Unidad 9
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2. LA NOVELA PICARESCA
Se inicia en 1554 con la aparición de La vida del Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y
adversidades y se consolida como género literario cuando Mateo Alemán escribe el Guzmán de
Alfarache en 1599.
En la aparición de este nuevo género influyen distintas circunstancias:
• Ambiente de crisis económica y social de la época, con aumento de la mendicidad;
que se va a reflejar en esta obra.
• Crítica social por parte de los “cristianos nuevos” debido a la discriminación por la
limpieza de sangre.
• Apertura ideológica iniciada por Carlos I y aparición de ideas erasmistas.
• Reacción literaria contra la literatura de caballerías, la picaresca propone como
protagonista un antihéroe.
• Características de la picaresca:
• Se trata de una ficción autobiográfica narrada en primera persona.
• El protagonista de la historia es un pícaro, antihéroe, de origen humilde,
criado de muchos amos, que suele pasar hambre, con un código de honor
deformado. Nada que ver ya con los protagonistas idealizados de novelas
pastoriles, de caballerías o moriscas.
• Sucesión de la historia siguiendo unos episodios.
• La acción es itinerante. El protagonista viaja de un sitio a otro.
• Como es un género nuevo, con un protagonista y una temática y ambientación
inusuales, es necesaria una justificación literaria para escribir la obra. Por ello,
el autor recurre a “el caso” en el Lazarillo (todo es una narración para justificar
la situación actual vital de Lázaro) o al arrepentimiento del protagonista, como
si se tratase de una confesión, en El Guzmán de Alfarache.
• Evolución temporal desde la niñez a la madurez del protagonista.
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Narrativa y teatro del Renacimiento
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EL LAZARILLO DE TORMES
• Relata en primera persona la historia de Lázaro, un personaje de origen humilde
nacido a orillas del Tormes, que aprende a sobrevivir gracias a su ingenio y consigue
asentarse como pregonero en Toledo, siendo su mujer la amante del Arcipreste.
• TEMAS
• El Lazarillo es una historia de aprendizaje.
• El autor utiliza episodios de origen folclórico, como el de las uvas.
• Se insiste en el hambre, la mendicidad y la pobreza
• Además, aparecen personajes que nos muestran la hipocresía, falsa honra e
insolidaridad humana.
• ESTRUCTURA
• La obra se compone de un prólogo y siete tratados de distinta extensión. Los tres
primeros son más largos.
• Tiene forma de una carta en la que se explica “el caso”, la situación de deshonor del
amancebamiento de su mujer con el arcipreste de San Salvador. De hecho, para
justificarlo, Lázaro cuenta su vida.
• Los tres primeros tratados son más extensos y elaborados, en ellos se narran las
andanzas de Lázaro niño, el hambre que pasa y la astucia que debe desarrollar para
sobrevivir.
• A partir del tratado IV: Lázaro va creciendo y mejora su situación hasta llegar a lo que
considera “la cumbre de su buena fortuna”.
• En el tratado VII: ya es un hombre maduro, casado y con un oficio (pregonero de
vinos). Conocemos entonces el caso.
• PERSONAJES
• Los personajes del Lazarillo no están desarrollados, son arquetípicos, y se
caracterizan por su actuación y sus palabras.
• ESTILO
• El lenguaje empleado por el autor es sencillo, claro, pero con recursos
literarios (bimembraciones, hipérboles, paradojas).
• Consigue el equilibrio y la sencillez típicos del Renacimiento.
• AUTORÍA Y FECHA
• La obra aparece en 1554 en distintas ediciones anónimas: Burgos, Amberes y
Alcalá de Henares. Probablemente hubo una edición anterior no conocida.
• Se desconoce el autor, se han propuesto candidatos. Pudo haber sido alguien
cercano a las ideas erasmistas, o bien un judío converso.
• Por los acontecimientos históricos que se narran, la obra transcurre en la
primera mitad del siglo XVI.
