La Leyenda Del Oso Frontino
La Leyenda Del Oso Frontino
La Leyenda Del Oso Frontino
Un día una cría de oso con el cuerpo malherido. Venía del cerro de
Huayrapunca, que los indígenas llamaban La Puerta del Viento. Había
recorrido una larga distancia, huyendo de no sabe qué cosa y se desconocía
cómo había podido llegar con vida, débil y cansado, se acomodó como pudo
en un lecho de hojas secas, sin dejar de quejarse del dolor que sentía.
Un joven indígena de una aldea cercana había salido a pescar, y oyó los
lamentos del animalito herido. Buscando entre la maleza lo halló. Lo tomó
entre sus brazos y llevó a su casa para curarlo y criarlo. Le desinfectó sus
heridas usando hierbas medicinales y lo alimentó con frutos de la selva. El
osito creció jugando con los niños de aldea. Se había vuelto una gran
montaña peluda que medía unos dos metros, pero era inofensivo y querido
por todos. A veces desaparecía de la aldea y volvía, al otro día, con algún
animal del monte. Parecía que esa era la manera de retribuir el afecto que
había recibido de la gente de la aldea.