Licenciatura Derecho Procesal - Tomo VI

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Martín Urbina Siles

Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI


Introducción al Derecho Procesal Penal
El Procedimiento Ordinario Penal
Los Recursos Procesales Penales
Los Procedimientos Penales Especiales

Apuntes realizados en base al manual explicativo del Código Procesal Penal de los
profesores Francisco Hermosilla Iriarte y Gonzalo Hoyl Moreno, a la obra Derecho
Procesal Penal Chileno, de María Inés Horvitz y Julián López Masle, y complementados
con los apuntes de clases del profesor Gonzalo Hoyl Moreno.
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Parte 1 – Introducción al Derecho Procesal Penal

Contenidos
I. Aspectos Preliminares
II. La Acción y las Formas de Iniciar el Proceso Penal
III. Los Sujetos Procesales en el Proceso Penal
IV. Las Medidas Cautelares en el Proceso Penal

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Capítulo I – Aspectos Preliminares


1. El Proceso Como Vía de Solución del Conflicto Penal
2. Los Sistemas Procesales Penales
3. El Código Procesal Penal
4. Principios de la Persecución Penal
A) Principio de Oficialidad
B) Investigación Oficial y Aportación de Parte
C) Principio Acusatorio
D) Principios de Legalidad y Oportunidad
5. Garantías Individuales Ante la Persecución Penal
A) Garantías de la Organización Judicial
B) Garantías Generales del Procedimiento
1) Derecho al Juicio Previo
2) Derecho a ser Juzgado Dentro de un Plazo Razonable
3) Derecho de Defensa
4) Derecho a la Presunción de Inocencia
5) Inadmisibilidad de la Persecución Penal Múltiple
C) Garantías del Juicio
1) Derecho al Juicio Público
2) Derecho al Juicio Oral
6. Disposiciones Comunes a Todo Procedimiento Penal
A) Generalidades
B) Los Plazos
C) Requerimientos, Comunicaciones, Notificaciones y Citaciones
1) Requerimiento de Información
2) Solicitudes Entre Tribunales
3) Las Notificaciones
4) Comunicaciones del Ministerio Público
5) Citaciones Judiciales
6) Citaciones del Ministerio Público
D) Las Resoluciones y Otras Actuaciones Judiciales
E) Registro de las Actuaciones Judiciales
F) Las Costas

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Capítulo II – La Acción y las Formas de Iniciar el Proceso Penal


1. La Acción Penal
A) Introducción
B) La Acción Penal Pública
C) Acción Penal Pública Previa Instancia Particular
D) La Acción Penal Privada
E) La Renuncia de la Acción Penal
2. Formas de Inicio del Procedimiento
A) Generalidades
B) Inicio de Oficio por el Ministerio Público
C) La Denuncia
D) La Querella
1) Generalidades
2) Presentación de la Querella
3) Desistimiento y Abandono de la Querella
E) Detención en Casos de Flagrancia Como Inicio del Procedimiento
3. La Acción Civil en el Proceso Penal
A) Generalidades
B) Tipos de Acciones Civiles
1) La Acción Civil Restitutoria en el Código Procesal Penal
2) La Acción Civil Reparatoria e Indemnizatoria en el Código Procesal Penal
C) La Víctima y su Acción Civil
D) La Acción Civil y la Petición de Medidas Cautelares Reales
E) Desistimiento, Abandono y Extinción de la Acción Civil
F) Ejercicio Exclusivo de la Acción Civil e Independencia Respecto de la Acción
Penal
G) Prueba de las Acciones Civiles

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Capítulo III – Los Sujetos Procesales en el Proceso Penal


1. Los Intervinientes y los Sujetos Procesales
2. Los Tribunales con Competencia en lo Penal
A) El Juez de Garantía
B) Los Tribunales de Juicio Oral en lo Penal
3. El Ministerio Público
A) Introducción
B) Bases Constitucionales y Legales de la Organización del Ministerio Público
1) Control y Responsabilidad
2) Principios Organizacionales del Ministerio Público
C) Bases Constitucionales y Legales del Funcionamiento del Ministerio Público
1) Las Funciones del Ministerio Público
2) Principios Orientadores de la Actividad del Ministerio Público
D) Estructura General del Ministerio Público
1) La Fiscalía Nacional
2) El Consejo General
3) Las Fiscalías Regionales
4) Fiscalías Locales y Fiscales Adjuntos
5) Sistema de Análisis Criminal y Focos Investigativos
4. Las Policías
A) Función y Actuación de la Policía en el Procedimiento Penal
B) Control de Identidad
1) Control de Identidad Investigativo (Art. 85 CPP)
2) Control de Identidad Preventivo (Art. 12 Ley N°20.391)
C) Examen de Vestimentas, Equipajes y Vehículos del Detenido
D) Declaraciones del Imputado Ante la Policía
E) Prohibición de Informar
5. El Imputado
A) Aspectos Generales
B) Derechos y Garantías del Imputado
C) Imputado Privado de Libertad
D) Amparo Ante el Juez de Garantía
E) Declaración del Imputado Como Medio de Defensa
F) El Imputado Rebelde
6. El Defensor
A) Generalidades
B) La Defensoría Penal Pública
1) Descripción del Sistema
2) Organización y Funcionamiento
7. La Víctima

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Capítulo IV – Las Medidas Cautelares en el Proceso Penal


1. Introducción
2. Las Medidas Cautelares Personales
A) Generalidades
B) La Citación
C) La Detención
1) Detención Judicial por Imputación
2) Detención Judicial por Incomparecencia
3) Detención en Caso de Flagrancia
4) Plazos de la Detención
5) Control de la Detención
6) Detención de Menores de Edad
D) La Prisión Preventiva
1) Requisitos de la Prisión Preventiva
2) Situaciones de Improcedencia de la Prisión Preventiva
3) Procedimiento Para Decretar la Prisión Preventiva
4) Ejecución de la Prisión Preventiva
5) Duración de la Prisión Preventiva
6) Recursos Relacionados con la Prisión Preventiva
E) Otras Medidas Cautelares Personales
3. Las Medidas Cautelares Reales

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Capítulo I – Aspectos Preliminares

1. El Proceso Como Vía de Solución del Conflicto Penal


Cada Estado es quien determina, en definitiva, cuáles son las conductas sociales que le
parecen reprochables para la adecuada convivencia social, y en consecuencia, frente a su
vulneración, por la vía legislativa crea “tipos penales”, que llevan aparejada una sanción
de tipo penal, que puede significar una privación de libertad, una pérdida patrimonial,
pérdida de derechos, o todas a la vez.
Lo anterior lo hace basado en una ideal protección de bienes jurídicos que le parece
conveniente asegurar, ya sea referidos a las personas en su integridad física o psíquica, o
bien, en sus bienes y en el derecho de propiedad que sobre los mismos detentan personas
naturales y jurídicas.
Esto sin perjuicio de que, conforme la realidad actual, el legislador penal cada vez incluye
más tipos penales nuevos, ya sea respecto de modalidades de atentados de bienes
jurídicos, o bien, elevando a la categoría de delito conductas que antes sólo devenían en
responsabilidad civil, administrativa o de otra índole.

Constitucionalmente, se establece la posibilidad de que, por medio de la ley, se señalen


conductas que van a estar sancionadas, y si ello es así, es decir, existe la conducta y su
sanción ya preestablecida a la fecha de su vulneración, no queda más camino que indagar
acerca de su infracción por alguna persona.
Como veremos, esta es una de las primeras grandes funciones del Derecho Procesal Penal,
es decir, la determinación de la existencia normativa del delito, para que luego podamos
imputar dicho injusto a un autor.

En nuestro actual sistema, investiga acerca de la existencia de tales conductas y de su


probable infractor un organismo autónomo, denominado Ministerio Público.
Ahora bien, una cosa será investigar la existencia o inexistencia de tales conductas y
determinar quién es su infractor, y la otra, resolver en definitiva sobre aquello.
Aquí el Estado, constituido como Poder Judicial, es quien tiene la facultad exclusiva para
hacerlo, lo cual llevará a cabo a través de lo que se conoce como debido proceso.

2. Los Sistemas Procesales Penales


Bajo el amparo del antiguo Código de Procedimiento Penal, el juez del crimen era quien
investigaba, sometía a proceso, acusaba y juzgaba a un inculpado, en base a un proceso
establecido básicamente en dos grandes parcelas, esto es, el sumario y el plenario, que
comenzaba con la acusación penal, su contestación, término probatorio y luego la
sentencia.
Todo esto, claro, enmarcado en un procedimiento escrito, muy ritualista, y donde además,
la prueba era prácticamente aportada por el juez, sin inmediación, pues era recibida por
funcionarios del Tribunal y era apreciada y valorada de acuerdo a un sistema de prueba
legal o tasada.

En este sentido, el antiguo sistema Procesal Penal le asignaba al juez la función de


investigar, acusar y juzgar.
El juez era juez y parte, pues él decretaba las pruebas, las recibía, y en base a ellas juzgaba,
condenando o absolviendo.
Además, era un solo procedimiento general, independientemente de las penas asignadas
al delito que se investigara.
Todo esto es lo que se conoce como sistema inquisitivo.

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Ante tal panorama, el foro de la Reforma Procesal Penal concibió un nuevo modelo de
corte acusatorio, y no inquisitivo como el de antaño, en base a ciertas ideas matrices.
Así, fluyen de manera inequívoca en este nuevo sistema de enjuiciamiento criminal, al
menos, los siguientes principios:
• Oficialidad y Legalidad
El principio de oficialidad expresa la idea de persecución penal pública de los
delitos, esto es, la noción de que éstos pueden y deben ser perseguidos por el
Estado de oficio, sin consideración a la voluntad del ofendido ni de ninguna otra
persona.
La antítesis teórica del principio de oficialidad es el principio dispositivo en
sentido estricto, esto es, la disponibilidad que las partes tienen sobre el interés
privado y la conveniencia o no de acudir al órgano jurisdiccional pretendiendo su
satisfacción.
El principio de legalidad enuncia que el Ministerio Público está obligado a iniciar
y sostener la persecución penal de todo delito que llegue a su conocimiento, sin
que pueda suspenderla, interrumpirla o hacerla cesar a su mero arbitrio.

• Separación de las Funciones de Investigar, Acusar y Juzgar


En su núcleo básico, el principio acusatorio impone una distribución de los
poderes que se despliegan en la etapa del juicio, impidiendo que quien acusa,
investiga y juzga sea una misma persona, y para estos efectos, el principio
acusatorio exige la separación de estas funciones, quedando el Ministerio Público
encargado de formular la acusación y llevar a cabo la investigación, y el Juez
encargado de juzgar, velando de tal manera por su imparcialidad.

• Distintos Procedimientos Según las Penas


No todo conflicto penal debe terminar con una sentencia definitiva dictada con
ocasión de un juicio oral, y por lo tanto, se crean diversos procedimientos por los
que el juez dictará una sentencia condenatoria o absolutoria, como son el
procedimiento abreviado, el simplificado y el monitorio.
Lo anterior se hace en base, principalmente, a cinco procedimientos distintos, con
la única finalidad de evitar que todas las investigaciones exitosas del fiscal, donde
hay pruebas del delito y pruebas fundadas de participación del imputado, lleguen
a juicio oral, teniendo especialmente presente para ello que no todos los delitos
son igualmente graves, y que deben existir, además, soluciones distintas para
casos distintos.

• La Presunción de Inocencia
A diferencia del sistema inquisitivo, en que el inculpado debía probar su inocencia
aunque formalmente estuviera amparado por ella, es ahora el ente persecutor
quien debe probar la acusación penal.
El imputado, a día de hoy, es un sujeto de derechos, y es inocente mientras no se
dicte una sentencia que lo condene por un delito, gozando por lo tanto de una
presunción simplemente legal de inocencia.

• Defensa Efectiva
El Código Procesal Penal no solo consagra la presunción de inocencia, sino que
además, le otorga al imputado la oportunidad de participar activamente en la
investigación.

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Así, desde los primeros actos de la investigación y hasta la completa ejecución de


la sentencia, debe contar con defensa técnica y efectiva, y desde el mismo
momento en que adquiere esa calidad, el imputado tiene derecho a ser asistido por
un abogado.

• Libertad de Medios Probatorios y Apreciación de la Prueba de Acuerdo a la


Sana Crítica
Conforme al Art. 295 CPP, todos los hechos y circunstancias pertinentes para la
adecuada solución del caso sometido a enjuiciamiento podrán ser probados por
cualquier medio producido e incorporado en conformidad a la ley.
Además, esta libertad probatoria lleva aparejada una mayor libertad para el juez,
dejando de lado la tradicional prueba legal o tasada, y estableciendo el sistema de
la sana crítica para la valoración de la prueba.

• Un Sistema Recursivo Mejorado


Se mantiene el reconocimiento del derecho al recurso, en tanto es posible revisar
un fallo condenatorio por un tribunal superior, pero desaparece la doble instancia
como regla general, en cautela de los principios de oralidad e inmediación.
La mayoría de las opciones de recursos del Código Procesal Penal están
establecidas para etapas previas al juzgamiento, quedando restringidas las
opciones para recurrir frente a las sentencias definitivas pronunciadas en el
contexto de un juicio oral.
Por otro lado, disminuyen las resoluciones recurribles, porque el juicio oral no se
aviene con una multiplicidad de recursos, ya que lo entorpece, dificultando el
natural desarrollo de la rendición de la prueba, incluso más si aquellos confieren
competencia plena al superior jerárquico para conocer de todas las cuestiones
debatidas, tanto de hecho como de derecho.
En definitiva, los recursos compatibles con el juicio oral son aquellos que no
buscan alterar los hechos tal cual se han establecido como resultado de las
audiencias, sino que son recursos de derecho, que persiguen controlar la
regularidad del juicio.
Finalmente, se disminuye el número de recursos en cautela del derecho a ser
juzgado en un plazo razonable, evitando la excesiva dilación de la decisión, y se
privilegia el control horizontal de las resoluciones judiciales, esto es, aquél
efectuado por las partes agraviadas por sobre el control jerárquico de los jueces.
En razón de lo anterior, el actual sistema de recursos del poder jurisdiccional en
lo penal se descentraliza.

3. El Código Procesal Penal


Como mencionamos anteriormente, el sistema procesal chileno fue objeto de una
importantísima reforma, derogándose el antiguo Código de Procedimiento Penal y
entrando en vigencia el actual Código Procesal Penal en el año 2000.

Nuestro actual Código Procesal Penal se divide en cuatro libros, y cada uno de estos en
sus respectivos títulos, además de un título final que regula la entrada en vigencia del
Código.

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Así las cosas, la estructura del Código es la siguiente:


• Libro Primero – Disposiciones Generales
o Título I – Principios Básicos (Arts. 1°-13);
o Título II – Actividad Procesal (Arts. 14-52);
o Título III – Acción Penal (Arts. 53-68);
o Título IV – Sujetos Procesales (Arts. 69-121);
o Título V – Medidas Cautelares Personales (Arts. 122-156 bis);
o Título VI – Medidas Cautelares Reales (Arts. 157-158);
o Título VII – Nulidades Procesales (Arts. 159-165);

• Libro Segundo – Procedimiento Ordinario


o Título I – Etapa de Investigación (Arts. 166-258);
o Título II – Preparación del Juicio Oral (Arts. 259-280);
o Título III – Juicio Oral (Arts. 281-351);

• Libro Tercero – Recursos


o Título I – Disposiciones Generales (Arts. 352-361);
o Título II – Recurso de Reposición (Arts. 362-363);
o Título III – Recurso de Apelación (Arts. 364-371);
o Título IV – Recurso de Nulidad (Arts. 372-387);

• Libro Cuarto – Procedimientos Especiales y Ejecución


o Título I – Procedimiento Simplificado (Arts. 388-399);
o Título II – Procedimiento por Delito de Acción Privada (Arts. 400-405);
o Título III – Procedimiento Abreviado (Arts. 406-415);
o Título IV – Procedimiento Relativo a Personas que Gozan de Fuero
Constitucional (Arts. 416-423);
o Título V – Querella de Capítulos (Arts. 424-430);
o Título VI – Extradición (Arts. 431-454);
o Título VII – Procedimiento Para la Aplicación Exclusiva de Medidas de
Seguridad (Arts. 455-465);
o Título VIII – Ejecución de las Sentencias Condenatorias y Medidas de
Seguridad (Arts. 466-482).

• Título Final – Entrada en Vigencia del Código (Arts. 483-485)


Se estableció una entrada en vigencia parcial del Código entre las distintas
regiones del país, entre los años 2000 y 2005.

4. Principios de la Persecución Penal


A) Principio de Oficialidad
El principio de oficialidad expresa la idea de persecución penal pública de los delitos,
esto es, la noción de que éstos pueden y deben ser perseguidos por el Estado de oficio,
sin consideración a la voluntad del ofendido ni de ninguna otra persona.

B) Investigación Oficial y Aportación de Parte


El principio de investigación oficial, también llamado simplemente principio de
investigación, supone que el tribunal investiga por sí mismo los hechos de la causa, y en
ello, no está vinculado a los requerimientos y declaraciones de las partes en el proceso,
lo cual conlleva como consecuencias que el tribunal no queda vinculado por las

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posiciones de las partes acerca de la verdad de un hecho, y además, que puede y debe
producir prueba de oficio.

Tradicionalmente se ha entendido que el principio de aportación de parte es propio del


proceso civil, en el que sólo están involucrados intereses privados, mientras que el
principio de investigación oficial sería propio del procedimiento penal.
Esta afirmación sería aplicable al nuevo sistema procesal penal chileno sólo si
entendemos el principio de investigación oficial como un principio que impone derechos
y cargas al Estado.
En efecto, en cuanto el Ministerio Público dispone de amplias facultades en la iniciativa
de los actos de investigación, y tiene la carga de producir, durante el juicio oral, la prueba
que ha de servir de base a la condena, es correcto afirmar que el sistema procesal penal
de la reforma se rige por el principio de investigación oficial.

Por el contrario, si entendemos el principio de investigación oficial como un principio


dirigido hacia la actividad del Tribunal, habría necesariamente que concluir que nuestro
sistema se rige por el principio de aportación de parte.
En efecto, uno de los rasgos característicos del proceso penal chileno de la reforma es la
absoluta pasividad del juzgador, tanto durante la etapa de investigación como durante el
juicio oral, lo que implica que éste tiene generalmente prohibida la realización de actos
de investigación, e incluso, la intervención en la producción de la prueba.

C) Principio Acusatorio
El principio acusatorio impone la distribución de los poderes de persecución penal, y por
ello, de las funciones asociadas a su ejercicio, implicando una triple separación entre las
funciones de investigación, acusación y enjuiciamiento, recayendo las dos primeras en el
Ministerio Público y la tercera en el Juez.

D) Principios de Legalidad y Oportunidad


El principio de legalidad enuncia que el Ministerio Público está obligado a iniciar y
sostener la persecución penal de todo delito que llegue a su conocimiento, sin que pueda
suspenderla, interrumpirla o hacerla cesar a su mero arbitrio.
El fundamento más importante para la aplicación del principio de legalidad se encuentra
en el principio de igualdad ante la ley, ya que a través de él, se pretende que la persecución
penal no quede sujeta al arbitrio de un órgano estatal, cuya decisión de perseguir o no un
delito podría ser discriminatoria.
El principio de legalidad impone así al Estado la obligación de perseguir por igual todos
los delitos que se cometen en una sociedad determinada, sin permitirle seleccionar entre
ellos de manera alguna.

No obstante lo anterior, el principio de legalidad se encuentra sumamente desacreditado


en la actualidad, y su desprestigio no se encuentra en su fundamento teórico, sino en sus
implicancias prácticas.
El desarrollo excesivo del derecho penal sustantivo, unido a la incapacidad inherente de
todo sistema procesal penal para perseguir la totalidad de los delitos que se cometen en
una sociedad determinada, han provocado que la aplicación estricta del principio de
legalidad impida la existencia de un adecuado sistema de selección formal de los casos
que son procesados por el sistema, generándose, por el contrario, sistemas de selección
natural o informal que redundan, generalmente, en un direccionamiento de la persecución
penal hacia los sectores socialmente más desprotegidos.

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Esta crítica ha dado origen, como antítesis teórica, al principio de oportunidad, conforme
al cual, el Ministerio Público, ante la noticia de un hecho punible, o inclusive, ante la
existencia de prueba completa de la perpetración de un delito, está autorizado para no
iniciar, suspender, interrumpir o hacer cesar el curso de la persecución penal, cuando así
lo aconsejan motivos de utilidad social o razones político-criminales.

Según Maier, la aplicación de criterios de oportunidad cuenta con dos objetivos


principales:
• La descriminalización de hechos punibles, evitando la aplicación del poder estatal
donde otras formas de reacción frente al comportamiento ilícito pueden alcanzar
mejores resultados, o donde resulte innecesaria su aplicación;
• La eficiencia del sistema penal en aquellas áreas o para aquellos hechos en los que
resulta indispensable su actuación como método de control social, procurando el
descongestionamiento de una justicia penal sobresaturada.

5. Garantías Individuales Ante la Persecución Penal


A) Garantías de la Organización Judicial
El Art. 14 N°1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos establece que
todas las personas son iguales ante los Tribunales y Cortes de justicia.
Toda persona tendrá derecho a ser oída públicamente y con las debidas garantías por un
tribunal competente, independiente e imparcial, establecido por la ley, en la
substanciación de cualquier acusación de carácter penal formulada contra ella, o para la
determinación de sus derechos u obligaciones de carácter civil.

De esta forma, se reconocen y consagran en una misma disposición las tres garantías
individuales de que gozan las personas de cara a la organización judicial del Estado, que
son el Derecho al Juez Independiente, el Derecho al Juez Imparcial y el Derecho al
Juez Natural, todas las cuales fueron estudiadas en su momento.

B) Garantías Generales del Procedimiento


1) Derecho al Juicio Previo
El derecho al juicio previo está consagrado en el Art. 1° Inc. 1° CPP, conforme al cual,
ninguna persona podrá ser condenada o penada, ni sometida a una de las medidas de
seguridad establecidas en este Código, sino en virtud de una sentencia fundada, dictada
por un tribunal imparcial, y toda persona tiene derecho a un juicio previo, oral y público,
desarrollado en conformidad con las normas del Código Procesal Penal.

2) Derecho a ser Juzgado Dentro de un Plazo Razonable


Este es un derecho subjetivo constitucional, que asiste a todos los sujetos que hayan sido
parte en un procedimiento penal, de carácter autónomo, aunque instrumental del derecho
a la tutela, y que se dirige frente a los órganos del Poder Judicial, aun cuando en su
ejercicio han de estar comprometidos todos los demás poderes del Estado, creando en
ellos la obligación de ejercer en un plazo razonable el ius puniendi, o de reconocer, y en
su caso reestablecer, inmediatamente el derecho a la libertad.

Así, este derecho obliga a las autoridades a garantizar que todas las etapas del proceso,
incluidas las diligencias preliminares y el juicio, así como la dictación de las sentencias y
la tramitación de los recursos, se efectúen dentro de un plazo prudente.

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3) Derecho de Defensa
Entendemos por el derecho de defensa aquel derecho fundamental que asiste a todo
imputado y a su abogado defensor para comparecer inmediatamente en la instrucción, y
a lo largo de todo el proceso penal, a fin de poder contestar con eficacia la imputación o
acusación contra aquél existente, articulando con plena libertad e igualdad de armas los
actos de prueba, de postulación e impugnación necesarios para hacer valer dentro del
proceso penal el derecho a la libertad que asiste a todo ciudadano, que por no haber sido
condenado, se presume inocente.

Horvitz agrupa las garantías del derecho de defensa en dos clases:


• Garantías Relativas al Derecho de Defensa Material, que son los derechos de
información, los derechos de intervención en el procedimiento, y derechos que
imponen un deber de abstención a las autoridades de persecución penal pública;
• Garantías Relativas al Derecho a la Defensa Técnica, grupo de garantías
integrado por el derecho a la designación y sustitución del defensor, la defensa
necesaria y los derechos y facultades del defensor mismo.

A este respecto, el Art. 8° Inc. 1° CPP consagra el derecho del imputado a ser defendido
por un letrado desde la primera actuación del procedimiento dirigido en su contra.
Todo imputado que carezca de abogado tendrá derecho irrenunciable a que el Estado le
proporcione uno.
La designación del abogado la efectuará el juez antes de que tenga lugar la primera
actuación judicial del procedimiento que requiera la presencia de dicho imputado.

El mismo artículo, en su Inc. 2°, establece que el imputado tendrá derecho a formular los
planteamientos y alegaciones que considerare oportunos, así como a intervenir en todas
las actuaciones judiciales y en las demás actuaciones del procedimiento, salvas las
excepciones expresamente previstas en este Código.

4) Derecho a la Presunción de Inocencia


El Art. 4° CPP es claro en establecer que ninguna persona será considerada culpable ni
tratada como tal en tanto no fuere condenada por una sentencia firme.
La presunción de inocencia está además reconocida en varios Tratados Internacionales
suscritos por Chile, como son la Declaración Universal de Derechos Humanos y la
Convención Americana sobre Derechos Humanos.

El derecho a la presunción de inocencia constituye un principio sobre el cual está


estructurado todo el proceso penal moderno.
La ley impide que se trate como a un culpable a la persona a quien se le atribuye un hecho
punible, cualquiera que sea el grado de verosimilitud de la imputación, hasta que el
Estado, por intermedio de los órganos judiciales establecidos para exteriorizar su voluntad
en esta materia, no pronuncie la sentencia penal firme que declare su culpabilidad y la
someta a una pena.

Como consecuencia de esta presunción de inocencia, la carga de la prueba respecto de la


imputación corresponde al Estado, y el imputado debe ser tratado como inocente durante
todo el proceso.
Ahora bien, el principio de inocencia no excluye, de plano, la posibilidad de decretar
medidas cautelares de carácter personal durante el procedimiento, y en este sentido,
instituciones como la detención o la prisión preventiva resultan legitimadas, en principio,

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siempre que no tengan por consecuencia anticipar los efectos de la sentencia


condenatoria, sino asegurar los fines del procedimiento.

5) Inadmisibilidad de la Persecución Penal Múltiple


La última garantía general del imputado ante la persecución penal del Estado es la
inadmisibilidad de la persecución penal múltiple, o en su denominación más tradicional,
el principio del non bis in idem.
El principio se encuentra consagrado en el Art. 1° Inc. 2° CPP, en cuya virtud, la persona
condenada, absuelta o sobreseída definitivamente por sentencia ejecutoriada no podrá ser
sometida a un nuevo procedimiento penal por el mismo hecho.

C) Garantías del Juicio


1) Derecho al Juicio Público
La publicidad se fundamenta en consolidar la confianza pública en la administración de
justicia, en fomentar la responsabilidad de los órganos judiciales, y de evitar la posibilidad
de que circunstancias ajenas a la causa influyan en el tribunal.
El mismo Art. 1° CPP antes mencionado establece que toda persona tiene derecho a un
juicio público, y el Art. 374 D) CPP concreta esta garantía considerando que el juicio y
la sentencia serán siempre anulados cuando en el juicio oral hubieren sido violadas las
disposiciones establecidas por la ley sobre publicidad y continuidad del juicio.

La garantía de publicidad, tal como aparece tratada en nuestro Código Procesal Penal, se
satisface con el acceso público a la Sala de Audiencias.
Conforme al Art. 289 Inc. Final CPC, los medios de comunicación social podrán
fotografiar, filmar o transmitir alguna parte de la audiencia cuando el tribunal así lo
determine.
Dicha posibilidad no rige si ambas partes se opusieren a ello, pero si sólo una lo hiciere,
el tribunal deberá resolver.

El principio de publicidad no es absoluto, razón por la cual cede ante la necesidad de


proteger la intimidad, el honor o la seguridad de cualquier persona que debiere tomar
parte en el juicio, y de evitar la divulgación de un secreto protegido por la ley.
En estos casos, la ley faculta al tribunal para disponer, a petición de parte y por resolución
fundada, una o más de las siguientes medidas:
• Impedir el acceso u ordenar la salida de personas determinadas de la sala donde
se efectuare la audiencia;
• Impedir el acceso del público en general u ordenar su salida para la práctica de
pruebas específicas.

2) Derecho al Juicio Oral


Al igual que el derecho a un juicio público, el derecho a un juicio oral se encuentra
consagrado por el Art. 1° CPP, lo cual revela que la vigencia del principio de oralidad
ha sido considerada como una garantía indisolublemente asociada a la garantía de
publicidad.
El derecho a un juicio oral impone la exigencia de que el fundamento de una sentencia
sólo puede provenir de un debate público e inmediato.

El principio de oralidad aplicado al juicio se encuentra consagrado en el Art. 291 CPP,


conforme al cual, esta audiencia se desarrollará en forma oral, tanto en lo relativo a las
alegaciones y argumentaciones de las partes como a las declaraciones del acusado, a la

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recepción de las pruebas, y en general, a toda intervención de quienes participaren en ella.


Las resoluciones serán dictadas y fundamentadas verbalmente por el tribunal y se
entenderán notificadas desde el momento de su pronunciamiento, debiendo constar en el
registro del juicio.
El tribunal no admitirá la presentación de argumentaciones o peticiones por escrito
durante la audiencia del juicio oral.

Este principio se reafirma en numerosas disposiciones legales, que en forma


particularizada prohíben sustituir las declaraciones de testigos y peritos por la lectura de
registros u otros documentos, en particular las de los policías.
La ley prohíbe, asimismo, incorporar o invocar como medios de prueba ni dar lectura
durante el juicio oral, a los registros y demás documentos que dieren cuenta de diligencias
o actuaciones realizadas por la policía o el Ministerio Público.

El principio, sin embargo, no es absoluto, y reconoce excepciones en la posibilidad de


intervención por escrito de los discapacitados que no pudieren hablar (Art. 291 Inc. 3º
CPP), y en las hipótesis en que se permite excepcionalmente la lectura de documentos
(Art. 333 CPP) y de declaraciones anteriores de testigos, peritos o imputados (Arts. 331
y 332 CPP).

El derecho al juicio oral es renunciable bajo determinadas condiciones.


Esto sucede, fundamentalmente, cuando el acusado manifiesta su consentimiento con la
aplicación del procedimiento abreviado, ya que el efecto natural de este procedimiento
será que la sentencia que se dicte estará fundada exclusivamente en los hechos materia de
la acusación y en los antecedentes de la investigación que la fundaren, los que habrán sido
aceptados expresamente por el acusado.
El carácter de renuncia de esta manifestación es tan evidente, que la ley impone al juez
que, antes de decretar este procedimiento, se cerciore de que el acusado conociere su
derecho a exigir un juicio oral.

El derecho al juicio oral es una garantía que se aplica y cumple en la etapa del juicio.
En principio, no existe una garantía constitucional que ampare la oralidad del
procedimiento en sus etapas preliminares, pero el principio de oralidad alcanza también,
por declaración expresa del Código Procesal Penal, a la etapa de preparación del juicio
oral, en cuanto su fase más importante, la audiencia de preparación, se desarrolla
oralmente, sin que se admita durante su realización la presentación de escritos.

El derecho a un juicio oral aparece asociado a tres principios sin los cuales quedaría
desnaturalizado, y que son los siguientes:
• El Principio de Inmediación
El principio de inmediación impone que el sentenciador sólo puede fallar de
acuerdo con las impresiones personales que obtenga del acusado y de los medios
de prueba.
Se trata de un principio que no está reconocido autónomamente como garantía,
pero que opera como tal en cuanto aparece asociado al derecho a un juicio oral,
impidiendo que dicho derecho se burle por la vía de reconocer valor, en la
sentencia, a prueba que no haya sido producida durante el juicio.

14
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

El principio de inmediación comprende dos aspectos:


o La inmediación formal, por la cual el tribunal que dicta sentencia debe
haber observado por sí mismo la recepción de la prueba, sin dejar ésta a
cargo de otras personas;
o La inmediación material, por la cual el tribunal debe extraer los hechos
de la fuente por sí mismo, sin que pueda utilizar equivalentes probatorios.

• Los Principios de Continuidad y Concentración


El principio de concentración aplicado al juicio oral exige que todos los actos
necesarios para concluir el juicio se realicen en la misma audiencia, mientras que
el principio de continuidad alude a la exigencia de que el debate no sea
interrumpido.
Se trata de principios que aseguran la unidad del juicio.
En nuestro Código Procesal Penal, las normas sobre continuidad y concentración
están contenidas en los Arts. 282 y 283, normas que establecen, a nivel de
principios, que la audiencia del juicio oral se desarrollará en forma continua y
podrá prolongarse en sesiones sucesivas, hasta su conclusión.
La ley considera como sesiones sucesivas aquellas que tuvieren lugar en el día
siguiente o subsiguiente de funcionamiento ordinario del tribunal.
Lo anterior no significa, sin embargo, la exclusión absoluta de toda posibilidad de
interrupción o suspensión.
Por el contrario, el propio Código establece que el tribunal puede suspender la
audiencia hasta por dos veces, pero solamente por razones de absoluta necesidad,
y por el tiempo mínimo necesario de acuerdo con el motivo de la suspensión.
La suspensión de la audiencia o la interrupción del juicio oral por un período que
excediere de diez días impedirá su continuación, y en tal caso, el tribunal deberá
decretar la nulidad de lo obrado en él y ordenar su reinicio.
Además, debemos recordar que el juicio y la sentencia serán siempre anulados
cuando en el juicio oral hubieren sido violadas las disposiciones establecidas por
la ley sobre publicidad y continuidad del juicio.

6. Disposiciones Comunes a Todo Procedimiento Penal


A) Generalidades
Bajo la denominación “Actividad procesal”, el Título II del Libro I del Código Procesal
Penal contiene un conjunto de disposiciones que habitualmente se agrupan bajo la
denominación de disposiciones comunes a todo procedimiento penal.
Se trata de un conjunto de reglas de carácter general, que se refieren principalmente a la
forma y oportunidad de los actos procesales que se desarrollan a lo largo del
procedimiento penal.

Antes de entrar a cada una de estas materias en particular, importa destacar que, en
conformidad al Art. 52 CPP, son aplicables al procedimiento penal, en cuanto no se
opusieren a lo estatuido en el Código o en otras leyes especiales, las normas comunes a
todo procedimiento contempladas en el Libro I del Código de Procedimiento Civil.
Lo anterior significa que las normas del Código de Procedimiento Civil relativas a
notificaciones, actuaciones judiciales, incidentes, resoluciones judiciales y costas, entre
otras, son aplicables, en principio, al Código Procesal Penal, siempre que no exista en
éste o en alguna otra ley una regla especial diversa.

15
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Sin perjuicio de que existen diversas normas especiales relativas a estas materias
dispersas en el Código Procesal Penal, el título II del Libro I contiene reglas comunes a
todo procedimiento penal, con respecto a las siguientes materias:
• Plazos;
• Comunicaciones entre autoridades;
• Comunicaciones y citaciones del Ministerio Público;
• Notificaciones y citaciones judiciales;
• Resoluciones y otras actuaciones judiciales;
• Registro de las actuaciones judiciales;
• Costas.

B) Los Plazos
En el procedimiento penal, la validez de los actos procesales no se encuentra, en general,
condicionada por la existencia de períodos de tiempo inaptos para llevarlos a cabo, como
sucede, por el contrario, en el procedimiento civil (Art. 59 CPC).
En principio, entonces, todos los días y horas son hábiles para las actuaciones del
procedimiento penal (Art. 14 Inc. 1º CPP).

Consecuentemente, cuando el Código Procesal Penal establece límites temporales para la


realización de dichos actos, se trata de plazos de días corridos, esto es, no se suspenden
por la interposición de días feriados (Art. 14 CPP).
No obstante, la ley establece una ampliación automática de los plazos de días concedidos
a los intervinientes cuando éstos vencieren en día feriado.
En estos casos, por el solo ministerio de la ley, el plazo se considera ampliado hasta las
24 horas del día hábil siguiente (Art. 14 Inc. 2º CPP).

Los plazos establecidos por el Código Procesal Penal son fatales e improrrogables, a
menos que se indique expresamente lo contrario (Art. 16 CPP).
El carácter fatal de los plazos, a diferencia de lo que sucede en materia procesal civil (Art.
64 CPC), afecta tanto a los plazos establecidos para actuaciones de los intervinientes
como aquellos establecidos para actuaciones propias del tribunal.

La fatalidad general de los plazos reconoce una excepción en la posibilidad de solicitar


un nuevo plazo, cuando, por un hecho que no le fuere imputable, por defecto en la
notificación, por fuerza mayor o por caso fortuito, algún interviniente se hubiere visto
impedido de ejercer un derecho o desarrollar una actividad dentro del plazo establecido
por la ley.
En este caso, la solicitud de nuevo plazo se debe dirigir al tribunal dentro de los cinco
días siguientes a aquel en que hubiere cesado el impedimento, pudiendo el tribunal
conceder un nuevo plazo hasta por el mismo período del plazo original (Art. 17 CPP).

El carácter improrrogable de los plazos se aplica exclusivamente a los plazos legales, y


no a los plazos judiciales, que se rigen por la disposición general del Art. 67 CPC.
Lo anterior implica que los plazos judiciales pueden ser prorrogados siempre que dicha
prórroga se pida antes del vencimiento del plazo y se alegue justa causa, la que será
apreciada por el tribunal prudencialmente.
Los plazos de horas establecidos por el Código Procesal Penal comienzan a correr
inmediatamente después de ocurrido el hecho que fijare su iniciación, sin interrupción
(Art. 15 CPP).

16
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

El Código Procesal Penal consagra de manera explícita la renunciabilidad del plazo, total
o parcialmente, por manifestación expresa.
Si se tratare de un plazo común, la abreviación o renuncia requieren el consentimiento de
todos los intervinientes y la aprobación del tribunal (Art. 18 CPP).

C) Requerimientos, Comunicaciones, Notificaciones y Citaciones


Los actos de comunicación que pueden tener lugar en el procedimiento penal pueden
emanar del Ministerio Público, con el objeto de dar curso a la persecución penal, o del
tribunal, en ejercicio de sus facultades jurisdiccionales.
Entre los primeros, el Código Procesal Penal menciona y regula los requerimientos, las
comunicaciones y las citaciones del Ministerio Público.
Entre los segundos, el Código Procesal Penal se refiere a los requerimientos, las
notificaciones y las citaciones judiciales.

Todos estos actos se encuentran regulados en párrafos separados, designados con los
números 2º, 3º y 4º en el Título II del Libro I del Código Procesal Penal.
Una sistematización en paralelo de estos actos nos lleva a estudiarlos en conjunto,
distinguiendo en cada caso las particularidades que asume, dependiendo de la autoridad
de la cual emanan.

1) Requerimiento de Información
El requerimiento de información es un acto de comunicación común tanto al Ministerio
Público como a los tribunales con competencia penal, y consiste en la solicitud de
información que ellos pueden formular a todas las autoridades y órganos del Estado,
quienes están obligados por ley a proporcionarla sin demora (Art. 19 CPP).

El requerimiento debe contener los antecedentes necesarios para su adecuada


comprensión, a efectos de lo cual la ley se limita a mencionar que contendrá la fecha y
lugar de expedición, los antecedentes necesarios para su cumplimiento, el plazo que se
otorgare para que se llevare a efecto y la determinación del fiscal o tribunal requirente
(Art. 19 Inc. 1º CPP).
La historia de la ley evidencia la intención legislativa de desformalizar al máximo este
acto, a efectos de lo cual se rechazó la propuesta de que éste se efectuara a través de un
oficio, y el mismo espíritu quedó reflejado en la ley al disponer que la comunicación
mencionada puede realizarse por cualquier medio idóneo, sin perjuicio del posterior envío
de la documentación que fuere pertinente (Art. 21 CPP).

El Código Procesal Penal contempla un mecanismo tendiente a resolver las controversias


originadas por las eventuales negativas de entregar información por parte de las
autoridades requeridas, fundadas en el carácter secreto de la información.
Para estos efectos, dispone el Art. 19 CPP que tratándose de informaciones o documentos
que en virtud de la ley tuvieren carácter secreto, el requerimiento debe responderse
observando las prescripciones de la ley respectiva, si las hubiere, y en caso contrario,
adoptándose las precauciones que aseguren que la información no será divulgada (Art.
19 inc. 2º CPP).
Si la autoridad requerida retarda el envío de los antecedentes solicitados o se niega a
enviarlos a pretexto de su carácter secreto o reservado, y el fiscal estima indispensable la
realización de la actuación, debe remitir los antecedentes al fiscal regional, quien si
compartiere esa apreciación, solicitará a la Corte de Apelaciones respectiva que, previo

17
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

informe de la autoridad de que se tratare, recabado por la vía que considere más rápida,
resuelva la controversia.
La Corte adoptará esta decisión en cuenta, y si fuere el tribunal el que requiriere la
información, debe formular dicha solicitud directamente ante la Corte de Apelaciones
(Art. 19 Inc. 3º CPP).

Si la razón invocada por la autoridad requerida para no enviar los antecedentes solicitados
fuere que su publicidad pudiere afectar la seguridad nacional, la cuestión deberá ser
resuelta por la Corte Suprema (Art. 19 Inc. 4º CPP).

Aun cuando la Corte llamada a resolver la controversia rechazare el requerimiento del


fiscal, por compartir el juicio de la autoridad a la que se hubieren requerido los
antecedentes, puede ordenar que se suministren al Ministerio Público o al tribunal los
datos que le parecieren necesarios para la adopción de decisiones relativas a la
investigación o para el pronunciamiento de resoluciones judiciales (Art. 19 Inc. 5º CPP).

Las resoluciones que los ministros de Corte pronuncien para resolver estas materias no
los inhabilitarán para conocer, en su caso, los recursos que se dedujeren en la causa de
que se tratare (Art. 19 Inc. Final CPP).

2) Solicitudes Entre Tribunales


Las solicitudes entre tribunales constituyen, al tenor del Art. 20 CPP, una forma especial
de requerimiento planteada entre órganos jurisdiccionales, y tiene lugar cuando el
requirente necesite la realización de alguna diligencia dentro del territorio jurisdiccional
del requerido.
La solicitud respectiva no requiere más menciones que la indicación de los antecedentes
necesarios para la cabal comprensión de la solicitud y las propias de todo requerimiento.

La ley prevé también para este caso un mecanismo para resolver las eventuales
controversias originadas por el rechazo del requerido al cumplimiento del trámite o
diligencia, o por el transcurso del plazo fijado para su cumplimiento sin que éste se
produjere.
En estos casos, el tribunal requirente puede dirigirse directamente al superior jerárquico
del primero para que ordene, agilice o gestione directamente la petición (Art. 20 Inc. 2°
CPP).

Al igual que en el caso de los requerimientos, la ley establece que la comunicación puede
realizarse por cualquier medio idóneo, sin perjuicio del posterior envío de la
documentación que fuere pertinente (Art. 21 CPP).

3) Las Notificaciones
Las notificaciones constituyen el acto de comunicación a través del cual el tribunal pone
en conocimiento de los intervinientes o de terceros la dictación de una resolución judicial.
Se trata de un acto de comunicación privativo del órgano jurisdiccional, razón por la cual
tiene, en el Código Procesal Penal, un tratamiento diferenciado de las comunicaciones
que puede efectuar el Ministerio Público.
En el proceso penal, las notificaciones que hubiere de practicarse a los intervinientes se
rigen, en principio, por las normas contempladas en el Título VI del Libro I del Código
de Procedimiento Civil (Art. 32 CPP).

18
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

No obstante lo anterior, el párrafo 4º del Título II del Libro I CPP contiene, entre las
normas comunes a todo procedimiento penal, reglas especiales en cuanto a los
funcionarios habilitados para practicar las notificaciones y en cuanto a la forma de las
mismas.

Respecto de los funcionarios habilitados para practicar las notificaciones, el Art. 24


CPP señala que las notificaciones de las resoluciones judiciales se realizarán por los
funcionarios del tribunal que hubiere expedido la resolución, que hubieren sido
designados para cumplir esta función por el juez presidente del comité de jueces, a
propuesta del administrador del tribunal.
El tribunal podrá ordenar que una o más notificaciones determinadas se practicaren por
otro ministro de fe.

En relación a la forma de las notificaciones, la remisión del Art. 32 CPP implica que
las formas de notificación establecidas por el Código de Procedimiento Civil son
plenamente aplicables al procedimiento penal, sin perjuicio de lo cual, en este tipo de
procedimientos, el tribunal puede decretar cualquiera otra que resulte suficientemente
eficaz y no cause indefensión (Art. 31 CPP).

De esta manera, puede decirse que en el procedimiento penal existen las siguientes formas
de notificación de las resoluciones judiciales:
• Notificación personal (Arts. 40 y 44 CPC);
• Notificación por cédula (Art. 48 CPC);
• Notificación por el estado diario (Art. 50 CPC);
• Otras formas de notificación (Art. 31 CPP).

Lógicamente, la notificación personal es la forma más perfecta de comunicación de una


resolución judicial.
Se debe emplear en todos los casos en que la ley expresamente lo dispone, cuando la ley
imponga la notificación a alguna persona para la validez de ciertos actos o cuando los
tribunales lo ordenen expresamente.
Puede, además, emplearse en todos los casos en que la ley requiere una forma menos
perfecta de notificación (Art. 47 CPC).
La ley regula tres formas de notificación personal, que se diferencian no sólo por la
hipótesis que la hace procedente, sino también por la forma en que se practica.
Ellas son las siguientes:
• La Primera Notificación
La notificación personal es la forma en que se practica la primera notificación a
la parte o persona a quien haya de afectar sus resultados, y debe hacérsele
mediante la entrega personal de ciertos antecedentes escritos (Art. 40 CPC).
Estos antecedentes consisten en la copia íntegra de la resolución de que se tratare,
con la identificación del proceso en el que recayere, y en su caso, de los
antecedentes adicionales que la ley expresamente ordenare agregar o que el juez
estimare necesario para la debida información del notificado, o para el adecuado
ejercicio de sus derechos (Art. 25 CPP).
Cuando la persona a quien debe notificarse no es habida después de haber sido
buscada en dos días distintos en su habitación, o en el lugar donde habitualmente
ejerce su industria, profesión o empleo, la notificación personal puede efectuarse,
subsidiariamente, en la forma prevista por el Art. 44 CPC.

19
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

La primera notificación al querellante o denunciante no requiere de notificación


personal, conforme a lo dispuesto por las normas del Código de Procedimiento
Civil, ya que, debiendo entenderse que éstos tienen la calidad de actor, para los
efectos del Art. 40 CPC, la forma en que se les practica la primera notificación
es la notificación por el estado diario (Art. 40 Inc. 2º CPC).

• Notificación al Imputado Privado de Libertad


La notificación personal es también la forma de notificación que se aplica a
aquellas que debieren realizarse al imputado privado de libertad (Art. 29 CPP).
Esta modalidad de notificación personal presenta particularidades de forma y
lugar en relación con la notificación personal que son las siguientes:
o La notificación personal al imputado privado de libertad no admite su
substitución por la forma de notificación personal subsidiaria del Art. 44
CPP, como se desprende de la exigencia de que la notificación se haga
“en persona”, al tenor del Art. 29 CPP.
o La notificación se debe practicar, por regla general, en el establecimiento
o recinto en que permaneciere privado de libertad el imputado, aunque éste
se hallare fuera del territorio jurisdiccional del tribunal.
Corresponde realizar la notificación a cualquier funcionario del
establecimiento, bajo la responsabilidad del jefe del mismo (Art. 29 Inc.
1º CPP).
Sólo excepcionalmente el tribunal puede disponer, por resolución
fundada, que la notificación de determinadas resoluciones al imputado
privado de libertad sea practicada en el recinto en que funcione el tribunal
(Art. 29 Inc. Final CPP).
o La notificación se practica mediante la entrega al imputado del texto de la
resolución respectiva y de cualquier otro antecedente que el tribunal haya
estimado relevante.
Tanto la resolución como dichos antecedentes pueden haber sido remitidos
al efecto por el tribunal por cualquier medio de comunicación idóneo, tales
como fax, correo electrónico u otro (Art. 29 Inc. 1º CPP).
Si el imputado no supiere o no pudiere leer, la resolución debe serle leída
por el funcionario encargado de notificarla (Art. 29 Inc. 2º CPP).

• Notificación en Audiencia
Una forma de notificación personal especial contemplada en el Código Procesal
Penal y consistente con el principio de oralidad, es la notificación de las
resoluciones pronunciadas en audiencias judiciales, las que se entienden
notificadas a los intervinientes que hubieren asistido a las mismas por el solo
hecho de su dictación (Art. 30 CPP).
Aunque lo mismo se observa respecto de los intervinientes que hubieren debido
asistir y no lo hubieren hecho, es evidente que en este último caso no nos
encontramos propiamente ante una forma de notificación, sino ante una sanción
procesal motivada por la incomparecencia.
La notificación en audiencia presenta, respecto de la notificación personal, la
particularidad de que no requiere la entrega de antecedentes escritos, sino que se
perfecciona por la sola comunicación oral de la resolución.
No obstante lo anterior, la ley reconoce a los interesados el derecho a pedir copias
de los registros en que constaren estas resoluciones (Art. 30 Inc. Final CPP).

20
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

De estas notificaciones se debe dejar constancia en el estado diario, pero su


omisión no invalida la notificación (Art. 30 Inc. 1º CPP).

En cuanto a la notificación por cédula, aplicable al procedimiento penal por remisión


del Art. 32 CPP, sólo parece tener cabida en éste cuando se trata de notificar una
resolución en que se ordena la comparecencia personal de las partes, o cuando el tribunal
expresamente lo ordene (Art. 48 CPC).
El Código Procesal Penal no requiere expresamente la notificación por cédula más que
en un solo caso, referente a la notificación de la demanda y de la resolución que en ella
hubiere recaído cuando la demanda se presenta dentro de los sesenta días siguientes a
aquel en que, por resolución ejecutoriada, se dispusiere la suspensión o terminación del
procedimiento penal (Art. 68 CPP).
La notificación por cédula se practica mediante la entrega de cédulas que contengan copia
íntegra de la resolución y los datos necesarios para su acertada inteligencia (Art. 48
CPC).
Esta norma debe entenderse complementada por la regla especial del Art. 25 CPP que
ordena incluir la identificación del proceso en que recayere y, en su caso, de los
antecedentes adicionales que la ley expresamente ordenare agregar o que el juez estimare
necesario para la debida información del notificado o para el adecuado ejercicio de sus
derechos.

Luego, respecto de la notificación por el estado diario, constituye la regla general en


materia de notificaciones en el procedimiento penal, conforme a la remisión del Art. 32
CPP.
Esto significa que se aplica a todas las notificaciones que no tengan establecidas por ley
una regla especial diversa exigiendo la notificación personal o por cédula.
Más aún, la notificación por el estado diario puede llegar a ser impuesta, por vía de
sanción, en casos en que se hubiere requerido notificación personal o por cédula.
Ello sucede en las siguientes hipótesis:
• Cuando los intervinientes omitieren, en su primera intervención en el
procedimiento, indicar un domicilio dentro de los límites urbanos de la ciudad en
que funcionare el tribunal respectivo y en el cual puedan practicárseles las
notificaciones posteriores (Arts. 26 y 27 CPP);
• Cuando los intervinientes omitieren comunicar cualquier cambio de domicilio
posterior al señalado originalmente en su primera intervención;
• Cuando el imputado omitiere dar cumplimiento a estas obligaciones en el
momento de ser puesto en libertad.

4) Comunicaciones del Ministerio Público


Las comunicaciones del Ministerio Público constituyen la forma a través de la cual éste
pone en conocimiento de los demás intervinientes en el procedimiento alguna actuación
o decisión que, por disposición de la ley, esté obligado a comunicar formalmente (Art.
22 CPP).

Las comunicaciones del Ministerio Público no requieren el cumplimiento de ninguna


formalidad, ya que la ley dispone que éstas se pueden efectuar, bajo su responsabilidad,
por cualquier medio razonable que resultare eficaz (Art. 22 Inc. 1º CPP).
En todo caso, es de cargo del Ministerio Público acreditar la circunstancia de haberse
efectuado la comunicación.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Si un interviniente probare que por la deficiencia de la comunicación se hubiere


encontrado impedido de ejercer oportunamente un derecho o desarrollar alguna actividad
dentro del plazo establecido por la ley, podrá solicitar un nuevo plazo, el que le será
concedido bajo las condiciones y circunstancias previstas en el Art. 17 CPP (Art. 22 Inc.
2º CPP).

5) Citaciones Judiciales
La citación judicial es el acto de comunicación del tribunal mediante el cual se comunica
a una persona la orden de que comparezca ante el tribunal para la realización de un acto
del procedimiento.
Se cumple mediante la notificación de la resolución que ordena la comparecencia del
citado (Art. 33 CPP).

La citación es un acto formal, que debe contener la mención del tribunal ante el cual se
debe comparecer, su domicilio, la fecha y hora de la audiencia, la identificación del
proceso de que se tratare y el motivo de la comparecencia.
Debe, asimismo, advertir al citado que la no comparecencia injustificada dará lugar a que
sea conducido por medio de la fuerza pública, que quedará obligado al pago de las costas
que causare, y que pueden imponérsele sanciones.
También se les deberá indicar que, en caso de impedimento, deberá comunicarlo y
justificarlo ante el tribunal, con anterioridad a la fecha de la audiencia, si fuere posible
(Art. 33 Inc. 2º CPP).

El incumplimiento injustificado de la orden de comparecencia conlleva diversas


consecuencias, contempladas en el Art. 33 Inc. 3° y 4° CPP:
• El tribunal puede ordenar que el citado sea detenido o sometido a prisión
preventiva hasta la realización de la actuación respectiva;
• Tratándose de los testigos, peritos u otras personas cuya presencia se requiriere,
puede ordenar su arresto hasta la realización de la actuación por un máximo de
veinticuatro horas, e imponerles, además, una multa de hasta 15 UTM;
• Si quien no concurriere injustificadamente fuere el defensor o el fiscal, se le
pueden aplicar las sanciones que el Art. 287 CPP contempla para quien no
asistiere o abandonare injustificadamente la audiencia del juicio oral.

6) Citaciones del Ministerio Público


La citación del Ministerio Público es el acto de comunicación que realiza éste cuando, en
el desarrollo de su actividad de investigación, necesitare la comparecencia de una persona
ante sí (Art. 23 CPP).
No es un acto formal, sino que se puede llevar a efecto por cualquier medio idóneo (Art.
23 CPP).

La citación del Ministerio Público es una verdadera orden de comparecencia emanada de


éste en su calidad de autoridad de persecución penal pública, toda vez que su
incumplimiento autoriza al fiscal para ocurrir ante el juez de garantía a objeto de que éste
lo autorice a conducirla compulsivamente a su presencia.

Las personas exceptuadas de la obligación de comparecencia al llamamiento judicial


están igualmente exceptuadas de comparecer ante el Ministerio Público.
Por esta razón, la ley dispone que, si su declaración fuere necesaria, el fiscal no puede
citarlas, sino que debe solicitar autorización al juez de garantía para interrogarlas en el

22
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

lugar en que ejercieren sus funciones o en su domicilio, en la forma prevista por el Art.
301 CPP (Art. 23 Inc. 2º CPP).

D) Las Resoluciones y Otras Actuaciones Judiciales


Las funciones jurisdiccionales que el nuevo proceso penal chileno reconoce a los jueces
de garantía y a los tribunales de juicio oral en lo penal se materializan a través de
resoluciones y otras actuaciones judiciales, tales como la dirección de audiencias o la
recepción de prueba.
En esta materia, la remisión general del Art. 52 CPP a las normas del Código de
Procedimiento Civil se encuentra limitada por las siguientes reglas especiales:
• Exigencia de Fundamentación de las Sentencias
La exigencia de fundamentación de las sentencias es un requerimiento impuesto
por el derecho al juicio previo, consagrada a nivel constitucional en el Art. 19 Nº3
Inc. 5º CPR, y a nivel legal en el Art. 1º CPP.
Fuera del ámbito de la sentencia definitiva, sin embargo, la exigencia de
fundamentación aparece también establecida, a nivel legal, respecto de la
generalidad de las resoluciones judiciales, como una necesidad de legitimación de
las decisiones jurisdiccionales.
Aunque la exigencia de fundamentación no es ajena al procedimiento civil (Arts.
170 y 171 CPC), el Código Procesal Penal ha reafirmado tal exigencia mediante
la incorporación de reglas específicas.
Así, el Art. 36 CPP establece que será obligación del tribunal fundamentar las
resoluciones que dictare, con excepción de aquellas que se pronunciaren sobre
cuestiones de mero trámite.
La fundamentación de la sentencia no se satisface con referencias meramente
formales al hecho de encontrarse cumplidos los estándares legales o a la existencia
de antecedentes genéricamente invocados.
La ley exige que la fundamentación exprese sucintamente, pero con precisión, los
motivos de hecho y de derecho en que se basaren las decisiones tomadas.
La simple relación de los documentos del procedimiento o la mención de los
medios de prueba o solicitudes de los intervinientes no constituye fundamentación
suficiente (Art. 36 Inc. 2° CPP).

• Exigencia de Inmediación en las Resoluciones y Actuaciones Judiciales


Hemos estudiado ya el principio de inmediación como parte integrante del
derecho al juicio oral.
El principio se extiende, sin embargo, por disposición legal, a todas las
actuaciones que la ley pone a cargo de un órgano jurisdiccional, en cualquiera de
las etapas del procedimiento penal.
Así, el Art. 35 CPP establece que la delegación de funciones en empleados
subalternos para realizar actuaciones en que las leyes requirieren la intervención
del juez producirá la nulidad de las mismas.

• Plazos Generales Para Dictar Resoluciones Judiciales


La regla general del Art. 38 CPP distingue entre resoluciones recaídas en las
cuestiones debatidas en una audiencia y las presentaciones escritas de los
intervinientes.
Las primeras deben ser resueltas en la audiencia, y la resolución deberá ser
inmediata o podrá diferirse para el final de la audiencia, según cual sea la
naturaleza de la cuestión debatida en cada caso.

23
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Las segundas deben ser resueltas por el tribunal antes de las veinticuatro horas
siguientes a su recepción (Art. 38 CPP).
Lo anterior se entiende, por supuesto, sin perjuicio de los plazos especiales fijados
por la ley para la realización y dictación de determinadas actuaciones y
resoluciones judiciales.

• Firma de las Resoluciones Judiciales


Las resoluciones judiciales en el procedimiento penal deben ser suscritas por el
juez o por todos los miembros del tribunal que la dictare.
Si alguno de los jueces no pudiere firmar se dejará constancia del impedimento
(Art. 37 Inc. 1º CPP).
Aunque esta norma es una reiteración del Art. 169 CPC, la historia de la ley
evidencia que su inclusión tuvo por objeto enfatizar su carácter de regla especial,
en cuanto no se exige, como en el procedimiento civil, la autorización del
secretario del tribunal, ya que el cargo de secretario no existe en la estructura
orgánica de los nuevos tribunales con competencia penal.

• Poder Coercitivo
El Art. 34 CPP establece que, en el ejercicio de sus funciones, el tribunal podrá
ordenar directamente la intervención de la fuerza pública y disponer todas las
medidas necesarias para el cumplimiento de las actuaciones que ordenare y la
ejecución de las resoluciones que dictare (Art. 34 CPP).
La norma no es más que una reiteración de la disposición constitucional conforme
a la cual, para hacer ejecutar sus resoluciones y practicar o hacer practicar los
actos de instrucción que determine la ley, los tribunales ordinarios de justicia y
los especiales que integran el Poder Judicial pueden impartir órdenes directas a la
fuerza pública o ejercer los medios de acción conducentes de que dispusieren,
debiendo la autoridad requerida cumplir sin más trámite el mandato judicial, sin
poder calificar su fundamento u oportunidad, ni la justicia o legalidad de la
resolución que se trata de ejecutar (Art. 76 Inc. 3º y 4º CPR).

E) Registro de las Actuaciones Judiciales


El paso desde un sistema escrito a un sistema basado en el principio de oralidad no ha
conllevado la desaparición de los registros.
Si bien es cierto la ley prohíbe, en términos generales, incorporar o invocar como medios
de prueba y dar lectura, durante el juicio oral, a los registros y demás documentos que
dieren cuenta de diligencias o actuaciones realizadas por la policía o el Ministerio
Público, la existencia de un registro de las actuaciones de los mismos sigue siendo una
necesidad, tanto por el valor que dichas actuaciones pueden tener durante la etapa de
investigación, como por la necesidad de conocer y controlar, en el curso del
procedimiento, sus actuaciones.

Por estas razones, la ley ha previsto la existencia de dos registros de la investigación, que
son el registro de las actuaciones del Ministerio Público (Art. 227 CPP) y el registro de
las actuaciones policiales (Art. 228 CPP).
A nivel de disposiciones comunes a todo procedimiento penal, existen, por otra parte,
normas que establecen el registro de las actuaciones judiciales.
Estas establecen, a su vez, dos registros, que son el registro de actuaciones ante el juez de
garantía y el registro del juicio oral.

24
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

La conservación de los registros es responsabilidad del juzgado de garantía y del tribunal


del juicio oral respectivo, más específicamente, de la Unidad de Administración de
Causas del Tribunal (Arts. 43 Inc. 1º CPP y 25 Nº4 COT).

Los registros de las actuaciones judiciales son de libre acceso para los intervinientes.
Los terceros pueden, en principio, consultarlos, cuando dieren cuenta de actuaciones que
fueren públicas, a menos que durante la investigación o la tramitación de la causa, el
tribunal restringiere el acceso para evitar que se afecte su normal substanciación o el
principio de inocencia (Art. 44 Inc. 1º y 2º CPP).
Estas restricciones no pueden establecerse si han transcurrido cinco años desde la
realización de las actuaciones consignadas en los registros.
Unido al derecho de conocer el contenido de los registros, la ley impone al tribunal la
obligación de expedir copias fieles de los registros, a solicitud de algún interviniente o de
cualquier persona, y certificar si se hubieren deducido recursos en contra de la sentencia
definitiva (Art. 44 CPP).

F) Las Costas
La regla general en materia de pago de costas está contemplada en el Art. 45 CPP,
conforme al cual, toda resolución que pusiere término a la causa o decidiere un incidente
deberá pronunciarse sobre el pago de las costas del procedimiento.
Las costas del procedimiento penal comprenden tanto las procesales como las personales
(Art. 46 CPP).

El tribunal está obligado a condenar en costas al Ministerio Público cuando el imputado


fuere absuelto o sobreseído definitivamente, y el Ministerio Público sólo está eximido de
esta obligación cuando la formulación de la acusación le hubiere sido impuesta
judicialmente, en el excepcionalísimo caso del Art. 462 CPP, referido a los sujetos
inimputables por enajenación mental, o cuando el tribunal estime razonable eximirle por
razones fundadas (Art. 48 CPP).

Aunque el tribunal debe, en principio, imponer el pago de las costas en los casos que se
mencionan a continuación, la ley admite que el tribunal, por razones fundadas que debe
expresar determinadamente, exima total o parcialmente del pago de ella.
Este es el caso de:
• El condenado (Art. 47 Inc. 1º CPP);
• La víctima que abandonare la acción civil (Art. 47 Inc. 2º CPP);
• El querellante que abandonare la querella (Art. 47 Inc. 2º CPP);
• El querellante, cuando el imputado fuere absuelto o sobreseído definitivamente
(Art. 48 Inc. 2º CPP).

El tribunal no puede imponer el pago de las costas, personalmente, a las siguientes


personas (Art. 50 CPP):
• Los fiscales;
• Los abogados;
• Los mandatarios de los intervinientes en el procedimiento.

Esta condena sólo procede, a modo de sanción y por resolución fundada, en casos de
notorio desconocimiento del derecho o de grave negligencia en el desempeño de sus
funciones (Art. 50 CPP).

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Cuando fueren varios los intervinientes condenados al pago de las costas, el tribunal debe
fijar la parte o proporción que corresponderá soportar a cada uno de ellos (Art. 49 CPP).

Cuando fuere necesario efectuar un gasto cuyo pago correspondiere a los intervinientes,
el tribunal debe estimar su monto y disponer su consignación anticipada.
En todo caso, el Estado debe soportar los gastos de los intervinientes que gocen del
privilegio de pobreza (Art. 51 CPP).

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Capítulo II – La Acción y las Formas de Iniciar el Proceso Penal

1. La Acción Penal
A) Introducción
De todo delito nace una acción penal para su persecución procesal, y conforme al Art. 53
CPP, esta acción penal puede ser pública o privada, según el régimen de persecución
penal al que esté sometido el correspondiente delito.
Sea pública o privada, la acción penal no puede entablarse sino contra las personas
responsables del delito, en conformidad al Art. 58 Inc. 1° CPP, pero la responsabilidad
penal sólo se establece en la sentencia definitiva, por lo que la acción penal expresa una
pretensión de esclarecimiento de un hecho que constituye, a primera vista, un delito, y a
la determinación de su autor, para la imposición de una pena a quien la sentencia declare
responsable del mismo.
El sentido de esta disposición cobra sentido al ser relacionada con el inc. 2° del Art. 58
CPP, que señala que la responsabilidad penal sólo puede hacerse efectiva en las personas
naturales, y por las personas jurídicas responden los que hubieren intervenido en el acto
punible, sin perjuicio de la responsabilidad civil que los afecte.

Esta disposición es una manifestación de los principios de culpabilidad y personalidad de


las penas, que impiden que el castigo recaiga sobre todos los miembros de la persona
jurídica, como sucedería inevitablemente si se impusiera una pena a la misma, y obliga a
que respondan de los hechos punibles sólo las personas físicas que efectivamente los
hubieran realizado.

El Código Procesal Penal divide la acción penal en tres categorías:


• Acción Penal Pública Propiamente Tal;
• Acción Penal Pública Previa Instancia Particular;
• Acción Penal Privada.

Conforme al Art. 53 CPP, la acción pública para la persecución de todo delito que no
esté sometido a regla especial deberá ser ejercida de oficio por el Ministerio Público.
Podrá ser ejercida, además, por las personas que determine la ley, con arreglo a las
disposiciones del Código, y se concede siempre acción penal pública para la persecución
de los delitos cometidos contra menores de edad.
La acción penal privada sólo podrá ser ejercida por la víctima.
Excepcionalmente, la persecución de algunos delitos de acción penal pública requiere la
denuncia previa de la víctima (Art. 53 Inc. Final), y es por ello que hablamos de un tipo
de acción penal que es la acción penal pública previa instancia particular.

B) La Acción Penal Pública


La acción penal es pública cuando el delito de que se trata pueda ser perseguido de oficio
por el Ministerio Público, sin perjuicio de que pueda ser ejercida, además, por las personas
que determine la ley (Art. 53 Inc. 2º CPP).
Esta norma guarda correspondencia con la disposición contenida en el Art. 83 Inc. 2°
CPR, que confiere a la víctima y demás personas que determine la ley un derecho
constitucional al ejercicio de la acción penal.
Se establece, además, que se concede siempre acción penal pública para la persecución
de los delitos cometidos contra menores de edad.
Esta norma tiene relevancia en los delitos de acción penal pública previa instancia
particular y en los delitos de acción penal privada cometidos contra menores de edad.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

En efecto, la dimensión de intimidad o de afección de espacios de privacidad asociada a


la comisión de estos delitos, que determinaron su sujeción a un régimen especial de
persecución que confiere preponderancia a la voluntad o actuación de la víctima, decae
frente al interés público que reviste la persecución penal de delitos cometidos contra
personas cuyo estatus normativo las hace acreedoras de una protección reforzada.

