de Discusión de la Ley de Sarmiento El Nacional .
septiembre Tierras Públicas
de 1856
443
16 de Ley de Ventas de Sarmiento El Nacional .
sptiembre tierras públicas
de 1856
444
15 de Cámara de Senadores Sarmiento El Nacional.
octubre de
1856
445
25 de Chivilcoy en los Sarmiento El Nacional .
septiembre boletos de sangre
de 1856
446
27 de La revolución Sarmiento El Nacional
septiembre económica
de 1856
6 de Agradecimiento a Federico Manuel Villarino, Valentín Coria, 52
octubre de Mitre por la Ley de Soarez Anastasio Chávez, Juan Goyeneche,
1857 tierras y solicitud de no Juan A García, Norberto Villegas, Juan
efectuar levas para la Bruno Medina, Francisco Castagnino,,
Guardia Nacional Carlos Ortiz, Ventura Molina, Inocencio
y Manuel Montenegro, Antonio Bermejo
Bermejo, Calixto Calderon, Francisco
Seoanne.
20 de junio Aranceles hasta Calixto Pedro Coronel, Federico Soárez, 86
de 1858 llegada del ferrocarril a Benítez Cornelio Benítez, Sebastián Echaide,
Mercedes Gregorio Molina, Antonio Luna,
Francisco Castagnino, Manuel Reynoso,
Ángel Grego, Manuel López, Valentín
Coria, Francisco Ortiz, Triunfo Villafañe,
Toribio Roldán, Francisco Laborde,
Román Cruz, Miguel Calderón, Mariano
Benítez, Juan Goyeneche.
Fuente: Petitorios ( ver anexos) y publicaciones de “El Nacional· y de la Revista del Plata.
441
Obras Completas de Sarmiento Tomo XXIII; Editorial La Luz del Día, Buenos Aires, 1951,
pp. 281.
442
Ibidem, p. 286.
443
Ibidem, p. 288.
444
Ibidem, p. 290.
445
Ibidem, p. 306.
446
Ibidem, p. 308.
447
M BURGIN, Aspectos económicos del federalismo argentino, Editorial Hachette, Buenos
Aires, 1970. El trigo importado tendría un impuesto de 4 $, cuando el precio interno fuera de 6 $
y cuando el precio interno aumentara a 9 $ se rebajaría el arancel a 1 $ por fanega y sólo
cuando valiera más de 9 $ se abriría la importación libre
169
estos gravámenes; 448sin embargo, a pesar de ello y de las controversias que
provocó, fue difícil de erradicar porque una muy elevada parte del
financiamiento del estado recaía en los ingresos aduaneros.449 En 1831 un
nuevo decreto modificó las alícuotas de la harina,450 supuestamente porque
las industrias agrícolas estaban en peligro de ser: “totalmente abandonadas
por la falta de suficiente incentivo451.” Pero estas tasas no eran más protectoras
que las anteriores y además pesaban sólo sobre la harina; el trigo siguió con
los derechos de importación fijados en 1822. En 1834 un petitorio firmado por
“Unos labradores” describió el “trato infame” que habían recibido del gobierno
provincial y pidió medidas para hacer más provechosa la agricultura.452 En
1835 nuevamente, los agricultores de Buenos Aires pidieron que se duplicaran
los derechos de importación de los trigos y harinas extranjeras y argumentaron
que: “Buenos Aires que ha provisto en otros tiempos de trigo a lugares muy
lejanos, se ve abastecida actualmente de harinas norteamericanas, trigo del
Cabo y hasta de las costas del Mar Negro, que llegan a través de los puertos
del mediterráneo.”453 Volvieron a revisarse los aranceles para la harina en
1835; pero el reajuste efectuado en esta oportunidad tampoco garantizó una
adecuada protección. 454
No puede extrañarnos entonces, que los primeros petitorios de los
labradores fueran referidos a la política arancelaria, en la que estarían
recogiendo una larga tradición de petitorios y planteos. Pero además el abasto
de trigo en la década de 1850 era mucho más complicado que cuando se
habían discutido los aranceles –en 1830- porque el trigo producido per-capita
en Buenos Aires había descendido de 1,08 fanegas en 1821 a 0,40 en
1850.455 El importante crecimiento demográfico que se verificó en esos años no
fue acompañado de un aumento paralelo en la producción de trigo. Esta
situación llevó a que de Moussy afirmara a fines de la década de 1850:
“Aunque el cultivo de trigo se ha más que decuplicado en la provincia de
Buenos Aires, esta provincia no produce ni siquiera la mitad de lo que es
448
Así por ejemplo, el impuesto de 3 $ por quintal a la harina importada resultó poco menos
que nominal frente al aumento al triple del precio de la harina.
449
La oposición al comercio “libre” de Rivadavia se concentraba principalmente en el partido
federal, el único que abogaba por la causa de la industria y de la agricultura, pero el grado de
disposición de los dirigentes federales para defender el proteccionismo variaba de una
provincia a otra; y justamente los dirigentes de Buenos Aires, que eran muy sensibles a los
intereses de los saladeristas, no les entusiasmaba la protección, en Burgin, op it.
450
Debería pagar 9 $ cuando la doméstica no excediera los 45 $ el quintal; cuando se vendiera
entre 45 y 60 $ el derecho se reduciría a 7 $ y cuando pasaran los 60 $ el derecho caería a 5 $,
en BURGIN M “Aspectos económicos…” op cit.
451
Decreto del 7 de enero de 1831 en REGISTRO OFICIAL Nº 1, pp, 19, 20.
452
GACETA MERCANTIL Nº 3346, del 28 de enero de 1834.
453
Los labradores de la Provincia de Buenos Aires pidieron que se duplicaran los derechos de
importación a los trigos y harinas extranjeras, documento reproducido como apéndice de
Horacio Pereyra “Proteccionismo y desarrollo agrícola, un documento de la época de Rosas”
en Trabajos y Comunicaciones Nº 12, La Plata, Facultad de Ciencias de la Educación,
Departamento de Historia, 1964, p 169. Citado por J.C CHIARAMONTE, Nacionalismo y
Proteccionismo Económicos, 1860-1880, Ediciones Solar.
454
El documento se limita a la situación de la agricultura provincial, sin intentar una discusión
del problema en sus fundamentos teóricos. Chiaramonte considera que los labradores de
Buenos Aires, fueron en esta oportunidad mesurados en su petición y prudentes en sus críticas
a la economía clásica. CHIARAMONTE, ibidem.
455
DJENDEREDJIAN J, op cit.
170
necesario para su propio consumo.”456 Por eso, el aumento del consumo
urbano fue abasteciéndose cada vez más con oferta externa, ya fuera de
provincias interiores, como las cuyanas, Córdoba ó del exterior, como Chile.
Con cuatro petitorios colectivos los labradores solicitaron la restitución de
los aranceles aduaneros. Obviamente los argumentos se reiteraron en casi
todos. Por eso, trataremos de desglosar los tópicos que tuvieron origen en
las ideas de las minorías letradas y que fueron apropiadas por los labradores
de los que fueron originarios en el propio sector y respondieron a las
condiciones concretas en las que se desenvolvía la producción triguera,
como la cuestión de la mano de obra o la carestía de los fletes.
171
trabajos que reclama el pastoreo pueden postergarse a placer (…)
Tenemos más de 500 hombres en el Bragado y otros tantos han
regresado a las provincias, esquivando el servicio de las armas.;
todos arrebatados al arado, mientras que los guardias nacionales de
Areco, Navarro, Villa de Mercedes y otros puntos continúan
tranquilamente apacentando sus ganados.
172
Por eso y por otras razones que omitimos pedimos la
importación de harinas extranjeras solo cuando nuestros trigos
valgan el precio de 200 $ la fanega. Es imposible Sr. Gobernador
que podamos competir con las harinas norteamericanas pues los
fletes que pagamos son diferentes que en Europa.
En el año 1856 los trigos valían 210 a 250 $ la fanega y
actualmente de 80 a 120 $ y sin embargo de esta notable diferencia
el pan es de igual valor y tamaño.”460
A medida que la cuestión de la extensión del ferrocarril comenzó a
ocupar editoriales en los diarios porteños, los labradores incorporaron la
cuestión del costo de los fletes como argumento para sostener el reclamo de
la protección a la agricultura. Pero también comenzaron a usar a la prensa para
dar a conocer sus necesidades y propuestas: el 8 de agosto de 1855 los
vecinos de Chivilcoy ofrecieron, desde una nota en “El Nacional”, suscribir
entre uno y dos millones de pesos en acciones de FCO461. Sarmiento, con
entusiasmo, les respondió desde el mismo periódico a los tres días:
“A propósito del pan caro, los vecinos de Chivilcoy, propietarios y
arrendatarios se ofrecen tomar quinientas acciones en el camino de
hierro si alcanza Mercedes. La cosa se explica fácilmente. El pan
esta caro porque no hay harinas; los vecinos de Chivilcoy tienen
trigos; pero como es invierno y no hay caminos, aquí perecen y allí la
abundancia es inútil. Pide el pueblo a gritos que se deje importar
libre de derechos la harina ¿Importar de donde? De Estados Unidos,
de Chile. Pero los vecinos de Chivilcoy piden que se les permita
importar libres de derechos enormes de flete, su trigo, que estará
siempre a veinte leguas del molino y no pueden traerlo462.
El remedio para la carestía del trigo, según Sarmiento era mejor
comprendido por los vecinos de Chivilcoy que los de Buenos Aires:” tomar
acciones en el ferrocarril que pondrá en contacto diario las harinas de
Chivilcoy con las bocas que han de comerla en forma de pan.”463 Aprovechó
Sarmiento el epílogo de la nota para dar muestras del agrado que sentía por
los labradores de Chivilcoy: “los trescientos labradores de Chivilcoy podían
comprar las acciones porque tenían más ventajas que diez enfiteútas. El
capital que explota grandes extensiones sin trabajo, saca cien veces menos
provecho que cien labradores.”
Sin dudas fue la cuestión de los fletes uno de los “cuellos de botella”
que debía enfrentar la producción triguera que se llevaba a cabo a 160
kilómetros de su mayor mercado: Buenos Aires. El servicio de carretas entre
ambas localidades aplicaba un flete que llegaba a 42 $ la fanega de trigo,
monto que resultaba cinco veces superior al cobrado por los barcos que traían
ese producto desde Chile464 e incluso podía subir hasta 65 $ cuando los
caminos estaban en mal estado.465
Ciudadanos y labradores
460
Libro Orígenes 7, folio 18, año 1860, Archivo Municipal.
461
El Nacional, 8 de agosto de 1855.
462
SARMIENTO D, El camino del Lacio, Obras Competas de Sarmiento, Tomo XXIII, op cit.
463
Ibidem.
464
El Nacional, 6 de septiembre de 1855. Citado por SCHVARZER J Y GÒMEZ T “La primera
gran empresa de los argentinos. El ferrocarril oeste, 1854-1862”, FCE, Buenos Aires, 2006.
465
“El orden”, 24 de junio de 1857.
173
En otros argumentos, en cambio, puede observarse una mayor influencia
de los sectores letrados urbanos, indicando la permeabilidad de ciertos tópicos,
aún en ámbitos escasamente favorecidos por la expansión cultural de los años
posteriores a Caseros. Verse a si mismos como artífices del progreso fue una
apropiación que los labradores chivilcoyanos hicieron del discurso de algunos
exponentes de la juventud letrada. El intenso diálogo que pudieron trabar con
ellos, en el contexto de eclosión del diarismo, que siguió a la caída de Rosas
favoreció esa incorporación. Ya en la primera presentación de Soarez aparece
esta cuestión:
“Los labradores de Chivilcoy que suscriben en armonía con
las ideas económicas de V.E (…) nos vemos obligados por
sentimiento a elevar a usted una manifestación de nuestra gratitud
como ciudadanos y como labradores. Como ciudadanos porque
vemos en esta protección decidida de la agricultura una de las
medidas de poblar nuestros inmensos y fértiles desiertos que
reclama la industria del hombre ofreciendo una ocupación lucrativa
que sirva para desarrollar la actividad y dé incentivo a una
inmigración en gran escala. Y como labradores porque después de
los enormes perjuicios que hemos sufrido, la práctica de los buenos
deseos que V.E a favor nuestro nos rehabilita para continuar con
nuestras afanosas tareas.” 466
El agradecimiento lo hicieron desde su papel de ciudadanos y
labradores, quedando ambas condiciones cargadas de valencias positivas. Ser
ciudadano en la campaña, en el sentido de actuar en la construcción del
nuevo orden burgués, del mismo modo que labrar la tierra, adquirieron la
dimensión de valores morales. No puede pasar desapercibido que para los
sectores letrados de mediados del XIX, el progreso material había adquirido
ya un matiz casi religioso. Lo llamativo es el sincretismo que hicieron los
labradores al vincularlo con la agricultura. Esta última actividad requiere un
trabajo más intensivo y constante que la ganadería y genera en consecuencia,
un mayor bienestar. Las huertas prolijas, las grandes plantaciones de frutales,
la preparación de las conservas, el desecamiento de las frutas, la molienda del
trigo son todas tareas que demandan grandes esfuerzos colectivos pero que
redundan en una mejora sustancial en las condiciones de vida de la población.
Casa prolijas, jardines con flores, esmeradas huertas fueron motivo de orgullo
para los chivilcoyanos y ejemplos que merecían el elogio de los la juventud
letrada, que veía en el progreso material el objetivo de la acción política.
466
AGN, Sala X, 28-3-11.
174
fatalidad, sino la expresión de miles de familias agradecidas que
deben la reparación de sus graves perjuicios a V.E(…)”467
175
elemento más rico para ello que nuestros fértiles desiertos y el
arado para crear la situación independiente y el sustento de
1.000.000 de familias?. Esta es nuestra verdad incuestionable, es
una verdad desesperante para nosotros que vemos alejarnos de los
bienes que la práctica de ellos nos garante. (…)
El diálogo trabado con las autoridades también se fue haciendo cada vez
más estrecho. Por ejemplo, el petitorio de junio de 1858 no sólo contó con la
respuesta del fiscal: “ por la ley del 18 de diciembre de 1839, que aún no había
sido derogada, se determinan los casos que se debe prohibir la introducción de
harinas pero los suplicantes podrán dirigirse a la legislatura para su
derogación, ”470 sino también con la del asesor que afirmó: “sin perjuicio de
que los reclamantes concurran a la legislatura pueden mandar este reclamo al
Ministro de Hacienda para que sirva de dato a los proyectos de Hacienda471”.
No sólo les indicó el camino que debían seguir, sino que le dio su beneplácito
al proponerles que lo enviaran como proyecto.
Elevar proyectos, proponer ideas, plantearse interrogantes; sentirse en
otras palabras artífices de la construcción de la nueva nación casi a la par de
los estadistas, muestra el enfervorizado clima político y el efecto derrame que
estaban teniendo los debates sobre el proyecto de país que mostró que hasta
labradores, de un lugar relativamente marginal estaban involucrados en esas
discusiones. Por eso no ha de extrañarnos que la movilización alcanzara su
zenit cuando las tierras públicas pasaron a ser la cuestión central, en mayo de
1854.
470
Ibidem.
471
Ibidem.
472
En 1836 se sancionó la Ley de Ventas de Tierras Públicas y la mayor parte de la concedida
en enfiteusis fue adquirida por los mismos usufructuarios. A partir de 1840 no se registraron
más transferencias a manos privadas y Rosas extendió sólo unas pocas escrituras. Además
176
había sido un problema recurrente durante la administración rosista y recién
luego de Caseros y en consonancia con el caluroso debate que se desarrolló
en la legislatura porteña, sobre las transferencias de tierras hechas por
Rosas, esta problemática alcanzó a los labradores locales.
