Despertar de La Serpiente Fuego PDF

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 275

EL DESPERTAR DE LA SERPIENTE FUEGO

EL SEGUNDO TRUENO
En busca de los Ishayas Negros. .

INTRODUCCION
La visión del Universo Origen

Bailen conmigo, chiquillos de esta nueva era,


Bailen conmigo, mientras yo canto del Uno.

Esta es una invitación a compartir mi visión.

Otros mundos yacen justo por debajo de la superficie de nuestras mentes


racionales. En uno, infinitas pero inconscientes fuerzas interactúan locamente en
patrones caóticos, creando y destruyendo como al garete, por accidente.
En otro, dioses y héroes luchan contra un mal manifiesto en una búsqueda casi
sin esperanza para salvar sus mundos de la destrucción.
Y todavía en otro, cada momento sin excepción se desenvuelve en perfecta
armonía con la voluntad del Creador-De-Todo-Lo-Que-Es.
La experiencia de universos alternos se reprime la mayoría de las veces, en
nuestra era moderna. Esto es trágico, ya que la represión nos lleva a la confusión, a la
percepción distorsionada, al miedo.
No hay nada en la vida que temer. Para, el Universo Origen el cual a dado
vida a todos los demás, flota a través de la Eternidad como una radiante esfera dorada,
bañada en flamas azules celeste de Luz infinita y amor sin fin del Uno Omnipotente.
Ese Universo es perfecto. Y puesto que es el Origen de todos los otros Universos
creados todo debe ser también perfecto. Los manzanos crean solo manzanas. El amor
crea solo amor. La perfección crea solo la perfección. Es solo la identificación con
los mundos-sueño proyectados lo que lleva al sufrimiento.
Aun entonces, es sufrimiento-sueño. Solo nuestras viejas decisiones de esta
vieja edad de momento a momento nos mantiene atrapados en nuestras decisiones
individuales en las creaciones-sueño.
Esto puede terminar en cualquier momento: Para rodea, se extiende por debajo
de y permea cada partícula de los mundos-sueño. Porque esto es verdad, cualquiera
en cualquier parte, en cualquier momento puede experimentar la Única Realidad
Ascendente. Puede encontrarse en cualquier parte, pero es mas fácilmente
descubierta dentro de tu corazón. Es la esencia de todas las cosas buenas: vida,
conciencia, gozo, amor.
La experiencia de Para trae como consecuencia un estado de conciencia
llamada por varias tradiciones sobre la Tierra: Salvación, Nirvana, Iluminación,
Conciencia Infinita, Satori, Conciencia Cósmica, Libertad Eterna, Orar sin Cesar, La
Paz que sobrepasa todo entendimiento, la Conciencia Perpetua. El nombre es
supremamente sin importancia; el contenido de esta experiencia lo es todo.
Como sea que escojamos llamarlo, ninguna cantidad de sufrimiento es posible
en este estado, la vida es vivida en perfecta alegría; en infinito amor, en un
ininterrumpido contacto con el Origen.
En un instante congelado en el tiempo, no mas grande que el espacio entre dos
latidos del corazón, un ser totalmente y permanentemente en contacto con el Universo
Origen compartió su visión conmigo. Este fue un regalo gratis, una unión sin palabras
de su infinita mente con la mía.
En los años que han pasado desde ese suspendido instante mágico, yo solo he
empezado a apreciar lo que esto significa para mi vida, para recordar eso lo cual, hace
mucho conocía perfectamente bien, pero luego olvide. Yo soy un Ser Sin Fronteras.
Viviendo en un cuerpo humano, yo experimento el infinito Ascendente
continuamente. Los libros de los Truenos son un intento para explicar este estado de
conciencia, para describir la Realidad de la maravilla de esta experiencia.
Las palabras son, herramientas finitas, limitadas y las mas amadas por mentes
anhelantes. Estas para siempre quedarán cortas ante la experiencia de la Verdad. La
Verdad es vivida y puede ser compartida; lo mejor que las palabras pueden hacer es
apuntar el dedo del entendimiento a ello. Las palabras pueden decir, “La luna esta
allá.” Ellas no pueden hacer y no pueden dar la experiencia de la Luna. En el mejor
de los casos, ellas inspiraran a uno a buscar la experiencia que ellas describen.

~~~
En busca de los Ishayas Negros graba una serie de visiones y experiencias que
yo tuve mientras estudiaba con los Ishayas. El total del tiempo transcurrido fue solo
de algunos días, pero el total del tiempo de las visiones fue de muchos años.
Las experiencias fluyendo a través de mí ocurrían lejos del espacio-tiempo de
la realidad de este mundo. Ellas fueron una serie de otras vidas que eran totalmente
paralelas a los acontecimientos entre mis amigos, particularmente Edg y Sharon en y
alrededor del monasterio de los Ishayas.
Durante este periodo, tuve una lucha de vida o muerte con mi ego, y casi me
conquista en cuatro ocasiones separadas -- Sin coincidencias después de la
instrucción de la segunda esfera, las técnicas Solar, Lunar, La Tierra y la Segunda
Cognición. Las visiones fueron inspiradas a través del aprendizaje de cada una de
estas técnicas coincidiendo exactamente con los cambios en mi vida personal que
eran intensos y, en una ocasión, tan terrible como nunca me lo hubiera imaginado
posible: la perdida de Sharon.
¿Si yo hubiera sabido desde el principio todo lo que tendría que dejar para
ganar la iluminación, hubiera yo continuado? Probablemente no. Solo en
retrospección es que veo la belleza inherente de mi tragedia personal.
El camino de todos es distinto. La increíble facilidad con la cual algunos
crecen bajo el cuidado de los Ishayas nunca deja de fascinarme. Yo miro mi vida y,
parece que siempre he elegido el camino más difícil posible -- y aun yo sé que para mi
no había otra opción. Y hay otros quienes han sufrido muchísimo más.
Cualquier cosa que se requiera es la única actitud que es real, la única actitud
que funciona, la única actitud que lo asiste a uno para alcanzar la meta. Cualquier
cosa que yo tenga que hacer para darme cuenta de la iluminación, eso haré. Este fue
el punto de vista que adopte en los Himalayas y el único que me pudo llevar a través
de mis tribulaciones hasta el final.
Para aquellos quienes buscan la iluminación, ninguna otra trama de la mente
puede sustituir a esta. No hay otra trama de la mente que pueda tener éxito. Uno debe
de tener la voluntad de dejarlo todo -- cada creencia, cada juicio, cada apego --
entonces y solo entonces puede haber progreso. Ya que es exactamente donde uno
clava los talones y dice, “hasta aquí y no mas” que el ego pinta su raya y gana la
batalla.
No son las posesiones, si no los apegos los que causan el problema. ¿Qué es lo
que uno debe dejar? Nada. ¿Qué es lo que uno debe de tener la voluntad de dejar?
Todo. Cuando uno esta listo para liberarse de todo, la vida empieza en serio. El
amanecer a la Verdadera Luz nunca esta lejos.
~~~
La serie de los Truenos describe la apertura de la conciencia de la raza
humana a niveles aun mas profundos y sutiles de experiencia de la iluminación.
Existe una conciencia colectiva de la humanidad que lo subyace todo e impregna
todas nuestras creencias y experiencias. Esta identidad colectiva es responsable de la
mayoría de nuestras perspectivas del mundo y experiencias individuales de la
realidad. Cambiar este sistema de creencias colectivo típicamente es demasiado lento,
ya que toma el continuo esfuerzo de parte de muchos durante un largo tiempo.
En este y en los libros subsecuentes, la conciencia colectiva de la humanidad
es personificada e individualizada como el Señor Gana, un príncipe semi-divino que
vivió mucho antes de que cualquier historia pudiese ser registrada. Puesto que Gana
es el representante de toda la humanidad, sus luchas para tomar maestría de sus
creencias y juicios tienen el efecto de transformar a todos los demás. A veces
consciente de su estatus Universal, otras veces ignorante, Gana se mueve a través de
varias experiencias de vida en un intento de dominar de los bajos aspectos de su
naturaleza y despertar a la plena conciencia. Esto continúa con una gran complejidad
mientras que su entendimiento de la conexión del individuo con el Universo se
desenvuelve.
Gana no trabaja solo. El nunca esta mucho tiempo sin la inspiración divina --
que la mayoría de las veces toma la forma de un inusual maestro de la transmutación,
el Vidyadhara Airavata, también conocido como Heramann. Airavata es bastante
viejo y sabio, el último de los antiguos Vidyadharas, una raza inteligente que
prevaleció antes del descenso de nuestra actual especie humana. Comúnmente
inconsciente de la conexión sutil y Eterna de la esencia que subyace de las
encarnaciones de Gana, Heramann a pesar de eso es llamado a apoyarlo en su
crecimiento. El Poder omnipotente de la corrientes ascendentes de las Leyes
Naturales siempre están presentes para ayudar a Gana; pero él casi nunca está
consciente de esto. Esta fuerza es personificada como su aspecto femenino, Almira.
Almira es la segunda mitad del Alma de Gana, siempre consciente; ella es la Diosa,
siempre en divina comunión con el Uno; Ella es la Madre Tierra, el Origen de todo el
Bien para la humanidad, la personificación del Espíritu Santo.
Gana es tambien siempre observado, protegido y guiado por la encarnación de
la sabiduría de la conciencia elevada, enmarcada en los libros de los Truenos como
sus Siete Maestros, Vasuki, Mordom, Rodavi, quien mas tarde renace como Joab,
Vaga, Atri, Brihas y Matri. Su relación con Gana es una de gentil guía y disciplina.
Todos los demás caracteres en esta Historia son, ya sean manifestaciones
parciales del aspecto de la mente infinita de Gana o también sus creaciones. Algunas
de estas creaciones son positivas y representan las fuerzas creativas de la naturaleza:
sus hijos y las personas que él intenta salvar de la destrucción y guía hacia niveles
mas elevados de entendimiento. Y algunas de estas creaciones son negativas, las
fuerzas destructivas de la naturaleza personificadas y puestas en forma por el
entendimiento incompleto de la vida de Gana: El Emperador Valín y los agentes y
subalternos de Valín, los Asurs y Rakshasas. En ambos casos, aunque teniendo
forma independiente y vida, todas sus creaciones se mantienen enraizadas en la mente
de Gana.
Así el resto de la serie de los Truenos es una historia de las eras de la
humanidad en sus viejos intentos de conseguir una estable civilización dirigida, hacia
arriba. Ellos estan también como una descripción de un viaje individual a la
iluminación a través de numerosos nacimientos.
Cualquier forma de leerlo es correcta. Ya que estamos continuamente creando
nuestro propio mundo. Proyectamos nuestras creencias y juicios hacia afuera; estos
regresan a nosotros como nuestras experiencias de las otras personas, de historia, de
vida, de materia. Cada uno de nosotros soñamos nuestro propio mundo -- Esto
significa que cada uno de nosotros es ultimadamente responsable de nuestra propia
creación. Y por lo tanto, cada uno de nosotros puede cambiar cualquiera de las reglas
que gobiernan nuestro mundo en cualquier momento, resultando completamente en
una perspectiva diferente del mundo y un mundo completamente diferente. Darse
cuenta plenamente de este simple hecho es una definición aceptable de la iluminación.
Es la esperanza de los Ishayas que el aprendizaje de los diferentes niveles de realidad
tejidos dentro de este trabajo ayuden a otros a levantarse mas rápidamente al
reconocimiento de su autoridad principal en sus propios mundos. Entonces la
sanación de esta Tierra será muy pronto lograda.

-- MSI dedicado en Diwali 1995.


¡Vengan!
¡Escuchen!
Oigan primero mi canción de Gana,
¡Padre inmortal de nuestra raza!
Gana el Shara, ¡Gana el verdadero Adan!
¡Gana el Maldito!
¡Asesinado por el hijo de su hermana
antes de que la semilla del árbol del mundo se perdiera
o las separadas gemas robadas de las manos de la Estatua Viva!

--El Rajanya Mordom


El ultimo Guardián de la Promesa de Emura.
PROLOGO

VISION Y VIDA.

“Cuando la poesía del mito es interpretada como biografía, historia o ciencia,


se le aniquila. Nunca es difícil demostrar como la ciencia, la historia y la mitología es
absurda. Cuando una civilización empieza a reinventar su mitología de esta forma, la
vida se le va... la mitología es el canto del universo, la música que bailamos aun
cuando no podemos nombrar el tono”
-- Joseph Campbell

Las civilizaciones mueren cuando ellas pierden sus visiones que las fundan.
¿para que trabajar para ser grandiosos si no hay potencial para serlo? ¿Si lo visible es
todo lo que existe, porque no dedicar la vida a las riquezas y a las posesiones? ¿Qué
importa quien se lastime en el proceso? Si de todas maneras todos los involucrados
estarán muertos dentro de un siglo. ¿A quien le importa lo que pase en este pequeño y
extraño planeta circulando alrededor de un sol promedio en un conjunto de docientos
mil billones de soles, perdido dentro de un brazo del remoto espiral de una galaxia de
tamaño promedio en un conjunto de mil billones de galaxias? Seguro que somos muy
pequeños para ser significativos en cualquier sentido Cósmico. ¿No es la vida misma
una aberración, un accidente del destino, una consecuencia inevitable de moléculas
juntándose aleatoriamente en un universo cercanamente infinito?
Sin la ayuda de la infraestructura de la Verdad visionaria, el significado de la
vida se colapsa hacia la insignificancia. Las visiones no son falsas, ellas no son
ficción ni fantasía. Las verdaderas visiones expresan las más altas aspiraciones de
nuestras almas -- aspiraciones imposibles de expresar de ninguna otra forma. Esta
forma del entendimiento de la visión es vital en el mundo de hoy. La contribución
invaluable del trabajo visionario moderno es dar forma a las ideas que ya no encajan
convenientemente en nuestros patrones aceptados de creencia.
Nuestra dependencia en el dogma científico nos ha alejado de nuestras viejas
perspectivas del mundo, profanando nuestros dioses, asesinado a nuestros héroes,
vaciado nuestra magia y disminuido a un patético tamaño de la duración de la vida de
los hombres y las mujeres que libremente caminaron sobre el planeta de nuestros
ancestros. Esto ha creado una vida para el ser humano promedio que casi siempre es
aburrida, sin sentido, opaca, temerosa o extremadamente dolorosa.
Pero toda Verdad enterrada en su momento crecerá de nuevo a través de la
oscura tierra de la duda y el temor. Ya que hay (y hay todavia) verdaderos Héroes en
este planeta, también como aun hay (y siempre habra) verdaderos dioses asi como su
Eterna Fuente -- el Uno que es la vida interna de todos los dioses, el Uno que es la
raíz de la fortaleza del Héroe, la magia del mago, el poder de sanar del curandero, el
genio creativo del artista, la sabiduría sobrenatural del Iluminado. No importa si todos
(o siquiera alguno) recuerda este hecho. La Realidad no es democrática.
¿Quién crea las visiones? Nadie -- Las visiones son una expresión de la
Verdad, y por lo tanto nunca son inventadas ni creadas en el sentido usual de la
palabra. Lo visionario abre a la continua realidad que subyace y formula en lenguaje
lo que se descubre allí. El espíritu del Uno entra dentro del visionario (el visionario
respira el aliento de la vida conocido como Inspiración); el resultado es una nueva
expresión nacida del campo que subyace del arquetipo que nunca cambia.
Este y los subsecuentes volúmenes de la serie de los Truenos son trabajos
visionarios. Ellos son la expresión de donde hemos venido y a donde vamos; ellos son
un reporte sobre la condición humana; ellos son decretos de la Conciencia Universal.
Como tal, su utilidad yace en el ejemplo en vez de instrucciones especificas para vivir
sobre esta Tierra. La guía practica de la Ascensión de los Ishayas está disponible a
través de instrucción personal, pero las técnicas de Ascensión por si mismas nunca
serán grabadas, ni ahora ni nunca en ningún libro.
Estos textos no intentan ser científicamente rigurosos. Por ejemplo:
No importa si Martanda alguna vez fue un planeta de nuestro sistema solar
entre Marte y Júpiter -- donde ahora solo se encuentran rocas sin vida conocidas como
asteroides -- o ya sea que Martanda circuló un sol diferente, o que estaba bastante
alejado de nuestra galaxia. Nuestro creciente conocimiento científico podra algún día
responder estas preguntas, pero por ahora la ubicación exacta de este increíble y
populoso mundo no es importante.
Lo que es importante es la existencia sin fin de la humanidad. La raza humana
es mucho más antigua que lo que nuestros historiadores han grabado, mucho mas
antigua de lo que nuestros arqueólogos y antropólogos han siquiera empezado a soñar.
Desde el amanecer de la creación, han existido individuos a través del Universo
quienes han sido capaces de conocerse a sí mismos. Esta es la única definición de la
humanidad que tiene consistencia o significado.
Nunca hubo una epoca que los seres humanos no habitaran este Universo. Ni
habra nunca una epoca en que las razas Auto-Conscientes desconozcan el tiempo-
espacio creado.
La forma de los cuerpos, los detalles específicos de las anatomías, el tamaño y la
forma y él número de cabezas o extremidades -- eso no es lo importante. La verdad
esencial que lo subyacente -- de que cada ser humano tiene dentro de su corazón la
chispa del fuego divino -- éste es el único hecho importante.
Somos dioses en carne mortal, pero por nuestras decisiones y acciones no lo
vivimos. No hay fronteras en nosotros mas que aquellas que nosotros artificialmente
creamos y mantenemos por nuestras creencias en limitación y juicios del bien y del
mal. ¡Esto ya no necesita ser así! Ni siquiera por un instante mas, la libertad esta
disponible para cualquiera quien la busque, ya que nosotros somos los Hacedores de
los Mitos. Nosotros somos los soñadores de los sueños. El poder de la mente puede
ser olvidado o negado, pero su rica brillantez permanecera, centellando como una
perfecta joya, justo por debajo de las lodosas aguas de nuestra negación y
desesperación. Y la afortunada verdad es que cualquiera -- niño o adulto
sobrecargado por las ansiedades y preocupaciones de la vida, cualquier anciano,
completamente magullado por las luchas de este difícil y cruel mundo -- cualquiera en
cualquier momento puede como de pronto sin aviso despertar a la Verdad subyacente
de la vida. Y la verdadera buena noticia es que incluso solo una persona es suficiente
para transformar el mundo. La gente se parece mas a las palomitas de maíz de lo que
se pueden imaginar o aun empezar a recordar. Cuando uno se desliza a través de las
barreras ilusorias de limitación y temor, todo le sigue.

“¿Cantaré de mi jardín,

muy verde y creciente,

de Para, sus riachuelos

sus bosques y colinas

de mi esfera plateada y azul

oh vagabundo de una lejana tierra?”


1 LA TÉCNICA SOLAR.

Me pregunto, te lo juro, ¿qué hicimos tú y yo, antes de amar? Si en mi vida vi


cualquier belleza, eso fue sino un sueño de ti.
-- John Donne

Sharon y yo recibimos la Técnica Solar -- la primera técnica de la segunda


esfera -- de Nanda Ishaya una hermosa tarde de junio en el alto bosque de los
Himalayas.
Nosotros ascendíamos en nuestra arboleda favorita. Ese lugar mágico quedaba
a media milla del camino hacia arriba de donde conocí por primera vez a Boanerge.
El arroyo se dividía allí en siete pequeñas cascadas; el musgo cubría como alfombra
las piedras de la montaña multicolor reverdeciendo en belleza; innumerables abiertas
y fragantes flores silvestres crecían allí, transformando este lugar encantador en un
paraíso bucólico. Esta pequeña arboleda era el escondite favorito de muchas pequeñas
criaturas del bosque; por alguna razón allí estaba mas lleno que en cualquier otra parte
con enormes mariposas y pájaros de colores brillantes. Sin duda alguna, este lugar era
para nosotros el mas celestial de los extraordinarios jardines de los bosques de los
Ishayas.
Nosotros muy seguido nos sentábamos allí mirándonos fijamente a los ojos,
sintiendo nuestro amor expandiéndose mas allá de todo previo limite. La belleza
externa del tupido bosque no era nada comparado con la maravilla de los profundos
ojos azules de Sharon, con un rostro perfecto y exuberante cabello dorado, y aun su
magnificencia del alma era mas grande que su forma física. Ella pudo haber nacido
deforme o tullida; y aun yo la hubiese amado por su radiante gloria interna. Nunca
había sentido esto tan fuertemente con alguien antes y dudaba si lo volvería a sentir
con alguien mas otra vez: ella era inmaculada, una perfecta joya en forma femenina.
Ella era vida, ella era gozo, ella era la encarnación del poder espiritual, ella era
belleza y la buena fortuna de una vida vivida con la mas alta calidad de perfección.
Que ella me amara a mi era altamente improbable dado mi pasado sin sentido, y aun
cada día ella me lo demostraba en muchas concebibles formas de que ella no solo me
amaba sino que me adoraba. ¿Por qué?
∼∼∼

Nanda nos encontró en nuestra arboleda favorita, sentándose junto a nosotros


en ese encantador día de junio, ascendió con nosotros cerca de media hora, entonces
suavemente dijo, “Jai Isham.”
Nosotros muy despacio abrimos nuestros ojos y respondimos, “Jai Isham
Ishvaram, Nanda-ji. Gracias por venir a vernos.”
El se rió, sus suaves ojos marrón como siempre destellando con ilimitado
gozo, y amorosamente continuó, “¡Ustedes dos están progresando bien! Durga y yo
estamos extremadamente complacidos con su crecimiento. Hemos decidido que
empiecen ustedes con las técnicas de la segunda esfera hoy.”
Sharon rió un poco con dulzura y contesto, “¡Nanda-ji! La primera esfera me
llena con tal éxtasis, ¿Cómo es posible que yo pueda contener mas?”
El se rió entre dientes y contestó, “El contenedor continuará expandiéndose
querido corazón. ¿Tus experiencias, son estables?”
“¡Oh, sí!” Ella exclamó. “Ascendemos cerca de diez horas al día ahora. Cada
día yo floto hacia adentro con mucha mas claridad y profundidad.
Toda la vida baila para mi en gozo. Aquí en el bosque me siento conectada
con todo, siento los hilos de la vida íntimamente entretejiéndose: Las plantas y
animales y pájaros todos están conectados unos a otros y a mi. Yo me siento una con
todo de la vida, todo el tiempo. ¿Es esto una probada de la Conciencia Perpetua
Unificada? ¿Incrementara esto hasta que yo vea la realidad del Uno Ascendente en
todas las cosas, siempre?”
“Con Ascensión, la unidad crece desde muy al principio, Sharon. Todo lo que
es requerido es suficiente tiempo.” De pronto una nube pasó sobre el rostro de Nanda
mientras él la miraba. El frunció el ceño brevemente, entonces se encogió de
hombros, y continuo diciéndome. “¿Tu ascensión se mantiene sin cambio? ¿Aun
viendo fuego en todas partes siempre?” “Nunca cambia,” yo respondí, desalentado.
Ya me había acostumbrado, pero aun no me gustaba nada. “La luz lo llena todo, arde
a través de todo. Aun mis sueños en la noche no son otra cosa que fuego -- se siente
como si las flamas me envuelven siempre. Pero sin dolor -- ellas no son calientes, ni
crueles, son constantes, muy brillantes y subyaciendo en todo. Cada pensamiento,
cada sueño, cada percepción esta llena con el fuego celestial. Luz, ardiente luz,
siempre y por siempre brillando la luz ardiendo. ¿Terminara algún día?”
“¡Oh!, tú lo atravesarás en su momento. Exactamente cuando, es difícil de
predecir. ¿Ha regresado a ti de nuevo Boanerge?” El tono de Nanda era de esperanza.
No me gusto la posición en la que me ponía el Fundador. ¿Por qué se me había
aparecido a mi solo? ¿Y porque solo en visión? Había fielmente reportado sus
mensajes a Alan y a los Ishayas, pero yo sabia que ellos sentían -- ¡al igual que yo!
que había muchísimo mas que él no había dicho. Sus instrucciones para mí en las dos
ocasiones que había aparecido parecían incompletas, insuficientes para dirigirme a mi
o a cualquiera con toda seguridad hacia adelante. Había escrito mis experiencias como
él me había instruido y pensaba llamar el libro, El Primer Trueno, pero esto parecía
un principio muy pobre y no tanto como una respuesta a la necesidad del momento.
¿Cómo debería ser la Ascensión enseñada a la humanidad? ¿Cómo se suponia que
esta preciosa enseñanza dejar el recluido valle y entrar al mundo? ¿Y porque ahora?
Los Ishayas creían que la Ascensión había sido fundada hace diecinueve siglos por el
Apóstol Juan y preservadas sin error en aislamiento por sus sucesores desde entonces.
¿Por qué cambiar de repente tal historia de secreto? Y ¿Por qué era yo el que podía
ver y ser el mensajero de Boanerge? Tenía yo tan poquito conocimiento y aparte de
esta continua experiencia de luz, contaba con muy poca experiencia. Si él quería al
inocente recién llegado ¿Porque no escoger a Sharon? Sus experiencias de la Unidad
eran tan constantes como las mías eran de fuego celestial; no había duda que ella
entendía muchísimo mas que yo. O, ¿No seria mejor escoger un candidato más lógico
como Durga o Nanda quienes eran los Ishayas Originales?
Suspire y conteste, “No, Nanda, él no ha venido. Quizás espera a que yo esté
establecido en la Conciencia Perpetua primero; no sé. ¡No puedo entender porque el
vino a mí en el primer lugar! Yo no se nada. Yo soy un amateur con la Ascensión.”
Nanda se rió otra vez y dijo, “Quizás es seguro asumir que el Hijo de la Furia
ve mas profundamente de lo que nosotros vemos. O quizás hay algo acerca de ti que
es muy importante de lo que tu has empezado a recordar. O quizás hay sutileza sobre
sutileza aquí -- seguro que Juan e Isha tienen un plan maestro -- ¡Yo no sé porque
debiéramos necesariamente entenderlo!
“De cualquier forma, Durga y yo hemos decidido adelantarles la instrucción a
ustedes dos, ahora, nos parece apropiado. Te doy la Primera Técnica de la Segunda
Esfera hoy. Entonces mañana, quizás les dé la Segunda Técnica en el viaje a la Cueva
de San Juan. O quizás cuando lleguemos allí. Ya veremos ...”
“Esta técnica es llamada la técnica Solar porque abre la conexión dentro de
nosotros al Sol. Esto existe dentro de todos como la parte superior del sushumna, el
canal sutil de energía en la espina dorsal. Esta conexión empieza en el corazón y pasa
a través del séptimo chakra, el séptimo sello en la parte superior de la cabeza. A
través de tomar maestría de esta técnica, tu abres tu conciencia a los mundos
dimensiónales elevados. A esto se le conoce el Sendero de los Sabios: Se dice que el
plenamente iluminado deja su cuerpo al momento de la muerte a través de esta ruta.”
“¿Qué son ‘los mundos dimensiónales elevados’?” yo pregunté intrigado.
Nanda sonrió y replico, “Hay Siete Regiones de Luz que rodea e impregna
todo nuestro Universo tridimensional de nombre y forma. La Técnica Solar abre la
directa cognición de estos.”
“Nuestro sol es un portal o un vórtice a otro lado.” Comento Sharon,
aparentemente entendiendo perfectamente. Yo me preguntaba tristemente si siempre
me sentiría como si estuviera en el kindergarten alrededor de ella. Cualquier cosa que
yo dolorosamente aprendiera con lentitud, ella ya lo sabia en su totalidad y completa
fluidez de gracia. ¿Cómo no poder adorarla? El amor entre nosotros solo había
crecido mas y más rico en los últimos dos meses. Cuando yo estaba apartado de ella
su rostro flotaba muy seguido ante mi en visión. Yo no sabia como era posible amar a
alguien mas y todavía cada día me encontraba amándola mas, en cada forma
concebible. ¿Qué gran bien había yo hecho en el pasado para merecer un amor como
este? Su belleza de corazón, mente, alma y cuerpo eran inigualables y no se parecía a
nadie a quien yo hubiera conocido antes -- ¡y todavía ella me amaba! ¿Cómo podíaa
yo ser tan afortunado?
Mientras yo me dejaba distraer así, el Ishaya le contestaba a ella.
“Exactamente así, sí. Nosotros pensamos en nuestro Sol como un horno termonuclear,
a 96 millones de millas de distancia, que nos trae calor y luz y vida. ¡Y ciertamente es
eso! Pero también es mucho, mucho más. Y hay eso en cada uno de nosotros que
resuena perfectamente con el Sol. Nosotros tenemos el sendero Solar construido
dentro de nosotros; a través de abrirlo, nosotros descubrimos nuestra unidad con el
Sol.”
“¿Qué significa eso?” Pregunte, regresando temporalmente de mis
pensamientos envolventes de Sharon. “¿Cómo podemos ser uno con nuestra vecina
estrella?”
“Todos estamos hechos del mismo material,” contestó Sharon. “Todos somos
polvo de estrellas. Yo creo que esa es una de las grandes fantasías del estado despierto
es nuestra creencia en la separación. Nos sentimos separados uno del otro, de todo en
la vida, de nuestro propio Ser.”
“No hay separación en la Conciencia de la Unidad,” estuvo de acuerdo Nanda.
El levantó su collar de rudrakshas y dijo, “nosotros todos estamos conectados, justo
como estas semillas en este hilo de oro. Esta realidad de la Unidad se le llama el Sutra
Atman en Sánscrito -- el Hilo de Almas en Español. Cada uno de nosotros esta
conectado a los demás y a todo los demás, yo a ti, tú a mi, tu a las plantas y los
animales, nosotros y las plantas y los animales a nuestra Madre, la Tierra, todos
nosotros al Sol. Ninguno de nosotros se puede aislar a vivir -- toda la creación esta
tejida a través de un manto de gozo, amor y maravilla. La Segunda Esfera es llamada
la Esfera del Universo porque nos abre a la Realidad de esta conexión. Empezamos
con el Sol porque es después de todo nuestro principal dador de luz y vida en este
rincón del Universo y porque el sendero solar esta dentro de cada uno de nosotros.”
Nanda nos explico la estructura exacta de la primera técnica de la segunda
esfera, entonces se sentó y Ascendió con nosotros toda la tarde. Yo me sentí
íntimamente conectado al Sol mientras usaba la nueva técnica pero no habían
experiencias extraordinarias solo una profunda paz envolvente.
~~~
Nanda dijo que él quería continuar ascendiendo en nuestro paraje un rato mas
cuando nosotros terminamos; Sharon y yo nos fuimos caminando de regreso al
monasterio para asearnos antes de la cena.
Mientras nos íbamos de regreso abrazados, Sharon comento que la nueva
técnica le estaba causando a ella sentirse mas centrada o con los pies sobre la tierra
como nunca antes. En general sus experiencias usualmente eran profundas y quietas:
ella no había tenido revelaciones intensas desde Delphi, pero siempre estaba estable y
clara. Le pregunté porque pensaba que la intensidad había disminuido para ella; ella
replicó que ella deseaba un crecimiento suave y cómodo.
“¿Esto quiere decir que yo prefería la velocidad?” pregunte confundido. “No
recuerdo eso. Un poco de simplicidad seria muy bueno ahora.”
“Quizás tu deseaste crecer lo más rápido posible alguna vez,” ella replicó, con
un ápice de preocupación que se sentía a través de sus azules ojos. “Y eso propició el
desenvolvimiento ¿Es tan difícil para ti?”
“Sí, no, no sé. Creo que puedo arreglármelas bien. ¿Me pregunto si pudiese
cambiar de parecer y escoger un camino más lento?”
“Yo estoy segura que tu podrías, pero ¿tu quisieras eso? Seguido te quejas,
pero ¿realmente quisieras ir mas lento? Eso no suena como tu.”
Estaba a punto de decir que pensaba que probablemente me gustaría, pero
justo entonces Mark Edg salió por un recoveco del camino frente a nosotros
viéndonos, el se detuvo y nos esperó que llegáramos caminando hasta él. Edg estaba,
como siempre, vestido con costosa seda negra. Nunca lo había visto de otro color
excepto azul oscuro o negro. Él aparecía tan intenso como siempre. Nunca fui capaz
de lograr que él me agradara del todo, pero tenía que admitir que aparentaba poseer
un poder peculiar y autoridad mucho más grande que la mayoría de los otros – más
grande en algunas formas, quizás, incluso que Durga y Nanda. Yo no lo entendía.
Tampoco sentía que algún día lo haría, pero algo acerca de él siempre me fascinaba.
Me sentía como un pequeño ratón que estaba paralizado por la directa mirada de una
serpiente a punto de devorarlo. La mirada penetrante de Edg me quemaba a través de
mi alma. Parte de mí estaba aterrado, parte de mi estaba fascinado por él, parte de mí
era atraído, parte de mí lo repudiaba.
El nos esperó debajo de una lujosa enredadera que pudo haber sido un extraño
tipo de enredadera silvestre -- de flores color escarlata lloviendo en una fragante
profusión por encima y ambos lados del camino. Dos colibríes muy ocupados
chupaban las flores buscando el néctar. Un trío de monos blancos y negros
jugueteaban en urgentes ocupaciones de su atención, sin siquiera mirarnos o
hablarnos.
“¡Edg!” Exclamé. “Nanda nos acaba de iniciar en la segunda esfera.”
“Ah. Bien.” Él replicó fríamente. “Es maravilloso.” Él habló mecánicamente,
aparentemente perdido en su propio mundo.
Para mí estuvo bien pero Sharon apresuró a preguntarle, “¿Edg, estas bien?”
“¿Hmmm? Si -- y no. ¿Alguno de ustedes ha escuchado de los Ishayas
Negros?” “¿Los Ishayas Negros?” respondí, frunciendo el ceño “¿Ishayas Negros?
¿Cómo puede ser eso? Los Ishayas usan blanco en honor a su voto de pureza, excepto
Nanda por su puesto, porque él nació un brahman.”
“Por supuesto que lo hacen ahora,” él replicó con impaciencia. “Pero Durga
me dijo que hubo alguna vez otra orden -- los Ishayas Negros -- también fundados por
el Hijo del Trueno, Juan el Apóstol. Durga me dijo que ellos eran diferentes a los
blancos como la noche del día -- ellos no tomaban votos, por ejemplo. Algunos de
ellos se decía que se habían casado -- no de apego sino para satisfacer la necesidad del
Universo. Pero ellos tampoco entraban en el mundo -- Juan creo esa Orden como una
protección para los Ishayas de aquí -- para que mantuvieran el camino recto, para
supervisarles y recordarles a que observen y no se salieran de la intención del
apóstol.”
“¡Otro monasterio oculto de los Ishayas!” Sharon exclamó con diligencia.
“¡Que hermoso concepto!”
“Yo no creo que ellos tengan un monasterio,” contestó Edg. “Yo creo que los
Negros entran y salen del plano de la Tierra -- como seres celestiales solo que
humanos. Almas totalmente realizadas, checándonos de cuando en cuando para
asegurar que los Ishayas continúen avanzando de acuerdo a los deseos de Isha. Como
el mismo Boanerge. Solo que diferente de alguna manera.” “¿Por qué los Ishayas
necesitan otro timonel además de Boanerge?” Pregunté, con ligero desdén. “Seguro
que él es competente para satisfacer sus necesidades. No puedo concebir que se atoren
bajo su guía.”
“¡Seguro que yo no sé! Pero el pensamiento me está estremeciendo. Quizás
hay mas que dos tipos de personas. Algunas gentes son Novicios Principiantes; ellos
siguen el sendero de los Ishayas Blancos -- ellos toman votos para que les ayude en su
iluminación y también hay el individuo común viviendo en sus casas como ustedes
dos y Dita y Steve -- yo supongo que deberíamos llamar a tales como ustedes
potenciales Ishayas Rojos, rojo por el amor y la pasión. Pero yo nunca me sentí
cómodo con ninguno de esos roles. ¿Qué tal si hay un tercer tipo? ¿Similarmente
enfocados en la iluminación como lo hacen los blancos y rojos pero de distinta
manera? ¡Quizás yo mismo soy un Ishaya Negro! nunca parezco encajar bien en los
universos de los blancos o rojos. ¿Entonces que tal sí? Yo quisiera saber mas de ellos.
¿No quisieras tu?”
“Si ellos existen, yo quisiera aprender mas acerca de ellos,” Sharon agregó
con entusiasmo.
Y yo hice eco a sus palabras, pero mi corazón estaba en otra parte. ¿Qué me
importaban si habían dos o tres o ciento ocho diferentes formas de Ishayas? Yo tenia
todo lo que podía asimilar en este momento aquí y ahora.
No me daba cuenta entonces cuan vitalmente importante la búsqueda de Edg,
iba a probar par mi en tan solo dos días.
~~~
Nos retiramos temprano esa noche. Durga y Nanda dieron una charla
espectacular acerca del movimiento tridimensional de la creación, pero mi corazón
estaba en otra parte. Yo solo quería regresar a mi cuarto y ascender con mi nueva
técnica. Pero antes de empezar esa noche, me senté en mi agosta banca y escribí una
carta a mis hijos, diciéndoles que los extrañaba. No sabia cuando (si acaso algún día)
me iría de los Himalayas y regresaría a los Estados Unidos, pero quería que ellos
supiesen que los amaba.
Vaya tipo amor; me dije a mí mismo regañándome. Dejarlos por la aventura
de un loco, no era la primera vez que me sentía dividido ante mi mismo, pero esta vez
viviría extrañas y completamente impredecibles consecuencias.
Me estiré para apagar la luz, pero mi mano nunca la alcanzó. El espacio y el
tiempo se convirtieron en un túnel a mí alrededor, mientras la energía de la vida se
rompía a través de mi y hacia fuera llevándome con ella.
Yo supongo que con las semanas de experiencia celestial combinadas con el
poder de la nueva técnica rompieron el velo de mi previa visión del mundo. Como un
huevo en la orilla de una sartén caliente, las viejas fronteras terminaron y nunca mas
serian restauradas, mi cuerpo se congeló mientras mi mente se liberó de los confines
de toda experiencia previa.
2 ¿PUEDE UN DIOS MORIR?

Diecisiete naves espaciales huyeron de la ruina de Kanaan-dora.


Una sola era la destinada a sobrevivir, Martanda.
Cuánto más trágico un destino que el Shara Gana nunca ascendió
al trono león oro y esmeralda de los Reyes Solares de Emura.
-- Joab

Me encontré a mí mismo caminando en la neblina en un bosque de pinos vírgenes,


cedros y árboles frondosos. Todos los árboles eran ancianos, venerables, sabios en
formas que los humanos imperfectamente entendían. Aves marinas sonaban sus ecos
soñolientamente a través de la penumbra de los corredores del bosque. Aun más
callado, casi mas allá del escuchar, pulsaba el ritmo del océano distante.
Este bosque era como un parque -- los árboles eran tan grandes y altos allí
que casi no habían brotes en el subsuelo. De pronto una venada me mira
impresionada por mi presencia. Ella no huyó -- los humanos nunca le han dado
causa para temerles.
Un pequeño arrollo se envolvía a través de los troncos, reía ahogadamente
con alegría sobre su cama pedregosa. Acurrucada a lo lejos, toda era invisible en
una arboleda de frondosos abetos tan altos como el techo de una catedral, se erigía
una pequeña cabaña de madera. Su única chimenea dejaba correr un humo en rizos
hasta el cielo, mezclándose apaciblemente con la suave penumbra gris-rosa del final
del día.
Así empezó.
~~~
Mi cuerpo no tenia sustancia. Yo flote a través de las paredes de la cabaña
como si fueran de humo. En el interior de la cabaña, en agudo contraste con la
simpleza de su exterior revelaba una gran riqueza. La chimenea estaba ornamentada
en mármol tallado; deliciosos tapices de oro y plata colgaban de todas las paredes;
enormes piedras preciosas -- rubíes, diamantes, esmeraldas, zafiros, perlas -- estaban
engrabadas en un complicado patrón entre lápiz lazuli y banderas de oro puro en el
piso. El única evidencia de tecnología era un modelo holográfico de una nave
espacial, flotando silenciosamente detrás de la silla de brazos color terciopelo marrón
en la que desalentadamente yacía Gana, él último y más grande Shara del previo
mundo-casa de la humanidad, Kanaan-dora. Yo floté hacia él y dentro de él,
recordando de una vez todo lo que él sabía, aprendiendo en un instante todo lo que él
era y olvidándome de todo lo de mi vida en la Tierra.
Shara es una antigua palabra, que persiste aún a través de las cambiantes eras
desde el lenguaje del progenitor de la humanidad, Swayam. Como tal variedad de
palabras, esta secuencia de sonidos contiene dentro de su matriz vibratorio casi una
expansión infinita de significado y poder.
De la meditación en solo esta palabra, todo secreto del tiempo y del espacio
puede ser descubierto. Para simplificar, “Príncipe Sol” nos servirá para traducir Shara,
como lo hará “Princesa Sol” para forma femenina, Sharan.
Mucho antes de que nuestro mundo fuera poblado, los Sharas y Sharans
guiaban a la humanidad. El Consejo Estelar de la Gema era el único cuerpo de
gobierno de esta galaxia, mientras que nuestra Tierra era aun en su mayoría la
propiedad de lagartos de gran tamaño.
Colectivamente a los Sharas y Sharans se les conocía como la Raza Solar.
Ellos fueron los retoños mas jóvenes de los inmortales, de línea directa de los
descendientes del primero y más grande de los Señores de Etan, Swayam. Como tal,
ellos eran mucho mas elevados que la gente común de la galaxia, como los humanos
modernos están por encima de los animales.
La tarea primaria de la Raza Solar es guiar a la humanidad hacia niveles
elevados de entendimiento. En las eras cuando los Sharas y Sharans son conocidos y
honrados, nuestra Tierra prospera. En las eras cuando la Raza Solar es olvidada e
ignorada, nuestro mundo sufre de bizarras perversiones de formas de gobierno auto
destructivo. Una cualidad de la Tierra en el próximo milenio será casi con certeza el
redescubrimiento de la inmortal existencia de la Raza Solar.

~~~

El Príncipe Sol Gana nunca fue sobrepasado por ningún otro Shara. Su

sabiduría, compasión, fuerza, maestría de todas las ramas del conocimiento,

generosidad, humildad y nobleza nunca han sido igualados y nunca lo serán, pero en

este punto cuando yo me uní con su historia personal, aun cuando él estaba en la

cúspide en cuanto a conocimiento y poder entre sus compañeros, su crecimiento

estaba incompleto. Su mente aun no podía recordar que le hacia compás a toda la

creación, que él era parte de la perfección de Para, El Universo Origen, El Uno, El

Ascendente, la raíz de todo lo que es. Por lo tanto, Gana no entendía que su vida era

necesariamente sin error compuesta de un gozo sin fin. Y por lo tanto el Príncipe Sol

no era libre del potencial de la duda y del temor. Hoy por ejemplo, una serie de
descubrimientos desafortunados acerca de la confianza de su sobrino Irnga lo había

llevado dentro un temperamento totalmente oscuro.

¡El muchacho no puede ser un traidor! ¿Por qué me traicionaría? ¿Qué es lo


que espera ganar de esto? La capa plateada brillante del Shara, creada y mantenida
por su mente, colgaba libremente sobre sus hombros esa noche, su belleza etérea
opacada por sus pensamientos de depresión. Con su mano izquierda, el jugueteaba al
garete las dos gemas, Starbha y Kaysta, que colgaban desde su cuello en cadenas de
oro separadas. Kaysta tenia un color como de un rubí naranja-rojo, pero ardía con su
propip resplandor interno. Era brillante, gloriosa, maravillosa. Starbha igualmente
perfecta, igualmente brillante, parecía a un amarillo-zafiro auto luminoso.
Kaysta y Starbha habían sido una sola alguna vez, pero fueron separadas por
el Emperador Asur Valín en su intento de destruir a nuestra raza humana. En su
esfuerzo por repararlas, Gana las había llenado con la esencia de su vida, derramando
tanto de su espíritu dentro de las gemas que Kaysta y Starbha casi empezaban a ser
dos extensiones de su casi omnipotente mente. Ya que el Shara sabía que si él podría
reunir las joyas el podría ganar suficiente poder para restaurar su dañado mundo y
sanar a su gente. Si el simplemente pudiera reunir las Separadas Gemas. Su
civilización seria sin fin, sus errores del pasado corregidos, sus terribles errores
perdonados. El Príncipe Sol sabia esto mas allá sin la menor duda. Pero Gana Sabía
mas allá de la menor duda que le faltaba el talento.
Mientras él distraído jugueteaba las gemas el Shara observaba tristemente el
iridiscente liquido que lentamente giraba en el cáliz de cristal en su mano derecha. Él
añoraba y temía que su conocimiento intuitivo de este brebaje sería verdad.
¡Estar libre de esta maldición de la inmortalidad! Así la traición de Irnga
todavía quizás me sirva bien. ¿Por qué no debiera beberlo? ¡Deja que su fuego recorra
mis venas, termine con esta burla de vida! ¿De que me sirve mi existencia sin Almira?
¡Yo morí con ella en Martanda! Deja que este cuerpo encuentre su camino a la tierra y
el destino de los gusanos.
El único otro ocupante de la cabaña era Airavata, el Vidyadhara Heramann.
Heramann era antiguo y esmeralda y dorado y escamoso, una criatura reptil que se
paraba a la altura de las rodillas de Gana.
Maestros de la transmutación de la forma, los Vidyadharas usualmente se
quedaban en su forma nativa, similar a esa de lagartos o dragones. Ellos fueron
nuestros mas grandes aliados en las guerras Rakshasa con el Emperador Asur Valin
en Martanda: sin su asistencia y guía, era dudoso que ningún ser humano hubiera
alcanzado el nuevo mundo. Los Vidyadharas eran una antigua raza, orgullosa y
sabia. Como regla general ellos han tenido muy poca interacción con la humanidad,
ya que ellos encuentran nuestras elevadas pasiones cambiantes, muy difíciles de
entender o confiar. Pero este Vidyadhara en particular siempre se encontraba a sí
mismo ser una excepción.
Airavata se paseaba nerviosamente de una lado a otro enfrente al Príncipe
Sol, profundamente perturbado, en empatía con él. Pero de cuando en cuando miraba
al Shara con sus ojos verdes esmeralda, tratando de decidir la mejor manera de
ayudarlo. Hasta aquí, por mas de una hora, el no había hablado: el simplemente no
podía entender que era lo que perturbaba tanto a su amigo. ¿No lo había hecho bien
durante estos dos años fundando este nuevo mundo? ¿Quizás el reciente conflicto con
su hijo Kartika y su esposa Ila aun le molestaba? Pero eso era después de todo la
cosa más pequeña, una cuestión familiar, no era un abandono que le pudiera durar
mucho o afectar tanto a Gana. Seguramente a la gente joven se le permitiría
empezar a tener familias. Gana no podía oponerse para siempre; obviamente el
reconocía eso totalmente bien, el solamente estaba probando la profundidad de su
deseo. ¿O era que allí había mas de lo que parecía? ¿Había otras razones para que
Gana con tanta terquedad se opusiera a esas suplicas? ¿Qué pudiera ser? ¡La
humanidad necesitaba empezar otra vez! La perdida de Kanaan-dora y Martanda no
debería de ser el fin de estas especies tan prometedoras y jóvenes.
Heramann tomó decisión, abruptamente se detuvo de su andanza enfrente al
Príncipe Sol y dijo “¡No entiendo esta melancolía mi Señor! ¡Valin y sus tropas han
sido derrotados; los Asurs y sus sirvientes, los Rakshasas endemoniados, han sido
exterminados de esta parte del Universo! ¿Por qué esta desesperación fuera de
tiempo?” La preocupación por su amigo estaba causando que su voz, normalmente
suave y gentil parecida al ronroneo de un gato, estuviera muy estresada, brusca, solo
a un paso de ser un gruñido feroz.
Gana observando quietamente solo al cáliz, respondió suavemente, “¿A qué
costo, Airavata? Tu raza esta arruinada; los diez mil de Emura son todo lo que queda
del billón de Kanaan-dora. No solo nuestro mundo-casa, pero también la muy
querida Martanda ha sido destruida: lo que queda es sino solo una pequeña llama de
la humanidad. Las gentes de la Galaxia han sido reducidas a un rocío; la raza solar
ha sido eclipsada.”
“¡Y verdaderamente! ¿Cómo podría Valin algún día ser derrotado? El señor
de la oscuridad vive ahora en el corazón de todos. Solamente hemos cambiado un
enemigo por otro -- y uno peor. No siento alegría en nuestra victoria.” Tomando su
propia decisión, Gana levantó el cáliz hasta sus labios, lo vació y dejo que cayera
sobre su regazo. Él esperaba con mas del cincuenta por ciento de las probabilidades
que rodara y se rompiera. Pero no fue así; el se molesto con ello salvajemente.
¿Cuál fue el costo de mi confianza, Irnga? Si esto fuese veneno, tu vivirás con
este conocimiento para siempre. No envidio tu decisión. ¿Envidias tú la mía? ¿Será
que Valin entrará en esta perdición conmigo? ¿O permanecerá preso en mi corazón,
una victima de este cuerpo muerto para siempre? Un curioso destino para uno tan
malo. Justo, cuando menos, quizás por esto es que los Señores de Etan así me
cambiaron.
¿Cómo puedes hablar así, mi Señor? ¡Emura es gloriosa! Tú la fundaste con
la sabiduría; y durara por incontables eras: “¡yace firmemente sobre amplios los
hombros de la Verdad y la Belleza!”
“¿Que verdad, Heramann? ¿Qué belleza? ¡El ecuador arde con fuego
endemoniado! ¡Inapagable, inpasable, un muro imposible que a su tiempo dividirá
Emura de Calantha y nos destruirá! ¡Nosotros solo poseemos escasos recursos;
nuestra tecnología falla mas rápidamente todos los días! ¡solo una nave espacial,
Airavata! Solo una escapo Martanda. E incluso esa se esta oxidando, resbalándose a
la inutilidad. ¿Cuánto quieres que dure Emura? ¿Cuánto quieres que mi gente
empobrecida pueda contra los difíciles retos de esta nueva tierra?” ¿De que vale es
este mundo sin mi amada? Es mejor irme de aquí, ahora, que seguir luchando contra
estas probabilidades sin sentido. Yo no puedo adorar la vida sin el amor de mi Almira.
“¡Nada se puede poner en contra de tu voluntad, mi Señor! ¿Qué es lo que no
puedes lograr? ¡Aun la muerte ha fallado ante ti!”
“¡La más cruel traición de todos! ¿Cuál es el uso de este beneficio? ¡Todo lo
que he amado ha sido destruido, arrancado de mí, arrasado! Cuatro solamente de la
raza solar han sobrevivido el aterrizaje de Martanda: Yo, mi hijo Kartika, su esposa
Ila y mi sobrino Irnga. ¡Fue una locura aceptar el regalo del Etan! ¿Qué futuro tengo
yo sin mi amada Almira? Nada, solo la desesperación -- desesperación y soledad.”
Gana añoraba una respuesta de su cercano amigo, pero no tenia expectativas. El
levanto sus ojos suavemente para observar al Vidyadhara. Ellos estaban llenos de
fuego de la intensidad de su necesidad.
¡Si tan solo ella hubiera vivido! ¡Si tan solo ella estuviera conmigo ahora!
¡Almira, Almira! ¿Por qué? ¿Porque viniste a mí, porque te perdí? ¿Cómo pude
merecerte aun concebirte? No, sin esperármelo tu viniste a mi y me levantaste
inocentemente y me llevaste contigo, así como una hoja muerta que cae y es tomada
por la corriente del río. Ahora hacia delante, ahora se aquieta en el silencio en sus
charcos, ahora, si no destruido por las furiosas aguas, o cautivado a través de una
rama sumergida o una playa desconocida alcanza su hogar final -- la expansión sin
fronteras. Esa es la totalidad de mi destino ahora, mi muy amada Almira -- muerte y
perdición.
Heramann correctamente leyendo el deseo de Gana pero sin darse cuenta del
punto en su totalidad, replicó, “Tu sabes como Rodavi hubiese contestado a estas
empobrecidas palabras Shara.”
“¡No me hables del Guardián de la Promesa! ¡Toda su buena voluntad no nos
salvo en Kanaan-dora! Su vida fue una de fracasos.” El la pudo haber salvado si el
verdaderamente me hubiese amado. ¡El me traicionó! ¡El nos traiciono a todos! ¡Fui
un tonto que lo escuche! “¡Tu maestro lo planeo por miles de generaciones!”
“¡Y falló! ¡Solamente su tonto misticismo nos destruyo! No, yo estoy mas --
¡mucho mas! -- Preocupado por alimentar a mis diez mil que seguir las oscuras
profecías de Rodavi acerca de un futuro ideal. Yo no venero mas su memoria.” La
añoranza se desvaneció del corazón de Gana y fue reemplazado por una gruesa nube
gris de tristeza.
No hay esperanza ahora. Ninguna. Si yo vivo o muero, no importa, como es
esta vida. ¡Vida! Que despreciable burla ¡Kanaan-dora! Eso era vida. O si aun
hubiéramos tenido éxito en Martanda. ¡Entonces hubieran habido siete millones de
nosotros! Eso era suficiente semilla para un nuevo mundo. ¿Pero ahora? ¡Solamente
diez mil! Que vanidad. Y la mayoría de esos ancianos, decrépitos. ¿Qué esperanza
puede haber aquí? Kartika tenia razón al oponerse a mi. Sin niños, nosotros nos
marchitaríamos y moriríamos. He sido y soy un tonto. Ellos serian mejor servidos por
mi hijo como su guía. No hay razón para que mi vida continúe. No sirvo para nada,
soy una basura anticuada de otra era, sin Almira y Rodavi. ¿Por qué pensé que podía
intentar cambiar el destino? ¡Locura! ¡Fue una locura destruir Martanda! ¡Nunca debí
escuchar a Rodavi y a ese Etan Krishanu! ¡Debió de haber otra forma, otro camino!
Heramann esperando recobrar el momento perdido, tomo las manos del
Príncipe Sol y buscaba algo en sus ojos, ellos estaban perturbados, casi aterrados
latentes y en tinieblas dentro de sus profundidades donde había casi un infinito
conocimiento y un casi poder omnipotente. El Vidyadhara no podía ver ninguna
forma para alcanzarlo.
Descubriendo que no compartían opinión, el dijo tristemente, “mi Señor, yo
no puedo ayudarte. Tu debes atravesar ese camino solo. No me atrevo a seguir a tu
alma tan lejos. Tu hijo... Kartika requirió mi presencia en el hemisferio sur, en
Calantha. Yo no estaba seguro acerca del viaje. Pero ahora... veo que debo dejarte
solo con esto. Regresaré... regresare a tu Emura en la primavera.”
Gana lo miro con una ilegible expresión, y por ultimo hizo un gesto afirmativo
y cortésmente replicó, “Que algún día compartamos hielo otra vez, viejo amigo. Dile
a Kartika... dile a mi hijo que lo perdono. ¡Que el algún día aprenda a perdonarme!
Y dile a Ila que estaba equivocado en oponerme a su deseo. Ellos tienen mi permiso
para tener niños, y ellos tienen mi permiso para regresar a Emura, como también lo
tienen los quinientos que los siguieron a ellos a Calantha. Diles, ‘con la primavera,
Gana regresara a guiarlos otra vez.’ Vete ahora, querido amigo, antes de que cambie
de parecer.”
Yo solo encarare este reto final. Lo encarare y viviré o lo encarare y moriré.
Pero sólo, tanto ciertamente le debía al Vidyadhara.
Heramann deseaba seguir discutiendo mas, pero no podía pensar en las
palabras apropiadas. En vez, el destelló solo una vez como un arco iris visto a través
de un vitral verde y oro y entonces convirtiéndose en su segunda forma favorita esa
de un Halcón, voló a la ventana abierta. El se posó unos momentos en la orilla
mirando pensativamente a través de sus tiernos ojos esmeralda sobre su hombro a
Gana. Su pico se abrió una vez como si él fuera a hablar; en vez, lo cerro de golpe.
Solo sacudiendo su cabeza, se fue volando rápidamente. Una brillante pluma verde
flotó suavemente al suelo, como testigo de su vuelo. Se veía muy sola sobre el duro y
frío oro.
El Príncipe Sol la miro con tristeza, y diciendo suavemente con una gran e
incrementada melancolía, “Kanaan-dora. Martanda. Rodavi. Almira. Mi muy
querida Almira. Que precio. ¡Que precio tan terrible!”
“¿Por qué mi Señor? ¿Por qué permites estos grandes males? ¿Por qué
permites tales como los Asurs y Rakshasas que existan en tu jardín? ¿Por qué fueron
destruidas Martanda y Kanaan-dora? ¿Eran los once billones tan insignificantes ante
tus ojos? ¿Y que hay de los siete millones de Martanda?¿Te hace falta
compasión?¿Cómo pudiste permitir estas tragedias tan sin sentido? ¿Por qué mi
Señor? ¿Si tu realmente eres Amor Eterno, porque? Si te he servido a ti también,
seguro que merezco una respuesta. ¡Dime! ¡Si alguna vez me has amado, favoréceme
con un solo vistazo de tu cerebro omnisciente!”
Las gentes raramente se molestan por la razón que ellos piensan.
Consecuentemente, eso que piensan que desean, a menudo no esta ni cerca de lo que
ellos añoran, en las profundidades de la interioridad de sus corazones. Esto quizás
sea una obvia verdad para la mayor parte de la humanidad, pero incluso un ser casi
perfecto tal como Gana no era conjuntamente inmune de tan alta decepción.
La distancia entre el deseo superficial y la satisfacción de la motivación de
deseo interno se habían desgastado excesivamente para el Príncipe Sol y se habían
camuflageado como la mas sutiles de las sedas. La fuerza de su pasión no se podía
negar: con salto repentino como un relámpago emergió desde el centro de su pecho;
cada célula de su cuerpo grito en agonía y temor, cuando el caía de sopetón en su
silla. Lo que quedaba de su independencia se retorcía en el temor.
¡Estoy envenenado! ¡Muriendo! ¡Irnga! ¡Tu me has traicionado! ¿Por qué?
La voz de Rodavi hizo eco en su mente, “¡Shara, Shara! Nunca en temor.” La
radiante dorada paz de la calmada autoridad de su Maestro creó un sencillo y frágil
momento de silencio.
Pero un instante mas tarde, la añoranza sin respuesta de Gana lo empujo a
través de la barricada final: Un mil de miles de soles explotaron a la vida dentro de
él forzándolo hacia arriba y hacia fuera. Cada célula de su cuerpo ardía con
glorioso fuego tan brillante como mas allá del dolor. ¡El principio del infinito del
cosmos no pudo haber sido mas intenso! ¡El era el Universo creándose ahora! ¡El
era la luz! El no se podía mover, pero su cuerpo contenía todo dentro, este en
inimaginable fuego.
Una enorme presión forzaba la respiración de él; su corazón se paro. Una voz
(no la de Rodavi pero sin embargo misteriosamente familiar) llamaba en triunfo “¡Mi
señor Valin debe de ser liberado otra vez!”
¿Irnga? ¿Burlándose de mí al final? Siete aros de fuego explotaron a la vida
ante el Shara, cada uno de un color distinto del arco iris pero más brillante que
nuestro sol. Ellos estaban girando a una alta velocidad y lanzando chispazos de color.
Un Delgado hilo dorado los conectaba como piedras preciosas brillantes en un collar.
En ese momento Gana casi entendió todo lo del espacio y del tiempo. Casi todas las
heridas que plagaban su mente y su corazón fueron sanadas. Casi su pueblo fue
reestructurado, sus respuestas recibidas, sus planetas recreados. Casi los siete aros del
arco iris ardían perfectamente claros, casi… pero no totalmente.
La añoranza insatisfecha de Gana lo jalo de la Omnisciencia. Un solo
pensamiento como Muerte, resonó a través de él; los feroces aros se desvanecieron. Y
entonces no quedaba nada sino el silencio. Ya no quedaba cuerpo para sentir, ya no
quedaban sentidos para experimentar, ya no quedaba mente para experimentar. Ya no
quedaba nada sino un radiante y vasto silencio, consumiéndolo a él totalmente, como
expandiéndose y abrillantándose sin limite.
~~~
El alma de Gana, atrapada por la imposibilidad de la muerte de su cuerpo inmortal,
desesperadamente buscaba alternativas, dio vueltas primero en la memoria.
El Príncipe Sol se paró otra vez sobre el puente de mando del Orgullo de
Dalmara. La única nave espacial que escapo Martanda. Uno solo de los setenta
niveles de abajo estaba lleno: solamente diez mil estaban a bordo el resto que
quedaba de los siete millones que había huido de Kanaan-dora seis meses antes.
Junto al puente de mando parados estaban los 3 últimos de la Raza Solar: su
sobrino Irnga, su hijo Kartika, su esposa Ila. Irnga aun estaba ampliamente
enloquecido por su reciente encuentro con Valin: él miraba al vacío como él luchaba
con el Emperador Asur en su interior. Si el había escuchado algo de la conversación
no era aparente. Ila estaba sollozando, aparentemente ella se había empezado a
percatar de la horripilante petición del Etan que significaba que ella nunca volvería
ver a ninguno de los miembros de su familia y sus amigos otra vez. Ella se apoyaba
en su esposo, no buscando consuelo sino entendimiento. Kartika la abrazaba
fuertemente mientras miraba tristemente a las dos imágenes holográficas frente a
ellos. Una vasta cantidad de palabras esperaba brotar en rebelde protesta de su boca
pero su terca voluntad lo mantuvo reprimido a deferencia de su padre.
Gana, buscando confirmación en sus rostros leyó las emociones con una
mirada y entonces contesto a las imágenes proyectadas, “¡No puede estar hablando en
serio! ¡Yo no lo haré! ¡La idea es absurda! Tiene que haber otra solución. Tu sabes
que no es aceptable.”
El holograma de su muy viejo Maestro Rodavi, mostraba que el estaba como
siempre, experimentando nada mas que calma al enfrentar esta ultima adversidad. ¿O
era preocupación escondiéndose detrás de aquellos ancianos y tristes ojos? Eso debe
ser, pensó salvajemente el Príncipe Sol. Hemos perdido tanto.
Gana decidió que el Guardián de la Promesa estaba experimentando nada mas
que su incambiable paz; casi viciosamente el volteó en desafío hacia otra imagen en el
puente de mando. Esa era del Etan Krishanu.
Los Etan eran los antepasados inmortales no solo de la raza Solar sino de la
humanidad en general. Los volúmenes tardíos de estas series tendrán que ver en su
mayoría con los Señores de Etan; en este trabajo (con algunas notables excepciones)
ellos aparecen en su mayoría solo en memoria.
Krishanu era tan guapo como cualquiera de los Señores de Etan, su belleza era
imposible de describir en palabras, como lo era su perfume, de una perfecta rosa, una
belleza que definitivamente desarma el poder de cualquier lenguaje a expresar, la
magnificencia de su azul rostro también apareciera completamente calmada, pero
Gana podía darse cuenta de que la tensión en su posición, ya que el Señor Etan no
estaba totalmente libre de angustia sobre su decisión.
La Serpiente Rey Sesha estaba como siempre, enrollada suavemente sobre el
hombro derecho de Krishanu. Sus fieros ojos estaban medio cerrados; los problemas
temporales que gobernaban el Universo nunca le importaban mucho o le llamaban la
atención o su interés. ¿Cuál era la diferencia si Valin ganaba o perdía? La vida era
una constante; siempre continuaría para siempre. La imperfección era imposible en el
jardín de Narain. ¿Por qué los niños se olvidan de esto tan pronto?
Heramann, en su forma de Halcón, estaba posado sobre el otro hombro del
Etan. El estaba mucho menos calmado que la Serpiente Rey acerca de lo que había
escuchado. El de hecho estaba altamente encendido y se quejaba amargamente,
“¡Gana tiene razón Krishanu! ¡Ningún Etan antes ha jugado con la muerte! ¡Ni Orah,
ni Sravasa, ni Ishtar, ni siquiera su padre Swayam! ¡Te digo que es completamente
una locura! ¡Yo no voy a participar en este idiota esquema! ¡Tiene que haber otra
forma!”
Krishanu suavemente acaricio al Vidyadhara debajo de su pico tratando sin
mucho éxito de acallar sus erizadas plumas. “Si yo conociera otro camino ciertamente
me iría por él, viejo amigo. Pero, me han dado un mapa sin otro camino. No debemos
esperar mas, o este momento robado se nos escapara de las manos y Valin descubrirá
la trampa. Sus tropas rebeldes festejan en su victoria; el Emperador Asur piensa que
él ha ganado completamente. Debemos darnos prisa o él descubrirá que Gana
escapó.” “¡Pero Martanda, Krishanu! ¡Tu no puedes destruir todo un mundo! ¡Es tan
hermoso! Tan precioso, tan -- ”
“¡Airavata! ¡Este tema no esta abierto a discusión, tu no entiendes que tan
pequeño es este precio para derrotar a Valin! ¡Te estoy dando una orden Heramann!
¡Por tu lealtad sin fin de servicio a Etan, yo te comando! Lleva Sesha a Gana.
¡Ahora! O nuestro tiempo estará perdido y nuestro secreto descubierto.”
Airavata estaba salvajemente en agonía pero no podía negar la fuerza de la
orden final del Etan. Con casi un inaudible chillido, “¡Hrai!” El levanto el vuelo y a
cada vuelta duplicando su tamaño, voló tres veces alrededor de Krishanu. Echándose
de clavado rápidamente él atrapo a la Serpiente Rey en sus talones y de una vez él
estaba mas allá del alcance de la imagen proyectada. Su voz haciendo eco de regreso,
“¡te prometo Señor Etan! ¡Un día compartiremos hielo otra vez!”
Krishanu se le quedo viendo a Gana, sus ojos solo imperfectamente cubrían su
tristeza, y dijo, “tan pronto como Heramann y Sesha te alcancen, Shara. Ni un
segundo mas tarde.” Su voz gravemente mostraba su dolor. ¿Era ahora el final
realmente de Martanda? ¿Qué pago detendría este mal? “Entiendo,” Gana respondió
secamente. “Perdónanos si tu puedes” “¡Shara!” Exclamo Rodavi. “El Señor Etan no
tiene nada que perdonar. No te culpes a ti mismo. El error no le pertenece a nadie. O
les pertenece a todos. Yo también tengo un regalo de adiós para ti. Recuérdalo bien,
ya que ambos son una bendición y una advertencia. Y una protección, si no se te
olvida. Nunca por orgullo solo dependas de tu propia fortaleza. La ayuda siempre
vendrá cuando tú la necesites, aún cuando menos la merezcas, si tan solo la permites.
Sé receptivo al bien que fluye hacia ti siempre.
“Nunca temas, Shara. Como te he precedido de edad en edad también lo haré
por siempre. No lo dudes, nunca estas solo: mi amor está contigo siempre. Confía en
el orden de la vida: yo te prometo, que nos regocijaremos juntos nuevamente bajo un
nuevo sol.”
Gana lo miro con desesperación como su boca le decía la única cosa que le
vino a la mente. “Gracias, mi padre. Yo recordare.” Sonaba inadecuadamente sin
esperanzas; el maldijo su voz en su penuria.
~~~
La memoria-sueño termino, Gana se quedo en su actual presente: un cuerpo
envenenado, un alma capturada a través de la silenciosa nada de la luz infinita.
Un pensamiento final, flotó a través de él, he Muerto. Ya no había mas temor,
ni él mas remoto remordimiento solamente el hecho marcado por una quieta
aceptación. De la memoria de su nueva civilización Emura vino solo una vez: Una
triste imagen, un lugar oscuro, un fantasma sin poder que se desvanecía tan
rápidamente como lo hace un sueño superficial de una tarde de verano a medio
dormir.
Gana se dio cuenta que podía abrir un análogo de sus ojos en este análogo
espacio-tiempo. 7 fieros aros aún ardían ante él. Por un momento él pensó que veía
cerca de infinitos mundos en cada uno de los siete. Hubo una sutil e instantánea
decisión; los mundos no escogidos se desvanecieron como si ellos nunca hubiesen
existido.
Siete mundos solos quedaban. Siete Tareas se quedaron para perfeccionar su
mente omnisciente. Siete vidas más serían vividas para completar el entrenamiento
que el Guardián de la Promesa Rodavi había empezado esmeradamente. Otra vez yo
te pregunto, querido lector, una pregunta que significa mas de lo que quizás aun
empiezas a soñar: ¿Puede un Dios morir?

3 EL MUNDO DE ALMIRA

Nuestro Universo contiene mundos dentro de mundos, cada uno más glorioso,

maravilloso y perfecto que el anterior.

-- Rodavi

Suficientemente verdadero, pero cada


Mundo esta dentro de la mente.
-- Mordom

De pronto el aro esmeralda, el cuarto de los siete, se expandió alrededor de


Gana. Por un instante sin tiempo él se confundió como una emoción infinitamente
reverdeciente cubriéndolo en luz y sonido. En otro momento, la luz se dividió y se
multiplico, Gana se encontró a sí mismo solo, sobre sus rodillas en un vasto bosque.
¿Habría salido el de su cabaña? No, él recordó haber muerto; mas allá, este no era un
bosque de Emura, no como ningún otro de su experiencia.
El árbol mas chico era de seis brazas a lo ancho; el más grande se expandía
cuando menos a una legua. Ellos parecían ser un tipo de cedro; pero tanto como el se
iba acercando a las agujas, ellas se volvían menos tangibles, mas abstractos en forma
y textura por lo que la identificación positiva era imposible. No había animales ni
insectos; no había plantas en el suelo, no había ni el más pequeño deterioro de rama o
arbusto ¿Los árboles nunca botaban sus hojas? ¿Estaban ellos vivos? Era como si este
bosque fuera una escultura ¿Se habría creado esto solo para su llegada? ¿Esto existía
eternamente y nunca cambiaba? ¿Y él era solo un visitante accidental? Quizás él
estaba aquí por una razón que no entendía. ¿Alguna vez él entendería? Quizás la
lógica y el razonamiento no significaban nada en este mundo.
El Shara vagabundeo sin destino, sin tener el deseo sino de experimentar la
maravilla de este hermoso y silencioso bosque. Si el se hubiera quedado quieto y su
pensamiento hubiera terminado ¿Quizás el se hubiera convertido en otro árbol? ¿En
espíritu al menos, no en forma? Deben de haber peores destinos que ser un árbol en
un bosque así.
Pero Gana continuó caminando y pensando; eventualmente una fuerte certeza
de que no había nada mas en el mundo, barrió a través de él, por primera vez, él se
sintió solo.
Así instantáneamente como si la respuesta fuera a su sentimiento, él se dió
cuenta de que escuchaba un gran río o cascada, y detrás (o dentro de sí mismo) se
levantaba y caía en distante océano y detrás (o dentro de sí mismo) de eso, una
hermosa voz cantando.
Con incrementada melancolía, él asumió que su mente había inventado esos
sonidos, rechazando la in cambiante igualdad de este perfecto mundo como un
parque. La pesadez de su pensar lo indujo a la tristeza. El espíritu de la tierra no
favoreció a tales emociones -- la primera brisa leve batió el aire, llevando palabras
distintivas,

“¿Cuándo despertaras a nuestro jardín,


A nuestros cauces, bosques y llanuras,
A nuestra esfera plateada y azul
A ésta Para nuestro hogar,
Perdido vagabundo de lejana tierra?”

Para Gana, la voz expresó la esencia colectiva de la mujer: nutrida calidez,


incuestionable amor, gozo divino. Su respuesta era instantánea y certera: el corrió
hacia delante, exclamando, “¡Ya voy! ¡Ya voy!”
~~~
El Shara corrió a través del bosque por un largo tiempo, pero no se cansó.
Comida y bebida ya no eran necesarios para mantener su cuerpo hecho de luz, pero el
aun no estaba consciente de ello. Después de correr tanto tiempo, él pensó que
debería de tener muchísima sed; abruptamente los cedros terminaron. El se dio un
volantín, después se resbalo, entonces se fue de cabeza cerca de un banco casi vertical
de piedras planas negras. Una caída así hubiera sido aterrador en su pasada vida, pero
aquí el experimentaba solo el gozo: el se echó a reír. Como se iba más de pico mas y
mas rápido, él se carcajeó, resopló alegremente, risoteó, gritó, rugió, con regocijo
como no lo había hecho desde que el era un joven Shara con el Guardián de la
Promesa, Rodavi -- Antes de que los buitres gemelos, Poder y Autoridad
gradualmente lo esclavizaran a sus oscuras necesidades.
La caída termino; su caída terminó suavemente en un banco de grama junto a
un enorme lago. Su exuberante risa continuó vertiginosamente mientras él se sentaba
y miraba alrededor. El aire estaba bailando en vida: se movía, jugaba, destellaba
infinitos puntos de luz, constantemente alternando su color, incesantemente
tarareando su silencio.
¿Si no estuviera aquí, el aire seguiría cantando? El pensamiento suavemente
se fue a la deriva a través de él y entonces se convirtió en un leve sonido del océano
en la lejanía de su derecha. El volteó en esa dirección, pero no podía ver otra cosa
que este lago, extendiéndose hasta el horizonte. La orilla distante también era
invisible; esto le causaba un retorcido golpe en su pecho. El entonces no se daba
cuenta del porque.
A su izquierda, un gran río se unía al lago; en la lejanía pero perfectamente
claro había una gran cascada. Su sonido era también distintivo, sutil, pero
definitivamente allí, detrás del poder de la corriente de este gran río. Por encima de la
cascada había la magnificencia de una cadena de montañas cubiertas de nieve y
flanqueadas por bosques siempre verdes. El se preguntaba que clase de árboles
estarían allí; en un momento sus ojos aprendieron que la distancia se acercaba.
Entonces el jugó por un largo rato al encontrarse con este nuevo poder,
haciendo telescopio a las montañas y sus vastos árboles; vírgenes bosques de pinos,
abetos, cedro, abetos rojos, abetos blancos. Finalmente el recordó su sed y se
arrodillo a beber. El agua estaba fresca y muy dulce. Un chorro de vivos tonos entró
en él, avivando cada una de sus células con luces multicolores.

El deseo encontrar al cantante y se puso de pie otra vez; los demás


pensamientos fueron opacados por su problema; ¡Su camino lo llevo a atravesar el
lago! Aun su nueva visión no le podía revelar la distante orilla. Y ninguna otra cosa
mas que agua y cielo.
Parado allí perplejo, un puntito blanco muy pequeño apareció en la distancia
mas lejana. Se movía a una increíble velocidad: tan pronto como el pensó en mirarla
telescopicamente, ya estaba a su lado, “eso” era un cisne muy hermoso, no mas
grande que esos de Emura, pero sin fallas, sin la mas remota mancha. El pájaro
saludo con reverencia inclinando su cabeza, doblando su maravilloso cuello; la
petición para montarlo entro en la mente de Gana.
Mientras el respondía a lo imposible sin la menor duda, una vez mas su deseo
no conocía limite: el Shara Gana se sentó cómodamente entre las alas del impecable
cisne.
~~~
El continuó movimiento del pájaro flotando sobre el agua produjo un deseo
muy grande de descansar. Los ojos del Shara se cerraron y de una vez el soñó. El
estaba flotando sobre un valle de flores: rosas rojas y lirios azules y amarillos. Todos
estaban contentos en la brillante luz del sol y no conocían nada de temor, hasta que un
trágico día cuando el espacio para mas crecimiento probó limitado...
Un solo pensamiento, No, derritió las flores en dos naciones humanas sobre
una pequeña isla. Ambas gentes se vestían en el estilo medieval: unos, en su mayoría
rojo; los otros en azul y amarillo. Los rojos eran granjeros: las costas de la isla
estaban hermosamente arregladas en cada forma existente de huertos. Los azules y
amarillos eran tecnológicos: los paramos estaban llenos con grandes colectores que
se parecían mucho a enormes espejos de mano. Las dos razas Vivian juntas en paz,
beneficiándose de un intercambio mutualmente provechoso: energía por comida.
Pero hoy sobre las tierras comunes había una rara reunión dentro de un follaje de un
pabellón marfil, construido para la ocasión: Una niña azul tecnológica había cometido
lo impensable, a través de amar a un niño agrario rojo; todos se habían reunido para
debatir el terrible proble...
Una vez mas un solo pensamiento, No, se derritieron las dos naciones en
bandas de color estriado, sus alas: el era una mariposa de un chillón iridiscente. Mas
y mas alto el voló sobre un campo azafrán, tratando de alcanzar el sol: él sabía que si
lo alcanzaba, podría entrar a un nuevo y vasto mundo superior. Pero repentinamente
el cielo azul se oscureció; un viento oscuro lo golpeo súbitamente; el cayó, roto,
arruinado...
El Shara se despertó ante el toque de la fría lluvia ante su rostro, las gotas
viniendo de un rebaño de nubes cargadas de agua dorada, eran radiantemente
plateadas. Aunque las nubes eran densas, el cielo no perdió su color por su presencia:
Ambos existían simultáneamente en el mismo lugar. Un leve deseo se movió en el;
el abrió su boca. ¡Cada gota era diferente! Mango, mandarina, melocotón, manzana,
pera, cereza y otros sabores mas exóticos. Corrieron a través de el haciendo olas de
escalofríos de éxtasis a lo largo de su espina. Resplandeciendo al gozo sus ojos
desarrollaron un paso mas allá: el aprendió que el podía ver a voluntad en cualquier
velocidad. El baño empezó a ser un baile en cámara lenta de belleza etérea.
Mientras el jugaba así, un pensamiento se movió a través de el, nosotros
estamos aquí. Simultáneamente ellos alcanzaron la orilla.
~~~
No habían bosques en esta nueva orilla, pero el aire era perfumado con
fragantes jardines y huertos. La intuición hizo la dirección clara como el cristal pero
su temor reverencial apaciguó su impetuosidad: el sabía que su meta estaba cerca. El
sabía que su meta era el maestro de este maravilloso mundo de Para. ¿Qué
conocimiento, que poder podría ella poseer?
Mientras el muy despacio se abría camino a través de la roca, su mente creaba
aún mas maravillosas presencias para ella, creando absoluta belleza en la forma
humana.
Aun así el no estaba preparado. Al principio, el no la podía mirar, ella estaba
refulgente: toda la ilimitada brillantez de este perfecto mundo venia solo de ella. Ella
era dorada, plateada, todos los colores, pero su bata flotaba revoloteando con el viento
suelta y mas frecuentemente era blanca. La palabra “hermosa” ha sido demasiado
usada y abusada para vestirla a ella: todos los riachuelos de belleza individual
encontraron en su satisfacción y maxima expresión en el océano de su radiante
belleza. Amor sin rival, compasión y sabiduría fluían de ella con visibles destellos de
luz. Ella era como los cedros: ella pudo haber sido creada un momento antes, o ella
se pudo haber parado en el centro de este pequeño y rocoso anfiteatro, para siempre,
constantemente creciendo en entendimiento, expandiéndose en poder, madurando en
sabiduría trascendental.
Ella le sonrió a el con gentileza y dijo suavemente, “Almira.”
Esta fue su única palabra, pero contenía dentro de su simplicidad una arcana
expansión infinita de significado que exploto en su mente: yo soy Madre, cada madre
que tu hayas tenido o que podrías tener o que desearas tener. Yo soy Hermana, todas
tus hermanas de tu pasado y futuro. Yo soy Hija, Dependiente, Devoción, Gozo. Yo
soy Esposa, Abundancia, Armonía, Completación, Salvación, Gloria. Yo soy Belleza.
Yo soy Gracia. Yo soy Prosperidad. Yo soy la Totalidad de todo el Amor que tu
hayas creado o incluso podrías crear. Yo soy tu Ser Receptivo. Yo soy tu Vida. Yo
soy el Poder Dinámico por lo cual tu actúas, piensas, existes. Nunca he estado lejos
de ti; nunca te abandonare.
Sus brazos de abrieron, atrayéndolo. El caminó hacia delante muy despacio,
dividido entre la gloria de su presencia y en la perplejidad de la pregunta de cómo su
muerta esposa la Sharan Almira de Kanaan-dora, no solamente lo presidió a él en este
maravilloso lugar sino que se había transformado en esta extraordinaria y hermosa
diosa. Cuando el la alcanzo ella exclamo, “¡Mi Shara!” y se arrodillo ante el. Otra
vez vino una inundación de significado, Mi Padre, Hermano, Hijo, Esposo,
Compasión, Aceptación, Entendimiento, Libertad, Inspiración, Honor, Mi Todo, Mi
Conciencia, Mi Origen Creativo. Como siempre lo he sido y siempre lo seré: Tuya.
Las realidades duales de sus memorias del pasado y su presente en experiencia
empezaron a dividirse en su mente: ¿Cómo puede ser que este Ser perfecto sea su
esposa? Aun más confundido el la levantó y la abrazó.
Tocándola al momento terminó su confusión: La duda de Gana terminó
mientras el se fundió adentro de ella, río dentro de Océano. Como la corriente fluía
de su individualidad y se convertía de regreso dentro de su propio Origen -- el
Silencio Infinito del Uno -- el campo total de su Universo se transformo en luz pura,
en Amor puro. Por un instante Gana recuperó su estatus como uno de los cuatro
primarios seres de la creación. Gana otra vez era el Bailarín Inmortal, el Maestro del
Tiempo y del Extasis, el Señor Isha mismo. El Shara ya no solo era meramente del
Universo, sino era el Universo. Gana sabía todo lo que se tenía que saber y podía
hacer todo lo que se pudiera hacer simplemente por que el había recordado que el era
todo lo que existía y no había nada en ninguna parte que él no era.
Pero la permanente perfección aun no era suya: Almira se separó, diciendo
“No, mi Señor, la maldición del Gran Padre esta lejos de su fin.”
Una pérdida y olvidada puerta de pronto de abrió de par en par en la mente del
Shara: con oscuro terror, Gana recordó el Omnipotente Creador y su ira, “¡al más
lejano limite de la No-Entidad yo por lo tanto te mando a ti!”

Pero Almira desvaneció su temor con la pacífica majestuosidad de sus


palabras, “Bien, tu empiezas de nuevo.” Yo he estado contigo siempre: en ti, afuera
de ti, porque yo sabía que la maldición del Gran Padre nunca puede ser eterna. Ni
siquiera el Primogénito de Narain puede destruir un alma. La luz de Uno brilla en
cada partícula de existencia siempre.
A través de tu caída, a través de cada ciclo de tiempo yo te he acompañado.
Aún cuando tu me olvidaste completamente, yo nunca te he dejado: donde sea que tu
estés, ahí estoy yo siempre, así como la luz con el sol. Porque yo soy tuya para
siempre, así como tu eres mío.
Ellos empezaron a caminar muy despacio tierra adentro. Esta nueva orilla
estaba cultivada con innumerables y hermosos jardines y huertos. Cada árbol estaba
cubierto no solo con flores sino también con verdes y madura frutas. Cada tipo de
planta que el alguna vez había visto crecía allí en abundancia, junto con una
innumerable variedad de desconocidas plantas de todos los tonos concebibles. Los
aromas eran deliciosos, una sinfonía de fragancias; cada uno ocupaba una parte vital
en la totalidad; ninguno trabajaba en contra de ningún otro. Ninguno opacaba a
ningún otro. Pero allí no había insectos ni criaturas ni vida animada en Para.
“¿No hay animales aquí, Almira? Excepto por el cisne en el lago, yo no he
visto otros.”
No hay otros aquí porque tu todavía no los has recreado. Tu todavía no has
tomado maestría de tu conexión con tu Origen; por lo tanto todavía no puedes
manifestar vida a voluntad.
“¿Entonces por que la existencia del cisne?”
Narashamsa vino aquí cuando tu lo hiciste. ‘Hamsa es la ultima ayuda para
todos. Los hombres algunas veces lo llaman a el suerte, algunas veces destino,
algunas veces la voluntad de Dios. Todavía Narashamsa es mas que esto: el también
es todo lo que es bueno para ti, un rayo de tu propia conciencia infinita, el eslabón
conector entre tu y tu forma maestra, que duerme ahora hasta que tu totalmente re
despiertes.
Dejando eso para ser entendido más tarde, Gana tomó una fruta
particularmente apetecible. Era amarillo dorado, se parecía vagamente a un mango, y
olía delicioso. ¡De pronto el observó que aunque el había tomado la fruta en su mano,
todavía estaba en el árbol! El tomo otra; la complaciente fruta instantáneamente se
replico a si misma, permaneciendo exactamente donde había estado, continuaba
creciendo a su propia velocidad hacia la perfección.
“¡Esto es de lo mas peculiar, Almira!” el exclamó maravillado. “¿Es conocida
aquí la muerte, incluso imposible?”
Con la pregunta el descubrió que podía estirar su mente para sentir la tierra: el
aprendió que la belleza de la superficie solo estaba cubriendo una más llena y rica
belleza -- una belleza que yace mas allá y para siempre de la habilidad de las palabras
para expresar -- una belleza que es tan fundamental como el concepto del perfecto
orden del Universo creado.
Casi entonces Gana entendió la Omnisciencia, pero los limites de su
pensamiento habitual causó que su mente se devolviera rompiendo en añicos la in
restringida Unidad de conocer mas allá de las fronteras finitas del cuestionamiento.
¿Qué era este lugar, este mundo de Para?
~~~
Sin obvia transición ellos se pararon en un pequeño y verde paraje arriba en
los campos nevados en una montaña más arriba de la cascada, río y lago que él
descubrió primero en Para. En el centro de la grama esmeralda estaba el origen de la
calidez en el hielo: Un manantial burbujeante de vapor perfectamente redondo. Gana
miró abobado por un largo tiempo al agua en trance a través de su simplicidad y
belleza.
Los dedos de Almira suavemente acariciaron su mano y entonces le hizo
moción a él para que mirara hacia arriba.
El siguió su guía y volteó a mirar al mundo.
¡El cielo! ¡Era magnifico! Nada de su experiencia se le podía igualar, ni
siquiera aquellos de la Victoria de la Muerte, cuando el aire se llenaba con el humo y
la ceniza de la ruina de Kanaan-dora. Los vibrantes dorados, naranjas, azules,
plateados, rosados, tornaban, cambiaban; largas bandas de estriadas nebulosas iban y
venían, ahora rápido, ahora despacio, alternando con pequeñas suaves nubes y
masivas nubes bajas oscuras en bandos; largos dedos de entintados estratos de nubes
se estiraban hacia ellos y se retiraban otra vez. ¿El sol estaba bailando justo debajo del
horizonte, nunca levantándose?
Almira lo miro a el con amor profundo mientras sus pensamientos flotaban a
través de él, Seguido nosotros veniamos aquí con frecuencia, antes... de pronto ella se
corto de la visión-memoria con casi lo que parecía rabia, en vez ella levanto su mano
y dijo, “¡mira!” un dorado resplandor salió de su palma. Ella movió su mano; las
nubes se movieron con ello. Ella las reorganizo, cambio sus tonos inimaginables,
pintados de exquisitas salidas del sol, con simpleza, con gracia.
Ella le indicó a él que tratara. El Shara tomo su mano de igual forma y quiso;
¡La energía salió! Gana empezó a ser el escultor del mundo: creando, cambiando,
destruyendo.
Ella empezó otra vez; juntos ellos fundieron sus pensamientos de belleza en el
cielo, creando una totalidad mucho mas grande y grandiosa que aquellas que hubieran
sido capaces de crear solos.
En éxtasis, el exclamó, “¡El sol! ¡Yo quiero que el sol salga!”
Almira bajo su mano y lo miro. El estaba seguro que los pensamientos
entrando en el no eran todo lo que ella estaba pensando; el no podía identificar la
expresión en sus ojos. Tu no deberías Shara. Esta es la montaña del Amanecer. Si
Orah se levantara, esto dejara de ser lo que tu creaste que fuera. ¿Tu te robarías la
gloria de la Catedral del Sol? Es mejor dejar que todo siga fluyendo por su propia
naturaleza.
Gana, sintiéndose obstinado, insistió, “¡Yo te digo, que yo quiero ver el sol!”
la peculiaridad de este nuevo mundo estaba empezando a tomar un pago.
En ese instante un puente arco iris apareció en la lejana distancia y
rápidamente se les acercaba a ellos. El lado carmesí era el mas brillante; un alto
hombre con una larga capa y con un fluyente color escarlata dirigía el arco hacia
ellos. Pronto él se paró frente a ellos, un antiguo, sin embargo altamente digno sabio
con sabios ojos grises y una larga barba y cabello gris fluyendo.
Almira hizo reverencia ante él y dijo, “Bienvenido, mi Señor Vasuki, Primero
de lo Siete. ¡Que tus cargos siempre prosperen! ¿Cuánto tiempo te quedas?”
“Vengo a honrarte a ti, Hija del Sol. Mas tarde quizás, si tu hombre
regresando, continúa reintegrándose. Un sencillo regalo, un aviso, entonces regresaré
donde soy mas necesitado.” Vasuki le sonrió ampliamente a Gana y continuó, “Bien
hecho, Shara. Tu éxito en poner en prisión al Emperador Asur Valin y derrotar a los
Rakshasas ha justificado la larga paciencia de tu gente y la larga fe de tu esposa.”
Un segundo hombre idéntico a él en todas las formas, emergió de el y
entonces se arrodillo ante el. Vasuki bajo sus ojos a él y dijo, “Si, anda a él en gracia
con el Poder de la Vida.”
El doble se levantó y camino hacia Gana. Tomando un gran anillo rubí en la
forma de una serpiente de su dedo índice de la mano derecha, se lo dio al Shara
diciendo, “úsalo como un símbolo de la Perfección del Primero de los Siete.”
Mientras Gana se dejó resbalar el anillo el doble dió un paso al frente y entro en él.
Tan pronto como el anillo de Vasuki estuvo en su dedo, la mente de Gana
avanzó un paso mas allá: Aún mientras él estaba parado junto a Almira y Vasuki en
este pequeño paraje sobre la Montaña Amanecer, el Shara se paró también en el
océano.
Un hombre con la piel azulosa de un Etan estaba acostado sobre una enorme
serpiente flotando sobre el agua. Con un profundo conocimiento intuitivo, Gana se
dio cuenta que el estaba en la presencia de Narain más poderoso de los Cuatro.
Narain estaba viendo atentamente a una pequeña antorcha blanca en su mano.
¡Mirándola, el Shara descubrió que no era una flama sino que era Almira!
Rápidamente haciendo un gesto mientras ella expreso su pensamiento.
Tan pronto como el Shara la reconoció a ella Narain sonrió; la esfera dorada
que es nuestro Universo se materializo en la otra mano. Tomándola de el
vigorosamente, Almira le hizo reverencia a el y se desvaneció.
¡El Shara miro de regreso al rostro de Narain y se quedo estupefacto al
descubrir que el ahora lo miraba a el! A el, pero al mismo tiempo, mas allá de el, a
través de el: A su pasado, a su presente, a su futuro. Esa única mirada leyó a Gana
completamente, conociendo todo lo que se podía saber. Si Almira era comprensible a
el (al menos en parte), esta única experiencia probaba que Narain no lo era. El amor
de ella y su sabiduría no eran movidas por específicos: era el amor de una madre que
quería y protegía por su naturaleza. Pero él era mas, era Padre: Sabiduría infinita y el
amor trascendental estaban allí pero también estaba una fuerza mucho mas grande que
la de Almira, una autoridad tan vasta que desafiaba toda limitación. Uno pudiera
correr de los ojos omniscientes y omnipotentes manos de Narain en terror; uno podría
caer ante él en abandono y rendirse. Hay una sola cosa que uno quien lo ha visto a él
nunca puede hacer: olvidarlo.
Narain miro a través de Gana y lo conoció perfectamente bien; los ojos del
Shara cayeron en confusión...
~~~
Sobre la Montaña Amanecer, una dolorosa pulsación en la base de la espina
del Shara hecho a perder su nueva creada realidad, regreso su mente y sus sentidos, a
su uso habitual. La visión de Narain en el océano desapareció. ¿habría sido solo su
imaginación? ¿Cómo pudo Narain instantáneamente aparecer para instantáneamente
desaparecer? “Curioso,” murmuro Vasuki, “no había anticipado...” encogiéndose de
hombros levemente, el agrego, “cada una de tus siete tareas crecerá progresivamente
mas difícil, mi Señor Gana. Esta promesa te doy: cuando tu mas me necesites (y
cuando se me permite), te prestare mi directa ayuda. Este consejo y precaución
también te digo; recuérdalo bien: Nunca en orgullo dependas solo de tu propia fuerza.
La ayuda siempre viene cuando tu la necesites aun cuando menos la desees, si tan
solo la permites... Se receptivo al bien fluyendo a ti siempre” Diciendo así el
Guardián de la Promesa se puso de pie fuera del precipicio y se retiro hacia el
amanecer.
“Hay una cueva cercana.” Almira dijo muy despacio, observando ante el
puente que se desintegraba muy despacio. Ella debió de haber estado profunda en
memoria, ya que ella continuaba hablando, “allí tu y yo estamos eternamente unidos
en perfecta paz. Pero considerando tu presente nivel de entendimiento aun no
podemos ni siquiera visitar allí todavía.”
Almira suspiró.
El mundo pauso: los colores se opacaron, la luz disminuyó en todos los
movimientos del agua y el viento también, se aquietaron, aún el lago detrás de ellos
dejo de hervir.
El Shara, su cuerpo al filo de la muerte, su mente al filo de la desesperación,
su corazón al filo del caos, la miraba a ella con un terrible asombro y aprendió en ese
instante de silencio que cualquier tristeza, aun la mas leve, podría arruinar este
mundo.
Esto le enseño que el tenia la decisión infinita. El podía escoger por la
Vaciedad, que significaba la destrucción inmediata de la Para de Almira. O podía
escoger por la perfección del Uno, lo cual significaba la inmediata satisfacción de
todos los mundos. O el podría escoger una realidad entre la vaciedad y la perfección
del Uno, lo cual significaba que el Universo podría continuar mas o menos como
antes.
Gana escogió.
Almira sonrió; luz y sonido y esperanza habían renacido en todas partes. Y el
renacimiento fue glorioso: todo era brillante y claro y frescamente vivo, como si se
hubiese creado de nuevo.
Otra vez sin una obvia transición, Gana y Almira se paraban una vez mas en
los huertos; ellos empezaron a caminar rápidamente tierra adentro. Una profunda
intuición llevo al Shara hacia delante: el guió a Almira sin errar hacia un pequeña
duna en el centro de las tierras cultivadas, en la duna estaba una arboleda de maples
fluyendo entre el principio de la primavera al final del otoño en rápidos ciclos.
Fluyendo su despliego otoñal de colores y belleza versicolor, que los árboles pintaban
en sus hojas, descansando momentáneamente, desprendiéndose, entonces intentando
otra vez y todavía otra vez hasta conseguir su perfección arbórea.
En el corazón de esta sagrada arboleda había un circulo de abetos Viridianos;
en su exacto centro había una fuente de mármol. Su estatua, un ángel con cuatro
brazos lloviendo gotas áureas las cuales se tornaban azules y luego argento como ellas
iban cayendo para que la pila tuviera un plateado parpadeante. Gana estaba
encantado por esta fuente; el sintió que un secreto fundamental se escondía allí aún
mas grande y elevado conocimiento que el nunca antes conoció. El se arrodillo y se
quedo viendo al agua.
Almira dijo, “Amado,” te debo dejar por un momento. Gana no le respondió y
apenas se dio cuenta como ella se iba alejando. El estaba muy ocupado jugando con
la belleza en movimiento de la fuente: mas despacio-parando-empezando otra vez su
baile con sus nuevos y hermosos ojos.
Pero después de que ella se había ido por un largo tiempo, el sintió un leve
movimiento profundamente en su corazón. Era de muy lejos, de algún otro lugar, ¡de
otro mundo! Antes de que el pudiera entenderlo, las ramas de los abetos se abatieron:
entre las ramas salió una hermosa venada. Ella vino a él y se arrodilló frente a él,
posando su tierna mejilla en su mano.
El le levanto la cabeza y la miró a los ojos. Sus profundidades revelaban mas
que ternura: había una inteligencia que al menos era igual a la humana. Y aún había
algo mas -- algo que, ¡otra vez! Excitaba el sentimiento, ¿ese temporal impulso de -- ?
Una vez más los abetos se movieron; un hermoso venado salió entre los
árboles. El también se arrodillo e inclino, pero no toco al Shara. La venada se
levanto; juntos ellos se fueron, dejando a Gana solo con este problema imposible.
¡Las primeras criaturas en un mundo de otra manera sin vida animada!
Almira debió de saber de ellos dos, ¿Por qué no me dijo? Por lo tanto ella no sabia.
¿Pero como es posible que ella no supiera? ¿Dónde nace el significado de esto?
¿Qué otros poderes hay circundando por debajo superficie benigna de este paraíso?
Por días de horas, Gana se quedó mirando la fuente. Pensando, todavía sin un
cercano entendimiento. Finalmente el se cansó de usar su mente y se puso de pie a
buscar a Almira. En ese instante, su corazón otra vez se movió. Pero esta vez una
leve desarmonía interna fue acompañada por su memoria: la muerte de su esposa
Almira en Martanda cruzo su mente. El shara no había amado a nadie mas en su vida;
era la profunda soledad de su perdida que estaba moviendo su corazón, aun aquí en
Para.
¡Ahora, esto es una completa tontería! El pensó. ¿Cómo puedo extrañarla
cuando ella esta aquí? El recuerdo y el juicio simultáneamente cruzaron a través de
su mente en un instante. Haciendo en ese momento, que el aire de su entorno
brotaran a la vida un sin fin de mariposas de todos los posibles tintes y formas. Ellas
volaron en todas las direcciones caóticamente; otra vez Gana se quedo solo con la
fuente.
¡Nunca antes vida animada! ¿Quién esta jugando conmigo? ¿Almira? ¿Por
qué? ¿Por qué me dejó ella? ¿a dónde se fué? ¿O es algo desconocido intentando
confundirme? ¿Por qué? ¿O fue el sentimiento de soledad lo que es el responsable?
¿Cómo?
Gana trato a voluntad el crear mas seres pero no pudo. El rápidamente
aprendió a moldear la luz del Uno en formas; pronto el pudo aproximar el color,
texturas, olores. ¡Pero el no podía crear vida! ¿Es esto sorprendente? ¿Cómo puede
ser la vida formada alguna vez? La vida es de si misma, completa en si misma. Cada
impulso del Ser evoluciona gradualmente en niveles. ¿Cuánto tiempo toma a la
materia inanimada para crear la primera célula? Si esos venados y aquellas
mariposas acaban de aparecer en Para, ellos debieron haber venido de otro lugar,
como lo hice yo.
Sentándose junto a la fuente, rodeado por muchos mediocres y bien hechos
animales y pájaros sin vida, Gana no pudo encontrar la respuesta de nada.
~~~
La extrañeza de la ausencia de Almira inspiraba al Shara a preguntarse y dudar
de su Universo. Otra vez ¿como puede existir un mundo así? ¿O un ser tal como
Almira? ¿por cuanta eternidad ella ha mantenido su vigilia? Y ¿Para que? Su vida
en Kanaan-dora fluyo por sus ojos brevemente. Nada de mucha importancia allá...
“¡El domo de las esferas!” las palabras de Almira abruptamente lo halaron de
la parte vagabunda de su mente desde su contemplación. ¿o así fue? Las dudas y los
recuerdos habían cambiado su realidad otra vez: el ahora estaba sentado junto a ella
deslizándose sobre un pequeño lago circular, montado sobre el cisne. En la lejana
orilla había un domo dorado. Aguantado por veintisiete columnas muy altas y
decoradas en mármol esculpido. Siete gigantes abetos llorones bajaron sus ancianas
ramas con grandiosos gestos de arribo hacia el domo; los reflejos de los árboles en el
lago formaban un camino esmeralda que lo llevaban hasta el.
¿De donde vinieron estos venados? ¿Y estas mariposas? Gana preguntó, mas
intrigado por esas extrañas experiencias que por el domo que se acercaba.
Almira le sonrió y dijo, “soledad.” Fue tu añoranza que te conecto a ti con tu
propio poder. Total maestría vendrá después, después de tu séptimo triunfo.
El pensamiento de Almira parecía sutilmente coloreado por una emoción que
el no podía reconocer. ¿Estaba ella preocupada por él? ¿No debería ella estarlo? El
parecía no poder integrarse muy bien en Para.
Ellos se bajaron del cisne y fueron caminando al domo de las esferas. En el
centro exactamente había un pedestal de marfil, esculpido con serpientes; en el se
revolvía muy despacio una esfera dorada, bañada en un fuego levemente azul cielo,
Esta esfera dorada era inexpresablemente amorosa; brillaba con una radiancia interna
muchísimo mas grande que cualquier otra cosa que el había visto en este mundo.
Ellos se detuvieron ante la esfera dorada; Almira lo veía a el como si ella lo
estuviera esperando que el hablara.
Era increíble, pero no de un gran interés como cualquier otra cosa. De hecho
la obvia sabiduría de los siete antiguos abetos llorones justo afuera era mas fascinante
--parecían tan intensos como si fueran casi humanos. O mas que humanos. Y las
esculpidas ventisiete columnas de mármol también eran misteriosamente profundas --
ellas se sentían íntimamente conectadas a su cuerpo. El domo de arriba era un
hemisferio del oro mas puro; el piso era plateado altamente pulido que reflejaba
perfectamente.
¡Demasiado perfectos! ¡Ninguna de las veintisiete columnas como tampoco el
pedestal de las serpiente parecía estar en el suelo! ¡Tanto como le pudiera concebir el
piso pulido sin error de plata, no había nada mas que el domo! ¿Era solo una imagen
pintada allí? No, el piso reflejaba perfectamente la presencia de Almira. Con una
gran sensación que le erizaba la espalda Gana miró hacia abajo y descubrió que el
tenia razón: ¡el piso lo ignoraba! ¡Donde su reflejo debiera de estar, no había nada,
nada de nada!
“¡Yo no estoy aquí!” el exclamo. El temor abruptamente se levanto en él y
creció mas fuerte, transformando su mente. No podía ser resistido, no podía ser
retenido: inexorablemente incrementaba en fuerza, dejándolo sin esperanza antes de
su asalto. Su mente empezó a enredarse en terribles posibilidades de visiones de otros
mundos y vidas fluían otra vez de el, sus insatisfechas necesidades y demanda sin
respuesta reclamaban imposibles recuerdos dentro de él.
Gana grito en terror. ¿Quién era él? ¿Naisan? ¿Marte? ¿Balzor? ¿Barlrin?
¿Alazar? ¿Gana? Mil recuerdos de mil vidas se forzaban a si mismas en el, clamando
su realidad afirmando su dominio. ¿Quién era el? ¿Qué era este lugar? ¿Qué le estaba
pasando?
Los pensamientos de Almira tenían sus propios imperativos y forzaban los de
él a sumisión, Shara, mi tiempo termina. Concéntra todos tus poderes ahora. Y
recuerda.
“Abre.” Esta esfera dorada es tu Universo, bañado ahora en el fuego azul
cielo de tu Imaginación evolucionando.
Ellos flotaron dentro de la esfera, la cual rápidamente se expandía alrededor de
ellos. Los pensamientos desde Almira continuaban, explicando sus percepciones,
nosotros pasamos a través de las Siete Regiones de Luz. Un día, te reintroduciré con
ellos y sus Seres Líder. Dentro de ellos, aquí, esta pequeña oscura área, los
astrónomos de Kanaan-dora sabían que era el Universo...aquí esta tu Galaxia, la Vía
Láctea...aquí, tu Sol... aquí tu Tierra. ¡Que gris está ella! Seguro que el Emperador
Asur Valin no esta bien encadenado como tu y los Señores de Etan creen. ¡Cuidado
que esto sea así! Si nosotros no tenemos éxito en tu cuerpo presente, temo que tu
estaras perdido para mi para siempre, Navril Hagar otra vez deambulará por el
Universo a sus anchas... aquí esta el continente del Norte que tu llamaste Emura...
aquí esta tu cabaña... aquí esta tu cuerpo físico, hecho de comida.
La mente de Gana se recogió. La cadena de cognición fue muy rápida, muy
intensa: cada nivel del cuerpo o realidad o tamaño o tiempo competía por el dominio.
Cuando ellos pasaron por las Regiones de Luz, él no solo vió y escuchó, sino que
empezó a ser parte de todos ellos, momentáneamente, todavía suficientemente largo
para ganar distintas impresiones de los seres todo poderosos viviendo allí en el
esplendor sin rival.
Mientras ellos se aproximaban al Universo, el experimentó la totalidad de la
infinita complejidad, un mil billones de galaxias irrumpiendo ante él y desde dentro
de él. Era glorioso pero aterrador.
La última realidad fue la peor: mientras él se enfrentaba con su cuerpo físico,
él se dio cuenta con un violento brinco que el consciente de ello nunca dejo las
profundidades de los movimientos de su mente. Hasta ahora, él había estado
convencido de su muerte y por lo tanto había aceptado todo con una casi perfecta
inocencia, sintiendo que los muchos misterios de este nuevo mundo Para en algún
momento se clarificarían. Pero la felicidad de atravesar el terreno llano había
terminado, y la travesía de las inclinadas montañas había empezado: mientras Almira
lo traía a ser testigo de su cuerpo, él era halado dentro de él.
El resistió, luchando con toda su voluntad. El le grio a ella, “¿Ilusión o
realidad?” pero no hubo respuesta. El sentía que ella aun estaba allí -- observando,
esperando -- pero él no podía halar sus ojos desde él cuerpo en la silla.
Al mismo tiempo, una curiosa parte de él que no estaba involucrada estaba
observando que ese cuerpo era decididamente real, no ilusión. No estaba muerto:
estaba como congelado, como si la película de su experimentación se hubiera
detenido en un solo cuadro. El cuerpo -- su cuerpo -- ¡eso! -- ¡él! -- estaba sentado
como él lo recordaba, pero los ojos estaban medio abiertos en dirección hacia arriba,
boquiabierto, extasiado, y la espalda arqueada. No, no estaba muerto pero tampoco
estaba muy vivo.
¡El estaba atrapado por una masa repulsiva de carne humana inmovil! ¡No,
éste fue el cuerpo que Almira había amado!
No, ¿Qué le importaba a ella la superficie? ¡Era el ser interior con quien ella
se había casado, que parte estaba ahora presente, traída aquí para la nueva y
trascendente Almira, para ser testigo de este revolvente protoplasma corpóreo!
¡Rodavi! ¡Rodavi, ayúdame!
El pensamiento del Guardián de la Promesa lo calmó; él haló sus ojos desde el
cuerpo y miró alrededor de la cabaña, todo estaba como él lo había dejado, excepto su
cáliz de cristal que yacía roto en el suelo, el fuego se había apagado hace mucho, el
amanecer mostraba una temprana bruma rosa ¿Habrían pasado algunas horas?
Una ola de tranquilidad vino desde Almira con el pensamiento tu no tienes que
luchar -- cuando súbitamente hubo una explosión y un dolor desgarrante en la espalda
y otra vez el Shara fue halado hacia su cuerpo. Pero esta vez, espacio y tiempo se
expandió alrededor de él y su caída de frente empezó a ser un clavado en cámara
lenta.
Cayendo -- hacia dentro de su -- su cuerpo físico...cayendo dentro de su
cuerpo... su cuerpo...cayendo dentro de su cuerpo fisico… su cuerpo fisico…guerra
civil en Emura...Barlrin, el ultimo Rey Sol... la lluvia de fuego... cuando vendrá otra
vez el Señor Gana...
Los pensamientos de Almira flotaron siguiéndolo, desde una gran e
incremental distancia, ¡Mi Señor! ¡Tu has sido esclavizado por Mucho Tiempo! ¡Yo te
estoy perdiendo! Tu un Dios por naturaleza, ha creído en limitación y muerte,
creyendo por lo tanto en la falsedad del Caos. ¡Por tu olvido, tu has creado enemigos
a través de todo el Universo!
Aun ahora ellos trabajan para destruirte porque entonces ellos
verdaderamente vivirán. ¡En tu lugar! ¡Ellos fueron creados por ti y no son otra
cosa que ilusiones nacidas desde tu mente omnipotente, pero tu le has dado a cada
uno de tus siete grandes enemigos, suficiente energía para arruinarte!
Tu solo tienes una opción: tu debes de reaprender el correcto uso de cada uno
de los siete centros de tu cuerpo. Cada uno de los sueños falsos de tu mente inmortal
deben de ser deshechos, deben de regresar a su Origen. Solo entonces, cuando tu
hayas terminado cada una de estas siete tareas, tu recordaras totalmente tu
divinidad. ¿Entiendes Mi Amado?
El trato de gritar, “No, por supuesto que no!” pero él no pudo detener su caída,
él no pudo hablar una respuesta, con trabajo podía pensar.
Una flama sanguínea envolvió su cuerpo en la silla. Mientras él continuaba
cayendo hacia él, Gana lo veía con su peculiar terror, que parecía casi como una
esperanza.
Los pensamientos de Almira continuaron aún más despacio, aún más
distantes, se permite ayudarte directamente en tus primeras cuatro tareas, en la
quinta y en la sexta solo indirectamente y en la séptima tu tendrás que ayudarme a
mi.
Tu debes de empezar ahora: mi momento robado se escapa de mi.
¿Entiendes?
Mientras él era halado completamente dentro el fuego rugiente rojo-sangre, él
trato otra vez de gritar, “¡No!” pero su lengua permaneció congelada.
Un pensamiento final desde Almira floto hacia él, duerme; despierta completo.
Siempre te amaré; siempre creeré en ti. ¡Recuérdame! Y entonces las flamas lo
envolvieron, devorándolo, consumiendo todo lo que había sido el Príncipe Sol Gana,
fundador de la primera civilización Emura de la Tierra, el mas grande Shara en la
historia de Kanaan-dora.

