Código Promocional: Libro 1.indb 1 21/10/2015 10:26:46
Código Promocional: Libro 1.indb 1 21/10/2015 10:26:46
Código Promocional: Libro 1.indb 1 21/10/2015 10:26:46
[+] Una vez en Mis promociones inserte el código oculto en esta página para activar la
promoción
Código Promocional
La utilización del LIBRO ELECTRÓNICO y la visualización del mismo en NUBE DE LECTURA excluyen los usos
bibliotecarios y públicos que puedan poner el archivo electrónico a disposición de una comunidad de lec-
tores. Se permite tan solo un uso individual y privado.
PVP 20€
WEB www.miriadahispanica.com
EDITORES Servicios de Programas Universitarios, S.L.
Calle Ramón Gordillo 4. 46010 Valencia, España.
EDITORIAL Tirant lo Blanch libros
Artes gráficas 14, Bajo dcha.
Tels. 0034-963610048/50
Fax. 0034-963694151
46010 Valencia
ISSN 2171-5718
DEPÓSITO LEGAL S. 533-2010
LUGAR DE EDICIÓN Valencia
PERIODICIDAD Semestral
DISEÑO DE CUBIERTA Basado en el mapa de América de Diego Gutiérrez en
el año 1562.
PRODUCCIÓN Y Raquel Celma Villanueva. Servicio de programa univer-
ADMINISTRACIÓN sitarios
AVISO LEGAL Se permite la reproducción parcial de los contenidos para
uso didáctico siempre que se cite la procedencia de los
mismos.
Sumario
Créditos......................................... 7
Introducción................................. 9
6
Créditos
DIRECTOR
Agustín Reyes-Torres
Doctor en Filología inglesa.
MA en Literatura comparada
SUBDIRECTOR Mª Pilar Guitart
José Enrique Peláez Malagón Doctora en Comunicación audiovisual
Doctor en Historia del arte
Fernando Operé
SECRETARIO EDITORIAL Doctor en Historia latinoamericana
Sergio Arlandis
Doctor en Filología hispánica Jesús Peris
Doctor en Filología hispánica
EDICIÓN DIGITAL/WEBMASTER
David Celma Mabel Richart
University of Virginia in Valencia Program Doctora en Comunicación audiovisual
CONSEJO DE REDACCIÓN Eliseo Valle Aparicio
María del Puig Andrés Doctor en Historia contemporánea y
Doctora en Filología hispánica DEA en Sociología
7
COMITÉ EVALUADOR Y CIENTÍFICO
Juan Carlos Abril Miguel Ángel García
Universidad de Granada Universidad de Granada
Marta Albelda David Gies
Universitat de València University of Virginia
Juan Antonio Ardila Manel Lacorte
University of Edinburgh University of Maryland
Andrew Anderson Blanca López de Mariscal
University of Virginia Tecnológico de Monterrey
Joaquín Azagra Ros Ángel López García
Universitat de València
Universitat de València
Rafael Beltrán
Maria Mabrey
Universitat de València
University of South Carolina
Teresa Bordón
Universidad Autónoma de Madrid Nancy Marino
Michigan State University
Herbert Tico Braun
University of Virginia Matthew Marr
Penn State University
Carlos Cabrera
Universidad de Salamanca Enric Mateu
Toni Cella Universitat de València
Arizona State University Francoise Morcillo
Daniel Chavez Université d’Orléans
University of New Hampshire Sylvia Nagy-Zekmi
Luis Correa-Diaz Villanova University
University of Georgia Brian Owensby
Julia Cuervo University of Virginia
Hewit Penn State University Patrocinio Ríos Sánchez
Daniel Chornet-Roses Middlebury College (Madrid)
University of Saint Louis (Madrid) Domingo Ródenas
Mark P. del Mastro Universitat Pompeu Fabra
College of Charleston
Esperanza Roman-Mendoza
Gianfranco Depretris George Mason University
Universidad de Turin
José Rafael Saborit Viguer
Francisco Javier Diez de Revenga Universitat Politècnica de València
Universidad de Murcia
Laura Scarano
Irma Emiliozzi
Universidad Nacional del Mar de Plata y
Universidad de Lomas de Zamora,
Buenos Aires CONICET
Andres Fisher Andrea Smith
Appalachian State University Shenandoah University
Edward Friedman Fernando Tejedo-Herrero
Vanderbilt University University of Wisconsin-Madison
Aurora Hermida-Ruiz Eduardo Urbina
University of Richmond Texas A&M University
Jesús G. Maestro Susan Walter
Universidad de Vigo University of Denver
8
Introducción
Miríada Hispánica ha querido unirse con esta edición a los diferentes homenajes que se
han realizado durante el 2017 con motivo de los cincuenta años de la creación de LASA
(Latin American Studies Association). De esta manera, y compartiendo muchos de sus
intereses y objetivos, nuestra revista se suma al fomento del debate intelectual, la inves-
tigación, los estudios interdisciplinarios y la enseñanza en Latinoamérica y el Caribe.
El quinto de los artículos corre a cargo de Rhonda Dahl Buchanan profesora de español
en la University of Louisville. Su artículo “Variations on the novela negra in Mempo
Giardinelli’s la última felicidad de Bruno Folner” nos anuncia el análisis de uno de los
géneros más cultivados a lo largo de la carrera literaria de Mempo Giardinelli como es el
de la novela negra, aportando nuevas y variadas perspectivas en su análisis.
Andrew Wrobel, profesor de Michigan State University, realiza un estudio que lleva por
título “(Re)apropiando los intelectuales orgánicos en Cuba.” En este artículo, el au-
tor discute cómo el régimen castrista se valió de intelectuales orgánicos, estudiados por
Gramsci, específicamente de Tomás Gutiérrez Alea y de Nicolás Guillén, con el fin de
difundir su propaganda a las masas.
Para cerrar la publicación y muy en consonancia con nuestra revista que siempre aboga por
fomentar la mayor variedad de temáticas, géneros y opiniones, presentamos en la sección
de Miscelánea, el trabajo de Ary Malaver Compara de la University of North Georgia, que
lleva por título “Memes, gifs y otras brevedades digitales: multimedialidad, narratividad y
ficcionalidad en la red” en el que se establecen una serie de paralelismos entre la ficción más
breve –la microficción– y una serie de microtextos multimedia de amplia difusión virtual
como son los memes, gifs y los distintos mensajes breves articulados en las redes sociales.
Agustín Reyes-Torres
J. Enrique Peláez Malagón
10
ARTÍCULOS
Álvaro Salvador Jofre1
Universidad de Granada - alvaro@ugr.es
Artículo recibido: 3/07/2017 - aceptado: 27/07/2017
Resumen1
Rubén Darío viajó a Nueva York por primera vez en 1893 camino de su primera visita a Paris.
Desde entonces fueron varias las escalas que hizo en la ciudad de los rascacielos. Pero la visita
más prolongada e interesante fue la que emprende en 1914 cuando, a causa de sus estrecheces
En esta época, Darío escribirá alguno de los poemas culminantes en su constante relación con
los paisajes urbanos más modernos y cosmopolitas, relación que comienza con la idealización
estetitcista que hace de la ciudad de Santiago de Chile, la descripción vívida e intensa de la
multitudinaria vida urbana de Buenos Aires o la idealización y posterior decepción de Paris. En
estos poemas neoyorkinos, dedicados a la capital del acero y del hormigón, poemas como “La
Gran Cosmópolis”, “En una columna de la Hispanic Society”, “Pax”, etc., señala el encuentro
del poeta que iba a revolucionar de un modo decisivo la poesía escrita en lengua castellana y la
ciudad del porvenir, la gran urbe que como un faro señalaría el destino de las manifestaciones
artísticas del siglo XX.
1
Alvaro Salvador Jofre (Granada, 1950) es catedrático de Literatura Hispanoamericana y Española. Entre sus
publicaciones de crítica destacan trabajos como Para una lectura de Nicanor Parra, (Sevilla,1975), Rubén Darío y la
moral estética, (Granada, 1986), Introducción a la literatura hispanoamericana, en colaboración con Juan Carlos Ro-
dríguez, (Madrid, 3ª ed. 2005), la antología de poesía hispanoamericana contemporánea, La piel del jaguar (Sevilla,
2006) y las ediciones críticas de Azul... y Cantos de vida y esperanza (Madrid, 1992) y Prosas Profanas (Madrid, 1999)
de Rubén Darío, así como la Poesía completa y Prosa Selecta de Julián del Casal (Madrid, 2001). En 2002, recibió el
premio Casa de las Américas de Ensayo por su obra El impuro amor de las ciudades (La Habana 2003 y Madrid 2007)
y en 2012 publica con Nain Nomez De sur a sur. Relaciones entre la poesía chilena y la española durante la segunda mitad
del siglo XX. Ha colaborado con artículos en distintas revistas especializadas españolas y extranjeras. En cuanto a obra
de creación, ha publicado hasta el momento diez libros de poemas, incluidos en el volumen antológico Suena una
música (Sevilla, Renacimiento, 2008). Es autor también de varias obras teatrales, dos novelas y dos libros de aforismos.
In this period, Dario would write some of his poems in relation with the most modern and
cosmopolitan urban landscapes: from the stylistic idealization of the city of Santiago de Chile
the vivid and intense description of the multitudinous urban life of Buenos Aires to the
idealization and subsequent disappointment of Paris. In these poems, he would dedicate to
New York, the capital of steel and concrete, poems such as “The Great Cosmopolis”, “In a
column of the Hispanic Society”, “Pax”, etc. It is then when the poet was to revolutionize in
a decisive way the poetry written in Castilian language in relation with the city of the future,
the great city that like a beacon would indicate the destiny of the artistic manifestations of the
20th Century.
El espacio urbano es uno de los ingredientes más novedosos y decisivos que la moder-
nidad introduce en la lógica interna de la literatura y el arte finiseculares. También en
Hispanoamérica. Georg Simmel señalaba en su ya clásico trabajo, “Las grandes ciudades
y la vida intelectual”, que “si uno investiga (las) dos formas del individualismo que se
nutren de las relaciones cuantitativas de la gran ciudad: la independencia individual y la
formación de un modo especial y personal de ser... entonces la gran ciudad adquiere un
valor totalmente nuevo en la historia universal del espíritu”.2 El individualismo arrogante
y exacerbado, como manifestación externa de una concepción del mundo profundamen-
te esteticista, es un rasgo suficientemente conocido y estudiado en el Modernismo. El
profundo cambio que experimentan las ciudades hispanoamericanas en el último tercio
del siglo XIX, y las consecuencias que este cambio provoca en las relaciones sociales y
culturales, conformando ese “modo especial y personal de ser” al que se refiere Simmel,
también ha sido profundamente estudiado en los textos de Jorge Basadre, José María
Cordovez Moure, Juan Agustín García o José Ramos Mejía.3 Del mismo modo, las re-
laciones entre este fenómeno y la estética modernista han sido señaladas, en algunos de
sus aspectos, por las obras ya clásicas de Rafael Gutiérrez Girardot, Ángel Rama, Julio
2
Simmel, Georg, “Las grandes ciudades y la vida intelectual” en El individuo y la sociedad. Ensayos de crítica
de la cultura, Barcelona, Península, 1986, págs. 247-263.
3
Basadre, Jorge, Las multitudes, la ciudad y el campo en la historia del Perú (1930), Lima, Ed. Huascarán,
1942; Cordovez Moure, José María, Reminiscencias de Santa Fe y Bogotá (1893), México, Aguilar, 1978; García,
Juan Agustín, La ciudad indiana (1900), en Obras Completas, vol. I, Buenos Aires, Ed. Antonio Zamora, 1955;
López, Lucio V., La gran aldea (1884), Buenos Aires, EUDEBA, 1964; Ramos Mejía, José.
Pero, ¿existe en realidad una ciudad modernista? Indudablemente sí que existe una ar-
quitectura modernista. Los edificios de Guimard, Horta, Van de Velde, Gaudí, Monta-
ner, etc., nos hablan de ese «romanticismo biológico» con el que define Schmutzler la
estética del movimiento.6 No obstante, hablamos de edificios aislados, de un concepto
4
Gutiérrez Girardot, Modernismo, Barcelona, Montesinos, 1983; Rama, Ángel, La ciudad letrada, Hanover,
Ed. del Norte, 1984; Ramos, Julio, Desencuentros de la Modernidad en América Latina, México, Fondo de Cul-
tura Económica, 1989; Romero, José Luis, Latinoamérica: las ciudades y las ideas, México, Siglo XXI,
5
Empleamos estos términos en el sentido en que los utiliza Marshall Bermann en el capítulo “Modernismo
pastoral y contrapastoral” de su obra Todo lo sólido se desvanece en el aire, Madrid, Siglo XXI, 1988, págs. 132-141.
6
Vid. Steiner, Gabriele, Modernismos, Barcelona, Labor, 1977 y Schmutzler, Robert, El modernismo, Madrid,
Alianza, 1977.
7
Darío, Rubén, «En Barcelona», en España Contemporánea, Barcelona, Lumen, 1987, págs. 33-41.
8
Vid. J.L.Marfany, “LÉixample, del rebuig a l´appasionament”, en Rev. Barcelona.Metrópolis. Mediterránia,
nº 20, 1991, pág. 75-77. Por otra parte, Barcelona también se lee como “ciudad ideal”, tal y como podemos
ver en Eugenio D´Ors, Obra catalana completa.Glosari 1906-1910, Barcelona, Editorial Selecta, 1950,pág. 471.
Para el estudio de la importancia de la Barcelona moderna en los escritores catalanes, es de gran interés la obra
de Jordi Castellanos, Literatura, vides, ciutas, Barcelona, Edicions, 62, 1997.
Parece lógico suponer -y así lo han hecho la mayoría de los críticos- que su educación presun-
tamente cosmopolita de esos años obedece, sobre todo, a una extraordinaria intuición para
la selección de las lecturas más adecuadas, a un bagaje fundamentalmente libresco, a pesar de
la indudable aportación que ciudades como Valparaíso y Santiago debieron suponer para el
joven escritor ávido de nuevas sensaciones. Efectivamente, como ha señalado Teodosio Fer-
nández cuando Darío llegó a Valparaíso “no pudo dejar de observar la actividad y el intenso
tráfico del puerto- había de descubrir el espéctáculo inusitado de un país en desarrollo acele-
Miríada Hispánica, 15: pp. 13-28
9
Fernández, Teodosio, “Rubén Darío y la gestación del lenguaje modernista”, en El Modernismo, Universi-
dad de Valladolid,1990, pág. 50.
10
Darío, Rubén, Emelina, en Obras Completas, Madrid, Afrodisio Aguado, cinco tomos 1950-1955, tomo IV,
págs. 223,237 y 238.
En esta rápida instántanea, Darío enumera prácticamente todos los lugares e institucio-
nes en los que se elabora el “nuevo estilo de vida” de las clases dirigentes en las “ciudades
burguesas”: los nuevos paseos abiertos en la ciudad, los tradicionales edificios edilicios,
los cafés y restaurantes, el teatro, el gusto por lo exótico y la novedad parisina, los perió-
dicos, los grandes monumentos patrióticos, etc., etc.12
Algo parecido puede apreciarse cuando Darío describe otra de las ceremonias sociales más
características de las nuevas ciudades abiertas en bulevares y parques, el “paseo de carrua-
jes” en el que, según Romero, “más raudamente se veía la nueva sociedad...se cruzaban los
coches y en un instante se descubría quiénes iban en él y que toilettes llevaban las mujeres.
Algunos caballeros participaban montando ricos caballos y solían ponerse a la par del coche
de sus amistades para tener con cada una de ellas un instante de conversación ”:13
Esos “cuadros e impresiones nuevas” son los que va buscando el joven poeta lírico inco-
rregible, llamado “Ricardo”, cuando se lanza “en busca de cuadros” por las páginas del
resultado más brillante y trascendente en esta etapa chilena de Rubén Darío, el libro
misceláneo titulado Azul... En esa sección, el apartado que se titula “Acuarela”, además
11
Darío, Rubén, “Narciso Tondreau.Prólogo del libro `Asonantes´”, en Ibid., tomo II, págs.51-53. Véase
también “Apéndice”,pág. 130.
12
Romero, José Luis, “Las ciudades burguesas” en op.cit. pág.285 y ss. La precisión insiste en la conocida
afirmación de Henríquez Ureña: “lo que vemos es la reaparición de la riqueza y el lujo en América Hispánica,
con la prosperidad de las últimas décadas del siglo pasado...el conocimiento que Casal,Gutiérrez Nájera y Darío
tenían de la riqueza y el lujo no era de simples lecturas: los habían visto...”, en Las corrientes literarias en la Amé-
rica Hispánica, México, F.C.E.,1969, 3ª ed.,págs. 175 y 176.
13
Romero, José Luis, Op. cit.,pág. 287.
14
Darío, Rubén, A.de Gilbert..., op. cit. págs.179 y 180.
“Y mientras el sol se pone, sonrosando las nieves con una claridad suave, junto a los
árboles de la Alameda que lucen sus cumbres resplandecientes en un polvo de luz, su
esbeltez solemne y sus hojas nuevas, bulle un ejambre humano, a ruido de música, de
cuchicheos vagos y de palabras fugaces.
He aquí el cuadro. En primer término está la negrura de los coches que esplende y quiebra
los últimos reflejos solares; los caballos orgullosos con el brillo de sus arneses, con sus cuellos es-
tirados e inmóviles de brutos heráldicos; los cocheros taciturnos, en su quietud de indiferentes,
luciendo sobre las largas libreas los botones metálicos flamantes; y en el fondo de los carruajes,
reclinadas como odaliscas, erguidas como reinas, las mujeres rubias de los ojos soñadores, las que
tienen cabelleras negras y rostros pálidos, las rosadas adolescentes...” 15
La transformación de lo urbano, como presencia o como ausencia -esto es, como “vacío”
consciente o inconsciente-, y por tanto también las modificaciones que esa transforma-
ción genera en las relaciones sociales, se manifiesta en la obra de Darío articulándose en
Miríada Hispánica, 15: pp. 13-28
“Yo soñaba con París, desde niño, a punto de que cuando hacia mis oraciones rogaba
a Dios que no me dejase morir sin conocer París. París era para mi como un paraíso en
donde se respirase la esencia de la felicidad sobre la tierra. Era la ciudad del Arte, de la
Belleza y de la Gloria; y, sobre todo, era la capital del Amor.”17
15
Darío, Rubén, Azul... y Cantos de vida y esperanza, ed. de Álvaro Salvador, Madrid, Espasa Calpe,col. Aus-
tral,1992, pág. 131.
16
Ver mi trabajo Rubén Darío y la moral estética, op. cit.
17
Darío, R., “Autobiografía”, en Obras completas, op.cit., vol. I, pág. 102.
“París me ha hecho mucho daño. Pero ¿acaso no pasaría lo mismo en cualquier parte?”
Es diciembre de 1904, Darío se dirige por carta a su amigo el joven poeta español Juan
Ramón Jiménez.18Al parecer, París no es ya para él la ciudad ideal, e indudablemente la co-
noce a fondo. Tras una breve visita en 1893, Darío llega a París en 1900 y permanecerá en
la ciudad del Arte y la Belleza hasta 1905. Uno de los primeros artículos que Darío escribe
en París, quizá el primero, está dedicado a un loco homicida: “Vacher, o el loco de amor”.
Es, digamos, una crónica de sucesos, al más puro estilo sensacionalista en el que se intenta
dar cuenta y explicación de las fechorías de un deforme asesino, verdugo de distintas cam-
pesinas, pastoras para ser más exactos, que aterrorizó por entonces a la región de París. Dos
párrafos son extraordinariamente significativos en este articulo de Darío:
“Una voz ha habido en París que entre las tiradas reporticias y las declamaciones moralizan-
tes, se ha alzado demostrando la parte de culpa que en esa locura criminal ha tenido un régimen
“Quizá, y sin quizá, su único juez sea el Señor, que ve el origen y el fin de todas las cosas, y
que en este momento finisecular nos hace ver al lado del cinematógrafo y de la tuberculina cosas
milenarias, visiones fantasmales, temores medievales, presagios, signos astrales, renacimiento de
ciencias ocultas y posesiones que los teólogos saben.”19
En estos párrafos están ya presentes las dos constantes que van a presidir durante esos
años y en posteriores estancias, las relaciones de Darío con su, antaño, ciudad ideal: por
una parte la visión “contrapastoral” que la modernización le provoca, en forma de recha-
zo, por otra el intento de “revalorización” no sólo de las cosas, de los objetos de cultura,
sino también de los hechos provocados por la modernización, revalorización que siem-
pre está enfocada en un único sentido: la búsqueda de explicación y consuelo a través de
la “resacralización del mundo”:
“El progreso moderno es enemigo del ensueño y del misterio, en cuanto a que se ha circuns-
crito a la idea de utilidad. Más, no habiéndose todavía dado un solo paso en lo que se refiere
al origen de la vida y a nuestra desaparición en la inevitable muerte, el ensueño y el misterio
permanecen con su eterna atracción.”20
18
Jiménez, Juan Ramón, Mi Rubén Darío, ed. de A. Sánchez Romeralo, Huelva, Ediciones de la Fundación
J.R.J.,1990, pág. 114.
19
Darío, R., Obras Completas, op. cit., vo l, págs. 755 y 757.
20
Ibid. pág. 545.
