2019.de Trajano A Adriano
2019.de Trajano A Adriano
2019.de Trajano A Adriano
De Trajano a Adriano
AUTORES
“Historia y Geografía”
Antonio Luis Ampliato Briones y Juan mantenimiento de la tradición frente a los intentos de respuesta operativa a las Mª del Pilar González-Conde Puente
Clemente Rodríguez Estévez, coords. nuevas circunstancias históricas, a la búsqueda de fórmulas más permanentes de
Gian Luca Gregori
La obra gótica de Santa María de Carmona. mantenimiento del Estado; aunque ello desembocase a la postre en el fracaso de
Arquitectura y ciudad en la transición a la Edad un imposible: el del mantenimiento del equilibrio en un mundo plural, complejo y Matthäus Heil
Moderna dinámico. Marietta Horster
De Trajano a Adriano
Roma matura, Roma mutans
Enrique Melchor Gil Patrick Le Roux
El patronato cívico en la Hispania romana. Sabine Lefebvre
Mª del Pilar León-Castro Alonso
Antonio Caballos Rufino
Híspalis, de César a Augusto. La Colonia Romula Francisco Marco Simón
y los orígenes institucionales de la Sevilla romana Judit Mata Soler
entre la República y el Imperio
Enrique Melchor Gil
Eduardo Ferrer Albelda y Juan Jesús Santiago Montero Herrero
Cantillo Duarte, coords.
Arqueología en Vejer. De la Prehistoria al Período Salvador Ordóñez Agulla
Andalusí Aurelio Padilla Monge
Unión Europea
Catálogo completo de nuestras publicaciones
http://www.editorial.us.es
Fondo Europeo de
Desarrollo Regional
9 788447 228287
eus
Antonio F. Caballos Rufino
(Editor científico)
De Trajano a Adriano
Roma matVra, Roma mVtans
Sevilla 2018
Colección Historia y Geografía
Director de la Colección
Prof. Dr. Antonio Caballos Rufino. Universidad de Sevilla.
7
excepcional pluma de Marguerite Yourcenar. No menos militar que Trajano, a
él se debe un giro trascendental en la concepción del Imperio y de su política
exterior, encerrándolo tras sus fronteras. Por las nuevas formas en la gestión del
Estado, Adriano tuvo que enfrentarse a una fuerte resistencia senatorial, reacia a
los cambios que exigía la adecuación a las nuevas circunstancias, que le llevaron
a rodearse de unos nuevos círculos cortesanos, primando a los jurisconsultos y
peritos en la administración.
En una Roma plenamente madura, que entraba a la par en una época de cambios,
Trajano y Adriano son símbolo de la civilización romana. Con ellos se muestra
de forma rotunda el Imperio Romano como idóneo referente en la construcción
de Europa –tan imprescindible como necesitada de impulso–, no sólo por tan-
tos motivos culturales e históricos, sino también por su capacidad de vertebra-
ción comunitaria, cimentada por los valores de la ciudadanía.
La Universidad de Sevilla, fiel a su compromiso con la cultura y el conocimien-
to, no sólo no podía quedar al margen de la conmemoración de esta efemérides
de la muerte de Trajano y el ascenso al poder de Trajano, sino que se mostró
como abanderada de esta celebración y lo que significa en nuestra común histo-
ria como europeos. Así lo asumí personalmente cuando, en el discurso público
de inauguración del Curso Académico 2016-2017, afirmé que “Entramos en lo
que será, ya lo es, un curso ilusionante e irrepetible. Tenemos por delante una
serie de oportunidades únicas que confluyen en el tiempo y que difícilmente se
repetirán”, refiriéndome expresamente y en primer lugar a la conmemoración del
año de Trajano.
Consecuentemente, nuestra Universidad patrocinó la celebración de un Congre-
so Internacional, titulado “De Trajano a Adriano. Roma matura, Roma mutans”,
que tuvo lugar en esta ciudad del 26 al 28 de octubre de 2017, entendiéndolo
como una actividad institucional estratégica. Contó para ello con el amparo del
Vicerrectorado de Investigación y la financiación complementaria de nuestro VI
Plan Propio de Investigación y Transferencia, así como con las plataformas brin-
dadas, tanto por el Dpto. de Historia Antigua, como, en él, por el Grupo de In-
vestigación del PAIDI HUM-323 “La Bética romana: su patrimonio histórico”
y el Proyecto de Investigación de Excelencia ORDO V, del Ministerio de Eco-
nomía y Competitividad (HAR2014-55857-P), ambos dirigidos por el Prof.
Antonio Francisco Caballos Rufino; a quien asimismo le fue encomendada la
dirección del Congreso en colaboración con los Profesores Salvador Ordóñez
Agulla y José Carlos Saquete Chamizo, actuando como Secretario el Profesor
Anthony Álvarez-Melero. Vayan a ellos el mayor de los agradecimientos míos y
de esta Institución por su iniciativa, dedicación y buen hacer.
El altísimo nivel académico de este Congreso se fundamentó en la calidad cien-
tífica y el prestigio de sus participantes. Venidos de un amplio conjunto de Uni-
versidades, la sola mención de sus nombres los identifica como la flor y nata de
la investigación internacional. Ellos son garantía de éxito y a ellos quiero mani-
festarles mis gracias más efusivas por su trabajo, antes, durante y después de la
celebración de este Congreso, con la aportación de sus generosas y doctas con-
tribuciones, cuya edición ahora auspiciamos. Con esta Publicación, recordando
las palabras de Cicerón que describía a la historia como luz de la verdad y maes-
tra de la vida, cumplimos una vez más nuestro compromiso institucional con la
Ciencia y la Cultura, siendo conscientes del valor renovador del conocimiento,
fuente de libertad y esperanza para el futuro.
Presentación
Antonio F. Caballos Rufino............................................................................ 17
Prólogo
Traian und Hadrian. Gegensätzliche und dennoch große Herrscherper-
sönlichkeiten?
