Derecho de Retencion Trabajo Final
Derecho de Retencion Trabajo Final
Derecho de Retencion Trabajo Final
Monografía
Derecho de Retención: definición, situaciones previstas en la ley, condiciones para la existencia del
derecho de retención y supuestos de extinción.
Docente
Dr. Sánchez Correa Víctor Manuel
Curso
Derechos Reales
Ciclo
IV
Autor(s)
Hualca Farfán, Kevin
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INDICE
DEDICATORIA
INTRODUCCION
1.2.- DEFINICION…………………………………………………………………………8
1.3.- CARACTERÍSTICAS……………………………………………………………….9
1.3.5.-No es subsidiario…………………………………………………………10
1.3.6.-Es indivisible: …………………………………………………………….10
CAPITULO II
CAPITULO III
……………………………………………………………………………………………25
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3.2.2.- RESPECTO A TERCEROS……………………………………………26
CAPITULO IV
…………………………………………………………………………………..33
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
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DEDICATORIA
A nuestras familias quienes día a día guían nuestros pasos y nos motivan a seguir
este arduo camino; en especial nuestros padres, aquellos que nos inculcan
valores y nos enseñan a valorar cada cosa que recibimos, a usted profesor por
sus enseñanzas y por siempre inculcarnos una cultura de investigación e interés
por nuestra carrera profesional.
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INTRODUCCION
Se espera cubrir con este trabajo los requisitos expuestos en el silabo para una
nota aprobatoria y a la vez se pretende aclarar puntos con respecto de este; por lo
tanto, se dividirá en dos capítulos; el primer capítulo se encuentra subdividido en
antecedentes históricos, la definición, características fundamentos del derecho de
retención, naturaleza jurídica.
Las fuentes que han sido utilizadas para esta monografía son confiables, así que
esperamos que se de su agrado.
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CAPITULO I
Por otro lado el origen del derecho de retención se sitúa para otros autores en el
derecho pretorio, ya que el poseedor que había realizado gastos en la cosa
reivindicada no tenía una acción para reclamar tales gastos, sino que el
demandado solo podía hacer valer judicialmente esa clase de crédito por medio de
una acción contraria pero esta se ejercía en un juicio aparte, por lo que para cubrir
tal falta de acción y eliminar la doble instancia apareció el jus retentionis, el cual se
ejerció con el nacimiento de la exceptio doli con la cual “el poseedor de una cosa
podía negarse a devolverla a su dueño en tanto no se le paguen las mejoras y
gastos de conservación que realizó sobre el objeto.
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transmitido a través de todas las generaciones de juristas; sin embargo, el
contenido como tal del Derecho, lo que corresponde esencialmente al progreso
tanto espiritual como económico de los pueblos, ha variado mucho y continuará
haciéndolo, y eso es precisamente lo que ocurre con la institución jurídica que se
analizó, y su reflejo en las legislaciones cubana y española.
En nuestro país esta figura del derecho de retención no estaba ajena al que hacer
legislativo. El Código Civil de 1852, como dice Eleodoro Romero y Romana, la
admitía en determinados casos específicamente señalados; es por esta razón
agrega que se estudiaba como un derecho independiente.
El ponente del libro de los derechos reales del Código Civil de 1936, Dr. Solf y
Muro, sustentó la tesis de que el derecho de retención tenía efectos similares “que
los de prenda o la anticresis”, indicando en esas circunstancias que su ubicación
adecuada es aquella que atañe al libro de los derechos reales, incorporándolo
como un derecho de garantía.
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1.2.- DEFINICION
Se trata de un derecho en virtud del cual, el acreedor que detenta una cosa
perteneciente al deudor, está facultado para conservarla en su poder hasta el
pago de lo que le es debido con motivo de la misma cosa. (2) Es el derecho de
retener una cosa a un acreedor para que éste cumpla una obligación en los casos
en que no pueda realizarse la compensación. Se habla de derecho de retención
cuando el deudor de una cosa la retiene hasta que su acreedor le cumpla o le
asegure el cumplimiento de una obligación en los casos en que no pueda
realizarse la compensación. Se habla de derecho de retención cuando el deudor
de una cosa la retiene hasta que su acreedor le cumpla o le asegure el
cumplimiento de una obligación de entregar.
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1.3.- CARACTERÍSTICAS
1.3.1.-Es accesorio:
Debido a que sus efectos son limitados, el acreedor solo puede retener el bien,
más no puede llevarlo a remate judicial.
