Derechos Fundamentales y Derechos Humanos.
Derechos Fundamentales y Derechos Humanos.
Derechos Fundamentales y Derechos Humanos.
DERECHOS FUNDAMENTALES Y
DERECHOS HUMANOS
José Luís Cea Egaña – Rodrigo Díaz de Valdés.
PALABRAS PRELIMINARES
El constitucionalismo en su recto sentido es, y solo puede ser, humanista. Ello implica que debe
estar fundado en la dignidad de la persona y orientado al respeto y promoción de ella. De esta
manera, el Código Político coherente con el constitucionalismo debe ser interpretado y llevado a la
práctica con sujeción a tal valor supremo.
Debido a ello, el profesor sostiene que la parte orgánica de la Constitución o instrumento de
gobierno tiene un carácter funcional respecto de la declaración de derechos. Por lo tanto, este rasgo
instrumental permite sostener que la parte orgánica se encuentra subordinada a las directrices del
humanismo.
Cabe destacar la importancia de las garantías constitucionales. Estas son acciones y recursos,
especialmente jurisdiccionales, destinados a infundir eficacia a los derechos públicos subjetivos
inherentes a la persona humana y que emanan de su dignidad.
Estas garantías deben ser deducidas y tramitadas en términos expeditos como medios destinados a
ejercer legítimamente los derechos humanos frente a magistraturas imparciales. Si dicho propósito
no se cumple, los derechos consagrados en el Código Político pasan a ser solo letra sin aplicación
en la realidad nacional.
El derecho constitucional atraviesa un periodo de expansión y profundización evidente. La doctrina
influye crecientemente en los órganos constitucionales (legislador, jueces o la administración).
Afortunadamente, se ha enfatizado que lo esencial del constitucionalismo radica en el respeto y
promoción de la dignidad humana y de los derechos y deberes que emanan de aquella.
Lo anterior se refleja en el derecho interno como consecuencia de las duras enseñanzas padecidas
bajo los regímenes de facto que vulneraron tales derechos esenciales. Además, las poblaciones
parecen más conscientes de la titularidad de sus derechos y resueltas a exigir su respeto. No
obstante, se considera que existe una asimetría entre tales derechos y la asunción de los deberes
correlativos.
El profesor alude a la existencia de sombras que hacen dudar de la perdurabilidad de tal
constitucionalismo real. Prueba de ello es la recurrente exigencia de promulgar una nueva
constitución bajo el mecanismo de una asamblea constituyente. Quienes alegan aquello ignoran que
esa vía jamás tuvo éxito en Chile
El tiempo es un factor decisivo para el éxito de los procesos de cambio. Ello aplica tanto respecto a
las reformas de al texto constitucional vigente como a la doctrina y la jurisprudencia. Se debe seguir
avanzando y confiar en que el telos constitucional se arraigará en la cultura jurídica nacional.
Problemas que enfrenta la democracia constitucionalmente vivida:
- Entronizar la cultura de los deberes como supuesto para la vigencia del principio de
solidaridad.
- Compromiso de todos los órganos públicos y los particulares al respeto y fomento de los
derechos esenciales que emanan de la dignidad de la persona humana.
- Sistema de garantías que permita llevar el enunciado normativo a su vigencia efectiva.
CARACTERIZACIÓN DE LOS DERECHOS
FUNDAMENTALES
Capítulo I: “PRECISIONES CONCEPTUALES”
DERECHOS, DEBERES Y GARANTÍAS
El capítulo III de la Constitución versa sobre los derechos y deberes constitucionales, por lo que
cabe preguntarse qué son las garantías en este contexto, ya que en ocasiones se emplea este término
como sinónimo de derecho. Sin embargo, ninguno de estos tres términos es sinónimo.
Las garantías son acciones y recursos procesales cuya efectiva deducción, decisión y cumplimiento
por la magistratura pertinente permite que cobren seguridad y realidad las declaraciones de
derechos y deberes fundamentales. Es fundamental la eficacia de tales garantías, ya que así el texto
jurídico adquiere vida y existe confianza en el régimen constitucional.
Garantías (sentido amplísimo) → Totalidad de instituciones, públicas y privadas, nacionales e
internacionales, sean políticas, jurídicas, sociales o económicas que configuran una cultura de
respeto y promoción de la dignidad humana y de los derechos fundamentales que emanan de ella.