Werner Eck....................................................................................................... 27
estudios
Les accessions au pouvoir de Trajan et Hadrien: l’imperium en question
Patrick Le Roux.............................................................................................. 47
Der Triumph eines Toten. Hadrian und die Ehre Trajans
Matthäus Heil................................................................................................ 69
Rem publicam gerere. Continuités et réformes étatiques sous Trajan et Hadrien
Ségolène Demougin..................................................................................... 85
116-118, trois années pour une refondation de l’ Imperium Romanum?
Fragments d’un discours impérial
Stéphane Benoist.......................................................................................... 105
Algunos temas de ideología imperial en las monedas de Trajano y Adriano
Mª Pilar González-Conde Puente....................................................... 129
Rendre hommage aux princes morts Nerva et Trajan. Les divi comme facteur
d’enracinement de la nouvelle dynastie
Sabine Lefebvre............................................................................................... 149
Mujer y mos maiorum en la época de Trajano y Adriano
Pilar Pavón Torrejón.................................................................................. 175
Del fortissimus princeps al omnium curiositatum explorator: Hércules en la
política religiosa de Trajano y Adriano
Francisco Marco Simón............................................................................ 197
Adriano y los omina imperii
Santiago Montero Herrero................................................................... 219
Traiano, Adriano e le terminationes dello spazio urbano di Roma
Gian Luca Gregori....................................................................................... 255
El hábito epigráfico en Hispania entre Trajano y Adriano
Juan Manuel Abascal Palazón............................................................... 275
Élites urbanas de la Bética en época de Trajano y Adriano: evergetismo y
honores
Enrique Melchor Gil y Juan Francisco Rodríguez Neila..... 297
La quinquenalidad y la fórmula epigráfica omnibus honoribus functus
Víctor A. Torres González..................................................................... 349
Trajano en la Beturia de los túrdulos. Viejos y nuevos documentos epigráficos
José Carlos Saquete Chamizo............................................................... 365
Hadrian’s economic policy and its effects on southern Roman Spain
Aurelio Padilla-Monge.............................................................................. 383
Zur Germanienpolitik Trajans und Hadrians
Christian Witschel..................................................................................... 401
La actividad constructora de Adriano en el oriente (y el resto) del Imperio.
Una reconsideración
Marietta Horster........................................................................................ 441
Tres miradas que se cruzan en el mar: de Trajano a la China, pasando por la
India
Fernando Wulff Alonso........................................................................... 459
Promoción al orden ecuestre y concesión de honores a miembros de las elites
locales de los emperadores Trajano y Adriano
Anthony Álvarez Melero........................................................................ 483
Digesto 50,9,5 (Call. 2 cogn.): a propósito de un rescripto de Adriano sobre
la validez de los decretos decurionales
Rosario de Castro-Camero.................................................................... 507
Temas de administración local y vida municipal en las epístolas de Plinio el
Joven
Antonio D. Pérez Zurita........................................................................... 533
Epigrafía astigitana de época trajano-adrianea. Una nueva inscripción del
caballero P. Postumius Acilianus
S. Ordóñez Agulla y S. García-Dils de la Vega............................ 587
Renovarse o morir. Las ciudades del Conventus Hispalensis un siglo después de
Adriano (117-217 d. C.)
Judit Mata Soler............................................................................................ 619
epílogo italicense
Trajano, Adriano e Italica: de cuna de emperador a patria imperial
Antonio F. Caballos Rufino.................................................................... 657
Italica: de la madurez trajánea a la mutación adrianea
Mª Pilar León-Castro Alonso............................................................... 729
PRESENTACIÓN
El 8, si no incluso ya el 7 de agosto del 117 d. C., hace ahora poco más de 1.900
años, murió el emperador Trajano en Selinunte, en la Cilicia, al sur de Anatolia.
M. Ulpius Traianus había nacido en Italica el 18 de septiembre posiblemente del
año 53 y fue aclamado como Imperator Caesar Nerva Traianus Augustus el 28 de
enero del 98, alcanzando con él Roma la cima de su poder.
La carrera del emperador y su acceso al trono fueron posibles, primero porque,
como miembro de una prestigiosa familia italicense, de estirpe itálica, contaba
con los requisitos exigidos para el desempeño de cargos públicos. Dignitas e ido-
neitas son los términos romanos para describir, tanto su cualificación sociopolí-
tica, económica y jurídica, su auctoritas y virtudes cívicas, como su capacitación
y una aspiración al desempeño de los honores explícitamente manifestada.
Pero aquellos requisitos sólo pudieron hacerse operativos por disfrutar a la par
de unas eficaces relaciones de amicitia y contar con unos idóneos apoyos políti-
cos, así como con la fuerza militar y las clientelas que actuaron activamente en
favor suyo en Roma. Además, en su caso concreto, el vertiginoso acceso a los
más elevados puestos de responsabilidad no sería explicable sin el inapreciable
trampolín que supuso la carrera de su admirado padre, un precedente M. Vlpius
Traianus, prestigioso general que gozaba de la más estrecha confianza del em-
perador Vespasiano, ascendido por éste al patriciado y que había llegado a ser
procónsul de Asia, uno de los puestos cumbres en el organigrama de la adminis-
tración imperial.
Estos factores, dinámicas y coyunturas históricas propicias que confluyeron en
su persona, junto a una no menos importante buena dosis de beneficioso azar,
acabaron por determinar que el anciano emperador Nerva optase por M. Ulpio
Trajano, a la sazón gobernador de la Germania superior, por lo tanto, el general
más poderoso del momento, para adoptarlo a fines de octubre del año 97, lo que
implícitamente suponía erigirlo como sucesor en el trono de Roma.
17
18 Antonio f. caballos rufino
Con Trajano, dueño único de la situación desde el 28 de enero del año 98, se
consagró definitivamente el Imperio mediterráneo. No en vano precisamente
éste, el Optimus princeps, modelo del buen gobernante a los ojos de la aristocracia
romana, fue el primer emperador –por supuesto no otra cosa que un romano
de pura cepa– cuya patria local no estaba ni en Roma ni en Italia, sino en una
ciudad provincial, precisamente en Italica, en la provincia de la Bética, en el sur
de Hispania, donde en la primera mitad del siglo I a. C. se habían asentado sus
antepasados, de extracción itálica.