4 LA TECNICA LUNAR

Aunque yo hable en lengua de hombres y ángeles y no tenga amor, yo me


convertiré en una campana sonando o unos platillos retumbando
Y aunque yo tenga el don de la profecía y entienda todos los misterios
Y todo conocimiento; y aunque yo tenga toda la fe para que
Yo pueda mover montañas, y no tenga Amor, no soy nada.
-- I corintios XIII

Regresé a la conciencia de mi cuerpo en el Monasterio Ishaya en los


Himalayas. Mi cuerpo estaba exactamente como lo había dejado: estaba parado, mi
mano aun estaba tratando de buscar la luz, pero ahora era el amanecer. -- yo podía ver
la luz temprana coloreando la neblina del bosque en la colina a través de mi angosta
ventana.
Me senté en el banco con un gran, “¡Whuff!” y me preguntaba que en el
mundo (o fuera de el) me había pasado. Las experiencias que había tenido eran tan
reales o más que reales que cualquier cosa en mi vida sobre la Tierra. ¿Era esto un
claro recuerdo de una existencia previa? ¿O era esto una probada de planos elevados
de otras dimensiones que Nanda había mencionado ayer? No tenia la mas remota
idea, pero si me di cuenta del hecho extremadamente peculiar que Gana y Airavata y
Almira aun estaban dentro de mi -- no como recuerdos meramente sino como
realidades vibrantemente vivas, tan reales o más que cualquier otra persona que
conocía.
Me sentía más dividido que nunca. Intentaba formular la visión de Para en
palabras a Alan y Sharon esa mañana en el desayuno, pero encontré poco
entendimiento en ambos. Senti que Nanda y Durga no serían de mucha ayuda ¿Quién
podría ayudarme ahora? Solo Boanerge venía a la mente, pero él era mas notable por
la inconsistencia de su presencia.
Ahora el viaje a la cueva de San Juan empezó a ser mas interesante. Hasta
ahora, había sentido que probaría ser una distracción el verdadero propósito de las
horas usadas en la Ascensión, pero ahora estaba tan deshecho entre salvajes y
divergentes realidades que cualquier esperanza parecía bastamente preferible que
ninguna. No sabía si hubiese alguna forma para inspirar al Apóstol a regresar y
explicarme que me estaba pasando, pero quizá viajar a las montañas a su cueva,
quizás cuando menos demostraría una voluntad de mi parte para abrirme a su guía.
Mis respuestas a las dos previas visiones no habían sido exactamente
positivas. Quizás se había cansado con un alma tan obstinada como la mía y había
decidido zamarrearme con una experiencia de un millón de vatios como la que había
tenido. O quizás había decidido escoger a otro para lograr sus planes para traer la
Ascensión al mundo. Difícilmente podía culparlo si él lo había decidido -- había sido
tan seco y parco que cualquier otro pudiera. Yo no tenia dones o talentos especiales --
¿Por qué él querría que yo lleve esta invaluable Enseñanza fuera de este monasterio?
Tenía poco o ningún sentido.
Y todavía la vida que tuve el privilegio de observar -- la vida de ilimitado
poder y sabiduría del shara Gana -- era tan extraordinaria, mas allá de cualquier de
mis aburridos sueños de mi previa vida. ¿podría de alguna forma haber sido éste mi
pasado? ¿Obtuve otro tipo de conexión con ese remarcable Príncipe Sol, que su vida
estaba tan alejada en tiempo y espacio que nadie sobre la Tierra siquiera sabía de su
existencia? ¿O era todo alegórico, creado para mi educación por Boanerge o por mi
propio subconsciente? ¿Si es así, qué es o que yo debería aprender de ello?
Yo no tenia respuestas a ninguna de mis preguntas, pero mi curiosidad estaba
creciendo mas y más grande cada vez que yo tocaba la vibrante y clara visión,
quemando aun mas claramente a través de mi alma.
~~~
No había mucho tiempo para aclararme la vivencia de mis experiencias esa
mañana, sin embargo: estábamos muy ocupados preparándonos para la excursión
montaña arriba a la cueva de San Juan. Los Ishayas estaban sinceramente
esperanzados, qué el Apóstol se les aparecería a ellos y les diera claras instrucciones
para su guía.
El día empezó temprano con cuatro de los nativos Himalayos guiando las
dieciséis mulas a nuestra terraza. Nosotros rápidamente llevamos nuestro equipo a la
terraza después del desayuno -- era una caminata de ocho horas montaña arriba y
estábamos planeando quedarnos allí por lo menos una semana.
Los veintiuno de nosotros, todos los habitantes del monasterio
excursionábamos hoy, nadie se quería perder esta aventura. Yo dudo que alguien
pensara realmente que Boanerge se nos aparecería nuevamente, pero el pensamiento
de la caminata hacia dentro de los Himalayas a todo el mundo les gustaba.
Edg caminaba junto a Sharon y a mi y continuaba siendo raramente hablantín.
El estaba extremadamente entusiasmado hablando acerca de la charla de la noche
anterior y estaba muy entusiasmado de que yo escuchara lo que él decía. Yo prefería
enfocarme mas en mi Visión de Para y Gana y Almira, pero algo acerca de la fuerza
de su presencia me halaba dentro de sus palabras. Mientras nosotros íbamos subiendo
mas y mas alto dentro de los Himalayas, Mark Edg pulía profundamente sus palabras
acerca de la naturaleza del Universo.
“¿Oíste lo que ellos decían anoche?” El nos preguntaba con gran excitación.
“¡Yo tenía razón acerca de las tres clases de Ishayas!”
“Yo no seguía la platica, con toda honestidad” yo replique, ya un poco
aburrido. “Nanda nos había dado la Técnica Solar, me temo que yo estaba mucho mas
interesado en ella que en las palabras de los Ishayas.”
“Ellos estaban hablando acerca de las estructuras de la Creación de tres en
uno,” dijo Sharon, apretando mi mano y sonriéndonos a ambos. “Ellos describían
como todo lo de la vida estaba dividido en tres: subjetivo, objetivo y la conexión entre
los dubjetivo y lo objetivo.”
“Oh, eso es correcto,” yo dije vagamente recordando. “O, en otras palabras el
que Conoce (Yo en el Interior) y lo Conocido (Todo en el exterior, mi cuerpo, mi
mundo, mi Universo) y la conexión entre el que conoce y lo conocido, el proceso de
conocer y el hacer -- mis órganos sensuales y mis órganos de acción. ¿Pero esto como
se relaciona con los Ishayas Negros, Blancos y Rojos que tu estabas teorizando acerca
de lo de ayer?”
“Piensa como estas tres se manifiestan en la creación,” dijo Edg, empezando a
ser mas intenso ahora que nosotros nos habíamos involucrado. “¿Recuerda como
Durga explico anoche del juego entre estos tres principios Universales crean las tres
tendencias fundamentales de toda la Ley Natural: Creación, Destrucción y la
Energía?”
“Bueno, no, no exactamente” respondí, sin entender porque a él le importaba
esto.
“Estoy un poco confundida con este punto también” dijo Afrodita, uniéndose a
nuestra conversación. La hermosa Griega estaba como siempre a un lado de su
amante, Steve Young; Cuando ella se detuvo de enfocarse en él para unirse a nuestra
discusión, el guapo y joven americano empezó a ponernos también atención.
“Pienso que es como esto” dijo Steve. “¿No es la misma fuerza que crea lo
subjetivo que también causa la expansiva naturaleza de la vida? ¿No es la misma
energía creativa en nuestras almas, la misma energía creativa en el Universo? ¿No la
fuerza de la evolución se manifiesta a través de la creación?”
“Eso tiene sentido para mi,” estuvo de acuerdo Sharon. “Una fuerza de
evolución debe de estar en la raíz de todo lo que esta en todas partes -- en lo humano
y en el mundo. Esa fuerza se le conoce como Sattva en Sánscrito yo pienso.
Encarnado en el aspecto de Dios conocido como Vishnu -- o yo asumiría, el Espíritu
Santo en el Oeste.
“¡Si!” exclamo Edg. Nunca lo había visto tan emocionado. ¿Por qué esto era
tan vital para él?” y esa fuerza esta representada por los Ishayas Blancos – aquellos
Ishayas que siguen el sendero blanco de la pureza, esos quienes toman votos, esos que
llevan el mas sencillo y mas directo sendero hacia la iluminación.”
“Si hay tres tendencias fundamentales a través de la creación, también deben
de haber tres senderos separados.” Dije, empezando a ver su lógica. “Aunque Nanda
no ha hablado de ello, o al menos no a mi, tu debes de tener razón y él debe de
representar el sendero rojo – él usa túnica azafrán. “¿Qué es lo que el rojo
representa?”
“La tensión entre lo negro y lo blanco, me imagino,” contesto Sharon.
“Infinita expansión hala en contra de infinita contracción. Materia vs. antimateria. La
creación y la destruccion eternamente coexisten o nada podría existir. Por eso los
rojos representan la energía o la pasión que existe entre ellos. Esa fuerza que es
conocida como Rajas en Sánscrito. Rajas realmente significa rojo, yo pienso. Es
representada por Brahma, el creador, Dios Padre en el Oeste.”
“Todo esto me recuerda el símbolo del yin-yang,” dijo Steve. “Eso también
representa los tres ¿No es así? Una de las partes es masculina, blanca, yang, creativa;
la otra es femenina, oscura, yin, receptiva. La primera crea el Cielo, la otra la Tierra.
Una es el Sol; la otra es la Luna. Una es la luz; la otra es la oscuridad. Ambas
siempre coexisten, lo cual es el porque ellas están dibujadas siguiendo una dentro de
la otra, en un constante estado de movimiento de cambio -- así la Tercera fuerza es
representada por la transformación que le sigue.”
“Eso fue hermosamente dicho,” comente con absoluta sinceridad. El joven
americano parecía estar creciendo mas rápido que nadie más. La profundidad de su
mente expandiéndose a menudo me impresionaba.
“Bueno, gracias,” el constesto sonrojandose, entonces agrego, “tiene perfecto
sentido. Infinita creatividad e infinita destructibilidad deben coexistir siempre. Por
eso no hay verdadera maldad como tal en el Universo, solo existe el fluir del entre
juego de las tres. Lo que parece ser malo desde una perspectiva humana debe ser
simplemente un caso de información inadecuado. Solo cuando el botón es destruido
es que la flor aparece.
“¡Mi punto exactamente!” Exclamo Edg. “¿Dónde esta oculto el poder
destructivo entre los Ishayas? La ignorancia debe de ser destruida para que la plena
conciencia amanezca. ¡Tiene que ser así!”
“Quizás Boanerge encarna ese principio,” dijo Sharon. El solo viene
periódicamente a darle un empujoncito a los Ishayas blancos cuando ellos se atoran.
Eso me pega como que es la energía conocida como Tamas. Shiva en esta parte del
mundo o Dios el hijo en el oeste -- el aspecto de Dios que tiene el poder de destruir.”
“¡Pero Cristo encarna el amor puro! Exclamo Afrodita confundida. “¿Dónde
esta el poder destructivo en el Amor?”
“Oh, yo creo que se eso,” dijo Edg siniestramente a todos nosotros y agregó,
“el amor puro siempre destruye cualquier cosa que se pone en su camino.
Tajantemente.”
No me gusto eso para nada. De alguna forma las palabras de Edg
intensificaron la continuidad de la visión de Gana y Almira; yo perdí mi balance
levemente y me sentí mareado. Por un breve momento sentí como si estuviera otra
vez allí, en Para, compartiendo la luz trascendental y el gozo de la presencia de
Almira.
“¿Cariño, estas bien? Pregunto Sharon con preocupación.
“Han sido unas horas interesantes,” conteste. “Edg. Tu hablas acerca de tres
poderes en la creación. ¿Pero que hay del Cuarto? ¿El mismo Ascendente? ¿No hay
realidades fundamentales? ¿Dónde en tu clara teoría de los Negros, Blancos y Rojos
encaja entonces?”
“¿Cuatro?” me preguntó con el ceño fruncido. “Si nosotros queremos incluir al
Ascendente, quizás la Naturaleza misma o el tipo de Ishaya sin color. O la Diosa. La
Diosa Madre. ¡No se!
Tenia poco interés en Edg y sus teorías; afortunadamente el camino se hizo
mas estrecho e inclinado a lo largo de una rocosa vereda con profundos precipicios de
ambos lados. Una sola fila y atención en donde poner el pie empezó a ser imperativo.
Toda conversación se aquieto, me gusto que la conversación con Edg ahora era
difícil: no había habido nunca un momento que su presencia no me incomodara. Esto
sólo había incrementado desde que él empezó a enfocarse en los Ishayas Negros.
¿Qué diferencia había si ellos existían o no? Boanerge y los Ishayas Blancos parecían
ser suficientes para llevar la Ascensión al mundo. ¿Qué tal si Boanerge era un Ishaya
Negro? Bueno, ¿Y que? ¿Qué diferencia tenía cómo era llamado cada uno de ellos? El
camino que me esperaba era mío, sin importar las etiquetas de nadie.
No me importó entender la naturaleza de tres en uno del Universo. No me
importaba mucho si el ascendente se manifestaba en tres características o en cientos –
y aun no podía dejar de pensar acerca de ello. Recordé que Nanda había una vez
descrito al Ascendente como la Conciencia Infinita, Existencia Eterna y Éxtasis
Absoluto. Subjetividad, el que conoce, que era obviamente la Conciencia;
Objetividad, lo conocido, que debe de ser la Existencia. ¿La conexión entre ellos
debería de ser el Éxtasis? ¿Qué entonces era el Cuarto? ¿el Infinito, Absoluto, la parte
Eterna? ¿Se relacionaba esto con mis visiones de Para?
El camino que estábamos siguiendo desde el monasterio nos presentaba a
nosotros increíbles vistas de los picos Himalayos eternamente cubiertos de nieve, y
todavía menos y menos de mi atención se iban a ellas. Desde el despertar de mi
visión-trance esa mañana, las escenas y los individuos de ese mundo crecían más
fuertes y claros en mí. Era como si la luz celestial que se había estado quemando a
través de todo mi mundo externo por los últimos dos meses ahora tomaba una forma
distinta.
Cuándo el camino se ensanchó, traté otra vez de pasarle mis experiencias a
Sharon. Ella me escuchó con compasión pero me di cuenta que ella entendía muy
poco o nada de mis visiones. ¿Podría culparla? Yo mismo difícilmente las entendía.
¿Era yo un pedazo de alma del shara Gana? ¿Era ese un recuerdo? ¿Dónde esa
vida de poder se había vivido? ¿En nuestro sistema solar, sobre nuestra Tierra, sólo
que lejos removido en el tiempo? ¿o había sido un sistema estelar distante? No tenía
idea y me preguntaba si alguna vez sabría. ¿Aun era relevante? ¿era la totalidad de la
experiencia diseñada para adelantarme en mi crecimiento, o era simplemente un
sueño desestrezante creado por las partes insatisfechas de mi psiquis, sin ninguna
razón en particular? Nunca había tenido un sueño tan real. No -- eso no fue un sueño,
de eso estaba seguro, o esas imágenes no estarían aun fluyendo tan poderosamente a
través de mi aquí. ¿Entonces que?
Tenía esperanza de poder compartir mi nuevo mundo con Sharon y me sentí
profundamente frustrado que ella no se podía unir conmigo allí. Y aún, ¿No estaba
ella allá? ¿No era ella Almira? O al menos parte de Almira. Y aún ella no tenía
conocimiento de Almira y tampoco de Para. ¿Cuáles fueron los últimos pensamientos
que Almira compartió conmigo? Se me permite ayudarte directamente en tus
primeras cuatro tareas, en la quinta y en la sexta solo indirectamente, en la séptima,
tu tendrás que ayudarme a mí. ¿Era mi vida presente relacionada con aquellas tardías
tareas? ¿Cómo? Yo no tenía recuerdos de los triunfos anteriores.
~~~
Mi frustración continuaba incrementando durante la larga caminata dentro del
corazón del las montañas. La belleza del viaje continuamente crecía mientras
nosotros viajábamos más arriba y más adentro, pero estaba mas perdido en mi.
La maravilla del valle de nuestro destino me alcanzó aún a mi, sin embargo:
habían allí veintisiete cuevas de varios tamaños, la mayoría poseían ventilas de vapor
o aguas termales. Los nativos traían algunos de sus rebaños a pastar por las laderas de
alrededor en el tardío verano, pero ahora en junio, las últimas nieves solo empezaban
a permitir el florecimiento superficial del suelo. Flores alpinas de todos los tamaños,
colores y formas estaban floreciendo profusamente; si mis sentidos no hubiesen
estado tan opacados por visiones súper mundanas, yo me hubiera quedado anonadado
por el valle de San Juan.
Unos cuantos ermitaños vivían en el valle todo el año. Cómo ellos
sobrevivían allí a través de los meses de invierno era inconcebible para mi. Ellos eran
muy amigables con los Ishayas y nos ayudaron a acomodarnos en las cuevas. Edg,
Steve y yo compartíamos una pequeña caverna con un caliente manantial que nos
protegía del frío de la alta noche Himalaya. Extendimos nuestras bolsas de dormir,
pusimos nuestras pocas preciadas posesiones y nos juntamos con los otros para
ascender antes de la cena.

~~~
La Cueva de la Ascensión estaba directamente conectada con la de San Juan;
las historias contaban que exactamente aquí el apóstol había aparecido en dos
ocasiones separadas. Eran suficientemente grandes para cien o más; en el centro
había un lago hirviendo que la mantenía tibia y húmeda.
Antes de que nosotros ascendiéramos, Nanda tomó a Sharon y a mí por
separado y dijo, “Durga y yo hemos tomado nuestra decisión: nosotros queremos que
ustedes se muevan a través de la segunda esfera tan rápido como sea posible. Yo voy
a darles ahora la Técnica Lunar, mañana, La Tierra y la segunda cognición el día
siguiente.”
“¿porqué tan rápido?” pregunté, alarmado. Yo pensé que era mejor el esparcir
las instrucciones por varios días o semanas.”
“Ordinariamente, si. Pero estos son momentos especiales Juan ha venido a ti
dos veces. Tu eres, nos parece a Durga y a mi, la llave para nuestro próximo paso, el
entendimiento que hace falta para nuestra expansión al mundo. Si eso verdaderamente
debe ser. Nosotros queremos que ustedes dos aprendan las veintisiete técnicas de
ascensión en tiempo record. El Hijo del Trueno te ha marcado -- es su ejemplo lo que
nosotros seguimos aquí.”
“Cualquier cosa que tu pienses sea lo mejor, por su puesto,” dijo Sharon
entusiasmada. Ella parecía extremadamente alegre por este progreso. Mis
sentimientos de dudas no parecían desanimarla en lo más mínimo.
“Antes de que hagas estos,” dije, esperando disuadirlo, “debo decirte acerca de
la visión que tuve anoche, después de que tu nos diste la Técnica Solar. No era como
ninguna otra cosa que yo haya experimentado alguna vez antes.” Brevemente le
conté mis recuerdos de Para, Gana, Airavata y Almira.
Lejos de hacerlo cambiar de parecer, mi historia inspiró a Nanda a responder
con “¡Maravilloso! ¡maravilloso! ¡Esto es todo tan maravilloso!
“¿Qué?” pregunté, pensando que lo había malentendido. “¿Cómo así?”
“¿Qué no sabes? ¿es que en el Oeste se han olvidado de todo? No, veo que no.
Sorprendente. Antes de que él fuera Cristo ¿Quién fue Isha?”
“Bueno, Jesús de Nazareth.”
“Si, si, por su puesto ¿Pero antes de ese nacimiento?” Nanda sonaba un poco
impaciente.
“Yo recuerdo haber leído alguna vez que Cristo fue el profeta Elisha y Juan el
bautista fue Elías, en un nacimiento previo,” dijo Sharon pensativamente. “Y yo
supongo que ha habido otros nacimientos antes de esos ¿Moisés quizás? ¿O Jacob?
Yo no se.”
“Los Ishayas siempre han mantenido que mucho antes de cualquiera de esos
nacimientos, Isha era conocido como Ganapati – el Señor Gana o literalmente el
Señor de las Almas. ¡Se dice que Ganapati es el fundador de nuestra presente raza
humana!”
“¿Mi visión fue real entonces?” mientras yo preguntaba sentí que el mundo
otra vez se desvanecía y Para y las experiencias de Gana regresaron y se
intensificaron.
“Todas las verdaderas visiones vienen del Ascendente ¿acerca de los detalles?
No tengo ni idea. He escuchando ecos desde el pasado de que nosotros no somos
nativos de la Tierra. ¡Yo no se!” supongo que Boanerge sabría. Pero he escuchado
antes de Vidyadharas – de la Raza Solar. Tu debes saber tanto como cualquiera de los
seres vivos ahora acerca de estos temas. Escribe tu visión, ¿no? Con tanto detalle
como puedas recordar. Esto podría ser críticamente importante.”
“Si tu así lo deseas,” suspire, frustrado y otra vez deprimido ¿por qué era yo el
que siempre tenia que ser el afectado por estas cosas? “¿así que no hay opción aquí?
¿tengo que aprender la próxima técnica ahora?”
“Tu no tienes que hacer nada nunca. Yo simplemente estoy diciendo que es
nuestra decisión para ti” Nanda no estaba ofendido pero podía darme cuenta que
estaba divertido por mi actitud. Era fácil ver porque: todos los demás buscaban
fervientemente la instrucción. Yo era siempre el niño problema, resistiendo lo que
todos los demás deseaban con todo su corazón.
Suspirando otra vez, resolví tratar con más aínco en el futuro. “Nanda-ji, lo
siento. Parece que me gusta hacer la vida un poco mas difícil para mi mismo de lo
que es necesario.”
“Eso es un error común en el estado despierto,” él respondió cálidamente.
“¿Por eso con tu permiso entonces? Procederé. Bien. La Técnica Lunar tiene varias
funciones importantes, la primera es abrir lo que tradicionalmente se le conoce como,
‘el sendero de los dioses’. Si alguien muere después de que el primer nivel de
iluminación, la Conciencia Perpetua se gane, pero antes de que el grado mas elevado
de la Unidad se establezca, el alma deja el cuerpo por este sendero. Convirtiéndose
en un ángel, un dios, el alma va al mundo de los ángeles, de los Dioses. Este en un
camino a través de las regiones celestiales, es uno que va muy despacio. La meta que
eventualmente se alcanza es la misma que se consigue por un alma que atraviesa el
Sendero Solar, el Sendero de los Sabios, pero toma mucho, mucho mas tiempo.
“Abrir este canal ahora incrementará tu percepción celestial; abrirá tu sexto
chakra, ajña, comúnmente conocido como, ‘el tercer ojo’. A través de tomar maestría
de esta técnica tu ganaras completa habilidad de ver y escuchar a los celestiales – los
devas, ángeles, elementales, espíritus de la naturaleza y otras que viven en realidades
dimensiónales mas sutiles que nosotros los humanos.”
“Por eso esta técnica desarrolla la Conciencia Exaltada,” dijo Sharon absorta.
“Exactamente. La Segunda Técnica de la Segunda Esfera aligera el desarrollo
del segundo nivel de la iluminación.”
“¿Por qué aquí?” pregunté, quejumbrosamente sin darle importancia. Mi
resolución se estaba ya partiendo. “¿No tendría mucho mas sentido estabilizar la
Conciencia Perpetua primero y entonces desarrollar la Conciencia Exaltada?” era yo
incorregible. Seguido me impresionaba yo a mi mismo por mi crudeza. Aquí estaba
yo, a punto de ser instruido con esta técnica de mas de dos mil años de antigüedad y
tenia la desfachatez de cuestionar al anciano Custodio de esta maravillosa Enseñanza.
Sharon me frunció el ceño pero Nanda sonrió tan calurosamente como siempre
y respondió afectuosamente “Si nuestro propósito fuera simplemente la Conciencia
Perpetua sin duda estarías en todo lo correcto sin duda alguna. Pero la meta de la
Ascensión es la permanente experiencia del grado mas alto de la iluminación, la
Unidad. Nosotros no queremos que nadie permanezca atorado en un nivel bajo de
conciencia por eso aun antes de que la experiencia del Ascendente se estabilice,
nosotros empezamos a acomodar el trabajo base para el rápido crecimiento a la
conciencia en la iluminación. ¿Entiendes?”
Realmente no tenia ni idea de lo que él estaba hablando, pero estaba seguro de
que la Técnica Lunar sería tan simple y poderosa como las otras cinco que había
aprendido; resolví una vez mas que cuando menos intentaría ser expresivamente
agradecido con Nanda y practicaría la Ascensión con mi mayor disposición.
~~~
Nanda, Sharon y yo fuimos los últimos en entrar en la Cueva de la Ascensión.
Mientras me sentaba junto a ella en una formación rocosa cerca de la boca de la cueva
y sostenía su mano, el sol declinando todavía no muy metido mas allá de las cumbres
Himalayas, acariciaban su dorado cabello, rayos brillantes de aros de gloria alrededor
de su radiante rostro. Tu eres Ella, pensé, entonces cerré mis ojos para Ascender.
Empecé con la Técnica Lunar como Nanda había sugerido. Después de una
sola repetición, todo de la Tierra era olvidada mientras yo entraba a un nuevo mundo,
completamente diferente a Para y todavía inesperadamente conectado a Gana y a
Almira...

5. NATIVIDAD

Cambio es la esencia del mundo:


Existencia estática es imposible
Vidas no consagradas a la Evolución
Dejeneran en una raza con Muerte;
Una gente sin compromiso al crecimiento
No existirá mas.
Claro, las mismas rocas maldecirán
Y entonces se olvidaran de ellos.
-- Rodavi

Gana regresará en la primavera


De Julius Adan.
-- El Rajanya Mordom
Nacido desconocido, pero nacido para reinar,
Marte purgara mi Tala con fuego y espada.
-- Joab

El invierno era famoso por su larga duración. Aun los mas ancianos decían
que no podían recordar otro parecido. Los que planeaban pobremente tenían que
pedir prestado con intereses de sus vecinos, otros pero no muchos morían por el largo
frió. Pero el milagro de la primavera al fin empezaba; los fragantes narcisos y los
pompones dorados tapizaron los valles mientras las flores zafiro nevada y azafrán e
índigo que perseguían al hielo de regreso a las montañas. Había algunas inundaciones
como los pesados aguaceros de la primavera ayudaban a derretir, sin embargo,
prometía ser un año pacifico y productivo para todas las tierras de Tala.
La capital de tala era conocida como Sulara, la Ciudad Dorada de los Adanai.
Sulara era una ciudad magnificente, llena de oro y joyas y prosperidad. Fue
construida en el lejano sur, en la misma región donde la leyenda cuenta que el
Fundador Gana fue envenenado hace mucho tiempo. En la lejanía del océano en esos
días había una creciente cadena de islas, cada una mas caliente que la anterior, de
donde venia la gran mayoría de las frutas y verduras de Tala. Mas allá de la mas
lejana y la mas caliente, el calor del aire se elevaba tanto que nadie podría pasar mas
al sur y vivir. Así ningún marino nunca había alcanzado el Franco Sur; nadie sabía si
el océano mas allá del Quemante Mar se enfriaba otra vez y había entonces mas tierra,
o sí la temperatura se mantenía elevándose, inexorablemente hasta que el agua hervía
y el mundo terminaba en las flamas del infierno.
Uno de los últimos Reyes Sol de Emura el Adan Marcellus el Lesser, una vez
decidió ver si alguna de sus historias de fabulosos tesoros perdidos mas allá del
Quemante Mar eran verdad. El envió diecisiete navíos con sus mas bravos soldados
y sus mas leales marineros y se aventuro a la mar del sur con gran pompa y ceremonia
un día en medio del invierno.

El viaje era fuertemente opuesto por el Guardián de la Promesa Vasuki, el


Consejero en jefe del Rey Sol. Pero Marcellus era muy obstinado y no quiso
escuchar. Enfurecido por la terca voluntad del adan, el Guardián de la Promesa no
quiso acompañarlo y maldijo el viaje, diciendo que ninguno que se atreviera a ir mas
allá de las islas del sur volvería a ver Emura.
Por el respeto que le tenía a la sabiduría del Guardían de la Promesa (o por
temor a su prodigioso y profético talento), el Rey Sol decidió en el último momento
de dejar atrás a su hijo mas joven. Sin hacer caso a las mas fuertes protestas del
shara, Marcellus con sus otros seis hijos y su única hija lo anclaron en el navío mas
pequeño frente a la costa de la última isla del sur, dejando a cargo a un viejo amigo de
confianza.
Por once días el shara amargamente lloriqueó su destino. El camino en
círculos, el gritó, el insultó, el maldijo, el chantajeo, pero nada de lo que hizo tuvo
éxito para convencer al viejo capitán del barco para violar las ordenes de Marcellus y
seguir a la flota hacia el sur.
Finalmente al shara se le ocurrió echarle droga a la cerveza del capitán; este
obstáculo fuera del camino, el décimo séptimo navío partió al sur al amanecer del
décimo segundo día.
La jubilante exaltación del shara no duro mucho: justo esa tarde, el vigía
divisó un solitario bote de remos, navegando a la deriva hacia el norte. Abordo habían
seis marineros, muertos y la única hermana del shara, viva, pero severamente
quemada en la totalidad de su cuerpo.
El rajanya Mordom, último Guardián de la Promesa de Emura, registró que
nadie podía pasar vivo al Sur. Pero como ninguno de los Guardianes de la promesa
nunca han dicho lo que, si alguna cosa, yace mas allá del Quemante Mar, avaricia y
curiosidad nunca han sido totalmente abatidas; muchas extrañas historias se hicieron
por viejos hombres borrachos y ciegos tontos de los peligrosos viajes al Franco Sur.
Pero la verdad eran las palabras de muerte de la sharan, “¡La flota se quemó!
¡Toda! ¡Todos han muerto! ¡Mi padre nos ha asesinado a todos nosotros!” sirvió para
prevenir a otros de la decisión de Marcellus: ningún hombre cuerdo se atrevió a
enfrentar la bravura del Quemante Mar otra vez. Y las pocas almas dementes quienes
intentaron buscar sus fortunas a través de navegar el fuego demoníaco que circundaba
al globo no vivieron para contarlo.
~~~
En el palacio del adan Zephyra en Sulara, el Rey Sol Julius sentado inclinado
detrás de su pulido escritorio de ébano, correteando con sus dedos sin propósito sobre
el diseño incrustado en plata de las diecisiete naves espaciales encima del escritorio.
Julius no sabía que los diseños simétricos representaban naves espaciales. Nadie en
Tala sabía eso pero este armónico orden de los diseños había sido un símbolo honrado
por el tiempo de la autoridad de los adanai: había sido duplicado en fe con mucho
cuidado y diligencia por ochenta y dos mil años.
Al adan le gustaba mirar el flujo irrompible de los diseños; por alguna razón,
el se sentía bastante tranquilo cuando los miraba. Pero otras veces, algo de su forma,
balance y congruencia le inspiraba una esperanza más profunda en su corazón y sus
ojos se llenaban de lágrimas.
Esta noche, la mente de Julius estaba solo superficialmente atenta a la plata
incrustada: El Rey Sol estaba revisando su vida tristemente, viendo adentro buscando
sabiduría. Solo hoy se había dado cuenta que algunos de sus súbditos estaban
secreteando oscuramente acerca de el: ellos estaban preocupados de que su adan no
iba a vivir mas que cualquier otro mortal ordinario.
Lo que le molestaba mas era que el creía que esto era su privado secreto.
Porque el sabía que ellos tenian razón: el era más viejo de lo que él debería
ser, un Rey Sol de solo ochenta otoños. ¡Su vida era una de fracasos! El era
ciertamente tan mediocre y posiblemente el peor de la larga línea de Adanai en
degeneración.
¡La gloria de la Dinastía Solar había sido disminuida por su nacimiento! No
era que el deseaba ser una estrella diurna como Gana, el creador como un dios de
Emura; tampoco siquiera deseaba ser un glorioso cometa como el gran Balzor,
fundador de Tala desde la ruina de Emura; no, el solo tenía la esperaza de ser una
estrella fija en el firmamento: una guía sin error por la cual su pueblo podría advertir
algunos de los bajos y los arrecifes de los golpes de las olas de la vida.
Pero el no podía ya negar mas lo obvio – no iba a ser. El nunca había sido y
ciertamente no ahora ni siquiera la mas leve ayuda en salvar a Tala de sí misma. No,
el no era nada sino que la mas débil de los cielos – una distante, estrella en extinción.
¡Inservible a si mismo e incompetente para su gente! ¡Un anciano, y decrepito tonto!
¡Todos sus esfuerzos para checar la caída de Tala no sirvieron de nada! Las
adicciones de los Talenenses – químicos, físicos, emocionales, criminales, espirituales
– continuaban creciendo más grandes, mas variados, mas intensos. Como un cáncer
salvajemente multiplicándose, la muerte de la civilización que amenazaba cada día se
acercaba mas.
El Rey Sol de pronto se puso de pie, recorrió su poderosa mano a través de su
cabello gris para ayudarlo a ordenar su mente, entonces miró por ultima vez la
petición del Senado sobre su escritorio. Medio riendo, medio llorando, el murmuró,
“no debemos nunca de fallar en tratar,” entonces rápidamente firmó, Julius Adan
XXXI, Tala.
El soltó la pluma sobre la petición y empezó a recorrer sus dedos sobre los
diseños incrustados de plata de la superficie de su escritorio de nuevo mientras el
pensaba, ¡Trigesimo primer adan desde Balzor! ¡Si tan solo hubiera sido tan sabio!
¿Podría ser que forjar Tala desde las cenizas de Emura hubiera sido tan difícil
como salvar a Tala de sí misma? Quizás yo he sido muy suave: Quizás mi padre
Yamaya fue más sabio cuando el asesinó a los ochenta y nueve sharas en el festejo
del Día de Mordom. Quizás -- ¿Pero que puede lograr el temor? Tala no era mejor
después de su reino de terror que antes. Y posiblemente era mucho peor.
¿Por qué Dios nos ha abandonado? ¿Por qué Joab desertó Tala después de
que ayudó a fundarla? ¿Por qué el no entrenó a un Guardián de la Promesa para que
lo reemplazara? ¡Nosotros hemos estado sin interpretación visionaria de los
misterios de Rodavi del Uno desde que empezó Tala! ¡Cómo puedo guiar a mi pueblo
si yo soy tan ciego como ellos! Ellos necesitan mucho mas de lo que yo les puedo
dar. ¡Por el sagrado mito de Kanaan-dora! ¡Estamos perdidos! ¡Condenados!
Necesitamos esperanza, necesitamos inspiración, nosotros necesitamos---
La melancolía de Julius fue groseramente interrumpida cuando las puertas de
su estudio se abrieron violentamente. Entró corriendo Teva, el medico en jefe,
llorando con gozo, “¡Es un shara, señor! ¡un shara!”

El adan se puso de pie súbitamente, salvajemente esparciendo las doscientas


hojas de la petición del Senado sobre las diecisiete naves espaciales incrustadas en
plata sobre su ébano escritorio. “¡Al fin! ¡Por la gracia de Gana! ¡Un niño! ¡la
satisfacción de mi deseo! ¡Trigesimosegundo desde Balzor es él! Marte, yo lo
nombro, por el Planeta de Guerra brillando ante la constelación del Deseo en el Signo
del León esta noche; mi hijo necesitará de ser no menos que eso para lidiar con éste
mundo tan dañado.” Julius creía que éste niño era seguro el cumplimiento de la
profecía del Guardián de la Promesa, “Busca a Gana en la primavera de Julius Adan.”
¿Mordom no predijo su nacimiento en este siglo? ¿Cómo no puede ser éste él? La
mente de Julius se alejó apenado del comentario de Joab “Nacido desconocido pero
nacido para reinar.” Antiguas profecías ciertamente se descomponen en el tiempo...
Por primera vez en los largos años de los hombres, Julius, Trigesimoprimer
Adan de Tala, caminó solo al templo de Kanaan-dora, se arrodilló ante la Viva
Estatua de Gana y entonó una simple y humilde oración de acción de gracias.
~~~
Quizás no es completamente fuera de los límites del convencionalismo enfatizar éste

pasaje. Eso no era una estatua ordinaria la que Julius honraba con su gratitud: el

inmortal shara Gana, envenenado por Irnga, el hijo de su hermana, estaba sentado

quieto, vivo-muerto-congelado, en el templo nombrado en memoria de Kanaan-dora.

Mucho tiempo atrás, todos aquellos que Gana había amado vivían vidas completas,

envejecían y morían; sus hijos asumían sus posiciones y prosperaban en el nuevo

mundo.

Ochenta y dos mil años podrían parecer un largo tiempo para estar en coma.
¿Pero que es el pasar de los años para un inmortal? Si Gana no puede envejecer ni
tampoco morir ¿porqué debería de sentirse diferente a una sola noche de descanso?
Todavía si esto era verdaderamente la totalidad de su experiencia, ¿Qué es el
estar hecho de las profecías de los Guardianes de la Promesa de su inminente
regreso? Quizás no se ha hecho suficientemente claro que los Guardianes del Uno,
los Guardianes de la Promesa, vivieron un estado de conciencia exaltado que el
futuro era como un libro abierto para ellos. Ninguno de los secretos del espacio o el
tiempo estaban escondidos de su intensa y sobrenaturales mentes. Si ellos habían
inequivocamente declarado que Gana regresaría esta misma primavera, tu puedes
estar seguro de que así iba a ser. ¿Qué hay entonces de esta estatua viva de Gana?
Para resolver este acertijo aparentemente complejo debe valer la pena el
considerar esta pregunta: ¿Si un inmortal duerme, que es lo que él sueña?
Hay muchísimas más cosas para cada Universo de lo que la mayoría
comúnmente entiende. Esto empezará a ser más claro cómo esta historia se
desenvuelve. Nuestro mundo está construido de magia, no de rocas.
Gritos de triunfo y repique de las campanas se escucharon a través de Sulara,
cómo flotas de mensajeros y veloces navíos fueron enviados por todas partes del reino
con las buenas noticias. Los mensajeros cambiaban sus monturas seguido y los
marineros se enfrentaban a difíciles vientos, todavía fueron muchas las semanas antes
de que todos escucharan: aunque muy despacio y dolorosamente moría, Tala seguía
siendo una nación vasta y gloriosa.
Era una peculiaridad de la edad que los ciudadanos de las provincias más
lejanas se regocijaran más en el nacimiento del Príncipe Sol. Una razón para eso era
que el rumor de guerra estaba creciendo (nadie sabía porque) en las villas fronterizas:
pequeños pueblos casi abandonados, una vez ciudades prósperas construidas cerca de
las Tierras Quemadas. Aunque los hombres del adan nunca entraron a la negra
desolación venenosa, los granjeros cuchicheaban de una tribu vencida (nadie sabía
cual) creciendo más fuerte en una fortaleza escondida (nadie sabía donde), jurando
venganza por la derrota de sus ancestros por el Reconstructor Balzor.
Estos rumores raramente llegaban a la grandeza de la Dorada Ciudad Sulara;
nadie allí prestaba atención ni temían a los extraños vientos soplando a través de la
desierta ruina de Emura. Aún así, todavía había allí de hecho muchos a través de Tala
quienes no se regocijaban en el nacimiento a un heredero a la línea de Gana.
~~~
Así era de enredado el mundo del infante shara. Pero por muchos años, el
disfrutó lo mejor de Tala: Julius le proveía con los más avanzados instructores en
cada una de las ramas del conocimiento y la guerra. El Príncipe Sol mostraba una
profunda habilidad en todas las cosas, pero especialmente en las artes marciales. Aún
cuando era un niño pequeño, soldados veteranos no lo vencían con el arco o la espada.
Su fuerza salía de los más profundos pozos: muchos eran los luchadores heridos de
tres veces su peso.
La gente lo endiosaba: “¡Marte es sin duda alguna el Dios de la Guerra! Este
shara es el Purificador profetizado por los Guardianes de la Promesa, Mordom y Joab;
el nos llevará a satisfacer la Visión de Rodavi, a la Edad Dorada de la Paz. El solo
nos salvará de los males de nuestra civilización.” Más comúnmente se agregaba
después de esto una larga lista de todos aquellos quienes seguramente serían purgados
por Marte cuando el creciera a ser un hombre. No debería ser particularmente
sorprendente par ninguno de nuestro mundo moderno que los agregados a las varias
listas condenaban a todos los de Tala a muerte y/o a la condenación eterna. El juicio
es una espada amargamente filosa, ¿No es así?
El Príncipe Sol pulido en poder y sin hacerle falta nada, sino el acercamiento
de sus padres: cosas vitales del estado siempre ocupaban el espacio de su padre, su
madre usaba la mayoría del tiempo de su vida, adornando la multitud de funciones
magnificas de la corte y ella murió muy pronto después de su nacimiento.
~~~
Ahora el sueño empieza a ser un poco más complejo. A sólo un cuarto de hora
antes de que el shara Marte naciera, hubo otro nacimiento, no muy lejos al este de
Sulara, ese de un campesino. La pequeña cabaña de sus padres era tan modesta como
el palacio de Zephyra de los Adanai era ostentoso. Todavía quizás por esta extrema
simplicidad, ninguno de los problemas de la Ciudad Dorada llegaban allí ninguna
nube ceniza de problemas oscurecían el fuego puro del amor en sus padres de
corazones in complicados. Aunque ninguna cantidad de campanadas y gritos de
exaltación proclamaban esto, el nacimiento de su único hijo, su gozo no era menos
real; agradecidos ellos le daban gracias a Almira por su Divina Misericordia.
Mientras el bebé yacía en los brazos de su madre durmiendo su primer sueño,
su padre Sanel regresaba de proclamar su gratitud a las estrellas. Arrodillándose junto
al colchón de heno, el susurró “Naisan-auta. Este es tu nombre, noble ser, tu eres un
milagro de la primavera, una brisa fresca para nuestra vieja edad.”
Sanel habló literalmente la verdad: Este nacimiento era altamente inusual.
Leora había experimentado muchos años antes su cambio, sus ultimas tristes
esperanzas para tener un niño se habían hace mucho convertido en polvo.
Pero un año antes al día, mientras ellos iban caminando por una alta pradera,
oyeron el recorrer del fresco renacimiento de la primavera y se regocijaron en su
emotiva apertura del re despertar de la vida, una vez mas la vieja esperanza se
desarrollo dentro de sus pechos. Mientras ellos se sentaban entre las pequeñas y
blancas flores de estrellas y miraban con amor y tristeza sobre el mundo que
reempezaba, sus lagrimas fluían libremente, marcando sus rezos par el entendimiento.
De pronto junto a ellos apareció un viejo, un ermitaño con una túnica gris,
sosteniendo un paquete negro cubierto con una pequeña tela. Su rostro y sus manos
estaban profundamente demacradas; lo que le quedaba de pelo estaba completamente
sin color. Pero sus ojos estaban saturados con gozo; algo acerca de su profundidad
expresaban una de sabiduría sobre humana. Leora lo miró a él con modesta curiosidad
pero no dijo nada. Sanel sin embargo, se acordaba de él: él lo había visto muchos
años atrás, trepando entre las altas llanuras alpinas. Se corría el rumor de que este
ermitaño vivía solo en una cueva muy arriba en la montaña ¿Quizás la nieve
solamente se había derretido suficiente para que él pudiera regresar al mundo? Pocos
en los últimos años lo habían visto; aún menos les importaba si seguía vivo o se había
muerto hace mucho. La mayoría decía que el estaba loco, algunos raros lo
nombraban a él un Guardián de la promesa como Mordom y Joab. Nadie sabía de
donde había venido él o porqué vivía donde lo hacía, una historia era que el siempre
había vivido en las montañas y que el siempre viviría allí. El ciertamente no se veía
mas viejo hoy de lo que se había visto muchos años antes...
Mientras estos pensamientos cruzaban por la mente de Sanel. El estaba parado
mas bien desapercibidamente, y dando un medio saludo haciendo reverencia dijo,
“¡Bienvenido descendiente del Sol! Que la paz auto luminosa a la manera de Rodavi
brille para siempre sobre ti y te lleve en gozo al Mundo de Almira.”
En una voz llena de vida algo sorprendente viniendo desde su anciana
estructura, el ermitaño contestó “¡Honro el Sol en ti! Que la luz de la verdad de Para
amanezca aun aquí sobre la Tierra para guiarnos hasta el regreso a Gana. ¡Han
pasado muchos años desde que escuche este saludo Sanel! Te agradezco por saberlo.
Pero entonces, ¿tu te acuerdas mucho del conocimiento de Emura, verdad? Más
quizás, que ningún otro de Tala. ¿Una curiosa ocupación para un campesino, no es
así?”
“¿No es así?” hizo eco Sanel, algo confundido. “Yo supongo que así es.
Siempre me ha llamado la atención los escritos de Joab, como lo fue mi padre antes
de mi y su padre antes de él. Yo no sé porque: nunca he escuchado nada de lo que he
aprendido. Ni tampoco porque hablo estas cosas contigo ahora; me parece de alguna
manera apropiadas.
“Lo fue. Más que apropiado. Fue, de hecho, el tercer signo que yo había
estado buscando. Ahora sé lo que debe ser.”
El ermitaño desdobló la tela negra que él tenía en la mano. En ella yacía la
gema Starbha, tan brillante y maravillosa ahora como lo fue en ese día hace mucho
cuando Gana fue envenenado. Leora y Sanel se le quedaron viendo a la joya con
asombro. Ellos no parecían pensar en palabras apropiadas pero ambos se preguntaban
a si mismos como en el mundo podrían ellos haberse transformado instantáneamente
y empezar a hacer lo que ellos habían tenido tanta esperanza y habían soñado y orado
pero nunca antes se atrevieron a creer.
Complacido de ver que su evaluación era correcta, de esta pareja escogida, el
ermitaño se sonrió suavemente y continuó, “antes de que ustedes hayan visto renacer
la luna trece veces, ustedes serán padres de un hijo varón. El estará bien marcado ante
los ojos de Dios y del hombre: el sanará mi Tala con su amor y su espada. Como un
símbolo de la verdad de mis palabras yo he traído este regalo para ustedes. Mis
requerimientos son cuatro: no le digas a nadie de la gema Starbha de Gana, ni siquiera
a tus amigos más cercanos. Leora, pon la gema sobre tu vientre todas las noches
hasta que el bebé nazca. Después de su nacimiento, cuelga Starbha alrededor de su
cuello en esta cadena de oro. Y Sanel, lo más importante de todo nunca dejes que él
se la quite por ninguna razón, la que sea.”
~~~
Sanel y el hijo de Leora, Naisan crecieron sin la ayuda de la educación formal;
lo más cercano se aproximó a entrar a Sulara fue cuando el trepó a la montaña para
observar los momentos finales de la carrera del Sol y vio muchos reflejos dorados de
los capiteles y las torretas en la lejana distancia. Aunque el pensaba que la Ciudad de
los Adanai era hermosa, él sentía su maldad y no deseaba ir allí. Por eso cuando su
padre viajaba a la Ciudad Dorada, Naisan se negaba a acompañarlo. Sanel se lo
preguntaba, pero respetaba el deseo de su hijo.
Al niño no le gustaba en lo más mínimo la humanidad: él una vez le dijo a
Sanel, “ellos no son diferentes de Sulara: afuera, ellos, se ven bien; adentro ellos son
corruptos con podredumbre.” Pero Naisan amaba los árboles, las flores y los risueños
riachuelos, y gastaba su día jugando con las bestias y los pájaros. No existía ningún
animal que no lo amara, tampoco habían uno que refutara cualquiera de sus ordenes.
El montaba a los elefantes y leones antes de que pudiera caminar; aún las águilas
gigantes venían a la tierra a su comando y lo llevaban a donde quiera que el deseaba.
Todo esto al principio alarmaba y sorprendía a sus padres. “Quién es este hijo
de nosotros,” ellos se decían uno al otro cuando él aun era un poco más que un bebé.
¿Por qué los más maliciosos de las bestias le pagaban tributo?”
Así el niño maduró en la sabiduría que trasciende más allá de los libros;
siempre el era observado y sutilmente instruido en las formas del mundo. Pero su
maestro no se mostraba a si mismo; Naisan no sabía o aun sospechaba de los
vigilantes ojos grises que lo seguían a el a todas partes.

6. LAS HERIDAS DEL LEON

Quien quiera que intente la jungla.


Sin una guía experta.
Es apto de terminar su vida en la barriga de un tigre.
-- Rodavi

Marte no será extraño al dolor


-- Mordom

Marte debe morir tres veces antes de dejar Tala a la paz


--Joab

En un día azul cualquiera dieciséis años después de su nacimiento el shara


Marte encabezó a un grupo de sus amigos más cercanos desde la ciudad de sus
padres. Era el ultimo día soleado de un periodo de catorce días: lo que quedaba de la
nieve se había ido, la tierra otra vez era firme. Una legión de pequeñas y suaves
nubes pintaba una tormenta primaveral que pronto descendería con pasión; pero
ahora el joven mundo era esmeralda, azul, refrescante, hermoso.
El Príncipe Sol estaba montado sobre una soberana yegua marfil llamada
Victoria llamada así por el corcel que Balzor había montado en la batalla final de su
Reconstrucción. Una segunda razón por el nombre era una profecía del sucesor de
Mordom, el Guardián de la Promesa Joab: “Sentado sobre la ancha espalda de
Victoria, Marte y Venus entrarán a Sulara a reclamar su antiguo trono. Sabes
entonces que los Cuatro Años de Prueba están sobre ti. Así solo es como mi Tala se
levantará a la sabiduría de la Camino de Rodavi, a la Edad Dorada de Paz.”
Este nombramiento no fue estrictamente vanidad: en velocidad y aguante,
Victoria era como los caballos que Gana había rescatado de Martanda: Nadie vivo
podía alcanzarla. Julius había sentido que ella era un regalo apropiado para el
cumpleaños de su hijo -- ¡Marte era ahora un hombre! Los sharas de Tala hacían
reverencia al próximo adan, el profetizado Purificador; Marte había sentido la
autoridad que le pertenecía y se regocijaba.
Inmediatamente afuera de la séptima puerta, el shara clavó sus espuelas dentro
de los flancos de la yegua. Ella se abalanzó hacia delante con gracia y poder,
rápidamente alejándose de los otros. Su cabellera de ébano ondeaba detrás de él,
Marte pensó, ¡Que placer, este viento primaveral! Algún día yo montaré a mi Victoria
a la batalla igual que el Fundador Balzor montó a su Victoria. ¡Que inalcanzable
gozo va a ser eso! ¡El uso de mi espada para algo más valeroso que humillar a
ineptos gladiadores!
El estaba profundo dentro el bosque y bastante más adelantado que sus amigos
cuando su deseo fue contestado: una masiva fuerza lo golpeó tirandolo de la yegua.
Sangrando de media docena de heridas de garra, el Príncipe Sol luchaba para liberarse
de la revolcada del león. Victoria, apenas conquistando su propio terror, atacó a la
bestia con sus rápidos y filosos cascos. Pero era el más desigual de los encuentros: el
león dejó de atacar a Marte solo el tiempo suficiente para atacarla a ella.
Por primera vez en su vida Marte probó la duda. El sacrificio de Victoria le
permitió a el mover con dificultad sus pies y sacar su espada. Pero ambos brazos
estaban terriblemente heridos: como un gatito jugando con una pelota, el León le
arrebató la espada, hiriéndolo profundamente a través del pecho.
Moribundo ahora con la conciencia rápidamente desvaneciéndose, el shara se
arrodilló y la bestia lo envistió para el ataque final.
~~~
Un llamado bajo sonó a través del aire; el león se dio una pausa, entonces dio
un salto sobre el Príncipe Sol y se fue.
A través de una neblina rojo-sangre, Marte vió a un joven campesino acercarse
a Victoria, yaciendo sin movimiento en un creciente charco de sangre.
El campesino tocó sus heridas con ternura, tomó una brillante y dorada gema
desde dentro de su túnica y la puso sobre su corazón. Victoria relinchó
sorprendiéndose, entonces se paró muy despacio en piernas tambaleantes. Ella pateó
una vez, sorprendida de estar bien, entonces se arrodilló frente al campesino,
poniendo su suave mejilla en sus fuertes manos. El miró durante un largo tiempo
dentro de sus cálidos ojos marrones y le habló en una dulce y melodiosa lengua que
movió profundamente el corazón de Marte aun en medio de su tremendo dolor.
“¿Quién eres tu?” el susurró; el campesino se puso de pie y caminó hacia él y
lo miró en el suelo.
Los amigos de Marte ahora estaban cerca, buscándolo. Sus gritos hacían eco
felizmente a través del bosque, “¿Marte? ¿Dónde estas? ¿Shara? ¿Qué juego es este?
¡Marte! ¡Muéstrate a ti mismo!”
El campesino se inclinó y lo amenazó: si tu lastimas a la yegua otra vez
mandaré de vuelta a mi león para que acabe su trabajo contigo. ¡Bruto! Ella se merece
solo el Amor, nunca el castigo. ¿No te das cuenta que ella por poco muere hoy por ti,
a pesar de tu crueldad? ¿Cómo puedes estar tan ciego?
Tres de los amigos del shara salieron de entre los árboles; el campesino corrió
alejándose y diciendo, “¡Su amigo y el león no tuvieron un buen encuentro! Si se
apuran ustedes quizás todavía puedan salvar su vida. La yegua cuando menos está
bien.” Entonces, él desapareció.
~~~
La fiebre se expandía por el cuerpo de Marte mientras el bailaba con la
muerte. Una vez, los médicos estaban seguros de que él había muerto: su respiración
y corazón se detuvieron en su totalidad por el lapso de una hora. Su espíritu fue
liberado una vez de las cadenas del barro: el shara tuvo visiones extrañas de un
fantástico mundo de perfección donde el poseía poderes sobrehumanos, un mundo del
cual era violentamente arrojado después de fallar a completar siete imposibles tareas.
Los Talaneses se regocijaron cuando su Príncipe Sol regresó a sí mismo. Pero
su exaltación fue prematura: ese león en particular no era fácilmente vencido, sus
garras habían desgarrado más profundamente su espíritu que su carne. El orgullo del
shara, nacido de su cadena sin esfuerzo de victorias y nutrido por la adulación
inconsciente de las masas, ya no podía permanecer como la parte dominante. ¡El
había sido derrotado! ¡Derrotado! ¡él, el aparente heredero de toda Tala, descendiente
de la medio divina Raza Solar de Gana, le debía su vida a otro! ¡A un campesino, por
el inigualable Mito de Kanaan-dora! ¡A un campesino! ¿Cómo puedo él haber caído
tan bajo?
Mientras al ego de Marte ahora le hacía falta una coherente emoción suprema,
otros deseos empezaron a crecer y empezaron a demandar su autoridad. Al principio
él se resistió, pero las oportunidades eran sin fin. Con solo un año, sus amigos
estaban contados entre los más viciosos y destructivos en Sulara.
Sin ayuda enrollado por los estranguladores espirales de la declinación de
Tala, Marte esparcía su vida en deleites venenosos. Aun así, él luchaba contra sí
mismo: aunque el había caído lejos, la luz en él, no – nunca podría ser – totalmente
destruida; a intervalos irregulares, él re ganaba dominio. Pero tales veces venían
menos y menos seguido; las profundidades eran siempre más diabólicas, siempre más
perversas.
Así pasaron cinco años. El bien de Tala ahora temía su ascensión al trono,
llegando a su momento: Julius envejecía rápidamente, siendo testigo de que su único
hijo decaía por sus excesos.
~~~
En su cumpleaños numero veintiuno, el shara caminaba solo cerca de la
pradera de Naisan. El día del león, Victoria había descubierto un nuevo Amo: ella no
permitía que nadie de Sulara la montara. Desdeñando montar un caballo inferior, el
Príncipe Sol esperaba que ella lo considerara, pero ella no lo hacía, Marte caminaba.
Hoy la luz le pegaba fuerte a él. El se deshizo de su guardaespaldas y se fue
vagando lejos sobre la tierra reverdeciente de la primavera. Aproximándose junto a
un tranquilo lago, él se quedó viendo dentro del agua clara, luchando consigo mismo
adentro.
¿De que sirve todo su oro, su palacio, sus sirvientes? ¿Qué diferencia tenía que
el pudiese romperle la espalda a un hombre con sus manos? Nadie en Sulara podía
ganarle en batalla. ¿Pero, para que? Por siete años el no había visto a nadie igual, en
ninguna competencia, no necesitaba mejorar su talento. ¡El era el mejor guerrero
desde Balzor y estaba aburrido! No, peor que aburrido, disgustado con la vida. Los
pobres Talaneses lo adoraban como si verdaderamente fuera el Dios de la Guerra.
Una vez había parecido glorioso, pero ahora aborrecía la maravilla en sus débiles y
pequeños ojos. ¡No había nadie que se lo mereciera en talento, nadie para retar, nada
que hacer! ¿Por qué el había nacido en un momento tan absurdo? Tala sólo había
tenido una insurrección muy menor en quince siglos ¡El era una piedra de granito en
un mar de lodo! ¡Ahora se daba cuenta porque bebía tanto, porque el encontraba en
los muslos suaves de las mujeres, más satisfacción que en las cuestiones del estado!
¿Por qué él estaba aquí? ¡Hubiera sido mejor ser compañero de Balzor! ¡Entonces
habían por lo menos enemigos reales, verdaderas cosas que hacer, reinos que
conquistar!
Los Guardianes de la Promesa predijeron que el purgaría Tala a través del
fuego y la espada. ¿Pero ahora? ¿Debería el invadir cada corazón e insistir en un solo
combate? ¿y, para que, molestarse? ¿Qué mejoraría si el asesinara a la mitad los
Talaneses? Los sobrevivientes serían igual de frívolos solo disgustadamente débiles,
tan inservibles. ¿Cualquiera de ellos pudiese cuando menos tener un entendimiento
cercano a las visiones de Rodavi acerca del Uno?
Desesperadamente frustrado, Marte golpeó muy duro el agua: Los peces color
arco iris que nadaban allí estaban todos demasiado satisfechos con su tónta libertad de
pez. ¿por el Mito de Gana, nadie de los insípidos Talaneses se preguntaba alguna vez
porque?
Hubo un repentino movimiento al otro lado del lago; Marte miró hacia arriba,
con rápidos e involuntarios movimientos. Una extremadamente amorosa muchacha
con un largo cabello negro cuervo, vestida en un blanco simple, común a los
campesinos, lo miraba fijamente; lágrimas brotaban por sus hermosos ojos azules.
El se hinchó de deseo; de una vez el se paró. ¡muy tarde! Ella corrió por el
denso bosque antes de que el pudiera correr a través del lago y alcanzarla.
Su rastro al principio fácil de seguir, de pronto se desvaneció, dejando al
Príncipe Sol perplejo y furioso. El busco en anchos círculos, maldiciendo pero sin
encontrar nada.
El día estaba rápidamente terminando; el shara se encaminó a casa, divisando
una particular serie de malos horrores del área como consolación. En la
desvaneciente luz, el falló en ver una escondida raíz hasta que se tropezó con ella y
cayó de frente sobre sus manos. Antes de que él se pudriera parar, algo que sintió
como un duro puño lo golpeó por detrás; su mente explotó en cascadas de espirales de
sangre y ébano.
La luz del poniente sol jugando a través de las verdes hojas primaverales
revelaron al profetizado Purificador, el Imbatible Príncipe Sol Marte, tirado sin
sentido sobre la tierra.
~~~

Cuando el shara se despertó, el sol ya se había escondido hace mucho. Gruesas


nubes cubrían la luna nueva y las estrellas; estaba completamente oscuro.
Marte se sentó muy despacio tratando de ordenar sus pensamientos. Era
difícil por el intenso dolor en su espalda y su cabeza. El había conocido jaquecas
antes, mas y mas severas en su degenerada vida, pero esto era algo mas – un tipo de
miseria completamente nuevo. La totalidad de su cráneo y espalda se quemaban,
gritando una agonía inaguantable. Sosteniendo su cabeza, el se sentó inmovible por
un largo rato.
Eventualmente el dolor disminuyó un poco; el miró a su alrededor y observó,
en la altura pero no muy lejos, la danza de la luz de la fogata. El se puso de pie muy
despacio y con cuidado se acerco a ella.
Alguien estaba sentado allí, admirando las flamas. El usaba una sencilla
túnica de lana de color gris; la suave luz azafrán revelaba un anciano rostro. Un leve
recuerdo se abatió en el shara, la ayuda vendrá cuando la necesites, aun cuando
menos la desees, si tan solo la permites. ¿Dónde era eso? El buscó en su mente.
Lo eludió por un largo rato, entonces vino una fuerte corriente: después del
león, cuando el tuvo fantásticas visiones, una fue muy fuerte y se quedó mucho
tiempo después. Un sabio de ojos grises (¡Vagamente como este viejo ermitaño!) le
había ordenado completar siete tareas y le había advertido de -- ? de fortaleza, eso fue.
No, no puedía ser fortaleza. ¿Por qué temerle a la fortaleza? Eso seguramente no
estaba bien. ¿Entonces que? Aunque Marte miraba profundamente en su memoria, el
hilo se había perdido.
“¿Te vas a quedar allí parado toda la noche, o vas a venir a calentarte?”
El shara dio un brinco hacia atrás alcanzando su espada, ¡pero ya no estaba!
¡Nunca antes había estado sin ella! Mientras sus pensamientos se doblaban hacia la
violencia, el viejo ermitaño se rió. “He estado esperándote por un largo tiempo, mi
joven shara. ¿Tu no puedes estar sorprendido? Seguro que te das cuenta que todos por
leguas te oyeron venir. Pero supongo que los leones no tenían suficiente hambre para
considerar su tiempo por ti; yo estoy muy solo. ¿te vas a sentar conmigo o no?
El Príncipe Sol dio un paso hacia delante, diciendo imperiosamente “yo soy
Marte.” Se sintió débil, sin embargo, aun para sus propios oídos. ¿Había sido su
acercamiento a la fogata tan pobre?
“Quizás tu eres; quizás de hecho tu eres. Aunque en otros tiempos, los títulos
eran ganados antes de ser otorgados. Bien, nuestro benigno mundo cambia. Siéntate,
bebe; esto te reconfortará.” El le dio un tarro de madera, conteniendo algo que se
veía como cerveza.
El shara no era familiar a las ordenes de otros. Todavía después de solo unos
minutos de largo silencio, el no podía ver otro acto lógico. “Marte se sentará,” el dijo,
tomando la bebida. Su dulzura lo sorprendió, llenándolo con un no acostumbrado
sentimiento de tranquilidad. El dolor salió de su cabeza y espalda y no regresó.
“Cuentame de ti mismo” le ordenó al viejo hombre: la extrañeza del ermitaño
levantaba y profundamente abatía su pasado desdeño – antiguas melancolías,
memorias perdidas, sueños olvidados.
La respuesta fue una completa y rica carcajada, casi incongruente con el viejo
cuerpo: “¿Qué hay que decir? Yo era, yo soy, yo seré. Tu eres mi presente
preocupación. ¡Mira aquí!” Una imagen suavemente se formó en el fuego. Una
reunión de -- ¡Dolientes! Y sobre un lecho de muerte –
“¡Padre! Como es esto -- ¿Qué brujería -- ?”
“Ninguna brujería: directa manipulación de la ley natural. La implacable
ciencia de Kanaan-dora no se ha desvanecido totalmente del mundo, tu ves. Lo que
está ante ti, es real y esta sucediendo. ¡Una inmedible tristeza! Tu vida sin bases
finalmente lo vence. Es triste perder así a Julius Adan antes de su tiempo: aunque sea
un Rey Sol mediocre, el fue un buen hombre.”
Un violento torbellino envolvió a Marte, no por primera vez en muchos años
de lucha y fracaso, pero ahora con muchísima mas fuerza: la cerveza del ermitaño no
era sin sutil poder. “Padre...yo no pensé...”
El shara miró al suelo, viajando dentro de su mente. Entonces otro impulso lo
movió, no creado o reforzado por la bebida del viejo hombre. El se puso de pie, una
luz bastante diferente en sus ojos.” “Por eso. El shara Marte ahora será Marte Adan --
¡Rey Sol de toda Tala!”
“¡No es así! ¡Mira otra vez!” Más imágenes en las llamas.
Porque, allí estoy yo, y -- ¡Por el Sol todo-consciente! ¡Sobre Victoria al fin!
Con la maldita hermosa sharan que vi hoy ante mí! ¿Dónde -- ?
“¡No así, no así otra vez! ¡Estúdiate a ti mismo!” El viejo hombre se limpió la
boca para cubrir su sonrisa. ¿Cuándo este Marte había alguna vez llamado a una
mujer vestida de campesina, una sharan?
“¡Es ciertamente yo! Mi ropa, mi espada, mi rostro -- ¡Pero no! ¡No! ¡Ya veo!
¡Yo no! ¡Que! ¡Quien! No, ¡Yo recuerdo! ¡Ese campesino del león! No me acordaba
que tan perecidos...¡A dónde va el! Si el piensa -- ”
“El no piensa, el sabe. Naisan-auta será coronado en tu lugar. Asi como el
Guardián de la Promesa lo dijo, ‘Sentado sobre la ancha espalda de Victoria, Marte y
Venus entrarán a Sulara a reclamar su antiguo trono.’ ¿Ya se te olvidó?”
El shara se puso de pie rápidamente, empuñando otra vez por la espada que no
tenía, rugiendo, “¡Traidor! ¡Prohíbo esto! ¡Tu! ¡Yo!”
“¡Harai! ¡Siéntate chiquillo! ¡Silencio! Marte fue empujado hacia atrás por
una mano invisible. El lucho hasta que sus rodillas se doblaron en contra de su
voluntad; entonces el se colapsó mirándose como una muñeca de trapo de shara. El
desafío rugiendo en el, el trató de gritar pero se dio cuenta que el ni siquiera podía
hacer eso.
La voz del ermitaño era clama encarnada. “¿Podrías, Príncipe Sol? ¿Podrías de
hecho? ¿Puedes ver alguna alternativa?”
Mientras su rabia gradualmente se desvanecía en desesperación, Marte
observaba la guerra descendiendo en Tala desde las Quemadas Tierras, su in
preparado ejercito vencido, el torturado y severamente desagarrado, su gente
brutalmente destrozada y esclavizada.
“Por eso. Ella me dijo verdaderamente, que había una leve esperanza: Tu
todavía puedes usar esos grandes y hermosos ojos marrón para algo mas importante
que desvestir a hermosas mujeres. La destrucción es el predestinado futuro si este
Marte reina, shara. ¿Tu vanidad entonces comanda que seas tu el ultimo adan de una
tala libre?”
Marte descubrió que otra vez el tenía control de su lengua y dijo
cansadamente, “¿por qué debo creerte?” El no podía recordar alguna vez haberse
sentido tan débil. Esta improbable noche había más que tenido éxito en el intento de
deshacer este improbable día.
“No debe de haber prueba. Tu solo debes decidir. Como lo debe de hacer cada
humano. Toda Verdad viene desde adentro, desde el corazón. Pero este poco más te
puedo decir: Cuando vi que Emura estaba condenada, yo -- ”
“¿Qué? ¿Estas loco? ¡Emura cayó hace diecinueve siglos! Si es que
verdaderamente existió del todo. Todavía tu pretendes -- ”
“Oh, Emura existió. Y era una brillante, todavía una civilización sublime. Las
historias de Tala son verdad: Por más de ochenta mil años. Las Quemadas Tierras
fluían, con activas personas, descendientes de Gana y Kartika y los diez mil
refugiados de Kanaan-dora y Martanda. Pero la misma degeneración demoníaca que
ahora esta destruyendo Tala eventualmente triunfó allí” el ermitaño pausó por un
largo rato, suspirando, con sus ojos medio cerrados, flotando en recuerdos.
Marte estaba totalmente perdido. Las palabras del ermitaño eran imposibles,
locas, y todavía – y todavía, había algo remarcable acerca de esta reliquia de estilo de
persona de un ausente edad; el Príncipe Sol estaba sorprendido al encontrarse casi
creyéndole. Su escalado conflicto empezó a afectar su sentido del balance: el piso
empezó a moverse debajo de él en olas oceánicas. Instantáneamente, el se sintió
mareado.
El viejo hombre finalmente continuó, “Cuando me di cuenta que mi amada
Emura estaba condenada, yo, a un joven hombre de esos tiempos, concluí que
debíamos asegurar el linaje de Gana. Así que secuestré a Aharón -- ”
“¡Locura! ¡El piensa que es Joab!” pero esta protesta fue demasiado débil. La
segunda vez que el ermitaño mencionó a Gana abruptamente transformó el conflicto
del shara: Su conciencia violentamente dio un vuelco mientras la negra duda luchó
con la dorada pero tenue creencia. Terror recorrió revueltos capiteles de remolinos a
través de su salvaje y luchadora mente; Su único refugio era la suave voz del viejo
hombre. ¡Pero creerle sería darle victoria a lo imposible! ¡Su relato era absurdo!
¡Loco! y todavía, y todavía... si solo el piso se mantuviera quieto...
El ermitaño continuó ignorando las quejas del shara, “Yo secuestré a Aharon
Hanif, el heredero a la Dinastía Solar, tu distante antepasado. Por diecisiete
generaciones protegí su linaje, hasta que reganó la fuerza de su fundador, Gana:
Balzor nació.
“lo que tu no puedes saber fueron los hechos que no se registraron: Balzor era
el primo del verdadero heredero. Cuando su madre huyo para salvar sus vidas a
través de las Quemadas tierras, Alazar fue discapacitado por la radiación en el vientre.
Pero su torcido cuerpo era compensado por una profunda claridad de la mente:
Dándose cuenta de que la fortuna nos favorecía a través del poder de su primo, el
abdicó a su derecho. Así yo anuncié a Balzor como el Fundador; Tala había nacido.
“la afortunada verdad es esta: El linaje de Nagid Alazar tampoco falló. Yo
nunca les he dicho quienes eran, pero les he dicho y enseñando el Camino de Rodavi:
generación tras generación los he mantenido cerca de mi, siguiendo la simple vida de
campesinos y granjeros de este pequeño valle. Ellos por lo tanto no son corruptos y
débiles como lo es tu familia.”
Marte se ruborizó bajo la constante mirada del ermitaño y sus duras palabras
y miraba hacia abajo, pero le contestó con desdeño, “mi gente nunca aceptará a un
campesino como el Rey Sol, aun si esta imposible locura fuera verdad y el fuera el
descendiente del heredero correcto.” La ultima defensa de raleza nunca antes le había
fallado.
El ermitaño suspiró otra vez y contestó, “probablemente sea verdad shara ya
que ellos crecen opacos de mente y fríos del corazón. Pero nosotros no le estamos
ofreciendo una opción: ustedes dos fueron creados idénticos. Además yo le he
instruido a él con tu conocimiento durante un largo tiempo. No, Naisan-auta será
aceptado en tu nombre.”
Marte sintió su rabia vengativa envolviéndolo otra vez. Pero de pronto se
rompió y se vació, dejándolo solo y temeroso, un chiquillo lastimado. En vez de
seguir protestando, el se cubrió el rostro con las manos y se quejó, “por tantos años he
estado dividido, por tantos años he fallado ¿Quién puede ayudarme ahora?” (el chapulín
colorado) jajajajajajaja. Su mente, moldeada por los años de poder absoluto se había
revelado; pero su corazón se había ido al ermitaño: el sabía que él era un hombre de
conocimiento y poder, un vivo ejemplo de todo lo que el Príncipe Sol había perdido,
humillado o destruido. El añoraba aceptarlo a él como maestro y amigo pero el
realmente se había permitido creer que este era de hecho el Guardián de la Promesa
Joab, milagrosamente preservado sin cambios a través de los largos siglos.
El ermitaño le sonrió cálidamente y contesto con gentileza “no es mi tarea
Príncipe Sol. Pero tu quizás un día redescubras tu pasado, si tu deseo por la verdad
permites que crezca. Quizás no encuentres que sea particularmente fácil. ¿Pero, que
otro reto en tu vida tiene significado? Yo tengo este importante consejo para ti,
recuerda bien: se receptivo al bien fluyendo hacia ti siempre; nunca por orgullo
dependas solamente en tu propia fuerza si tu lo permites, la ayuda vendrá a ti cuando
la necesites, aun cuando menos la merezcas.”
Marte se puso de pie de un brinco respirando laboriosamente, mientras su
naciente vida era tirada gritando dentro de la nada. Un pensamiento se repetía,
golpeando una y otra vez hasta que empezó a ser una inundación de absoluta
aceptación: Las palabras del Guardián de la promesa Rodavi en mis visiones: Las
palabras exactas. ¡Las palabras exactas!
Poniéndose de pie muy despacio, el shara se inclinó rápidamente entonces se
arrodillo ante Joab. Tomando su envejecida mano, el lo miró bravamente dentro de
sus grises ojos y dijo con seguridad, “Señor. ¿Qué es lo que debo hacer?”

7. EL DERECHO DE NACIMIENTO

Para aquellos que conocen el Uno Inmutable,


No hay puertas cerradas en este mundo o en el próximo.
--Rodavi

Cuando Marte monte a Victoria


Venus debe dejar los cielos
Para alabarlo
-- Mordom

Cuando Venus abiertamente


Camine sobre esta tierra de nuevo, el Uno
Brillara por siempre con claridad a través
de todos los corazones humanos
-- Joab

Una semana antes de que Marte viniera al bosque, Naisan se sentó en el


mismo lago como lo hacía el Príncipe Sol y admiró los peces color arco iris bailar
para complacerlo.
Los matorrales al otro lado del agua se sacudieron; el miró para arriba
aturdido: ningún animal se había acercado a el por muchos años sin el saberlo.
Parada allí había una joven mujer, tan sublime, tan hermosa, que el solo podía mirarla
como un abobado chiquillo, cautivado. Sus reales ojos azules celeste revelaban
profundidades de amor que el nunca antes había encontrado, tampoco tenía aun la
creencia de que existía. El no podía ni hablar ni siquiera pensar ninguna palabra
apropiada; pero ella ser rió placenteramente y, caminó alrededor del lago diciendo en
una baja, dulce voz “tu me puedes llamar Venus.” El se tiró a sus pies, pero lo levantó
y dijo, “¡No! Mi Señor, como es en nuestro brillante mundo por una estación así será
incluso aquí. Nunca he estado lejos de ti, nunca te dejaré.”
Mientras Naisan cayó sobre ella, el sintió que el mundo se transformaba en
radiantes y brillantes espirales desde su corazón, empezando a ser un mundo de luz,
de amor, de Verdad, un mundo que reflejaba más y aun más de su nativo esplendor,
menos y siempre menos de la mundana vida de su pasado. Nunca había soñado que
una perfección así pudiese existir; nunca el había conocido un éxtasis así; nunca había
experimentado una Unión así sin error de gozo y paz...

~~~

Pero esa noche el se paró ante Joab en su fogata, protestando, “¿Por qué no me
advertiste? ¿Y como es que ella vino? ¿Y por qué? ¿Y por qué a mí, un muchacho
ignorante que soy yo? ¿Y como es que ella vino? ¿Y que es esto de lo que ella habla,
que tiene que ver con la humanidad? ¿Querrá ella que me vaya del bosque de Alazar?
¿Y que es este mundo visible alrededor de ella? ¡Es aterrador en su absoluta gloria!
¡Ella esta demasiado lejos más allá de lo humano para que mi alma aguante! ¡ella me
destruirá por su amor! ¡Sálvame, Padre! ¡Mi corazón estalla!”

El Guardián de la Promesa le sonrió contestándole, “Paz, mi hijo. Tus


esparcidos pensamientos son como las rojas y quemadas hojas en el primer viento del
otoño. Siéntate tranquilízate.”
Naisan se tranquilizó solo un poco dentro del silencio de su maestro: su
corazón se estaba expandiendo dolorosamente por la presión de la presencia de
Venus; cada premisa estructural de su mente estaba bajo asalto. “Padre, explícame
por qué ella está aquí” El dijo tan calmadamente como podía, entonces se sentó junto
a él. “Yo la llamé aquí. Hay varias ceremonias en la lengua de Kanaan-dora -- ”
“¡Tu nunca me enseñaste nada de eso!”
¿Puede un lago empezar a ser un océano en una década? ¿Puede el sol estar
contenido en una antorcha? Tu has aprendido todo lo que necesitas para tu reinado;
aún más se te debe dar. Pero todo solo después de tu victoria en la guerra, no dudes tu
nunca estas solo: Mi amor está contigo siempre. Y nada temas; pues yo te he
precedido de edad en edad, así será por siempre. Confía en el orden de la vida: Yo te
prometo, que nosotros nos regocijaremos juntos otra ves bajo un nuevo Sol.”
En la palabra, “Reinar,” Naisan empezó; Cuando el Guardián de la Promesa
dijo, “guerra” el abrió su boca para protestar. Sin encontrar reparo, el en vez bajó sus
ojos. Ahora el miró hacia arriba filosamente, ignorando los recuerdos imposibles de
las palabras de su Maestro que estaban amenazando a revelar, y dijo, “¡Entonces
explícame Señor! ¿Quién es Venus? O cuando menos , ¿Quién soy yo?¿Por qué vino
ella a uno como yo?”
Joab se murió de la risa, “para explicarle a cualquiera de ustedes
apropiadamente tomaría tanto tiempo que Sulara sería cenizas, Tala, un basurero.
Pero yo hablaré ante la necesidad “Porque yo te he enseñando bien, tu bien has
aprendido de Balzor, el fundador de Tala. Pero yo no te he dicho nada de su primo,
Alazar.”
“Alazar era el verdadero shara, el heredero por derecho de linaje de Gana.
Pero mientras él aun estaba en el vientre, su madre Nelina fue forzada a huir de los
supremos Señores Asures a través de las Quemadas Tierras. Alazar nació envenenado
por la radiación: deformado, discapacitado, difícilmente era capaz de hablar. Aun así,
su mente era poderosa y clara: Su brillante talento estratégico fue la inmediata causa
del éxito de Balzor en la rebelión que terminó con la esclavitud de los Años Caídos.”
“¡El Primer Ministro de Tala!” exclamó Naisan fascinado. Los relatos de Joab
estaban llenos siempre de lo inesperado. ¿El jorobado sirviente de Balzor, era el
verdadero Adan? ¡Que nobel enredo para la historia!
“Alazar era. El punto de la lección es esto: Su linaje tampoco ha fallado. Los
verdaderos herederos al trono, nunca otra vez les han dicho de su herencia, pero yo
los he guiado de muy cerca de través de los siglos.”
“No creo que me gusta a donde esto nos está llevando,” dijo Naisan
pesadamente, ya no estaba fascinado.
“Sin embargo, yo nunca hablo mentiras, como tu sabes. Tu, Naisan-auta, eres
el heredero al trono de Tala. Para contestar tu pregunta más detalladamente ahora te
describiré a cada uno de tus antepasados, los descendientes del shara Alazar.”

Naisan se sentó calladamente a través de esa larga noche, observando sin ver,
sus poderosas manos mientras el Guardián de la Promesa muy despacio,
completamente, majestuosamente iba desdoblando los cuadros en movimiento del
manto de la historia de Tala. Cada uno de los miembros de esta Raza Desconocida de
los Adanai (¡Cada uno de sus propios ancestros!) era puesto como una piedra más de
un gran muro del campo, sellándolo más y más lejos de la inocencia pastoral de su
niñez. Y todavía la luz de la fogata reflejando el rápido parpadeo de sus ojos dentro
de sus párpados a medio abrir mostraban su maestría inmortal de que las historias
estaban abriendo siempre más grandes y profundos caminos en su mente.
Mientras la noche gradualmente se aquieto dentro del expectante silencio del
temprano pre-amanecer, Naisan se encontró a si mismo en el ordenado rol, atrapado y
todavía casi contento con su destino. Una calmada certeza barrió con él; el miró
firmemente dentro de los ancianos ojos de Joab mientras las últimas palabras salían de
los labios del Guardián de la Promesa “Tu siendo el único hijo de Sanel y Leora, eres
por lo tanto el último descendiente de Nagid Alazar y eres además la encarnación de
ambas razas de linaje de tu tatara tatara abuelo. ¿Puede haber alguna duda de que tu
eres por lo tanto el verdadero adan de Tala?.”
Naisan no se apuró a romper el silencio: el quería que la quietud de la noche y
la oscuridad hablaran por el. Cuando el empezó, sus palabras estaban bien esparcidas,
sus emociones fuertemente controladas. “Tu sabes que no tengo más opción que
aceptar esta genealogía. Tu memoria esta completa; no tengo duda de que tu hayas
personalmente observado sobre y sutilmente guiado a cada uno de mis ciento siete
ancestros. Por lo tanto debo aceptar tu aserción que mi nacimiento es Real. ¡Pero
Joab! ¡Padre! ¡Yo no tengo deseo de reinar! ¡Yo estoy contento – no, más que
contento -- ¡Yo soy supremamente feliz de vivir en estos cultivados campos y
praderas bucólicas y cuidar a las criaturas de lo salvaje, las bestias domesticadas, y las
libres aves del cielo!
“Sin embargo, muchacho, tu eres el Purificador, el Shara Completo predicho
hace mucho: ´En la primavera Gana vendrá otra vez como Marte el Purificador,
vendrá otra vez con Venus para preestablecer el Camino de Rodavi.´ Hablado ante de
la caída de Emura, eso fue por mi maestro, el inpasable rajanya Mordom.”
“¡Pero tu profetizaste que Marte y Venus reinarán por escasos cinco años antes
de dejar este mundo! ¿Me maldices con una corta vida? ¿y que hay del Marte real,
que ya es shara en Sulara?
¿Qué le importa a el mi linaje? ¿Seguro que no tendrás la expectativa de se
haga a un lado y me ofrezca el trono de sus padres? ¡Ni siquiera lo quiero!” ¿No
habría forma de entrar en razón con el?
“Sin embargo, Naisan, tu vas a ser el próximo Adan de Tala. ¿Pensabas que te
he instruido intensamente a ti de toda la corte de Sulara solo para tu banal placer?
¿Por qué? Además ¡En lo profundo de tu corazón, tu sabes que este es tu deseo!
¿Cuántas veces te he visto observando la luna brillando sobre la ciudad dorada?
¿Piensas que iba a ignorar tu anhelo? No, mi hijo, tu medio-conocido, medio-negada
oración pronto será contestada, y en una forma que satisfacerá las palabras de los
Guardianes de la Promesa.”
“¿Pero padre, porque? ¿No puedes decirme? ¡Esto es peor que una sentencia
de muerte para mi! ¿Humanidad? ¡Ellos son tan impuros, tan malos, tan
despreciables!” ¿Ningunas palabras tocan el corazón de Joab?
“¡Naisan, Naisan! Tanto de tu mente permanece cerrado a ti. Tu eres de una
vez mas o menos lo que ahora piensas: La vida es ambas, mucho más simple e
infinitamente mas compleja de lo que tu has experimentado. El campo total de
Universo no solo está fuera de ti, ¡También está dentro de ti! ¡Y todavía tu no eres
siquiera tan permanente como los innumerables granos de arena en la playa del
océano! ¡Tu eres uno de los Cuatro, el Bailarín Inmortal, el mismo Gana, y todavía tu
preciado cuerpo es tan efímero como un espejismo! Tu eres infinito, inmortal, y
todavía tu tibia carne esta mas muerta que viva. Tu naces en una noche, respiras un
puñado de respiros sin sentido y mueres al amanecer, y aun solo tu actividad proyecta
este complejo Universo; solo tu pensamiento lo mantiene; solo tu deseo al final del
tiempo lo destruirá; ¡Solo tu recuerdo lo recomenzara! ¿No encuentras esto
increíble?”
Naisan, sin esperar a entenderlo, dio un suspiro y preguntó, “¿Venus?” Si Joab
insistió que el iba a ser el adan de Tala, no había nada mas que discutir. Era más fácil
tratar de cambiar la luna por el sol que discutir con el, una vez que su mente se había
afianzado en una idea.
“¿Cómo podríamos describirla a ella? Ella es como tu en eso de que ella es
otra de los Cuatro, diferente de ti en eso de que ella retiene el conocimiento de esto.
Ella fuertemente siente por nuestro pequeño mundo: ella fue testigo de su fundación
con Gana y vendrá otra vez después de la Caída de Para, para destruirlo. Ella estaba
contigo en el principio y siempre estará contigo. Amala y protégela bien: Tu éxito es
imposible aparte del de ella.”
Joab se rió calladamente y agregó con suavidad, más bien para si mismo, “por
eso, en tal caso, es tu vida.”

~~~

Mientras Naisan y Venus montaban a Victoria a través de las puertas de acero


plateadas de Sulara, los heraldos aclamaron, “¡Marte regresa! ¡El Príncipe Sol esta
vivo! ¡El shara Marte! ¡el shara regresa!
Olvidándose por un momento de su tristeza por Julius, la gente se regocijó:
Marte había estado perdido cerca de quince días. Aquellos que lo vieron venir estaban
sorprendidos: la joya dorada en su pecho arrojaba destellos de luz brillante áurea que
hablaba más a la mente que al ojo; la fragancia del adorno multicolor de flores
alrededor de su cuello era tan dulce y penetrante que la gente a dos leguas de distancia
habría sus ventanas de par en par para llenar sus pulmones avaramente. Pero lo más
increíble de todo era la joven mujer sentada ante él: aunque vestida en simple blanco
de campesinos, ella poseía una belleza que era absoluta. Como la luz perfecta de un
láser; su gloria era tan inmaculada que hacia que la mente intentara verla imperfecta.
En menos tiempo de lo que le tomó a Victoria llevarlos al palacio, un rápido
rumor abrió sus alas sobre Sulara y cantó que una inmortal había venido a la Tierra al
salvar al shara de si mismo.
Naisan miró alrededor con asombro. ¡Las doradas avenidas de Sulara, mas
anchas que cualquier río! ¡Los edificios laboriosamente esculpidos en mármol,
incrustados con invaluables diamantes, esmeraldas y rubíes! ¡Los fragantes huertos!
¡Los magníficos jardines colgantes, lujosos con todo tipo de flores! ¡Perfectas
estatuas que parecían estar vivas! ¡Las lluviosas fuentes de oro y plata!
Naisan no se permitía a si mismo observar tanto como a el le hubiese gustado,
a la gloriosa complejidad de la Ciudad de los Adanai. Pero lo que el vió de esta
increíble belleza, le convenció de que las viejas historias hablaban la verdad: Sulara
fue construida para Balzor por el Señor de Etan, Ishtar.
La Ciudad de Oro era enrome, pero el entrenamiento de Joab fue completo: no
había nada en Sulara que Naisan no pudiese nombrar.

~~~

Desmontándose ante las siete tiaras del Palacio de Zephyra, Naisan le dijo a
Victoria, “anda con nuestro sirviente Alexander. El es física y moralmente bueno, el
mejor caballerango al servicio de mi padre. Te visitaré cuando pueda. Ven Venus, el
adan nos necesita.”
Porque alguien cerca escuchó sus palabras, el cuento pasó que las profecías de
los Guardianes de la Promesa se habían realizado: La diosa ha venido. Esto de hecho
causó amor sin medida en unos, oscuro odio en otros. Así la irreversible división
empezó, la división se predijo dos mil años antes por Mordom, la división planeada y
motivada por Joab desde la fundación de Tala.
Lagrimas de gozo corrieron, de gozo por la mejillas del caballerango
Alexander sin él percatarse, cuando el pensó, ¡Ni siquiera sabía que el todavía
conocía mi nombre! Pero Naisan y Venus hicieron profunda mella dentro del corazón
de Zephyra, ellos dejaron atrás una larga cola de cortesanos altamente insultados e
ignorados. Los estándares de Naisan no eran particularmente similares a los de Marte.

~~~

Solo una vez ellos fueron forzados a detenerse en su acercamiento al Rey Sol.
Un hombre alto de edad media, elegantemente vestido en satín de ébano, salió desde
un oscuro pasadizo justo afuera de la recamara de Julius. “¡Entonces, Marte! Al fin tu
eres el adan.” Su sutil tono apasionado y las profundidades del orgullo egocéntrico
brillando en sus ojos hizo que se le erice de horror la espalda a Naisan.
“Así parece, Firad. Venus ahora debes de conocer al esposo de la hermana de
mi padre, shara de Urlad. Un intimo compañero por muchos años.” Naisan no podía
igualar la intensidad de la mirada de Firad, en vez sus ojos exploraron la
magnificencia del pasillo de las estatuas. En Tala no habían faltado extraordinarios
escultores, eso estaba claro.
Firad notó la desviación de las palabras de Naisan, pero escogió no tomarle
importancia. Jalando la punta de su recortada barba, el replico “Y continuará así, yo
confío. Encantado, mi sharan. Una más amorosa es imposible de imaginar ¿Te
quedarás a adornar el Palacio por mucho?”
Venus tampoco lo miró o hizo el más remoto caso. Observando que el no
podía evitar el momento, Naisan miró en la dirección general de Firad y lleno el
silencio antes de que hubiese llegado a ser inaguantable, “Venus y yo nos casaremos
antes de que nuestra esfera Solar Orah regrese a su marcha sur, mi – tío.”
“¿Esta primavera? Entonces saludo a mi próxima Reina Sol.” Su saludo de
reverencia completa era preciso e impecable en su sofisticación. Otros se pudieron
haber molestado por estos extraños insultos en silencio, pero él cuando menos estaba
seguro de si mismo. El se abriría paso dentro de este rustico corazón femenino.
Pero el corazón femenino no se movió un ápice: Venus continuó mirando solo
a Naisan; ella pudo haber sido una estatua más como las otras del pasillo, por todo el
movimiento que ella hizo desde que apareció Firad. ¿Estaba ella siquiera respirando?
El saludo reverencial del shara de Urlad, fue forzado para continuar mas allá
de su habito. ¿Qué estaba mal con la muchacha? ¿Ella era totalmente inculta? El se
fue parando muy despacio, rígidamente, tratando de controlar su rabia. No hubiese
servido ahora molestarse con Marte: demasiado estaba en juego para caer ante una
tónta mujer. “Ah, mi shara. ¿Te recobraste bien? ¿Te unirías conmigo esta noche para
una pelea de cochinos salvajes?”
“¿Cuándo ha aparecido Marte en mejor estado, tío? Pero eso hacen un deporte
cruel; yo no iré más a esas cosas. De hecho, muchos de los hábitos de este shara
quizás hayan cambiado desde la última vez que me viste. Mucho de mi pasado no
parece otra cosa que las perversiones de un cruel y consentido chiquillo.”
“¿Quién se puede regocijar en esto? ¿Puede que el heredero de Balzor se haya
arruinado tan rápidamente solo por una simple mujer?”
“¿Tu percibes a Venus como humana? ¡Oro para que tu percepción mejore
Firad! Un terrible fuego viene a Tala; ¡Un pariente de los Reyes Sol, no! Un
descendiente del adan Falazan mismo, debiera purificar su más profundo corazón.”
“¡El chiquillo instruye! Si ya no me deseas más por la culpa de ésta, ésta –
campesina que así sea. ¡Pero nunca me aconsejes! Ese tipo de conversación solo es
para simples: no hay significado aquí más allá de lo que crea el hombre.”
Calmadamente, Firad, calmadamente. Deja que la luz de la razón pura destruya a este
embelezado chiquillo tonto.
“¿Tu consideras el orden de este mundo, la profundidad y la belleza en
armonía obvia en todas partes solo un accidente del destino?”
“¡Solo los tontos piensan en más! La voluntad del hombre es la única verdad
que yo he visto en mis cincuenta años. ¡A través de la fuerza Balzor creo Tala! ¡A
través la fuerza Falazan aplastó la Rebelión Solphglen! Esta es la sabiduría que
levanta a mi pueblo, en sus presentes alturas sin rival. ¿Tu piensas que tu Zephyra está
decorada, tu Sulara hermosa? ¡Quien puede compararla a mis jardines de placer en
Ixtor, mi palacio de Barafel! ¡No, esta fantasía de chiquillo excitada por tu devoción
pasional a esta muchacha campesina, no es sino otra rendición de la discapacitante
enfermedad de tu padre! ¡Imagínate! ¡Un Rey Sol muriendo a sus ciento un años!
¡Las tumbas de nuestros antepasados están molestos por la angustia de sus podridos
huesos! ¡Mira a tu abuelo Yamaya, niño! Ese fue un verdadero adan. Ningún hombre
en la totalidad de Tala se atrevía a hablar mal de él por terror a sus largas manos. No
se dice, ‘¿Por el temor al Adan Yamaya, el sol no quemó la tierra, los ríos no
inundaron la tierra, la lluvia cayó a tiempo, la gente prosperó?’ estúdialo a él bien,
para que tengas éxito en la vida.” Firad se detuvo, con la respiración un poco agitada.
Una lógica así nunca debe de ser contradicha.
Pero Naisan no compartió las creencias iniciales y respondió con una profunda
voz de poder, “¡Yo he aprendido la forma de Yamaya, Firad! Yo no estoy de acuerdo
que sus terribles actos inspiraron a la naturaleza a actuar ordenadamente, sino que a
las vidas decentes y puras de la mayoría de sus súbditos. ¿No también se dice que
Yamaya nunca estudió las profecías de Rodavi y no sabía la historia de Joab mismo,
que predijo su muerte por el cerdo salvaje. Diez años dentro de su segundo siglo? En
sus ciento diez años, es claro que Yamaya, nunca buscó la raíz de los Siete y de los
Cuatro: el Uno inmutable más alla de toda creación.”
“¡No me hables de misticismo absurdo! ¡No ante mí, Marte! ¡Muchos han
hablado del Uno, muchos han malgastado sus vidas buscándolo, y nadie nunca lo ha
encontrado! ¡No existe! Es tan sin sentido como la pregunta, ‘¿Qué yace más allá del
Quemante Mar?’ e igual de útil. ¿cómo puede esta quimera compararse con la
practica sabiduría de tu abuelo?”
“¡Tu estas mal, tío! ¡El Uno es la raíz de cada vida, incluso la tuya!
¡Solamente esos adictos al poder para el propósito del ego, son los únicos que adulan
la memoria de Yamaya!”

Sin ser capaz de esconder su vengativa rabia, Firad dio un medio saludo
mostrando poco interés y se fue caminando vigorosamente. Sus duros tacones
metálicos se fueron retumbando un brusco sonido sobre las lapidas de mármol del
corredor, igualando la intensidad de sus pensamientos, que así sea, mi querido
sobrino Marte.¡Que así sea! ¡Ya que tu te has vuelto débil yo solo salvaré a Tala!
Escasamente media docena me separan del trono de los Adanai. No importan unas
cuantas muertes. ¡Bobo! En menos de una semana tu serás un trágico recuerdo; en
solo un año yo ascenderé a tu trono. Pero con cuidado, Firad, con cuidado: El
nombre del shara de Urlad nunca debe de ser asociado con la perdida de sangre
real...
~~~

“En el, tu gastas tu aliento,” dijo Venus suavemente, apretando la mano de


Naisan. “El se va ahora a planear tu muerte.”
“¡Que!” exclamó Naisan. “¿Una discusion deshace su vieja amistad con
Marte?”
“No, esa emoción no esta en la galaxia de Firad Dalgazor, mi amado. El es
incurable. Tu no necesitas tratar de ayudar a aquellos que se niegan a cambiar.”
“¿Cómo puedo yo juzgarlo así? El shara de Urlad no parece tan diferente de
ningun otro aquí. ¿No debería yo de ofrecerme a mi mismo a ayudar a todos por
igual?”
“Solo aquellos que vengan a ti Naisan. Ellos decidiran por su propio libre
albedrío. Tu solo necesitas ser tu mismo. Y ser paciente.”
“Naisan no le contesto a ella. El se quedó conectado con lo de Firad, pensando
¿No todo el mundo se merece vivir? ¿Qué derecho tengo yo para decidir a quien voy
a ayudar?

~~~

La recamara de Julius estaba vacía excepto de sus siete médicos y el adan en


su lecho de muerte. Los médicos estaban entusiasmadamente discutiendo si ellos
incrementaban el medicamento o lo sangraban de nuevo. Ellos empezaron cuando
ellos vieron a Naisan, entonces rápidamente lo saludaron en reverencia.
El les ordenó que salieran con un simple movimiento de su mano. Pero Teva
el médico en jefe protestó, “A tu padre solo le quedan unos momentos. Tu te tomarás
los últimos alientos de su vida.” ¿No fue este shara inmoral, la causa primaria de la
muerte prematura del adan?
Venus rió amablemente y acarició su golpeado corazón, “¡No temas, Querido
médico!” Créeme: La presencia de este Marte, solamente socorrerá a tu amigo y
Señor Julius.” Por un largo momento Tebas se le quedó mirándola a ella: el había
escuchado las inmedibles profundidades de paz en lo suave y melodioso de su voz.
Haciendo reverencia de nuevo, el rápidamente salió, temeroso de causarle a ella la
mas leve incomodidad.
El Rey Sol se veía muy pequeño e innaturalmente pálido en su enorme cama
índigo. La poca luz que se filtraba a través de las ventanas cubiertas con gruesas
cortinas no podía esconder el hecho de que el radiante fuego de su vida había sido
totalmente extinguido.
Naisan y Venus caminaron suavemente hacia él sobre el grueso tapete de lana
de borrego, entonces se inclinaron hacia el desde opuestos lados de la cama.
Naisan miró a Venus de pronto buscando fuerzas. Sonriendo amablemente,
ella abatió su azabache cabello a él y entonces peino sus dedos sobre los labios de
Julius.

Los ojos del adan se abrieron agitadamente, reconocimiento se formó


lentamente en sus opacas profundidades. “Ah...mi Marte. El valiente Príncipe Sol
amanece...otra vez. Al final del día.”
Tomando una respiración profunda por valor, Naisan le contestó “Ni yo soy tu
hijo, ni este es el final de esta canción. No ahora. No, de hecho por un largo tiempo.”
El tomó y sacó a Starbha de su pecho y movió su conciencia dentro de ella; luz dorada
destelló desde la gema hasta el corazón del adan. Julius empezó violentamente; sus
ojos se abrieron de par en par; color volvió a su rostro.
“¡Por qué! Yo siento -- ¡Me siento vivo! ¿Cómo -- ?”
“Eso puede esperar. Tu sufres ahora solo de la preocupación de tu Marte; de
esa enfermedad mis palabras solas pueden sanarte.” Naisan, encontrando que sus
acciones naturalmente se reforzaban una la otra, tanto que se hacían progresivamente
mas fáciles, le dijo del voto del shara para recobrar su significado, de su misma
mission del consejo sabio del Guardián de la promesa.
Mientras el hablaba, una suave luz que había faltado años antes, había
renacido en los ojos del adan. Cuando el escuchó de Joab, vivo, el incluso empezó a
reír de gozo y exclamó, “¡Por mucho tiempo había orado que esto fuera real! ¿el no
dijo, ‘Tala no cesará de verme hasta que mis palabras sean satisfechas?’ ¿Y si el
pudiese vivir a través de los caídos cuatro siglos, porque entonces no a través de los
quince de la gloria de Tala?”

~~~

Cuando el relato de Marte terminó, Julius dijo con fuerte y vibrante vida,
“¡Ahora, dime de ti mismo! ¡Con el rostro y la voz tan parecidas a la de mi hijo! y
aun mucho mas sabio. Y dime de esta sharan, como una diosa radiante.”
“¡Adan, esta es Venus! La inmortal estrella de la noche misma, aquí para
socorrernos a esta hora de nuestra vital necesidad. Y yo... yo soy Naisan-auta, quién
es – quién es nada sino un campesino.” Sus ojos bajaron, el se detuvo, enrojeciéndose,
incapaz de continuar.
Pero Venus rió felizmente y habló en su lugar, “¡No le creas, mi adan! Naisan
es su nombre y un campesino el nació, pero él en verdad es Marte, aquí para purgar
Tala con su amor y con su espada. El no entiende esto todavía; sin embargo, es su
destino.
“hay más. Aun la estructura física de este. Naisan tiene un linaje. De pura
modestia el no te la revela.” Ella recontó la historia del discapacitado Alazar, del
consejo de Joab a través de los siglos, de su árbol genealógico y del derecho de
nacimiento de Naisan.
Un largo e incomodo silencio iba en aumento y seguía como resultado.
Finalmente Julius, habiéndose dado cuenta de que su salud no era exactamente
un regalo gratis, piramidó sus manos en su cintura y dijo muy despacio, “estoy
demasiado sorprendido por tus palabras, justa sharan... Su apariencia, la legendaria
gema Starbha de Gana en su pecho... El adorno florar celestial que el usa... Mi
recuperación... tu maravillosa presencia aquí... todo esto declara la verdad de tu relato.
Pero... yo no puedo de buena fe para los Talaneses, ceder mi trono sin pruebas más
sustanciosas que estas.”
Naisan, descubriendo un previamente desconocido y violento fuego rugiendo
en su pecho, preguntó bruscamente, “¿Que, Adan?”
Julius, sonriendo ampliamente y frotando sus manos juntas con un inmenso
deseo como si el fuera un muy hambriento chiquillo con un muy grande helado con
chocolate muy fácil de alcanzar, contestó “los trabajos proféticos de Rodavi
repetidamente mencionan ‘el Uno’ que yace más allá del espacio y tiempo. El Uno
fue el gran secreto de los Guardianes de la Promesa, el origen de su sabiduría y sus
poderes milagrosos. A través de la historia, ellos raramente compartieron ese
misterio, nunca con la Dinastía Solar. Si tu verdaderamente eres quien tu dices que
eres, tu serás capaz de enseñarme de esto.”
“¿Por qué debemos de hacer algo más?” Preguntó Naisan curiosamente, su
rabia instantáneamente se transformó en sorpresa. ¿Quién más en Tala pudo haber
hecho esta pregunta? “¿No fue sanar tu cuerpo mas que suficiente?”
“¡De que sirve la salud sin el conocimiento!” de todos los beneficios en la
creación, solo este yo requiero para renunciar a mi soberanía.”
“Muy bien,” contestó Naisan, encogiéndose de hombros levemente. “Por
debajo del siempre cambiante fenómeno de la existencia yace el Uno que nunca
cambia. Este Ascendente, este Absoluto, este Uno inmutable es la raíz del poder de
los Siete. Los siete, Guardianes de la Promesa inmortales. Es la gloria de los
inmortales, los Señores de Etan y los celestiales. Es la realidad esencial de los
Cuatro, los cuatro seres primarios en la creación: el Creador, el Gran Padre, el que
mantiene; el Soñador Narain; el Destructor, el Bailarín Gana; La Madre de Todos,
Almira.
“Nosotros hacemos reverencia a shara Gana de Kanaan-dora, fundador de
nuestra raza Solar, como siendo una encarnación del Bailarín Cósmico Gana; nosotros
también creemos en su esposa, la sharan Almira, era en verdad la completa
encarnación de la Madre, Almira. Pero si ellos fueron o no realmente no importa ¡El
punto es que el Uno, el Ascendente es el Universo Origen, desde el cual todas las
cosas y todas las personas nacen. Eso es todo.”
“¡Eso no es todo! ¡Mucho más fue escrito por Rodavi! ¡Y Mordom! ¡Y Joab!
Y muchos otros Guardianes de la Promesa de Emura. Esto no es suficiente, ni
siquiera cercanamente suficiente -- ¡Yo quiero más! ¡Yo quiero ver al Uno; yo quiero
tocar al Uno; yo quiero oler al Uno; yo quiero probar al Uno! ¡Yo quiero conocer al
Uno, Naisan!”
“¡Tal entendimiento nunca ha sido ganado por la Dinastía Solar, Julius! Nunca
en Emura, menos en Tala. Escoge otro beneficio algo más apropiado para tu vida y
tiempo. Si tu deseas yo te puedo dar el cetro de Joab, fue cortado por el mismo Solon
de un solo diamante antes de que se fundara Kanaan-dora. ¡El cetro de diamante de
los Guardianes de la Promesa, Julius! Entonces tu poseerás verdadero poder. O, yo te
podría descubrir la perdida Corona de Emura, hecha con los dieciséis rubíes perfectos
y formados de la serpiente y lagarto, el estigma de la casa de Gana. ¡Eso que iguala la
opulencia, eso es! Quizás pueda ser. Quizás pueda producir la compañera de Starbha:
Kaysta, perdida hace ochenta y dos mil años. ¿Qué mayor tesoro puede existir en este
mundo? Pero no me pidas que yo te enseñe del Uno Incambiable. Eso no puede ser.”
“¡Nada, Naisan! ¡Ni poder, ni riqueza, ni preciosos tesoros! ¡Ninguna otra
cosa me satisfacerá! Si tu deseas que yo te llame a ti Marte y que yo te de mi trono,
esto solamente, debe ser. Yo no seré el primero, el Guardián de la Promesa Mordom,
por ejemplo fue un shara.”
“¡El no era eso! Mordom fue un rajanya: su madre fue una sharan, pero su
padre un mercader. Ningún descendiente impuro de Gana ha tenido alguna vez el
conocimiento del Ascendente.”
“¡Tu lo tienes! Otra vez yo te oigo ¡Yo no aceptaré otro pago! ¡Niégame esto y
yo te expondré!”

