Leyenda de Las Nornas
Leyenda de Las Nornas
Leyenda de Las Nornas
Las nornas (O norns) son unos seres llenos de misterio y poder. Las Nornas no son
exactamente diosas, pero si tenían atributos de diosas y no solo eso, sino que como
entidad eran altamente poderosas, tenían más poder que los propios dioses.
Narra la mitología nórdica que las Nornas son espíritus femeninos que no dependían de
los dioses, estos no podían cuestionar o influir en sus decretos bajo ningún concepto. Las
Nornas tenían el control del destino, incluso el destino de los propios dioses.
Algunos dicen que estas entidades nórdicas provienen de los elfos, otros dicen que de los
dioses y otros que de los enanos. La teoría más difundida dice que posiblemente eran
descendientes del gigante Norvi, de quien nació Nott (noche), entre los dioses nórdicos
eran conocidas como las diosas del destino.
Nornas
Eran tres hermanas. La primera de ellas es Urd (el pasado que mira hacia atrás, en pocas
palabras "lo ocurrido"). Está representada como una anciana que se encarga de cardar la
lana con la que se hará el hilo. Siempre que nace un niño ella está presente para
determinar su destino.
La segunda era Verdandi (el presente, una hermosa dama que siempre está viendo hacia
adelante). Era una mujer madura que se encargaba de tejer el hilo con la lana que le
pasaba Urd. Su trabajo se basaba en mostrar el resultado de lo que ya había ocurrido, los
errores, las derrotas y las victorias, lo que pudo ser y lo que es o no es. Es ella era quien
decidía la longitud de los hilos que tejía y cuándo debían cortarse. Incluso los dioses
debían doblegarse a las decisiones de Verdandi.
La tercera de ellas era Skuld ( el futuro y siempre se le representa leyendo un libro que aún
no ha salido). Era la hermana más joven y representa el futuro. Suele mostrarse taciturna,
siempre demasiado ocupada pensando en profecías que aun no se han cumplido o ni
siquiera formulado, en recompensas y castigos que vendrán. Lo que ella teje, es el
resultado del trabajo de sus dos hermanas, de todas las acciones que ya se hicieron o que
tienen lugar en el presente. Suele llevar un velo y un pergamino donde anota lo que está
por venir. Sirve en ocasiones a los dioses como valquiria. Cabalga por los campos de
batalla decidiendo la suerte de los guerreros, quién vivirá, quién morirá y quién vencerá.
Su forma de tejer los destinos era amplia ya que algunas veces creaban el destino con
runas vikingas, otras veces con madera y también tejían trozos de tela.
Según las Eddas existen muchas otras Nornas menores, asociadas a individuos en
particular, así también algunos autores consideran que las Eddas no caracterizan en su
material a las Nornas como responsables de distintos periodos de tiempo ( pasado,
presente y futuro). Las Eddas sugieren que el pasado, presente y futuro están enlazados, de
manera que no se pueden separar por las Nornas principales.
Las nornas y el hilo de la vida
Los vikingos eran firmes creyentes en que el destino era inalterable. El futuro ya estaba
escrito, o mejor dicho, «tejido», por las Nornas. Las Nornas eran unas deidades femeninas
absolutamente independientes de los dioses. Ni el mismísimo Odín podía influir en las
decisiones de las Nornas. Ni siquiera echar un vistazo a sus tapices.
Cabe aclarar que las Nornas no eran diosas, sino que pertenecían a la categoría de dísir.
Las dísir (en singular dís) eran unas deidades femeninas menores que también incluían a
las valquirias.
La vida de cada mortal o dios estaba asociada a un hilo, que las Nornas utilizaban en sus
tejidos entrecruzándolo con otras cuerdas (propiciando así que las personas se
conocieran). La longitud de este hilo era también la duración de la vida de la persona, de
manera que cuando las Nornas llegaban al final del hilo, la persona moría.
Hábitat
Las Nornas habitaban en el Pozo del Destino, justo debajo de las raíces del YGGDRASIL (el
árbol de la vida), que se extendía sobre Asgard, regando al Gran Fresno con las aguas y la
arcilla del pozo del Urd.
Cada mañana llevaban agua del pozo y recogían la tierra húmeda o arcilla alrededor del
pozo y la vertían sobre las raíces del árbol de la vida. Si no realizaban esta tarea diaria, el
fresno comenzaría a pudrirse.
También eran las encargadas de custodiar la fuente de la juventud y de hacer girar las
runas del destino para hombres y dioses. El Pozo del Destino solo estaba reservado para
ellas. Un sitio donde vivían y trabajaban. Además tejían los tapices del destino.
Entre sus deberes estaban el advertir de males futuros y enseñar sabias lecciones sobre el
pasado a los dioses, aunque también actuaban como oráculo respondiendo a la mayoría
de preguntas que estos, incluso el propio Odín, les realizaban.
Las Nornas controlaban los acontecimientos vitales tallando runas en el tronco del
árbol, pero en algunas sagas y poemas se las describe tejiendo el destino como una tela o
tapiz, quizá por influjo de las Moiras entre los griegos y las Parcas de los romanos.
Se dice que la vida de cada persona es un hilo en un telar, por lo que la longitud de cada
cuerda es la duración de vida de esa persona, reflejando de esta forma que todo se
encuentra preordenado en la mitología nórdica.
De manera que, todos los dioses tenían su propio tapiz, aunque ellas no se los dejen ver.
Se dice también, que las tres Nornas que controlaban el destino existían solo en un viejo
nivel mítico, aunque no es tan viejo como el arte de coser y tejer en sí.
Se dice de ellas que calzan zapatos de nieve y que son muy rápidas, lo que podría reflejar
el rápido paso del tiempo, porque las Nornas, además del destino, también regulaban el
fluir del tiempo.
Según la Völsungakviða, cuando nace un nuevo niño o niña, las Nornas se presentan en su
nacimiento para decidir cuánto tiempo debe vivir el recién nacido. Mientras observan al
niño, ellas medirán su tiempo de vida, su destino, tanto bueno como malo, y lo tejerán en
un hilo de vida.
Las Nornas eran muy respetadas por el pueblo, y era muy común servir un tipo especial de
potaje llamado gachas de Nornas a una mujer que acababa de dar a luz. Con este ritual se
mostraba respeto a estos espíritus y se esperaba que las Nornas bendijeran con buenas
nuevas a la madre y su hijo.