Manual de Supervision de Obra 2
Manual de Supervision de Obra 2
Manual de Supervision de Obra 2
1 Indice
3 Capítulo 1
3 Definición.
3 Metodología.
4 Necesidades.
4 Actividades de control.
4 Controles de calidad
8 Controles de tiempo.
10 Controles de costo.
12 Ubicación de la supervisión en el esquema operativo de la obra.
14 Alcances de la función del supervisor.
14 Perfil del supervisor.
16 Relaciones de trabajo.
17 Contratos
17 Componentes del contrato.
17 Análisis de responsabilidades.
18 Aspectos legales.
18 Revisiones, verificaciones y comprobantes.
20 Verificaciones.
20 Comprobaciones.
39 Prólogo
40 La bitácora - definición -
40 Uso de la bitácora de obra
41 Formatos de la bitácora de obra
64 Instructivo
64 La libreta
65 Diferenciación de partes
66 Operación del diario de obra
71 Instructivo para el uso de formatos de diario de obra
71 Introducción
72 Instructivo de uso
72 Libro base diario de obra
73 Repuesto de diario de obra
1.1 Definición.
"SUPER", (del latín super), "Elemento compositivo que entra en la formación de algunas
voces españolas con el significado de PREEMINENCIA". Preeminencia significa as u vez
"PRIVILEGIO, EXTENSION, VENTAJA O PREFERENCIA" que goza uno respecto a otro por
razón o mérito especial.
Con este conjunto de significados compondremos una conclusión aplicable a nuestro tema,
ésta nos ayudará a ubicarnos y así comprender en su cabal dimensión el valor real de la
supervisión.
La "RAZON o MERITO ESPECIAL", será por la cual, el contratante de la obra nos ha colocado
en la misma con objeto de proteger sus intereses.
Abreviando, diremos que los objetivos básicos de la supervisión son: controlar calidad,
tiempo y costo.
1.2 Metodología.
1.3 Necesidades.
Por razones prácticas, se han dividido las funciones del supervisor en:
Actividades de control, información y de administración interna.
Comprenden, como ya se mencionó, los controles de calidad, tiempo y costo, los cuales
operaremos de acuerdo a las siguientes descripciones:
Estos controles son regulados por las especificaciones, la mano de obra utilizada, así como
por las normas técnicas reglamentarias que tradicionalmente expiden los fabricantes de
materiales, maquinaria y equipos.
Es de todos sabido que las especificaciones que acompañan los proyectos son incompletas
en mayor o menor grado, se han visitado frentes de obra en los que se construyen cientos
de viviendas con solo unas cuantas hojas manuscritas que contienen especificaciones
particulares y otro tanto, de especificaciones generales; documentos que ni el residente ni
el supervisor consultan, lo mencionamos con el afán de que nos ubiquemos en la realidad.
Para resolver nuestras carencias es preciso conocerlas.
Haremos una exposición sobre la manera de controlar las obras en forma ideal, en la
inteligencia de que nuestra obligación será tender a conseguirlo, acercarnos lo más posible
a dicha situación imaginaria.
Para iniciar y antes de hacer consideraciones sobre los controles de calidad, creemos
adecuado definirla. “Calidad” no es otra cosa que “Excelencia” o sea, “la mejor manera
de hacer algo”, dicen los expertos en este tema que es más fácil, más barato y desde
luego más rápido hacer las cosas bien y al primer intento.
Cualquier cosa que se elabore de manera diferente a la mejor ya sea de carácter técnico o
administrativo implica un sobre costo al requerir de correcciones, así como otro costo más
al producir un retraso a todo el proceso constructivo, además de que no quedará de
ninguna manera igual o mejor que si se hubiese hecho bien y cumpliéndose lo especificado.
Debemos entender que es mejor prevenir todas las situaciones y estar realmente
preparados para cuando deba realizarse cada parte del proceso constructivo, con esto
queremos decir que es mejor trabajar todo lo necesario al inicio de la obra anteponiéndonos
a los problemas y asegurándonos de contar con cuanto haga falta.
Hemos hablado de calidad y es importante decir que los controles de esta son diferentes
según el momento en que se aplican, en primer término tenemos la comprobación de la
calidad que se presenta después de realizado el procedimiento constructivo como en el
caso del concreto. Cuando comprobamos que una losa está bien colocada a los 7 o 14 días
de hecha. En segundo término tenemos el denominado control de calidad que significa
estar muy pendientes, vigilando que todo se elabore a tiempo, con los materiales debidos y
por medio de los procedimientos adecuados.
Recordemos que no podemos pedir algo que no está escrito y no es conocido antes de
iniciar los trabajos, en atención a lo mencionado consideramos que un supervisor
habrá de exigir que se proporcionen especificaciones completas, exigencia que habrá
de hacer por escrito una vez analizado el contenido de los anexos técnicos del contrato
y con la anuencia y apoyo del coordinador de supervisión. Es preciso por tanto, revisar
con cuidado las especificaciones y con base en este estudio determinar los faltantes
para marcarlos en el reclamo que se realice.
marca, nombre comercial, modelo y tipo. Una especificación que dice tal “modelo o
similar” es inaceptable ya que como similar puede interpretarse cualquier cosa.
Por último, debemos decir que es importante revisar la correspondencia entre las
especificaciones y el catalogo de conceptos del presupuesto para cerciorarse de
que lo que se solicita para realizar sea lo mismo que se costeó.
2. Procedemos a seleccionar los conceptos más importantes de la obra, para este fin se
utiliza el siguiente criterio: una primera selección la realizamos haciendo una lista
que contenga el 20% de los conceptos que más costo representan conforme al
presupuesto; la segunda selección será efectuar otra lista con el 20% de los
conceptos que requieren pruebas de tipo funcional u operativo (este es el caso de
puertas, ventanas, chapas, calentadores, regaderas, circuitos eléctricos, etc.), la
tercera selección corresponde a los conceptos más importantes (20%) de acabados,
otra lista se hará con el 20% de conceptos con mayor precio unitario, otro más con
el 20% de aquellos que tienen que ver con la estabilidad de la estructura y por
último, una que incluya el mismo porcentaje de conceptos por los que en obras
anteriores similares ha habido más quejas; el siguiente paso consiste en realizar una
lista con los conceptos que estén comprendidos en las seis relaciones anteriores, a la
que añadimos los conceptos considerados en 5 listas, después en 4 listas, en 3 y así
hasta obtener una lista con el 20% del total de conceptos; estos serán
automáticamente definitivos.
Con esta relación final habremos de elaborar un plan de trabajo que será el que rija en
adelante nuestro desempeño por lo que a revisión y control de calidad se refiere. El
plan de trabajo debe basarse en la conjunción entre el programa de obra y la lista de
aspectos fundamentales (20%), más adelante explicaremos como es que la aplicación
de la “Regla de Pareto” no significa que habrá sectores desatendidos.
3. Otro auxiliar fundamental para nuestra función en los que se refiere a control de
calidad lo constituye el uso de la estadística para la determinación de cuanto y como
debemos revisar el universo de acciones comprendido en el desarrollo de la obra a
nuestro cargo: esta ciencia es conveniente que cualquier supervisor que tenga
deseos de efectuar su labor en forma profesional, estudie la materia al menos en sus
aspectos fundamentales ya que el éxito de un control eficiente descansa en buena
medida en su aplicación práctica; al respecto nos concretamos a exponer en forma
sencilla y un tanto rudimentaria un procedimiento que contribuirá a facilitarnos la
labor de revisión, aumentando considerablemente la eficiencia al cubrirse más
elementos con menos esfuerzo.
A). Tomaremos como ejemplo el caso de un conjunto habitacional de 100 viviendas por la
facilidad de que cada una de ellas representa el 1%, para aplicar el método
estadístico, primero definimos el elemento a revisar, por ejemplo, los castillos tipo K-
1, supongamos que en cada casa existen 5 unidades de este tipo, por lo tanto el
universo (se entiende por universo el total de unidades idénticas en el conjunto), es de
500 unidades (100 casas por 5 castillos cada una), se trata de determinar cuantos
castillos debemos revisar de manera que sean una muestra representativa del
universo (la estadística prevé una serie de procedimientos para la determinación de un
mínimo confiable), como base de partida y en tanto estudiamos a fondo estadística,
El primer paso consiste en numerar los 500 castillos en un plano de conjunto; el segundo
paso es cortar 500 papelitos pequeños y numerarlos, doblarlos y meterlos en una caja,
revolverlos y sacar 100 de ellos con los números de los seleccionados elaboramos una lista
y los subrayamos en el plano.
Así habremos obtenido una muestra representativa por el método del azar; ahora bien,
habremos de revisar detalladamente y en todos sus aspectos constructivos (materiales,
procedimientos y acabados), solamente los pertenecientes a la muestra (100 piezas).
Como la obra no se efectúa en un día queremos suponer que el tiempo destinado entre el
armado del primer castillo y el descimbrado del último será del orden de 4 meses, o sea,
aproximadamente de 96 días, pero como el proceso consta de armado, cimbrado, colado y
descimbrado, supongamos que lleva 4 días por unidad lo cual nos conduce a deducir que
cada día habrá 4 castillos en proceso (en diferentes fases), concluimos que tenemos 4 días
para revisar 4 castillos con detalle y de acuerdo a esta frecuencia controlar perfectamente el
procedimiento en sus aspectos de calidad ya que en caso de detectar anomalías
inmediatamente las anotaremos en bitácora y obligaremos al constructor a realizar los
trabajos debidamente.
Consideraciones adicionales
El constructor no debe conocer por ningún motivo cuales son los castillos
comprendidos en nuestra muestra.
Escogimos un ejemplo de los elementos más abundantes de una obra y sin embargo
el tiempo requerido fue relativamente reducido.
Son regulados por el programa de obra que debe estar contenido en los anexos técnicos del
contrato, el cual debe ser lo suficientemente claro para que se expresen en el mismo, tanto
el procedimiento constructivo, como los diferentes frentes de trabajo.
La función del supervisor consiste en vigilar que el avance se realice cuando menos como lo
establece el citado programa y en caso contrario proceder, en primer término, a informar al
contratante; en segundo término a obligar al contratista a adoptar las medidas adecuadas
con el fin de corregir la desviación y a mantener una vigilancia estricta de su
comportamiento y en caso de persistir las desviaciones, tomar medidas eficaces hasta
corregirlas.
La forma más práctica de atender este objetivo básico es con las siguientes
recomendaciones:
2. En caso de que adolezca de insuficiencias o carencias debemos, por escrito, exigir que
se complete o corrija, y si fue hecho por cumplir el requisito, habremos de demostrarlo y
condicionar al responsable para que elabore un verdadero programa que cumpla con las
necesidades de obra y refleje la estructura de desglose de actividades y el catálogo de
conceptos previamente establecidos.
3. De ninguna manera debemos aceptar presiones para supeditar los tiempos de desarrollo
de los trabajos de construcción a un programa sin validez ya que no contaríamos con un
documento confiable para medir el avance de los trabajos, además de que si la obra no
se termina en tiempo, el constructor contará con argumentos que utilice para justificar
su responsabilidad.
Una vez que contemos con un programa adecuado, se recomienda como mínimo efectuar
un corte semanal de todos los paquetes, actividades o conceptos en proceso, para así poder
avaluar el avance real de la obra. Para efectuar este corte se requiere de un recorrido por la
obra durante el cual anotamos los avances en cada uno de los citados conceptos por
unidad, por sección o de la manera que se adecue al tipo de obra.