La regla general es que los delitos sean de acción penal pública, salvo que su persecución
esté sometida a una regla especial, y en tales casos se encuentran los delitos de acción
penal pública previa instancia particular y los delitos de acción penal privada.

C) Acción Penal Pública Previa Instancia Particular


El Código establece que en los delitos de acción penal pública previa instancia particular,
no podrá procederse de oficio sin que, a lo menos, el ofendido por el delito o a quien la
ley confiera la facultad de actuar por él, hubiere denunciado el hecho a la justicia, al
Ministerio Público o a la policía.
Efectuada la denuncia exigida por la ley, el procedimiento se tramitará conforme a las
reglas generales relativas a los delitos de acción pública (Arts. 54 CPP).

Tales delitos, conforme al Art. 54 CPP, son los siguientes:


• Las lesiones previstas en los Arts. 399 y 494 N°5 CP;
• La violación de domicilio;
• La violación de secretos prevista en los Arts. 231 y 247 Inc. 2° CP;
• Las amenazas previstas en los Arts. 296 y 297 CP;
• Los previstos en la Ley N°19.039, que establece normas aplicables a los
privilegios industriales y protección de los derechos de propiedad industrial;
• La comunicación fraudulenta de secretos de la fábrica en que el imputado hubiere
estado o estuviere empleado;
• Las que otras leyes señalen en forma expresa.

Se establece que, a falta del ofendido por el delito, pueden denunciar las personas a
quienes el Código reconoce la calidad de víctima (Art. 108 CPP), cuando la misma no
pueda ejercer sus derechos en el proceso en la forma establecida en la ley (Art. 54 Inc.
2° CPP).
Las personas a quienes la ley reconoce la calidad de víctima, cuando la misma no pueda
ejercer sus derechos en el proceso en la forma establecida en la ley, están enumeradas en
el Art. 108 CPP con el siguiente orden de prelación:
• El cónyuge o conviviente civil y los hijos;
• Los ascendientes;
• El conviviente;
• Los hermanos;
• El adoptado o el adoptante.

Si el ofendido se encuentra imposibilitado de realizar libremente la denuncia, o cuando


quienes pueden formularla por él se encuentren imposibilitados de hacerlo, o aparezcan
implicados en el delito, el Ministerio Público podrá proceder de oficio.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

D) La Acción Penal Privada


El régimen de acción penal privada excluye el ejercicio de la acción por otra persona que
no sea la víctima, pues en estos casos existe un interés privado preponderante que impide
la intervención del órgano oficial.

Estos delitos están contemplados en el Art. 55 CPP, y son los siguientes:


• La calumnia y la injuria;
• La falta descrita en el Art. 496 N°11 CP;
• La provocación al duelo y el denuesto o descrédito público por no haberlo
aceptado;
• El matrimonio del menor llevado a efecto sin el consentimiento de las personas
designadas por la ley, y celebrado de acuerdo con el funcionario llamado a
autorizarlo.

Debemos agregar a esta lista los delitos previstos y sancionados por el Art. 22 del DFL
N°707 de 1982 sobre cuentas corrientes bancarias y cheques, que deriven del giro del
cheque efectuado por un librador que no cuente de antemano con fondos o créditos
disponibles suficientes en su cuenta corriente, que hubiere retirado los fondos disponibles
después de expedido el cheque, o hubiera girado sobre cuenta corriente cerrada.

El delito de giro doloso de cheques puede ser tanto un delito de acción pública como de
acción privada, dependiendo de la causal del protesto.
Si la causal de protesto es falta de fondos o cuenta cerrada, el delito confiere acción penal
privada al tenedor del cheque protestado por dichas causales.
El afectado debe querellarse para poner en movimiento la actividad jurisdiccional del
Estado, mientras que no interviene en este procedimiento el Ministerio Público, y se rige
por las normas contenidas en los Arts. 400-405 CPP, más la remisión que efectúa el
último de los artículos mencionados a las normas del procedimiento simplificado, en lo
no previsto.

Por otra parte, debemos tener en cuenta que, conforme al Art. 116 CPP, no pueden
querellarse entre sí, sea por delitos de acción pública o privada:
• Los cónyuges, a no ser por delito que uno hubiere cometido contra el otro o contra
sus hijos, o por bigamia;
• Los convivientes civiles, a no ser por delito que uno hubiere cometido contra el
otro o contra sus hijos;
• Los consanguíneos en toda la línea recta, los colaterales y afines hasta el segundo
grado, a no ser por delitos cometidos los unos contra los otros, o contra su cónyuge
o hijos.

E) La Renuncia de la Acción Penal


La acción penal pública no se extingue por la renuncia de la persona ofendida.
La renuncia sólo produce ciertos efectos procesales en los delitos que pueden perseguirse
de oficio, cuando la víctima se ha constituido en parte querellante.
En efecto, la ley regula el desistimiento (Art. 118 CPP) y el abandono de la querella (Art.
120 CPP), formas que podría adoptar la renuncia a la persecución penal por parte de la
víctima, y que produce efectos procesales sólo respecto de su intervención como
querellante en el procedimiento penal.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

La declaración de abandono de la querella y el desistimiento de la misma impiden al


querellante ejercer los derechos que en esa calidad le confiere el Código (Art. 121 CPP).
Nada obstaría, sin embargo, a que la víctima pudiera seguir interviniendo en el proceso
en calidad de tal, y ejercer los derechos que le confiere el Art. 109 CPP.

Tratándose de delitos de acción penal pública previa instancia particular, la renuncia de


la víctima a denunciarlo produce la extinción de la acción penal, aunque la renuncia debe
ser expresa.
La inexistencia de una denuncia o querella del ofendido sólo podría determinar la
extinción de la acción una vez transcurrido el correspondiente plazo de prescripción.
La ley exceptúa expresamente del efecto de la renuncia de la acción penal en estas
hipótesis a los delitos perpetrados contra menores de edad, y ello es así porque en tales
casos nos encontramos, en realidad, frente a delitos de acción penal pública.

En el caso de los delitos de acción penal privada la víctima puede renunciar a su


persecución de modo expreso o tácito, por ejemplo, absteniéndose de presentar la
correspondiente querella, conforme lo exige el Art. 400 CPP.
Interpuesta la querella, la víctima puede aún desistirse o abandonar la acción, pudiendo
constituir esta última una forma de renuncia tácita de la acción (Arts. 401 y 402 CPP).

Producida la renuncia expresa, el desistimiento o el abandono de la querella, se extingue


la acción penal privada.
Sin embargo la ley establece una excepción al efecto general del desistimiento en los
delitos de acción penal privada, consistente en que, una vez iniciado el juicio, no se dará
lugar al desistimiento si el querellado se opone al mismo (Art. 401 Inc. 2º CPP).
El desistimiento de la querella obliga al querellante al pago de las costas, salvo que el
desistimiento obedezca a un acuerdo con el querellado (Art. 401 Inc. 1º CPP).

Existe un caso regulado por la ley en que se presume la renuncia del ofendido a la acción
penal privada, contenido en el Art. 66 CPP, que establece que cuando sólo se ejerza la
acción civil respecto de un hecho punible de acción privada, se considerará extinguida,
por esta sola circunstancia, la acción penal.
Por otro lado, extinguida la acción civil, no se entenderá extinguida la acción penal para
la persecución del hecho punible (Art. 65 CPP).

La ley señala que se extingue, por la renuncia de la persona ofendida, la acción civil
derivada de cualquier clase de delitos (Art. 56 Inc. 2º CPP), pero esta renuncia debe ser
expresa, ya que la mera falta de ejercicio de la acción civil derivada del delito en el
proceso penal, salvo que se trate de la restitución de la cosa, no impide ejercerla ante el
tribunal civil competente mientras ella no se encuentre prescrita.

Podría entenderse, por otro lado, que la ley presume la renuncia de la acción civil en los
supuestos de abandono regulados en el Art. 64 Inc. 2º CPP, que plantea situaciones de
incomparecencia injustificada de la víctima a ciertas audiencias principales del
procedimiento.
En efecto, producido el abandono en estos casos, que presuponen que la demanda civil
haya sido presentada y admitida a tramitación en el proceso penal, no cabe deducirla
nuevamente ante un tribunal civil (Art. 59 Inc. 2º CPP).

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Como efecto relativo general de la renuncia de la acción penal, el Código establece que
ella sólo afectará al renunciante y a sus sucesores, y no a otras personas a quienes también
corresponda la acción (Art. 57 CPP).

2. Formas de Inicio del Procedimiento


A) Generalidades
Para determinar las formas probables de inicio de la persecución penal, debemos precisar
previamente la naturaleza de la acción penal de que se trata.
Si nos encontramos frente a un hecho punible que otorga acción penal pública, el
procedimiento podrá iniciarse por querella, por denuncia o de oficio por el Ministerio
Público cuando el suceso haya llegado a su conocimiento.
Cualquiera que sea la forma de inicio y el lugar en que se verifique, es este organismo
autónomo quien debe recibir en definitiva los antecedentes para definir el curso a seguir,
de acuerdo a sus facultades.

Si se trata de un hecho punible que otorga acción penal pública previa instancia
particular, el Ministerio Público no puede proceder de oficio sin que, a lo menos, el
ofendido por el delito hubiere denunciado el suceso a los tribunales, a la propia fiscalía
o a la policía.
A falta del ofendido por el delito, pueden denunciar el hecho las personas indicadas en el
Art. 108 CPP, y si la víctima se encontrara imposibilitada de realizar libremente la
denuncia, o cuando quienes pueden formularla por él se encuentran imposibilitados o
implicados en el hecho, puede excepcionalmente, el Ministerio Público proceder de
oficio.
Iniciado el procedimiento de cualquiera de estas formas, continuará tramitándose de
acuerdo con las reglas generales relativas a los delitos de acción pública.

Tal como señalamos antes, hay que hacer presente que según el Art. 116 CPP, tienen
prohibición de presentarse querella entre sí, sea por delitos de acción pública o privada
ciertas personas.

Por último, si estamos en presencia de un delito que sólo otorga acción privada, el
procedimiento sólo puede iniciarse por querella.

B) Inicio de Oficio por el Ministerio Público


La investigación puede iniciarse de oficio por los fiscales del Ministerio Público, cada
vez que presencien o tomen conocimiento personal de la comisión de un delito.
El Art. 175 B) CPP establece que los fiscales están obligados a denunciar, en los mismos
términos que los demás funcionarios públicos, los delitos de que tomen conocimiento en
el ejercicio de sus funciones, y especialmente, en su caso, los que noten en la conducta
ministerial de sus subalternos.
Sin embargo, la norma parece inútil tratándose de los delitos cuya persecución penal los
fiscales debieran iniciar de oficio, por mandato del principio de legalidad.
En consecuencia, sólo cabría entender que la norma opera como obligación de denuncia
en aquellos casos en que, por la distribución administrativa de los asuntos penales, la
investigación correspondiere a otra fiscalía, o el fiscal de que se trate no tuviere
atribuciones o no pudiere investigar personalmente tales hechos.
Asimismo, comprende los delitos que se cometan al interior de las fiscalías o con ocasión
de la función que desempeñan.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

El Código se refiere expresamente a los delitos que noten en la conducta ministerial de


sus subalternos, lo que no impide que se puedan denunciar los hechos delictivos que
cometan sus pares o los superiores jerárquicos, responsabilidad que debe perseguirse
conforme a las reglas especiales establecidas en el Art. 46 de la Ley Orgánica
Constitucional del Ministerio Público.

C) La Denuncia
La denuncia es el acto mediante el cual una persona pone en conocimiento de las
autoridades que señala la ley un hecho que puede revestir el carácter de delito, y además,
en cuanto le constare, las circunstancias del suceso y el nombre o datos que permitan
identificar al presunto responsable y a las personas que lo hubieren presenciado o tuvieren
noticia de él.
El denunciante no es un interviniente del procedimiento penal, y sólo adquiere la
responsabilidad que le corresponda por delito cometido por medio de la denuncia, o con
ocasión de ella.

La denuncia puede efectuarse directamente ante el Ministerio Público, destinatario


natural y final de toda notitia criminis.
También pueden recibirla las policías (Policía de Investigaciones o Carabineros de Chile),
Gendarmería de Chile en los casos de delitos cometidos en recintos penitenciarios, y
cualquier tribunal con competencia criminal.

Cualquier medio es idóneo para denunciar, debiendo, en todo caso, identificarse al


denunciante.
Si la denuncia es verbal, debe levantarse un registro en presencia del denunciante, quien
lo firmará junto con el funcionario que la recibe.
Si es escrita, debe ser firmada por quien la presenta, y si no pudiere hacerlo, lo hará un
tercero a su ruego.
La denuncia debe contener, en cuanto le constare al denunciante, las circunstancias del
suceso y el nombre o datos que permitan identificar al presunto responsable del hecho
punible, y a las personas que lo hubieren presenciado o tuvieren noticia de él.

En términos generales, la denuncia es una facultad discrecional de las personas, pero


aquellas señaladas en el Art. 175 CPP, en razón de la naturaleza de sus cargos o
actividades, están obligados a dar cuenta oportunamente de los hechos allí señalados, y si
omiten hacerlo, incurren en la pena prevista en el Art. 494 CP, o en la señalada en
disposiciones especiales.
No será aplicable la sanción referida a quien arriesgaba la persecución penal propia, del
cónyuge, de su conviviente o de sus ascendientes, descendientes o hermanos.
En razón de la posición que ocupan estas personas, tienen deberes especiales de
protección respecto de ciertos bienes sociales relevantes, y son por ende, garantes de los
mismos.
Por ello la infracción del mandato de denuncia es constitutiva de un delito falta de
omisión.

El Art. 179 CPP contempla una institución especial, denominada autodenuncia, en cuya
virtud, la persona imputada por otro de haber participado en la comisión de un hecho
ilícito tiene el derecho de concurrir ante el Ministerio Público y solicitar que se investigue
tal imputación.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Si el fiscal respectivo se negare a proceder, la persona afectada podrá recurrir ante las
autoridades superiores del Ministerio Público, a efecto de que revisen tal decisión.
Si bien la auto denuncia no es usual, puede ser utilizada y servir de base para configurar
una atenuante de responsabilidad penal (Art. 11 N°8 CP)

D) La Querella
1) Generalidades
La querella es un acto jurídico procesal mediante el cual la víctima de un hecho punible,
o las demás personas o instituciones expresamente facultadas por la ley, ponen en
conocimiento de la autoridad competente la existencia de un hecho que puede revestir los
caracteres de un delito.
Si el querellante es una persona o institución distinta de la víctima, adquiere por este acto
la calidad procesal de interviniente, con todos los derechos que ello conlleva.

El nuevo sistema de justicia penal restringe notablemente la figura del querellante, en


relación a lo que acontecía en el modelo preexistente.
Ello obedece, fundamentalmente, al establecimiento del Ministerio Público como ente
estatal autónomo que representa los intereses generales en la persecución penal.
Como regla general, la querella sólo puede ser interpuesta por la víctima, su representante
legal, o su heredero testamentario.
En sentido estricto, la víctima es el ofendido por el delito, pero en aquellos delitos cuya
consecuencia es la muerte del ofendido, y en los casos en que éste no pueda ejercer sus
derechos, se considera víctima a las personas indicadas en el Art. 108 CPP, y en ese
orden de prelación, es decir:
• Al cónyuge o al conviviente civil y a los hijos;
• A los ascendientes;
• Al conviviente;
• A los hermanos;
• Al adoptado o adoptante.

No obstante, la víctima, en ciertos casos, según lo dispone el Art. 116, tiene prohibición
de querellarse entre ciertas personas, cuando existen ciertas relaciones entre ellas:
• Los cónyuges, a no ser por delito que uno hubiere cometido contra el otro o contra
sus hijos, o por el delito de bigamia;
• Los convivientes civiles, a no ser por delito que uno hubiere cometido en contra
del otro o contra sus hijos;
• Los consanguíneos en toda la línea recta, los colaterales y afines hasta el segundo
grado, a no ser por delitos cometidos por unos contra los otros, o contra su
cónyuge o hijos.

Excepcionalmente, la ley permite que otras personas o instituciones se querellen.


Así, toda persona capaz de parecer en juicio puede hacerlo en las situaciones señaladas
en el Art. 111 Inc. 2° y 3° CPP.
Por último, algunos órganos del Estado están autorizados para querellarse tratándose de
delitos relacionados con su actividad fiscalizadora, como ocurre, por ejemplo, con el
Servicio de Impuestos Internos y el Servicio de Aduanas, el Consejo de Defensa del
Estado en los casos que determina su Ley Orgánica, el Ministro del Interior, Intendentes
Regionales, Gobernadores Provinciales y Comandantes de Guarnición en delitos
calificados de terroristas.
En todos estos casos, se les otorgan los mismos derechos que a la víctima.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Si bien el concepto tradicional de víctima se identifica con la idea de persona que sufre el
daño directo que produce el delito, observamos la incorporación progresiva de un
concepto de víctima en un sentido colectivo, relativo al conjunto de personas que pueden
verse afectadas o son perjudicadas en sus intereses o bienes sociales por la comisión de
un delito.
Lo anterior es concordante con el surgimiento de bienes jurídicos colectivos, esto es
bienes e intereses que dicen relación con el funcionamiento del sistema social, o que están
al servicio de los bienes que conforman la base de existencia del mismo, como la salud
pública, la seguridad social o colectiva, y la seguridad del tráfico económico y financiero.

De las normas del Código Procesal Penal, podemos constatar la existencia de dos tipos
de querellantes:
• El querellante conjunto adhesivo o querellante particular, contemplado para
los delitos de acción penal pública como colaborador y control externo del
Ministerio Público, con posibilidades de forzar la acusación.
Este querellante puede intervenir activamente en el procedimiento, adherir a la
acusación del Fiscal o presentar una particular, ofrecer y presentar pruebas en el
juicio e interponer recursos;
• El querellante privado, que tiene el carácter de acusador exclusivo y excluyente
en los delitos de acción penal privada.
Este querellante tiene la carga de la persecución penal, pues en este tipo de delitos,
como ya se dijo, no interviene el Ministerio Público.

2) Presentación de la Querella
En primer lugar, en cuanto a la oportunidad, debemos distinguir la situación de la querella
presentada para incoar un procedimiento por delito de acción privada o un delito de acción
penal pública.
En la primera hipótesis la oportunidad para interponer una querella criminal está dada por
el plazo de la prescripción de la acción penal, dependiendo exclusivamente de la voluntad
de la víctima, y el plazo máximo es hasta antes del cierre de la investigación, si ésta se
encontrare formalizada.
En el segundo caso, en cambio, la querella criminal sólo puede interponerse por las
personas autorizadas legalmente durante la instrucción, desde el inicio del procedimiento
y hasta el cierre de la investigación.

De inmediato debemos advertir que el cierre de la investigación constituye una actuación


administrativa del Ministerio Público, que depende de la voluntad del fiscal a cargo.
La querella debe presentarse por escrito ante el juez de garantía competente, quien
analizará su admisibilidad a la luz de los requisitos establecidos en el Art. 113 CPP.
Si el Juez la declara admisible, la resolución es inapelable, y la querella debe ser remitida
al Ministerio Público.
Si el Juez no la admite a tramitación, fundado en alguno de los motivos contemplados en
el Art. 114 CPP, la resolución es apelable en el solo efecto devolutivo.
En este caso, la querella no será remitida al Ministerio Público, a menos que, tratándose
de delitos de acción penal pública o previa instancia particular, la declaración de
inadmisibilidad se funde en su presentación extemporánea o en la omisión de subsanar
defectos oportunamente, en cuyo caso el juez debe ponerla igualmente en conocimiento
del Ministerio Público para ser tenida como denuncia, con la finalidad de dar inicio al
proceso de investigación.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

3) Desistimiento y Abandono de la Querella


El querellante puede desistirse de su querella en cualquier momento del procedimiento,
en cuyo caso tomará a su cargo las costas propias, y quedará sujeto a la decisión general
sobre costas que dictare el tribunal al finalizar el procedimiento.
A menos que el querellado acepte expresamente el desistimiento, queda a salvo su
derecho para ejercer, a su vez, la acción penal o civil por querella o acusación calumniosa,
y a demandar los perjuicios que le hubiere causado en su persona o bienes y las costas.

En cuanto al abandono de la querella, se trata de una sanción procesal impuesta por el


tribunal al querellante, de oficio o a petición de cualquiera de los intervinientes, en
situaciones objetivas que demuestran negligencia o falta de interés de su parte,
impidiéndole ejercer en lo sucesivo los derechos que el Código Procesal Penal le confería.
Procede en los siguientes casos:
• Cuando no adhiriere a la acusación fiscal o no acusare particularmente en la
oportunidad correspondiente;
• Cuando no asistiere a la audiencia de preparación del juicio oral sin causa
debidamente justificada;
• Cuando no concurriere a la audiencia del juicio oral, o se ausentare de ella sin
autorización del tribunal.

La resolución que declara el abandono de la querella es apelable en el solo efecto


devolutivo, mientras que aquella que niega lugar al abandono es inapelable.

En los casos de acción penal privada, el Art. 120 CPP establece, además, que se
entenderá abandonada la querella por:
• Inasistencia del querellante a la audiencia de juicio;
• Inactividad del querellante en el procedimiento por más de 30 días;
• Cuando, habiendo muerto o caído en incapacidad el querellante, sus herederos o
representante legal no concurrieren a sostener la acción dentro del término de 90
días.

E) Detención en Casos de Flagrancia Como Inicio del Procedimiento


Una situación muy habitual de inicio del procedimiento, pero que no se encuentra
regulada como tal por el Código, sino que debe ser subsumida en alguna de las anteriores,
es la detención en casos de flagrancia (Art. 129 CPP).
Conviene destacar aquí que la detención en casos de flagrancia implica la judicialización
inmediata del procedimiento, esto es, la intervención del juez de garantía desde su inicio,
por la necesidad de hacer comparecer al detenido ante la presencia judicial dentro del
plazo máximo de 24 horas desde que la detención se hubiere practicado, con el fin, entre
otros, de proceder al control de legalidad de la medida (Art. 131 Inc. 2° CPP).

Supuesto que no se haya dejado sin efecto la detención por el fiscal del Ministerio Público
o por el juez de garantía, esta hipótesis puede determinar una aceleración del
procedimiento, con o sin juicio oral, de modo que en estos casos se omitirá la realización
de toda la secuencia de actos procesales prevista en el Código, o ellos se realizarán de
modo muy concentrado.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

3. La Acción Civil en el Proceso Penal


A) Generalidades
Las acciones civiles en el proceso penal se encuentran reguladas en los Arts. 59-68 CPP.
Podemos decir, a priori, que el legislador no mira con buenos ojos la interposición de
acciones civiles, que de una u otra manera puedan perturbar el objeto central de la acción
penal entablada.
Sabemos que la comisión de un ilícito siempre importará el acaecimiento de un daño,
para el sujeto pasivo del mismo o de sus familiares más directos.

B) Tipos de Acciones Civiles


Según Hermosilla, existen en nuestro proceso penal tres tipos de acciones civiles, que
son:
• La Acción Civil Restitutoria, que tiene por objeto, exclusivamente, la restitución
de una cosa;
• La Acción Civil Reparatoria, que persigue el cumplimiento de prestaciones
civiles particulares distintas de las indemnizatorias generales;
• La Acción Civil Indemnizatoria, que se dirigen al resarcimiento del daño
patrimonial y extrapatrimonial.

1) La Acción Civil Restitutoria en el Código Procesal Penal


El Art. 59 CPP nos otorga un principio general en esta materia, al disponer que la acción
civil que tuviere por objeto únicamente la restitución de la cosa, deberá interponerse
siempre durante el respectivo procedimiento penal, de conformidad a lo previsto en el
Art. 189 CPP.
La primera diferencia con el sistema de antaño se refiere a que hoy sólo se permite pedir
la restitución de la cosa, pero no de su valor.

El Código Procesal Penal señala que se entablan verdaderas reclamaciones o tercerías por
parte del dueño o poseedor de una especie, ante el Juez de Garantía, quien se limitará a
declarar el derecho del reclamante sobre dichos objetos.
El actor civil actúa como un verdadero tercerista de dominio o de posesión, similar a
quien alega dichas tercerías en el juicio ejecutivo.
Sin embargo, no puede regularse su tramitación conforme a las normas de las tercerías
que da el Código de Procedimiento Civil a raíz del juicio ejecutivo, sino que su
tramitación debe ser la incidental, de conformidad a las normas que la regulan en los Arts.
82 y ss. CPC, por aplicación del Art. 52 CPP, que ordena aplicar supletoriamente, en
todo lo no previsto en este Código, las normas comunes a todo procedimiento del Libro I
del Código de Procedimiento Civil.

Ahora bien, las acciones civiles meramente restitutorias de la cosa no comprenden la


devolución de toda cosa, y en este sentido, el Art. 189 CPP señala que no se extenderán
a las cosas hurtadas, robadas o estafadas, las cuales se entregarán a su dueño en cualquier
estado del procedimiento, una vez comprobado su dominio por cualquier medio y
establecido su valor.

En resumen, se permite entablar ante el Juez de Garantía sólo una acción civil restitutoria
respecto de la cosa, pero no de su valor, pues en este último caso, deberá recurrirse a un
tribunal con competencia civil.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Sin embargo, no será necesario entablar dicha acción restitutoria de la cosa ante el Juez
de Garantía respectivo cuando se trate de obtener la restitución de cosas sustraídas en
delitos de robo y hurto, o bien, las estafadas, las cuales podrán ser devueltas a quien
acredite ser dueño o poseedor, dejándose constancia de su existencia en el procedimiento
mediante fotografías u otros medios que resultaren convenientes, con el objeto de poder
ser utilizadas posteriormente al momento de fallar, ya sea en procedimientos abreviados,
simplificados, monitorios o juicios orales.

2) La Acción Civil Reparatoria e Indemnizatoria en el Código Procesal Penal


Tratándose de las acciones civiles reparatorias o indemnizatorias generales, el interesado
debe interponer acción civil especial, la que se tramitará conforme a la regla general del
Art. 59 Inc. 2° CPP, en virtud de la cual, durante la tramitación del procedimiento penal,
la víctima podrá deducir respecto del imputado, con arreglo a las prescripciones de este
Código, todas las restantes acciones que tuvieren por objeto perseguir las
responsabilidades civiles derivadas del hecho punible.
La víctima podrá también ejercer esas acciones civiles ante el tribunal civil
correspondiente.

Lo primero que hay que tener presente de dichas acciones civiles es que en el Código
Procesal Penal hay un único demandante civil, la víctima, y un único posible demandado
civil, que es el imputado.
Esto quiere decir que si se quieren deducir acciones civiles, por ejemplo, en contra del
tercero civilmente responsable, deben ejercerse únicamente en sede civil.
Lo mismo si van a ser ejercidas por quienes hoy en día no son víctimas, o no se respeta
el orden de prelación de quienes se consideran víctimas, ya que tal demanda podrá ser
desestimada por el juez de garantía, y sólo cabrá interponerlas en sede civil por parte de
los interesados.

También, admitida que sea la interposición de la demanda civil en el Juzgado de Garantía,


ella no se podrá deducir nuevamente ante un tribunal civil.

C) La Víctima y su Acción Civil


El demandante civil en el procedimiento penal es la víctima, entendida como el ofendido
por el delito, y teniendo en consideración el Art. 108 CPP antes estudiado.
Como víctima, uno de los derechos que el Código le otorga es precisamente el de ejercer
contra el imputado las acciones tendientes a perseguir las responsabilidades civiles
provenientes del hecho punible.

El derecho de ejercer la acción civil indemnizatoria se presenta en dos fases distintas:


• De Forma Preparatoria (Art. 61 CPP)
Con posterioridad a la formalización de la investigación, la víctima puede preparar
la demanda civil solicitando la práctica de diligencias que considerare necesarias
para esclarecer los hechos que serán objeto de su demanda, aplicándose, en tal
caso, lo establecido en los Arts. 183 y 184 CPP.
Asimismo, puede cautelar la demanda civil solicitando alguna de las medidas
previstas en el Art. 157 CPP.
La preparación de la demanda civil interrumpe la prescripción, pero si no se
deduce demanda en la oportunidad prevista, la prescripción se considera como no
interrumpida.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

• Presentando una Demanda Civil (Art. 261 CPP)


La víctima puede presentar derechamente la demanda civil ante el juez de
garantía, deduciéndola por escrito hasta 15 días antes de la fecha fijada para la
realización de la audiencia de preparación del juicio oral.
Para deducir la demanda civil, sin embargo, no basta con ser una simple víctima
con rol pasivo en el proceso, sino que hay que tomar un rol más activo, mediante
la interposición de una querella.
Puede interponer la demanda tanto en conjunto con el escrito de acusación
particular como con el de adhesión a la acusación.

D) La Acción Civil y la Petición de Medidas Cautelares Reales


Lógicamente, la víctima puede intentar asegurar el contenido de su futura acción civil
solicitando, durante la investigación, que se decreten una o más de las medidas
precautorias señaladas en el Art. 290 CPC (secuestro de la cosa objeto de la demanda,
nombramiento de interventor, retención de bienes determinados y la prohibición de
celebrar actos o contratos sobre bienes determinados).
Cabe destacar que estas medidas cautelares son reales y no personales, por lo que
hablamos sobre bienes que son objeto en el juicio, y no medidas que recaen sobre las
personas, como sería la prisión preventiva, por ejemplo.
Estas medidas cautelares reales sólo pueden ser solicitadas por la víctima y el Ministerio
Público
La tramitación que se da a la solicitud de medidas cautelares reales se substancia y rige
por las normas del Código Procesal Penal, es decir, como las medidas prejudiciales.

Por último, la otra oportunidad que tiene el actor civil para pedir que se decrete alguna de
las medidas cautelares reales (ahora sí equivalentes a las medidas precautorias civiles) es
en conjunto con la presentación de la demanda civil, donde también podrá solicitarlas al
juez.

Las resoluciones de los jueces de garantía que decreten o nieguen las medidas cautelares
reales son apelables dentro de los cinco días siguientes a la notificación de la resolución
impugnada.

E) Desistimiento, Abandono y Extinción de la Acción Civil


El Art. 64 CPP señala que la víctima puede desistirse de su acción en cualquier estado
del procedimiento.
Esta misma norma agrega una sanción para el actor que no compareciere sin justificación,
a la audiencia de preparación del juicio oral o al mismo juicio oral, que se llama
abandono.
En cuanto a los efectos de la extinción de la acción civil, el Art. 65 CPP señala que
extinta la acción civil, no se entiende extinta la acción penal por ese solo hecho.

F) Ejercicio Exclusivo de la Acción Civil e Independencia Respecto de la Acción


Penal
Conforme al Art. 66 CPP, cuando sólo se ejerciere la acción civil respecto de un hecho
punible de acción privada, se considerará extinguida, por esa circunstancia, la acción
penal.
Para estos efectos, no constituirá ejercicio de la acción civil la solicitud de diligencias
destinadas a preparar la demanda civil o a asegurar su resultado, que se formulare en el
procedimiento penal.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Luego, según dispone el Art. 67 CPP, la circunstancia de dictarse sentencia absolutoria


en materia penal no impide que se dé lugar a la acción civil, si fuera legalmente
procedente.

G) Prueba de las Acciones Civiles


Art. 324 CPP: “La prueba de las acciones civiles en el procedimiento criminal se
sujetará a las normas civiles en cuanto a la determinación de la parte que debiere probar
y a las disposiciones de este Código en cuanto a su procedencia, oportunidad, forma de
rendirla y apreciación de su fuerza probatoria.
Lo previsto en este artículo se aplicará también a las cuestiones civiles a que se refiere
el inciso primero del artículo 173 del Código Orgánico de Tribunales”.

Para que la víctima obtenga la satisfacción de sus solicitudes reparatorias o


indemnizatorias, debe acreditar el menoscabo o daño que le ha traído el ilícito, y para
ello, es libre de presentar su propia prueba, pudiendo además apoyarse en la prueba
aportada por el propio Ministerio Público.
En consecuencia, la víctima casi sólo tendrá que probar los daños sufridos, aplicando la
regla sobre la carga de la prueba del Art. 1698 CC.

Sin embargo, existe una gran diferencia con el sistema civil que conviene destacar, y que
consiste en que no rige el sistema de prueba legal o tasada, sino el de la sana crítica.
El tribunal tiene libertad para apreciar la prueba de las acciones civiles, limitándose en
ello sólo a los principios de la lógica, las máximas de la experiencia y los conocimientos
científicamente afianzados.
Esto constituye una gran ventaja para los litigantes, pues se termina de facto con la prueba
tasada también en el aspecto civil, y por ende, hay más libertad para apreciar, y más
libertad para elegir los medios probatorios aptos para obtener dichas pretensiones civiles.

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Capítulo III – Los Sujetos Procesales en el Proceso Penal

1. Los Intervinientes y los Sujetos Procesales


Según dispone el Art. 12 CPP, para los efectos regulados en este Código, se considerarán
intervinientes en el procedimiento al fiscal, al imputado, al defensor, a la víctima y al
querellante, desde que realizaren cualquier actuación procesal, o desde el momento en
que la ley les permitiere ejercer facultades determinadas.

Tenemos, de tal forma, que los intervinientes en el proceso penal son el Ministerio
Público, el imputado, el defensor, la víctima y el querellante.
A su vez, hay sujetos procesales que participan en el procedimiento penal sin ser
intervinientes, que son los tribunales con competencia en lo penal (Juzgados de Garantía
y Tribunal de Juicio Oral en lo Penal) y las policías (Carabineros de Chile y la Policía de
Investigaciones).

De esta forma, los sujetos procesales en el proceso penal son los siguientes:
• El Ministerio Público;
• El Imputado;
• El Defensor;
• La Víctima;
• El Querellante;
• Los Tribunales con Competencia en lo Penal;
• Las Policías.

Pasamos a estudiar a cada uno de estos sujetos, con excepción del querellante, dado que
al tratar la querella estudiamos ya todo lo que debemos saber a su respecto.

2. Los Tribunales con Competencia en lo Penal


En el nuevo diseño procesal penal, la labor jurisdiccional es ejecutada por dos tipos de
tribunales distintos, con una organización y gestión administrativa interna innovadora,
que son un tribunal unipersonal llamado Juez de Garantía, y un tribunal colegiado
denominado Tribunal de Juicio Oral en lo Penal.

A) El Juez de Garantía
El juzgado de garantía es un tribunal unipersonal, aunque en lo administrativo a veces es
de composición múltiple, y tiene como función principal el control de la legalidad de la
investigación desarrollada por el Ministerio Público, tanto respecto de aquellas
actuaciones que impliquen o puedan significar la privación, perturbación o afectación de
derechos fundamentales del imputado o de terceros, como en la resolución de solicitudes
o decisiones que puedan significar una terminación anticipada del proceso.

Tienen también a su cargo el conocimiento y decisión de los procedimientos especiales,


esto es, del procedimiento simplificado, el monitorio y el abreviado.
Su competencia se extiende desde la etapa de investigación del procedimiento hasta la
dictación del auto de apertura del juicio oral.

Su competencia absoluta o material se encuentra señalada en el Art. 14 COT, conforme


al cual, los juzgados de garantía están conformados por uno o más jueces con competencia
en un mismo territorio jurisdiccional, que actúan y resuelven unipersonalmente los
asuntos sometidos a su conocimiento.
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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Según el Inc. 2° de este mismo artículo, corresponde a los Juzgados de Garantía:


• Asegurar los derechos del imputado y demás intervinientes en el proceso penal;
• Dirigir personalmente las audiencias que procedan;
• Dictar sentencia cuando corresponda en el procedimiento abreviado;
• Conocer y fallar las faltas penales;
• Conocer y fallar las faltas e infracciones contempladas en la Ley de Alcoholes;
• Hacer ejecutar las condenas criminales y las medidas de seguridad, y resolver las
solicitudes y reclamos relativos a dicha ejecución;
• Conocer y resolver todas las cuestiones y asuntos que la ley de responsabilidad
penal adolescente les encomiende;
• Conocer y resolver todas las cuestiones que el Código Orgánico de Tribunales, el
Código Procesal Penal y el Código de Justicia Militar les encomienden.

En cuanto a su competencia relativa o territorial, se encuentra establecida en el Art. 16


COT, que señala las comunas de cada Región de la República en que existirán Juzgados
de Garantía, y la cantidad de jueces que habrá en cada uno, con la competencia que en
cada caso se indica.
A su vez, el Art. 157 COT establece ciertas reglas que determinan la competencia en
materias criminales entre tribunales de igual jerarquía, disponiendo que será competente
para conocer de un delito el tribunal en cuyo territorio se hubiere cometido el hecho que
da motivo al juicio, y el delito se considerará cometido en el lugar en donde se hubiere
dado comienzo a su ejecución.

B) Los Tribunales de Juicio Oral en lo Penal


Los Tribunales de Juicio Oral en lo Penal son tribunales colegiados, compuestos a lo
menos por tres jueces letrados que actúan en sala, ninguno de los cuales ha debido tener
intervención en etapas previas del mismo procedimiento, y que tienen como función
principal resolver el conflicto penal a través de un mecanismo cognoscitivo, como es el
juicio oral y público.
En dicho escenario, les corresponde dirigir el debate, controlar la legalidad de las
actuaciones de las partes y la forma de introducir la prueba en juicio.

Estos tribunales actúan o deciden por unanimidad o por mayoría, y funcionan con:
• Un Juez Presidente, encargado, dentro de otras cosas, de comunicar las
decisiones y dirigir la audiencia;
• Un Juez Redactor;
• Un Tercer Juez, cuya función principal es presenciar lo que ocurre en el juicio y
participar de la decisión de absolución o condena.

Su competencia materia o absoluta se encuentra establecida en el Art. 18 COT, conforme


al cual, a los Tribunales de Juicio Oral en lo Penal les corresponde:
• Conocer y Juzgar las causas por crimen o simple delito, salvo aquellas relativas a
simples delitos cuyo conocimiento y fallo corresponde a un juez de garantía;
• Resolver sobre la libertad o prisión preventiva de los acusados puestos a su
disposición;
• Resolver todos los incidentes que se promuevan durante el juicio oral;
• Conocer y resolver todas las cuestiones y asuntos que la Ley de Responsabilidad
Penal Adolescente les encomiende;

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

• Conocer y resolver los demás asuntos que el Código Procesal Penal y el Código
de Justicia Militar les encomiende.

Su competencia relativa o territorial se encuentra fijada por el Art. 21 COT, que señala
las comunas de cada Región de la República en que existirán Tribunales de Juicio Oral
en lo Penal, y la cantidad de jueces que habrá en cada uno, con la competencia que en
cada caso se indica.
A su vez, el Art. 157 COT establece ciertas reglas que determinan la competencia en
materias criminales entre tribunales de igual jerarquía, disponiendo que será competente
para conocer de un delito el tribunal en cuyo territorio se hubiere cometido el hecho que
da motivo al juicio, y el delito se considerará cometido en el lugar en donde se hubiere
dado comienzo a su ejecución.

3. El Ministerio Público
A) Introducción
El Ministerio Público fue creado e introducido a la Constitución por la Ley de Reforma
Constitucional N°19.519 de 1997, estableciendo sus bases organizativas y funcionales.
Por su parte, la Ley N°19.640, Orgánica Constitucional del Ministerio Público, publicada
en 1999, regula en forma extensa dichas bases.

Las bases organizacionales dicen relación con la configuración del Ministerio Público
como una institución autónoma y jerarquizada, definiciones que comprenden, por un lado,
la problemática de su ubicación institucional dentro de la organización general del Estado
y sus relaciones con los demás poderes públicos, y por otro lado, la organización interna
del mismo y sus principios.

Las bases funcionales, por su parte, dicen relación con las ideas rectoras que orientan la
actividad del Ministerio Público, las que son desarrolladas latamente en la Ley Orgánica
Constitucional del Ministerio Público.

B) Bases Constitucionales y Legales de la Organización del Ministerio Público


1) Control y Responsabilidad
El Art. 83 CPR es claro en establecer la autonomía del Ministerio Público respecto de
los demás poderes del Estado, lo cual reitera el Art. 1° de la LOCMP.
En este esquema, el Ministerio Público no depende de ninguno de los tres poderes del
Estado, intentando evitar los peligros de judicialización o de manipulación política que
exhiben los otros modelos.
La cuestión crucial en este diseño es la necesidad de delimitar, como contrapeso a su falta
de dependencia institucional, las relaciones del Ministerio Público con los demás poderes
del Estado y la inclusión de un sistema de controles recíprocos y responsabilidades para
evitar la tendencia del abuso de poder y la arbitrariedad.
Este sistema puede ser graficado como un conjunto de relaciones de ida y vuelta entre
cada uno de los poderes, a la manera de controles, intervenciones puntuales, o
simplemente, coparticipación en el ejercicio de alguna función.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

El diseño constitucional y legal de controles del Ministerio Público se plantea,


fundamentalmente, en tres dimensiones:
• Control Político
Este control da origen a la denominada responsabilidad política del Ministerio
Público, que en estricto rigor, y teniendo en consideración la naturaleza de las
causales que la originan, tiene rasgos más jurídicos que políticos.
Conforme al Art. 89 CPR, el Fiscal Nacional y los fiscales regionales sólo pueden
ser removidos por la Corte Suprema, a requerimiento del Presidente de la
República, de la Cámara de Diputados o de diez de sus miembros, por
incapacidad, mal comportamiento o negligencia manifiesta en el ejercicio de sus
funciones.
La Corte Suprema conocerá del asunto en pleno especialmente convocado al
efecto, y para acordar la remoción, deberá reunir el voto conforme de la mayoría
de sus miembros en ejercicio.
La remoción de los fiscales regionales puede también ser solicitada por el Fiscal
Nacional.

• Control Procesal
El control procesal está constituido por aquellos mecanismos procesales previstos
en el Código Procesal Penal para controlar la actividad persecutoria del Ministerio
Público, especialmente cuando afecte derechos fundamentales.
En otras palabras, consiste en un control de tipo horizontal, ejercido por los
distintos intervinientes en las distintas etapas del procedimiento.

• Control Jerárquico
Conforme al Art. 7° LOCMP, las autoridades y jefaturas, dentro del ámbito de
su competencia administrativa y en los niveles que corresponda, ejercerán un
control jerárquico permanente del funcionamiento de las unidades y de la
actuación de los funcionarios de su dependencia.
Este control se extenderá tanto a la eficiencia y eficacia en el cumplimiento de los
fines y objetivos establecidos como a la legalidad y oportunidad de las
actuaciones.

• Control Ciudadano
La Ley Orgánica Constitucional del Ministerio Público prevé ciertos mecanismos
que hacen posible el control público de la actividad del Ministerio Público, y el
acceso a la información por parte de los ciudadanos.
Por ejemplo, el Art. 21 LOCMP dispone que el Fiscal Nacional debe rendir
cuenta de las actividades del Ministerio Público en abril de cada año, en audiencia
pública, y el Art. 8° Inc. 2° LOCMP establece la publicidad de los actos
administrativos del Ministerio Público y de los documentos que les sirvan de
sustento o complemento directo y esencial.

2) Principios Organizacionales del Ministerio Público


El Ministerio Público se organiza unitaria y jerárquicamente, y en consecuencia, cada
fiscal representa al Ministerio Público en las actuaciones procesales que realice con
sujeción a la ley (Art. 2 Inc. 1º LOCMP), y cada uno de los eslabones inferiores de la
institución debe obediencia a los superiores, hasta llegar al Fiscal Nacional, jefe máximo
del servicio.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

La forma en que las autoridades superiores del Ministerio Público ejercen el principio
jerárquico es a través de la dictación de normas generales relativas al funcionamiento
administrativo y operativo de la institución.
En este sentido, el Fiscal Nacional puede dictar las instrucciones generales que estime
necesarias para el adecuado cumplimiento de las tareas de dirección de la investigación
de los hechos punibles, el ejercicio de la acción penal y protección de las víctimas y
testigos (Art. 17 A) Inc. 2º LOCMP), o dictar los reglamentos que correspondan en
virtud de la superintendencia directiva, correccional y económica que le confiere la
Constitución (Art. 17 D) LOCMP).
Por su parte, los fiscales regionales pueden dictar, conforme a las instrucciones generales
del Fiscal Nacional, las normas e instrucciones necesarias para la organización y
funcionamiento de la Fiscalía Regional y para el adecuado desempeño de los fiscales
adjuntos en los casos en que debieren intervenir (Art. 32 A) LOCMP).

Sin embargo, la subordinación jerárquica de los fiscales no es absoluta, ya que el Art. 2º


Inc. 2º LOCMP establece que los fiscales, en los casos que tengan a su cargo, dirigirán
la investigación y ejercerán la acción penal pública con el grado de independencia,
autonomía y responsabilidad que establece la ley.
En consecuencia, la ley establece un ámbito de independencia funcional de los fiscales
que se encuentra garantizado a través de un sistema de objeciones.

C) Bases Constitucionales y Legales del Funcionamiento del Ministerio Público


1) Las Funciones del Ministerio Público
Los Arts. 83 CPR y 1° LOCMP establecen las funciones que corresponden al Ministerio
Público, que son las siguientes:
• Dirección Exclusiva de la Investigación de los Delitos
En el ejercicio de esta función, los fiscales se encuentran regidos por el principio
de objetividad, que impone adecuar sus actos a un criterio objetivo, que implica
investigar con igual celo no sólo los hechos y circunstancias que funden o agraven
la responsabilidad penal del imputado, sino también los que le eximan de ella, la
extingan o la atenúen.
Además, se impone a los fiscales y funcionarios del Ministerio Público las
obligaciones de transparencia y probidad.

• Ejercicio de la Acción Penal Pública en la Forma Prevista por la Ley


El Estado, a través del Ministerio Público, es quien tiene, en principio, el
monopolio del ejercicio de la acción penal pública.
Esta función constituye una demostración de los principios de oficialidad y
legalidad en la persecución punitiva, mitigados por el principio de oportunidad.

• La Protección de las Víctimas y los Testigos


Tratándose de las víctimas, esta función del Ministerio Público se declara, al nivel
de principio básico, en el Art. 6° CPP, y se extiende a todas las etapas del
procedimiento penal, lo cual tiene por objetivo proteger a la víctima de la situación
de desamparo e inseguridad durante el proceso penal.
Este principio también es trasladable, en buena medida, a los testigos que no
tengan la calidad de víctimas, quienes a menudo sufren vejaciones, carecen de
información sobre sus derechos y de asesoramiento jurídico, o incluso, corren
serios peligros si cumplen con sus deberes legales.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

2) Principios Orientadores de la Actividad del Ministerio Público


Junto a los principios organizacionales, la Constitución y la Ley Orgánica Constitucional
del Ministerio Público establecen un conjunto de principios que orientan las funciones de
este organismo público.
Estos principios son:
• Oficialidad y Legalidad;
• Objetividad;
• Eficiencia;
• Transparencia y Probidad;
• Responsabilidad Penal, Administrativa y Civil.

D) Estructura General del Ministerio Público


El Ministerio Público está organizado en una Fiscalía Nacional y 18 Fiscalías Regionales,
las cuales organizan su trabajo a través de Fiscalías Locales.
También posee un Consejo General, que actúa como órgano asesor y de colaboración del
Fiscal Nacional (Art. 12 LOCMP), y el llamado Sistema de Análisis Criminal y Focos
Investigativos, para el fortalecimiento de la persecución penal, mediante la incorporación
de estrategias de análisis e investigación sobre mercados delictuales u otras estructuras
de criminalidad reconocibles.

1) La Fiscalía Nacional
Conforme al Art. 13 LOCMP, el Fiscal Nacional es el jefe superior del Ministerio
Público, y es responsable de su funcionamiento, ejerciendo sus atribuciones
personalmente o a través de los distintos órganos de la institución, en conformidad a la
ley.
La Fiscalía Nacional tiene su sede en Santiago.

El Art. 14 LOCMP establece los requisitos para ser nombrado Fiscal Nacional, que son
los siguientes;
• Ser ciudadano con derecho a sufragio;
• Tener al menos 10 años el título de abogado;
• Haber cumplido 40 años de edad;
• No encontrarse sujeto a alguna de las incapacidades e incompatibilidades
previstas en la Ley Orgánica Constitucional del Ministerio Público.

En cuanto a su designación, el Art. 15 LOCMP establece el procedimiento, al disponer


que la Corte Suprema, con noventa días de anticipación a la fecha de expiración del plazo
legal del Fiscal Nacional en funciones, llamará a concurso público con la adecuada
difusión.
Los postulantes que reúnan los requisitos legales serán recibidos en una audiencia pública
citada especialmente al efecto por el pleno de la Corte Suprema, en la cual se dará a
conocer la nómina de candidatos y los antecedentes presentados por cada uno de ellos.
La Corte Suprema establecerá la forma en que se desarrollará esta audiencia.

La quina, que será acordada por la mayoría absoluta de sus miembros en ejercicio, en
pleno especialmente convocado al efecto, se formará en una misma y única votación, en
la cual cada integrante del pleno tendrá derecho a votar por tres personas.
Resultarán elegidos quienes obtengan las cinco primeras mayorías, y de producirse un
empate, éste se resolverá mediante sorteo.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Si no se presentaren candidatos al concurso público, o no hubiere cinco que cumplan los


requisitos legales, la Corte Suprema declarará desierto el concurso, y formulará una nueva
convocatoria en el plazo de cinco días.
Si sólo fueren cinco los postulantes al cargo que cumplieren los requisitos legales,
corresponderá al pleno resolver si formula una nueva convocatoria o si la quina habrá de
formarse con los candidatos existentes.

La quina formada por la Corte Suprema, así como los antecedentes presentados por los
postulantes que la integren, deberá ser remitida al Presidente de la República dentro de
los cuarenta días siguientes al llamado a concurso público.
El Presidente de la República dispondrá de diez días para proponer al Senado como Fiscal
Nacional a uno de los integrantes de la quina.

Dentro de los diez días siguientes a la recepción de la propuesta, y en sesión


especialmente convocada al efecto, el Senado dará su acuerdo, por al menos los dos
tercios de sus miembros en ejercicio, o desechará la proposición que realizare el
Presidente de la República.
En este último caso, la Corte Suprema deberá completar la quina, proponiendo un nuevo
nombre en sustitución del rechazado.
La Corte Suprema tendrá un plazo de diez días, a menos que fuere necesario convocar a
nuevo concurso, en cuyo evento el plazo se ampliará a quince días.

El Presidente de la República y el Senado dispondrán, en cada caso, de un plazo de cinco


días para el cumplimiento de sus respectivas funciones.
Este procedimiento se repetirá tantas veces fuere necesario, hasta obtener la aprobación
por el Senado a la proposición que formule el Presidente de la República.
Otorgada esta aprobación, el Presidente de la República, por intermedio del Ministerio de
Justicia, expedirá el decreto supremo de nombramiento del Fiscal Nacional.

Según dispone el Art. 16 LOCMP, el Fiscal Nacional dura ocho años en su cargo, y no
puede ser designado para el período siguiente.
Si el Fiscal Nacional dejare de servir su cargo por razones diversas de la expiración del
plazo legal de duración de sus funciones, la Corte Suprema llamará a concurso público
dentro de tercero día de ocurrido ese hecho.

El Art. 17 LOCMP establece las funciones del Fiscal Nacional, que son las siguientes:
• Fijar, oyendo previamente al Consejo General, los criterios de actuación del
Ministerio Público para el cumplimiento de los objetivos establecidos en la
Constitución y en las leyes.
Tratándose de los delitos que generan mayor conmoción social, dichos criterios
deberán referirse, especialmente, a la aplicación de las salidas alternativas y a las
instrucciones generales relativas a las diligencias inmediatas para la investigación
de los mismos, pudiendo establecerse orientaciones diferenciadas para su
persecución en las diversas Regiones del país, atendiendo a la naturaleza de los
distintos delitos.
El Fiscal Nacional dictará las instrucciones generales que estime necesarias para
el adecuado cumplimiento de las tareas de dirección de la investigación de los
hechos punibles, ejercicio de la acción penal y protección de las víctimas y
testigos.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

No podrá dar instrucciones u ordenar realizar u omitir la realización de


actuaciones en casos particulares, con la sola excepción de lo establecido en el
Art. 18 LOCMP;
• Fijar, oyendo al Consejo General, los criterios que se aplicarán en materia de
recursos humanos, de remuneraciones, de inversiones, de gastos de los fondos
respectivos, de planificación del desarrollo y de administración y finanzas;
• Crear, previo informe del Consejo General, unidades especializadas para
colaborar con los fiscales a cargo de la investigación de determinados delitos;
• Dictar los reglamentos que correspondan en virtud de la superintendencia
directiva, correccional y económica que le confiere la Constitución Política.
En ejercicio de esta facultad, determinará la forma de funcionamiento de las
fiscalías y demás unidades del Ministerio Público y el ejercicio de la potestad
disciplinaria correspondiente;
• Nombrar y solicitar la remoción de los fiscales regionales, de acuerdo con la
Constitución y con esta ley orgánica constitucional;
• Resolver las dificultades que se susciten entre fiscales regionales acerca de la
dirección de la investigación, el ejercicio de la acción penal pública o la protección
de las víctimas o testigos.
En ejercicio de esta facultad, determinará la Fiscalía Regional que realizará tales
actividades o dispondrá las medidas de coordinación que fueren necesarias;
• Controlar el funcionamiento administrativo de las Fiscalías Regionales;
• Administrar, en conformidad a la ley, los recursos que sean asignados al
Ministerio Público;
• Solicitar, en comisión de servicio, a funcionarios de cualquier órgano de la
Administración del Estado para que participen en las actividades propias del
Ministerio Público.
Dichas comisiones tendrán el plazo de duración que se indique en el respectivo
decreto o resolución que las disponga;
• Ejercer las demás atribuciones que ésta u otra ley orgánica constitucional le
confieran.

El Art. 18 LOCMP, por otra parte, permite al Fiscal Nacional asumir, de oficio y de
manera excepcional, la dirección de la investigación, el ejercicio de la acción penal
pública y la protección de las víctimas o testigos respecto de determinados hechos que se
estimaren constitutivos de delitos, cuando la investidura de las personas involucradas
como imputados o víctimas lo hiciere necesario para garantizar que dichas tareas se
cumplirán con absoluta independencia y autonomía.

Además, conforme al Art. 19 LOCMP, el Fiscal Nacional podrá disponer, de oficio y de


manera excepcional, que un Fiscal Regional determinado asuma la dirección de la
investigación, el ejercicio de la acción penal pública y la protección de las víctimas o
testigos en relación con hechos delictivos que lo hicieren necesario por su gravedad o por
la complejidad de su investigación.
Se entenderá, especialmente, que resulta necesaria dicha designación, tratándose de
investigaciones por delitos de lesa humanidad y genocidio.
En los mismos términos, podrá disponer que un Fiscal Regional distinto de aquél en cuyo
territorio se hubieren perpetrado los hechos tome a su cargo estas tareas cuando la
necesidad de operar en varias regiones así lo exigiere.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Según dispone el Art. 20 LOCMP, la Fiscalía Nacional cuenta con seis unidades
administrativas, que son las siguientes:
• División de Estudios, Evaluación, Control y Desarrollo de la Gestión;
• División de Contraloría Interna;
• División de Recursos Humanos;
• División de Administración y Finanzas;
• División de Informática;
• División de Atención a las Víctimas y Testigos.

Por último, y en virtud del Art. 21 LOCMP, el Fiscal Nacional será subrogado por el
Fiscal Regional que determine mediante resolución, pudiendo establecer entre varios el
orden de subrogación que estime conveniente, y a falta de designación, será subrogado
por el Fiscal Regional más antiguo.
Procederá la subrogación por el solo ministerio de la ley cuando, por cualquier motivo, el
Fiscal Nacional se encuentre impedido de desempeñar su cargo.

2) El Consejo General
Conforme al Art. 24 LOCMP, el Consejo General estará integrado por el Fiscal
Nacional, quien lo presidirá, y por los fiscales regionales.

Corresponderá al Consejo General, en virtud del Art. 25 LOCMP:


• Dar a conocer su opinión respecto de los criterios de actuación del Ministerio
Público, cuando el Fiscal Nacional la requiera.
Para este efecto, el Fiscal Nacional podrá invitar a las sesiones en que el Consejo
General analice esta materia a las personas e instituciones que estime conveniente,
por su experiencia profesional o capacidad técnica;
• Oír las opiniones relativas al funcionamiento del Ministerio Público que formulen
sus integrantes;
• Asesorar al Fiscal Nacional en las otras materias que éste le solicite;
• Cumplir las demás funciones que ésta u otra ley orgánica constitucional le
asignen.

El Consejo General sesionará ordinariamente al menos cuatro veces al año, y


extraordinariamente, cuando lo convoque el Fiscal Nacional (Art. 26 LOCMPM).

3) Las Fiscalías Regionales


Según dispone el Art. 27 LOCMP, a los fiscales regionales corresponde el ejercicio de
las funciones y atribuciones del Ministerio Público en la región o en la extensión
geográfica de la región que corresponda a la fiscalía regional a su cargo, por sí o por
medio de los fiscales adjuntos que se encuentren bajo su dependencia.

Tratándose de delitos cometidos en el extranjero que fueren de competencia de los


tribunales chilenos, las facultades del Ministerio Público serán ejercidas por el fiscal
adjunto de la Región Metropolitana que sea designado por el Fiscal Regional
Metropolitano con competencia sobre la comuna de Santiago, sin perjuicio de las
potestades que son propias del Fiscal Nacional conforme a esta ley orgánica
constitucional.

Existirá un fiscal regional en cada una de las regiones del país, con excepción de la Región
Metropolitana de Santiago, en la que existirán cuatro fiscales regionales.
48
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Las fiscalías regionales tendrán su sede en la capital regional respectiva.


En la Región Metropolitana, la sede y la distribución territorial serán determinadas por el
Fiscal Nacional (Art. 28 LOCMP).

Los fiscales regionales serán nombrados por el Fiscal Nacional, a propuesta en terna de
la Corte de Apelaciones de la respectiva región.
Si en la región existiere más de una Corte de Apelaciones, la terna será formada por un
pleno conjunto de todas ellas, especialmente convocado al efecto por el Presidente de la
de más antigua creación, en cuya sede se reunirán (Art. 29 LOCMP).

Según dispone el Art. 30 LOCMP, los Fiscales Regionales durarán ocho años en el
ejercicio de sus funciones, y no podrán ser designados como tales por el período siguiente,
lo que no obsta a que puedan ser nombrados en otro cargo del Ministerio Público.
Los Fiscales Regionales cesarán en su cargo al cumplir 75 años de edad.
Si el Fiscal Regional dejare de servir su cargo por razones diversas de la expiración del
plazo legal de duración de sus funciones, la Corte de Apelaciones llamará a concurso
público de antecedentes dentro de tercero día de ocurrido ese hecho.

Conforme al Art. 31 LOCMP, para ser nombrado Fiscal Regional, se requiere:


• Ser ciudadano con derecho a sufragio;
• Tener a lo menos cinco años el título de abogado;
• Haber cumplido treinta años de edad;
• No encontrarse sujeto a ninguna de las incapacidades e incompatibilidades
previstas en la ley.

En virtud del Art. 32 LOCMP, corresponderá al Fiscal Regional:


• Dictar, conforme a las instrucciones generales del Fiscal Nacional, las normas e
instrucciones necesarias para la organización y funcionamiento de la Fiscalía
Regional y para el adecuado desempeño de los fiscales adjuntos en los casos en
que debieren intervenir;
• Conocer y resolver, en los casos previstos por la ley procesal penal, las
reclamaciones que cualquier interviniente en un procedimiento formulare respecto
de la actuación de un fiscal adjunto que se desempeñe en la Fiscalía Regional a su
cargo;
• Supervisar y controlar el funcionamiento administrativo de la Fiscalía Regional y
de las fiscalías locales que de ella dependan;
• Velar por el eficaz desempeño del personal a su cargo y por la adecuada
administración del presupuesto;
• Comunicar al Fiscal Nacional las necesidades presupuestarias de la Fiscalía
Regional y de las fiscalías locales que de ella dependan;
• Proponer al Fiscal Nacional la ubicación de las fiscalías locales y la distribución
en cada una de ellas de los fiscales adjuntos y los funcionarios;
• Disponer las medidas que faciliten y aseguren el acceso expedito a la Fiscalía
Regional y a las fiscalías locales, así como la debida atención de las víctimas y
demás intervinientes;
• Ejercer las demás atribuciones que ésta u otra ley orgánica constitucional le
confieran.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Según dispone el Art. 34 LOCMP, cada fiscalía regional cuenta con cinco unidades
administrativas, que son las siguientes:
• Unidad de Evaluación, Control y Desarrollo de la Gestión;
• Unidad de Recursos Humanos;
• Unidad de Administración y Finanzas;
• Unidad de Informática;
• Unidad de Atención a las Víctimas y Testigos.

El Fiscal Regional será subrogado por el fiscal adjunto que determine mediante
resolución, pudiendo establecer entre varios el orden de subrogación que estime
conveniente.
A falta de designación, lo subrogará el fiscal adjunto más antiguo de la región, o de la
extensión territorial de la región que esté a su cargo, cuando en ella exista más de un
Fiscal Regional.
Procederá la subrogación por el solo ministerio de la ley, cuando por cualquier motivo el
Fiscal Regional se encuentre impedido de desempeñar su cargo (Art. 37 LOCMP).

4) Fiscalías Locales y Fiscales Adjuntos


Las fiscalías locales son las unidades operativas de las Fiscalías Regionales para el
cumplimiento de las tareas de investigación, ejercicio de la acción penal pública y
protección de las víctimas y testigos.
Las fiscalías locales cuentan con los fiscales adjuntos, profesionales y personal de apoyo,
así como con los medios materiales que respectivamente determine el Fiscal Nacional, a
propuesta del Fiscal Regional dentro de cuyo territorio se encuentre la fiscalía local.
Cada fiscalía local está integrada por uno o más fiscales adjuntos, que son designados por
el Fiscal Nacional, a propuesta del fiscal regional.
Si la fiscalía local cuenta con dos o más fiscales adjuntos, el fiscal regional asignará a uno
de ellos el desempeño de labores de jefatura, las que realizará, con la denominación de
fiscal adjunto jefe, mientras cuente con la confianza de dicho fiscal regional (Art. 38
LOCMP).

Si una fiscalía local cuenta con más un fiscal adjunto, la distribución de los casos entre
los distintos fiscales adjuntos será realizada por el fiscal jefe de conformidad a las
instrucciones que al respecto imparta el Fiscal Nacional.
En todo caso, la distribución de casos deberá hacerse siempre sobre la base de criterios
objetivos, tales como la carga de trabajo, la especialización y la experiencia (Art. 40 Inc.
1° LOCMP).

En todos los casos en que el fiscal adjunto se encontrare impedido de desempeñar el cargo
por cualquier causa será subrogado, por el solo ministerio de la ley, con todas sus
facultades y obligaciones, por el abogado asistente perteneciente a la misma fiscalía,
designado por el Fiscal Regional (Art. 40 Inc. 2° LOCMP).

Sin perjuicio de su pertenencia a una fiscalía local, en el ejercicio de las tareas que les
asigna la ley los fiscales adjuntos podrán realizar actuaciones y diligencias en todo el
territorio nacional, de conformidad a las normas generales que establezca el Fiscal
Nacional (Art. 40 Inc. Final LOCMP).

Los fiscales adjuntos son designados por el Fiscal Nacional, a propuesta en terna del
Fiscal Regional respectivo, la que deberá formarse previo concurso público.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Los concursos se regirán por las reglas generales y bases que al efecto dicte el Fiscal
Nacional, e incluirán exámenes escritos, orales y una evaluación de los antecedentes
académicos y laborales de los postulantes.
Las bases que se dicten para el concurso público serán incorporadas en el llamado al
mismo, el que será convocado por el Fiscal Regional respectivo mediante avisos que
deberán publicarse en el Diario Oficial, al menos dos veces en un diario de circulación
nacional y dos en uno de circulación regional, en días distintos (Art. 41 LOCMP).

Conforme al Art. 42 LOCMP, para ser nombrado fiscal adjunto, se requiere:


• Ser ciudadano con derecho a sufragio;
• Tener el título de abogado;
• Reunir requisitos de experiencia y formación especializada adecuadas para el
cargo, y
• No encontrarse sujeto a alguna de las incapacidades e incompatibilidades
previstas en esta ley.

Los fiscales adjuntos cesan en su cargo, según el Art. 43 LOCMP, por:


• Cumplir 75 años de edad.
• Renuncia.
• Muerte.
• Salud incompatible con el cargo o enfermedad irrecuperable, de acuerdo a lo
establecido en el reglamento.
• Evaluación deficiente de su desempeño funcionario, de conformidad al
reglamento.
• Incapacidad o incompatibilidad sobreviniente, cuando corresponda.

Dentro de cada fiscalía local, los fiscales adjuntos ejercerán directamente las funciones
del Ministerio Público en los casos que se les asignen.
Con dicho fin, dirigirán la investigación de los hechos constitutivos de delitos, y cuando
proceda, ejercerán las demás atribuciones que la ley les entregue, de conformidad a esta
última y a las instrucciones generales que, dentro del ámbito de sus facultades,
respectivamente impartan el Fiscal Nacional y el Fiscal Regional (Art. 44 LOCMP).

5) Sistema de Análisis Criminal y Focos Investigativos


Mediante la Ley N°20.861 de 2015, se incorporó el Art. 37 bis a la Ley Orgánica del
Ministerio Público, en virtud del cual se creó el Sistema de Análisis Criminal y Focos
Investigativos, para el fortalecimiento de la persecución penal, mediante la incorporación
de estrategias de análisis e investigación sobre mercados delictuales u otras estructuras
de criminalidad reconocibles.
El Sistema se compone por unidades de análisis criminal y unidades de focos
investigativos.

Las unidades de análisis criminal que forman parte del Sistema tienen las siguientes
funciones:
• Generar información mediante el análisis estratégico de los datos agregados
provenientes de delitos contra la propiedad, y en general, de aquellos de mayor
connotación social, calificados por el Fiscal Nacional, ya sea que su investigación
se encuentre vigente o terminada;

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

• Efectuar reportes de la información analizada sobre criminalidad regional,


identificación de patrones comunes en ciertos tipos de delitos, reconocimiento de
imputados y cualquier otro que se requiera en relación con un tipo de criminalidad
específica;
• Formular orientaciones y diseñar procedimientos estándares de gestión eficiente
de la información que permitan el logro de los resultados propuestos por el
Ministerio Público.

Los informes y reportes elaborados por las unidades de análisis criminal en ejercicio de
las funciones señaladas podrán ser declarados reservados.
Las unidades de focos investigativos del Sistema dependerán de cada Fiscalía Regional,
debiendo coordinarse operativamente con las fiscalías locales de la respectiva región, y
estarán compuestas por fiscales adjuntos, quienes ejercerán la acción penal, adoptarán
medidas de protección a víctimas y testigos, y dirigirán la investigación en aquellos
delitos que hayan sido objeto de estudio de las unidades de análisis criminal del Sistema.

