Manual Altura Telco Ii
Manual Altura Telco Ii
Manual Altura Telco Ii
INDICE
1.- INTRODUCCIÓN
2.-NORMATIVA Y LEGISLACIÓN
3.-FÍSICA DE LA CAÍDA
6.-DISPOSITIVOS DE ANCLAJE
9.-IDENTIFICACIÓN DE RIESGOS
1. INTRODUCCIÓN
Los accidentes producidos por las caídas a distinto nivel, continúan siendo una de las principales causas de
absentismo laboral, muertes y lesiones irreversibles. Un buen número de tareas se realizan a más de 2 metros del
suelo, sobre superficies aparentemente
ente estables y seguras, donde un pequeño error puede tener consecuencias
fatales.
Durante la última década, se ha experimentado un espectacular desarrollo tanto de las técnicas, como de los
materiales específicos para la prevención de los riesgos deriv
derivados
ados de la realización de trabajos en altura. Actualmente
existen en el mercado suficientes equipos de protección individual y colectiva, que permiten dar soluciones para la
seguridad de los trabajadores en la práctica totalidad de las situaciones de traba
trabajo
jo habitual.
La instrucción y formación en materia de seguridad constituyen unos de los eslabones fundamentales en los que
basar la estrategia preventiva de accidentes. El propio trabajador debe ser realmente consciente de los riesgos que
corre, y por tanto,
anto, conocer los métodos más adecuados para su autoprotección. Pero no basta con eso, debe
aplicarlos en la práctica cotidiana e incorporarlos sistemáticamente al tipo de trabajo que realice. Tal vez esto sea lo
más difícil de conseguir, en muchos casos h habrá
abrá que romper con una rutina basada en la tristemente célebre frase:
“esto sea hecho siempre así y nunca ha pasado nada.”
El objetivo de UNITEC es formar a los trabajadores dotándoles de las técnicas necesarias para realizar los trabajos
en altura conn seguridad, así como facilitar un cambio de actitud que permita que estas técnicas formen parte su
rutina labora.
El trabajo en postes de madera y hormigón ha demandado en forma progresiva que muchos trabajadores con
diferente formación desarrollen labores;
ores; esto ha requerido personal idóneo, entrenado y con una adecuada dotación
de equipos de protección contra caídas que disminuyan la posibilidad de accidentes por trabajos en altura; sin
embargo, y al revés de esta necesidad, el sector de las telecomuni
telecomunicaciones
caciones carece en una gran parte de estas
condiciones y muchos de los trabajadores que desarrollan día a día dichas tareas, son personal con formación
empírica, sin adecuados equipos de protección ni capacitación especí
específica
fica en los temas de seguridad.
Las consecuencias
onsecuencias se han hecho sentir a través del tiempo, y las estadísticas por
lesiones incapacitantes y muertes laborales se han ido elevando en relación directa con
la expansión de las redes de comunicaciones y por ende con la multiplicación
desmesurada de las torres.
2. NORMATIVA Y LEGISLACIÓN
Real Decreto 1215/1997. Disposiciones mínimas de seguridad y salud para la utilización por los trabajadores de los
equipos de trabajo
Este RD regula las características de los equipos de trabajo, entendiendo como tales cualquier máquina, aparato,
instrumento o instalación utilizado en el trabajo.
El empresario debe velar por que los equipos de trabajo escogidos para los trabajadores sean adecuados y adaptados
al trabajo, de modo que garanticen su seguridad y la salud de los trabajadores que lo utilizan. Por ello, se deben tener
en cuenta las condiciones y las características específicas del trabajo y de los riesgos que puedan derivarse de su
utilización.
Por ejemplo, el empresario debe decidir entre una línea de anclaje horizontal o una plaqueta de anclaje, tomando
como base los trabajos que se lleven a cabo.
El mantenimiento de los equipos de trabajo debe hacerse, en términos generales, de acuerdo con las instrucciones del
fabricante y, además, deben hacerse comprobaciones a los que ya están instalados. Esto implica, por ejemplo, la
revisión de los anclajes fijos a la estructura antes de comenzar los trabajos.
Continuando con las indicaciones de la ley 31/1995, el trabajador debe tener formación suficiente y necesaria sobre
los riesgos que se deriven de la utilización de los equipos de trabajo. El RD define unos contenidos formativos
generales para las personas cuyas tareas incluyan el montaje de andamios y para los trabajadores que tengan que
realizar tareas mediante técnicas de acceso mediante cuerdas (trabajos en suspensión).
Asimismo, exige la elaboración de un plan de evacuación que contemple el rescate en caso necesario como, por
ejemplo, que una persona se encuentre inconsciente en colgando de un arnés.
El último aspecto que se va a resaltar sobre la relación del RD 1215/1997 con los trabajos temporales en altura es que
éste prohíbe la realización de estos trabajos cuando las condiciones meteorológicas (viento, lluvia, nieve, granizo,
calor o frío extremo) pongan en peligro la salud y seguridad de los trabajadores.
Real Decreto 1627/1997. Disposiciones mínimas de seguridad y de salud en las obras de construcción
Este RD es la transposición de la Directiva Europea 92/57/CEE, la cual establece las disposiciones mínimas de
seguridad y salud que deben aplicarse en obras de construcción temporales o móviles.
Este RD cataloga los trabajos en altura como riesgo especial para la seguridad y salud de los trabajadores. Para reducir
la probabilidad de caída indica que, en primera instancia, se deben instalar dispositivos de protección colectiva, tales
como barandillas, plataformas o redes de seguridad. Si, por la naturaleza del trabajo esto no fuera posible, se
utilizarían equipos de protección individual como, por ejemplo, arneses u otros medios equivalentes.
También contempla el mantenimiento de los medios de protección, cuyo buen estado se debe verificar previamente
al uso, posteriormente de forma periódica y cada vez que sus condiciones de seguridad y salud puedan resultar
afectadas. Por lo tanto, además de comprobar en dichos términos el arnés, cinturón de seguridad, etc., también se
debe verificar cualquier elemento de la cadena de seguridad, incluidos los puntos de anclaje.
Además, el estudio de seguridad y salud debe contemplar, en la medida de lo posible, trabajos posteriores en la obra,
por lo que ha de prever elementos de seguridad y salud (medios auxiliares, puntos de anclaje, etc.) a utilizar. Por
ejemplo, esto ocurre con la instalación de antenas para televisión en los edificios o con la limpieza de cristales.
Real Decreto 773/1997. Disposiciones mínimas de seguridad y salud relativas a la utilización por los trabajadores de
equipos de protección individual
Este RD define los EPI como “cualquier equipo destinado a ser llevado o sujetado por el trabajador para que le proteja
de uno o varios riesgos que puedan amenazar su seguridad o salud, así como cualquier complemento o accesorio
destinado a tal fin”.
Este documento es básico para la elección y el uso correcto de cualquier tipo de EPI en general y de los destinados al
trabajo en altura en particular. Por ello, a continuación se resaltarán algunos de los aspectos más representativos para
esta guía.
La definición proporcionada por este RD contrasta con la establecida en el RD 1407/1992 “cualquier dispositivo o
medio que vaya a llevar o del que vaya a disponer una persona, con el objetivo de que la proteja contra uno o varios
riesgos que puedan amenazar su salud y su seguridad”.
Por lo tanto, puede haber EPI que se consideren como tales en el RD 1407/1992 (orientado a per
personas), pero que no
estén dentro del ámbito de aplicación del RD 773/1997, (orientado a trabajadores).
De hecho, en este último RD se excluye el material deportivo expresamente del ámbito de aplicación. No se debe
emplear el material exclusivamente deporti
deportivo
vo en el trabajo, principalmente porque en las pruebas técnicas de
referencia no siempre se utilizan los mismos valores.
La presencia del Recurso Preventivo ante un riesgo o situación concreta, es una medida preventiva complementaria
que tiene como finalidad vigilar el cumplimiento de las actividades preventivas establecidas por la empresa para ese
riesgo
iesgo o situación y no podrá ser utilizada con el fin de sustituir aquellas medidas de protección que sean preceptivas.
La presencia de un Recurso Preventivo no habilita para realizar aquellos trabajos que están prohibidos, ya sea por Ley
o por la Evaluación de riesgos.
a) Cuando los riesgos pueden verse agravados o modificados en el desarrollo del proceso
o la actividad, por la concurrencia de operaciones diversas que se desarrollan sucesiva o
simultáneamente y hacen preciso el control de la correcta aplicación de los métodos de traba
trabajo. El supuesto incluye la
actividad ejecutada tanto por trabajadoras y trabajadores propios como por trabajadoras y trabajadores ajenos y/o
subcontratas. Para la aplicación de este supuesto es necesario que se den tres requisitos:
En todo caso, será en la Evaluación de Riesgos, ya sea la inicial o las sucesivas, donde se identificarán aquellos riesgos
que puedan verse agravados o modificados por dicha concurrencia de actividades.
b) Actividades o procesos reglamentariamente considerados como peligrosos o con riesgos especiales. El Real Decreto
604/2006 que modifica el Reglamento de los Servicios de Prevención (art. 22 bis) incluye como actividades o procesos
considerados peligrosos o con riesgos especiales a los siguientes:
(individuales o colectivas), estaría motivada la presencia de Recursos Preventivos para evitar o minimizar la posibilidad
de que el trabajador o trabajadora sufra un daño grave.
3.º Actividades en las que se utilicen máquinas que carezcan de declaración CE de conformidad por ser su fecha de
comercialización anterior a la exigencia de tal declaración con carácter obligatorio, que sean del mismo tipo que
aquellas para las que la normativa sobre comercialización de máquinas requiere la intervención de un organismo
notificado en el procedimiento de certificación, cuando la protección del trabajador o trabajadora no esté
suficientemente garantizada no obstante haberse adoptado las medidas reglamentarias de aplicación.
4.º Trabajos en espacios confinados. A estos efectos, se entiende por espacio confinado el recinto con aberturas
limitadas de entrada y salida y ventilación natural desfavorable, en el que pueden acumularse contaminantes tóxicos
o inflamables o puede haber una atmósfera deficiente en oxígeno, y que no está concebido para su ocupación
continuada por los trabajadores y trabajadoras.
5.º Trabajos con riesgo de ahogamiento por inmersión salvo trabajos con equipos subacuáticos.
Todo ello sin perjuicio de las medidas previstas en disposiciones preventivas específicas referidas a determinadas
actividades, procesos, operaciones, trabajos, equipos o productos en los que se aplicarán dichas disposiciones en sus
propios términos, como es el caso, entre otros, de las siguientes actividades o trabajos:
e. Actividades donde se manipulan, transportan y utilizan explosivos, incluidos artículos pirotécnicos y otros
objetos o instrumentos que contengan explosivos.
c) Cuando la necesidad de dicha presencia sea requerida por la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, si las
circunstancias del caso así lo exigieran debido a las condiciones de trabajo detectadas.
La Inspección de Trabajo y Seguridad Social podrá requerir la presencia de Recursos Preventivos en el centro de
trabajo cuando, practicada una visita de Inspección y a la vista de toda la información recabada, considere que las
medidas preventivas que haya adoptado el empresario o empresaria en una actividad, proceso u operación son
insuficientes o inadecuadas para una aplicación coherente y responsable de los principios de acción preventiva
establecidos en el artículo 15 de la Ley de Prevención de riesgos laborales, y dichas medidas no se puedan adoptar de
forma inmediata.
En este caso, se puede requerir a la empresa para que de forma temporal esté presente un Recurso Preventivo en
dichas actividades, en tanto en cuanto, dicha empresa subsane las medidas preventivas en el tiempo que se le haya
dado para ello, siempre y cuando no exista un riesgo grave e inminente para los trabajadores y trabajadoras, en cuyo
caso procedería la paralización del trabajo.
Atendiendo a este criterio, también podría darse el caso en actividades esporádicas o excepcionales, cuando se
considere que no hay un control absoluto de todos los riesgos. En cualquier caso, la designación de un Recurso
Preventivo no puede tomarse como una medida alternativa de carácter permanente en sustitución de la obligación
empresarial de adoptar medidas de prevención y protección que sean adecuadas en cada caso.
También podrá requerirse la presencia de Recursos Preventivos, en los casos en que los riesgos puedan verse
agravados, al ser realizados por trabajadores y trabajadoras:
a) Menores de 18 años.
b) Especialmente sensibles.
c) De nueva incorporación durante la fase inicial del adiestramiento (incluido personal contratado por ETT´s).
En estos casos, también la Inspección valorará las circunstancias del caso concreto a la hora de exigir la presencia de
un Recurso Preventivo.
Funciones y responsabilidades
FUNCIONES
Según el artículo 22 bis del Reglamento de los Servicios de Prevención, la presencia del Recurso Preventivo tiene como
finalidad:
Comprobación de su eficacia.
Su adecuación a los riesgos ya definidos.
Su adecuación a los riesgos no previstos.
Dar las indicaciones necesarias para el correcto e inmediato cumplimiento de dichas actividades.
Dar a conocer a la persona responsable de la empresa estas circunstancias, para que adopte las medidas necesarias, si
éstas no hubieran sido aún subsanadas.
c) En el caso de que se observe ausencia, insuficiencia o falta de adecuación de las medidas preventivas.
1. La designación o asignación de presencia de Recurso Preventivo se hace para un centro de trabajo, puesto u
operación concreta, es decir, su misión no será la de vigilar el cumplimiento de la totalidad de las medidas preventivas
previstas, sino solamente de aquellas para las que esté nombrado. Con respecto a las obras de construcción, la misión
del Recurso Preventivo o de la Trabajadora o Trabajador «asignado» no será la de vigilar todas las medidas
preventivas
ivas previstas en el Plan de Seguridad, sino únicamente aquellas en las que dicho Plan determine que debe
estar presente el Recurso Preventivo.