Con él se ejerce una presión sobre el patrimonio del deudor para forzar el pago de
todo cuanto adeuda.
1.3.5.-No es subsidiario:
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Puede en algunos casos concurrir conjuntamente con otras garantías con otras
garantías, no se requiere la ausencia de éstas para que exista, como ocurre en
los casos de la prenda y la anticresis
1.3.6.-Es indivisible:
El acreedor puede ejercitarlo por la totalidad de su crédito, sobre todas y cada una
de las cosas que se encuentran en su poder y sobre cada parte de ellas, aun
cuando la cosa retenida haya sido embargada o vendida judicialmente.
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Los autores que sostienen que la función del derecho de retención es cautelar son
Colin, Capitant y Podetti. Ellos de esta manera hablan de la imposibilidad de
enajenar los bienes, o sea un congelamiento de los bienes del deudor.
No podemos estar más en desacuerdo. Las vías procesales son idóneas para el
embargo y, además, para el secuestro de los bienes embargados. Ir más allá de la
mera función coercitiva, implicaría una justicia por mano propia, jurídicamente
inaceptable a los hombres de derecho.
En cambio, cuando se trata de una retención con el objeto de que su uso haga
satisfacción al acreedor de una obligación, llamadas, retenciones anómalas, y que
tienen ese objeto, legalmente predispuesto, entonces será posible la retención
hasta la compensación del crédito mediante su uso, lo cual no hace diferencia con
la función coercitiva, pero sí, hace las cosas más sencillas. La privación es del uso
y goce, y fundamentalmente coercitiva.
En consecuencia, podemos anticipar que las aplicaciones que la ley hace del
derecho de retención están lejos de representar actos arbitrarios o acomodaticios;
en otras palabras, que la ley no se fundamente en sí misma, si no en un principio
capaz de reducir a una unidad congruente y racional los diversos casos de
retención.
Es un absurdo jurídico que “que quien tiene un derecho contra una persona y
además una cosa de ella , si esta cosa le puede asegurar la realización de aquel
derecho , se la entregue quedándose o pudiendo quedarse burlado.
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Consultando los antecedentes históricos del derecho de retención, fácilmente
encontramos que brota de elementales normas de equidad y así los textos
romanos refiriéndose a que construye en terreno ajeno, afirman: “si constituido el
constructor en posesión, el dueño del suelo pretendiese que la cosa fuera suya, y
no pagas ele precio de los materiales y jornales de los trabajadores, puede ser
repelido por la excepción del dolo malo.
La excepción del dolo malo servía para justificar la retención y esta excepción se
construía al margen del derecho estricto y como derivación de la equidad.
Además obra con dolo quien reclama un derecho sin cumplir la reciproca
prestación, pues pretende enriquecerse a expensas de otro y resulta injusto
reclamar algo, fundándose en la ley, cuando por esta misma ley uno está obligado
a ejecutar una prestación.
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Para otros autores, es un derecho personal , por que participa de la naturaleza del
crédito al que accede, no confiere IUS PERSEQUENDI y no es oponible a los
terceros , sin el deudor y sus sucesores universales.
El artículo 1129 del código civil lo dice con toda nitidez: “el derecho de retención
no impide el embargo y el remate del bien, pero el adquiriente no puede retirarlo
del poder de retenedor si no entregándole el precio de la subasta, en lo que baste
para cubrir su crédito y salvo la preferencia hipotecaria que pueda existir”.
Para que el derecho de retención surta efectos frente a un tercero debe ser
inscrita en el registro de la propiedad inmueble, solo en este supuesto se
puede ejercitar el derecho a retención frente al adquiriente a título oneroso.
Si el inmueble no estuviera inscrito, la única forma de que nazca el derecho
de retención es “ser registrado mediante amonestación preventiva
extendida por mandato judicial”
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CAPITULO II
Se trata de una garantía muy especial, pues a diferencia de las más conocidas y
usadas como son la prenda y la hipoteca, la retención no conduce a la ejecución
del bien (venta) como medio para cobrarse la obligación garantizada, sino que se
realiza y se agota en el acto de retener, que no es otra cosa que negar la entrega
del bien frente a su titular y deudor de un crédito exigible. Es expresión del
derecho de defensa privada que tiene otras manifestaciones en el ordenamiento
civil, como en la denominada “excepción de incumplimiento” (artículo 1426 del
Código Civil) y la “defensa posesoria” (artículo 920 del Código Civil).
