Evidencias Internacionales en El Campo Gerontológico 2022
Evidencias Internacionales en El Campo Gerontológico 2022
Evidencias Internacionales en El Campo Gerontológico 2022
INTERNACIONALES
DE TRABAJO SOCIAL
EN GERONTOLOGÍA
EL ÁMBITO
COMUNITARIO
COORDINADORES:
Centro de Investigación y
Estudios de Trabajo Social en Gerontología
TRES
PAPIME
PE308020
Centro de Investigación y
Estudios de Trabajo Social en Gerontología
Mtro. Efraín Esteban Reyes Romero Mtra. Luz Noemí Navarro Márquez
Secretario General Jefa de la División de Estudios de Posgrado
Lic. María Eunice García Zúñiga Lic. Norma Angélica Morales Ortega
Secretaria Académica Jefa de la División de Estudios de Profesionales
Lic. Andrea Mariana Frías Ávila Lic. María Reyna Ramos Martínez
Abogada Auxiliar Coordinadora de Gestión
Dra. Julia del Carmen Chávez Carapia Mtro. Manuel Velasco Vázquez
Coordinadora del Programa de Coordinador del Centro de
Maestría en Trabajo Social Información y Servicios Bibliotecarios
Catalogación en la publicación UNAM. Dirección General de Bibliotecas y Servicios Digitales de Información
Nombres: Casas Torres, Graciela editor. | Piña Morán, Marcelo, editor.
Título: Evidencias internacionales de trabajo social en gerontología : el ámbito comunitario / coordinadores: Graciela Casas
Torres, Marcelo Piña Morán.
Descripción: Primera edición. | Ciudad Universitaria, CDMX : Universidad Nacional Autónoma de México, Escuela Nacional de
Trabajo Social, 2022. | “Centro de Investigación y Estudios de Trabajo Social en Gerontología, Red Latinoamericana de Docentes
Universitarios y Profesionales de Trabajo Social en el campo Gerontológico” “TRES PAPIME PE308020” “Dirección General de
Asuntos de Personal Académico”.
Identificadores: LIBRUNAM 2173215 (libro electrónico) | ISBN 9786073066990 (libro electrónico).
Temas: Gerontología social. | Envejecimiento -- Aspectos sociales. | Personas adultas mayores. | Trabajo social con personas
adultas mayores.
Clasificación: LCC HQ1061 (libro electrónico) | DDC 305.26—dc23
ENTS
1a. edición, septiembre de 2022
Primera edición
ISBN: 978-607-30-6699-0
Hecho en México
EVIDENCIAS
INTERNACIONALES
DE TRABAJO SOCIAL
EN GERONTOLOGÍA
EL ÁMBITO
COMUNITARIO
COORDINADORES:
Un agradecimiento muy especial a la Lic. Frida Alexandra García Molina, quien desde el
2018 participa de manera muy comprometida con el CIETSGe, y que a lo largo de estos
años se ha formado como una especialista en el ámbito de Trabajo Social Gerontológico.
La publicación de este libro no hubiera sido posible sin su dedicación y profesionalismo
en la integración y revisión del mismo.
.
CONTENIDO
Prólogo............................................................................................................................ 12
Introducción....................................................................................................................15
CAPÍTULO I
CAPÍTULO II
COMUNIDAD Y TERRITORIO
5. Tránsitos y reflexiones acerca del enfoque comunitario de Trabajo Social en el
campo gerontológico............................................................................................91
Jorge Pedro Paola
6. Intervención social con personas mayores en contextos de desigualdad: un
estudio sobre el dispositivo del Taller............................................................... 114
Sofía Nasuti Wood
CAPÍTULO III
CAPÍTULO IV
14. Promoción del autocuidado hacia las personas adultas mayores como práctica
de una visión de gerontología comunitaria........................................................259
Gustavo García Silva
CAPÍTULO V
GÉNERO Y COMUNIDAD
16. Nuevo Modelo de Cuidados. Nuevo Contrato de Género. La propuesta de las
comunidades cuidadoras en la realidad española............................................305
Clarisa Ramos-Feijóo
12
Consejo Nacional de Población (Conapo), en tres décadas más, vivirán en México cerca
de 34 millones de personas mayores.4
Por ello resulta estratégico tener en cuenta que la presencia de la población envejecida
será cada vez mayor y que, ahora mismo, de acuerdo con cifras del CONEVAL, cerca del 47%
de la asentada en México vive en pobreza, mientras que entre un 20 y 30 por ciento enfrenta
el abandono o es objeto de distintos tipos de violencia: física, psicológica, económica,5
mientras que a nivel mundial, según una revisión de 2017, de 52 estudios realizados en 28
países de diversas regiones durante el último año, una de cada seis personas (15.7%) de 60
años o más fueron objeto de alguna forma de maltrato, y para 2050 el número de víctimas
habrá aumentado hasta 320 millones6, por lo que la participación del gremio se hace cada
vez más importante. Los ejes que conforman esta publicación, en consecuencia, dan cuenta
de las áreas de oportunidad que tenemos al participar de estas temáticas.
El título que ahora tiene ante usted es resultado directo del despliegue que el CIETSGe
ha emprendido para ampliar su capacidad de vinculación y colaboración con otros
espacios relacionados con la investigación y atención a la vejez. Una muestra elocuente es
el acuerdo alcanzado desde 2018 con la REDGETS, que en tan poco tiempo de existencia
ha dado origen a importantes logros, que independientemente de las experiencias
formativas que éstos implican para el estudiantado de la ENTS, se inscriben claramente
en el compromiso implícito que la Universidad Nacional Autónoma de México tiene con la
sociedad en cuanto a su bienestar y desarrollo. Sin duda, un triple acierto.
“Evidencias Internacionales de Trabajo Social en Gerontología. El Ámbito Comunitario”
confirma que el trabajo colaborativo es y será determinante para traspasar fronteras y
generar productos que beneficien lo mismo a estudiantes, profesionistas y personas
mayores, constituyéndose en el mejor de los instrumentos para ampliar el radio de
diagnóstico y elaboración de propuestas para la intervención, ya que se sustenta en la
apertura, integralidad y retroalimentación, un tridente imprescindible en la actitud y visión
inter, multi y transdisciplinar que caracteriza el ejercicio profesional de las y los trabajadores
sociales de nuestro tiempo.
4. Programa Iantegrador de la Experiencia del Adulto Mayor. Universidad de Guadalajara, 9 de mayo de 2022, https://bit.ly/3FsoZFC, consultado el 9
de mayo de 2022.
5. Hernández Mirtha, “Adultos mayores enfrentan pobreza y violencia en México”, Gaceta UNAM, 30 de agosto de 2018, https://bit.ly/3wci7Ih,
consultado el 8 de mayo de 2022.
6. Organización Mundial de la Salud (2021) Maltrato de las personas mayores. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/elder-abuse,
consultado el 8 de mayo de 2022
13
El texto también deja testimonio de nuestra labor. Estamos ante una extraordinaria
compilación que recupera y difunde los valiosos aportes desde la experiencia del Trabajo
Social y otras disciplinas afines, en nuestro país y diversas regiones de Hispanoamérica.
Además nos ofrece una cualidad adicional: se desarrolla desde el ámbito comunitario,
el cual es, por antonomasia, el espacio de intervención más trascendente en la actividad
de campo de las y los trabajadores sociales, al favorecer la generación de “estrategias
integrales de actuación, desde un marco participativo, ante necesidades, problemas y
aspiraciones, sustentadas en un referente teórico conceptual” (Pastor Seller, 2013).
América Latina tiene una asignatura pendiente con las personas mayores. Y no sólo
porque casi la mitad de ellas vive en condiciones de sobrevivencia, una penosa realidad
que las ha obligado a realizar trabajos informales o mal remunerados, sin ningún tipo
de seguridad social, por lo que un amplio porcentaje depende casi por completo de su
familia que, en muchos casos, les considera una “carga”; también porque las autoridades
federales (para el caso de México y otros de la Región) no han ratificado la Convención
Interamericana para proteger los Derechos de las Personas Mayores, que en 2015
aprobase la Organización de Estados Americanos, un instrumento jurídico internacional
vinculante que en su artículo 6º asegura el derecho a vivir con dignidad la vejez.
A nombre de la comunidad que integra la ENTS, celebro sinceramente la realización
de este trabajo, coordinado por la Mtra. Graciela Casas Torres y el Dr. Marcelo Piña
Morán, a quien agradezco recordarnos que la vejez es el mayor propósito en la vida al
que podemos aspirar.
“Evidencias Internacionales de Trabajo Social en Gerontología. El Ámbito Comunitario”,
nos obliga a repensar dicha premisa, dejando en claro que pese a los avatares, la vejez
debe vivirse en tiempo presente, haciendo nuestra la posibilidad de elegir cómo queremos
vivirla, una alternativa, en la que cabe subrayar, no transitaremos solos, pues seguramente
ahí estarán trabajadoras y trabajadores sociales para acompañarnos.
14
INTRODUCCIÓN
15
“Debates disciplinares del Trabajo Social en el campo gerontológico” de Paula Danel
y Daniela Sala piensa al Trabajo Social en el campo gerontológico de modo descentrado e
interpelado por los feminismos, destacando el lenguaje, relaciones de poder y los procesos
de subjetivación en el debate profesional. Relacionan la criticidad con la problematización
y desnaturalización (entre otros elementos), generando condiciones de escuchabilidad a
sectores invisibilizados.
“Tránsitos y reflexiones acerca del enfoque comunitario de Trabajo Social en el
campo gerontológico” de Jorge Pedro Paola, destaca como desafíos fundamentales la
resignificación de la participación social de los mayores, la gravitación de los mayores
en la revisión de las políticas socio–sanitarias y las posibilidades de superación de la
fragmentación crónica de los sistemas imperantes.
“Intervención social con personas mayores en contextos de desigualdad. Un estudio
sobre el dispositivo del Taller” de Sofía Nasuti Wood, analiza el surgimiento de categorías
conceptuales propias que sustenten nuevas prácticas de intervención social desde un
enfoque de derecho y decolonial, así como la orientación de políticas públicas integrales
destinadas al envejecimiento.
“Aspectos éticos en el cuidado del adulto mayor en la comunidad” de Margarita
Poblete Troncoso y Raúl Hormazábal Salgado, comenta un estudio en base a una revisión
bibliográfica de estos últimos 5 años en las bases de datos Web of Science, Scopus, Scielo,
Academic Search Ultimate, Fuente Académica Plus y MEDLINE Complete, observando
una brecha de conocimiento en los derechos del adulto mayor, falta de capacitación a los
cuidadores y profesionales de la salud en materia de autonomía.
“Adultos Mayores Cuidadores de Adultos Mayores” de Astrid Enid Santiago Orria,
presenta una investigación cualitativa realizada en Puerto Rico, centrada en conocer
el significado que tiene para un adulto mayor ser cuidador(a) de otro adulto mayor. Se
concluye la necesidad de visibilizar las aportaciones de los adultos mayores cuidadores
de adultos mayores e integrar esfuerzos intergeneracionales.
“Significado de la autotrascendencia en los cuidados integrales de personas mayores:
Implicancias para su bienestar físico, mental y social, como parte de la calidad de vida”
de Verónica Guerra, desarrolla una reflexión teórica que describe y analiza la teoría de la
autotrascendencia en personas mayores, profundizando en los cuidados de enfermería
como contribución al bienestar y calidad de vida de las personas mayores.
16
“Atención Integral de las personas adultas mayores en condición de pobreza
y pobreza extrema, en su ambiente comunal y familiar, a través del Programa de Red
de Atención Progresiva para el Cuidado Integral de las Personas Adultas Mayores” de
Alexandra Villalobos Quesada, describe cómo el programa de red de cuidado y la labor de
las personas profesionales de Trabajo Social se han convertido en un pilar fundamental de
la política social costarricense en beneficio de las personas adultas mayores.
“El voluntariado gerontológico, escuela de vida” de Vicente Ballesteros Alarcón,
destaca sus efectos positivos tanto para las personas como para las organizaciones y la
sociedad. Es una escuela para personas mayores o jóvenes, en la que los profesionales
del Trabajo Social tienen un papel fundamental por su aporte teórico y técnico.
“La educación como factor de gestión de conocimiento gerontológico en la
comunidad” de Teresa Orosa Fraíz, expone la experiencia educacional cubana dirigida
a personas mayores, enfatizando el carácter proactivo de los propios mayores en este
quehacer gestionador de conocimiento gerontológico en la comunidad.
“El Aprendizaje–Servicio como herramienta pedagógica en la aplicación de un modelo
de intervención para el desarrollo comunitario para el envejecimiento en Tlaxcala” de María
de la Luz Martínez Maldonado, Juan Pablo Vivaldo Martínez, Denisse Catalán Huerta,
Daniel Jaso Leal y Elena Pérez Serrano, describe una investigación acción participativa,
con una duración de diez meses, conformada por tres etapas (formación y diseño de
proyectos, ejecución y evaluación), siendo algunos de sus principales resultados que
los participantes aprendieron a usar el celular, enviar mensajes de texto, mensajes vía
Whatsapp, usar Facebook y navegar por Internet.
“Promoción del autocuidado hacia las personas adultas mayores, como práctica de
una visión de gerontología comunitaria” de Gustavo García Silva, presenta la visión de
gerontología comunitaria como promotora del autocuidado, ya que sustenta evidencia
de potenciar a las personas adultas mayores, favoreciendo su autonomía, desarrollando
su autoestima, mejorando su calidad de vida y las relaciones con su entorno social y
comunitario.
“Participación Comunitaria en Atención Primaria de Salud desde la mirada de sus
Líderes Mayores: Reflexiones a partir de la participación en una Escuela de Liderazgo” de
las autoras Astrid Arévalo Salinas, Nancy Aguilera Bruna y Carolina Cabello Aguilera, indica
que en el contexto de participación social–comunitaria, y desde la autogestión de los y
17
las propios dirigentes de salud, emerge la relación intergeneracional como un elemento
central de la experiencia, siendo fundamental cómo se representa en estos espacios de
ejercicio de liderazgo por parte de personas mayores.
“Nuevo Modelo de Cuidados. Nuevo Contrato de Género. La propuesta de las
comunidades cuidadoras en la realidad española” de Clarisa Ramos–Feijóo, explica cómo
la reciente crisis suscitada por la pandemia global ha puesto de manifiesto el imprescindible
cambio del modelo de cuidados español, viéndose como imprescindible en primer lugar,
un nuevo pacto de género, y en segundo lugar, la implicación de toda la comunidad en los
cuidados como parte de la producción de capital social que conlleva la reproducción de
la vida. “Mujeres y Activistas: Experiencias que socavan la visión hegemónica de la vejez”
de Nicole Mazzucchelli, describe experiencias de acción política de mujeres mayores en
Chile, indicando trayectorias activistas que se renuevan y resignifican en la vejez, desde
otros espacios y desplegando nuevos repertorios de acción. Menciona que han podido
evaluar su activismo y militancia, como también las construcciones de género, los roles
sociales y su propia subjetividad.
“Vejeces, género y participación política: prácticas promotoras de resistencia e
igualdad” de Yaiza Merlo Laguillo, analiza los casos de “Abuelas de Plaza de Mayo” y la
participación de personas mayores en espacios universitarios, comprendiéndose como
experiencias de resistencia y de construcción de ciudadanía que consolidan vínculos
intergeneracionales. Se trata de prácticas colectivas y participativas que constituyen
procesos identitarios, visibilizando la diversidad y la heterogeneidad, así como evidenciando
las disputas de sentidos en torno al espacio de lo público.
“Elementos para un modelo intergeneracional para la detección temprana del cáncer
de mama” de las autoras Norma Cruz Maldonado y Araceli Carreto Ortiz, reflexiona en
torno a la necesidad de articular enfoques teóricos y estrategias sociales que permitan
transitar de una población joven con prácticas de detección oportuna incorporadas a su
vida cotidiana, a una población envejecida con menores riesgos sociales para detectar
el cáncer de mama en etapas tardías. En tres apartados muestra la importancia de
implementar estrategias de promoción de la salud, tendientes a incorporar hábitos de
detección temprana y disminución de factores sociales de riesgo.
Como se puede apreciar, se abordan temas que sin duda son una contribución a los
procesos de formación, investigación y acción en Trabajo Social y Gerontología, motivando
18
a estudiantes, profesionales, personas mayores y académicos/as a continuar pensando,
repensando e impensando los envejecimientos y las vejeces en el contexto actual.
19
CAPÍTULO I
RELACIÓN
ESTADO
CULTURA Y
DERECHOS
HUMANOS
1.
RESUMEN
Se propone una matriz de Trabajo Social en temas de Envejecimiento y Cultura que
incluya un análisis de tres dimensiones. En primer lugar, observar los roles sociales de
las personas mayores como una construcción sociocultural que permita valorar su aporte
a la sociedad y su participación activa en las políticas de envejecimiento. En segundo
lugar, una Estructura de Sentimientos Gerontológica que rescate la experiencia social
como foco de atención, tanto en la interpretación recibida como en la experiencia práctica
del proceso de envejecimiento. Incluye prácticas significantes y cuestionamiento a las
formas fijas, como imágenes, en torno a las personas mayores, proponiendo tensionar
la hegemonía tradicional que ubica a las personas mayores como un grupo pasivo.
Finalmente, se describe una vigilancia epistemológica de problematización, diseño de
investigación, pensamiento y cultura, profundizando para la investigación gerontológica
en prenociones y concepto de naturaleza humana.
Los componentes de la matriz de Trabajo Social en temas de Envejecimiento y Cultura,
son una propuesta que facilita el nexo interdisciplinario con profesiones y disciplinas
que abordan temas gerontológicos, siendo fundamental articular sus acciones con los
acuerdos nacionales e internacionales en materia de envejecimiento.
Palabras clave: Trabajo Social; Envejecimiento y Cultura; Estructura de Sentimientos
Gerontológica; Matriz de Pensamiento.
ABSTRACT
This chapter proposes a matrix for Social Work analysis over a geing and culture. Such a matrix should
include three dimensions. First, the consideration of older people’s social roles as a soci–cultural
construct, allowing for the valorization of their contribution to society and their active participation
21
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
in the elaboration of social policy on the matter. Second, the study of a gerontological structure of
feelings that has social experience at its core, both in the received interpretation and in the practical
aspects of the ageing process. This includes meaningful practices and calling into question fixed
forms, such as hegemonic representations and images on the elderly as a passive social group. Third
and final, it includes a process of epistemological surveillance over the logic of problematization and
scientific research regarding ageing, though and culture, that would allow for the deeper examination
of preconceived notions on older people and human nature. The components of such a matrix
compose a proposal that aims to facilitate the nexus among the diverse professions and scientific
fields that study gerontological issues, in accordance with the national and international conventions
on the matter.
Keywords: Social Work; Ageing and Culture; Gerontological Structure of Feelings; Analytical
matrix.
INTRODUCCIÓN
Los procesos de envejecimiento y vejez son abordados científicamente por un campo
del conocimiento denominado gerontología, que en su análisis considera un enfoque
interdisciplinario (Barros, 2010; Laforest, 1991; Moragas, 1991, 2012; Piña, 2015; Sánchez,
2000), que incluye dimensiones como las biológicas, psicológicas, sociales, políticas,
educativas, históricas, económicas y culturales. Las disciplinas y profesiones que abordan
temas gerontológicos integran categorías teóricas y empíricas para acciones de investigación
e intervención con personas mayores (Piña, Olivo, Martínez & Mendoza, 2018). Desde esta
perspectiva, esta reflexión se centra en el Trabajo Social con enfoque gerontológico en temas
de envejecimiento y cultura, específicamente en los roles sociales de las personas mayores.
Para “pensar” el Trabajo Social con enfoque gerontológico, se propone recurrir a una
matriz epistémica, entendida como “el trasfondo existencial y vivencial, el mundo de vida y
a su vez, la fuente que origina y rige el modo general de conocer, propio de un determinado
período histórico–cultural y ubicado también dentro de una geografía específica, y, en su
esencia, consiste en el modo propio y peculiar que tiene un grupo humano de asignar
significados a las cosas y a los eventos, es decir, en su capacidad y forma de simbolizar la
realidad” (Martínez, 2014, p. 14). También se relaciona con la forma en que la comunidad
más informada investiga la realidad (Calvo, 2003; Raichvarg, 2013), en este caso la de los
22
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
adultos mayores (Sedeño, 2015) y de qué forma comunica sus hallazgos a la sociedad
completa, por una parte, a través de los medios de comunicación escritos, a decir diarios,
periódicos, revistas y libros, como a través de los medios audio visuales de amplio espectro
en estos tiempos (Gutiérrez, 2011). Esta matriz permite poner de relieve cómo se concibe
el proceso de envejecimiento en la sociedad y a partir de allí, el lugar social y los roles de
las personas mayores, y cómo ello puede aportar a los procesos de intervención propios
del Trabajo Social.
Se propone una matriz de Trabajo Social con Enfoque Gerontológico para temas de
Envejecimiento y Cultura, que incluya las siguientes dimensiones:
Estructura de Sentimientos
Roles Sociales de las personas mayores Vigilancia Epistemológica y Reflexividad
Gerontológica
7. Se sugiere revisar el libro de “Gerontología Social aplicada: visiones estratégicas para el Trabajo Social” (2004, 2013), en el que se describe un
estudio de establecimientos de larga estadía en el que las personas mayores señalan que participan de proyectos definidos por la institución y que
no responden a sus intereses. Más bien, son planificados para ellos y no con y junto a las personas mayores.
23
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
influenciados por el contexto en el que están insertos8 (Piña & García, 2016), se piensa
que “el mismo proceso de construcción de conocimientos supone la existencia de un
soporte intersubjetivo que resulta necesario para producir esquemas de inteligibilidad que
hacen posible las relaciones sociales y las explicaciones del mundo, expresados mediante
sentidos compartidos en el decurso de la experiencia humana y social” (Carrera, 2019,
p. 168). Estos sentidos compartidos implican prácticas culturales que respondan a los
significados que las personas mayores le asignan a su vida cotidiana, siendo fundamental
entonces la concepción de cultura que se considere para su análisis. Se trata de identificar
la lógica a través de la cual las personas logran la inteligibilidad de sí mismo y del contexto
micro y macro social en el que cada quien se desenvuelve (Bustamante & Opazo, 2004).
Es por esta razón que este trabajo propone una matriz epistémica que incluya la
concepción de cultura propuesta por Raymond Williams, que permita establecer una
alternativa de pensamiento crítico en Trabajo Social para la compresión de los roles
sociales de las personas mayores.
Su selección obedece a que adscribe a “la percepción de que estudiar la cultura puede ser
la puerta de entrada para una crítica comprometida, que busca entender el funcionamiento
de la sociedad con el objetivo de transformarla” (Cevasco, 2003, p. 127). Para Williams
la cultura comienza por designar “un proceso –la cultura (cultivo) de granos o (cría y
alimentación) de animales, y por extensión la cultura (cultivo activo) de la mente humana–
y, a finales del siglo XVIII, especialmente en alemán y en inglés, acaba por designar una
configuración o generalización del “espíritu” que conformaba “todo el modo de vida” de un
pueblo en particular” (Williams, 1981, p. 10–11). En la actualidad, según Williams, implica
“los sentidos antropológicos y sociológicos de la cultura, como “todo un modo de vida”
diferenciado dentro del cual un “sistema significante” característico, se considera como
esencial y esencialmente implicado en todas las formas de actividad social” (Williams,
1981:13), y también un sentido más especializado que incluye el lenguaje, artes, moda,
8. En el artículo “Socio-Cultural Connections and Ruptures: Social Roles of Older Adults in Chile” de Marcelo Piña-Morán & Leidy Y. García, publicado
el 2016 en la Revista Population Ageing DOI 10.1007/s12062-016-9142-6, se menciona inicialmente esta idea. Este artículo va más allá y profundiza
respecto de una matriz epistémica que articule los roles sociales con la categoría de cultura y gerontología crítica.
24
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
publicidad, periodismo y filosofía (Williams, 1981; Cevasco, 2003). Ello implica comprender
que “la cultura no es un proceso social secundario: la producción de significados y valores
es una actividad humana primaria que estructura las formas, las instituciones, las relaciones,
así como las artes” (Cevasco, 2003, p. 55). Es decir, una visión de cultura que se articula
de forma directa con la gerontología crítica9 y que proponga una reflexión respecto de los
vínculos y rupturas de los significados socioculturales del envejecimiento en las esferas
científica y social (Piña & García, 2016). Asimismo, hay una categoría que se considera
central en Williams: la estructura de sentimiento. Esta categoría facilitaría el análisis de los
roles sociales de las personas mayores en un contexto y tiempo determinado.
9. “La Gerontología Crítica considera aportes de filósofos y teóricos sociales de la Teoría Social Contemporánea como “Habermas, Foucault, Boudieu,
Giddens, Morin, Lacan, Guattari, Lipovetsky, Vattimo y Bauman” (Yuni & Urbano, 2008:153). Este artículo propone una gerontología crítica basada
en Raymond Williams.
25
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
Desde esta perspectiva, resulta primordial diferenciar tres niveles de cultura. Existe la
cultura que se vive en un momento y lugar específico; también está la cultura registrada
en diversos niveles, es decir, la que representa un período; y la cultura de la tradición
selectiva, que vincula la cultura vivida y la de distintos períodos. Cuando no se vivencia la
cultura de un período se puede estudiar en sus documentos, hasta que se tiene una visión
general y clara de sus ámbitos cultural, social, y patrones generales de su actividad, es
decir, en parte su estructura de sentimiento. El “patrón de la cultura” implica una selección
y configuración de actividades que conlleva un “modo vida”, que al ser recuperados son
componentes abstractos. Sin embargo, puede existir otro elemento común, que no es el
patrón, sino que la experiencia concreta por medio de la cual se vive, entendiendo que
la experiencia implica, además de lo racional, lo sentimental (Williams, 2003; Cáceres &
Herrera, 2014; Senge, 1994; Etkin, 1978).
Williams la considera esencial para un analista de la cultura que intenta comprender no
sólo las formas estructuradas, fijas o consagradas, sino que tiene especial interés por lo nuevo,
por lo que pueda articular un cambio en la cultura y la sociedad. Se trataría de una respuesta
a los cambios determinados en una organización social, a través de la cual se cuestionan
las formas fijas (Cáceres & Herrera, 2014); más bien “es la articulación de lo emergente, de
lo que escapa a la fuerza aplastante de la hegemonía, que efectivamente trabaja sobre el
emergente en los procesos de incorporación, a través de los cuales transforma muchas de
sus articulaciones, para mantener la centralidad de su dominación” (Cevasco, 2003, p. 166).
El desafío es “cómo dar cuenta de lo vivencial, lo que está ocurriendo y se encuentra en
desarrollo y se constituye como una serie de procesos formadores y formativos antes que
totalidades formadas” (Cáceres & Herrera, 2014, p. 183).
Recapitulando el concepto, en síntesis, “Estructuras de sentimiento” es la alternativa
propuesta por Williams en contra de los análisis sociales y culturales basados en
totalidades, es decir, formas fijas producidas y recibidas. La intención central del concepto
es rescatar la experiencia social en proceso desde un análisis consecuentemente efectivo,
lo que involucra colocar el foco de atención tanto en la interpretación recibida como en la
experiencia práctica, con el objetivo de develar un tipo de pensamiento y sentimiento social
y material tal como son vividos y experimentados, presentados así como síntomas de una
instancia de germinación, esto es, antes de ser articulados de modo pleno” (Cáceres &
Herrera, 2014, p. 187). El proceso de experimentar conlleva el sentir y pensar una totalidad
26
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
social, pero que también es capaz de tensionarla. En los puntos ciegos existentes en el
orden social dominante y sus alternativas, se sitúa la estructura de sentimientos (Cáceres
& Herrera, 2014).
Es relevante considerar que los especialistas sólo pueden conocer en un período un
ámbito de sus documentos, ya que hay un proceso selectivo en sus respectivos campos
de actividad. Esta selectividad puede provenir de los denominados modelos mentales
(Senge, 1994; Etkin, 1978) del investigador que busca conocer una determinada realidad,
así como de “la visión compartida que asume de la realidad que intenta conocer” (Maturana,
1998, p. 32). El funcionamiento de una tradición selectiva conlleva la selección de ciertas
actividades, que se valoran para su estudio. El análisis documental facilita el análisis social
en una tradición selectiva: cada elemento analizado será activo y estará presente en diversos
niveles del proceso cultural (Williams, 2003). Estos elementos son asumidos desde el inicio
como experiencia social, antes que experiencia personal o asociados a un pequeño cambio
de la sociedad. Son sociales desde dos perspectivas: “primero, en el hecho de que son
cambios de presencia (mientras son vividos esto resulta obvio; cuando han sido vividos,
todavía sigue siendo su característica esencial); segundo, en el hecho de que, aunque son
emergentes o pre–emergentes, no necesitan esperar una definición, una clasificación o
una racionalización antes de ejercer presiones palpables y de establecer límites efectivos
sobre la experiencia y sobre la acción” (Williams, 2000, p. 154). Es aquí donde parece clave
alcanzar una mirada prospectiva (Bustamante–Ubilla, Miguel A., 2009; Godet M., 1993) de
la realidad, a fin de identificar cuáles son las variables, que según el MODELO DE GODET
(1993) se definen como variables “pesadas”, es decir, aquellas que cambian de manera
progresiva y que presentan lenta evolución a nivel global en la sociedad, tales como la
cultura, las creencias y la tradición, entre otras. Por otra parte, las denominadas variables
“emergentes” que nacen a causa de una ruptura, surgen como una semilla o una promesa
leve o minúscula en el presente, y finalmente, las llamadas variables “portadoras de futuro”
que pudieron haber sido “emergentes o semillas”, ahora consolidadas y aceptadas en la
comprensión social de la realidad (Bustamante-Ubilla Miguel A. 2011).
Basado en Williams, se entiende una gerontología crítica que enfatice un sistema
significante intrínseco a los ámbitos económico, político, social, y en general a todo sistema
social, que permita que las personas mayores asuman roles sociales protagónicos en
su proceso de envejecimiento. Desde esta visión, este trabajo propone una estructura
27
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
A) PRÁCTICAS SIGNIFICANTES
Se refiere a los significados que conlleva comprender el envejecimiento y la vejez como una
construcción sociocultural, que permita develar las principales categorías de análisis que
influyen en las imágenes en torno a las personas mayores. Se trata “de una concepción
del envejecer como un proceso individual de adaptación a los cambios que ocurren
en el propio organismo y en las capacidades de funcionamiento, en las circunstancias
personales, familiares y en el entorno social” (Herrera, Fernández & Barros, 2018, p.
48). No es un proceso ajeno a las condiciones que se brindan a las personas mayores,
más aún si persiste la idea que son un grupo no productivo y fuera de los cánones, que
representa una sociedad centrada en bienes y servicios, excluyendo y no valorando su
aporte y roles sociales.
Entender el envejecimiento y la vejez como una instancia estable y sin modificaciones son
principios instalados por una mirada de gerontología tradicional, que plantea mantener el
orden y la organización social, partiendo de la base que son fenómenos homogéneos y
lineales, desconociendo las diferencias individuales y colectivas. Es necesario “reclamar
un examen crítico de los modelos conceptuales desarrollados por la Gerontología
tradicional, la consideración de sus supuestos y el análisis de la carga moral y ética de
los constructos gerontológicos” (Paola, 2015, p. 133). Cuestionar las formas fijas implica
un posicionamiento epistemológico, teórico, político y ético que ubique en el centro de
la discusión gerontológica lo emergente, aquello que puede generar una transformación
societal y facilite el mejorar la calidad de vida de las personas mayores.
10. Este trabajo propone una Estructura de Sentimientos Gerontológica referida a las visiones socioculturales que influyen en la construcción de los
roles sociales de las personas mayores, analizando prácticas significantes, cuestionando las formas fijas y tensionando la hegemonía de las
visiones tradicionales en Gerontología.
28
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
C) TENSIONAR LA HEGEMONÍA
Las visiones de una cultura dominante que acentúan imágenes sociales negativas sobre
el envejecimiento y ubican a las personas mayores como un grupo pasivo y sin aporte
al desarrollo de las sociedades, olvida la experiencia y sabiduría que pueden aportar en
los procesos de transformación sociopolítica. Es importante tensionar el pensamiento
gerontológico dominante, pero para ello es clave conocer y comprender sus categorías de
análisis, para de esa forma, instalar espacios de reflexión y crítica con patrones culturales
que promuevan un envejecimiento y cultura ligado a la transformación social.
Por ejemplo, en los estudios de género en “estas décadas hemos podido aprender en
la investigación a desandar y deconstruir preguntas, supuestos y modos de pensar la vejez
que pre–suponían y predisponían hacia ciertos temas. A través de ellos la investigación
gerontológica ha amplificado y naturalizado no sólo las diferencias, sino las desigualdades
que se articulan en la intersección entre género y vejez” (Danel & Navarro, 2019, p. 16). Una
estructura de sentimientos gerontológica invita a instalar una tensión con el pensamiento
hegemónico del envejecimiento y facilitar una apertura a la discusión alternativa y crítica
que genere espacios de ruptura con lo tradicional, fomentando el permanente ejercicio de
problematización con la realidad social.
Desde esa visión, la cuestión de los roles de género en la vejez es un punto que ejemplifica
algunas implicancias de este ejercicio. Como ocurre con la edad, el género está inscrito en
la corporalidad de los individuos, y opera como un factor de diferenciación social que puede
fácilmente transformarse en inequidad. Ello, toda vez que es posible naturalizar características
y significados que son construidos socialmente, atribuyéndolos a la biología (Twigg, 2004;
Calasanti & King, 2018) y naturalizando, de este modo, roles sociales asignados a ciertos grupos
etarios. En esta perspectiva, una tarea crítica importante desarrollada por las teorías de género
ha sido la des-naturalización de las características y roles asignados a hombres y mujeres en
función de la interpretación cultural de la diferencia corporal. Una discusión paradigmática en
este plano ha sido la deconstrucción del binomio mujeres y maternidad, que supone que porque
las mujeres pueden engendrar deben hacerlo, y más importante en términos de roles, que
deben asumir las tareas de cuidado de individuos en situación de dependencia. Extendiéndose
más allá incluso del rol materno, la asociación entre mujeres y cuidado las hace socialmente
responsables de las necesidades no sólo de hijos e hijas, sino también de adultos mayores y
personas con discapacidad o enfermedades crónicas (Aguirre & Scavino, 2016).
29
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
Sin embargo, como observa Silver (2003), la preocupación de las teorías feministas y
de género por esta interpretación social esencialista de las capacidades reproductivas de
las mujeres ha significado que hasta épocas recientes, se haya prestado comparativamente
escasa atención al modo en que estos roles sociales se extienden más allá de la etapa
reproductiva. En la intersección entre género y vejez, la visión convencional (e incluso
estereotipada) de esta última parece haber primado, haciendo suponer que una vez
que las mujeres han concluido su fase reproductiva y de crianza se han quedado “sin
rol” y en cierta medida, libres de los mecanismos de dominación de género que las han
afectado en etapas anteriores del ciclo vital. En el caso de los hombres, la asociación
entre masculinidad y provisión de ingreso lleva al supuesto de que el retiro de la vida
laboral supone una pérdida de identidad y rol que sería especialmente marcada para los
varones y que ha sido ampliamente discutida en la literatura (Kubicek, Korunka, Raymo
& Hoonakker, 2011; Amorim & França, 2019), además de la pérdida financiera asociada
a la jubilación en muchas sociedades, incluidas las latinoamericanas. No obstante, la
jubilación puede ser vivida por hombres y mujeres de manera diferenciada, precisamente
porque las expectativas y roles de género siguen operando en la vejez, con frecuencia
oscurecidas por la idea de que las personas mayores se han quedado “sin rol”.
Por ejemplo, según los datos de la Encuesta de Caracterización Socioeconómica
Nacional de Chile (CASEN), (Ministerio de Desarrollo Social de Chile, 2017), entre los
hogares en los cuales hay presencia de personas mayores, éstas son jefes de hogar en
el 36% de los casos. De este porcentaje, un 44% son mujeres. Otras investigaciones (UC
y Caja Los Andes, 2019) muestran que las mujeres desempeñan tareas de cuidado muy
importantes, por ejemplo, cuidar de nietos/as para que hijas o nueras puedan trabajar
remuneradamente fuera del hogar, en un contexto de apoyos precarios para el cuidado
infantil, o bien al cuidado de sus propias parejas, también personas mayores.
En este escenario se produce la paradoja de que, por una parte, se asume que
las personas mayores se han quedado sin rol, lo cual lleva aparejada una valoración
social negativa asociada a la dependencia familiar y/o del Estado; y por otra, se espera
que ellos y ellas (pero especialmente las mujeres) sigan cumpliendo los roles que
tradicionalmente se han esperado de las mujeres, lo cual podría profundizar o reproducir
las mismas desigualdades de género que les afectaron en etapas anteriores de la vida.
Por ejemplo, las tareas de cuidado podrían hacer más difícil que las mujeres mayores
30
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
11. Esta reflexión profundiza los temas de vigilancia epistemológica y reflexividad contenidos en el capítulo de libro denominado: “La formación del
espíritu científico en el Trabajo Social y la vigilancia epistemológica en el campo gerontológico” de Marcelo Piña Morán, contenido en el libro: “Más
mayores, más derechos. Diálogos interdisciplinarios sobre vejez”, compilado por Jorge Pedro Paola, María Nair Tordó y Paula Mara Danel.
31
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
En este punto es relevante mencionar lo indicado por Velasco, que en una entrevista
realizada a Bourdieu por Loïc J.D. Waquant durante el invierno de 1987–1988 en Chicago,
“reflexiona, y se le interroga a fondo, sobre una de sus propuestas que considero
fundamental de su herencia intelectual. Se trata de la objetivación del sujeto objetivante.
Con esto quiero subrayar que no es suficiente la vigilancia epistemológica, es necesario el
recurso de la objetivación” (Velasco, 2004: 3–4). Se puede ser objetivado, considerando
también su condición y origen social, incluyendo en esta línea la vigilancia epistemológica
y la reflexividad (Velasco, 2004), como un proceso de análisis que implica profundizar
respecto de las visiones que el equipo gerontológico tiene incorporadas en torno al
proceso de envejecimiento y la vejez.
En la Matriz de Trabajo Social en temas de Envejecimiento y Cultura es fundamental
incorporar la vigilancia epistemológica descrita por Bachelard y el proceso de reflexividad
mencionado por Bourdieu. Respecto de la primera, es clave la coherencia teórica que
debe existir en una investigación, siendo necesaria la permanente articulación entre las
dimensiones epistemológicas, teóricas y metodológicas. A su vez, la reflexividad implica
considerar que el enfoque interdisciplinario de Gerontología conlleva un análisis del origen
y coordenadas de los investigadores, de sus campos de poder y de sus tradiciones
teóricas. De esa forma se pueden potenciar núcleos investigación gerontológica que
problematicen temas interdisciplinarios de estudio.
Bourdieu también retoma los argumentos de Bachelard centrados en que los hechos
científicos se conquistan, construyen y comprueban. Son los momentos que debe
cursar la epistemología de las Ciencias Sociales, incluyendo la ruptura, construcción y
comprobación (Gracia, 2000). En este sentido, en el primer momento, denominado ruptura,
Bourdieu “analiza las prenociones, el concepto de naturaleza humana, el lenguaje común,
el profetismo y la tradición teórica como los obstáculos más corrientes de la sociología
espontánea, de los cuales hay que desembarazarse mediante técnicas de ruptura” (Gracia,
2000, p. 270). Aplicados a la investigación gerontológica, las prenociones y concepto de
naturaleza humana se pueden describir de la siguiente forma:
Las prenociones son las primeras opiniones que pueden influir en los investigadores de
la Gerontología. Pueden aparecer los mitos y estereotipos asociados al envejecimiento y la
vejez. El concepto de naturaleza humana se refiere al intento de analizar el tema de estudio
sin considerar el contexto histórico, político, económico, cultural y social. La perspectiva
32
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
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37
2.
LA PROTECCIÓN DE DERECHOS
DE LAS PERSONAS VIEJAS EN EL MARCO DE LA
CORRESPONSABILIDAD Y EL NEO–ASISTENCIALISMO
.AURA MARLENE MÁRQUEZ HERRERA
RESUMEN
La Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las
personas mayores, adoptada por la Asamblea General de la Organización de Estados
Americanos (OEA), se considera como el instrumento por excelencia para la erradicación
de la discriminación por motivos de edad. Aun así, es ante todo un documento político
que juega un papel determinante en el ejercicio del poder y la toma de decisiones. En
ese sentido y considerando que un adecuado nivel de vida con calidad depende de la
realización de todos los derechos, y que al asumir este enfoque, es necesario pensar en la
primordial responsabilidad jurídica, política y ética de los Estados, se pretende examinar
los conceptos de protección y de corresponsabilidad, derivados de una orientación neo–
asistencialista que responde a particulares intereses y voluntades políticas. Su análisis es
indispensable en los procesos de formación y acción del Trabajo Social Gerontológico.
Palabras clave: Acción Internacional, formación y acción, participación social,
empoderamiento de personas viejas.
ABSTRACT
The Inter-American Convention on the Protection of the Human Rights of the Elderly, adopted by
the General Assembly of the Organization of American States (OAS) is considered the instrument
par excellence, for the eradication of discrimination based on age. Even so, it is above all a political
document, which plays a decisive role in the exercise of power and decision–making. In this sense
and considering that an adequate standard of living with quality depends on the realization of all rights,
and that this approach implies the primary legal, political and ethical responsibility of the States, It
is about examining the concepts of protection and co-responsibility, derived from a neo–welfare
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RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
orientation that responds to particular interests and political wills. The analysis of this Convention is
essential in the formation and action processes of Gerontological Social Work.
Keywords: International Action, training and action, social participation, empowerment old
people.
PRESENTACIÓN
Si se realiza un análisis de la situación actual de las personas viejas en América Latina y
el Caribe se encuentra que, pese al mayor desarrollo de la investigación gerontológica, la
definición e implementación de políticas públicas, y la adopción -por lo menos en la teoría-
del enfoque de derechos, éstas continúan siendo víctimas de diferentes tipos de maltrato,
abandono, discriminación, entre otras formas de violación a sus derechos.
Lo irónico es que quienes promueven “los derechos de las personas adultas mayores”
son los que menos responden por su obligación de protegerles, es decir, los Estados.
Al tiempo que manifiestan su compromiso indiscutible con este grupo poblacional,
desarrollan políticas tales como la de protección social, que les aparta del derecho a la
seguridad social como derecho humano fundamental. O las de salud, que en respuesta
a las directrices impuestas por quienes definen las premisas del mercado, han terminado
creando situaciones que afectan, de una u otra manera, la salud individual y colectiva;
establecen barreras de acceso a los servicios de atención; e inclusive, afectan la misma
atención primaria. Situaciones que se han hecho especialmente evidentes en este tiempo
de la pandemia por la COVID–19, o sea, en una situación especial de crisis.
Esta observación nos ha llevado a pensar que en lo fundamental, nada o muy poco
ha cambiado sobre la realidad de las personas en su vejez. Empezando por el imaginario
social, en el que a pesar de jugar con todo tipo de eufemismos, se mantiene viva la
imagen de una vejez inservible y estorbosa. Duros y dolorosos calificativos, que no dejan
de serlo, aun cuando se intente nombrarlos de otra manera. Son parte de una realidad
difícil de transformar, si los ejes centrales que los mantienen están puestos en un sistema
económico y político que no ofrece a las personas ni oportunidades, ni respuestas.
La situación se hace aún más compleja cuando las proyecciones de los organismos
expertos muestran que, resultado de las transformaciones sociales y culturales, económicas
y políticas, las personas viejas del futuro, es decir, los jóvenes de hoy, podrán vivir más
39
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
12. El análisis más reciente sobre la mercantilización de la salud lo presenta el Md Antonio Sitges-Serra en su libro “Si puede no vaya al médico”. Ed.
Debate. España. 2020. El autor es docente universitario, autor de más de cuatrocientos artículos científicos. Afirma que en una sociedad que
venera la ciencia y siente pánico por envejecer y morir, la medicina se ha convertido en un negocio enorme, casi siempre a expensas del paciente.
40
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
las políticas de enfoque neoliberal, que se implementaron desde el siglo pasado). Asimismo,
la discriminación por motivos de edad, que se entrelaza con otras formas de discriminación,
haciéndola más compleja, nociva y perniciosa. Y la espiral continúa y las respuestas son
pocas.13
Una vez considerados estos aspectos, que no son los únicos, pero quizá sí los más
críticos, consecuencia de acciones políticas o de la falta de ellas, la pregunta obligada
es: ¿quiénes deben garantizarles a éstas personas la posibilidad real de vivir una vida
digna y con calidad? Son los Estados los encargados de cumplir con la obligación de
garantizar, sin discriminación alguna, que hombres y mujeres de todas las edades puedan
disfrutar del derecho a la vida, a la salud, al trabajo, a la vivienda, entre otros, y en la vejez,
además, de la seguridad social14. Es decir, garantizar los derechos en todo el proceso de
envejecimiento.
Por ello, en la medida en que se ha hecho más que evidente el envejecimiento
poblacional, y la velocidad con la que se ha desarrollado el fenómeno en la región,
conjuntamente con el aumento de la informalidad en el empleo, la pobreza y la desprotección,
entre otros aspectos, se demanda que los compromisos establecidos por los gobiernos,
a partir del Plan de Acción Internacional de Envejecimiento (Madrid 2002), y otras
declaraciones y expresiones resultantes del seguimiento a su implementación, sean de
alguna forma, vinculantes15.
Por consiguiente, se piensa que la Convención Interamericana sobre la Protección
de los Derechos Humanos de las personas mayores, adoptada por la Asamblea General
de la Organización de Estados Americanos (OEA) en el año 2015, que sí es jurídicamente
vinculante, pueda cumplir una función transformadora. Ratificada hasta la fecha por siete
países de la región, se considera como el instrumento por excelencia para la erradicación
de todas las formas de discriminación y violación de derechos, y en particular, las
relacionadas con la discriminación por motivos de edad. Se reafirma en las libertades y
derechos fundamentales, a fin de contribuir a la plena inclusión, integración y participación
13. De hecho, sobre estos mismos problemas se vienen adelantando estudios desde hace más de veinte años, por lo menos desde la observancia del
Día Internacional de las personas de edad (1999), y de la Segunda Asamblea Mundial sobre Envejecimiento (2002), momento en el cual se realizó
un foro específico sobre investigación (El foro de Valencia).
14. Me refiero a la seguridad social como Derecho Humano fundamental. Este tema lo desarrollo en “La Seguridad Social: Pieza fundamental en la
agenda de los Derechos Humanos de las personas viejas”, el cual tuve la oportunidad de presentar en el Foro Social del Consejo de Derechos
Humanos de Naciones Unidas, celebrado en Ginebra (Suiza) del 1 al 3 de abril del 2014.
15. En el Derecho Internacional son identificados como el Derecho blando. Según los expertos, si bien no establecen obligaciones a los Estados,
contribuyen al desarrollo de la normatividad.
41
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
El tema de los Derechos Humanos es sin duda uno de los que más se menciona en esta
época, en todos los ámbitos de la vida humana. Sin embargo, al mismo tiempo que se
avanza en su desarrollo, en no pocos espacios se discute su efectividad y se intenta
descalificar su validez. Esto no es gratuito, responde a intereses de diverso orden, sobre
todo político y económico.
A la manera de Foucault (1970/1992) se podría decir que seguramente responde a
la necesidad de controlar “el discurso”, “para conjurar los poderes y peligros, dominar el
acontecimiento aleatorio y esquivar su pesada y temible materialidad”.
Ahora, sin pretender desarrollar esta interesante y muy necesaria discusión del
discurso y el poder en los Derechos Humanos, pensar sobre los procedimientos de
exclusión del discurso en una sociedad como la nuestra (la prohibición, la separación y el
rechazo, y la oposición entre lo verdadero y lo falso), quizá podría facilitar el entendimiento
de las razones por las que una cuestión tan importante como los Derechos Humanos
terminan siendo parte de ese doble discurso, en el que los acogen cuando en realidad los
42
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
desestiman. Se reconocen las obligaciones, pero luego se dejan en letra muerta, y como
resultado, en la cotidianidad, las personas con frecuencia los descalifican con expresiones
como son un “discurso vacío” o son “simple retórica”.
Todo esto entendiendo que el discurso “no es simplemente aquello que traduce las
luchas o los sistemas de dominación, sino aquello por lo que, y por medio de lo cual se
lucha, aquel poder del que quiere uno adueñarse” (Foucault, 1970/1992, p. 6). En este
caso se podría decir que desde los Estados pretenden hacerlo suyo sólo para neutralizarlo
y finalmente, deslegitimarlo.
