Fallo Revision Corte Constitucional Su190-21
Fallo Revision Corte Constitucional Su190-21
Fallo Revision Corte Constitucional Su190-21
Magistrada ponente:
DIANA FAJARDO RIVERA
SENTENCIA
I. ANTECEDENTES
1“Bean Bag” es un proyectil de arma de fuego de carga múltiple, que consiste en una bolsa pequeña de
material textil (kevlar) con múltiples perdigones de metal o de plomo. Cfr. Reuters Investigates (2019).
Weapons of Mass Control, Tactics of Mass Resistance.
https://www.reuters.com/investigates/special-report/hong-kong-protests-violence/ En este caso, la bolsa era
de aproximadamente 4,7 centímetros y los perdigones, cada uno, de 2.02 mm de diámetro. Protocolo de
necropsia, página 3, visible a folio 14 del cuaderno del conflicto de jurisdicciones.
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2. Un juzgado de instrucción penal militar y un despacho de la Fiscalía
General de la Nación se consideraron a sí mismos competentes para adelantar
la investigación contra el uniformado. En consecuencia, se suscitó conflicto
positivo de jurisdicciones, el cual fue resuelto mediante Auto del 12 de
diciembre de 2019, por la Sala Jurisdiccional Disciplinaria del Consejo
Superior de la Judicatura. La autoridad judicial asignó el conocimiento del
asunto a la Jurisdicción Penal Militar, representada en ese caso por el Juzgado
189 de Instrucción Penal Militar de Bogotá. Consideró que, de conformidad
con las pruebas allegadas, la actuación del capitán de la Policía había sido un
acto propio del servicio.
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las cuales de ninguna manera estuvo justificado el uso de la fuerza. Así
mismo, destaca que merece mayor reproche en aquellos supuestos en los
cuales es causada por el Estado, sin existir situaciones propias de un conflicto
armado, un motín o un disturbio ciudadano.
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11. Por su parte, mediante comunicación del 28 de mayo de 2021, el
Juzgado 189 de Instrucción Penal Militar2 indicó que no le era posible
pronunciarse sobre las pretensiones de la demanda de tutela. Esto, por cuanto
en su momento había avocado la investigación de los hechos, al considerarse a
sí mismo competente para hacerlo, lo cual, además, había sido luego
ratificado por la Sala Jurisdiccional Disciplinaria del Consejo Superior de la
Judicatura. En todo caso, indicó que se ha garantizado los derechos de las
partes que han participado activamente en el curso del trámite a su cargo.
Adicionalmente, informó que avanzaba en la etapa probatoria y, mediante
Auto del 3 de mayo de 2020, había dispuesto la apertura de investigación
contra el capitán Manuel Cubillos Rodríguez, por el delito de homicidio
culposo.
13. Determinó que en el marco del trámite que condujo a la emisión del
auto acusado, la Fiscalía, en efecto, solo había allegado un breve escrito con
los argumentos que sostenían su posición. Subrayó que no había relacionado
los medios de convicción recolectados durante la actividad investigativa y, en
particular, las entrevistas recibidas por el CTI, a las que hizo alusión la
accionante en su escrito. Los únicos elementos de juicio que pudieron ser
valorados por la Sala Jurisdiccional Disciplinaria, precisó, fueron las
declaraciones unánimes de los uniformados del ESMAD, según las cuales, su
procedimiento estuvo justificado por los “desórdenes” que se presentaron.
2 El Juzgado 189 Penal Militar no contestó inicialmente la acción de tutela, pese a haber sido debidamente
vinculado por la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia (supra párr. 8). Sin embargo, al no
existir certeza dentro del expediente de que hubiera sido debidamente notificado, en sede de revisión se
dispuso ponerle en conocimiento la demanda de amparo y las sentencias de primera y segunda instancia, para
que si, lo consideraba pertinente, se pronunciara al respecto (ver infra párr. 32). En respuesta, el Despacho
vinculado se manifestó en los términos indicados en el texto.
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15. De este modo, ordenó a la Fiscalía remitir con destino a la Sala
Jurisdiccional Disciplinaria las citadas entrevistas, así como la totalidad de los
elementos de juicio recaudados, con el fin de que se procediera nuevamente al
estudio del caso.
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fuerza, ante los ataques con piedras y otros objetos de los que estaban siendo
objeto por parte de los manifestantes.
20. Por otro lado, la accionada transcribió también algunos apartes de las
cuatro entrevistas recepcionadas por la Fiscalía General de la Nación que,
según la accionante, fueron omitidas en la decisión que fue objeto de la acción
de tutela. En estas no se hace referencia a que el ESMAD haya recibido
agresiones previas de los manifestantes y, en sentido opuesto, señalan que los
integrantes del Escuadrón procedieron, con las denominadas armas menos
letales, contra quienes se manifestaban en la vía pública. Sin embargo, luego
de reseñar sus narraciones, indicó: “las declaraciones rendidas por los
Señores Héctor Wilmar Olarte Cancino, Fabián Paredes Aristizábal,
Alexandra Paola González Zapata y Angie Lorena Medina Panqueba, si bien
eventualmente podrán establecer cómo se dieron los hechos materia de
investigación; en lo que respecta a esta Colegiatura, no permiten concluir que
la actuación del Capitán (sic) MANUEL CUBILLOS RODRÍGUEZ haya
sido ajena al servicio. Es cierto que dichas personas se encontraban en el
lugar de los hechos, pero será́ el Juez competente y no el Juez del conflicto
quien determine el valor que deberá́ dársele a las mismas en aras de
determinar si la conducta del Capitán Manuel Cubillos Rodríguez encaja o no
dentro de alguno de los tipos penales previstos en el ordenamiento jurídico.”
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24. Una vez allegados los medios de convicción el 27 de febrero de 2021, 3
fueron puestos en conocimiento de las partes y terceros con interés, por tres
días, con el fin de que se pronunciaran, si así lo estimaban pertinente. En el
término de traslado, únicamente el apoderado del capitán Manuel Cubillos
Rodríguez se manifestó al respecto. En escrito allegado a la Corte, solicitó
declarar improcedente la acción de tutela.
25. Señaló que el video del portal 070 y la Universidad de los Andes
“[d]emuestra que la actuación del CAPITÁN CUBILLOS se enmarcó dentro
de la normativa de uso de la fuerza vigente para el momento de los hechos.”
Lo anterior, debido a que la grabación mostraría que el Oficial
“pretend[ió]comunicación con funcionarios públicos de defensoría y gestores
de convivencia.” Igualmente, indicó que el video del portal Razón y Fe
“muestra la existencia de agresiones previas al momento del incidente y
dirigida por parte de varios manifestantes, no solo el señor DILAN CRUZ, lo
que implica que fue necesario hacer uso de la fuerza por parte del
ESCUADRÓN MÓVIL ANTIDISTURBIOS.”
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que “[l]os manifestantes, en vez de despejar las vías cuando se les informa de
viva voz, con gestos o por medio de gestores decidieron, en muchos casos,
devolver los dispositivos utilizados con ese mismo objetivo.”
1.6.3. Intervenciones
4 Según el inciso 4º del Artículo 59 del Reglamento Interno de la Corte: “(…) Mientras la Sala Plena adopta
la decisión sobre cambio de jurisprudencia, se suspenderán los términos de los respectivos procesos. En todo
caso, el proceso deberá ser decidido en el término máximo de tres (3) meses previstos para los casos de
tutela, contado a partir del momento en que la Sala Plena asume la competencia. Sin perjuicio de lo anterior,
el magistrado sustanciador deberá presentar y registrar el proyecto de fallo a la Sala de Plena por lo menos
un (1) mes antes del vencimiento del plazo para decidir.”
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33. En el trámite de revisión se allegaron cinco intervenciones (amicus
curiae) en apoyo de la solicitud de amparo.
35. Indicaron que en las sentencias de los casos Vélez Restrepo y familiares
Vs. Colombia y Quispialaya Vilcapoma Vs. Perú, la CorteIDH ha establecido
una prohibición absoluta a la investigación y juzgamiento de violaciones de
derechos humanos por parte de la Jurisdicción Penal Militar. Con base en
estas decisiones, argumentaron que la Justicia Ordinaria tiene la competencia
para investigar y decidir sobre delitos ordinarios o crímenes internacionales,
incluso si el sujeto pasivo del delito es militar. Solo los delitos contra la
disciplina militar, el servicio, el honor, entre otros bienes jurídicos militares,
tipificados en el Código Penal Militar, indicaron, son competencia de la
Justicia Penal Militar. En consecuencia, afirmaron que las conductas punibles
a las que se refiere el Artículo 122 de la Constitución deben ser interpretadas
como delitos que atenten contra bienes jurídicos militares en ejercicio del
servicio.
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para advertir la persistencia y el aumento del uso abusivo y excesivo de la
Fuerza Pública contra los manifestantes, especialmente en las protestas que
tuvieron lugar durante el mencionado mes de 2019.
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señalado que Colombia debe abstenerse de emplear la justicia penal militar
en casos sobre presuntas violaciones de derechos humanos cometidas por
policías en el marco de manifestaciones.” Finalmente, citan observaciones del
Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, en las que se ha
instado a los Estados Parte, y en particular a Colombia, “a asegurar que el
personal militar esté sujeto a la jurisdicción penal ordinaria por delitos que
no sean de carácter exclusivamente militar.”8
44. En cuanto a las obligaciones negativas, señaló que las restricciones a los
derechos a la libertad de reunión pacífica y de asociación deben ser
excepcionales, en atención a su importancia social y política. Por esta razón,
aseguró que corresponde a las autoridades justificar en debida forma cualquier
limitación que se imponga al ejercicio del derecho a la protesta pacífica.
Precisó que las restricciones a la protesta deben satisfacer los requisitos de
legalidad, necesidad y proporcionalidad, además de cumplir con un objetivo
legítimo. Finalmente, señaló que las fuerzas del orden deben facilitar el
ejercicio del derecho de reunión pacífica, “con miras a reducir al mínimo la
posibilidad de que se causen lesiones a las personas o daños a los bienes”,
como se afirmó en la referida Observación General N° 37.
