Zarama
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Los primeros en grabar un sencillo de punk-rock en euskera
Zarama, banda de Santurtzi-Santurce (Vizcaya) formada el verano en que “los Pistols
dan el campanazo”, son uno de los grupos de rock pioneros en el uso del euskera
para todas sus canciones. Pieza clave en lo que, en palabras de Nacho Cicatriz, tal
y como recogió Elena López Aguirre, periodista musical y miembro de Potato, fue el
paso del “txistu a la telecaster” en el panorama de la música en el Euskadi de los
80. En una escena dominada principalmente por cantautores y grupos
como Itoiz o Errobi, por ejemplo, y mientras entre las líneas más recalcitrantes
del nacionalismo vasco se debatía si “el rock podía o no ser vasco y
revolucionario“, Zarama fueron los primeros en editar un sencillo de punk-rock en
euskera. Como también ocurriera con otros grupos de aquella época -así lo reconocía
Xabier Montoia, primer cantante de Hertzainak, ante las cámaras de Iker Trebiño en
su historia sobre el rock vasco, o Kortatu, que no grabaron un disco completamente
en euskera hasta el “Kolpez Kolpe” (Oihuka, 1988)-, “la fascinación por la lengua
reprimida” les obligó primero a adquirir la fluidez suficiente para cantar y
componer en la misma.
Con la misma determinación quedó claro cuál sería el tipo de música que haría el
grupo. Como lo cuenta Roberto Moso, cantante de la banda, periodista y escritor, en
su libro “Flores en la Basura” (Zirkus, 2003), se trataba de “(…) rock and roll,
sinónimo para nosotros de ruido, velocidad y algún tipo de incordie a la
autoridad”. Y de incordiar es precisamente de lo que habla Roberto en el documental
para la televisión autonómica vasca en el que aparecen junto a grupos como
Kortatu, Barricada, Eskorbuto, La Polla Records… en concreto, confiesa incluir en
sus letras “descargas de contraataque contra la modernidad por ejemplo y cosas que
te vienen tocando los cojones (sic)”.
Esta es la intención con la que se forma el grupo en el patio de una cervecera con
vistas al paisaje industrial, decadente, proletario y depresivo de la zona del
puerto de Bilbao. Buscan un nombre acorde con semejante panorama, y con la ayuda de
un pequeño diccionario de bolsillo de euskera se deciden por Zarama, esto es,
“basura”. Hablan las crónicas de tres miembros fundacionales: Roberto como
cantante, Txus Alonso como guitarra y José López Oiobarren -el Putre- como batería.
Los comienzos, con cambios en la formación y actividad consistente, sobre todo, en
la publicidad sobre un grupo que realmente no había empezado a funcionar, tienen
como gran hito el debut en 1978 en un concurso celebrado en la discoteca Jai Alai
de Eibar organizado por Radio Popular. Para dicha ocasión, Zarama cuenta en sus
filas con Nekane Alonso y Txus a las guitarras, Juan Pablo a la batería (reclutado
con urgencia dada la poca soltura de Putre, que hará veces desde entonces de
manager de la banda), y Iosu Expósito al bajo.
Tras el concurso en Eibar, foro poco o nada apropiado para la propuesta del grupo y
del que no sacaron nada positivo (salvo pasar un buen rato juntos y ser
descalificados sin poder siquiera interpretar el segundo tema que llevaban
preparados) la formación se estabiliza con nuevos cambios: por un lado, Ernesto
Álaba, que tocaba en una banda de rock progresivo llamada Némesis (más tarde lo
haría en Bahía de Kotxinos), se convierte en el batería titular. Nekane y Iosu se
van. Iosu, amigo de Roberto desde que le conoció en una charla que dio este último
sobre los Rolling Stones, empezó con los primeros Zarama pero pronto, considerando
quizás que las cosas no evolucionaban lo suficientemente rápido, se embarcó en un
nuevo proyecto, de corte ramoniano y punk rock directo, que, a sugerencia del
propio Roberto, denominarían Eskorbuto. La relación entre estas dos bandas míticas
del punk vasco de los 80 será, desde sus comienzos, muy estrecha, incluyendo la
presencia de Iosu en algún concierto de Zarama. Antes de irse para iniciar su
andadura con Eskorbuto, Iosu presenta al resto de la banda a Javier Álvarez, para
que se convierta en su sustituto al bajo.
