Decreto 159 Indulto

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CONGRESO DE LA REPUBLICA
GUATEMALA, C. A.

DIRECCIÓN LEGISLATIVA
-CONTROL DE INICIATIVAS-

NUMERO DE REGISTRO

4941
IFECHA QUE CONOCIO EL PLENO: 04 DE FEBRERO DE 2016.

INICIATIVA DE LEY PRESENTADA POR EL REPRESENTANTE ROBERTO


RICARDO VILLATE VILLATORO.

INICIATIVA QUE DISPONE APROBAR LEY PROCEDIMENTAL DE


LA PENA DE MUERTE.

TRÁMITE: PASE A LAS COMISIONES EXTRAORDINARIA DE REFORMA AL


SECTOR JUSTICIA Y DE DERECHOS HUMANOS PARA SU
ESTUDIO Y DICTAMEN CONJUNTO CORRESPONDIENTE.
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INICIATIVA DE LEY

LEY PROCEDIMENTAL DE LA PENA DE MUERTE

HONORABLE PLENO

• CONSIDERACIONES GENERALES

La Asamblea Nacional Legislativa de la República de Guatemala aprobó, con fecha


diecinueve de abril de mil ochocientos noventa y dos, el Decreto Número 159 que
reglamentaba el artículo setenta y ocho de la Constitución Polftica vigente en ese entonces,
la facultad del Presidente de la República para conmutar la pena de muerte y conceder
Indultos en los casos previstos, disposición constitucional que con algunas variantes se
mantuvo en Constituciones posteriores, hasta el año mil novecientos ochenta y cinco en
que se promulgó la actual Constitución Polftlca de la República, que no la contempla.

La Constitución Política de la República promulgada por la Asamblea Nacional Constituyente


el treinta y uno de mayo de mil novecientos ochenta y cinco, vigente a partir del día
catorce de enero de mil novecientos ochenta y seis, derogó expresamente todas las
Constituciones de la República de Guatemala y cualesquiera leyes que hubieren surtido
Iguales efectos con anterioridad, y estableció la independencia de poderes al declarar que la
soberanía radica en el pueblo que delega para su ejercicio en los Organismos Legislativo,
Ejecutivo y Judicial, dentro de los que está prohibida la subordinación, y que la facultad de
juzgar y ejecutar lo juzgado corresponde con exclusividad al Organismo Judicial y que


ninguna otra autoridad podrá Intervenir en la administración de justicia .

El Decreto 159 de la Asamblea Nacional Legislativa que, además, regulaba el procedimiento


para el otorgamiento del mismo, fue derogado por el Decreto 32-2000 del Congreso. Hasta
el 1 de junio de 2000, el conocimiento del Recurso de Gracia y la concesión del Indulto
respectivo correspondía al Presidente de la República, conforme lo ordenaba el Decreto 159
de la Asamblea Nacional Legislativa que, además, regulaba el procedimiento para el
otorgamiento del mismo.

La Ley Constitutiva de la República de Guatemala, decretada por la Asamblea Nacional


Constituyente el 11 de diciembre e 1879, en su artículo 78 establecía: "El Presidente de la
República tiene la facultad de conmutar la pena que sea mayor en la escala general de la
penalidad, en la Inmediata Inferior, y de conceder Indultos por delitos políticos y aún por los
comunes cuando la conveniencia pública lo exija o el peticionarlo tenga a su favor servicios
relevantes prestados a la Nación."

Esta Constitución estaba vigente el 21 de abril de 1892, fecha en que el entonces


Presidente de la República, José María Reina Barr , sanclon andó a promulgar el
Decreto Número 159 de la Asamblea Naclona / slativa, que contie e las facultades del
mismo Presidente de otorgar la gracl~~ ceder el indulto. n ituciones de 1956 y
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1965 en sus artículos 69 y 54, respectivamente, expresaban que contra las sentencias a
muerte serían admisibles todos los recursos, incluso los de casación y de gracia.