“¡Esto es chantaje! ¡Escoge otro beneficio, adan! Yo te daré el adorno que uso,
hechas con las flores siempre vivas del mundo-hogar de Venus. Tu y esos que tu amas
nunca envejecerán, ni siquiera se enfermaran mientras tu la uses. ¡Salud perfecta para
ti y los tuyos por tanto tiempo como tu lo desees, adan! ¡Piensa en eso! ¿Qué valor
tiene la experiencia que tu buscas comparado con esto?”
“¡Tu no puedes disuadirme! ¿De que me sirve la inmortalidad sin el
conocimiento del Uno? ¡Yo debo de conocer este secreto!”
“¡Escoge otra vez adan!” Si es conocimiento lo que tu buscas, pregúntame lo
que yace mas allá del Quemante Mar, yo te lo diré. Pregúntame de cualquier estrella
de nuestra Galaxia, yo te lo mostraré. Pideme que te cuente la totalidad de la historia
del hombre a ti, lo haré con todo el placer. Pideme cualquier secreto del tiempo o del
espacio y yo te lo revelaré. Pero no me pidas que yo te enseñe del Uno. ¿Qué no
entiendes? Nunca se le ha dado a la Dinastía Solar. ¿Qué no puedes ver? ¡Tala será
destruida si no me coronas!”
“¡Que así sea, si así debe ser, no me importa! He esperado toda mi vida por
esta oportunidad. ¡Si alguna vez he sido justo o bondadoso o bueno, ahora reclamo mi
premio! Enséñame del Uno inmutable, la única aventura de mis padres que ha tenido
significado. Y entonces yo con todo el gozo del mundo te pasaré mi corona y trono
que tu agarras con este triste mundo, si eso es lo que tu verdaderamente quieres.”
Naisan miró hacia arriba profundamente frustrado, y dijo, “¿Venus, que debo
hacer? El es muy terco.”
Ella le sonrió gentilmente y contestó en cánticos tonos, “El Adan escoge como
es su derecho, querido amor. ¡Escribe la historia si tu así lo quieres! Ese es tu derecho
de nacimiento.”

8. LAS QUEMADAS TIERRAS

La única tarea del hombre


Es el vencer
El demonio interno.
-- Rodavi

El sendero
para la segunda muerte de Marte
Será delgado como una navaja
Cortes angostos
entre insondable temor y terror
sin fin
-- Mordom

Todavía, no será sin gozo


-- Joab

Cuando el shara dejó a Joab, el no se apuró: el estaba confundido en su mente


y dolido del corazón. El Guardián de la Promesa le había ordenado que pasara a
través de las Montañas Negras al oeste de la provincia de Urlad, cruzar las Quemadas
Tierras y buscar la Ciudad de ébano de Zared.
“¿Y entonces?” Marte preguntó incrédulo.
“Entonces se te dirá lo que tienes que hacer. No se necesita mas por ahora.”
El Príncipe Sol pensó que todo esto era extremadamente extraño; sin embargo
el había acordado de tratar. Pero el no se había dado cuenta que tan difícil sería
siquiera atravesar Tala. La soledad era intensa: nunca antes el había viajado lejos sin
ayudantes o guardaespaldas. Pero lo que lo hacía insoportable era una simple cosa,
totalmente predecible, aunque totalmente inesperada: ¡Nadie le hacía reverencia!
Cada vez que no sucedía era una confusión un insulto de impotencia.
Aunque el sabía en su corazón de corazones que el no podría aguantar siquiera
una sola mirada de irrespetuosidad aun así, hora tras hora, día tras día, el procedía
tenazmente hacia el oeste. Y como los días muy despacio crecían en semanas y las
semanas en meses, una cierta humildad también muy despacio empezó a crecer en él.
No era un avance largo, pero el contraste que el shara sentía era ciertamente real.
Algunas veces el casi estaba alegre: esta aventura era sin duda alguna la mas noble
misión que ningún heredero de la Dinastía Solar había hecho. También si era la más
extraña...

~~~

Le tomó al Príncipe Sol tres meses completos para cruzar Tala, tres meses de
amplios desvíos alrededor de pueblos, tres meses de dudar de su cordura por haber
emprendido una misión tan bizarra, tres meses de desesperación intensa y soledad.
Una vez, mientras el yacía en un campo de nuevo trigo y tristemente
observaba las pequeñas nubes corriendo en las alturas, un mensajero de Sulara pasó
corriendo, los cascos de su yegua marfil le levantaron una gran nube de polvo en
testigo a su paso. De los adornos dorados en el caballo y en la vestimenta de satín de
color arena del mensajero el shara supo que el poder real había sido transferido: un
nuevo adan ahora reinaba en Sulara.
Apretando la quijada fuertemente en la espiga de trigo el estaba preocupado, el
Príncipe Sol se levantó con una siniestra determinación, se sacudió el polvo y
continuó.

~~~

Tan pronto como dejó las tierras fértiles atrás y se adentró a las montañas
negras hacia el oeste de la orovincia de Urlad, el shara sintió ojos invisibles
observando cada uno de sus movimientos. El imaginaba retos detrás de cada roca,
adversarios invisibles amenazando en cada valle. Pero nunca vió a nadie ¿era solo su
imaginación? El encontró la vereda donde Joab le había dicho que estaría; el shara
Marte entro a las Quemadas Tierras.
La escoria de muerte de Emura ya no estaba sin vida como lo había estado por
siglos: bajos arbustos y duros suculentos crecían en muchos lugares. Ocasionalmente
había agua, no agradable al gusto pero adecuada para la vida. Aparte de sus
inhóspitas vistas de nada, todavía no era otra ves una tierra hermosa. Pero el día se
acercaba cuando sería más justa y productiva. Cuando el Señor Etan Orah soltó sus
fuegos solares sobre Emura, el había sido totalmente especifico: “por veintidós siglos
tu estarás desolada entonces otra vez mis niños entraran a disfrutarte; será mucho más
vasta que antes.” De la totalidad del mundo del norte, solo una pequeña isla de Tala
había sido salvada de la venganza del Etan, mayormente por Joab y media docena de
tesoros de Kanaan-dora que él protegía. Cuando menos, de las cuales, por su puesto,
era la estatua-congelada del cuerpo del Señor Gana.
¿Qué estará más allá de la verdad? Las instrucciones del Guardián de la
Promesa eran simples pero vagas. “sigue el sol que se pone” en algún lugar en la
lejanía yace Zared ¿Qué tan lejos? ¿Sería una semana? ¿Un mes?
No fue accidente que al Príncipe Sol no le habían dicho que su meta estaba
bastante cerca de la frontera este de Tala, todo era imposible de alcanzar a través de
viajar al oeste. Ya que el no sabía, Marte continuó en su marcha en esta tierra
prohibida, pensando que tontería. ¿Estoy totalmente loco?

~~~

Antes de que tres días más hubieran pasado, Marte estaba casi loco. El
sentimiento de estar constantemente observado iba en constante aumento; sus días
eran atormentados por la duda, sus noches, de insomnio con temor.
Al poco tiempo después del amanecer del cuarto día, Marte, finalmente
convencido que había un complot para destruirlo, dio media vuelta hacia el este. En
ese momento de derrota era exactamente lo que se había estado esperando durante
mucho: De pronto un hombre de apariencia salvaje, vestido de negro, con cabello de
cuervo y piel roja apareció de la nada y exclamó, “¡Bienvenido shara! Te esperaba
desde hace mucho.”
“¡Que! ¡Estas realmente allí!” gritó Marte, aterrado.
“Si estoy. Mas que cierto. Pero debo confesar que me preguntaba si tu estabas
aquí,” replicó el recién llegado, con una especie de sonrisa mostrándose en sus
oscuros labios.
“¿No aquí? ¿No aquí? ¿Entonces donde? ¿Pero porque estas aquí, tu bárbaro
de ropa de ébano? ¿Eres tu en cualquier respecto una aparición bestial en mi locura?”
¿Ahora como podía él huir de esta pesadilla del demonio?
“¿Tu de hecho estás consciente de estar loco? Entonces tu has empezado a
estar sano; la fe de Joab en ti puede estar justificada después de todo. Sí, yo conozco
al Guardián de la Promesa; también te conozco a ti mi querido Marte: este humilde
rajanya hoy te va a servir como guía. Una vez yo fui comúnmente conocido como
Maitreya. Pero tu puedes llamarme de mis tardíos, “ ‘alucinación,’ particularmente
para los Perdidos. O quizás, ‘condenación,’ para los Muertos.”
Escalofríos de temor temblaron a lo largo de la espina del shara. Pero su firme
creencia era que la mejor estrategia en situaciones dudosas era atacar. “¡Cualquiera
que sea tu nombre, rajanya auto creado por ti mismo, quítate de mi camino! ¡de otro
modo te unirás con tus antepasados!” él desenfundó su espada para enfatizar sus
palabras, pero su corazón susurró lo que fue una amenaza vacía: esta visión infernal lo
llenó a el con un temor que vació la fuerza de sus brazos, dejándolo débil como un
chiquillo aterrado.
“¿Violencia como siempre, he, Príncipe Sol? ¿Debes intentar destruir toda la
creación? Bueno, si así tu lo deseas. Vamos a ver si tu eres mejor en contra de mi
Nuriel de lo que fueron tus antepasados.” Con un revolvente movimiento de su capa
de terciopelo negro, el rajanya Maitreya produjo una enorme espada. Reflejaba la luz
de la mañana con tanta brillantez que Marte se preguntaba en un extraño momento de
silencio de la pre-batalla si todavía su longitud estaba cubierta con polvo de diamante.

El shara arremetió con fuerza, pero Maitreya esquivó el golpe con


tranquilidad, torciendo su propia espada suficiente para causar que la espada de Marte
volara por los aires con retintineo de campanillas.
Mientras el Príncipe Sol corría tras ella el rajanya se apoyaba sobre Nuriel y
rugía a carcajadas. “¿Así crecen tan debiluchos en Sulara? ¡Para pensar que los
descendientes del Señor Gana alguna vez pudieron combatir contra mi por horas!
Temo que Joab, estaba después de todo equivocado.”
Marte se le acercó con más cuidado esta vez, con el resentimiento que este
campesino le había quitado su espada. Aunque este impostor le haya costado dos de
sus cinco anillos, su balance era pobre y su acero inferior. El Guardián de la Promesa
había dicho que no hacía ninguna diferencia si el se llevaba un arma, pero seguro que
el no sabía nada de éste bárbaro.
Pero entonces, ¿cómo pudo este rajanya saber de su viaje? Bueno, no importa:
Nadie antes se había atrevido a insultar la destreza de Marte; deja que este tonto
aprenda de la manera difícil quien es el Príncipe Sol.
La envestida de Marte fue muy amplia, Maitreya le cortó la piel sobre el pecho
del shara como respuesta. Marte se fue a la defensiva hacía delante, evadió a su
oponente, entonces giró rápidamente y arremetió hacia arriba. Su espada pasó a través
del espacio donde debiera haber estado el pecho del rajanya, pero no encontró
resistencia. El Príncipe Sol se detuvo confundido, pero Nuriel golpeó de nuevo,
buscando su corazón. Le tomó a Marte toda agilidad para mantenerse lejos de ser
asesinado. Mientras el se tambaleaba hacia atrás, Maitreya fue por el batiendo su larga
espada en grandes arcos que dobló y dañó la espada de Marte, como si la hojalata
fuera una de sus principales aleaciones.
“¡Quien – eres – tu!” el shara murmuró agitando su vasta fortaleza apenas
salvando su vida.
“¿No estas contento con tu última respuesta? Quizás estas preguntando eso al
revés: ¿Estas seguro que sabes quien eres?” Una embestida mas a Marte y la espada
del shara fue una vez mas arrancada de su empuñadura, pelándole la piel de ambas
manos. Dándose cuenta de la futilidad de este acercamiento, Marte no siguió.
Maitreya enfundó a Nuriel y le sonrió ampliamente. “¿Qué se supone que debe
significar? Yo soy Marte de la Raza Solar de los Adanai hijo de Julius del linaje de
Gana de Emura y Kanaan-dora. Ese es quién soy yo, tu barbárico Rakshasa de la
noche.”
Maitreya se reía a carcajadas, “¡las palabras de tu boca tu no las crees o ni
siquiera has empezado a entender! ¿Qué sabes de Emura o Kanaan-dora? ¿Y del más
noble shara Gana? ¿Qué progreso has hecho en conocer la Verdad? ¿O entenderte a ti
mismo? No, Príncipe Sol, el único hecho importante es este: Tu te has tardado tanto
en venir, nuestro viaje será duro aún por mis estándares. Tu debes de entrar a Zared
para el próximo solsticio.” El rajanya inmediatamente emprendió el camino al oeste,
dando unos pasos inmensos.
El Shara se paró lamiéndose los nudillos y parpadeando lo vio alejarse. Corto
en otras ideas, el recobró su espada y corrió a alcanzarlo.

~~~

Marte pronto confirmó que el ya no era el hombre más fuerte en su universo:


El aguante de su guía lo hizo parecer a él un debilucho por comparación.

El rajanya sintió que la mejor forma para efectuar la cura era sacar la
enfermedad desde él: el manipulaba al Príncipe Sol sin misericordia. Ellos
descansaban de tres a cuatro horas en la noche, seguido solo una o dos,
frecuentemente ni siquiera lo hacían. Alimento y agua se tomaban muy raramente, al
amanecer o cuando Maitreya decidía parar por el día. No habían treguas ni
conveniencias, ni comodidades de ningún tipo en este viaje.
La primera semana, el shara alta y sonoramente se quejaba, se negaba a
cooperar. Pero las palabras punzantes del rajanya nunca se equivocaban; Marte
seguía.

~~~

A través de sus meses juntos, el Príncipe Sol añoraba regresar a su gente, a sus
amigos, y a su país. Pero solo uno de ellos sabía en dónde había agua en esa
desolación: Marte se dio cuenta después de sus primeros quince días que tales deseos
eran solo sueños fútiles. Su única esperanza de sobrevivir era seguir, confiando en
que su burdo guía de verdad estaba cuerdo.

~~~

Tan pronto como el shara dejó de protestar, Maitreya probó ser una constante
corriente de discursos, acerca de la perdida civilización de Emura. Como los días se
extendieron en semanas, las palabras de Maitreya empezaron a ser mas y mas
mágicas, mas y mas vivas con poder: Marte no solo escuchaba sino también
experimentaba el magnifico esplendor de Emura, sus largos milenios en declive, su
terrible muerte quemada del terrorífico fuego de Orah.
Una y otra vez, a través de la telaraña de la historia de Emura, que el rajanya
tejía a través de dos temas recurrentes: La Dinastía Solar de los Adanai y Los
Guardianes de la Promesa.
Los Reyes Sol de Emura fueron los descendientes de Gana y por lo tanto
mantenían en su carne directo contacto con la Raza Solar Original – los sharas y
sharans de Kanaan-dora. Su tarea era ejercer el poder temporal el cual ellos lo hacían
con mayor o menos talento a través de ochenta mil años.
Los Guardianes de la Promesa, eran los maestros del Uno, la Realidad
incambiante del Ascendente que yace por debajo de toda la creación. Su tarea es usar
su poder y conocimiento para guiar a la gente dentro de la visión de Rodavi. Dentro
de un futuro perfecto. Los Adanai y los Guardianes de la Promesa. Los Guardianes
de la Promesa y los Adanai. Una y otra vez y otra vez. Día tras día, semana tras
semana, mes tras mes. ¿Esto nunca terminará?
De los Reyes Sol, el que se mencionaba más frecuentemente era el último y el
más malo Barlrin. Ningún vicio era demasiado extremo para el ultimo adan de Emura;
ningún crimen de injusticia intolerable siquiera aun la mas leve desviación de sus
cansados gustos podrían ser minados de ellos. Comparado a su vida, el pasado
disoluto de Marte era como la frustrada petulancia de un chiquillo en soledad,
llorando por atención.
De los Guardianes de la Promesa, el que era mencionado mas frecuentemente,
era el ultimo y más grande: Mordom, un hombre como Maitreya en eso de que el era
un rajanya, el producto no común del casamiento entre una sharan y un mercader, un
hombre diferente a Maitreya en que Mordom fue el último y más grande de los
Guardianes de la Promesa de Emura. Si alguna vez pudiese poseer suficiente poder
personal para desviar a una civilización en degeneración de su loca carrera, hacia la
auto destrucción, ese hombre era el rajanya Mordom. O así lo describía Maitreya
haciendo que el Guardián de la Promesa apareciera como sobre humano, como lo
hacían los mitos de los Talaneses. Era casi una infinita tensión entre Barlrin y
Mordom que coreografiaba el baile final en la ruina de la civilización más alta de
Gana.
“Es mejor morir en la Verdad que vivir transigiendo su verdad,” exclamó
Mordom. Mientras el era mandado a su muerte en el Quemante Mar. Así lo decían
todas las historias de Tala. Pero cuando Maitreya repitió las palabras, había un tono
peculiar en su voz que hizo que Marte casi creyera que el rajanya realmente había
estado presente allí; había realmente observado al ultimo Guardián de la Promesa reír
a carcajadas en su inminente muerte y desafiando al Adan “‘¿Revélame donde yace
escondido tu hijo, Aharon Hanif? ¿Es ese el precio de mi vida Barlrin? Entonces otra
vez yo te respondo gran Rey Sol, yo debo morir antes de oponerme al acto de Joab.’”
¡El doloroso cielo azul! ¡El profundo claro turquesa del mar del sur de
Emura! ¡El reclinar del acobardado aparejo, puesto a toda vela! ¡La agonizante
aclamación de la multitud! ¡Los fieros guerreros con sus capas color ébano y los
tristes Novicios a Guardianes de la Promesa en sus capas color escarlata! ¡La
pomposa y mas grande ejecución del estado!
¡La despreocupada sonrisa de Mordom encadenado al navío el solo,
llevándolo a su muerte! ¡Su gozosa carcajada, mientras las sogas de amarre fueron
cortadas! Más pequeño y mas pequeño las doradas velas como el ultimo Guardián de
la Promesa era llevado al sur a su perdición...
Marte sacudió su cabeza para regresar al presente: ¿cómo puede ser que las
descripciones de Maitreya tengan tanto poder? Marte había estado allí, el estaba
seguro de ello. ¡El había visto la ejecución de Mordom! ¡Viéndolo como si el hubiese
estado sentado en la silla de la autoridad suprema, como si el hubiera sido el Rey Sol
Barlrin!
Marte miraba duramente a Maitreya a través de sus ojos medio cerrados.
¿Quién era este rajanya, realmente?

~~~

Después de cerca de cuatro meses, mientras ellos luchaban a través de las


profundas arenas y habían estado sin agua por tres días, Maitreya abruptamente
detuvo sus historias de Emura y habló de los Años Caídos, de la fundación de Tala, de
la venidera guerra. “Me he vuelto el profeta de Zared, la ciudad de ébano. No era una
tarea disfrutable, pero no fue mi ultima sino una en este mundo. Los Zareditas son los
descendientes de los Grandes Señores Asures de los Años Caídos, ellos están más allá
de toda esperanza de reparación, incapaces de experimentar al Uno, con sus
degenerados cuerpos. Ellos deben de ser destruidos, sino ellos seguirán dañando
nuestro mundo.
“Por años yo he profetizado que un inmortal descenderá a ellos en carne
humana, un dios que será su Rey Sol y los guiará en guerra a conquistar Tala. El
próximo solsticio de verano es el momento de completar la profecía de la
encarnacion, por lo tanto debo de ser testigo de tu venida, viniendo a Zared desde el
este. Tu debes de ser un dios para entonces, shara.”
“¿Yo? ¿Un dios? ¿Estas hablando en serio? Como en el nombre de los siete
planetas del hombre -- ”

Maitreya rugió su profunda y rica risa y replicó, “¡Admito que es muy


improbable! Pero su prejuicio los cegará. Ellos solo saben de los Talaneses quienes
son granjeros o mercaderes gordos. Tu eres realmente una diferente raza de animal. Y
quizás te proveamos con una o dos mejoras para que hables elocuentemente de tu
estatus divino.” El le sonrió ampliamente al Príncipe Sol.
Marte lo miraba atónito de regreso en su incredulidad: Por un breve momento
el rajanya se dividió en siete personas distintas, cada una usando un color distinto del
arco iris, cada uno dándole un regalo de fascinante poder. ¡Rodavi! Pensó el shara con
gran confusión. ¿Rodavi, puedes ser tu?
Marte se le quedó viendo en asombro y preguntó, “¿Qué es lo que está
ocurriendo Maitreya? ¿Acaso estoy soñando todo esto?”
Maitreya se rió de nuevo y contestó, ¿Qué tipo de sueño sigue leyes
predecibles y consistentes shara? Los sueños que nosotros los humanos que
normalmente experimentamos no parecen ser particularmente consistentes o
predecibles. Quizás es porque nosotros no entendemos el espacio en una escala
suficientemente amplia. O quizás es porque nuestro punto de vista del tiempo es muy
pequeño. Y aun los sueños parecen ser reales, a veces terroríficamente reales para el
soñador. Solo a través de alterar nuestra definición de realidad podemos nosotros
tener la esperanza de escapar de nuestras ilusiones auto creadas.
“¿Ves el punto? Muy seguido te he dicho que la totalidad del Universo es solo
una, astuta fantasía, un sueño particularmente envolvente. ¿Por qué tu supones que tu
nunca me has preguntado quien es el que sueña los sueños?”
“Yo nunca pensé que valdría la pena saber, yo me imagino.”
“¡Tu nunca te atreviste a preguntar!” exclamó Maitreya sonriéndole.
“¡Esta bien! Marte puso mal gesto. “Estoy preguntando ahora. ¿Quién crea la
Ilusión? Déjame pensar. Para poder ser un sueño Universal como tal, debe de haber
dos requerimientos: Un soñador inmortal y una mente que entiende toda la creación.
¿Entonces es creado por los Siete, los Siete Guardianes de la Promesa inmortales? ¿O
por los Cuatro primarios seres en el Universo, Narain, el Gran Padre, Almira y Gana?
O desde que la realidad esencial de los Siete y los Cuatro es el Uno, ¿No podría yo
decir que la creación es solo del uno? Esto es porque nosotros algunas veces lo
llamamos nuestro Universo. ‘El Sueño de Narain’ yo supongo. ¿Cómo lo estoy
haciendo?” el preguntó avergonzadamente, mientras Maitreya, mientras Maitreya
prácticamente se doblaba de risa.
Cuando el rajanya pudo hablar otra vez, el exclamó “¡Palabras! ¡Tu piensas
que ellas son tan importantes! Y aun tu no tienes ni la mas leve idea de lo que ellas
significan. Escucha, shara la última verdad para todo el mundo es el Uno. ¡Que no vez
que cada ser humano individual es el soñador! Incluso tu, shara. Todos nosotros
creamos el Universo, en todas partes, todo el tiempo, en cada uno y cada momento del
continuum del espacio-tiempo. Tu te sorprendes por esto, solo porque tu piensas de ti
mismo como un ser limitado por las leyes naturales y la causa y el efecto en vez de
cómo tu eres verdaderamente: uno con el Uno, el Bailarín Inmortal Mismo. Tu estas
hecho de magia, todavía tu crees que estas hecho de polvo. Como tu crees tu eres.
Porque esto es verdad para todos en todas partes en todo tiempo, nuestro mundo
siempre es perfecto.”
“¿Cómo puedes tu describir el mundo así?” Preguntó Marte, perplejo. “¿Qué
hay de la maldad? ¿Por qué entonces yo tengo que ir a Zared si no es a fomentar el
bien y eliminar a esos quienes podrían destruir tala?”

Maitreya replicó severamente, “¡No confundas niveles de Realidad shara! La


maldad es una creación de tu presente nivel de pensamiento, de tu actual estado de
creencia; es un resultado inevitable de tus creencias en el pecado, error, problemas,
debilidades, muerte. La simple y afortunada verdad es que la maldad es un sueño,
simplemente una Ilusión: No existe excepto en las mentes de aquellos que creen en
ello. Porque tu todavía no entiendes esto, tu no tienes otra opción sino seguir viviendo
esta vida.
“Mientras tu sigas creyendo en la posibilidad del sufrimiento, tu seguirás
llorando por la terrible agonía de este mundo. Pero a medida que vas evolucionando,
mientras tu conscientemente vas descreando mas y mas tus falsas conclusiones acerca
de tu vida, tu aprenderás mas y mas a fondo, que son tus creencias las que están
haciendo tu Universo así. Tus juicios del bien y el mal, tu aceptación del dolor, tu
creencia en el sufrimiento están creando tu Universo como es.
“¡Tu eres el soñador, shara! ¡Despierta!”
Marte se le quedo viendo boquiabierto: por un breve momento el rajanya se
dividió en siete personas distintas, cada una usando una capa del color diferente del
arco iris, cada uno le daba a el un regalo de gran poder. ¡Rodavi! pensó el shara con
gran confusión ¿Rodavi, puedes ser tu?
Marte sacudió su cabeza para aclararla; la visión pasó. ¿Era solo una
alucinación? ¿Muy poca agua por un largo tiempo? No, justo habían bebido, ¿O no?
Un dulce manantial antes de que ellos estuvieran hablando acerca -- ¿de que era lo
que ellos acababan de hablar? ¿acerca de estar soñando, verdad? ¿Soñando? ¿Por qué
nos molestamos hablando acerca de soñar? Eso no puede ser. No, ¿El rajanya me
acaba de decir acerca de las profecías de Zared, correcto? ¿No fue el?
Marte ciertamente no tenía sed ahora. Sus labios estaban húmedos, su garganta
cómoda, su cuerpo rápidamente se rehidrataba, su bolsa de piel llena. Encogiéndose
de hombros el corrió para alcanzar a Maitreya, ahora bastante adelantado.

~~~

Mientras ellos escalaban un inclinado risco al día siguiente, las cumbres


cubiertas de nieve de una extensión de cadenas de montañas, gradualmente se volvió
visible. El Shara estaba sorprendido de escuchar una rara preocupación en el tono de
su guía.
“Esas son las Montañas Guardianes una extensión sur de la cadena conocida
como la Espalda del Mundo,” dijo el rajanya muy despacio, agravando a Marte con su
mirar.
“Debido a su formidable altura y la dificultad de cruzarlas” concluyó el shara,
mistificado por el cambio sutil en el carácter de Maitreya ¿era que el viaje por el
desierto estaba empezando a desgastarlo? Nunca antes el rajanya había dado
evidencia de la menor fatiga, ninguna otra cosa excepto fuerza sobre humana y
sabiduría.
“No, aunque esto es verdad.” Maitreya suspiró un poco al ver que Marte aun
era obstinado y se negaba a despertar. El concluyó otra vez que no había forma de
continuar la cura sin ayuda y suplemento. “Solo hay dos caminos. Uno esta
descartado en esta estación; el otro puede usarse durante solo seis meses. Pero es un
temprano invierno, la ruta es traicionera y poco segura en el mejor de los casos.”
“¿Por qué cruzarlas? ¿Qué no se encogen a simples lomas mas al sur?”
“Si, así es. Pero los humanos nunca deben de ir por ese camino: esa es la tierra
de los Danavas y los Asurs, el primer paso en el camino a los Rakshasas.”

“¿Qué maldad debe haber allá que tu temes ir?”


“No es maldad, no en el sentido que tu lo dices. Pero todavía es un poder tal
que dudo que cualquiera que pudiese rescatarte si tu te atrevieras aventurar allí.
Muchos que han ido han perdido el bien para siempre.”
“¿Puede haber allí otra área viva en esta desolación además de Zared? ¿Cómo
pudieron sobrevivir al terror de Orah?”
“No lo hicieron. Pero su vida bastante diferente que esa dada por el Señor
Etan; rápidamente reganó su existencia previa. No, yo no gusto de hablar de Danavas
y de Asurs, Príncipe Sol: Eso solo trastornará tu camino; tenemos un tiempo muy
corto ya. Si ellos vienen a buscarte nuestras esperanzas quizás se desmoronen, aunque
Venus y Brihas están en conjunción ante la Constelación de la Vida en el signo del
Cangrejo estas noches.”
Maitreya acarició su extravagante barba por unos momentos reanalizando. Sin
discutir otra solución, el agregó “Nosotros quizás lamentemos el tiempo, pero hay uno
a quién tu debes conocer – si el lo aprueba. Uchai-Sravasa.
Vivió aquí mucho antes de que el primer hombre viniera de Kanaan-dora;
¡Espero que el te quiera conocer! Es el ultimo de los verdaderos Cantores, el ultimo
Etan, pero uno en este mundo.”
“¿Un Señor Etan? ¿Aquí? ¿Cómo puede el sobrevivir en esta desolación?
¿Cómo el come? ¿Quién se ocupa de el?”
Un completa carcajada de su guía fue su primera respuesta, una respuesta que
continuó durante un largo tiempo. Limpiándose las lagrimas de sus ojos el rajanya
continuó al fin. “¡Tu quizás otra vez todavía empieces a ser un niño inocente, shara!
Sravasa perdió la necesidad para la nutrición del cuerpo mientras otros en su familia
aun eran niños, mucho antes que Martanda se perdiera a Valin, mucho antes que el
paraíso de Etan de Swayam fuera destruido. Y por tu información, es un campo de
conocimiento mucho más allá de tus actuales capacidades. Si tu tienes éxito en verlo,
me sentiré satisfecho. Si a el le gustas, ese será un buen signo. Pero si el te canta o te
cuenta un relato, eso sería el mas maravilloso presagio que te puedas imaginar. No
puede haber un evento mas significativo en una vida humana.”
“¡Pero! ¿Cómo el sabrá si yo le gusto? ¿Me interrogará por mucho?” Marte
había cambiado en estos meses. Quizás era por las historias vivas de Maitreya, quizás
simplemente solo por la fuerza de la presencia del rajanya. Cualquiera que sea la
causa, el shara se sentía apenado por su pasado. El no quería ser observado por nadie,
no, ni siquiera con compasión.
“¡Ah! Eso difícilmente será necesario para Uchai-Sravasa. Si es mucho una
sola palabra de ti será suficiente.”

~~~

Al medio día del segundo día seguido, ellos alcanzaron una división en la roca
ígnea la cual se abría en una pequeña cueva. El piso era liso, un tipo de mica clara
puesta en hexágonos de basalto. En una plataforma rubí de cuarzo cerca del lejano
fondo de la cueva estaba la escultura de alto tamaño de un hombre, aparentemente
esculpida en pegmatita. Varios cristales grandes brillaban sobre ella de manera
extraña; por un instante Marte pensó que estaba viva.

El Príncipe Sol estudiaba la cueva con cuidado, pero no descubrió nada más.
Decepcionado el miró a Maitreya y encontró que el estaba enfocado en la estatua.
Con un movimiento de su barba, el rajanya le indicó que debería hacer lo mismo.
Marte fijó su mirada hasta que sus ojos se velaron, pero no podía ver nada
inusual acerca de la escultura además de que era particularmente una escultura hecha
por un artista maravilloso que la había creado ¿Qué talento lo había formado de
piedra volcánica? ¿Qué edad podía poseer un artesano así? ¡Tal representación tan
perfecta de un joven, musculoso y hermoso cuerpo! El shara miró de nuevo a
Maitreya y encontró que el no se había movido ni un ápice. Por un completo y
extraño momento, Marte pensó que el también se había convertido en una estatua.
Cuando Marte miró otra vez a la escultura de pegmatita, el por poco y grita:
Un hombre estaba allí, mirándolo. ¿Con juicio? O ¿Simple curiosidad? Su cuerpo era
ese de un poderosamente construido de un ser humano de veinticinco años, pero su
piel era levemente azulosa. Su cabeza era tan magnifica como excesiva descripción:
Cada perfecto rostro que el Príncipe Sol había visto era una triste y grotesca parodia
de vida en la sombra de esta. Sus lujosos rizos dorados giraban suavemente de un
lado a otro, mientras él muy despacio movía su cabeza para estudiar al Shara. Su
dorada capa era luminosa con su propia auto contenida radiancia; también casi parecía
como si se hubiera vuelto viva. Después de lo que parecían horas, el Etan dijo en el
más rico barítono que Marte había escuchado; “Habla, jovencito.”
“Este es el más grande honor de mi vida, más excelso Señor. Yo soy el
Príncipe Sol Marte, el shara hijo de Julius descendiente de la Dinastía Solar de Gana
de Emura y Tala. Maitreya me trajo aquí a conocer al Señor Etan, conocido como
Sravasa. ¿Ese serías tu?”
Vibraciones ensordecedoras retumbaron y se enrollaron en olas. Le tomó al
shara unos momentos para darse cuenta que eran carcajadas viniendo ahora de dos
orígenes. “Has caído lejos, descendiente de mi adoptado hermano Gana. Todavía sus
virtudes están contigo. Unas pocas inevitables experiencias más, que se puedan
manifestar. Tu eres un buen ser humano, que no te falta mucho para vivir en el
Camino de Rodavi.”
El Rajanya suspiró y se sentó, Marte copió el ejemplo. Juntando valor el
preguntó, “Sravasa, ¿Cuál es tu historia? Yo he escuchado de la raza de los Etan solo
en mitos e historia antes; Maitreya me dice que tu eres un Cantor.”
El Etan no dijo nada; Marte sintió que sus mejillas se enrojecieron. Muchas
horas pasaron en silencio mientras el sol se ponía en el exterior y la caverna empezaba
a estar completamente oscura. El Rajanya y el Etan se sentaron como si ellos ambos
estuviesen hechos de piedra, ninguno hizo ni el más leve movimiento toda la noche.
Marte trató de copiarlos, pero, encontró imposible no cambiar de posición de cuando
en cuando. El se adormeció alrededor de la media noche, pero se despertó cuando la
luna creciente se veía en el horizonte. Otra vez el Etan empezó a hablar, esta vez en
un sonsonete extremadamente peculiar ¿esto se suponía que era música? Si era así,
era tan bizarro que el Príncipe Sol no podía hacer nada de ello. Mirando al rajanya, el
encontró que se sentaba aún más erecto, con su completa atención a Uchai-Sravasa.
El shara se sintió más y más frustrado por varios minutos. De pronto el Etan
levantó su mano derecha; hubo un sonido de ruptura muy en lo profundo del cráneo
de Marte. Su mente empezó a irse a la deriva con las vibraciones de Sravasa, Flotando
o expandiéndose a través del espacio, llevado por largas vocales y muchas suaves
consonantes. Gradualmente la música empezó a ser visual: Nebulas y galaxias se
crearon antes sus ojos. Forcejeos titánicos brotaron entre casi fuerzas infinitas; soles
innumerables fueron destruidos en batallas mas vastas que sus más extraños sueños.
Seres enormes y poderosos lloraron por las muertes de sus hijos e hijas, las estrellas
mismas. Fuerzas malignas se soltaban y entonces se encadenaban, entonces se
liberaban otra vez mientras el Universo se expandía ante él.
Los ritmos pulsando de los cantos del Etan se unían una y otra vez dentro de
visiones extraordinarias. Entonces la totalidad del movimiento del Cosmos, se fundía
en una gloriosa radiancia dorada, extendiéndose al infinito en cada dirección. Un
paso más allá Marte se expandió, más allá de la infinita luz dentro del Uno, una cosa
sin forma que era el origen y la meta de toda luz y de toda oscuridad. El shara en ese
momento supo que él era todo, el supo que él estaba en todas partes; el entendió todo;
no había nada, ¡nada! Que el no pudiese hacer si el pudiese solamente recordar
desearlo.
Esto también pasó; sola la luz del Uno que era más que luz era lo que quedaba:
sin limite, incambiante, eterna, sin forma...

~~~

Empezando como una leve pero distinta vibración la voz del Etan rompió al
Ascendente en individuales percepciones – el Universo como antes. Las palabras
empezaron a ser mas y mas distintivas hasta que Marte perfectamente entendió su
significado. El cuento empezó a ser menos rítmico, menos musical mientras Sravasa
gradualmente recreaba el mundo familiar del shara.
“Las esferas eran nuevas y doradas entonces, cuando el Padre Swayam
caminaba solo. Las montañas no habían perdido sus alas, tampoco el Arbol del
Mundo había crecido. Las aguas no estaban fluyendo, tampoco los océanos formados.
“Solo el caminaba, solo el caminaba, por tres veces diez mil años, en cada
mundo que el se paseaba, las lluvias de plata empezaban, los ríos esculpían sus
caudales, los fragantes jardines bailaban, las colinas y los llanos con reverdeciente
vida.
“Todavía al final cuando todo estaba hecho, el aun estaba solo.
“Swayam-bhuva miró con soledad a través de nuestro vibrante y vivo
Universo y lloraba, ¡Madre! ¡Tu me ofreces construir este hogar! ¡ese jardín que yo he
hecho! ¡Bien esculpido, hermosamente pintado, creado como tu me dijiste! ¿Dónde
entonces yace escondido el perfeccionamiento de mi alma?
“Su deseo se deslizo de regreso a su corazón, convirtió su cuerpo a la muerte y
su mente al silencio del Uno.
“¡Un impulso invertido en el no formado pre-pensamiento, y entonces! ante
Swayam se paraban los Tres: Almira, Narain y el Gran Padre.
“Almira le dio a él una esfera dorada; el Gran Padre la semilla del Arbol del
Mundo; Narain, la joya Kaystarbha. Mirando a estos por veintiséis años, Swayam no
respiró. El primer instante del vigésimo séptimo año Shatarupa vino de la esfera
quebrándola a la mitad, la parte superior se convirtió en los pájaros y los insectos, la
inferior las bestias y los peces.
“Así habiendo completado la tarea que le dio a el en su creación, Swayam
construyó su paraíso Etan sobre Martanda para Shatarupa; juntos ellos dieron
nacimiento a mil once hijos y a mil y diez hijas.
Los más jóvenes mil y cuatro hijos se casaron con las mil y cuatro de sus
hermanas, ellos se esparcieron de la ruina de Etan a través de la Galaxia.

“El más viejo de los mil cuatro era Bhishaj, el Medico. El se casó con Althea,
la Curandera; Juntos ellos vagaron la totalidad de la creación, ayudando a toda la
vida.
“Orah, el Bailarín, el sexto más viejo de los hijos, se casó con dos de sus
hermanas: Chavva, (vida) y Leor, (Luz). Rodeado por incontables miles de sus
descendientes, ellos aun gobiernan sobre nuestro Sol. La presente raza humana esta
nombrada entre sus niños; la Raza Solar de Kanaan-dora y los Adanai de Emura están
entre los más recientes de us retoños.
“Krishanu, el Arquero el gemelo de Orah, fue asesinado hace ochenta y dos
mil años cuando el planeta-prisión Martanda que el cuidaba explotó. Cuando
Martanda fue destruida, dieciséis de tus naves espaciales, salieron huyendo de la
muerte de tu mundo-hogar Kanaan-dora fueron incinerados junto con siete millones
de tu gente. Solo una nave espacial con diez mil abordo sobrevivió para alcanzar este
nuevo mundo. Era, sin embargo, un sacrificio parcialmente exitoso: el Emperador
Asur Valin fue puesto en prisión desde ese día. Sin su amo, los Asurs y Rakshasas no
son tan poderosos como una vez lo fueron. Considerando la deplorable condición de
tu Raza Solar, esto es un hecho mas bien afortunado, ¿No es así?
“Las tres hijas mayores, Malinda, Mirabeth y Mirabel, las tejedoras dedicaron
sus vidas al servicio del Gran Padre y se quedaron solteras. Estas tres gastaron sus
años tejiendo el espacio y tiempo dentro de patrones de Ascensión y Perdón. Esto es
difícil de poner en tus palabras, pero su trabajo es el responsable de los sentimientos
de creatividad, inspiración, gozo, alabanza, gratitud y amor que ustedes los seres
humanos experimentan.
“Tres de los hijos mayores, Saranyu-vanya, el Científico, Lemuel-tamara el
Artista, y Yehokanan-Ishtar, el Arquitecto, ayudaron a la humanidad más
directamente hasta que uno por uno, ellos se cansaron de tus extraños y temporales
caprichos. ‘Vanya y ‘Tamara viven ahora en el sencillo planeta de doble sol que hoy
está sirviendo como nuestra estrella polar. ‘Ishtar fue el que se quedó aquí más
tiempo; no fue hasta que Balzor el fundador de Tala envejeció y murió que el
abandono este mundo y se fue solo a pasearse en el Universo.
“El más viejo de los mil once Uchai-sravasa, el Cantor, esta aquí ante ti. Para
satisfacer la petición de Almira, el ha prometido quedarse en estas Montañas
Guardianes hasta la Caída de Para.
“Así yo he contestado tu pregunta, shara.
“Ahora ustedes dos hijos se deben ir: Una nevada está en camino; tu estarás
duramente presionado para atravesar la cúspide antes de que llegue. Si tu necesitas
más ayuda, Maitreya, el Vidyadhara Airavata solo está a unos cientos de leguas en el
lejano norte.” Diciendo esto, la forma viva del Etan gradualmente se aquietó; pronto
los ojos del shara no podían ver otra cosa que piedra.
Maitreya, parándose en un movimiento fluido de una vez como si el fuera un
títere al que le hubieran jalado el hilo, dijo alegremente, “¿Vienes?”

La tormenta llegó sobre ellos con toda su furia a la media tarde, mucho antes
de que ellos pudieran alcanzar la cima. Ellos se escondieron juntos en una cueva por
dos días mientras la tormenta de nieve rugía. Cuando terminó, el shara vio que sería
difícil sino imposible continuar con el viaje: la nieve estaba más allá de sus cabezas;
La borrascosa vereda era invisible.

El rajanya estiró sus manos hacia el norte y llamó en voz baja, “¡Heramann!
¡Airavata!” Su resonante eco continuó alejándose, siempre alejándose, lejos más allá
de cualquier limite físicamente lógico.
Marte lo miró a él curiosamente pero dijo, “Maitreya, ¿Porqué dejaste de
hablarme? Cada vez que he hablado contigo desde la cueva del Etan tu solo me has
respondido monosílabas la mayoría de las veces. ¿Estas molesto conmigo? ¿Te he
fallado de alguna forma? Si es así, por favor dímelo; no puedo continuar sin tu
asistencia.”
“¿Qué es lo que recuerdas de tu experiencia con el Etan?” preguntó Maitreya
calladamente, observándolo a los ojos desde el cegador blanco mundo.
“Gracioso que preguntes. Yo he estado tratando de entender exactamente lo
que Sravasa me dijo. No me acuerdo de casi nada. El me dijo de algunos de sus
hermanos y hermanas, de eso es lo que me acuerdo. El gobernador de nuestro Sol
Orah; Krishanu, el Señor Etan quien murió en Martanda para liberar a Gana y a los
diez mil de Kanaan-dora; Ishtar, y algunos otros. Oh, y el cantó acerca de los
primeros Señores de Etan, Swayam y Shatarupa, la madre y el padre inmortales de
todos los demás. Eso es todo lo que yo me acuerdo.”
“¿Tu no recuerdas nada de experiencias sin palabras, de luz sin forma, espacio
infinito?” Maitreya se volvió a mirarlo fijamente a los ojos. Había un extraño, una
mirada casi demente, en los ojos del rajanya.
Marte se estremeció y respondió, “Nada. ¿Era importante?”
“¿Importante?” Rió Maitreya salvajemente. “¿Importante? Mucho más allá de
importante, shara. ¡Ese fue el único evento significativo en tu corta vida! Tu nunca
otra vez serás el mismo, habiendo tenido solo una vez la experiencia del Uno
Absoluto. Es la verdad fundamental escondida detrás de la superficie de la mente de
cada uno, incluida la tuya. Por de debajo de todos los movimientos de olas de
pensamientos, juicios y percepciones yace el eternamente quieto Ascendente, el Uno.
Esa es la raíz de tu ser, Príncipe Sol aun ahora que te niegas a recordar.”
“¡Yo no te entiendo!” Gritó Marte irritado. “¿Qué es lo que tu quieres decir,
que yo ‘me niego a recordar’? Yo te digo todo lo que recuerdo. ¿Por qué me
atormentas?”
“¿Quién puede olvidarse del Uno sin decisión consciente? Tu mente está tan
llena con sueños inservibles y falsas creencias que tu no te puedes acordar si quiera de
la mas simple realidad.” Maitreya le sonrió ampliamente disfrutando profundamente
en escalador terror que experimentaba el shara.
“¡Eres un completo necio!” Gritó Marte. “Que derecho tienes tu -- ”
El rajanya de pronto dio un brinco y cruzo de cuatro zancadas el espacio que
lo separaba y golpeó al shara con todas sus fuerzas sobre su pecho gritando “¡Hrai!”
La abrupta protesta de Marte terminó mientras su mente se reabría a si misma.
El flotaba otra vez dentro de la infinidad sin forma que el Etan le había revelado a el.
Solo esta vez, tus ojos aun estaban cubiertos reportándole a el la cara barbuda de
Maitreya sonriendo, ni siquiera a una mano de distancia de la suya. ¿Cómo puede ser
que la mente pueda estar experimentado dos cosas a la vez? No tenía sentido.
Había un extraño sonido en la parte de atrás que parecía estar viniendo desde
muy, muy lejos y todavía era en alguna forma relacionado con el rostro de Maitreya
que estaba completamente divertido; en otro momento, Marte se dio cuenta que era el
salvaje risoteo a carcajadas del rajanya. “No entiendo --” El empezó, pero entonces se
detuvo en confusión, porque su propia voz sonaba igualmente distante como si sus
palabras estuvieran viniendo desde el otro lado del valle.

“Por su puesto que entiendes,” Replicó Maitreya. “Pero tu no quieres creerlo.


Ahora nosotros vamos a empezar tu verdadero entrenamiento. Este mundo que ves
con tus ojos es un sueño, shara, nada más. La única verdad es eso lo cual tu estas
experimentando ahora: infinito, siempre lo mismo, nunca cambiante, sin forma más
allá de toda luz y toda oscuridad. Eso es tu único y verdadero Ser. El otro ser, ese en
el cual tu tercamente crees, no es nada sino una particularmente astuta mentira creada
por tu ego soñando.
“¡No entiendo!” Exclamó Marte aterrado por la inmensidad llenando su mente.
“¿Qué es lo que quieres decir? El mundo es real. Yo soy real. Tu eres real. ¿Qué es lo
que tu estas diciendo?”
“Solo puede haber una sola última Verdad, shara. Una o la otra debe ser una
mentira. Ya sea que el infinito nunca-cambiante Uno o el finito siempre-cambiante
mundo es falso.
“Tu piensas que tu entiendes tu Universo. Tu piensas que tu eres el aparente-
heredero de Tala, hijo de Julius, descendiente de Gana. Y tu piensas que sabes lo que
eso significa. Pero tu ya has conocido a muchos quienes no encajan dentro de tu
limpio y pequeño mundo, altamente-estructurado. Joab. Yo. Sravasa. ¡Piensa, Marte!
¿Cómo pudo Joab haber vivido por casi dos mil años? Aun los más cuidadosos de tus
antepasados nunca vieron su cuarto siglo. ¿Cómo pudieron unas cuantas palabras
desde el Etan haberte dado a ti esta experiencia? ¿Cómo puedo yo recomenzarla a
través de simplemente golpearte en el pecho? ¿No puedes tu aceptar, aun por un
instante que tu mundo de espacio y tiempo es solo una ilusión? ¿Un sueño
particularmente extraño? Tu lo has creado por tus creencias; tu lo mantienes por tus
continuos juicios; ¡Tu lo terminarás cuando ya no aceptes mas su realidad! ¡Despierta,
Marte! El Universo será tuyo para hacer con él como tu lo desees si tu entiendes esto
por un instante. No hay fronteras para ti excepto las que tu has creado en la demencia
de tu pasado y estas luchando locamente para mantener.”
“¡No te entiendo!” Gritó Marte en un creciente temor. “¿Qué le has hecho tu a
mi mente? ¡No me gusta esto!”
En ese momento, el Vidyadhara Heramann en su forma esmeralda y oro como
lagarto brincó dentro de la caverna; Marte gritó en terror, “¡Que! ¡Quién! ¡Maitreya!”
El rajanya rió alborotadamente y dijo, “¡Airavata! ¿Por qué te tardaste tanto?
Tu eres bienvenido.” El abrazó al Vidyadhara, levantándolo totalmente del piso. La
cola de Heramann se arrastraba viciosamente de un lado a otro en furiosa protesta;
Maitreya se rió y lo bajó. El Vidyadhara respondió con un cortés saludo mientras el
rajanya continuaba, “Airavata, quiero que conozcas a un descendiente de Gana. El es
el más inusual Príncipe Sol que he conocido: Uchai-sravasa le regaló a él un cuento
de los Señores de Etan y un canto del Uno.”
“¿Hrai? Mas extraordinariamente. Saludos, humano. En honor a tu antepasado,
mi asesinado amigo, tu también puedes llamarme a mi Heramann.”
La voz del Vidyadhara era suave, gentil, muy parecida al ronroneo de un gato.
Marte, en su mayoría aun experimentando al Uno infinito, había terminado su temor
por conclusión de que el estaba dormido y soñando; el contestó ligeramente, “Es un
honor, ah, Heramann. Yo soy el shara Marte hijo de Julius y Ambarina trigésimo
segundo en la descendencia desde Balzor, el fundador de Tala. ¿Te ofenderías si yo
te pregunto a ti de ti mismo? Nunca antes siquiera había yo oído de alguien como tu.
Estas Quemadas Tierras están de hecho llenas con maravillas.” Que sueño tan
perfecto. Parecía tan real.

Heramann se rió “Hay muy poco que decir. Yo soy como tu me ves. Yo soy
un – quizás el último en este mundo – Vidyadhara. Originalmente nosotros éramos
como estrellas en los cielos, muchos millones disfrutando amor y risas a lo largo de la
vía aqua. No había envejecimiento para nosotros, ni enfermedad, ni muerte. Parecía
entonces que nosotros podíamos vivir para siempre y esparcirnos a todos los mundos;
con el tiempo nosotros creamos y una maravillosa civilización sobre quince planetas
de once soles.
Pero Almira no regaló a los Vidyadharas la habilidad para crear más de
nuestra raza; mientras los milenios fueron pasando, nosotros disminuimos el número.
Muchos abandonaron este mundo cuando los océanos empezaron a quemarse con el
fuego de los Rakshasas; muchos entraron al largo hielo y no respiraron más esperando
despertar al Final de los Tiempos, cuando todos los seres de nuestro Universo sean
devueltos y restaurados al conocimiento del Uno.”
“Nosotros nos habíamos disminuido a algunos miles cuando Gana y tus otros
antepasados vinieron a Martanda. Pero nosotros los asistimos a ellos en la guerra
final con Valin; después de que el Emperador Asur fue derrotado, nosotros ayudamos
a Ishtar construir la Ciudad de Coral para Gana, la gloriosa Phedra de Emura y a
Kartika la Ciudad de Plata, la amorosa Galatea de Calantha.”
“Unos pocos de mi raza quizás aún vivan en este mundo, pero yo no he visto
a ninguno en muchos siglos. Si nosotros aún estamos en otro de nuestros antiguos
mundos, yo no sé. ¡Hrai! quizás el deseo para compartir hielo venga otra vez; yo los
buscaré. Pero por ahora, yo estoy contento con mi soledad.”
“¿Tú realmente puedes viajar a las estrellas?” Preguntó Marte curiosamente.
Las palabras del Vidyadhara lo habían cautivado totalmente; él se había olvidado de
su conclusión, de que él estaba soñando; él se había olvidado del Uno; él se había
olvidado del todo excepto de su gran asombro a este increíble y antiguo ser. ¿Será que
todos los protagonistas de las viejas historias van a probar ser tan maravillosos?
¿Cómo puede la realidad ser tan diferente de lo que él había creído por tanto tiempo?
“Hrai, eres un chiquillo astuto, Maitreya. Muchas cosas puedo hacer,
descendiente de mí envenenado amigo Gana. Mañana, por ejemplo, yo te voy ayudar
alrededor de las tierras de los Danavas y los Asurs.”
“¿Qué? ¿Cómo podrías tú ayudarnos a través de esta profunda nieve?” ¡Qué
pensamiento tan curioso! ¡Él era tan pequeño!
“Esos arrastres débiles no son obstáculos para aquellos con el conocimiento
del Uno, Príncipe Sol. El cual de hecho hace que el rajanya me llame aquí me parece
demasiado ridículo. Bueno, su verdadero propósito sin duda comenzará a ser claro a
su tiempo.”
“Maitreya, me despertaste en el momento más inconveniente. Y esta
conversación se alarga demasiado. Ahora diré buenas noches, buenas noches.” El
Vidyadhara brincó fuera de la caverna y dió un clavado dentro de un banco de nieve,
desde donde un suave ronquido inmediatamente se escuchó.
“Bueno,” dijo Marte. “Bueno.”
“Bueno, ¿Estabas diciendo?” Preguntó el rajanya, ampliamente sonriéndole.
Marte lo miró a él perplejo, como siempre acordándose de nada.

Heramann, sacudiéndose la nieve de sus escamas los saludó a ellos muy alegre
al amanecer, entonces sonriendo preguntó, “¿Listo, jovencito?”

“¿Listo para qué?” Respondió el shara con rencor. “Si nosotros dos no
podemos salir de aquí, no veo como uno de tu tamaño pueda hacernos algún bien.”
“¡Hrai! ¡quizás así sea para ti, nunca para el otro! si Maitreya ha esperado,
solo puede ser porque él desea un poco de mi compañía. ¿No es esto tu misteriosa
intención, portador efectivo de Nuriel?”
“Tu intelecto es como siempre Airavata” sonrió el rajanya, mientras su enorme
sonrisa explotó a través de su enorme barba. “Yo siento que tres de nosotros puedan
tener más suerte con los Danavas y los otros encantadores habitantes de estas partes
de las Quemadas Tierras.”
“¡Esa es una forma muy rara de acercarse a la Ciudad de Ebano de Zared!”
Exclamó Heramann, dándole una larga e intensa mirada desde la esquina de uno de
sus ojos esmeralda.
“¡ Sin duda alguna! Todavía así debe ser: él escoge este camino.” Maitreya
miro a Marte, para ver como esta aserción lo afectaría. El Príncipe Sol los veía a ellos
vacuamente: como siempre él estaba haciendo todo lo posible para no entender.
Encogiéndose de hombros, el rajanya continuó. “¿Nos vamos?”
“¿Por dónde?” Preguntó Heramann, esperando por una menos embarazosa
alternativa. “¿La tuya o la mía?”
“La mía si tú puedes aguantarlo. Nuestro shara aún no conoce nada de la vida.
Aunque él por supuesto cree demasiado firmemente que él si sabe.”
“Que así sea, Guardián de la Promesa. Honro tu sabiduría a través de
reservarme el juicio. ¡Súbanse a bordo!” De pronto el Vidyadhara se expandió
enormemente. Mientras Marte lo miraba hacia arriba con asombro, Heramann lo
levantó a él suavemente y lo puso en su hombro derecho. El rajanya ya se había
subido de alguna manera sobre su izquierdo.
“Ahora, Maitreya. ¿Estás seguro acerca de la dirección, de la necesidad de esta
charada?” La voz de Heramann era enorme, retumbando como un trueno acercándose.
“Nuestro Príncipe Sol aún no está completo, Airavata. Procedamos; ¡que
Venus y el Señor Brihas brille con su gracia sobre todos nosotros!”
Sin más protestas el Vidyadhara los llevó a ellos con grandes zancadas al otro
lado de la cima dentro de las Quemadas Tierras, en el lado oeste de las Montañas
Guardianas.

~~~

Después de que el shara habló sin parar por su sorpresa, el empezó totalmente
a disfrutar el vaivén del viaje. Sintiéndose bastante ligero del corazón, el cantó una
canción de su niñez, acerca de dragones.
Heramann se carcajeó y dijo fríamente, “¡Entonces! Los Vidyadharas son
recordados por ustedes recién llegados. ¡Pero no muy favorablemente! ¡Devorando
princesas, de hecho! Ninguno de nosotros alguna vez llevó a algún animal al
matadero, ¡Nada que ver de masticar a nuestros aliados y alguna vez amigos!”
“¡Oh! Lo siento; es la única canción que yo conozco acerca de alguien como
tu. Pero Heramann, dime -- ¿Cómo fue que tu sobreviviste cuando Orah quemó
Emura?”
“¡Yo no estaba aqui! La olvidadiza naturaleza de la raza humana siempre me
aburrió; en ese tiempo estaba durmiendo en el Hielo Polar. El calor del terror del
Señor de Etan causó que despertara, pensando más aseguradamente que debía ser el
final del tiempo. Desde eso he vagado en el mundo otra vez, ayudando a tu gente en
ocasiones, más seguido disfrutando mis días en la soledad, cantando la maravilla de
Almira, contemplando la Gloria del Uno.”

~~~

Esa noche, Maitreya caminó muy despacio en un ancho circulo alrededor de


ellos, arrastrando la punta de Nuriel por el polvo. Marte pensó que esto era un uso
peculiar para una espada tan magnifica, pero cuando el rajanya terminó, un anillo de
fuego se prendió a su alrededor, tan alto que parecía que se juntaba con el cielo. Marte
sintió raramente frío en el repentino calor, pero Heramann no estaba contento para
nada: el se encogió del tamaño de la bota del shara. Marte se quedó viendo a
Maitreya maravillado, pero recibió como respuesta solo una enigmática reflexión en
los oscuros ojos del rajanya. ¿Esa mirada significaba que estas cosas eran demasiado
complicadas para que Marte comprendiera? O ¿Significaría que el debería de saber
exactamente lo que el rajanya hacía y se estaba haciendo el tonto a si mismo al
pretender que el no sabía? O ¿Era algo más en su totalidad? Sacudiendo se cabeza
para terminar el dialogo interno sin fin, el Shara se acostó y se quedó dormido
rápidamente. Su cuerpo cuando menos estaba agradecido por otra oportunidad de un
largo descanso.

~~~

Un rugido ensordecedor despertó al Príncipe Sol en un sudor frío algo así


después de la media noche – el había estado soñando del ataque del león cinco y
medio años atrás. Un frío temor se apoderó de el tan poderosamente que el tenia
miedo aun de moverse, pero el rajanya lo jaló hacia arriba e hizo que se siente espalda
con espalda con el Vidyadhara. Heramann estaba ahora tan alto como Maitreya y se
veía que estaba en guardia.
No hubo otro sonido. Marte muy despacio calmó su corazón y eventualmente
se fue durmiendo otra vez. Tan pronto como su mente se aquietó, el rugido vino otra
vez – desde todos los lados como también desde arriba y (el juró) desde abajo. No fue
como el rugido de un león enfurecido, pero de alguna manera era más que un sonido:
el terror rasgó todos sus sentidos; hubo allí un violento dolor respondiendo en la parte
baja de su abdomen. El dobló su cuerpo y se hubiera caído hacia delante, pero
Maitreya y Heramann lo mantuvieron a el en su lugar.
Hubo un gigantesco – algo – visible detrás del anillo de fuego. Otra vez vino
mas el rugido de mas que el sonido; la luz del fuego parpadeó y murió. En la abrupta
oscuridad, todo era caos. Marte sintió un total frío y una babosas manos aferradas de
su pierna, jalándolo a el de sus compañeros. El trató de gritar pero había perdido todo
control de su voz ¡ayúdame! El gritó en su mente. ¡Ayúdame, Maitreya!
El rajanya dio un brinco hacia arriba, y columpiando a Nuriel en un ancho
circulo sobre sus cabezas. Luz brillante chispeó desde la hoja de su espada; Maitreya
dijo en una brusca pero extrañamente oscura voz, “¡Tu no puedes tenerlo! No ahora,
¡Nunca otra vez! ¡El ha sido tocado por Uchai-sravasa!” “En la luz de otro mundo de
la espada, Marte pudo ver una gigantesca oscuridad sin forma apoyándose sobre de
ellos.
Una enorme y profundamente color carmín apertura que quizás le debía haber
servido al monstruo para su boca se abrió, revelando un intenso esplendor infernal
que opacaba la luz de Nuriel. Una terrorífica y muy fuerte carcajada vino como un
profundo rugido desde eso y gradualmente se transformó en palabras, “¡Ya veremos,
Maitreya! ¡Oh, que tan bien lo vamos a ver!”
La presencia sin forma se desvaneció; Marte cayó hacia delante, aguantando la
quemazón en su abdomen, mientras la agonía sanguínea lo envolvía; todo era una
nada fría que duró por un largo tiempo.
Una vez más esa noche, un profundo dolor se retorció a través de su cuerpo; el
shara nadó de nuevo en el estado despierto.
Heramann y Maitreya estaban hablando tranquilamente en la luz de la suave
luna como si nada hubiese pasado. No habían fuegos en ninguna parte; el disco de la
galaxia se mostraba claramente sobre nuestras cabezas con toda flamante
majestuosidad. Dos planetas Venus y Brihas, estaban muy cercanos en conjunto al
horizonte. Todo era la representación de la perfecta paz. ¿Había sido todo un sueño?
Como el flujo daba retroceso y la oscura perdición clamaba una vez más al
Príncipe Sol, el escuchó al Vidyadhara preguntar, “¿Por qué piensas que el va por
tales bizarras longitudes para quedarse tan profundamente dormido?”
“Mientras mas grande sea la tarea más grande es el sueño,” Maitreya contestó
simplemente.

~~~

Los tres caminaron uno al lado del otro por tres días: Marte en medio,
Heramann (tan alto como la rodilla del shara) a su derecha, Maitreya a su izquierda.
El Príncipe Sol se sintió demasiado opaco para caminar por muchas horas; el dolor en
sus viseras aun era severo. Cerca el medio día, el empezó a flaquear; el preguntó
“¿Qué fue eso?” aun la pregunta causo que el mundo se tornara gris.
“Seria mejor no discutir al Rakshasa, shara” Respondió el rajanya
cortésmente, después lanzo una larga lección sobre Emura, la cual pudo haber sido
titulada, “Intuiciones útiles de la Vida y Tiempos del Vigésimo Segundo Rey Sol
después de Gana.” Marte por lo regular disfrutaba de sus relatos, pero hoy no oyó
nada de ello.
En el medio de la tarde, el shara trató otra vez, “¡Maitreya! ¿Cuál es el origen
de los Rakshasas? ¿De donde vienen ellos, cual es su historia? ¿Están ellos
emparentados con los Señores de Etan, los Vidyadharas, o los humanos? Y también
quiero saber mas acerca de los Danavas y los Asurs. Yo no puedo resistir estos
terribles peligros sin conocimiento.”
El rajanya se detuvo para mirarlo fijamente a los ojos. Alcanzando la única
conclusión disponible el rió amablemente, “Tu eres terco, ¿no es así? Muy bien; si tu
insistes. Pero no aquí.” El lo llevó a un pequeño montículo en plena luz del sol,
entonces le dijo a Marte que se sentara dándole la cara al oeste. Maitreya miró
fijamente al sol por unos minutos, suspiró y dijo, “Marte, quiero que tu escuches con
mucho cuidado esta historia de Rakshasas, creada especialmente para ti. Ahora,
Airavata.”
El Vidyadhara meció su cabeza bruscamente alrededor y se le quedo viendo.
¿Por qué era este el relato suyo? Viendo que no había respuesta obvia en esos ojos de
ébano el empezó muy despacio, “Hrai, shara. Escucha con cuidado, como Maitreya te
promete. Hay una conexión entre los Rakshasas y todas las personas. Todos los seres
tienen detrás de ellos una sombra, algunas veces sin forma y algunas veces con la
forma de la nada, visible cuando es que ellas dan cara a la luz. Pero cuando hay
oscuridad, estas sombras sin forma se expanden y toman su silueta mas grande como
el temor o la desesperación o la oscuridad, brillante crueldad.

“Esta nada hace mucho tiempo fue capturada por Navril Hagar, el Emperador
Asur Valin. El la alimentó dentro de sus fuegos infernales de Vaciedad y creó a
Salash y Pashash y su esposa en común, Yaksin. De estos tres de ingeniería genética
han descendido la totalidad de la raza Rakshasa. Los Rakshasas de este mundo viven
en el Quemante Mar, la cual es muerte segura para todas las demás criaturas vivas,
pero viajan fuera a voluntad para alimentarse de la energía humana. Desde el Día de
la Desesperación cuando el Señor Gana fue envenenado sus números han
incrementado y se encuentran en todas partes en el mundo de hoy. Ellos aun son y
por siempre serán los peores enemigos de la humanidad. Ya que ellos son maestros
de viaje a través de dimensiones paralelas, muy pocos saben de sus formas. Tu has
probado la amargura del sentimiento de su perversa maldad; Maitreya aun no está
convencido que tu hayas todavía conquistado al Rakshasa que tiene el más fuerte
apego en ti. Por eso no quiere hablar acerca de su raza. El preferiría que tu no muevas
tu atención hacia allá, solo serviría para incrementar su poder sobre ti.
“Los Asurs y los Danavas fueron descendientes de la Raza Solar de Kanaan-
dora. Los Asurs cayeron lo más lejos – Lujuria por el poder, ellos estudiaron la
Vaciedad de Valin y se degeneraron dentro de una forma y existencia similar a los
Rakshasas. Una extraordinaria duración de la vida y muchos poderes remarcables son
de ellos, pero el precio que ellos pagaron es horrible.
“Los Danavas intentaron tomar maestría de las fuerzas de la Naturaleza, pero
nunca buscaron el conocimiento del Uno; por lo tanto su perfección relativa solo es
heraldo de su ruina. Ellos viven en un mundo de sueños ahora, en el cual ellos ya no
cambian o progresan. Muy rara vez uno de los Siete entra allí, pero nunca tienen
mucho éxito en tocarlos: su ceguera los encadena a la estática, existencia sin
significado. Ellos están contentos pero profundamente dormidos: todos están muertos
en su paraíso artificial.”
El shara solicito un entendimiento más profundo de los Siete, pero el rajanya
abruptamente dio un brinco y aligeró la partida. “¡Rápido!” el los llamo mientras el se
marchaba. “Tu has llenado este lugar con maldad. Nosotros debemos estar alejados de
aquí al final del día.”

Maitreya hizo que empezara la noche espalda con espalda. El creo un circulo
de fuego como antes, entonces se sentó y puso a Nuriel entre sus rodillas. Heramann
se veía perfectamente miserable pero no dijo nada.
Marte se preguntaba porqué el rajanya era tan taciturno, casi en resentimiento
silencioso. ¿Por qué Maitreya tenía miedo de hablar de nuestros enemigos?¿No
tengo yo el derecho de saber con que terrores me enfrento?¿Qué otros oscuros
secretos el resguarda?¿Quién es el realmente? El Vidyadhara lo llamó “Guardián de
la Promesa.” ¿Era que Heramann solamente le decía un cumplido o era que
Maitreya estaba encubriendo la mayoría de su pasado?¿Por qué?¿Todavía como
mas puede el conocer tan íntimamente de Emura y de mis propios antepasados?
Un extraño y maravilloso pensamiento de pronto se le ocurrió a Marte.
Sravasa había confirmado que las historias de Tala se habían grabado: el Fundador
Balzor fue ayudado por un Señor Etan Ishtar. Ellos se suponen habían sido amigos
cercanos muchos años. Ishtar no solo enseño a Balzor suficiente de la ciencia de Etan
para derrotar la Supremacía Asur, el construyó la Ciudad de Oro Sulara para él. Las
historias cuentan que el Amor de Ishtar fue tan grande por Balzor que el le prometió
concederle cualquier conocimiento excepto el secreto de la inmortalidad misma. Fue
solo cuando Balzor empezó a crecer sin vigor con la edad, que al final requirió este
último beneficio que el Etan abandonó a su amigo y a Tala, así más o menos cuenta la
historia. ¡Pero ninguna historia contaba que le pasaba al el después! Y aun Uchai-
sravasa acerca del paradero de su hermano no dijo nada especifico. No, era
perfectamente lógico: ¡Maitreya debe ser nadie mas que Ishtar, por amor regresó a
redimir al shara el linaje de Balzor!
“¡Maitreya!” Marte exclamó con gran excitación. “Tu me dijiste antes de
conocieramos a Sravasa que el era el ultimo Etan pero uno de este mundo ¿Quién es
el otro? ¿Eres tu?
El rajanya lo miró a los ojos con sorpresa ¡esto no era una simple perversión
causada por los Rakshasas! ¿Quién más se atrevía a retar la voluntad de Almira?
¿Eran los Danavas? ¿O los Asurs? ¡Marte se retiraba de él! ¡el difícilmente estaba
aquí! Y todavía – y todavía, era posible que éste conocimiento podría ser
suficientemente poderoso para agarrarlo. O, fallando eso, cuando menos un ángulo de
su partida para que ellos pudieran – en el tiempo – redescubrirlo. Era un juego de
azar, pero ya no era posible otra opción.
“Yo ciertamente no soy un Etan, shara. La simple verdad es que tu ya conoces
todo acerca del otro Señor Etan que yo mencioné, si tu escoges recordar.
“¿Te acuerdas de un edificio antiguo en particular en Sulara, yo creo que aun
es llamado el Templo de Kanaan-dora?”
“Yo he estado allí,” contestó Marte, disgustado. Había parecido una idea tan
espléndida. “¿Por qué?” ¿Qué posible relevancia tiene eso?
“¿Qué recuerdas tu de ello?”
“No mucho. Solo que es muy antigua, hemisférico, hueco, un anfiteatro
virtualmente vacío hecho de oro. Adentro, no hay nada, sino una semilla muy grande,
que se dice vino desde Kanaan-dora, y tres estatuas: una serpiente blanca, un lagarto
negro --¡No! ¡Un Vidyadhara! – y, sosteniéndolas, una escultura bien esculpida de
Gana, creada por el Ultimo Guardián de la Promesa de Emura, Mordom. Eso es todo
lo que recuerdo. ¿por qué?”
“Tu has nombrado todo lo que es importante, Príncipe Sol,” respondió
Maitreya con una sonrisa un poco torcida. “Pero yo se de hecho que Mordom nunca
fue un escultor. En verdad, esa ultima no es una estatua – esa magnifica estatua no es
de piedra; ¡Es el mismo Gana!”
“¿Qué? ¡Eso es imposible!” Instantáneamente el vértigo que Marte había
experimentado ante el fuego de Joab regresó, más intenso que antes. El mundo
empezó salvajemente a dar vueltas alrededor de el en espirales de luz, su ultima (y
única) ancla, era la voz del rajanya.
“Los más viejos relatos son los más verdaderos, shara. La humanidad no es
nativa de este mundo. Nosotros nos acomodamos aquí cuando el ultimo hogar, el
planeta de Kanaan-dora, fue destruido por los Siete.
“Desafortunadamente, antes de venir aquí, los siete millones de refugiados de
Kanaan-dora aterrizaron primero sobre Martanda. El gran despliegue de telescopios
en órbita habían descubierto seis planetas de agua y de temperatura adecuada en
cercanos sistemas estelares; el Señor Estelar y Consejo de las Gemas votó por el más
adecuado y cercano, Martanda, sin saber quién estaba allí encadenado o sin entender
nada de la previa historia de la humanidad.
“El Guardián de la Promesa Rodavi y el shara Gana solos, intentaron
disuadirlos, pero ellos no tenían otras razones que las crípticas profecías del Primer
Guardián de la Promesa, el fundador de Kanaan-dora, el shara Solon. Ellos fueron
descartados por votos en unanimidad.
“Pero Rodavi y Gana tenían razón, por su puesto: La adecuada apariencia de
Martanda era una soberbia mentira, creada por el Emperador Asur Valin. El aterrizaje
de los refugiados lo liberó de la prisión que los Señores de Etan habían forjado al
costo de su Paraíso Etan. La esposa de Gana, Almira y casi todos los otros de la Raza
Solar fueron capturados, torturados y eventualmente asesinados por Valin; solo diez
mil de los refugiados de Kanaan-dora escaparon cuando Martanda explotó.
“Antes de que su nave espacial huyera de Martanda, el sobrino de Gana Irnga
dirigió su batallón a través del Mar sin Forma de la Vaciedad y atacó la Fortaleza de
Valin. El era un joven valiente, brillante, pero no suficientemente sutil para pelear
con el Emperador Asur. Valin le permitió que probara la victoria: Irnga recapturó las
dos mitades de la preciosa gema Kaystarbha, Kaysta y Starbha, y de allí, en adelante
dándole a Gana y a sus diez mil el poder para escapar de Martanda.
“Pero allí había sutileza sobre sutileza, Valin sabía que Swayam y los Señores
de Etan destruirían Martanda en vez de dejarlo ahí permaneciendo libre: el penetró el
corazón de Irnga y escapó la ruina de Martanda como su polizonte.
“tan pronto como Martanda explotó Valin emergió de Irnga y juntando lo que
le quedaban de sus armamentos de Rakshasas, atacaron la ultima nave espacial. Los
Señores de Etan y los Vidyadharas se juntaron con Gana en esa batalla interestelar por
el destino de la humanidad.
“La iluminación del fuego de Rakshasas que cubrió este mundo fue el acto
final de Valin antes de su derrota: el esperaba escaparse de las fuerzas victoriosas del
Uno en el Quemante Mar. Pero Airavata llevó a Gana y lo persiguieron hasta su
escondite; juntos ellos lo volvieron a encadenar.
“La ultima batalla forzó a los diez mil venir a esta Tierra; ellos no tenían
opción sino quedarse aquí. Así Emura fue fundada en el hemisferio norte de este
mundo simplemente porque ya no había otra alternativa, esto es porque ellos
nombraron su civilización: ‘Emura’ que significa “aislados” en la lengua de Kanaan-
dora.
“Después de que Valin fue derrotado Swayam y los Señores de Etan juzgaron
que el shara Gana se merecía la inmortalidad. De esta manera esperaron proveer lo
que le quedaban de humanidad en la permanente estabilidad en la forma de un
Príncipe Sol inmortal.
“Pero todos hicieron un error crucial: Valin no había abandonado totalmente al
shara Irnga. La porción del espíritu del Emperador Asur en el corazón de Irnga
gradualmente tomo control de el. Dentro de los tres años siguientes de la fundación
de Emura, Irnga había caído suficientemente lejos para intentar asesinar a su tío.
“Gana había probado el amrita de Swayam y no podía morir. Pero tampoco
podía el ya vivir: el veneno de la Vaciedad de Irnga lo hirió a sí mismo dentro del
material genético dentro de cada célula de su cuerpo. Gana se ha quedado en el
corazón de Sulara por todos estos milenios, como una estatua, olvidadizo, soñando
viejos y extrañamente intricados sueños de nuevos mundos y vidas.”

~~~

Marte difícilmente podía ver a través de la mezclada confusión de colores y


sonidos que lo envolvían. ¿Qué le estaba pasando a el? ¿Porqué Maitreya se había
detenido de hablar? ¿A dónde se había ido?
Un pequeño e iridiscente gusanillo con brillantes ojos rojos se arrastraba hacia
él a través de esta nebulosa confusión de caos. Iba creciendo a el mientras se
acercaba, ofreciendo estabilidad como contrapeso al violento mundo de locura. Marte
estiró un dedo hacía el; el gusanillo lo tomó a el con sus patas traseras.
“¡No, shara!” Gritó Maitreya y Airavata juntos, pero fue demasiado tarde: las
mandíbulas del gusanillo se cerraron sobre el dedo. Marte se desvaneció con una
pequeña explosión.
El Rajanya y el Vidyadhara se quedaron parados parpadeando ante el lugar
donde el Príncipe Sol había estado sentado.
“Hrai” Dijo Heramann.
“Maldita sea,” dijo Maitreya.
9. EL CORAZÓN DE COMPASIÓN

Una simple tarea para un hombre


Puede probar ser un infierno viviente para otro
-- Rodavi

No parecerá el mismo mundo


Cuando Marte y Venus
Gobiernen en Sulara
-- Mordom

Por lo cual el quiere decir:


Muchas creencias honradas
Por el tiempo, Cambiarán
--Joab

Tres días después de que Naisan y Venus entraran a Sulara, el vigía del muro
exterior de la ciudad detectó una larga e inesperada caballería viniendo desde el norte.
Un mensaje fue enviado inmediatamente al palacio de Zephyra; la guardia fue
llamada.
“Extraño,” comentó el guardián de la puerta Aldis mientras el bajaba la reja de
hierro. “Mi deseo se opone a este acto que mi deber me manda. ¡Debe haber cerca de
trescientos de ellos! ¿Quiénes son ellos? ¿De donde vienen ellos?” Su corazón
golpeaba por una respuesta, pero su mente se negaba a aceptarlo. Su pulso latió, él se
aferró fuertemente a la piedra de las almenas para observar más allá a la caballería
que se acercaba. Su viejos ojos se opacaron con su sueño.
“¿Qué debemos hacer?” Preguntó Kabil, capitán de los arqueros reunidos en
los muros. Su cabello y su temperamento eran feroces; la visión de la caballería que
se acercaba lo llenó con rabia. ¡Este reto demandaba acción inmediata! “¿quiénes son
ellos?” Aldis contestó calladamente, “Seguramente, Kabil, es la Anunciación. En
Emura, en el tercer día antes de la coronación, los Adanai regresaron a nuestro mundo
a honrar al Príncipe Sol.”
“¡Eres un absurdo loco! Gritó el capitán, su cólera intensificándose. ¡Nunca en
la historia de Tala ha habido un milagro así! Tu estas imposiblemente loco. ¿Por qué
no ha regresado la respuesta de Julius?”
“No sé,” contestó el viejo guardia de la puerta, desconcertado. ¿Por qué había
dicho una tontería así al capitán? El mismo no la creía para si mismo. Seguro que
tenia que haber una explicación más razonable para que esta caballería apareciera
inesperadamente. “Vamos a saludarlos.” El levantó el cuerno de Emura. Una de las
pocas reliquias operables de la perdida civilización, hacía que la voz sonara dura pero
también muchas veces mas fuerte. “¿Quiénes son ustedes? ¿Cuál es su propósito?
¡Alto, identifiquense!” La respuesta fue inmediata como de rayo, perfectamente clara
y todavía no de habla: aun los sordos reportaron comprensión completa de las
palabras. “¡Los Reyes Sol de Emura! ¡Abre tu Sulara!”
Algunos de los muros fueron golpeados en seco por estas palabras, dejando
caer sus arcos, ellos se quedaron viendo vacuamente dentro del espacio. Otros estaban
enfurecidos; sus ojos quemándose con rabia, ellos jalaban los cordones de sus arcos
una y otra vez. Unos pocos gritaban descontroladamente; dos o tres reían
histéricamente; siete se desmayaron. Un cuarto de los Talaneses ni siquiera fueron
afectados en lo mas mínimo y se les quedaban viendo a sus compañeros soldados con
grandes ojos.
Aldis, blasfemando en contra de si mismo por dudar de su corazón, se movió
a abrir su reja de hierro. Pero Kabil, viendo la traición, ordenó a sus hombres que
agarrarán al guardián de la puerta.
Treinta segundos, un minuto, otra vez vino el resonante comando, “¡Abran,
abran su ciudad! ¡Nosotros somos los Adanai y Los Guardianes de la Promesa de
Emura, aquí para la Anunciación del shara!”
La mitad de los arqueros tiraron sus armas; otros pocos balbucearon en
absoluto terror; algunos otros se hincaron y oraron. Una forcejeada batalla rugía
alrededor de Aldis y otros pocos que desesperadamente trataban de abrir la reja.
Una tercera vez vino el comando, “¡Abran! ¡Abran a los Reyes Sol de
Emura!” y la reja de hierro de Aldis se derritió y colapsó. La caballería entró.
Una quinta parte de los hombres de Kabil soltaron sus flechas bajo sus
ordenes. Las puntas fueron vaporizadas; los palos pasaron a través de la caballería,
sin hacerles daño, y sonaron opaco sobre el piso.
Otra vez ellos dispararon sus flechas, pero estas se multiplicaron en
chasquillos de vapor que el sol naciente reflejó dentro patrones del arco iris de tonos
sutiles de belleza.
Los arqueros recargaron sus flechas una tercera vez, pero justo entonces el
hijo de Firad, el shara Dagora, corrió hacia ellos desde Zephyra sobre Victoria;
gritando, “¡Deténganse! ¡En el nombre de Julius, detengan esa locura! ¡Ustedes están
luchando con un sueño! ¡Ellos son la memoria colectiva de los Reyes Sol y de los
Guardianes de la Promesa de Emura!”
Los primeros caballeros, sonriendo con gran humor, se inclinaron hacia él y
dijeron, “Tu solo guíanos al palacio, muchacho.”

Cada uno de los cien mil de la Ciudad Dorada salieron a ver la procesión.
Primero vino Dagora sobre Victoria, entonces en una sola fila la caballería. Los
pocos hombres y mujeres que llegaron a pie desde el norte caminaban junto a los
caballos al lado izquierdo.
El Rumor de la Diosa se desplegaba entre la gente, hablando visiones,
verdades y mentiras, “Tala viene a su edad hoy. Así empieza el Final del Mundo, la
Gran Caída profetizada por el mas grande Guardián de la Promesa Rodavi. Todas las
profecías ahora vienen a ser realidad. Ellos asesinarán a Julius. Habrá un verdadero
adan de nuevo. Están aquí para bendecir al shara. Gana regresa a reclamar su trono.
Hoy reempieza el Camino de Rodavi. Ellos nos asesinarán a todos.”
Algunos sintieron temor, otros rabia, pero la mayoría amor por estos
invasores, especialmente por su líder. Sus profundos ojos azules y brillante capa
plateada juntó todos los ojos como testigo de su extraordinaria belleza. La más
magnifica gema opalescente en su pecho, el halcón esmeralda y dorado sin capucha
sobre su hombro izquierdo. La serpiente marfil enrollada en su derecho, parecían los
perfectos complementos de su autoridad: claridad, poder, sabiduría. Su oscuro cabello
flotando estaba sin corona, pero todos los demás jinetes, usaban una replica de la
corona de Emura – dieciséis rubíes sin error puestos en una filigrana de oro del
estandarte cruzado del escudo de la serpiente y el lagarto de la Casa de Gana. Cada
uno también usaba una brillante gema dorada idéntica a la Starbha de Naisan.

La caballería se detuvo frente al Palacio Solar de Zephyra. Las enormes


puertas de cedro con la imagen de los siete mástiles de los navíos que llevaron a
Mordom a su muerte se abrieron poderosamente hacia dentro.

Julius salió por ellas primero. Su paso no era muy armónico pero
positivamente joven: libertad de la responsabilidad de Tala junto a su expansiva
experiencia del Uno actuaba sobre el como néctar de inmortalidad, el amrita de
Swayam. Endulzó su vida que surcaba por sus venas como la sangre nueva de
juventud; mas de la mitad de sus arrugas se habían desvanecido de su cara.
Preocupación por Marte estaba lejos de ser sanada, pero ya no era una herida abierta y
cruda – se había convertido en una costra que ocasionalmente pulsaba. Aunque su
propio hijo había sido reemplazado por un campesino, la visión de abajo era prueba
de lo correcto de su decisión: ¡Esta era la primera Anunciación desde la Caída de
Emura! El campesino debe de ser lo que Venus dijo que era: El verdadero heredero al
trono.
Julius se detuvo en el escalón superior, levantó ambos brazos en bendición
para los Talaneses, entonces se hizo a un lado para permitir a los de abajo ver a
Naisan.
En deferencia su sucesor, el adan estaba usando una capa larga de color
profundo púrpura. Pero Naisan estaba vestido en una brillante dorada tela que
reflejaba la luz del Sol con destellante gloria. Los Talaneses suspiraron para
admirarle; no pocos creyeron entonces en la profecía de Mordom, “En la primavera
de Julius Adan, Gana regresará a ti como Marte el Purificador.”
Naisan no estaba tan seguro como sus súbditos. Los tres días pasados habían
sido una tortura mientras él había intentado tomar maestría de su nuevo mundo. Las
complejas demandas de ser Marte eran suficientemente malas, ¡Pero ser un recién
reformado Marte! ¡Conociendo a tantos! ¡Rompiendo viejas relaciones mientras
cultivaba nuevas sin levantar sospechas! Y todavía – y todavía Naisan estaba
refrescadamente alegre con su nueva vida; algo adentro le decía con gran satisfacción
que el no era extraño al poder real. Y esos viniendo debajo de él estaban probando
más allá de la duda que el era el Rey Sol de toda Tala, el primer adan de derecho
desde que Joab secuestró al hermano mayor de Barlrin, Aharon Hanif ¡Una
Anunciación! Temblando con la cruda excitación de juventud y esperanza, Naisan dio
un paso al lado opuesto de las escaleras.
Y ahora los Talaneses podían ver a Venus, viniendo de último a través de las
puertas del palacio. Cada ojo estaba inmediatamente capturado por su hermosura. Ella
usaba (como siempre) las simples túnicas blancas de los campesinos, pero era
infinitamente complejo: Su blanco estaba compuesto de brillantez; ella radiaba su
propio multitono sutil de luz, resonando más al conocimiento profundo interno dentro
de sus corazones que de sus ojos físicos.
Venus era Luz, era Verdad, era Belleza, una inmortal encarnada por un corto
tiempo en el escenario de lo humano. No como la mayoría quienes olvidan que la vida
es un drama, atrapados por consentimiento mutuo y actuados por razones que no
comúnmente se recuerdan o siquiera se entienden, Venus retenía conocimiento pleno
de la realidad del Uno Incambiante, más allá del espacio y tiempo. En cada situación
ella estaba en perfecto y completo control.
Ella tomó su posición entre Julius y Naisan y sonrió pacíficamente a los miles
en asamblea. Levantando una sola mano con gracia y muy despacio, ella dio inicio a
la Anunciación.

El primer jinete se desmontó y subió por la escalinata. Tomado la brillante


joya de su pecho, el se hincó frente a Venus y la presentó a ella con sus dos manos. El
halcón en su hombro izquierdo se estiró hacia arriba y levantando sus alas, batió el
aire en saludo a ella. La serpiente en su hombro derecho se juntó a si misma en una
pirámide enrollada inclinó su cabeza a ella.
Sonriéndoles amablemente, Venus tomó la gema en su mano izquierda y la
levantó en lo alto. Brillantes iridiscentes rayos de luz radiaban de ella discretamente a
cada uno de los Adanai. En un instante, la totalidad de la caballería se derritió en luz
y fluyó de regreso dentro de la joya.
Otra vez la gema parpadeó, esta vez en un solo rayo que penetró el corazón de
Naisan. El se desbalanceó hacia atrás, entonces cayó sobre una rodilla. Mientras su
mente corría a entender las visiones del poder de la gema, el se paró de nuevo muy
despacio casi tontamente, y dijo a nadie en particular, “¡Yo veo! ¡Yo recuerdo!”
Mientras tanto, la joya rápidamente se iba apagando, empezando a ser tan
trasparente como una delgada burbuja de jabón en víspera de muerte. Una vez más
finalmente destelló, ahora a los veintisiete hombres y mujeres sin caballos que habían
venido del norte. Casi ante los ojos atestiguando se habían recobrado de esta final
explosión de luz, los veintisiete se metieron en uno – dentro de la encarnación viva de
la tradición de Rodavi, en Joab.
El Guardián de la Promesa gritó, “¡Así tu shara absorbe las virtudes de la
Dinastía Solar! ¡Ahora reempieza la tradición de la Anunciación! ¡Sepan que este es
Marte el encarnado, primer verdadero adan de Tala! ¡Nadie que valúe su vida se
podrá oponer a su voluntad!” El cetro de diamante de los Guardianes de la Promesa
de pronto estaba en su mano, radiando con fiera radiancia. Treinta y dos de los miles
reunidos gritaron y se taparon los ojos. Por sus duros e incompasivos pensamientos,
ellos habían sido descubiertos y no más merecedores de admirar Sulara.

~~~

Quizás tu puedas estirar tu mente conmigo y recordar observando esta


Anunciación en Sulara. Los veintisiete Guardianes de la Promesa y los trescientos
siete Adanai de Emura eran más grandes que la vida, y gloriosos en su manifiesta
sabiduría y poder. Verlos a ellos pasar era tan maravilloso como si el mundo de
pronto se volviera perfecto. Mientras los Reyes Sol de Emura montaban a través de
Sulara, no fueron pocos de los miles que atestiguaron que encontraran sus vidas
permanentemente transformadas. ¿Quizás tu estabas allí? ¿Quizás tu te acuerdas?
Esta visión de la Anunciación contiene muchos acertijos en la naturaleza de la
realidad. ¿Qué era la ilusión? ¿La caballería? O ¿Los Talaneses atestiguando? O
¿Ambos? ¿Es este libro el archivo de un sueño, creado por una mente que los busca,
luchando para descubrir la Verdad en una cueva de los Himalayas? O ¿es este el
archivo de la historia exacta?
Los Guardianes de la Promesa estaban unidos en su aserción que este
Universo que nosotros creemos real es particularmente una ilusión envolvente. Pero
esto no cambia el hecho de que los sueños puedan parecer bastante aterradores para
el que sueña. Por lo tanto, la única pregunta significativa en la vida humana es,
“¿Cómo puedo yo despertar?”

La vida es una carrera entre el conocimiento de la Verdad y la muerte. Morir


mientras uno aun duerme y sueña, todo se pierde. Solamente despertando mientras
aun uno está vivo hace una vida humana valuable. Ayudar en este proceso es una
noble tarea, es el único propósito de la Ascensión de los Ishayas; es el único
Propósito de éste libro.
Pero saber esto y hacer esto son dos cosas muy diferentes, como Naisan va a
descubrirlo.

~~~

El día anterior a la coronación, Naisan caminó con Venus y el hijo de Firad de


nombre Dagora a través del complejo laberinto del Cerrado Jardín de Zephyra.
Durante la Anunciación, Naisan se había sentido a sí mismo irreversiblemente abierto
a una vida diferente y a un mundo diferente. Siempre en la presencia de Venus, el
sintió algo de la Realidad ideal del Uno, la esencia de su espíritu; pero cuando el
Adanai de Emura se había unido con el, el se había sentido que el estaba realmente
allí, en Para, en su mundo sobre natural de absoluta luz, en la elevada conciencia de la
continua percepción del Uno. Parte de esa consumada realidad aun estaba con el
ahora y dos días más tarde: Su intuitiva habilidad con los seres humanos era ahora tan
completa como siempre lo había sido con los animales desde su nacimiento.
Eso hizo tratar con los Talaneses al mismo tiempo mas fácil y mucho más
difícil. Mas fácil, porque ahora el sabía inmediatamente lo que cualquiera a su
alrededor estaba pensando y sintiendo. Mucho mas difícil, porque el no estaba
suficientemente fogueado para mantener las emociones negativas en otros de afectarlo
profundamente. Así ayer, cuando su nuevo amigo empezó a estar profundamente
perturbado, Naisan experimentó los sentimientos de Dagora como un profundo dolor
en su propio corazón. El le había pedido que se juntara con ellos aquí, en el Cerrado
Jardín de Zephyra para ver si el podría descubrir como el pudiera ser sanado. Dagora
había venido solo envidiosamente y no había hablado cerca de una hora. Mientras
ellos vagaban a través de la amorosa complejidad de Zephyra, Naisan y Venus le
respetaron su deseo y también se quedaron en silencio.
Pero cuando ellos se acercaron al quieto lago en el corazón del jardín, Venus
dijo sin preámbulos, “Tu no debes de mantener pensamientos de esos en tu corazón,
hijo de Firad.”
El la miro con ojos de espanto. ¡Ella era tan hermosa! Ella hacía que el jardín,
magnificente en su propio derecho, pareciera como un paraíso en la sombra de su
persona. Tomando valor de la perfecta tranquilidad de ella, el le dijo a Naisan, “Tu no
eres Marte.” No era en tono de acusación sino de angustia.
“¿Qué es lo que dijiste?” Naisan estaba muy impresionado para sentir temor.
¿Qué es lo que yo hice mal? ¿Qué palabra o gesto me traicionó? ¡Joab me aseguró
que esto nunca pasaría! ¡Como pude yo tener la esperanza de hacer tontos a los mas
apegados al shara! ¿Qué puedo hacer ahora? Tratando de no verse sorprendido,
Naisan se sentó tontamente sobre una banca de mármol ornamentada y esculpida con
leones. Venus se sentó con gracia junto a el, como si ella fuera tan liviana como una
sola pluma.
Dagora permaneció parado, viéndoles a ellos con su dura expresión
reafirmando su joven rostro en una caricatura no placentera de si mismo. El cruzó sus
brazos sobre su pecho y dijo ferozmente, “¡En el baño de ayer yo vi! Marte tenía
cicatrices del león allí atravesando su pecho. ¡Y allí! ¡y allí! ¿Qué le hiciste tu a él?”
¿Cuáles eran las demandas de la fidelidad? ¡Este Marte era mucho mejor que el viejo!
¿Qué es lo que el debería de hacer?
“Joab le dió a el otras tareas. ¿Tu me negarás?” ¿Porqué yo no esperaba esto?
¿Porqué el Guardián de la Promesa me mintió?¿Por qué no estaba yo preparado?,
esto está mas allá del terror. Naisan apretó a Starbha muy fuertemente con una mano
y el brazo de Venus con la otra pero estaba demasiado ocupado luchando con la
tensión en su pecho para mirarla a ella.
“Yo -- yo no se. Mi honor es... pero padre – sus espías están en todas partes. El
contará este relato. Muchos le creerán. ¿Debería yo de unírmele a ellos?” El se
dirigía con esto a Venus. Ella le sonrió despreocupada, como si ellos estuvieran
discutiendo acerca de las orquídeas escarlatas y ambarinas cerca de la banca. ¿Por qué
ella no sentiría su conflicto? O si ella lo hacía, ¿Por qué no lo demostraba ella en su
hermoso y tranquilo rostro?
“Muchos podrían,” contestó Naisan, tratando de sonar alegre. “¿Pero lo harás
tu? Si tu estás a mi lado, no sentiré miedo.” Esto era verdad. La lealtad de Dagora
era la esencia de su fortaleza, o así el se sentía ahora. ¿Cómo podría él tener éxito sin
él? ¡El miró a Venus y encontró que ella se reía en suave diversión! ¿Serían sus
problemas tan de chiquillos para ella? Bueno, ¿Qué podría el esperar? El retiró su
mano y se paró. La expresión de ella no cambió en lo mas mínimo: Ella ahora era la
perfecta maestra; ella siempre era la maestra perfecta.
Dagora no le podía responder a él ni tampoco mirar a ninguno de los dos. ¿Por
qué esta horrible decisión tenía que forzarse sobre él?
Naisan se le quedó viendo a él por unos minutos, entonces suspiró, “Puede que
el tiempo ayude en tu decisión.” El se fue caminando para esconder su rostro.
Venus comento muy calmadamente a Dagora, “Nunca le des a la mente
autoridad sobre el corazón, joven shara de Urlad.”
Dagora volvió sus ojos hacia ella y llorando dijo, “¿Por qué esto ha sido
revelado solo a mi? ¡No lo puedo aguantar!”
Venus acarició una de las orquídeas cercanas a sus pies y le dijo a ella, “Tu
debes, hijo de Firad. Un precioso beneficio de decisión es tuyo. Tu debes decidir
como también en su momento cada uno de Tala.”
“¿Por qué demandas esta terrible prueba?” ella no contestó mas, en vez ella
suavemente acarició la orquídea. Dagora sintió la tensión montándose en su pecho,
empezando a ser mas imposible para resolver. “¿Por qué?” el preguntó otra vez con
mayor angustia. Ella lo miró dulcemente y, sacudiendo su cabeza muy despacio se
puso un dedo en los labios.
De pronto el jardín se llenó con súbitos gritos y el sonido de batalla. Siguiendo
un instante sin tiempo de pérdida y ganancia, Dagora corrió a ayudar a Naisan. Venus
le sonrió a la orquídea, el corazón gozoso de Dagora había ganado.
Dagora lo encontró a el luchando con una docena de la guardia real. El brincó
dentro del combate, su espada meciéndose.
Naisan sonrió al escuchar que el estaba defendiendo su retaguardia.
Agradecido que su primera crisis pasó, el canalizó su energía a través de Starbha. Los
asesinos se colapsaron, sus cuerpos se paralizaron.

Joab, mirándo como si el hubiese estado durmiendo en las cercanías, vino


caminando hacia ellos y dijo, “No esta mal para un primer intento. Un poquito más
grande la fuerza de des-creación y ustedes se hubiesen ahorrado el gasto de
ejecuciones públicas.”
“¡Ellos no van a morir!” Exclamó Naisan, en choque por el concepto.
El Guardián de la Promesa contestó con una gran sonrisa, pero con un tono
brusco, “Es la ley de Tala.”
“¡Entonces yo la cambio! Las desapareceré de Sulara. Yo no voy a matar a
nadie.” ¡Joab no pudo estar de acuerdo con una costumbre tan barbárica! ¡El fue al
extremo de observar cada paso para evitar aplastar a los insectos! ¿Asesinar
humanos? ¡El no puede estar hablando en serio!
Pero el Guardián de la Promesa entendió la necesidad de Naisan perfectamente
y respondió firmemente, “¡Yo no apruebo este cambio de costumbre, chiquillo!
¿Podrías tu atacar sobre la Dinastía Solar más frecuentemente? ¡Una decisión así
propicia esto! Ellos sabían su destino. ¿Por qué interferir?”
“¡No! ¡Yo me niego a dejar que los hombres mueran! ¡Ellos son desterrados!”
Naisan ya no podía soportar la presencia de su Maestro. El se fue dando tumbos
temblando profundamente dividido.
Dagora, descubriendo su propio principio ahora totalmente resuelto, miró con
ojos llorosos a Joab, entonces siguió a su shara.
“Joab, el falla una tercera vez,” dijo Venus calladamente como si ella se uniera
al Guardián de la Promesa. “¿Es nuestra Tala así predestinada a seguir a Emura? ¿No
fueron sus errores, como Barlrin y Balzor suficientes para enseñarle esta dura
lección?”
Joab le sonrió cálidamente a ella y le contestó, “el reto del perdón es para
siempre el más sutil Almira. El sendero se convierte quieto como el lo diseñó, aunque
el dijo que esta era una de las bajas probabilidades. La experiencia probará una
amarga curativa. Déjanos no herir las duras labores de Gana con nuestro propio
olvido. ¿Qué esperanza hay allí para la humanidad si nosotros no mantenemos al Uno
a través de esta neblina impregnada de Rakshasas que eclipsa Tala? ¿Cómo más
puede Gana liberarse a sí mismo del veneno de Irnga?”

~~~

La siguiente mañana, Naisan encontró a Venus sola en el Cerrado Jardín,


sentada en la banca de mármol cerca de las orquídeas. Con gran tristeza el cayó en
sus rodillas ante ella y lloró, “¡Yo no ayudo a nadie! Sería mejor para mi regresar al
bosque. No hay nada aquí para mi. Yo no me merezco ser el adan de Tala, Dagora
solo fue el primero – todos ellos se volverán en mi contra. ¡Yo se esto! Yo no puedo
ser Marte. Yo quiero ayudar a otros, pero yo no sirvo para nada. Joab se equivoca
conmigo. Yo soy solo un campesino, solo vine hoy a decirte adiós. ¡No lo puedo
hacer, Venus! No soy suficientemente fuerte para ser el adan.”
Venus le sonrió suavemente y lo invitó a sentarse junto a ella. Ella tomó su
mano derecha en las suyas, lo miró cálidamente dentro de sus ojos marrones, y dijo,
“escúchame, Naisan. Dame toda tu atención ahora; se claro. Tu tienes todo esto al
revés. Olvídate acerca de ayudar a otros. Tu no puedes presumir el saber algo acerca
de cómo ayudar a otros hasta que tu te conozcas a ti mismo. Tu nunca puedes ser
compasivo con otros hasta que tu puedas ser compasivo contigo mismo. ¡No es
posible amar a otros hasta que tu te ames a ti mismo! Cuando tu sepas quien eres,
entonces el amor, la compasión y el entendimientos florecerán en tu corazón.
“Cuando tu verdaderamente entiendas que no hay nada fuera de ti mismo,
entonces y solo entonces tu puedes amar a otros. Hasta entonces, ¡Pon tu atención en
quien eres! Ocúpate de tus cosas completamente; retira cualquier idea de que puedes
ser útil a otros. Y ¡Olvídate acerca de necesitar a Joab o a mi que te ayude a hacer
esto! Aprende a despertar el gozo dentro de ti mismo sin necesitar ayuda de nadie más
¡conviértete en tu estabilidad de tu propia fortaleza interna, Naisan! Nosotros
podemos ayudarte a ti, hasta que tu te des cuenta que tu te debes sanar a ti mismo.
¡Este debe ser tu continuo deseo momento a momento!
“Aun el mas leve auto odio destruye todo el amor sobre la Tierra y el
Universo. Tu debes amarte a ti mismo porque es todo lo que hay allí para amar. Tu
necesitas aprender que tu eres el Ascendente, que tu eres el Uno.”
Naisan, buscando profundamente dentro de sus ojos, dijo, “yo no te entiendo,
Venus. ¿Cómo puedo trabajar en contra del amor a través de vivir una vida simple en
el bosque de Alazar? ¿No sería mi estabilidad y paz interna más benéfica al mundo
que esta farsa que Joab me fuerza a llevar a cabo?”
“¡Tu debes encontrar tu estabilidad entre lo mundano, Naisan! ¿Qué no ves?
Hasta que tu te conozcas a ti mismo tu no eres capaz de conocer si otra persona existe.
¿Cómo te pueden aceptar ellos? ¿Cómo te pueden negar ellos a ti? Tu no puedes estar
seguro de nada. Tu estas literalmente ciego.”
“¿Cómo puedo aprender a ver, Venus?” lloriqueó Naisan con angustia. “Mi
corazón me duele ante el pensamiento de esta labor. ¿Cómo puedo yo aprender a
ayudar a otros?”
“No hay ojos, sino los ojos del amor, querido corazón. Toda otra posibilidad
de ver es simplemente pensamientos equívocos. El amor es tu único asunto aquí. Si
alguien te niega, tu solo le devolverás amor cuando tu te des cuenta que todas son solo
una parte de ti mismo, una proyección y un aspecto de ti mismo. Si alguien te niega,
solo significa que esa parte de ti necesita amor.
“Esta es sabiduría practica de cómo amar a otros. Pero no se volverá práctica
para ti hasta que tu sepas como amar todas tus partes, a empezar a ser responsable de
ellos, tomar propiedad de ellos, admitir que todo lo que tu ves es un reflejo de ti
mismo. Todas las personas son una parte del Uno. Y tu no eres otra cosa que el Uno.
Si tu sales corriendo ahora, tu tendrás que enfrentarte con esta prueba una vez, otra
vez y otra vez hasta que tu tomes maestría. ¡Este mundo, esta Tala, esta Sulara, es tu
creación, Naisan! ¡Amala, no la abandones! Tu debes de aprender a amar todas las
piezas fragmentadas de ti mismo. Cada persona en Tala es una expresión personal de
una parte de tu alma. Solo este conocimiento te traerá la paz que deseas.
¿Entiendes?”
“No, Venus. No verdaderamente que no. Pero yo voy a estudiar esto hasta que
yo lo entienda. Porque yo creo en ti – Si tu estas de acuerdo con Joab esto debe ser,
yo haré lo mejor de mi parte para obedecerte. Oraré que un día pueda yo entender.”

~~~

Al medio día, la coronación tomó lugar como Joab comandó; la Corona de


Emura descubrió su casa por derecho sobre la cabeza de Naisan. Mas adorado su Rey
Sol Marte, porque el parecía ante todos los ojos estar poseído de la dignidad y
esplendor de los Reyes Sol de Emura. Todavía los que eran más amigables del débil
Julius y de un corrupto shara declararon que dos mitos aparecían encarnados
diariamente, Venus y Joab, eran falsos. Pero en verdad, nadie quien los veía no se
conmovía, ya sea por amor sin limites u odio sin limites.

~~~

Tan pronto como la coronación terminó, hubo allí una segunda celebración en
Sulara: El adan se casó con Venus en el Templo de Kanaan-dora. Esta decisión de
lugar fue criticada por muchos: el templo era demasiado viejo y pequeño; y había sido
hace mucho abandonado por mas nuevas y mas grandes catedrales. Sin embargo Joab
insistió: “Protege una semilla invaluable de Kanaan-dora y las tres esculturas de
Emura: el Lagarto Negro, la Serpiente Blanca y la Estatua Viva de Gana. El templo
de Kanaan-dora debe de ser renovado, preservado, siempre cuidado. Esta es la mas
grande responsabilidad de Tala, es la mejor razón de que del todo exista, ¿No piensas
así?”
Naisan, distraído por otras preocupaciones, le contestó sin entender, “Que así
sea.”

~~~

Con la Unión de Naisan y Venus, algunos murmuraron, “¿Cuándo alguien de


la Dinastía Solar se ha casado con una campesina? ¿Qué bien puede salir de esto?”
Pero otros la amaban a ella como Madre: amor sin fin y compasión estaban allí para
cualquiera que lo buscara.
Joab por su parte enseñó a través de Tala todos los días acerca de la sabiduría
de el Camino de Rodavi, el camino ascendente de la vida hacia el Uno.
Naisan no sabía de que el mismo era de mucha ayuda para los Talaneses: el
estaba demasiado ocupado luchando para tomar maestría de su deseo de dejarlos y
regresar al bosque. Sin embargo, su presencia tenía un efecto poderoso, primero por el
dulce bálsamo de las flores siempre vivas que cubrían la ciudad por entero,
segundamente por el poder sobrenatural de la gema Starbha, visible a todos en el
mundo por primera ves en diecinueve siglos, y tercero por quien era el.
Como un resultado de estas energías un cambio remarcable rápidamente
ocurrió en la Ciudad Dorada de los Adanai. Números muy grandes de gentes de la
provincia, rudos de carácter pero puros del corazón, empezaron a moverse hacia el
Rey Sol dentro de Sulara. Nadie les pidió que hicieran eso, pero ellos eran jalados
como si por un magneto, a la extrema incomodidad de muchas de las mas viejas y
orgullosas familias. La respuesta fue un éxodo igualmente masivo desde el oeste a
la provincia de Urlad dónde Firad ofreció un estilo de vida aristocrático en su capital
Ixtor. Así al final del primer año del reinado de Naisan, Sulara había sido totalmente
transformada en carácter.

~~~

Ilimitado era el gozo de todos en el corazón de Tala cuando Marte Adan y


Venus Adaran reinaban en Sulara: nadie era pobre, nadie tenia hambre, nadie estaba
enfermo, nadie moría. No era posible encontrar una callejuela en la ciudad sin sonidos
de risas y cantos. La alegría era el lugar en común; la tristeza no estaba en ninguna
parte. Excepto, por su puesto, escondida dentro del corazón en lucha del Rey Sol.
Nunca había habido una época como esta en este mundo, pero solo era una
probadita de la Edad de Paz por venir de Rodavi.