Desde otra perspectiva, Boaventura de Sousa Santos (2020) plantea que el capitalismo
global ha ido promoviendo una narrativa cada vez más restringida de los Derechos
Humanos. Además, afirma que hoy, con la primacía de la libertad económica y del ascenso
de la extrema derecha, tanto los derechos civiles y políticos como la democracia liberal,
son cuestionados como obstáculos al crecimiento capitalista.
Reitero que todo esto sería materia de una amplia y compleja discusión que no es
posible desarrollar en este espacio, pero sí cabe resaltar que lo fundamental de la presencia
de los Derechos Humanos en nuestras sociedades es el hecho de haber marcado un
derrotero para los países del mundo sobre la protección y el respeto que merecen las
personas en todos los momentos y dimensiones de su vida, y eso es algo por lo que bien
vale la pena trabajar incansablemente.
Como bien lo plantea Nikken (2010, p.56), “la noción de Derechos Humanos se
corresponde con la afirmación de la dignidad de la persona frente al Estado. El poder
público debe ejercerse al servicio del ser humano, no puede ser empleado lícitamente
para ofender atributos inherentes a la persona y debe ser vehículo para que ella pueda vivir
en sociedad en condiciones cónsonas con la misma dignidad que le es consustancial”16.
Sin duda, la relación que se establece es muy clara: la dignidad humana como valor
fundamental de la vida, frente a un Estado que ante todo, debe respetarla, facilitando a
las personas vivir su condición de ser humano individual (consigo mismo), pero también
social (con su entorno).
16. Las citas tomadas son parte de los contenidos del XXVIII Curso Interdisciplinario en Derechos Humanos – 2010, cuyo eje temático fue “Educación
en Derechos Humanos”. Su autor, Pedro Nikken, es integrante del Consejo Directivo del Instituto Interamericano de Derechos Humanos –IIDH-
desde su fundación. Juez y Presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, docente jubilado y ex decano de la Facultad de Ciencias
Jurídicas y Políticas de la Universidad Central de Venezuela, entre otros importantes cargos desempeñados en su larga trayectoria. Vale la pena
revisar éste y otros cursos que el IIDH imparte anualmente.
43
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
humana, por el hecho de serlo, es portadora de atributos autónomos que deben ser reconocidos y protegidos por el
Estado. Ellos son inherentes al ser humano y no requieren de ningún título específico para adquirirlos. No resultan de
una adjudicación o cesión del Estado, cuya función con respecto a ellos es de reconocimiento, respeto y protección.
Basta con ser persona humana para ser titular de los Derechos Humanos y toda persona humana es titular de esos
como atributos que se han hecho valer contra leyes opresivas que los desconocían o menoscababan (p. 56)
Un aspecto clave para tener siempre presente, es que los Derechos Humanos no
dependen de las voluntades de los políticos de turno. No son beneficios otorgados o
concedidos por ellos. Lo que hacen es reconocerlos, nunca crearlos. La diferencia es
definitiva en el entendimiento del tema, pues de lo contrario nos llevaría al absurdo de decir
que antes no se tenían derechos. Valga el momento para indicar que en realidad son el
resultado de luchas sociales, al proponer la reivindicación de mejores formas de vida (Bailón,
2009), “un encadenamiento progresivo de conquistas, obtenidas todas dentro del contexto
de luchas y conmociones signadas por la emancipación contra la opresión” (Nikken, p: 67).
Por tal motivo, no se puede olvidar que las obligaciones de los Estados son: respetar,
proteger y realizar. Respetar, porque deben abstenerse de interferir en su disfrute; proteger,
al impedir abusos; y realizar, adoptando medidas positivas que faciliten su disfrute.
Deberes básicos para avanzar en el propósito de lograr la efectividad de los derechos
que son intransferibles.
En este orden de ideas, los derechos (tanto los civiles y políticos como los económicos,
sociales y culturales, “DESC”) tienen un principio de integralidad, que significa que son
interdependientes, y por lo tanto, todos son indispensables para vivir con dignidad. Dependen
unos de otros para hacer efectiva la garantía de su disfrute. Ahora bien, los civiles y políticos
son de cumplimiento inmediato, mientras los DESC han sido favorecidos con un principio de
progresividad, con el cual el reconocimiento de la satisfacción plena de los derechos supone
gradualidad. No obstante, el progreso debe ser consistente con la obligación de moverse
tan rápida y efectivamente como sea posible hacia la meta. Esto no debe ser malinterpretado
en el sentido de privar a la obligación de todo contenido significativo (Courtis, 2006).
44
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
Esbozado lo anterior, aclaremos un aspecto fundamental para el tema que nos ocupa:
cuando se habla de la persona como sujeto titular de derechos, se refiere por supuesto, a todos
los momentos de su vida, lo cual incluye la vejez. Es decir, que también estamos hablando de las
personas viejas. Las y los viejos, antes que ser viejas/os, son personas, fueron personas y seguirán
siéndolo hasta su muerte. Parece esto una afirmación demasiado evidente, pero no. Con frecuencia
se encuentra que las personas se piensan como adultos mayores y más aún, de la tercera edad,
a pesar de que este último eufemismo fue sustituido por el primero desde hace ya más de dos
décadas, como una especie de estrategia de restitución de derechos, que en realidad no cumplió
su propósito. A la vista está. Pero no sólo ellas: la sociedad en general también los reconoce de la
misma manera. Pareciera que dejaron de ser personas para convertirse en adultos mayores, y de
manera inmediata, perder derechos y crear dependencias. Una ruptura en el transcurso de vida
puesta por un sistema que dice reconocerles, pero que de todas formas les excluye.
En síntesis, ni la igualdad, ni la libertad cambian con la edad. Las personas viejas tienen los
mismos derechos que todas las demás, independientemente de la edad17. “No caben restricciones”.
La especificidad tiene que ver con derechos concernientes a toda una historia de desconocimientos
y vulneraciones. En esa medida, deberían ser garantizados de manera inmediata para devolverles
la dignidad perdida en el transcurso de la vida debido a la falta de recursos, pero sobre todo a la
falta de oportunidades, lo cual no ha dependido de la voluntad de las personas.
Naciones Unidas
Con la observación Nº 6 del Pacto DESC Los derechos de las personas de edad (1993), se
comienza formalmente el camino de la especificidad18. El propósito de esta observación
17. La Declaración Universal de los Derechos Humanos en su primer artículo dice: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y
derechos”, y en el art. 3: “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”, en ninguno de los treinta artículos
se hacen excepciones por edad. Resolución 217A (III) Naciones Unidas 1948. https://www.ohchr.org/sp/udhr/pages/udhrindex.aspx
18. Esta observación responde a la creciente preocupación por el envejecimiento poblacional, posterior a la aprobación del Plan De Acción de Viena
en la Primera Asamblea Mundial sobre Envejecimiento (1982), y la de ocho objetivos mundiales para el 2001, propuestos con el fin de reforzar las
obligaciones de los Estados Partes en el Pacto. Ver la información completa en: https://www.escr-net.org/es/recursos/observacion-general-no-6-
derechos-economicos-sociales-y-culturales-personas-mayores.
45
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
19. Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en materia de derechos económicos, sociales y culturales. Suscrito
en San Salvador, el 17 de noviembre de 1988, en el décimo octavo período ordinario de sesiones de la Asamblea General de la OEA. http://www.
oas.org/es/sadye/inclusion-social/protocolo-ssv/docs/protocolo-san-salvador-es.pdf
20. El artículo continua de la siguiente forma: y en particular a proporcionar instalaciones adecuadas, así como alimentación y atención médica
especializada, a las personas de edad avanzada que carezcan de ella y no se encuentren en condiciones de proporcionársela por sí mismas;
ejecutar programas laborales específicos destinados a conceder a los ancianos la posibilidad de realizar una actividad productiva adecuada a sus
capacidades respetando su vocación o deseos; estimular la formación de organizaciones sociales destinadas a mejorar la calidad de vida de los
ancianos”.
46
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
2) Asimismo, se afirma en el artículo primero que los “Estados Parte sólo podrán establecer
restricciones y limitaciones al goce y ejercicio de los derechos mediante leyes
promulgadas con el objeto de preservar el bienestar general”, lo cual es bastante
indeterminado.
Si se examinan con detenimiento éstas y otras pequeñas, pero significativas
enunciaciones, no se puede dejar de reflexionar en que tales disposiciones de alguna
forma contradicen el sentido mismo de la Convención, y de la ética de los Derechos
Humanos.
21. Al respecto ver, por ejemplo: Observaciones al informe final del Relator Especial John Ruggie sobre los Derechos Humanos, las empresas
transnacionales y otras empresas de Alejandro Teitelbaum (A/HRC/17/31, 21 de marzo de 2011) En: Derechos Humano y Desarrollo Sostenible.
47
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
Una situación muy reciente que sería buena ilustración de lo anterior, es la expuesta
en la pandemia por COVID–19, que afectó directamente a la población mayor de 60
años. Da cuenta clara de cómo se pueden vulnerar los Derechos Humanos, en nombre
del bienestar general. Por un lado están las medidas de “protección”, prohibiendo a las
personas mayores de 70 años salir de sus lugares de vivienda, con lo cual se vulneraron
los derechos a la libertad individual, libre circulación, autonomía, y libre desarrollo de la
personalidad22. Por el otro y contrario a toda ética, la idea de dar prioridad en las unidades
de cuidados intensivos a los jóvenes sobre las personas viejas, considerando que tienen
mayor probabilidad de sobrevivir. Se supone que con esta medida se evitaba la pérdida
de años productivos para la sociedad.
A todo se le da su debida justificación. En el primer caso, se hace referencia al
amparo que la sociedad debe ofrecer a sus mayores. Del mismo modo, a la defensa
de los derechos de quienes por edad, supuestamente “no pueden comprender lo que
es mejor para ellos/as”. En el segundo, a la mejor administración de los recursos, con el
objeto de preservar el bienestar general y proteger a la sociedad y su futuro.
Sin duda, responden a diferentes motivaciones e intereses, pero de un complejo juego
de poder político y económico. Se mezcla con un hecho cultural, el innegable paternalismo
que de todas suertes es discriminatorio; está basado en un imaginario social desacertado
y absurdo, que con facilidad cae en la infantilización. La relación de poder se constituye
a través de un proceso casi imperceptible de reconstrucción social de la realidad, en que
el interés de la minoría se objetiva y aparece encarnado en el conjunto de las condiciones
sociales (Lechner, 1978/2013).
No hay duda que toda dominación invoca a la protección. Ahora bien, la contradicción
está en que la protección no es prohibir, sino garantizar. En ese orden de ideas, de acuerdo
con la Corte Constitucional de Colombia, son inadmisibles aquellas medidas paternalistas
que prohíben ciertas conductas a partir de lo que se considera que es apropiado o no para
los intereses de la persona, incluso en aquellos casos en que está en juego el derecho a
22. En Colombia, en marzo del presente año, el Gobierno Nacional expidió la Resolución 464 de 2020, con la cual decretó el aislamiento preventivo
obligatorio para las personas mayores de 70 años en el marco de la emergencia sanitaria. Considerada un acto discriminatorio y violatorio del
derecho a la igualdad, y teniendo en cuenta que sin justificación legítima limitaron su derecho a la libertad de locomoción, un grupo de personas
viejas que se auto–denominó como “la rebelión de las canas”, interpuso una acción de tutela, a pesar de no estar prevista en el ordenamiento
jurídico para impugnar actos de carácter general y abstracto. Por tal motivo notificaron que también promoverían una acción de nulidad por
inconstitucionalidad contra los artículos pertinentes de los Decretos 749 y 847 de 2020 expedidos por la Presidencia de la República. En respuesta,
el Juzgado 61 Administrativo del Circuito Judicial de Bogotá tuteló los derechos fundamentales a la igualdad, libre desarrollo de la personalidad
y libertad de locomoción de los accionantes y adultos mayores de 70 años residentes y domiciliados en Colombia. Información tomada del
documento presentado en junio de 2020 por los accionantes
48
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
la salud23. Además, la CIDH considera que cada persona es un sujeto moral activo capaz
de tomar las decisiones que considere adecuadas según su proyecto de vida.24
4) Será por eso que también consideran como aportes de la Convención, la construcción
de las personas mayores como sujetos de derechos, o que se les están otorgando
nuevos derechos. Entonces es el momento de precisar que las personas viejas son
sujetos de derechos desde siempre, en tanto son personas, y que los derechos no
se conceden, simplemente se reconocen por los Estados, y deben ser reconocidos
como lo que son. La dignidad humana no admite relativismos, de modo que sería
inconcebible que lo que hoy se reconoce como un atributo inherente a la persona,
mañana pudiera dejar de serlo por una decisión gubernamental (Nikken, 2010).
¿Dónde quedarían entonces las obligaciones de los Estados?
Si la dignidad no admite relativismo como lo afirma Nikken, tampoco la garantía de los
Derechos Humanos. Se respetan y garantizan, o no se respetan y por lo tanto, se violan.
49
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
LA CORRESPONSABILIDAD
Recordemos, y a título simbólico únicamente, el viejo principio griego: que la aritmética puede muy bien ser
objeto de las sociedades democráticas, pues enseña las relaciones de igualdad, pero que la geometría sólo
debe ser enseñada en las oligarquías ya que demuestra las proporciones en la desigualdad.
25. Sobre este tema se puede consultar: La corresponsabilidad de género en las políticas de conciliación. Espacio del Trabajo Social. P. Fernández y
O. Díaz. En: Respuestas disciplinares en una sociedad global. Aportaciones desde el Trabajo Social. Logroño. Universidad de la Rioja.
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RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
que sirve muy bien a los intereses de los Estados neoliberales, que pretenden eludir sus
obligaciones en materia de Derechos Humanos.
Por su parte, los representantes de los gobiernos no son ajenos a esta realidad.
En la primera parte del proceso de negociación de la Convención, el principio de la
corresponsabilidad, estaba respaldado con la siguiente definición: “Compromiso u obligación
que se establece entre todos los actores responsables de garantizar los derechos de las
personas mayores”26. A la postre quedó sólo el principio, con la consabida afirmación final:
“de acuerdo con su legislación interna”. Como se sabe, esta última se va transformando en
la medida de la necesidad y las exigencias de los nuevos tiempos.
Desde luego, no es posible establecer a un mismo nivel todas las relaciones en la
sociedad. Con el tiempo aumentarán las tensiones, pero nadie responderá por nada, y si
todos somos responsables de todo… ¿qué sentido tiene la Convención?
EL NEOASISTENCIALISMO
Cualquier alternativa de una política social debe ser considerada
Eduardo Bustelo
26. Documento de avances del Grupo de Trabajo de la OEA, sobre la protección de los Derechos Humanos de las personas mayores, septiembre
2012–mayo 2013. Vale la pena aclarar que la supresión de la definición se dio posterior a los comentarios presentados por la Red CORV
(Coordinación Regional de Organismos de América Latina y el Caribe sobre Envejecimiento y Vejez) con fecha 1 de octubre de 2013.
51
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
52
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
la noción de responsabilidad, dejándola en manos de cualquiera ypor lo tanto, haciendo causa común con la
Héctor-León Moncayo S.
27. Este cambio se puede confrontar con la evidencia que todavía permanece -que no será por mucho tiempo- de la mayor longevidad y un
envejecimiento saludable y activo de personas que estuvieron en un sistema de seguridad social resultado de las exigencias de los trabajadores
en el marco de un estado bienestar (sin con ello pretender defender esta forma de Estado).
28. Como se sabe, cualquier tipo de medicalización permanente va reforzando y aumentando enfermedades, resultado de la iatrogenia, es decir, de
los mismos efectos colaterales negativos que producen los medicamentos, y demás procedimientos médico–quirúrgicos. Sobre este tema se
pueden consultar los textos de Iván Ilich sobre salud.
53
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
Por otra parte, Parra (2008) manifiesta que el empoderamiento de los sectores
excluidos y de los ciudadanos para impulsar la exigencia de sus derechos involucra
un cambio de lenguaje. Añade que no se trata de aludir a “personas con necesidades
no cubiertas” sino a “sujetos con derechos exigibles que generan obligaciones para
el Estado”. Esto, nos dice el autor, implica concebir, como inherente a los derechos, la
existencia de mecanismos de monitoreo, rendición de cuentas y justiciabilidad, es decir,
el entendimiento de los derechos como derechos exigibles.
Complementa lo anterior con algo muy preciso y concluyente: que se requiere la
participación libre y activa –particularmente de sectores marginados y excluidos– en
la implementación, seguimiento y evaluación de las políticas públicas económicas y
sociales29 (Parra, p: 44-45).
Precisar estos y otros aspectos es determinante para hacer de la participación una
buena herramienta de exigibilidad de derechos. Entre otras razones, porque como lo
plantea Moncayo (2013), hoy en día prácticamente no hay institución o política pública
que no ofrezca “participación”. Es el discurso de la democracia participativa que goza de
legitimidad como complemento de la democracia representativa. Otra cosa es que, en los
hechos, no sea del todo convincente.
Ahora bien, es necesario aclarar, según este mismo autor, que forma parte de la
“triada” que se ha venido reclamando por parte de numerosas organizaciones de la
sociedad civil desde principios de los años noventa: “transparencia (que incluye acceso a
la información), participación y fiscalización” (Moncayo, p.25). Entonces, en esa medida,
habría que buscar su mejor aprovechamiento. Esto sin lugar a dudas es parte de la acción
y el compromiso de Trabajo Social.
Entre otras razones, porque cada vez es más difícil pensar en la “sociedad civil” como
el conjunto de organizaciones sociales, que con su trabajo comprometido y permanente de
organización y desarrollo, de programas de educación y liderazgo, etc., han trabajado con
las personas viejas desde hace ya varias décadas para su empoderamiento, alcanzando
un importante conocimiento de la situación, pero también, realizando seguimientos.
29. Vale la pena resaltar que a lo largo del artículo el autor insiste en el papel central del Estado. Muy acertadamente concluye que rescatar dicho papel
es también de interés para la sociedad civil, ante el creciente predominio del interés privado y multinacional en el manejo de los asuntos públicos
(pág. 82). El autor es abogado, máster en Teoría del Derecho de la Universidad Nacional de Colombia, con estudios especializados en Derechos
Humanos y Derecho Humanitario. Profesor Universitario, conferencista. Fue consultor sobre Derechos Sociales en la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos y abogado de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Docente en cursos de formación del Instituto Interamericano
de Derechos Humanos.
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RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
Y es difícil, porque en el amplio contenido del concepto también quedan incluidas las
organizaciones internacionales afines en el tema, las fundaciones de las multinacionales, y
las redes o mesas conformadas desde las instancias gubernamentales, que generalmente
se ubican dentro de concepciones políticas e ideológicas muy afines a las de los gobiernos,
a los que hay que exigirles el cumplimiento de sus responsabilidades. Entonces, terminan
neutralizando y limitando los procesos, tanto de interlocución como de exigibilidad.
Quizá esto haga más atractiva la necesidad de intervención para el Trabajo Social.
Todavía hay mucho por hacer. Entre otros aspectos está que, de alguna forma, en la
Convención Internacional, sobre la cual todavía los gobiernos están trabajando, liderados
por la ONU, se puedan subsanar las debilidades que presenta la Convención Interamericana
sobre Protección de Derechos de las Personas de Edad, de la OEA. En esos espacios hay
algo de participación de la sociedad civil. La incidencia en este proceso sería una tarea
clave de las y los profesionales del Trabajo Social, en el entendido de que por supuesto
su principal tarea está en el acompañamiento de las organizaciones de viejos y viejas,
estimulando su liderazgo en la exigencia de sus derechos.
Si bien algunos han entendido que la corresponsabilidad es participación, lo
cierto es que la genuina participación no debe ser para descargar al Estado de sus
responsabilidades, sino para exigirle que las cumpla.
REFERENCIAS
Aranco N, Stampini M, Ibarrarán P, Medellín, N. (2018) Panorama de envejecimiento y
dependencia en América Latina y el Caribe. Banco Interamericano de Desarrollo BID.
División de Protección Social y Salud. VI. Serie. IDB-PB-273 Resumen de políticas del
BID, 273 p.
Bailón, M. (2009) Derechos Humanos, generaciones de derechos, derechos de minorías
y derechos de los pueblos indígenas; algunas consideraciones generales. En:
Derechos Humanos México. Revista del Centro Nacional de Derechos Humanos.
Comisión Nacional de Derechos Humanos. México. Año 4 Nº 12.
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RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
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RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
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3.
RESUMEN
El presente artículo está vinculado al eje 5 “Relación Estado–Derechos Humanos”, cuyo
objetivo es reflexionar sobre los Derechos Humanos de las personas adultas mayores
y sobre las brechas que aún persisten en el país, en base a la II Encuesta Nacional de
Derechos Humanos, capítulo Personas Adultas Mayores en Perú, de 2019.
Los resultados de la II Encuesta dan cuenta y argumentan con evidencia que el
colectivo de personas mayores sigue siendo concebido y tratado como un grupo social
discriminado, que requiere una atención especial de parte del Estado y la Sociedad en su
conjunto, para promover, proteger y restituir derechos humanos.
En el Perú, la participación de las personas mayores y sus organizaciones, ha
aportado no sólo al proceso de política pública, sino a su vez, ha contribuido a plantear
nuevas visiones sobre el ser y hacer de este grupo, lo cual se ve en parte reflejado en
esta II Encuesta, cuando un 80% de personas entrevistadas están de acuerdo en que
las “personas adultas mayores aportan algo valioso a la sociedad” y un 47% que “las
personas adultas mayores en buen estado de salud deberían trabajar”. Sin embargo, los
estereotipos persisten, con frases y/o expresiones como: “las personas adultas mayores
no tienen actividad sexual” (18%) y “sería mejor que las personas mayores vivieran en
asilos” (15%).
Dedico este artículo en memoria de Josefa Ramírez Peña Peña, Trabajadora Social,
madre, amiga y colega que promovió “que mujeres campesinas salieran al camino,
conociendo, ejerciendo y defendiendo sus Derechos Humanos”.
Palabras clave: Derechos Humanos, personas mayores, discriminación, políticas
públicas, participación.
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RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
ABSTRACT
This article is linked to axis 5 “Relationship between the State and Human Rights”, whose objective is
to reflect on the human rights of older people and on the gaps that still persist in the country, based
on the II National Survey of Rights Humans, chapter Elderly People in Peru, 2019.
The results of the II Survey show and argue with evidence that the group of older people
continues to be conceived and treated as a discriminated social group, which requires special
attention from the State and Society as a whole, to promote, protect and restore human rights.
In Peru, the participation of older people and their organizations has contributed not only to
the public policy process, but in turn, has contributed to raising new visions about the being and
doing of this group, which is seen in part reflected in this II Survey, when 80% of people interviewed
agree that “older adults contribute something valuable to society” and 47% that “older adults in good
health should work”. However, stereotypes persist, with phrases and / or expressions such as “older
people do not have sexual activity” (18%) and “it would be better for older people to live in nursing
homes” (15%).
In memory of Josefa Ramírez Peña Peña, Social Worker, mother, friend and colleague who
promoted “that peasant women go out on the road, knowing, exercising and defending their human
rights.”
Keywords: Human rights, older adults, discrimination, public politics, participation.
INTRODUCCIÓN
El año 2020, para la población adulta mayor de Perú, como también del mundo, será
recordado como un año paradójico: la Asamblea General de las Naciones Unidas
aprobó la declaración del decenio 2020-2030 como Decenio del Envejecimiento
Saludable, debido a que “aproximadamente en 20 años, por primera vez, habrá más
personas mayores que niños menores de 14 años, y es necesario que todos los países
se preparen para este cambio y puedan transformar el envejecimiento poblacional en
una oportunidad para una vida más larga y con más salud” (CEPAL, 2020). Sin embargo,
fue el año en que comenzó la crisis humanitaria producto de la pandemia por SARS
CoV–2 y su enfermedad la COVID–19, que viene afectando a la población adulta mayor
por ser el grupo con mayores vulnerabilidades. De esta manera ha quedado develado
lo que ya venían demandando hace muchas décadas las organizaciones de personas
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RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
mayores: hacer frente para frenar la crisis de los sistemas sanitarios, la cuestionable
calidad de atención en todos los servicios de salud y el bajo presupuesto para invertir
en más atención y mejor calidad en los servicios de protección social.
La situación de discriminación, estereotipos, desigualdad y exclusión, se ha
agudizado con la pandemia pero no es producto de la pandemia por la COVID–19; esta
es una crisis que se ha ido acumulando por años sistemas de salud y de protección
social precarios, ineficaces y segmentados (en personal, en infraestructura, en
tecnología, en presupuestos, en gestión y en garantías de derechos). En este artículo,
se revisarán algunas situaciones de vulnerabilidad que antes de la pandemia estaban
poco atendidas y que en este contexto de crisis sanitaria y socioeconómica se han
agudizado, desprotegiendo de sus derechos humanos a las personas adultas mayores,
en particular a las mujeres.
Las premisas que se tomarán son las referidas a las brechas que persisten, como
se ha constatado en los resultados de la II Encuesta Nacional de Derechos Humanos,
capítulo Personas Adultas Mayores en el Perú, de 2019, algunas de las cuales se
describirán en este artículo, por requerir una atención especial de parte del Estado y la
Sociedad en su conjunto, para promover, proteger y restituir Derechos Humanos, con
la participación de las personas mayores y sus organizaciones, quienes han aportado
no sólo al proceso de política pública, sino a su vez, han contribuido a plantear nuevas
visiones sobre el ser y hacer de este grupo.
Lecciones de esta crisis sanitaria, miles, pero una que no debe dejarse de lado es
la relacionada con el valo–atención (no sólo en dichos sino en acciones) al proceso
de envejecimiento y las vejeces, y como bien señalan algunas voces expertas: “hoy
más que nunca hay que valorar como un logro de la humanidad y poner en el centro
de la reflexión que una sociedad que no protege a sus mayores, es una sociedad que
necesita replantearse toda su ética, y las bases de su civilización y de su progreso”
(OMS, p. 1, 2020, citado por Huenchuan, 2020).
ENVEJECIMIENTO EN CIFRAS
Según el último Censo 2017, la población de 60 y más años de edad en el país representa
el 11.9% (3 millones 717, 249), es decir, creció con respecto al período anterior en tres
60
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
puntos porcentuales (9-1%). Las mujeres mayores representan el 11% (1 millón 747,570)
del total de las mujeres peruanas y los hombres el 6.3% (1 millón 969,679) del total de
hombres del Perú.
Las mujeres viven en promedio 7 años más que los hombres en la región (Huenchuan,
2018), sin embargo, llegan a la etapa adulta mayor con mayores carencias, enfermedades
no transmisibles o discapacidades; según algunos estudios, esta situación se debe a
los múltiples factores de riesgo a las que estuvieron expuestas en sus anteriores etapas
de vida, por la discriminación permanente, desigualdades, violencias, falta de acceso a
recursos y toma de decisiones, los roles de género y la alta carga de los cuidados.
61
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
hacia las personas adultas mayores son los hombres (36%), las personas que residen
en las zonas rurales (42%) y quienes pertenecen al nivel socioeconómico30 D y E (37%).
Gráfico N° 1
Las personas afroperuanas (negra, mulata, zamba o morena) 30% 25% 25% 12% 7% 55
Las personas adulta mayores (mayor de 60 años) 29% 26% 24% 13% 8% 55
Las víctimas del conflicto interno (terrorismo y Fuerzas armadas) 29% 22% 26% 13% 8% 51
Las personas que defienden los derechos humanos 20% 19% 29% 17% 15% 38
Los niños, las niñas y las y los adolescentes 13% 18% 29% 22% 17% 31
Top 2 box
5 Muy discriminado 4 3 2 1 Nada discriminado No precisa
Fuente: Ministerio de Justicia y Derechos Humanos (2019). II Encuesta Nacional de Derechos Humanos.
La etapa de las vejeces peruanas está caracterizada por una vulneración permanente
de los derechos, siendo los principales y de mayor incidencia los vinculados a la
seguridad social y jubilación (40%); salud (38%); trato digno y no discriminación (36%);
protección y asistencia familiar (35%); trabajo y salario digno (34%); libertad de expresión
y opinión (19%); desplazamiento (17%); justicia y defensa (13%); a la vida e integridad
30. Los niveles socioeconómicos (NSE) en Perú distribuyen a los hogares en 5 niveles (A, B, C, D, y E), considerando las características de la vivienda,
los servicios con los que cuenta la familia, los electrodomésticos y los ingresos promedios. La fuente para realizar los análisis de NSE que utiliza es
la Asociación Peruana de Empresas de Investigación de Mercados (APEIM), es la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) que realiza el Instituto
Nacional de Estadística e Informática (INEI). El nivel D implica que una persona tiene un ingreso mensual promedio a S/2,769 ($ 696) y el nivel E
que una persona tiene un ingreso mensual promedio a S/1,977 ($ 497).
Página recuperada de: https://www.ipsos.com/sites/default/files/ct/publication/documents/2021-01/nse_2020_v2.pdf
62
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
(13%); educación (6%) e identidad (5%). Si bien estos datos fueron recogidos antes
de la pandemia, ésta misma los agudiza, sobre todo el referido a la salud: según el
Ministerio de Salud, al 1 de abril de 2020, el 57.6% de los contagios por COVID–19 fue en
personas mayores. Develando que el sistema sanitario y las formas de envejecer están
marcadas por problemas de salud subyacentes, como los problemas cardiovasculares,
diabetes, presión arterial alta, tuberculosis, entre otros, los cuales tienen un mayor riesgo
de enfermarse gravemente una vez contagiadas (Vega, Ruvalcaba, Hernández, Acuña y
López, 2020).
Gráfico N° 2
Derecho a la educación 6%
Otro 0%
No precisa 2%
Fuente: Ministerio de Justicia y Derechos Humanos (2019). II Encuesta Nacional de Derechos Humanos.
Un 80% de las personas entrevistadas estaba de acuerdo en que las “personas adultas
mayores aportan algo valioso a la sociedad” y un 47% que “las personas adultas mayores
en buen estado de salud deberían trabajar”. Sin embargo, los estereotipos persisten, con
expresiones como que “las personas adultas mayores no tienen actividad sexual” (18%)
y “sería mejor que las personas mayores vivieran en asilos” (15%). Estos resultados dan
cuenta y argumentan con evidencia que el colectivo de personas mayores sigue siendo
concebido y tratado como un grupo social discriminado, que requiere una atención
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RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
Fuente: Ministerio de Justicia y Derechos Humanos (2019). II Encuesta Nacional de Derechos Humanos.
64
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
31. Red HelpAge, contribuyó a formar una red en 1993 de personas adultas mayores, que luego formaron parte de la Red TIEMPOS, que agrupó siete
redes en Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, República Dominicana y Perú. El objetivo en esa época fue articular esfuerzos y capacidades para
realizar abogacía por los derechos de la población mayor frente a la situación de exclusión, pobreza y discriminación que tenían las personas
mayores en la región.
32. Centros Integrales de Atención al Adulto Mayor, que según la Ley N° 30490 y su Reglamento, son servicios creados por los gobiernos locales que
tienen como función principal la coordinación y articulación de intervenciones locales con instituciones públicas, privadas y la sociedad civil para
la atención de las problemáticas de las personas adultas mayores de su jurisdicción; asimismo, promueven el autocuidado de la persona adulta
mayor y su participación e integración social, económica y cultural.
33. Decreto Supremo Nº 029-2018-PCM, que aprueba Reglamento que regula las Políticas Nacionales. Modificado en el 2021, con el D: S: 024-2021-MIMP
orientado a promover la autonomía, independencia y calidad de vida de las personas adultas mayores, considerando la necesidad de su adecuación a
la Convención Interamericana de Derechos Humanos-PAM, así como a lo establecido en el Decreto Legislativo N°1474, que fortalece los mecanismos y
acciones de prevención, atención y protección de la persona adulta mayor durante la emergencia sanitaria ocasionada por la COVID–19
65
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
este tipo de políticas” (p. 164). Para la autora antes señalada, son tres los requisitos que
deben considerarse al momento del diseño, implementación y evaluación de toda política
pública vinculada al envejecimiento y a la vejez: la institucionalidad, la normativa y lo
programático, los cuales se analizan a continuación para el caso peruano.
Entre los requisitos relevantes para la gestión de la política pública, está la
institucionalidad, la cual tiene que ver, como lo mencionaba Huenchuan (2016): “…el
Estado conceptualiza los problemas, necesidades e intereses de este sector de la población
por medio de un discurso de referencia, tanto simbólico como conceptual, que sustenta las
políticas y programas en su favor. Ese discurso ejerce influencia en la sociedad y en su forma
de comprender a las personas mayores, el envejecimiento y la vejez. Es por esto que entre
los anhelos más recurrentes de las organizaciones de personas de edad se encuentra, por
una parte, que la institución gubernamental que les corresponde tenga rango ministerial y
que, por la otra, la forma de abordar sus asuntos sea desde una perspectiva de derechos
humanos” (p. 44–45). En el Perú, la institucionalidad para la gestión de la política pública de
las personas adultas mayores fue creada en 1996 y ha tenido varios cambios que afectaron
su rectoría, presupuesto, y hasta el momento no ha logrado posicionarse como el ente rector
articulador, normativo y promotor de políticas y estrategias para mejorar la calidad de vida
de las personas adultas mayores en el país, como se puede observar en el gráfico siguiente:
Gráfico N° 4
2012
2004 a la actualidad
2002
1990 Dirección de Personas Dirección de Personas
Adultas Mayores, órgano Adultas Mayores, órgano
de la Dirección General de de la Dirección General
Dirección General de dela Familia y la Comunidad
Personas Adultas Mayores, la Familia y la Comunidad del
Viceministerio de la Mujer del Viceministerio de
Unidad de Programas para órgano de línea del
del entonces Ministerio Poblaciones Vulnerables
Adultos Mayores, adscrito a Viceministerio de la Mujer
de la Mujer y Desarrollo del actual Ministerio de la
la Oficina de Promoción del entonces Ministerio de
Social Mujer y Poblaciones
Social de la Gerencia de la Mujer y Desarrollo Social Vulnerables
Desarrollo Humano del
entonces Ministerio de (Decreto Supremo (Decreto Supremo
No. 011-2004-MIMDES) (Decreto Supremo
Promoción de la Mujer y No. 008-2001-MIMDES) No. 003-2012-MIMP)
del Desarrollo Humano
(Decreto Legislativo
No. 866 y Decreto Supremo
No. 001-97-PROMUDEH)
Fuente: Elaboración propia, con base a las normas que modificaron el ROF del
Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables de los años 1996, 2002, 2004 y 2012.
66
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
El segundo requisito es la normatividad, la cual tiene que ver con la base legal y
su cumplimiento, dado a través de una ley o un marco de procedimientos. En el país
existe un marco normativo que recoge los derechos contemplados en la Convención
Interamericana de Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, ello
a pesar de que hasta el momento el Perú no se ha adherido a la Convención. Dicho
marco está integrado por la Ley N° 29430 “Ley de las personas adultas mayores” y su
Reglamento, este último de reciente aprobación (el 26 de agosto de 2016).
Tanto en la Ley como su Reglamento, se reconocen que “las personas adultas mayores
tienen derechos a una vida digna, plena, independiente, autónoma y saludable; a la no
discriminación por razones de edad y a no ser sujeto de imagen peyorativa; a la igualdad de
oportunidades; a recibir atención integral e integrada, cuidado y protección familiar y social,
de acuerdo a sus necesidades; a vivir en familia y envejecer en el hogar y en comunidad; a
una vida sin ningún tipo de violencia; acceder a programas de educación y capacitación;
participar activamente en las esferas social, laboral, económica, cultural y política del
país; atención preferente en todos los servicios brindados en establecimientos públicos
y privados; información adecuada y oportuna en todos los trámites que realice; realizar
labores o tareas acordes a su capacidad física o intelectual; brindar su consentimiento
previo e informado en todos los aspectos de su vida, entre otros” (Capítulo II, artículo 5,
numeral 5.1. y literal a, b, c y g).
Un requisito poco trabajado en el país, a nivel de las políticas de la vejez y el envejecimiento,
es lo programático, que supone la identificación de intervenciones concretas, expresadas
en objetivos y resultados, así como la articulación intergubernamental, intersectorial e
interinstitucional, que signifiquen una corresponsabilidad en la gestión de actividades, para
lo cual deben existir (no sólo en lo formal sino en lo factual) un ente rector potente, recursos
humanos especializados, así como contar con un presupuesto compuesto de recursos
suficientes para financiar la implementación adecuada de los servicios, prestaciones y
beneficios de la política pública nacional.
El sector que viene trabajando en este requisito es el Ministerio de Desarrollo e Inclusión
Social (MIDIS), al contar con lineamientos e intervenciones para atender el proceso de
envejecimiento en cinco ejes, dirigida a una población focalizada que se encuentra en
situación de pobreza. Para el caso de las personas adultas mayores se cuenta con el
Programa Nacional Pensión 65 y el Programa de Discapacidad Severa “Contigo” (MIDIS,
67
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
2016). Es uno de los pocos sectores que viene realizando esfuerzos para transversalizar
el proceso de envejecimiento, vincular el ciclo de la gestión pública con el proceso
presupuestal, asegurándose el logro de resultados sobre la población y hacer uso del
enfoque de curso de vida.
Hace más de un quinquenio, desde el Ministerio de Salud (MINSA), se han venido
implementando una serie de servicios a nivel de los establecimientos de salud, denominados
“Círculos/Clubes del Adulto Mayor–CAM”34; actualmente se cuenta con 2,773 círculos a
nivel nacional, donde participan aproximadamente 87,000 personas adultas mayores. A
partir del año 2019 se ha incorporado para las personas adultas mayores en el Calendario
Nacional de Vacunas la vacuna Antineumocócica, la cual siguió colocándose durante la
pandemia.
Con la finalidad de atender las necesidades de salud de la población adulta mayor,
con especial énfasis en la población más vulnerable, y en concordancia con el Modelo
de Atención Integral de Salud basado en Familia y Comunidad, desde el año 2012 el
MINSA viene implementando en los establecimientos de salud del primer nivel de atención
los “Servicios Diferenciados para la Atención Integral de Salud de las Personas Adultas
Mayores–TAYTA WASI”, que a la fecha son 314 servicios diferenciados para la persona
adulta mayor a nivel nacional. Asimismo, se cuenta con la Libreta de Salud a nivel nacional,
especialmente dirigida para las personas adultas mayores.
El país ha tenido avances significativos, lo cual se ve reflejado en los años de vida, que
han aumentado y seguro seguirán aumentando; en el marco normativo y la institucionalidad
que se ha ido creando a diferentes niveles, desde el ente rector, otros sectores y los
gobiernos regionales y locales, que cuentan con oficinas y áreas dedicadas a atender a
la población adulta mayor, además de algunos servicios de protección y promoción de
derechos, como los CIAM, entre otros.
Pese a estos avances, la población adulta mayor sigue percibiéndose en un 55%
como “discriminada”, probablemente por los riesgos que han ido acumulando a largo del
curso de su vida, que les hace tener mayores situaciones de vulnerabilidad, afectando su
autonomía física, económica y social.
34. Son agrupaciones de personas adultas mayores que participan de manera activa en actividades de promoción de la salud y prevención de
riesgos y daños a la salud, así como de actividades de carácter social, cultural, educativo y recreativo, con la finalidad de contribuir a lograr un
envejecimiento saludable, activo y productivo.
68
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
A MODO DE CONCLUSIÓN
Durante el actual contexto de pandemia, las brechas se han profundizado, acentuando las
desigualdades, los riesgos y vulnerabilidades de quienes ya vivían en situación de pobreza,
residían en zonas rurales y amazónicas, tenían bajos niveles de escolaridad, no contaban
o el acceso a los servicios de salud era muy limitado, no disponían de una pensión, no
contaban con redes de protección social y servicios de cuidados oportunos y a su alcance,
no accedían o no usaban los servicios educativos en sus diferentes etapas de vida.
Ello a pesar de que el país contaba desde el año 2016 con una serie de lineamientos
gubernamentales para una gestión articulada intersectorial e intergubernamental orientada
a promover la autonomía, independencia y calidad de vida de las personas adultas
mayores, a cargo del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social. Quizás faltó tiempo o
voluntad política para su implementación y que se cuente con una real política de carácter
universal que contribuya y minimice los riesgos y vulnerabilidades que impiden el ejercicio
de derechos de las personas adultas mayores.
Gráfico N° 5
Autonomía
Capacidad de
definir, redefinir e
implementar su
proyecto de vida
Protección Reducción Reducción de
Social como de riesgos situación de
garantía Independencia
naturales y vulnerabilidad Toma de decisiones
ciudadana sociales libres y voluntarias
Calidad de vida
Condiciones externas y percepción
subjetiva sobre dichas condiciones que
se orientan al bienestar de las personas
69
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
sido las que han puesto en la agenda pública la agudización de la desigualdad como
un desafío a ser atendido; han exigido proteger la vida, no sólo de ellas, sino de toda la
población, sin la cruel cultura del descarte –donde unas vidas valen más que otras–, con
vacunas seguras y universales; que los gobiernos locales asuman una intervención activa
frente a la crisis de los cuidados y de los diferentes tipos de violencias, principalmente
la patrimonial y psicológica de mayor incidencia en la vida de las personas adultas
mayores. También han sido las primeras en dar protección a sus familias (sosteniendo
con sus pensiones las economías familiares, vivienda y alimentación, así como también
compartiendo sus saberes) desde el inicio de la pandemia, son mujeres y hombres que
no quieren que ninguna generación vea interrumpidos sus sueños, sus aspiraciones y
desarrollo con bienestar. Han exigido a las autoridades y funcionarios públicos una
atención prioritaria y diferencial, en cumplimiento de acuerdos y compromisos nacionales
e internacionales.
La pandemia ha agudizado situaciones de vulnerabilidad y desigualdad, pero también
presenta oportunidades para cambiar el paradigma de cómo concebimos, trabajamos y
nos acercamos a las vejeces. Una de ellas debe ser la implementación de la Agenda 2030
y su efectiva incorporación de los Derechos Humanos de las personas adultas mayores,
convocando la participación de sus organizaciones, para que contribuyan con sus
voces, propuestas, apuestas y acciones afirmativas en la consolidación de una política
pública inclusiva que garantice sistemas de salud y de protección social que aseguren y
promuevan un envejecimiento saludable, autónomo, independiente y participativo, para
que el respeto a la dignidad y la igualdad de derechos de todas las personas mayores
–ahora sí– no se queden atrás.
REFERENCIAS
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (2021). El Decenio del Envejecimiento
Saludable (2020-2030) en el contexto de la pandemia de COVID–19: Las pandemias
deberán cambiar la manera de ver la edad y el envejecimiento.
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de la pandemia por COVID–19 (LC/MEX/TS.2020/9), Ciudad de México, Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), 2020, p. 2.
70
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
71
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
72
4.
RESUMEN
Al Trabajo Social en el campo gerontológico lo pensamos de modo descentrado e
interpelado por los feminismos. En el análisis propuesto, señalamos el lugar destacado del
lenguaje, las relaciones de poder y los procesos de subjetivación en el debate profesional;
los mismos se entrelazan con las luchas de diferentes colectivos en torno al reconocimiento
de derechos y las disputas que encaran por la visibilización de demandas.
Abordamos que la criticidad se relaciona con la problematización, la desnaturalización,
la posibilidad de hacerse preguntas, la reivindicación de derechos, el generar procesos
de participación reales, dando voz y generando condiciones de escuchabilidad a sectores
invisibilizados. El Trabajo Social del siglo XXI se expresa en las dimensiones de Sujeto,
contexto, práctica/experiencia/intervención; género/generaciones, Narrativa/discurso; Saber/
poder; Producción de lo público y Cuerpo/corporalidades.
Las personas mayores, en tanto sujetos en proceso de construcción, por los cambios
en los roles sociales asignados y asumidos, los vínculos que se pierden, los nuevos que
se generan y los cambios de contextos por los que transitan. La recuperación de sus
narrativas y discursos, las posiciona como productoras de saberes fundamentales para la
intervención profesional.
El envejecimiento también es un proceso singular dentro del curso de vida. Por lo
tanto, el campo gerontológico no puede ser abordado en forma aislada de su contexto y
múltiples atravesamientos, sino que debe incluir la heterogeneidad de vejeces presentes.
Dada la feminización de la vejez, resulta oportuno analizar el envejecimiento poblacional
desde una perspectiva de género, que dé cuenta de la acumulación de desigualdades a
lo largo de la vida, junto a la clase social y etnia.
La profesión aporta en colocar los temas gerontológicos en la agenda pública y disputar
sentido acerca de lo que debiera ser resuelto en el ámbito público. Las luchas contra
73
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
ABSTRACT
We ponder on Social Work in the gerontological field in a decentralized way and questioned
by feminisms. In the proposed analysis we point out the prominent place of language, power
relations and subjectivation processes in professional debate. They are intertwined with the
struggles of different groups regarding their rights recognition and the disputes they face for
making their demands visible.
We address that criticality is related to problematization, denaturalization, the possibility
of asking questions, claiming rights, generating real participation processes, giving voice and
generating conditions of listenability to invisible sectors. In XXI Century Social Work is expressed
in the dimensions of Subject, context, practice/experience/ intervention; gender/generations,
Narrative/discourse; Know/power; Production of the public and Body/corporalities
Older people as subjects in the construction process, due to changes in the assigned
and assumed social roles, the links that are lost, the new ones that are generated and the
changes in the contexts through which they pass. Recovery their narratives and speeches,
positions them as fundamental knowledge producers for professional intervention.
Aging is also an unique process within the life course. Therefore, the gerontological
field cannot be approached in isolation from its context and multiple crossings, otherwise
it must include the heterogeneity of present old age. Given the feminization of old age, it is
appropriate to analyze population aging from a gender perspective, which accounts for the
accumulation of inequalities throughout life, along with social class and ethnicity.
The profession contributes to placing gerontological issues on the public agenda and to
dispute the meaning of what should be resolved in the public sphere. The struggles against
patriarchy, capacitism, ageism and neoliberalism take body, are embodied and are executed
from corporeality, challenging the split between reason/ emotion/ perception, which means
74
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
transforming, elucidating and expanding production spaces of more just and supportive
societies.
Keywords: Contemporary Social Work, gerontology, criticality, decoloniality, feminism.
INTRODUCCIÓN
En el presente trabajo nos interesa asumir el desafío intelectual y colectivo de ponerle
nombres a aquello que nos interpela en los procesos interventivos del Trabajo Social
en el campo gerontológico. Para lo cual proponemos un análisis de doble entrada: por
un lado, desde las tensiones propias del debate contemporáneo del Trabajo Social,
en el siglo XXI, lo que supone reconocer los ejes sustanciales del mismo. De otro
lado, entrelazar análisis con las apuestas que el campo gerontológico desarrolla en la
actualidad en América Latina.
Planteamos un análisis de doble entrada, que al mismo tiempo se transversaliza
en términos analíticos, epistémicos y éticos con las discusiones que el feminismo
latinoamericano desarrolla en la actualidad. El Trabajo Social en el campo gerontológico
es descentrado e interpelado por los feminismos decoloniales.
distinción tensional entre individuo y sociedad. Así, aparece en su plena expresión el que algunas dimensiones
de las estructuras científicas dependen de las situaciones y procesos sociales. Esto es importante de resaltar
porque la teoría tradicional opera, por lo general, clasificando los datos en sistemas conceptuales que simplifican
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RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
contemporáneo. Al mismo tiempo, creemos sustantivo dar lugar a las experiencias de intervención, toda vez que
nos permiten producir la malla, alojarnos en ella y permitir la entrada de otros hilos, de otras luces, de otras voces
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RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
Trabajo Social como práctica social, que transita de modo tenso la crisis de la experiencia,
entrelaza apuestas colectivas por la visibilidad de demandas asociadas a la desigualdad
y refutando procesos de normalización. Por ello, la crítica avanza en lo que destaca Matus
(2017) como impronta de la rareza, de la desobediencia. Las luchas contra el patriarcado, el
capacitismo, el edadismo y el neoliberalismo toman cuerpo, se hacen cuerpo y se ejecutan
desde las corporalidades, impugnando la escisión razón/ emoción/percepción.
“La crítica ya no puede configurarse teniendo sólo como base la denuncia de la injusticia, sino que tiene que ser
Por lo que las matrices críticas contemporáneas asumen las tensiones que se hacen
presentes en los procesos de intervención. Los debates por la criticidad se inician cuando
el Trabajo Social se cuestiona su lugar social, en tanto a dilucidar si la intervención
profesional tiene el objetivo de integrar a las personas “desviadas de la norma”, es decir,
el sujeto improductivo para el sistema capitalista (niños y niñas huérfanos/as; personas
con discapacidad o problemas de salud mental; jóvenes que no estudian ni trabajan;
personas en conflicto con la ley penal y/o con consumo problemático; personas mayores
dependientes y sin recursos para comprar servicios en el mercado) o si se apunta a
la transformación social en pos de una sociedad que aloje las diversidades y brinde
posibilidades de acuerdo a las necesidades particulares.
