Manual TPPP

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1

INTEGRANTES
 Jennifer Alejandra Amador Izcano

 Olman Daniel Madrid Fajardo

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ÍNDICE

Índice

ÍNDICE .............................................................................................................................. 3

I. INTRODUCCIÓN ..................................................................................................... 4

II. OBJETIVOS DEL MANUAL ................................................................................. 5

III. JUSTIFICACIÓN ................................................................................................... 6

IV. EL JUEGO................................................................................................................ 8

V. EL CUENTO ............................................................................................................... 27

VI. EL TEATRO .............................................................................................................. 29

VII. ANEXOS ................................................................................................................... 33

VIII. BIBLIOGRAFIA .................................................................................................... 44

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I. Introducción

La psicoterapia puede ser definida como “el conjunto de conocimientos, actitudes,


valores, habilidades y recursos terapéuticos empleados de manera sistemática e
intencional, en el marco de una relación profesional de ayuda psicológica, en el
tratamiento de los problemas y trastornos de la personalidad” (Zaldívar, 2013, p.3).
Son “todas aquellas acciones, técnicas y métodos que utiliza el especialista para
ejercer una influencia en el sujeto, que le permita establecer un equilibrio psicológico
con el entorno, en el cual los mecanismos que ha asumido ese sujeto no le provoquen
displacer-daño, o violen las normas sociales provocando dificultades en la
comunicación con los otros” (García, 2013a, p.48).
Diversos autores han destacado la importancia del juego dentro de la clínica infantil. Vega
R. (2004) afirma que el juego en la psicoterapia sirve para facilitar la relación con el niño,
la libertad de expresión y para ponerlo frente a una situación determinada.

Entre sus principales beneficios, García A. (2013a) destaca: los elementos fantásticos, pues
el niño crea situaciones imaginarias que guardan una estrecha relación con la realidad; la
imitación, al representar personajes y situaciones que reflejan roles de la vida social que
conoce, en la que pue- den aflorar lazos de ambivalencia o de reproducción de una
situación de conflicto o daño; la sujeción a reglas, ya que permite organizar la actividad y,
al mismo tiempo, le aporta carácter de reto aumentando la motivación hacia la misma; y el
disfrute y placer en sí mismos, pues propician un ambiente agradable asociado a la acción
psicoterapéutica. Por tanto, la utilización del juego y sus diferentes variantes, constituye
una alternativa de intervención eficaz en la clínica psicológica infantil.

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II. Objetivo
El objetivo de esta guía es proporcionar una fuente en la que se pueden consultar diferentes
recursos destinados a abordar las problemáticas de los menores facilitando que los
profesionales de la psicología puedan acceder a ellos.

El establecimiento de metas u objetivos terapéuticos sirve a tres propósitos principales:


a) Brindar una dirección al proceso terapéutico.
b) Poseer una base para la selección y empleo de las estrategias terapéuticas,
particulares que serán empleadas en la intervención.
c) Brindar ciertos parámetros sobre los cuales comparar y evaluar los resultados.

En resumen, la estrategia terapéutica se desarrolla según los siguientes pasos:

 Análisis funcional.

 Determinación de objetivos y metas terapéuticas.

 Ejecución del plan de tratamiento.

 Evaluación de los resultados.

 Culminación de la terapia y plan de seguimiento.

El terapeuta conductual debe asumir un rol activo y directivo en el tratamiento, funciona


típicamente como un maestro, experto en el diagnóstico y tratamiento de conductas
desajustadas.
Una forma hacerlo podría ser dedicando algunas sesiones para enseñarles acerca de las
emociones y utilizar una serie de ilustraciones que las representen, para que los niños
puedan escoger aquellas con la que se sientan más identificados. En esa línea se han
realizado estudios como el de Celdrán y Ferrándiz (2012), en el que se analiza la eficacia de
un programa que tiene como objetivo la mejora del reconocimiento de emociones mediante
imágenes y situaciones contextuales en niños de entre 6 y 7 años.
En esta guía se recogen algunos de ellos junto con una serie de recomendaciones generales a
tener en cuenta sobre los niños y adolescentes en función de su edad.

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III. Justificación
Consideraciones generales sobre la población infanto-juvenil en función de la edad tal y
como se ha introducido anteriormente, en el trabajo clínico con niños y adolescentes es muy
importante tener en cuenta su desarrollo evolutivo. Esto es así porque al comparar los hitos
normalmente alcanzados a diferentes edades, el terapeuta puede determinar si el desarrollo
del menor es patológico o no, permitiendo realizar un análisis funcional de la conducta.

• En los niños menores de 3 años se suele encontrar reticencia a separarse de los padres y
cuando lo hacen estos presentan ansiedad y desconfianza, ya que pueden no estar
acostumbrados a separarse de sus figuras de apego. Mediante la interacción con los niños
puede que establezcan una relación con el evaluador permitiendo estar a solas con ellos,
pero si esto no sucede se puede pedir a los padres que, aunque estén presentes intervengan lo
menos posible.

• En cuanto a los niños de 3 a 6 años, es probable que ya sean capaces de entrar en la


consulta sin los padres, excepto si se trata de menores temerosos o poco sociables. Se
recomienda prestar atención a la comprensión y el nivel léxico para adaptarse al niño,
utilizando un vocabulario simple con frases cortas, mucha entonación, gesticulación y
velocidad adecuadas.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que la capacidad atencional en estas edades ronda
entre 5 y 15 minutos, por lo que los juegos y tareas que se preparen deben de ser cortas.

