Para Que Todos Sean Uno
Para Que Todos Sean Uno
Para Que Todos Sean Uno
En los versículos anteriores vimos que el Señor dejó a los creyentes en el mundo con una
misión: predicar la Palabra a fin de que otros muchos fueran salvados. Ahora vamos a ver
que para cumplir correctamente con esa misión, el Señor ora para que su Iglesia
permanezca unida.
PÁGINA 1 DE 7 WWW.ESCUELABIBLICA.COM
Nuevo Testamento, no observamos ninguna jerarquía estructural clara, pero vemos una
unidad admirable, que sorprendía incluso a sus opositores (Hch 2:47). Pero no podemos
olvidar que esto tenía lugar porque “perseveraban en la doctrina de los apóstoles”, lo que
daba como resultado que estuvieran unidos “en la comunión unos con otros, en el
partimiento del pan y en las oraciones” (Hch 2:42).
Por el contrario, uno de los peores períodos de la historia de la cristiandad tuvo lugar
cuando la unidad institucional se hizo más fuerte. Por ejemplo, en la Edad Media en
Europa, cuando la iglesia estaba unida en un solo cuerpo eclesiástico bajo el papado, fue
un tiempo que nosotros ahora identificamos como de profundo oscurantismo para la fe y
la vida cristiana auténtica, en el que indudablemente se había perdido la vitalidad y el
crecimiento que se vivió durante la primera etapa del cristianismo. Llegó un momento
cuando era imposible ver cómo esa gran cosa aplastante, tiránica, supersticiosa e
ignorante se podía llamar cristianismo.
La verdadera unidad de la iglesia sólo se conseguirá por un regreso a las verdades
bíblicas tal como fueron reveladas por medio de los apóstoles.
PÁGINA 2 DE 7 WWW.ESCUELABIBLICA.COM
Por lo tanto, una de las cuestiones claves es cómo una persona llega a estar “en Cristo”.
Pero esto es sencillo de responder, porque el mismo Señor nos lo acaba de explicar. Él se
refirió a los creyentes como “los que han de creer en mí por la palabra de ellos” (Jn
17:20). Estar en Cristo no es ningún estado espiritual avanzado en el que entran algunos
cristianos especialmente santos tras una larga disciplina espiritual. Por el contrario, todos
los creyentes están “en Cristo” a partir del momento cuando creen en él. En ese momento
es cuando Dios nos pone en Cristo: “Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual
nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención” (1 Co 1:30).
Ahora bien, ¿qué significa estar “en Cristo”? En algunas religiones se habla del momento
cuando el alma de cada persona se une con el Alma Universal, como si se tratase de una
gota de agua que cae en el océano. En ese caso, la gota pierde por completo su propia
identidad, pero esto no es lo que la Biblia quiere decir cuando nos enseña que el creyente
está en Cristo. La analogía que encontramos en la Biblia es la de un cuerpo y sus
miembros (1 Co 12:12-31). En un cuerpo humano cada miembro conserva su propia
identidad individual, y la vida del cuerpo alcanza a todas las partes que lo componen,
uniéndolas unas con otras.
Por lo tanto, podemos decir que hemos sido unidos en el cuerpo de Cristo, y esta figura
nos ayuda a entender el tipo de unión a la que el Señor se refería. Por ejemplo, Pablo
enfatiza en su ilustración la mutua dependencia de los cristianos dentro del cuerpo (1 Co
12:21), de hecho, todo el cuerpo se ve afectado por la experiencia de cualquiera de sus
miembros (1 Co 12:26).
Además, a partir de la analogía que el Señor usó aquí tenemos información muy
importante de cómo debe ser la unión de los creyentes por la que Cristo oraba: “como tú,
oh Padre, en mí, y yo en ti”. Debemos examinar esta expresión para entender el tipo de
unidad en la que el Señor estaba pensando.
• Sólo podremos ser “uno” si aceptamos doctrinalmente la unión existente entre el
Padre y el Hijo. Aquellos que niegan que el Padre y el Hijo son iguales en esencia y
dignidad, nunca podrán estar en unidad dentro de su Iglesia.