2. La persona responsable de la empresa deberá dar instrucciones precisas a las trabajadoras o trabajadores que
actúen como Recursos Preventivos sobre los puestos, lugares o centro de trabajo en los que debe desarrollar su
vigilancia, sobre las operaciones concretas sometidas a la misma y sobre qué medidas preventivas recogidas en la
Planificación de acciones correctoras
ctoras o en el Plan de Seguridad deben observar. Deberá también precisar cuál es el
procedimiento a seguir para llevar a cabo la comunicación de las deficiencias observadas en el cumplimiento de la
labor de vigilancia cuando, pese a sus indicaciones, dicha
dichass deficiencias no fueran corregidas o cuando se observe
ausencia, insuficiencia o falta de adecuación de las medidas preventivas.
3. La persona responsable de la empresa debe identificar ante el resto de las trabajadoras y trabajadores quién es la
persona designada o asignada para la presencia.
RESPONSABILIDADES
Todo ello sin perjuicio de las responsabilidades de otro orden (penal o civil) en que
puedan incurrir, por sus acciones u omisiones que son exactamente las mismas de
cualquier otro actor en el ámbito de la prevención.
3. FÍSICA DE LA CAÍDA
Que una caída de dos metrosetros pueda tener consecuencias más graves que otra de cuatro puede parecer un
contrasentido. Sin embargo situaciones como ésta pueden darse cuando no se tienen en cuenta dos conceptos
básicos que son fundamentales para entender las consecuencias de una ca caída
ída utilizando un arnés: la fuerza de
choque y el factor de caída.
En altura, estar conectado a un anclaje no es, por si solo, garantía de seguridad.. No basta con anclarse a un punto
fiable, aún hay que hacerlo con seguridad, es decir, con conocimiento de causa.
Fuerza de choque
Llamamos fuerza de choque a la energía generada durante el proceso de detención de una caída cuando se
utilizan sistemas de protección individual contra caídas de altura (arnés anticaídas y/o aborbedores/subsistemas de
conexión), es decir, al impacto que recibe la cadena de seguridad cuando se sufre una caída.
Para saber de dónde proviene esta energía basta con recordar a Lavoisier y su principio de conservación de la
energía: “la materia (o energía) ni se crea ni se destruye
destruye,, sólo se transforma”. Esta energía pues, no es más que la
transformación de la energía potencial (la que posee un cuerpo cuando se encuentra en altura, o sea, tú colgado a x
metros del suelo) en energía cinética (velocidad que adquieres durante la caída) y finalmente fuerza de choque:
cuando la velocidad es cero, la energía cinética desaparece y se transforma, princi
principalmente,
palmente, en deformación del
cuerpo.
Esta fuerza de choque puede calcularse aplicando una complicada fórmula:
Donde:
F es la fuerza de choque
m es la masa
g es la aceleración de la gravedad (9,8 m/s²)
E es el módulo de Young
S es la sección de la cuerda
f es el factor de caída.
Simplificando mucho esta fórmula, podemos afirmar que la fuerza de choque generada durante una caída depende
principalmente de tres parámetros: masa, “elasticidad del sistema” y factor de caída.
Masa
La masa de un cuerpo es una propiedad intrínseca del mismo, la cantidad de materia de dicho cuerpo
independientemente de la intensidad de la fuerza de la gravedad que actúa sobre él. Esta magnitud física se expresa
en Kg y no debe ser confundida con el peso de un cuerpo.
El peso no es una propiedad intrínseca de un cuerpo, pues depende de la intensidad de la fuerza de la gravedad que
actúa sobre el cuerpo. A grandes rasgos podríamos decir que el peso es la fuerza con la que el cuerpo es atraído por
la tierra y la masa es la cantidad
idad de materia que tiene el cuerpo.
Peso = Masa x Gravedad
Los dispositivos con mayor capacidad de absorción a día de hoy son los bien llamados absorbedores de energía. En
Europa, la norma técnica que los regula es la EN 355. Esta norma garantiza que la fuerza de choque generada
durante una caída con estos dispositivos será siempre inferior a 6 KN para una masa de 100 kg. Los elementos de
conexión (cabos de anclaje) con menor capacidad de absorción serían, en este orden:
Acero
Polietileno (dyneema)
Cinta de náilon
Cuerda EN 1891 (semiestática)
Cuerda EN 892 (dinámica)
Factor de caída
El factor de caída es un número adimensional y expresa la severidad de una caída.. Su valor, comprendido entre 0 y 2
en condiciones de trabajo normales, se calcula dividiendo la altura de la caída entre la longitud de cuerda/elemento
de amarre utilizados.
Pongamos un ejemplo: un trabajador situado sobre una plataforma se conecta a un punto de anclaje ubicado a la
altura de sus pies mediante un elemento de amarre de 1 metro de longitud
longitud:: en caso de caída ésta será de 2 metros.
El factor de caída sería entonces 2 metros de caída / 1 metro de elemento de amarre = 2
Si repetimos la operación, esta vez con un elemento de amarre de 2 metros, la caída sería de 4 metros, es decir, el
doble quee en el ejemplo anterior. Sin embargo, el factor de caída permanece invariable: 2 (caída/amarre).
En el caso de los trabajos verticales, al estar suspendidos por debajo del punto de anclaje al que están fijadas las
cuerdas, las situaciones de factor 2 son prácticamente inexistentes (que no imposibles, ojo). A menudo se habla
erróneamente de situaciones de factor 2 cuando el dispositivo anticaídas deslizante corre por debajo de nosotros:
nosotros en
realidad, en caso de caída, la longitud de cuerda activa sería la ssuma
uma del elemento de amarre que conecta nuestro
arnés con el anticaídas deslizante + la longitud de cuerda situada entre este último y el anclaje al que está fijada.
Pongamos un ejemplo: si utilizamos un anticaídas deslizante que va conectado a la anilla esternal de nuestro arnés
mediante un elemento de amarre de 1 m y sufrimos una caída a 20 metros del anclaje de cabecera (superior) el
factor de caída máximo se calcularía del siguiente modo:
Caída: 2 metros (1m + 1m del elemento de amarre) / longitud de cuerda activa (22 m: 1m + 1m del elemento de
amarre) + 20 metros de cuerda, es decir 2/22= 0,09. Por supuesto, el valor del factor de caída irá en aumento cuanto
más cerca del anclaje superior sobrevenga la caída, llegando prácticamente al factor 2 en caso de encontrarse en la
parte superior de la cuerda.
Como conclusión podemos afirmar que el factor de caída no determina por sí solo la severidad de una caída si por
severidad entendemos la intensidad de la fuerza de choque
choque.. También son fundamentales otros 2 parámetros: la
masa del cuerpo y la capacidad de absorción del sistema
sistema.
Los aparatos portátiles para la detección y señalización de los riesgos y de los factores de molestia.
Cuando nos enfrentamos a un punto de trabajo con riesgo de caída en altura la seguridad consta de dos
objetivos fundamentales:
Retener la caída:
Que sea retenida de manera efectiva.
CATEGORÍAS
Categoría I:
Son EPI de diseño sencillo y que proporcionan una protección ligera; por ejemplo:
Guantes de jardinería.
Guantes para coger piezas calientes de menos de 50º C.
Ropa o calzado para agentes atmosféricos ni excepcionales, ni extremos.
Categoría II:
En alguna par te de dicho EPI deberá poner CE.
Son EPI que no están enmarcados en la categoría I por diseño ni en la categoría III por la magnitud del riesgo; por
ejemplo:
Equipos de protección específica de manos y/o brazos.
Equipos de protección específica de pies y/o piernas.
Todos los cascos.
Todos los equipos de protección total o parcial del rostro.
Categoría III:
En cada EPI o en su embalaje debe llevar CE.
Son EPI de diseño complejo, destinados a proteger al usuario de todo peligro mor tal o que pueda dañar gravemente y
de forma irreversible su salud; por ejemplo:
Todos los dispositivos de protección diseñados y fabricados para proteger contra caídas desde altura.
Todos los equipos de protección respiratoria para proteger contra los aerosoles sólidos y líquidos o contra
gases.
En cada EPI y en su embalaje debe llevar CE XXXX, en donde: XXXX es el número distintivo del organismo notificado
que interviene en la fase de producción.
Todo equipo requiere de un mantenimiento que garantice su perfecto funcionamiento. Los equipos serán
sometidos a comprobaciones periódicas al menos cada 12 meses, además de ser mantenidos regularmente y
verificados antes y después de cada utilización, ó cada vez que se entrega a una persona.
Cada usuario deberá de informar al responsable de la empresa de las incidencias ocurridas y los defectos de
que se haya percatado.
Estas comprobaciones pueden ser, por medio de personal cualificado y debidamente formado de la propia empresa
o subcontratar a una empresa cualificada.
Los resultados de los controles serán almacenados en un registro de seguridad que deberá de estar a
disposición de las distintas partes interesadas en el control y prevención de riesgos laborales. Estará formado por:
Las fichas individuales de cada uno de los equipos
Las fichas colectivas de cada equipo por trabajador
Las fichas de incidentes.
En el mantenimiento de los elementos plásticos, como son los cascos de trabajo, tendremos en cuenta las
siguientes indicaciones:
Para la conservación de los productos textiles (arneses, cuerdas, etc.) se tendrá en cuenta lo siguiente:
Los productos textiles serán revisados en profundidad cada tres meses si el uso ha sido intensivo o en
ambientes agresivos.
Seguir siempre las indicaciones establecidas por el fabricante.
Cualquier producto textil sucio debe ser lavado con agua fría utilizando detergentes neutros.
Se aclararán con abundante agua (máximo 30º C) eliminando de esta manera todo el detergente.
Posteriormente se secará en lugar sombreado, aireado y fresco.
Evitar el contacto con agentes químicos agresivos.
Evitar los rozamientos con materiales abrasivos o cortantes.
Antes de utilizar cualquier equipo, realizar una comprobación de su estado, retirando todo aquel que se
encuentre dañado o deteriorado. En el caso de cintas cosidas y arneses verificar el estado de las costuras.
Respetar la vida útil de los equipos indicada por el fabricante (cuerdas 3 años y arneses 5 años). No obstante
hay que tener muy en cuenta el desgaste y deterioro de los mismos, lo que hace que su vida útil sea muy
limitada.
Después de su utilización debe ser guardado y almacenado en un lugar seco, limpio, protegido de la luz y del
polvo.
Nunca guardar un producto textil húmedo, porque los hongos generados en ambientes húmedos pueden
degenerar los tejidos.
Después de una caída es necesario revisar concienzudamente los materiales implicados, sobre todo los
textiles, retirando el material a la menor sospecha de daño.
Evitar que los materiales estén sometidos a presiones (en el almacenaje, no pisarlos...)
No lavarlos jamás con máquinas de alta presión que dañarían las fibras textiles.
Evitar que los materiales sufran golpes. Un impacto puede provocar microfisuras internas no visibles a
primera vista, que podrían desembocar en la fractura total con una carga ligera.
Desechar cualquier material que haya sufrido un golpe importante.
Vigilar posibles deformaciones, grietas, golpes...
Eliminar rápidamente cualquier producto corrosivo, barro, cemento...
Lubricar cierres y mecanismos para que funcionen correctamente.
No manipular ni realizar ningún tipo de soldadura en los materiales.
Evitar la oxidación de las hebillas de los arneses y los conectores, ya que puede debilitar su resistencia.
Por lo tanto, leer las instrucciones del mencionado fabricante del equipo antes de usarlo es la medida básica
para la seguridad del usuario, la de sus compañeros y la de terceros, así comcomoo una llamada al sentido común de
cualquier usuario responsable.
Así pues, considerando todo lo anterior, en los apartados siguientes se detalla la información que el
fabricante ha de facilitar al usuario cuando éste adquiere un equipo.
Instrucciones de uso
Las instrucciones de uso deben: facilitarse por escrito, ser claras y comprensibles, legibles e inequívocas. En
caso necesario, se han de acompañar de dibujos, croquis o esquemas de funcionamiento que faciliten el uso correcto
de equipo. En concreto, en las instrucciones del equipo se tiene que incluir la siguiente información:
La descripción del equipo, sus usos y limitaciones así como la obligación de respetar esta información y no
dar al equipo otro uso distinto al previsto; advertencia de que no se ha de manipular o modificar el equipo,
salvo que se disponga del consentimiento previo y escrito del fabricante; instrucciones para realizar una
comprobación previa a su uso que permita al usuario decidir si el equipo es o no operativo o defectuoso; vida
útil segura del equipo y la orientación de cómo determinar cuándo el uso deja de ser seguro; procedimiento a
seguir para establecer la compatibilidad del equipo con otros componentes y elementos del sistema, así
como la forma en la que la seguridad de uso puede verse afectada cuando los equipos no son compatibles;
indicación expresa de que el equipo ha de ser retirado tras una caída o cuando existan dudas sobre su
funcionalidad o estado operativo y que no debe utilizarse hasta su comprobación por una persona
competente; los datos respecto a las condiciones, riesgos asociados y procedimientos que pueden disminuir
su eficacia, así como los productos que pueden ser agresivos o limitativos de sus cualidades.
Aviso de que el usuario tiene que ser formado en el uso del equipo y ser competente para utilizarlo.