Un segundo y más trascendental arcano se había desvelado con el ascenso al
poder de Trajano: no sólo en las provincias podían hacerse emperadores (Tá-
cito, Historiae I, 4), sino que los romanos asentados en aquéllas podían incluso
aportar un dueño a Roma. Y aquí, por mucha significación que le queramos
asignar al hecho concreto, lo revolucionario no era tanto que un personaje
de origen provincial llegase a dominar el Imperio, como que esto pudiese ser
así sin que el italicense Trajano fuese considerado ni un ápice menos romano
por ello.
El segundo de los grandes protagonistas de esta efemérides, P. Aelius Adrianus,
nacido el 24 de enero del 76 en Roma, aunque de familia italicense, hijo del
primo de Trajano P. Aelius Hadrianus Afer, sucedió a aquél en el poder el 11 de
agosto del 117 en Antioquía de Siria como Imperator Caesar Traianus Hadria-
nus Augustus. De perfil complejo –varius, multiplex, multiformis, como fuera
calificado en el Epitome De Caesaribus XIII–, con él se intentó llevar a cabo una
racionalización en la gestión del Estado, cuando el Imperio llegaba al cénit de su
grandilocuencia monumental y artística.
Para conmemorar esta excepcional efemérides del 1.900 aniversario de la muer-
te de Trajano y el ascenso al poder de Adriano, entre el 26 y el 28 de octubre
de 2017, a iniciativa del Proyecto de Investigación “Funciones y vínculos de las
elites municipales de la Bética” (ORDO V)1, se celebró en la Universidad de
(Univ. de Bourgogne), Antonio David Pérez Zurita ( J. A.), Juan Francisco Rodríguez Neila (Univ.
Córdoba), Peter Rothenhöfer (Kommission für Alte Geschichte und Epigraphik, DAI; München) y
Armin U. Stylow (DAI; Abt. Madrid).
20 Antonio f. caballos rufino
una imagen grandilocuente, que las estatuas de los sucesivos emperadores del
siglo II personalizan. Todo se prestaba a la hipérbole y a ello corresponden las
pomposas descripciones de la literatura áulica, de la que el Panegírico de Trajano
pronunciado por Plinio se convierte en el referente hagiográfico.
Esta aparente solidez, estas bonancibles imágenes ocultaban la existencia de múl-
tiples disfunciones, derivadas de la inadecuación de las viejas fórmulas cívicas
para dar respuesta a la elefantiasis del Imperio y sus inconmensurables exigencias
económicas, sociales y militares. En el siglo II los frágiles equilibrios resultaban
difíciles de mantener, mientras que los síntomas de un cambio de ciclo se empe-
zaban a manifestar tozudamente, de forma más o menos larvada, por doquier,
empezando por Occidente.
El auge de la vida urbana y su innegable atractivo rompieron un primer y sustan-
cial equilibrio entre la ciudad y el campo, especialmente también en las más an-
tiguas provincias occidentales. El éxodo del campesinado a los centros urbanos
iba a someter a una presión insoportable a sus elites, incapaces de dar respuesta a
las demandas sociales. La institución de los alimenta, más necesidad que virtud,
es buena muestra de ello.
En el terreno militar el contraste entre los recursos disponibles y los apetitos ex-
pansivos de Trajano, evidenciados ya en las Guerras Dácicas, hicieron crisis en la
expedición pártica, propiciando, no sólo las presiones externas a lo largo de todo
el casi infinito limes septentrional, sino las revueltas interiores encabezadas por
el judaísmo de la diáspora.
En este ambiente, a la muerte de Trajano le sucedió en el poder su sobrino segun-
do Adriano, apoyado por el entorno femenino del emperador y por el prefecto
del pretorio P. Acilio Atiano, también de origen italicense. Trajano y Adriano,
dos figuras tan próximas y a la par tan diversas. De Trajano a Adriano, una época
en la que Roma, alcanzado por entonces su auge, exigía cambios sustanciales:
Roma matura, Roma mutans. A Adriano le cupo ser el artífice último de la bús-
queda de fórmulas más permanentes de mantenimiento del Estado; aunque ello
desembocase a la postre en el fracaso de un imposible: el del mantenimiento del
equilibrio en un mundo complejo y dinámico. Seguir manteniendo los viejos
esquemas de dominio abanderados por el Senado y expresados en los grandi-
locuentes versos de la Eneida de Virgilio en época de Augusto –“Tú, romano,
recuerda dominar con tu imperio los pueblos, éstas serán tus artes, imponer las
22 Antonio f. caballos rufino
2. Virgilo, Aeneis VI, 851-853: tu regere imperio populos, Romane, memento; / hae tibi erunt
artes, pacique imponere morem, / parcere subiectis et debellare superbos.
presentación 23
Estudios francesa. A todos ellos vaya el más profundo y sentido de mis agrade-
cimientos por su amistad, su magisterio y su generosidad al brindarnos el fruto
de su trabajo, que ha hecho posible una significativa renovación de nuestro co-
nocimiento. Es de justicia expresar asimismo el mayor de mis reconocimientos
por su dedicación a la organización del Congreso a mis queridos compañeros y
amigos los Profesores Salvador Ordóñez Agulla, José Carlos Saquete Chamizo
y Anthony Álvarez-Melero. La Universidad de Sevilla asumió como actividad
estratégica la celebración en su momento del Congreso y ahora acoge la presente
edición en su Editorial Universidad de Sevilla, dentro de la colección Historia y
Geografía, condecorada con el prestigioso y exclusivo Sello de Calidad en Edi-
ción Académica otorgado por la UNE, la FECYT y la ANECA, cuya dirección
me fue encomendada por el Sr. Rector de la Universidad de Sevilla. Agradezco a
éste, Prof. Miguel Ángel Castro Arroyo, al Vicerrector de Investigación, Prof. Ju-
lián Martínez Fernández, al Director y Subdirectora de la Editorial Universidad
de Sevilla, Profesores José Beltrán Fortes y Araceli López Serena, así como a la
Directora del Departamento de Historia Antigua, Profesora Pilar Pavón Torre-
jón, su inestimable e imprescindible apoyo y confianza en esta tarea académica,
que muchísimo me honran.