• En niños de 6 a 11 años hay que empezar comentando la situación de evaluación porque


suelen estar nerviosos al semejarla con un examen de la escuela. Se les debe explicar qué se
va a realizar, tranquilizándoles al respecto. Se puede 8 comenzar hablando de los temas de
interés del niño para no empezar directamente con el problema y evitar que se produzca
rechazo por su parte. Suelen entender frases más complejas, aunque se puede utilizar
material visual y gráfico para facilitar la comprensión y expresión. Se aconseja controlar los
estímulos a los que tiene acceso el niño para evitar distracciones.

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En cuanto al refuerzo, suelen tener como recompensa preferida la realización de actividades
de interés más que refuerzos primarios.

• En los niños a partir de los 12 años, es especialmente importante asegurar la


confidencialidad. Al tener mayor conciencia del problema, pueden comentar sus dificultades
y deseos de cambio y es conveniente preguntar al respecto. A veces ocurre que los
adolescentes pueden intentar provocar al psicólogo con opiniones atrevidas, ante las que se
debe evitar reaccionar para extinguir la conducta.
En la misma línea, Cuenca y Mendoza (2017) encuentran más efectos positivos cuando se
incluyen a los profesores en el programa con respecto a la intervención sólo con los padres.

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IV. Juego
El juego es uno de los principales recursos para trabajar con los niños, ya que es muy
utilizado por estos en su ambiente natural, generando respuestas espontáneas. Puede aportar
una gran cantidad de información, por ejemplo, según la forma y complejidad en la que se
desarrolle puede demostrar sus habilidades y recursos cognitivos en función de si es un
juego funcional o simbólico, el interés por construir cosas nuevas, la interacción que
mantiene con el adulto, etc. (Delfos, 2008; Garaigordobil, 2003; Sattler, 2003).

Durante los periodos de juego, los niños expresan su creatividad mostrando sus intereses
personales, resultando ser una actividad placentera para ellos además de ayudarles en la
adquisición de habilidades sociales, cognoscitivas, motrices y afectivas. Para tratar de dar
explicación al por qué y para qué juegan los niños se han desarrollado diversas teorías. A
continuación, se exponen algunas de ellas, aunque hay muchas más.

En la teoría de Claparède se dice que el juego es lo más importante para los niños y que en
él se muestran las tendencias y necesidades que tendrán durante la adultez (Parra, 2000).
Para Piaget, los diferentes tipos de juego que se dan durante el desarrollo se producen por la
transformación de las estructuras mentales de los niños, por lo que este favorece a su
desarrollo (Linaza, 1991).

Por otra parte, Vigotsky (1982) considera que en el juego se crea una zona de desarrollo
próximo por encima de la edad del niño en la que se dan conductas que siguen las
tendencias evolutivas siendo útil para su desarrollo. En cambio, Chateau (1958) piensa que
el juego tiene el mismo rol en los niños que el trabajo para los adultos para la afirmación del
yo y que durante este se muestra la personalidad de los menores.

Por último, Sutton-Smith y Roberts (1964, 1981) conciben que el juego sirva como una
forma de adaptar y acomodar la realidad, suponiendo una forma de escape para los
conflictos personales. Dada la relevancia del juego en el desarrollo de los menores, el

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terapeuta debe conocer y utilizar los juegos apropiados para cada momento evolutivo y
también qué juguetes son más populares para atraer su atención y motivarlos a participar en
las actividades.
Por ejemplo, se pueden utilizar juegos dónde se utilice la imaginación para aumentar la
motivación y ayudarles a mantener la atención y expresar aspectos de carácter subjetivo.
Esto es especialmente útil en niños de entre 3 y 10 años. Algunos materiales que se pueden
usar son pinturas para dibujar, arcilla o plastilina para modelar o juguetes 16 diversos para
recrear situaciones (McConaughy, 2005; Sattler, 2003). Otro ejemplo es el empleo de juegos
de etiquetado de emociones en niños de 6 a 10 años, utilizando diferentes actividades para
enseñarles vocabulario y facilitarles poder hablar sobre ellas. De manera general,
Fernández-Zúñiga y León (2014) hacen algunas recomendaciones a tener en cuenta con los
más pequeños. En niños menores de 3 años utilizar juguetes que representen su vida
cotidiana.
Para los niños de 3 a 6 años, no preguntarles si quieren jugar o no para evitar que se
nieguen, en su lugar ofrecer diferentes opciones con juguetes de su interés y esperar la
iniciativa o la retroalimentación por su parte. Hay que tener en cuenta que con esta edad
suelen jugar enlazando secuencias cortas y complejas que representan rutinas o imitación a
los adultos u otros niños. Los juegos terapéuticos, son un tipo de juegos especiales que se
pueden utilizar con los menores para trabajar diferentes objetivos planteados en la
intervención. Estos, han sido creados para que resulten más atractivos para ellos y que su
participación sea mayor.

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A continuación, se presenta un listado de diferentes juegos terapéuticos publicados por la
editorial TEA que tratan sobre diversas dificultades.

Nombre del Juego:

“Adiós Tristeza” (Bisenius y Norris, 2005).


Edades:

Para niños y adolescentes de 6 a 18 años.


Objetivo:

La principal función es ayudar a los niños a expresar sus emociones relacionadas con la
pérdida utilizando tarjetas en las que se trabajan diferentes aspectos del duelo.

Concepto:

Se trata de un juego de tablero en el que se ve reflejado el ciclo de la naturaleza.

