Unidad 2. Complementosudima
Unidad 2. Complementosudima
Unidad 2. Complementosudima
Una vez emitido el sonido, esta banda sonora es susceptible de medirse en función de
su intensidad, frecuencia y duración. El espectograma, por su parte, representa los rasgos
acústicos del sonido, que reflejan la articulación de este. Por otro lado, la fonética
perceptiva atiende el proceso fisiológico que permite traducir el sonido a una materia
lingüística, susceptible de interpretación. Cuando el receptor interpreta un sonido, realiza
una operación de selección y de categorización: elige lo que es relevante lingüísticamente.
Este proceso de categorización permite establecer una diferencia entre el sonido como
fenómeno físico (fonética) y el sonido como elemento lingüístico con valor distintivo
(fonema y fonología). La forma, cuando el receptor reconoce el fonema /e/,
independientemente de que su pronunciación sea más grave, esta categoría de fonema le
permite distinguir perra, parra y porra.
La agrupación de fonemas da lugar, en primer término, a la sílaba (comunidad
estructural, desprovista de significado). La combinación de sílabas puede generar
unidades con significado: palabra, grupo de palabras, oraciones, textos. La sílaba se
organiza en torno a un núcleo (vocálico, en español) y dos posiciones de margen silábico:
antes del núcleo (ataque) y después (coda). Junto a las unidades mentales (sonidos y
sílabas), encontramos otros fenómenos suprasegmentales, que se superponen a las
unidades mentales y se aplican a más de un fonema. Entre estos fenómenos, podemos
destacar el acento (suprasegmento de palabra) y la entonación (suprasegmento de
enunciado).
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Además de estos criterios, que no siempre se aplican del mismo modo sobre el
sistema ortográfico del español opera la analogía, entendida como la unidad gráfica de
variantes gramaticales de una palabra o de palabras que comparten una misma base léxica.
Así, la grafía de hábil se mantiene en hábiles, habilidad, habilitar o habilitación. No
obstante, no siempre funciona la analogía, porque hay un desajuste entre grafía y sonido:
sucede con los verbos en -ger o -gir (elegir, elegimos, pero elijo y elija) o con los plurales
en -z (perdiz y perdices).
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Estas dos circunstancias explican que la aplicación de la norma sea más uniforme
en la escritura que el soporte oral donde los sonidos y la entonación, por ejemplo, están
más expuestos a procesos de cambio y variación. A esta tensión entre norma y uso, se
añade la que se establece entre los usos generalizados de los sonidos en distintas áreas
hispánicas, sobre todo cuando la pretensión es establecer una norma ortográfica única.
Así, sucede con el seseo, variante fónica más extendida en español. La implantación de
la norma castellana norteña, que sí distingue los sonidos, da lugar a una diferenciación
gráfica (casa frente a caza) que no existe en la pronunciación seseante y que, como es
normal, es fuente de errores ortográficos para los hablantes de modalidades seseantes. Por
otro lado, y en sentido contrario la desaparición de la tilde sobre algunas palabras del tipo
guion, truán o hui responde a la pronunciación de la mayor parte de los hablantes
hispanoamericanos que hace un diptongo (una sola sílaba: guión), frente a otra parte de
los hispanohablantes, entre ellos, los castellanos norteños) que pronuncian en dos sílabas,
como hiato (gui/on).
Los docentes debemos modular nuestra exigencia de acuerdo con factores como el
nivel educativo o el grado de formalidad de la situación comunicativa. Asimismo, algunos
errores obedecen al origen del hablante (el seseo mayoritario en español genera confusión
de grafías); las interferencias lingüísticas o el aprendizaje del español como segunda
lengua explica que un estudiante italiano tenga dificultades con el uso de las tildes o que
una estudiante rumana escriba de manera diferente. A la hora de perfeccionar la ortografía
parece recomendable el aprendizaje ortográfico contextualizado, el planteamiento
variado de ejercicios, el diseño de actividades a partir de vocabulario frecuente (adaptado
al nivel educativo) y una metodología que combina la indagación y la lectura total (visual)
de la palabra.
Mientras que los morfemas gramaticales son elementos que integran series cerradas,
los morfemas léxicos se incluyen en series abiertas, establecen relaciones genéticas entre
diferentes vocablos (limpieza, limpiar, limpio, limpiadoras) y participan en la creación
de nuevas palabras. Por su parte, los morfemas gramaticales son los encargados de
grabar las palabras que aparecen en el discurso. La propiedad sintáctica de los morfemas
gramaticales es lo que explica la posición que ocupan la palabra: son los morfemas más
externos y, dentro de estos, el número es el más periférico.
Las palabras se agrupan por su semejanza en clases o categorías, de acuerdo con los
comportamientos gramaticales o su manera de significar. Siguiendo la tradición de la
gramática grecolatina en la nómina de clases de palabras generalmente aceptada es esta:
sustantivo, adjetivo, verbo, adverbio, artículo (o determinante), pronombre, preposición
y conjunción. Una clase de palabra (o categoría gramatical) puede definirse de acuerdo
con un conjunto de rasgos morfológicos, fónicos, semánticos y sintácticos. Desde un
punto de vista morfológico las palabras son variables o invariables.