2. Debe tenerse criterio analítico para su aplicación ya que según el caso, se deberá decidir
el tratamiento a dar al 80% de contenidos en los de menor importancia jerárquica.
Es fundamental conservar el orden absoluto en todos los aspectos, los registros de avance
de obra deben ser claros y comprensibles para cualquier persona.
El pasar en limpio las notas tomadas durante un recorrido de campo cuando aún el recuerdo
se conserva fresco en la mente y en caso de requerir aclarar algo es factible volver a la obra
para asegurarse de algún aspecto que quedó confuso, siempre dará la tranquilidad de
contar con todos los elementos comprobatorios respecto a los controles ejercidos y en
ejercicio.
Por lo que se refiere a controles de tiempo, debemos implementar de común acuerdo con
nuestro coordinador de supervisión un procedimiento a seguir. En caso de detectarse
desviaciones en el programa de trabajo, este procedimiento debe operar de la siguiente
manera:
Ahora bien, cuando se trata de una desviación verdadera por atraso de obra, debemos
determinar las causas probables o definitivas y como tales asentarlas en la bitácora,
inmediatamente se informa al coordinador de obra y se espera dentro del plazo
concedido la respuesta del constructor en la bitácora, una vez lograda, dialogamos con
el representante para determinar las causas verdaderas, así como las soluciones
factibles y obligamos al establecimiento de un compromiso formal para la rectificación
del desvío detectado en el programa, este compromiso es preciso anotarlo en la bitácora
para constancia. Por último habrá que darle seguimiento a las medidas adoptadas hasta
la corrección total. En caso de que el retraso persista, repetir el procedimiento.
Nos hemos extendido en este tema de control de tiempo debido a que consideramos que
sus efectos son irreversibles, ya que los atrasos representan sobrecostos.
Al inicio de la obra y una vez recibidos los “Anexos técnicos” debemos proceder a revisar
el presupuesto que debe ser verificado en sus cuatro columnas, la primera corresponde al
catálogo de conceptos, es importante verificar que esté completo ya que cualquier omisión
generará obras extras con todas las consecuencias que resultan en contra del programa
financiero de la obra y las complicaciones a la supervisión, en sus actividades de control,
representando más trabajo para el supervisor.
Conviene señalar las omisiones para que se consideren desde el principio del proceso
constructivo, simultáneamente debemos cerciorarnos de que los conceptos estén
claramente redactados, contengan todos los elementos de cada actividad del proceso
constructivo y que sea compatible con los elementos correspondientes del catálogo de
precios unitarios.
La siguiente columna es la de las unidades, es suficiente con asegurarse que sea la unidad
correcta en cada caso. Si hay duda, hay que fijarse si se trata de un error de mecanografía
o un error de elaboración.
Si las diferencias detectadas en la revisión son poco trascendentes basta con tomar nota de
ellas y considerarlas cuando comparemos los generadores de obra ejecutada con los de
proyecto para determinar las obras extraordinarias o las deductivas según el caso.
A nuestro juicio, por ningún motivo debemos aceptar un presupuesto cuyos generadores de
proyecto no tienen validez y en caso de vernos obligados a servirnos de semejante
documento es importante hacer de conocimiento que estamos trabajando una obra en tales
condiciones y no perder ocasión de recalcar o recordar la situación dejando todas las
constancias posibles.
Desde luego esta revisión deberá ser más detallada cuando se trata de un presupuesto
unitario prototipo repetitivo que después habrá de ser multiplicado decenas o centenas de
veces.
Como última revisión es la verificación de que el importe total del presupuesto corresponda
con el monto del contrato. Es aconsejable que en la columna de importe se desglose en los
elementos de su estructura (material, mano de obra y equipo), esto facilita el control y
forma una estadística invaluable de las obras.
Por lo que se refiere al finiquito, por una parte lo trataremos adelante y por la otra solo
quisiéramos hacer aquí una reflexión: si hemos trabajado con sistema y orden durante el
desarrollo de los trabajos y sobre todo al inicio, habremos logrado el control de la obra
cuando sea hora de elaborar el finiquito, solo tendremos que realizar un trabajo de
recopilación de documentos; con esto queremos decir que la mejor manera de asegurar el
control es ir finiquitando conceptos una vez que estos se van terminando en su realización o
en otras palabras, trabajar un poco más al principio y no muchísimo más al final, sobre todo
que de esta segunda forma habrá muchas situaciones imposibles de reconstruir y entonces
estaremos inventando los datos necesarios para cerrar el ejercicio de la obra.
1. Considerar por medio de la regla de Pareto los conceptos más importantes de la obra
que lleven implícita mano de obra en campo. Una vez seleccionado un concepto,
investigar cuantos operarios están efectuando el mismo trabajo en la obra, designar
entre ellos 2 o 3 al azar.
4. Promediar los resultados de todos los seleccionados y los días en que se efectuó la
prueba, estos datos compararlos con los considerados en el precio unitario del catálogo
de conceptos y si existen diferencias considerables informarlo al coordinador de
supervisión para que determine lo procedente.
5. Con los datos obtenidos elaborar un reporte detallado. Para no olvidar y programar este
tipo de acciones, es importante incluirlas cuando planeemos el trabajo de supervisión y
así estaremos pendientes de ellas oportunamente en diferentes momentos del desarrollo
de los trabajos de construcción.
El esquema operativo de una obra debe incluir todas las actividades desde que la obra es
aprobada para iniciarse, hasta el vencimiento del plazo de garantía concedido al usuario
para reclamar sobre los vicios ocultos, ahí se consignarán todas las actividades y sus
responsables.
A la supervisión le corresponde el papel de vigilar de manera profesional que las obras se
realicen como está pactado en el contrato. La supervisión será responsable de que las obras
se efectúen bien, a tiempo y al costo justo, para ello ha sido contratada y se le
proporcionan legalmente las siguientes herramientas:
Intervención en la bitácora, único documento que forma parte del contrato y puede
modificar las condiciones pactadas en el mismo.
Privilegio de ser el informante oficial del contratante quien aporta los medios
económicos y es autoridad para ordenar por cuenta del dueño lo necesario para que la obra
marche dentro de las previsiones establecidas en el contrato y sus anexos técnicos.
Por lo descrito deducimos que en los asuntos de nuestra competencia somos la autoridad en
la obra y contamos con lo necesario para que el constructor nos respete ampliamente, por
lo tanto no debemos someternos ante intimidaciones o amenazas como tampoco debemos
abusar de la autoridad que nos confiere el contratante al nombrarnos su representante
técnico.
Los principios universales a los que nos referimos son tan conocidos y los principales son la
lealtad, la verdad, la entrega, la fidelidad, la honestidad y la tenacidad, por citar solo
algunos de los más trascendentes.
Las definiciones y contenido de cada uno de ellos son producto de un auténtico curso de
moral que no es el tema central de este texto, sin embargo se ha considerado preciso
mencionarlo por la profunda preocupación que nos aflige por dignificar la función del
supervisor en el ámbito de la industria de la construcción, al respecto debemos mencionar
que en otras industrias como la automotriz, la textil o la química, el supervisor ocupa una
posición de auténtico privilegio y si analizamos el motivo de la diferencia llegaremos a la
conclusión de que los equivocados somos nosotros y el error consiste en la falta de una
organización básica tradicional que se arraigue entre todos los que componemos esta
industria de la construcción.
Por los que se refiere a las normas, estas deben ser elaboradas en las empresas con la
participación de todos sus empleados con objeto de que se involucren en ellas y así las
adopten en calidad de propias, asegurando de esta manera su aplicación exitosa.
Las normas son las reglas del juego y consideramos que en la mayoría de las empresas
existen y en algunos casos quizás solo requieren de difundirlas y actualizarlas para hacerlas
funcionales y sacarles todo el provecho que se obtiene por su observación.
Formalidad. Para cumplir con todas las obligaciones que adquiere al ocupar el
cargo. Conviene señalar el compromiso de informar oportuna y verazmente al
contratante sobre los avances e incidentes del desarrollo de los trabajos.
Existen algunas otras condiciones pero consideramos que el hecho de cumplir con las
enunciadas es más que suficiente para que un supervisor merezca el cargo.
Capacitación
Todo supervisor debe capacitarse constantemente y no solo nos referimos a cursos técnicos,
sino también a la auto capacitación que es sin duda la mejor manera de superarse, es difícil
habituarse, sin embargo debemos empeñarnos seriamente para conseguirlo, los más
beneficiados seremos nosotros mismos.
Estamos convencidos de los beneficios que aporta el manejo de esta ciencia en nuestra
labor diaria, creemos adecuado que un plan de capacitación podrá iniciarse con un
acercamiento a la “lógica práctica”.
Conforme pasa el tiempo cada vez se vuelve más necesario el trabajo en equipo, en la
mayoría de las situaciones de la vida profesional se depende de otras personas para
desarrollar nuestras labores, así mismo, casi siempre existen otros que dependen de
nosotros para desarrollar a su vez el trabajo que les corresponde.
Con base en estas consideraciones intuimos la importancia que tiene la relación entre las
partes, por lo cual podemos asegurar que de este factor dependerá en gran parte la
efectividad productiva de un equipo de trabajo empeñado en la realización de una obra.
Este equipo de trabajo como unidad comprende a todos los participantes de la empresa
constructora, de la empresa supervisora, los subcontratistas y los trabajadores. De cada
una de estas entidades deben considerarse desde los dirigentes hasta los de más bajo
rango o desde el maestro hasta el último de los peones.
Entre todas estas personas existe una relación que si la observamos en conjunto
comprenderemos que se trata de una compleja red como una gigantesca telaraña; es claro
que del trabajo de todos y cada uno dependerá el éxito de la obra.
Podemos suponer lo que puede suceder si la relación entre todas estas partes se convierte
en un conflicto, la multiplicación de los conflictos será tal que degenerará en un auténtico
caos. Si bien esta situación es irreal por extrema, ahora imaginemos lo que sucedería en el
caso contrario cuando todas las relaciones se vuelvan armónicas y conscientes de que el fin
de todo es la realización eficiente del proyecto en construcción; admitimos que se trata de
otra situación tan irreal y extrema como la primera, por lo tanto, lo importante será la
tendencia hacia donde se encaminen los esfuerzos del trabajo de equipo.
La única manera de lograr este enfoque es por la vía del convencimiento, el avance
dependerá de que la mayoría de los participantes estén convencidos de que es importante
para todos, la consecución de la obra en forma armónica.
Ciertamente estas ideas expresadas son muy bonitas, pero ¿Cómo es posible volverlas
realidad? desde luego que para poder hacer algo es indispensable que nosotros mismos
estemos convencidos de la utilidad que representa esta acción; la realización de un plan de
de trabajo ayudará mucho, y para la elaboración del citado plan es preciso efectuar un
análisis del problema en cada caso particular. Dicho análisis habrá de surgir de
interrogantes como: ¿qué se trata de hacer?, ¿porqué es necesario?, ¿por donde es mejor
empezar?, ¿qué hay que hacer en primer término?, ¿en caso de que no resulte una acción
que se debe hacer?, etc.
Cuando terminemos todas estas preguntas habremos de darle una respuesta a cada una,
estas preguntas son las acciones del plan de trabajo, solo faltará unir las respuestas en
forma congruente para integrar el plan de acciones y solo restará llevarlo a cabo. Por poco
que logremos en el empeño de mejorar las relaciones del equipo de trabajo será mucho a
favor de las metas propuestas.