Materiales:

 Tablero
 6 juegos de cartas (entre 30 y 33 cartas cada uno)
 16 cartas de Paso
 1 dado
 100 fichas de premio
 4 peones
 1 hoja de estrellas brillantes

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Nombre del Juego:

“Animales rabiosos” (Mariah, 2011).


Edades:

Para niños de 5 a 10 años.


Objetivo:

Es un juego que utiliza la temática de animales para enseñar a los niños a expresar de
manera positiva y más saludable la cólera.

Concepto:

Esto se logra mediante unas tarjetas con diferentes situaciones que pueden provocar el
enfado, ante lo que el menor debe elegir la mejor forma de actuar.
Materiales:

 1 tablero de juego
 6 peones de animales rabiosos con soporte:
 Sapo gruñón Comadreja enojada
 Puerco rabioso Mapache malhumorado
 Cangrejo colérico Oso hormiguero furioso
 70 tarjetas de Problemas y opciones
 25 Tarjetas de felicitación (5 de ellas en blanco)
 24 Tarjetas de ejercicios de entrenamiento (4 de ellas en blanco)

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Nombre del Juego:

“COLETAS Y VERDI” (Rodríguez y de la Cruz, 2013).


Edades:

Para niños de 6 a 12 años.


Objetivo:

Este juego se puede utilizar tanto para la prevención como para detección y tratamiento
del abuso sexual infantil (ASI) mediante diferentes estrategias propias de la terapia
cognitivo-conductual como la relajación, la reestructuración cognitiva, la identificación
y expresión de emociones y estrategias de afrontamiento.
Concepto:

En el juego hay diferentes tarjetas con actividades que el menor debe completar para
sumar el máximo de puntos y ganar la partida.
Materiales:

 Tablero
 Dado
 Reloj de arena.
 Peones o fichas de puntos.
 Tarjetas del terapeuta
 Tarjetas comodín (rojas).
 Tarjetas de actividades (verdes).
 Lamina de emociones.
 Tarjetas de emociones.

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Nombre del Juego:

“El bingo de las emociones” (Mitlin, 2008).


Edades:

Para niños a partir de 6 años.


Objetivo:

Permite hablar de los sentimientos propios y de los otros, favoreciendo la comprensión


emocional y el desarrollo de la empatía.

Concepto:

Es parecido al juego del bingo, pero en lugar de números hay distintas emociones.

Materiales:

 Bingo cards
 Tablero giratorio de emociones
 Clip o gancho mariposa

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Nombre del Juego:

“ El juego de las habilidades sociales ” ( Berg, 2010)


Edades:

Para niños a partir de 8 años.


Objetivo:

En este juego se son 4 bloques que desarrollan aspectos cognitivos relacionados con las
habilidades sociales como el autor refuerzo, la atribución causal, el afrontamiento de la
ansiedad, el afrontamiento de los errores, las expectativas de eficacia y las expectativas de
resultados.
Concepto:

Es un juego de mesa basado en los principios del modelado, el refuerzo, la


retroalimentación y la práctica que trabaja 4 grandes bloques: hacer amigos, responder
positivamente a otros, cooperar y expresar las necesidades.

Materiales:

 1 tablero de juego
 Tarjetas de varios colores (amarillas,
Rojas, verdes, moradas, azules y naranjas).
 Peones o fichas para el tablero
 Dados

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Nombre del Juego:

“CEM. Creciendo en Mindfulness” (Delgado, Pérez et al., 2019).


Edades:

Para niños y adultos, la edad no está especificada.


Objetivo:

Los jugadores deben avanzar por el tablero realizando diferentes actividades relacionadas
con el mindfulness.
"Mindfulness" significa atención plena al momento presente, es decir, poner consciencia a
lo que ocurre en cada instante sin juzgar, sin pretender cambiar nada, simplemente
experimentando con todos los sentidos ese momento tal y como es.
Concepto:

Consiste en un juego de tablero en el que se incluyen diferentes actividades relacionadas


con la práctica de la atención plena para mejorar la regulación emocional, el
autoconocimiento y la compasión.
Materiales:

 Tablero
 Dado
 7 peones
 Reloj de arena
 Bolsa de piezas de colores
 15 tarjetas de prácticas centradas en la respiración
 15 tarjetas de prácticas centradas en los sentidos
 15 tarjetas de prácticas centradas en el cuerpo y el movimiento
 15 tarjetas de prácticas centradas en los pensamientos y la mente
 15 tarjetas de prácticas centradas en las emociones
 1 tarjeta para la práctica “Conectando con tu niñ@ interior”
 1 tarjeta para la práctica “Meditación de la compasión”
 1 tarjeta para la práctica “Gratitud”
 1 tarjeta para la práctica “Pausa de la bondad amorosa”

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Nombre del Juego:

“El juego de las pistas” (Creative Therapy Store, 2013).


Edades:

Para niños de 6 a 16 años.


Objetivo:

Está diseñado para niños con problemas en la comprensión de la comunicación social, por
ejemplo, con algún trastorno del espectro autista.

Concepto:

Se incluyen actividades y tarjetas para trabajar la interpretación de situaciones sociales,


expresión facial, lenguaje corporal y lenguaje metafórico.
Materiales:

• Pistas
15 tarjetas Situaciones sociales
• Caras y sentimientos
20 tarjetas Sentimientos (rojo)
20 tarjetas Caras (azul)
• Lenguaje corporal
24 tarjetas Fotografías (turquesa)
24 tarjetas Pensamientos (rosa)
• Las 5 preguntas
10 tarjetas Escenas sociales
• En otras palabras
30 tarjetas Frases hechas (verde oscuro)
30 tarjetas Frases hechas: significado (verde claro)
26 tarjetas Refranes (morado oscuro)
26 tarjetas Refranes: significado (morado claro)
• 100 fichas de puntos

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Nombre del Juego:

“El Juego sobre el Acoso Escolar” (Berg, 2007).