4. Las Policías
A) Función y Actuación de la Policía en el Procedimiento Penal
En virtud del Art. 79 CPP, tanto la Policía de Investigaciones como Carabineros, y
excepcionalmente, Gendarmería, son auxiliares del Ministerio Público en las tareas de
investigación, y deben llevar a cabo las diligencias necesarias para cumplir con los fines
previstos en el Código.
Con esto último, nos referimos particularmente a:
• La Investigación de los Fiscales (Art. 180 CPP)
Los fiscales dirigen la investigación y pueden realizar por sí mismos o
encomendar a la policía todas las diligencias de investigación que consideraren
conducentes al esclarecimiento de los hechos.
Los fiscales pueden exigir información de toda persona o funcionario público, los
que no pueden excusarse de proporcionarla, salvo en los casos expresamente
exceptuados por la ley.

• Las Actividades de la Investigación (Art. 181 CPP)


Para el cumplimiento de los fines de la investigación, se puede disponer la práctica
de operaciones científicas, la toma de fotografías, filmación o grabación, y en
general, la reproducción de imágenes, voces o sonidos por los medios técnicos
que resulten más adecuados, requiriendo la intervención de los organismos
especializados.

• Los Objetos, Documentos e Instrumentos (Art. 187 CPP)


Los objetos, documentos e instrumentos de cualquier clase que parecieren haber
servido o haber estado destinados a la comisión del hecho investigado, o los que
de él provinieren o pudieren servir como medios de prueba, así como los que se
encontraren en el sitio del suceso, será recogidos, identificados y conservados bajo
sello.
Si los objetos, documentos e instrumentos estuvieran en poder del imputado u otra
persona, debe procederse a su incautación.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Conforme al Art. 80 CPP, las policías deben ejecutar sus tareas bajo la dirección y
responsabilidad de los fiscales, y de acuerdo a las instrucciones que éstos les impartieren
para los efectos de la investigación, sin perjuicio de su dependencia de las autoridades de
la institución a la que pertenecieren.
También deben cumplir las órdenes que les dirigieren los jueces para la tramitación del
procedimiento.
Los funcionarios antes mencionados deben cumplir de inmediato y sin más trámite las
órdenes que les impartieren los fiscales y los jueces, cuya procedencia, conveniencia y
oportunidad no podrán calificar, sin perjuicio de requerir la exhibición de la autorización
judicial previa, cuando correspondiere, salvo los casos urgentes a que se refiere el Art.
9° Inc. Final CPP, en los cuales la autorización judicial se exhibirá posteriormente.

A mayor abundamiento, el Art. 87 bis CPP dispone que se considerará falta contra el
buen servicio de los funcionarios policiales el incumplimiento de las instrucciones
impartidas por los fiscales a las policías, dando lugar a las responsabilidades
administrativas que correspondan, conforme lo establecen los respectivos reglamentos.

Por lo tanto, por regla general, los cuerpos de policía no pueden actuar sin previa orden
del fiscal, salvo que la ley los autorice.
Sin embargo, la ley autoriza a la policía a realizar ciertas actividades de investigación,
que por la premura de la actividad y para asegurar su resultado, deben ser realizadas sin
esperar una orden previa del fiscal.
Estas actuaciones están establecidas en el Art. 83 CPP, y son:
• Prestar auxilio a la víctima;
• Practicar la detención en casos de flagrancia, conforme a la ley;
• Resguardar el sitio del suceso;
• Identificar a los testigos y consignar las declaraciones que éstos presten
voluntariamente, en los casos de delitos flagrantes, en que se esté resguardando el
sitio del suceso, o cuando se haya recibido una denuncia de un delito flagrante;
• Recibir las denuncias del público;
• Efectuar las demás actuaciones que dispusieren otros cuerpos legales.

En virtud del Art. 84 CPP, recibida una denuncia, la policía debe informar
inmediatamente y por el medio más expedito al Ministerio Público.
Sin perjuicio de esto, debe proceder, cuando corresponda, a realizar las actuaciones sin
orden previa recién mencionadas, respecto de las cuales aplica igualmente la obligación
de información inmediata.

B) Control de Identidad
1) Control de Identidad Investigativo (Art. 85 CPP)
Regulado en el Art. 85 CPP, el control de identidad investigativo es una institución que
permite a las policías verificar la identidad de cualquier persona y registrarla,
concurriendo ciertas circunstancias.

Ha sido objeto de una serie de modificaciones legales, que han ido en la línea de ampliar
las facultades de las policías y disminuir los requisitos de procedencia, ampliando su
ámbito de aplicación.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Actualmente, Carabineros y la Policía de Investigaciones deben, sin orden previa de los


fiscales, solicitar la identificación de cualquier persona en los casos fundados en que,
según las circunstancias, estimaren que:
• Hubiere cometido un crimen, simple delito o falta;
• Se dispusiere a cometerlo;
• Pudiere suministrar informaciones útiles para la indagación de un crimen, simple
delito o falta;
• En el caso de la persona que se encapuche o emboce para ocultar, dificultar o
disimular su identidad;
• Cuando los funcionarios policiales tengan algún antecedente que les permita
inferir que una determinada persona tiene alguna orden de detención pendiente.

Sirven para cumplir con el objeto de la identificación la cédula de identidad, la licencia


de conducir o el pasaporte.
Si no se pudiera lograr la identificación por lo documentos expedidos por la autoridad
pública, las policías pueden utilizar medios tecnológicos de identificación para concluir
con el procedimiento de identificación de que se trata.

En principio, el control de identidad debe realizarse en el lugar en que el sujeto se


encuentre, pero si la persona no puede acreditar su identidad, debe ser conducida al cuartel
policial para la toma de huellas digitales.

Los procedimientos dirigidos a obtener la identidad de una persona deben realizarse de la


forma más expedita posible, y el abuso en su ejercicio puede ser constitutivo del delito de
abusos contra particulares (Art. 255 CPP).
En ningún caso puede el procedimiento durar más de ocho horas.
Durante el procedimiento, y sin necesidad de un nuevo indicio, la policía puede registrar
las vestimentas, equipaje o vehículo de la persona que se controla, y además, cotejar si
tiene órdenes de detención pendientes.
Además, si la persona es sorprendida en alguna de las hipótesis de flagrancia, luego del
registro, se la puede detener.

Con la dictación de la Ley N°20.391, se redujo a uno el indicio necesario para controlar
la identidad de un sujeto, ya que antes eran dos o más.
Dentro de todo el tiempo en que ha estado vigente el nuevo sistema procesal penal, el
control de identidad ha sufrido numerosos cambios, como el aumento de tiempo del
control de identidad de seis a ocho horas, la ampliación a las faltas, etc.

El sujeto trasladado a la unidad policial tiene derecho a comunicarse con su familia o con
la persona que estime, y no puede ser ingresado a celdas o calabozos, ni mantenido en
contacto con personas detenidas (Art. 86 CPP).

2) Control de Identidad Preventivo (Art. 12 Ley N°20.391)


El control de identidad preventivo permite que las policías puedan solicitar la verificación
de identidad de cualquier persona mayor de edad, y si hay duda, se presume que es menor
de edad, para el solo hecho de identificarla.
Al contrario de lo que ocurre con el control de identidad que vimos anteriormente, en este
caso no se requiere ningún indicio de nada, quedando a la arbitrariedad de los funcionarios
policiales, entendiéndose por tales la Policía de Investigaciones y Carabineros de Chile.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Sin embargo, la ley no permite que esta facultad pueda ser realizada en cualquier lugar,
limitando su ámbito de actuación a los lugares públicos, como las calles, y lugares
privados de libre acceso al público.
La ley señala que sirven para el propósito de verificación los mismos documentos que
mencionamos anteriormente, pero incluye la tarjeta estudiantil.
Al no estar directamente vinculado con la comisión ni investigación de delitos, tiene un
tiempo máximo de una hora para la realización de la diligencia.

Si el sujeto impide el control, oculta su identidad o proporciona una identidad falsa, al


igual que en el control de identidad del Art. 85 CPP, incurre en la falta flagrante de
ocultación de identidad (Art. 496 N°5 CP), habilitando a la policía a detenerlo.
Sin embargo, si no es posible acreditar su identidad por motivos distintos, la diligencia
debe terminar de inmediato, sin que la persona pueda ser llevada a un centro policial.

El objeto de crear este control preventivo fue agilizar la detención de sujetos con órdenes
de detención pendientes, ya que la única vía legal para detectar a los sujetos prófugos era
a través de la detención a propósito de otros delitos o producto de controles de identidad
del Art. 85 CPP, para el cual se requería la verificación de algún indicio.
Teniendo presente que podía dar lugar a abusos y arbitrariedades, se ordenó crear un
procedimiento estandarizado de reclamos para aquellos que estimasen haber sido objeto
de un ejercicio abusivo o denigratorio de esta facultad, y el ejercicio abusivo o denigrante
de esta facultad constituye faltas administrativas para los funcionarios.

C) Examen de Vestimentas, Equipajes y Vehículos del Detenido


El Art. 89 CPP autoriza a las policías a practicar el examen de las vestimentas que llevare
el detenido, del equipaje que portare o del vehículo que condujere.
Para practicar el examen de vestimentas, se comisionará a personas del mismo sexo del
imputado, y se guardarán todas las consideraciones compatibles con la correcta ejecución
de la diligencia.

D) Declaraciones del Imputado Ante la Policía


El Art. 91 CPP regula las declaraciones del imputado ante la policía, disponiendo que
ésta sólo puede interrogar a aquél autónomamente en presencia de su defensor, y si éste
no estuviere presente durante el interrogatorio, las preguntas se limitarán a constatar la
identidad del sujeto.
Si en ausencia del defensor el imputado manifestare su deseo de declarar, la policía
tomará las medidas necesarias para que declare inmediatamente ante el fiscal.
Si esto no fuere posible, la policía podrá consignar las declaraciones que se allanare a
prestar, bajo la responsabilidad y con la autorización del fiscal.
El defensor podrá incorporarse siempre y en cualquier momento a esta diligencia.

E) Prohibición de Informar
Los funcionarios policiales no podrán informar a los medios de comunicación social
acerca de la identidad de detenidos, imputados, víctimas, testigos, ni de otras personas
que se encontraren o pudieren resultar vinculadas a la investigación de un hecho punible
(Art. 92 CPP).

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

5. El Imputado
A) Aspectos Generales
El Párrafo 4° del Título IV del Libro I del Código Procesal Penal (Arts. 93-101) trata al
imputado, y fundamentalmente, sus derechos y garantías.
No sólo se es imputado desde la formalización, sino desde que el procedimiento se dirige
en contra de una persona, y hasta la completa ejecución de la sentencia.
Para este efecto, se entenderá por primera actuación del procedimiento cualquier
diligencia o gestión, sea de investigación, de carácter cautelar o de otra especie, que se
realizare por o ante un tribunal con competencia en lo criminal, el Ministerio Público o la
policía, en la que se atribuyere a una persona responsabilidad en un hecho punible (Art.
7° Inc. 2°).

El Art. 8° CPP es claro en disponer que el imputado tendrá derecho a ser defendido por
un letrado desde la primera actuación del procedimiento dirigido en su contra.
Todo imputado que carezca de abogado tendrá derecho irrenunciable a que el Estado le
proporcione uno, y la designación del abogado la efectuará el juez antes de que tenga
lugar la primera actuación judicial del procedimiento que requiera la presencia de dicho
imputado.
El imputado tendrá derecho a formular los planteamientos y alegaciones que considerare
oportunos, así como a intervenir en todas las actuaciones judiciales y en las demás
actuaciones del procedimiento, salvas las excepciones expresamente previstas en este
Código.

B) Derechos y Garantías del Imputado


El Art. 93 CPP contiene los derechos y garantías esenciales que tiene el imputado, un
catálogo que puede reclamar y hacer valer a través del procedimiento de cautela de
garantías ante el juez de garantía, establecido en el Art. 10° CPP.

Conforme al Art. 93 CPP, todo imputado puede hacer valer, hasta la terminación del
proceso, los derechos y garantías que les confieren las leyes, y en especial, tiene derecho
a:
• Que se le informe de manera específica y clara acerca de los hechos que se le
imputaren y los derechos que le otorgan la Constitución y las leyes;
• Ser asistido por un abogado desde los actos iniciales de la investigación;
• Solicitar de los fiscales diligencias de investigación destinadas a desvirtuar las
imputaciones que se le formularen;
• Solicitar directamente al juez que cite a una audiencia, a la cual podrá concurrir
con su abogado o sin él, con el fin de prestar declaración sobre los hechos materia
de la investigación;
• Solicitar que se active la investigación y conocer su contenido, salvo en los casos
en que alguna parte de ella hubiere sido declarada secreta y sólo por el tiempo que
esa declaración se prolongare;
• Solicitar el sobreseimiento definitivo de la causa y recurrir contra la resolución
que lo rechazare;
• Guardar silencio, o en caso de consentir en prestar declaración, a no hacerlo bajo
juramento.
Al ser informado el imputado de este derecho, respecto de la primera declaración
que preste ante el fiscal o la policía, según el caso, deberá señalársele lo siguiente:
“Tiene derecho a guardar silencio. El ejercicio de este derecho no le ocasionará

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

ninguna consecuencia legal adversa; sin embargo, si renuncia a él, todo lo que
manifieste podrá ser usado en su contra.";
• No ser sometido a tortura ni a otros tratos crueles, inhumanos o degradantes;
• No ser juzgado en ausencia, sin perjuicio de las responsabilidades que para él
derivaren de la situación de rebeldía.

C) Imputado Privado de Libertad


Según dispone el Art. 94 CPP, el imputado privado de libertad tendrá, además, las
siguientes garantías y derechos:
• A que se le exprese específica y claramente el motivo de su privación de libertad,
y salvo el caso de delito flagrante, a que se le exhiba la orden que la dispusiere;
• A que el funcionario a cargo del procedimiento de detención o de aprehensión le
informe de los derechos a que se refiere el Art. 135 Inc. 2° CPP;
• A ser conducido sin demora ante el tribunal que hubiere ordenado su detención;
• A solicitar del tribunal que le conceda la libertad;
• A que el encargado de la guardia del recinto policial al cual fuere conducido
informe, en su presencia, al familiar o a la persona que le indicare, que ha sido
detenido o preso, el motivo de la detención o prisión y el lugar donde se
encontrare;
• A entrevistarse privadamente con su abogado de acuerdo al régimen del
establecimiento de detención, el que sólo contemplará las restricciones necesarias
para el mantenimiento del orden y la seguridad del recinto;
• A tener, a sus expensas, las comodidades y ocupaciones compatibles con la
seguridad del recinto en que se encontrare;
• A recibir visitas y comunicarse por escrito o por cualquier otro medio, salvo lo
dispuesto en el Art. 151 CPP.

D) Amparo Ante el Juez de Garantía


En virtud del Art. 95 CPP, toda persona privada de libertad tiene derecho a ser conducida
sin demora ante un juez de garantía, con el objeto de que examine la legalidad de su
privación de libertad, y en todo caso, para que examine las condiciones en que se
encontrare, constituyéndose, si fuere necesario, en el lugar en que ella estuviere.
El juez podrá ordenar la libertad del afectado o adoptar las medidas que fueren
procedentes.

El abogado de la persona privada de libertad, sus parientes o cualquier persona en su


nombre, podrán siempre ocurrir ante el juez que conociere del caso o aquél del lugar
donde aquélla se encontrare, para solicitar que ordene que sea conducida a su presencia y
se ejerzan las facultades establecidas en el inciso anterior.
Con todo, si la privación de libertad hubiere sido ordenada por resolución judicial, su
legalidad sólo podrá impugnarse por los medios procesales que correspondan ante el
tribunal que la hubiere dictado, sin perjuicio de lo establecido en el Art. 21 CPR.

E) Declaración del Imputado Como Medio de Defensa


Durante todo el procedimiento, y en cualquiera de sus etapas, el imputado tendrá siempre
derecho a prestar declaración, como un medio de defenderse de la imputación que se le
dirigiere.
La declaración judicial del imputado se prestará en audiencia, a la cual podrán concurrir
los intervinientes en el procedimiento, quienes deberán ser citados al efecto.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

La declaración del imputado no podrá recibirse bajo juramento, por lo que el juez, o en
su caso, el presidente del tribunal, se limitará a exhortarlo a que diga la verdad y a que
responda con claridad y precisión las preguntas que se le formularen.
Regirá, correspondientemente, lo dispuesto en el Art. 326 CPP.
Si con ocasión de su declaración judicial el imputado o su defensor solicitaren la práctica
de diligencias de investigación, el juez podrá encomendar al Ministerio Público la
realización de las mismas, cuando lo considerare necesario para el ejercicio de la defensa
y el respeto del principio de objetividad (Art. 98 CPP).

F) El Imputado Rebelde
El imputado rebelde es aquel que no comparece a algún acto del procedimiento o del
juicio.
El Art. 99 CPP señala las causales para decretar la rebeldía de un imputado, que son:
• Cuando, decretada judicialmente su detención o prisión preventiva, no fuere
habido;
• Cuando, habiéndose formalizado la investigación en contra del que estuviere en
país extranjero, no fuere posible obtener su extradición.

La declaración de rebeldía del imputado, conforme al Art. 100 CPP, será pronunciada
por el tribunal ante el que debiere comparecer.

En cuanto a los efectos de la rebeldía, están contemplados en el Art. 101 CPP, en virtud
del cual, declarada la rebeldía, las resoluciones que se dictaren en el procedimiento se
tendrán por notificadas personalmente al rebelde en la misma fecha en que se
pronunciaren.
La investigación no se suspenderá por la declaración de rebeldía, y el procedimiento
continuará hasta la realización de la audiencia de preparación del juicio oral, en la cual se
podrá sobreseer definitiva o temporalmente la causa de acuerdo al mérito de lo obrado.

Si la declaración de rebeldía se produjere durante la etapa de juicio oral, el procedimiento


se sobreseerá temporalmente, hasta que el imputado compareciere o fuere habido.
El sobreseimiento afectará sólo al rebelde, y el procedimiento continuará con respecto a
los imputados presentes.
El imputado que fuere habido pagará las costas causadas con su rebeldía, a menos que
justificare debidamente su ausencia.

6. El Defensor
A) Generalidades
La defensa del imputado se encuentra regulada en el párrafo 5° del Título IV del Libro I
del Código Procesal Penal (Arts. 102-107).
En primer lugar, el Art. 102 CPP establece el derecho del imputado a designar libremente
a un defensor, desde la primera actuación del procedimiento y hasta la completa ejecución
de la sentencia que se dictare.
Si no lo tuviere, el juez procederá a hacerlo en los términos que señale la ley respectiva.
En todo caso, la designación del defensor deberá tener lugar antes de la realización de la
primera audiencia a que fuere citado el imputado.
Si el imputado se encontrare privado de libertad, cualquier persona podrá proponer para
aquél un defensor determinado, o bien solicitar que se le nombre uno, y conocerá de dicha
petición el juez de garantía competente o aquél correspondiente al lugar en que el
imputado se encontrare.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

El juez dispondrá la comparecencia del imputado a su presencia, con el objeto de que


acepte la designación del defensor.
Si el imputado prefiriere defenderse personalmente, el tribunal lo autorizará sólo cuando
ello no perjudicare la eficacia de la defensa, y en caso contrario, le designará defensor
letrado, sin perjuicio del derecho del imputado a formular planteamientos y alegaciones
por sí mismo, según lo dispuesto en el Art. 8° CPP.

La ausencia del defensor en cualquier actuación en que la ley exigiere expresamente su


participación acarreará la nulidad de la misma, sin perjuicio de lo señalado en el Art. 286
CPP (Art. 103 CPP).
El Art. 103 bis establece sanciones al defensor que no asistiere o abandonare la audiencia
injustificadamente, disponiendo que la ausencia injustificada del defensor a la audiencia
del juicio oral, a la de preparación del mismo o del procedimiento abreviado, como
asimismo a cualquiera de las sesiones de éstas, si se desarrollaren en varias, se sancionará
con la suspensión del ejercicio de la profesión, la que no podrá ser inferior a quince ni
superior a sesenta días.
En idéntica sanción incurrirá el defensor que abandonare injustificadamente alguna de las
mencionadas audiencias, mientras éstas se estuvieren desarrollando.
El tribunal impondrá la sanción después de escuchar al afectado y recibir la prueba que
ofreciere, si la estimare procedente.

El defensor podrá ejercer todos los derechos y facultades que la ley reconoce al imputado,
a menos que expresamente se reservare su ejercicio a este último en forma personal (Art.
104 CPP).

La defensa de varios imputados podrá ser asumida por un defensor común, a condición
de que las diversas posiciones que cada uno de ellos sustentare no fueren incompatibles
entre sí.
Si el tribunal advirtiere una situación de incompatibilidad la hará presente a los afectados
y les otorgará un plazo para que la resuelvan o para que designen los defensores que se
requirieren a fin de evitar la incompatibilidad de que se tratare.
Si, vencido el plazo, la situación de incompatibilidad no hubiere sido resuelta o no
hubieren sido designados el o los defensores necesarios, el mismo tribunal determinará
los imputados que debieren considerarse sin defensor y procederá a efectuar los
nombramientos que correspondieren (Art. 105 CPP).

La renuncia formal del defensor no lo liberará de su deber de realizar todos los actos
inmediatos y urgentes que fueren necesarios para impedir la indefensión del imputado.
Ahora bien, no podrá ser presentada la mencionada renuncia del abogado defensor dentro
de los diez días previos a la realización de la audiencia de juicio oral, como tampoco
dentro de los siete días previos a la realización de la audiencia de preparación de juicio.
El abogado defensor que renunciare a su cargo, o abandonare o dejare de asistir
injustificadamente a las audiencias mencionadas en el Art. 103 bis CPP, será sancionado
con la suspensión del ejercicio de la profesión en los términos previstos en el citado
precepto.
En el caso de renuncia del defensor o en cualquier situación de abandono de hecho de la
defensa, el tribunal deberá designar de oficio un defensor penal público que la asuma, a
menos que el imputado se procurare antes un defensor de su confianza.
Con todo, tan pronto este defensor hubiere aceptado el cargo, cesará en sus funciones el
designado por el tribunal (Art. 106 CPP).

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

La designación de un defensor penal público no afectará el derecho del imputado a elegir


posteriormente otro de su confianza, pero la sustitución no producirá efectos hasta que el
defensor designado aceptare el mandato y fijare domicilio (Art. 107 CPP).

B) La Defensoría Penal Pública


1) Descripción del Sistema
La Ley N°19.718 establece un nuevo sistema de defensa penal pública.
En términos generales, consiste en un sistema mixto, que combina la existencia de una
oficina pública jerarquizada de abogados funcionarios con un sistema de prestación
temporal del servicio de defensa penal pública basado en procesos de licitación y
adjudicación de fondos públicos, en los cuales podrán participar tanto personas naturales
como personas jurídicas, públicas o privadas, que cuenten con profesionales que cumplan
los requisitos para el ejercicio profesional de abogado.
En este último caso, los abogados particulares y los pertenecientes a personas jurídicas
licitadas serán incluidos en una nómina o lista elaborada por la respectiva defensoría
regional, y deberán asumir la defensa penal pública de los imputados o acusados en la
región respectiva que los hayan elegido.

El desempeño de los defensores locales y de los abogados que presten defensa penal
pública estará sujeto a estrictos controles y dará origen a las responsabilidades y sanciones
que la ley establece.

En suma, con el sistema mixto descrito, se busca combinar una organización permanente
de abogados funcionarios que satisfagan los requerimientos básicos e impostergables de
la defensa penal pública con otra más flexible, de prestadores públicos o privados que
deben concursar para la adjudicación de un fondo público en base a criterios de
competitividad y eficiencia.

La Ley establece, como regla general, que los defensores locales asumirán la defensa de
los imputados siempre que, de conformidad al Código Procesal Penal, falte abogado
defensor por cualquier causa en cualquier etapa del procedimiento.
Se añade que la defensa se mantendrá hasta que la asuma el defensor que designe el
imputado o acusado.

Como complemento final de este sistema, se confiere al Defensor Nacional la atribución


para que, en caso necesario, celebre convenios directos, por un plazo fijo, con abogados
o personas jurídicas públicas o privadas que se encuentren en condiciones de asumir la
defensa penal de los imputados hasta que se resuelva una nueva licitación.
Se destaca que, en la prestación de sus servicios, estas personas naturales o jurídicas se
sujetarán a las mismas reglas aplicables a aquellas contratadas en virtud de procesos de
licitación.

En síntesis, la finalidad de la Defensoría Penal Pública es proporcionar defensa penal a


los imputados o acusados por un crimen, simple delito o falta que sea de competencia de
un juzgado de garantía o de un tribunal de juicio oral en lo penal y de las respectivas
Cortes, en su caso, y que carezcan de abogado.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

2) Organización y Funcionamiento
La Defensoría Penal Pública es un servicio público descentralizado funcionalmente, y
desconcentrado territorialmente, dotado de personalidad jurídica y patrimonio propio,
sometido a la supervigilancia del Presidente de la República a través del Ministerio de
Justicia.
Es un servicio esencialmente gratuito, aunque excepcionalmente, puede cobrar, en forma
total o parcial, la defensa que preste a los beneficiarios que dispongan de recursos para
financiarla privadamente, puesto que para ser beneficiario del sistema sólo se exige que
el imputado carezca de abogado y requiera de un defensor.
Los aranceles de la Defensoría Penal Pública, están fijadas por resoluciones, y es posible
acceder a ellas desde la página web institucional.

La Defensoría Penal Pública está organizada en forma simétrica al Ministerio Público.


En efecto, está integrada por una Defensoría Nacional, con domicilio y sede en Santiago,
y por las defensorías regionales.
Estas últimas se organizan en defensorías locales, y además, deben incorporar a su trabajo
a los abogados y personas jurídicas con quienes se convenga la prestación del servicio de
la defensa penal.
Pertenecen también a la Defensoría Nacional el Consejo de Licitaciones de la Defensa
Penal Pública y los comités de adjudicación regionales, que tendrán a su cargo el sistema
de licitaciones.

La Defensoría Nacional es la unidad superior que tiene a su cargo la administración de


los recursos y medios necesarios para la prestación del servicio de defensa penal pública
en todo el territorio nacional.
Esta puede provenir directamente de sus unidades operativas permanentes, esto es, las
defensorías locales, o de los prestadores del servicio que se hayan adjudicado el fondo de
defensa penal pública a través de la licitación.
Está integrada por el Defensor Nacional y cinco unidades administrativas a cargo de un
Director Administrativo Nacional.

El Defensor Nacional es el jefe superior del servicio, y se trata de un cargo de la exclusiva


confianza del Presidente de la República.
Es subrogado por el defensor regional que determine mediante resolución, pudiendo
establecer entre varios el orden de subrogación que estime conveniente.
A falta de designación, será subrogado por el defensor regional más antiguo.

7. La Víctima
Como lo hemos mencionado anteriormente, el Art. 108 CPP define a la víctima como el
ofendido por el delito, y en los delitos cuya consecuencia fuere la muerte del ofendido y
en los casos en que éste no pudiere ejercer los derechos que en este Código se le otorgan,
se considerará víctima:
• Al cónyuge, al conviviente civil y a los hijos;
• A los ascendientes;
• Al conviviente;
• A los hermanos;
• Al adoptado o adoptante.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Para los efectos de su intervención en el procedimiento, la enumeración precedente


constituye un orden de prelación, de manera que la intervención de una o más personas
pertenecientes a una categoría excluye a las comprendidas en las categorías siguientes.
Según dispone el Art. 110 CPP, en estos casos, si ninguna de las personas enunciadas en
ese precepto hubiere intervenido en el procedimiento, el Ministerio Público informará sus
resultados al cónyuge del ofendido por el delito, o en su defecto, a alguno de los hijos u
otra de esas personas.

El Art. 109 CPP enumera los derechos de la víctima, que son los siguientes:
• Solicitar medidas de protección frente a probables hostigamientos, amenazas o
atentados en contra suya o de su familia;
• Presentar querella;
• Ejercer contra el imputado acciones tendientes a perseguir las responsabilidades
civiles provenientes del hecho punible;
• Ser oída, si lo solicitare, por el fiscal antes de que éste pidiere o se resolviere la
suspensión del procedimiento o su terminación anticipada;
• Ser oída, si lo solicitare, por el tribunal antes de pronunciarse acerca del
sobreseimiento temporal o definitivo u otra resolución que pusiere término a la
causa;
• Impugnar el sobreseimiento temporal o definitivo o la sentencia absolutoria, aun
cuando no hubiere intervenido en el procedimiento.

Los derechos precedentemente señalados no podrán ser ejercidos por quien fuere
imputado del delito respectivo, sin perjuicio de los derechos que le correspondieren en
esa calidad.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Capítulo IV – Las Medidas Cautelares en el Proceso Penal

1. Introducción
Las medidas cautelares son mecanismos procesales que procuran asegurar los fines
penales y civiles del procedimiento.
Doctrinariamente, se señalan como requisitos generales de procedencia de toda medida
cautelar, sea esta personal o real, la apariencia de buen derecho (fumus boni iuris) y el
peligro de retardo (periculum in mora).
En razón de las diferencias que existen entre las medidas cautelares personales y reales,
a continuación procederemos a analizarlas en forma separada.

2. Las Medidas Cautelares Personales


A) Generalidades
Las medidas cautelares personales son aquellas que tienen por finalidad la protección de
la víctima, de la integridad y seguridad del procedimiento, e incluso de la sociedad.
Conforme al Art. 122 CPP, solo pueden ser impuestas cuando sean absolutamente
indispensables para asegurar la realización de los fines del procedimiento, y sólo durarán
mientras subsista la necesidad de su aplicación, lo cual es lógico, teniendo en
consideración el principio de la presunción de inocencia.
Estas medidas varían en intensidad según sus objetivos y el momento en que se dan, y
deben ser siempre decretadas por medio de resolución judicial fundada.

La aplicación de medidas cautelares personales se encuadra dentro de ciertos principios


rectores, que son los siguientes:
• Principio de Legalidad, que consiste en una reserva legal para el reconocimiento
de las medidas coercitivas que implican formas de restricción o privación de
libertad;
• Principio de Jurisdiccionalidad, ya que las medidas cautelares personales sólo
pueden ser adoptadas por el órgano jurisdiccional competente, con la salvedad de
la facultad que tienen ciertas autoridades para la detención de una persona;
• Principio de Excepcionalidad, en cuya virtud, se entiende que se trata de
medidas de carácter eventual, que sólo deben ser decretadas cuando resulten
absolutamente indispensables;
• Principio de Instrumentalidad, por cuanto estas medidas no constituyen un fin
en sí mismas, sino que son instrumentos orientados a la consecución de objetivos
de carácter procesal, esto es, asegurar los fines del procedimiento al que acceden;
• Principio de Provisionalidad, toda vez que estas medidas deben mantenerse sólo
mientras subsista la necesidad de su aplicación, y permanezca pendiente el
procedimiento penal al que instrumentalmente sirven;
• Principio de Proporcionalidad, esto es, que las medidas sean proporcionadas en
relación a la finalidad del procedimiento que se persigue cautelar, y con la
gravedad del hecho que se investiga.

Las medidas cautelares personales se encuentran reguladas en el Título V del Libro I del
Código Procesal Penal (Arts. 122-156 bis), que reconoce las siguientes:
• La Citación;
• La Detención;
• La Prisión Preventiva.
A ellas debemos agregar otras medidas cautelares personales, establecidas en los Arts.
255 y 256 bis CPP.
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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

B) La Citación
La citación es una orden de comparecencia emanada de las autoridades de la persecución
penal pública, y dirigida a cualquier persona cuya presencia sea necesaria para la
realización de un acto del procedimiento.
Puede dirigirse a un testigo, a un perito, a la víctima o a un imputado, independientemente
de la gravedad del hecho que se investigue y de la autoridad de la cual emana.

Se ha dicho que en cuanto orden de comparecencia dirigida al imputado, no constituye


propiamente una medida cautelar personal, toda vez que no se orienta a garantizar los
fines del procedimiento.
Si bien la incomparecencia puede dar lugar al arresto, lo cierto es que en tal caso es esta
modalidad de detención, y no la citación, la que verdaderamente opera como medida
cautelar.
No se desconoce el carácter restrictivo de la libertad personal que tiene la citación, al
imponer una carga de comparecencia bajo amenaza compulsiva, pero ello sólo le otorga
el carácter de medida de coerción procesal, aunque no el de medida cautelar.
Se trata más bien de un límite a la aplicación de medidas privativas de libertad, ya que,
en principio, las excluye cuando la imputación se refiere a hechos de poca gravedad.

En este sentido, conforme al Art. 124 CPP, cuando la imputación se refiriere a faltas o
delitos que la ley no sancionare con penas privativas ni restrictivas de libertad, no se
podrán ordenar medidas cautelares que recaigan sobre la libertad del imputado, con
excepción de la citación.
Sin embargo, lo anterior no tiene lugar en los casos a que se refiere el Art. 134 Inc. 4°
CPP, o cuando procediere el arresto por falta de comparecencia, la detención o la prisión
preventiva de acuerdo a lo dispuesto en el Art. 33 CPP.

En consecuencia, queda autorizada la detención en caso de flagrancia, e incluso la


detención y prisión preventiva por falta de comparecencia.
De este modo, la prisión preventiva pasa a ser plenamente aplicable a todo tipo de
crímenes, simples delitos y faltas, sin olvidar que el único objetivo que habilita la prisión
preventiva en los casos de faltas y delitos menores es el de asegurar la comparecencia del
imputado, y que rige sólo cuando éste ha incumplido con dicha obligación en forma
previa.

C) La Detención
En sentido amplio, la detención es toda privación de libertad ambulatoria de una persona,
distinta de la prisión preventiva o de la ejecución de una pena privativa de libertad,
ejecutada para un fin previsto y permitido por el ordenamiento jurídico.
En esta situación regirá el estatuto jurídico del detenido, con todos sus derechos y
garantías.

1) Detención Judicial por Imputación


La detención como medida cautelar personal es aquella en virtud de la cual, sin citación
previa, se priva de libertad a una persona a quien se le imputa la comisión de un delito,
por un breve lapso, con la exclusiva finalidad de ponerla a disposición del tribunal con el
objeto de asegurar su comparecencia a algún acto del procedimiento, como puede ser una
audiencia destinada a formalizar una investigación, y eventualmente, adoptar una medida
cautelar de mayor intensidad en su contra, cuando de otra manera la comparecencia
pudiere verse demorada o dificultada.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Para que sea procedente la detención judicial, se requiere la concurrencia de las siguientes
condiciones:
• Apariencia de buen derecho, ya que por aplicación del principio de
proporcionalidad, parece necesario exigir un cierto grado de probabilidad acerca
de la existencia del hecho punible y de la participación del imputado.
En razón de la diferente intensidad de las medidas cautelares, parece lógico exigir
un menor grado de probabilidad que aquél que se requiere para la prisión
preventiva;
• Peligro de retardo, en el sentido de que la detención sea necesaria, pues de otra
manera, la comparecencia del imputado podría verse demorada o dificultada;
• Necesidad de la medida, que habrá de ponderarse por el tribunal en los términos
del Art. 122 CPP, esto es, que la detención sea estrictamente indispensable para
asegurar la realización de los fines del procedimiento.

En cuanto al procedimiento a seguir para decretar una detención judicial, debemos tener
en cuenta, en primer lugar, que el tribunal no puede ordenar la detención de oficio, salvo
en el caso de delito flagrante en la sala de su despacho, de modo que, por regla general se
requiere la petición expresa del Ministerio Público.
En segundo lugar, de acceder el tribunal a la solicitud, debe hacerlo a través de una
resolución fundada, expidiendo la orden formal y escrita de detención, que debe ser
extendida de la manera indicada en el Art. 154 CPP.
Sólo en casos graves y urgentes es posible que se despache una orden de detención verbal
para detener a algún sujeto, según lo permite el Art. 9° CPP.

La orden de detención debe ser cumplida por las policías, organismos encargados
legalmente de ejecutar las medidas de coerción que se decreten.
En el ejercicio de esta función, la policía está facultada para registrar los lugares y recintos
de libre acceso público en búsqueda del imputado, y puede incluso entrar y registrar
edificios o lugares cerrados en los que se presumiere que el imputado se encontrare,
siempre que su propietario o encargado consintiere expresamente en la práctica de la
diligencia.
En caso contrario, la policía se limitará a adoptar las medidas para evitar la fuga del
imputado, mientras el fiscal solicite al Juez la autorización para proceder a la entrada y
registro.
Antes de practicar la detención, la policía debe intimar la orden en forma legal al
imputado.
La contrapartida a esta obligación es el derecho del imputado a que la orden le sea
exhibida, y a obtener una copia de ella.
Además, en el acto de la detención, la policía debe informar al detenido acerca del motivo
de la detención, y de los derechos a que se refiere el Art. 135 CPP.
Por último, el detenido debe ser conducido oportunamente al tribunal que hubiere
ordenado la detención.

Adicionalmente, se creó como razón legal la facultad de ordenar la detención por un


hecho al que la ley asigne pena de crimen.
Asimismo, puede ser considerada razón suficiente el hecho de que el imputado haya
reconocido voluntariamente la participación en un crimen o simple delito.
En el caso en que legalmente citado, y sin justificación, el imputado no comparezca a una
audiencia que requiere su presencia, el juez deberá decretar su detención.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Si el juez niega lugar a decretar la detención judicial, dicha resolución es apelable ante la
Corte de Apelaciones respectiva.

La detención puede ser llevada a cabo por un funcionario público distinto del juez, pero
autorizado expresamente por la ley, con el mismo objeto de la detención judicial, y sujeta
a sus mismos supuestos de aplicación y procedimientos.

2) Detención Judicial por Incomparecencia


También llamada arresto, es la detención del imputado decretada por el juez, de oficio o
a petición del Ministerio Público, como consecuencia del incumplimiento injustificado
de la citación despachada previamente por el juez o el fiscal, y con el objeto de asegurar
su comparecencia a la actuación respectiva.
Este tipo de detención es de naturaleza cautelar, pues su propósito es asegurar la
comparecencia del imputado a un acto del procedimiento, de modo que, cumplido el
trámite, la persona afectada debe recuperar su libertad.
Por lo anterior, en la orden respectiva se señalará que la privación de libertad durará hasta
la realización de la actuación correspondiente.

Evidentemente, su procedencia supone una citación judicial previa, válidamente


despachada y notificada.
Recordemos que la citación es un acto formal que involucra tanto la resolución que ordena
la comparecencia como la notificación de esa resolución.

3) Detención en Caso de Flagrancia


La detención en caso de flagrancia es aquella que puede realizar cualquier persona que
sorprenda a otra en delito flagrante, con el solo objeto de poner inmediatamente al
detenido a disposición de la policía, del Ministerio Público o de la autoridad judicial más
próxima.

Conforme al Art. 129 CPP, cualquier persona podrá detener a quien sorprendiere en
delito flagrante, debiendo entregar inmediatamente al aprehendido a la policía, al
Ministerio Público o a la autoridad judicial más próxima.
Los agentes policiales están obligados a detener a quienes sorprendieren in fraganti en la
comisión de un delito, y en el mismo acto, la policía podrá proceder al registro de las
vestimentas, equipaje o vehículo de la persona detenida, debiendo cumplir con lo
señalado en el Art. 89 Inc. 2° CPP.

No obstará a la detención la circunstancia de que la persecución penal requiera instancia


particular previa si el delito flagrante fuere de aquellos previstos y sancionados en los
Arts. 361-366 quater CP.

La policía deberá, asimismo, detener al sentenciado a penas privativas de libertad que


hubiere quebrantado su condena, al que se fugare estando detenido, al que tuviere orden
de detención pendiente, a quien fuere sorprendido en violación flagrante de las medidas
cautelares personales que se le hubieren impuesto, al que fuere sorprendido infringiendo
las condiciones impuestas en virtud de las letras a), b), c) y d) del Art. 17 ter de la Ley
Nº18.216 y al que violare la condición del Art. 238 B) CPP, que le hubiere sido impuesta
para la protección de otras personas.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Sin perjuicio de lo anterior, el tribunal que correspondiere deberá, en caso de


quebrantamiento de condena y tan pronto tenga conocimiento del mismo, despachar la
respectiva orden de detención en contra del condenado.

En los casos de que trata este artículo, la policía podrá ingresar a un lugar cerrado, mueble
o inmueble, cuando se encontrare en actual persecución del individuo a quien debiere
detener, para practicar la respectiva detención.
En este caso, la policía podrá registrar el lugar e incautar los objetos y documentos
vinculados al caso que dio origen a la persecución, dando aviso de inmediato al fiscal,
quien los conservará.
Lo anterior procederá sin perjuicio de lo establecido en el Art. 215 CPP.

La ley no define la flagrancia, sino que se limita a señalar, en el Art. 130 CPP, los casos
en que se entiende que existe una situación de flagrancia, estableciendo que se entiende
que se encuentra en situación de flagrancia:
• El que actualmente se encontrare cometiendo el delito;
• El que acabare de cometerlo;
• El que huyere del lugar de comisión del delito y fuere designado por el ofendido
u otra persona como autor o cómplice;
• El que, en un tiempo inmediato a la perpetración de un delito, fuere encontrado
con objetos procedentes de aquél o con señales, en sí mismo o en sus vestidos,
que permitieren sospechar su participación en él, o con las armas o instrumentos
que hubieren sido empleados para cometerlo;
• El que las víctimas de un delito que reclamen auxilio, o testigos presenciales,
señalaren como autor o cómplice de un delito que se hubiere cometido en un
tiempo inmediato;
• El que aparezca en un registro audiovisual cometiendo un crimen o simple delito
al cual la policía tenga acceso en un tiempo inmediato.

Para los efectos de lo establecido en los últimos tres casos, se entenderá por tiempo
inmediato todo aquel que transcurra entre la comisión del hecho y la captura del imputado,
siempre que no hubieren transcurrido más de doce horas.

La detención en situación de flagrancia constituye una excepción a la exigencia de la


orden de detención previa e intimada establecida en el Art. 19 N°7 C) CPR.
Si bien para los particulares constituye una facultad, para la policía es una obligación que
debe ejercer autónomamente, sin necesidad de autorización del Ministerio Público.

En la detención por flagrancia, se mantienen las obligaciones de informar los derechos


del detenido y conducirlo dentro de plazo ante el juez competente.
Sin embargo, en forma previa, la policía informará del hecho de la detención al Fiscal,
dentro del plazo de doce horas.
El Fiscal puede disponer la libertad del detenido o su conducción ante el juez dentro de
un plazo máximo de veinticuatro horas, contado desde la detención.

Si se trata de un simple delito, y no fuere posible conducir al detenido inmediatamente


ante el juez, el oficial a cargo del recinto de detención puede otorgarle la libertad de
inmediato y dejarlo citado, cuando considere que existen suficientes garantías de su
oportuna comparecencia.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Si el detenido fuere un diputado o senador, juez, fiscal judicial o fiscal del Ministerio
Público, el fiscal respectivo debe poner al detenido inmediatamente a disposición de la
Corte de Apelaciones correspondiente.

4) Plazos de la Detención
Cualquiera que sea el tipo de detención de que se trate, ella termina tan pronto se cumple
el objetivo perseguido.
Si se trata de una detención por flagrancia, cesa una vez que el detenido es puesto a
disposición del tribunal, al igual que ocurre con la detención imputativa, pues el fiscal
estará en condiciones de formalizar y luego pedir, en su caso, medidas cautelares.
Por último, tratándose de la detención judicial por incomparecencia previa citación, cesa
del mismo modo al cumplirse con la comparecencia.

Puede llevar a confusión el hecho de que la privación de libertad que originalmente se


fundaba en una detención luego se transforme en prisión preventiva o en el cumplimiento
de la pena privativa quebrantada, pero en realidad, lo que sucede es que la detención ha
terminado.

Conforme al Art. 131 CPP, cuando la detención se practicare en cumplimiento de una


orden judicial, los agentes policiales que la hubieren realizado, o el encargado del recinto
de detención, conducirán inmediatamente al detenido a presencia del juez que hubiere
expedido la orden.
Si ello no fuere posible por no ser hora de despacho, el detenido podrá permanecer en el
recinto policial o de detención hasta el momento de la primera audiencia judicial, por un
período que en caso alguno excederá las veinticuatro horas.

Cuando la detención se practicare en virtud de los Arts. 129 y 130 CPP, el agente policial
que la hubiere realizado o el encargado del recinto de detención deberán informar de ella
al Ministerio Público dentro de un plazo máximo de doce horas.
El fiscal podrá dejar sin efecto la detención u ordenar que el detenido sea conducido ante
el juez dentro de un plazo máximo de veinticuatro horas, contado desde que la detención
se hubiere practicado.
Si el fiscal nada manifestare, la policía deberá presentar el detenido ante la autoridad
judicial en el plazo indicado.
Cuando el fiscal ordene poner al detenido a disposición del juez, deberá, en el mismo
acto, dar conocimiento de esta situación al abogado de confianza de aquél o a la
Defensoría Penal Pública.
Para los efectos de poner a disposición del juez al detenido, las policías cumplirán con su
obligación legal dejándolo bajo la custodia de Gendarmería del respectivo tribunal.

5) Control de la Detención
El control jurídico de las condiciones de la detención puede producirse, básicamente, por
tres vías contempladas en el Código Procesal Penal:
• Audiencia de Control de la Detención
Así se denomina en la práctica a la primera audiencia judicial del detenido ante el
juez que ordenó su detención imputativa, o en los casos de detención por
flagrancia y las que han sido ordenadas por funcionarios públicos distintos, ante
el juez de garantía competente.
En realidad, es una audiencia del control de la legalidad de la detención.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Aun cuando el Código Procesal Penal no señala que la finalidad de esta audiencia
sea efectuar un control jurídico acerca de las condiciones de la detención, ello
fluye de lo dispuesto en el Art. 95 Inc. 1° CPP.
En la hipótesis de la detención por flagrancia, el control se ejercerá, a petición del
imputado o de su defensa técnica, en torno a la efectiva concurrencia de las
condiciones señaladas en el Art. 130 CPP.
En el caso de la detención dispuesta por otros funcionarios públicos, el juez de
garantía deberá analizar si efectivamente existe la facultad legal, y si ella ha sido
ejercida en los casos y de la forma que esa ley especial señalan.
Si se declara la ilegalidad de la detención, ello no impedirá que el fiscal o el
abogado asistente del fiscal puedan formalizar la investigación y solicitar medidas
cautelares, aunque no podrán pedir ampliación de la detención, y la declaración
de ilegalidad de la detención no producirá el efecto de cosa juzgada en relación
con la solicitud de exclusión de prueba.
La declaración de ilegalidad de la detención no implica una condena desde ya y
sin juicio por el delito de privación de libertad ilegal y arbitraria efectuada por
funcionario público, previsto y sancionado en el Art. 148 CP.
Eventualmente, procederá que el Ministerio Público o la víctima inicien la
respectiva persecución penal por este ilícito, bajo los parámetros de un justo y
debido proceso, y en este caso, el funcionario policial pasa a tener la categoría de
imputado, con todas las garantías y derechos ya vistos.
En cualquiera de las hipótesis de detención, el juez, de oficio debe verificar el
cumplimiento al deber de información de derechos al detenido, y de comprobar
que ello no ha ocurrido, procederá a informarle personalmente de sus derechos, y
además, remitirá oficio a la autoridad competente para que aplique las sanciones
disciplinarias correspondientes o inicie las investigaciones penales que
procedieren.
En esta audiencia, el Fiscal puede formalizar la investigación, y luego, pedir
medidas cautelares, pero si el fiscal no comparece, el detenido quedará en libertad.
No obstante lo anterior, por la modificación de la Ley N°20.931, el juez podrá
suspender la audiencia por un plazo breve y perentorio no superior a dos horas,
con el fin de permitir la concurrencia del fiscal o su abogado asistente.
Transcurrido este plazo sin que concurriere ninguno de ellos, se procederá a la
liberación del detenido.
En todo caso, el juez deberá comunicar la ausencia del fiscal o de su abogado
asistente al fiscal regional respectivo a la mayor brevedad, con el objeto de
determinar la eventual responsabilidad disciplinaria que correspondiere.
Asimismo, el Ministerio Público puede apelar de la resolución que declara la
ilegalidad de la detención, tratándose de algunos delitos, contemplados en el Art.
132 bis CPP, en el sólo efecto devolutivo, y en los demás casos, no es apelable.

• Amparo Ante el Juez de Garantía


El amparo ante el juez de garantía es un derecho que se reconoce a toda persona
privada de libertad para ser conducida sin demora ante cualquier juez de garantía,
para que examine la legalidad de su privación de libertad y las condiciones en que
se encontrare, constituyéndose, si fuere necesario, en el lugar en que ella estuviere.
El juez podrá ordenar la libertad del afectado o adoptar las medidas que fueren
procedentes.
El abogado de la persona privada de libertad, sus parientes o cualquier persona en
su nombre, podrán siempre ocurrir ante el juez que conociere del caso o aquél del

69
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

lugar donde aquélla se encontrare, para solicitar que ordene que sea conducida a
su presencia y se ejerzan las facultades antes mencionadas.
Con todo, si la privación de libertad hubiere sido ordenada por resolución judicial,
su legalidad sólo podrá impugnarse por los medios procesales que correspondan
ante el tribunal que la hubiere dictado, sin perjuicio de lo establecido en el Art.
21 CPR.

• Acción Constitucional de Amparo


Además de las dos vías indicadas precedentemente, también se puede controlar
jurídicamente la procedencia de una detención a través del amparo constitucional.
Esta acción constitucional procede a favor de cualquier persona que, producto de
un acto arbitrario o ilegal, sufra una privación, perturbación o amenaza a su
libertad ambulatoria, o se encuentre arrestada, detenida o presa con infracción de
lo dispuesto en la Constitución o en las leyes, para que sea puesta en libertad, se
reparen los defectos legales o se la ponga a disposición del juez competente.

6) Detención de Menores de Edad


En razón de la especial protección que todo Estado debe proporcionar a los niños, la Ley
de Responsabilidad Penal de los Menores Adolescentes contiene ciertas normas
especiales relativas a su tratamiento en calidad de imputados penales.
Si el hecho imputado a un menor fuere de alguno de los señalados en el Art. 124 CPP,
Carabineros de Chile se limitará a citarlo a la presencia del fiscal y lo dejará libre, previo
señalamiento de su domicilio.
En este punto, sin embargo, cabe tener presente la norma del Art. 1° de la Ley N°20.084,
conforme al cual, tratándose de faltas, sólo serán responsables en conformidad con la
presente ley los adolescentes mayores de dieciséis años, y exclusivamente tratándose de
aquellas tipificadas en los Arts. 494 números 1, 4, 5 y 19, sólo en relación con el Art.
477, 494 bis, 495, número 21, y 496, números 5 y 26, del Código Penal, y de las
tipificadas en la Ley Nº20.000.
En los demás casos, se estará a lo dispuesto en la Ley N°19.968.

En suma, la norma anterior no se aplica a menores adolescentes entre 14 y hasta 16 años,


y a los mayores de esa edad, sólo en lo relativo a las faltas penales allí consignadas.

Los menores adolescentes, en los casos en que sean detenidos en flagrancia o bien por
una orden judicial, deberán ser puestos de manera inmediata y directa y en el menor
tiempo posible, que no exceda las 24 horas, ante un juez de Garantía.
En consecuencia, la policía sólo puede detener en estos casos, debiendo poner directa e
inmediatamente a estos menores a disposición del juez de garantía competente para los
efectos del control de la detención.
El plazo de la detención se puede ampliar, conforme faculta el Art. 132 CPP, hasta por
tres días.
Si ello ocurriere, la detención del menor adolescente sólo puede ser ejecutada en un centro
de internación provisoria.

El fiscal puede solicitar ampliación del plazo de la detención, y si el juez de garantía


accede, el menor deberá ingresar a un Centro de Internación Provisoria.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

D) La Prisión Preventiva
La prisión preventiva es una medida cautelar personal, de carácter excepcional, que
consiste en la privación temporal de la libertad ambulatoria de una persona, mediante su
ingreso a un centro penitenciario, durante la sustanciación de un procedimiento penal, y
con el objeto de asegurar los fines del procedimiento.

Si bien aparece como contrapuesta a los derechos al juicio previo y presunción de


inocencia, se justifica y legitima sólo en cuanto su finalidad sea la de garantizar los fines
del procedimiento, pero no si se le utiliza como una anticipación de pena, por lo que la
prisión preventiva no puede perseguir las mismas finalidades que la pena.

1) Requisitos de la Prisión Preventiva


En primer lugar, es necesaria la apariencia de buen derecho, que en este caso, consiste
en que el solicitante acredite ante el tribunal las circunstancias contempladas en las letras
a) y b) del Art. 140 CPP, que se refieren al supuesto material de la prisión preventiva,
y que son las siguientes:
• Que existan antecedentes que justifiquen la existencia del delito que se investiga;
• Que existan antecedentes que permitan presumir fundadamente que el imputado
ha tenido participación en el delito, sea como autor, cómplice o encubridor.

En segundo lugar, es necesario el peligro de retardo, en cuanto el solicitante debe


acreditar la llamada necesidad de cautela de los fines del procedimiento, mediante la
entrega de antecedentes calificados.
El juez debe analizar, por una parte, cuál es el riesgo de que el comportamiento del
imputado constituya una amenaza para el adecuado desarrollo del proceso y la aplicación
de la sentencia, y por otra, la efectiva utilidad de la medida para evitar o disminuir ese
riesgo.

Esta necesidad de cautela puede consistir en:


• Que la medida sea indispensable para el éxito de diligencias precisas y
determinadas de la investigación;
• Que la libertad del imputado sea peligrosa para la seguridad de la sociedad;
• Que la libertad del imputado sea peligrosa para la seguridad del ofendido;
• Que exista peligro de que el imputado se de a la fuga.

Será el tribunal quien determine la ocurrencia de estas situaciones en cada caso concreto,
aunque el legislador ha señalado ciertos parámetros objetivos en que estima que existe
esa necesidad cautelar.

Se entenderá especialmente que la prisión preventiva es indispensable para el éxito de la


investigación cuando existiere sospecha grave y fundada de que el imputado pudiere
obstaculizar la investigación mediante la destrucción, modificación, ocultación o
falsificación de elementos de prueba, o cuando pudiere inducir a coimputados, testigos,
peritos o terceros para que informen falsamente o se comporten de manera desleal o
reticente.

71
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Para estimar si la libertad del imputado resulta o no peligrosa para la seguridad de la


sociedad, el tribunal deberá considerar especialmente alguna de las siguientes
circunstancias:
• La gravedad de la pena asignada al delito;
• El número de delitos que se le imputare y el carácter de los mismos;
• La existencia de procesos pendientes y el hecho de haber actuado en grupo o
pandilla.

Se entenderá especialmente que la libertad del imputado constituye un peligro para la


seguridad de la sociedad:
• Cuando los delitos imputados tengan asignada pena de crimen en la ley que los
consagra;
• Cuando el imputado hubiere sido condenado con anterioridad por delito al que la
ley señale igual o mayor pena, sea que la hubiere cumplido efectivamente o no;
• Cuando se encontrare sujeto a alguna medida cautelar personal, como orden de
detención judicial pendiente u otras, en libertad condicional o gozando de alguno
de los beneficios alternativos a la ejecución de las penas privativas o restrictivas
de libertad contemplados en la ley.

Se entenderá que la seguridad del ofendido se encuentra en peligro por la libertad del
imputado cuando existieren antecedentes calificados que permitieren presumir que éste
realizará atentados en contra de aquél, o en contra de su familia o de sus bienes.

2) Situaciones de Improcedencia de la Prisión Preventiva


Se trata de casos en que esta medida cautelar aparece como desproporcionada e
innecesaria.
Estos casos están comprendido en el Art. 141 Inc. 1° CPP, conforme al cual, no se podrá
ordenar la prisión preventiva:
• Cuando el delito imputado estuviere sancionado únicamente con penas
pecuniarias o privativas de derechos;
• Cuando se tratare de delitos de acción privada;
• Cuando el imputado se encontrare cumpliendo efectivamente una pena privativa
de libertad, sin perjuicio de que en este caso podría solicitarse la prisión preventiva
en carácter de anticipada.

A nivel de valoración judicial, pueden resultar excesivas cuando el delito se castigue con
penas privativas o restrictivas de libertad de duración no superior a la de presidio o
reclusión menores en su grado mínimo, y cuando el tribunal considere que, en el caso de
condena, el imputado pueda ser objeto de un beneficio alternativo, y acredite tener
vínculos permanentes con la comunidad que den cuenta de su arraigo familiar o social.

Ahora bien, aun cuando estemos frente a uno de los casos de improcedencia, el tribunal
puede decretar la prisión preventiva, a solicitud del Ministerio Público, en los casos
contemplados en el Art. 141 Inc. 2° CPP, que son los siguientes:
• Cuando el imputado hubiere incumplido alguna de las medidas cautelares de los
Arts. 155 o 156 bis CPP;
• Cuando se estimare que el imputado no se presentará a los actos del procedimiento
y a la ejecución de la sentencia, después de requerido o citado;

72
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

• Cuando no asista a la audiencia de juicio oral, a petición del querellante o del


fiscal.

La prisión preventiva que se decrete en estas circunstancias sólo habilita a dictar la


medida con el objeto de asegurar la comparecencia y el éxito de diligencias precisas y
determinadas de la investigación, debiendo cesar una vez realizadas.

3) Procedimiento Para Decretar la Prisión Preventiva


El procedimiento para decretar la prisión preventiva se traduce en la discusión de la
solicitud que el fiscal o el querellante planteen en una audiencia pública, a la que
comparecen todos los intervinientes, debiendo, en todo caso, estar presente el imputado
y su abogado.

En primer lugar, debe encontrarse formalizada la investigación, y en consecuencia, habrá


que verificar que el delito en que se basa la solicitud de prisión preventiva coincida con
el de la formalización.
Luego, debe existir solicitud del Ministerio Público o querellante, y esta solicitud puede
plantearse verbalmente en las audiencias de formalización, preparación o juicio oral, o
por escrito en cualquier etapa de la investigación.
La solicitud debe resolverse en audiencia, donde el solicitante expondrá sus fundamentos
y tratará de acreditar que se cumplen los requisitos del Art. 140 CPP, exhibiendo los
antecedentes que sirvan al efecto.
Luego el tribunal oirá al defensor, a los demás intervinientes que quisieren hacer uso de
la palabra, y al imputado.
Acto seguido, el tribunal debe resolver fundadamente, y si accede a la medida, debe emitir
la orden escrita de prisión preventiva con las menciones señaladas en el Art. 154 CPP.

En caso de ser rechazada la solicitud, puede renovarse la discusión cuando el solicitante


haga valer nuevos antecedentes que justifiquen discutir nuevamente su procedencia (Art.
144 Inc. Final CPP), y si no los invoca, la petición será rechazada de plano.
La petición se resuelve en audiencia donde se discutirá nuevamente la medida.

A su vez, puede también revisarse la mantención de una medida previamente decretada,


lo cual puede hacerse de oficio o a petición de parte.
La revisión de oficio, a su vez, puede ser facultativa u obligatoria, pudiendo efectuarse la
primera en cualquier momento en que el juez lo estime pertinente, debiendo resolver en
audiencia su sustitución, previo debate.
En cuanto a la revisión de oficio obligatoria, se lleva a cabo para resolver su cesación o
prolongación cuando hubieren transcurrido seis meses desde el último debate oral en que
se hubiere decidido la prisión preventiva (Art. 145 CPP).
Además, conforme al Art. 152 Inc. 2° CPP, cuando el tribunal estime que no subsisten
los motivos que justificaron la prisión preventiva, debe decretar su terminación, sea de
oficio o a petición de parte.

En cuanto a la revisión a petición de parte, esto es, del imputado, puede ser rechazada de
plano por el tribunal o resuelta en audiencia, previo debate en torno a la subsistencia de
los requisitos que la autorizan (Art. 144 CPP).

73
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

4) Ejecución de la Prisión Preventiva


Según dispone el Art. 150 CPP, el tribunal será competente para supervisar la ejecución
de la prisión preventiva que ordenare en las causas de que conociere.
A él corresponderá conocer de las solicitudes y presentaciones realizadas con ocasión de
la ejecución de la medida.

La prisión preventiva se ejecutará en establecimientos especiales, diferentes de los que se


utilizaren para los condenados, o al menos, en lugares absolutamente separados de los
destinados para estos últimos.

El imputado será tratado en todo momento como inocente, y la prisión preventiva se


cumplirá de manera tal que no adquiera las características de una pena, ni provoque otras
limitaciones que las necesarias para evitar la fuga y para garantizar la seguridad de los
demás internos y de las personas que cumplieren funciones o por cualquier motivo se
encontraren en el recinto.

El tribunal deberá adoptar y disponer las medidas necesarias para la protección de la


integridad física del imputado, en especial aquellas destinadas a la separación de los
jóvenes y no reincidentes respecto de la población penitenciaria de mayor peligrosidad.

El tribunal podrá, excepcionalmente, conceder al imputado permiso de salida por


resolución fundada y por el tiempo estrictamente necesario para el cumplimiento de los
fines del referido permiso, siempre que se asegure convenientemente que no se vulnerarán
los objetivos de la prisión preventiva.

Cualquier restricción que la autoridad penitenciaria impusiere al imputado deberá ser


inmediatamente comunicada al tribunal, con sus fundamentos.
Éste podrá dejarla sin efecto si la considerare ilegal o abusiva, convocando, si lo estimare
necesario, a una audiencia para su examen.

5) Duración de la Prisión Preventiva


Esta medida cautelar personal no tiene establecido un límite temporal absoluto que
determine su terminación automática, ya que el transcurso del tiempo sólo determina
mecanismos obligatorios de revisión de la medida.
Lo anterior no significa que ella pueda extenderse indefinidamente, dado que su término
se encuentra ligado al derecho a ser juzgado dentro de un plazo razonable y a sus
características de instrumentalidad, proporcionalidad y provisionalidad.

Podemos sistematizar las formas de terminación de la prisión preventiva de la siguiente


manera:
• Terminación Natural
En virtud del principio de instrumentalidad, el término natural de esta medida se
produce con el término del procedimiento cuyos fines cautela.

• Revocación
La revocación por resolución judicial operará cuando ya no subsistan los
requisitos que la autorizaron o los motivos que la hubieren justificado.
Así sucede con la dictación de la sentencia absolutoria o de sobreseimiento
definitivo o temporal, aun cuando estas resoluciones no se encuentren
ejecutoriadas.

74
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

• Sustitución
Opera cuando las finalidades perseguidas por la prisión preventiva pasan a
cumplirse, en lo sucesivo, por otra medida cautelar que se dicta en su reemplazo.

• Reemplazo por Caución Económica


Conforme a lo dispuesto en el Art. 146 CPP, cuando la prisión preventiva hubiere
sido o debiere ser impuesta únicamente para garantizar la comparecencia del
imputado al juicio y a la eventual ejecución de la pena, el tribunal podrá autorizar
su reemplazo por una caución económica suficiente, cuyo monto fijará.
La caución podrá consistir en el depósito por el imputado u otra persona de dinero
o valores, la constitución de prendas o hipotecas, o la fianza de una o más personas
idóneas calificadas por el tribunal.

6) Recursos Relacionados con la Prisión Preventiva


Conforme al Art. 149 CPP, la resolución que ordenare, mantuviere, negare lugar o
revocare la prisión preventiva será apelable cuando hubiere sido dictada en una audiencia.
No obstará a la procedencia del recurso la circunstancia de haberse decretado, a petición
de cualquiera de los intervinientes, alguna de las medidas cautelares señaladas en el Art.
155 CPP, pero en los demás casos, no será susceptible de recurso alguno.

Tratándose de ciertos delitos contemplados en el Art. 149 CPP, el imputado que hubiere
sido puesto a disposición del tribunal en calidad de detenido o se encontrare en prisión
preventiva no podrá ser puesto en libertad mientras no se encontrare ejecutoriada la
resolución que negare, sustituyere o revocare la prisión preventiva.
El recurso de apelación contra esta resolución deberá interponerse en la misma audiencia,
gozará de preferencia para su vista y fallo, y será agregado extraordinariamente a la tabla
el mismo día de su ingreso al Tribunal de Alzada, o a más tardar a la del día siguiente
hábil.
Cada Corte de Apelaciones deberá establecer una sala de turno que conozca estas
apelaciones en días feriados.

En los casos en que no sea aplicable lo anterior, estando pendiente el recurso contra la
resolución que dispone la libertad, para impedir la posible fuga del imputado, la Corte de
Apelaciones respectiva tendrá la facultad de decretar una orden de no innovar desde
luego, y sin esperar la vista del recurso de apelación del fiscal o del querellante.

E) Otras Medidas Cautelares Personales


El Art. 155 CPP contempla otras medidas cautelares, alternativas a la prisión preventiva,
que deben ser utilizadas con preferencia a ésta cuando el objeto perseguido pueda ser
cumplido razonablemente con restricciones a la libertad de menor intensidad.
Según dispone este artículo, para garantizar el éxito de las diligencias de investigación o
la seguridad de la sociedad, proteger al ofendido o asegurar la comparecencia del
imputado a las actuaciones del procedimiento o ejecución de la sentencia, después de
formalizada la investigación el tribunal, a petición del fiscal, del querellante o la víctima,
podrá imponer al imputado una o más de las siguientes medidas:
• La privación de libertad, total o parcial, en su casa o en la que el propio imputado
señalare, si aquélla se encontrare fuera de la ciudad asiento del tribunal (arresto
domiciliario);
• La sujeción a la vigilancia de una persona o institución determinada, las que
informarán periódicamente al juez;

75
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

• La obligación de presentarse periódicamente ante el juez o ante la autoridad que


él designare;
• La prohibición de salir del país, de la localidad en la cual residiere o del ámbito
territorial que fijare el tribunal (arraigo nacional);
• La prohibición de asistir a determinadas reuniones, recintos o espectáculos
públicos, o de visitar determinados lugares;
• La prohibición de comunicarse con personas determinadas, siempre que no se
afectare el derecho a defensa;
• La prohibición de aproximarse al ofendido o su familia, y en su caso, la obligación
de abandonar el hogar que compartiere con aquél;
• La prohibición de poseer, tener o portar armas de fuego, municiones o cartuchos;
• La obligación del imputado de abandonar un inmueble determinado.

El tribunal podrá imponer una o más de estas medidas según resultare adecuado al caso y
ordenará las actuaciones y comunicaciones necesarias para garantizar su cumplimiento.
La procedencia, duración, impugnación y ejecución de estas medidas cautelares se regirán
por las disposiciones aplicables a la prisión preventiva, en cuanto no se opusieren a lo
previsto en el Párrafo 6° del Libro I del Código Procesal Penal.

El tribunal puede dejar temporalmente sin efecto estas medidas, a petición del afectado
por ellas, oyendo al fiscal y previa citación de los demás intervinientes que hubieren
participado en la audiencia en que se decretaron, cuando estimare que ello no pone en
peligro los objetivos que se tuvieron en vista al imponerlas.
Para estos efectos, el juez podrá admitir las cauciones previstas en el Art. 146 CPP (Art.
156 CPP).