Apercibimiento de aquellas condiciones médicas que pueden afectar a la seguridad del usuario durante su
empleo
Advertencia sobre lo esencial que son los anclajes para la ejecución segura de los trabajos, que los mismos
deben ser sólidos y resistentes para el uso previsto, su ubicación recomen- dada y la forma segura de
conectarse a ellos; que el único equipo de prensión del cuerpo que se ha de utilizar para detener una caída es
un arnés anticaídas, así como los puntos de enganche del arnés que deben utilizarse y cómo realizar dicha
conexión; lo importante que es tener muy en cuenta el denominado “espacio libre” (longitud del espacio
diáfano y sin obstáculos que debe existir por debajo del usuario para que éste no choque contra el suelo u
otros elementos, tanto en condiciones normales de trabajo y uso de los equipos, como durante la detención
de una caída), considerando la elasticidad de las cuerdas y la distancia que recorrerán los equipos cuyo
objetivo es detener la caída, desde que se pro- duce la misma, hasta que ésta se detiene; indicación expresa
de que se debe planificar un procedimiento de salvamento para hacer frente a cualquier emergencia.
Cómo tiene que llevarse a cabo el transporte y el almacenaje
Instrucciones de mantenimiento
Las instrucciones de mantenimiento, al igual que las de uso, deben: facilitarse por escrito, ser claras, legibles
e inequívocas, y, cuando sea necesario, se han de acompañar con dibujos, croquis o esquemas de funcionamiento
descriptivos del mantenimiento correcto y seguro del equipo.
En concreto, el usuario tiene que ser informado de las prescripciones y procedimientos de mantenimiento
del equipo que son necesarios para comprobar su estado de seguridad y operatividad, tales como, por ejemplo, el
método de almacenamiento, limpieza, secado, desinfección, lubricado, etc.
Como cualquier otro equipo de trabajo, los equipos utilizados para llevar a cabo los trabajos verticales deben
ser sometidos a un sistema de control e inspección que permita garantizar la operatividad y eficacia de los mimos.
En este sentido, el fabricante ha de indicar al usuario del equipo que tiene que realizar revisiones periódicas
del referido equipo, como mínimo y obligatoriamente, cada doce meses. Sin embargo, lo habitual es que se incluya,
además, otros periodos de tiempo más reducidos.
Las inspecciones rutinarias básicas (las que se realizan inmediatamente antes y después del uso del equipo)
las puede y debe hacer el usuario.
Las revisiones anuales y aquéllas que son “especiales” (por ejemplo, las que deban realizarse tras haber sido
sometido el equipo a sobreesfuerzos, tal y como puede ser la detención de una caída) han de ser efectuadas por
personal competente, de conformidad con las instrucciones del fabricante y por indicación expresa de éste. Por
persona competente se entiende aquélla que conoce y está informada de los requisitos y del proceso de revisión
requeridos por el fabricante, y además puede evaluar y poner en marcha acciones correctoras y disponer de los
medios necesarios para hacerlo correctamente. El fabricante puede añadir, asimismo, como requisito para ser
“persona competente”, que ésta necesite su autorización para hacer las revisiones y que haya sido formada
específicamente para ello. Lo indicado en este párrafo es lógico cuando los equipos son complejos, requieren
montajes y desmontajes específicos y el uso de herramientas especiales.
En cualquier caso, sea cual sea el método de revisión indicado por el fabricante y la cualificación de la
persona que la lleva a cabo, dicho fabricante tiene que proporcionar al usuario del equipo las instrucciones de
revisión, los puntos de verificación, etc
En principio, la reparación del equipo sólo se podrá llevar a cabo si el fabricante lo permite. En tal caso, éste
debe facilitar las instrucciones precisas para realizar la referida reparación así como acompañarlas de una declaración
advirtiendo que sólo la “persona competente” autorizada por él puede hacer efectiva tal reparación.
Fichas
Es recomendable que se conserve siempre una ficha del componente o elemento con los siguientes datos:
Nombre y datos del fabricante o suministrador.
Nombre, modelo, tipo y marca comercial del producto.
Fecha de compra y fecha de la primera puesta en servicio.
Identificación del producto: número del lote o de la serie.
Año de fabricación o la caducidad, cuando sea aplicable.
Fecha y persona que ha realizado las revisiones periódicas y reparaciones del equipo, así como la fecha
previsible para las siguientes.
Marcado
El fabricante tiene que facilitar un marcado cuyos datos han de ser facilitados en la lengua oficial del país de destino.
En dicho marcado debe aparecer, al menos, la siguiente información:
Nombre del fabricante, suministrador o marca comercial. Modelo y tipo.
Identificación individualizada del equipo: Número del lote o de la serie.
Número y año de la norma técnica respecto a la que el equipo es conforme.
Pictograma indicando que es necesario leer las instrucciones de uso.
En el caso de los componentes y elementos que son considerados como equipos de protección individual
(EPI), marcado CE (siglas “CE” seguidas de un número de cuatro dígitos identificativo del organismo
“certificador”), conforme a lo establecido en el Real Decreto 1407/1992, por el que se regulan las condiciones
para la comercialización y libre circulación intracomunitaria de los equipos de protección individual (EPI).
Cuando por las dimensiones reducidas del equipo no se pueda inscribir toda o parte de la marca necesaria,
habrá que mencionarla en el embalaje y en el folleto informativo del fabricante.
En este sentido, tal y como se ha comentado en el apartado 6.1.1, y según lo establecido tanto en el ya
mencionado Real Decreto 773/1997 – sobre utilización por los trabajadores de equipos de protección
individual (EPI) –,, como en el citado Real Decreto 1407/1992, todos los componentes y elementos que
conforman el sistema empleado en los trabajos verticales, excepto el asiento de trabajo y los dispositivos de
anclaje de tipo A, C y D, son considerados EPI.
Cualquier otro dato que sea pertinente.
Embalaje
El embalaje tiene por objetivo evitar cualquier daño o deterio
deterioro
ro del equipo durante su transporte.
trans Por ello, el
fabricante ha de tomar todas las precaucione
precauciones que sean precisas para garantizar
tizar un embalaje adecuado que proteja el
producto.
Un sistema de protección individual contra caídas de altura (sistema anticaídas) garantiza la parada segura de una
caída, de forma que:
• Un arnés anticaídas,
• Una conexión para unir el arnés anticaídas a un punto de anclaje seguro.
ARNÉS ANTICAÍDAS
Esta conexión puede efectuarse utilizando un dispositivo anticaídas o un absorbedor de energía. Hay que recalcar que
un cinturón no protege contra las caídas de altura y sus efectos.
El arnés anticaídas puede estar constituido por bandas, elementos de ajuste y de enganche y otros elementos,
dispuestos y ajustados de forma adecuada sobre el cuerpo de una persona para sujetarla durante una caída y después
de la parada de ésta.
Equipo formado por una línea de anclaje rígida y un dispositivo anticaídas deslizante con bloqueo automático que
está unido a la línea de anclaje rígida. Dicha línea de anclaje rígida puede ser un raíl o un cable metálico y se fija en
una estructura de forma que queden limitados los movimientos laterales de la línea. Un elemento de disipación de
energía puede estar incorporado en el dispositivo anticaídas deslizante o en su línea de anclaje.
ABSORBEDOR DE ENERGÍA
Equipo que, mediante su deformación o destrucción, absorbe una parte importante de la energía desarrollada en la
caída.
CONECTOR
Equipo que permite unir entre sí los diferentes componentes que forman el sistema anticaídas, y a este sistema con el
punto de anclaje estructural. Dispone de cierre automático y de bloqueo manual o automático.
Una línea de vida es una instalación de seguridad que permite desplazamientos más o menos
largos por las zonas donde exista riesgo de caída. Existen diferentes tipos de líneas de vida: Horizontales y Verticales.
Estas líneas deberán llevar un anclaje cada metro, que deberá aguantar un mínimo de 10KN.
Pueden ser de cable o de cuerda. Las de cable pueden llevar un anclaje superior con absorbedor de energía o no y
un contrapeso en la parte inferior o estar ancladas.
Las de cuerda estarán ancladas en su parte superior a un anclaje fijo, a uno portátil, a una línea de vida horizontal,
etc.
El operario se conectará con el sistema anticaída apropiado al tipo de cuerda del sistema (atención a los diferentes
diámetros y tipos de cuerda).
No suelen utilizarse absorbedores de energía ya que la cuerda tiene propiedades elásticas que amortiguarán
la caída.
Este tipo de líneas de vida suelen ser de carácter temporal. Es muy importante que no sean utilizadas por más de
un operario a la vez en el mismo tramo.
Las Líneas de Vida Rígidas son siempre de carácter fijo, es decir, están pensadas para permanecer en el tiempo, se
instalan de forma que el operario tenga fácil acceso a ellas, para que estén disponibles cuando sean necesarias. Estas
líneas de vida serán instaladas por empresas autorizadas tras la realización de un proyecto
Las Líneas de Vida Flexibles, sin embargo, pueden ser de carácter tanto fijo como temporal. La colocación de las
líneas temporales nos permite el acceso a zonas donde el trabajo se realiza de forma esporádica y no existen líneas de
vida fijas. Se instalarán en el momento de comenzar el trabajo y se mantendrán mientras sean necesarias, para ser
retiradas cuando no se precise de ellas por haber finalizado la tarea a realizar.
Éstas pueden ser metálicas o textiles. Los puntos de anclaje y los nudos, si son necesarios, deberán ser apropiados
para el tipo de línea que vamos a instalar.
En este apartado se especifican los requisitos técnicos aplicables a los dispositivos de regulación de cuerda
utilizados en las técnicas de acceso y de posicionamiento mediante cuerdas (trabajos verticales), tomando como
referencia la información recogida en la norma UNE-EN 12841.
La citada norma es de aplicación específica a los sistemas de acceso mediante cuerda, y en ella se indica que
los dispositivos de regulación de cuerda son aquéllos que han sido especialmente diseñados para las maniobras de
acceso (en ascenso y descenso), de sujeción y de detención de la caída durante la ejecución de los trabajos verticales.
Estos dispositivos son los complementos necesarios de las dos líneas de anclaje (cuerda de trabajo y cuerda de
seguridad) utilizadas en los referidos trabajos.
Considerando lo señalado en la referida norma, existen tres tipos de dispositivos de regulación de cuerda (el
mismo dispositivo de regulación de cuerda puede ser conform
conformee con más de un tipo. El diseño de uno puede estar
incorporado en el de otro):
De tipo A
Se conectan a la línea o cuerda de seguridad y son los que hacen las funciones de
los que se han denominado tradicionalmente como “anticaídas
“anticaídas”. A través de estos
dispositivos el usuario se conecta a la línea de seguridad por medio de un arnés
anticaídas mediante las anillas del arnés marcadas con la letra ”A”. Estos dispositivos
son los que protegen al trabajador de una caída en el caso de que ésta se produzca
(por fallo de la línea de trabajo o de alguno de sus componentes).
Es decir, son aquéllos que se enganchan en la línea de seguridad y que permanecen inactivos durante la
realización de los trabajos. Sólo se activan en el caso de que se produzca la caída con el fin de detenerla.
Una primera conclusión derivada de sus funciones es que este dispositivo es el único equipo del que el
trabajador no puede suspenderse para trabajar. Además, la línea de anclaje a la que se conecta (cuerda de seguridad)
tampoco debería de usarse para ningún otro fin, tales como, colgar materiales, herramientas, etc. (en este sentido, el
Real Decreto 1215/1997, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud para la utilización
por los trabajadores de los equipos de trabajo, indica que las herramientas y materiales que ha de utilizar el
trabajador deben colgarse del propio arnés o de la silla de trabajo o de otros medios adecuados como, por ejemplo,
un tercer tendido de cuerda).
Durante
nte el desarrollo de los trabajos el citado dispositivo debe estar fijo y por encima de la posición del usuario, o, al
menos, a su misma altura,, con el objeto de que, en el caso de que se produzca una caída, ésta sea lo más corta
posible. De este modo se consigue
onsigue la reducción de la fuerza máxima transmitida al usuario
La fuerza máxima es el residuo de energía que, finalmente, llega al usuario tras una caída, después de que
todos los elementos que intervienen en la detención de la misma (cuerdas, element
elementos
os de amarre, absorbedores de
energía, en su caso, y cintas del arnés) se hayan alargado actuando como elementos amortiguadores. Por esta razón,
cuanto más corta sea la caída menos energía se desencadena, y menor será el impacto que recibe el trabajador.
Como consecuencia de ello, el referido dispositivo no debe bloquearse con cargas, ya que tal situación
reducirá la mencionada capacidad de absorción de energía. Es decir, si se carga el dispositivo la línea de seguridad se
estirará, perderá elasticidad
ad y, por lo tanto, disminuirá su capacidad para absorber energía en el caso de que se
produzca una caída.
Otro aspecto que se debe tener en cuenta en lo que se refiere a la posición del dispositivo de clase A respecto
del usuario es el factor caída. Las
as cuerdas semiestáticas se testan con cinco caídas con factor caída 1 y, además, se
comprueba que, con una caída con factor caída 0,3, la fuerza máxima no supera los 6 kN. Así pues, para lograr
factores caída inferiores a 0,3 es absolutamente esencial que el dispositivo de clase A se sitúe por encima del usuario
y lo más alto posible.
