La Primera Guerra Mundial comenzó en 1914 debido a las tensiones entre las potencias europeas y sus alianzas, y culminó en 1918 con la derrota de las potencias centrales. Este conflicto tuvo un gran impacto en Europa y sentó las bases para conflictos futuros. Por otro lado, las revoluciones de febrero y octubre de 1917 en Rusia pusieron fin a la monarquía zarista e instauraron el primer estado socialista del mundo bajo el liderazgo de Lenin y los bolcheviques.
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La Primera Guerra Mundial comenzó en 1914 debido a las tensiones entre las potencias europeas y sus alianzas, y culminó en 1918 con la derrota de las potencias centrales. Este conflicto tuvo un gran impacto en Europa y sentó las bases para conflictos futuros. Por otro lado, las revoluciones de febrero y octubre de 1917 en Rusia pusieron fin a la monarquía zarista e instauraron el primer estado socialista del mundo bajo el liderazgo de Lenin y los bolcheviques.
La Primera Guerra Mundial comenzó en 1914 debido a las tensiones entre las potencias europeas y sus alianzas, y culminó en 1918 con la derrota de las potencias centrales. Este conflicto tuvo un gran impacto en Europa y sentó las bases para conflictos futuros. Por otro lado, las revoluciones de febrero y octubre de 1917 en Rusia pusieron fin a la monarquía zarista e instauraron el primer estado socialista del mundo bajo el liderazgo de Lenin y los bolcheviques.
La Primera Guerra Mundial comenzó en 1914 debido a las tensiones entre las potencias europeas y sus alianzas, y culminó en 1918 con la derrota de las potencias centrales. Este conflicto tuvo un gran impacto en Europa y sentó las bases para conflictos futuros. Por otro lado, las revoluciones de febrero y octubre de 1917 en Rusia pusieron fin a la monarquía zarista e instauraron el primer estado socialista del mundo bajo el liderazgo de Lenin y los bolcheviques.
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LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL
1. Orígenes del conflicto.
Desde 1870, la tensión política entre las principales potencias europeas era manifiesta. Francia y Alemania se hallaban enfrentadas desde que, tras la guerra franco- prusiana, Francia había perdido los territorios de Alsacia y Lorena, y la situación se había agravado con la cuestión colonial en el norte de África. Por otro lado, los intereses económicos habían acrecentado la rivalidad entre el Reino Unido y Alemania, y Rusia y Austria competían por los territorios balcánicos. En este ambiente funcionaba un sistema de alianzas entre los países europeos. Desde 1887, Italia se hallaba unida a Alemania y al imperio austrohúngaro por la Triple Alianza. Por su parte, Rusia, Francia y Reino Unido habían aliado sus intereses por la Triple Entente de 1907. Pero la causa inmediata del estallido de la guerra fue el asesinato (junio 1914) en Sarajevo del archiduque Francisco Fernando, heredero de la corona austrohúngara. El gobierno austrohúngaro declaró la guerra a Serbia, la cual fue apoyada por Rusia. El funcionamiento del mecanismo de la Triple Entente, firmado en 1907 por Gran Bretaña, Francia y Rusia, motivó que Alemania declarara la guerra a Rusia y Francia (agosto 1914). La violación de la neutralidad belga por los alemanes acabó de decidir a Gran Bretaña, que les declaró la guerra. En noviembre de 1914, el Imperio Otomano entró en la guerra, lo que significó la apertura de distintos frentes en el Caúcaso, Mesopotamia y el Sinaí. Italia y Bulgaria se unieron a la guerra en 1915, Rumania en 1916 y Estados Unidos en 1917. 