Edades:

Para niños a partir de 8 años.


Objetivo:

Se trata de un programa de intervención aplicado a los tres grupos de implicados:


acosadores, víctima y espectadores.

Concepto:

En el juego hay tarjetas divididas en los tres grupos, que narran diferentes situaciones
relacionadas con el bullying y los jugadores tienen que responder qué harían ante esa
situación.
Materiales:

 1 tablero de juego
 Tarjetas de varios colores.
 Peones o fichas para el tablero.
 Dados
 Tarjetas de inventario:
Espectador, víctima y acosador

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Nombre del Juego:

“El planeta de los Psimon” (Vogel, 2009).


Edades:

Para niños de 8 a 14 años.


Objetivo:

Este juego está basado en las técnicas de A. Ellis y A. Beck, enseñando a los niños a
reconocer los pensamientos negativos y las distorsiones cognitivas y modificarlos.

Concepto:

Contiene un tablero y distintas tarjetas con diferentes monstruos psicológicos que


representan los pensamientos negativos y distorsiones cognitivas y tienen que emparejarlos
con otros que muestran las habilidades cognitivo-conductuales adaptativas.
Materiales:

• Tablero.
• Dado.
• 5 peones.
• 80 tarjetas Pensamiento, de las cuales 8 se suministran en blanco para que el propio
terapeuta pueda incluir alguna situación adicional.
• 60 tarjetas psimon rojas (6 tarjetas de cada uno de los 10 psimon malos).
• 36 tarjetas psimon azules (6 tarjetas de cada uno de los 6 psimon buenos).

18
Nombre del Juego:

“La magia de las palabras. Juego para la Estimulación de la Conciencia Morfológica”


(Lázaro, Calvo y Simón, 2020).
Edades:

Para niños de 6 a 12 años.


Objetivo:

Tiene como objetivo estimular y desarrollar el reconocimiento de los lexemas y demás


partes configurativas del lenguaje en contextos clínicos, escolares o familiares. Su enfoque
lúdico hace que su uso resulte dinámico y ameno.
Concepto:

Es un juego de cartas que desarrolla la conciencia morfológica mediante 3 juegos: “palabras


encantadas”, que trabaja el reconocimiento de lexemas mediante la identificación de estos
en las cartas de los demás jugadores; “abracadabra buscapalabras” en el que mediante la
discriminación de estímulos verbales favorece en los niños el reconocimiento global de las
palabras y el último, “pociones léxicas”, que consiste en generar palabras para trabajar la
capacidad expresiva.
Materiales:

 Dados
 Peón
 Fichas del juego

19
Nombre del Juego:

“Mi familia ha cambiado” (Berg, 2007).


Edades:

Para niños a partir de 8 años.


Objetivo:

El juego Mi familia ha cambiado pretende ayudar a niños y adolescentes a


1) Reconocer y corregir actitudes problemáticas hacia la separación o divorcio de sus
padres.
2) Buscar soluciones a los problemas específicos asociados a estas situaciones.
Concepto:

Es un programa de intervención para niños con actitudes problemáticas sobre la separación


de sus padres en el que se trabajan las 6 fases del divorcio: Problemas dentro de la familia,
Anuncio de la separación, Cambio de hogar de uno de los progenitores, Vida con el
progenitor que tiene la custodia, Visitas al progenitor que no tiene la custodia y Vida en una
familia diferente.
Materiales:

 1 tablero de juego.
 Tarjetas de varios colores (amarillas,
 Rojas, verdes, moradas, azules y naranjas).
 Peones o fichas para el tablero.
 Dados

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Nombre del Juego:

“Mi gran aventura en bicicleta” (Rodríguez y de la Cruz, 2019).


Edades:

Para niños de 6 a 12 años.


Objetivo:

Este juego se puede usar tanto para la prevención como para la intervención de menores
víctimas de violencia de género.

Concepto:

Consiste en realizar con las diferentes tarjetas un recorrido con la bicicleta ante el que
surgen las pruebas que deben superar. Estas actividades fomentan el desarrollo de la
resiliencia como un factor de protección y recursos específicos relativos a la prevención y
reparación de los efectos psicológicos ocasionados por la violencia de género.
Materiales:

 Tarjetas de colores tipo uno cards con las pruebas a superar.


 Tablero de la bicicleta
 Tarjetas con códigos secretos

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Nombre del Juego:

“Olimpiadas felinas. Juego para el entrenamiento y generalización de habilidades de


afrontamiento” (de la Cruz, 2017).
Edades:

Para niños de 7 a 11 años.


Objetivo:

Este juego cuenta con un tablero que representa una pista de atletismo y tiene tarjetas sobre
diferentes técnicas, con el objetivo del entrenamiento y generalización de 19 las habilidades
de afrontamiento para ayudar a los niños a adaptarse al entorno social.
Concepto:

Las actividades utilizan técnicas del modelo cognitivo-conductual como el modelado,


ensayo conductual o role-playing, retroalimentación y refuerzo.
Materiales:

El juego se compone de un tablero dividido en casillas que simula una pista de atletismo y
cuatro montones de tarjetas en las que aparecen recogidas las distintas pruebas que los
participantes tienen que realizar y que les permitirán acumular puntos a lo largo de la
partida. Las distintas tarjetas trabajan técnicas de afrontamiento de problemas y situaciones
mediante la identificación de emociones, la relajación, el empleo de auto instrucciones, la
parada de pensamiento y distracción cognitiva, el tiempo fuera, el seguimiento de pasos
para la solución de problemas, así como habilidades sociales diversas (pedir ayuda,
disculparse, expresar afecto, responder a provocaciones, formular una queja, actuar
asertivamente, etc.).