Abarca también los múltiples principios que configuran a la democracia como sistema de vida.
Garantías (sentido amplio) → Resguardos institucionales, principalmente políticos y jurídicos, con
que la democracia en el Estado de Derecho aspira a lograr legitimidad de origen y de ejercicio en el
poder.
Garantías (sentido restringido) → Conceptos o procesos jurídicos de acceso simple y directo a los
órganos que ejercen jurisdicción para que, en un proceso justo y mediante procedimientos eficaces,
otorguen tutela real al ejercicio legítimo de los derechos esenciales.
Tales definiciones no son excluyentes, sino que se complementan y suman entre sí para darse una
vigencia en conjunto.
De nada sirven las declaraciones de derechos si no van acompañadas de las garantías antes aludidas.
Estas últimas permiten llevar los derechos declarados de textos brillantes a valores, principios y
normas eficaces en la realidad cotidiana.
Ahora bien, los derechos y deberes tienen, en general, la misma importancia, ya que donde existe un
derecho correlativamente existe un deber. Quien es titular de un derecho público subjetivo, por
ende, obliga al otro a respetarlo sin excepción.
La Constitución actual realza los derechos por sobre los deberes. Sin embargo, un derecho jamás es
absoluto y siempre trae aparejado el deber correlativo que restringe su ejercicio. Así, en los 26
numerales del art. 19 no se enuncian solo derechos, sino que también deberes.
Cabe destacar, que las garantías no solo amparan y tutelan derechos, sino que también fomentan la
exigibilidad de los deberes respectivos. Las garantías pueden ser deducidas ex ante y ex post, pero
no solo por los gobernados en contra de la autoridad, sino que también por esta última en resguardo
del ordenamiento jurídico.
Por lo mismo, se considera un avance la creación en 2009 del Instituto Nacional de Derechos
Humanos cuya función es promover y proteger el ejercicio de los derechos fundamentales de los
habitantes de Chile.
Ello es una consecuencia del principio de supremacía constitucional contemplado en el inciso 2° del
art.6. Este es un principio fundamental, ya que implica que los preceptos constitucionales obligan
no solo a los órganos estatales, sino que a toda persona o institución.
VALOR DE LA DIGNIDAD
La dignidad es la fuente y sustento efectivo de los derechos esenciales y sus deberes correlativos.
Tanto derechos y deberes esenciales son considerados inherentes a la dignidad de la persona
humana, es decir, le pertenecen por su naturaleza intrínseca.
Dignidad → Calidad de digno por su excelencia y realce.
➔ Calidad de la persona humana que la convierte en fuente y titular de los derechos
inherentes a si naturaleza de ser esencialmente libre, racional, dotado de voluntad y
responsable de sus comportamientos.
Por lo tanto, los derechos fundamentales son la expresión más inmediata de la dignidad
humana. La dignidad es el supuesto básico de todo derecho y deber.
En definitiva, la dignidad es la cualidad del ser humano predicable única o exclusivamente como
atributo suyo, coherente con su inteligencia, libertad e igualdad. Quebrantar la dignidad es, por
ende, lesionar los derechos en su esencia.
Ahora bien, ¿por qué la persona humana es titular única del valor supremo de la dignidad? La
respuesta se encuentra en el Catecismo de la Iglesia que señala que varón y mujer fueron hechos a
la imagen y semejanza de Dios, es decir, el ser supremo, eterno y todopoderoso.
La dignidad, cuando es respetada, se convierte en el valor que posibilita la realización del proyecto
de vida personal que todo ser humano tiene. La dignidad es la fuente, cimiento y justificación de los
derechos y deberes de la persona humana.
La dignidad existe y obliga tanto respecto del sujeto mayor o menor de edad, de cualquier sexo y
condición, sea que se halle consciente como del que tiene sus facultades mentales reducidas. Violar
el principio del respeto a la dignidad es destruir el fundamento de la convivencia en una sociedad
civilizada.
Dentro de los derechos intrínsecos a la calidad de persona humana se encuentra la vida, la
integridad física y psíquica, la intimidad, el honor, la imagen propia y el santuario de la conciencia.
Se tratan de los derechos personalísimos o nucleares que encuentran su fuente y sustento en la
dignidad, tal como los deberes correlativos a los mismos.