Idéntico resultado al concurso de Eibar cosecharon en el organizado por la cadena
de radio Los Cuarenta Principales en la discoteca Garden de Bilbao. En el mismo
quedaron antepenúltimos, por delante de La Polla Records, que evidentemente, quedan
últimos clasificados.
En 1980, sin embargo, las perspectivas que Roberto cree ver en el proyecto musical
del grupo, parecen confirmarse con el segundo puesto logrado en el certamen Euskal
Musika 80 celebrado en Itziar, por delante de un grupo llamado Ziper, que tenía
como cantante a Iñaki Garitaonaindia -Gari- antes de su incorporación a Hertzainak.
A pesar de las dificultades por las que han pasado (Txus con familia que sacar
adelante y Javi alternando colaboración con otra banda), el premio logrado en dicho
concurso, consistente en la grabación de uno de los temas de su repertorio en un
disco recopilatorio, supuso todo un empuje para el grupo. Y es que la inclusión de
“Bildur Naiz” (“Tengo miedo”), una canción compuesta durante los ensayos que hacía
el grupo en las instalaciones de su instituto, y que a guitarrazos habla de “jeeps,
zetas y tanquetas”, en la cara B de un disco ecléctico, con multitud de temas de lo
más diverso, supuso todo un aviso de que los tiempos para la música en euskera
estaban empezando a cambiar. La grabación de la canción tuvo lugar en los estudios
donostiarras IZ, y a la misma, el grupo se presentó sin batería, cuyo alquiler pagó
finalmente el sello discográfica. La crónica posterior de Roberto admite que el
técnico de sonido de la sesión, Anjel Katarain, hizo un gran trabajo para dar una
forma coherente al material grabado.
La canción en vinilo trae consigo numerosas entrevistas y actuaciones. Zarama se ve
obligado a ampliar el repertorio; es entonces cuando se componen “Zaramen erdiam”
(“Entre la basura”), “Dana niretzat”, “Beti penetan” (“Siempre en las penas“)… así
como “Nahiko” (“Basta”) y “Ezkerralde” (“Margen izquierda”), los dos temas que se
incluirán en el primer sencillo del grupo: “Nahiko” (Discos Suicidas, 1982). El
sencillo grabado como la primera referencia de un sello discográfico que aparecía
entonces: Discos Suicidas. Cuentan que la compañía de Oskar Amezaga, fundador
(junto a Roge Blasco y Pedro Mari Azkorraga) también de la revista musical
Muskaria, toma el nombre precisamente de lo temerario de la empresa de producir y
comercializar música punk-rock en euskera. Arriesgado o no, rentable o no, lo
cierto es que este sello, junto a otros como Elkar, Soñua u Oihuka posibilitaron el
desarrollo de toda la explosión musical de aquellos años en Euskadi.
Para la grabación del sencillo, Zarama, se invita a Jose Mari Santamaría -Santa- a
acompañar las guitarras de Txus, con idea de reforzarlas. El propio Txus aprovechó
la colaboración para copiar recursos técnicos del guitarrista de apoyo. El bajo lo
tocará Javier Losa, ya que Javier Álvarez se encuentra cumpliendo el servicio
militar. Javi Losa, cercano siempre al grupo, aparecerá y desaparecerá desde
entonces de las diferentes formaciones. El disco se graba en los estudios Xoxoa en
Galdakao con Jean Phocas, bajista por entonces de Errobi, como técnico de sonido.
