E82 Toybox Killer
E82 Toybox Killer
Intro
Mientras huía despavorida temiendo que sus captores la secuestrasen de nuevo intentó
parar un automóvil, pero su conductora no quiso socorrerla. Fue entonces
cuando Cynthia Vigil divisó una casa, aporreó a la puerta y se encontró con el
matrimonio Breech.
Aún en estado de shock, Cynthia narró a la pareja el calvario sufrido a pocas manzanas
del domicilio, en un remolque de tortura y a manos de David Parker Ray.
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Mientras huía despavorida temiendo que sus captores la secuestrasen de nuevo intentó
parar un automóvil, pero su conductora no quiso socorrerla. Fue entonces
cuando Cynthia Vigil divisó una casa, aporreó a la puerta y se encontró con el
matrimonio Breech.
Aún en estado de shock, Cynthia narró a la pareja el calvario sufrido a pocas manzanas
del domicilio, en un remolque de tortura y a manos de David Parker Ray.
El apodo de David era "Toy box killer" (Asesino de la caja de juguetes). Gastó más de 100
mil dólares en equipar un acoplado de camión con diversos dispositivos que utilizaba para
torturar sexualmente a sus víctimas: la parte de atrás del vehiculo era su "caja de
juguetes".
Gracias a que una mujer puedo escapar de sus macabros martirios, fue detenido y
sentenciado a más de 200 años de prisión. Su forma torturar y asesinar a sus victimas
inspiró a los creadores de la famosa saga de películas de terror “El juego del miedo”.
Nacido en Belén (Nuevo México, Estados Unidos) el 6 de noviembre de 1939, David Parker
Ray fue un niño abandonado por sus padres. Aquel sentimiento de orfandad le persiguió
toda su vida, además de la violencia y las agresiones desde una edad muy temprana. De
eso se encargó su abuelo, quien se dedicó a cuidarlo de una forma nada convencional.
Cada vez que el pequeño se portaba mal, ponía en práctica duros castigos físicos. Una
violencia que empleó con él sin miramientos.
Pese a que nunca fue buen estudiante –tampoco ayudó el abuso continuo de alcohol y
drogas-, David logró graduarse en el Instituto de Secundaria de Valley (Albuquerque) en
1957. Dos años después, se casó con una vecina del pueblo e ingresó en el ejército de los
Estados Unidos. Su especialidad: la mecánica aeronáutica.
Pero su matrimonio fracasó. La forma en la que David entendía el placer sexual no cuajó
con su pareja y terminaron divorciándose en 1961. Poco después, contrajo segundas
nupcias con otra mujer pero rompieron a los seis meses. De nuevo, las prácticas
sadomasoquistas fueron un problema.
Ni a la tercera llegó la vencida. En 1966 se casó con Glenda Burdine con la que tuvo una
hija, Glenda Jean, pero las exigencias sexuales de David para con su esposa terminaron de
minar la relación. Tras el tercer divorcio llegaron los secuestros y las primeras víctimas.
Nadie podía imaginar que aquel “genio de la mecánica”, profesor de la Escuela Espartana
de Aeronáutica y reputado miembro de la comunidad en Truth or Consequences se
convertiría en un asesino en serie.
David era un hombre de aspecto un tanto pintoresco. Muy alto y delgado, lucía cabello
gris y un llamativo, poblado y algo descuidado bigote. Su voz suave le hacía parecer de lo
más amable. Sin embargo, la realidad era bien distinta. Tras aquella fachada de bondad y
personalidad encantadora y extrovertida, se escondía un individuo sádico que disfrutaba
impartiendo dolor rebasando todos los límites. De ahí que la citada población de apenas
seis mil habitantes se quedase perpleja tras conocer las terribles torturas que ‘Toy-Box
Killer’ perpetró en un remolque acondicionado de su propiedad.
De hecho, tal era el interés de David por las mutilaciones que compró libros de anatomía
humana y de tortura tanto física como psicológica. A partir de ellos, escribió su propio
‘Manual para el torturador’.