1. El supuesto de la retención
El propio artículo 1123 del Código Civil que define la retención, describe los
hechos jurídicos que dan lugar a este derecho real. Se trata de un derecho que
nace de un supuesto descrito en la norma. Se puede decir que deben concurrir
ciertos elementos de hecho para que se cumpla el supuesto de la retención, a
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saber: (i) debe existir una obligación no garantizada suficientemente; (ii) debe
existir un bien del deudor en poder del acreedor; y, (iii) la ley debe disponer que
procede la retención o debe existir conexión entre el crédito y el bien.
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inciso 1 del Código Civil). Un derecho inscrito es oponible, aunque no sea un
derecho real. Ahora sí veamos los elementos de la retención.
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reciprocidad con la obligación de pagar el crédito (es decir, se pueden tratar de
prestaciones autónomas), cada una es exigible en los términos que surjan del
título. Por ejemplo, si la obligación impaga no es exigible aún, pero ya lo es la
obligación de devolver el bien al deudor de la primera, deberá entregarse el bien
sin demora. Sin embargo, si por cualquier razón el bien no se entrega y se hace
exigible la otra obligación, entonces la retención será viable.
Permitir la retención del bien por obligaciones no exigibles equivale a adelantar los
términos señalados en el título, dado que la retención solo termina con el pago o
con la constitución de otra garantía. ¿Por qué tendría que pagar o constituir
garantía si esa no era una condición del título de la obligación? Precisamente, el
fundamento es que la obligación debe ser exigible y estar impaga.
Tiene que existir un bien o bienes del deudor en poder del acreedor. Son bienes
que el retenedor tendría que haber devuelto o entregado de no mediar la
obligación exigible señalada en el acápite anterior. Es decir, la obligación de
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devolver o entregar el bien debe ser exigible. Podríamos tratar de distinguir entre
obligación de devolución y obligación de entrega. Habría obligación de devolver
cuando el retenedor era un poseedor inmediato (correspondiendo la posesión
mediata al deudor de la obligación garantizada), y obligación de entrega cuando el
retenedor era poseedor pleno. Empero, esta distinción no encuentra sustento en la
ley. En general, el retenedor simplemente evita la entrega de los bienes que
debían ser puestos en poder de su titular.
Conforme al artículo 1124 del Código Civil, no procede la retención de bienes que
al momento de recibirse estaban destinados al depósito o a ser entregados a un
tercero. Ahora bien, según el artículo 1852 del Código Civil, el depositario
(contrato de depósito) puede retener el bien hasta que se le pague lo que se le
debe por razón de contrato. Por ello, la imposibilidad del ejercer la retención en
caso de bienes destinados a depósito no se refiere al depósito a cargo del
acreedor, sino al que se ha encargado a un tercero. Por tanto, la referencia a
bienes destinados a depósito o a la entrega a terceros da cuenta de un mismo
supuesto. Si el depositario es el mismo acreedor, este sí puede ejercer la
retención.
Los bienes deben ser del deudor. El supuesto más simple es que los bienes
pertenezcan al deudor (propiedad), pero se pueden presentar situaciones en que
los bienes corresponden al deudor a título distinto, como es el caso del usufructo,
la superficie, el uso, la habitación, etcétera. En estos casos, los bienes retenidos
son los derechos desmembrados (que también son bienes conforme a lo
dispuesto por los artículos 885 inciso 10 y 886 inciso 11 del Código Civil), siempre
que los títulos que explican la desmembración estén vigentes frente al propietario,
o que de ellos no se desprenda un poder de reivindicación anticipado del dueño,
precisamente ante el hecho de la retención. Si el dueño de los bienes resolviera la
relación en acuerdo con el deudor, luego de producida la retención, estaríamos
ante una concurrencia de acreedores que tiene por pretendientes al acreedor
(retenedor) y al propietario, lo cual se resolverá por las reglas de los artículos 1135
y 1136 del Código Civil según que el bien sea mueble o inmueble. No se aplica en
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estos casos la prohibición del artículo 1124, pues ella solo se refiere a los bienes
que al tiempo de recibirse ya estaban destinados a otra persona, lo cual no ocurre
cuando el título de la desmembración está plenamente vigente.