“Imaginaos que, como Vacher, hubiese sido un pobre que no hubiese amado nunca, que
no pudiese ser amado nunca, por miserable, por leproso... imaginaos una mujer blanca, de una
belleza venérea, de una gracia real... E imaginaos que en la noche más amarga del leproso... va
al rincón del hijo de Job y junta sus labios a los suyos, y le mira con sus ojos y le lleva la esencia
de su sangre... Esa mujer para mi sería la santa de las santas...”21
Pero ¿dónde está esa santa de las santas en París? La mujer en París es el eco de la Mimí
Pinsón de Musset:
convertido en modistilla. Puede llegar a ser “reina por un día”, reina de carnaval, pero
dos días después tendrá que volver al taller, al lavadero, a la carnicería, al mercado. Las
que no se conforman con este destino, las que se inclinan por el vicio, pueden escoger
entre una amplia gama de posibilidades, desde “dame de Chez Maxim’s” a bailarina de
Folies-Bergères o, simplemente, reina de los “apaches”, prostituta de la noche. En estas
“Transformaciones de Mimi Pinsón”, Darío capta con una intuición extraordinaria los
efectos de la proletarización de la mujer en la sociedad urbana. Sea de un modo o de otro,
para estas muchachitas urbanas “verdaderas rosas entre espinas, joyas en lodazales”, que
han tenido que luchar y vivir “en el medio hostil de un hogar imposible, entre el padre
alcohólico, la madre perdida, los hermanos facinerosos, terrores de barrio, números de
presidio, carne de cáncer”, no existe otro futuro que el de una vida triste y mediocre, una
vida muy diferente a la de las Eulalias, Bertas o Margaritas de la ciudad ideal modernista.
El Amor en París es, por tanto, una realidad mucho más compleja y, sobre todo, algo
más sórdida de lo que podría sospechar el joven e idealista poeta provinciano. Y ese amor
negativo, devorador, muy “fin de siglo”, se simboliza mejor que en ningún otro lugar en
el carácter femenino de la ciudad misma: “Y París, sobre todo, es mujer. Es la hembra”,
pero la hembra “cortesana”: “...es embriagante como un alcohol; hay personas refracta-
rias a todas las alcohólicas intoxicaciones. Hay quienes hacen de París su vicio.”23
21
Ibid. pág. 758.
22
Darío, Rubén, “Las transformaciones de Mimí Pinson”, en Ibid. pág. 790.
23
Darío, Rubén, “París y los escritores extranjeros” en Ibid. págs. 468 y 460.
Rubén Darío viajó a Nueva York por primera vez en 1893 camino de su primera visita
a Paris. En ese primer viaje conoce a Martí que más tarde sería considerado como uno
de los grandes cronistas hispanos de la capital estadounidense. Permanece un mes en la
ciudad, admirando su desmesura urbana y leyendo la obra de dos de sus más admirados
escritores estadounidenses: Edgar A. Poe y Walt Whitman.
En el artículo que tres años más tarde Darío dedica en su Los Raros al genio de Boston,
En una mañana fría y húmeda llegué por primera vez al inmenso país de los Estados
Unidos. Iba el steamer despacio, y la sirena aullaba roncamente por temor de un choque.
Quedaba atrás Fire Island con su erecto faro; estábamos frente a Sandy Hook, de donde
nos salió al paso el barco de sanidad. El ladrante slang yanqui sonaba por todas partes,
bajo el pabellón de bandas y estrellas. El viento frío, los pitos arromadizados, el humo
de las chimeneas, el movimiento de las máquinas, las mismas ondas ventrudas de aquel
mar estañado, el vapor que caminaba rumbo a la gran bahía, todo decía: All right. Entre
las brumas se divisaban islas y barcos. Long Island desarrollaba la inmensa cinta de sus
costas, y Staten Island, como en el marco de una viñeta, se presentaba en su hermosura,
tentando al lápiz, ya que no, por la falta de sol, la máquina fotográfica.
…mi vista contempla la masa enorme que está al frente, aquella tierra coronada de torres,
aquella región de donde casi sentís que viene un soplo subyugador y terrible: Manhattan, la
isla de hierro; New York, la sanguínea, la ciclópea, la monstruosa, la tormentosa, la irresistible
capital del cheque. Rodeada de islas menores, tiene cerca a Jersey, y agarrada a Brooklyn con la
uña enorme del puente; Brooklyn, que tiene sobre el palpitante pecho de acero un ramillete de
campanarios.
Se cree oír la voz de New York, el eco de un vasto soliloquio de cifras. ¡Cuán distinta de la
voz de París, cuando uno cree escucharla, al acercarse, halagadora como una canción de amor,
Ibid. pág.464.
24
Desde entonces fueron varias las escalas que hizo en la ciudad de los rascacielos, no todas
tan literarias y pacíficas, como la que hizo en 1907 camino de Nicaragua, en la que el
cónsul dominicano Fabio Fiallo lo libró de la retención que sufrió en una casa de placer
inadecuada a sus posibilidades económicas, tras varios días de excesos alcohólicos y car-
nales. Precisamente en la crónica de ese paso, titulada Viaje a Nicaragua escribe también
algunas consideraciones relativas a la ciudad de Nueva York. No sólo Federico García
Lorca experimentaría más tarde la fiebre y la conmmoción de una crisis financiera, ya en
1907 Darío es testigo de un episodio parecido:
Pasé por la metrópoli yanqui cuando estaba en pleno hervor una crisis financiera.
Sentí el huracán de la Bolsa. Vi la omnipotencia del multimillonario y admiré la locura
mammónica de la vasta capital del cheque.25
Y unas líneas adelante, se hace una reflexión que es extraodinariamente significativa para
Miríada Hispánica, 15: pp. 13-28
Siempre que he pasado por esa tierra he tenido la misma impresión. La precipitación de
la vida altera los nervios. Las construcciones comerciales producen el mismo efecto psíquico
que las arquitecturas abrumadoras percibidas por Quincey en sus estados tebaicos. El am-
biente delirio de las grandezas hace daño a la ponderación del espíritu. Siéntese algo allí de
primitivo y de supertérreo de cainitas y de marcianos. Los ascensores express no son para mi
temperamento, ni las vastas oleadas de muchedumbres electorales tocando pitos…26
La frase “la precipitación de la vida altera los nervios” coincide casi exactamente con las
consideraciones de Simmel en su artículo de 1907, “Las grandes ciudades y la vida inte-
lectual” en el que afirmaba que “el fundamento psicológico sobre el que se alza el tipo de
individualidades urbanitas es el acrecentamiento de la vida nerviosa (o la intensificación
de la vida de los nervios), que tiene su origen en el rápido e ininterrumpido intercambio
de impresiones internas y externas.”27 No sabemos si Darío había leído el artículo de
Simmel, pero lo que sí parece seguro, por su manera de ser y de alimentar un culturalis-
mo casi enfermizo, es que seguramente había leído alguna alusión o crítica o comentario
del referido artículo, ya que emplea el concepto con una exactitud pasmosa.
25
Darío, Rubén, “El viaje a Nicaragaua”, en Obras Completas. Viajes y Crónicas, tomo III, Madrid, Afrodisio
Aguado, pág. 1020. Con “mamónica” Darío construye un neologismo que quiere ser un calificativo de la Biblia:
Mammón.
26
Ibid.
27
Simmel, George, Ob. cit. pág. 247.
El más significativo de estos poemas es, sin duda, “La Gran Cosmópolis”:
LA GRAN COSMÓPOLIS
(Meditaciones de la madrugada)
Casas de cincuenta pisos,
servidumbre de color,
millones de circuncisos,
Miríada Hispánica, 15: pp. 13-28
Aquí el amontonamiento
mató amor y sentimiento;
mas en todo existe Dios,
y yo he visto mil cariños
acercarse hacia los niños
del trineo y los armiños
del anciano Santa Claus.
Alude Darío al “Tío Sam”, símbolo del poder estadounidense. Con “pario” Darío se refiere a los naturales
28
Saúl Yurkievich en un magnífico trabajo titulado, “Rubén Darío: los placeres de luz en
el abismo”, señalaba que en este poema Darío no se limita a enumerar las maravillas de
la técnica, de lo nuevo, sino precisamente de “transmitir el movedizo y sincopado ritmo
de la urbe babélica”.30 Pero la visión de Darío no es precisamente positiva, recordemos
lo que señalaba en su crónica del viaje de 1907 (“La precipitación de la vida altera los
nervios”). En el poema vemos claramente la reacción de Darío ante lo que Marshall
Berman llamaba el efecto contrapastoral de la modernización, la cara oculta y oscura de
la modernidad.31
Yurkievich en su trabajo sugiere la tesis de que estos poemas y algún otro anterior de Ru-
Miríada Hispánica, 15: pp. 13-28
bén Darío, de algún modo son un antecedente de las poéticas de vanguardia. Seducido
por la vida urbana, el poeta nicaragüense quiere captarla en su ritmo vertiginoso “con
visión cinemática, con la excitabilidad que provoca lo móvil y cambiante, acumulando
destellantes y fugaces sensaciones en yuxtaposición caleidoscópica”.32
29
Yate y fútbol.
30
Yurkievich, Saúl, “Rubén Darío: los placeres de luz en el abismo”, en Suma crítica, México, F.C.E., pág. 31.
31
Bermann, Marshall, Ob. cit.
32
Yurkievich, Saúl, Ob. cit. pág.
No parece advertir Darío, la profunda ruptura que los movimientos de vanguardia van
a asestar a la concepción tradicional del arte y la literatura, pero eso no quiere decir que
el propio Darío, en su práctica, literaria no advierta tampoco los mismos síntomas de
transformación y cambio social –y por lo tanto de percepción artística– que advierten
los primeros jóvenes vanguardistas. Como señala Yurkievich en estos poemas finales de
Darío y en algunos otros anteriores como “Agencia”, “El Canto a la Argentina”, “La
Epístola a la señora Lugones”, “Aviso del porvenir”, “En el luxemburgo”, “Metempsi-
cosis”, etc, “está el descubrimiento de una realidad específicamente contemporánea en
acelerada metamorfosis, de la era de las comunicaciones, de la expansión tecnológica, de
Como en tantos otros momentos, en esta época final de su vida, la poesía de Rubén
Darío se encamina de un modo genial desde los rascacielos de cincuenta pisos, desde la
gigantesca Madonna de la Libertad, desde la crisis de la Bolsa, desde las muchedumbres
multicolores, desde las orillas miserables del río Hudson, hacia el horizonte del Porvenir.
Incluido en Jorge Schwartz, Las vanguardias latinoamericanas, Madrid, Cátedra, 1991, págs. 373-379.
33
Resumen1
Tras la desaparición del campo socialista, Cuba entró en el Período Especial: una época de
penurias que resultó durísima para la población. La llegada de Hugo Chávez al poder, en
1998, y las fraternales relaciones que estableció con La Habana supusieron una oportunidad
Abstract
After the disappearance of the socialist countryside, Cuba entered in the Special Period: a
hardship time that was very difficult for the population. The arrival of Hugo Chávez in power
in 1998 and the fraternal relations he established with Havana were an opportunity that
Cubans took advantage of. The deterioration of the Venezuelan regime after the leader’s death
is increasing, and the answer of the hardest sector of the regime is to Cubanize the country;
what means to imitate the operation of the Cuban regime in everything imitable. During last
three years, we have written brief analyzes of the situation that explain this process, which we
publish now unified.
1
Catedrático de Universidad en el Departamento de Historia Contemporánea de la Universidad de Valen-
cia. Ha publicado diversos libros y artículos en España, México, Argentina, Chile y Brasil, y ha actuado como
profesor invitado en distintas universidades españolas y americanas. Como docente, ha sido Vicedecano de la
Facultad de Geografía e Historia, Vicerrector de Profesorado de la UV, Director de la Universitat d’Estiu de
Gandia y Director del Centre Internacional de Gandia de la Universitat de València
La crisis económica y social en la que se sumió el país fue especialmente severa durante
buena parte de la década de los 90: el PIB se contrajo un 36% en el período 1990-93.
A finales de la década se inició una lentísima recuperación, y en 2007 el PIB alcanzó las
cotas de 1990. El colapso del Bloque del Este provocó severas restricciones en el consu-
mo de petróleo y sus derivados, una mercancía que La Habana había conseguido hasta
entonces por sus privilegiadas relaciones económicas con Moscú. A partir de 1998, con
la llegada al poder de Hugo Chávez, comenzará una generosa política de intercambios
entre Caracas y el régimen castrista y el problema del desabastecimiento de crudo se mi-
tigará: desde entonces, los venezolanos aportan petróleo y los cubanos les envían médicos
y personal sanitario, policías y agentes de inteligencia, entrenadores deportivos y asesores
diversos. No obstante, aun con la imprescindible aportación energética venezolana, la
economía cubana, perjudicada además por el obtuso embargo de Washington, pivotará
Miríada Hispánica, 15: pp. 29-54
hasta hoy sobre las remesas que los emigrados y los exiliados envían a sus familiares en la
isla, sobre el turismo y sobre la economía informal2.
La realidad es que, en materia económica, Cuba es otro planeta. Desde los años noventa, los
precios de los alimentos en las tiendas en divisa son superiores a los de los países europeos,
pero los salarios son bajísimos. Los productos básicos subsidiados a los que se puede acceder
con la Libreta, la cartilla de racionamiento, componen la canasta básica de alimentación que
subsidia el Estado. Sin embargo, con los alimentos que componen esa cesta doméstica una
familia media no se alimenta más allá de diez días, así que el resto del mes el común de los
cubanos afronta la aventura de sobrevivir. Un cálculo fiable indica que una familia media
necesitaría entre 1.750 y 2.750 pesos para una alimentación y una higiene básica adecuada, y
eso cuando el salario medio es de 466 pesos al mes. Un dato que habla por si mismo.
Según el Índice de Desarrollo Humano (IDH) de 1990, Cuba con una valoración de
0.729 se encontraba en el lugar 37 de un total de 130 países. El deterioro por la desa-
2
Hemos publicado anteriormente algunos textos que, lógicamente, han nutrido estas páginas: Alcàzar; J. y
López Rivero, S.: “Castro contra Castro. Reflexiones sobre una revolución desfigurada, 1989-2014”, Revista En-
crucijada Americana (Chile), Volumen 6, Número 2, 2014, pp. 9-23; Alcàzar, J. y López Rivero, S.: “Fidel Castro,
cuatro fases de un liderazgo inacabado”, Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofía, Política y Humanidades, Vo-
lumen Año 15, Número 30, 2013, pp. 3-24; y Alcàzar, J. y López Rivero, S. “Fuego cruzado. Guerrillas, dictaduras
militares y violaciones masivas de los derechos humanos en época de Guerra Fría”, en Alcàzar, J. (Ed.) Historia
actual de América Latina, 1959-2009, Valencia, Tirant lo Blanch, 2011, pp. 49-100; Alcàzar, J. y López Rivero, S.:
De compañero a contrarrevolucionario. La Revolución cubana y el cine de Tomás Gutiérrez Alea, Valencia, PUV, 2009.
El régimen chavista de Venezuela, a su vez, aguanta cada día con mayores dificultades
y degradándose en una polarización política interna que amenaza con arrastrar al país a
una confrontación violenta. La moneda se ha devaluado de forma continuada durante
los últimos tres años, la inflación es la más alta del mundo en estos momentos (la previ-
Hugo Chávez nombró a Nicolás Maduro como su sucesor y heredero antes de morir, en
marzo de 2013. Éste no ha conseguido más que ser una copia con frecuencia patética
del súper líder que fue el Comandante. Carente de dirección efectiva y reconocida, en el
contexto de la acentuada bajada de los precios del petróleo, el chavismo se ha ido deterio-
rando de manera significativa. Uno de los golpes más duros se produjo en diciembre de
2015: el oficialismo fue derrotado de forma inequívoca por la opositora Mesa de Unidad
Democrática, que pasó a controlar la Asamblea Nacional6.
Desde entonces, las manifestaciones de rechazo al gobierno de Maduro son cada vez más
contundentes y multitudinarias. Y más violentas, con un saldo aterrador de muertos y
heridos.
3
Alcàzar, Joan: “Pervivencias e influencias de la revolución cubana en la cultura política de la América Latina
actual”, Historia Actual on line, Número: 37, 2015, pp. 37-52. Vid. http://www.historia-actual.org/Publicacio-
nes/index.php/haol/article/view/1173/992 [9.05.2017].
4
http://hdr.undp.org/sites/default/files/HDR2016_SP_Overview_Web.pdf [9.05.2017].
5
Straka, Tomas: “Venezuela en la calle”, Nueva Sociedad. Democracia y política en América Latina, 2017,
http://nuso.org/articulo/venezuela-en-la-calle/ [11.05.2017]
6
Arenas, Nelly: “El chavismo sin Chávez. La deriva de un populismo sin carisma”, Nueva Sociedad. Demo-
cracia y política en América Latina, 2016, pp. 13-22.
7
Idem.
8
Straka, Op. Cit. 2017.
9
Reichenbach, Benjamín: “Venezuela ante 2017: crisis sin salida a la vista”, Nueva Sociedad. Democracia y
política en América Latina, Nº. 266, 2016, págs. 57-71.
Desconcierta constatar hasta qué punto incide en América Latina la política exterior
norteamericana. Claro está que hablamos de los efectos en los terrenos que son propios
de la izquierda política. El Departamento de Estado y la Casa Blanca se han ganado,
como poco desde 1898, sino desde 1848, la animadversión, el descrédito y la ojeriza
de cualquiera que se considere progresista y viva al sur del Río Grande. Algo parecido
lo encontramos, aunque por razones particulares y específicas, en España. Por lo que a
América Latina respecta, no hace falta recordar la Doctrina Monroe, la diplomacia de las
cañoneras, la política del big stick, la Doctrina de Seguridad Nacional, etc., etc. Los Es-
tados Unidos han actuado en el Continente siempre con soberbia, con desconocimiento
cuando no con desdén, con injerencias impropias de un vecino razonable, o evidencian-
do síntomas claros de ensimismamiento y concentración monocorde sobre sus intereses
más primarios y coyunturales.
10
Los textos han sido publicados en diversos sitios, en castellano y en catalán. Citaremos aquí: http://www.
eldesconcierto.cl/2014/02/26/la-venezuela-bolivariana-y-la-izquierda-acritica/ [9.05.2017].
Si esto es así con carácter general en el escenario político continental –con su margen dere-
cho y su margen opuesto–, lo que ocurre específicamente en la orilla izquierda corrige y au-
menta lo contemplado hace poco en La Habana. La torpeza (y la injusticia) norteamericana
en cuanto al mantenimiento del embargo, que perjudica más a las capas más dependientes
de la población cubana que al régimen castrista (al que proporciona dosis de legitimidad),
solo puede ser explicada en la medida en que Washington está preocupado por Cuba ex-
clusivamente en tanto que problema interno por los efectos en el estado de La Florida. Es
imposible, pues, no condenar esa agresión de los Estados Unidos y exigir que acabe de una
buena vez, pero ello no debiera ser obstáculo para que la izquierda democrática continental
pudiera censurar tanto como hay de censurable en el antidemocrático sistema cubano.
Miríada Hispánica, 15: pp. 29-54
¿Puede hacerse algún paralelismo entre este cierre de filas y otro en torno al chavismo sin
Chávez venezolano?
Rubén Martínez, colega y amigo, profesor experto en Derecho Constitucional, que fuera en
su día asesor de la Constituyente en 1999 y del presidente Chávez de 2002 a 2007, persona
por lo tanto nada sospechosa de simpatizar con el antichavismo, escribía ayer en prensa: “La
revolución pacífica debería entender que muchas cosas se han hecho mal, empezando por
la incapacidad para cumplir varias disposiciones constitucionales sobre los derechos. Las
cárceles siguen siendo morideros de personas que viven bajo condiciones infrahumanas; los
homicidios ya no escandalizan por ser habituales; y la corrupción campa a sus anchas, con
el coste social que ello implica. Se ha avanzado en igualdad social, lo que sin duda fue la
base del apoyo al chavismo; pero de poco sirve acceder a la vivienda o a la educación si es
imposible saber si alguien de la familia llegará con vida a casa esa noche, o si la llamada de
teléfono que se recibe es provocada por un secuestro o un abuso de autoridad”12.
11
Sobre el tema: https://www.terra.es/noticias/ciencia/celac-apoya-a-cuba-y-presiona-a-eeuu-de-cara-a-cum-
bre-de-las-americas,3618884a3d73b410VgnCLD200000b1bf46d0RCRD.html [9.05.2017].
12
El texto de R. Martínez se encuentra on line en: https://www.facebook.com/notes/alberto-adrianz%-
C3%A9n/venezuela-ensayo-sobre-la-ceguera-rub%C3%A9n-mart%C3%ADnez-dalmau/1015209118979266/
[9.05.2017].
¿Por qué, pues, sigue la izquierda dándole cobertura acrítica a un gobierno patéticamente
incompetente que no es capaz de mantener el abastecimiento de productos de primera
necesidad, ni de llevar la seguridad a sus calles, ni de detener la deriva de confrontación
interna que padece? ¿Por qué no le exige al Gobierno legítimo y a la oposición legítima
que se sienten y negocien hasta recuperar la convivencia? ¿Será también, como ocurre
con Cuba, porque los gringos son unos vecinos hostiles?
En estos tiempos que vivimos de relativismos insoportables, en los que los argumentos
más peregrinos se exhiben con una soberbia inversamente proporcional a su consisten-
cia, se pueden leer a analistas de diverso pelaje pontificando sobre cómo son y cómo de-
Miríada Hispánica, 15: pp. 29-54
ben ser las cosas en cualquier escenario político. Se pueden leer y escuchar últimamente
opiniones tronantes que realizan –por ejemplo– un ejercicio de historia comparada entre
el Chile de Allende y la UP y la Venezuela de Maduro y su socialismo del siglo XXI. Y
la verdad es que, si eso sorprende que se haga desde latitudes alejadas del país andino,
lo que llega a generar perplejidad es que también se haga desde Chile. El ex canciller
mexicano Jorge G. Castañeda se refería a esos ejercicios analógicos como una expresión
del pensamiento troglodita.
14
http://www.eldesconcierto.cl/2014/03/24/la-tactica-del-cuanto-peor-mejor-de-allende-maduro/
[9.05.2017].
15
Alcàzar Garrido, Joan: ‘El impacto del 73 chileno en el debate político de la izquierda internacional’, en
Chile 73. Memoria, impactos y perspectivas, Publicacions de la Universitat de València, 2013, pp. 41-57.