8 Observaciones finales del Comité de Derechos Humanos: Chile, Doc. de la ONU CCPR/C/79/Add.104,
(1999), párr. 9.
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45. Sostuvo que en caso de que surgieran “situaciones que pueden dar
lugar a la violencia, los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley
deben tratar de reducir la tensión, acudiendo a la mediación o negociación
como técnicas para tal fin, antes de cualquier otra opción.” El recurso al uso
de la fuerza, precisó, debe ser excepcional, justificado igualmente bajo los
principios de legalidad, absoluta necesidad y proporcionalidad. Por último,
agregó que la CIDH y la CorteIDH han establecido que las armas de fuego
deben estar por completo excluidas en los operativos de control de las
protestas sociales.
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49. Por último, la organización interviniente subrayó que ciertas conductas
delictivas, como el abuso excesivo de la Policía contra manifestantes, pueden
ser calificadas como delitos de lesa humanidad si es posible determinar los
elementos de generalidad y sistematicidad a la luz del derecho internacional.
Señaló, con apoyo en reportes de prensa y una decisión del Consejo de
Estado, que las acciones de estigmatización, violencia y criminalización
emprendidas contras los manifestantes se han dado de una manera sistemática
y generalizada. Por esta razón, estimó que dichas acciones pueden constituir
una violación de los artículos 6, 7 y 9 del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos y además un delito de lesa humanidad.
2.1. Competencia
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rechazan la competencia o consideran tenerla en el caso concreto (presupuesto
normativo). Y, por último, la controversia debe ser entre, al menos, dos
autoridades que administren justicia y pertenezcan a diferentes jurisdicciones 9
(presupuesto subjetivo).
56. Por otro lado, el Juzgado 189 de Instrucción Penal Militar manifestó ser
competente para adelantar la investigación, pues desde su punto de vista, el
oficial de la Policía, adscrito al ESMAD, se encontraba en cumplimento de
sus funciones de control de disturbios, conforme a lo previsto en la
Resolución 3002 del 29 de junio de 2017.10 A su vez, aunque de forma menos
desarrollada, el Fiscal 198 Seccional de la Unidad de Vida consideró que le
correspondía adelantar la investigación, entre otras razones, por cuanto “no
todo lo que realice el uniformado como consecuencia material del servicio o
con ocasión del mismo debe quedar comprendido dentro del derecho penal
militar.” Indicó que “el comportamiento debe tener una relación directa y
próxima a la función policiva. Pero el concepto de servicio no puede
equivocadamente extenderse a todo aquello que el agente efectivamente
realice y esto es claramente el objetivo de la investigación.”
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respecto, con fundamento en un criterio funcional-formal se ha determinado
en abstracto qué funciones pueden predicarse de una u otra naturaleza y, por
tanto, el alcance, sentido y ámbito de aplicación de los particulares principios
que respectivamente las gobiernan (autonomía e independencia judicial, y
unidad de gestión y jerarquía). En ese orden de ideas, a modo de subcriterios,
se ha dicho que (i) “[una función] es jurisdiccional cuando de manera
expresa la Constitución o la ley la han calificado como tal”; y (ii) si la
materia sobre la cual ha de decidir el órgano, por facultad que la Constitución
o la ley, de manera explícita o implícita, goza de reserva judicial.13
60. Bajo esa línea, aun cuando el citado Acto Legislativo 03 de 2002,
redujo ostensiblemente las funciones jurisdiccionales de la Fiscalía, esta Corte
ha precisado que aquellas no le fueron retiradas por completo. En ese sentido,
atendiendo el primero de los sub-parámetros antes referidos, se ha calificado
como jurisdiccional, por ejemplo, la facultad prevista en el numeral 2 del
Artículo 250 de la Constitución consistente en “[a]delantar registros,
allanamientos, incautaciones e interceptaciones de comunicaciones.” Dicha
competencia fue reproducida en el numeral 3 del artículo 114 de la Ley 906 de
2004. Por lo tanto, de acuerdo con la jurisprudencia de esta Corporación, se
trata de funciones jurisdiccionales en la medida en que el artículo 28 de la
Constitución dispone que “nadie puede ser molestado en su persona o familia
[...] ni su domicilio registrado, sino en virtud de mandamiento escrito de
autoridad judicial competente.”14
61. Con base en el segundo subcriterio antes señalado, también han sido
calificadas como funciones jurisdiccionales algunas de las previstas en la Ley
1708 de 2014, Código de Extinción de Dominio, precisamente, por tratarse de
materias sobre las que existe reserva judicial. Ejemplo de ellas son las
dispuestas en el artículo 162 de la codificación referida, según el cual “[c]on
el propósito de recaudar elementos probatorios, el Fiscal General de la
Nación o sus delegados podrán hacer uso de las siguientes técnicas de
investigación durante la fase inicial: 1. Allanamientos y registros. 2.
Interceptación de comunicaciones [...] 5. Búsquedas selectivas en bases de
datos. 6. Recuperación de información dejada al navegar en internet. 9.
Escucha y grabación entre presentes.”
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velar por la protección de las víctimas e intervinientes en el proceso; (ii)
presentar escrito de acusación; y (iii) dirigir y coordinar funciones de policía
judicial, salvo las medidas de instrucción en las que exista reserva judicial
(por ejemplo, interceptación de comunicaciones).
66. Así, pese a que la Fiscalía, en tanto parte del proceso, no cumple
funciones jurisdiccionales como regla general, el ejercicio de la acción penal
está ligado de forma necesaria a la activación de la jurisdicción ordinaria. Esa
estrecha e inescindible relación entre la investigación que desarrolla el fiscal y
la determinación de la competencia de los jueces ordinarios para adelantar la
fase del juicio, en criterio de la Corte, comporta que el debate sobre las
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autoridades a quienes corresponde conocer del asunto puede ser planteada
desde la investigación, por parte de la Fiscalía General.15 Existen, además,
relevantes razones constitucionales en sustento de esta conclusión.
68. En un caso como el del ejemplo citado, relativo a una conducta de clara
naturaleza militar, si la Fiscalía no estuviera facultada para promover el
conflicto de jurisdicciones se vería abocada a dos escenarios paradójicos que,
además, irían en contra de los mencionados principios. Por un lado,
teóricamente estaría obligada a emprender una investigación que, sabrá de
entrada, no podrá ser la base de un llamamiento a juicio ante los jueces
ordinarios. De otro lado, en todo caso al culminarla, tendría que presentar la
acusación, a fin de que el juez ordinario promueva el conflicto de
jurisdicciones ante la Jurisdicción Penal Militar.
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acceso y eficacia de la administración de justicia. La Corte ha subrayado los
vínculos entre el principio de celeridad y el derecho al acceso a la justicia,
entendida esta desde una acepción material. De esta forma, ha explicado: la
jurisdicción no cumple con la tarea que le es propia, si los procesos se
extienden indefinidamente, prolongando de esta manera, la falta de decisión
sobre las situaciones que generan el litigio, atentando así, gravemente contra
la seguridad jurídica que tienen los ciudadanos. La administración de
justicia, no debe entenderse en un sentido netamente formal, sino que radica
en la posibilidad real y verdadera, garantizada por el Estado, de que quien
espera la resolución de un proceso, la obtenga oportunamente. (…) Así las
cosas, vale decir, que una decisión judicial tardía, constituye en sí misma una
injusticia, como quiera que los conflictos que se plantean quedan cubiertos
por la incertidumbre, con la natural tendencia a agravarse.”
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Juzgado 189 de Instrucción Penal Militar.
75. De este modo, para poder acudir a la acción de tutela es necesario que:
(i) se cumplan los presupuestos de legitimación por activa y por pasiva, (ii) el
debate planteado presente relevancia constitucional; (iii) no existan otros
mecanismos ordinarios, idóneos o eficaces, de defensa judicial o que, de
existir, hayan sido agotados. Esto, salvo que el accionante se encuentre en
riesgo de sufrir un perjuicio irremediable, en cuyo caso la acción podrá ser
empleada como mecanismo transitorio; (iv) no haya transcurrido un lapso
excesivo, irrazonable o injustificado después de la actuación u omisión que
dio lugar al menoscabo alegado (inmediatez) y (v) de invocarse irregularidad
procesal, ésta tenga incidencia definitiva o determinante en la decisión judicial
que se cuestionada.
18 Sentencias SU-072 de 2018. M.P. José Fernando Reyes Cuartas. SPV. Carlos Bernal Pulido. AV.
Alejandro Linares Cantillo. AV. Antonio José Lizarazo Ocampo y SU-146 de 2020. M.P. Diana Fajardo
Rivera. SV. Alberto Rojas Ríos. SV. Alejandro Linares Cantillo. SV. Antonio José Lizarazo Ocampo. SV. José
Fernando Reyes Cuartas. AV. Cristina Pardo Schlesinger. AV. Diana Fajardo Rivera.
19Sentencia C-590 de 2005. M.P. Jaime Córdoba Triviño. Desde esta decisión, la Corte se ha referido a
requisitos generales y especiales de procedencia de la tutela contra providencias judiciales, los primeros como
condiciones para poder acudir al mecanismo de la acción de tutela (que se ilustrarán en el texto, a
continuación) y los segundos como vías por las cuales una decisión judicial puede ser atacada, como se
explicará infra en el acápite N° III de las consideraciones sobre la procedencia excepcional de la acción de
tutela contra providencias judiciales. Estas vías son equivalentes a los denominados defectos en los cuales
puede incurrir una providencia. Tales defectos son: (i) orgánico, (ii) procedimental absoluto, (iii) fáctico, (iv)
material o sustantivo, (v) error inducido, (vi) decisión sin motivación, (vii) desconocimiento de precedente, y
(viii) violación directa de la Constitución. Por razones de claridad, convendría distinguir entre requisitos de
procedencia y causales de prosperidad de la acción. Los primeros son presupuestos procesales para que el
ciudadano pueda promover el proceso de tutela, todos deben cumplirse y, de no ser satisfecho alguno de ellos,
el juez constitucional no podrá analizar un problema jurídico de fondo. En cambio, los segundos representan
vías argumentativas calificadas por la jurisprudencia constitucional, a través de las cuales una providencia
judicial puede ser atacada y, eventualmente, dejada sin efectos. De este modo, es posible que la demanda de
amparo cumpla los requisitos de procedencia para que el juez se adentre en el análisis de fondo. Sin embargo,
puede ocurrir que la acción no prospere al concluirse que la decisión censurada no incurrió en ningún defecto.