CONTRATOS
Interpretación
Este es el aspecto que debemos estudiar con mayor atención como supervisores técnicos de
obra, como ya expusimos, los contratos son los instrumentos donde se anota el compromiso
entre dos partes, una que solicita y paga un servicio y otra que a cambio de una retribución
económica se compromete a proporcionar los servicios en cuestión.
con toda claridad le han sido estipuladas en el contrato, por lo tanto, es imperioso que
nosotros en nuestro papel de vigilantes del cumplimiento de dichas obligaciones y
responsabilidades, las conozcamos a la perfección y hasta su último detalle, de otra
manera estaremos incurriendo en una grave irresponsabilidad con respecto al compromiso
establecido entre nuestra empresa (de la cual somos parte integrante fundamental), y el
contratante.
Como es natural, los contratos son elaborados usando términos jurídicos y al interpretar su
contenido debemos considerar esta situación, debemos aprender a entender este lenguaje y
a deducir las implicaciones técnicas contenidas en dicho idioma.
Consideramos propio solicitar a nuestra empresa que se nos facilite una conferencia dictada
por un abogado, quien podrá ilustrarnos al respecto, se insiste un tanto en este tema por
las ventajas que implica, nos vuelve más profesionales y nos coloca en posición de someter
a un constructor o supervisor que pretenda manipular o eludir sus responsabilidades
contraídas contractualmente.
a. Tipos de revisión.
“Revisión significa ver una situación con atención y cuidado o examinar con intención de
corregir o enmendar”, en esencia nuestra función como supervisores consiste precisamente
en revisar todo el proceso constructivo desarrollado en un frente de trabajo, por
consecuencia, nuestra unidad básica de trabajo es la revisión; conforme a la naturaleza de
la función de la supervisión es necesario efectuar diferentes tipos de revisión las cuales
dependen de la comprobación requerida según el caso particular, estos tipos de revisión son
en términos generales las revisiones obligatorias, las selectivas y las ocasionales y
describiremos cada uno de estos tipos en los siguientes párrafos, pero antes señalaremos la
importancia de registrar cada revisión con todas sus observaciones y resultados en una
libreta de campo habilitada ex profeso, estas notas deberán efectuarse en perfecto orden y
conservarse para realizar cualquier aclaración posterior o simplemente para que cuando nos
veamos en la necesidad de efectuar una nueva revisión sobre el mismo tema contemos con
datos y elementos rápidamente localizables sobre la forma en que se realizó la revisión
anterior.
b. Revisiones obligatorias.
Como supervisores estamos obligados a efectuar revisiones sobre los elementos críticos
determinantes o lo que denominamos de alto riesgo, como ejemplo típico de este tipo de
acciones tenemos el caso de la revisión de armados y cimbras antes de colar el concreto,
esta revisión es obligada por costumbre, inclusive frecuentemente solicitada por el mismo
constructor debido a que el concreto tapará el armado de varilla y la varilla en el armado
determina la estabilidad del elemento (aspecto crítico), y en el interior del colado quedarán
ahogadas instalaciones hidráulicas y eléctricas que es necesario revisar que se encuentren
completas y correctamente colocadas, por último existen una serie de condiciones que
deben preverse para garantizar el resultado del colado como son: la artesa, el calzado del
armado, la solidez del trabajo de cimbra, sus niveles, etc. etc., podemos considerar otras
revisiones como obligatorias y serán como el caso de la colocación de un colector de
drenaje antes de tapar la zanja en donde está alojado.
Para evitar omisiones es conveniente que al inicio de la obra elaboremos una lista de
revisiones obligatorias y anotemos en bitácora la orden que obliga al contratista a solicitar
con tiempo la autorización.
c. Revisiones selectivas.
Este tipo de revisiones las efectuamos sin previo aviso al constructor sobre todos los
elementos que hayamos seleccionado como los más importantes del proceso constructivo
conforme al método de Pareto y se consideran selectivas debido a que no revisaremos a
detalle cada uno de los elementos fabricados o instalados sino que de acuerdo a la
aplicación rudimentaria de la estadística que describimos anteriormente, solo revisaremos
los elementos que resulten en la determinación de la muestra.
Como posibles ejemplos de este tipo de revisión podemos considerar castillos, muros,
puertas, y marcos, redes hidráulicas, pozos de visita, etc., todo dependerá de los que
particularmente hemos designado como los más significativos (20%).
d. Revisiones ocasionales.
Bajo esta denominación agruparemos todas las revisiones de elementos que no queden
comprendidas en las anteriores tipificaciones, podríamos considerarlos como los conceptos
de menor significación y seguramente entre ellos estarán los herrajes de arnés eléctrico,
chapas, lavaderos, tapas de registro, sardineles, etc.
Para la revisión de todos estos conceptos conviene tener una lista donde queden
comprendidos en el orden en que lógicamente se van realizando conforme al programa de
obra y procurar la revisión de un número muy limitado de cada uno de ellos en
determinadas fechas que en nuestro programa de trabajo destinamos para tal fin.
Para controlar con mayor eficiencia este tipo de elementos conviene condicionar al
contratista para que nos realice una muestra de cada uno de ellos y nos avise para revisarla
antes de su ejecución masiva, por ejemplo, nos avisará que en la casa Nº “X” se ha
colocado el primer lavadero, procedemos a revisarlo con cuidado y a aprobar la muestra,
posteriormente en los días destinados a revisiones menores veremos dos o tres más para
asegurarnos que están colocados de manera idéntica al de la casa muestra.
1.16 Verificaciones.
Con esta denominación consideramos las revisiones que tienen un carácter de certificación,
como ejemplo podemos mencionar la revisión de un concepto de obra que en una ocasión
anterior en nuestro carácter de supervisores rechazamos por estar inconvenientemente
realizada.
1.17 Comprobaciones.
Otro ejemplo es el del grado de compactación de una plataforma que queda comprobado
por medio de la correspondiente prueba de laboratorio.
Primera etapa. Funciones de la supervisión, antes del arranque de los trabajos de campo
(preconstrucción).
g). Información del estado que guardan los trámites oficiales (permisos, licencias, etc.).
a). Verificar que se lleven en obra los elementos de orden (organización, de oficina,
mobiliario, archivo, avances gráficos, programas).
l). Escalamientos.
m). Reclamaciones.
a). Verificación con personal de la coordinación y del contratante que la obra ha quedado
terminada.
a). Que los boletines técnicos expedidos por la Dirección de Proyectos estén integrados
al proyecto.
b). Revisión y evaluación del proyecto, siguiendo un orden lógico de planos; iniciando
con los topográficos, arquitectónicos, estructurales, instalaciones y acabados,
marcando las anotaciones que se identifiquen como errores, dudas o faltantes.
2.) Estructura.
3). Albañilería.
4). Acabados.
Las partidas que se generen como consecuencia del desglose de las actividades antes
enunciadas deberán ser identificadas mediante una codificación.
Lo anterior para verificar que exista correspondencia entre las cantidades de obra de
las partidas relacionadas.
a). Revisión del catálogo de conceptos con base en la revisión previa del proyecto y
sus especificaciones. Verificará que todos los conceptos de obra estén incluidos en el
catálogo y que su descripción sea completa y precisa.
b). Verificar los precios unitarios del presupuesto con los presentados en los análisis de
precios respectivos.
G). Información de estado que guardan los trámites oficiales (permisos, licencias, etc.).
Predial.
Uso del suelo.
Alineamiento y número oficial.
Licencia de construcción.
Permisos (si se requieren), para ocupación de la vía pública.
La Gerencia de Supervisión deberá contar en campo con una copia de todo el proyecto
ejecutivo así como de los planos de detalles constructivos, que se vayan quedando
durante el proceso constructivo.
Para tal fin se deberá contar en obra con un planero en donde puedan agrupar todos
aquellos planos que correspondan a un mismo diseño (estructural, arquitectónico, aire
acondicionado, etc.). Los planos deben tener de origen una clave o nomenclatura la
cual puede ser dada por los proyectistas y servir para su identificación.
Autorización de la inversión.
Convocatoria del concurso.
Acta primera y segunda (apertura y adjudicación).
Tabla comparativa de precios unitarios de las propuestas recibidas.
Dictamen y justificación del fallo.
Registro del padrón de contratistas.
Contrato y convenio realizados en su caso.
Fianza de garantía del anticipo otorgado.
Presupuesto original o modificado en su caso.
Planos del proyecto original o modificado en su caso.
Especificaciones generales y especificaciones de obra.
Programa de construcción.
Presupuesto de construcción.
Este archivo deberá estar clasificado y señalizado por separadores, indicando su contenido o
clave correspondiente.
La Gerencia de Supervisión llevará a cabo las reuniones que fueren necesarias a fin de
exponer en forma amplia los alcances del proyecto ejecutivo, dando una explicación
somera del criterio que se siguió para el diseño estructural, las razones que sirvieron
de base para dar la solución arquitectónica, los criterios de diseño y los de
instalaciones.
La Gerencia de Supervisión elaborará la orden del día con los asuntos importantes a
tratar.
En la parte superior de cada hoja es recomendable que haya dos renglones para
anotar el nombre del frente de obra y el número de contrato.
Todas las notas deben seguirse consecutivamente, respetando el orden sin
excepción.
Todas las notas de bitácora deben estar fechadas en el día en que se efectúa el
asiento.
No se deben aceptar notas con tachaduras o enmendaduras, una nota con estas
irregularidades se debe considerar nula.
Firmas.
Es necesario que legalmente las primeras firmas sean las de las personas que firman
el contrato.
La segunda consideración se refiere a aquellos que son responsables superiores de la
obra. Por una parte nos referimos al Jefe de Supervisión y por otra al
Superintendente o Gerente de Construcción, que son los que firman la bitácora para
abrirla y cerrarla, para autorizar a los supervisores y residentes responsables de
cada contrato.
La tercera consideración se refiere al supervisor y al residente responsables del
contrato en cuestión, que son aquellos que usarán cotidianamente la bitácora de
obra.
Para tal fin se levantará una minuta. A la entrega física del terreno se adjuntará un
levantamiento en donde se marquen las condiciones topográficas del lugar, se
indiquen bancos de materiales, bancos de nivel y accesos a los servicios municipales.
Al elaborar la lista de temas no hay que olvidar incluir los pendientes que quedaron
asentados en la reunión anterior y para complementar la lista, se sugiere se coloque
en algún lugar apropiado, una hoja blanca con un título que diga “Temas que se
desean tratar en la próxima junta de obra”.
Una vez elaborada la orden del día de la junta, con los puntos que se van a tratar, es
importante que el supervisor a cargo de ella tenga preparados todos los elementos
que se necesitan en cada reunión, como planos, minutas de obra, juntas,
cuantificaciones, etc.
Es importante que para tales juntas se cuente con un local adecuado, así como que en
él se encuentre lo necesario, un número adecuado de sillas, papelería, y desde luego,
copias del acta anterior en cantidad suficiente, así como lo necesario para elaborar la
minuta.
No hay que olvidar que las juntas son responsabilidad de la supervisión. Hay que
recordar que el supervisor es el defensor de los intereses de quien lo contrató para
representarlo al frente del proceso constructivo de un inmueble de su propiedad.
Informe semanal.
Fecha oficial de inicio de obra, fecha real del inicio, tendencia de terminación y
desviaciones al programa.
Informe financiero. En este informe se deberá indicar el monto del contrato, importe
total programado, valor real de la obra a la fecha y desviaciones al programa
financiero.
Se deberá informar de anticipos, estimaciones, precios unitarios y tendencias durante
el desarrollo de la obra.
Informe mensual.
Se presentará los días 30 de cada mes incluyendo los formatos de resumen, control
administrativo, de contratos, avance físico de la obra, avance financiero, así como una
sección de conclusiones.