La crítica debe comenzar por cuestionar las formas de pensar y actuar cuando no se
están teniendo los resultados esperados. Las críticas que históricamente se colocaron
en torno a las pioneras del Trabajo Social están siendo revisadas por colegas (Travi,
2014, y Reininger Pollak, 2018). Por lo tanto, mientras algunos sectores colocan ideas
que homologan a las pioneras como conservadores, resuenan desde los revisionismos
la identificación de impugnación del TS como rasgo “esencial” desde los orígenes. La
funcionalidad al sistema debe articularse a la crítica a las teorías críticas creadas por
varones, blancos europeos. Animarse a las preguntas incómodas y a las búsquedas
profundas, que no implican descartar sino ampliar la visión, no para encontrar una verdad
única y permanente que no existe, sino pluriversos que permitan avanzar hacia sociedades
más justas e inclusivas. Las corrientes feministas y decoloniales nos señalan el camino.
Comprendiendo al Trabajo Social dentro de las Ciencias Sociales, surge la pregunta
sobre los motivos por los cuales el pensamiento crítico no ha emancipado a la sociedad, a lo
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RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
cual Boaventura de Sousa Santos (2010) responde que hay dimensiones de las relaciones
de opresión y exclusión que el pensamiento crítico eurocéntrico no tuvo en cuenta y que
el capitalismo, al estar enlazado interseccionalmente al colonialismo y al sexismo, no
se puede modificar si no se abordan en forma simultánea. Incluso plantea que se ha
producido una pérdida de los sustantivos críticos como socialismo, dependencia, lucha
de clases, alienación, para distinguirse a la criticidad sólo por adjetivos que acompañan
a sustantivos de teorías conservadoras, por ejemplo, desarrollo alternativo, democrático
o sostenible.
Las denominadas cegueras35 propias de la escisión entre la teoría y la práctica
han llevado a invisibilizar procesos transformadores basados en saberes ancestrales y
populares, que no estaban previstos en la teoría crítica. Por lo tanto, el autor mencionado
plantea elaborar teorías de retaguardia, que piensen lo impensado, que acompañen a
los movimientos sociales teorizando, cuestionando, comparando y articulando, lo que en
definitiva implica la emergencia de una epistemología del Sur. Pues el reconocimiento de la
opresión y la resistencia van de la mano, y requieren lo que se ha denominado en trabajos
anteriores (Danel, 2020) como habitar la incomodidad. Un habitar que supone transformar,
dilucidar y ampliar espacios de producción de sociedades más justas y solidarias.
…más allá de los conocimientos teóricos, la práctica de los interventores sociales debe incorporar una formación
que permita llevar a cabo un trabajo profundo sobre los procesos de aproximación al marco del otro, disipando
que pueden condicionar la intervención social y obstaculizar la relación con los sujetos atendidos. La formación
de competencias profesionales complementa los procesos de descentración y aproximación al marco del otro
35. Reconocemos que la idea de ceguera presenta tensiones capacitistas, resultando una metáfora explicativa de la opacidad que se produce en ese
proceso de escisión teoría–práctica. La hegemonía del sentido de la vista en occidente ha tenido una fuerte expresión en los debates disciplinares:
“La mirada del Trabajo Social”.
78
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
Para las y los trabajadores sociales resulta fundamental analizar el carácter performativo
del discurso profesional asociado a un saber académico, que como práctica reiterativa
produce los efectos que nombra. Como decíamos en un escrito anterior:
Posicionarnos desde perspectivas críticas implica desnaturalizar las relaciones de poder donde determinados
sujetos tienen la capacidad de decidir sobre otros, es comprender las disputas dentro del campo gerontológico
por definir categorías, formas de abordaje; donde la voz de los sujetos involucrados no sólo sea escuchada,
sino reconocida como válida y produzca cambios en la política pública. Identificar a las personas mayores como
ciudadanos y sujetos de derecho equivale a no priorizar el cuidado sobre su participación, con protagonismo y
79
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
de la desigualdad y la complejidad de los problemas sociales que atraviesan las personas mayores; incorporando
en el análisis a las mujeres, varones, personas de la comunidad LGTB, trabajadora/es del mercado informal,
migrantes, obrera/os no cualificados que han atravesado procesos de explotación laboral, minorías étnicas y
afrodescendientes, entre otros. De esta forma, consideramos que la edad no es una categoría suficiente a la hora
de pensar las desiguales trayectorias y diversas formas de atravesar el proceso de envejecimiento en el contexto
36. Se destaca que en Argentina no se produjo la negación de camas de alta complejidad, co mo sí aconteció en algunos países centrales.
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RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
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RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
Señalamos que los ejes estructurantes en los que se centra el debate teórico en
Gerontología son los centrados en la dimensión biológico–funcional; en los cambios de
orden subjetivo que se generan en el proceso de envejecimiento; los enfocados en los
cambios de las intervenciones sociales frente al envejecimiento poblacional, los centrados
en el análisis pormenorizado de los cambios en los comportamientos de la población
en torno a natalidad, mortalidad y migraciones y que ponen en debate la dimensión
simbólico–cultural de los modos de configurar la mirada social de la vejez (Danel y Sala,
2019). Con este espacio interdisciplinario, intersaberes y con intereses diversos, el Trabajo
Social dialoga, aporta y confronta.
En cuanto a las intersecciones entre género y generaciones, debemos comenzar
por aclarar que el género como categoría analítica es una construcción socio–histórica
que establece relaciones de poder binarias y asimétricas, transversal a todos los ámbitos
sociales. Designa al conjunto de prácticas, representaciones, normas y valores que la
sociedad elabora a partir de diferencias anatómicas que dan sentido a relaciones entre
personas (Teresita de Barbieri, 1994, citada por Roberto Inda, 2006).
Dada la feminización de la vejez, resulta oportuno analizar al envejecimiento poblacional
desde una perspectiva de género, que dé cuenta de la acumulación de desigualdades a
lo largo de la vida, en cuanto al acceso al sistema educativo, de salud, al trabajo e incluso
la manera en que la edad afecta la posición social de las mujeres.
Por otra parte, la perspectiva de género aporta a la construcción de una ciencia no
androcéntrica, tanto en las teorías científicas con sus categorías, como en el proceso de
investigación, donde las mujeres y sus formas de hacer ciencia no sean infravaloradas.
Al referirnos a la interseccionalidad queremos plantear que diferentes organizadores
sociales o fuentes estructurales de desigualdad, como son género, edad, clase social,
etnia y orientación sexual, son estructuras de opresión múltiples y simultáneas, que
mantienen relaciones recíprocas, pudiendo pensarlo como una matriz de dominación.
Por lo tanto, el campo gerontológico no puede ser abordado en forma aislada de su
contexto y múltiples atravesamientos, sino que debe incluir la heterogeneidad de vejeces
presentes.
Lo social existe como estructuras externas y estructuras internas, a lo cual (Bourdieu,
1990) denomina lo social hecho cosas y lo social hecho cuerpo. En escritos anteriores
lo analizamos dentro del campo gerontológico, identificando que “los valores negativos
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RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
83
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
tramas que contienen y alojan. En tal sentido, la mirada sobre los procesos de envejecimiento se anudan a las
experiencias del lazo social. Esto nos invita a ingresar a los debates en torno a la intervención en lo social” (Danel
y Daca, 2021:67)
Por lo tanto, el cruce generacional y la mirada deshecha del género (no binaria) se
constituyen en dimensiones centrales en las perspectivas críticas del Trabajo Social del
siglo XXI.
La recuperación de narrativas y discursos de las personas mayores, en cuanto a
modos de significar lo que les sucede, sus relaciones con otras personas y sus proyectos,
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RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
el campo gerontológico, asumiendo que en los distintos cursos vitales las heterogeneidades se hacen presentes,
toman rostro, construyen narrativas y nos invitan a pensar, a soñar y a comprometernos con una sociedad para
Como también tener en cuenta el giro afectivo que ha generado un cambio en las
formas de intervenir y de producir conocimientos. El mismo se interesa por las emociones, los
afectos y los sentimientos en la vida pública, en oposición a la primacía de la racionalización,
repensando el cuerpo como sede de las emociones y la forma en que los sentimientos
direccionan a la acción (Paula Danel, María Eugenia Martins y Daniela Sala, 2020).
Las experiencias corporales configuran la sociedad, el espacio (y viceversa), y desde
allí se despliegan procesos como la identidad o la pertenencia. Tal como las experiencias
corpóreas resultan ser sedes de las emociones y los afectos, pueden transmitirse a los
discursos. Por ello, elegimos pensar en clave de repertorio corporal, de los sujetos en
general y del TS como profesión.
En el caso del Trabajo Social, resulta sugerente destacar los modos singulares en
que los repertorios corporales se hacen presentes en las disputas por la ampliación del
85
RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
CONCLUSIONES
El trabajo propuso un análisis del Trabajo Social en el campo gerontológico, desde el
reconocimiento de las tramas y urdimbres que configuran el debate contemporáneo
disciplinar. En ese sentido, se plantea que los ejes que estructuran el mencionado debate
son el lenguaje/narrativa, las relaciones de poder y los procesos de subjetivación, resultando
la descentración una necesaria estrategia para pensar los procesos de intervención.
Asimismo, reconocemos que la criticidad puede ser pensada desde las dimensiones
del sujeto, los contextos, las intervenciones, las ideas de género y generaciones, las
relaciones de saber y poder y los reconocimientos en torno a los cuerpos. Estos debates
resultan necesarios para pensar los modos heterogéneos y desiguales en que se producen
los procesos de envejecimiento y vejez.
Finalmente, este texto busca ser un aporte a los descentramientos, a la generación
de impugnaciones al patriarcado, edadismo, mercantilización, medicalización de la vida
social y el capacitismo.
REFERENCIAS
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Grijalbo
Butler, J. (2001) Mecanismos psíquicos del poder: teorías sobre la sujeción. Universitat de
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RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
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RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
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intervención social. Santiago de Chile, Nadar Ediciones (31 -60)
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RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
89
CAPÍTULO I
COMUNIDAD
Y TERRITORIO
5.
RESUMEN
Los criterios con que Trabajo Social en el campo gerontológico ha formalizado sus alcances
abarcan los desarrollos de los centros de mayores en cuanto a brindar servicios a sus
adherentes, la situación de la atención primaria interdisciplinaria adaptada a los mayores,
la gestión de nuevas miradas en la atención gerontológica (del enfoque de necesidades
y carencias hacia el enfoque de derechos), la irrupción del movimiento de mujeres en
nuestro medio, los servicios de cuidados domiciliarios y el impacto de la Convención
Interamericana de Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores que el
Parlamento de la Argentina convirtió en ley en mayo de 2017.
El enfoque comunitario en Trabajo Social se encuentra vigente, sin embargo, se
enfrenta en la actualidad con posibles mutaciones de orden social, como por ejemplo, la
irrupción de las “comunidades post sociales” (De Marinis, E.P. 2017:18), entendidas estas
como electivas, no permanentes, des–territorializadas y plurales, conviviendo las mismas,
en este tiempo de transición, con las “comunidades sociales” tradicionalmente conocidas.
La intervención conjunta de Trabajo Social en la tarea de atención domiciliaria con las
cuidadoras o auxiliares gerontológicas posibilita brindar un eslabón al sistema de cuidados
progresivos; a su vez los efectos y alcances de las posibilidades comunicativas de la
virtualidad entre las personas mayores es factible de ser verificada en las preferencias
de estos en adquirir habilidades en las Tecnologías de Información y Comunicación
(TIC’s) como activos participantes de los Programas Universitarios para Adultos Mayores
(PUAM) y de la Universidad PAMI (UPAMI) del Instituto Nacional de Servicios Sociales para
Jubilados y Pensionados (INSSJ y P).
A modo de cierre se brinda un panorama acerca del futuro de los enfoques del Trabajo
Social comunitario con personas mayores desde tres perspectivas: a) La resignificación
91
COMUNIDAD Y TERRITORIO
ABSTRACT
The criteria with which Social Work in the gerontological field has formalized its scope include the
developments of the centers for the elderly in terms of providing services to their adherents, the
situation of interdisciplinary primary care adapted to the elderly, the management of new perspectives
on the gerontological care (from a needs and deficiencies approach to a rights approach), the
emergence of the women’s movement in our environment, home care services and the impact
of the Inter–American Convention for the Protection of the Human Rights of People Older than the
Argentina’s Parliament signed into law in May 2017.
The community approach in Social Work is in force, however, it is currently facing possible
mutations of social order, such as the irruption of “post-social communities” (De Marinis, EP
2017:18) understood as elective, non-permanent, de–territorialized and plural, coexisting, in this
time of transition, with the traditionally known “social communities”.
The joint intervention of Social Work in the task of home care with the caregivers or gerontological
assistants makes it possible to provide a link to the progressive care system, in turn the effects and
scope of the communicative possibilities of virtuality among the elderly, it is feasible to be verified in their
preferences, in acquiring skills in Information and Communication Technology (ICTs) as active participants
of the University Programs for Older Adults (PUAM) and the PAMI University (UPAMI) of the INSSJ and P.
By way of closing, an overview of the future of community Social Work approaches with older
people is provided from three perspectives: a) The resignification of the social participation of older
people; b) The gravitation of the elderly in the review of socio-sanitary policies; and c) The possibilities
of overcoming the chronic fragmentation of the prevailing systems.
Keywords: Social Work, Community Gerontology, Post-social Communities, Retiree Centers,
Social policies with older people.
92
COMUNIDAD Y TERRITORIO
INTRODUCCIÓN
El Trabajo Social en el campo gerontológico desarrolló distintos criterios vinculados al
ámbito socio comunitario, como lo constituyen la coordinación de grupos de mayores, la
consolidación de organizaciones comunitarias, la importancia del papel del Trabajo Social
como parte de los equipos de intervención en lo social, las tareas de preparación para
el envejecimiento y para el retiro laboral, el impulso de los enfoques interdisciplinares en
las prácticas y el cuestionamiento hacia la fragmentación de las políticas implementadas.
En concomitancia con esas observaciones, el enfoque comunitario en Trabajo Social,
por su implicancia colectiva, nos abrió el camino hacia la formulación y diseño de políticas,
y de allí su trascendencia y significación.
Nuestra mirada acerca de la investigación e intervención profesional en Trabajo Social
supone una permanente recreación conjunta con la población, la circundante y/o la de las
organizaciones de base de adultos mayores que se encuentran esparcidas y vigentes en los
distintos territorios locales de nuestros países.
Nuestra experiencia se encuentra ligada al espacio comunitario predominantemente
urbano, por lo tanto, comprendiendo al mismo como construcción social, en donde nuestro
sujeto–objeto de preocupación se lo interpreta con el cursor y código de las ciudades. La
noción suele utilizarse como sinónimo de medio o área urbana. En la Argentina más del
90% de los mayores residen en centros urbanos, de allí nuestro interés en enfocar de esta
manera nuestro sujeto puntual de intervención.
Al igual que lo que ocurre con la definición de ciudad, no existe un significado
preciso y unívoco de espacio urbano. Por lo general, se siguen ciertos criterios numéricos
para definir la diferencia entre una ciudad y una población (por ejemplo, una ciudad
puede ser el área donde viven más de 10,000 habitantes). El espacio urbano es el
centro poblacional y el paisaje propio de las ciudades, aunque también es posible que
la distinción se realice según criterios funcionales (la mayor parte de la población se
dedica a tareas no agrícolas).
Puede decirse, por lo tanto, que las características propias del espacio urbano son
el elevado número de habitantes con alta densidad poblacional, la presencia de una
gran variedad de infraestructuras y el desarrollo de los sectores económicos secundario
y terciario, producción industrial y de servicios, si tomamos el lenguaje que utilizan los
economistas.
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COMUNIDAD Y TERRITORIO
Las organizaciones de mayores poseen un perfil propio, dado que han sido
diseñadas y construidas por las personas mayores en distintos momentos, en general sin
la intervención fundacional de las profesiones psicosociales.
En la Argentina, las organizaciones de mayores han adquirido relevancia a partir de
la multiplicación de distintos nucleamientos que se expandieron de manera paralela a la
instauración de las prestaciones sociales del Instituto Nacional de Servicios Sociales para
Jubilados y Pensionados37 –PAMI (Programa de Atención Médica Integral).
Hemos constatado que cuando Trabajo Social vuelca su experiencia a los efectos de
instrumentar una articulación de los esfuerzos, la fragmentación crónica en su operatoria
en la base va perdiendo vigencia y las organizaciones institucionales suelen adquirir
criterios democráticos y saludables para sus distintas instancias organizativas.
37. El Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (INSSJ y P), es la obra social pública que fue creada para brindar servicios
sanitarios y sociales a jubilados y pensionados nacionales, mediante el decreto– ley 19032 del 13 de mayo de 1971.
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en tanto que personas concretas. El lazo entre los miembros de una comunidad no es un lazo jurídico ni
un lazo instituido, formalizado, institucionalmente garantizado ni tampoco un lazo contractual, sino uno vívido
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“… Por comunidad hay que entender al conjunto de cuatro elementos o factores que lo son a su vez de la
Este autor plantea dos hipótesis que atraviesan su propuesta: la primera manifiesta
que, al contrario de lo que creían los autores clásicos de la sociología, en vez de producirse
un opacamiento del concepto de comunidad, se ha verificado una secuencia diferente.
La sociedad, entendida como red de relaciones de interdependencia, habría comenzado
un sostenido proceso de desintegración, en el cual segmentos enteros de población se
desenganchan de la generalidad del tráfico social, pierden su sitio enclavado en la red de
relaciones sociales y realizan la experiencia vital de encontrarse “más allá de lo social”. De
acuerdo con esto, no restringe su visión solamente a las “comunidades marginales”, sino
también de ciertos aglutinamientos de las élites sociales y culturales. La comunidad, por
su parte, no sólo no habría sido olvidada, sino que estaría experimentando una suerte de
actualización y se habría convertido en un nuevo objeto de gobierno. La serie: Individuo,
Comunidad–Sociedad y Estado se ha vuelto a mezclar en la actualidad, tanto en formas
como en tiempos.
Su segunda hipótesis plantea que existe un cierto “descuido de la comunidad” en
buena parte de la teoría sociológica contemporánea. Más allá de algunas referencias
circunstanciales, el concepto de comunidad carece de peso propio en los desarrollos
teóricos de los sociólogos más importantes de las últimas décadas (Habermas, Luhmann,
Giddens, Bourdieu, y Elías), lo cual contrasta significativamente con la importancia que
tuvo para la sociología de los “padres fundadores” (Tönnies, Weber, Durkheim, Simmel).
Por demás, resulta ciertamente llamativo que este descuido se produzca precisamente
cuando por parte de diversos actores sociales y políticos, se ha venido concretando
en los últimos años un relanzamiento, una reactivación de la comunidad, tal como lo
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Desde nuestra óptica, vamos a trabajar el concepto de barrio vinculado al territorio. Ariel
Gravano (2005) identifica dos ítems para formular específicamente la problemática barrial en
el momento del surgimiento de lo urbano como tema-problema: la necesidad de…
“… denotar la situación de diferenciación y desigualdad dentro de la ciudad y la necesidad de connotar
determinados valores e ideales, que hacen a la convivencia y a la calidad de vida urbana en comunidad…”
Así, toda vez que se desea trabajar sobre el barrio, surge el tópico comunitario. El
barrio es un recorte de la ciudad y por lo tanto se inscribe urbanamente en la modernidad,
hecho éste que lo diferencia del concepto de comunidad tradicional.
Nos pareció útil expresar estas aproximaciones a los efectos de precisar nuestra tarea
comunitaria con las personas mayores.
Por ello nos permitimos hablar de continuidades y rupturas en esa línea de pensamiento.
Para nosotros, la acción comunitaria es un instrumento teórico–metodológico que
responde a una postura político–técnica en la actualidad, y por lo tanto, ideológica, que
sostiene que la detección y resolución de los problemas que aquejan a una comunidad
pueden y deben ser encaradas por los propios sujetos implicados, mediante un proceso
progresivo, sistemático y participativo (Matus, C., 1995: 225).
Podemos decir, entonces, que el enfoque estratégico de Trabajo Social consiste en un
abordaje cuya finalidad es la de descubrir las posibilidades del inter–juego de los agentes
sociales en la búsqueda de aquellos procesos que conduzcan a la toma de conciencia, de
la previsibilidad de la satisfacción de necesidades, la búsqueda de alternativas y canales
para dar cabida a la producción conjunta (desde una parte de esa totalidad) de posibles
respuestas.
Para nosotros se encuentra vigente el desafío de transformar a los usuarios de
servicios en la posibilidad de ser productores de estos (Tobón, CELATS, 1989: 37).
La acción comunitaria debe ser acompañada mediante la acción conjunta de equipos
interdisciplinarios, cuyos perfiles dependerán de los propósitos a alcanzar en cada espacio
territorial específico.
Una herramienta fundamental en el trabajo comunitario en la actualidad lo constituye
el trabajo en red, porque el pensar en términos de redes implica reconceptualizar nuestra
propia visión de la realidad, y por tanto, nuestra forma de operar en ella.
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La realidad es una construcción social. Esto supone admitir que no hay posibilidad
de capturar objetivamente o de aprehender la realidad “tal cual es”, porque ésta es
socialmente construida a través del lenguaje.
En este sentido, cualquier afirmación que hagamos sobre la realidad responde a
nuestra visión subjetiva, y por tanto fraccionada, de aquello que percibimos como
real. Esta idea resulta fundamental a la hora de trabajar en lo social, puesto que, si
asumimos que la realidad es socialmente construida, también tenemos posibilidades de
reconstruirla, problematizarla, cuestionarla y transformarla… y ello sólo puede resultar
posible si articulamos entre todos, sumamos fuerzas, pensamos y planificamos acciones
en conjunto, dialogamos, negociamos, es decir, comenzamos a pensar y a organizarnos
en términos de redes.
Observamos en la actualidad un ámbito de territorialidad caracterizado como los
grandes conglomerados urbano–marginales. En sí mismos no representan signos de
homogeneidad; por el contrario, expresan un proceso de heterogeneidad y movimiento
constante en la búsqueda de estrategias de subsistencia a la cual ni el Estado ni el mercado
han sido capaces de brindar respuestas posibles a las urgencias que presentan.
La territorialidad, si bien es un elemento significativo, como lo hemos visto anteriormente,
no es el único que define a la comunidad. A nuestro juicio, son definitorios los procesos de
reproducción social que los sujetos sociales cotidianamente desarrollan en su lucha por la
subsistencia y la satisfacción de necesidades.
Las características particulares que asumen estos procesos son emergentes de
cambios estructurales profundos, que se expresan en la vida material, social y simbólica
de estos sujetos.
Las instituciones gerontológicas en Argentina han estado fuertemente influenciadas
por las políticas públicas que genera el Estado frente al grupo poblacional de los
adultos mayores. Para comprender los modelos de gestión que se trazaron desde las
instituciones, necesitamos conocer el proceso de institucionalización de las formas de
enfrentar la cuestión social destinadas a los mayores. Las prestaciones que se emanaron
en consecuencia se inscribieron en el marco de la atención socio–sanitaria:
“… Los cuidados que precisan la mayoría de las personas mayores dependientes no son sólo sociales, tampoco
exclusivamente sanitarios. La atención que ha de ofrecerse debe ser de carácter integral, y, por lo tanto, debe ser
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medio comunitario, su presencia barrial territorial es significativa, ofrecen centralmente actividades recreativas,
culturales, asesoramiento previsional, vinculándose a las prestaciones que las políticas sociales han ofrecido de
manera tradicional. Habitualmente conforman una base para la instalación y difusión de los programas socio–
sanitarios, de atención primaria y preventivos sociales de autocuidado…” (Paola. J.P. 2003: 25)
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Tabla 1.
Contactos y Estructuración de
Pre asociativo Endo grupo comunitario
relaciones por afinidad la organización
Grupalismos:
Proto asociativo Núcleo de impulsores El local, la estructura
Convivencial, Satisfacción de las
grupalista con diversidad de concepciones organizacional
necesidades básicas, Lúdico
Consolidación El crecimiento Asociacionismo
Asociativo promocional
como proyecto colectivo organizacional reinivindicativo
Liderazgo de Asociacionismo
Asociativo solidario Compromiso
los dirigentes mutualista / socio-político
Fuente: Elaboración propia sobre al idea del libro “La Participación Social de la Personas Mayores” IMSERSO España, 1997.
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las políticas sociales que mantienen relación con los mismos, y a distintos colegas que
efectúan tarea vinculadas con asiduos contactos con los centros:
Gráfico 1.
70.00%
61.50%
60.00%
50.00%
40.00%
30.00%
20.00%
10.16% 9.38%
10.00% 7.12% 5.48%
2.11% 1.20% 2.10%
0.00%
ió as z a a a a c
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y Ce g ra
o
Pr
Fuente: Elaboración propia sobre encuesta realizada en la Ciudad de Buenos Aires en noviembre de 2019.
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una situación de enfermedad…” (Programa Médico–Social para el Tercer Nivel de Atención. Segunda Semana
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la comunidad, incluida la asistencia personal que sea necesaria para facilitar su existencia y su inclusión en la
comunidad…” (Convención Interamericana de Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores
38. En la Argentina la oferta educativa a cargo de los Programas Universitarios para Adultos Mayores (PUAM) se desarrolla en las Universidades
Nacionales de Buenos Aires, San Martín, Lomas de Zamora, Mar del Plata, La Plata, Lanús, Quilmes Tandil, Tres Arroyos, Junín (en la Provincia de
Buenos Aires). A su vez, en Entre Ríos, Tucumán, Ciudad de Córdoba, Río Cuarto, Villa María (Prov. de Córdoba), Mendoza, San Luis, San Juan,
Santiago del Estero, Catamarca, Neuquén, La Pampa, y en distintas Universidades privadas y organizaciones no gubernamentales.
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RELACIÓN ESTADO, CULTURA Y DERECHOS HUMANOS
Esta experiencia liminar influenció al Lic. en Trabajo Social David Zolotow, docente en
aquel entonces de la Licenciatura de Trabajo Social de la Universidad Nacional de Lomas
de Zamora, que en 1998 impulsó el programa Universidad para la Tercera Edad (UniTE).
En la actualidad, la iniciativa que se aplica en la Facultad de Ciencias Sociales de la
Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ) cuenta con más de mil participantes,
que se distribuyen en 51 cursos y talleres.
En cuanto a contenidos, todos aquellos imaginables forman parte de las ofertas
existentes: historia, literatura, dibujo, pintura, manualidades, cestería, jardinería, cocina,
baile, expresión corporal, carpintería, canto, música, psicología, relaciones humanas,
relaciones internacionales, idiomas, etc., ocupando en la actualidad un lugar destacado
las nuevas tecnologías que conforman un importante eje de interés para los adultos
mayores. Saber manejar el celular, la computadora o un programa para hacer videos se
convirtió en una necesidad para acortar la brecha tecnológica en una sociedad que les
hace sentir –y padecer– el desconocimiento de las herramientas digitales. En las distintas
universidades hay clases de informática, internet y celulares, diseño para no diseñadores
y fotografía digital.
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Gráfico 2.
45,000
40,634
40,086
40,000 38,967
36,466
34,032
35,000 33,873
31,661
Cantidad de inscriptos
30,486
30,000
25,861
25,000
20,000
16,220
15,000
9,622
10,000
5,000 3,075
0
2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019
Años
Fuente: Elaboración propia sobre la base de reseña del Programa UPAMI brindado con motivo del informe del
Barómetro de la Deuda Social con las Personas Mayores. Universidad Católica Argentina–Fundación Navarro Viola. Agosto 2018.
CONCLUSIONES
El Trabajo Social en el campo gerontológico, desde una perspectiva comunitaria, deberá
profundizar las relaciones y enlaces territoriales hasta ahora logrados, actuar en grupos
intra e inter–programas, apuntando a fortalecer la tarea de intercambio generacional y la
participación del entorno familiar a los efectos de llevar adelante las modificaciones que
se puntualizan en el presente trabajo.
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y la sociedad para su integración en todas ellas…” (Art. 8vo. de la Convención Interamericana de Protección de los
Derechos Humanos de las Personas Mayores OEA 2015. Ley 27.360/17 Parlamento Argentino: 7)
para su pleno ejercicio. Reafirmamos la necesidad de cambiar el enfoque subsidiario y asistencialista de las
políticas, por un enfoque de derechos que promueva la reducción de la desigualdad y la inequidad. El disfrute
pleno de nuestros derechos debe ser aquí y ahora…” (Documento de Ypacaraí. Cafasa, República del Paraguay,
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para responder a las necesidades de tipo sanitario y social de la persona mayor, con el objetivo de garantizar su
de Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores OEA 2015. Ley 27.360/17 Parlamento Argentino:)
REFERENCIAS
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org%2F2017%2F07%2F04%2Fdeclaracion-de-ypacaraipersonasmayores%2F&psig
=AOvVaw1Co6rWF731c_Pqq7h9GOAM&ust=1599926096761000&source=image
s&cd=vfe&ved=2ahUKEwiI7sqmu-HrAhUNCrkGHXBJAoIQr4kDegQIARAq
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del Servicio. Manual de formación para auxiliares. SEGG. Madrid. Editorial Médica
Panamericana.
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6.
RESUMEN
El presente trabajo se encuentra en el marco de la Tesis en desarrollo de la Maestría
en Intervención Social en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos
Aires. La propuesta de investigación aborda los procesos históricos de producción de
la desigualdad en Latinoamérica, donde ciertas vejeces quedan excluidas, negando su
participación en el proceso social. En la década del ‘70, con la instauración de dictaduras
militares, comienza la implementación de políticas neoliberales, generando una ruptura
en el entramado social intergeneracional y profundizando la desigualdad. En ese contexto
surgieron diversas experiencias comunitarias que encontraron en el Taller un espacio
colectivo de intervención social, como espacio político para la praxis transformadora hacia
procesos emancipatorios.
En este sentido, se propone analizar los procesos de construcción del Taller con
personas mayores como dispositivo de intervención social en contextos de desigualdad,
con el fin de contribuir al surgimiento de categorías conceptuales propias que sustenten
nuevas prácticas de intervención social desde un enfoque de derecho y decolonial, así
como la orientación de políticas públicas integrales destinadas al envejecimiento.
Palabras clave: Desigualdad, Procesos de envejecimiento y vejez, Perspectiva
Latinoamericana, Procesos grupales, Dispositivo de Intervención Social
ABSTRACT
Social intervention with older people in contexts of inequality. A study on the workshop as a device
This work plan is within the framework of the Master’s Thesis in Social Intervention under
development at the Faculty of Social Sciences of the University of Buenos Aires. The research
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proposal addresses the historical processes of inequality production in Latin America, where
certain old age are excluded, denying their participation in the social process. In the 70s, with
the establishment of military dictatorships, the implementation of neoliberal policies began,
generating a rupture in the intergenerational social fabric, deepening inequality. In this context,
various community experiences emerged that found in the Workshop a collective space of social
intervention, as a political space for the transforming praxis towards emancipatory processes.
In this sense, it is proposed to analyze the construction processes of the Workshop with
older people as a social intervention device in inequality contexts, in order to contribute to the
emergence of own conceptual categories that sustain new practices of social intervention from
a legal and decolonial perspective, as well as the orientation of comprehensive public policies
aimed at aging
Keywords: Inequality, Aging and Old Age Processes, Latin American Perspective, Group
Processes, Social Intervention Device
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo es elaborado en el marco de la Tesis en desarrollo de la Maestría en
Intervención Social de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires.
En el mismo se abordan los procesos de construcción del Taller con personas mayores
como dispositivo de intervención social en contextos de desigualdad.
En el análisis se considera una intervención social situada en un contexto latinoamericano,
caracterizado por la desigualdad como manifestación de la cuestión social. En este sentido,
se comienza analizando los procesos históricos, sociales y políticos de producción de la
desigualdad en América Latina. La cuestión social, desde la perspectiva latinoamericana,
surge en el momento de la colonización europea en América, donde la diferencia se
transformó en desigualdad (Carballeda, 2010). Estos procesos impusieron el pensamiento
eurocéntrico como legítimo para ver y entender el mundo, que establece la civilización
europea como superior. Se trata de procesos donde se construye un determinado orden
social que naturaliza las desigualdades en la vejez a partir de las diferencias en los
procesos de envejecimiento.
Esas clasificaciones y visiones del mundo atravesaron los procesos de formación del
Estado–Nación argentino, así como las políticas públicas que diseña e implementa. En la
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década del ‘70, con la instauración de dictaduras militares en América Latina, se implementan
políticas de corte neoliberal, que se profundizan en la década del ‘90. La instalación de la
lógica de mercado en el Estado impone un nuevo orden simbólico ordenador que se dirige
a un sujeto que sólo tiene derechos de “consumidor” y no como ciudadano. La subjetividad
neoliberal impone y legitima la mercantilización de las vejeces en un orden meritocrático,
que opera como base para el reconocimiento o negación de derechos.
Contexto en el que emergen problemáticas sociales complejas (Carballeda, 2010),
expresando procesos de exclusión y profundización de las desigualdades en las vejeces.
De manera que en estos procesos se produce una nueva fragmentación del lazo social
y del lazo social intergeneracional, donde los espacios de socialización y participación
social de las vejeces entran en crisis. En este sentido, resulta relevante reflexionar en torno
a las personas mayores como actores sociales en el proceso social, donde desarrollan
prácticas de resistencia frente a este contexto, poniendo en cuestión los sentidos y
prácticas hegemónicos.
A partir de este análisis se abordan los procesos de construcción del Taller con
personas mayores como dispositivo de intervención social. Se abren reflexiones
en torno a la construcción de un espacio–tiempo que, desde las prácticas y de
la propia voz de las personas mayores, se orienta hacia la generación de nuevos
espacios de socialización, así como de recomposición del lazo social y del lazo social
intergeneracional en particular.
Se trata de reflexiones sobre la construcción de un espacio–tiempo que abre las
condiciones de posibilidad de generación de procesos de deconstrucción de prácticas y
sentidos hegemónicos y de construcción de otras prácticas y sentidos en torno a la vejez,
contribuyendo a la desnaturalización de los estereotipos negativos en una construcción
colectiva y situada.
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que se califica al otro, estigmatizándolo como salvaje, atrasado. De manera que resulta un
término que jerarquiza y pondera un pueblo sobre otros. Así, la civilización se legitimará
por la estigmatización de su contrario.
Particularmente en Argentina, este pensamiento constituye una estructura de sentido que
va construyendo el relato hegemónico en la construcción de identidades nacionales, donde
las élites dirigentes se plantean alcanzar esa “civilización” asociada al “progreso”, frente a la
“barbarie” de los pueblos originarios, que son demonizados y asociados al “salvajismo”.
En este sentido, el relato nacional desde las clases dominantes construyó a los
pueblos originarios desde la imagen del bárbaro interior, que sustentó y legitimó la
exclusión y la eliminación física, cultural y simbólica de los pueblos originarios, en tanto
representaban la posibilidad de la amenaza al orden de las cosas, la amenaza de la
destrucción de los principios morales y culturales desde el seno mismo de la propia
sociedad. En estos procesos, ese otro es concebido como problema, en tanto “problema
indígena”, “inmigrante” o “negro” (Ansaldi, 1992). Se trata de una clasificación jerárquica
que naturaliza la desigualdad a partir de las diferencias.
Resulta relevante destacar que el mito de la civilización única y la barbarie original se
fue trasmitiendo por siglos y todavía continúa vigente. Stavenhagen plantea su vigencia
a través de diversas re–actualizaciones, mediante las que fue adquiriendo diversos
sentidos que, si bien en algunos momentos puede prevalecer uno u otro, se encuentran
interrelacionados. De esta manera, el mito refiere a la incapacidad de los pueblos
originarios, así como también a su inferioridad en términos de raza. Asimismo, desde una
visión esencialista de la cultura, se representa la “barbarie” en términos de una cultura
atrasada que implica un obstáculo para el progreso (Stavenhagen, 2010). Se construyó
así un relato donde toda diferenciación es percibida como negativa, y ciertas categorías
identitarias (aborígenes, negros, inmigrantes limítrofes) invisibilizadas en el proceso de
nacionalización (Mera y Vacotti, 2013).
Con la complejización de las sociedades y el proceso de consolidación del sistema
capitalista patriarcal, las re-actualizaciones del mito se complejizan y adquieren nuevos
sentidos. Esta estructura de pensamiento único, vinculada a la implementación de
formas capitalistas patriarcales, construyó la vejez en términos homogéneos y asociada a
estereotipos negativos como improductiva, pasiva, convirtiéndola en un obstáculo para el
progreso, y por lo tanto, naturalizando su expulsión de los medios productivos.
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niveles jerárquicos. Esta clasificación jerárquica opera como base para el reconocimiento
o negación de derechos, estableciendo quiénes pueden ser sujetos de derechos.
En la década del ‘70, con la instauración de dictaduras militares en América Latina,
se implementan políticas de corte neoliberal, que se profundizan en la década del ‘90.
En este contexto neoliberal se produce la caída del Estado–Nación como organizador
simbólico de la sociedad. La instalación de la lógica de mercado en el Estado impone
un nuevo orden simbólico que construye y legitima un sujeto que sólo tiene derechos de
“consumidor” y no como ciudadano.
Esta caída del Estado–Nación es la caída de toda narrativa de anclaje, modificando
el suelo de constitución subjetiva. Las formas de producción de la subjetividad se
inscriben en condiciones sociales y culturales específicas. Lo intersubjetivo circula en el
lazo social, se constituyen sentidos que a su vez fundamentan determinadas prácticas
como legítimas.
En las condiciones mencionadas, la subjetividad neoliberal impone y legitima la
mercantilización de las vejeces en un orden meritocrático. En un contexto de creciente
privatización del Estado se desmantela el sistema solidario de previsión social, imponiendo
el sentido meritocrático sobre el acceso a la jubilación.
De manera que en estos procesos se produce entonces una fragmentación del
lazo social, que asimismo implica una fragmentación del lazo social intergeneracional,
produciendo una mirada individualista y mercantilista de la vejez. Esto implica que no
se trata de un sujeto constituido alrededor de un sistema compartido, sino de un sujeto
que se define a partir de sí mismo, un sujeto fragmentado, despojado del lazo social.
Al perder su poder de enunciación, aparece como desinvestido de sentido, como lugar
simbólicamente destituido, generando una imposibilidad de instalar alguna condición
subjetiva de posibilidades. Es decir que, a la imposición de retirarse del mercado de
trabajo, es expulsado asimismo del acceso a la jubilación mediante la fragmentación
institucional del sistema solidario de previsión social, fragmentando asimismo el lazo
social intergeneracional.
Se trata entonces de un contexto donde emergen nuevas manifestaciones de la
cuestión social caracterizadas por la complejidad. Así se expresan situaciones atravesadas
por una multiplicidad de problemáticas, produciendo la expulsión de las personas
mayores de diversos espacios de participación social. Se configuran así procesos que
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los procesos de transformación social. Entendiendo, de acuerdo con Matus, que en tanto
actores sociales son productores de cambio “que procesan o ignoran las teorías que se les
ofrecen para entender la realidad que habitan, los que crean visiones diferenciadas” (Matus,
citado en García Godoy, 2016:1).
En virtud de estas reflexiones, es posible considerar a las personas mayores como
sujetos producidos, pero también productores de la sociedad. Garretón plantea en el
análisis de la constitución de actores que su conformación e interacción y los procesos
socio–políticos son vistos como creaciones históricas de esos actores y no como
resultantes ineluctables de factores o fenómenos estructurales de los que los actores
son simples portadores o reproductores (Garretón, 2001). De manera que las personas
mayores no son meros reflejos de la estructura social, sino que dentro de la diversidad en
los procesos de envejecimiento participan en su producción.
A partir de estas reflexiones se abordan los procesos de intervención social con
personas mayores desde la perspectiva histórica, que permite la construcción de estrategias
de intervención social, tanto en relación con los procesos de producción de la desigualdad
como en relación con las prácticas de resistencia y participación social de las personas
mayores.
126
COMUNIDAD Y TERRITORIO
que despliegan las personas mayores frente a estas desigualdades, desde las cuales se
abren nuevos procesos en la construcción de intervenciones sociales.
Al respecto, en los procesos de intervención profesional subyacen formas de pensar
y ver el mundo, se fundamentan en epistemologías desde las cuales se comprende
y explica a la sociedad y los sujetos, y a partir de las cuales se interviene en la realidad
para transformarla. Considerando, asimismo, en los procesos de intervención, la relación
dialéctica entre la teoría y la práctica, mediante la cual se establece un diálogo permanente
entre ambas en la comprensión y acción sobre la realidad. En este sentido, De Sousa plantea
que en el contexto actual se produce una relación fantasmal entre la teoría y la práctica, en
tanto “se ha propuesto una serie de alternativas con sujetos históricos conocidos, pero
realmente quienes han producido cambios progresistas, en los tiempos más recientes, han
sido precisamente grupos sociales totalmente invisibles para la teoría eurocéntrica, esto es,
las mujeres, los indígenas, los campesinos, los gays y lesbianas, los desempleados. Así, se
ha negado el proceso histórico a un conjunto de gente, de actores” (De Sousa, 2011:15).
Reflexionando sobre este planteo, es posible considerar inscripta, dentro de estos
grupos sociales invisibles para la teoría eurocéntrica, la desigualdad en las vejeces. Es
decir, las personas mayores como sujetos que quedan negados en su participación en
la producción, reproducción y transformación de la sociedad. En este sentido, quedan
invisibilizados como sujetos históricos sociales y, por lo tanto, para la construcción de
alternativas. Es posible considerar entonces, en los procesos de intervención profesional,
los aportes de la teoría decolonial que permitan reflexionar, recuperar otras formas de ver
y pensar el mundo que se orienten a visibilizar estos distintos procesos de envejecimiento.
Aportando de esta manera a la problematización y desnaturalización de estas clasificaciones
jerárquicas eurocéntricas que imponen una única vejez como válida, donde, en el mismo
movimiento, otras vejeces son responsabilizadas, invisibilizadas o expulsadas del proceso
social. Así, los aportes de las teorías decoloniales nos invitan a pensar la construcción
colectiva de procesos de intervención social que visibilicen, recuperen la voz y participación
de las personas mayores en la construcción de otros sentidos, hacia transformación
de las desigualdades. Siguiendo a De Sousa: “Las Epistemologías del Sur reflexionan
creativamente sobre esta realidad para ofrecer un diagnóstico crítico del presente que,
obviamente, tiene como su elemento constitutivo la posibilidad de reconstruir, formular y
legitimar alternativas para una sociedad más justa y libre” (De Sousa, 2011:14).
127
COMUNIDAD Y TERRITORIO
Desde el Trabajo Social, el Taller surge en los países de América Latina en la década del
‘70 en el marco de la reconceptualización, donde es incorporado en la formación profesional
(Robles, 2008). También en este contexto surgieron experiencias que encontraban en
el Taller un espacio colectivo de intervención social, principalmente sustentadas desde
la perspectiva de educación popular que plantea Freire (Ghiso, 1999). Desde esta
perspectiva, el Taller se propone como un proceso de práctica, reflexión y construcción
colectiva, un espacio político para la praxis transformadora hacia procesos colectivos
emancipatorios a partir de un diálogo que busca romper las jerarquías que reproducen
las posiciones dominantes (Freire, 2001). Es posible considerar que estas experiencias
surgieron como una resistencia latinoamericana orientada hacia la deconstrucción de ese
pensamiento hegemónico que produce y reproduce la desigualdad. Así, en el Taller se
integran varios de los postulados rectores del Trabajo Social, como la participación activa,
solidaridad, libertad creadora y autodeterminación. El Taller puede ser concebido como
espacio político de profundización, problematización, cuestionamiento y transformación
(Robles, 2008; Nuñez, 1996; Barros, 1977).
El Taller, como dispositivo de intervención social, conforma una red de relaciones entre
lo verbal y lo no verbal, lo dicho y lo no dicho, los discursos y las prácticas. Como plantea
Carballeda (2010), el escenario de intervención es donde confluyen esos componentes
y allí se hace presente la intervención como dispositivo. Se configura como un conjunto
capaz de ser transformado y reordenado, donde la intervención social puede ser una forma
de construcción de órdenes diferentes. De manera que es posible pensar la intervención
social en términos de deconstrucción de la desigualdad, “donde “ntervención” también
implica la posibilidad de transformación, de despejar las ataduras de la injusticia en la
que se ven sumergidos nuestros países” (Carballeda, 2010:59). Los escenarios actuales,
caracterizados por nuevas formas de implementación de políticas neoliberales que
producen y profundizan nuevas formas de exclusión, tensionan los espacios donde se
desarrollan los procesos de intervención social. Asimismo, los procesos de envejecimiento
no se encuentran aislados, sino que se inscriben en procesos históricos, sociales y políticos
más amplios. Es por esto que en los procesos de construcción de la intervención social
resulta relevante abordar las expresiones de los procesos macro en el nivel de lo micro,
que permitan tomar en cuenta las tensiones presentes en los espacios de intervención
social, en virtud de lo cual resulta necesario abordar estos procesos en el análisis orientado
128
COMUNIDAD Y TERRITORIO
REFLEXIONES FINALES
Reflexionar sobre los procesos de construcción del Taller con personas mayores como
dispositivo de intervención social en contextos de desigualdad, implica considerar una
intervención situada en el contexto latinoamericano, por lo cual resulta relevante abordar
en el análisis los procesos sociales, políticos, económicos e históricos de producción de la
desigualdad en América. A partir de este análisis es posible considerar las construcciones
129
COMUNIDAD Y TERRITORIO
130
COMUNIDAD Y TERRITORIO
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131
COMUNIDAD Y TERRITORIO
132
CAPÍTULO III
CUIDADOS
Y VÍNCULO
COMUNITARIO
7.
RESUMEN
Introducción: Es un hecho que en esta última década la población está envejeciendo,
y la necesidad de cuidados a largo plazo es imprescindible y a la vez un desafío por la
escasez de recursos destinados al cuidado en los países latinoamericanos; se agrega a
ello que no existen políticas claras que protejan los Derechos Humanos de las personas
mayores, acorde a la Convención Interamericana de Derechos.
Objetivo: Conocer los problemas éticos que se presentan en los cuidados del adulto
mayor en la comunidad.
Metodología: El presente estudio realizó una revisión bibliográfica de estos últimos 5
años en las bases de datos Web of Science, Scopus, Scielo, Academic Search Ultimate,
Fuente Académica Plus y MEDLINE Complete.
Resultados: Los temas que emergen de la presente revisión son: cuidados informales,
fragilidad en la vejez, respeto a la autonomía y consentimiento informado en salud.
El cuidado del adulto mayor en la comunidad constituye un entorno idóneo para una
atención de calidad y acorde a sus necesidades. No obstante, esto no está desprovisto
de riesgos éticos que deben considerarse al atender a esta población, como son la falta
de capacitación a los cuidadores informales, la estigmatización de la vejez, respeto por la
autonomía y entrega de cuidados acordes a sus valores y preferencias.
Conclusiones: En la revisión se observa una brecha de conocimiento en los derechos
del adulto mayor, falta de capacitación a los cuidadores y profesionales de la salud en
materia de autonomía. El cuidar a los adultos mayores en la comunidad involucra una serie
de aspectos requeridos para mantener su calidad de vida. Las personas mayores requieren
involucrarse activamente en el proceso de toma de decisiones en materia de salud.
Palabras clave: Derechos Humanos; Autonomía Personal; estigma social; cuidado en
el hogar de adopción; educación; atención ambulatoria.
134
CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
ABSTRACT
Introduction: It is a fact that in the last decade the population is aging. The need for long-term
care is both essential and a challenge due to the scarcity of resources allocated to care in Latin
American countries. Additionally, there are no clear policies to protect the human rights of the elderly,
in accordance with the Inter-American Convention on Human Rights.
Objective: To understand the ethical problems that arise for the care of the elderly in the
community.
Methodology: The present study conducted a systematic review of the last 5 years in Web
of Science, Scopus, Scielo, Academic Search Ultimate, Fuente Académica Plus and MEDLINE
Complete.
Results: The themes that emerged from this review were informal care, frailty in old age,
respect for autonomy and informed consent in health care. Ideally, the elderly benefit from being
in a community which cares for their needs. However, this brings ethical risks due to a scarcity of
training for informal caregivers, stigmatization of old age, insufficient respect for personal autonomy
according to their values and preferences, and the delivery of care. All of these problems must be
understood when caring for this population.
Conclusions: The review detected a knowledge gap about the rights of the elderly; a lack of
training for caregivers and health professionals in the area of personal autonomy. Caring for the
elderly in the community involves ethical aspects that need consideration in order to maintain the
quality of life. Older people need to be actively involved in the health decision-making process.