En contraste, la constatación de que la providencia atacada presenta algún defecto implica el previo
cumplimento de todos los requisitos de procedencia.
19
argumentos en el proceso judicial. Por último, (vii) la providencia censurada
no podrá consistir en una sentencia que resuelve una demanda de tutela,
sentencias de la Corte Constitucional ni del Consejo de Estado sobre nulidad
por inconstitucionalidad.20
20
circunstancias en las cuales la accionante presenta la solicitud de amparo, se
plantea la cuestión de si el juez natural, en el marco de una actuación penal,
no solo implica un derecho para el procesado, sino también una garantía para
las propias víctimas. Particularmente, se debate si la garantía del juez natural
compromete sus derechos a un recurso judicial efectivo y al debido proceso.
84. De otra parte, la accionante señaló los hechos y las razones de derecho
por las cuales, a su juicio, la decisión de la Sala Jurisdiccional Disciplinaria
vulneró sus derechos fundamentales. En particular, acusó la decisión de haber
24 La tutela no cuenta con un término preestablecido para su presentación. Esta Corte ha explicado que la
tutela debe presentarse en un término razonable, a partir del momento en que se presentó la acción u omisión
que amenaza o vulnera los derechos fundamentales. Al respecto, entre otras, las sentencias T-143 y T-061 de
2019. M.P. Alejandro Linares Cantillo.
25 Proceso penal militar, cuaderno 2, folios 292 a 295.
26Ibídem, folio 312.
27 La acción de tutela es procedente cuando no existen otros mecanismos de defensa judicial disponibles,
cuando los mecanismos disponibles no resultan idóneos o eficaces según las circunstancias del caso concreto,
o cuando se requiere evitar la consumación de un perjuicio irremediable (Artículo 86 de la Constitución
Política y 6 del Decreto 2591 de 1991). Se ha determinado que, tratándose de sujetos de especial protección o
de individuos que se encuentran en posiciones de debilidad manifiesta (v.gr. por su edad, salud o condición
económica), el análisis de procedibilidad formal se flexibiliza. Ver sentencias SU-049 de 2017. M.P. María
Victoria Calle Correa. SPV. Alejandro Linares Cantillo. SPV. Gloria Stella Ortiz Delgado. SPV. Luis
Guillermo Guerrero Pérez; T-317 de 2017. M.P. Antonio José Lizarazo Ocampo. AV. Gloria Stella Ortiz
Delgado; y T-443 de 2017. M.P. (e) Iván Humberto Escrucería Mayolo. AV. Alberto Rojas Ríos, entre otras.
21
incurrido en un defecto fáctico y precisó que ello habría ocurrido porque se
dejaron de apreciar varias pruebas, cuyo contenido expresamente menciona.
Además, argumentó cómo lo anterior desconoce sus derechos al debido
proceso y a contar con un recurso judicial efectivo, pues si aquellas hubieran
sido tenidas en cuenta, la decisión de la autoridad accionada habría consistido
en asignar la competencia a la Jurisdicción Ordinaria.
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proceso y el derecho a contar con un recurso judicial efectivo. Señala que la
actuación del oficial investigado implica una grave vulneración del derecho a
la vida, como efecto de la actuación desproporcionada de la fuerza. Afirma
que la muerte de un manifestante no puede ser considerada un resultado
plausible, cuando se sigue de unas circunstancias en las cuales de ninguna
manera estuvo justificada la intervención y el uso de la fuerza por parte del
ESMAD.
2.4. Fundamentos
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I. JUEZ NATURAL Y FUERO PENAL MILITAR
28 Sentencias SU-1184 de 2001. M.P. Eduardo Montealegre Lynett, fundamento jurídico N° 8; T-685 de
2013. M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez. AV. Jorge Iván Palacio Palacio. fundamento jurídico N° 13; T-
590A de 2014. M.P. (e) Martha Victoria Sáchica Méndez, fundamento jurídico N° 2.6; C-328 de 2015. M.P.
Luis Ernesto Vargas Silva, fundamento jurídico N° 5.3; y C-537 de 2016. M.P. Alejandro Linares Cantillo,
fundamento jurídico N° 16.
29 Dado que el juez natural es aquél a quien la Constitución o la ley le ha asignado el conocimiento de
ciertos asuntos para su definición. Sentencias SU-1184 de 2001. M.P. Eduardo Montealegre Lynett,
fundamento jurídico N° 8; T-386 de 2002. M.P. Rodrigo Escobar Gil, fundamento jurídico N° 2.3.2; y C-193
de 2020. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado. SV. Carlos Bernal Pulido. SV. Alejandro Linares Cantillo. AV.
Alberto Rojas Ríos. AV. Diana Fajardo Rivera. A.V. Gloria Stella Ortiz Delgado. AV. Antonio José Lizarazo
Ocampo. AV. José Fernando Reyes Cuartas, fundamento jurídico N° 47.
30 El “ juez natural no puede desligarse del derecho a que se cumplan las formas propias de cada juicio, es
decir, los términos, trámites, requisitos, etapas o formalidades establecidas por el legislador. Se trata de otra
expresión del principio de juridicidad propio de un Estado de Derecho en el que los órganos del poder
público deben estar sometidos al ordenamiento jurídico, no sólo en la función (competencia), sino en el
trámite (procedimiento) para el ejercicio de dicha función.” Sentencia C-537 de 2016. M.P. Alejandro
Linares Cantillo, fundamento jurídico N° 21.
31 Sentencias SU-1184 de 2001. M.P. Eduardo Montealegre Lynett, fundamento jurídico N° 8 y T-386 de
2002. M.P. Rodrigo Escobar Gil, fundamento jurídico N° 2.3.2.
32 Sentencia C-537 de 2016. M.P. Alejandro Linares Cantillo, fundamento jurídico N° 16.
33 Sentencias C-208 de 1993. M.P. Hernando Herrera Vergara, fundamento jurídico N° 2; C-392 de 2000.
M.P. Antonio Barrera Carbonell. AV. Fabio Morón Díaz. SV. y AV. Alfredo Beltrán Sierra. Carlos Gaviria
Díaz. fundamento jurídico N° 2.2.; SU-1184 de 2001. M.P. Eduardo Montealegre Lynett, fundamento jurídico
N° 8; C-594 de 2014. M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub, fundamento jurídico N° 3.4.; C-328 de 2015. M.P.
Luis Guillermo Guerrero Pérez, fundamento jurídico N° 5.6.; C-537 de 2016. M.P. Alejandro Linares
Cantillo, fundamento jurídico N° 16; y C-193 de 2020. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado, fundamento jurídico
N° 47.
34 Sentencias C-200 de 2002. M.P. Álvaro Tafur Galvis, fundamento jurídico N° 3.4.; C-594 de 2014. M.P.
Jorge Ignacio Pretelt Chaljub, fundamento jurídico N° 3.4.; y C-328 de 2015. M.P. Luis Guillermo Guerrero
Pérez, fundamento jurídico N° 5.6.
24
Artículo 29 de la Constitución prevé que “[n]adie podrá ser juzgado sino
conforme a leyes preexistentes al acto que se le imputa, ante juez o tribunal
competente y con observancia de la plenitud de las formas propias de cada
juicio” (subrayas fuera de texto).35 De otro lado, también diferentes
instrumentos internacionales lo han incorporado en sus cláusulas. Así, por
ejemplo, se encuentran la Declaración Universal de Derechos Humanos
(Artículo 10), el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (Artículo
14) y la Convención Americana sobre Derechos Humanos (“CADH”)
(Artículo 8), los cuales, a su vez, han sido objeto de pronunciamientos por
parte de sus intérpretes auténticos (i.e. el Comité de Derechos Humanos y la
Corte Interamericana de Derechos Humanos,36 respectivamente).37
35 Sentencias C-111 de 2000. M.P. Álvaro Tafur Galvis, fundamento jurídico N° 3.1.; SU-1184 de 2001.
M.P. Eduardo Montealegre Lynett, fundamento jurídico N° 8; C-415 de 2002. M.P. Eduardo Montealegre
Lynett, fundamento jurídico N° 39; T-932 de 2002. M.P. Jaime Araújo Rentería, fundamento jurídico N° 3.7.;
C-154 de 2004. M.P. Álvaro Tafur Galvis, fundamento jurídico N° 3.2.; T-685 de 2013. M.P. Luis Guillermo
Guerrero Pérez, fundamento jurídico N° 13; T-590A de 2014. M.P. (e) Martha Victoria Sáchica Méndez,
fundamento jurídico N° 2.6.; C-328 de 2015. M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez, fundamento jurídico N°
5.3.; C-537 de 2016. M.P. Alejandro Linares Cantillo, fundamento jurídico N° 17; y C-674 de 2017. M.P. Luis
Guillermo Guerrero Pérez, fundamento jurídico N° 5.2.5.2.1.
36 Ver, entre otros: CorteIDH, casos Genie Lacayo Vs. Nicaragua. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia
de 29 de enero de 1997. Serie C No. 30; Tribunal Constitucional Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 31 de enero de 2001. Serie C No. 71; Herrera Ulloa Vs. Costa Rica. Excepciones Preliminares,
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 2 de julio de 2004. Serie C No. 107; Yvon Neptune Vs. Haití.
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 6 de mayo de 2008. Serie C No. 180; Radilla Pacheco Vs.
México. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 23 de noviembre de 2009.