Cuenta Roberto, que Jean, técnico años después de bandas como La Polla Records, no
salía de su asombro al comprobar la mala calidad de los instrumentos que llevó el
grupo de Santurce para la grabación.
A pesar de esa precariedad, Zarama factura un más que digno debut en solitario, que
supone además, como se mencionaba antes, el primer vinilo sencillo de punk-rock en
euskera. Pistoletazo de lo que luego vino a etiquetarse como Rock Radical Vasco,
con idea de diferenciar un tipo de música dura, de temática reivindicativa y
contestataria contra instituciones, fuerzas de seguridad o la sociedad en general,
facturada en el Pais Vasco y además, en casos como el de Zarama, en euskera. Como
ejemplo, “Eskerralde”, la cara B del primer sencillo del grupo de Santurce,
describía el panorama asfixiante, sucio, descorazonador de lo que era el margen
izquierdo del Nervión, habitat de los componentes del grupo. En ese escenario
portuario fue en el que se rodó el correspondiente videoclip de ese tema.
Lo que podría haber sido un esperanzador panorama tras la publicación del sencillo
se convierte, como consecuencia de los servicios militares de Roberto, Javier y
Eduardo, y el trabajo en una cafetería recién alquilada de Txus y Putre, en uno de
los momentos más delicados de Zarama. Como pueden, cumplen los conciertos que les
surgen (un concierto contra el fútbol, en el año del Mundial organizado en España,
coincidiendo con Hertzainak o en las cárceles de Basauri y Martutere) e incluso
participan en el documental “Ikuska 13” (1983) del director Imanol Uribe. El
director dio pruebas de estar al tanto de la ola musical que cruzaba esos años el
panorama musical vasco, como lo prueba, no sólo este documental, sino en la
participación (breve eso sí) de Evaristo Páramos, cantante de la Polla Records, en
su película años después “Adios Muñeca” (1986). Roberto comenzará su carrera como
periodista musical al ser contratado en Radio Euskadi para poner en marcha un
programa los fines de semana.
Por todo ello, al afrontar la grabación de un segundo sencillo, “Zaramaren Erdian”
(Discos Suicidas, 1983), el grupo, que llevaba un año sin ensayar de forma
continuada y seria, se encuentra fuera de forma. Incluso la garganta de Roberto,
castigada por los excesos con el tabaco en la mili, tiene dificultades para cumplir
con las exigencias de “Gasteizko gaua” (“La noche de Vitoria”), la cara B del
disco. La canción, dedicada a la memoria de obreros en huelga muertos en Vitoria a
manos de la Guardia Civil, vino a convertirse en un auténtico himno. La grabación
del mismo, que tuvo lugar en los estudios Tsunami de San Sebastián, se llegó
incluso a retrasar un día, hasta que el cantante, a base de miel y limón, puso a
punto sus cuerdas vocales.
Es entonces el momento de grabar un disco de larga duración que termine por
consolidar al grupo y ponerlo en el medio de la escena que empieza a formarse antes
de que fuera demasiado tarde. Con esas premuras se graba “Indarrez” (Discos
Suicidas, 1984), para el que cuentan con Ángel Altolaguirre como productor. Ya
había coincidido con el grupo en alguna ocasión, y un encuentro posterior, cuando
éste acompañaba a Alaska y Dinarama, permite acordar el trabajo conjunto. El
resultado de la experiencia no terminó siendo del agrado del grupo. Al parecer
Altolaguirre intentó ejercer una dirección demasiado estricta, consiguiendo imponer
por ejemplo que las mezclas finales las realizasen exclusivamente él y el técnico
de sonido (Oscar Clavel).