La morfología flexiva se desarrolla sobre todo en dos grandes espacios
(morfología verbal y nominal). Fonéticamente, las palabras pueden ser átonas o tónicas:
los sustantivos, adjetivos y verbos son tónicos; los artículos no lo son; sin embargo, puede
haber pronombres átonos (me) o tónicos (mí, yo). Semánticamente las palabras pueden
ser léxicas (aluden de manera simbólica del mundo del que hablamos) como los adjetivos,
verbos o sustantivos, o gramaticales (asocian las palabras en la cadena nacional), como
los artículos de las conjunciones. Y, por último, se pueden caracterizar las palabras según
su comportamiento sintáctico y su modo de combinarse con los demás: la proposición
procede al grupo de palabras el que afecta; el pronombre es un elemento que puede
funcionar autónomamente (él); mientras que el artículo (el) precede del sustantivo al que
modifica.
Las categorías se definen por una serie de rasgos comunes, sin embargo, los
límites no son absolutos ni pueden fijarse con total precisión. Partiendo de la distinción
entre clases de palabras léxicas y funcionales, podemos considerar que los sustantivos,
los objetivos y los verbos son léxicas; los artículos (determinantes), pronombres,
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Las palabras, de acuerdo con los rasgos semánticos señalados, se agrupan para
constituir unidades estructurales, que se configuran jerárquicamente y que establecen
relaciones sintácticas de diverso tipo con otros grupos de palabras. Estos grupos de
palabras (o sintagmas) se organizan en torno a un núcleo, término que confiere identidad
del sintagma. En general, se suma la asistencia de cinco tipos de sintagmas de acuerdo
con la palabra núcleo: SN, SV, SAdj, SAdv, SPrep.
Por encima de las unidades sintomáticos, se encuentra la estructura oracional,
formada por dos constituyentes: un SN y un SV cuyos núcleos mantener una relación de
concordancia en número y en persona; estos dos sintagmas son las unidades mayores
dentro de la oración; dentro de cada uno de estos sintagmas engloban otras de menor
jerarquía. En este sentido, conviene hacer una distinción entre oración (unidad estructural
formada por dos constituyentes informáticos) y enunciado (fragmento del discurso que,
en un contexto determinado, cumplan intención comunicativa).
La oración, por tanto, parte de un eje sintáctico qué es el verbo en forma personal
que establece por su morfología una concordancia con el núcleo del sujeto. Dentro de
estas dos constituyentes SN (sujeto) y SV (predicado) se encuentra en otras estructuras
informáticas que desempeñan determinadas funciones sintácticas: en un SN puede haber
determinantes, posiciones, complementos de nombre; en un SV se encuentran contamos
que pueden funcionar como complemento directo, complemento preposicional regido,
atributo, complemento directo, circunstancial, etc.
La clasificación de las oraciones responde a distintos criterios. Atendiendo a la
estructura de constituyentes, la oración puede ser bimembre con SN y SV, como Luis
trabaja mucho; o unimembre solo con SV (predicado), como Llueve en Madrid.
Considerando el significado del verbo, podemos hablar de verbos predicativos o de
verbos atributivos. A su vez, dentro de las oraciones con verbo explicativos, pueden
establecerse otros subtipos: transitivos o intransitivos, activas o pasivas… Si nos fijamos
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que trata de responder a por qué las estructuras lingüísticas se construyen de esta manera,
y otra más práctica, que permitirá, gracias al saber metalingüístico, analizar con más
precisión las producciones lingüísticas ajenas y construir reflexivamente nuestras propias
producciones.
Por todo ello, los docentes hemos de acostumbrar a los estudiantes a generalizar
a través de explicaciones, a observar no solo lo extraño, sino especialmente lo normal, y
a dar explicaciones de los procesos sintácticos. Desde un punto de vista metodológico se
propone el análisis gramatical a partir de secuencias breves, los ejercicios de análisis
inverso (el docente proporciona el esquema sintáctico y el estudiante ofrece una oración
como ejemplo del esquema), la comparación de construcciones gramaticales y
gramaticales, el ejercicio de pares mínimos o los ejercicios basados en la ambigüedad.
Nos encontramos con el caso de la sinonimia parcial por ejemplo para hablar del bus nos
encontramos con autobús en la península y guagua en las Islas Canarias.
Por su parte, las relaciones de inclusión se establecen entre términos más amplios y
restrictivos. Así, árbol es un término que engloba referencialmente a pino, encina o haya:
árbol es hiperónimo y pino es hipónimo. Entre pino, haya y encina se da una relación
de cohiponimia. Este tipo de relación de mayor extensión (árbol) o mayor intensión o
restricción se reconoce en otros niveles: los pronombres sustantivos de límites difusos
(algo o cosa) acogen bajo su órbita cualquier referencia nominal; el verbo hacer
reemplaza, a modo de proforma, el significado de cualquier verbo de acción. Asimismo,
entre el sustantivo chaqueta (o saco) y la manga, se establece una relación de inclusión
basada en el todo (holónimo) y la parte (merónimo).
Por último, los enunciados fraseológicos son construcciones fijas con valor
comunicativo que funcionan de manera autónoma dentro del discurso. Dentro de este
grupo, reconocemos las paremias (refranes o sentencias: a perro flaco todo son pulgas)
y las fórmulas rutinarias (construcciones fijas de interacción social: ¡vaya rollo!). Con
respecto a este tipo de formaciones fijas o semifijas, han de tenerse en cuenta dos
cuestiones: a) el proceso de fijación parte del significado denotativo en la estructura libre
y b) estas fijaciones, como sucede con otras piezas del vocabulario, están condicionadas
por su uso: su frecuencia, contexto lingüístico en que se emplea, situación geográfica…