2. El desarrollo de la guerra. El 1 de julio de 1916, las fuerzas de infantería británicas y francesas atacaron las líneas de defensa alemanas en una extensión fronteriza de más de 40 kilómetros, cerca del Río Somme en Francia. Pronto, la maquinaria alemana abrió fuego y su eficaz manejo de la tecnología industrial proporcionó a los germanos una inigualable ventaja: 21 mil soldados ingleses perdieron la vida en tan solo un día. Después de seis meses de guerra, Gran Bretaña únicamente había logrado avanzar ocho kilómetros hacia el centro de Europa. El resultado: la muerte de más de 1 millón de militares alemanes, franceses y británicos. La Primera Guerra Mundial (1914-1918) fue el evento histórico que definió el acontecer del siglo XX; devastó el orden político, económico y social de Europa, y su dudosa conclusión sentó las bases y preparó el camino para un escenario aún más destructivo: la Segunda Guerra Mundial. En aquel entonces, los civiles −perturbados por la magnitud de las batallas y el escandaloso número de bajas− la denominaron “la Gran Guerra”. Entre los europeos, la Primera Guerra Mundial era un acontecimiento inverosímil, pues ocurría en el marco de la supuesta era del progreso. A pesar de los estragos económicos y las serias crisis internacionales, Europa había logrado evitar guerras a gran escala. La prosperidad material y una enorme confianza en el desarrollo tecnológico convencieron a muchos de que los humanos estaban al borde de crear un paraíso terrenal. Al término de la Guerra, no fue posible mantener las ilusiones sobre el progreso de la civilización occidental: los enfrentamientos bélicos estuvieron seguidos de revoluciones, dictaduras militares, matanzas en masa—entre las cuales destacó el genocidio de armenios—y la catástrofe sin paralelo de la Segunda Guerra Mundial. Para entonces, era aparente que Europa y el Medio Oriente se habían convertido en una pesadilla en la que la Gran Guerra representó el primer escenario de las crisis del siglo XX. 3. El fin de la guerra. La Primera Guerra Mundial causó más de nueve millones de muertos, tras el asesinato del archiduque de Austria, Francisco Fernando, que fue el detonante para la declaración bélica de varias naciones y el posterior combate por cuatro años. Del 28 de julio de 1914 al 11 de noviembre de 1918 duró el conflicto bélico. Tal día como hoy se puso fin a las hostilidades con la firma de un armisticio entre los dos bandos enfrentados: la Triple Entente y las potencias centrales de la Triple Alianza. La Triple Entente (compuesta por Reino Unido, Francia y el imperio ruso) se impuso a la Triple Alianza (que agrupaba a los imperios alemán y austro-húngaro). Su superioridad militar fue determinante para el final de la guerra. La victoria fue total: el imperio alemán perdió gran cantidad de territorio y fue obligado a pagar una alta indemnización —que terminó de abonar en 2010—; mientras que los imperios austro-húngaro y otomano fueron disueltos. Oficialmente la Primera Guerra Mundial culminó el 28 de junio de 1919 cuando se firmó el Tratado de Versalles, que fue lapidario con Alemania, señalada como la responsable de las desgracias originadas por el combate. 4. El tratado de Versalles y la sociedad de las naciones. La Sociedad de las Naciones (SDN), Sociedad de Naciones o Liga de las Naciones fue un organismo internacional creado por el Tratado de Versalles, el 28 de junio de 1919. Se proponía establecer las bases para la paz y la reorganización de las relaciones internacionales una vez finalizada la Primera Guerra Mundial. Aunque no logró resolver las graves crisis Internacionales que se plantearon en los años 20 y 30, es importante porque fue la primera organización de ese tipo de la historia y el antecedente de la ONU. La Sociedad de las Naciones consiguió algunos éxitos en su labor, ayudó a solventar pacíficamente algunos conflictos en el período inmediato de posguerra y tuvo su apogeo en el período 1924-1929. Durante ese periodo se firmó el Tratado de Locarno en 1925, se produjo el ingreso de Alemania en la Sociedad en 1926, y se firmó el Pacto Briand-Kellogg en 1928. Sin embargo, cuando la situación internacional se enturbió tras la depresión de 1929, la Sociedad de las Naciones se mostró totalmente incapaz de mantener la paz. La SDN se basó en los principios de la seguridad colectiva, el arbitraje de los conflictos y el desarme. El Pacto de la SDN (los 26 primeros artículos del Tratado de Versalles) fue redactado en las primeras sesiones de la Conferencia de París, que comenzaron el 18 de enero de 1919, por iniciativa del Presidente de los Estados Unidos, Woodrow Wilson. El 15 de noviembre de 1920 se celebró en Ginebra la primera asamblea