En relación al desplazamiento de los dispositivos de regulación de cuerda de tipo A sobre la cuerda o línea de
seguridad, éstos se pueden diseñar de tal forma que dicho desplazamiento pueda ser sólo en un único sentido, o bien
en ambos sentidos como ocurre en el caso de los dispositivos anticaídas convencionales utilizados para otros tipos de
trabajos en altura. En estos últimos, el dispositivo debe acompañar al usuario en todos sus desplazamientos sin
necesidad de intervención manual.
De tipo B
Se conectan a la línea o cuerda de trabajo y son los que permiten el ascenso por la misma. Se deslizan libremente
en un sentido,
o, y se bloquean bajo la acción de una carga en el contrario. Son los que hacen las funciones de los que
se han denominado tradicionalmente “bloqueadores”
Estos bloqueadores son dispositivos de carácter deportivo (EN 567) y se han utilizado en trabajos verticales
para remontar por cuerdas así como para suspender herramientas, materiales y productos. En muchas ocasiones se
han utilizado, incluso, como sustitutivos de los dispositivos anti
anti- caídas en la cuerda o línea de seguridad.
Sin embargo,, el uso de los citados bloqueadores en los trabajos verticales puede ser peligroso puesto que:
1) No han sido diseñados para este fin y su uso no está certificado (con independencia de la forma del
bloqueador).
2) La carga mínima certificada de ruptura de un bloqueador es notablemente inferior que la de un
dispositivo de clase A.
Remontar secciones dee cuerda cuando el acceso al lugar de trabajo en vez de realizarse mediante descenso se
realiza en ascenso. Esta maniobra se lleva a cabo normalmente mediante la utilización de dos dispositivos de
clase B: uno para apoyar los pies y avanzar (para apoyar lo loss pies se utiliza una cinta que se denomina pedal), y
otro para evitar perder la altura ganada. En ocasiones, cuando la sección de cuerda a remontar no es muy
grande, para llevar a cabo esta maniobra se usa un dispositivo de clase B junto con uno de clase C que lo
complementa. El de clase B permite el ascenso y el de clase C evita perder la altura ganada. Este sistema
tiene una ventaja respecto del anterior: el paso descenso a ascenso es inmediato y el dispositivo de clase C
tiene una mayor carga de ruptura.
ura.
Remontar secciones de cuerda cuando la salida en descenso no se puede realizar.
Llevar a cabo pequeños reposicionamientos hacia arriba. En este caso, se suele utilizar como complemento y
apoyo de un dispositivo de clase C.
Suspender pequeñas cargas (herramientas, accesorios, materiales…). Los bloqueadores (dispositivos de
regulación de cuerdas de tipo B) no se deben utilizar conectados a la línea de seguridad para realizar estas
funciones. Lo más práctico y seguro es que cualquier suspensión de carg cargas
as se realice sobre un tercer tendido
de cuerda. Según la reglamentación vigente (Real Decreto 1215/1997 citado anteriormente) las
herramientas, los accesorios y los materiales que tenga que utilizar el trabajador se deben llevar en el arnés
(en los porta- materiales) o en la silla de trabajo, o se deben sujetar por otros “medios adecuados”. El término
“adecuado” empleado en el mencionado real decreto no es definido, sino solamente apuntado, y debe
interpretarse dentro del contexto de la norma. El sist sistema
ema utilizado en los trabajos verticales y que se define
en dicho real decreto implica no utilizar la línea de seguridad para otra cosa que no sea conectar dispositivos
que tengan por función detener caídas (dispositivos de regulación de cuerdas de clase A). Por esta razón, la
lectura más coherente del referido término “adecuados” es, por ejemplo, que la carga se suspenda en un
tercer tendido de cuerda, o que se utilice para ello la cuerda de trabajo.
De tipo C
Se conectan a la línea o cuerda de trabajo y son los que permiten el descenso por la misma. Estos dispositivos
deben permitir un movimiento de descenso controlado y una parada, sin manos, en cualquier punto de la línea de
trabajo. Son los que hacen las funciones de los que se han denomin
denominado
ado tradicionalmente “descensores”.
En principio, se tienen que descartar los equipos que, aún teniendo esta misma función, han
sido diseñados para el mundo deportivodeportivo.. Las razones tienen que ver con dos
características propias de los dispositivos deporti
deportivos:
dentro de la gama de equipos para uso industrial (en nuestro caso, equipos de protección individual (EPI))
designados técnicamente como “descensores”. Estos descensores han sido utilizados en la década de los años
90 como un sustitutivo muy efectivo de los equipos deportivos para el descenso por cuerdas. Superaban
alguna de las desventajas de los dispositivos deportivos descritas anteriormente, por ejemplo, la velocidad de
descenso.
Todos los descensores con marcado EN 341, independientemente de su clase (los hay de cuatro clases: A, B, C y
D) y de que su accionamiento sea manual o funcione automáticamente una vez sometido a carga, son testados para
comprobar que no sobrepasan determinados rangos de velocidad. En sus pruebas de ensayo para verificar el
cumplimiento de las exigencias técnicas, con el fin de obtener su “certificación”, se controla que su velocidad de
descenso no supere los 2 metros/segundo (ha de estar comprendida entre 0,5 y 2 m/s). En estas pruebas se
comprueba, además, que el calor que genera el dispositivo no afecte a su funcionamiento y que la temperatura de las
piezas asequibles durante el descenso no superen los 48 °C.
En definitiva, la ventaja que tienen dichos descensores sobre los equipos deportivos para el descenso por
cuerdas es que los rangos de velocidad en uso han sido controlados, son conocidos y se garantiza que no se pueden
sobrepasar. Y, además, complementariamente, se han comprobado y certificado los efectos específicos relacionados
con la temperatura que generan.
Según se ha comentado en los párrafos precedentes, un tipo específico de los citados descensores con
marcado EN 341 son los de accionamiento manual. En éstos la función de “descenso” es controlada manualmente
por el usuario, generalmente, por medio de una palanca. Aunque actualmente hay descensores eléctricos de
accionamiento manual que, en vez de palanca, disponen de botoneras para el accionamiento de sus funciones.
A modo de ejemplo, algunas de las citadas contraprestaciones que desarrollaron varias marcas comerciales,
pero que, sin embargo, no formaban parte de las prestaciones “certificadas” son: sistema de detención de la parada
“manos libres”, mecanismo denominado “sistema antipánico” (su función es detener un descenso cuando se aplica
un exceso de fuerza en el accionamiento de las palancas de descenso), sistema de aviso anti-error en la instalación del
dispositivo sobre su cuerda, sistema de conexión de seguridad para poder abrir el dispositivo después de que esté
debidamente conectado al arnés, sistema de control de desgaste de piezas, etc. Todas estas contraprestaciones eran
demostrativas del gran interés que tenían algunas marcas comerciales en el desarrollo de productos de alta calidad,
pero que, por el contrario, estaban diseñados para otro uso distinto al de los trabajos verticales.
Por lo tanto, las prestaciones mencionadas podían estar garantizadas por el fabricante, pero no “certificadas”
por un organismo notificado por la UE. Ello significa, básicamente, que en el proceso que comprende desde la
fabricación del dispositivo hasta su comercialización, esas cualidades no eran ensayadas por un organismo autorizado,
controlado e inspeccionado por la Unión Europea, además de sometido a un sistema de normas comunes y aplicables
a todos los productos. Ello no quiere decir que las pruebas a las que el propio fabricante podía someter a sus
productos en sus propios laboratorios no fueran fiables, sino que carecían de esa garantía única, unívoca e
independiente que le da el juicio de un organismo notificado por la Unión Europea para realizar esas funciones.
Se ha de señalar que el trabajador para el que estaba diseñado este tipo de productos no era el usuario de las
técnicas empleadas en los trabajos verticales, sino el de un equipo de rescate. El término descensor que está regulado
en la mencionada norma UNE-EN 341 hace referencia a un dispositivo de salvamento que permite al usuario
descender él mismo o bien bajar a otra persona desde una posición elevada a otra más baja (ver apartado 6.9 del
presente manual). Sin embargo, la falta de normas técnicas específicas para trabajos verticales hasta el año 2006
obligó a las empresas a utilizar dicho dispositivo. En esos momentos, los citados descensores eran la única posibilidad
real de emplear equipos de protección individual (EPI) industriales para realizar este tipo de trabajos y, dentro de
éstos, aquéllos que el colectivo consideraba que cumplían con sus expectativas de seguridad y disponían de aquellas
contraprestaciones que más se acercaban a sus necesidades.
Sin embargo, en el año 2006 se publicó la norma UNE-EN 12841 en la que se indican los requisitos que tienen que
reunir los dispositivos de regulación de cuerda destina- dos a utilizarse en los trabajos verticales. Concretamente,
especifica, que para el des- censo, el citado usuario debe emplear dispositivos de regulación de cuerda tipo C.
Las dos características fundamentales de estos dispositivos de regulación de cuerda tipo C son:
Velocidad de descenso limitada y controlada. La velocidad máxima que ha de permitir el dispositivo es de 2
m/s con una carga de 100 Kg o con la carga nominal máxima especificada por el fabricante. En estas
condiciones, ninguna pieza accesible para el usuario debe alcanzar una temperatura superior a los 48 ºC.
Incorporan en su diseño un elemento de bloqueo “manos libres”. Éste permite al usuario detener el descenso
en cualquier momento soltando la palanca de control de velocidad de descenso. Tal detención se debe
producir sin necesidad de que el referido usuario realice ninguna otra acción voluntaria, tales como, nudos de
retención, o pasos de cuerda o de cierre.
A través de los dispositivos de regulación de cuerda de tipo B y C (los que permiten el ascenso y descenso) el usuario
se conecta a la línea de trabajo por medio del arnés de asiento mediante la anilla ventral de éste.
En el caso de que se utilice una silla de trabajo (lo recomendable es que siempre sea utilizada, salvo en trabajos de
muy corta duración previamente evaluados y controlados) es en ésta donde se instalan los dispositivos que
permiten el acceso en descenso. El usuario debe unirse a dicho dispositivo mediante un elemento de conexión fijado
por un extremo a la anilla ventral del arnés de asiento, y por el otro al referido dispositivo de descenso/ascenso.
Es importante señalar que la propia norma UNE-EN 12841 citada anteriormente advierte de las limitaciones de
los mencionados “dispositivos de regulación de cuerda”. En particular, en lo que se refiere a los dispositivos de tipo A
que tienen por finalidad detener una caída. Dichos dispositivos serán seguros siempre que se utilicen en las mismas
condiciones bajo las que se lleva a cabo su testado para su normalización. Esto significa que el fabricante debe facilitar
dicha información al usuario con el fin de que éste conozca el alcance, los requisitos y las limitaciones de los referidos
dispositivos, ya que cualquier otro uso es peligroso y no está garantizado.
Antes de indicar las características específicas y las funciones de cada uno de los dispositivos de regulación de
cuerda existentes, se considera que es necesario hacer referencia a las características generales de los referidos
dispositivos:
Por su importancia, se ha de tratar en primer lugar la denominada compatibilidad universal de los citados
dispositivos con las cuerdas. Por un lado, todos los ensayos que se realizan en el laboratorio con los tres tipos
de dispositivos (A, B y C) para comprobar el cumplimiento de los requisitos recogidos en las normas EN se
pueden llevar a cabo bien:
1) Sobre dos líneas de anclaje (cuerdas): una de diámetro mínimo y otra de diámetro máxi- mo. En este
caso, los dispositivos son compatibles con aquellas cuerdas cuyos diámetros estén comprendidos dentro
del rango de ensayo. Dicho rango debe aparecer reflejado en el marcado de los dispositivos
(normalmente en su propia carcasa). Además, el fabri- cante del dispositivo ha de incluir en las
instrucciones de uso la mencionada advertencia.
2) Con una única línea de anclaje (cuerda): en este caso el fabricante del dispositivo tiene que especificar
claramente que sólo se podrá utilizar con una única línea de anclaje, que será la que él indique.
Por otro lado, los dispositivos de regulación de cuerda tienen que ensayarse para cada tipo y modelo de línea
de anclaje especificados por el fabricante.
Por lo tanto, es esencial prestar especial atención al hecho de que los dispositivos de regulación de cuerda se
conecten a línea o líneas de anclaje de tipo y rango de diámetros compatibles (coincidente con lo reflejado en
el marcado del dispositivo). Este detalle no siempre se ha tenido en cuenta con la necesaria minuciosidad y
cuidado. En muchas ocasiones, el usuario da por hecho que todos los dispositivos de regulación de cuerda
son de carácter universal o que pueden utilizarse, en todo caso, con cualquier línea dentro del rango indicado
en el marcado. Esto, como se ha señalado en los párrafos precedentes, no es así.
Deben poderse conectar a la línea de anclaje en cualquier parte de su longitud (diversos puntos de enganche
y desenganche).
Tienen que incluir un mecanismo antidesenganche que evite la desconexión accidental del dispositivo a su
línea de anclaje. Este mecanismo ha de requerir dos acciones consecutivas y voluntarias para el enganche o
desenganche a la línea de anclaje.
Han de tener una función o un mecanismo integrado que evite que el dispositivo deslice hacia abajo
involuntariamente (deslizamiento máximo permitido por la referida norma técnica: 300 mm).
No deben poseer bordes afilados o rugosos. El objetivo de esta característica es evitar que los dispositivos
dañen al usuario que los manipula o a la línea de anclaje sobre la que se enganchan. Los citados dispositivos
han de venir así diseñados de fábrica, ya que se debe evitar que el usuario tenga que realizar el rebaje de los
bordes. Los equipos de protección individual (EPI) así como los equipos de trabajo no tienen que ser
manipulados ni modificados por el usuario.
