Cómplices Sophie Saint Rose
Cómplices Sophie Saint Rose
Cómplices Sophie Saint Rose
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Epílogo
Capítulo 1
vio que la puerta del jefazo estaba abierta. Aún estaba dentro,
porque la luz estaba encendida. Sintiendo que su corazón se
aceleraba, se acercó a la puerta y a través de la rendija vio
misma luna.
parecía a ella… Para dejar a ese hombre habría que estar loca.
—Limpieza.
—Déjelo para mañana.
me echarán la bronca.
conmigo.
—Sí.
respiración.
—Martha.
—Eso.
echaran.
¿No le molesto?
—Entiendo.
disimulando.
—¿Quieres algo?
Miró sobre su hombro y negó con la cabeza. —No,
gracias.
—No, gracias.
—Sí.
—Soy violinista.
niego a irme.
—Por favor.
Metió las manos por debajo de su bata y rozó sus
muslos haciéndola retener el aliento. Su tacto en su piel era
maravilloso y cerró los ojos sin darse cuenta. Él elevó las
esas vacaciones y más con las notas que has sacado. ¡A este
paso no terminarás la universidad en la vida!
—¿Continuamos?
La fulminó con la mirada antes de coger su chaqueta.
—Tengo que irme.
—¿No? Conmigo no, pero con ese cabrón sí. ¡Eres una
zorra!
Intentó escapar de él, pero la agarró poniéndole el
antebrazo sobre el pecho y metiendo una mano entre sus
piernas. —¡No! —Le arrancó las bragas y Coralie sollozó. —
¡Déjame!
—Serás puta.
—¿Qué coño…?
para lloros!
¡Él me atacó!
desnudarle.
Al ver que se quitaba la chaqueta a toda prisa preguntó
—¿Vas a ponértelo tú?
—Pero él es moreno.
—Lo siento.
Union Square.
—¿Y tú?
—¡No!
botones.
botón en la bata.
no.
—Joder.
preguntar.
—Ya te abro.
puerta roja.
—Tranquila.
—Coralie.
—Lo sé.
Él frenó en seco ante una boca de metro. —Espérame
despierta.
—Sí, sí.
—Júramelo.
—Te lo juro.
—Sí.
—Sí, sí —susurró.
Como eran de calidad los aclaró bajo el grifo porque sabía que
no dejarían pasar el agua. Los secó con un paño y cuando
¿Tienes hambre?
—Me muero por un whisky, pero supongo que no
tienes. —Cerró la nevera. —Y cerveza tampoco.
sacar el hielo.
y cogió otro vaso. Cuando los preparó, le llevó el suyo con una
buena cantidad de vodka y se lo tendió. Él lo cogió rozando
está limpió?
el ascensor.
—¿Dentro?
—¿Qué haces?
hemos conseguido.
—Necesito lejía.
Se levantó para ir a por ella, pero él la cogió por los
—Pero…
—No tengo.
—¿No temes…?
—Estoy asustada.
La cogió por la nuca. —No me jodas con inseguridades
estúpidas, no puedes cagarla ahora —siseó. Sus preciosos ojos
se llenaron de lágrimas—. Tienes que ser fuerte. Nos jugamos
—Sí.
Él se acercó. —¿Quién?
—¿Qué le dijiste?
Dijo que seguro que había salido cuando él había ido al baño.
—¿El mono?
—Pero…
—¿Y si me pillan?
—¿Quién te va a pillar?
¿Le he pillado?
—¿Tiene arreglo?
—¡No he limpiado!
—Coralie…
—¡Voy a limpiar!
Volvió a entrar en el baño y le escuchó decir —¡Os
—¡Para qué!
—Era de mi abuelo.
fórmula no me fallará.
—¿Otra vez?
vez. Hazlo una y otra vez. Repite, repite. Hasta soñaba con
esas palabras. Así que a machacona no me gana nadie —dijo
frotando el suelo.
—Poco.
observando su reacción.
¿Diga?
—¿Coralie Meyers?
ayudarla?
—Gracias.
—De nada.
Sintiendo el corazón en la boca subió los escalones y
para relajarse empezó a mover los dedos tocando una de
una comisaría.
encontrado es su camioneta.