Dentro del informe se integrarán los conceptos, importes y períodos por estimación de
cada obra y contrato.
1). La Gerencia de Supervisión verificará las medidas físicas exactas de los diferentes
conceptos de obra ejecutada, cerrándolas al quedar terminada cada actividad,
preferentemente los realizará al mismo tiempo con la contratista, firmando ambos
de común acuerdo.
1). Verificará la bodega del contratista para certificar que los materiales se encuentren
bien estibados y protegidos.
Acero de refuerzo.
Agregados para la elaboración de concreto (cemento, arena, grava y agua).
Tabique, tabicón o bloque.
Tubería de concreto para drenaje.
Tubería de asbesto para agua potable.
Materiales para rellenos.
Materiales para base o sub-base de pavimentos.
Concreto premezclado.
Concreto fabricado en obra.
Estructura de acero. Radiografía de soldaduras.
Asfalto para pavimento.
Otros.
3). Revisará los resultados de las pruebas, verificando que cumplan los requerimientos
de calidad establecidos en los planos y especificaciones del proyecto y normas
nacionales o internacionales aplicadas.
4). Cuando los resultados de las pruebas indiquen que los materiales no son
satisfactorios, informará a la Coordinación y a la contratista el rechazo de estos con
el debido respaldo técnico, indicando la necesidad de retiro, reemplazo o corrección y
en su caso, el plazo para su ejecución, estableciendo que será por parte de la
contratista.
7). Cuando se considere que existen dudas respecto a algún material visitará
conjuntamente con la contratista la fábrica o distribuidor para verificar sus
instalaciones y el proceso de elaboración.
8). Adjuntará a los reportes para la Subdirección de obras el original de los resultados
de laboratorio y asignará una copia para el archivo de obra.
1). Verificación con personal del contratante que la obra ha quedado terminada.
Se recorrerá la obra para verificar que esté totalmente terminada, en este recorrido
estarán presentes la Coordinación de la obra, representantes del contratante, la
Gerencia de Supervisión, la Constructora y proveedores de equipos (en su caso).
Verificará que los equipos suministrados por el contratante y por los contratistas se
encuentren instalados.
Se levantará una minuta de los puntos que pudieran quedar pendientes y de esta
forma poder llevar un seguimiento diario de ellos. Se formulará un programa de
detalles pendientes.
La verificación de que las instalaciones han sido desmanteladas y las zonas que
ocupaban se encuentren limpias y acondicionadas.
Para cada uno de aquellos equipos especiales adquiridos para su instalación en obra, la
supervisión recabará el manual de mantenimiento en el cual estarán las características y
especificaciones de sus componentes, así como el modo de operar dicho equipo.
Una vez elaborada el acta de recepción, la Gerencia de Supervisión solicitará por escrito
el acta de finiquito de sus servicios.
3. Bitácora de obra
Prologo
La bitácora de obra existe por una razón muy sencilla que podemos resumir de la siguiente
manera: en conjunto, los técnicos que intervienen directa o indirectamente en la extensión
de los procesos constructivos, no contemplan en planos, especificaciones, programas y
presupuestos, de lo que será la obra terminada.
Al no prever en planos y/o especificaciones lo que habrá de resultar una vez construido, nos
vemos en la necesidad de complementar al contrato con una serie de documentos técnicos
que permiten durante el desarrollo de los trabajos, contar con un conducto legal a fin de
controlar y modificar lo establecido inicialmente para ajustarlo a la realidad. Este conducto
legal es la bitácora de obra.
Al iniciar este prologo con esta reflexión se pretende transmitir la inquietud por conocer a
profundidad los problemas de la industria de la construcción.
La bitácora de obra es apenas uno de los varios elementos que forman parte de los
sistemas de control del desarrollo de las obras.
Sin embargo consideramos que se trata del elemento más determinante para la buena
marcha de los trabajos, por su carácter legal que, para efectos técnicos, tiene la misma
igualdad que el contrato.
El presente manual tiene como objetivo el difundir la técnica elemental indispensable para
el manejo y el correcto aprovechamiento de la bitácora de obra, el instrumento más
preciado y efectivo para el control de la construcción.
Cuando se encuentra una libreta de bitácora elaborada con propiedad, tenemos la seguridad
que refleja una obra limpia, ordenada y ejecutada conforme a un buen ejercicio del oficio de
la construcción.
Como el contrato que establece el pacto entre las partes, una que tiene la responsabilidad
de realizar el trabajo (la contratista) y otra que ordena y se compromete a pagar por la
construcción (el contratante), la bitácora de obra finca también la razón de su existencia en
la necesaria intervención de los representantes de ambas partes que por este conducto, se
comunican en forma oficial y legal en todo lo que afecta al desarrollo de la obra y proceda
para salvaguardar los intereses encomendados.
Para el residente de obra, del contratista, la bitácora debe servir para protegerse de
órdenes verbales que con frecuencia se desconocen a la hora de presentar su costo al
cobro.
También lo es útil para exigir los elementos que le sean indispensables para realizar la
construcción y que el contratante tiene obligación de proporcionar, y la contratista usará la
bitácora para inconformarse cuando no esté de acuerdo con lo que se le ordena, siempre y
cuando tenga motivos debidamente fundamentados.
La Bitácora
Definición.
En construcción, la bitácora de obra es una libreta que forma parte del contrato. Se
utiliza para anotar en ella cualquier situación que se presente durante el desarrollo de los
trabajos de construcción que sea diferente a lo establecido en los anexos técnicos de
contratación. Diciéndolo en otras palabras, se anota en ella todo lo que resulte distinto a lo
previsto a la firma del contrato.
La bitácora tiene otras funciones que son diferentes para cada parte. En lo que se refiere al
contratante, éste podrá, por medio de la supervisión, dar fe del cumplimiento de eventos
significativos en tiempo, así como también respecto a situaciones causadas por motivos
ajenos a la responsabilidad de la contratista.
Hemos señalado que la bitácora forma parte del contrato de obra, por consiguiente, al
finalizar los trabajos de construcción, el contenido de la bitácora complementará los
términos y condiciones establecidos en el texto del contrato y, por tal razón, deben estar
firmados por las misma personas autorizadas legalmente para firmar el instrumento de
compromiso denominado “contrato”.
Dada la seriedad que debe tener la bitácora, es importante reiterar que su uso debe
limitarse a asuntos importantes relacionados con la obra.
El segundo tipo son los formatos que se encuentran a la venta en papelerías especializadas.
En cualquiera de los tres casos se deben cumplir las condiciones descritas a continuación:
2. Se debe contar con un original y al menos dos copias, una para el contratista y otra para
el contratante.
4. En las primeras hojas debe haber espacio para anotar los datos indicativos del
contrato del que forma parte la bitácora. El mínimo de datos requeridos son:
nombre de los contratantes, fecha del contrato, alcances, monto y plazo de
ejecución.
5. En el margen izquierdo deberá existir una columna para anotar el número de la nota y la
fecha.
Esta son condiciones imprescindibles para una bitácora. Las siguientes son meramente
recomendaciones:
7. En la parte superior de cada hoja es recomendable que hayan dos renglones para anotar
el nombre del frente de obra y el número de contrato.
10.Las pastas deben ser duras y resistentes al maltrato, y de preferencia de algún material
capaz de resistir la humedad.
Los siguientes puntos se refieren a prohibiciones respecto a las libretas de bitácora. Como
supervisores profesionales no debemos permitir que se ponga en entredicho nuestra
principal herramienta de control. En este sentido debemos ser muy estrictos.
12.El foliado de las hojas debe revisarse antes de empezar a utilizarlas, ya que
puede haber errores de imprenta, en cuyo caso es conveniente desechar la
libreta. Si fuese necesario foliarla a mano, se procederá a realizar esto por
triplicado y con tinta indeleble, cuidando de no omitir ningún número.
13.En el caso de que se utilice una libreta de bitácora improvisada, es conveniente, para
proteger los asientos, que en la parte superior – junto al número de folio - firmen cada
hoja aunque sea con antefirma cada una de las partes (residente y supervisor).
En caso de no haberse recibido oportunamente por cualquier razón, será válido iniciar
con una libreta improvisada que reúna las condiciones mencionadas y después, cuando
se reciba la libreta oficial, hacer el traspaso de una a otra, poniendo especial cuidado
en asentar una nota final en la bitácora improvisada mediante la cual se realiza el
traspaso e inutilizar el resto de las hojas.
Para terminar este tema solo diremos que de acuerdo a la experiencia lograda durante
muchos años en la revisión de infinidad de obras en toda la República Mexicana, con más
frecuencia que la deseable hemos encontrado libretas de bitácora que no cumplen con los
requisitos mínimos.
Reflexionando al respecto llegamos a la conclusión de que en muchas ocasiones la bitácora
no recibe la debida importancia, empezando por un manifiesto descuido en lo más
elemental, como es el formato mismo. Por lo tanto consideramos fundamental recalcar su
importancia y despertar conciencia al respecto, sobre todo por las consecuencias que traería
el no aprovechar las virtudes de este instrumento de trabajo.
Bajo este título haremos una lista de una serie de reglas indispensables para el uso
adecuado de la bitácora de obra. La intención es facilitar a los supervisores el uso correcto y
el pleno aprovechamiento de la misma.
Ya que la bitácora es manejada por los representantes de las dos partes que firman un
contrato, indicamos reglas que conciernen a ambas, en la inteligencia de que las referentes
a la supervisión no son esenciales, mientras que es conveniente conocer las de la
contraparte, para que nos sea posible establecer el equilibrio que priva en la relación
bipartita desde el contrato mismo.
Reglas generales.
1. Apertura y cierre. Es imprescindible que las bitácoras sean abiertas con una nota
especial al caso. Nos limitaremos a señalar esta regla como básica; los detalles de cómo
hacerlo los describiremos más adelante en su subcapítulo.
3. Fechado. Todas las notas de bitácora deben estar fechadas en el día que se efectúe el
asiento.
4. Escritura. Los asientos deben efectuarse con tinta indeleble, nunca a máquina o con
tinta que pueda borrarse, mucho menos con lápiz. Es importante además tener cuidado
en escribir con letra de molde que sea fácilmente legible y sin abreviaturas. Cualquier
persona debe ser capaz de leer todo lo escrito.
Se habrá observado que es costumbre firmar los anexos técnicos por las mismas
personas legal y notarialmente autorizadas para firmar el contrato, con objeto de que
dichos anexos formen parte integral del multicitado contrato. Por idéntica razón, la
legalidad de la bitácora debe fincarse en el reconocimiento oficial de quienes están
jurídicamente facultados para hacerlo. Al lado de sus firmas indicarán a quién
transmiten la autoridad para continuar con el manejo de la bitácora de obra. Esta
indiscutible condición por desgracia es muy poco atendida, y consideramos que ha
llegado el momento de exigir su observancia por principios de orden.
Reiteramos que el Supervisor y el Residente son los únicos que deben manejar la
bitácora, teniendo toda la libertad y la consiguiente responsabilidad.
Solo resta hacer la observación de que cuando existen varios supervisores y/o
residentes en una obra a cargo de un mismo contrato, no es recomendable que todos
firmen, ya que se presta a confusiones, repeticiones y contradicciones. Llegado este
caso, recomendamos que se nombre un responsable de cada parte, y únicamente éste
asiente notas en la bitácora.
10. Retiro de copias. Inmediatamente que se ha llenado cada una de las hojas de la
bitácora, es menester retirar las copias y remitirlas a las oficinas centrales de la
empresa responsable de la supervisión y las del contratista.