177
• Felipe Senillosa, presidente del Departamento Topográfico
entre 1828 y 1838, representante de la Sala durante el
gobierno rosista e importante ganadero.
• Manuel José Guerrico emigrado en Montevideo luego del
asesinato de su suegro Manuel Vicente Mazza.
• Gervasio Ortiz de Rosas, hacendado y hermano del ex -
gobernador, aunque opositor en los Libres del Sur.
• Saturnino Salas, agrimensor, de larga trayectoria en el
registro topográfico y responsable de la confección del
Registro Gráfico de 1834.
El petitorio
Los vecinos que suscriben, en uso del derecho de petición que les
confiere la ley, habiendo visto el decreto del 29 de abril pasado en el
que el ejecutivo manda a crear una comisión con el objeto de
presentar a la Legislatura las medidas necesarias para el arreglo de
las tierras públicas y como estas medidas pueden afectar nuestros
derechos e intereses individuales como los que dicen a la riqueza
pública, nos permitimos elevar a V.H las consideraciones y datos
siguientes con relación a este partido.
A todos nos es conocido el monopolio que se ha hecho y aún se
hace de las tierras públicas, de las que poseen algunos ciudadanos
extensas áreas que no les posible poblar , y que circunscribiéndose
a este partido, que es de grande extensión, tiene cuarenta leguas en
enfiteusis poseídas por doce enfiteutas, quiénes no solo
monopolizan toda clase de negocios mercantiles e industriales y
tienen a los pobladores en un estado de inseguridad fatal
perjudicialísimo al l progreso material del país, sino que llega,
incluso el egoísmo de algunos hasta arrogarse el derecho de no
permitir en ellas, sin su anuencia que pocas veces se obtienen,
negocios, atahonas, mataderos y ni aún de poner montes, siempre
que no convenga a sus intereses individuales. Ofende más estas
exigencias desde que ellos no sólo cobran las fanegas de trigo y
maíz impuestas aserde suerte de chacra, sino que hase catorce
años o más que no pagan el canon correspondiente, y que en caso
178
de haberle hecho será de sien pesos anuales por legua cuadrada,
mientras que en un solo año reciben por la misma legua ochenta o
más fanegas de trigo que algunos años les ha importado más de
doce mil pesos constituyéndose de este modo en señores feudales
con derecho a una posesión que la razón, la justicia y los adelantos
materiales del país rechazan.
Al tomar V.H. en consideración este grave asunto puede tener en
vista que, poseyendo cada uno de nosotros el pequeño campo que
ocupamos, bien sea comprando al gobierno su acción, o bien
pagando a este la semilla estipulada con los que hasta aquí se han
creído dueños, nos transformaríamos en propietarios o
arrendatarios del gobierno sin temor a un desalojo arbitrario como lo
estamos hoy; adelantaríamos nuestros establecimientos, tendríamos
estabilidad, germen de adelanto y civilización; cesaría el estado
nómada a que ha estado sujeta la condición del labrador y esta
misma estabilidad influiría en que pongamos en planta muchos
otros procederes que los usados hasta hoy en la labranza; el país
ganaría inmensamente y en particular nuestra riqueza; pues que a
V.H no se oculta cuanto moraliza la adquisición de bienes raíces,
porque de ella surge la idea de orden, estabilidad, mejora habitación
y porvenir de la familia. Estas consideraciones y tantas otras, que no
se ocultarán a la sabia penetración de V.H nos hacen creer que se
dictará una medida que haga cesar este estado de cosas y mejore la
condición actual.
V.H. debe tener en vista, que de las ochenta leguas cuadradas más
o menos de que se compone el partido, una muy pequeña esta
ocupada para el pastoreo y lo demás se compone de chacras, de las
que hay cerca de setecientas poblaciones que próximamente
producen cien mil fanegas de trigo anual.
Los doce enfiteutas que poseen como cuarenta leguas
cuadradas, perciben de los trescientos setenta y un arrendatarios
que las ocupan, como dos mil novecientas setenta fanegas de trigo
y tres mil doscientos pesos sin incluir el maíz que pagan algunos;
siendo de observar que algunos de dichos enfiteútas ni aún tienen
establecimiento en los campos en que se creen propietarios.
En caso de que se dicte una medida para fin de año
suplicamos a V.H destine una parte del arrendamiento que
pagamos a la construcción del templo, casa para escuela, y casa
Municipal y Juzgado del que carece este partido y que se halla
próximo a establecer. Por tanto, a V.H pedimos que teniendo en
vista las consideraciones expuestas se sirva dictar una ley en la que
autorice al ejecutivo para que se nos venda el campo que cada uno
ocupamos, teniendo como ocupantes la preferencia cuando se trata
de denegar, ó en su defecto que se destine una parte del
arrendamiento para las obras públicas el partido.
179
La propiedad privada como moralizadora es uno de los valores
burgueses de más peso, presente en la obra de Sarmiento. La transformación
que él y sus correligionarios abogaban para el país debía efectuarse bajo
estos valores. Como señala Katra476 Sarmiento, a pesar de su carácter
positivista ó más aún de masón, otorga enorme importancia (y hasta
sobredeterminación) a los valores morales como vehículos que conducen a la
civilización. Tengamos en cuenta que Sarmiento buscó en Estados Unidos la
exitosa transformación burguesa que no había encontrado en Europa y al
hacerlo tomó como referencia a los yanquis protestantes, para quiénes la
propiedad tenía características casi religiosas. La construcción que de los
bienes raíces surgía la idea de orden, estabilidad, mejora habitación y
porvenir de la familia estuvieron muy presentes en las imágenes que
Sarmiento construyó de su estadía en Estados Unidos. Por eso, la cuestión del
adelanto material, tan cara a la generación letrada que debía legislar, no podía
ser omitida en un petitorio de esta naturaleza. Era éste sin duda el mejor
argumento que podían utilizar. Como han demostrado otros autores,477 detrás
de cada reclamo había una propuesta concreta. Efectivamente, en este caso el
petitorio tenía el fin de pedir la venta de las tierras en condiciones que ellos
pudieran adquirirlas. Como señala Congost existió un proceso de construcción
social de la propiedad privada que no fue lineal ni tuvo un final definido y que
posiblemente en el momento en que se redactó el petitorio estuviera en plena
ebullición: el temor al desalojo así lo indica.
476
KATRA W “Sarmiento en los Estados Unidos” en Viajes de D.F. Sarmiento, FCE, España
1996.
477
Halperín Donghi y Garavaglia los hacen al analizar las “Memorias….” Op cit
180
adopta formas de expresión como los petitorios, las memorias y las editoriales
de los diarios.478
478
Por ejemplo en la REVISTA DEL PLATA, del 12 de agosto de 1854 se publica la “ Memoria
descriptiva de los efectos de la dictadura rosista sobre el jornalero y el pequeño hacendado de
la Provincia de Buenos Aires” Citado por HALPERIN DONGHUI, “Una Nación para el desierto
argentino” op cit y GARAVAGLIA J “Construir el estado, inventar la nación.”, Prometeo,
Buenos Aires, 2007.
479
LOS DEBATES, 16 de septiembre de 1857
480
En las librerías de las décadas de 1830/40 podían encontrarse libros de Chateubriand,
Dumas, Saint Simona, Guizot, Scout, Stael, Sand, Byron, Víctor Hugo y Tocqueville, entre
otros. En WEIMBERG F El Salón Literario de 1837, editorial Solar Hachette, Buenos Aires,
1977.
181
Manzini tuvo amplia difusión gracias a la generación del 37. El Dogma
Socialista escrito en 1846 por Esteban Echeverría recogió ideas que venían
debatiéndose desde años anteriores y que por eso tuvieron amplia difusión.481
Por eso creemos que de una forma más o menos sesgada el extraordinario
florecimiento intelectual que se produjo en los últimos años del rosismo,
alcanzó a los autores de los petitorios. Advirtieron los estadistas que las
soluciones políticas carecían de fundamento sino se realizaba a fondo la
realidad social. Estas tensiones se enmarcaban además en el proceso de
tránsito de formas precapitalistas, en las que primaban los espacios y las
actividades comunales, a las capitalistas en las que la propiedad privada e
individual pasó a regir las relaciones sociales.
481
ROMERO J L “Las ideas políticas en Argentina”, FCE, Buenos Aires, 1946, 1º edición.
182
El ejecutivo se hizo eco del reclamo482 y el 4 de noviembre de 1854 un
decreto firmado por Pastor Obligado e Irineo Portela mandó a suspender los
pagos que efectuaban los sub-arrendatarios de tierras públicas de la provincia
a los enfiteutas poseedores de las mismas hasta tanto se sancionara la Ley
respectiva.
Los protagonistas:
El negocio de Federico Soárez.
183
corredores, pisos de tejuela y una habitación en los altos, que perfectamente
podía servir de mirador, constituían el negocio que se hallaba a la vera del
camino que se dirigía de la Guardia a las Salinas, intensamente transitado
porque era el que conectaba la región con Buenos Aires. El negocio se había
convertido para esos años en uno de los más importantes de la región484.
Hacía más de diez años que Soarez tenía su negocio en ese lugar, –
recordemos que había llegado desde la Banda Oriental aproximadamente en
1842- cuando, posiblemente luego de largos debates y discusiones con los
parroquianos que concurrían a su casa, Soarez, secundado por Gabriel
Ramírez decidió redactar el petitorio. Soarez era uno de los más importantes
acopiadores de trigo y podemos suponer que fue su negocio uno de los puntos
neurálgicos de la movilización, ya que logró en esa primera oportunidad la firma
de 266 individuos. Si nos detenemos en los que firmaron en primer término y
en los que lo hicieron en nombre de otros (pauta de que estuvieron presentes)
identificamos a muchos representantes de las familias más antiguas de la zona;
Los Molina- representada por varios miembros-, Falcón; Montenegro, Almeida,
Manuel López, los yernos de Santiago Barrios; Tomás Lucero y Manuel
Figueredo; Villafañe, Palleros, Reynoso, Montoya, Burgos, Rojas, Brizuela,
Bustos, Bustamante, Guzmán; así lo indican.
Juntar doscientas sesenta y seis firmas en una comunidad que no
pasaba de los 6000 individuos requería gran ascendiente sobre la mayoría de
los parroquianos ó, en su defecto, un elevado nivel de consenso.
484
Desde 1840 el genovés Angel Grego se asoció con Soarez, amigo de sus padres. Diario
La Razón de Chivilcoy, edición especial del 22 de octubre de 1954.
184
su chacra y negocio,485 amasando una pequeña fortuna. Cabe preguntarse,
¿Fue Calixto, letrado, como para redactar petitorios y movilizarse como lo
hizo? Salvo su carrera militar, no tenemos noticias de que haya recibido una
educación sistemática y esmerada, salvo las primeras letras, adquiridas en su
San Juan natal. Sin embargo si miramos detenidamente las biografías de sus
hijos, nacidos entre fines de la década de 1820 y la del 40, encontramos
algunos indicios para entender por donde podían ingresar ideas progresistas
a este núcleo familiar: De sus nueve hijos, el mayor Miguel, no recibió una
educación sistemática y fue labrador en tierras ajenas igual que su padre. Sin
embargo, según la tradición local, era un autodidacta que leía las obras de
los constitucionalistas norteamericanos como “El federalista” de Hamilton,
“Trabajo y Propiedad”, “Libertad y gobierno propio” de Franz Liebber.486 Los
hijos menores, a medida que la familia se consolidaba, tuvieron más
oportunidades educativas; principalmente Bernardo, nacido en 1838, que se
educó en el Colegio Republicano y llegó a ser, diputado, senador, director del
Ferrocarril Oeste, etc. También sus hijas mujeres se casaron con futuros
dirigentes locales; Martina487 con Antonio Bermejo, Ana con Triunfo Villafañe.
Su yerno, Antonio Bermejo – que hospedó a Sarmiento en la primera visita que
hizo a Chivilcoy- fue otro miembro activo de la movilización488.
185
de las ideas y el clima de debate que se vivía en el partido; ya que si bien los
patriarcas, Calixto Calderón, Gabriel Ramírez habían sido militares y luego
labradores, sus hijos estudiantes, eran los que podían introducir en sus
hogares las ideas progresistas.
489
A ABRIOLA, Biografía de los fundadores. Chivilcoy, 1974.
490
Su tía abuela, María Aniceta Villarino fue la abuela de Carolina Lagos, esposa de Carlos
Pellegrini. El trato entre ambas familias quedó plasmado en varias pinturas de Pellegrini
(padre) inspiradas en la casa de Villarino.
186
realizó ya fuera en el campo en azul o la jabonería en Montevideo quedaron
truncos por la virulencia de las luchas intestinas. Terminó por eso con un
negocio en Chivilcoy, dando cuenta de la inestabilidad que ocasionó el
régimen rosista, en la consolidación de ciertos sectores. También aquí es
posible indicar una urdimbre de vínculos cruzados a través del matrimonio: una
de sus hijas se casó con el hijo de Valentín Fernández Coria, otro de los
protagonistas.
187
Ubicación de los principales protagonistas y de sus negocios.
Como hemos demostrado, el diálogo entre los labradores y los estadistas fue muy
491
intenso, por eso cabe preguntarse por la relación de Sarmiento .
491
Sarmiento hasta el cansancio y a sabiendas de las escasas posibilidades de lograrlo,
propone realizar modificaciones en la campaña que faciliten una mayor difusión del bienestar y
el avance más rápido de la cultura material y cívica de las poblaciones rurales. Comparte con
las clases ilustradas el diagnostico de que el problema de la campaña no era exclusivamente
económico y que por lo tanto la solución no podía venir exclusivamente por esa vía. El
primitivismo de la campaña imponía riesgos intolerables al desarrollo argentino Y, nuevamente
como señala Halperín esta perspectiva iba a ser seguida de un corolario preciso: la
eliminación del primitivismo sociocultural de la campaña requería la eliminación también, del
predominio ganadero, estableciendo una identificación directa entre economía pastoril y
barbarie política. Es en esta noción en la que se apoya un vasto consenso que propone no
sólo como solución para el atraso de la campaña la colonización agrícola sino para los
problemas socio-políticos de toda la nación. Qué la diferencia entre Mitre y Sarmiento pase en
188
– principal vocero- y los labradores.
parte, por esta noción y que vuelvan a tomar a Chivilcoy como ejemplo de sus proyectos y de
sus límites, no deja de mostrar la excepcionalidad que mantenía en una fecha tan tardía
como 1868. El 3 de octubre de ese año el pueblo el pueblo ofrece un banquete al presidente
electo: Sarmiento y el 25 de ese mes despide al presidente saliente: Mitre. El primero
aprovecha la oportunidad para reafirmar el lugar central que la creación de una nueva
sociedad campesina tiene en la transformación nacional que pretende impulsar.; el segundo lo
emplea para recusar la noción misma de que la economía y la sociedad de la campaña
requieren ser rehechas hasta sus raíces.