La Constitución de 1956 se contempla la facultad al presidente a conmutar la pena que sea


mayor en la escala de la penalidad, por la inmediata inferior y conceder indultos en lo
relativo a delitos políticos y comunes conexos, y la de 1965 lo establecía el artículo 189
inciso 30, al decir: conmutar la pena de muerte por la inmediata inferior y conceder indulto
en lo relativo a delitos políticos y comunes conexos.

El 23 de diciembre de 1944, la Junta Revolucionaria de Gobierno a través del Decreto 45,


preceptúa que: el Decreto 159 conservará su vigencia y fuerza legal mientras se emita la
nueva Carga Magna de la República.

De igual forma, el mismo cuerpo constitucional vigente establece que contra la pena de
muerte, serán admisibles todos los recursos legales pertinentes, incluso el de casación, el
que será admitido siempre para su trámite, y finaliza diciendo que la pena se ejecutará
después de agotarse todos los recursos. Entiéndase por recurso la reclamación que el
agraviado o inconforme de una providencia, decreto o resolución, hace ante un juez o
tribunal, para que ellos o un tribunal superior, confirme, reforme o revoque lo impugnado.

OBJETIVOS DE LA INICIATIVA

La Constitución Política de la República establece que la soberanía radica en el pueblo quien


la delega en los tres Organismo del Estado, Ejecutivo, Legislativo y Judicial, situación que
por imperativo constitucional obliga necesariamente la división de funciones en el ámbito
de la administración pública gubernamental, para que cada uno de las cuales tenga una
finalidad específica, lo que explica la prohibición de subordinación de los Organismo entre
sí, es decir, de acuerdo al normativo constitucional cada uno de los Organismos del Estado
tiene sus funciones predeterminadas, en lo que respecta al Organismo Judicial, regula que:
"la función jurisdiccional se ejerce, con exclusividad absoluta, por la Corte Suprema de
Justicia y por los demás tribunales que la ley establezca" y en ejercicio de la función
jurisdiccional, los tribunales de justicia y la Corte Suprema han observado el debido
proceso para imponer la pena capital al responsable de la conducta antijurídica.

La pena capital impuesta a la persona responsable de ilícitos penales que se sancionan con
la pena de muerte, resulta de la voluntad manifiesta de los legisladores al estimar que
ciertos delitos tipificados en el Código Penal, por sus características de consumación y que
son acreedores de la misma, más aún cuando la delincuencia común, el crimen organizado
y el terrorismo se ha incrementado significativamente, obligó a este Organismo del Estado
a pronunciarse sobre el particular, y los órganos jurisdiccionales responsables de la
aplicación de la justicia se ven en la penosa obligación de imponer la sanción respectiva.

La legislación penal sanciona con la pena capital a algunos delitos, después de agotados los
recursos ordinarios y extraordinarios, desde tiempos de la Inquisición se estableció la
necesidad de concederle una última oportunidad al condenado, al otorgarle el famoso
Recurso de Gracia que conocía en única instancia el Rey. Debido a los cambios en el
sistema de gobierno a republicano, democrático y rew;esentativo, ah()ra esa facultad es
concedida al Presidente de la República, de conf9J'mfé!ad con los precept vertidos por el
Decreto Número 37-2010, Ley Regulad9Jfl-ilé la Conmut.ación de la ena para los
Condenados a Muerte, que nunca nació,dt'l~'t.vida-ju · lea.
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Es indiscutible y evidente que la sanción en el derecho penal se ha instituido para defender


el orden jurídico y garantizar a la sociedad las condiciones necesarias para la vida social.
No puede entenderse el castigo sino en defensa social. La lucha contra la delincuencia es
lucha por el mantenimiento de las condiciones de la vida civilizada y por la consecución de
una moral más alta de los individuos. En los últimos dos años hemos visto como sicarios
perpetran su objetivo dando muerte a niños, niñas, adolescentes, hombres y mujeres, así
como la violación de menores de doce años, sin importar el concurso de delitos existentes.