Además, tal y como recalca Roberto en la evaluación final que hace en su crónica de
aquellos días, coincidió con la aparición de dos grandes discos del
momento “Hertzainak” (Soñua, 1984) y “Salve” (Soñua, 1984), de Hertzainak y La
Polla Records, respectivamente. Es con estos dos grupos con los que Zarama compitió
(de forma sana) durante sus correspondientes carreras. Por un lado, los de
Santurce, aunque reconocidos por público y prensa, siempre se vieron con la
obligación de demostrar su contundencia frente a la propuesta, mucho más dura en
apariencia y formas, de bandas como los de Salvatierra. Tenían la sensación de ser
considerados “bilbainitos metidos a rockeros light”, “los babosos” del movimiento,
los que no eran suficientemente “euskaldunes por ser de Santurtzi”. Ejemplo, y
quizás consecuencia de dicha tensión, son los incidentes alentados por la
excesivamente explosiva y provocadora puesta en escena de Zarama en el concierto
que dieron en Eibar en 1983 junto a La Polla Records y Neurosis, al sentirse
injustamente tratados por la organización del mismo y los seguidores de la banda
alavesa que tocaba al final. Por otro lado, como grupo que apostó por trabajar de
forma exclusiva en euskera, tuvieron en Hertzainak, banda fundamental del ya
mencionado Rock Radical Vasco, un duro referente, con el que mantener una
angustiosa comparación tanto en grabaciones como actuaciones.
En cualquier caso, “Indarrez” no es para nada un mal disco, y sirve de muestra más
que interesante de otra vertiente de punk rock diferente a la que ofrecían muchas
otras bandas contemporáneas. El disco recuperaba el tema “Bildur Naiz”, que
aparecía en el recopilatorio “Euskal Musica 80” (IZ, 1980) (el del premio ganado en
Itziar) y “Gasteizko gaua” de su segundo sencillo.
Poco después de sacarlo al mercado se produce el encuentro entre Antonio Curiel -El
Curi- y Roberto Moso. El Curi venía de desarrollar una carrera como cantautor en
Madrid dispuesto a reorientar su propuesta y grabar un disco en euskera. Acude a la
emisora de radio en la que trabaja Roberto con un puñado de libros autoeditados
para vender. Tras una serie de encuentros entre ambos artistas, el cantante de
Zarama, atraído por la personalidad de El Curi, consigue convencer a su banda para
participar en tan curioso proyecto. Semejante decisión les acarrea más de una
crítica, por lo atípico del personaje, en principio poco acorde a la escena radical
imperante por entonces. Ajenos a todo comentario hostil, se embarcan, junto a
miembros de Bahía de Kotxinos (Javi Losa) y parte de la plantilla de la emisora de
radio en la grabación de “Altos Hornos de Vizcaya” (Discos Suicidas, 1985). Son
precisamente estos últimos los principales “socios capitalistas” de la empresa, al
comprar los “bonos de la Banca Vaticana” que ideó El Curi para obtener fondos para
la grabación del disco. Todo aquel que adquiriera alguno se reservaba así una copia
del vinilo que se iba a grabar. La arriesgada fórmula funcionó sin embargo a las
mil maravillas.
El disco, en formato mini-LP, es una pequeña frivolidad del grupo. Amalgama algo
dispersa de temas, con descartes del disco anterior (“Soinu Krudelak”), canciones
de los primeros días del grupo en los que todavía estaba Iosu Expósito (“Plof
Mugimendia”), canciones de la época madrileña de El Curi pasadas al euskera (“Ausar
zaitez hegaz” y “Kamaleoien dantza”) y alguna composición conjunta del binomio
formado por éste y Zarama (“Ausart zaitez hegaz”). El disco tiene un extra añadido
para los aficionados a los sonidos de aquellos años, porque fue la plataforma desde
la que surgió Altos Hornos de Vizcaya, grupo con el que El Curi, ya sin la
participación de ningún miembro de Zarama, publicó un LP y unos cuantos sencillos
antes de volverse a tierras vallisoletanas de las que era originario.