¿Quizás tu te acuerdas?
10. SUEÑOS

No sé que podría desaparecer esta tristeza que me corta


aunque me vuelva yo Maestro de todos los dioses
-- Rodavi

Marte reunificará este abandonado mundo


-- Mordom

Por eso el quiere decir:


el Quemante Mar en esa edad
revelará sus secretos
-- Joab

Marte despertó en un campo de anémonas carmín y lupinas doradas, Una


suave brisa corrió por sus suaves dedos recorriendo su cabello; ¿Cuándo el se había
sentido tan bien, tan en paz consigo mismo y el mundo?
El shara vagó sin destino durante un rato, profundamente respirando el dulce
aire, disfrutando la amorosa, inocencia de la primavera en las colinas. Observando en
la cercana distancia un pequeño castillo de torres de plata, el se encaminó sin prisas
hacia el.
El Príncipe Sol olvidó, entonces recordó, entonces olvidó otra vez su dirección
una docena de veces mientras el caminaba allí. El estaba en una continuamente
distracción por distintas cosas en el campo. Todo capturaba su atención, nada parecía
de mayor importancia que ninguna otra cosa.
El castillo estaba hecho completamente de plata. Estaba muy limpio y bien
arreglado, completamente sereno, pero no había nadie allí. Marte, al fin cansado de
su solitaria exploración, fue afuera otra vez. Tan pronto como paso la reja de hierro,
el vió a una hermosa muchacha de cabello oscuro caminando hacia el. Ella tenía un
cuerpo hermoso y un bello rostro, vestida en seda escarlata que acentuaba todo y no
escondía nada, y se había tejido un par de cadenas de flores en su cabello.
“Yo soy Avarsha,” ella rió felizmente. Tomándolo a el de la mano, ella corrió
con el por la sabana hasta llegar a un pequeño arroyo. Dándole a el de la dulce agua
con sus palmas en forma de taza, ella dijo, “¡Ahora dime! ¿Quién eres tu? ¿Por qué
has venido? ¿Tu eres para mi o solo buscas placer casual y momentáneo?”
“Yo encuentro la indiferencia hacia ti imposible, guapa. Pero porque vine o
cual es mi nombre eso no lo sé.”
“¡Entonces tu eres un regalo de Bala! ¡Que sabroso! Y tan hermoso. ¡Con una
joya tan hermosa!” Ella tocó la brillante gema naranja-rojo que colgaba de su cuello,
entonces rió al ver las variadas reflexiones de luz bailar sobre su cuerpo.

~~~

Mucho tiempo después, ella dijo, “¡Ahora ven conmigo! Debemos ir dentro de
la Recamara del Silencio a grabar mi unión.” Ella se puso de pie, se vistió y lo dirigió
de regreso al castillo.
Antes de que hayan cruzado la mitad de la sabana, un rugido desafió el
tranquilo aire. Directamente sobre sus cabezas, una enorme garra cortó y abrió una
pequeña nube. ¡Mas allá de la nube no había cielo sino oscuridad! Una segunda garra
apareció en la apertura; juntas ellas rompieron el hueco más ancho como si la nube no
estuviera hecha de vapor de agua sino de bastidor de tela. A través la apertura
creada, voló un dragón, en su espalda un caballero en su negra y brillante armadura.
“¡Un ‘Dhara!” gritó Avarsha, corriendo hacia su castillo. Marte siguió unas
zancadas mas, entonces giró y sacó su espada.
El caballero dirigió una columna de luz hacia él. Con un grito de dolor el
shara soltó su espada y empezó a correr tras Avarsha. Pero el dragón vino en picada,
y lo levantó, y lo llevó hacia la nube con grandes golpes de sus poderosas alas.
Mientras Avarsha observaba desde la reja de hierro del castillo, como su
regalo era robado, una sola lagrima corrió en soledad sobre su inmaculada piel
azafrán, mientras ella suspiraba, “Que le vamos ha hacer quizás mañana.” Entonces
ella se olvidó de Marte para siempre mientras la nube se reparaba a sí misma.

~~~

El Príncipe Sol luchaba como lo haría un mamífero atrapado en la empuñadura


de acero de un águila. Pero notando la increíble altura, el decidió ser prudente y
parar, el se dio cuenta que aunque no se rendían las garras no lo lastimaban. Hubo un
periodo en blanco mientras ellos pasaban por la nube; entonces de una vez y de prisa
Marte se acordó de su nombre y su pasado.
Viendo de regreso a la tierra de Avarsha, el solo vió una gran burbuja plateada
con las Quemadas Tierras a todo su alrededor. Otros pocos domos brillaban aquí y
allá a través de la clara noche estrellada de cristal ¿Cómo puede ser de día allá y de
noche aquí? El se preguntaba el pensó, maravillado.
El caballero se inclinaba sobre el ala del dragón como observándolo. Su
armadura había desaparecido; el era familiar ahora. Entonces al reconocimiento
parpadeó – “¡Maitreya!”
“Por supuesto,” el rajanya replicó con una sonrisa irónica. “Oh, Airavata,
súbelo, ¿eh?”
El dragón dobló su garra hacia arriba; Maitreya abrazo el brazo del shara.
Marte se subió revuelto y gritando “¿Por qué me sacaste del paraíso?”
“¡Eso ciertamente no era el cielo de nadie, shara! No me sorprende que
pienses que lo era, estas tan encadenado a tus ideas particulares sobre tu mente y
cuerpo. No, tu estabas disfrutando perder el tiempo, pero estabas en realidad
diferentemente atrapado. ¡Que pena que escoges de olvidarte de todo lo que importa!”
Sacudiendo su cabeza para ayudar a aclararla, Marte preguntó “¿Es este
verdaderamente Heramann?”

“Ciertamente,” Contestó el Vidyadhara alegremente. “Volar es mi favorita


distracción. Como te dije, las únicas barreras de la vida, son aquellas que nosotros
creamos por nosotros mismos, ¿Pero que estabas tu haciendo allí?”
Marte no respondió, en vez trató de organizar sus pensamientos. ¿Qué había
pasado? Lo ultimo que recordó antes del breve encuentro con Avarsha, era el anillo de
fuego, creado por el rajanya, para protegerlos de, ¿de un -- ? un Rakshasa, eso fue.
Entonces había la pregunta de que si Maitreya era el segundo Etan, probablemente
Ishtar, aun viviendo en este mundo. El rajanya había contestado que el ciertamente
no era, ¡Que el otro Etan era el mismo Gana! Ahora convertido en una estatua sin
voluntad en Sulara, en el Templo de Kanaan-dora. Maitreya no pudo haber dicho eso.
Eso era claramente imposible. Pero el rajanya había dicho algo acerca de una estatua
en Sulara, y eso entonces hizo que Marte se sintiera muy, muy enfermo, ¿Y entonces -
- ? Y entonces el despertó sin memoria en el escondite de Avarsha, su hermoso
paraíso. ¿Por qué? ¿Cómo?

~~~

Ellos aterrizaron en el lejano noreste, en un valle en lo alto de las Montañas


Guardianes, en el legendario Vashti mismo. Era reverdeciente, aun en esos días de
ruina, bien poblada por bestias y aves: Ishtar la había protegido de la destrucción de
Emura de su hermano. El había sentido que este pequeño remanente de su Jardín
Isolde no sería dañado por el terror de Orah.
Mucho antes que la humanidad se acomodara en nuestro mundo, varios
cientos de inmortales dirigidos por Uchai-sravasa y Yehokanan-Ishtar vinieron aquí
de la ruina de Etan. Ishtar tratando de crear la perfección de Etan en una escala
planetaria, jugo con sus talentos arquitectónicos al máximo a través de convertir todo
el planeta en un jardín, el cual el nombró Isolde por la sharan que el había amado y
perdido. Al paso de los largos siglos ellos concluyeron su trabajo: para cuando el
Emperador Asur Valin cayó ante las tropas del Uno, el Jardín Isolde había quedado
desértico por todos, solo quedaron media docena de los amigos mas cercanos de
Ishtar. Los otros, uno por uno, habían decidido mudarse a otra parte de la galaxia y
empezar sus propias familias y mundos. El control aun de la forma mas benéfica
eventualmente se resiente.

~~~

Marte se bajo de Heramann y miró con maravilla a la perfección del orden del
valle. Estaba más allá de cualquier jardín de su experiencia, como Venus estaba mas
allá de cualquier mujer. El empezó a explorar la extravagante belleza, pero Maitreya
lo tomó de un hombro y dijo “Espera, shara. Escucha; trata de entender ¡nos tomó
cerca de cinco meses encontrarte!”
“¿Qué? ¡Eso no es posible! ¡Solo fueron unas horas! Otra vez su espíritu se
inundó por el vértigo caótico de sus últimos momentos con ellos. ¿Terminará alguna
vez esta locura?
El tenía una mirada ferviente y aterradora que le rompió el corazón a
Maitreya. “No. Yo ya te dije: a ti se te olvidó. Nos hubiera tomado a nosotros mucho
más tiempo encontrarte si no fuera por la gema que usas. Dime, ¿Dónde la
conseguiste? ¿Y cómo?” Sus ojos negros se metieron dentro del alma de Marte.

“¿Hmm? ¿Kaysta?” Aquí cuando menos era un objeto familiar, un ancla para
aquietar el loco tronado del mundo. Familiar, pero – si, ¿Dónde lo había el
encontrado? Su entrecejo se arrugó por un momento mientras el se concentraba en la
piedra. Una poderosa estabilidad radió de ella; el enrollamiento de nausea del mundo
gradualmente se aquietó. Los ojos del shara parpadearon de pronto. El sonrió al
recuerdo y contestó, “¡Si, por su puesto! ¡Joab! El me la dio.”
Maitreya y Heramann cambiaron miradas frustradas, entonces el rajanya dijo
“¿Vashti esta aun protegida? Nuestro Príncipe Sol necesita descansar.”
El Vidyadhara se le quedó mirando y replicó, “tan lejos como yo puedo ver, es
seguro, ¿pero porque -- ?”
“¿Descansar? ¿para que? ¡Nunca me he sentido mejor!” esto era verdad: la
gema había llenado al shara con un maravilloso sentimiento de fortaleza. “¡Nosotros
no debemos llegar tarde a Zared!”
“Yo no creo que tu te perderás de tu citado amanecer, Príncipe Sol. Pero
aunque así fuera pueden haber peores futuros de ese que hiciste a través de abandonar
nuestros planes. Encontrarte fue una de las mas difíciles tareas que yo he encarado;
aun no estoy seguro si hemos tenido éxito...tu ves mi querido Marte, Joab no te dio
nada sino consejo.”

~~~

Antes de que los pájaros de la mañana empezaran a cantar sus cuentos del
despertar del mundo, un tembloroso Príncipe Sol poso su temblorosa mano sobre el
hombro del rajanya durmiendo. Maitreya se sentó de una vez y lo miró a través de la
oscuridad.
Un poco borroso, Marte le dijo que había tenido una pesadilla viviente. El
shara estaba apenado por molestarlo pero Maitreya despertó al Vidyadhara y dijo,
“empieza, Airavata. Obsérvalo de cerca ahora. Dinos, shara, no dejes nada afuera, no
importa que tan insignificante parezca.”
Marte pensó que el interés de Maitreya era demasiado; el rajanya me debe de
estar tomando el pelo. Pero en la luz gris antes del amanecer, el vio a ambos que lo
miraban con una profunda preocupación, expresiones idénticas en rostros
ampliamente desiguales.
El shara trago, corrió su musculosa mano nerviosamente a través de su oscuro
cabello, tratando otra vez sin mucho éxito el calmar su corazón, y replicó, “¡Estaba yo
muy alto en el aire sobre un angosto – y de alguna manera moviéndome! – un camino
espiral de un metal brillante, un luminoso plateado como su espada Nuriel... era
demasiado caliente e inaguantable; un vapor de un apestoso olor me cubrió, vaciando
las fuerzas de mis extremidades. Rugiendo abajo había un fuego como yo nunca antes
había visto, nunca lo soñé posible: Terrible, negro, rojo brillante, sanguíneo, una
creación de temor de lo opuesto de la vida, de Vaciedad, de nada. ¡De pronto fui
atacado por una manada de enormes ogros como cuervos con enormes colmillos! ¡Y
viciosas garras donde debieron haber manos! ¡oh! No te ofendas, Heramann.”
“No hay ofensa cuando no hay intención de ello, shara. Esos descendientes de
Rakshasa no se parecen en nada a los Vidyadharas.”
“¿Eran ellos Rakshasas? ¿Esto fue real?” Su corazón empezó a latir en su
pecho como si fuese a romper las paredes para quedar libre. El estaba aterrorizado y
deseoso de que su sueño pudiese ser real.

“Continua,” dijo el rajanya tan animado que Marte tembló sin importar el
húmedo calor.
“¿la verdad se esconde detrás de la superficie de mi sueño? Yo miré hacia
delante y miré en la distancia mas lejana, la suave luz de una nueva tierra. Mi
corazón dio un salto con seguridad al ver ese maravilloso destello; el espiral plateado
que se movía incrementó su velocidad en respuesta a mis sentimientos, llevándome
más allá del ataque de los Rakshasas y sus fuegos infernales de Vaciedad.
“Después yo estaba caminando con otras dos, una joven y competente dama –
no ¡una sharan! Su nombre era – Lila. Y su padre – el adan Yayati, el Rey Lunar de –
de Calantha, eso fue. ¿Qué es Calantha? Yo no sé. ¿Cómo puede ser esto Verdad?
¿Cómo puede haber otra tierra además de Tala?” Marte pausó, buscando muy dentro
de su mente.
Finalmente el miró hacia arriba, frustrado y exclamó, “¡Maitreya, yo no
entiendo nada de esto! ¿Qué otras tierras hay? ¡Pero yo lo recuerdo tan claramente!
¡Mi sueño parece tan real, como esta hermosa Vashti! ¡Yo no entiendo!”
“Continua, shara. No analices, solo acuérdate de tu experiencia. Todo estará
bien.”
“Si tu lo dices, intentaré creer que así es. Este Adan Lunar, este Yayati, era
débil, enfermo. A veces el se apoyaba en mi; A veces lo tenía que cargar. Nosotros
caminamos por un largo tiempo, huyendo de las legiones de -- ¡No! Huíamos del
propio hijo del adan, ¡El endemoniado Yadu! Ahora recuerdo: el trono era de Lila por
derecho, pero Yadu tres veces intentó asesinar a su padre y a su hermana.
Desesperados y solos, ellos usaron lo último de su poder en mandar al Puente Espiral
de Plata por ayuda. ¿Cómo me encontró a mi?
“Yo viaje con ellos a través de los campos de Calantha, muy alto dentro de las
montañas, buscando, buscando – otra ranura en mi memoria, Maitreya – Buscando un
Guardián de la Promesa, alguien que se parecía a ti, aunque el siempre usaba una capa
azul celeste. Su nombre era Atri.”
Heramann se atragantó. El rajanya lo calló con una mirada helada, y dijo
firmemente, “¿Y entonces?”
Marte miraba desesperadamente de uno al otro. Viendo que no había
respuestas en ninguno, ni en los oscuros ni en los ojos esmeralda, el continuó, “Y
entonces yo estaba apretando muy fuertemente esta gema Kaysta, viajando de nuevo
en el hermoso camino en movimiento del Puente Espiral de Plata, quemado una vez
más por los nocivos y calientes vapores, pasando sobre los fuegos de la Vaciedad,
rodeado por Rakshasas. Esta vez fue infinitamente peor, un horripilante y vivo
infierno. Una vez que me revele en guerra; después de esa experiencia, nunca otra
vez. Mi mente se enrolla del terror ilimitado del pasadizo: Yo ni siquiera puedo
pensar en ello sin esperar por la muerte para que me libere.
“Eso es todo lo que me acuerdo, ¡Maitreya! ¿Qué significa esto? ¡No tiene
sentido! No hay otro mundo sino Tala.”
“Tu tiempo en ese domo de placer de Danava fue sino el mero final de tus
meses perdidos, shara. ¡Toma maestría de esos recuerdos! Así solo te darás cuenta
como Kaysta llegó a tus manos. Vete ahora, camina a través de Vashti, piensa solo en
ese sueño. Repórtate conmigo mañana.”
“¡Pero la Ciudad de Ebano! ¡Mi tarea! ¿No la estamos abandonando?” El
shara estaba sorprendido que tan profundamente el deseaba abandonarlo.

“No temas Marte. Zared tendrá su Dios profetizado. Pero tu camino ha


cambiado, tu has recibido ayuda de otro, más grande que yo; tu necesitas tiempo para
recordar. Y entender.”

~~~

Mientras el shara los dejó, Heramann batió la cara a un lado, miró a Maitreya
y dijo con profunda preocupación, “¿Tu crees que esto es sabio, de perturbar las
experiencias que mejor son olvidarlas? Aun los inmortales han sido destruidos por los
Rakshasas. ¿Qué esperanza puede haber para humanos?”
El rajanya notó el tono del Vidyadhara pero estaba demasiado entusiasmado
para que le importase. “¡Airavata! ¿Qué no vez? ¡El fue al sur! ¡El encontró el Puente
Espiral de Plata y cruzo el Quemante Mar! El regresó a nosotros, ¿No fue así? ¿Con
Kaysta de la Raza Lunar? Aunque como lo pudo hacer y todavía estar mas o menos
consciente no cae más bajo de algo milagroso. Nadie sino Joab y Atri han pasado el
fuego de Valin del ecuador en milenios -- ¡Seguro que Venus tiene razón, este shara
es el mismo Gana!”
Pero Heramann había inhibido los filamentos torcidos del tiempo mientras
Maitreya los iba tejiendo e ignoraba su fachada. “¿Es él, objeto de mi preocupación,
nieto de Ishtar?”
“¿Tu no apruebas mis medios?” la inflexión de Maitreya fue un poco
divertida; una amplia sonrisa, amenazaba romper a través del exceso de barba.
Airavata había otra vez puesto a prueba su sabiduría. ¿Cómo es que los Vidyadharas
se han extinguido todos?
“¿Cómo te puedo juzgar? Pero nuestro pobre mundo va a extrañar
dolorosamente al hermano de Atri.”
“¡Cada vida tiene límites, Airavata! ¿Por qué lamentar esto? Mi hijo no me
necesita más; este shara terminará mi trabajo con Zared. ¿Qué mas tienes para que yo
haga? ¡No tengo miedo de partir! ¿qué diferencia tienen estas ilusiones de la vida y la
muerte? El Uno inmutable es todo lo que yo soy, todo lo que seré. No intentes
disuadir mi partida con tus tristes palabras, viejo amigo.”

~~~

Por muchos días Marte caminó por Vashti, buscando su mente, todavía creció
un poco más cerca al significado de la pesadilla. Cada noche que se repetía, raramente
cambiaba en ninguna forma. Pronto, sus limitaciones de despierto y soñando se
empezaron a opacar: las escenas de la visión se empezaron a esclarecer y a volverse
mas fuertes. Hasta que ellas estaban casi mas substanciales que el mundo que lo
rodeaba.
Era difícil de entender como podría haber otra cosa que un sueño: El mundo
era todo pero muerto; los fuegos de Orah habían dejado preciada poca vida en
ninguna parte. Las únicas excepciones que el conocía eran Tala, Zared, Vashti y los
domos de placer de Danava, era claro que las Tierras Quemadas ya no mataban por la
radiación como una vez lo hicieron; ¡Pero su sueño de Calantha era de una increíble
antigüedad aun sana civilización! ¡mucho mas antigua que la destrucción de Emura
por Orah! ¿fue todo, entonces, solo un sueño particularmente extraño? ¿cómo puede
ser? El Adan Lunar Yayati, la sharan Lila, el Guardián de la Promesa Atri, ellos eran
todos tan reales como – No, más reales que su pasado en Sulara. Todavía ¿Cómo
pueden ellos existir? ¿Y donde? ¿Al otro lado del Quemante Mar? Nadie puede cruzar
eso y vivir. ¿Pero sino allí, entonces donde? ¿y cual era su relación con ellos?

A veces, el shara estaba bastante seguro de que él se había profundamente


enamorado con la hermosa y frágil Lila. El podía recordar la suave caricia de sus
amorosas manos marfil, el dulce toque de sus labios carmesí, el tierno calor de su
abrazo. ¿Cómo el podría el haberla dejado sin protección? ¿Por qué pudo haber sido
tan tonto? Ella era perfección, todo lo que el siempre había soñado en una mujer.
¿Cómo podría el abandonarla? ¡El la amaba con todo su corazón! Era sin sentido,
loco, cruel mas allá de toda razón.
Entonces los sentimientos también pasarían; el sería dejado amarrándose de
sombras intangibles. ¿Dónde había significado, donde verdad? ¿Qué había pasado
durante esos perdidos meses? ¿Era todo esto una lección particularmente enrollada,
creado por el rajanya para probar que este mundo era esencialmente un sueño?
Maitreya había ciertamente tratado de decirle, una y otra ves que el mundo era una
ilusión. ¿Pero si esto fuera así, porque era tan difícil aceptarlo?

~~~

Una noche cerca del final de la Primavera, Heramann vino al shara mientras él
se había sentado observando dentro de la turbulentas aguas de la Laguna Hirviente en
el corazón de Vashti. Aunque sus escamas estaban abiertas de par en par para
enfriarse, el Vidyadhara estaba extremamente incomodo en el sofocante aire. Marte
dándose cuenta solo la urgente necesidad que traía a su amigo a un lugar tan
bochornoso, mirándolo curiosamente solo esperó que hablara.
Heramann brincaba de un lado a otro incómodamente de una garra a otra por
unos momentos como si el suelo se estuviese quemando. Finalmente, el dijo
torpemente, “¡Ah, shara! ¡Escasamente quedan tres días! ¡Para tu arribo a la Ciudad
de Ebano! Si no nos vamos en las próximas veinticuatro horas, llegarás tarde.
¡Debemos irnos! ¿No has recapturado tu memoria aun?” El miró a Marte con una
inocencia que le apretaba el corazón al shara en un incomodo nudo.
Antes de que Marte pudiese responder, Maitreya corrió hacia ellos,
exclamando, “¡Airavata! ¡Suficiente! Deja al Príncipe Sol, yo te prometo que el
levantará el profetizado amanecer en Zared.”
Heramann volvió su cabeza de lagarto lentamente hacia el rajanya. Una sola
lágrima se formó en las esquinas de cada ojo, pero ellas no cayeron. Sacudiendo su
cabeza suavemente, el dijo, “que así sea, viejo camarada. Si tu permaneces terco en
tu juego, ¿Quién soy yo para discutir? Hasta pronto amigo de los Vidyadharas.”
Heramann Se transformó en su forma de halcón y voló hacia el norte.
Maitreya se le quedo viendo a el durante un largo minuto con una oscura
expresión, entonces se arrodilló junto a Marte, y dijo ásperamente, “Airavata esta en
lo correcto, shara. Yo esperaba que tu te hubieras reintegrado por ti mismo. Ahora ya
no queda mas tiempo: Nosotros debemos proceder. Kaysta es la única herramienta
que tu requieres.”
“¿Kaysta? Quieres decir...Yo puede haber, en cualquier momento...” ¿Por qué
el rajanya quería que él descubriera todo solo? ¿Por qué el no me dijo eso hace
semanas? El tomó a Kaysta y se le quedó viendo. Una nube azafrán fluyó de la gema
a través de Marte; el empezó a sumergirse hacia adentro, a caer en un estado que
cercanamente se parecía a la muerte.

Maitreya se inclinó hacia el, buscando profundamente en sus ojos, entonces el


empezó a cantar una historia clásica de Joab como un joven hombre.

Diecisiete pájaros plateados volaron en ritmo


A través del inocente cielo primaveral
Recuerdos colectivos de Kanaan-dora
Y la juventud de la humanidad
Soñando y viajando apasionadamente
De mi cámara guardada joya de mi corazón
Fragante silencio, durmiente deseo
¡Roto! Por un viento de odio del este
corriendo a través de los desolados desiertos de Emura
Extrañas y furtivas criaturas de arena de sombra en sombra

Suspirando, yo me levanto a buscar


A las moras de fuego de Kartika
Final del sur
Creciendo en la perdida Calantha
Mundo olvidado
Del canto de Ishtar
Y el escondido valle de la Guardianas del Norte
A través del cual descubrimos ambos
La fruta inmortal
Y la perdida semilla del Arbol del Mundo
Quizás yo consiga el deseo de mi corazón
Y no temas por aquellos que buscan mi antorcha
A través de la noche oscura
Del poder de los Jefes Supremos

Muchos antes han buscado a través de viajes no cantados


Ninguno antes ha encontrado
Tres solo saben del Puente Espiral de Plata
Atravesando las aguas negras sin esperanza
Ellos no van por allí
¡Los terrores sin forma!
¡La increíble profundidad hirviente!
¡Los fuegos de Rakshasas de Vaciedad!

Yo solo tracé ese angosto camino


Y desesperado arranque la fruta prohibida de Calantha
¡Y regresé!
Aunque no totalmente sin cambio
No totalmente sin daño
Por pasar el pasaje de horror
Los fuegos asesinos bailaron en mi alrededor
Mi cantante espada se hundió profundamente
A través de los cuerpos de los guardias de fuego

Mientras ellos daban tumbos y gritaban por mi alma


¡Aun así, yo pensé sin enloquecerme!
¡Tampoco perdí mi carga invaluable!
Y regresé con la mitad de mi tarea satisfecha
¡Las moras de fuego ganaron!
¡La inmortalidad mía!

Descanse un largo tiempo


Yo con mi amor de Rosa y columbina
¿Contento con satisfacción incompleta? ¡Nunca!
Otra vez emprendí explorando las olvidadas Guardianas
Buscando la perdida semilla del Arbol del Mundo
Congelada en el eterno Vashti
Con un rugido y explosión, la gigante forma del Rakshasa se materializó
encima del cuerpo sin vida del shara.
Dando un brinco hacia atrás, él desenfundó a Nuriel, gritó Maitreya, “¡Eres tu,
Bala! ¡Que otro se pudiese atrever a atacar a un heredero de Gana!”
El Rakshasa, levantando sus espadas gemelas de fuego infernal, gritó su rabia,
“¡El ha sido mío por miles de años Guardián de la Promesa! ¡Tu mezquina influencia
no terminará mi reino! ¡Este despreciable chiquillo humano no es otra cosa que la
calamidad de Emura, Barlrin mismo, otra vez encarnado! ¡Mi prometida parte!
¡Finalmente a la forma, sí! ¡Este será tu último acto de traición! Las espadas del
Rakshasa eran como relámpagos, pero el rajanya no conocía nada de temor. Su
espada pulsaba con poder manifiesto, el paraba los viciosos golpes una y otra vez.
“Destructor de Emura el debió haber sido, descendiente de pakshash. ¡Pero este shara
es mas de lo que tu sabes! ¿Fue por accidente que Sravasa lo honró a el por encima de
todos los otros? Escapa ahora mientras puedes; no plagues a Marte más. ¡O tu vida se
perderá!”
La risa ronca del Rakshasa fue como una doble perdición, sus palabras como
muertes encarnadas, “¿entonces Maitreya, ya has tomado maestría del tiempo? ¡Yo te
digo, tu Tala está muerta! ¡Mis hermanos han destruido la voluntad de tu falso adan
en Sulara! ¿Qué esperanza tienen tus tortuosos esquemas ahora? Mejor déjame a éste
caído; quizás aun te permitamos vivir en algún lugar del mundo de Zared.”
“Fue muy astuto de tu parte el usar un shara de la Raza Solar para robar
Kaysta del Adan Lunar en Calantha, “el rajanya asesaba mientras el daba pasos hacia
atrás muy despacio, dando la impresión de fatiga. “Yo no pensaba que tu fueras tan
sabio. ¿En que más podrían ellos haber confiado? Tu ciertamente no fuiste tan
brillante con Barlrin, como recuerdo. Hicimos el tonto muy bien, ¿No es cierto?
¿Cuántos de tus amorosos chiquillos se quemaron en las flamas cuando el hermano de
mi abuelo Orah quemó Emura?”
La boca de Bala se abrió tanto hasta sus orejas; un bramido de rabia sin
articulación brotó del él como el arremetió por el rajanya. Pero Maitreya estaba
preparado: El rodó debajo de él, golpeando salvajemente hacia arriba. El ácido verde
de la sangre del Rakshasa quemó sus manos y ojos, probando su apunte certero.

El rugido de Bala cambió en tono y volumen, alcanzando una fuerza que


hubiera matado a un adversario menor. Su control mental lapsó del dolor; Marte
abruptamente despertó.
Por un instante el shara estaba totalmente confundido: la luz infinita del Uno,
las visiones, recuerdo de los tiempos que pasó en Calantha con Lila, Atri y Yayati, la
presente escena de total locura – todas se aplastaron violentamente a través de su
mente, retándolo a el a escoger. ¿Qué mundo era de él?
Pero entonces Maitreya tratando de ver a través de sus dañados ojos chocó con
él; la mente de Marte se aclaró.
El Shara se derrumbó a sus pies, tomando Kaysta apretadamente. Pulsó con
una poderosa luz azafrán, que claramente revelaba la fea roja y negra monstruosidad
por encima, que era Bala. Con una garra sobre la herida de Nuriel en su abdomen, el
Rakshasa se agachó ante la luz de la gema, como si fuese doloroso a él. Marte se le
quedó viendo con terror y gritó “¿Bala? ¿Tu? ¿Cómo? en el nombre de los siete
planetas del hombre, ¿Cómo sobreviviste? ¡Yo te atravesé tu corazón! ¡Tu caíste a tu
muerte del Puente Espiral de Plata! ¡No, lo veo! ¡Tu no pudiste derrotarme, por eso
me traicionaste! ¡Me diste una probada falsa de victoria! ¡Fue una astucia para que tu
puedas robar mi memoria!”
El Rakshasa se paró a si mismo en su total y terrible altura y rugió, “¡Por su
puesto, tonto! Yo he sido tu propietario por milenios; ¡mi regla es pre-ordenada para
continuar para siempre! ¡Como siempre lo ha sido, y eternamente lo será! ¡Kaysta al
final será mía!” El se volcó sobre Marte, desenrollando sus alas como murciélago.
Echándose de clavado hacia Maitreya, que aun estaba cegado, el golpeó a Nuriel a un
lado y lo acuchilló en la espalda con su espada de fuego del demonio. El rajanya cayó
hacia delante como una marioneta de madera con sus hilos rotos. Nuriel se fue dando
tumbos al piso a los pies del shara.

El impacto, el temor y la angustia competía en Marte por dominio. Aturdido, se


tambaleó y casi perdió su mente otra vez. En el último posible instante, el tomó a
Nuriel y la trajo hacia arriba para desviar el golpe de Bala. Su vida fue salvada, pero
la espada del Rakshasa quemó muy profundo en su hombro.
“¡Traidor!” Gritó el Rakshasa. “¡Que puede hacer tu débil niñez! ¡Yo soy mas
terrible que tus pesadillas!” Bala levantó sus alas en un alto arco y las abatió con la
fuerza de un huracán.
Marte fue forzado hacia atrás. Un paso sin voluntad y otro paso hacia la laguna
hirviente. El cayó en sus rodillas para disminuir la presión de la tempestad, su mente
compitiendo. ¿Cómo podría alcanzar al Rakshasa para combatirlo? Esta vez el no
tenía la ayuda sensitiva del movimiento del Puente Espiral de Plata. ¿Cómo podría
estirarse suficiente para acercarse? El vio desesperadamente el cuerpo de Maitreya; de
pronto una idea broto en el como una columna de luz de luna a través del oscuro
corazón de una tormenta.
“¡Yo no creo que deba caer otra vez Rakshasa! ¿Tu codicias Kaysta? ¡Tómala!
Marte tiró la gema a la herida de Bala. Con un grito de dolor, el Rakshasa cayó hacia
atrás. Marte brincó por él, Nuriel destellando fuego de rabia. “¿Cómo pudiste
sobrevivir, engendro de la noche? Tu ves, la gema me protege como antes, ¡Sobre el
Puente Espiral! ¡Pero ahora también tengo la Gran Nuriel, Espada de los Adanai! ¡La
muerte de mi Maestro debe de ser vengada!” El shara arremetió poderosamente,
hiriendo al Rakshasa una y otra vez.

Bala chillando de dolor, voló hacia arriba a la seguridad.


Marte se le quedó viendo en frustración.
Un grito, “¡Hrai!” Anunció el calvado de Heramann en su forma de dragón.
Debajo del peso de la caída del Vidyadhara, Bala se arrugó a los pies del shara como
un murciélago arruinado. Marte trajo a Nuriel con todas sus fuerzas, cortando la
cabeza del Rakshasa.
Una llovizna azafrán parecido a un hombre, fluyó desde el cadáver. Haciendo
reverencia al shara, entró a su cuerpo debajo del ombligo.
Marte corrió al rajanya. Los ojos de Maitreya se abrieron un poco mientras el
respiraba, “Ayúdame a sentarme.” El shara lo levantó con cuidado sin atreverse a
tocar su herida. El Rajanya le indicó que se alejara y dijo con toda su voz. “¡Ahora
estas preparado para tu tarea, Marte! Por destruir a Bala, tu has destruido eso lo que
hace mucho tu creíste y por lo tanto creaste. La creación errada de la mente ya no
esta entre ti y el Uno. ¡Bien hecho Príncipe Sol!
“Yo veré tu luz amanecer próximamente en Para. Nunca temas: “¡Yo te
prometo que nos regocijaremos juntos otra vez debajo de un nuevo sol! ¡hasta pronto,
shara!” Y diciendo así, el rajanya llevó su fuerza vital hacia arriba y hacia fuera; su
cuerpo se desintegró en una fina ceniza.
“Así termina la vida del más sabio de tu raza,” Suspiró Heramann rompiendo
el horrible y ensordecedor silencio. “Espero que pruebes ser digno del regalo de
Mordom.”
Marte se le quedó viendo al enorme Vidyadhara mientras su mente se retorcía
incontrolablemente de roja quemante agonía a desesperación negra sin esperanza. Su
pecho pesado, no por el esfuerzo sino del fogoso estrés el lloró. “¿Qué es lo que
dices? ¿Mordom? ¡Mordom! ¡Tu no puedes hablar en serio, este – el – Maitreya no
pudo haber sido! ¡No! ¿El Mordom? ¡No! ¡Eso es imposible! ¿Sabes lo que tu estas
diciendo, Dragón? ¡El rajanya Mordom fue el guerrero más fuerte, el más perfecto
Guardián de la Promesa, el líder mas grande de la historia! ¿Seguramente tu sabes que
Barlrin lo ejecutó a el? ¿Lo mando a su muerte en un bote de vela en el Quemante
Mar?”
Por compasión, Heramann se encogió su forma un poco mientras el replicaba,
“El último adan de Emura, aparentemente falló, Marte tu, sin embargo, tu obviamente
has tenido éxito.”
El Shara cayó en sus rodillas y agarró fervientemente las cenizas del cuerpo
del rajanya. Mirando a Heramann a través de sus lágrimas el continuo
quejumbrosamente, “¡Pero el era mi maestro, Maitreya! ¿Cómo el pudo haber sido
Mordom? ¿El Mordom? ¿Por la Maldición del Gran Padre del Señor Gana, que he
hecho? ¡Cada era condenará mi memoria! ¡Mi futuro está muerto!” Heramann adoptó
su forma de halcón y voló a posarse al hombro izquierdo de Marte. Sobando su suave
cabeza en contra de la mejilla del shara, el dijo con gentileza, “¿Qué peso tiene un
nombre, Príncipe Sol? ¿Significaba mas él o menos por su rol como el último
Guardián de la Promesa de Emura? Tu necesitabas una deidad mucho menos que un
compañero: ustedes humanos le hacen referencia a él no menos que al mismo Gana.
El asombro puede poner en jaque al aprendizaje.”
Bajándose de su hombro, el gradualmente regresó a su tamaño de dragón
mientras continuaba, “¡pero vamos, debemos irnos! Aun si volamos a toda velocidad,
será difícil alcanzar Zared a la hora acordada. Cualquier habilidad tiene limites
naturales, shara.
“¡Vamos te digo! ¿Por qué lo dudas? Tu no puedes hacer nada por el.
¡Tampoco el requiere de tu preocupación, en lo más mínimo! ¡Este es el camino de
Rodavi, el eterno camino de los Siete, el infinito camino al Uno!

“Maitreya, nieto de Ishtar, descendiente del único hijo de Gana, llamado


Kartika, gemelo de Atri, padre de Joab, estudiante de los misterios de los Guardianes
de la Promesa de los inmortales Brihas y Matri, protector del mundo del norte por
cincuenta y siete siglos el Ultimo Guardián de la Promesa de Emura, Mordom,
conocedor del Uno, ha regresado a casa hoy.”
11. PERDON

En esa temporada,
Venus le dará a Marte una hija
Y su nombre será Paz
-- Rodavi

Paz reinará por mas de mil años


Y conocerán a sus descendientes hasta la cuarenta generación.
Durante su reino las Quemadas Tierras serán otra vez fértiles.
La gente vivirá mucho tiempo y raramente se enfermará.
Ellos serán devotos del bienestar de otros,
Para tomar completa maestría de el Camino de Rodavi
Y para ganar el conocimiento del Uno Ascendente.
Su reino será recordado para siempre como la Edad de Paz
-- Mordom

Paz será uno de los Siete,


Una completa encarnación de Matri.
Ella se casará con Halil,
Hijo del shara Marte y la sharan Lila,
Y ellos tendrán siete hijos y ocho hijas.
Esta unión asegurara la continuidad del linaje
De Gana hasta la Caída de Para
-- Joab

La plaga golpeó a Tala el segundo invierno del reino de Naisan; en menos de


dos horribles meses un cuarto de su gente murió. Solo dos provincias fueron salvadas:
Sulara estaba protegida por el collar de flores siempre vivas que Naisan usaba y Urlad
de Firad por los Rakshasas.
Naisan ahora ya había aprendido a amar a toda la gente; el no podía entender
porque todos no deberían de ser sanados. Lleno con compasión el buscó a Joab a
través de Sulara. Después de mucho tiempo de búsqueda sin éxito el lo encontró a la
puesta de sol, sentado junto a la tranquila laguna en el corazón de Zephyra. Sin
esperar a ser reconocido el lloró en angustia, “¡Padre! ¡debo sanarlos!”
Moviendo el agua suavemente con un dedo, el Guardián de la Promesa
contestó suavemente “¿Ahora tu curarías a tus lobos para mandar al matadero a tus
ovejas, adan?”
Naisan se paró junto a él, los grandes brazos temblando, sus fuertes manos
espasmódicamente apretando el vacío aire. El trató de forzar su corazón al silencio,
pero sus palabras brotaban pasando su restringida voluntad, “¡Padre! ¡Ellos se están
muriendo!”
Joab le dio un par de golpes al agua, mandando olitas concéntricas a las
lejanas orillas de la laguna. “¡Naisan! ¿Te has olvidado de todo? Más allá de las
tumultuosas olas de tu mente yace la profunda paz del eternamente quieto Uno. ¡Tu
sabes esto! Detrás de las gruesas nubes de tus conclusiones y creencias se quema la
infinita radiancia del totalmente puro, para siempre sereno, eternamente silencioso,
Uno inmutable. Esta es la Realidad, la única Realidad que existe. ¡Vive la sabiduría
de los Guardianes de la Promesa, adan! ¡Abandona tus falsos sueños! ¡Deja que el
poder del Uno te levante de regreso a tu verdadero hogar! Si tu solo lo permites
energía infinita yace a tu disposición. Solo tus creencias pueden detener la Realidad,
ya que tu ego lucha por mantener eso lo cual es una mentira. Este mundo es tu sueño,
nada mas.”
“¡Yo se esto, Joab! Yo entiendo que he creado mi mundo. ¡Lo hago! ¡Pero he
cambiado mis creencias y juicios que crearon la oscuridad y la maldad! Yo entiendo
ahora a la humanidad; ¡Yo no los condeno más por sus debilidades! ¡Mi gente esta
muriendo, están siendo devorados por una enfermedad que pudre su carne y mi gente
enloquece! ¡ellos están pasando un dolor terrible! ¡Es tan innecesario, Joab! ¡Yo
puedo sanarlos a ellos!”
“¿Tu te consumirías a ti mismo para mantener las oscuras orillas de tu
pesadilla antes de satisfacer tu misión aquí? ¡Tu aun intentas ver diamantes en carbón!
¡Naisan! ¡Piensa! tu conoces la energía de Starbha unida con la fragancia de la
Siempre Viva para doblegar la plaga de Zared, solo en contra de aquellos que no son
capaces de unirse contigo en tu espiral ascendente. Déjalos morir, ellos perpetuaran
daños a si mismos y a otros ¿Qué sabiduría es para juzgar el mundo como maldad y
entonces no perdonarlo?
“Por tus pensamientos tu has creado enemigos a lo largo del tiempo Naisan,
tu sólo has hecho tu Universo como es, una bizarra extensión de una ilusión extraña,
ahora tu no te has dejado a ti mismo ningún otro camino para salir hacia delante, sino
a través de destruir aquella parte de tu sueño que son falsos. Perdónalos, Naisan;
déjalos regresar a su origen en tu mente. No intentes mantener tu pesadilla a través de
sanar eso que no tiene significado.”
“¡Pero, Padre! ¿Seguramente nosotros podríamos enseñarles a ellos a cambiar?
¿No es esto la más alta forma del perdón? ¿Quizás podría ser difícil, pero en tiempo --
?” ¿Qué era el perdón sino una paciente reeducación? Nunca antes Naisan había
sentido su corona tan pesada. ¿Cual era el uso del poder sanador de Kanaan-dora si el
no podía usarlo ahora cuando era tan desesperadamente necesario? ¿Por qué Joab se
rehusó a dejar que los curara? ¡Ellos se lo merecían tanto como cualquier otra vida!
¿Cómo puede el Guardián de la Promesa pararse a un lado y dejarlos caer a ellos
presa a esta horrible plaga que los consume?
Joab retiró su dedo del agua y lo examinó atentamente. Entonces el se paró y
se fue caminando. La mano de Naisan se sacudió para detenerlo, pero el la dejó caer
otra vez sin usarla.
El Guardián de la Promesa miró sobre su hombro y agrego en la voz más fría
que Naisan nunca escuchó, “No hay tiempo. Sus cuerpos son completamente sin
significado; tu actúas como un tonto. No hay plaga. No hay muerte. Aferrate al Uno,
adan. No tienes otra opción. Tu eres el hacedor de los mitos. Tu eres el hacedor de los
sueños. Las ilusiones son solo eso: Ilusiones.” Entonces el se fue; dejándolo solo con
su pesadilla de duda y temor. ¿por qué el no puede mantener su percepción del Uno?
El ojo de su mente estaba ciego, despedazado con una tormenta de pensamientos sin
sentido. ¿Qué es lo que el debería de hacer? ¡Cientos de miles muriendo! ¡El era su
adan! ¡Ellos lo miraban a el para salvarlos!
Profundamente frustrado, Naisan se tiró al suelo y golpeó muy duro la
calmada agua de la laguna ¡Maldito este mundo! ¡Maldita Tala! ¡Maldito Joab!
¡Maldito el conocimiento inservible del Uno! ¡Inservible, vacío, Nada! ¡Es mucho
mejor el nunca haber nacido que permanecer neutral a esta hora!
Naisan miró hacia arriba de pronto: Venus estaba al otro lado de la laguna, con
la infante Paz en sus brazos. Lagrimas fluían libremente de sus reales ojos azul
celeste. El se paró para ir a ella, pero ella sacudió su cabeza firmemente a él.
“Mantén el gozo inherente en el Uno, Naisan,” ella cantó suavemente mientras ella lo
dejaba. “Sabes que yo siempre te amaré. Nunca he estado lejos de ti, nunca te
dejaré.” La voz de Venus se desvaneció mientras ella se fue caminando muy
despacio, pero aun estaba quieta y clara como el cristal. Antes de que ella terminara
de hablar, sus débiles palabras se sintieron como los pensamientos propios de Naisan,
haciendo eco siempre más calladamente a través de su mente aquietándose.
“No permitas que las ilusiones te causen dolor, amado. Su cambiable
apariencia de bien y mal, de vida y muerte, de alegría y sufrimiento nunca es otra cosa
que tu auto creado sueño. Aferrate al Uno, mi único corazón. Esta es tu gran prueba.
Aferrate al Uno, ya que solo el amor lo conquista todo. Solo amor. Solo el amor lo
conquista todo. Solo amor. Solo amor.”

~~~

El tercer invierno después de la plaga, Joab aconsejó la evacuación del


cuadrante noreste de Tala. Así el ataque sorpresa de Zared en la primavera golpearía
duro en contra de nada; la perdida de la vida era pequeña.
La caballería de la retaguardia informó a Sulara de una enorme armada
empleando armas no usadas desde Emura: Luz quemante que golpeaba desde una
distancia increíble, cañones que disparaban explosivos más lejos que cualquier
arquero pudiese disparar. Los buscadores difícilmente podrían tomar maestría de su
terror como ellos describieron al enemigo de asombroso poder, “¿Qué debemos
hacer? ¡Pobre Tala, ahora va a ser como las Quemadas Tierras!” En esto ellos no
tenían razón, por su puesto: la muerte de Emura fue causada por la Omnipotente
Mano de Orah, más poderoso de los Señores de Etan. Pero para una gente que solo
conocía una guerra solo con flechas, espadas y lanzas, el peligro y el terror eran
realmente suficiente.
Joab aconsejó solo paciencia, “deja que las hordas crezcan débiles con el largo
viaje. Encontrarán muy poco preciado para alimentar sus estómagos. Continúen la
evacuación; todo estará bien.” Así pasaron los meses, como el Ejercito de Ivasion de
Zared marchaba diariamente y se acercaba a Sulara, destruyendo todo a su paso.

~~~

Después de veintiún semanas de retirada, la caballería de retaguardia del


General Dagora cortó a una pequeña avanzada de Zareditas y los venció. Un
prisionero fue llevado a la Ciudad de los Adanai. El caminaba orgulloso ante la
realeza de Tala, en desacato torciendo su cara azafrán en una agria mueca de disgusto.
Pero al ver a Naisan, el gritó “¡Marte Adan! ¿Cómo -- ?”
El prisionero tomó maestría de si mismo rápidamente y empezó otra vez en un
Tlanese particularmente gutural, “Mi Adan y Dios Marte te doy paganos saludos.
Ríndete ahora, o ve tu tierra quemada por un fuego más terrible que la peor de tus
pesadillas. Tu no tienes otra opción.” El miró malhumoradamente a Venus y Joab; la
negrura de su expresión reveló que el podía ser la autoridad de ninguno.
“Dile a tu maestro,” contestó Naisan, desesperadamente buscando en los ojos
del prisionero el mas leve signo del Uno, “Tala nunca se rendirá. ¡Lo que es más! Si
Zared no se retira, será destruida al hombre: Un dominio hay aquí que tu no conoces.”
“¿Retirarnos? ¿Ante tal debilidad?”
El desprecio del prisionero, distorsionó su rostro en una virtual parodia de la
vida; o así le pareció al adan, quién suspiró. “Llévenlo de regreso, suéltenlo al frente.
¡No hay nada, nada! Que podamos hacer por el...no ¡Dagora! No tu. Quédate conmigo
hoy, te necesito. Dime, mi querido amigo, ¿era el típico? ¿Todos ellos son tan ciegos?
No, no importa: lo que debe ser, será. Aunque nuestros corazones lloren en vana
oposición. Vengan, déjanos caminar una vez mas en Zephyra, hablemos una vez mas
de tiempos placenteros.
“¡General Aldis! Informa a tus coroneles que partimos al amanecer. Aun si
cabalgamos de prisa, siete soles terminarán en estrellas antes de que alcancemos el
Valle de Lágrimas, donde Balzor se encontró com los Poderosos Asures y triunfó.
Finalmente nuestro tiempo de espera terminó; ¡La Hora de la Perdición de Tala esta
cerca! ¡No dejes que nadie vacile en su resolución ahora! ¡El futuro esta en nuestras
manos!”

~~~

Pero esta noche, el mismo Naisan se paró ante el Guardián de la Promesa,


viéndose mucho menos que el Rey Sol sino que un pequeño, y asustado chiquillo,
“¡no sanar durante la plaga era diferente, ahora veo! Y estoy de acuerdo en satisfacer
tu deseo acerca del ejercito de Urlad. ¡Pero Joab! ¡Muchos de los buenos de Tala
morirán si tu procedes con tu plan! ¿Por qué? ¿por qué no puedes destruir las legiones
de Zared antes de que siquiera un Talanese se pierda? ¿Por qué me fuerzas a actuar
así que solo deseo preservar la vida? ¡Tu sabes que amo hasta las bestias y a los
pájaros! ¿Por qué debo matar, ver a los míos en el matadero? ¡Yo prefiero morir que
ver a un inocente destruido! ¿Por qué demandas esta horrible prueba? ¿No me lo
puedes decir?”
Por un breve instante, el Guardián de la Promesa, miró hacia adentro mientras
el pensaba del pasado del adan y los requerimientos de su vida. Sin descubrir ninguna
alternativa, lo dejo a él en el precipicio. “Naisan. Mi hijo. Recuerda, recuerda. ¿Todos
deben de ser forzados excepto tu a tomar decisiones difíciles? ¿Cuántos de tus
súbditos te han escogido a ti sobre Marte? ¿Invalidarías su fe? Todos tienen un rol en
este drama. La autoridad de Venus se manifestará antes de quince días como la mía.
Pero esta es tu tarea; como tu satisfagas esta obligación es exactamente lo que crea tu
futuro. El balance es delicado, un conjunto extremadamente fino. No puede ser
cambiado para que no se pierda todo.
“¿No te das cuenta aún que esta es tu creación, Naisan? ¡Tu has soñado esta
vida exactamente como tu has querido! ¡Tu debes aprender el perdón! Ambos, a ti
mismo y a todos los demás. Solo entonces tu puedes rehacer este Universo en la
imagen del Uno, tu más profunda y única verdadera Realidad. ¿Todavía no
entiendes? Cada persona, animal y cosa en este mundo no es otra cosa que una
proyección de tus creencias y juicios. ¡Tu eres el hacedor de los sueños, adan!
¡Despierta, Naisan!”
Joab abruptamente se fue caminando, entonces le ordenó a Dagora que no
admitiera visitantes. Naisan se quedó parado inmovible observando dentro de su
mente. ¿El perdón? ¿Qué quiso decir el Guardián de la Promesa? ¿Qué tiene que ver
la guerra y la muerte con el perdón? ¿Perdonar a quién? ¿para qué? Todo esto es sin
sentido, loco. ¿Qué iba a hacer él? ¡El no lo haría, el no debería, el nunca podría
matar! ¡La vida y la muerte no eran sueños! ¡Ellas son reales! ¡Todo el mundo
merecía vivir!
~~~

Al amanecer, el ejercito partió hacia el noreste con Venus, Dagora y Joab a la


cabeza. “¡Nunca Tala había conocido una fuerza así!” los soldados cantaban mientras
ellos marchaban por ultima vez desde Sulara. Una hora pasó, dos y aun los últimos
estandartes dorados y plateados de los primeros rangos no habían pasado sus puertas,
ni los Reyes Sol habían llegado. Tres horas, cuatro y los mas viejos y los mas jóvenes
en los batallones empezaron a preguntar con gran preocupación, “¿Han visto ustedes
al adan? ¿Dónde está Marte adan?” Cinco horas, seis, y al final los doscientos mil
pasaron por las puertas de la Ciudad de Oro. Y todavía no habían signos del adan.
Al amanecer, Naisan estaba arrodillado junto a su cama de pabellón marfil en
la que dormía su hija, la aharan Paz. El se le había quedado viéndola casi toda la
noche. Lágrimas corrían sin que él se diera cuenta sobre su rostro en agonía: gana o
pierde, el sabía que el nunca la volvería a ver otra vez. Así lo habían grabado todas
las profecías. ¡Malditas todas ellas! ¡Malditos cada uno de los Guardianes de la
Promesa! ¡Porque habría alguna vez estudiado el Camino de Rodavi! ¿Qué he
aprendido yo sino misticismo sin sentido? ¡Que bien ha hecho mi vida a nadie! He
fallado a todas las cosas buenas y que valían la pena, salvo toda la creación de mi
inocente hija.
Sin esperar a decirle adiós a ella, el Adan beso su cabello enredado en rizos
antes de que despertara, entonces caminó solo en su vacía cámara del trono. El
escuchó a los solados cantar mientras ellos se marchaban al frente y todavía no se
podía forzar a si mismo a actuar. Pasaron las horas mientras el luchaba consigo
mismo adentro. ¿Cómo puede él eternamente benigno Uno estar de acuerdo con la
muerte? Era imposible. ¿Por qué el no podía entender? Joab seguidamente había
dicho que el mundo era una ilusión, creado y sostenido por sus creencias y juicios
¿Qué significa eso? El mundo era obviamente real. Joab había dicho que no podían
haber dos absolutos. ¿Eso quiso decir que el Uno era falso? No, el Uno era real
también: El lo había experimentado demasiadas veces para dudarlo y no había
cuestionamiento que su poder era extraordinario. ¿Por qué ellos no podían coexistir?
¿Por qué le solicitaban a el matar? ¡El no podía! ¿Por qué esta imposible tarea
tenía que ver algo con el perdón? ¿Y porque era este entendimiento de perdón tan
importante de aprender?

~~~

Al medio día, Paz se escapó de su nana y se deslizó calladamente dentro de la


cámara del trono. Naisan estaba amodorrado en su trono incrustado de esmeralda,
observando adentro su guerra interna y no la vió a ella aproximarse hasta que ella toco
su mano y dijo, “Papito. Mami te necesita. Tu debes ir con ella.”
El la miró a ella con sorpresa. Tomándola en sus brazos, el la apretó contra su
pecho y lloró, “Tu Madre la Reina Sol no necesita nada, cariño. Ella es una Inmortal,
una Diosa descendida para estos tiempos para la sanación del mundo. Ella no necesita
nada.”
“No, Papito. Tu estas mal. Ella te necesita a ti. Y ahora. Tu debes ir con ella.”
Paz se empujó de su pecho y lo miró y sus ojos plateados radiando sabiduría sin edad.
“Si tu no vas con ella ahora, ella va a estar muy infeliz. Ella te necesita, Papito. Tu
debes creerme, Papá. Todo va a estar bien. Ve, yo esperaré aquí mismo por ti, te lo
prometo. Tu debes ir a ella, Papito. “¿Por mi, por favor, papá?”

~~~

Naisan corrió a Victoria, discutiendo que no significaba nada, que la decisión


final vendría mas tarde. Mientras el Rey Sol corrió por alcanzar a su ejercito, un
enrome rugido de alegría brotó desde la Ciudad Dorada de los Adanai como su regalo
de partida.

~~~

Cuando él alcanzó el frente de la caballería, Joab examinó su rostro


ansiosamente y Dagora le dio una palmadita al hombro. Pero Naisan volvió sus ojos
asustados y no habló.
El Guardián de la Promesa dijo amablemente, “hay una corta historia que
quiero contarte adan. Quizás te ayude a resolver esta circunstancia del perdón que
plaga tu ser.
“Una vez un extraño joven hombre deseo probar las profundidades de la
sabiduría de Mordom. El llevó al Guardián de la Promesa a través de la Capital de
Emura, Phedra, de tal manera que pasaron junto a un mono muerto y putrefacto,
parándose junto al arruinado animal, el joven hombre exclamó, ‘¡Que desagradable
esta fea y apestosa bestia! Tu me has dicho que todo es hermoso en la luz del Uno.
¿Todavía como podría cualquiera sino un demente ver belleza aquí?’
“Mordom se rió en sus profundidades, y rió placidamente y contestó,
‘¡Observa los brillantes dientes de este pequeño mono, mi hijo! ¿No brillan ellos
como perlas? ¿No piensas tu que ellos son las cosas mas hermosas que alguna vez
hayas visto?’
“La fuerza de la visión de Mordom fue suficiente para alterar el cadáver, adan.
Se transformó ante mis ojos, regresando a la vida. No era un tipo de vida dañado o
débil, el mono era el más saludable, mas vivo y vibrante criatura que yo haya visto
alguna vez. El fue mi mascota por muchos años. Desde ese día, yo supe que no había
limites al poder del Uno. No hay limites excepto aquellos que nosotros artificialmente
imponemos de nuestras creencias en la falsa realidad de nuestros creados sueños.”
Sin mirar al Guardián de la Promesa, Naisan abruptamente soltó la rienda a
Victoria para cabalgar junto a Venus. ¿Qué tiene que ver esto con el perdón? El
pensó con angustia. ¿Por qué Joab insiste en esta loca guerra?
Venus lo entretuvo toda la tarde con Cantos de Kanaan-dora, pero su lucha
interna lo llevaba a él, mas y mas y mas profundo en su mente, el pudo solo
imperfectamente escuchar la dulce voz que siempre antes le agradaba.

~~~

A la puesta de sol, el adan y la adaran empezaron a cabalgar hacia el norte,


dejando a Joab al mando. “Buena fortuna te acompañe,” dijo el Guardián de la
Promesa, “¡Pero por ninguna razón te detengas! La batalla se unirá al amanecer del
sexto día entonces; ¡Ustedes no deben de llegar tarde!”
“No temas; yo estaré allí,” contestó Naisan, intentando sin éxito sonar seguro
de si mismo. Incluso le sonó hueco a sus propios oídos. El frío viento rugiendo a
través de su pecho le estaba opacando sus sentidos, entumiendo su corazón,
congelando su mente. ¡Joab solicitaba lo imposible! ¡El no lo haría, el no podría
matar! ¡Todas las cosas en su vida habían incrementado salud, extendido la
existencia! ¡El no debía violar eso! ¡El no lo haría, no podría, nunca debía matar!
¿Qué la muerte era aun vagamente el perdón?
Dagora estaba pálido, todavía el también le deseó éxito al adan. Naisan se
preguntaba tristemente cuanto el se había imaginado.

~~~

Venus cabalgaba la moteada yegua Gozo el único retoño de Victoria y casi tan
ideal a un caballo, ningún otro podría haber viajado tan lejos y tan rápido: En la noche
del tercer día después de dejar al ejercito, el adan y adaran alcanzaron su destino, un
amplio valle justo al sur de la carretera entre Urlad y las provincias del Este. El
llamado de Naisan había sido bien contestado: Miles de elefantes, leones y lobos de
Tala los esperaban a ellos allí.
Lejos de estar firme en su decisión, el adan dijo con melancolía, “Es tan
difícil, amada tu sabes que a mi me importan todos con tanto como a mi mismo.
Todavía si yo voy a perderlos a todos -- ¡Julius, Dagora, Aldis, si, incluso tu y Paz! –
pero si todavía tengo a Joab yo estaré contento. Su sonrisa hace que el mundo entero
cante; su ceño fruncido causa que toda la creación esté molesta solo conmigo.
“Otros me dan, así mismo los amo por ellos; pero Joab me da a mi mismo.
Venus, mi muy amada adaran.
¿Hay algún sentido en esto? ¿Siquiera alguno?”
“Yo estoy satisfecha mi Señor, contigo girando esta rueda. No te atormentes a
ti mismo mas. Tu tendrás éxito.” La alternativa era mucho peor que la muerte ¿Qué
podría hacer ella por él? ¿Qué simples palabras de amor podrían ayudarle a él a
sobrepasar esta barrera? ¡El debe de entender el perdón desde la perspectiva del Uno!
O todas sus labores a través de estos ochenta y dos milenios estarían perdidos; el
nunca debió de haber tomado el veneno de Irnga.
“Descansa en paz esta noche, bendito adan. La mañana requerirá de toda tu
fuerza, toda tu sabiduría. Si tu duermes, sueña solo que siempre te amaré, siempre
creeré en ti. Como es en nuestra esfera brillante, así es para siempre en todas partes.
Nunca puedo yo dejarte; nunca estaré aparte de ti.
“No te atrevas a no ignorar el consejo de Joab: cuando tu trabajo con Firad
esté completo, de prisa ve al Este. Por ninguna razón te tardes más que al amanecer
del día después de mañana.
“Hasta pronto, verdadero corazón de Venus. Mira solo a la luz del Uno; tu no
fallarás.”

Una vez más, Naisan sintió el calor de ella de su corazón desdoblándose en él.
Una vez más, él vió su radiante mundo tan claramente y perfectamente como el
maravilloso día que él la conoció.
Una vez más. Pero un momento más tarde ella se había ido, una sola estrella
poniendose en el oeste; el estaba en la oscuridad, solo otra vez. Tan completamente
solo como si ella y Joab nunca antes hubieran estado. Tan terriblemente solo como si
el fuera el único ser humano en un mundo de bestias.
Naisan sintió como si su espíritu hubiera fluido fuera de él, dejando una
cáscara vacía y sin valor. El Rey Sol se sentó pesadamente y sintió su horrible
soledad. Victoria detrás de él para asegurar su privacidad. No era necesario: los
animales de Tala respetaban los deseos de su amo.
~~~

Toda esa noche la cabeza de Naisan estuvo metida en sus manos mientras la
memoria de su vida corría como película en su ojo interno. Cuando el era muy joven,
realmente solo un bebé, un águila lo llevó a él a su nido. El observó al pajarito
romper su concha y salir todo mojado y nuevo dentro de la primavera del mundo.
El no era mucho más viejo la primera vez que él sanó un ala rota, esa de un
pajarillo de granero. El pequeño pájaro lo siguió a el por años después, sin temerle a
nadie, como fue favorecido por Naisan.
Era la temporada de agonía negra cuando su Padre Sanel murió, Naisan se
sentó solo en su casa por tres semanas, negándose si quiera a ver a los animales.
Finalmente, una pequeña criatura del bosque, una ardillita, lo sacó a él de su
desesperación: se paró en sus piernas traseras y golpeó una y otra vez contra la
ventana con sus pequeñas patas. Naisan riendo aunque se sintiera en su
temperamento oscuro, lo siguió a el afuera dentro de la vibrante salud del viviente
bosque.
El conoció a Joab la siguiente primavera. El Guardián de la Promesa salió
del bosque tan abruptamente como si el fuera un árbol milagrosamente entrando a la
vida. O así le pareció a Naisan quién, desde su primera mirada estaba dividido entre
el deseo de salir corriendo en terror o a caer a los pies del viejo hombre. Estando así
suspendido el no hizo ninguna de las dos cosas; en vez el se le quedó viendo
directamente a él y pensó en absolutamente nada que decir.
Pronto después de que el león atacara a Marte cuando el por primera vez
descubrió a Victoria. Después de que el la había sanado, ella nunca fallo a venir a él
cuando él la llamaba a ella a venir con su mente. A veces, a ellos los habían visto en
la lejanía, volando como el viento; se rumoraba a lo largo de Sulara que un dios
había embrujado a la yegua, esto era porque ni el shara ni nadie más podía montarla
más.
Entonces llegó el día cuando Venus llegó a el a la laguna de los peces arco
iris. El estaba viendo al agua, preguntándose sin rumbo y medio deseando si el algún
día entraría a Sulara, cuando los arbustos frente a la laguna se movieron de pronto.
¿Cómo pudo ser? El estaba totalmente consciente de la vida del bosque, ningún ser
de ese tamaño estaba cerca. Era Venus observándolo a el con amor infinito brillando
a través de sus ojos azul celeste como el cielo. Su mundo de una vez transmutó en una
visión de perfección, una emanación milagrosa de la luz trascendental del Uno.
Nunca el había soñado tal maravilla, tal gloria, tal belleza. Nunca él había soñado
del Uno que era tan magnífico, tan inigualable en comparación con cualquier cosa
del espacio o tiempo.
Esa experiencia se repitió otra vez durante la Anunciación del Adanai de
Emura. Entonces por primera vez el totalmente se dio cuenta que había un gran
significado en su abandono de los bosques de Alazar para conseguir la extraña tarea
de reinar Tala. Entonces por primera vez el aceptó que Joab lo instalara a él como el
aparente heredero como alguna otra cosa que una rareza en el omnisciente cerebro
de su maestro.
Y entonces Paz nació. Por una corta temporada, Naisan sintió como si el
entendiera totalmente el Camino de Rodavi. Por un momento totalmente demasiado
rápido, el sintió que él estaba compartiendo la Era Dorada de Paz, que él no estaba
condenado a un manojo de años que le quedaban al Rey Sol Marte.
Pero entonces vino la plaga. Sus no aliviadas angustias por el sufrimiento de
los Talaneses, marcó el final de todas las ilusiones acerca de su destino. El se dio
cuenta entonces que las antiguas profecías del corto reinado de Marte, más
aseguradamente se trataba acerca de él y de nadie más. El se dio cuenta también que
los próximos tres años iban a ser los más difíciles de su vida.
Y, haciendo eco una y otra vez, el se mantuvo escuchando la alegría rugiente
de su gente mientras el corría tras su ejercito cuatro días antes.

~~~

Como las visiones se repetían, otra parte de su mente desesperadamente


buscaba alternativas. ¡El no debería ser forzado a matar! ¡Tenía que haber otra
solución! ¡Tenía que haber! ¡Amaba la vida! El la adoraba en todas sus formas. Una
vez el había tenido desaprecio por la humanidad, era verdad, ¡Pero Venus y la
Anunciación habían cambiado eso! ¡El amaba a todos los seres humanos como a si
mismo! Aquellos durmiendo a solo una hora eran traidores, trabajando para destruir
Tala, ¿Pero que con eso? ¡Tales eran los errores de chiquillos! ¡Aquellos de Urlad
deberían ser suavemente reeducados, no asesinados!
Y muy profundo dentro de la mente de Naisan silenciosamente atestiguando
los recuerdos y su lucha interna, estaba el eternamente quieto Uno. Silenciosamente
atestiguando, para siempre en paz, infinitamente paciente, nunca juzgando, nunca
criticando, nunca condenando, nunca aceptando la existencia de ninguna realidad otra
que su propia y absoluta perfección, el Uno esperaba por el único posible resultado.
Silenciosamente atestiguando, silenciosamente esperando. ¿Qué diferencia si tomaban
otros ochenta y dos mil años? ¿Qué diferencia si tomaban otros ochenta y dos
millones de años? El Uno tenia toda la eternidad para que Naisan recordara. ¿Qué
diferencia tenía cuando el adan despertara a si mismo? Silenciosamente atestiguando,
silenciosamente, silenciosamente esperando.

~~~

La yegua Gozo, llevo a su doncella sin descanso al oeste: al amanecer cinco


días después, Venus se paró en una desolada montaña alta sobre viendo Urlad.
“Hay de mi, Mi pobre tierra” ella murmuró mientras las lágrimas salían desde
sus ojos azules reales “Qué enferma te has vuelto. ¿Hubiera yo hecho que a mi amado
Gana aterrizara primero aquí, si hubiera visto un poco más adelante? ¡Tan linda eras
tu entonces! Ah, el Gran Padre tiene razón: solo el tiempo es supremo; solo el tiempo
lo destruye todo.”
Su maldición proyectó una ondulación ámbar de neblina que en menos de una
hora cubrió la totalidad de Urlad.
Suavemente, muy despacio, el brazo derecho de Venus se empezó a levantar.
Como así lo hizo, Ixtor y Barafel y las ciento siete ciudades y villas de Urlad se
empezaron a quemar, se comenzaron a quemar con unos rugientes e inextinguibles
vorágines de fuego.
Al medio día Urlad estaba destruida de toda vida. Ni una hoja de grama fue
perdonada del sacrificio de conflagración. Muy despacio, despacio, el brazo derecho
de Venus fue bajando; las cenizas de Ixtor y Barafel y las ciento siete ciudades y
villas de Urlad se empezaron a hundir.
Muy despacio, despacio, el brazo izquierdo de Venus trajo el océano rugiente
desde el norte. A la puesta del sol, Urlad se había convertido en un oscuro y jadeante
mar.

~~~

El humo y la ceniza de su faena cubrió los cielos por años después del paso del
adan Marte; la gente recordaba aquellos doce años de invierno por siempre jamás
como un símbolo de su perdida. No fue hasta que Paz ascendió al trono de los Adanai
que las nubes de la muerte de Urlad se desvanecieron del cielo.
Usando al Uno con tal autoridad como no había sido desde la ruina de Emura,
no pudo dejar a Venus sin afectarla. Su cuerpo ya no era corpóreo: su peso se había
ido; sus pies ya no tocaban el suelo. Poniendo su rostro hacia el este, ella flotó hacia
el valle de lágrimas.

Gozo relinchó una vez más por su doncella, entonces retrazo su sendero
montaña abajo.

12. EL VALLE DE LAGRIMAS

Yo veo una fiera guerra en esa estación.


El Sol batallando al Sol
Por la supremacía del mundo
-- Rodavi

Ninguno, sino los mas afortunados


Sobrevivirán la guerra antes de la Edad de Paz
-- Mordom

La tercera muerte de Marte


Traerá salvación o condenación a mi Tala
--Joab

ninguna experiencia del infierno puede durar para siempre: Una hora antes del
amanecer, Naisan sacó a Starbha de su pecho y gritó. “¡No más! ¡Mi Dios, no más!”
El tiró la gema al piso y brincó encima de ella en rabia.
Victoria relinchó suavemente y gentilmente acarició su mejilla. El Rey Sol
levantó la mano para golpearla, pero ella lo miró con amor de sus ojos marrones
llenos, sin temor de su intención. Su mano se congeló en el espacio de un instante sin
tiempo, entonces golpeó el piso. Apretando a Starbha otra vez contra su pecho, el se
inclinó sobre ella llorando.
En ese momento de catarsis su mente en lucha se aquietó; las memorias visión
y las preguntas incesantes se derritieron juntas dentro del silencio del Uno. En esa
inesperada tranquilidad, el miró el movimiento de la rueda en amplificación. Dos
poderes guerreaban por supremacía en su corazón y en Tala. Allí esta el Uno – el
silencio infinito de la esencia de la luz de la Verdad, de la Belleza; la realidad
fundamental de cada Guardián de la Promesa desde el primero, Solon; el Origen de
ambos Joab y de Venus; la gloriosa y auto luminosa raíz de todo poder, crecimiento,
progreso, evolución, vida. Y allí estaba la antitesis del Uno – una fuerza oscura de
odios, estructurada por la Vaciedad, una autoridad ofensiva, deformada que dirige
para siempre al estancamiento degradación, involución, muerte. El sabía entonces
que la Vaciedad era una ilusión creada por su ego, que se le daba forma por sus
juicios de bien y mal, albergada por sus percepciones de vida y muerte, mantenida por
sus complejas creencias intelectuales en espacio y tiempo.
En ese instante de Ascendente Silencio, Naisan vió que por su inacción, él le
estaba dando la victoria a la ilusión, ¡A la Vaciedad!
Un violento temblor irrumpió a través de todo el adan, empezando por sus pies
y disparándose hacia arriba a través de su espina, el se montó en Victoria y gritando
dijo, “¡Que así sea!” Rugiendo su rabia con los animales de Tala, el se abalanzó con
ellos en una masa hacia el norte.
A la primera luz del amanecer, ellos alcanzaban al durmiente ejecito de Urlad.
Los traidores no tuvieron la mas mínima advertencia: En un momento, ellos soñaban
dulces sueños de conquista y saqueo; en el siguiente, estaban siendo brutalmente
arrasados, corneados y desgarrados. Fueron guerreros caídos, habiendo entrenado
bajo techo por muchos años, pero no pudieron competir con estas bestias salvajes,
fieros con rabia animal: al medio día, solo dos humanos todavía respiraban en el
valle.
Pero pronto Victoria encontró a Firad, shara de Urlad. Escondiéndose entre los
cadáveres; sin una palabra el Rey Sol, le arremetió la espada de Marte de un solo tajo.
Y entonces ningún hombre sino Naisan estaba vivo en el Valle de la Sangre de Urlad.
El Adan no descansó, sino que empezó a curar a los animales heridos.
Mientras el trabajaba, sus ojos se nublaron con lágrimas: muchos murieron antes de
que él pudiera alcanzarlos; cada perdida lo hería profundamente en su alma. No solo
era el amanecer del próximo día que pasó, el sol estaba hacia la lejanía del final del
día antes de que Naisan ordenara a los últimos de sus sirvientes salvajes hacia el este.
Montando a Victoria, el le ordenó a ella, “¡Ahora corre como nunca antes, la hora de
la perdición de Tala esta cerca!”
“Como el rey Sol se desvanecía dentro de la inconciencia, su yegua demostró
otra vez que era como los corceles que Gana salvó de Martanda: tan incansable que
era su galope, todas sino las más rápidas de las bestias eran superadas, incluso
aquellas que Naisan había enviado al frente inmediatamente después de la masacre.

Todavía aunque, había pasado el medio día del sexto día después de dejar a
Joab y al ejercito antes de que Naisan se parara en la orilla sobre el Valle de Lágrimas
y observara la batalla rugiendo abajo.

~~~

Joab había guiado al ejercito con toda rapidez hacia el norte y arribó al valle
de lágrimas por adelantado al enemigo.
La noche anterior a la batalla, el Guardián de la Promesa dobló su mente hacia
el oeste. El podía ver a Venus firmemente cabalgando a Gozo hacia la Montaña de la
Destrucción; el podía ver a Naisan corriendo hacia el este. “Pero tan lejos,” el
murmuró en su desilusión. “¡Y tan cansado! ¿Tenía que curar a cada zorra roja? ¡El se
ha sobre extenuado a si mismo! ¿Cómo va él a sobre vivir el mañana? ¡La parte más
grande de su tarea permanecía inconclusa!” Suspirando en resignación el pensó, pero
lo que será, debe ser. Y cuidadosamente, el Guardián de la Promesa Joab planeó la
Ultima Batalla de Tala.

~~~

Justo antes del amanecer de la siguiente mañana, un mensajero irrumpió en la


tienda de Marte y gritó “¡Mi adan! ¡El ejercito de Urlad está destruido!”
“¡Que dijiste!” exclamó Marte, casi mas sorprendido por la pálida y
temblorosa apariencia de su sirviente que por sus palabras.
“¡Las legiones de Firad están destruidas! Encontré a su explorador anoche,
¡Pero la totalidad de su cuerpo estaba rasgado! ¡El murió en mis brazos! ¡He matado a
tres caballos para traerte este informe!”
“Lo has hecho bien. Anda piérdete en las tiendas de placer, descansa. No le
digas a nadie este informe, por temor de que se desaliente el ejercito.”

~~~

Marte se quedó viendo al pequeño espejo en su escritorio de campo, perdido


en pensamiento. Zared no solo llevaba setecientos cañones sino también los últimos
láser operables de Emura, dieciséis en total. Aun en termino de números, Zared se
llevaba a Tala en número mas de dos a uno. ¿qué diferencia hacia la perdida del tonto
de Firad?
El adan de Zared golpeó duro en su mesa con rabia.

~~~

Al amanecer, Marte ordenó los láser que dispararan. Pero Joab estaba
preparado: Los Talaneses habían pulido sus escudos tal que ellos parecían como
espejos. Guiados por su mente inigualable, los escudos reflejaron a lugar en el
correcto ángulo e instante. Ellos se derritieron, matando a los portadores de escudos,
pero suficiente luz coherente regresó a su origen para destruir las armas.

~~~

“¿Qué dices ahora adan?” gritó el general Kurudon, enfurecido. Kurudon era
oscuro, bien parecido, villano, cruel. Primero en tiempo y lugar, él era para el
Consejo Interno de Zared y el había sido el líder absoluto de la Ciudad de Ebano hasta
que la improbable profecía de Maitreya acerca de un dios encarnado había sido
extrañamente cumplida.
Ese largamente esperado día, el Consejo Interno se paró a la hora predicha
sobre el techo de las Cámaras del Consejo, el edificio más alto de Zared, y escaneó el
horizonte.
“Yo no veo a nadie,” Kurudon dijo con gran satisfacción. Ahora que esta
tontería había terminado apropiadamente, ellos podrían regresar a los negocios del
momento. “El solsticio ha pasado; Vamos a regresar abajo. Tengo un reporte sobre
nuestro virus plaga --”
En ese instante, el Vidyadhara vino rugiendo desde el este. En su lomo, Marte
brillaba como un segundo Sol: Nuriel y Kaysta ardían con un intenso fuego, áureo y
azafrán.
Heramann circuló tres veces sobre la Ciudad de Ebano antes de posarse
sobre la pirámide de acero que formaba la parte más alta de la Cámara del Consejo.
El shara desmontó; Heramann se encogió en su forma de halcón y se posó sobre su
hombro.
Todos le hicieron reverencia a Marte excepto Kurudon, quién exclamó,
“¡Prueba que tu eres el Uno Esperado, tu quien te atreves a venir como un dios!”
Marte se le quedó viendo de regreso a él, usando a Kaysta para amplificar su
poder. Kurudon cayó postrado contra su voluntad mientras su voz fue forzada de él,
“¡Tu – eres – el Señor!”
Desde ese día, Kurudon jugaba bien la parte de sirviente obediente. Pero
nunca su espíritu le hizo reverencia a este impostor de piel pálida; el lo observaba
constantemente, buscando siempre la manera de destruirlo.
“¿Cuales son tus ordenes Marte?” preguntó Kurudon apenas enmascarando el
desdeño. “Nos tomará horas posicionar el cañón. Seriamos unos tontos si no lo
hacemos ya. Yo digo que debemos usar el gas.”
Marte manteniendo su expresión y tono con ecuanimidad, replicó, “¿Matarías
a los tuyos con el veneno, Kurudon? eso es una locura. Como yo te dije ayer, te lo
digo otra vez hoy; ¡Déjalos luchar a la antigua! Esos Talaneses son débiles,
desacostumbrados a la guerra. Su truco solo servirá para agrandar nuestra Gloria --
¡Ahora nuestra invencible fuerza se manifiesta! Todavía por seguridad, trae el cañón.
Ellos no van a ser capaces de jugar hermosos trucos con nuestra artillería. Y no lo
dudes. ¿Has olvidado que Maitreya pre dijo nuestra absoluta victoria solo si mis
ordenes son obedecidas?”
Kurudon se fue, pero también ordenó que prepararan el gas venenoso. Por
demasiado tiempo había sido el títere de éste. Con una corazonada el mandó un
ayudante para encontrar al último mensajero de Urlad.

~~~

La caballería se Zared se movió en olas hacia delante entonces, pero los


arqueros mataron a la mayoría antes de que ellos alcanzaran la línea de Tala.
Aquellos que sobrevivieron no pudieron romper a través del muro de escudos; el
puñado que brincaron por encima de un nido de espadas y lanzas cayeron muertos sin
remedio. Pero detrás de la caballería tenazmente avanzaba el ejercito de Zared:
Medio millón de hombres y mujeres en rango después de rango sin fin. El piso del
valle se miraba como un mar negro de muerte moviéndose; el vuelo de las flechas del
ejercito de oposición eran como nubes de rayos en los cielos.
A través de las horas de la mañana las líneas de defensa se mantenían. Tala
estaba atrincherada en el suelo superior; Joab removió a los caídos y los reemplazó
con refuerzos con la gracia de un maestro bailarín. Los Talaneses se había entrenado
bien durante los últimos cuatro años: Aun cuando no había habido guerra desde siete
siglos antes cuando la Rebelión de Solphglen, algunos habían colado la batalla. Tala
tenazmente perdía terreno, se empujaba hacia atrás por la gran masa del enemigo,
pero la línea no se rompía en ninguna parte.

~~~

Esta era la situación cuando Naisan apareció sobre la orilla del valle. El estaba
exhausto, emocional y físicamente acabado; su capa dorada estaba rota, apestosa, con
sangre seca. Pero los Talaneses gritaban con gozo, “¡El Rey Sol! ¡Marte adan está
aquí!” Muchos habían dudado cuando el partió con Venus; ahora todos estaban llenos
de esperanza y luchaban con renovada fuerza.
Naisan contuvo a las bestias hasta que mas debieran venir y porque el temía su
inhabilidad de distinguir amigo de enemigo. En vez el levantó su arco. El había
llenado sus flechas con fuego y viento; cada una estaba delicadamente entonada a su
mente. Solo Naisan había tenido el tiempo y fuerza de espíritu para tomar maestría del
arte de guerra de Kanaan-dora: como el doblaba su arco y escaneaba el campo de
batalla y proyectaba las futuras posiciones de un mil de los mas fuertes y bravos del
enemigo. Soltando su flecha, el la dividió con su mente en un mil mientras volaban.
Sus objetivos cayeron, mortalmente heridos. A tal distancia, no podía haber fuego que
regresara; Naisan soltó cuarenta de esas flechas así, reservando solamente su última y
mas poderosa. Después de que él había terminado, cuarenta mil yacían muriendo de
su trabajo solamente.
Sus esfuerzos habían tenido éxito: Zared se retiraba. Pero a pesar de los
esfuerzos de Joab de restringir a los Talaneses, ellos perseguían al enemigo a todo lo
largo del frente.

~~~

“Se convierte en retirada,” exclamó Kurudon. “¡Disparen el cañón!” “¡No!”


Exclamó Marte. “Espera hasta que nos hayamos retirado suficientemente lejos. Deja
que esos tontos nos sigan y se metan profundamente en nuestra trampa.” El restringió
el Consejo Interno tanto como pudo. Ningún error era ahora aceptable: Esta batalla
era mucho más delicada de lo que él había soñado que pudiera ser.
Finalmente el dio permiso para la artillería a disparar. La bandera de señal
cayó; en solo segundos, empezaron las explosiones, desparramando temor sin ton ni
son entre los Talaneses. Pero los barriles de la mayoría de los cañones explotaron;
matando a muchos de su propio ejercito. “¡Traición!” El gritó. “¡Dejen de disparar!
¡inspecciona a los otros! ¡Tráigame al Coronel de Cañones! ¡Y a su gente!
¡Inmediatamente!”

~~~

La parte mas grande de los Talaneses habían entrado en pánico y huían en


cobarde terror. Aquellos pocos quienes mantenían su posición eran islas rodeadas,
rodeadas por olas golpeantes como truenos del resurgente enemigo.
Naisan vió a Dagora caer atravesado por una docena de lanzas del enemigo.
Lleno de rabia el gritó, “¡Joab! ¿Allí esta mi recompensa por seguir tu voluntad?
¿Esta es el Camino de Rodavi? ¿Así es tu plan para la salvación del mundo?”
Colocando su flecha final, el adan dobló su arco a un completo circulo, intentó
canalizar el destructivo poder del Uno, entonces la soltó. El trató de controlarla, pero
su mente no era suficientemente madura. De la humanidad solo Gana en lo más alto
de su poder podría no haber desperdiciado nada de ello; de los Señores de Etan, solo
el arquero, Krishanu: como la flecha volaba, se dividió en mil, entonces cada parte se
dividió en lo mismo otra vez. Un total de un millón de flechas descendió sobre el
campo de batalla. El efecto fue caos y desesperación para Zared. Setenta mil fueron
aniquilados y otro tanto igual fueron severamente heridos.

~~~
“¿Cómo puede ser esto?” exclamó Kurudon. “¡Nos retiramos otra vez! ¿Mis
sentidos mienten? El viento ha sido favorable todo el día. ¡Debemos actuar!”
“¿Estas loco, Kurudon? Te lo prohíbo, solo en el último momento. Urlad se
acerca. Firad descenderá sobre la retaguardia con ochenta mil hombres. Paciencia.
Pero ten cuidado déjanos ahora estar preparados.”
“¡Debemos usarlo ahora! Tan pronto como la retirada se complete. ¡El gas está
listo!”
“Bajo que autoridad,” gruñó Marte, medio desenfundando a Nuriel.
Antes de que Kurudon respondiera, una ayudante le pasó a el un mensaje. El
color del general se volvió pálido; el dio un brinco en sus pies, gruñendo, “¡El ejercito
de Urlad está destruido! ¡Y nuestro adan fue informado al amanecer!”
Marte peleó su camino a través del Consejo Interno, matando a Kurudon y a la
mayoría de los otros Generales antes de ser él mismo asesinado. La desafortunada
verdad era que, a diferencia de la Starbha de Naisan, Kaysta de la raza Lunar era de
valor estrictamente limitado, contra humanos enemigos.

~~~

Naisan se quedó viendo sin esperanza a través del Valle de la Muerte. Como
las nubes bermellón salían en hongos sobre su ejercito. Las canastas de gas eran
pocas, Marte había saboteado a la mayoría; pero solo uno sería suficiente para acabar
toda la vida en el valle. Mientras que el veneno estrangulaba a los Talaneses, el Rey
Sol se quejaba. “¡Que tan fácil el Guardián de la Promesa podría cambiar al viento!
¿Por qué el no actúa? ¿Por qué el me ha traicionado? ¿Por qué el nos ha abandonado a
todos?” Naisan se volvió dentro de su mente, tratando se usar su limitada habilidad
con el Uno para alterar las corrientes del aire.
Mucho antes de que el tuviera éxito, el Señor del Viento Boreas, ordenado por
una diferente y más alta autoridad, dio reversa a su dirección; ahora eran las legiones
de Zared quienes estaban muriendo.

El gas era ligeramente mas ligero que el aire. Una módica cantidad de ambos
ejércitos fue salvado.
Los muchos años de entrenamiento en la Ciudad de Ebano probaron su fruto:
Zared fue la primera en reagruparse y atacar.
Pero ahora Naisan soltó a sus salvajes súbditos: ellos vinieron rugiendo,
trompeteando, gritando hacia delante, hacia la violenta batalla.

~~~

No hubo gozo para Tala en esta victoria: de los doscientos mil que habían
marchado desde la Ciudad de Oro una semana antes, escasamente veinte mil vivían.
De estos, mas de la mitad estaba luchando una perdida batalla con la muerte.
Por treinta y seis horas, Naisan laboraba, sanando. En la hora treinta y siete, al
mismo momento que Venus comenzó la destrucción de Urlad, su cuerpo ya no podía
dar más. El había regresado exactamente a quinientos del Templo del Rey Muerte.
Todo ese día, los guerreros se quedaban viendo con una preocupación
creciente hacia el oeste que extrañamente se ennegrecía; los gloriosos tonos de la
puesta de Orah hablaban elocuentemente a muchos, que una nueva era estaba sobre
ellos.
~~~

Lo que quedaba del ejercito se juntó ante la cabaña de Naisan el siguiente día a
las doce. En tan solo una hora después, Venus voló desde el oeste, suspirando una y
otra vez como un lamento fúnebre, “Urlad ya no existe. La Urlad de Gana ya no
existe.” Ella flotó a donde Joab estaba parado, perdida en pensamiento.
El Guardián de la Promesa empezó cuando la vio a ella. Tomando sus manos,
el las beso, entonces ordenó a los sirvientes que traigan afuera al adan de Zared. Ellos
protestaron, “¡El ha estado muerto desde la batalla!”
“Sin embargo, traigan al adan de Zared. Es tiempo que la verdad de esta edad
sea conocida.”
Cuando ellos vieron el cuerpo de Marte, los soldados exclamaron “¡Tan
parecido al Rey Sol! ¿Cómo es posible?”
Los doctores cargaron a Naisan de su tienda, el estaba tan pálido como la
muerte misma; un quejido salió de los diez mil reunidos.
El Guardián de la Promesa tocó el pie del Rey Sol; Naisan tembló una vez
violentamente, entonces despertó. Su aliento viniendo en dolorosos suspiros, el dijo
duramente, “¡Padre, prométeme – no me niegues! – Prométeme... Tu tendrás el
cuidado por mi Tala siempre. Y no te irás de nuevo nunca de Sulara... Hasta que Paz
tome maestría del perfecto entendimiento del Uno.”
“Tu solicitas difíciles beneficios. Todavía es la voluntad de los Siete en
acuerdo con la tuya. No me iré de Tala hasta la caída de Para.” Levantándose a si
mismo a la totalidad de su altura, Joab cantó la Profecía de Muerte, “‘¡La – Hai!
Cuando diez mil niños consigan la sabiduría de Marte Adan y el Amor de Venus
Adaran, solo entonces Joab abandonará esta Tierra. ¡Ese día, este mundo terminará!’”
Naisan, viéndolo a él con esperanza, suspiró, “¿Cuándo?”

“¡Cuando el tiempo se haya cumplido, Rey Sol! El dicho del Adan de Zared es
este, ‘Cuando este mundo abandonado se junte en guerra no santa, cuando la Viva
Estatua camine, cuando Marte y Venus vengan en perdón a proteger la Perdida
Generación de los Quinientos, entonces sabrán que los Diez Mil de Kanaan-dora han
regresado!” el Guardián de la Promesa no dirá más. Aunque los Talaneses lo
cuestionaron largamente.
Naisan levantó su mano; toda voz terminó. El ordenó en poderosa voz, eco
desvaneciente del amado Rey Sol, “tráiganme al adan de Zared, que nuestra era debe
terminar.” El vió ahora su sacrificio final.

Ellos trajeron el cadáver a él. Naisan tocó a Starbha a su corazón y susurró, “la
vida se comparte con vida. La muerte se enmascara con mi amor, enmascarada para
llevarnos a ambos de aquí en adelante.” Con un jadeante sonajeo, el aliento de Marte
fluyó, su gélida carne se calentó, el color regresó a su rostro.
Un rugido nació en la multitud, “¡El Rey Sol despierta al muerto! El Adan de
Zared ha renacido!”
Marte, muy despacio abriendo sus ojos, miró largamente a Joab. Al fin el dijo
débilmente, “hice lo mejor que pude.”
Como los soldados murmuraron su sorpresa, el Guardián de la Promesa
replicó, “tu has tenido éxito, adan; ¡Todo está bien en este final! Zared y sus legiones
ya no existen.” Marte dio un pesado suspiro y se acomodó. Gracias a Dios, el pensó
débilmente. Gracias a Dios.
Joab continuo, “algunos otros están aquí para ti, Marte.”
La sharan Lila de Calantha y un joven chiquillo, estaban parados detrás del
Guardián de la Promesa. Marte le dijo a ella que se adelantara: con un llanto, ella
corrió felizmente a él.
Cayendo sobre su pecho, sus lágrimas mojaron su túnica mientras ella lloraba,
“¡shara, mira a tu hijo! ¡Halil, mira a tu Padre!”
Marte acarició el ébano cabello de su hijo y miró con esperanza dentro de sus
marrones ojos, abiertos ampliamente con maravilla. El lo jalo a él a su lado y lo
abrazó con toda esa fuerza que le quedaba mientras el burdamente le preguntó a Lila,
“¿y tu Padre?”
Ella contestó con angustia, “¡Yayati Adan a reentrado al brillante mundo de
Almira, mi Señor! Mi malvado hermano Yadu descendió sobre nosotros con la
totalidad de la fuerza de las Legiones de Calantha, solo que Airavata fue a buscarnos
y nos salvó la vida. ¡Mi Padre murió en mis brazos! ¡Atri nos forzó a partir! Riendo
sin temor, el sólo enfrentó a los miles de invasores. Ahora nosotros, sin hogar y sin
protección, buscamos asilo en esta extraña tierra.”
“No puede haber temor en eso, sharan,” respondió Joab gravemente. “Halil se
casara en la madurez con Paz; a su tiempo, el destituirá a su usurpador tío del trono
robado. Yo te lo prometo: tus herederos reinaran en Calantha hasta el regreso de
Gana.”
Heramann vino hacia delante, con lagrimas brillantes en sus escamas
esmeralda. “Este planeta se convierte un poco acalorado para mi, adan, viéndote así
entraré al Largo Hielo. Si Atri no lleva a cabo mi solemne voto para ayudar a tu hijo,
hoy dejaré este maldito mundo para siempre. ¡No, no temas! ¡Halil debe conocer mi
devoción, y lo que es más! ¡Eso de la totalidad de los Vidyadharas! ¡Yadu no nos
podrá resistir, ni siquiera si todos en Calantha se paran detrás de él y los Rakshasas le
dan su total poder!

“¡Hrai! ¡Los Vidyadharas otra vez honraran nuestra petición por la vida a
Kartika de la raza Lunar, protectores del Suelo Sagrado de Apertura en Calantha!
¡Yayati y Atri deben de ser vengados! ¡Debe ser como cuando Gana con los Señores
de Etan encararon a Navril Hagar y lo botaron de su trono de diamante! ¡Llegaremos
ardiendo desde el cielo como lo hicimos entonces! ¡Yo Airavata cuarto nacido en
Calantha, pido a este Marte Adan hoy! Todo lo que quede de nuestra raza, ninguno de
nosotros entrará al Largo Hielo hasta que ese falso portador en Calantha caiga!”

~~~

Naisan sintiendo al mundo desvanecerse, con dificultad se quitó las flores


Siempre Vivas y se las dio a Lila, diciendo, “Para mi hija. Se su madre, sharan, te lo
ordeno solemnemente.”
Ella tomó el collar diciendo, “Que así sea, adan. Yo seré la madre de Paz.”
Naisan suspiró profundamente, entonces se quitó a Starbha y se la dio al
Guardián de la Promesa. Luchando duramente para estar consciente, el susurró
dolorosamente, “Joab, Padre. Siempre había querido preguntarte...Yo debo saber
esto, ahora al final... Joab, señor de mi alma, ¿Me amas?”
El Guardián de la Promesa, con emoción sin error brillando a través de sus
grandes ojos, suavemente contestó, “no lo dudes, adan. Te he precedido de edad en
edad, así será para siempre. Nosotros algún día nos regocijaremos juntos otra vez bajo
un nuevo sol. Porque esta verdad es eternamente así: te amo.”
~~~

Marte, entendiendo a Naisan al fin, siguiendo su ejemplo, le dio Kaysta al


Guardián de la Promesa. Con un gran llanto de tristeza, el exclamó, “¡Lila! ¡Halil!
¡Airavata! ¡Recuérdenme! ¡Aunque toda la eternidad nos separe te lo prometo! ¡Los
encontraré de nuevo!”

~~~

Venus puso una mano sobre cada adan y exclamó, “¡Hasta pronto, buena gente
de Tala! ¡Sigan el consejo del Guardián de la Promesa siempre! ¡Nosotros
regresaremos al Final de los Días!”
Una dorada lluvia de luz fluyó desde sus hombros y, formando la apariencia
de dos grandes alas, empezó a pulsar con vibrante poder. Mientras ella levantaba una
majestuosa ala de luz sobre cada adan, los tres empezaron a levantarse muy despacio,
dejando a los Talaneses abajo. Con sus rostros mirando arriba, exclamando
maravillados.

13. LA MUERTE DEL AMOR

Temblando me siento día y noche,


Mis amigos se sorprenden de mí,
Aun ellos perdonan mis aventuras.
¡Yo no descanso de mi gran tarea!
Para abrir Los Mundos Eternos,
Para abrir los ojos inmortales
Del Hombre hacia adentro
De Mundos de Pensamiento,
Dentro de la Eternidad siempre expandiéndose
En el Seno de Dios,
La Imaginación Humana.
-- Blake

Tan pronto como estuvieron fuera de vista de esos abajo, Venus movió sus
manos juntas. Como ella hizo eso, los dos Adanai se unieron flotando hasta que se
tocaron. Ella apretó sus manos: Marte y Naisan se unieron, empezando a ser como
antes: un cuerpo, una mente, un alma.
~~~

Así fue mi conciencia recreada de esos divididos: mis memorias de la tierra


rebosaron de regreso justo como las aguas de un lago se hacen cuando se rompe una
presa. Mis vidas duales en Tala solo habían oscurecido el presente sin extinguirlo,
justo como las nubes cubren al sol. La luz del Ascendente, reflejando a través de mis
dos sistemas nerviosos, habían creado mis aparentes mentes separadas, justo como
una montaña parecen dos si se observan desde diferentes valles, o como el reflejo del
sol en revueltas aguas parecen muchos.
Estaba de vuelta en la cueva de los Himalayas, sentado sobre la piedra
protuberante junto a Sharon. Todavía estaba yo tomado se su mano; el sol se ponía,
todavía no se movía mas allá de las cúspides de la montaña, acariciando sus brillantes
rizos de gloria alrededor de su radiante rostro. ¡No había pasado nada de tiempo!
¡Había vivido dos vidas completas como Marte y Naisan, tomado maestría de la
primera técnica de compasión de la primera esfera, experimentado el amor y la gloria
y el sufrimiento y la muerte y no había pasado nada de tiempo!
Mi mente estaba golpeada, aterrada, confundida, enloquecida. Había
escuchado de eventos comprimidos en el tiempo antes pero nunca había creído que
fueran posibles. ¿Cómo pudo haber sucedido? Esto no era simplemente un sueño o
una ilusión. Mis experiencias en Tala fueron reales, tan reales como mi presente vida;
ellas fueron secuenciales, dolorosas, gozosas – como Marte y Naisan, había luchado,
vivido, amado, muerto.

Mientras mis amigos y compañeros ascendían placidamente juntos en la


cueva, mi mente jugaba remolinos con imposibles recuerdos intentando encontrar un
hogar estable en mi presente rápidamente evolucionando. ¿Me estaba volviendo loco?
Resolví no decirle a nadie hasta que pudiese llegar a un entendimiento claro de
lo que justo me había sucedido.

~~~

Pero esa noche mientras luchaba sin éxito para conciliar el sueño de regreso en
mi propia cueva, me di cuenta que no podía contener mas tiempo mis palabras. Me di
vuelta dentro de mi bolsa de dormir y susurré, “¿Edg, estas despierto? Necesito
hablar.”
El suave ronquido de Steve continuó sin reparo, pero Edg de una vez replicó,
“Seguro, yo no duermo mucho aquí arriba. Es demasiado clara la Ascensión. ¿Qué
pasa? ¿Algo te picó?
“Así parece. ¿Afuera? Steve estaba demasiado cansado por la subida – o
quizás eran demasiadas las noches subiéndose sobre Dita.”
Nos vestimos y entramos en la noche Himalaya. Una media luna flotaba sobre
las montañas; la noche estaba clara y bastante fría. Mientras caminábamos hacia abajo
al caliente manantial cerca del arroyo, dije en mis más humildes tonos, “Edg. Siento
que debo disculparme. Me he sentido incomodo contigo desde el día que te conocí,
porque tu representas un poder el cual yo nunca entendí, un poder que siempre le he
tenido miedo y que he evitado. Lo siento. Estaba equivocado.”
“No es nada, mi amigo. Pero yo no pienso que tu mencionarías esto ahora si
algo no se hubiera cambiado en tu mente ¿Qué pasa?”
“Nueva experiencia. Anoche, cuando estábamos todos Ascendiendo en grupo
en la cueva, tuve la mas extraordinaria visión. Parte de ella consistía de una larga
experiencia con tres Ishayas Negros.”
“¿De veras? ¡Dime!” Su excitación era contagiosa; Con muchas ganas reconté
mis vidas en Tala, con especial énfasis en el tiempo que pasé con Joab, Maitreya y
Atri. Hablar de ello me ayudó a estabilizarme; empecé a sentirme mejor que desde
antes que mis visiones empezaran.
Cuando terminé, él dijo muy despacio, “sabes, eso es lo que yo en visiono que
sea el rol de los Ishayas Negros aquí – una forma de función supervisora. Ellos se
quedan en las sombras tanto tiempo como la enseñanza de Isha se desenvuelve de
acuerdo con la intención de San Juan y solo emergen cuando algo esta fuera de su
lugar. O cuando ellos desean mover a los Ishayas en una nueva o ajustada dirección.
Eso suena exactamente como los Guardianes de la Promesa en Tala, ¿no es así?”
“Eso hace una teoría interesante,” dijo alguien que ninguno de nosotros había
notado, sentado en la sombra de la luna de una gran roca, ni siquiera a siete pasos de
distancia. Era uno de los ermitaños del lugar – un hombre muy viejo sin ropa aparte
de un taparrabo para mantenerlo lejos del frío entumecedor de sus huesos de la noche
Himalaya. ¿Cómo él puede resistir el frío? Su enredada cabellera en rastas colgaban
casi hasta el piso; su barba era densa y llena; el tenía una cualidad sin tiempo que
hacía imposible determinar su edad en la luz de la luna. Por su acento era obvio que
había sido bien educado antes de dedicar su vida al sendero de recluso.

Yo no lo había visto durante el día, pero Edg lo conocía de visitas previas y


replicó, “Kailasa-ji, no te vi en las sombras. ¿Cuánto escuchaste?”
“Creo que todo,” el replicó cálidamente. “Suficiente para reconocer que tu
amigo aquí ha sido masticado por el Destructor.”
“¿Qué quieres decir?” Pregunté curiosamente.
“Tus visiones. El Señor Gana esta jalando tu cadena, jovencito. Si tu
sobrevives, tu serás uno grande, un Maharishi. Una ves que el Destructor empieza a
jugar con tu mente o tu te unes a él en la conciencia elevada o terminas totalmente
loco. No hay otros posibles futuros para ti ahora.”
“¡Tu sabes de Gana!” exclamé, mi corazón a toda velocidad. “¿Cómo puede
ser posible?”
“Todos en este pequeño valle conocen al Destructor Supremo, el Señor Gana.
Y todos conocen de su mundo creado por su mente, Para. Aun en el mundo debajo de
nuestro recluido valle, la mayoría ha escuchado de Gana, aunque ellos usualmente lo
llaman por uno de sus otros nombres – Rudra, Shiva, Isha, Cristo. La misma energía
en diferentes partes del mundo tiene diferentes nombres.”
“Como es eso,” empecé muy despacio, tratando de encontrar un hilo de
significado para estabilizar una vez más mi revolvente mente, “¿Qué aspecto del
Destructor de Dios es identificado con el Cristo? Eso no tiene mucho sentido para
mi.”
“El Señor Gana también es conocido como Nandishvara, el Señor del éxtasis
morando en la quietud, niño. El Señor del Amor, ese es Shiva. Cuando la destrucción
suprema ocurre, todos los sueños creados por Narain se derriten y desaparecen – todo
el Universo creado se desvanece de regreso dentro de la única Verdadera Realidad –
toda la multiplicidad regresa a la Unidad Absoluta del puro Ascendente Uno. La
destrucción de la ignorancia es el rol supremo de Gana y entonces el amor puro llega
de golpe. Preferiblemente, cuando la ignorancia es destruida, el consciente de amor
puro regresa. Nunca verdaderamente se había perdido, solo se cubrió de la vista a
través de creencias falsas y dolorosas.”
“Por eso el Ishaya Negro supremo es Cristo quien es Shiva,” dijo Edg,
sonando altamente complacido.
“Por supuesto – la última destrucción destruye tu falso Universo. Y te regresa
a tu verdadero hogar, el Ascendente. No puede existir un acto mas grande de amor.”
“Eso debe de ser extraordinariamente doloroso,” dije, en su mayoría para mi
mismo, recordando vividamente mi muerte como Marte.
“No tiene que ser. Eso depende en como se vive la vida. Mientras mas libre
estés de tus apegos, menos doloroso es cuando tu vida-sueño es cortada de ti. Déjame
contarte una historia que siempre me gustó. Quizás te ayude para entender esto.”

Una vez Indra, el Rey de los Dioses, fue maldecido por un Ishaya para que se
olvide de quién él era. Indra de una vez renació como un jabalí.
Los Dioses estaban inquietos sin su gobernante – las corrientes ascendentes
de la creación estaban malditas y minadas por los demonios y los Rakshasas. Ellos
buscaron en todas partes por su rey pero no lo encontraron por ninguna parte.
Finalmente Agni, el Dios del Fuego reconoció a Indra usando el cuerpo de un
cochino. Los Dioses se le acercaron a él y le imploraron que regresara a su trono.
Pero Indra no estaba interesado en sus palabras: habiéndose olvidado de todo de su
pasado, el les dijo a ellos que el estaba perfectamente contento con su vida de
cochino – el adoraba a su cochina esposa y a sus cochinos hijos; ¿Qué uso tenían
para él sus palabras de gloria? Ellas no tenían ningún significado en su vida. En su
desesperación, los Dioses decidieron que no tenían opción – Yama, el Señor de la
Muerte, fue enviado. Una por una, todas las cosas que Indra amaba fueron tomadas
por él – sus hijos e hijas, su esposa, todo lo que el adoraba fue destruido y el
tercamente aun se aferraba a su vida de cochino.
Solo fue cuando Yama mató el cuerpo del cochino salvaje que Indra despertó
de su peculiar sueño. Solo cuando cada apego fue roto, fue cuando el despertó a su
verdadero estatus. Gozo por si mismo y el Universo amaneció ese día. La
Destrucción lo llevó al Cielo, ¿Vez?
“He escuchado esta historia en el monasterio,” dijo Edg. “Esa fue una de las
pistas que me llevó a pensar que debería haber otra clase de Ishayas en el mundo.
Uno de un tipo destructivo.”
“No estoy sorprendido,” respondió Kailasa. “Yo lo aprendí de mi Maestro, el
último Custodio, Maharishi Krishnanand Ishaya.”
“¡Entonces tu fuiste un Ishaya alguna vez!”
“Aun lo soy. Todos los ermitaños aquí alguna ves seguimos el sendero Blanco
Ishaya. Nosotros nos retiramos aquí arriba cuando los deberes y la rutina de la vida
del monasterio empezó a interferir con nuestro crecimiento.”
“¿Entonces, tu eres un Ishaya Negro?” pregunté, sorprendido de encontrar la
improbable teoría de Edg había sido llenada.
El viejo asceta rió por un largo tiempo y entonces replicó, “¡Ninguno de
nosotros sería tan bravo para reclamar un titulo así! Sospecho que el Hijo del Trueno
Boanerge quizás se empiece a considerar a si mismo uno de los Negros, pero el ha
estado trabajando en ello cerca de dos mil años. El último real Ishaya Negro que yo
estoy consciente de, era Isha mismo. Pero es ciertamente la aspiración de todos aquí.
Algún día todos conseguiremos ese nivel de conciencia. Algún día todos nosotros nos
uniremos completamente con Isha, con Gana. Y entonces todos nosotros seremos de
los Negros también.”
“Estoy confundido,” dije débilmente. La inesperada confirmación de las
creencias de Edg se estaban acomodando pobremente en mi; se sentía como si
estuviera en medio de una guerra mientras mis visiones de Para y Tala luchaban por la
supremacía en el mundo normal de la Tierra de mi pasado. “Yo ya no se quién soy, ni
siquiera cual mundo es real. ¿Cuál es la Verdad aquí? Yo tuve dos visiones
extraordinarias, una de un mundo de perfección súper mundano, Para, un mundo
como el Cielo como yo lo puedo imaginar; y uno de un mundo no tan diferente a este.
Este segundo mundo quizás puede ser incluso la misma Tierra, pero fue hace tanto
tiempo que ya nadie se acuerda de nada de los eventos o de las personas de mi visión.
“Estas experiencias han crecido más fuertes en mi; ellas son tan reales o mas
que este mundo de todos los días, mas reales que tu, mas que las montañas, mas que
las estrellas, más que la luna arriba – estoy perdido, confundido, solo. Tan solo.
¿Quién puede ayudarme ahora?”
“Ultimadamente, solo tu a ti mismo,” empezó Kailasa.
Pero justo entonces Sharon corrió hacia nosotros, ampliamente excitada, y
dijo, “¡Finalmente te encuentro! ¡Te tengo maravillosas noticias! ¡Acabo de ver a
Boanerge!”