Con todo, claro, es cierto aquel adagio de que el que busca, encuentra. Y lo hemos
hecho. Existe un elemento tangencial, un punto de contacto entre el proceso chileno
de los años de la Unidad Popular y el que actualmente se vive en Venezuela. En ambos
casos encontramos dosis elevadas de mentira y manipulación por parte de los actores
en conflicto. Más allá de las intoxicaciones, de la propaganda negra y de otras armas de
combate, en torno a lo que está ocurriendo en la Venezuela actual hallamos –dentro y
fuera del país caribeño– dosis letales del viejo axioma izquierdista del cuanto peor, mejor.
Dicho de otra forma, se trata de maniobras que pretenden agudizar las contradicciones
internas del sistema a cualquier precio, sin respetar nada ni a nadie, ni valorar costos in-
cluso humanos porque, ya se sabe, la guerra [de clases] es la guerra [de clases]. Leía días
atrás un texto de un ciudadano ubicado en la izquierda autodenominada revolucionaria
en el que afirmaba que el único objetivo verdadero de [su] izquierda es derrotar a la dere-
cha, a como dé lugar. Se supone que para, a partir de la victoria, instaurar una dictadura
Ideas más o menos coincidentes podemos recibir de ciudadanos que no han reflexionado
mucho no ya sobre lo sucedido en el Chile de Allende, sino sobre lo ocurrido en tantos
otros países de América Latina durante los setenta y los ochenta; que no han reparado en
las reflexiones realizadas, precisamente al hilo de la caída de Allende, por Enrico Berlin-
guer y los comunistas italianos; que parecen ignorar lo ocurrido entre 1989 y 1991 en
el escenario internacional; que no son capaces de comprender que Cuba es hoy un pro-
yecto social fracasado convertido en una caricatura patética de lo que quiso ser y no fue.
Esas lecturas binarias, dicotómicas, que agrandan los antagonismos que ya son grandes
entre los actores en conflicto de nuestras sociedades, no son no obstante una novedad en
el espacio político. Volvamos a la comparativa entre el Chile de Allende y la Venezuela
actual, ahora que el presidente Maduro dice que todos los que se oponen a su políti-
ca –incapaz de sacar al país del foso de la inflación, el desabastecimiento y la violencia
extrema (no solo la política, la social que es mucho más grave)–, no son sino fascistas.
Se presentó como un amigo primero y como un protagonista después, que dijo com-
partir aliados y enemigos en el escenario interno con los revolucionarios del gobierno.
Eso acabó por generar una situación muy delicada en las relaciones diplomáticas entre
Chile y Cuba. Como escribió Alberto Aggio16, ante cada intervención del Comandante,
el gobierno se veía forzado a posicionarse a propósito de las interpelaciones efectuadas
por el revolucionario cubano, por lo que coincidimos en que con Castro en Chile se
introdujo un elemento de cuestionamiento del sistema político nacional que no existía
Miríada Hispánica, 15: pp. 29-54
antes, así como un descrédito del proceso que estaba siendo conducido por la Unidad
Popular y por Allende.
En una entrevista en la TV nacional chilena, conducida por Augusto Olivares (el perio-
dista que se suicidaría en La Moneda poco antes que su amigo Salvador Allende), mien-
tras el presidente se esforzaba por hacer explícitos los logros de su gobierno, el dirigente
cubano explicaba [también al mismo Allende] las resistencias con las que se enfrentaba
el proceso chileno. La principal, el fascismo. Los fascistas chilenos (según él todos los
que no estaban con el Allende revolucionario) solo trataban “de ganar masa, con la de-
magogia si es posible de los sectores más atrasados de las capas humildes, y ganar masa
en las capas medias”17.
16
Aggio, Alberto: “Uma insólita visita” en História, São Paulo: UNESP, 22 (2), 2003, 151-166.
17
Las citas de este fragmento que resta del epígrafe son todas de Alcázar J. y Betancourt, I.: “Washington, la
legitimación cubana y la paradoja de Allende”, Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofía, Política y Huma-
nidades, Volum: Año 17 Número: 34 (2), 2015, pp. 231-251.
No parece ser ésta la mejor forma de ayudar ni a los venezolanos ni a los cubanos a al-
canzar un gobierno de progreso como el que preside Michelle Bachelet, en el cual están
presentes también los comunistas locales. La táctica del cuanto peor, mejor nunca ha
Las declaraciones sincronizadas de Raúl Castro y Barak Obama han abierto una nueva
y esperanzadora etapa no solo en la tortuosa relación entre Cuba y los Estados Unidos
de América, sino, fundamentalmente, una nueva era para la pequeña república caribeña.
No está demás, dadas las circunstancias, hacer un breve balance del proceso vivido en
Cuba durante el último medio siglo.
Han pasado cincuenta y cinco años desde que un aguerrido y cinematográfico contingente
de jóvenes barbudos irrumpió en la historia, particularmente, aunque no solo en la de
América Latina. Deslumbraron al mundo en plena Guerra Fría, tanto más en la medida
que ofrecían una imagen entre desenfadada y heterodoxa, con sus puros siempre humean-
tes, sus uniformes verde oliva sin medallas ni condecoraciones, y su aparente bonhomía.
Pese a que en sus inicios aparentaban ser simplemente unos nacionalistas casi románti-
cos, pronto cambió el escenario. Fidel Castro afirmaba rotundo en abril de 1959: “No
soy comunista, no estoy de acuerdo con el comunismo”; pero ello no le impidió de-
clarar con idéntica convicción en diciembre de 1961: “Soy marxista-leninista, y seré
18
http://www.colloqui.org/colloqui/2015/1/16/nueva-etapa-en-la-historia-de-cuba-la-alegra-ya-viene
[9.05.2017].
Transcurrido más de medio siglo desde aquella victoria de los barbudos, una parte de su
dirigencia ha muerto y los que quedan son ancianos que dan muestras de no entender
cómo ha cambiado el mundo, y a qué velocidad, desde que ellos tomaron el poder en la
pequeña isla caribeña. Apartado y semi oculto el gran líder, su hermano Raúl ostenta la
dirección del proceso revolucionario. Desde un realismo tan descarnado como inconse-
cuente, el Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC) reconocía el 26 de
julio de 2009 que, pese a ser un país agrícola, la tierra no produce y que se ven obligados a
importar el 80 por ciento de los alimentos que consumen, mientras se mantiene sin culti-
var más de la mitad de las tierras que son propiedad del Estado. En su intervención ante la
multitud congregada en fecha tan señalada, el dirigente endureció el tono y afirmó: “No
es cuestión de gritar Patria o Muerte, abajo el imperialismo, el bloqueo nos golpea… y
Miríada Hispánica, 15: pp. 29-54
la tierra ahí, esperando por nuestro sudor”. La historiadora cubana Marifeli Pérez-Stable
escribió hace ya quince años que la revolución social había finalizado en Cuba, hasta el
punto de que el socialismo autóctono había marchitado la efervescencia popular20.
Muchas habían sido las probaturas y no pocos los obstáculos a superar. Tras el colapso
de 1970, recurrieron al modelo del socialismo real para organizar la economía. Esta
pauta política dio algunos resultados durante la década de los 70 y 80, pero la dirigencia
del PCC rechazó todo lo que contradecía los principios de igualdad social y de justicia,
imprescindibles para mantener la coherencia estratégica y la unidad nacional frente los
Estados Unidos. El Proceso de Rectificación de Errores de finales de los 80 y el Período
Especial en Tiempo de Paz de los 90 fueron esfuerzos por reverdecer, en un mundo que
apenas tenía que ver con el originario. Ese empeño, condenado al fracaso por definición,
se hundió irremisiblemente por la necesidad de captar capital extranjero y créditos inter-
nacionales, así como por la perentoriedad de dinamizar una red comercial efectiva, tre-
mendamente dificultada por el embargo norteamericano. Lo cierto es que, desaparecidas
las subvenciones soviéticas, la economía de la isla cayó en barrena.
En materia económica, Cuba es otro planeta, y no solo porque sus ciudadanos usan
dos monedas según el escenario económico en el que se encuentren, el peso y el CUC,
equivalente al dólar norteamericano. Según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas
19
Las citas de este epígrafe proceden de Alcàzar, Joan (2015): “Pervivencias e influencias de la revolución
cubana…” Op. Cit.
20
Pérez-Stable, Marifeli. La Revolución cubana. Orígenes, desarrollo y legado. Editorial Colibrí, Madrid, 1998.
Desde los años 90, los precios de los alimentos en las tiendas en divisa son superiores a
los de los países europeos. Se da una política extractiva por parte del Estado, en relación
con las remesas de dinero que los cubanos reciben de familiares del exterior; y una polí-
tica de súper explotación de la fuerza de trabajo mayor que en los países occidentales. Se
vende al capital extranjero una ventaja comparativa centrada en la fuerza de trabajo más
barata del hemisferio occidental, que está cada vez más retrasada en sus niveles de ins-
trucción, en buena parte por las carencias materiales y también por la restrictiva política
del Gobierno contra Internet y su permanente síndrome de fortaleza asediada.
Pese a todo, el régimen se mantiene en el interior y todavía goza de una cierta aureola re-
Si el régimen cubano resiste es, a nuestro juicio, por tres razones: a) El control férreo,
propio del sistema, que impide casi cualquier posibilidad de disidencia interna efectiva;
b) La colaboración inestimable de Washington que, por razones de política interna, ha
mantenido un embargo tan injusto y tan anacrónico que, en última y paradójica instan-
cia, justifica el discurso de resistencia a ultranza del régimen castrista; y, c) En el exterior
de la isla, fundamentalmente en América Latina, el régimen sigue contando con el sello
de antimperialista canónico, y eso le genera respeto, tanto más si la situación cubana se
valora desde los segmentos más populares de las grandes urbes latinoamericanas.
21
Salarios y precios son de 2014, y se encuentran en Alcàzar, Joan (2015): “Pervivencias e influencias de la
revolución cubana”. Op. Cit.
Era imposible no condenar esa histórica agresión de los Estados Unidos, de la misma
manera que es obligado elogiar el golpe de timón que ha dado Obama. La obsesión anti-
cubana de los Estados Unidos [injustificable desde la desaparición del bloque socialista],
no obstante, no debiera ser obstáculo para comprender –al menos desde fuera de Cuba–
cuánto de obsoleto, inviable e injusto es el sistema político castrista. Ya sabemos que,
desde dentro de la isla, las cosas se pueden ver distintas por la identificación Patria igual
a Revolución que el régimen de la fortaleza asediada inoculó en vena a los naturales. Con
Miríada Hispánica, 15: pp. 29-54
todo, será necesario que los diferentes actores políticos implicados aprovechen la nueva
etapa para mejorar de forma efectiva tanto la vida material de los ciudadanos como los
derechos humanos básicos. Ojalá se pueda repetir pronto aquel eslogan chileno de los
inicios del retorno a la democracia, allá por 1988: ¡la alegría ya viene!
22
http://www.elmercuriodigital.net/2015/03/petroleo-venezuela-cuba-negros.html#.WRw4BJKLTAU
[9.05.2017].
El país más afectado por la decisión venezolana [conocida ahora] puesta en vigor en
septiembre del 2014 es, sin duda, Cuba. El resto de los países de Petrocaribe pagaban
el crudo a precio inferior al de mercado, pero es que Cuba no paga nada en efectivo.
Médicos, entrenadores deportivos, expertos en seguridad interior y especialistas de los
servicios de inteligencia es lo que Cuba enviaba [y envía] a Venezuela a cambio de petró-
leo. De los más de 100.000 barriles diarios que Cuba recibía en 2012, desde septiembre
se ha pasado a 55.000.
Los efectos sobre la economía cubana pueden ser demoledores, deben estar siéndolo ya,
aunque no haya transcendido, y eso porque si Venezuela dejara de enviar petróleo en un
futuro próximo –lo que en absoluto se puede descartar– la situación de la isla podría pa-
recerse como un huevo a otro huevo a la que se vivió en los años noventa durante el Pe-
ríodo Especial en Tiempo de Paz, tras lo que Fidel Castro llamó el desmerengamiento de
Dice Hans Diederich, el padre del concepto Socialismo del siglo XXI, que Venezuela es
hoy un sinónimo de capitalismo de Estado. En paralelo, Teodoro Petkoff, –el exguerrille-
ro de los años sesenta y fundador del Movimiento al Socialismo (MAS), tras abandonar
el Partido Comunista–, afirma que el bolivariano es un régimen autoritario, autocrático
y militarista. Por su parte, el politólogo norteamericano Steven Levitsky, profesor de
Harvard, sostiene que es un régimen de autoritarismo competitivo, y concluye que es un
híbrido institucional en el que la competencia por el poder se da en condiciones desigua-
les y desfavorables para los opositores al poder.
Todos estos elementos descriptivos o analíticos, según, parecen encajar con el documen-
tado análisis publicado por el politólogo colombiano Román Ortiz, en diciembre de
2014, bajo el título de Venezuela: la tormenta perfecta23. En él, Ortiz establece tres balizas
https://www.academia.edu/12380401/Venezuela_La_tormenta_perfecta [9.05.2017].
23
Por lo que hace a la economía, cuatro pinceladas: Venezuela ya no ofrece según cuáles
estadísticas internas; el bono venezolano está en la categoría de bono basura, el PIB de
2014 fue de -3% y una última y fundamental: en 1998 la proporción entre exportacio-
nes petroleras y no petroleras era 69-31 mientras que en 2012 fue de 96-4. Y eso con un
precio del barril en torno a los 55 dólares. Por lo que hace a la débil institucionalidad,
ésta se hace evidente en la vorágine legisladora del gobierno: todo se regula, pero nada
o casi nada funciona en las instituciones, en las que prima el tenerlas al servicio de la
revolución. Un botón de muestra: de las 45.474 sentencias emitidas desde instancias
judiciales, ni una sola ha sido en contra del gobierno. Finalmente, por lo que respecta
a la fractura de los cuerpos de seguridad, cabe apuntar que tras la creación de unos y la
remodelación de otros preexistentes, conviven en el interior del país ocho estructuras
militares y policiales de ámbito nacional, a las que hay que sumar las de los estados y
las de los municipios24. En este terreno, las rivalidades entre unas y otras son moneda
corriente, y la gran paradoja final es que son las empresas de seguridad privadas (nada
Miríada Hispánica, 15: pp. 29-54
convencionales, por cierto) las que han salido beneficiadas en un país que tiene las tasas
de violencia más altas del continente solo por detrás de Honduras y El Salvador, y en el
que Caracas es la ciudad con mayor índice de homicidios por cada cien mil habitantes,
tras San Pedro Sula (Honduras) y Acapulco (México) [Datos de la Oficina de la ONU
contra la Droga y el Delito, 2012].
Por todo ello, puede afirmarse que el Estado venezolano está en caída libre y que su fu-
turo próximo solo puede pintarse con colores sombríos. Las necesidades internas harán,
más que probablemente, reducir todavía más la asistencia petrolera que ha mantenido
con Cuba y el resto de los países de Petrocaribe.
Ídem.
24
La prensa mundial de referencia es hoy unánime: se ha abierto una nueva época para el
continente americano. Y es que en la Cumbre de Panamá han pasado cosas que están
haciendo pellizcarse a muchos: Raúl Castro ha dicho que Barak Obama es un hombre
honesto, que hay que ayudarlo frente al Congreso para eliminar el embargo, que él no
es como los anteriores diez presidentes de los EE.UU. y que los cubanos están dispues-
tos a hablar de todo con los norteamericanos. Por su parte, Obama ha afirmado que el
acercamiento a Cuba marca un punto de inflexión para toda la región, y que es posible
un nuevo orden latinoamericano y una relación distinta y mejor entre los EE.UU. y los
países del sur del Río Grande.
Los Estados Unidos de América nunca han sido un vecino amable y colaborador para los
países de su sur. Tras la expansión hacia el oeste y la anexión de buena parte del territorio
mexicano y la guerra con España por Cuba, los EE.UU. llegaron a convertirse en la gran
y única potencia continental. Después de la guerra de 1898, Washington quedó como
el gran árbitro de la región. En 1901, las fuerzas norteamericanas de ocupación incluye-
http://www.colloqui.org/colloqui/2015/5/9/ha-empezado-el-derribo-del-muro-del-caribe-levanta-
25
do-en-la-guerra-fra [9.05.2017].
No ha existido, en todo del tiempo de vida independiente de los países americanos, una
relación de respeto hacia las repúblicas meridionales. La relación siempre ha sufrido,
pues, un desequilibrio original que ha generado profundas desconfianzas y antagonis-
mos. Así como actitudes arrogantes de los EE.UU. que han impedido un reconocimien-
to mutuo sobre bases estables. Hay que apuntar, no obstante, que las élites políticas y
Miríada Hispánica, 15: pp. 29-54
económicas de los países latinoamericanos se han alineado sin rubor y desde siempre
con la Casa Blanca, el Departamento de Estado y la Central de Inteligencia, para frenar
cualquier cambio significativo en la distribución de la riqueza, identificándolo cínica-
mente como una expresión de la expansión del comunismo. Incluso la izquierda política
continental se ha sentido demasiado cómoda con la identificación de los EE.UU., del
Imperialismo, como causa y origen de que América Latina sea el área más injusta y des-
igual del planeta, antes que hacerse preguntas incómodas sobre la realidad sociopolítica
interna de sus países.
Últimamente, en los años más recientes, la relación entre los Estados Unidos y Latinoa-
mérica se ha articulado en torno a cinco grandes ejes problemáticos –el anticomunismo,
la cooperación, las drogas, la migración y el libre comercio– que permiten encontrar
algunas regularidades, pero por la propia dinámica política de cada una de las naciones
y por el grado de especialización económica, o por la singularidad política, que algunas
de ellas tiene, es necesario ser prudentes con las generalizaciones. Cada país presenta una
problemática específica y después del fin de la Guerra Fría esto ha sido más aceptado. Los
Estados Unidos han entendido que el nuevo contexto exige desarrollar relaciones parti-
culares con cada uno de los países del subcontinente, lo cual provoca discontinuidades
y casos específicos que merecen un estudio diferenciado. Las relaciones con Cuba, por
ejemplo, no pueden ser abordadas como las de Venezuela; o las de México como las de
Brasil. Cada uno de ellos presenta características muy particulares que no admiten las
groseras generalizaciones que se hicieron en los años de la Guerra Fría. Tampoco podría
explicarse ahora que los EE.UU. ignoraran las distintas realidades de las tres decenas de
46 Joan del Alcàzar
países que tienen al sur, cómo ha pasado en otros momentos, por ejemplo, después de
2001 durante la presidencia de George W. Bush.
Los Estados Unidos subordinan su política exterior a sus estrictos intereses nacionales,
como hacen todos los países, pero su proverbial pragmatismo unido a su no menos ha-
bitual arrogancia hace que las contradicciones entre los principios teóricos y la realidad
de su puesta en práctica resulten con frecuencia hirientes para los otros países. En buena
medida, Washington siempre ha practicado aquella vieja doctrina de Franklin D. Roose-
velt cuando se refería a un gánster de Estado nicaragüense diciendo “Tal vez Somoza sea
un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta”. Luego vinieron más: desde Franco, Salazar
o los coroneles griegos, a Pinochet, Videla, Stroessner y tantos otros.
26
http://www.eldesconcierto.cl/2016/03/28/obama-en-la-habana-estados-unidos-cuba-y-los-cubanos/
[9.05.2017].
los derechos humanos a la vista del cierre de fronteras de la Unión a los refugiados sirios,
iraquíes o afganos que se amontonan en Lesbos, tras atravesar el Egeo desde Turquía?
Debiéramos, no obstante, separarnos de los árboles para poder ver el bosque. Esas argu-
cias, esas tergiversaciones burdas son propias de los Estados, y no debieran ser aceptadas
por los ciudadanos que defienden la libertad, la igualdad y la solidaridad como valores
inviolables de cualquier ser humano.
Es decir, que en los Estados Unidos de América o en la Unión Europea se vulneren los
derechos humanos básicos no convierte en aceptable lo que se hace en Arabia Saudita,
Corea del Norte, China, Israel, Irán o Cuba. Toda violación es denunciable y sanciona-
ble, independientemente de dónde se produzca, así que no debe atenderse exclusivamen-
te a las posibles violaciones, sino también a la existencia o no de mecanismos efectivos
de denuncia y reparación de éstas.
Cuando Raúl Castro responde a un periodista norteamericano que le dé una lista de pre-
sos políticos para liberarlos inmediatamente está haciendo gala de un nivel de cinismo
al que sólo pueden acceder los que llevan décadas practicándolo. Pero es que, además,
el presidente cubano niega la categoría de preso político a aquellos que para él no son
más que mercenarios al servicio del imperialismo. Es decir, son el enemigo interior de la
Revolución. Y al enemigo interior no hay más que localizarlo y neutralizarlo.
En la España de Franco los opositores al régimen no eran tales, eran agentes al servicio
de Moscú. En las dictaduras latinoamericanas coaligadas en el Operativo Cóndor se
48 Joan del Alcàzar
libró lo que los militares llamaron una guerra sucia, ya que los enemigos [internos] eran
agentes al servicio de la URSS o de Cuba. Eran combatientes que no vestían uniforme,
ni atacaban como se enseñaba en las academias militares. Estaban infiltrados en todos
los planos de la sociedad, y su objetivo no era sino substituir la civilización cristiana y el
libre mercado por el ateísmo materialista y la abolición de la propiedad privada. Por eso,
como enemigos de la Patria debían ser aniquilados, y eso incluía la persecución, deten-
ción, tortura, muerte y, en su caso, desaparición.
Les angustia la vida cotidiana, la carencia de lo más básico. Alimentación, vivienda, sa-
La realidad es que, en materia económica, Cuba es otro planeta. Es un país con dos
monedas: el peso cubano, con el que se pagan los salarios y se compra la canasta básica
de alimentación que subsidia el Estado, y el CUC que es la segunda moneda del país
[que está equiparada al dólar], la que se utiliza para el mercado libre, y que equivale a
25 pesos.