Esta práctica evita que por un extravío por descuido o intencional de la libreta de la
bitácora, se pierda el control de la obra. Por esto mismo es necesario que las copias
sean legibles y por tanto, el supervisor y el residente deben vigilar que así sea.
Hacemos hincapié en esto porque es muy frecuente encontrar bitácoras con hojas
escritas y de las cuales no se han retirado las copias, y no en pocos casos, la libreta se
encuentra con todos los originales y copias a pesar de estar ocupada en su mayor
parte.
Si no tenemos respuesta, significará que todo está correcto y quedamos así protegidos
para posibles reclamaciones futuras. Este procedimiento nos evitará responsabilidades
que no nos corresponden y evitará reclamaciones posteriores. No hay que olvidar que
a las palabras se la lleva el viento.
12. Notas apremiantes. Cuando sea necesario escribir una nota de particular importancia
y que por sus características es preciso dar conocimiento de ella a las autoridades de las
oficinas centrales de cualquiera de las empresas, se procederá a anular el resto de la
hoja correspondiente para remitirla con carácter de urgente.
13. Cantidad de notas. Algunos colegas expresan preocupación por saber que cantidad de
notas es conveniente o recomendable asentar en bitácora. Algunos piensan que si se
hacen muchos asientos es síntoma de que se puso especial empeño en el control de la
obra. Otros argumentan que si hay pocas notas significa que la obra se ha realizado en
orden y no ha sido necesario utilizar la bitácora.
Es indudable que ambos criterios están equivocados. La bitácora de obra no es un
espacio para demostrar mucho trabajo, ya que no se paga por hoja llenada ni tampoco
es un medidor de problemas. Tal como hemos explicado al principio de este escrito, en
la bitácora se asentará todo lo necesario conforme a los principios que le dan razón de
existir, por lo tanto su extensión será determinada por factores definidos por las
situaciones que, durante el desarrollo de la obra, resulten distintas a las previstas
originalmente en los anexos técnicos del contrato.
15. Seriedad. Todos los puntos anteriores hacen comprender la seriedad que se requiere
para manejar una bitácora de obra, por consiguiente recomendamos que, antes de
hacer un asiento se medite sobre la necesidad de hacerlo. Si decidimos hacerlo,
18. Ortografía. Un supervisor que se precie de serlo, está obligado a manejar bien la
ortografía. Aunque puede considerarse que este asunto es de segunda importancia
hacemos especial énfasis en él pues significa mucho para la imagen que proporciona de
quien escribe con faltas ortográficas, y recordemos que algunos asientos serán leídos
por mucha gente. A este respecto recomendamos a los supervisores que adquieran un
libro sobre el tema y lo estudien, o que tomen un curso. Una de las formas para reforzar
este conocimiento es leer bastante, ya que aquel que lee mucho acaba escribiendo sin
faltas.
19. Cerrado de asientos en la bitácora. Todas y cada una de las notas deben quedar
cerradas, esto es, resueltas. Naturalmente que nos referimos a notas que traten asuntos
que deben atenderse. Es también fundamental cerrarlas a la brevedad posible dejando
resueltos los problemas o situaciones que las motivaron.
El no atender a esto en forma eficiente da como resultado que con el tiempo es tal el
número de problemas no solucionados que acabamos bloqueados y perdemos de
manera efectiva el control de los eventos y, en consecuencia, el de la obra misma y la
bitácora deja de ser el principal instrumento de control para convertirse en nuestro
verdugo. Nunca dejemos cabos sueltos.
21. Bitácora unitaria por contrato. Solo está permitida una bitácora por cada uno de los
contratos. No podrá existir una libreta utilizada por dos contratos, aunque se trate de la
misma constructora o del mismo frente. Si los contratos son pequeños, las libretas
habrán de ser pequeñas, pero siempre unitarias.
22. Hábito de lectura. Debe hacerse una costumbre el leer cada día lo anotado en la
libreta de bitácora. Esta regla deberá seguirse siempre, lo cual nos evitará sorpresas
desagradables. Queremos aprovechar la ocasión para hacerla extensiva a toda
documentación que se maneje relacionada con la obra durante el desarrollo de la
misma.
Uno de los aspectos más significativos de este tema es el que se refiere a las
especificaciones, pues de nada servirá un excelente trabajo de integración de éstas,
para que después no se lean y por lo tanto no se apliquen en la realización de los
trabajos de campo. El hábito de la lectura no es malo y lo consideramos imprescindible
para cualquier profesionista que desee superarse.
Las reglas que continúan ya no son generales, sino particulares, en primer lugar para
el supervisor, y en segundo para los residentes, y en esta forma se completan las
reglas de uso de la bitácora de obra.
Reglas de la supervisión
1º Órdenes. El uso más frecuente que el supervisor hace de la bitácora de obra es para
ordenar al contratista lo que debe realizar, sobre todo cuando, por cualquier motivo,
es menester ejecutar procedimientos distintos o utilizar materiales diferentes a los
señalados en el proyecto ejecutivo.
Existen otros tipos de autorizaciones y estas son las que se refieren a aspectos no
rutinarios, o sea que son asuntos que difieren de lo establecido previamente en los
anexos técnicos. También puede tratarse de órdenes recibidas por a través de
nuestros superiores reconocidos tanto de nuestras empresas como directamente del
contratante.
En estos casos debemos proceder basados en las siguientes reflexiones que orientarán
cada acción.
Si bien es cierto que somos los responsables de la bitácora y en ella emitimos las
órdenes, también es cierto que no estamos facultados para modificar nada de lo
comprendido en los anexos técnicos. Por lo tanto, si actuamos transmitiendo una
orden o modificando un plano, nosotros a la vez requerimos imprescindiblemente que
se nos autorice para poder hacerlo.
De no proceder así, estaremos tomando atribuciones que no nos corresponden y
adquiriendo responsabilidades que no son nuestras, ya que si se le paga a un
calculista estructural para diseñar y responsabilizarse por la estructura de la obra, no
podemos nosotros, como supervisores, modificar alguna parte de dicha estructura por
nuestra cuenta, ya que de esta forma nos volvemos automáticamente los únicos
responsables de dicha estructura eximiendo al calculista de su responsabilidad.
En caso de cualquier reclamación posterior, el calculista podría argumentar –con toda
razón- que no se construyó lo que él ordenó.
Un asunto como el que describimos puede ser muy delicado y esperamos que sea lo
suficientemente ilustrativo como para dejarnos como regla el no tomar
responsabilidades ajenas y que si transmitimos una orden o una autorización de un
tercero a la bitácora, es porque contamos con autorizaciones firmadas y oficiales que
nos respaldan plenamente.
6º Control por bitácora de obra. Este tema que, como hemos dicho, es el central
desde el enfoque de la supervisión, en realidad comprende un poco de todos los temas
que ya hemos tratado anteriormente, más un tanto de lo suyo propio.
El control entonces se ejercerá valiéndonos de todos los temas según las necesidades
de cada momento del desarrollo. Cada supervisor tendrá su estilo y criterio
particulares para aprovechar lo expuesto dosificando debidamente las opciones.
Lo único que nos restaría por tratar es el procedimiento que debe observarse cuando
nos encontramos con un contratista que se niega a obedecer las órdenes o hace caso
omiso de las mismas. Sobre este tema hemos observado situaciones de todo tipo, pero
desgraciadamente abundan aquellas en las que la supervisión carece de recursos para
manejar el problema y no en pocos casos, termina representando el papel lastimero al
quedar atrapada en un juego establecido por el contratista para su propio beneficio.
II. Una vez vencido el plazo concedido y habiendo comprobado que no se atendió la
orden emitida, procederemos a asentar una segunda nota en la bitácora, haciendo
referencia a la primera y concediendo un nuevo plazo, igual o menor que el anterior.
Para terminar con el tema de control de obra por medio de la bitácora, diremos que su
uso correcto y aprovechamiento dependen del conocimiento pleno de los
procedimientos y recursos por parte del supervisor, así como de su criterio el que
administrará el empleo de los citados recursos en la forma y en el momento más
conveniente sin exagerar en ningún sentido.
Primeramente los datos de las partes: nombres de las empresas, direcciones y teléfonos.
Después, los datos indicativos del contrato y su alcance, en la forma descriptiva más precisa
posible.
A continuación una descripción detallada del terreno o lugar en donde se llevarán a cabo los
trabajos, incluyendo todas las características principales y las particulares que se observen
y que se considere que puede afectar de alguna manera la ejecución de los trabajos a
realizarse. Esta parte de la nota de apertura es muy poco acostumbrada, pero la
consideramos fundamental, sobre todo porque protege la primera intervención de la
supervisión en la obra.
En caso de que la supervisión se designe cuando la obra ya ha sido iniciada, en este lugar
se debe anotar un corte completo de los trabajos ya realizados, haciendo las observaciones
pertinentes sobre irregularidades observadas durante la primera revisión, quedando así
deslindad nuestra responsabilidad a partir de ese momento.
Por último se hará el registro de las personas autorizadas, el cual debe comprender un
mínimo de dos por cada una de las partes. Como ya hemos mencionado, las más
convenientes son por la supervisión, el supervisor responsable y su coordinador o jefe de
supervisión, y por la contratista, el residente a cargo del contrato y el superintendente o
gerente técnico o de construcción.
Cierre de la bitácora
Esta última nota debe expresar que por medio de ella se da por finiquitada la relación
técnica de campo, habiéndose cumplido en todo lo que en ella se consignó. Después se
procede a firmar y a anular todas las hojas sobrantes, inutilizándolas sin arrancarlas de la
libreta y ésta, por conducto de la supervisión, se anexa al finiquito de la obra, para ser
entregada al contratante, quien la guardará en su archivo para cualquier aclaración
posterior. Con esto damos por terminada la obra en lo que a actividades de campo se
refiere.
Los tipos de notas de bitácora ya han sido clasificados en las reglas. En este capítulo
haremos un análisis del contenido que deben tener cada una de las notas según su tipo.
Iniciaremos este análisis por la nota más compleja. Se trata de la orden de corrección de un
elemento que ha sido ejecutado con defectos. Primero procederemos a presentar un
desglose de las partes que imprescindiblemente debe contener el asiento:
Por lo tanto es indispensable indicar la ubicación en forma muy clara, de manera que no
se preste en ninguna forma a permitir eludir responsabilidades al argumentarse, por
ejemplo: “es que yo había entendido que era del otro lado”, o bien: “como no está muy
claro, yo creí que se trataba del otro edificio”, o a veces: “pensé que era en el tercer
nivel y no en el quinto”, etc., etc. Para evitar problemas indiquemos con toda claridad.
Más vale exagerar que pecar por falta de datos.
5. Solución exigida. El siguiente paso consiste en anotar la solución que debe efectuarse
para subsanar el problema. Para esa solución debemos proceder paralelamente y en
forma idéntica a como lo indicamos en el párrafo anterior, con el fin de determinar las
causas del problema.
Únicamente añadiremos que es preciso anotar en la bitácora todos los datos necesarios
para su corrección. De hecho habremos de generar una especificación completa y
particular y, si fuese necesario, se hará referencia a las especificaciones generales de la
obra.
Recomendamos anotarlo señalando una fecha fija. En esta forma sabremos que para esa
fecha el problema deberá estar resuelto. No recomendamos anotar cantidades al
determinar los plazos, decir por ejemplo: “en 72 horas” o “para la semana próxima”, ya
que nos obligamos a hacer cuentas para saber cuándo se vence el plazo.