—¿Martha?
atención?
a su mujer?
—No lo creo…
—¿Lucy?
—¿Cuál?
—¿Toca el violín?
—¿Tiene novio?
con esto?
—Pues no.
—De nada.
—¿No la crees?
La detective entrecerró los ojos. —Oculta algo.
—Hazme un resumen.
apellido de su madre.
—. Trabaja de limpiadora.
—La quemaron.
—Déjame terminar.
—No me fastidies.
—Abandonó su vida.
—Es fuerte.
—¿Y el padre?
—Se volvió a divorciar hace un año. Trabaja de
profesor de música en un instituto del centro. Su esposa se
—Exacto.
—¿También compone?
superarlo.
—Eso no lo sabes. ¿Y si realmente no le gustaba la
música?
imágenes?
—No te preocupes.
por la ventana.
—Dime, primo.
—Dejadme solo.
fin de semana.
—Sí.
—¿Dónde está?
Se levantó. —Pero…
—¿Has practicado?
—¿Qué? —preguntó sorprendida viendo cómo se
levantaba y se acercaba a ella.
—¿Has practicado?
—Sí, pero…
—¿Pero?
—¿Vas a ir de snob?
—Que te den.
a las audiciones!
—Un año para una cita y después a ver qué pasa. Pero
tendrás que dejar este trabajo para esa cita, Coralie. —Se cerró
la chaqueta y en ese momento se abrió la puerta mostrando a
su secretaria. —¿Si, Daisy?
—Nena…
abierta.
carga, Robert.
—¡Un mes!
mirada.
—Sí.
—Once meses.
Él sonrió. —Y para que veas que no te lo pongo difícil
con que sea una pequeña orquesta me es suficiente.
—Sí.
sus braguitas por sus muslos hasta sus rodillas. Después elevó
las piernas y Luka sonrió tirando de su ropa interior para
—Ya veo.
cogió por los muslos tirando de ella hasta el borde del sofá y
gritar de la sorpresa.
¿Te duele?
—No.
—Quiero más.
Entró en ella con más ímpetu y gimió por el rayo que
gustaría?
—Tu amor.
Acarició su cuello.
vez.
—¿Por qué?
—Tu carrera.
arriba. Más que antes si eso era posible. Tenía todo lo que
podía desear, una carrera que adoraba y aun así se sentía
incompleta. Así se había sentido desde que se fue de su
despacho aquella noche. Ya habían pasado los once meses y la
aterrorizaba que la hubiera olvidado, aunque seguramente era
así. Ni una llamada ni una carta en todo ese tiempo. ¿Cómo
podría superar no tenerle en su vida? Esa noche se decidía su
futuro. Tenía que estar allí, tenía que estarlo.
—Muy bien.
—Y se te trasparenta todo.
—Oh, a la prensa.
Volvieron a llamar.
menos.
—¡Cinco minutos!
—Pero…
los labios.
tu carrera, ¿no?
—Tirana.
Riendo la siguió. Cuando llegó al escenario, Ashley le
dio el violín. Caminó hacia el centro del escenario y el regidor
extendió la mano mostrando los cinco dedos. Puso el violín al
hombro inclinando la espalda y la pierna derecha hacia atrás y
él fue encogiendo los dedos hasta que solo quedó uno. El telón
—Pues saluda.
Ella lo hizo mientras su madre emocionada aplaudía
dándole las gracias con la mirada. Sonrió inclinándose de
nuevo y el telón se cerró. Se agachó al lado de la niña y le dijo
—Gracias por el regalo.
—De nada.
—Toca el himno.
perder tu pasión.
camerino.
Gimió apoyando la frente sobre su hombro y él apretó
—¿Hotel?
—¿Seguro?
—¿Van en serio?
él no es músico?
jamás.
miraron con los ojos como platos. —¿No? Pues entonces dejen
pasar a los fans que seguro que ellos si querrán hablar de ello.
atrás.
la grabación. Es un sueño.
esperando.
atenderles?
Bahamas.
Le miró sorprendida. —Cariño, pero no puedo…
Vamos, preciosa.
—¡Te lo prometí!
me fuera de la empresa.
—Nena, no lo entiendes.
por el país.