• ÉXITO DE LA OBRA
• Tuvo un éxito amplio y rápido, debido a su novedad y se menciona en obras
como El Quijote, en donde se definen las características principales de este
género:
Señor caballero, si tiene algo que darnos, dénoslo ya y vaya con Dios, que ya enfada con
tanto querer saber vidas ajenas; y si la mía quiere saber, sepa que yo soy Ginés de
Pasamonte, cuya vida está escrita por estos pulgares.
- Dice verdad -dijo el comisario-, que él mesmo ha escrito su historia, que no hay más que
desear, y deja empeñado el libro en la cárcel en docientos reales.
- Y le pienso quitar -dijo Ginés-, si quedara en docientos ducados.
-¿Tan bueno es? -dijo don Quijote.
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- Es tan bueno -respondió Ginés-, que mal año para Lazarillo de Tormes y para todos
cuantos de aquel género se han escrito o escribieren. Lo que le sé decir a voacé es que
trata verdades y que son verdades tan lindas y tan donosas que no pueden haber
mentiras que se le igualen.
-¿Y cómo se intitula el libro? -preguntó don Quijote.
-La vida de Ginés de Pasamonte -respondió el mismo.
-¿Y está acabado? -preguntó don Quijote.
-¿Cómo puede estar acabado -respondió él-, si aún no está acabada mi vida? Lo que está
escrito es desde mi nacimiento hasta el punto que esta última vez me han echado en
galeras (Cervantes, Quijote, 1605: 130-131, la negrita es mía. Citamos el Quijote siguiendo
la edición de Riquer, 2004).
Novelas ejemplares.
• Colección de novelas pertenecientes a distintos géneros que pueden dividirse en:
• Idealistas: de amor y fortuna, por ejemplo, La ilustre fregona o La gitanilla.
• Realistas: El licenciado vidriera, Rinconete y Cortadillo, El coloquio de los
perros.
EL QUIJOTE
El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha es la obra maestra de Cervantes y forma parte
del canon de la literatura universal, pues es uno de los libros más leídos y traducidos del
mundo.
Esta novela consta de dos partes: la primera fue publicada en 1605 y la segunda, en 1615
• ARGUMENTO: un pobre hidalgo pierde la cabeza por leer muchos libros de caballerías.
Su locura le lleva a creerse un caballero, vestir como tal y “desfacer entuertos”. Le
suceden diversas aventuras y es una muestra del choque entre el idealismo y la
realidad de la sociedad injusta y burlona.
• ORIGEN: parece ser que en principio estaba pensada como novela corta, y más tarde
decide hacer una obra mucho más extensa que resulta ser mucho más que una mera
parodia de los libros de caballerías. Se inspiraría en el Entremés de los romances
Bartolo pierde la cabeza de tanto leer el romancero.
• ORIGINALIDAD DE PLANTEAMIENTO
• El protagonista es un personaje viejo, hidalgo y pobre, frente a los héroes de
las novelas de caballerías.
• Muestra la realidad inmediata, tiempo y espacio reales y contemporáneos.
• Se identifica heroísmo con locura.
• Emplea el recurso narrativo de la transformación de la realidad, fusiona lo real
y lo ideal.
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• TEMAS
• El Quijote es una novela muy compleja, que trata sobre distintos asuntos:
• Parodia de los libros de caballerías.
• Parodia del amor cortés, con Dulcinea. Don Quijote utiliza un lenguaje literario
semejante y su relación con ella es platónica, irreal e idealizada.
• Habla de los valores del ser humano, incide en la relación entre la heroicidad
ideal y la hipocresía de la realidad.
• Incluye debates vigentes en la época como el prestigio de las armas o las
letras.
• En toda la obra está presente el humor, la burla, la parodia.
• Pero sobre todo es una obra sobre literatura: ofrece una muestra de la novela
de su tiempo (en sus novelas intercaladas), hay crítica literaria (capítulo del
escrutinio de la biblioteca) y se exponen ideas y juicios sobre teatro, novela y
poesía. También utiliza tópicos literarios como el del manuscrito encontrado.
ESTRUCTURA
• La obra se divide en dos partes que abarcan tres salidas con diferente extensión.
