Jesucristo Descendio A Los Infiernos
Jesucristo Descendio A Los Infiernos
Jesucristo Descendio A Los Infiernos
Las frecuentes afirmaciones del Nuevo Testamento según las cuales Jesús
"resucitó de entre los muertos" (Hch 3, 15; Rm 8, 11; 1 Co 15, 20) presuponen
que, antes de la resurrección, permaneció en la morada de los muertos (cf. Hb 13,
20). Es el primer sentido que dio la predicación apostólica al descenso de Jesús a
los infiernos; Jesús conoció la muerte como todos los hombres y se reunió con
ellos en la morada de los muertos. Pero ha descendido como Salvador
proclamando la buena nueva a los espíritus que estaban allí detenidos (cf. 1 P
3,18-19).
La Escritura llama infiernos, sheol, o hades (cf. Flp 2, 10; Hch 2, 24; Ap 1, 18; Ef 4,
9) a la morada de los muertos donde bajó Cristo después de muerto, porque los
que se encontraban allí estaban privados de la visión de Dios (cf. Sal 6, 6; 88, 11-
13). Tal era, en efecto, a la espera del Redentor, el estado de todos los muertos,
malos o justos (cf. Sal 89, 49;1 S 28, 19; Ez 32, 17-32), lo que no quiere decir que
su suerte sea idéntica como lo enseña Jesús en la parábola del pobre Lázaro
recibido en el "seno de Abraham" (cf. Lc 16, 22-26).
1. "Son precisamente estas almas santas, que esperaban a su Libertador en
el seno de Abraham, a las que Jesucristo liberó cuando descendió a los
infiernos" (Catech. R. 1, 6, 3).
2. Jesús no bajó a los infiernos para liberar allí a los condenados ni para
destruir el infierno de la condenación sino para liberar a los justos que le
habían precedido (Mt 27, 52-53).
Resumen
En la expresión "Jesús descendió a los infiernos", el símbolo confiesa que Jesús
murió realmente, y que, por su muerte en favor nuestro, ha vencido a la muerte y
al Diablo "Señor de la muerte" (Hb 2, 14).