Le dio un vuelco al corazón. —¿Qué?
—Pero Ashley…
después de dejarla.
pegar gritos diciendo mil cosas de ti. Cosas que pondrían los
pelos de punta a cualquiera.
—¿Qué?
hecho su trabajo.
—Dios mío.
—No tienen nada contra nosotros —siseó—. A los tres
—¡No lo hice!
—Pero…
—¿Coralie?
y trabajaré.
—¿Estás bien?
acabar.
anillo en el dedo!
quería.
—Pero…
—¡Mañana!
—Entonces sí.
—Vamos, nena.
—¿Cómo de caro?
—Quinientos mil.
—Ajá.
ansiolíticos.
Apretó los labios. —¡Si es lo mejor para ti me importa
una mierda lo que opinen, pero no quiero que te apoyes en esa
—Mi asistenta.
—¿Qué?
—Vamos a ir al médico.
—¡Coralie!
boca!
mi lado.
satisfecho. —Estupendo.
seco.
apoyos.
—No.
—Nena…
necesito.
—¡Seis meses!
—Muy graciosa.
—¿Me da la píldora?
—Nena…
—Gracias.
maliciosa.
—Llamaré a mi abogado.
—Sí, la verdad.
—¡Muy bonito!
¿Qué dices?
—¿Lo tocaste?
—¡No! En cuanto la vi tirada al lado de la cama salí
corriendo y llamé a emergencias.
nada.
hacerme daño?
—Estás especulando.
—Nada.
—No.
la foto, listillo.
interpreto otra.
mucho.
—Estaré en la cocina.
me recordaba.
desaparición de mi jefe.
encontrado.
desaparición.
en el meñique.
—¡Salgan de mi casa!
no ha hecho nada!
veremos. El anillo.
cabeza.
—¿Qué?
Esdraffo.
—No creo que nos delate. —Se miró las uñas como si
nada.
—Le mató.
—¡Increíble!
—Exacto.
—¿Cómo ha dicho?
—Vale.
—¿Y este?
—Todavía no lo he analizado.
—¡Joder! ¿Y si se escapan?
ese Héctor.
—George Kaplan.
investigación?
investigación?
—¿Qué he hecho?
su jefe que puso los ojos en blanco como si no pudiera con él.
algunas cosillas.
Bronx.
—¡Estupendo!
de piedra.
—Eso creía.
este año?
—Pues… sí.
—Sí, cielo.
por su desconfianza.
renunciarás a la gira.
—¿De veras?
—Vaya, gracias.
—Nena…
—¡Del golpe!
hospital.
Gimió apoyándose en los codos y le fulminó con la
cena.
por lo bajo.
—¿Estás drogada?
enterarse de todo.
algunas cosillas.
dientes.
—Tranquila nena.
Luka fríamente.
—¡Estarás de broma!
—¡Esto es surrealista!
Simple.
—Eres un genio.
—De maravilla.
asesinatos.
—Vale.
—¡Hablo en serio!
copa.
—Pues sí.
—¿Eso crees?
—No.
—Dormir.
—¿De veras?
—¡Ni se te ocurra!
tener remordimientos.
platillo de porcelana.
—Qué maravilla.
—Lo pillo.
ironía.
—Todavía no se ha levantado.
—¡Marido!
—¿Qué? Es verdad.
Nassau.
ricos.
mano.
—¿Nena?
—¿Qué?
Ese anillo costaba una fortuna, ¿cómo había sido tan tonta
como para no ajustarlo bien?
le miraran.
—No me he dado cuenta.
—El anillo.
llevarte a urgencias!
—¿Nena?
—Nena…
—¿Si, amor?
muchas burradas?
—Lo siento.
—No.
guapa. Ya has tenido tus vacaciones, así que mueve ese culito
al salón y trabaja al menos dos horas.
—¿Seguro?
sin que ella se diera cuenta. Cerró los ojos por la dulce
melodía y de ahí enlazó a la siguiente, más fuerte y
apasionada, donde tuvo que mover el arco tan vigorosamente
que todos la contemplaron admirados. Entonces llegó romanza
y le miró a los ojos entregándose a él. Luka sonrió y ella
esperar.
interpretación.
—¿Y?
qué sucederá.