Fue en ese discurso cuando Sarmiento dio a conocer su programa: “Hacer cien chivilcoy en
seis años de gobierno y con tierra para cada padre de familia, con escuela para sus hijos”
Nuevamente la necesidad de la redistribución de la tierra para lograr un estilo de desarrollo
aceptable en la campaña, pero no se puede pasar por alto que a fines de la década del 60
otros partidos habían tenido evoluciones rápidas y asombrosas sin que el estatuto tradicional
de tenencia de la tierra se hubiera modificado como en Chivilcoy. El tono irónico del discurso
de Mitre no sólo cuestiona la posibilidad de elaborar planes de cambio social a partir de
criterios exclusivamente económicos, sino defendió la racionalidad que se despliega en la
historia y con la que comunica instintivamente la inteligencia popular que “los obstinados
491
errores de los sabios no dejaron de beneficiar a Chivilcoy” . En otras palabras, para Mitre, el
éxito de Argentina lo debe a su decisión de concentrar su esfuerzo productivo en aquellos
renglones para los cuáles las condiciones localmente favorables se reflejaban e bajos costos
de producción. Aparece así finalizando la década del 60 un estado de conformidad con el statu
quo, que termina por hacer desaparecer la necesidad – o posibilidad- de construir en el
desierto pampeano una sociedad campesina radicalmente nueva, que dará fundamento a una
nación renovada.
492
El Nacional, 25 de septiembre de 1856, Chivilcoy en los boletos de sangre.
493
SARMIENTO D F “Obras Competas”, Tomo XXIII, pp 158, op cit.
494
El Nacional, 25 de julio de 1855 “Chivilcoy y el camino de hierro”.
495
SARMIENTO D, “Obras ompletas” op cit, pp 286
189
“ Un incidente, no sabemos decir si desgraciado o feliz nos
hizo abandonar nuestro viaje proyectado a Estados Unidos y sin
saber como nos hallamos en Buenos Aires cuando los vecinos de
aquel Chivilcoy, cuyas arboledas sólo habíamos divisado desde
lejos, se presentaban a la legislatura pidiendo una ley que
reglamentase la ocupación de las tierras en las que siembran sus
mieses496”
Uno de los tópicos que más festejó Sarmiento de Chivilcoy y que a esta
altura podemos poner en dudas es la presencia de extranjeros. Así, cuando
pasó con el ejército grande, en 1852, escribió: “Muchos extranjeros están
establecidos allí y gozan de completa y absoluta seguridad. Ellos son los que
siembran el trigo498.” Más adelante, cuando visitó en 1857, Chivilcoy escribió:
496
SARMIENTO D “Obras Completas” Tomo XXIII, pp. 282.
497
Jaime Pellicer dice que los descubrimientos de Sarmiento en Estados Unidos son más bien
captaciones, intuiciones geniales, que lejos conocimiento profundo que tenía de Europa, el
contacto con Estados Unidos fue rápido, superficial, lo que no le impidió que durante toda la
vida admirase a ese país y lo pusiera de ejemplo en cuanto discurso pronunciara. Similar fue
la relación con Chivilcoy, que con un contacto mínimo paso a ser su vocero. Podría
compararse a la situación que Sarmiento.
498
SARMIENTO D “Obras completas, op cit, pp. 215.
499
“Nueve eran nacidos por estos alrededores, cordobeses diez, santiagueños y tucumanos
siete, sanjuaninos y mendocinos cinco, españoles y vascos siete, italianos dieciocho, franceses
dos, norteamericanos e ingleses nueve, prusianos tres, austriacos uno”. Ibidem Tomo XXI, pp.
57 a 71.
190
zona o provincianos. Entre ellos casi no hubo extranjeros. Sarmiento,
paradójicamente, se hizo vocero de los criollos que fustigó con pasión
inusitada en Facundo. El mismo lo reconoció con innegable alborozo: “ he aquí
al gaucho argentino de ayer, con casa en que vivir, con un pedazo de tierra
para hacerla producir alimentos para su familia”. ¿Fue un giro en Sarmiento
reconocer la posibilidad que el gaucho, el criollo, fuera pasible de civilización?
O fueron matices que enriquecerían un pensamiento caracterizado por los
esquematismos? Creemos que la influencia de la filosofía de la historia, de la
línea de Hegel, visible en varios aspectos de su obra, le permitió considerar al
vago como producto del sistema500. Era el latifundio, el que había hecho
nómada al gaucho, impedido su ascenso social y cerrado todas las puertas
para su adaptación al cambio: “¿Qué es un vago en su tierra, en su patria? Es
el porteño que ha nacido en la estancia de cuarenta leguas, que no tiene,
andando un día a caballo, donde reclinar su cabeza porque la tierra, diez
leguas a la redonda es del que la acumuló con capital501 ” (…) El tema del
vago, de alta incidencia en su obra lo retoma en otra editorial cuando afirma:“
Chivilcoy no tiene vagos. Lo que en otras partes son vagos o advenedizos, en
Chivilcoy eran hasta hoy humildes inquilinos del poseedor de los boletos de
sangre”. La moral del trabajo, de amplias reminiscencias protestantes en la
obra de Sarmiento, le sirvió para justificar que los vagos, los gauchos, los
criollos hubieran dejado de serlo. Sin embargo, Sarmiento no sólo enfrentó al
vago, a la víctima; también atacó con indomable energía y sin desmayos a lo
largo de décadas, a los intereses ganaderos, responsables y beneficiarios del
sistema que precisamente el cambio de estructura quería quebrantar.
Pero, además de la posibilidad de ser artífice del cambio, ¿qué otra cosa
atrajo a Sarmiento? Chivilcoy era para aquellos años una aldea rodeada de un
espacio rural cultivado; pero como es obvio, era más espacio rural que urbano.
Recordemos que en el Facundo, Sarmiento presentó como su tesis más
importante, la asociación de la ciudad con las instituciones civiles,502 en tanto la
veía como el ámbito de la acumulación de cultura. Sin embargo, después de su
viaje a los Estados Unidos, esta interpretación iluminista de la experiencia
urbana cambió de énfasis. Sarmiento se impresionó de mala manera al ver las
viejas ciudades europeas de Francia y Prusia que ahora estaban habitadas por
millares de trabajadores subsistiendo con bajos sueldos, quedando de este
modo desacreditada en su mente la experiencia urbana. Así la oposición que
el había empeñado en articular entre la supuesta barbarie americana y la
civilización de la urbe europea no era neta o clara. Pero típico de Sarmiento es
que en vez de cuestionar la validez de esa dualidad esquemática en sí, sólo
alteró su contenido. De ahora en adelante no defendió a la ciudad como fuente
del progreso, sino a la aldea. 503Los socialistas utópicos, Fourier o Saint
Simons, también desconfiaban de la ciudad industrial como sinónimo de
progreso y estaban en plena búsqueda de un nuevo modelo, que incluyera el
equilibrio entre sociedad y entorno natural. Argüían que la agricultura constituía
500
PELLICER J “Los Estados Unidos en Sarmiento”. En Viejas, op. cit, pp.917.
501
SARMIENTO D, Obras Completas, op cit, Tomo XXIII, pp. 318.
502
No es original la idea de vincular la ciudad con las instituciones porque ya estaba presente
en el pensamiento de varios escritores europeos de la ilustración
503
Sarmiento no era el único que sentía entusiasmo por la aldea fronteriza, sino que la imagen
del oeste con el self made man era muy caro para los norteamericanos de la época.
191
la ocupación digna del hombre libre, debido a la saludable salud física y moral
que engendraba. Según esta creencia trabajando en el campo y ejerciendo sus
derechos como pequeño productor el ciudadano se preparaba moral y
socialmente para su participación en las instituciones democráticas de la
municipalidad. No sólo se trataba de las lecciones aprendidas por medio del
trabajo digno, el ahorro y la inversión de sus escasos capitales. Además los
acuerdos de la población rural en asuntos relacionados con el agro proveían un
modelo para la futura colaboración a un nivel social de más alcance. Todas
estas ideas recibieron claro eco en los escritos de sus viajes a Estados
Unidos: los prototipos de una sociedad civilizada serían retratados como
residentes de las pequeñas ciudades o aldeas rodeadas de prósperas zonas
agrícolas. Chivilcoy, era el mejor ejemplo de de ese modelo que podía
encontrar en el Río de la Plata, era este por eso, otro de los motivos de su
acalorada defensa.
Por eso, no ha de extrañar que entre julio y agosto de 1855 desde las
páginas de “El Nacional” en tres largos artículos, Sarmiento defendiera a los
labradores chivilcoyanos. En el primero, del 25 de julio de 1855, afirmó: “ Es la
tierra el asiento de la propiedad El arrendatario si es accidental arruina el
suelo y conserva para siempre el desierto, si es permanente se convierte en
siervo y lega a sus hijos con la casa la servidumbre. La cultura de la tierra
requiere título de propiedad, claro y cierto. Los agricultores de Chivilcoy para
plantar un árbol para edificar casas sólidas aguardan a saber a quién
pertenece la tierra que labran y esta cuestión debe resolverse sin pérdida de
tiempo504” En agosto, luego de un largo análisis sobre la solicitud de los
labradores chivilcoyanos de tarifas a la importación de trigo, en el que se
observa la tensión que le provoca a él “ que pertenece al liberalismo viejo y
apolillado de antaño” adoptar mediadas proteccionistas, encuentra la salida
esperada: “ tomar acciones en el camino de hierro” . Le quita a la discusión
librecambio/ proteccionismo entidad y resuelve el problema con uno de sus
postulados predilectos: la incorporación de tecnología.
192
comprarla. El clima electoral de 1856 y 1857 – cuando se efectuaron comicios
para elegir legisladores y gobernador- envolvió los debates sobre tierras.506 La
polémica se intensificó cuando el gobierno lanzó la propuesta de vender
270.000 has. al interior del río Salado para cubrir necesidades del erario
público.
La Ley.
193
enajenaran las tierras públicas del partido de Chivilcoy, que deberían ser
divididas por líneas rectas de sur a norte, formando porciones de cuarenta
cuadras por costado. Esta división constituiría una manzana. Veinte cuadras de
norte a sur y diez de este a oeste, formarían un lote, los cuales, a su vez, se
dividirían en medios y cuartos lotes.511
pagado una parte del precio y que por distintas razones no habían completado el trámite. Esta
norma, muy confusa, en nada favoreció a solucionar las cuestiones del momento. A raíz del
fracaso de la Ley de 1857 en definir la mayor parte de los asuntos que el rosismo había dejado
pendientes, se presentó un proyecto aclaratorio.
511
Deberían numerarse por el norte las se manzanas y los lotes, de derecha a izquierda los
primeros y viceversa los segundos.
512
Boletín Oficial, Año 1857. pp 146 y 147 AHPBA.
513
La ley promulgada el 12 de octubre de 1858, cerró la etapa más conflictiva de la
reconsideración de la legislación rosista sobre la tierra pública. Por la misma se anularon
donaciones, pero se reconocieron los premios de combates contra los indios y los derechos de
los exenfiteutas fueron contemplados en parte. Por la ley de octubre de 1858 efectuadas entre
el 8 de diciembre y el 3 de febrero de 1852, aún cuando contaran con escrituras. Los premios
por combates contra los indios fueron reconocidos y los donatarios que no habían ubicado sus
tierras tendrían noventa días para solicitar una parcela fuera de la frontera. Se exceptuó del
reconocimiento a Rosas, en cambio quedaron firmes las que él había repartido entre sus
acompañantes. Se anularon los premios a la fidelidad estipulados por la ley de noviembre de
1839. Los derechos de los exenfiteútas fueron contemplados en parte, dado que el artículo
quinto de la ley los tenía en cuenta para aquellos casos en que habían comprado con boletos.
Los que no habían obtenido la escritura a raíz de haber sufrido el embargo de sus bienes y,
consecuentemente, la emigración, podían presentarse a solicitarla pagando el precio estipulado
por la ley de venta de mayo de 1836. Se estableció una diferencia entre los tenedores de
boletos por combates, a los que se le obligó a poblar y aquellos que poseían acciones por
premios a la fidelidad. Estos últimos debieron abonar sumas exiguas de dinero en relación con
las fijadas en ese momento por el gobierno en relación para las tierras públicas. Los ocupantes
194
revalidar sus compras por el precio de 1836. Fue así como Bernarda Frías de
Gorostiaga pudo escriturar las 24.300 has en Chivilcoy514.
195
citado, pierden el derecho de preferencia”, es indicativa de las resistencias
que había hacia la compra.. Igual tenor, muestra el artículo Nº 2, al establecer
que solicitado un lote en compra no se podrían dejar pasar más de diez días
para depositar el dinero y que de no hacerse así les correría el interés del 2 %
mensual durante el tiempo que demorasen.
Conclusiones.
196
la capacidad de movilización, de resistencia al orden establecido o de
aprovechamiento de los intersticios que dejaron abiertos los sectores
dominantes, es una tarea ímproba que no siempre garantiza que los sectores
diferenciados fueran visto de este modo por sus contemporáneos.
197
Mientras tanto, una segunda oleada de inmigrantes hizo posible el
poblamiento del territorio que se extiende hasta el río Salado, ubicándose
principalmente en Chivilcoy que era el cordón de la frontera para las décadas
de 1820 y 30. Esta nueva oleada respondió a la reavivación del flujo de
inmigrantes provincianos que se produjo luego de las guerras civiles y supuso
algunos cambios respecto a la anterior. El perfil de los inmigrantes, que
pasaron a ser principalmente campesinos de Santiago, de las otras provincias
empobrecidas y de los partidos de antigua colonización, difería del perfil
castrense de los de la primera hora. Fue tan masivo el flujo que en Chivilcoy,
a mediados del siglo XIX, más de dos tercios de la población era inmigrante y
casi la mitad de los varones adultos eran santiagueños. Avanzada la década de
1850 el porcentaje de inmigrantes provincianos tendió a disminuir, proceso
que se acentuó en la década siguiente. La inserción de los inmigrantes no se
redujo a las categorías ocupacionales más baja: peones o jornaleros (aunque
sin dudas fueron las más numerosas) sino que algunos pudieron hacerlo
como labradores o estancieros, dando cuenta de la posibilidad de iniciar la
producción en un contexto de libertad contractual.
198
Pero además, el avance de los comerciantes vascos – santiagueños e
incluso el de los labradores sanjuaninos indica que la expansión terrateniente
que vivió la campaña bonaerense a partir de 1820 no fue sólo atractiva a la
elite mercantil porteña, con ella devenida en terrateniente, sino también a
sectores del interior y que se originó en el clima de intensos contactos que
hubo entre ambas.
199
a los hallados cincuenta años después, en la movilización que protagonizaron
los labradores chivilcoyanos. La segunda, es que sus protagonistas, medianos
productores, mostraron una rápida capacidad de reacción frente a estímulos
que consideraron adversos, alejándose decididamente de la inercia con que
se los caracterizó.
200
ampliación de la base social de los tenedores de títulos. Por eso, creemos que
el discurso no llegó a materializarse en cuestiones concretas y que la actitud
”benevolente” del estado colonial hacia los ocupantes sin títulos, se explicaría
más por su desinterés en la ocupación efectiva de la tierra bonaerense, que
por una política deliberada de apoyo a los pequeños productores rurales en
detrimento de los grandes estancieros.
201
traspasadas por primera vez a particulares por enfiteusis- ayudó a
ampliar la base social de los propietarios de las tierras.
202
Los procesos descriptos hicieron que la estructura territorial resultante
presentara algunas diferencias de la del resto de la provincia; por ejemplo, las
3922 has que tuvieron en promedio las enfiteusis mercedinas en 1827 y las
3375 de las suipachenses, dos veces menores al promedio general de 12.501
has, fueron muestras claras del predominio de los pequeños productores en la
región. En Chivilcoy, el promedio de 11035 has para 1828, también fue
menor al general, aunque no tan lejano y si comparamos estas cifras con las
de 1835, observamos una importante disminución: en Mercedes se pasó de
3922 a 2986 has; en Suipacha de 3375 a 3031 has y en Chivilcoy de 11035 a
9080 has. Tendencia opuesta a la observada en el resto de la provincia en
donde la enfiteusis tendió a aumentar de tamaño pasando de 5.6 en 1827 a
6.3 leguas en 1836.