Keywords: Human Rights; Personal Autonomy; Social Stigma; Foster Home Care; education;
Ambulatory Care
1. INTRODUCCIÓN
En los últimos años se ha avanzado significativamente en materia del reconocimiento
de los derechos del adulto mayor. Unos de los principales hitos ha sido la Convención
Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las personas mayores
(2017): esta tiene como principal premisa que las personas mayores tienen los mismos
Derechos Humanos y libertades fundamentales que otras personas, y que cada una,
en la medida que envejece, debe seguir disfrutando de una vida plena e independiente,
reconociendo sus valiosas contribuciones actuales y potenciales a sus comunidades, sin
135
CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
2. DESARROLLO
Se realizó una revisión sistemática mixta de carácter narrativo que incluyó un total de 62
artículos publicados entre el año 2015 al 2020. La revisión se realizó en las siguientes bases
136
CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
de datos: Web of Science, Scopus, Scielo, Academic Search Ultimate, Fuente Académica
Plus y MEDLINE Complete. En la búsqueda se utilizaron los siguientes descriptores y sus
combinaciones: ética y adulto mayor; aspectos éticos y personas mayores; autonomía y
persona mayor; consentimiento informado y adulto mayor. De igual modo, se usaron los
siguientes descriptores en inglés: (elderly or aged or older or elder or geriatric or elderly
people or old people or old people or senior) AND (frail elderly) AND (community health)
AND (autonomy) AND (stigma or discrimination).
Seleccionados los artículos se organizaron por dos criterios: temáticas y metodología
utilizada, como se presentan en la tabla (Ver tabla 1).
Tabla 1:
Respeto a la autonomía y
11 11 22
Consentimiento informado en salud
137
CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
138
CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
Otro aspecto que emerge como tema en los artículos revisados es el estigma asociado
a la vejez, que es una de las múltiples concepciones equivocadas que existen respecto
al envejecimiento, y está dado en parte por los estereotipos culturales sobre las personas
mayores.
Algunos autores observaron que los estereotipos negativos de la vejez se desarrollan
en edades muy tempranas y que están muy extendidos en la mayoría de los países, lo que
puede desencadenar una violación sistemática de los derechos de las personas mayores
(Fernández-Ballesteros, Olmos, Pérez–Ortiz y Sánchez–Izquierdo, 2020; Cortes et al., 2018).
Es muy importante identificar toda creencia estigmatizante tanto en la población
general como entre los propios adultos mayores, con el fin de resguardar sus derechos y
prevenir la discriminación.
Algunas de las creencias sobre la vejez que poseen los adultos mayores son
compartidas por otros miembros de la comunidad, lo que muestra que se ha convertido en
parte del imaginario social. Abreu, Noriega y Pérez (2020), refieren que estos estereotipos
configuran una representación negativa de esta etapa de la vida, enfocada en la
culminación del desarrollo y la inactividad, lo que trae como consecuencia inadecuados
procesos auto–valorativos como el autoconcepto y la autoestima en los adultos mayores.
Es necesario identificar las creencias equivocadas que se atribuyen a la tercera y cuarta
edad con el fin de fomentar la autonomía y respetar los derechos de las personas mayores.
Se han descrito grupos de adultos mayores con características de vulnerabilidad, que
se encuentran en desventaja en relación a las creencias negativas que mantienen sobre
el envejecer. Un estudio realizado por Muñoz (2015) observó que en los adultos mayores
institucionalizados, por ejemplo, la autopercepción negativa de sí mismo como un ente
de menor valor social es un aspecto que se intensifica. De igual modo, Volkert et al., (2017)
menciona que los prejuicios y el estigma se intensifican en los adultos mayores incluso a la
subutilización de los servicios de salud mental; en otras palabras, el estigma puede exacerbar
la ausencia del patrón de conducta de búsqueda de salud en los adultos mayores.
Se ha establecido un claro vínculo entre envejecer y los efectos negativos para la salud
de los adultos mayores. De acuerdo a Chang et al., (2020), estos efectos perjudiciales
se han venido produciendo simultáneamente a nivel estructural e individual en los cinco
continentes, en donde el envejecimiento predice un empeoramiento significativo del nivel
de salud.
139
CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
140
CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
141
CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
profesar libremente una religión dentro de una residencia para adultos mayores. El principio
de autonomía grupal es fundamental al momento de trabajar con diferentes comunidades
de adultos mayores, especialmente en el ámbito de la promoción de la salud.
La salud del adulto mayor y la participación social se encuentran estrechamente
relacionadas. Según Godwin et al., (2015), se consideran ancianos sanos aquellas
personas mayores de 80 años que viven de forma independiente y que participan en el
tejido social de la sociedad. Si bien la participación social es importante cuando ésta es
forzada, existe la posibilidad de que ejerza influencias perjudiciales en la salud mental. En
consecuencia, el respeto por la autonomía del individuo promueve la participación social y
la salud mental (Tomioka, Kurumatani y Hosoi, 2017). Mediante el respeto de la autonomía
se está actuando en concordancia con las preferencias de la persona, a la vez que se
refuerzan sus capacidades en materia de la toma de decisiones en salud.
En la revisión de la literatura se evidencia que a medida que el adulto mayor pierde
su capacidad funcional va disminuyendo su autonomía, especialmente en enfermedades
mentales como el Alzheimer. Aún en estos casos, se sugiere que se mantenga el respeto
de sus derechos y dignidad como ser humano y se capacite al cuidador. Los adultos
mayores deben mantener su autonomía hasta cuando sea posible, preservando sus
preferencias y valores (Zúñiga y Casas, 2017). La autonomía es, por ende, un Derecho
Humano fundamental y transversal para todo adulto mayor, que debe promoverse sin
importar el nivel de discapacidad que presente.
En toda comunidad, los roles sociales son un aspecto importante a considerar, lo cual
incluye a las personas mayores. En este contexto, es clave que las personas mayores
mantengan un rol social activo y que se respete su autonomía, siendo ambas condiciones
esenciales para mantener una buena calidad de vida (Poblete y Piña, 2019). Algunos
estudios señalan que si los adultos mayores presentan un rol importante en la familia,
como cuidador de nietos e hijos, mantienen mayor autonomía, presentan mejor salud
física, a diferencia de aquellos que no realizan actividades de cuidadores, quienes tienen
mayor dependencia y depresión (Rubio et al., 2015). Básicamente, el desempeño de un
rol social activo promueve la calidad de vida de las personas mayores.
Es relevante tener en consideración el papel que cumplen los cuidadores informales de
adultos mayores dependientes en las comunidades. Según los autores López, Castellanos
y Muñoz (2016), los cuidados en el hogar revelan aspectos positivos en relación al respeto
142
CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
de la autonomía, ya que las cuidadoras, con sus cuidados intuitivos y populares mantienen
los valores, creencias y preferencias del adulto mayor. Esto permite preservar aspectos
propios de la personalidad del adulto mayor y, por ende, de su individualidad y autonomía.
La vejez muestra una relación estrecha entre la autonomía e interdependencia, la que
no va en relación con los cambios en políticas sociales y apoyo a los cuidadores (Cerri,
2015). Esto significa que las políticas públicas no se están adaptando al ritmo requerido,
que en el fondo permitiría proporcionar el apoyo necesario a los adultos mayores que lo
necesiten, al igual que sus familias.
Algunos autores sostienen que existe una estrecha relación entre la pérdida de
autovalencia y la aceptación del envejecimiento. La aceptación del envejecimiento se
asocia a aceptar la pérdida de autonomía, sobre todo considerando que esta aceptación
puede ser importante para las personas mayores que tienen una discapacidad física y
varias restricciones en su vida diaria. No obstante, para los ancianos más jóvenes, la
aceptación del envejecimiento se asocia a depresión (Fukase, Murayama y Tagaya,
2018). En resumen, la aceptación del envejecimiento puede variar dependiendo de varios
factores como la edad del adulto mayor y su nivel de discapacidad, siendo en ambos
casos un proceso complejo.
El apoyo es muy importante para todo adulto mayor residente en la comunidad.
Como se señala en la revisión bibliográfica, algunas de estas nuevas posibilidades son las
Cohousing o “viviendas colaborativas” que les generan mayor autonomía, ayuda mutua
a la vez participación social; por otro lado, el apoyo en el hogar se puede dar al cuidador
como al adulto mayor a través de la teleasistencia (Sánchez y Domenech, 2015; Torío,
2018). La asistencia remota adquiere relevancia en estos días debido a la contingencia
sanitaria del COVID–19 a nivel mundial.
Una temática importante en relación con el ejercicio de la autonomía en salud es
el uso del Consentimiento Informado en el adulto mayor residente en la comunidad.
Lamentablemente, está el estigma de asociar la vejez con discapacidad y enfermedad,
por lo que en muchos casos la autodeterminación en salud en el adulto mayor no es
respetada (Riveros y Barcia, 2015). Es muy importante velar por el respeto de la autonomía
de las personas mayores a través del Consentimiento Informado en materia de salud.
No proporcionar Consentimiento Informado a los pacientes adultos mayores es una
violación de sus Derechos Humanos y legales, lo cual socava su autonomía. Ante la falta
143
CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
144
CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
145
CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
detectada y tratada oportunamente para mejorar el nivel de salud, tanto del cuidador
como de la persona mayor cuidada.
En este contexto se debe considerar al adulto mayor y el cuidador como una
díada, a modo de abordar expresamente las necesidades del cuidador y así estructurar
un plan de atención integral que reconozca su rol, así como los apoyos requeridos.
Este soporte está dado por programas de apoyo, los cuales deben considerar la
bidireccionalidad, puesto que su principal objetivo es ayudar tanto al cuidador a
cuidarse así como ayudar a cuidar mejor al adulto mayor dependiente. El soporte
debe provenir de los profesionales de la salud, la comunidad local, las autoridades y
los voluntarios (Pauley et al., 2018; Agulló, Zorrilla y Gómez, 2018; Brzezniak, Wolinska
y Mroczek, 2020). La relación establecida entre cuidador y persona cuidada es
dinámica y compleja, por lo que el apoyo social y profesional debe considerar esta
particularidad para así tener un impacto positivo en la calidad de vida de las personas
involucradas.
Una realidad emergente en materia del cuidado del adulto mayor dependiente
son los cuidadores de edad avanzada. La mayoría de estos cuidadores son mujeres,
sin apoyo familiar, con un vínculo sentimental con la persona cuidada, quienes
demandan principalmente ayuda para el cuidado de sí mismo/a, en términos de baño
y aseo, para las actividades de la casa, así como para realizar las labores del cuidado
(Ramírez–Pereira et al., 2018; Muñoz, Cordeiro, Carvalho y Postigo, 2018). La edad
avanzada constituye un factor de riesgo adicional para los cuidadores, puesto que a
las necesidades generales de todo cuidador se suman las propias de la etapa de la
vida en la que se encuentran.
Mención especial en los estudios revisados son los cuidadores de los adultos
mayores con demencia, por el motivo que presentan una serie de requerimientos
específicos, que van desde el diagnóstico en las primeras etapas de la demencia
hasta la creación de un espacio de escucha y acogida (Torres y Kovács, 2020). Las
personas con demencia presentan ciertas necesidades específicas relacionadas a su
condición, entre las que destaca el deterioro cognitivo y cambios de conducta, lo cual
incrementa la necesidad de apoyo de estos cuidadores.
146
CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
En los estudios revisados emerge una serie de propuestas, tales como capacitar
al cuidador en una escuela de cuidadores acerca de los cambios psicológicos de la
personalidad, dificultades en la autovalencia y la aparición frecuente de enfermedades
en estos adultos mayores, lo que ha demostrado beneficios como disminución de la
percepción de sobrecarga en la carga de cuidado (Lara et al., 2019; Barreto-Zorza et al.,
2017). Los programas formales de capacitación son muy relevantes, porque permitirían
sistematizar y estandarizar los procesos de enseñanza y aprendizaje de los cuidadores
de adultos mayores.
De igual modo, las intervenciones grupales son una instancia de soporte para cuidadores/
as, como los grupos de ayuda mutua (GAM), actividad que puede ser presencial o por
internet y se constituyen en una iniciativa comunitaria efectiva de asistencia mutua y apoyo
activo y continuo a los cuidadores informales, que inciden en la mejora de su bienestar
(Ribeiro et al., 2017; Parra–Vidales et al., 2017). Las instancias de apoyo grupal son una
instancia de fomentar la autonomía y el empoderamiento de los cuidadores, especialmente
en los aspectos relativos a su propia salud y la de las personas mayores bajo su cuidado.
CONCLUSIONES
Los derechos del adulto mayor han sido ampliamente definidos en las convenciones
internacionales a las que múltiples países latinoamericanos se han suscrito. No obstante,
como sociedad se perpetúa la brecha en cuanto al respeto de los aspectos éticos básicos
como la autonomía y el respeto a los valores y preferencias de las personas mayores
en salud, debiendo establecer criterios claros respecto de dónde termina el derecho a
la autonomía y dónde comienza la necesidad de apoyo, para lo cual se necesitan más
estudios que profundicen en este ámbito.
Se evidencia una brecha en materia de educación sobre los derechos del adulto mayor
y su importancia, en las investigaciones revisadas. En este sentido, se requieren mayores
trabajos que aborden el marco legislativo y ético en Latinoamérica en esta área, con el fin
de dimensionar su relevancia y orientar las intervenciones tanto en los profesionales de
salud como en los cuidadores informales.
La capacitación de los profesionales de la salud es importante porque ejercen un rol
de modelo y, por ende, son vistos como figuras de autoridad y tienen la responsabilidad
147
CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
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CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
154
8.
RESUMEN
Los adultos mayores son cuidadores de adultos mayores. En este trabajo se utilizó el
paradigma del socioconstruccionismo como acercamiento para conocer la interacción
y las acciones que se reproducen en la relación de una persona adulta mayor como
cuidadora de otra persona adulta mayor. La investigación realizada fue cualitativa con
diseño fenomenológico. El objetivo fue conocer el significado que tiene para un adulto
mayor ser cuidador(a) de otro adulto mayor. La edad promedio del cuidador fue de
67 años, mientras que de la persona cuidada fue 79 años. Todos los cuidadores que
participaron residían en Puerto Rico. Los motivos para ser cuidador fueron: amor, deber
moral, creencias del cuidador y único familiar disponible. Los cuidadores no recibían paga
por sus servicios. Se establecen varias recomendaciones a la luz de los hallazgos de la
investigación, voces de otros cuidadores y la experiencia profesional de la investigadora.
Se establece la necesidad de crear programas y servicios dirigidos al desarrollo de
competencia, sensibilidad y humildad cultural para quien cuida. Se concluye la necesidad
de visibilizar las aportaciones de los adultos mayores cuidadores de adultos mayores e
integrar esfuerzos intergeneracionales.
Palabras clave: adultos mayores, cuidadores, envejecimiento, fenomenología,
Puerto Rico
ABSTRACT
Older adults are caregivers of older adults. In this paper, the paradigm socioconstructionism was
used as an approach to know the interaction and actions that are reproduced in the relationship
of elderly person as caregiver for another elderly person. The research was qualitative with
phenomenological design. The objective is to know what it means, for an older adult, to be a
caregiver for another older adult. The average age of the caregiver was 67 years; the person cared
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CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
was 79 years. All caregivers who participated reside in Puerto Rico. The reasons for being a caregiver
were: love, moral duty, caregiver’s belief, and the only family member available. Caregivers were
not paid for services. Few recommendations are made using the voices of caregivers, research
findings and the researcher’s professional experience. Create services and educational programs
are necessary. We need develop competence, sensibility, and cultural humility for all people who
care older adults. It is importance to make visible the contributions of the elderly, specially olders
adults who are caregivers; and integrate intergenerational efforts is concluded.
Keywords: older adults, caregivers, aging, phenomenology, Puerto Rico
INTRODUCCIÓN
En Puerto Rico, la ley 121 de 1 de agosto de 2019 establece el uso del término adulto
mayor para referirse a una persona con una edad cronológica de 60 años o más. Se estima
que 1 de cada 4 personas en Puerto Rico son adultos mayores. Así como aumenta la
expectativa de vida y longevidad de la población aumenta la incidencia de condiciones de
salud que podrán resultar en mayor dependencia de las personas. Aunque las situaciones
de dependencia existen en todos los grupos de edad, se constata que su incidencia es
más considerable entre las personas de edad mayor (Pérez, Varela, Martínez & Musitu,
2012). Sin embargo, también es real que la mayoría de quienes cuidan a adultos mayores
son adultos mayores activos en la fuerza laboral o que ejercen otras funciones en su hogar.
La mayoría de los cuidados a adultos mayores son ofrecidos por familiares, parejas
y amigos, quienes no reciben paga por su asistencia. Los servicios de apoyo que ofrecen
los y las cuidadores(as), en su mayoría, van dirigidos a la atención de las actividades del
diario vivir (ADL, por sus siglas en inglés) e instrumentales del diario vivir (IADL, por sus
siglas en inglés). Las ADL son las actividades diarias que se realizan, y estas son: bañarse,
vestirse, uso del baño, cuidado oral, alimentarse, transferirse y continencia. Mientras que
IADL es el índice que se utiliza para medir la habilidad y grado de independencia de una
persona en funciones como ir de compras, preparar alimentos, usar el teléfono, realizar
quehaceres del hogar, lavandería, tomar los medicamentos, transportación y manejo de
las finanzas.
La actividad de cuidar no tiene edad y requiere de mucho compromiso, compromiso
tanto con quien se cuida como con uno mismo para cuidarse y no desgastarse.Los
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CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
cuidadores poseen múltiples tareas que, unido a la cantidad de tiempo que invierte en ser
cuidador, así como la labor realizada, pueden provocarles cansancio, irritabilidad, pérdida
de autoestima, desgaste físico, entre otros (Santiago–Orria, 2019).
Los motivos para ser cuidador se dan en función de tres categorías, estas son: no
le queda otro remedio, por un deber moral y por las creencias del cuidador (Pérez, et al.,
2012). Los costes sociales, psicológicos y económicos de ser cuidador y el aumento en
la cantidad de adultos mayores fueron la razón principal que motivaron a realizar esta
investigación. El desempeño de un adulto mayor en funciones de cuidador exige de éste
una entrega para la cual sus capacidades también están envejecidas y donde pudieran
estar presentes limitaciones, dificultades o enfermedades (Baster–Moro, 2012).
Para efectos de este artículo, se presentan los hallazgos sobre el significado que tiene
para adultos mayores ser cuidadores de otros adultos mayores. Los hallazgos responden
a un estudio más extenso titulado “Significado, experiencias, fortalezas y necesidades para
una persona de edad avanzada como cuidador(a) de otra persona de edad avanzada”,
investigación subvencionada con fondos del Programa Institucional para el Fomento de
la Investigación (PIFI) 2016–17, Universidad del Este del Sistema Universitario Ana G.
Méndez en Puerto Rico.
En Puerto Rico, al momento de hacer este estudio, fueron pocos los estudios que
se encontraron que fueran dirigidos a cuidadores de adultos mayores que fueran adultos
mayores. La literatura disponible está mayormente dirigida al cuidador de personas con
demencias o el cuidador general, sin establecer la edad del cuidador como criterio. El
cuidado de una persona con demencia es un gran problema de salud, pero debemos
reconocer que no todos los adultos mayores que reciben cuidados tienen demencia.
En este artículo discutiré el siguiente objetivo: conocer el significado que tiene para un
adulto mayor ser cuidador(a) de otro adulto mayor.
MARCO TEÓRICO
En esta investigación se utilizó el paradigma del socioconstruccionismo como acercamiento
para conocer la interacción y las acciones que se reproducen en la relación de una
persona adulta mayor como cuidadora de otra persona adulta mayor. Kisnerman (2005)
plantea que la realidad se construye en un contexto que se expresa a través de ideas,
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CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
158
CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
creadas antes de hacer las entrevistas, tomando como punto de partida la guía de
preguntas, así como los temas que interesan a la investigadora (Lucca–Irrizarry & Berríos–
Rivera, 2009). Otras emergieron de la información ofrecida por los y las participantes.
Las categorías de análisis de la investigación fueron las siguientes:
1 .Adulto mayor cuidador de adulto mayor
1.1 Significado
1.1.1 Motivos para cuidar
1.1.2 Importancia de que otros conozcan que son cuidadores
1.1.3 Repercusiones de la labor de cuidado
1.1.4 Personas importantes en la vida del cuidador
2. Requerimientos para cuidar a adultos mayores
2.1 Identificación de competencias
Esta investigación recibió la aprobación del Institutional Review Board del Sistema
Universitario Ana G. Méndez de Puerto Rico con número de protocolo 02–277–16.
HALLAZGOS
Un total de siete personas participaron en el estudio, y de estas, seis eran mujeres.
Esto concurre con los hallazgos de otras investigaciones que establecen que el mayor
porcentaje de personas cuidadoras en la actualidad son mujeres (Pérez et al., 2012). De
igual importancia, se encontró que la mayoría de las personas cuidadas eran hombres.
Todas las personas entrevistadas poseen un nivel educativo igual o superior al cuarto año
de escuela superior. Esto contrasta con los hallazgos de otras investigaciones, donde
establecen que más de la mitad de los cuidadores(as) tienen estudios primarios o no
tienen estudios (Pérez et al., 2012).
La edad promedio del cuidador fue de 67 años, mientras que la de la persona cuidada
fue 79 años. La mayoría de los adultos mayores cuidados tenían como diagnóstico
Parkinson y Alzheimer. Las cuidadoras adultas mayores en su mayoría fueron la pareja;
sin embargo, en algunos casos el cuidador fue el hijo, hermano y amigo.
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CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
estar retirado y disfrutar más de las cosas… pero según más va avanzando la enfermedad más dependencia él
“Bueno, una entrega porque de verdad es algo con lo que yo no contaba. Porque yo me visualizaba que
después de los 62 años, yo iba a estar disfrutando de la vida, haciendo lo que me gustaba y, todo lo contrario, o sea,
ahora mi vida depende de atenderlo a él. Estar pendiente de él, de manejarle, llevarlo a los sitios, y pues los negocios
que antes él lo manejaba, pues ahora yo tengo que estar pendiente de todo eso, para mi significa un sacrificio bien
grande, y algo con lo que realmente yo no pensaba que en esta etapa de mi vida yo iba a estar”. (S2)
De igual manera, el ser cuidador afecta e influye de manera directa al que recibe tales
cuidados, tal es el caso de una entrevistada que expresa:
“Es algo bien fundamental y bien indispensable porque usted puede, por que uno puede ayudar a la calidad de
vida de esa persona y a mantener un ánimo y una visión positiva, independientemente de las limitaciones que le
K. Batthyany, N. Genta & V. Perotta (2013) indicaron que “el cuidado proporciona tanto
subsistencia como bienestar y desarrollo”. Asimismo, reiteran la necesidad de conservar
las capacidades y la promoción de autonomía en el adulto de edad avanzada: deben ser
el objetivo principal dentro de los cuidados.
De igual importancia, otra entrevistada refiere que ser cuidador es una oportunidad
de aprendizaje:
“He aprendido muchísimo en este caminar porque lógicamente al venir su diagnóstico de Alzheimer, yo he tenido
que meterme en los papeles, he tenido que estudiarlos; obviamente como soy académica, mi acercamiento es
distinto, yo trato de aprender lo más que puedo en todos los aspectos relacionados con la enfermedad para ser
más efectiva con ella, o sea, que es una oportunidad de aprendizaje también”. (S6).
160
CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
“Pues ha significado mucho en mi caso, porque es mi esposo. Y entonces pues el yo poderlo asistir, cuidarlo,
para mí eso es un significado bien grande. Porque pues es mi compañero, es mi compañero y creo que es
mi obligación de hacerlo, para mi ese es el significado más grande… el yo poderlo asistir como tú dices y
el cuidarlo”. (S1)
“Bueno, tiene significado porque es una persona que… con la cual he compartido mi vida, es mi
esposo. Para mí no es una carga porque siento que si es mi compañero y en estos momentos atraviesa una
Los hallazgos aquí presentados concurren con lo planteado por Pérez et al.,
(2012), quienes refieren que la satisfacción es un elemento que interviene en la
emotividad del cuidador, esto porque el cariño y el amor también les llevan a luchar
por alguien a quien se quiere. En estos casos, el cuidado, a pesar de representar
un enorme esfuerzo vital, satisface y hace a las personas cuidadoras sentirse bien
consigo mismas.
En el aspecto sobre qué motivó a la persona a ser cuidador, la mayoría de las personas
entrevistadas refieren como razón que es una obligación o deber.
“Volvemos a lo mismo, es mi esposo y al ser mi esposo pues es mi obligación, como esposa, de estar con él
“Bueno, porque es mi pareja, ha sido mi esposo por ya 48 años. Ajá, fue un buen padre, buen proveedor,
“Soy su única hermana y lo hago con gusto, su único familiar ponle”. (S3)
“No hay más alternativas, soy su única hija. Cuando papi muere, ella se queda sola y ella es dependiente,
ella es bien dependiente, ella papi la tenía como una nena linda, la cuidaba”. (S6)
Otra de las entrevistadas nos indica que el amor y el cariño hacia el adulto mayor
es lo que la motiva a ser su cuidadora: “Bueno, pues, lo mismo, el afecto y cariño que
le tengo como mi compañero, mi esposo”. (S5)
“Sí, pues para, porque, por ejemplo, en diferente partes o cosas tú tienes diferentes tareas, pero no es lo
mismo cuando estás cargado porque ya tienes una tarea en la casa y cuando está en la calle son dos tareas
las que tengas, las que participes, tú sabes. Es importante que se sepa, consideración y consideración para
el paciente, consideración para el cuidador que te den información, que te den información que más te puedo
161
CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
Además, una de las personas indica que es importante que otros sepan que son
cuidadores porque es una forma de empatía: “Este pues, porque uno encuentra empatía
cuando tú hablas con las personas, y pues porque a lo mejor te admiran, te entienden
cuando tú estás pasando un coraje, una situación, una dificultad, pues encuentras el
apoyo, tú sabes […]”. (S2)
Varios de los adultos mayores cuidadores entrevistados dejaron de hacer cosas como
consecuencia de ser cuidador de un adulto mayor. Lo que es similar a lo planteado por
Pérez y Varela (2012) sobre que “es destacable la falta de tiempo, de vida social, de las
personas cuidadoras”. Los entrevistados señalan:
“Entonces mi vida cambió 00%, ya yo no era la misma mujer que era empresaria, que trabajaba. Ya entonces me
quedé en la casa, he dejado de ser yo, para bregar con él. Porque la vida, la vida cambió un 100 (sae), mi círculo
es él”. (S1)
“Muchísimas. Por ejemplo, (eh)yo, (eh) yo soy bien activa verdad en mi profesión, en la asociación profesional,
me gusta envolverme en actividades comunitarias, me gusta ir almorzar con mis amigas y muchas de esas cosas
he tenido que algunas eliminarlas, otras reducirlas este, y otras hacerlas bien esporádicamente. […]” (S5)
“He dejado, por ejemplo, pues de trabajar, de aceptar ofertas (de), de con panas porque si me compromete
esposa maravillosa y (entre risas) cuarenta años de casados. Yo pudiera divorciarme de mi esposa, pero de mis
hijos no, porque mis hijos me acompañan siempre porque son mi sangre”. (S4)
“Empaparte bien de la condición de salud de la persona para ser efectivo en lo que vas a hacer. Y si no
tienes reconocimiento de lo que vas a hacer podrías tener muy buenas intenciones, pero los resultados no ser tan
buenos”. (S4)
162
CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
“Porque se tornan muy dependiente de uno y entonces te absorben, y para mí eso es lo más importante que
el cuidador tiene que tener en mente, porque si tú no estás fortalecido emocionalmente, la calidad del cuidado va
“Se necesita mucho amor, paciencia, determinación y comprensión de la persona que uno cuida, a la
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CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
Crear programas y servicios gratuitos y/o de bajo costo para adultos mayores con
dependencia funcional, utilizando recursos intergeneracionales, y que le permitan espacio
de respiro para quien cuida.
Desarrollar grupos de apoyo presencial y virtual para cuidadores de adultos mayores.
Finalmente, el ser cuidador de adultos mayores es una tarea que podría ser muy
estresante, por lo que requiere habilidades, competencias y sensibilidad hacia los
adultos mayores (Santiago–Orria, 2018). Es nuestro deber educar a la población sobre
el envejecimiento y las vejeces, especialmente desmitificar la vejez y visibilizar las
aportaciones de los adultos mayores como cuidadores de adultos mayores. Los motivos
para ser cuidador se dan por diversas razones que no necesariamente son por razones
económicas. En Estados Unidos de América existen 34.2 millones de americanos que
proveen cuidado, sin remuneración económica, a un adulto de 50 años o más (AARP,
2015). Algunas de las razones son: amor, deber moral, creencias del cuidador y ser el único
familiar disponible. De hecho, la mayoría de las personas cuidadoras invierten más de 40
horas semanales en el cuidado de otra persona adulta mayor (AARP, 2015). Ser cuidador
adulto mayor podría resultar en ahorro económico para los gobiernos, pero costoso en
términos emocionales y espirituales para quien lo realiza. Urge eliminar el edadismo y
desmitificar el que los adultos mayores son meramente dependientes de otros, pues la
realidad es que la edad no es límite y vivimos en una sociedad donde a medida que
aumenta la expectativa de vida y crecen los movimientos migratorios donde los jóvenes
se van de un país a otro en búsqueda de mejores oportunidades, es que encontraremos
cada día más adultos mayores que cuidan a otros adultos mayores.
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165
9.
SIGNIFICADO DE LA AUTOTRASCENDENCIA
EN LOS CUIDADOS INTEGRALES DE PERSONAS MAYORES:
IMPLICANCIAS PARA SU BIENESTAR FÍSICO, MENTAL Y
SOCIAL, COMO PARTE DE LA CALIDAD DE VIDA.
.VERÓNICA GUERRA GUERRERO
RESUMEN
El cuidado, como esencia del quehacer profesional en enfermería, se concibe para ser
entregado a las personas en el continuo de salud y enfermedad a lo largo del ciclo vital.
Considera a la persona desde una perspectiva biopsicosocial, integrando intervenciones de
enfermería para alcanzar el bienestar y potenciar su calidad de vida, según el contexto familiar
y comunitario que presenta. Lograr el bienestar de las personas mayores es una acción
reconocida por la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos
de las Personas Mayores; es también el objetivo que tiene la teoría de la autotrascendencia,
la cual se basa fundamentalmente en la naturaleza del desarrollo de las personas mayores
y en la necesidad del desarrollo continuo para mantener la salud mental y bienestar en el
proceso de envejecimiento. El objetivo de este artículo es analizar, desde la perspectiva de
la teoría de la autotrascendencia, propuestas de intervención para el cuidado de personas
mayores que incrementen su bienestar y calidad de vida, considerando factores personales
y contextuales, como son los vínculos comunitarios que presentan. Mediante una reflexión
teórica, en primer lugar, se describe y analiza la teoría de la autotrascendencia en personas
mayores; con base en dicha perspectiva, en segundo lugar, se analizan los cuidados de
enfermería como contribución al bienestar y calidad de vida de las personas mayores; y
en tercer lugar, se desarrollan propuestas de intervención para promover un cuidado de
enfermería integral, que permita a los adultos mayores proyectarse en comunidad, de manera
autónoma, al mismo tiempo que desde el reconocimiento de su propia vulnerabilidad y
autotrascendencia, les permita disfrutar de bienestar físico, mental y social.
Palabras clave: bienestar, trascendencia, vulnerabilidad, envejecimiento.
166
CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
ABSTRACT
Care as the essence of professional nursing work is conceived to be delivered to people in
the continuum of health and disease, throughout the life cycle. It considers the person from a
biopsychosocial perspective, integrating nursing interventions to achieve well-being and enhance
their quality of life, according to the family and community context that they present. Achieving the
well–being of the elderly is an action recognized by the Inter–American Convention on the Protection
of the Human Rights of the Elderly, it is also the objective of the theory of self-transcendence, which
is fundamentally based on the nature of development. of the elderly and in need of continuous
development to maintain mental health and well-being in the aging process. The objective of this
article is to analyze from the perspective of the theory of self-transcendence intervention proposals
for the care of the elderly, which increase their well-being and quality of life, considering personal and
contextual factors, such as the linked community that they present. Through theoretical reflection,
firstly, the theory of self-transcendence in older people is described and analyzed; based on this
perspective, secondly, nursing care is analyzed as a contribution to the well–being and quality of life
of the elderly; and thirdly, intervention proposals are developed in order to promote comprehensive
nursing care, which allows older adults to project themselves in the community, autonomously, at the
same time, that from the recognition of their own vulnerability and self-transcendence, allows them
to enjoy of physical, mental and social well-being.
Keywords: well–being, transcendence, vulnerability, aging.
1. INTRODUCCIÓN
La autotrascendencia es un fenómeno que ha sido estudiado en varias disciplinas, entre
las que se encuentran la psicología, sociología y enfermería. En dichas disciplinas el
ser humano es considerado holísticamente, particularmente en enfermería, en donde el
cuidado que se le otorga a las personas considera la perspectiva biopsicosocial del ser
humano a lo largo del ciclo vital, incluyendo la autotrascendencia.
La autotrascendencia ha sido definida como una expansión multidimensional e individual
que tiene una persona, en donde logra la auto–aceptación y el sentido de vida, se conecta
con otros, con el entorno o con una entidad superior. Es considerado así como un aspecto
de la espiritualidad humana relacionada con el bienestar que manifiestan las personas
(Guerrero-Castañeda y Lara, 2017). De este modo, se considera que la autotrascendencia
167
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169
CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
consiste en un proceso de desarrollo básico que surge durante eventos de la vida que
son significativos. Se refiere a la capacidad de las personas para expandir los autolímites
intrapersonales, interpersonales y transpersonales, para adquirir una perspectiva que
vaya más allá de las limitaciones (Ellerman y Reed, 2001).
Lo intrapersonal se refiere a cuando el individuo se hace consciente de sus propias
aspiraciones, principios y creencias. El autolímite interpersonal ocurre al estar en equilibrio
con el entorno que le rodea, ya sean las relaciones sociales o el ambiente. En el autolímite
transpersonal la persona se conecta con dimensiones que no se perciben en el plano de
lo terrenal, sino sólo en un plano espiritual. Además, considera la perspectiva temporal en
la cual el presente se enriquece con las experiencias pasadas y las proyecciones futuras
(Guerrero–Catañeda y Lara, 2017).
La autotrascendencia intrapersonal, que comprende aspectos tales como la
autoaceptación, ajustarse a la situación de vida y discapacidades, es lo que permite
ayudar a otros, afectando directamente al bienestar funcional de las personas mayores.
La autotrascendencia interpersonal, que considera el involucrarse con otras personas,
compartir la sabiduría y ayudar a otros, e interesarse en seguir aprendiendo, se relaciona
directamente con el bienestar social y emocional de las personas mayores. Por su parte,
la autotrascendencia del individuo, ya sea emocional, funcional, social y espiritual, se
considera como una herramienta valiosa e inherente al ser humano para hacer frente a
situaciones difíciles en la vida, ayudándolos a sobrellevar y a adaptarse de una manera
adecuada a las diferentes etapas de su existencia. Esta adaptación ayuda a disminuir los
niveles de ansiedad y depresión en la persona mayor.
La teoría de la autotrascendencia es una perspectiva que fomenta la salud mental y el
bienestar que se requiere para la comprensión del proceso de desarrollo de las personas.
La teoría facilita la integración de los aspectos complejos relacionados con vivir, envejecer y
morir (Smith y Liehr, 2008), basándose en dos supuestos. El primero de ellos tiene que ver
con asumir que los seres humanos están integrados al entorno o contexto en donde los seres
humanos son “pandimensionales” o no comparables, co–extensivos a su entorno, y capaces
de una conciencia que va más allá de las dimensiones temporales y psíquicas (Smith y Liehr,
2008). Esa conciencia puede ser experimentada a través de estados alterados de conciencia,
que frecuentemente se encuentran en las prácticas diarias para llegar a lo más profundo del
yo y de los demás, a la naturaleza, al Dios propio o a otras fuentes de trascendencia.
170
CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
171
CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
172
CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
del desarrollo que emerge naturalmente en las experiencias de salud que enfrenta una
persona con temas de mortalidad e inmortalidad.
Los eventos de la vida que aumentan el sentido de uno mismo, de mortalidad,
inadecuación, o vulnerabilidad, pueden (si ellos no chocan con el yo interior de los individuos)
desencadenar el progreso del desarrollo hacia un sentido de identidad renovado y límites
propios expandidos. Ejemplos de esos eventos de la vida incluyen enfermedades serias
o crónicas, discapacidad, envejecimiento, crianza de los hijos, parto, pérdida de un ser
querido, dificultades en la carrera profesional, y otras crisis de la vida. La autotrascendencia
se evoca mediante esos eventos y puede permitir el bienestar mediante la transformación
de las experiencias de pérdidas y dificultades en experiencias de sanación.
Otros conceptos que involucran la teoría de la autotrascendencia son los factores
mediadores y los puntos de intervención (Pena–Gayo, González–Chordá, Cervera–
Gasch, y Mena–Tudela, 2018). Los primeros corresponden a las variables personales y
contextuales como la edad, el sexo, experiencias de vida de tipo vital y el entorno social
en donde se desarrollan las personas, los que pueden afectar la relación que existe entre
autotrascendencia, vulnerabilidad y bienestar. Respecto a los puntos de intervención,
estos corresponden a todas las acciones y actividades que se realizan para promover
la autotrascendencia, los que en enfermería se concentran a través de los cuidados de
enfermería.
173
CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
ética del cuidado. Según Torralba (2002): “en la acción de cuidar a un ser humano se
produce el encuentro entre dos universos personales, entre dos mundos libres, entre
dos conciencias, entre dos destinos singulares en la historia”. El momento de cuidar se
establece totalmente cuando existe un lazo de confianza entre el ser cuidado y el ser que
lo cuida, donde debe demostrarse responsabilidad, competencia, respeto y sensibilidad.
El cuidado es considerado intersubjetivo e interconectado de emociones compartidas
entre el profesional de enfermería y el paciente. Bermejo (s.f.), señala que el cuidado
es la capacidad de establecer relaciones significativas, la empatía, la escucha activa, la
autenticidad, el conocimiento de sí mismo, lo cual favorece una actitud de libertad. Es por
esto que el cuidado se constituye en un proceso recíproco, interactivo e interpersonal que
involucra el bienestar tanto del que recibe como del que lo otorga.
El cuidado integral y holístico considera la perspectiva biosopsicosocial de la persona
a lo largo del ciclo vital, es una actividad que concierne a todos los profesionales que
trabajan vinculados a salud y área comunitaria en donde se desarrollan las personas. El
cuidado tiene dos dimensiones: una inmersa en la cultura, con sus prácticas individuales
y colectivas; y la otra, la moral, que asigna al cuidado un valor, un bien, que legitima el
actuar (Urra, Jana, y García, 2011).
La participación que realiza enfermería en la adaptación hacia las distintas experiencias
de la vida, a través del cuidado, incluye la puesta en práctica de intervenciones que ayudan
en el aumento de los niveles de autotrascendencia en el adulto mayor. En este sentido, es
importante considerar que el impacto que tiene la autotrascendencia en la calidad de vida
de las personas y en el envejecimiento exitoso, se vinculan exitosamente también con la
salud percibida y la edad; jese envejecimiento exitoso se correlaciona principalmente con
edades superiores a los 80 años, tal como lo señala Pamela Reed (Marriner y Raile, 2007).
En enfermería, las teorías que orientan el cuidado han incorporado la autotrascendencia,
ya que se considera como la toma de conciencia sobre la naturaleza de las personas, en
donde no existen límites espaciales, temporales o físicos. Se describe que el poder de
sanación o curación que tiene la autotrascendencia en los adultos que enfrentan el final de
su vida, ya sea durante el envejecimiento o en experiencias vinculadas a enfermedades,
han sido muy bien estudiadas. Existen resultados de investigación que apoyan a la
autotrascendencia como un importante predictor que se correlaciona con la salud mental
y el bienestar en personas mayores que están en envejecimiento y entre los adultos que
174
CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
enfrentan enfermedades que son potencialmente mortales (Ellerman y Reed, 2001). También
existe evidencia de que la autotrascendencia se relaciona con el bienestar emocional y la
salud mental en adultos de mediana edad y también con los que están enfermos. De este
modo, la autotrascendencia es muy importante para el adulto mayor, en relación al equilibrio
que se genera entre la persona y su entorno, así como la autoaceptación que favorece un
aumento en la espiritualidad (Guerrero–Catañeda y Lara, 2017).
La autotrascendencia influye fuertemente en la calidad de vida de la persona mayor,
respecto a la relación que se produce entre la esperanza y la autotrascendencia. En este
sentido, se describe que las personas con puntajes altos de esperanza y autotrascendencia
intrapersonal, tienen ocho veces más probabilidades de tener una mejor calidad de
vida que aquellos que obtienen puntajes bajos. El envejecimiento es un proceso del
ser humano, en donde la persona mayor se encuentra con una serie de cambios físicos,
psicológicos y sociales que lo hacen vulnerable al deterioro en la adaptación a la propia
vida y esto repercute en su bienestar y plenitud.
La autotrascendencia como proceso de la persona mayor tiene un efecto positivo
para contrarrestar situaciones declinantes y para favorecer una mejor calidad de vida en el
envejecimiento. En este sentido, se hace necesario que los profesionales de enfermería estén
cada vez mejor capacitados en el cuidado de estas personas, no solamente en el manejo
de tratamientos farmacológicos o de hospitalización, sino que también en el fomento de
procesos que les permitan mejorar su bienestar a lo largo de esta etapa, como es el caso
de la autotrascendencia, ya que la interacción enfermera–persona afecta significativamente
la autotrascendencia, tanto interpersonal como intrapersonalmente. Las intervenciones de
cuidado pueden ser significativamente beneficiosas para la autotrascendencia de las personas
y con ello, el bienestar físico y emocional. La autotrascendencia interpersonal (relacionada con
la interacción con la enfermera que cuida) se asocia a menor depresión e involucra acciones
como aprender, participar con otros, conectarse, compartir la sabiduría de uno mismo y ayudar
a los demás (Guerrero–Castañeda y Ojeda, 2015).
Las personas mayores son un grupo vulnerable, ya que el proceso de envejecimiento
conlleva la pérdida y/o disminución de las capacidades físicas, psicológicas y sociales
de la persona. Respecto a esto, la sociedad actual tiene limitaciones para abordar este
envejecimiento en la población, que muchas veces ocurre en soledad y de manera compleja.
Es importante considerar, por lo tanto, que en el plano existencial, la autotrascendencia le
175
CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
da sentido a lo que hacemos como seres humanos. Se debe revelar que el cuidar es una
relación recíproca y, por lo tanto, involucra que el ser cuidado auto–trasciende en la relación
que se genera entre la enfermera y el paciente, así mismo, también la enfermera que
cuida. Existe evidencia sobre la relación que existe entre el nivel de autotrascendencia y el
compromiso de la enfermera, presentando una correlación positiva y significativa. En este
sentido, también se describe que las enfermeras con un nivel mayor de autotrascendencia
desarrollan y muestran mayores niveles de energía y que son más absortas en su trabajo,
y por lo tanto, más resolutivas en los cuidados que otorgan.
La teoría de la autotrascendencia que plantea Pamela Reed (1997), comentado
en Marriner y Raile (2007), promueve el bienestar del individuo en relación con la
autotrascendencia. El supuesto teórico implica que enfermería debe construir conocimiento
para mejorar los procesos relacionados con salud y bienestar, considerando los tres
conceptos fundamentales de la teoría como son vulnerabilidad, autotrascendencia y
bienestar (Blanco–Enríqueza, Díaz–Heredia y Caro–Castillo, 2019).
En enfermería, Pamela Reed ha trabajado el tema de la autotrascendencia en profundidad,
relacionándola con la vulnerabilidad y el bienestar que presentan las personas; es así
como se considera que la vulnerabilidad induce mayor autotrascendencia y bienestar.
La autotrascendencia favorece el trabajo con un enfoque humanista en enfermería, que
parte con la priorización de un conjunto de habilidades técnicas y que se mueve a otros
factores que promueven los procesos internos que existen dentro del sistema humano,
que es complejo (Pena–Gayo, González–Chordá, Cervera–Gasch, y Mena–Tudela, 2018).
176
CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
177
CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
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CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
CONCLUSIÓN
Las personas mayores requieren ser consideradas desde una perspectiva holística en
los cuidados que se le otorgan, en los que se destaquen la condición social, espiritual,
biológica, psicología, que potencien el desarrollo de su autotrascendencia.
La autotrascendencia se asocia con niveles altos de bienestar, los cuales reducen la
condición de vulnerabilidad, la que es propia del envejecimiento, con lo cual se potencia
la calidad de vida.
Es necesario que los equipos de trabajo vinculados a las personas mayores, cuenten
con herramientas que les permitan potenciar la autotrascendencia de las personas que
cuidan y también la propia, mediante intervenciones desde los límites que define la
teoría, que incluyen el plano intrapersonal, interpersonal y transpersonal. En cada uno
179
CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
REFERENCIAS
Bermejo, JC (2004). La relación de ayuda a la persona mayor. Disponible en: http://www.
josecarlosbermejo.es/wp-content/uploads/2004/02/LA-RELACION-DE-AUDA-AL-
MAYOR-ENTERO.pdf Acceso: 10 de octubre 2020.
Blanco-Enríqueza, F.E., Díaz-Heredia, L.P., y Caro-Castillo, C.V. (2019). La autotrascendencia
en la prevención del consumo de alcohol en adolescentes hijos de padres
consumidores. Enfermería Universitaria. Disponible en: http://www.scielo.org.mx/
scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1665-70632019000200216&lng=es&nrm=iso.
Acceso el 15 de agosto, 2020.
Díaz Tejo, J. (2016). Algunos aportes desde la Gerotrascendencia al diseño de itinerarios de
iniciación cristiana con adultos mayores. Revista Electrónica de Educación Religiosa,
Didáctica y Formación de Profesores., [S.l.], v. 6, n. 2, jan. 2017. ISSN 0718-4336.
Disponible en: <http://www.reer.cl/index.php/reer/article/view/7>. Fecha de acceso:
21 oct. 2021
Ellermann, C. y Reed, P. (2001). Self-Transcendence and Depression in Middle-Age Adults.
Western Journal of Nursing Research; 23(7), 698-713
Guerrero Castañeda, R. y Lara, R. (2017). Nivel de autotrascendencia en un grupo de
adultos mayores mexicanos. Rev Cuid; 8(1): 1476-87.
Guerrero Castañeda, R. y Ojeda Vargas, M. (2015). Análisis del concepto de
Autotrascendencia. Importancia en el cuidado de enfermería al adulto mayor, Cultura
de los cuidados. 2º Cuatrimestre Año XIX - N.° 42.
180
CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
181
10.
RESUMEN
La Red de Cuido es una estructura social compuesta por personas, familias,
39
39. Acción dirigida a personas de 65 años o más, en estado de pobreza, pobreza extrema, carentes de redes de apoyo, dependencia y/o en riesgo
social.
182
CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
Cabe destacar que, pese a los grandes esfuerzos realizados y logros alcanzados,
todavía es necesario lograr una mayor cobertura, ya que un alto porcentaje de la población
adulta mayor en condiciones de necesidad aún se encuentra desprotegida.
Palabras clave: cambios demográficos, trabajo social, atención integral, cuido,
alternativas de atención.
ABSTRACT
The care network is a social structure made up of people, families, organized community groups,
non-governmental and state institutions, which articulate actions, interests, and programs, in an
attempt to guarantee adequate care and satisfaction of the needs of the elderly. Of the country, thus
promoting an old age with quality of life.
It provides alternative care aimed at people over 65 years of age in poverty and extreme poverty,
which are aimed at improving the quality of life of users.
Among these alternatives, food, housing rental, medicines, solidarity families, among others,
stand out.
In this context, the professional Social Work person develops his work from a person-centered
approach of law, promoting active aging, incorporating the elderly person and their family or support
networks, executing individual care, family and community and based on a social diagnosis that
allows establishing a care plan that seeks the integral development of the elderly person.
It is important to note that both the care network program, as well as the work of Social Work
professionals, have become a fundamental pillar of Costa Rican social policy for the benefit of older
adults, who through actions developed have seen their quality of life improve.
It should be noted that, despite the great efforts made and achievements made, it is still
necessary to achieve greater coverage, since a high percentage of the elderly population in needy
conditions is still unprotected.
Keywords: demographic changes, social work, comprehensive care, care, care alternatives.
DESARROLLO
La atención de la población adulta mayor en Costa Rica ha venido sufriendo una serie de
transformaciones que buscan responder a los cambios sociodemográficos de la población,
183
CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
184
CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
gubernamentales y estatales, que articulan acciones, intereses y programas, en procura de garantizar el adecuado
cuido y satisfacción de necesidades a las personas adultas mayores del país, promoviendo así una vejez con
calidad de vida.