Antonio F. Caballos Rufino
Dpto. de Historia Antigua
Universidad de Sevilla
Tres miradas que se cruzan en el mar: de
Trajano a la China, pasando por la India
Abstract: This chapter describes three gazes that crossed the Indian
Ocean. In the year 116, Trajan looks at India from the Persian Gulf. In
the year 97 a Chinese legacy sent by General Ban Chao to Rome rea-
ches the Persian Gulf. The author of the Mahābhārata, probably of the
first century d. C., places a character, Sahadeva, on the Indian coast,
sending emissaries to Rome and getting his submission. The three spe-
ak of different conceptualizations of a world marked by the first great
globalization of history.
459
460 Fernando Wulff Alonso
Este texto habla de tres miradas que se cruzaron en el Océano Índico, lanzadas
desde tres lugares y por tres personajes distintos. En la primera, en el año 116, un
emperador romano, Trajano, mira a la India desde el Golfo Pérsico. Es una mira-
da llena de conocimiento, pero también de renuncia a llegarse a un lugar que su
edad le impediría alcanzar. La segunda es la de un legado chino, Gan Ying, al que
Ban Chao, Protector General de las Regiones Occidentales, envía a Roma en el
año 97. Contempla el mismo mar desde un lugar que desconocemos, tras atrave-
sar el Asia Central, y su mirada está también marcada por la renuncia. La tercera
es la más elusiva de las tres, como corresponde con que la protagonice el perso-
naje de una épica, escrita probablemente en el siglo I d. C. En el Mahābhārata
uno de sus protagonistas, Sahadeva, llega a un lugar de la costa noroccidental de
la India y envía emisarios a Roma, a Antioquía y a una “ciudad de los griegos”,
emisarios que vuelven aceptando su sometimiento al emperador Yudiṣṭhira, su
hermano. Es la única cargada de triunfo. Nos importa el personaje, pero más la
mirada del autor que lo imagina.
Las tres miradas llevan imperios detrás, dos reales y uno del todo imaginario.
Las tres servirán para guiarnos en las visiones desde tres culturas distintas de un
mundo marcado por la primera gran globalización de la historia, un aconteci-
miento que solo tendrá una continuidad a su altura en el segundo gran momen-
to: el descubrimiento de América y la circunnavegación del globo unos catorce
siglos después.
dice, aprendió la naturaleza de ese mar, vio un barco que navegaba hacia la India
y afirmó que hubiera ido hacia allí de ser aún joven; también cuenta que admira-
ba a Alejandro y que mandó una carta al senado diciendo que, de haber podido
emularle, hubiera alcanzado lugares aún más lejanos que él. Dión, heredero tam-
bién de una tradición que comparaba grandes generales, y al heleno Alejandro
con todos ellos, no puede menos que condenar la pretensión de quien habría
sido incapaz incluso de conservar en el comparativamente magro territorio que
había sometido.
Cuando Trajano miró hacia el Oriente llevaba consigo más de 400 años de co-
nexiones mediterráneas directas, de Alejandro en adelante, con la India. En los
últimos siglos se habían sucedido acontecimientos y procesos claves que inci-
dieron en lo que se convirtió en el primer gran momento de globalización del
continente euroasiático, abarcando incluso sectores no desdeñables de la propia
África. Permítaseme seleccionar apenas una docena de ellos. Incluyen, por tierra,
la conquista del imperio persa por Alejandro, el surgimiento de partos y bactria-
nos en los territorios orientales de sus continuadores los Seleúcidas, la aparición
directa en el horizonte de Asia Central helenística de gentes procedentes de lo
que hoy llamamos Ruta de la Seda en el contexto de las dinámicas de interacción
entre chinos y nómadas, la unificación china bajo los Qin, la presencia directa
de sus sucesores los Han en los territorios que llevan al Asia Central, y, con ello,
la multiplicación de sus impactos comerciales. Sobre la base de la derrota por
Roma de los reinos helenísticos y su control directo del Mediterráneo Oriental
y Egipto, hay que contar con la multiplicación del impacto del descubrimiento
de los monzones para las navegaciones directas hacia la India, la sistematización
de los modelos de control y potenciación romanos de las rutas marítimas desde
el Mar Rojo, la inclusión de Arabia y del África nororiental más allá de Egipto
en estas dinámicas mercantiles y la creación de una red multifocal de centros
comerciales marítimos y terrestres. En relación con todo ello, hay que contar
también con el progresivo desarrollo de estructuras urbanas tanto en la India del
Sur como en la cuenca del Tarim, y, finalmente, el comienzo del propio desborde
de la India como destino más alejado de las navegaciones de esta inmensa ruta
de rutas en dirección hacia el Sur de Asia Oriental y China, abarcándose así el
conjunto del viejo continente de parte a parte, tanto por mar como por tierra.
No sorprende que todo este impresionante panorama haya atraído la atención
de los investigadores, así como que ocupe desde hace tiempo un lugar central en
las reflexiones sobre la globalización y en el ámbito académico ligado a la histo-
ria global, del mundo o transnacional, de W. H. McNeill en 1963 o los debates
462 Fernando Wulff Alonso
de André Gunder Frank y B.K. Gills con Immanuel Wallerstein, hasta la actual
incidencia en las redes humanas, la interconectividad, la interdependencia y el
surgimiento de marcos comunes de pensamiento e interacción a lo largo de la
historia del mundo2.