En función del número de usuarios que se prevea que puedan utilizarlo, deben ser capaces de admitir, al
menos, las siguientes cargas nominales: 100 Kg si es, exclusivamente, de uso individual; y 200 Kg en el caso
de que pueda ser usado por dos personas. Estos datos se han de tener en cuenta de una manera especial en
los trabajos verticales. Concretamente, es de suma importancia considerarlos en la planificación de las
emergencias y del rescate de las personas suspendidas. En algunas situaciones de rescate, para que ésta sea
efectiva, ágil y segura, es necesario hacer maniobras en las que el propio rescatador y el rescatado cuelguen
del mismo dispositivo. Si el rango de carga máxima del dispositivo no se corresponde con el necesario para
ser usado por dos personas, el mismo no servirá para ese tipo de maniobra, y las evacuaciones deberán
planificarse teniendo en cuenta esta característica. Sobrepasar el rango de carga máxima de un dispositivo es
una práctica insegura y muy peligrosa.
Deben permanecer siempre al alcance del usuario. Por lo tanto, los elementos de amarre que se usen para
conectar dichos dispositivos al arnés deben permitir al usuario tal prestación. En este sentido, es importante
señalar que la longitud del elemento de amarre está estandarizada por la norma UNE-EN 354.
Cualquier operación que se realice en lugares de trabajo que se encuentren a una altura superior a 2
metros del suelo, se realizara utilizando equipos, de protección contra caídas, tanto individual como colectivo,
tal como establece la normativa, primará la utilización de equipos de protección colectiva ante los equipos de
protección individual.
Se deberá limitar en lo posible el tiempo de exposición al riesgo de caída en este sentido se organizará el
trabajo de manera que se limite las operaciones en altura, realizando el máximo de trabajos en niveles
inferiores.
Para la realización de trabajos en altura, se requerirá la participación mínima de 2 operarios con el objetivo
principal de garantizar la seguridad y posible asistencia inmediata en caso de que se produzca un accidente.
Los dispositivos anticaidas sobre líneas de vida tanto rígidas, como flexibles no son compatibles entre si. Esto
significa que para cada línea de vida necesitaremos su dispositivo específico, facilitado por el fabricante como
un componente más del sistema. Por lo tanto queda prohibida la utilización de dispositivos de marcas
distintas a la de la línea de anclaje.
Es importante mantener el orden, limpieza y organización en el lugar de trabajo, específicamente cuando nos
encontramos en altura. Esto facilita el empleo de los equipos de protección, evitando errores y maniobras
innecesarias, además de prevenir las caídas de objetos y herramientas. Una zona de trabajo desordenada
suele ser la causa más habitual de tropiezos y caídas al mismo nivel. Hay que señalar que una caída al mismo
nivel, aparentemente sin consecuencias, producida en altura puede desembocar en una caída importante a
distinto nivel.
Antes de comenzar el trabajo sobre grúas, pasillos de rodadura o donde una maquinaria pueda provocarnos
un accidente se estará en poder de los mandos y se colocaran señales de no accionamiento. Se cortara la
electricidad si fuese necesario o si se trabaja cerca del embarrado.
Tanto el ascenso como el descenso, deberán realizarse con un ritmo pausado uniforme. Esto evitara
resbalones, fallos de coordinación y fatiga. No debemos dudar en pararnos en mitad de una escalera de gato
o cuando nos sintamos cansados. En este caso es obligatorio recurrir al cabo de anclaje de posicionamiento y
quedarse completamente sujeto con el, mientras nos relajamos y recuperamos la respiración.
Limitar y señalar la zona de trabajo, impidiendo el acceso a toda persona ajena a la obra o carente de los
equipos de protección y conocimientos necesarios.
Antes de desarrollar las diferentes maniobras, recogemos un resumen de las normas que hay que tener en
cuenta para su correcta ejecución:
Antes de comenzar el trabajo se realizará una inspección visual de los equipos de protección que se
vayan a utilizar. Ante cualquier anomalía se descartará el equipo en cuestión. Se guardará para
posteriormente realizar un examen exhaustivo del mismo.
El sistema Anticaidas elegido permitirá estar sujeto como mínimo a un punto de anclaje seguro
(resistencia mínima 10 KN), y siempre que sea posible se estará anclado a dos puntos. Los puntos de
anclaje estarán situados por encima de la cabeza del trabajador o en su defecto en el punto más alto
posible, siendo aconsejable utilizar un absorbedor de energía.
Una vez colocados los dispositivos de seguridad sobre los puntos de anclaje o líneas de vida, se
comprobará su correcta colocación y funcionamiento antes de emprender el ascenso o descenso.
Una vez terminado el trabajo se recogerán de manera ordenada los equipos utilizados, realizando
UNITEC PREVENCIÓN, S.L.U.
www.unitecprevencion.com
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Formación Trabajos en Altura
Telco Parte común
Siempre se debe recordar que no se puede utilizar el equipo anticaídas para otro uso diferente para el cual ha
sido diseñado, ni realizar modificaciones de los componentes. Deben respetarse en todo momento las
indicaciones de los fabricantes.
Por último y no menos importante, no se debe utilizar un equipo de protección anticaídas sin conocer su
funcionamiento y características. Las personas que manejen éstos equipos deberán estar formadas en su
manejo.
Estas cintas son completamente estáticas, lo que significa que no absorben nada de la energía generada en
una caída.
Las cintas de anclaje están construidas en el mismo material que los arneses y que las cuerdas, fibras
de poliamida que son derivados del nailon.
Por esto que aplicamos las mismas especificaciones en cuanto a caducidad, mantenimiento y almacenaje.
Son de gran versatilidad por que permiten su colocación en multitud de situaciones con formas tanto
cuadradas como rectangulares, redondas, en "L", etc.
Un cabo de anclaje nos permite sujetarnos a un punto de anclaje, a líneas de vida y a estructuras. También
se usa como limitadores de desplazamiento.
Se suelen fabricar en cuerda o cinta y pueden ser simples, dobles o regulables. La resistencia mínima
aconsejada será de 15 KN. Siempre se utilizan acompañados de conectores.
Son cabos de anclaje que disponen de un sistema que en caso de caída absorberá parte de la fuerza
generada, de manera que no se transmitirá al trabajador accidentado produciéndole lesiones graves e irreversibles.
El funcionamiento consiste en una cinta con un cosido hecho de tal manera que al sufrir una cierta tensión,
4’5 kN generalmente, se va desgarrando gradualmente. La energía generada en la caída se disipa de esta manera
evitando dañar al trabajador. Una vez desplegado el absorbedor en su totalidad la resistencia del conjunto será de
22kN.
Son cabos que nos permitirán posicionarnos de manera adecuada para realizar un trabajo en particular, suelen
utilizarse cuando trabajamos en semi-suspensión
suspensión para liberar las manos y poder manipular herramientas con ellas.
Este dispositivo se fabrica en cinta o cable que va enrollado en el interior de una carcasa, la cual posee en su
parte superior un punto de sujeción para su instalación. El cable o cinta lleva en su extremo un conector que se une al
operario.
El dispositivo posee un funcionamiento similar al de los cinturones de los coches, dejando correr libre la cinta
o cable si no hay tensión, pero bloqueándose cuando existen una tensión determinada (Por ejemplo: al sufrir una
caída).
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Formación Trabajos en Altura
Telco Parte común
En el uso de éste tipo de sistemas hay que prestar atención a la longitud dada al cable o cinta, ya que en
caso de caída podría generarse un péndulo potencialmente peligroso.
En caso de producirse una caída y quedarse el operario suspendido existe sistemas adaptables a los
retráctiles que sirven para el izado de la victima
Es una variante de los anteriores, que posee un sistema que hace variar el aparato de
retráctil automático a un sistema de ascenso – descenso.
Muy útil en caso de producirse un accidente durante su uso como retráctil.
6. DISPOSITIVOS DE ANCLAJE
Los anclajes son tan Importantes como el resto de los componentes de la cadena, pero hay que prestarles
un poco más de atención porque en la mayoría de los casos no tenemos Información suficiente como para
saber su resistencia, caducidad y demás, como si que lo sabemos por ejemplo de los arneses y
mosquetones.
Homologados
Aleatorios o improvisados
Anclajes homologados son aquellos que instala una empresa especializada, que previamente analiza el
material de soporte del anclaje, estudia que tipo de anclaje es el más oportuno, testa su resistencia y
posteriormente entrega un certificado de garantía de ese anclaje.
Ante un anclaje de este tipo podemos sujetarnos a él con total seguridad. El problema es que en muy
poquitos casos nos vamos a encontrar anclajes de este tipo.
Si no existe el anclaje homologado tenemos que recurrir a los anclajes improvisados o aleatorios; estos
son, utilizar algo de la propia estructura o construcción de donde nos movemos, como punto de anclaje.
Es decir, nos anclaremos a algo que originalmente no está destinado para este fin; por lo tanto no sabemos
con certeza sus parámetros de seguridad. Es aquí donde tenemos que prestar más atención.
Existe un pequeño razonamiento de cuatro cuestiones que nos ayuda a concluir si ese anclaje
improvisado aguantaría una posible caída o no. Estas cuatro cuestiones son:
Vamos a desarrollar este pequeño razonamiento por medio de un ejemplo para que se vea más claro:
Qué es una chimenea: Una chimenea no es más que un hueco que hace de tiro para que salga el humo caliente.
De qué material y cómo está construida una chimenea: Ladrillos huecos formando un cuadrado o rectángulo, o
incluso puede ser ur simple tubo de uralita.
Cuánto tiene que resistir una chimenea expulsando el humo: Como mucho la resistencia al viento que pueda ofrecer.
Me va a resistir a mi una caída: Pensando en la exagerada cantidad de energía que podemos llegar a generar en una caída,
podemos concluir que una chimenea no está preparada para soportar una caída de une persona.
La persona que tiene que hacer uso de ese posible anclaje es la que debe observar y valorar estas
cuestiones. Podríamos encontramos con una chimenea que fuera parte del hormigón armado de la estructura
del edificio (prácticamente improbable), con lo que sí que podría servir como anclaje improvisado; por esto
que se dice que es la propia persona que va a hacer uso del anclaje la que debe observar, valorar y concluir.
Es precisamente en los anclajes improvisados o aleatorios donde se cometen la mayor parte de los
errores humanos en los accidentes de altura. Se eligen anclajes no lo suficientemente resistente.
Anclajes constructivos
Son los elementos que nos podemos encontrar en la zona de trabajo (Ejemplo: Vigas de una cubierta) y que
forman parte de su estructura. Para utilizarlos es necesario conocer su resistencia y que se realice una revisión por
personal competente para asegurarnos que no están dañados. Se suelen utilizar abrazados por anillos de cinta
cosida (EN 795) que nos dan el punto donde anclar los conectores.
Anclajes Mecánicos
Son anclajes sujetos por presión mecánica a una estructura de hormigón, para colocarlos es preciso realizar
antes un taladro donde se introducirá el taco expansivo
Anclajes Químicos
Son anclajes que se sujetan a una estructura gracias a la expansión de una resina epoxi introducida en un
taladro realizado con anterioridad y soplado para retirar toda traza de polvo que dificultaría el agarre
Anclajes Soldados
Anclajes de Fortuna
Son los anclajes utilizados cuando no se pueden colocar ninguno de los descritos anteriormente. Este tipo
de anclaje se utilizará solo como último recurso a la hora de realizar instalaciones de seguridad, debido a que no
están regulados, ni sujetos a ninguna normativa.
No obstante se tiene en cuenta los mismos parámetros de resistencia de materiales que los requeridos en la
norma EN 795. La resistencia final dependerá de todas maneras de la buena elección para su emplazamiento.
Este tipo de anclaje se constituye por peso al que nos fijamos y que debido a su gran masa no nos será
posible desplazarlo de su emplazamiento.
Anclajes Móviles
Aquí incluimos los anclajes que pueden desplazarse de su lugar de emplazamiento, como son cintas,
eslingas, trípodes, etc. Los de este tipo deben soportar como mínimo 10 KN.
Si bien los dispositivos de anclaje normalizados según la norma técnica europea EN 795:1996 (actualizada por la EN
795:2012) ofrecen plenas garantías en utilizaciones normales, su resistencia puede verse seriamente comprometida
cuando, por necesidades del día a día, debemos suspender una carga de una cuerda, anillo de cinta o similar que
trabaja sobre dos o más anclajes simultáneamente. Se forma entonces una figura geométrica con forma de triángulo
conocida como triángulo de fuerzas.
En este triángulo actúan unas fuerzas cuya intensidad será mayor o menor en función del ángulo que forman los
segmentos de cuerda o cinta entre sí. Conocer su funcionamiento es esencial para trabajar de manera segura con
instalaciones tan recurrentes como el reparto de cargas.
El reparto de cargas
Si bien el concepto de triángulo de fuerzas es aplicable a cualquier montaje que implique la solicitud de dos o más
anclajes simultáneamente, solemos utilizarlo fundamentalmente para referirnos al reparto de cargas entre anclajes. El
propósito de un reparto de cargas es, obviamente, repartir la carga entre diferentes anclajes. Lo que no es tan obvio,
sin embargo, es que hacerlo a ciegas, sin un mínimo de conocimientos técnicos, puede producir el efecto
exactamente contrario: multiplicar la carga que recibe cada anclaje.
La teoría nos dice que cuanto mayor es el ángulo formado por los segmentos de cuerda o cinta cuando se suspende
una carga entre dos anclajes mayor es la fuerza que reciben estos anclajes. Al contrario, cuanto menor es ese ángulo,
menor es la fuerza que reciben, siendo el mínimo el 50% de la carga.