A lo largo de sus páginas, el asesino recordaba que “una mujer hará o dirá lo que sea para
librarse [de la tortura]: patear, morder, gritar, amenazar, arañar, correr, mentir, ofrecer
dinero, rezar, ofrecer sexo y esperar por una oportunidad”. Además, añadió una serie de
“excusas típicas o historias tristes”
Entre las justificaciones que la víctima pondría, destacó las siguientes: se encuentra con
su período, está embarazada, tiene una enfermedad venérea o sida, sus hijos, está
buscando trabajo, tiene un bebé o un padre enfermo, sufre de claustrofobia, su marido ha
fallecido, tiene problemas del corazón o tiene que ir al colegio.
Pero “no dejes que te engañe. Si vale la pena raptarla, vale la pena mantenerla
cautiva. Debe ser sometida a hipnosis antes de que sea liberada. Nunca confíes en una
cautiva encadenada”, escribía.
Cuando David se refería a la “hipnosis”, en realidad hablaba del famoso proyecto de
control mental MK-Ultra que la CÍA puso en práctica en los años cincuenta.
El torturador trató de emularlo drogando a sus víctimas a las que previamente
secuestraba y a veces, terminaba por liberar. Aunque solo en contadas ocasiones porque
la mayoría morían tras las interminables sesiones de tortura.
Cynthia Vigil
La última víctima que salió con vida de allí, Cynthia Vigil, jamás pudo olvidar las horas que
pasó en compañía de David y Cindi. Eran las diez de la mañana del sábado 20 de marzo de
1999 cuando la joven, prostituta de profesión, caminaba en busca de algún cliente.
Desde el otro lado la calle, David le hizo señas para que se acercase. Acordaron sexo oral a
cambio de una cantidad de dinero y Cynthia se subió al vehículo.
Tras realizarle una felación, David sacó una placa de policía y la amenazó con detenerla.
Intentó ponerle unas esposas, pero Cynthia se resistió hasta que Cindi la dejó inconsciente
con una descarga eléctrica. Allí fue cuando la trasladaron a la casa, la desnudaron y la
pusieron un collar de perro alrededor del cuello. Del techo sobresalían varios ganchos y
cadenas. La encadenaron a una de ellas y le pusieron una grabación.
La cinta que sonaba era la propia voz del asesino. Le gustaba grabar discursos
sadomasoquistas y también las torturas de sus víctimas. Unas cintas que, por cierto,
fueron claves durante la investigación para conocer el número de víctimas aproximadas.
”Has sido elegida… Seleccionada por tu cuerpo y por tu aspecto”, decía la grabación.
“Me gusta el sadomasoquismo, así que cuando siento esa urgencia, voy por una chica.
Ambos sabemos para qué te hemos traído… Tus muñecas y tobillos están encadenados y
estás amordazada porque no te gustará cómo lo hago. Te quedarás aquí, desnuda y
encadenada… Estarás colgada del techo por las muñecas y te azotaré muy fuerte... con
palmetas, cuerdas, látigos, gatos de nueve colas o con lo que me plazca”, se escuchaba.
Pero cuando estaba a punto de conseguirlo, Cindi le pilló por sorpresa y comenzaron a
forcejear. Fue una lucha a vida o muerte y Cynthia sabía que de ello dependía su vida. La
secuestradora clavó un pica hielo en el cuello de la víctima pero ésta logró echar mano de
una lámpara y rompérsela en la cabeza.
En cuanto a David Parker Ray se enfrentó a tres juicios. El primero fue declarado nulo
porque el jurado popular no logró ponerse de acuerdo pese a los testimonios y las
pruebas; el segundo tuvo que ser aplazado tras la muerte del juez; y el tercero, ya en abril
de 2001, el acusado se declaró culpable tras llegar a un acuerdo con la fiscalía. Pidió cinco
años de libertad condicional para su hija.
El tribunal le condenó a 223 años de prisión y aunque intentó retractarse de su confesión
de culpabilidad alegando estar “nublado y confundido” por estar bajo los efectos de una
potente medicación el día del acuerdo, el juez firmó el auto de sentencia. Tras el veredicto
y justo antes de ser enviado al Correccional del Condado de Lea, David falleció de un
infarto. El conocido ‘Toy-Box Killer’ se llevó a la tumba la cifra final de víctimas asesinadas.
La terrorífica historia de "Toy box killer" inspiró a James Wan y Leigh Whannell en la
creación de la famosa película “Saw” o “El juego de miedo” estrenada en 2005.
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