Cuando Obama dice en La Habana que Cuba será lo que quieran los cubanos está de-
mostrando el reconocido pragmatismo estadounidense y una buena dosis de inteligencia
política. Sabe cuáles son los más graves problemas de los cubanos; sabe que esa genera-
ción de los nietos de la Revolución presionará en favor de los cambios cada vez con más
fuerza; y sabe que la actual gerontocracia difícilmente podrá mantener un castrismo sin
los Castro. Cuba, ha dicho Obama, no es enemigo para los Estados Unidos de América,
y parece interesado en demostrarlo. Así pues, apuesta por los cambios económicos que
favorecerán a la mayor parte de la población, convencido que de ellos se seguirán después
los cambios políticos. Parece que Washington trata de dejar de preocuparse por Cuba y
Miríada Hispánica, 15: pp. 29-54
de comenzar a preocuparse de forma efectiva por los cubanos. Ojalá no sea un espejismo.
Una prueba inequívoca de buena voluntad política será que el Poderoso Vecino del Nor-
te, que dijera Martí, levante el embargo que impuso hace más de medio siglo sobre la
Perla de las Antillas.
Estados Unidos se convirtió en la gran potencia continental americana a finales del siglo
XIX, tras completar su expansión hasta el Pacífico, con la creación de nuevos estados y
al arrebatar a México buena parte de su territorio. Tras la I Guerra Mundial, pasó a ser
una gran potencia mundial, y al finalizar la Segunda devino en la superpotencia que
compartía el control del mundo con la otra superpotencia resultante del conflicto bélico
planetario: la Unión Soviética.
http://www.eldesconcierto.cl/2017/03/25/trump-y-la-politica-exterior-de-eeuu-toda-en-clave-de-politi-
28
ca-interna/ [9.05.2017].
Con todo, ello no obsta para aceptar la existencia de las páginas más negras del inter-
vencionismo estadounidense a propósito de sus actividades contra insurgentes en todo
el planeta [o pro insurgente, como en a Nicaragua sandinista en los años ochenta del
siglo pasado], las intervenciones armadas como en Vietnam, la eficacia perversa de la
Doctrina de Seguridad Nacional en América Latina, el adiestramiento de los talibanes
afganos para enfrentarse a los soviéticos o la propia invasión de Irak, más recientemente.
Pues bien, actualmente no soy capaz de entender hacia dónde va la política exterior
estadounidense. No es una novedad que determinados problemas internacionales sean
La presidencia de Donald Trump, sin embargo, parece decidida a romper todos los
moldes existentes, modificar todos los protocolos y actuar en el escenario internacional
pensando exclusivamente en la rentabilidad en política doméstica. La humillación per-
manente hacia México, el vecino pobre del sur, es un síntoma del aislacionismo incom-
prensible de Trump, que parece creer que puede encerrarse detrás de un muro físico para
que su país sea una especie de planeta que gira en solitario en órbita solar. Un planeta
que sólo interactúa con los otros países en función exclusiva de sus intereses en política
interna, y todos los demás tienen que aceptarlo como algo natural.
Trump habla y, como se dice coloquialmente, sube el pan. Se comunica, al parecer, vía
Twitter con sus conciudadanos y, también, con los teóricos aliados del país que presi-
de. Después, las ofensas infantiloides hacia Francia o Suecia; por esta estrafalaria vía,
Trump ha ofendido a dos de los amigos más importantes de EEUU: Alemania y Gran
Bretaña. La visita de frau Merkel ha servido para ofenderla de palabra y de obra, y de
paso a la mayoría de los ciudadanos alemanes, salvo –presumiblemente– los fascistoides
de Alternativa por Alemania. La Acusación a los servicios de inteligencia británicos de
haberlo espiado durante la campaña en beneficio de Barak Obama ha puesto en serias
dificultades a la señora May, y el recorrido de la metida de pata presidencial aún no está
cerrado. Todo parece tener una única lectura en clave interna. A Trump sólo le importa
su electorado; única y exclusivamente.
«La imposible cubanización de Venezuela» 51
¿Dónde van los Estados Unidos con Donald Trump en materia de política exterior?
Cuesta trabajo creer que esté pasando lo que está pasando.
A modo de conclusión
Ubicar ideológicamente el chavismo ha sido motivo de polémica desde que Hugo Chávez
irrumpió en el escenario latinoamericano, a finales de la década de los noventa. Según To-
más Straka se pueden establecer tres grandes líneas interpretativas: la de quienes no ven en
el movimiento ideología alguna, sino una mezcla ecléctica cuyo único objetivo es justificar
la toma del poder y la permanencia en él; la de quienes lo conciben como una forma no-
vedosa y creativa de reactualizar el socialismo (socialismo del siglo XXI) y de radicalización
democrática; y, finalmente, la de quienes ven en él un intento de imitación de Cuba29.
No es una clasificación desdeñable, pero entendemos que el fenómeno político que co-
nocemos como chavismo ha experimentado cambios tan significativos desde su surgi-
miento a finales de la década de los noventa del siglo pasado que no puede interpretarse
de una única forma. Lejos de nuestra intención intentar definir con brevedad el sistema
Miríada Hispánica, 15: pp. 29-54
político impulsado por Hugo Chávez, pero sí podemos apuntar que –como se ha podido
leer más arriba– coincidimos con Miguel Ángel Bastenier, quien aportó una sentencia
que nos sirve para catalogar los primeros años del régimen cuando escribió que Chávez
estaba más cerca de Santa Klaus que de Lenin30, y que había puesto en marcha una pe-
trocracia en la que casi todo dependía del precio internacional del barril de crudo. Para
describir una segunda fase, podemos atender a lo escrito por Steven Levitsky, quien –
como hemos apuntado más arriba– lo caracterizó como un autoritarismo competitivo,
un híbrido, con instituciones realmente democráticas, medios de comunicación y de
oposición que compiten por el poder… pero en condiciones desiguales31. Finalmente,
coincidimos con Teodoro Petkoff –a quien ya hemos citado también–, que en 2010 es-
cribió una descripción que se ajusta, entendemos, a la etapa última del sistema político
chavista: un régimen autoritario, autocrático, militarista con vocación totalitaria, una
“cuasi dictadura”32. Es en esta última fase, en la época de Nicolás Maduro, cuando se está
produciendo con mayor intensidad ese intento de cubanización de Venezuela.
29
Straka, Tomas: “Leer el chavismo. Continuidades y rupturas con la historia venezolana”, Nueva Sociedad.
Democracia y política en América Latina, Marzo-Abril, 2017.
30
Bastenier, M.A. (2006): “La petrocracia de Hugo Chávez”, El País (España). http://elpais.com/dia-
rio/2006/09/06/internacional/1157493616_850215.html [9.05.2017].
31
Levistsky, Steven (2006): “Chavismo y Autoritarismo Competitivo”, La República (Perú). http://larepubli-
ca.pe/columnistas/aproximaciones/chavismo-y-autoritarismo-competitivo-14-10-2012 [9.05.2017].
Petkoff, Teodoro (2010): El chavismo como problema, Caracas, Editorial Libros Marcados. (Vid. https://
32
nuevomundo.revues.org/60356?lang=en). [9.05.2017].
Lo que queda del chavismo se aferra al poder desesperadamente, porque hace tiempo
que decidieron jugar al todo o nada. El futuro está por escribir, pero las cosas pintan
muy malamente en Venezuela. Y los paganos de la situación son la inmensa mayoría de
los venezolanos y, también, los miles de cubanos que se encuentran en el país. El rechazo
a Cuba, a lo cubano y a los cubanos está afectando ya de manera explícita y negativa el
desempeño de muchos de los miembros de la Misión Internacionalista en Venezuela. La
creciente oposición interna los identifica como parte de una especie de ejército de ocupa-
ción, y no se distingue siquiera el trabajo asistencial que realizan en condiciones de extre-
ma dureza los médicos y el personal sanitario cubano desplazado al país33. El miedo a la
extrema violencia que se vive en Venezuela, más allá de la de origen político, y el temor
a ser objeto de la ira de los opositores al régimen forman parte de las circunstancias a las
que han de sobreponerse a diario.
33
De hecho, las noticias sobre la complicada situación que están viviendo los sanitarios comienza a circular
por la red, tanto en prensa convencional (como El Nuevo Herald: http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/
america-latina/cuba-es/article151130177.html ), como en prensa más alternativa (como https://www.cibercuba.
com/noticias/2017-05-18-u146802-e146802-profesionales-cubanos-dicen-sentir-miedo-venezuela?utm_sour-
ce=dlvr.it&utm_medium=facebook&utm_campaign=Noticias). Incluso en una publicación semitolerada que se
edita en el interior de la isla como 14ymedio.com: http://www.14ymedio.com/internacional/profesionales-cuba-
nos-miedo-Venezuela_0_2219778004.html [9.05.2017].
34
El salario de los que salen en misión se divide en dos partes: una, muy pequeña, que perciben personalmen-
te en el lugar de destino, por ejemplo, en Venezuela; otra, que les es ingresada en una cuenta bancaria en Cuba,
a la que bajo determinadas condiciones puede acceder algún familiar expresamente autorizado, el cual puede
retirar periódicamente una parte menor de lo ingresado. El monto global del salario, lógicamente, varía según
la formación y la actividad desarrollada por el expedicionario. Uno de los ejemplos tipo es el que recogemos
de un medio que se edita en el interior de la isla: “El Gobierno cubano deposita 200 dólares mensuales en una
cuenta congelada que al término de los tres años que dura la misión en Venezuela, suman 7.200 dólares. Si el
profesional mantuvo “una conducta adecuada y cumplió con su deber” puede retirar ese dinero al regresar a
la Isla. En caso de que regrese antes del período establecido o le sea revocada su misión (entre otras cosas por
intentar escapar de ella) pierde todo ese dinero”http://www.14ymedio.com/internacional/profesionales-cuba-
nos-miedo-Venezuela _0_ 221977 8 004.html. [9.05.2017].
Cuba y sus habitantes tiemblan solo de pensar en que el chavismo pueda caer y cambie
la política de Caracas hacia La Habana. Pensar en el fantasma de un nuevo Período Es-
pecial, similar al de los primeros noventa, es algo peor que una pesadilla. Así pues, se da
esa circunstancia en la que parece que no hay margen para las soluciones intermedias:
los chavistas recalcitrantes quieren apretar las tuercas de la cubanización, y la oposición
identifica a los cubanos con uno de los principales agarraderos a los que se aferran Ma-
duro y los suyos. Un pésimo escenario, en suma, en el que todo parece augurar un futuro
desastroso para el país.
Miríada Hispánica, 15: pp. 29-54
LA LITERATURA COMPROMETIDA
Y EL COMPROMISO EN MEMPO GIARDINELLI
Resumen1
Mempo Giardinelli es una de las voces más importantes de la literatura latinoamericana de las
últimas tres décadas. Emparentado con Juan Rulfo, Horacio Quiroga y Juan Filloy, a los que
Abstract
Mempo Giardinelli is one of the most important voices in Latin American literature of the last
three decades. Linked to Juan Rulfo, Horacio Quiroga and Juan Filloy, whom he has always
identified as his maestros, the work of Giardinelli is fundamental to follow the literary pulse
1
Fernando Operé Santillana, es un poeta, critico e historiador, ubicado en Estados Unidos donde ejerce la
docencia como catedrático en el Departamento de Español, Italiano y Portugués de la Universidad de Virginia.
Ha publicado quince libros de poesía en editoriales en España, Argentina, Puerto Rico y USA. Su obra ha apare-
cido en diversas Antologías poéticas. Es además autor de siete libros entre crítica, ensayo e historia. Es el director
del programa internacional de la Univ de Virginia en Valencia desde 1984.
Mempo Giardinelli es uno de los grandes escritores que ha producido la literatura argen-
tina contemporánea. Su producción literaria es amplia y se retrotrae a la década de los
70, en que exiliado en México, en tiempos de la dictadura, comenzó su andadura litera-
ria. El mundo literario mexicano representó una constante fuente de inspiración, por sus
muchos talentos, y la rica vida literaria que vivía en ese momento la capital mexicana.
Fundamental en su formación literaria fue el contacto con el gran Juan Rulfo, con el que
hizo sus primeros talleres literarios, y al que Mempo ha dedicado elogiosas palabras en
algunos de sus libros, y en numerosas entrevistas: “sin mis años mexicanos yo hubiera
sido mucho más puritita nada de lo que soy” (El Universal 20 marzo 2016). Fue precisa-
mente en México donde su carrera como escritor despegó, al recibir el Premio Nacional
de literatura en 1983 por su novela Luna caliente, una de sus grandes éxitos de venta. Fue
el primer autor no mexicano en obtener tan presagioso premio. En 1984, a su regreso a
la Argentina fundó y dirigió la revista Puro Cuento, que tuvo un extraordinario impacto
durante sus años de publicación (1986-1992), y que se convirtió en un referente para
nuevos y prestigiosos autores. Hemos que tener en cuenta la gran tradición rioplatense
en el género cuento, que pareciese que es un género por y para argentinos. Su produc-
ción literaria está traducida a 26 idiomas y ha recibido importantes galardones, entre
ellos el Premio Rómulo Gallegos 1993 por su novela Santo Oficio de la memoria (1991).
Resulta interesante leer las reflexiones de Mempo porque él es un poco o un mucho así.
Y a tal efecto lleva muchos años trabajando en crear una nación de lectores (obviamente
se refriere a la Argentina, aunque su discurso podría extenderse a cualquier país, para
clonear más Quijotes y menos vendedores de patrias. Escribe, “El habernos convertido
en una nación poco lectora es, acaso, una de las principales causas profundas de la de-
mora de toda posible modernización de la Argentina. La no lectura dificulta los cambios,
estructura el conservadurismo más reaccionario y da pie a constantes improvisaciones
Miríada Hispánica, 15: pp. 55-66
Pero no es mi único deseo de exaltar repetidamente los beneficios de la lectura, sino de re-
visar la trayectoria múltiple de Mempo Giardinelli. Digamos que la suya es una obra que se
ha ido gestando en una construcción multidimensional que se inicia con pasión como pe-
riodista, articulista, editor, cuentista, novelista, ensayista, crítico literario, tallerista, profe-
sor universitario y promotor de la lectura y el pensamiento a través de una obra abigarrada.
Peter Gay en su libro Modernism, the Lure of Heresy, y refiriéndose a Picasso concluye que,
“painting was indeed stronger than he was” (153). No sé si esta frase acertada podría apli-
carse a Mempo. Hay un momento en que la obra continuada de un autor camina por sus
58 Fernando Operé
propios derroteros, adquiere una independencia y toca las puertas de casas ajenas sin que
el autor mantenga control o relación con el producto de su paternidad. He oído a Mempo
decir en numerosas ocasiones, bien en entrevistas televisivas o en foros privados, que llegó a
la literatura por casualidad, que nunca pensó ser un escritor. Soy de los que cree que la vida
nos elije, y una vez iniciamos ese camino al que la vida nos ha invitado, podemos renegar
de él, o adoptarlo, hacerlo nuestro y convertirlo en la actividad que da sentido a nuestra
existencia. Si Mempo llegó a la vida de escritor por casualidad, una vez aposentado en ella
su inmersión fue plena, total y consciente. A ese respecto es aleccionadora la independen-
cia política, y la libertad creativa que ha sabido mantener, y estoy convencido, a costa de
múltiples sacrificios y renuncias. En uno de sus ensayos teóricos, El país y sus intelectuales.
Historia de un desencuentro, escrito en un momento muy difícil para la Argentina, me refie-
ro a 2001 cuando se derrumbó todo el sistema financiero arrastrando la cúpula del poder
político, y aplastando la muy castiga clase media, Mempo se posicionó frente a la crisis
del país y al papel que le correspondía con estas palabras: “El intelectual es el ciudadano o
ciudadana, profesional o no, que forja sus criterios en la lectura y la formación y es capaz
de elaborar teorías sobre el acontecer y cuya mirada y palabra pueden añadir alguna idea
nueva que contribuya a comprender mejor lo que le pasa al grupo… Es el filósofo de la
La gran aventura de las repúblicas americanas fue inventarlas desde los incipientes ci-
mientos heredados de la colonia. Entonces, fue necesario imaginar nuevos países para
después construirlos lentamente y pieza a pieza. Fue sin duda un proyecto político, y pa-
ralelamente cultural. A esta labor se aprestaron unas generaciones de intelectuales cons-
«La literatura comprometida y el compromiso en Mempo Giardinelli» 59
cientes de la tarea. Bartolomé Mitre, que fue militar, primer presidente constitucional de
la nación, historiador, fundador de periódicos, y político incurable, dejó claro repetida-
mente que la nación para ser, crecer y desarrollarse próspera e independiente necesitaba
de una literatura fundacional, y que a esa misión debería encaminarse gran parte de las
fuerzas de aquellos comprometidos en los trabajos constructores. La labor gigantesca
de Domingo F. Sarmiento supera a sus muchas críticas. Fue el promotor de un tipo de
literatura programática que tenía como misión inventariar el país, y estructurarlo según
los moldes del liberalismo más en boga. Su misión se extendió a la educación, quizás la
mayor de sus preocupaciones, no sólo renovando los anticuados postulados educativos,
sino construyendo escuelas y bibliotecas. Parece como si en cada pueblo en la Argentina
hay una escuela o biblioteca por él animada y que justamente lleva su nombre.
las maravillas 53). Vargas Llosa vuelve sobre el tema cuando escribe “Sin las ficciones
seríamos menos conscientes de la importancia de la libertad para que la vida sea vivible
y del infierno en que se convierte cuando es conculcada por un tirano, una ideología o
una religión. Quienes dudan de que la literatura, además de sumirnos en el sueño de
la belleza y la felicidad, nos alerta contra toda forma de opresión, pregúntense por qué
todos los regímenes empeñados en controlar la conducta de los ciudadanos de la cuna
a la tumba, la temen tanto que establecen sistemas de censura para reprimirla y vigilan
con tanta suspicacia a los escritores independientes” (ídem). Mempo es muy consciente
de la literatura que se produce en su país con extraordinaria perspectiva histórica, de la
importancia de ciertas voces y de su legado cultural, desde Sarmiento y Hernández, hasta
Borges y Quiroga. En libros fundamentales como El país de las maravillas, que se originó
como una serie para la televisión, hace repaso de esas voces fundamentales y las entronca
dentro de los múltiples discursos de la nación que son, para bien y para mal, sus discur-
sos. Asumir un papel en la historia de la literatura y la cultura del país, es un compromiso
que implica en ocasiones muchos riesgos. Los tributos se unen a las críticas trazando
una trayectoria de nombres y de obras fundamentales, las que pensaron la Argentina y
la situaron en el mapa. Las que iluminaron sus procesos sociales o simplemente las que
sirvieron para entretener, divertir y generar el gusto por la buena literatura.
Cuando leo a Mempo lo primero que me llega es su voz, inconfundible, clara, la voz de un
escritor que escribe bien desde su lugar en el planeta. Y resulta que el planeta de Mempo, que
fue durante mucho tiempo el planeta del exilio como gran parte de la literatura latinoameri-
cana en un momento de su largo caminar, se asienta en su provincia natal, el Chaco, y desde
60 Fernando Operé
esa incómoda y calurosa atalaya su literatura penetra en los rincones fluviales o arrasados por
el calor, para dibujar historias y definir aquellos personajes desheredados y frágiles.
Dejando al margen por un momento este aspecto que me parece fundamental y por
explorar, vuelvo al tema del compromiso de escritor. Mempo lo ha dejado claro en to-
das las ocasiones que han surgido. Escribe, “Los intelectuales siempre son la conciencia
crítica de su sociedad” (Así se escribe un cuento 117). En el prólogo de Raimundo Lazo a
las Tradiciones peruanas de Ricardo Palma, se lee “como se sabe, o sabiéndolo se olvida
o desconoce, todo en literatura es un tomar partido, aun en lo más alejado de lo discur-
sivo y de la polémica social” (xxiii). Cita con la que estoy de acuerdo. Sin embargo, no
tengo duda de que el gran compromiso de Mempo desde que se inició en ese camino
duro y solitario de escritor, fue con la literatura misma, no la literatura argentina a la
que me acabo de referir, o la literatura del cono sur o la latinoamericana, sino la buena
literatura, la que construyó monumentos literarios, creo escuelas, fundó corrientes y
relató las fantasías tanto como las injusticias; la que influye, la que en mayor o menor
medida modifica. Leo en Así se escribe un cuento, “Aparte de los compromisos que uno
tiene como persona, el único y gran compromiso que un escritor debe tener es el de no
publicar cosas mal escritas” (121).
«La literatura comprometida y el compromiso en Mempo Giardinelli» 61
Su compromiso primordial con la literatura se expresa pues de forma inequívoca en el di-
lema con que Mempo encara su siempre próximo libro. Desde su obra prima Qué solos
se quedan los muertos, el autor ha buscado en cada entrega una nueva vía o aproximación
literaria con todo lo que implica de reto y riesgo. No parece ésta la norma incluso en autores
consagrados. Juan Rulfo dejó de publicar cuando sintió que su Llano en llamas y el original
Pedro Páramo eran insuperables. Sin querer repetirse optó por el silencio. Los grandes éxitos
de Mempo no han originado una segunda parte, o un refrito, como también suele ser el
caso. Si Qué solos se quedan los muertos es una novela del más puro género negro, La revolu-
ción en bicicleta se zambulle en la siempre arriesga novela histórica. La sorprendente y exitosa
Luna caliente, novela política y de suspense, dio paso a una saga familiar sobre la emigración
italiana y la construcción de la nación y la memoria. Me refiero a Santo oficio de la memoria,
libro polifónico, indagatorio y monumental. Con Visitas después de horas el autor incurría en
una narrativa de tono personal e intimista en el complejo mundo de las relaciones amorosas
y familiares, desde una perspectiva femenina. En este caso, son todas voces de mujeres a las
que da voz. Fue como saltar al vacío y arriesgar mucho por alguien que ha sido premiado
con el Premio Nacional de novela en México y el Rómulo Gallegos en el continente. Su
Miríada Hispánica, 15: pp. 55-66
Mientras releo la obra de Giardinelli que tan familiar me es, reconozco el tono de su voz,
que es el de su escritura, preciosista, sobria, elegante, donde las voces y los coloquialis-
mos se mezclan y se mueven con un personal y logrado sentido del ritmo, que es, en mi
opinión, uno de sus grandes logros y que le otorga señas de identidad, aunque esté sir-
viendo a experiencias distintas, sin que eso signifique servir a distintos dioses. También
recuerdo lo que nos ha dicho y escrito en repetidas ocasiones, que su mayor compromiso
como escritor es el de escribir bien.