Con objeto de reforzar la contundencia en la sección de guitarras se contacta
con Tontxu Tabares, miembro de Neurosis, que ya participó en la experiencia con El
Curi. En principio se pretendía tan sólo contar con su colaboración para la
grabación del siguiente larga duración, pero era evidente que se iba a necesitar a
alguien que reprodujera lo que se grabase en las actuaciones en directo. Aceptado
de pleno como un miembro más de la banda, su presencia y sus guitarras se iría
haciendo cada vez más importante.
Ese nuevo LP sería “Gaua Apurtu Arte” (Discos Suicidas, 1986), y para su grabación
la banda se iría a las Landas francesas. El paisaje idílico, con miles de
posibilidades con las que entretenerse, y la presencia de las novias de todos los
componentes, con excepción de Roberto, puso las cosas algo difíciles para encontrar
la concentración idónea de los artistas. El técnico a cargo de la grabación sólo
hablaba francés, por lo que únicamente Ernesto pudo comunicarse debidamente con él.
Roberto, a toro pasado, tiene sus dudas de que en su labor de traducción, el
batería no aprovechase la oportunidad para imponer sus opiniones técnicas en la
producción musical.
El disco, que equilibra de forma airosa composiciones de corte punk rock con
exploraciones en territorios pop; letras simpáticas acerca de relaciones
personales, otras con ribetes de pequeños poemas y otro puñado de ácida crítica
socio-política, resulta de lo más recomendable. Incluso a pesar de las autocríticas
de Roberto, que lo considera algo irregular aunque con algún tema interesante.
La trayectoria del grupo continúa con un nuevo larga duración, para el que
cambiarán de discográfica. El abandono de Discos Suicidas, sello que ellos
inauguraron con su primer sencillo, para pasar a Elkar supone una mejora en las
condiciones de trabajo de la banda. La oferta que Jose Mari Goikoetxea, la persona
de la nueva compañía que se encargaba del contacto con las bandas, incluye un
panorama demasiado tentador: horas ilimitadas de estudio, Jean Phocas como técnico,
pago de viajes y comidas, una buena distribución de los discos y un porcentaje
razonable de ganancias. La grabación de “Dena Ongi Dabil” (Elkar, 1987) se realiza
“con mimo y sin prisas”.
Resultó “el disco más completo” a juicio del cantante. Algunos de los temas dejaban
ver una producción más densa de las guitarras, con atmósferas incluso oscuras. Dos
de los cortes resultaron luego en verdaderos himnos y cartas de presentación del
grupo años después: “Bihotzak sutan” (“El corazón en llamas“) y “Dena ongi dabil”
(“Todo va bien“), este último compuesto por Iosu Expósito (también “Elkarrekin”).
El trabajo contenía además dosis suficiente de punk rock enérgico y letras
comprometidas para acallar a los que pudieran haber detectado posibles
reblandecimientos del grupo en el trabajo anterior.
Zarama salió poco fuera de Euskadi para tocar. Las dos únicas excepciones fueron
los conciertos en Barcelona y Granada. En la ciudad condal llegaron a tocar en dos
ocasiones: primero en la Prospe (en el Ateneo) que resultó, según contaba Roberto
en entrevista en el blog Adios Lili Marlen, “cojonuda”. De la ocasión quedaría
constancia gracias a la edición postrera, muchos años después que hizo el sello
VomitoPunkRok Records, con el disco “Barcelona Zuzenean 1987” (VomitoPunkRock,
2021) que se acompañó con fotos de Xavi Mercadé de aquella actuación.
La segunda ocasión, sin embargo, en la sala KGB, organizado por ellos mismos y unos
amigos de allí, “resultó bastante flojo” nos explica al pedirle más detalles. Los
recuerdos de la experiencia granadina por el contrario no pudieron ser mejores. Se
trató de una especie de jornadas organizadas por seguidores andaluces de la banda
que contactaron directamente con el grupo. En el viaje se incluyó a otros dos
grupops vecinos del mismo Santurce: Bahía de Kotxinos y V Asamblea. Aparte de lo
estrictamente musical, los atractivos de la ciudad y su ambiente (excursión furtiva
a la Alhambra de noche incluida) hicieron que la banda volviera con un buen sabor
de boca.