Como se puede constatar, todos los efectos son positivos y sanos. Asentar la parte
preventiva de la nota de bitácora tiene cierto grado de dificultad, debido a que es
necesario meditar la forma en que es más conveniente realizar el trabajo que nos ocupa,
requiriéndose analizar el proceso hasta observar ese proceso durante su ejecución, en
busca de elementos que nos permitan perfeccionarlo y racionalizarlo.
Por lo general y salvo contadas excepciones, se genera con las órdenes emitidas un
costo extra, sobre todo si son reparaciones o substituciones. Debe señalarse en la nota
quién es el que debe pagar esto.
El cargo podría hacerse al contratista si ocurre que por no haber observado el plano o no
haber seguido el procedimiento indicado en las especificaciones, o bien por no haber
utilizado los materiales indicados en el presupuesto, fue él quien generó el problema, y
será con cargo al contratante cuando se trate de modificaciones a los planos,
especificaciones o materiales, inclusive cambios de proyecto, o cuando habiéndose
seguido debidamente las instrucciones de la especificación y empleado los materiales
aprobados, el resultado fue distinto y no es posible lograr lo que se pidió.
Sobre lo dicho cabe la posibilidad de que algunos se pregunten: ¿Qué caso tiene anotar
el costo, o los elementos del costo, cuando el cargo es al contratista? Hay cierta razón
para esta objeción. En realidad no es necesario, pero si queremos llevar nuestro trabajo
con la mayor perfección, estos datos nos servirán posteriormente para acumularlos y
mostrarle al contratista a cuanto asciende el costo de sus errores y defectos, y de esta
manera acabaremos con discusiones frecuentes cuando intentan que se les reconozcan
pérdidas porque, argumentan, “no era posible construir la obra en cuestión y obtener
una utilidad decorosa”.
Los datos citados también nos servirán en caso de que se presente el improbable caso
de que el contratante les reconozca un pago que se había cargado en su contra.
Como puede constatarse, hemos dejado la parte del costo al final de la nota de bitácora.
No es fortuito. Se procede así para que cuando se elabore el finiquito se nos facilite el
trabajo, en vez de andar buscando el costo entre todos el texto de cada nota, bastará
con leer el último renglón de cada una.
En situaciones especiales puede ser indispensable dibujar un croquis de tal tamaño que
no quepa en la hoja de la bitácora. En tales circunstancias es correcto hacerlo en hoja
aparte; se valida después el dibujo con la firma de cada una de las partes bajo un texto
que debe decir: “Este croquis forma parte de la nota X de la página No. Y de la bitácora
de obra del contrato…” A continuación se le manda sacar las copias necesarias.
10. Sanciones. Hemos colocado este tema en décimo lugar porque solo lo consideramos
cuando las circunstancias nos obliguen. Añadiremos que cada una de las sanciones debe
ser meditada analizando sus posibles efectos secundarios, sus consecuencias y su
procedencia legal –es decir si, de acuerdo al contrato, el supervisor tiene facultades para
aplicar la sanción-.
Una vez decidido lo que hay que anotar, lo que procede y ya que hemos medido sus
efectos, únicamente nos resta redactar correctamente. Con esto no pretendemos
desalentar el uso de la sanción, sino solo recalcar que se trata de un punto delicado que
amerita cuidado en su manejo.
Se comprende que una sanción tiene carácter de amenaza y por lo tanto provoca
ataques; midamos bien el alcance de nuestras facultades antes de provocar un ataque
innecesario contra nosotros mismos. Utilicemos este recurso siempre que se justifique.
Este seguimiento, llevado con orden, nos evita la posibilidad de olvidos cuyas
consecuencias habremos de lamentar al término de la obra, cuando se esté elaborando
el finiquito.
en sentido transversal una vez que se revisó la cimbra, encontrándose correctos los
armados e instalaciones”.
Si hubiese alguna falla menor se indicaría diciendo por ejemplo: “Antes de iniciar el
colado deberán colocarse tres puntales sobre el eje B repartidos proporcionalmente”, o
bien, “Antes de iniciar el colado deberán calzar el armado en el perímetro del vano para
el domo central”.
Si la falla o carencia fuese mayor y requiriera una nueva revisión antes de autorizar el
colado (por faltarle bastones al armado de la losa, o por estar incompleta la colocación
de tuberías eléctricas, o por algún otro asunto de importancia que signifique riesgo
sobre la calidad del producto), simplemente no autorizamos por bitácora, sino que lo
anotamos en el diario de obra como recordatorio y, una vez cumplidos todos los
requisitos, entonces autorizamos.
Después de esta análisis de las notas de bitácora y antes de presentar un ejemplo típico,
queremos hacer una recomendación tan importante y significativa que podemos
considerarla norma fundamental: debido a que no se permite legalmente hacer
tachaduras, enmendaduras, borrones o superposiciones en la libreta de bitácora, y con
el fin de evitar la necesidad de hacer composturas, NUNCA HAY QUE ESCRIBIR
DIRECTAMENTE EN LA BITÁCORA.
Nuestra sugerencia es añadir otra sección al diario de obra con páginas suficientes para
anotar en borrador las notas. Ahí sí se nos está permitido agregar y componer todo lo
que se necesite y corregir la redacción hasta asegurarnos de que lo escrito es
precisamente lo que queremos decir. Después, bastará con copiar esto a la bitácora.
Damos ahora un ejemplo de nota de bitácora completa, señalando en cada una de sus
partes, entre paréntesis y con minúsculas, a que sección del análisis practicado
corresponde.
Nota No. “X” Se ordena a la contratista (1. Clasificación de la nota) resanar la arista
exterior al frente de la columna tipo K-3 (2. Descripción del asunto), ubicada en la
intersección de los ejes F y 6 del primer nivel del edificio de talleres electromecánicos (3.
Ubicación) que se desprendió, según dictamen del perito oficial de la obra, Ing. Gerardo
González, debido al retiro prematuro de la cimbra (4. Causas del problema).
Debido a que la libreta de bitácora es operada por dos personas que representan a dos
entidades distintas, es necesario reglamentar su uso para evitar malos entendidos y
manipulaciones que distorsionen la buena marcha de la obra y lesionen la labor de control
de la misma, en perjuicio de quien sea responsable de la supervisión.
Se necesita que el constructor acepte y firme estos preceptos por lo tanto es conveniente
comentarlos y lograr su convencimiento antes de anotarlos. En caso de existir oposición
recordemos que tenemos conductos para forzar la aceptación, si esta no se otorga por un
simple afán de oposición y sin esgrimir razones válidas.
Cada supervisor podrá complementarlas con otras, producto de su propia iniciativa, por las
condiciones y tipo de obra que tiene a su cargo. Con el tiempo enriquecerá su acervo con
reglas que irá deduciendo conforme a las experiencias vividas en la obra inmediata anterior.
Firmado. Todas las autorizaciones en bitácora deberán ser firmadas por ambas
partes. La emisora (indistintamente cualquiera de las partes), como responsable del
asiento, y la receptora de enterada o conforme. En caso de inconformidad, se
contestará en la siguiente nota, por lo tanto, se concede un plazo de 48 horas para
firmar. En caso contrario se acepta automáticamente el contenido del asiento en
cuestión, perdiéndose el derecho a la inconformidad o a la aceptación bajo protesta.
Los interesados deberán retirarlas una vez que estén completas y firmadas si no se
ha cumplido el plazo de 48 horas (ver párrafo anterior). No se admitirán quejas de
ninguna de las partes al no tener en su poder las copias respectivas después de 48
horas de emitido el último asiento.
El hacer el reglamento de bitácora con al menos las reglas que mencionamos nos evitará
problemas y discusiones innecesarias.
No hay razón para no aprovechar las ventajas que esto representa. Si se invierte un
poco de tiempo al inicio de la obra se pueden evitar dificultades y un ahorro de tiempo
que puede sumar varias obras al finalizar la obra.
Este reglamento puede ser algo extenso. No debemos preocuparnos por tal motivo. Cada
regla que queda formalizada nos evitará el tener que decidir, al momento que surja un
problema, como vamos a resolverlo o que procedimiento vamos a emplear. Ante la
imposibilidad de describir todos los aspectos que requieren de una regla, sobre todo por lo
variado de los tipos de obra, solo citaremos algunos ejemplos aislados para ilustrar la
manera en que deben realizarse:
4. Diario de obra
Antes de describir los detalles sobre la composición y la forma de operar del diario de obra
es conveniente determinar la diferencia entre bitácora de obra y diario de obra, ya que
frecuentemente se confunde la función de ambos.
Según hemos explicado, la bitácora se utiliza para anotar en forma oficial y legal todas las
situaciones que modifican o afectan las condiciones originales del proyecto ejecutivo que
están contenidas en el contrato y sus anexos técnicos, mientras que el diario se utiliza para
anotar todos los datos y eventos ocurridos en la obra que sean importantes, iguales o
distintos a los previstos en el proyecto ejecutivo. Lo anotado en el diario carece de carácter
oficial; no es parte del contrato ni sirve directamente para alguna reclamación legal.
Por las características de su contenido, el diario de obra puede considerarse como una
relación cronológica de los acontecimientos, una auténtica historia del frente de obra.
La libreta
Se debe utilizar de preferencia una libreta de pastas duras, ya que ésta deberá resistir el
trato duro a que se someterá durante el período constructivo. No necesariamente se
utilizará una sola libreta, su número variará de acuerdo con la complejidad y duración de la
obra, así como al número de supervisores que integren el equipo de trabajo.
En el caso en que se prevea la necesidad de varias libretas, se puede optar por utilizar una
para cada capítulo del diario de obra que se mencionará más adelante, o bien una por cada
especialidad.
Es conveniente cuidar siempre de utilizar letra clara para las anotaciones, sobre todo si son
varios los miembros del equipo de supervisión. No se debe olvidar que cualquier persona
debe comprender sin dificultad lo asentado sin necesidad de tener que recurrir al que hizo la
anotación, quien bien puede haber cambiado de puesto o hasta haber abandonado la
empresa.
El diario deberá servir también como medio de comunicación entre el supervisor y su
coordinador, otro motivo por lo que es preciso que todo lo anotado sea de fácil
comprensión.
No es imprescindible que las hojas estén foliadas, pero si es recomendable con objeto de
poder diferenciar asuntos o para una fácil localización de los mismos. Si se van a utilizar
varias libretas, es conveniente que sus pastas sean de diferente color para poder
identificarlas fácilmente.
En el caso de no poder lograr esto, se necesitará marcarlas de manera muy visible, incluso
en los lomos, pues de lo contrario se perderá tiempo en localizarlas y la acumulación de
éste es costoso.
Diferenciación de partes
La libreta de diario de obra debe estar compuesta de varias secciones, cada una de ellas
destinada a una función específica. Consideramos indispensables las siguientes:
A). Diario de obra. Parte principal del instrumento de trabajo; consistente en una sección
en la que existirá un número suficiente de hojas para contener la duración de todo el
proceso, más un excedente para el caso de atrasos; sugerimos calcular un mínimo de
dos páginas por semana, aunque sería ideal dedicar una página para cada día de
actividades.
Pueden numerarse y fecharse previamente, o hacer esto al momento de asentar un
hecho. Este último procedimiento nos permite extender la nota todo lo necesario, pero
dificulta posteriormente la identificación por fecha. Más adelante se explicará
detalladamente y se darán ejemplos sobre que es lo que debe anotarse y como
hacerse la anotación.
B). Borradores de notas de bitácora. En el diario de obra debe existir una sección
destinada a la elaboración previa de asientos de bitácora que puede servir para
corregir la redacción y asegurarnos de que lo escrito es precisamente lo que se quiere
decir. Una vez hecho esto, basta copiar el texto a la libreta de bitácora mientras que
los borradores permanecen en esta sección del diario de obra.