203
del capital total. Si pasamos esta hipótesis a cifras, observamos que el 80 %
de los propietarios tenía capitales menores a 20.000 $ y concentraba el 50 %
de la riqueza del partido. Poseer en 1839 capitales menores a 20.000 $
suponía contar con un stock de unas 500 vacas (10.000 $), entre media y
una legua de tierra (2000 o 2500 $ la legua) y alguna vivienda; bienes que
suponían posibilidades de acumulación limitadas. La valorización de las tierras
gracias a las sementeras que contenían y el comercio fueron los “factores” de
la riqueza de la región. El partido ocupaba el puesto número once según la
dotación de capitales, después de los ricos partidos ganaderos del sur y de
uno casi urbano como Quilmes y mostraba una “riqueza” de carácter
diferente, si se la comparaba con la riqueza ganadera del sur o con la
pobreza del norte, asemejándose a los de las cercanías, no tanto por su
ubicación espacial- distaba treinta leguas de Buenos Aires- sino por
especializarse en la producción de bienes que el mercado porteño y los
pueblos de las cercanía demandaban cada vez más. Los estratos más
“pudientes” eran heterogéneos, del mismo modo que lo había sido el
poblamiento de la región. Lo conformaban descendientes de las familias de
comerciantes vasco-santiagueños que se habían asentado en la zona a fines
de la década anterior y algunos miembros de familias muy tradicionales que
habían “adelantado” la frontera y participado de la enfiteusis.
204
la única razón, porque no podemos desconocer que muchos otros partidos
recién incorporados también contaban con tierras de calidad agrícola. Fueron,
como siempre, un cúmulo de factores los que hicieron que la producción se
trasladara desde las cercanías a este rincón de la frontera oeste. Pero en este
cúmulo, la presencia de provincianos con hondas raíces agrícolas, las redes
sociales que conformaron, la existencia de aceitados canales comerciales,
fueron claves para entender porqué Chivilcoy se convirtió en un “bastión”
agrícola y no sucedió lo mismo con partidos cercanos con calidades
territoriales similares.
205
máquinas, desvelaba a los labradores locales, en su mayoría provincianos
recientemente arribados.
206
negocios, ubicados principalmente sobre la enfiteusis más grande del partido,
que además era en la que menor presencia tuvieron los poseedores de los
títulos. Entre los protagonistas encontramos un itinerario común; la
participación en las luchas civiles, seguida de la prestación de servicios en
zonas fronterizas pero cercanas a este partido, como la Barrancosa, el Fuerte
25 de Mayo o Tapalquen y la participación en la Justicia de Paz, en los últimos
años del rosismo. Describimos sus itinerarios formativos y demostramos que
su educación formal no había sido elevada, lo que no les impedía ser lectores
de una literatura, que por aquellos años tenía una amplia difusión, incluyendo
a la campaña. Demostramos también, que parte de esos libros e incluso de
las ideas progresistas que defendían, podían ingresar a este círculo por sus
hijos que concurrían a colegios porteños.
207
cuestión de la tierra fue similar. Chivilcoy era uno de los partidos en el que
más lotes entregados en enfiteusis habían vuelto a ser tierra pública. Por eso la
tensión de producir en tierras ajenas, subarrendadas recorrió la movilización.
Ambas eran entonces cuestiones, que se prestaban a estallidos sociales,
protestas o movilizaciones como la descripta. Sin embargo, los argumentos
que los labradores usaron para avalar sus solicitudes no fueron originales,
sino apropiaciones efectuadas de los discursos de la elite letrada: la cuestión
del progreso, con que se vinculó reiteradamente a la agricultura, de la
inmigración y de la propiedad privada como eje de una sociedad “moderna” y
“progresista”, pudieron ser tópicos compartidos por algunos, pero no por todos.
Así lo demostraron los numerosos traspiés que sufrió la aplicación de la
Ley de Tierras de Chivilcoy.
208
A fines del siglo XVIII, la región que analizamos se conocía como frontera de
Luján. Luego se comenzó a designar como frontera de la Guardia de Luján y
comprendía el espacio que se extendía desde los límites de la jurisdicción de la Villa
por el este, hasta el río Salado por el oeste. El partido de la Guardia de Luján se creo
en 1812, pero tampoco con esta nueva jurisdicción quedó mejor definido el límite
oeste. A medida que fue creciendo la población de la Guardia, comenzaron a
mejorarse las definiciones espaciales: en la primera década del siglo XIX, en las
solicitudes de tierras comenzaron a mencionarse las cañadas y las regiones tomaron
sus nombres; por ejemplo cañada Los Leones, Las Saladas, el Durazno, laguna
Turbia, cañada Chivilcoy y La Rica, les dieron sus nombres a las regiones de las
cercanías. A partir de 1825, comenzaron a llevarse por separado los libros de
bautismos de la ayudantía del Rosario y nuevamente aparecieron esas
designaciones: “Saladas de Luján”, “Leones” y “cañada Rica”.
Los padrones de 1836 y 1837 también hicieron referencia a estas comarcas y
agregaron otras, como "Monte Los Gallegos" o "Saladas arriba y abajo". Recién en
1845, se escindió del partido de la Guardia de Luján, el de Chivilcoy, teniendo como
límites la Cañada Las Saladas, hacia el este y el Río Salado hacia el oeste. En 1854
se separó de la jurisdicción eclesiástica de la Guardia de Luján - que para esos años
ya se llamaba Mercedes -, la de Chivilcoy y se creó la primera parroquia. Estas
continuas modificaciones espaciales fueron atendidas en reiteradas oportunidades a lo
largo del trabajo.
LAS FUENTES.
LA POBLACIÓN.
Recuentos de población
516
AGN, IX; 1-7-4.
209
de este tipo que se encuentran depositados en el Archivo Histórico Municipal de
Chivilcoy:
1- “Cuaderno de asiento de los patrones, peones, sueldo mensual que
ganan, cuartel, día, mes y año”. Año 1848. Archivo Histórico
Municipal. Libro Orígenes. Vol. VI. Se encuentra incompleto porque
sólo están los legajos de mayo a diciembre. Consigna: Nombre y
apellido de patrón. Nombre y apellido de peones. Salario, tarea y
número de cuartel.
2- Enrolamiento realizado el 11 de septiembre de 1851. Libro Orígenes
Vol. VIII. Archivo Histórico Municipal. Se enroló, con fines militares, a
los varones solteros mayores de 15 años. Consignó: Nombre,
Apellido, Edad, Cuartel, Origen, Señas Particulares. Se conservan
los legajos de los partidos 1ª, 2ª y 5ª.
3- Padrón con los “ciudadanos solteros que existen en este partido”
confeccionado en mayo de 1857 por el Juzgado de Paz. Consignó:
Nombre, Apellido, Origen, Edad y Actividad.
Los padrones.
517
CARDOSO C F y H. PERÉZ BRIGNOLI, “ Los métodos de la historia. Introducción a los
problemas, métodos y técnicas de la Historia Demográfica, Económica y Social.” Grijalbo,
México, 1976.
518
WOODROW BORAH, “La demografía histórica de América Latina”, en Perspectiva de la
historia económica cuantitativa de América Latina, FCE, 1984.
519
Constituye una lista nominativa censal con la información individualizada, aunque hace
hincapié en la cabeza de familia. Este padrón se encuentra publicado por la Facultad de
Filosofía y Letras en Documentos para la Historia Argentina, Tomo X, Padrones de la ciudad y
la campaña bonaerense (1726-1810), Compañía sudamericana de Billetes de Bancos, Buenos
Aires, 1914.
210
de obra familiar con que cuenta. 9. Relación con la tierra que ocupa. 10.
Consideraciones particulares de algunos empadronados.
520
AGN, sala X, 8-10-4.
211
construir un registro útil para establecer comparaciones con otros ecosistemas
contemporáneos de la campaña rioplatense.
El 8 de Julio de 1813 el Alcalde de Hermandad, Don Nicolás Amarillo firmó la
última página de éste padrón, dando por terminado el censo en ese partido. Este
padrón es de muy buena calidad y sigue los lineamientos de los censos de población
levantados en la etapa virreinal. Cada unidad censal esta marcada con una llave, en
la que están escritos los nombres de todos los integrantes, las edades, los lugares de
origen, las ocupaciones y el estado civil. Incluye una columna titulada “pardos y
morenos” en la que se hace referencia a la condición de libres y esclavos y en la
última columna, titulada “clases”, se mezcló el color con el origen, ya que se usó la
clasificación “españoles americanos”, “españoles europeos”, “ingleses” – o de otros
países- negros y pardos.
Por ser una región eminentemente triguera y por la fecha en que se realizó el
padrón - mes de julio- podría haber vecinos ausentes por la preparación de las
sementeras, pero debemos recordar que la siembra requiere muchos menos brazos
que la cosecha y es posible - por los volúmenes cosechados por cada labrador en
este partido- que no haya sido necesario mano de obra externa en el momento de la
siembra, por lo que probablemente el censista pudo cumplir su cometido sin
problemas.
Nicolás Amarillo, el encargado de confeccionar el padrón, era un antiguo
vecino de la zona, descendiente de una familia que había migrado desde Pilar.521 En
su juventud, allá por 1770522 , inició la carrera de blandengue - camino seguido por
muchos otros jóvenes de la vecindad-. Es probable que estas funciones militares no le
hayan exigido el abandono de su estancia, en la que también practicaba agricultura523,
aunque la falta de pagos periódicos y el descuido de sus lucrativas tareas agrícolas, lo
desanimaron rápidamente a continuar en el orden militar, pasando a prestar servicios
como miliciano524 y llegando a ocupar el cargo de capitán,525 en el momento de
confeccionar el padrón.
El itinerario recorrido por Nicolás Amarillo nos queda bastante claro, a pesar
que la fuente no haga mención de los cuarteles, ni a otros hitos espaciales que
permitan ubicar a estos pobladores sobre el amplio espacio que comprendía este
partido. En parte hemos suplido esta falencia con otras fuentes como mensuras,
catastros, etc. Para ese entonces, este partido tenía límites bastante imprecisos,
principalmente hacia el oeste hacia donde se extendía hasta las últimas poblaciones
blancas que estaban situadas al este del Salado. Por el contrario, los otros límites
estaban mejor determinados, ya que hacia el norte lindaba con el partido de Areco,
por el sur con el de Navarro y por el este con el de la Villa de Luján. Es probable que
este censista, primero haya censado a los habitantes del poblado y por eso en las
primeras hojas del padrón figuran predominantemente los comerciantes, soldados
retirados, y personas de oficios como albañiles, barberos, zapateros, en su mayoría
españoles americanos, aunque también negros y pardos - libres o esclavos- que
estaban principalmente insertos en las UC de los comerciantes. A continuación
creemos que se dirigió a la zona rural, pero hacia el este –en dirección a la Villa de
Luján- habitada principalmente por estancieros y comerciantes con una importante
cantidad de jornaleros, en su mayoría españoles americanos, aunque también había
521
Nicolás Amarillo fue bautizado en Luján en 1749
522
Su padre, Ramón Amarillo fue censado en Pilar en 1738 con “una yunta de bueyes y
algunos caballos” Padrón de la ciudad de Buenos Aires y su jurisdicción, en Documentos para
la Historia Argentina, Facultad de Filosofía y Letras, X, Buenos Aires, Peuser, 1920-1955,
p.310.
523
En 1782, 80 vecinos entre los que estaba Amarillo habían cosechado 2052 fanegas de
trigo. AGN, IX,1.7.4.
524
AGN, Despachos militares y células de premio, IX, 12.4.5.
525
El nombramiento fue ratificado por el rey Carlos IV en 1803, ídem. En el momento del censo
vivía con su mujer –mucho menor que él- seis hijos y un esclavo.
212
inmigrantes. Al parecer, la última zona que censó fue la del oeste, en dirección a la
frontera. Por el contrario, allí encontramos a muchos labradores en su mayoría
migrantes, a muy pocos jornaleros y a mucha población india.
Los padrones de 1836/37 confeccionados durante la etapa rosista tenían como
objetivo brindar información sobre los habitantes rurales. El padrón de 1836 se
realizó por el decreto del 30 de mayo de 1836 y fue llevado a cabo entre el 15 de junio
y el 1 de agosto. Los objetivos del de 1837, a menos de un año de levantado el
anterior, son una incógnita, aunque podrían responder al interés de Rosas por contar
con información regular, para lo cuál había propuesto levantar un padrón por año.
Una buena parte de éste trabajo descansa en la información brindada por el
padrón de 1813. Por eso, su fiabilidad resulta esencial para el mismo. Atendiendo a
esta cuestión lo hemos contrastado todas las veces posibles con la información de los
Libros Parroquiales que resultaron ser otro de los pilares sobre los que descansa
esta investigación. En general estas comparaciones han servido para revalidar la
fiabilidad de ambas fuentes, mostrando escasas diferencias cuantitativas. Los
desfasajes entre ambas, por ejemplo en la cantidad de migrantes o en catalogar
como matrimonios a parejas unidas de hecho, han sido extensamente desarrollados a
lo largo de la investigación.
213
2- Calidad de la información. Como indicamos, ésta fuente con más razón que
otras, nos brinda la percepción que el censista tuvo sobre los diferentes aspectos de
la sociedad que le tocó censar. Respecto a esta circunstancia a lo largo del trabajo
hemos debido hacer consideraciones referidas a:
a- El uso del "don". Cómo lo indicamos oportunamente sólo cuatro
personas fueron distinguidas con esta consideración. Todos ellos fueron
varones, adultos y militares. Nos cuesta suponer que a Nicolás Amarillo, el
censista, se le haya pasado por alto usar ésta distinción, tan efectiva en el
medio social colonial con otros vecinos, como los grandes comerciantes que se
diferenciaron sustancialmente del resto de los pobladores de la campaña. Más
bien nos inclinamos a pensar que en esta sociedad de frontera, sólo las
jerarquías militares eran pasibles de diferenciarse. Sin embargo, no tenemos
ninguna certeza al respecto y la escasez del uso de esta partícula también
podría deberse a un descuido del censista.
b- La consideración del origen étnico. A pesar de que en la última
página del padrón de 1813, el censista aclaró " donde se lee criollos debe
entenderse como naturales de lugar", no conocemos los criterios que tuvo en
cuenta para definir "este lugar", más aún por el gran desfasaje entre la
cantidad de inmigrantes que cuenta el padrón y la de los libros parroquiales.
Tal diferencia obedecería al hecho de que el padrón no tuvo en cuenta las
migraciones intraprovinciales y estos inmigrantes quedaron ocultos tras el
epíteto "criollo" con los que los clasificó. Es también sugerente que
sistemáticamente los hijos de los inmigrantes, cualquiera fuera la edad que
tuvieran, fueran registrados como nativos. Esto también podría obedecer a la "
desprolijidad" del censista, por no averiguar fehacientemente el origen de los
censados.
c- Matrimonios. La comparación con los libros parroquiales muestra que
muchos matrimonios consignados en el padrón eran amancebados o
"juntados", sin haber legitimado su unión ante la Iglesia. Esta circunstancia dio
origen a un extenso desarrollo en la tercer parte de esta investigación.
d- Ocupación. La ocupación se registró bajo categorías que no siempre
tuvieron un contenido unívoco. Además las posibles combinaciones de
actividades desaparecieron tras la ocupación considerada predominante y que
aparece como única. Por otro lado, hubo una subvaloración en lo que respecta
a las actividades de las mujeres. A ninguna mujer se le consignó actividad, ni
siquiera a las viudas que estaban al frente de una UC. Los esclavos parecieron
registrados bajo esa categoría, sin que se les consignase la actividad que
realizaban, que suponemos que era la del cabeza de UC en la que estaba
inserto.