¿Los bienes deben llegar a manos del acreedor en razón de algún título justo? No
necesariamente. Existe un supuesto de retención especial en el régimen de
“mejoras” que permite la retención del bien incluso al poseedor ilegítimo. En el
régimen general de la retención, las normas no son concluyentes, solo basta que
exista relación entre el bien que se retiene y el crédito que se garantiza. Esa
conexión que exige la ley no significa que medie un justo título en la adquisición
del bien. Por ejemplo, si un vehículo fuera de control atraviesa las murallas de mi
predio causando daños, estimo que la víctima podría retener el vehículo en
garantía de la reparación del daño; sin embargo, en ese caso el bien no ingresó a
la esfera del acreedor mediando título alguno.
Hay varios casos en los que la ley ha dispuesto la retención como un derecho del
acreedor. En el pago de mejoras (artículo 918 del Código Civil), el depósito
(artículo 1852 del Código Civil) y la mismísima prenda (artículo 1067 del Código
Civil). Lo curioso es que en todos los supuestos donde la ley ha establecido la
retención como derecho especial del acreedor, siempre existe conexión entre el
bien y el crédito, de manera que hubiera bastado la definición general de este
derecho para comprender a todos los supuestos de retención que nuestro
ordenamiento parece admitir. En todo caso, si alguna norma señalara una
retención especial donde tal conexión no existe, no se podría negar el nacimiento
de este derecho.
De otro lado, ¿qué significa conexión entre el bien y el crédito? La relación que
exige la ley entre uno y otro no puede referirse solo a la reciprocidad que
eventualmente podría existir entre las prestaciones debidas (“si no cumples no
cumplo”), porque si así fuera la retención quedaría reducida al mismo supuesto de
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la “excepción de incumplimiento” prevista en el artículo 1426 del Código Civil. Un
supuesto típico donde existe conexión y no reciprocidad es cuando el crédito
debido se ha originado en un servicio sobre el bien, el cual debe ser devuelto una
vez culminada la tarea. Si no se paga el servicio, el acreedor retiene el bien (es el
caso del mecánico a quien no se le paga la compostura del vehículo).
La norma no señala el grado de conexión, de modo que basta que exista “alguna”
relación entre el crédito y el bien. Por ejemplo, si el mandatario recibió ciertos
bienes para cumplir el mandato (herramientas), podrá retenerlos si no se le paga
el servicio. Lo mismo ocurre con los bienes que quedan en el ámbito del acreedor
como consecuencia de un incidente que da lugar a una obligación de indemnizar
(el vehículo que queda atrapado en el predio ajeno como consecuencia de una
mala maniobra). También existe conexión cuando el acreedor recibió muestras o
documentos que servirían para elaborar un presupuesto que luego dio lugar al
servicio impago, procede la retención de tales muestras o documentos. Por
supuesto también quedan comprendidos en la retención los frutos del bien
retenido pues la conexión es obvia. No es necesario tener una norma especial que
haga comprender a los frutos como ocurre en la prenda (artículo 1977 del Código
Civil). En fin, es un tema casuístico, lo importante es que la conexión que exige la
ley no se agota en la reciprocidad, simultaneidad o conmutatividad de las
prestaciones, va muchos más allá.
Queda descartada la retención en los casos que no exista relación entre el bien y
el crédito; por ejemplo, cuando el bien del deudor llega a manos del acreedor sin
mediar hecho alguno que lo vincule con el crédito. Se podría discutir si los bienes
que el deudor deja por error en el ámbito del acreedor pueden ser retenidos por
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este. El olvido no es lo que impide la retención, sino la falta de conexión. Mientras
los bienes estén en poder del acreedor y dicho poder no derive de un acto ilícito
del acreedor (no se justificaría que el acreedor se haga de los bienes mediante un
hecho ilegal), este podrá retener (siempre que haya conexión). La conexión, como
dijimos, puede ser muy amplia: si los bienes tienen algo que ver con el crédito, el
acreedor podrá retener.
2. Oponibilidad de la retención
En primer lugar, hay que decir que la retención nace como derecho cuando se
ejerce. Antes de retener, la situación jurídica del bien depende de la causa legal
que explica su ubicación en el ámbito del acreedor. Una vez que el acreedor
retiene, en ese momento adquiere el derecho real de garantía. Ahora bien, ¿cómo
se retiene?, ¿qué se hace para retener? Como señala el artículo 1127 del Código
Civil, la retención se ejercita extrajudicialmente rehusando la entrega del bien, y
judicialmente deduciendo la defensa correspondiente ante el reclamo del dueño o
titular del bien retenido.