GOBIERNO
Corresponde al ligamen entre el capítulo III y el IV de la CPR. Efectivamente, el constitucionalismo
requiere infundir al ejercicio de los derechos estabilidad y seguridad para su materialización
concreta. Por lo tanto, al gobierno le corresponde la misión de construir, mantener y estimular ese
ambiente de convivencia pacífica, justa y que haga posible cumplir con los derechos y deberes
fundamentales.
Cuando se alude a gobierno se hace comprendiendo al presidente de la República, los ministros y a
todos los servicios e instituciones que integran la administración del Estado. No obstante, el
profesor es enfático en el sentido amplio del término gobierno. De esta manera, todos los demás
órganos del Estado tienen la exigencia de contribuir al bien común.
APLICACIÓN DELIMITADA
Primer límite
Los derechos referidos en el art. 19 no aseguran a toda la humanidad, sino que solo a las personas
sometidas al ordenamiento jurídico chileno, sean estas naturales o jurídicas, nacionales o
extranjeras, privadas o públicas, domiciliadas o transeúntes.
Se percibe un sentido territorial de la aplicación del ordenamiento constitucional, extendido a las
excepciones de extraterritorialidad. El profesor no descarta la internacionalización del ordenamiento
constitucional sobre los derechos humanos, para que estos sean siempre y en todo lugar respetados.
Segundo límite
Existen ciertos derechos que por su naturaleza solo pueden corresponder a las personas naturales.
No obstante, la regla general es que los derechos y deberes que consagra el capítulo III tienen como
titular a las personas naturales y jurídicas indistintamente.
Límite adicional
Los derechos no humanos son aquellos de los que, supuestamente, sin titulares las cosas, los bienes
o la tierra misma. El profesor non está muy de acuerdo con esta tesis, más bien sostiene que los
hombres tienen que cuidar siempre y con especial celo, los recursos naturales que forman parte de
su ambiente.
En definitiva, el desarrollo sustentable que debe acompañar el progreso humano no trae consigo la
idea de un hecho subjetivo radicado en los recursos naturales.
CATÁLOGO NO TAXATIVO
La declaración de derechos contenida en el capítulo III es la más larga y completa de las contenidas
en las CPR, pero ello no significa que sea un catálogo cerrado o taxativo. Los argumentos que
permiten sostener esta tesis son:
- La CPR no infunde al art. 19 el carácter de enunciado exclusivo y excluyente, ya que se
tratan de derechos que emanan de la propia naturaleza humana y son tantos como esta los
revela. Se tratan de derechos que se han ido dilucidando con el progreso de la civilización.
- El art. 5 inciso 2 incorpora al catálogo del art. 19 todos los derechos, deberes y garantías
fundamentales que se encuentren en los tratados internacionales.
Cabe señalar, que la aplicación de estos tratados procede solo en subsidio o con rango
complementario de lo dispuesto en el sistema jurídico nacional en la materia. No obstante,
el profesor considera que dichas convenciones tienen la misma jerarquía constitucional que
los derechos propugnados en el art. 19. Merecen idéntico respeto y promoción de los
atributos esenciales.
- Los derechos humanos son tantos como el progreso y desarrollo de la humanidad vaya
descubriendo y haciendo necesario reconocer y proteger para la elevación de la calidad
espiritual y material de vida.1
El profesor destaca la falta de reconocimiento del rango constitucional de los derechos proclamados
en los tratados internacionales suscritos y vigentes en Chile
1
Ello no implica que se deba caer en una expansión inflacionaria de los derechos humanos, pero tampoco es
sensato cerrarse al progreso del humanismo
impidan la igualdad entre los chilenos (art. 10 N°17 CPR 1925) o el derecho a los estudiantes
universitarios a escoger la enseñanza y tuición de los profesores que prefieran.
DERECHOS SOCIALES
Estos derechos, también llamados de segunda generación, son fundamentales para la integración de
la persona humana en los grupos intermedios y a la concreción de los fines de vivir cabalmente
según la dignidad humana.
A diferencia de estos derechos, los de primera generación dependen de la conducta de quienes son
sus titulares, es decir, de los particulares. Esto hace que no sea menester realizar esfuerzos
especiales para gozar de ellos.
Solidaridad y Subsidiariedad
Tanto el Estado – Gobierno como la Sociedad Civil están vinculadas al proceso de concreción de
los derechos sociales.