Registro Estadístico
Censos.
214
Las Unidades Censales están separadas por líneas y consignan: Apellido y
Nombre del Jefe de la UC; de sus habitantes, edad, estado civil, origen y
actividad.
526
ARRETX C, MELLAFE R Y SOMOZA J “Demografía histórica en América Latina. Fuentes y
Métodos”, Costa Rica, CELADE, 1983.
527
BRONNER F "Sociedad urbana en Hispanoamérica Colonial. Tendencias en la
Investigación" en Latin American Research Review, 1984.
528
Las que hemos encontrado en forma recurrente en los padrones usados son: enumerar
los amancebamientos como matrimonios y a las madres solteras como viudas y contar sólo
los hogares y sus cabezas, de modo que la población global solo se puede deducir de
proporciones variable.
529
MORENO J. L Y MATEO J., “El redescubrimiento de la demografía histórica en la historia
económica y social,” en Anuario del IHES, 12, Tandil, UNCPBA, pp. 35 55.
530
YRIBARREN A. " El origen de la ciudad de Mercedes," publicación del Archivo Histórico de
la Provincia de Buenos Aires, en la serie Contribución a la historia de los pueblos de la
provincia de Buenbos Aires" La Plata, 1937, vol VII.
531
YRIBARREN A, “El Archivo Parroquial” en “El origen de la ciudad de Mercedes” en
publicaciones del Archivo Histórico de la Provincia, en la serie Contribución a la Historia de los
pueblos de la Provincia de Buenos Aires, La Plata, 1937.
532
Libro de la ayudantía (1785 a 1812): Tomo I de bautismos; folio 1 a 18 y vuelta (1785-1788);
folio 21 y vuelta a 247 y vuelta (1789 a 1812).Tomo I de Matrimonios: folio 1 a 6 y vuelta (1785
215
El franciscano fray Antonio Mariano Freyre, fue quién comenzó los libros
parroquiales de Mercedes, suscribiendo las partidas siguientes: en el libro de
defunciones, la de fecha del 10 de noviembre de 1785; en el de bautismos, la del 19 y
en la de matrimonios la del 28 del mismo mes y año. Cada uno de estos libros tiene un
encabezamiento en el que consta: " Este libro..... para la Guardia del Señor San Josef,
lo dedicó el maestro don Cayetano Josef María de Roo, cura y vicario de la Villa de
Luján y su jurisdicción, y se empieza este año de 1786”. A pesar de lo que expresa
esta leyenda, ninguno de los libros comenzó en 1786 sino en 1785. Yribarren supuso
que era posible que fueran remitidos de Luján, de cuya parroquia era ayudantía la
Guardia, con la leyenda hecha y que urgencias del servicio, llevaron al capellán
Freyre, a usarlos antes de lo previsto. Figuran en estos libros los asientos parroquiales
de los militares y sus familias y los del vecindario. Cada partida consignó la condición
de civil o militar de las personas.
Época de la Parroquia.535
a 1788); folio 73 a 129 (1789 a 1812).Tomo I de defunciones: folio 55 a 63 (1785 a 1789); folio
64 y vuelta a 173 y vuelta (1790 a 1814).
533
Tomo I de bautismos: folio 18 y vuelta a 21 (1788 y 1789); tomo II de bautismos; folio 1 a
151 (1790 a 1804) y folio 222 a 253 (1805 a 1812). Vacante el cargo fue designado por
concurso, otro franciscano, fray Antonio Mariano Alonso, quién continuó asentando
separadamente como Freyre a los militares y vecinos del fuerte. Al efecto caratuló debidamente
los nuevos libros titulándose él mismo " primer capellán" del fuerte. Han quedado así dos libros
de bautismos. Las partidas de matrimonio de los militares, proporcionan en concordancia con
los anteriores, datos sobre la filiación de los mismos - casi todos españoles- que formaron
familias en la Guardia de Luján con vecinas. Abundan en este libro los matrimonios de
esclavos, indios y pardos libres pertenecientes a jefes, oficiales y aún soldados blandengues.
Los matrimonios de los años 1810 y 1811 están intercalados por error, en el segundo libro de
bautismos. El libro de los difuntos militares lo inicia Alonso el 16 de noviembre de 1790 y
concluye el 16 de abril de 1812. En las partidas consta que los entierros se hacían; ya en el
cementerio, ya dentro de la Real y Militar Capilla, indicándose en este caso el lugar, contando
los tirantes y lances desde la puerta mayor. Tomo I de matrimonios; folios 6 y vuelta a 7 (1788
y 1789) y folio 7 a 72 y vuelta (1790 a 1810); tomo II de bautismos: folio 151 a 154 (1811 a
1812)Tomo I de defunciones: folio 63 y 64 (1788 y 1789) y folio 1 a 54 y vuelta (1790 a 1812).
534
Época de la Vice parroquia. Libro del vice curato y partido de la Guardia de Luján ( 1813 a
1823).Tomo II de Bautismos: folio 154 y vuelta a 222 ( 1813 a 1818) y folio 254 a 318 ( 1818 a
1823).Tomo I de Matrimonios: folio 129 y vuelta a 189 ( 1812 a 1823)Tomo I de defunciones:
folio 174 y vuelta a 219 y vuelta ( 1814 a 1823).
535
1º Libros de la parroquia de los Ángeles Tutelares.
216
Los registros parroquiales también pertenecen al período protoestadístico y
funcionan en éste caso como un "registro civil antiguo", permitiéndonos el estudio del
movimiento natural de la población. Su uso es aconsejado por diferentes autores.
Cardoso y Pérez Brignoli536 aconsejan al elegir los archivos tener en cuenta: 1-
continuidad suficiente de los respectivos registros (mínimo de lagunas); 2-
representatividad en el contexto económico del país o de la región estudiada; 3-
representatividad en cuanto a la estructura social del país o región (que estén
representados todos los grupos de población).
Estos mismos autores consideran que la aplicación adaptada de los métodos
elaborados en Europa a los archivos parroquiales latinoamericanos es posible, pero
requiere un cierto cuidado. En el caso europeo, la iglesia rural era el punto de
convergencia de una comunidad; en Latinoamérica, en las regiones de fuerte densidad
indígena, fue durante mucho tiempo el símbolo de la implantación de un culto
extranjero. Además, muchas veces la extensión de las parroquias latinoamericanas
era muy grande, así que solo aparece registrada regularmente en los libros, la
población que vivía en la aglomeración donde estaba situada la iglesia parroquial; el
registro de las poblaciones más alejadas - a veces superficialmente convertidas-
dependía de la mayor o menor actividad misionera del cura. Si no se tiene en cuenta
esta circunstancia, se puede considerar que un volumen más importante de actos
registrados en un período dado indica obligatoriamente el aumento de la población,
cuando puede también indicar libros mejor llevados debido a un cambio de cura o a
instrucciones episcopales.
Por eso recomiendan tener presentes cuatro reglas esenciales para trabajar
con estos libros:
• Es necesario limitar modestamente los objetivos, con la finalidad de sólo
obtener resultados seguros.
• No estudiar parroquias aisladas.
• No olvidar la gran importancia de las migraciones, que pueden tener un
gran peso explicativo en lo concerniente a los movimientos constatados
según los registros; es preciso confrontar los datos que éstos ofrecen con
otros tipos de fuentes (padrones, censos etc.)
• Actuar más como historiadores-demográfos que demográfos-historiadores;
las variables demográficas no deben ser estudiadas exclusivamente en sí
mismas o unas en relación con las otras, sino que se las debe relacionar
con todo el contexto histórico.
217
• Grandes distancias: Esta parroquia cubría una superficie con un radio de
más de 50 kilómetros, con la circunstancia agravante que por estar sobre
la línea de frontera debía de hacerse cargo de todas las poblaciones que se
extendían hacia el oeste. Suponemos que tales extensiones debieron haber
dificultado la inscripción de los hechos vitales en estos registros. Esta
circunstancia quedó manifiesta en las frecuentes "campañas" que realizaba
el cura principalmente para efectuar casamientos y que oportunamente
fueron indicadas.
• Omisiones: Períodos de omisiones aleatorias de las inscripciones por
viajes o ausencia del párroco. Estos fueron cortos y sucedieron
principalmente en los primeros años de la creación de la parroquia. Fue
común que estas inscripciones se realizaran al mes siguiente. Una omisión
importante es la carencia de registros del episodio que más muertos
genero: el malón del 27 de octubre de 1823 cuando después del combate
en los flancos de la cañada de Moyano el teniente coronel Saubidet contó
sus muertos: un total de 52 bajas. Este malón debió haber generado tal
conmoción que ni siquiera fueron anotados los muertos, ya que el último
registro del I libro de defunciones fue del 26 de octubre de 1823 y el
primero del II libro, del 1 de enero de 1824.
• Calidad de la información: Varió la información de las actas según los
párrocos que estuvieron a cargo de su confección. Las actas más
completas fueron las de matrimonios, porque en ellas los cónyuges debían
dejar asentada su identidad y pureza de sangre. En los años analizados
(1785-1837) se casaron en esta parroquia 873 parejas, que nos han
permitido construir una base de datos para 1746 personas, aunque
respecto al origen, sólo tenemos información para 1319. Las actas de
bautismos son más incompletas y en ellas la edad del bautizado no
siempre quedó consignada. La condición de legitimidad, en cambio, tuvo
un registro mucho más frecuente, aunque durante largos períodos no se
consignaron a los niños expósitos, mientras en otros sí se lo hizo. Las
actas de defunción fueron las más incompletas y en raras ocasiones se
consignó la edad del difunto o las causas de su deceso.
Procedimientos. Cuadros.
218
94 55 76 14
95 76 35 10
96 67 28 18
97 76 37 10
98 57 14 2
99 65 31 2
1800 49 48 17
1801 84 86 10
2 49 38 26
3 63 14 21
4 57 32 11
5 57 46 17
6 84 43 16
7 58 41 16
8 73 40 16
9 96 30 14
1810 84 66 12
11 158 31 8
12 74 30 16
13 95 49 13
14 94 48 13
15 89 40 13
16 76 57 16
17 113 51 29
18 51 3
19 103 45 4
1820 143 54 28
21 119 54 22
22 143 73 21
23 119 55 35
24 116 57 23
25 141 70 42
26 219 108 44
27 181 91 15
28 194 72 40
29 216 93 40
30 144 159 63
31 193 106 41
32 171 120 26
33 212 91 52
34 211 108 37
35 230 106 28
36 219 136 33
37 185 119 45
219
Media Móviles. Tendencias quinquenales.
Tendencia: Para despejarla reemplazamos la serie completa de acontecimientos
anuales por una serie de promedios anuales por períodos de cinco años.
Tasa de natalidad.
Para el año 1786, la extrajimos a partir del recuento de Sárden de 1782 y el primer
año completo del libro de defunciones -1786-. Entre ambas fuentes existió un
desfasaje de cuatro años. Para suplirlo, aplicamos a estos cuatro años la tasa de
crecimiento medio anual que extraíamos para los años sucesivos. Este cálculo
muestra que en 1786 la tasa de natalidad bruta era de 63 por mil. Los cálculos
siguientes los efectuamos a partir de los decesos que se produjeron en el año del
censo y del total de la población de ese año.
Tasa de mortalidad
Para el año 1786 aplicamos el mismo método que usamos para calcular la natalidad
Con éste cálculo, en 1786, la tasa de mortalidad bruta era de 36.3 por mil anual.
Los cálculos siguientes los efectuamos a partir de los decesos que se produjeron en
el año del censo y del total de la población de ese año.
Para obtener la tasa bruta de mortalidad infantil hemos seguido dos procedimientos,537
atendiendo al problema de que el párroco en pocas oportunidades anotaba la edad en
que morían los párvulos, a los que consignaba sólo bajo este epíteto. El primero,
para reconstruir la mortalidad infantil por grupos etarios consistió en sumar los
537
No la hemos extraído como el cociente de mortalidad infantil – es decir la relación entre el
número de decesos de niños menores de un año en el curso del período considerado y el
número de nacidos vivos de ese mismo período- porque en raras ocasiones el párroco anotó
la edad del niño, sino que fueron inscriptos como párvulos.
220
nacimientos que se produjeron en los cinco años anteriores al censo –desde julio de
1808 hasta julio de 1813-. A esta cifra, le hemos restado la cantidad de niños de 0 a 4
años consignados en el censo. Para el primer censo, encontramos que sobre un
total de 503 nacimientos producidos en los 5 años analizados, en 1813, sólo vivían
311 niños, lo que supone una tasa de mortalidad infantil (de 0 a 5 años) de 370 por
mil. Como los registros de bautismos muestran un aumento abrupto de inscripciones
en 1812 y ante la duda que esto nos ocasionó, decidimos ampliar el análisis a la
cohorte siguiente. Al extender el análisis, encontramos para los niños de 0 a 9 años
una tasa de mortalidad de 220 por mil538. Por lo que podemos suponer que la MI.
fluctuaba dentro de ese rango ( 220 a 370 por mil)
538
Esta tasa es acorde o aún más baja que la de otras sociedades contemporáneas.
539
Como ya aclaramos la cantidad de defunciones respondía a párvulos de 0 a 8 años.
221
3 14 20
4 16 16
5 28 18
6 27 16
7 18 23
8 16 24
9 18 12
1810 29 37
11 16 15
12 22 8
13 49
14 32 16
15 17 23
16 41 16
17 35 15
18 51
19 45
1820 38 16
21 36 18
22 54 19
23 44 11
24 30 27
25 47 23
26 66 42
27 52 39
28 53 19
29 43 50
30 69 90
31 48 58
32 69 51
33 44 47
34 48 60
35 49 57
36 75 61
37 59 60
222
87 624
88 646
89 630
1790 649
91 682
92 723
93 762
94 741
95 782
96 821
97 860
98 903
99 937
1800 938
1 936
2 947
3 996
4 1021
5 1032
6 1073
7 1090
8 1123
9 1189
1810 1207
11 1334
12 1378
13 1470 1969
14 1516
15 1565
16 1584
17 1646
18 1704
19 1762
1820 1854
21 1908
22 1981
23 2045
24 2104
25 2163
26 2234
27 2345
28 2435
29 2545
1830 2530
1831 2546
32 2597
33 2718
34 2821
35 2950
36 3033 5404
37 3061 5134
223
Período Hombres Mujeres Total Parejas ambos
Parejas Migra.
Migrantes Vecinos S/ datos Migrantes Vecinos S/
datos
1790-94* 15 8 4 6 19 2 27 3
1790-94 19 15 1 5 30 1 36 3
Total 90-94 34 23 5 11 49 2 62 6
1795-99* 11 1 0 4 8 0 12 4
1795-99 22 7 0 9 20 0 29 5
Total 95-99 33 8 0 13 28 41 9
1800-04 20 7 4 6 21 4 31 7
1805-09 15 3 31 3 11 35 49 1
1810-14 18 16 18 8 27 17 52 8
1815-19 30 30 33 9 47 37 93 4
1820-24 30 39 10 18 47 14 79 6
1825-29 68 47 37 14 103 35 152 8
1830-34 136 58 120 44 110 120 314 49
Total 384 231 258 136 443 267 873 98
* Información obtenida del libro de los militares
Hombres 1785-89 15
Mujeres 6
1790-94 19
5
1795-1799 11
4
1800-04 22
9
1805-09 22
5
1810-14 15
3
1815-19 18
8
1820-24 30
9
1825-29 30
23
1830-34 68
14
224
Cuadro N° 8. El origen de los inmigrantes. Libros P arroquiales.