Ensayos
Cuentos
Poesía
– Invasión (1973)
– Concierto de poesía a dos voces. En colaboración con Fernando Operé (2004)
– Cántico segundo. En colaboración con Fernando Operé (2009)
– Tanta noche (2017)
Miríada Hispánica, 15: pp. 55-66
66 Fernando Operé
Claudio Guerrero Valenzuela1
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso - cmguerrev@gmail.com
Artículo recibido: 13/05/2017 - aceptado: 02/06/2017
Resumen1
Este trabajo analiza el periodo que el poeta chileno Pablo Neruda vivió en España y que
coincidió con el inicio de la Guerra Civil. Este hecho marcará para siempre la estética
nerudiana provocando un giro en su poesía, identificable hasta entonces por su veta romántica,
Abstract
This paper analyzes the period that the Chilean poet Pablo Neruda lived in Spain at the
beginning of the Civil War. This fact will mark the nerudian aesthetic generating a shift in his
poetry, identifiable until then by romanticism, decadentism and surrealism. The influence of
the poets of the Generation of 27 and the programmatic promulgation of a poetry without
purity will henceforth be an encounter with the materiality of a world that is now recognizable,
socially and politically.
1
Claudio Guerrero Valenzuela es Profesor Adjunto del Instituto de Literatura y Ciencias del Lenguaje de la
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Ha publicado diversos artículos sobre poesía chilena y reciente-
mente el libro de ensayos Qué será de los niños que fuimos. Imaginarios de infancia en la poesía chilena (Valparaíso,
Ediciones Inubicalistas, 2017). También es autor de los poemarios El silencio de esta casa (2000), El libro de las
cosas que se ignoran (2002) y Pequeños migratorios (2014).
Pero partamos un poco más atrás. Desesperado por dejar su trabajo diplomático que se
había iniciado en Rangoon, Birmania, en 1927, hastiado y asfixiado de su vida consu-
lar en Batavia, Java, y con ánimo de cerrar un ciclo más bien sombrío y solitario, Pa-
blo Neruda comienza en 1931 a hacer las gestiones para ser trasladado a España como
cónsul (Macías 23). Tiene la certeza de que en España está viva la poesía, de que algo
verdaderamente importante y grande está ocurriendo allí, especialmente por el valioso
y destacado trabajo de los poetas de la generación del 27, por la cercanía con Francia y
porque Madrid se vuelve un activo centro poético mundial, adonde llegan poetas de to-
das partes. En agosto de 1933 apenas consigue un traslado a Buenos Aires, donde estará
solamente unos meses. Allí conoce y se hace gran amigo de Federico García Lorca, quien
por entonces andaba de gira estrenando Bodas de sangre. Ambos, en homenaje a Rubén
Darío, presentan su famoso y gracioso “Discurso al alimón” en el Pen-Club de la capital
argentina. En enero de 1934 es trasladado a Barcelona, donde coincide con su antigua
maestra de escuela en Temuco, Gabriela Mistral, y se entera de la muerte de su amigo el
poeta Alberto Rojas Jiménez. El poema elegíaco “Alberto Rojas Jiménez viene volando”
es el primer poema escrito en tierra española, signando una entrada que estará marcada
por la muerte. Al año siguiente, por gestiones de Tulio Maqueira, cónsul general de Chi-
le en España, se instala en Madrid. García Lorca lo espera en la estación de trenes con un
ramo de flores, en un gesto fraternal que revela la corta pero intensa amistad que ambos
forjaron. Ese mismo año, Neruda escribirá su “Oda a Federico García Lorca” en donde
celebra el genio poético del andaluz:
68 Claudio Guerrero Valenzuela
Ven a que te corone, joven de la salud
y de la mariposa, joven puro
como un negro relámpago perpetuamente libre,
y conversando entre nosotros,
ahora, cuando no queda nadie entre las rocas,
hablemos sencillamente como eres tú y soy yo:
para qué sirven los versos si no es para el rocío?
Los poetas españoles refrendan su amistad y lo reconocen como faro poético con la
publicación en abril de 1935 de Homenaje a Neruda, en donde se incluye sus Tres cantos
materiales: “Entrada a la madera”, “Apogeo del apio” y “Estatuto del vino”, los cuales
también formarían parte de la edición definitiva de Residencia en la tierra. Estos poemas
Miríada Hispánica, 15: pp. 67-80
nos hablan de un Neruda centrado en lo material, en la esencia poética de las cosas. Una
estética que mezcla vitalismo y desgano; sonoridad, luminosidad, pero también sombras
y muerte; celebratoria y festiva, pero amarga y apegada a la tierra. Una estética contra-
dictoria, paradójica, misteriosa y oscura. Dice en “Entrada a la madera”:
La entrada a una poética materialista es patente en esta tríada de poemas. Los objetos
sencillos de la cotidianidad son una herramienta que permite hablar de lo cotidiano,
70 Claudio Guerrero Valenzuela
provocando un paulatino descenso desde la sombría y parnasiana altura de sus poemas
iniciales hacia una materialidad que lo conectará poco a poco con la tierra. Ahora bien,
no se trata de cualquier tipo de materiales: la madera, el apio y el vino son tres elementos
que tienen la propiedad de ser tallable, digerible y degustable, respectivamente. En los
tres hay una incidencia de la figura del poeta que interviene lo material y lo transforma.
Hay allí una visión artesanal, antropológica de la poesía, que intenta darle forma y res-
puesta a la pregunta del para qué sirven los versos. Por otra parte, la noche y los “mate-
riales verdes” recuerdan la incidencia del surrealismo en la obra nerudiana, la creencia de
una existencia subterránea, un reverso en las cosas, una materialidad casi oculta, diríase
alquímica, nocturna, que es principio explicativo para la realidad.
Es por esto que el texto “Sobre una poesía sin pureza” adquiere una relevancia por el
momento en que aparece, ya que estaría funcionando como puente entre dos formas
de concebir la poesía. Es un texto-bisagra que determina el paulatino abandono de una
poética y al adquisición de una nueva, ya prefigurada en los Tres cantos materiales. Este
texto que consideramos fundacional aparece en octubre de 1935 en la revista Caballo
verde para la poesía, fundada por Manuel Altolaguirre, quien le solicita a Neruda la direc-
En el Nº1 de Caballo verde para la poesía, Neruda publica este pequeño y críptico texto,
una suerte de manifiesto que sirve como declaración de principios para la revista. “So-
bre una poesía sin pureza” me parece un texto fundamental para comprender las ideas
estéticas que manchan los textos de este periodo y signan el giro poético que Neruda
experimenta en España. En él señala:
Es muy conveniente, en ciertas horas del día o de la noche, observar profundamente los
objetos en descanso: las ruedas que han recorrido largas, polvorientas distancias, soportando
grandes cargas vegetales o minerales, los sacos de las carbonerías, los barriles, las cestas, los
mangos y asas de los instrumentos del carpintero. De ellos se desprende el contacto con el
hombre y de la tierra como una lección para el torturado poeta lírico. Las superficies usadas,
el gasto que las manos han infligido a las cosas, la atmósfera a menudo trágica y siempre
patética de estos objetos, infunde una especie de atracción no despreciable hacia la realidad
del mundo.
La confusa impureza de los seres humanos se percibe en ellos, la agrupación, uso y desuso
de los materiales, las huellas del pie y de los dedos, la constancia de una atmósfera humana
inundando las cosas desde lo interno y lo externo.
Como se puede apreciar, Neruda aboga y defiende una poesía gastada, una poesía de
manos agrietadas de trabajador, una poesía de herramientas en uso, una poesía que dé
cuenta de la esencia de las cosas, una poesía impura apegada a la tierra y a lo material.
De esa visión de la realidad, profundamente material (insisto en aquello), se desprende
una mirada poética que procura aterrizar el lirismo, sin perder por cierto la esencia del
lirismo, hacia aquello que podríamos denominar la historia, lo fáctico, lo concreto: una
materia de trabajo que se halla en lo cotidiano, en lo real, en las cosas fabricadas y hechas
por el ser humano, un cuerpo, un traje, aquí y ahora, y lo profundo de ese cuerpo y ese
traje, sin dejar deliberadamente nada afuera. Una materialidad que escapa del yo para
fundarse en otro. Hay aquí un reconocimiento del otro en la obra nerudiana. Otro con
rostro y traje de trabajador. Una humanidad cuyas huellas el poeta rastrea y asimila, con-
virtiéndolas en materia poética. He ahí, entonces, la funcionalidad de una poesía que,
basada en lo imperfecto del ser humano, sus trazos, los materiales ya usados, se declara
impura, lejos del lugar tradicional asociado para la poesía, la del poeta vidente o mago,
la del poeta que habita un Olimpo de signos, la del propio poeta de capa y sombrero
alón, oscuro, melancólico y sombrío, para dar paso a una poesía que incorpora en su
lenguaje todos los lenguajes posibles, toda la materia histórica, todos los elementos que
conforman la existencia, ya de vuelta del parnaso poético. Esta impureza poética resulta,
por tanto, un giro en el modo de concebir la poesía. Es la poesía en relación con la his-
toria, es el punto de vista del poeta con los pies bien firmes en la tierra, que abandona
la influencia simbolista y modernista captable en su primera poesía, para dar paso ahora
a una realidad más compleja, con más pliegues y recodos. Una realidad, incluso, que
reconoce lo surreal como parte de la realidad.
72 Claudio Guerrero Valenzuela
Me atrevería a decir que “Sobre una poesía sin pureza” es un texto clave para compren-
der el giro que Neruda empieza a experimentar a partir de su estancia en España, en el
contacto con vitales y telúricas poéticas como las de Alberti, García Lorca y muy especial-
mente Miguel Hernández. Como señalamos, esto es posible de apreciar en los textos que
incluye en la segunda parte de la Residencia en la tierra, como por ejemplo Los tres cantos
materiales, en donde el sombrío y oscuro patetismo de poemas como “Galope muerto” o
“Walking around”, etéreos, metafísicos, profundamente existenciales se podría decir, dan
paso a esta escucha de lo material, el prestar oído a las cosas impuras. Una suerte de aterri-
zaje forzoso que da cabida y posibilidad de redención en la Tierra a la caída metafísica del
Altazor de Huidobro. El poeta ha dejado de ser un vidente o un mago y ahora se acuesta
en la tierra y echa a andar todos los sentidos para escuchar, ver y palpar a las cosas, desde
un nuevo lugar, un lugar con nombres, objetos, lugares y personas reconocibles, un aquí y
ahora que es, al mismo tiempo, signo de una urgencia histórica. Hay acá una declaración
de intenciones que permite constatar este giro de un yo lírico profundamente centrado en
sí mismo de sus poemarios iniciales a este otro yo que se abre al mundo en el contacto con
el Otro y reconoce allí la impureza de la que está hecha la vida material.
Los sucesos cada vez más violentos de la guerra hacen que el gobierno de Chile solicite el
retiro de sus diplomáticos a tierras nacionales, entre ellos Neruda. La vuelta se concreta
en noviembre de ese año. Pero Neruda rápidamente abraza la causa republicana y escribe
poemas en torno a la guerra. Tal vez admirado por el ejemplo de Miguel Hernández,
quien se vuelve miliciano, y muy afectado, sin duda, por los acontecimientos que se
«Pablo Neruda y España: por una poesía sin pureza» 73
suceden, Neruda publica en septiembre de 1936 en la revista madrileña El Mono Azul,
fundada el 30 de julio de 1936 por la Alianza de Intelectuales Antifascistas para la De-
fensa de la Cultura, al comando de Rafael Alberti, su primer poema intencionadamente
político, abriendo la serie de poemas comprometidos que un año después reuniría bajo
el título España en el corazón. Se trata de “Canto a las madres de los milicianos muertos”.
Este poema se inicia con los siguientes versos, dramáticos y solemnes:
Se ha producido en toda España una explosión de barbarie (...) Este levantamiento criminal
de militarismo, clericalismo y aristocratismo de casta contra la República democrática, contra el
pueblo, representado por su Gobierno del Frente Popular, ha encontrado en los procedimientos
fascistas la novedad de fortalecer todos aquellos elementos mortales de nuestra historia que por
su descomposición lenta venían corrompiendo y envenenando al pueblo en su afán activo de
crear una nueva vida española (...) Contra este monstruoso estallido del fascismo, que tan es-
No deja de ser curioso el contraste que este poema genera respecto de “Canto a las ma-
dres de los milicianos muertos”. Pesimista uno, entusiasta el otro, ambos poemas pueden
dar cuenta de los altos y bajos que genera la fuerte experiencia de la guerra. En el caso
de este “Canto sobre unas ruinas” encontramos, además, que todos aquellos utensilios
que formaban parte de la poesía gastada, de la poesía sin pureza, todos estos objetos que
eran pura potencialidad poética se reúnen en torno a una nada taciturna, desesperanza-
da. Aún así, el trabajo poético no cesa. El 7 de noviembre de 1937 se imprimen los 500
ejemplares de la primera edición de España en el corazón, bajo la dirección de Manuel
Altolaguirre, en el Monasterio de Montserrat, próximo a Gerona. Allí funcionaba un
taller tipográfico que databa de 1499 y que bajo el conflicto bélico pasó a denominarse
Imprenta Soldados de la República del Ejército del Este. En la imprenta de este monas-
«Pablo Neruda y España: por una poesía sin pureza» 75
terio, se imprimiría también otros dos libros de poesía: España, aparta de mí este cáliz de
César Vallejo, con prólogo de Juan Larrea y dibujos de Pablo Picasso y Cancionero menor
para los combatientes, del poeta español Emilio Prados (Gálvez s/n). Las circunstancias
de la impresión de este extraordinario libro son narradas por Neruda en Confieso que he
vivido de manera legendaria, se diría casi inverosímil:
Creo que pocos libros, en la historia extraña de tantos libros, hayan tenido tan curiosa ges-
tación y destino.
Los soldados del frente aprendieron a parar los tipos de imprenta. Pero entonces faltó el
papel. Encontraron un viejo molino y allí decidieron fabricarlo. Extraña mezcla la que se elabo-
ró, entre las bombas que caían, en medio de la batalla, desde una bandera del enemigo hasta la
túnica ensangrentada de un soldado moro. (Neruda, Confieso 170)
De los 23 textos que conforman España en el corazón. Himno a las glorias del pueblo en
guerra (1936-1937), quizás el más famosos y potente sea “Explico algunas cosas”. Este
poema había sido publicado en el número 22 de El mono azul el 1 de julio de 1937 con
el título “Es así”. La versión definitiva tiene algunas variantes y vale la pena que lo leamos
completo, por su sobrecogedor dramatismo:
Miríada Hispánica, 15: pp. 67-80
Yo vivía en un barrio
de Madrid, con campanas,
con relojes, con árboles.
Generales
traidores:
mirad mi casa muerta,
mirad España rota:
pero de cada casa muerta sale metal ardiendo
en vez de flores,
pero de cada hueco de España
Flores donde el poeta vivió y que quedó en medio de la batalla, destruida por los bom-
bardeos. Asimismo, el profundo sentimiento anticlerical, antioligárquico y antimilitar
que abraza el bando de la izquierda antifascista. La última estrofa del poema, en tanto, es
un buen ejemplo del dramatismo expresionista que logra transmitir Neruda a partir de la
descomposición del verso “Venid a ver la sangre por las calles”. La desconstrucción reite-
rativa del enunciado fulmina como con un golpe el sentir que emana de esta poesía atrin-
cherada, intensificando el dolor a partir del grito exclamativo del signo. Poesía desgarra-
da, melancólica y rabiosa a la vez, quizás el mejor ejemplo para dar cuenta del impacto
que los hechos históricos provoca en el poeta, ahora desde una clara posición política.
Antes de regresar definitivamente a Chile, Neruda forma parte de la organización desde
París del Congreso de Escritores Antifascistas, a realizarse en Madrid. Es en ese momen-
to cuando vuelve a su casa y encuentra todo desparramado: sus libros, apuntes, objetos
decorativos, todo roto. Pensaba rescatar algo. Con la ayuda de Miguel Hernández, quien
llega “vestido de miliciano y con su fusil” (Neruda, Confieso 181), se consiguen una suer-
te de flete, una vagoneta. Finalmente decide no traerse nada. Se queda simplemente con
este poema, como expresión de una derrota, como signo inclaudicable del advenimiento
de la impureza en la poesía de Neruda. Una materialidad de las cosas que en un principio
se abraza con entusiasmo y jovialidad poética y que con el devenir de la guerra se vuelve
trágica, dolorosa, aún más profundamente material ante la experiencia histórica que vive
en España y que significa un replanteamiento de su oficio escritural.
Resumen1
Con La última felicidad de Bruno Fólner (2015), Mempo Giardinelli revisita un género que
ha cultivado a lo largo de su carrera literaria: el género negro. Las primeras líneas revelan que
Abstract
With La última felicidad de Bruno Fólner (2015), Mempo Giardinelli revisits a genre he has
cultivated throughout his literary career: el género negro. The opening lines reveal that the
protagonist, an Argentine writer who reinvents himself with the name Bruno Fólner, is about
to begin a new life at the age of 64, after assassinating his wife the day before and fleeing
to a seaside town in Brazil. This article explores how familiar elements of crime fiction are
secondary to the primary concerns of Bruno Fólner: the anxieties of aging, death with dignity,
and the creative act of writing itself.
1
Rhonda Dahl Buchanan is a Professor of Spanish at the University of Louisville and has been the Director
of the Latin American and Latino Studies Program since 2002. She has translated the narrative fiction of Latin
American authors, including Ana María Shua, Perla Suez, Tununa Mercado, Alberto Ruy Sánchez, and Mempo
Giardinelli, and is the author of numerous articles on contemporary Latin American writers, and the editor of
a book of critical essays on the fiction of Ana María Shua.
among Argentine writers, such as Osvaldo Soriano, Juan Carlos Martini, Sergio Sinay,
and Ricardo Piglia who, like Giardinelli, were born in the 1940s and published their
early works in the 1970s, during the dictatorship (1976-1983), or so-called Proceso de
Reorganización Nacional. Their works have often been labeled Posboom fiction, although
Giardinelli prefers the term narrative of “la democracia recuperada” (Pellón 81).
Unlike the classic “whodunit” model of detective fiction, also known as the “locked room”
or “puzzle mysteries,” in which a crime is committed and by the final pages of the novel all
loose ends are neatly tied up and justice is served, for Giardinelli and his fellow writers, the
hard-boiled novel provides a means of commenting on a society that considers the law an
“instrument of repression and oppression” and therefore has “no faith in justice” (Simpson
1992 12-13). In their crime fiction, torture, disappearances, death, paranoia, corruption,
and injustice are not elements of fiction but rather evidence of a dirty reality that in some
cases evokes traumatic personal experiences for authors like Giardinelli who received death
threats and were forced to live in exile. I explored this notion in my article “El género negro
como una radiografía de una sociedad en Luna caliente de Mempo Giardinelli”:
Por estas razones, los escritores argentinos de la generación del posboom rechazaron el modelo
clásico a favor de la línea negra, modificando ciertos códigos de la novela dura norteamericana para
hacerlos encajar en su propio entorno. En particular, adoptaron la premisa de que el crimen ocurre
como síntoma de una sociedad cuya misma corrupción fomenta la violencia (162).
Giardinelli’s earliest incursions into detective fiction in his own literary works coincided
with his exile in Mexico from 1976 to 1984, a period in which he worked as a journalist
82 Rhonda Dahl Buchanan
and also published his first novels and collections of short stories. In 1980, his passion
for detective fiction led him to accept the invitation of Edmundo Valadés to write a
column for the Mexican newspaper Excélsior about a literary form unjustly marginalized
and often disdained by critics (El género negro 9). In 1984, Giardinelli compiled and
published these articles in a two-volume set entitled El género negro, which was republished
in 2013 with the subtitle Orígenes y evolución de la literatura policial y su influencia
en Latinoamérica (Buenos Aires: Capital Intelectual, 2013). In the introduction to the
original collection, Giardinelli bestows high praise upon the genre: “La novela negra
moderna, en sus mejores expresiones, es una radiografía de la llamada ‘civilización’ tan
eficaz y seria, tan aguda y sofisticada, como en cualquiera de las mejores páginas de la
literatura universal contemporánea. Es un medio estupendo para comprender, primero,
y para interrogar después, al mundo en que vivimos” (26).
While Giardinelli explored the multifaceted aspects of the género negro as a journalistic
assignment during the early 1980s, he also began to experiment with its narrative potential
in his own works. For example, the short stories “El tipo” and “El paseo de Andrés López”,
which appear in his first anthology Vidas ejemplares (Hanover, New Hampshire: Ediciones
In an interview with the Argentine author Tununa Mercado, Giardinelli refers to Luna
caliente as “mucho más que una novela negra, siéndolo”, a statement that he reiterates
about his next novel, Qué sólos se quedan los muertos (Buenos Aires: Editorial Sudameri-
cana, 1985). In an interview with Karl Kohut, Giardinelli describes this novel that paved
the way for his return to a democratic Argentina after nine years of exile in Mexico: “Es
una novela-homenaje, una novela-despedida, una novela de transición. No es fácilmente
encasillable. Es una novela policial y no lo es” (24). Although this novel incorporates
many of the conventional elements of hard-boiled fiction, such as violence, police co-
«Variations on the novela negra in Mempo Giardinelli’s. La última felicidad…» 83
rruption, drugs, blackmail, and murder, narrated in short chapters that end with sus-
penseful cliffhangers, the primary focus of the narrative is not the resolution of a crime
but rather the protagonist’s introspective examination of guilt and his own capacity for
violence. I examine these concepts in my article “Una desepedida al exilio: Qué solos se
quedan los muertos, in the following manner: “Aunque el hilo narrativo de corte policial
entretiene al lector, constituye sólo la urdimbre de la novela cuyo enfoque principal no
es el esclarecimiento de un crimen sino una pesquisa epistemológica que lleva al prota-
gonista a un examen de sí mismo y su sociedad” (91).