El mismo, es un programa con “enfoque de derechos” para la atención de las personas adultas mayores,
Se aspira lograr una atención progresiva, lo cual representa la necesidad de avanzar en esfuerzos
particulares de las familias, comunidades, organizaciones e instituciones, hacia el trabajo conjunto, mediante
185
CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
una Red que al involucrar a todos los actores y logre establecer metas y trabajos comunes en beneficio de las
Este concepto tiene que ver con la capacidad de la Red de dar respuestas escalonadas a
las diversas necesidades de la población adulta mayor, según sean las demandas de cuido en
respuesta al nivel de funcionalidad que cada persona presente y, por supuesto, progresividad
tiene que ver con atender, implementar y agregar cada año, más cantidad de redes locales
para la atención de las personas adultas mayores de cada área geográfica, hasta completar
la meta de cantones y comunidades prioritarias al año 2014.” (CONAPAM, 2012)
El proceso de conformación de la Red Cuido en Costa Rica pasa por cuatro etapas
metodológicas que buscan garantizar el éxito de la misma; estas etapas se presentan a
continuación:
Fase de Preparación: en la cual se desarrolló una estrategia de intervención comunal
que buscaba propiciar un proceso de sensibilización y capacitación, a partir del cual se
inició la selección de las comunidades que se involucraron en el desarrollo del programa.
En este período se implementó una guía de diagnóstico de necesidades comunales
con el que se pretendía identificar beneficiarios y líderes comunales que pudieran colaborar
en el desarrollo de la red.
Fase de Acción Comunal y conformación de redes locales: En esta fase se inició el
proceso de conformación de los Comités Locales con la participación de representantes
comunales, de organizaciones no gubernamentales, institucionales, municipalidades y
personas adultas mayores, definiéndose en el proceso la organización interna, las funciones
y responsabilidades, así como la identificación de los recursos comunales existentes.
Fase de Seguimiento y Sostenibilidad: en esta fase el Consejo Nacional de la Persona
Adulta Mayor brinda acompañamiento con el fin de identificar dificultades, limitaciones,
ajustes al plan de trabajo, necesidades de capacitación, así como facilitar procesos en el
desarrollo del proceso.
Fase de Evaluación: donde se logra identificar el impacto que el desarrollo del
programa ha tenido en la población adulta mayor usuaria del mismo.
Como parte de este proceso se definieron una serie de alternativas de atención a las
que pueden acceder los usuarios, siempre y cuando cumplan con los requisitos mínimos
de acceso.
186
CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
Las alternativas de atención brindadas por medio de la Red de Cuido van orientadas
a lograr un equilibrio en las condiciones y oportunidades de acceso a los servicios de
las personas adultas mayores, brindando atención en todos los aspectos de la vida,
procurando mejorar su calidad por medio de estrategias integrales de atención. Las
alternativas buscan lograr que las personas adultas mayores permanezcan inmersas
en su comunidad y en sus familias, logrando que sigan participando en su entorno
inmediato.
Cabe destacar que las personas adultas mayores pueden tener acceso a una o más
alternativas de atención, lo que dependerá de la valoración social realizada y los recursos
económicos existentes.
A nivel general las alternativas de atención incluyen:
Alimentación:
“Se proporciona a la persona adulta mayor los alimentos o suplementos alimenticios que el organismo requiere,
considerando la situación particular de cada una. Incluye dietas especiales, para lo cual es necesario contar con
enfermedades e infecciones.
También el aseo y la higiene personal tienen por objeto situar a la persona en las mejores condiciones
de salud frente a los riesgos del ambiente, por lo tanto, se incluyen productos de limpieza para la vivienda.”
(CONAPAM, 2014).
agotados, o no son otorgados en tiempo. En este caso, se debe contar con la receta médica que establezca que el
medicamento se encuentra agotado o no hay existencias y prescripción médica o del profesional correspondiente.”
(CONAPAM, 2014).
las personas adultas mayores en aspectos relacionados con su salud física y mental, alivio del dolor, así como su
187
CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
bienestar y dignidad, con el fin de lograr un equilibrio entre los factores físicos, biológicos, emocionales, mentales,
Dentro de los servicios profesionales que pueden costearse con esta alternativa están: medicina general,
interna, especializada en geriatría, psiquiatría, enfermería, terapia física, terapia ocupacional, odontología,
psicología, trabajo social, nutrición y los que resulten necesarios, tales como los relacionados con el derecho a no
personas adultas mayores y facilitarles la realización de determinadas actividades y/o acciones que permitan
mejorar su movilidad, prevenir mayor dependencia y mejorar su calidad de vida en general.” (CONAPAM, 2014)
Equipamiento de casa:
“Para la compra de artículos o artefactos básicos de una casa que permitan la atención y cuido adecuado de las
personas adultas mayores en su propio domicilio o en un hogar comunitario. Estos artículos pueden ser: cama
Los artículos entregados a las personas adultas mayores en su domicilio son otorgados en calidad de
donación.
En caso de los hogares comunitarios, la custodia de los artículos adquiridos para la atención de las personas
adultas mayores será de la organización destinataria de los recursos económicos”. (CONAPAM, 2014)
de una línea telefónica fija) y municipales; necesarios para una vida saludable. Así como el pago del costo de los
En este rubro se incluyen los gastos de funeral de la persona adulta mayor y los derechos o alquiler de
Familias Solidarias:
“Permite localizar a una familia con o sin vínculos de consanguinidad, para la reubicación de una persona adulta mayor
con independencia funcional o sin ella, para brindarle alojamiento, atención, protección y los cuidados requeridos.
188
CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
Para optar por esta alternativa la familia deberá de tener una vivienda con espacio para garantizar la
privacidad de la persona adulta mayor, con unas condiciones higiénicas y de salubridad adecuada.” (CONAPAM,
2014).
Hogares comunitarios:
“La alternativa de Hogar Comunitario permite la reubicación temporal de una persona adulta mayor y hasta
un máximo de cinco personas, con independencia funcional o sin ella, en una vivienda alquilada o no (puede
El Hogar Comunitario debe contar con las condiciones de infraestructura y mobiliario adecuados según las
Transporte y combustible:
“Permite el pago de servicios de transporte y la compra de combustible para a entrega del subsidio y visita a
la persona adulta mayor, para seguimiento según la alternativa ofrecida, así como el traslado a citas médicas,
que promuevan acciones e intervenciones individuales y/o grupales y que proporcionen a las personas adultas
mayores los medios necesarios para mejorar la salud y ejercer un mayor control sobre la misma.
El propósito es ofrecer servicios integrales que potencialicen la salud de las personas adultas mayores
y promuevan en ellas una vida sana, feliz y placentera, mediante la participación comunitaria, conformando
grupos y fortaleciendo los existentes. Por su naturaleza, la promoción y prevención de la salud representa una
responsabilidad compartida entre las personas adultas mayores, las familias, las organizaciones, entre otros.”
(CONAPAM, 2014).
Institucionalización:
“Permite apoyar con un subsidio la reubicación urgente de personas adultas mayores en una organización
autorizada para brindar atención y cuido a este grupo de la población, con determinado grado de dependencia,
189
CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
Mejoras Habitacionales:
“Consiste en un subsidio que permite el otorgamiento de recursos económicos destinados a reparar, mejorar o
ampliar la vivienda de la persona adulta mayor y eliminar barreras arquitectónicas, con el fin de hacerlas habitables
Cabe mencionar que para tener acceso a las alternativas antes mencionadas la persona adulta mayor
es valorada por una persona profesional en Trabajo Social con el fin de determinar si la misma se encuentra en
Por otra parte, a nivel grupal desarrolla acciones a través de grupos socio–educativos,
tanto con las personas adultas mayores como con sus familias, con el fin de potencializar
190
CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
A MANERA DE CONCLUSIÓN
Es importante resaltar que tanto el programa de Red de Cuido, como la labor de las
personas profesionales de Trabajo Social, se han convertido en un pilar fundamental de la
política social costarricense en beneficio de las personas adultas mayores, las cuales, a
través de las acciones desarrolladas, han visto mejorar su calidad de vida.
Otro aspecto importante a resaltar es que la estructura de la Red de Cuido tiene
un fundamento sólido en el voluntariado de las diversas comunidades, en las cuales
actualmente funcionan los Comités de Apoyo, ya que, si bien las personas profesionales
en Trabajo Social son contratadas por las Organizaciones de Bienestar Social, el resto de
personas que conforman dichos entes participan de forma voluntaria y ad honorem en la
atención de las necesidades de la población adulta mayor.
Cabe destacar que, pese a que actualmente los Comités de Red de Cuido se
encuentran consolidados en cincuenta y dos cantones del país, aún es necesario realizar
acciones que permitan ampliar los mismos al resto de los ochenta y tres existentes, ya
191
CUIDADOS Y VÍNCULO COMUNITARIO
que pese a los grandes esfuerzos realizados y logros alcanzados, todavía es necesario
lograr una mayor cobertura, puesto que un alto porcentaje de la población adulta mayor
en condiciones de necesidad aún se encuentra desprotegida y en espera de que desde
las instancias gubernamentales se les brinde respuesta.
REFERENCIAS
CONAPAM. (2012). Red de atención progresiva para el cuido integral de las personas
adultas mayores en Costa Rica (II versión). Disponible en https://www.conapam.
go.cr/mantenimiento/Red_Cuido.pdf
CONAPAM. (2014). Red de Cuido. Recuperado 15 de Noviembre de 2020, de https://www.
conapam.go.cr/red-cuido/
192
CAPÍTULO IV
PARTICIPACIÓN
Y VIDA
INDEPENDIENTE
11.
RESUMEN
El voluntariado es una realidad compleja, multidimensional y pluriforme en el que influyen
múltiples variables tanto personales como estructurales.
El voluntariado gerontológico que parte de las personas mayores como realidad
integral bio–psico–social es hoy una forma de participación social en general y una forma
de envejecimiento activo.
Son múltiples las evidencias que nos muestran los efectos positivos del voluntariado
gerontológico, tanto para las personas como para las organizaciones y la sociedad. Éste
voluntariado, se convierte así, en una escuela para personas mayores o jóvenes, escuela
en la que los profesionales del Trabajo S ocial tienen un papel fundamental por su aporte
teórico y técnico.
Palabras clave: Voluntariado, gerontología, participación, personas mayores, Trabajo
Social.
ABSTRACT
Volunteering is a complex, multidimensional and multi-form reality influenced by multiple personal
and structural variables.
The gerontological volunteering based on the elderly as an integrated bio–psycho–social reality
is today a form of social participation in general and a form of active aging.
There are multiple evidences that show us the positive effects of gerontological volunteering
both for individuals and for organizations and society. This volunteering thus becomes a school for
the elderly or young, a school in which social work professionals play a fundamental role due to their
theoretical and technical contribution.
Keywords: Volunteering, gerontology, participation, elderly people, social work.
194
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
por actuar como voluntario en algún campo concreto de la realidad social o medioambiental,
-Una “dimensión social”, en cuanto fenómeno organizado en grupos de diferente formato o estatuto que
-Y una “dimensión política”, en cuanto éste fenómeno ya no es neutral y espontáneo, sino que es parte de
40. Véase el proyecto de medida del trabajo voluntario promovido por la Organización Internacional del Trabajo y dirigido por Lester Salamon: http://
www.ilo.org/stat/Publications/WCMS_162119/lang--en/index.htm
195
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
196
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
41. Entendiendo “a favor de otros” como lo que es diferente al individuo, contrapuesto por tanto a egoísmo. Principios como reconocimiento y
aceptación del otro, justicia, igualdad, etc.
42. Diferenciamos principios y motivaciones, pues con los mismos principios pueden existir motivos concretos diversos para llevar a cabo efectivamente
la acción o el compromiso voluntario.
43. Dado que hay recompensas internas que no son cuantificables.
44. Situaciones de necesidad (ausencia de medios para satisfacer las aspiraciones humanas) o problemática (cuando existiendo los medios no
funcionan o son insuficientes).
197
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
198
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
CUADRO I:
Variables personales
Edad-Género
Afiliación religiosa
Situación socio-laboral
Motivaciones y actitudes
Autocentradas Heterocentradas
199
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
Algunas variables son especialmente importantes desde nuestro punto de vista, pues
marcará la diferencia en las diversas formas de voluntariado. La variables ideológica–
personal, así como el grado de compromiso con el sistema, son algunas de las significativas
para dilucidar qué tipo de voluntario estamos observando. Éstas están estrechamente
ligadas al marco ideológico del modelo o régimen de bienestar que tenga el Estado donde
se realiza el voluntariado: a unque ni las personas ni las organizaciones son conscientes
muchas veces del posicionamiento ideológico, éste existe.
Nos referimos con voluntario conservador al sustrato ideológico que tienen aquellos
que pretenden mantener el status quo que cada uno tiene en la sociedad, aceptando
resignadamente que los pobres seguirán siéndolo, ayudados por la acción caritativa
de los económicamente favorecidos. El voluntario liberal está en línea con el modelo
liberal de los Estados. El voluntariado ejercerá un papel de colaborador con el Estado,
supliendo lo que el ciudadano no ha conseguido por sus propios medios. El voluntario
social–demócrata será un voluntariado que pretende modificar las condiciones que
producen las condiciones de injusticia o desigualdad. Por último, el voluntario radical sería
aquel comprometido en la lucha por un cambio total en el sistema social y económico
responsable de las condiciones que dan sentido al voluntariado como agente del cambio.
Junto al sustrato ideológico, y vinculado directamente, están las motivaciones personales
para comprometerse en el voluntariado, que podríamos agruparlas en autocentradas y
heterocentradas, y que a su vez se sub–clasifican en formas diversas (Clary et al., 1998).
En cuanto a las variables estructurales (Cuadro II), tampoco podemos extendernos
aquí comentando cada uno de los tipos. Pero hemos de aclarar el sentido de algunas
de las categorías. Desde las perspectiva española y europea tenemos que diferenciar
entre las diversas formas legales y funcionales que pueden tener las entidades de/con
voluntariado. La forma legal marcará el carácter y el rol que tiene el voluntariado en el seno
de dicha institución: no es lo mismo el rol que tiene en una asociación local o de barrio que
en una gran corporación como Cruz Roja, Cáritas45 o la ONCE46.
Igualmente, el carácter funcional es esencial. No es lo mismo una entidad de voluntarios
o una entidad donde el voluntariado es una de las actividades que realiza la organización
entre otras, que las entidades que son sólo de voluntarios.
200
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
CUADRO II:
Variables estructurales
Tamaño de la entidad
Ámbito territorial
Urbano Rural
Ligada a
Local Provincial Regional Nacional Internacional
una institución
Áreas de actuación
Organizaciones
Organizaciones Organizaciones Organizaciones Organizaciones
cooperación Otras
medio-ambientales culturales sociales cívicas
intenacional
Voluntario secunadario
Voluntario primario o de proximidad
(voluntario con voluntarios)
Colectivo destinatario
Voluntario
Voluntario Voluntario Voluntario Voluntario
con Otros
con niños con jóvenes con discapacitados con mayores
enfermos
Áreas de actuación
Voluntario
Voluntario Voluntario Voluntario Voluntario
cooperación Otros
dio-ambiental cultural social cívico
internacional
201
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
Objetivos
Asociacionismo Asociacionismo
Asociacionismo Asociacionismo Asociacionismo
tipo carismático burocrático
comunitario asistencial organizativo
reivindicativo gestor de servicios
Voluntario
Voluntario Voluntario Voluntario Voluntario
benefactor
preventivo rehabilitador asistencial transformador
de campañas
Tanto las variables personales como las estructurales influyen con más o menos peso
en el proceso por el cual una persona se hace voluntaria en un modelo determinado. Por
nuestra parte, nos limitamos a recoger algunas de estas variables, agrupadas en cuatro
etapas en el Cuadro III.
202
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
CUADRO III:
Experiencias previas
Personales Contactos previos con el voluntariado
Beneficiario previo directo (auto-ayuda-ayuda-mutua) o indirecto del voluntariado
Antecendentes primeros
Grado de conocimiento
Organizacionales Comunicación y difusión del voluntariado
social del voluntario
- Difusor, comunicador
Grupales
- Transmisor de valores
y familiares
- Captador de nuevos voluntarios y otros recursos
Consecuentes segundos
Permanencia, reconocimiento Organizacionales -Continuidad en el tiempo
abandono de la entidad
203
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
204
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
de Empleo del Tiempo (INE, 2009–2010), se encuentra que el 14.8% de las mujeres desarrollan actividades de
voluntariado frente al 9.4% de los varones, aunque estos últimos dedica a estas actividades un mayor tiempo al
día (2:10 frente a 1:51 horas). UDP-Simple Lógica (2008) encuentra que la participación de los varones (9%) es
ligeramente superior a la de las mujeres (7%). En cambio, el Observatorio de Voluntariado (2015) describe que la
participación de las mujeres es del 24% y la de los varones del 19.1%. (Dávila, M.C., 2016, p.21)
CUADRO IV:
Personas mayores
Intra e
Personas mayores Personas de otras generaciones
intergeneracional
Personas de
Intergeneracional Personas mayores
otras generaciones
Fuente: Elaboración propia.
205
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
Para las entidades que cuentan con voluntarios mayores, éstos traen múltiples
beneficios (Principi et al., 2012b, (Principi et al., 2015, p.332):
• Concienciar a la población de la importancia de las personas mayores.
• Favorecen el intercambio intergeneracional.
• Aportan madurez y experiencia, adquiridas dentro y fuera del lugar de trabajo.
• Comparten habilidades y competencias adquiridas a través de muchos años de vida
y trabajo.
• Ofrecen disponibilidad, pues las personas mayores cuentan con más tiempo libre
que cuando trabajaban.
• Muestran lealtad, pues investigaciones demuestran que las personas mayores
contribuyen con más horas que grupos de otras edades, así como mayor probabilidad
de estar contentos con su trabajo voluntario y permanecer en él.
• Suelen presentar motivaciones depuradas de otros determinados intereses.
• Aportan estabilidad a las tareas y a las organizaciones.
206
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
207
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
sentido, los pilares del conocimiento: aprender a conocer, es decir, adquirir los instrumentos de la comprensión;
aprender a hacer, para poder influir sobre el propio entorno; aprender a vivir juntos, para participar y cooperar con
los demás en todas las actividades humanas; por último, aprender a ser, un proceso fundamental que recoge
208
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
5. EL VOLUNTARIADO GERONTOLÓGICO:
FUNCIONES
El voluntariado gerontológico no tiene un escenario único. Puede desarrollarse con
cualquier colectivo, necesidad o problema social sin ninguna frontera ni barrera. Podríamos
decir que existen sólo las limitaciones propias de las tareas a realizar y las competencias
necesarias. Puede ser desarrollado, asimismo, por cualquiera que tenga la formación
gerontológica y la competencia necesaria para el tipo de tarea que deba realizar.
Delimitar las funciones que tiene o puedan tener las entidades de “voluntariado
gerontológico” sería una tarea casi imposible, pues si por algo se caracteriza el voluntariado
es por la plasticidad que éste tiene respondiendo y atendiendo a las demandas más
diversas. En una obra anterior hacíamos una relación de las funciones básicas que se
209
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
pueden realizar desde las entidades de voluntariado de/con mayores, para las cuales la
intervención de los profesionales del Trabajo Social es o puede ser fundamental. Creemos que
sigue siendo válida dicha relación de tareas, teniendo en cuenta los tres tipos de entidades
que antes mencionábamos: organizaciones de autoayuda o ayuda mutua, y entidades de
hétero–ayuda desde las dos perspectivas, intra e intergeneracional (Cuadro V).
CUADRO V:
- Presión ante las administraciones para la puesta - Acciones de prevención más globales,
Prevención
en marcha de campañas preventivas aunque esporádicas.
210
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
Canalización de sus miembros hacia el voluntariado Promoción y desarrollo de la solidaridad a través del
Promoción del voluntariado
heterónomo voluntariado
211
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
CUADRO VI:
Planificar,
Orientar
Entidades de ayuda mutua programar,
Informar
y autoayuda proyectar.
Apoyar: psicosocial o emocional
Investigar
Asesorar
Documentar
Promover y gestionar servicios
Diagnosticar
Mentalización Social
Promover
Asistir
Coordinar
Mediar
Gestionar
Prevenir
Dirigir
Rehabilitar
Entidades de hétero-ayuda Formar
Intervenir
Supervisar
Innovar
Evaluar
212
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
Hemos de añadir que, si bien creemos que tanto los profesionales como los
voluntarios que trabajan con personas mayores deben ser fundamentalmente
competentes para desarrollar su trabajo en cuanto a conocimientos teóricos y prácticos,
no son menos importantes desde nuestra perspectiva que desarrollen habilidades
generales fundamentales, tanto instrumentales como cognitivas. Habilidades generales
como empatía, calidez, gentileza, autenticidad, respeto, sentido del humor, habilidades
pedagógicas, lenguaje adecuado; e instrumentales como utilización de los recursos del
cliente, pertinencia, flexibilidad, habilidad de escucha, manejo de situaciones familiares,
asertividad (negativa y positiva), entre otras (Andrés, V. et al., 2000).
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214
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
215
12.
RESUMEN
La educación constituye un pilar imprescindible en el diseño de entornos comunitarios
amigables e incluyentes para todas las edades, especialmente con las personas mayores.
Para ello, se hace necesario educar en envejecimiento a las personas que ya son mayores
y también a aquellos que les rodean y/o que les atienden, en aras de transitar por cambios
de mentalidad, más aún, desde las características de las nuevas generaciones de mayores.
Diversas son las modalidades que existen en este propósito a nivel mundial.
En el presente trabajo se expone la experiencia educacional cubana dirigida a
personas mayores, enfatizando el carácter proactivo de los propios mayores en este
quehacer gestionador de conocimiento gerontológico en la comunidad.
Dicho programa funciona en todos los Centros de la Educación Superior en el país,
siendo la denominada Cátedra del Adulto Mayor de la Universidad de La Habana la primera
de tales instituciones creada hace 20 años con sede central en la Facultad de Psicología,
bajo el auspicio de la Central de Trabajadores de Cuba y la Asociación de Pedagogos.
Se describen las características y resultados del programa, así como las acciones
que los egresados realizan como participantes activos en cada localidad, demostrando
la educabilidad en esta etapa de la vida, la capacidad de empoderamiento y gestión que
ofrece la educación, y por supuesto, la impronta del claustro, cuando en su mayoría es
también adulto mayor y voluntario. Y todo ello, en contexto multidimensional de gestión de
conocimiento gerontológico, no sólo el de carácter conceptual.
Desde el punto de vista teórico, se abordan los presupuestos de partida, en introducción
del enfoque Histórico Cultural para el estudio e intervención en la adultez mayor y de la
Gerontología Educativa. Se reflexiona acerca de la cultura del trato, el enfoque de derecho
y acciones en contexto producidos por la pandemia.
Palabras clave: educabilidad, persona mayor, voluntariado, empoderamiento, localidad.
216
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
ABSTRACT
Education constitutes an essential pillar in the design of friendly and inclusive community environments
for all ages, especially with the elderly. For this, it is necessary to educate people who are already
older and also those who surround them and / or who care for them in aging, in order to go through
changes in mentality, even more, from the characteristics of the new generations of greater.
There are various modalities that exist in this purpose, worldwide.
In this paper, the Cuban educational experience aimed at older people is exposed, emphasizing
the proactive nature of the elderly themselves in this task of managing gerontological knowledge in
the community.
This program works in all Higher Education Centers in the country, being the so-called Senior
Adult Chair of the University of Havana the first of such institutions. It was created 20 years ago with
headquarters in the Faculty of Psychology, under the auspices of the Central of Cuban Workers and
the Pedagogues Association.
The characteristics and results of the program are described, as well as the actions that the
graduates carry out as active participants in each locality, demonstrating educability at this stage of
life, the empowerment and management capacity that education offers, and of course, the imprint of
the cloister, when most of them are also older adults and volunteers. And all this, in a multidimensional
context of gerontological knowledge management, not only the conceptual one.
From the theoretical point of view, the initial assumptions are approached, introducing the Cultural
Historical approach for the study and intervention in older adulthood and Educational Gerontology.
It reflects on the culture of treatment, the approach to law and actions in context produced by the
pandemic.
Keywords: educability, older person, volunteering, empowerment, locality.
INTRODUCCIÓN
Cuba es un país envejecido. A finales del año 2019, el país contaba con 2,328,344 personas
de 60 años o más, representando un 20.8% del total de su población (ONEI/CEPDE47
2020, a) y para el 2030 la proporción alcanzará el 30% (ONEI/CEPDE 2020, b). De
ahí que diversos sean los programas de atención, los cuales desbordan el sector de
47. ONEI, Oficina Nacional de Estadística e Información encargada de todos los datos de país y a la cual pertenece el CEPDE, Centro de Estudios de
Población y Desarrollo.
217
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
218
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
DESARROLLO:
DESCRIPCIÓN DEL PROGRAMA CÁTEDRA DEL ADULTO MAYOR
La Cátedra del Adulto Mayor de la Universidad de La Habana constituye centro de
referencia nacional y fundacional para este tema. Tiene su sede central en la Facultad de
Psicología y desde sus inicios fundacionales funciona bajo el auspicio de la Central de
Trabajadores de Cuba y la Asociación de Pedagogos.
Dispone de aulas en todos los municipios de la capital en locales comunitarios diversos,
es decir, escuelas, áreas de salud, museos, casa de cultura, bibliotecas, entre otros, que
son facilitados de manera solidaria, y las cuales a su vez permiten el acceso de cercanía
a la residencia de los cursantes. Actualmente cuenta con 48 aulas y ha beneficiado a un
total de 19,319 egresados de su curso básico48.
48. Cada curso escolar puede variar el número de aulas en función de la matrícula y disponibilidad de locales en la comunidad.
219
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
49. José Martí, reconocido como el Apóstol de la independencia de Cuba en la etapa colonial, también fue destacado intelectual y escritor de amplia
obra literaria de carácter patriótica, y en la que inclusive aparecen reiteradas referencias de respeto y consideración a las personas mayores, bajo
la denominación de los ancianos, los patriarcas o las cabelleras blancas.
220
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
básico, así como en otros temas de interés solicitados por los egresados o a propuesta
de los especialistas de cada comunidad. Entre los temas más seleccionados por los
egresados se encuentran el estudio acerca del rol de la abuelidad, el rescate de
valores patrimoniales, los programas de prevención de salud, el medio ambiente,
los problemas actuales del desarrollo humano, temas psicológicos como el auto–
conocimiento, así como la introducción de las nuevas tecnologías.
• Cursos de capacitación, dirigido fundamentalmente a adultos mayores egresados
que se convierten en fuente de los claustros docentes de dichas aulas.50
50. Los procesos de capacitación se realizan de manera conjunta cuando se trata de proyectos o eventos provinciales, así como por grupos de
claustros según el módulo docente que impartan en las aulas comunitarias.
221
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
222
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
223
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
grupos de investigación son multidisciplinarios, en los que cada cual trabaja el tema
desde su propia perspectiva.
Un reto mayor será lograr aproximaciones interdisciplinarias, donde el objeto de
estudio se pueda analizar desde categorías que en sí mismas integren la diversidad
de miradas, como pudieran ser los estudios acerca del bienestar de los mayores en la
actualidad.
Con relación a la actividad docente de la Cátedra orientada a personas mayores en
Cuba se ha basado en los presupuestos teóricos de la Psicogerontología y en su enfoque
Histórico Cultural, en la Gerontagogía versus Geragogía, en conceptos de la Pedagogía
del Adulto Mayor, de la Andragogía, de la Antropagogía, de la Educación Popular y del
Lifelong Learning. Y sin lugar a duda, el principal presupuesto teórico que la sustenta es la
denominada Gerontología Educativa.
Desde el punto de vista de la Psicología del Desarrollo se debe destacar la comprensión
de la vejez como una etapa del desarrollo humano, y por tanto, el programa de la Cátedra
del Adulto Mayor no es geriátrico sino de carácter gerontológico. Las personas mayores
son convocadas como cursantes y no como pacientes.
Desde el punto de vista psicológico enfatiza en la importancia de las diferencias
individuales, y desde las categorías de análisis del enfoque Histórico Cultural demuestra
que los programas de mayores se convierten en un nuevo “otro” significativo para su
desarrollo personal. Diversos son los determinantes del desarrollo en la vejez y del cual
ha de destacarse también el papel activo de cada individuo, pues “cuando se llega a la
etapa de adulto mayor, el individuo vivencia una situación social del desarrollo diferente,
que está muy determinada por la cultura, la familia y el propio desarrollo que el individuo
ha alcanzado” (Orosa, T., 2001, pág. 53).
Los contenidos del programa docente son de muy amplio espectro, tal como las
necesidades de actualización de las personas mayores, y se recomienda su ajuste de
acuerdo con las características de cada aula y sus expectativas propias, más aún cuando
se trate de grupos institucionalizados u otros que presenten peculiares condiciones de
enseñanza–aprendizaje.
Más que conferencias acerca de los temas se recomiendan clases interactivas, donde
se permitan procesos de aprendizaje vivencial en los cuales los cursantes también aporten
conocimientos de los temas a desarrollar. De ahí que resulte de gran valor la aplicación
224
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
de encuestas diagnósticas no sólo para conocer a los cursantes de nuevo ingreso, sino
también para conocer sus expectativas y necesidades de superación.
Por otra parte, nunca ha sido un programa gerontocrático ni gerofóbico, considerando
la formación de una identidad con la edad, desde los objetivos iniciales.
Desde el punto de vista curricular se construyó el denominado curso básico con
duración de un año escolar a través de módulos temáticos explicados desde una
Pedagogía no tradicional, ni tampoco desde la Geragogía, ésta última enfocada al adulto
mayor en tratamiento de salud, sino desde la Gerontagogía, cuyo objeto de estudio es la
persona mayor en situación de aprendizaje.
Ahora bien, el presupuesto fundamental del programa de la Cátedra del Adulto Mayor
ha sido la Gerontología Educativa en su carácter transdisciplinar, la cual se dedica al
estudio y práctica de emprendimientos educativos dirigidos a las personas mayores y a
otros grupos generacionales, es decir, a otros públicos interesados en el conocimiento de
la vejez y el envejecimiento en sus múltiples derivaciones.
Es con la apertura de las Cátedras Universitarias del Adulto Mayor en Cuba, y con
la de la Universidad de La Habana específicamente, que se inicia el desarrollo de la
Gerontología Educativa como punto de partida en la misión de la atención educacional
dirigida a las personas mayores, y posteriormente también dedicada a la capacitación
de recursos humanos con perfil atencional de personas mayores, en los más disímiles
programas que hoy se han implementado. Y es que para asumir la dirección de programas
gerontológicos hay que estudiar y actualizarse en conocimientos gerontológicos, y ello
tanto para directivos de vínculos tradicionales con el tema, como a nuevos que han sido
convocados debido al carácter integral que hoy deben llevar esos programas.51
Desde el punto de vista investigativo, a lo largo de estos años han sido desarrollados
también diversos proyectos de investigación, tales como: “La Cátedra del Adulto Mayor
en la nueva universidad cubana”, del Programa Gestión Universitaria del Conocimiento
(2006-2009) del Ministerio de Educación Superior de la República de Cuba; el Proyecto
de Cooperación Interuniversitaria denominado “Curso Vivir con Vitalidad” bajo plataforma
e-learning (PUMe) con Universidad Autónoma de Madrid, Centro Universitario La
51. En ese sentido se han realizado talleres y cursos de postgrado dirigidos a comunicadores, periodistas, juristas, demógrafos, psicólogos, médicos,
pedagogos, geógrafos, sociólogos, y especialistas en las artes, en cultura física, entre otros.
225
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
226
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estructuración (Henriquez, 2015). En cuanto a la dimensión acerca del tema de género, hay
que destacar también el estudio acerca del sentido de pertenencia de grupo de mujeres
a nuestro programa y que demuestran una identidad de género en transición, siendo a
su vez la mayoría de los directivos, gestores y cursantes del programa (Sánchez, 2017).
DISCUSIÓN DE RESULTADOS:
LA CÁTEDRA COMO PARADIGMA DE BUENAS PRÁCTICAS
Desde su creación se ha demostrado el impacto en el mejoramiento de la calidad de vida
de sus cursantes, entendiendo la educación como factor de prevención de salud y de
empoderamiento social.
Con motivo de la celebración del XX aniversario del programa se han llevado a cabo
diversas mesas de reflexión acerca de cuáles han sido sus impactos, no sólo para los
cursantes, sino desde una macro perspectiva como país y como aporte académico, acerca
del por qué puede afirmarse que el programa constituye paradigma de buenas prácticas
en el quehacer atencional del envejecimiento poblacional en Cuba, y que pueden listarse
de la manera siguiente:
• Por constituir los fundadores en Cuba de la llamada Gerontología Educativa, en
sus dos dimensiones: emprendimiento educativo hacia los mayores y hacia los
sectores públicos requeridos de conocimientos gerontológicos que atienden diversos
programas sobre envejecimiento.
• Por constituir un programa “para y con” las personas mayores, dado que sus
fundadores y sus claustros y directivos que le han sostenido durante 20 años son en
su mayoría personas mayores y muy mayores que han laborado como voluntariado.
• Por haber elaborado el primer programa docente y su correspondiente folleto o
cuaderno con todas las clases y conceptos a abordar en el mismo, a partir del trabajo
de un colectivo de autores, miembros del Consejo Técnico de la Cátedra del Adulto
Mayor y colaboradores, y de su experiencia en el desarrollo de dicho programa, el cual
ha transitado por procesos de perfeccionamiento, en función de nuevas necesidades
del desarrollo de las ciencias y de la sociedad.
• Por promover la extensión del programa Cátedra del Adulto Mayor a todos los otros
Centros de Educación Superior del país.
227
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53. Nombre del programa cubano vinculado a los efectos del cambio climático.
229
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54. Más aún al inicio, ya fuera por carencia de la percepción del riesgo debido a sobrevivencia exitosa de otros eventos adversos en su larga vida o
por sobre–estimación del riesgo.
55. Retornaron mensajes en los medios dirigidos a “los abuelitos “o “los ancianitos” junto a “pórtate bien”, además de posibles imposiciones de las
medidas por parte de algunas familias, subestimando la autorresponsabilidad en los mayores.
232
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
CONCLUSIONES.
LECCIONES APRENDIDAS Y DESAFÍOS ACTUALES
Desde el pasado mes de febrero la Cátedra del Adulto Mayor de la Universidad de La
Habana cumplió sus primeros 20 años de creada.
A nuestro criterio, además de indicadores de naturaleza estadística acerca de la
cantidad de egresados en cada curso escolar y el número de aulas funcionando, lo más
importante es haber logrado posicionar la imagen de la edad en desmontaje de una
representación social de la vejez como etapa final y ausente de proyecto.
Se han constatado impactos del programa educativo que demuestran el mejoramiento
de la percepción de calidad de vida en los cursantes, la importancia para los mayores de
poder disponer de buenas relaciones sociales como prioridad de dicha percepción, así
como el poder contar con la posibilidad de aprender cosas nuevas (Orosa, 2005).
233
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
234
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
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Universidad Autónoma de Madrid.
235
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
236
13.
RESUMEN
Introducción. El envejecimiento es el fenómeno demográfico más relevante del siglo XXI,
que tiene implicaciones políticas, económicas, sociales y culturales. No obstante, faltan
oportunidades para el desarrollo de las personas que envejecen, pues las instituciones
y la sociedad las conciben como individuos limitados. Por ello es fundamental potenciar
sus capacidades, a fin de responder a los desafíos sociales que este fenómeno plantea.
El Modelo para el Desarrollo Comunitario para el Envejecimiento (MDCE) procura lograr
un envejecimiento saludable a partir del desarrollo de las capacidades humanas. Las
Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) han adquirido relevancia en
las últimas décadas y han modificado las relaciones sociales; sin embargo, existe un
rezago en el acceso a las TIC, ya que sólo el 17% de la población mayor a 60 años
usa la Internet, lo que provoca la denominada “brecha digital”. Resulta urgente que las
instituciones educativas replanteen sus estrategias pedagógicas para generar respuestas.
El Aprendizaje–Servicio (ApS) contribuye al crecimiento local, a mejorar el aprendizaje
académico, al desarrollo de competencias, a la formación en valores y a la participación
ciudadana. Objetivo. Favorecer la inclusión social de las personas envejecidas a través
del uso de las TIC con base en el ApS. Metodología. Investigación acción participativa,
con una duración de diez meses, conformada por tres etapas: formación y diseño de
proyectos, ejecución y evaluación. Resultados. Los participantes aprendieron a usar el
celular, enviar mensajes de texto, mensajes vía WhatsApp, usar Facebook y navegar por
237
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
ABSTRACT
Introduction. Ageing is the most relevant demographic phenomenon of the 21st century, with vast
political, economic and cultural implications. Nevertheless, we are witnessing a lack of opportunities
for the elderly in all fields associated with a tendency to conceive them as individuals with limited
capacities. It is considered important to bolster their capacities in order to give them the possibility to
respond to social challenges. In such regard, ICT have increasingly modified social interactions with
an exclusion of a vast segment of our elderly. That is, according to recent statistical data in Mexico,
only 17% of this population has access to Internet, thus leading to a “digital divide.” Therefore,
educational institutions must enforce pedagogical strategies in order to generate solutions to such
problems The SLA contributes to community development through the promotion of academic
competences, values, and citizen participation. Objective. To promote social inclusion of elderly
populations through the use of ICT on the basis of SLA. Methodology. A participative action-research
protocol was conducted for 10 months including the following stages: (1) familiarization with project
design guidelines; (2) implementation of intervention; (3) evaluation. Results. At the end of the
intervention, participants were able to use ICT devices, including cell-phones, WhatsApp, Facebook,
text editing, and internet browsing. Conclusions. The SLA proved to be a pedagogical alternative for
the familiarization of elderly populations with ICT, thus promoting the inclusion of this important age
group.
Keywords: Community development, service learning, elderly, ICT, digital divide.
INTRODUCCIÓN
El envejecimiento es quizá el fenómeno demográfico más relevante del siglo XXI, que tiene
implicaciones políticas, económicas, sociales y culturales. Además, en determinados
escenarios, el envejecimiento puede incrementar la vulnerabilidad en distintas esferas de la
238
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
vida. Este proceso coloca a los gobiernos frente a retos que involucran un replanteamiento
de propuestas que garanticen el respeto a los Derechos Humanos de una sociedad que
envejece en un contexto de desigualdad.
El 11% de la población mundial supera los 60 años y se estima que la cifra alcance el
16% en 2050 (ONU, 2019). En los países miembros de la Organización para la Cooperación
y el Desarrollo Económico (OECD), la tasa de pobreza alcanza al 10.6% de este grupo
etario. Sin embargo, entre personas de 75 años dicho indicador se ubica en el 14.4%, por
lo tanto, existe una relación directa entre el incremento en la edad avanzada y la pobreza
(OECD, 2017). A nivel mundial, las mujeres envejecidas presentan tasas más elevadas de
pobreza debido a la desigualdad en el ingreso, en el acceso a la educación, al trabajo y a
los servicios de salud (HelpAge, 2015).
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), en
México habitan aproximadamente 126 millones de personas (INEGI, 2020). El 68% de la
población habita en entornos urbanos, el 6.1% (7.3 millones) son indígenas, y el 16.5%
(20.8 millones) presentan alguna discapacidad. Por otro lado, el 59% de la población
económicamente activa se ubica dentro del sector informal (INEGI, 2019). Nuestro país
presenta una esperanza de vida al nacer de 75.4 años, una media de edad de 29 años
(INEGI, 2020).
El 12% de la población total tiene 60 años o más, lo que equivale a 15.4 millones
de personas, de los cuales el 54% son mujeres y el 46% hombres. En este grupo etario,
el 8.8% corresponde a población indígena, el 16% es analfabeta, el 58.8% reporta tener
alguna discapacidad o limitación en la funcionalidad física o mental. La esperanza de vida
a los 60 años se ha calculado en 22 años para nuestro país, y un dato muy relevante es
que el 12% de las personas mayores de 60 años viven en hogares unipersonales, 45.1%
viven en hogares nucleares y 42.6% lo hace en hogares extendidos (INEGI, 2020).
De las personas con 60 años y más, 23.4% se encuentra en condición de rezago que
se refleja, entre otras cosas, en el índice de analfabetismo que en las mujeres asciende al
22.6%. No obstante, más de la mitad de los mayores de 60 años conservan la salud y no
tienen discapacidad, lo que representa un valioso capital social y una gran oportunidad
para fortalecerlo.
En el país, 74.4% de las personas mayores de 60 años sabe leer y escribir un recado,
81.5% de los hombres y 79.2% de las mujeres considera su estado de salud entre regular
239
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
y bueno, y más del 85% no reporta dificultades para llevar a cabo actividades básicas,
instrumentales y avanzadas de la vida diaria (INEGI, 2019). Esto revela la necesidad de
generar propuestas para potenciar y fortalecer el capital social con el que cuentan los
viejos en México.
En este escenario surgió el plan de estudios de la Licenciatura en Desarrollo
Comunitario para el Envejecimiento (LDCE), cuyo objetivo es formar profesionales con
carácter interdisciplinario, capaces de analizar, diseñar, ejecutar y evaluar acciones
enfocadas a la gestión y promoción del desarrollo integral de las personas a medida que
envejecen, para proponer y desarrollar programas que potencien las capacidades de los
individuos que envejecen, a fin de responder a los desafíos sociales en el marco de la
comunidad, las instituciones públicas, privadas y de la sociedad civil, con perspectiva de
género e interculturalidad (Plan de estudios, 2015).
Para alcanzar este objetivo, el Plan de Estudios destaca la importancia de la actividad
situada en un contexto determinado y reconoce que el aprendizaje escolar es, ante todo,
un proceso de enculturación en el cual los estudiantes se integran, gradualmente, a las
prácticas sociales y culturales de una comunidad. También comparte la idea de que
aprender y hacer son acciones inseparables; en consecuencia, los alumnos aprenden en
un contexto pertinente (Díaz, 2010).
De acuerdo con lo anterior, el plan de estudios de la LDCE incluye desde la etapa de
formación básica, el desarrollo de prácticas en escenarios reales con el fin de lograr la
integración teórico–práctica para que el estudiante aplique los conocimientos, observe y
cuestione la realidad. Aunado a lo anterior, concibe el aprendizaje como un proceso activo
de construcción de conocimientos, la enseñanza como un proceso de guía y ayuda por
parte del profesor y la evaluación como un instrumento que permite constatar el logro de
las competencias y saberes alcanzados por los estudiantes, luego de su participación en
las actividades de enseñanza y aprendizaje (Coll, et al., 2000). Por tanto, se asume que
en este modelo, los tres elementos mencionados son procesos interrelacionados que
deben guardar entre sí una estrecha coherencia.
Como parte de las actividades académicas de la LCDE se diseñan y ejecutan
programas que beneficien a la colectividad. En este sentido, el proyecto que presentamos
es el resultado del diagnóstico de necesidades y problemáticas detectadas en la
comunidad del municipio de Santa Cruz Tlaxcala, en el estado de Tlaxcala, que desembocó
240
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
241
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
MARCO TEÓRICO
El marco teórico de este proyecto se divide en dos apartados: el correspondiente al
Modelo Desarrollo Comunitario para el Envejecimiento y el de Aprendizaje–Servicio, los
cuales se presentan a continuación.
242
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
243
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
figura 1). El modelo está integrado por cuatro etapas que guardan una estrecha relación
entre ellas y que constantemente están sometidas a procesos de evaluación (diagnóstico,
diseño y planificación, ejecución y evaluación) que tienen como objetivo fomentar el
desarrollo de la autonomía, la participación, la agencia y el ejercicio de la ciudadanía a
través de la incorporación del autocuidado, la ayuda mutua y la autogestión mediante
procesos educativos participativos, con el fin de alcanzar un envejecimiento saludable
(Martínez, Vivaldo, González, Vivaldo, 2019, p. 66).
Figura 1.
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Evaluación
244
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
El modelo está integrado por cuatro etapas que guardan una estrecha relación entre
ellas, se basan en los aportes de la Salud Colectiva, la Teoría Sociológica de Bourdieu
y la Promoción de la Salud Emancipadora. Tiene como objetivo fomentar el desarrollo
de la autonomía, la participación, la agencia y el ejercicio de la ciudadanía a través del
autocuidado, ayuda mutua y autogestión mediante procesos educativos participativos
para alcanzar un envejecimiento saludable.
APRENDIZAJE–SERVICIO
Ante el desafío de un mundo globalizado y cada vez más complejo, se requiere la atención de
las particularidades de cada región del mundo en virtud de las diferentes necesidades sociales
que se generan al interior de cada país, así como de los diferentes grupos y comunidades.
Ante la predominancia de una visión instrumental y técnica del mundo, resulta urgente que las
instituciones educativas replanteen sus estrategias didácticas para que desde la academia se
generen respuestas a los problemas sociales existentes en la actualidad.
De acuerdo con Tapia (2014), el Aprendizaje–Servicio (ApS) es una propuesta
pedagógica que permite que los estudiantes desarrollen conocimientos y competencias a
través de una práctica de servicio solidario a la comunidad, en el ámbito de la educación
formal y no formal. En la educación formal se define como:
“ Un servicio solidario destinado a atender necesidades reales y sentidas de una comunidad, es protagonizado
activamente por los estudiantes desde el planeamiento a la evaluación y está articulado intencionadamente con
El ApS constituye una plataforma ideal para gestionar el conocimiento fuera del salón
de clase. También contribuye a la formación educacional y profesional por excelencia,
fortificando además, una cultura solidaria, responsable, de cooperación y de reciprocidad.
El ApS ayuda a los estudiantes a convivir con la comunidad a través del servicio, aprender
de la acción, es decir, los impulsa a correlacionar el ejercicio con los conocimientos
adquiridos en las aulas (Díaz, 2020, p. 5).
El fin último de esta propuesta pedagógica es conducir a la transformación de la
comunidad, la cual está estrechamente alineada con la justicia social. El objetivo es trabajar
245
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
en pos de una sociedad en la que tanto individuos como grupos sean tratados en igualdad
de condiciones y en la que existan oportunidades similares de participación y obtención de
beneficios sociales para todos los grupos: infancias, juventudes, vejeces. No obstante, el
aprendizaje–servicio sólo puede considerarse transformador si existe un salto imprescindible
que supere la conceptualización del aprendizaje desconectado de los desafíos de los
problemas cotidianos de la sociedad (Petersen and Osman, 2013, p. 3).
En este sentido, es fundamental llevar a cabo procesos de reflexión que nos conduzcan
a examinar y cuestionar nuestros marcos de referencia, si nuestra meta es construir una
forma diferente de ejercer la docencia y de concebir el aprendizaje. En otras palabras, la
práctica del ApS puede cambiar, de esta manera, los límites que tradicionalmente definen
quién es poderoso y bien informado y quién es incapaz e ignorante en la relación educativa
(Petersen and Osman, 2013).
El ApS promueve el ejercicio de la solidaridad, reconoce la dignidad de cada persona
junto con sus potencialidades y limitaciones, puesto que se entiende que es parte del
proceso de desarrollo. De acuerdo con Tapia (2014), “la solidaridad significa trabajar
juntos por una causa común, ayudar a otros en forma organizada y efectiva, resistir como
grupo o nación para defender los propios derechos, enfrentar desastres naturales o crisis
económicas, y hacerlo de la mano con los otros” (p. 155).
Los proyectos de ApS:
“ Contribuyen simultáneamente al crecimiento local, a mejorar la calidad del aprendizaje académico, al desarrollo
de competencias adecuadas para la inserción en el mundo del trabajo, a la formación personal en valores y a la
246
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
OBJETIVO GENERAL
Favorecer la inclusión social de las personas envejecidas a través del uso de las TIC y de
la adquisición de conocimientos y habilidades que les permitan un desarrollo humano y
comunitario, teniendo en cuenta sus opiniones y propuestas para implementar estrategias
viables de atención a sus necesidades, que se enmarcan en la estrategia pedagógica
del aprendizaje–servicio para mantener y potenciar sus capacidades físicas, psicológicas
y sociales en su entorno comunitario, con el fin de lograr un impacto significativo en la
mejora de su salud, bienestar y calidad de vida.
Objetivo pedagógico. Desarrollar un proyecto de intervención comunitaria en escenarios
reales (Asignatura Intervención Comunitaria).
Objetivo solidario. Favorecer la inclusión social de personas envejecidas a través del
uso de las TIC con el fin de facilitar, conocer y aplicar conocimientos tecnológicos en su
vida cotidiana con el propósito de reducir la brecha digital.
247
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
Objetivos específicos:
Emplear la tecnología para realizar gestiones básicas (uso de paquetería en
computadora).
Incorporar elementos tecnológicos a la vida cotidiana (uso de celular).
Los supuestos que planteamos y constituyeron la guía del modelo fueron los siguientes:
• La condición económica de los viejos repercute en su acceso a Internet.