Solidaridad → Actitud consciente en contribuir al bien común mediante la cooperación para
resolver las necesidades del prójimo, asumiéndolas como propias y tratando de paliarlas o
solucionarlas.
Esta actitud se evidencia en el art. 3 inciso 3 y el art. 115 inciso 1 del Código Político actual.
La Sociedad Civil está llamada para la concreta materialización de los derechos sociales. Se trata de
una comunidad nacional activa, solidaria y participativa a la que se le entregan normas que faciliten
su injerencia. Así, el Estado tiene un rol subsidiario.
Derechos y expectativas
En la CENC se sostuvo que los derechos sociales no eran tales, sino que meras aspiraciones,
pretensiones o expectativas. Por lo mismo, se consideró que no era menester reconocer en favor a su
ejercicio una acción o recurso para lograr su cumplimiento efectivo.
Democracia social y solidaridad
Por lo tanto, la concreción de los derechos sociales pasa a depender de la capacidad del Estado. De
esta manera, mientras este no tenga los medios suficientes para satisfacerlos, tampoco puede
imponerse la obligación de cumplirlos.
Se consideró que poner énfasis a los derechos sociales era incurrir en la demagogia o en populismo,
por lo que su concretización era poco garantizada. No obstante, el profesor no comparte tal idea,
sino que debe tenerse en cuenta la satisfacción de los derechos sociales para que todos y cada uno
de los integrantes de la comunidad nacional puedan tener su mayor realización espiritual y material
posible.
Dicho objetivo no incumbe solo al Estado, sino que también a la personas y grupos intermedios de
la Sociedad Civil. Rehuir tal premisa implica el aumento del aparataje público y la creación de una
burocracia ineficiente.
De esta manera, es obligación del legislador dictar normas que permitan e incentiven la posibilidad
de las agrupaciones intermedias en coadyudar en la materialización de derechos sociales bajo el
principio de solidaridad.
Democracia socialista ≠ democracia social
La primera alude a la democracia implementada desde arriba, por órdenes del Estado – Gobierno y
con recursos fiscales pródigamente dispensados. En cambio, la democracia social implica la
realización del gobierno participativo en la solución de las demandas socioeconómicas de la
población, es decir, sostiene la injerencia definitiva de la Sociedad Civil.
En la democracia social la concreción de los derechos sociales implica un flujo ascendente de
esfuerzos, lo que solo es posible en un ambiente cultural de conciencia cívica y política elevada. La
democracia social realmente vivida enriquece la democracia política, ya que impulsa la
participación de los ciudadanos en la solución de problemas comunes e infunde eficacia a los
mismos.
FILOSOFÍA INSPIRADORA
El capítulo III se resume en una cosmovisión de la persona humana focalizada en su dignidad y en
los derechos y deberes inherentes a tal cualidad. Al respecto, el profesor concluye:
1. El Poder Constituyente asume una concepción afín con el derecho natural, según la que los
derechos y deberes emanan de la dignidad intrínseca de toda persona humana. Así, no es el Estado –
Gobierno quien crea tales derechos y deberes, solo los reconoce, fomenta y protege.
2. Los DD.HH son intrínsecos a la dignidad de la persona y esenciales para su desarrollo pleno. Sin
embargo, no todos los derechos humanos gozan de la misma jerarquía. De esa premisa no se sigue
que la persona humana pueda renunciar a ellos.
3. El Poder Constituyente entregó mayor preponderancia a los derechos individuales que a los
derechos sociales. Este panorama no ha sido alterado con las reformas a la Carta Fundamental.
Cabe señalar que en este capítulo subyace inequívocamente el principio de subsidiariedad, ya que es
el que infunde sentido a la igualdad de oportunidades para participar en la vida nacional.
SUBSIDIARIEDAD ESTATAL
Al Estado le incumbe el ejercicio exclusivo de la legislación, gobierno y judicatura; así como otras
potestades y competencias propias como el control de la política monetaria, cambiaria, crediticia y
fiscal.
No obstante, la acción privada debe representar el principio general en favor de una democracia más
amplia y efectivamente vivida. Se debe dar injerencia a la Sociedad Civil en la gestión y solución de
cuestiones de interés pública.