• El vínculo de unión que el Padre y el Hijo compartían era la misma vida espiritual.
Ahora nosotros, cuando creemos en él, recibimos el Espíritu Santo, y con él
disfrutamos también de esa misma vida espiritual. Esto implica que esta unidad no
puede estar basada en una organización humana, sino sólo al compartir la misma
vida del Espíritu Santo.
• Otro detalle importante es que la unidad entre el Padre y el Hijo se basaba en el
amor entre las personas de la Trinidad. Sólo el auténtico amor de Dios entre
nosotros puede generar este tipo de unión.
• Además, el Padre estaba en el Hijo y éste hacía las obras y hablaba las palabras
que el Padre le había dado (Jn 14:10). Esta armonía entre el Padre y el Hijo en la
realización de la obra de salvación, ha de ser también para nosotros una base para
nuestra unidad. Nosotros también, tal como Cristo nos enseñó, sólo podremos
permanecer en él si guardamos sus mandamientos (Jn 15:9-10). Esto implica que
esta unidad se debe expresar mediante el compromiso y el afecto en una causa
común. Los creyentes son “unánimes” (literalmente “de un alma”) cuando tienen un
compromiso común y apasionado con los mismos objetivos espirituales (Fil 1:27).
Esto excluye necesariamente actitudes que causan divisiones, como la ambición
personal, el egoísmo, la envidia, los celos u otras muchas cosas similares que
surgen de la naturaleza caída del ser humano. Todo lo que en la iglesia no tenga por
centro de su unidad a Dios como única meta y a Jesucristo como único camino, no
PÁGINA 3 DE 7 WWW.ESCUELABIBLICA.COM
resultará en su unidad. La única forma para que los creyentes tengan unidad entre
ellos es que primero estén unidos al Padre y la Hijo en un mismo propósito.
PÁGINA 4 DE 7 WWW.ESCUELABIBLICA.COM
que hay unos lazos muy fuertes entre ellos. Resulta imposible explicar este fenómeno si
no es por la unión espiritual que hay en Cristo.
PÁGINA 5 DE 7 WWW.ESCUELABIBLICA.COM
pero para lograrlo exterminaron toda oposición por el fuego, la espada y las torturas.
Así lograron extender sus redes por todo el mundo, pero ese no era el medio que el
Señor anunció.
PÁGINA 6 DE 7 WWW.ESCUELABIBLICA.COM
mantenemos la puerta cerrada. En otras ocasiones, hay áreas que se encuentran tan
llenas de otras cosas que no queda lugar para Cristo.
Por lo tanto, en la medida en que dejemos que Cristo more más plenamente en nuestra
vida, en esa misma medida disfrutaremos más plenamente de los lazos que nos unen con
los demás creyentes, haciéndonos “perfectos en unidad”.
Y en tercer lugar, el Señor agrega que como resultado de que el Hijo esté en los
creyentes, del mismo modo que el Padre lo está en él, eso llevará al mundo a saber que
el Padre los ha amado así como amó a Jesús. Esto se producirá en la medida en que el
creyente permita que Cristo llene su vida de su presencia.
Notemos que aquí no se trata tanto de que los creyentes sean conscientes del amor de
Dios hacia ellos, algo que se resalta en otras partes de la Escritura, sino de que el mundo
llegue a darse cuenta de este hecho. En este contexto este hecho es realmente relevante.
Cristo ha estado orando hace un momento para que el mundo llegue a conocerle por
medio del testimonio de sus discípulos. Aquí les provee de otro recurso más para llevar a
cabo esta misión. En la medida en que los discípulos permitan una plena presencia de
Cristo en sus vidas, esto sería algo que también convencería al mundo del amor que el
Padre les tiene. Y en un mundo lleno de tanto odio y amargura, ¡qué importante es ser
amados incondicionalmente por alguien tan grande como Dios mismo! ¿Dónde una
persona encontrará a alguien que le pueda amar como Dios lo hace?
PÁGINA 7 DE 7 WWW.ESCUELABIBLICA.COM