En medio de cuestiones de tanta trascendencia a escala planetaria, y en las que
Roma tenía un papel tan clave, no es una frivolidad seguir la mirada de Trajano,
que es la mirada de una cultura, esto es, de una manera específica de articulación
de lo humano. Y es que su mirada estaba sin duda cargada de deseos, frustrados,
de gloria, pero también de muchas más cosas, de curiosidad y de componentes
más prácticos, frutos de los procesos históricos e intelectuales que llegan a él. Más
allá de la retórica del momento en la que nos sitúa Dión, no necesitaba llegar al
Golfo Pérsico para pensar la India con 400 años de miradas y presencias hele-
nas tras Alejandro y más de un siglo de intereses romanos tras Augusto detrás;
en ese momento y en ese lugar de tan alto interés estratégico y comercial, tenía
tantos temas que tratar como curiosidades que satisfacer. La asimilación romana
de la cultura griega y la conquista del mundo helenístico habían producido una
mezcla altamente creativa y en las décadas alrededor de los años de su gobierno
se perfeccionan las primeras perspectivas intelectuales capaces de articular una
visión global del continente euroasiático, el correlato intelectual a los navegan-
tes, comerciantes, embajadores y curiosos que observaban y contaban el mundo.
La India era una bien conocida frontera del conocimiento en exploración. Así,
Trajano había recibido a su vuelta a Roma tras la conquista Dacia un embajada
de allí y la alta probabilidad de que fuera una embajada kushana ha llevado a
pensar en proyectos comerciales y hasta estratégicos comunes3. Plinio4 cuenta
una historia real con un navegante desviado por el viento que llega a Tapobra-
ne, Ceilán, al que sigue una embajada en tiempos de Claudio que describe su
isla y que Plinio acoge gustosamente en su obra. La embajada india debió dejar
informaciones substanciales y era la última de una serie que había empezado,
que sepamos, con Augusto, quien, adicionalmente, comisionó a un heleno, Dio-
nisio de Charax, para que elaborase una minuciosa descripción de Asia con la
2. Ver, por ejemplo, W.H. McNeill, The Rise of the West: A History of the Human Communi-
ty, Chicago 1963; A. G. Frank y B. K. Gills, The World System: Five hundred Years of Five thousand?,
Londres 1993; P. Frankopan, The Silk Roads. A New History of the World, Londres-Nueva York
2015; S. Conrad, Historia Global. Una nueva visión para el mundo actual, Barcelona 2017.
3. D. C. 68.15.1; J. Thorley, “The Roman Empire and the Kushans”, Greece and Rome, 26,2,
1979, pp. 181-190.
4. Plinio, N.H 6.84-91.
Tres miradas que se cruzan en el mar: de Trajano a la China… 463
que contar para la futura campaña parta de su hijo Cayo César5. Charax no era
un lugar cualquiera, sino la capital del reino de Caracene, el punto crucial del
extremo occidental del Golfo Pérsico en las rutas terrestres y marítimas y ob-
jetivo estratégico crucial de la bajada al mar de Trajano. Dionisio, el último en
elaborar una geografía del mundo según Plinio, era uno más de los griegos de las
comunidades esparcidas por el mundo parto y hasta la India, partícipes también
de todas las curiosidades, incluyendo las geográficas, de su cultura. Contamos
con un documento que describe la ruta terrestre hasta Arachosia-Kandahar, las
Estaciones Partas, de Isidoro de Charax, al que se ha propuesto identificar con
Dionisio, y que cita en la ruta, entre otras muchas cosas, otra ciudad helena,
Artemita, patria de un Apollodoro que cita Estrabón por una Historia de los
Partos en la que mide espacios y distancias6. Había mucho ya sabido de Asia y de
la India por las vías terrestres y quizás más aún por las marítimas, de las que desde
Charax se sabía mucho también.
Conviene recordar no sólo que Roma hereda y multiplica las viejas perspecti-
vas estratégicas y fiscales helenísticas, sino que Trajano asume todo esto, y más,
después de un siglo de empeños romanos. Sus conquistas y sistematización de
la presencia romana de Armenia a Egipto, son, también, una forma de tejer una
red que controlara los flujos comerciales terrestres entre los mercados del mundo
mediterráneo que domina y los de Partia, Asia Central, China, India, Arabia y
África Oriental. Hablamos, con mucho, de la más rentable zona de comercio
exterior del imperio. Los palmiranos, ágiles y poderosos intermediarios en la
zona de Mesopotamia y Arabia nororiental, quedan apenas como la excepción
independiente en un mundo en el que él, en cierta medida siguiendo los pasos
de su padre en Siria, deja improntas tan cruciales como la anexión de la Nabatea,
la creación de la provincia de Arabia Petra y la finalización de la vía que unía
Bostris (Bosra) con Petra y con el Mar Rojo. Como en todas partes, soldados y
recaudadores van de la mano, acompañados ahora de marineros y flotas.
Es ese intenso tráfico marítimo el que hace, como cuenta su contemporáneo
Dión Crisóstomo, de Alejandría la encrucijada de un mundo que incluye el
Océano Índico y donde le escuchan no sólo gentes de Grecia e Italia, Siria, Li-
bia, Cilicia, africanos y árabes, sino, nótese bien, bactrianos, escitas, persas e in-
dios7. Hay una evidencia, y una bibliografía, abrumadora de este comercio con
8. Ver F. Wulff Alonso, The Mahābhārata and Greek Mythology, New Delhi 2014, pp. 52 ss.
y, entre otros muchos, el excelente R. Tomber, Indo-Roman Trade: from Pots to Pepper, Londres 2008.
9. Ver su traducción en J. Gil, La India y el Catay. Textos de la Antigüedad Clásica y del Medi-
evo Occidental, Madrid 1995, pp. 251-85; L. Casson, The Periplus Maris Erythraeus. Text with Intro-
duction, Translation, and Commentary, Princeton 1985.