¿Esto significa que antes del reclamo del titular del bien no es posible ejercer
retención? Considero que sí es posible. Si bien el supuesto típico es el de la
retención al momento de la reivindicación, nada obsta para que el derecho se
invoque antes que el titular reclame. Se trataría de un adelanto del acreedor que
se dirige al deudor señalando que está reteniendo el bien y que no lo devolverá
hasta que no se le pague. La generalidad de la norma contenida en el artículo
1127 inciso 1 me permite esta conclusión. Semejante corolario goza además de
evidente sustento práctico, pues el incumplimiento del deudor se produce
normalmente antes que este siquiera intente reclamar el bien. Por ello, el acreedor
ya sabe que la retención le es útil antes que el reclamo se produzca.
Admitir que la retención puede nacer antes del reclamo del deudor, es importante
para determinar el momento en que surge la calidad posesoria del acreedor, quien
ya podría estar actuando sobre el bien aunque no se le hubiese reclamado la
devolución, así se le permitiría hacer valer su derecho frente a terceros. Antes de
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la retención, el acreedor puede haber sido poseedor o no (dependerá de cómo
actuó sobre el bien), pero luego de la retención definitivamente es poseedor.
Según el artículo 1128 del Código Civil, para que la retención surta efectos frente
a terceros debe inscribirse en el Registro. La norma no lo dice pero obviamente
esta es una inscripción que no requiere la participación del titular del bien, pues la
retención es en sí misma un acto unilateral. La norma ratifica en parte la regla que
se sigue para todos los derechos reales sobre inmuebles. Los derechos solo son
oponibles si se han inscrito. Si el derecho no está registrado debe ceder ante
quienes sí tienen derechos inscritos.
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refiere concretamente al adquirente de la propiedad, empero, como sabemos los
conflictos entre el retenedor y los terceros no se agotan en la presencia de un
adquirente a título oneroso de la propiedad. ¿Qué pasa cuando el retenedor se
enfrenta a otros titulares (usufructuarios, superficiarios, etcétera) o cuando dichos
adquirentes no son a título oneroso? Considero que en tales supuestos se deben
aplicar las normas sobre concurrencia de acreedores. Artículo 1135 para
inmuebles y artículo 1136 para muebles. Es decir, el retenedor de inmuebles solo
será vencido por los adquirentes que hayan inscrito su adquisición de buena fe y si
nadie ha registrado por el adquirente que cuente con título cierto más antiguo que
el suyo. Si el bien retenido es mueble, el retenedor ganará siempre que tenga
buena fe al ejercer la retención. Su buena fe significa que al tiempo de retener
debe ignorar si el bien se había comprometido a favor de un tercero.
De otro lado, el artículo 1129 del Código Civil señala que la retención no impide el
embargo y remate del bien, pero el adquirente no puede retirarlo del poder del
retenedor sino pagando la obligación garantizada, salvo la preferencia hipotecaria.
En realidad, es una norma imprecisa, que bajo la apariencia de ocuparse
integralmente de un tema termina describiendo solo un supuesto muy concreto de
oponibilidad en la retención. Veamos.
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encuentre, y que la titularidad sea conocida por todos. Con el usufructo y la
propiedad adquirida por usucapión, es uno de los pocos derechos patrimoniales
que nacen unilateralmente. Constituye un instrumento de apremio legítimo que los
operadores deberían usar más a menudo, sin quedarse en los supuestos
tradicionales y adelantándose a los acontecimientos. Cualquier bien puede ser
retenido a favor de cualquier obligación vinculada.
El dueño de una tintorería puede retener el abrigo que he llevado a limpiar hasta
que no le abone la factura.
El dueño del almacén donde he depositado mis muebles durante el año que
he vivido en Trujillo puede retenerlos hasta que no le pague los gastos
derivados del depósito. Los supuestos son muy diversos, pues la obligación
garantizada con un derecho de retención puede derivarse de gastos
conectados directamente con la cosa retenida (desembolsados para
alquilarla, efectuados en ella o causados con ella), o del contrato en virtud
del que se posee esa cosa, o puede que sencillamente vincule a las mismas
partes que la obligación que permite al retentor poseer la cosa
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CAPITULO III
Para que pueda hablarse de retención, se requiere que dos personas entre si sean
recíprocamente deudoras y acreedoras, esto es, que una de ellas exija a la otra
que le cumpla su obligación, para ella cumplir la suya.
El derecho de retención propiamente tal, implica un acto unilateral del que retiene
la cosa, pues la retiene sin estar autorizado para ello por un contrato, y aun mas ,
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la retiene contra la voluntad de su dueño o administrador. Se trata de un poseedor
obligado a restituir una cosa al dueño, pero con la advertencia de que este se
encuentra obligado a pagar las mejoras hechas por el poseedor en la cosa que
debe de restituir, y que puede retener hasta que se le pague el valor de las
mejoras o se le asegure el pago.