Estructura de El Quijote
Primera parte Segunda parte
Argumento 1ª salida 2ª salida (cap. 7 a 52) 3ª salida (cap. 1 a 74)
(cap. 1 a 6)
- -Preparación de la salida (sale con -Preparación de salida (con
Presentación Sancho Panza) Sancho)
del -Encuentro con los cabreros -Viaje al Toboso
personaje. -Los molinos de viento -Estancia en el palacio de los
-Preparación -Penitencia de don Quijote. duques.
de la salida -Carta a Dulcinea -Sancho y su estancia en la
(sale solo) -Búsqueda del cura y del barbero Ínsula Barataria.
-Vuelve -Diálogos de Sancho -Burlas de Altisidora
triunfante -Vuelve a casa, enjaulado y -Estancia en Barcelona
armado maltrecho -Regreso del Quijote
caballero en -Muerte de Alonso Quijano
una venta.
Historias -Historia de Marcelo y -Bodas de Camacho
secundaria Grisóstomo
s -Historia de Cardenio y Luscinda
-El curioso impertinente
-Historia del cautivo
Reflexiones Escrutinio de -Tópico manuscrito encontrado y -Éxito de la primera parte
literarias la biblioteca el narrador Cide Hamete -Cervantes traductor de Cide
Benengeli Hamete
-Discurso sobre la Edad de Oro -Referencias al Quijote de
-Debate armas y letras Avellaneda.
-Proyectos de vida pastoril
-Álvaro de Tarfe
-Despedida de Cide Hamete
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• Aventuras
• Pausa en la venta y en la casa de los duques
• Hechos de carácter literario
• Quijote desengañado y vuelta a casa
• Pero se diferencian en que la primera es más espontánea y contiene historias
incorporadas.
• En la segunda parte Cervantes responde a la segunda parte apócrifa del Quijote de
Avellaneda publicada en 1614. Cervantes consideró un insulto esta continuación que
hizo Avellaneda, por ello incorpora elementos de esta obra para criticarla.
LOS PERSONAJES
• Los personajes de El Quijote son una imagen de la España de principios del siglo XVII.
• Pertenecen a varios tipos sociales y étnicos: pastores, campesinos, venteros, mozas,
estudiantes, hidalgos, clérigos, cómicos, criminales, nobles, moriscos…
• DON QUIJOTE: Alonso Quijano, modesto hidalgo de un pueblo manchego, se vuelve
loco y se acaba creyendo un caballero andante. Es una figura anacrónica para la
sociedad, habla y viste de manera ridícula y pasada de moda, pero muestra buen juicio
para algunos temas como la literatura.
• SANCHO PANZA: es el criado rústico y gracioso. Parte de un tipo literario que
Cervantes reelabora y lo hace más complejo.
• Los dos protagonistas se transfieren sus características y se habla de “sanchificación” y
“quijotización”. Los demás personajes se mueven entre la realidad y la ficción. Por
ejemplo, los duques y el bachiller Sansón Carrasco se disfrazan para burlarse del
Quijote.
INTENCIÓN Y SENTIDO DEL QUIJOTE
• En primer lugar, esta novela es una parodia de los libros de caballerías.
• En el Romanticismo, además, se la da una nueva interpretación y desde este
momento, se ha entendido como una lucha por la libertad y la justicia.
• Paralelamente, es un retrato de la sociedad de la época donde se muestra el declive
del poder político de España.
• No debemos olvidar tampoco, que es una auténtica poética, una obra de teoría y
crítica literaria.
LENGUAJE Y TÉCNICAS DEL QUIJOTE
• Cervantes domina y emplea variedad de registros lingüísticos y los armoniza (el
lenguaje más coloquial de Sancho, plagado de refranes y vulgarismos, con el lenguaje
común de la época del cura y el barbero, junto con el lenguaje culto, plagado de
arcaísmos y de elementos medievales empleado por Don Quijote).
• En las páginas abundan recursos estilísticos, al lado de refranes, perífrasis, etc.
• Lo más destacable es el empleo de sucesivos narradores inventados por Cervantes
para emular las narraciones de los libros de caballerías:
• El historiador moro
• Cide Hamete Benengeli
• El traductor
• El propio Cervantes
• Usa técnicas novedosas que convierten la obra en la primera novela moderna
• Contrapunto: movimiento simultáneo de dos acciones que se desarrollan a la
vez (Quijote en el palacio y Sancho en la Ínsula Barataria).