de la sociedad, con la participación de 42 países. Tras el final de la Segunda Guerra Mundial a mediados del siglo XX, la SDN fue disuelta el 18 de abril de 1946, siendo sucedida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En realidad no fue una sucesión de un organismo internacional por otro. La experiencia de la Sociedad de las Naciones es lo más cercano a la actual ONU, pero dicho antecedente no fue ni siquiera mencionado por los redactores de la Carta ya que, al querer reestructurar el mundo postbélico de la Segunda Guerra Mundial, los Estados vencedores optaron por hacer desaparecer la Sociedad de las Naciones y crear una organización internacional enteramente nueva. LA REVOLUCIÓN DE RUSIA. 1. Antecedentes de la revolución. La causa más potente fue posiblemente en el ámbito social: el pueblo era pobre pero cada vez estaba más politizado, empujado por el descontento e influenciado por las ideas socialistas de igualdad que crecían en Europa. Obreros y campesinos se manifestaron años antes de la revolución de 1917. - Derrocamiento de la monarquía absoluta de los Zares. - El poder de Rusia frente al mundo, ya sea en el ámbito científico, económico, político o militar. - El establecimiento del comunismo, con la creación de la República Federativa comunista que pasó a denominarse Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas (U.R.S.S). - La división del mundo en dos: por un lado, estaba el Capitalismo y por el otro, el Comunismo. Esta oposición resultó en la Guerra Fría. 2. Revolución de febrero del 20 de 1917. La revolución de febrero de 1917 fue un levantamiento del pueblo ruso contra el zar Nicolás II. Para ello, se intentó establecer una democracia liberal. Sin embargo, la revolución de octubre de 1917, con Lenin al frente de los bolcheviques, frustró esta posibilidad. Esta situación de tensión social y política fue en aumento con la participación de Rusia en la Primera Guerra Mundial. La entrada de los rusos en el conflicto bélico dio lugar a una economía caótica, marcada por el racionamiento, el hambre y la pobreza en amplias capas de la sociedad. Y es que, la recluta de campesinos para combatir en el frente dejó al sector agrícola sin mano de obra para trabajar la tierra. Todo ello provocó un desabastecimiento que resultó devastador para la población. En este contexto, la Primera Guerra Mundial agravó la situación, aumentando la impopularidad del zar y el descontento entre el pueblo. Aquejados por el hambre y con el ejército ruso sufriendo duras derrotas en el campo de batalla, la burguesía liberal reclamaba el establecimiento de un sistema parlamentario, mientras que los campesinos pedían pan, paz y tierra. Sin embargo, la monarquía rusa permanecía anclada en el inmovilismo. 3. La revolución de octubre de 1917. El 7 de noviembre de 1917 soldados y obreros del partido bolchevique tomaron los puntos vitales de la capital de Rusia, Petrogrado, derrocaron al gobierno provisional ruso e instauraron el primer Estado socialista del mundo. Este acontecimiento fue el punto culminante de la también llamada “Revolución de octubre”. El historiador inglés Eric Hobsbawm sostuvo que “Las repercusiones de la revolución de octubre fueron mucho más profundas y generales que las de la revolución francesa, pero si bien es cierto que las ideas de ésta siguen vivas cuando ya ha desaparecido el bolchevismo. Las consecuencias prácticas de los sucesos de 1917 fueron mucho mayores y perdurables que los de 1789. La revolución de octubre originó el movimiento revolucionario de mayor alcance que ha conocido la historia moderna.” 