Serie C No. 209; Atala Riffo y niñas Vs. Chile. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de febrero de
2012. Serie C No. 239; Corte Suprema de Justicia (Quintana Coello y otros) Vs. Ecuador. Excepción
Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 23 de agosto de 2013. Serie C No. 266; Rodríguez
Vera y otros (Desaparecidos del Palacio de Justicia) Vs. Colombia. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 14 de noviembre de 2014. Serie C No. 287; López Lone y otros Vs.
Honduras. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 5 de octubre de 2015. Serie C
No. 302; Tenorio Roca y otros Vs. Perú. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia
de 22 de junio de 2016. Serie C No. 314; Duque Vs. Colombia. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 26 de febrero de 2016. Serie C No. 310; Gorigoitía Vs. Argentina.
Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 2 de septiembre de 2019. Serie C No.
382; y Mota Abarullo y otros Vs. Venezuela. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 18 de noviembre de
2020. Serie C No. 417. Esta cita retoma lo expuesto en la Sentencia C-674 de 2017. M.P. Luis Guillermo
Guerrero Pérez, fundamento jurídico N° 5.2.5.2.1., nota al pie N° 895.
37 Sentencias C-415 de 2002. M.P. Eduardo Montealegre Lynett, fundamento jurídico N° 39; C-154 de
2004. M.P. Álvaro Tafur Galvis, fundamento jurídico N° 3.2.; T-590A de 2014. M.P. (e) Martha Victoria
Sáchica Méndez, fundamento jurídico N° 2.6.; C-328 de 2015. M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez,
fundamento jurídico N° 5.4.; C-537 de 2016. M.P. Alejandro Linares Cantillo, fundamento jurídico N° 16; C-
674 de 2017. M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez, fundamento jurídico N° 5.2.5.2.1.; y C-193 de 2020. M.P.
Gloria Stella Ortiz Delgado, fundamento jurídico N° 47. Cfr., así mismo, la Observación General N° 32.
“Artículo 14. El derecho a un juicio imparcial y a la igualdad ante los tribunales y cortes de justicia .” Citada
en las sentencias C-674 de 2017. M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez, fundamento jurídico N° 5.2.5.2.1.; y
C-193 de 2020. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado, fundamento jurídico N° 47.
25
y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal u otro carácter.38
99. Por su parte, la medida de la jurisdicción que puede ejercer cada juez o
tribunal se denomina competencia. Esta ha sido definida por la Corte como
“la porción, la cantidad, la medida o el grado de la jurisdicción que
corresponde a cada juez o tribunal, mediante la determinación de los asuntos
que le corresponde conocer, atendidos determinados factores (…).”45 Estos
38 Sentencia C-537 de 2016. M.P. Alejandro Linares Cantillo, fundamentos jurídicos N° 17 y 18.
39 Sentencias C-111 de 2000. M.P. Álvaro Tafur Galvis, fundamento jurídico N° 3.1.; SU-1184 de 2001.
M.P. Eduardo Montealegre Lynett, fundamento jurídico N° 8; C-200 de 2002. M.P. Álvaro Tafur Galvis,
fundamento jurídico N° 3.4.; T-386 de 2002. M.P. Rodrigo Escobar Gil4, fundamento jurídico N° 2.3.2.; C-
415 de 2002. M.P. Eduardo Montealegre Lynett, fundamento jurídico N° 39; C-154 de 2004. M.P. Álvaro
Tafur Galvis, fundamento jurídico N° 3.2.; T-685 de 2013. M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez, fundamento
jurídico N° 13; C-180 de 2014. M.P. Alberto Rojas Ríos, fundamento jurídico N° 7.1.; T-590A de 2014. M.P.
(e) Martha Victoria Sáchica Méndez, fundamento jurídico N° 2.6.; C-594 de 2014. M.P. Jorge Ignacio Pretelt
Chaljub, fundamento jurídico N° 3.4.; C-328 de 2015. M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez, fundamento
jurídico N° 5.2.; y C-193 de 2020. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado, fundamento jurídico N° 47.
40Sentencia C-328 de 2015. M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez, fundamento jurídico N° 5.8.
41 Sentencias C-392 de 2000. M.P. Antonio Barrera Carbonell, fundamento jurídico N° 2.2.1.; C-154 de
2004. M.P. Álvaro Tafur Galvis, fundamento jurídico N° 3.2.; C-985 de 2005. M.P. Alfredo Beltrán Sierra,
fundamento jurídico B.c.; y C-328 de 2015. M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez, fundamento jurídico N° 5.8.
42 Sentencias C-392 de 2000. M.P. Antonio Barrera Carbonell, fundamento jurídico N° 2.2.1.; y C-328 de
2015. M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez, fundamento jurídico N° 5.8. Cfr. Constitución Política (Artículo
116) y Ley 270 de 1996 (Artículo 12).
43 Sentencia C-328 de 2015. M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez, fundamento jurídico N° 5.9.
44 Sentencia C-193 de 2020. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado, fundamento jurídico N° 47. En el mismo
sentido ver Sentencia C-328 de 2015. M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez, fundamento jurídico N° 5.9. Cfr.
Ley 270 de 1996 (Artículo 12).
45 Sentencias C-040 de 1997. M.P. Antonio Barrera Carbonell, fundamento jurídico N° 2.2.; C-012 de 2002.
M.P. Jaime Araújo Rentería, fundamento jurídico N° 6; C-619 de 2012. M.P. Jorge Iván Palacio Palacio,
fundamento jurídico N° 6.5.; SU-242 de 2015. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado, fundamento jurídico N° 28;
26
factores o criterios tienen como objetivo fundamental determinar, en modo
específico, la autoridad judicial que ha de conocer, tramitar y decidir, con
preferencia o exclusión de las demás, un determinado asunto. 46 El Legislador
ha construido un conjunto de factores relevantes, a partir de los cuales se
organiza la garantía del juez natural.
102. En consecuencia, existirá una violación del juez natural cuando (i) se
desconoce la regla general de competencia para la investigación de delitos
27
fijada en la Constitución, como ocurre con la Fiscalía General de la Nación
(las excepciones a este principio están expresamente señaladas en la Carta);
(ii) se violan prohibiciones constitucionales, como aquella que proscribe el
juzgamiento de civiles por militares o el juzgamiento de conductas punibles
por parte de autoridades administrativas; (iii) no se investiga por
jurisdicciones especiales definidas en la Carta, como sería el caso de
indígenas o menores; (iv) se desconoce el fuero constitucional (y el legal); (v)
se realizan juicios ex-post con tribunales ad-hoc; o (vi) se desconoce el
derecho a ser juzgado por una autoridad judicial ordinaria.50
28
garantías de no repetición.55
55 La doctrina formulada en la Sentencia C-228 de 2002 (MM.PP. Manuel José Cepeda Espinosa y Eduardo
Montealegre Lynett), ha sido reiterada y ampliada en múltiples providencias posteriores, desde las C-578 de
2002. M.P. Manuel José Cepeda Espinosa; C-580 de 2002. M.P. Rodrigo Escobar Gil; y C-916 de 2002 (M.P.
Manuel José Cepeda Espinosa), que inicialmente la ratificaron, hasta, recientemente, la C-017 de 2018. M.P.
Diana Fajardo Rivera, pasando por las Sentencias C-004 de 2003. M.P. Eduardo Montealegre Lynett; C-370
de 2006. MM.PP. Manuel José Cepeda Espinosa, Jaime Córdoba Triviño, Rodrigo Escobar Gil, Marco
Gerardo Monroy Cabra, Álvaro Tafur Galvis y Clara Inés Vargas Hernández; C-454 de 2006. M.P. Jaime
Córdoba Triviño; C-936 de 2010. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva; T-576 de 2008. M.P. Humberto Antonio
Sierra Porto; C-715 de 2012. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva; C-916 de 2002. M.P. Manuel José Cepeda
Espinosa; C-1033 de 2006. M.P. Álvaro Tafur Galvis; C-099 de 2013. M.P. María Victoria Calle Correa; SU-
254 de 2013. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva; C-579 de 2013. M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub; C-180 de
2014. M.P. Alberto Rojas Ríos; y C-286 de 2014. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva, entre las más
representativas. Cfr. Sentencia T-655 de 2015. M. P. Luis Ernesto Vargas Silva.
56 Sentencia C-454 de 2006. M. P. Jaime Córdoba Triviño.
57 CorteIDH. Casos Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Fondo. Sentencia de 29 de julio de 1988. Serie C
No. 4; Castillo Páez Vs. Perú. Fondo. Sentencia de 3 de noviembre de 1997. Serie C No. 34; y de la
Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni Vs. Nicaragua. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 31 de
agosto de 2001. Serie C No. 79. Casos citados ibidem. En un sentido similiar se expresan los “Principios y
directrices básicos sobre el derecho de las víctimas de violaciones manifiestas de las normas internacionales
de derechos humanos y de violaciones graves del derecho internacional humanitario a interponer recursos y
obtener reparaciones (adoptados mediante la Resolución 60/147 aprobada por la Asamblea General de la
ONU el 16 de diciembre de 2005). Según esta Resolución, los Estados se asegurarán de que su derecho
interno sea compatible con sus obligaciones jurídicas internacionales adoptando procedimientos legislativos y
administrativos apropiados y eficaces y otras medidas que den un acceso igual a un recurso judicial efectivo y
rápido, con independencia de quien resulte ser en definitiva el responsable de la violación, y disponiendo para
las víctimas los recursos suficientes, eficaces, rápidos y apropiados, incluida la reparación. Ver Sentencia C-
180 de 2014. M.P. Alberto Rojas Ríos.
29
ilustrará más adelante, en relación con la Jurisdicción Penal Militar, ha
señalado: “[c]uando la justicia militar asume competencia sobre un asunto
que debe conocer la justicia ordinaria, se ve afectado el derecho al juez
natural y, a fortiori, el debido proceso, el cual, a su vez, se encuentra
íntimamente ligado al propio derecho de acceso a la justicia. El juez
encargado del conocimiento de una causa debe ser competente, además de
independiente e imparcial.”58
58 CorteIDH. Casos Radilla Pacheco vs Estados Unidos Mexicanos. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 23 de noviembre de 2009. Serie C No. 209, párr. 273; Rosendo Cantú y
otra Vs. México. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 31 de agosto de 2010.