La función de la pena debe estar relacionada al desenvolvimiento mismo de la sociedad;


una sociedad sana requerirá de pequeños castigos para sus transgresores, pero una
sociedad maleada, profundamente sumergida en el delito, requiere de sanciones más
fuertes que respondan necesariamente a la medida del daño que se cauce. De esto
deviene la obligatoriedad que la Ley Penal debe ser absoluta, no se puede hablar de justicia
a medias ni de preservación social a medias. Implica la observancia y aplicación absolutas
de sus normas en forma inexorable.

La sanción o pena de muerte es uno de los temas más apasionantes del Derecho Penal, han
existido abolicionistas y defensores de la misma. Algunos tratadistas que sin renunciar a
sus posiciones dijeron: "sin embargo, en cuanto constatamos que casi todas las
legislaciones de los Estados cultos conservan todavía esta extrema sanción, no podemos
por menos de reconocer que en ciertos períodos excepcionales (guerras, revoluciones,) y
especialmente cuando se presenta la posibilidad de mutaciones políticas que hacen
problemática la efectiva ejecución de penas carcelarias largas, así como respecto a ciertos
delitos de suma gravedad que adoptan en el ambiente social una forma epidémica, se
reconoce que la dura necesidad de dicha sanción es difícilmente refutable."

El Congreso de la República a través del Decreto Número 32-2000, derogó el Decreto 159
de la Asamblea Nacional Legislativa, con la finalidad de eliminar todo normativo jurídico
que establezca la facultad presidencial de la condonación o conmutación de la pena de
muerte, pero se considera de importancia que exista nuevamente la disposición jurídica que
lo norme y contemple como facultad exclusiva del Presidente de la República, por ser quien
goza de la representatividad y unidad nacional, simbolizando la voluntad del pueblo en
general.

CONSIDERACIONES FINALES

Los guatemaltecos vivimos en un mundo sin fronteras ni límites para la delincuencia común
y el crimen organizado, la zozobra de la sociedad se manifiesta diariamente y la sentimos
cuando un familiar, un amigo o un hermano guatemalteco le tocó la desgracia de perder su
vida en legítima defensa de sus intereses propios o familiares o simplemente fue víctima
vulnerable de los transgresores de la Ley, de los sicarios que hoy en día acechan la nación.

La delincuencia común y organizada no distingue ni busca quien se las debe sino quien se
la paga, alcanza sus objetivos a costa de un ciudadano guatemalteco honrado, digno,
trabajador y vulnerable; violenta la Ley, encuadra su conducta atípica y antijurídica al
supuesto normativo de la ley penal, a sabiendas que la autoridades que velan por la
seguridad, la justicia y el bienestar social no realizan su función principal de investigación,
aprehensión y sanción como en derecho corresponde.

Se reconoce y respeta los principios constitucionales y !9--1-?ves de cono · iento público


que "el poder proviene del pueblo, su ejercicio e!;t:á--Slí)eto a las limitacion s ñaladas por
esta Constitución y la ley; que ninguna pefSOn , se del 'pueblo fu armada o
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política, puede arrogarse su ejercicio, y que el imperio de la ley se extiende a todas las
personas que se encuentren en el territorio de la República y que los funcionarios son
depositarios de la autoridad, responsables legalmente por su conducta oficial, sujetos a la
ley y jamás superiores a ella", y ésta disposición de la pena de muerte está contemplada en
el artículo 18 de a Constitución Política de la República.

Desde hace más de dos décadas la pena de muerte legalmente establecida en nuestro
ordenamiento jurídico ha quedado en el olvido, hasta la emisión del Decreto Número 37-
2010 que nuevamente regula su aplicación para aquellos delincuentes que han transgredido
la Ley Penal, sentenciados a muerte por el sistema judicial del país, sin recurso pendiente
que resolver, puesto que despiadadamente se constituyeron en transgresores de la ley,
asesinos de personas inocentes, terroristas, extorsionistas y secuestradores de personas
que han dejado su vida en trabajo honesto y victorioso, sin embargo, el decreto en
mención nunca nació a la vida jurídica, puesto que no fue sancionado.