1 El 80 % de la población rusa se componía de campesinos que vivían en la miseria, sin educación y en pésimas condiciones sanitarias. La mayor parte de la tierra se encontraba en manos de terratenientes pertenecientes a la nobleza o a la iglesia. En las ciudades se había iniciado un proceso de industrialización, desde la década de 1880, que se concentró en algunas zonas cercanas a las fuentes de materia prima. En 1914 había 2.7000.000 obreros que, al igual que en otros países europeos, eran explotados con jornadas de 15 horas, a pesar de que la ley había fijado la jornada laboral de 10 horas. En el aspecto político, existía un régimen autocrático donde predominaba la voluntad del monarca. Este poder era ejercido a través de una burocracia centralizada, el ejército y la policía secreta. El imperio se extendía sobre distintos pueblos a los que se les había aplicado una política de rusificación mediante la imposición de la religión ortodoxa, el idioma y la educación rusas. De todas formas existía un movimiento opositor, integrado por sectores de la burguesía y la nobleza liberal, así como partidos de orientación socialista. Entre estos últimos se destacaban las dos facciones más importantes de orientación marxista, los mencheviques, partidarios del cambio gradual, y los bolcheviques que proponían la adopción de medidas radicales. El líder de los bolcheviques era Vladimir Lenin y se encontraba exiliado. 4. Guerra civil y la organización de rusia comunista. La guerra civil rusa fue un conflicto armado múltiple que tuvo lugar entre 1917 y 1923 en el territorio del disuelto Imperio ruso, entre el nuevo gobierno bolchevique y su Ejército Rojo, en el poder desde la Revolución de Octubre de 1917, y del otro lado los militares del ex ejército zarista, agrupados en el denominado Movimiento Blanco, compuesto por conservadores y liberales, favorables a la monarquía y relacionados estrechamente a la Iglesia ortodoxa rusa, así como los socialistas democráticos: los socialistas revolucionarios y los mencheviques contrarios a la revolución bolchevique. Todos los bandos tuvieron aliados temporales, el Ejército Rojo a menudo con izquierdistas y grupos revolucionarios, y las fuerzas del Ejército Blanco con muchos ejércitos extranjeros (los Estados Unidos, Japón, Francia y el Imperio británico principalmente), apoyo denominado «Intervención Aliada en Rusia» Otros nacionalistas y grupos políticos regionales también participaron en la guerra, incluidos los nacionalistas ucranianos del Ejército Verde, los anarquistas ucranianos del Ejército Negro y las Guardias Negras, y señores de la guerra o «atamanes». La organización de rusia comunista. El colapso de la Unión Soviética en 1991 tuvo un impacto inmediato en el sistema mundial. En el propio territorio ruso, produjo importantes dislocaciones en todas las esferas de la vida social, que fueron siendo superadas, lentamente, a lo largo de las tres últimas décadas. El sistema Putin viene reescribiendo la historia con una visión que busca conectar los momentos gloriosos prerrevolucionarios con los soviéticos. El impacto que generó la disolución de la Unión Soviética en 1991 se hizo sentir de manera notable e inmediata en todas las esferas del sistema mundial. Entre otras cuestiones, no solo confirmó el fin de la Guerra Fría, sino que además reconfiguró el mapa de los movimientos sociales. El campo de las ciencias sociales y las humanidades también absorbió ese impacto y lo tradujo de manera veloz. El final del país de los soviets tuvo consecuencias mucho más concretas y significativas para la propia sociedad rusa. Si para los pocos miembros de la vieja dirigencia comunista que decidieron el destino fatal del país modelado por la Revolución de 1917 significó un reposicionamiento como nueva elite capitalista, para muchos de los ciudadanos de a pie trajo la pérdida de una relativa estabilidad y la caída en la pobreza. En términos más generales, la disolución de la URSS marcó para todos ellos el fin de un proyecto común compartido; de un mundo que –a pesar de sus múltiples falencias– era conocido y familiar para todos los que lo habían habitado. Una suerte de catástrofe apocalíptica, de «fin del mundo», cuyo efecto más notorio habría sido la incapacidad de imaginar el futuro. Pero, como apunta Alejandro Galliano, ese futuro llegó inexorablemente y, «después del fin del mundo, el mundo siguió existiendo» 3. Por lo tanto, quienes comenzaron a vivir en la Rusia postsoviética tuvieron que pensar un futuro para el después de ese fin del mundo, especialmente para dos cuestiones tan sensibles como fundamentales: la reconstrucción de una identidad nacional dañada y la reconfiguración de las fuerzas de una izquierda desprestigiada. consecuencias de la revolución de rusia. 