Este principio se refiere a todos los derechos y deberes sin excluir ninguno, pese a que la CPR
parece remitirlo solo a las garantías de índole económica. Por lo tanto, este principio implica la
contracción del Estado en beneficio de la expansión de la Sociedad Civil. Sin embargo, ese Estado
tiene la obligación de expandirse si la Sociedad Civil no cumple su rol en la concreción del bien
común.
RESTRICCIÓN Y SUSPENSIÓN
Las limitaciones extraordinarias al ejercicio de los derechos fundamentales tienen lugar cuando se
ha implementado uno o más de los estados de excepción constitucional, esto es:
- Estado de asamblea → guerra exterior
- Estado de sitio → guerra interna o grave conmoción interior
- Estado de emergencia → grave alteración al orden público o grave daño para la seguridad
de la Nación
- Estado de catástrofe → calamidad pública
En tales casos, se puede limitar el ejercicio habitual o corriente de un derecho o suspenderlo del
todo. Pero siempre por un plazo determinado y definido, en la forma prescrita por la Constitución,
por la autoridad competente y con los debidos controles políticos, judiciales y de opinión pública.
En caso de ser una suspensión indefinida se estaría ante una privación o despojo de un derecho, lo
que es propio de regímenes de facto o dictaduras.
CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD
Ejerciendo este control, sea por requerimientos de inaplicabilidad o por proceso posterior de oficio
o como secuela de acoger una acción pública pertinente, el TC ha ido superando su criterio clásico
como órgano que solo estaba llamado a la solución de conflictos entre poderes estatales.
El TC se ha convertido en un legítimo garante del ejercicio de los derechos fundamentales, a través
del control de supremacía constitucional concreto mediante el recurso de inaplicabilidad. Cabe
recordar, que lo anterior puede dar lugar a un eventual pronunciamiento ulterior de
inconstitucionalidad erga omnes.
Dicha línea jurisprudencial ha permitido el avance del derecho constitucional. A ello se suma la
armonía entre los tribunales superiores y el TC.
DERECHOS DE TERCERA GENERACIÓN
Estos incluyen el derecho a la paz, la seguridad y la protección colectiva. Así como la tutela
internacional del medio ambiente, la autodeterminación de los pueblos y al desarrollo humano en un
ambiente solidario entre naciones.
Se abre, por lo tanto, la injerencia activa de los organismos internacionales en los Estados cuyos
gobernantes violan de forma sistemática y masiva los derechos de la persona humana. Se tratan de
situaciones gravísimas que no pueden dejar a la comunidad internacional en silencio.
DECLAMACIONES Y REALIZACIONES
Junto con reconocer la importancia de los derechos se debe reconocer lo difícil que es delimitar su
contenido, despojarlos de manipulaciones ideológicas y establecer procedimientos eficaces para
llevarlos a la práctica.
Se debe evitar la explosión e inflación de los derechos públicos, ya que ello conlleva a su falta de
eficacia, convirtiéndose en declamaciones o enunciados literales que terminan desprestigiando al
sistema del que son parte.
UNIVERSALIZACIÓN E INTERNACIONALIZACIÓN
Universalización de los derechos humanos Proceso de difusión de su reconocimiento y
promoción en todos los Estados, habiendo por ello el hombre y la mujer comenzado a ser
respetados como ciudadanos del mundo.
Internacionalización de los derechos humanos Proceso cuyo rasgo tipificante es la incorporación
del reconocimiento y promoción de los derechos fundamentales a los tratados internacionales sean
de alcance universal o regional, configurándose así el derecho constitucional internacional o
supranacional.
Ambos procesos son lentos y se complementan recíprocamente, pero se trata de un camino que debe
ser recorrido con la finalidad de asegurar y promover la dignidad de la persona y el ejercicio de los
derechos humanos.
El obstáculo más difícil al que se enfrentan estos procesos es el concepto de soberanía arcaicamente
concebido. Bajo tal perspectiva, los derechos humanos valen y son ejercitables solo en la medida
que permite la autoridad estatal de cada comunidad independientemente considerada.
No obstante, ya es un hecho que la soberanía dejó de ser absoluta e ilimitada. Existe un proceso de
profundo cambio político y jurídico cuyo fin es realzar la supremacía de la dignidad humana.