Never content to repeat successful formulas, even after receiving literary prizes and mo-
vie contracts, Giardinelli has continued to experiment with the género negro in unique
ways. With each subsequent literary foray into the dark side of human nature, in novels
such as El décimo infierno (México: Editorial Colibrí, 1999) and Cuestiones interiores
(Buenos Aires: Sudamericana, February 2003), Giardinelli has employed aspects of de-
tective fiction to reflect on the human capacity for love and violence, especially under
extraordinary circumstances that drive some individuals beyond the limits of transgres-
sion. The opening lines of his latest novel, La última felicidad de Bruno Fólner, reveal to
Miríada Hispánica, 15: pp. 81-91
the reader that the anonymous protagonist, an Argentine writer who reinvents himself
with the name Bruno Fólner, has already crossed that line and is about to begin a new
chapter in his life at the age of sixty-four, after killing his wife three days before, and
fleeing to a small seaside town in Brazil to seek refuge. This study will explore the ways
in which familiar elements of the novela negra, such as crime, violence, flight, and sex are
actually secondary to the primary concerns that occupy the thoughts and dreams of Bru-
no Fólner: death with dignity, the anxieties of aging, and the creative act of writing itself.
In her book, Detective Fiction from Latin America, Amelia Simpson’s theory regarding
works that modify the canonical elements of detective fiction can be applied to Giardi-
nelli’s works, particularly his most recent novel:
In those works that are not simply rote imitations of foreign models, attention is often
purposefully drawn in the narrative to differences between the model and the new text. In the
juxtaposition of these two texts within one narrative framework, a palimpsest is created. The
new text is written over the surface of the old (the foreign, imported detective model), which
itself remains legible beneath the surface. [...] In many detective works, on the other hand, and
especially in Latin American ones, the two texts of the palimpsest interact on other levels to ex-
press views about moral issues and social problems, and to question the ideological assumptions
of the model (23).
At the heart of La última felicidad de Bruno Fólner is the moral issue concerning the matter
of death with dignity and whether the act of euthanasia is a crime or a final expression
of love. In an interview with Mora Cordeu, Giardinelli responds to a question about the
84 Rhonda Dahl Buchanan
origins of the novel: “La novela nació de la idea de la fuga que me fascina y está en varios de
mis cuentos; y ahí aparece siempre Brasil, esa frontera protectora pero salvaje. [...] Creo que
tuvo que ver también con cierta moda del género negro, que no me termina de convencer
y hay acá una pequeña intención contestataria, pero no porque yo vaya a contestar nada”
(41). With a narration that slips seamlessly between a third person omniscient point of
view and first person reflections, the reader learns in the initial pages of the novel why the
protagonist has fled to Brazil and by pure chance decides to stay in the coastal town of
Praia Macacos, where he checks into the Pousada da Baleia, or Posada de la Ballena, with a
laptop, false passport, Victor Hugo’s Les miserables, and $34,000 for an indefinite stay with
no departure date. The novel begins at the moment of check-in when he is asked to provide
his name at the front desk: “–Nombre? –Bruno Fólner–dijo y sintió en el acto una oscura
satisfacción. Acababa de inventarse” (9). We learn that the character’s real name is not
Bruno Fólner, an alias whose phonetic spelling pays homage to his favorite writer William
Faulkner, and that he is sixty-four years old and has just made the second most important
decision of his life, to fulfill an old fantasy of reinventing himself and starting over. Once
he settles into his room on the top floor of the small hotel with a fantastic view of the sea,
he looks into the mirror and says to himself, “Ahora empieza el baile, Bruno Fólner. Lo que
This passage raises the question of whether indeed Bruno Fólner committed a crime or
rather an act of mercy, when he slipped into the hospital room of his wife Sara Grinberg
in the early dawn hours of Valentine’s Day and disconnected the tubes keeping her alive,
as she lay dying of cancer at the age of forty-five, brain-dead, in a comatose state, with
no hope of recovery. The third person narrator recalls that irrevocable decision with the
intimacy of an actual witness:
With brief chapters that alternate between the present and the past, the narrator resorts
to flashbacks to describe in precise detail, reminiscent of a true crime thriller, the
premeditated plan that Bruno Fólner executed and the numerous precautions he took
«Variations on the novela negra in Mempo Giardinelli’s. La última felicidad…» 85
when he escaped from Argentina into Uruguay using multiple modes of transportation
(car, boat, bus, and plane), before reaching his final destination in Brazil.
After settling into the Pousada da Baleia, where he is treated with kind attention by the
innkeepers Jorginho and Dona Amalia, Bruno turns to writing as a means of salvation
and a place of refuge in that idyllic port by the sea. In many of his novels, Giardinelli
explores the notion that literature itself is a journey, as the following passage suggests:
Sarita no tenía otro destino y yo tampoco. [ . . .] Y puesto que en efecto se trataría de una
fuga, que mejor si de una vez a la literatura, que nunca es mal destino y yo me lo debía. Hacía un
par de años, por lo menos, que fantaseaba con esa novela que nunca arrancaba. Y hacía mucho
más que había empezado a sentirme lo que seguramente era: un escritor agotado, vacío de ideas,
mediocrizado quién sabe por qué reiteración de fracasos, reales o imaginarios (46).
The reader learns that in his previous life, Bruno Fólner was not only a washed-up
writer but also a burned-out professor who taught literature classes and often fantasized
about escaping his professional and personal responsibilities in the Chaco province and
starting a new life in a place where he could write without distractions. Throughout
Miríada Hispánica, 15: pp. 81-91
the novel, Bruno reflects upon the creative act and on literature itself, commenting, for
example, on works by such masters as Dante, Homer, Cervantes, and of course, William
Faulkner. He also doles out harsh criticism for the petty world of academia: “Despreciaba
a los académicos que se saltaban olímpicamente autores y autoras significantes, vivos y
muertos, y redactaban artículos que nadie leía sobre los mismos dos o tres nombres que
ellos mismos canonizaban” (47). These reflections alternate with familiar elements of
the novela negra, forming what Amelia Simpson refers to as a “palimpsest” whose layers
“are purposefully drawn into an interaction in order to generate new meanings” (23-24).
As Bruno struggles to overcome the writer’s block that has plagued him for years, each
frustrating attempt to fulfill his desperate need to create a good story, even a crime
story that loosely resembles his own tale, is thwarted by waves of guilt over abandoning
his three children and leaving them without a mother or a father. He wrestles with his
irrevocable decision and tries to justify the act of euthanasia to himself, and at one point
seems to pull the reader directly into the controversy:
Nevertheless, those readers who are also friends of the author cannot help but recognize
certain personal obsessions when it comes to Bruno Fólner’s writing habits, rituals such as
composing first by hand in a red Moleskine notebook and using a vintage Parker cartridge
ink pen, before transcribing the manuscript to a Mac. The novel also includes veiled tributes
to members of Giardinelli’s own family, such as his grandfather and father who passed on
In addition to Bruno’s frustrations over his inability to fulfill his compulsive desire to write
and his fear of being caught by the authorities and imprisoned, one other anxiety appears
to occupy his thoughts, often accompanied by reflections tinged in self-deprecating humor:
the inevitable consequences of growing old. It is only natural that anxieties over the aging
«Variations on the novela negra in Mempo Giardinelli’s. La última felicidad…» 87
process emerge repeatedly in a novel whose central theme is death and whose protagonist
is a sixty-four year-old former smoker who suffers from high blood pressure, insomnia,
respiratory problems, and a waning sexual libido, and whose physical appearance affirms
the passage of time: hands with arthritic curved fingers and age spots, myopic eyes clouded
by cataracts, a balding head with few hairs left to comb, and a potbelly that is evidence of
his love of good food, wine and whiskey, particularly Maker’s Mark bourbon.
Sex, in the form of vivid fantasies, or explicit scenes of carnal passion, with or without
the sentiment of love, is a common element in crime fiction, and a recurring theme
throughout Giardinellí’s novels and short stories. Fans of the genre know that there will
be a price to pay if the protagonist succumbs to the seductive enticements of the alluring
femme fatale. In his latest novel, Giardinelli incorporates aspects of fantastic literature or
the Gothic novel with the strange appearances of Rajane, a beautiful woman who always
wears a long white dress and gazes at the sea, the final resting place of her beloved Marco.
The reader begins to suspect that perhaps Rajane is a figment of Bruno’s imagination,
when she appears suddenly in his hotel room like a phantom and awakens his sleeping
libido as they make passionate love, only to disappear as mysteriously as she arrived.
Miríada Hispánica, 15: pp. 81-91
Bruno also wonders if Rajane truly exists, but feels grateful nonetheless for his resuscitated
virility: “Fólner estás entero. Entero Fólner, sexagenario y entero. No sé cuánto dure, pero
es una sensación fantástica” (119). In an interview, Giardinelli responds to the question
if Rajane is a “producto de fantasía o la presencia de la muerte” in the following way:
“Absolutamente, es fantasmal. Existe o no existe esa mujer, es la muerte que viene, es una
mujer que está ahí con su historia, es el último amor, la última felicidad” (Cordeu 41).
For Bruno Fólner, the steady deterioration of the body is a sign that death, or as he calls
it, that “[p]uta diosa incalificable que lo persigue” (65) is lying in wait for him, and even
more so when it appears that the police are hot on his trail and closing in on him. In
the final pages of the novel, the narration proceeds at lightning speed and the familiar
aspects of the crime thriller take center stage: the arrival of the police who surround the
hotel, including the obese detective who had questioned him previously, “el hijo de puta
cerdo de dientes amarillos” (105) whose return appearance puts Bruno on high alert
when he realizes that the jig is up and he is in a real jam. Ironically, he has to admit that
his passion for crime fiction is of no use to him in his precarious situation: “Toda mi vida
fui lector intensivo de novelas policiales, pero ahora eso no me sirve para razonar mejor.
No recuerdo situación como ésta, no encuentro consejo para darme” (110).
As the suspense builds, the narrator explains Bruno’s predicament employing the typical
wise-cracking jargon and “street talk” of detective fiction: “Sabe, como lo supo en todo
momento, que podía suceder. Era un hecho que algún día iba a andar la poli por ahí.
Siempre andan, no hay lugar en el mundo donde no te joda un policía, y a los giles la
cana siempre les cae encima. Si no tenés poder o muy buenos lazos sucios, la yuta te cae,
88 Rhonda Dahl Buchanan
más temprano que tarde” (148). The narration slides from third person to first person
and Bruno turns philosophical when he considers his dilemma: “Ahora vienen por mí
y a ver como me zafo. Entregarme, ni loco. [...] Siempre vienen por nosotros. Alguien,
algo, lo inesperado, viene a buscarte. No falla” (148).
Time is running out, and like a Hollywood fugitive, Bruno decides to make a run for
it, crawling out the window and over the hotel roof, but not before grabbing the cash,
his beloved Moleskin notebook and Mac, and a cyanide pill that he had bought from
El Gordo Núñez in the Bar La Estrella in Resistencia, the very day he decided to put his
wife out of her misery. A former guerrillero during the dictatorship, El Gordo Núñez still
had the cyanide pill that the Montoneros had given him to swallow so that he could die
heroically if he were ever captured. Indeed, the moment arrives when Bruno Fólner must
decide if he will turn himself in or take matters into his own hands and dare to to change
his life definitively. When he realizes that he cannot escape, he enters the hotel’s kitchen
through the service door and sees fear on the faces of Jorginho and Dona Amalia, who
have treated him as if he were family. He asks Jorginho for one final shot of whiskey, then
puts the cyanide pill in his mouth, bites it and washes it down with a smile.
Mientras flotaba, atravesada por nueve líneas de fuego rojo que eran como nueve pasiones
anaranjadas, comprendí que la muerte puede ser, también, una larga conversación silenciosa con
uno mismo, una múltiple sonoridad acuática, una profusión de monólogos propios y ajenos,
eternos, repetidos pero siempre originales. Como el arte. Y me sentí muy bien (16-17).
This novel is indeed a long silent conversation that Bruno Fólner, alias G.R., carries on
with himself, a monologue infused with other voices, real, dreamed, or imagined that in
«Variations on the novela negra in Mempo Giardinelli’s. La última felicidad…» 89
one way or another address matters concerning life and death. As Giardinelli explains in an
interview, the driving force behind La última felicidad de Bruno Fólner is the change of life:
El cambio de vida es uno de los grandes motores y también uno de los grandes frenos de
la humanidad. El tema no es soñar un cambio de vida, el tema es atreverse, es hacerlo. El tema
central de esta novela no es tanto el cambio de vida, o en todo caso es el cambio de vida a partir
de un tema que determina al personaje, que es la muerte digna, considerada clásicamente como
delito. Matar a otro, por muy piadoso que sea, no deja de ser un delito (Friera 30).
There is no doubt that the ultimate change of life is death itself. If the novel truly does
ends with the death of Bruno Fólner, perhaps his final moment is one of happiness, an
instant in which he is able to slip away with no regrets for a life well-lived and well-loved,
that which we all desire when the sand in the hourglass has run its course.
Miríada Hispánica, 15: pp. 81-91
Resumen1
Este artículo discute cómo el régimen castrista se valió de intelectuales orgánicos, estudiados
por Gramsci, específicamente de Tomás Gutiérrez Alea y de Nicolás Guillén, con el fin de
difundir su propaganda a las masas. Al hacer uso de intelectuales orgánicos, Fidel Castro no
Palabras clave: Intelectual orgánico; Gutiérrez Alea; Nicolás Guillén; Cuba; Propaganda
política.
Abstract
This article will discuss how the Castro regime validated itself by using organic intellectuals,
as discussed by Gramsci, to more widely disseminate its propaganda to the Cuban people by
supporting and glorifying the work of Nicolás Guillén and Tomás Guitiérrez Alea. Much of
Castro’s success was facilitated by his use of organic intellectuals to spread his ideology while
convincing the Cuban people that he was the only leader capable of fostering progress at a
time when Cuba was, in the words of Guitiérrez Alea, an underdeveloped nation.
Key words: Organic intellectual; Guitiérrez Alea; Nicolás Guillén; Political propaganda; Cuba.
En el siglo XX Cuba luchó por crear un país que encarnara los ideales que sostuvo duran-
te las guerras de independencia. Sin embargo, debido al control, primero, de España y,
1
Andrew Wrobel is a Visiting Assistant Professor at Michigan State University, where he teaches courses on
Spanish literature, culture, and history. His initial research focused on 20th Century Peninsular poetry with
an emphasis on its continual political significance during and after the Franco regime. He continues to study
poets such as Manuel Rivas and also investigates how poetry has used film, among other components of popular
culture, to connect with its readers and encode dissidence and alternative social and political perspectives.
En su libro, Utopia Unarmed, Jorge Castañeda comenta, “[b]efore Fidel entered Havana,
Miríada Hispánica, 15: pp. 93-105
the left in Latin America was reformist, or resignedly pessimistic about the prospects of
revolution. For the three decades that followed, revolution was at the top of its agenda”
(68). Mientras las críticas de Castañeda han sido numerosas y estudiadas, es importante
mencionar que bajo el régimen de Castro algunos de los problemas más graves como el
analfabetismo y el sistema de salud fueron mejorados hasta el punto de que superaron en
los índices estadísticos a los Estados Unidos. Además, lo que le ayudó a Castro a difundir
su ideología, y en algunos aspectos mejorar su país, fue el hecho de diseminar una ideolo-
gía en forma de mercancías, tal y como lo presenta Karl Marx. De este modo, la ideología
debía ser fácilmente adquirida por las masas, y eso fue posible, en parte, debido a varios
intelectuales orgánicos como Gutiérrez Alea y Nicolás Guillen. Los intelectuales orgánicos,
según Gramsci, son, “…the thinking and organising element of a particular fundamental
social class. These organic intellectuals are distinguished less by their profession, which
may be any job characteristic of this class, than by their function in directing the ideas and
aspirations of the class to which they organically belong” (3). Según Gramsci, “…‘organic’
intellectuals which every new class creates alongside itself and elaborates in the course of
its development, are for the most part ‘specialisations’ of partial aspects of the primitive
activity of the new social type which the new class has brought into prominence” (6). Los
directores del cine y los poetas quedan directamente en esta definición porque tienen acce-
so directo a un público al que pueden inspirar, o a veces manipular por el apoyo económico
del gobierno cubano para la producción y la distribución de sus obras. Como apunta Lor-
na Williams en su libro Self and Society in the Poetry of Nicolás Guillén:
Aware that a socialist consciousness could not be readily induced in a people long exposed to
bourgeois modes of thought, the revolutionary government created a number of cultural organs-
94 Andrew Wrobel
publishing houses, journals, literary prizes, and conferences- to provide writers with a forum for
mediating between the repudiated points of reference and the desired moral order. (115)
En general, la gente va al cine, lee la poesía, o participa en la cultura para consumir una
mercancía que disfruta. Entonces si el artista puede incorporar en estas mercancías un
mensaje subliminal que le afecta a la gente de manera subconsciente, tendrá el poder de
cambiar su modo de pensar, y por ende, sus acciones. Con dichas acciones, combinadas
con los hechos del gobierno, por ejemplo, la reescritura de la historia oficial, el gobier-
no castrista tendría un control absoluto mientras subyuga a los ciudadanos cubanos.
Gutiérrez Alea y Guillén tenían distintas maneras de ilustrar sus ideas y aspiraciones para
sus compatriotas cubanos, especialmente por la manera en que cada uno empleaba la
historia. Ambos proponían una agenda cubana que mostraba un país intelectualmente
y culturalmente desarrollado. Además, aquella agenda estaba extendida por el hecho de
que los dos artistas habían puesto su ideología en lo que Marx llama unas mercancías, o
más sencillo representaciones de capital cultural, que son buscadas ahora por la creación
del nuevo sistema cultural ya mencionado y fácilmente adquiridas por sus mecanismos
de difusión a través de la poesía y el cine (Marx).
En la película de Gutiérrez Alea, se puede ver desde el principio una gente unida par-
ticipando en aspectos de la cultura popular: la música y el baile. La secuencia del baile
muestra una comunidad disfrutando de la música y el baile aunque la cámara pasa toma
por toma rápidamente para que el espectador ni pueda ubicarse ni entender exactamen-
te lo que está pasando. Pero tampoco es necesario comprender la escena, y al no poder
entenderla, el espectador tiene que ser un participante activo para observarla y luego
«(RE) Apropiando los intelectuales orgánicos en Cuba» 95
intentar integrarla. Con la inclusión de la escena del baile, Gutiérrez Alea presenta la
ciudad como una gran metrópolis que representa la prosperidad del país entero. Esta
idea ha sido discutida por Arturo Arango quien escribe:
One of the strategies used for this idealization of the Republican history precisely involves
Havana. The vision of Havana as a heterogeneous city with an intense nightlife, with building
emulation those of New York, is presented as an enormous wall that obscures the true face of the
nation that lies beyond: the impoverished, miserable, and unknown interior. (186)
Por eso, se ve desde el principio que el director tiene una agenda bien específica y usará
todo lo posible para engañar a su audiencia. Empezando por las primeras tomas, Gu-
tiérrez Alea incita a la audiencia cuestionar lo que pensaba, aumentando así aún más su
confusión.
Con la introducción del personaje principal, el propósito de crear esta confusión se hace
todavía más evidente. Sergio, un hombre burgués que vive en el pasado, ejemplificado por
sus varios viajes a los museos, no puede entender su país después de los cambios traídos
por la revolución. Según Gutiérrez Alea, Sergio es, “…joven burgués desgarrado por sus
Miríada Hispánica, 15: pp. 93-105
contradicciones que decide vivir, como espectador impasible, la experiencia del triunfo re-
volucionario…Sergio evoca su infancia, su familia, sus amores, sus pequeñas miserias; pero
ese mundo, a su vez, está sumergido en los tiempos, todavía cercanos, de la lucha contra
la tiranía de Batista…” (Fornet 71-2). Gutiérrez Alea elige como su personaje principal a
una persona “desgarrada” y paralizada por su falta de entendimiento sobre el presente por-
que no puede o no quiere dejar el pasado. Eso es evidente a lo largo de la película cuando
Gutiérrez Alea presenta la vida diaria de Sergio, incluyendo sus pasatiempos y su domici-
lio. De hecho, en la primera escena con Sergio vemos la salida de su novia quien va a los
Estados Unidos con la esperanza de conseguir más oportunidades. Sergio va desde el aero-
puerto a su piso opulento donde pasa el tiempo silbando y descansando en su cama grande.
Es obvio que el pasado de Sergio no contiene la miseria o sufrimiento que sufría una gran
parte de la población cubana. Sergio no separa el pasado del presente y es evidente cuando
dice en un voz en off que “[t]odo sigue igual”. De una manera nietzscheana, Gutiérrez Alea
hace una crítica sobre la gente de su propia país que no pueden continuar en el presente
por no ser capaces de olvidar, o por lo menos, filtrar el pasado. Por eso, la cita siguiente
de Fidel Castro que había incluido Fornet es tan pertinente. Castro dice, “Tenemos que
saber vivir en la época que nos ha tocado vivir y con la dignidad con que debemos saber
vivir” (74). Gutiérrez Alea, como partidario de Castro, se esfuerza por crear un personaje
con fallos, exigiendo que Sergio sea, desde el principio, alguien no solamente desagradable
e ingenuo, sino bien apegado al pasado también.