1. Descontento acumulado contra su gobernante. El zar Nicolás II era un hombre déspota que vivía en un mundo de riqueza mientras su pueblo moría de hambre. 2. Aparición de los primeros partidos políticos. Intelectuales y activistas de la época comenzaron a repartir panfletos con ideas revolucionarias, como reacción al descontento de la población. 3. Una nueva forma de protesta: la huelga. Detener la producción de las fábricas afectaba directamente a las clases más ricas. Las huelgas empezaron a convocarse por todo el país y, en vez de introducir cambios, la respuesta del Zar fue la represión brutal. En esa época encarcelaron a muchas personas y otras tuvieron que exiliarse. 4. El Congreso del Partido Socialdemócrata Ruso (POSDR). A pesar de estar dividido en dos corrientes (bolcheviques y mencheviques), el POSDR se reunió en Londres con un objetivo claro: acabar con el régimen del Zar. La formación de los bloqueos políticos. 1. El liderazgo de los estados unidos en el bloqueo político. Las relaciones entre EE UU y China, las económicas, pero sobre todo las políticas, constituyen uno de los entramados que más influyen, pero también menos transparentes de la política mundial. Después de consolidarse como la primera potencia exportadora, China ha extendido su presencia por una América Latina que hace tiempo dejó de ser el patio trasero de EE UU, y por una África de la que, con excepción de la francesa, casi ha desaparecido la influencia occidental. Se mantiene, sin embargo, en Oriente Medio gracias a Israel, aunque al rechazar, al menos con los hechos, un Estado palestino viable que ponga fin a una ocupación que se muestra con vocación de indefinida, permanece activo un conflicto en el que por la mera dinámica demográfica Israel y Occidente terminarán a la larga perdiendo. EE UU ha reforzado su influencia en Europa por medio de su principal motor económico, una Alemania que depende por completo de la protección de las armas nucleares norteamericanas. El paraguas militar estadounidense es el principal protector de la Europa comunitaria, pero también el factor determinante de su sumisión. El tratado que se está cocinando entre la UE y EE UU dejará bien patente hasta qué punto llega. 2. El bloque político capitalista. El término bloque occidental, también llamado bloque capitalista, bloque estadounidense y bloque del Oeste se refiere a los países que, durante la Guerra Fría, se alinearon con Estados Unidos en contra de la Unión Soviética y sus aliados (estos últimos conocidos como Bloque oriental o comunista). Los gobiernos y la prensa de este bloque estaban más inclinados a referirse como Mundo libre o Mundo Occidental. Europa Occidental es un término controvertido usado para referirse a los países no comunistas de Europa durante la Guerra Fría, pero el concepto aún es utilizado en ocasiones para referencia rápida por los medios. Contrariamente este bloque era muy heterogéneo, debido a las pompas económicas entre países y a los nacionalismos arraigados. Las disidencias eran muy inútiles. La descolonización creó el Tercer Mundo, con países capitalistas que se declararon mayoritariamente no alineados, e intentaron ser neutrales. Estos países, en sus relaciones internacionales, mantuvieron una política semejante frente a los países ricos. Algunos de ellos se declararon socialistas, como Angola, Mozambique, Etiopía y Somalia, pero en general fueron neutrales. A este bloque hay que sumarle toda América Latina, que se encontraba casi totalmente alineada con Estados Unidos, con excepción de Cuba. Hubo numerosos casos de intervención de Estados Unidos en la política interna de algunos países del Tercer Mundo, especialmente de Latinoamérica, en particular aquellos que amenazaban con salirse de su órbita de influencia o de construir políticas independientes no alineadas con ninguno de los dos bloques en pugna. Los casos más tempranos, en la década de 1950, ocurrieron en dos países con gobiernos nacionalistas, como Guatemala e Irán, así como también hubo intentos contra gobiernos comunistas del Tercer Mundo, como por ejemplo el apoyo a la Invasión a Bahía de Cochinos para aplastar la Revolución cubana. 