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Nombre del Juego:

“Uno entre un millón” (Nass y Nass, 2013).


Edades:

Para niños de 6 a 12 años.


Objetivo:

Invita a los niños a reflexionar sobre su forma de tomar decisiones, de responder a las
críticas, su forma de actuar, su forma de proponerse y alcanzar objetivos

Concepto:

Es un juego basado en las cartas del “UNO”, cuyo objetivo es que, a través de una serie de
preguntas, los niños sean conscientes de sus cualidades y virtudes, mejorando su
autoestima.
Materiales:

 4 tipos de cartas de juego con tarjetas numeradas con y sin preguntas.


 4 tipos de cartas de “poderes” para dinamizar la partida, también con y sin
preguntas.
 18 cartas propulsores de autoestima (moradas)
 18 cartas ¿ Que harías si…? (rojas)
 18 cartas Cuando estés bien contigo mismo (color verde)
 18 cartas Me respeto (color azul)
 8 cartas Toma una carta.
 8 cartas Cambio de sentido.
 8 cartas Salto.
 4 cartas Comodín.

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Otra forma de intervención con los niños mediante el juego es utilizando como herramienta la
creatividad. Según Martínez (2009) a los niños se les puede ayudar en el desarrollo de la
autonomía mediante actividades artísticas porque estas hacen que el niño perciba que es una
persona independiente que puede plasmar sus propias creencias y emociones en el arte.

Propone la creatividad como una manera a través de la que se pueden lograr objetivos como
el desarrollo de un espacio intermediario niño-realidad, como un espacio seguro de juego y
creación, en el que se facilita la expresión emocional y la mejoría en habilidades sociales, la
estimulación de una búsqueda de soluciones más creativas cercanas a la realidad, el fomento
de la reafirmación de la individualidad y la autovaloración del niño, desarrollando sus propios
límites, la dotación del niño de herramientas de expresión no verbal y servir como guía de la
energía del niño hacia la creatividad. Marinovic (1987) remarca que durante la adolescencia
se produce la búsqueda de la propia identidad, existe una tendencia a la agrupación, pero
produciéndose al mismo tiempo una separación gradual con respecto a los padres, cambios de
humor y conductas contradictorias. De modo que, usando la creatividad, se puede desarrollar
la autoexploración, la superación del egocentrismo, el refuerzo de la capacidad expresiva y de
simbolización y ayuda a la comprensión de una forma distinta del mundo y de sí mismos,
mediante el uso de imágenes, de colores y metáforas.

Algunos ejemplos de actividades propuestas por Morales y Jarpa (2010) que se pueden
realizar son las siguientes:

• Máscaras: Se da la instrucción de que fabriquen una máscara que les represente con el
objetivo de que expresen aspectos de sí mismos y facilitar el reconocimiento de las
emociones.

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Para ello se les pueden dar diversos materiales como herramientas de dibujo, cintas,
cartulinas, etc. Una vez terminada se le pueden plantear cuestiones como las siguientes “¿Qué
emociones te genera la máscara al verla?, ¿Cómo te sientes al ponerte una máscara así?, ¿Qué
diría la máscara si pudiera hablar?, ¿Qué dirían los demás al ver la máscara?, ¿Qué les
llamaría la atención?, ¿Qué harías en tu vida cotidiana con una máscara así?” (Morales y
Jarpa, 2010, p. 147)

• Mapa de las emociones: El objetivo de la actividad es la identificación emocional y el


vínculo que estas tienen con las sensaciones físicas. Para ello se dibuja la silueta del niño o
adolescente y se pregunta qué emociones siente con más frecuencia, en qué momentos las
siente y se pide que les asigne un color.

Después se propone que coloree los lugares del cuerpo en el que siente esas emociones y se
comentan las experiencias que ha tenido con ellas.

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• Dibujo expresivo: El objetivo es profundizar sobre la expresión emocional de la actividad
anterior. Para ello se utiliza el cuento “El pájaro del alma” (Snunit, 2015), del cual se realiza
una lectura y se realizan metáforas sobre las experiencias emocionales de los personajes
involucrados. Por último, se pide que imagine su propio pájaro del alma y que lo dibuje.

• Fotolenguaje: El objetivo es la exploración de las proyecciones e identificaciones de los


adolescentes. Se presentan una serie de fotografías en diferentes situaciones mostrando
emociones diversas, solas o en un grupo.

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De estas se le pide que escoja las que más le llaman la atención. Después se pregunta el
porqué de su elección y se indaga sobre qué sentimientos y pensamientos pueden tener las
personas de las fotografías. Además de los usos anteriormente expuestos del juego, cabe
remarcar su incorporación como parte de otros programas. Por ejemplo, las escenificaciones
emotivas desarrolladas por Xavier Méndez para el tratamiento de las fobias específicas en
niños de 3 a 8 años.

