Cómo Hacer Devocionales

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¿Cómo hacer devocionales?

Introducción

La palabra “devocional” es una de esas que los cristianos usamos todo el tiempo, pero que muchos
no tienen claro qué significa. A la gran mayoría cuando venimos a Cristo nunca se nos enseñó
cómo hacer un devocional, prueba de ello es que aquí estamos en este taller llamado “¿Cómo
hacer devocionales?” (jejee son bromas).

Oímos a cristianos hablar sobre “Tiempo con Dios” y cómo se deleitan y pasan momentos de
quietud y devoción cada día, sin embargo, como hemos dicho muchas veces no sabemos bien
¿que son? y ¿cómo funcionan? Pero es evidente que debemos de tener nuestro devocional. La
gran pregunta sería ¿Lo estamos haciendo? Si tu respuesta es sí, que bueno, Gloria a Dios, si tu
respuesta es no, por eso es este taller.

¿Qué es un devocional?

Got Question
“Una frase utilizada para denotar la disciplina de la lectura de la Biblia y la oración con la que los
cristianos comienzan o terminan su día”. Básicamente, un tiempo devocional es un momento en el
que detenemos todas nuestras actividades e inclinamos nuestro corazón a la Escritura para
reconocer que necesitamos conocer a nuestro Hacedor y su Palabra.

Gerson Morey (Coalición por el evangelio)


Tomando como base que las Escrituras nos animan a esforzarnos por la piedad en (1 Timoteo 4:7),
además nos exhortan a apartarnos para la oración (Mateo 6:6), a orar constantemente (1
Tesalonicenses 5:17) a leer y a meditar en las Escrituras (Salmos 1:2), concluimos que devocional
es la disciplina piadosa que forma parte de la vida, sostenimiento y crecimiento espiritual del
creyente. Este ejercicio comprende la oración, la lectura y la meditación de la palabra que los
cristianos debemos practicar con regularidad.

Tiempo con Dios (TcD)


Es un tiempo especial, un encuentro personal diario con Dios, donde uno establece un lugar y un
tiempo silencioso en el día para escuchar su voz a través de Su Palabra, que meditándola y
aplicándola a su vida producirá cambio y madurez.

Algunas consideraciones
1. No hay fórmulas ni reglas universales a la hora de tener un devocional diario. Las cosas
no siempre lucirán igual. Puede variar de acuerdo a tu edad, ocupación, condición, etc.

2. Los tiempos devocionales no siempre son “deleitosos”. Unas veces sí, pero otras no
sentirás nada cuando leas la Biblia… ¡Otras veces ni siquiera entenderemos lo que Dios
está diciendo! A veces te quedarás sin palabras a la hora de orar. Eso no significa que Dios
no está cerca o no está hablando. El problema son nuestros propios corazones. Por eso,
una de nuestras oraciones debe ser: “Abre mis ojos, para que vea las maravillas de Tu
ley” (Sal. 119:18).

3. Aun cuando no “sintamos nada” a la hora de tener un devocional, debemos acercarnos


con fe, sabiendo que Jesús ha abierto completamente el camino al Padre y que el Espíritu
Santo mora en nosotros para guiarnos (Ef. 2:18). Sea cual sea nuestro estado emocional,
permanezcamos siempre en la verdad.

Dicho esto, estamos listos para ver ¿Cómo hacer devocionales? o ¿Cómo hacer un devocional?

Primero preparémonos…
Cinco consejos para un mejor devocional.

1. Dedica un tiempo específico


Efesios 5:15-16 NVI dice: Así que tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como
necios, sino como sabios, 16 aprovechando al máximo cada momento oportuno, porque
los días son malos.

Todos pasamos muy ocupados, pero ¿tan ocupados como para no pasar un tiempo con
Dios? ¡Espero que no! La clave no es encontrar el tiempo, sino dedicar el tiempo. Es
decir, ponerlo en la agenda y darle prioridad. Interesante cómo encontramos tiempo para
ver el Tik Tok, Instagram, todas nuestras redes sociales, e inclusive ver nuestra serie
favorita en Netflix, pero para el devocional no.