~~~

Sharon, Edg y yo caminamos solos montaña arriba, dirigiéndonos al glaciar en


la cabeza del valle de San Juan. Boanerge había aparentemente hablado a Sharon por
una largo tiempo y le había dado a ella especificas instrucciones: Por alguna razón el
no fue muy claro, nosotros tres deberíamos proceder solos hacia el glaciar.
Antes de que dejáramos el valle, Nanda nos dio a Sharon y a mi la Técnica del
Amor de la Segunda Esfera, la Técnica de la Tierra. Esta era opuesta de la Primera
Técnica del Amor y la completaba: En vez de causar que la energía flotara hacia
abajo dentro de mi desde el Ascendente, ésta técnica fluía energía hacia fuera de mi,
dentro de toda la creación. Me gustaba más que cualquiera de las otras Técnicas de la
Segunda Esfera; se sentía mas sanador para mi corazón y mi relación con el mundo.
Tan pronto como la recibí, empecé a sentirme estable y calmado otra vez. ¿Quizás
todo iba a salir bien después de todo?
Era un día glorioso y claro en los altos Himalayas. El sol reflejaba brillante
sobre la compactada nieve y el hielo destellaba una gran cantidad de reflexiones de
belleza. La vista sobre el valle abajo, ligeramente nebuloso por la temprana mañana,
era exquisita. Las irregulares cúspides a todo alrededor eran tan bellas como cualquier
otras montañas que hubiera visto en cualquier lugrar sobre la Tierra – ellas eran casi
tan maravillosas como las eternamente blancas montañas alrededor de la Montaña
Amanecer de mi visión en Para. O quizás mi recuerdo del mundo de Almira se
empezaba a desvanecer -- ¿Cómo cualquier lugar de nuestro mundo se pudiese
comparar a la inigualable maravilla del Universo Origen?
Al medio día, teníamos calor: el sol reflejando del hielo se sentía muy caliente
aunque estuviéramos tan alto. Las instrucciones de Boanerge para Sharon nos habían
traído aquí, pero no más allá: El había dicho que recibiéramos la técnica de Nanda,
que dejáramos el valle a media mañana, subir hasta medio día, entonces esperar.
Habíamos recibido la técnica de Nanda, habíamos dejado el valle a media mañana,
habíamos subido hasta medio día; ahora nos sentábamos en el glaciar y comíamos
berenjena frita, dhal de mungo y arroz con azafrán que nuestros cocineros Hari y Lal
se habían entercado que trajéramos en nuestras mochilas.
“¿Ahora que?” le pregunté a ambos y a nadie. “¿Por qué estamos aquí? ¿Qué
estamos esperando?” Me empezaba a sentir algo tonto; yo preferiría estar ascendiendo
en las cuevas con las nuevas técnicas o mejor enfocarme en mis visiones. Ninguno de
mis acompañantes podía pensar en alguna respuesta.
Sharon sugirió que Ascendiéramos; no podíamos pensar en nada más lógico y
aceptamos.
Esta vez fue callado y pacifico para mi, un placentero contraste de experiencia
normal después de la intensidad de mis visiones de los últimos dos días.

~~~

Después de una hora más o menos, Sharon se disculpó a sí misma, diciendo


que necesitaba retirarse un poco por cuestiones personales; dijimos que miraríamos
para el otro lado.
“¿Qué es lo que tu crees Edg?” le pregunté a él calladamente mientras ella se
iba alejando. “¿Qué está pasando aquí? ¿Qué es este bizarro día? ¿Crees que
Boanerge realmente se le apareció a ella?”

“No se. Nunca la había visto tan ensimismada. Ella me parece que apenas está
presente. La vivacidad chispeante de su gozo parece completamente apagado, como
perdido.”
“No me gusta esto para nada. ¿Qué pasa con ella, después de todo?”
“No tengo ni la menor idea. ¿Quizás esta tan absorta en si misma por su
visión? Aunque, ahora que lo pienso, he visto esa mirada antes – ella me recuerda a
Swenson cuando dejó Patmos.”
“Quié --” empecé, pero mis palabra murieron en mi garganta, cuando
escuchamos un grito de Sharon.
Brincando como si fuéramos uno, corrimos tras ella.
Había un angosto hueco en el glaciar. Se había cubierto con una fina capa de
hielo: Sharon no la pudo ver; cuando ella se paró sobre la capa de hielo, se había roto
y ella cayó. Ella estaba atrapada en un pretil como a un tercio del camino abajo. El
ángulo que su pierna tenía me hizo pensar que estuviera rota, pero no pensé que ella
había caído suficientemente profundo para matarse.
Como estas percepciones fluyeron por mi, sentí una ola de rabia por Boanerge.
¿Por qué nos dijo que subiéramos hoy aquí? Seguro que él había previsto que esto iba
a pasar. ¿Por qué nos estaba haciendo esto?
Nosotros llamamos a Sharon pero ella ni se movió, ni contestó.
“¿Podemos alcanzarla?” Pregunté a Edg dudosamente.”
Seguro. El hueco es más angosto por allá, ¿ves? Podemos escalar hacia abajo
con suficiente facilidad. Subirla otra vez iba a ser difícil. ¿Me pregunto que tan
fuerte es ese pretil? Quizás no nos aguante a los tres. Mejor déjame ir solo.”
“No, yo voy. Si algo sale mal tu vas por los otros, ¿Okay?”
“Yo debería hacerlo,” el insistió. “Estoy en mejor condición que tu.” Eso era
sin duda la verdad, pero de ninguna manera yo me iba a quedar como espectador
cuando la vida de Sharon estaba en juego.
“No importa. No es una bajada difícil. Será muy fácil. Nada comparado a
colgar machimbre en un inclinado techo. Mira, ya me fui. Caminaba a lo largo de la
orilla del hueco.”
Edg empezó a protestar otra vez, pero justo entonces Sharon se movió;
quejándose, miró alrededor y dijo “Hay, Dios.”
“Ya casi estoy aquí,” le dije mientras empezaba mi descenso. Bajar era mas
fácil de lo que había pensado, pero el pretil era mas angosto de lo que parecía más
arriba y parecía extremadamente frágil.
“Sharon,” dije. “Esto parece bastante delicado. ¿Te puedes deslizar hacia mi?
Yo no sé si esto nos aguantará a los dos.”
“No sé. Trataré. Creo que me rompí una pierna, pero aparte de eso, estoy
bien.” Ella se empezó a arrastrar en el hielo hacia mi, despacio, con cuidado,
dolorosamente.
Estaba apretadamente metido en la parte más angosta de la cavidad, pero sabía
que podría fácilmente jalarla una vez que ella me alcanzara.
Era agonizante, observarla arrastrarse hacia mi, pero no había nada que hacer
sino esperar.
El último tramo del pretil era el más angosto y el más peligroso – era solo
medio arco sobre la negra profundidad abajo. Sharon muy valiente empezó a
arrastrarse sobre él, entonces se dio cuenta que tan delgado era y se detuvo por temor.

“Yo – yo no sé si pueda hacer esto, mi amor,” ella suspiró.


Edg nos llamó desde arriba, “¿Por qué no se retiran hacia la parte mas ancha?
Yo bajaré al valle y regresaré con una soga y los otros.”
“¡Eso tardará más de cuatro horas!” ella replicó. “Me están dando escalofríos:
está muy frío. Estaré bien. Solo dame un momento. Solían aterrarme las alturas,
¿sabes? Cuando era yo niña mi papá realmente me hizo lo mas horrible que hayas
oido – el me hizo subir por una escalera de madera, entonces dijo, ‘salta Sharon. No
te preocupes, yo te recibo.’ Y así lo hice. El se quitó en el último instante, y me dejó
caer sobre el piso. Entonces el dijo, ‘eso es para enseñarte a no confiar en nadie
nunca.’ Me tomó un largo tiempo sanar eso. Es difícil de mantener la fe, ¿sabes?”
“Sharon,” dije, tratando de sonar calmado, “aquí, me puedo acercar un poco
más. El pretil se hace más ancho otra vez de este lado. ¿Ves? Ya casi te alcanzo. Solo
medio metro mas y estarás conmigo, ¿Ves?” Estiré mi mano hacia ella. Estábamos
muy cerca. Casi tocándonos. “Alcánzame, cariño. Estoy aquí. Ya casi te tengo. Te
abrazaré.”
“Oh Dios,” ella suspiró. “Oh Dios.” Ella empezó muy despacio a arrastrarse
hacia mi otra vez, mas y mas cerca – me quité mi guante; nuestros dedos se estaban
tocando; me estiré hacia delante para tomar su mano...
De pronto la visión de Para se intensificó y empezó una vez más a eclipsar este
mundo. “¡No ahora!” grité. “¡No ahora!” Pero no había forma de detener el poder que
me jalaba hacia adentro. La cavidad y Sharon flotaron hacia atrás en mi mente.
Mientras el mundo se desvanecía completamente, yo vi el hielo del pretil
romperse debajo de ella, la vi cayendo, -- ¿la tenía? Luchaba para aferrarme a ella y al
mundo.
¿Estaba cayendo yo también? Ya no sabía, ya no podía ver nada de la Tierra.
Escuché a Sharon gritando, “¡Siempre te amaré, siempre creeré en ti!”
¿Estábamos cayendo? ¿Dijo ella eso? ¿O era solo visión-recuerdo?

14. VISIONES EN ETERNIDAD

Ya que todos somos Hombres en la Eternidad,


Ríos, Montañas, Ciudades, Poblados,
Todo es Humano,
Y cuando entras dentro de sus Senos
Tu caminas en los Cielos y las Tierras,
Como en tu propio Seno
Tu tienes tu Cielo y tu Tierra
Y todo tu observa;
Así como aparece Afuera, es Adentro,
En tu Imaginación,
en el que este Mundo de Mortalidad
es sino una sombra
-- Blake

Los Siete aros del arco iris bailaban ante Gana, pero ahora los tres inferiores
ardían con perfecta claridad. ¿No siempre lo habían hecho? El no se podía acordar.
¿Cuánto tiempo el había estado flotando aquí observándolos? El tampoco podía
recordar eso. De pronto el aro esmeralda, el cuarto de los siete, se expandió
alrededor de él. Por un instante sin tiempo el estaba confuso mientras una emoción
infinitamente reverdeciente se posesionó de él en luz y sonido. En otro momento, la
luz se dividió y se multiplicó...

~~~

El shara regresó a si mismo en un cuerpo caminando afuera del Domo de las


Esferas de Para. Almira estaba a su lado. Sus pensamientos cantando éxtasis pasivo a
través de su corazón, ¡Mi Señor! ¡Tus primeras tres tareas han terminado! El perdón
completó la victoria. ¡Los primeros tres de tus enemigos creados por tu mente ya no
existen!
Parados ahora ante tres de los siete enormes abetos llorones junto al lago
estaban las estatuas. La primera era de Vasuki, vestido en traje escarlata. Mientras
Gana se le quedó viendo, la primera Perfección se aclaró en su mente. Con un rugido
de triunfo, el gritó “¡Vuelve a la vida!”
Instantáneamente, las costas del lago estaban llenas con cada especie de
animal, cada uno de los de Kanaan-dora, Martanda y Emura, como también todos
aquellos que algún día el imaginó. El aire arriba estaba lleno con opalescentes pájaros
y mariposas, lleno tan completamente que no quedaba ni el más remoto tinte de azul
arriba. El lago rebozando con peces de todas las variedades; en todas partes de los
cercanos campos, bosques, aguas y cielos estaban vivos con el movimiento y el color
de los residentes recién llegados del mundo de Almira.
Simultáneamente ellos gritaban con sus variadas voces de jubilo y maravilla
en vida. El sonido era como de un trueno; de su extremadamente influencia vino su
significado, “¡Nosotros regresamos!”
Las bestias le hicieron reverencia en sus diferentes formas; los pájaros caían
en picada para él durante el vuelo; los peces saltaban para él en el agua; entonces
todos se movían felizmente y se retiraban, expandiéndose por los bosques y aguas,
lleno el nuevo mundo.
“Bien hecho,” comentó Almira. Sabía que descubrirías el regalo de Vasuki a
su tiempo. Poder creativo le sigue rápidamente en las olas de la esfera de la libertad
del miedo de la muerte.
Ella lo llevo a la segunda estatua. Era de Mordom, usando su traje azafrán.
Cuando Gana lo miró; sus ojos se llenaron de lágrimas. ¿Por qué? El pensó. ¿Por qué
el me dejó?
Almira se rió suavemente y acarició con las manos la piedra; la estatua se
derritió a la vida. El rajanya se paró allí radiándoles.
“¡Maitreya! Se atragantó Gana con gozo, abrazándolo.”
“Así yo estuve allí,” rió Mordom, ampliamente complacido con él. El pausó
mientras el Shara integraba sus recuerdos.
“¿Qué me está pasando, Maitreya?” preguntó Gana, por el momento en el que
se convirtió otra vez en el joven shara Marte. “¿Por qué me abandonaste en Vashti?
Zared fue un infierno como el que yo nunca creí posible soñar. Te necesite.
Desesperadamente.”

Mordom se carcajeó con la rica y profunda risa que el shara había pensado
había terminado por toda la eternidad y contestó, “¡No hay Muerte, Marte! Es todo
una ilusión, un sueño traicionero de tiempo y espacio.”
“¡Por qué parece tan real!”
El rajanya rió otra vez y contestó, “Tu estas expresando tus personalidades
escondidas adentro, shara. Como Gana tu reprimiste muchos aspectos de ti mismo
que juzgaste no merecedor. Tu lado impractico de Naisan por ejemplo – un suave
amante del mundo, pero de ninguna ayuda a otros seres humanos. Tu lado de Marte,
por ejemplo, indulgente en placeres sensuales. ¡Tales arranques emocionales! ¡Tanta
fuerza, para nada!
“El problema con tu represión era que tu también perdiste los brillantes
regalos atrapados adentro de aquellos aspectos de ti. Esto es porque tu has tenido que
recrearlos, para que tu puedas recobrar esa energía la cual tu enterraste profundamente
en tu conciencia.”
“¿Quiere decir que las vidas que viví después de Gana simplemente fueron
para aprender amarme a mi mismo?” Preguntó el shara.
“¡Exacto!” y las recreaciones han sido numerosas. Mientras mas extremas,
mejor, ya que tu puedes mas fácilmente verlas y amaestrarlas. El limite mas lejano de
tu energía reprimida creo al Rakshasa Bala y al shara Firad, como tus dos mas
recientes ejemplos.”
“¿Yo cree a Firad? ¿Y Bala?” Preguntó Marte incrédulo.
“Por supuesto,” rió Maitreya. “¿Quién más lo puedo haber hecho? Mira en tu
corazón. ¿No lo ves allí?”
“¡Pero Bala! ¡El era inexpresablemente maldad! ¡Un Rakshasa, Maitreya!”
Gana no quería aceptar este tipo de responsabilidad.
“¡Todo el mundo lo hace, shara! Toda la gente en todas partes reprime las
partes mas grandes de si mismos. Pero lo que se empuja aquí, sale por allá – la vida
se recrea rápidamente en si misma, y la negación nunca es posible en el Universo. Los
mundos-sueño de todos, esta poblada con sub-personalidades reprimidas...y casi nada
mas,” el agregó con una profunda carcajada.
El rajanya le dio un pequeño frasco, lleno con un brillante, iridiscente fluido y
dijo, “toma esto, Marte, bebe. Esto es conocido como Soma; es una forma simbólica
de mi Perfección avivada ahora por tu mente evolutiva. Tu entenderás mejor, cómo tu
has poblado tu Universo más tarde. Unas pocas experiencias más son inevitables.
Hasta pronto por ahora.”
Como Gana probó el líquido, el rajanya se transformó devuelta en la estatua.
El cuerpo del shara empezó a brillar con una tenue luz azafrán, pero nada más pasó.
“Maestría del cuerpo es un proceso gradual,” comentó Almira amablemente.
No hay necesidad de sentirse decepcionado. Tu entenderás totalmente cada uno de
tus siete dones. Solo cuando todas tus Tareas estén llenas y satisfechas.
“¡Me gustaría saber ahora lo que Maitreya, me ha dado!” exclamó Gana,
frustrado a pesar de sus placenteras palabras.
Oh, tu apreciación de la Autoridad del Segundo de los Siete vendrá
suficientemente pronto. No tomará mucho antes de que empieces a percibir y
comunicar con los seres sutiles trabajando por ti y a lo largo de la creación, los
celestiales y elementales. Pero primero déjame presentarte a otro de los Siete.
La tercera estatua era Joab, usando ropaje dorado.

“¡Joab! Me hubiera dado cuenta que el era uno de los Siete. ¡Podría ser, por
eso, que el está aquí conmigo!”
La voz de Guardián de la Promesa resonó por detrás de ellos. “¿No estoy yo
contigo Naisan, ahora y siempre?”
Dándose media vuelta, Gana lo miró, pero a un Joab que él nunca conoció en
Tala: La luz radiando desde el era casi insoportable, brillante y dorada; en su cabeza
había una corona de refulgente fuego; no había signo de envejecimiento en él o acerca
de él.
“¡Joab! ¡Tu, el Tercero de los Siete! ¡Debí saberlo! Y todavía, ¿Por qué estás
aquí? ¿Ya no te importa Tala y mi hija Paz como me prometiste?”
“Rey Sol, me importan tus herederos y tu pueblo aun: La autoridad que se me
permite allí no tendría fundamento si no viviera aquí por siempre. Pero lo que es más:
Por qué tu te aventuraste aquí, lo mejor de Tala también está aquí: todos a los que
conociste y amaste allí te han precedido a ti aquí. ¡Naisan! La totalidad de Tala esta
en Para, transmutado, ¡Una parte de la Catedral del Sol!” Diciendo eso el tomo a
Gana por una mano y Almira por la otra; instantáneamente se paraban ante el nuevo
palacio de Zephyra en una nueva y perfecta Ciudad Dorada Sulara.
“¡La hora de tu coronación viene otra vez, shara! Este es el regalo de Joab el
Dorado.” Como el Guardián de la Promesa los llevaba, Gana reconoció a Dagora y a
los otros quienes fueron asesinados en la batalla, también como todos aquellos que
habían muerto desde sus simultáneos nacimientos en Tala. Como el los veía, el
reconocía que el era parte de ellos: El sabía que no había una línea distintiva de
individualidad entre el y cualquiera de sus súbditos.
“Muchos vendrán después, por supuesto,” comento el Guardián de la Promesa.
“Todo necesitará de tu guía: este mundo de tu creación puede parecer mucho cuando
primero entras. Tu debes ayudarlos a todos. Por las decisiones de tu vieja-edad, este
es tu eterno deber como Maestro de Para.”
Mientras ellos entraron a Nueva Zephyra, traducido (como era todo de Tala)
dentro de la luz mas pura, un grito salió de los miles en asamblea. “¡Viva Marte!
¡Viva Venus! ¡Gloria a Joab!” Tomado la corona de su cabeza el Guardián de la
Promesa la puso sobre Gana, entonces se arrodilló ante él, el Rey Sol entró en
perfecta unión con el: desde ese momento, el sabía que él era una parte indivisible de
Joab, justo como Joab era una perfecta parte de él mismo.
La gente aplaudía, “¡Victoria a Gana, el unico verdadero adan de Para!”

~~~

Nuevo Tala, estaba en el mundo de Gana y Almira, pero estaba en esa parte
conocida como la Catedral del Sol: el sol brillaba allí, como lo hacía la luna y las
estrellas; había días y estaciones y años. Era como si esta parte de Para que era medio
día en la evolución de mundos: mas maravilloso por mucho que Kanaan-dora o
Martanda o la Tierra. No tan prefecto como la parte más grande de su paraíso creado
por sus mentes.
Un día, Gana razonó que esto debiera ser verdadero para los Nuevos Talaneses
mismos; y Almira le contestó, si, ellos un día dejarán la Catedral del Sol. Solo a
través de viajar una sola vez dentro del Universo externo que ellos ganarán
permanentemente residencia en nuestro mundo.
“¿Entonces yo también alguna vez me debo ir de nuevo?”

Como tu ahora haces el papel de la parte del Adan de Nueva Tala, nuestro
mundo será menos para ti – más como los mundos de tu reciente pasado. Esto será
así hasta que tus siete mundos estén satisfechos. Esta fue su única respuesta, todavía
no lo perturbó a él: su vida era plena, guiando a sus muchos súbditos. Había poco
tiempo para la duda.

~~~

“Almira” dijo Gana pensativamente, “¿Por qué todavía yo no he descubierto


nada del regalo de Maitreya para mí?” Había pasado un año desde que el rajanya me
había dado su beneficio. El adan todavía no experimentaba nada de su poder y no
entendía nada de la intención de su uso. El aun podía sentir el iridiscente liquido de
Soma que Mordom le había dado a beber, vibrantemente viajando a través de sus
venas; pero aún después de un año, el no había encontrado aplicación para ello.
Es el momento mi Señor, los pensamientos de ella fluyeron suavemente a
través de la mente de el. Ven conmigo; te mostraré lo que les pasa a aquellos quienes
vencen las ilusiones creadas por la mente de su segundo aro.
Sin ninguna transición, el adan y la adaran, estaban caminando juntos a través
del inigualable bosque de cedros que él primeo había descubierto en Para. Los
animales y las aves vagaban libremente en todas partes también aunque no hubieran
todavía entrado aquí. ¿Estaba alguna otra fuerza manteniendo este único bosque
aislado aun de la más benéfica forma de entropía?
Ellos caminaban, aparentemente sin dirección alguna, por un muy largo
tiempo, disfrutando la naturaleza de la catedral de este vasto y silencioso bosque.
Gana se preguntaba otra vez lo que era el regalo de Maitreya; de una vez Almira le
mostró a él una banca de mármol para que se sentara, hornada y esculpida con
ángeles, puesta en el hueco de un árbol particularmente enorme, los adentros del árbol
eran tan amplios que contenían un pequeño jardín con dragones-tronantes escarlata,
lupinas doradas y un pasto profundamente esmeralda. Almira se arrodilló junto a él,
observándolo intencionadamente.
Gana le sonrió, entonces empezó a mirar alrededor del pequeño jardín. ¿Qué
era la Perfección de Mordom? Almira le había dicho que involucraba a diferentes
niveles de la Creación. ¿Qué significaba eso? ¿Cómo podría el imaginar eso, lo cual
el no podía concebir? Embutido en pensamientos, el adan estiró su brazo hacia fuera
para tocar un carmín dragón-tronador. Parecía particularmente amoroso, mas vivo que
los otros.
Le tomó a Gana varios minutos el darse cuenta que el no veía una flor sino una
figura humanoide, vestida en los colores de su tallo con sus hojas como brazos. El
sabía que no había creado este pequeño ser como el lo había hecho con los animales
de Para; tampoco era una visión nacida de la intensa concentración como cuando el se
había enfocado continuamente en su recuerdo-sueño de Calantha en Vashti. No, esta
placentera pequeña criatura había sido invisible un momento antes solamente porque
sus sentidos habían estado demasiado angostamente definidos.
Gana se le quedó viendo en trance hasta que el noto otros particulares
movimientos cercanos a sus pies. Mirando alrededor, el vio que todas las flores
también eran ahora humanas también. Incluso las hojas del pasto eran humanoides,
con sus brazos levantados hacia arriba de sus innumerables cabezas, doblándose ahora
de esta forma, ahora eso en una suave brisa.

¡Cada planta era humana! Cada una diferente, cada una única, cada una
hermosa. Los cedros de la catedral eran lo mejor de todo: venerable y sabios, con
majestuosas personalidades muy despacio maduraban a través de su largo
crecimiento. Con gran placer, el gritó, “¡Es demasiado maravilloso!”
¡Tu ves ahora que todos esta vivo! En el sentido mas personal de la palabra.
Todos y cada uno de los granos de arena tienen una existencia única, una realidad
individual en la luz del Uno.
“Hay mas,” ella rió mientras tomaba su mano y lo guió a través del bosque. Al
principio estaba en tal trance por la apariencia humana de cada objeto – cada flor,
cada árbol, cada piedra – como estar inconsciente de todo lo demás. Si esto es la
totalidad del regalo de Maitreya, es verdaderamente maravilloso, el pensó, pero
entonces una pequeña cara observándolo a él desde atrás de una gran piedra, y se dio
cuenta que el estaba mirando no a una planta – era pequeñita, un ser independiente.
La única palabra que vino a la mente fue, “Fei” mientras ella se volvió y se fue
volando, temerosa de ser vista, la visión de Gana se expandió, el vió a los otros:
pequeños aluxes y pixies y duendes y mas grandes nalads y aryas y gnomos y dwarfs,
observándolos a ellos por detrás de las hojas, tallos y troncos y árboles, jugando en el
bosque alrededor de sus pies.
Una llovizna dorada de luz pasó por encima; cada gota era humana. Un suave
viento sopló; la brisa estaba viva, un espíritu del viento – gentil ahora pero capaz de
una vasta fuerza. En el arrollo, espraits y ninfas de agua bailaban sobre las olas y
nadaban y jugueteaban en el agua. Por pensamiento, Almira creó un fuego;
Salamandras, seres de fuego, mantenían la existencia de cada flama, gozosamente
jugando con la luz.
Todas las leyes naturales mantenían la integridad del Sueño de Narain y
tienen contrapartes humanoides. Aun si nunca vistas, ellas siempre han existido. Y
siempre existirán. Aun si la habilidad de conocerlas un día se pierda.
“¡No digas eso!” él lloró mientras un elfo bebé se mecía en su pequeño dedo.
“¡En vez, dime que yo siempre conoceré estas placenteras criaturas siempre!”
En este mundo de nuestra creación, tu siempre. Y en mas grandes que estos,
amado, ya que estos son los elementales, los cuales tienen menor inteligencia que el
ser humano promedio. Pero hay existencia también de celestiales, más evolucionados
que la mayoría de los descendientes de los seres humanos. ¡Mira a tus Montañas
Guardianas ahora!
En cada pico aparecía una radiante cara humanoide, esparciendo su energía
hacia fuera. Por encima de todos estaba el gobernador de la totalidad de la cadena de
montañas. Ella era más majestuosa que ninguna de las otras, destellando
extraordinaria sabiduría y luz sobrenatural a toda la creación.
Casi sobrecargado por su nueva visión el adan gritó, “¡Hay tantos niveles! ¡Y
conocimiento y poder se incrementa en cada uno! ¿Hay algún final?”
Almira pausó por un largo momento antes de que su pensamiento llegara, total
entendimiento de esto vendrá más tarde, después de que tus siete tareas estén
satisfechas. Pero durante ese momento de silencio, todas las cosas, el mudo en su
totalidad – todas las plantas, animales, elementales, celestiales -- se derritieron dentro
de la pura luz del Uno. Almira solo se quedó pero transfigurada: la totalidad de Para,
de hecho, la totalidad del Universo apareció dentro de sus suaves y radiantes ojos.

~~~

Por mucho tiempo ellos caminaron en trance, sumergidos en la belleza y


felicidad de los elementales y celestiales.
Gana le preguntó a ella finalmente, “¿Por qué no los puedo escuchar?”
“¿Tu no puedes?” ella preguntó sorprendida, entonces tocó sus orejas, de una
vez el fue inundado por una multitud de voces pequeñitas y grandes, partiendo desde
la delicada campanita de flores Fei bebes, hasta los fuertes y resonantes tamboreos de
los enorme Gnomos árbol.
Pronto tu tomarás maestría de sus idiomas y aprenderás mucho de ellos. Los
pensamientos de ella eran muy alegres, pero el reconoció la duda paseándose en sus
ojos y se quedó inquisitivo silenciosamente.
El gozo de su nueva percepción, desapareció todo temperamento de duda.
Ellos llegaron a un pasaje de árboles flama, bailando en rápidos ritmos de los ciclos
de las estaciones, similar a la arboleda de vainas de maple en el corazón de los
huertos. Su juego parecía más extáticos que esos de las vainas de maple: con cada
cambio, desde la primavera al verano al otoño al invierno, un nuevo grupo de
elementales, venían y bajaban y levantaban una cortina de luz de tonos multicolor.
Ningún árbol florecía antes de que los duendes primaverales llamaban a que se mueva
la savia; ninguno descansaría hasta que los espíritus del otoño bailaran para honrar la
caída de las hojas.
Gana descubrió que el ahora podía ver muchas más edificaciones: templos,
enormes salones de juntas cubriendo leguas, pequeños hogares de los elementales y
sus familias. Una estructura alta sobre una distante montaña era más brillante que
ninguna otra; Almira contestó su no hablado deseo, “nosotros podemos si tu quieres.”
¡Pero debes prometer tener Cuidado! Exactamente allí tu negligencia te llevo a la
perdicion.
El edificio era esférico, no muy grande, todavía pulsando con una diferente y
mas llena energía. No había entradas; Almira explicó, “Estos cuerpos no nos
servirán.” Ella lo tocó a él; el se convirtió en una esfera dorada, sutilmente marcada
con carmín. Ella se transformó en una neblina de plata, un poco azul celeste. Ellos
flotaron a través de la pared.
Ellos fueron inmediatamente cubiertos por música, cada melodía no familiar
pero placentera, viniendo de todos los lados, de arriba y de abajo. Había innumerables
hilos de canciones, cada una completa y autosuficiente, todavía perfectamente
armónico: cada movimiento individual producía una parte necesaria de completa
eufonía.
Había solistas, coros, orquestas, bailarines – la mayoría humanoide, pero
transparente e increíblemente radiante. Algunos tenían cuatro brazos, otros muchos;
algunos tenían dos cabezas, otros muchas; algunos solo eran una forma geométrica,
como si ellos se hubieran cansado de mantener un complejo cuerpo, o también lo
habían encontrado innecesario o sin sentido. Algunos eran completamente sin forma,
vapores brillantes de luz, pulsando con ritmo y sonido. No había fin para estos
músicos en ninguna dirección: Las paredes se habían desvanecido, o quizás ellas no
tenían superficie interna, quizás el edificio había sido solo la puerta dentro de un
campo realmente mas elevado en dimensión. ¿Este lugar se extendía para siempre?
Los pensamientos de Almira brillaron suavemente en el, una parte integral del
mosaico de sonido: Si, una vez tu intentaste encontrar el límite de esto, el Anfiteatro
de Música del Gran Padre. Tu viajaste con la velocidad infinita de tu mente para
descubrir su verdadero final. Después de siglos de recorrer a través de esta región
sin fin, reconociste tu fracaso y regresaste, rabioso por tu derrota. Así tu orgullo te
inspiró a negarte a hacer reverencia al Gran Padre en ese día de tu destino,
causando tu caída desde su maldición. ¡No hay ningún final en ninguna dirección!
Para irnos; debemos alterar nuestro nivel del ser: este anfiteatro de música existe en
todas partes siempre.
Cada cantante, bailarín, músico resuena sobre los niveles más sutiles de la
creación relativa. Por lo tanto cada sonido, cada movimiento se manifiesta en los
niveles mas burdos de la realidad – comúnmente percibidos como estrellas, planetas,
universos, cuerpos, leyes naturales.
Todos aquí persiguen la Ideal Percepción del Uno – la perfección de la parte
individual del ya perfecto Total. Como resultado de esto es la fuerza de la evolución
en los mundos relativos.
Cuando los jóvenes descansan, como ellos lo deben hacer al principio, sus
creaciones materiales se disuelven. Cuando ellos despiertan, sus Universos son otra
vez creados. Aunque tu ya no te acuerdes, nosotros dos quienes creamos Para, somos
viejos. Por lo tanto nosotros raramente dormimos. Tu larga ausencia ha sido tu única
reciente oportunidad de hacerlo. Tu estas re-despertando ahora; nuestro mundo re-
empieza. Quizá tu y yo nunca otra vez necesitaremos retirarnos; ¡Para, permanecerá
in corrompida para siempre! Hay tales seres desarrollados, tales regiones eternas.
Narain y su Océano son un ejemplo; el Gran Padre y su Anfiteatro de Música es otra.
“¿Los puedo conocer?”
“¡No!” Todavía no. Todavía no estas listo. Primero tu debes completar tus
siete tareas...Ven, una experiencia más antes de regresar a Nueva Sulara.
El Anfiteatro de Música del Gran Padre se desvaneció como sus cuerpos se
transformaron; ellos estaban de nuevo en el Domo de las Esferas. La nueva visión de
Gana también funcionaba aquí: Cada una de las Siete Regiones de Luz era humana,
como lo era el Universo mismo. Cada galaxia tenía una forma humana; cada sol era
un individuo distinto. La Tierra era una hermosa mujer; Cada continente estaba vivo
con humanidad.
Almira le dijo que mirara más de cerca; su cuerpo en la silla se abrió alrededor
de él, cada órgano era humano, como lo era cada célula. En el nivel más sutil, los siete
aros arco iris aparecieron. Los tres inferiores estaban quietos y claros, revelando su
humanidad: Vasuki, Mordom y Joab. Los cuatro superiores aun giraban a gran
velocidad, fieros soles de color; no eran aparentes si formas humanas, se escondían
dentro de ellos.
Gana se preguntaba porque Almira lo había traído aquí; en respuesta a su
pensamiento, el vió que cada uno de los siete estaba conectado por un hilo dorado.
Muy despacio el hilo se agrandó, revelando otra forma. Al principio aparecía como un
cetro de luz con dos serpientes, una blanca, una negra, cruzándose alrededor de el
hacia arriba: formaba un caduceos, el símbolo tradicional de las Artes de Curación en
cada civilización.
Dos manos aparecieron sobre el cetro: La derecha, tenía a la serpiente blanca
Sesha, la Izquierda, tenía al Vidyadhara Heramann. En una dirección hacia delante en
el tiempo, aun el cetro de transformó, empezando a ser finalmente una forma humana.
Era humana, era femenina, era Almira.
“Si,” ella dijo desde atrás de él, “soy yo.” Yo te doy esto, Yo te lo doy todo.
¡Observa aquí nuestro compartido peligro! Estos aros fieramente girando son
los siete centros de la vida en ti. Estos siete centros te dan la experiencia del Uno,
ellos te dan la experiencia de todas las cosas. Cuando ellos funcionan como
debieran, yo paso infinita energía a través del Hilo Dorado; por lo tanto tu
experimentas nuestro mundo creado por la mente y los más elevados y expandidos
niveles de tu Ser.

¡Pero los siete deben de estar quietos y claros! Ellos giran y son multicolor
porque tu has permitido que limitaciones existan en tu mente. Estos falsos juicios y
creencias, aceptados por ti desde hace mucho tiempo en el pasado, han ganado
suficiente fuerza para tomar formas externas: ¡Tu has creado enemigos a lo largo del
espacio y tiempo! Constantemente ellos te buscan para destruirte, porque entonces
ellos tendrían verdadera existencia. ¡A tus costillas! Ellos son aspectos de ti mismo,
no son otra cosa que proyecciones de tus siete centros, pero ya cada uno ha ganado
suficiente poder para esclavizarte.
Si cualquiera de estas siete proyecciones aprende suficiente de la ciencia sutil
de los Guardiánes de la Promesa, ellos podrían forzar su entrada dentro del hilo
dorado. Nosotros una vez más seríamos violentamente separados; y nunca más tu
podrías ganar mi presencia. Y si el Hilo Dorado o cualquiera de los aros de allí en
adelante se dañaran, ¡Tu te volverías loco! ¡Aun la muerte no te liberaría entonces!
¿Qué tan lejos puedes ser botado? ¿Podría el Jardín de Narain, nuestro Mundo,
nuestro Universo, sobrevivir la subsecuente ruina de tu Caída? Nosotros temeos solo
un camino, el cual hemos estado siguiendo desde ese lejano día de la maldición del
Gran Padre: Tu debes reaprender el correcto uso de cada centro. Cada una de tus
falsas limitaciones de tu mente omnipotente y omnisciente debe de ser transformada
dentro de su verdad, su estatus sin limites. Solo entonces, cuando hayas terminado
cada una de estas siete tareas, seré capaz de pasar energía infinita a través del Hilo
Dorado eternamente; nosotros estaremos unidos para siempre en Para.
¿Tu ves como los tres inferiores están quietos y claros, radiantes como joyas
perfectas? Esto significa que tu has tomado maestría de tus primeras tres tareas; solo
las últimas cuatro aún quedan. ¡Tu progresas bien!
Mientras los pensamientos de Almira fluyeron a través de él, la cabaña
alrededor de su cuerpo vivo-muerto, empezó rápidamente a cambiar. Las invaluables
gemas Kaysta y Starbha desaparecieron desde alrededor de su cuello; en su mano
derecha se materializó una estatua de una serpiente blanca, modelada por la serpiente
Sesha; en su mano izquierda apareció una perfecta representación de Airavata en la
forma de un lagarto negro y un trono de oro pulido fue puesto debajo de su durmiente
cuerpo. Mientras el veía en trance a los siete aros, la cabaña en Emura fue destruida,
el Templo de Kanaan-dora fue construido alrededor de él.
De estos varios cambios, Gana vió solamente que los primeros tres aros ahora
ardían perfectamente claros. ¿Si él hubiera visto, si él se hubiera permitido a si
mismo, el saber, su futuro habría cambiado? Seguro que él no hubiera dejado a sus
diez mil sin sazonada guía: Su hijo Kartika, aunque un brillante joven, era un
inmaduro en el conocimiento cuando el veneno llamó el aliento de su padre. Duro fue
de hecho para él presenciar las sutiles perversiones de su primo, Irnga esclavizado por
Valin.
Pero Gana no vió, no supo que el tiempo se movía muy extrañamente en esta
única entre fase de su mundo creado por la mente y el Universo material. El no
entendía la totalidad de la extensión de sus decisiones momento a momento; por lo
tanto el permitía su cuerpo inmortal dormir mientras todos los que él amaba vivían el
curso natural de sus existencias, envejecían y morían.
¡Shara, shara! ¡Tu largo e ininterrumpido sueño causado por el veneno de
Irnga!
¿Calantha se hubiese separado para siempre de Emura si tu hubieras vivido?
¿Kaystharba ubiese seguido separada, los fuegos ecuatoriales habrían continuado
tanto? No todos los torcidos fueron destruidos cuando los Siete quemaron Kanaan-
dora, ¡Tampoco fueron todos asesinados en las guerras Rakshasa con Valin en
Martanda! Almira, sabiendo perfectamente bien lo que su adan vió y aun todavía no
veía, sonrió adentro mientras ella movía su mente para tocarlo a él, tu estás cansado,
mi Señor. Ven, regresemos a Nueva Tala. Tu tendrás tanto tiempo como necesites
para estudiar tus nuevas habilidades.

~~~

“¿Mirabel, por qué Almira le permite a Gana permanecer a oscuras acerca


de su verdadero destino? ¿Por qué ella captura unos pocos momentos de su vida y los
expande?” Malinda miró a su hermana con curiosidad desde el manto que estaban
tejiendo. Este hilo era bastante inusual, único en su experiencia.
“Un cuerpo fue escogido para satisfacer la necesidad del Universo,” Mirabel
respondió sin quitar la vista de su trabajo. “Una mente debe expandirse
completamente, un espíritu fue marcado para portar el destino de todos los mundos.”
“¿No es esta la verdad para todos?” Preguntó su hermana Mirabeth
curiosamente, deteniendo el rápido fluir de su bastidor. “¿Hay mas que un solo
espíritu? La existencia del Uno implica que no. Solo hay Uno; por lo tanto, solo hay
una conciencia en creación. ¿Por qué entonces Almira robó a Gana de su casa en
Emura?”
“El shara esta empapado con la luz infinita y presencia del Uno, mis
hermanas,” Mirabel respondió, ahora también deteniendo su trabajo.
“¿No son todos?” persistió Mirabeth.
“El tiene la fuerza del espíritu para manifestar en nuestro Universo los Siete
que anteceden la Creación.”
“¡Seguramente que todos lo hacen!” exclamó Malinda.
“No, Gana solo puede satisfacer las siete imposibles tareas requeridas para
rescatar la totalidad de la humanidad. Pero sí y cuando él tenga éxito, todos a lo
largo del espacio y del tiempo serán capaces de seguirlo. Alguien tiene que hacerlo
primero, tu ves.”
“Si, ¿pero el puede tener éxito? Preguntaron ambas hermanas al mismo
tiempo.
“Eso, seguro que no sé. Jalen sus madejas, si lo desean. Podemos brincar
hacia delante y observar.”

15. MINSTREL DE KANAAN-DORA

Al final del día


Paz
Amor
Silencio
Pero no a través de la noche
No hasta que el Uno sea maestría
--Rodavi

Sufriendo a través de la noche oscura del Alma


Es el destino de todos hasta que la Realidad
Sea conocida
--Mordom

No hay expansión sin contracción


No hay ir sin regresar
No hay vida sin muerte
No hay gozo sin dolor
Hasta que el Ascendente sea perfeccionado
--Joab

Un día quince años después, el adan y la adaran caminaban por el Bosque del
Nuevo Alazar y se tropezaron con la laguna donde se habían conocido en Vieja Tala.
“¡Mira, Venus! Que amorosa, el agua. Me pregunto si los peces arco iris aun
viven allí, ¿Bailarían de nuevo para mí?” Gana se arrodilló ante la silenciosa laguna y
suavemente la tocó. Los peces estaban allí; su baile era incluso más hermoso que lo
que él se acordaba.
Almira lo bañó con luz y amor mientras sus pensamientos reían en gozo
expansivo, ¡Mi Señor! Por mucho tiempo yo consideraré la maldición del Gran
Padre sin sentido: no conocía razón para su destierro, tu perdida como Dios. Pero
ahora he aprendido que has perdido y ganado a través de tus varios pesares. En
algún lugar, tu perdiste tu orgullo ciego que te inspiró a insultar al Gran Padre de
las Esferas en ese día de tu destino. Y en su lugar, la humildad floreció, haciendo de
ti el mas amado de los celestiales y la humanidad. En esta forma la sabiduría de
Rodavi demostró: “Eso que está lleno grita por que se vacíe, eso que está vacío grita
por ser lleno.”
Gana le sonrió a ella vagamente. El estaba pensando, ¿Rodavi. Quién es
Rodavi?

~~~
Esa noche, el adan y la adaran se sentaron con un grupo alegre en Nueva
Zephyra a festejar: Era el decimosexto aniversario de su coronación. Una joven
minstrel, muy hermosa, con una largo, lánguido cabello cascadeando sobre su oscura
túnica esmeralda, se puso de pie y pidió permiso para cantar.

“Por su puesto,” Gana replicó, preguntándose como el se pudo olvidar de


alguien tan amoroso.
Ella empezó en una melodiosa voz llena con compasión. Mientras ella
cantaba, el adan no solo escuchaba su canto sino que veía su canto, tan maravilloso
era su talento.

Diecisiete naves de verde-plata


Doradas proas enfrentaban el vacío oeste;
Olas de espuma de la caverna de su popa
Rompían sobre la corriente negra del agua;
Estructuras de filigrana de intricada altura
A velocidad balanceaban la vida hacía el final prometido cielo:
¡La Gente Marina de Kanaan-dora!
Su hogar para siempre, para siempre perdido
Para siempre perdido por debajo de la ola triunfante.
“¡Ay! ¡Por Kanaan-dora la Sagrada!
No mas deben los vagabundos sin hogar caminar tus benditas tierras,
Tampoco escalar al Santuario de las Montañas de ‘Ishtar,
¡Ni mirar en las profundidades infinitas dentro del Estanque de Solon!
¡Perdido! Todos, todos están perdidos
Por debajo del Océano Indomado.
Una maldición eterna a esos que se olvidan
¡Quién entonces destruyó nuestra pacifica tierra!
Así cantan los tristes marinos como ellos buscan;
Buscan, aunque el tiempo y el mundo fracasen;
Buscan, a través de este distante empíreo, mas allá del pensamiento
Buscan,
Buscan por nueva tierra, un espacio desconocido
Recordado
Recordado en nebulosos relatos de los Años Olvidados;
Recordado alrededor del fuego de la mañana.
Recordado mejor por hombres ciegos y ancianas,
Memorias contadas a niños descuidados sin pensamientos;
Memorias que son ahora las ultimas vitales esperanzas
de los perdidos y desesperados marinos,
Buscando,
Buscando la Salvanción en una antigua visión de una nueva tierra
De rica tierra marron y cantantes aguas.
Silenciosamente,
Silenciosamente ellos se paran, observando el oeste;
Silenciosamente, esperanzados de que sus sueños aun sean
Y nueva vida florece antes que todo precioso aliento se pierda.
Silenciosamente pero --
¡Ninguna señal de libertad!
¡Ninguna señal de esperanza en este mundo sin estrellas de aguas planas!
Solo en antiguo susurro de una más inocente juventud de esto,
Necesarios viajes se toman, siempre toman, para siempre son tomados,
De las caídas, malvadas tierras destruidas, para la nueva,
preparada para apoyar el crecimiento.
“¿Cuantas veces en hogar?
¿Cuántas veces sin hogar?
Solo el Pilar de Kanaan-dora puede decirnos,
Pero ahora es para siempre, para siempre perdida.
Para siempre, para siempre perdida
Para siempre perdido debajo de la ola triunfante.”

~~~

Ante el último tono sonando que cayó de su lira y sus palabras finales de
melancolía se desvanecía el anfiteatro, el adan volteó el rostro a Almira para
preguntarle de lo que había sido de Kanaan-dora. Y ella no estaba allí. ¿Cómo pudo el
cautivarse tanto? El dobló su mente a lo largo de Nueva Zephyra pero no podía
sentirla en ninguna parte. El le preguntó a Dagora (Como siempre, sentado cerca).
“¿A dónde se ha ido la adaran?”
Dagora le sonrió de vuelta a él y preguntó sonriéndole, “¿Quién?”
“Almira, ¿Mi Reina Sol?”
“¿Quién?” Dagora preguntó otra vez, esta vez obviamente perplejo. “¡La
Dama Venus, por su puesto! ¡Almira! ¿Por qué me vez vacante? ¿Estas bien?
“Nunca me he sentido mejor, mi Señor, ¿Pero esta Dama? Nunca la he
conocido. ¿Es ella una celestial del aire-fuego que aún no me presentas?” los ojos de
Dagora solo revelaban sinceridad; el adan se sentó, atónito.
Los rostros de sus más queridos amigos no revelaban ni la mas leve
comprensión de las palabras Almira, Venus, Adaran, Reina Sol.
“Déjenme. Todos ustedes. Debo pensar. ¡Aldis! Encuentra a Joab; requiero de
su presencia aquí.”
¿Qué pasa? Un momento, Almira y yo compartimos perfecta paz, amor
infinito; el siguiente instante, ¡Aun su memoria es borrada de mis súbditos! ¿Cómo
puede ser esto? El mandó sus ojos a través de la totalidad de Nueva Tala, entonces en
expansiva ansiedad a través de la totalidad de Para; ella no estaba en ningún lado.
Mientras el adan así buscaba cada lugar que ellos habían compartido en gozo,
Joab entró, haciendo reverencia. “¿Por qué me mandaste llamar, Naisan? Yo soy
difícilmente diferente a ti: Todo lo que yo soy tu eres.”
“¡Padre! ¡Tu para siempre eres mi superior en sabiduría! Tu ciertamente eres
mas que yo, ¿a dónde mas puedo ir en la duda? Joab, amado Guardián de la Promesa
¿dónde esta mi Almira?” el lo miró con la inocencia de un niño.
“¿Quién, mi Señor?” Joab preguntó con una mirada en blanco, como si Gana
hubiera nombrado a una perfecta extraña.
“¡La Dama Venus, por supuesto! ¡Que! ¿Todos se han vuelto totalmente
locos? ¿Quien es Gana sin Almira? ¿Puede el sol existir sin su Luz? ¿Puede la mente
experimentar sin sus sentidos? ¿Qué no tengo una adaran?”
“Naisan -- ”

“¡No! El gritó en rabia, golpeando la mesa tan violentamente que volaron


fragmentos. El se cubrió el rostro con sus temblorosas manos y continuó, “No. Lo
siento, veo que ella ya no esta mas en ti. ¡Perdóname, padre! Esta noche – yo no lo
estoy inventando. Déjame explicar.” El le dijo al Guardián de la Promesa de su vida
como la recordaba. Cuando mencionó la canción, en un impulso el envió a buscar a
la minstrel.
Joab respondió muy despacio, como si con un gran esfuerzo. “Eventos de mi
memoria son...similares. Pero no tengo conocimiento de tu Almira, aparte de la forma
de funcionar natural de la Vida dentro de ti. Yo percibo la verdad en ti: veo que tu
crees en tu recuerdo. Pero temo que no sé como ayudarte, otro que por obvia
sugestión esto quizás esté relacionado con tu cuarta tarea. Los caminos del corazón
son excesivamente sutiles; el Guardián de la Promesa Esmeralda es conocido en usar
métodos bizarros para satisfacer sus fines. Pero lo que Vaga pudo darte a entender a
través de borrar un ser sobrenatural de tu Universo, o a través -- ”
“Si. Por supuesto. Esto debe de ser lo que piensas, lo que cualquiera pensaría.
Que yo estoy errado; ¡Que tengo mi mente llena o cambiada! ¡Muy bien! ¡Acepto el
reto! ¡Ya sea que Gana Adan recuerda falsamente, o toda la Creación es un error!
Uno solo puede tener la victoria – no puede haber dos absolutos, ¡Un autor solo puede
imprimir las palabras de la Eternidad! ¡Que así sea! ¿Dónde empiezo? Supongo que
debo conocer al Guardián de la Promesa Esmeralda Vaga. ¿Cómo lo puedo
encontrar? Nunca él o sus tres superiores se han hecho a si mismos conocidos a mi.
¿Dónde debo mirar?”
“Otra vez, no sé. Como él es más grande que yo, el nunca me informa de sus
destinos. Si alguien puede saber, sería Narain.”
“¿Narain? ¡Seguro que juegas conmigo! ¡Lo he buscado hace mucho, nunca lo
he descubierto! ¿Cómo puedo encontrar a este uno para que me diga como buscar a
otro, para que me enseñe como descubrir a mi perdido amor? ¡Hasta suena ridículo!
“Sin embargo ¿Qué otra maldición tengo? Si ni siquiera tu tienes la mas leve
memoria de ella, ¿Quién puede ayudarme? ¡Las rocas nunca han sentido la caricia de
sus suaves pies; el aire susurra sin la esencia de su dulce aliento! ¡Joab, Joab! ¡El
significado se ha ido lejos de mi hoy! ¡Mi trabajo de estos años parece como el juego
de un niño malcriado, como la pataleta de un tonto loco! ¿De que me sirve mi reino,
que uso tiene mi conocimiento y poder? ¡Eso que era mas preciado fue robado entre
dos palabras sin pensamiento, entre dos latidos de corazón sin importancia! ¿Cómo
pude ser tan débil y dejar que mi atención vagará?”
“¡Tu no puedes cuidar tu aliento-vida como tu cuidarías una gema preciosa, tal
como Kaystarbha, Rey Sol! Un momento de descuido puede arruinar una vida, esto es
verdad; pero tu error (¡Si tu hiciste uno!) No fue de esta naturaleza.”
“¿Entonces que? ¿Puedes decirme? ¿Por qué caí en primera instancia? ¿Cuál
es mi error ahora, cual es mi hecho o pensamiento equivoco?”
“Lo que ha pasado en nuestro Universo desde el principio del tiempo no es
otra cosa que el conflicto guerreando en ti ahora, mi Señor Marte. Tu has
experimentado, tu has visto, tu has conocido. Todavía no eres libre. Tu dices que has
perdido eso que es lo mas querido. Yo digo que es imposible. Sin importar la
existencia de esta Almira, tu nunca puedes ser tocado por las dualidades de la vida si
tu te aferras al Uno. ¡Tu sabes esto! Tu todavía no te has dado cuenta de esto
suficientemente profundo: tu aun eres afectado por lo sin sentido.”

Como si comentara en sus palabras, el Guardián de la Promesa cerró sus ojos;


su aliento se detuvo. Una nebulosa nébula salió de su garganta, gradualmente
fundiéndose a través de los colores del espectro hasta que se convirtió en un hombre
fluyendo en vestiduras azul celeste.
“¡Atri!” Exclamó el adan con gran sorpresa ¡Tu me haces un honor sin igual,
gran sabio! ¿en que te puedo servir? Todo lo mío te lo doy: Todo mi mundo es tuyo.”
“Yo no tengo necesidad de eso, Marte; vine a ofrecerte mi consejo. Vaga el
Esmeralda no puede engañarme como lo hace con la mayor parte de tus súbditos. No
se me permite interferir con su proyecto a través de resolver tu dilema, pero
libremente te ofrezco mi conocimiento. Hay dos métodos para descubrir cualquier
objeto perdido, ya sean animado o inanimados. El primero es buscar la ayuda de
quienes son más sabios. En este caso, Narain el Gran Padre, Matri, Brihas, Yo, o
Vaga. La segunda opción es entrar al campo del nunca cambiante Uno y allí postrar
tu pregunta.”
“Si el Uno es nunca cambiante, ¿Cómo puedo preguntar algo? ¿Y donde lo
puedo encontrar?”
“Como el Uno no está localizado, shara, puede encontrársele en cualquier
parte y en cualquier momento. El método es la simplicidad misma: Renuncia u olvida
todo lo demás. Pero para ti, desde que tu te has convertido tan devoto a la acción, te
recomiendo el otro camino. Encuentra tu escondida conexión con Vaga o alguno de
los otros. Esta es mi conclusión.”
“¿Dónde debo ver?” Preguntó Gana con ahínco.
Pero el Guardián de la Promesa ya estaba desapareciendo dentro de una nébula
y flotaba de regreso dentro de Joab. “¡No dejes que las apariencias te engañen, Marte!
La verdad usa innumerables rostros; adentro siempre es el mismo. Por encima de todo
lo demás, recuerda esto.”
Aldis entró por el pasillo ahora, exclamando, “¡Mi Señor! Nadie sabe como
encontrar a la Minstrel; de hecho ¡Nadie nunca la había visto o escuchado cantar antes
de anoche!”
“¿Qué? ¡Imposible!” Gana dobló su mente otra vez a través de Para, pero no
pudo encontrar rastro de ninguna, ni de la minstrel, ni Almira. Esta vez el tocó a
muchos de sus súbditos con su conciencia, dejando un mensaje describiéndolas a
ambas. Cuando terminó, Aldis se había ido hace mucho, Joab estaba pacientemente
esperando.
“Eso fue sabio, mi Señor. Mientras tu estabas ocupado, le pedí a Aldis que se
entrevistara con esos presentes anoche, y que redactaran el canto de la minstrel, y que
discutieran cualquier evento extraño que quizás haya ocurrido. Ellos han terminado;
Aldis una vez mas se acercó.”
Aldis regresó, trayendo un rollo de papel. El se arrodilló ante Gana y se lo dio,
y comentó, “Aquí esta el poema que ella cantó, mi Señor Marte. Todos estamos de
acuerdo con la letra, ¿Pero esa encantadora melodía que nos movió a todos? De
alguna forma nadie la pudo recordar. Esperamos que esto sea satisfactorio.”
El Adan tomó el rollo y lo miró. El estaba a punto de darle las gracias a Aldis
y despacharlo, pero las palabras se atoraron en su garganta, porque esto es lo que se
leía:

“Hamsah.”
"Hamsah," susurro de nieve como cae al suelo;
"Hamsah," cae la lluvia como corre pasando, descongelando las tierras;
"Hamsah," ríe el arrollo jugando con ambos bancos del campo esmeralda;
"Hamsah," lloran los bebes en su nido en las lilas cerca de la enredadera
en el Jardín Interno;
"Hamsah," Sueña amorosamente la joven Mira mientras ella duerme
a través de la oscura noche en la recamara del Este;
"Hamsah," ella suspira en el temprano aire de la brillante mañana
mientras ella admira a las distantes montañas blancas
con un medio-entender, medio-negado conocimiento creciendo en su corazón;
"Hamsah," ella sonríe radiante al romper su ayuno
como ella recuerda su silenciosa comunión con el amanecer
rizando sobre esos distantes picos;
"Hamsah," ella ríe mientras ella corre hacia abajo por el camino empolvado
hacia el Este;
"Hamsah," ella ora mientras yace en su suave lecho de agujas de pino
de un oscuro-silencioso bosque como el sol se pone en la lejanía,
del lejano oeste;
"Hamsah," ella grita como baila con el venado de nariz suave
en el callado momento gris justo antes del amanecer;
"Hamsah," ella corre y remoja sus dorados rizos dentro
de helados riachuelos de los vastos picos como torres por arriba;
"Hamsah," ella ríe cuando rueda en las praderas multicolor
de flores alpinas escondidas en los olvidados valles
de las Montañas de la Eternidad;
"Hamsah," su vida gozosamente se expande de frente hacia el Uno
que es su origen y meta;
"Hamsah," ella canta del Todo, del Uno, de los ultimos secretos del espacio y tiempo;
"Hamsah," su eco viene reverberando a nosotros habitantes encarcelados
en la tierra plana quienes no puedemos o no seguiremos;
"Hamsah," Su eco viene y siempre vendrá como una esperanza,
como una señal, como un aviso para completarnos;
"Hamsah. Hamsah. Hamsah. Hamsah.”

“Mi Señor. Susurró Aldis; Gana empezó como si el hubiera despertado de un


sueño: ¿Cuánto tiempo había estado absorto en el poema? “Mi Señor, nosotros
también preguntamos. Si algo fuera de lo común ocurrió anoche. Todo lo que
pudieron recordar fue, ah, tu pregunta acerca de una Almira. Nosotros pensamos que
quizás tu nos probabas nuestros poderes creativos para ver si alguno de nosotros había
visualizado a Mira del canto. Algunos dijeron que ellos tuvieron éxito: ellos la
describieron a ella como una excesivamente hermosa sharan compenetrada,
compasiva, sabia. ¿Fue este tu propósito, mi Señor Marte?”
“¿Hmm? Ah, si. Ustedes lo han considerado bien. Gracias. Gracias a todos.
Ah, te puedes retirar, Aldis...No, ¡Espera! Juntémonos otra vez a discutir esto:
‘¿Dónde se le puede encontrar a Mira ahora? Si no está en ningun lado, ¿donde en
este mundo puede ser escuchado su eco?’ esto debe acaparar la realidad de ella en sus
mentes...También, ve si cualquiera de ustedes sabe el precedente histórico para este
canto.”
Mientras Aldis se retiraba, la extrañeza de esta realidad explotó, “¡Joab! ¡Esta
no fue la canción! ¡No, ni siquiera cercano! ¡Que terriblemente bizarro!”

“¿No era el canto? ¿No era el canto?” la frente del Guardián de la Promesa se
arrugó; por un momento el pareció como exactamente como un bebé de dieciocho
meses descubriendo que la sal era diferente al azúcar. “¿Estas seguro? ¿Entonces que?
¿Te acuerdas?”
Gana le dijo las palabras exactas del canto: ellas estaban profundamente
impresas en su mente. “Dime más de Kanaan-dora” el agregó cuando concluyó.
“¿Qué es? Debe de ser importante en esto.”
“¿Tu me preguntas a mi de Kanaan-dora? Tu no puedes estar hablando en
serio – seguramente tu – no, te veo...” La preocupación era demasiado fuerte para
esconderla de su rostro. ¿Era Gana así predestinado para caer otra vez? ¿Y más allá?
Joab se encaminó a la ventana y miró sobre Nueva Sulara como el continuó,
“Yo supongo quizás ayude el recordar el pasado. Ese relato era la mas vieja historia
en Emura cuando yo nací allí. Contaba del asentamiento del mundo por un puñado de
refugiados de la ruina de Kanaan-dora, aniquilados por el Señor Brihas, maestro de
los Siete, debido a la maldad de esta gente. Guiados por el shara Gan – ah, guiados
por el último de los sharas del Señor Estelar y Consejo de la Gema Preciosa de
Kanaan-dora, diez mil solo completaron el viaje al Oeste antes de la perdición final
que golpeó a la tierra. Los Guardianes de la Promesa preservaron los tesoros de
Kanaan-dora a través de la historia de Emura, pero la gente común consideraba esa
historia un mito. No hay un segundo continente; la masa de la tierra esta juta toda en
el hemisferio norte. O, eso es, quiero decir era. Era hasta que Venus ahogó a Urlad
con fuego y -- ”
“¡Que dijiste!” Gana prácticamente le gritó a él.
“¿Si, que fue eso?” El más leve de los recuerdos parpadeó en los ojos de Joab.
“Que extraño. Por un momento, me imaginé a tu Almira; ella estaba destruyendo
Urlad. Pero ahora el recuerdo apropiado regresa: Orah dejó regar sus fuegos sobre la
corrupta tierra.”
“¡No! ¡La otra es correcta! ¡Por favor no! ¡No la dejes desvanecer! ¡Seguro
que tu te acuerdas de su presencia en Tala! ¿No te acuerdas del nacimiento de Paz?”
“El nacimiento de Paz lo recuerdo bien, zdan. Pero por su puesto su Madre es
tu prima, la hija de Firad, la sharan Daralyn. Los siento, Naisan,” el agregó. Viéndole
su rostro.
“Si se fue, se fue,” el Rey Sol replicó pesadamente. El se fue dentro del
silencio que dio nacimiento a una nueva idea. “¿Podría ser que el océano que los
marinos cruzaron sea de una naturaleza diferente? ¿Podría no ser el mismo espacio;
sus diecisiete naves de filigrana, naves estelares de un destruido mundo?”
“Así es exactamente como fue, por su puesto...” replicó Joab, viéndolo a él
con incremental preocupación.
Gana notó la ansiedad de Joab pero la ignoró en su excitación: “¡Entonces la
historia de Kanaan-dora debe ser real! Y eso debe significar que la sombra de
Kanaan-dora aun existe. La minstrel cantó del ‘Pilar de Kanaan-dora’ y ‘el estanque
de Solon.’ ¿Qué son estos?”
Joab apaleó de nuevo la ola que se levantaba de duda y contestó como si el
estuviera hablándole a alguien que nunca las había visto, nunca conocido tan
íntimamente como Gana ahora conocía Nueva Sulara. “La leyenda nos cuenta: en las
Montañas Santuario de ‘Ishtar había un estanque profundo llamado Solon por su
creador, el Guardián de la Promesa-shara que fundó Kanaan-dora. En el agua se podía
observar un pilar de marfil, una proyección del campo que lo conoce todo del Uno.
Cualquier pregunta hecha a este Pilar sería contestada. ¿Pero que bien te hace este
conocimiento a ti, si Kanaan-dora ha estado perdida por ochenta y dos milenios?”
“No sé. Pero debe de existir en alguna parte una solución lógica a estos
difíciles acertijos. ¿No es que la sombra de Kanaan-dora cae en otras maneras?”
“¿Por qué?, ¡Si! ¡Es posible! ¡Incluso nosotros en Nueva Sulara! Hay un
pequeño edificio, el templo de Kanaan-dora, conteniendo algunos tesoros. ¿Lo
conoces?”
“¡Conocerlo! ¡Me casé con Venus allí! ¡Bajo tu consejo!”
“¿De verdad? Tu recuerdo así lo marca significativamente. Vamos allá.”

Afuera de la entrada el templo de Kanaan-dora, Joab explicó, “Esto fue


construido antes de la caída de Emura alrededor de la Viva Estatua de – ah, Hmm.
“‘Ishtar la restauró y construyó Sulara a su alrededor cuando Tala fue fundada.
Contiene los últimos tesoros de Kanaan-dora, exceptuando el cetro de diamante que
los Guardianes de la Promesa siempre han usado; las gemas gemelas Kaysta y
Starbha; el Puente Espiral de Plata, mantenido por la Raza Lunar en Calantha; la
espada de los Adanai, tu Nuriel; y la Corona de Emura.”
Adentro, Gana vió la imagen de si mismo, en el cuerpo vivo-muerto de su
distante pasado, pero lo consideró solo una estatua. La miró brevemente, pero estaba
fascinado mas por las dos esculturas puestas en sus manos.
En la de la derecha estaba en el mas puro blanco y estaba en la forma de Sesha
como una serpiente apretadamente enrollada. Gana levantó la otra, una
representación del Vidyadhara Heramann en su forma de un lagarto completamente
negro. “¡Que misteriosos son estos!” el exclamó con gran interés. “Como yo recuerdo,
en Vieja Tala, ninguno puede ser separado de las manos de la estatua. Sin embargo
ellas están despegadas.”
“No, Naisan, ellas están desconectadas allá también, pero son muy pesadas
para moverlas. La tradición es desafortunadamente silenciosa en lo que concierne a
ellas. Todo lo que sabemos es que ellas vienen de Martanda. Nosotros no sabemos
porque los sharas las cargaban. No sabemos para que son. Y lo mas importante de
todo no sabemos porque son tan pesadas.”
En el regazo de la estatua había un libro rojo, impreso con la imagen del
Guardián de la Promesa embozada en oro, el estaba sosteniendo el cetro de diamante.
El adan asentó la escultura del exuberante Lagarto Negro y tomó el libro.
“Ese es el Libro de los Misterios de Solon, origen de todas las profecías
concernientes de la vida en acuerdo con el Camino de Rodavi. Fue cuando Barlrin
destruyó el original en Emura que Mordom concluyó que no teníamos de otra y me
ordenó secuestrar al hijo pequeño del adan, Aharon Hanif.”
“¿Puedes leer esto?” preguntó Gana curiosamente hojeando el libro.
“No, solo Rodavi y los tempranos Guardianes de la Promesa sabían ese
lenguaje. Que extraño que está aquí. Debe de poseer un extraordinario grado de poder
para estar en Nueva Tala después de la destrucción de Emura.”
“Esto lo tomaré,” dijo Gana, poniéndolo en su túnica. “De eso de lo que esta
aquí, esto solamente esta totalmente perdido al viejo mundo. Concluyó que si Venus
tuvo algún propósito de ponerlo aquí, debe ser para mi uso ahora, en Nueva Tala.”
“¿Hay otros recuerdos de Kanaan-dora?”
“Solo uno, mi Señor Marte.” Joab abrió un cofre de cedro esculpido con un
Arbol de tres ramas y tomó de allí un objeto de forma extraña aparentemente formado
de oro sólido. Era del tamaño de la mano de Gana y vagamente se asemejaba a una
semilla. “Este es el único producto del Arbol del Mundo de Martanda, Vanaspati.
Como tal, es el tesoro más importante en Tala. Todavía para que es, es un misterio.
Solo tengo una pista: Ponla enfrente de tu frente.”
Como el adan lo hizo, un pensamiento entró en él, cuando el Fin del Tiempo
se acerque, yo debo brotar en Vashti.
“Tu ves alguna causa por su existencia mantenida en asombro. Descubrir esta
semilla en las Montañas Guardianes debo considerarlo mi mas grande logro; traerla al
templo de Kanaan-dora fue la tarea mas dura que he encarado, mas dura que incluso
atravesar el Quemante Mar y descubrir la fruta inmortal de Calantha. La oposición de
los Rakshasas hizo el paso al sur un jugo de niños. Rodavi escribió que la semilla del
Arbol del Mundo tenía que reunificarse con esta Serpiente Blanca, la estatua de Sesha
y la estatua del Lagarto Negro de Heramann para que su visión del futuro fuera
satisfecha. Ellos son como los tres lados de un triangulo y ninguno es completo sin los
otros dos. Pero nadie entiende porque. Y yo temo que traer la semilla al Templo de
Kanaan-dora fue una de mis mas grandes decepciones: No logró nada.”
“Vamos a regresar a Zephyra, Joab.” Gana dijo desganado. “Estoy agotado
por suficientes misterios ahora sin descubrir mas lejos del espacio y tiempo. Estas
estatuas y esta semilla dorada me hacen sentirme viejo. Muy viejo y muy, muy
cansado.”

16. LA CAIDA DE PARA

Ultimo Antes del Final del Tiempo


Viene la Caída del Mundo Brillante de Almira
-- Rodavi

Cuando la Caída es inminente,


Gana se olvidará de su pasado.
Cuando Almira sea traicionada,
La destrucción de Tala
Puede medirse en horas
--Mordom

Llegará el día cuando la fuerza


De los Rakshasas crezca tanto
Que ellos atacarán y destruirán Para.
Cuando la Caída así venga, la naturaleza humana
a través del Universo
Será debilitada inconmesurablemente.
Los poderes de los Guardianes de la Promesa
declinarán; las sutiles habilidades de la humanidad
se deterioraran para todos.
Los seres humanos promedio serán hundidos
dentro del sufrimiento y la miseria,
Sus vidas estarán tan alejadas del Ideal de Rodavi
Como sea posible concebir
-- Joab

Aldis vino a ellos cuando ellos regresaron a Zephyra; el hizo este reporte: “Mi
Señor Marte, aquí esta nuestra conclusión. Si Almira existe en este mundo ella estaría
en las Montañas Guardianes; estas son paralelas a las ‘Montañas de la Eternidad’ Así
fue cantado por la canción de Mira.
“Cuando nosotros buscamos un precedente, Dagora recordó este relato de
Tala.

Alexis era un rico y joven shara, profundamente enamorado con una plebeya,
Mira. Sin dar el más mínimo aviso, ella desapareció el día que se iban a casar. Se
rumoraba que el padre del shara había ido en secreto a prohibirle a ella que se
casara con su hijo. Lleno con tristeza, Alexis ofreció una recompensa real por
información que lo llevase hasta ella.
Reportes llegaron al shara de muchos quienes reclamaban haberla visto.
Muchos relatos eran falsos, pero aquellos que sonaban verdad siempre compartían el
extraño hecho que, a Mira se le había visto sola, rodeada por animales salvajes, muy
alto en las montañas.
El padre de Alexis le dijo a él, que lo desheredaría si él la buscaba. El shara
esperó por un año, desecho por dentro; al final el renunció al su derecho de
nacimiento y emprendió el camino a buscar a su amada.
Alexis busco por los bosques por muchos años, buscando a Mira durante los
meses cálidos, buscando rumores de Mira durante las temporadas frías. El escuchó
muchas historias en las villas de los valles; tres veces estuvo convencido que la había
visto: en un distante risco, en un lejano pico, al otro lado de un salvaje río. Pero
nunca la encontró: Cada vez ella se desvanecía antes de que el pudiese alcanzarla.
Finalmente, envuelto en rabia, Alexis se dio por vencido y regresó a casa a
morir. En su camino de regreso de las montañas por último el se encontró en una
cueva tarde al final del día. El invierno estaba llegando; el sabía que sería muy frío
esa noche. El se metió muy profundo en la cueva por esas largas oscuras horas,
rezando por entender porque su vida había sido un desperdicio desastroso.
Alexis más tarde juró que durante la noche sus oraciones fueron respondidas:
Mira, aun tan joven como la primavera, vino a él y le dijo que la búsqueda de su vida
sería satisfecha si el regresaba a esta cueva con el último respiro del invierno.
Alexis esperó a través de los helados meses con ferviente anticipación; tan
pronto como la nieve se empezó a derretir, el partió una final y última vez. El nunca
regreso a las gentes de su padre, ni su cuerpo nunca se encontró. Algunos de los
habitantes de las villas decían, sin embargo haberlo visto, joven otra vez, bailando
con Mira a través de los altos campos de flores alpinas, comúnmente entre manadas
de venados o renos.
La historia paso a la mitología mi Señor; es responsable del común dicho,
“Alexis y Mira traen juventud a los enamorados” y “Mira bendice a esos que
protegen a los animales.” También se mencionaba que nuestras palabras, “Mirror”
(Espejo), “Mirage”(Espejismo), probablemente vinieron de la historia de Mira.
“Eso es todo de la historia,” concluyó Aldis. “Y, me temo, es lo mejor que
podemos hacer, Señor.”
Después que se fue, Gana dijo, “¡Joab! ¡Este relato movió mis recuerdos!
Hace muchos años, justo antes de mis vidas, como Naisan y Marte, Almira mencionó
una cueva cerca de la Montaña Amanecer. Ella dijo que nosotros estábamos
eternamente unidos allí. ¡Debo ir en su busca! Allí encontraré la llave para encontrar a
mi perdida adaran.”
“Quizás,” comentó Joab. “¿Pero me pregunto si esto es lo que Atri quiso
decir? Me parece más bien -- ”
El Guardián de la Promesa fue interrumpido por un suave golpeteo en la
ventana. Cuando el la abrió, volaron adentro tres elementales. Ellos eran duendes de
los árboles, vestidos típicamente – en ocres, otoñales, verdes. Pero ellos estaban
volando en un triangulo tejido tan apretado, que Gana pensó por un completamente
extraño momento que ellos estaban físicamente unidos.
Los tres aterrizaron ante el adan, manteniendo su apretado triangulo. Solo sus
doradas caras voltearon hacia el cuando hablaron.
“¡Mi Señor!” empezó uno en su alto, sonido como un oboe de su voz.
“Nosotros tenemos -- ” continuó el otro en idénticos tonos.
“¡Un mensaje!” concluyó el tercero en la misma voz.
“Bien,” Gana contestó cálidamente, divertido con su único modo de
comunicación, reforzara la impresión de que ellos solo eran un ser.
“¿Es importante?”
“¡Mucho!”
“¡Si!”
“¡Increíblemente!”
“¿ah? ¿Y de que se puede tratar mis tres finos amigos?”
“¡La adaran!”
“¡Venus!”
“¡Almira!”
“¡Que!” Gritó Gana, su ligero placer reemplazado por la pasión vital de su
desesperada necesidad. “¿Qué?” ¡Joab! ¿Pueden estos tres elementales solos saber de
mi perdido amor? ¡Que almas tan valiosas! ¡Díganme!”
“Nosotros no podemos -- ”
“Exactamente -- ”
“Dejarte -- ”
“Tenerlo,” ellos terminaron en un melodioso trío.
“¿No? ¿Tienen un mensaje para su adan o no?”
“¡Si! Pero -- ”
“No es un, ‘eso’ --”
“En ves, es un -- ”
“Quién.” Los tres se separaron y empezaron a merodear alrededor de la sala de
juntas de Gana, mirando a cualquier y a cada objeto de madera para vivificarlo con su
increíble interpretación de la vida. Pero donde ellos estaban parados, ahora habían
revelado una pequeñita fei de flor amarilla. Desde extrema modestia, ella escondía sus
alas tan apretadamente a su alrededor que solo la parte más chiquita de su rostro aún
se mostraba.
“No temas mi hermosa Dama,” Gana dijo gentilmente: el profundamente
amaba la simplicidad y belleza de los elementales flor. “¿Tienes algo que decirme?”
Ella desdobló sus apretadas alas solo antes de contestar en una voz como en
pequeñas campanillas de plata. “¡Oh, querido adan! Yo soy como tu me ves, un ser
muy pequeño; normalmente mi única tarea es traer vida y rocío a los pétalos y
alimentar el néctar a las semillas bebé en la primavera y solo a los brotes de tréboles y
botones de oro, ves, nunca a las otras; ¡y esto es todo lo que hago, y lo disfruto
muchísimo! Y doy lo mejor de mi para hacerlo bien. ¡Pero escuche que el Señor más
elevado de los Fei ordenó que observáramos por cualquier signo de una cierta dama
minstrel vestida toda en un bonito verde y por una adaran Almira, la Dama Venus! ¡Y
que si veíamos o escuchábamos o recordábamos una u otra, entonces nosotros
debiéramos de una vez detener nuestro trabajo y hacérselo saber ante el mismo adan!
¡Y eso me dio mucho miedo, oh querido mío! Yo recordé a una así, o mejor dicho las
recordé a ambas, ya que las vi a ambas no hace mucho, caminando mano en mano
hablando dulcemente, riendo alegremente. ¡Y la Una Grande esa vestida como adaran
toda de blanco con bellos amarillos con una hermosa corona dorada de la mas linda
filigrana se detuvo ante mi! ¡Y yo la saludé con mi mas cuidadoso cortejo, ella me
tocó en mi cabeza y ella creció grande dentro de mi de alguna manera y entonces ella
dijo, que cuando el requiriera recuerdos, yo debería encontrar al adan! Y eso me dio
mucho miedo, pero ella dijo otra vez que yo debería ir al adan cuando el requiriera
recuerdos y le dijera, ‘nuestro mundo retiene la grabación de todos los tiempos y
lugares, escondido en las Montañas Guardianas’; ¡Y ella me lo hizo repetir siete
veces! Solo para estar totalmente segura que lo tenía bien, y entonces ella dijo que yo
le dijera al adan esto cuando el llamara por información, y cuando yo escuche el
mensaje del Gran Fei, ¡Yo recordé! Y entonces yo le pregunté a todos como podría
encontrar al adan, y un árbol muy viejo, el más sabio que yo conozco, completamente
cubierto con los más grandes nudos de conocimiento marrón que tu puedes empezar a
imaginarte, el sabio viejo árbol dijo que el conocía a tres duendes de árbol que sabían
como encontrar al adan, y entonces les mande un mensaje a ellos y entonces ellos
vinieron y me encontraron y ellos dijeron que me llevarían al adan y ¡Oh! ¡Oh! ¡Yo
espero haber hecho la cosa correcta! ¡Espero que lo haya hecho! Y por favor, por
favor señor adan señor, ¿Me deja regresar a mis brotes de tréboles y botones
dorados?”
“Pequeña sharan, estoy sumamente agradecido por ti,” dijo Gana. Haciéndole
una reverencia a ella, le tomó su pequeña mano y la beso. “Tu has ayudado a tu adan
mas de lo que te puedas imaginar.” Entonces, ella se volvió muy, muy escarlata y
dobló sus alas hacia atrás alrededor de ella tan cerca que solo la parte más pequeña de
un ojo era visible.
“Llévenla de regreso a sus flores; cuídenla bien. Ella es una preciosa joya, una
Starbha entre las fei.”
“¡Inmediatamente, su majestad!”
“¡Inmediatamente, señor!”
“¡Por su puesto su Excelencia!” Diciendo así, los tres duendes árbol, la
levantaron, encontrando un descanso en su trabajo y se fueron volando.
Durante la oratoria de la fei, los tres habían avivado la madera de cada silla,
cada mesa, cada ornamento en el pasillo. Arboles estaban floreciendo y brotando por
todas partes en la sala de juntas, dejando muy poco espacio para estar.
“Mas maravillosamente,” comentó Joab, sentándose en un joven y tierno
brote, que solo momentos antes había sido una silla de madera de maple. “¿Cómo
entiendes este mensaje?”
“¿No estábamos justo discutiendo como utilizar el Estanque de Solon en la
perdida Kanaan-dora? Ahora la respuesta viene, ‘el recuerdo de todo tiempo y lugar
esta escondido en la Montañas Guardianes.’ ¡Joab! ¡Ella aún me guía! ¡Esta debe ser
mi cuarta tarea, no puede haber duda! Debo encontrar ese archivo; cuando lo haga,
¡Sin duda alguna, revelará el conocimiento que necesito! ¿Vendrás?”
“Tu sabes bien que no puedo, que no puedo. Si esta es realmente tu cuarta
tarea, tu estas requerido de caminar ahora solo.”

“Que así sea,” contestó Gana tristemente. Pero como el se dio media vuelta
para irse el dijo brillantemente, “Bueno, hazme un último favor. ¿Llamas a algunos
carpinteros para meter en orden este salón de juntas?”

~~~
El adan se paraba de nuevo sobre la Montaña Amanecer por encima de la alta
cascada, una vez mas profundamente movido por la belleza de allá. Suspirando, el se
sentó y empezó a expandir su consciencia a través de las Montañas, buscando ambas,
los archivos y la Cueva de la Unión.
Antes de que el realmente empezara, un celestial apareció a su lado. Por su
casco y uniforme ébano, el era un oficial de la casta de guerreros. Haciendo
reverencia, el dijo con gran agitación, “¡Mi Señor Marte! ¡Nuestro mundo es
atacado!”
“¡Imposible! ¿Quién se atreve a atacar este sacrosanto lugar, protegido por
Almira?” Gana replicó, pero se dio cuenta de una vez de su error. Mirando hacia el
amanecer, el vió el oscurecido aire por la batalla de los celestiales y la invasión por
las legiones demoníacas.
“¡Un Señor Rakshasa, Setha-klesha, se le ha otorgado poder sin precedente
debido a la fiereza de su austeridad! ¡Mi Señor! ¡Ellos nos hostigan que el Gran Padre
le ha dado poder de invencibilidad! ¡Nos doblamos ante el como pasto en una
tempestad otoñal! ¿Qué podemos hacer? ¡Para, se cae!”
“¡Encuentra las palabras exactas! ¡Ningún beneficio puede ser eterno para uno
como éste! Tuvo un principio, puede ser un error, ¡Debe de tener un final!
¡Encuéntralo!”
El oficial lo saludo y se desvaneció.

¡Ahora no tengo tiempo! Debo encontrarla rápidamente: Sin Venus, Marte


esta sin poder. Otra vez Gana dejó que su mente fluyera por las montañas. Casi
inmediatamente el encontró una cueva; el comando de Almira entró en él, Busca
primero aquí el conocimiento, todo estará bien. Con muchas ganas, el dejó que su
visión corriera hacia abajo en la caverna. Pero fue detenido por un poder que el no
conocía; aun con toda su voluntad, el no se podía mover más allá. ¡El tendría que ir
allá en cuerpo!
Concluyendo que esto llevaría mucho tiempo, el empezó a buscar la cueva
donde el y Almira eran eternamente Uno. No tomó mucho encontrarla en una cercana
montaña. Otro duplicado de su cuerpo estaba allá, en un trance similar a la vida-
durmiendo que en el Domo de las Esferas. ¡Pero este cuerpo era ambos, Macho y
Hembra!

¡Hermafrodita!¿Esto era lo que ella quiso decir? Una vez que la sorpresa de
su percepción paso, Gana se dio cuenta que aunque con doble sexo, la hermafrodita
no era grotesca, en vez, era simplemente lo que era. En un momento parecía una
hermosa mujer dorada; en el próximo, un magnifico y hermoso hombre; en el
próximo una pareja en un intimo abrazo; en el próximo un ser sin ningún tipo de sexo.
Cuando su consciente lo tocó, la hermafrodita despertó de su trance y voló a
él. Haciendo reverencia dijo. “Mándame, mi adan.”
En ese momento, el guerrero celestial regresó. Con una mirada de lado a la
hermafrodita, el dijo, “¡Mi Señor! Hemos capturado a uno de los enemigos y los
hemos forzado a hablar. Como recompensa por mil años de ardua austeridad, su
Maestro Klesha fue de hecho otorgado de invencibiliad por el Gran Padre. Sus
palabras exactas fueron, indestructibilidad por cualquier macho, hembra o eunuco.
Así él conquista el Universo; él barre nuestras fuerzas invencibles ante el como si
fuera mucho polvo. ¿Qué podemos hacer?”
“¡Mi Señor Gana!” exclamó la hermafrodita con excitación. “Yo puedo
ciertamente destruir a estos y su gobernante: yo no soy ni macho, ni hembra, ni
eunuco. De hecho, se me ocurre que esta tarea, tan imposible para otros de lograr,
debe ser la única razón de mi creación.”
“Que así sea,” exclamó el adan, confortado. “Toma a Nuriel, toma a Kaysta,
toma a Starbha. Protege el Universo, retoño de mi alma.” Eso lo debe resolver, el
pensó confortado.
Pero como la hermafrodita voló con el guerrero a unirse al ejercito celestial, el
mundo de pronto disminuyó en color: la luz omnipresente se desvaneció, un terremoto
sacudió la montaña. Gana cubrió con su conciencia su tierra en duda, entonces se
apresuró a la primera cueva que había descubierto.
Una corta flama esmeralda se quemaba a la entrada de la cueva. Cuando el
Adan alcanzó allí, se transformó en un hombrecillo, escasamente tan alto como la
rodilla de Gana, vestido en un oscuro verde esmeralda. Sacudiendo su dedo al rostro
del adan, el dijo “tu no lo estas haciendo bien, nada bien, nada bien, del todo nada
bien.” El muy despacio se desvaneció, pero sus “nada bien” continuaron haciendo eco
a través del aire como una eterna anatema. Ellos parecían estar viniendo ahora de la
profundidad de la caverna; mientras Gana se movía dentro de la Montaña, a través de
muchos recovecos y bajadas, siempre bajando, los “nada bien” se quedaron atrás de
él, empezando a ser progresivamente mas débiles. Como ellos se desvanecían,
también lo hacia la luz. Y así también la memoria del adan.
Cuando el último eco se había ido totalmente; estaba totalmente oscuro.
Nunca antes había Gana experimentado una tumba de oscuridad. Su habilidad para
flotar se desvaneció con la luz; el empezó a caminar. Una voz interna gritaba,
“¡regresa, tonto!” “¡regresa!” pero un suave calor radiaba desde el libro oprimido en
su pecho, recordándole su propósito. El amor por Almira lo guío a seguir bajando.
Debo de estar mas bajo que los llanos, el pensó, pero continuó, más profundo
y siempre más profundo que la Montaña. El empezó a sentir que se había movido allí
para siempre, que no había otro mundo aparte de esta caverna sin fin de silenciosa
nada.
Para cuando el se había olvidado de todo, no solo de Almira sino de si mismo,
una leve luz verde amarillenta apareció adelante. Muy despacio pero continuamente la
cueva empezó a ser mas brillante mientras el se movía hacia delante y hacia abajo.
El emergió del vacío dentro de una reverdeciente luz tan brillosa como la luz
del sol. El estaba en un enorme corredor, dos leguas de ancho y una de alto, sin un
final visible en ambas direcciones. Estaba lleno desde el piso hasta el techo con libros
de todos los tamaños y formas, ordenadamente arreglados en los anaqueles, todos en
diferentes tonos de verde.
Gana se paseó sin dirección a su derecha, mirando a los títulos, pero no podía
leer ninguno. Habían muchos tipos de impresiones, muchos tipos de letras, pero
ninguno en una lengua que el conociera.
Antes de mucho, una arrugada y vieja Dama apareció lejos abajo en el
corredor, acercándose a el como si ella fuera descendiente de un cangrejo. Ella estaba
doblada casi a la mitad; tres enormes verrugas eran su carácter dominante: uno en su
grotesca y pronunciada barba, uno en su horrible y deformada nariz, uno que cubría
su repulsiva y perforada frente. Ella usaba un corto vestido verde oscuro sin forma; su
piel era nauseabunda verdigris, que de hecho hizo que el Adan sospechara que en
cualquier luz ella sería verde. Una persona mas horrible el no podía imaginar. Pero
Joab le había enseñado que cualquier forma podía vestir un corazón del mas puro oro;
él mas allá creía que a veces un alma escogía un cuerpo no atractivo para perfeccionar
la humildad. El también había prometido el mantener la claridad del consejo de la
partida de Atri de no ser un tonto ante las apariencias.
Haciéndole reverencia, Gana dijo, “¿Mi Señora, donde estoy?”
“De hecho,” ella rechinó en una voz parecida a una puerta oxidada de hierro
forzada a abrirse después de décadas sin uso, “Esta solicitud es común entre los
filósofos de todos los tiempos, quedando en segundo rango solo a, ‘¿quién soy yo?’
pero ¿tu pareces dirigirla mas directamente? Así lo pensé, aunque la profundidad
quizás te hubiera servido mejor, bueno, mi rol aquí no es escoger tu pregunta, solo
contestarla.”
“Esta es la Biblioteca Universal. Cualquier cosa que pase en los dominios de
Narain, aquí se graba. En nuestra pequeña forma, nosotros somos un espejo de la
absoluta perfección de la nunca cambiante verdad del Eterno Uno. La totalidad sin fin
de la cadena de las Montañas Guardianes, esta enlazado con estos corredores. Y yo
soy Letha, uno de los casi infinitos números de bibliotecarios puestos aquí por el Gran
Padre para ayudar a aquellos que pasan por aquí. ¿Tu deseas, yo presumo, un
recuerdo especifico?”
Ellos continuaron caminando mientras ella hablaba. La luz empezó muy
despacio a disminuir en verde. Con el cambio, Letha aparecía un poco menos fea, aun
una fracción mas alta.
“Yo deseo estudiar los archivos del estanque de Solon, en la perdida tierra de
Kanaan-dora.”
“Bueno,” ella murmuró, “Hay millones de Kanaan-doras existiendo hoy; un
numero incontable que han existido y han sido destruidas de una forma u otra: por
fuego, plaga, guerra y muchos otros. ¿Pero ya que tu vienes de la pequeña porción de
Para que contiene Nueva Tala, en la Catedral del Sol tu debes de referirte a la
Kanaan-dora cuyos refugiados sobrevivieron a Valin y Martanda y se establecieron en
Emura y Calantha. Eso lo hace demasiado fácil.”
“¡Tu conocimiento es increíble!”
“No. Si la archivista no conoce las necesidades del que busca, ¿Cómo puede él
encontrar? El tema, sin embargo es todavía bastante extenso: cada pensamiento y
hecho en el estanque de Solon está aquí grabado. Yo asumo que tu estas solo
interesado en ‘preguntas al estanque de Solon’; mas específicamente, ¿Aquellas
puestas en la forma correcta para ser contestadas?”
Mientras ella hablaba, ella disminuía en fealdad, crecía mas derecha, alta,
menos verde; su voz empezaba a ser más placentera. La luz también continuó
sutilmente cambiando, aunque ellos dejaron de caminar y estaban parados ante una
ancha ramificación de un corredor.
Fascinado por los maravillosos cambios que ella estaba experimentando, Gana
sin embargo respondió, “yo busco el conocimiento de cómo hablar con Narain.”
Por primera vez, su guía pareció sorprendida. “Tu viajas alrededor del mundo
para ver la nariz en tu cara?” Letha se rió, más bien para ella misma.
Entonces ella sonrió y agregó, “todavía a veces eso lo cual es lo mas obvio
esta escondido mejor que todo lo demás. Mi Señora Matri, maestra inmortal del
séptimo aro, una vez dijo:

La corriente de la vida tiene muchas vueltas:


Ahora corre rápidamente a través de angostos caminos,
Ahora esta atrapada en pocitos dando vueltas muy despacio.
A veces hablando en muchas voces,
A veces forzada dentro del silencio,
Viaja siempre para unirse al agua más grande,
La meta a veces se olvida, a veces se conoce
todavía siempre allí, esperando con infinita paciencia.
Y cuando dos viajan juntos a su hogar final,
Ellos se juntan para empezar a ser un solo
río con dos orillas, mas fuerte y mas grande que ninguno en aislamiento.

“Ahora buscaré el archivo que buscas, mi adan, aunque tu escoges uno de los
caminos más difíciles. En antigua Kanaan-dora, solo uno fue suficientemente sabio
para preguntar esto de la columna de Solon, una chica minstrel llamada Lina.
“Déjame ver el libro que tienes!”
Era otra vez su turno para estar sorprendido. ¿Era esta bibliotecaria
omnisciente?
“¡Así lo pensé! Un capitulo es exactamente lo que buscas -- ¡Tu estas trayendo
su historia contigo! De tal modo, yo podría agregar, como las respuestas a muchas
otras preguntas que tu podrías (y quizás deberías) haber preguntado.
“Ven, siéntate a mi lado mientras yo te traduzco el relato de Lina para ti” ella
se sentó en una banca de marfil ornadamente esculpida con frutas exóticas y flores.
Letha contó la historia en una vos que se hacía más y mas musical, mas y más
llena con vida y salud. Mientras ella hablaba, su cuerpo incrementaba en belleza,
empezando a ser más radiante, mas suave, mas alta, mas perfecta. Como si alguien
necesitara que ella viviera, pensó Gana sorprendido. ¿Cuánto ha pasado desde que
alguien haya venido aquí?

En los tardíos días de Kanaan-dora aun quedaban algunos quienes podían ver
y hablar con los seres sutiles de la creación, los elementales y celestiales.
Así era la sharan Lina, como una chiquilla. Diferente a muchos de su
generación, ella bailaba y jugaba con los ángeles del aire, agua y bosques. Como
muchos en su generación, a ella no le hacia falta nada material. Sus padres eran
buenos con ella, quizás demasiado buenos: ella se sentía sofocada cada vez mas por
sus superficiales regalos sin fin.
Algo de sus largas horas en compañía de sus celestiales, se unió con su
espíritu: Lina creció maravillosa en belleza y voz. Muchos pensaron que su canto era
mágico: cuando ella cantaba, ellos podían ver las imágenes de sus cantos. Su fama se
regó ampliamente y rápidamente; ella cantaba a través de todo Kanaan-dora. El
Señor Estelar y Gema del Consejo eran especialmente predilectos de ella; ellos
requerían de su presencia una y otra vez. Con el tiempo, su éxito erosionó su
inocencia: su habilidad para ver y oír a los elementales y celestiales gradualmente
disminuyó y eventualmente se perdió.
Pero justo antes de desvanecerse del todo, Darien un eminente celestial del
viento, se encantó con su música y persona y cayó esperanzadamente enamorado de
ella. El solicito una forma humana para poder ganarla; después de mucho tiempo de
petición, el lo recibió. “Pero solo por siete días;” mandó su Señor, “entonces tu
deberás de regresar a tu deber. ¡Que! ¿Tu permitirás tormentas en Mayo?”

Agradecidamente aceptando su nuevo cuerpo, Darien descendió a la carne


mortal para enamorar a Lina. El la encontró en un jardín de lilas índigo y
enredaderas de colores; ella instantáneamente se rebozo con amor.
Ellos estuvieron una gozosa semana juntos. En el último minuto de su
permitido tiempo, Darien reveló su verdadera naturaleza. “Entonces yo también me
debo convertir en un celestial del viento,” Ella lloriqueó, “¡Incluso si debo morir
para hacer esto! ¡Yo soy tuya para siempre!”
Darien se lanzo hacia ella una vez más para abrazarla, pero su momento se
había ido: el se desvaneció en una agradable brisa.
Lina no volvió a cantar desde ese día. Su único interés era en encontrar los
pocos restos de conocimiento de los celestiales del viento. La mayoría pensó que ella
estaba loca; muchos dijeron que ella había entrado demasiadas veces a sus mágicas
canciones y ya no podía salir.
Después de años de vagar insatisfecha, Lina se topó con un viejo Guardián de
la Promesa en un antiguo y olvidado valle. “Me ha movido tu devota búsqueda, mi
niña,” Trita, el maestro de Rodavi, le dijo a ella.” Yo por lo tanto te diré la
respuesta que buscas. Tu debes de estar en el Valle de Solon en las Montañas
Santuario de Ishtar cuando la luna esté llena. Allí aparecerá el pilar de luz en el
Estanque de Solon. Tu debes preguntar entonces por conocer a Narain; el sólo en
todas las esferas puede satisfacer tu deseo.”
Llena con gratitud Lina viajo al olvidado estanque, pero llegó un día tarde:
Aunque ella estaba en trance por la quieta belleza del agua, ningún pilar apareció.
Ella construyó una pequeña choza con palos y esperó que pasara todo el mes,
observando todas las oscuras horas el estanque para estar segura, viviendo de frutas
silvestres, nueces y raíces.
En el exacto momento de la siguiente luna llena, ¡Ella miró dentro del agua
pero no pudo ver ningún pilar! Confundida, ella miró arriba a la luna. ¡El Guardián
de la Promesa había hablado con simpleza! ¿Cómo pudo ella malentenderlo? Trita
había dicho que habría una columna de luz en el agua cuando la luna estuviese llena.
¡Pero no había nada!
Frustrada, Lina caminó alrededor del estanque. Ella casi desesperada, pero
cuando ella estaba directamente con la Luna atravesada enfrente, ¡Ella rió de gozo!
Porque estaba reflejada perfectamente sobre el agua, ¡Formando una columna de
luz! Y dentro de la columna apareció una imagen del rostro de un hombre, un
Guardián de la Promesa, ¡Sabio mas allá que cualquier humano que ella hubiera
conocido alguna vez! Entusiasmada ella preguntó, “¿Cómo puedo ver a Narain?”
Pero el corazón de Lina no era completamente puro: Ella dudo del pilar por
una pequeña semilla de vanidad, por su maravillosa belleza. Ella no recibió
respuesta sino una enigmática sonrisa y la frase, “Las apariencias son sin
importancia.”
Muy triste, Lina espero un segundo mes, viviendo casi solo de agua, tratando
duramente de mantener su joven inocencia. En el momento correcto, ella le pregunto
al rostro del Guardián de la Promesa en el pilar, “¿cómo podría yo hablar con
Narain?”
Lina aun poseía, sin embargo, una leve medida de orgullo, por su
extraordinaria voz. No hubo respuesta sino un leve sacudón de la cabeza del
Guardián de la Promesa y las palabras, “Cantar del Uno no es lo mismo que conocer
al Uno.”
Llena con remordimiento, ella pasó un tercer mes, viviendo solo del aire. En
el momento correcto, ella dijo al pilar, “¡Yo debo conocer a Narain!”
Esta vez su corazón rebozó con amor y certeza; de una vez la respuesta de
Solon entro en su mente, “Ve al Templo de Narain en el océano. Sacrifica allá tu mas
preciosa posesión. El vendrá.”
Lina fue al templo en el océano, tomó una daga y sin chistar y sin pensarlo
dos veces, terminó con su vida.
Narain vino a ella y dijo a su espíritu, “¡Nunca en Kanaan-dora he conocido
a alguien como tu! Tu eres altamente bendita, sharan; tu deseo es concedido. Únete a
Darien como su esposa; deja que tu hermosa voz sea un gozo para todas las tierras y
las gentes.” Narain no solo la transformó en una celestial, el hizo que su música sea
más encantadora que antes. Su eco aún se escucha en los bosques, en instrumentos
de cuerdas y en conchas del océano, mi adan.
“¡Simplicidad! ¡Simplicidad en si misma! Ahora seré yo capaz de conocerlo.”
Gana le dio las gracias a Letha cálidamente y se puso de pie para partir. Pero ella
tomó su mano y lo jalo dentro de ella. El estaba en choque al ver que tan
absolutamente libre de imperfección su rostro y cuerpo se habían convertido.
En una voz baja de sublime maestría, ella dijo, “¡Mi adan, mi adan! ¿No te
quedarías mejor conmigo aquí, en el Hogar de Todo el Conocimiento? ¿Por qué no
podríamos estar juntos? ¿Qué mas en la vida tiene significado?” la pasión de Letha
era sobre poderosa: escucharla por tanto tiempo lo había cautivado. Sus ojos
esmeralda lo jalaban hacia ella, más y más cerca, y cerca, cerca...
En el instante final, la raíz más profunda de su individualidad de reveló; su
“¡No!” crecía más fuerte y más sonoro, reverberando dentro de él, hasta que lo gritó.
Su hechizo estaba roto; su espíritu se había soltado de su voluntad envolvente.
¿Si el no hubiese hablado, estaría él aun allí, encajonado en las repisas del
librero con un forro verde esmeralda?
¡Con su libertad, Letha se transformó en la minstrel!
“¡Tu eres Lina!”
“Una vez lo fui. Y tu eras el celestial Darien que yo amé. ¡Gana! ¡Esta parte
ya se logró! Ten conciencia que yo también soy Almira, ¡Esta es sino una de mis
formas sin fin!” Ella se transformó una vez más dentro en su radiante ser. Pero como
el se movió para abrazarla, ella gritó, “¡No! Debemos apurarnos, ¡Nuestro tiempo se
termina! Tu has cometido un terrible error.”
La biblioteca se desvaneció (¿Era solo ilusión?); ellos se movieron entre las
montañas como si las rocas fueran sombras, avanzando con la velocidad de su mente
al Templo de Narain en la Catedral del Sol.
¡Gana estaba gozoso de sentir su presencia en todas partes! ¡Y el recuerdo de
ella restaurado para todos! Pero Para se había vuelto gris; el temía que un terrible
mal, había acaecido durante su ausencia.
“No todavía, mi Señor.” Pero amenaza a pasar. El ejercito de los Rakshasas
se había destruido inapropiadamente. Ellos eran los enemigos creados de la mente de
tu cuarto aro, el centro del sistema nervioso universal, el cual es tu corazón, la
misma Para. Ellos tienen que ser deshechos aunque tu hayas corregido las creencias
creadas por el ego de tus primeros tres centros: Los Señores Asur, Bala con las
Legiones de Zared y Firad con los traidores de Urlad. Eso es porque tu has vivido
como Balzor, Alazar, Marte y Naisan.

¡Pero tu despertaste a nuestro cuerpo unificado demasiado pronto! Esto debió


haber pasado solo después de que me descubrieras, escondida en los cimientos de
este mundo. ¡Ese fue el mensaje que yo te deje en la entrada de la cueva! “Busca
primero aquí por el conocimiento, todo estará bien.” No podía ser más explicita: Tu
solo, tenías que decidir. Mi Señor ¡Tu escogiste erróneamente! Setha-Klesha sólo iba
a ser asesinado por nuestro cuerpo hermafrodita, eso solo después de la destrucción
de las huestes enemigas de los ejércitos celestiales. Como es, ¡’Klesha esta muerto,
pero también nuestra forma doble! ¡Lo que es infinitamente peor, varios tenientes
Rakshasas escaparon a nuestro ejercito y entraron en el canal energético en cual
lleva la vida desde el cuarto hasta el quinto centro!
“¡Observa el Hilo Dorado!” Una masiva columna dorada de fuego brotó desde
el
océano y se erigió hacia arriba hacia el sol. Muy arriba, tres Rakshasas estaban
dentro de el, aligerando hacia el disco solar. Ellos estaban rodeados por miles de
guerreros celestiales, pero ellos no podían ser tocados, porque ellos estaban adentro.
“¿Cómo -- ?” Empezó Gana en una gran y creciente confusión.
Cuando el verdadero gobernante de nuestro mundo, la hermafrodita, fue
asesinada, este pasaje parpadeó y se abrió por unos segundos. El sol era el sitio de
tu próxima Tarea; Pero de ninguna forma estas listo para la prueba del quinto aro.
¡Gana! Si siquiera uno de esos Rakshasas entra por el portal a Orah, ¡Todo estará
perdido! ¡Tu vida-dormida terminará convirtiéndose en locura, ya que tu quinto
centro estará permanentemente dañado! Para será destruida: ¡Nuestro sol entrará en
nova! ¡Tu debes detener esto! ¡Tu lo puedes hacer solo!
“¿Pero como? ¿Qué puedo hacer?” ¿Qué estaba pasando? ¿Qué había hecho?
¡Esto no podía estar pasando! ¿Qué estaba ocurriendo? ¡Fue un error tan
insignificante!
El mundo empezó a dar vueltas alrededor de él en círculos mas y mas rápidos
de luz; el estaba mas confundido que nunca, mas asustado que nunca, por lo
pensamientos de ella.
Tu desde satisfacer Tu Tarea: Tu debes destruir tu mas preciada posesión
aquí. ¡Tu debes romper el Hilo Dorado! ¡Naisan! ¡Tu debes matarme! ¡Yo soy el Hilo
Dorado!
“¿Qué? ¡Nunca!” El estaba luchando en contra del terror en él ahora, luchando
con toda su voluntad en las olas del horror que alternaban salvajemente con olas de
temor. ¡Cada impulso corriendo era mas avasallador y poderoso que el anterior! ¡Su
mente estaba cayendo ante su violento ataque! ¡Su corazón estaba siendo destrozado
en pedazos en su pecho!
¡No hay otro camino! ¡Tu debes hacerlo! Este suspendido momento se
perderá, pero tu vida y cordura continuarán. Tu romperás el pasaje al sol cuando tu
rompas el Hilo Dorado, así protegerás para siempre nuestro mundo. Tus tres aros
inferiores han sido purificados, ellos le darán energía eternamente: ¡Para estará
aislada del espacio y tiempo para que nunca pueda ser atacado! ¡Confía en mi! Y
recuerda, ¡Narain vendrá ti! Pero tu debes apurarte: ¡Ves como los Rakshasas se van
acercando a Orah!
“¡Tu debes hacerlo, Marte! ¡AHORA!”
Ella le dio a el un kris de plata; él se quedó boquiabierto por las indentaciones
en forma de serpentina de la hoja, mientras su mente abatía caóticamente a través de
sus visones: Almira muriendo, perdida a él para siempre; la enseñanza de Joab, “Los
cuerpos mueren, esos vivientes, nunca;” Rakshasas entrando al sol; muerte reinando
su mundo, toda su gente destruida, desde el mas grande celestial hasta el mas pequeño
fei de flor.

Con ilimitada angustia, ya completamente demente, el lloriqueó, “¡Esto no


debe ser!” Y le clavó el kris muy profundamente dentro de ella.
“¡Victoria para siempre a Gana, único verdadero adan de Para!” Ella gritó
mientras caía muriendo a sus pies.
Una barra plata de una vez cortó la columna dorada de fuego: El sol y
quinientos guerreros celestiales se desvanecieron. Los celestiales que quedaron
cayeron encima de los Rakshasas. Pero Gana solo estaba seguro que dos de ellos
fueron asesinados – el último quizás se desvaneció con el sol y los quinientos
celestiales.

~~~

En el Templo de Kanaan-dora, la Viva Estatua de Gana se sacudió una vez


violentamente, entonces cayó hacia delante al piso. Allí yacía quieto dando la
impresión de que algo malo iba a ocurrir, chorritos de sangre corrieron desde su boca,
narices y oidos.

~~~

De la herida del corazón de Almira emergió una flama verde pequeña la cual
rápidamente se expandió en un hombre: el Guardián de la Promesa Vaga. El dijo con
autoridad, “tu has triunfado en tu cuarta tarea, adan, pero al costo de tus últimas tres.
Este mundo de tu creación está eternamente protegido, pero tu dormirás para siempre
a menos que tu otra ves despiertes. Un beneficio te concedo en esperanza de tu
eventual éxito: completa memoria de todo lo que tu has perdido. El momento de
Almira terminó con su vida; tu ya no tienes un hogar aquí. Tu por lo tanto vete
ahora.”
Instantáneamente, la conciencia de Gana se expandió otra vez: todo Para
empezó a ser una pequeña parte de su corazón en un infinitamente enorme cuerpo.
Los siete aros de fuego aparecieron ante él, pero bastamente cambiados: el cuarto aro
ardía con claridad, pero el conector con los tres superiores estaba roto: los tres de
arriba parpadeaban y se desvanecían.
Almira una vez le dijo que los siete aros eran los siete centros de la vida, no
solo de su cuerpo sino del sistema nervioso universal. ¿Qué significaría su muerte por
su vida y su Universo? Que los siete ya no funcionaban correctamente era obvio.
¿Estarían permanentemente dañados? ¿Qué podría hacer él? ¿Cómo pudo cometer un
mal tan grande? ¿Por qué el había escuchado su loco consejo?