Este es un problema que Nietzsche nota en su artículo cuando discute varias ideas sobre
la historia, memoria, y los sujetos que intentan entenderlas. Según Nietzsche el olvido
es necesario porque “…with an excess of history man again ceases to exist, and without
that envelope of the unhistorical he would never have begun or dared to begin” (64).
Sergio se encuentra precisamente en este “envelope of the unhistorical”, donde no tiene
idea de qué hacer para sí mismo ni para su país. Él pasa por los lugares en una niebla total
que no le permite lograr una vista clara. Al iluminar aquel estado de varado o parálisis, la
critica de Gutiérrez Alea hacia sus compatriotas es aparente. Sobre el poder de la crítica
el director dice, “[e]s un filme doloroso, un filme crítico. Y si el enemigo cree que puede
aprovecharse de la crítica, estamos convencidos de que más nos aprovecharemos noso-
tros, porque en el dolor y en la critica se afilan nuestras armas, porque nos hacemos más
sólidos, más auténticos, y nos acercamos aún más a la verdad” (Fornet 73). Entonces,
al dar la antítesis de un cubano posrevolucionario, Gutiérrez Alea ejemplifica, de una
manera muy sutil, lo real de la vida cubana durante los años sesenta. Aquella vida tiene
aspectos que combaten la ideología que él y otros intelectuales proponen, con la meta de
sacar a la luz los problemas para que algunos de los cubanos vean que comparten caracte-
rísticas con Sergio, y por eso, necesitan cambiar. Lo más interesante es cómo el gobierno
cubano, por apoyarle monetariamente a Gutiérrez Alea, logró implantar una ideología
entre las masas cubanas, a través de un medio tan popular como el cine, y luego las masas
americanas, que les inspira reflejar y, quizás, adaptarse al modelo nuevo socialista. Los es-
fuerzos son bien evidentes cuando vemos escenas de bautismos y cuadros famosos como
«(RE) Apropiando los intelectuales orgánicos en Cuba» 97
El nacimiento de Venus por Botticelli. El deseo explícito para exponer el renacimiento
cubano es vituperador del antiguo régimen y es una idea compartida también con el poe-
ta. Según Keith Ellis, Guillén “…proposed to awaken by literary means an appreciation
for values that were truly Cuban” (592). Es decir, Guillén subraya lo cubano como está
presentado por los revolucionarios que derrocaron al gobierno de Batista.
La poesía de Nicolás Guillén también les invita a los cubanos a pensar sobre su papel en
el presente, pero al contrario que la obra de Gutiérrez Alea, Guillén emplea el pasado
para apoyar este esfuerzo. Williams comenta, “…the referential nature of Guillén’s verse
meant that his poetry readily became a vehicle for diagnosing the ills of society” (91).
Su manera de conectar a los cubanos con el presente solidifica su papel como intelec-
tual orgánico según la definición de Gramsci. Además, Douglas Friedman ha hecho un
comentario sobre el matrimonio de las ideas de Gramsci con las de Marx y Lenin en las
Américas. Él dice:
In his first reception in Latin America, principally in Argentina and Brazil in the 1960s,
Gramsci’s ideas were not contrasted with the Marxist canons – Marx and Lenin – but rather
Miríada Hispánica, 15: pp. 93-105
neatly knitted with them. Gramsci’s ideas were viewed as an extension of Leninism – focusing on
elements only hinted at in Lenin’s works, but perfectly in harmony with the aim of proletarian
revolution, party predominance and vanguardism, and the precedence of class struggle. (42)
Entonces sería Guillén quien usaría su papel como intelectual orgánico para glorificar los
ideales marxistas del gobierno castrista y explicar cómo, gracias a estos, habrá un futuro
ilusionante para Cuba. Luego, para aquellos que no pueden dejar el pasado, Guillén los
guía en el laberinto del pasado para que puedan llegar a, y participar en, el presente. Con
eso, Guillén empezó el proceso con su intento de unificar a los cubanos.
Según Guillén, quien era un gran defensor de la justicia social, el mestizaje en Cuba ha
dado a todos la oportunidad de estar unidos por la sangre mezclada en vez de estar sepa-
rados por la raza. Para él, todos son cubanos y eso vale más que nada. Sobre Cuba y esta
mezcla el poeta dice, “[m]ientras la negritud de los poetas francófonos es un arma contra
el colonialismo, un medio de lucha por la independencia del poderío metropolitano, el
negrismo es expresión de unidad histórica, conmistión de dos fuerzas sin ninguna de las
cuales podría existir Cuba como existe hoy…” (Guillén 291). Esta reconciliación del
pasado con el presente representa el intento de Guillén de traer a la gente cubana hacía
el presente posrevolucionario donde puede tener un papel activo y hacer bastantes con-
tribuciones a la Cuba de Castro.
Esta reconciliación o el acto de dar luz al pasado, para utilizarlo con ganas de entender
el presente, tiene mucho que ver con las teorías de Freud sobre la represión de las ideas.
Al contrario del pensamiento nietzscheano propuesto por Gutiérrez Alea, donde hay que
98 Andrew Wrobel
olvidar por lo menos partes del pasado para estar en el presente, Guillén, como Freud,
intenta emplear el pasado como otro jeroglífico para interpretar el presente. Según Freud,
“…the essence of repression lies simply in turning something away, and keeping it at a
distance from the conscious” (570). Guillén trabaja para unificar a la gente cubana con la
ayuda del pasado que muestra que Cuba es un país de mestizaje. El poeta, de una manera
declarada, está analizando los aspectos del pasado que tienen ramificaciones negativas en
el presente para resolverlas con las ganas de crear un presente más fluido y unificador. Por
eso, Guillén puede eludir el asunto de la raza y enfocarse simplemente en lo cubano, y
entonces, él puede llegar al nivel colectivo pasando primeramente por el nivel personal.
Yo,
…Cuban writers felt ‘hopelessly at odds’ with their society under the Machado
dictatorship…It was precisely during this period that Guillén began to establish the foundation
for his contribution…The groundwork of his edifice was his presentation of real aspects of the
life of the black sector in Cuban life. This edifice grew to include all the main elements that
constitute Cuba’s cultural identity and the links of that identity with humanity in general. (35)
En estos años, sus gritos en contra del racismo en todas las Américas retumban en casi
todos sus poemas.
Por ejemplo, en el poema “Brindis” (1952), dedicado a Josephine Baker, el poeta escribe,
“…Jim Crow y Lynch pasean del brazo…” (206). No es hasta al final de los años 50 que
Guillén, por la llegada del régimen castrista, ve la oportunidad de unir a los cubanos con
el apoyo de su gobierno. Reiterando la cohesión que supone lo cubano, el poeta escribe
para el colectivo con ganas de llamar a todos a trabajar para el progreso social y cultural
bajo el nuevo régimen posrevolucionario cubano, y resulta especialmente interesante
cómo el poeta emplea las mismas técnicas de su gobierno. Según Irene Vegas García,
«(RE) Apropiando los intelectuales orgánicos en Cuba» 99
Guillén cumplió con su trabajo de escritor cubano. Ella describe las responsabilidades
así: “[e]l escritor cubano se convierte en un trabajador más; adquiere para con sus lectores
el compromiso de expresar la realidad de la revolución. Dicha realidad está íntimamente
relacionada con su contexto cultural, material, ético, y político, con sus lectores y consi-
go mismo” (213-4). En fin, el papel de los escritores cubanos en los primeros momentos
posrevolucionarios es bien importante políticamente y socialmente, y Guillén no toma
a la ligera su responsabilidad. Tampoco estaba solo. Antoni Kapcia ha discutido la uni-
ficación de los que estaban produciendo la cultura cubana. Escribe, “[f ]urthermore, in
the late 1960s, an official gathering of artists declared their aims to include the recovery
and development of a Cuban tradition ‘wrested away by the colonists and imperialists’,
preservation and use of folklore, and the recognition of Cuban culture as part of world
culture” (70). Aunque Guillén formaba parte de un grupo, su manera de construir su
mensaje le hizo único y aún más unido con el gobierno castrista.
Además, la reapropiación de las ideas de Martí está muy clara en las acciones del gobier-
no cubano. Ripoll ha comentado sobre el uso por parte del gobierno del legado de Martí.
En esa línea escribe, “[i]t has, therefore, become the highest aspiration of every crook
Miríada Hispánica, 15: pp. 93-105
to stake a claim to Martí’s legacy, and this has been done by the simple announcement
that Martí has been one’s model and guide” (4). Los intelectuales orgánicos de Castro
continuaron y expandieron la emancipación del mensaje de Martí y las intenciones que
indicó en sus hortatorias y escrituras. Por ejemplo, en su libro de poemas, Tengo (1964),
el poeta glorifica al gobierno castrista que, según Castro, estaba dedicado a continuar el
sueño de Martí. En su poema “Martí”, por ejemplo, se puede ver fácilmente que el poeta
está completamente loco por el trabajo y los logros de Martí, una figura aún poderosa
décadas después de su muerte. En el poema, Guillén muestra su gran estima hacia Martí
como su meta secundaria, mientras su meta principal era emplear la propaganda de
Castro para mostrar el respeto que todas las grandes figuras en Cuba, entre ellas Castro y
Guillén, le tienen a Martí, y cómo quieren realizar su sueño para Cuba. El gran proble-
ma es que el plan de Castro para Cuba no tiene nada que ver con el de Martí. Guillén
escribe:
Aquí, Martí queda descrito como un ser poderoso que puede aniquilar a cualquier ene-
migo. Es importante recordar dicha fuerza porque en la misma Guillén unirá a Martí
con Castro para ensalzar al dictador ante la gente cubana y sudamericana. Al igual que
la gente sudamericana tenía un hombre poderoso luchando por sus derechos, la gente
cubana tendrá en Castro, un líder que haría todo para proteger a los cubanos y asegurar
que ellos tengan igualdad y acceso a todos los recursos que desean.
En estas líneas el poeta ilumina los avances de su país bajo el régimen de Castro. En parti-
cular, Guillén nota la colectividad que ahora lo incluye. También al mencionar el ejército y
la zafra, Guillén señala el poder del país y sus múltiples recursos. El poeta continua:
Con la glorificación de Lenin, Guillén añade otra figura legendaria a la lista de aliados de
Castro, y a través de él, a la gente cubana. Esta gente ya puede saber que está con ellos un
“dios” que “deshizo un imperio” y con su “mano poderosa”. Con su descripción de Lenin
y todo lo que se le ofrece a la gente cubana, Guillén hace que la oportunidad de unirse
con sus compatriotas bajo el régimen de Castro sea aún más atractiva. Este fenómeno era
muy común según Ripoll. Él escribe:
To make Martí into a Marxist-Leninist precursor, they repeat a convoluted story: that Julio
Antonio Mella, the student leader and co-founder of the Cuban Communist party, reported in
turn to Carlos Baliño, a Key West émigré who was himself a co-founder of the party, had told
him that Martí had once confided to Baliño that the revolution he was organizing to gain Cuba’s
independence was not the real revolution he planned. The real revolution would be waged after
the republic had been founded, that is, a proletarian or socialist revolution. (6)
Así, el gobierno de Castro podía insistir que no solamente estaba continuando el trabajo
de Martí, sino que además estaba actuando en concordancia con el plan explícito, desa-
rrollado por el gran hombre que era Martí. Ripoll termina su análisis diciendo:
102 Andrew Wrobel
It [the Baliño myth] causes people to reason as follows: If Marti was going to bring about
a social revolution in Cuba, and his death prevented it from happening, then the revolution
that succeeded in 1959 and claimed Marti as its ‘intellectual author’ must be Martí’s revolution.
Consequently, Martí’s revolution must be Castro’s revolution and, therefore, we must submit to
it and never question the ability of its leader or his orders. Marti speaks through Fidel Castro.
Whoever denies Castro, denies Marti. (7)
Con esta lógica, no queda ninguna duda de que el gobierno de Castro usó a los intelec-
tuales orgánicos con y sin su consentimiento.
Mientras es importante considerar cómo el poeta sacó la voz de Martí y Lenin para
inspirar a los cubanos, también valdría la pena notar cómo los trabajos de Gramsci
tuvieron un impacto, quizás tan grande como el de los dos intelectuales, para los
que empezaron la revolución cubana, especialmente a pesar del supuesto comen-
tario de Martí sobre una revolución cubana encabezada por el proletariado. Según
Friedman:
In many ways the Cuban revolution was less Leninist and more Gramscian to begin with.
Para Guillén, y todos los cubanos que eran leales a Castro, abandonar el país y su queri-
do líder era una traición imperdonable. Era la responsabilidad de todos unificarse para
mejorar el país, asegurar que no sea susceptible a los capitalistas, y en última instancia
realizar el gran sueño de Martí.
«(RE) Apropiando los intelectuales orgánicos en Cuba» 103
En resumen, como Gramsci nota en sus cuadernos, el que manipula la ideología tiene todo
el poder político. Castro, con la ayuda de la ideología socialista y su propagación a través
de los intelectuales orgánicos como Gutiérrez Alea y Guillén, era capaz de transmitir su
mensaje a ambos niveles conscientes y subconscientes. Por el apoyo económico y político
de Castro, los intelectuales orgánicos podían crear mercancías que no solo eran fácilmente
adquiridas por las masas pero, también buscadas por ellas. Mientras las masas intentaban
participar en la cultura, de una manera abierta a veces y subliminal en otras ocasiones, eran
adoctrinadas con una ideología socialista que intentaba crear más cohesión entre los cuba-
nos y, eventualmente por el hecho que se hizo popular, con muchos hispanos en las Amé-
ricas. De este modo, al usar su interpretación de Martí, aunque pervertida, Castro, con sus
intelectuales orgánicos, tuvo éxito convenciendo a gran parte de la población cubana que
su dictadura severa era parte del plan de uno de las figuras más veneradas en las Américas.
Miríada Hispánica, 15: pp. 93-105
Abstract
Barely five pages long “El señor Serrano” [Mr. Serrano] by the Argentine author Mempo
Giardinelli is a polysemic tale. The apparent simple narration transcends the anecdote. Its
interwoven themes construct a parable. Between providing a psychological picture and
offering a metaliterary sampler, the story ends up copying real life.
Sinopsis
1
Vidas Ejemplares. Monterrey: Ediciones del Norte, 1982 y Cuentos Completos. Buenos Aires: Espasa Calpe, 1999.
La “telaraña” del personaje establece una antítesis referente a la movilidad del predador
yuxtapuesta a la inmovilidad de la presa. Sujetado en su propia trampa, Serrano se en-
reda en sus elucubraciones. En su mente paralizado por el accidente, se condena a la
pequeñez de su entorno. El encontrarse apresado por circunstancias externas al igual que
impuestas por sí mismo motorizan su disyuntiva.
La oscilación menta del protagonista refleja sus constantes movimientos físicos. Serrano
va y viene, cavila, sale, otea, se mira en el espejo, estudia el pasillo, vigila, escucha y hasta
alza la mano resentida, solo para terminar en la inacción que lo devuelve a su absoluta
soledad. Inmóvil, el errado acto que concibe expone su estado de presa a la vez que niega
su capacidad de predador. Como tal, la cavilación lo lleva al fatuo acecho. Como presa,
la inmovilidad cobra la imagen del punto suspensivo. La vida de Serrano es una vida
suspendida. El texto nos advierte que para lograr objetivos, para al menos competir, no
basta con solo pensarlo. Hay que actuar. Hacer. Atreverse. Sin embargo, ¿cuántos de
nosotros en alguna que otra ocasión hemos sido víctimas de nuestra propia parálisis ¿Por
qué nos envolvemos en telarañas? ¿Cuántos sueños y posibilidades truncamos entregados
a nuestros miedos?
108 Pepo Delgado Costa
Quijotesco
A la vez, “El señor Serrano” media con la tradición literaria. Quijotesco, el protagonista
pretende duplicar lo que ha leído. Que el principio del relato sea el de un lector atrapado en
la espiral de una mala novela policiaca llevada a cabo en un recinto colgado en la absoluta
soledad lo enlaza con la psicología del protagonista alrededor de la cual gira la trama.
Un hombre que vive de ilusiones, que no actúa, que no se impone tareas, desencaja con
su súbita pretensión de querer hacer algo “grande”. La aporía de Serrano es que emplea
su adversidad física como muletilla para justificar su fracaso social. Este señor es un serra-
nito consumido por Buenos Aires. Resentido, hila falsas nociones y en ese espacio vaga,
se enajena. ¿Resultado? Se rebela solo para revelarse perdedor.
La concepción que de sí tiene Serrano es en parte una mediación con lo que consume. Pero,
contrario al personaje cervantino, este carpintero no pretende darse a los caminos como
paladín del bien. Al contrario, la quimera de matar le sirve como calmante para remediar
su situación de presa. Atado al proceso de diferenciación que sufre, ensimismado en la au-
Metaliteratura
Este apartado, extensión del anterior, considera que a través de su personaje lector el
texto en cuestión también contiene un semillero metaliterario que vale la pena explorar.
Por cierto, la cita de Passolini con la que Giardinelli concluye Vidas ejemplares (1982), su
primer libro de cuentos, es la misma que dieciocho años después reproduce en el “Bre-
vísimo Prólogo” de la antología Cuentos Completos (1999).
Durante años escribí este libro, sin saber qué libro sería. Soñé cada relato, lo resoñé y lo dejé
imaginarse solo. Me permití olvidos sabiendo que, de algún modo, las historias retornarían si
querían ser escritas. Y en todo momento tuve presente y compartí la pregunta que aparece en
las últimas escenas del Decamerón de Pier Paolo Passolini: ¿Para qué producir una obra, si es tan
bello soñar con ella? (7).
Aunque el <soñar> al cual Giardinelli alude es disímil al <soñar> del personaje Serrano,
¿no le hace eco el dogma de Passolini a la dinámica del texto considerado aquí? El en-
«La carpintería de la soledad creadora» 109
lace que planteo surge al considerar que autor y personaje se bandean entre el deseo y
el ensueño de una realización. El empeño creador igual apunta tanto al ámbito autoral
como al del protagonista en que, uno piensa y no escribe y el otro piensa y no actúa. Por
consiguiente, el hecho de que la cita que cierra el primer libro de Giardinelli prologue
años después una sobresaliente antología establece una constante preocupación creativa
–personificada– en el protagonista discapacitado.
En “El señor Serrano” el autor le extiende a su personaje la pugna creativa que problema-
tiza en su prólogo entre lo que sueña y hace. Por tanto, Serrano semeja al escritor quien
sabe que jamás abarcará lo grande y perfecta que es su empresa según la soñó. Al añadirle
al personaje Serrano la dimensión literaria de activar su imaginación en base a su papel
de lector, Giardinelli recalca la soledad y frustración del ente creador.
Prosiguiendo con esa línea, si por un momento brincamos del comienzo al final del cuen-
to, encontramos que el narrador declara que Serrano es “un pobre tipo” que se hundirá en
su desgano puesto que “hacer algo grande [...] era tan lejano e inimaginable como la cara
de Dios” (109). De allí, que Serrano haya sido carpintero no debe pasar por desapercibido
Miríada Hispánica, 15: pp. 107-113
puesto que tal oficio evoca el trabajo del escritor, del creador. Giardinelli, a través de Serra-
no, escribe el cuento del genio estrictamente mental, del carpintero que arma muebles en
el aire, del soñador abstruso cuyo problema, advierte, es la falta de constancia.
Al rebobinar, no me parece gratuito que el comienzo del cuento, donde Serrano lee una
novela, sea reflexivo. Que un texto literario comience con la lectura de otro traza una línea
introspectiva la cual debemos rastrear. Mientras la lectura impulsa al protagonista, al mis-
mo tiempo el cuento insinúa que el gusto literario del personaje es tan inferior como sus
decisiones. Ello anima este otro tema relacionado al acto creativo el cual plantea que lo que
nosotros leemos sobre Serrano es superior a lo que él lee. Tal distinción entre buena y mala
literatura recuerda la antigua pero siempre vigente opción estética de “escribir mal, bien”
como Cortázar, Arenas y tantos otros han hecho. De tal forma “El señor Serrano” empalma
la función del escritor en relación a la consciencia del artificio literario. El comienzo del
cuento parodia asuntos relacionados con la escritura como el talento, el estilo y el móvil del
escritor. Por tanto, el texto ubica la atención en el oficio del artista. Es decir, aquel quien
maneja el código autoral de la ilusión. En resumidas cuentas, recae en el escritor que el
lector asuma la mentira como verdad, tal cual sucede con Serrano y con nosotros.
Mirar la foto de Lawrence Sisler es ver a Serrano. Me parece curioso que estos dos hechos
aproximan a una obra con la otra: su cercanía de origen (1982 para el cuento y 1984 para
la foto) y que los apellidos de ambos hombres comienzan con la letra S (Serrano y Sisler).
Además, entre otros juicios, adelanto el siguiente: en el caso del personaje literario, este
termina en el vacío en que se encuentra no solo por el accidente laboral, sino también
por el desamor que tuviera con Angelita Scorza, quien lo abandona por “la pasión que
en ella despertó un estudiante de medicina” (107). Afín, Sisler, nos cuenta Moore […]
“will tell you, if you listen, about being married to a bad woman who gave him some good
children.”(46)2
2
“Lawrence Sisler in His Room in What Was Formerly the Marting Hotel, November 1984.” Face to Face:
The Photography of Lloyd Moore. Rajko Grlic, ed. Ohio University: Kennedy Museum of Art, 2004.
Erradas o no mis reflexiones, las siguientes frases del cuento, sumadas a una observación
minuciosa de la pieza fotográfica, comprueban que de forma análoga la soledad rebasa
fronteras narrativas, cercena y se impone. Allí, arguyo, reside la parábola de “El señor
Serrano”.
[...] ese almanaque del año pasado que no se había molestado en cambiar, como único
adorno [...]
[...] Y volvió a sentarse [...]
[...] Vivía en esa pieza desde hacía
veinte años [...]