El destinar ocho hojas para este propósito será suficiente si se trata de una obra con
programa a diez meses, que es el lapso más común, se puede agregar o disminuir
según el caso con base a este cálculo.
D). Banco de datos. Una parte del diario de obra se utiliza como banco de datos, es
decir, las informaciones que nos son importantes y necesarias durante el desarrollo de
la construcción. Podemos clasificarlos en:
1. Datos de origen, que son aquellos que están contenidos en los anexos técnicos
del contrato (proyecto ejecutivo), es decir, los niveles de desplante, vértices de
trazo, resistencia del concreto de algún elemento especial, diámetro de paso de
tubería en contratrabes, altura de una buña, claro de una ventana tipo, etc.
2. Datos de proceso, que son los que se van generando durante la construcción y
que resultan con confirmación o variación respecto a los datos de origen (proyecto
ejecutivo); también pueden adquirir relevancia algunos datos que por algún motivo
se vuelven importantes, por ejemplo, que la profundidad del colector principal en
donde se debe descargar sea distinto a lo previsto debido a cambios ordenados por
las autoridades, o el dato que se refiera al área en donde se encontró un manto
rocoso bajo el nivel natural del terreno.
3. Datos de uso regular, como es el caso de datos básicos para cálculos, por
ejemplo sustitución de aceros, proporciones de mezclas, unidades de aparejo, etc.
Es muy conveniente tener al alcance de la mano este tipo de información de uso
corriente con objeto de no perder el tiempo localizándola.
Con excepción de los datos de proceso, para las demás partes que componen la
libreta se puede calcular el espacio necesario en el diario de obra, ya que se trata
de información que debe anotarse al inicio de los trabajos, por lo cual solo será
necesario separar unas siete u ocho páginas de la libreta.
Con objeto de orientar a los supervisores sobre el aprovechamiento del diario de obra,
mencionaremos a continuación algunos de los datos que es importante consignar:
Todo hecho que se considere de singular importancia o que signifique un logro en el avance
de los trabajos. Un hecho lo sería el colado de la losa tapa de la cisterna, que representa el
inicio de la etapa de acabados en obras exteriores, o bien el colado de la última losa de
azotea, con la cual se termina el uso de cimbra; en fin, muchos otros sucesos cuyo
enlistado sería demasiado largo.
También se puede considerar como hecho relevante los fenómenos naturales: lluvias
extraordinarias, heladas, ventarrones, así como otros hechos de carácter eventual, como
escasez de cemento, falta de agua, disminución de personal por ser época de cosechas, y
otros similares.
Así mismo, podemos referirnos a modificaciones importantes que afecten el desarrollo de la
obra: suspensiones parciales o totales de los trabajos, pruebas de laboratorio
extraordinarias o de materiales recibidos, y muchas otras situaciones que se deben
considerar.
Se refiere a dejar constancia de actividades no regulares. Hablamos por ejemplo del inicio
de revisiones encaminadas al establecimiento de un examen especial de los concretos
debido a que los reportes del laboratorio revelan una tendencia a la baja, o del momento en
que se procede a realizar un inventario del material suministrado por el fabricante.
En los frentes de trabajo se reciben con alguna frecuencia diversos tipos de visitas oficiales
que deben quedar registradas. Es conveniente anotar quiénes visitaron el centro de trabajo,
de que entidad o dependencia provenían, el motivo de la visita, las instrucciones giradas, en
fin, todos los incidentes y pormenores acontecidos, de manera que sea posible reconstruir
los hechos posteriormente al momento en que se requiera.
Es común que durante este tipo de visitas se giren instrucciones verbales por parte de las
autoridades. Al no quedar registradas, en algunas ocasiones se presentan dificultades para
demostrar con qué base se autorizaron las modificaciones ordenadas y hasta los propios
autores de este tipo de órdenes verbales frecuentemente las desconocen, por lo que el
supervisor se ve en dificultades para explicar en qué fundamentó órdenes que pueden
representar inversiones muy elevadas. Es importante regularizar estas intervenciones por lo
cual expondremos dos formas de hacerlo.
La primera en el caso de que los visitantes efectúen una inspección detallada a la localidad
en que se realizan los trabajos, hay tiempo para elaborar una minuta de la visita en la que
se incluyan las instrucciones giradas. Esta se presenta a firma para corroboración o
aclaración, si es que no se han entendido bien las instrucciones giradas. En este caso se
harán las correcciones pertinentes y se presentará nuevamente para firma.
En esta segunda situación a nuestro juicio bastante frecuente, si se procede como se indica,
se tiene la seguridad de tener las instrucciones correctas y la ventaja de fincar la
responsabilidad en quien generó la orden.
La segunda recomendación es para el caso de que no hubiera tiempo para recabar una
firma o una responsiva sobre las órdenes recibidas. Se deberá entonces redactar el acta de
visita y enviarla por correo o llevarla uno mismo a la persona que giró las instrucciones,
marcando copia para todos aquellos que resulten interesados en el asunto (si se puede
obtener acuse de recibo es mejor).
Es muy importante que para este segundo envío se obtenga el acuse de recibo. Se debe
normar un criterio que determine la magnitud y trascendencia de las instrucciones
recibidas. Cuando se trate de circunstancias que no afecten el desarrollo de los trabajos,
posiblemente no sea necesario proceder en la forma recomendada; debemos reconocer que
muchas veces las instrucciones tienen un soporte lógico y hasta técnico que las ubica dentro
de la esfera de nuestra competencia como supervisores responsables del desarrollo
Ahora bien, en ausencia de estas condiciones hay que tener mucho cuidado para decidir en
que casos nos apegamos al procedimiento aquí descrito; no hay que olvidar que es
frecuente que asuntos que aparentan carecer de importancia la adquieren con el tiempo,
acarreando problemas que se pudieron haber evitado.
Si se quiere ser práctico en lo referente a este asunto, se puede utilizar el diario de obra
durante la visita y al recibir órdenes, escribir en él, en forma concisa, las instrucciones
recibidas para que sean firmadas al instante.
En el diario de obra se deben anotar las cantidades significativas de materiales así como su
fecha de recibo, particularmente cuando llegan posteriormente a lo programado. Estos
datos evitarán discusiones respecto al otorgamiento de prórrogas o al realizar el finiquito,
lográndose a la vez un control efectivo sobre el proceso constructivo.
Otro punto que se debe controlar con el diario de obra es la documentación que
regularmente llega al frente de trabajo. Entendemos por documentación desde licencias y
permisos de construcción, circulares institucionales, boletines de proyectos, hasta oficios,
memorandums, planos con modificaciones y toda suerte de escritos de los cuales hay que
tener constancia de la fecha en que se recibieron.
Por principio de orden todo documento que ingresa a la oficina de supervisión debe
registrarse, indicando la fecha, la procedencia y, en forma muy concreta, el asunto de que
se trata o las características principales del plano que se recibe.
Recomendamos dejar dos o tres renglones de espacio destinado a cada fecha en el diario de
obra; para este fin es conveniente separarlos por medio de una raya de color muy vivo para
que destaque.
El diario de obra también servirá para hacer oficial la comunicación entre los integrantes del
equipo de supervisión. Según es costumbre, un coordinador de supervisión tiene a su cargo
varios frentes de obra, por consiguiente estará solo por un momento en cada oficina que
tenga a su cargo; todavía más esporádicamente si los frentes de trabajo se encuentran en
ciudades distintas, por lo tanto se requiere de un medio de comunicación en donde dejar
instrucciones por escrito.
Esta práctica de anotar las órdenes tiene la ventaja de contribuir al control eficiente que
debe tener el coordinador con las obras y con el personal de supervisión a cargo de ellas. A
los supervisores les sirve como guía de trabajo, como efectivo deslinde de responsabilidades
sobre las instrucciones recibidas y de referencia a las fechas en que éstas fueron dadas, lo
cual les proporcionará datos para defenderse si llegasen a requerir aclaraciones.
Cuando por algún motivo el supervisor no se encuentre durante la visita del coordinador,
éste solo necesitará anotar en el diario de obra sus órdenes para hacérselas saber al
supervisor; esta es la razón por la que el diario de obra deberá estar siempre en la oficina
de supervisión, al alcance del coordinador, pero sin que esto signifique que cualquiera tenga
acceso a él.
Por ese mismo conducto el supervisor podrá dejar constancia de su ausencia o de cualquier
otro dato importante del que deba enterarse el coordinador.
Los temas que deben manejarse son los que tienen importancia para el buen desempeño de
las funciones de supervisión las que, operando como un equipo técnico de trabajo, se
pueden referir a políticas de trabajo de la empresa, a órdenes giradas por la gerencia de
supervisión o por la dirección de la empresa, formas de proceder ante un evento próximo,
señalamientos referentes a atrasos en el cumplimiento de las obligaciones contractuales –
tanto del contrato de obra como el propio de la supervisión-, requerimientos sobre órdenes
administrativas (por ejemplo, envío de comprobaciones de caja chica o datos necesarios
para las estimaciones del contrato de supervisión), autorizaciones solicitadas con antelación
por los supervisores, etc.
Todo aquel asunto que en un futuro pueda representar un tema de discusión, o que su
olvido pueda acarrear consecuencias para cualquiera de las partes o para el buen
desempeño de la empresa a la que se pertenece o los intereses de quien contrata o, más
genéricamente, para la buena marcha del desarrollo constructivo a nuestro cargo.
La libreta de campo es un cuadernillo manuable que siempre se lleva consigo durante los
recorridos de obra. En él se anotan todos los datos importantes, observaciones, mediciones,
número de fotografías, en fin, todo aquello que se recaba en la obra y que no se puede –ni
se debe intentar- retener en la memoria. Por ejemplo, de los datos en la libreta se obtiene
la información necesaria para calcular el avance de la obra y, con esa base, se pueden
autorizar las estimaciones o revisar generadores desde la oficina de campo.
También se pueden anotar datos como los diferentes niveles de una cepa de drenaje y
tantos otros temas técnicos que cotidianamente suceden de diferente manera en cada
frente de trabajo.
Para concluir queremos hacer una reflexión respecto al tema de los rendimientos de la
mano de obra en especial. Los supervisores saben que toda labor de control de precios se
basa en buena medida en los datos válidos sobre rendimientos que manejen los analistas de
costos y también saben que dichos rendimientos son un antiguo tema de discusiones sobre
las que difícilmente se llega a un acuerdo.
También están conscientes de ser los indicados para emitir una opinión técnica y oficial al
respecto, en defensa de los intereses de quien nos confía la administración de los fondos al
otorgarnos la facultad de determinar el importe de los pagos parciales y por consecuencia la
liquidación de los trabajos, nos es indispensable cuidar que la obra se realice utilizando solo
la mano de obra estrictamente indispensable.
El diario de obra es un auxiliar de trabajo del que se sirve el supervisor para descargar su
memoria y dejar constancia de datos importantes, órdenes y directrices ubicadas
perfectamente en el tiempo; de esta manera se puede resumir en pocas palabras lo que
significa para nosotros el diario de obra.
A este resumen que define lo escrito en este subcapítulo, añadiremos una recomendación a
los supervisores: no consideren al diario de obra como un trabajo más que realizar, sino
como un instrumento de orden que permite realizar nuestra función con profesionalismo y
ejercer el control de la obra a nuestro cargo en forma eficiente y más fácil.
Entendiendo de esta manera el diario de obra podemos comprender cual es la razón de su
existencia y servirnos de él aprovechando todas sus cualidades.