Serie C No. 216, párr. 160; Cabrera García y Montiel Flores Vs. México. Excepción Preliminar, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 26 de noviembre de 2010. Serie C No. 220, párr. 197; y Nadege
Dorzema y otros Vs. República Dominicana. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de octubre de
2012. Serie C No. 251, párr. 189.
59 Sentencias S-1184 de 2001. M.P. Eduardo Montealegre Lynett, fundamento jurídico N° 9; C-200 de 2002.
M.P. Álvaro Tafur Galvis, fundamento jurídico N° 3.4.; T-357 de 2002. M.P. Eduardo Montealegre Lynett,
fundamento jurídico N° 13; T-932 de 2002. M.P. Jaime Araújo Rentería, fundamento jurídico N° 3.7.; y T-058
de 2006. M.P. Álvaro Tafur Galvis, fundamento jurídico N° 4.1.
60 Sentencia C-193 de 2020. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado, fundamento jurídico N° 47. En el mismo
sentido ver Sentencia C-328 de 2015. M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez, fundamento jurídico N° 5.9. Cfr.
Ley 270 de 1996 (Artículo 12).
61 Sentencias SU-1184 de 2001. M.P. Eduardo Montealegre Lynett, fundamento jurídico N° 9; T-357 de
2002. M.P. Eduardo Montealegre Lynett, fundamento jurídico N° 13; T-932 de 2002. M.P. Jaime Araújo
Rentería, fundamento jurídico N° 3.7.; T-058 de 2006. M.P. Álvaro Tafur Galvis, fundamento jurídico N°
4.1.; y T-405 de 2019. M.P. Antonio José Lizarazo Ocampo, fundamento jurídico N° 5.2.
62 Sentencias SU-1184 de 2001. M.P. Eduardo Montealegre Lynett, fundamento jurídico N° 10; y T-058 de
2006. M.P. Álvaro Tafur Galvis, fundamento jurídico N° 4.1.
63“(…) la justicia penal militar no fue incluida entre los órganos que componen o integran la rama judicial,
pero a pesar de ello el Constituyente primario le asignó funciones jurisdiccionales al señalar en el artículo
116 Superior, que administra justicia. La Corte ha reconocido que esa función la ejerce de forma restringida,
no tan solo por los sujetos llamada a juzgar, sino por los asuntos de los cuales conoce. Así, su ubicación
orgánica dentro de la estructura estatal corresponde a un órgano especial adscrito a la Fuerza Pública y que
hace parte de la Rama Ejecutiva, el cual se separa y distingue del esquema jerarquizado propio del mando
militar. // (…) la jurisdicción penal militar al administrar justicia en el ámbito de su competencia
excepcional, se ciñe a los términos, naturaleza y características consagradas en el artículo 228 de la Carta
Política, esto es, administra justicia en forma autónoma, independiente y especializada, debiendo en sus
actuaciones otorgar preponderancia al derecho sustancial. Así mismo, se le extiende el deber de garantizar a
toda persona que intervenga en el marco del proceso penal militar, las prerrogativas propias del artículo 229
Superior que consagra el derecho de acceder a la administración de justicia.” Sentencia C-338 de 2016. M.P.
Luis Ernesto Vargas Silva, fundamentos jurídicos N° 27 y 28.
30
o el juicio de civiles (Art. 213). Así mismo, por ser la Justicia Ordinaria en
materia penal el juez natural como regla general, la remisión de un asunto a
otra jurisdicción, resulta en este caso mucho más excepcional y restringida. 64
Los alcances de la Jurisdicción Penal Militar deben ser determinados en forma
estricta y rigurosa, no solo por la ley sino también por el intérprete 65 (i.e. su
ámbito debe ser comprendido de forma restrictiva).66 No deben ser
delimitados de manera extensiva ni son susceptibles de aplicación por
analogía.67
64 Sobre este punto, en la sentencia C-358 de 1997, la Corte sostuvo que: “Por ende, la ley que señala
cuáles son los delitos que corresponde conocer a esta jurisdicción debe respetar la orden constitucional que
impone tanto el contenido esencial del fuero militar como su carácter limitado y excepcional. La extensión de
éste, por fuera de los supuestos constitucionales, menoscabaría la jurisdicción ordinaria, que se impone como
juez natural general, por mandato de la misma Constitución y, por contera, violaría asimismo el principio de
igualdad, el cual sólo se concilia con una interpretación restrictiva de las excepciones a la tutela judicial
común.” En igual sentido Auto 012 de 1994. M.P. Jorge Arango Mejía, y las sentencias C-399 de 1995 y C-
017 de 1996. M.P. Alejandro Martínez Caballero. En la Sentencia C-368 de 2000 (M.P. Carlos Gaviria Díaz),
la Corte, además de recoger esta línea, reiteró abundante jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia en
igual sentido.
65 Sentencias C-399 de 1995. M.P. Alejandro Martínez Caballero, fundamento jurídico N° 8; C-878 de
2000. M.P. Alfredo Beltrán Sierra, fundamento jurídico N° 4.2.2.; T-932 de 2002. M.P. Jaime Araújo Rentería,
fundamento jurídico N° 2; y T-590A de 2014. M.P. (e) Martha Victoria Sáchica Méndez, fundamento jurídico
N° 2.7.
66 Sentencias C-358 de 1997. M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz, fundamento jurídico N° 10; T-298 de 2000 de
20. M.P. Carlos Gaviria Díaz, fundamento jurídico N° 3; C-1149 de 2001. M.P. Jaime Araújo Rentería,
fundamento jurídico N° 3.2.; C-171 de 2004. M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra, fundamento jurídico N° 4;
C-591 de 2005. M.P. Clara Inés Vargas Hernández, fundamento jurídico “j”; C-388 de 2014. M.P. Luis
Guillermo Guerrero Pérez, fundamento jurídico N° 5.3.3.2.; y C-372 de 2016. M.P. Luis Guillermo Guerrero
Pérez, fundamento jurídico N° 2.4.
67 Sentencia T-932 de 2002. M.P. Jaime Araújo Rentería, fundamento jurídico N° 2.
68 Sentencia C-372 de 2016. M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez, fundamento jurídico N° 8.4.
69Sentencias T-932 de 2002. M.P. Jaime Araújo Rentería, fundamento jurídico N° 2; y C-372 de 2016. M.P.
Luis Guillermo Guerrero Pérez, fundamento jurídico N° 8.8.
70 Artículo 213 de la Constitución Política.
71 Sentencias C-737 de 2006. M.P. Rodrigo Escobar Gil, fundamento jurídico N° 3; C-388 de 2014. M.P.
Luis Guillermo Guerrero Pérez, fundamento jurídico N° 5.3.3.2.; y C-372 de 2016. M.P. Luis Guillermo
Guerrero Pérez, fundamento jurídico N° 8.9.
31
que pueda afirmarse que su ocurrencia está relacionada con la realización de
un fin constitucionalmente válido.”72 De otra parte, la Corte también ha
determinado que cuando la conducta se produce en el contexto de una
actuación que empezó con el sentido de salvaguardar los fines, valores y
derechos de la Carta, las violaciones a los derechos fundamentales de las
personas constituyen una desviación esencial de una operación que tenía un
origen ajustado a los preceptos jurídicos.73
112.1. Debe existir un vínculo claro de origen entre la actividad del servicio y
el delito. Esto implica que la conducta punible debe surgir como una
extralimitación o un abuso de poder ocurrido en el marco de una actividad
ligada directamente a una función propia del cuerpo armado. Ese vínculo debe
ser próximo, directo y estrecho, y no puramente hipotético y abstracto. En
pronunciamientos más recientes, la Corte ha indicado que debe tratarse de una
relación directa, inmediata o estrecha76 (o “directa, próxima y evidente”77).
Así, el delito común comporta que el agente se aparta del servicio que le
corresponde prestar, al adoptar un tipo de comportamiento distinto de aquél
que se le impone (i.e. la conducta punible debe ser el resultado de una
actuación defectuosa, excesiva o irregular).78
72 Sentencia C-372 de 2016. M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez, fundamento jurídico N° 8.12. En el
mismo sentido Sentencia C-084 de 2016. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva, fundamento jurídico N° 63.
73 Sentencias SU-1184 de 2001. M.P. Eduardo Montealegre Lynett, fundamento jurídico N° 19; y T-932 de
2002. M.P. Jaime Araújo Rentería, fundamento jurídico N° 2.
74 M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz.
75 Sentencia C-358 de 1997. M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz, fundamento jurídico N° 10. Criterios
reiterados, entre otras, en las sentencias T-806 de 2000. M.P. Alfredo Beltrán Sierra, fundamento jurídico N°
3.2.3.; C-878 de 2000. M.P. Alfredo Beltrán Sierra, fundamento jurídico N° 4.2.3.; C-1149 de 2001. M.P.
Jaime Araújo Rentería, fundamento jurídico N° 3.2.; SU-1184 de 2001. M.P. Eduardo Montealegre Lynett,
fundamento jurídico N° 10; C-928 de 2007. M.P. Humberto Antonio Sierra Porto, fundamento jurídico N°
3.2.; C-533 de 2008. M.P. Clara Inés Vargas Hernández, fundamento jurídico N° 7.11.; C-469 de 2009. M.P.
Jorge Iván Palacio Palacio, fundamento jurídico N° 6.2.2.; C-373 de 2011. M.P. Nilson Pinilla Pinilla,
fundamento jurídico N° 4.2.6.; y T-590A de 2014. M.P. (e) Martha Victoria Sáchica Méndez, fundamento
jurídico N° 2.7.
76Sentencia C-084 de 2016. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva, fundamento jurídico N° 62.
77Ibidem., fundamento jurídico N° 63.
78Idem.