Por otra parte, el Art. 156 bis establece ciertas medidas cautelares especiales, al disponer
que en los casos de investigaciones por fraude en el otorgamiento de licencias médicas,
el tribunal podrá, en la oportunidad y a petición de las personas señaladas en el Art. 155
CPP, decretar la suspensión de la facultad de emitir dichas licencias mientras dure la
investigación, o por el menor plazo que fundadamente determine.

3. Las Medidas Cautelares Reales


Las medidas cautelares reales son aquellas medidas restrictivas o privativas de la libre
administración y/o disposición patrimonial que puede adoptar el tribunal, a petición del
Ministerio Público o la víctima, en contra del imputado en el proceso penal, con el objeto
de asegurar la realización de los fines civiles del procedimiento, y eventualmente, de los
fines penales, cuando la pena asignada al delito tenga un contenido patrimonial.

Como sabemos, conforme a lo dispuesto por el Art. 59 CPP, la acción civil en el


procedimiento penal únicamente puede ser ejercida por la víctima en contra del imputado,
pero el Art. 157 CPP también autoriza al Ministerio Público para impetrar medidas
cautelares reales.

En efecto, el citado Art. 157 CPP prescribe que durante la etapa de investigación, una
vez que ésta ha sido formalizada, el Ministerio Público y la víctima podrán ocurrir ante
el juez de garantía, solicitando por escrito que decrete respecto del imputado una o más
de las medidas precautorias contempladas en el Código de Procedimiento Civil.

76
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

El Código Procesal Penal no establece medidas cautelares reales específicas, ni contiene


una reglamentación especial, sino que se remite a las medidas precautorias que autoriza
el Título V del Libro Segundo del Código de Procedimiento Civil.

El Art. 290 CPC expresa que, para asegurar el resultado de la acción, puede el actor
solicitar una o más de las siguientes medidas:
• El secuestro de la cosa que es objeto de la demanda;
• El nombramiento de uno o más interventores;
• La retención de bienes determinados;
• La prohibición de celebrar actos y contratos sobre bienes determinados.

Estas medidas precautorias pueden ser solicitadas por escrito al juez de garantía durante
la etapa de investigación, y concedida la medida, el plazo para presentar la demanda se
extenderá hasta la oportunidad prevista en el Art. 60 CPP.
Del mismo modo, al deducir la demanda civil, la víctima podrá solicitar que se decrete
una o más de dichas medidas.

En cuanto a los requisitos de procedencia, la petición de medidas cautelares deberá


hacerse por escrito, y desde luego, dicha solicitud deberá contener los motivos y
fundamentos de la petición, todos los que se expresan en las disposiciones del Código de
Procedimiento Civil relativas a las medidas prejudiciales precautorias y a las precautorias
propiamente tales.
Entre ellos, tenemos los siguientes requisitos:
• Que las cautelares pedidas se limiten a los bienes necesarios para responder a los
resultados del juicio;
• Que se acompañen comprobantes que constituyan a lo menos presunción grave
del derecho que se reclama;
• Que existan motivos graves y calificados;
• Que se determine el monto de los bienes sobre que deben recaer;
• Que se rinda fianza u otra garantía suficiente, a juicio del tribunal, para responder
por los perjuicios que se originen y las multas que se impongan.

Aun cuando el Art. 157 CPP, que trata de esta clase de medidas, no exigió la
formalización de la investigación como un requisito previo para hacerlas procedentes, la
doctrina mayoritaria señala que se desprende de diversos preceptos del Código Procesal
Penal, entre ellos, los Arts. 61 y 230.
El primero se refiere específicamente a la formalización como trámite previo para cautelar
la demanda civil, y el segundo, a las medidas cautelares que puede solicitar el fiscal, sin
hacer ninguna distinción, para lo cual le exige que previamente haya formalizado la
investigación.

Por otra parte, de acuerdo con lo dispuesto en el citado Art. 257 CPP, estas medidas sólo
pueden solicitarse durante la etapa de investigación, lo cual implica que una vez que el
fiscal la ha declarado cerrada, no es posible una petición semejante.
Sin embargo, la víctima cuenta con una última oportunidad para pedirlas, constituida por
la presentación de su demanda conforme a lo prevenido por el Art. 261 d) CPP.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Además de los efectos civiles propios, estas medidas generan efectos en el proceso penal,
como son determinar la calidad de imputado de una persona desde que se le atribuye un
hecho punible, y constituye una forma de ejercicio de la acción civil que interrumpe la
prescripción.

La resolución que niegue o de lugar a las medidas cautelares reales solicitadas es apelable
en el solo efecto devolutivo.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Parte 2 – El Procedimiento Ordinario Penal

Contenidos
I. La Etapa de Investigación
II. La Etapa Intermedia
III. El Juicio Oral

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Capítulo I – La Etapa de Investigación


1. Generalidades
2. Actuaciones de la Investigación
A) Actuaciones Inmediatas
B) Investigación Autónoma
C) Declaración del Imputado Ante el Ministerio Público o la Policía
D) Proposición y Asistencia a Diligencias de la Investigación
E) Control Jurisdiccional de la Investigación
F) Diligencias de Investigación Limitativas de Derechos
1) Exámenes Corporales y Médicos
2) Entrada y Registro
3) Retención e Incautación de Correspondencia e Interceptación de
Comunicaciones
4) Obtención de Fotografías, Filmaciones u Otros Medios de Reproducción
de Imágenes y Grabaciones Entre Presentes
5) Incautación de Objetos y Documentos
6) Exhumación de Cadáveres
3. Los Mecanismos de Descongestión y las Salidas Alternativas
A) Los Mecanismos de Descongestión
1) Facultad Para No Iniciar la Investigación
2) El Archivo Provisional
3) El Principio de Oportunidad en Sentido Estricto
B) Las Salidas Alternativas
1) La Suspensión Condicional del Procedimiento
2) Los Acuerdos Reparatorios
4. Formalización de la Investigación
A) Generalidades
B) Procedimiento de la Formalización
C) Actos Posteriores a la Formalización
1) Plazo Judicial Para el Cierre de la Investigación
2) El Juicio Inmediato
3) La Prueba Anticipada
4) Conclusión de la Investigación
5) Los Sobreseimientos
6) La Decisión de No Perseverar en el Procedimiento
7) El Forzamiento de la Acusación

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Capítulo II – La Etapa Intermedia


1. Aspectos Generales
2. La Fase Escrita de la Etapa Intermedia
A) La Acusación Fiscal
B) Providencia que Recae en la Acusación y su Notificación
C) Actuaciones Eventuales del Querellante
D) Actuaciones Eventuales del Acusado
3. La Fase Oral de la Etapa Intermedia
A) Verificación de Asistencia
B) Declaración de Inicio de la Audiencia
C) Exposición de las Presentaciones Escritas
D) Posibilidad de Salidas Alternativas y Procedimiento Abreviado
E) Corrección de Vicios Formales
F) Control de Congruencia
G) Decisión Acerca de las Excepciones
1) Excepciones de Previo y Especial Pronunciamiento
2) Excepciones Civiles
H) Llamado a Conciliación en la Acción Civil
I) Las Convenciones Probatorias
J) Debate Sobre la Prueba Ofrecida por los Intervinientes
1) La Exclusión de Pruebas
2) La Prueba Ilícita
3) Alcance de la Exclusión
4) Pruebas Aceptadas
5) Solicitud de Prueba Anticipada
K) Unión y Separación de Acusaciones
1) Unión de Acusaciones
2) Separación de Acusaciones
L) Dictación del Auto de Apertura de Juicio Oral

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Capítulo III – El Juicio Oral


1. Generalidades
2. Actuaciones Previas al Juicio Oral
3. Los Principios del Juicio Oral
A) Continuidad del Juicio Oral (Arts. 282-283 CPP)
B) Presencia de los Sujetos Procesales (Arts. 284-288 CPP)
C) Publicidad de la Audiencia del Juicio Oral (Art. 289 CPP)
D) Incidentes en la Audiencia del Juicio Oral (Art. 290 CPP)
E) Oralidad (Art. 291 CPP)
4. Dirección y Disciplina
5. Disposiciones Generales sobre la Prueba
A) La Libertad de Prueba
B) Oportunidad Para la Recepción de la Prueba
C) La Valoración de la Prueba
6. Normas Particulares Sobre los Medios de Prueba
A) La Prueba Testimonial
1) El Deber de Comparecer y Declarar
2) Facultad de No Declarar por Motivos Personales o Razones de Secreto
3) Principio de No Autoincriminación
4) Juramento o Promesa
5) Individualización y Protección del Testigo
6) Habilidad de los Testigos
7) Testigos Menores de Edad y Testigos Sordos o Mudos
8) Derechos de los Testigos
9) Efectos de la Comparecencia Respecto de Otras Obligaciones Similares
B) Informe de Peritos
1) Generalidades
2) Contenido del Informe
3) Admisibilidad del Informe y Remuneración de los Peritos
4) Capacidad y Habilidad de los Peritos
5) Declaración de los Peritos
6) Instrucciones Necesarias Para el Trabajo de los Peritos
7) Protección de los Peritos
C) Otros Medios de Prueba
7. La Prueba de las Acciones Civiles
8. Desarrollo del Juicio Oral
A) Apertura del Juicio Oral
B) Defensa y Declaración del Acusado
C) La Prueba en la Audiencia del Juicio Oral
1) Orden de Recepción de las Pruebas en la Audiencia de Juicio Oral
2) La Prueba Pericial y Testimonial en la Audiencia de Juicio Oral
3) Métodos de Interrogación
4) Reproducción de Declaraciones Anteriores en la Audiencia de Juicio Oral
5) Lectura en el Juicio Oral
6) Prueba No Solicitada Oportunamente
D) Constitución del Tribunal en Lugar Distinto
E) Clausura de la Audiencia del Juicio Oral
9. Deliberación y Sentencia

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Capítulo I – La Etapa de Investigación

1. Generalidades
Recordemos que en los delitos de acción penal pública y previa instancia particular,
cuando ha existido denuncia de la víctima, la investigación se encuentra a cargo del
Ministerio Público, cuya actividad es controlada por el Juez de Garantía.

El sistema se encuentra estructurado para efectuar una investigación dinámica,


desformalizada y selectiva, conforme a criterios públicos y objetivos.
Además, respeta el principio acusatorio, al separar claramente las funciones de investigar
y decidir.

En toda investigación criminal, se produce inevitablemente una tensión entre la necesidad


de eficacia de la persecución penal del Estado y el respeto de las garantías individuales
comprometidas con dicha persecución.
En el nuevo sistema, le corresponde a otro órgano estatal diferente, el juez de garantía,
intermediar en esta tensión permanente, y garantizar la vigencia de los derechos de las
personas.

Conviene destacar que, para asegurar la centralidad del juicio oral, la etapa de
investigación se constituye en una fase meramente preparatoria de la acusación y del
juicio, de modo que las actuaciones que en ella se realizan carecen, por regla general, de
valor probatorio.

De acuerdo con el principio de objetividad, consagrado tanto en la Constitución como en


la ley, los fiscales del Ministerio Público deben investigar los hechos constitutivos de
delito, los que determinen la participación culpable y los que acrediten la inocencia del
imputado.
En consecuencia, no están obligados sólo a indagar aquellos hechos relacionados con su
propia estrategia de investigación, a partir de los antecedentes disponibles, sino también
aquellos invocados por el imputado o su defensa para excluir, eximir o mitigar su
responsabilidad penal.

La desburocratización de la instrucción, y la ausencia rigurosa de valor probatorio de las


actuaciones de investigación, constituyen requisitos indispensables para la valorización
del juicio como etapa central del procedimiento.
En vista de lo anterior, resulta importante distinguir entre los actos de investigación y los
actos de prueba propiamente tal.
Los primeros son medios de averiguación del hecho punible y la participación culpable,
que a lo más, y cuando alcanzan un cierto estándar, pueden originar efectos personales y
patrimoniales de carácter aseguratorio o cautelar contra una determinada persona, y
constituirse en el fundamento de la acusación del Ministerio Público en contra de la
misma.
Para que dicha persona pueda ser condenada o absuelta, se requiere la producción de
prueba en sentido estricto, en el curso del juicio oral.

Se requiere, en consecuencia, que los órganos que participan en la investigación oficial


se desprendan de ciertas rutinas asociadas con la cultura inquisitiva, como la excesiva
formalidad de las comunicaciones entre tales instituciones.

83
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

La regla general en esta materia es la publicidad de los antecedentes de la investigación


para los intervinientes, aunque esos mismos antecedentes son secretos para los terceros
ajenos al procedimiento.
De este modo, el imputado, su defensor y los demás intervinientes pueden examinar en
cualquier momento los registros y los documentos de la investigación.
En el caso del imputado, esta facultad está estrechamente vinculada al ejercicio de su
derecho de defensa y a la protección contra la sorpresa en el juicio.

Sin embargo, este derecho se encuentra limitado por la facultad del Fiscal de disponer la
reserva temporal de ciertas actuaciones, registros o documentos de la investigación,
cuando lo considere necesario para la eficacia de las pesquisas.
En tal caso, debe identificar las piezas o actuaciones respectivas, de modo que no se
vulnere la reserva, y fijar un plazo no superior a 40 días para la mantención del secreto.
El Código no contempla la posibilidad de ampliar el plazo de la reserva, pero los
intervinientes pueden solicitar del Juez de Garantía que ponga término al secreto o que lo
limite, en cuanto a su duración, a las piezas o actuaciones abarcadas por él, o a las
personas a quienes afectare.

Por otro lado, la ley prohíbe decretar el secreto sobre la declaración del imputado o
cualquier otra actuación en que hubiere intervenido o tenido derecho a intervenir, las
actuaciones en las que haya participado el tribunal, ni los informes evacuados por peritos,
respecto del propio imputado o su defensor.
Por último, el Código impone sobre los funcionarios que hayan participado en la
investigación y las demás personas que, por cualquier motivo, tuvieren conocimiento de
las actuaciones de la investigación, la obligación de guardar secreto respecto de ellas.

La investigación preparatoria o administrativa se encuentra a cargo de los fiscales del


Ministerio Público, quienes investigan por sí mismos o encomiendan a la policía las
diligencias de indagación que consideren conducentes al esclarecimiento de los hechos.
El Juez de Garantía es el órgano jurisdiccional encargado de controlar esas actuaciones,
de modo que no vulneren los derechos fundamentales de los particulares.

Como ya se señaló, esta etapa puede iniciarse de oficio por el Ministerio Público, por
denuncia o por querella, y concluye con el cierre de la investigación y la decisión del
fiscal sobre el resultado de ésta.
Esta decisión puede ser positiva, lo que ocurrirá cuando existan antecedentes serios y
suficientes para sostener una acusación en contra de una determinada persona, o negativa,
en caso contrario, por lo que procede solicitar el sobreseimiento de la causa o comunicar
la decisión de no perseverar en el procedimiento.

La etapa de investigación tiene tres objetivos básicos:


• Allegar o producir los antecedentes probatorios necesarios que fundamenten la
interposición de la acusación en contra de una persona por un delito determinado,
y asegurarlos hasta su presentación al juicio;
• Impedir que pasen a la etapa de preparación del juicio oral los casos de sospechas
infundadas de comisión de un delito, operando como primer filtro del
procedimiento;
• Promover, cuando corresponda, la terminación anticipada del procedimiento en
aquellos casos en que una solución alternativa del conflicto jurídico-penal permita
prescindir del juicio y de la sentencia.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Se entiende iniciado el procedimiento desde que se realice cualquier actuación por o ante
la policía, el Ministerio Público o un tribunal con competencia en lo criminal.
El inicio del procedimiento no está determinado por la realización de actos formales, sino
por la realización de actuaciones que significan la imputación de un delito, y con ello, la
afectación de derechos fundamentales.

Además de la posibilidad de denuncia o querella, la investigación puede iniciarse de


oficio por los fiscales del Ministerio Público cada vez que presencien o tomen
conocimiento personal de la comisión de un delito.
Los fiscales están obligados a denunciar, en los mismos términos que los demás
funcionarios públicos, los delitos de que tomen conocimiento en el ejercicio de sus
funciones, y especialmente, en su caso, los que noten en la conducta ministerial de sus
subalternos.

Por último, resulta habitual el inicio del procedimiento en situaciones de flagrancia, que
si bien puede subsumirse en el inicio por denuncia o de oficio, tiene la particularidad de
que implica la judicialización inmediata del procedimiento, esto es, la intervención del
juez de garantía, por la necesidad de hacer comparecer al detenido ante la presencia
judicial dentro del plazo máximo de 24 horas desde que la detención se hubiere
practicado, para controlar el respeto del estatuto del detenido.

2. Actuaciones de la Investigación
A) Actuaciones Inmediatas
Dentro de las 24 horas siguientes desde que un fiscal del Ministerio Público tome
conocimiento de un hecho que revista los caracteres de delito de acción penal pública,
deberá proceder, por sí mismo o a través de la policía, a efectuar las siguientes
actuaciones:
• Practicar aquellas diligencias pertinentes y útiles al esclarecimiento y
averiguación del delito;
• Investigar las circunstancias relevantes para la aplicación de la ley penal, de los
partícipes del hecho y de las circunstancias que sirvan para verificar su
responsabilidad;
• Impedir que el hecho denunciado produzca consecuencias ulteriores.

B) Investigación Autónoma
Los fiscales poseen la dirección de la investigación, y pueden realizar por sí mismos o
encomendar a la policía las pesquisas que consideren conducentes al esclarecimiento de
los hechos.
Disponen, en consecuencia, de la posibilidad de realizar numerosas actuaciones de
investigación sin necesidad de solicitar autorización al juez de garantía, y podemos
mencionar las siguientes:
• Consignar el estado de las personas, cosas o lugares;
• Si el hecho hubiere dejado huellas, rastros o señales, tomarán nota de ellos,
especificándolos detalladamente, consignando la descripción del lugar en que el
hecho se hubiere cometido, y el estado de los objetos que en él se encuentren, y
de todo otro dato pertinente;
• Recoger, identificar y conservar bajo sello los objetos, documentos e instrumentos
de cualquier clase que parezcan haber servido o haber estado destinados a la
comisión del hecho investigado, o los que de él provengan, o los que pudieren

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

servir como medios de prueba, así como los que se encuentren en el sitio del
suceso, levantándose un registro de la diligencia conforme a las normas generales;
• Exigir información de toda persona o funcionario público, los que no podrán
excusarse de proporcionarla, salvo en los casos expresamente previstos en la ley;
• Disponer la práctica de operaciones científicas, toma de fotografías, filmación o
grabación, y en general, la reproducción de imágenes, voces o sonidos por los
medios técnicos que resulten más adecuados, requiriendo la intervención de los
organismos especializados;
• Solicitar la práctica de informes periciales a los miembros de organismos técnicos
que le prestan auxilio en su función investigadora, o a terceros expertos en una
ciencia, arte u oficio;
• Tomar exámenes corporales del imputado o del ofendido cuando fuere necesario
para constatar circunstancias relevantes para la investigación, tales como pruebas
de carácter biológico, extracciones de sangre u otros análogos, siempre que no
fuere de temer menoscabo para la salud o dignidad del interesado;
• Disponer la práctica de autopsias en dependencias del Servicio Médico Legal, o
donde no lo hubiere, en el lugar y con el médico que el propio fiscal designe;
• Tratándose del hallazgo de un cadáver, y existiendo motivo para sospechar que la
muerte es el resultado de un hecho punible, el fiscal deberá proceder a practicar
el reconocimiento e identificación del difunto y disponer su autopsia, ya sea antes
de su inhumación o inmediatamente después de su exhumación;
• Tomar muestras caligráficas al imputado, siempre que éste se allane
voluntariamente a efectuarlas, y de lo contrario, se requerirá autorización judicial;
• Disponer las medidas de vigilancia que estime convenientes para evitar la fuga
del imputado o la substracción de documentos o cosas que constituyan el objeto
de una diligencia de investigación intrusiva que aún no haya sido autorizada
judicialmente;
• Prestar auxilio a la víctima;
• En general, los fiscales pueden llevar a cabo autónomamente cualquier diligencia
de investigación que no signifique privar, restringir o perturbar al imputado o a
un tercero del ejercicio de los derechos que la Constitución asegura.

C) Declaración del Imputado Ante el Ministerio Público o la Policía


La declaración del imputado constituye un mecanismo de defensa, pero a su vez, se
presenta como una importante y legítima fuente de información para el fiscal, en la
medida en que sea obtenida libre y voluntariamente.

Si el imputado decide declarar voluntariamente ante el fiscal, renunciando a su derecho a


guardar silencio, debe ser informado detalladamente de los cargos que se le atribuyen,
esto es, de los hechos imputados, con todas las circunstancias de tiempo, lugar y modo de
comisión, en la medida conocida, incluyendo aquellas que sean de importancia para su
calificación jurídica, las disposiciones legales que resulten aplicables y los antecedentes
que la investigación arroje en su contra.
A continuación, el imputado tendrá libertad para declarar todo cuanto estime conveniente
sobre él o los cargos formulados.

El imputado también puede declarar voluntariamente ante la policía, siempre que esté
presente su defensor, pero si no es así y no fuere posible conducirlo inmediatamente ante
la presencia del fiscal, la policía podrá consignar las declaraciones que éste se allane a
prestar cuando así lo autorice el fiscal, y bajo su responsabilidad.
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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

El Código prohíbe los métodos de investigación o de interrogación que menoscaben o


coarten la libertad del imputado para declarar y la prolongación excesiva de la
declaración, y esta prohibición no es disponible ni renunciable por el imputado.

D) Proposición y Asistencia a Diligencias de la Investigación


El Código contempla la posibilidad de que el imputado y los demás intervinientes puedan
proponer al fiscal todas aquellas diligencias de investigación que consideren pertinentes
y útiles para el esclarecimiento de los hechos.
El fiscal dispondrá la realización de aquellas que estime conducentes, y si las rechaza, el
afectado podrá reclamar ante las autoridades del Ministerio Público, las que se
pronunciarán en definitiva.
No proceden recursos judiciales en contra de las decisiones del Ministerio Público, por
no tratarse de actuaciones jurisdiccionales, sin perjuicio de la facultad de reiterar las
diligencias ante el juez de garantía una vez cerrada la investigación, para los efectos de
obtener su reapertura.
Del mismo modo, el fiscal podrá permitir la asistencia del imputado y demás
intervinientes a las diligencias de investigación que practique, cuando lo estime de
utilidad, pudiendo impartirles instrucciones obligatorias que deben observar para el
adecuado desarrollo de la actuación, e incluso, excluirlos de la misma en cualquier
momento.

E) Control Jurisdiccional de la Investigación


El Juez de Garantía debe intervenir en la investigación en los siguientes casos:
• Cuando cualquier persona que se sienta afectada por una investigación del
Ministerio Público, que no ha sido formalizada judicialmente, solicite al juez de
garantía que le ordene al fiscal informar acerca de los hechos que sean objeto de
la misma.
El juez podrá fijarle al fiscal un plazo para que formalice la investigación.
Esta facultad puede operar como un mecanismo de aceleración del procedimiento
a favor del imputado;
• Cuando el fiscal requiera la realización de una diligencia de investigación o la
imposición de una medida cautelar que, según la Constitución y la ley, deba ser
autorizada judicialmente.
En estos casos, el fiscal estará generalmente obligado a formalizar la
investigación, pero excepcionalmente, es posible solicitarlas antes de realizar tal
actuación procesal, e incluso, sin previa notificación al afectado cuando la
gravedad de los hechos o la naturaleza de la diligencia de que se trate permita
presumir que dicha circunstancia resulta indispensable para su éxito.
Si con posterioridad a la formalización el fiscal solicita una diligencia sin previa
información al afectado, el juez sólo podrá autorizarlo cuando la reserva resulte
estrictamente indispensable para la eficacia de la diligencia.
El juez debe ponderar los intereses en juego a fin de resguardar el principio de
proporcionalidad exigido para la admisibilidad de una medida intrusiva;
• Cuando el fiscal decida formalizar la investigación.
La formalización es requisito previo para solicitar medidas cautelares, tanto reales
como personales, diligencias de investigación limitativas de derechos o medidas
intrusivas, para la suspensión condicional del procedimiento, la facultad de
proceder inmediatamente, solicitar y producir prueba anticipada y para la
resolución del caso en procedimiento abreviado.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

F) Diligencias de Investigación Limitativas de Derechos


1) Exámenes Corporales y Médicos
Los exámenes corporales y médicos son medidas intrusivas de excepcional importancia
por los valores constitucionales en juego, como la dignidad de la persona, el derecho a la
integridad física y psíquica de la persona, el derecho a no ser sometido a tratos crueles,
inhumanos y degradantes, el derecho a la libertad personal y el derecho a no
autoincriminarse.
Por otro lado, existe un interés público por el esclarecimiento y sanción de los delitos,
que hace necesario dotar a los órganos vinculados a la persecución penal de la posibilidad
de recurrir a este tipo de medidas intrusivas.

Las intervenciones corporales son medidas de investigación que se realizan sobre el


cuerpo de las personas, que implican un reconocimiento externo del mismo o la
extracción desde su interior de elementos que proporcionen información sobre la persona
o de elementos incorporados a él, con el fin de descubrir circunstancias fácticas que sean
de interés para el establecimiento del cuerpo del delito y de la participación culpable.

Conforme al Art. 197 CPP, si fuere necesario para constatar circunstancias relevantes
para la investigación, podrán efectuarse exámenes corporales del imputado o del ofendido
por el hecho punible, tales como pruebas de carácter biológico, extracciones de sangre u
otros análogos, siempre que no fuere de temer menoscabo para la salud o dignidad del
interesado.
Si la persona que ha de ser objeto del examen, apercibida de sus derechos consintiere en
hacerlo, el fiscal o la policía ordenará que se practique sin más trámite.
En caso de negarse, se solicitará la correspondiente autorización judicial, exponiéndose
al juez las razones del rechazo.
El juez de garantía autorizará la práctica de la diligencia siempre que se cumplieren las
condiciones señaladas en el inciso primero

Luego, dispone el Art. 198 CPP que, tratándose de los delitos previstos en los Arts. 361-
367 y 375 CP, los hospitales, clínicas y establecimientos de salud semejantes, sean
públicos o privados, deberán practicar los reconocimientos, exámenes médicos y pruebas
biológicas conducentes a acreditar el hecho punible y a identificar a los partícipes en su
comisión, debiendo conservar los antecedentes y muestras correspondientes.
Se levantará acta, en duplicado, del reconocimiento y de los exámenes realizados, la que
será suscrita por el jefe del establecimiento o de la respectiva sección y por los
profesionales que los hubieren practicado.
Una copia será entregada a la persona que hubiere sido sometida al reconocimiento, o a
quien la tuviere bajo su cuidado, y otra, así como las muestras obtenidas y los resultados
de los análisis y exámenes practicados, se mantendrán en custodia y bajo estricta reserva
en la dirección del hospital, clínica o establecimiento de salud, por un período no inferior
a un año, para ser remitidos al Ministerio Público.

Si los mencionados establecimientos no se encontraren acreditados ante el Servicio


Médico Legal para determinar huellas genéticas, tomarán las muestras biológicas,
obtendrán las evidencias necesarias, y procederán a remitirlas a la institución que
corresponda para ese efecto, de acuerdo a la ley que crea el Sistema Nacional de Registros
de ADN y su Reglamento.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

2) Entrada y Registro
La entrada y registro es una diligencia de investigación que persigue la obtención de
fuentes de pruebas para la comprobación del hecho punible o la participación culpable.
Comporta, por regla general, la afectación o perturbación de los derechos fundamentales
a la intimidad e inviolabilidad del hogar.
La propia Constitución admite la afectación del derecho, pero con ciertas limitaciones,
cuando expresa que el hogar sólo puede allanarse en los casos y formas determinados por
la ley.

El Código Procesal Penal regula esta medida y determina sus requisitos según el lugar en
que se realice la actuación, por lo que podemos clasificar la medida de la siguiente forma:
• Entrada y Registro en Lugares de Libre Acceso al Público
Conforme al Art. 204 CPP, Carabineros de Chile y la Policía de Investigaciones
podrán efectuar el registro de lugares y recintos de libre acceso público, en
búsqueda del imputado contra el cual se hubiere librado orden de detención, o de
rastros o huellas del hecho investigado o medios que pudieren servir a la
comprobación del mismo.

• Entrada y Registro en Lugares Cerrados


Según dispone el Art. 206 CPP, la policía podrá entrar en un lugar cerrado y
registrarlo, sin el consentimiento expreso de su propietario o encargado ni
autorización u orden previa, cuando las llamadas de auxilio de personas que se
encontraren en el interior u otros signos evidentes indicaren que en el recinto se
está cometiendo un delito, o que exista algún indicio de que se está procediendo
a la destrucción de objetos o documentos de cualquier clase que pudiesen haber
servido o haber estado destinados a la comisión de un hecho constitutivo de delito,
o aquellos que de éste provinieren.
De dicho procedimiento deberá darse comunicación al fiscal inmediatamente
terminado, y levantarse un acta circunstanciada que será enviada a éste dentro de
las doce horas siguientes.
Copia de dicha acta se entregará al propietario o encargado del lugar.

• Entrada y Registro en Lugares Especiales


En virtud del Art. 209 CPP, para proceder al examen y registro de lugares
religiosos, edificios en que funcionare alguna autoridad pública o recintos
militares, el fiscal deberá oficiar previamente a la autoridad o persona a cuyo
cargo estuvieren, informando de la práctica de la actuación.
Dicha comunicación deberá ser remitida con al menos 48 horas de anticipación y
contendrá las señas de lo que hubiere de ser objeto del registro, a menos que fuere
de temer que por dicho aviso pudiere frustrarse la diligencia.
Además, en ellas se indicará a las personas que lo acompañarán e invitará a la
autoridad o persona a cargo del lugar, edificio o recinto a presenciar la actuación
o a nombrar a alguna persona que asista.
Si la diligencia implicare el examen de documentos reservados o de lugares en
que se encontrare información o elementos de dicho carácter y cuyo conocimiento
pudiere afectar la seguridad nacional, la autoridad o persona a cuyo cargo se
encontrare el recinto informará de inmediato y fundadamente de este hecho al
Ministro de Estado correspondiente, a través del conducto regular, quien, si lo
estimare procedente, oficiará al fiscal manifestando su oposición a la práctica de
la diligencia.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Tratándose de entidades con autonomía constitucional, dicha comunicación


deberá remitirse a la autoridad superior correspondiente.
En este caso, si el fiscal estimare indispensable la realización de la actuación,
remitirá los antecedentes al fiscal regional, quien, si compartiere esa apreciación,
solicitará a la Corte Suprema que resuelva la controversia, decisión que se
adoptará en cuenta.
Mientras estuviere pendiente esa determinación, el fiscal dispondrá el sello y
debido resguardo del lugar que debiere ser objeto de la diligencia.
Regirá, en lo pertinente, lo dispuesto en el Art. 19 CPP, y si la diligencia se
llevare a cabo, se aplicará a la información o elementos que el fiscal resolviere
incorporar a los antecedentes de la investigación lo dispuesto en el Art. 182 CPP.

• Entrada y Registro en Lugares que Gozan de Inviolabilidad Diplomática


Tal y como señala el Art. 210 CPP, para la entrada y registro de locales de
embajadas, residencias de los agentes diplomáticos, sedes de organizaciones y
organismos internacionales y de naves y aeronaves que, conforme al Derecho
Internacional, gozaren de inviolabilidad, el juez pedirá su consentimiento al
respectivo jefe de misión por oficio, en el cual le solicitará que conteste dentro de
veinticuatro horas.
Éste será remitido por conducto del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Si el jefe de misión negare su consentimiento o no contestare en el término
indicado, el juez lo comunicará al Ministerio de Relaciones Exteriores.
Mientras el Ministro no contestare manifestando el resultado de las gestiones que
practicare, el juez se abstendrá de ordenar la entrada en el lugar indicado.
Sin perjuicio de ello, se podrán adoptar medidas de vigilancia, conforme a las
reglas generales.
En casos urgentes y graves, podrá el juez solicitar la autorización del jefe de
misión directamente o por intermedio del fiscal, quien certificará el hecho de
haberse concedido.

• Entrada y Registro en Locales Consulares


Por último, y en conformidad al Art. 211 CPP, para la entrada y registro de los
locales consulares o partes de ellos que se utilizaren exclusivamente para el
trabajo de la oficina consular, se deberá recabar el consentimiento del jefe de la
oficina consular o de una persona que él designare, o del jefe de la misión
diplomática del mismo Estado.
Regirá, en lo demás, lo dispuesto en el Art. 210 CPP recién estudiado.

3) Retención e Incautación de Correspondencia e Interceptación de Comunicaciones


Estas son medidas intrusivas que afectan el derecho a la intimidad, protegido en el Art.
19 Nº4 y N°5 CPR, en cuanto asegura el respeto y protección a la vida privada y la
inviolabilidad de toda forma de comunicación privada, y dispone que las comunicaciones
y documentos privados sólo pueden interceptarse, abrirse o registrarse en los casos y
formas determinados por la ley.
En consecuencia, la Constitución establece el principio de reserva de ley para que la
restricción de estos derechos sea legítima.

Por correspondencia debe entenderse toda comunicación de ideas, sentimientos,


propósitos o noticias entre una o más personas determinadas, de forma distinta a la
conversación en presencia.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

En consecuencia, la comunicación ha de tener un destinatario concreto y específico, con


el propósito que sólo él la reciba, diferenciándose así de las comunicaciones públicas o
colectivas, que están más bien vinculadas con la libertad de expresión.

En cumplimiento del mandato constitucional, el Código Procesal Penal establece los


casos y formas en que es procedente la intervención, y reglamenta, además, el destino de
la información reservada obtenida a través de estos medios, como ocurre también respecto
de la retención e incautación de correspondencia.
De este modo, no basta con que el funcionario público actúe autorizado judicialmente
para que sea legítima la afección del derecho constitucional, sino que debe respetar
además la adecuada manera de proceder, regulada legalmente.

Pasamos a estudiar cada una de estas medidas:


• Retención e Incautación de Correspondencia
Conforme al Art. 218 CPP, a petición del fiscal, el juez podrá autorizar, por
resolución fundada, la retención de la correspondencia postal, telegráfica o de otra
clase, y los envíos dirigidos al imputado o remitidos por él, aún bajo nombre
supuesto, o de aquéllos de los cuales, por razón de especiales circunstancias, se
presumiere que emanan de él o de los que él pudiere ser el destinatario, cuando
por motivos fundados fuere previsible su utilidad para la investigación.
Del mismo modo, se podrá disponer la obtención de copias o respaldos de la
correspondencia electrónica dirigida al imputado o emanada de éste.
El fiscal deberá examinar la correspondencia o los envíos retenidos, y conservará
aquéllos que tuvieren relación con el hecho objeto de la investigación.
La correspondencia o los envíos que no tuvieren relación con el hecho investigado
serán devueltos, o en su caso, entregados a su destinatario, a algún miembro de su
familia o a su mandatario o representante legal.
La correspondencia que hubiere sido obtenida de servicios de comunicaciones
será devuelta a ellos después de sellada, otorgando, en caso necesario, el
certificado correspondiente.

• Copias de Comunicaciones o Transmisiones


Según dispone el Art. 219 CPP, el juez de garantía podrá autorizar, a petición del
fiscal, que cualquier empresa de comunicaciones facilite copias de las
comunicaciones transmitidas o recibidas por ellas.
Del mismo modo, podrá ordenar la entrega de las versiones que existieren de las
transmisiones de radio, televisión u otros medios.
Todos estos casos se refieren a comunicaciones que constan en soportes o
respaldos materiales, conteniendo información confidencial, y que físicamente se
pueden retener, entregar e incautar.
Una vez examinada la correspondencia o los envíos retenidos, el fiscal sólo podrá
conservar aquellos que tengan relación con el hecho objeto de la investigación, y
el resto deberá ser devuelta, o en su caso, entregada a su destinatario o
representante legal.
La correspondencia obtenida de servicios de comunicaciones será devuelta a ellos
después de sellada, otorgando, cuando sea necesario, el certificado
correspondiente.
El Art. 220 Inc. 1° CPP establece la prohibición absoluta de incautación o entrega
de ciertos objetos o documentos que se encuentren en poder de las personas a
quienes la ley reconoce la facultad de no prestar declaración, ya sea por parentesco

91
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

o reserva, salvo que se tratare de un imputado por el hecho, o se trate de


documentos que puedan caer en comiso.
En caso de duda acerca de la procedencia de la incautación, el juez resolverá
mediante resolución fundada.
La infracción de las normas contenidas en el artículo mencionado conlleva la
exclusión del correspondiente medio de prueba o la privación de todo valor
probatorio.

• Interceptación de Comunicaciones Telefónicas


La interceptación de comunicaciones telefónicas procede respecto de quienes
existan fundadas sospechas, basadas en hechos determinados, de que han
cometido o participado en la preparación o comisión, o que actualmente preparan
la comisión o participación en un hecho punible que merezca pena de crimen (Art.
222 CPP).
Se trata de uno de los pocos casos en que el legislador se preocupó de establecer
requisitos claros de procedencia de una medida intrusiva, configurando un
estándar bastante exigente.
La orden que disponga la interceptación y grabación deberá indicar
circunstanciadamente el nombre y dirección del afectado por la medida, y señalar
la forma de la interceptación y la duración de la misma, que no podrá exceder de
sesenta días, prorrogables.
Si las sospechas tenidas en consideración para ordenarla se disipan o transcurre el
plazo de duración fijado para la misma, ella deberá ser interrumpida
inmediatamente.
Las empresas telefónicas o de telecomunicaciones deberán otorgar a los
funcionarios encargados de la diligencia las facilidades necesarias para llevarla a
cabo, y la negativa o entorpecimiento a la práctica de la medida será constitutiva
del delito de desacato.
Asimismo, los encargados de realizar la diligencia y los empleados de las
empresas mencionadas deberán guardar secreto acerca de la misma, salvo que se
les cite como testigos al procedimiento.
El registro de la diligencia deberá efectuarse mediante su grabación
magnetofónica o mediante otros medios técnicos análogos que aseguren la
fidelidad del registro.
La grabación será entregada directamente al Ministerio Público, sobre quien pesa
la obligación de conservarla bajo sello y evitar que la misma sea conocida por
terceras personas.
Se establece la facultad para el Ministerio Público de disponer la transcripción
escrita de la grabación, la que deberá ser efectuada por un funcionario que actuará
como ministro de fe acerca de la fidelidad de aquélla.
Sin perjuicio de ello, el Ministerio Público deberá conservar los originales de la
grabación.
Al juicio oral se puede citar como testigos tanto los encargados de practicar la
diligencia como al funcionario que actúe como ministro de fe, lo que podrá
ocurrir, por ejemplo, cuando se ponga en tela de juicio la fidelidad o autenticidad
de la transcripción.
Las comunicaciones que fueren irrelevantes para el procedimiento serán
entregadas, en su oportunidad, a las personas afectadas con la medida, y se
destruirá toda transcripción o copia de ellas por el Ministerio Público.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Cuando las grabaciones contengan informaciones relevantes para otros


procedimientos seguidos por hechos que puedan constituir un delito que tenga
asignada pena de crimen, se podrá hacer uso de ellas.
Ahora bien, si las grabaciones dan cuenta de hechos que sólo pudieren merecer
penas de simple delito o falta, deberán ser destruidas, solución que guarda
coherencia con lo dispuesto en el Art. 225 CPP, por lo que tales grabaciones no
podrán, en caso alguno, ser valoradas como medios de prueba en la etapa procesal
correspondiente.
Por razones de eficacia, la medida de interceptación se lleva a cabo sin previa
comunicación al afectado, y puede ser solicitada por el fiscal tanto antes como
después de la formalización.
Sin embargo, deberá ser notificada al afectado con posterioridad a su realización,
en cuanto el objeto de la investigación lo permita, y en la medida en que ello no
ponga en peligro la vida o la integridad corporal de terceras personas.
Los resultados de la medida de interceptación no podrán ser utilizados como
medios de prueba cuando ella hubiere tenido lugar fuera de los supuestos previstos
por la ley, o cuando no se hubieren cumplido los requisitos previstos en el Art.
222 CPP para la procedencia de la misma.

4) Obtención de Fotografías, Filmaciones u Otros Medios de Reproducción de


Imágenes y Grabaciones Entre Presentes
La utilización de estos medios se regula como una medida intrusiva, que afecta o puede
afectar el derecho constitucional a la intimidad, lo cual explica el alto estándar fijado por
el legislador y la remisión al procedimiento establecido para la interceptación de
comunicaciones telefónicas.
Así, cabrían dentro de esta hipótesis la obtención de fotografías o la grabación de
conversaciones dentro del domicilio del imputado.

5) Incautación de Objetos y Documentos


Se trata de una medida intrusiva que afecta el derecho de propiedad del titular del bien
respectivo, que tiene por finalidad asegurar la evidencia que sirva para acreditar el cuerpo
del delito y la participación culpable, así como los efectos del respectivo delito que
puedan ser objeto de pena de comiso en la sentencia definitiva.
Debe procederse a su recolección, identificación y conservación bajo sello.

Tratándose del imputado, la incautación se llevará a cabo siempre previa orden judicial
librada a petición del fiscal, cuando se niegue a entregarlos voluntariamente o cuando ese
requerimiento pudiere poner en peligro el éxito de la investigación.
Sin embargo, no requiere aprobación judicial la incautación de objetos que se hallen en
poder del imputado detenido por delito flagrante.

Si las especies se encuentran en poder de una persona distinta del imputado, el juez podrá
apercibirla para que las entregue en lugar de ordenar la incautación, o bien, efectuar
primero el apercibimiento y luego ordenar la incautación.
Cuando los objetos y documentos se encuentren en un lugar cerrado, la incautación se
llevará a cabo conforme al procedimiento contenido en el Art. 205 CPP.
En consecuencia, podrá procederse desde luego a la entrada y registro del lugar cerrado
y a la incautación de los objetos y documentos cuando el propietario o encargado del
inmueble consienta expresamente a la práctica de la diligencia, cumpliéndose con las
demás formalidades que dicho precepto establece.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Por el contrario, si el propietario o encargado del lugar cerrado se opone a la diligencia,


el fiscal a cargo del caso deberá solicitar la autorización judicial correspondiente, sin
perjuicio de adoptar las medidas de vigilancia tendientes a evitar la sustracción u
ocultación de los objetos y documentos cuya incautación requiere.
Los objetos, documentos e instrumentos que se encuentren en lugares públicos o en el
sitio del suceso podrán ser incautados sin necesidad de orden judicial previa.

También podrán incautarse, previa orden judicial, los objetos o documentos descubiertos
durante la práctica de una diligencia de registro, cuando ellos hagan sospechar la
existencia de un hecho punible distinto del que constituye la materia del procedimiento
en que la orden respectiva se ha librado.
Estos objetos y documentos deberán ser conservados por el fiscal.

De toda diligencia de incautación se levantará inventario, conforme a las reglas generales.


El encargado de la diligencia otorgará al imputado o a la persona que los hubiere tenido
en su poder un recibo detallado de los objetos y documentos incautados, y luego serán
sellados y puestos bajo custodia del Ministerio Público.

6) Exhumación de Cadáveres
En casos calificados, y cuando el fiscal considere que la exhumación de un cadáver puede
resultar de utilidad en la investigación de un hecho punible, podrá solicitar autorización
judicial para su realización.
El juez debe resolver previa citación del cónyuge o del conviviente civil o de los parientes
más cercanos del difunto.
Practicado el examen correspondiente, debe procederse a la inmediata sepultura del
cadáver.

3. Los Mecanismos de Descongestión y las Salidas Alternativas


La selectividad o selección de casos permite que el sistema de persecución penal pública
funcione dentro de parámetros de eficiencia y calidad mínimamente razonables.
Esta selección debe ser realizada, en una parte significativa, en una etapa muy inicial del
procedimiento, a través de los mecanismos de discrecionalidad o descongestión que el
sistema procesal penal entrega al Ministerio Público.
El Código, en este aspecto, consagra un sistema de discrecionalidad reglada u oportunidad
restringida.
En efecto, en nuestro ordenamiento, la facultad de selección de casos aparece como una
excepción al principio de legalidad, ya que, aunque este principio se mantiene como regla
general de funcionamiento del modelo, se permite que los agentes u órganos de
persecución penal puedan, por excepción, no continuar o poner término anticipado a la
misma.

A) Los Mecanismos de Descongestión


1) Facultad Para No Iniciar la Investigación
Cuando los hechos relatados en la denuncia no sean constitutivos de delito, o de los
antecedentes y datos suministrados se determine que la responsabilidad penal se
encuentra extinguida, el fiscal puede hacer uso de esta causal de desestimación,
absteniéndose de investigar.
En esta hipótesis se podrá archivar la causa siempre y cuando no se haya producido la
intervención del juez de garantía en el procedimiento.
Esta decisión del fiscal debe ser fundada, y luego, aprobada por el juez de garantía.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

La víctima puede querellarse, y si la querella es declarada admisible, el fiscal debe


continuar con el procedimiento.

Con esta facultad se busca excluir lo más tempranamente posible del sistema aquellos
casos en que el Estado carece de fundamento para hacer actuar el ius puniendi, generando
una selectividad oportuna y racional que determina, además, un importante ahorro de
recursos.
En las circunstancias descritas, el fiscal busca evitar que el sistema se recargue con casos
que no tiene sentido investigar, porque no existe ninguna posibilidad de llegar a obtener
una sentencia condenatoria en materia penal.

2) El Archivo Provisional
En el evento que no existan antecedentes o datos que permitan al fiscal continuar con la
investigación para el esclarecimiento de los hechos, puede decidir autónomamente el
archivo provisional del caso, siempre que no haya intervenido el juez de garantía en el
procedimiento.
Es decir, se trata de que los fiscales puedan seleccionar de entre el elevado número de
denuncias aquellas que ofrecen posibilidades para conducir una investigación productiva,
y en los demás casos, abstenerse de investigar, a lo menos, mientras no surjan nuevos
antecedentes que permitan generar un proceso de indagación y acumulación de elementos
de prueba.

El Código controla esta facultad para impedir abusos en su ejercicio.


Un primer control, de carácter interno, consiste en la aprobación del fiscal regional,
cuando se trate de delitos que merezcan pena aflictiva.
El segundo control, externo, se traduce en la facultad de la víctima de solicitar al
Ministerio Público la reapertura del procedimiento y la realización de diligencias de
investigación, pudiendo reclamar ante las autoridades superiores del mismo en caso de
denegación de su solicitud.
Además, puede provocar la intervención del juez de garantía deduciendo la querella
respectiva.
Si el juez declara admisible la querella, el fiscal deberá seguir adelante la investigación
conforme a las reglas generales.

3) El Principio de Oportunidad en Sentido Estricto


El principio de oportunidad en sentido estricto consiste en la facultad de los fiscales del
Ministerio Público para no iniciar la persecución penal o abandonar la ya iniciada cuando
se trate de un hecho que reviste caracteres de delito, pero que no compromete gravemente
el interés público, a menos que la pena mínima asignada al delito exceda la de presidio o
reclusión menor en su grado mínimo, o se trate de un delito cometido por un funcionario
público en el ejercicio de sus funciones.

Esta decisión del fiscal debe ser motivada y comunicada al juez de garantía, quien la
notificará a los intervinientes, si los hubiere.
También, para evitar los abusos, se contemplan dos tipos de controles, uno judicial y otro
administrativo.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

El control judicial consiste en que, dentro de los diez días siguientes a la comunicación
de la decisión del fiscal, el juez, de oficio o a petición de parte, podrá dejarla sin efecto
en los siguientes casos:
• Cuando estime que el fiscal ha excedido sus atribuciones sólo en relación a los
límites formales de penalidad mínima y calidad del sujeto activo;
• Cuando la víctima manifieste de cualquier modo su interés en el inicio o
continuación de la persecución penal.
En ambos casos, la resolución del juez obliga al fiscal a continuar con la investigación.

El control administrativo opera cuando, vencido el plazo de diez días para el control
judicial, o rechazada por el juez la reclamación respectiva, los intervinientes decidan,
dentro de un nuevo plazo de diez días, reclamar la decisión del fiscal ante las autoridades
superiores del Ministerio Público, las cuales deben verificar si la decisión del fiscal se
ajusta a las políticas generales del servicio y a las normas que hayan sido dictadas al
respecto.
Transcurrido este nuevo plazo sin que se haya formulado reclamación alguna o si,
formulada la reclamación, ésta hubiese sido rechazada, se entiende extinguida la acción
penal respecto del hecho de que se trate.

Por último, es preciso dejar en claro que la extinción de la acción penal generada por la
aplicación del principio de oportunidad no perjudica el derecho a perseguir por la vía civil
las responsabilidades pecuniarias que correspondan.

B) Las Salidas Alternativas


Las salidas alternativas constituyen una respuesta a la ineficiencia de los sistemas
criminales, mediante la introducción de nuevas formas de solución de los conflictos
penales o de alternativas distintas a las ya existentes, que, por un lado, permitan superar
de manera efectiva los innumerables efectos negativos derivados de la utilización del
sistema penal, en especial de las penas privativas de libertad, y por otro, se constituyan
en una respuesta socialmente más satisfactoria para la comunidad, para la víctima del
delito y para el sujeto responsable del mismo.

1) La Suspensión Condicional del Procedimiento


La suspensión condicional del procedimiento es un mecanismo procesal que permite a
los fiscales del Ministerio Público, con el acuerdo del imputado y con la aprobación del
juez de garantía, dar término anticipado al procedimiento cuando se cumplan ciertos
requisitos previstos en la ley y se satisfagan determinadas condiciones fijadas por el juez,
que permiten suponer que el imputado no volverá a delinquir.

También se ha dicho que es una salida alternativa al proceso, en virtud de la cual se puede
detener provisoriamente la persecución penal a favor de una persona imputada por un
delito, quedando ella sometida, dentro de un determinado plazo, al cumplimiento de un
conjunto de condiciones impuestas por el juez de garantía, al término del cual, si son
cumplidas estas condiciones en forma satisfactoria, se extingue la acción penal, y si no lo
son, o se vuelve a imputar un nuevo delito, se revoca la medida, reiniciándose la
persecución penal.

Procede respecto de delitos que no representan un atentado grave o relevante para el


interés público respecto de sujetos sin condenas previas.

96
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

En razón de sus efectos, cobra especial importancia el consentimiento libre e informado


del imputado como fundamento de legitimación de estas verdaderas medidas
sancionatorias.
Por lo mismo, es fundamental que el juez de garantía verifique rigurosamente los
presupuestos de aplicación en la respectiva audiencia.

Puede plantearse durante toda la fase de investigación, desde la formalización de la


investigación hasta el cierre de la misma.
Después de este momento, sólo puede solicitarse en la audiencia de preparación de juicio
oral.

Debe ser resuelta en audiencia, que puede ser la de formalización, una convocada
especialmente al efecto o la audiencia de preparación y en la audiencia, el imputado debe
contar con un defensor letrado.

La solicitud normalmente será planteada por el fiscal con acuerdo del imputado, pero ello
no impide que en una audiencia fluya a iniciativa del imputado o en razón de la actitud
proactiva del juez de garantía.
La solicitud puede ser verbal o escrita.

Si el querellante estuviere presente en la audiencia, tiene derecho a ser oído por el juez de
garantía antes de resolver, y una vez resuelta la solicitud, tiene derecho a apelar de ella si
le causa perjuicio.

El juez, al resolver, tendrá en consideración lo expuesto por los intervinientes, en especial


el consentimiento informado del imputado y los antecedentes que hubiere requerido del
fiscal, y accederá a la suspensión condicional si se reúnen los requisitos de procedencia y
el mecanismo aparece como proporcionado al hecho de que se trate.
Además, deberá fijar las condiciones que deberá cumplir el imputado y el período de la
suspensión, el que no podrá ser inferior a un año ni superior a tres.
El juez rechazará la solicitud cuando del mérito de los antecedentes requeridos concluya
que no se cumplen los requisitos de procedencia o cuando constate que el imputado no
ha prestado su consentimiento en forma libre e informada, con presiones indebidas.

La resolución que se dicte es susceptible de ser recurrida vía apelación por el imputado,
la víctima, el Ministerio Público o el querellante.
En el evento que se decrete la suspensión condicional, el Ministerio Público deberá dejar
constancia de ello en el registro público que establece el Art. 246 CPP.

La suspensión condicional del procedimiento cuenta con tres requisitos copulativos,


contenidos en el Art. 237 CPP, y que son los siguientes:
• Que la pena que pudiere imponerse al imputado, en el evento de dictarse sentencia
condenatoria, no exceda de tres años de privación de libertad;
• Que el imputado no haya sido condenado anteriormente por crimen o simple
delito;
• Que el imputado no tuviere vigente una suspensión condicional del procedimiento
al momento de verificarse los hechos materia del nuevo proceso.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

La suspensión condicional del procedimiento produce los siguientes efectos:


• Produce la suspensión del plazo legal para el cierre de la investigación, pero no
altera la suspensión del plazo de prescripción de la acción penal producido como
efecto de la formalización;
• Cumplidas las condiciones fijadas durante el plazo de la suspensión, se produce
la extinción de la acción penal de pleno derecho, debiendo el tribunal dictar de
oficio o a petición de parte sobreseimiento definitivo, pero no se extinguen las
acciones civiles de la víctima o de terceros.

Durante el período de la suspensión, el juez puede modificar una o más de las condiciones
impuestas, decisión que adoptará en audiencia y oyendo a los intervinientes presentes.

Son dos las causales de revocación de esta salida alternativa:


• Cuando el imputado incumple, sin justificación, grave o reiteradamente las
condiciones impuestas;
• Cuando el imputado fuere objeto de una nueva formalización por hechos distintos.

En ambos casos, se requiere la declaración judicial para que la revocación opere, y este
pronunciamiento sólo tendrá lugar cuando lo solicite el fiscal o la víctima.
La resolución que se dicte en este sentido es apelable.

Si se rechaza la solicitud de suspensión condicional, o ésta es revocada, el procedimiento


continuará su curso de acuerdo a las reglas generales, permaneciendo intacto el derecho
del imputado al juicio oral.
En este último escenario, con el fin de cautelar la imparcialidad del tribunal y evitar que
los antecedentes relativos a la proposición, discusión, aceptación, procedencia, rechazo o
revocación de la suspensión condicional sean considerados como elemento de
convicción, se prohíbe que sean invocados, leídos o incorporados a juicio.

2) Los Acuerdos Reparatorios


Los acuerdos reparatorios son salidas alternativas en cuya virtud el imputado y la víctima
convienen formas de reparación satisfactorias de las consecuencias dañosas del hecho
punible, y que, aprobado por el juez de garantía, produce como consecuencia la extinción
de la acción penal.

Al igual que la suspensión condicional del procedimiento, el acuerdo reparatorio


constituye una forma diversa de solución del conflicto penal con un componente de
privatización del mismo, y por ello, en los casos en que exista un interés público
comprometido en la persecución penal, el acuerdo reparatorio resulta improcedente.
También puede rechazarse por razones preventivas, como impedir la reiteración de
hechos de la misma naturaleza, donde se considera que existe un interés prevalente en la
continuación de la persecución penal.

Pueden plantearse durante toda la fase de investigación, desde la formalización hasta el


cierre de la misma.
Después de este momento sólo pueden solicitarse en la audiencia de preparación de juicio
oral.

98
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Cuenta con los siguientes requisitos de procedencia:


• Respecto del hecho investigado, sólo debe afectar bienes jurídicos disponibles de
carácter patrimonial, o consistir en lesiones menos graves, o constituir un delito
culposo.
Procederá entonces el acuerdo para aquellos delitos en que el interés afectado es
predominantemente de carácter privado, como ocurre con aquellos que protegen
la propiedad o el patrimonio.
La disponibilidad del bien jurídico protegido es un criterio legal cuyo contenido
debe ir siendo fijado jurisprudencialmente.
Respecto de los delitos culposos no existen restricciones, pudiendo ser objeto de
acuerdo reparatorio incluso un cuasidelito de homicidio.
La restricción podría venir, sin embargo, por razones preventivas de interés
público, prevalente en la continuación de la persecución.
• Debe existir acuerdo entre el imputado y la víctima, sin que se exija la presencia
del defensor como requisito de validez;
• La aprobación del juez de garantía.
Para dar su aprobación, el juez oirá previamente a los intervinientes presentes en
la audiencia respectiva, y verificará la concurrencia de las siguientes condiciones:
o Si la voluntad del imputado y de la víctima ha sido prestada en forma libre
y con pleno conocimiento de sus derechos;
o Si el hecho investigado es de aquellos que permiten llegar a esta salida
alternativa;
o Si no existe un interés público prevalente en la continuación de la
persecución penal.
El Código establece que concurre este interés si el imputado hubiere
incurrido reiteradamente en hechos como los que se investigan.
Si el juez estima que concurren estos supuestos, aprobará el acuerdo reparatorio,
dejando constancia del contenido del mismo y dictando, acto seguido, el
respectivo sobreseimiento definitivo.
En caso contrario, rechazará fundadamente el acuerdo reparatorio, debiendo el
procedimiento seguir su curso de acuerdo a las reglas generales.
También opera aquí la prohibición establecida en el Art. 335 CPP.
• La resolución que aprueba el acuerdo reparatorio y sobresee definitivamente es
apelable, mientras que la resolución que lo rechaza es inapelable.

En cuanto a los efectos del acuerdo reparatorio, debemos distinguir:


• En el ámbito penal, de acuerdo al Art. 242 CPP, una vez cumplidas las
obligaciones contraídas por el imputado en el acuerdo reparatorio, o garantizadas
debidamente a satisfacción de la víctima, el tribunal dictará sobreseimiento
definitivo, total o parcial, en la causa, con lo que se extinguirá, total o
parcialmente, la responsabilidad penal del imputado que lo hubiere celebrado;
• En el ámbito civil, el Art. 243 CPP establece que, ejecutoriada la resolución
judicial que aprobare el acuerdo reparatorio, podrá solicitarse su cumplimiento
ante el juez de garantía con arreglo a lo establecido en los Arts. 233 y ss. CPC.
El acuerdo reparatorio no podrá ser dejado sin efecto por ninguna acción civil.

Por último, al igual que la suspensión condicional del procedimiento, los acuerdos
reparatorios aprobados deben hacerse constar en el registro señalado en el Art. 246 CPP.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

4. Formalización de la Investigación
A) Generalidades
La formalización de la investigación es una actuación unilateral, exclusiva y soberana del
fiscal, que cumple una función esencialmente garantista, consistente en informar al
imputado de manera específica y clara acerca de los hechos que se le atribuyen y su
calificación jurídica, esto es, el contenido de la imputación jurídico-penal que se dirige
en su contra.
Esta decisión no puede ser impugnada ni dejada sin efecto por el juez, sin perjuicio de la
facultad del imputado de reclamar ante las autoridades del Ministerio Público cuando la
considere arbitraria.

La formalización de la investigación cuenta con las siguientes funciones y efectos:


• A través de la formalización, el fiscal da un primer paso en cuanto a la definición
del objeto del proceso, tanto en su aspecto material, compuesto por los hechos y
circunstancias investigados, como en su faceta personal, a través de la
determinación de los imputados;
• El conocimiento que el imputado adquiere a través de la formalización le permite
ejercer adecuadamente su derecho de defensa;
• La formalización constituye un requisito previo y necesario a la realización de
ciertas actuaciones, como las diligencias de investigación que afecten derechos
fundamentales, la realización de pruebas anticipadas, y la petición de medidas
cautelares;
• Produce el efecto de suspender de pleno derecho el curso de la prescripción de la
acción penal;
• Desde la formalización, comienza a correr el plazo legal de dos años para el cierre
de la investigación;
• Al formalizar, el Ministerio Público pierde la facultad de archivar
provisionalmente el procedimiento.
Otra formalización por hechos distintos dentro del período de una suspensión
condicional autoriza para revocar esta salida alternativa.

B) Procedimiento de la Formalización
La forma de proceder difiere según se trate de un imputado libre o de un imputado
detenido.

Si el imputado se encuentra en libertad, el fiscal debe solicitar al juez de garantía la


realización de una audiencia en fecha próxima, la solicitud deberá contener las menciones
señaladas en el Art. 231 Inc. 1° CPP.
A la audiencia se citará al imputado, a su defensor y a los demás intervinientes en el
procedimiento.
De acuerdo al Art. 25 Inc. 2° de la Ley N°19.718 de la Defensoría Penal Pública,
corresponde a los defensores locales asumir la defensa del imputado en la realización de
la primera audiencia judicial a que fuere citado.

Si el imputado se encuentra detenido, ya sea por orden judicial o en supuestos de


flagrancia, será puesto a disposición del juez de garantía dentro de plazo legal.
En esa audiencia, el fiscal puede formalizar si cuenta con los antecedentes necesarios para
ello, y en caso contrario, podrá pedir la ampliación de la detención hasta por tres días.
En la audiencia respectiva, una vez verificada la asistencia de los intervinientes, y
conminados éstos a señalar domicilio en los términos del Art. 26 CPP, el juez dará por

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

iniciada la audiencia ofreciendo la palabra al fiscal para que efectúe su exposición verbal
y plantee las solicitudes que desee.
Enseguida, el imputado podrá manifestar lo que estime conveniente.

En la práctica, la intervención del imputado o su defensa durante la formalización se


limita a pedir al fiscal aclaraciones respecto de los cargos, a fin de poder ejercer
adecuadamente su derecho de defensa.
No procede controvertir o responder los cargos imputados, ni tampoco recibir prueba
alguna.

Terminada la formalización, el juez abrirá debate sobre las demás peticiones que los
intervinientes deseen efectuar, y que pueden consistir en medidas cautelares, diligencias
de investigación intrusivas con conocimiento del afectado, plazo judicial para el cierre de
la investigación, juicio inmediato, prueba anticipada, suspensión condicional del
procedimiento, acuerdos reparatorios y la declaración judicial del imputado.

C) Actos Posteriores a la Formalización


1) Plazo Judicial Para el Cierre de la Investigación
La posibilidad que tiene el juez de garantía para fijar un plazo menor al legal para el cierre
de la investigación constituye un mecanismo de aceleración del procedimiento que busca
cautelar las garantías de los intervinientes.
Respecto del imputado, permite hacer efectivo el derecho a ser juzgado en un tiempo
razonable, especialmente cuando se encuentra sujeto a medidas cautelares.
El juez de garantía puede ejercer esta facultad de oficio o a petición de parte, pero siempre
en audiencia y previo debate, a lo menos debe oír al Ministerio Público.

En cuanto a la oportunidad, puede ser solicitada o decretada en la misma audiencia de


formalización o en otra posterior, especialmente convocada al efecto.
Al decretar el plazo judicial, el juez tendrá en cuenta las garantías afectadas al imputado
y a los demás intervinientes con motivo del procedimiento y las características de la
investigación, su complejidad, número de imputados, actuaciones que falten por realizar,
entre otros factores.

Los efectos que genera el cumplimiento del plazo judicial en estudio serán analizados
más adelante, con ocasión del cierre de la investigación.

2) El Juicio Inmediato
El juicio inmediato es un mecanismo de aceleración del procedimiento que puede ser
solicitado por el Ministerio Público al juez de garantía en la audiencia de formalización,
que busca evitar trámites innecesarios, convirtiendo la referida audiencia en una de
preparación de juicio oral.

Conforme al Art. 235 CPP, en la audiencia de formalización de la investigación, el fiscal


podrá solicitar al juez que la causa pase directamente a juicio oral.
Si el juez acogiere dicha solicitud, en la misma audiencia el fiscal deberá formular
verbalmente su acusación y ofrecer prueba.
También, en la audiencia, el querellante podrá adherirse a la acusación del fiscal o acusar
particularmente, y deberá indicar las pruebas de que piensa valerse en el juicio.
El imputado podrá realizar las alegaciones que correspondieren, y ofrecer, a su turno,
prueba.

101
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Al término de la audiencia, el juez dictará auto de apertura del juicio oral, aunque podrá
suspender la audiencia y postergar esta resolución, otorgando al imputado un plazo no
menor de quince ni mayor de treinta días, dependiendo de la naturaleza del delito, para
plantear sus solicitudes de prueba.
Las resoluciones que el juez dictare en conformidad a lo dispuesto en este artículo no
serán susceptibles de recurso alguno.

Esta facultad procesal se funda en la necesidad de generar respuestas rápidas al conflicto


penal, la economía procesal y la eficiencia del nuevo procedimiento penal.
En teoría, a través de esta vía del juicio inmediato, se podría solicitar la aplicación del
procedimiento abreviado, pues el efecto que se genera con la aceptación del juicio
inmediato es la transformación de la audiencia de formalización en una audiencia de
preparación de juicio oral, momento oportuno para decidir este especial procedimiento.
En dicho evento, el fiscal deberá formular su acusación en forma verbal, y en razón de su
pretensión punitiva, solicitará el procedimiento abreviado.

3) La Prueba Anticipada
Se trata de una verdadera medida prejudicial probatoria, que el fiscal solicita al juez de
garantía, durante la investigación o en la etapa intermedia, cuando tema que un testigo o
perito pueda verse imposibilitado de asistir a la audiencia de juicio oral por tener que
ausentarse a larga distancia, o por existir motivos que hicieren temer la sobreviniencia de
su muerte, su incapacidad física o mental, o algún otro obstáculo semejante.

En consecuencia, el juez de garantía respectivo deberá analizar los motivos que se aducen,
y calificar su seriedad para acceder a lo pedido.
Si accede a la prueba anticipada, debe citar a todos los intervinientes con derecho a asistir
al juicio oral, y procederá a recibir la prueba con todas las solemnidades que imponen el
principio contradictorio, es decir, existirá la posibilidad de examen directo de la parte que
lo presenta, y contra examen de la opositora.
Sin embargo, la inasistencia del imputado válidamente emplazado no obstará a la validez
de la audiencia en la que se rinda la prueba anticipada.

Una vez rendida la testimonial o pericial, el registro de la misma podrá ser utilizado en el
juicio oral siempre y cuando subsistan los motivos que determinaron su procedencia.
En efecto, como se verá más adelante, el tribunal de juicio oral en lo penal, antes de dar
lectura o reproducir los registros, verificará si el testigo o perito falleció, cayó en
incapacidad física o mental o se ausentó del país y aun no regresa.

También es relevante destacar que para los casos de procedimientos simplificados donde
el imputado requerido, válidamente emplazado, no asista injustificadamente a la
audiencia de juicio por segunda ocasión, el tribunal deberá recibir, siempre que considere
que ello no vulnera el derecho a defensa del imputado, la prueba testimonial y pericial del
Ministerio Público, de la defensa y del querellante, en carácter de prueba anticipada,
conforme a lo previsto en el Art. 191 CPP, sin que sea necesaria su comparecencia
posterior al juicio (Art. 396 Inc. Final CPP).

El Art. 191 bis CPP contempla una norma especial respecto de la anticipación de la
prueba de menores de edad, al disponer que el Fiscal podrá solicitar que se reciba la
declaración anticipada de los menores de 18 años que fueren víctimas de alguno de los
delitos contemplados en el Libro Segundo, Título VII, párrafos 5 y 6 del Código Penal.