Otro de los principios de orden que consideramos de importancia capital para el buen
desempeño del supervisor es la agenda en la que se programan las actividades. Esta
agenda que bien puede estar integrada a la libreta de campo constituye otra herramienta de
trabajo indispensable y útil para la formalidad de los compromisos que se establezcan tanto
con el constructor como con el coordinador o cualquier otro representante de las entidades
relacionadas con la obra.
La agenda constituye toda una programación y planeación del desempeño del supervisor; su
manejo parte de la base de un análisis. Se podrá ver que las actividades del supervisor
pueden ser agrupadas en actividades rutinarias periódicas (elaboración de informes,
revisión de generadores de estimaciones, etc.); actividades rutinarias diarias (recorridos de
campo, revisión y actualización de bitácora y diario de obra); actividades previsibles
(revisión de armados, verificación de niveles de desplante); actividades imprevisibles (muy
diversas; algunas de ellas se sabe que ocurrirán pero no cuando, y otras no se pueden
predecir). A su vez todas las actividades se presentan con diferentes características en una
o en varias etapas que mencionamos a continuación.
Primera etapa. Actividades pre-iniciales, antes del arranque de los trabajos de campo.
Segunda etapa. Actividades iniciales, aquellas que solo se realizan al principio de la obra.
Una vez separadas las actividades e identificadas por sus características, y tras acomodarlas
en sus respectivas etapas, se procede a estimarles un tiempo de ejecución, después se
procede a darles fecha y a anotarlas en la agenda, o sea a ubicarlas en el tiempo, siempre
que esto sea posible.
Por ejemplo, sabemos de antemano que el recorrido de campo es una actividad diaria, por
lo tanto se anotan todos los días hábiles; se sabe también que los informes deben
elaborarse digamos los días 3 o 4 de cada mes y las estimaciones, suponiendo que sean
quincenales, se reciben a revisión los días 6 y 21 de cada mes.
En todos estos casos se puede destinar un tiempo y una fecha y dejarse ya anotados en la
agenda. El resto del espacio se destinará a actividades imprevisibles. También es
conveniente ubicar actividades de las que se tiene idea de la fecha en que se efectuarán. En
esos casos se recomienda señalarlas aproximadamente en la fecha para posteriormente
anotarlas en el lugar correspondiente.
Finalmente queremos mencionar la correspondencia y los lazos de unión que existen entre
los elementos de orden. Nos referimos a la bitácora, el diario de obra, la libreta de campo y
la agenda del supervisor. Cuando están bien controlados existe una relación entre estos
diferentes instrumentos que permite seguir con toda claridad y precisión el desarrollo de un
evento o el desenvolvimiento de un problema y la manera en que se atendió y resolvió.
Introducción
El diario de obra ha sido creado pensando antes que nadie en los supervisores o residentes,
como los responsables de conducir un proceso constructivo contando solo con sus
conocimientos y experiencia profesional, con frecuencia trabajando en lugares remotos e
inhóspitos, obligados a tomar decisiones importantes y trascendentales por las que tarde o
temprano tendrán que rendir cuentas, las más de la veces cuando la memoria traiciona y
nos es difícil hacer una exposición ordenada, cronológica y fundamentada de los motivos
que nos impulsaron a tomar tal o cual decisión que para colmo, quizás en su momento no
parecía ser trascendente.
Evita este tipo de penalidades tan desagradables llevando tus registros cotidianamente en
un diario de obra, liberando tu mente de la necesidad de memorizar datos y fechas para
que empeñes en encontrar una mejor manera de cumplir con tus responsabilidades al frente
de la obra.
A ustedes, les corresponde la responsabilidad de todo lo que sucede en campo, sin ser
ustedes los que realizan las cosas, están obligados a dirigir a cierta distancia el desarrollo
de los trabajos, así como a adiestrar a su gente en el desempeño de sus funciones,
proporcionándoles al mismo tiempo todos los elementos que requieran para alcanzar el
éxito en su labor.
No dejen de aprovechar las ventajas que proporciona un diario de obra respecto al control
de la misma y su correspondiente registro de las incidencias del desarrollo constructivo.
Existe en el diario de obra una sección dedicada a la comunicación entre ustedes y el
personal a su cargo, aprovéchenla y aprovechen todos los demás elementos contenidos en
el diario de obra para ordenar las funciones del personal de campo, como por ejemplo la
sección “Reflexión semanal para mejorar” o los “planes de capacitación”, y recuerden que
una vez instaurado el diario de obra, cuando visiten el frente de trabajo, bastará un vistazo
a este, para darse una idea clara y precisa del desempeño de sus subordinados.
Instructivo de uso
Se trata de una hoja en donde se anotarán los datos indicativos de la obra. Estos datos
frecuentemente son requeridos durante el proceso constructivo, siendo muy práctico
concentrarlos en el diario de obra, lo cual, permitirá localizarlos fácilmente.
Esta parte está compuesta de tres elementos que por sus características han sido colocados
en el libro base y una en el repuesto, los datos de origen y los datos de uso regular son los
contenidos en el libro base.
Datos de origen. Son aquellos datos fundamentales para el inicio de la obra cuya validez
persistente, está vigente durante todo el desarrollo de la construcción, la mayoría viene
implícito en el proyecto ejecutivo particularmente en los planos de topografía y trazo, otros
datos los determinaremos en campo, sobre todo durante la primera fase de los trabajos.
Tiene como finalidad fundamental dejar constancia de las fechas que delimitan el plazo de
validez del repuesto de diario de obra así como relacionar cada repuesto con su antecesor y
su predecesor en caso de existir estos.
El registro por día debe utilizarse en forma cotidiana para asentar las incidencias de la obra.
Es muy importante no dejar pasar nunca un día sin anotar lo correspondiente, hay que
convertir en un hábito este requisito de trabajo y de orden, podemos asegurar que aunque
sea un poco pesado adquirir la costumbre de registrar diariamente, nunca nos
arrepentiremos de haberlo hecho, por el contrario, en cuanto pase un poco de tiempo y
logremos apreciar las enormes virtudes de este principio de orden, nos volveremos
acérrimos promotores de su uso.
Describiremos cada uno de los apartados que componen el formato con objeto de que se
aprovechen al máximo.
A). Registro por día. Espacio principal del formato; su finalidad consiste en anotar los
incidentes del día, si fuera insuficiente, usar dos páginas, cuidando en tal caso de hacer una
anotación al término del espacio para indicar que continúa en la siguiente página.
B). Actividades del personal de campo. Los técnicos responsables de la obra y usuarios
del diario de obra, relacionarán en esta sección sus actividades cotidianas y los incidentes
relacionados con el trabajo profesional a su cargo.
C). Pendientes. Pequeño espacio destinado a anotar los pendientes importantes que no
estén resueltos aún y requieran atención especial y próxima.
D). Relevantes. Para asentar acontecimientos muy importantes los cuales sin duda, serán
buscados con frecuencia y si quedan anotados en este ligar serán localizados con facilidad.
E). Libreta de campo. Espacio para anotar los datos trascendentes, que durante el día han
sido escritos en la libreta de campo, con lo cual ya quedan registrados por duplicado. Estos
datos que por ser vitales para el desarrollo de la obra deben manejarse constantemente y
no podemos arriesgarnos a que puedan extraviarse.
F). Visitas de obra. Se deja el margen inferior para anotar los nombres de quienes visiten
en forma oficial el frente de trabajo.
G). Clave. El número aquí anotado tiene por objeto individualizar el repuesto de diario de
obra, proporcionándole identidad propia para efectos de control.
H). Fecha. De primordial importancia para el diario de obra, nunca debe omitirse fecha de
una hoja ya que invalida en buena medida lo asentado en el resto del formato.
I). Personalización. Espacio destinado a la impresión del logotipo de la empresa que opera
el diario de obra, en caso de que no se ocupe, los usuarios podrán utilizarlo para cualquier
finalidad que consideren de utilidad.
I). Semanario. Dividido en cada uno de los días hábiles de la semana para que se haga un
resumen de lo asentado en el registro diario. El secreto para un aprovechamiento óptimo
está en la habilidad para resumir sin perder el sentido de lo descrito a la vez que se
conserve integra la sustancia de los acontecimientos.
II). Registro de avances. También se trata de una síntesis, en este caso, numérica
porcentual de los avances de la obra durante la semana que se reporta.
Esta sección se divide en dos partes; la superior tiene como objetivo informar sobre el
trabajo desarrollado exclusivamente durante el lapso semanal establecido, y en la parte
inferior se repiten los datos, pero acumulándolos a los avances anteriores de manera que el
resultado es un avance total de la obra hasta la fecha de reporte.
Los elementos que integran el registro de avances son capítulos de la obra y porcentajes de
avance de obra, al respecto haremos una observación a cada uno de ellos, sobre los
capítulos diremos que es necesario considerar un máximo de diez capítulos. Si la obra
tuviese por su complejidad un mayor número de capítulos, habremos de agruparlos de una
manera que resulte en los 10 espacios disponibles o menos, si existiera la ineludible
obligación de reportar algunos, en especial que estén agrupados con otros en el capítulo,
debemos reportarlos en las hojas del semanario en síntesis si fuese un solo extra.
Hemos dejado un renglón más en la parte superior (registro semanal) para tal fin, por lo
que se refiere a la columna de registro porcentual de avance. Una recomendación:
recuerden que después del 99% sigue el 100%, con esto queremos decir que determinen
los porcentajes con cuidado desde el inicio de la obra, para evitar verse cerca del final
acorralados contra el 100%.
V). Visitas de obra. Anotar en este margen los nombres y entidades a que pertenecen, de
quienes se hayan presentado a la obra en la semana.
VI). Arribos de material y equipos. Solamente aquellos que sean críticos o secuenciales
para el avance de los trabajos.
VIII). Fechas semana. Para señalar la fecha inicial y final de la semana que se reporta.
Formato que cumple una doble función, en su mitad superior tiene espacio para anotar
temas que no sean muy relevantes y que no se hayan podido anotar en el formato de
registro por día.
La mitad inferior del formato está destinada a reflexiones semanales para mejorar, sabemos
que se trata de una costumbre difícil de adoptar, pero es muy trascendental esforzarse al
respecto ya que a nuestro juicio, esta sección de carácter preventivo es la única que podrá
ayudarnos a ser más eficientes y a no repetir los errores, capitalizando la experiencia.
En la cuarta parte de la descripción del libro base, de este mismo instructivo se trata sobre
el banco de datos contenido ahí y se menciona la otra sección incluida en el registro, se
refiere a:
Datos de proceso. Se trata de dos formatos, el primero está impreso con datos útiles para
el personal de campo, y tiene como finalidad servir de libro de consulta técnica, y el
segundo tiene espacio suficiente para permitir la anotación de todo dato importante de la
obra que sea necesario conservar.
II. Borradores de hojas relevantes de bitácora. Este formato tiene por objeto
asegurarnos de que lo que escribimos en bitácora que tenga carácter de
trascendente, no se escriba de primera intención, quede constancia de cómo se
redactó y corrigió para tener la certeza de que lo anotado es lo que queremos decir,
lo cual, podemos comprobar ante nuestros superiores mostrando este formato.
Este formato funciona igual que la bitácora de obra y sirve para dejar constancia de órdenes
emitidas por superiores jerárquicos de la empresa.
En esta sección se incluyen artículos de interés general para su difusión entre el personal de
campo, se editan diferentes, iniciando con 10 distintos y aumentando su número cada
nueva edición de diario de obra, son indispensables con objeto de que los usuarios los
conserven cuando el repuesto sea enviado al término de la obra.
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