3. Las intervenciones estadounidenses en su área de influencia. En este bloque se han dado, también, tendencias totalitarias o dictatoriales, como por ejemplo en las mencionadas dictaduras militares en América Latina, en la mayoría de los países descolonizados que se alinearon con este bloque, así como también en España e incluso en algunos países de la OTAN como en Grecia y Portugal. Aun así, la mayoría de gobiernos en Europa Occidental y Norteamérica tendió a ser democrático. En el bloque occidental las relaciones internacionales también han sido dominadas por organismos económicos como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional y el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio. Tras la Segunda Guerra Mundial la potencia de Estados Unidos contrastaba con la situación de las economías europeas, arruinadas por la guerra. 4. El liderazgo de la unión soviética en el bloque político comunista. En 1939, la Unión Soviética entró en el Pacto Mólotov-Ribbentrop con la Alemania nazi que contenía el Protocolo adicional secreto que dividía Rumania, Polonia, Lituania, Estonia y Finlandia en esferas alemanas y soviéticas de influencia. El este de Polonia, Letonia, Estonia, Finlandia y Besarabia en el norte de Rumania fueron reconocidos como partes de la esfera de influencia soviética. Lituania se añadió en un protocolo secreto en segundo lugar en septiembre de 1939. La Unión Soviética había invadido el este de Polonia asignado por el Pacto Mólotov-Ribbentrop dos semanas después de la invasión alemana de Polonia occidental, seguida de la coordinación con las fuerzas alemanas en Polonia. Durante la ocupación del este de Polonia por la Unión Soviética, los soviéticos liquidaron el estado polaco y el encuentro germano-soviético dirigió la futura estructura de la "región polaca". Las autoridades soviéticas inmediatamente comenzaron una campaña de sovietización de las áreas recién anexionadas por la Unión Soviética. Las autoridades soviéticas colectivizaron la agricultura y nacionalizaron y redistribuyeron la propiedad privada y la propiedad estatal polaca. 5. El bloque político comunista. Durante la Guerra Fría, el bloque del Este, también llamado bloque soviético, bloque comunista, bloque oriental, bloque socialista y campo socialista, fue el conjunto de países socialistas en Europa Central y del Este liderado por la Unión Soviética y enfrentado al Bloque Occidental, integrado principalmente por los Estados Unidos y Europa Occidental. El Bloque del Este fue creado entre a finales de la Segunda Guerra Mundial (1945) y al fin de la Guerra Fría con la disolución oficial del Pacto de Varsovia, aceptada por la Unión Soviética, en la reunión de Praga el 1 de julio de 1991. Entonces, la propia Unión Soviética dejó de existir como país el 26 de diciembre de 1991. Del llamado bloque socialista formaban parte los países del centro y este de Europa (por ello el nombre 'Bloque del Este'), al este de la Cortina de Hierro (a excepción de Yugoslavia, un país también socialista pero no alineado), vinculados económicamente por el Consejo de Ayuda Mutua Económica (COMECON) y militarmente por el Pacto de Varsovia. 6. Las intervenciones soviéticas en su área de influencia. La Unión Soviética y Estados Unidos comenzaron a competir por la influencia en América Latina, Oriente Próximo y los estados recién descolonizados de África y Asia, donde el comunismo tenía gran fuerza y donde se vivieron conflictos como Emergencia Malaya o la guerra de Indochina. Aunque algunas cosas –como la enorme asimetría de poder– no han cambiado, la relación entre Estados Unidos y América Latina y el Caribe ya no es como antes. Washington ya no despliega una sola «política latinoamericana», sino diferentes estrategias bilaterales o subregionales: México, América Central y el Caribe conforman un área profundamente integrada, a través de la migración y el comercio, a EEUU; la zona andina constituye el foco de mayor preocupación norteamericano, debido a la inestabilidad política y el narcotráfico; mientras que los países del Cono Sur cuentan con un margen de maniobra que no existía en el pasado. En general, la agenda estadounidense para América Latina está menos basada en la geopolítica, la seguridad nacional y la ideología y más centrada en la economía, en el marco de problemas compartidos como el narcotráfico, el ambiente y la migración. 