• Perspectivismo: puntos de vista distintos por parte de varios personajes; por
ejemplo, los molinos (Quijote ve gigantes y Sancho molinos).
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Estábamos en Escalona, villa del duque della, en un mesón, y dióme un pedazo de longaniza
que la asase. Ya que la longaniza había pringado y comídose las pringadas, sacó un maravedí
de la bolsa y mandó que fuese por él de vino a la taberna. Púsome el demonio el aparejo
delante los ojos, el cual, como suelen decir, hace al ladrón, y fue que había cabe el fuego un
nabo pequeño, larguillo y ruinoso, y tal que, por no ser para la olla, debió ser echado allí. Y
como al presente nadie estuviese sino él y yo solos, como me vi con apetito goloso,
habiéndome puesto dentro el sabroso olor de la longaniza, del cual solamente sabía que había
de gozar, no mirando qué me podría suceder, pospuesto todo el temor por cumplir con el
deseo, en tanto que el ciego sacaba de la bolsa el dinero, saqué la longaniza y muy presto metí
el sobredicho nabo en el asador, el cual mi amo, dándome el dinero para el vino, tomó y
comenzó a dar vueltas al fuego, queriendo asar al que de ser cocido por sus deméritos había
escapado.
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Yo fui por el vino, con el cual no tardé en despachar la longaniza, y cuando vine hallé al
pecador del ciego que tenía entre dos rebanadas apretado el nabo, al cual aún no había
conocido por no lo haber tentado con la mano. Como tomase las rebanadas y mordiese en
ellas pensando también llevar parte de la longaniza, hallóse en frío con el frío nabo. Alteróse y
dijo:
"¿Qué es esto, Lazarillo?"
"¡Lacerado de mí! -dije yo-. ¿Si queréis a mí échar algo? ¿Yo no vengo de traer el vino? Alguno
estaba ahí, y por burlar haría esto."
"No, no -dijo él-, que yo no he dejado el asador de la mano; no es posible "
Yo torné a jurar y perjurar que estaba libre de aquel trueco y cambio; mas poco me aprovechó,
pues a las astucias del maldito ciego nada se le escondía. Levantóse y asióme por la cabeza, y
llegóse a olerme; y como debió sentir el huelgo, a uso de buen podenco, por mejor satisfacerse
de la verdad, y con la gran agonía que llevaba, asiéndome con las manos, abríame la boca más
de su derecho y desatentadamente metía la nariz, la cual él tenía luenga y afilada, y a aquella
sazón con el enojo se habían augmentado un palmo, con el pico de la cual me llegó a la gulilla.
Y con esto y con el gran miedo que tenía, y con la brevedad del tiempo, la negra longaniza aún
no había hecho asiento en el estómago, y lo más principal, con el destiento de la cumplidísima
nariz medio cuasi ahogándome, todas estas cosas se juntaron y fueron causa que el hecho y
golosina se manifestase y lo suyo fuese devuelto a su dueño: de manera que antes que el mal
ciego sacase de mi boca su trompa, tal alteración sintió mi estómago que le dio con el hurto en
ella, de suerte que su nariz y la negra malmaxcada longaniza a un tiempo salieron de mi boca.
El Lazarillo de Tormes. Tratado I.
Don Quijote y Sancho cabalgaron hasta una pequeña loma que había al lado del camino y se
quedaron observando. Las polvaredas se fueron acercando y comenzaron a oírse muchos
balidos de ovejas y carneros acompañados de los gritos de los pastores que los guiaban.
—Señor, yo no veo ni caballeros ni gigantes, ni nada que pueda parecerse a un ejército, solo
dos rebaños de ovejas que se dirigen a pastar.
—Pero ¿qué dices, Sancho? ¿Es que no oyes el tocar de las trompetas, el redoblar de los
tambores y el rechinar de las armaduras? Ya sé lo que pasa, que tienes miedo. El miedo nos
hace ver cosas que no son. Pues quédate aquí esperando, que yo ayudaré a Pentapolín del
Arremangado Brazo.