~~~

La expansión continuó; Gana se encontró a sí mismo una vez más parado ante
el océano sin limites. La magnificente forma de Narain reclinado aún sobre la
serpiente; incontables billones de Esferas Doradas, cada una conteniendo un Universo
perfecto, lo rodeaban por todos lados. El Rey Sol le hizo reverencia; Narain levantó
un áurea mano como bendición sonriendo y dijo, “nunca temas, shara.”
La expansión de eternidad continuó: Narain, Sesha, las esferas, todo el cosmos
sin fin se derritió dentro de la luz infinita que era más que luz del Uno. En el punto de
culminación vino el pensamiento el cual no era diferente de la experiencia: Verdad

~~~
Entonces implosión. Más y más rápidamente Gana se encogió y cayó mientras
su conciencia y poder empezó a ser menos y siempre menos. La última cosa que el
experimentó fue el rompimiento en añicos de su mente dentro de miles y miles de
fragmentos, como si él fuera un espejo caído sobre una roca desde la parte mas alta de
un abismo. Una de las piezas más grandes re entró a la estatua-cuerpo sangrante en
Tala. El Templo de Kanaan-dora se colapsó alrededor de él violentamente en un
terremoto; todo Sulara era una ruina en llamas.

Gana no supo más.

17. UN ISHAYA NEGRO

Me paré entre mis valles al sur


y vi una llama de fuego,
como un aro de fuego
alrededor de todos los cielos:
iba desde el oeste hasta el este,
en contra de la corriente de la
Creación, y devoraba todas
las cosas en su sonora furia
y estruendoso curso alrededor
del cielo y la tierra.
a través de eso el Sol se había

enrolado en una esfera


a través de eso la Luna se desvanecía
dentro de un globo viajando
a través de la noche; de, desde
su calamidad y furia sin descanso, el
Hombre mismo se encogió dentro
de una pequeña raíz de un
metro ochenta de largo
-- Blake
Desperté en el fondo del hoyo. El cuerpo de Sharon retorcido y sin vida yacía
debajo de mí, aun tibio pero poniéndose rígido rápido en el frío. Increíblemente mi
mente al principio se quedó calmada y clara: observé estos hechos sin el mas leve
involucramiento emocional.
Edg se había ido de la orilla arriba. Cuando el nos vió caer, el debió haber
regresado por los otros. ¿Hace cuanto tiempo? No había forma de decir. ¿Cuándo
regresaría? ¿Antes de la oscuridad? No sabía. ¿Estaba yo bien?
Mi cuerpo estaba tieso pero no roto. Quizás yo había caído sobre Sharon;
Sharon había acojinado mi caída. ¡Sharon!
La perdida de Almira y la perdida de Sharon fluyeron a través de mi como una
maldición de condenación. Yo lloré mi agonía al hielo que no le importaba, grité mi
rabia al mundo que no le importaba. ¿Por qué Boanerge nos había traicionado? ¿Por
qué había sido un loco de escuchar las dementes palabras de Almira en Para? ¡Estos
mundos habían sido paralelos el uno al otro! ¿Qué estaba pasando? ¿Porqué mi vida
estaba siendo destruida? ¿Por qué había sido tan tonto?
Yacía sobre el pecho de mi amada sin vida durante horas, llorando mi miseria.
Después de lo que parecieron días, la voz de Boanerge (sonando exactamente
como la de Joab) me susurró, “Asciende, chiquillo.”
No me importó escuchar. ¿Porqué Boanerge nos había traicionado? ¡El me
había prometido que no habría mas accidentes! ¿Por qué no me advirtió de esto? ¡No!
El lo había preparado todo -- ¡Preparado para que ella muriera! ¡El le dijo a Sharon
que viniera hoy aquí! ¡Le dijo que subiera aquí, a sabiendas que ella se mataría! ¿Por
qué, Dios, pro qué?

Sentí una mano en mi hombro. Mire hacia arriba entre lagrimas – era
Boanerge, apareciéndome ahora que yo estaba totalmente despierto, ¿O, lo estaba? Yo
me había sentido despierto la primera vez que nos conocimos, pero eso había
terminado como un sueño.
“No, yo estoy realmente aquí,” el dijo, respondiendo mi pensamiento y
sonriéndome cálidamente.
“¿Cómo? ¡No! ¿Por qué permitiste esto? Tu sabes que Sharon era la mejor
entre nosotros. ¿Por qué, Boanerge? Tu me prometiste que no habría mas accidentes.
¡Tu me lo prometiste! ¿Por qué?”
“Esto no fue un accidente, shara. Ella preparó todo esto mucho antes de esta
vida para ayudarte, para traerte a ti a los Ishayas, a mi, a la memoria de tu pasado.”
Sus palabras me envolvieron -- ¡El me llamó, shara! Las dos mitades de mi
experiencia chocaron dentro de mi -- ¿Cuál era visión, cual era realidad? El hueco
empezó a girar a mi alrededor; sentí un vértigo intenso, una nausea nació de mundos
compitiendo.
“¿Qué está sucediendo aquí?” Lloriqueé “¿Quién eres tu? ¿Quién soy yo? ¿Por
qué yo? ¿Oh, Dios por qué yo?”
“Es tiempo de aprender tu Técnica de Cognición de la Segunda Esfera, mi
Señor Marte. Sanará tu mente completamente, trayéndote paz sin fin. Esta construida
de abandono a la Voluntad de Dios.”
“¡Yo no tengo el deseo de abandonarme a la Voluntad de Dios, Boanerge!”
Contesté obstinadamente. “Si Dios puede permitir estas tragedias sin sentido, ¿Porqué
yo debo de dedicar mi vida a eso?”
Boanerge se rió. No era malicioso, pero vino del infinito gozo moviéndose.
Pero se sentía como un regaño para mí.
“Naisan, mi Naisan, este juego está lejos de terminar para ti, tu sabes. Una ves
que empiezas, una vez dedicado a la Sanación del Tiempo, un alma hará cualquier
cosa que se requiera para ser completo. Enfermedad desfigurante. Tullidos o
deformes cuerpos. Muerte de hijos o amantes. Un mil de miles de cuerpos se
arruinarán, pero aún hacia delante el alma en busca marcha, tu te dedicaste a ti mismo
a la sanación de la humanidad, mi Señor Gana. Hace mucho, mucho tiempo atrás.
Yo te he observado y guiado y jugado contigo por incontables vidas. Este juego
continua ahora desde el peso de nuestro compartido pasado, tu puedes soñar que tu
deseas detenerte ahora, pero eso es imposible. Lo que queda de tu ego es como una
nube desgarrada ante un sol desierto. Verdaderamente ahora, verdaderamente:
¿Deseas no saber la Técnicas de Cognición de la Segunda Esfera?”
“¡Maldito seas, Boanerge! No me queda nada. Nada me queda por perder.
Almira se ha ido. Para se ha ido. Sharon yace aquí muerta. ¿Qué mas voy a perder?
¿Pero es eso suficiente para motivar a cualquiera? ¿Por qué debo seguir mas allá con
esta Enseñanza? Mientras más aprendo, menos tengo. ¿Por qué debería yo querer
esto? ¿Por qué lo haría alguien?”
“Tu solo estas perdiendo tus sueños, chiquillo.”
“¡No parece así!”
“Sin embargo.”
“¿Me sanará?”
“De tu actual crisis, ciertamente...con el tiempo. De las pruebas que te quedan,
probablemente no – pero entonces, a nosotros nos quedan cinco esferas ¿no es así?”

“¡Maldito seas, Boanerge! Tu juegas conmigo como un gato con un ratón.”


“Seguramente así es, mi amigo. Es mi tarea el despertarte a tu estatus. Tu
serás un Maharishi, totalmente establecido en la Conciencia Perpetua Unificada, o
morirás tratando. Y si eso pasa, descansa en seguridad, lo volveremos a tomar otra
vez en otro lugar y finalmente – nos regocijaremos otra vez juntos debajo de un nuevo
sol.”
“¿Por qué me estas haciendo esto a mi? ¿Quién soy yo?”
Eso será claro para ti cuando hayas tomado maestría de tus Siete Esferas de la
Enseñanza de Isha. Y estoy haciendo esto para ti porque me importas: tu eres mi
hijo.”
“¿Alguna vez recordaré algo? ¿Cómo pude hacer tal demente error en Para?
¿Por qué Sharon me dejó aquí? Todo parece tan sin sentido, tan cruel.”
“Tu nunca entenderás hasta que domines el abandono, Marte. Tu limitada,
voluntad, basada en el ego debe de morir. Entonces tu entenderás el significado de
todas las cosas que te han abandonado – mas tu entenderás la gran batalla que estamos
luchando por la maestría de todos los mundos y todos los tiempos.”
“Boanerge, Boanerge, me siento tan inmerecedor, tan ignorante, tan solo. Yo
soy solo uno. ¿Qué puedo yo posiblemente hacer? El mundo es tan grande.”
“Tu puedes hacer lo que cualquier humano puede hacer, Naisan. Tu puedes
amar. Y tu puedes Enseñar. Y tu Sanaras. Juntos salvaremos al mundo, y desde aquí
– a todos los demás. Pero un paso a la vez, ¿Ok? Y tu próximo paso para ti es
aprender a abandonar tu voluntad limitada en todas las cosas a la Voluntad Cósmica.”
“¿Cómo puedo hacer esta cosa? La Voluntad Cósmica no pone atención a
nuestros pequeños dolores. Nosotros vivimos, nosotros sufrimos, nosotros morimos.
A Dios no le importa. ¿Cómo puedo yo abandonarme a eso? Es sin sentido, cruel.”
No es sin sentido, ni cruel. Pero tu nunca podrás entender el movimiento del
aro mas grande hasta que tu hayas crecido totalmente en tu conciencia. Viene el
momento en la evolución de cada alma cuando uno debe de decidir si se queda con el
ego o sigue con fe. El ego tiene una agenda para ti, una agenda que desea mantenerte
atrapado en las creencias y juicios del estado despierto. Te matará, si tu defiendes esa
agenda. Te atormentará y te destruirá si tu te atreves a retar su autoridad.”
“¿Podría ser eso peor que este tormento que siento ahora? ¿Podría su
destrucción ser algo peor que la tuya?”
“¡Eso es donde tu decisión debe ser hecha! No hay ayuda para ti hasta que tu
aprendas que todas las decisiones vienen de ti. Tu estas creando tu Universo en cada
momento. Una vez que tu entiendas eso. Tu reconocerás que el abandono a la
Voluntad Cósmica significa abandono a tu propio Ser superior. No puede haber
pérdida que sea real después de eso.”
“Todo suena como palabras para mi, Boanerge. Y todavía aquí yace Sharon,
muerta, poniendose mas fría. ¿Por qué no solo sanarla? Tu nos prometiste a todos la
inmortalidad, ¿Te acuerdas?”
“Ella escogió este camino, Naisan. No yo. ¿Por qué debo yo desear invalidar
su libre albedrío?”
“¿Porqué ella escogería morir aquí, ahora? Es sin sentido, cruel, más allá de
toda creencia, yo no te creo. Yo no pienso que tu sepas mucho mas de lo que yo sé.
Quizás tu has vivido por un largo tiempo. O quizás tu eres una fantasía de mi mente
alucinando. Yo no sé nada. Pero yo sé que yo no quiero más instrucciones. No más
técnicas. Es todo tan doloroso. Todo se me es arrancado de mi.”

Tu te puedes detener en cualquier momento que tu escojas. Pero si tu


continuas ahora, tu tendrás la respuesta a tu pregunta, a todas tus preguntas: tu
entenderás quien eres, quién soy yo; tu entenderás tu destino y el destino de esta
Tierra. Tu te convertirás en un Sanador, un Maestro, un Trabajador de Milagros. Y
nuestro mundo sufriendo necesita desesperadamente que tu seas tu.”
“¿Me importan los otros suficientemente para renunciar a mi propio dolor?”
“Tu pregunta se responde a si misma, ¿No es así?”
“Mis argumentos son fútiles en tu contra, Boanerge. Yo no tengo opción aquí,
no realmente. Por su puesto yo tengo que continuar. Mátame si tu debes, toma todo
lo que atesoro. Párame, todavía aun yo continuaré moviéndome. No tengo otra
opción.”
“Por su puesto que la tienes. El hecho de que parece que no la tienes, prueba
mi punto. Tu estas aquí solo por una razón: Para aprender quien eres y entonces
comunicar la Verdad a otros. Pero no me creas. Tu lo sabrás suficientemente pronto
por tu propia experiencia directa.”
Mis protestas habían crecido débiles, estaba encolerizado con él; estaba seguro
que el me había mentido y el podría muy bien estar mintiéndome ahora, y todavía
sabia que no tenia esperanza de alguna vez comprender cualquier cosa del todo acerca
de la vida sin el conocimiento de las Siete Esferas de la Enseñanza de Isha.

Mientras estaba a un lado de mi perdido amor para practicar la nueva técnica,


yo le pregunté a Boanerge, “¿Más visiones vienen, entonces?”
“Puedes apostar,” el contestó, sonriendo y cerrando un ojo.
“No es demasiado sorprendente, eso. Tu estas seguro: ¿Habrá un final?”
“Tu despertarás, mi hijo. Y juntos seremos otra vez como uno. ¡Nosotros
estamos contigo siempre!”
~~~

Yo ya debía haber estado deslizandome hacia adentro del poder de la nueva


técnica, por que yo pensé que vi a Sharon parada ahora junto a Boanerge, y ella era
Almira.
Sus labios formaron las palabras, “Te amo.”
Y entonces una vez mas me había ido de nuestra Tierra. ¿Regresaría otra
vez? ¿Y que mas perdería esta vez?

18. EL POZO

La superficie parece calmada


Donde el río corre profundo
--Rodavi

Todo poder es tuyo


En el Cielo y en la Tierra
--Mordom

Solo un tonto confunde la inocencia por la ignorancia


--Joab

Jacob estaba parado por el pozo. El ya no era joven: Su fluyente barba y


cabello, una vez rojo en llamas, se había convertido en carbón y ahora amenazaba con
cenizas. El usaba una túnica de lana simple, amarrada por la cintura por un hilo de
soga. En sus pies tenía las mas simples de las sandalias, cada una hecha de una sola
pieza de madera con un hilo de soga cruzado en el dedo gordo. Ningún anillo
adornaba sus manos, ni tampoco había alguna cosa mas en el o acerca de el que su
túnica, soga y sandalias.
Jacob se paraba por el pozo que su padre había cavado, silenciosamente
parado como él lo había hecho todos los días por tantos años. Su único propósito en
la vida era el bajar el balde cuando alguien venía por allí y entonces traerlo de
regreso, lleno con clara, fría agua. Esto el hacía, día tras día, año tas año, a través de
todas las estaciones: durante la juventud de la naturaleza, mientras sus humildes ojos
sonreían por cada signo del mundo redespertando; durante el calor del verano,
mientras él se paraba en la sombra del viejo árbol que su padre había sembrado el día
que Jacob nació, con una fuente inacabable de la cosecha de fruta brillante roja;
durante el mas frío de los inviernos, después que el empujo el camino a través de la
profunda nieve tanto que el podía pararse vigilante a través de las pocas horas de luz
del día.
Jacob se paraba por el pozo hoy como todos los días de su larga vida, ¡Pero
otra vez hoy nadie vino a beber! El pastor suspiró, “¡El séptimo día! ¿Cómo puedo yo
vivir si yo no recibo grano por la dulce agua?” El escuchó que los animales
secreteaban que un gran peligro se acercaba a la tierra, pero Jacob nunca había sentido
miedo. Ni él alguna vez molestó su silente paz con la política: el no sabia si su país
era democrático o tirano. Tampoco le importaba saber: el nunca le preguntó quien
buscaba el agua por noticias, tampoco el escuchaba si ellos hablaban de las formas del
mundo.
Una vez un estudioso viajero, sintiendo lástima por la simplicidad del Pastor,
trató de enseñarlo del grandioso, y ancho mundo. Jacob estaba parado por el pozo
(como el lo había estado siempre y siempre lo estaría) Cuando había llegado este
chiquillo de amargura (como Jacob pensó del él) un hombre de ni siquiera la mitad
de su edad pero tan cansado y abatido que parecía muchos años más viejo. Jacob
había escuchado pacientemente, pero a través del discurso aprendido, el solamente
pensó ¡Nada de esto es para mi! Yo me paro junto al pozo para sacar agua. Esto es
la vida; esto es todo. El sabio escolar, desesperándose para ayudar a un tonto
ignorante se había ido maldiciendo. Pero Jacob pronto se olvidó de él, justo como el
océano sin fin absorbe las estelas de cualquier bote pasando por su superficie.
Una vez también un santo popular llegó por el pozo. Este era famoso por todo
lo ancho del mundo, no por el poder de su mente sino por el poder sanador de su
corazón. El vino al pozo cuando Jacob estaba muy ocupado trabajando, bajando y
subiendo el balde para los viajeros. Una suave aura empezó a esparcirse sobre el
rostro del santo mientras él lo observaba; cuando Jacob dio media vuelta para
encararlo con su cubo de perfecta agua el santo cayó a sus pies y los besó diciendo,
“¡Bendito eres tu entre los celestiales y los hombres!” entonces se fue cantando
gozosamente.
Por unas pocas semanas Jacob tuvo mucho mas trabajo que lo común:
Aquellos quienes deificaban al santo encontraron su comportamiento en el pozo
bastante fantástico. Pero desde que nada nunca pasaba en el pozo la gente dejó de
venir solo para ver al pastor: la cosa mas remarcable acerca de él era la total falta de
cualquier cosa remarcable acerca de él. El hablaba solo para responder preguntas
acerca del agua o direcciones. Y en segundo tópico, sus comentarios eran de
comentarios escuchados de otros: el había nacido en la cabaña de sus padres y nunca
había ido más allá de las colinas del pequeño valle el cual contenía el pozo.
De los miles quienes pasaron por el pozo de Jacob durante los ochenta años
que el sacaba la clara dulce agua, solo estos dos, el escolar y el santo, tomaron algún
interés en él – uno para mejorar, el otro para aprobar. Todos los demás tomaban el
agua y miraban a Jacob con tanto interés como si el fuera la soga amarrada al balde.
Así los largos años pasaron a través del silencio de Jacob. El pastor no
conocía el lujo ni lo quería, tampoco deseaba una mejor casa ni riquezas, no le hacía
falta nada de las muchas cosas por las cuales otros hombres del grandioso y ancho
mundo luchaban y morían.
Pero hoy como Jacob se paraba por el pozo y nadie venía por el agua, el
pensó, Todo no está bien en el mundo. Si la gente no bebe ¿Qué les pasaría a ellos?
Quizás yo debería ir a ver lo que ha sucedido. Pero entonces, ¿Qué le va a pasar al
pozo si nadie le saca su clara y dulce agua?
Ligeramente encogiéndose de hombros Jacob dijo, “Adiós casa. Adiós pozo.
Adiós árbol.” Por primera vez el pastor salió del valle de sus antepasados, ni una vez
mirando hacia atrás, nunca para regresar.
Era la primavera cuando Jacob dejó el pozo; los días eran cálidos, las noches
aun frías. El caminó todo ese día pero no se encontró a nadie. Pasando los pequeños
montes del valle la tierra era plana, simple y sin árboles, el polvoriento camino
continuaba derecho hacia delante sin ninguna curva o desvío. Como el sol se puso en
una gloria de rojo brillante y áureo y la oscuridad rápidamente vino, él se acostó sobre
el suave pasto y observó las estrellas aparecer.
Jacob había por lo regular dormido afuera y tenía una profunda intimidad con
el firmamento. Muchas veces el se identificaba profundamente con la silenciosa
procesión que le tomaba a el algunos momentos en la mañana para recordar que el era
Jacob, no el imperio de arriba del Gran Padre.
Levantándose al amanecer, Jacob continuó su amino. En una hora, el llegó a
un caserío y pensó, ¡Eso debe de ser la villa la que tanto dicen que es un lugar
amigable! Seguramente yo puedo saber lo que le pasa al mundo, porque nadie viene
por la dulce agua.
Nadie estaba allí, era un feo y achocado lugar y apestaba; el no deseó quedarse
por mucho. Habían unos higos secos colgados de una pared y una barra de pan que
aun estaba fresca sobre una mesa. El tomo estos y se los comió.
Fuera de la villa, Jacob llegó a una bifurcación en el camino. Deteniéndose, el
se acariciaba su barba con sus dedos y pensó, ¿Ahora, que es esto? ¿Un camino se
convierte en dos? ¿Por qué ellos necesitan dos? ¿No es uno suficiente? ¿Dónde ellos
posiblemente pudieran querer ir?
Mientras el estaba parado confundido, un rojo zorro brincó desde el pastizal,
dando un volantín a medio aire y aterrizando suavemente en medio de la bifurcación.
El sacudió su cabeza y se sentó mirando al pastor con sus brillantes y agudos ojos.
“Hola, rojo,” dijo Jacob. Aunque el no amaba mucho a los zorros como
muchos otros, el no tenía aversión hacia ellos y les daba el agua a ellos cuando se lo
solicitaban.

“Hola Jacob,” se rió el zorro porque el había visitado el pozo antes. El se


rascaba su oreja mientras agregaba, “¿A dónde estas yendo, dejando la dulce agua?”
“Yo busco a la otra gente del mundo. ¿Tu sabes donde se han ido?”
“No se pero yo los vi a todos yéndose, no a todos al mismo tiempo, todavía
cada día unos pocos, hasta que el último se fue ayer en un frenético apuro. Ellos
fueron muy descuidados acerca de ellos. Algunos incluso olvidaron algunos pollos.
Que buenos fueron ellos yo pensé.” El se lamió su pata como sus ojos recordaban la
increíble memoria de las gordas gallinas. “Los humanos, si tu realmente estas
interesado (aunque por la vida mía, no puedo imaginar porque) se fueron por ese
camino.” El levantó sus bigotes indicando el camino mas ancho.
“Entonces yo debo ir por ese camino,” dijo Jacob caminando sin ningún
segundo pensamiento hacia el zorro. Pero la pequeña bestia no tenía nada mejor que
hacer ese fino día de primavera; el trotó junto al pastor y contó historias acerca de
roedores y conejos y la cacería. Jacob no tenía interés acerca de esas cosas, el no le
dio al zorro ninguna respuesta, como al zorro le gustaba a si mismo su propia voz, sin
embargo, y mas allá, raramente tenía a alguien con quien hablar, el lo acompañó a él
por un largo tiempo. El sol se acercaba al cenit de la media tarde cuando el zorro se
detuvo muy de pronto parando sus orejas. El siguiente instante, el partió de regreso
por el camino que había venido, sus orejas agachadas hacia atrás, su cola flotando
derecha detrás de él.
Jacob muy pronto escucho eso que alarmó al zorro: Un distante y vibrante
golpeteo, continuamente empezando a ser cada vez mas y mas fuerte tanto que el piso
empezó a sacudirse. Cuando el alcanzó la cresta de un pequeño monte el vió abajo
mas gente de lo que el se pudo haber imaginado. Ellos llenaban los llanos por leguas
tan lejos como el pudo mirar.
¡Yo no sabía que habían tantos hombres en todo el mundo! ¿Qué pueden ellos
querer juntos? ¡Ellos secarán el pozo! ¿Cómo comen? Algunos estaban a caballo
pero la mayoría estaba a pie; todos estaban vestido de gris. Algunos se veían
molestos, otros enfermos, algunos temerosos, pero la mayoría opacos. ¿Dormidos de
la igualdad sin esperanza de sus vidas?
Estos podrían usar el claro pozo: difícilmente ellos estaban vivos.
Un oficial montado fue cerca de él y le gritó encolerizado, “¿Por qué estas aun
aquí? ¡Esta provincia fue ordenada ser evacuada la semana pasada!”
Jacob lo miró a él con asombro y respondió, “yo no sabía.” ¿Por qué
mandarían a todos lejos?
“¡Bueno, vete ahora!” el oficial gritó, entonces clavó las espuelas en los
flancos de su caballo.
Jacob lo llamó “¿ A dónde?” pero el soldado estaba ya mas allá de que le
importaba o escuchaba.
Otros pocos lo miraron. Solo uno más le habló a él: Un joven un poco mas
que un niño se salió fuera de la fila para amarrar la agujeta de su bota. El era uno de
esos quienes parecía mayormente temerosos; cuando Jacob le preguntó, “¿A dónde
van todos?” el se quedó viendo al viejo hombre asombrado.
“¡A derrotar a los invasores por su puesto! ¡A la guerra! ¿Tu verdaderamente
no haz escuchado que de las Legiones demoníacas Salazianas desafían nuestra
sagrada tierra?” Sin esperar una respuesta el corrió a recuperar su lugar.

Después de columnas de hombres, vinieron cañones, entonces carros llenos de


municiones y provisiones. Por último eran cuatro carros llenos con mujeres.

~~~

Jacob siguió caminando hasta que las estrellas estaban bien afuera, entonces se
acostó para su dormir sin sueños como solía ser, perfecta imitación de un chiquillo
inocente.
El próximo día apenas había empezado cuando una luz dorada brillante que se
movía apreció en la lejana distancia. Casi antes que el pastor lo supiera que era de
hecho un caballo y su jinete, ellos estaban junto a él. El corcel retrocediendo a un
repentino e inesperado alto; Jacob se le quedó viendo sorprendido: nunca el había
visto a un animal mas noble; el hombre sobre su lomo, llevaba una espada
desenfundada de un opalescente fuego, brillando con refulgencia haciendo
competencia al sol. El jinete exclamó con gran majestuosidad, “¡Jacob! ¡Dejaste el
pozo!”
“¡Señor! ¡La gente dejó de venir! ¿Me preguntaba como iba a comer? Por eso
los busco, pensando que todo no puede estar bien en el mundo.”
“¡Que extrañas dudas te inspiraron a ti a abandonar tu único encargo! ¿Ahora
que le pasará al pozo? ¿Tu no puedes creer que tus esfuerzos te alimentaban? Nadie
vive en aislamiento; Siempre somos acogidos por nuestra Madre. ¿No has visto a los
animales, aprendido su secreto?”
“Los conozco a ellos. Pero siempre pensé que un hombre debiera ser
diferente, debiera ser mas consciente activo para satisfacer su deber.”
“¡Como así, tonto chiquillo! Jacob, porque tu dejaste tu única tarea, un pozo
diferente ahora se te da a ti: continua hacia delante a la ciudad Falón, a tres días
continuando por este camino. Allí comparte la nueva agua con la gente: muchos
mueren de sed a diario.”
El pastor protestó, “¿Dónde está el nuevo pozo?” Pero el corcel ya estaba
galopando: la guerra ha venido otra vez al oeste; muchos van a perecer en los días por
venir.
~~~

Jacob vino a Falón un día de mercado; una gran multitud, no solo de la ciudad
sino de las villas cercanas, estaba reunida en la plaza central, el pastor miraba sobre la
ruidosa multitud y pensó, ¿Que tengo que hacer yo con estos? Pero entonces el
recordó al Jinete Dorado; una ola de fuerza recorrió dentro de él. Subiendo a la piedra
de la fuente, el exclamó, “¡Hermanos, acérquense a mi!”
Algunos rieron por la sorpresa (esas cosas no se hacían en Falón.) Algunos
respondieron con rabia, “¡Como se atreve el pastor llamarnos sus hermanos! Y le
dieron la espalda. Pero algunos, agradecidos ante la novedad de sus incambiantes
días, lo miraron con curiosidad.
Sin saber como, sin saber lo que diría entonces, Jacob habló en la fuerte voz
que vino de su corazón y tocó los corazones de muchos. “¡Mis hermanos y hermanas!
¡Me han mandado a saciar su sed! He escuchado que ustedes nunca han probado del
pozo; de hecho muchos de ustedes ya han muerto y no pueden recibir el agua clara
que yo derramo libremente para ustedes.

“¡Vengan! Vamos a cantar juntos nuestro gozo de Amor. ¿No la Madre trae
para nosotros calor y silencio? ¿No esta la tierra fértil siempre creciendo? ¿No hay
agua pura suficiente para satisfacer el deseo de todos? ¿Cuándo ha fallado el sol a
brillar desde la primera vez que respiraron el dulce aliento de la vida?
“¿En este justo mundo de verse-azul y dorado café, porque hay dolor? ¿Porque
ustedes sufren? ¡Un jardín es plantado para traer gozo! ¿Por cuanto tiempo van a vivir
en la oscuridad, chiquillos de Luz y Verdad? ¿Por qué golpean a su buen Padre?
¿Cuándo en sus cortas y tormentosas vidas no han dudado y se han ido del pozo?”
La mayoría pasaba de largo, sin entender, sin importarles entender. Pero
algunos cuantos se quedaron. Con un dolor hambriento en sus ojos, profundamente
movidos por las simples frases del pastor.
Dos horas más tarde cuando el se quedó sin palabras, muchos preguntaron,
“¡Maestro! ¿Dónde te estas quedando?”
“¿Maestro? El se rió suavemente. “El pastor solo había venido del valle. El no
tenía lugar sino el aire abierto. ¿Qué mas el necesita?”
Pero Sanel, un mercader de telas extranjeras, dijo, “¡Por favor venga a mi villa
Señor! Tengo un agradable hogar y un jardín a las afueras de la ciudad.”
“Me debe gustar ver un Jardín,” dijo Jacob, y de una vez se encaminó con el
mercader.
Pero otros exclamaron, “¡Espera! ¿Cuándo hablas otra vez? ¡Debemos
escucharte de nuevo!”
“¿Cuándo se junta la gente?”
“Aquí, cada tercer día.”
“Entonces aquí será, en tres días.”
Mientras ellos caminaban a la villa, Sanel le dijo, “Por muchos años he sentido
una cierta oscuridad en mi vida, un cierto vacío, difícil de definir, duro incluso de
entender. Tengo una maravillosa esposa y una nena bebé; Mis padres nos dejaron
suficiente que no necesitamos preocuparnos. Todavía hay un hoyo en mi vida. He
estudiado todas las ramificaciones del conocimiento, todo parece incompleto. Incluso
de Joab la Historia del Señor Gana me llena solo con conocimiento, nunca con la
experiencia de la Realidad. He escuchado muchos discursos sobre la naturaleza de la
Verdad, pero no fue hasta hoy que pensé, ‘¡Aquí esta un hombre viviendo su
Enseñanza! Aquí al fin hay uno que no solo habla, ¡Sino que Sabe!’
“Esto es por qué te pedí que vengas a nuestra casa. ¡Y Señor! ¡Si te puedo
ayudar en cualquier manera, por favor dime!”
Jacob descubrió algo allí que el raramente había visto. El mercader estaba
cubierto con cierta conciencia, una vibración de vida descubriendo en otro que en su
mayoría estaba ausente. El hacía que la mayoría de los Falóns parecieran zombis sin
vida por comparación.
El corazón de Jacob salió a su encuentro; Sanel sintió la intensa inundación de
paz envolviendolo.

~~~

Al día siguiente, Jacob caminó solo a través de la gran ciudad de Falón,


igualmente asombrado por los enormes edificios y sus enormes pasillos de columnas
de piedra y por la miseria sobre los rostros de la gente. Viniendo al medio día a la
plaza comercial, el se sorprendió al ver un viejo vendedor de flores que no podía
caminar.
“¿Porque no te mueves como estos otros?” Jacob preguntó curiosamente.
“Soy un miserable, señor.” Contestó Aldis tristemente como el lo veía hacia
arriba a través de sus honestos pero cansados ojos, “He estado invalido desde el
nacimiento. Nunca he podido usar mis piernas, nunca conocí el simple gozo de
moverme con facilidad.”
“¡Allí se sienta una maravilla! ¡No caminar, no usar las piernas que le dio su
Madre y Padre! ¿Piensas que eres una serpiente, así para arrastrarte en tu barriga?”
“¡Hombre cruel! ¡Te burlas de mi!”
“¡Que es lo que quieres decir! ¿Tu piensas que tus Padres deseaban que
sufrieras?”
“¿No? No, no entiendo porque ellos deberían. Aun yo no camino.”
“¿Tu no? ¿De hecho, tu no lo haces? Como tu Madre que es Amor y tu Padre
es, Perdón, te digo que no tienes opción sino en pararte, a ser un Viviente Hombre!”
Aldis se le quedó viendo a Jacob sin desviar la mirada por un total de cinco
minutos, su rostro cambiando de la dureza del granito a la suavidad de la arena otra
vez. Un violento temblor vibró a través suyo, subiendo por sus pies hasta lo alto de su
cabeza. Entonces muy despacio, actuando con cautela con una peculiar mezcla de
temor y fe, el se puso de pie. Jacob se rió y siguió su camino; Aldis caminó por todo
Falón, con lagrimas fluyendo por sus viejas mejillas mientras el exclamaba. “¡Los
ojos! ¡Sus ojos! ¡Mírenme! ¡Todos, todos miren! ¡Camino! ¡Yo Camino!”

~~~

Esa noche, Sanel con entusiasmo buscó a Jacob por toda la villa. Esta era la
segunda vez que el mercader había tratado de acercársele. La noche anterior,
mientras Jacob se sentaba en el pequeño patio de su jardín, Sanel se había arrodillado
junto a él y lo acosaba con pregunta tras pregunta, buscando en llenar cada espacio de
su entendimiento de la vida. Pero Jacob le había respondido con su silencio
imperturbable, acentuado solo, solo por su amplia y perfecta sonrisa serena. Sanel,
desconcertado, hizo una reverencia para dejarlo solo hasta que el otra vez diera
información voluntariamente. El mercader había tenido éxito todo el día, pero los
rumores acerca del vendedor de flores rompieron a través de las paredes de su
controlada voluntad.
Sanel lo encontró ahora, sentado ante el fuego en estudio. Tirandose a si
mismo en una adyacente silla, el dijo bruscamente, “¿Es verdad?”
“¿Qué es Verdad?” contestó Jacob, sonriéndole al fuego.
“¡Todo el mundo esta diciendo que tu sanaste al viejo Aldis, el vendedor de
flores de la Plaza Comercial! ¿Lo hiciste?”
“Yo no sané a nadie. Yo le pregunté porque no era como los demás. Eso es
todo.”
“¡Pero el nunca había caminado antes! ¿Por qué de pronto ahora?”
“Quizás el nunca había tratado. Quizás nadie le había preguntado antes.
¿Quién sabe? El lo hace ahora; ¿Seguro es suficiente?” Jacob lo miró desde el fuego
con una inocencia que de alguna manera secaba la curiosidad del mercader, dejándolo
confuso pero con una profunda serenidad en su posición.
Hablando entre dientes, “Bueno, buenas noches, entonces; Sanel se fue
caminando dando tumbos a su cama a una temprana noche.

~~~

La mañana siguiente, cuando el mercader pasaba por la recamara del pastor, el


vio que Jacob no había dormido allí. Apurándose al estudio, el lo encontró a el
sentado exactamente como le había dejado la noche anterior, observando muy quieto
las cenizas del fuego. El pastor estaba completamente quieto; ¡Por un temeroso
momento Sanel pensó que el había muerto durante la noche! Jacob lo miró de pronto,
sorprendido ensanchando sus grises ojos, entonces sacudió su cabeza firmemente.
Sanel estaba demasiado alarmado y confundido para molestarlo otra vez.
Pero esa noche, su esposa Leora conquistando sus propios miedos y
calladamente se acercó a Jacob mientras el se sentaba en el estudio, viendo sin voltear
al fuego renovado, re encendido para la fría noche. El pastor movió su mirara muy
despacio de las llamas a ella, entonces sonrió cálidamente.
Tomando tres profundos respiros para la calma, ella apretó con sus manos el
respaldo de la silla y dijo con un poco de fuerza, ¡Señor, anoche mi hija Susana corrió
a mi, llorando con terror, y ella dijo que había visto a un elefante salvaje! Cuando yo
le pregunté, ‘¿Dónde?’ ella replicó, ‘¡justo allí! ¡Ahí va!’ y miró dentro de la luz de la
luna del jardín. Esta no es la primera vez que ella tiene visiones así; sus fantasías
muchas veces han sido vívidas para ella. Pero anoche ella tenía tanto miedo que no
podía calmarse hasta que yo miré en el jardín y le aseguré que no había nada allí. Me
preguntaba si usted pudiese --”
Jacob se le quedó viendo sorprendido mientras trataba de entender.
Finalmente la extrañeza de todo explotó: “¡Que! ¿Tu verdaderamente no escuchaste
las trompetadas de esa bestia que golpeaba por el miedo, suficiente ruido para
despertar a los muertos, que esperabas de los dormidos? ¿Tampoco viste esa enorme
leona que lo perseguía, rugiendo su horrible rabia?” La sonrisa perenne de Jacob fue
reemplazada por una leve tensión alrededor de sus labios; su frente se arrugó un poco
por el esfuerzo de tratar de comprender los sentidos extrañamente limitados de esta
persona que de otra forma sería una belleza despampanante.
“¡Mi Señor! No oí, ni ví,” Leora contestó; sus amorosos ojos ébano, se
abrieron con sorpresa.
“¿Tu estas tan llena del mundo que no ves los seres de luz? ¿Puede ser
posible? ¡Yo nunca soñé querida...Leora, Leora! ¿Qué harías entonces si un
mensajero de tu Padre apareciera a tu puerta? ¿Si tu no puedes escuchar ni ver, como
sabrías de su llegada?”
“Yo – no sé, Jacob,” ella tartamudeó con profunda tristeza. Pero ella se
abrillanto cuando preguntó, ¿Hay esperanza que yo sea un día como mi Susana?
¿Puedes enseñarme?”
“¡Yo no puedo enseñar nada a nadie! Pero tu puedes quizás recuperar lo que
has perdido...hace mucho que tu has olvidado quién eres...dado suficiente tiempo.” El
pastor miró de regreso al fuego, aún sorprendido y ligeramente divertido por su
descubrimiento.

~~~

Al día siguiente Jacob se paró otra vez en la orilla de la fuente en el mercado.


La multitud era mas grande: muchos habían escuchado de Aldis. Algunos que habían
atendido antes estaban diciendo que Jacob tenía la misma sabiduría como los
Guardianes de la Promesa de Emura y Tala. Pero otros se carcajeaban “¿Qué similitud
hay entre el sabio Joab o el súper humano rajanya Mordom y este ruidoso pastor?” y
otros lo subestimaron, “¿Aquí? ¿En este moderno día? ¿Un mito caminando el
mundo? ¡Que terriblemente loco!”

Jacob miró otra vez a través del brillante cielo azul a un montón de pequeñas
nubes primaverales corriendo por arriba, huyendo de la memoria de la tormenta de la
última noche, y pensó que el hoy podría compartir la nueva agua con muchos como
Sanel.
Jacob sacó profundamente del nuevo pozo mientras su voz retumbaba por
encima de los miles reunidos, “¡Tengo una taza de cristal, cortada desde un solo
diamante de indestructible belleza! ¡Déjame llenarla con la luz dorada del viviente
pozo! ¡Bebe su fuego, deja que el poder del Uno avance atravesando sus cuerpos de
barro! ¡Beban! ¡Para que recuerden que ustedes son los hijos y las hijas del Padre Sol!
¡Beban! ¡Para que cantemos juntos en la llegada del amanecer!
“¡Oh, mis perdidos chiquillos! ¡No lloren más en soledad! ¡No vivan mas en el
triste vacío de su privada noche! ¡Deja que tus puertas se abran a mi fragante fluir! ¡El
carro de Orah solo espera tu permiso para batallar los demonios de la duda y la
avaricia! ¡El Sol tiene el melancólico deseo de llevar su fuego dentro de sus
congelados corazones!
“¡Escuchen mi voz, llorando a ti desde tu propia alma! ¡Muéstrenme que aun
hay vida dentro de sus agonizantes y rigidos cuerpos, muéstrenme que aun pueden ver
a través de sus ojos casi ciegos, de otra manera yo debo perder la esperanza y
enfocarme a otros! Porque si ustedes ya están muertos, ¿De que sirve el agua dulce
que yo derramo libremente para ustedes?”
Un viejo hombre, al mismo tiempo conmovido y aterrado por la voz profunda
y penetrante de Jacob, exclamó, “¡Maestro, atraviesas mi corazón! ¡Yo quiero
compartir tu taza! Pero mi mente lucha para alcanzarte; ¡Estoy confundido! ¿Tu dices
que la vida debería de ser todo gozo? ¿Tu dices que el sufrimiento no debe de estar en
nuestras vidas?”
Jacob sacó un envoltorio de su túnica y la miraba mientras respondía, “Aquí
esta uno quien escucha con ambos oídos.”
“¡Yo creo que el Gran Padre originalmente ordenó la vida así! Pero los
trabajos de Navril Hagar, el Emperador Asur Valin, pervirtió su intención y ahora la
vida esta casada a la muerte, felicidad al dolor, la salud a la enfermedad! Considera,
por ejemplo, ¡La muerte de bebés quienes no han experimentado nada de la vida!
¿Dónde esta todo el amor abrasador, el divino gozo en tales tragedias?”
Jacob, viendo fijamente en su túnica preguntó, “¿Es posible que cualquiera
deba morir temprano?”
Algunos exclamaron con disgusto, “¡Porque escuchan a un pastor tan
ignorante de la vida!”
Jacob levantó sus ojos de la lana. Con una mirada salvaje de sorpresa la cual
algunos malinterpretaron como rabia y les contestó, “¡Ustedes se entristecen por los
Vivos! ¿Si un chiquillo regresa muy temprano a su Madre y Padre, debería causar
dolor? ¡Ustedes piensan que crean la vida! ¡Nunca ha sido así! Ustedes reflejan el
alma de Narain, la luz del Uno; esto también refleja en sus niños. ¿Ustedes no pueden
creer que son dueños de ellos? Ellos no son sus bienes, ni sus esclavos; la
responsabilidad de ustedes es quererlos, protegerlos como un sagrado encargo.
¿Dónde, entonces está la tristeza? Si un hombre pobre se topa con una vasta riqueza,
¿Su familia se entristece?”

~~~

Cuando las sombras escalaron la túnica de Jacob y acariciaron sus labios, el


terminó abruptamente, “¿Cuándo nos reuniremos de nuevo?”

Muchos gritaron, “¡Mañana! ¡Que sea mañana!”


“¿Qué hay de sus tareas diarias?” el se rió felizmente.
Pero ellos le contestaron, “¡nada importa sino verte a ti y escuchar lo que
hablas!”
“Entonces que sea mañana,” el sonrió mientras se iba caminando con Sanel.
Un noble joven llamado Arturo, muy alto y guapo con unos profundos ojos
azules, corrió tras ellos, gritando, “¡Maestro! ¡Esperen!”
Jacob lo había notado mas temprano – un improbable reflejo del Sol
metiendose había una vez jugueteado solo sobre la cabeza dorada del joven, mientras
los otros estaban en la sombra.
Arturo, tragando con dificultad, dijo “¡Maestro! Por años he orado por un
guía, suplicándole al Gran Padre que me revele el significado de este duro mundo.
Muchas veces tu rostro apareció ante mi en visión. La última vez -- ¡Justo anoche! –
También había una voz como el rugido apaleador de un gran océano ‘sigue a este
hombre. El te enseñará del Uno.’
“Al fin te he encontrado; ¡Nunca te dejaré!” Arturo se tiró a si mismo a los
pies del pastor y los besó.
Riéndose suavemente, Jacob lo levantó. “¿Si tu vas conmigo, quien te
detendrá? Ven, come con nosotros.”
Así Arturo vino a Jacob, el mismo Arturo quien algún día protegería a los
Quinientos de las Legiones Salazianas.

~~~

Muy tarde esa noche, Jacob se sentó en el estudio de Sanel ante el fuego,
contemplando sus flamas. Sanel y Leora, Arturo, Aldis y otros pocos estaban allí.
Corazones llenos con su silencio, mentes tratando de entenderlo.
Un fuerte golpeteo hizo que el mercader abruptamente se pusiera de pie. El
muy de prisa fue al portal, pensando, ¿Quién puede venir a estas horas?
Abriendo su puerta, el descubrió a un joven hombre vestido en trapos
rasgados. El visitante se le quedó viendo a él fervientemente por un largo momento,
entonces exclamó fuertemente, “¡Aquí esta un Maestro! Yo debo verlo.” La luz de la
lámpara de gas detrás de el hizo que su ondulado cabello sable apareciera casi
demoníaco.
“El esta aquí,” susurró Sanel perplejo por tal intensidad de palabra y forma.
“Pero el no ha hablado en toda la noche; el solamente le sonreía al fuego, pensando
pensamientos privados. Yo recomendaría que tu esperaras hasta mañana y -- ”
“¡Sanel!” retumbó la voz de Jacob desde el estudio. ¡Trae a Esteban a mi!;
nunca niegues o siquiera pospongas la entrada a aquellos quienes están Vivos!”
Aunque su apariencia salvaje bien lo camuflaba, este visitante era un shara, el
hijo mayor de un adan de un país distante. A la edad de doce, el concluyó que el
valor mas alto de la vida de la corte estaba en su ausencia y había abandonado su
hogar, desesperadamente buscando una alternativa. El había descubierto a muchos
con mucho aprendizaje los pasados nueve años pero todavía, no había quien pudiese
llenar ambos, su corazón y su mente, nadie con suficiente integridad y poder personal
para satisfacer sus altas expectativas y deseos.

Hoy, sin embargo el había escuchado del pastor Jacob, un hombre quien
hablaba de la vida diferentemente de los otros, con fortaleza, sabiduría y amor
manifiesto. Había muchas historias recorriendo alrededor de Falón acerca de quince
curas remarcables que habían tomado lugar mientras el pastor estaba hablando;
muchos de los crédulos estaban diciendo que el era un Trabajador de Milagros de
poder sin precedentes.
Esteban fervientemente buscó la villa del mercader, pero se quedó afuera, con
la mente dividida, por varias horas. ¡Habían tantos falsos maestros en esta edad
empobrecida! ¡Que tal si -- otra vez! -- ¿Este pastor era solamente otro? Al final el
junto su valor. Seguro que el se decepcionaría, el pidió permiso para entrar. Y ahora
el estaba siendo dirigido y su corazón batiendo contra su pecho como un león recién
atrapado, dentro del corazón de la villa de Sanel.
¿Cómo pudo el saber mi nombre? El pensó a pesar de que la presencia
encarnada en el estudio empezó a inundar a través de su espíritu.
Jacob, viendo aun solo al fuego, dijo cálidamente, “¡Bienvenido, hijo mío!
¿Pero done está la chiquilla Débora?”
Esteban descubrió el caos. ¿Cómo podía este simple aparente pastor conocer a
la traviesa quien había terminado con su paciencia durante el mes pasado? Durante
mucho se había maldecido a si mismo por compartir la coraza de pan que había
ganado su lealtad. Le había tomado a él hasta esa misma mañana, escapar de su agudo
ojo ¿Nos pudo haber visto juntos? ¡Nunca le había visto antes! ¿Cómo entonces
puede el saber de Débora?
Mientras la mente de Esteban se apuraba a traves de multiples soluciones
improbables para explicar el conocimiento imposible de este pastor, su boca se
quedaba abierta de la incredulidad. Llegando a la unica explicación razonable, el
decidó que el debía haber soñado la pregunta y contestado en un tono que implicaba
que el no esperaba respuesta de un viejo de tan simple apariencia, “¿Cuál es la base de
todo el conocimiento?”
Jacob mirando aun solo las llamas, movió su atención completamente para
confrontar a Esteban. El efecto en el shara fue la division de su mente entre la vision
que reportaban sus ojos que el pastor no se habia movido y la profunda percepción
intuitiva de que el se había movido y lo estaba viendo ahora fijamente.
Jacob complacido al descubrir lo bien que Esteban percibía esta manipulación
del Uno, dijo con lo que pareció una tristeza profunda “Tu deseas mas vida cuando tu
malgastas la que tu posees? Te pregunto de nuevo, shara Esteban, hijo mayor de
Johannes de Celamir y Ambarina de Selorina ¿Qué has hecho con mi hija perdida
Debora?”
El Shara ya no podía negar más la presión en su pecho.” Su mente con caos de
salvaje confusión y apasionada esperanza, el cayo en sus rodillas ante el pastor,
atragantándose, “¡Padre mío! ¡Perdóname! Yo – le dejé a ella esta mañana en Samora.
Pero -- ”
“¿Pero? ¿Pero? ¿Regresas a mí con excusas? ¿Tu esperas la gracia de la
Madre si tu niegas a aquellos quienes dependen de ti? ¡Vete de mi presencia, no te
atrevas a regresar sin la chiquilla!” Los ojos de Jacob se movieron lentamente del
fuego; el poder de su mirada por primera vez golpeó profundamente dentro de los
ojos marrones de Esteban. Una intensa luz irrumpió dentro de la vida en el shara,
haciendo pálido el salón.
“¡Me voy inmediatamente!” exclamó. Dando un brinco y dando un raro medio
saludo reverencial, el salió corriendo de la villa. El tampoco dejo de correr hasta que
casi alcanzo Samora y encontró a Débora durmiendo en la grama a un lado de la
carretera.

Tomándola en sus brazos, el lloró placenteramente sobre ella; la chiquilla


despertó con una carcajada. “¡Oh Esteban! ¡Esteban! ¡Sabía que nunca me dejarías!”
Así Esteban primero vino a Jacob, el mismo Esteban quien dirigiría a los
Quinientos después de la muerte de Jacob.
~~~

Casi tres mil dejaron sus rutinas diarias para escuchar al pastor en el cerrado
mercado la siguiente mañana. Los compartimentos vacíos y las tienditas de los
vendedores le parecían a él un símbolo que encajaba: Las energías del mundo
parecían como un balance finamente entonado, que a solo a el le habían dado la
habilidad de ajustar. Sabiendo que era el último discurso, el no se quedó con nada:
Por doce horas, el dio la totalidad de su espíritu mientras su capacidad de expresión
que crecía sin límites. Su voz, al principio bellamente resonante y llena,
gradualmente se transformaba para empezar a ser tan perfecta para ser mas que
verbal: casi parecía como si sus pensamientos estaban pasando directamente y sin
distorsión dentro de las mentes oyentes sin el médium del suave aire de primavera.
Estas fueron las palabras finales publicas del pastor Jacob en Falón:
“¡Mi gente! Yo les pregunto por ultima vez, ¿Por qué se alejan de mi? ¿Qué
impulso de perversidad cierra sus corazones, nosotros quienes fuimos unidos en Luz
Eterna y el Canto del Uno en el Principio?
“¿Por qué niegan ambos, el Néctar y Pan? ¿Esta el barro crecido tan grueso en
tus oídos que no puedes escuchar mi llamado, solo en la ciudad de los Muertos? ¿Sus
juicios y creencias han opacado tanto sus sentidos que ustedes no pueden ni probar ni
oler, sino solo tocar?
“¿Qué puedo hacer para que ustedes coman de mi completo grano? ¿Debo
romper este viejo cuerpo antes de que ustedes me escuchen? ¡Mi alma espera por su
presencia; mi mano se estira para tomar otra vez su amor, fluyendo en ríos desde sus
derretidos corazones!
“¿Se han olvidado tanto del Gozo? ¿No fue suficiente una probada de mi Taza
para revelar la vibrante vida del Uno?
“¿Por qué buscan agua en el desierto? ¿Por qué te arrastras a través de las
hierbas buscando pan?
“Con el Oro Pulido en sus manos, ¿Por qué hacen trueque por el milagro?
“¡Tus venenos diarios los han cegado! ¡Han sacrificado la Verdad a los ídolos
de una humanidad degenerada!
“¡De que les sirven sus corazones sin fortaleza! ¡Cual es el uso de sus vidas
sin Amor!
“¡En el amanecer de la Creación, tu voluntad fue manifiesta! ¿Por qué
permiten que esta ensombrecida e incierta superstición opaque sus sueños? ¡La Fuente
ha regresado hoy! ¡Regocíjense conmigo! ¡Perdónense a si mismos, perdonen al
mundo, bailen en la luz del Uno!
“¿Tu no compartirías el agua dulce? Yo te digo esto verdaderamente: La
Oscuridad y la Luz empiezan ahora a ser mas intensas. La Oscuridad, a ser enraizada
afuera y para siempre destruida; la Luz, al triunfo por todos los tiempos.”

“¡Mi gente! ¡No despierten al cuarto día entonces y se encuentren a ustedes


mismos entre las cortas varitas del grano después que el cosechador ha pasado! ¡Yo
les digo ahora en claras palabras. El destino de Falón es fuego!”
Sorprendido Jacob a si mismo, dejó que su mente se deslizara hacia adentro,
retando la terrible verdad, que él justo había descubierto. Por diez minutos el luchó
con sus dudas mientras sus oyentes lo miraban a él con incremental confusión. ¿Qué
estaba haciendo él? ¿Había algo mal con el? El estaba viendo sobre de ellos, sobre sus
cabezas; aquellos quienes estaban suficientemente cerca vieron que sus ojos se
movían rápidamente, como si ellos estuvieran observando algo o alguien. Estos
estiraron sus cuellos para seguir su mirada pero no podían ver nada sino la piedra
caliza del banco al cruzar la plaza y, arriba de eso, el cielo primaveral perfectamente
azul.
Finalmente Jacob tembló una vez y, mirando de regreso a los Faloneses, gritó
en una voz muy alta, “¡Que así sea! ¡El libreto en movimiento continua! ¡Que nadie
oponga a su violento decreto! Al cuarto amanecer de aquí en adelante, yo dirigiré el
camino para aquellos que están Vivos; solo los Muertos se quedaran.
“Dejen atrás todo, salvo solo las ropas que usan, una frazada, y suficiente
comida para siete días. Todos ustedes deben venir: después de la última caminata del
pastor, este viaje de siete días, ustedes seran llevados de la ciudad de los Muertos
dentro de un nuevo y superior mundo.”
Muchos exclamaron, “¡Vean! ¡El pastor esta loco!” pero algunos se acordaron
de la guerra del oeste y estaban profundamente abatidos. Y algunos, los mas movidos
por su presencia, decidieron sin ninguna duda partir.

~~~

Esa noche, tres de los oficiales principales de Falón se reunieron en las


oficinas administrativas del banco mas grande de la ciudad. Las alfombras marrón
aterciopeladas y los elegantes tapices estaban puestos para acentuar en vez de
esconder la rica piedra caliza. El propietario del banco amaba la permanencia; el
siempre sintió una poderosa fuerza de estabilidad radiando desde la roca. Bastante
exhaustivamente opuesto a la extraña y temporal debilidad del ser humano común. El
se recostó en su silla reclinable y recorrió sus manos a través de su escaso cabello y
repitió su punto una vez mas, “¡No! Yo digo otra vez, que estamos siendo unos
tontos. ¿No controlamos Falón? ¿Por qué debemos permitir a un pastor perturbe
nuestros negocios? ¡Tres mil hoy! ¿Por qué tolerar tal pereza? Un día terrible. El peor
de este trimestre. Yo les digo, el debe de ser acallado.”
El gobernador dejo de caminar de un lado a otro y se le quedó viendo. ¿Por
qué los banqueros siempre están preocupados con el tamaño de sus billeteras? ¿Qué
era importante acerca de los negocios, cuando la esencia del futuro de Falón estaba
siendo envenenada? El dijo bruscamente, “Ha pasado desapercibido a tu vista la
importancia de éste Jacob. Evita que el hable en público, el continuará en privado.
Nosotros solo tenemos una forma de evitar que corrompa a los jovenes. Eso que
siempre ha funcionado antes y no nos fallará ahora: el debe de ser ejecutado.”
“¡Tu no puedes hablaren serio!” explotó el capitán de la policía, furioso con
ambos. Un lunático inofensivo grita en la plaza y nuestros ciudadanos lideres piensan
que es importante. Ahora me explico como es que la nación diabólica Salaz
conquista el mundo, el pensó con desdén por su raza. “El obviamente es un revoltoso,
bastante probable que este loco. Pero el dijo hoy que se iría pronto. Nosotros solo
necesitamos paciencia. Y por favor, la mitad de la media de sentido común.”
“¡Pero muchos se irán con él!” exclamaron el banquero y el gobernador a una
sola voz.
“¿Tu no piensas eso? ¿Quién dejaría su hogar para seguir a un lunático de
remate? Ellos meramente encontraron una excusa para una vacación. Créanme,
veinticuatro horas después de que el pastor se haya ido, nadie se acordará de una sola
palabra de lo que el dijo.”
“Finalmente, yo estoy de acuerdo que debemos prohibir cualquiera de esos
discursos lógicamente absurdos,” refunfuñó el gobernador, lejos de estar satisfecho
con esta solución, pero viendo que no podía penetrar la firme indiferencia del capitán.
“No tiene sentido permitir esta vacación ilegal ya que debemos continuar con
otro día de trabajo,” estuvo de acuerdo el banquero agriamente.

La policía vino a la villa de Sanel y le dijo al mercader que Jacob ya no podía


hablar mas en el mercado o en cualquier otra parte en Falón bajo pena de muerte.
El pastor asintió serenamente al fuego cuando Sanel le dio las noticias. El
mercader como siempre entusiasmado para ayudar a este extrañamente silencioso
gigante, dijo, “Yo tengo un campo de cebada joven al oeste de la ciudad. Nosotros
nos podríamos reunir allí, caben muchos miles.”
Y Arturo dijo, “Yo puedo hablar con mi tío, el es el capitán de la policía. El
puede deshacer esta regla.”
Pero Jacob se carcajeó con una profunda diversión y le contestó a ambos, “No,
a ellos se les ha dicho suficiente. Ellos deben escoger entre Vivir o Morir. La simple
verdad es: yo nunca tuve nada en absoluto que decir.”

19. LOS VIVOS Y LOS MUERTOS

El dolor es el pensamiento del mal chocando con tu mente perfecta


--Rodavi

Todos creamos nuestro propio mundo.


Feliz o triste, saludable o enfermo
En riqueza o pobreza,
Vivimos como escogemos.
No hay nadie a quien culpar.
No hay nadie a quien agradecer.
No hay nadie sino nosotros mismos
--Mordom

Los Quinientos escogerán por la vida


Cuando la muerte aparezca en el camino derecho.
-- Joab

Mientras Jacob hablaba ese día, el último remanente del ejercito en


retaguardia que lo pasó a el una semana antes, fue rodeado y destruido al hombre por
las legiones invasoras Salzianas.
Los victoriosos generales se reunieron todos esa noche dentro de la tienda de
su joven emperatriz. Era apenas suficientemente grande para los doce de ellos: Avera
igualaba las austeridades de sus soldados en su propia vida. Ella comía cuando ellos
comían, vestía como ellos vestían, dormía como ellos dormían. La fanática devoción
de los militares Salazianos no era accidente.
Las aclamaciones se hablaban bien y por largo tiempo. Pero el general mas
joven de Avera, Golranel, no se juntaba con los otros en sus aclamaciones. El se
quedaba parado atrás con una actitud, impaciente esperando la atención de su
emperatriz.
Avera notó esta pequeña desarmonía pero no vió una buena razón para no
permitir a los oficiales de rango felicitarla y el uno al otro hasta el límite de su deseo.
Pero cuando estaban en lo mejor de la euforia y en medio del mas estático verboseo y
este empezó a tomar pausa en sus retóricas y metáforas del caso para describir la
generosidad de los militares Salazianos y la brillantez de su emperatriz, Avera miró
con rabia al Golranel y dijo fríamente, “¿Tu no te regocijas de nuestra pequeña
victoria, joven general?”
Golranel miró fríamente dentro de los ojos ébano que aterrorizaban a la mitad
del mundo y contestó muy despacio, “Esta victoria fue buena, y estuvo bien, su
Excelencia. Pero verdaderamente, ¿Qué hemos logrado? ¡Ninguno de los bárbaros se
escapó para reportar nuestra ciencia superior! ¿Qué ventaja tiene nuestra habilidad
superior, si fallamos en usar lo que tenemos para terminar aquí y enfocar las legiones
a la guerra del oeste?”
“¿Qué es lo que sugieres?” Avera preguntó con gran interés. Ella empezó a
juguetear sin sentido la gema dorada Starbha escondida debajo de su uniforme.
Golranel tendría como siempre algún horrible pero maravilloso plan. Era su
extraordinaria brillantez combinada con su extraordinaria violencia en ser tajante que
le permitió a él avanzar tan rápido y tan lejos. ¡El era solo tres años mayor que ella!
Golranel, sonriendo adentro pero mostrando solo su usual intensa rigidez, se
abrió paso entre los generales y se encaró directamente con Avera. El puso ambas
manos sobre el mapa de la mesa entre ellos y se inclinó ante ella, y le dijo en voz muy
baja, “Sembremos miedo. Esto es lo que yo veo, Avera. Aterroricemos a los
bárbaros. Sus ejércitos no lucharán si ellos entienden los terribles poderes que
nosotros hemos extraído de los viejos libros de los Guardianes de la Promesa. Mira –
allí. ¿Lo ves? Una escuálida capital de esta patética región. Falón, creo que así se
llama. Descendamos sobre ella con la totalidad del fuego. Deja sobrevivir a unos
cuantos cientos – solo suficientes para escaparse hacia el este y derramar la historia de
nuestro poder superior. Entonces, nosotros solo necesitaremos esperar. ¿Puede haber
duda que ellos rápidamente se someterán?”
Avera miró por un largo tiempo a las sombras de las linternas jugando sobre
los mapas en la mesa. Todos los generales se inclinaban hacia ella ahora,
curiosamente acerca de su respuesta acallando cualquier otro pensamiento. Avera
sintió su concentrada atención y la usó para ayudar el enfoque en su mente. Aun así,
su decisión fue larga en venir. Sería un error el pensar siquiera una leve compasión
para los cien mil Faloneses que la detenían. La lógica era su único dios. Terror por
velocidad como herramienta practica. Aun ella dudaba, porque ella sentía una fuerza
escondida allí, un poder desconocido que quizás crearía futuras complicaciones. ¿Qué
era eso? ¿El martirio, quizás? Ella bien entendía el efecto de los símbolos – parte de
su meteorico levantamiento era debido al asesinato de su padre. El hecho era que ella
había cometido patricidio nunca en lo más mínimo opacó su percepción del efecto del
asesinato en público. ¿Convertir Falón a las cenizas nos servirá bien? ¿O quizás se
unirán estas débiles e inferiores razas?
Avera apretó a Starbha muy fuertemente con su fuerte mano regocijándose
otra vez al sentir el profundo misterio del poder infalible de la gema. Riendo
felizmente, ella exclamó, “¡Que así sea Golranel! Tu amoroso pensamiento me place.
Yo me iré rápidamente de esta maldita tierra de demonios blancos como la tiza. Ve
los detalles y procede.”

~~~

Al amanecer del cuarto día siguiente, mil quinientos se reunieron en el muro


norte de Falón. Muchos vinieron por temor a la profetizada destrucción, otros solo por
amor. Aquellos que se quedaron atrás se apoyaban sobre sus ventanas, irónicamente,
“¿Parecemos muertos? ¡El pastor dijo que solamente los vivos serían capaces de irse
hoy! ¿Por qué siguen a un loco? ¿Están bien o es que el último invierno los ha vuelto
dementes? ¡Pensar que pensábamos de ustedes eran Faloneses!” Algunos cuantos
regresaron por las palabras irónicas de sus amigos y vecinos de toda la vida, pero la
mayoría no pudo ser disuadida; ellos se reunían en el aire frío de la madrugada.
Esteban, Sanel y Aldis estaban entre los mil quinientos y le dijeron a aquellos
que habían traído mas que solo sus ropas, una frazada y comida para siete días que
huyeran de Falón hacia el este.
Muchos de los miles que así fueron comandados se quejaban amargamente,
“¡Eso es injusto! ¿Debemos caminar sin estar preparados hacia un futuro incierto?”
Pero cuando Esteban les respondió, “¿Han tenido tan poco entendimiento de
quien es Jacob? ¿Están tan desesperanzadamente ciegos?” Algunos apenados tiraron
sus espadas y sus joyas y cajas de dinero y se unieron a los quinientos quienes estaban
siguiendo al pastor al norte.
Todo ese día, Jacob los dirigió dentro de las colinas muy despacio. El se
detuvo justo antes de la puesta del sol en una colina; los Quinientos observaban con
agregada emoción cuando las luces de Falón se empezaban a quemar en la lejana
distancia. No solo uno pocos deseaban regresar y dudaban del pastor. ¡Todo había
sido tan de pronto! ¿a dónde los llevaba? ¿A cualquier parte? ¿Habían sido unos
tontos?
Jacob rompió el silencio del día. “¡No enciendan fogatas esta noche!
¡Descansen ahora, levántense temprano, observen la ciudad de los Muertos!” el se
acostó e inmediatamente se quedó dormido.
La mayoría hicieron como les dijeron, pero Sanel buscó al shara Esteban y
preguntó, “¿Por qué el Maestro no come ni bebe? ¡El no ha traído nada para si
mismo!”
Esteban se le quedó viendo con angustia y respondió, “¿No dijo el que este
Viaje de Siete días era la Ultima Caminata del Pastor?
“¡Seguro que el hablaba en metáfora, como lo hacía seguido ante las masas!”

“Quizás, Sanel, quizás” Esteban se enrolló a si mismo en su frazada y se


volteo. Pero después de que el mercader se marcho, el shara se quedo observando en
insomnio a Falón durante el resto de la noche.

~~~

Justo antes del amanecer, los Quinientos se despertaron ante un distante


retumbido, como el de un trueno. Mirando de vuelta a Falón ellos vieron un terrible
humo negro de muerte y destrucción levantándose en grandes y rugientes bocanadas
hacia el iluminado cielo. Aquellos con los ojos mas agudos dijeron, “¡Salaz ha
rodeado la ciudad! ¡Ellos disparan continuamente! ¿Dónde está nuestro ejercito?”
Toda esa la mañana los Quinientos observaron, boquiabiertos con estupefacto
horror.
Por último Jacob dijo. “Ya no es mas. Ahora los Muertos están muertos.
Vamos a continuar. “El empezó a caminar hacia las montañas; muy despacio, todos lo
siguieron.”
Una hora pasó en absoluto silencio, roto solamente por el suave sollozo de
aquellos quienes había perdido a sus queridos amigos y parientes esa mañana. De
pronto Leora exclamó, “¡Ese polvo! ¡Viene para acá! ¡Una caballería! ¡Nos han
traicionado! ¡Huyan!”
Jacob no respondió. Ni siquiera cambió su paso, aunque los Quinientos se
levantaron corriendo y lo pasaron a él como un mar en furia. Tan pronto como todos,
excepto Esteban, Arturo y Débora estaban frente a él, él los llamó en una fuerte voz,
“Si corren, morirán. Yo no los puedo proteger si me dejan.”
Los Quinientos a regañadientes pararon y esperaron por el: Cuestionar sus
profecías no parecía particularmente sabio. Aunque todavía, se debe de notar si su
subsecuente destino se quiere entender: Todos sino tres dudaron de el en las
siguientes horas. ¿Habrían ellos escapado de la muerte de Falón solo para ser
encarnizados en los abiertos campos?

~~~

A media tarde, la caballería estaba en la distancia de un tiro de arco de ellos.


Jacob, viviendo la perfección del poder del nuevo pozo del Dorado Jinete, levanto su
mano derecha. La caballería se detuvo, exactamente como si estuvieran compuestas
de muchas muñecas y el había jalado un hilo que las activaba a todas.
“Es abundantemente claro,” dijo el capitán a su mayor, “Ese tonto estaba
totalmente errado. Hemos cabalgado todo el día y no hemos visto ni señas de una
banda de refugiados. Tampoco nadie puede escapar a nuestra vista pues hemos
cruzado la ultima cresta, ciertamente el malinterpretó rocas por gente en la luz
penumbrosa por el humo de la mañana.”
“Tienes toda la razón,” dijo el mayor a su capitán. “Déjanos humildemente
sugerir que se le pele la piel para hervirlo y luego dárselo de botana al león de Avera,
por hacernos perder nuestro tiempo. ¡Señala el regreso!”
La caballería se fue de regreso por donde había venido. Pero uno de ellos no
se movió como la ola se rompía a su alrededor: Un oficial menor mantuvo a su yegua
quieta como una roca mientras el miraba incrédulo de un lado a otro como se retiraba
la caballería ante los refugiados, parados a simple vista a tan solo cincuenta pasos
enfrente de ellos.

Jacob caminó entre su gente a él y le dijo en perfecto Salaziano, “¡Bienvenido


teniente! Hemos estado esperando por ti. Gracias por apurarte a llegar.” El se dirigió a
Sanel y dijo, “háblale a David del Uno. De toda la vasta horda de Salazianos, este
chiquillo solo, esta Vivo.”
Así fue como David vino por primera vez a Jacob, el mismo David quien sería
el Ultimo Vivo de los Quinientos.
~~~

Poco después al principio del sexto día de su viaje, Jacob dirigió a los
Quinientos fuera del sendero principal dentro de un antiguo y olvidado camino. Cada
día ellos habían caminado desde el amanecer hasta el anochecer, tomando una pausa
de una hora al descanso de miedo día. Ellos habían hecho un excelente progreso: los
picos cubiertos por la nieve de las Montañas Guardianes estaban todos a su alrededor.
El pastor había mantenido silencio desde que la caballería se devolvió;
muchos estaban preocupados por el. Muchos habían dudado su propia fortuna: Su
comida ya casi se terminaba. Ellos se arrepentían de haber abandonado todas sus
armas y trataban de atrapar conejos y aves silvestres. Pero Esteban se los prohibió, “Si
ustedes rompen sus mandatos, ¿Cómo pueden esperanzarse de su protección?” Había
un considerable murmullo de preocupación, pero la mayoría de los Quinientos
basaban sus esperanzas en el pastor. Nadie era todavía suficientemente valiente o
suficientemente temeroso para perturbar su silencio.
Todo ese día, ellos caminaron por un sendero rocoso siguiendo un incitado
arroyo a través del bosque virgen siempre verde, el valle, al principio era bastante
amplio, y se iba encogiendo dentro de una angosta garganta, peligrosa pero amorosa:
Muchas cascadas de chorros de agua corrían de sus altos acantilados para unirse a la
veloz agua de abajo.
Como el sol se empezó a meter detrás de las montañas, el camino emergió de
un cañón y terminó en una gran sabana verde, rodeada por todas partes por las mas
majestuosas Guardianes. Los Quinientos habían escalado muy alto: Solo una legua
arriba había nieve incluso en las colinas del sur; ellos había ya cruzado muchos
parches de nieve que estaban en lugares protegidos. Los niños habían totalmente
disfrutado de eso; ellos jugaban sin importarles nada con sonrisas primaverales
mientras sus padres dudaban incluso mas fervientemente. ¿Cuándo aprenderán ellos
que la vida en el mejor de los casos es dura y frecuentemente cruel?
El arroyo que habían seguido todo el día caía desde muy arriba dentro de un
profundo estanque. Jacob se arrodilló cerca de el y se le quedo mirando al agua.
Todos lo dejaban solo excepto Arturo, quien nunca dejó su lado por ninguna razón.
El noble joven se sentó junto a él para estar disponible a ayudarlo en cualquier forma.
No mucho mas lejos esperaba la chiquilla Débora. Desde que ella había visto
la primera vez a Arturo, ella había sido leal a él como él era con Jacob: Ella
encontraba a Arturo perfecto en todas las formas. Esteban al principio estaba perplejo
por esta transferencia de su devoción; pero cuando el pensaba acerca de ello, el sentía
que era una buena forma de mantenerla alejada de problemas y aprobó el cambio. No
era claro si a Arturo le gustaba esta constante sombra de cabello rojizo, pero
probablemente estaba demasiado metido con su continuo estudio de Jacob para notar
su tenaz y afilada atención.

~~~

Mientras los Quinientos comían su cena, unos poco se acercaron a Esteban y


Sanel, “¡Nosotros tenemos comida solo para un día mas! ¡Mañana nuestros niños se
morirán de hambre! Debemos de entender su intención.”
“¡No conozco su mente, yo no lo cuestiono!” No confiando en sus ojos, el
shara se alejó de ellos. El mercader, sin embargo, había sido estimulado por sus
miedos: la preocupación por su familia era un peso en incremento. El estuvo de
acuerdo de acercarse a Jacob.
El pastor aun arrodillado junto al estanque. Una ardillita estaba en su hombro
pero huyó cuando Sanel se acercó. Antes de que el mercader hablara su duda, Jacob
exclamó, “¡Sanel! ¿Aun estas verdaderamente lleno de miedo? ¿Por qué cargas tu
mente con importancias y tu corazón con preocupaciones? Tu único requisito en la
vida es darte a ti mismo completamente al Uno. ¿Tu sientes mas por tu hermosa
Leora y tu adorable Susana de lo que lo hace la Madre? ¿Por qué dudas de Su amor
que lo abraza todo? ¡Tu debes aprender a tomar maestría de los movimientos de tu
mente! De otro modo sus divagaciones te llevarán una y otra vez dentro de la duda y
la desesperación, incluso ante el portal del paraíso.
“Sanel, esa pequeña ardilla me dijo de un feroz oso, aterrorizando este
pequeño valle. ¡Dame tu daga!”
El rostro del mercader se ruborizó: Jacob les había ordenado que no trajeran
armas. Pero el se había preocupado por la seguridad de Susana y Leora y había
escondido en secreto un kris en su túnica. Como él la iba sacando muy despacio, la
hoja plateada destelló letalmente a la luz de la luna.
“¡Sí hay peligro de un oso -- ! Exclamó Arturo.
Jacob le respondió a él tranquilamente, “Nadie sufrirá de eso.” El tomó la daga
con una expresión extrañamente melancólica, entonces recorrió su dedo muy despacio
por la serpentina hoja mientras murmuraba, “Cada acto esta acompañado por una
perfecta y justa compensación. Aunque, es curioso que una hoja como esta sea la que
pague la deuda.” Encogiéndose de hombros ligeramente, la deslizó bajo la soga de su
cintura y entonces miró al mercader. Un violento fuego rugiendo en sus ojos, el le
ordenó, “¡Sanel! Escúchame con mucho cuidado ahora. ¡Yo te llamé a mi – si, yo te
llamé a ti! Tu no te pudiste haber acercado a mi de no haberlo hecho.
“Dile a los Quinientos que descansen temprano esta noche y que no dispersen
las oscuras horas en habladurías sin sentido: mañana será el día mas duro para los
Vivos desde la Caida de Para – cuando su parte en esta labor empezó.”
Jacob se le quedó viendo somnoliento al estanque otra vez, dejando el peso
que el artísticamente le había quitado a Sanel se aquietara, para unirse con los otros
que tomado de la mayoría de los refugiados. Después de un largo tiempo, el tembló
vigorosamente y continuó en una voz tan llena de melancolía que el mercader al
principio pensó que estaban discutiendo la muerte de alguien queridamente amado,
“También construye un puente simple pero fuerte de troncos y piedras mas abajo de
este estanque, allí donde el arrollo se hace mas angosto, ¡Y Sanel! ¿No has notado que
esta agua no está fría?”
El mercader de hecho había notado que el arroyo se hacía mas cálido como
ellos lo habían seguido, pero no había concluido nada de este curioso hecho.
“Allí yace la respuesta a la duda quemandote adentro, martirizando tu paz,”
Jacob terminó aun solo viendo el agua.
~~~

El pastor no se movió otra vez hasta dos horas antes del amanecer. Entonces
se levantó de pronto y se alejó silenciosamente de los Quinientos que dormían, Arturo
estaba despierto y lo siguió inmediatamente: el nunca comía hasta que Jacob comía,
nunca tomaba nada hasta que Jacob tomaba, nunca dormía hasta que Jacob dormía. El
se apuró siguiéndolo ahora, temeroso de perderlo en la oscuridad.
No había necesidad de temer: Jacob estaba esperándolo justo un poco mas allá
del conocimiento de los otros. El habló muy suavemente desde lo oscuro de la noche,
“Arturo, Arturo, amado chiquillo, excesivamente amargo este día probará ser para ti.”
“¿Cómo es eso? ¡Cuando yo estoy contigo, todo es luz y gozo!”
“Tu has dado la razón. Ahora debo irme; tu no debes seguirme por muchos
años: mucho de la vida aun queda para ti en este grande y ancho mundo.”
“¡Yo iré contigo!” Arturo estaba aterrorizado por primera vez desde que él lo
había conocido.
“Tu no puedes. No te desesperes, yo no te abandonaré para siempre; nosotros
nos regocijaremos un día juntos otra vez bajo un nuevo sol. ¡Confía en el perfecto del
orden de la vida! Tu debes aprender a amarme mas abstractamente: como tu ves los
trabajos de los Siete en toda la Naturaleza, yo creceré mas de lleno y mas completo en
tu corazón. ¡Dame tu palabra!”
“¡Tu le pides a mis labios blasfemar mi alma! ¡Yo debo seguirte!”
“¡Tu no debes!” el pastor levantó su mano; Arturo cayó al suelo. Jacob se
arrodilló junto a él, tomo su cabeza y la mantuvo cerca de su pecho. Llorando el besó
su frente, y alisó su enredado cabello dorado. “Mi querido, hijo perdido,” el murmuró.
De pronto Jacob miró dentro de los arbustos y dijo “no temas, Débora. Tu Arturo
despertará con el amanecer. Ven aquí, chiquilla; yo debo hablar contigo.”

~~~

Al amanecer, los Quinientos fueron sacudidos de su sueño por un rugido del


rabioso oso. Parándose temerosos, ¡Ellos lo vieron corriendo hacia ellos montaña
abajo! ¡Un poco mas de terreno y estaría sobre ellos! ¡Un impulso caótico, de huir
hacia la seguridad! Fluyó a través de todos ellos. En el último instante, Jacob brincó
desde una rama colgante sobre el lomo de la bestia embistiendo. El kris se levantó y
cayó varias veces; la embestida hacia delante del oso cambió en volantines mientras
luchaba para quitarse al humano que lo atacaba.
De pronto Esteban estuvo junto a Jacob. El se había despertado temprano,
intuyendo mucho del sacrificio del pastor, y lo había buscado vivazmente durante la
última hora. El había rápidamente encontrado a Arturo durmiendo pacíficamente,
pero solo momentos antes el había al fin descubierto a Jacob. Como el oso rugía en su
muerte, el pastor tambaleándose en sus pies se paró y gritó a voz en pecho, “¡Detente!
¡No subas! ¡Todo está bien!”
Pero Esteban, viendo sus heridas, exclamó “¡Maestro! ¡Acuéstate!”
Jacob giró hacia él, sus ojos enormes con victoria o sorpresa y exclamo,
“¡Eres tu entonces!” las palabras resonaron dentro del shara, instantáneamente
distorsionando el espacio. Jacob parecía crecer enorme; las manos del pastor como
ellas muy despacio, muy despacio vinieron mas y mas cerca parecían como dos
enormes árboles estirándose hacia el desde una gran montaña de Jacob. Aun mucho
mas despacio las manos siguieron acercándose, expandiéndose mucho mas y mas
grande mientras ellas venían sin remedio. Y entonces ellas estaba tocando su cabeza;
ellas estaban tan calientes como la lava quemando los últimos vestigios de todo lo que
alguna vez había sido Esteban. El shara gritó; sus rodillas se doblaron debajo de el
cayendo hacia atrás sobre el cadáver del oso que aun daba sus últimos alientos.
Jacob sonrió con su boca un poco chueca y le dijo a él, “Tu debes guiarlos a
ellos ahora.” Entonces el se dio la vuelta y regresó donde estaban los Quinientos y
gritó. “¡Mi tiempo se termina! Esteban es ahora su nuevo líder. ¡Siempre hagan su
voluntad de tal manera como si el fuera yo! No duden: en el segundo día ¡Su pasado y
futuro se manifestarán!” El cayó a sus rodillas apretando su pecho.
Los Quinientos gritaron como si fueran solo uno y corrieron hacia delante.
Pero antes que cualquiera de ellos lo alcanzara un fugo brillante y dorado fluyó de su
corazón y una suave pero sublime neblina color argento vinieron desde las profundas
lagrimas detrás de él. En un instante, el Guardián de la Promesa Vaga, vestido en una
túnica refulgente esmeralda y usando una corona de brillante oro, se paró al lado
izquierdo de Jacob; la eternamente sobrenatural Venus en un radiante plateado estaba
a su lado derecho.
Solo el pastor y el shara escucharon las palabras de ella. “¡Mi Señor! Tu has
tenido éxito mas allá de toda esperanza,” y las de Vaga, “Bien has dado la vuelta a la
rueda, mi hijo,” levantando a Jacob como si no fuera mas pesado que solo una suave y
fina pluma de ganso bebe, Vaga miró sobre los Quinientos y agregó en una voz tan
fuerte y llena que el piso vibró, “¡Nunca – violen – la voluntad – de Esteban!”
Venus mientras tanto estaba agregando su suave poder al de Jacob a través de
dejar fluir una porción de su espíritu dentro del shara. Esteban sintió una fuerza
sanadora de calma reintegrando su mente, mientras los pensamientos de ella cantaban
a través de el, ¡Nunca temas shara! Siempre estamos contigo.
Entonces la luz creció mas y mas dolorosamente brillante hasta que todos
excepto Esteban se habían dado la vuelta y cubierto sus ojos. Así nadie mas vio lo que
sucedió después. Pero cuando la brillantez abruptamente terminó y los Quinientos
pudieron ver de nuevo, solo el shara estaba allí. El seguía sobre el oso, pero ahora
estaba aparentemente inconsciente.
Sanel exclamó en temor y desolación, “¡Que terrible esto de Jacob! ¡Por qué
yo no busque a ese oso anoche!”
Aldis gritó con rabia, “¡Que! ¿Tu lo sabías? ¡Y aun no nos dijiste! ¿Por qué--
?”
“¡Si, condénenme! Me merezco su odio. Si, ¡Lo sabía! Jacob me dijo. ¡Pero el
dijo que nadie sufriría! ¡Terrible! ¡Por ahora yo percibo que el quiso decir ning-uno!
Sino todos juntos! ¡Terrible, realmente es entristecedor por nuestra perdida del
Maestro!”
“¡No, Sanel!” gritó una voz que sonaba no diferente a la de un Guardián de la
Promesa. Mirando hacia arriba, los Quinientos vieron a Esteban parado ahora. Pero el
estaba transfigurado: una luz etérea radiaba desde rostro y cuerpo: el aparecía casi tan
glorioso como lo había sido Venus. “¡Tu primer entendimiento era correcto! ¡Jacob
no sufrió mas de sus heridas de lo que el Sol lo hace del polvo del espacio! Como
podemos estar tristes ¡Cuando nuestro Maestro ha regresado a su Fuente! ¡No, mis
hermanos y hermanas, nosotros debemos de regocijarnos hoy! El pozo reboza ahora;
nosotros podemos, no, ¡Nosotros debemos! Continuar bebiendo.”
Esteban se bajó de la roca, paso a través de ellos, tan calmadamente como si
fuera una dulce brisa y ellos se quedaron parados como cedros, y entonces caminó a
través del puente de Sanel y empezó a subir la montaña.

Nadie se movió hasta que Arturo, quien se había despertado con el primer
rugido del oso, dijo opacadamente, “debemos seguirlo. Fue el último mandato de mi
padre.” El cruzo el arroyo; gradualmente todos siguieron, estupefactos, abatidos,
llorando suavemente. El último de todos en venir fue Sanel, con su cabeza cabizbaja.

20. LA CUEVA

No es ahora
Nunca ha sido
Nunca será
Otra cosa sino el Uno
-- Rodavi

¿La perdida generación de los Quinientos?


La única esperanza del mundo para escapar
El talón de acero del Rakshasa encarnado
--Mordom

Los Quinientos estarán sin poder


Hasta que el Arbol del Mundo florezca
En la presencia de la Serpiente Blanca
Y del Lagarto Negro
Entonces solo así los Diez Mil
Recordarán su propósito
--Joab

Esteban dirigió a los Quinientos en curvas graduales montaña arriba. Era un


claro y hermoso día: pequeños grupos de nubes eran atrapadas por dos o tres de las
Guardianas, pero además de eso no había nada más por encima sino un casi
transparente azul en las altas montañas del cielo. Las primeras horas, una suave brisa
flotó suavemente hacia arriba desde el piso del valle, masajeándolos con suaves dedos
de perdón. Esto gradualmente se aquietó; la montaña era silenciosa pero el constante
y tedioso caminar de unos miles de pies hacia arriba, el mundo parecía estar
expectantemente esperando, uniéndose a los refugiados en su silenciosa anticipación
de un futuro imposible.
Esteban caminaba muy despacio, calmadamente, regocijándose en la fuerza y
la sabiduría de su nueva mente, con sus sentidos rápidamente evolucionados, el podía
claramente ver el sendero que Jacob había descubierto, formado eras atrás por los
sabios hombres y mujeres quienes también habían venido por este camino. ¿Cuándo?
Las rocas no le cantaban a él de eso. Pero el shara estaba seguro que había sido
muchos miles de años antes desde que nadie había otra vez seguido esta ruta.
Después de escalar cerca de una hora, Esteban empezó a empujarse a través de
la profunda nieve. Casi como compensación por el incremento en el esfuerzo, su
mente se expandió mas rápidamente; el se dio cuenta que el podía ahora tener lectura
del futuro tan fácilmente como del pasado. Con siniestra sorpresa, ¡El descubrió la
potencial perdida de varios de los Quinientos en las siguientes horas! ¿Había
alternativas?

~~~

Los refugiados lo siguieron a el casi con una esperanza vana. Unos pocos
intentaron entender los cambios en su nuevo líder; la mayoría estaban simplemente
obedeciendo el último mandato de Jacob. Pero dos quienes habían estado llenos con
rabia por la perdida de Falón torcieron sus mentes mucho mas irreversiblemente hacia
el odio.

~~~

Cuatro horas más tarde montaña arriba, Jonathan, un joven de dieciséis,


fantaseando de sus recientes perdidas, perdió el paso y se resbaló sobre el hielo
compactado. Una docena de manos trataron de agarrarlo, todas fallaron.
“¡No! ¡Jacob! ¡Mi Dios, no!” El gritó en terror como él se empezaba a dar
cuenta que estaba perdido y ciertamente iba a morir. Pero sus suplicas no hicieron
mas lenta su acelerada resbalada hacia debajo de la inclinada pendiente. ¡Al final de la
pendiente había un precipicio por el cual caía la cascada del arroyo!
Los Quinientos observaban aterrorizados, paralizados por la desdoblante
tragedia. Su camino doblaba de regreso y estaba directamente por debajo de Jonathan,
pero todos ya habían pasado: nadie estaba allí para detener su caída hacia una muerte
inevitable.
Desafiando toda lógica (y precaución), uno cerca del fin de la cola se atrevió a
empujar pasando a Sanel y Leora y brincó hacia atrás. El sabía mientras corría que
era un imposible: nadie podía correr tan lejos tan rápido. El podía ver la velocidad de
la caída del chico, podía ver la distancia que tendría que cubrir para alcanzarlo a
tiempo: era obvio que el llegaría demasiado tarde. Era imposible, una loca aventura;
todavía David corría, dividiendo su mirada entre el chico que caía y su propia
peligrosa ruta.
Mientras el corría, el teniente Salaziano mantuvo una sola cosa firmemente en
su mente: la seguridad del chico en sus brazos, agradecido, vivo; el se negaba a
aceptar la realidad de cualquier otro pensamiento; el poder de su concentración
distorsionó el tiempo a su alrededor, estirándolo hasta que su carrera empezó a ser un
sueño en cámara lenta. El espacio siguió al tiempo he hizo un túnel a su alrededor: el
ya no podía ver mas su propio sendero sino solo a Jonathan, corriendo a toda
velocidad siempre mas despacio por el hielo hacia su segura perdición.
Los Quinientos se quedaron viendo como si ellos estuviesen congelados al
hielo. Esteban solo continuó escalando calmadamente hacia arriba. Y en su
expandido silencio, el le adjudicó a ambos, a Jonathan y a David merecedores de
vidas muy largas.
En el último instante, tiempo y espacio regresaron a su fluir normal: David
atrapó a Jonathan por la cintura; aun era un peligroso balance de fuerzas en conflicto:
su bien definido cuerpo era apenas suficientemente fuerte para mantenerlos a ambos
de caer por el precipicio.
David rebasó por la orilla y se empezó a preguntar cuando el había empezado
a ser tan valiente. Apretando al chico a su pecho, el se acostó sobre la nieve y se
sentó pesadamente. Jonathan lo siguió a él sin resistencia difícilmente aun creyendo
que estaba vivo. Sacudiendo tan violentamente sus dientes que chocaban unos con los
otros, él le agradeció al Salaziano por salvarle la vida.
“¡Jacob me salvó!” se carcajeó David mientras él se le quedaba viendo con
nuevos ojos al majestuoso azul, blanco y reverdeciente mundo de abajo. “Nunca
podré repagarle por liberarme del cruel ejercito de Avera, aun si yo tuviese que
rescatar a diez mil de una muerte fuera de su momento.”

~~~

Cuando David y Jonathan caminaban de regreso con los otros, Esteban se reía
suavemente consigo mismo: ahora las fibras del tiempo podían ser tejidas para salvar
a casi todos los Quinientos. Casi a todos.
Por primera vez ese día, Sanel también sintió un alivio en su temperamento.
La mayoría de los otros Quinientos había juzgado a David porque el había servido en
el ejercito Salaz. Solamente el mercader y su esposa habían sido amables con el:
Leora disfrutaba hablar en su lengua nativa; Sanel había hace mucho conquistado sus
prejuicios nacionales y raciales cuando el se casó con una extranjera, el también había
disfrutado esta rara oportunidad e practicar su Salaziano: Su pasatiempo era el estudio
de varias actuales y antiguas lenguas del mundo. Su mente anhelaba los diferentes
patrones de símbolos extranjeros y sus significados. David era un vino de cepa para
él.

~~~
Al medio día, Esteban se detuvo ante la boca de una cueva, muy por encima
del valle. No muy lejos abajo, el arroyo salía disparado desde la montaña, entonces
cascadeaba en una serie de pequeñas cataratas hasta llegar a una alta cascada.
Viviendo aun mas completamente la paz de Jacob, el se sonrió en su corazón.
El shara levantó sus brazos por encima del valle y exclamó a los Quinientos,
“¡Ahora viene la prueba final! Ya no habrá mas luz para ustedes. Pongan su mano
sobre el hombro sobre el que está delante de ti. ¡No se atrevan a tardarse! ¡A la puesta
del sol, este pasadizo se cierra!”
Sin mas explicaciones, el entro a la cueva.
Arturo, quien toda la mañana había caminado detrás de él estupefacto, de pronto
entendió la petición del shara y se detuvo aun atorado. Quedándosele viendo a la
oscuridad de la caverna abierta, el estaba aterrorizado al alcance mas allá de su
espíritu.
Aldis lo estudió brevemente, entonces se apuró a pasarlo para alcanzar y
agarrarse de Esteban.
En una ardiente angustia de oscuros nudos, Arturo estaba paralizado mientras
el resto de los Quinientos seguían entrando a la caverna. Todos los demás también
estaban temerosos, pero la mayoría no lo dudó mucho, su temor de perder la conexión
de la cadena humana empezó a ser mayor.
Al final todos ya estaban adentro, salvo solo Arturo, David y Jonathan, como
los otros ya habían entrado, David había caminado mas y mas despacio y finalmente
se detuvo totalmente, también paralizado por el horror de este oscuro portal.
Jonathan esperó pacientemente por algunos momentos antes de decir suave
pero firmemente, “¡Tu no debes temer! Jacob nos trajo aquí, solo porque la luz yace
adelante.”
Sacudiéndose tan violentamente como lo había hecho Jonathan solo una horas
mas temprano, David contestó, “¡Que nudo es este! ¿Cómo puedes tu saber eso?
¿Cómo puede posiblemente Esteban saber a donde lleva esto? ¡Eso parece como mi
muerte! Nunca había yo conocido tal temor.”
“¿Esto?” Preguntó Jonathan, mirando a la cueva curiosamente. ¿Qué puede
haber de temor acerca de un hoyo en la roca? ¡Ellos habían casi muerto el día de hoy!
Esto no era nada, “ven conmigo – ves, yo me agarraré a ti. Tu no necesitas temer.”
“¿Tu me ayudarás? ¿Tu prometes no dejarme solo?” el teniente se le quedó
viendo a él desesperadamente. Jonathan se le quedó viendo a él con firmeza dentro de
sus oscuros ojos y contestó con absoluta sinceridad, “yo te lo prometo.”
“Entonces, si tu vas primero, yo te seguiré.” David cerró sus ojos firmemente
y se aferró al hombro de Jonathan fuertemente en preparación del oscuro terror.
“¿Qué mas podemos hacer? ¿Y tu?”
Arturo no dijo nada, en ves el solo se le quedaba viendo a la cueva como si
estuviera en trance. Jonathan esperó un momento con su paciencia en disminución,
entonces exclamó, “¡Ven! ¿Por qué esperas? ¿Seguro que tu escuchaste a Esteban?
¡Yo difícilmente puedo verlos a ellos ya!”
Aun no había nada más que aterrado silencio.
“¡Detén esto! ¡Tu no debes quedarte! ¿No vendrás? ¿No? ¿David, que
podemos hacer? ¡Nosotros debemos irnos! ¡Ellos ya se fueron! ¡Arturo, no te atrevas
a esperar! ¡Recuerda la advertencia de Esteban!” Jonathan entró, David siguiéndolo
tan cercanamente como si ellos hubiesen nacido conectados en el vientre.”
Arturo no lo siguió.
El había nacido con un temor de lugares cerrados, de ser enterrado vivo. ¡Esta
prueba en el día de la muerte de Jacob! ¡Es injusto!
¡Síguelos!
¡No puedo!
¡Tu debes hacerlo!
¿Cómo puedo yo?
La tarde se fue mientras el luchaba, pero Arturo no los siguió.
Había pasado una hora desde que Jonathan y David habían entrado; el se
atormentaba a si mismo en voz alta y durante mucho tiempo. Aun Arturo no los
siguió.
Pasaron dos horas gritando imperaciones a su terca carne, maldiciéndose a si
mismo y al mundo, Arturo no los siguió.
Pasaron tres horas, el sol se deslizó detrás de las Montañas Guardianes. El
tembló en un repentino aire frío pero el todavía no podía hacer que su cuerpo
obedeciera el terco mandato de su voluntad: Arturo no los siguió.
Pasaron cuatro horas, el exclamó, “¡Vamos eres un tonto! ¡El día está
terminando” y se abusó a si mismo por todas partes. Pero el era una estatua: Arturo
no los siguió.
Mientras el sol cruzó la orilla del mundo, el finalmente junto los últimos
destellos abandonados de su valentía y entró de una vez a la cueva. ¡Demasiado tarde!
El sintió antes de que lo pudiera oír el desliz de la roca, para siempre bloqueando el
sendero de los Quinientos. Corriendo hacia delante a través del aire lleno de polvo, el
rasgo a la roca acomodándose, mientras el gritaba, “¡No, mi Dios! ¡No! ¡El fin!” El
golpeó sus puños contra la piedra indiferente hasta que el se desplomó llorando,
“¡Primero Jacob, ahora los Quinientos! ¡Mas de lo que puedo aguantar! Demasiado
tiempo en esta loca debilidad -- ¡Demasiado tiempo en este loco mundo! ¡Solo, solo
otra vez! ¡Miserable, demente, un total tonto! ¡Te decidiste demasiado tarde! ¡Estas
arruinado! No -- ¡Maldito! ¡Maldito por el resto de la Eternidad!”
~~~

La cueva era totalmente negra, pegostiosamente húmeda y fría. Pero el piso


no era particularmente áspero; Esteban caminaba muy despacio para que la cadena
humana no se rompiera. Después de una hora, el empezó gradualmente a ir hacia
arriba. Habían unos cuantos dobleces en el camino; solo el sabía donde era el camino.
El techo generalmente estaba fuera de alcance, excepto por un horrible lugar donde
todos excepto los niños mas pequeños tenían que arrastrarse gateando.
Dos horas dentro de la montaña y la cueva se iba calentando; la roca empezó a
brillar un leve fosforescente. Gradualmente se abrillantaba hasta que no era necesario
mantenerse conectados físicamente. Esteban aun ordenó una sola fila; el sabía que
habría grietas profundas en la roca.
Uno desobedeció y se perdió aquí – la mente se Razel estaba mas allá de la
influencia de Esteban -- apasionadamente torcida por la rabia. Ella había huido de
Falón sólo por miedo y profundamente resentía a Jacob por no hablar con mas
simpleza. Toda su familia, todos sus amigos excepto su hermano Morgan que
caminaba frente a ella ahora -- ¡Todos estaban muertos. Solo porque el Pastor no les
había dicho todo lo que él sabía! ¡Y ahora este niñito le ordenaba a ella caminar en
fila como un animal! ¿Por qué debería ella escucharlo a él?
Razel caminó fuera de la línea y se metió en la oscuridad para desahogarse, el
de atrás de la línea trató de detenerla, pero su hermano Morgan que compartía su
mente dijo, “ella regresará en un momento.” Pero Razel ya no tenía más tiempo: ella
dio un paso dentro de un espacio vacío y cayó gritando a su muerte.
Esteban estaba al lado de Morgan un instante mas tarde, esperando a pesar de
su conocimiento del futuro de darle la vuela para que se uniera con los Quinientos. El
shara tomo ambos brazos y lo miró intensamente a los ojos, ampliamente contenidos
con tristeza y terror.
“¡Déjame ir! ¡Yo debo de ir por ella!” Morgan dio media vuela forzando el
agarre firme del shara.”
Esteban no lo soltó. “Es demasiado tarde. Sus pensamientos la destruyeron.
Tu deber es regresar con nosotros ahora o tu también caerás.”
“¡Porque! Exclamó Morgan con rabia. ¡Quien crees que tu eres! ¡Tu nos llevas
por una tumba sin sol para destruirnos a todos! ¿Cómo vamos nosotros ahora a
encontrar la salida de nuevo? Mi pobre Razel probará ser la única con suerte: ¡Todos
vamos a morir aquí! ¡Perdidos, solos, muertos de hambre! ¡Nadie nos llorará, sin
tumba! ¡Un mejor destino que haber muerto de las manos de esos negros demonios
que dejarla en ese hoyo! Nosotros no somos como los malditos Salazianos: ¡Nosotros
enterramos a nuestros muertos!”
“También nosotros,” murmuró David, pero Esteban le contestó: “No, Morgan.
Es como debe ser. Su odio solamente la destruyó y la arrancó de nosotros. ¡No tomes
parte de sus falsos juicios de temor! Tu te debes convertir como los otros. Su
arruinado cuerpo no tiene significado. Seria mejor olvidar que el cuerpo alguna vez
existió. Recuérdala con gozo.”
Morgan protestó con una rabia mas fuerte, “¡Tu eres tan loco y despreocupado
como era Jacob! ¡Toda mi familia esta arruinada! ¡Ustedes dos nos han asesinado a
todos nosotros!”
Esteban soltó los brazos de Morgan y dijo calmadamente, “Tu solo puedes ser
ayudado si lo deseas, Morgan, hijo de Kabil. La decisión es tuya. Unete a nosotros si
puedes.”
El shara se fue caminando de regreso al frente de la línea. Con varios grados
de preocupación, los Quinientos siguieron asustados por el grito de Razel haciendo
eco, pero ahora aun mas adversos a desobedecer al nuevo líder.
Morgan los maldijo a todos aunque no vio otra opción sino seguirlos. El
caminaba ahora lejos detrás de los otros, jurando venganza como su rabia hervía aun
mas irreversiblemente en su moribunda mente.
~~~

Las paredes se quedaron atrás como los Quinientos entraron a una vasta
caverna. Un arroyo humeante cruzaba ante ellos y desaparecía dentro del suelo.
Cuando Sanel lo vió, el le susurró a Leora y Susana, “¡Allí yace una respuesta parcial
al acertijo del agua tibia de abajo! Todavía aun la pregunta mas grande esta sin
respuesta. Nadie podría vivir aquí durante mucho. Me pregunto, si fuera mejor que
regresáramos al mundo y --”
Desde muy lejos adelante, Esteban reía con un gozo sin duda y exclamaba
“¡Sanel ¿Tu nunca aprenderás a confiar en el Uno? Seguro que tu te acordarás de la
advertencia de Jacob, ‘¿Nunca por orgullo te apoyes solo en tu propia fortaleza?’ ¿Te
acuerdas? La verdad nunca está lejos de ti, si mantienes tu corazón abierto a ello.
“¡Mi gente! Aquí descansaremos esta noche. Terminen su pobre comida de
Falón; mañana en la noche ustedes pensarán que el mundo externo es solo como una
pesadilla. ¡Ahora!”
Marcando o respondiendo a su comando, hubo un profundo tremor de un
quejido y el sacudirse de la montaña. Los Quinientos vieron al shara con un repentino
terror, pero Aldis exclamó en una voz muy fuerte, “¡La entrada de cierra, como
Esteban predijo!”
Morgan, alcanzando el último limite de su mente, gritó en rabia, “¡Tu estas tan
loco como el! ¡Ya nadie puede dudar que vamos a morir aquí!” el se fue molesto de
regreso por el camino donde habían venido, su corazón torciéndose en un duro nudo
de duda y desesperación.

~~~

Después que la mayoría de los Quinientos estaban durmiendo Sanel se


escurrió junto a Esteban. El mercader, deseando compensar sus continuas dudas,
había visitado a todos los refugiados preguntando por su bienestar, y había
descubierto las sorprendentes noticias, las cuales el ahora relataba sin aliento,
“¡Esteban! ¡Esteban, ni Arturo ni la chiquilla Débora están aquí! ¿Esteban
escuchaste? ¡Ellos nunca entraron a la cueva. O se perdieron en algún recoveco atrás!
¿Qué debemos hacer? ¡Arturo y Débora no están aquí!”
El shara abrió un ojo y miró pensativo al mercader. El se había sentado
calladamente, buscando el conocimiento en su nueva mente, intentando descubrir si
habia un final previsible para su crecimiento. El no econtro final: Ya no habían muros
internos dé ningún tipo, ni restricciones para su conocimiento del pasado o futuro, sin
limites a sus habilidades, ni fronteras a su siempre expansivo consciente. Esto,
entonces, ¿Era el efecto del Uno totalmente suelto en su mente?
El shara miró al mercader por una largo rato, entonces contestó calladamente,
“No te molestes en buscarlos, Sanel; ellos aun están afuera. ¿No notaste como su
lealtad se transfirió, de mi a el tan pronto como ella lo conoció? Jacob le dijo a ella
que se escondiese en el bosque cuando los Quinientos cruzaran el puente, porque el
previó que Arturo no podría entrar a la cueva. Débora será la perfecta compañera
para ayudarlo en su tarea. Vamos a ver – en el séptimo año entonces, ellos tendrán
una hija. Ellos la llamarán Jacobi en honor al pastor. Jacobi madurará para tomar
maestría de las ciencias sutiles, un Guardián de la Promesa de poder como nunca
antes.
“Y habrá un segundo hijo dos años mas tarde, una hermosa alma de luz; un
rayo de Almira, realmente, ellos llamaran a este uno Est -- Oh, no importa.”
Sanel pensando, no entiendo a este hombre murmuró algo incoherente y se fue
a buscar a Leora y a Susana.

~~~

La siguiente mañana Débora seguía las huellas de los Quinientos subiendo la


montaña y encontró a Arturo durmiendo en el desastre de lo que bajó de la avalancha,
su dorado cabello ennegrecido por el polvo y la suciedad. Lo despertó tiernamente
diciéndole en su dulce voz, “¡Lalasa dori! ¡No estés triste! ¡Es un día bello y claro!
¡Ven a ver con que gloria el Señor Orah brilla en las montañas!”
El, la miró hacia arriba en su miseria y se preguntaba si ella había venido
como un ángel en la muerte o renacimiento. Pero cuando ella lo llevó fuera de la
oscuridad hasta la luz brillante del sol, descubrió que el mundo todavía no había sido
destruido por su tristeza. Las Montañas Guardianes seguían de pie, tan majestuosas e
intocadas por su pasión como si sus perdidas fueran menos importantes que las
sombras moviéndose en sus eternos glaciares.
A pesar de la terca desaprobación de su mente, su corazón sonreía por la
belleza del mundo. El respondió con ternura, “Jacob aun debe de estar con nosotros
todavía, Débora. Tienes razón, es un día amoroso.

~~~

En la penumbra in cambiante de la cueva, el tiempo era solo un concepto de la


memoria. Pero fue antes de que la mayor parte de los Quinientos se despertaran, que
Sanel gritó atemorizado y habló fuertemente, “¡Morgan! ¡Esta muerto! ¡Morgan se
suicidó! ¡Esteban! ¡Morgan está muerto!”
El shara esperó hasta que todos se juntaron, entonces mandó navegando su
infinitamente calmado navío dentro del corazón del mar de caos. El apasionado
grupo partió ante el tan sin esfuerzo como un joven bambú ante un enorme elefante
macho. Arrodillándose junto al cadáver, el cerró sus ojos, entonces dijo en una voz
sin inflexión, “¿Quién regresará esto al mundo de los Muertos?”
David y Jonathan dieron un paso hacia delante para llevar el cuerpo al arroyo.
Esteban los miró fijamente, su mente girando a través de una serie de inesperadas
transformaciones. No podían haber mas contrastantes cargadores del cadáver: El
nacimiento de David le regalo a el la piel de ébano y el cabello de los Salazianos;
Jonathan era de la raza Dimen de los casi albinos: sus ojos eran azules, pero su
cabello y piel eran blancos. Esteban se puso de pie lentamente, entendiendo el
significado de su símbolo. Ahora el sabía porque ellos habían sido los últimos a
entrar a la cueva; ahora el sabía el destino de ellos.
Mientras David y Jonathan arrojaron el cadáver dentro de la corriente, el
teniente cantó un himno del entierro Salaziano.
En el menguar de la luna,
En el caer del viento,
En la puesta de sol,
Ellos me han puesto a mi en mi tumba
¡Han roto mis flechas, desvanecido mis sueños!
No más mi amor me abrazará.
¡Tampoco mi hijo me llenará con orgullo!
No mas yo cantaré de mis victorias,
Ni acariciaré mi lira con mi diestra y segura mano.
Todos mis trabajos se han desvanecido:
Mi mundo es una estatua de polvo.
Yo les digo a ustedes, aun caminando en el viviente aire,
¡Piensen alguna vez en mi!

“¿Que dijiste?” preguntó Jonathan curiosamente.