32
completo desconectados de ellas en un caso concreto y, de hecho, mostrar el
uso arbitrario e ilícito de la posición oficial. Si tales elementos concedieran el
derecho al fuero, lo convertirían en un exclusivo privilegio de casta. 79 El
aspecto material o el contenido de la actividad que despliega el agente es el
único factor decisivo que convierte la acción en el estricto cumplimiento de
una función, aunque eventualmente con tintes delictivos, o que la aleja de las
tareas oficiales y hace del delito cometido un crimen común.80
112.4. La relación con el servicio debe surgir claramente de las pruebas que
obran dentro del proceso. Por tanto, la Jurisdicción Penal Militar solo será
competente “en los casos en los que aparezca nítidamente que la excepción al
principio del juez natural general debe aplicarse. Ello significa que en las
situaciones en las que exista duda acerca de cuál es la jurisdicción
competente para conocer sobre un proceso determinado, la decisión deberá
recaer en favor de la jurisdicción ordinaria, en razón de que no se pudo
demostrar plenamente que se configuraba la excepción.”82 En otros términos,
79Idem.
80Idem.
81 Ver sentencias C-084 de 2016. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva; y T-932 de 2002. M.P. Jaime Araujo
Rentería.
82 En idéntico sentido, respecto de la duda en favor de la jurisdicción ordinaria, ver sentencias T-932 de
2002. M.P. Jaime Araújo Rentería, fundamento jurídico N° 3.7.; y C-084 de 2016. M.P. Luis Ernesto Vargas
33
la aplicación de la excepción debe ser cierta o indiscutible, 83 de suerte que si
existen dudas (no aparece diáfanamente la relación directa del delito con el
servicio) habrá de aplicarse el proceso penal ordinario.84
34
tutela contra la decisión.
117. La Sala destacó que no era claro ni evidente que “deshacerse” de una
persona que había sido detenida por la Fuerza Pública en cumplimiento de sus
funciones, hiciera parte o pudiera tenerse como un hecho derivado de su
competencia. Por el contrario, determinó que ello desconocía el carácter
excepcional y restrictivo del fuero, así como el “desconocimiento del derecho
al debido proceso, por desconocimiento del principio del juez natural (…).”
En consecuencia, decidió conceder el amparo y dejar sin efecto la providencia
atacada. Así mismo, ordenó a la Sala accionada dictar “una nueva providencia
que, en forma motivada y ciñéndose a los parámetros que establece la
Constitución en relación con el fuero militar, dirima el conflicto (…).”
90“Le bastó a la Sala afirmar que entre los hechos denunciados y las funciones de inteligencia y
contrainteligencia que cumple el Ejército Nacional había una relación directa, para entender que la
detención y posterior muerte de la señora [NEB] quedaban amparadas bajo la figura del fuero militar, por
estar estas dos acciones relacionadas con el servicio.”
91M.P. Eduardo Montealegre Lynett.
35
120. En consecuencia, resolvió conceder el amparo y declarar la nulidad de
la decisión de la Sala Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura, en
lo que tenía que ver con el Brigadier General y el Teniente Coronel. De igual
manera, le ordenó que resolviera el conflicto de competencias conforme a los
criterios expuestos en la parte motiva de la sentencia.
36
123. Pero más aún, sostuvo que (ii) “si existiera certeza sobre la autoría de
los delitos por parte de miembros de las fuerzas militares, los mismos, por su
naturaleza y sus características, en cuanto fueron cometidos en forma masiva
y singularmente cruel contra pobladores civiles ajenos al conflicto armado
que sufre el país y constituyen una violación muy grave de los derechos
humanos y el Derecho Internacional Humanitario, serían contrarios a las
funciones que el Art. 218 de la Constitución Política asigna a las fuerzas
militares”. Señaló que los hechos no podrían guardar identidad con su misión
de “defensa de la soberanía, la independencia, la integridad del territorio
nacional y del orden constitucional.”
37
de la Corte estableció que la Sala Disciplinaria había incurrió en un defecto
fáctico. Encontró que la accionada no había realizado “un análisis integral y
sistemático de las pruebas allegadas al expediente, lo cual llevó a desconocer
el principio del juez natural y con ello el debido proceso.” Explicó que había
algunos elementos de convicción que generaban serias dudas y que estás
recaían sobre las circunstancias en que se produjeron las muertes (pues no era
claro si fueron en combate o por fuera de un escenario de confrontación
armada),97 las cuales no habían sido consideradas por la autoridad judicial
accionada.
97“(…) la existencia de una misión táctica por sí sola no es prueba de haberse suscitado un combate en
desarrollo de la misma, ni mucho menos que cualquier acto desarrollado por los miembros de la Fuerza
Pública que indiquen actuar en cumplimiento de esa misión, tiene relación directa con el servicio y su
investigación y juzgamiento corresponde a la justicia penal militar, pues bajo tal apreciación bastaría contar
con una misión para estimar que cualquier conducta, incluso graves violaciones de los derechos humanos,
tienen relación con el servicio y escapan de la justicia penal ordinaria (…).” En particular, la Sala Octava de
Revisión llamó la atención sobre (i) las pruebas de residuos de disparo, que permitían inferir que uno de los
jóvenes muertos no disparó, pese a que con posterioridad se le encontró en sus manos un fusil AK-47, y que
los militares afirmaron haber escuchado disparos de esa arma; (ii) la falta de coherencia en los relatos de los
soldados sobre las condiciones de visibilidad de la noche de los hechos, puesto que algunos dijeron que todo
estaba oscuro, mientras que otros afirmaron que había “luna clara”; (iii) las versiones contradictorias de una
misma persona sobre las circunstancias fácticas en las que se dio el supuesto combate; y (iv) las diferentes
versiones sobre la duración de la confrontación armada en el radiograma operacional se registró que duró 30
minutos, mientras que la persona que estaba al mando del pelotón refirió que duró aproximadamente 10
minutos.
38
130. Pero, de otro lado, resulta particularmente claro de la jurisprudencia de
la Corte que el ejercicio de la Jurisdicción Penal Militar implica que esté
debidamente demostrado, no solo que el presunto autor es miembro activo de
la Fuerza Pública. Debe estar inequívocamente probada, en grado de certeza,
la relación directa, inmediata y estrecha de la conducta investigada con el
servicio. Como se ha observado, de surgir dudas sobre si las circunstancias de
hecho en las cuales tuvo lugar el delito y, por lo tanto, sobre si consiste, o no,
en un acto del servicio, ellas deben ser resueltas mediante la asignación de la
competencia para su conocimiento a la Jurisdicción Ordinaria.
39
134. Ahora bien, en el marco de la presente acción de tutela, el debate sobre
la aplicación del fuero penal militar tiene que ver con la relación entre el
servicio y la decisión de emplear la fuerza por parte del ESMAD y,
específicamente, del oficial investigado. En este sentido, la determinación de
la naturaleza que revistió su conducta se encuentra asociada a los límites y
reglas para la utilización de la fuerza, en cabeza de los agentes de seguridad
del Estado. La precisión sobre el contenido de estos estándares, en
consecuencia, proporcionará elementos de juicio destinados al análisis sobre
la calificación de su comportamiento. A continuación, la Sala se ocupará de
exponer brevemente el alcance de tales parámetros.
40
137. Por su parte, la CorteIDH ha subrayado la obligación de que los cuerpos
armados y los organismos de seguridad del Estado estén preparados para
situaciones de perturbación del orden público, mediante la aplicación de
medios y métodos respetuosos de los derechos humanos. Ha sostenido que el
Estado debe ajustar los planes operativos para que las perturbaciones del
orden público sean abordadas con respeto y protección de tales derechos. Al
respecto, ha resaltado que, entre otras, debe adoptar medidas orientadas a
controlar la actuación de todos los miembros de los cuerpos de seguridad en el
terreno mismo de los hechos para evitar que se produzcan excesos. De igual
modo, que estos utilicen únicamente los que sean indispensables para
controlar esas situaciones de manera racional y proporcionada, y con respeto a
los derechos a la vida y a la integridad personal.105
41
encuentra sujeta a límites semejantes. 109 En primer lugar, está sometida al
principio de legalidad, puesto que afecta los derechos fundamentales y las
libertades públicas. En este sentido, sus medios y concretas actuaciones deben
estar previstos y regulados por el Legislador. En segundo lugar, se halla
gobernada por el principio de necesidad, de tal manera que solo es posible
adoptar medidas imprescindibles y eficaces, como instrumentos para la
conservación y restablecimiento de la convivencia ciudadana y la seguridad
humana.110
109Ver Sentencia C-024 de 1994. M.P. Alejandro Martínez Caballero, reiterada en las sentencias C-1444 de
2000. M.P. Alfredo Beltrán Sierra; C-117 de 2006. M.P. Jaime Córdoba Triviño; C-600 de 2019. M.P. Alberto
Rojas Ríos; y C-134 de 2021. M.P. Diana Fajardo Rivera.
110 Sentencia C-134 de 2021. M.P. Diana Fajardo Rivera.
42
144. También la Policía ha diseñado reglamentaciones, con similar sentido,
en relación con sus actuaciones en el específico contexto de manifestaciones
ciudadanas. En este sentido, el Director General expidió la Resolución 3002
del 29 de junio de 2017, “[p]or la cual se expide el manual para el servicio en
manifestaciones y control de disturbios para la Policía Nacional.” Su
propósito es guiar a los uniformados en el acompañamiento e intervención en
las manifestaciones y en el control de disturbios, mediante la indicación de
unos específicos parámetros a seguir. Lo anterior, según el citado acto
administrativo, para garantizar una adecuada prestación del servicio de
policía, si fuere del caso, a través de la aplicación de un rango de fuerza
proporcional, diferenciado y razonable, con el fin de garantizar y reestablecer
las condiciones de seguridad.
43
encuentra sometido el uso de la fuerza. Sin embargo, sí permiten ilustrar
umbrales mínimos de actuación legítima de la Policía. Así, por ejemplo, ante
la inexistencia de ataques, agresiones, actos de violencia o amenazas de daño
inminentes, concretas y actuales resulta injustificada la coacción oficial.