—¿Para mí también?
bonito, gracias.
—A ver si te gusta.
—¿El violín?
—A ti.
ver lo que era. Cuando abrió la caja había una llave. Todos les
Roger…
Fletcher.
—Hecho.
—Yo también.
—¡Volvamos a empezar!
la talla, te lo dije.
—Lo siento.
—Sí.
Volvió a su sitio y Ashley dijo —Das ánimos como
nadie.
novio.
—¿Qué quieres?
—¿Guardaespaldas?
—Lo dudo.
—Me necesitas.
la calle porque esa casa es mía como todo lo que tenías y que
despilfarraste. —Vio como su padre se envaraba. —Déjalo
estar, porque aquí el que más tiene que perder eres tú.
—Hija…
—Peter Donahue.
divertido.
—¿Por qué?
—Serás malo.
nervios.
Jadeó indignada. —¡Eso no es cierto! ¡Siempre soy así
antes de un estreno!
sé si me entiendes.
incómodo.
internet. No son como los curas que tienen que cerrar el pico.
—Estupendo.
más.
—Exacto.
llevarlas al crucero.
Separó los labios de la impresión. —¿Y lo que diga mi
madre?
—¿Qué piensas?
principio.
Coralie así en cuanto des a luz cada uno por su lado. Estaba
te aterra perderme.
—Lo siento.
Nena, esa fue una de las burradas que intento que no vuelvan a
salir de mi boca.
—¿De veras?
—No lo sé, está muy rara. ¿Solo lo han hecho una vez
y está perfecto? Esa no es Coralie. La perfección solo la tuvo
Paganini.
le pasa algo.
más.
sonrisa.
—Lo sé.
estupendamente.
—Respiro bien.
—¿Entonces te duele?
lo que había hecho la miró con los ojos como platos y todos se
echaron a reír. —Pero en la pierna o algo…—Rieron aún más.
—¡Quiero mi móvil!
—Cielo, no te alteres —dijo Roger—. No te lo dan
—Sí, enseguida.
—Quiero casarme.
quedas más tranquila, pero no voy a dejar que esto nos robe
nuestro día.
—¿Yo? Nada.
—¿De veras?
entendido.
de todo.
cosas.
saber lo que está haciendo con él. Seguro que le puso un violín
nada.
piensas?
cabrón!
bajo.
—¿Qué sabes?
—Nada.
donde vayas.
—¿Qué dices?
poca.
—Vengo a avisarte.
—¿Ves, niña?
momento?
echarme!
queja a su teniente.
—Tranquila, señora Fletcher. Imagínese que la cosa se
le pone del revés y acaba en prisión por todas las multas sin
pagar que tiene pendientes. Es un peligro público, ¿sabe? Siete
Ahora tiene otro nombre, claro. Pero las huellas… —Hizo una
mueca. —Las huellas son difíciles de disimular sobre todo si
se la arresta. Va mucho a la tienda de la esquina. Y en esa
Londres.
—Sí, sí…
—Perfecto.
oeste del que te hablé. Va todos los jueves para quedar con las
tías que conoce en internet. Si hay suerte y sale solo será el
—¿Qué pasa?
pasmado.
—¡Patrick! ¿Eres tú?
—Joder…
hacer?
¿verdad?
fusión, me lo dijiste.
—Pero dijiste…
—¿Qué?
—Júramelo.
violín tres horas al día a pesar de que Luka cada vez que la
veía con él en la mano ponía el grito en el cielo. Así que
enseguida terminó el disco y empezó la promoción. Y la
productora había querido que hiciera una gira en América
cuanto antes para aprovechar el tirón y por contrato no había
podido decir que no. Así que todo había sido tan precipitado
que se había casado hacía una semana y ya estaba en un teatro.
especial.
empresa de…
—Limpieza.
FIN
1- Vilox (Fantasía)
en el tiempo.
34- Me faltabas tú
50- Mi matrioska
53- Mi acosadora
54- La portavoz
55- Mi refugio
57- Te avergüenzas de mí
68- Vuelve
Vegas)
169- Mi protector
1. Elizabeth Bilford
2. Lady Johanna
3. Con solo una mirada
4. Dragón Dorado
5. No te merezco