Preguntado Roberto por las razones de tan pocas salidas, nos habla de las
dificultades que imponía el cantar en euskera y la situación laboral de muchos
integrantes de la banda: “Lo de salir fuera estaba crudo. Kortatu salieron pero
cantaban dos canciones en euskera. En general los bolos fuera de Euskadi o bien los
organizaban los propios grupos o eran cosa de plataformas pro-algo. Tanto el de
Granada como el primero de Barcelona respondieron a esos parámetros. (…) En nuestro
caso, plantearnos una gira europea por gaztetxes y squats como hicieron Hertzainak
y Ruper (Ordorika) era muy complicado. Todos currábamos (o lo intentábamos) y en
verano era precisamente cuando más podíamos tocar en condiciones por Euskadi.”
La banda se plantea entonces la utilización de teclados en algunas de sus
composiciones. Es por ello por lo que se incluye a Joseba Lafuente, componente de
un grupo llamado Susie Sexy, que Tontxu presentó al resto de la banda. El peso de
Joseba en el acabado y arreglos de las canciones que a partir de entonces facturase
Zarama se fue agrandando cada vez más. Con este nuevo fichaje se afronta la
grabación primeroo de “Bostak Bat” (Elkar, 1989) y luego de “Sexkalextrik” (Elkar,
1991). El primero de ellos es, tal y como apunta Roberto, “un disco fallido“. Con
cierto enfoque conceptual (desde el título, que juega al hermanamiento de los cinco
continentes en uno solo) trata de abordar todas las buenas causas imaginables
(guerra, machismo, insumisión …). Adoleció, sin embargo, de la pegada suficiente
para convertirlo en un imprescindible en el curriculum de la banda.
Sexkalextrik, por su parte, el disco de la portada dividida en cuatro cuadrados de
colores con fotos de coches de carrera de la época y una rubia (¿Marylin Monroe?)
en flexión casi imposible, contiene cortes bastante interesantes. El asunto del
título y portada tiene que ver con el primer corte del album, en el que se cuenta
el triste final de alguien que modifica su juego de Scalextric para convertirlo en
una máquina de placer sin fin. Y es que en este disco Zarama se libera de ataduras
bienpensantes y se presentan tal y como eran: “grupo en el que dominaban las risas
y los comentarios golfos“. La apuesta pasaba por alejarse también del tópico de
banda del rock radical, admitiendo cambios y contradicciones. También
aparecía “Iñaki, zer urrun dagoen Kamerun“, dedicado a los vendedores africanos que
recorrían (y recorren las calles de nuestras ciudades). Zarama también lo editó en
versión maxi (“Iñaki, zer urrun dagoen Kamerun” (Elkar, 1991)) con lo que esta
revisión del tradicional “Desde Santurce a Bilbao” de la emigración cobró unas
cotas de popularidad considerables. Junto con “Magali“, una especie de sueño-
aventura amorosa en el Caribe, componen el toque “étnico” de la música del disco.
La buena química en el seno de la banda es algo de lo que, desde hacía un tiempo,
ya no participaba el bajista Javier Álvarez. La necesidad de tener que ayudar en el
bar que posee su familia se convierte así en una buena excusa para dejar la
formación. Aunque su ausencia es momentáneamente cubierta por Javi Losa, su
sustituto final será Alfonso Herrero, que viene de Yo Soy Julio César.