102
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

En dichos casos, el juez, considerando las circunstancias personales y emocionales del


menor de edad, podrá, acogiendo la solicitud de prueba anticipada, proceder a
interrogarlo, debiendo los intervinientes dirigir las preguntas por su intermedio.
Con todo, si se modificaren las circunstancias que motivaron la recepción de prueba
anticipada, la misma deberá rendirse en el juicio oral.
La declaración deberá realizarse en una sala acondicionada, con los implementos
adecuados a la edad y etapa evolutiva del menor de edad.
En los casos previstos en este artículo, el juez deberá citar a todos aquellos que tuvieren
derecho a asistir al juicio oral.

4) Conclusión de la Investigación
Evidentemente, se trata de una decisión administrativa propia del Ministerio Público.
Normalmente, el cierre lo efectuará en forma autónoma el fiscal a cargo, adoptando a
continuación la decisión que estime conveniente en torno al curso posterior del
procedimiento.

Sin embargo, conforme al Art. 247 CPP, transcurrido el plazo de dos años desde la fecha
en que la investigación hubiere sido formalizada, el fiscal deberá proceder a cerrarla.
Si el fiscal no declarare cerrada la investigación en el plazo señalado, el imputado o el
querellante podrán solicitar al juez que aperciba al fiscal para que proceda a tal cierre.

Para estos efectos, el juez citará a los intervinientes a una audiencia, y si el fiscal no
compareciere, el juez otorgará un plazo máximo de dos días para que éste se pronuncie,
dando cuenta de ello al fiscal regional.
Transcurrido tal plazo sin que el fiscal se pronuncie, o si, compareciendo, se negare a
declarar cerrada la investigación, el juez decretará el sobreseimiento definitivo de la
causa, informando de ello al fiscal regional a fin de que éste aplique las sanciones
disciplinarias correspondientes, aunque esta resolución será apelable.

Si el fiscal se allanare a la solicitud de cierre de la investigación, deberá formular en la


audiencia la declaración en tal sentido, y tendrá el plazo de diez días para deducir
acusación.
Transcurrido este plazo sin que se hubiere deducido acusación, el juez fijará un plazo
máximo de dos días para que el fiscal deduzca la acusación, dando cuenta de inmediato
de ello al fiscal regional.
Transcurrido dicho plazo, el juez, de oficio o a petición de cualquiera de los intervinientes,
sin que se hubiere deducido la acusación, en audiencia citada al efecto, dictará
sobreseimiento definitivo.
En este caso, informará de ello al fiscal regional a fin de que éste aplique las sanciones
disciplinarias correspondientes.

Este plazo de dos años se suspenderá en los casos siguientes:


• Cuando se dispusiere la suspensión condicional del procedimiento;
• Cuando se decretare sobreseimiento temporal;
• Desde que se alcanzare un acuerdo reparatorio hasta el cumplimiento de las
obligaciones contraídas por el imputado a favor de la víctima, o hasta que hubiere
debidamente garantizado su cumplimiento a satisfacción de esta última.

103
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Declarado el cierre de la investigación, dentro de los diez días siguientes, el fiscal puede
adoptar una de las siguientes actitudes:
• Solicitar el sobreseimiento definitivo o temporal de la causa;
• Comunicar su decisión de no perseverar en el procedimiento;
• Formular acusación, cuando estime que la investigación proporciona fundamento
serio para el enjuiciamiento del imputado contra quien se hubiere formalizado.

Las mismas actuaciones deberá realizar el fiscal cuando haya transcurrido el plazo fijado
por el juez para declarar cerrada la investigación.
Cuando el fiscal decida solicitar el sobreseimiento o comunicar su decisión de no
perseverar, debe formular su requerimiento al juez de garantía, quien citará a todos los
intervinientes a una audiencia.

El Código regula sólo dos supuestos de reapertura, contenidos en los Arts. 254 y 257
CPP.
Conforme al Art. 254 CPP, a solicitud del fiscal o de cualquiera de los restantes
intervinientes, el juez podrá decretar la reapertura del procedimiento cuando cesare la
causa que hubiere motivado el sobreseimiento temporal.
Una vez cerrada la investigación, y efectuado el requerimiento de sobreseimiento o para
comunicar la decisión de no perseverar, los intervinientes pueden reiterar la solicitud de
diligencias precisas de investigación que oportunamente hubieren formulado durante la
instrucción, y que el Ministerio Público hubiere rechazado.
Sólo cabe solicitar la reapertura hasta la realización de la audiencia o durante la misma.

Si el juez acoge la solicitud, ordenará al fiscal reabrir la investigación y proceder al


cumplimiento de las diligencias en el plazo que le fije.
El fiscal podrá, en dicho evento, y por una sola vez, solicitar ampliación del plazo judicial.

En todo caso, el juez no podrá decretar ni renovar las diligencias que en su oportunidad
se hubieren ordenado a petición de los intervinientes que no se hubieren cumplido por
negligencia o hecho imputable a los mismos, las que fueren manifiestamente
impertinentes, y aquellas que hubieren sido solicitadas con fines puramente dilatorios.

Vencido el plazo o su ampliación, o aun antes de ello si se hubieren cumplido las


diligencias, el fiscal cerrará nuevamente la investigación, y procederá en la forma
señalada en el Art. 248 CPP.

Según dispone el Art. 257 CPP, dentro de los diez días siguientes al cierre de la
investigación, los intervinientes podrán reiterar la solicitud de diligencias precisas de
investigación que oportunamente hubieren formulado durante la investigación y que el
Ministerio Público hubiere rechazado o respecto de las cuales no se hubiere pronunciado.
Si el juez de garantía acogiere la solicitud, ordenará al fiscal reabrir la investigación y
proceder al cumplimiento de las diligencias, en el plazo que le fijará.
Podrá el fiscal, en dicho evento, y por una sola vez, solicitar ampliación del mismo plazo.

El juez no decretará ni renovará aquellas diligencias que en su oportunidad se hubieren


ordenado a petición de los intervinientes y no se hubieren cumplido por negligencia o
hecho imputable a los mismos, ni tampoco las que fueren manifiestamente impertinentes,
las que tuvieren por objeto acreditar hechos públicos y notorios ni, en general, todas
aquéllas que hubieren sido solicitadas con fines puramente dilatorios.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Vencido el plazo o su ampliación, o aun antes de ello si se hubieren cumplido las


diligencias, el fiscal cerrará nuevamente la investigación, y procederá en la forma
señalada en el Art. 248 CPP.

5) Los Sobreseimientos
El sobreseimiento solicitado por el fiscal puede ser definitivo o temporal, total o parcial.
El sobreseimiento definitivo es el que produce el término del procedimiento con la
consiguiente autoridad de cosa juzgada, mientras que el sobreseimiento temporal sólo
suspende el curso del procedimiento y admite la reapertura del mismo.

El Art. 250 CPP establece las causales de sobreseimiento definitivo, que son las
siguientes:
• Cuando el hecho investigado no sea constitutivo de delito;
• Cuando aparezca claramente establecida la inocencia del imputado;
• Cuando el imputado se encuentre exento de responsabilidad criminal en
conformidad al Art. 10 CP, o en virtud de otra disposición legal;
• Cuando se haya extinguido la responsabilidad penal del imputado por alguno de
los motivos establecidos en la ley;
• Cuando sobrevenga un hecho que, con arreglo a la ley, ponga fin a dicha
responsabilidad;
• Cuando el hecho de que se trate haya sido materia de un procedimiento penal en
el que haya recaído sentencia firme respecto del imputado.

El Código prohíbe dictar sobreseimiento definitivo respecto de los delitos que, conforme
a los Tratados Internacionales ratificados por Chile y que se encuentren vigentes, sean
imprescriptibles o no puedan ser amnistiados, salvo en los casos de los números 1° y 2°
del Art. 93 CP.

Las causales de sobreseimiento temporal están contempladas en el Art. 252 CPP, que
son las siguientes:
• Cuando para el juzgamiento criminal se requiere la resolución previa de una
cuestión civil, de acuerdo con lo dispuesto en el Art. 171 CPP;
• Cuando el imputado no compareciere al procedimiento y fuere declarado rebelde,
de acuerdo con lo dispuesto en los Arts. 99 y ss. CPP;
• Cuando después de cometido el delito, el imputado cayere en enajenación mental.

El Art. 252 Inc. Final CPP faculta al Tribunal de Juicio Oral en lo Penal para dictar
sobreseimiento temporal cuando el acusado no hubiere comparecido a la audiencia del
juicio oral y hubiere sido declarado rebelde de conformidad a lo dispuesto en los Arts.
100 y 101 CPP.

6) La Decisión de No Perseverar en el Procedimiento


El fundamento legal de esta decisión radica en no haberse reunido durante la investigación
antecedentes suficientes para fundar la acusación.
Si el fiscal decide hacer uso de esta facultad, debe pedir al juez de garantía la citación de
todos los intervinientes a una audiencia donde comunicará su decisión.

Por tratarse del ejercicio de una prerrogativa exclusiva del Ministerio Público, no cabe
que el juez se pronuncie acerca de su procedencia, debiendo limitarse a constatar su
ejercicio.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

En la audiencia, una vez comunicada la decisión de no perseverar, el querellante puede


solicitar al juez que lo faculte para formular la acusación, sosteniéndola, en lo sucesivo,
en los mismos términos que el Ministerio Público.

La decisión de no perseverar produce las siguientes consecuencias:


• Deja sin efecto la formalización de la investigación;
• Da lugar a la revocación judicial de las medidas cautelares decretadas;
• Reanuda el plazo de la prescripción de la acción penal, que continuará corriendo
como si nunca se hubiese suspendido.

7) El Forzamiento de la Acusación
El forzamiento de la acusación es un mecanismo procesal en cuya virtud el querellante
ejerce una especie de control respecto de la actividad persecutora del Ministerio Público,
y consiste en su oposición a la decisión del fiscal de sobreseer o de requerir medidas de
seguridad en el caso del enajenado mental.

En los supuestos de la decisión de sobreseer o de no perseverar, previo al pronunciamiento


judicial, debe existir una revisión de los antecedentes por parte del fiscal regional, y como
resultado de este análisis, pueden darse dos alternativas:
• El fiscal regional decide acusar, en cuyo caso debe señalar a su vez si la causa
continuará a cargo del mismo fiscal o si designa uno distinto.
En este evento, la acusación debe ser formulada dentro de los diez días siguientes;
• El fiscal regional ratifica la decisión del fiscal del caso.
En este contexto, corresponde que el juez de garantía se pronuncie respecto de la
oposición del querellante en uno de los siguientes sentidos:
o Acoger la oposición, por estimar atendibles los fundamentos del
querellante, y resolver que la acusación sea formulada por éste, quien la
sostendrá en lo sucesivo en los mismos términos que el Código establece
para el Ministerio Público;
o Rechazar la oposición del querellante que pretende el forzamiento de la
acusación, y proceder a dictar el sobreseimiento correspondiente.

También se puede generar una situación de forzamiento de la acusación si el fiscal estima


que el imputado es enajenado mental, y requiera para él la adopción de medidas de
seguridad.
En este caso, el querellante puede oponerse al requerimiento por estimar que el requerido
es imputable.
Si el juez de garantía rechaza el requerimiento, por estimar que los antecedentes no
permiten establecer con certeza la inimputabilidad, dispondrá que la acusación se formule
por el querellante.
Ahora, si no hay querellante, el juez ordenará al Ministerio Público la formulación de la
acusación conforme al trámite ordinario.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Capítulo II – La Etapa Intermedia

1. Aspectos Generales
La etapa intermedia del procedimiento por crimen o simple delito de acción penal pública
se encuentra reglamentada en el Título II del Libro Segundo del Código Procesal Penal
(Arts. 259-280).
A partir de esta etapa, impera el principio de orden consecutivo legal, donde las facultades
procesales deben ejercerse necesariamente en los plazos que la ley impone, bajo pena de
preclusión.
A su vez, la desformalización de la etapa de instrucción da paso a la formalidad de las
etapas intermedia y de juicio.

Las funciones principales de esta etapa del procedimiento son las siguientes:
• El control, por parte del juez de garantía, de la corrección formal de la acusación
o acusaciones;
• El control de la validez y pertinencia de las pruebas ofrecidas por las partes;
• El control de la congruencia entre la formalización de la investigación y la o las
acusaciones;
• La resolución de las incidencias previas al juicio;
• Constituye la última oportunidad procesal para terminar anticipadamente el
proceso a través de una salida alternativa o un procedimiento especial;
• Fija el tribunal competente y las personas que deben intervenir en el juicio.

De lo dicho precedentemente, y de la naturaleza que tiene esta etapa en el proceso penal,


se desprenden, al menos, las siguientes características:
• Es una etapa necesaria e ineludible del procedimiento ordinario, en cuanto a
través de ella se busca preparar adecuadamente el juicio, depurando y acotando la
discusión, así como también los elementos de prueba que se rendirán en la
audiencia;
• Predomina el principio acusatorio formal, atenuado por la eventual
intervención del querellante.
No existe a esta altura del proceso un análisis de fondo acerca de la procedencia
de la acusación, de modo que el juez de garantía no está facultado para ejercer un
control sustancial sobre la misma, limitándose a efectuar un control formal que
asegure el normal desarrollo del juicio.
En razón de lo anterior, la exigencia impuesta al Fiscal en el sentido de que sólo
debe acusar cuando estime que la investigación proporciona fundamento serio
para el enjuiciamiento del imputado, es controlada únicamente por el tribunal que
conoce del juicio.
Sin perjuicio de lo señalado, la decisión que adopte el Ministerio Público es
controlada horizontalmente por la actividad del querellante particular, quien si no
se encuentra conforme con la pretensión punitiva del persecutor oficial, está
facultado para presentar una acusación particular donde solicite las penas que
estime adecuadas desde su perspectiva.
Es más, si cerrada la investigación, el Ministerio Público decide no acusar, el juez
de garantía puede autorizar al querellante para sostener por si solo la acusación;
• Es una etapa procesal que se encuentra a cargo del juez de garantía.
Sólo un juez de garantía puede conocer y resolver las cuestiones que se planteen
en esta etapa del procedimiento.

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Por otro lado, conviene tener en cuenta que en caso de subrogación por inhabilidad
del juez de garantía a cargo del procedimiento, el subrogante sólo puede actuar
hasta la audiencia de preparación, la que no se realizará sino una vez resuelta la
inhabilidad;
• La etapa intermedia consta de dos fases, una escrita y la otra oral.
La fase escrita comienza con la presentación del escrito de acusación por parte del
Ministerio Público, y dura hasta la víspera del día de celebración de la audiencia
de preparación.
La fase oral está constituida precisamente por la audiencia de preparación del
juicio.

2. La Fase Escrita de la Etapa Intermedia


A) La Acusación Fiscal
La acusación fiscal es el escrito mediante el cual el Ministerio Público manifiesta
formalmente su decisión de perseguir la responsabilidad criminal del imputado, lo cual
ocurrirá cuando estime que existe fundamento serio para acusar.

La acusación es escrita, y debe contener en forma clara y precisa los requisitos señalados
en el Art. 259 CPP, que son los siguientes:
• La individualización de el o los acusados y de su defensor.
La finalidad de esta exigencia consiste en determinar claramente la persona sobre
quien recaerán los efectos de una eventual sentencia definitiva, debiendo, por lo
demás, coincidir la persona del acusado con aquella que ha sido formalizada
durante la investigación;
• La relación circunstanciada de él o los hechos atribuidos y de su calificación
jurídica.
Esta condición debe relacionarse con el Art. 259 Inc. Final CPP, en cuanto
dispone que la acusación sólo podrá referirse a hechos incluidos en la
formalización de la investigación, aunque se efectúe una distinta calificación
jurídica;
• La relación de las circunstancias modificatorias de la responsabilidad penal
que concurrieren, aun subsidiariamente de la petición principal.
Es necesario que la descripción fáctica comprenda los hechos a partir de los cuales
se concluye la existencia de una atenuante o de una agravante;
• La participación que se atribuyere al acusado.
También es un tema de calificación jurídica de los hechos ya descritos
precedentemente por el Fiscal en su escrito, de modo que es indispensable que en
tal descripción se dé cuenta de la intervención que tuvo el acusado en los sucesos,
y que permitirán encuadrarla como autoría, complicidad o encubrimiento;
• La expresión de los preceptos legales aplicables;
• El señalamiento de los medios de prueba de que el Ministerio Público piensa
valerse en juicio.
Esta exigencia obedece al principio de contradicción e igualdad procesal, y
procura respetar el derecho de defensa del acusado.
El Art. 259 Inc. 2° CPP reglamenta la forma en que debe ofrecerse la prueba,
señalando que en el caso de la prueba testimonial, deberá presentarse una lista de
los testigos, individualizándolos, a lo menos, con su nombre, apellidos, profesión
y domicilio o residencia, y señalando además los puntos sobre los que habrán de
recaer sus declaraciones.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Del mismo modo, se individualizará a los peritos, indicando además sus títulos o
calidades.
En el caso de los otros elementos de prueba, como documentos, objetos y otros
medios atípicos, sólo se requiere su mención expresa;
• La pena cuya aplicación se solicitare.
En este punto, el fiscal debe fijar su pretensión punitiva, que deberá ser
concordante con los hechos descritos y calificados jurídicamente;
• En su caso, la solicitud de que se proceda de acuerdo al procedimiento
abreviado.
Esta es una de las oportunidades en que el Fiscal puede solicitar este
procedimiento especial, y la particularidad que tiene hacerlo de este modo consiste
en que la pretensión punitiva expresada debe estar de acuerdo con los requisitos
de procedencia del abreviado, esto es, no puede ser superior a cinco años de
presidio o reclusión menores en su grado máximo.
La otra posibilidad es plantear la solicitud verbalmente en la audiencia de
preparación, en cuyo caso la ley permite al Fiscal y al acusador particular
modificar sus acusaciones originales, así como la pena solicitada, para ajustarlas
a los requerimientos legales;
• En virtud de lo dispuesto en el Art. 22 de la Ley N°20.000, el Fiscal debe
expresar también en la acusación si la cooperación prestada por el acusado
ha sido eficaz;
• Entrega de los antecedentes de la investigación.
Por último, el Fiscal de la causa debe poner a disposición de los intervinientes, en
el tribunal, los antecedentes acumulados durante la investigación, siendo
conveniente que deje constancia de ello en el escrito de acusación.
Sólo el cumplimiento cabal de esas obligaciones permitirá al acusado y a su
defensa estructurar un eficiente contraexamen o preparar la correspondiente
prueba de refutación.

B) Providencia que Recae en la Acusación y su Notificación


Presentada la acusación ante el juez de garantía, éste, dentro de las veinticuatro horas
siguientes, debe dictar una resolución disponiendo la notificación de la acusación a todos
los intervinientes, y los citará a la audiencia de preparación de juicio oral, que deberá
llevarse a efecto no antes de veinticinco días ni después de treinta y cinco.

La notificación de la citación debe incluir una copia íntegra de la resolución, con la


identificación del proceso, la indicación del tribunal ante el cual deben comparecer, su
domicilio, la fecha y hora de la audiencia y el motivo de la comparecencia.
Además, debe contener la advertencia de los efectos de la no comparecencia injustificada.

Son plenamente aplicables las normas especiales para la notificación del Ministerio
Público, en cuanto este organismo será notificado en sus oficinas, y respecto de los otros
intervinientes, distinguiendo si cuentan con defensor o mandatario constituido, en cuyo
caso las notificaciones deberán ser hechas solamente a éste, salvo que la ley o el tribunal
dispongan que también se notifique directamente a aquél.

La notificación al acusado debe efectuarse, a más tardar, diez días antes de la realización
de la audiencia de preparación.
En dicha actuación, se le entregará copia de la acusación, en la que se dejará constancia
del hecho de encontrarse a su disposición, en el tribunal, los antecedentes de la

109
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

investigación, y en su caso, se le entregarán además copias de las actuaciones del


querellante, las acusaciones particulares, adhesiones y la demanda civil.
Si el acusado se encuentra privado de libertad, la notificación se efectuará en persona en
el establecimiento o recinto penal, aunque éste se hallare fuera del territorio jurisdiccional
del tribunal, mediante la entrega, por un funcionario del establecimiento y bajo la
responsabilidad del jefe del mismo, del texto de la resolución y los demás antecedentes.

C) Actuaciones Eventuales del Querellante


Por escrito, y hasta quince días antes de la fecha fijada para la realización de la audiencia
de preparación, el querellante podrá realizar las siguientes actuaciones:
• Presentar acusación particular, donde amplíe la acusación del Fiscal,
extendiéndola a hechos o a imputados distintos, siempre con respeto al principio
de congruencia.
También puede plantear una distinta calificación jurídica de los hechos, otras
formas de participación del acusado, o solicitar penas distintas, normalmente
superiores a la pretensión punitiva del Fiscal.
Sólo en esta hipótesis, es decir, siempre y cuando la pena solicitada exceda el
límite legal, puede el querellante oponerse al procedimiento abreviado;
• Adherir a la acusación del Fiscal, lo que ocurrirá cuando el querellante esté de
acuerdo con la penalidad solicitada y con la calificación jurídica que de los
hechos, participación y circunstancias haya realizado el Ministerio Público.
Si el querellante no deduce acusación particular, o no adhiere a la acusación en
esta oportunidad, el juez de garantía, de oficio o a petición de parte, declarará
abandonada la querella;
• Deducir demanda civil, cuando procediere.
Recordemos que en el proceso penal sólo se pueden presentar demandas civiles
que tengan por objeto la restitución de la cosa, y tratándose de la víctima, además,
las que tengan por objeto perseguir las responsabilidades civiles derivadas del
hecho punible, siempre y cuando se dirijan en contra del imputado penal.
Por lo tanto, las otras acciones encaminadas a obtener la reparación de las
consecuencias civiles del hecho punible que se interpusieren por personas
distintas de la víctima, o se dirigieren contra personas diferentes del imputado,
deberán plantearse en sede civil.
La demanda civil presentada en el proceso penal por el querellante debe deducirse
por escrito, conjuntamente con la adhesión o acusación particular, y debe cumplir
con los requisitos exigidos por el Art. 254 CPC.
Finalmente, el escrito de demanda debe contener la indicación de los medios de
prueba, efectuada de la misma manera que debe hacerlo el Fiscal;
• Señalar vicios formales de la acusación, requiriendo su corrección;
• Ofrecer la prueba que estimare necesaria para sustentar su acusación.
El querellante o el actor civil deberán ofrecer la prueba de la misma manera que
la ley establece para el Ministerio Público.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

D) Actuaciones Eventuales del Acusado


Sólo hasta la víspera del inicio de la audiencia de preparación el acusado puede, por
escrito, efectuar alguna de las siguientes actuaciones:
• Señalar los vicios formales de que adoleciere el escrito de acusación,
requiriendo su corrección.
Normalmente se trata de errores en la individualización de los intervinientes,
testigos o peritos, omisión de alguno de los requisitos legales o defectos de
redacción que le restan claridad y precisión a la acusación;
• Deducir excepciones de previo y especial pronunciamiento.
Este tipo de excepciones se encuentran enunciadas en el Art. 264 CPP, y son las
siguientes:
o La incompetencia del juez de garantía;
o La litispendencia;
o La cosa juzgada;
o La falta de autorización para proceder criminalmente;
o La extinción de la responsabilidad penal.
Si el acusado no plantea las excepciones de cosa juzgada y extinción de la
responsabilidad penal para ser discutidas en la audiencia de preparación, podrá
igualmente hacerlo en el juicio oral (Art. 265 CPP);
• Exponer los argumentos de defensa que considere necesarios.
En la práctica, por razones estratégicas, los abogados defensores normalmente
reservan esta opción para los alegatos de apertura y clausura del juicio oral;
• Oponer excepciones o contestar la demanda civil.
También puede señalar los vicios formales de que adolece la demanda civil,
requiriendo su corrección;
• Señalar los medios de prueba de que se valdrá en el juicio oral.
Este señalamiento se efectuará del mismo modo que la ley impone para el Fiscal
y el querellante.
Estas mismas facultades puede ejercerlas el acusado y eventual demandado civil,
en forma verbal, durante la audiencia de preparación del juicio.

3. La Fase Oral de la Etapa Intermedia


La fase oral de la etapa intermedia consiste en la audiencia de preparación del juicio oral,
la cual se encuentra regida por los principios de oralidad e inmediación, sin perjuicio de
lo cual debe ser registrada íntegramente.
Pasamos a analizar las distintas cuestiones que pueden plantearse en la audiencia de
preparación del juicio oral.

A) Verificación de Asistencia
Llegado el día y hora fijados, el juez de garantía procederá a verificar la asistencia de los
intervinientes.
No pueden faltar el Fiscal ni el defensor, ya que su presencia constituye un requisito de
validez de la audiencia.

Respecto de la presencia obligatoria del acusado, algunos plantean que ella resulta
indispensable, no obstante que la ley no la exige en forma expresa.
En primer lugar, por una interpretación extensiva al derecho de toda persona a no ser
juzgada penalmente en ausencia, consagrado positivamente en el Art. 93 I) CPP.
Enseguida, porque esta audiencia es fundamental para la defensa del acusado, y ésta se
divide en defensa material o autodefensa y la defensa técnica, de modo que avanzar en la

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

audiencia de preparación sin considerar las alegaciones o planteamientos que


personalmente pueda efectuar el propio imputado no se condice con el respeto cabal de
sus derechos.
Finalmente, existen razones de orden práctico que hacen conveniente la presencia del
acusado, como la eventual solicitud de un procedimiento abreviado, que no podría
resolverse sin la concurrencia de la voluntad expresa del imputado, al igual que ocurre
con la posibilidad de un acuerdo reparatorio.

Sin embargo, el problema descrito no es un tema resuelto, tanto que, ante la insistencia
del Ministerio Público, se han realizado audiencias de preparación sin la presencia del
acusado, y sólo con su defensor, entendiendo el tribunal que se trata de una audiencia
técnica, donde se analizan y definen cuestiones jurídicas, que sólo exigen la presencia del
defensor letrado.
Además, a la luz de lo dispuesto en el Art. 101 CPP, se argumenta en apoyo de esta tesis
que si es posible realizar la audiencia cuando el imputado ha sido declarado rebelde, con
mayor razón se podrá celebrar sin él.

La falta de comparecencia del Fiscal deberá ser subsanada de inmediato por el tribunal,
quien además pondrá este hecho en conocimiento del Fiscal Regional.

Si es el defensor quien no comparece, el tribunal declarará el abandono de la defensa,


designará un defensor de oficio al acusado, y dispondrá la suspensión de la audiencia por
un plazo que no exceda de cinco días, a objeto de permitir que el defensor designado se
interiorice del caso.

Si no comparece el actor civil, se declarará abandonada su acción, y si no lo hace el


querellante, se declarará abandonada la querella.

B) Declaración de Inicio de la Audiencia


Verificada la asistencia, el juez de garantía declarará iniciada la audiencia, y a él
corresponde la dirección del debate, para lo cual dispone de las facultades contempladas
en el Art. 292 CPP.
Además, el juez debe estar presente durante toda la audiencia, bajo pena de nulidad.
Recordemos que el desarrollo de la audiencia de preparación es oral, por lo que el tribunal
no admitirá a los litigantes la presentación de escritos.

C) Exposición de las Presentaciones Escritas


Una vez declarado el inicio de la audiencia, el juez realizará una exposición sintética de
las presentaciones escritas efectuadas por los intervinientes, es decir, la acusación del
fiscal, la acusación particular del querellante, la adhesión, la demanda civil, la eventual
defensa escrita y las solicitudes de corrección de vicios formales.

Si el acusado no hubiere ejercido por escrito las facultades previstas en el Art. 263 CPP,
dentro de las cuales se encuentra la exposición de los argumentos de defensa, el juez le
otorgará la posibilidad de hacerlo verbalmente, si lo desea.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

D) Posibilidad de Salidas Alternativas y Procedimiento Abreviado


En este punto, debemos tener presente lo dispuesto en el Art. 245 Inc. Final CPP, que
en cuanto a la oportunidad, señala que después del cierre de la investigación, la
suspensión condicional del procedimiento y el acuerdo reparatorio sólo pueden ser
decretados o aprobados durante la audiencia de preparación de juicio oral.

De lo anterior fluye la conveniencia de que el juez de garantía llame a las partes a explorar,
por última vez, la posibilidad de alguna de las salidas alternativas.
Si prospera la salida alternativa, no será necesario continuar con la audiencia de
preparación, e incluso, si se aprueba el acuerdo reparatorio, el juez deberá, acto seguido,
sobreseer definitivamente la causa.
En cambio, si fracasan los intentos, se debe continuar con la audiencia.

En el evento que el Fiscal hubiere efectuado una solicitud de procedimiento abreviado,


ya sea por escrito junto a la acusación, o en forma verbal en la audiencia, procede discutir
y decidir sobre el particular.
Si el acusado acepta los hechos materia de la acusación y los antecedentes de la
investigación que la fundaren, y el juez de garantía accede a la petición, con la dictación
de la resolución respectiva termina la audiencia de preparación, y se inicia la ritualidad
del procedimiento abreviado.
Por el contrario, si el acusado no está de acuerdo con el procedimiento abreviado, o el
juez de garantía rechaza la solicitud, ya sea porque estima fundada la oposición planteada
por el querellante o por considerar que no se reúnen los requisitos legales, se continuará
con la audiencia de preparación.

E) Corrección de Vicios Formales


El juez de garantía, de oficio o a petición de parte, puede ordenar que los vicios formales
de que adolece la acusación del fiscal, la acusación particular o la demanda civil sean
subsanados, en lo posible de inmediato y sin suspender la audiencia.
Si no es posible subsanarlos de inmediato, suspenderá la audiencia por el período que el
tribunal estime necesario, que en ningún caso podrá exceder de cinco días.
Los efectos que se siguen en caso que no se subsanen los vicios en el plazo judicial
señalado difieren según cuál sea el interviniente incumplidor.

Tratándose del acusador particular o demandante civil, la sanción por no corrección


oportuna de los vicios observados consiste en que la acusación particular o la demanda
civil se tendrán por no presentadas.

Si es el Fiscal quien no corrige los vicios observados en su acusación, el juez puede, a


petición de éste, prorrogar la audiencia por otros cinco días, sin perjuicio de lo cual, el
juez debe informar el incumplimiento al Fiscal Regional.
Si transcurrido este último plazo no se han subsanado los vicios, el juez podrá adoptar
una de las siguientes decisiones:
• Si existe querellante particular que hubiere deducido acusación, o se hubiere
adherido a la del Fiscal, dispondrá que el procedimiento continúe sólo con el
querellante, y el Ministerio Público no podrá volver a intervenir en él;
• Si no existe querellante particular, el juez procederá a dictar sobreseimiento
definitivo en la causa.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

F) Control de Congruencia
La congruencia es la obligación que la ley impone, en primer lugar, al persecutor penal,
en cuanto debe respetar la necesaria correlación entre el componente fáctico, material y
personal de la formalización de la investigación con aquél señalado en la o las
acusaciones, y en definitiva, al órgano jurisdiccional, en tanto debe respetar la correlación
entre los elementos fácticos de la acusación y aquellos que componen su sentencia.

Este principio cautela fundamentalmente el derecho de defensa del acusado, pues si en la


acusación el fiscal o el acusador particular agregan hechos distintos a los descritos en la
formalización, evidentemente el imputado y su defensor no estarán preparados para
reaccionar a tiempo.

En esta etapa procesal la obligación de congruencia pesa directamente sobre los


acusadores, esto es, el Fiscal y el acusador particular.
Estos intervinientes, en sus respectivos escritos, deberán respetar a cabalidad esta
correlación sustancial que debe existir entre los hechos descritos en la formalización y
aquellos que se contengan en sus acusaciones.

No obstante la trascendencia de este principio, el Código no señala la forma de hacer valer


o controlar la incongruencia, ni tampoco los efectos que el incumplimiento genera.
Evidentemente, es el acusado el principal interesado en reclamar el respeto de esta
obligación, pero nos parece que corresponde también al tribunal cumplir aquí una función
cautelar, más allá de la actividad de la defensa.

G) Decisión Acerca de las Excepciones


1) Excepciones de Previo y Especial Pronunciamiento
Las excepciones de previo y especial pronunciamiento que el acusado hubiere planteado
oportunamente serán conocidas y resueltas, generalmente, por el juez de garantía en la
audiencia de preparación.
Para ello, el juez comienza abriendo debate en torno a la cuestión promovida,
permitiendo, si lo estima pertinente, la presentación de antecedentes probatorios que
puedan resultar relevantes para la decisión, y enseguida resolverá.

Si se trata de las excepciones de incompetencia del juez de garantía, litispendencia y falta


de autorización para proceder criminalmente, el juez debe resolverlas de inmediato,
acogiéndolas o rechazándolas.
Si acoge las excepciones, terminará la audiencia, pero si las rechaza, puede seguir
avanzando en ella hasta la dictación, en su caso, del auto de apertura.
En ambos casos, la resolución que se dicte es apelable en el sólo efecto devolutivo.

Tratándose de las excepciones de cosa juzgada y extinción de la responsabilidad penal, si


el juez estima que los antecedentes de la investigación son suficientes para justificarlas,
las acogerá y dictará el respectivo sobreseimiento definitivo, apelable en el solo efecto
devolutivo, con lo cual terminará la audiencia.
Por el contrario, si el juez estima que los antecedentes de la investigación no son
suficientes para justificar dichas excepciones, debe dejar su decisión para la audiencia de
juicio oral.
Esta resolución que reserva el conocimiento de las excepciones para el posterior juicio es
inapelable.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

2) Excepciones Civiles
Como la demanda civil debe cumplir con los requisitos formales establecidos en el Art.
254 CPC, resulta evidente que el demandado tiene la facultad de oponer a esa demanda
excepciones dilatorias y perentorias.
Respecto de estas excepciones civiles, el Art. 63 CPP dispone que deben ser resueltas
durante la audiencia de preparación del juicio oral.
Sin embargo, ello no parece aplicable a las excepciones de fondo, que constituyen
propiamente la contestación de la demanda, y requieren de prueba, por lo que corresponde
que sean conocidas y resueltas por el tribunal del juicio oral.

H) Llamado a Conciliación en la Acción Civil


Si se ha deducido demanda civil, ya sea por el querellante o por la víctima directamente,
el juez debe llamar a las partes a conciliación, proponiendo al efecto bases de arreglo.
Si se produce la conciliación, se dejará constancia de las condiciones de la misma en el
registro íntegro de la audiencia.
En caso contrario, el juez debe resolver las solicitudes de medidas cautelares reales que
la víctima hubiere formulado al deducir su demanda civil.
El llamado a conciliación que se efectúe en esta oportunidad no obsta, lógicamente, a que
el tribunal de juicio oral pueda explorar también esta posibilidad.

I) Las Convenciones Probatorias


Las convenciones probatorias son acuerdos que celebran los intervinientes ante el juez de
garantía, en la audiencia de preparación, y en cuya virtud dan por acreditados ciertos
hechos, que no podrán luego ser discutidos y a los cuales deberá estarse en el juicio oral.
De las convenciones probatorias que acuerden las partes debe dejarse constancia en el
auto de apertura de juicio oral.

J) Debate Sobre la Prueba Ofrecida por los Intervinientes


Si existen solicitudes, observaciones y planteamientos de las partes sobre las pruebas
ofrecidas por los demás, el juez abrirá debate sobre el particular y luego resolverá.
Normalmente, tales alegaciones dirán relación con la prueba impertinente, innecesaria,
dilatoria, superabundante, nula e ilícita

1) La Exclusión de Pruebas
La exclusión de prueba que provenga de actuaciones o diligencias declaradas nulas, y las
que hubieren sido obtenidas con inobservancia de garantías fundamentales, constituye un
mecanismo general correctivo para la protección de garantías, junto a la nulidad procesal
y al recurso de nulidad.
Los otros casos de exclusión de prueba dicen relación más bien con la racionalidad y
eficacia del proceso.

Eventualmente, el juez de garantía puede disponer la exclusión de pruebas en los


siguientes casos:
• Por tratarse de pruebas manifiestamente impertinentes;
• Por tratarse de pruebas que tienen por objeto acreditar hechos públicos y notorios;
• Por estimar que es superabundante y dilatoria, tratándose de la prueba testimonial
y documental que tuviere por objeto acreditar unos mismos hechos o
circunstancias que no guardan pertinencia sustancial con la materia del juicio, y
produzcan en él efectos puramente dilatorios;

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

• Por tratarse de pruebas que provinieren de actuaciones o diligencias que hubieren


sido declaradas nulas;
• Por tratarse de pruebas que hubieren sido obtenidas con inobservancia de
garantías fundamentales.

2) La Prueba Ilícita
Como ya sabemos, la prueba ilícita es aquella que es obtenida con inobservancia de las
garantías fundamentales.
Las garantías fundamentales tornan operativos los derechos inherentes a la dignidad
humana, por lo que se trata de garantías sustantivas y procesales que todo Estado y sus
órganos deben respetar y promover.

En esta materia, lo que interesa no es tanto la solución del conflicto penal específico, sino
la definición de las formas y medios lícitos a través de los cuales se autoriza la
averiguación de los hechos.
El proceso penal en un Estado de Derecho se concibe como un instrumento de control
social formalizado, y es por esto que sólo pueden utilizarse como medios de investigación
y de acreditación aquellos que se obtengan con observancia escrupulosa de la disciplina
de garantía de cada instrumento de acreditación.

En el caso de las garantías procesales, no basta con la mera infracción de una norma de
procedimiento aislada, de una formalidad o de un requisito de un acto, siendo preciso,
además, que esas infracciones vulneren una garantía procesal componente del debido
proceso.

De lo dicho precedentemente, podemos afirmar que los fundamentos que determinan


la ilicitud de una prueba pueden reducirse a los siguientes:
• El deber de los órganos del Estado de respetar y promover los derechos
fundamentales, y en consecuencia, abstenerse de vulnerarlos.
En principio, los derechos y libertades individuales deben primar por sobre los
fines de la persecución penal.
El descubrimiento de la verdad debe ser efectuado en forma lícita, no sólo porque
hay de por medio un principio ético en la represión del delito, sino porque la tutela
de los derechos del individuo es un valor más importante para la sociedad que el
castigo al autor del delito.
El respeto a la dignidad del hombre y a los derechos esenciales que derivan de esa
calidad constituyen el vértice fundamental sobre el que reposa la existencia misma
de todo Estado de Derecho;
• Desincentivar los abusos de la policía, toda vez que las reglas de inadmisibilidad
probatoria afirma el valor práctico de los derechos fundamentales de los
imputados o de terceros, desincentivando la transgresión de los mismos por los
agentes del Estado al determinar su ineficacia probatoria;
• Razones de integridad judicial, en cuanto la utilización de pruebas obtenidas en
violación de garantías fundamentales representa la participación de la judicatura
en dichas infracciones, lo que ofende la integridad de los tribunales, que son
precisamente los encargados de protegerlas;
• Finalmente, el respeto de la presunción de inocencia del imputado, en sus alcances
probatorios, toda vez que para ser destruida exige la concurrencia de prueba
suficiente que pueda razonablemente ser calificada, y que haya sido practicada
con todas las garantías constitucionales y procesales.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

La forma de reclamar la ilicitud de la prueba, su oportunidad y efectos depende de la etapa


procesal en que nos encontremos.
Durante la instrucción, alguna defensa ha intentado plantear incidentes de exclusión de
prueba ilícita en la audiencia de control de la detención, pero la generalidad de los jueces
de garantía no admiten esta posibilidad por inoportuna, señalando que el momento para
efectuar este reclamo es durante la audiencia de preparación de juicio oral, en aplicación
de lo dispuesto en el Art. 276 CPP.

En la fase oral de la etapa intermedia, esto es, durante la audiencia de preparación, y con
ocasión del debate acerca de las pruebas ofrecidas, los litigantes pueden plantear el tema
de la exclusión de la prueba ilícita.
Si la exclusión solicitada opera en contra del fiscal, y es aceptada por el juez de garantía,
el fiscal puede apelar de esa decisión.
En cambio, si la solicitud es rechazada, la resolución que así se pronuncia es inapelable.
Ahora bien, durante el juicio oral, el litigante que no obtuvo la exclusión solicitada podrá
solicitar que los elementos de prueba que estima viciados no sean valorados por el tribunal
en la sentencia.

Finalmente, si el tribunal de juicio oral ha valorado esa prueba que se estima ilegítima,
puede el litigante perjudicado interponer recurso de nulidad, fundado en la causal
contemplada en el Art. 373 A) CPP, esto es por infracción sustancial de derechos o
garantías asegurados por la Constitución o los Tratados Internacionales suscritos por
Chile.

3) Alcance de la Exclusión
Las normas que regulan la actividad probatoria son normas de garantía de los ciudadanos
frente al ejercicio de la potestad penal del Estado, y por ello, no debe permitirse que surtan
efectos las pruebas obtenidas, directa o indirectamente, violentando los derechos o
libertades fundamentales.

La exclusión es una exigencia derivada del contenido esencial del derecho vulnerado, y
la prohibición de utilización se extiende a las pruebas derivadas en la medida que éstas
participen de la misma vulneración del derecho fundamental, por lo que se hace necesario,
en cada caso, comprobar si la prueba posterior que no ha sido practicada con vulneración
de un derecho fundamental, participa de la ilicitud de la primera.
En otras palabras, a la prueba posterior, por lo tanto derivada, que ha sido regularmente
obtenida, debe privársele de eficacia probatoria si aparece conectada con la vulneración
de la prueba anterior, de manera que la antijuridicidad de la primera es traspasada a la
derivada.
A través de la exclusión, se afirma la vigencia del contenido esencial del derecho
fundamental vulnerado.

Al igual que en el caso de la prueba nula, tenemos entonces el problema de determinar la


extensión del efecto de la exclusión.
Los jueces de garantía utilizan con esta finalidad la concepción de la conexión causal
entre el acto que lesiona el derecho fundamental y los medios de prueba que se obtienen
como consecuencia de dicho acto, y que por ello, se denomina prueba derivada.
El acto lesivo, que normalmente consiste en diligencias de investigación efectuadas por
la policía, proporciona el conocimiento de ciertas pruebas que por su conexión causal

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

devienen en ilícitas, y por ende, no pueden ser utilizadas en contra del acusado para
enervar su estado de inocencia.
Dicho de otro modo, el tribunal sólo puede adquirir la convicción condenatoria a través
de pruebas lícitas y válidas, ya que en caso contrario, se vulnera la presunción de
inocencia y el debido proceso.

De acuerdo a lo dicho, corresponde declarar la invalidez de la prueba obtenida con


inobservancia de garantías fundamentales, así como también de aquellos otros elementos
probatorios conectados que se han contaminado con la ilicitud original.
Los efectos reflejos de la prueba ilícita se producen siempre que se acredite la relación
causal entre la información ilegítimamente adquirida y los elementos de prueba obtenidos
a partir de ella.
En consecuencia, debe existir un nexo causal entre la prueba ilícita y la derivada, de modo
tal que la segunda sea fruto o resultado necesario de la primera.

Sin embargo, no todas las pruebas conectadas causalmente se contaminan con la


antijuridicidad de la vulneración del derecho fundamental, lo cual sucede cuando puedan
concebirse como jurídicamente independientes.
La razón fundamental que avala la independencia jurídica de unas pruebas respecto de
otras radica en que las pruebas derivadas sean, desde su consideración intrínseca,
constitucionalmente legítimas, por no haberse obtenido con vulneración de ningún
derecho fundamental.

Por ello, para concluir que el efecto de exclusión se extiende también a ellas, habrá de
precisarse que se encuentran vinculadas a las que vulneraron el derecho fundamental de
modo directo, esto es, habrá que establecer un nexo entre unas y otras que permita afirmar
que la ilegitimidad constitucional de las primeras se extiende también a las segundas.

4) Pruebas Aceptadas
Las demás pruebas que hubieren sido ofrecidas por las partes y no excluidas por el juez
de garantía, después del debate respectivo, serán admitidas y señaladas en el respectivo
auto de apertura.
Si al terminar la audiencia, el juez de garantía comprueba que el acusado no ofreció
prueba oportunamente, por causas que no le son imputables, puede suspender la audiencia
en cautela de garantías hasta por un plazo de diez días.

5) Solicitud de Prueba Anticipada


Eventualmente, las partes pueden, durante la audiencia de preparación, solicitar que se
rinda prueba testimonial y pericial anticipada.
En el juicio oral, la lectura de declaraciones de peritos y testigos efectuada en forma
previa ante el juez de garantía es una situación excepcional, toda vez que la regla general
está constituida por la interrogación personal de éstos en la audiencia.

Como se trata de una excepción, el tribunal de juicio oral debe ser riguroso en la
ponderación de las condiciones que exige el Art. 331 A) CPP, debiendo verificar si las
circunstancias que justificaron proceder de un modo anticipado subsisten a la época del
juicio, esto es, si el testigo o perito falleció o ha caído en incapacidad física o mental, o
estuviere ausente del país, o se ignora su residencia, o que no pudiere declarar por motivos
difíciles de superar.

118
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Sin embargo, en los casos de la letra a) que sobrevengan con posterioridad a lo previsto
en el Art. 280 CPC, cuando se trate de testigos, o de peritos privados cuya declaración
sea considerada esencial por el tribunal, podrá incorporarse la respectiva declaración o
pericia mediante la lectura de la misma, previa solicitud fundada de alguno de los
intervinientes.

También existen particularidades en los casos de procedimientos simplificados donde el


imputado requerido, válidamente emplazado, no asista injustificadamente a la audiencia
de juicio por segunda ocasión, caso en el cual, el tribunal deberá recibir, siempre que
considere que ello no vulnera el derecho a defensa del imputado, la prueba testimonial y
pericial del Ministerio Público, de la defensa y del querellante, en carácter de prueba
anticipada, conforme a lo previsto en el Art. 191 CPP, sin que sea necesaria su
comparecencia posterior al juicio (Art. 396 Inc. Final CPP).

K) Unión y Separación de Acusaciones


1) Unión de Acusaciones
Para que el juez de garantía haga uso de esta facultad, debe existir una pluralidad de
acusaciones presentadas por el Ministerio Público, vinculadas entre ellas por referirse a
un mismo hecho, a un mismo acusado, o porque debieren ser examinadas unas mismas
pruebas.

Si el juez estima conveniente someter todas estas acusaciones a un solo juicio oral, y ello
no perjudicare el derecho de defensa, previo debate, dispondrá la unión de acusaciones y
dictará un solo auto de apertura.

2) Separación de Acusaciones
En este caso, nos encontramos frente a una acusación presentada por el Ministerio Público
que se refiere a distintos hechos o diferentes imputados que, de ser conocida en un solo
juicio oral, pudiere provocar graves dificultades en la organización o desarrollo del juicio
o detrimento de la defensa, y siempre que ello no implique el riesgo de provocar
decisiones contradictorias.

Si el juez de garantía así lo estima, previo debate, dictará autos de apertura de juicio oral
separados para los distintos hechos o para los distintos imputados.

L) Dictación del Auto de Apertura de Juicio Oral


Agotados los temas de la audiencia, el juez de garantía debe proceder a dictar el auto de
apertura de juicio oral, sentencia interlocutoria que pone fin a la etapa intermedia, y cuyo
contenido mínimo se encuentra señalado en los Arts. 37 y 277 CPP y 169 CPC, en
relación al Art. 52 CPP.
Según se desprende de las disposiciones mencionadas, el contenido mínimo del auto de
apertura de juicio oral es el siguiente:
• Señalamiento del tribunal competente para conocer el juicio oral.
Este requisito se refiere más bien a la competencia relativa, correspondiendo que
conozca del juicio el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal con jurisdicción sobre el
territorio en que se hubiere cometido el hecho que da motivo al juicio, teniendo
en cuenta, además, que el delito se considera cometido en el lugar donde se
hubiere dado comienzo a su ejecución.
Hermosilla considera que el juez de garantía no tiene facultades para
pronunciarse acerca de la competencia absoluta del Tribunal de Juicio Oral en lo

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Penal, quedando reservado el debate y resolución de las eventuales cuestiones o


contiendas de competencia al mismo tribunal o al superior jerárquico respectivo;
• La indicación de la o las acusaciones que deberán ser objeto del juicio y las
correcciones formales que se hubieren realizado en ellas.
Si sólo ha presentado acusación el Ministerio Público, en el auto de apertura
bastará con la trascripción o mención extractada pero fiel de su contenido.
Si además existe acusación particular, deberá hacerse igual mención a su respecto.
En relación con los vicios formales de la acusación, debe indicarse también el
resultado del análisis que el juez efectúe sobre la congruencia entre la
formalización y la o las acusaciones;
• La enunciación de la demanda civil, en su caso.
Parece adecuado transcribir del modo más fiel posible el libelo respectivo, para
que el juez presidente del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal, en su oportunidad,
esté en condiciones de señalar esta pretensión junto con las acusaciones, y luego,
para el pronunciamiento en la sentencia definitiva;
• La transcripción de las convenciones probatorias que hubieren acordado las
partes.
Es muy importante que la redacción de los hechos que se dan por establecidos sea
clara y precisa, de modo que no sea necesario posteriormente efectuar una
interpretación de su sentido y alcance, o que se exceda de los hechos y comprenda
calificaciones jurídicas.
Por otro lado, parece conveniente indicar también, en su caso, que las partes no
acordaron convención probatoria alguna;
• El señalamiento de las pruebas que deberán rendirse en el juicio oral.
Se trata de las pruebas aceptadas y no excluidas después del debate respectivo.
En este punto, un sector de la doctrina sostiene que, por tratarse de una sentencia
interlocutoria firme, produce cosa juzgada y deviene en intangible para el Tribunal
de Juicio Oral en lo Penal, de modo que éste último no podría, en la audiencia,
aceptar prueba que ha sido excluida o excluir prueba que ha sido ya aceptada.
Ahora bien, otros autores discrepan respecto de que se niegue la posibilidad de
excluir prueba previamente aceptada, ya que el Art. 334 Inc. 2° CPP faculta
expresamente al tribunal de Juicio Oral en lo Penal para impedir que se incorporen
como medios de prueba actas o documentos que dieren cuenta de actuaciones o
diligencias declaradas nulas, o en cuya obtención se hubieren vulnerado garantías
fundamentales.
Impedir incorporar un elemento de prueba, sea que se haya ofrecido
oportunamente o no, es excluir.
Además, los jueces penales tienen la obligación de cautelar los derechos de los
litigantes, especialmente las garantías fundamentales del debido proceso, por lo
que si en la audiencia se demuestra que la manera de obtener una determinada
información fue vulneratoria de garantías, es deber del tribunal excluir esa fuente
de información;
• La individualización de quienes debieren ser citados a la audiencia de juicio
oral, con mención de los testigos a los que debiere pagarse anticipadamente
sus gastos de traslado y habitación y los montos respectivos;
• La expresión en letras de la fecha y lugar en que se expide y la firma del juez
que la dictare;
• Disponer la devolución a los intervinientes de los documentos que hubieren
presentado durante la audiencia;

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

• La mención de que pone a disposición del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal


a las personas sometidas a prisión preventiva o a otras medidas cautelares
personales.
Resulta indispensable, además, señalar la época desde la cual el acusado se
encuentra afecto a estas medidas, y en el caso de la prisión preventiva, la fecha
del último debate oral en que se hubieren ordenado o mantenido.
Conjuntamente con lo anterior, debe dejarse constancia de la época en que el
acusado estuvo privado de libertad, sea detenido o sujeto a prisión preventiva,
para los efectos de la determinación de un eventual abono.

Como se trata de una resolución que se dicta en audiencia, se entiende notificada a los
intervinientes en el momento de su lectura, dejándose constancia de ello en el estado
diario.
En cuanto a la remisión del auto de apertura, la ley exige al juez de garantía que haga
llegar esta resolución al tribunal oral competente dentro de las cuarenta y ocho horas
siguientes a su notificación.

Esta sentencia interlocutoria sólo es susceptible de ser impugnada vía recurso de


apelación, que debe ser concedido en ambos efectos, únicamente cuando lo interponga el
Ministerio Público por la exclusión de pruebas decretada de acuerdo a lo previsto en el
Art. 276 Inc. 3° CPP, esto es, por provenir de actuaciones o diligencias declaradas nulas,
y aquellas que hubieren sido obtenidas con inobservancia de garantías fundamentales.
En consecuencia, es inapelable en los demás casos.

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Capítulo III – El Juicio Oral

1. Generalidades
La fase de juicio oral se encuentra contemplada en el Título III del Libro Segundo del
Código Procesal Penal (Arts. 281-351), el cual se encuentra dividido en diez párrafos,
que son los siguientes:
• Actuaciones Previas al Juicio Oral (Art. 281 CPP);
• Principios del Juicio Oral (Arts. 282-291 CPP);
• Dirección y Disciplina (Arts. 292-294 CPP);
• Disposiciones Generales Sobre la Prueba (Arts. 295-297 CPP);
• Testigos (Arts. 298-313 CPP);
• Informe de Peritos (Arts. 314-322 CPP);
• Otros Medios de Prueba (Art. 323 CPP);
• Prueba de las Acciones Civiles (Art. 324 CPP);
• Desarrollo del Juicio Oral (Arts. 325-338 CPP);
• La Sentencia Definitiva (Arts. 339-351 CPP).

Pasamos a estudiar cada una de estas materias.

2. Actuaciones Previas al Juicio Oral


Conforme al Art. 281 CPP, el juez de garantía hará llegar el auto de apertura del juicio
oral al tribunal competente, dentro de las 48 horas siguientes al momento en que quedare
firme.
También pondrá a disposición del tribunal de juicio oral en lo penal a las personas
sometidas a prisión preventiva o a otras medidas cautelares personales.

Una vez distribuida la causa, en su caso, el juez presidente de la sala respectiva procederá
de inmediato a decretar la fecha para la celebración de la audiencia de la misma, la que
deberá tener lugar no antes de quince ni después de sesenta días desde la notificación del
auto de apertura del juicio oral.
Señalará, asimismo, la localidad en la cual se constituirá y funcionará el tribunal de juicio
oral en lo penal, si se tratare de alguno de los casos previstos en el Art. 21 A COT.

En su resolución, el juez presidente indicará también el nombre de los jueces que


integrarán la sala.
Con la aprobación del juez presidente del comité de jueces, convocará a un número de
jueces mayor de tres para que la integren, cuando existieren circunstancias que
permitieren presumir que con el número ordinario no se podrá dar cumplimiento a lo
exigido en el Art. 284 CPP.

Ordenará, por último, que se cite a la audiencia a todos quienes debieren concurrir a ella.
El acusado deberá ser citado con al menos siete días de anticipación a la realización de la
audiencia, bajo los apercibimientos previstos en los Arts. 33 y 141 Inc. 4° CPP.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

3. Los Principios del Juicio Oral


Los Arts. 282-291 CPP contemplan los principios del juicio oral, muchos de los cuales
han sido tratados anteriormente, y que pasamos a analizar.

A) Continuidad del Juicio Oral (Arts. 282-283 CPP)


La audiencia del juicio oral se desarrollará en forma continua, y podrá prolongarse en
sesiones sucesivas hasta su conclusión.
Constituirán, para estos efectos, sesiones sucesivas, aquellas que tuvieren lugar en el día
siguiente o subsiguiente de funcionamiento ordinario del tribunal.

Ahora bien, en conformidad al Art. 283 CPP, el tribunal podrá suspender la audiencia
hasta por dos veces, solamente por razones de absoluta necesidad y por el tiempo mínimo
necesario de acuerdo con el motivo de la suspensión.
Al reanudarla, efectuará un breve resumen de los actos realizados hasta ese momento.
El juicio se suspenderá por las causas señaladas en el Art. 252 CPP, que contiene las
causales de sobreseimiento temporal de la causa.

Con todo, el juicio seguirá adelante cuando la declaración de rebeldía se produjere


respecto del imputado a quien se le hubiere otorgado la posibilidad de prestar declaración
en el juicio oral, siempre que el tribunal estimare que su ulterior presencia no resulta
indispensable para la prosecución del juicio, o cuando sólo faltare la dictación de la
sentencia.

La suspensión de la audiencia o la interrupción del juicio oral por un período que


excediere de diez días impedirá su continuación, y en tal caso, el tribunal deberá decretar
la nulidad de lo obrado en él y ordenar su reinicio.
Cuando fuere necesario suspender la audiencia, el tribunal comunicará verbalmente la
fecha y hora de su continuación, lo que se tendrá como suficiente citación.

B) Presencia de los Sujetos Procesales (Arts. 284-288 CPP)


Conforme al Art. 284 CPP, la audiencia del juicio oral se realizará con la presencia
ininterrumpida de los jueces que integraren el tribunal y del fiscal, sin perjuicio de lo
dispuesto en el Art. 258 CPP.
Lo dispuesto en el Art. 76 Inc. Final CPP respecto de la inhabilidad se aplicará también
a los casos en que, iniciada la audiencia, faltare un integrante del tribunal de juicio oral
en lo penal.
Cualquier infracción de lo dispuesto en este artículo implicará la nulidad del juicio oral y
de la sentencia que se dictare en él.

Luego, según dispone el Art. 285 CPP, el acusado deberá estar presente durante toda la
audiencia, aunque el tribunal podrá autorizar la salida de la sala del acusado cuando éste
lo solicitare, ordenando su permanencia en una sala próxima.
Asimismo, el tribunal podrá disponer que el acusado abandonare la sala de audiencia
cuando su comportamiento perturbare el orden, y en ambos casos, el tribunal adoptará las
medidas necesarias para asegurar la oportuna comparecencia del acusado.
El presidente de la sala deberá informar al acusado de lo ocurrido en su ausencia, en
cuanto éste reingresare a la sala.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Tras ello, el Art. 286 CPP establece que la presencia del defensor del acusado durante
toda la audiencia del juicio oral será un requisito de validez del mismo, de acuerdo a lo
previsto en el Art. 103 CPP.
La no comparecencia del defensor a la audiencia constituirá abandono de la defensa, y
obligará al tribunal a la designación de un defensor penal público, de acuerdo con lo
dispuesto en el Art. 106 Inc. 4° CPP.
No se podrá suspender la audiencia por la falta de comparecencia del defensor elegido
por el acusado, y en tal caso, se designará de inmediato un defensor penal público, al que
se concederá un período prudente para interiorizarse del caso.

El Art. 287 CPP señala las sanciones a que se expone el fiscal que no asistiere o
abandonare la audiencia injustificadamente, remitiéndose a lo señalado en el Art. 269
Inc. 2° CPP, conforme al cual, la inasistencia o el abandono injustificado de la audiencia
por parte del fiscal deberá ser subsanada de inmediato por el tribunal, el que, además,
pondrá este hecho en conocimiento del fiscal regional respectivo para que determine la
responsabilidad del fiscal ausente, de conformidad a lo que disponga la ley orgánica
constitucional del Ministerio Público.

Por último, y en virtud del Art. 288 CPP, la no comparecencia del querellante o de su
apoderado a la audiencia, o el abandono de la misma sin autorización del tribunal, dará
lugar a la declaración de abandono.

C) Publicidad de la Audiencia del Juicio Oral (Art. 289 CPP)


La audiencia del juicio oral será pública, pero el tribunal podrá disponer, a petición de
parte y por resolución fundada, una o más de las siguientes medidas, cuando considerare
que ellas resultan necesarias para proteger la intimidad, el honor o la seguridad de
cualquier persona que debiere tomar parte en el juicio o para evitar la divulgación de un
secreto protegido por la ley:
• Impedir el acceso u ordenar la salida de personas determinadas de la sala donde
se efectuare la audiencia;
• Impedir el acceso del público en general u ordenar su salida para la práctica de
pruebas específicas;
• Prohibir al fiscal, a los demás intervinientes y a sus abogados que entreguen
información o formulen declaraciones a los medios de comunicación social
durante el desarrollo del juicio.

Los medios de comunicación social podrán fotografiar, filmar o transmitir alguna parte
de la audiencia que el tribunal determinare, salvo que las partes se opusieren a ello.
Si sólo alguno de los intervinientes se opusiere, el tribunal resolverá.

D) Incidentes en la Audiencia del Juicio Oral (Art. 290 CPP)


Conforme al Art. 290 CPP, los incidentes promovidos en el transcurso de la audiencia
del juicio oral se resolverán inmediatamente por el tribunal, y las decisiones que recayeren
sobre estos incidentes no serán susceptibles de recurso alguno.

E) Oralidad (Art. 291 CPP)


La audiencia del juicio se desarrollará en forma oral, tanto en lo relativo a las alegaciones
y argumentaciones de las partes como a las declaraciones del acusado, a la recepción de
las pruebas, y en general, a toda intervención de quienes participaren en ella.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Las resoluciones serán dictadas y fundamentadas verbalmente por el tribunal, y se


entenderán notificadas desde el momento de su pronunciamiento, debiendo constar en el
registro del juicio.
El tribunal no admitirá la presentación de argumentaciones o peticiones por escrito
durante la audiencia del juicio oral.
Sin embargo, quienes no pudieren hablar o no lo supieren hacer en el idioma castellano,
intervendrán por escrito o por medio de intérpretes.

4. Dirección y Disciplina
El Art. 292 CPP establece las facultades del juez presidente de la sala en la audiencia del
juicio oral.
Conforme a esta disposición, el juez presidente de la sala dirigirá el debate, ordenará la
rendición de las pruebas, exigirá el cumplimiento de las solemnidades que
correspondieren y moderará la discusión.
Podrá impedir que las alegaciones se desvíen hacia aspectos no pertinentes o
inadmisibles, pero sin coartar el ejercicio de la acusación ni el derecho a defensa.

También podrá limitar el tiempo del uso de la palabra a las partes que debieren intervenir
durante el juicio, fijando límites máximos igualitarios para todas ellas, o interrumpiendo
a quien hiciere uso manifiestamente abusivo de su facultad.
Además, ejercerá las facultades disciplinarias destinadas a mantener el orden y decoro
durante el debate, y en general, a garantizar la eficaz realización del mismo.

En uso de estas facultades, el presidente de la sala podrá ordenar la limitación del acceso
de público a un número determinado de personas.
También podrá impedir el acceso u ordenar la salida de aquellas personas que se
presentaren en condiciones incompatibles con la seriedad de la audiencia.

Por otro lado, el Art. 293 CPP señala los deberes de los asistentes a la audiencia de juicio
oral, al disponer que quienes asistieren a la audiencia deberán guardar respeto y silencio
mientras no estuvieren autorizados para exponer o debieren responder a las preguntas que
se les formularen.
No podrán llevar armas ni ningún elemento que pudiere perturbar el orden de la audiencia,
ni podrán adoptar un comportamiento intimidatorio, provocativo o contrario al decoro.

Por último, en virtud de lo dispuesto en el Art. 294 CPP, quienes infringieren las medidas
sobre publicidad previstas en el Art. 289 CPP, o lo dispuesto en el Art. 293 CPP, podrán
ser sancionados de conformidad con los Arts. 530 y 532 COT, según correspondiere.
Sin perjuicio de lo anterior, el tribunal podrá expulsar a los infractores de la sala, y en
caso de que el expulsado fuere el fiscal o el defensor, deberá procederse a su reemplazo
antes de continuar el juicio.
Si lo fuere el querellante, se procederá en su ausencia, y si lo fuere su abogado, deberá
reemplazarlo.

5. Disposiciones Generales sobre la Prueba


A) La Libertad de Prueba
En esta materia, es fundamental el Art. 295 CPP, que establece que todos los hechos y
circunstancias pertinentes para la adecuada solución del caso sometido a enjuiciamiento
podrán ser probados por cualquier medio producido e incorporado en conformidad a la
ley.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Se establece así la libertad en la elección de la fuente probatoria que se convertirá en un


medio de prueba en el juicio, al señalarse que todos los hechos y circunstancias
pertinentes para resolver podrán ser probados por cualquier medio.

Cuando el precepto habla de producido en conformidad a la ley, debemos entender que


se refiere a la obtención lícita de la fuente de la prueba.
Además, no basta con que el medio probatorio que llega al juicio se haya producido
conforme a la ley, sino que, además, debe ser incorporado al juicio de la manera que el
legislador también ha previsto.
En otras palabras, la fuente de prueba obtenida en la fase de investigación debe ser
ofrecida formalmente en la fase intermedia, para que se pueda hacer su examen de
admisibilidad, y luego, debe ser introducida o incorporada al juicio como medio de prueba
en la forma prevista por la ley para cada caso.

B) Oportunidad Para la Recepción de la Prueba


Según dispone el Art. 296 CPP, la prueba que hubiere de servir de base a la sentencia
deberá rendirse durante la audiencia del juicio oral, salvas las excepciones expresamente
previstas en la ley.
En estos últimos casos, la prueba deberá ser incorporada en la forma establecida en el
Párrafo 9º del Título III del Libro Segundo del Código Procesal Penal.

Por regla general, la prueba debe producirse ante el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal,
teniendo en consideración la importancia que en este procedimiento tiene el principio de
inmediación, pero sin perjuicio de la posibilidad de rendir prueba anticipada en los
términos estudiados anteriormente.

C) La Valoración de la Prueba
El Art. 297 CPP establece el sistema de valoración de la prueba conforme a las reglas de
la sana crítica.
En virtud de esta disposición, los tribunales apreciarán la prueba con libertad, pero no
podrán contradecir los principios de la lógica, las máximas de la experiencia y los
conocimientos científicamente afianzados.

El tribunal deberá hacerse cargo en su fundamentación de toda la prueba producida,


incluso de aquélla que hubiere desestimado, indicando en tal caso las razones que hubiere
tenido en cuenta para hacerlo.
La valoración de la prueba en la sentencia requerirá el señalamiento del o de los medios
de prueba mediante los cuales se dieren por acreditados cada uno de los hechos y
circunstancias que se dieren por probados.
Esta fundamentación deberá permitir la reproducción del razonamiento utilizado para
alcanzar las conclusiones a que llegare la sentencia.

Esta nueva forma de valorar la prueba se enfrenta diametralmente con el antiguo sistema
que imperaba en nuestro país, donde cada medio de prueba era tasado legalmente, es
decir, cada prueba tenía, por así decirlo, un peso específico, y en base a ello, se establecían
o no hechos punibles y la participación del imputado por parte del juez.

La libertad probatoria a que se refiere el Art. 297 CPP no debe ser entendida como una
total o amplia libertad para dar o no dar por acreditados hechos punibles o participación,
sino que, por el contrario, debe ser entendida como una apreciación de la prueba

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

producida que no vulnere o traspase los principios de la lógica, las máximas de la


experiencia y los conocimientos científicamente afianzados.

Esta barrera puesta a la apreciación probatoria es la que requerirá entonces, de parte de


los juzgadores, una forma distinta de redacción de los fallos.
Las razones del porqué de las decisiones necesita una justificación, que ya no puede
conformarse sólo en la simple convicción de absolución o condena, pues, por el contrario,
debe reflejarse en la sentencia el razonamiento empleado para llegar a la solución.
La clave de aquello está precisamente en la posibilidad del Tribunal Superior de poder
revisar esta justificación de la decisión, sea de condena o absolución.
Lo revisable, aparte del derecho aplicado al caso, será la justificación de la decisión,
hilada mediante razonamientos que puedan ser entendidos y reproducidos luego por el
Tribunal superior.