Existe una fórmula para calcular la fuerza generada por un triángulo de fuerzas:
F’=F/2/cos X
donde F’ es la fuerza que recibe cada anclaje, F es la fuerza aplicada al triángulo de fuerzas (la masa que colgamos), y
X el ángulo formado respecto a la vertical (si el ángulo que forman los dos segmentos de cuerda cinta es de 30º, el
ángulo respecto a la vertical será de 15º).
O lo que es lo mismo: la fuerza generada es igual a la mitad de la carga suspendida partido por el coseno del ángulo
respecto a la vertical del triángulo.
Un ejemplo: si ejercemos una fuerza de 100 Newtons (N) sobre un anillo de cinta cuyos segmentos forman un ángulo
de 60º entre anclajes obtendremos
F=50/cos 30, es decir 60N.
Una manera más sencilla de calcular la fuerza que reciben los anclajes que utilizamos durante un reparto de cargas es
guiarnos por la siguiente tabla:
Una rápida ojeada a esta tabla nos permite sacar dos conclusiones claras
Tipos de fuerzas
Cuando hablamos de triángulos de fuerza para referirnos a un reparto de cargas diferenciamos tres tipos distintos.
Suelen realizarse con anillos de cuerda o cinta.
Esto puede suponer un inconveniente en determinadas instalaciones, pero ese inconveniente también
puede representar una ventaja: en caso de fallo de uno de los dos anclajes, la carga pasará
automáticamente al brazo restante de manera “suave”, esto es, sin recibir latigazo. Un buen ejemplo de
triángulo de fuerzas bloqueado es el nudo ocho de doble seno, aunque existen numerosas aplicaciones que no
trataremos aquí.
Es por ello que este tipo de triángulos solo se aconsejan cuando se utilizan anclajes a prueba
de bombas, es decir, lo mínimo requerido en trabajos verticales (otro asunto son las
aplicaciones deportivas).
Las cuerdas son elementos textiles que formarán parte de las líneas de vida a las que se sujetan los trabajadores.
Las hay con funda y trenzadas, y en cualquiera de los dos casos deben de tener una resistencia mínima de 22kN.
Pueden estar fabricadas con diferentes materiales como son la poliamida, el poliéster, el polipropileno, la
aramida y el kevlar, aunque los más habituales son los dos primeros.
En función dee sus características tenemos dos tipos de cuerdas; las dinámicas y las semiestáticas.
Las cuerdas DINÁMICAS se utilizan para técnicas especializadas dentro del mundo industrial (para el
aseguramiento de un compañero en la técnica de escalada,), estando preparadas para absorber factores de
caída grandes. Las cuerdas que podemos usar son las denominadas Semiestáticas.
Su poder de elasticidad es menor que en el caso de las dinámicas. Por ello, su uso solo será para absorber factores
de caída pequeños (máximo 1). Se utilizan para trabajos en suspensión continua con la utilización como mínimo de 2
cuerdas.
Los diámetros más habituales son 10, 10,5 11mm para cuerdas con funda, y de 12 a 16mm para cuerdas
trenzadas. Las primeras son más resistentes al deterioro.
El alma es lo que verdaderamente aguanta los esfuerzos y amortigua las caídas. La camisa evita los daños
en el alma debido a roces y a trote duro que se les pueda dar en el trabajo.
Al igual que los arneses, su material de construcción es la poliamida, que es un derivado del nailon.
Aplicamos por tanto todas las especificaciones que hemos visto con los arneses en cuanto al sol, agua y
almacenaje.
Estas cuerdas son capaces de absorber energía suficiente, para que a la persona que sufra el accidente
no le lleguen más de 600 kg, hasta caídas con Factor 1.
Para que esta cuerda sea considerada un E.P.I. además tiene que estar terminada. Esto significa que en
sus extremos tenga una terminación aportada por el fabricante del E.P.I. Además esta terminación tiene que
estar protegida por un plástico termo-retráctil; evitándose así las manipulaciones no deseadas y sirviendo
también para alojar la etiqueta que nos indique la homologación CE y la longitud del E.P.I.
En los arneses la caducidad nos viene indicada en una etiqueta, en las cuerdas, no podemos añadir ni
coser ni pegar nada, por esto que las que están destinadas al trabajo tienen indicada la fecha de fabricación en el
color del ribete de la camisa. El fondo de este tipo de cuerdas es siempre de color blanco y presentan un ribete
que año tras año cambia hasta cinco colores, indicando precisamente el año de fabricación. Esto no está
homogeneizado para todos los fabricantes, es cada uno de ellos los que deben crear, mantener y respetar su
gama de cinco ribetes e informar a la persona que adquiera el E.P.I. de que año corresponde a cada ribete.
Sea cual sea la cuerda utilizada (semiestática o dinámica), hay que tener en cuenta unas precauciones
mínimas y básicas de uso. Entre éstas, cabe indicar las siguientes:
Se debe identificar el tipo de cuerda que se adquiere o utiliza comprobando el marcado de los terminales.
Nunca se ha de utilizar como criterio el tintado de la cuerda. En general, los fabricantes emplean toda la gama
de colores y tonos para el tintando ta tanto
nto de las cuerdas semiestáticas, como de las dinámicas. Lo más
habitual es que las semiestáticas sean blancas con franjas negras y rojas, pero esta tónica se rompe en el
caso de las semiestáticas de clase B (las cuales no son recomendables para su uso en este tipo de técnicas ya
que, en líneas generales, poseen menor durabilidad y resistencia).
El referido marcado se encuentra en los terminales de la cuerda sobre una cinta adhesiva y tiene que
identificar el tipo de cuerda por medio de la siguiente info
información:
rmación: las siglas “CE” (seguidas de un número de
cuatro dígitos identificativo del organismo “certificador”) y el número de la norma técnica respecto a la cuál la
cuerda es conforme. Por ejemplo:
- En el caso de las cuerdas semiestáticas: CE + XXXX y EEN N 1891 Clase A. Si la cinta terminal se pierde, el
marcado se puede comprobar también a lo largo de la cuerda, ya que es obligatorio que éste se repita en una
cinta interior continua que se encuentra en el alma de la mencionada cuerda.
– En el caso de las cuerdas dinámicas: CE + XXXX y EN 892.
Tienen que ser revisadas periódicamente para comprobar su estado. La aparición de roces y
“deshilachados” (flores), hernias, deformaciones, decoloraciones, quemaduras, abrasiones, etc.,
deben dar lugar a la inutilización de la cuerda.
Mantener limpias de barro, mortero, etc. Se pueden lavar, pero siempre utilizando el detergente
recomendado por el fabricante. Hay que evitar el uso de la lavadora (el movimiento de giro de la
cuerda en el tambor de una lavadora convencional la deteriora, más aún si en el programa hay
centrifugado).
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41
Formación Trabajos en Altura
Telco Parte común
Las cuerdas se deben secar a la sombra, lejos del efecto de los rayos solares, preferiblemente
tendidas longitudinalmente en toda su extensión o con la menor cantidad de bucles posibles.
La mayor parte de las cuerdas semiestáticas deben ser sumergidas en agua antes de su utilización.
El objetivo es que, durante el secado, la camisa y el alma (es decir, la funda y el núcleo) de la
cuerda cohesionen lo máximo posible. De no hacerse, la cuerda no pierde resistencia pero sí
durabilidad y vida útil (el alma puede deslizar por el interior de la camisa y deformar la cuerda). Las
cuerdas dinámicas no necesitan este proceso de inmersión en agua.
Los valores de resistencia de las cuerdas facilitados por el fabricante se refieren a los esfuerzos de
tracción. Por lo tanto, ninguno de los valores de resistencia facilitados por el fabricante pueden ser
aplicados a esfuerzos de corte o cizalla. No existe ninguna prueba admitida que garantice los
valores de carga a ruptura en esas condiciones.
En este sentido, es muy importante proteger las cuerdas de cantos y bordes afilados, para evitar el
riesgo de ruptura por corte. A tal fin, se pueden utilizar túneles de deslizamiento, protectores
modulares articulados, planchas de neopreno, secciones de tubo de manguera, fundas de
poliamida, sacas con ropa, etc.
Los valores de resistencia de las cuerdas vienen dados en unidades de fuerza, newton (N), o,
generalmente, kilonewton (kN). Se puede establecer la equivalencia de newton a pon- dios o a
kilopondios (Kilogramos/fuerza). La equivalencia que, en ocasiones, se realiza de kilonewton a
kilogramos es técnicamente incorrecta. La equivalencia exacta es: 1 kilogramo-fuerza o kilopondio
= 9,80665 newtons, pero, en la práctica, se redondea a 10 newtons. Se puede utilizar como recurso
didáctico aproximativo para transmitir información, pero fuera de este contexto la información no
es ajustada técnicamente.
Los nudos que se efectúan en las cuerdas disminuyen la resistencia de las mismas, básica- mente
porque en el lugar donde se realizan éstos la cuerda trabaja a tracción y a cizalla. En este sentido,
para conectar cuerdas a cabeceras se recomienda realizar, como nudo básico, el nudo de “8” (ver
apartado 8, “maniobras”, del presente manual). En cabuyería (disciplina que estudia el arte de
hacer nudos, sus clases y sus distintas aplicaciones) se considera que este nudo, si se realiza y se
remata adecuadamente, produce una pérdida pequeña de resistencia en la cuerda (entre el 20 y el
30% según la fuente de información que se consulte). Además, otra razón por la que es
recomendable el referido nudo, es que todas las pruebas de ensayo de cuerdas se realizan
conectando éstas por medio de nudos de “8”, tal y como especifica la norma UNE-EN 12841,
sobre dispositivos de regulación de cuerda.
Es recomendable, para que la cuerda recupere sus cualidades elásticas en toda su longitud útil,
que, al terminar el trabajo, los nudos se deshagan o, al menos, se aflojen.
Una buena práctica, como norma de seguridad básica no escrita, es realizar reenvíos de seguridad
en las cuerdas, es decir, cada tendido de cuerda debe anclarse a su cabecera y reenviarse a otro
anclaje, por si éste falla.
Es conveniente que cuando se realicen nudos sobre las cuerdas se deje un terminal de, como
mínimo, 40 cm de longitud. Todos los nudos se deslizan y pierden parte de su longitud en el apriete
que se produce durante el uso de las cuerdas. Por ello, si el terminal se ajusta en exceso al nudo,
éste puede deshacerse
Se tiene que prestar especial atención al tipo de conectores que se utiliza para unir la cuerda con
los anclajes. Conforme a lo indicado en la norma UNE – EN 362, sobre conectores, se consideran
seguros aquéllos que se abren y cierran mediante, como mínimo, dos movimientos voluntarios y
consecutivos (ver apartado 6.3 del presente manual) y que, preferentemente, tengan, como
mínimo, 1,5 cm de sección.
Dado que en los ensayos para el certificado CE de tipo las cuerdas se amarran a los equipos de
testado por medio de anclajes que disponen de 1,5 cm de sección, el uso de las cuerdas en
condiciones distintas de las utilizadas en dichos ensayos se salen de los resultados y parámetros
con los que han sido testados. En este caso, la incertidumbre del resultado del uso es lo único que
se puede estar seguro de conocer. En el caso de que se utilicen conectores con secciones inferiores
a 1,5 cm, se deben usar dos (en vez de sólo uno) para conectar las cuerdas con los elementos de
anclaje. Cuando una cuerda trabaja sobre un elemento de menos de 1,5 cm de sección se produce
un sobreestiramiento de las fibras externas de la cuerda que puede dar lugar a deformaciones.
Siempre que utilicemos materiales textiles para la colocación de líneas de vida temporales
tendremos que recurrir a los nudos para fijarlas a través de los conectores a los puntos de anclaje.
Existe gran variedad de nudos, pero no todos son adecuados para anclarnos.
La realización y empleo de nudos exigen una formación específica indispensable. Todo operario
debería conocer una serie de nudos básicos para poder salir de posibles incidentes que aparezcan durante
su trabajo.
Indicaremos a continuación los nudos más adecuados para cada situación.
GAZA SIMPLE
OCHO
Es un nudo que debido a sus dos bucles de anudamiento sirve para distribuir los esfuerzos. Es adecuado
para cabeceras de vertical, instalaciones de seguridad que puedan recibir cargas importantes (rescate) o para
realizar triángulos de fuerza
DINÁMICO.
NUDO DE ALONDRA
NUDO PRUSIK
NUDO MACHARD
Cuando se realiza un proyecto de instalación de una línea de anclaje, siempre se deberán tener en cuenta los criterios
y métodos de diseño de cada fabricante. Además se deben valorar varios aspectos.
Estos factores los podemos dividir en principio en dos grandes grupos separados por una frontera en ocasiones
difusa: factores de metodología de trabajo y factores técnicos.
• El equipo de conexión entre el arnés y la línea de anclaje (más adelante se desarrolla este punto).
• El camino que debe seguir el usuario durante su utilización. Éste se encuentra muy restringido por la línea de
anclaje a la que va físicamente unida la persona. El camino no debe hacer pasar a la persona por sitios
especialmente complicados, estrechos o con riesgos (Ej. obligar a pasar cerca de zonas con tensión eléctrica.).
• La comodidad en la utilización. Se debe tener en cuenta la facilidad para pasar los anclajes intermedios, los
obstáculos existentes y los pasos entre dispositivos de anclaje.