• El uso cotidiano del Internet se remonta a hace poco más de 20 años, por lo que las
personas envejecidas de hoy no se apropiaron de su uso durante su juventud y ahora
se resisten al cambio.
• El uso de las tecnologías favorece su desarrollo social y económico.
• El conocimiento de la tecnología permite al viejo volver a estar en contacto con sus
seres queridos.
• El contacto con tecnologías les permite permanecer actualizados y buscar información.
• El contacto con las tecnologías favorecerá el ejercicio de la ciudadanía digital y
utilizarán la tecnología de forma responsable y pertinente.
• La inclusión al mundo tecnológico favorecerá un proceso de empoderamiento.
• El conocimiento del manejo de programas Microsoft brinda una alta gama de
posibilidades de gestión, útiles para las personas envejecidas.
METODOLOGÍA DE INTERVENCIÓN
El proyecto se enmarcó en la investigación acción participativa, ya que desde esta
perspectiva se abordó el objeto de estudio que se relaciona con el proceso de enseñanza
y aprendizaje y la relación escuela–comunidad. Tuvo una duración de 10 meses, y se
conformó por cuatro fases: diagnóstico, diseño y planeación de proyectos, desarrollo del
proyecto y evaluación. La información se obtuvo a través de entrevistas, cuestionarios,
fotografías, videos y relatorías.
248
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
nuestro equipo está conformado por cuatro profesores (psicóloga, socióloga, internacionalista
y un historiador). Los alumnos que condujeron las actividades pertenecieron a la primera
generación de la licenciatura, que en ese momento cursaban en el cuarto año la asignatura
Evaluación y Seguimiento de Proyectos Comunitarios. Ellos participaron tanto en el diseño
de las actividades como en la selección de instrumentos de diagnóstico y evaluación, en la
definición de cronogramas y prioridades, en la selección de temas a desarrollar y tomaron
decisiones respecto al ajuste de los horarios del grupo. El resto de los actores de esta
experiencia lo conformaron las personas envejecidas de la comunidad del municipio de Santa
Cruz Tlaxcala.
Con el objetivo de darle seguimiento al proyecto y de ajustar las actividades que se
desarrollaron en cada sesión, se sostuvieron reuniones con los estudiantes al finalizar
cada intervención para que comunicaran a los profesores sus inquietudes e impresiones,
pero también sus propuestas para mejorar. Los estudiantes elaboraron una relatoría de
cada una de las sesiones, así como un diario de campo.
PROCEDIMIENTO
4.2.1. DIAGNÓSTICO
Para realizar el diagnóstico se realizaron las siguientes acciones, tomando como referencia
la Ficha Orientativa de Diagnóstico (CLAYSS, 2017).
1. Se llevaron a cabo dos reuniones con los profesores de las asignaturas para
identificar los intereses de los profesores y el conocimiento de los planteamientos teóricos
y metodológicos del Aprendizaje–Servicio. En un segundo momento, se impartió un curso
sobre la estrategia ApS con el propósito de tener un piso común respecto a la filosofía y
estrategias de propuesta pedagógica.
(a) Taller exploratorio de los conocimientos de los alumnos vinculados con el ApS,
Formación de Ciudadanía y Metodologías Participativas.
(b) Taller “La Metodología del Aprendizaje–Servicio”.
(c) Taller sobre Metodologías Participativas.
249
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
(d) Taller para la identificación y selección de los estudiantes que fungieron como líderes
de los proyectos.
4.2.4. PLANIFICACIÓN
La intervención se llevó a cabo en 22 sesiones de tres horas, dos veces por semana,
con 15 participantes. La edad de los participantes osciló entre 60 y 82 años. La escolaridad
250
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
fue diversa, desde el que sólo sabía leer y escribir hasta un participante con licenciatura.
Las actividades se llevaron a cabo en el Centro de Desarrollo Comunitario, San Miguel
Contla, Municipio de Santa Cruz, Tlaxcala. Se les presentó la propuesta, se realizaron
ajustes de acuerdo con sus necesidades y se establecieron acuerdos y compromisos.
Durante todo el proyecto se llevaron a cabo sesiones de reflexión y evaluación.
Los temas que se revisaron y se practicaron fueron los siguientes: (1) Partes físicas
del Smartphone, (2) Ajustes del teléfono, (3) Ajustes y Play store, (4) Word, (5) Power Point.
RESULTADOS
Cada una de las sesiones se llevó a cabo de forma sistemática, de acuerdo con la
planeación metodológica y didáctica del programa, aunque en ocasiones se hicieron
cambios por falta de algún recurso e imprevisto. Por lo tanto, se considera que los objetivos
se cumplieron en un 90%.
Al término del programa, todos los participantes identificaron las partes físicas de su
teléfono celular, aprendieron a realizar llamadas telefónicas y enviar mensajes. Además,
manejaron la aplicación WhatsApp y navegaron por Internet. La mitad realizó llamadas
grupales y búsquedas por Internet (como precios de boletos y alguna búsqueda de un
libro de su interés). Todos tienen Facebook, y la mayoría lo usa constantemente, se envían
mensajes entre ellos, se comunican con sus familiares y comentan publicaciones de
interés común.
Con respecto al uso de la computadora, los participantes realizaron en todo momento
actividades prácticas, como el diseño de tablas en Word y de presentaciones en Power Point,
crearon correos electrónicos en Gmail, completaron formularios con datos personales, y
enviaron y recibieron correos como parte de las actividades que mantuvieron activos y
en comunicación a los participantes con sus familiares y conocidos. Los instrumentos
de evaluación fueron de gran relevancia para examinar el inicio, término y seguimiento
del programa. Los facilitadores mantuvieron la disposición, responsabilidad, paciencia
y atención hacia los participantes. Aunque los recursos materiales fueron insuficientes,
se obtuvo el mejor provecho. Al finalizar el programa los participantes elaboraron una
presentación de los aprendizajes obtenidos utilizando la computadora y el teléfono celular.
Asimismo, enviaron con frecuencia mensajes a los profesores y a los estudiantes.
251
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
Los principales aprendizajes obtenidos por los alumnos se relacionan con la capacidad
para explicar la realidad de las personas que envejecen de manera multidimensional, la
habilidad para diagnosticar problemáticas en escenarios reales y desarrollar acciones
de planeación participativa y evaluación. Del mismo modo, este proyecto permitió a los
estudiantes reflexionar sobre su actuación frente al grupo, pues cada sesión demandaba
para ellos responsabilidad, compromiso, toma de decisiones y el reconocimiento de los
valores y necesidades de las personas envejecidas.
A continuación, presentamos comentarios que los participantes hicieron durante la
fase de intervención.
“Nosotros venimos a computación, sabemos un poco pero no hay problema si iniciamos junto con los demás para
“Ya puedo meter la mano al aparato y ya he perdido el miedo a utilizar el teléfono” (Participante 5,
“El teléfono prácticamente lo utilizaba para hacer llamadas y contestar llamadas que era lo elemental,
entonces para mí era importante el saber las funciones que tengo dentro del teléfono; paulatinamente me he dado
cuenta que con los elementos que nos han dado, lo único que tenemos que hacer es aplicarlo” (Participante 4,
El impacto del programa en los participantes fue positivo, puesto que emprendieron
nuevos proyectos como apoyarse en el uso de la computadora y el teléfono celular para
construir una memoria de familia, además de que han demandado que se impartan nuevos
cursos para que se profundice en la materia. Los participantes describieron lo benéfico
que les resultó el programa, las formas en las que lo aplicaron en su vida cotidiana y
cómo fortaleció sus relaciones intergeneracionales, pues les permitió compartir con los
integrantes de su familia los conocimientos aprendidos.
Por lo que se refiere a los estudiantes, expresaron lo siguiente:
“Se logró romper la brecha digital existente con el grupo que se trabajó en el estado de Tlaxcala y realizar un
plan didáctico bien estructurado. Es fundamental tomar en cuenta las opiniones de los participantes para el
mejoramiento del plan de trabajo. Los facilitadores deben de estar sumamente preparados en el conocimiento, la
práctica y tener una buena actitud hacia las personas y estar atento a las necesidades de las personas e incluirlas.
252
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
CONCLUSIONES
Durante el desarrollo del proyecto se observó que la condición económica de las personas
envejecidas es un favor que repercute en su acceso a Internet, lo cual impidió que algunos
de ellos permanecieran en el proyecto debido a que en sus casas no podían practicar
lo aprendido. Asimismo, se constató que hay una resistencia por parte de las personas
mayores a participar debido al temor de no ser capaces de aprender, así como al temor
de manipular los dispositivos tecnológicos.
Sin embargo, las personas que lograron mantenerse hasta el final del proyecto
manifestaron, junto con sus familiares, que la participación en este tipo de actividades
favorece el desarrollo humano, social y comunitario de este grupo etario, pues permite la
interacción con otros, la posibilidad de aprendizaje, la aplicación de estos conocimientos
en la vida cotidiana y la inclusión social.
Para varios de los participantes, el aprendizaje de estos recursos tecnológicos les
permitió entrar en contacto con sus familiares y amigos que residen en otros lugares.
Asimismo, propició el acercamiento con las generaciones de jóvenes y de niños.
En lo que respecta al supuesto de que el manejo de las tecnologías favorece el
ejercicio de la ciudadanía digital, no lo hemos podido constatar aún. Lo que sí observamos
fue que la inclusión al mundo tecnológico favoreció un proceso de empoderamiento, en
virtud de que ya no dependen de otros para hacer uso de estos medios y manifestaron
tener ahora una percepción de autonomía. En lo que se refiere al conocimiento del manejo
de programas Microsoft, se observó que para algunos significó la posibilidad de gestionar
nuevos proyectos, como fue el caso de la construcción de una memoria familiar usando
el procesador de palabras.
En cuanto a la propuesta pedagógica de ApS, consideramos que representa un
recurso pedagógico fundamental para cumplir los objetivos del MDCE, y desde luego,
para la formación de los estudiantes y para la inclusión de las personas envejecidas,
ya que posibilitó atender una necesidad prioritaria para ellos. Asimismo, el ApS permite
integrar los aprendizajes académicos formales (desarrollo de una intervención) con un
servicio (formar a personas envejecidas en el uso de tecnologías para resolver problemas
cotidianos). De la misma manera, se observó una mejora del entorno social (las personas
envejecidas se comunican a través del uso de tecnologías y realizan otras tareas), esto es,
se cumplió con un servicio solidario que transformó su realidad. Los estudiantes cubrieron
253
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
REFERENCIAS
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y Cárdenas, R. (Comps.), Aspectos de las políticas y prácticas públicas de salud
en México. Seguridad Social, servicios, promoción de la salud (91-116). México:
Universidad Autónoma Metropolitana.
Chapela, M. C. (2008a). Promoción de la salud para la disminución del riesgo y el cuidado
de las enfermedades crónicas. En Mendoza Núñez, V., Sánchez Rodríguez, M. y
Correa Muñoz, E. Estrategias para el Control de enfermedades crónico-degenerativas
a nivel comunitario (pp.23-45). México: Facultad de Estudios Superiores-Zaragoza,
Universidad Nacional Autónoma de México.
Chapela, M. C. (2008b). Una definición de salud para promover la salud. En Martínez S.
(Comp.), Seis miradas sobre la salud y sus relaciones con el mundo social (13-34).
México: Universidad Autónoma Metropolitana.
Chapela, M. C. (2010). Contenidos de poder en la historia de la promoción de la salud.
En Chapela, M. C. y Cerda, G. A. Promoción de la salud y poder: reformulaciones
desde el cuerpo-territorio y la exigibilidad de derechos (21-69). México: Universidad
Autónoma Metropolitana-Xochimilco.
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14.
RESUMEN
Promoción del autocuidado hacia las personas adultas mayores, como práctica de una
visión de gerontología comunitaria.
Este trabajo teórico–práctico constituye una importante evidencia sobre el Trabajo
Social Gerontológico. Se centra en procesos de Práctica Regional realizados en el
Municipio de Nezahualcóyotl en el período 2013-2018, lapso en que se creó una red social
de apoyo y capacitación con diferentes instancias de atención a este sector, como son el
DIF municipal, Centros de Salud, Casas de Día, Municipios, parroquias, casas de cultura
y centros comunitarios.
El trabajo desarrollado generó recursos teóricos, epistemológicos, didácticos,
metodológicos, organizativos y de capacitación. Nos centramos en dos actividades
principales: la capacitación de personas adultas mayores y de promotores de grupo.
Las actividades realizadas se basaron en tres ejes de intervención: la promoción del
autocuidado, la capacitación gerontológica y la formación de redes sociales de apoyo.
En este trabajo se presenta la visión de gerontología comunitaria como promotora
del autocuidado, ya que sustenta evidencia de potenciar a las personas adultas mayores,
favoreciendo su autonomía, desarrollando su autoestima, mejorando su calidad de vida
y las relaciones con su entorno social y comunitario. Se creó un manual de autocuidado
y desarrollo personal basado en los intereses y necesidades más apremiantes de los
adultos mayores, promoviendo de esta manera una cultura más saludable del sector.
El resultado de la práctica exitosa en la capacitación de personas adultas mayores
en técnicas de autocuidado y en la reflexión sobre sus problemas de salud, redundó en el
fortalecimiento de sus vínculos familiares y de su autoestima. También en la creación de
redes de apoyo al interior de los grupos sociales y de las instituciones públicas, así como
259
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
ABSTRACT
Older adults self–care promotion as a view of communitary gerontological practice.
This theoretical–practical study is important evidence on gerontological social work. It was
focused on regional practice processes carried out in Nezahualcoyotl Mexico during 2013 and
2018: at this period, a social support network and training job was developed in collaboration with
public health and social assistance institutes, such as DIF, health centers, refuges, parishes, culture
centers and community centers.
This study has theoretical, epistemological, didactic, methodological and training implications.
Aimed at two main activities: the training of older adults and the group promoters (head persons in a
social group). All the actions performed were centralized in three axes of intervention which resulted
with an implementation on: promotion of self-care, gerontological training and the creation of social
support networks.
In this paper, the vision of community gerontology is presented as a promoter of self-care,
since it supports evidence of empowering older adults, supporting their autonomy, increasing their
self-esteem, improving their quality of life and enhancing their social and community relationships.
A guide for health practices and self-care was created based on their main interests and needs,
promoting the practice of healthy behaviors.
Results indicate that the training job performed with older adults in techniques of self-care
and health issues had a positive impact on the strength of family bonds and improvements on self-
esteem. Indeed the social work practical derived in the creation of social support networks and the
professional practice of social work students in areas such as the social gerontological and activities
with vulnerable social groups.
Keywords: Active aging, empowerment, independence, wellness.
260
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
Imagen 1.
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo es un aporte a los procesos de intervención de la profesión de Trabajo
Social en el campo de la Gerontología comunitaria. Como tal, es importante señalar diversos
aspectos que son necesarios para el abordaje de la problemática de las personas adultas
mayores, a partir de dos sondeos realizados en campo y que funcionan como marco de
intervención de acuerdo con las problemáticas detectadas en ellos y que dan pie a una
serie de estrategias para dar respuesta a esta situación.
El Trabajo Social en el campo de la Gerontología está en proceso de construcción,
por ello, todos los aportes enfocados en este sentido deben considerarse importantes, ya
que dan significado a dicha experiencia y por lo tanto, son sujetos de modificación.
La intervención que se desarrolló en el municipio de Nezahualcóyotl fue parte del
Programa de Práctica Regional durante el sexto y séptimo semestre de la formación
escolar de la Licenciatura en Trabajo Social de la Escuela Nacional de Trabajo Social
(ENTS) de la UNAM. Como proceso de intervención se dará cuenta de las diferentes
etapas que se siguieron durante el período 2013-2018. Para ello, se hará una revisión de
diferentes aspectos que permitirán dilucidar el proceso seguido a la luz de la metodología
implementada, los vínculos institucionales, las fuentes teóricas de apoyo, las estrategias
261
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
para el trabajo directo con grupos, y los resultados obtenidos en cada una de las etapas
que se desarrollaron.
En un principio, se señalarán algunos elementos estadísticos que permitieron
vislumbrar la naturaleza de la problemática del sector a nivel internacional, nacional y
local. Posteriormente, se abordarán aspectos que permitieron la práctica exitosa, tales
como la perspectiva metodológica, las estrategias de trabajo para establecer la región
de trabajo, la vinculación con las diferentes instituciones relacionadas con la atención de
las personas mayores, y las formas de intervención a través de los talleres. Después se
desglosarán los temas del manual de autocuidado por áreas, para posteriormente, definir
los objetivos de la intervención, sus resultados y conclusiones, y el aporte que desde la
perspectiva del que suscribe, se proporciona al Trabajo Social Gerontológico.
MARCO TEÓRICO
¿QUÉ ES EL ENVEJECIMIENTO?
Es importante considerar las diferentes visiones que existen respecto al envejecimiento, tales
como la que ubica a la vejez como deterioro, dependencia o carga social; la que la considera
como cambio o continuidad; o como producto cultural e histórico. También están las visiones
positivas de la misma, entre las que se encuentran: la vejez como oportunidad o tiempo
productivo, el ajuste vital positivo, el envejecimiento exitoso o la vejez ajustada, y la vejez como
emancipación, y en ésta se inscribe la visión de la Gerontología Crítica, la cual representa el
objetivo de buscar la emancipación de la gente mayor, consistente en la liberación del sistema
de ataduras representados en la edad cronológica y en la cultura juvenilista (García, 2000).
En este contexto, coincidimos con la definición de Mendoza, Martínez y Martínez (2018)
sobre el envejecimiento humano como un proceso gradual y adaptativo, caracterizado
por una disminución relativa de la reserva y de la respuesta biológica ante las exigencias
para mantener o recuperar la homeostasis, debido a las modificaciones morfológicas,
fisiológicas, bioquímicas, psicológicas y sociales, propiciadas por la carga genética y el
desgaste acumulado ante los retos que enfrenta la persona a lo largo de su historia en un
ambiente determinado (p.2).
A partir de esta definición es posible integrar el significado que tiene la intervención
en la problemática de las personas adultas mayores. Para ello se hará referencia a datos
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ubicada al oriente. Ahí se realizó un censo al total de la colonia para detectar población
adulta mayor, realizándose un total de 246 encuestas. El segundo estudio fue a través de
un sondeo a integrantes de cinco grupos de diferentes instituciones ubicados en distintas
zonas del municipio.
A partir de estos sondeos se obtuvieron datos importantes sobre las condiciones de salud
de los adultos mayores: el 82% dijo tener una enfermedad crónico–degenerativa, el 60% vivir
con familiares, el 80% manifestó tomar más de tres medicamentos; las enfermedades que más
prevalecieron fueron la hipertensión arterial, diabetes mellitus, problemas gastrointestinales
y problemas articulares (Censo de población realizado en la colonia Loma Bonita, 2013, y
sondeo a 145 personas adultas mayores de 5 grupos de adultos mayores, 2014).
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PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
Imagen 2.
Grupos
parroquiales
Redes de
Casas de día apoyo Centros de salud
Centros
comunitarios
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El autocuidado tiene dos objetivos primordiales: que el adulto mayor tenga una buena
calidad de vida, y posteriormente, esto traerá consigo un bienestar a lo largo de este
proceso. Para entender un poco mejor estos conceptos comenzaremos por definir cada
uno de ellos y mostraremos algunas de sus características.
La calidad de vida se define como el bienestar, felicidad y satisfacción de un individuo,
que le otorga a éste cierta capacidad de actuación, funcionamiento o sensación positiva
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PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
al autocuidado como una guía fundamental para evitar casos de muerte, discapacidad y
dependencia física, económica y emocional.
Las diferencias en cuanto a la situaciones y condiciones de las personas mayores
nos permiten retomar dos cosas: en principio, la propuesta que hace la OMS en torno
al envejecimiento activo, y en segundo lugar, los datos que se arrojan en la encuesta
sobre salud y envejecimiento, los cuales permiten considerar que un alto porcentaje de la
población es funcional, y por ello debe eliminarse la visión de decrepitud, dependencia y
obsolescencia de las personas mayores.
ENVEJECIMIENTO ACTIVO
El paradigma del envejecimiento activo fue definido en 1999 por la OMS como el proceso
de organización de las oportunidades de salud, participación y seguridad, con el fin de
mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen (Correa y Mendoza,
2006). Sus objetivos son los siguientes:
• Aminorar el porcentaje de muertes prematuras por enfermedades crónicas.
• Mejorar la calidad de vida durante el envejecimiento.
• Incrementar la participación activa de los adultos mayores en los ámbitos sociales,
culturales, económicos y políticos.
• Reconocer la importancia de la participación de los adultos mayores en trabajos
remunerados y no remunerados.
• Aminorar gastos por tratamientos médicos y hospitalarios durante la vejez.
• Modelos de núcleos gerontológicos.
• Autocuidado–ayuda mutua–autogestión.
271
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
GERONTOLOGÍA SOCIAL
Es la ciencia que estudia los fenómenos del envejecimiento en la población, analiza la
participación de los adultos mayores en la sociedad y cómo esta influye en el proceso de
envejecimiento. Asimismo, se ocupa del estudio de la vejez y de todos aquellos fenómenos
que la caracterizan.
La Gerontología se ha desarrollado fundamentalmente en la segunda mitad del
siglo XX. Al respecto, Fernández Ballesteros (2004) señala que la gerontología científica
se inaugura con el estadounidense Cowdry (1939), en el texto “Problemas en el
envejecimiento”. En esta obra no sólo se abordan las condiciones médicas y físicas en
272
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
relación con la edad, sino que se incorporan aspectos psicológicos y sociales, por lo que
puede ser considerado el primer tratado de Gerontología (Fassio y Roqué, 2012, p. 12).
Podemos identificar un doble objetivo en esta disciplina: por un lado, contribuir a propiciar
las condiciones para prolongar la vida de los individuos; por el otro, mejorar la calidad de vida
en las personas adultas mayores. Con la finalidad de facilitar la construcción y valoración
del rol social activo de las personas mayores surge la necesidad de diseñar e implementar
estrategias de intervención gerontológica basadas en la comprensión del proceso de vejez y
envejecimiento, tendientes a mejorar su calidad de vida. Para diseñar tales estrategias hay que
tomar en cuenta los siguientes valores de la gerontología social: individualidad, independencia,
integración ingresos, interdisciplinariedad e innovación. (Piña, 2009).
Dentro del proceso de práctica escolar se retomaron algunos valores de Gerontología
Social. El primero de ellos fue la individualidad: cada persona es única en su forma de
ser, pensar y relacionarse, así como en su proceso de aprendizaje; por ello, las técnicas
grupales se enfocaron en considerar al individuo en particular, es decir, la atención se
enfocó dependiendo de la condición individual.
El siguiente valor es la independencia: aquí se permite apreciar y destacar el rol social
que cumplen las personas adultas mayores dentro de la sociedad, ya que se encuentran
en una etapa en la cual se les suele desvalorizar sus capacidades físicas y de toma de
decisiones; no obstante, ha sido fundamental reconocer y facilitar la autonomía del adulto
mayor durante todo este proceso.
Otro valor retomado es la integración: se observa al adulto mayor como un sujeto bio–
psico–social, en donde los aspectos biológicos, psicológicos y sociales están interrelacionados
y deben ser tomados en cuenta para brindar atención en el proceso de vejez. Por ello, su atención
requiere de una interdisciplinariedad que permita brindar soluciones a sus necesidades.
Por último, la innovación, tomada como una nueva forma de plantear soluciones a los
retos del envejecimiento. En esta perspectiva, la práctica innovó la propuesta alternativa
de atención a la salud física y emocional con tres claros propósitos: dar respuesta a las
necesidades de atención a la salud física y emocional sin efectos secundarios, disminuir
costos de atención a los padecimientos de la población, y atender el fenómeno de la
iatrogenia (efectos secundarios de los medicamentos). La propuesta alternativa tuvo una
gran aceptación, de ahí que el manual de autocuidado es, en sí mismo, una innovación en
la propuesta interdisciplinaria de atención de las personas mayores.
273
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
GERONTOLOGÍA COMUNITARIA
“La Gerontología Comunitaria es uno de los nuevos marcos metodológicos y teóricos
para la investigación en materia de envejecimiento y vejez que se viene gestando en
Latinoamérica. Su práctica toma a la comunidad como escenario y a la participación
como el medio para el desarrollo de los mayores y sus entornos, la integración y el
tratamiento de sus problemáticas específicas [...]” (Segundo Congreso Latinoamericano
de Gerontología Comunitaria, 2013, p. 9 ).
“Es un campo de estudio emergente que tiene como propósito el desarrollo de
estrategias para la implementación de programas que permitan lograr el máximo de
funcionalidad, salud, bienestar y calidad de vida de los ancianos en su entorno social y
comunitario” (Fassio y Roqué, 2013, p. 113).
Partiendo de estas definiciones, el trabajo realizado se enmarca en esta perspectiva.
Tomamos a la comunidad como escenario, es decir, a las diferentes instituciones y
grupos de personas mayores en su espacio relacional con sus diferencias de intereses,
formas de organización, vínculos afectivos, y seguimiento de programas. El vínculo
se genera como un proceso colectivo de aprendizaje en el que se da una interacción
alumnos-grupo, con el propósito de aportar elementos importantes y significativos que
mejoren la calidad de vida de las personas, y en el caso de las y los estudiantes, la
posibilidad de aprender de la experiencia de las personas mayores en esta interacción
de enseñanza–aprendizaje.
Todo ello dio una gran diversidad y riqueza a la intervención, a tal grado que en 2018
tuvimos la visita de estudiantes de la Universidad de Cambridge, Estados Unidos, con
el objetivo de conocer la experiencia que se estaba generando desde la perspectiva de
nuestra práctica de Trabajo Social con personas mayores.
274
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
275
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
EJES DE INTERVENCIÓN
Fueron tres los ejes que orientaron la participación de los grupos en el municipio de
Nezahualcóyotl, los cuales dieron respuesta a las necesidades de la población adulta
mayor:
1. Promoción del autocuidado de las personas adultas mayores.
2. Formación y fortalecimiento de redes de apoyo para las personas adultas mayores.
3. Capacitación de promotores y coordinadores de grupos.
Estos ejes surgieron de las problemáticas de las personas adultas mayores, las
cuales se detectaron a través de la aplicación de dos instrumentos en diferentes lugares
y con distinta población en el municipio de Nezahualcóyotl (Censo 2013 y sondeo 2014).
OBJETIVOS
Objetivo general: intervenir en la problemática de las personas adultas mayores a través
de:
• La promoción del autocuidado.
• La formación de redes sociales.
• La capacitación gerontológica para el mejoramiento de las condiciones de vida del
sector en el municipio.
276
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
• Objetivos específicos
• Promover el autocuidado como estrategia orientada al cambio y establecimiento de
conductas que lleven a un envejecimiento saludable.
• Fomentar lazos y redes de apoyo de las distintas instituciones y organizaciones que
brinden atención al sector a nivel federal, estatal y municipal.
• Promover la capacitación de los promotores y coordinadores de grupo para que
obtengan herramientas gerontológicas que posibiliten la atención con calidad y
calidez a dicho sector.
277
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
mejorar su condición de vida a partir de sus padecimientos y de las posibilidades que aún
tiene para hacerlo, lo cual incide necesariamente en su bienestar y en el de su comunidad.
Por otro lado, al intervenir en la promoción y formación de redes sociales de apoyo, se
posibilita el hecho de potenciar el capital familiar y comunitario, es decir, en la medida en la
que se articulan y fortalecen las redes de apoyo, el adulto mayor tendrá más posibilidades
de resolución de sus problemas porque cuenta con más recursos a los cuales recurrir
para hacerlo. Finalmente, la capacitación gerontológica también apunta a favorecer el
capital comunitario, porque el adulto mayor se beneficia de la capacitación del personal
encargado de realizar programas destinados a su atención.
ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN
Para el abordaje de la problemática se establecieron diferentes estrategias de trabajo, todas
ellas basadas en la línea metodológica establecida. Para iniciar el trabajo se analizaron
diferentes fuentes de información con el propósito de contextualizar la problemática del
sector: se analizaron leyes y programas federales, estatales y locales; se ubicó la situación
del sector; cuáles son sus características; las diferencias entre envejecimiento y vejez; los
mitos y estereotipos; la forma de aprendizaje de las personas mayores; las técnicas para
hacer didácticas las sesiones; y se revisó teoría sobre grupos, específicamente enfocados
en los mayores.
Asimismo, como estrategia de trabajo de campo, se dividió a la región en tres zonas.
El propósito fue hacer un programa paralelo, que fuera común para las diferentes zonas,
grupos e instituciones presentes en el municipio. Esta estrategia permitió hacer operativo
el trabajo, cada área estuvo a cargo de un equipo y la responsabilidad de atención de
los grupos presentes correspondió al equipo asignado. Para los eventos comunes se
convocó a las instituciones responsables de cada grupo y esto permitió ir tejiendo una
importante red de apoyo institucional.
Las instituciones con las que se tuvo relación fueron las siguientes:
278
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
Tabla 1.
IMSS Clínica 75
Deportivo Metropolitana
279
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
MANUAL DE AUTOCUIDADO
El manual de autocuidado fue la base de la intervención. Para su elaboración se desarrolló
el siguiente proceso: se realizó una investigación documental sobre diferentes manuales
de países como España, Chile, Perú, Nicaragua y México; posteriormente, se elaboró un
manual como base para la primera fase de impartición de cursos, retomando aspectos
importantes de cada manual.
Conforme se fue avanzando en la impartición de talleres, las sesiones sirvieron para
retroalimentar el contenido del manual. Dos vías más de consulta para la investigación
de temas fueron la propuesta de coordinadores y promotores de grupo y los sondeos
que se hicieron en cada inicio de los procesos grupales de prácticas escolares. Así,
el manual se fue ampliando hasta la versión actual que cuenta con un total de 45
280
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
Tabla 3.
2013 185 24 5
2014 695 72 20
2015 1702 76 14
2016 1685 49 13
2018 1336 58 11
281
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
Población atendida
2,000
1,702 1,685
1,586
1,500
Población
1,000
695
500
185
120
109
100
80 72 76
58
60 49
40
24
20
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PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
Tabla 4.
TEMAS CON MAYOR DEMANDA, DE ACUERDO AL MANUAL DE AUTOCUIDADO Y AL AÑO DEL PROCESO DE INTERVENCIÓN
Año Temas
2016 Medicina natural, prevención de accidentes, digitopuntura, musicoterapia, manejo de emociones y testamentos.
CONCLUSIONES
• Las personas mayores manifestaron interés por la información obtenida, ya que
significó el cambio de distintos hábitos: nutricionales, la necesidad de ejercitarse, y en
general propició el conocimiento de su cuerpo y la forma de prevenir enfermedades
y posibles discapacidades.
• Al ser la iatrogenia un efecto importante en la salud de las personas mayores, el
conocimiento de alternativas de atención resultó de mucho beneficio e interés, de ahí
que en las estadísticas el tema de Medicina Natural ocupó el primer lugar en la demanda,
seguido por el de digitopuntura, musicoterapia y risoterapia, tanatología y autoestima.
• Los temas de mayor interés dependen de las características del sector, considerando
que el 82% de los encuestados padece una enfermedad crónico–degenerativa y tiene
una historia de pérdida sin resolver.
• El programa de práctica regional es un aporte a la Gerontología Comunitaria: la labor
realizada se enmarca en esta línea de desarrollo porque es un trabajo que ha permitido
acercar a las personas adultas mayores a conocimientos de diversa índole que los
benefician de forma directa. Además, su contenido tiene una estructura metodológica:
métodos, técnicas, teorías y propuestas prácticas acorde a las características y
necesidades del sector.
283
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
REFERENCIAS
Avalos, R. (2017). Programas socioeducativos para personas mayores (apuntes para la
intervención de Trabajo Social en el ámbito Gerontológico), UNAM.
Bassols, M. & Espinosa, M. (2011). Construcción social del espacio urbano: Neza y
Ecatepec, los dos gigantes de oriente, 7(2II):188-212, IIJ-UNAM.
Censo de población realizado en la colonia Loma Bonita (2013) y sondeo realizado
durante el segundo proceso a 145 personas adultas mayores de 5 grupos de adultos
mayores (2014).
284
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
285
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
286
15.
RESUMEN
Entre los meses de noviembre 2019 y enero 2020 se desarrolla la Escuela de Líderes de
Consejos Locales de Salud de Viña del Mar, Chile, un espacio diseñado y gestionado por
la Unión Comunal de Consejos Locales de Salud, por medio de la adjudicación de un
fondo concursable del Ministerio de Salud. Este espacio contó con la colaboración de la
Corporación Municipal de Viña del Mar y la Universidad de Valparaíso, y que si bien no
estuvo dirigida exclusivamente a personas mayores, se caracterizó por contar con una
mayoritaria presencia de mayores de 60 años. A partir de lo anterior, el objetivo de este
trabajo es describir la experiencia de la Escuela como una forma de abrir espacio a la
reflexión sobre la participación social–comunitaria, bajo el contexto de atención primaria
de salud como estrategia y en el marco del modelo de atención integral con enfoque
familiar y comunitario, este último declarado por Chile en los últimos veinte años. En este
contexto de participación social–comunitaria, y desde la autogestión de los y las propias
dirigentes de salud, emerge la relación intergeneracional como un elemento central de
la experiencia, resultando, de interés describir cómo se representa en estos espacios
de ejercicio de liderazgo por parte de personas mayores, desde los mismos sujetos. La
metodología utilizada para la revisión de la experiencia es de sistematización, mientras que
la apuesta interventiva para el desarrollo de la escuela es eminentemente participativa, de
co-construcción colectiva y con un fuerte sentido de equidad, lo que permite proyectar el
surgimiento de una Escuela permanente. En términos generales y en relación a la dimensión
gerontológica, se identifican discursos que aperturan la inclusión intergeneracional, sin
desconocer la existencia de otros que dan cuenta de una perspectiva edadista, donde el
liderazgo de personas mayores se representa como negativo.
287
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
I. INTRODUCCIÓN:
¿CÓMO HACEMOS PARA TRANSMITIR EL LEGADO A LAS FUTURAS GENERACIONES?
Existe consenso en reconocer el valor de la participación de las personas mayores en
organizaciones sociales, especialmente desde la relación entre personas de la misma
edad, propiciando elementos de reconocimiento y confirmación mutua (Arias, 2002 en
Huenchuan, Guzmán y Montes de Oca, 2003). Sin embargo, al momento de revisar la
288
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
57. Para efectos de esta presentación, no se distinguirán estas tres perspectivas, entendiendo que aluden un mayor potencial. Sin embargo, las
autoras reconocen que existen distinciones teóricas entre sí.
58. A partir del 18 de octubre 2019 en Chile acontecen una serie de protestas sociales de diversa intensidad, que propiciaron un acuerdo de plebiscito
para autorizar el cambio de la Constitución de 1980. Para mayores antecedentes se sugiere revisar la prensa del último trimestre 2019, que da cuenta
de este fenómeno, por ejemplo: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-50115798 https://www.dw.com/es/la-cronolog%C3%ADa-
del-estallido-social-de-chile/a-51407726 https://radio.uchile.cl/2020/02/18/a-cuatro-meses-del-estallido-social-la-herida-de-chile-aun-no-cicatriza/
289
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
pregunta que se expone durante las sesiones del Taller–Escuela y que da inicio a este
trabajo: ¿Cómo hacemos para transmitir el legado de los consejos locales de salud a las
nuevas generaciones?
La pregunta anteriormente planteada se cruza con una afirmación recurrente, también
presente en la escuela, pero recogida, además, desde otros espacios de intervención en
salud comunitaria: “Los Consejos Locales de Salud están compuestos mayoritariamente
por personas mayores”.
A continuación se presentarán los aspectos generales del desarrollo de la experiencia
desde una aproximación a la sistematización, para posteriormente focalizar en los aspectos
de participación de personas mayores en contextos intergeneracionales.
290
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
de poder decidir sobre los determinantes sociales, que condicionan su nivel de salud
o de bienestar” (MINSAL 2013, pág. 87). En este sentido, si bien existen procesos de
participación que acontecen en la esfera individual, para efectos de este trabajo se
relevan las formas de ejercicio organizativo que acontecen en contextos de comunidades,
sean espacios territoriales o simbólicos, donde existe, entre otras cosas, sentido de
pertenencia.
Es en ese marco que la participación puede presentar distintas formas en el contexto
de la relación con el Estado. Al respecto, Marchioni (2014) plantea una consideración a la
comunidad, tanto como destinataria de programas y acciones, o bien protagonista de la
gestión de demandas y soluciones frente a necesidades colectivas. Esta consideración
como protagonista o destinatario, situado en el contexto de salud, va a tener relación
con diversas concepciones de instituciones y profesionales respecto al rol que deben
jugar las comunidades en la producción de salud, construyendo desde ahí relaciones
de carácter vertical u horizontal en función de esas concepciones.
A cuarenta años de la declaración de Alma Ata, la declaración Astaná (2018)
plantea el desafío del empoderamiento de la comunidad y la rendición de cuentas de las
instituciones como un importante mecanismo de equidad en salud. Si bien es cierto que
estos elementos se encuentran en declaraciones previas, se destaca la vinculación con
los Derechos Humanos y la comprensión que deben existir espacios de democratización
de saberes que contribuyan a la participación real de personas y comunidades.
En Chile, el contexto actual de Atención Primaria de Salud entendida como estrategia
coexiste con los principios del MAIS, Modelo de Atención Integral con Enfoque Familiar
y Comunitario (MINSAL, 2013), el cual se instala en forma progresiva desde inicios de
la década del 2000 y se establece como una definición nacional a partir del 2005 con la
reforma de salud. Este modelo plantea ideas fuerzas centrales basadas en la atención
centrada en el usuario, la integralidad en la atención y la continuidad de los cuidados
(MINSAL, 2013).
Además, dicho modelo revela una serie de principios, entre los que destaca la
participación en salud (MINSAL, 2013, pág. 25). Lo anteriormente señalado nos permite
comprender que existe una directriz de política pública de salud chilena que identifica la
participación social, en lo individual y colectivo, como un valor a la hora de orientar hacia
el alcance del derecho del mayor nivel de salud posible.
291
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
292
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
293
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
tener distintos niveles de intensidad, que van desde ajustes menores hasta personas
mayores sin rol social, lo que puede influir en su autoestima y auto concepto (Piña, et al.,
2018).
A partir de todo lo anteriormente consignado, resulta relevante revisar la experiencia
de la Escuela de Líderes de Consejos Locales de Salud de Viña del Mar, Chile, desde la
mirada de los procesos participativos que acontecen en el sector salud, pero además,
desde la perspectiva intergeneracional, donde la experiencia no se construye “para” ni
“sólo” para Personas Mayores, sino que bajo una motivación transversal, como es la salud
de las comunidades. Desde ahí se establecen motivaciones hacia el ejercicio de liderazgo
y gestión participativa en los distintos territorios de la ciudad de Viña del Mar, los cuales se
organizan en función de la presencia de establecimientos de Atención Primaria de Salud y
desde ahí, la relación con consejos locales de salud, organizaciones que buscan generar
articulación con las otras organizaciones territoriales.59
Los objetivos de este trabajo son:
• Describir la experiencia en torno a la participación comunitaria en salud, representada
en la Escuela de Líderes de Consejos Locales de Salud de Viña del Mar, Chile año
2019–2020.
• Profundizar sobre las tensiones y oportunidades para el liderazgo comunitario desde
las experiencias de las Personas Mayores que ejercen roles de representación al
interior de los Consejos Locales de Salud.
• Reflexionar en torno a participación y liderazgo en Atención Primaria de Salud, desde
la mirada del Trabajo Social y en el contexto del Modelo de Atención Integral con
enfoque familiar y comunitario.
59. Existen distintas perspectivas para comprender el concepto de territorio. En esta ocasión, se utilizará la división territorial en torno a los 14
Establecimientos de Atención Primaria de Salud de Viña del Mar, pertenecientes a la Corporación Municipal de Viña del Mar.
294
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
295
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
LÍDERES Y COLABORADORES COMUNITARIOS PARA LA ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD DE VIÑA DEL MAR.
Elemento Descripción
Nombre iniciativa Escuela de líderes y colaboradores comunitarios para la Atención Primaria de Salud.
Contribuir a la diversificación y fortalecimiento del liderazgo comunitario en salud, por medio del diseño
Objetivo y ejecución de un programa de formación–actualización en la materia, dirigido a representantes de
instancias de participación territorial de la comuna de Viña del Mar.
- Área Participación, Corporación Municipal para el Desarrollo Social de Viña del Mar.
Organismos participantes - Área Comunitaria, Programa Medicina Familiar Escuela de Medicina,
Universidad de Valparaíso.
Ministerio de Salud, por medio de fondo concursable, adjudicado a la Unión Comunal de Consejos
Financiamiento
Locales de Salud.
- 25 personas promedio, proveniente de Consejos locales de Salud de Viña del Mar, juntas de vecinos,
organizaciones culturales, otras.
Participantes - Participación mayoritaria de Personas Mayores, provenientes de los Consejos Locales de Salud. Sólo
2 participantes son menores de 40 años. Otras organizaciones presentes: Centro cultural, juntas de
vecinos.
- Clases expositivas.
- Talleres, ejercicios prácticos.
- Exposición de videos.
Modalidad clases
- Prioridad al plenario–intercambio.
- Se entregan los mismos contenidos que académicos/as imparten en pre y postgrado:
democratización de los saberes, reconocimiento a las capacidades de los y las asistentes.
60. En algunas sesiones se debieron agrupar temas, dado que el calendario fue reorganizado debido al estallido social chileno del 2019 y las
dificultades de realizar actividades en determinados horarios.
296
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
cuenta que todo tiene que ver con salud” (Dirigenta, entrevista).
“Siempre fui dirigente vinculado a lo sindical… luego incursioné en salud tras la jubilación… ahí conocí a
297
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
”Los que estamos en edad mayor, estoy cumpliendo con entregar parte de la historia y no la podemos
llevar a otra vida, debemos comunicar nuestra experiencia… les estamos diciendo ábranse a la juventud”.
entrevista)
”A mí me interesaba que fueran jóvenes… estamos en una edad que me interesa que vayan jóvenes,
tenemos que darnos el esfuerzo, la paciencia, la tolerancia… he escuchado a mayores quejarse, yo los defiendo
”Hoy día tenemos problemas con un liderazgo que es todo es mío, se adueñan de las cosas”. (Dirigenta,
entrevista)
298
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
-“Soy sano, pero me interesa la salud, me gusta ser amplio, unidad de acción de todos los ciudadanos debería
-“Lazarillo de la salud hay que seguir en este período inédito por el problema de la salud”. (Dirigente, entrevista).
Cabe destacar que en el ejercicio de liderazgos por parte de las Personas Mayores
no prima necesariamente una motivación individual por mejorar sus propias condiciones
de acceso y calidad de los servicios de salud.
En la presente sistematización se encontraron algunos elementos posibles de considerar
como Hallazgos que dicen relación con el contexto sociopolítico y la tradición universitaria.
Respecto al Contexto Sociopolítico, el estallido social de octubre 2019 es reconocido
como una oportunidad de encuentro intergeneracional y de cambio en las relaciones
previamente construidas, como se consigna en el siguiente relato:
“Empezamos a ver los jóvenes que participan, que viajan en movilización colectiva, son más amables… eso se ha
notado, ese cambio… pero nosotras somos más simpáticas”. (Dirigenta, entrevista)
la Universidad de Valparaíso, quienes hicieron una encuesta económica y social”. (Dirigente, entrevista)
“Nos interesaba trabajar con una Universidad pública, del Estado” (Dirigenta en 1a. sesión Escuela)
“Para mí fue un proyecto muy bonito, aunque habíamos tenido otra experiencia, me gustó porque lo hicimos
en el local, darle otra categoría… para mí fue una linda experiencia, pudieron ir más personas, pero igual buena…”
(Dirigenta, entrevista)
299
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
61. Ideas presentes con menos fuerza en la Escuela de Líderes, pero también reconocidas en otros espacios de organizaciones de este tipo.
300
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
REFERENCIAS
Ase, I., & Burijovich, J. (2009). La estrategia de Atención Primaria de la Salud: ¿progresividad
o regresividad en el derecho a la salud? Salud Colectiva, 5, 27-47.
301
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
302
PARTICIPACIÓN Y VIDA INDEPENDIENTE
303
CAPÍTULO V
GÉNERO Y
COMUNIDAD
16.
RESUMEN
Los cuidados de larga duración han sido definidos por la OCDE como materia de políticas
transversales; sin embargo, los contratos de género y sus consiguientes mandatos
insisten en atribuir a las mujeres el cuidado de las personas adultas mayores en situación
de dependencia. Esta situación se traslada a las cadenas globales de cuidado, en las
que mujeres inmigrantes son las que asumen las tareas de cuidados que continúan
encontrándose en el ámbito del trabajo reproductivo, con las consiguientes repercusiones
en cuanto a condiciones de empleo (en un alto porcentaje sumergido). La reciente crisis
suscitada por la pandemia global ha puesto de manifiesto el imprescindible cambio del
modelo de cuidados español, viéndose como indispensable en primer lugar, un nuevo
pacto de género, y en segundo lugar, la implicación de toda la comunidad en los cuidados
como parte de la producción de capital social que conlleva la reproducción de la vida.
El presente trabajo busca responder a qué tipo de modelo de cuidados queremos para
nuestras comunidades, y qué papel juegan en su definición las personas adultas mayores.
¿Se promueve un enfoque de derechos y un modelo de atención integral y centrado en la
persona? ¿Cómo pasamos de un modelo de cuidado centrado en las mujeres a un modelo
de cuidados centrado en la comunidad, exponiendo los datos de la realidad española?
Palabras clave: Cuidados, Comunidad, Género, MAICP
ABSTRACT
Long–term care has been defined by the OECD as a matter of transversal policies, however, gender
contracts and their consequent mandates insist on attributing to women the care of elderly people
305
GÉNERO Y COMUNIDAD
in situations of dependency. This situation is transferred to global care chains in which immigrant
women are the ones who assume the care tasks that continue to be found in the field of reproductive
work with the consequent repercussions in terms of employment conditions (in a high percentage
submerged). The recent crisis caused by the global pandemic has highlighted the essential change
in the Spanish care model, seeing as essential first a new gender pact and secondly the involvement
of the entire community in care as part of the production of social capital that entails the reproduction
of life. This work seeks to respond to what type of care model we want for our communities, and what
role older adults play in its definition. Is a rights-based approach and a comprehensive and person-
centered care model promoted? How do we go from a model of care focused on women to a model
of care focused on the community, exposing the data of the Spanish reality?
Keywords: Care, Community, Gender, MAICP
INTRODUCCIÓN
El aumento de la longevidad supone, a nivel internacional, una demostración del logro de
los avances científicos que han permitido una mejora de la calidad de vida. Sin embargo,
esta mejora, más allá de la prolongación de la esperanza de vida, no es igual en todas
partes. El fenómeno de la longevidad supone un cambio paradigmático en la forma de
entender y asumir el envejecimiento que impacta de lleno en las políticas sociales y
económicas de todos los países.
La revolución de la “silver economy” es reconocida de manera destacada en todos
los ámbitos como una demostración de que existe una nueva manera de envejecer y que
las personas mayores ya no pueden ser vistas como meras consumidoras de recursos,
sino que también aportan de manera definida al capital social y comunitario.
Este nuevo modelo de envejecimiento pone de manifiesto la naturaleza heterogénea
del colectivo de personas mayores en el que cada vez más las personas se hacen cargo
de un papel de participación directa en la vida comunitaria con aportes claramente
enriquecedores. Sin embargo, la pandemia COVID–19 ha puesto de manifiesto un
recrudecimiento del edadismo, llegando a niveles de gerontofobia. Cortina (2021) afirma
que la epidemia ha sacado a la luz tendencias que se encuentran muy extendidas y
afianzadas en la sociedad, oficiando de altavoz, más que de causa (p. 89). Esta situación
requiere por tanto un análisis pormenorizado de lo ocurrido, dado que si bien la pandemia
306
GÉNERO Y COMUNIDAD
LA METODOLOGÍA
La metodología se basará en dos estrategias: en primer lugar, revisión de la bibliografía
especializada y conceptualización de los principales aspectos en torno al tema de
cuidados y a la intervención comunitaria a través de diversas bases de datos (Dialnet,
Scopus y Cuiden). En segundo lugar, se presentarán y analizarán las buenas prácticas
desarrolladas en los proyectos desarrollados en la región de la Vega Baja de Alicante a
través del proyecto “Cuidamos Contigo”, desarrollado mediante convenio de la Universidad
de Alicante con la Fundación Pilares para la Autonomía Personal, y se relacionarán con
otros proyectos de enfoque comunitario
La vinculación de la selección de las buenas prácticas con la revisión bibliográfica se
fundamenta en la evidencia científica recogida, en que se confirma en el desarrollo de las
experiencias seleccionadas para la elaboración del artículo.