CONSTITUCIONALIZACIÓN DEL DERECHO
Constitucionalización del derecho Proceso en virtud del cual la supremacía que singulariza a la
CPR se hace patente en la sumisión a los valores, principios y normas de aquella por las leyes,
decretos, actos administrativos, sentencias judiciales o fiscalizaciones. Tal proceso también se hace
extensivo a las actuaciones de los particulares.
La CPR obliga a todos, tal como lo señala el art. 6. Al respetar tal supremacía constitucional, el
sistema jurídico entero se somete a su contenido. Esto hace de la Ley Suprema, efectivamente, la
normativa máxima a la que se encuentran subordinadas las demás.
No obstante, esta constitucionalización implica también la aplicación directa o inmediata de los
valores, principios y normas de la CPR, sin necesidad de disposiciones legales que medien para que
el contenido constitucional se haga aplicable.
Lo anterior conlleva al efecto horizontal o de irradiación de los fallos dictados por el TC, los que,
sin llegar a ser precedentes, tienden a concitar la adhesión de los jueces, la doctrina y del legislador.
Así, el sistema jurídico entero se ve impregnado del thelos constitucional.
Lo anterior se ve claramente favorecido por la justicia constitucional, la que se halla representada
por los Tribunales Constitucionales. Estos últimos tienen funciones múltiples y delicadas destinadas
a defender la supremacía de la CPR, preventivamente o ex post, en concreto o en abstracto.
No obstante, también son genuinos garantes de los derechos esenciales los órganos jurisdiccionales
en general cuando revisan los actos administrativos y las conductas de los particulares a través de
los distintos recursos disponibles.
ENRIQUECIMIENTO Y COMPLEMENTACIÓN
El profesor hace notar la existencia de un proceso dinámico de enriquecimiento de los derechos
humanos y de las garantías destinadas a protegerlos. Ello es el resultado de la interacción entre los
sistemas jurídicos nacionales y los supranacionales.
De esta manera, el concepto clásico de soberanía que excluye a otras jurisdicciones no consentidas
ha sido desplazado por el principio de respeto a la dignidad y los derechos fundamentales. Se ha
abierto paso a la injerencia activa de los organismos internacionales para velar por el respeto de los
derechos fundamentales.
Sin embargo, falta institucionalizar los órganos, las competencias y los procedimientos que
permitan realizar una defensa más justa y eficaz de los derechos fundamentales. La adopción en
1998 del tratado que establece la Corte Penal Internacional es un gran avance en ese sentido.
Los derechos de primera, segunda y tercera generación se consideran complementarios, aunque se
reconoce la dificultad para armonizarlos y coordinarlos. No obstante, se distingue que los derechos
de primera generación tienen su esencia en la protección del individuo frente al Estado.
Por su parte, los derechos de segunda generación versan sobre prestaciones de las que son
acreedores todos los seres humanos, debiendo el Estado y la Sociedad Civil satisfacerlas. Por
último, los derechos de tercera generación son difíciles de cualificar, pero se reconoce un avance en
su contenido.
El profesor realza la necesidad de ir creando conciencia para la articulación de derechos de tercera
generación con alcance internacional, lo que es un proceso lento y reflexivo que va de la mano con
el proceso de globalización de las comunicaciones, mercados e instituciones de la más diversa
índole.
¿SON RENUNCIABLES LOS DERECHOS FUNDAMENTALES?
La respuesta es categóricamente negativa. Jurídicamente los valores, principios y normas relativas a
los derechos y deberes de la persona humana configuran un régimen que es de derecho y orden
público, lo que implica que se trata de atributos imposibles de abdicar al ser inherentes a la
naturaleza humana.
Tales derechos son una conquista de la civilización, por lo que sería absurdo apelar a la autonomía
de la voluntad para su desprendimiento individual y colectivo. Cabe agregar, que el derecho mismo
de la CPR asegura el reconocimiento, respeto y fomento de tales derechos esenciales excluyendo la
posibilidad de renunciar a uno o más de ellos.
La autonomía de la voluntad resulta marginada de toda injerencia en la renunciabilidad y su
improcedencia ha quedado aceptada. Si se pudiese renunciar a estos derechos se generarían
consecuencias devastadoras que acarrearían un perjuicio a los titulares de los derechos y deberes
esenciales.