Es esencial en esta materia lo dispuesto en el Art. 340 CPP, en virtud del cual, nadie
podrá ser condenado por delito sino cuando el tribunal que lo juzgare adquiriere, más allá
de toda duda razonable, la convicción de que realmente se hubiere cometido el hecho
punible objeto de la acusación, y que en él hubiere correspondido al acusado una
participación culpable y penada por la ley.
El tribunal formará su convicción sobre la base de la prueba producida durante el juicio
oral, y no se podrá condenar a una persona con el solo mérito de su propia declaración.

6. Normas Particulares Sobre los Medios de Prueba


A) La Prueba Testimonial
A día de hoy, la prueba testimonial se constituye como el medio probatorio más utilizado
en los juicios orales, y en general, cualquier persona que preste declaración en juicio, sea
testigo o perito, deberá hacerlo personalmente y declarando en estrados.
Es necesario tener presente que, a día de hoy, no existen en nuestro proceso penal los
testigos inhábiles, lo cual dice relación directa con el sistema de valoración de acuerdo a
las reglas de la sana crítica.

La prueba testimonial se encuentra regulada en el Párrafo 5° del Título III del Libro
Segundo del Código Procesal Penal (Arts. 298-313), y pasamos a analizar estas normas.

1) El Deber de Comparecer y Declarar


Conforme al Art. 298 CPP, toda persona que no se encontrare legalmente exceptuada
tendrá la obligación de concurrir al llamamiento judicial practicado con el fin de prestar
declaración testimonial, así como de declarar la verdad sobre lo que se le preguntare y de
no ocultar hechos, circunstancias o elementos acerca del contenido de su declaración.

Para la citación de los testigos regirán las normas previstas en el Párrafo 4º del Título II
del Libro Primero, aunque, en casos urgentes, los testigos podrán ser citados por cualquier
medio, haciéndose constar el motivo de la urgencia.
Con todo, en estos casos no procederá la aplicación de los apercibimientos previstos en
el Art. 33 CPP sino una vez practicada la citación con las formalidades legales.
El Art. 299 CPP, por su parte, señala que si el testigo legalmente citado no compareciere
sin justa causa, se procederá conforme a lo dispuesto en el Art. 33 Inc. 3° CPP, en virtud
del cual, los testigos podrán ser arrestados hasta la realización de la actuación por un
máximo de 24 horas, y podrá imponérseles, además, una multa de hasta 15 UTM.
Además, podrá imponérsele el pago de las costas provocadas por su inasistencia.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

El testigo que se negare sin justa causa a declarar será sancionado con las penas que
establece el Art. 240 Inc. 2° CPC, que señala la pena de reclusión menor en su grado
medio a máximo.

Ahora bien, el Art. 300 CPP establece que ciertas personas no cuentan con la obligación
de comparecer, las cuales son:
• El Presidente de la República y los ex Presidentes, los Ministros de Estado, los
Senadores y Diputados, los miembros de la Corte Suprema, los integrantes del
Tribunal Constitucional, el Contralor General de la República y el Fiscal
Nacional;
• Los Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas, el General Director de
Carabineros de Chile y el Director General de la Policía de Investigaciones de
Chile;
• Los chilenos o extranjeros que gozaren en el país de inmunidad diplomática, en
conformidad a los tratados vigentes sobre la materia;
• Los que, por enfermedad grave u otro impedimento calificado por el tribunal, se
hallaren en imposibilidad de hacerlo.

Con todo, si las personas enumeradas en el primer, segundo y cuarto caso renunciaren a
su derecho a no comparecer, deberán prestar declaración conforme a las reglas generales.
También deberán hacerlo si, habiendo efectuado el llamamiento un tribunal de juicio oral
en lo penal, la unanimidad de los miembros de la sala, por razones fundadas, estimare
necesaria su concurrencia ante el tribunal.

Ahora bien, estas personas, no obstante no estar obligadas a comparecer, no están exentas
del deber de declarar, lo cual deben llevar a cabo según lo dispuesto en el Art. 301 CPP.
Según este artículo, las personas contempladas en el primer, segundo y cuarto caso deben
ser interrogadas en el lugar en que ejercieren sus funciones o en su domicilio.
A tal efecto, propondrán oportunamente la fecha y el lugar correspondientes, y si así no
lo hicieren, los fijará el tribunal.
En caso de inasistencia del testigo, se aplicarán las normas generales.
A la audiencia ante el tribunal tendrán siempre derecho a asistir los intervinientes.
El tribunal podrá calificar las preguntas que se dirigieren al testigo, teniendo en cuenta su
pertinencia con los hechos y la investidura o estado del testigo.

En cuanto a las personas contempladas en el tercer caso, declararán por informe, si


consintieren a ello voluntariamente, y al efecto, se les dirigirá un oficio respetuoso, por
medio del ministerio respectivo.

2) Facultad de No Declarar por Motivos Personales o Razones de Secreto


Conforme al Art. 302 CPP, no están obligados a declarar el cónyuge o el conviviente del
imputado, sus ascendientes o descendientes, sus parientes colaterales hasta el segundo
grado de consanguinidad o afinidad, su pupilo o su guardador, su adoptante o adoptado.

Si se tratare de personas que, por su inmadurez o por insuficiencia o alteración de sus


facultades mentales no comprendieren el significado de la facultad de abstenerse, se
requerirá la decisión del representante legal, o en su caso, de un curador designado al
efecto.
Si el representante interviniere en el procedimiento, se designará un curador, quien deberá
resguardar los intereses del testigo.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

La sola circunstancia de que el testigo fuere menor de edad no configurará necesariamente


alguna de estas situaciones.

Las personas comprendidas en este artículo deberán ser informadas acerca de su facultad
de abstenerse antes de comenzar cada declaración, y podrán retractar en cualquier
momento el consentimiento que hubieren dado para prestar su declaración.
Tratándose de las personas que por su inmadurez o por su insuficiencia o alteración de
sus facultades mentales no comprendieren el significado de la facultad de abstenerse, la
declaración se llevará siempre a cabo en presencia del representante legal o curador.

Luego, según dispone el Art. 303 CPP, tampoco están obligadas a declarar aquellas
personas que, por su estado, profesión o función legal, como el abogado, médico o
confesor, tuvieren el deber de guardar el secreto que se les hubiere confiado, pero
únicamente en lo que se refiriere a dicho secreto.
Estas personas no podrán invocar esta facultad cuando se las relevare del deber de guardar
secreto por aquel que lo hubiere confiado.

En ambos casos, conforme al Art. 304 CPP, los testigos deberán comparecer a la
presencia judicial y explicar los motivos de los cuales surgiere la facultad de abstenerse
que invocaren.
El tribunal podrá considerar como suficiente el juramento o promesa que los mencionados
testigos prestaren acerca de la veracidad del hecho fundante de la facultad invocada.

Estos testigos estarán obligados a declarar respecto de los demás imputados con quienes
no estuvieren vinculados de alguna de las maneras allí descritas, a menos que su
declaración pudiere comprometer a aquéllos con quienes existiere dicha relación.

3) Principio de No Autoincriminación
Conforme al Art. 305 CPP, todo testigo tendrá el derecho de negarse a responder aquellas
preguntas cuya respuesta pudiere acarrearle peligro de persecución penal por un delito.
El testigo tendrá el mismo derecho cuando, por su declaración, pudiere incriminar a
alguno de los parientes mencionados en el Art. 302 Inc. 1° CPP, esto es, el cónyuge o el
conviviente del imputado, sus ascendientes o descendientes, sus parientes colaterales
hasta el segundo grado de consanguinidad o afinidad, su pupilo o su guardador, su
adoptante o adoptado.

4) Juramento o Promesa
De acuerdo al Art. 306 CPP, todo testigo, antes de comenzar su declaración, prestará
juramento o promesa de decir verdad sobre lo que se le preguntare, sin ocultar ni añadir
nada de lo que pudiere conducir al esclarecimiento de los hechos.
No se tomará juramento o promesa a los testigos menores de dieciocho años, ni a aquellos
de quienes el tribunal sospechare que pudieren haber tomado parte en los hechos
investigados.
Se hará constar en el registro la omisión del juramento o promesa y las causas de ello.
El tribunal, si lo estimare necesario, instruirá al testigo acerca del sentido del juramento
o promesa y de su obligación de ser veraz, así como de las penas con las cuales la ley
castiga el delito de falso testimonio en causa criminal.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

5) Individualización y Protección del Testigo


Conforme al Art. 307 CPP, la declaración del testigo comenzará por el señalamiento de
los antecedentes relativos a su persona, en especial sus nombres y apellidos, edad, lugar
de nacimiento, estado, profesión, industria o empleo y residencia o domicilio, todo ello
sin perjuicio de las excepciones contenidas en leyes especiales.
Si existiere motivo para temer que la indicación pública de su domicilio pudiere implicar
peligro para el testigo u otra persona, el presidente de la sala o el juez, en su caso, podrá
autorizar al testigo a no responder a dicha pregunta durante la audiencia.

Si el testigo hiciere uso de este derecho, quedará prohibida la divulgación, en cualquier


forma, de su identidad o de antecedentes que condujeren a ella, y el tribunal deberá
decretar esta prohibición.
La infracción a esta norma será sancionada con la pena de reclusión mayor en su grado
mínimo, tratándose de quien proporcionare la información.
En caso que la información fuere difundida por algún medio de comunicación social,
además se impondrá a su director una multa de diez a cincuenta ingresos mínimos
mensuales.

En virtud de lo dispuesto en el Art. 308 CPP, el tribunal, en casos graves y calificados,


podrá, por solicitud de cualquiera de las partes o del propio testigo, disponer medidas
especiales destinadas a proteger la seguridad de este último, las que podrán consistir, entre
otras, en autorizarlo para declarar vía sistema de vídeo conferencia, separado del resto de
la sala de audiencias mediante algún sistema de obstrucción visual, o por otros
mecanismos que impidan el contacto directo del testigo con los intervinientes o el público.

Dichas medidas durarán el tiempo razonable que el tribunal dispusiere, y podrán ser
renovadas cuantas veces fuere necesario.
De igual forma, el Ministerio Público, de oficio o a petición del interesado, adoptará las
medidas que fueren procedentes para conferir al testigo, antes o después de prestadas sus
declaraciones, la debida protección.

Se entenderá que constituye un caso grave y calificado aquel en que la solicitud se


fundamente en la existencia de malos tratos de obra o amenazas en los términos del Art.
296 CP.
Para adoptar esta decisión, el tribunal podrá oír de manera reservada al testigo, sin
participación de los intervinientes en el juicio.

6) Habilidad de los Testigos


El Art. 309 CPP es claro en establecer que no existen testigos inhábiles en el
procedimiento penal.
Sin perjuicio de ello, los intervinientes podrán dirigir al testigo preguntas tendientes a
demostrar su credibilidad o falta de ella, la existencia de vínculos con alguno de los
intervinientes que afectaren o pudieren afectar su imparcialidad, o algún otro defecto de
idoneidad.
Todo testigo dará razón circunstanciada de los hechos sobre los cuales declarare,
expresando si los hubiere presenciado, si los dedujere de antecedentes que le fueren
conocidos o si los hubiere oído referir a otras personas.

130
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

7) Testigos Menores de Edad y Testigos Sordos o Mudos


Conforme al Art. 310 CPP, el testigo menor de edad sólo será interrogado por el
presidente de la sala, debiendo los intervinientes dirigir las preguntas por su intermedio.

Si el testigo fuere sordo, las preguntas le serán dirigidas por escrito, y si fuere mudo, dará
por escrito sus contestaciones.
Si no fuere posible proceder de esta manera, la declaración del testigo será recibida por
intermedio de una o más personas que pudieren entenderse con él por signos o que
comprendieren a los sordomudos.
Estas personas prestarán previamente el juramento o promesa prescritos en el Art. 306
CPP (Art. 311 CPP).

8) Derechos de los Testigos


Según dispone el Art. 312 CPP, el testigo que careciere de medios suficientes o viviere
solamente de su remuneración, tendrá derecho a que la persona que lo presentare le
indemnice la pérdida que le ocasionare su comparecencia para prestar declaración, y le
pague, anticipadamente, los gastos de traslado y habitación, si procediere.

Se entenderá renunciado este derecho si no se ejerciere en el plazo de veinte días, contado


desde la fecha en que se prestare la declaración.

En caso de desacuerdo, estos gastos serán regulados por el tribunal a simple requerimiento
del interesado, sin forma de juicio y sin ulterior recurso.

Tratándose de testigos presentados por el Ministerio Público, o por intervinientes que


gozaren de privilegio de pobreza, la indemnización será pagada anticipadamente por el
Fisco, y con este fin, tales intervinientes deberán expresar en sus escritos de acusación o
contestación el nombre de los testigos a quien debiere efectuarse el pago, y el monto
aproximado a que el mismo alcanzará.

Todo lo anterior se entiende sin perjuicio de la resolución que recayere acerca de las
costas de la causa.

9) Efectos de la Comparecencia Respecto de Otras Obligaciones Similares


Finalmente, el Art. 313 CPP dispone que la comparecencia del testigo a la audiencia a la
que debiere concurrir constituirá siempre suficiente justificación cuando su presencia
fuere requerida simultáneamente para dar cumplimiento a obligaciones laborales,
educativas o de otra naturaleza, y no le ocasionará consecuencias jurídicas adversas bajo
circunstancia alguna.

B) Informe de Peritos
1) Generalidades
La prueba pericial se encuentra regulada en el Párrafo 6° del Título III del Libro Segundo
del Código Procesal Penal (Arts. 314-322).
Es más adecuado hablar de prueba pericial que de informe pericial, pues el informe que
contiene la pericia nada vale en sí, siendo lo válido en el juicio oral el testimonio del
perito.

En virtud del Art. 314 CPP, el Ministerio Público y los demás intervinientes podrán
presentar informes elaborados por peritos de su confianza, y solicitar en la audiencia de

131
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

preparación del juicio oral que éstos fueren citados a declarar a dicho juicio,
acompañando los comprobantes que acreditaren la idoneidad profesional del perito.

Procederá el informe de peritos en los casos determinados por la ley, y siempre que para
apreciar algún hecho o circunstancia relevante para la causa fueren necesarios o
convenientes conocimientos especiales de una ciencia, arte u oficio.
Los informes deberán emitirse con imparcialidad, ateniéndose a los principios de la
ciencia o reglas del arte u oficio que profesare el perito.

2) Contenido del Informe


El Art. 315 CPP establece el contenido del informe de peritos, al disponer que, sin
perjuicio del deber de los peritos de concurrir a declarar ante el tribunal acerca de su
informe, éste deberá presentarse por escrito y contener:
• La descripción de la persona o cosa que fuere objeto de él, del estado y modo en
que se hallare;
• La relación circunstanciada de todas las operaciones practicadas y su resultado;
• Las conclusiones que, en vista de tales datos, formularen los peritos conforme a
los principios de su ciencia o reglas de su arte u oficio.

No obstante, de manera excepcional, las pericias consistentes en análisis de alcoholemia,


de ADN, y aquellas que recayeren sobre sustancias estupefacientes o psicotrópicas,
podrán ser incorporadas al juicio oral mediante la sola presentación del informe
respectivo.
Sin embargo, si alguna de las partes lo solicitare fundadamente, la comparecencia del
perito no podrá ser sustituida por la presentación del informe.

3) Admisibilidad del Informe y Remuneración de los Peritos


Conforme al Art. 316 CPP, el juez de garantía admitirá los informes y citará a los peritos
cuando, además de los requisitos generales para la admisibilidad de las solicitudes de
prueba, considerare que los peritos y sus informes otorgan suficientes garantías de
seriedad y profesionalismo.
Con todo, el juez de garantía podrá limitar el número de informes o de peritos, cuando
unos u otros resultaren excesivos o pudieren entorpecer la realización del juicio.

Los honorarios y demás gastos derivados de la intervención de los peritos corresponderán


a la parte que los presentare, pero excepcionalmente, el juez de garantía podrá relevar a
la parte, total o parcialmente, del pago de la remuneración del perito, cuando considerare
que ella no cuenta con medios suficientes para solventarlo, o cuando, tratándose del
imputado, la no realización de la diligencia pudiere importar un notorio desequilibrio en
sus posibilidades de defensa.

En este último caso, el juez de garantía regulará prudencialmente la remuneración del


perito, teniendo presente los honorarios habituales en la plaza, y el total o la parte de la
remuneración que no fuere asumida por el solicitante será de cargo fiscal.

132
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

4) Capacidad y Habilidad de los Peritos


Conforme al Art. 317 CPP, no pueden desempeñar las funciones de peritos las personas
a quienes la ley reconociere la facultad de abstenerse de prestar declaración testimonial.

A su vez, y en virtud del Art. 318 CPP, los peritos no podrán ser inhabilitados.
No obstante, durante la audiencia del juicio oral podrán dirigírseles preguntas orientadas
a determinar su imparcialidad e idoneidad, así como el rigor técnico o científico de sus
conclusiones.
Las partes o el tribunal podrán requerir al perito información acerca de su remuneración
y la adecuación de ésta a los montos usuales para el tipo de trabajo realizado.

El Ministerio Público podrá presentar como peritos a los miembros de los organismos
técnicos que le prestaren auxilio en su función investigadora, ya sea que pertenecieren a
la policía, al propio Ministerio Público o a otros organismos estatales especializados en
tales funciones (Art. 321 CPP).

5) Declaración de los Peritos


La declaración de los peritos en la audiencia del juicio oral se sujeta al Art. 329 CPP,
que estudiaremos más adelante, y supletoriamente, por las establecidas para los testigos
(Art. 319 CPP).
Si el perito se negare a prestar declaración, se le aplicará lo dispuesto para los testigos en
el Art. 299 Inc. 2° CPP, esto es, con la pena de reclusión menor en su grado medio a
máximo.

6) Instrucciones Necesarias Para el Trabajo de los Peritos


Conforme al Art. 320 CPP, durante la etapa de investigación, o en la audiencia de
preparación del juicio oral, los intervinientes podrán solicitar del juez de garantía que
dicte las instrucciones necesarias para que sus peritos puedan acceder a examinar los
objetos, documentos o lugares a que se refiriere su pericia o para cualquier otro fin
pertinente.
El juez de garantía accederá a la solicitud, a menos que, presentada durante la etapa de
investigación, considerare necesario postergarla para proteger el éxito de ésta.

7) Protección de los Peritos


El Art. 322 CPP establece que, en caso necesario, los peritos y otros terceros que
debieren intervenir en el procedimiento para efectos probatorios podrán pedir al
Ministerio Público que adopte medidas tendientes a que se les brinde la protección
prevista para los testigos.

C) Otros Medios de Prueba


Conforme al Art. 323 CPP, podrán admitirse como pruebas películas cinematográficas,
fotografías, fonografías, videograbaciones y otros sistemas de reproducción de la imagen
o del sonido, versiones taquigráficas, y en general, cualquier medio apto para producir fe.
El tribunal determinará la forma de su incorporación al procedimiento, adecuándola, en
lo posible, al medio de prueba más análogo.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

7. La Prueba de las Acciones Civiles


Conforme al Art. 324 CPP, la prueba de las acciones civiles en el procedimiento criminal
se sujetará a las normas civiles en cuanto a la determinación de la parte que debiere
probar, y a las disposiciones de este Código en cuanto a su procedencia, oportunidad,
forma de rendirla y apreciación de su fuerza probatoria.
Lo previsto en este artículo se aplicará también a las cuestiones civiles a que se refiere el
Art. 173 Inc. 1° COT.

8. Desarrollo del Juicio Oral


A) Apertura del Juicio Oral
En el día y hora fijados, el tribunal se constituirá con la asistencia del fiscal, del acusado,
de su defensor y de los demás intervinientes.
Asimismo, verificará la disponibilidad de los testigos, peritos, intérpretes y demás
personas que hubieren sido citadas a la audiencia y declarará iniciado el juicio.

El presidente de la sala señalará las acusaciones que deberán ser objeto del juicio
contenidas en el auto de apertura del juicio oral, advertirá al acusado que deberá estar
atento a lo que oirá, y dispondrá que los peritos y los testigos hagan abandono de la sala
de la audiencia.
Seguidamente, concederá la palabra al fiscal, para que exponga su acusación, al
querellante para que sostenga la acusación, así como la demanda civil si la hubiere
interpuesto (Art. 325 CPP).

B) Defensa y Declaración del Acusado


Conforme al Art. 326 CPP, realizadas las exposiciones recién mencionadas, se le indicará
al acusado que tiene la posibilidad de ejercer su defensa en conformidad a lo dispuesto en
el Art. 8º CPP.
Al efecto, se ofrecerá la palabra al abogado defensor, quien podrá exponer los argumentos
en que fundare su defensa.
Asimismo, el acusado podrá prestar declaración, y en tal caso, el juez presidente de la
sala le permitirá que manifieste libremente lo que creyere conveniente respecto de la o de
las acusaciones formuladas.
Luego, podrá ser interrogado directamente por el fiscal, el querellante y el defensor, en
ese mismo orden.
Finalmente, el o los jueces podrán formularle preguntas destinadas a aclarar sus dichos.
En cualquier estado del juicio, el acusado podrá solicitar ser oído, con el fin de aclarar o
complementar sus dichos.

El acusado podrá comunicarse libremente con su defensor durante el juicio, siempre que
ello no perturbare el orden de la audiencia, pero no podrá hacerlo mientras prestare
declaración (Art. 327 CPP).

C) La Prueba en la Audiencia del Juicio Oral


1) Orden de Recepción de las Pruebas en la Audiencia de Juicio Oral
En primer lugar, respecto del orden de la recepción de las pruebas en la audiencia, el Art.
328 CPP dispone que cada parte determinará el orden en que rendirá su prueba,
correspondiendo recibir primero la ofrecida para acreditar los hechos y peticiones de la
acusación y de la demanda civil y luego la prueba ofrecida por el acusado respecto de
todas las acciones que hubieren sido deducidas en su contra.

134
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

2) La Prueba Pericial y Testimonial en la Audiencia de Juicio Oral


Durante la audiencia, los peritos y testigos deberán ser interrogados personalmente.
Su declaración personal no podrá ser sustituida por la lectura de los registros en que
constaren anteriores declaraciones o de otros documentos que las contuvieren, sin
perjuicio de lo dispuesto en los Arts. 331 y 332 CPP.
El juez presidente de la sala identificará al perito o testigo, y ordenará que preste
juramento o promesa de decir la verdad.

La declaración de los testigos se sujetará al interrogatorio de las partes.


Los peritos deberán exponer brevemente el contenido y las conclusiones de su informe,
y a continuación, se autorizará que sean interrogados por las partes.

Los interrogatorios serán realizados, en primer lugar, por la parte que hubiere ofrecido la
respectiva prueba, y luego por las restantes.
Si en el juicio intervinieren como acusadores el Ministerio Público y el querellante
particular, o el mismo se realizare contra dos o más acusados, se concederá sucesivamente
la palabra a todos los acusadores o a todos los acusados, según corresponda.
Finalmente, los miembros del tribunal podrán formular preguntas al testigo o perito con
el fin de aclarar sus dichos.

A solicitud de alguna de las partes, el tribunal podrá autorizar un nuevo interrogatorio de


los testigos o peritos que ya hubieren declarado en la audiencia.

Antes de declarar, los peritos y los testigos no podrán comunicarse entre sí, ni ver, oír ni
ser informados de lo que ocurriere en la audiencia.

Los testigos y peritos que, por algún motivo grave y difícil de superar, no pudieren
comparecer a declarar a la audiencia del juicio, podrán hacerlo a través de
videoconferencia o a través de cualquier otro medio tecnológico apto para su
interrogatorio y contrainterrogatorio.
La parte que los presente justificará su petición en una audiencia previa, que será
especialmente citada al efecto, debiendo aquéllos comparecer ante el tribunal con
competencia en materia penal más cercano al lugar donde se encuentren.
Excepcionalmente, en el caso de fallecimiento o incapacidad sobreviniente del perito para
comparecer, las pericias podrán introducirse mediante la exposición que realice otro
perito de la misma especialidad, y que forme parte de la misma institución del fallecido
o incapacitado, solicitud que se tramitará conforme a lo dispuesto en el Art. 283 CPP.

3) Métodos de Interrogación
En sus interrogatorios, las partes que hubieren presentado a un testigo o perito no podrán
formular sus preguntas de tal manera que ellas sugieran la respuesta.
Durante el contrainterrogatorio, las partes podrán confrontar al perito o testigo con su
propios dichos u otras versiones de los hechos presentadas en el juicio.
En ningún caso se admitirán preguntas engañosas, aquéllas destinadas a coaccionar
ilegítimamente al testigo o perito, ni las que fueren formuladas en términos poco claros
para ellos.

Estas normas se aplicarán al imputado cuando se allanare a prestar declaración (Art. 330
CPP).

135
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Cabe hablar en este punto del llamado incidente de objeción de pregunta prohibida,
mediante el cual se busca impedir la realización de preguntas prohibidas efectuadas por
la parte contraria, durante el curso del juicio oral, ya sea por impertinencia o porque se
trata de alguno de los casos del Art. 330 CPP.
Este incidente debe plantearse de manera oral y fundada, y debe ser precedido de debate,
ya que si no lo hay, procedería la reposición.
Si el tribunal ha decidido la objeción sin abrir debate, dicho recurso es procedente no
obstante la declaración genérica de improcedencia de recursos contenida en el Art. 290
CPP.
Para ello, debe primar por especialidad la norma del Art. 363 CPP, conforme al cual, la
reposición de las resoluciones pronunciadas durante audiencias orales deberá promoverse
tan pronto se dictaren, y sólo serán admisibles cuando no hubieren sido precedidas de
debate.
La tramitación se efectuará verbalmente y de inmediato, y de la misma manera se
pronunciará el fallo.

Hay cuatro grupos de preguntas objetables, que son los siguientes:


• Preguntas Impertinentes
Dentro de este grupo, incluimos las preguntas irrelevantes o inconducentes, es
decir, aquellas que no guardan relación en absoluto con los hechos relevante del
juicio.
Además, incluye las preguntas improcedentes, es decir, que no están
comprendidas en los puntos sobre los cuales debe recaer la declaración del testigo.

• Preguntas Especulativas, de Opinión o Argumentativas


Las preguntas especulativas son aquellas que solicitan al testigo o perito que
especule sobre hechos que no ocurrieron o que no le constan, mientras que las
preguntas de opinión son aquellas en que se pide al testigo o perito que opine
sobre aspectos técnicos o científicos que requieren conocimientos especiales que
no posee, y las preguntas argumentativas son aquellas que requieren al testigo
entregar una conclusión, o que acepte una que el interrogador le propone.

• Preguntas Engañosas o Capciosas


Las preguntas engañosas o capciosas son aquellas que utilizan el engaño para
inducir al testigo al error, y son las preguntas tendenciosas, coactivas, vagas,
compuestas o repetitivas.

• Preguntas Sugestivas
Las preguntas sugestivas son aquellas que contienen la afirmación o negación del
hecho que se espera como respuesta, y aunque están prohibidas en el
interrogatorio, son procedentes en el contrainterrogatorio.

Respecto de los interrogatorios o exámenes directos, sea a testigos o a peritos, debemos


atenernos a las siguientes reglas:
• No se pueden hacer preguntas sugestivas;
• No se pueden hacer preguntas engañosas;
• No se puede coaccionar ilegítimamente al testigo o perito;
• No se permite realizar preguntas ambiguas o poco claras;
• No se permite hacer preguntas repetitivas;

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

• No es conveniente permitir que se hagan preguntas que digan relación con hechos
acordados en convenciones probatorias, pues eso sería una pérdida de tiempo.

Respecto de los contrainterrogatorios de peritos o testigos, son aplicables todas las reglas
anteriores, con la salvedad de que se permiten la preguntas sugestivas.

La decisión que inadmite una pregunta, además de ser susceptible de reposición, puede
ser objeto del recurso de nulidad de la sentencia definitiva, sustentado en el motivo
absoluto previsto en el Art. 374 C) CPP, esto es, porque al defensor se le ha impedido
ejercer las facultades que la ley le otorga.
Dentro de las actividades defensivas que puede realizar el letrado que representa al
imputado, se encuentra la posibilidad de refutar y contrainterrogar a los testigos de la
parte contraria, en los términos previstos en los Arts. 329 y 330 CPP.
En consecuencia, al inadmitir el tribunal una determinada pregunta, por estimarla
prohibida, en circunstancias que no lo era, afecta el derecho de defensa técnica del
acusado, vulnerando en esencia las facultades de refutación de su parte.

4) Reproducción de Declaraciones Anteriores en la Audiencia de Juicio Oral


En la audiencia de juicio oral, puede reproducirse o darse lectura a los registros en que
constaren declaraciones anteriores de testigos, peritos o imputados, en los siguientes
casos:
• Cuando se tratare de declaraciones de testigos o peritos que hubieren fallecido o
caído en incapacidad física o mental, o estuvieren ausentes del país, o cuya
residencia se ignorare, o que por cualquier motivo difícil de superar no pudieren
declarar en el juicio, siempre que ellas hubieren sido recibidas por el juez de
garantía en una audiencia de prueba formal, en conformidad con lo dispuesto en
los Arts. 191, 192 y 280 CPP;
• Cuando constaren en registros o dictámenes que todas las partes acordaren en
incorporar, con aquiescencia del tribunal;
• Cuando la no comparecencia de los testigos, peritos o coimputados fuere
imputable al acusado;
• Cuando se tratare de declaraciones realizadas por coimputados rebeldes, prestadas
ante el juez de garantía;
• Cuando las hipótesis previstas en el primer caso sobrevengan con posterioridad a
lo previsto en el Art. 280 CPP, y se trate de testigos o peritos privados cuya
declaración sea considerada esencial por el tribunal, casos en los cuales podrá
incorporarse la respectiva declaración o pericia mediante la lectura de la misma,
previa solicitud fundada de alguno de los intervinientes.

5) Lectura en el Juicio Oral


La regla general en esta materia está constituida por el Art. 334 CPP, que en principio,
prohíbe la lectura de registros y documentos que dieren cuenta de diligencias o
actuaciones realizadas por la policía o el Ministerio Público.
Ahora bien, conforme a esta misma disposición, se constituyen como excepciones las
contenidas en los Arts. 331 y 332 CPP.
El primero de estos artículos fue ya estudiado, y se refiere a la reproducción de
declaraciones anteriores en la audiencia del juicio oral.
El segundo de ellos permite la lectura por parte del acusado o del testigo de parte o partes
de sus declaraciones anteriores, prestadas ante el fiscal o el juez de garantía, cuando fuere

137
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

necesario para ayudar la memoria del respectivo acusado o testigo, para demostrar o
superar contradicciones o para solicitar las aclaraciones pertinentes.
Con los mismos objetivos, se podrá leer durante la declaración de un perito partes del
informe que él hubiere elaborado.

Ahora bien, ni aun en estos casos se podrá incorporar como medio de prueba o dar lectura
a actas o documentos que dieren cuenta de actuaciones o diligencias declaradas nulas, o
en cuya obtención se hubieren vulnerado garantías fundamentales.

En cuanto a la lectura de documentos, objetos y otros medios, el Art. 333 CPP establece
que los documentos serán leídos y exhibidos en el debate, con indicación de su origen.
Los objetos que constituyeren evidencia deberán ser exhibidos y podrán ser examinados
por las partes.
Las grabaciones, los elementos de prueba audiovisuales, computacionales o cualquier
otro de carácter electrónico apto para producir fe, se reproducirán en la audiencia por
cualquier medio idóneo para su percepción por los asistentes.
El tribunal podrá autorizar, con acuerdo de las partes, la lectura o reproducción parcial o
resumida de los medios de prueba mencionados, cuando ello pareciere conveniente y se
asegurare el conocimiento de su contenido.
Todos estos medios podrán ser exhibidos al acusado, a los peritos o testigos durante sus
declaraciones, para que los reconocieren o se refirieren a su conocimiento de ellos.

Por último, y en conformidad al Art. 335 CPP, no puede invocarse, dar lectura ni
incorporar como medio de prueba al juicio oral ningún antecedente que dijere relación
con la proposición, discusión, aceptación, procedencia, rechazo o revocación de una
suspensión condicional del procedimiento, de un acuerdo reparatorio o de la tramitación
de un procedimiento abreviado.

6) Prueba No Solicitada Oportunamente


A petición de alguna de las partes, el tribunal podrá ordenar la recepción de pruebas que
ella no hubiere ofrecido oportunamente, cuando justificare no haber sabido de su
existencia sino hasta ese momento.
Si con ocasión de la rendición de una prueba surgiere una controversia relacionada
exclusivamente con su veracidad, autenticidad o integridad, el tribunal podrá autorizar la
presentación de nuevas pruebas destinadas a esclarecer esos puntos, aunque ellas no
hubieren sido ofrecidas oportunamente, y siempre que no hubiere sido posible prever su
necesidad (Art. 336 CPP).

En la práctica, estas diligencias se denominan, respectivamente, prueba nueva y prueba


sobre prueba.

D) Constitución del Tribunal en Lugar Distinto


Conforme al Art. 337 CPP, cuando lo considerare necesario para la adecuada apreciación
de determinadas circunstancias relevantes del caso, el tribunal podrá constituirse en un
lugar distinto de la sala de audiencias, manteniendo todas las formalidades propias del
juicio.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

E) Clausura de la Audiencia del Juicio Oral


Concluida la recepción de las pruebas, el juez presidente de la sala otorgará
sucesivamente la palabra al fiscal, al acusador particular, al actor civil y al defensor, para
que expongan sus conclusiones.
El tribunal tomará en consideración la extensión del juicio para determinar el tiempo que
concederá al efecto.
Seguidamente, se otorgará al fiscal, al acusador particular, al actor civil y al defensor la
posibilidad de replicar, y las respectivas réplicas sólo podrán referirse a las conclusiones
planteadas por las demás partes.
Por último, se otorgará al acusado la palabra, para que manifestare lo que estimare
conveniente, y a continuación, se declarará cerrado el debate (Art. 338 CPP).

9. Deliberación y Sentencia
Inmediatamente después de clausurado el debate, los miembros del tribunal que hubieren
asistido a él pasarán a deliberar en privado (Art. 339 CPP).

Reiteramos que, en lo relativo a la convicción del tribunal, el Art. 340 CPP establece que
nadie podrá ser condenado por delito sino cuando el tribunal que lo juzgare adquiriere,
más allá de toda duda razonable, la convicción de que realmente se hubiere cometido el
hecho punible objeto de la acusación, y que en él hubiere correspondido al acusado una
participación culpable y penada por la ley.
El tribunal formará su convicción sobre la base de la prueba producida durante el juicio
oral, y no se podrá condenar a una persona con el solo mérito de su propia declaración.

La sentencia condenatoria no podrá exceder el contenido de la acusación, y en


consecuencia, no se podrá condenar por hechos o circunstancias no contenidos en ella.
Con todo, el tribunal podrá dar al hecho una calificación jurídica distinta de aquella
contenida en la acusación, o apreciar la concurrencia de causales modificatorias
agravantes de la responsabilidad penal no incluidas en ella, siempre que hubiere advertido
a los intervinientes durante la audiencia.
Si durante la deliberación uno o más jueces consideraren la posibilidad de otorgar a los
hechos una calificación distinta de la establecida en la acusación, que no hubiere sido
objeto de discusión durante la audiencia, deberán reabrirla, a objeto de permitir a las
partes debatir sobre ella (Art. 341 CPP).

Una vez concluida la deliberación privada de los jueces, la sentencia definitiva que
recayere en el juicio oral deberá ser pronunciada en la audiencia respectiva,
comunicándose la decisión relativa a la absolución o condena del acusado por cada uno
de los delitos que se le imputaren, indicando respecto de cada uno de ellos los
fundamentos principales tomados en consideración para llegar a dichas conclusiones.

Excepcionalmente, cuando la audiencia del juicio se hubiere prolongado por más de dos
días, y la complejidad del caso no permitiere pronunciar la decisión inmediatamente, el
tribunal podrá prolongar su deliberación hasta por 24 horas, hecho que será dado a
conocer a los intervinientes en la misma audiencia, fijándose de inmediato la oportunidad
en que la decisión les será comunicada.
La omisión del pronunciamiento de la decisión de conformidad a lo anterior producirá la
nulidad del juicio, el que deberá repetirse en el más breve plazo posible.

139
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

En el caso de condena, el tribunal deberá resolver sobre las circunstancias modificatorias


de responsabilidad penal en la misma oportunidad mencionada anteriormente.
Sin embargo, tratándose de circunstancias ajenas al hecho punible, y los demás factores
relevantes para la determinación y cumplimiento de la pena, el tribunal abrirá debate
sobre tales circunstancias y factores inmediatamente después de pronunciada la decisión,
y en la misma audiencia.
Para dichos efectos, el tribunal recibirá los antecedentes que hagan valer los intervinientes
para fundamentar sus peticiones, dejando su resolución para la audiencia de lectura de
sentencia.

Al pronunciarse sobre la absolución o condena, el tribunal podrá diferir la redacción del


fallo, y en su caso, la determinación de la pena hasta por un plazo de cinco días, fijando
la fecha de la audiencia en que tendrá lugar su lectura.
No obstante, si el juicio hubiere durado más de cinco días, el tribunal dispondrá, para la
fijación de la fecha de la audiencia para su comunicación, de un día adicional por cada
dos de exceso de duración del juicio.

El transcurso de estos plazos sin que hubiere tenido lugar la audiencia citada constituirá
falta grave, que deberá ser sancionada disciplinariamente.
Sin perjuicio de ello, se deberá citar a una nueva audiencia de lectura de la sentencia, la
que en caso alguno podrá tener lugar después del segundo día contado desde la fecha
fijada para la primera.
Transcurrido este plazo adicional sin que se comunicare la sentencia, se producirá la
nulidad del juicio, a menos que la decisión hubiere sido la de absolución del acusado.
Si siendo varios los acusados, se hubiere absuelto a alguno de ellos, la repetición del juicio
sólo comprenderá a quienes hubieren sido condenados.

El vencimiento del plazo adicional sin que se diere a conocer el fallo, sea que se produjere
o no la nulidad del juicio, constituirá respecto de los jueces que integraren el tribunal una
nueva infracción que deberá ser sancionada disciplinariamente.

El Art. 342 CPP establece el contenido de la sentencia definitiva, que es el siguiente:


• La mención del tribunal, la fecha de su dictación, y la identificación del acusado
y la de el o los acusadores;
• La enunciación breve de los hechos y circunstancias que hubieren sido objeto de
la acusación, y en su caso, los daños cuya reparación reclamare en la demanda
civil y su pretensión reparatoria, y las defensas del acusado;
• La exposición clara, lógica y completa de cada uno de los hechos y circunstancias
que se dieren por probados, fueren ellos favorables o desfavorables al acusado, y
de la valoración de los medios de prueba que fundamentaren dichas conclusiones,
de acuerdo con lo dispuesto en el Art. 297 CPP;
• Las razones legales o doctrinales que sirvieren para calificar jurídicamente cada
uno de los hechos y sus circunstancias, y para fundar el fallo;
• La resolución que condenare o absolviere a cada uno de los acusados por cada uno
de los delitos que la acusación les hubiere atribuido, y la que se pronunciare sobre
la responsabilidad civil de los mismos y fijare el monto de las indemnizaciones a
que hubiere lugar;
• El pronunciamiento sobre las costas de la causa;
• La firma de los jueces que la hubieren dictado.

140
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

La sentencia será siempre redactada por uno de los miembros del tribunal colegiado,
designado por éste, mientras que la disidencia o prevención será redactada por su autor.
La sentencia señalará el nombre de su redactor y el del que lo sea de la disidencia o
prevención.

Conforme al Art. 346 CPP, una vez redactada la sentencia, de conformidad a lo previsto
en el Art. 342 CPP, se procederá a darla a conocer en la audiencia fijada al efecto,
oportunidad a contar de la cual se entenderá notificada a todas las partes, aun cuando no
asistieren a la misma.

Si la decisión es absolutoria, una vez comunicada a las partes, el tribunal dispondrá, en


forma inmediata, el alzamiento de las medidas cautelares personales que se hubieren
decretado en contra del acusado, y ordenará que se tome nota de este alzamiento en todo
índice o registro público y policial en el que figuraren.
También se ordenará la cancelación de las garantías de comparecencia que se hubieren
otorgado.

En caso de que la sentencia sea condenatoria, ésta fijará las penas y se pronunciará sobre
la eventual aplicación de alguna de las penas sustitutivas a la privación o restricción de
libertad previstas en la ley.
La sentencia que condenare a una pena temporal deberá expresar con toda precisión el
día desde el cual empezará ésta a contarse, y fijará el tiempo de detención, prisión
preventiva y privación de libertad que deberá servir de abono para su cumplimiento.
Para estos efectos, se abonará a la pena impuesta un día por cada día completo, o fracción
igual o superior a doce horas, de dichas medidas cautelares que hubiere cumplido el
condenado.

La sentencia condenatoria dispondrá también el comiso de los instrumentos o efectos del


delito o su restitución, cuando fuere procedente.
Cuando se hubiere declarado falso, en todo o en parte, un instrumento público, el tribunal,
junto con su devolución, ordenará que se lo reconstituya, cancele o modifique de acuerdo
con la sentencia.
Cuando se pronunciare la decisión de condena, el tribunal podrá disponer, a petición de
alguno de los intervinientes, la revisión de las medidas cautelares personales, atendiendo
al tiempo transcurrido y a la pena probable.

En cuanto al pronunciamiento sobre la demanda civil, tanto en el caso de absolución como


en el de condena, el tribunal deberá pronunciarse acerca de ella.

Por último, en los casos de reiteración de crímenes o simples delitos de una misma
especie, se impondrá la pena correspondiente a las diversas infracciones, estimadas como
un solo delito, aumentándola en uno o dos grados.
Si por la naturaleza de las diversas infracciones éstas no pudieren estimarse como un solo
delito, el tribunal aplicará la pena señalada a aquella que, considerada aisladamente, con
las circunstancias del caso, tuviere asignada una pena mayor, aumentándola en uno o dos
grados, según fuere el número de los delitos.
Podrán, con todo, aplicarse las penas en la forma establecida en el Art. 74 CP si, de
seguirse este procedimiento, hubiere de corresponder al condenado una pena menor.
Para los efectos de este artículo, se considerarán delitos de una misma especie aquellos
que afectaren al mismo bien jurídico.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Parte 3 – Los Recursos Procesales Penales

Contenidos
I. Generalidades del Sistema Recursivo en el Proceso Penal
II. Los Recursos en Particular

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Capítulo I – Generalidades del Sistema Recursivo en el Proceso Penal


1. Introducción
2. Fundamento de los Recursos Procesales Penales
3. Derecho al Recurso en el Nuevo Sistema Procesal Penal
4. Interposición de los Recursos
A) Efecto de la Interposición de los Recursos
B) Tribunal Ante el Cual Deben Ser Interpuestos y Tribunal que los Falla
C) Plazos Para la Interposición de los Recursos
5. Modificaciones Introducidas a la Vista de la Causa en el Tribunal Superior
6. Admisibilidad de los Recursos y Relación
7. Competencia Específica del Tribunal Superior
8. Renuncia y Desistimiento

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Capítulo II – Los Recursos en Particular


1. La Reposición
2. Aclaración, Rectificación o Enmienda
3. Amparo Ante el Juez de Garantía
4. Recurso de Amparo o Habeas Corpus
A) Subsistencia del Habeas Corpus
B) Interposición del Recurso
C) Objeto del Recurso de Amparo
D) Tramitación
E) La Sentencia
5. Recurso de Apelación
A) Generalidades
B) Procedencia del Recurso de Apelación
C) Tramitación del Recurso de Apelación en Primera Instancia
1) Tribunal Ante el Cual se Interpone
2) Plazo Para Interponer el Recurso
3) Adhesión a la Apelación
4) Forma de Interponer el Recurso de Apelación
5) Admisibilidad del Recurso de Apelación por el Juez de Garantía
6) Efectos de la Concesión del Recurso
7) Antecedentes que Deben Remitirse al Tribunal de Alzada
D) Tramitación del Recurso de Apelación en Segunda Instancia
1) Ingreso del Recurso a la Secretaría de la Corte de Apelaciones
2) Comparecencia de las Partes en Segunda Instancia
3) Orden de No Innovar
4) Admisibilidad del Recurso por el Tribunal de Alzada
5) Celebración de la Audiencia Decretada Para la Vista del Recurso
6. Recurso de Hecho
7. Recurso de Nulidad
A) Aspectos Generales
B) Causales del Recurso de Nulidad
1) Causales que son de la Competencia de la Corte Suprema
2) Causales que son de Competencia de las Cortes de Apelaciones
C) Preparación del Recurso
D) Interposición del Recurso de Nulidad
E) Tramitación del Recurso en el Tribunal Superior
1) Ingreso de los Antecedentes a la Secretaría del Tribunal Ad Quem
2) Declaración de Admisibilidad del Recurso por el Tribunal Ad Quem
3) Vista del Recurso
F) Fallo del Recurso de Nulidad
G) Declaración de Nulidad
H) Recursos en Contra de la Sentencia que Falla el Recurso de Nulidad
8. La Revisión
9. Nulidades Procesales

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Capítulo I – Generalidades del Sistema Recursivo en el Proceso Penal

1. Introducción
Los recursos procesales penales son medios que la ley concede al interviniente que se
estima perjudicado por una resolución judicial para obtener del mismo tribunal que la
pronunció, o de otro de categoría superior, que la modifique, la revoque, o la invalide.

La instauración de un nuevo sistema procesal penal hizo necesario modificar e incluso


reformular los recursos existentes en el antiguo Código de Procedimiento Penal, que
guardaban gran similitud con los establecidos y reglamentados en el Código de
Procedimiento Civil, para adaptarlos a la oralidad, contradictoriedad, concentración e
inmediación del nuevo sistema.
En todo caso, se mantuvieron los recursos de reposición, aclaración, rectificación o
enmienda, apelación (aunque severamente restringida), hecho, amparo constitucional o
habeas corpus, y revisión.
A ellos se agregaron los recursos de amparo ante el juez de garantía y nulidad, en lugar
de la casación tanto en la forma como en el fondo.

Como ya hemos estudiado con detalle los recursos procesales civiles, nos ocuparemos de
consignar las diferencias existentes entre aquellos y los recursos procesales penales, a
medida que hagamos un estudio pormenorizado de las características particulares de estos
últimos, su naturaleza jurídica, objetivos, tramitación y efectos.

2. Fundamento de los Recursos Procesales Penales


El fundamento genérico de los recursos procesales en materia penal, al igual que los
recursos procesales civiles, es doble:
• Por una parte, es necesario admitir que los tribunales pudieron equivocarse al
adoptar una decisión judicial, sea porque no apreciaron en forma debida y
completa los antecedentes anteriores a la decisión o porque no interpretaron o no
aplicaron correctamente las normas legales pertinentes;
• Por otra parte, debe atenderse al perjuicio o gravamen que esta decisión
equivocada pudo causar a las partes, y que éstas piden remediar.

Con respecto al recurso de nulidad, debe señalarse, especialmente, que constituye uno de
sus fundamentos específicos la existencia de vicios u omisiones en que pudo incurrirse
en el procedimiento, en el fallo mismo, o con motivo de su dictación, los que deben ser
subsanados por el tribunal superior mediante la invalidación del procedimiento y del fallo,
o tan solo de este último, dependiendo de la causal, pero sólo en caso que estos vicios
ocasionen un perjuicio cierto al recurrente.

3. Derecho al Recurso en el Nuevo Sistema Procesal Penal


Dos de los Tratados Internacionales ratificados por nuestro país, y actualmente vigentes,
consagran el llamado Derecho al Recurso, que consiste en la facultad de los litigantes
para recurrir ante el tribunal superior con respecto a la decisión del inferior cuando
estiman que ésta es injusta o errada, y les ocasiona agravio o perjuicio.

En efecto, el Art. 8° del Pacto de San José de Costa Rica establece que durante el
proceso, toda persona tiene derecho, en plena igualdad, entre otras garantías mínimas, a
recurrir del fallo ante el juez o tribunal superior.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

A su vez, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en su Art. 14.5,


prescribe que toda persona culpable de un delito tendrá derecho a que el fallo
condenatorio y la pena que se le haya impuesto sean sometidos a un tribunal superior,
conforme a lo prescrito por la ley.

Si bien este derecho no se encuentra consagrado específicamente en la Constitución, sí se


encuentra establecido en la ley, especialmente en los Códigos de Procedimiento.
El Art. 352 CPP prescribe que podrán recurrir en contra de las resoluciones judiciales el
Ministerio Público y los demás intervinientes agraviados por ellas, sólo por los medios y
en los casos expresamente establecidos en la ley, norma que, de paso, reafirma el principio
de legalidad absoluta en materia de recursos.

Respetando este derecho, se optó por mantener el recurso de apelación, pero sólo en
contra de determinadas resoluciones del juez de garantía, mientras que para las sentencias
del tribunal oral en lo penal, se instauró el recurso de nulidad en lugar del de casación.

El derecho al recurso implica, por otra parte, que los tribunales superiores no pueden
revocar, modificar ni invalidar la resolución de un tribunal inferior si alguna de las partes
no ha reclamado en contra de ella por el agravio o perjuicio que pudiera haberles
ocasionado.
En conclusión, si no hay reclamo o recurso presentado, el tribunal superior no puede
proceder de oficio a modificar, invalidar o revocar la resolución adoptada por el inferior,
salvo ciertas excepciones.

Para respetar el derecho al recurso, se suprimió el trámite de la consulta, que era de uso
muy frecuente en el antiguo sistema de enjuiciamiento penal, y en cuya virtud,
determinadas resoluciones judiciales, cuando no eran apeladas por las partes, debían ser
consultadas al tribunal superior jerárquico, tribunal que debía revisarlas para decidir si se
encontraban bien o mal dictadas, ejerciendo, de oficio, las facultades propias de un
recurso de apelación.

El legislador no contempló este trámite en el nuevo Código Procesal Penal, que de paso,
implicaba una grave desconfianza hacia la competencia y capacidad profesional de los
jueces unipersonales, y que atentaba contra el derecho de las partes al recurso, consagrado
en la ley y en los Tratados Internacionales referidos.

Con el mismo propósito, se restringió la facultad de los tribunales superiores para


modificar o invalidar las resoluciones de los jueces inferiores mediante actuación de
oficio, tomando en cuenta precisamente que esta facultad atenta claramente contra el
derecho al recurso que pertenece a las partes, en este caso, a los intervinientes.

4. Interposición de los Recursos


A) Efecto de la Interposición de los Recursos
Como regla general, y para evitar la prolongación del procedimiento por el ejercicio
continuo de recursos, se estableció en el Art. 355 CPP que la interposición de un recurso
no suspenderá la ejecución de la decisión, salvo que se impugne una sentencia definitiva
condenatoria, o que la ley dispusiere expresamente lo contrario.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

B) Tribunal Ante el Cual Deben Ser Interpuestos y Tribunal que los Falla
En cuanto al tribunal ante el cual deben ser interpuestos, debemos distinguir:
• Los recursos de reposición, aclaración, rectificación y enmienda, amparo ante el
juez de garantía, apelación y nulidad, deben ser interpuestos ante el tribunal que
dictó la resolución que se impugna;
• El recurso de hecho, y el amparo constitucional o habeas corpus, deben ser
presentados ante la Corte de Apelaciones respectiva.

Luego, respecto del tribunal llamado a conocer y fallar del recurso, debemos nuevamente
distinguir:
• Los recursos de reposición, aclaración, rectificación o enmienda, y amparo ante
el juez de garantía, deben ser conocidos y resueltos por el mismo tribunal que
dictó la resolución impugnada;
• Los recursos de apelación, amparo constitucional y nulidad, deben ser conocidos
y resueltos por el tribunal superior respectivo.

En cuanto al recurso de revisión, se presenta directamente en la Secretaría de la Corte


Suprema para que lo conozca y resuelva dicho tribunal.

C) Plazos Para la Interposición de los Recursos


Al igual que en materia procesal civil, no existe un plazo único para la interposición de
los recursos procesales penales, sino que cada recurso tiene señalado en la ley un plazo
particular, sin perjuicio de que existan coincidencias con respecto a la extensión de éstos.
Así, para pedir reposición de una resolución dictada fuera de una audiencia oral, existe
un plazo de tres días, mientras que para interponer apelación, existe un plazo único de
cinco días, y para ejercer el recurso de nulidad, un plazo de diez días.
Los plazos comienzan a correr para los intervinientes a contar de la fecha en que les sea
notificada la respectiva resolución, y se trata de plazos fatales, de días hábiles, y no
prorrogables.

De acuerdo con las normas del Título II del Libro Primero, los plazos que contempla el
Código Procesal Penal, tienen las siguientes características:
• Todos los Días y Horas son Hábiles
El Art. 14 CPP estatuye que todos los días y horas son hábiles para las
actuaciones del procedimiento penal, y que los plazos no se suspenderán por la
interposición de días feriados.
Los plazos son, por lo tanto, de días corridos, pero el mismo artículo prescribe
que, no obstante, cuando un plazo de días concedido a los intervinientes venciere
en día feriado, se considerará ampliado hasta las veinticuatro horas del día
siguiente que no fuere feriado.

• Son Fatales e Improrrogables


El Art. 16 CPP dispone que los plazos establecidos en el Código Procesal Penal
son fatales e improrrogables.
Que el plazo sea fatal significa que la posibilidad de ejercer un derecho o la
oportunidad para ejecutar un acto se extinguen al vencimiento del término
concedido para estos efectos, sin necesidad de declaración judicial.
Por otra parte, que un plazo sea improrrogable quiere decir que el tribunal no se
encuentra autorizado para extender su duración más allá de su vencimiento, lo
que, por lo demás, es un efecto propio de los plazos legales.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

• Prórroga Excepcional de un Plazo Legal


De acuerdo con lo dispuesto por el Art. 353 CPP, el aumento o prórroga de los
plazos para interponer recursos sólo procede cuando se impugnan las resoluciones
del tribunal de juicio oral en lo penal, y siempre que el juicio hubiere sido
conocido por un tribunal que se hubiere constituido y funcionado en una localidad
situada fuera del lugar de su asiento, en los casos que autoriza el Art. 21 COT.
El aumento, conforme al citado Art. 353 CPP, es el que corresponde a la tabla de
emplazamiento prevista en el Art. 259 CPC.

• Nuevo Plazo
Se trata de una situación diferente a la prórroga, establecida por el Art. 17 CPP,
que el que, por un hecho que no le fuere imputable, por defecto de la notificación,
o por fuerza mayor o caso fortuito, un interviniente se hubiere visto impedido de
ejercer un derecho o desarrollar una actividad dentro del plazo previsto por la ley,
caso en el cual podrá solicitar al tribunal un nuevo plazo, que le podrá ser otorgado
por la misma duración del anterior.
La solicitud deberá formularse dentro de los cinco días siguientes a aquél en que
hubiere cesado el impedimento.

Con respecto a la facultad de recurrir, el Art. 352 CPP dispone que podrán recurrir en
contra de las resoluciones judiciales el Ministerio Público y los demás intervinientes
agraviados por ellas, sólo por los medios y en los casos expresamente establecidos por la
ley.
Esta disposición legal vino a puntualizar, desde el inicio, que los recursos procesales
penales son de derecho estricto, por lo que sólo pueden ser deducidos en la forma y en
los casos expresamente autorizados por la ley.

Como observación de carácter general, podemos señalar que los recursos procesales
penales, referidos anteriormente, son similares a los recursos procesales civiles ya
estudiados.
Su naturaleza, objetivos, resoluciones en contra de las que proceden, tribunales ante los
que se interponen, y tribunales que los conocen y resuelven, así como los efectos que
produce su interposición en el procedimiento y en la ejecución de la sentencia que se
impugna, presentan también características similares a las de los recursos procesales
civiles.
Asimismo, los efectos que son llamados a producir las resoluciones judiciales que los
fallan son también semejantes.

5. Modificaciones Introducidas a la Vista de la Causa en el Tribunal Superior


Para ser consecuente con los principios de oralidad, concentración, contradictoriedad,
inmediación y publicidad, el Código Procesal Penal introdujo algunas modificaciones en
el trámite de la Vista de la Causa.

El nuevo Código, en un afán de independizar la tramitación de la antigua reglamentación,


y yendo tal vez demasiado lejos, dispuso que a falta de reglas del Libro Tercero del
Código Procesal Penal, que trata de los recursos procesales, deben aplicarse
supletoriamente las del juicio oral, y no las del Código de Procedimiento Civil, pretensión
que ha provocado más de algún problema de interpretación, por la ausencia de reglas
específicas acerca de diversas materias, como veremos más adelante.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Los actuales Arts. 356 y 357 CPP, que tratan la vista de los recursos en los tribunales
superiores, no existían en el Proyecto primitivo remitido por el Ejecutivo al Congreso
Nacional, dado que hacía aplicables las reglas generales que sobre recursos proporcionaba
el Código de Procedimiento Civil.
Ellos fueron introducidos, junto a otras tres disposiciones sobre la misma materia, por la
Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento del Senado, en un intento
por suplir los vacíos que, en su concepto, presentaba el Proyecto.
Lamentablemente, no cumplieron en forma íntegra dicho propósito, y la reglamentación
completa y debida de los recursos procesales continúa siendo una tarea pendiente.

Con el objeto de evitar dilaciones, se dispuso que la vista de los recursos penales no podrá
suspenderse por las causales previstas en los numerales 1°, 5°, 6° y 7° del Art. 165 CPC.
La del Nº1 se refiere al impedimento que puede producirse por el examen de las causas
puestas en lugar preferente, o la continuación de la vista de otro pleito del día anterior.
La del Nº5 dice relación con el derecho que asiste a alguna de las partes para solicitar la
suspensión, o a los abogados o procuradores de ambas para pedir la suspensión de la vista
de común acuerdo.
La del Nº6 se refiere al derecho de los abogados para pedir la suspensión de la vista por
tener otra vista o comparecencia a la que deben asistir en el mismo día ante otro tribunal.
La del Nº7, en fin, se refiere al derecho del tribunal para ordenar la suspensión de la vista
por disponer la práctica de algún trámite cuyo cumplimiento sea estrictamente
indispensable antes de la vista de la causa.

El mismo Art. 357 CPP agrega que al confeccionar la tabla o al disponer la agregación
extraordinaria de recursos, o al determinar la continuación de un pleito para el día
siguiente, la Corte adoptará las medidas necesarias para que la sala que correspondiere
no viere alterada su labor.
Si en la causa hubiere personas privadas de libertad, sólo se suspenderá la vista de la causa
por muerte del abogado del recurrente, del cónyuge o conviviente civil o de alguno de sus
ascendientes o descendientes, ocurrida dentro de los ocho días anteriores al designado
para la vista del recurso.

El Art. 356 CPP prescribe, además, que no podrá suspenderse la vista de un recurso penal
por falta de jueces que pudieren integrar la sala.
Si fuere necesario, se interrumpirá la vista de recursos civiles para que se integren a la
sala jueces no inhabilitados.
En consecuencia, la audiencia sólo se suspenderá si no se alcanzare, con los jueces que
conformaren ese día el tribunal, el mínimo de miembros no inhabilitados que debieren
intervenir en ella.

En suma, y excepto en el caso del fallecimiento del abogado del recurrente, la vista de un
recurso penal sólo puede suspenderse si lo solicitare el recurrente o todos los
intervinientes facultados para concurrir a ella, de común acuerdo.
Este derecho podrá ejercerse una sola vez por el recurrente o por todos los intervinientes,
por medio de un escrito que deberá presentarse hasta las doce horas del día hábil anterior
a la audiencia correspondiente, a menos que la agregación de la causa se hubiere
efectuado con menos de setenta y dos horas antes de la vista, caso en el cual la suspensión
podrá solicitarse hasta antes de que comenzare la audiencia.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

En lugar de la audiencia formal del antiguo sistema, en que debía oírse la relación y los
alegatos en un estilo que resultaba bastante rígido, lo que todavía subsiste en materia civil,
se suprimió la relación, y se facultó a los intervinientes, cuando efectuaran sus
alegaciones, para controvertir lo expresado por la parte contraria no sólo en cuestiones de
hecho, sino que de derecho.
Además, cualquiera de los tres jueces puede dirigir preguntas a los abogados que han
alegado para que aclaren o profundicen sus argumentaciones, o las refieran a algún
aspecto específico de la cuestión debatida.

Concordante con el sistema oral, el Art. 358 CPP dispone que la vista de la causa se
efectuará en una audiencia pública, previamente determinada por el Presidente de la
Corte, a la que puede asistir cualquier persona que así lo desee.
Consecuente con la celeridad y desformalización de los recursos, se dispuso que la falta
de comparecencia de uno o más de los recurrentes a la audiencia mencionada dará lugar
a que se declare el abandono del recurso respecto de los ausentes, sin mayor trámite.
Conforme al mismo principio, se dispuso que la incomparecencia de uno o más de los
recurridos permitirá proceder en su ausencia igualmente, y sin necesidad de otro trámite.
La audiencia se iniciará con el anuncio del recurso en la forma usual.

Anunciado el recurso, comenzará la audiencia sin el trámite de la relación, el que fue


suprimido por citado Art. 358 CPP, con el objeto de facilitar el cumplimiento del
principio de la inmediación.
El tribunal otorgará la palabra primeramente a el o los recurrentes para que expongan los
fundamentos del recurso, así como las peticiones concretas que formularen, oportunidad
en que el tribunal superior podrá quedar enterado de los fundamentos del recurso, así
como de las peticiones concretas efectuadas.
Luego, se permitirá la intervención verbal de los recurridos para que, igualmente,
expongan lo que convenga a sus derechos.
Finalmente, se otorgará la palabra a todos los intervinientes con el fin de que formulen
aclaraciones respecto de los hechos o de los argumentos vertidos en la audiencia.

Como puede observarse, los abogados podrán referirse no sólo a las cuestiones de hecho,
sino que a las de derecho, lo que en el fondo importa un derecho de réplica a los
argumentos jurídicos vertidos por la parte contraria.
En el curso de las exposiciones, cualquiera de los miembros del tribunal podrá formular
preguntas a los representantes de las partes a fin de que profundicen su argumentación o
la refieran a algún aspecto específico de la cuestión debatida.
Por último, concluido el debate, el tribunal pronunciará sentencia de inmediato o, si no
fuere posible, en un día y hora que dará a conocer a los concurrentes a la audiencia.
La sentencia será redactada por el miembro del tribunal colegiado que éste designare, y
el voto disidente o la prevención, por su autor.

6. Admisibilidad de los Recursos y Relación


Como puede advertirse, a diferencia del sistema utilizado en los tribunales de alzada, en
el nuevo sistema procesal, las causas penales se verán sin que el relator haga una relación
previa de ellas a los miembros del tribunal, lo que resulta congruente con la oralidad e
inmediación, y además se explica porque ya no existirán expedientes cuyo resumen deba
hacerse, sino tan solo registros en los que se contendrán, entre otros antecedentes, una
copia de la resolución impugnada.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

La relación se reemplaza, primeramente, por la lectura personal que pueden efectuar los
miembros del tribunal de los antecedentes referidos, y luego, principalmente, por la
exposición verbal que deberá hacer el recurrente acerca de los fundamentos del recurso y
de las peticiones concretas que formule.
Sin embargo, cabe señalar que la Corte, previo a la resolución sobre el fondo, tiene que
pronunciarse acerca de la admisibilidad del recurso interpuesto, cuestión que en el sistema
procesal civil le corresponde a la Sala de Cuenta.
Como sabemos, para resolver acerca de esta admisibilidad, los integrantes de esa sala
deben conocer materias tales como la clase del recurso deducido, la resolución en contra
de la cual se ejerce, el plazo en que fue presentado, la persona que lo interpone, las
formalidades mínimas del escrito en que se contiene, y los fundamentos y peticiones
concretas que se formulan por su intermedio.

Atendido que el Código Procesal Penal no previó el trámite de la admisibilidad del


recurso en el tribunal superior más que en el recurso de nulidad, y para facilitar el
conocimiento de estas materias a propósito del recurso de apelación, la Corte Suprema,
no obstante la supresión de la relación en el nuevo Código, dispuso, en el Acuerdo
adoptado por su tribunal pleno el 10 de enero de 2001, transcrito a las Cortes de
Apelaciones, que la admisibilidad del recurso en el tribunal de alzada será objeto de
pronunciamiento de la sala a la que le corresponda conocer de la apelación.
Este conocimiento lo tomará en cuenta efectuada por el Relator pertinente.

Para adoptar este Acuerdo, la Corte Suprema se fundó en las reglas sobre relación
contenidas en el Código Orgánico de Tribunales y en el Código de Procedimiento Civil,
las que hizo aplicables en virtud de la norma remisoria del Art. 52 CPP, que estatuye que
serán aplicables al procedimiento penal, en cuanto no se opusieren a lo estatuido en el
Código del ramo o en leyes especiales, las normas comunes a todo procedimiento
contempladas en el Libro Primero del Código de Procedimiento Civil, entre las que se
encuentran, precisamente, las relativas a la Apelación.

No obstante que pudiera ponerse en duda la facultad de la Corte Suprema para interpretar
genéricamente y en forma obligatoria una disposición legal, la solución proporcionada
por ella a esta omisión legal sin duda es acertada, y se encuentra en consonancia con la
celeridad pretendida por el nuevo procedimiento penal.
Sin embargo, es de temer que su aplicación práctica derive en la mantención de la relación
acerca del fondo, puesto que en caso que la cuenta del relator se efectúe privadamente
ante los ministros de la sala respectiva, forzosamente ella se extenderá al fondo del asunto
que se propone, sin conocimiento ni control de los intervinientes.

La relación del recurso, en cuanto a su admisibilidad y en cuanto al fondo, no parece


censurable ni contrario a las finalidades del nuevo sistema de enjuiciamiento penal si ella
se efectúa públicamente dentro de la audiencia, en atención a que de esta manera se dará
a conocer, en forma resumida y objetiva, todo lo relativo al recurso interpuesto, de una
sola vez, ante los tres o cinco ministros que componen la sala respectiva, lo que evitará la
pérdida de tiempo que implica que cada uno de ellos pueda leer o escuchar el registro
elevado al tribunal.
Por otra parte, se llevará a cabo, ante todos los intervinientes que hayan asistido a la
audiencia, lo que permitirá el control de la relación por parte de éstos cuando les
corresponda intervenir.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

7. Competencia Específica del Tribunal Superior


La regla general que informa los recursos, de acuerdo con lo dispuesto en el Art. 360
CPP, es que la competencia del tribunal superior que debe resolverlos queda determinada
por las solicitudes que formulen los recurrentes, por escrito, ratificada verbalmente en su
alegato, quedándole vedado al tribunal extender su decisión a cuestiones no planteadas
por ellos o fuera de los límites de lo solicitado.