REVISIÓN DE LA LITERATURA
El mundo de los cuidados ha estado siempre ligado a los mandatos de género, como se
describe en la literatura especializada (Gilligan, 1982, Rodríguez 2004, Razavi 2007, Durán
2018, Carrasco, Borderías y Torns 2011, Vega Solís, Martínez Buján y Paredes Chauca
307
GÉNERO Y COMUNIDAD
2018), pero en este caso resulta necesario hacer una distinción entre los cuidados de
la crianza y los denominados cuidados de larga duración (long term care) a los que nos
referiremos en este trabajo.
Tal y como destaca el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad de España, los
cuidados de larga duración han sido definidos por la Organización Mundial de la Salud
como un sistema de actividades llevadas a cabo por cuidadores informales (familia, amigos
o vecinos) o profesionales (sanitarios, sociales u otros), o ambos, para conseguir que una
persona que no sea totalmente capaz de cuidar de sí misma mantenga la mejor calidad
de vida posible, de acuerdo con sus preferencias individuales, con el mayor grado posible
de independencia, autonomía, participación, realización personal y dignidad humana.62 El
incremento de la esperanza de vida y sus consecuencias ocupan un lugar central en el
debate sobre políticas socio–sanitarias en la actualidad. Este debate es insustancial si no
es atravesado por el enfoque de género que permite hacer una lectura adecuada sobre
la generación de desigualdades de profundo calado que se producen en los cuidados de
larga duración. Carrasquer Oto (2013) hacía referencia a la “re–emergencia del trabajo
de cuidados”, precisamente por la crisis que el modelo sobre el que se fundamentaba la
atención a las personas atraviesa desde hace décadas.
La división sexual del trabajo tradicional asigna todas las tareas vinculadas al cuidado y
mantenimiento de la vida, es decir, el trabajo reproductivo, a las mujeres. Se habla entonces
de ese contrato social basado en el concepto del “male breadwinner” sobre el que nació el
Estado de Bienestar en 1945, pero que está puesto en tela de juicio por su insostenibilidad
y su alto nivel de discriminación en detrimento de los derechos de las mujeres. El contrato
laboral se concebía para el varón que generara los ingresos económicos, mientras la mujer
se quedaba en casa a cargo de los cuidados, siempre vinculada al espacio doméstico, sin
reconocimiento público ni remuneración económica. Es lo que Hirdman (1998) definió como
el “contrato de género” y que es replanteado desde la teoría feminista.
Coincidiendo con Carrasco (2001) en que el verdadero conflicto se genera al
contraponer los tiempos del trabajo reproductivo y los tiempos del trabajo productivo,
es importante responder a las preguntas: ¿Quién cuida y cómo cuida? ¿Qué implica el
cuidado para la reproducción de la vida?
308
GÉNERO Y COMUNIDAD
(…) los problemas que han ido surgiendo en relación a los tiempos de trabajo no son sino la expresión visible
de otro conflicto más profundo que está en los fundamentos del sistema social y económico: la tensión existente
entre dos objetivos contradictorios, la obtención de beneficios por una parte y el cuidado de la vida humana por
Es cierto que en este proceso de crítica y cambio sobre el contrato de género se está
produciendo una incorporación de hombres al ámbito de lo doméstico y específicamente
al de los cuidados de larga duración (Durán, M.A., 2007). En todo caso, las incorporaciones
al cuidado de larga duración por parte de los varones dentro de la familia sobrevienen
en casos en los que no existen otras alternativas, bien sea por inexistencia de mujeres
dentro de la red familiar o por casos en que las hijas han emigrado o bien no se tiene
descendencia o só lo se tienen hijos varones.
Otro de los aspectos a señalar es que esa incorporación masculina al mundo de los
cuidados de larga duración se caracteriza por ser de hombres jubilados, es decir, que
sólo cuando están fuera del trabajo productivo podemos encontrar la incorporación al
mundo reproductivo en lo que hace al cuidado de larga duración, hecho que nos reafirma
en evidenciar que la conciliación, y más cuando se trata del cuidado de la dependencia,
sigue siendo un tema que se conjuga en femenino. Como plantea Comas d’Argemir y
Chirinos (2017):
“Mientras que el cuidado de la infancia tiene para los hombres el estímulo de la modernidad y se asocia a los
ideales de igualdad entre hombres y mujeres, el cuidado de personas adultas es una respuesta a las circunstancias
309
GÉNERO Y COMUNIDAD
63. Ver: OCDE Help wanted? Providing and paying form Long–Term Care, 2011; OMS Informe mundial sobre el envejecimiento y la salud, 2015; People-
centred and integrated health services: an overview of the evidence, 2015; Centro Europeo de Investigación y Políticas Sociales From care in homes
to care at home: European experiences with de-institutionalization in long-term care, 2016.
310
GÉNERO Y COMUNIDAD
del conjunto de actividades del ámbito de los cuidados. Esta confusión que atraviesa
la sociedad es compartida muchas veces en los espacios de decisores políticos que
vinculan el trabajo doméstico con los cuidados de larga duración. Debe consignarse
que el cuidado de la casa (su higiene y manutención) se corresponden con una serie
de competencias que no son las mismas que se requiere para acompañar y cuidar los
procesos de envejecimiento, de deterioro cognitivo o de final de vida, del mismo modo
que los cuidados de la crianza no son los mismos que los de la vejez o la dependencia.
La transformación del modelo de cuidados requiere primero definir de qué cuidados
se habla en cada caso y de qué manera impactan en el mundo económico y en la
cuestión de género. En este sentido, cuando la mujer sale al mercado laboral, también es
otra mujer a la que se contrata para que asuma los cuidados, y las condiciones de esas
contrataciones suelen estar atravesadas por la economía sumergida.
A través del trasvase de cuidados (care drain) se perpetúa la desigualdad, esta vez
por las condiciones de contratación y salario que recaen en mujeres inmigrantes, que
a su vez suelen dejar a sus hijos en sus países de origen al cuidado de las abuelas, y
a la vez este trabajo ahorra a los sistemas de protección social grandes cantidades de
dinero (Graham 1983, Thomas 1993, Parreñas, 2001, Parrella 2003, Pérez Orozco, 2006,
Esquivel, 2010, Federici, 2004, 2010).
Este fenómeno de trasvase de cuidados se evidencia en el concepto de “cadenas
globales de cuidado”, que siguiendo a Orozco definimos como:
Cadenas de dimensiones transnacionales que se conforman con el objetivo de sostener cotidianamente la vida, y
en las que los hogares se transfieren trabajos de cuidados de unos a otros en base a ejes de poder, entre los que
cabe destacar el género, la etnia, la clase social, y el lugar de procedencia (Orozco, 2007: 3).
Existe todavía una dificultad en nuestro entorno para asumir que los cuidados pueden
transformarse en recursos cuando salen del ámbito familiar pero sólo si a la vez son
reconocidos como un trabajo valioso (Casado y López, 2001, Durán, 2006, Galiana Gómez
de Cádiz, de la Cuesta–Benjumea y Donet–Montagut, 2008). En la medida en que el sistema
económico siga deslegitimando el valor que el trabajo de cuidados tiene, seguiremos
arrastrando el estigma y no asumiremos el desafío que implica la transformación del
sector. Las cuentas satélites de la producción doméstica han logrado visibilizar el coste
económico del cuidado, pero no hemos de olvidar el principio de dignidad ética que
311
GÉNERO Y COMUNIDAD
debe acompañar los procesos de protección social. Como argumenta Pilar Rodríguez,
el mantener las redes de apoyo no se sustenta de manera exclusiva en la reducción de
costes, “sino también para garantizar el bienestar de quienes precisan ayuda importante
para realizar las actividades de la vida diaria” (Rodríguez, 2005:2). Las redes comunitarias
no sólo aportan ahorro, aportan calidad y calidez en los cuidados de larga duración.
No se trata de demostrar exclusivamente el valor económico, sino de reconocer el
aporte social del cuidado que las mujeres realizan aporta a la comunidad.
Desde el feminismo existe una serie de modelos enunciados por Nancy Fraser que
son explicados por Muñoz Terrón y Martín Palomo (2015). Encontramos así el modelo
del Proveedor/a Universal, en el que la cabeza de la familia pueda estar en varones
o mujeres; otro es el modelo de Paridad del Cuidador, que considera en igualdad de
condiciones el ser persona cuidadora o proveedora. Nancy Fraser propone asimismo
principios normativos para lograr la equidad: anti–pobreza, anti–explotación, igualdad de
tiempo libre, igualdad de respeto, anti–marginación y anti-androcentrismo. Como tercera
alternativa a estos modelos y en la búsqueda de esa compleja igualdad, Fraser planteó
el modelo del cuidador universal que requiere de un Estado que garantice que hombres y
mujeres puedan producir y reproducir por igual.
El tema constituye un elemento clave para el debate, ya que la crisis de los cuidados
de larga duración ha potenciado, entre otras cosas, los procesos migratorios de mujeres,
pero no ha logrado la visibilidad de este tipo de trabajo como un ámbito relevante de la
actividad humana. Ejemplo de esto en el caso español es la inexplicable demora en la
ratificación del convenio 189 de la OIT que aboga por la dignificación del trabajo doméstico
y de cuidados.
Todos estos conceptos son recogidos por el Modelo de Atención Integral y Centrado
en la Persona, ya que se considera que es imprescindible empoderar y valorar a las
personas que cuidan, y eso pasa por el reconocimiento de la trascendencia de su tarea.
Pero a la vez el modelo considera imprescindible el enfoque comunitario, por lo que
convergen la idea de un reconocimiento de la necesidad de un nuevo contrato de género
y una necesidad de que sea la comunidad en su conjunto, como enfoque de ciudadanía,
la que reconozca su corresponsabilidad en los cuidados de larga duración.
Existe además un importante cambio en la manera de entender los procesos de
envejecimiento. El envejecimiento ha cambiado, y así se constata en el estudio “Las
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GÉNERO Y COMUNIDAD
de mejoras en todos los ámbitos de la calidad de vida y el bienestar de las personas partiendo del respeto pleno
a su dignidad y derechos, de sus intereses y preferencias y contando con su participación efectiva” (Rodríguez,
2013:74).
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GÉNERO Y COMUNIDAD
define como un movimiento social y político que se inicia formalmente a finales del siglo
XVIII aunque sin adoptar todavía esta denominación y que supone la toma de conciencia
por parte de las mujeres como grupo o colectivo humano de la opresión, dominación y
explotación de que han sido y son objeto por parte del colectivo de varones en el seno
del patriarcado, bajo las distintas fases históricas del modelo de producción, lo cual las
mueve a la acción para la liberación de su sexo con todas las transformaciones de la
sociedad que aquella requiera (Sau, 1990).
En este contexto, pareciera que la narrativa sobre los cuidados de larga duración se
circunscribe al ámbito doméstico o a la responsabilidad pública, pero si se amplía el foco
pueden encontrarse otras alternativas en las que se pone en valor el capital social de una
comunidad.
El tránsito del social care al community care se recoge en la literatura especializada
(Vega Solís, Martínez Bujan, Paredes Chauca, 2018: 23), concluyendo que:
(…) en la práctica, al establecerse la comunidad como ámbito para el cuidado, finalmente la responsabilidad
terminó recayendo en sus miembros femeninos (Finch, 1993). Por este motivo, esta tendencia de las políticas
públicas a incrustarse en las comunidades obtuvo una amplia contestación crítica desde el feminismo.
de su salud como consecuencia de cuidar (37% y 21%, respectivamente). Ellas prestan un cuidado de mayor
intensidad y asumen con mayor frecuencia tareas de ayuda para el aseo personal, comer y vestirse, asociadas
a un mayor riesgo de percepción de deterioro de la salud. Los hombres realizan más tareas de cuidado fuera
del hogar (ir al médico, hacer compras y gestiones), que resultan protectoras para la percepción de deterioro
de la salud. La intensidad del cuidado es un factor de riesgo para la percepción de deterioro de la salud en
314
GÉNERO Y COMUNIDAD
ambos sexos, y en las mujeres se añaden la frecuencia y duración (García Calvante, García Lozano y Marcos”
y de la construcción de evidencias científicas que permitan hacer de las buenas prácticas herramientas para el
diseño de políticas sociales. La situación de crisis sistémica en la que se encuentran los sistemas de protección
social, requiere el desarrollo de la resiliencia comunitaria a través del conocimiento de herramientas que
potencien la conciencia ciudadana y el interés por las cuestiones públicas que afectan a toda la población en
mayores a la sociedad y al sistema económico, la economía que no está en el PIB, la economía relacional con
sus elementos de actividad social e individual. (…) La participación de las personas mayores en la sociedad en
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GÉNERO Y COMUNIDAD
producción de mercancías tanto materiales como ficticias y, en cambio, restringe la responsabilidad del cuidado
al ámbito familiar y considera sus actividades como propias de las mujeres, ancladas en su naturaleza, así como
316
GÉNERO Y COMUNIDAD
Como afirma Ainhoa Berasaluze (2009: 138): “Hemos trabajado desde mujeres, para
mujeres, pero sin considerar las aportaciones de la teoría feminista”, y éste es un desafío
al que invita el Modelo de Atención Integral y Centrada en la Persona, justamente porque
reconoce a la persona como centralidad del proceso.
El envejecimiento y su consiguiente correlato en los cuidados de larga duración
suele enfrentarse a estrategias de infantilización; del mismo modo que se infantiliza
a las mujeres se infantiliza también a las personas adultas mayores, y si además son
mujeres, estamos en una de las situaciones estudiadas en Derechos Humanos como
de encrucijada, doble discriminación. Paralelamente este proceso de infantilización, de
“minorar”, de “invisibilizar”, se traslada a las cuidadoras.
Siguiendo a Rosa Cobo (2009), la naturalización de la desigualdad de género se
define de la siguiente manera:
“De todas las opresiones que han existido en el pasado y existen en el presente, ninguna de ellas ha tenido la
marca de la naturaleza tan profundamente impresa como la ha tenido la de las mujeres. El argumento ontológico,
como casi siempre que se trata de opresiones, ha sido el gran argumento de legitimación. Las construcciones
sociales cuya legitimación es su origen natural son las más difíciles de desmontar con explicaciones racionales,
pues arrastran el prejuicio de formar parte de un ‘orden natural de las cosas’ fijo e inmutable sobre el que nada
Por último, para finalizar esta revisión bibliográfica, debe citarse el concepto de
comunidad cuidadora definido por Rodríguez Rodríguez, Ramos Feijóo, García Mendoza,
Dabbagh Rollán y Mirete Valmala (2017), que incorpora la perspectiva de género, y
pone en evidencia que el envejecimiento y los cuidados de larga duración no pueden
constituir un mandato de género, sino que requieren de una participación intergéneros,
intergeneracional e interdisciplinar, en la que se conjuguen todas las realidades de la
sociedad. Porque “no hay producción sin reproducción, como no hay sociedad sin
reproducción social” (Comas d’Argemir, 2016:12).
317
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CONCLUSIONES Y PROPUESTAS
Cuidar sigue siendo tarea de mujeres… pero se está construyendo evidencia científica de
que desde el modelo de atención integral y centrado en la persona se permite el desarrollo
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GÉNERO Y COMUNIDAD
de las estrategias para que ese cuidado no signifique la pérdida del proyecto vital. María
Ángeles Durán (2018) insiste en la necesidad de una reconfiguración de la medición de
los tiempos y una valorización del trabajo del cuidado.
La naturalización del cuidado como algo inherente a las mujeres es una trampa que
se extiende en los cuidados de larga duración y que amenaza con la sostenibilidad del
sistema, porque es evidente que las “generaciones bisagra”, que fueron las que siguieron
asumiendo la renuncia al proyecto vital personal para poner por delante el mandato de
género, están llegando a su fin. Las mujeres que hasta ahora han cuidado, no quieren que
sus hijas pasen por la misma situación. Quieren los vínculos, el afecto, las relaciones, pero
no “la carga del cuidado”. Frente a esta circunstancia, las cadenas globales de cuidado
demuestran que el sistema sigue valiéndose de la producción femenina sin considerarla,
pero… ¿qué ocurriría si esa mano de obra devaluada dejara de cuidar?
La realidad interroga de manera cada vez más apremiante sobre la necesidad de
establecer nuevos modelos de cuidado. La co–producción de servicios sociales apunta
a la importancia de la opinión y satisfacción de las personas, pero no puede olvidarse
en ese análisis la perspectiva de género, porque de lo contrario se está realizando un
análisis parcializado, erróneo y que por lo general parte desde un pensamiento patriarcal.
Es imprescindible reconstruir una ética cívica que se fundamente en la necesidad de una
interdependencia nacida de los compromisos de un nuevo contrato de género y de un
nuevo contrato intergeneracional.
Dentro de estas estrategias, la incorporación en la formación del personal que trabaja
en cuidados de larga duración, ya sea desde la administración directa de cuidados, como
de las personas implicadas en la gestión y distribución de los recursos, debe estar enfocada
al reconocimiento de las situaciones de desigualdad de género. Esto requiere, por parte
del proyecto, de un mayor desarrollo de formaciones para el sector de servicios de ayuda a
domicilio y también para las personas que intervienen desde los servicios sociales y sanitarios.
Los servicios de protección son herederos del modelo del Estado de Bienestar del
“male breadwinner”. Esto supone la necesidad de implementar protocolos de intervención
en los que se reconozca a las personas, y esto implica asumir que las personas tienen un
género, y ese género conlleva unos estereotipos que deben ser derrumbados.
El proyecto “Cuidamos Contigo”, desarrollado por la Fundación Pilares para la
Autonomía Personal en España, ha constatado la feminización de los cuidados, pero
320
GÉNERO Y COMUNIDAD
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325
17.
MUJERES Y ACTIVISTAS:
EXPERIENCIAS QUE SOCAVAN
LA VISIÓN HEGEMÓNICA DE LA VEJEZ
.NICOLE MAZZUCCHELLI
RESUMEN
La agencia política de las mujeres mayores ha sido escasamente abordada desde la
producción científica. Los estudios suelen centrarse en la participación de la población
mayor en general, y su impacto positivo en la calidad de vida y bienestar en la vejez. No
obstante, las diferencias de género no han sido ampliamente desarrolladas. Igualmente,
la literatura suele referirse a las trayectorias políticas de las mujeres centrándose en sus
contribuciones pasadas, y no en sus reivindicaciones presentes Este artículo describe
experiencias de acción política de mujeres mayores en Chile. El estudio se realizó durante
el año 2020 y fue de carácter cualitativo–comprensivo. Participaron seis mujeres, por
medio de 10 entrevistas biográficas. Éstas fueron analizadas siguiendo la propuesta de
Bertaux (2005) para los relatos de vida. Los resultados dan cuenta de trayectorias activistas
que se renuevan y resignifican en la vejez, desde otros espacios y desplegando nuevos
repertorios de acción. La reivindicación por los Derechos Humanos, la movilización por
la justicia social, y la lucha contra el sistema neoliberal, representan valores y el universo
simbólico al cual adscriben. Al envejecer, han podido evaluar su activismo y militancia, así
como también las construcciones de género, los roles sociales y su propia subjetividad.
Se discute la importancia de visibilizar otras versiones de ser mayor, que disputen la vejez
exitosa y convencional a través de un reconocimiento de vejeces heterogéneas y diversas.
Desde las narrativas propuestas es posible posicionar las voces de las mujeres activistas,
a través de sus experiencias y saberes femeninos.
Palabras clave: agencia, activismo, narrativas, mujeres mayores, gerontología
feminista.
326
GÉNERO Y COMUNIDAD
ABSTRACT
The political agency of older women has been scarcely addressed in the scientific literature.
Studies tend to focus on the participation of the older population in general, and its positive impact
on quality of life and well-being in old age. However, gender differences have not been extensively
developed. Similarly, the literature often refers to women’s political trajectories by focusing on their
past contributions, rather than on their present claims. The study was conducted during 2020 and
was qualitative-comprehensive in nature. Six women participated in 10 biographical interviews.
These were analyzed following Bertaux’s (2005) proposal for life stories. The results reveal activist
trajectories that are renewed and re-signified in old age, from other spaces and deploying new
repertoires of action. The demand for human rights, the mobilization for social justice and the fight
against the neoliberal system represent values and the symbolic universe to which they ascribe.
As they have grown older, they have been able to evaluate their activism and militancy, as well
as gender constructions, social roles and their own subjectivity. We discuss the importance of
making visible other versions of being older, which challenge the successful and conventional
old age through the recognition of heterogeneous and diverse old ages. From the proposed
narratives it is possible to position the voices of women activists, through their experiences and
feminine knowledge.
Keywords: Agency, Activism, Narratives, Older Women, Feminist Gerontology
INTRODUCCIÓN
Las mujeres envejecen en condiciones más precarias que los hombres y de mayor
vulnerabilidad en relación a los cuidados, el acceso a la salud, los servicios, los bienes
económicos, los sistemas de seguridad y protección social, entre otros (Caro, 2017;
Fernández–Mayoralas et al., 2018). La evidencia científica ha señalado que las mujeres
acumulan más desventajas sociales, arrastrando trayectorias de discriminación de género
a lo largo de sus vidas, lo que se traduce en mayor precariedad y exclusión social (Aguirre
y Scavino, 2018). No obstante, el envejecer de las mujeres se expresa de modos diversos
y heterogéneos, enmarcado en contextos territoriales concretos, que dan cuenta de
múltiples expresiones de desigualdad, pero también de recursos y potencialidades de las
mujeres, que aún no son abordadas ampliamente en el ámbito científico (Ramos, 2018).
Desde esta perspectiva, existe una expresión plural del proceso de envejecimiento, que da
327
GÉNERO Y COMUNIDAD
328
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desde los cuales se sitúa el estudio, continuando con el diseño metodológico. Luego de
ello, se exponen los resultados en torno a tres categorías centrales en las experiencias y
narraciones de las participantes, y finalmente se comparten algunas reflexiones a modo
de cierre.
329
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330
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331
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64. El abordaje de la vejez desde los modelos convencionales (envejecimiento exitoso-envejecimiento activo), corre el riesgo de centrarse
excesivamente las propias personas mayores y las prácticas que despliegan para propiciar una vejez activa, no prestando atención a que las
condiciones en la que se envejece son opresivas y altamente desiguales para éstos, contribuyendo a la funcionalidad del sistema (Mazzucchelli,
2019).
65. La colectiva Bordadoras por la Memoria se compone como un grupo de mujeres activistas en la región de Valparaíso, que persiguen mantener
la memoria viva por medio de sus bordados y ser un espacio de denuncia de los hechos ocurridos en la dictadura cívico-militar de Chile. Se
constituyen como una colectiva de defensa por los Derechos Humanos.
66. El proyecto cuenta con la aprobación del Comité de ética y Bioseguridad de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile.
332
GÉNERO Y COMUNIDAD
pertenecen a la agrupación, cuyas edades fluctúan entre los 63 y 74 años. Las entrevistas
fueron transcritas íntegramente en su totalidad. El análisis del material se desarrolló en
afinidad con la propuesta analítica que articula una lógica singular y una lógica transversal
para los relatos (Cornejo, Faúndez y Besoain, 2017) permitiendo explorar dimensiones
con relación a lo personal y lo político (Cornejo, Mendoza y Rojas, 2008). Todos los relatos
de vida fueron analizados de forma singular (intra–caso), y posteriormente desde la lógica
transversal (inter–caso), pudiendo así articular un conjunto de elementos a nivel teórico–
empírico.
La estrategia analítica incluyó la propuesta de análisis biográfico de Carlos Piña
(1988, 1998) y Daniel Bertaux (2005), quienes consideran el relato de vida como un texto
de naturaleza interpretativa, generado por un narrador que elabora su tiempo pasado,
experiencias y significados mediante la operación de la memoria. En un primer momento
del análisis se realizó un ordenamiento temporal de los eventos del curso de vida de las
narradoras. En un segundo momento se consideró el análisis del narrador del relato, así
como los recursos narrativos respecto a lo dicho. Se incluyeron en el análisis recursos
como las “causalidades”, “motivos para y por qué, “la adhesión al orden moral”, “adhesión
valórica”, los “personajes”, “trama”, “posicionamientos”, “metáforas”, entre otras. Estas
dimensiones inspiraron el diálogo con categorías emergentes del material empírico.
A continuación, se comparten resultados en torno a la experiencia de acción política
de mujeres mayores activistas. Cada una de ellas autorizó su participación en el estudio
mediante un consentimiento informado. Para preservar las identidades de las mujeres
entrevistadas en los resultados expuestos, sus nombres fueron omitidos y reemplazados
por una letra.
Los resultados se organizan en torno a tres categorías teóricas–empíricas, las que
he denominado como: 1) Construcciones de género, 2) Proceso subjetivo y vejez, y 3)
Trayectorias activistas y Agencia Política.
V. RESULTADOS
CONSTRUCCIONES DE GÉNERO
En esta categoría nos referiremos al género para expresar el conjunto de efectos producidos
en cuerpos, comportamientos y relaciones sociales, y que no existen originariamente en
333
GÉNERO Y COMUNIDAD
los seres humanos (De Lauretis, 2000). En el desarrollo del análisis se puede apreciar
cómo las mujeres mayores relatan sus experiencias políticas, influidas por su identidad de
género, los roles tradicionales y las expectativas sociales, así como las resistencias con
las cuáles intentaron subvertir los mandatos tradicionales.
Una característica común en los relatos es que las mujeres mayores narran cómo sus
experiencias se vivenciaron de un modo particular al ser mujeres. Existe una condensación
narrativa al referirse principalmente a estas diferencias de género al relatar acontecimientos
de su infancia y juventud. Por ejemplo, (M) expresa: “Ser mujer… significaba ir en contra
de la corriente siempre (…)”, o como menciona (R): “Como fui la mayor, siempre tuve
que ser la mamá de mis hermanos y hacerme cargo de la casa”, dando cuenta de que
al ser mujer debían enfrentarse a mayores obstáculos y responsabilidades que los
hombres para alcanzar sus propósitos o en sus contextos familiares. Distinguen un mayor
reconocimiento en términos de igualdad de género al interior de las organizaciones en
las que participaban, a diferencia de otros grupos y/o espacios sociales: “(…) con mis
compañeros de la Jota, de la Juventud Comunista, eso yo no lo sentía, nunca lo sentí.
Siempre sentí que yo era igual que ellos; siempre me sentí en el mismo nivel de ellos,
de mis compañeros hombres” (MC). No obstante, lo atribuyen a personas específicas y
cercanas, que marcaban la diferencia a través de sus prácticas y no a un aspecto común
en los grupos con intereses políticos.
Las tramas expuestas por las mujeres activistas dan cuenta de atribuciones de
causalidad histórica por sobre otras (míticas, naturales, psicológicas), lo que les permiten
establecer una explicación y ordenamiento en su relato desde un sistema o contexto
social. Esto se observa, por ejemplo, en torno al género y al ejercicio de roles tradicionales
cuando narran acontecimientos de su participación política en su juventud, que son
atribuidos a los modelos de la época y a la generación en la que crecieron. Así, dentro
de sus funciones en agrupaciones políticas, se distinguen ciertas tareas específicas
a desempeñar por ser mujeres vinculadas al trabajo doméstico y de cuidados. Como
expresa (G): “Teníamos que hacer… a ver, la comida, encargarnos de… nuestra labor, que
era una cuestión más personal… más cercana”. Estas atribuciones de causalidad son
relevantes, pues organizan el relato más allá de comportamientos individuales y permiten
dar cuenta de la explicación de sus experiencias de vida desde la influencia de un orden
o sistema social. A través de este recurso narrativo es posible distinguir cierto grado de
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GÉNERO Y COMUNIDAD
impersonalidad en el relato, al referirse por ejemplo en torno a lo político: “Las cosas eran
así y había que acatar no más si uno quería entrar (…) (L)”, recurso que se aleja de un
componente afectivo para dar cuenta de lo acontecido.
Mediante las tramas y los personajes que recrean las participantes, se muestra un
proceso de identificación con ciertas actuaciones, como cocinar, acompañar, cuidar,
escuchar: “Yo apoyé mucho… yo le digo apoyé… porque siempre estuve con los
compañeros, les decía siempre a mis 3 compañeros, que descansaran, que comieran…
yo era como una mamá, los cuidaba (…)” (L). Las participantes no les otorgan a estas
actuaciones un menor reconocimiento o valoración al interior de la organización; por el
contrario, le atribuyen importancia al compartir y vincularse directamente con los/as otros/
as, como menciona (A): “Yo no lo podría llamar secundario… porque para mí el trabajo era,
era siempre con la gente...”. Estas narraciones abordan aspectos de identificación de las
mujeres, y permiten historiar al yo (Ricoeur, 2009), mostrando los procesos de continuidad
y reflexividad. A su vez, dan cuenta de una amplitud en el ejercicio de la agencia política,
valorando desde sus trayectorias ciertas actuaciones que podrían considerarse dentro de
los mandatos tradicionales de género.
Las mujeres mayores comparten en sus relatos que los cargos directivos en sus
organizaciones políticas, o aquellos roles que daban cuenta del liderazgo del grupo eran
desempeñados principalmente por los hombres, como expresa (M): “... los hombres
claro, eran ellos los que se paraban arriba del banco a movilizar a los jóvenes; nunca una
muchacha iba a hacer eso porque no era lo que… no existía la facilidad para hacerlo.
Era ir contra de todo lo que estaba establecido”. Ser mujer implicaba estar limitada y
excluida de ciertos roles, reconociendo que cuando las mujeres disputaban los espacios
de poder, desplegaban un gran esfuerzo, incluyendo en ocasiones la masculinización de
sus prácticas, como expresa (MC) al utilizar la metáfora de “a combos se ganaron su rol
“(…) como te digo, literalmente a combos se ganaron su rol, como diputada representante
de un partido, ponte tú”.
Las narraciones también ofrecen distinciones en torno a la categoría mujer, como
recurso narrativo que las diferencia a ellas (mujeres activistas) con mujeres no implicadas
en la lucha por el cambio social. En esta línea existen puntos de vista distintos entre
las participantes. Algunas de ellas señalan una fuerte adhesión moral, que cuestiona
a las mujeres que no se implicaron en procesos sociales y políticos, estableciendo un
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GÉNERO Y COMUNIDAD
posicionamiento de distancia en torno a ellas. Como expresa (G): “…yo siempre estuve
ahí… aunque fuese duro… pero hay otras mujeres que viven su vida light y no se meten en
nah, y no le importa cómo la gente vive… yo nunca fui así”. De otro modo, otras participantes
explican que muchas mujeres pobladoras no se involucraban en la política por ignorancia
o por falta de recursos económicos y personales, estableciendo un posicionamiento en
torno a la construcción del “yo” y de “ellas” , pero a su vez un discurso intersubjetivo,
como comenta (R): “eran muy pobres… muy pobres, no tenían ni para comer, muchas
no sabían ni leer… y ahí empecé a enseñarles,… darles un oficio, para que pudieran salir
adelante con sus hijos y pudieran vivir mejor”. Si bien este posicionamiento establece una
distancia entre la narradora y las mujeres pobladoras, expone su adhesión valórica, y
presenta una explicación en torno al no involucramiento de estas mujeres.
Finalmente, se observa en las narraciones de las participantes la exposición de ciertas
cualidades y atributos asociadas al ser mujer, como la afectividad, la integralidad y la
planificación. Utilizan frecuentemente los recursos de la “comparación” y la“ metáfora”
para reforzar los argumentos en sus relatos. Por ejemplo, (M) describe algunas cualidades
propias de lo femenino, y que aportan a la resolución de problemas: “Tú pones un problema
doméstico, o un problema mayúsculo, un problema más grande; la mirada femenina
siempre, siempre, va a ser un aporte a la solución. Que no es lo mismo que la mirada
masculina; que la mirada masculina no siempre llega a una solución porque le falta la parte
femenina que es la que pone la emoción, el afecto, el amor, el cariño”. O como expresa (R)
en comparación a lo que sería un comportamiento masculino: “… uno nunca sale a la calle
y deja el desorden, uno sale a la calle y deja hecho todo, el almuerzo…”
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investigación, la crisis sanitaria mundial por COVID–19 fue un hito histórico que condensó
una serie de emociones y experiencias de cara a este contexto excepcional. De esta
forma, las mujeres organizan su relato en torno a la situación del COVID–19 en Chile, y la
acumulación de problemáticas sociales que se agudizan ante esta crisis, las que vieron
su máxima expresión en la revuelta de octubre de 2019. Como expresa (G): “Y después
se dio todo, todo; lo que está pasando, lo que pasó. Se dio todo… no era necesario, no
sé po, vivir como en otra parte en otro país… para ver, ¿cómo no darse cuenta?... iba a
reventar… ya no se podía más”, para referirse al contexto del Chile actual y la acumulación
de desigualdades y malestar social.
La utilización de recursos narrativos de los “motivos para” y “motivos por qué”,
cumplen una función central para justificar el argumento biográfico, y de esta manera
los comportamientos personales, como los de otros/as personajes que emergen en la
narración. Como expresa (L): “Este fue un despertar bueno que tuvieron los jóvenes, claro
con harto sacrificio lo que a ellos les pasó. Tenía que pasar algo así para poder detenerlos.
[se refiere al gobierno de turno y la clase política gobernante] Y esta pandemia los salvó
po. Los salvó porque estábamos a punto, a punto de que cayera [en referencia a Sebastián
Piñera, presidente] y viene la pandemia. Hasta ahí llegamos, pero no le vamos a dar el
brazo a torcer, vamos a salir con todo nuevamente”. La utilización de los “motivos por qué
dan cuenta de un ejercicio reflexivo hacia el pasado, o una situación vivida que permite
tomar distancia de lo ocurrido y hacer un ejercicio evaluativo como narrador, buscando
con ello otorgar un status de objetividad en el relato (Piña, 1988). A su vez, la utilización
de “ motivos por qué permite desarrollar una vinculación afectiva con los personajes de la
trama (en el ejemplo, los jóvenes), y vincularse con sus propósitos u actuaciones.
En los relatos aparecen desplazamientos biográficos hacia la etapa de la vejez, como
un momento que les permite desarrollar puntos de vista diferentes, y también procesos
de reflexión y puntos de inflexión. Así, (MC) comenta: “La riqueza del ser humano es esa,
de llegar a una edad y tener la capacidad de análisis, de reflexión… porque aprendiste de
la vida, no porque fuiste a la universidad ni porque hayas estado con gente importante que
sabe y todo (…) pero es lo que has recogido a través de tu vida, de tus experiencias; eso
es lo que le queda a una persona sobre 60. Eso es lo que te queda cuando estás solo y
puede hacer reflexiones, análisis, y los recuerdos atarlos a la vida que tienes ahora”. Los
recursos narrativos por medio de los cuales ofrece esta descripción también aportan a
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identificar una proyección de la narradora, es decir, da cuenta de cómo quiere ser vista y
cómo quiere proyectarse subjetivamente.
Por otra parte, la vejez también es vinculada como una etapa de apropiación de tiempo
personal, donde es posible retomar actividades que en épocas previas fueron omitidas,
como también el dedicarse más plenamente a sus actuaciones políticas: “Al jubilar empecé
a hacer actividades también de… desarrollar una parte de mi que tenía como… no sé si
estaba apagada, pero empecé a pintar, a hacer cosas manuales, cerámicas, telar… y me
voy organizando con los temas que a mí me interesan, más políticos también”. (A). De esta
manera, en la vejez, sus experiencias se desarrollan en torno a otros intereses, y el uso del
tiempo es reconocido con mayor apropiación.
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“Primero nos interesa mantener la memoria viva; eso es el objetivo fundamental… uno de
los objetivos fundamentales del colectivo… de ahí partimos” (L), las prácticas de sororidad
compartidas y cuidado mutuo, como la escucha, la contención, el apoyo, el reconocimiento
por ideas y propuestas, se distinguen como elementos que valoran positivamente de su
experiencia y a los que le otorgan importancia en su vida cotidiana.
A través del análisis es posible distinguir un continuum en sus trayectorias de acción
política, que se han manifestado con diferentes intensidades a lo largo de su vida. Para
algunas mujeres, el período de crianza de hijos pequeños implicó distanciarse de un rol
más activo en las organizaciones que militaban, como expresa (G): “Tuve que alejarme
porque no teníamos apoyo… no teníamos red, y eran tiempos difíciles”, o por el contrario,
persiguieron diferentes estrategias para desplegar su agencia, como señala (A): “Entonces
fue difícil… y ahí empecé a trabajar como… subterráneo, por decirlo así, ayudando a
la gente que llegaba al Hospital, que habían sido detenidos o que veían como presos
políticos”. Es posible distinguir que, dentro de las sucesiones temporales narradas, en
el período descrito en torno a la dictadura, tres de las participantes organizaron el relato
omitiendo episodios o eventos, recurso que Daniel Bertaux (2005) describe como “ zonas
blancas”, para referirse a olvidos sobre momentos de vida que las participantes prefieren
no mencionar, y que pueden serles altamente significativos67.
Las narrativas de las mujeres mayores dan cuenta del ejercicio de acciones políticas que
se re–organizan y adaptan hacia nuevos repertorios de acción. Una de estas adaptaciones
está dada por la edad, y por considerar que su activismo se orienta principalmente a
los otros/as y hacia las otras generaciones, como indica (L): “Curiosamente, o sea, los
mayores cuando salimos a nuestras protestas, o cuando hacemos nuestras protestas, en
el interior de nuestras casas a veces, ahora pensamos en los hijos y en los nietos, y en los
que vienen…”. La segunda adaptación tiene que ver con los espacios donde desarrollan
sus prácticas cotidianas, donde el confinamiento en sus hogares a propósito de la crisis
por COVID–19, ha impulsado que continúen sus actividades políticas, pero sin reunirse
presencialmente: “(…) Aunque estemos en la casa siempre vamos a estar bordando…
nosotras no paramos” (G). En este escenario han hecho uso de las redes sociales para
difundir sus trabajos, y continuar bordando problemáticas de la contingencia, como el
67. Por motivos de extensión, en este trabajo no se profundizará en esta dimensión del análisis. Para mayor información, revisar Mazzucchelli, 2021
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en torno a las construcciones de género; evaluaron sus trayectorias políticas, así como a
las organizaciones en las cuales han participado, y así apreciar en el envejecer, su propia
autodeterminación y control del tiempo y de sus actuaciones.
Su agencia política en la vejez nos permite reconocer acciones de resistencia como
un continuum en sus trayectorias, las que no se agotan en esta etapa de la vida, sino que
por el contrario, se renuevan y resignifican desde otros espacios y estrategias políticas.
Si bien los relatos suelen compartir una interpretación en torno lo político, con un carácter
más “tradicional” (prácticas de reivindicación y resistencia en los espacios públicos),
en sus prácticas y experiencias cotidianas se expresa más ampliamente la dimensión
política, permitiendo afirmar que las mujeres ejercen sus resistencias de manera compleja,
subvirtiendo nociones dominantes de envejecimiento activo y las prescripciones de género
y edad impuestas social e históricamente (Chazan & Kittmer, 2016). Por tanto, su agencia
política debe ser comprendida tanto por la relación con el activismo político con el cual
se identifican, como por los cambios positivos y significativos que desde sus prácticas
cotidianas y situadas desarrollan, repercutiendo favorablemente en sus experiencias.
Desde los saberes feministas se ha denunciado que muchas de las experiencias de las
mujeres quedan invisibilizadas del conocimiento científico (androcéntrico y hegemónico) y
que cuando sus voces son incorporadas suelen ser a través de palabras prestadas (Violi,
1990). Esta aproximación a los relatos y narrativas de las mujeres mayores activistas ha
perseguido precisamente el compartir otras versiones del envejecer femenino, de cara a
sus experiencias concretas y situadas. La experiencia de las mujeres es un conocimiento
de la corporeidad, de lo singular que hay en cada una de nosotras y no persigue ser un
conocimiento universal (Rodríguez, 2013).
En este contexto, este trabajo ha pretendido contribuir a transformar la mirada
dominante que se construye en torno a la vejez de las mujeres (centradas en las precarias
condiciones en las que envejecen), a través de narrativas activistas que van promoviendo
el desbaratar las estructuras discursivas que homogenizan y tipifican la vejez como
única y universal. En este sentido, la práctica del Trabajo Social se inscribe en contextos
institucionales y territoriales específicos, que albergan diversas vejeces y subjetividades
que necesitan ser exploradas de cara a sus contextos situados. Así, resulta central para
nuestro quehacer profesional dar cabida a la heterogeneidad de experiencias y modos
de envejecer, al mismo tiempo que somos capaces de explorar los propios recursos y
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GÉNERO Y COMUNIDAD
potencialidades con los que las mujeres mayores socavan la producción hegemónica
de la vejez y habitan esta etapa. Así, uno de los principales desafíos que afrontamos
se encuentra en validar la existencia de múltiples modos de ser mayor, incluyendo el
reconocimiento de vejeces activistas y los saberes femeninos, que aún suelen ubicarse
en los márgenes.
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348
18.
RESUMEN
El presente artículo desarrolla el enfoque interseccional, la perspectiva decolonial y la
de género, entendiendo a este último como categoría analítica que permite abordar
las relaciones de poder configuradoras en escenarios de desigualdad entre varones,
mujeres y disidencias, así como al interior de estas relaciones. Asimismo, se toma en
consideración el carácter relacional del género, se lleva adelante un análisis que combina
distintos vectores de poder, como son el género junto con la edad, la etnia, el territorio de
nacimiento y de vida, la diversidad cultural y la clasificación social. Se tiene como objetivo
un abordaje desde la interseccionalidad que posibilita comprender lo social desde los
múltiples componentes que lo surcan. En este sentido, se analizan los casos de “Abuelas
de Plaza de Mayo” y la participación de personas mayores en espacios universitarios,
se comprenden como experiencias de resistencia y de construcción de ciudadanía que
consolidan vínculos intergeneracionales. Se trata de prácticas colectivas y participativas
que constituyen procesos identitarios, otros visibilizando la diversidad y la heterogeneidad,
así como evidenciando las disputas de sentidos en torno al espacio de lo público. En
suma, las formas instituyentes y promotoras de igualdad respecto al envejecimiento
que cuestionan las visiones estereotipadas acerca del tránsito por el mismo y reconocen
a quienes lo vivencian como sujetos de derechos.
Palabras clave: Personas mayores, decolonialidad, interseccionalidad, experiencias,
ciudadanía.
ABSTRACT
The present article develops the intersectional approach, the decolonial perspective and the gender
one, understanding this as a concept which allows approaching the power relations that make
349
GÉNERO Y COMUNIDAD
unequal stages between men, women and dissents, like inside these relationships. Furthermore,
an analysis considering the relational character of gender is carried out that combines different
power vectors, such as gender with age, ethnicity, territory of birth and life, cultural diversity and
social classification, with the purpose of an approach from intersectionality that makes it possible
to understand the social issue from the multiple components that cross it. In this way, the cases
of “Abuelas de Plaza de Mayo” and the participation of elderly people at college are analyzed;
understanding them as experiences of resistance and construction of citizenship that strengthen
intergenerational links. They are collective and participatory practices that constitute other identity
processes, make diversity and heterogeneity visible, just as, show disputes of meanings around
the public space. In short, instituting and driving forms of equality regarding aging, that question
stereotypical views about the transit through the same and they recognise those who experience it
as subjects of rights.
Keywords: Elderly people, decoloniality, intersectionality, experiences, citizenship.
INTRODUCCIÓN
Este trabajo se desarrolla a partir de reflexiones que surgen al calor de mi participación
en el proyecto de investigación “Vejeces desiguales, cuestión social y políticas públicas
desde 1976 hasta la actualidad”, aprobado y financiado por UBACYT68 (Programación
Científica 2018), el cual fue llevado a cabo desde la Carrera de Trabajo Social de la Facultad
de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA). El equipo de investigación
está compuesto por estudiantes, graduados/as y docentes de la Carrera de Trabajo Social
especializados/as en Gerontología.
Por ello, el objetivo de dicho artículo será analizar tales experiencias como prácticas
promotoras de resistencia e igualdad desde una perspectiva latinoamericana y nacional,
trayendo aportes de teorías feministas y de género, como por ejemplo, la teoría de la
interseccionalidad, así como el enfoque decolonial.
Es así como, bajo el proyecto previamente mencionado, se realizó una construcción
de datos primarios en torno a dos experiencias de envejecimiento: por un lado, se
llevaron adelante entrevistas en profundidad a integrantes de Abuelas de Plaza de Mayo,
y por otro, se efectuaron Jornadas de extensión universitaria en las que se participaron
350
GÉNERO Y COMUNIDAD
VEJECES DECOLONIALES
En miras de deconstruir la visión monolítica de la vejez, se intentará aproximarse a formas
de pensamiento alternativas a las epistemologías hegemónicas, colocando entre signos
de interrogación el hecho de si las categorías elaboradas en otros contextos alcanzan o
no para analizar y explicar las propias realidades latinoamericanas. En este escenario es
donde se inscribe la búsqueda de construcción de un conocimiento situado que permita
explicar experiencias particulares protagonizadas por personas mayores, y que resultan
ejemplificadoras en cuanto a procesos constructores de una ciudadanía más inclusiva,
disputando sentidos y contribuyendo a la de construcción de las desigualdades.
Asumiendo este propósito, la siguiente ponencia se posiciona desde la crítica
decolonial con el objetivo de analizar la cuestión social de las vejeces en la realidad
latinoamericana y específicamente en la Argentina, desarrollando dicha labor a partir
de los aportes del Trabajo Social. De esta forma, siguiendo a Carballeda (2008), se
recupera el concepto de cuestión social, el cual colabora en la comprensión del escenario
planteado; el mismo alude a los problemas sociales dados a raíz de la conquista de
nuestro continente y de las imposiciones de los colonizadores, los cuales, a su vez, dieron
lugar a que lo diferente trocara en desigualdad. Esta expresión se ve posteriormente
plasmada en la construcción de los Estados nacionales producto de la fragmentación de
69. Programa Universidad para Adultos/as Mayores Integrados/as. Este programa se convenía entre el PAMI y las diferentes universidades de la
Argentina. El mismo tiene como fin generar instancias de participación para mejorar la calidad de vida de las personas mayores y promover
habilidades en las mismas, así como el encuentro con otras generaciones en el ámbito universitario. (Fuente Oficial: https://www.pami.org.ar/
historia; revisado 2/12/2020. Buenos Aires. Argentina)
351
GÉNERO Y COMUNIDAD
culturas y sociedades originarias. Esto invita a trabajar en torno a los diversos recorridos
que puede adoptar la vejez y las problemáticas vinculadas con la edad bajo la luz de los
procesos socio–históricos acontecidos, considerando también el carácter desigual que
caracteriza las experiencias del envejecimiento. En este sentido, la crítica decolonial habilita
a concebir a las personas mayores desde una perspectiva diferente a la hegemónica,
posibilitando en cambio, pensar a dicho grupo desde coordenadas situadas. Por lo
tanto, la presente ponencia pretende aunar esfuerzos en pos de realizar aportes críticos
al campo gerontológico mediante la recuperación de saberes y experiencias propias de
nuestra territorialidad.
El enfoque decolonial aporta a la construcción teórica acerca de las vejeces al
indagar y hacer públicas cuestiones invisibilizadas en torno a las mismas, que desde
otros enfoques no se evidenciarían. Bajo dicho enfoque, siguiendo a Farrés Delgado y
Matarán Ruíz (2014), se enuncia que en el marco del sistema–mundo actual se entroniza
por antonomasia la epistemología occidental frente a aquellas que no lo son. Dicho
poderío epistémico, originado en el norte y extendido hacia el globo en su totalidad, se
sustenta en la configuración de un sujeto de enunciación de estatus superior, a partir del
cual se han signado eurocéntricamente los modos legítimos de existencia de lo humano.
De ahí que lo no occidental quede solapado y disciplinado, es decir: que los hechos y
vivencias acaecidas en los sures del mundo sean negados y dejados bajo el “otro lado
de la línea”, al cuestionar el privilegio antes mencionado encarnado en la ciencia moderna
con mayúsculas.
En consonancia, uno de los principales exponentes de esta perspectiva, Aníbal
Quijano (2007) hace alusión a la diferencia entre el “colonialismo” y la “colonialidad del
poder”, conceptos que colaboran en comprender el escenario geopolítico en el cual
estamos inmersos. A saber: el colonialismo se plantea como un sistema que configura
relaciones políticas y económicas de dominación entre naciones, tratándose de un sistema
que culminó en la región mediante las luchas por la independencia, mientras que la
colonialidad aún perdura. Esta última alude a un patrón de poder característico del sistema
capitalista moderno que construye las formas culturales, laborales y epistemológicas
válidas. Dicho patrón funciona a modo de un discurso que justifica el sometimiento de los
habitantes de pueblos que fueron conquistados hacia aquellos que ocuparon la posición
de conquistadores, haciendo uso para ello de clasificaciones y formas de denominar
352
GÉNERO Y COMUNIDAD
racializadas que legitiman diversos mecanismos de desigualdad, y por ese motivo, los
modos de envejecer surcados por ellos. Es así como la epistemología occidental hace
surtir sus efectos, y es posible tomar conciencia de lo imperioso de emprender una
búsqueda por miradas nacionales y latinoamericanas sobre el tema que nos atañe.