2
La Ley N°19.734 de 2001 derogó la pena de muerte, aunque sin abolirla (prohibiéndola por completo y de
forma irreversible) En lugar de la pena capital, esta ley implantó el presidio perpetuo calificado. De esta
manera, el condenado solo está habilitado para pedir la libertad condicional transcurrido 40 años de condena.
ESTADO HUMANO Y BIEN COMÚN
Según el Papa Juan Pablo II el Evangelio de la vida no es solo para los creyentes, sino que para
todos. El tema de la vida y de su defensa y promoción no es una prerrogativa ni tarea única de los
creyentes. La vida se trata de un valor que cada ser humano debe respetar.
Cuando la Iglesia declara que el respeto incondicional del derecho a la vida de toda persona
inocente (desde la concepción a la muerte natural) es uno de los pilares sobre los que se basa toda
sociedad civil quiere promover un Estado humano que reconozca como deber primario la defensa a
los derechos fundamentales.
Reconocer y tutelar el derecho a la vida es fundamental, ya que sobre este derecho se edifican y
fundamentan todos los demás derechos inalienables del ser humano. Ahora bien, el derecho a la
vida implica el derecho de que nadie atente contra nuestra vida, pero ello no implica que se tenga
dominio sobre la misma.
De esta manera, el derecho a la vida consiste en la facultad de exigir de otros la inviolabilidad de
ella. Por lo tanto, es ilegal cualquier hecho que atente contra la vida del sujeto, aunque la causa
provenga de él mismo.
Cabe señalar que la jurisprudencia actual tiende a desestimar la doctrina que sostuvo la exclusividad
del Estado de proporcionar las acciones de salud necesarias para conserva la vida, sobre la base de
carecer de los recursos necesarios para otorgarlos. De esta manera, se impone al Estado la
obligación de proporcionar las acciones de salud requeridas por quienes carecen de los medios para
hacerlos por sí mismos.
El derecho a la vida no comprende las enfermedades naturales que padecen o pueden sufrir las
personas. En una sentencia de la Corte Europea de Derechos Humanos de 2002 (caso Pretty v/s
Reino Unido) se dio énfasis a la obligación que tienen los Estados de proteger la vida, sin que exista
la libertad por el titular para decidir qué hacer con su propia vida al punto de quitársela a él mismo.
De esta manera, el derecho a la vida no implica un derecho negativo de derecho a la muerte.
CONCEPTO DE VIDA
Corresponde al derecho más importante, el derecho supremo del ser humano y conditio sine qua
non para el goce de todos los demás derechos. La vida es la fuerza misteriosa y creadora. Consiste
en un devenir continuo que se opone a la inmutabilidad del ser.
Se debe tener en cuenta que lo hecho o no durante la vida se prolonga más allá de su existencia, sea
a través del respeto al honor, la imagen o los bienes de la persona o su familia.
Vida (art. 74 CCC) La existencia legal de toda persona principia al nacer, esto es, al separarse
completamente de su madre. La criatura que muere en el vientre materno, o que perece antes de
estar completamente separada de su madre, o que no haya sobrevivido a la separación un momento
siquiera, se reputará no haber existido jamás.
Vida (sentido natural y obvio) Fuerza o actividad interna sustancial mediante la que obra el ser
que la posee. Corresponde al ímpetu que opera como principio del movimiento de cada ser viviente.
De esta manera, la definición legal es mucho más restringida, ya que se inicia con la separación
completa de la persona con relación a su madre.
CONCEPTO DE LA MUERTE
El derecho a la vida no debe ser interpretado como permisivo de su concepto opuesto, es decir, el
derecho a la muerte.
Muerte (sentido natural y obvio) Cesación o término de la vida o momento en que el alma se
separa del cuerpo.
Muerte clínica Cesación permanente del funcionamiento del organismo humano.
Muerte biológica Cesación total de la actividad de todas y cada una de las células de los tejidos
que sucede gradualmente y es seguida de un proceso de descomposición.
Muerte ontológica Momento de separación del alma del cuerpo.
La determinación de la muerte suele ser compleja, debiendo siempre evitarse declarar fallecido a
quién realmente no lo está.
¿CUÁNDO TERMINA LA VIDA?
El TC se pronunció sobre el concepto de muerte 3, aludiendo a que la muerte real, unívoca e
inequívoca del ser humano se experimenta con la abolición total e irreversible de todas las
funciones encefálicas.
3
Rol 220 considerandos 15° y 16° de 1995