De tus 24 horas al día, de las cuales 8 dedicas a dormir, 8 a estudiar o trabajar, y el resto
para dedicarte a otra infinidad de cosas, debes de apartar un tiempo para encontrarte con
tu Dios (Devocional), Jesús prefería hacerlo de noche y de madrugada (Mateo 14:23, Lucas
6:12, Mateo 1:35. El rey David también prefería hacerlo por la madrugada Salmo 61:3

2. Convéncete de su importancia
“La ley del SEÑOR es perfecta, que restaura el alma” (Sal. 19:7).
Nunca le darás un tiempo específico a tu devocional si no estás convencido de la
importancia que tiene en tu vida. Leer y meditar en la Palabra es esencial. Es cuestión de
vida o muerte.

La Biblia nos convence de pecado, y por ella somos transformados a la imagen de


Jesucristo. Debemos desear como niños la leche espiritual de la Palabra para que
crezcamos en nuestra vida cristiana en santificación. ¡Tu salud espiritual depende de tu
relación con la Palabra del Señor!

3. Encuentre el lugar perfecto


Él, por su parte, solía retirarse a lugares solitarios para orar. (Lucas. 5:16)
Los lugares preferidos y perfectos de Jesús para tener su encuentro con el Padre eran los
lugares solitarios (desiertos, montes), lugares de silencio, de paz, de tranquilidad, de
quietud, alejados del bullicio y las distracciones.

Encuentra un lugar en donde puedas estar a solas con Dios. Aquí no tenemos desiertos, o
quizá no estemos cerca de una montaña, el principio aquí es encontrar un lugar donde
puedas tener un poco de silencio y soledad, puede ser un cuarto de tu casa, tu oficina, un
parque, etc. ¡Tú sabrás donde te conectas mejor con Dios! Pero encuentra tu desierto o
tu monte para tener tiempo con Dios.
4. Usa herramientas adecuadas
Hay un sin número de herramientas que nos pueden ayudar para llevar a cabo nuestro
devocional, tenemos las herramientas tradicionales como nuestra Biblias devocionales,
libros devocionales como pan diario, tiempo con Dios (TcD), explorer vida en fin hay
muchos.

Sin embargo, con el avance de las tecnologías de la información hoy en día podemos
contar con muchas herramientas digitales que nos pueden ayudar a llevar a cabo nuestro
devocional, desde gratuitas hasta pagadas, como iglesia usamos WhatsApp (explicar) pero
puedes encontrar muchas apps como: BibliaYouversion, nuestro pan diario, Glorify, Olive
tree, Biblia devocional, Pray, Christian Affirmations, entre otras.

Algunos preferirán su Biblia impresa, ¡adelante! Lo indispensable es tener la Palabra y las


herramientas adecuadas.

5. Ten un plan específico


¿A quienes les gustan las rutinas? ¡En algunas cosas es bueno en otras no verdad!
Depende verdad, no tenemos que caer en la rutina, pero es recomendable tener un plan.

Algunos pueden ser:

Por ejemplo, el autor de donde saqué este material Emanuel Elizondo propone el
siguiente:
 Oración de iluminación: 2 minutos.
 Lectura bíblica consecutiva: 15 minutos.
 Lectura breve de un libro: 5 minutos.
 Oración intencional: 10 minutos.

TcD
 Buscar la presencia de Dios en alabanza y oración
 Escuche la voz de Dios por medio de la lectura del pasaje
 Converse con el Señor por medio de la meditación
 Escriba todo lo que el Señor le muestre y enseñe durante la meditación
 Obedezca la voz del Señor por medio de la aplicación
 Ore intencionalmente que estas verdades sean una realidad en su vida, iglesia y
nación.
 Salga y comparta con otros lo que Dios le habló (Proclamación)

Pan Diario y Oasis


 Plan de lectura bíblica
 Lectura del pasaje/Idea que refuerza el mensaje dominical
 Historia para meditar en el pasaje/mensaje dominical
 Aplicación (preguntas de reflexión)
 Oración intencional

Dependiendo del tiempo que establezca para su devocional así deberá asignar los pasos y los
tiempos en su plan para su tiempo con Dios.
Principios para llevar a cabo un devocional

1. LA CENTRALIDAD DE LA PALABRA
Cuando a un devocional le llamamos “Tiempo con Dios” pareciera que el tiempo fuera de
éste Dios no está con nosotros ni nosotros con Él. Más bien “tiempo con Dios” nos debe
sugerir lo verdaderamente importante que buscamos en cada devocional. Lo cual es ser
intencionales para escuchar la voz del Señor a través de su Palabra tal como dice la
definición de Got Question.