Sobre la base de lo explicitado, es válido reflexionar en torno a la génesis del
pensamiento contemporáneo en cuanto a cómo el mismo se fue erigiendo al compás
de disputas, alianzas, concesiones y silenciamientos entre lo foráneo y lo relativo a estas
latitudes, siendo posible considerar dicho proceso atravesado por las tensiones que
procuraron un lugar hegemónico a las epistemologías dominantes, epistemologías que
han sabido establecer praxis excluyentes. Siendo menester, resistir y cuestionar aquellas
lógicas, comprendiendo que la cultura, siguiendo a Reygadas (2015) apunta a la extensión
de representaciones en determinada coyuntura social, encontrándose dicho proceso
signado por múltiples pugnas de intereses. De forma tal, que se generan instancias para
pensar situadamente lo singular que acaece en nuestros territorios, conllevando esto a
discernir que la cultura instaurada únicamente habilita a interpretar la realidad de una
forma reglada y desde una óptica afín al status quo. En concordancia, de acuerdo con
Jauretche, se propone “pensar desde lo nacional”, es decir, vernáculamente (Galasso e
Ibáñez, 2004). Lo explicitado conlleva a reflexionar en torno al proceso de envejecimiento
bajo esta clave, partiendo de la idea de que lo diferente ha sido cancelado.
“Cuando hablamos de vejez, los estereotipos, imaginarios y prejuicios sobre la misma abundan, pensándola como
una única realidad homogénea regida por ciertas pautas culturales universalizadas. Estas concepciones tienen
por lo general una connotación negativa, ya que se relaciona a las/los viejas/os con el abandono, la soledad, la
marginalidad, la dependencia, el deterioro y la enfermedad, por lo que hay un fuerte rechazo y miedo hacia esta etapa
de la vida por parte de la sociedad. Estas representaciones no son ajenas a los criterios propios del capitalismo y de
la cultura occidental; que no contempla que la vejez es vivida de distintas formas dependiendo de cada persona y
del contexto en el cual se encuentra, el cual debe ser comprendido exhaustivamente para un correcto análisis de la
temática y para dar cuenta de la heterogeneidad que la caracteriza” (Manes et al., 2016, p.5).
Por otra parte, siguiendo a Manes, Garmendia y Danel (2020) es posible esclarecer
la cuestión social de las vejeces a través de ubicar a las mismas en el lugar de “otredad”
en el campo de lo social y desde un abordaje también decolonial. Además, al mismo
tiempo que se estaría planteando una relación con un otro, se alude a que el mismo se
353
GÉNERO Y COMUNIDAD
encuentra deshumanizado, siendo esto manifestación del sistema capitalista, que por
añadidura, es patriarcal y edadista. Una otredad conformada a partir de una mirada que
la representa de forma estable, siendo esta última adultocéntrica, ubicando así a las
personas mayores en el lugar de lo diferente, y que “(…) hace que los/las mayores sean
minusvalorados/as por corporeizar las marcas del paso del tiempo” (Manes et al., 2020,
p.2). A esto se suma que en este contexto, la otredad es subalternizada y dominada,
siendo su carácter heterogéneo obturado, y por ende, se vuelve menester reestablecer
dicho carácter para un análisis situado del envejecimiento. Siguiendo a Manes et al.,
(2020): “(…) detrás de la categoría de uniformidad de la vejez, en nuestro país, se oculta
el modelo hegemónico de la vejez blanca o descendiente de europeos” (p.4).
En este sentido, cobra relevancia el rol de las universidades latinoamericanas en
la promoción y hegemonía de la colonización del conocimiento, es decir, de un modus
operandi que colocó como objeto de conocimiento a mundos diferentes en nombre de
un canon universal, racional, y moderno. De modo tal que se nos presente el desafío de
repensar el para qué de nuestras instituciones, el cual puede orientarse a construir un
pensamiento crítico, reconociendo las múltiples y heterogéneas formas de la otredad no
eurocéntricas, fortaleciendo así la pluralidad del saber (Palermo, 2010).
De ahí que, siguiendo a Palermo (2010) esta apuesta por parte de las universidades
daría lugar a una “descolonización epistemológica” a partir de una producción de
conocimiento que retome los aportes de las mayorías, los grupos sociales invisibilizados
y vulnerados, entre quienes encontramos en particular a las personas mayores, lo cual
daría existencia teórica a sus prácticas de resistencia, sus problemáticas y demandas.
Considerando que en esta tarea puede colaborar activamente la labor investigativa
del Trabajo Social, entendiéndola como incumbencia profesional, que a su vez aporta
conocimiento al campo gerontológico y da sustento a aquellas estrategias constructoras
de igualdad que como profesionales procuren un lugar de sujetos a las personas mayores;
registrando “(…) que la gerontología será decolonial o correrá el riesgo de reproducir la
lógica eurocéntrica e invisibilizar los múltiples y desiguales tránsitos de las vejeces en
Latinoamérica” (Manes et al., 2020, p.9).
En esta línea, como se planteó previamente, desde la perspectiva decolonial y
siguiendo a Farrés Delgado & Mataran Ruiz (2014), se reconoce la existencia de una
epistemología hegemónica, la cual es occidental y eurocéntrica, ejerciendo su dominio
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ni en cuanto a las vejeces femeninas, por ende, se advierte una desconsideración en términos de investigación.
La meta entonces es conformar modos alternativos de transitar las vejeces femeninas, en contraposición a los
roles de género típicos, reduciendo estigmas y evitando reduccionismos en función de la edad (Merlo Laguillo,
2019, p.10).
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expresando esto último su potencia política. Análogamente, esta perspectiva como parte
de un enfoque crítico en torno al envejecimiento, pretende discutir con las imágenes
edadistas que asocian negativamente la vejez con la enfermedad y la dependencia, de
tal forma que le preste atención a vínculos y espacios que habilitan otros significados al
tiempo que queda vacante por vivir, no encontrándose signados por expectativas sociales
patriarcales, así como a las experiencias y opciones diversas que transitan a lo largo de
sus trayectorias. Esto implica indagar cómo se construyen las identidades de las personas
mayores siendo surcadas por la pertenencia de género y de edad.
En sintonía, se observa cómo, tanto la gerontología feminista como la gerontología
crítica de la cual se nutre, no pretenden instalar categorías universales y abonan la idea
de que los aportes teóricos del campo gerontológico constituyen aportes de carácter
social al reconocer que tienen su peso en un entramado de intereses, ocasionando su
corolario en la promoción de ciertos aspectos socioculturales ligados al envejecimiento;
estos últimos influyen en los ámbitos que circulan las personas mayores, condicionando
ciertas decisiones individuales (Yuni y Urbano, 2008).
En este marco, cobra sentido analizar las vejeces a la luz del género. De acuerdo con
Melero Aguilar (2010), conocer a qué refiere dicho constructo social da lugar a reflexionar
en torno a la desigualdad entre varones y mujeres, asumiendo que el mismo alude a ciertos
condicionamientos que son histórica y culturalmente creados, y de acuerdo con los cuales
se predeterminan las conductas y roles asignados de acuerdo a cada sexo. De forma tal
que quedaría demarcado simbólicamente aquello que es considerado como femenino y
aquello que resulta ser masculino a partir de los rasgos anotómico–biológicos que presente
cada quien, conformándose así el sistema sexo–género. Además, esta suerte de mandato
condiciona la percepción subjetiva, las relaciones dadas entre mujeres y varones, así como
los papeles (que artificialmente creados) les competen en la división sexual del trabajo.
Esta última fundamentada en la diferenciación entre el ámbito privado designado para la
mujer, mientras que el ámbito público le compete al varón (Lamas, 1996). Por este motivo,
la categoría en cuestión demuestra la configuración opresora de nuestro orden social, el
cual reproduce violencias e injusticias hacia las mujeres en diversos ámbitos de la vida
humana. En otras palabras, el patriarcado como sistema vigente perpetúa relaciones de
género desiguales donde los intereses del varón cuentan con hegemonía con el objetivo de
que goce de mayor acceso a oportunidades (Melero Aguilar, 2010).
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hace en contraste con la de masculinidad, por lo que el género se refiere a aquellas áreas –tanto estructurales
como ideológicas– que comprenden relaciones entre los sexos (p. 219).
Bajo esta condición se advierte que género y sexo son conceptos diferenciados que
son indispensables explicitar para hacer visible esta modalidad particular de desigualdad: “El
sexo se refiere a lo biológico, el género a lo construido socialmente, a lo simbólico” (Lamas,
1996, p. 220). Postulando que la diferencia sexual no es un destino, sino que los atributos y las
valoraciones en torno a los sexos son productos sociales, que en muchas ocasiones desde una
lógica estereotipada y esencialista obturan proyectos y alternativas de las personas. Por este
motivo, el hecho de que la perspectiva de género reconozca los mecanismos discriminatorios
basados en el sexo brinda herramientas democratizantes para instaurar mayor equidad en
nuestras sociedades, en las cuales los deberes puedan ser compartidos por la ciudadanía
más allá de las diferencias sexuales.
De manera análoga, lo desarrollado exige problematizar al género partiendo de que si
se alude a la heterogeneidad en el envejecimiento, también debe considerarse esta premisa
en vinculación al primero como analizador social, es decir, contar con la posibilidad de
problematizar las experiencias y problemáticas sociales de las personas mayores a la luz de
los diversos géneros, reconociendo que los mismos no se dan de forma binaria, homogénea
ni estable.
La categoría vejez, en singular, oculta las múltiples, heterogéneas y desiguales formas
de envejecer. En cambio, hablar de vejeces en plural y desde un análisis situado nos permite
dar cuenta de la multiplicidad de condicionantes de la desigualdad y la complejidad de los
problemas sociales que atraviesan las personas mayores; incorporando en el análisis a las
mujeres, varones, personas de la comunidad LGBT, trabajadoras/es del mercado informal,
migrantes, obreras/os no cualificados, que han atravesado procesos de explotación laboral,
minorías étnicas y afrodescendientes, entre otros. De esta forma, consideramos que la edad no
es una categoría suficiente a la hora de pensar las desiguales trayectorias y diversas formas de
atravesar el proceso de envejecimiento en el contexto latinoamericano (Manes et al., 2019, p. 23).
Según Del Río Fortuna, González Martin y País Andrade (2013), si seguimos el derrotero
de disputas en torno al género como categoría teórica, es pertinente mencionar que a partir
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de la década del ’80 esta noción sirvió para analizar cómo se tejen las relaciones de poder
entre los géneros, así como también los procesos socio-históricos que los configuran. De
manera que se entiende a la categoría desde una óptica relacional y política, y por este
motivo, se invita a no estudiarla de forma aislada, sino en articulación con otras categorías
que hacen a la diferencia humana.
A consecuencia de lo planteado, es posible advertir análisis que vean a las vejeces
surcadas y en diálogo con esas otras distinciones que caracterizan al ser humano, y
esto refiere a adoptar un abordaje desde la interseccionalidad que permita analizarlas
desde los múltiples vectores que las atraviesan. Es decir, considerar vejeces a partir de
la complejidad que las configura, complejidad que se explica al pensar en las personas
mayores en su condición de pertenencia a una clase social, a un género, una etnia, una
cultura.
Es así como la edad no puede contemplarse como el único atributo para comprender
el envejecimiento, sino que es conveniente que el mismo sea concebido en combinación
con otros componentes que se vivencian en conjunto y que atienden a relaciones de
poder particulares. Siguiendo a Bach (2014, en Manes et al., 2016) esto implica estudiar
las vejeces desde una perspectiva interseccional. Dicha perspectiva nace en los ’80,
promovida por el feminismo afro–estadounidense en su búsqueda por establecer
diferencias con el feminismo ilustrado, blanco, burgués y europeo, e ntendiendo que este
último no mostraba interés por las cuantiosas opresiones vivenciadas por otras mujeres
en contextos diferenciados, por ejemplo, el hecho de ser mujer, pobre, negra y mayor.
En consecuencia, la interseccionalidad pone al descubierto que en torno a una persona
pueden darse variados modos de opresión y discriminación, a raíz de lo cual se producen
circunstancias singulares que merecen ser interpretadas en tal sentido.
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carga simbólica que surge bajo el período de la última dictadura cívico–eclesiástica militar
llevada adelante en Argentina a partir del año 1976 hasta 1983. Es en este marco que
las mujeres que integran dicha asociación se movilizaron en el ámbito de lo público en
miras de reclamar al gobierno de facto la aparición de sus nietos/as desaparecidos/as,
lucha que quedó condensada históricamente en el pedido popular de “memoria, verdad y
justicia”. El segundo caso alude a personas mayores participantes en espacios educativos,
que fueron invitadas a participar en las Jornadas “Vejeces y Participación en las Políticas
Públicas” realizadas el 27 de marzo de 2019. En las mismas, quienes oficiaron como
panelistas, fueron personas mayores referentes que pusieron su voz en representación de
su grupo de pertenencia en miras de compartir sus experiencias con el público presente,
el cual era de carácter intergeneracional.
De esta manera, siguiendo a Manes (2012), es posible advertir en ambas experiencias
ejercicios de resistencia y de participación política en el marco de la educación pública
universitaria como en la búsqueda de nietos/as desaparecidos/as. En palabras de una
estudiante mayor: “Hoy estamos luchando por lo mismo, las personas mayores existen,
estamos vivos, vamos a seguir luchando hasta que podamos, por nuestros hijos, por
nuestros nietos, y en la política tenemos que actuar, no tenemos que quedarnos en casa.
Tenemos que salir a las calles con nuestras banderas y demostrarles a los que están en
el poder que los siete millones doscientos no se van a quedar en casa, vamos a seguir
luchando”. Por su parte, Nélida, Abuela de Plaza de Mayo70 expresa: “Algún temor teníamos,
pero no llegaba a ser miedo porque si no hubiéramos abandonado. Nos reuníamos todos
los jueves en Buenos Aires y acá (Córdoba). Muchas íbamos a Buenos Aires porque ahí
es donde se cocina todo y sale en las noticias, en el Ministerio del Interior, íbamos a los
cuarteles. Entonces no teníamos miedo, siempre estamos a la defensiva, pero no miedo
que nos impida reunirnos, nunca, y también cuando éramos bastantes nos íbamos a una
confitería y hacíamos mesitas de tres, de cuatro; así para que no nos vieran que éramos
demasiadas y podrían pensar que realmente éramos lo que éramos”.
Lo explicitado posibilita asumir un rol social diferente en el espacio de lo público,
dando lugar a una inclusión que desafía los estereotipos negativos ligados a este grupo
poblacional, así como una posible modificación en las representaciones sociales asociadas
70. Los nombres fueron modificados para preservar la identidad de las personas.
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de disputa en el que se constituye una particular noción de vejez relacionada con la capacidad de aprendizaje, el
trabajo desde las potencialidades de los mayores y el derecho a la educación permanente (p. 59).
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71. Recordando que la CIPDHPM sitúa a Latinoamérica como la propulsora del primer instrumento jurídico que aborda la población mayor portando
una mirada integral sobre el proceso de envejecimiento.
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para su cumplimiento. Asimismo, interesa destacar que hace referencia en particular, entre
otros Derechos Humanos, al Derecho a la participación e integración comunitaria (Artº 8)
y al Derecho a la Educación (Art° 20). Esto se vincula con las experiencias y recorridos de
las personas mayores que transitan instancias dadas al interior de unidades académicas
públicas, donde el Estado debe promover dispositivos y condiciones necesarias para la
concreción de aptitudes y fortalezas de este grupo.
De acuerdo con Estela Quintar (2004) se podría advertir que estas personas mayores se
construyen como sujetos históricos presentes en una realidad en movimiento y turbulenta,
de la cual toman conciencia, se posicionan y establecen no de forma absoluta descripciones
y pareceres sobre la misma contribuyendo a redescubrir aquello que las rodea. Proceso
que llevan a cabo en relación junto a otros, y reflexivamente, en este caso, con su grupo
de pares, en el espacio de lo micro–social. Se hilvanan así los vínculos intersubjetivos (lo
relacional) junto con la producción de conocimientos y de sí mismos, reconfigurando los
mundos que habitan. “Está buenísimo que lo sigamos discutiendo porque no sabemos si
somos viejos y entonces no nos corresponde estar cerca, o si somos viejos, y justamente
por eso necesitamos expresarnos y mostrar toda nuestra ancestral experiencia”. Este
comentario hace alusión a las reflexiones que surgen al interior de dichos grupos en torno
al propio envejecimiento, reflexiones no exentas de dudas y complejidades en el camino
por aprehender nuevas percepciones y prácticas en contextos que procuran superar los
límites rígidos que se le asignan acorde a la edad.
Por ende, se produce un espacio relacional en torno a lo universitario, que a la vez
impulsa a quienes participan a convocar e incentivar a coetáneos a involucrarse en dichas
dinámicas, comprendiendo su potencia en cuanto a ser espacios de sostén e integración.
“El acceso puede ser fácil, quizás porque haya comunicación o no, pero lo más difícil es
poder entrar en la cabeza de la gente y poder vencer este prejuicio de que no podemos
ir a la universidad porque ya estamos grandes y la universidad es para los jóvenes” refería
otra mujer mayor que transita dichos espacios. Es justamente en esos procesos donde el
quehacer profesional del Trabajo Social puede involucrarse, ya que nuestra intervención
puede suscitar estrategias que reconozcan las trayectorias e identidades diversas de
quienes envejecen, respetando que no hay un único tránsito en este momento de la vida,
y al mismo tiempo, problematizar los prejuicios existentes en torno a la edad, ya que
siguiendo a Manes (2012):
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La educación a lo largo de la vida pensada como un derecho social es uno de los pilares que orientan la práctica
profesional de los trabajadores sociales en las universidades públicas, apostando al aprendizaje permanente,
Por otro lado, siguiendo a Ramírez et al., (2019), a partir de los relatos de las
experiencias y sentires de dicha población mayor se advierte que las mismas han
consolidado formas de resistencia en torno a dichos espacios ante los embates ejercidos
por parte de medidas estatales neoliberales. Así lo expresó un hombre mayor de la UNLP:
“Estamos acá para enfrentar lo que llega y una de las maneras de resistir es esto, es
estar acá en este momento. Con respecto a los medios de comunicación justamente lo
que no se muestra es nuestra resistencia, estas cuestiones, estos trabajos que hacemos
los adultos mayores”. Dichas experiencias sucedieron en el marco de un Paradigma del
Derecho Subejecutado, el cual se materializó entre los años 2015 y 2019 en la Argentina,
caracterizándose por un accionar tendiente a la retracción de derechos adquiridos, el
retorno de las políticas sociales bajo modalidad focalizada y una visión sobre la población
mayor como objeto de asistencia. Teniendo además en consideración que en el año 2017
el Estado nacional ratificó la CIPDHPM, lo cual no se vio posteriormente reflejado en las
medidas dispuestas, ya que en el mismo año se llevó a cabo una reforma previsional
que perjudicó la calidad de vida de este grupo etario al objetar la legitimidad del acceso
a una jubilación como al sistema de salud, destacando que dicha reforma se aprobó
teniendo como marco una protesta contra la misma dada en la Ciudad de Buenos Aires,
en la que participaron personas mayores y que fue reprimida por parte de las fuerzas de
seguridad. Es en desacuerdo a este contexto de avance neoliberal que se gestan praxis
participativas, prácticas militantes, modalidades organizativas y reclamos colectivos
que sintetizan sentimientos de rabia, frustración e incertidumbre, pero que sirven para
canalizar reclamos y hacer visibles necesidades ante la puesta en práctica de políticas
que fomentan la desigualdad hacia la población mayor.
Asimismo, es posible advertir que dichas Jornadas se caracterizaron por contar con
cierta paridad de género a la hora de conformarse las diferentes mesas expositivas72. Esta
modalidad, al promover participaciones igualitarias en cuanto al tiempo disponible de
72. Teniendo en cuenta que por cada una de ellas se debatió uno de los siguientes ejes: Vejeces y medios de comunicación; Vejeces y Participación
social y organización política; Vejeces y educación.
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73. Lesbianas, Gays, Bisexuales, Travestis, Trans, Transexuales, Intersexuales, Queers y otras disidencias sexo genéricas
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las condiciones dadas para el ejercicio político, así como tampoco estas personas portan
las mismas motivaciones para llevarlo a la práctica. De ahí la heterogeneidad que pueda
adquirir según las percepciones que sobre el mismo pongan en juego quienes conforman
este grupo etario, pero siendo importante en aras de recomponer o fortalecer los lazos
sociales (Ramírez et al., agosto de 2019). En este sentido, las acciones llevadas adelante
por parte de Asociación Civil Abuelas de Plaza de Mayo, fundada en octubre de 1977, son
ejemplificadoras respecto a lo que se ha enunciado, sobre todo por el marco en el cual
se materializaron. Dicha Asociación se origina a partir de que un conjunto de mujeres,
cuyos/as nietos/as desaparecidos/as fruto de un plan sistemático orquestado por el
autodenominado “Proceso de Reorganización Nacional”, comienza a sospechar que los
mismos habían nacido en cautiverio, es decir, en centros clandestinos de detención, y
que podían encontrarse con vida. Por ende, el objetivo de dicha asociación se convirtió en
buscar los hijos de sus hijos74. Esta violación a los Derechos Humanos de niños y niñas,
quienes fueron expropiados de sus familias de origen y privados de su identidad, puede
comprenderse al considerarlos como “botín de guerra” por parte de los miembros de las
fuerzas de represión y los cómplices con dicha dictadura (Depetris, 2003).
De ahí que estas mujeres hayan puesto en práctica como estrategia el hecho de dar
“vueltas a la plaza”75, codo a codo, como forma de resistir a los embates sufridos, estando
en movimiento, evitando así que las detuvieran, teniendo en consideración el estado de
sitio imperante que les impedía realizar reuniones. En adición, han empleado hábeas
corpus, han recorrido tenazmente diversas instituciones, ya sea maternidades, comisarías
o instituciones psiquiátricas, y han llegado a conquistar un “índice de abuelidad” con el
propósito de encontrar respuestas de forma colectiva. Como bien manifestó otra Abuela,
Margarita: “Se encontraron con un genetista ellas, en Estados Unidos, y dijeron: “Bueno,
acá, ésta es la nuestra”. Entonces así volvieron, y en el Hospital Durand se formó el primer
Banco de Datos Genéticos, que sino yo tampoco habría podido encontrar a mi nieta”76. Lo
expuesto demuestra que han producido un terreno fértil para discutir las percepciones en
74. Cabe destacar que la misma se desprende de otra agrupación, Madres de Plaza de Mayo, la cual surge seis meses antes.
75. Se hace referencia a la Plaza de Mayo, la cual se encuentra en frente a la Casa de Gobierno nacional en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
Argentina. De ahí el nombre que llevan como agrupación.
76. Dicho índice, el cual fue parte de una iniciativa que tomaron las integrantes de esta Asociación junto con un cuerpo de científicos, indica “la
posibilidad de parentesco entre un nieto y sus abuelos a partir del análisis del material genético”. Este último fue archivado en el Banco Nacional
antes mencionado, permitiendo resolver crímenes de lesa humanidad y restituir la identidad de niños/as desaparecidos/as. (Fuente Oficial: https://
santafe.conicet.gov.ar/indice-de-abuelidad/; revisado 3/01/2021. Santa Fe. Argentina).
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torno a lo que acontecía a nivel nacional en dicho momento histórico, así como las formas
de concebir a las personas mayores, e incluso a su condición de género (Manes, 2019).
En paralelo, aquellas instancias colectivas y de confluencia gestadas a lo largo de su
lucha continúan persistiendo, aunque bajo diferentes formatos. En efecto, sus integrantes
imparten charlas informativas en instituciones educativas, a donde también llevan un
mensuario generado por su cuenta, en pos de mantener vivos los diálogos respecto a la
memoria y el derecho a la identidad. Con el mismo cometido promueven ciclos artísticos
como “Teatro x la Identidad” y “Música x la Identidad”, constituyendo dichas prácticas
formas de resistir el olvido de las acciones acontecidas en el marco del terrorismo de
Estado y proseguir con su legítimo reclamo. Por tanto, lo descrito es una muestra de la
disputa de sentidos que han dado y siguen dando las Abuelas, recreando en un mismo
movimiento sus propias identidades, fundamentalmente en base a su condición de
género, debido a que han sabido confrontar con las asignaciones estereotipadas que se
le han otorgado en función de ser mujeres.
De igual manera, su derrotero les concedió recrear su abuelidad, entendiendo que
cada una de ellas no só lo alcanzó la “recuperación” de su nieto/a desaparecido/a, sino
que dicho rol adquirió envergadura política y simbólica al volverse extensivo a otros/as
nietos/as, expresándolo así la Abuela aludida: “Pero no todos tienen abuela, entonces
de los que no tienen abuela somos abuelas nosotras, todos de todos”, a lo que se suma
el hecho de volverse las Abuelas del pueblo argentino (Ramírez et al., Agosto de 2019);
en síntesis, pensar la abuelidad como una modalidad compartida y de carácter colectivo
(Manes, 2019). Lo explicitado da lugar a concebir a las personas mayores como sujetos
producidos, pero también productores de la sociedad, en tanto los sujetos no son meros
reflejos de la estructura social, sino que son producidos por la misma, pero que a la vez la
producen. De acuerdo con Garretón (2001) los actores, en “su constitución e interacción,
y los procesos socio–políticos son vistos como creaciones históricas de esos actores
y no como resultantes ineluctables de factores o fenómenos estructurales de los que
los actores son simples portadores o reproductores” (Garretón, 2001, p. 13). Se deduce
a partir de lo cual que estas mujeres se ubican como actoras sociales al enfrentar el
disciplinamiento imperante, dando paso a comprender la abuelidad como una categoría
política, dado que se han agrupado y organizado justamente por motivos políticos. Por
un lado, debido a que la apropiación de niños/as nacidos/as en cautiverio fue orquestada
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como un plan sistemático del Estado argentino, y por otro, a causa de que las Abuelas han
demandado colectivamente al aparato estatal por su responsabilidad ante los crímenes
cometidos, así como han peticionado ante organizaciones internacionales. Siendo así
que la abuelidad se desprende de la esfera privada familiar vinculada a los cuidados y a la
afectividad, asociándose a las arenas de lo público. El mismo pasaje también se produce
a partir de la subversión que llevaron adelante en cuanto a su rol de género, implicando
dicha transgresión que fueron objeto de agravios.
Lo planteado pone en cuestión cómo se percibe comúnmente a las personas mayores
respecto a su identidad, haciendo notar que prima una adscripción identitaria múltiple
surcada por la complejidad, dando lugar a observar cómo esto se expresa en el marco de
las diferentes experiencias planteadas; en otras palabras, qué se resalta y qué se solapa
en términos de identidades (Manes et al., 2019).
CONCLUSIONES
Respecto a las Jornadas de mayores fue característico de las mismas que estuvieran
presentes sus voces en primera persona, a diferencia de otras en que estas son canalizadas
por investigadores/as y profesionales especializados/as en el campo de lo gerontológico.
Es así como dicho contexto procuró posibilitar una instancia de diálogo, expresión y
escucha para este grupo etario, y destacó la demanda por políticas públicas educativas
de calidad que promuevan la redistribución de recursos tanto de orden simbólico como
material al comprender a la educación universitaria pública y gratuita como un derecho
social, lo cual es conducente a propiciar las condiciones de igualdad para la participación
mayor en dicho ámbito.
De forma semejante, las integrantes de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo son
muestra de praxis participativas y políticas, destacándose que las mismas se iniciaron
en un estado de violencia institucionalizada y perduran hasta la actualidad. A lo que se
adiciona el hecho de que dichas prácticas se encuentren surcadas por la variable de
género, debido a que han transgredido los límites impuestos acorde al mismo para su
conducta, causando así que su abuelidad se haya tornado política y colectiva a causa de
la relevancia social que asumió. En consecuencia, tomando en consideración el enfoque
de derechos el rol del aparato estatal cobra relevancia, pudiendo el mismo motorizar
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19.
RESUMEN
La mortalidad por cáncer de mama apareció dentro de la lista de las 10 principales causas
de muerte entre las mujeres mexicanas desde hace más de tres décadas. La Organización
Mundial de la Salud espera que se incremente la incidencia de esta patología hasta un
40% en la próxima década.
Los resultados de una encuesta aplicada a mujeres jóvenes sobre la práctica de
la exploración de senos y los hallazgos que la Asociación Mexicana de Lucha Contra
el Cáncer ha acumulado en sus procesos de intervención comunitaria, a partir de la
implementación del proyecto “Promoción para la Salud: Herramienta para la detección
temprana del cáncer en comunidades marginadas”, evidencian las diferentes limitantes
que llevan a la detección tardía de casos de cáncer de mama entre las mujeres adultas
mayores.
Situación que nos lleva a plantear en las siguientes páginas la importancia de generar
estrategias de promoción para la salud que permitan fomentar los hábitos de autocuidado
para la detección temprana de cáncer de mama de acuerdo a cada grupo poblacional, así
como la necesidad de revisar la Norma Oficial Mexicana y las Guías de Práctica Clínica, para
incorporar los elementos que contribuyan con un proceso integral para la disminución de
factores de riesgo, detección temprana y atención oportuna y con ello, disminuir la incidencia
y la mortalidad por cáncer de mama que afecta actualmente a las mujeres adultas mayores
y que representa gastos excesivos en las familias y en el sistema de salud.
La salud en la etapa de la vejez en gran medida es resultado de las determinantes
sociales de la salud presentes durante el ciclo de vida, así que jóvenes sin una cultura
del autocuidado de la salud, que tienen estilos de vida poco saludables, sumado a las
limitantes propias del sistema de salud, representan una alta probabilidad de convertirse
en adultas con enfermedades crónico–degenerativas.
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ABSTRACT
Breast cancer mortality appeared in the list of the 10 main causes of death among Mexican women
for more than three decades. The World Health Organization expects the incidence of this pathology
to increase by up to 40% in the next decade.
The results of a survey applied to young women about the practice of breast examination and the
findings that the Mexican Association for the Fight Against Cancer has accumulated in its community
intervention processes, from the implementation of the project “Promotion for Health: Tool for the
early detection of cancer in marginalized communities”, show the different limitations that lead to the
late detection of breast cancer cases among older women.
Situation that leads us to raise in the following pages the importance of generating health
promotion strategies that allow promoting self-care habits for the early detection of breast cancer
according to each population group; as well as the need to review the Mexican Official Standard
and the Clinical Practice Guidelines, to incorporate the elements that contribute to a comprehensive
process for the reduction of risk factors, early detection and timely care and thereby reduce incidence
and mortality. Due to breast cancer that currently affects older adult women and that represents
excessive expenses in families and in the health system.
Health in the old age stage is largely the result of the social determinants of health present
during the life cycle, so that young people without a culture of self-care in health, who have unhealthy
lifestyles, added to the limitations of the health system represent a high probability of becoming
adults with chronic-degenerative diseases.
Keywords: Old age, Breast cancer, social intervention, health promotion, life cycle approach.
INTRODUCCIÓN
El cáncer de mama, a pesar de que puede ser curado si es diagnosticado en etapas
tempranas, irónicamente es uno de los que más muertes produce por las etapas tardías
en las que se detecta, aún con los nuevos tratamientos y los esfuerzos constantes por
disminuir su mortalidad y morbilidad.
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Los diagnósticos de cáncer se presentan con mayor frecuencia en mujeres con edades
a partir de los 50 años, agudizándose en mujeres mayores de 60 que al ser detectadas
generalmente en fases avanzadas sus posibilidades de supervivencia disminuyen. Es así
que cada día aumentan los casos de cáncer de mama, a la par que la población adulta
mayor que es una de las más afectadas por esta enfermedad también aumenta.
Los estilos de vida, los cambios demográficos y el contexto socioeconómico del país
constituyen un nicho perfecto, en donde el incremento de casos de cáncer va de la mano
con el crecimiento de la población adulta mayor. En ese sentido, se observa la urgencia
de realizar acciones específicas dirigidas a las mujeres adultas mayores que cada día son
más y que traen consigo una historia de deficiencias en materia de salud, aunado a las
diferentes condiciones que enmarcan su contexto personal y familiar.
Es así que el presente artículo muestra cómo se vive la problemática del cáncer de
mama, por un lado desde la perspectiva de las mujeres jóvenes universitarias a partir de la
aplicación de una encuesta con base en sus vivencias y en el conocimiento que actualmente
tienen respecto al tema, y por el otro, desde la intervención comunitaria dirigida a la
detección en mujeres adultas mayores, que a lo largo de su vida han enfrentado diversas
limitantes en cuanto a acciones de autocuidado de la salud y detección temprana.
Asimismo, plantea la necesidad de realizar acciones encaminadas a la disminución
de factores de riesgo, en donde la información adecuada, el autocuidado de la salud
y la realización de acciones de detección temprana, sean la base de un proceso que
contribuya a evitar diagnósticos fatales.
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Gráfica No. 1
2018 2040
9,555,027 16,388,459
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Gráfica 2
Incidence Mortality
Cabe señalar que la mortalidad por cáncer de mama apareció dentro de la lista de
las 10 principales causas de muerte entre las mujeres mexicanas desde hace más de tres
décadas. Además, la preocupación sobre este padecimiento está relacionado al contexto
de transición demográfica en nuestro país, pues la edad es el principal factor de riesgo
para el desarrollo de cáncer de mama, afectando a una de cada 8 mujeres a lo largo de
su vida. De éstas, la mitad de las pacientes son mayores de 65 años y 35% son mayores
de 70 años.
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Tabla 1
Fuente: Secretaría de Salud (2015). Informe sobre la salud de los mexicanos 2015. México.
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sus familiares deben esperar al menos un mes para tener una cita de primera vez.
Algunas familias deciden buscar el tratamiento al amparo del gobierno en las grandes
ciudades, lo que implica pagar el transporte para llegar al hospital y comidas durante
su permanencia en ésta, tanto para el enfermo como para su acompañante.
Algunos tipos de cáncer involucran la compra de complementos para aminorar
los efectos biológicos o psicológicos del cáncer, como prótesis mamaria, pelucas,
brassiers y mangas para contrarrestar el linfedema (que es una consecuencia en
las mujeres que requieren mastectomía). Además, algunas pacientes suelen costear
tratamientos alternativos o complementarios a su tratamiento médico, como terapias
psicológicas, dietas especiales, terapias a base de hierbas o animales.
• Psicoemocionales: Los diagnósticos de cáncer son asociados a la muerte, además,
el deterioro físico que sufren los pacientes como resultado del tratamiento repercute
en la autopercepción de su persona, evidenciando problemas de autoestima,
ansiedad o depresión. Por ejemplo, para las mujeres resulta sumamente doloroso la
pérdida del cabello. Inevitablemente, entre los familiares se presentará una gama de
emociones y sentimientos, no sólo por el deterioro físico del paciente, sino también
porque en ocasiones la respuesta institucional no es de la calidad y rapidez con la
que se espera.
• Social: Algunas repercusiones del cáncer no son consideradas como discapacidad,
sin embargo, las secuelas de la enfermedad no permiten que las personas realicen
sus actividades cotidianas como solían hacerlo anteriormente. Por ejemplo, algunas
mujeres con diagnóstico de cáncer de mama derivado del tratamiento han perdido
ganglios linfáticos, y ello implicó la limitación para realizar actividades instrumentales
de la vida cotidiana, como lavar, planchar, exprimir, incluso cocinar, situación que ha
impedido que algunas mujeres regresen a su actividad laboral.
Por otra parte, también su vida sexual y afectiva se ve afectada: el desinterés
sexual de su pareja en algunas ocasiones puede tornarse violento, e incluso llevar al
divorcio.
Sin dejar de mencionar la presencia de diferentes formas de violencia de las
que suelen ser objeto durante el proceso de enfermedad–atención, no sólo de los
sistemas de salud, sino también de su pareja, familiares o de la misma sociedad,
violencias traducidas en negación del servicio de salud; incluso abandono, rechazo,
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No se han logrado medir los costos sociales del cáncer a nivel mundial, pues de la
misma manera en la que biológicamente cada paciente representa un caso, lo mismo
sucede en términos sociales. Este tipo de repercusiones dependerán de su estructura
y dinámica familiar, de las redes de apoyo sociales que disponga, de su acceso a
servicios de salud, la relación de pareja, su empleo, la edad de sus hijos o su interés por
tener descendencia, incluso de su autoestima. Todas estas implicaciones son las que
determinan lo grave que es para la sociedad la incidencia del cáncer, pues en algunas
ocasiones la presencia de esta enfermedad en la familia conlleva a caer en la pobreza o
pobreza extrema.
Lamentablemente, cada día aumentan los casos con diagnósticos en fases terminales,
a pesar de que la mayoría de los tipos de cáncer pueden ser curables cuando son
detectados en etapas tempranas. En esta enfermedad, diversos factores de riesgo están
asociados a los estilos de vida impuestos por el neoliberalismo, y a las sociedades de
consumo caracterizadas por enfermedades crónico–degenerativas que impactan no só
lo a la familia sino también a la sociedad, por su larga duración, progresión lenta y la
discapacidad que generan en poblaciones adultas.
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prácticas que las llevan a conservar su salud. En este grupo de universitarias, 39%
afirmó que la mastografía debe practicarse antes de los 39 años y 13.3% no sabe. En
cuanto a la periodicidad de este estudio, 47% refirió saber que debe realizarse cada
año, 22% señaló cada seis meses; el resto indicó períodos mayores a dos años.
• Las mujeres asocian al CaMa la aparición de abultamientos, abscesos, bolitas o
bultos, seguido de secreción o líquido de los pezones, así como cambios en la piel,
como enrojecimiento, piel de naranja o manchas; también refirieron síntomas como
fatiga y náuseas. Si bien reconocen los tres principales signos asociados al cáncer
de mama, aún falta el reconocimiento de otros igual de importantes: cambio en el
tamaño o la forma (asimetría) de la mama, venas crecientes, endurecimiento, así
como erosiones de la piel.
Gráfica 3
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confiable, con períodos cortos de atención e información que pueda ser transmitida a través
de dispositivos móviles y redes sociales digitales. En segundo momento, es necesario
transmitir información acorde a los grupos de edad de las mujeres y a los factores de
riesgo que existen en cada uno de éstos. Si bien existen campañas para promover la
práctica de la exploración de mamas, la información de éstas es genérica. Dos preguntas
comunes en la población mayor respecto a este tema es: ¿en qué momento realizarse la
exploración de senos cuando ya no se tiene el período menstrual? y ¿hasta qué edad debe
realizarse la mastografía? Estas preguntas reflejan la falta de información sobre detección
oportuna del cáncer de mama en grupos de mujeres mayores.
• Ciclo de vida y envejecimiento: este enfoque es el idóneo para realizar procesos de
intervención intergeneracionales que nos permitan transitar de poblaciones jóvenes
que incorporan la autoexploración de senos de manera cotidiana a poblaciones
mayores que cuidan de su cuerpo y salud disminuyendo riesgos, en particular sobre
el cáncer de mama. Recordemos que este enfoque presupone que las experiencias
se acumulan a lo largo de las diferentes etapas del ciclo vital, es decir, las experiencias
de una etapa repercutirán en las etapas subsecuentes. Consideramos de suma
importancia tejer puentes entre la juventud y la vejez, a través de acciones de
intervención social de promoción a la salud.
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Gráfica 4
Intervención social
De acuerdo con los resultados del estudio exploratorio, las mujeres jóvenes no
realizan la autoexploración de senos, incluso a pesar de tener a una mujer cercana con
antecedentes de diagnóstico de cáncer de mama o cervicouterino (madre, hermana o
tía). Este precedente también puede ser destinado a encauzar de manera positiva la
adquisición de hábitos destinados a la detección temprana de cáncer de mama. Incluso
en estas familias despliega las posibilidades de intervención a través de la asesoría
sociogenética, poco explorada en nuestro país, pero que en experiencias internacionales
tiene importantes resultados en mujeres con cáncer de mama hereditario. Según Alejandro
Mohar, exdirector del Instituto Nacional de Cancerología (INCan), aproximadamente cerca
de 16 mil mujeres son diagnosticadas con cáncer de mama, y de éstas el 5%, alrededor
de 800 mujeres, son portadoras de la variación del gen BRCA180, “De ese 5 por ciento
80. Es un gen supresor de tumores, nombrado de esa manera por sus siglas en inglés “ Breast Cancer 1”
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de mujeres con BRCA1 en México, menos del 1% se realiza la prueba genética y de ellas
menos de la mitad se realiza la mastectomía bilateral profiláctica” (SIPSE, 2013).
Los resultados de la encuesta exploratoria indican que el conocimiento y la práctica
de la autoexploración de los senos es baja entre las estudiantes universitarias, a pesar
de la importancia que las mujeres le otorgaron a esta estrategia de detección temprana.
El desconocimiento, tabúes, idiosincrasia, información distorsionada, miedo y la falta de
tiempo son elementos que cualquier estrategia de intervención deberá considerar a fin de
fomentar la incorporación cotidiana de acciones tendientes a la detección oportuna del
cáncer de mama y la disminución de sus factores de riesgo.
Es imperativo realizar estrategias de promoción y educación de la salud relacionada
a la detección temprana del cáncer de mama por grupos de población. Además, hacer
hincapié en las técnicas de detección temprana del cáncer en aquellas mujeres que tienen
antecedentes de este padecimiento entre sus familiares, ya que un porcentaje significativo
de las encuestadas presenta esta condición.
Por último, es necesaria la revisión de la Norma Oficial Mexicana NOM–041–SSA2-
2011 para la prevención, diagnóstico, tratamiento, control y vigilancia epidemiológica del
cáncer de mama, desde las disciplinas de las Ciencias Sociales que forman parte del
equipo de salud, pues lo social está presente en el proceso salud–enfermedad–atención.
Este padecimiento no puede continuar siendo reducido a un mero problema de salud
(biológico), pues es innegable que las condiciones sociales, culturales y económicas son
transversales en la prevención, tratamiento y recuperación de las mujeres.
Durante décadas las y los trabajadores sociales han sido testigos del impacto
económico que presenta esta enfermedad en las familias: se costean los estudios de
detección, tratamientos, prótesis, alimentos especiales o complementarios, pasajes,
hospedaje y comidas. Adicionalmente, la persona enferma deja de trabajar y requiere que
otra persona le acompañe durante este proceso, ya que los diagnósticos desfavorables
generan un lento y doloroso deterioro físico y emocional en quienes la padecen, dejando
a su paso depresión, ansiedad o alguna otra afectación psicosocial.
Las organizaciones de la sociedad civil, en las últimas tres décadas, han hecho frente
al rebasado sistema de salud mexicano, poniendo a disposición de las mujeres con
diagnóstico de cáncer de mama apoyos médicos, sociales y psicológicos, además de ser
promotoras de políticas públicas para la atención de las demandas y necesidades que se
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REFERENCIAS
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Enferm Inst Mex Seguro Soc, 20(2), 79-84.
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SÍNTESIS CURRICULAR
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RAQUEL CUENTAS RAMÍREZ
Magister en Estado Bienestar Social por la Universidad Pública de Navarra UPNA–España, Experta en
Género por UPNA. Diploma Especialización Gerontología Social por PUC Chile. Lic. Trabajo Social por la
Pontificia Universidad Católica del Perú, donde es docente. Especialidad de Trabajo Social, coordina la
Diplomatura de Gerontología Social y el Grupo de Investigación GITS, actualmente es Jefa de la Oficina de
Apoyo y Promoción Social. Con amplia experiencia de gestión y dirección a nivel del Estado. Consultora en
género, políticas sociales, salud pública, protección social y envejecimiento.
PAULA M. DANEL
CONICET/IETSyS, Facultad de Trabajo Social, UNLP, Argentina.
Dra. en Trabajo Social (UNLP). Investigadora Adjunta del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y
Técnicas (CONICET), con lugar de trabajo en el Instituto de Estudios de Trabajo Social y Sociedad (IETSyS)
de la Universidad Nacional de La Plata. Profesora de la Cátedra Trabajo Social y Análisis Institucional
de la Facultad de Trabajo Social de la UNLP, Argentina. Integrante del equipo de coordinación de la Red
Latinoamericana de Docentes Universitarios y Profesionales de Trabajo Social que se desempeñan en el
campo Gerontológico (RedGeTS).
Correo: danelpaula@hotmail.com
DANIELA SALA
IETSyS, Facultad de Trabajo Social, UNLP, Argentina. Magíster en Trabajo Social y Especialista en Docencia
Universitaria de la UNLP. Investigadora del Instituto de Estudios en Trabajo Social y Sociedad. Miembro de
la REDGETS. Profesora Adjunta de la materia Trabajo Social III y Jefa de Trabajos Prácticos del Seminario
Educación en Entornos Virtuales de la Facultad de Trabajo Social. Extensionista. Coordinadora Académica
del Profesorado en Trabajo Social. UNLP.
Correo: saladaniela@gmail.com
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JORGE PEDRO PAOLA
Licenciado en Servicio Social de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UBA. Docente investigador
de la Facultad de Ciencias Sociales–UBA. Magíster en Política Social, Facultad de Ciencias Sociales–UBA.
Profesor Consulto de la Carrera de Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. Profesor
titular del Módulo de Política Social en la Maestría de Gerontología de la Universidad Nacional de Córdoba.
Miembro de la Comisión de Asesoramiento Específico (CAE) de la Maestría en Gerontología, Universidad
Nacional de Córdoba. Profesor titular de la materia Organización y Gestión Institucional II. Especialización
en Gerontología Social, Universidad Maimónides. Director de la Diplomatura en Organización y Gestión
de Residencias de Larga estadía y Centros de día, Universidad Maimónides. Es autor de libros, artículos
y ponencias en distintos espacios nacionales e internacionales. Se ha desempeñado profesionalmente en
diversos organismos y empresas del ámbito público y privado
Correo: jorgepaola@hotmail.com
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RAÚL HORMAZABAL SALGADO
Académico de la escuela de Enfermería de la Universidad de Talca–Chile.
Magíster en Enfermería, Mención Gestión del Cuidado.
Línea de investigación: Salud Mental en el Adulto Mayor.
Correo: rahormazabals@gmail.com
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VICENTE BALLESTEROS ALARCÓN
Licenciado en Teología, Licenciado en Filosofía y CC. de la Educación. Grado en Trabajo Social. Master
en Gerontología Social. Doctor en Antropología y Bienestar Social. Ha sido Vice y Presidente de la
Plataforma Andaluza del Voluntariado, miembro de la junta directiva de la Plataforma del Voluntariado de
España y del European Volunteer Center. Profesor permanente de la Universidad de Granada.
Correo: vballest@ugr.es
400
JUAN PABLO VIVALDO MARTÍNEZ
Es licenciado y maestro en Historia por la Universidad Autónoma Metropolitana y doctor en Historia por
la Universidad Nacional Autónoma de México. Es profesor de asignatura en el Centro de Enseñanza para
Extranjeros (CEPE) desde 2012 y en la Licenciatura en Desarrollo Comunitario para el Envejecimiento, en el
campus 3 de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza desde el 2015. Es colaborador de proyectos de
investigación con financiamiento institucional PAPIME y PAPIIT de la DGAPA, UNAM. Su línea de investigación
se enfoca en la historia sociocultural de la vejez y el envejecimiento en México. Es representante del CEPE
ante el Seminario Universitario Interdisciplinario sobre Envejecimiento y Vejez (SUIEV).
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GUSTAVO GARCÍA SILVA
Licenciado en Trabajo Social. Profesor de prácticas comunitarias en la Colonia Avándaro, Chalco, Estado
de México. Coordinador del Programa de Desarrollo Comunitario de la A.C Comunidad Participativa Tepito.
Asesor de la Comisión de Desarrollo Social I Legislatura, Asamblea Legislativa del D.F. Asesor de Monitoreo
de los Programas de Desarrollo Social y de Atención para las Personas Adultas Mayores del D.F. Jefe de la
Unidad de Atención a las Personas Mayores en la Delegación Cuauhtémoc, de 2001 a 2012. Profesor de
Asignatura de Práctica Regional de la Escuela Nacional de Trabajo Social-UNAM.
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NICOLE MAZZUCCHELLI
Académica. Doctora © Persona y sociedad en el mundo contemporáneo, de la Universidad Autónoma de
Barcelona, España y Dra © en Psicología de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile. Este
trabajo fue realizado gracias al apoyo de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile (ANID/
Doctorado Nacional/2018-21180106).
Correo: nicole.mazzucchelli@pucv.cl.
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Para contactar a los coordinadores de esta obra
mpina@ucm.cl
Universidad Nacional Autónoma de México