H m
Arrecifes 4 1
San Nicolás 5 1
San Isidro 7 0
Villa 18 17
Areco 16 7
Morón 7 6
Capilla del 5 2
Señor
Rojas 3 4
Salto 4 3
Resto 12 10
225
70 -2 0 0 2 0 0 1 1
Total 129 100 6 235 17 7 37 61
226
Total 288 720 16 1024 32 38 -- 1094 257 573 45 875 1969
Cuadro N° 13. Población india por edad, sexo y esta do civil, 1813.
FAMILIA Y SOCIEDAD.
Cuadro N° 14. Relación de masculinidad según grupo s etarios. 1813.
227
Cuadro Nº 16. Diferencias de edades de los cónyuges según los libros
parroquiales.
Cuadro Nº 19. La formación de las parejas por origen de los contrayentes, según
los libros parroquiales, 1790-1837.
Europa Esp. Países Córdoba Santiago San Otras vecino Partidos Buenos Total
Hombres Limítro. Luis Prov. Cerc. Aires
Mujeres
Europa
España
Países 1 1
limítrofes
Córdoba 1 2 2 2 1 1 2 2 1 14
Santiago 3 14 2 2 8 2 1 32
San Luis 2 2
228
Otras 3 2 1 6
Prov.
Partidos 1 3 1 1 3 4 3 10 12 4 43
cercanos
Buenos 1 4 2 1 2 1 4 15
Aires
Cuadro Nº 20. Parejas en donde uno o los dos miembros son migrantes, por
origen, según el padrón de 1813.
Hombres Mujeres
Hombres Hombres inmigrantes Hombres casados Ambos cónyuges Mujeres inmigrantes
criollos casados con con inmigrantes de casadas con hombres
“criollas” co-provincianas provincias criollos
diferentes
con Provincia o Cad. Provincia o Cad. Provincia Cad Provincia o país de origen
mujeres país de origen país de origen de origen
criollas
136 Córdoba 29 Cordobés/a 12 Puntano/ 2 Cordobesa con Cad.
Cordobesa criollo
Santiago del 12 Santiago del 9 Santiagueñ 2 8
Estero Estero o/
Cordobesa
España 14 España 2 Paraguayo/ 1 Puntana con criollo 2
Cordobesa
San Luis 13 Tucumán 1 Cordobés/ 1 Portuguesa con 1
puntana criollo
Paraguay 5 San Luis 2 Cordobés/ 1
santafecina
Tucumán 5 Santiagueñ 1
o/puntana
Otros 12 Puntano/ 1
santiagueñ
a
136 90 26 9 11
Fuente: Padrón de 1813
229
540
Luján 1731 2.96
1770
541
Luján 1780 16.50
1800
542
Magdalena 1738 13.62
1765
543
Lobos 1810 37.0
1869
540
GOLDBERG M y REQUIERE M "Matrimonios y Migración en Luján 1750-1852” Presentado
en las V Jornadas de AEPA, Luján, 1999. Los porcentajes de ilegitimidad por grupos étnicos
fueron; blancos 0.32 y negros, 71.43.
541
Los datos sobre nacimientos ilegítimos que se presentan en el Cuadro N°2 están tomados
de GARCÍA BELSUNCE, C. (1999: 142 – 143) “La Familia” en Academia Nacional de la
Historia Nueva Historia de la Nación Argentina 2. Período Español (1600 – 1810), Planeta,
Buenos Aires.
542
Ibídem
543
Datos extraídos de MATEO J " Bastardos y concubinas. La ilegitimidad conyugal y filial en la
frontera pampeana bonaerense, Lobos, 1810-1869" en Boletín del Instituto de Historia
Argentina y Americana “Dr. E. Ravignani”, Tercera serie, núm. 13, 1º semestre de 1996.
230
3 5 58 63
4 6 51 57
5 8 49 57
6 6 78 84
7 6 52 58
8 8 65 73
9 25 71 96
1810 20 64 84
11 58 100 158
12 15 49 74
13 20 65 85
14 16 75 91
15 19 75 94
16 12 72 76
17 26 86 112
18 16 68 84
19 26 96 122
1820 37 107 144
21 31 85 116
22 67 183 150
23 29 90 119
24 34 82 116
25 28 113 141
26 34 185 219
27 29 152 181
28 30 164 194
29 42 174 216
30 32 112 144
31 16 177 193
32 22 149 171
33 35 177 212
34 52 159 211
35 55 175 230
36 48 171 219
37 53 132 185
231
2 Tn. 53 Comerciante Criollo 18 23 47
Comandante
Don Nicolás
Martínez
3 Ten.de Milicias 54 Labrador Criollo 17 24 53-13
Don Ildefonso
Barrancos
13 Juan González 35 Comerciante Asturiano 4 9 60 –47-60
52 Bernardo " 38 “ “ 6 10
54 Francisco " 30 “ 2 4
544
23 José Viñas 28 Comerciante Gallego 9 15
47 Pedro 50 Labrador Criollo 5 11 52-13
Bermúdez
64 José Antonio 48 Labrador Tucumano 3 13
Aranguren
75 Otero José 43 Comerciante Gallego 5 14
56 Felipe Casas 52 Comerciante Criollo 9 17 56-58
58 Julian Silveyra 27 “ Gallego 5 9
59 Polinario López 44 Comerciante criollo 4 6 47-52-54
84 Molina Pedro 26 Estanciero Criollo 4 2 56-84-120-
55 Molina R 44 Estanciero “ 1 7 208
20 Molina Isidro 51 Labrador “ 6 11
8
21 Lobo Juan 52 Labrador Criollo 6 15 47-240-316
9 José 46 Labrador “ 8 11
31 Lobo Fernando
6
22 Pedro 32 Labrador criollo 4 8
0 Belmudez
31 Silverio Melo 58 Estanciero criollo 5 7
8
LA TIERRA.
Juicios Civiles.
Los tres juicios analizados nos han permitido indagar sobre los conflictos que
generó la tenencia de la tierra a fines de la colonia y en los primeros años de vida
independiente. El repositorio de todos ellos es el Archivo Histórico de la Provincia de
Buenos Aires y se encuentran en buen estado de conservación.
El primero, de 1788, fue entablado por " Ángel Marqués por sí y a nombre de
los labradores de la frontera de Luján sobre cobro de Francisco Suero de
arrendamientos de aquellas tierras ".Este, en su primer parte reconstruye los
antecedentes que Suero tenía sobre estas tierras y que básicamente consistieron en
su solicitud y en las presentaciones por litigios que se sucedieron desde 1750 hasta
1787. De esta forma tenemos acceso a los otros juicios que recibió esta merced.
El segundo, de 1798, aparece titulado como el "Expediente promovido por
Andrés Veloz por sí y a nombre de otros vecinos de la Guardia de la frontera Luján
para que Pedro Díaz de Vivar no les moleste con arrendamientos u otras pensiones
por los terrenos que ocupan ". Este no rastreó los otros litigios o las mensuras que la
merced sufrió, pero lo hicimos nosotros y encontramos para esta merced: el litigio con
el vecino Francisco Suero en 1753 por la delimitación de las cabezadas de ambas
mercedes; el juicio entablado por José Tomás Díaz, de 1793; y la mensura efectuada
en 1793 por Juan de Cañas y Manuel Osores. De esta forma hemos podido
544
De los nueve sólo dos eran esclavos, el resto eran agregados, viudos, huérfanos, etc.
232
reconstruir las historias de las dos mercedes que ocuparon las tierras de esta región
y los conflictos que se generaron desde mediados hasta fines del siglo XVIII, entre
los pobladores de éstas tierras y los propietarios de las mismas.
Vecinos de la Guardia de Luján que firmaron el poder a Andrés Veloz contra Pedro Díaz
de Vivar. Se completa el cuadro con información del padrón de 1813
233
Marcelo Alcaraz No
Juan José Palavecino No
Juan Reymundo No
Rodriguez
"Lista que da Pedro Riveros de los que en el día se hallan poblados en las tierras de Dn
545
Juan Francsico Suero"
Juan Mosqueira
Ascencio Monsalvo
Juan Portugués
María Díaz
Pedro Pereyra
Juan Cabral
Baptista Cabral
Pasqual Rodriguez
Juan Joseph Silva
Antonio Puebla
Francsico Villalva
Juan Rodriguez
Felix Romero
Lorenzo Galván
Juan Joseph Falcón
Antonio Puebla
Roque Muñoz y sus hijos
Dn. Gavino Larrosa
Cryenio? Trigo
Julián Navarrete
Andrés Malagato
Francsico Cisneros
Sabedra
Xavier Lozano
Tiburcio Díaz
Pasqual Galeano
Pasqual Figueroa
Agustín Gómez
Angel Márquez
Lorenso Rocha
Joseph Gómez
Manuel Velazquez
Miguel Rodriguez
Gregorio Lencinas
Joseph Zacarelo
Dn Manuel García
Francisco Zespedes
Capitán Urquizo
Joseph Mosqueira
Bartolo Figueroa
Vicente Peñalba
Rosa Silva
Bentura Larrosa
Bentura Sosa
Las nieves y agregados
Dn Francisco Sierra
Antonio Cisneros
545
Angel Marrquez contra ..... AHPBA, Leg, 330
234
Pedro Amador Luca
Pedro Galeano
Jacinto Casas
Raymundo Montiel
Martín Araujo
Pedro Pablo Sosa
Leandro Sosa
Agustín Sosa
Total 96
Vicente Perez
Cruz Reinoso
Ascensio Castro
Joaquín Gómez
Tramontano Silva
Ignacio Correa
Blas Tapia
Santiago Toledo
Doimingo Díaz
Miguel Silva
Luis Chaves
Santiago Casco
Francisco Almada
Gregorio Castro
Total 14
Solicitudes de tierras.
546
Libros de mensuras del agrimensor Pratt y Puig, (tomos I, II y III).
235
Con los Duplicados de Mensuras, las Mensuras Antiguas, los Legajos de la
Escribanía Mayor de Gobierno y las sucesiones hemos construido un “corpus”
abundante en información que ha servido de base para elaborar los capítulos
relacionados con la tierra. En la base de datos hemos consignado fecha de realización
del documento, fecha de transferencia, forma de acceso, dimensiones de la posesión
o propiedad, ubicación, adquiriente y otorgante.
Elaboración de Cuadros.
236
Cánones pagados por arrendamiento
Archivo Histórico de Geodesia
Libro de enfiteúsis.
547
Corresponderían a los premios otorgados por la Sala y por Rosas por combates contra los
indos desde 1834 hasta 1840. Se extendieron certificados por 522.450 has entre 123
personas, los que fueron retirados en su totalidad. Hasta 1852 se realizaron transferencias por
267.300 has y del total 18 agraciados escrituraron 287.415 has. En VALENCIA MARTA,
Tierras públicas, tierras privadas, op cit.
548
Corresponden a los premios por fidelidad a la causa, por la que se extendieron boletos por
1.928.610 has retiraron acciones por 1.806.434 y hasta 1852 sólo escrituraron 232.875. has
237
White que compra
Eguía Manuel. 16 3/1827 5/1827 28
Transfiere a:
Muñoz E. A 16 5/1827 7/1827 28
Villarino Ignacio 16 7/1827 1836 28 11.322
y Romero
Melchor
Solveyra Julian 16 10/183 1836 6½ Sí
4
Michemberg 16 10/183 1835 6½ Sí
Guillermo 4
Benavides 16 10/183 1835 1½ Sí
Antonio 4
Gillermo Wrigth. 16 10/183 1834 6½
Transfiere a 4
Diego Blach 16 1834 1840 3 Vende a Juan B. Ramos
y A. Souza
Smtih David 16 1834 1840 4 Compra con boletos
militares obtenidos por
participación en La
Cortadera. Vende a E.
Crandwell.
Mexias Manuel 16 10/183 1835 1½ Sí
3
Jiménez 16 10/183 1835 1½ Sí
Sebastián 3
Guido Tomás 17 9/1827 1833 11 ¼ 640 5829 Transfiere a Terrero
Juan Nepomuceno que
compra.
Ramos Juan 18 6/1828 1832 2. ¼ 140 458 Si
Transfiere a:
549
VALENCIA M Tierras públicas, tierras privadas, op cit.
238
III. ECONOMÍA.
La contribución directa.
C.D. año 1839 de la Guardia de Luján; AGN, Sala III, 33, 4,7. Son 8
folios enviados por el Juez de Paz a la Colecturía General con la
siguiente información: Nombre del capitalista, Cuartel, Giro, Fábricas,
Ganado, Objetos no especificados, Cuota que debe pagarse. Si bien en
el encabezamiento aparece consignado “Cuartel”, luego sólo se
discrimina por “campo” y “pueblo”. Se seleccionó el correspondiente a
ese año para poder establecer comparaciones con el análisis efectuado
por Gelman y Santilli.
550
239
CD año 1851 de Chivilcoy, AGN; Sala III, 34, 7,2. Son 12 folios e
incluyen los siguientes datos: Nombre del capitalista, Cuartel, Giro,
Fábricas, Ganado, Objetos no especificados, Cuota que debe pagarse.
A diferencia de la CD de 1839 menciona el numero de los partidos
donde están los bienes.
CD año 1857. Archivo Histórico Municipal. Libro Orígenes Tomo VII.
Son las más detalladas. Incluyen: Nombre del capitalista, Cuartel, Giro,
Fábricas, Ganado según especies, herramientas de labranza y objetos
no especificados.
CD año 1858. Archivo Histórico Municipal. Libro Orígenes Tomo VIII.
Algunos cuarteles tienen llamativamente muchos menos capitalistas
que en el informe anterior. Incluye: Nombre del capitalista, Cuartel,
Giro, Fábricas, Ganado según especies y objetos no especificados.
CD año 1859 Archivo Histórico Municipal. Libro Orígenes Tomo IX.