Don Quijote se encomendó a su señora Dulcinea del Toboso como hacía antes de cada batalla
y, puesta la lanza en ristre, bajó la loma galopando y arremetió contra el rebaño. Las ovejas,
asustadas, huyeron despavoridas, balando sin cesar y chocándose las unas con las otras.
Los pastores levantaron los brazos y comenzaron a gritar a don Quijote que se detuviera. Pero
viendo que era inútil, cogieron las hondas y comenzaron a lanzarle piedras. Una de ellas le dio
en las costillas, otra le rompió tres o cuatro dientes y la última le dio en la celada, es decir, en
su casco, y lo derribó. Don Quijote quedó tendido en el suelo a los pies de Rocinante, mientras
los pastores huían asustados creyendo que lo habían matado. Sancho, que había estado
observando todo desde lo alto, se acercó con su asno hasta donde estaba su señor. Le quitó la
celada, le refrescó la cara con un poco de agua y don Quijote se espabiló.
—Ya os decía yo, mi señor, que esas polvaredas no eran de ejércitos ni de gigantes, sino de
simples rebaños de ovejas —refunfuñó Sancho entristecido.
—Esto es obra, Sancho, de un caballero malvado que, celoso de mi gloria, ha hecho un
encantamiento para convertir los caballeros en ovejas y los gigantes en pastores. —Don
Quijote no podía creer la verdad—. Seguro que, si los siguieses, verías cómo las ovejas y los
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Capítulo IX
Donde se concluye y da fin a la estupenda batalla que el gallardo vizcaíno y el valiente
manchego tuvieron
Dejamos en la primera parte desta historia al valeroso vizcaíno y al famoso don Quijote con las
espadas altas y desnudas, en guisa de descargar dos furibundos fendientes, tales, que, si en
lleno se acertaban, por lo menos se dividirían y fenderían de arriba abajo y abrirían como una
granada; y que en aquel punto tan dudoso paró y quedó destroncada tan sabrosa historia, sin
que nos diese noticia su autor dónde se podría hallar lo que della faltaba.
Causóme esto mucha pesadumbre, porque el gusto de haber leído tan poco se volvía en
disgusto de pensar el mal camino que se ofrecía para hallar lo mucho que a mi parecer faltaba
de tan sabroso cuento. Parecióme cosa imposible y fuera de toda buena costumbre que a tan
buen caballero le hubiese faltado algún sabio que tomara a cargo el escrebir sus nunca vistas
hazañas, cosa que no faltó a ninguno de los caballeros andantes[…]Esta imaginación me traía
confuso y deseoso de saber real y verdaderamente toda la vida y milagros de nuestro famoso
español don Quijote de la Mancha, luz y espejo de la caballería manchega, y el primero que en
nuestra edad y en estos tan calamitosos tiempos se puso al trabajo y ejercicio de las andantes
armas,[…]
Estando yo un día en el Alcaná de Toledo, llegó un muchacho a vender unos cartapacios y
papeles viejos a un sedero; y como yo soy aficionado a leer aunque sean los papeles rotos de
las calles, llevado desta mi natural inclinación tomé un cartapacio de los que el muchacho
vendía y vile con carácteres que conocí ser arábigos. Y puesto que aunque los conocía no los
sabía leer, anduve mirando si parecía por allí algún morisco aljamiado que los leyese 23, y no fue
muy dificultoso hallar intérprete semejante, pues aunque le buscara de otra mejor y más
antigua lengua le hallara. En fin, la suerte me deparó uno, que, diciéndole mi deseo y
poniéndole el libro en las manos, le abrió por medio, y, leyendo un poco en él, se comenzó a
reír.
Preguntéle yo quede qué se reía, y respondióme que de una cosa que tenía aquel libro escrita
en el margen por anotación. Díjele que me la dijese, y él sin dejar la risa, dijo:
—Está, como he dicho, aquí en el margen escrito esto: «Esta Dulcinea del Toboso, tantas veces
en esta historia referida, dicen que tuvo la mejor mano para salar puercos que otra mujer de
toda la Mancha».