“Esto es como nosotros honramos nuestros muertos. El se merecía todo esto
por haber seguido a Jacob tan lejos.”
Jonathan lo miró a el con duda y dijo sin emoción “¡Yo no se si creo eso! ¿Es
acaso razonable que todos quienes huyeron de Falón se merecieran vivir? Quizás el
tuvo que morir para purificarnos.”
“¡Con cuidado, joven extranjero! Tales pensamientos son peligrosos. ¿Fueron
todos aquellos asesinados por mi ejercito, acribillados por el beneficio de nuestros
Quinientos? ¿Acaso tus propios padres se merecían su destino?” David se arrepintió
de su rebatir inmediatamente: la mirada en el rostro de su amigo apretó su corazón.
Como el sopesaba su tristeza en la escala de su inocencia, Jonathan no
encontró una respuesta fácil. Finalmente el cayó a sus rodillas cerca del arroyo y,
mirando hacia arriba a David con sus humildes ojos, dijo con tristeza, “¡Yo les rogué
a ellos así! ¡Sobre mis rodillas! Pero ellos ni siquiera vinieron a escucharlo. Ah ¡He
sido un tonto! ¿Por qué debe alguien en un momento dado morir? Es tan sin sentido,
¡Cruel! Nosotros los Dimens hemos sido diezmados por esta guerra. Mi familia vino
a Falón como refugiados. Y ahora todos ellos se han ido, ¡Brutalmente asesinados
por esos demonios Salazianos! Esas –” Jonathan se detuvo abruptamente, su rostro
imitando el tono rubí de su sangre.
“¡Perdóname mi amigo! Yo no quise decir --”
Pero el teniente se rió suavemente y arrodillándose junto a él, ligeramente le
acarició el cabello. “No, lalasa, no. Tus palabras no me hieren, solo tu profundo
dolor, el cual comparto. La gente Salaziana no es libre. Avera los estrangula como
seguramente lo hará con todo nuestro mundo si ella no es detenida. Hubiera sido
mejor -- ¡Mucho mejor! Que tu familia haya muerto en Falón que vivir en esclavitud.”
El jaló suavemente a Jonathan hacia el. El niño se resistió por un momento, entonces
se colapsó sobre su pecho, sus largos sollozos trabajando para liberar la angustia de su
herido corazón.

~~~

Los Quinientos laboriosamente siguieron a Esteban a lo largo del arroyo por


algunas horas mas. El agua continuó calentándose, pero la opaca penumbra continuó
constante. Ellos caminaban continuamente confiando aun, pero la mayoría se iba
deprimiendo por esta travesía sin fin en la lentamente cambiante cueva. ¡Ya no
quedaba comida! ¡Ni como conseguir mas! ¿Era posible que Morgan hubiera visto la
Verdad y escogido la única alternativa ante la locura de Esteban?
Pero justo antes del mediodía, Susana miro hacia arriba y exclamó
excitadamente, “¡Papito! ¡Veo el cielo azul! ¡La luz del Sol!”
Gritando con ferviente excitación, los Quinientos corrieron hacia delante
pasando a Esteban, quien seguía caminando calmadamente. ¿Qué se puede comparar
con la maravillosa luz del día después de estar por tanto tiempo en una cueva así, sin
saber, solo con la esperanza, de que hubiera una salida? ¿De pronto la liberación de la
esclavitud? ¿Milagrosa recuperación de una enfermedad terminal? Quizás estos
sucesos puedan inspirar un éxtasis similar. Pero aquí no habían cadenas oscilando o
debilidades, ¡Solo gozo!
Los Quinientos corrieron hacia delante gritando su Jubilo. Su fracaso, por lo
tanto, fue lo mas terrible. Ellos podían ver, pero no alcanzar. La apertura en la roca
muy lejos en lo alto estaba en el ápex de una superficie lisa y convexa. Su flamante
esperanza se quemó en un instante aun gris y fría ceniza.
El shara se rió gentilmente y dijo, “Demasiado ímpetu, demasiado éxtasis!
Mentes mas calmadas serían mas apropiadas para el producto que regresa a sus
mentes en evolución. ¡Miren allí! El apuntó hacía una leve luz al frente. Casi
arrancaban a correr hacia el frente otra vez, pero el los contuvo con sus palabras.
“¡Esperen! Allí no hay falsedad: ustedes emergerán dentro de su nuevo hogar
con la brillantez del mediodía. Pero para prepararles para su nuevo mundo yo debo
decirles a ustedes la única historia que creará su futuro.”
Durante las siguientes dos horas, el shara se paro en el rayo del sol de la falsa
apertura, moviéndose suavemente con el, mientras el resumía a los Quinientos parte
de la Historia del Señor Gana de Joab.

¡Vengan!
¡Escuchen!
Oigan primero mi canto de Gana,
¡Padre inmortal de nuestra raza!
¡Gana el shara,
Gana el único verdadero adan!
¡Gana el condenado!
Asesinado por el hijo de su hermana
¡Antes de que la semilla del Arbol del Mundo se perdiera
O las arrancadas Gemas fueran Robadas de las
Manos de la Estatua Viva!

21. EL SUEÑO DE LA ESTATUA

Los siete ríos me llamaron


Desde mi perdido hogar
Voces penumbrosas de sueños de ayer
¿Cuándo fue la ultima vez que vi tu rostro sin tiempo?
¿Cuándo entendido tus infinitos caminos?
¡Almira, Almira!
¿Cómo vine a ti?
¿Por qué te perdí?
El fuego en los aros arco iris ha muerto ahora
¿Todavía una y otra vez cuestiona mi arrancada alma,
por qué?
-- Gana

Como Esteban empezó su historia un cambio remarcable empezó a ocurrir en


la olvidada pero viva estatua-cuerpo de Gana, enterrado profundamente en la ruina de
lo que alguna vez había sido la gloriosa Ciudad Dorada de Sulara de los Adanai. Por
primera vez en noventa y cuatro milenios, el empezó a despertar.
Al principio solo parcialmente consciente, el observaba visiones.
Gana, escondiéndose detrás de los rayos del sol, vió a los Quinientos en la
cueva, escuchando con maravilla el cuento de Esteban en un momento tan extraño.
Cada uno de ellos estaba sorprendido que su nuevo lidero hubiera escogido un
momento tan raro para detener su busqueda. ¿Qué yacía mas allá de la cueva? Solo el
shara sabía, y el estaba deteniéndolos aquí, en el portal de la salida, ¡Para contarles la
historia de Joab: ¡Del místico fundador de Emura! Era simplemente demasiado
extraño; no tenía el más mínimo sentido.
Pero Gana mirándolos hacia abajo sobre ellos con el ojo de su mente, entendió
el significado de Esteban. El sabía el destino de los Quinientos; el sabia quienes ellos
habían sido y quines serían; el sabia su relación consigo mismo curioso, el pensó
adormecido. No me había dado cuenta.
Su primer pensamiento después de tanto tiempo catapultó la mente de Gana
hacia atrás. A través de la fundación de Emura, a través de las guerras con el liberado
Emperador Asur Valin en Martanda, a través de la destrucción de Kanaan-dora por el
omnipotente Brihas, Señor de los Siete, Gana vagabundeó de su regreso en recuerdo y
visión, finalmente terminando en su juventud en Kanaan-dora con el amable y viejo
Guardián de la Promesa Rodavi.
Gana pausó allí por una hora de dulce inocencia. Entonces una enigmática
sonrisa desde Rodavi, mando su mente girando de regreso una vez más. Un poco mas
allá Gana flotó a través de sus recuerdos sin fin: de regreso a través de sus
nacimientos in catalogados en tierras todas de creación que el aparentemente había
olvidado, mas allá de regreso a sistemas estelares que ahora nada mas solo eran
esparcido polvo cósmico, de regreso al origen de los tempranos humanos antes que el
primer horno solar de nuestro presente cosmos explotara dentro de la vida.
Muchos de esos recuerdos otros han hablado, escrito y contado. Pero desde el
principio primordial de la labor sin fin de Gana, yo no he visto ni escuchado un dato.
Hasta ahora.
~~~

Era un amanecer dorado y plateado cuando los Siete caminaron al este


cantando, siguiendo a la Estrella Azul Celeste como siempre antes.
La unificada esencia liquida que el espíritu de la humanidad era atraída detrás
de ellos, al principio como unas cuantas gotas aisladas, entonces en pequeños
riachuelos, entonces corrientes, entonces ríos, entonces inundaciones, hasta que ellos
fluían hacia el Sendero de Viaje hasta que fueron una fortaleza de doce billones.
Los linderos del espacio y tiempo habían sido rotos; uniéndose con los Siete,
los doce billones dieron un paso mas allá del Universo relativo en su regreso al Uno.
De aquellos quienes cruzaron al otro lado, una única alma se preguntaba
porque era necesario, por eso cuestionando la autoridad de la Estrella Azul Celeste
dentro de la perfección del Uno.
Así Shatarupa creó la posibilidad de regreso.
Sus deseos estaban incompletos, insatisfechos. Ella amaba el viejo Universo y
hubiera querido quedarse atrás. Pero la otra mitad de su espíritu, Swayam, claramente
recordó el Sendero de Viaje y se la llevó a ella con él. Así la dualidad fue introducida
dentro de la singularidad del Uno. Esto nunca había pasado antes, pero fue por
exactamente esto lo que Almira había planeado durante mucho tiempo y soñado.
Otros quienes deseaban venir no fueron tan afortunados como los doce
billones.
Vasuki, el hijo del molinero no puedo seguir a la Estrella Azul Celeste -- su
padre lo encadeno al aro. El murió ese día, tan grande era su tristeza.
Malinda fue aprisionada por su falso marido y traicioneros hijos hasta que fue
demasiado tarde. Ella corrió tras los otros, pero ellos ya se habían ido; ella sabía que
ella no podría nunca descubrir el camino sola.
Su hermana mayor Mirabel la encontró a ella al amanecer y compartió su
miseria en el lento camino de regreso a la superficie de su planeta. Ella había estado
lejos cuando la Estrella Azul Celeste vino, todavía no se daba cuenta de que el
Sendero de Viaje se estaba abriendo una vez mas. Ella había sido floja en el estudio
del Uno; había pasado mucho tiempo desde que la Estrella Azul Celeste había
aparecido por última vez. ¡Entonces ella había sido solo una chiquilla! Pero esos días
de logros terminados, todo el mundo había sabido que hacer: ni siquiera uno había
sido dejado atrás. Aun se recordaba como el Perfecto Sendero. ¡Y ahora ella estaba
siendo aplastada por el lado equivocado de la Estrella Azul Celeste ¡Circulando en un
sol moribundo! ¿Se abriría otra vez el Sendero antes del inevitable fin de los mundos
destruyera su hogar? Tan lejos ya había decaído su memoria en la ausencia de los
doce billones. Tan lejos ya había su espiritu condensado dentro de la materia.
~~~

Muchos sintieron en vez de ver a la Estrella Azul Celeste – era una ola sutil de
gozo adentro, jalándoles a ellos hacia el este.
Algunos lo escucharon como ritmos de encantamiento inpasable, viniendo
desde la orilla este de la galaxia; algunos vieron rayos de azul celeste pulsando en el
azul argento; algunos vieron y oyeron; unos pocos también probaron, tocaron,
sintieron aromas. Todos estos se fueron gozosamente, sin pausa o cuestionamiento.
Pero la triste verdad era que la vasta mayoría de negaba a tomar conciencia de
las pulsaciones de la Estrella Azul Celeste del Uno: El Sendero de Viaje había tomado
demasiado tiempo en reabrirse. ¿Qué valor podría haber en dejar sus mundos-hogar
por un destino desconocido?
~~~

Los Siete se preguntaban toda esa larga hora si ellos debieron venir mucho
antes como el Señor Gana lo había solicitado tan urgentemente. Pero el Consejo
Inmortal nunca se había movido por uno solo; por lo tanto, ellos habían esperado a
través de la Eternidad sin medida hasta que otros compartieran su creencia.
Finalmente los Siete estaban parados como Uno, y el Sendero se había abierto.
Gana contuvo su rabia mientras el esperaba que hubiera abierto antes. El sabía que
ellos estaban muy retrasados, aunque el le daría prioridad a esos que hicieran el
intento.
Pero después que los doce billones estuvieran presentes y el Sendero otra vez
cerrado, Gana entro furioso, ante el Consejo y exclamó, “¡Que así sea mis
compañeros! ¿Quién ahora va a empujar a los Caídos?”
¿Quien podría responder? Tantos, mucho mas que nunca antes se habían
quedado atrás.
Brihas miró hacia arriba lentamente desde sus omnipotentes manos y dijo
calladamente, “Parece, hijo mío, nos hemos demorado demasiado tiempo.” Una
llovizna gris y lúgubre cubrió al Consejo para remarcar sus palabras. Brihas era el
primero de los Siete, conocido por si mismo como el mas anciano, conocido por todos
como el más sabio del Consejo. Todavía el nunca no tenía la voluntad de admitir un
error en la lógica, aun cuando el error era tan diabólicamente bien escondido como
este había sido. ¿Qué sugieres ahora?” Un rayo de luz abrió la tormenta y se enfocó
sobre Gana.
“¿Qué diferencia hay en lo que yo surgiero? ¿Qué se puede hacer? Nuestros
Universos yacen en desperdicio ante la Indiferencia; nuestro Hogar Eterno se está
convirtiendo en una mohosa creencia de fe.” Gana se sentó pesadamente sobre su
trono, su rostro un horror de almas moribundas en desesperación. El levanto una
mano letárgicamente; la oscuridad regresó como las nubes se cerraron.
“¡Quizás no, mi Señor!” Exclamó Almira con gozo. “Yo me doy como
voluntaria para regresar por Aquellos que Olvidan.” Ella se puso de pie
deliberadamente, con gracia y se quedo viendo hacia arriba a los tronos de los Siete
Soles con una inocencia de perfecto amor y radiante belleza. Las nubes se
desvanecieron como si ellas no hubieran estado mientras el Consejo Inmortal se
bañada en su esplendor.
Gana se le quedó viendo sorprendido a ella: el siempre la había considerado a
ella como una celestial menor, ni siquiera le habría dado un momento para notarla.
Ella estaba brillantemente alumbrando ahora, dorada, blanco, iridiscente,
extremadamente hermosa, expresando mas energía que el hubiera pensado que ella
poseía. “¿Ah? ¿Pero tu sola que puedes hacer, Almira?”
¿Quién puede declarar la fortaleza de una rama antes de que sea probada?
¿Pero de hecho iré sola, mi Señor Gana?” Su mirada penetrante adormeció su
adormecida rabia justo como lo hace un humano con un fuego que se apaga.

“¡No...por el sueño sin fin de Narain, no! ¡Tu has avivado mi corazón, Almira!
¡Mi lugar entre los Siete yo lo renuncio hasta que esta circunstancia tome un camino!
Mi indolencia parece ahora haber sido inspirada por la Vaciedad misma. Porque yo he
discutido tan forcejeadamente como yo he creído, nosotros hubiésemos enviado la
Estrella Azul Celeste muchas edades de la humanidad mas temprano. Yo cometí este
error y es solo mío.”
“¡Bien hecho, mi Señor!” exclamó Almira, su gozo que sus planes estaban
teniendo tanto éxito por el momento que sobre opacaban su precaución. Dándose
cuenta de su error, ella continuó apresuradamente, a menos que cualquiera que las
mentes omniscientes del consejo la descubriera en la plenitud de su intención “¿Irían
cualquier otra persona a reparar la maldad de nuestra negligencia? Uno más sería de
uso.”
Silencio fue su única respuesta. Silencio por tanto tiempo que Almira se
desesperó de dar mas ayuda. ¿Cómo podría ella crear una nueva orden sin la plena
influencia de los Siete?
El silencio se extendió en una radiancia auto luminosa a traves de Eternidad
sin medida...
De pronto Matri levantó su cetro de luz y dijo, “¡Es bueno que tu magneto
tenga dos polos, Almira! Pero para completar tu labor, también debe de estar allí una
barra de conexión. Yo también te acompañare, llevando conmigo un rayo de cada uno
de los Siete, de esta forma para entonar el extraño error de nuestro Consejo. Nosotros
tres seremos suficientes – demasiada energía en las esferas inferiores trabajarían en
contra de nuestro deseo, así lo creo.
“Yo sugiero que empecemos ahora, busquemos primero el consejo de Narain
para que nos guíe.” Mientras ella se paró para irse, su capa ébano soltaba estrellas
como si fuera mucho polvo sobre el Consejo Inmortal.
“Mis gracias a ti, ¡Maestra del séptimo aro!” exclamó Gana. Profundamente
movido por el regalo desinteresado de Matri. “Pero primero vamos a preguntar al
gobernador del Consejo que nos pronuncie su prudencia.”
Los ojos de Brihas se fueron cerrando. El se sentó silenciosamente por un
largo momento, entonces empezó en una voz rítmica de poder, muy despacio;
Manifestando espacio y tiempo en un nuevo Universo de nombre y forma, “Difícil
será tu sendero: los caídos niños han crecido bastante alejados de nosotros,
especialmente desde que aquellos que podrían responder a la Estrella Azul Celeste ya
lo han hecho.
“Pero desde escondidos y olvidados lugares, una nueva raza nacerá, una
Nueva Estrella se levantará por aquellos Perdidos... muchos seres cercanos caerán...
mundos morirán... soles, no, galaxias serán destruidas... el llanto de la Madre por sus
perdidos chiquillos...
“Tu perdida en el segundo año será compensada por la inesperada victoria en
el cuarto. La desesperación-fuego y la tormenta-ira del quinto podará tu árbol, ya que
el mismo Gran Padre te maldecirá, mi hijo Gana, por tu orgullo en la velocidad de tu
temprano éxito. Esto será en su momento algo que probará ser una bendición, por
muchos quienes de otra manera estarían perdidos serán encontrados cuando tu seas
forzado a regresar a los mas bajos niveles de los mundos relativos para redescubrir tu
perdido significado.
“La plenitud del fruto será cosechado no mas tarde que del sexto, si la
pestilencia y repetida indeferencia del desesperante quinto no lo destruye primero.”
Abriendo sus ojos suavemente, el continuó, “¡Gana! Esta no es una tarea pequeña.
Arduo trabajo yace ante ti. Tu solo tienes nada mas un solo ciclo de un Universo: seis
de nuestros años, no más. Entonces nosotros otra vez mandaremos la Estrella Azul
Celeste y reabriremos el Sendero de Viaje. Si ellos no recuerdan su herencia, si ellos
otra vez rechazan a la Estrella Azul Celeste, nosotros no tendremos otro remedio sino
revocar su Universo de libre albedrío y reasignarlos a estrellas mas bajas. ¿Tu
entiendes y estas de acuerdo?”
“Lo estoy, mi Padre. Pero yo solo hablo por mi mismo.”
Matri dijo, por su puesto que yo estaré entre estos parámetros.” Ella se fue
para empezar.
Pero Almira dijo, “Todo está perfecto; todo es verdad. Todavía yo quisiera
solicitar una extensión de un año más al Cierre.” Un estupefacto silencio explotó a
través de las Regiones infinitas. ¿Quién sino el Gran Padre y Narain alguna vez
tuvieron el atrevimiento de retar al señorío inmortal de los Siete?
Los ojos de Brihas se agudizaron por un momento, pero entonces el se
carcajeó con gozo, “Tu increíble espíritu quizás todavía pruebe ser el factor decisivo
jovencita. Vete, si tu necesitas tu año, solicítalo entonces. Pero este cargo adicional
yo pongo sobre ti, por dudar de mi: encuentra a ese quien se atreva a oponerse al a
voluntad de los Siete y tráelo aquí contigo a tu regreso.
“Que Narain esté contigo a través de todas tus labores.” A la mención del
Padre del Gran Padre, el Consejo Inmortal se derritió dentro del Ilimitado Océano de
Leche donde Narain a veces puede ser encontrado.
Gana y Almira compartieron pensamientos en el silencio con el Padre hasta
que ambos estuvieron contentos con su guía. Ella se desvaneció primero; Gana
empezó a seguirla pero entonces por un momento reconstituyó su cuerpo. Tomando
un puño de agua el lo moldeó dentro de una brillante gema opalescente. “Kaystabha,”
diciendo el suavemente mientras se la colgaba sobre su pecho. “Así mi mente siempre
estará conectada aquí, al Mundo Narain.”
El océano se movió un rato en sus memorias antes de derretirse de regreso
dentro del Uno. Narain se sonrió a si mismo ante la maravillosa complejidad del baile
de Almira que había ella inteligentemente empezado. La novedad en Absoluta
Perfección era inusual, todo sino imposible. Esto debe de crear un Universo
interesante.

~~~

Almira y Gana se paraban ante los doce billones quienes habían seguido a la
Estrella Azul Celeste hacia arriba al Sendero de Viaje y preguntaban si alguien era
suficientemente atrevido para regresar. Era una petición extraña y sin precedente,
pero esta era una extraña y sin precedente tarea.
Dos se pusieron de pie sin el mas leve titubeo: Solon y Rodavi. Ellos se
convertirían en los primeros dos Guardianes de la Promesa – los primeros en
establecer el Sendero de Regreso, la carretera interna del Uno para toda la humanidad
a través del Cosmos.
Shatarupa se puso de pie seguidamente. Ella era joven en ambos lados de la
Estrella Azul Celeste aunque ella sintió los nuevos poderes maravillosos, ella añoraba
el viejo Universo. Swayam no la pudo dejar ir sola, por su puesto: el también se puso
de pie pero a regañadientes. Así fue como el linaje de los sharas se aseguró para el
nuevo trabajo; el orden de su levantamiento, mas allá, estableció las direcciones
normales de la gente común, hombres y mujeres de todos los tiempos futuros.

Nadie más después de estos cuatro se movieron durante un largo tiempo. Pero
entonces la joven y sabia Mirabeth se puso de pie – ella había estado observando a
Almira muy de cerca, ahora sus dudas finales se habían ido. Ella también extrañaba a
sus hermanas mayores Malinda y Mirabel, deseaba liberarlas a ellas de las esferas del
espacio y tiempo. Era un regalo vitalmente correcto: estas tres hermanas cada era
habían sido recordadas como las tres diosas inmortales de la vida. Como Matri había
dicho, “Donde sea que haya Verdad, Belleza o Amor en este Universo de lo humano,
allí hay huellas de ellas tres, Mirabeth, Malinda y Mirabel.” Estas hermanas juntas
constituyen el triple origen del destino: el destino es tejido de los hilos del tiempo del
telar trinitario de estas tres.
Seguidamente un joven hombre se paró muy despacio, calmadamente, seguro
de su poder, seguro en su sabiduría. “Diecisiete veces he seguido a la Estrella Azul
Celeste desde mi primer nacimiento. ¿Cuántos Universos he visto destruirse? No
puedo ni siquiera contarlos: y nunca había yo sido solicitado a regresar. Todavía
Narain una vez me había dicho indirectamente que podría haber una posibilidad tal
como esta así de peculiar para mi. Por eso yo soy voluntario – aunque yo sea bastante
viejo en el lado lejano de la Estrella Azul Celeste.”
“Tu no necesitas temer, Airavata. Inmortales jóvenes regresaran contigo.”
Almira estaba bastante complacida; ella sintió que este ultimo valía por miles: aunque
Airavata aun no lo sabía, el era la plena manifestación del Gran Padre. Ahora podría
estar firmemente establecida la inspiración creativa. Nosotros estamos completos, ella
pensó. Mi Universo va a funcionar. Pero ella preguntó, “¿Hay otros? El final es
dudoso; el sendero peligroso.” Ella no esperaba a mas -- ¿Quién más dejaría la
perfección del Uno por la totalidad de un ciclo de un Universo?
Todavía uno más se paró. El no era el último que había tomado el camino de
atrás, pero muchos han dicho desde eso que hubiese sido por mucho, mucho mejor si
Navril Hagar no hubiese sido voluntario. ¿Por qué se levantó ante las huestes esa
mañana del destino? ¿Lo fue como sus descendientes y seguidores han siempre
aclamado, por la magnitud de la tarea, por que el creía que su fuerza podía ser bien
usada para empujar a la humanidad? O era que, como sus enemigos siempre lo han
mantenido, porque el deseaba controlar a otros: ¿Cómo pudo uno quien ha seguido el
Sendero y regresado no estar entre los crédulos?
Quizás ambas teorías son correctas, aunque no completas aun en su unión –
Navril Hagar era sin duda al mismo tiempo mas o menos que esos que lo amaban y
esos quienes lo odiaban sentían – fuertes en la tarea, todavía con áreas inciertas mas
profundas que nadie antes haya esperado de un camarada. De el, la humanidad ganó
pasión, avaricia, rabia, como también los mayores logros de coraje y genio. De el
probablemente vinieron los extraños entendimientos de la muerte y la vida, de la
mortalidad e inmortalidad de nuestra actual era.
Navril Hagar se puso de pie y dijo, “Entonces yo soy el séptimo. ¿Ahora esta
completo nuestro número?”
Almira y Gana juntaron a los Siete dentro de ellos y entonces dijeron en una
sola voz, como si todos ellos fuesen ahora un solo ser con dos cuerpos, “Siete es un
numero final, hace bien eco con la Realidad. Todavía diez nos servirían mejor – pero
parece que nadie mas ahora esta listo. ¡Escuchen, Humanidad! Esta Puerta de
Regreso se mantendrá abierta por cuatro años del Gran Padre. Hasta entonces, tres,
siete, o nueve mas podrán venir – pero solo en grupos de tres o mas, nunca solos. Y
después del cuarto año, nadie mas será permitido a Regresar, ya que el Sendero
empezará a ser demasiado inclinado.
“¡Deséanos el bien! A la voluntad de Narain, nosotros regresaremos otra vez
antes de seis de los años del Gran Padre hayan pasado con sus familiares y amigos.
¡Hasta pronto!” Almira y Gana dirigieron a sus siete a través de las puertas doradas.
Los doce billones se dispersaron muy despacio a través de todo su hogar
creado nuevamente. Doce vacilaron: estos habían sido movidos por la tarea, pero
habían dudado. Ahora ellos miraban curiosamente al camino abierto, divididos en su
mente. Ellos se dejaron llevar juntos eventualmente, dándose cuenta que un preciado
beneficio de decisión se les había dado a ellos.
Los doce crearon un circulo perfecto de estrellas ante las puertas doradas,
entonces esperaron por algún signo para clarificar su destino. Dos de ellos, Mordom
y Atri, les solicitaron que se presentaran ante la junta común de potencialidades cada
cierto tiempo de meses para discutir los posibles futuros.

~~~
El sueño de Gana terminó; el despertó totalmente a su cuerpo por la primera
vez desde que su sobrino Irnga lo envenenó. Este despertar le robo, sin embargo –
todos los recuerdos se desvanecieron de regreso dentro de la luz infinita de su
conciencia salvo uno.
Un cuerpo totalmente desarrollado inmortal fue su posesión final ahora, como
sus pulmones probaron otra vez el aliento de la cruda infancia.
La naturaleza había sido generosa en su ruina de Sulara: el enterrado Templo
de Kanaan-dora estaba conectado a la moderna superficie por un angosto pero
adecuado pasaje.
La Estatua Viva se abrió paso hacia fuera y se paró desnuda, parpadeando ante
la luna que se metía, como una llovízna que pasaba empezó a laborar la limpieza del
polvo de los perdidos siglos de el.
Siguiendo una profunda pero ciega intuición, Gana empezó a caminar hacia el
lugar de la Ciudad de Coral, Phedra, la primera capital de Emura, llorando en la muy
olvidada lengua de Kanaan-dora, “¡El sexto año! Tontos, ¿Qué no escuchan ustedes?
¿Ustedes no escucharán? ¡Este es el fin del sexto año!”

22. VASHTI

¿Qué necesidad tiene el Uno para el pensamiento o que le importe?


Todo lo que es fue creado
En un instante de totalmente nada.

¿Qué necesidad tiene el Uno para el pensamiento o que le importe?


--Rodavi

Una vida en la luz del Uno


Acepta no limitaciones de tiempo o espacio.
--Mordom

De todas las verdaderas y maravillosas visiones de la Isolde de Ishtar


La mas maravillosa y mas verdadera fue Vashti
--Joab
Esteban dirigió a los Quinientos desde la cueva dentro del ultimo remanente
sobreviviente del jardín Isolde de Ishtar, tan amplio como el planeta, Vashti misma,
preservada aun del cambiante mundo. Un imposible misterio para algunos, un
improbable mito para otros, ahora este final recuerdo de la perfecta ciencia de Etan
fue la prometida recompensa para un manojo de harapientos refugiados.
“No hay pases,” Rió el shara, disfrutando su maravilla, “Entonces nosotros no
necesitamos esperar visitantes inesperados. ¡Vayan disfruten! No le teman a la fruta,
aunque su apariencia les parezca extraña. Solo hay una ley en Vashti: por ninguna
razón vayan cerca del Lago Hirviendo.”
Con alaridos de gusto, los Quinientos corrieron como niños dentro de su
nuevo hogar. Casi Sanel se une en su entrada de prisa; casi el se une con ellos en su
re despertar a la inocencia. Pero por demasiado tiempo el había estudiado la vida sin
vivirla: el choque de la belleza del valle después de la terrible nada de la cueva
sellada dentro de su corazón como la ignición repentina de un sol en el vacío
intergaláctico.
Sus piernas se congelaron debajo de él mientras el pensaba, ¡Esto es
imposible!
Leora lo esperó, pero fue el regalo mas duro que ella alguna vez le dio: ella
quería con toda su alma correr dentro de Vashti, para ser uno con los otros al fin, para
estar libre del terrible estigma de su raza. Ella se paro junto a él, quedándosele viendo
con incremental angustia, lealtad respetando su agonizante inmovilidad,
profundamente desgarrado adentro.
Susana esperaba entre sus padres calladamente, tomada de la mano de ambos
y suavemente apretándolas. Ella podía sentir su conflicto, pero no la toco a ella. La
vida era llena y completa ahora, siempre, para siempre.
La angustia de la pareja montó en intensidad a casi una ferviente
desesperación. ¿Estarían ellos excluidos del paraíso después de todo?
Esteban se rió detrás de ellos, “¿Tu todavía no ves, Sanel? El corazón de
Vashti es volcánico: es un enorme Lago en Ebullición, el cual mantiene el aire aquí
para siempre agradable. Frutas tropicales—papayas, mangos y variedades extintas en
el mundo exterior crecen cerca de eso; un poco mas alejados están los bananos,
aguacates, entonces los cítricos y los sembradíos de las almendras. Mas alto, donde
empiezan las estaciones, están los duraznos, ciruelas, pacanas y otras frutas y nueces,
entonces están los manzanos y los cerezos. Mas alto aun están las tierras de grama,
libres de nieve solo durante medio año; arriba de estas yacen los prados alpinos. Lo
mas alto son los campos de hielo, raramente afectados por las masas termales
levantándose desde el lago.”
“¡Pero, pero! ¡Es imposible! ¿Quién puede merecer un regalo así?”
“¿Merecer? ¿Quién puede merecer esto? ¿Gana se merecía a Almira?
¡Estamos aquí para disfrutar!” Fue Susana quien habló; Sanel y Leora la miraron a
ella sorprendidos.
~~~

En el tercer día, Esteban llamó a los Quinientos juntos; ellos se reunieron en el


anfiteatro natural en los altos prados. Algunos estaban usando enormes gemas –
rubíes, diamantes, esmeraldas, zafiros – tirados en todas partes como si fueran vidrios
rotos. Las incomparables joyas tejidas en sus cabellos o atadas en collares o tejidas
en sus viejas capas con dos semanas de anticipación hubieran sido un sueño de un
poeta, un sueño hermoso de horas improductivas. Pero las gemas de hecho eran las
ultimas maravillas de Vashti.
Algunos de los Quinientos habían formado buenas amistades con los mansos
venados, borregos y cabras que pastaban en los pastizales de Vashti. Era ya común
ver seres humanos y animales andando juntos a través de todo el valle; muchos de los
Quinientos trajeron a sus nuevos compañeros con ellos a esta junta y se sentaron con
ellos en medio de las delicadas flores alpinas, suavemente acariciando sus pieles.
Algunos, los mas avanzados de los nuevos estudiantes de Esteban, estaban
demasiado llenos con la maravilla de las vistas celestiales y sonidos escondidos en las
cascadas, árboles y jardines de Vashti para notar las joyas y jugar con los animales.
Pero un puñado no se estaban ajustando bien a su nuevo mundo. Incluso la
maravilla de Vashti no había vencido sus hábitos de toda la vida de creencias del bien
y el mal, del análisis, del juicio. Fue por el beneficio de estos que Esteban llamó a
juntarse: el shara sabía que había cinco que necesitaban desesperadamente su ayuda.
Los otros podrían con seguridad progresar a su propio ritmo. Tendría que haber
algunos problemas universales para juntarlos a todos completamente a su voluntad,
pero aquellos podrían venir después. Por ahora estos cinco debían ser alcanzados.
Aldis era uno de estos. Su vida había sido brutalmente difícil hasta el
maravilloso día en que Jacob curo sus piernas. El podía ver la paz en los rostros de la
mayoría de los Quinientos; el podía sentir su asombro por su nuevo mundo; el intuía
que algo siempre incremental de éxtasis los transformaba a ellos desde dentro. Pero
tratar como el podría, el no podía estirar su mente para navegar con sus resonantes
espíritus.
Tan pronto como los Quinientos se habían reunido, Aldis dijo bruscamente,
“¡Esteban! ¡Estoy aburrido! ¿Puedo construir resguardos?”
Esteban le sonrió serenamente a el, pero esperó que todos finalmente se
juntaran para responder, “¿Por qué no dormir debajo de las estrellas? Si te da frío, ve
cerca del lago. ¿Qué diferencia hay si te llueve encima? Pero también hay varias
cuevas que puedes usar si lo deseas. Sanel te puede mostrar donde.”
Aldis, dándose cuenta que había preguntado la pregunta equivocada, empezó
otra vez, pero Sanel ya estaba preguntando si podían rasurar a los borregos y ordeñar
a las cabras. El que una vez fue mercader ya no se sentía aislado de los otros: su vida
de estudio de la Historia del Señor Gana de Joab estaba proveyendo varias pistas
remarcables acerca del porque y el como de este valle; esto era el principio para el
puente a la inocencia de los corazones de los otros. Pero como esto era solo desde su
mente, el aun sentía su soledad; el deseaba proveer un servicio útil para probar su
valor. A si mismo.
Esteban, se preguntaba cual sería la mejor forma de tejer el poderoso intelecto
del mercader dentro del espíritu evolutivo de los refugiados, mirándolo a el pero
entonces atrapó el hilo del momento y dijo, rápidamente viendo lejos de el a un
hombre llamado Simón, contestó, “Si tu lo deseas, pero nunca le quites a una chivita
gratificar su deseo.”
Simón se agitó por la repentina atención de Esteban como si el hubiera
descubierto que estaba sentado en un nido de hormigas de fuego. El repentinamente
de puso de pie y exclamó, “¡Esteban! ¡Toda mi vida he moldeado madera! ¿Puedo
hacer una estatua de Jacob?” El había querido preguntarle esto al shara por tres días;
la mirada de Esteban combinada con el simple poder de su respuesta a Sanel había
inspirado esta corta oratoria. Un silencioso, fuerte hombre, Simón había toda su vida
rehuido de las multitudes, el nunca antes había pronunciado una frase coherente ante
mas de tres o cuatro. ¡Y ahora el había hablado en frente de tantos! Mirando con pena
a sus enormes manos, el sintió de una vez liberado y fundamentalmente cambiado por
su acción. La respuesta de Esteban fue casi redundante.
El shara se regocijó por la facilidad en la que sus enrollados cinco se habían
reducido a cuatro mientras el contestaba, “¡No cortes árboles vivos! Pero hay algún
tronco muerto; todos tus deseos han sido anticipados.” El miró a la mujer al lado de
Simón, Elizabeth, entonces, frunciendo el ceño, miro en otra dirección.
Elizabeth era la mayor de los Quinientos. Su vida hasta el día que Jacob había
venido a Falón había sido una de rutina; de simples, deseos sin mente flotando
alrededor de los tópicos de flores (ella había tenido un gran jardín), libros (ella era
bibliotecaria) y que era lo que prepararía para la cena. Ella estaba en el mercado el
primer día que el pastor habló; una mirada penetrante de el había sido suficiente para
cambiar su mundo para siempre. Dejando a un lado todo de su pasado, ella lo siguió a
el con su corazón.
Elizabeth miraba a Esteban con esperanza, pero lo vió a el fruncir el ceño y
quitar la cara. Su retiro la forzó a ella al precipicio: juntando su coraje de los
alcances distantes de su pasado, ella exclamó, “¿Por qué? ¿Quién ordena este valle?
Todo en el es – es duro decirlo – esta en su lugar apropiado. Hay abundancia para
todas las necesidades, ¡Nada puede dañar! ¿Por qué? ¿Por qué los animales son tan
mansos? ¡Aun los pájaros no tienen miedo? ¿Por qué la temperatura se mantiene
constante? ¿Cómo es que este volcán no hace erupción? ¿Por qué, Esteban, por qué?”
A falta de encontrar mas palabras, ella se le quedó mirando desesperadamente a el por
entendimiento.
El shara ni le contestó ni la volvió a mirar mas. Su atención estaba ahora
remachada sobre una iridiscente mariposa que había caminado por su brazo y ahora
estaba en su mano para secar sus alas. El no dio el mas leve signo que el la había
escuchado hablar.
El silencio se estiró suficientemente para empezar a ser doloroso para muchos
de los Quinientos. Elizabeth, calladamente sollozando, escondió su cabeza en sus
manos y se quejaba, “Oh, Jacob. Mi Jacob.”
Leora rompió primero. Ella había sido virtualmente marginada por tanto
tiempo en Falón simplemente porque ella había nacido Salaziana; ahora que ella era
una de los Quinientos, ella no podía soportar el pensamiento de que cualquier ser
pudiera ser excluido de la maravillosa totalidad de Vashti. Cruzando hacia Elizabeth,
ella puso un brazo suavemente alrededor de ella y dijo, “Yo se las respuestas, querido
corazón. ¡Jacob se regocijaría que mis ojos aprendieran a ver! Los seres vivos aquí
son muchos mas de los que yo creí posibles hace una semana. ¿No estoy en lo
correcto, Esteban?”
La mariposa, ahora totalmente capaz del volar, estiró sus alas y voló hacia
arriba hacia el cielo. Esteban contestó suavemente, “Tu sabes que tu eres. La
placentera verdad es que todos verán pronto los jardines celestiales del Vashti de
Ishtar. Entonces Déjemos tales preguntas, Elizabeth, hasta que tu descubras a
nuestros aliados por ti mismas.” El shara ahora regresó sus cálidos ojos marrón hacia
ella; una inundación de paz vinieron de ellos y corrieron a través de ella. Con un
pequeño temblor de éxtasis, Elizabeth se le quedo mirando a el con absoluto gozo.
Por primera vez desde muy temprana edad, su corazón se relajó desde el salón del
juzgado del juicio al templo del silencio. Cuatro se convierten en tres, pensó Esteban
con gratitud.
Pero Aldis se sintió aun mas perdido de esta mística respuesta. “¡Esteban! ¡Yo
estoy mas confuso diariamente! No tengo ni la mas remota idea de lo que estas tu
hablando. Tampoco la he tenido desde que nos sentaste en esa horrible cueva a
quinientos pasos de este paraíso y nos contaste ese largo relato del legendario shara
Gana. ¿De cualquier manera, Quien eres tu? ¿Por qué hiciste eso?”
“Es un poco extraño, no es cierto?” rió Esteban, dándole a el una enorme
sonrisa. “Un hombre nace a si mismo pero veinticuatro horas antes te detiene al
ultimo instante, en la víspera de la satisfacción de tu desesperado deseo, y te cuenta
uno de los mas viejos relatos de la mística Emura. Demasiado peculiar, ¿No estas de
acuerdo?”
“¡Si, maldita sea!” Escupió Aldis, lejos de ser agraciado por las palabras del
shara. “¿Por qué nunca nos dices nada claramente?”
“¡Esta bien Aldis! Aquí está la simple verdad. Yo los detuve a todos ustedes
allí porque fue Jonathan y David quienes llevaron el cuerpo de Morgan al arroyo que
vacía nuestro Lago Hirviente. Eso fue un mensaje del Uno para mi, un decreto de que
todos ustedes estaban seducidos por estados opuestos de la dualidad e hubieran
desperdiciado sus vidas si yo les hubiera dejado llegar aquí sin mas conocimiento. O,
aquí hay otra forma de decir esto: Gana necesitaba tu combinada atención justo
entonces para re despertar mas o menos cuerdo.”
“¡Tu te estas burlando de mi!” Exclamó Aldis, en la víspera de lagrimas.
“Por supuesto que no,” contestó Esteban. “Tu solo puedes escuchar lo que tu
estas listo para oír. Las palabras son herramientas defectuosas comparadas a la
experiencia. Tu necesitas solo calmar tu mente, Aldis, hijo de Darmin. Entonces la
luz del entendimiento se revelará a si misma para ti desde adentro de tu propio ser.
Nadie puede resistir a Vashti por mucho tiempo. Aun tu largo pasado no durará
mucho en contra de esta gentil benevolencia.” Concluyendo sus frases y plantado la
semilla del deseo y los tres serían dos suficientemente rápido, el shara miró a Sanel y
exclamó, “¡¿Qué sacaste en conclusión de la historia de Gana?!”
Sanel empezó violentamente: ¿Por qué estaba Esteban cuestionando su mente
cuando era su corazón el que estaba vacío? ¿Por qué el shara quería que el solo
pensara acerca de la vida? ¡Lo que el necesitaba era acción! El quería contribuir a
algo real, algo tangible, cualquier cosa sino mas información seca! Tragando con
disgusto, el contestó, “Los viejos libros grabaron que Gana regreso a nuestro mundo
varias veces: como Barlrin y Aharon Hanif, para destruir Emura; como Balzor y
Alazar, para fundar Tala; como Naisan y Marte, para salvar a Tala de Zared y
empezar la Edad de Oro de Paz. El Guardián de la Promesa Joab escribió que estas
vidas estaban relacionadas con las tres primeras tareas de Gana.”

“¿El lo hizo? ¿Qué mas dijo Joab?” preguntó el shara felizmente. El estaba
contento ahora porque el estaba pensando que solo una cuantas manipulaciones mas
de la mente de Sanel serían todo lo que sería necesario para unir a Sanel con los otros.
Y entonces solo quedaría el ultimo y mas difícil de jalar dentro de la burbujeante
magia que era la cuajada conciencia de los Quinientos en Vashti.
Sanel vio que Esteban no exactamente se reía de él, pero que sus ojos bailaban
en diversión. ¿Por qué el shara lo forzaba a él para decir estas cosas imposibles?
Nadie nunca mas lee la Historia del Señor Gana de Joab nunca mas; Pocos sabían
cualquier cosa acerca de estos viejos mitos épicos. Sanel solo había aceptado estas
historias en su mente, nunca en su corazón.
“Joab dijo que al Final del Tiempo, Gana regresaría otra vez con Venus y los
Diez Mil de Kanaan-dora para proteger a la Generación Perdida,” el contestó, con el
ceño fruncido.
“¿El lo dijo? ¿Te acuerdas tu quizás el numero de la Generación Perdida?”
Esteban le estaba sonriendo ampliamente a él ahora, totalmente gozando los cambios
en el rostro de Sanel.
“Lo recuerdo. Por su puesto que lo recuerdo. ¡Pero seguro que tu no puedes
pensar que --!”
“¡Que diferencia puede posiblemente hacer lo que yo piense o no piense! Yo
no tengo nada que ver con ello, como todos ustedes un día se darás cuenta. El numero
es Quinientos, por su puesto. Una manera de entender la razón por la cual ustedes
estan aquí es descubrir porque Joab los llamo ‘la generación perdida.’” El golpe final
fue muy dulce. Sanel se veía un hombre diferente: mas joven, en paz con el mundo,
totalmente abierto, inocente. Esteban se preguntaba con un éxtasis de gratitud si Jacob
le dejó estos cuantos retos para que el pueda crecer mas allá dentro de su infinita
mente. Uno mas...
“Seguramente porque nosotros hemos perdido el mundo,” dijo David, seguro
de su respuesta.
“¿Lo has hecho tu, David? ¿Dónde estas tu entonces?”
“Yo quiero decir que estamos perdidos de la civilización,” contestó el
Salaziano, aun seguro de si mismo.
“¿Lo estas, David? ¿Tiene esto algo de sentido? Piensa en tu vida hace unos
días. ¿No es mas lógico que todos los Quinientos hubieran sido asesinados fuera de
Falón por la caballería Salaziana? ¿Y no se parece mas que tu solo te opusiste a la
masacre y fuiste encarnizado con ellos? ¿No tendrías que estar de acuerdo con esto
mucho mas probable de lo que tu creíste que paso?”
Esteban se detuvo abruptamente, en choque. ¡El no le estaba llegando a David
para nada! ¡Sus palabras estaban rebotando de el sin el efecto deseado! Aun la
atención concentrada de la totalidad de los Quinientos no estaba jalando al Salaziano
dentro de su influencia! Dada la velocidad y el empuje de su mente en expansión, esto
se sintió como correr hacia una pared invisible e invencible.
David no podía pensar en nada para llenar el repentino silencio además de
observar boquiabierto al shara. Esteban, asombrado de descubrir una limitación en su
mente, mostró solamente su usual calma mientras continuó, “Suficiente. Quizás ya ha
sido demasiado. Ustedes no me necesitan, ustedes no necesitas mas palabras. Lo que
cada uno de ustedes necesita es estudiar sus propios corazones. Ustedes tienen todas
las herramientas que requieren.

“Vayan, disfruten de Vashti. Escuchen sus cascadas y brisas; jueguen con sus
mansas bestias; disfruten las piedras preciosas y los mágicos jardines. O piensen en
las enseñanzas de Joab. O tienten a Sanel que les diga mas de las vidas de Gana en
Emura y Tala, particularmente aquellas de Marte y Naisan. Y aquellos de ustedes
quienes ya hayan aprendido a ver los celestiales, trabajen con ellos para siempre
aprender mas.
“La sabiduría de Rodavi podría probar ser de utilidad para algunos de ustedes:
‘la vida, como un cristal de muchas caras, fractura el Uno infinito dentro de belleza
versicolor.’
“No se olviden del único peligro en esta última memoria del paraíso de Ishtar:
No se atrevan a aventurarse cerca del Lago Hirviendo.”

~~~

Rápidamente el inigualable aire y agua de Vashti derritió las limitaciones de


todos: cada uno de los Quinientos descubrió a los protectores del valle. Incluso Aldis.
Todos, eso es, excepto por Elizabeth. Por sesenta días ella trató, sin el mas mínimo
sabor del éxito. Quizás era su desesperado esfuerzo que causaba sus repetidos
fracasos, quizás eran sus viejos hábitos de enjuiciarse a si misma como no merecedora
de. Cualquiera la causa, aunque los otros vividamente describían los remarcables
joviales seres en todas partes no había nada visible para ella excepto un ocasional
llovizna de resplandor en el aire o el agua.
Al final, completamente frustrada, vino sollozando a Esteban, “¡No debí haber
venido! ¡No debí! ¡No puedo siquiera levantarme al nivel inicial!”
Esteban la sostuvo por un largo momento y gentilmente acarició su cabello
plateado. Luego el tomándole ambos brazos y, viéndola intensamente dentro de sus
suaves grises ojos, respondió firmemente, “No, lalasa, no. Estas equivocada, nada
puede detener el poder del Uno. Nada salvo negaciones pasadas tiene la autoridad
siquiera de hacerlo mas lento.” Soltándola, se volvió y camino alejándose lentamente.
“Esteban, tienes razón. Me he negado a mi misma,” ella comenzó, por habito
hablando desde el miedo. Pero su mente estaba ya dando vueltas alrededor de un
torbellino caótico de repentino color y inesperado significado. Sus palabras
gradualmente se aquietaron; en un momento, ella estaba perdida dentro de su nuevo
mundo. ¡Ella podía ver! ¡Ver! Por la primera vez en sus ochenta años. Todo frente a
ella, ardía en llamas, ardía con luz en movimiento. Sus ojos evolucionaban
rápidamente ahora; pronto todos los variados seres de Vashti, desde los elementales
de pequeñas flores, hasta los celestiales de las montañas, tan grandes como las
Montañas Guardianes mismas, eran visibles para ella.
“¡Oh, Dios mío! ¡Oh – son hermosos! ¡Tan hermosos! ¡Tan felices!” ¡Ella se
atragantó! Mientras dos del tamaño de niños de siete u ocho años corrieron hacia ella.
Estaban tan intrigados por ella – agarrando sus manos, corrieron con ella hacia abajo
de la montaña a través de los prados hasta que ella cayó, gritando en risas, pateando el
aire con gozo como si fuera otra vez no mas de la edad de Susana.

~~~

A los ciento treinta días en Vashti, los Quinientos llegaron a la primer crisis
diseñada para moldearlos en una sola masa de conciencia. A los ciento treinta días en
Vashti, Jonathan llegó al final natural de su contrato de vida. A los ciento treinta días
en Vashti, Jonathan murió.
El estaba con David ese día cerca del Lago Hirviendo, hablando y comiendo
frutas tropicales. Habían pasado un particularmente fascinante día con un celestial de
la montaña, aprendiendo de las Siete Regiones de Luz que envuelven nuestro
Universo con radiante belleza. Estas son los hogares naturales de los Siete, los
inmortales ministros para la humanidad que en cada era, ponen atención en tratar de
recordarnos acerca de nuestra herencia perdida y ayudarnos a través de las junglas de
este plano terrestre.
Estaban David y Jonathan estaban argumentando (uno diría mas
apropiadamente, discutiendo) si la percepción de Gana de los muchos niveles de la
creación en el Domo de las Esferas pudiese ser compartida por alguno o pudiese ser
solamente experimentada en Para. Jonathan había tercamente (y, el sintió, por su
experiencia,) sostenido la última visión cuando se dio el chance de ver un
particularmente bello mango – rojo, amarillo, obviamente suculento y maduro –
colgando lejos sobre el vapor del agua hirviendo.
Estaba de pie y en pos de el en un instante. David estaba mientras tanto
discutiendo que por supuesto cualquier realidad podía ser experimentada por
cualquiera en cualquier momento y estaba demasiado perdido por la corriente de su
lógica para darse cuenta del estúpido y arriesgado peligro de su amigo.
Jonathan, estirando su peso cuidadosamente sobre la rama, contestó su
corriente del discurso, “No. Es obviamente imposible. Desde su Mundo creado por la
mente solo podrías ver nuestro Universo desde el exterior. ¿Cómo podría alguno
posiblemente ver la totalidad de la Creación desde el exterior cuando tu estas adentro
de ella? No tiene el mas remoto sentido. Estas claramente equivocado.”
David dándose cuenta de donde venía la voz del chico, se levantó de golpe con
preocupación: “¡Jonathan!”
¡Demasiado tarde! La rama se rompió; Jonathan cayó con un grito de sorpresa
dentro del agua. Salió a la superficie una vez, gritando en agonía, golpeando el agua
erráticamente, demasiado enloquecido por el dolor para intentar alcanzar la orilla.
David, salvajemente buscando una herramienta, vio a un pequeño árbol cerca.
Forzándolo al suelo, lo latigueó de un lado a otro para arrancarlo de sus raíces. El
árbol lloró a él para que no lo cortara; David escuchó su terror pero estaba demasiado
alocado con temor para buscar otra solución.
El tronco se partió; metiendo el árbol dentro de la escaldante agua, halo a
Jonathan hacia la orilla. No dándose cuenta de cuan severamente sus propios brazos
estaban quemándose, levantó al muchacho del agua, llorando, “¡Jonathan, hermano
mío!”
“David,” dijo raspando con su voz mientras que sus párpados locamente
parpadeando marcaban los últimos pulsos de su corazón fallando. “Dile a Esteban --”
y luego, con un largo suspiro, murió.

~~~

Simón estaba buscando la madera ideal para su estatua de Jacob cuando


escuchó el grito aterrador de Jonathan. El fue por lo tanto el primero de los
Quinientos que se enteró de la tragedia; con fiera angustia, corrió a través del valle
gritándole el cuento a los demás, “¡Encuentren al Maestro! ¡Jonathan cayó dentro del
Lago Hirviendo! ¡Esteban! ¡Encuentren al Maestro! ¡Encuentren a Esteban!”

Todos los Quinientos, se movieron con rapidez escabulléndose a través de


Vashti, pero fue Leora quien lo necesitó con suficiente desesperación para
encontrarlo. Las profundas raíces de su solitario pasado aun no habían sido totalmente
cortadas; el shara la sintió a ella como la mejor mensajera para su respuesta.
Descubriéndolo alto en la colina del sur, Leora gritaba mientras subía,
“¡Esteban! ¡Esteban! ¡Ven! ¡Oh, Esteban, ven rápido! ¡Jonathan cayó! ¡Dentro del
Lago Hirviendo! ¡Esteban!”
Con toda tranquilidad el shara continuó caminando a través azuloso, ambarino
y violeta de los prados alpinos sin volverse hacia ella hasta que ella lo alcanzó y
jadeó, “¡Esteban! Jonathan -- ”
Se dio rápidamente la vuelta, tomo sus brazos fuertemente y la vio, sus ojos
azules en llamas con lo que ella pensaba era rabia.
“¡Leora, Leora! ¿Por qué esta terrible alarma? De pronto nuestro valle se
convierte en un infierno de preocupación, temor, tristeza. ¿Dejarías tu este ultimo
fragmento de Isolde se convirtiese con el olvidadizo mundo de afuera?”
“¡Pero Maestro! Jonathan -- ”
“Esta vivo, tanto como cualquiera de ustedes. Ve de regreso y diles, ‘nadie ha
de morir en Vashti hasta que todos hayan comprendido porque Joab llamó a los
Quinientos la Generación Perdida.’ Yo seguiré directamente, pero...¡Pero allí está!
¡Mira este árbol! ¡Debo estudiarlo antes de que rompa la tormenta...ve! ¿Por qué
esperas? ¡Apresúrate! ¡No debes tardarte!” Esteban se arrodilló cerca de su pequeño
descubrimiento, examinándolo intensamente. No tan fácilmente el sería distraído de
este breve hilo plateado de luz que lo había traído hasta acá.
Leora, tratando de recordar las palabras de Esteban pero fallando por la
terrible presión del momento, corrió de regreso hacia la triste multitud en el lago.
Todos los Quinientos se estaban reuniendo allí; algunos de ellos habían colocado sus
mas preciosas gemas a los pies de Jonathan; Siete de los venados se arrodillaron en un
circulo alrededor de el. David aun lo estaba abrazando: ningún ruego lloroso había
logrado convencerlo de soltarlo. Sin embargo todos sabían que el muchacho estaba
muerto.
Leora gritó con angustia, “¡David! ¡Encontré al Maestro, pero el no vino!
Porque dijo que Jonathan estaba bien y nadie moriría – pero ¡Oh! Veo que está -- ”
“¿Donde esta el?” Gritó David, soltando finalmente al cuerpo. Levantándose
con ira, el la miró con rabia.
“¡La colina del sur! El estaba -- ”
David brinco corriendo como un venado perseguido. “ -- examinando a un
extraño arbolito dorado,” concluyó ella con su sollozo. Ella emparejó el cabello
marfil de Jonathan y cerró sus ojos.
David encontró a Esteban exactamente donde Leora lo había dejado,
arrodillado cerca del arbolito. El Salaziano no desperdició ningún aliento gritando
como lo había hecho ella, mas se concentró en su carrera hacia arriba de la montaña.
Cuando alcanzó al shara, gritó, “¡Esteban! ¿Por qué? ¿Por qué en el nombre de
Jacob...?”
“¡David!” exclamó Esteban con pasión. “¡Ten cuidado! ¡Este árbol es
extraordinario! ¡No se si algun otro de su especie jamás haya existido en este mundo!
¡Que afortunados que la encontramos antes de que rompa la tormenta! ¿Cómo pudo
haber venido aquí? Quizás su semilla permaneció congelada en el hielo por milenios,
esperando--”
David miraba incrédulo como un vaivén entre los ojos de Esteban y este
dorado arbolito, quemándose con sus ojos de salvaje fuego, parado con bravura y solo
en este pequeño parche de grama esmeralda. Finalmente el junto su mente y rugió,
“¡Esteban! ¡Jonathan esta muerto!”
“¡Por este único verano, este único día! ¡Que maravilloso! David, excávala.
Muy, muy cuidadosamente. ¿Cómo la llamaremos?”
“¡Esteban, Esteban! ¿No me escuchaste? ¡Mi hermano esta muerto! ¡Hay de
mi, de haberlo salvado de esa caída mortal solo para verlo hervir vivo ahora! ¿por
qué? ¿Dios mío, por qué?”
“¿Le habrías negado estos meses en Vashti, David? ¿Quién mas en este
mundo ha sido tan raramente afortunado? ¿Y quien en este mundo puede determinar
el lapso de una vida? ¿Quién de nuestra raza tiene la autoridad de así controlar el tejer
de los triples ministros del destino?
“Pero yo te digo ahora, amigo mío, esta muerte ocurre solo para mostrarte
mejor quien tu eres. Por esta sola razón a caído Jonathan de la vida una segunda vez.
¡David! ¡Tu sigues siendo un esclavo ante las apariencias de este mundo! Aun en tu
pasado en Salaz, tu has escuchado de aquellos que sanan a los enfermos, si ellos
hubiesen vivido mas completamente el poder el Uno, ¿Habrían ellos encontrado mas
difícil el levantar a los muertos? Pienso que no.
“Bien, Aun estamos en el preludio de un muy largo cuento. ¡David! Esa
tormenta desciende sobre las Montañas Guardianes con hielo y muerte por este
pequeño ser. ¡Cávame este árbol!”
David estaba profundamente insultado, salvajemente enojado, loco con temor,
todavía fervientemente deseando creer. El se quedo de pie un momento mas,
luchando con sus emociones rabiosas. No había, sin embargo, manera de resistir el
último mandato de Esteban. Clavándose al suelo, el Salaziano sacó salvajemente la
tierra mohosa hasta que el árbol salió libre. “¡Ahí lo tienes, Maldícelo!”
Esteban estaba ya caminando hacia abajo de la montaña. “Trae a Vanas
cautelosamente, David,” dijo sobre su hombro.

~~~

Para cuando ellos regresaron al lago, el cuerpo de Jonathan había sido cubierto
con flores y joyas por los niños. Todos los Quinientos estaban profundamente
deprimidos esperando por el shara. Muchos estaban llorando, algunos estaban
orando, otros pocos se quedaban viendo al lago o dentro del espacio, luchando para
tomar maestría de sus sentimientos.
Esteban pasó a través de ellos como una suave brisa de primavera, dio un paso
por encima del cadáver sin voltearlo a ver, entonces se arrodillo junto al roto joven
árbol. “¿Por qué, David?” el preguntó con profunda melancolía. “¿Por qué asesinaste
a este pequeño ser? ¡Reemplázalo con Vanas! Su naturaleza esta hecha para el clima
tropical. ¡Que increíble que haya brotado tan alto!”
Los Quinientos miraban anonadados como David dócilmente cavaba un hoyo
para plantar este pequeño y dorado árbol en el. Cuando el terminó, sus manos y
brazos rugían con dolor. El gritó en agonía: no hasta ahora el sintió sus severas
quemaduras.
“Leora,” demandó Esteban con firmeza, “¿Por qué tu no repetiste mi
mensaje?”

Leora se le quedó viendo a él a través de sus ojos llenos hasta el borde y trató
de entender lo que el le preguntaba. ¿Qué no vió el este horror? “¿Tu quieres decir
acerca de Joab? Me...me debo de haber olvidado. Lo – lo siento. Cuando vi a
Jonathan pensé que te había escuchado mal.”
“¿Qué es lo que viste? Solo la mentira que reportan tus ojos acerca de tus
falsas creencias en la importancia de los cuerpos. ¿Por qué deben importar los estados
físicos? ¿Es una mujer mejor que otra porque ella es más hermosa? ¿Es un hombre
mejor que otro porque es mas fuerte? ¿Es cualquiera mejor que otro porque el tiene
mas riqueza?
“¿Por qué le permites a tus creencias bloquear tu percepción de la Realidad de
Jonathan? Tu crees en el sufrimiento, en la muerte, en el dolor, por lo tanto esto es lo
que ves. Si en vez de eso creyeras, en la Realidad nunca cambiante que es el Uno, tu
no verías sufrimiento, ni muerte, ni dolor, porque estos no existen en Verdad.
“¡Diles a ellos ahora lo que yo te dije, Leora! Quizás podríamos todavía
empezar a deshacer tu extraña cadena de creencias.”
“¡Tu! ... Tu me dijiste que les diga que nadie moriría en Vashti hasta que todos
hayan entendido porque Joab nos llamó la Generación Perdida.” ¿Por qué el la había
forzado a ella a decir esto? ¡El chico estaba muerto! ¿Por qué decir tal cosa ahora?
Las palabras quemaron su garganta como la bilis.
Susana, demasiado joven para entender la tragedia ante ella, preguntó en su
delicada y alta voz, “¡Oh, Esteban! ¿Cuándo entenderemos al ultimo Guardián de la
Promesa Joab?”
Leora trató de acallarla, pero Esteban ya estaba volteándose para confrontarla.
¿Tendría el rabia? Leora lo miró con temor, pero el estaba sonriendo ampliamente a
Susana, ¡Sus ojos destellando con alegría! ¿Qué había malo en el? ¿Qué no había
amado a Jonathan?
“¡Cuando menos hay una que se acuerda! ¡Bien hecho, chiquilla! Para ti y los
otros como tu, una década quizás te enseñe el secreto del acertijo de Joab. Pero para
algunos de estos otros, me pregunto si siquiera cincuenta años serán suficientes para
deshacer los errados pensamientos de sus infelices sueños.”
“Entonces algunos de nosotros nunca entenderemos sus misterios,” dijo Aldis,
tosiendo, para enmascarar el dolor en su voz. “Yo ya tengo setenta y nueve.”
Esteban le dijo a David, “Tu no hubieras sentido nada de tus quemadas si tu
no hubieras asesinado a un árbol. ¡Vamos! Jonathan ha descansado suficientemente.
A el, menos que a nadie le gustaría una patética y lúgubre multitud como esta.
Córtame una hoja de vanas.”
Sobresaltándose con anticipación, David cuidadosamente tocó el pequeño y
dorado árbol. Sorprendido, el exclamó, “El dolor se ha ido!”
“Por supuesto,” replicó Esteban, tomando la dorada hoja. El la arrugó, respiró
en ella, entonces la frotó sobre el corazón de Jonathan. El chico se sacudió
totalmente; un gran convulsionado temblor se movió de sus pies hasta su cabeza; su
aliento fluía otra vez.
“El vive,” susurró David, entonces gritó con un loco gusto, “¡El vive! ¡Mi
hermano vive!”
Los ojos de Jonathan parpadeando rápidamente se abrieron. Viendo primero a
Esteban arrodillado junto a el, el exclamó, “¿Oh, dormí demasiado tiempo?” El
después reconoció a David y dijo, “Yo creo que tu tienes razón después de todo. Las
Siete Regiones de Luz se pueden ver en todas partes. Yo tuve el sueño mas increíble
--” “Entonces el vió a los Quinientos reunidos alrededor y agregó con feliz curiosidad,
“¿Todos están aquí? ¿Es una junta?”
Esteban, se puso de pie, frotándose sus manos suavemente juntas para quitarse
el vestigio de los efectos. David abrazó a Jonathan, por la segunda vez ese día, sus
lagrimas fluyeron totalmente.
“Vanas es el árbol mas inusual,” murmuró Esteban.

~~~

En el aniversario de la muerte de Jacob, Sanel vino a Esteban y dijo, “Maestro,


encuentro que estoy confundido.” El se detuvo, apenado. Esteban nunca daba
conocimiento a voluntad; siempre era una cuestión de solicitarla, el tratar de aprender
de el. No era que el shara no fuese cortés o inamigable, ¡Todo por el contrario! Era
solo que había siempre algo mas inquietante acerca de esos para siempre gozosos ojos
que miraban a través de ti dentro del corazón de tu alma. Y sus respuestas eran
usualmente tan enigmáticas como para hacer que uno se pregunte porque el buscaba
instrucción.
Esteban lo miraba a él totalmente, pero no dio una respuesta. Tomando un
bocanada profunda de aliento, Sanel continuó, “¡A veces, veo personas que no
reconozco! Tampoco elementales o celestiales; seres humanos, pero no de los
Quinientos! Todavía cuando miro otra vez, ellos siempre se han ido!”
“¿Interpretación?” Esto era bueno, pero aun lejos de su necesidad. ¿Quizás
ellos estaban listos para mas?
“¿Me pregunto si este valle fue creado por sus custodios? Los celestiales
mantienen el orden aquí, pero -- ”
“Sanel, tu tienes razón. Aunque Vashti podría haber sido creada por manos
sutiles, no fue así. Los recuerdos de los tempranos humanos, los Vidyadharas y los
Señores de Etan están en todas partes. Conforme tu visión evoluciona, tu descubrirás
mas claramente las impresiones que ellas dejan en la matriz sutil de grabación del
Uno. En verdad, ninguna experiencia nunca se pierde. El valle ha sido una gran junta
con los mundos dimensiónales mas elevados por muchos miles de años. Aquí Joab
descubrió la perdida semilla de Vanas cuando Emura aun reinaba el mundo. Aquí el
rajanya Mordom cayó, sacrificándose a si mismo para vencer al enemigo creado de la
mente de Marte, el Rakshasa Bala. Muchos otros han vivido vidas completas en
Vashti, aunque no ha habido ninguno por un largo tiempo. Pero encontrar a Vanas
creciendo aquí el ultimo otoño me convenció que nosotros seremos los últimos de
usar esta ruta. Ahora estoy seguro que Joab no estaba hablando una metáfora. Yo
creo que los días de este mundo están contados.”
“¿La Tierra? ¿A finalizar? ¿Qué? ¿Cuál es el numero?” preguntó la boca de
Sanel, pero su mente lo estaba martillando, ¡Como Siempre! Yo solicito una
cucharada y recibo un galón; yo solicito una libra y recibo una onza! ¡Yo no entiendo
a este hombre!
Esteban le sonrió de vuelta a el sin responderle, pensando que este es un
problema suficiente. Por ahora.

~~~

Al medio día, un festejo fue tenido en honor de Jacob. Después de la comida,


Simón se paró y dijo, “Tengo un anuncio que hacer. En realidad, un pequeño
descubrimiento.” El le quitó la cubierta a su escultura.

“¡Jacob!” Se atragantaron todos, y no solo para ser amables. De alguna


manera Simón había recreado al pastor: su forma, su color, una expresión familiar –
Pausando en la mitad de una profunda y todavía simple frase – su pelo, sus ojos. ¡Sus
ojos! ¡Que perfectamente vivos, que perfectos! Ellos te seguían a todas partes y
expresaban emociones: amor, autoridad, paz, perdón, gozo.
Inmediatamente un dorado pinzón se posó sobre su hombro y una ardillita se
subió a su regazo. Pero la respuesta de Susana fue la mejor: ¡Es él! ¡lo es!” ella
exclamó, entonces corrió a la estatua y puso su pequeño brazo alrededor de su cintura.
Lagrimas brotaron por los ojos de Simón; el perdió el equilibro del banquete.
Aldis miró la estatua con una peculiar mezcla de gozo, esperanza y tristeza.
Aun después de un año, el aun estaba luchando para ser como los otros. Simón
parecía un perfecto modelo del tipo de hombre amable que el deseaba ser; el ver el
momento de triunfo del escultor fue a la vez una inspiración y un doloroso
recordatorio de sus propias limitaciones.
Juntando sus manos muy apretadamente en la esmeralda de quince quilates
que el usaba para ayudar a enfocar su mente, Aldis se puso de pie y dijo, “¡Esteban!
Yo tengo una pregunta.” Las diferentes conversaciones se detuvieron
inmediatamente: Esteban no se había dirigido a los Quinientos juntos por algunos
meses; el prefería hablar calladamente individualmente o con grupos pero no mas
grandes que dos o tres.
El shara se le quedó viendo fijamente con una expresión ilegible al viejo
hombre pero no dijo nada. Tragando con dificultad, Aldis miró alrededor
desesperadamente a los Quinientos, buscando ayuda. Ellos se le quedaron viendo a el
de regreso con animada curiosidad, preguntándose que pasaría despues. Excepto por
Susana: ella estaba apretando la mano de la estatua de Simón, contándole de su
pasado año. Aldis se preguntaba con un toque de vértigo si debiera de hecho hacerle
mímica a ella. Pero no, no había otra manera de reganar el respeto por si mismo; el
debería de convertirse en valiente para ser merecedor de Vashti.
“Esteban. Ah, Esteban. ¡Nosotros ya hemos estado aquí un año! Y, bien
Esteban. Eso es, me preguntaba si el agua, o quizás el aire, o eso es, podrías tu...
Maldita sea, Esteban, ¡Ninguna de estas hermosas y jóvenes chicas ha tenido hijos!
¡Yo quiero saber por qué!”
El shara no contestó; el silencio se hizo más profundo mientras muchos veían
con rapidez hacia abajo a sus platos hechos de hojas de banano.
Finalmente Sanel se puso de pie, su rostro colorado, preguntándose porque el
era el que frecuentemente quien trataba de interpretar a Esteban. “Aldis. Ah, hablando
por los hombres. ¿Hay algún momento cuando no estamos rodeados de elementales o
celestiales? Y -- ”
“¡No creas una sola palabra de eso!” exclamó Leora, brincando en choque.
“Todo el mundo sabe mejor. Nuestro amor es tan lleno, nuestro gozo tan completo,
cada uno de nuestro momentos tan perfectos; Allí justamente no parece que hay algún
punto, cualquier deseo para...menores...” Su voz se fue por allí.
Aldis, sorprendido venciendo se reserva, exclamó, “¡Ah! Yo solo deseo que
yo fuera unos años -- ”
“Cualesquiera que sean las variadas razones,” interrumpió Esteban, contento
ahora con él, “El hecho es: ningún chiquillo nacerá en Vashti. Tu puedes considerar
esto, Aldis: una forma de conseguir algo es el soltar algo mas. Crea un vacío, este se
llenará.”

David preguntó con entusiasmo. “¿Eso es, entonces? ¿Descubrir cuanto los
Perdidos puedes perder?”
Esteban se carcajeó tan efusivamente que las lagrimas corrieron por sus ojos.
“¡Entonces tu haces un principio! ¿Pero de que importancia esto tiene comparado a
recordar lo que tu perdiste antes de nacer dentro de este mundo? Recuerda, Joab
nombró a los Quinientos los Perdidos ante la Ruina del Mundo de Almira, antes de
que Gana fuera expulsado de Para.”

~~~

Siete años después de que los Quinientos entraran a Vashti, Susana


fervientemente buscó al shara a través de todo el valle. Aunque una niña de solo once
primaveras, ella era la favorita sin rival de todos: tan amorosa como Leora, ella estaba
mas llena con la sabiduría inocente del Uno que todos los demás.
Esteban sabía que ella estaba mucho mas adelantada que todos los demás: mas
auto luminosa, mas consciente, poseyendo un entendimiento mas amplio como el
resultado natural de quien ella se estaba convirtiendo. Llena con la vibrante
excitación de esperanza, el se paraba calladamente en la brillante luz del sol del
elevado prado, esperando por ella.
Susana subía rápidamente hacia el, su entusiasmo se contradecía por la gracia
de sus movimientos. Preguntándose si ella estaba siendo demasiado atrevida, ella se
arrodillaba junto a él para quedarse le viendo al dorado-carmesí de las flores alpinas
hasta que él le acariciaba el cabello suavemente y le preguntaba, “¿Tu la has visto a
Ella?”
¡Pero el ya sabía! ¿Cómo podría ella dudar? ¡Los Quinientos eran como
hierbas de su jardín! “¡Hoy! En mi estanque favorito. Esta en el Risueño Arroyo –
¿Tu sabes, corre desde el Gran Glaciar Azul dentro del lago cerca del Dorado Arbol
Vanas?”
“Si lo conozco.”
“Estaba allí, en una pequeña arboleda de cedros. El riachuelo viene jugando
hacia abajo en una pequeña cascada dentro del mas amoroso, callado estanque, que
tienen los mas hermosos peces color arco iris en el. Me estaba sintiendo tan bien, tan,
no sé, tan ligera, tan viva; todo estaba tan brillante; el murmurar del aire estaba tan
fuerte. Que mire hacia arriba de pronto, ¡Y allí estaba Ella!”
“¿Quién, amada?”
Ella se quedó mirando dentro de sus cálidos ojos, buscando seguridad. Pero el
sintió imperativo que ella encontrara su propia fuerza y quitó la mirada. Ella trató de
contestar pero encontró que no podía. Cerrando sus ojos para juntar su espíritu dentro
de su centro, ella dijo en una pequeña voz, “Almira.” El nombre y el recuerdo le
inspiraron a ella una mayor maestría: a una gran velocidad vino el resto, “¡Ella era tan
hermosa! ¡Toda vestida en iridiscencia con un cabello largo arco iris y una tiara
plateada, tan gloriosa! ¡Tan hermosa! ¡Y Esteban! ¡Ella caminó atravesando el
estanque y entro en mi y ahora yo La veo en todas partes, detrás o adentro, o encima
de – es difícil de decir exactamente – con todas las cosas, todas las gentes, todos los
árboles y flores, todos los animales y los pájaros, todos los elementales y celestiales,
en todas las cosas! ¡Que significa! ¡Es tan maravilloso, tan hermoso! ¡La amo, lo
hago!”
“Tu estas en todo lo correcto, lalasa. Ella es la Madre. Tu percepción ahora
se desarrollará rápidamente. ¿Ha hablado Ella contigo?” ¡Al fin! ¡Estaba empezando!

“No. O al menos, yo no he sido capaz de escucharla a Ella.” Ahora ella habló


con la seguridad de un igual. Las ultimas barreras entre ellos se habían ido, derretido
por la influencia dual del amor del Shara y su creencia en su propio Ser.
“Pronto Ella lo hará; mucho de la maravilla tu aprenderás en ese día. ¡Tu ya
estas casi en casa!” El la besó suavemente en la frente; una ola de calidez recorrió a
través de su cuerpo, causando que su visión se volviera mas aguda, mas brillante.
Ella se rió de éxtasis, entonces corrió llena de gozo de regreso al valle.

~~~

En el tardío verano cinco años mas tarde, Susana y otras jóvenes personas
estaban en un día de campo sobre la colina del norte, cerca de la base del Gran
Glaciar Blanco. Ellos justo habían terminado la fruta y las nueces que habían
recolectado, una de las chicas estaba abriendo algo para convidar -- ¡Un queso! –
Cuando de pronto Susana se quedo viendo con horror al glaciar arriba y gritando en
terror. En ese instante, un muro de hielo se soltó y cayó rugiendo bajando la montaña
hacia ellos.
Esteban estaba caminando ese día con Jonathan y David en la colina del sur,
alto arriba donde el había encontrado el Arbol Dorado Vanas doce años antes. Había
sido el mas seco y mas cálido verano desde que ellos vinieron al valle; nuevas áreas
estaban siendo abiertas en todas las montañas, alegrando el corazón del shara. El
amaba los paramos mas que ningún otro; el sintió que aun había mucho conocimiento
que ellos se estaban reservando.
Hoy el había traído a los dos amigos inseparables aquí para mostrarles una
curiosa escultura blanca recien descubierta por la desaparición de la nieve. “Mírenla
de cerca,” les dijo, viendo con fiereza a Jonathan. “¿Reconocen el estilo o letras?”
David se preguntaba porque Esteban estaba tan interesado en ella, ¿Qué podría
ser tan fascinante acerca de una vieja estatua? Con un encoger de hombros por la
misteriosa naturaleza del shara, el se inclinó para levantarla. El intentó con
incremental esfuerzo, finalmente la jalo con todo su poder, pero no podía ni levantarla
y ni siquiera moverla.
“¡No entiendo! ¡Se mira suficientemente liviana! Debe de estar conectada con
algo bajo la tierra.”
Esteban volvió sus estáticos ojos hacia el y exclamó, “¡No lo está! Y aun
tampoco yo la puedo mover. Pero déjalo a él intentarlo.”
David se levantó suavemente sacudiendo sus manos en su túnica. Se sentían
extrañamente frías, casi como si hubiesen estado sosteniendo hielo. Pero la estatua no
se había sentido fría cuando el la tocó: Estaba tibia, calentada por el sol. Moviendo su
cabeza con duda, se hizo hacia atrás.
Jonathan lo vió a el con curiosidad, viendo su confusión sin comprenderla.
Esteban no parecía estar actuando peculiarmente: el entusiasmo del shara lo había
inspirado a él con una urgencia poderosa por comprender esta pequeña estatua blanca.
Arrodillándose frente a ella, juntó toda su fuerza en su intento para forzarla del suelo.
Fue lanzado hacia atrás de espaldas cuando vino hacia el sin esfuerzo.
“¡Si!” exclamó Esteban con aún mayor entusiasmo. ¡El tenía razón! ¡Una de
las estatuas inmovibles del Templo de Kanaan-dora de Sulara, había de alguna
manera encontrado su camino hacia Vashti con la semilla de Vanas! “¡Así lo pensé!
¡De todos los Quinientos, solo tu puedes portar la Serpiente Blanca! ¿Puedes también
leer su mensaje?”

“No puedo,” contestó Jonathan, sosteniendo y examinando la estatua con una


similar ferviente excitación. Estaba llenando su cuerpo con un crudo poder y su
mente con ola tras ola de gozo. “Jamás había yo visto tal escritura. Pero, ¿Qué quieres
decir? Esto no es pesado, es todo pero liviano.”
“Entonces para ti,” dijo David, igualmente frustrado por esa extraña estatua y
el igualmente extraño comportamiento de sus acompañantes. “Yo no estaba
exactamente jugando con ella. Déjame verla. ¡No! Tu sostenla.” La vio por un largo
momento, y luego dijo, “Se supone que debe de ser una serpiente, ¿No? ¡Y las letras
son como una inscripción que una vez vi en la capital Salaziana de Rhodos, una
inscripción de hace mas de diez mil años, a Tala! Que extraño. ¡Se suponía que Tala
estaba en Caremia, a través del Océano de Urlad! ¿Cómo pudo haber venido aquí? Me
pregunto que dice.”
“Yo ciertamente no lo sé. Pero quiero que la lleves hacia el lago y le pidas a
Sanel que estudie estas letras -- ” de pronto el shara dio vueltas alrededor y se quedó
viendo con horror sobre el valle: el sintió el mismo terror entrando a Vashti como lo
había sentido Susana en ese mismo momento.
“¿Qué sucede -- ?” comenzó David, pero sus palabras murieron en su
garganta: Esteban se había desvanecido.

~~~

El shara se arrepintió haberse ido de esa manera. Otro cuento acerca de mi


grandeza, pensó tristemente. Seguro, esta no es su necesidad.
Pero entonces su mente fue absorbida en la invasión. El estaba ahora en la
parte lejana del valle, arriba de Susana y sus amigos, encarando la masa de nieve y
hielo que caía. Un fuego, mas brillante que quinientos soles, destellaba desde su
frente. No solo la avalancha desapareció en vapor, sino también la mayor parte del
glaciar.
El shara cayó en sus rodillas, pálido, sacudido. Susana corrió hacia él,
llorando en temor “¡Esteban! ¡Esteban! ¿Qué – Quien – Que era eso? ¡Ella no estaba
en ello! ¡No en lo más mínimo!”
“¿La Vaciedad? Era un Rakshasa, querido corazón, un Rakshasa raro que haya
podido entrar aquí. Mejor olvidarlo. Ya no hay mayor razón de alarma. Está
muerto.”
Esteban estaba mucho mas preocupado de lo que ninguno de los Quinientos
podría adivinar. Una corriente subterránea de duda había estado lentamente
madurando en él a través de los últimos años – algo inesperado estaba sucediendo
afuera de su protegido valle, algunos cambios monumentales en el mundo para los
que él no estaba preparado. ¿Cómo pudo un invasor haber venido tan pronto? Seguro
que el mundo se estaba deteriorando, pero ¿Cómo podrían haber fallado los
Guardianes de Vashti tan pronto? ¡El no estaba listo! ¡Los Quinientos no podrían
apoyarlo apropiadamente, no podrían canalizar el poder sin limites del Uno para
ayudarlo! ¡Si el balance se había caído, el habría de pararse solo en contra de los
sirvientes de Valin! ¡El necesitaba más tiempo!

~~~

Al día siguiente, el shara Esteban caminó solo por la montaña pasando por
donde la Serpiente Blanca había sido expuesta por el hielo en retirada. Cruzando un
pequeña cresta, el entró en un pequeño, desconocido agujero. Una segunda estatua
estaba allí, esculpida como un Vidyadhara, pero totalmente Negra y sin escrituras. Se
inclinó para estudiar el Negro Lagarto y la encontró tan inmovible como su blanca
contraparte. Con una torcida sonrisa, la dejó allí y continuó subiendo la montaña,
insistiendo en mejores respuestas para las dudas que disminuían su paz.

~~~

Tomó todo un día para que los Quinientos se dieran cuenta de que el shara
faltaba, pero solo una hora para que todos ellos olvidaran sus varias rutinas por la
gran excitación de la búsqueda. Fue afortunado que Susana encontró sus huellas en la
nieve primero: Se puso a si misma como centinela para evitar que ninguno lo siguiera.
“Se ha ido a encontrarse con su Padre,” le dijo a los otros firmemente. “El regresará a
nosotros cuando haya terminado.”
La curiosidad de los Quinientos creció tan grande como las Montañas
Guardianes, especialmente desde que una etérea luz radiaba de noche desde la
montaña donde el Shara había desaparecido. Sin embargo fueron lo suficientemente
sabios para obedecer la firme voluntad de Susana.
Ella permaneció allí, esperando durante once días templados y once
amargamente frías noches, robándose a si misma para el servicio de su Maestro,
purificando su mente a través de su acción en preparación de su regreso.
La mañana del decimosegundo día ella lo vió venir abajo lentamente a través
de la quietud de un gris carmesí del temprano amanecer y corrió hacia él,
exclamando, “¡Esteban! ¡He estado esperando!” Pero cuando ella vió su rostro, ella
tan solo podía verlo, pensando, Tu eres El.
Esteban apuntó hacia arriba en la montaña; ella corrió allá, esperando ver a
Jacob. El no estaba allí. Decepcionada, se dio la vuelta para irse, pero entonces vió el
Lagarto Negro. Levantando la estatua sin ningún esfuerzo, ella corrió para alcanzar a
Esteban.
~~~

El Shara no podía hacer nada mas que sentarse cerca de Vanas: por tres
semanas el no habló, ni comió, ni siquiera bebió. Todos los que lo vieron estaban
atónitos, aunque la mayoría no podía aun ver tan bien como Susana.
A la puesta del sol del vigésimo segundo día, el dijo repentinamente,
“Tráiganme a Sanel.”
Elizabeth, estaba en cuclillas cerca, comiéndose un banano. Haberlo
escuchado hablar otra vez después de tanto, catalizó un enorme volantín. Dándose
cuenta que su ruta terminaría en un remojo escaldante en el Lago Hirviendo, ella se
dobló en el aire, arañando el espacio. El resultado fue un dramática demostración de
habilidad gimnástica que apenas salvó su persona de ser quemada.
Esteban se rió, “¡Pensé que estaba viendo a uno de los niños, Elizabeth! ¡Tal
felina gracia sería extraordinaria para una adolescente!”
Sanel vino corriendo arriba, gritando excitadamente, “¡Lo he logrado,
Esteban! ¡Lo he logrado! ¡He leído la Serpiente Blanca! ¡Ah, jamás envidiaré esas
tantas horas devotas al antiguo Talanes otra vez! ¿Acaso no escuchan? ¡He descifrado
la estatua de Jonathan!”
“¿Es eso cierto?” Gritó Esteban de regreso a él. “¿Qué dice? ¿Qué dice?”

“La Serpiente Blanca se lee, ‘Unidos con mi hermano de ebano y las doradas
flores de vanas, Marte guiará a los Diez Mil a la victoria sobre las innumerables
hordas en protección de Vashti.’”
Aquí Esteban empezó a citar con el, “‘Entonces descenderá fuego celestial; la
Generación Perdida de los Quinientos retornará a su antiguo hogar bajo las alas de
Almira. ¡Yo, Joab, he escrito esto!’”
“Oh,” dijo Sanel en una voz suave al darse cuenta de que el Shara había estado
hablando con él. “¿Cómo supiste?”

23. EL MENSAJE

No tomes ganancia o perdida de corazón:


Estos son pensamientos menores.
Propósito consciente jamás tiene éxito:
Solo la inocencia logra su voluntad
--Rodavi

¡Marquen bien el Final del Tiempo!


Busquen a Marte y a Venus
Y a los Diez mil de Kanaan-dora
¡Cuando este mundo dividido tome parte de guerra no santa!
--Mordom

Al principio estaba fusionado con otros


Como una roca de un muro de granito.
Pero la naturaleza y voluntad perversa lo romperá todo
Yo solo quedaré:
Asediado
Todavía firme en mi mismo.
Una sola piedra,
Una estatua desgastada de firme resolución.
--Joab

El mismo día que el Rakshasa forzó su entrada dentro de Vashti, la Emperatriz


Avera, habiendo mucho tiempo atrás conquistado la totalidad del hemisferio norte,
empezó la invasión de Calantha. Sus científicos cubrían una flota de navíos de vapor
con acero protegido; las legiones Salazianas cruzaron el Quemante Mar. Pero la
tecnología de Avera no era todavía suficientemente avanzada para derrotar esa
antigua y firme civilización: Salaz fue expulsado. Aunque Calantha no había crecido
en conocimiento marcial, mucha de la sabiduría de Kanaan-dora había sido retenida
allí a través de las largas eras: Avera encontró que el venerable roble era demasiado
duro incluso ante la caída de su hacha.
La Emperatriz tiró la totalidad del poder de Salaz en Calantha tres veces más y
falló tres veces más. Pero Avera nunca había aprendido a aceptar la realidad del
fracaso; forzada por su indoblable voluntad, sus sirvientes eventualmente crearon las
herramientas necesarias: ellos aprendieron a volar maquinas a través del aire.
En el trigesimo año después de que los Quinientos entraron a Vashti, la
Emperatriz Salaziana Avera descendió con repentina muerte desde los cielos sobre
Calantha. Los descendientes de Kartika, el único hijo de Gana, pelearon tan
fieramente como bestias acorraladas, pero ya no mas equiparaban la destreza
tecnologica del Norte: en tan solo tres semanas, esa gran nación, la cual había
conocido la independencia desde el aterrizaje de los refugiados de Kanaan-dora
cayeron ante el brutal poder del Imperio Salaziano. Avera había tenido éxito en la
empresa de su vida de ser la Emperatriz de todo el Mundo.

~~~

Esteban se paraba solo en el alto prado, sintiendo las olas de terror


envolviendo al mundo como un capullo de muerte. El sabía que no podía esperar
mucho tiempo: preparado o no, los tres debería partir de él. Esos tres eran los mas
desarrollados de los Quinientos – los mas cercanos para satisfacer sus papeles en los
difíciles requerimientos de esta edad – todavía incluso así, el temía por ellos: sus
tareas serían las mas difíciles, las mas violentamente opuestas por fuerzas
cercanamente omnipotentes de Vaciedad. ¿Era razonable esperanzarse que su aun
limitada maestría del Uno los salvaría?¿Incluso con toda la ayuda de lo que quedaban
de los celestiales?
Suspirando profundamente, casi amargamente, Esteban llamó a los tres a él.
Ellos se reunieron con el con entusiasmo, sus mentes brillaron con la excitación de la
invitación de acercarse al shara. Esteban usualmente estaba en silencio meditativo;
solo cuando uno de los Quinientos se encontraba en aprietos que podrían ser
sobrepasados en ninguna otra manera que el venía calladamente a ellos y les tocaba
sus mentes con idealmente escogidas o raramente caídas palabras o acciones.
El ser solicitado a unirse con el era raro; el ser solicitado en un grupo de tres
era sin precedencia. David y Jonathan y Susana se acercaron a él con un
entusiasmado gozo, ellos se arrodillaron ante el en perfecta sumisión.
Esteban bailó en sus mentes brevemente, preguntándose a si mismo otra vez si
ellos estaban listos. Susana, como ella había sido por casi treinta años, era la más
cercana a la perfección de cualquiera de los Quinientos. Si esta extraordinaria
amorosa mujer hubiera vivido en el mundo común, ella hubiera sido reverenciada por
ahora como la mas grande maravilla de su época. Pocos de sus deseos se iban sin
satisfacer: como un ejemplo, sus esculturas creadas por su mente, casi mas vivas que
los seres que ellos imitaban con arte consumado, eran común en todo Vashti. Desde
que ella cargó con el Lagarto Negro, ella había sido más pareja de Esteban que su
estudiante: la diferencia entre ella y Almira era una de grados, no de tipo. El temor del
shara por ella era que ella quizás intentara portar demasiado; tres veces ya el le había
dicho que sea precavida de no asumir mas peso de los Quinientos de lo que era
requerido.
Jonathan no estaba tan lejos de su grado de perfección. Esteban había
seguidamente sentido que el podría ser su sucesor si los requerimientos de su edad
hubieran ordenado diferentemente sus tareas. Como era, Esteban descansaba mas en
sus esperanzas de éxito de su viaje de este hombre con un pecho gigantesco. La
preocupación del shara por el era que su amor por David podría convertirse opresivo
cuando ellos se separaran.
No, de los tres arrodillados ante el ahora, David era el único enigma. ¡Y este
era un enigma que el shara no tenía forma de resolver! ¡El no sabía si el Salaziano
estaba o no preparado, no había forma de saber: de todos los Quinientos, este
despampanante guapo hombre solo nunca había estado dentro del alcance de Esteban
todo sino su mente infinita. David reportaba experiencias similares a las de todos los
demás; de todas las pruebas externas, el aparecía a la par con Jonathan y Susana; pero
Esteban simplemente no sabía, nunca lo sabría, nunca lo podría saber. La crisis de
crucial importancia de la edad se estaba formando alrededor de David, torciendo las
fibras del Uno y la Vaciedad hacia él como un gran vórtice del destino; el resultado
no era otra cosa que el futuro del mundo; y todavía Esteban no sabía si David estaba
aun cerca de estar preparado.

Suspirando otra vez por este único lugar vacío en su mente, el shara de dijo a
los tres que ellos deberían dejar Vashti y llevar un mensaje a Arturo.
“¿Qué?” preguntó David, asumiendo que el había oído incorrectamente.
“¿Porqué irnos? Arturo gasta su tiempo en el Arroyo Corriendo, en el oeste -- ”
“No, David. No el de Juanelo. Quiero decir el Arturo que se quedó afuera de
la cueva con Débora, hace treinta años. ¿Te acuerdas?”
“¡Pero Esteban! Seguramente que ese Arturo hace mucho -- ” ¿Qué le estaba
pasando al shara? ¿Por qué se le miraba tan preocupado? A el nunca se le había visto
tan triste. De hecho, el nunca había dado evidencia de la mas mínima tristeza. ¿El
estaba enfermo? ¿Era eso siquiera posible?
“El y Débora viven allí todavía, siguiendo la enseñanza de Jacob en su
pequeño valle.”
David, incrementalmente confundido como su consciente de lo que el estaba
escuchando penetraba su mente, trató una vez mas, “¡Pero! ¡Arturo falló la Prueba de
la Cueva!” ¿Qué en el nombre de los Siete Esteban estaba hablando? ¿Dejar Vashti?
Si el mundo de afuera todavía existía era menos que sin importancia. ¿Qué diferencia
tenía para él, o a cualquiera de los Quinientos, de lo que pasara del mundo? Ese lugar
quizás pudiera estar muerto. Seguramente que nada que valiera la pena pudiese aun
vivir allí – todo el mundo allá debe de ser mas amigable con los animales como lo es
la maravillosa unidad de los Quinientos. El recuerdo de Arturo aun estaba con él,
sorprendentemente claro después de tantos años – un alto, hermoso joven rubio,
siempre yendo junto a Jacob como si fuera su perrito -- ¡Pero el nunca entró a Vashti!
¡El falló la última Prueba!
Esteban mandó calmados impulsos de amor y ordeno al Uno en el corazón de
David. Pero, como siempre, la inalcanzable naturaleza del Salaziano destruyó en
añicos las extensiones del shara; ellas rebotaron de regreso como si estuvieran
golpeando en contra de un espejo en vez de una mente consciente. Frustrado por este
único fracaso de su poder sutil, Esteban trató otra vez de alcanzarlo con palabras
inadecuadas, “Arturo si falló en la cueva. Pero solo porque no era su prueba. La
simple verdad es que él es otro aspecto de mi Ser: No hay realmente diferencia entre
nosotros. El no, sin embargo, sabe quien es el.
“Cuando Gana fue expulsado del Mundo de Almira, el Hilo Dorado fue
dañado, de allí en adelante su conciencia se rompió en añicos. Jacob tenía que pasar a
uno de nosotros, a Arturo o a mi la única fibra de conexión que contenía las partes
faltantes de la mente de Gana. El escogió dármelas a mi, porque él sabía que en
Vashti quizás tendríamos éxito en replicar esa fibra.
“Almira previó esta tarea cuando Gana fue envenenado por su sobrino Irnga:
planeando por su eventual reintegración, ella creó las dos estatuas inmovibles, el
Lagarto Negro y la Serpiente Blanca, para llevar su mente hacia delante a través de la
ilusión a su tiempo. Joab satisfizo su intención cuando Para fue destruida a través de
traer las dos estatuas y la semilla de Vanas aquí. Y ahora ustedes tres deben de
completar este trabajo que todos hemos laborado durante tanto tiempo: ustedes deben
llevar los fragmentos de la mente de Gana a Arturo. Al amanecer, ustedes cruzarán las
montañas: Susana, llevando el Lagarto Negro; Jonathan, la Serpiente Blanca; David,
la flor dorada de Vanas.”
“¡Entonces el único botón del Arbol esta floreciendo finalmente!” Exclamó
Susana gozosamente. Ella finalmente estaba contentísima por el pensamiento de ver
el mundo exterior. Si alguna falta existía en su casi perfecta mente, era la leve tristeza
de haber entrado a Vashti tan chiquilla para recordar cualquier otra cosa. ¡Esta
probaría ser una gran aventura!

“Florece esta noche. Ustedes deben de llevarla y las estatuas a Arturo antes
que dos días hayan pasado.” ¡Sonaba tan fácil de decir! ¿Todavía que oportunidad los
tres tenían en contra del poder infernal de los Rakshasas?
“¿Y después que lo encontremos a él?” preguntó Jonathan. Sus sentimientos
vacilaban entre los de David y los de Susana: en un momento el estaba excitado por la
posibilidad de ver el mundo otra vez; el siguiente, el estaba profundamente
entristecido por el pensamiento de dejar a los Quinientos. Pero por su puesto para
satisfacer la petición de su Maestro hacía las otras preocupaciones irrelevantes.
“Entonces, tu tendrás mas y mas difíciles tareas. Incluso la sociedad de los
Quinientos estará perdida para ti. Hoy en la noche yo les enseñaré a ti y a Susana una
manipulación especial del Uno que ayudará a Arturo y a los otros proteger Vashti.
Desde ahora tu principal trabajo será tomar maestría de esta habilidad Y David, tu
tarea quizás pruebe la mas difícil. Tu debes reentrar al ejercito de Avera -- ”
“¡Que! ¡Seguramente mis oídos me mienten a mi hoy! ¡Esa bruja no puede
seguir viviendo! ¡Por el Sueño de Narain, Esteban! ¡Tiene que haber otra forma!”
“Si la hubiera, yo te la diría. No la hay. Nadie mas puede lograr esto, David.
Para crear la victoria, tu te debes ir de aquí, reunirte con el ejercito Salaziano lo más
rápido posible y lo más rápido posible trabajar tu camino al Consejo Interno de
Avera.”
“¿Cómo la voy a encontrar a ella? ¡Este es un grande y ancho mundo!” Era
una excusa débil, pero parecía ideal en su desesperación. ¿Iba a ser la paz de Vashti
ser suya ahora solo en recuerdo? ¿Qué mal el habría cometido para que su vida
tomara un camino tan doloroso?
Esteban sonrió, un poquito irónicamente, un poquito amargamente, y contestó,
“Hoy ella esta con sus ejércitos en Calantha -- ”
“¡Calantha!” exclamó Jonathan, al mismo tiempo compartiendo
completamente los sentimientos de Susana. “¿Entonces, las historias de Sanel del
shara Marte son literalmente verdaderas? ¿Hay un mundo mas allá del Quemante
Mar?”
“Lo hay. Esta misma primavera, Calantha ha caído ante Avera, terminando sus
milenios de independencia. El Imperio Salaziano ha unificado los hemisferios norte y
sur.”
“¡Pero, Esteban!” exclamó David, aun más frustrado. “¿Y que? ¿Qué
posiblemente tiene que ver esto con nosotros? ¿Qué diferencia hay de quien reine en
el mundo externo?”
“¡David, David! ¿Aun no has entendido las historias de Gana, de Marte y de
Naisan? En treinta años, tu aun no has descubierto porque a los Quinientos se les
denominan los Perdidos? ¡Nadie vive solo. Vashti se quemará como una mariposilla
con el fuego en los fuegos de la Vaciedad de los Rakshasas si los celestiales pierden
el control de este mundo. ¡Nunca un ser vivo esta aislado de todos los demás! Nadie
nunca puede vivir solo – Teniente.”
Escuchando su rango después de tanto tiempo fue como un balde de agua fría:
David retrocedió como si a el lo hubieran golpeado. ¿Estaba el predestinado a
perderlos a ellos, para reunirse con el enemigo? ¿Iba el a ser un esclavo otra vez?
¿Qué no tenía libre albedrío? ¿No podría el simplemente negarse a dejarlos? ¿Qué
disturbios malos lo habían dividido a el de los Quinientos? Era verdad que el no había
aprendido a ver y escuchar a Almira bailando en cada partícula de la creación como lo
hacía Jonathan y Susana, pero otros pocos tampoco habían logrado esto: de hecho,
solo Leora y Simón, ¿Qué pecados en su infancia le habían hecho merecedor de un
destino tan infernal?

“¿Qué tengo que ver yo con todo esto?” el exclamó, mas molesto que
temeroso. El vió desesperadamente a Susana y a Jonathan por apoyo; ellos regresaron
su mirada con una compasión mas que fuera de lugar por su entusiasmada
anticipación de su viaje. Encontrando poco abrigo en cada amigo, David suspiró
pesadamente y miró sobre Vashti. El pudo ver a muchos de sus amigos abajo,
gozosamente organizándose en sus tareas nocturnas, sin la menor idea del sufrimiento
que el estaba soportando. ¿Por qué? ¿Por qué yo?
Esteban contestó muy despacio pero con calidez, “¡David! Confía en la forma
que los Siete han ordenado nuestra edad. Créeme cuando yo te digo que no hay otra
forma. Tienes que ser tu: ¡Tu eres la llave perdida! Incluso ahora, los Celestiales y
los Rakshasas luchan por tu espíritu. Tu no sientes casi nada de esto por el poder
benéfico del Uno en Vashti.”
“¿Qué es lo que eso se supone que debe de significar?” preguntó David sin
quitar la mirada del valle. ¡Nunca había sentido tanta angustia! ¡El haber vivido en un
éxtasis como éste por tanto tiempo, ahora ser forzado a regresar! El pensamiento de su
inminente condenación era peor que despertar en el infierno.
“Déjame explicar. Antes de que Avera tomara maestría incluso de su país
original Salaz, los Rakshasas le dieron a ella la gema Starbha, arrebatada de Joab
cuando el Mundo de Almira fue destruido. Ellos vieron en ella su mejor esperanza en
conquistar la Tierra y liberar a su Señor Valin.
“Joab hizo lo que pudo para esconder Kaysta de los Rakshasas, pero el día se
acerca cuando Avera también se adueñe de esa gema. Su posesión de las dos mitades
de Kaystarbha no es en si misma suficiente para que ella pueda liberar a Valin, ¡Pero
ella en su momento también descubrirá el cetro de diamante de los Guardianes de la
Promesa!” Esteban tomó una pausa, mirando a David para animarlo en su comentario.
Pero el Salaziano aun miraba con temperamento a Vashti y no dio signo de
comprender las palabras de Esteban. Susana sin embargo, las entendió totalmente.
Ella miró a Esteban con amor y dijo simplemente, “Entonces. Nosotros estamos
muertos.”
David y Jonathan la miraron a ella, pero Esteban no pudo contener su alegría y
sonreír a su sabiduría. “Pronto. Pero la Emperatriz no de una vez ganará total
conocimiento del cetro. Tu tienes razón, por su puesto: Si ella solo lo rompiera, cada
uno de los Quinientos moriría – instantáneamente.
“David, tu debes entender: Gana parcialmente falló en su cuarta tarea. Por lo
tanto la radiancia de Para ha terminado: sus gentes entraron en un estado trace similar
al dormir. Cuando Gana fue expulsado del mundo que el creo con Almira antes que
nuestro Cosmos empezara, el Hilo Dorado del sistema nervioso universal fue dañado.
La única herramienta en la creación juzgada tan suficientemente poderosa para
prevenir a este Universo de terminar inmediatamente era el cetro de diamante de los
Guardianes de la Promesa, ya que encarna el poder del principio y el final de la
creación. ¡La totalidad de la vida del Universo ahora fluye a través de ese
instrumento! David, tu debes detener a Avera a que lo destruya hasta que nosotros
estemos preparados para restaurar al mismo Gana. Esta es tu segunda tarea. El
tercero y mas difícil es el hacer que ella lo rompa en el momento preciso, entonces
tomarlo y a Starbha y Kaysta de ella y regresar a Vashti.”
“¿Y entonces?” David no estaba siguiendo a Esteban bien. Sin embargo, el no
pudo evitar estar fascinado por la mención de Gana. ¡Si solo el fuera testigo en ves de
un participante! De pronto el vió duramente en su mente: ¿Cuál fue el origen de ese
pensamiento? ¿Qué puede ser posiblemente mas importante en la vida además de
ayudar a Gana? ¡El debería de sentirse agradecido por esto! ¿Qué estaban causando
esas dudas? ¿Estaba Esteban en lo correcto acerca de la batalla Rakshasa-Celestial por
su mente y su corazón?
“¿Y entonces? Entonces toda voluntad termina correctamente. El cetro y las
gemas gemelas son los requerimientos finales, pero solo si tu las traes a ellas en el
momento oportuno a mi en la presencia de Vanas. Entonces los Quinientos
regresarán al Mundo de Almira, el cual re despertará en si mismo; Gana regresará a la
total cordura. El Sistema Nervioso de este Universo será reparado; el error de Gana
en su cuarta tarea será corregido; Almira continuará con su plan evolutivo para
nuestro Cosmos. Pero si tu fallas y el Cetro de Diamante es roto antes de que estemos
listos -- ”
“Entonces todo ha sido en vano,” terminó Susana. “Gana y este Universo de
su creación tendrán que empezar de nuevo. ¡Almira me dijo esto! Todavía incluso
Ella no conoce otra manera de ganar el cetro de los Guardianes de la Promesa, David.
Ayudar a Gana directamente es sus mas elevadas tareas esta prohibido incluso a Ella.”
“¿Pero, Porqué? ¿Por qué yo? Deben de haber muchas maneras de lograr
esto.” David no estaba teniendo mucho éxito en aquietar sus dudas: ellas se seguían
levantando como si el estuviera siendo llenado con los deseos de alguien mas. Nunca
desde que el entro a Vashti el había experimentado una distorsión mental de
confusión. Las muchas joyas de Vashti de abajo destellaban amoroso gozo en la luz
de la luna, pero David no podía ver su gentil belleza: el estaba demasiado ocupado
pensando si su vida otra vez volvería a ser ideal. ¿Por qué?¿Por qué yo?
“No,” contestó Esteban muy despacio, observando al Salaziano muy de cerca
para ver si ellos ya habían fallado. Pero David era inescrutable, tan ilegible como
siempre lo había sido, una conciencia perfectamente opaca, intocable por la mente del
shara, invisible a su comprensión intuitiva. Era exactamente como si su esencia
viviente, parte y parcela del Uno que respira a través de toda la creación, estuvieran
rodeadas por un muro impenetrable de Vaciedad, impermeable al poder del shara,
¿Por qué?
“No. Fuera de todos los incontables billones del Universo, solo dos aun tienen
la habilidad para levantar el cetro de diamante. La identidad de estos dos es bien
conocida. Una es el instrumento en jefe de los Rakshasas – La Emperatriz Salaziana
Avera. Y el otro, David, es el único que lleva la Victoria o la Condenación de nuestra
edad y por nuestro Universo en sus manos. Ese uno no es otra persona que – tu.”
David sintió la presión de este conocimiento empujando en su mente como la
inundación de un huracán comiéndose un dique de tierra. Sus ojos se cerraron y su
cabeza se inclinó hacia delante mientras el trataba de tomar maestría de su fuerza sin
dañar su mente. El no podía negar esta horrible presencia, no la podía ignorar, no
podía mover su curso en ninguna forma: su poder desenfrenado mantenía montándose
con intensidad hasta que el sintió que su cráneo mas aseguradamente iba a estallar
desde este terrible poder. ¿Por qué?¿Por qué yo?

∼∼∼

Al amanecer, Esteban terminó sus instrucciones con un mandato, “Desciendan


ahora al Lago Hirviendo por las estatuas y la flor. ¡Pórtenlos con cuidado! Ningún
pétalo se puede dañar antes de que alcance a Arturo.”

Cuando ellos regresaron, David estaba cargando una inmensa flor dorada,
cada uno de sus cientos de pétalos radiante con su propia luz interna. Jonathan
exclamó, “¡Yo no pude cortarla aunque traté con todas mis fuerzas! ¡Sin embargo
cuando él la tocó, se cayó en su mano!”
Esteban rió con gozo al ver el Uno ahora tan claramente en el rostro de David.
¡Seguro que la flor de Vanas podrá completar su viaje a los celestiales! “Ahora
ustedes tres entienden porque deben de portar este mensaje doblado en tres para
Arturo.”
David lo miró a él con claridad y dijo calmadamente, “Yo voy a hacer lo
mejor de mi para satisfacer tu voluntad, mi shara. Pero antes que yo deje este paraíso
de la creación de Ishtar, me gustaría saber tu explicación porque Joab nos nombro a
nosotros ‘los Perdidos.’”
“¿Has observado que el numero de seres humanos en este valle es quinientos
cuatro?”
“Si, por su puesto, ¿pero que importancia tienes eso? Seguramente que Joab
estaba dando una aproximación.”
“No. Cuando el Guardián de la Promesa dijo, ‘Los Quinientos,’ el quiso decir
exactamente lo que dijo. Los tres de ustedes y yo no somos de su numero. En el
instante final cuando Gana fue expulsado del Mundo de Almira, quinientos celestiales
fueron jalados hacia abajo dentro de este Universo con el. Estos son nuestros
Quinientos; la evolución de sus mentes de regreso al Uno es la herramienta mas
poderosa que nosotros tenemos para regresar a Gana a si mismo.”
“Si nosotros no somos de los celestiales perdidos, ¿Entonces, quienes somos?”
preguntó Jonathan sorprendido.
“Quizás tengas dificultad de entender esta respuesta por algún tiempo: no es
un entendimiento fácil. ¡Tu y Susana son las manos izquierda y derecha de Almira!
Tu, Jonathan, eres la Serpiente Blanca, la copia de Almira de Sesha; tu Susana eres el
Lagarto Negro, la copia de Almira de Heramann. ¿Pero quien eres tu, David? Eso no
lo sé.”
“¡Que!” el Salaziano respondió con asombro. “¿Por qué?”
“¡Yo no sé! Y no es por falta de tratar. Desde el día que entramos a Vashti, he
intentado mover mi consciente dentro de ti. Hay un bloqueo en mi mente – una
restricción que me mantiene alejado de entenderte. Desde nuestro primer momento
aquí, no he sido capaz de tocar tu espíritu, de conocerte como lo hago con el resto de
los Quinientos, para moldear tu conciencia con la de ellos dentro de una sola masa de
luz y poder. De todos en el valle, tu solo estas para siempre mas allá de mi
habilidad.”
“¿Por qué?” preguntó David otra vez, confundido.
“¡Te digo que yo no sé! He teorizado que tu estas conectado con el
rompimiento del Hilo Dorado, la ruptura que mantiene a Para congelada, la ruptura
que mantiene a Gana vagabundeando en una loca imitación de la vida, la ruptura que
mantiene las fuerzas del Uno en este Universo tan débiles ante las fuerzas de la
Vaciedad. Esto es porque solo tu puedes portar la flor de Vanas y el Cetro de
Diamante.
“¡No puedo decir mas, yo no se mas! Pero ustedes se deben de ir ahora: al
medio día deben de pasar la cúspide, o sino estarán atrapados por el amargo frío de la
noche, desprotegidos en las altas colinas. Simón les hizo a ustedes estos zapatos para
la nieve; ellos están llenos con el poder del viento, ellos harán su viaje ligero. El
también hizo esta joya de madera de maple para mantener y proteger a la flor de
Vanas.