Incluye: Nombre del capitalista, Cuartel, Giro, Fábricas, Ganado según
especies, herramientas de labranza y objetos no especificados.
s
rr o
o
z
ús
te
j án
bo
alv
já n
ru
il m
M o es
en
va
m
Lo
Lu
r
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Qu
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la
de
as
de
de
de
n
Ch
ll a
Sa
d ia
E
sé
Vi
ar
Jo
Gu
n
Sa
partidos
Fuente: AGN, Sala III 33-4-7. Extraído de GELMAN J y SANTILLI D,”De Rivadavia a Rosas…”
ob cit.(todos los cuadros y gráficos tienen la misma fuente)
240
CD, 1839, Ranking general
% de % 18.000.000
Partidos Total partic. Acumul.
s
D na
sc e
cia
de es
pe l vo
n
ús
e
Vi s
ag ul
e
ha nt
já
e
nt
7 Dolores 4.501.500 3,9 45,9
il m
z
r
le
Sa olor
om
en
de nsa
Lu
C Mo
rd Flo
A
ce
da
Jo Q u
nd
o
ua de
8 San Vicente 4.412.000 3,8 49,7
n
M
ia
sé
in
9 Quilmes 4.362.750 3,8 53,4
te
G
Sa
er
San José de
Fu
10 Flores 4.330.000 3,7 57,2 Partidos
Guardia de
11 Luján 4.085.350 3,5 60,7
600000
Giro Total partic. Acumul. 500000
400000
1 Quilmes 740.750 18,9 18,9 300000
2 Chascomús 400.200 10,2 29,1 200000
100000
3 Dolores 297.000 7,6 36,7 0
Quilmes Chascomús Dolores Guardia de
Guardia de Luján
4 Luján 235,000 6 42,7 partidos
% de % 14000000
Partido Cap/ganados part. Acumul.
in v e rs io n e s e n g a n a d o
12000000
1 Monsalvo 13143515 18,6 18,6
10000000
Fuerte
2 Independencia 5599000 7,9 26,5 8000000
3 Monte 4402000 6,2 32,7 6000000
4 Azul 4005625 5,7 38,4 4000000
5 Magdalena 3688300 5,2 43,6 2000000
6 Chascomús 3425225 4,8 48,5 0
7 San Vicente 3189000 4,5 53
te
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ar
In d
Gu
Guardia de
12 Luján 2080500 2,9 70,6 partidos
241
CD, 1839. Ranking por capitales empleados en “otros bienes”
% 4000000
Otros bienes Total % Particp. Acumul. 3500000
San José de 3000000
es
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l vo
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ján
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m
sa
or
6 Chascomus 2.083.125 5,1 42,9
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Guardia de
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Jo
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7 Luján 1.736.350 4,3 46,8
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er
Fu
Partidos
San Nicolás
Ex.de la Cruz
Ensenada
Arrecifes
Las Flores
San Vicente
Pilar
Chascomús
Villa de Luján
Pergamino
Lobería
Navarro
San Isidro
Patagones
San José de Flores
Tapalquén
Chapaleufú
Dolores
Chivilcoy
Bahia Blanca
Mar Chiquita
Guardia de Luján
San Pedro
Azul
Quilmes
242
Ranking de partidos por giro, según CD de 1851
San Isidro
San José de Flores
Conchas
San Fernando
Salto
Tuyú
Rojas
Las Flores
La Matanza
Navarro
Vecino
S. Ant. de Areco
San Nicolás
Tapalquén
Patagones
Ensenada
Monte
Bahia Blanca
Ajo
S. A. de Giles
partidos
Fortín e areco
Baradero
Pila
Guardia de Luján
Arrecif es
Moron
Ex.de la Cruz
San Pedro
Villa de Luján
Tordillo
Pilar
Chascomús
Pergamino
Chivilcoy
Lobos
Mar Chiquita
Lobería
Magdalena
Ranchos
Quilmes
Chapaleuf ú
Azul
Cañuelas
San Vicente
Saladillo
0 500000 1000000 1500000 2000000 2500000
O t r o s. C D , 18 5 1
Rojas
Bahi a Blanca
Tapal quén
Mont e
Nav ar r o
Tuy ú
Pil a
S. A. de Gil es
Ajo
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Las Fl or es
Ensenada
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Saladi ll o
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Tor dil lo
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Vec ino
Lobos
For t í n e ar eco
Salt o
Per gami no
Dol or es
Ar r ec if es
Ranchos
Mor on
Azul
Chasc omús
Chapal euf ú
Bar ader o
San Fer nando
San Pedr o
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Mar Chiqui t a
San Ni colás
Pat agones
Vil la de Luj án
Cañuelas
San Vic ent e
Guar di a de Luján
Ex .de l a Cr uz
San Isi dr o
C hi v i l c oy
S. Ant . de Ar ec o
San José de Flor es
Quilmes
243
Contribución Directa. Montos totales por año.
Año Más de 100.000 De 50.000 a 100.000 De 50.000 a 10.000 menos de 10.000
IV. LA MOVILIZACIÓN.
PETITORIOS
1- Fundación del pueblo.
Junio de 1852.
244
habitaciones cuando fuera de las conveniencias materiales, ignorancia y egoísmo fruto
del terror no ven en el cultivo de estos jóvenes su mejor porvenir ni el del país. Para
legar a este objeto es necesario no solamente no hacer oneroso e incomodo el
camino a la instrucción sino presentarlo tan fácil y sin trabas que sea independiente a
los intereses materiales de los padres proporcionarlo o no. Por eso es que
necesitamos un centro poblacional.
Como vera Sr. Ministro en los datos adjuntos el partido contiene hoy
una población de más de 8000 habitantes, mientras que las propiedades territoriales
que serán de 80 leguas cuadradas están en poder de 28 individuos, es decir que hay
aquí más de 8000 habitantes en carácter de labradores, comerciantes y peones que
no poseen un palmo de terreno….(porque) esa área de campo fraccionada en cuartos
de tierras, suertes de quintas y chacras provocarían una activa demanda en esa
multitud de labradores que anhelan por un rincón que legítimamente les pertenezca. El
Sr. Ministro ve que este sería un sebo para atraer un punto a esta población pero lo
que más nos preocupa con este centro es facilitar la difusión de la doctrina
evangélica, de la instrucción y de la salud. A la vez que el Señor Ministro
comprenderá mejor cuanta moralidad envuelve la adquisición primero de una
propiedad raíz a individuos sin domicilio fijo, porque surge de esta adquisición la idea
de estabilidad, mejoras de habitación y porvenir de la familia.
Patricio Gorostiaga.
Respuesta
7 de julio de 1852.
Contéstese al Juez de Paz de Chivilcoy que el gobierno ha visto con
complacencia el celo inteligente que pone en el progreso y bienestar de los habitantes
de su jurisdicción que inmediatamente se ocupará de dictar mediadas necesarias(…)
Qué indique las personas que pudieran componer la comisión a la que se refiere (…)
Qué indague cuáles propietarios se hallan dispuestos a ceder un área suficiente para
el pueblo y el ejido, si es que esos propietarios no encuentran de conveniencia propia
el distribuir la superficie de sus campos en chacras, quintas y solares para
enajenarlos a quiénes quisieran poblar adquiriéndolos estos a precios cómodos el
título respectivo de propiedad.
Lista de ciudadanos para que elija el Sr. Ministro de Gobierno de ellos para componer
la comisión de solares y de otros objetos de incumbencia municipal. Son nacionales y
extranjeros avecindados.
Don Rafael Cabral
“ Federico Soárez.
“ Fernando Villafañe
“ Valentín Coria
“ Manuel López
“ Antonio Bermejo.
“ Calixto Calderón.
“ Ramón Santamarina.
“ Manuel Torres.
“ Ruperto Galán.
“ Juan Goyeneche.
“ Mariano Benítez.
“ Victoriano Rubio.
“ Bruno Medina.
“ Juan Batista.
“ Agustín Souza
“ Venancio Saravia.
245
“ Anselmo Trejo.
28 de agosto de 1852.
3- Protección a la agricultura
28 de octubre de 1852
246
Tomás Lucero
Anastasio Villafañe
Tomás González
A ruego de Pablo Villalba, firma Anastasio Villegas
A ruego de Francisco Navarro, firma Felipe Martínez
A ruego de Mariano Figueredo, firma Blas Varela
A ruego de Eugenio Pardo, firma José Lino López
A ruego de Liborio Lemos, firma Anastasio Villafañe.
A ruego de Andrés Invenoz, firma Francisco Figueredo
Zoilo Jiménez
José Salas
Candido Gómez
A ruego de Lucas Fredes, firma Martín Amespil
A ruego de Juan de la Cruz Gonzáles, firma Anastasio Villafañe.
A ruego de Benero Lemos y de Pedro Córdoba, firma Felipe Martínez
A ruego de José Lino López, firma Tomás Lucero.
A ruego de Faustino Cardoso, firma Felix Guzmán y Doña carlota Guzmán.
Tomás Lucero Bernardo Solano Saravia.
Manuel Carizo. José Villareal.
Pasqual Bustamante Antonio Bermejo
Tomás Burgos. Isidoro Gorosito.
Ángel Acuña. Lorenzo Villalva.
Antonio Moncada. José Molina.
Clemente Díaz. Lino Fernández.
Benito Reynoso. Benito Rodríguez.
Manuel Montoya. Leonardo Balenzuela
Carmelo Santillán. José Sosa.
Esteban Ibarra. Juan Ledesma
Tomás Burgos. Nemesio Cabrera.
Tobías Ríos. Juan Bustos.
José Medina. Benito Montenegro.
Clemente Palleros. José Zapata.
Pedro Agüero. Severo García.
Teodoro Palleros. Angel Grego
Juan de Dios González. León Luna.
Felipe Rojas. Anastasio Villafañe.
Manuel Brizuela. Federico Shuster
Pedro Bustos. Hilario Viñales.-
Crisóstomo Quiroga. Calixto Benítez
Benedito Silva. Pedro Coronel
Hortensio Hernández. León Gatica
Juan José Funes. Ventura Barrancos
Don Manuel Bustamante. Agustín Menendez
Don Ignacio Mena. Vicente Rojas.
Don Narciso López. Adelaida Dozo
Mariano Capdevilla. Valentín Rebollo
Noviembre 1852.
247
22 de diciembre de 1852.
Adjunto cuadro estadístico debiendo asegurar que la población se halla mucho más
agrandada habiendo regresado mucha parte de la que se había alejado por las
guerras pasadas.
Fuente: AGN, X -28-2-6
4- Harinas.
23 de mayo de 1853.
Respuesta:
El fiscal dice que por la ley del 18 de diciembre de 1835 que no ha sido
derogada se determinan los casos que se debe prohibir y que los suplicantes se
dirijan a la legislatura para su derogación
Septiembre de 1853.
(….) Este partido tiene una población crecidísima respecto a los demás y como
80 leguas cuadradas de superficie poseídas por 28 individuos, necesita
urgentemente un centro de población para de allí difundir la civilización para sus
respectivos misioneros: el párroco, el maestro de escuela, el médico, la autoridad civil.
Pues bien, Sr. Ministro, con 6000 o 7000 trabajadores que no poseen un palmo de
tierra en propiedad, en carácter de labradores, comerciantes y peonadas,
distribuyéndoles algunos solares en propiedad, cuanto contribuirá a la creación de un
centro de población en este partido, cosa indispensable para el establecimiento de la
escuela, la capilla y la oficina parroquial (…)
Solicito que interceda sus influencias para que se otorgue una o dos leguas
cuadradas de terrenos de propiedad pública que están en enfiteusis para comenzar a
construir los objetos que se indican.
Concurre una circunstancia que favorecerá de modo poderoso el progreso de la
deseada población, cuál es que se han levantado los cuarteles que el General Díaz
248
va a formar muy pronto en parte de los terrenos de Don Félix García y Don Manuel
López, que ocupan en punto céntrico y por su topografía son los más a propósito.
Una comisión que eligiera el gobernador, de la lista adjunta podría elegir el punto más
alto del terreno. Todo esto cuanta moralidad envuelve a la adquisición de la propiedad.
Aquí existe por el inventario 3831 $ procedentes de un derecho de 4 reales por fanega
de trigo establecida por Hilario Lagos para mejoras locales y que se suspendió el 20
de julio.
6- Harinas.
Septiembre de 1853.
Calixto Calderón
249
Tiros o cuadras (inc.
Empieza en pp.5)
Molina Gregorio 5
Velarde Damian 15
Balbuena Eusebio 10
Carrizo Valentin 10
Martinez Bernardo 14
Borda Cirilo 20
Brenda Inocencio 8
Pereyra Mariano 15
Torres Hilario 15
Villalba Miguel 6
Raafael Becerra 30
Francisco Laborda 50
Silva Jesus 20
Molina Isidoro 20
Ibarra Dionisio 3
Nieva Saturnino 4
Sanchez Manuel 16
Alamada Mariano 8
Rodrigez Martín 13
Gaona Gerónimo 4
Garcete Juan 10
Benitez Francisco 18
Lopez Hilario 20
Dobs Aldo 11
Caparro Modesto 5
Chaparro Santiago 4
Ballestero Daniel 2
Bustamante Esteban 15
250
Sanchez Gervacia 6 Alonso Juan 4
Ponce Franscisco 5 Acuña Angel 25
Palomet Ascencion 5 Villafañe Francisco 35
Regalado Pedro 4 Montoya Manuel 10
Vera Lisandro 4 Pallero Isidoro 10
Broda Antonio 4 Brizuela Manuel 15
Roldan Felisa 3 Quiroga Crisosto 5
Jaime Santiago 3 Ibarra Esteban 11
Gocheneye Juan 45 Reynoso Juan 4
Bustamante Manuel 12 Silva Benedito 7
Ponse Juan José 5 Reynoso Benigno 14
Lopez Nazario 5 Lobo Ramón 20
Balvidares Benito 25 Villavicencio Mariano 6
Guzman Carlota 20 Guzman Domingo 4
Villaroel Francisco 30 Rodrigez Juan 10
Saravia Benancio 20 Jaime Cirilo 3
Molina Alejandro 24 Brito Juana 12
Arrellano Raymuno 16 Medina Juan 20
Diaz José 6 Tolosa Martín 10
Bravo Hilario 8 Aranda José Antonio 14
Coronel Pedro 6 Sosa Bonifacio 15
Veron Laureano 14 Ibañez Olegario 4
Mena Hilario 6 Mena Mariano 3
Sosa Julian 6 Bruno Benitez 5
Balenzuela Romualdo 12 Ponce Silvestre 11
Barrancos Ventura 40 Sosa Ceferino 10
Ledesma Juan 6 Carrizo Juan 8
Santellan Pedro 5 Soarez Narciso 16
Bramajo Vicente 12 Luna Jose 5
Oscares Claudio 10 Percin Juan 5
Rocamo Bernardo 5 Lemoine Jose 14
Bustamante Pedro 8 Porcel Domingo 20
Rojas Felipe 15 Osan Isidoro 15
Mujica Secundino 10 Coria Estanislao 4
Agüero Pedro 7 Linares José 6
Pallero Teodoro 8 Campos Jose 8
Belen Jose 10 Coria Andres 10
Robledo Santos 30 Gallo Pio 20
Santellan Cornelio 8 Villareal José 12
Rojas Elias 8 Massi Antonio 32
Gonzalez Julian 7 Rojas Agapito 8
Billo Tadeo 13 Rojas Vicente 15
Julian Tomas 6 Gorosito Custodio 4
Diberna Alonso 4 Gorosito Pantaleon 8
Hernadez Florentino 6 Acosta Geronima 15
Pallero Clemente 6 Ulloa Jacinto 30
Beliz Jose 10 Ponce Fermin 17
Burgos Tomas 40 Rebollo Vlentin 40
Veloz Pedro 10 Dozo Testamenteria 25
Cuello Juan 30 Monserrat Silverio 20
Bustos Pedro 7 Dozo ? 20
Moncada Antonio 10 Reynoso Isidoro 10
251
Lobo Gerónimo 20
Palomeque Juan 15
Serrano Julian 10
Dermian Jose 15
Gomez Laureano 15
Rios Geronimo 15
Barrientos Ventura 20
Rojas Francisco 15
Rufino Peralta 5
Malagueño Reyes 6
Malagueño Jose 6
Beron Tomas 9
Flores Petrona 9
Lopez Santiago 18
Roldan Toribio 24
Baldez Juan 24
Lopez Santiago 18
Zurita Silverio 22
Aguilar Marcelina 8
BeronPetrona 8
Vega Antonio 17
Tristan Arizio 12
Gomez Olegario 6
Castro Juan 18
Benavidez Antonio 20
Falcato Justo 15
Cocha José 20
Luna Josefa 40
Luna Juan 40
Gorosito Casimiro 6
Morales Pedro 16
Gorosito Santiago 6
Guevara Vicentin 10
Becerra Domingez 10
Basualdo Remigio 10
Ibañez Julian 20
Acosta Victoriano 25
Torres Raymundo 20
Molina Mariano 8
2873
252
Razón de harinas y trigos existentes.