Se trata de un programa multicomponente en el que la exposición se realiza mediante un


juego en el que el niño selecciona un personaje de fantasía que le guste y que represente la
valentía. Tras la realización de la jerarquía se incorporan progresivamente al juego los
diferentes elementos incluidos en esta. Si está muy asustado y no quiere continuar, el
terapeuta realiza el modelado de la conducta y le anima a repetirla. Además, se utiliza el
refuerzo social durante la exposición, acompañado, si es necesario, de otros tipos de refuerzos
materiales. Este tratamiento ha demostrado ser muy efectivo, por ejemplo, para la fobia a la
oscuridad (Méndez, Orgilés, y Espada, 2004).

V. El cuento
Lecturas, cuentos y libros Zeigh (1992) en su libro “Un seminario Didáctico con Milton
Erikson” propone utilizar relatos cortos para incidir, a través de las metáforas, en los
pensamientos, emociones y conductas, de modo que la persona que los esté escuchando no se
sienta amenazada, aumente su interés y su independencia, ya que son ellos los que tienen que
dar un sentido a la metáfora y extraer conclusiones (Bárcena, González y Arredondo, 2006).

Es por esto que es recomendable usar este recurso para los niños, ya que a través del cuento
se les puede ayudar a solucionar problemas haciendo que se identifiquen con los
protagonistas utilizando la imaginación. En la editorial TEA se pueden encontrar libros para
niños de 4 a 9 años como “Mi primer libro de terapia” (Nemiroff y Annunziata, 2015), en el
que el objetivo es que los niños comprendan y acepten el proceso de terapia y “Me van a
ayudar: el TDA explicado a los niños” (Nemiroff y Annunziata, 2007), con el mismo objetivo
que el anterior pero destinado a niños que presenten el Trastorno de Déficit de Atención
(TDA). Además, esta misma editorial cuenta con toda una colección denominada
“Psicocuentos”, que son libros en los que se incluye una guía con pautas de intervención para
los padres y otras personas cercanas a los menores y un cuento para el niño.

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En función del cuento que se trate abarcará unas problemáticas determinadas, por ejemplo
“El enfado excesivo y Pinchi y su mal genio” (Sevilla y Pastor, 2017) aborda el enfado en los
niños. Xavier Méndez también ha publicado libros destinados a guiar a los padres sobre
diferentes dificultades de sus hijos, por ejemplo, “El niño miedoso” (2011) para tratar el
miedo.

Se proporciona información a los padres para que entiendan, en este caso, el miedo que
pueden experimentar sus hijos y con el apoyo de diferentes estrategias y recursos se les
ofrecen pautas de actuación para ayudar a sus hijos a superar y vencer miedos cotidianos.
Además de estos recursos, en TEA hay una colección denominada “¿Qué puedo hacer
cuando…?”, para niños de 6 a 12 años que son guías infantiles que tratan distintas
problemáticas psicológicas.

En ellos se utilizan métodos cognitivo-conductuales y se incluyen actividades para que los


padres las realicen en casa junto con sus hijos. A continuación, se presenta un listado con los
diferentes libros que se existen y las temáticas tratadas.

• “Qué puedo hacer con… la enfermedad mental” (Clarke, 2011). Destinado a los niños
cuyos padres tienen una enfermedad mental para ayudarles a comprender la situación.

• “Qué puedo hacer cuando…algo no es justo” (Toner y Freeland, 2015). Destinado a niños
con celos o envidias para enseñarles cómo enfrentarse a estos sentimientos de una forma más
adaptativa.

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• “Qué puedo hacer cuando…estallo por cualquier cosa” (Huebner, 2011). Destinado a niños
con problemas en el control de la ira con el objetivo de que respondan ante esta de una forma
más adaptativa.

• “Qué puedo hacer cuando…me da miedo equivocarme” (Toner y Freeland, 2017).

Destinado a niños con miedo a la equivocación por ser excesivamente perfeccionistas para
ayudarles a identificar sus creencias y afrontar los sentimientos negativos que traen.

• “Qué puedo hacer cuando…me da miedo irme a la cama” (Huebner, 2009). Destinado a
niños con dificultades para ir a la cama como pesadillas, acostarse tarde o problemas para
relajarse entre otros.

• “Qué puedo hacer cuando…me obsesiono demasiado” (Huebner, 2011). Destinado a niños
con un Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) que tiene como objetivo enseñarles a
responder adecuadamente ante el TOC y aumentar su motivación para el cambio.

• “Qué puedo hacer cuando…me preocupo demasiado” (Huebner, 2012). Destinado a niños
con ansiedad para darles técnicas de manejo de la ansiedad y preocupación.

• “Qué puedo hacer cuando…refunfuño demasiado” (Huebner, 2008). Destinado a niños


negativistas, otorga herramientas que les ayuden a centrarse en lo positivo de las situaciones.

• “Qué puedo hacer…para vencer mis manías” (Huebner, 2012). Tiene el objetivo de eliminar
hábitos inadecuados como morderse las uñas, chuparse el dedo, retorcerse el pelo y meterse
el dedo en la nariz entre otros.

VI. El Teatro
El teatro se ha utilizado como herramienta tanto de prevención como de intervención de
trastornos mentales. Lorente (2014) remarca que puede ser útil para expresar emociones y
solucionar situaciones complicadas, además de servir como una forma de toma de conciencia.
En la revisión sistemática realizada por Bellavista-Rof y Mora-Giral (2019) se encontraron
experiencias en las que se utiliza el teatro en trastornos de la conducta alimentaria (TCA),
trastorno del espectro autista (TEA), abuso de sustancias y episodios psicóticos iniciales,
entre otros, siendo el 92% eficaz en el cumplimiento de sus objetivos. Dentro de estos
estudios hay algunos específicos para niños y adolescentes, para los que dada su mayor
dificultad para expresarse resulta especialmente interesante este tipo de intervenciones.