Leer la Biblia es crucial ¿Pero por dónde empezar? Siendo la Biblia un libro formado por
muchos otros libros, y escrito en un tiempo, contexto y cultura diferente a la nuestra, sin
embargo, útil para todos como dice 2 Timoteo 3:16. Debemos de tener una estructura
para nuestra lectura no podemos llegar al azar o al dedazo para nuestra lectura devocional
diaria necesitamos un plan de lectura anual de uno o dos años, o seleccionar un libro y
estudiarlo por un mes. La clave es entender la biblia en su contexto, no buscar frases
“motivadoras” de aquí para allá para empezar nuestro día.

Lo importante es tener presente que lo que buscamos es calidad no cantidad,


preocuparnos por ser fieles a la hora de leer que por el número de capítulos que leímos, la
Biblia es un libro que trata de Dios, nuestra mayor pregunta debe de ser ¿Qué dice este
pasaje acerca del Señor? En resumen, es FIDELIDAD Y ESTRUCTURA.

2. EL PRIVILEGIO DE ORAR
En un devocional buscamos escuchar la Palabra de Dios, pero también elevar nuestra voz
hacia Él. Cuando hablamos de la oración, la pregunta más común no suele ser cómo orar
(creo que todos oramos), sino qué cosas orar o cómo ser constante en la práctica.

El consejo es el siguiente, oremos la Biblia, tomemos el pasaje que acabamos de leer, y


convirtámoslo en una oración, por ejemplo, veamos un pasaje Proverbios 1:20-25.
Nuestra oración puede fluir así de este pasaje:

“Señor, gracias porque la sabiduría no está escondida. Gracias porque no está disponible
solo para unos cuantos. Quiero escuchar la voz de la sabiduría, Señor. No quiero amar la
simpleza ni aborrecer el conocimiento. Tú eres la fuente de la sabiduría, oh Rey. No
permitas que ignore su llamado. Ayúdame a atender su consejo”.

Cada pasaje de la Biblia puede convertirse en una oración. Puedes orar por otros usando la
Escritura. Orar la Biblia te dará palabras cuando no tienes ninguna y te ayudará a ser
constante en la práctica porque no tienes que esperar a “sentirte inspirado”. Toma tu
Biblia, léela con fidelidad, y eleva una oración fruto de lo que has aprendido.

Pensamiento: Cada vez que tu corazón se sienta desanimado y sin ganas de orar,
recuérdale del gran privilegio que es ser escuchado por el Dios del Universo.

3. LA NECESIDAD DE CONSTANCIA
Pero ¿tengo que hacer un devocional todos los días? Desde ahí vamos mal, si decimos esa
frase tengo que. El cristiano no busca la comunión con su Dios porque tenga que hacerlo,
como si fuera una carga o mero deber. El cristiano sabe que la comunión con Dios es una
necesidad y un enorme privilegio.

No hacemos devocionales por obligación, porque vamos a perder la salvación, porque Dios
se enojará con nosotros, o nos dejará de bendecir, ¡No!, porque ni siquiera el no hacer
nuestros devocionales nos separará del Amor de Cristo (Rom. 9:35-39), Ahora eso te
alegra porque tienes ahora una excusa bíblica para no hacer tus devocionales, cuidadito
con salir con eso. Porque esa no es la actitud de un corazón que ha sido regenerado, de un
corazón que ha nacido de nuevo, el verdadero creyente anhela tener relación, comunión
con Dios (Padre), a pesar que la carne es débil y se resiste (Gál 5:17).

Hay lucha en el creyente, pero si lo que hay son puras excusas para no estar haciendo lo
que debemos de hacer, ¡quizá va siendo hora de examinar nuestro corazón! No
encontramos un mandato específico en la Biblia sobre cuánto es la cantidad mínima de
veces a la semana o al día que debemos de acercarnos a Dios en intimidad, lo que si
vemos es ejemplos y un llamado a ser constantes. Daniel oraba 3 veces al día ( Dn. 6:10),
Job ofrecía constantemente holocaustos al Señor (Job 1:5), La Biblia nos muestra a Jesús
orando “muy de mañana” (Mr. 1:35), “toda la noche” (Lc. 6:12), y por la tarde hasta el
anochecer (Mr. 6: 46-47). El momento del día no es tan importante como la idea de
clamar continuamente al Señor.