10. Periplo 57.
11. Str. 2.3.4.
Tres miradas que se cruzan en el mar: de Trajano a la China… 465
Merece la pena seguir con esos navegantes antes de volver a los eruditos. Lo que
le interesa al anónimo autor del Periplo es instruirles sobre cómo navegar desde
el Mar Rojo a Arabia, África Oriental, al Golfo Pérsico y, sobre todo, por las cos-
tas de la India hasta la desembocadura del Ganges. Puertos, atracaderos, peligros,
productos que se importan y se exportan y otras informaciones se suceden, junto
a una geografía política inmediata que va casi necesariamente unida a la descrip-
ción de la ruta y sus puertos. Pero no sólo eso. Así, es consistente que inmediata-
mente antes de llegar a la India, cuando nos habla de la Escitia en cuya costa está
Barbaricon o Mercado de los Bárbaros, hable de las mercancías de esa trata y de
cómo se llevan de allí a la capital, Minnagar, en el interior, pero, a la vez, se sale
del guión estricto del comerciante contando que está gobernada por los partos, y
haciendo notar que continuamente están enfrascados en guerras civiles12. El pa-
pel nuclear de la inmediata Barígaza explica sus muchas menciones, la extensión
dedicada a esta ciudad y golfo, la lista de alrededor de cuarenta productos que se
negocian allí, o que se nombre a su rey, Mambaros, pero no tanto que describa
en zonas del interior de la frontera occidental del reino la tez negra y altura de
sus habitantes y, menos aún, que cuente que se conservan restos arquitectónicos
de las campañas de Alejandro13. Lo mismo puede decirse con que cite después a
otros pueblos del interior, aratrios, arachosios, gandaraios (de Gandhara) y de la
Poclaíde y a los que denomina como bactrianos, que define como aguerridos y
con un rey propio, o que explique las dracmas griegas de Apolódoto y Menandro
que circulaban por Barígaza como monedas de los sucesores de Alejandro14.
Ya en la Limiriqué se entiende que cuente que Múziris pertenece al reino de
Queprónoto, y Nélquinda al de Pandíon, por ejemplo, pero no tanto que, aún
dentro del reino de Pandíon, incluya una referencia a Komar, donde hombres
y mujeres se retiran a buscar la santidad y viven en celibato, un lugar santo por-
que la diosa –que quizás le da nombre: Kumari, “la virgen, la joven”– habría
vivido allí y se habría bañado en sus aguas15. De último ejemplo pueden servir
sus referencias finales, cuando en la desembocadura del Ganges y la isla de Crise
señala que después, hacia el Norte y en el interior, estaba la ciudad de Zines,
desde la que llegaría seda por Bactria a Barígaza y por el Ganges a la Limiriqué16.
Destacan allí las referencias a la elaboración de las tres variedades del medicinal
malábatro: sus habitantes utilizaban las cestas abandonadas por unos primitivos
pueblos vecinos que se acercaban a su frontera en una fiesta anual.
Tres cuestiones llaman la atención de manera inmediata. La primera, obvia, que
haya tantos elementos en su descripción que recuerdan a la variante de los geó-
grafos y curiosos helenos interesados en las peculiaridades de los diferentes paí-
ses. La segunda es la sensibilidad ante la memoria griega. La tercera es su interés
por las realidades políticas presentes y pasadas, de África y Arabia a la India, un
factor clave en los estudios sobre el Periplo que permiten su datación poco antes
de la mitad del siglo I.
En este contexto, son de especial interés las referencias al mundo del norte, las,
por decirlo así, más innecesarias. Cuadra muy bien con lo que sabemos, por
ejemplo, que defina la costa en la desembocadura del Indo como una Escitia,
tras la conquista de la zona por los Sakas-escitas, y que hable de la dominación
de los partos, que ya sabemos presenta enfrascados en guerras civiles. También
Isidoro de Charax señala la presencia de los Sakas y la dominación parta17. Aún
más al norte, es significativa su referencia a los bactrianos, aguerridos y con un
rey propio, que no son ya el viejo reino heleno, sino el nuevo de los Yuezhi, de
donde saldría la dinastía y reino kushanas.
Nuestro comerciante nos muestra la curiosidad de un viajero, la de un griego y
también la de un lector de literatura geográfica, la de una época y una cultura.
Conviene señalar que estos lugares no sirven sólo como espacios de mercadeo o
de conocimiento, sino como escenarios para otras muchas historias. Me limitaré
a mencionar dos relatos de viajes ubicados en los mundos partos de la India y en
el siglo I. El primero es las Actas de Tomás, con mención de un nombre del rey,
Goundaforos18, quizás identificable con un monarca (Guduvharasa), o con uno
de los reyes, de una dinastía parta ya independiente que gobernaba, entre otros,
en la zona de Gandhara-Taxila. El segundo es la historia de Apolonio de Tiana,
en la que Filóstrato nos muestra al sabio queriendo ir a la India, visitando al rey
parto Vardanes, que habla griego y que le recomienda al rey Fraotes, al que visita
en Taxila, y que es también hablante del griego, culto y filósofo19. La India lleva
ya tiempo siendo apropiada por el mundo griego y romano20.
Toda esta minuciosidad sólo es posible porque hay informantes, como el au-
tor del Periplo del Mar Rojo, que observan las rutas en las que viajan, algunos
con meticulosidad, y las cuentan o escriben24. La información más completa
sobre uno de ellos atañe, con todo, a la ruta por tierra a China: el comerciante
Maes Titianus había escrito una ruta hacia los Seres, que mandó hacer a agen-
tes suyos, llevando de Hierápolis en el Éufrates a la Torre de Piedra y de allí
a su capital25.
Se entiende ahora mejor que Ptolomeo suponga la más alta muestra de una
tarea colectiva de la que es heredero y que culmina, como señalaba antes, al
ofrecer la visión más completa de ese mundo interconectado, corporeizada,
además, en una cartografía minuciosa, una plasmación plástica de la globaliza-
ción de su tiempo. Tampoco eso le impide incluir datos de reyes, mercados o,
en algún caso, de recursos26, recogidas como frutos adicionales de esas curio-
sidades colectivas.