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En cuanto a la prevención de los Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA) Bellavista-Rof y
Mora-Giral (2019) recogen los siguientes estudios:

 Programa de Haines, Neumark-Sztainer, y Morris (2008). Para niños de 8 a 11 años.


En este programa se realizó un grupo de teatro escolar en el que representaron una
obra sobre temas relacionados con el peso. En los resultados se encuentra un
incremento en la resiliencia, cambios positivos en la comunicación y una mayor
satisfacción corporal.
 Programa de Neumark-Sztainer et al. (2008). Para niños de 8 a 11 años con sobrepeso
y sus padres. Este programa tiene tres componentes, las sesiones de teatro, las
sesiones de refuerzo y la extensión familiar. Como resultados se encuentran una alta
satisfacción de los participantes con el programa e intento o realización de cambios
positivos en la conducta alimentaria.
 Programa de Mora et al. (2015). Para niños de 12 a 15 años. Este programa tiene dos
componentes, uno de educación nutricional y otro denominado “teatro vivo”, en el
que los niños prepararon e interpretaron la obra de teatro Teen Spirit, que utiliza el
programa de alfabetización mediática en el que se promueve un análisis crítico de los
ideales de belleza. Como resultado se obtuvo una alta mejora en la autoestima.
 Programa de Mora et al. (2016). Para niños de 12 a 15 años. Este programa tiene dos
componentes, uno sobre educación nutricional y otro sobre teatro en educación para la
salud, en el que los niños interpretaron una obra escrita por un guionista profesional y
supervisada por los investigadores. Como resultados se obtuvieron puntuaciones más
bajas en las cogniciones desadaptadas. Para la prevención del consumo de sustancias,
Bellavista-Rof y Mora-Giral (2019) proponen el programa de Quek et al. (2012),
aplicado en adolescentes de 17 años. Está basado en el teatro con un marco de
minimización de daños, utilizando mensajes de seguridad e integrándolos durante la
actuación en parodias, cultura pop contemporánea y música. Los resultados obtenidos
fueron una reducción en el uso ilícito de drogas y de conductas problemáticas. En
cuanto a la prevención de episodios psicóticos iniciales, Bellavista-Rof y Mora-Giral
(2019) destacan el programa de Roberts et al. (2007), para jóvenes de 14 a 22 años.

Este se desarrolló a través de un trabajo colaborativo entre psiquiatría, drama aplicado


y expertos en psicosis para formar un teatro interactivo. El programa se basó en la
pedagogía teatral aplicada y en las pautas de buenas prácticas, de manera que se

30
estimula la empatía y la identificación con los personajes además de la transmisión de
información de utilidad. Los objetivos propuestos y cumplidos fueron el aumento del
conocimiento y comprensión del primer episodio de psicosis, la reducción del estigma
y la discriminación, el aumento de la conciencia y el apoyo del comportamiento de
búsqueda de ayuda.
Para el tratamiento de Trastornos de Conducta Alimentaria Bellavista-Rof y Mora-
Giral (2019) mencionan el programa de Pellicciari et al. (2013), para adolescentes
hospitalizados de 14 a 19 años. Los resultados fueron la mejoría en el trabajo en
equipo y espontaneidad, una reducción en la desregulación afectiva, la mejoría en los
pensamientos obsesivos y en el estado de ánimo y numerosos beneficios subjetivos
reportados por los adolescentes. En este se utiliza una intervención que incluye,
además de la terapia dramática y el psicodrama, la terapia narrativa.

La Asociación Española de Psicodrama (AEP) define el psicodrama como “un


método psicosociológico, que promueve la expresión del pensar, del hacer, del sentir,
del cuerpo, de lo gestual..., y que utiliza la acción y la escenificación principalmente,
con una finalidad clínica, terapéutica, educativa, de intervención social, o
simplemente de crecimiento y desarrollo personal, o como expresión cultural”.

La terapia narrativa por su parte, propone que las personas construyen y determinan
su vida mediante historias que se refieren a sí mismas, de modo que la forma en la que
se las cuentan puede tener efectos significativos en su interpretación (Marulanda,
2015). Por último, en cuanto al tratamiento del Trastorno del Espectro Autista,
Bellavista-Rof y Mora-Giral (2019) recogen varios estudios.

 Programa de Corbett et al. (2011). Para niños y adolescentes de 6 a 17 años. Se utilizó


el programa SENSE, en el que los participantes fueron emparejados con compañeros
de la misma edad, que son los actores que hacen de modelos. Estos hicieron de
maestros, modelando la comunicación verbal y no verbal, percepción y expresión
socioemocional y conductual y lo grabaron en vídeo para reproducirlo varias veces a
la semana.
Los resultados obtenidos fueron una mejora en la identificación de caras, en la teoría
de la mente y en la percepción social.

31
 Programa de Corbett et al. (2014). Para niños y adolescentes de 8 a 17 años. Se utilizó
el programa SENSE, desarrollado de forma parecida, asignando compañeros de edad
similar, pero con la incorporación de enseñanza directa, de la utilización de ejemplos
de casos y de la experiencia supervisada. Durante el programa realizan diversos
juegos teatrales como el juego imaginativo, el juego de roles y juegos de música, entre
otros.