• Diseñar la línea de manera que evite la caída o disminuya la altura de caída libre lo máximo posible. Para ello
se pueden seguir, en general, dos criterios: colocar la línea por encima del punto de anclaje del arnés del
usuario y poner la línea separada del borde de caída que se quiere proteger. Estos dos criterios estarán
limitados por las exigencias técnicas y por el equipo de conexión entre el arnés y la línea.
• Evitar el péndulo en la caída. Para ello lo mejor es que la línea sea paralela al borde desde dónde se puede
producir la caída. En algunos casos la línea se retranquea para detener las caídas por un borde perpendicular
a ella. En esta situación se deberá tener en cuenta la distancia de caída producida por el péndulo y la posible
adopción de otras medidas como barandillas, puntos de anclaje supletorios o instalación de otras líneas.
Pueden existir otros muchos condicionantes en cada caso particular.
Factores técnicos
Algunos de los factores técnicos que se deben tener en cuenta son:
• Resistencia de la estructura de recepción. La estructura debe soportar los esfuerzos que se transmiten en una
caída. Para ello no siempre es suficiente con conocer las fuerzas en las extremidades y puntos intermedios. A
veces la unión entre la línea y la estructura se hace a través de soportes que generan un momento en la
estructura. Ésta es una de las causas por las que en ocasiones no se pueden colocar soportes tan altos como
se quiera y la línea queda en una posición baja.
• De acuerdo con la norma UNE-EN 795, tanto la línea como todos los elementos resistentes que tienen como
función fijar la línea de anclaje a la estructura portante, deben tener un factor de seguridad dos.
• Número de personas que pueden utilizar la línea. Es un factor determinante en las tensiones transmitidas por
la línea. El número de anclajes intermedios también influye en estas tensiones, así como la existencia de
absorbedores de energía de la línea.
• La distancia libre disponible. Será de gran importancia para calcular el número de soportes intermedios
necesarios, puesto que de ellos depende la flecha. También obligará a una altura mínima de la línea y será
decisiva para conocer el equipo de conexión entre el usuario y la línea que se puede utilizar. En ocasiones la
distancia libre disponible no se debe medir hasta el suelo, sino que puede haber otras limitaciones como
maquinaria dentro de una nave o cables de tensión eléctrica en un puente grúa. También puede depender de
variables como la distancia entre las correas de una cubierta.
• La atmósfera circundante en la que se instala la línea. Es importante para elegir el tipo de material de la
instalación. Así por ejemplo para atmósferas corrosivas presentes en algunas industrias existen líneas
protegidas, si la línea está a la intemperie y es textil deberá contar con protecciones para radiaciones
ultravioleta y para el resto de posibles agentes degradantes. • Se debe tener en cuenta como realizar un
rescate de una persona suspendida de la línea. Cuanto mayor sea el vano, la flecha aumenta y es más
complicado el rescate de una persona.
• Si los vanos son grandes y puede haber dos personas trabajando en el mismo vano, la caída de uno de ellos
puede arrastrar al otro, especialmente si la flecha es importante.
• Una nota de cálculo suministrada por el fabricante (que especificará el comportamiento mecánico de la línea
de anclaje en caso de caída en función de los distintos parámetros geométricos) permitirá al responsable del
diseño de la instalación determinar la longitud de vano idónea. En otras ocasiones se debe hacer la nota de
cálculo a partir del dato del vano disponible, para conocer la viabilidad de la línea.
• La altura de la línea se determinará gracias a la nota de cálculo dónde se estudiará el comportamiento
mecánico de la línea de anclaje suministrada por el fabricante, de acuerdo con la distancia libre disponible de
la zona a proteger.
• Según la definición de la norma vigente (UNE-EN 795), el ángulo que marca el eje de la línea con la horizontal
no debe superar 15°. En caso de tener una pendiente mayor normalmente se deberá recurrir a un dispositivo
especialmente diseñado para esta circunstancia.
• En configuración normal, la línea deberá seguir una línea recta. En caso de la necesidad de dar un cambio de
dirección a la línea, se deberán utilizar unos anclajes intermedios especialmente diseñados para las curvas.
• Se recomienda que la línea no entre en contacto con otros elementos (chapa de la cubierta, perfiles, etc.), un
vano excesivamente grande puede tener esta consecuencia.
• Es preferible que, al parar una caída, la línea no entre en contacto con elementos externos. De nuevo la altura
de la línea y el vano son determinantes para conseguirlo. Una primera aproximación a los esfuerzos
transmitidos es la siguiente: Teniendo en cuenta que si la detención de la caída se hace con un sistema
anticaídas y que la fuerza de impacto que llega al accidentado no puede ser mayor de 600 daN, los esfuerzos
que debe poder soportar la estructura portante aplicando un factor de seguridad 2, son los siguientes:
• En los puntos intermedios: Fuerza vertical = 600 daN x 2 = 1200 daN
• En los extremos: Fuerza horizontal = T x 2 = 2T La fuerza T (tensión) vendrá dada por la nota de cálculo
suministrada por el fabricante (que especificará el comportamiento mecánico de la línea de anclaje en caso de
caída en función de los distintos parámetros geométricos).
• En el caso de montar la línea de anclaje sobre postes o soportes especiales, ya sea para salvar obstáculos o
bien para colocar la línea a la altura adecuada, las re glas de diseño y cálculo descritas en el párrafo anterior se
aplicarán de la misma manera para cumplir la norma UNE-EN 795. Estas son algunas de las variables que se
deben tener en cuenta al proyectar una línea de anclaje, pudiendo aparecer muchas más en cada situación
particular. En algunos casos las especificaciones técnicas aconsejan no instalar una línea de anclaje o contar
con un tipo línea de anclaje concreto que se ajuste a nuestras necesidades. Quién realice el proyecto de
instalación debe tener los medios suficientes para realizar los cálculos oportunos. En la mayoría de los casos
se debe contar con la participación del fabricante para poder hacer este proyecto. Elección del equipo de
conexión entre el arnés y la línea de anclaje. La elección del equipo de conexión no es arbitraria.
Habitualmente los fabricantes autorizan la utilización de tres sistemas anticaídas recogidos en las siguientes
normas: UNE-EN 355 (Absorbedores de energía), UNE-EN 360 (Dispositivos anticaídas retráctiles), UNE-EN
353-2 (Dispositivos anticaídas deslizantes sobre líneas de anclaje flexibles) La elección de uno u otro
responde, entre otros, a los siguientes criterios:
o Tipo de trabajo que se va a realizar. Por ejemplo, si se debe trabajar a más de 2 m. de la línea de
anclaje, no se podrá utilizar un equipo bajo la norma UNE-EN 355. En este caso se debería utilizar un
dispositivo UNE-EN 360 u otra solución recomendada por el fabricante, siempre dentro de su ámbito
de aplicación y de acuerdo con las instrucciones del fabricante.
o Limitaciones y compatibilidades de los equipos de conexión. Por ejemplo, si la línea esta situada a 10
cm. de altura desde la superficie de trabajo y el usuario está de pie, se deberá tener en cuenta que no
todos los dispositivos retráctiles pueden soportar este tipo de caída.
o Distancia libre necesaria: Por ejemplo un elemento con absorbedor de energía suele necesitar más
distancia de frenado que un dispositivo retráctil, pero la elección de uno u otro estará relacionado
con la altura de la línea, y ésta con los factores geométricos y estructurales. Como se puede apreciar
la elección del equipo de conexión no es fácil, en cualquier caso se debe contemplar en la nota de
cálculo particular de cada instalación. Por ello el cartel informativo debe indicar para qué equipos está
calculada la línea y la obligación de utilizar únicamente esos equipos.
• Selección de la línea. La mejor forma de asegurar la función correcta de estos dispositivos es utilizar sistemas
que cumplan con los requisitos de la norma UNE-EN 795 y que mejor se adapten a las necesidades
particulares de cada situación.
• Casos particulares de diseño. Son de interés los casos de las cubiertas y los puentes grúa y caminos de
rodadura Cubiertas En el caso de la utilización de una línea de anclaje sobre cubierta, el usuario puede
encontrarse lejos del punto al que está conectado. En ciertas configuraciones, se podría producir un efecto
péndulo si el operario se cayera por el lado de la fachada perpendicular al eje de la nave si esta no dispone de
protecciones colectivas de borde laterales.
En algunas cubiertas con obstáculos (aireadores, chimeneas, etc.), se debe poner una línea para cada agua de la
cubierta, no es útil trabajar con una cuerda a 20 metros de la línea si se tienen que realizar desplazamientos paralelos
a ella, para algunos casos es necesario poder quitar el punto de anclaje móvil en cualquier punto de la línea.
Además se deben tener en cuenta los siguientes aspectos:
a. Distancia cable-cubierta: el montador deberá impedir el posible roce de la línea sobre la cubierta, debido a la
catenaria natural de la línea, el viento, las dilataciones térmicas y la relajación mecánica. Se debe prever,
sobre un tejado, una distancia de seguridad mínima entre la línea y la superficie de la cubierta.
b. Fijación de los soportes: debido a la posible debilidad de las estructuras de los tejados, se ha de asegurar que
semejantes estructuras puedan aguantar los esfuerzos mencionados en el apartado factores técnicos.
c. Pararrayos: comprobar que la línea no puede servir en ningún caso de pararrayos.
d. Placas traslúcidas: tener especial cuidado con las placas traslúcidas, pues son muy frágiles y suelen estar
ocultas debido a la suciedad. Es recomendable tanto para el montaje de la línea de anclaje como para trabajos
ulteriores, señalizar las zonas donde existan placas traslúcidas.
e. Obstáculos: tener en cuenta que existen muchos obstáculos en un tejado (ventiladores, antenas, chimeneas,
etc.). Una línea de anclaje es un dispositivo destinado a permitir el desplazamiento sin desconectarse; por lo
tanto, y en la medida de lo posible, habrá que buscar una ubicación de línea idónea para permitir esos
desplazamientos. En algún caso puede ser necesario instalar varias líneas de anclaje.
Al instalar la línea se deben tener en cuenta entre otros factores, la seguridad de las personas que realizan la
instalación, las instrucciones de instalación y el proyecto de instalación.
Instrucciones de instalación.
Cada línea tiene unas especificaciones de instalación, como por ejemplo la tensión que se debe dar, el par de apriete,
la forma de colocar los distintos elementos, etc. Además es muy común tener que utilizar herramientas concretas,
como engarzadoras, que dependen del fabricante e incluso del modelo de la línea. El instalador siempre debe seguir
los requisitos marcados por el fabricante, quién a su vez facilitará las instrucciones de instalación. Es recomendable
que los instaladores tengan una formación específica sobre el montaje de cada tipo de línea de vida y especificaciones
técnicas de cada uno de los fabricantes de los sistemas que instalen. Los instaladores deben asegurarse de que son
adecuados los materiales de soporte a los que van a ser fijados los dispositivos de anclaje.
Los usuarios de la línea de anclaje deben conocer, entre otras cosas, el procedimiento de trabajo para cada situación
concreta, la necesidad de utilización de un punto de anclaje móvil en su caso, los equipos de conexión compatibles
con la línea para esa situación y deben estar formados para saber utilizar el sistema anticaídas asociado.
Así, los usuarios deben tener una formación suficiente y adecuada para el trabajo en altura utilizando sistemas
anticaídas y líneas de anclaje, y deben saber como progresar en la situación con la que se enfrentan (ejemplo: dónde y
como pisar un tejado con teja árabe). Además necesitan una información específica del lugar concreto donde van a
trabajar. (L.P.R.L. art 18 y 19).
Sólo si el trabajador tiene una verdadera formación para el trabajo específico en altura con línea de anclaje podrá
entender la información que se le facilite. Es imposible recibir esta formación exclusivamente a distancia o
dedicándole una hora de tiempo. Es absolutamente imprescindible que los formadores sean especialistas en esta
materia. El trabajador debe tener los equipos necesarios para el trabajo. Una cuerda y un arnés no es un equipo
suficiente la mayoría de las veces.
En cada línea se le debe proporcionar el punto de anclaje móvil si es necesario. (L.P.R.L. art. 17) Con demasiada
frecuencia se ven trabajadores unidos a la línea de anclaje con un equipo de conexión incapaz de absorber la
suficiente energía para el que no se ha calculado la línea. Estas situaciones son muy peligrosas puesto que dan una
falsa sensación de seguridad y en caso de caída transmiten al cuerpo una fuerza de impacto que puede ser mortal y a
la línea, en consecuencia, una fuerza para la que no está calcula da, pudiendo provocar su rotura e incluso daños en la
estructura. Se debe tener planeado como evacuar a un trabajador que ha quedado suspendido desde la línea después
de caer (una persona inconsciente colgada de un arnés puede fallecer en pocos minutos). En caso necesario los
trabajadores deben tener formación suficiente para realizar esta evacuación. Para ello deben tener los equipos
adecuados como dispositivos de descenso (UNE-EN 341), siempre de acuerdo con las necesidades concretas (L.P.R.L.
art. 20).
7. IDENTIFICACIÓN DE RIESGOS
No existe un método específico para evaluar el riesgo de caída en altura. No obstante, el proceso a seguir se resume
en:
– Identificación del peligro de caída en altura.
– Si se puede, eliminar el riesgo.
– En caso contrario, valorar el nivel de riesgo.
– En función de aquél, decidir sobre la tolerabilidad del riesgo.
Si el riesgo resulta no tolerable deben acometerse acciones planificadas de control y minimización de dicho riesgo:
Acciones de carácter material y Acciones de carácter organizativo o procedimental.