Como vemos, la mirada de Trajano, sistematizador de fronteras y de muchas más
cosas, no era una mirada ingenua, sino la mirada de un tiempo y una cultura, lle-
na sin duda de intereses imperiales y comerciales, pero también de esa aproxima-
ción colectiva al saber que permitió responder a este momento con curiosidad y
construcciones intelectuales.
Pero si lo teórico responde a esas vivas realidades, son éstas las que marcan las
pautas del juego. Ya sabemos que el panorama del Asia Central y de la India que
nos cuenta el Periplo es inseparable de las interacciones con el Asia Oriental y,
más específicamente, con China y sus vecinos, que se habían puesto en juego
en relación con la apertura de las Rutas de la Seda. Es tiempo de dar lugar a la
segunda mirada al mar.
24. Ver Ptol., Geog. 1.2.2; 1.4.2; 1.7.6; 1.9.1; 1.14.1 ss.;1.17; un posible dato de navegantes que
tienen el Mediterráneo como destino en 1.17.4. Su uso del Periplo ya fue propuesto ni más ni menos
que por Vidal de la Blache, P., “Les voies de commerce dans la Géographie de Ptolémée”, Comptes
Rendues de l’Academie des Inscriptions 1896, pp. 454-83; ver D. Marcotte, “Le Périple de la mer
Érythrée et les informateurs de Ptolémée. Géographie et traditions textuelles”, Journal Asiatique 304,
2016, pp. 33-46.
25. Ptol., Geog. 1.11.7; 1.12.1-9; nótese la interesante combinación: un culto comerciante que
escribe un libro con los datos de subordinados.
26. Ver, por ejemplo, Ptol., Geog. 7.1.63 Ozene, capital de Tiastano (el saka Caṣṭana?); 68: Sora,
capital de Arkatos; 80 los Sabaras y el diamante; 82 Baithana, capital de Siripolemaios (el satavahana
Vāsiṣṭhiputra Śrī Pulumāvi?); 86 Punnata de donde viene el berilo…
Tres miradas que se cruzan en el mar: de Trajano a la China… 469
El viaje que encarga Ban Chao, Protector General de las Regiones Occidenta-
les, a su subordinado Gan Ying en el año 97 no es un viaje exploratorio sin más,
sino una embajada con el objetivo preciso de llegar a Roma27. De haber tenido
éxito, quizás Trajano hubiera hablado con él en el año justo en el que Nerva le
nombró heredero.
Las vidas de Trajano y de Ban Chao en los tiempos en que sus miradas, directa
la una, indirecta la otra, casi se cruzan en el mar, tenían muchas cosas en común;
así, los dos pertenecen a familias de la elite provincial ligada al servicio imperial,
los dos siguen a sus padres como ostentadores de altas magistraturas, los dos se
saben ancianos, incluso los dos habían mandado ejércitos muchos años, también
en zonas del extremo occidente en fronteras complejas y de donde cabía esperar
la llegada de enemigos peligrosos.
Pero las diferencias son también claras, empezando por esto último. Él no conec-
ta solo con territorios habitados por bárbaros. La cuenca del Tarim y el desierto
de Taklamakan suponen la ruta hacia el Asia Central occidental, abierto ya dos
siglos antes a China y con estructuras urbanas sin solución de continuidad desde
al menos la dominación persa en el siglo VI a. C. La cuenca es un lugar donde,
con presencia o sin presencia de los ejércitos imperiales, la riqueza circula y ali-
menta la constitución y el poder de reinos que se van creando en estos siglos, y
también la disputa sobre su control con los Xiongnu, una confederación de nó-
madas con muchos siglos detrás de hostilidades y cuyo riesgo principal radicaba
en que usaran sus recursos contra China. Suponen una potencia militar cuya
constitución como tal había sido en gran parte fruto de la política de Qin Shi
Huang Di, el brutal unificador de China a finales del siglo III a. C.28.
La Ruta conectaba con los mercados sedentarios y rentables del Asia Central
en adelante. Era el Occidente, el espacio de conexión con el reino kushana en
expansión, con otros reinos de la zona, incluyendo Partos y Sakas, con las socie-
dades bajo el reino parto en las Mesetas Iranias y Mesopotamia, y con las rutas
27. Hou Hanshu 1; 10; 28, ver la traducción de J.E. Hill, Through the Jade Gate to Rome. A Stu-
dy of the Silk Routes during the Later Han Dinasty, 1st to 2nd. Centuries CE: an Annotated Translation of
the Chronicle of the Western Regions in the Hou Hanshu, Charleston 2009.
28. Para su historia y la de las regiones occidentales bajo los Han ver Y. Ying-shih, “Han For-
eign Relations”, en D. Twitchett y M. Loewe (eds.), The Cambridge History of China, vol. I, The Ch’in
and Han Empires 221 B.C.-AD 220, Cambridge 1986, pp. 383 ff.
470 Fernando Wulff Alonso
Pero conviene volver desde estas fuentes chinas al Asia Central, y precisamente
al momento en el que ésta adquiere el protagonismo que la desborda hacia la In-
dia. El comienzo de los intereses chinos en su Occidente se asocia directamente
al emperador Wu (141-87 a. C.). Tras algo más de medio siglo de un más des-
vaído poder dinástico Han, él reestructura con mano férrea el estado e impone
una expansión militar que le conduce también a los territorios noroccidentales
en el contexto de sus enfrentamientos con los Xiongnu, antes en una posición
dominante respecto a China. La derrota por éstos de sus rivales los Yuezhi les ha-
bía forzado a huir hacia Occidente hasta llegar a Daxia-Bactria33, donde nos los
presenta el Periplo. Este acontecimiento une de una manera evidente los hechos
del Norte de Asia Oriental con el Asia Central, y volverá a hacerlo cuando Wu
envíe a Zhang Qian por el Tarim para convencer a los Yuezhi de volver atrás y
enfrentarse juntos a los Xiongnu34. Sima Qian, autor de una historia clandestina
publicada a su muerte, dio la importancia que merecía a esta primera gran aven-
tura en Occidente, que, aunque fracasada en su objetivo, abre el camino de las
intervenciones de Wu, marcadas, entre otras cosas, por su deseo de caballos que
oponer a los de sus oponentes, y que suponen la presencia china en el Tarim que
deja abierta la ruta para siempre y su imbricación en el Asia Central.