32
VII. Anexos

Anexo1 - Bingo de las Emociones

33
Anexo 2 - Bingo de las Emociones

34
Anexo 3 - Bingo de las Emociones

35
Anexo 4 – El juego de las pistas.

Anexo 5 – El juego de las pistas.

36
Anexo 6 – Inventario Espectador, El juego del acoso escolar.

Anexo 7 – Inventario Victima, El juego del acoso escolar.

37
Anexo 8 – Inventario Acosador, El juego del acoso escolar.

38
Anexo 9 – Mapa de emociones.

39
Anexo 10 – Fotolenguaje.

40
EL PÁJARO DEL ALMA
Hondo, muy hondo, dentro del cuerpo habita el alma. Nadie la ha visto nunca pero
todos saben que existe. Y no sólo saben que existe, sino
también lo que hay en su interior.
Dentro del alma, en su centro, está, de pie sobre una sola pata,
un pájaro: el Pájaro del
Alma. Él siente todo lo que nosotros sentimos.
Cuando alguien nos hiere, el Pájaro del Alma vaga por nuestro cuerpo, por aquí, por
allá, en cualquier dirección, aquejado de fuertes dolores.
Cuando alguien nos quiere, el Pájaro del Alma salta, dando pequeños y alegres
brincos, yendo y viniendo, adelante y atrás.
Cuando alguien nos llama por nuestro nombre, el Pájaro del Alma presta atención a la
voz, para averiguar qué clase de llamada es esa.
Cuando alguien se enoja con nosotros, el Pájaro del Alma se encierra en sí mismo
silencioso y triste.
Y cuando alguien nos abraza, el Pájaro del Alma, que habita hondo, muy hondo,
dentro del cuerpo, crece, crece, hasta que llena casi todo nuestro interior. A tal punto
le hace bien el abrazo.
Dentro del cuerpo, hondo, muy hondo, habita el alma. Nadie la ha visto nunca, pero
todos saben que existe.
Hasta ahora no ha nacido hombre sin alma. Porque el alma se introduce en nosotros
cuando nacemos, y no nos abandona ni siquiera una vez mientras vivimos. Como el
aire que el hombre respira desde su nacimiento hasta su muerte.
Seguramente quieres saber de qué está hecho el Pájaro del Alma. ¡Ah! Es muy
sencillo: está hecho de cajones y cajones; pero estos cajones no se pueden abrir así
nada más.
Cada uno está cerrado por una llave muy especial. Y es el Pájaro del Alma el único
que puede abrir sus cajones. ¿Cómo? También esto es muy sencillo: con su otra pata.

El Pájaro del Alma está de pie sobre una sola pata; con la otra – doblada bajo el
vientre a la hora del descanso- gira la llave, moviendo la manija y todo lo que hay

41
dentro se esparce por el cuerpo. Y como todo lo que sentimos tiene su propio cajón, el
Pájaro del Alma tiene muchísimos cajones.
Un cajón para la alegría y un cajón para la tristeza; un cajón para la envidia y un cajón
para la esperanza, un cajón para la decepción y un cajón para la desesperación, y un
cajón para la paciencia y un cajón para la impaciencia.
También hay un cajón para el odio, y otro para el enojo y otro para los mimos.
Un cajón para la pereza y un cajón para nuestro vacío, y un cajón para los secretos
más ocultos (éste es un cajón que casi nunca abrimos).
Y hay más cajones. También tú puedes añadir todos los que quieras.
A veces el hombre puede elegir y señalar al pájaro qué llaves girar y qué cajones
abrir.
Y a veces es el pájaro quien decide. Por ejemplo: el hombre quiere callar y ordena al
pájaro abrir el cajón del silencio; pero el pájaro, por su cuenta, abre el cajón de la voz
y el hombre habla y habla y habla.
Otro ejemplo: el hombre desea escuchar tranquilamente, pero el pájaro abre, en
cambio, el cajón de la impaciencia; y el hombre se impacienta.
Y sucede que el hombre sin desearlo siente celos; y sucede que quiere ayudar y es
entonces cuando estorba. Porque el Pájaro del Alma no es siempre un pájaro
obediente y a veces causa penas...
De todo esto podemos entender que cada hombre es diferente por el Pájaro del Alma
que lleva dentro.
Un pájaro abre cada mañana el cajón de la alegría; la alegría se desparrama por el
cuerpo y el hombre está dichoso.
Otro pájaro abre, en cambio, el cajón del enojo; el enojo se derrama y se apodera de
todo su ser. Y mientras el pájaro no cierra el cajón, el hombre continúa enojado.
Un pájaro que se siente mal, abre cajones desagradables; un pájaro que se siente bien,
elige cajones agradables. Y lo que es más importante: hay que escuchar atentamente
al pájaro.
Porque sucede que el Pájaro del Alma nos llama y nosotros no lo oímos.
¡Qué lástima!
Él quiere hablarnos de nosotros mismos, quiere platicarnos de los sentimientos que
encierra en sus cajones.
Hay quien lo escucha a menudo. Hay quien rara vez lo escucha. Y quién lo escucha
sólo una vez.

42
Por eso es conveniente, ya tarde en la noche, cuando todo está en silencio, escuchar al
Pájaro del Alma que habita en nuestro interior, hondo, muy hondo, dentro del cuerpo.

Snunit, Mijal (1993) El pájaro del Alma. Fondo de Cultura Económica.

Anexo 11 – Historia El pájaro del alma, de Dibujo Expresivo.

43
VIII. Referencias Bibliográficas

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& Profiles. Child Behavior Checklist for Ages 6-18. Teacher’s Report Form. Youth
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