Ahora bien, esta regla acepta las siguientes dos excepciones:


• Conforme al Art. 360 CPP, si uno solo de varios imputados por un delito
determinado dedujere un recurso en contra de la resolución del tribunal, la
decisión que lo favorezca aprovechará a los demás, a menos que los fundamentos
fueren exclusivamente personales del recurrente, debiendo el tribunal declararlo
así en forma expresa;
• En el recurso de nulidad, la Corte tiene la facultad de acoger de oficio el recurso
interpuesto en favor del imputado por un motivo distinto del invocado por el
recurrente, siempre que fuere alguno de los capítulos absolutos de nulidad
señalados en el Art. 374 CPP.

El Art. 360 Inc. 3° CPP se refiere al principio que la doctrina denomina “reformatio in
peius”, al disponer que si la resolución judicial hubiere sido objeto de un recurso por un
solo interviniente, la Corte no podrá reformarla en su perjuicio.
Esta norma vino a limitar severamente la competencia que tenían las Cortes de
Apelaciones en materia penal bajo el imperio del Código de Procedimiento Penal, puesto
que podían modificar la sentencia en forma desfavorable al procesado cuando éste ejercía
un recurso de apelación.

8. Renuncia y Desistimiento
Como sabemos, la renuncia a ejercer un recurso puede ser expresa o tácita.
Renuncia expresamente al ejercicio de un recurso futuro y eventual la parte que
manifiesta su voluntad en este sentido.
Recordemos que, para ello, el mandatario judicial requiere de facultades especiales, en
virtud de lo previsto en el Art. 7° Inc. 2° CPC, aplicable en la especie por remisión del
Art. 52 CPP.
Renuncia tácitamente al ejercicio de un recurso la parte que, simplemente, decide no
hacer uso de él, y por consiguiente, deja pasar el plazo para recurrir sin hacerlo.
El Art. 354 CPP dispone que los recursos pueden renunciarse expresamente, pero solo
una vez que se ha notificado la resolución en contra de la cual procedieren.

El desistimiento de un recurso es la manifestación de la voluntad de la parte que lo ha


interpuesto en orden a dejar sin efecto dicha interposición.
El Art. 354 CPP prescribe que quienes ya hubieren interpuesto un recurso podrán
desistirse de él, siempre que lo hagan antes de su resolución.
En todo caso, los efectos del desistimiento no se extenderán a los demás recurrentes o a
los adherentes al recurso.
La misma norma previene que el defensor no podrá renunciar a la interposición de un
recurso, ni desistirse de los deducidos, sin un mandato expreso del imputado.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Capítulo II – Los Recursos en Particular

1. La Reposición
Como sabemos, la reposición, más que un recurso, es una solicitud que se interpone por
la parte agraviada ante el mismo tribunal que pronunció una resolución para que la
modifique o la deje sin efecto, enmendando, de esta forma, su agravio, concepto que es
válido tanto en materia civil como en materia penal.

En materia procesal civil, la reposición procede en contra de los autos y de los decretos,
por regla general, y excepcionalmente, en contra de ciertas sentencias interlocutorias.
Su improcedencia en contra de las sentencias interlocutorias se funda en el principio del
desasimiento del tribunal, en cuya virtud se dice que éste no puede modificar las
sentencias definitivas e interlocutorias que hubiere pronunciado después que éstas hayan
sido notificadas a una de las partes, principio que tiene por objeto favorecer la certeza de
las decisiones de un tribunal.

En cambio, en materia procesal penal, su campo de aplicación es más amplio, ya que la


reposición procede en contra de los autos, los decretos y las sentencias interlocutorias de
cualquier clase.
Lo anterior nos lleva a concluir que, en materia procesal penal, no se aplica el principio
del desasimiento del tribunal con respecto a las sentencias interlocutorias.
La práctica ha demostrado, hasta ahora, que la extensión de la reposición a las sentencias
interlocutorias ha sido beneficiosa.
En realidad, parece aconsejable este predicamento, puesto que, en aras del principio de la
economía procesal, y tomando en cuenta que el recurso se ejerce ante el mismo tribunal
que adoptó la resolución impugnada, es de esperar una reconsideración fundada de su
parte.

En materia procesal penal, las reposiciones se clasifican en dos clases:


• Reposición de Resoluciones Adoptadas en Audiencia
Gran parte de la labor jurisdiccional la realizan los jueces de garantía y los
tribunales de juicio oral en lo penal en audiencias públicas, ocasión en que tienen
oportunidad de oír a los intervinientes, y por este motivo, la mayoría de sus
resoluciones son pronunciadas oralmente en la misma audiencia.
El Art. 363 CPP dispone que la reposición de las resoluciones pronunciadas
durante las audiencias orales deberá ser efectuada verbalmente, tan pronto
aquellas se dictaren, y sólo será admisible cuando no hubiere sido precedida de
debate.
En cambio, si hubiera existido un debate previo entre las partes respecto de la
materia que deberá resolverse, la decisión que adoptare el tribunal no será
susceptible de reposición.
En todo caso, el tribunal, antes de decidir, y en cumplimiento del principio de la
bilateralidad de la audiencia, deberá conferir traslado a los demás intervinientes
con respecto a lo pedido mediante la reposición.
Como puede observarse, la presentación del recurso y su tramitación se efectúan
verbalmente, en la misma audiencia, y de igual manera se pronuncia el fallo.

153
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

• Reposición de Resoluciones Dictadas Fuera de Audiencia


Conforme al Art. 362 Inc. 1° CPP, de las sentencias interlocutorias, de los autos
y de los decretos dictados fuera de audiencia, podrá pedirse reposición al tribunal
que los hubiere pronunciado.
El recurso deberá interponerse dentro de tercero día, y deberá ser fundado.
En este caso, el recurso de reposición deberá ser presentado por escrito.
En cuanto a la tramitación de esta reposición, el Art. 362 Inc. 2° CPP prescribe
que el tribunal se pronunciará de plano, pero podrá oír a los demás intervinientes
si se hubiere deducido en un asunto cuya complejidad así lo aconsejare.
Como puede observarse, la norma transcrita deja a criterio del tribunal calificar
las circunstancias que determinan la complejidad del asunto.
Finalmente, la misma disposición establece que si la reposición se ejerciere en
contra de una resolución que también admita el recurso de apelación, y no se
dedujere a la vez este último recurso para el caso en que la reposición fuere
denegada, deberá entenderse que el recurrente renuncia a interponer apelación.

2. Aclaración, Rectificación o Enmienda


Este recurso no se encuentra reglamentado en el Código Procesal Penal, pero se estima
igualmente aplicable en virtud de la remisión que hace el Art. 52 CPP a las normas del
Código de Procedimiento Civil, cuyas disposiciones relativas a esta solicitud no pugnan
con las normas del Código Procesal Penal.
Nos remitimos, por lo tanto, al Tomo IV, en que esta solicitud fue estudiada.

3. Amparo Ante el Juez de Garantía


El Art. 95 CPP estableció un nuevo recurso de amparo, en atención a que el
procedimiento de la acción de amparo constitucional, contenido en el antiguo Código de
Procedimiento Penal, fue suprimido al derogarse dicho cuerpo legal.
Sin embargo, este recurso de amparo no fue concebido con la amplitud de la acción de
amparo constitucional, puesto que únicamente se instauró para los casos en que la
privación de libertad de una persona no fuera dispuesta por una resolución judicial.

El Art. 95 CPP, que lo estableció, expresamente señala al respecto que si la privación de


libertad hubiera sido ordenada por resolución judicial, su legalidad sólo podrá impugnarse
por los medios procesales que correspondan ante el tribunal que la hubiera dictado.

El objetivo de este recurso se consigna en el Art. 95 Inc. 1° CPP, que estatuye que toda
persona privada de libertad tendrá derecho a ser conducida sin demora ante un juez de
garantía, con el objeto de que examine la legalidad de su privación de libertad, y en todo
caso, para que examine las condiciones en que se encontrare, constituyéndose, si fuere
necesario, en el lugar en que ella estuviere.
El juez podrá ordenar la libertad del afectado o adoptar las medidas que fueren
procedentes.

De acuerdo con lo expresado, este recurso no podría ser deducido en los casos en que la
persona detenida ya hubiere sido puesta materialmente a disposición de un juez de
garantía, en razón de que el objetivo principal perseguido ya se habría logrado, esto es,
poner al detenido a disposición de un tribunal, sin perjuicio de otras acciones que pudieren
ejercerse para reclamar acerca de la ilegalidad de la detención o de las condiciones
indebidas en que pudiera haber sido detenida esa persona, o de aquellas en que se la
mantuvo mientras permaneció privada de libertad.

154
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Tampoco podría ser deducido para impedir que una persona pudiera ser detenida, ya que
claramente no tiene un carácter preventivo.

Este recurso debe ser presentado ante el juez de garantía que conociere del caso, o aquel
del lugar en que la persona se encontrare detenida, tribunales que deberán conocer de este
recurso en única instancia.
El recurso puede ser presentado por el abogado del detenido, sus parientes o cualquier
persona en su nombre.
El juez de garantía requerido deberá resolver esta petición derechamente, sin citar a una
audiencia, atendida la naturaleza de dicha solicitud y la urgencia que reviste.
La inapelabilidad de la decisión del juez emana de que la norma referida no contempló el
recurso de apelación en este caso, lo que tampoco hizo alguna otra norma legal, teniendo
presente que de conformidad a lo dispuesto en el Art. 370 CPP, las resoluciones del juez
de garantía sólo son apelables cuando ponen término al juicio, hacen imposible su
prosecución, o la suspenden por más treinta días, y además, cuando la ley lo señale
expresamente.

En el Art. 95 Inc. Final CPP se dispone que si la privación de libertad hubiere sido
dispuesta por una resolución judicial, no podrá utilizarse este recurso de amparo ante el
juez de garantía, sino que los recursos procesales que procedan en contra de dicha
resolución, pero que todo ello es sin perjuicio de lo establecido en el Art. 21 CPR, esto
es, de la Acción de Amparo Constitucional o Habeas Corpus.

Como puede observarse, si bien no es posible emplear el recurso de amparo ante el juez
de garantía en los casos que hemos visto, sí es posible ejercer la acción de amparo
constitucional.
En ocasiones, esta última acción será el único medio de que dispondrá el interesado, dadas
las limitaciones del recurso de amparo ante el juez de garantía, para obtener la libertad de
una persona detenida por orden judicial, para pedir que se guarden las formalidades
legales de su detención, o si se encontrare en libertad, para darle seguridad ante el temor
de que sea privada de ella por una autoridad o persona particular en forma ilegítima.

4. Recurso de Amparo o Habeas Corpus


A) Subsistencia del Habeas Corpus
La acción de amparo constitucional, establecida actualmente en el Art. 21 CPR, se
encontraba regulada en el antiguo Código de Procedimiento Penal, y al derogarse dicho
cuerpo de leyes, desapareció su reglamentación, planteándose el problema de determinar
por qué clase de reglas debía regirse su tramitación.
Hubo algunos autores que incluso se apresuraron a concluir que el recurso de amparo
constitucional no tenía aplicación.

No obstante, la mayoría de los autores sostuvo, y esta es la opinión que prevaleció, que
la citada acción de amparo constitucional seguía vigente, y que para su aplicación, debía
atenderse a las reglas elementales de tramitación que proporcionaba el mismo Art. 21
CPR, las normas pertinentes del Código Orgánico de Tribunales, y en fin, las del
Autoacordado de la Corte Suprema de 19 de Diciembre de 1932, en lo aplicable, puesto
que si bien había sido dictado para la aplicación del recurso de amparo establecido en la
Constitución de 1925, sustancialmente esta acción de amparo era la misma que la
estatuida en la Constitución de 1980.

155
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Ahora bien, una lectura somera del Auto Acordado referido permite constatar que no
todas sus referencias calzan con el articulado actual de la Constitución de 1980.
Por otra parte, no será posible tomar en cuenta las referencias que se hacen a las normas
del Código de Procedimiento Penal, al encontrarse derogado.
Cabe señalar que dicho Auto Acordado no consideró la situación del amparo preventivo,
en que una persona ve amenazado su derecho a la libertad personal, toda vez que este
derecho sólo vino a ser establecido en la Constitución de 1980.

A lo anterior cabe agregar, como también dijimos, que el propio Art. 95 CPP, que
estableció el recurso de Amparo ante el Juez de Garantía, lo instituyó sin perjuicio de lo
establecido en el Art. 21 CPR.

B) Interposición del Recurso


En conformidad con el Art. 21 CPR, el recurso de amparo puede ser interpuesto:
• En favor de toda persona que se encuentre arrestada, detenida o presa a la fecha
en que se deduce el recurso con infracción de lo dispuesto en la Constitución o en
las leyes, para que sea puesta en libertad, se reparen los defectos legales o se la
ponga a disposición del juez competente.
Añade dicha norma que el juez procederá en todo breve y sumariamente,
corrigiendo por sí mismo esos defectos, o dando cuenta a quien corresponda para
que los corrija;
• El mismo recurso, agrega, podrá ser deducido en favor de toda persona que
ilegalmente sufra cualquiera otra privación, perturbación o amenaza en su derecho
a la libertad personal o seguridad individual.
En este caso, la citada norma constitucional prescribe que la respectiva
magistratura adoptará las medidas necesarias para restablecer el imperio del
derecho y asegurar la debida protección del afectado.
Estas medidas son las indicadas anteriormente en lo que resulten aplicables.

De acuerdo con el Art. 21 CPR, este recurso debe interponerse ante la magistratura que
señale la ley, y a su vez, el Art. 63 N°2 B) COT dispone que de los recursos de amparo
conocerá, en primera instancia, la Corte de Apelaciones, y el Art. 98 N°4 COT prescribe
que de las apelaciones deducidas en contra de las sentencias pronunciadas en esta materia
por la Corte de Apelaciones, conocerá la Corte Suprema.

En cuanto a las personas que pueden interponer el recurso, el Art. 21 CPR dispone que
todo individuo que se hallare arrestado, detenido o preso o que ilegalmente sufra
cualquiera otra privación, perturbación o amenaza en su derecho a la libertad personal y
seguridad individual, podrá ocurrir por sí o por cualquiera a su nombre a la magistratura
que señale la ley, con el fin de que adopte las providencias que juzgue necesarias para
restablecer el imperio del Derecho y asegurar la debida protección del afectado.

El Auto Acordado de la Corte Suprema, con el objeto de que este recurso quede al alcance
de todos los habitantes de la República, expresa que puede ser ejercido no sólo por el
interesado, sino por cualquier persona a su nombre, capaz de parecer en juicio por sí,
aunque no tenga para ello un mandato especial.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

C) Objeto del Recurso de Amparo


De acuerdo con el Art. 21 CPR, el objeto de este recurso es obtener que los tribunales
decreten:
• La libertad de una persona que se hallare actualmente arrestada, detenida o presa
con infracción de lo prescrito en la Constitución y en la ley;
• Las medidas pertinentes para que se guarden las formalidades legales, adoptando,
de inmediato, las providencias que se juzguen necesarias para restablecer el
imperio del Derecho y para asegurar la debida protección del afectado.

Para resolver estas materias, el tribunal puede disponer que el individuo sea traído a su
presencia, y su decreto será precisamente obedecido por todos los encargados de las
cárceles o lugares de detención, procediendo en todo breve y sumariamente, y corrigiendo
por sí mismo esos defectos, o dando cuenta a quien corresponda para que los corrija.

D) Tramitación
Como hemos visto, la Constitución se limita a expresar que la magistratura pertinente
deberá proceder en todo, breve y sumariamente, corrigiendo por sí los defectos de que
adoleciere la restricción o privación de libertad, o dando cuenta a quien corresponda para
que los corrija.

Por su parte, el Auto Acordado de la Corte Suprema mencionado expresa que se puede
hacer uso, en todas las fases del recurso, de los medios más rápidos de comunicación, y
que el Secretario de la Corte de Apelaciones respectiva deberá consignar el día y hora que
llega a su oficina la solicitud o telegrama en que se deduce el amparo, y la pondrá en el
acto en manos del Relator para que dé cuenta inmediatamente al Tribunal, y éste provea
lo pertinente.
El tribunal requerido deberá pedir informe, igualmente, por la vía más rápida, a la
autoridad o funcionario a quienes el recurrente atribuya, o aparezca del recurso, que tienen
alguna responsabilidad o actuación en la privación, perturbación o amenaza a la libertad
personal y seguridad individual del amparado.

El Art. 69 COT prescribe que los recursos de amparo se agregarán extraordinariamente


a la tabla del mismo día o del día hábil siguiente al de su ingreso al tribunal, o al día
siguiente hábil en que se haya obtenido la respuesta del juez, funcionario o autoridad a
quien se le hubiere pedido informe.
La distribución de los recursos de amparo corresponderá al Presidente de la Corte, el que
deberá tener presente los casos en que proceda legalmente la radicación.
El mismo autoacordado expresa que si la demora de los Informes que pidiere la Corte
excediese de un límite razonable, deberá el tribunal adoptar las medidas que sean
pertinentes para obtener su inmediato despacho, y en último caso, prescindirá de ellos
para el fallo del recurso.

Una cuestión importante que debe dilucidarse es si las normas generales sobre la vista de
los recursos en las Cortes, contempladas en el Código Procesal Penal actual,
particularmente las dadas en sus Arts. 356, 357, 358 y 361, deben aplicarse o no a la
tramitación y fallo del amparo constitucional.
Se trata de una cuestión dudosa, ya que estas normas, si bien no fueron proporcionadas
específicamente para esta acción de amparo, sino que para los recursos de que trata el
Libro Tercero de dicho Código, tienen un indudable carácter general en materia procesal
penal.

157
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

E) La Sentencia
El recurso presentado debe terminar mediante una sentencia, ya sea para acogerlo o para
desecharlo.
En caso que sea acogido, la Corte deberá adoptar, en la misma sentencia, las medidas o
providencias que juzgue necesarias para restablecer el imperio del Derecho y asegurar la
debida protección del afectado.
Entre ellas, se encuentra la de que se guarden las formalidades debidas, y si procediere,
la libertad del amparado.
Esta sentencia, como ya expresamos, es apelable ante la Corte Suprema, apelación que, a
falta de regla especial, debe deducirse en el plazo de cinco días.

5. Recurso de Apelación
A) Generalidades
El recurso de apelación es aquel que tiene por objeto obtener que un tribunal superior
modifique o revoque, con arreglo a derecho, la resolución de un tribunal inferior en la
parte en que le causa agravio o perjuicio al apelante.
El recurso de apelación, sin duda, constituye uno de los principales recursos procesales,
y en materia civil, su ejercicio es de general aplicación, al contrario de lo que ocurre en
materia penal, en que su empleo ha sido restringido por la ley.

En materia penal, el recurso de apelación responde sustancialmente a la misma finalidad


que en materia civil, esto es, modificar o revocar la resolución apelada en la parte en que
la estima gravosa el recurrente cuando la sentencia no se encuentra ajustada a Derecho.
Sin embargo, los ministros que componen la sala que resolverá el recurso de apelación
penal tomarán un conocimiento más completo del asunto que en materia civil, ya que
oirán, en la misma audiencia, los argumentos de hecho y de derecho esgrimidos por el
apelante para pedir la modificación o revocación de la resolución apelada, y los que
exponga el apelado para solicitar su confirmación.

Pero además, los abogados podrán formular aclaraciones respecto de los hechos o de los
argumentos vertidos en el debate por la parte contraria, sin perjuicio de que en cualquier
momento, alguno de los miembros del tribunal pueda hacer preguntas a dichos abogados
respecto a lo afirmado por ellos o por su contraparte, o pedirles que profundicen su
argumentación o la refieran a algún aspecto específico de la cuestión debatida.

Como puede observarse, el legislador se esforzó por dar a esta audiencia, que es pública,
un esquema de desarrollo semejante a las audiencias orales que se celebran ante el juez
de garantía.

Al instituir el recurso de apelación en el Código Procesal Penal, el legislador no


proporcionó su concepto, ni determinó los efectos de su interposición o concesión, ni se
refirió a su admisibilidad o tramitación, creando graves vacíos que han sido causa de
problemas de interpretación.
El legislador no se percató de que, al no hacer aplicables supletoriamente a los recursos
procesales las normas respectivas del Código de Procedimiento Civil, incurría en una
notable omisión.
La circunstancia de que el Art. 361 CPP otorgue el carácter de supletorias para la
tramitación, conocimiento y decisión de los recursos a las reglas del Título III del Libro
Segundo del Código Procesal Penal, que tratan del juicio oral, no resulta suficiente para
estos efectos, por tratarse claramente de una materia distinta.

158
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

La única solución existente por ahora, especialmente con respecto al recurso de apelación,
es la que ha dado la Corte Suprema, consistente en aplicar, en subsidio de las reglas
supletorias del Título III del Código Procesal Penal, las reglas comunes a todo
procedimiento contenidas en el Libro I del Código de Procedimiento Civil, entre las
cuales se encuentran precisamente las relativas al recurso de apelación, haciendo uso de
la norma remisoria del Art. 52 CPP.

En suma, aunque resulte extraño, en materia de recursos, y concretamente en lo relativo


al recurso de apelación, debemos aplicar:
• Primero, las normas específicas dadas en los Arts. 364-371 CPP, que tratan
particularmente del recurso de apelación en materia penal;
• Segundo, las disposiciones generales sobre recursos penales, contenidas en el
Título I del Libro III del Código Procesal Penal, por mandato del Art. 361 CPP;
• Tercero, en forma supletoria, las reglas del Título III del Libro Segundo del
Código Procesal Penal, que tratan del juicio oral, por mandato del mismo Art. 361
CPC;
• Por último, en subsidio de todas las anteriores, y en lo que no se opusieren a lo
estatuido en el Código Procesal Penal y en leyes especiales, las reglas comunes a
todo procedimiento contenidas en los Arts. 1º-252 CPC, en virtud de la norma
remisoria del Art. 52 CPP.

Sobre esta misma materia, es importante tener presente las “Instrucciones sobre el
Recurso de Apelación”, dadas por la Corte Suprema mediante acuerdo de su tribunal
pleno a los tribunales del país, mediante Oficio Nº003264, del 17 de Enero de 2001, en
el que precisamente se adopta el mismo orden en que deben aplicarse todas las
disposiciones relativas al recurso de apelación en materia procesal penal.

Estas reglas se refieren, además, a las características del plazo para apelar, a las
formalidades del escrito de apelación, a los antecedentes que se deben remitir al tribunal
de alzada, a la obligación de los intervinientes de comparecer a dicho tribunal a proseguir
el recurso, al pronunciamiento acerca de la admisibilidad del recurso, al señalamiento de
una audiencia determinada para la vista del recurso, a la apelación de la prisión preventiva
del imputado u otra clase de medidas cautelares personales que le hayan sido impuestas
por el juez de garantía, y a la autorización del acta de registro de la audiencia referida.

B) Procedencia del Recurso de Apelación


En materia procesal penal, como hemos expresado, la procedencia legal del recurso de
apelación se ha restringido severamente, en aras de la celeridad de esta clase de
procedimiento, por lo que el recurso referido ha dejado de ser de aplicación general para
las resoluciones que sí lo hacen procedente en materia civil.

En efecto, el Art. 370 CPP dispone que las resoluciones dictadas por el juez de garantía
serán apelables en los siguientes casos:
• Cuando pusieren término al procedimiento, hicieren imposible su prosecución o
la suspendieren por más de treinta días;
• Cuando la ley lo señalare expresamente.

Por otra parte, el Art. 364 CPP prescribe que serán inapelables las resoluciones dictadas
por un tribunal de juicio oral en lo penal.

159
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Como veremos, en contra de la sentencia pronunciada por el tribunal oral en lo penal


procede el recurso de nulidad, semejante al recurso de casación, pero en el cual no se hace
distinción entre forma y fondo, y del que conoce, en ocasiones, la Corte Suprema, y en
otras, la Corte de Apelaciones respectiva, dependiendo de la causal invocada.

Si examinamos con cierta detención la inaplicabilidad de la apelación en contra de las


resoluciones del tribunal de juicio oral en lo penal, concluiremos que esta improcedencia
resulta ineludible.
Desde luego, es imposible concebir la apelación de la sentencia definitiva que pronunciara
dicho tribunal en un procedimiento eminentemente oral, a menos que pudiera repetirse en
su integridad el juicio oral, hasta en sus menores detalles.
Por otra parte, si la revisión que implica la apelación pudiera realizarse únicamente en
base a los registros del juicio oral, por más que fueran completos, ello implicaría
desnaturalizar todo el sistema ideado por el legislador con respecto al principio de la
inmediación de los jueces y al método de la oralidad.

En cuanto a la restricción del recurso de apelación en contra de las resoluciones del juez
de garantía, y sin perjuicio de que se pretenda obtener con ello la celeridad del
procedimiento, debe tenerse en consideración que la mayoría de las resoluciones de
dichos jueces se adoptan al final de las audiencias orales públicas, en las que participan
todos los intervinientes, oportunidad en que éstos formulan sus alegaciones y hacen valer
sus puntos de vista, todo lo que el juez podrá tomar en cuenta al resolver, por lo que su
decisión resultará, al menos, debidamente informada.

Los casos particulares en que procede el recurso de apelación son los siguientes:
• De acuerdo con lo prescrito por el Art. 115 CPP, es apelable la resolución que
declara inadmisible la querella, pero sin que en la tramitación del recurso pueda
disponerse la suspensión del procedimiento.
En cambio, la resolución que admitiere a tramitación dicha querella es inapelable;
• Conforme a lo dispuesto por el Art. 120 CPP, es apelable la resolución que
declarare el abandono de la querella, sin que, asimismo, pueda disponerse la
suspensión del procedimiento durante la tramitación del recurso.
Pero la resolución que negare lugar al abandono de la querella será inapelable;
• En virtud del Art. 132 bis CPP, es apelable la resolución que declara la ilegalidad
de la detención tratándose de los delitos establecidos en los Arts. 141, 142, 361,
362, 365 bis, 390, 391, 433 y 440 CP, y los de la Ley Nº20.000 que tengan
señalada pena de crimen, pero en los demás casos, no será apelable.
La resolución que declare la ilegalidad de la detención será apelable por el fiscal
o el abogado asistente del fiscal en el sólo efectivo devolutivo;
• El Art. 149 CPP dispone que la resolución que ordenare, mantuviere, negare
lugar, o revocare la prisión preventiva, será apelable cuando hubiere sido dictada
en una audiencia, y en los demás casos, no será susceptible de recurso alguno;
• El Art. 155 Inc. Final CPP estatuye que la procedencia, duración, impugnación
y ejecución de las medidas cautelares personales establecidas en el Art. 155 CPP
deben regirse por las normas aplicables a la prisión preventiva, en cuanto no se
opusieren a lo establecido en el Párrafo 6° del Título V del Libro Primero del
Código Procesal Penal.
Atendido lo anterior, resulta procedente el recurso de apelación con respecto a las
resoluciones adoptadas por el juez de garantía en estas materias, en los mismos
términos que en la prisión preventiva;

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

• En virtud de lo prevenido por el Art. 158 CPP, son apelables las resoluciones que
negaren o dieren lugar a las medidas cautelares reales contenidas en el Título VI
del Libro Primero del Código Procesal Penal;
• El Art. 237 CPP dispone que es apelable la resolución que se pronunciare acerca
de la suspensión condicional del procedimiento, por el imputado, por la víctima,
por el Ministerio Público y por el querellante;
• El Art. 239 CPP previene que es apelable la resolución del juez de garantía que
revocare la suspensión condicional del procedimiento ya concedida;
• El Art. 247 CPP prescribe que es apelable la resolución del juez de garantía que
decreta el sobreseimiento definitivo de la causa por no haber comparecido el fiscal
a la audiencia convocada, o si luego de que el juez le otorgue un plazo máximo de
dos días para que éste pronuncie sobre el cierre, no lo hiciere o se negare a declarar
cerrada la investigación.
Asimismo, y aun cuando no se señalare expresamente, por aplicación del Art. 253
CPP (apelación de sobreseimientos), o por aplicación de las reglas generales del
Art. 370 CPP (por tratarse de una resolución que pone término al procedimiento),
también es apelable la resolución que declarare el sobreseimiento definitivo por
no acusar dentro del plazo establecido en la norma;
• El Art. 253 CPP dispone que es apelable la resolución que decreta el
sobreseimiento;
• El Art. 258 CPP estatuye que la resolución del juez de garantía que negare lugar
a una de las solicitudes que el querellante formulare en conformidad al mismo
artículo, relativo al forzamiento de la acusación, será inapelable, sin perjuicio de
los recursos que procedieren en contra de aquella que pusiere término al
procedimiento;
• El Art. 271 CPP dispone que es apelable la resolución del juez de garantía que
recayere sobre las excepciones de incompetencia, litispendencia y falta de
autorización para proceder criminalmente, todas las que deberán adoptarse en la
audiencia de preparación del juicio oral.
En cambio, es inapelable la resolución de dicho juez que dejare la resolución de
las excepciones de cosa juzgada y extinción de la responsabilidad penal para la
audiencia del juicio oral;
• En conformidad con lo prevenido por el Art. 277 CPP, es apelable el auto de
apertura del juicio oral cuando el recurso lo interpusiere el Ministerio Público por
exclusión de alguna de las pruebas ofrecidas por él, y el recurso deberá ser
concedido en ambos efectos;
• De acuerdo con lo dispuesto en el Art. 406 CPP, es apelable la sentencia
definitiva que dicte el juez de garantía en el procedimiento abreviado, recurso que
deberá concederse también en ambos efectos.

C) Tramitación del Recurso de Apelación en Primera Instancia


1) Tribunal Ante el Cual se Interpone
Como hemos expresado, el recurso de apelación se interpone ante el juez de garantía que
dictó la resolución que se impugna, para que lo conozca la Corte de Apelaciones
respectiva, y ésta será la correspondiente a la jurisdicción territorial en que se encuentra
ubicado dicho juzgado.

Es necesario puntualizar que en un juzgado de garantía pueden funcionar uno, dos o más
jueces de garantía, cada uno de los cuales es un tribunal unipersonal, separado e
independiente de los demás.

161
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Sin embargo, como el juzgado de garantía tiene una sola secretaría administrativa, común
a todos los jueces, el escrito de apelación deberá ser presentado precisamente en esa
secretaría, y deberá contener la debida especificación de la causa con respecto al juez de
garantía cuya resolución se impugna, el Rol Único Nacional y el Rol Interno del Tribunal.

El Art. 365 CPP prescribe que el recurso de apelación deberá entablarse ante el mismo
juez que hubiere dictado la resolución, y éste lo concederá o denegará.

2) Plazo Para Interponer el Recurso


Conforme al Art. 366 CPP, el recurso de apelación deberá entablarse dentro de los cinco
días siguientes a la notificación de la resolución impugnada.
Se trata de un plazo legal, y por tanto, fatal e improrrogable.
Como se trata además de un plazo de días, rige la regla del Art. 14 CPP, que dispone que
todos los días y horas serán hábiles para las actuaciones del procedimiento, pero si un
plazo venciere en día feriado, se considerará ampliado hasta las veinticuatro horas del día
siguiente que no fuere feriado.

Excepcionalmente, cuando se trata de la apelación relativa a la prisión preventiva, deberá


ejercerse en la misma audiencia en que se adopta la resolución que se impugna, atendido
lo dispuesto en el Art. 149 CPP.

3) Adhesión a la Apelación
Con respecto a la adhesión al recurso de apelación, permitida y reglamentada en materia
civil, debe señalarse que el Código Procesal Penal no la contempló expresamente con
respecto a este recurso, lo que de inmediato plantea el problema de su procedencia.
Estimamos que ella no tiene cabida en materia de apelación, al contrario de lo que ocurre
con el recurso de nulidad, que sí contempla y reglamenta el Art. 382 CPP, dado que la
opción contraria, que podría fundarse en la norma remisoria del Art. 52 CPP, trae
aparejada diversos problemas de interpretación, comenzando por la determinación de la
oportunidad en que debería hacerse valer.

4) Forma de Interponer el Recurso de Apelación


De acuerdo con lo prescrito en el Art. 367 CPP, el recurso debe ser interpuesto por
escrito, con indicación de sus fundamentos y de las peticiones concretas que se formulen.
La exigencia de ser presentado por escrito excluye la posibilidad de interponer el recurso
de apelación en las audiencias orales.

No obstante lo anterior, debe observarse que el Art. 149 CPP, por excepción, permite la
deducción del recurso de apelación dentro de la audiencia en que el juez de garantía
negare o revocare la prisión preventiva del imputado.

Es preciso señalar que tanto el recurrente como el recurrido deberán referirse a las
materias comprendidas en el recurso, oralmente, cuando les corresponda alegar en la
audiencia pública que la Corte de Apelaciones respectiva les fije para estos efectos.
En dicha audiencia, podrán hacerse cargo y controvertir lo expresado por la parte
contraria, tanto en los hechos como en el derecho.
Asimismo, los ministros de la sala respectiva de la Corte de Apelaciones podrán dirigirles
preguntas para que aclaren sus dichos o los refieran a una materia concreta.

162
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Por otra parte, debe tenerse presente que las peticiones concretas que formule el apelante
son las que le dan la competencia específica al tribunal de alzada, de tal manera que éste
sólo podrá pronunciarse sobre las solicitudes formuladas por los recurrentes, quedándole
vedado extender el efecto de su decisión a cuestiones no planteadas por ellos, o más allá
de los límites de lo solicitado, salvo las excepciones legales, conforme lo previene el Art.
360 CPP.

Las exigencias referidas anteriormente debe cumplirlas igualmente el imputado que se


encontrare privado de libertad, ya que la ley no contiene ninguna excepción a su respecto,
como ocurría en el antiguo Código de Procedimiento Penal, en que podía apelar
verbalmente en algunas ocasiones.

5) Admisibilidad del Recurso de Apelación por el Juez de Garantía


El Art. 365 CPP, refiriéndose al juez de garantía cuya resolución se apela, se limita a
señalar que concederá o denegará el recurso, sin hacer referencia a su admisibilidad o a
los casos en que podrá admitirse o denegarse.
Aplicando las normas del proceso civil, corresponderá al juez de garantía cuya resolución
se impugna, pronunciarse primeramente acerca de si concede o no el recurso interpuesto.

Para resolver su procedencia, examinará los mismos requisitos que en materia civil:
• Que se haya interpuesto en tiempo oportuno (Art. 356 CPP);
• Que la ley haga procedente el recurso de apelación, lo que en materia procesal
penal tiene una importancia especial, puesto que, en conformidad con lo dispuesto
en el Art. 370 CPP, sólo son apelables determinadas resoluciones del juez de
garantía;
• Que se indiquen sus fundamentos (Art. 367 CPP);
• Que contenga peticiones concretas (Art. 367 CPP).

Si el juez de garantía declara inadmisible la apelación, el recurrente podrá solicitar


reposición de esta decisión dentro de tercero día, y si lo considera admisible, deberá
concederlo para ante la Corte de Apelaciones respectiva.

6) Efectos de la Concesión del Recurso


Conforme al Art. 368 CPP, la apelación se concede en el solo efecto devolutivo, salvo
que la ley señale expresamente lo contrario, lo cual guarda relación con el principio de
celeridad en el proceso penal, que podría verse frustrado con la concesión del recurso en
ambos efectos.

Sin embargo, el Art. 149 Inc. 2° CPP establece una excepción, al señalar que tratándose
de los delitos establecidos en los Arts. 141, 142, 361, 362, 365 bis, 390, 391, 433, 436 y
440 CP, en las Leyes N°17.798 y N°20.000, y de los delitos de castración, mutilaciones
y lesiones contra miembros de Carabineros, de la Policía de Investigaciones y de
Gendarmería de Chile, en el ejercicio de sus funciones, el imputado que hubiere sido
puesto a disposición del tribunal en calidad de detenido o se encontrare en prisión
preventiva no podrá ser puesto en libertad mientras no se encontrare ejecutoriada la
resolución que negare, sustituyere o revocare la prisión preventiva.

Como puede observarse, en los casos indicados, el imputado contra quien se ha solicitado
la prisión preventiva por el fiscal o el querellante no podrá ser puesto en libertad, sea que
el juez de garantía deniegue esta medida cautelar personal, o bien, cuando habiéndola

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

concedido con anterioridad, la revoque a petición de la defensa de dicho imputado, hasta


que no se encuentre ejecutoriada dicha resolución, o sea, hasta que la Corte de
Apelaciones no resuelva el recurso, lo que, en la práctica, importa establecer el efecto
suspensivo.

El recurso de apelación en contra de esta resolución que niega lugar a la prisión preventiva
del imputado o revoca esta medida cautelar, deberá ejercerse por el fiscal o el querellante
en la misma audiencia en que el juez de garantía adopte dicha decisión, gozará de
preferencia para su vista y fallo, y será agregado extraordinariamente a la tabla el mismo
día de su ingreso al tribunal de alzada, o a más tardar, a la del día hábil siguiente.
Cada Corte de Apelaciones deberá establecer una sala de turno para conocer de estas
apelaciones en días feriados.

7) Antecedentes que Deben Remitirse al Tribunal de Alzada


Conforme al Art. 371 CPP, una vez concedido el recurso, el juez remitirá al tribunal de
alzada copia fiel de la resolución y de todos los antecedentes que fueren pertinentes para
un acabado pronunciamiento del recurso.
Sobre este particular, es útil tener presente las instrucciones impartidas por la Corte
Suprema, por acuerdo de su tribunal pleno, a los tribunales del país, mediante Oficio
Nº3264 de 17 de Enero de 2001, al que ya nos hemos referido.

En dichas instrucciones, se dispone que entre los antecedentes que debe remitir el juez de
garantía a la Corte de Apelaciones respectiva, debe incluirse una certificación acerca de
quiénes son los intervinientes, debidamente individualizados, sus abogados y apoderados,
o si carecen de ellos.
Conviene recordar, además, que en materia procesal penal no existen los expedientes
como en materia civil, sino que únicamente existen los registros del Ministerio Público,
de los juzgados de garantía, del tribunal oral en lo penal y de la policía, que contienen
antecedentes relativos a actuaciones de investigación y de procedimiento.

D) Tramitación del Recurso de Apelación en Segunda Instancia


1) Ingreso del Recurso a la Secretaría de la Corte de Apelaciones
De acuerdo con las instrucciones impartidas por la Corte Suprema a los tribunales del
país, una vez que se reciba en la Secretaría de la Corte de Apelaciones respectiva el
recurso de apelación interpuesto y los antecedentes pertinentes, el Secretario deberá
certificar la fecha de su recepción, y dispondrá que se ingresen en el rol del tribunal de
alzada.

Luego, deberá entregar estos antecedentes al Presidente de la Corte, el que, sin esperar la
comparecencia del recurrente, citará a los intervinientes a una audiencia posterior al
quinto día hábil siguiente al ingreso de los antecedentes para la vista del recurso, a menos
que se trate de la apelación relativa a la prisión preventiva del imputado o de otra medida
cautelar personal decretada en su contra, caso en el cual, los antecedentes respectivos
serán agregados extraordinariamente a la tabla del día siguiente hábil al de su ingreso al
tribunal, o el mismo día en casos urgentes, de acuerdo con lo dispuesto en el Art. 69 N°1
COT.

Como puede observarse, las citadas instrucciones alteran el sistema existente para las
apelaciones en materia civil, ya que el Presidente de la Corte deberá fijar una audiencia
determinada para la vista del recurso, la que tendrá el carácter de pública, conforme a lo

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

prescrito por el Art. 358 CPP, distribuyendo para este efecto las apelaciones entre las
salas de que se componga la Corte.

2) Comparecencia de las Partes en Segunda Instancia


Ante la ausencia de normas legales específicas relativas a la comparecencia de los
intervinientes en el tribunal de alzada, se ha planteado el problema de decidir la
oportunidad en que éstos deben comparecer ante dicho tribunal.
Como sabemos, el Código de Procedimiento Civil contiene normas precisas sobre el
particular, tanto respecto del apelante como del apelado, así como la imposición de
sanciones para el caso de incomparecencia de uno o de otro.

La Corte Suprema, en las instrucciones referidas, ha considerado que los intervinientes,


en particular quien recurre, tienen el plazo de cinco días, más lo que señale la tabla de
emplazamiento, para comparecer al tribunal de alzada a continuar el recurso, contados
desde la recepción de los antecedentes en la Secretaría de la Corte, agregando que esta
comparecencia es un requisito previo para poder asistir a la vista de la causa.

En otras palabras, los comparecientes tendrían una doble obligación de comparecencia.


Primero, dentro de los cinco días siguientes a la recepción de los antecedentes en el
tribunal de alzada, más los días que indique la tabla de emplazamiento, y segundo, el día
fijado para la audiencia oral en que debe verse el recurso.
En ambos casos, la sanción para la incomparecencia sería la misma.

Sin embargo, si bien deben aplicarse al recurso de apelación en materia procesal penal las
normas del Libro Primero del Código de Procedimiento Civil por mandato del Art. 52
CPP, esta aplicación sólo es posible en cuanto dichas normas no se opongan a lo estatuido
en el Código Procesal Penal o en leyes especiales.
Pues bien, lo que dispone el Art. 358 CPP es que la falta de comparecencia de uno o más
recurrentes a la audiencia dará lugar a que se declare el abandono del recurso respecto de
los ausentes, y la incomparecencia de uno o más de los recurridos permitirá proceder en
su contra.

Como puede observarse, la sanción que el Art. 201 CPC aplica a las partes que no
comparecen al tribunal de alzada a proseguir el recurso interpuesto lo aplica el Art. 358
CPP a los recurrentes que no asisten a la audiencia pública en que deberá verse el recurso.

De acuerdo con lo expresado, no resulta procedente la obligación que se pretende imponer


a las partes de comparecer al tribunal de alzada dentro del quinto día de recibidos los
antecedentes en la secretaría de dicho tribunal, ya que ello pugnaría con la obligación que
les impone el Art. 358 CPP de asistir a la audiencia pública referida para conocer del
recurso bajo idéntica sanción, es decir, el abandono del recurso para el apelante y la
rebeldía para el apelado.
Dos sanciones de igual naturaleza para las partes por su falta de comparecencia al tribunal
de alzada, en dos oportunidades diferentes pero cercanas, parece exagerado.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

3) Orden de No Innovar
En la tramitación del recurso de apelación, no se estableció la orden de no innovar como
institución de carácter general, al contrario de lo que ocurre en materia procesal civil, en
que se encuentra instituida y reglamentada.

No obstante lo anterior, la Ley Nº20.253 modificó esta situación en materia de recursos,


instituyendo la orden de no innovar para impedir la posible fuga del imputado en los casos
en que se hallare pendiente el recurso de apelación deducido por el fiscal o el querellante
en contra de la resolución que trae aparejada su libertad.

Esta orden de no innovar fue instituida en consonancia con el efecto suspensivo


establecido para las apelaciones deducidas en contra de la resolución del juez de garantía
que niega o revoca la prisión preventiva, ya estudiado anteriormente, y tiene por objeto
completar las hipótesis en que el imputado podría gozar de libertad tan pronto le sea
notificada una resolución del juez de garantía que lo permite, esto es, antes de que dicha
resolución sea revisada por la Corte de Apelaciones por la vía del recurso de apelación.

Conforme a este objetivo, el Inc. 3° actual del Art. 149 CPP dispone que en los casos en
que no sea aplicable lo dispuesto en el inciso anterior, estando pendiente el recurso contra
la resolución que dispone la libertad, para impedir la posible fuga del imputado, la Corte
de Apelaciones respectiva tendrá la facultad de decretar una orden de no innovar, desde
luego y sin esperar la vista del recurso de apelación del fiscal o del querellante.

4) Admisibilidad del Recurso por el Tribunal de Alzada


La Corte de Apelaciones, al igual que en materia civil, debe pronunciarse acerca de la
admisibilidad del recurso de apelación, lo que implica el examen de:
• Ser procedente el recurso atendida la naturaleza de la resolución impugnada;
• Haberse ejercido por escrito dentro de plazo, con la excepción que ya vimos
relativa a la prisión preventiva;
• Contener dicho escrito los fundamentos del recurso;
• Contener, asimismo, las peticiones concretas que se formulan.

Curiosamente, la ley no señaló el organismo de la Corte que debería practicar este


examen, lo que, como es obvio, planteó de inmediato el problema de su determinación.
Sabemos que, conforme a las normas del Código Orgánico de Tribunales, este examen lo
practica la sala tramitadora o sala de cuenta, cuando hay más de una.
Sin embargo, la Corte Suprema, en las instrucciones ya mencionadas, cambió esta regla,
disponiendo que el examen de admisibilidad debería efectuarlo la misma sala que hubiera
sido sorteada para conocer de la vista de la causa, agregando que el conocimiento de los
antecedentes del recurso debería tomarlo de la cuenta que les hiciera un Relator, con
anterioridad inmediata a la vista.

Como hemos dicho, en esta materia las Instrucciones referidas se apartan manifiestamente
de las disposiciones de los Códigos de Procedimiento Civil y Penal, por cuanto
encomiendan el examen de admisibilidad a la propia sala que debe conocer el recurso, en
lugar de la sala tramitadora, y porque reponen la relación, suprimida expresamente por el
Código Procesal Penal, aunque solo se trate de una cuenta relativa a la admisibilidad de
la apelación.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

5) Celebración de la Audiencia Decretada Para la Vista del Recurso


Como señalamos, esta audiencia deberá haberse fijado previamente, con toda precisión,
por el Presidente de la Corte, designando por sorteo la sala a la que deberá corresponderle
su conocimiento.
De acuerdo con lo dispuesto por el Art. 358 CPP, la audiencia deberá comenzar con el
anuncio, tras lo cual, sin mediar relación, el Presidente de la sala deberá otorgar la palabra
a el o los recurrentes para que expongan los fundamentos del recurso, así como las
peticiones concretas que formularen.
Dicha norma agrega que luego, se permitirá intervenir a los recurridos, y que, finalmente,
se volverá a ofrecer la palabra a todas las partes con el fin de que formulen aclaraciones
respecto de los hechos o de los argumentos vertidos en el debate.
En cualquier momento del debate, cualquier miembro del tribunal podrá formular
preguntas a los representantes de las partes, o pedirles que profundicen su argumentación,
o la refieran a algún aspecto específico de la cuestión debatida.

Como puede advertirse, el precepto transcrito sustituye la relación del relator por los
fundamentos de hecho y de derecho que deben formular los abogados de las partes en sus
alegatos verbales, suponiendo que por este medio, además de las preguntas que deseen
formularles, quedarán debidamente instruidos de los antecedentes para resolver el recurso
propuesto.

Por último, el Art. 358 Inc. Final CPP dispone que, concluido el debate, el tribunal
pronunciará sentencia de inmediato, o si no fuere posible, en un día y hora que dará a
conocer a los intervinientes en la misma audiencia.
La sentencia será redactada por el miembro del tribunal colegiado que éste designare, y
el voto disidente o la prevención, por su autor.

6. Recurso de Hecho
El Código Procesal Penal trata el recurso de hecho en un solo artículo, y en materia penal,
no tiene importancia distinguir si se trata de un recurso de hecho verdadero o falso para
los efectos de su tramitación, ya que, al contrario de lo que ocurre en materia civil, en que
la tramitación es diferente según se trate de uno u otro, en materia penal ambos recursos
se sustancian de igual manera.

De acuerdo con el Art. 369 CPP, el recurso de hecho procede en las cuatro hipótesis
siguientes:
• Cuando el recurrente estima que el tribunal inferior denegó un recurso de
apelación que legalmente debió conceder;
• Cuando el tribunal concedió un recurso de apelación que era legalmente
improcedente;
• Cuando concedió un recurso de apelación en el solo efecto devolutivo debiendo
haberlo otorgado en ambos efectos;
• Cuando, por el contrario, concedió una apelación en ambos efectos debiendo
haberla otorgado en el solo efecto devolutivo.

El Art. 369 CPP, siguiendo el esquema del Código de Procedimiento Civil, establece que
el recurrente de hecho deberá interponer su recurso directamente ante el tribunal superior,
que es el que debe conocer del recurso de apelación, para que éste resuelva si debe o no
concederse la apelación, y en caso afirmativo, cuáles deben ser sus efectos.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

El citado Art. 369 CPP estatuye que este plazo será de tres días, pero no precisa la fecha
desde la cual debe contarse este plazo.
Ante la ausencia de una norma que resuelva concretamente la situación planteada, se
estima que el plazo de tres días deberá contarse desde que se notifique al recurrente la
resolución que se pronuncia sobre la concesión o denegación de la apelación.
Esta solución, por lo demás, permite interponer el recurso de hecho dentro de plazo,
cualquiera que sea el fundamento de su procedencia.

Aun cuando el Art. 369 CPP no lo dice expresamente, no cabe duda, por su contexto,
que el recurso de hecho debe presentarse por escrito ante el tribunal que debe conocer de
la apelación, y que dicho escrito deberá contener una breve reseña de los fundamentos
del recurso, y desde luego, la petición concreta que se efectúa.

Presentado el recurso de hecho, el tribunal de alzada solicitará, cuando correspondiere,


los antecedentes señalados en el Art. 371 CPP, y luego fallará en cuenta.
Si acogiere el recurso por haberse denegado la apelación, retendrá tales antecedentes o
los recabará, si no los hubiese pedido, para pronunciarse sobre la apelación.
Como puede observarse, la tramitación para ambas clases de recurso de hecho, verdadero
o falso, es la misma.

Una vez que se haya presentado el recurso en la Secretaría de la Corte de Apelaciones


respectiva con los antecedentes necesarios, que incluirán copia autorizada de la resolución
impugnada, de su notificación y de la personería del apelante, el tribunal de alzada podrá
recabar la remisión de los antecedentes señalados en el Art. 371 CPP, esto es, copia fiel
de la resolución impugnada y de todos los antecedentes que fueren pertinentes para un
acabado pronunciamiento sobre el recurso.
En la práctica, la remisión se efectúa electrónicamente, y luego la Corte falla el recurso
en cuenta.

En cuanto al fallo del recurso, la ley se limita a disponer que debe fallarse en cuenta, lo
que equivale a expresar que debe fallarse con la sola cuenta del Relator, agregando que
si se acogiere el recurso de hecho por haberse denegado la apelación, retendrá tales
antecedentes o los recabará, si no los hubiese pedido, para pronunciarse sobre el recurso
de apelación.

7. Recurso de Nulidad
A) Aspectos Generales
El recurso de nulidad es aquel que se concede para invalidar el juicio oral y la sentencia
definitiva, o solamente esta última, cuando en cualquier etapa del procedimiento, o en el
pronunciamiento de la sentencia, se hubieren infringido sustancialmente los derechos o
garantías asegurados por la Constitución o por los Tratados Internacionales ratificados
por Chile que se encontraren vigentes, o cuando se hubiere hecho una errónea aplicación
del derecho que hubiere influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo, o cuando
concurrieren algunos de los denominados motivos absolutos de nulidad, contemplados en
el Art. 374 CPP.

El legislador dejó claramente establecido que el recurso de nulidad es el medio para anular
o invalidar el juicio oral y las sentencias dictadas al final de dicho juicio por el tribunal
oral en lo penal, o solamente estas últimas, cumpliendo de esta manera el mismo objetivo
que el recurso de casación en materia civil.

168
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Sin embargo, en materia penal, el recurso de nulidad adquiere una mayor importancia,
debido al debilitamiento del recurso de apelación, lo que virtualmente lo convierte en el
cauce obligado para canalizar los agravios de los intervinientes.

Conviene señalar que el recurso de nulidad, como todo recurso, se ejerce en contra de
resoluciones judiciales, en este caso, sentencias definitivas, por haber incurrido éstas en
infracciones a las normas constitucionales, a las contenidas en los Tratados
Internacionales ratificados por Chile y actualmente vigentes, o en contra de las demás
disposiciones legales, siempre que estas infracciones hayan influido en lo dispositivo de
las sentencias.
Pero también se ejerce en contra de las mismas resoluciones cuando se han pronunciado
en un procedimiento que adolece de vicios u omisiones, que igualmente, debido a su
magnitud y gravedad, han influido sustancialmente en lo dispositivo de las sentencias.

Así, el recurso de nulidad puede interponerse:


• En contra de las sentencias definitivas pronunciadas por el tribunal de juicio oral
en lo penal que pone término al juicio oral, para anularlo junto con la sentencia
pronunciada, o sólo para invalidar esta última;
• En contra de las sentencias definitivas pronunciadas por el juez de garantía en el
procedimiento simplificado, de acuerdo con lo dispuesto en el Art. 399 CPP;
• En contra de las sentencias definitivas dictadas por el juez de garantía en el
procedimiento por delito de acción penal privada, toda vez que el Art. 405 CPP
dispone que en lo no previsto en el título que trata de este procedimiento, deben
aplicarse supletoriamente las normas del Título I, que se refieren precisamente al
procedimiento simplificado.

Como la ley no dio ninguna regla especial para la interposición, tramitación y fallo del
recurso de nulidad en estas dos últimas clases de procedimiento, se concluye que deberán
aplicarse, en general, las normas que sobre este particular se contienen en los Arts. 372-
387 CPP.
Además, la sentencia definitiva dictada por el juez de garantía en el procedimiento
abreviado sólo puede ser impugnada, conforme a lo previsto en el Art. 414 CPP, por el
recurso de apelación, que en este caso, debe concederse en ambos efectos.

Las finalidades del recurso de nulidad, fundamentalmente, son las siguientes:


• Asegurar el Cumplimiento de las Garantías y Derechos Fundamentales
El recurso de nulidad se encuentra destinado a cautelar especialmente las normas
de un racional y justo procedimiento, contenidas en el Art. 19 N°3 CPR.
El Art. 373 CPP, que se refiere a las causales genéricas del recurso de nulidad,
dispone que procederá este recurso cuando en el procedimiento o en el
pronunciamiento de la sentencia, se hubieren infringido sustancialmente derechos
o garantías asegurados por la Constitución o por los Tratados Internacionales
ratificados por Chile que se encuentren vigentes.

• Precisar la Correcta y Uniforme Aplicación del Derecho en Materia Penal


Esta finalidad se encuentra instituida en el mismo Art. 373 CPP, el cual dispone
que podrá ejercerse el recurso de nulidad cuando en la dictación de la sentencia
se hubiere hecho una errónea aplicación del derecho que hubiere influido
sustancialmente en lo dispositivo del fallo.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Consiste en observar un criterio uniforme en la aplicación del Derecho, en general,


aparte de la uniformidad en la aplicación de las normas constitucionales y de las
contenidas en los Tratados Internacionales, exigidas por el Art. 373 N°1 CPP, en
términos de producir una igualdad entre las partes, y favoreciendo, además, una
jurisprudencia igualitaria de los tribunales.
Cabe señalar que aunque en materia civil esta finalidad es propia del recurso de
casación en el fondo, el Art. 376 Inc. 2° CPP ha entregado su conocimiento a las
Cortes de Apelaciones, alterando el sistema anteriormente vigente.

• Subsanar los Vicios u Omisiones del Procedimiento o de la Sentencia


Las causales del recurso de nulidad, llamadas motivos absolutos de nulidad por
el legislador, están instituidas en el Art. 374 CPP, y han sido objeto de un
tratamiento especial como veremos más adelante.
De la simple lectura de estas causales de nulidad, aparece una clara
correspondencia con algunas de las causales específicas del recurso de casación
en la forma en materia civil, cumpliéndose de esta manera el doble objetivo que
tenía el antiguo recurso de casación penal.

Por último, y antes de entrar a la regulación específica de este recurso, cabe efectuar
ciertas consideraciones generales acerca del mismo:
• Constituye una Solución Necesaria Ante la Ausencia de Apelación
La circunstancia de que no exista un recurso de apelación para revisar las
resoluciones del tribunal de juicio oral en lo penal debiera convertir al recurso de
nulidad en el recurso ordinario para impugnarlas.
El legislador, consciente de esta circunstancia, tuvo que concebir un recurso de
nulidad de carácter desformalizado y con causales amplias y genéricas para
facilitar su interposición, pero que, en todo caso, no significara establecer una
segunda instancia encubierta.
De lo expresado, se sigue que el juicio oral es conocido y fallado en única
instancia por el tribunal oral en lo penal, sin perjuicio de que pueda ser invalidado.
Este recurso implica dar una salida legítima a la situación que pudiera producirse
por la falta de un recurso de apelación frente a la existencia de un procedimiento
visiblemente viciado, o de una decisión manifiestamente injusta.
Por su intermedio, las partes pueden perseguir la invalidación del procedimiento
y la sentencia dictada, o sólo de esta última, lo que dependerá de la causal de
nulidad que invoquen.

• No Hay Distinción Entre Causales de Forma o Fondo


Una de las características del recurso de nulidad es la de que, no obstante que es
similar al recurso de casación en materia civil, no distingue entre causales de
forma o de fondo como aquél.
Como se sabe, en materia civil, la casación de fondo está reservada a la Corte
Suprema, que conoce de ella en forma exclusiva, y esta casación se funda en la
infracción de ley cuando ha influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo.
En el nuevo sistema procesal penal, en cambio, conocen del recurso tanto la Corte
Suprema como las Cortes de Apelaciones, sin tomar mayormente en cuenta si la
causal invocada se refiere a la forma o al fondo.
La circunstancia de que el recurso de nulidad no hiciera la distinción referida,
además de simplificar la elaboración y tramitación del recurso, ha facilitado la

170
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

opción tomada por el legislador de entregar mayoritariamente el conocimiento de


este recurso a las Cortes de Apelaciones.

• Se Privilegian las Causales Genéricas


En cuanto al carácter de las causales, se mantuvo en el Congreso el criterio del
Proyecto remitido por el Ejecutivo, en el sentido de establecer causales genéricas
y amplias, teniendo presente, como se ha dicho, que al no existir un recurso de
apelación, debía proporcionarse a los intervinientes, especialmente al imputado
cuando fuera condenado, la posibilidad de recurrir al tribunal superior para
exponer sus agravios y tratar de solucionarlos por esta vía.
Concretamente, se sostuvo que estructurar el recurso sobre la base de causales
específicas expondría a vulnerar esta garantía, porque dejaría excluidas algunas
materias que no podrían ser objeto del recurso.
Como hemos expresado, el Art. 373 CPP estableció causales genéricas al tratar
de los objetivos del recurso.
Además, debe señalarse que el recurso incorpora, en forma expresa, la infracción
de las normas relativas a los derechos y garantías establecidos no sólo por la
Constitución, sino que por los Tratados Internacionales ratificados por Chile y que
se hallaren vigentes.
Cabe destacar que entre los derechos y garantías amparados por el recurso de
nulidad se encuentra el racional y justo procedimiento, que a su vez, comprende
otras garantías, como la igualdad ante la ley, la existencia de un tribunal imparcial
y preestablecido, y la defensa jurídica.

• Perjuicio Para el Recurrente en el Recurso de Nulidad


La existencia de un perjuicio para el interviniente que recurre sigue siendo un
requisito necesario para justificar el ejercicio de un recurso.
El Art. 159 CPP lo instituye como uno de los principios básicos en esta materia,
al establecer que sólo podrán anularse las actuaciones o diligencias judiciales
defectuosas del procedimiento que ocasionaren un perjuicio reparable únicamente
con la declaración de nulidad.
Dicha norma agrega que existe perjuicio cuando la inobservancia de las formas
procesales atenta contra las posibilidades de actuación de cualquiera de los
intervinientes en el procedimiento.
El Art. 160 CPP añade que se presumirá de derecho la existencia del perjuicio si
la infracción hubiere impedido el pleno ejercicio de las garantías y de los derechos
reconocidos en la Constitución, o en las demás leyes de la República.
El Art. 352 CPP señala que podrán recurrir en contra de las resoluciones
judiciales el Ministerio Público y los demás intervinientes agraviados por ellas.
Debemos tener presente que la demostración del perjuicio no será necesaria
cuando el recurso de nulidad se funde en algunos de los motivos absolutos de
nulidad, dado que el Art. 374 CPP señala expresamente que el juicio y la
sentencia serán siempre anulados, lo que implica que el legislador ha presumido
en estos casos la existencia de un perjuicio.
A este respecto, cabe señalar que es tal la importancia que se concede a estas
causales que el legislador, como una rara excepción, permite que la Corte, de
oficio, acoja un recurso de nulidad deducido por el imputado por una causal
distinta de la invocada por aquél, siempre que se trate de un motivo absoluto de
nulidad (Art. 379 Inc. 2° CPP).

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

• Valoración de la Prueba
Se incluyó, entre los motivos absolutos de nulidad, el hecho de que la sentencia
hubiere omitido alguno de los contenidos que necesariamente deben figurar en
ella, entre los cuales se encuentra la valoración de los medios de prueba que
fundamentaren las conclusiones acerca de los hechos y circunstancias que se
dieren por probados.
Se sostuvo que apreciar bien o mal la prueba no es un aspecto que esté sujeto al
control del tribunal superior por la vía de la nulidad, pero que otra cosa es la
revisión que éste puede hacer acerca de la relación lógica entre la valoración de la
prueba que los sentenciadores hacen y las conclusiones a que llegan en su fallo.

• El Recurso de Nulidad No da Origen a una Segunda Instancia


Como ya hemos señalado, el recurso de nulidad, al igual que la casación civil, no
da origen a una segunda instancia, entendiendo por tal el grado de jurisdicción
que permite una doble revisión de los hechos y del derecho.
De tal manera, el juicio oral se conoce en única instancia, y lo mismo acontece
con el juicio simplificado y con el de acción penal privada.
La Corte Suprema y la respectiva Corte de Apelaciones, cuando conocen de un
recurso de nulidad, una vez que éste ha sido declarado admisible, y durante la
vista del recurso, se limitan a examinar los antecedentes remitidos por el tribunal
inferior, y especialmente, a oír los alegatos del recurrente y del recurrido para
determinar:
o Si la causal o infracciones alegadas como fundamento del recurso se
encuentran contempladas en la ley;
o Si los hechos invocados para configurarlas se encuentran debidamente
demostrados y configuran efectivamente dichas causales;
o Si los vicios o infracciones denunciadas han influido sustancialmente en
lo dispositivo del fallo;
o Si el vicio o infracción legal aducidos han ocasionado un perjuicio cierto
al recurrente que sólo puede subsanarse mediante la invalidación
solicitada.
En caso que el tribunal ad quem verifique la concurrencia de estas exigencias,
acogerá el recurso, y consiguientemente, declarará la nulidad requerida.
En caso contrario, desechará el recurso, estableciendo que la sentencia y el
procedimiento son válidos, devolviendo los antecedentes al tribunal a quo para
que proceda al cumplimiento de la primera.

B) Causales del Recurso de Nulidad


1) Causales que son de la Competencia de la Corte Suprema
Las causales de nulidad que son de competencia de la Corte Suprema están contenidas en
el Art. 376 CPP, y son las siguientes:
• La Infracción de la Constitución y los Tratados Internacionales Ratificados
por Chile y Actualmente Vigentes
Conforme al Art. 376 CPP, la Corte Suprema será competente para conocer del
recurso de nulidad tendiente a invalidar el juicio oral y la sentencia cuando en
cualquier etapa del procedimiento, o en el pronunciamiento de la sentencia, se
hubieren infringido sustancialmente derechos y garantías asegurados por la
Constitución o por los Tratados Internacionales ratificados por Chile que se
encuentren vigentes.

172
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Se trata, por cierto, de causales genéricas de la más alta trascendencia, que miran
a proteger los principios y garantías establecidos en la Constitución o en los
Tratados Internacionales referidos, y que por su naturaleza, corresponden a todas
las personas, especialmente el racional y justo proceso.
La Corte Suprema debe resolver si el capítulo de invalidación propuesto tiene o
no mérito bastante, en caso de encontrarse comprobado, para producir la
invalidación del juicio oral y la sentencia, o sólo de esta última.
Para ello, tomará en consideración la etapa en que se haya producido la infracción
y su carácter y magnitud.
Al resolver estas delicadas materias, la Corte Suprema deberá fijar la correcta
interpretación no sólo de las normas constitucionales, fijando su debida
interpretación y aplicación, sino que además, estos mismos extremos con respecto
a las normas contenidas en los Tratados Internacionales, relativos a los derechos
y garantías de las personas.

• Diferentes Interpretaciones de un Mismo Precepto Legal por los Tribunales


Superiores
Conforme al Art. 376 CPP, corresponde a la Corte Suprema conocer del recurso
de nulidad cuando se fundare en haber incurrido la sentencia en una errónea
aplicación del derecho que hubiere influido sustancialmente en lo dispositivo del
fallo, en caso que respecto de la materia propuesta existieren distintas
interpretaciones por los tribunales superiores de justicia, lo que tiene el claro
propósito de que sea este último tribunal quien proporcione la interpretación que
legalmente proceda, y que permita uniformar la jurisprudencia.
El recurrente, en este caso, al intentar el recurso, deberá demostrar las distintas
interpretaciones dadas a un mismo precepto legal por parte de los tribunales
superiores, esto es, por la Corte Suprema y por las Cortes de Apelaciones.
Sin embargo, debe tenerse presente que si bien es posible lograr por este medio
un mayor grado de certeza, necesario para dar seguridad y estabilidad a las
relaciones jurídicas y a la manera de entender el sentido y alcance de las normas
legales, no debe olvidarse que no forma parte de la tradición ni de la cultura
jurídica chilena el denominado precedente obligatorio, propio del sistema anglo
americano, y que pugnaría con todo el sistema positivo nacional y con la
independencia de que gozan legalmente los tribunales para interpretar la ley y el
derecho al resolver una contienda o controversia sometida a su conocimiento.

• Cuando al Menos Una de las Varias Causales en que se Funda el Recurso


Corresponde Legalmente a la Corte Suprema
Según dispone el Art. 376 Inc. Final CPP, si un recurso se fundare en distintas
causales, y por aplicación de las reglas contempladas en los incisos precedentes
correspondiere el conocimiento de al menos una de ellas a la Corte Suprema, ésta
se pronunciará sobre todas ellas.
Lo mismo sucederá si se dedujeren distintos recursos de nulidad contra la
sentencia, y entre las causales que los fundaren hubiere una respecto de la cual
correspondiere pronunciarse a la Corte Suprema.

173
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

2) Causales que son de Competencia de las Cortes de Apelaciones


El Art. 376 Inc. 2° CPP dispone que la Corte de Apelaciones respectiva será competente
para conocer del recurso de nulidad que se funde en las causales señaladas en los Arts.
373 B) y 374 CPP.

La primera de estas disposiciones se refiere a una errónea aplicación del derecho con
influencia sustancial en lo dispositivo del fallo.
En primer término, conviene dejar establecido que debe tratarse de la infracción de un
precepto legal que no se encuentre incorporado en la Constitución o en algún tratado
internacional ratificado por Chile y que se hallare actualmente vigente, ya que, en caso
contrario, el conocimiento del recurso le correspondería a la Corte Suprema.
Por otra parte, conviene precisar que el Art. 373 B) CPP se refiere a la errónea aplicación
del derecho, lo que significa que comprende no solo los preceptos legales, codificados o
no, sino que además los Decretos Leyes, los Decretos con Fuerza de Ley, y la costumbre
en los casos en que según la ley constituya derecho.

Por su parte, el Art. 374 CPP contempla los motivos absolutos de nulidad, de manera
que la existencia de uno de ellos deviene en que el juicio oral, o la sentencia dictada en
él, deben necesariamente ser anulados.
Los recursos fundados en estos motivos absolutos de nulidad son conocidos por la Corte
de Apelaciones respectiva.