A la hora de proponer acciones preventivas debe tenerse en cuenta toda la reglamentación vigente afectada por
dicho riesgo de caída en altura como p.e.:
– R.D. 486/1997, de lugares de trabajo
– R.D. 1627/1997, de obras de construcción
– R.D. 1215/1997, de equipos de trabajo
– o el IV CGSC
– Además de la propia LPRL y el R.S.P
En consecuencia, ante un riesgo de caída en altura inferior a los 2 metros no se debe concluir de forma sistemática en
que no es necesaria la incorporación de la protección colectiva a la que obligan los textos reglamentarios de
desarrollo. La decisión sobre la necesidad de incorporar dicha protección colectiva en estos casos debe partir, como
siempre, del propio resultado de la Evaluación de Riesgos.
Otra forma de caracterizar el riesgo de caída en altura deriva del hecho de considerar algunas de las tareas con riesgo
en altura como una actividad o proceso peligroso o con riesgo especial (Art. 22 bis.1 b). 1º, RSP):
“Trabajos con riesgos especialmente graves de caída desde altura, por las particulares características de la actividad
desarrollada, los procedimientos aplicados, o el entorno del puesto de trabajo”.
Por otro lado, el mismo art. 22 bis impone la necesidad de identificar los trabajos o tareas integrantes del puesto de
trabajo ligados a las actividades o los procesos peligrosos o con riesgos especiales en la Evaluación de Riesgos
¿Por qué? Porque para estas tareas se requiere la presencia de los recursos preventivos como medida preventiva
complementaria que tiene como objeto vigilar el cumplimiento de la actividad preventiva. En consecuencia, la forma
de llevar a cabo la presencia de los recursos preventivos debe quedar determinada en la Planificación de la Actividad
Preventiva derivada de la Evaluación de Riesgos.
En definitiva, existe una clara asociación entre: Actividad o proceso peligroso o con riesgo especial y el desarrollo de
un Procedimiento de trabajo.
Si la minimización y control de los riesgos asociados a estas tareas pasa por el establecimiento y aplicación de
procedimientos de trabajo adecuado La principal tarea del recurso preventivo consiste en vigilar que se aplica
correctamente dicho procedimiento establecido.
¿Deben documentarse los procedimientos de trabajo? El sentido común dice que sí. Es precisamente la formalización
documental de un procedimiento lo que lo distingue de una simple práctica y lo que le da al proceso o tarea el
carácter de sistemático No obstante…
Conviene recordar que (Art.16 LPRL): “ La prevención de riesgos laborales deberá integrarse en el sistema general de
gestión de la empresa,…,a través de la implantación y aplicación de un Plan de Prevención de Riesgos Laborales…” “ El
Plan de Prevención deberá incluir la estructura organizativa, las responsabilidades, las funciones, las prácticas, los
procedimientos, los procesos y los recursos necesarios para realizar la acción preventiva en la empresa”.
Por otro lado (art.23 LPRL): “El empresario debe elaborar y conservar a disposición de la autoridad laboral, entre otros
documentos, el Plan de Prevención de Riesgos Laborales que, como ya se ha dicho debe incluir dichas prácticas,
procedimientos y procesos” Es decir, no solo desde el sentido común sino que también desde la perspectiva legal,
resulta procedente la documentación.
Para la elaboración e implantación de procedimientos de trabajo deben seguirse las siguientes fases:
– Determinación de las actividades o tareas objeto de procedimiento
– Estudio o análisis de la tarea a sistematizar
– Redacción del procedimiento
– Aprobación, tratamiento y control del procedimiento
– Distribución y divulgación del procedimiento
– Revisión periódica, en su caso, y actualización
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Formación Trabajos en Altura
Telco Parte común
Al procedimentar tareas con riesgo de caída en altura se tendrá en cuenta, por este orden, que:
– Los trabajos en altura sólo podrán efectuarse, en principio, con la ayuda de equipos concebidos para tal fin ó…
– Utilizando dispositivos de protección colectiva ó…
– Si por la naturaleza de la tarea esto no fuera posible:
• Disponiendo medios de acceso seguro y
• Utilizando medios de protección individual apropiados.
El izado de cargas podemos hacerlo de varias maneras, siendo el sentido común el que determinará cual será
la más conveniente en cada caso. Dependiendo del tipo de carga elegiremos un tipo de desmultiplicación al
realizar los polipastos. Usaremos poleas normales o bloqueadoras (Protaxion, minitraxion,..)
Hay que tener en cuenta, que las distintas cuerdas del polipasto no deberán cruzarse para evitar rozamientos
innecesarios.
Así mismo es conveniente que los ángulos tanto de entrada como de salida de las poleas sean lo más
pequeños posibles para aprovechar las propiedades de rotación y evitar sobreesfuerzos de las personas que
traccionan.
Polipastos Múltiples:
Si además de ascender una carga tenemos realizar con ella maniobras de descenso tendremos que introducir
en el sistema un dispositivo de descenso tipo Stop o I´D.
Si carecemos de estos sistemas de autobloqueo, solo en caso de emergencia o ultimo recurso utilizaremos el
nudo dinámico.
Y como sistema de frenado o de control de la misma, utilizaremos un nudo de bloqueo (prusik o machard) o
un bloqueador de cuerda mecánico.
En el mercado, existen actualmente sistemas que simplifican las operaciones de izado – descenso de cargas,
con sistemas semiautomáticos de fácil manejo e instalación.
Estos sistemas también existen para operaciones de rescate en caso de accidente.
El ascenso o descenso de cargas en las torres es una tarea rutinaria y difícil para quienes realizan trabajos de
montaje y mantenimiento de la red. Normalmente, para el ascenso o descenso de cargas se instala una polea en la
zona superior de la torre y con una cuerda que pasa por la polea, se amarra un extremo a la carga y con el otro
extremo se eleva esta.
Durante este proceso, un trabajador asegura la cuerda a la torre para evitar que la carga se deslice y caiga.
Con el fi n de mejorar este punto, se deberán utilizar dos poleas; en lo posible, una de ellas(la que va
asegurada en la zona superior) debe ser doble. La cuerda en su extremo deberá ir asegurada a la zona de carga de la
polea superior, luego pasará por una segunda polea que estará asegurada a la carga y subirá de nuevo para pasar por
la polea superior; no es necesario que la cuerda llegue de nuevo al piso, solo que sobre un extremo de mínimo tres
metros.
Es posible configurar otros sistemas; se necesitarían más cuerda y equipos. Lo importante es que se cuenta ya
con una ventaja mecánica que disminuya el esfuerzo del trabajador durante el ascenso de equipos.
El descenso de equipos es mucho más fácil, pues solo se requiere un anclaje tipo tie off,un
mosquetón, un sistema de descenso y una cuerda. En este caso la carga va fi ja a un extremo de la cuerda, luego se
pasa esta por el descendedor y con ayuda de este se controla la operación, hasta bajar el equipo al suelo. Es necesario
tener precaución de no permitir un aumento de la velocidad durante el descenso. Con el fin de que el desempeño de
los trabajadores sea adecuado, es necesario que se programen entrenamientos especiales de forma continuada y que
se contemple la instalación de los diferentes equipos, para mejorar las competencias.
Es una cadena de 3 eslabones a seguir para que nuestra actuación sea lo más eficaz posible.
Solo haremos aquello de lo que estemos completamente seguros, ya que si no lo hacemos así es posible que la
situación se agrave o empeore.
Estar tranquilos, ya que de esta manera al mantener la calma podremos pensar con más claridad y además también
transmitiremos tranquilidad a los demás y sobre todo a la víctima, con lo que conseguimos dos cosas, por un lado
dominar la situación y por otro evitar el pánico.
Hacer una composición de lugar, para que de esta manera cuando avisemos podamos dar una información útil y
veraz.
“Para que la ayuda sea efectiva esta debe hacerse de manera ordenada”
Síndrome de Compresión
También conocido como síndrome ortoestático o de aplastamiento, es un conjunto de síntomas que aparecen
cuando una persona está colgada durante un periodo largo de tiempo de un arnés. Las cintas del mismo actúan como
torniquete impidiendo total o parcialmente el paso de sangre con oxigeno a las extremidades.
Si una persona queda suspendida inmóvil en un arnés, la presión de este puede contribuir a un flujo
sanguíneo insuficiente en algunas partes del cuerpo generándose toxinas. Cuando la sangre vuelve al torrente
sanguíneo y a órganos vitales como los riñones, se produce un fallo renal, con posibilidad de posterior fallo cardiaco
o un fallo cardiaco directo debidos a las toxinas.
En un accidente de tráfico hay que sacar la llave de contacto de los vehículos accidentados e impedir que se
fume en las proximidades, ya que puede haber gasolina vertida en la calzada
No tocar nunca a un accidentado que esté en contacto con la corriente eléctrica; ya que hay que cortarla
previamente o apartar a la víctima con un objeto aislante
Siempre hay que identificarse, dar el nombre y decir desde donde se llama, ya que las llamadas anónimas no
inspiran confianza. Siempre colgaremos en último lugar, y volveremos para indicar qué tipo de ayuda está en
camino.
Indicaremos el lugar exacto del accidente: carretera, o punto quilométrico, distancia del pueblo más cercano,
etc., o si estamos en la ciudad: la calle, número del inmueble, piso, teléfono del que está llamando.
Explicaremos el tipo de accidente y las circunstancias que puedan agravar la situación: vehículos invadiendo la
carretera, riesgo de incendio, si hay heridos atrapados, si hay postes eléctricos caídos, un escape de gas, etc.
3-S: SOCORRER
Auxiliaremos en el propio lugar, excepto que existan riesgos como que el coche pueda explotar o se derrumbe un
árbol.
Si nos encontramos varios heridos hay que saber priorizar, no ateniendo primero al que más grite ni al primero que
encontramos, hay que hacer una composición del lugar y ver cuántas personas necesitan ayuda y en qué condiciones
se encuentran.
En cuanto a la víctima:
·Explórala bien
·Muévela con mucho cuidado
·Tranquilízala
·Mantenla en calor
·No le des comida ni bebida
·Procura que reciba atención médica
A) “Tienes la obligación de ayudar a una persona que se encuentre en un grave peligro pero ella no está
obligada a aceptar tu ayuda”. Para poder rechazar la ayuda, la víctima tiene que ser mayor de edad y
estar en plenas facultades. Es importante que dicho rechazo se lleve a cabo ante la presencia de
testigos.
B) “Haz solo lo qué sepas hacerr y que pueda ayudar a la víctima. Si no puedes ayudar es imprescindible pedir ayuda”
Síndrome de Compresión
También conocido como síndrome ortoestático o de aplastamiento, es un conjunto de síntomas que aparecen
cuando una persona está colgada durante un periodo largo de tiempo de un arnés. Las cintas del mismo actúan como
torniquete impidiendo total o parcialmente el paso de sangre con oxigeno a las ext
extremidades.
remidades.
Si una persona queda suspendida inmóvil en un arnés, la presión de este puede contribuir a un flujo
sanguíneo insuficiente en algunas partes del cuerpo generándose toxinas. Cuando la sangre vuelve al torrente
sanguíneo y a órganos vitales
itales como los riñones, se produce un fallo renal, con posibilidad de posterior fallo cardiaco
o un fallo cardiaco directo debidos a las toxinas.
Hay que tener en cuenta, que en caso de accidente, el operario puede llegar a estar en situaciones comp
comprometidas
para su vida:
Por ello no solo deberemos de realizar el “análisis de riesgos laborales” de dicha actividad, además deberemos de
tener en cuenta desarrollar un “plan de emergencia”, para poder tener u una
na respuesta clara, rápida y segura a la hora
de asistir al accidentado.
Este método es el más rápido de realizar, ya que los pasos a seguir son menos elaborados que en otras técnicas.
2º Nos acercaremos a él por medio de las técnicas que tengamos más a mano o las que nosotros valoremos más
convenientes para después seguir realizando el rescate (rápel, con los MGO, etc). Siempre es conveniente tener un
tendido de cuerda para una más rápida evacuación.
3º Con nuestros cabos de anclaje nos uniremos al accidentado, colocando dichos cabos en las anillas del arnés que
consideremos más apropiadas para la comodidad tanto del accidentado como nuestra, y para evitar empeorar las
lesiones que pueda tener. A veces es conveniente colocar un cabo en la anilla de la espalda y otra en la anilla central
delantera, para que se le pueda bajar verticalmente y así evitar la colisión de los pies con las estructuras.
4º Una vez unidos nos aseguramos que los cabos de anclaje estén tensos de tal manera que notemos el peso del
accidentado.
5º Posteriormente desengancharemos al accidentado y si fuese necesario cortaremos los elementos a los que esta
enganchado (cuerda, cabos de anclaje, cintas, etc) para que de esta manera su peso se
traslade a nuestro arnés y sistema de descenso.
6º Descenderemos al accidentado hasta la base de la zona de trabajo siempre con el máximo cuidado y atención.
3º Montaremos las cuerdas de rescate con el sistema de doble anclaje. Puede estar acompañado desde su inicio con un
sistema de polipasto si fuera necesario elevar al accidentado para liberarlo de su sistema de seguridad (si esta colgando en
el vacío).
4º Ataremos al accidentado de las anillas de seguridad del arnés. Verificar que las cuerdas llegan hasta el suelo.
5º Situaremos al accidentado en la vertical y le desengancharemos del sistema de seguridad al que este sujeto.
6º Lo descenderemos hasta la base de la zona de trabajo con cuidado y si fuese necesario con la ayuda de un tercer
operario desde el suelo y una cuerda auxiliar que lo ira separando de la estructura.