1 Tesalonicenses 5:16-18
Estén siempre alegres, oren sin cesar, den gracias a Dios en toda situación, porque esta es
su voluntad para ustedes en Cristo Jesús.

Colosenses 4:2
Dedíquense a la oración: perseveren en ella con agradecimiento.

Nunca preguntamos: “Pero ¿tengo que comer todos los días? ¿Tengo que tomar agua?
¿Tengo que respirar?”. Son cosas que hacemos porque las necesitamos para sobrevivir.
Pensamiento: “Nuestra necesidad del Señor es mayor a nuestra necesidad del alimento, el
agua, y el aire. ¿Refleja nuestra vida devocional esta verdad?

4. LA INTIMIDAD DE LA QUIETUD
Esto tiene que ver mucho con el consejo 3 que vimos anteriormente, donde la escritura
hace énfasis en la quietud y soledad a la hora de acercarnos al Señor, tal como vemos en
(Mateo 6:6) Pero tú, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a
tu Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te
recompensará. Así como en escrituras se nos dice de Jesús apartándose de las multitudes
y de sus discípulos para orar al Padre.

Este principio lucirá diferente para cada uno de nosotros, cómo veíamos en el punto 3
anteriormente.

5. LA LIBERTAD DE TRANSPARENCIA
Finalmente, debemos recordar que Dios conoce nuestros corazones aún mejor que
nosotros mismos. No es necesario pintarnos una sonrisa en el rostro para venir delante del
Señor. Así como los salmos registran una amplia gama de emociones —desde gozo (salmo
33) hasta profundo lamento (salmo 77)— nosotros también podemos expresarnos
genuinamente delante del Señor.

No esperes a “sentirte mejor” o a “vencer ese pecado” para acercarte al Señor con
devoción. Pensamiento: “Quizá tus devocionales no parezcan dignos de fotografía, pero
eso no es lo que nuestro Padre está buscando. Él anhela adoradores en Espíritu y en
verdad. El sacrificio de Jesús nos permite ser contados entre esos adoradores. Si tienes a
Cristo, tienes todo lo que necesitas para la comunión con Dios. En Él podemos cantar con
el salmista: “Prueben y vean que el Señor es bueno. ¡Cuán bienaventurado es el hombre
que en Él se refugia!” (Sal. 34:8).

CONCLUSIÓN

Los grandes hombres de la biblia como Abraham, Moisés, David, Daniel, Pedro y Pablo -por citar
algunos- fueron distinguidos por una consistente y sólida vida de oración marcada de una
profunda devoción por Dios. El carácter santo y piadoso de estos hombres fue en gran medida
producto de una íntima comunión con el Señor.

Martín Lutero, el gran reformador del siglo XVI, empleaba 2 a 3 horas diarias a sus devociones
personales. Samuel Rutherford, el pastor presbiteriano del siglo XVII se levantaba a las tres de la
mañana para encontrarse con Dios en oración. David Brainerd, el conocido y joven misionero
americano del siglo XVIII llamaba a sus devociones diarias sus “deberes privados”. El teólogo y
predicador escocés del siglo XIX Robert Murray M’Cheyne decía “yo necesito emplear las mejores
horas en comunión con Dios. Es mi más noble y fructífero empleo y no debe ser arrojado en un
rincón”.

 ¿Deberíamos los creyentes ser diligentes, cuidadosos y esforzados en obedecer este


mandato bíblico?
 ¿Deberíamos asegurarnos de estar reservando un tiempo durante el día para dedicarnos a
la oración, la lectura y la meditación de las Escrituras?
 ¿Deberíamos estar practicando con celo y fervor ésta disciplina espiritual sabiendo los
beneficios que atrae para nuestra santificación y piedad?

No hay santidad sin una vida de oración. No hay progreso espiritual sin comunión con Dios. No
crecemos en la semejanza de Cristo sin una vida devocional. Ser como Jesús es caminar con Él
anduvo, en devoción (comunión) diaria y constante con su Padre.

Que Dios nos conceda una profunda consciencia de la necesidad, de la importancia y del valor de
la oración, la meditación y la lectura de la palabra. Que Dios despierte los corazones mientras
buscamos más de Él. Que podamos decir junto al salmista: “¡Cuán amables son tus moradas, oh
Jehová de los ejércitos! Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová…. Porque
mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos… “(Salmos 84:1,10).

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