7. La revolución china. Este conflicto, iniciado en 1927, enfrentó a los nacionalistas chinos del Kuomintang o KMT, guiados por el generalísimo Chiang Kai-shek, con los partidarios del Partido Comunista Chino liderados por Mao Zedong. Se considera que la revolución comenzó en 1946, tras el término de la Segunda Guerra Mundial y la invasión japonesa de China, motivo por el cual los dos bandos, el nacionalista y el comunista, se habían visto obligados a pactar una tregua y formar un frente común contra el ejército invasor. Pero logrado dicho propósito, las tensiones entre ambos reavivaron. Las negociaciones, que intentaban impedir que la guerra civil se reanudase, fracasaron. Después de varios años de lucha, las fuerzas comunistas se hicieron con el control del país, exiliando a las nacionalistas a la isla de Taiwán. El 1 de octubre de 1949 se proclamó la República Popular China, cuya existencia y régimen socialista de gobierno perduran hasta hoy en día. 1. La guerra contra Japón. La guerra ruso-japonesa, del 8 de febrero de 1904 al 5 de septiembre de 1905, fue un conflicto surgido por las ambiciones imperialistas rivales del Imperio ruso y el Imperio del Japón en Manchuria y Corea. Los principales escenarios del conflicto fueron el área alrededor de la península de Liaodong y Mukden, los mares de Corea y Japón y el mar Amarillo. Los rusos buscaban un puerto de aguas cálidas en el océano Pacífico para uso de su Armada y para comercio marítimo. El puerto de Vladivostok solo podía funcionar durante el verano, pero Port Arthur sería capaz de mantenerse funcionando todo el año. Después de la Primera Guerra Sino-Japonesa, el Tratado de Shimonoseki le concedió a Japón la isla de Taiwán, así como el protectorado sobre Corea y la península de Liaodong. Posteriormente Japón se vio obligado a entregar Port Arthur a Rusia. En 1903, las negociaciones entre Rusia y Japón resultaron ser inútiles, así que Japón decidió entrar en guerra para mantener su dominio exclusivo de Corea. 2. La república popular china. La historia de la República Popular China puede dividirse en dos etapas claramente diferenciadas. La primera estuvo dominada por la figura de Mao Tse Tung, que defendió una visión revolucionaria del comunismo en la que todos los aspectos de la sociedad, la cultura, la economía y la política debían estar al servicio de la causa ideológica. Las políticas radicales de Mao llevaron a momentos de crisis en los que otros dirigentes del Partido cuestionarían su autoridad, intentando apartar a Mao de las labores de gobierno, momentos en los que Mao reaccionó lanzando intensas campañas de reafirmación ideológica. Entre esas campañas merecen especial mención el Gran Salto Adelante y la Revolución Cultural, cuyos efectos sobre la sociedad china se dejarían sentir durante mucho tiempo. Tras la muerte de Mao en 1976, su sucesor Hua Guofeng acabará cediendo el poder a Deng Xiaoping, líder pragmático que pondrá fin a las políticas revolucionarias y, manteniendo el carácter centralista y autoritario del Estado, pondrá en marcha una serie de reformas que iniciarían un proceso de intenso crecimiento económico. A finales de los años 1980, la creciente libertad de expresión hizo que empezaran a surgir voces críticas con el régimen, que culminarían en las protestas masivas de 1989. El 4 de junio de ese año, las protestas de la Plaza de Tian'anmen en Pekín fueron sofocadas mediante la intervención del Ejército. Los incidentes de 1989, en los que perdieron la vida cientos de personas, provocaron a un cambio en la cúpula de poder de la República Popular. ¿Qué es crema? En farmacia, una crema es un preparado semisólido para el tratamiento tópico. Las cremas son a base de agua (a diferencia de un ungüento o pomada) contienen de un 60 a 80 % de agua, para poder formar un líquido espeso y homogéneo.