No obstante, este decreto que regula la pena de muerte contempla que corresponde al
Presidente de la República conocer y resolver sobre el Recurso de Gracia; no obstante, esta
facultad es concedida a través de la presente disposición jurídica, pero con la salvedad que
podrá decidir sobre la aplicación de la pena de muerte o la conmutación a pena de prisión.

Ante esta disyuntiva y la falta de decisión del Presidente de la República en aplicar la pena
de muerte, se deja en la facultad de decidir, si aplica ésta o la conmuta por la pena de
prisión más alta establecida en la legislación nacional, respetuosos además de los
compromisos jurídicos de naturaleza internacional y apegados al mismo, pero no debe
dejarse de aplicar una sanción, sino queda en el desconocimiento jurídico de cumplir una
condena al no saber cuál es, puesto que la realidad es, la facultad que hoy se otorga por
medio de la presente disposición jurídica al Presidente de la República.

Finalmente, tomando en consideración los argumentos indicados, se somete a


consideración del honorable Pleno la presente disposición jurídica para que el Presidente de
la República tenga la facultad de decidir si aplica la pena capital o la conmuta por la de
prisión, dejando la responsabilidad en los señores diputados, para que después de su
estudio y análisis correspondiente, se apruebe como Ley de la República.

DIPUTADO (S) PONENTE (S):


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DECRETO NUMERO ...

EL CONGRESO DE LA REPUBLICA DE GUATEMALA

CONSIDERANDO

Que la Constitución Política de la República preceptúa que contra la sentencia que


imponga la pena de muerte, serán admisibles todos los recursos legales pertinentes,
inclusive el de casación; éste siempre será admitido para su trámite, y se ejecutará
después de agotarse todos los recursos, salvo que se fundamente en presunciones, a
mujeres, mayores de sesenta años de edad, a los reos de delitos políticos y comunes
conexos con los políticos y a aquellos cuya extradición haya sido concedida bajo esa
condición.
CONSIDERANDO:

Que el artículo 4, numeral 6 de la Convención Americana de Derechos Humanos,


incorporada al ordenamiento jurídico guatemalteco a través del Decreto Número 6-78
del Congreso de la República, determina que toda persona condenada a muerte tiene
derecho a solicitar la conmutación de la pena, que podrá ser concedida en todos los
casos, y que no se puede aplicar esta pena, mientras la decisión de la autoridad
competente esté pendiente de ser emitida.

CONSIDERANDO:

Que ante las sentencias emitidas por los órganos jurisdiccionales con respecto a los
condenados a la pena de muerte, y la regulación que establece la Constitución Política
de la República, este organismo del Estado debe emitir una disposición jurídica que
regule el procedimiento para la aplicación de la pena de muerte, contemplando la
facultad al Presidente de la República en aplicar ésta o conmutarla por la de máxima
pena de prisión contemplada en la Legislación Nacional, pero debe existir una
normativa jurídica que regula dicha clase de sanción.

CONSIDERANDO:

Que dentro del ordenamiento jurídico guatemalteco no existe norma que regule el
procedimiento para que se conozca y resuelva una solicitud de conmutación de la pena
de muerte, o también conocido en el ámbito guatemalteco como recurso de gracia, lo
que hace necesario que se emitan las normas jurídicas pertinentes para el efecto,
mediante una ley acorde al marco constitucional y a las normas de la Convención
Americana de Derechos Humanos.
POR TANTO:

En ejerciCIO de las atribuciones literal a), y con


fundamento en el artículo 18 de la Constituc· -" a de Guatemala.
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DECRETA:

Las siguientes:

LEY PROCEDIMENTAL DE LA PENA DE MUERTE

ARTICULO 1. Objetivo. La presente disposición jurídica ordinaria tiene la


finalidad de establecer la competencia jurídica de la persona, autoridad u órgano
facultado para conocer y resolver sobre el recurso de gracia o conmutación de la pena
de muerte.

ARTICULO 2. Competencia. Corresponde al Presidente de la República


conocer y resolver sobre la solicitud del Recurso de Gracia o la conmutación de la pena
de muerte a la máxima pena de prisión contemplada en la Legislación Nacional.