Tampoco es posible recurrir a la fuerza cuando no hay oposición o resistencia
por parte de aquellos contra quienes se dirige o en aquellos supuestos en los
cuales, simplemente, no es necesario, debido a que existen medios que, de
forma evidente, permiten lograr el mismo fin perseguido.
111 Se retoman algunos apartados de la Sentencia SU-146 de 2020. M.P. Diana Fajardo Rivera.
112 Esta postura no ha sido ajena a intensos debates destinados a su comprensión y delimitación, -propios
de la puesta en marcha de una institución novedosa y de tal trascendencia para el afianzamiento de la
tradición constitucional colombiana a partir de la Carta Política de 1991-, con el objeto de preservar su
carácter subsidiario y de garantizar el equilibrio entre los principios de seguridad jurídica, cosa juzgada e
independencia y autonomía judicial, por un lado; y la supremacía constitucional y eficacia de los derechos
fundamentales, por el otro.
113 Siguiendo lo expuesto en la Sentencia SU-432 de 2015 (M.P. María Victoria Calle Correa), esta
variación en la concepción de la procedencia se empezó a proponer en las sentencias T-441 de 2003, T-462 de
2003 y T-949 de 2003. M.P. Eduardo Montealegre Lynett, y T-701 de 2004. M.P. (e) Rodrigo Uprimny Yepes.
114 Al respecto, en la referida Sentencia SU-432 de 2015 (M.P. María Victoria Calle Correa), siguiendo a la
Sentencia T-701 de 2004 (M.P. (e) Rodrigo Uprimny Yepes), se sostuvo: “(…) es importante señalar que, en
relación con las causales de procedencia de la tutela contra providencia judicial, la Corte ha manifestado
que no existe un límite indivisible entre estas, pues a manera de ilustración, resulta claro que la aplicación de
una norma inconstitucional o el desconocimiento del precedente constitucional pueden derivar en un
irrespeto por los procedimientos legales; o, que la falta de apreciación de una prueba puede producir una
aplicación indebida o la falta de aplicación de disposiciones normativas relevantes para la solución de un
caso específico.”
115 Las consideraciones que se expondrán son una síntesis de las Sentencias T-368 de 2020; T-008 de 2020;
SU-226 de 2019; T-221 de 2018; T-453 de 2017 M.P. Diana Fajardo Rivera.
44
151. Esta Corporación ha reiterado de forma pacífica y uniforme que el
defecto fáctico se configura cuando el apoyo probatorio en el cual se basa el
juzgador para resolver un caso es absolutamente inadecuado o insuficiente 116.
Si bien la valoración de las pruebas corresponde al juez, en ejercicio de los
principios de autonomía e independencia judicial, de su papel como director
del proceso, de los principios de inmediación y de apreciación racional de la
prueba, este amplio margen de evaluación está sujeto de manera inescindible a
la Constitución y a la ley.117 Por esa razón, debe realizarse conforme a criterios
objetivos, racionales y rigurosos,118 de acuerdo con las reglas de la sana
crítica, los parámetros de la lógica, de la ciencia y de la experiencia119.
116Sentencias SU-195 de 2012. M.P. Jorge Iván Palacio Palacio; SU-565 de 2015. M.P. Mauricio González
Cuervo; SU-416 de 2015. M.P. Alberto Rojas Ríos y SU-565 de 2015. M.P. Mauricio González Cuervo; SU-
226 de 2019. M.P. Diana Fajardo Rivera; T-368 de 2020 M.P. Diana Fajardo Rivera; T-121 de 2021 M.P.
Paola Andrea Meneses Mosquera.
117 Sentencias T- 008 de 2020. M.P. Diana Fajardo Rivera; SU-565 de 2015. M.P. Mauricio González
Cuervo; T-625 de 2016. M.P. María Victoria Calle Correa; SU-226 de 2019 M.P Diana Fajardo Rivera; T-074
de 2018. M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez.
118 Sentencias T- 008 de 2020. M.P. Diana Fajardo Rivera; SU-074 de 2014. M.P. Mauricio González
Cuervo y SU-490 de 2016. M.P. Gabriel Eduardo Mendoza Martelo. Sentencia T-902 de 2005. M.P. Marco
Gerardo Monroy Cabra. En este caso la Corte determinó su la autoridad judicial accionada incurrió en defecto
fáctico al no haber apreciado las pruebas aportadas en el proceso de nulidad y restablecimiento del derecho
que le eran favorables a la accionante para resolver su situación jurídica. Al respecto hizo un recuento de la
jurisprudencia constitucional sobre la vía de hecho por defecto fáctico y concluyó que en el caso concreto se
omitió decretar y practicar una prueba que tenía la virtualidad de afectarla decisión final, incurriendo en una
dimensión negativa del defecto fáctico,
119 Sentencias T-368 de 2020. M.P. Diana Fajardo Rivera; T-352 de 2012. M.P. Jorge Ignacio Pretelt
Chaljub y SU-770 de 2014. M.P. Mauricio González Cuervo.
120Sentencias T-008 de 2020. M.P. Diana Fajardo Rivera; SU-565 de 2015. M.P. Mauricio González
Cuervo y T-612 de 2016. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado.
121Sentencias T-008 de 2020. M.P. Diana Fajardo Rivera; SU-226 de 2019. M.P. Diana Fajardo Rivera. SU-
416 de 2015. M.P. Alberto Rojas Ríos y SU-489 de 2016. M.P. Gabriel Eduardo Mendoza Martelo.
122Sentencias T-008 de 2020. M.P. Diana Fajardo Rivera; SU-226 de 2019. M.P. Diana Fajardo Rivera; T-
221 de 2018. M.P. Diana Fajardo Rivera; T-352 de 2012. M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub y SU-565 de
2015. M.P. Mauricio González Cuervo.
45
154. En síntesis, el defecto fáctico tiene una dimensión positiva y una
negativa; la primera se da cuando el juez aprecia pruebas determinantes en la
resolución del caso, que no ha debido admitir ni valorar, y la segunda ocurre
cuando el juez niega o valora pruebas de manera arbitraria, irracional y
caprichosa, u omite su valoración.123 Ahora bien, este Tribunal ha sido
enfático en establecer que el error en la valoración de la prueba “debe ser de
tal entidad que sea ostensible, flagrante y manifiesto, y el mismo debe tener
una incidencia directa en la decisión, pues el juez de tutela no puede
convertirse en una instancia revisora de la actividad de evaluación probatoria
del juez que ordinariamente conoce de un asunto.”124 En efecto, no cualquier
yerro en la labor o práctica probatoria tiene la virtualidad de configurarlo.
Debe satisfacer los requisitos de (i) irrazonabilidad, que significa que el error
sea ostensible, flagrante y manifiesto; y (ii) trascendencia, que implica que el
error alegado tenga ‘incidencia directa’, ‘transcendencia fundamental’ o
‘repercusión sustancial’ en la decisión judicial adoptada, esto es, que de no
haberse presentado, la decisión hubiera sido distinta.125
123 Sentencia T-368 de 2020. M.P. Diana Fajardo Rivera, que recoge lo expuesto, entre otras, en la
Sentencia T-902 de 2005. M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra.
124 Criterio reiterado en la Sentencia SU-226 de 2019 M.P. Diana Fajardo Rivera; Sentencia T-442 de 1994.
M.P. Antonio Barrera Carbonell; T-1100 de 2008. M.P. Humberto Sierra Porto. Criterio jurisprudencial
pacíficamente reiterado por las distintas Salas de Revisión.
125Sentencias T-442 de 1994. M.P. Antonio Barrera Carbonell; T-1100 de 2008. M.P. Humberto Sierra
Porto; T-118A de 2013. M.P. Mauricio González Cuervo; SU-198 de 2013. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva;
SU-565 de 2015. M.P. Mauricio González Cuervo y SU-490 de 2016. M.P. Gabriel Eduardo Mendoza
Martelo; T-008 de 2020. M.P. Diana Fajardo Rivera.
126 Sentencias SU-198 de 2013. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva y SU-489 de 2016. M.P. Gabriel Eduardo
Mendoza Martelo.
127Sentencia T-612 de 2016. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado.
128Sentencias SU-198 de 2013. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva y SU-490 de 2016. M.P. Gabriel Eduardo
Mendoza Martelo; T-008 de 2020. M.P. Diana Fajardo Rivera.
129 Sentencias SU-416 de 2015. M.P. Alberto Rojas Ríos y T-612 de 2016. M.P. Gloria Stella Ortiz
Delgado.
130Sentencias T-214 de 2012. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva; T-118A de 2013. M.P. Mauricio González
Cuervo; SU-198 de 2013. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva; T-265 de 2014. M.P. Luis Guillermo Guerrero
Pérez; SU-448 de 2016. M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub; SU-489 de 2016. M.P. Gabriel Eduardo Mendoza
Martelo; T-625 de 2016. M.P. María Victoria Calle Correa; T-453 de 2017. M.P. Diana Fajardo Rivera; y T-
008 de 2020. M.P. Diana Fajardo Rivera
46
participación en las manifestaciones ciudadanas por el paro nacional, el 23 de
noviembre de 2019, en el centro de Bogotá D.C. El joven sufrió un impacto de
proyectil de bean bag en la cabeza, disparado con una escopeta calibre 12, al
parecer por el capitán de la Policía Nacional, Manuel Cubillos Rodríguez,
quien comandaba el ESMAD. Las heridas resultaron fatales y el manifestante
murió dos días después en un hospital de la ciudad. Por lo hechos, tanto la
Fiscalía General de la Nación como un Juzgado de Instrucción Penal Militar
iniciaron las respectivas investigaciones penales contra el oficial.
158. Por esta razón, los agentes de la Policía plantearon que el capitán
Manuel Cubillos, al mando del grupo del ESMAD, había adoptado la decisión
de usar la fuerza, mediante armas y municiones de menor letalidad. De igual
forma, varios policías explicaron que en este contexto, el oficial empleó la
escopeta calibre 12, con la munición bean bag, la cual, a la postre, terminó
por cegar la vida de Dilan Mauricio Cruz Medina. A partir de lo anterior, la
131Ver folios 68, 100 y 185 del Cuaderno 1 del proceso penal.
