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FUERTE

PT 1. FUERTE EN DIOS
Semana 1
SER FUERTE ES BUENO
EFESIOS 6:10, NTV Sean fuertes en el Señor y en su gran poder.

Al comenzar este viaje de volvernos fuertes, primero establezcamos algo en


nuestros corazones: Es bueno ser fuerte. Con demasiada frecuencia las imagen de
mujeres esta asociada a la debilidad. A veces la religión nos ha enseñado a
escondernos en lugar de revelarnos. Es cierto que tenemos el llamado a ser
mansas, pero no débiles.

La mansedumbre se define mejor como la fuerza bajo control. Tanto Moisés como
Jesús fueron mansos, pero no débiles. Los mansos saben que su fuerza proviene de
Dios. Ester fue una mujer mansa, pero no fue débil. Los mansos también son
humildes, pues entienden que su fuerza viene de un poder superior. Los mansos
saben cómo y cuándo luchar, pero no lo están buscando. La fuerza es una espada
de doble filo que puede usarse como arma de destrucción o como medio de
liberación que desata a los cautivos. No es poco común que las primeras cautivas
que requieran libertad seamos nosotras mismas.

Esta vida requiere fuerza. Y a medida que se prolonga nuestra vida, esta se vuelve
más difícil. Vivir de manera piadosa en una cultura impía requerirá mucha más
fuerza de la que tú o yo podamos juntar por nuestra cuenta. Las relaciones
requieren fuerza. Sin embargo, cada vez que trato de amar, o incluso caerle bien a
alguien con mis propias fuerzas, estoy condenada al fracaso. Tenemos una
capacidad humana muy limitada para el tipo de fuerza que necesitamos cada día.
Por eso aprovechamos la fuerza y el poder de nuestro Señor.

SEGURAS EN CRISTO
ISAÍAS 32:16-17 La justicia morará en el desierto, y en el campo fértil habitará la
rectitud. El producto de la justicia será la paz; tranquilidad y seguridad perpetuas
serán su fruto.

Cuando piensas en la imagen de una mujer segura, ¿Qué te imaginas? Sé especifica


¿Cómo está vestida?¿Cómo es su semblante? Qué detalles puedes ver en una
mujer segura. No es casualidad que esta seguridad esté a menudo a la venta, en
forma de un producto de belleza o estilo de vida que nos llevará de un «antes»
menos deseable a un fabuloso «después». Sin embargo, a larga, buscar la
afirmación en el éxito o el atractivo es una búsqueda vacía. Si confiamos en la
popularidad o la belleza, buscaremos a cada momento a otros para afirmar nuestro
valor y atractivo. Nuestra autoestima se verá en peligro y amenazada varias veces
por otras mujeres, y nuestra seguridad será fugaz.
Aun así, hay otro camino. Tenemos un Príncipe que siempre está dispuesto a
embellecer a las mujeres que vienen a Él. La seguridad que nos da va más allá
de lo que incluso sabemos cómo permitir que alguien advierta. Es más que una
simple fachada, un efecto o un nuevo accesorio. Es el profundo y afectuoso
resplandor que proviene del conocimiento de que somos amadas y conocidas
en gran medida. Cuando a una mujer se le ama así... se ve. Jesucristo nos ha
bendecido con su favor. Es hora de permitir que su amor sea más que
suficiente y dejar de buscar satisfacción en otro lugar. El amor que Él provee
nunca se desvanece. Él anhela apoyarnos con ternura a cada una de nosotras, a
fin de que podamos florecer en su amor.

NO ESTÁS SOLA

1 CORINTIOS 10:13 Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común
al género humano. Pero Dios es fiel, y no permitirá que ustedes sean tentados más
allá de lo que puedan aguantar. Más bien, cuando llegue la tentación, él les dará
también una salida a fin de que puedan resistir.

Corintios nos promete que cualquier problema que afrontaremos no es


únicamente nuestro. No estamos solas en nuestras pruebas o victorias. Sin
embargo, a Satanás, el enemigo de nuestras almas, le encanta aislarnos y
acusarnos a cada una de nosotras como si lo estuviéramos. Susurra mentiras:
«Tú eres la única que lucha con esto. ¡Nadie es tan mala como tú!». De alguna
forma, sé que has escuchado esto porque yo también he escuchado esta
mentira. Dios no tiene favoritos cuando se trata de sus promesas y de su
Palabra. Recibe a todas las que vienen a Él con un corazón humilde y obediente.
Esto no es cierto para las arrogantes y santurronas que se imaginan que lo
tienen todo resuelto. Él nos escucha mejor cuando venimos agotadas y
agobiadas de tratar de hacerlo por nuestra cuenta. Dios levanta a las cansadas
y quebrantadas, y las invita: «Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a
Dios, y él se la dará» (Santiago 1:5).

Hay demasiadas mujeres preciosas que se sienten solas y aisladas. Es hora de


que nos demos cuenta de que así como estamos unidas en nuestras luchas,
podemos estar unidas en nuestra fuerza. Quizá te hayas sentido aislada y
acusada. Estas son mentiras. No estás sola. Tu Señor es tu redentor en lugar de
tu acusador. Esta es una de las muchas razones por las que la comunidad es tan
importante. Cuando nos conectamos con otras personas que ya pasaron por la
lucha en la que estamos ahora, nos sentimos alentadas a tener fe. Salimos con
fe y nos atrevemos a creer que así como Dios fue fiel con ellas, Él será fiel con
nosotras. Permíteme asegurarte:
Dios no está enojado contigo.
Él no es tu acusador.
Él está más que dispuesto a ayudar.
Y tú no estás sola.

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