ARTICULO 3. Conocimiento y solicitud. El Presidente de la República por


ningún motivo podrá rechazar la solicitud planteada; por lo que deberá conocer y
resolver afirmativa o negativamente. La solicitud podrá presentarla el Abogado
defensor, persona interesada, familiar dentro del grado de consanguinidad, o por el
sentenciado directamente, por escrito y sin formalidad alguna, ante la Secretaría
General de la Presidencia de la República.

ARTICULO 4. Plazo. Deberá presentarse la solicitud dentro de diez días


siguientes de encontrarse firme el fallo que condene a la pena de muerte. Vencido el
plazo se considerará renunciado el derecho y, al contrario, interpuesta la solicitud
quedará en suspenso la aplicación de la pena de muerte.

ARTICULO S. Trámite y resolución. Una vez recibida la solicitud de


conmutación de la pena, el Presidente de la República pedirá en su primera resolución
los antecedentes a donde corresponda, los que deberán ser enviados sin excusa dentro
de las veinticuatro horas siguientes a su requerimiento.

ARTICULO 6. Plazo de resolución. La resolución debe dictarse dentro de los


cinco días siguientes a la recepción del expediente, la que podrá rechazarse u otorgar
la conmutación de la pena de muerte por la pena máxima de prisión.

ARTICULO 7. Naturaleza de la resolución. Siendo una resolución de


conciencia, la misma tendrá el carácter de una resolución y no requiere de requisito
alguno. El Presidente de la República podrá realizar las apreciaciones legales, morales,
científicas, humanas o de cualquier otra naturaleza que estime oportuno, para
resolver.

ARTICULO 8. Notificaciones. La resolución debe notificarse dentro de las 24


horas siguientes por medio de la Secretaría General de la Presidencia de la República a
la Secretaría de la Corte Suprema de Justicia para que ésta la remita y lo haga saber al
sentenciado, a su abogado defensor, así como al j z ejecutor ibunal que
corresponda para la prosecución del trámite respectiv

ARTICULO 9. Recursos. Cont


conmutación de la pena de muerte no cGi'\lf::re='SO"-n¡t
00000008

ARTICULO 10. Silencio del Recurso. Si no se hiciere uso de este recurso, la


sentencia quedará firma y se ejecutará la pena de muerte dentro de cuarenta y ocho
horas siguientes de vencido el plazo respectivo.

ARTICULO 11. Irrevocabilidad. Para los efectos procesales, en la tramitación


del presente recurso, todos los días y horas son hábiles. Las resoluciones se
notificarán dentro de las veinticuatro horas siguientes.

ARTICULO 12. Transitoriedad. Toda persona que estuviere condenada a


muerte, podrá hacer uso de este derecho durante los treinta días siguientes de entrar
en vigencia la presente Ley. Si la solicitud planteada de conmutación de la pena de
muerte fuere denegada, se notificará como lo establece esta Ley, para que se proceda
a ejecutar la pena impuesta dentro de las veinticuatro (24) horas siguientes. No
obstante, transcurridos los treinta (30) días de plazo sin que el Presidente de la
República haya dictado resolución, se tendrá por denegado la solicitud. El juez de
ejecución ordenará la aplicación de la pena dentro de las siguientes cuarenta y ocho
horas.

ARTICULO 13. Reglamento. El Reglamento de la presente Ley deberá


aprobarse con la finalidad de hacer más explícita su procedimiento, de conformidad
con la facultad establecida en la Constitución Política de la República.

ARTICULO 14. Vigencia. El presente Decreto fue declarada de urgencia


nacional, aprobada con el voto favorable de más de las dos terceras partes del número
total de diputados que integran el Congreso de la República, y entrará en vigencia el
día siguiente de su publicación en el diario oficial.

REMITASE AL ORGANISMO EJECUTIVO PARA SU SANCION,


PROMULGACION Y PUBLICACION.

EMITIDO EN EL.,_P,~'\QO DEL ORGANISMO EJECUTIVO, EN LA CIUDAD


DE GUATEMALA, EL DIA DEL MES DE
~ DEDO

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