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Hasta la concurrencia de la suma por la que este sea acreedor Por lo tanto el
ejercicio del derecho de retención no perjudica a los otros acreedores, quienes
pueden embargar y ejecutar la cosa. Cuando ello ocurre el retenedor podrá seguir
detentándola hasta que haya sido satisfecho su crédito. Con respecto a
enfrentamientos con acreedores privilegiados, el derecho de retención no impide
el ejercicio de los privilegios generales.
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CAPITULO IV
28
La ponencia no incurre en el error de señalar que los bienes depositados
no pueden ser matera del derecho de retención
4.1.2.- INDIVISIBILIDAD
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Extrajudicialmente, rehusando la entrega del bien hasta que no se cumpla
la obligación por la cual se invoca.
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Respecto a los inmuebles no inscritos, el derecho a retención puede
ser registrado mediante anotación preventiva extendida por mandato
judicial.
El código de 1936, en una de sus numerosas e importantes omisiones,
no se pronunciaba sobre el derecho de retención de inmuebles.
Por el contrario la ponencia señala en el numeral 384, inspirado en el
código suizo, art. 895, que el derecho de retención puede recaer sobre:
inmuebles, estén inscritos o no en el registro: bienes muebles
corporales; y títulos valores, respecto a su concreción material.
Precepto que no fue incluido y en cambio se recoge en este artículo el
numeral 395, sin haber señalado previamente que es posible la
retención de inmuebles.
La inscripción en el registro del derecho de retención sobre inmuebles
es un arduo problema en los países como el Perú donde la inscripción
no es constitutiva de dominio. Sobre esta materia no se pronuncia el
código de 1936, pero sí sus comentaristas. Para salvar omisión tan
señalada, el presente artículo brinda reglas destinadas a establecer un
régimen coherente, a pesar de su inevitable dualidad.
En primer lugar se dispone que para que el derecho de retención
sobre inmuebles surta efectos contra terceros debe ser inscrito en el
registro, principio fundamentado en la esencia de la función registral,
es decir la certeza y la publicidad.
En segundo término se precisa que el derecho de retención no
inscrito con anterioridad no puede ser opuesto contra el adquiriente a
título oneroso que tiene registrado su derecho de propiedad sobre el
inmueble.
Esta regla es consecuencia de la primera, lógicamente la inscripción
del derecho de retención para ser eficaz frente a terceros debe ser
previa a cualquier transmisión de dominio, dado que el adquirente a
título oneroso está protegido por la fe del registro.
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La tercera regla, crea un régimen paralelo y soluciona el caso de los
inmuebles no inscritos, estableciendo que el derecho de retención
sobre inmuebles puede ser registrado mediante una anotación
preventiva extendida por mandato judicial.
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Ahora bien, de acuerdo al presente artículo, el bien tiene que ser subastado
sin estar físicamente presente, porque el retenedor no tiene por qué entregarlo
hasta que no se le cancele la suma que se le adeuda.
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Sin embargo, en muchos casos, en los que el derecho de retención se
resuelve sin la intervención del poder judicial, es frecuente que el
retenedor se quede con el bien retenido.
Por otro lado la norma pretende, impedir absolutamente este hecho y
exigir del retenedor del bien, que trabe embargo sobre el bien materia
de retención, y los realice en subasta pública.
ARTÍCULO 1131 Las reglas de este título son aplicables a todos los
casos en que la ley reconozca el derecho de retención, sin perjuicio de
los preceptos especiales.
Por otra parte este precepto olvida que el derecho de retención no sólo
es de fuente legal sino que también puede tener origen en el
consensus.
Por ejemplo, en un contrato en el que el vendedor se reserva el
derecho de no entregar el bien hasta que el comprador no pague la
totalidad de precio.
Igualmente ignora este artículo que las reglas del derecho de retención
también se aplican, aunque éste no esté previsto en la ley ni en el
contrato, simplemente basado en el hecho de la existencia de un
crédito no garantizado y que tenga conexión con el bien del deudor.
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CONCLUSIONES
● Para que pueda hablarse de retención, se requiere que dos personas entre
si sean recíprocamente deudoras y acreedoras, esto es, que una de ellas
exija a la otra que le cumpla su obligación, para ella cumplir la suya.
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BIBLIOGRAFÍA
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