[...] se aburría mucho [...]
[...] Soñaba con cambiar su destino, si lo tenía, si acaso el destino fuera a ocuparse de él [...]
[...] Tenía la piel curtida, dura, de hombre que ha pasado toda su vida a la intemperie, cas-
Miríada Hispánica, 15: pp. 107-113
Es a través de dos hombres disimilares (uno argentino y ente de ficción, el otro nortea-
mericano y de carne y hueso), que entendemos la tara de la más enraizada e invariable
soledad. Solo hacedores, gente de acción, carpinteros de la palabra o de la imagen como
Giardinelli y Moore nos enfrentan cara a cara a esa verdad. En ese espejo, nos reconoce-
mos todos.
Resumen1
1
Ary Malaver es Doctor en Estudios Hispánicos, con una tesis sobre microdiscursividad y microtextualidades
literarias y audiovisuales. Ha publicado estudios de microficción en distintos medios, incluyendo Minificción y nanofi-
lología: Latitudes de la hiperbrevedad (2017), editado por Ana Rueda. Algunos de sus microrrelatos y cuentos han apa-
recido en Revista Cronopio, Plesiosaurio y Movimiento Paroxista. Mantiene los sitios web “microrrelatos-microfiction”
y “microrrelatos ▲▼ (fractals)”. Actualmente se desempeña como Profesor Asistente de Español en la University of
North Georgia en Estados Unidos.
En el ámbito de las plataformas electrónicas, memes, gifs y una serie de textos breves en redes so-
ciales destacan por su capacidad de integrar distintos registros: escritura, sonido, imagen, video
o animación. Estas brevedades digitales exhiben muchos de los rasgos esenciales al microrrelato
literario. Ahí están, por ejemplo, la simpleza sintáctica, el sentido paródico, la intertextualidad o
la hibridación, estrategias comunicativas que apuntan a hacer del lector o usuario el verdadero
protagonista. Y, sin embargo, desde una posición tradicional y purista (enfoque contrario al pro-
puesto aquí), la dimensión microficcional de estas brevedades digitales –vale decir su condición
de microrrelatos– puede hacerse de lado arguyendo una ausencia de narratividad y/o ficciona-
lidad. Partiendo de una rápida mirada al microrrelato en la red, paso a examinar algunas de las
Miríada Hispánica, 15: pp. 117-128
peculiaridades más relevantes de estos tres casos de microtextualidad digital, resaltando en cada
caso su pertinencia en la discusión de lo que constituye una micronarración.
2
Por ejemplo, se puede consultar la “webnovela” Don Juan en la frontera del espíritu (2004) del español Juan
José Díez; el “hipermedia narrativo” Gabriella Infinita (2005) del colombiano Jaime Alejandro Rodríguez; o
las novelas del escritor peruano-venezolano Doménico Chiappe, La huella de Cosmos (2006), “novela colectiva
hipermedia”, y Tierra de extracción 2.0 (2007), realizada en colaboración con Andreas Meier.
3
Consúltese, por ejemplo, el relato hipertextual de “Pentagonal: incluidos tú y yo” (2001), del chileno Carlos
Labbé. Ahí también están los cuentos hipertextuales e hipermedia de la costarricense Paula Solano Mora dispo-
nibles en la siguiente dirección: http://sideralproducciones.angelfire.com/.
4
El término es de Michael H. Goldhaber quien lo propone en “The mentality of Homo interneticus: Some
Ongian postulates” (2004).
Fig. 3. Meme tomado del sitio Mis portadas. Fig. 4. Meme tomado del sitio Taringa!
5
Excúsese aquí la referencia personal, pero esta falta de condensación y esencialidad se desdice al ver ejem-
plos como “1”, un microrrelato que integra escritura, audio y video. La integración multimedia en este relato
mínimo ocurre en un mismo plano (en este caso no hay que desplazarse a otra pantalla), lo que contribui-
ría a una experiencia inmediata. Se puede acceder a este este el siguiente enlace: http://microrecits.blogspot.
com/2013/10/1.html.
Ahora bien, la resignificación que ilustra el tipo de meme en cuestión se sustenta en una na-
rrativa verboicónica que la acerca tanto al cómic como al chiste. Al cómic por el montaje que
concatena contenidos verbales y visuales a la manera de una viñeta en primer plano; al chiste
Miríada Hispánica, 15: pp. 117-128
por su toque efectista e intención festiva. Ciertamente, aquí no tenemos el acostumbrado suceso
tripartito de entrada, desarrollo y desenlace, estructura del chiste clásico. Lo que proponen estos
memes es la rearticulación de sentidos en los discursos y actitudes asociados a distintos persona-
jes para (re)crear una discursividad mental más allá de las breves marcas verboicónicas objetivas.
Por ejemplo, en la figura 3 aparecen tres elementos esenciales: la imagen de Sócrates; su célebre
Sólo sé que no sé nada; y la inscripción “Solo sé que no era penal”. A partir de estos nuestra
mente recrearía, narraría, una historia (graciosa, ingeniosa, mala, son algunos calificativos po-
sibles, pero historia al fin y al cabo). Como se propone desde el enfoque psiconarratológico9, lo
importante aquí no son tanto las marcas textuales objetivas del relato, sino las construcciones
mentales del lector (Bortolussi and Dixon 97). Nuestra mente, entonces, articularía un relato,
no en la manera sucesiva y lineal, típica del plano escritural, (“Un día Sócrates fue a ver un juego
6
Forma tradicional japonesa que integra versos escritos con imágenes. Sobre esta yuxtaposición escrito-pic-
torial Cheryl Crowley observa que “[e]l placer que tiene el lector-espectador en el haiga es el de establecer cone-
xiones entre texto e imagen; en los haiga más interesantes, las conexiones son muy sutiles” (186, mi traducción).
7
Consúltese, por ejemplo, el Emblematum liber (1531) de Andrea Alciato.
8
En el caso del emblema se debe notar que la inscriptio, o sea el epigrama o frase, era articulada por una
persona distinta al grabador, responsable de la pictura, la imagen que acompaña al texto escrito. Aun cuando
imagen y escritura no siempre concurrían en un mismo proceso creativo, ambos elementos eran yuxtapuestos
hacia un propósito común: una propuesta didáctica o moralizante.
9
En Psychonarratology: Foundations for the Empirical Study of Literary Response (2003), Bortolussi y Dixon postulan
un trabajo interdisciplinario que convoca a la narratología, la metodología empírica de la psicología cognitiva y los
estudios de procesamiento del discurso. Desde su posición interdisciplinaria y antiestructuralista, estos dejan de privi-
legiar el binomio texto-autor para afirmar que “[l]a estructura de la trama…debe ubicarse en la representación mental
que el lector se hace de una historia, y no exclusivamente en indicadores objetivos en el texto” (114, mi traducción).
Fig. 5. Captura de pantalla de un gif, tomado del sitio web Kappit.
10
Se debe resaltar que la microdiscursividad humorística y paródica, de elaboración simplista y narrativas
formulaicas, que practican los memes de internet no está exenta de proyección ideológica. Al respecto se puede
consultar el artículo “#soyautodefensa: Los memes propagandistas de las autodefensas de Tierra Caliente (Méxi-
co)” de Esther Díaz Martín. En este la autora destaca que “[l]os memes de internet como técnica de propaganda
insurgente se presentan como un fenómeno que rebasa los límites de previos modelos analíticos en cuanto a
medios de promover consenso ideológico” (94).
11
Titulado “Pickpocket nicks a phone, immediately notices the surveillance camera”, el gif es incluido en
el siguiente enlace: https://www.reddit.com/r/Instantregret/duplicates/5eg1l6/pickpocket_nicks_a_phone_im-
mediately_notices_the/
12
Considérese dos casos paradigmáticos: Cuentos del libro de la noche (2005), de José María Merino, y Seísmos:
Cuentos d seis palabras (2011) de Javier Puche y Riki Blanco.
13
Desconocedor de otras propuestas, me refiero a la página en Facebook: microrrelatos–microfiction, manteni-
da por quien escribe: https://www.facebook.com/microrrelatos/.
Algunos de mis gifs cuentan una historia entera en sólo 2 segundos. Por ejemplo, en mi serie
Models Go-Sees, presento a Malaika Firth, la primera modelo negra en aparecer en una campaña
de Prada en los últimos 20 años. Malaika tiene una personalidad de tipo ‘tú-puedes-lograrlo’
contagiosa; su cuenta en Instagram es un diario empoderador de autoayuda para chicas jóvenes.
Fig. 6. Captura de pantalla de el gif de Elle Fig. 7. Segunda imagen integrada en él.
Muliarchyk.
Miríada Hispánica, 15: pp. 117-128
La figura aquí presente incluye una historia (una persona que se levanta muy tem-
prano y que siente la necesidad de comunicarse a través de la red) con conflicto
(comentarios de terceros sobre la narradora y su predilección por el chisme) y per-
sonajes (la narradora y otras mujeres que la acusan de chismosa). Estamos ante un
texto breve que nos cuenta una historia; un microrrelato. Ahora bien, en principio,
los indicadores espaciotemporales emplazarían los eventos descritos en relación a
hecho objetivos en torno a una persona ‘real’. Así, la historia quedaría consignada
al ámbito de lo factual o real. Según los lineamientos de la microficción, este mi-
crotexto no calificaría como microrrelato. Pero, ¿qué ocurre si se nos revela que el
texto anterior es ficticio? Desconozco si tal es el caso, pero no es difícil imaginar un
usuario de Facebook que incluya un ‘estado falso’ articulado un texto ficticio breve
con los consabidos elementos: historia, conflicto y personajes, presentándonos así
un microrrelato.
124 Ary Malaver Compara
Lo mismo ocurre en Twitter, como se observa en el siguiente ejemplo:
Sin duda, tal como Melissa Mix Hart nos lo recuerda en “Beyond the eBook. The Pi-
nocchio Revolution –When the Protagonist Comes to Life”, “la relación entre los bino-
mios realidad-fantasía, ficción-no-ficción, online-offline tiene límites que a menudo se
vuelven difusos e indistinguibles” (148 mi traducción). Toda esta incertidumbre sobre
lo ficticio y lo factual estaría encerrada en el término “facebook fiction”, definido por
Mix Hart como un tipo de ficción innovador por la transformación de una historia
preconcebida, así como por su construcción en tiempo real. Este es, me parece, el caso
ilustrado en la figura 8. Por otro lado, en Stories and Social Media, Ruth Page destaca que
nuestras expectativas éticas con respecto a la (in)autenticidad de narraciones literarias
son trasplantadas a publicaciones en medios como YouTube, Facebook o Twitter. Lo que,
de acuerdo a nuestras interrogantes sobre ficción y realidad, significaría que, al igual que
para los lectores tradicionales, para el lector internauta diferenciar hechos objetivos de
fantasía o ficción sería también una cuestión relevante.
Aun así, lo importante, opina Eugenia Kuznetsova, en “Social Network Services as Fic-
tion Generating Platform and the Rise of Social Media Fiction”, es determinar quién es
capaz de clasificar estos mensajes en las redes sociales como ficción. Ante la ausencia de
mayores indicadores contextuales en estas plataformas mediáticas, a menudo, no tene-
mos otra opción que hacer nuestras propias lecturas factuales o ficticias. La ambigüe-
«Memes, gifs y otras brevedades digitales: multimedialidad, narratividad…» 125
dad respecto al punto de enunciación, ficticio o no, vuelve a estos textos fenómenos
fascinantes que destacan la recurrencia de la experiencia pragmática ante este tipo de
microtextualidad, narrativa venimos diciendo, en la red. En este punto, y para concluir,
me parece apropiado considerar un tipo particular de convergencia entre lo ficticio y lo
factual en la discursividad practicada en estas plataformas. Me refiero en concreto al uso
de citas o fragmentos literarios para comentar sobre el ‘estado personal’, como se observa
en el siguiente ejemplo:
Fig. 10. Estado de un usuario peruano en Facebook. Captura de pantalla realizada
el 22 de noviembre de 2015 a las 11:33 am.
Miríada Hispánica, 15: pp. 117-128
El texto citado dice: “Uno tiene la sensación de que ya llevas en el bolsillo lo que andás buscando”.
Conclusiones
La ambigüedad en torno a lo real y lo ficticio que nos presentan las distintas prácticas
microtextuales en plataformas electrónicas es un tema que habría de ser más atendido en
los estudios sobre microficción. Como se ha explicado, estos textos, en cuanto narrativos
y ficticios (cuando así son leídos), funcionan como microrrelatos. No se puede afirmar
que un texto carece de narratividad sin entender bien los aspectos pragmáticos de textos
que dejan de lado la progresión secuencial que prima en la producción literaria. Con una
narratividad verboicónica que establece relaciones no lineales y que demanda lecturas
126 Ary Malaver Compara
hipertextuales por asociación, gifs y memes constituyen piezas microficcionales con un
paradigma narrativo de una complejidad distinta a la de los microrrelatos literarios. El
estudio y análisis de estas formas habrá de contribuir al desarrollo de enfoques teóricos
en el estudio sobre microficción. El hibridismo tan propio de las microformas aquí men-
cionadas requiere de un análisis metodológico interdisciplinario, y aquí se ha propuesto
la idoneidad del enfoque psiconarratológico, aproximación que destaca la importancia
de las representaciones mentales de los lectores durante los procesos de lectura, más allá
de la información perceptual objetiva en el texto. Un enfoque que enfatice la experien-
cia pragmática del texto es imprescindible en el estudio de microformas (microrrelatos,
micrometrajes, etc.) a menudo elípticas y de simplicidad sintáctica que buscan hacer del
lector o usuario un agente (co)creador de significados.
Por otro lado, las narrativas verboicónicas no lineales propuestas por memes y gifs cons-
tituyen prácticas que ocurren a ambos lados del Atlántico, lo que supone experiencias
similares de creación y recepción en el mundo castellanoparlante contemporáneo. Por
ello, al poner en perspectiva el amplio alcance de las plataformas digitales, es posible
presagiar, en un futuro no tan remoto, una microficción de mayor complejidad. Los gifs,
143
CONTENIDOS
DE
MIRÍADA HISPÁNICA
La estructura de Miríada Hispánica está concebida en torno a tres ejes principales:
Los trabajos serán remitidos a dos evaluadores anónimos propuestos por los
miembros del comité editorial y/o el comité científico de Miríada Hispánica. Es
requisito imprescindible para la publicación de los trabajos la obtención de dos eva-
luaciones positivas. La evaluación se efectuará en relación a los siguientes criterios:
148
Evaluación de las contribuciones
• Escribe por favor una evaluación que pueda ser compartida (de manera
anónima) con el autor del artículo.
• Indica las razones para tu recomendación
Fecha de envío
1. Evaluación general
Con el objeto de ayudarnos a tomar una decisión sobre el artículo recibido, por
favor realiza una evaluación acorde a los siguientes criterios y usando una escala del 1
(malo) a 5 (excelente). Por favor, rellena esta tabla:
CRITERIO 1 2 3 4 5
Originalidad e interés del contenido tratado
Claridad y adecuación del título y el abstract con el artículo.
Objetivo del artículo
Base crítica y metodólogica de la investigación
Solidez de la argumentación y las conclusiones alcanzadas
Estilo y uso del lenguaje.
Relevancia de la bibliografía
149
2. Recomendación
* Publicar * Rechazar * Aceptar, sujeto a revisión y cambios *
* Por favor indica los comentarios oportunos para que el autor pueda realizar
cambios efectivos en su artículo.
Razones para tu recomendación / Sugerencias / Comentarios para el autor:
150
NORMAS DE
ESTILO
Y
PUBLICACIÓN
NORMAS DE ESTILO
Normas generales
Ejemplo:
1. Introducción
1.1. Objetivos principales
1.2. Fundamentación pedagógica
154
Citas textuales
Bibliografía
155
NORMAS DE PUBLICACIÓN
Las contribuciones deberán respetar las normas de MLA (www.mla.org) Modern
Language Association of America.
En líneas generales la revista intenta reducir al máximo las notas al pie de pági-
na, incluyéndolas dentro del texto y evitando así repeticiones de información. Los
datos bibliográficos de los libros sólo deben ir desarrollados en la bibliografía que
se encuentra al final de cada artículo. Se recomienda la concisión y brevedad en las
citas intratextuales, y la información completa y precisa, sin escatimar dentro de la
bibliografía datos que puedan servir al lector.
Cada artículo debe ir acompañado por una bibliografía donde aparezcan todas
las obras mencionadas y utilizadas por el autor. Debe estar organizada alfabética-
mente por apellidos.
1) Libros
Debe citarse el título del artículo entre comillas, antecediendo al título del libro
donde se encuentra.
Citar utilizando el apellido del autor del artículo al que se hace referencia:
— Apellido del autor, nombre. “Título del artículo” (entre comillas). Nombre
del libro (cursivas), ed. Nombre del editor. Lugar de publicación: Editorial,
año. Páginas:
Goic, Cedomil. «La novela hispanoamericana colonial». Historia de la litera-
tura hispanoamericana. Tomo I. Época Colonial, ed. Luis Iñigo-Madrigal.
Madrid: Ediciones Cátedra, 1982. 369-406.
Si se utilizan varios artículos de un mismo libro se deben incluir todos los datos
bibliográficos en cada una de las referencias, y también incluir una referencia
bibliográfica al libro completo, en la que aparezcan los editores o recopiladores al
principio de la cita. Esto facilita al lector encontrar con rapidez y claridad el lugar
donde se encuentran editados los artículos y el libro:
— Franco, Jean. «La cultura hispanoamericana en la época colonial». Historia
de la Literatura hispanoamericana. Tomo I. Época colonial. Luis Iñigo-Ma-
drigal, editor. Madrid: Ediciones Cátedra, 1982. 35-56.
158
— Mignolo, Walter. «Cartas, crónicas y relaciones del descubrimiento y la con-
quista». Historia de la literatura hispanoamericana. Tomo I. Época colonial.
Luis Iñigo- Madrigal, editor. Madrid: Ediciones Cátedra, 1982. 57-116.
— Roggiano, Alfredo. «Bernardo de Balbuena». Historia de la hispanoamerica-
na. Tomo I. Época colonial. Luis Iñigo-Madrigal, editor. Madrid: Ediciones
Cátedra, 1982. 215-224.
— Iñigo Madrigal, Luis, editor. Historia de la literatura hispanoamericana.
Tomo I. Época colonial. Madrid: Ediciones Cátedra, 1982.
4) Periódicos
El orden en que deben aparecer los datos es el siguiente: apellido del autor, nom-
bre. «Título del artículo». Nombre del periódico (cursivas). Fecha (día, mes, año):
sección, página:
— Cabrujas, José Ignacio. «Con real y medio». Nacional. 16 nov. 1990: C-7.
Algunos periódicos contienen diferente información en sus distintas ediciones.
En este caso es importante especificar la edición después de la fecha y precedido por
una coma:
— Collins, Glen. «Single-Father Survey Finds Adjustment a Problem». New
York Times. 21 Nov. 1983, late ed.: B-17.
Las citas o referencias intratextuales deben marcarse entre paréntesis dentro del
texto de la siguiente manera:
1) La información intratextual sólo requiere el apellido del autor y el número
de la página. No se separan por ningún signo. Cuando son páginas no con-
tinuas, se separan con comas. No se utilizan las abreviaciones ‘p.’, ‘pp.’, ‘pág.’
o ‘págs.’: (Rorty 38) o (Heidegger 25, 42)
159
2) Cuando existen varias obras del mismo autor se le añade a la cita intratex-
tual el año que corresponde en la bibliografía. El apellido del autor, el año
de la edición y el número de la página no se separan por ningún signo:
(Ricoeur 1969 33)
3) Cuando varias obras del mismo autor corresponden al mismo año, entonces
se coloca una letra –en orden alfabético– al lado del año. Esta misma refe-
rencia debe mantenerse en la bibliografía al final del texto.
Ejemplo:
[En la Bibliografía]:
Davidson, D. (1997a) «Indeterminism and Antirealism». En: Subjective, In-
tersubjective, Objective. Oxford: Claredon Press, 2001. 69-84.
Davidson, D. (1997b) «The Emergence of Thought». En: Subjective, Inter-
subjective, Objective. Oxford: Claredon Press, 2001. 123-134.
[En el texto]: (Davidson 1997a 85) o (Davidson 1997b 42).
6) Cuando está claro el nombre del autor, puede incluirse únicamente el nú-
mero de página (y si es necesario se incluye el año de la edición, si existen
más obras del mismo autor; ver numeral 2).
10) Esto se aplica a todos los casos, con excepción de los textos clásicos. En éstos
se utiliza la convención canónica relativa a la obra a la que se hace referencia.
Por ejemplo:
Según señala Kant, «la unidad en la multiplicidad, criterio de la belleza pura,
define las formas bellas» (KU 267, 291), y describe aquella relación en la que
el objeto se muestra al sujeto en su apertura más originaria.
Aristóteles despliega algunos argumentos para demostrar «que hay un prin-
cipio y que las causas de los seres no son infinitas» (Met. 994a1-2).
3) Si existen comillas dentro del texto que se cita, las comillas generales de la
cita deben ser dobles y las que están dentro de la cita deben cambiarse a
simples:
161
Como lo señala Antonio González: «El núcleo social de la familia, a su vez,
funciona como el modelo ‘natural’ de la comunidad nacional, con los mis-
mos ideales de unión, y con las mismas jerarquías»
4) Las comillas siempre preceden a otra puntuación (la coma, el punto, Habla
de la existencia de «montones de notas sobre una novela».
11) Se recomienda no usar abreviaturas y siglas en el cuerpo del texto. Si tuvie-
ran que usarse (para uniformar criterios) nombramos algunas abreviaturas
reconocidas y usadas por la revista:
Ant. (Antología) - Col. (Colección) - Comp. (Compilador) - Ed. (Editorial)
- ed. (1ra ed.; 2da ed.) - ed. (editor) - O. C. (Obras Completas) - seud. (Seudó-
nimo).
163