132Folios 75. 85, 92, 97 y 105 del Cuaderno 1 del proceso penal.
47
autoridad judicial accionada concluyó que la conducta del oficial investigado
“se generó como consecuencia de una manifestación que se tornó violenta y
que requirió el uso de la fuerza por parte de la Policía Nacional, siendo un
evidente acto del servicio.”
159. La Corte pudo constatar, sin embargo, que otros medios de convicción
que ya habían sido recabados por el propio Juzgado 189 de Instrucción Penal
Militar y de los cuales daba cuenta el expediente remitido a la accionada para
resolver el conflicto de jurisdicción, apuntaban en un sentido opuesto. El
video registrado por la cámara de vigilancia del Distrito de Bogotá, ubicada en
la intersección de la calle 19 con carrera 5ª y que enfoca principalmente hacia
el oriente,133 muestra los momentos del encuentro entre los manifestantes y el
ESMAD que precedieron el uso de la fuerza. Se observa un conjunto de
personas, en su mayoría jóvenes, que portaban banderas y pancartas y que al
momento de divisar que la Policía se aproximaba, junto con los servidores que
cumplían labores de mediación, alzaron sus manos en signo de no agresión.
Enseguida, no se percibe confrontación física alguna, agresiones, personas
corriendo y ni siquiera la utilización, por parte del ESMAD, de sus escudos de
protección.
161. En este orden de ideas, la Sala observa que los medios de convicción
existentes al momento de resolver el conflicto de jurisdicciones conducen a
dos inferencias contradictorias entre sí, sobre un hecho crucial para la
caracterización del comportamiento investigado, i.e. los ataques previos
contra el ESMAD por parte de los manifestantes. Así, varios de los miembros
de la Policía que participaron en el operativo y declararon ante el Juzgado 189
de Instrucción Penal Militar afirmaron la existencia de las referidas
agresiones, mediante objetos contundentes. Según su relato, esto habría hecho
necesario el empleo de la fuerza y las armas menos letales para controlar una
manifestación que supuestamente había adquirido carácter violento. En este
contexto, explican, también habría tenido lugar el uso de la munición “bean
bag” por parte del capitán Cubillos Rodríguez.
133 Video digitalmente rotulado: “Video cámara calle 19 Con cra. 5”. Es una cámara giratoria a 360 grados,
pero la mayoría del tiempo enfoca en dirección oriental.
134 Video digitalmente rotulado “VID-20191124-WA0008”.
48
162. En un sentido exactamente opuesto, las grabaciones de video analizadas
por la Sala aparentemente muestran que la reacción del ESMAD no parece
haber estado antecedida por un episodio de ataques físicos contra la Policía.
No obstante, debe tenerse en cuenta que las filmaciones evidencian la
actuación de los sujetos en el lugar de los hechos de manera parcial y en unos
momentos precisos, sin que sea posible conocer a través de ellas lo ocurrido
de forma pormenorizada y completa. Los registros de video muestran los
sucesos desde un ángulo, uno de ellos no cuenta con audio y ninguno de los
dos permiten clarificar si, en cercanías de los acontecimientos captados en
estos, hubo incidentes paralelos adicionales de gravedad que pudieran haber
explicado el uso de la fuerza por parte de la Policía.
163. Lo anterior implica, entonces, que no existe certeza sobre los hechos a
partir de los cuales se explicaría la utilización de la fuerza, en el marco de la
cual el Capitán investigado causó la muerte a Dilan Mauricio Cruz Medina.
Tales circunstancias habrán de ser esclarecidas con base en el material
probatorio del proceso penal y en el marco del debate sobre la responsabilidad
individual del oficial investigado. Sin embargo, en lo que concierne al trámite
del conflicto de jurisdicciones, lo relevante es que los medios de conocimiento
que, al momento de resolver, estaban en poder de la Sala Jurisdiccional
Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura, distaban de ser unívocos
respecto de las circunstancias de hecho que habrían hecho de la conducta
investigada un uso autorizado de la fuerza.
165. Con todo, los registros de video examinados por la Sala Plena en esta
sentencia fueron incorporados los días 24 y 26 de noviembre de 2019 a la
investigación que adelantaba el Juzgado 189 de Instrucción Penal Militar. 135 A
su vez, mediante oficio del 4 de diciembre del mismo año, este último
Despacho remitió el expediente a la Sala Jurisdiccional Disciplinaria con la
finalidad de que se surtiera el trámite sobre la definición del competente para
adelantar el proceso penal.136 En este constaba toda la labor probatoria que
hasta ese momento había llevado a cabo el despacho de la Justicia Militar. De
49
esta forma, era claro que al momento de resolver, la autoridad accionada
contaba con la posibilidad de obtener conocimiento de las evidencias físicas
que se han analizado a lo largo de esta sentencia.
166. Pues bien, en la forma ilustrada, tales pruebas introducían una evidente
incertidumbre respecto de si habían ocurrido las agresiones contra la Policía,
de modo previo a que el oficial investigado decidiera proceder con el uso de la
fuerza. A su vez, como consecuencia lógica de lo anterior, también subsistía
duda respecto de la relación con el servicio de la conducta del oficial
investigado, que desencadenó la muerte de Dilan Mauricio Cruz Medina.
Según se indicó en los fundamentos de esta sentencia, el uso legítimo de la
fuerza por parte de la Policía está sometido a los principios de legalidad, no
discriminación, estricta necesidad y proporcionalidad. En consecuencia, entre
otros casos, se encuentra habilitado frente a ataques, agresiones, actos de
violencia o amenazas de daño inminentes, concretas y actuales, ya sea contra
los agentes de policía o contra terceros. Si ello no se ha verificado, el empleo
de la coacción y la fuerza serán extraños al cumplimiento de las labores
legales y constitucionales del cuerpo policial.
168. Así, la Corte concluye que Sala Jurisdiccional Disciplinaria del Consejo
Superior de la Judicatura incurrió en el defecto fáctico alegado por la
demandante. Esto, fundamentalmente porque al decidir el conflicto de
jurisdicciones entre la Fiscalía 298 Seccional de la Unidad de Vida Bogotá y
el Juzgado 189 de Instrucción Penal Militar ignoró elementos de prueba y los
dejó de apreciar en conjunto con las declaraciones de los uniformados, en las
cuales, aisladamente, fundó su decisión. Esta omisión fue decisiva para la
determinación adoptada, pues de haber tenido considerado las referidas
evidencias y valorado globalmente con las demás, habría llegado a la
conclusión de que existía una duda razonable respecto de la relación entre el
servicio y la conducta del oficial investigado.
50
y acusar ante los jueces ordinarios. Por el contrario, a partir de la valoración
solamente de unos testimonios de los miembros del ESMAD, la Sala
Jurisdiccional Disciplinaria determinó que el proceso debía ser de
competencia de la Justicia Penal Militar. De esta manera, desconoció los
derechos de la demandante, en calidad de víctima, al juez natural, al debido
proceso y a contar con un recurso judicial efectivo.
V. SÍNTESIS DE LA DECISIÓN
172. Dilan Mauricio Cruz Medina, hijo de la accionante, perdió la vida como
consecuencia de su participación en las manifestaciones ciudadanas por el
paro nacional, el 23 de noviembre de 2019, en el centro de Bogotá D.C. El
joven sufrió un impacto de proyectil de bean bag en la cabeza, disparado con
una escopeta calibre 12, al parecer por el Capitán de la Policía Nacional,
Manuel Cubillos Rodríguez, quien comandaba el grupo del ESMAD. Las
heridas resultaron fatales y el manifestante murió dos días después en un
hospital de la ciudad.
51
Judicatura. La autoridad judicial asignó el conocimiento del asunto a la
Jurisdicción Penal Militar. Consideró que, de conformidad con las pruebas
allegadas, la actuación del Capitán de la Policía había sido un acto propio del
servicio.
179. La Sala Plena constató que, mientras que unas evidencias afirman los
hechos que explicarían la forma en que procedió la Policía, a la luz de otras,
esas circunstancias fácticas no estarían demostradas. En estas condiciones, en
la medida que no existe certeza respecto del elemento a partir del cual se
explicaría el uso de la fuerza, la Sala consideró que también subsistían dudas
sobre la relación con el servicio de la conducta del oficial investigado que
desencadenó la muerte de Dilan Mauricio Cruz Medina.
52
181. En este orden de ideas, la Corte resolvió amparar las garantías
constitucionales invocadas por la accionante y, en aplicación de la referida
regla relativa a la duda probatoria sobre la relación entre la conducta
investigada y el servicio, dispuso trasladar la actuación penal que se sigue
contra el capitán de la Policía Nacional, Manuel Cubillos Rodríguez, por la
muerte de Dilan Mauricio Cruz Medina, a la Fiscalía General de la Nación.
III. DECISIÓN
RESUELVE:
53
Séptimo.- LÍBRENSE las comunicaciones de que trata el artículo 36 del
Decreto 2591 de 1991 para los efectos allí contemplados.
54
JOSÉ FERNANDO REYES CUARTAS
Magistrado
55
ACLARACIÓN DE VOTO DEL MAGISTRADO
ANTONIO JOSÉ LIZARAZO OCAMPO
A LA SENTENCIA SU190/21
Expediente: T-8.012.707
Magistrada ponente:
DIANA FAJARDO RIVERA
Existe razones tanto para sostener que la justicia penal militar hace parte de
una jurisdicción propia, como para sostener que hace parte de la ordinaria,
pues el debate esta abierto teniendo en cuenta que la Constitución Política no
estableció un conjunto normativo que definiera la estructura y los órganos de
una jurisdicción penal militar, ni le dedicó un capítulo como sí lo hizo con las
jurisdicciones ordinaria, contencioso administrativa y constitucional, al tiempo
56
que no la mencionó dentro del capítulo de jurisdicciones especiales, pero de
otra parte, la propia Carta Política en el artículo 256, relativo a las funciones
del Consejo Superior de la Judicatura dispuso:
57
ANTONIO JOSÉ LIZARAZO OCAMPO
Magistrado
58