Fanegas de
trigo Harinas
Manuel Lopez 100
Leon Amespil 400
Zoilo Tinedo 200
Solano Almeida 100
Manuel Márquez 50
Luciano Almiron 20
Ricardo Lad 50
Juan Melián 100
Gabriel Mariano 50
Bartolomé Alfaro 116
Manuel Lezcano 116
Manuel Figueredo 320
Sebastián Gimenez 250
Bernardo Sanchez 50
Pio Santillan 100
Pedro Lara 37 38
Pedro Conqueiro 55
Cirilo Liendo 250 1000
Miguel Ceja
6- Tierra Pública
Chivilcoy, 22 de mayo de 1854
Los vecinos labradores de Chivilcoy
Los vecinos que suscriben, en uso del derecho de petición que les
confiere la ley, habiendo visto el decreto del 29 de abril pasado en el que el
ejecutivo manda a crear una comisión con el objeto de presentar a la
Legislatura las medidas necesarias para el arreglo de las tierras públicas y
como estas medidas pueden afectar nuestros derechos e intereses
individuales como los que dicen a la riqueza pública, nos permitimos elevar a
V.H las consideraciones y datos siguientes con relación a este partido.
A todos nos es conocido el monopolio que se ha hecho y aún se hace de
las tierras públicas, de las que poseen algunos ciudadanos extensas áreas que
no les posible poblar , y que circunscribiéndose a este partido, que es de
grande extensión, tiene cuarenta leguas en enfiteusis poseídas por doce
enfiteutas, quiénes no solo monopolizan toda clase de negocios mercantiles e
industriales y tienen a los pobladores en un estado de inseguridad fatal
perjudicialísimo al progreso material del país, sino que llega, incluso el
egoísmo de algunos hasta arrogarse el derecho de no permitir en ellas, sin su
anuencia que pocas veces se obtienen, negocios, atahonas, mataderos y ni
aún de poner montes, siempre que no convenga a sus intereses individuales.
Ofende más estas exigencias desde que ellos no sólo cobran las fanegas de
trigo y maíz impuestas aserde suerte de chacra, sino que hase catorce años o
más que no pagan el canon correspondiente, y que en caso de haberle hecho
será de sien pesos anuales por legua cuadrada, mientras que en un solo año
253
reciben por la misma legua ochenta o más fanegas de trigo que algunos años
les ha importado más de doce mil pesos constituyéndose de este modo en
señores feudales con derecho a una posesión que la razón, la justicia y los
adelantos materiales del país rechazan.
Al tomar V.H. en consideración este grave asunto puede tener en vista
que, poseyendo cada uno de nosotros el pequeño campo que ocupamos, bien
sea comprando al gobierno su acción, o bien pagando a este la semilla
estipulada con los que hasta aquí se han creído dueños, nos transformaríamos
en propietarios o arrendatarios del gobierno sin temor a un desalojo arbitrario
como lo estamos hoy; adelantaríamos nuestros establecimientos, tendríamos
estabilidad, germen de adelanto y civilización; cesaría el estado nómada a que
ha estado sujeta la condición del labrador y esta misma estabilidad influiría en
que pongamos en planta muchos otros procederes que los usados hasta hoy
en la labranza; el país ganaría inmensamente y en particular nuestra riqueza;
pues que a V.H no se oculta cuanto moraliza la adquisición de bienes raíces,
porque de ella surge la idea de orden, estabilidad, mejora habitación y porvenir
de la familia. Estas consideraciones y tantas otras, que no se ocultarán a la
sabia penetración de V.H nos hacen creer que se dictará una medida que haga
cesar este estado de cosas y mejore la condición actual.
V.H. debe tener en vista, que de las ochenta leguas cuadradas más o
menos de que se compone el partido, una muy pequeña esta ocupada para el
pastoreo y lo demás se compone de chacras, de las que hay cerca de
setecientas poblaciones que próximamente producen cien mil fanegas de trigo
anual.
Los doce enfiteutas que poseen como cuarenta leguas cuadradas,
perciben de los trescientos setenta y un arrendatarios que las ocupan, como
dos mil novecientas setenta fanegas de trigo y tres mil doscientos pesos sin
incluir el maíz que pagan algunos; siendo de observar que algunos de dichos
enfiteútas ni aún tienen establecimiento en los campos en que se creen
propietarios.
En caso de que se dicte una medida para fin de año suplicamos a V.H
destine una parte del arrendamiento que pagamos a la construcción del
templo, casa para escuela, y casa Municipal y Juzgado del que carece este
partido y que se halla próximo a establecer. Por tanto, a V.H pedimos que
teniendo en vista las consideraciones expuestas se sirva dictar una ley en la
que autorice al ejecutivo para que se nos venda el campo que cada uno
ocupamos, teniendo como ocupantes la preferencia cuando se trata de
denegar, ó en su defecto que se destine una parte del arrendamiento para las
obras públicas el partido.
Ramírez Gabriel
Manuel Villarino
Calderón Calixto
Calderón Miguel
Medina Juan Bruno
Castro Cayetano
Lobato Esteban
Galán Ruperto
Trejo Juan Ramón
Dozo Félix
a ruego de Viñales Hilario y Cardoso Anselmo, Gabriel Ramírez
254
Por Antonio Sánchez, Manuel Acosta y Justo Moyano, Gabriel Ramírez
Por Antonio Barbosa, Bernardino Barbosa y Francisco Flores, Castro Cayetano
Por Gatica Gregorio, Campos Justo y Carrizo Gregorio, Manuel Villarino
Por Alguin Jerónimo y Troncoso Romualdo, Villarino Manuel.
Por Bravo Antonio, Martines Bernardo y Mansilla Narciso, Gabriel Ramírez
Por Reynoso Benigno y Morés Francisco, Triunfo Villafañe
Por Castro Norberto, Sierra Petrona y Roldán Clemente, Calixto Calderón
Souza Agustín
Baptista Juan
Villegas Luís
Montovio Juan
Luengo Julián
A ruego de Regalado Pedro, Luengo Julián
Acuña Doroteo
Sánchez Francisco
Bustamante Manuel
Chávez Hilario
Felix Gus man
A ruego de Castillo Félix y Sosa Julián, Coronel Pedro
Por José Abrego, Mansilla Narciso y Zapata José
Por Leiva Custodio y Díaz Juan, Ramírez Gabriel
Arellano Raimundo
Por Mena Hinasio y Loscasi Claudio, Alejandro Molina
Por Caravajal José y Decima Marcos, Conesa José
Baldesdares Benito
Torres Silverio y Palleros Ramón, Dozo Francisco
A ruego de Ponse Juan José y Villalba Casimira, Ramírez Gabriel
Pereyra Mariano
A ruego de Mena Fermín y Núñez Juan, Ramírez Gabriel
A ruego de Lovo Jerónimo, Coria Valentín
Grego Angel
A ruego de Benítez Cornelio y Doña Cruz Sánchez, Calderón Calixto
A ruego de Ibarra Esteban, Gabriel Ramírez
A ruego de Maldonado Dionisia, Villarino Manuel
Laborda Francisco
Por Don Benito Montenegro y don Calixto Benítez, Calderón Calixto
A ruego de Alderete Don Benito, Antonio Bermejo
Fonsfria Manuel
Rebollo Valentín
Gatica, José León
Benítez, Mariano
Lucero Tomás
Don Cornelio Benítez
Castro Ambrosio
Luna Juan
Silva Francisco
Por Don Pedro Contreras, Modesto Herrera
Por Don Pedro Pedraza y Don José Zapata, Calderón Calixto.
Por Don Fernando Rojas, Don Lino Fernández y Rufino González, Anastasio Chávez
Por José León Abrego, Don Epomuceno Gallo y por mí, Triunfo Villafañe
Por Bonifacio Gallo, Victos Sánchez, Manuel Gallo, Filimón Moyano, Juan Pases, Isidro Palleros,
Gabriel Bramajo y Caraballo Mariano
Por Torcuato Ibarra y Juan P Pereyra, Bermejo Antonio
Villaba y Pereyra Mariano, Antonio Bermejo
Por Pedro Agüero, Teodoro Palleros, Segundino Múgica, Juan de la Rosa Oscares y Roldán Faustino,
255
Coria Valentín
Falcato Julio
Albano Juan
Por Ulloa Pedro, Don Ordóñez Manuel, Don Cajales Cayetano, Doña Victoria Villareal,
Don José Videla, Don Policarpio Luna, y Damasio Luna, Calderón Calixto
Por Figueroa Andrés y Santillán Carmen, Ocampo Antonio
Por Barceló Salvador
Sami Juan
Nauman Juan
Bustos Juan
Ferreyra Juan
Fernández Plácido
Castro Santiago
Balsa Salvador
A ruego de Bramajo Paulino
Medina Anacleto
Martínez Juan
A ruego de Billagra Fermín y Acosta Bautista, Ferreira Rafael
Por Villagra Fermín y por Gorosito Isidoro, Coria Valentín
Burgos Tomás
Torres Raymundo, Acosta Victoriano y Lencina José
Ferreira da cuña José
Degruf Gil
Escola Pantaleón
Lobo Juan Ramón
Villegas Norberto
Alberro Fructuoso
Suárez Narciso
Santamarina José Ramón
Montenegro Manuel
Don Agustín Coria
Cabral Rafael
Don Pedro Lara
Montero Caledonio
Figueredo Manuel
Ag Acosta
Villafañe Anastasio
Villafañe Fernando
Acuña Ángel
Molina Gregorio
Forgue Luís
Buchardo Cleto
Monsalvo Pasqual
Gil Aplolinario
256
Chivilcoy, octubre 6 de 1857. Sr. Coronel Bartolomé Mitre. Señor: Debiendo
este partido principalmente a usted un beneficio tan trascendental, como el que augura
la Ley de Tierras de Chivilcoy, el alcance que damos a ella, nos mueve a expresar a
usted un voto de gracias pequeña pero gloriosa recompensa a los que consagran con
elevación del espíritu, como usted, si inteligencia y brazo más que á su país, al
progreso de la humanidad. Justicia es, pues, que expresemos nuestra sanción y
reconocimiento a la participación de usted en aquella ley, que cuasi complementa la
obra de engrandecimiento de Chivilcoy. Decimos que cuasi complementa, porque aún
falta al labrador, la seguridad para entregarse a trabajos de una naturaleza indiferibles
como marcados por las estaciones e imposibles de ser postergados arbitrariamente.
Así, señor Coronel, llamar nuestra guardia nacional al servicio, en las
sementaras o en la cosecha, es lo mismo que en un centro industrial se incendiasen
las manufacturas todas, fruto de la industria de un año. Este partido, como puramente
agricultor, el alimento de sus familias y todo su porvenir lo espera cuando se les deja
el tiempo marcado por la Providencia para sus siembras y recolectas; pero si se les
separan de este partido de sus labores desesperan, alcanzando por fruto de su
obediencia la miseria con todas sus consecuencias.
No escapará al juicio de usted las circunstancias que militan a favor del
pastoreo. Los trabajos que él reclama pueden postergarse a placer, sin mayor
perjuicio del propietario y sin ninguna para el país, porque el procreo y el engorde
obedecen a leyes naturales, sin participación de sus guardianes. Puede pasar, sí, de
una a otra mano parte insignificante de la propiedad, de un modo indirecto o ilegal;
pero el país no ha disminuido su riqueza; en él se conserva y progresa.
Sin embargo, señor coronel, tenemos más de 500 hombres en el Bragado y
otros tantos han regresado a las provincias, esquivando el servicio de las armas; todos
arrebatados al arado; mientras que los guardias nacionales de Areco, Navarro, Villa de
Mercedes y otros puntos continúan tranquilamente apacentando sus ganados.
Hay una circunstancia en que es preciso llamar su atención. Los brazos que
empleamos en la labor de la tierra son todos provincianos que se introducen
anualmente en demanda de trabajo y seguridad; pero si se les distare de esto para el
servicio de las armas, no solo se los priva de este preciso y principal elemento de
nuestra industria, sino que desmoralizan nuestras fuerzas con sus deserciones,
paralizándose a la vez esa corriente de brazos laboriosos que vienen a fecundar
nuestras tierras. La administración del año 22 acordó una excepción del servicio de las
ramas por seos meses a los trabajadores que introdujeren bajo formal contrato a la
provincia. ¿No sería político y de conveniencia material excepcionar para uno o dos
años a los que inmediatamente introducidos se contrataren ante la autoridad
respectiva?
A usted, señor coronel, qie principalmente debemos la Ley de Tierras de
Chivilcoy toca complementar su obra, trabajando algo en el sentido de las indicaciones
precedentes; si así fuere, quede a usted la gloria, al país la riqueza y a nosotros el
reconocimiento a sus patrióticos servicios.
Quedamos de usted, señor, atentos y S.S. Federico Soarez, Manuel Villarino,
Valentín F. Coria, José Varas, Anastasio Chávez, Juan Goyeneche, Juan A. García,
Mariano Villalva, Juan Gervasio, Bartola Asereto, Mariano Pereyra, Pedro Pedrosa,
Norberto Villegas, José Zabala, Juan Bruno Medina, José Ferreira Da Cuña, Francisco
Bazet, Francisco Castagnino, Jacinto T. Varas, Francisco A. Varas, Santiago Pitto,
Louis Bonavia, Miguel Méndez, Carlos Ortiz, Ventura Molina, Inocencio Montenegro,
Manuel Montenegro, Por autorización de Antonio Bermejo, y Calixto Calderón;
Federico Seoane, Ambrosio Denegre, Mariano Iaparaguirre, José Verla, Lisandro
Méndez, José Sotomayor, Marcos García, Julio García, Miguel Ortega, Cirilo Laredo,
Alejandro Lorini, José luna, Saverio Carrizo, Francisco Duarte, Antonio Cisneros, P.
Gomar y C. Saturnino Arias, Raymundo Torres, Juan Peirano, Francisco Carranza.
257
8. Presentación colectiva a la Cámara de Representantes solicitando protección
para la industria harinera.
En Archivo del General Mitre, Cartas confidenciales, p. 345.
258
Silverio Torres, Francisco Castagnino, Juan Sauque, León Vélez, Manuel Reynoso,
Ángel Grego, Francisco Silva, José Zabala, Marcos García, Teodoro Tabeada, Juan
Ángel Benítez, Remigio Lucero, Manuel Villarino, Manuel López, Valentín F. Coria,
Eliseo Villar, Miguel Calderón, Lacrote y Saludito, Juan Cobo,, Carlos Gramondo,
Gabriel Ramírez, Valentín Revollo, Antonio Lapuente, Francisco Ortiz, Jacinto Varas,
Juan Battaglini, Marcos García, Triunfo Villafañe, Hilarión Chavéz, Matías Cardoso,
Celedonio Sosa, Matías Cardón, José Luna, A ruego de Candelario Gómez, Ildefonso
Martínez. A ruego de Lorenzo Castellano, Federico Soarez. A ruego de Toribio Roldán,
Ildefonso Martínez, Francisco Laborda. A ruego de Bernardino Leguizamón, Francisco
Laborda. A ruego de Gaspar Mansilla, Vicente Duyós, Por Román Cruz, Esteban
Oneto, Pierre Toulus, Carlos Madrid, Natalio Chaneton, A ruego de Cornelio Benítez,
Federico Soarez, Pedro Salazar, Gregorio Molina, Juan Carreras, Isidro Godoy,
Manuel Maturel, A ruego de Modesto Villalba, Miguel calderón, Juan Carreras, Isidro
Godoy, Juan Galarza, Julio Olguin, Pedro Cuevas, Agustín Basualdo, Tomás Acosta,
Juan Goyeneche, Joaquín Pereyra, Anselmo Cardoso. Por Calixto Calderón, Manuel
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