Cuando yo oí decir «Dulcinea del Toboso», quedé atónito y suspenso, porque luego se me
representó que aquellos cartapacios contenían la historia de don Quijote. Con esta
imaginación, le di priesa que leyese el principio, y haciéndolo ansí, volviendo de improviso el
arábigo en castellano, dijo que decía: Historia de don Quijote de la Mancha, escrita por Cide
Hamete Benengeli, historiador arábigo 26. Mucha discreción fue menester para disimular el
contento que recebí cuando llegó a mis oídos el título del libro, y, salteándosele al sedero,
compré al muchacho todos los papeles y cartapacios por medio real; que si él tuviera
discreción y supiera lo que yo los deseaba, bien se pudiera prometer y llevar más de seis reales
de la compra. Don Quijote de la Mancha, capítulo 9, primera parte.
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Aquí llegaba don Quijote de su canto, a quien estaban escuchando el duque y la duquesa,
Altisidora y casi toda la gente del castillo, cuando de improviso, desde encima de un corredor
que sobre la reja de don Quijote a plomo caía, descolgaron un cordel donde venían más de
cien cencerros asidos, y luego tras ellos derramaron un gran saco de gato, que asimismo traían
cencerros menores atados a las colas. Fue tan grande el ruido de los cencerros y el mayar de
los gatos, que aunque los duques habían sido inventores de la burla, todavía les sobresaltó, y,
temeroso don Quijote, quedó pasmado. Y quiso la suerte que dos o tres gatos se entraron por
la reja de su estancia, y dando de una parte a otra parecía que una región de diablos andaba
en ella: apagaron las velas que en el aposento ardían y andaban buscando por do escaparse. El
descolgar y subir del cordel de los grandes cencerros no cesaba; la mayor aparte de la gente
del castillo, que no sabía la verdad del caso, estaba suspensa y admirada.
Levantóse don Quijote en pie y, poniendo mano a la espada, comenzó a tirar estocadas por la
reja y a decir a grandes voces:
—¡Afuera, malignos encantadores! ¡Afuera, canalla hechiceresca, que yo soy don Quijote de la
Mancha, contra quien no valen ni tienen fuerza vuestras malas intenciones!
Y volviéndose a los gatos que andaban por el aposento les tiró muchas cuchilladas. Ellos
acudieron a la reja y por allí se salieron, aunque uno, viéndose tan acosado de las cuchilladas
de don Quijote, le saltó al rostro y le asió de las narices con las uñas y los dientes, por cuyo
dolor don Quijote comenzó a dar los mayores gritos que pudo. Oyendo lo cual el duque y la
duquesa, y considerando lo que podía ser, con mucha presteza acudieron a su estancia y,
abriendo con llave maestra, vieron al pobre caballero pugnando con todas sus fuerzas por
arrancar el gato de su rostro. Entraron con luces y vieron la desigual pelea; acudió el duque a
despartirla, y don Quijote dijo a voces:
—¡No me le quite nadie! ¡Déjenme mano a mano con este demonio, con este hechicero, con
este encantador, que yo le daré a entender de mí a él quién es don Quijote de la Mancha!
Pero el gato, no curándose destas amenazas, gruñía y apretaba; mas en fin el duque se le
desarraigó y le echó por la reja.
Quedó don Quijote acribado el rostro y no muy sanas las narices, aunque muy despechado
porque no le habían dejado fenecer la batalla que tan trabada tenía con aquel malandrín
encantador. Hicieron traer aceite de Aparicio, y la misma Altisidora con sus blanquísimas
manos le puso unas vendas por todo lo herido y, al ponérselas, con voz baja le dijo:
—Todas estas malandanzas te suceden, empedernido caballero, por el pecado de tu dureza y
pertinacia; y plega a Dios que se le olvide a Sancho tu escudero el azotarse, porque nunca salga
de su encanto esta tan amada tuya Dulcinea, ni tú lo goces, ni llegues a tálamo con ella, a lo
menos viviendo yo, que te adoro.
Don Quijote de la Mancha, capítulo 46, segunda parte.
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