El mismo año, la discográfica anterior, Discos Suicidas, edita un recopilatorio de
los años en los que la banda trabajó en sus filas: “Zaramaren Erdian” (Discos
Suicidas, 1991). El paso del tiempo, y el cambio de rumbo en los registros sonoros
de Zarama en los albumes editados después, lo convirtió, a juicio de muchos, en un
compendio de quizás los mejores temas del grupo. Esa evolución a la que nos
referimos tiene mucho que ver con la participación de los últimos refuerzos, no
sólo en teclados y guitarra, sino en los arreglos e incluso producción de las
composiciones del grupo. Así, si en “Sexkalextrik”, la incorporación de teclados es
notable, la combinación de los mismos con el poderío guitarrero de Tontxu, coloca
a “Binilo Bala” (Elkar, 1994), el siguiente larga duración, en la frontera del rock
duro o sinfónico incluso, terrenos aun por explorar hasta entonces por Zarama.
Disco con algo de sentido homenaje al padre de Roberto y a Urtain (con su portada y
el tema que cierra el album), será el último que grabe el grupo. Ese año, Roberto
sugiere al resto la posibilidad del cese de actividades de la banda. Como concierto
de despedida aprovecharon la celebración del Ibilaldia 94, o festividad de las
ikastolas en Santurce. En una actuación en la que contaron con el apoyo de viejos
amigos y que, como atracción incluyó la salida de un ataúd del cantante, Zarama
decía adiós a la afición.
Adios, que se convirtió años después en simple hasta luego. El 2009 nos sorprendió
a todos con la edición de “Zuzen” (Elkar, 2009), en el que los Zarama, jugando con
su nombre, se “reciclaban” y sacaban LP en directo con DVD incluido. Con esa
excusa, han retomado la carretera, con conciertos que, según fuentes fidedignas
incluyen versiones estelares en homenaje a Eskorbuto y la vertiente mod de Iosu,
participación de antiguos miembros de las Vulpess y recuperación de la
actitud punk de los primeros días.
En 2010 pasan por el estudio; en concreto los STS de Tontxu, situados en Santurce.
La excusa es registrar su participación en el disco de tributo al estadounidense
Johnny Cash: “Beltza. Bye, Bai, Cash” (Gaztelupeko Hotsa, 2010). Zarama
contribuiría a esta reunión de grupos vascos con la canción “Jon & Johnny Cash” que
editarían además en versión copyleft. Aprovecharían la reunión para dar a la tecla
de la grabadora para dejar dos canciones más preparadas.
Como reconocerían en entrevistas ganan así el combustible necesario para seguir
tocando en directo. Oportunidad para hacerlo tendrían en varias ocasiones, en
grandes eventos y rodeados de bandas de renombre: en agosto de 2011 en el BBK Live
con Kasabians, Kaiser Chiefs, The Mars Volta, Suede, Vetusta Morla …; el 13 de mayo
en 2012 en el Herri Urrats en Sempere (País Vasco francés) junto a Anje Duhalde, Su
ta Gar, Gose y Obrint Pas y en verano de 2012 en fiestas de Vitoria en la Plaza del
Machete.
Completado el rodaje y sintiéndose a gusto, deciden poner sobre la mesa las
canciones grabadas tres años atrás en formato de sencillo “Sinestezina” (Baga Biga,
2013). El disco llevaba el título de la primera de las tres canciones que contiene.
Una especie de lamento acerca de la transformación del Santurce que conocieron de
pequeños y que utilizaran en el concierto de despedida que dieron casi una década
antes. Completaban la entrega el tributo a Johnny Cash y el “Bring a liitle
lovin’ ” que ya versionaran Los Bravos y Los Flechazos.
Con el disco como excusa y con la presentación correspondiente en junio de 2013 en
el Ibialdia de Portugalete junto a Makabi, Herri Ohiua y Gatibu, como pistoletazo
de salida, Zarama ve así garantizada la excusa para seguir rodando. Repitieron en
septiembre del mismo año en Trapagan y avisan de que material nuevo para más
sencillos o incluso un LP entero tienen de sobra. Excusa para que continue la
diversión entre la cuadrilla de amigos que son.