En primer lugar, el Art. 374 CPP, en su letra a), incluye una serie de motivos, que son
los siguientes:
• Cuando la sentencia hubiere sido pronunciada por un tribunal incompetente;
• Cuando la sentencia hubiere sido pronunciada por un tribunal no integrado por los
jueces designados por la ley;
• Cuando la sentencia hubiere sido pronunciada por un juez de garantía o con la
concurrencia de un juez de tribunal de juicio oral en lo penal legalmente
implicado, o cuya recusación estuviere pendiente o hubiere sido declarada por
tribunal competente;
• Cuando la sentencia hubiere sido acordada por un menor número de votos, o
pronunciada por menor número de jueces que el requerido por la ley, o con
concurrencia de jueces que no hubieren asistido al juicio.

Cualquier trasgresión a las normas que regulan estas situaciones constituye una causal de
invalidación, y autoriza la interposición del recurso de nulidad en contra de la sentencia
dictada por dicho tribunal.

La incompetencia, que puede ser absoluta o relativa, se refiere al tribunal de juicio oral
en lo penal, esto es, a la del tribunal que ha pronunciado la sentencia que se impugna o
bien, y siguiendo el mismo criterio, al juez de garantía que ha dictado la sentencia
definitiva en el procedimiento simplificado o en el de la acción penal privada.

La inhabilitación se refiere, en forma personal, a los jueces que, integrando el tribunal,


pronunciaron la sentencia reclamada, no obstante la implicancia o recusación que los
afectaba en los casos indicados en la ley.

La integración, que es propia de la Corte Suprema y de las Cortes de Apelaciones, debe


aplicarse, en este caso, a los tribunales de juicio oral en lo penal, atendido su carácter

174
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

colegiado, y consiste en el reemplazo de uno de los integrantes del tribunal que ha faltado
a la audiencia respectiva por el juez que designa la ley.

Cabe señalar que el Art. 17 COT se encarga de señalar el número de jueces que
constituyen el tribunal de juicio oral en lo penal, el número de salas de que se compone
el tribunal respectivo, la forma de integración de los jueces entre las distintas salas, y la
distribución de las causas entre ellas.
Por su parte, el Art. 19 COT, luego de indicar la forma en que deben adoptarse las
decisiones en este tribunal colegiado, prescribe que sólo podrán concurrir a las decisiones
del tribunal los jueces que hubieren asistido a la totalidad de la audiencia del juicio oral.
La decisión deberá ser adoptada por la mayoría de los miembros de la sala.

La segunda causal, contemplada en el Art. 374 letra b) CPP, consiste en que la


audiencia hubiere tenido lugar en ausencia de alguna de las personas cuya presencia
continuada exigen, bajo sanción de nulidad, los Arts. 284 y 286 CPP.
Las normas señaladas se refieren a la presencia ininterrumpida de los jueces y del
Ministerio Público en la audiencia del juicio oral, y a la presencia ininterrumpida del
defensor del imputado en la misma audiencia.

La tercera causal, contemplada en la letra c) del Art. 374 CPP, comprende los casos en
que al defensor se le hubiere impedido ejercer las facultades que la ley le otorga.
Esta causal no se refiere a la presencia ininterrumpida del defensor en las audiencias que
se han referido en la letra anterior, sino que a las trabas o impedimentos que se le hayan
opuesto para ejercer su labor en defensa de los derechos del imputado.

La cuarta causal, consagrada en la letra d) del Art. 374 CPP, tiene lugar cuando en el
juicio oral hubieren sido violadas las disposiciones establecidas por la ley sobre
publicidad y continuidad del juicio.
Cabe recordar que el Art. 289 CPP dispone que la audiencia del juicio oral será pública,
pero el tribunal podrá disponer, a petición de parte y por resolución fundada, algunas de
las medidas restrictivas a la publicidad contempladas en la misma disposición, entre ellas,
impedir el acceso del público en general u ordenar su salida para la práctica de pruebas
específicas.

La quinta causal, establecida en la letra e) del Art. 374 CPP, se da cuando en la


sentencia se hubiere omitido alguno de los requisitos previstos en el Art. 342, letras
c), d) y e) CPP.
El Art. 342 CPP se refiere en estos numerales a los requisitos que debe contener la
sentencia que debe pronunciar el tribunal de juicio oral al término de dicho juicio,
relativos a las consideraciones o fundamentos del fallo, a la decisión expresada al final,
relativa a la absolución o condena de los acusados por cada uno de los delitos que la
acusación les hubiere atribuido, y al pronunciamiento acerca de la aceptación o rechazo
de la demanda civil intentada.

La sexta causal se encuentra contemplada en la letra f) del Art. 374 CPP, y tiene lugar
cuando la sentencia se hubiere dictado con infracción de lo prescrito en el Art. 341
CPP.
Esta causal se refiere a la competencia específica del tribunal oral en lo penal.
Como dijimos anteriormente, la sentencia condenatoria no puede exceder el contenido de
la acusación.

175
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

En consecuencia, agrega el Art. 341 CPP que no se podrá condenar por hechos o
circunstancias no contenidos en ella, sin perjuicio de la diferente calificación jurídica que
pudiere efectuar el tribunal, o de la consideración de circunstancias agravantes de la
responsabilidad penal no incluidas en ella.
Es la manifestación del principio de congruencia entre formalización, acusación y
sentencia, que ya hemos estudiado.

Por último, la letra g) del Art. 374 CPP contiene la última causal de nulidad, consistente
en que la sentencia hubiere sido dictada en oposición a otra sentencia criminal
pasada en autoridad de cosa juzgada.
Sobre el particular, debemos recordar el Art. 1° Inc. 2° CPP, conforme al cual, la persona
condenada, absuelta o sobreseída definitivamente por sentencia ejecutoriada no podrá ser
sometida a un nuevo procedimiento penal por el mismo hecho.

Finalmente, el Art. 375 CPP señala que no causan nulidad los errores de la sentencia
recurrida que no influyeren en su parte dispositiva, sin perjuicio de lo cual, la Corte podrá
corregir los que advirtiere durante el conocimiento del recurso.

C) Preparación del Recurso


El Art. 377 CPP dispone que si la infracción que motivare el recurso de nulidad se
refiriere a una ley que regule el procedimiento, el recurso sólo será admisible cuando
quien lo entable hubiere reclamado oportunamente del vicio o defecto invocado.

Se trata de la preparación del recurso, semejante a la exigida para interponer un recurso


de casación en la forma civil.
Por cierto, no sería exigible este requisito cuando la causal se refiriera a una infracción
de ley cometida en la sentencia misma que influyera en su parte dispositiva, ya que, por
razones obvias, los vicios o defectos deben producirse en el procedimiento, y no en el
pronunciamiento de una decisión para que fuera exigible un reclamo previo de ella que,
en definitiva, es el objetivo perseguido por el legislador.

El Art. 165 Inc. Final CPP prescribe que la solicitud de nulidad de alguna actuación o
diligencia del procedimiento constituirá suficiente preparación del recurso de nulidad
para el caso en que el tribunal no acoja dicha solicitud.

La misma norma expresa que no será necesaria esta reclamación en los siguientes casos:
• Cuando se tratare de alguno de los motivos absolutos de nulidad señalados en el
Art. 374 CPP;
• Cuando la ley no admitiere recurso alguno en contra de la resolución que
contuviere el vicio o defecto;
• Cuando ésta hubiere tenido lugar en el pronunciamiento mismo de la sentencia
que se tratare de anular;
• Cuando dicho vicio o defecto hubiere llegado al conocimiento de la parte después
de pronunciada la sentencia.

La falta de preparación del recurso de nulidad es uno de los motivos de inadmisibilidad,


pero ésta sólo puede ser declarada por el tribunal ad quem, ya que el tribunal a quo no se
encuentra facultado para declarar inadmisible el recurso por este motivo, de acuerdo con
lo prescrito en el Art. 380 CPP.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

D) Interposición del Recurso de Nulidad


El recurso de nulidad se presenta ante el tribunal que hubiere dictado la sentencia en
contra de la cual se dirige, es decir, el tribunal de juicio oral en lo penal, si la sentencia se
ha pronunciado para poner término a un juicio oral, o juez de garantía, si dicho fallo ha
puesto término a un procedimiento por delito de acción privada o a uno de carácter
simplificado.

Es importante tener presente que este recurso no se interpone en forma conjunta ni


subsidiaria con ningún otro recurso, como ocurre en materia civil con los recursos de
reposición, apelación, casación en la forma y en el fondo.

El conocimiento y fallo del recurso de nulidad le corresponderá a la Corte Suprema o a la


Corte de Apelaciones respectiva, dependiendo de la causal invocada, según lo dispuesto
por el Art. 376 CPP.
En todos los casos indicados, el recurso debe interponerse dentro del plazo de los diez
días siguientes a la notificación de la sentencia practicada a la parte que recurre.

El recurso de nulidad deberá ser deducido por escrito, y en él deberán consignarse los
fundamentos y las peticiones concretas que se formulen.
Como sabemos, estas últimas determinan la competencia específica del tribunal superior.
El recurso podrá fundarse en más de una causal, y si así ocurriere, deberá indicarse si se
invocan conjunta o subsidiariamente.
En todo caso, cada motivo de nulidad deberá ser fundado separadamente.

Cuando el recurso se fundare en la causal prevista en el Art. 373 letra b) CPP, o sea, en
la errónea aplicación del derecho, y el recurrente sostuviere que por aplicación del Art.
376 Inc. 3° CPP, su conocimiento y fallo correspondiere a la Corte Suprema, deberá
indicar, además, los fallos en que se hubieren sostenido las distintas interpretaciones que
señala, y acompañar copias de dichas sentencias o de las publicaciones que se hubieren
efectuado del texto íntegro de todas ellas.

El Art. 359 CPP dispone, además, que el escrito de interposición del recurso es la
oportunidad procesal de que goza el recurrente para ofrecer la prueba que en su concepto
es necesaria para acreditar las circunstancias que constituyeren la causal invocada,
agregando que esta prueba deberá recibirse en la audiencia decretada para la vista del
recurso, de acuerdo con las reglas que rigen su recepción en el juicio oral.
Cabe precisar que el Art. 379 CPP previene que, interpuesto el recurso, no se podrán
invocar nuevas causales.

El Art. 379 CPP dispone que la interposición de un recurso de nulidad suspende los
efectos de la sentencia condenatoria recurrida, y en lo demás, agrega, se aplicará lo
dispuesto en el Art. 355 CPP, que prescribe que la interposición de un recurso en materia
procesal penal no suspende la ejecución de la decisión impugnada.
Conforme a lo anterior, cuando se recurre de nulidad en contra de una sentencia penal
absolutoria, como no se suspenden sus efectos por el ejercicio del recurso, es necesario
poner en libertad al acusado a quien favorece el fallo.
Es lo que nos dice el Art. 153 CPP, conforme al cual, el tribunal deberá poner término a
la prisión preventiva cuando dictare sentencia absolutoria y cuando decretare
sobreseimiento definitivo o temporal, aunque dichas resoluciones no se encuentren
ejecutoriadas.

177
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Sin embargo, como puede resultar necesario asegurar la presencia del imputado hasta el
momento en que la respectiva resolución sea revisada por el tribunal superior, el tribunal
inferior podrá imponer, entre tanto, algunas de las medidas indicadas en el Art. 155 CPP.

En cambio, si se trata de una sentencia condenatoria, el acusado que ha sido condenado a


una pena privativa de libertad no podrá ser ingresado a un establecimiento penitenciario
a cumplir su condena mientras no se resuelva el recurso de nulidad interpuesto, sin
perjuicio de que se decreten en su contra otras medidas cautelares.
Es lo que preceptúa el Art. 468 CPP, en virtud del cual, las sentencias condenatorias
penales no podrán ser cumplidas sino cuando se encuentren ejecutoriadas.

De acuerdo con lo dispuesto por el Art. 380 CPP, presentado el recurso ante el tribunal
que hubiere pronunciado la sentencia que se impugna, éste se pronunciará de plano sobre
su admisibilidad.
La inadmisibilidad sólo podrá fundarse:
• En haberse deducido el recurso en contra de resolución que no fuere impugnable
por este medio;
• En haberse interpuesto fuera de plazo.

Conforme a lo dispuesto en el mismo artículo, la resolución que declarare la


inadmisibilidad será susceptible del recurso de reposición, el que deberá ejercerse dentro
de tercero día.
Como puede observarse, la decisión acerca de la admisibilidad del recurso de nulidad es
muy simple para el tribunal a quo, ya que únicamente debe limitarse a examinar el
cumplimiento de estos dos requisitos

Concedido el recurso, y en conformidad al Art. 381 CPP, el tribunal remitirá a la Corte


copia de la sentencia definitiva, del registro de la audiencia del juicio oral o de las
actuaciones determinadas de ella que se impugnaren, y del escrito en que se hubiere
interpuesto el recurso.

E) Tramitación del Recurso en el Tribunal Superior


1) Ingreso de los Antecedentes a la Secretaría del Tribunal Ad Quem
De acuerdo con lo dispuesto en el Art. 382 CPP, y con las instrucciones impartidas por
la Corte Suprema, a que ya nos hemos referido a propósito del recurso de Apelación, una
vez que ingrese el recurso de nulidad a la Secretaría de la Corte Suprema, procedente de
la Cortes de Apelaciones respectiva, el Secretario del tribunal debe certificar la fecha de
ingreso en los antecedentes remitidos por el tribunal a quo, y además, debe incluirlos en
un Libro de Ingreso, asignándoles un número de orden, con el cual figurarán mientras
dure la tramitación en el tribunal superior.

Desde la práctica de estos hechos, y sin que medie notificación, comienza a correr el plazo
de cinco días para que las demás partes:
• Soliciten que se declare inadmisible el recurso;
• Se adhieran a él;
• Formulen por escrito las observaciones que estimen pertinentes.

La adhesión al recurso deberá cumplir con todos los requisitos necesarios para interponer
el recurso de nulidad, y su admisibilidad se resolverá de plano.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

2) Declaración de Admisibilidad del Recurso por el Tribunal Ad Quem


Conforme a lo prescrito en el Art. 383 CPP, transcurrido el plazo señalado, el tribunal
ad quem deberá pronunciarse en cuenta acerca de la admisibilidad o inadmisibilidad del
recurso, y lo declarará inadmisible:
• Si la resolución no fuere impugnable por este medio:
• Si se hubiere interpuesto fuera de plazo;
• Si el escrito de interposición careciere de fundamentos de hecho o de derecho;
• Si el mismo escrito careciere de peticiones concretas;
• Si el recurso no hubiere sido preparado oportunamente en los casos en que debió
serlo.

Si lo declarare inadmisible por no cumplir el recurso con algunos de los requisitos, deberá
devolver los antecedentes al tribunal inferior para que dé cumplimiento a la sentencia
impugnada.
Esta interlocutoria es reponible en materia penal, ya que aun cuando el legislador no
contempló expresamente en este caso el recurso de reposición, éste resulta aplicable en
virtud de la regla general del Art. 362 CPP.
El recurso deberá interponerse por escrito dentro de tercero día, y deberá ser fundado.

No obstante lo anterior, existen casos en que la Corte Suprema está facultada para no
emitir decisión acerca de la admisibilidad del recurso de nulidad, por estimarse
incompetente para conocer del recurso.
Se trata de situaciones en que, no obstante que el recurso de nulidad se ha presentado en
la Secretaría de dicho tribunal por estimarlo competente, éste concluye que la
competencia atribuida no le corresponde, ya que el recurso debe ser conocido y resuelto
por una Corte de Apelaciones.

Atendido lo anterior, la Corte Suprema, sin pronunciarse sobre la admisibilidad del


recurso, dispondrá que sea remitido a la Corte de Apelaciones respectiva para que, si lo
estima admisible, entre a conocerlo y a fallarlo, en los siguientes casos:
• Si el recurso se fundare en la causal del Art. 373 a) CPP, esto es, en la infracción
de derechos y garantías asegurados por la Constitución o por los tratados
internacionales ratificados por Chile y actualmente vigentes, y la Corte Suprema
estimare que de ser efectivos los hechos en que se funda, serían constitutivos de
algunas de las causales señaladas en el Art. 374 CPP, esto es, algunos de los
motivos absolutos de nulidad;
• Si el recurso se fundare en la causal del Art. 373 b) CPP, esto es, en la errónea
aplicación del derecho cuando sobre la materia existieren distintas
interpretaciones sostenidas por fallos diversos emanados de tribunales superiores,
y la Corte Suprema estimare que no existen las distintas interpretaciones
invocadas, o que en caso de existir, ellas no fueren determinantes para la decisión
de la causa;
• Si en algunos de los casos previstos en el Art. 376 Inc. Final CPP, la Corte
Suprema estimare que concurre respecto de los motivos de nulidad invocados
alguna de las situaciones previstas en los dos párrafos precedentes.
Como hemos visto, el Art. 376 Inc. Final CPP se refiere a dos situaciones
diferentes, esto es, aquellos recursos que se fundan en distintas causales de nulidad
y una de ellas corresponde a la Corte Suprema, o bien diferentes recursos con
causales distintas, cuando al menos una de ellas fuere de la competencia de dicha
Corte.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

La norma citada previene que, en todos estos eventos, la competencia le


corresponderá a la Corte Suprema.
Pues bien, del texto de la letra c) del Art. 383 CPP, expresado en términos algo
confusos, aparece que no obstante que el conocimiento del recurso le
correspondería a la Corte Suprema en todos estos casos, dicho tribunal puede no
emitir pronunciamiento sobre la admisibilidad del recurso y remitir los
antecedentes a la Corte de Apelaciones respectiva para que, si lo estima admisible,
entre a conocerlo y a fallarlo, fundándose en que algunas de las causales de
nulidad invocadas en el recurso constituyen motivos absolutos de nulidad, o en la
circunstancia de que, en su concepto, no existen las distintas interpretaciones de
los tribunales superiores sobre una materia de Derecho, o que aun existiendo, no
son determinantes para la decisión de la causa.

3) Vista del Recurso


Con respecto a la vista del recurso de nulidad, rigen las reglas contenidas en los Arts.
356, 357 y 358 CPP, que ya hemos examinado a propósito del estudio de las normas
generales sobre los recursos en materia penal, y que, entre otros temas, contienen reglas
muy estrictas acerca de la suspensión de la vista.

F) Fallo del Recurso de Nulidad


Conforme al Art. 384 CPP, la Corte Suprema o la respectiva Corte de Apelaciones
deberán fallar el recurso dentro del plazo de veinte días, contados desde la fecha en que
hubiere terminado la vista del recurso.

En la sentencia, el tribunal expresará los fundamentos que sirvieren de base a su decisión,


para lo cual deberá analizar, entre otras cosas, como ya lo hemos expresado:
• Si la causal o causales invocadas son de aquellas que contempla la ley;
• Si los hechos que se proponen para configurarlas las constituyen verdaderamente;
• Si estos hechos se encuentran demostrados en caso de que requieran de prueba;
• Si el vicio o infracción legal denunciados, han producido al recurrente un perjuicio
reparable únicamente con la declaración de nulidad;
• Si este vicio o infracción legal han influido sustancialmente en lo dispositivo de
fallo.

La sentencia deberá pronunciarse sobre todas las cuestiones controvertidas, salvo que
acogiere el recurso, en cuyo caso podrá limitarse a la causal o causales que le hubieren
sido suficientes.
Finalmente, emitirá pronunciamiento acerca de si es nulo o no el juicio oral y la sentencia
definitiva, decisión que constituye la regla general, o si solamente es nula dicha sentencia,
en los casos que indica el Art. 385 CPP.
En este último evento, dictará la correspondiente sentencia de reemplazo.

Es importante recordar que el Art. 360 CPP, al referirse a las decisiones sobre los
recursos, dispone que el tribunal que conoce de un recurso sólo podrá pronunciarse sobre
las solicitudes formuladas por los recurrentes, quedándole vedado extender el efecto de
su decisión a cuestiones no planteadas por ellos, o más allá de los límites de lo solicitado,
salvo en los casos previstos en este artículo y en el Art. 379 Inc. 2° CPP.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

La regla anterior reconoce dos excepciones:


• Decisión favorable del tribunal ad quem que recae sobre un recurso de
nulidad interpuesto por un imputado, y que eventualmente beneficia a un
coimputado que no ha recurrido de nulidad.
Conforme a lo dispuesto en el Art. 360 CPP citado, si sólo uno de varios
imputados por el mismo delito entablare el recurso contra la resolución, la
decisión favorable que se dictare aprovechará a los demás, a menos que los
fundamentos fueren exclusivamente personales del recurrente, debiendo el
tribunal declararlo así expresamente;
• Invalidación de oficio.
El Art. 379 Inc. 2° CPP prescribe que una vez interpuesto el recurso de nulidad,
no podrán invocarse nuevas causales, pero agrega que la Corte, de oficio, podrá
acoger el recurso que se hubiere deducido en favor del imputado por un motivo
distinto del invocado por el recurrente, siempre que aquél fuere alguno de los
señalados en el Art. 374 CPP.
Se trata de una clara manifestación del principio pro reo, que la ley entrega, en
este caso, al tribunal superior de aquél que falló el juicio oral.
Debe observarse que se trata de una facultad, y no de una obligación.

Finalmente, el inciso final del citado Art. 384 CPP dispone que el fallo del recurso se
dará a conocer en la audiencia fijada al efecto, mediante la lectura de su parte resolutiva
o de una breve síntesis de la misma.

G) Declaración de Nulidad
Como hemos dicho anteriormente, este recurso tiene por objeto que se declare la nulidad
del juicio y de la sentencia pronunciada en él, o bien, sólo de esta última.

En el primer caso, hablamos de la regla general en la materia, y al efecto, el Art. 386


CPP dispone que, salvo en los casos mencionados en el Art. 385 CPP, si la Corte
acogiere el recurso de nulidad, invalidará la sentencia y el juicio oral, determinará el
estado en que quedará el procedimiento, y ordenará la remisión de los antecedentes al
tribunal de juicio oral no inhabilitado que corresponda, para que éste realice un nuevo
juicio oral, incluyendo, por cierto, la dictación de una nueva sentencia definitiva.

El Art. 386 Inc. Final CPP previene que no será obstáculo para que se ordene un nuevo
juicio oral la circunstancia de haberse dado lugar al recurso por un vicio o defecto
cometido en el pronunciamiento mismo de la sentencia, cuestión que determinará el
tribunal superior.

Por otra parte, el tribunal ad quem puede invalidar únicamente la sentencia, dejando
subsistente la tramitación del juicio oral, lo que ocurre cuando la causal de nulidad
acogida no se refiere a las formalidades del juicio, ni a los hechos y circunstancias que se
hubieren dado por probados, sino que se debiere a:
• Que el fallo hubiere calificado como delito un hecho que la ley no considere como
tal;
• Que el fallo hubiere aplicado una sanción cuando no correspondía aplicar pena
alguna;
• Que el fallo hubiere impuesto una pena superior a la legalmente correspondiente.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

En todos estos casos, el tribunal deberá dictar, sin nueva audiencia, pero separadamente,
la sentencia de reemplazo que se conformare a la ley.
Esta sentencia reproducirá las consideraciones de hecho, los fundamentos de derecho y
las decisiones de la resolución anulada, que no se refieran a los puntos que hubieren sido
objeto del recurso, o que fueren incompatibles con la resolución recaída en él, tal como
se hubieren dado por establecidos en el fallo recurrido.

H) Recursos en Contra de la Sentencia que Falla el Recurso de Nulidad


El Art. 387 CPP prescribe que la sentencia que fallare un recurso de nulidad no será
susceptible de recurso alguno, sin perjuicio del recurso de revisión de esa sentencia firme,
cuando sea condenatoria, que pudiere efectuar la Corte Suprema de acuerdo con lo
dispuesto en el Art. 473 CPP.
Tampoco será susceptible de recurso alguno la sentencia que se dictare en el nuevo juicio
que deba realizarse como consecuencia de la resolución que hubiere acogido el recurso
de nulidad.
No obstante, si esta nueva sentencia fuere condenatoria, y la que se hubiere anulado fuere
absolutoria, procederá el recurso de nulidad en favor del acusado en conformidad a las
reglas generales.

8. La Revisión
Como hemos estudiamos en el ámbito civil, la revisión no es realmente un recurso, sino
una acción, ejercida ante la Corte Suprema para que ésta, en este caso, invalide una
sentencia condenatoria en causa criminal, firme o ejecutoriada, en los casos y con los
requisitos señalados por la ley.
Teniendo en cuenta esta indicación acerca de su naturaleza, el Código Procesal Penal no
trata la revisión dentro de los recursos, sino que lo hace en la etapa de la ejecución de una
sentencia criminal, tomando en cuenta, además, que mediante su ejercicio se busca
enervar el cumplimiento de una sentencia.

Para evitar la proliferación de las peticiones de revisión de las sentencias condenatorias


presentadas ante la Corte Suprema, el legislador decidió ampliar las facultades de este
Tribunal para rechazarlas de plano cuando dichas peticiones adolecieran de notoria falta
de fundamentos, pero siempre que la Sala respectiva así lo acordare por la unanimidad de
los ministros.
Es lo que señala el Art. 475 Inc. 3° CPP, al referirse a las formalidades del escrito de
revisión.

El Art. 473 CPP prescribe que la Corte Suprema podrá rever en forma extraordinaria las
sentencias firmes en que se hubiere condenado a alguien por un crimen o simple delito,
para anularlas en los casos que indica.
En materia criminal, debe tratarse de una sentencia definitiva que condene a una persona
por crimen o simple delito, y que se encuentre firme o ejecutoriada.
La sentencia condenatoria puede ser dictada por cualquier tribunal, incluso por la Corte
Suprema, dado que el citado Art. 473 CPP, no hace distinción alguna.

Los casos determinados en que procede este recurso son los siguientes:
• Cuando, en virtud de sentencias contradictorias, estuvieren sufriendo condenas
dos o más personas por un mismo delito que no hubiere podido ser cometido más
que por una sola;

182
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

• Cuando alguno estuviere sufriendo condena como autor, cómplice o encubridor


del homicidio de una persona cuya existencia se comprobare después de la
condena;
• Cuando alguno estuviere sufriendo condena en virtud de sentencia fundada en un
documento o en el testimonio de una o más personas, siempre que dicho
documento o dicho testimonio hubieren sido declarados falsos por sentencia firme
en causa criminal;
• Cuando, con posterioridad a la sentencia condenatoria, ocurriere o se descubriere
algún hecho o apareciere algún documento desconocido durante el proceso que
fuere de tal naturaleza que bastare para establecer la inocencia del condenado;
• Cuando la sentencia condenatoria hubiere sido pronunciada a consecuencia de
prevaricación o cohecho del juez que la hubiere dictado, o de uno o más de los
jueces que hubieren concurrido a su dictación, cuya existencia hubiere sido
declarada por sentencia judicial firme.

Se trata de situaciones en que la injusticia de la condena impuesta por la sentencia


ejecutoriada que se impugna se hace evidente o manifiesta con posterioridad.
En estas circunstancias, aparece necesario que se revise la condena impuesta a la luz de
estos nuevos hechos, circunstancias o antecedentes.

El Art. 474 CPP dispone que la revisión de la sentencia firme podrá ser pedida, en
cualquier tiempo, por el Ministerio Público, por el condenado o por el cónyuge o
conviviente civil, ascendientes, descendientes o hermanos de éste.
Asimismo, podrá interponer dicha solicitud quien hubiere cumplido su condena o sus
herederos, cuando el condenado hubiere muerto y se tratare de rehabilitar su memoria.

La solicitud debe presentarse directamente en la Secretaría de la Corte Suprema, una vez


que haya quedado ejecutoriada la sentencia que se impugna, para que dicho tribunal la
conozca y resuelva, cualquiera que haya sido el tribunal que la pronunció.

El Art. 475 CPP previene que la solicitud deberá expresar con precisión su fundamento
legal, y que deberá a acompañarse a ella copia fiel de la sentencia cuya anulación se pide,
y los documentos que comprobaren los hechos en que se sustenta.

Si la causal alegada fuere la de letra b) del Art. 473 CPP, esto es, cuando alguien se
encuentre sufriendo una condena como autor, cómplice o encubridor del delito de
homicidio de una persona cuya existencia posterior a la condena fuere comprobada, la
solicitud deberá indicar los medios con que se intentare probar que la persona víctima del
pretendido homicidio hubiere vivido después de la fecha en que la sentencia la supone
fallecida.

Si la causal invocada fuere la de la letra d) del Art. 473 CPP, esto es, cuando con
posterioridad a la fecha de la sentencia condenatoria, ocurriere o se descubriere un hecho
o apareciere algún documento desconocido durante el proceso, que fuere de tal naturaleza
que bastare para establecer la inocencia del condenado, el peticionario deberá indicar el
hecho o el documento cuya existencia no se conoció durante el proceso, y además,
expresará los medios con que se pretendiere acreditar el hecho, y acompañará, en su caso,
el documento, o si no fuere posible, manifestará, al menos, su naturaleza y el lugar y
archivo en que se encuentra.

183
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

La solicitud que no se conformare con estas exigencias, o que adolezca de manifiesta falta
de fundamentos, será rechazada de plano por el tribunal, decisión que deberá adoptarse
por la unanimidad del mismo.

De acuerdo con lo dispuesto en el Art. 477 CPP, la solicitud de revisión no suspenderá


el cumplimiento de la sentencia impugnada.
No obstante que la sola presentación de la solicitud de revisión no suspende el
cumplimiento de la pena impuesta, la Corte Suprema se encuentra facultada para
reemplazarla, si lo estimare conveniente, por algunas de las medidas cautelares del Art.
155 CPP, que son las cautelares personales de menor intensidad.

Si la petición de revisión se encuentra conforme a derecho, se dará traslado de ella al


fiscal o al condenado, según quien sea el que la haya presentado, y cumplido este trámite,
el tribunal mandará traer la causa en relación.
El Art. 476 CPP previene que no podrán probarse por testigos los hechos en que se funda
la solicitud.
El Art. 475 CPP, por su parte, dispone que, vista la causa en la forma ordinaria, se fallará
sin más trámite.

Conforme a lo prescrito por el Art. 478 CPP, la resolución de la Corte Suprema que
acogiere la solicitud de revisión declarará la nulidad de la sentencia impugnada.
Además, si de los antecedentes resultare fehacientemente acreditada la inocencia del
condenado, el tribunal dictará acto continuo, pero separadamente, la sentencia de
reemplazo que corresponda, y en caso contrario, ordenará la realización de un nuevo
juicio por el tribunal no inhabilitado pertinente.

Asimismo, cuando hubiere sido pedido y existiere mérito bastante, la Corte podrá
pronunciarse de inmediato sobre la procedencia de la indemnización a que se refiere el
Art. 19 N°7 I) CPR, conforme al cual, una vez dictado sobreseimiento definitivo o
sentencia absolutoria, el que hubiere sido sometido a proceso o condenado en cualquier
instancia por resolución que la Corte Suprema declare injustificadamente errónea o
arbitraria, tendrá derecho a ser indemnizado por el Estado de los perjuicios patrimoniales
y morales que haya sufrido.
La indemnización será determinada judicialmente en procedimiento breve y sumario, y
en él, la prueba se apreciará en conciencia.

Igualmente, si la sentencia de la Corte Suprema, o en caso de que hubiere nuevo juicio,


la que pronunciare el tribunal de que conociere de él, comprobare la completa inocencia
del condenado, éste podrá solicitar que dicha sentencia se publique en el Diario Oficial a
costa del Fisco, y que se devuelvan, por quien las hubiere percibido, las sumas de dinero
que hubiere pagado en razón de multas, costas e indemnización de perjuicios en
cumplimiento de la sentencia anulada.

El cumplimiento del fallo en lo atinente a las acciones civiles que emanan de él será
conocido por el juez de letras en lo civil que corresponda, en juicio sumario, y los mismos
derechos corresponderán a los herederos del condenado que hubiere fallecido.
Además, la sentencia ordenará, según el caso, la libertad del imputado y la cesación de
las inhabilitaciones impuestas.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Si el Ministerio Público resolviere formalizar la investigación de los mismos hechos sobre


los cuales recayó la sentencia anulada, el fiscal acompañará en la audiencia respectiva
copia fiel del fallo que acogió la revisión efectuada.

9. Nulidades Procesales
Conforme al Art. 159 CPP, sólo podrán anularse las actuaciones o diligencias judiciales
defectuosas del procedimiento que ocasionaren a los intervinientes un perjuicio reparable
únicamente con la declaración de nulidad.
Existe perjuicio cuando la inobservancia de las formas procesales atenta contra las
posibilidades de actuación de cualquiera de los intervinientes en el procedimiento.
Incluso, el Art. 160 CPP establece una presunción de derecho acerca de la existencia del
perjuicio cuando la infracción hubiere impedido el pleno ejercicio de las garantías y los
derechos reconocidos en la Constitución, o en las demás leyes de la República.

En virtud del Art. 161 CPP, la declaración de nulidad procesal se deberá impetrar, en
forma fundada y por escrito, e incidentalmente, dentro de los cinco días siguientes a aquél
en que el perjudicado hubiere tomado conocimiento fehaciente del acto cuya invalidación
persiguiere, a menos que el vicio se hubiere producido en una actuación verificada en una
audiencia, pues en tal caso, deberá impetrarse verbalmente antes del término de la misma
audiencia.
Con todo, no podrá reclamarse la nulidad de actuaciones verificadas durante la etapa de
investigación después de la audiencia de preparación del juicio oral.
La solicitud de nulidad presentada extemporáneamente será declarada inadmisible.

Sólo podrá solicitar la declaración de nulidad el interviniente perjudicado por el vicio, y


que no hubiere concurrido a causarlo (Art. 162 CPP).

El Art. 163 CPP establece la posibilidad de la declaración de oficio de la nulidad, al


disponer que si el tribunal estimare que se ha producido un acto viciado, y la nulidad no
se hubiere saneado aún, lo pondrá en conocimiento del interviniente en el procedimiento
a quien estimare que la nulidad le ocasiona un perjuicio, a fin de que proceda como
creyere conveniente a sus derechos, a menos de que se trate de una nulidad de las previstas
en el Art. 160 CPP, caso en el cual podrá declararla de oficio.

Ahora bien, las nulidades quedarán subsanadas si el interviniente en el procedimiento


perjudicado no impetrare su declaración oportunamente, si aceptare expresa o tácitamente
los efectos del acto, y cuando, a pesar del vicio, el acto cumpliere su finalidad respecto
de todos los interesados, salvo en los casos previstos en el Art. 160 CPP (Art. 164 CPP).

Por último, el Art. 165 CPP establece los efectos de la declaración de nulidad, al disponer
que la declaración de nulidad del acto conlleva la de los actos consecutivos que de él
emanaren o dependieren.
El tribunal, al declarar la nulidad, determinará concretamente cuáles son los actos a los
que ella se extendiere, y siendo posible, ordenará que se renueven, rectifiquen o
ratifiquen.

Con todo, la declaración de nulidad no podrá retrotraer el procedimiento a etapas


anteriores, a pretexto de repetición del acto, rectificación del error, o cumplimiento del
acto omitido, salvo en los casos en que ello correspondiere de acuerdo con las normas del
recurso de nulidad.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

De este modo, si durante la audiencia de preparación del juicio oral se declarare la nulidad
de actuaciones judiciales realizadas durante la etapa de investigación, el tribunal no podrá
ordenar la reapertura de ésta.
Asimismo, las nulidades declaradas durante el desarrollo de la audiencia del juicio oral
no retrotraerán el procedimiento a la etapa de investigación o a la audiencia de
preparación del juicio oral.
La solicitud de nulidad constituirá preparación suficiente del recurso de nulidad para el
caso que el tribunal no resolviere la cuestión de conformidad a lo solicitado.

Como podemos ver, existe una estrecha vinculación entre estas nulidades procesales y el
recurso de nulidad propiamente tal, pero aunque el fundamento de ambas instituciones es
el mismo, difieren fundamentalmente en la circunstancia de que la solicitud de nulidad
sólo es procedente para invalidar una o más diligencias determinadas del procedimiento,
mientras que en el recurso de nulidad, lo que se pretende es la invalidación de todo el
procedimiento constitutivo del juicio oral, incluida la sentencia pronunciada, o solamente
esta última.

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Parte 4 – Los Procedimientos Penales Especiales

Contenidos
I. Los Procedimientos Penales Especiales

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Capítulo I – Los Procedimientos Penales Especiales


1. Introducción
2. El Procedimiento Simplificado
A) Generalidades
B) El Procedimiento Monitorio
3. Procedimiento de Acción Penal Privada
A) Consideraciones Preliminares
B) Tramitación
4. El Procedimiento Abreviado
A) Generalidades
B) Presupuestos o Condiciones de Procedencia del Procedimiento Abreviado
1) La Solicitud del Ministerio Público
2) Aceptación del Acusado de los Hechos de la Acusación y de los
Antecedentes de la Investigación
3) Conformidad Expresa del Acusado con la Aplicación del Procedimiento
Abreviado
4) Aceptación de la Solicitud por el Juez de Garantía
C) Actividad del Querellante
D) Tramitación y Sentencia del Procedimiento Abreviado
E) Recursos

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Capítulo I – Los Procedimientos Penales Especiales

1. Introducción
El Libro Cuarto del Código Procesal Penal contempla, en Títulos sucesivos, los
denominados procedimientos especiales y de ejecución, que son los siguientes:
• El Procedimiento Simplificado (Arts. 388-399);
• El Procedimiento por Delito de Acción Privada (Arts. 400-405);
• El Procedimiento Abreviado (Arts. 406-415);
• El Procedimiento Relativo a Personas que Gozan de Fuero Constitucional (Arts.
416-423);
• La Querella de Capítulos (Arts. 424-430);
• La Extradición (Arts. 431-454);
• El Procedimiento Para la Aplicación Exclusiva de Medidas de Seguridad (Arts.
455-465);
• La Ejecución de las Sentencias Condenatorias y Medidas de Seguridad (Arts.
466-482).

En este capítulo, estudiaremos somera y únicamente los primeros tres.

2. El Procedimiento Simplificado
A) Generalidades
El procedimiento simplificado se encuentra regulado en los Arts. 388-399 CPP, y se trata
de un procedimiento especial, oral, de competencia de los jueces de garantía, para conocer
y fallar los hechos constitutivos de simple delito para los cuales el Ministerio Público
requiera la imposición de una pena que no exceda de presidio o reclusión menor en su
grado mínimo.

Conforme al Art. 388 CPP, este procedimiento se aplica al conocimiento y fallo de las
faltas, así como también respecto de los hechos constitutivos de simple delito para los
cuales el Ministerio Público requiriere la imposición de una pena que no excediere de
presidio o reclusión menores en su grado mínimo.

Este procedimiento cuenta con las siguientes características:


• Es un procedimiento especial, que excluye el juicio oral;
• Tiene aplicación por iniciativa exclusiva del Ministerio Público, quien presenta
su solicitud por escrito, salvo en el caso de falta o simple delito flagrante, en que
el Art. 393 bis CPP permite el requerimiento verbal;
• Se le aplican supletoriamente las normas que regulan el juicio oral.

Es un verdadero juicio oral conocido por un tribunal unipersonal, como es el juez de


garantía, pero con tramitación algo más simplificada que la del juicio oral propiamente
tal, si es que el imputado no admite la responsabilidad en los hechos contenidos en el
requerimiento y solicita la realización del juicio.

En cuanto a la procedencia de una acción civil, sólo se admite aquella que tiene por objeto
la restitución de la cosa o de su valor.

Se establece que mediante el procedimiento simplificado se pueden conocer y fallar faltas


penales, aunque el Art. 392 CPP establece para ellas el procedimiento monitorio,

189
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

distinción que tiene sentido porque el procedimiento simplificado se aplica para faltas
cuya sanción conlleve una pena privativa de libertad, mientras que el procedimiento
monitorio es aplicable cuando dicha falta conlleve una pena que consista únicamente en
una multa.

B) El Procedimiento Monitorio
El procedimiento monitorio se encuentra contemplado en el Art. 392 CPP, conforme al
cual, se aplicará a la tramitación de las faltas respecto de las cuales el fiscal pidiere sólo
pena de multa.
Si el juez estimare suficientemente fundado el requerimiento y la proposición relativa a
la multa, deberá acogerlos inmediatamente, dictando una resolución que así lo declare.

Al respecto, cabe precisar que después de la entrada en vigencia del Código Procesal
Penal, se dictaron disposiciones legales que derogaron las penas privativas de libertad a
los hechos delictivos constitutivos de faltas penales, estableciéndose únicamente penas
pecuniarias para estas infracciones punibles, y por lo tanto, a la comisión de faltas se
aplica únicamente el procedimiento monitorio, quedando reservado el procedimiento
simplificado a los casos en que existan hechos constitutivos de simple delito para los
cuales el Ministerio Público requiera la imposición de una pena que no exceda de presidio
o reclusión menor en su grado mínimo.

Una vez que el fiscal recibe una denuncia por un hecho constitutivo de una falta penal,
deberá presentar ante el Juez de Garantía competente un requerimiento que deberá
contener las menciones del Art. 391 CPP, y además, una proposición sobre el monto de
la multa que debiere imponerse al imputado.

Una vez que el fiscal ha presentado el requerimiento, y a su turno el juez lo estima


suficientemente fundado, como asimismo, la proposición relativa a la multa, deberá
acogerlo inmediatamente.

Si el imputado paga la multa, o transcurre el plazo de 15 días desde la notificación de la


resolución que la impuso sin que haya reclamado sobre su procedencia o monto, se
entiende que acepta su imposición, evento en el cual la resolución se tiene, para todos los
efectos legales, como sentencia ejecutoriada.
Si dentro del mismo plazo de 15 días el imputado manifiesta, de cualquier modo
fehaciente, su falta de conformidad con la imposición de la multa o su monto o cuando el
juez no considera suficientemente fundado el requerimiento o la multa propuesta por el
fiscal, se debe proseguir con el procedimiento simplificado.

3. Procedimiento de Acción Penal Privada


A) Consideraciones Preliminares
El procedimiento de acción penal privada procede respecto de los delitos contemplados
en el Art. 55 CPP, que son los siguientes:
• La calumnia y la injuria;
• La falta descrita en el Art. 496 N°11 CP;
• La provocación al duelo y el denuesto o descrédito público por no haberlo
aceptado;
• El matrimonio del menor llevado a efecto sin el consentimiento de las personas
designadas por la ley, y celebrado de acuerdo con el funcionario llamado a
autorizarlo.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Debemos agregar a esta lista los delitos previstos y sancionados por el Art. 22 del DFL
N°707 de 1982 sobre cuentas corrientes bancarias y cheques, que deriven del giro del
cheque efectuado por un librador que no cuente de antemano con fondos o créditos
disponibles suficientes en su cuenta corriente, que hubiere retirado los fondos disponibles
después de expedido el cheque, o hubiera girado sobre cuenta corriente cerrada.

El delito de giro doloso de cheques puede ser tanto un delito de acción pública como de
acción privada, dependiendo de la causal del protesto.
Si la causal de protesto es falta de fondos o cuenta cerrada, el delito confiere acción penal
privada al tenedor del cheque protestado por dichas causales.
El afectado debe querellarse para poner en movimiento la actividad jurisdiccional del
Estado, mientras que no interviene en este procedimiento el Ministerio Público, y se rige
por las normas contenidas en los Arts. 400-405 CPP, más la remisión que efectúa el
último de los artículos mencionados a las normas del procedimiento simplificado, en lo
no previsto.

Por otra parte, debemos tener en cuenta que, conforme al Art. 116 CPP, no pueden
querellarse entre sí, sea por delitos de acción pública o privada:
• Los cónyuges, a no ser por delito que uno hubiere cometido contra el otro o contra
sus hijos, o por bigamia;
• Los convivientes civiles, a no ser por delito que uno hubiere cometido contra el
otro o contra sus hijos;
• Los consanguíneos en toda la línea recta, los colaterales y afines hasta el segundo
grado, a no ser por delitos cometidos los unos contra los otros, o contra su cónyuge
o hijos.

B) Tramitación
Conforme al Art. 400 CPP, el procedimiento comenzará sólo con la interposición de la
querella por la persona habilitada para promover la acción penal, ante el juez de garantía
competente.
Este escrito deberá cumplir con los requisitos de los Arts. 113 y 261 CPP, en lo que no
fuere contrario a lo dispuesto al procedimiento de acción penal privada.
El querellante deberá acompañar una copia de la querella por cada querellado a quien la
misma debiere ser notificada.
En la misma querella, se podrá solicitar al juez la realización de determinadas diligencias
destinadas a precisar los hechos que configuran el delito de acción privada, y ejecutadas
las diligencias, el tribunal citará a las partes a la audiencia a que se refiere el Art. 403
CPP.

Conforme al Art. 113 CPP, toda querella criminal deberá presentarse por escrito ante el
juez de garantía, y deberá contener:
• La designación del tribunal ante el cual se entablare;
• El nombre, apellido, profesión u oficio y domicilio del querellante;
• El nombre, apellido, profesión u oficio y residencia del querellado, o una
designación clara de su persona, si el querellante ignorare aquellas circunstancias.
Si se ignoraren dichas determinaciones, siempre se podrá deducir querella para
que se proceda a la investigación del delito y al castigo de el o de los culpables;
• La relación circunstanciada del hecho, con expresión del lugar, año, mes, día y
hora en que se hubiere ejecutado, si se supieren;
• La expresión de las diligencias cuya práctica se solicitare al Ministerio Público;

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

• La firma del querellante o la de otra persona a su ruego, si no supiere o no pudiere


firmar.

A su vez, el Art. 261 CPP dispone que hasta quince días antes de la fecha fijada para la
realización de preparación del juicio oral, el querellante, por escrito, podrá:
• Adherir a la acusación del Ministerio Público o acusar particularmente.
En el segundo caso, podrá plantear una distinta calificación de los hechos, otras
formas de participación del acusado, solicitar otra pena o ampliar la acusación del
fiscal, extendiéndola a hechos o a imputados distintos, siempre que hubieren sido
objeto de la formalización de la investigación;
• Señalar los vicios formales de que adoleciere el escrito de acusación,
requiriendo su corrección;
• Ofrecer la prueba que estimare necesaria para sustentar su acusación, lo que
deberá hacerse en los mismos términos previstos en el Art. 259 CPP;
• Deducir demanda civil, cuando procediere.

Si el querellante se desistiere de la querella, se decretará sobreseimiento definitivo en la


causa, y el querellante será condenado al pago de las costas, salvo que el desistimiento
obedeciere a un acuerdo con el querellado.
Con todo, una vez iniciado el juicio, no se dará lugar al desistimiento de la acción privada
si el querellado se opusiere a él.

La inasistencia del querellante a la audiencia del juicio, así como su inactividad en el


procedimiento por más de treinta días, entendiendo por tal la falta de realización de
diligencias útiles para dar curso al proceso que fueren de cargo del querellante, producirán
el abandono de la acción privada.
En tal caso, el tribunal deberá, de oficio o a petición de parte, decretar el sobreseimiento
definitivo de la causa.
Lo mismo se observará si, habiendo muerto o caído en incapacidad el querellante, sus
herederos o representante legal no concurrieren a sostener la acción dentro del término de
noventa días.

El querellante y querellado podrán comparecer a la audiencia en forma personal o


representados por mandatario con facultades suficientes para transigir.
Sin perjuicio de ello, deberán concurrir en forma personal cuando el tribunal así lo
ordenare.

Al inicio de la audiencia, el juez instará a las partes a buscar un acuerdo que ponga término
a la causa.
Tratándose de los delitos de calumnia o de injuria, otorgará al querellado la posibilidad
de dar explicaciones satisfactorias de su conducta.

En todo lo demás, se siguen las reglas establecidas para el procedimiento simplificado,


por remisión expresa del Art. 405 CPP.

4. El Procedimiento Abreviado
A) Generalidades
El procedimiento abreviado es un procedimiento especial, de actas, y en base a los
registros que el Ministerio Público ha reunido durante la fase de investigación.
Es conocido por el juez de garantía competente.

192
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Entre las características de este procedimiento, podemos señalar las siguientes:


• Es un Procedimiento Especial, que Excluye la Generalidad Constituida por
el Juicio Oral
En este evento, opera como descongestionante del sistema, al llevar a
procedimientos más simples, más rápidos, menos complejos y más baratos la
solución del conflicto penal.
En lo que respecta a la producción y control de calidad del material probatorio
necesario para dictar sentencia, se elimina el debate oral, público y contradictorio.

• Tiene Aplicación por Iniciativa Exclusiva del Ministerio Público


Esta iniciativa puede manifestarse, en primer lugar, junto a la acusación escrita,
cuando se requiera la imposición de una pena no superior a la de presidio menor
en su grado máximo, y en segundo lugar, verbalmente, durante el desarrollo de la
audiencia de preparación de juicio oral.

• Implica la Renuncia del Acusado de su Derecho a un Juicio Previo, Oral y


Público
Por ello, se estima que el procedimiento abreviado disminuye las garantías, pues
el acusado queda impedido de rendir pruebas, y no le es posible refutar
fácticamente los elementos de convicción que obren en la investigación oficial.
Además, frente al reconocimiento de los hechos de la acusación, el estado de
inocencia del imputado sufre una sensible disminución, y por otro lado, el
principio acusatorio, de división de funciones, también se ve disminuido, ya que
el mismo Juez que intervino durante la instrucción será quien resuelva acerca de
la procedencia del abreviado, y en la afirmativa, será quien dicte sentencia
definitiva.

• Requiere la Aprobación del Juez de Garantía


En términos generales, el legislador ha entregado al Juez de Garantía un papel
tutelar de los derechos de los intervinientes durante el procedimiento.
Frente a una solicitud de procedimiento abreviado, le corresponde, además, el
deber de verificar el consentimiento libre del acusado, y ejercer un control jurídico
acerca de la procedencia de este procedimiento especial.
Además, la aceptación por el juez de garantía de la solicitud del procedimiento
abreviado fija el límite punitivo máximo en el evento de condena, dado que el
Art. 412 CPP dispone expresamente que si la sentencia es condenatoria, ella no
puede imponer una pena superior ni más desfavorable a la requerida por el órgano
acusador.

B) Presupuestos o Condiciones de Procedencia del Procedimiento Abreviado


1) La Solicitud del Ministerio Público
Como ya vimos, esta solicitud se puede manifestar por escrito, junto al libelo acusatorio,
en el plazo de diez días siguientes al cierre de la investigación, o en forma verbal, durante
la audiencia de preparación de juicio oral.
En este último caso, el Art. 407 CPP permite a los acusadores modificar su libelo, así
como la pena requerida, a fin de permitir la tramitación conforme al procedimiento
abreviado.

La pena privativa de libertad requerida por el Fiscal, en general, no puede ser superior a
cinco años de presidio o reclusión menores en su grado máximo, pero con la modificación

193
Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

de julio del año 2016 al Art. 44 CP, también se permite realizar estos procedimientos en
casos de penas no superiores a diez años de presidio o reclusión mayores en su grado
mínimo, respecto de los delitos contemplados en dicha disposición.

2) Aceptación del Acusado de los Hechos de la Acusación y de los Antecedentes de


la Investigación
Para que el acusado pueda aceptar informadamente, es preciso que tenga cabal
conocimiento de los hechos materia de la acusación, que comprenden tanto el hecho
punible como la participación, así como también los antecedentes de la investigación.
El Art. 260 CPP posibilita este conocimiento al exigir, junto a la citación para la
audiencia de preparación, la entrega al acusado de una copia de la acusación y de los
antecedentes acumulados durante la investigación.

3) Conformidad Expresa del Acusado con la Aplicación del Procedimiento


Abreviado
En razón de los efectos que genera para el acusado el procedimiento abreviado, el Código
ha previsto medidas de resguardo que tienden a asegurar la manifestación libre de esta
conformidad, y es por ello que el Juez de Garantía debe asegurarse de que tal
consentimiento se presta en forma libre y voluntaria, consultándole si conoce su derecho
a exigir un juicio oral, si conoce los términos del acuerdo y sus consecuencias, y si ha
sido objeto de coacciones y presiones indebidas por parte del Fiscal o de terceros.

Evidentemente, antes de la solicitud que efectúa el Fiscal en el sentido de llevar el caso a


un procedimiento abreviado, debe existir un acuerdo entre éste y el acusado, donde se
puede negociar la calificación jurídica de los hechos, la etapa de desarrollo del delito, la
participación y las modificatorias de responsabilidad penal, en definitiva se fije la
pretensión punitiva del persecutor, límite máximo penal en caso de una sentencia
condenatoria.
Tales tratativas quedarán de manifiesto en la audiencia de preparación con la conformidad
que preste el acusado.

La existencia de varios acusados o la atribución de varios delitos a un mismo acusado no


son obstáculo para la aplicación del procedimiento abreviado, respecto de aquellos
acusados o delitos que cumplan con las condiciones legales, (Art. 406 Inc. Final CPP).

4) Aceptación de la Solicitud por el Juez de Garantía


Conforme al Art. 410 CPP, el juez aceptará la solicitud del fiscal y del imputado cuando:
• Los antecedentes de la investigación fueren suficientes para proceder de
conformidad a este procedimiento;
• La pena solicitada por el fiscal se conformare a lo previsto en el Art. 406 Inc. 1°
CPP;
• Verificare que el acuerdo hubiere sido prestado por el acusado con conocimiento
de sus derechos, libre y voluntariamente.

Cuando no lo estimare así, o cuando considerare fundada la oposición del querellante,


rechazará la solicitud de procedimiento abreviado, y dictará el auto de apertura del juicio
oral.
En este caso, se tendrán por no formuladas la aceptación de los hechos por parte del
acusado y la aceptación de los antecedentes a que se refiere el Art. 406 Inc. 2° CPP,

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

como tampoco las modificaciones de la acusación o de la acusación particular efectuadas


para posibilitar la tramitación abreviada del procedimiento.
Asimismo, el juez dispondrá que todos los antecedentes relativos al planteamiento,
discusión y resolución de la solicitud de proceder de conformidad al procedimiento
abreviado sean eliminadas del registro.

C) Actividad del Querellante


El querellante sólo podrá oponerse al procedimiento abreviado cuando en su acusación
particular hubiere efectuado una calificación jurídica de los hechos, atribuido una forma
de participación o señalado circunstancias modificatorias de la responsabilidad penal
diferentes de las consignadas por el fiscal en su acusación, y como consecuencia de ello,
la pena solicitada excediere el límite señalado anteriormente.
Pero aún en este último caso, si el Juez de Garantía no estima fundada la oposición del
querellante, puede acceder al procedimiento abreviado, cuando además se den los otros
requisitos legales.

D) Tramitación y Sentencia del Procedimiento Abreviado


Al inicio del procedimiento abreviado, el Juez abrirá el debate, otorgará la palabra al
Fiscal, quien efectuará una exposición resumida de la acusación y de las actuaciones y
diligencias de la investigación que la fundamentaren.
A continuación, se dará la palabra a los demás intervinientes, y la exposición final
corresponderá siempre al acusado, sin que se rinda prueba de ninguna especie.
Se aplican supletoriamente las normas comunes previstas en el Código Procesal Penal y
las disposiciones del procedimiento ordinario (Art. 415 CPP).

Terminado el debate, el Juez dictará sentencia, que puede ser absolutoria o condenatoria,
y debe cumplir los requisitos establecidos en el Art. 413 CPP.
Por disposición legal, el Juez no podrá imponer una pena superior ni más desfavorable a
la requerida por el Fiscal o el querellante, en su caso.
En todo caso, la sentencia condenatoria no podrá emitirse exclusivamente sobre la base
de la aceptación de los hechos por parte del imputado, debiendo concurrir antecedentes
adicionales.
En ningún caso el procedimiento abreviado obstará a la concesión de alguna de las penas
sustitutivas consideradas en la ley, cuando correspondiere.
La sentencia no se pronunciará sobre la demanda civil que hubiere sido interpuesta.

Las menciones obligatorias de la sentencia definitiva se encuentran contempladas en el


Art. 413 CPP.

E) Recursos
Conforme al Art. 414 CPP, la sentencia definitiva dictada por el juez de garantía en el
procedimiento abreviado sólo será impugnable por apelación, que se deberá conceder en
ambos efectos.
En el conocimiento del recurso de apelación, la Corte podrá pronunciarse acerca de la
concurrencia de los supuestos del procedimiento abreviado previstos en el Art. 406 CPP.

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Licenciatura Derecho Procesal – Tomo VI

Definiciones

Parte 1 – Introducción al Derecho Procesal Penal

1. Acción Penal:
• En General: Facultad para hacer desplegar la actividad jurisdiccional en miras de
provocar la persecución de las responsabilidades por un delito;
• Acción Penal Pública: Aquella que nace de un delito que puede ser perseguido
de oficio por el Ministerio Público, sin perjuicio de poder ser ejercida, además,
por las personas que determina la ley;
• Acción Penal Pública Previa Instancia Particular: Aquella que nace de delitos
que no pueden ser perseguidos de oficio por el Ministerio Público, precisando que
de forma previa insten por su persecución el ofendido u otras personas
establecidas por la ley;
• Acción Penal Privada: Aquella cuyo ejercicio corresponde exclusivamente a la
víctima (o a quienes según la ley cuentan con tal calidad), al existir un interés
privado preponderante que impide la intervención del órgano estatal.

2. Denuncia: Acto mediante el cual una persona pone en conocimiento de las autoridades
que señala la ley un hecho que puede revestir el carácter de delito, y además, en cuanto
le constare, las circunstancias del suceso y el nombre o datos que permitan identificar al
presunto responsable y a las personas que lo hubieren presenciado o tuvieren noticia de
él.

3. Querella: Acto jurídico procesal mediante el cual la víctima de un hecho punible, o las
demás personas o instituciones expresamente facultadas por la ley, ponen en
conocimiento de la autoridad competente la existencia de un hecho que puede revestir los
caracteres de un delito.

4. Juzgado de Garantía: Tribunal unipersonal, aunque en lo administrativo a veces es


de composición múltiple, y que tiene como función principal el control de la legalidad de
la investigación desarrollada por el Ministerio Público, tanto respecto de aquellas
actuaciones que impliquen o puedan significar la privación, perturbación o afectación de
derechos fundamentales del imputado o de terceros, como en la resolución de solicitudes
o decisiones que puedan significar una terminación anticipada del proceso.

5. Tribunales de Juicio Oral en lo Penal: Tribunales colegiados, compuestos a lo menos


por tres jueces letrados que actúan en sala, ninguno de los cuales ha debido tener
intervención en etapas previas del mismo procedimiento, y que tienen como función
principal resolver el conflicto penal a través de un mecanismo cognoscitivo, como es el
juicio oral y público.

6. Ministerio Público: Organismo autónomo y jerarquizado, cuya función es dirigir en


forma exclusiva la investigación de los hechos constitutivos de delito, los que determinen
la participación punible y los que acrediten la inocencia del imputado y, en su caso, ejercer
la acción penal pública en la forma prevista por la ley. De igual manera, le corresponderá
la adopción de medidas para proteger a las víctimas y a los testigos. No podrá ejercer
funciones jurisdiccionales.

7. Imputado: Persona a la que se le atribuye participación en un hecho punible.

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8. Víctima: El ofendido por el delito, y en los delitos cuya consecuencia fuere la muerte
del ofendido, y en los casos en que éste no pudiere ejercer los derechos que le otorga el
Código Procesal Penal, se considerará víctima al cónyuge, conviviente civil y a los hijos;
a los ascendientes; al conviviente; a los hermanos; y al adoptado o adoptante.

9. Defensor: Abogado encargado de la defensa legal del imputado durante el proceso


penal.

10. Defensoría Penal Pública: Servicio público dotado de personalidad jurídica y


patrimonio propio, sometida a la supervigilancia del Presidente de la República a través
del Ministerio de Justicia, cuyo fin primordial es la defensa de los imputados y acusados
en el sistema procesal penal chileno.

11. Citación: Orden de comparecencia emanada de las autoridades de la persecución


penal pública, y dirigida a cualquier persona cuya presencia sea necesaria para la
realización de un acto del procedimiento.

12. Detención: Toda privación de libertad ambulatoria de una persona, distinta de la


prisión preventiva o de la ejecución de una pena privativa de libertad, ejecutada para un
fin previsto y permitido por el ordenamiento jurídico.

13. Detención en Caso de Flagrancia: Aquella que puede realizar cualquier persona que
sorprenda a otra en delito flagrante, con el solo objeto de poner inmediatamente al
detenido a disposición de la policía, del Ministerio Público o de la autoridad judicial más
próxima.

14. Prisión Preventiva: Medida cautelar personal, de carácter excepcional, que consiste
en la privación temporal de la libertad ambulatoria de una persona, mediante su ingreso
a un centro penitenciario, durante la sustanciación de un procedimiento penal, y con el
objeto de asegurar los fines del procedimiento.

Parte 2 – El Procedimiento Ordinario Penal

1. Mecanismos de Descongestión:
• Facultad Para No Iniciar la Investigación: Decisión del fiscal de abstenerse de
la investigación de un delito cuando los hechos relatados en la denuncia no sean
constitutivos de delito, o cuando de los antecedentes y datos suministrados se
determine que la responsabilidad penal se encuentra extinguida;
• Archivo Provisional: Facultad de los fiscales del Ministerio Público de archivar
provisionalmente una investigación cuando en ella no aparecen antecedentes que
permitan desarrollar actividades conducentes al esclarecimiento de los hechos,
siempre y cuando no haya intervenido ya el juez de garantía;
• Principio de Oportunidad: facultad de los fiscales del Ministerio Público para
no iniciar la persecución penal o abandonar la ya iniciada cuando se trate de un
hecho que reviste caracteres de delito, pero que no compromete gravemente el
interés público, a menos que la pena mínima asignada al delito exceda la de
presidio o reclusión menor en su grado mínimo, o se trate de un delito cometido
por un funcionario público en el ejercicio de sus funciones.

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2. Salidas Alternativas:
• Suspensión Condicional del Procedimiento: Mecanismo procesal que permite a
los fiscales del Ministerio Público, con el acuerdo del imputado y con la
aprobación del juez de garantía, dar término anticipado al procedimiento cuando
se cumplan ciertos requisitos previstos en la ley y se satisfagan determinadas
condiciones fijadas por el juez, que permiten suponer que el imputado no volverá
a delinquir;
• Acuerdos Reparatorios: Salidas alternativas en cuya virtud el imputado y la
víctima convienen formas de reparación satisfactorias de las consecuencias
dañosas del hecho punible, y que, aprobado por el juez de garantía, produce como
consecuencia la extinción de la acción penal.

3. Formalización de la Investigación: Actuación unilateral, exclusiva y soberana del


fiscal, que cumple una función esencialmente garantista, consistente en informar al
imputado de manera específica y clara acerca de los hechos que se le atribuyen y su
calificación jurídica, esto es, el contenido de la imputación jurídico-penal que se dirige
en su contra.

4. Juicio Inmediato: Mecanismo de aceleración del procedimiento que puede ser


solicitado por el Ministerio Público al juez de garantía en la audiencia de formalización,
y que busca evitar trámites innecesarios, convirtiendo la referida audiencia en una de
preparación de juicio oral.

5. Sobreseimiento: Resolución que suspende, con la posibilidad de reapertura, o pone


término, con la consiguiente autoridad de cosa juzgada, al proceso penal por las causales
que para cada caso establece la ley.

6. Decisión de No Perseverar: Facultad del fiscal de no perseverar en la persecución


penal por no haberse reunido durante la investigación antecedentes suficientes para
fundar la acusación.

7. Forzamiento de la Acusación: Mecanismo procesal en cuya virtud el querellante


ejerce una especie de control respecto de la actividad persecutora del Ministerio Público,
y consiste en su oposición a la decisión del fiscal de sobreseer o de requerir medidas de
seguridad en el caso del enajenado mental.

8. Acusación Fiscal: Escrito mediante el cual el Ministerio Público manifiesta


formalmente su decisión de perseguir la responsabilidad criminal del imputado, lo cual
ocurrirá cuando estime que existe fundamento serio para acusar.

9. Convenciones Probatorias: Acuerdos que celebran los intervinientes ante el juez de


garantía, en la audiencia de preparación, y en cuya virtud dan por acreditados ciertos
hechos, que no podrán luego ser discutidos y a los cuales deberá estarse en el juicio oral.

10. Auto de Apertura de Juicio Oral: Sentencia interlocutoria dictada por el Juez de
Garantía en la audiencia preparatoria del Juicio Oral, en donde se define el objeto del
juicio, los hechos materia de la acusación, el acusado y los medios de prueba que serán
admitidos, poniendo término a la fase intermedia del proceso penal.

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11. Juicio Oral: Audiencia oral y pública prevista para el juzgamiento de quien ha sido
acusado de uno o más delitos por el Ministerio Público, siempre que atendidas las
características del caso no proceda su juzgamiento conforme a las reglas del
procedimiento simplificado o abreviado, que se desarrolla ante un tribunal de juicio oral
en lo penal, con la presencia, al menos, del fiscal del Ministerio Público, del imputado y
de su defensor, y a cuyo término, el Tribunal debe pronunciar su decisión de condena o
absolución, pudiendo diferir sólo la redacción completa de la sentencia.

Parte 2 – Recursos Procesales Penales y Juicios Especiales

1. Amparo Ante el Juez de Garantía: Acción autónoma que procede respecto de toda
persona privada de libertad, la que tiene derecho a ser conducida sin demora ante un juez
de garantía, con el objeto de que examine la legalidad de su privación de libertad, y en
todo caso, para que examine las condiciones en que se encuentra, constituyéndose, si es
necesario, en el lugar en que ella estuviera.

2. Recurso de Amparo o Habeas Corpus: Acción que la Constitución concede a toda


persona detenida, presa o arrestada con infracción a la Constitución o a la ley, o que sufra
cualquier otra privación, perturbación o amenaza en su derecho a la libertad personal y
seguridad individual.

3. Recurso de Nulidad: Aquel que se concede para invalidar el juicio oral y la sentencia
definitiva, o solamente esta última, cuando en cualquier etapa del procedimiento, o en el
pronunciamiento de la sentencia, se hubieren infringido sustancialmente los derechos o
garantías asegurados por la Constitución o por los Tratados Internacionales ratificados
por Chile que se encontraren vigentes, o cuando se hubiere hecho una errónea aplicación
del derecho que hubiere influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo, o cuando
concurrieren algunos de los denominados motivos absolutos de nulidad, contemplados en
el Art. 374 CPP.

4. Procedimiento Simplificado: Procedimiento especial, oral, de competencia de los


jueces de garantía, para conocer y fallar los hechos constitutivos de simple delito para los
cuales el Ministerio Público requiera la imposición de una pena que no exceda de presidio
o reclusión menor en su grado mínimo.

5. Procedimiento Monitorio: Procedimiento especial que se desarrolla ante el juez de


garantía, y que se utiliza para la tramitación de las faltas respecto de las cuales el fiscal
solicita sólo pena de multa.

6. Procedimiento Abreviado: Procedimiento especial que se caracteriza por la


conformidad del imputado con los hechos objeto de la acusación, lo que permite que,
cumpliendo ciertos requisitos establecidos por la ley, se eliminen las formalidades
probatorias del Juicio Oral, y en el cual el Juez de Garantía directamente dicta sentencia.

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