Urología
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Capítulo 3: Urolitiasis.
La urolitiasis es una patología frecuente que contribuye a una causa de consulta de urgencias con alto potencial de daño
estructural y repercusión funcional en el aparato urinario. Se pueden distinguir seis grupos de componentes: oxalato
cálcico, fosfato cálcico, fosfato no cálcico, compuestos purínicos, aminoácidos y otros).
Los cálculos de oxalato cálcico son los más frecuentes (65%) seguidos por los infectivos y de ácido úrico. La 3era década
de la vida es la edad media de aparición.
La enfermedad litiásica recidiva en el 40% de los casos, con una media de aparición de cada 2-3 años.
Cuadro clínico: el dolor agudo cólico renal es la manifestación más típica. Este dolor se produce por sobredistensión de
la vía urinaria tras su obstrucción por el cálculo. El cólico renal o crisis renoureteral aparece de forma progresiva sobre la
fosa lumbar afectada, irradiándose por el flanco hacia la ingle y los genitales (dolor no cede al reposo, cambios de
postura constante y se acompaña de manifestaciones vegetativas como náuseas, vómitos y sudoración).
Cuando el dolor se irradia hacia la ingle generalmente indica que el cálculo ha alcanzado el uréter. Cuando se encuentra
cerca de la vejiga o dentro de la misma causa un cuadro irritativo similar al síndrome miccional.
Los cálculos de estruvita y en menor medida los de cistina y ácido úrico -> crecen moldeando las cavidades renales
(coraliformes) y se manifiestan como ITU de repetición, dolor lumbar sordo, hematuria y falla renal.
Diagnóstico:
a. EGO: generalmente maca hematuria y leucocituria. Piuria importante apoya posibilidad de infección.
b. Radiografía simple de abdomen: en teoría 90% de los cálculos son visibles en radiografía simple de abdomen
(porcentaje disminuye en radiografías urgentes sin preparación intestinal). La mayoría son radioopacos,
exceptuando los de ácido úrico y compuestos raros (sulfonamidas, xantina e idinavir).
c. Ecografía: permite visualizar las litiasis pero tiene como inconveniente que no se ven aquellas en trayecto ureteral.
También se puede evaluar el grado de hidronefrosis.
d. Urografía: orece información morfológica y funcional de ambos riñones.
e. Uro-TAC: se ha convertido en el nuevo estudio de referencia para la litiasis ya que permite evaluar todo tipo de
cálculos.
f. Niños y embarazadas: ecografía urinaria es el estudio de elección.
Tratamiento: el manejo agudo del cólico renal se basa en el control del dolor. Se utilizan antiinflamatorios, que
disminuyen el dolor y la diuresis al inhibir la síntesis de prostaglandinas. Así mismo se utilizan espasmolíticos, que
disminuye la presión intraureteral.
Criterios de hospitalización/manejo invasivo: obstrucción grave, fiebre elevada, dolor incontrolable o paciente
monorreno y diabéticos.
Estudio y tratamiento preventivo: la evaluación del paciente con litiasis se basa en un estudio metabólico para
determinar qué factores son modificables en un intento de evitar la recidiva. Este estudio debe reservarse para aquellos
pacientes con alta probabilidad de recidiva: edad temprana de aparición, litiasis bilateral, litiasis en riñón único o
malformado, composición poco frecuente, litiasis recidivante, nefrocalcinosis y litiasis coraliforme.
a. Litiasis cálcica: representa del 70-80% de los casos.
Hipercalciuria idiopática: es la causa mas frecuente de litiasis cálcica. Excreción de calcio > 300 mg/24h. Las tiazidas
disminuyen la excreción de calcio urinario.
Hiperuricosuria: excreción en orina de más de 800 mg/24h de ácido úrico. Constituye un factor de riesgo por
nucleación heterogénea de calcio sobre núcleos de ácido úrico o urato sódico. Exceso de purinas en la dieta.
Hiperoxaluria: excreción de oxalato >40 m/24 h en orina.
Hipocitraturia: excreción de citrato menor a 300 mg/24h.
Hiperparatiroidismo primario: causa más frecuente de hipercalciuria conocida.
Acidosis tubular renal distal: imposibilidad del túbulo distal para excretar hidrogeniones con aumento de la
excreción de calcio en la orina.
Otras: sarcoidosis, síndrome de Cushing, diuresis escasa y litiasis cálcica idiopática (20%).
b. Litiasis úrica: el ácido úrico no disociado es poco soluble en orina (si el pH es muy ácido este no se disocia y se
vuelve muy insoluble). Este tipo de cálculos son los que mejor responden al tratamiento médico mediante
quimiólisis por alcalinización de la orina (citrato potásico, acetazolamida o alopurinol).
c. Litiasis cistínica: la cistinuria es un trastorno recesivo en el que existe un defecto en la absorción a nivel intestinal y
tubular de los aminoácidos cistina, ornitina, lisina y arginina (COLA). El diagnóstico se realiza identificando los
cristales característicos hexagonales en orina, o por una prueba positiva de nitroprusiato sódico (orina se tiñe en
azul -> test de Brand). El tratamiento consiste en aumentar la diuresis diaria, alcalinizar la orina e inclusive se puede
iniciar tratamiento con D-penicilamina.
d. Litiasis infectiva: los cálculos infectivos de estruvita (fosfato amónico magnésico) se desarrollan en un ambiente
alcalino, producido por infección persistente de gérmenes con ureasa. Los principales gérmenes son: Proteus,
Pseudomonas, Klebsiella, Serratia y Enterobacter. La presencia de cuerpos etraños favorece su formación. La
antibioticoterapia solamente mantiene estéril la orina durante los cursos de tratamiento. Parece más prometedor el
uso de inhibidores de la ureasa -> ácido propiónico y acetohidroxámico.
Tratamiento de la litiasis ya formada:
Los cálculos ya formados no expulsables (>4-5 mm) precisan de tratamiento agresivo, es decir, necesitan ser extraídos
quirúrgicamente o fragmentados de forma que puedan ser expulsados espontáneamente.
a. Cirugía: se utiliza cuando la litotricia no reduce el cálculo o en cálculos coraliformes.
b. Endourología: la manipulación endoscópica de la vía urinaria permite realizar extracción directa del cálculo o bien
fragmentarlo previamente con varias técnicas diferentes.
c. LEOC (litotricia extracorpórea por ondas de choque): ondas de choque que se emiten a través de los tejidos
corporales con impedancia acústica que producen fenómenos que fragmentan el lito.
Complicaciones del tratamiento:
- La expulsión de fragmentos puede ocasionar cólico renal y/o obstrucción ureteral (en casos de riesgo de obstrucción
se debe colocar un catéter de derivación urinaria (nefrostomía o doble J)).
- Por la LEOC puede aparecer hematuria, hematomas renales, equimosis o eritema cutáneo.
- Teoría controvertida que relaciona HAS con LEOC.