Habría mucho que contar de todo esto y del papel chino en las constituciones de
estados y de los procesos de urbanización y etnogénesis en la zona del Tarim, y el
Capítulo correspondiente del Han Shu, en particular, es crucial en este sentido.
Si el Vietnam actual marcará en el Sureste asiático la frontera de la influencia
china frente al mundo de la India y el sánscrito, estos espacios suponen lo mismo,
más el aporte de otros paquetes ideológicos y culturales provenientes, en parti-
cular, de las tradiciones urbanas grecorromanas e iranias. Pronto por esa ruta
no pasarán solo personas, productos, arte, tecnologías o epidemias, sino ideas y
religiones, como el budismo, vestido, además, con las formas artísticas grecorro-
manas y en simbiosis con los procesos comerciales. Además, como señala Han-
sen35, la masiva evidencia documental nos habla de la expansión del documento,
comenzando con los textos chinos desde el s. II a. C. y siguiendo con escrituras
y lenguas de todo tipo.
33. Ver Hou Hanshu 13; Han Shu 96a, 14A-15B; 61,1A; para este ultimo utilizamos A.F.P.
Hulsewé, China in Central Asia. The Early Stage: 125 B.C.-A.D. 23. An Annotated Translation of
Chapters 61 and 96 of the History of the Former Han Dinasty, Leiden 1979.
34. Ver su más que novelesca biografía en el Capítulo 61 del Hanshu, A. F. P. Hulsewé, op.
cit., pp. 207-228.
35. V. Hansen, The Silk Road a New History, Oxford y Nueva York 2012, p. 5.
Tres miradas que se cruzan en el mar: de Trajano a la China… 473
Estas fuentes chinas nos llevan también a Asia Central y siguen los movimien-
tos de los Yuezhi hasta la Bactria y más allá. El mundo indio tras los Mauryas
solo puede ser explicado desde allí. Tras la disolución del poder seleúcida en sus
territorios orientales, el surgimiento de los reinos parto y greco-bactriano y el
desplazamiento de ambos hacia la India entre los siglos II y I a. C., otros reinos
helenos, los Sakas y los Yuezhi-Kushanas seguirán ese camino. Las fuentes chinas
nos cuentan de la unificación de estos últimos y de la extensión de su hegemonía
hacia Tianzhu, la India del Norte, que les hace inmensamente ricos36. Si desde
Barígaza nuestro Periplo apuntaba a las rutas de una Bactria ya kushana, en la
descripción del Hou Hanshu37 de la misma India kushana no podía faltar la alu-
sión a la llegada al Océano Índico, ni cómo hacia el Oeste comunica con Da Qin,
ni la referencia a los preciados objetos de Da Qin que se encuentran en ella. Todo
nos lleva finalmente a la tercera mirada.
“Y a los pan � d� ias, y a los dravid��as, junto con cod� ras y keralas/ Y también a los and-
hras, a los talavanās, a los kalingas y us��t rakarn � ikas/ Y también Antioquía y Roma
y la ciudad de los yavana [griegos], además,/ por embajadores los sometió igual-
mente y obligó a tributos./ Y llegado a Bharukaccha el hijo de Madri, el sabio,
Indra de los Reyes, / a Vibhīs�an � a Paulastya de elevado espíritu embajadores en-
vió/ el domador de enemigos, de ánimo justo, por mor de gracia./ Y éste por su
51. Ver, por ejemplo, la descripción del universo y la tierra antes de la batalla en Mbh. 6.7-13.
Tres miradas que se cruzan en el mar: de Trajano a la China… 477
59. Para su aparición en listas más generales Mbh. 6.10.64-5; 8.51.18-19; 1.165.35-37; asocia-
ciones más específicas en la guerra y la matanza: Mbh. 5.19.21; 5.196.7c; 6.20.13c; 7.6.5c; 7.19.7c;
7.68.41c-d; 7.95.37d-38; 7.95.45; 8.31.15c-d; 8.40.108a-b; 8.64.16bc; 9.1.26; 9.2.18; 9.7.24-25; ver
también Mbh.11.22.11cd y 12.102.5ab.
60. Mbh. 3.186-9.
61. Mbh. 3.186; 188.
62. Mbh. 3.186.29-30.
63. Mbh. 3.188.85-189.23.; para esto último 3.188.93-189.1-2.
Tres miradas que se cruzan en el mar: de Trajano a la China… 479
68. Ver F. Wulff Alonso, “Cuando Hércules le espantaba las moscas a Buda: negando el mundo
Greco-romano en la India”, en L. Sancho Rocher (ed.), La Antigüedad como Paradigma. Espejismos, mitos
y silencios en el uso de la historia del mundo clásico por los modernos, Zaragoza 2015, pp. 213-247. Recor-
demos, adicionalmente, al mundo romano elaborando sus cánones en base a la cultura griega en el último
siglo del milenio, ofreciendo modelos adicionales que incluyen esa misma adaptación.
69. Ver J. Bronkhorst, How the Brahmins Won: From Alexander to the Guptas, Handbook of
Oriental Studies 30, Leiden 2016, para una perspectiva del Brahmanismo como una práctica localiza-
da en el espacio y en crisis para el cambio de milenio, que acabaría expandiéndose gracias, entre otros,
al Mbh.
70. S. Pollock, The Language of the Gods in the World of Men. Sanskrit, Culture, and Power
in Premodern India, Berkeley, Los Angeles y Londres 2006.
Tres miradas que se cruzan en el mar: de Trajano a la China… 481