Texto Argumenntativo
Texto Argumenntativo
Texto Argumenntativo
LA ARGUMENTACIÓN
• ¿Qué es?
posiciones a favor o en contra de una tesis (opinión que se defiende). Argumentar es,
existencia de dos o más interlocutores (el escritor y su/s oponente/s). De aquí se deduce
Por otro lado, la argumentación, por importante que sea en un texto, suele combinarse
conseguir un texto más eficaz y dinámico. Así ocurre en el ensayo, en el que predomina
que se emplea con profusión la argumentación son los textos científicos, los jurídicos y
con diferente punto de vista), entrevista laboral, etc. Se caracterizan por la utilización de
bien es imprescindible para defender con éxito la posición que se sostiene. Para ello, es
Los textos argumentativos, como los expositivos, basan una parte importante de su
efectividad en la buena organización de las ideas con las que se pretende convencer o
persuadir. De entre las variadas formas con las que se puede manifestar este modo de
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1. Presentación o introducción
Tiene como finalidad presentar el tema sobre el que se argumenta, captar la atención del
destinatario y despertar en él el interés y una actitud favorable.
2. Exposición de la tesis La tesis es la postura que se mantiene ante el tema. Puede aparecer al
principio o al final del texto y es el núcleo de la argumentación. Una tesis puede ser una
opinión subjetiva, en el caso de la argumentación informal; en
cambio, si se trata de un trabajo académico de investigación, la tesis tiene que ser una
hipótesis científica. Cabe destacar que una tesis que no se apoye en argumentos racionales no
constituye una argumentación académica. Solamente los datos objetivos o las afirmaciones
demostrables científicamente constituyen argumentos válidos en un texto científico-técnico.
Al defender una opinión suele adoptarse una de estas tres posturas argumentativas:
Una vez expuesta la tesis, empieza la argumentación propiamente dicha. Se trata bien de
justificar la tesis con la presentación de pruebas y argumentos variados (argumentación
positiva), refutar la tesis contraria, o admitir algún argumento contrario (concesión) para
contra argumentar.
Con el objetivo de lograr persuadir al destinatario, el emisor puede desplegar una serie de
estrategias argumentativas. Puede recurrir a las citas de autoridad y a la ejemplificación, a la
analogía, a la exposición de las causas y las consecuencias que comporta la adopción de sus
ideas, al refuerzo de su opinión mediante datos objetivos (como, por ejemplo, resultados
estadísticos o sondeos), o a la discusión y desestimación de posibles objeciones a la tesis
adoptada.
4. Conclusión
c) Argumentación mixta. Contiene a la vez elementos del esquema deductivo y del inductivo.
Se formula al principio la tesis, se muestran hechos, casos o razonamientos que la confirmen y,
al final, se repite la tesis, casi siempre con alguna variante.
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• ¿Cómo se hace?
A. Explorar la cuestión
El primer paso es la indagación; antes de empezar a escribir un texto argumentativo hay que
explorar la cuestión, es decir, el problema o situación que admite posiciones a favor o en
contra de una tesis, y considerar las diversas posiciones. Para ello se requiere:
Explorar los argumentos sobre todos los aspectos de la cuestión. Nuestra tarea consiste en
dar una opinión bien informada que pueda ser defendida con argumentos sólidos. Nos
informaremos sobre la cuestión, leeremos artículos y hablaremos con personas con diferentes
puntos de vista. Así empezaremos también a formular argumentos propios.
también los argumentos a favor y en contra de la tesis. Hay que convencer al lector de que los
argumentos son ciertos, y de que la tesis deriva coherentemente de ellos.
Supongamos que hemos llegado a una tesis que pensamos que podemos defender
adecuadamente. Ahora hace falta organizar el texto de manera que trate todo lo necesario;
prepararemos el esquema.
A continuación, explicamos por qué es importante. También hay que considerar al público al
que nos dirigimos.
Desarrollar los argumentos de un modo completo. Una vez que hayamos aclarado la
importancia de la cuestión que estamos tratando, y una vez que hayamos decidido
exactamente lo que nos proponemos hacer, estamos en condiciones de desarrollar el
argumento principal.
Planificar es importante. Un argumento bien desarrollado es mejor que tres argumentos tan
sólo esbozados.
La mayoría de las tesis no tienen un solo efecto, sino muchos. Tenemos que examinar qué
desventajas puede tener nuestra tesis (anticipándonos a las desventajas que otros puedan
argumentar como objeciones). Argumentaremos que las ventajas superan a las desventajas (y
nos aseguraremos de que realmente lo hacen) y trataremos de responder a las críticas más
fuertes o comunes.
Formular una introducción breve. La introducción debe ser breve y precisa; no puede ser una
introducción demasiado general.
Exponer los argumentos de uno en uno. Como regla general, expondremos un argumento por
párrafo. Incluir muchos puntos diversos en el mismo párrafo sólo confunde al lector y hace
perder aspectos importantes. Usaremos el argumento principal para plantear los párrafos.
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Claridad. Las cuestiones que a nosotros nos parecen que están relacionadas, a algún lector le
pueden parecer totalmente desvinculadas. Es, por tanto, esencial explicar las conexiones entre
las ideas, aun si nos parecen absolutamente claras.
Apoyar las objeciones con argumentos. Además de desarrollar nuestros propios argumentos
de una manera cuidadosa y completa, también desarrollaremos en detalle los posibles
contraargumentos, si bien de un modo no tan completo como los argumentos a favor de la
postura defendida.
No afirmaremos más de lo que hemos probado. Terminaremos sin prejuicios. Muy rara vez
responderemos a todas las objeciones de manera adecuada, y siempre pueden aparecer
Las falacias son errores en los argumentos. Llamar a algo una falacia normalmente es sólo otra
manera de decir que viola una de las reglas de los buenos argumentos que acabamos de
exponer. Por ejemplo: si en el desarrollo de los puntos principales se generaliza a partir de una
información incompleta (punto c) o si no se examinan las objeciones (punto e).
De acuerdo con las funciones que realizan los conectores argumentativos, distinguiremos tres
grupos distintos:
a) Expresiones conectivas como, aunque, a pesar de (que), pese a (que) y si bien (de las que,
aunque es el conector prototípico).
b) Conectores como, pero, sin embargo, no obstante, ahora bien, con todo, aun así, o de todas
formas (pero es el representante paradigmático de este grupo).
c) Grupo formado por conectores tales como mientras que, en cambio y por lo contrario
(básicamente modifican en el segundo miembro algún aspecto de lo formulado en el primero)
a) Conectores integrados en la oración (que presentan la conjunción que): así que, de modo
que, de manera que, por lo que, de ahí que, etc.
b) Conectores de tipo parentético: por ello/eso, por ese/ tal/ dicho motivo/ razón/ causa, por
(lo) tanto, en consecuencia, por consiguiente, por ende, pues, así pues.
a) Conectores que introducen un nuevo aspecto o punto de vista del tema que se está
tratando sin valorarlo desde el punto de vista argumentativo: asimismo, igualmente, de igual/
mismo modo, por otra parte, por otro lado, por su parte, a su vez.
b) Conectores que introducen un nuevo aspecto informativo del tema, presentándolo como
más fuerte desde el punto de vista argumentativo que los aspectos anteriores: además,
encima, por añadidura, por demás, incluso, inclusive.