“Un ultimo consejo yo les doy. Recuérdenlo bien: No por orgullo dependan
solamente de su propia fortaleza. Hagan todo juntos mientras puedan. Un cordón de
tres vueltas no de rompe fácilmente.”
Susana, su brillante mente coloreando sus palabras con radiante dorado, dijo,
“Esteban, antes de marcharnos, hay algo que también yo te quiero preguntar.”
“Tu ya sabes, ¿No es cierto?” Nadie mas nunca llenaría su mente y corazón.
Ella era la perfecta encarnación de Almira en carne humana; total maestría estaba
dentro de su alcance. Los Quinientos eran como niños para ella. ¿Podría otro mundo,
podría otra edad florecer con su regreso? ¿Regresaría ella algún día corriendo a el
sobre lomas esmeraldas, en túnicas azules y amarillas en un nuevo principio? El
nunca había amado más a alguien – nunca el lo haría.
Susana, sintiendo la separación tan profundamente como el, lo miró con
lagrimas llenando sus ojos y contestó suavemente, “Si, mi amado. Pero yo deseo con
todo mi corazón escuchar a mi shara decirlo. Esteban, nos dirás simplemente en esta
división que tu eres el Señor Gana?”
El sonrió amargamente y replico, “Tu lo has dicho, lalasa. Arturo y yo
laboramos para completar la Quinta Tarea de Gana. Jacob paso su vida en el Pozo,
levantando energía radiante de la vida, el poder manifiesto del Uno a través de
Almira, desde el cuarto centro al quinto. De esta manera nuestro dañado Universo
empezó a ser reconectado a su Fuente. Del amor a la humanidad, Jacob abandonó el
Pozo; su inocente acto puso en peligro a toda la creación. Pero por quien el era, el
tuvo suficiente talento para crear una alternativa. El externalizó la cadena conectora:
el creó a Arturo, a los Quinientos y a mi para portar la carga de la continuación. Y
ahora su sacrificio en dejar su hogar hará la primera escena del acto final que
repondrá a Gana a si mismo.”

∼∼∼

El Shara observó a los tres mensajeros correr montaña arriba, sus voladores
pies casi pero no realmente tocando la nieve. El suspiró, oprimido por el peso de su
futuro. Ahora solo es unos escasos veinte años para que el resto empecemos a ser
como estos tres. ¡Que tarea! Me pregunto, ¿Será posible para mi lograr mi pequeña
parte en esta era?
Elizabeth vino corriendo montaña arriba y rompió su lúgubre contemplación
antes de que realmente empezara: “¡Esteban! ¡Gracias por dejarme acercarme a ti!
¡Hoy cumplo ciento once! ¿Puedes creerlo? ¿Me veo un día mas vieja como si tuviera
veinte? Y yo, eso es Aldis y yo, bueno nosotros – ¡El me preguntó que si me quería
casar con él! ¿Lo apruebas tu?” Ella le sonreía a él con entusiasmada esperanza,
difícilmente al audaz deseo él consentiría a sus boberías, todavía fervientemente
deseando que el apruebe. ¡Esto haría a Aldis tan feliz!
El shara le sonrió ampliamente a ella y dijo con intensa calidez, “¡Elizabeth!
Gracias por responderme.” Y el le dio tal amor que desde ese momento ella nunca
otra vez dudó que Almira vive tan completamente y hermosamente en su corazón
como lo hace en el corazón de todos los demás ...

∼∼∼

Pronto después del medio día, los tres mensajeros se paraban en la colina mas
alta de la montaña y miraban a lo lejos, con una pensativa mirada de regreso sobre
Vashti, su hogar por treinta años. “Hasta pronto, Guardián de la Promesa Esteban,”
Susana susurró, sorprendida por la insatisfecha esperanza en su pecho aun estaba
presente. ¿Qué es lo que ella tendría que hacer con un sentimiento así? ¡Su vida no era
una vida del mundo! Girando su mente de la no familiar emoción, ella agregó a voz
en pecho, “Hasta pronto de hecho tu y todos en ti! ¡Vamos hermanos!” Ella los dirigió
rápidamente por un costado de la montaña.
Unidos en la mente y el corazón, Jonathan y Susana y David regresaron al
gran y ancho mundo.
Ellos no fueron solos: rodeándolos por todos lados había cientos de miles de
celestiales. Sus energías doradas, plateadas y multicolor llenaban los cielos con
hermosura sobrenatural tan lejos como los mensajeros podían ver. Esta era la reunión
mas grande de las fuerzas del Uno en el Universo desde el día que el shara Gana con
sus Diez Mil se unieron a los Vidyadharas y los Ciento Ocho Señores de Etan
dirigidos por Orah, Sravasa e Ishtar para sacar a Valin de su trono de diamante dentro
de su cárcel sin fin.
Pero en esos tempranos días de completación, los fuerzas de la Vaciedad
habían sido más débiles: ellas solo se había recobrado parcialmente de su inesperada
derrota sobre Martanda; los muros de fuego Asur de Valin cayeron relativamente
fácil. Gana alcanzó su nuevo mundo sin siquiera perder a uno de sus refugiados.
Pero hoy, el balance había cambiado: los Vidyadharas estaban extintos; la
inpasable sabiduría de Kanaan-dora se había completamente perdido del mundo; los
Señores de Etan estaban trabajando en otras regiones del Universo para adelantar la
intención del Gran Padre. Los Celestiales aun eran una gran fuerza, pero desde el día
que Gana fue envenenado y la Raza Solar efectivamente finalizada, casi nadie de
nuestro mundo siquiera sabía que existieron. Y nadie sabía nada sino rumores y mitos
de la ciencia de los Guardianes de la Promesa para comunicarse con y hacer mas
fuerte a nuestros aliados en los niveles sutiles de la creación.
Los celestiales estaban por lo tanto cortados del corazón de la humanidad; su
recurso primario de nutrición se había ido. Aunque los celestiales fueran tan
maravillosos, hayan vivido por tanto tiempo y sabios como ellos son, sin la
vivificante interacción de la humanidad con el Uno, su poder en el mundo disminuye
de edad en edad.
Las fuerzas de la Vaciedad habían por lo tanto empezar a ser virtualmente
maestros de nuestro mundo y nuestro Universo; esto fue particularmente verdad desde
la Ruina de ese glorioso bastión del Uno: El Mundo Trascendental De Almira, Para.
Par restaurar su Universo, Almira designó este mensaje el día que ella dirigió a
los refugiados de Kanaan-dora a nuestro mundo. Planeando la eventual reintegración
de Gana con el entendimiento elevado, ella formó dos estatuas desde su persona y
respiró vida dentro de la semilla del Arbol del Mundo.
Joab, entendiendo su intención, comentó en su Historia del Señor Gana,
“Cuando la dorada flor del Arbol del Mundo y las inmovibles estatuas salgan de
Vashti, el Final de los Tiempos empieza.”
Pero no fue claro si cualquiera de los dos, Almira o Joab, habían previsto
cuanto tiempo pasaría a favorecer a las fuerzas de la Vaciedad...
Los Rakshasas también sabían lo que la entrega con éxito de este mensaje
podría augurar para el futuro reinado. Ellos no sabían exactamente cuando los tres
saldrían hacia fuera, ya que ellos aun estaban eliminados de Vashti. Pero cuando
destrucción de Calantha de Avera fue una certeza, ellos sabían que pasaría pronto.

Por lo tanto el instante que los mensajeros dejaron el protegido valle, ellos
fueron detectados. No tomó mucho tiempo para los Rakshasas para juntarse y atacar
al ejercito celestial que los protegía. Clavándose en olas sobre olas de Vaciedad, ellos
vinieron una y otra vez, sacrificando vida tras vida en la esperanza de liberar a su
aprisionado amo.
Los Celestiales no eran como alguna vez lo habían sido, todavía eran
poderosos en el uso del Uno: un dorado hemisferio de protección se formó alrededor
de los tres mientras ellos corrían a través de las montañas, fuertemente apretando sus
preciadas cargas.

Quizás por el nivel de la maestría de los mensajeros, quizás porque ellos


habían aprendido bien su conexión con eso lo cual cubre por debajo y domina toda la
creación, dos veces solo ese día ellos fueron directamente asaltados.
Uno de los Rakshasas conocía a David de antes. El Salaziano había sido visto
en acción en las guerras de Avera; el había tomado vidas. El no se había perdonado a
si mismo por esto. Los Rakshasas reconocieron una leve fibra de Vaciedad conectada
aun al corazón de David y la siguieron sin error a su fuente. Por un momento, nadie
lo pudo resistir: el peleó su camino a través de los celestiales y se metió de clavado
sobre los humanos corriendo. Pasando volando sobre Jonathan y Susana, el golpeó a
David con su espada flameante de Vaciedad.
Los Celestiales reconocieron la mancha en David y debilitaron su conexión
con él. No más apegado al humano, el Rakshasa estaba sin defensa. Los celestiales
lo llenaron a el con sus flechas; chiflando como una culebra, el cayó a su muerte cerca
de los pies de Susana.
Temblando, ella brincó sobre el humeante cadáver y corrió a David. El yacía
donde había caído; había una horrible, profunda quemada a través de su espalda y
hombro. Tomando una hoja dorada desde adentro de su túnica, ella la apachurró, la
llenó con el poder de su mente, entonces la frotó dentro de su herida.
Los ojos de David se abrieron rápidamente; el dijo calladamente, “La flor.
¿Dónde esta la flor?”
“¡El contenedor de madera de maple cayó por allí!” exclamó Jonathan,
apuntando a una angosta, profunda fisura. “¿Te puedes levantar? La herida se ha
cerrado y parece que ha sanado, pero algo acerca de la calma de David parecía falso;
Jonathan se preguntaba si la hoja de Vanas había neutralizado todo el veneno del
Rakshasa.
“Estoy bien,” contestó David, sentándose y frotándose el hombro con cuidado.
El se puso de pie con cuidado, sintiéndose aturdido. “¿Podemos escalar allí abajo? El
miró dudosamente por la orilla. La increíble altura lo hizo sentirse mas mareado. El
se apoyó hacia atrás, meciéndose en su talones, quejándose. El veneno del Rakshasa
estaba fortaleciendo su conexión a la parte mas débil de su pasado. En una
combinación de colores en movimiento, cada pensamiento y hecho malo de su pasado
pasó por su mente. Con un pegajoso sentimiento de desesperación, el recordó lo mas
horrendo de sus actos como un teniente Salaziano. ¿Cómo pudo el haber sido tan
malo?
“Quizás no es necesario,” contestó un celestial, brillantemente en plata cerca
de él. “Ahora que hemos ahuyentado al hijo del horror, podemos ser de mas ayuda.
¿Cuál es tu necesidad?”
“¡Una porción de nuestro mensaje cayó abajo!” exclamó David, sintiéndose
mucho mas perdido.

El celestial empezó hacia abajo de la grieta, pero Jonathan exclamó, “¡No!


Solo el puede llevarla.”
“Entonces, lo llevaré a él.” El celestial levantó a David, juntos flotaron hacia
abajo. En el momento que el celestial lo tocó, David sintió la vaciedad
fortaleciéndose en su corazón. El no pudo evitarlo sino que lloró por las terribles
maldades que el había cometido.
Jonathan y Susana vieron sus lagrimas pero Jonathan pensó que el lloraba en
gratitud por su regreso a la vida y Susana pensó que el estaba gozoso de ser tocado
por un celestial.
La joya en el contenedor estaba sin daño. David la abrió rápidamente,
sintiendo lo peor. La flor de Vanas estaba completamente intacta: Solo un pétalo
estaba roto.
Suspirando con gratitud, David brevemente se sintió otra vez completo,
entero. ¡Todavía debe haber esperanza!
Pero no había ninguna, el fue traicionado: el celestial no era celestial sino un
Rakshasa, con el talento de la ilusión. Revelando su verdadera forma, el brindó sobre
David y lo atravesó en su latiente corazón con su daga de fuego infernal.

∼∼∼
“¡Que podemos hacer! ¡Las hojas no lo reviven!” Jonathan nunca había
experimentado tal agonía. “¡Porque lo dejamos ir solo! ¡Esteban nos ordenó nunca
apartarnos! ¡Lo hemos traicionado, hemos traicionado a Gana, hemos traicionado a
todos!”
“¡Debemos usar el pétalo roto!” Susana también sintió el horror, pero estaba
firme en su decisión. ¿Qué otra opción tenían ellos?
“¡Pero la flor debe de llegar completa!”
“¡El no puede llevarla si se queda muerto! Yo lo haré. La total responsabilidad
es mía.” Ella apachurró el pétalo y frotó el pecho de David.
Dos minutos de continuo trabajo, no pasaba nada. Concentrando toda su
energía, ella exclamó. “¡Almira!” ¡Ahora, si nunca antes! ¡Ahora, para que el mundo
continué! ¡Ahora, en respuesta a nuestra vital necesidad!” Susana empujó el pétalo
profundamente dentro de su herida en su pecho.
Con un atragantado sonajeo, el aliento de David se movió otra vez; el asumió
otra vez el peso de la vida. Sus ojos se abrieron de golpe con rabia como el gritó,
“¿Tu te atreves a re llamarme? ¡Yo estaba libre! ¡Almira me había dado la bienvenida
a casa! Pero escuchando tu llamado, ella me ordenó que regresara, para servir en la
lucha final de este Universo. Entonces el dulce aroma de Vanas me buscó y me trajo
de regreso con el. Tuve que regresar a la oscuridad, perdiendo la Belleza, perdiendo
la Verdad, perdiendo la Vida, por una sola razón. ¿La conocen?”
Jonathan estaba lleno de gozo para seguir su emoción, pero Susana entendió
sus palabras y mantuvo un acongojado silencio. ¿Se había ella destruido a si misma?

∼∼∼

Los mensajeros estuvieron bien protegidos por el resto del día: el sacrificio de
David había limpiado las ultimas fibras de Vaciedad de su espíritu. El estaba libre de
los Rakshasas ahora, Por lo tanto completamente invisible a ellos. Con no apego a la
creencia de auto condenación entre los tres humanos, los Rakshasa no tenían un arma
efectiva en contra de los celestiales; por lo tanto el éxito de completar este nivel
estaba asegurado. Los celestiales formaron un poderoso arco de luz sobre los tres,
suficientemente grande para poder ser visto por muchas leguas.
En Vashti, los Quinientos observaban la gloriosa luz de un perfecto arco iris,
muy alto sobre las montañas del sur; Esteban se regocijo cuando se enteró que David
tomó maestría de su primera tarea.

∼∼∼

A la puesta del sol, los mensajeros estaban bajo la línea de los árboles,
corriendo hacia abajo a través del prado alpino. “¿Esa arboleda de abetos?” preguntó
Jonathan con un enorme bostezo. “Yo no se ustedes dos, pero yo estoy exhausto.”
David y Susana siguieron su guía sin comentario; pronto los tres estaban acomodados
sobre as suaves agujas de los pinos para pasar su primera noche en el mundo exterior.
Aunque solo uno tuvo un descanso pacifico, ninguno de ellos escucho a los
observadores acercándoseles. Al amanecer, ellos fueron despertados por un grito,
“¡Jo, Jacobi! ¡Aquí ellos yacen!” Los mensajeros se quedaron viendo hacia arriba a
las puntas de veinte flechas listas para ser disparadas, preparadas por veinte idénticas
y magníficas mujeres pelirrojas de quizás unos veinte otoños, vestidas como ellos, en
simples lanas.
David dijo con cierta ironía divertida, “Nosotros no queremos lastimarte, pero
venimos con un mensaje para Arturo.” El se le quedó viendo a una de las veinte
mientras el hablaba. Su atención enfocada fue suficiente para destruir la ilusión: las
veinte se fundieron en una sola.
Ella bajo su arma y lo miró con un asombro al borde de la veneración.
“¡Perdónenme!” ella exclamó, arrodillándose ante ellos. “¡Tu maestría estaba tapada!
Yo soy Estebana, la hija mas joven de Arturo y Débora, a su servicio.”
Un enorme león con una melena dorada brincó dentro de la arboleda de abetos
desde colina arriba. Estebana levantó su mano a el; el león vino a ella y la tocó. Ella le
susurró; el león se desvaneció y en su lugar otra mujer estaba parada. Si fuera
posible, ella era aun mas hermosa que Estebana, con dorado cabello cascadeando en
gloriosa profusión alrededor de sus perfectas facciones. Ella miró a su hermana por
un momento, leyendo sus pensamientos, entonces se le quedo viendo a los
mensajeros. “¿Cómo puede ser que dos Salazianos estén entre los Perdidos?” Ella
preguntó con una firme pero ligeramente temblorosa voz. “En los escritos de Joab,
solo se menciona a uno, el Ultimo Viviente Uno; padre explico que este debe ser
ciertamente el teniente conocido como David. ¿Quién, entonces, eres tu?” Jacobi
podía percibir la radiancia y poder de los tres, pero su estudio de los misterios de los
Guardianes de la Promesa había incrementado su precaución: Los Rakshasas eran
ingeniosos en su perversidad de torcer los sentidos humanos.
Susana le sonrió cálidamente y les contestó, “Mi madre Leora había nacido
Salaziana. Ella fue la hija de un embajador y vivió toda su vida en Falón. Ella fue la
novia de Sanel.”
“¡Sanel!” exclamó Jacobi, enrojeciéndose. Ella también cayó a sus rodillas
ante los tres. “¡Les ruego mi perdón!” ella exclamó en una voz que manifestó
incremental luz y poder. “¡Finalmente escuchamos de los Quinientos! Hago homenaje
a los Perdidos.”
“Jacobi, mi hermana mayor,” dijo Estebana, un poco divertida por sus
excesivas emociones. “Buscadora de la maestría de los secretos de los Guardianes de
la Promesa en vez que la sabiduría del mundo. Pero perfectamente en lo correcto de
su interpretación de la tormenta de la noche anterior, suficientemente eso es cierto.”
“¡Su viaje de Vashti no puede ser en un momento mas auspicio! Exclamó
Jacobi gozosamente, regocijada por la satisfacción de su creencia. “Padre ha
alcanzado la ultima crisis de su crecimiento --”
“¡Entonces llévanos rápidamente con él!” interrumpió David, dando una
mirada de desconcierto al suroeste. Una gran fuerza de Rakshasas se estaba juntando
allí, asemejándose a algo como un vasta nube de truenos.

∼∼∼

Mientras ellos caminaban juntos, Susana le pregunto a Estebana y Jacobi de


sus vidas. Ella no podía recordar a nadie que no era de los Quinientos: estas dos eran
su repuesta perfecta a su deseo de conocimiento del mundo.
A pesar de sus sentimientos y palabras, Jacobi aun era precavida: su creencia
era que el enemigo era capaz de cualquier engaño. Pero Estebana creía en los tres sin
dudarlo; ella felizmente contó su historia: la simpleza de su niñez, el entrenamiento
marcial de su niñez, las complicaciones del crecimiento de los últimos años como
siempre y siempre mas Extranjeros trataban de explorar las montañas.
Ella agregó con una peculiar mezcla de certeza calma y fiera pasión, “Pero por
su puesto nosotros siempre los detenemos.” Mientras ella hablaba, ella acariciaba su
arco como si estuviera vivo.
“Nosotras hemos hecho lo mejor para mantener a Vashti en secreto,” Mirando
a Estebana curiosamente. ¡Como su hermana disfrutaba la guerra! Era para Jacobi en
el mejor de los casos un mal inevitable. “Nosotras tenemos éxito con dificultad; se
convierte progresivamente mas difícil. Y si los rumores son ciertos que Calantha ha
caído -- ”
“Ya cayeron,” dijo Jonathan, como un inconsciente comentario. “Avera es
ahora la Emperatriz del todo el mundo.”
Las hermanas lo miraron a el con rabia y curiosidad: una encontraba sus mas
profundos temores confirmados, la otra descubriendo mas confusión que duda. La
mano de Jacobi se movió al cincho de su daga y Estebana empezó a preguntar como
los perdidos pueden saber cualquier cosa del mundo exterior. Pero antes de que
cualquiera pueda hablar, para retar o cuestionar, Susana exclamó, “¡Alto! ¡Alguien
viene!”
“Yo no escucho a nadie,” contradijo Jacobi, segura de su habilidad de
escuchar. Pero en solo un momento ella enrojeció y agregó, “Estoy humillada.
Perdónenme otra vez.” Pronto todos podían escuchar el correr de un caballo.
“Aquí, justo aquí; parémonos aquí,” dijo Susana distantemente. Su mente se
expandía con poderosos impulsos de vida. Solo el acercamiento de un Guardián de la
Promesa perfeccionado podría producir tal efecto. ¿Pero quien en este mundo
moderno?
Jonathan, casi se paralizo de la intensidad de la luz estallando a través de él,
comentó distantemente, “Si, este pequeño anfiteatro hace una buena sala de recepción
como cualquier otra disponible.”
David sintió el acercamiento del jinete tan plenamente como lo hizo Jonathan
y Susana, pero su reciente salida de nuestro Universo le había dado a el (al menos
temporalmente) una mas amplia maestría que a los otros. Solo el se dio cuenta que
Estebana y Jacobi no sabían que un aliado se estaba acercando.

Sonriendo para si mismo por un David mas joven, el dijo gentilmente, “No,
Estebana. No, Jacobi, no esparzan sus ilusiones ahora. Ustedes no pueden engañar a
uno como este. Y no piensen que podrán sobrevivir su cólera.”
Los cinco de ellos no estaban lejos del pequeño valle de Arturo y Débora: su
pequeña cascada había sido visible desde la ultima loma. Como ellos esperaban con
entusiasmo, seguridad y duda, Estebana pensó, ¿Qué caballo puede correr tal
pendiente?
Rápidamente, increíblemente rápido, el increíble corcel blanco, por encima de
una gran piedra se detuvo, vaporizando, los encaro. Era el mismo caballo y jinete que
se encontró con Jacob treinta años antes sobre la carretera a Falón, pero ahora Nuriel
estaba enfundada.
Los cinco se le quedaron viendo al Dorado Jinete con asombro, sus mentes
sobrecargadas por su poder manifiesto, sus corazones explotando con asombro, sus
cuerpos congelados de la presión de su presencia.
David integrando la masiva fluidez de vida suficientemente para decir, “Los
mensajeros de los Perdidos abandonan sus vidas al Maestro de esta Era. Nuestras
herramientas son tuyas; nuestro mensaje esta en tus manos.” El abrió la joya de
madera de maple y ofreció la única flor. Jonathan y Susana le siguieron y ofrecieron
las estatuas.
El Dorado Jinete se inclinó hacia ellos y sonrió. Sus resonantes palabras se
movieron dentro de sus mentes casi como si ellas fueran sus propios pensamientos:
“Yo los reconozco a ustedes, como ustedes lo hacen conmigo. Una vez use la capa de
los Guardianes de la Promesa; cerrado de hecho yo vengo a traerles perfección a
nuestro mundo.
“Cerrado de hecho yo vengo, pero el huracán de la desesperación destruyó mi
jardín al final. Desde la Ruina la cual nos disminuyo a todos nosotros, los hombres,
me han llamado seguidamente, Muerte, pero ocasionalmente, Vida. Pero ante mi
congelada desesperación, en tiempo pasado todos ustedes me conocen como – Joab.”

24. GANA MALDITO


Tu me haces el mal por sacarme fuera de la tumba
Tu eres un alma en éxtasis pasivo; pero yo estoy atrapado
Encima de un aro de fuego, que mis propias lagrimas
Escaldan como plomo encendido.
-- Shakespeare

¡Mi mente!
¡Mi mente se quema en el infierno!
¡Como puedo ver otra vez como respirar en paz otra vez como ser otra vez
como otra vez con todo perdido!
¡El dolor!
¡El dolor de la condenación!
¡Condenación Eterna!
Una presencia me profana --
Una presencia la cual se aprovecha de civilizaciones corruptas
Una presencia la cual festeja en mundos asesinados.
“¡No, shara!”
¿Rodavi? ¡No volverá a hablar!
“Hay un movimiento en aguas profundas,”
¡Yo no debo escuchar esto!
“Un espíritu de fuego y regiones Cósmicas,”
¡Maldito seas! ¿Porqué me atormentas?
“Viviendo para siempre en la luz del joven y el amanecer.”
¡Vete, tonto!
¡Tu pecaste en mi contra para despertarme de mi tumba!
¡Mis amigos me ultrajan!
¡Mis enemigos me ridiculizan, se regocijan en mi ruina!
¡Mi sendero es angosto cortado entre la Vaciedad y el inmortal fuego del
infierno!
Esperanza perdida
Perdida...
Todos, todos estamos perdidos
Todos
Kanaan-dora
Martanda
Krishanu
Para
Almira asesinada otra ves y todavía otra vez
Para siempre
Todo quemado todo destruido todo arruinado todo masacrado
En la destrucción de cada mundo.
¡El dolor!
¡El encolerizante, quemante dolor!
¡Rompe la tierra, devora mi podrida carne!
Que mi mente
Que mi amada gente
Que fue –
Que fue – el pasaje...Si, eso se hace por cordura – la escena que Rodavi
amaba tan bien para mi juego Bethmac, que quizás eso ahora podría darle vuelo al
aro –

Todavía otra vez y todavía otra vez y todavía otra vez


Se arrastra el miserable gusano de alborada en alborada
Al último aliento que desecha la Eternidad
Y todos nuestros pasados pobres simples
Una hora en soledad a la inevitable muerte. ¡Muere, muere, breve flama!
Este mundo es solo una sueño pasando, un empobrecido actor
Que llora y se queja un momento en su juego
Y entonces pasa para siempre mas. Es un drama
Cantado por un loco, repleto con poder y gloria,
Significando nada.

Gana vagaba ciegamente dentro de un campo del campamento de la caballería


de Avera y asesinó a los Salazianos en una rabia sanguinaria antes de que se pudieran
dar cuenta de que el era nada sino una apestosa y borracha alucinación.
Sus breves heridas calmaron su mente por primera vez en estos largos años,
trayendo una medida de paz dentro de la tormenta sin fin. Reconociendo su
humanidad y desnudez, el se sentó entre los muertos y trató de ordenar su mente.
¿Quién era el?
Tres hilos de pensamientos fluyeron a través de él: el recordó, tan vividamente
como si fuera ayer, la muerte de su propia mano de su amada – su esposa, o alguien
así de cercano; Había una pulsante precaución por un Guardián de la Promesa que no
sabía de otra manera acerca de un limite de seis años; y desde una profundidad y
silencioso centro de atestiguamiento radió la firme creencia que solamente quedaba
una pequeña fracción de ese tiempo.
Era un tal imposible, loca realidad: Gana vio dentro de si mismo la totalidad
de la creación, oprimidas por todas partes por una extraña y vacía nada. El Universo
luchaba para seguir viviendo, pero estaba totalmente conquistado por el ascendente
Vacío. Y escondido en un pequeño y externamente insignificante planeta, la batalla
final se formaba, despiadadamente creciendo cono un gigante cáncer. Y el mismo no
estaba totalmente cuerdo par ponerle solución a la totalidad del complejo acertijo.
Un inextinguible rayo se quedaba en este desolado mar de Vaciedad – una
pequeña triple fibra de luz dorada-plateada hacia espiral dentro de todo el, a través del
planeta, a través del Universo, a través de las Regiones de Luz rodeándolo, a través de
un trascendental y perfecto mundo que el casi podía acordarse haber creado con su
asesinada esposa.
Un manojo solamente intentaba preservar este hilo triple, extender su dominio,
incrementar su poder. Pero el resto de la vida del planeta (de hecho, la vasta mayoría
de las energías a través de toda la creación) estaban trabajando para destruirla. La
mayoría actuaba inconscientemente, a través de excesivo Opacamiento, apatía, falsos
juicios y creencias acerca de si mismos y otros. Pero algunos estaban laborando para
cortar a este delgado triple hilo a través de intenciones maliciosas.

Y había allá otra fuerza, imparcial a ambos poderes, silenciosamente


observando, silenciosamente esperando, totalmente capaz de terminar el conflicto
universal en cualquier momento, pero conscientemente escogiendo no hacerlo por
razones propias. ¿Benigno? El no sabía.
Gana acurrucó su cabeza para aliviar su dolor.
El no trató de dormir, pero la fatiga en conjunto con sus heridas le robaba el
aliento una vez mas: el shara entró otra vez a su muerte-dormir, por primera vez en
estos treinta años.
Un sueño se presentaba ante el. Gana estaba con Rodavi en Kanaan-dora – era
su cumpleaños numero dieciséis; su maestro lo había llevado a un lado seguidamente
después de un particularmente ataque vicioso por algunos de los otros jóvenes sharas:
ellos estaban celosos por el entendimiento que Gana tenía de los diez votos, la esencia
vital de la Maestría de los Guardianes de la Promesa.
Gana le preguntaba de todo corazón, “¿Por qué? ¿Por qué hay dolor?”
Rodavi le sonrió cálidamente y suavemente lo tocó a el en la frente.
Instantáneamente, la mente del Shara floreció hacia fuera al infinito, experimentando
la totalidad de la ceración en la expansión.
Solo una cosa hacia falta en esa plenitud: conocimiento si esta experiencia del
Ascendente estaba abierta a cualquiera, o si era solo de hecho un regalo para algunos
cuantos escogidos.
Rodavi nunca contestó eso. Su silencio y enigmática sonrisa por años después
enfurecían al shara. Pero con el tiempo Gana aprendió a disfrutar esa misteriosa
respuesta como una de las mas elevadas enseñanzas del Guardián de la Promesa.
Pulsando luz blanca de la auto luminosa esfera alternada con un consciente
infinito que no era sino lisa sino conteniendo todo de la creación, tornaba dorada,
entonces brillante plateado, entonces se derretía de regreso dentro del Uno sin
forma. El aliento de Gana empezó por un momento; el rasgueo bruscamente una vez;
y se detuvo otra vez.
Su sueño cambió: El revivió sus horas finales con Almira en Para. No era un
sueño ordinario: el sintió que el realmente estaba allí, en el mundo creado por la
mente, aunque el también sabía que dormía. Rodavi pudo haber dicho que tal
dualidad era un buen signo, un seguro signo deque venia la liberación. Quizás.
Locura y genio por lo regular aparecen como los dos lados de una sola moneda.
Gana soñó de sus últimas horas en Para, pero ahora el final cambió – cuando
Almira le dio a él el kris, el instantáneamente lo tiró al océano. El resultado fue que
el regresó al canto de Lina de Kanaan-dora y revivió sus ultimas horas allí una y otra
vez, y otra vez, y otra vez sin fin.
El silencioso atestiguamiento remanso de paz de su sanidad cuestionaba a
través de su perpetua recurrencia. ¿Por qué la flama del fuego fue alta, solo para ser
sofocadas? ¿Por qué yo fui el escogido? ¿Por qué cai? ¿Es posible ser merecedor
una vez mas de mi invaluable perdida gema?
Y entonces, profundamente adentro, una idea mas se empezó a formar,
empezando a crecer muy despacio como un pequeño cristal en una vasta caverna del
subsuelo, una idea que eventualmente se expandió y se levantó en poder hasta que
eclipso todas las otras con sus incontestadas facetas de esperanza y desesperación,
¿Pudo haber un final distinto?
Allí estaba el error en la Montaña Amanecer, cuando yo desperté ala
hermafrodita en vez de buscar a Almira. ¿Pero no fue el segundo error igual, solo de
un rango mayor? sobre la Montaña, yo puse la seguridad del mundo por encima de la
búsqueda de Almira; en mi acto final, ¡Yo puse la seguridad del mundo por encima
de su vida! ¿No fue esto una locura? Aun cuando nadie pudo sentir su presencia, ¿No
estaba ella en todas partes allí? ¿Cómo puede existir cualquier mundo incluso por un
momento sin Almira? ¡Ella es Verdad, ella es Belleza, ella es Poder, ella es Vida!
¿Fue su muerte, por lo tanto, evitable? ¿Qué tal si yo hubiera colocado la
daga en mi mismo en vez? habría estado perdido a nuestro mundo en cualquier caso,
pero ella no lo estaría. ¿Pudo haber otra forma de destruir a los Rakshasas en el Hilo
Dorado sin asesinarla a ella?
Como esto fluía a través de el, el estaba angustiado por el remordimiento:
agonías de auto odio corría a través de el como círculos viciosos de locura,
recurriendo sin cesar a través de su Eterno y auto impuesto infierno.

∼∼∼

Eventualmente, Gana se deslizo de regreso a su verdadero descanso. Y


entonces la regresión repetida de sus actos finales antes de la Caida empezaron otra
vez. Una y otra vez sin fin. Pero por ultimo, desde un origen desconocido, vino un
cambio: cuando Almira le dio el kris, el empezó a expandirse por el espacio,
persiguiendo a los Rakshasas dentro de la columna. El alcanzo a dos y los mató, pero
el tercero escapó dentro del sol. Y entonces fue exactamente como ella lo predijo: el
sol explotó; la muerte reinó sobre todas sus gentes sin ayuda.
Gana otra vez parpadeó de regreso al canto de Lina de Kanaan-dora. Pero
ahora la batiente pregunta había ganado un nuevo poder, ¿Qué tal si hubiera sido mas
rápido? ¿Qué tal si hubiera destruido a los tres primero? ¿Oque tal si me hubiera
expandido suficientemente para proteger a nuestro mundo aun cuando el sol se
perdiera? ¡Si! O -- ¿Puedo darle marcha atrás al flujo del tiempo? ¡Para es un
mundo creado por la mente! Se mueve en un pulso diferente y temporal que este
Universo. ¿Quizás el tiempo, entonces, puede ser alterado? ¿Qué no me dijo ella una
vez, que millones de años aquí quizás solo sean igual a un momento allí?
O... ¡Quizás el error no se hizo realmente! Pudo no ser otro nivel de la ilusión
de Vaga, diseñado para que yo pueda a así completar mi cuarta tarea?
¡Pero su muerte! ¡Y la Caida! ¡La desgarrante implosión dentro de la no-
entidad! ¡El rompimiento en añicos de mi mente! ¿Cómo puedo yo, la parte mas
pequeña de mi antiguo ser, resolver un problema que yo no pude resolver cuando era
poseedor de todo mi poder y sabiduría? ¿Todavía si yo no puedo, porque Vaga me
permitió recordar de donde he estado y lo que he hecho?
¡Pero mi locura ahora! Y esta otra memoria pulsando – “Tu solo tienes seis
años – seis años – seis años antes deque nosotros mandemos otra vez la Estrella Azul
Celeste --”
Es todo esto una alucinación, nacida de un cuerpo débil, un corazón dudoso,
una mente distorsionada? ¿Soy yo sino un pensamiento al garete del sueño de alguien
más? ¡Respóndeme, Rodavi! ¿Quién he sido, quien soy ahora para considerarme
bendecido, con talento incluso cuerdo? ¡Dime!
“Tienes solo seis – seis – seis años antes del Fin del Tiempo --”

∼∼∼

El sueño concluyó una final vez con la muerte de Almira a su mano. Con un
suspiro que cargaba el peso del mundo, Gana despertó por segunda vez desde que su
muerte viviente empezó. Siete años mas habían pasado, el estaba ahora en la capital
de Avera, Rhodos, en demostración en el Museo Imperial.
Su mente, clara solo por un momento, fue rápidamente enterrada otra vez por
un incesante martilleo del estribillo de los “seis años.”
Rompiendo sus cadenas de acero como si fueran de barro, Gana destrozo el
aparador de vidrio y salió empujando a través del alboroto de gritos que así había
creado, de regreso a una ciudad que no había existido por aproximadamente catorce
mil años, clamando su verdad al mundo indiferente, “¡Tontos! ¿Por qué no escuchan?
¿No van a entender? ¡El sexto año ha concluido!”

25. LA REINA DEL MUNDO

Sentémonos juntos y bebamos juntos de la vida


Mis copas de diamante
Yo les lleno con mis agua dorada
De las moras de sol del Sur mas Lejano
De Calantha el antiguo canto
A miles de miles de hombres en trajes de acero gris
Marcharon a través de mi jardín hoy
Dirigiéndose, me temo, a los terribles fuegos mas allá
Las una ves montañas sin voz de mi frontera del Este
Ellos llevaban brillosos estandartes de sangre y ébano
Y cantaban de mi distante pasado
Pero yo no tenía deseo de seguirles.
Había ido por esa vía una vez
Había escalado oscuros y austeros dientes de montaña
Suficientemente lejos para ver la infelices de tierras y personas
Mas allá del muro de mi jardín
¡Oh mis hermanos!
Ellos no encontraran moras de sol allá
Tampoco muchachas de lindas formas para facilitar sus cargas
Su aliento-vida estará encadenado al barro
El poder inmedible les robará la humanidad de sus ojos
Ellos morirán de nuevo y aun otra vez para siempre
-- Arturo

Kerem, adan de Salaz, era tan ambicioso como discapacitado. Como lo es


seguido en la forma de los hombres cuando la vida no les satisface sus deseos
individuales, Kerem oraba por un hijo para expandir su trabajo.
Pero Kerem fue honrado solamente con un hijo de todas sus ocho mujeres. Y
ese era una niña.
Pensando que los dioses no muy fácilmente le podían impedir su voluntad,
Kerem crió a su hija exactamente como el lo habría hecho con un hijo: el le dio a ella
los mejores instructores que el dinero podía comprar en todas las ramificaciones de la
guerra y ciencia mientras simultáneamente le aplastaba todos y cada uno de sus
deseos femeninos. Kerem la enseñó a observar toda la vida como una batalla a ser
ganada a cualquier costo.
Así todo lo que la sharan conocía había sido aprendido de una manera torcida.
A los dieciséis, ella asesinó a su padre, entonces inauguró su reino a través de
públicamente ejecutar a cualquiera quien tuviera la voluntad o habilidad de
oponérsele.
No contenta con Salaz, ella creó una fanáticamente devota milicia, al comando
por una colección extraordinaria de científicos. Ellos la proveían con armamentos
mas avanzados y un mas profundo conocimiento de los misterios de los Guardianes
de la Promesa.

Aun así, la sharan se hubiera quedado como un menor pie de página en la


historia del mundo. Pero los Rakshasas reconocieron en ella su respuesta en su larga
misión de conquista y le dieron a ella la gema dorada Starbha de la Dinastía Solar de
Emura y Tala.
A los dos años, Avera empezó a expandir sus dominios: al principio, por
conciliación, tratados y sobornos; entonces, como sus poderes fueron creciendo y sin
limites creciendo, a través de una repentina guerra asesina.
Si hubieran habido un concierto de oposición en sus primeros años, ella no
hubiera podido tener éxito. Pero en esos días de división, por la gran cantidad de
pequeñas naciones que no se aliaron suficientemente pronto. Para cuando el pastor
Jacob dejó el Pozo, la última Alianza oponiéndose a su absoluto dominio del mundo
del Norte se estaba desbaratando. Con la demolición de Falón, los países mas débiles
del Este les aprendieron su ciencia y los vencieron; no le tomó mucho mas tiempo
subyugar las naciones que quedaban al Oeste del Impero Salaziano.
Como un reinado sin retador de la mitad del mundo, Avera dobló su
pensamiento a través del Quemante Mar. Eventualmente aun la dulce Calantha fue
aplastada debajo de talón de su tacón de acero.

∼∼∼

Avera ojeó su nueva posesión con una extraña mezcla de atracción, repulsión
y una profunda fascinación que parecía más de lo que una estatua debiera dársele
merito.
“Golranel,” dijo ella con pasión fogosa, “¿Cuál es la fuente de este
maravilloso arte? ¿Quién la talló? No puede ser vieja, y aun parece sin tiempo –
perfectamente esculpida por un maestro de clase que no vive en Nuestro dominio.
Explícalo.”
El general mayor la vió con curiosidad, sorprendido de escuchar tales
emociones en su voz. ¿Podían los sentimientos humanos aun ser generados por ese
mecánico corazón? Hacía largo tiempo que había concluido que era imposible.
“No estoy convencido, Excelencia, de que esto es una escultura. Pienso que
son los restos de un hombre, perfectamente preservados por un desconocido arte.
Tócala, encontrarás que hay algo de tibieza siempre en ella. De hecho, es una
suavidad como carne viviente.” Había solo una manera de explicar una cosa tan
improbable. ¡Pero la explicación misma era imposible!
“¿Esto estuvo alguna vez vivo? Estamos de lo mas intrigados. Si esto fue una
vez un hombre, ¡Nosotros lamentamos el día de Nuestro nacimiento por no haberlo
jamás conocido! ¡Nunca ha habido uno más noble! ¡Hemos sido cegados por los
hombres pobremente hechos entre Nosotros! ¡Nuestros sentidos han añorado por tal
plenitud – nunca de nuevo estaremos contentos con los débiles esclavos de Nuestro
reino! Este hubiera sido un verdadero adan -- ¡No! ¡Un emperador para compartir
Nuestro trono! ¿Cuál es su historia?” ¿Cómo podía una estatua moverla así? Ella no
había sentido tal pasión en años. Pero entonces, esa estatua poseía tal increíble
belleza...Avera deseaba conocerla. Y se sentía incrementadamente frustrada de que su
deseo jamás podría ser satisfecho.
“Era un tesoro de un gobernador en el Sector del Este. esa división de
caballería asesinada al hombre hace seis años, ¿Recuerdas? Esto fue encontrado en
medio de los muertos, casi como si los hinchados cadáveres tirados por todas partes
fueron lazados por esto. El gobernador pensó que la presencia de esto era demasiado
bizarro para ser incluido en su reporte. Entonces también, el tenía miedo de que fuera
un máquina --”

“Que tontería, ¿Esto? ¿Cuál de las perdidas civilizaciones podría haber


construido tal cosa?”
“Estoy de acuerdo, es improbable. Y aun esta estatua es improbable. Su
condición asemeja a una persona en coma, todavía no puede ser – no ha habido
respiraciones desde que fue encontrada.”
“¿Entonces que, Golranel? Seguro que tu sabes algo.”
“¡Yo no se nada! Hay una extraña historia de Tala. Estoy dudando en
repetirla, ya que es claramente imposible. Tu sabes, como ellos agrandaron su mundo,
llenándolo con dioses y milagrosos Guardianes de la Promesa. Ellos inventaron mitos
improbables para explicar su génesis, nunca aceptando las simples verdades, que de la
vida es un accidente y que la humanidad descendió de los simios. Los Guardianes de
la Promesa dijeron que no somos nativos de este mundo. Joab grabó que en el Templo
de Kanaan-dora en Sulara, había una ‘Estatua Viviente’ de Gana, mítico fundador de
Emura, un humano como-Dios de origen extraterrestre. Sin embargo cuando nosotros
desenterramos ese templo la ultima primavera, no había nada.”
“¡Ni el Lagarto Negro, ni la Serpiente Blanca, ni la Semilla Dorada, ni el cetro
de diamante! ¡Nos preguntamos aun si Tamam excavó el templo correcto!”
“El es un arqueólogo supremamente cauteloso, Avera; ambos, los mapas de
Caremia y Urlad confirmaron el sitio. El Consejo de Supervisores estimaron la
probabilidad sobre un noventa y ocho por ciento. Sin embargo, es difícil entender
como las estatuas inmovibles pudieron haber sido movidas. El cetro por su puesto,
pudo haber sido tomado.”
“Si estuvo alguna vez allí. De los historiadores solo Deldorzian dijo que
estaba allí.”
“Si, pero Deldorzian fue el ultimo de los Talaneses y ha sido verificado que es
correcto el lugar en su Guerra Civil muchas veces.
“Debemos visitar una vez mas ese lugar...pero si esta es la Estatua Viviente,
como viajo quince mil leguas está mas allá de Nuestro pobre entendimiento.
Ordenamos que la pongan en el Museo Imperial. Encerrarla bien, incluso
encadenarla, a menos que decida irse a vagar por allí otra vez. E investiga Sulara otra
vez más profundamente. Hay algo de lo más peculiar en esto.” ¿Fue esto la memoria
congelada de un Dios?
“Hay un extraordinario segundo acertijo esta mañana, su Excelencia. Una
joven minstrel está aquí, deseando cantar para usted. Normalmente, por su puesto, yo
no consideraría causarle molestias, pero ella envía esto como un saludo.” Golranel
desató el nudo en la tela que estaba sosteniendo y dejó que la brillante joya celestial
rodara suavemente sobre la mesa.
Avera apretó la gema debajo de su túnica mientras ella exclamaba, “¡Que!
¡Puede haber alguna duda! ¡Solo puede ser Kaysta! o, Starbha.”
“Kaysta, seguramente: es azafrán, carmesí, gloriosa. Starbha se suponía que
era de un tono simplemente dorado, ¿No era así?”
“Cualquiera que sea su nombre, ¡Es tan bella como los cuentos lo han dicho!
¡Ve como arde con su propio fuego, mas bella que ninguna gema de este mundo!
¡Veremos a esta proveedora de mitos! ¡No, Sazona! Deja Nuestra nueva estatua un
poco más; Yo deseo a – ah, examínala más profundamente antes de que sea
mostrada.”
Estebana entró haciendo reverencia y sonriendo. Avera fue golpeada por su
belleza, pero eso era difícilmente un punto a su favor. Estebana titubeó cuando vió el
congelado cuerpo de Gana: Su apariencia la movió tanto como lo había hecho con
Avera. Pero a diferencia de la Emperatriz, ella podría usar el poder radiando de la
estatua para calmar su corazón y clarificar su mente. Respirando profundamente para
estabilizarse, dijo valientemente, “Yo cantaría para usted, oh, la Mas Excelsa y
Brillante Reina del Mundo, el relato del Shara Gana.”
“¿Mas mitos para vagantes mentes?”
“Un poema... o, un sueño... o, quizás, una historia exacta. Los oyentes
decidirán por ellos mismos. Esa gema que yo le traje desde mi Padre es solo la
primera parte de su mensaje para usted, su Excelencia. La segunda es esta la épica
canción.”
“¿Tu Padre es --?”
“El es llamado Arturo, su Excelencia. Es un simple pastor, pero un hombre de
entendimiento sutil, puro con la lira, un experto en la antiguas escrituras de los
Guardianes de la Promesa. El me pidió que citara a Mordom de Emura para usted:

¿Pueden estas historias ser verdad?


Yo digo, Si. ¡Y No!
No: Yo mismo las cree desde el vacío
Y Si, con muchos mas y mas remarcables aun:
Ya que estos son limitados, finitos,
Pero la Naturaleza, infinita en su complejidad.

“De la cual mi padre comento, ‘En un Universo infinito, cada pensamiento


debe existir en alguna parte, algunas veces como una realidad física. Cada sueño de
cada humano es por lo tanto literalmente verdad.’
“El también me instruyó para repetir la Quinta Profecía del Cetro de Joab para
usted:
¿Cuando el Gobernante posea ambas Kaysta y Starbha,
Puede ser mi cetro de diamante finalmente removido?”

La mirada de Estebana era atravesante; Avera sintió como su mano alcanzaba


la oculta gema. Ella tuvo la voluntad de detener el movimiento, en vez sonrió
fríamente y dijo, “Deja que tu relato proceda, chiquilla. Sazona, triplica la grabación
por favor.” ¿Qué tipo de día podría proveer tales misterios?
Estebana, agradecida por tan pronto éxito, empezó la peligrosa táctica de
Arturo, tejiendo para Avera el manto del levantamiento y la ruina de Gana.

¡Escucha!
“¡Escucha primero mi canto de Gana, padre inmortal de nuestra raza!
“¡Gana el shara, Gana el único verdadero adan! ¡Gana el maldito!
“¡Asesinado por el hijo de su hermana antes que la semilla del Arbol del Mundo se
perdiera o las Separadas Gemas robadas de las manos de la Estatua Viva!”

Cuando Estebana terminó su relato con la Ruina de Para, Avera sintiendo


como si ella hubiera tomado veneno, dijo en una medio estrangulada voz, “¿Tuvo ella
éxito?”
“¿Qué?” preguntó Golranel, asombrado por la pálida y temblorosa apariencia
de su emperatriz. Por Marzia, ella se mira como una medio-nacida. ¿Estaba
teniendo un ataque?

“¿Quién?” preguntó Estebana, sorprendida igualmente por la apariencia de


Avera y los sutiles cambios en Gana que ella había atestiguado durante su recitación
de la historia de Joab.
“¿Ese ser que tu llamaste un Rakshasa. ¿Entró ella al sol?”
“¿Ella? Yo no sé. Nadie lo sabe. Padre razona: cuando el Hilo Dorado fue
cortado, hubo una contracción en el continuum del espacio-tiempo que jaló al ultimo
Rakshasa y a los quinientos celestiales dentro de una esfera mas baja. Quizás incluso
aquí en nuestro mundo. Pero por su puesto solo es una conjetura.”
“Entonces la ultima respuesta es una de duda. Eso cuando menos es
gratificante. ¿Qué le pasaron a los siete aros una vez que Gana asesinó a Almira?”
“¿Quizás tu recuerdas la Primera Profecía del Cetro de Joab?
“Mi cetro de diamante empezó a ser un hilo de luz plateado, pasando a través
de los siete aros girando arco iris de brillante fuego. Una ola de expandida luz
dorada corría hacia arriba a través de los primeros cuatro, transformándolos en
joyas estacionadas de claridad sin mancha. ¡Pero cuando la ola pasó por el quinto,
el cetro se rompió! La parte superior se torno opaca y negra. Pero la parte inferior
con los cuatro se mantuvieron brillantes.”
Avera, sacudiendo su cabeza para aclararla, demandó, “¡Dime el significado
de la humanidad!”
De cualquier otra persona, hubiera parecido una extraña transición. Pero
Estebana estaba preparada para responder simplemente, “La vaca, su Alteza. Servicio
desinteresado y vida son sus regalos a voluntad.”
“¿No el halcón de Arel o el León de Gurion?”
“Nunca. La humanidad trabaja dolorosamente a través de las fases bajas para
triunfar sobre su naturaleza bestial.”
“¿Por qué habían entonces diecisiete navíos?” Avera se negaba a enfurecerse
por una chiquilla. Ella estará muerta pronto de cualquier manera.
“Los Guardianes de la Promesa grabaron: diecisiete clases de humanidad
escaparon Kanaan-dora. Había cuatro divisiones de cada uno de los cuatro
continentes además de la Raza Solar.”
“¿Quién decidió quien iba a vivir?”
“Los sharas del Consejo de la Gema Estelar votó por la tripulación y los
pasajeros.”
“¿Qué se hizo del resto de la Raza Solar?”
“Ellos fueron capturados y asesinados por el Emperador Asur Valin sobre
Martanda.”
“¿Y que le pasó a Martanda?”
“La prisión de la Vaciedad de Valin explotó. Quizás sus restos circulan
alrededor de un sol cercano, quizás son nuestros propios asteroides. Todos los navíos
escapando de Kanaan-dora se perdieron alli -- excepto el de Gana.”
“¿Quién puede requerir todo un planeta por prisión?”
“Solo uno en los mundos sin fin requiere un muro así. Ha sido el peso de
nuestras gentes desde el amanecer del tiempo el cuidar su celda. Sesha lo encadena en
otro lugar ahora; todavía sus agentes se siguen para siempre esforzando para
liberarlo.”
“¿Qué es lo que ellos requieren para tener éxito?”

“Kaysta y Starbha reunidas y poseídas por una civilización suficientemente


avanzada para torcer y abrir el vértice del espacio-tiempo de su prisión.”
“¿Podría el Imperio Salaziano hacer esto?”
“Si la Emperatriz del Mundo así lo decide, ella puede hacerle intento. Pero
encontrar la prisión es realmente un reto para aquellos que desean oponerse al Uno.

∼∼∼

Avera cambio de parecer: en vez de ordenar que maten a la minstrel, ella


ordenó que la siguieran. Que sus enemigos ahora la habían retado era
abundantemente claro. ¿Dónde estaba su fortaleza? Probablemente la legendaria
Vashti. ¿Pero quienes eran ellos? ¿Los profetizados Quinientos? ¿O los Diez Mil de
Kanaan-dora, milagrosamente regresando de sus antiguas tumbas?
Difícilmente importaba: Quienquiera que ellos sean, ellos se sentían
suficientemente seguros acerca de sus poderes para revelar su conocimiento.
¡Dejémoslos que se entusiasmen! ¡Traerle a Kaysta fue la estupidez mas grande! Su
sobre seguridad los destruirá. ¡Ella tenía las dos mitades Kaystarbha! ¡Tomados por
una sola mano por primera vez desde que Irnga y Kartika las tomaran del cuerpo
congelado de Gana! Pronto el cetro de diamante sería de ella; sus secretos y poderes
pertenecerían a ella sola. ¡Los Tontos!
Pero para asegurar su reino, ella debería de descubrir su escondido valle-
fortaleza. Ella no dudaba que Vashti existiera: los Guardianes de la Promesa habían
tenido razón acerca del levantamiento al poder y conquista del mundo. Ella debería de
destruir la ultima memoria de la oposición. La Séptima Profecía del Cetro de Joab la
perseguía a través de cada momento despierto con su siniestra amenaza:

Si el Ultimo Viviente Uno de Vashti


Toma mi roto Cetro
Los Diez Mil de Kanaan-dora se levantarán
Y el cetro blasfemo de arruinará.
Entonces debe el Ultimo Viviente Uno entrar dentro de Vanas
Y la Perdida Generación será como antes.
Aquí terminan todas las Profecías:
Nuestro mundo debe ese día ser destruido por el fuego del shara.

El hacer un mapa del planeta desde el cielo, Avera derramó la totalidad de los
recursos del Imperio en navíos aéreos. ¿Dónde estaba el valle? ¿En que cadena? Cada
área debe de ser fotografiada. Ella no disminuiría la presión de sus científicos hasta
que sus maquinas lo puedan hacer. ¡Ella debe reinar para siempre!
Aun con incluso la totalidad de la riqueza del Imperio canalizada por su
indomable voluntad, pasaron siete años completos después de la ruina de Calantha
antes de que el primer sistema de jet de propulsión probara efectivo; tres años mas
pasaron antes que estuviera ampliamente aplicado y su equipo suficientemente
refinado para concluir el trabajo fotográfico.

“Bien,” ella le dijo agriamente a su nuevo ayudante, “¿Vashti existe, o era


Joab culpable al final de pensamientos deseosos?”

“Parece que no hay tal valle,” contestó David tristemente. “O cuando menos
ninguna fotografía lo muestra.”
“¡Por el maldito cetro de diamante. Su fortaleza debe de estar bajo tierra.”
Avera se puso de pie abruptamente de su escritorio y fue a zancadas a su ventana.
Agarrándose las manos fuertemente detrás de ella, ella se quedo viendo sobre la
inmensa y gris capital.
“Debe de ser, su Excelencia. Joab nunca ha sido probado equivoco antes. Y el
hizo no menos de sesenta y cuatro referencias a Vashti.” David pausó, limpio su
garganta, entonces agregó, “Ah, su Alteza. También tengo un reporte de chiquillos
perdidos en el Sector este. ¿Lo desea ahora?”
Ella no se movió y no dio respuesta. David esperó unos cuantos instantes,
trabajando arduamente para tomar maestría de la repulsión que el siempre sentía en su
presencia, entonces continuó. “Como usted sabe, su Excelencia, los primeros bebes
fueron robados poco después de la ruina de Calantha. A la fecha, aproximadamente
diez mil han desaparecido. He hecho una distribución en este mapa. ¿Le importaría
verlo?”
“¿Ah, Hmm? Si, Puede acercarse a Nuestra persona, Coronel.”
David se apuró a ella desde la mesa del Consejo. “Hay una concentración
aquí, en esta provincia menor, donde -- ”
“¡No allí! No ese era el hogar de ese blanqueado insurrecto, ese falso
Guardián de la Promesa, ese -- ¿Cuál era su nombre?” Ella regresó a su trono: a ella
no le gustaba estar demasiado cerca de nadie.
“¿Jacob, su Excelencia? El mismo. Yo he estudiado su Movimiento, como lo
he razonado puede existir alguna relación con los bebes.”
“¿Tu eres tenaz, no es cierto?” ella murmuró en un tono vagamente malicioso.
Ella lo encendió casi al mismo tiempo, considerando que el joven Coronel no era
merecedor del problema. “Pero, eso esta bien. Hay muy pocos oficiales
verdaderamente competentes en Nuestro personal. Recuérdanos de este pastor, este --
¿Cómo se llamaba? -- ¿Jacob?” Ella tomó un pequeño globo y empezó a girarlo muy
despacio, aparentemente mucho mas fascinada por sus colores en movimiento que de
su nuevo ayudante o sus palabras.
“Si, su Excelencia, Jacob. El era un – hombre simple quien apareció en Falón,
la Ciudad Condenada, unos días antes de que fuera nivelada. El inspiró a mil
quinientos a irse antes de que nosotros la destruyéramos.”
“¡Una acción sabia!” ella exclamó contentísima, girando el globo mas
rápidamente por el alegre recuerdo. “Esa alianza de los demonios blancos destruida
pronto después de eso.”
“Si, su idea fue aparato estratégico primordial. Ahora, este Jacob dirigió a
quinientos --”
“¿Quinientos? Tu dijiste Quinientos?” interrumpió Golranel, apoyándose
hacia delante en su silla y viendo intencionalmente a David a través de sus gruesos
lentes de orilla de cuerno.
“Si, quinientos. Por su puesto que es remotamente posible que estos puedan
ser los Quinientos de la Generación Perdida, pero no es muy probable, ¿Lo es? Jacob
dirigió a los refugiados al norte; de ninguno de ellos se volvió a escuchar algo.
Probablemente ellos murieron de hambre, siguiendo al loco hombre. O quizás
degeneraron en una tribu de nómadas. Hay tantos como esos en el área.
“Cualquier cosa que les haya pasado a ellos es un misterio. Pero Jacob mando
a los otros mil hacia el este. Algunos de ellos han compilado sus Enseñanzas, lo
proclamaron a el un moderno Guardián de la Promesa. Sus palabras se han
dispersado por todas las provincias y son, en mi opinión, una gran causa hábitos de
trabajo ineficientes.
“Ellos secuestraron a los bebes y no han sido detectados a esta secta. Pero,
¿Por qué no tener precaución? Déjanos endurecer las leyes en contra de ellos en todas
partes. Y poner un énfasis mas severo en esa provincia sobre las precisas
interpretaciones de nuestros decretos.”
“Tu estas muy cómodo haciendo Nuestras leyes, joven coronel?” Avera miró
sin parpadear a su nuevo ayudante, examinándolo con intención como si el fuera un
insecto particularmente fascinante que ella hubiera descubierto debajo de un tronco
podrido. El globo en su mano gradualmente dejó de girar; ella no lo volvió a girar
otra vez. David la miraba de regreso, temiendo hablar, temiendo no hacerlo.
Golranel miró de un lado a otro del observador a lo observado por unos
minutos con una sonrisa amarga. Finalmente el tosió y dijo cáusticamente, “¡David!
Yo no estoy satisfecho con tu relato de los quinientos perdidos. ¡Quinientos adultos
desaparecidos, entonces diez mil bebes desaparecidos en la misma provincia cuarenta
años mas tarde! Estas coincidencias de números son increíblemente suficientes, pero
ese Jacob pudo haber sabido por adelantado de nuestro ataque sobre Falón no es algo
que caiga corto en sorprenderme.” El caminó alrededor de la mesa para mirar el
mapa. “Puede haber un valle subterráneo. Si es así, estaría en esta ramificación de la
Cadena de la Espalda – las, ah, Montañas Guardianes.” El puso su corpulento dedo
abajo exactamente donde Vashti debería haberse mostrado.”
“Lógico,” agregó David, agradecido por cualquier distracción de la atención
de Avera, “Si fuera posible que sus descendientes aun existan. ¿Quizás una
investigación de tierra?”
“Que así sea,” contestó Avera, aporreando el globo tan violentamente que se
rajó. “¡Pero, Coronel! Déjanos decirte que tienes que restringir tu astucia. Odiaríamos
perder a un miembro tan joven y prometedor de Nuestro personal a través de un
desafortunado – quiero decir, un excesivo celo.”
“¡Seguro, su Excelencia! ¡Mi único deseo es servir a su excelso trono! De
hecho, yo quisiera usar este momento de su individida atención para requerir una
transferencia al Consejo de Traducciones.”
“¿Qué? Tu nos sorprendes a Nosotros, niño. Tu deseas renunciar a un
departamento en el que tu has mostrado tal promesa para un – para ser gentil --
¿Dudoso futuro entre Nuestros escolares?”
“Así es, su Excelencia. El cuerpo del aire no es mi gran amor, aunque ha sido
una excelente escalera para su trono. Por años, he estudiado Talanese. El General-
Mayor Golranel siente que yo pueda ser de algún uso para él.”
Quitándose sus anteojos de poniéndolos en la mesa, Golranel se acomodó
dentro de su silla, dobló sus enormes manos encima de su enorme estomago y dijo
con una profunda rumba de satisfacción, “¡Esta es mi idea, Avera! Este Coronel no
cae corto de brillantez; su conocimiento de las antiguas lenguas es increíble. El ya me
ha ayudado a entender porciones de los acertijos de Joab; él quizás sea el instrumento
en el descubrimiento del cetro de siamante mismo.”
Avera miró de uno al otro con interés en disminución. Encogiéndose
levemente de hombros, ella le dijo al aire entre ellos, “Muy bien. Nosotros no
queremos restringir nuestro consejo personal, pero prefiero ver que la inclinación
natural juegue su papel. Pero, ¡David! ¡Ten cuidado alrededor de Nuestro Golranel!
El tiene los colmillos de un león, las garras de un tigre y el apetito de un lobo. Solo
Nosotros podemos controlarlo.” Avera estaba moderadamente complacida. Esto
terminará a este joven tonto. El se levanta un poquito demasiado rápido, es un poco
demasiado inteligente. El general-mayor hará una comida breve de él.

∼∼∼

En el año cuarenta y seis después de que los Quinientos redescubrieran Vashti


de Ishtar, Golranel tropezó sobre un lugar irregular en el piso de lo que una vez fue el
Templo de Kanaan-dora en Sulara. En tan solo una hora, el estaba hablando vía
satélite con Avera.
La Emperatriz voló allí inmediatamente; el cetro de diamante virtualmente se
subió solo a su mano, inmediatamente re ganando su brillantez que había perdido diez
mil años atrás.
“¡Joab tuvo razón otra vez!” exclamó David, en éxtasis de ver el cetro de
diamante vivo finalmente. “Que no dijo el en su Tercera Profecía del Cetro, Solo dos
tendrán el poder de levantar mi cetro al Final del Tiempo, la Reina y el Ultimo
Viviente Uno?”
“¡David! ¡Como arde con autoridad! ¡Que invaluable beneficio, este perdido
arte de la quintaesencia de los Guardianes de la Promesa! Me pregunto que misterios
esto -- ”
Antes de que ella siquiera pudiera empezar a examinarlo, un ayudante corrió a
ellos, gritando, “¡Excelencia! ¡Calantha se levanta! ¡La totalidad de los mundos del
sur esta en llamas! ¡Seis divisiones fueron destruidas!”
“¡Que! ¡Lo voy a hervir a todos ellos!” ella gritó, dando zancadas en ira
saliendo desde el Templo de Kanaan-dora ahora invaluable.
David no la siguió inmediatamente: él se sentó exactamente donde Gana lo
había hecho a través de las largas edades. Frotando algo de polvo entre sus dedos, el
se lo untó en su pecho. Sonriendo en su mente, Extraño. ¿Porqué hice eso? El salió
apurado detrás de la Emperatriz.
∼∼∼

Por la rebelión, el detallado análisis de Avera del antiguo artefacto fue


pospuesto. Ella taladró un pequeño agujero en el mango del cetro de diamante y lo
encadenó a su propia muñeca, para mas facilidad de poder usar cada momento libre
para estudiarlo. Por la tenaz ferocidad de la revuelta de Calantha, habían muy pocos
preciados momentos así. Pero la constante presencia del cetro era en si mismo
suficiente para transformarla a ella: pronto ella ya no necesitaba dormir mas; su
cuerpo ganó la invulnerabilidad del acero; su agudeza de intelecto y sentidos
incrementó casi sin limites, aun así no realmente suficiente para que ella pudiera
escuchar o ver a los sirvientes Rakshasas de la Vaciedad trabajando sin descanso para
ella.
También por la rebelión, Avera concluyó que esta era su prueba final, Vashti
debe de estar en el hemisferio sur, en Calantha. Ella por lo tanto no objetó cuando
David canceló las exploraciones de tierra en las Montañas Guardianes, la cual había
descubierto nada: cualquier escalador acercándose a Vashti usualmente se
encontraban en accidentes fatales. El área era bien conocida por sus traicioneras
lomas e impredecible clima. Pero por nada mas.

26. UNA SERPIENTE BLANCA

En el tiempo que vendrá


Solo habrá una sola solución
A cada misterio de la creación
--Rodavi

Solo hay una solución ahora


Pero la mayoría encuentra que es mas fácil creer
En multiplicidad que en unidad.
--Mordom

Yo soy un Mensajero del Uno


Yo no puedo sufrir, no puedo estar en dolor
Yo no puedo morir o experimentar ninguna perdida
Yo nunca fallo en hacer todo lo que el Uno me solicita para mi hacer
--Joab

Tomó cuatro años el aplastar la revuelta de Calantha: Joab y Jacobi la habían


preparado bien. Durante este tiempo el Guardián de la Promesa y su discípulo no
regresaron al norte; pero al cerrar el quincuagésimo invierno después de que los
Quinientos entraron a Vashti, ellos abandonaron los últimos remanentes de los
arruinados Calantheses y usaron el Puente Espiral de Plata para un final cruce del
Quemante Mar.
Jacobi vino a la Reunión del Consejo en el momento exacto del equinoccio de
primavera. Su hermana ya estaba allá, sentada calladamente en la luz del fuego, pero
David aun no había venido, tampoco había regresado Joab con Arturo.
Estebana estaba usando un adorno peculiar – una blanca y muy viva serpiente.
Como se enrollaba en espirales relajados alrededor de su cuello y sobre ambos
hombros, sus fieros ojos radiando luz intensa. Antes de que Jacobi pudiera preguntar
de ella, su hermana empezó a mandarle señales mentales de alguien quien era muy
hermoso, poderoso, majestuoso, sabio, alguien quien era --
Jacobi estiró su mano hacia delante para detener las visiones. “¡Que
posiblemente querrás decir! ¡Gana se sienta como una estatua-congelada en Rhodos!
¡Tu misma lo viste allí!” Era difícil decir en la parpadeante luz del fuego, pero
Estebana se veía extrañamente enrojecida. ¿Ella no pudo haber sucumbido ante la
pasión? ¿Qué no entendió ella las terribles demandas de su era? ¿Qué tiempo había
para el amor humano?
“¡No, Jacobi! Gana despertó otra vez y viajó hacia el este. El me rescató,
usando esta serpiente que el revivió. ¡Esta es Sesha! ¿No puedes entender que el es
Gana? ¿Quién mas puede revivir a la Serpiente Rey?” Ella se le quedó mirando de
todo corazón a Jacobi, urgentemente deseando su entendimiento. Y aprobación.
Jacobi sintió la necesidad de Estebana; su corazón añoraba aceptar la
imposible creencia de su hermana; pero su mente rechazaba la idea. ¿Enamorada de
Gana? ¡Era absurdo! Y todavía – todavía, había algo acerca de los ojos esmeralda de
su hermana, amplios con amor y apasionada creencia que hablaba mas
elocuentemente que sus palabras o imágenes mentales. “¡Estebana! ¿Cómo puede ser
el Gana? ¿Es él un Guardián de la Promesa como Joab, capaz de detener su aliento?
¿O un shara como Solon, pleno maestro del Uno?”
Estebana derramó mas y mas de su espíritu dentro del corazón de su hermana.
¡Ella debía de convencerla! ¡Solo si el Consejo la ayudaba con voluntaria creencia era
que Gana podría completar la reintegración de su mente! ¡Ella los necesitaba a todos!
Mirando fervientemente dentro de los profundos ojos azul celeste de Jacobi,
ella tomó sus manos y contestó fieramente, “¡No hay nada mas allá de su poder!
Sravasa le regalo la inmortalidad después que Valin fue puesto en prisión. ¡Tu debes
creerme! El no es un Guardián de la Promesa, sino un verdadero shara, el último del
Consejo Estelar de la Gema de Kanaan-dora. ¿Seguro que tu te acuerdas de la
profecía de Mordom, La Estatua Viva respirará otra vez al Final del Tiempo?”
“¡Por su puesto que me acuerdo!” exclamó Jacobi, alejándose de ella. “Pero
aparentemente tu te has olvidado el comentario de Joab que Gana vagará en la
demencia hasta que el encuentre a su renacida esposa, la sharan Almira de Kanaan-
dora, asesinada por Valin en Martanda!”
“No me he olvidado,” Estebana dijo calladamente al suelo, apenándose a pesar
de su seguridad.
Jacobi brincó, mirando a su hermana con horror, sus ojos brillando con salvaje
rabia, “¡Almira! ¿Te has vuelto completamente loca? ¡Este no puede ser tu
pensamiento! ¿La Estatua Viva, ya no esta congelada, simplemente pasa que se mete
a los brazos de Estebana, Estebana quien no es otra que la sharan Almira misma? ¡No
puedo ver el fondo de esto! ¿Cómo puede ser Gana tu amante? ¿Qué no el renació
como Marte en Tala? ¿Y no es nuestro padre quien recuerda su vida como Marte?”
Estebana la miró a ella calmadamente: ella sintió que esta explosión debería
marcar la disolución del ultimo obstáculo precedente de la creencia. O cuando menos
precedente a la aceptación de su propia creencia. La cual fue casi la misma cosa que
habría que hacer. “Como Marte y Naisan, hermana. En esta forma, Gana es diferente
al hombre común – el vive en mas de un cuerpo, el esta saturado con el entendimiento
que el es el Uno. Por lo tanto nuestro padre Arturo comparte esa existencia. ¡Pero mi
shara es el original! ¿Si nosotros podemos usar su conocimiento, que esperanza tendrá
Avera y su imperio de mal gusto?”
Jacobi empezó otra vez, “Yo no lo puedo aceptar -- !” Pero la ultima imagen
de Estebana fue tan poderosa, tan impecable en su despliegue de lo posible, que ella
en vez se sentó otra vez, completamente perdida en su maravilloso esplendor. ¡Gana
reintegrado consigo mismo, reinando el mundo con benevolencia y amor! Era
demasiado glorioso y hermoso para negarlo. Ella sonrió mientras ella permitía su
propio brillante poder fluir completamente con el deseo de su corazón. “No. Tu no
eres una chiquilla. Suspendo todo juicio. Por ahora. Dime este relato.”
“¡Gracias, querida! ¡Tu me has honrado con un maravilloso regalo! El se nos
unirá pronto; Seré breve, te mostraré mas que hablando. Desde que tu estas tanto con
Joab, aprendiendo las formas de los Guardianes de la Promesa, ha sido mi habito el
cazar sola. ¡No! Nunca pienses que te envidio por su decisión, hermana. Tu siempre
has amado lo arcano mas que yo, justo como yo siempre he amado lo silvestre mas
que tu: tu sabes que yo soy la mas feliz cuando me voy sola por allí con una tarea para
Papá. Incluso la compañía de los Diez Mil parece poca a mi, comparada con la
impregnada vida de los campos y los bosques, el silencio del empíreo Gran Padre
arriba.

“La última primavera, Papá me ordenó que siguiera a in fiero ser quien estaba
aterrorizando a las tribus nómadas: asesinando a cualquiera que cruzara su camino.
Yo estaba segura que era alguna horrible nueva invención de Avera: Yo nunca pude
verlo claramente por el velo de Vaciedad alrededor de él. Pensé que el estaba
protegido por hordas de Rakshasas. ¡Solamente mas tarde me di cuenta que ellos lo
atacaban, no le ayudaban!
“El camino me llevo lejos al norte el ultimo verano – tan lejos como la tierra
del sol de media noche. Aun así estirándose mas al norte estaban sus huellas en la
nieve.
“Sintiendo un cambio en el aire, tomé resguardo en una cueva de hielo cerca
del pie del glaciar. Y me atreví a un fuego: Estaba segura que nadie del enemigo sería
tan bravo de venir en la tormenta que se aproximaba.
“Mi reflexión en el hielo estaba extrañamente distorsionada; siguiendo una
profunda intuición, cavé dentro del muro de hielo con mi espada y descubrí una
congelada serpiente blanca. ¡Se miraba exactamente como la estatua que Jonathan le
trajo a Papá! La puse cerca de mi fuego y le pregunté lo que sabía de Vashti. Entonces
me reí conmigo misma, preguntándome que pensarías tu de mi, compartiendo mi cena
con una serpiente congelada.
“Justo como me empezaba a dormir, dos docenas del enemigo me atacaron.
Tu sabes que ellos me han perseguido desde que canté en Rhodos la Ruina de Gana.
Aparentemente ahora el poder de los Rakshasas ha crecido suficientemente que
incluso el hombre común puede penetrar mis ilusiones.”
“Eso es una pobre señal.”
“¡De hecho! Yo luche desesperadamente, pero mis defensas eran inútiles –
cientos de Rakshasas estaban peleando por ellos. Los humanos me querían viva, pero
los agentes de la Vaciedad fueron menos generosos: sus espadas infernales y dagas de
fuego no me dejaron vivir.
“Cuando mis últimas ilusiones fueron rotas en añicos, mis ultimas esperanzas
se desvanecieron como un sueño despierto, mis últimos pensamientos se aquietaron al
fracaso, de pronto -- ¡Desde ninguna parte! Una gigante serpiente con doce cabezas se
levanto encima de mi, gritando su rabia. Sus flamas se devoraron a los hombres y a
los Rakshasas igual pero se sintió extrañamente agradable para mi.
“Mis heridas vaciaron mi consciente decayendo de mi. Mi ultima visión fue
de la serpiente – los hombres cayendo heridos de sus babeantes colmillos, Rakshasas
por docenas desvaneciéndose en sus flamas – bañándome a mi con sus sanador
fuego...
“Cuando desperté, los cuerpos del enemigo estaban perfectamente
acomodados uno encima del otro fuera de la cueva. Mis heridas estaban crudas aun
pero bien atendidas; estaba sorprendida que no sentía dolor. Un extraño usando una
capa plateada con esta serpiente enrollada en su hombro estaba sentado por un fuego,
viéndome a mi. Era el hombre mas apuesto que alguna vez pude ver: la luz del Uno
brillaba de él en una gloria multicolor, mas poderosamente de lo que yo he conocido
posible desde un ser humano. Dieciséis celestiales estaban distintamente visibles en
rayos de luz radiando desde su frente, siete mas en círculos concéntricos de luz
fluyendo desde su corazón.
“Yo dije, ‘Bien, mi hermoso hechicero, tu eres un doctor excelso!’ El me
sonrió cálidamente, se apuntó a si mismo y dijo en una maravillosa y rica melodiosa
voz, ‘Swayam Gana-shara’; de pronto yo entendí que mi larga cacería había
terminado...

“El había venido tan lejos al norte en la esperanza de que el frío le ayudara en
su lucha a la cordura. Combinado con mi afortunado descubrimiento de Sesha, había
tenido éxito.
“Yo le solicité a él a que se reúna con el Consejo, seguro que nuestro poder
combinado finalizará en estabilizar su mente. El no quería venir tan lejos al sur; por
lo tanto esperamos a través del invierno, así para preservar el delicado balance que el
tiene con tal dificultad -- ”
En ese instante, Gana salto de las sombras, completamente desnudo, una vez
mas completamente loco. El Uno y la Vaciedad alternaban en salvajes patrones de
luz cegadora y total oscuridad desde su rostro y corazón; en ese momento el fue
rodeado por miles de hermosos y radiantes celestiales, en el siguiente, por igualmente
vastos números de horribles Rakshasas.
“¡No!” Estebana exclamó. “Gana-shara-reg! ¡No, mi Dios, no!”
“¡Ika! ¡Fila-fila savanu! ¡Ika!” El gritó, entonces brincó sobre su fuego y
desapareció en la penumbra.
Estebana inmediatamente lo persiguió; Jacobi solo momentos después. Sus
ultimas dudas se habían ido de una mirada a su rostro.
∼∼∼
Ellas buscaron en la totalidad de la oscura noche, pero el se había ido.
Al amanecer, las hermanas se reunieron junto a las cenizas del fuego. Las
huellas de las lágrimas del gris rostro de Estebana apretaron el corazón de Jacobi.
¿Por qué no le pudo haber creído mas pronto? Abrazando a su hermana cercanamente,
ella le acarició el cabello y dijo suavemente, “Lalasa, querida. Créeme, todo terminará
bien. Aferrate al Uno con fe y esperanza...Dime, ¿Qué es lo que el gritó? ¿Significaba
algo?”
“No. O, quizás si, yo no sé. Oh, Jacobi, ¿Qué voy a hacer? ¡Estoy perdida! ¡El
se ha ido! ¡Porque lo deje solo tanto tiempo! ¡El – él dijo, ‘Cuidado! ¡El sexto año se
ha terminado! ¡Cuidado!’”

∼∼∼

Esa misma mañana, Avera cosechó los frutos de sus años de paciente análisis
del cetro. Ante ella se paraba, haciendo reverencia, el jefe Rakshasa del mundo.
“¿Quién, que eres tu?” ella exclamó, su sorpresa coloreada mas por su curiosidad que
por temor.
“¡Su humilde servidor, Excelencia! ¡Finalmente sus ojos y oídos están
abiertos, nosotros podemos ayudarle directamente! Este es un gran día para ambos de
nosotros: ¡Tu eres el agente de nuestra liberación! ¡Tu sola en la larga historia del
mundo has amasado suficiente poder para liberar a mi Señor Valin!” El explicó el
entendimiento Rakshasa de la historia y como ellos siempre han trabajado para
incrementar los intereses de ella. El también le dijo muchos secretos, incluyendo el
lugar exacto de Vashti...

∼∼∼

“Curioso,” dijo Joab. “Realmente, es increíble que Sesha haya sido


encontrada. ¿Cómo la encontró?”
El Guardián de la Promesa estaba sentado con Arturo y David en una pequeña
meseta no muy lejos de la Montañas Guardianes. Ante ellos en el suelo estaban la
Serpiente Blanca Estebana y Jacobi se había ido con David. La Serpiente se había
enrollado en una pirámide; su capucha estaba levantada, como una cobra; su fiereza,
sus fijos ojos viendo con intensión a los tres humanos. En la ausencia de su Señor,
Sesha mantenía invariable quietud.
David, fascinado por la mirada fija de la serpiente, contestó, “Estaba
congelada en el Artico. Gana la despertó, usada como un canal para salvar a Estebana
del ataque combinado de los humanos y los Rakshasas.”
“Tal era su habilidad por siempre. ¡Esta es una inesperada buena fortuna! Yo
no sé si tu totalmente entiendes quien ( o mejor dicho que) es Sesha. Cuando los
Siete queman un Universo, las cenizas son devoradas por la Serpiente Rey. De esta
manera, las potencias residuales de cada vida son preservadas a través de la
disolución entre creaciones. ¡Sesha contiene las futuras cenizas de nuestro Universo!
Las estatuas de la Serpiente Blanca y el Lagarto Negro eran solo copias, creadas por
Almira para hacer puente a nuestra edad. Pero Sesha es verdaderamente inmortal –
aun los Señores de Etan inmortales hablaron de ello con poco escondido asombro.”
“¡Entonces todos los entendimientos faltantes deben de estar aquí!” exclamó
Arturo, ya viendo mas de la mitad de las respuestas en Sesha para la preguntas
fundamentales de su vida. “¿Me pregunto como sería mejor tocar esta grabación? Casi
siento como si lo supiera. Puedo sentir la inigualable autoridad de Sesha, su
conocimiento ilimitado, su sabiduría trascendental, pero no puedo... realmente...” Sus
palabras se perdieron como el siguió el hilo interno que el justo había descubierto.
¡Había algo en el cerrado lugar de su corazón el cual conocía a Sesha perfectamente!
Algo que lo llevaba dentro del cerrado pasaje de su pasado. Porque aunque el
recordaba sus vidas como Marte y Naisan, el aun no sabía nada de Gana excepto por
inferencia. Pero el poder de Sesha estaba a punto de regresarle a el ese recuerdo.
David miró a Arturo para descubrir porque el había dejado de hablar. El adan
estaba sentado rígidamente erecto, viendo a la serpiente con ferviente intensidad.
¡Pero algo acerca de el le recordó a David de la Vaciedad! ¡Joab!” El exclamó,
cuestionando su percepción.
El Guardián de la Promesa entendió la necesitad de Arturo instantánea y
totalmente. Levantando a Sesha, el la colocó sobre los hombros del adan. La
serpiente se deslizó una vez alrededor de él, entonces se acomodó sobre su hombro
izquierdo. Los ojos de Arturo se perdieron y cerraron; con tan solo un momento una
columna de luz de produjo hacia el noreste desde su garganta.
Joab la siguió con sus ojos, entonces exclamó, “¡David! ¿Reconoces esto?”
“¿Lo debo reconocer? ¿Es hermoso, una expresión maestra del Uno, pero que
--?”
“¡No! Eso es la conexión de Arturo con su forma maestra! Síguela con tus
sentidos -- ¿Qué es lo que ves?”
“¡Si, por supuesto! ¡Gana! El shara estaba sentado en quietud en una cueva de
hielo arriba en las Montañas Guardianes, no muy lejos de Vashti. El había viajado allí
casi instantáneamente: ninguno de la Raza Solar sino Solon del amanecer de las
edades pudo haber igualado su paso, ciertamente ningún humano de las puestas de sol
de estos días pudo hacer un viaje así en un tiempo tan corto. ¿Cuánto tiempo hasta
que Estebana lo encontrara de nuevo?
Los ojos de Arturo de pronto se abrieron, el exclamó, “¡Yo recuerdo!” Sesha
se deslizó alrededor de su cuello y se acomodo enroscándose en su hombro derecho.
Arturo se le quedó viendo al rayo de luz y dijo calladamente, como para si mismo,
“hay una pregunta que debe ser contestada para mi. Yace en algún lugar de esta
región...”

De pronto siete aros arco iris de fuego estaban flotando ante ellos. Los cuatro
inferiores estaban claros, magnificas joyas, pero los tres superiores estaban
cambiando rápidamente. En un momento, ellos estaban brillantes con color, en el
siguiente, rabiosos, oscuros.
“¡Mi cetro, roto!” exclamó Joab.
“Si, esto debe de ser el origen de tu visión,” dijo Arturo muy despacio,
concentrándose en cada palabra para ser capaz de hablar. “Aun, yo no siento que sea
exactamente tu cetro. ¿Si tu vez donde el Hilo Dorado esta roto, allí, justo por encima
del cuatro aro? ¡Mira mientras yo lo amplifico!”
El deseo de Arturo manipuló la visión: los siete centros se expandieron hasta
que cada uno era del tamaño de una cabeza humana. “Ahora. Mira allá en la ranura --
¿Lo ves? ¡El mas fino hilo pasa a través de la ruptura! ¿Si yo amplifico eso, ves?”
La fibra de luz creció mas grande. En un momento, aparecía que el cetro de
diamante de Joab flotaba ante ellos, aguantado por dos manos: una, perfectamente
negra; la otra perfectamente blanca.
“¡Las dos manos de Almira!” exclamó Joab con gran excitación. “¡Solo ellas
tienen el poder de cambiar el tiempo! Por eso solo Jonathan puede ejercer autoridad
de la Serpiente Blanca y Susana del Lagarto Negro.”
“¡Si!” estuvo de acuerdo Arturo con sobrecargado entusiasmo. Estas visiones
estaban colorando su mente con una claridad que era absoluta: el sentía como si el
estuviera prado solo en una montaña muy alta con el Universo abierto como un rollo
de papel ante sus pies. “Tu estas en lo correcto. Observa como la mano negra se
transforma para revelar a Susana; y la blanca a Jonathan. ¡Y mira allí! ¡El quinto
centro contiene a Esteban y a los Quinientos cuando se ilumina, pero cuando se
oscurece, refleja las legiones Salazianas! Los ejércitos de la Emperatriz son los
enemigos creados-por-su-mente del quinto centro de Gana, mientras los Quinientos
forman la estructura cuando funciona apropiadamente, y -- ”
“¡Detente!” Exclamó David. Esto era demasiado intenso; el estaba
incrementadamente confundido con cada imagen adicional. En ese instante, el casi
entiende; en el siguiente el estaba totalmente perdido. “¡Explícame esto a mi! ‘El
cetro esta aquí, Susana esta allá, los Quinientos están allá.” ¿Qué quieres decir? ¿Por
qué estos se reflejan adentro de Gana?”
El Guardián de la Promesa lo miró con sorpresa y contestó, “¿De donde viene
este problema? Tu sabes que Gana es la conciencia encarnada de este Universo.
Desde que esto es así, todos somos parte de él; el de necesidad encarna a todos y a
todo lo de nuestro mundo. Gana es nuestro Universo; el ha descendido dentro de este
plano material para avivar a los Siete aquí.
“Por lo tanto, cuando sus enemigos creados-por-su-mente sean destruidos, su
Hilo Dorado será renovado. Dicho de otra manera, nuestra victoria sobre el Imperio
Salaziano restaurará la conexión de cada ser viviente al Uno, sin la necesidad del
médium del cetro de diamante. Por lo tanto el Universo continuará evolucionando
como antes. Pero si nosotros fallamos -- ”
“Gana y este Universo estarán muertos,” Termino Arturo. “Lo que quiere
decir, que tendremos que recomenzar desde sus primeros momentos. David, yo
pienso que te puedo mostrar que todos somos parte de Gana. Observa.”

El cetro de diamante se hinchó y expandió ante ellos; en un momento era la


perfecta reproducción de la flor de Vanas que David le había llevado a Arturo. Cada
uno de sus pétalos se expandió aun más, gradualmente tomando una forma humana.
“¡Los Diez Mil!” exclamó el Salaziano. “¡Todos ellos! Y ahora, como ellos se
funden otra vez, un semblante familiar se forma: ¡Eres tu, Arturo!”
Joab, riendo alegremente al dulce sabor de este brebaje, dijo, ¡Por supuesto!
¡Arturo y los Diez Mil son el poder de la Vida de Almira, levantándose desde el
cuarto centro hacia el quinto! ¡Así ellos reparan el Hilo Dorado!”
“¡Arturo!” David exclamando excitadamente, de pronto entendiendo. “¿Tu
implicas que puedes encontrar a cualquiera en Gana? ¿Jacob, por ejemplo?”
Arturo vió que el Salaziano no había preguntado su pregunta más profunda.
Riendo, el proyectó el quinto aro. En el apareció el Guardián de la Promesa Atri – y
Atri era el Pastor.
David se le quedó mirando a la imagen de Jacob, buscando la única respuesta
que aun el eludía. Sin encontrar solución dentro de la serenidad eterna del pastor, el
Salaziano trató de nuevo, esta vez remojándose dentro del corazón de su duda,
“Arturo, toda mi vida me he preguntado donde encajo yo. He encontrado la paz en
Vashti, pero nunca pude levantarme a la percepción que ahora se ha convertido en la
común experiencia de cada uno de los Quinientos: Yo nunca he visto a Almira como
el aliento-vida de todas las cosas como todo el resto de ustedes puede hacerlo. ¿Es
posible que yo solo soy del exterior? ¿Esto pudo ser porque Esteban nunca pudo tocar
mi mente, porque yo solo de los Quinientos nunca fui uno con él? ¡Arturo! ¿Me
puedes encontrar a mi en Gana?”
Arturo sonrió con seguridad como el dejo que su deseo cayera de regreso
dentro del corazón de la omnisciente Serpiente Rey. Una imagen se formó ante ellos:
Alguien quien estaba parado junto a la ruptura en el Hilo Dorado de Gana, alguien
quien sus dos manos, una perfectamente blanca, y la otra perfectamente negra,
estaban sosteniendo el cetro de diamante que contenía la esencia del futuro de nuestro
Universo. Alguien...
El siguiente instante, todos los tres se enrollaron en horror: no era alguien que
se parecía a David flotando ante ellos: ¡Era la Emperatriz del Mundo!
La imagen se desvaneció tan pronto como Arturo reconoció a Avera.
Temblando, el se estiró para tocar a David. El Salaziano estaba apoyando su cabeza
fuertemente por sus manos; el estaba inclinado hacia delante, meciéndose y
quejándose. “Lo siento,” empezó Arturo, pero se detuvo, sin encontrar palabras
adecuadas.
David, sin mirar hacia arriba, se quejó, “Entonces. Esta confirmado. Yo no soy
de su mundo. ¿Quién soy yo entonces? ¿Yo nunca entenderé? ¡Todos de la
Generación de los Perdidos han recordado quienes son! ¿Qué no he perdido yo?
¡Incluso Avera! Incluso esa horrible y torcida encarnación de demonio tiene un
papel! Ya que ella debe de ser la última limitación creada-por-su-mente del cuarto
aro, el último Rakshasa en el Hilo Dorado, aventado de Para cuando Gana y los
Quinientos cayeron. Ella cuando menos tiene una posición. ¡Que poder debe de haber
amasado ella para poseer la fuerza ascendente de Almira!”
“Casi infinita,” estuvo de acuerdo Arturo, mirándolo con amor y tristeza.
“Eso es porque esta tarea es la mas dura y en su mayoría parece aniquilación.”
“¡Esto me aterroriza!” exclamó David, brincando para apaciguar su
frustración. “¿Por qué solo yo? ¡Joab! ¿Por qué solo yo? Mi no-presencia aquí prueba
que tu y Arturo y Esteban me han insinuado por años! ¡Yo seré el Ultimo Viviente
Uno de Vashti! ¿Pero porque? ¿Por qué yo? ¿No me pueden decir, incluso ahora?”

“¿No siempre lo has sabido?” el Guardián de la Promesa contestó suavemente,


sus amplios y ancianos ojos con simpatía y fuerza.
“Supongo que lo he hecho,” contestó David, deteniendo caminar de un lado a
otro para observarlo. “No, es verdad, siempre he sabido, profundamente en las parte
mas interna del descanso de mi corazón. Yo no soy como ustedes; yo soy un agente
de un Universo distinto, aquí solo como testigo del drama, o quizás para bajar la
cortina y cerrarla al final. ¡Pero Joab! ¿Por qué? ¿Debe romperse tu cetro? Si es así,
¿Cuál es el uso de mi vida? Estas visiones han probado otra ves lo que las profecías
decretaban: ¡Todos ellos de este mundo sacan su vida del cetro de diamante! Si se
rompe, los Quinientos, los Diez Mil, Esteban, Arturo, Débora, Estebana, Jacobi,
¡Toda la vida en el mundo morirá! ¡Todavía tu profetizaste que pasaría de esta
manera! ¿Por qué? ¿Qué no te acuerdas? ¿No me lo puedes decir?” El lo miro con
angustia.
El Guardián de la Promesa lo miró de regreso con compasión. Dejando a
David empuñando el ultimo misterio del Universo sin solución que era al mismo
tiempo un error potencialmente condenable y una promesa de un gran futuro y gloria.
¿Qué camino escogería David? Joab replicó, “¿Qué diferencia hace una vida, incluso
la vida de un Universo? Sesha mantendrá a todos hasta que los Siete estén listos -- ”
Pero antes de que el hubiera terminado, treinta de los navíos aéreos de Avera cruzaron
por encima, avanzando con sus explosivos hacia Vashti. La lógica de Joab terminó
con un grito, “¡Comienza!”

∼∼∼

Mas y mas cerca los bombarderos de Avera se acercaban a Vashti, como los
tres se preguntaban si Jonathan y Susana habían satisfecho su misión. En el último
momento, una nebulosa cosa, no realmente una llovizna blanca, no realmente una
forma humana, no realmente una sola mano, apareció por encima de las montañas.
Como los navíos aéreos entraron el campo del espacio-tiempo distorsionado, ellos
explotaron, sus moléculas componentes se desmembraron y se esparcieron a los
cuatro vientos en un fino polvo. Jonathan había adecuadamente probado que el no
había estado estático desde que Esteban lo mandó a él de la sociedad de los
Quinientos.
Solo el ultimo de los treinta doblo a tiempo: salio de regreso por arriba,
volando a toda velocidad de regreso hacia su hogar en el oeste.
“¡David! ¡Esto significa que Avera ha tomado maestría del cetro! ¡Ella ahora
sabe todo lo que los Rakshasas saben! ¡Te han traicionado!”
“Esto se ha anticipado mucho antes. Medio momento...¡Allí! ¿Cómo me veo?”
“¡Terrible! ¡Golranel mismo! ¿Pero que hay de los Rakshasas?”
“Esto ellos no saben. Yo doble la Vaciedad tan cercanamente a mi corazón
cuando yo uso esta forma como el siempre lo hizo.”
“¿Y el original?”
“El se acordó de mi desde el día de la muerte de Falón y encontró curioso que
no había envejecido ni un día en cuarenta años. Yo he sido él en Rhodos cerca de una
década. Yo voy a estar bien. ¡Pero Joab! Por ultima vez, ¿Tu aun crees que Avera
debe de romper el cetro de diamante?”
“¡No hay otra manera! Solo entonces puede Gana restaurar el Hilo Dorado.
Hasta que ella actúe, ella no puede ser destruida: tu sabes que el cetro la ha hecho a
ella invulnerable. Ella debe de soltarse de el a través de destruirlo. Confiemos en las
viejas palabras, habladas cuando no habían sombras entre yo y la omnisciencia del
séptimo aro. Todo va a estar bien. ¡Solo se perfecto con esta ilusión! Ella es servida
ahora por los mas sabios de los Rakshasas. El mas pequeño desliz será fatal para
todos nosotros.
“Recuradlo siempre David: Un cordón de tres-vueltas no es roto fácilmente.”

27. UNA DEUDA REPAGADA


Finalmente Finalmente puedo cantar otra vez
¡De la vida-amorosa la perla crece del día sin fin!
¡Ah, ven a mi!
¡Rompe y abre la tumba de siete sellos!
¡Pasa por casa aro de ardiente fuego!
¡No mas respires Vaciedad
en la soledad de la Noche!
¡Levántate! ¡Levántate!
¡Canta del Inmutable Uno!
¡No resistas, no desdeñes, vuela a mi!
¡Para, Para! ¡Re despierta a tu lloroso hijo!
¡Despierta!
¡Despierta!
No te robes la única flor de cereza rojo-plateada
del escondido-trono del reino
¡Abre, mi corazón!
¡Navega a mi frontera río-mar de arenas de cristal!
--Arturo

Almira Se le acercó a Brihas en su mundo creado-por-su-mente. El


Gobernante de los Siete estaba sentado en su trono de diamante, contemplando la
vida, y parecía inconsciente del acercamiento de ella a través de las esferas multi-
dimensiónales. Los siente soles que formaban el arco del arco iris sobre su cabeza
estaban medio apagados, indicando que su atención era interna; las siete majestuosas
joyas que le daban vida a su sistema nervioso central brillaban con luz brillante a
través de su casi transparente cuerpo, indicando que su pensamiento era de
perfección; pero los veintiocho bailarines ante el estaban absolutamente quietos,
congelados en sus ultimas posturas observadas, indicando que Brihas no pensaba de
las siete mayores o veintiún menores perfecciones.
Dándose cuenta que solo contemplar el Uno podría ser tan cautivo para el,
Almira se detuvo a tres pasos de su trono y esperó pacientemente.
Un momento mas tarde, Una gran fuente de soles brotaron de la frente de
Brihas y formaron un río de luz alrededor de ellos como los bailarines reempezaron
sus complicados tejidos de patrones, bailando para adelantar su pensamiento.
Brihas miró hacia abajo a ella con una expresión de nostalgia y dijo, “Tu has
terminado, entonces.” No era exactamente una pregunta, pero había una leve cadencia
de su tono que le dijo a ella su duda.

Almira se subió y se arrodilló ante el. Posando su cabeza sobre su regazo, ella
contestó, “Padre. Nosotros necesitamos un año más para completar la labor.”
“¿Por qué yo no debo de regresar ese Universo a Sesha en este instante?” el
preguntó mientras el le acariciaba su suave y dorado cabello. “Te debes dar cuanta de
que si Valin crece suficientemente poderoso, el puede corromper otras de las perfectas
esferas de Narain. El peligro es muy grande, debo revocar la fuerza destructiva y
colapsar ese Cosmos, deja que sus entidades descansen en Sesha. Gana que por su
puesto regresará a su posición entre los Siete.”
“Tu voluntad es mi ley, padre. Pero considera esto: por la maldición del Gran
Padre, Gana ha viajado a lo mas lejano donde alcanza la Vaciedad que es opuesta a
nosotros: el ha permitido que el barro viaje a través de sus venas inmortales. ¡El ha
muerto, padre, muerto! ¡Mas veces de lo que me puedo yo acordar! El ha tomado todo
en su mente, todas las debilidades y las falsas percepciones de la humanidad. Y como
producto de su verdadera naturaleza, el ha crecido mas poderoso que nunca me atreví
a esperar: las siete perfecciones primarias están en el borde de ser posible ganar por
cualquier ser humano, debido solamente a su dedicación sin egoísmo. Si se nos
permite continuar, Yo no tengo la mas leve duda que todos los Siete estarán
disponibles a través de esa Esfera, en cualquier y en cada momento del espacio-
tiempo. ¿No vale esto la pena para la potencial expansión de Navril Hagar a una
maestría mayor?”
“Quizás... ¿Cuántos de los que han fallado a seguir la Estrella Azul Celeste
han recordado?”
“¿Cuántos? Déjame pensar: están los Quinientos de Esteban; los Diez mil de
Arturo; los Señores de Etan de Swayam; los Vidyadharas; los celestiales de mi mundo
y las Regiones de Luz – Supongo que no llega a uno de los doce millones, padre.
Pero los otros crecen mas cerca diariamente.”
“¿Solo uno en doce millones? ¿Solo uno en doce millones? ¿Y tu me pides
una extensión? Tu respuesta es un irrefutable no. Yo he crecido excesivamente
cansado de esa Esfera revoltosa, Almira.”

∼∼∼

Avera intentó un asalto aéreo más: tres mil bombarderos atacaron Vashti de
todas direcciones y de diferentes alturas. Era un fuerte decreto para el rígido
entrenamiento de sus cuerpos aéreos que ninguno titubeó ante tal locura de estrategia
de patrón de vuelo. Sus oficiales volaron sin pensar, rango tras rango clavándose in
brillantes simetrías hacia su destino fatal. Casi parecía que solo el peso de sus
números pudieran forzar cuando menos a algunos de ellos a través de las inmensas
distorsiones de Jonathan y Susana del espacio-tiempo, pero la voluntad de la
defensiva se mantuvo: con explosión tras explosión, las maquinas de guerra del
dominio de Avera se desvanecían en vapores de des-creación que eran casi humanos,
casi manos, casi nada del todo.
Ayudados por legiones de Rakshasas, solo un avión se las ingenió para
deslizarse a través. Pero Esteban llamó al Uno en el viento: el bombardero fue
atrapado por una violenta ráfaga de viento estrellándolo a su ruina sobre una de las
Guardianes al borde de Vashti.

∼∼∼

“¡Ahora escucharas, su Excelencia!” exclamó su consejero Rakshasa. “¡Tu


debes de romper ese maldito cetro! ¡Es la vida de esos diablos! ¡Tu no lo necesitas
más! ¡Destrúyelo, libérate de él! Su presencia me tortura, previene mi vista de ver
nada claro alrededor de ti. ¡Confía en mi! ¡El cetro de diamante es todo lo que guarda
a Valin prisionero! ¡Rómpelo y mi amo otra vez estará libre!”
Avera apretó el cetro de diamante fuertemente mientras ella contestó, “No. No
puedo. No lo haré. Esta demasiado lleno de poder, con gloria. Lo necesito para
enfocar mi mente.” La emperatriz temía mas a la Séptima Profecía del Cetro que a la
destrucción de sus cuerpos aéreos.
“¿Perdóneme su Excelencia?” preguntó David en la forma de Golranel.
“¡Ah, yo dije, ‘Debimos atacar por tierra.’ Transportemos al ejercito allí
inmediatamente.”
Tomó once días para amasar la totalidad del ejercito Salaziano. En total,
ciento veintiocho divisiones se juntaron en una asamblea en el llano norte de lo que
una vez había sido la gran ciudad de Falón. Había algo mas de once millones de
soldados – uno por cada siglo desde que Swayam había aprendido que su voluntad era
activamente opuesta.

∼∼∼

Avera montó su centro de mando en una colina al sur de sus armamentos. Al


amanecer del decimosegundo día, ella ordenó una continua descarga de artillería
sobre Vashti. Esto fue tan inefectivo como lo fue el asalto por aire: los dos escudos
de la voluntad de Jonathan y Susana explotaron los mísiles sin daño, lejos del
protejido valle.
Pensando, ¿Porque el final se parece tanto al principio? Avera ordenó el
ataque por tierra; la última y mas extraña batalla de la historia empezó. Los enromes
tanques de acero rodaron hacia adelante al amanecer, seguidos por miles sobre miles
de infantería.

∼∼∼

Arturo, adornado aun con Sesha, se paró con Débora y Joab al pie de las
Guardianes sobre la meseta donde cincuenta años atrás los Quinientos habían
acurrucado en su miseria, atestiguando la muerte de Falón.
Arturo estaba supremamente seguro de si mismo. El y Joab habían
completado el entrenamiento de los diez mil niños, que empezó desde hace mucho en
Tala. Ellos eran como las renacidas encarnaciones del inpasable conocimiento de
Kanaan-dora; ellos eran como diez mil rajanya Mordoms, sin miedo, inigualables en
conocimiento y poder. Arturo no tenía la mas leve duda que ellos vencerían a las
fuerzas de la Vaciedad, esas encarnadas ilusiones de falsa creencia. Como el
supervisaba sus legiones de arqueros, resguardados por un velo de invisibilidad
creado por Joab, el sintió una poderosa ola de orgullo.
Por encima, los celestiales esperaban en una brillante simetría dorada:
compañía tras compañía, cada una después de su propia clase, estirándose tan lejos
como él podía ver hacia el norte, entintado-arco iris en los colores del temprano
amanecer. Mientras la primera luz del sol naciente brilló sobre ellos, Arturo rió con
despenado gozo al sentir su concentrada majestuosidad.
Débora saludó al sol con amor inocente, considerando esa brillantez mucho
mas maravillosa que el ejercito de niños o siquiera los celestiales arriba. Que el divino
resplandor del adorable Orah ilumine mi intelecto, ella pensó, recordando la amorosa
inocencia de Gurion sobre Martanda cuando ella había sido la Anciana de Caballo
Nediva y Arturo su amoroso Aland, mas sabio de los Señores León.
Ella lo miró para compartir este apaciguante recuerdo. El estaba aun
contemplando a los Celestiales arriba; Ella entendió mucho de su pensamiento sin
tomar parte de ello. “¡Mi Señor!” ella exclamó suavemente.
Arturo la miró a ella con satisfacción y dijo con seguridad, “¡Regocíjate
conmigo, Débora! ¡Nuestra labor termina! ¡Como es en el Brillante Mundo, también
así debe de ser aquí! ¡Nunca deberán Avera con sus once millones y su poder
tecnológico pasarnos! ¡Los Quinientos y el Hilo Dorado deben de ser restituidos!”
Sus palabras estaban llenas de fortaleza, pero de pronto una rebambaramba de
tormenta de Rakshasas corría para cubrir el disco de Orah, marcando el recuerdo de
su muerte como Marte. Un horrible temor apretó su corazón con sus helados dedos; el
cerró sus ojos en dolor, balanceándose un poco de la terrible presión interna. La
antigua precaución, No por orgullo dependas solamente en tu propia fuerza...resonó
fuertemente en sus oídos. El sintió un escalofrío entonces dijo en una pequeña voz,
“Joab. ¿Es eso mi propia tontera, a punto de arruinar el mundo?”
Mirando a Arturo con una complicada mezcla de amor, tristeza y esperanza. El
Guardián de la Promesa le respondió, “Tuya, mi Señor Marte. Y mía. Y de Débora. Y
cualquier ser humano desde que esta corrupta Esfera fue dada aliento primero por el
Gran Padre. Todos nosotros hemos permitido la ilusión de la Vaciedad ser un hogar
en nuestros corazones. Justo ahora, en la conclusión de todas las cosas, el pago
regresa a asaltarnos con su vacío de juicios de bien y mal.
“No dejemos lastimar esta labor por la duda, porque eso solo incrementa
nuestro apego a los Rakshasas y disminuye nuestra unión a los celestiales. Se quietud
en tu corazón, Naisan, y se consciente que todas las cosas finalmente trabajan para
expandir los Sueños de Perfección de Narain. No pueden haber alternativas al Uno;
tarde o temprano esto será probado a cada entidad a través de este Universo.
“Por ahora, recuerda mi profecía acerca de tu papel en esta batalla: Muerte
será el destino del mundo si Marte actúa antes de que regrese Venus.”
Avera, informada por su consejero Rakshasa, les dijo a sus soldados la noche
anterior que esperar. Cuando primero escucharon, la mayoría concluyó que su
suprema autoridad la había llevado a ella al paso final de la locura. Pero la realidad
de la guerra fue infinitamente peor de lo que ella había sido capaz de describir.
Los Diez Mil eran jóvenes, ninguno era mayor que veinte, muchos ni siquiera
tenían diez. Pero ellos habían sin excepción regresado a éste mundo con completo
conocimiento de su pasado: ellos eran los Diez Mil de Kanaan-dora, aquí para
reclamar su mundo; ellos poseían completo conocimiento de las tempranas guerras
con Valin y sus Rakshasas creados-por-su-mente sobre Martanda.
Los Diez Mil luchaban con arcos y flechas, pero cada flecha era una maravilla
personalmente creada, una extensión de la mente de su creador. Cada una de dividía
en cincuenta o cien o mil veces mientras volaban sin error y seguridad a sus destinos.
Un arquero solo podía soltar una flecha antes de que una lluvia de balas y ganadas
forzaran a los celestiales a tejer de nuevo el velo tan apretadamente que el arquero
desaparecía. Ocasionalmente, los Rakshasas prevenían que los velos se cerraran
suficientemente rápido: un chiquillo era golpeado. Pero nunca antes la infantería de
Avera fue diezmada por flechas en sus propias balas perdidas.

∼∼∼

Por encima, como torres de nubes negras de tormenta de Rakshasas embestían


con rabia dentro de la dorada brillantez de los celestiales. ¡No mas ellos permitirían a
estos débiles seres de luz mantenerlos lejos de la maestría del mundo! ¡Por demasiado
tiempo ellos habían tolerado su débil significancia! ¡Valin debe de ser liberado ahora,
hoy! ¡La hora para la humanidad para expandidse conquistando a través del Universo
esta a la mano!
Sus ojos rojos iluminando con terribles relámpagos, sus viciosas herramientas
de Vaciedad descendían devorando: la radiante belleza de los celestiales fue tragada
por la vasta superioridad de los números de su insaciable enemigo.

∼∼∼

El campo de batalla alternaba entre cerca del total de la oscuridad y la


flamante luz de los golpes de los explosivos abajo y la guerra de los celestiales arriba.
El cual al principio solamente sirvió para ayudar a los niños: la mayoría de los
soldados de Avera entraron en pánico; en tan solo dos horas, tres millones habían sido
asesinados con muy poca perdida de los Diez Mil. Los arqueros eran como los
Maestros del Tiempo: había muy poco de lo que sus enemigos humanos podían
hacerle a ellos.
Pero los niños no podían bien soportar los celestiales en contra de los
Rakshasas y atacar a los humanos – eran demasiado pocos. Y cada muerte entre los
humanos, cada emoción de temor u odio o desesperación entre los soldados de Avera
sirvió para incrementar su ya increíble poder de los ejércitos de la Vaciedad.

∼∼∼

Al medio día, los celestiales estaban casi vencidos; casi todos los Rakshasas se
despegaron y se echaron de clavado a la tierra a atacar a los niños.
Con el descenso de los Rakshasas, la ventaja de los arqueros se perdió: su
ilusión solo era parcialmente efectiva en contra de ellos; era difícil de luchar con
humanos y Rakshasas todos al mismo tiempo. Los Diez Mil fueron forzados a la
defensa: ellos se convirtieron como navíos bajo ataque en un mar de enemigos
terrestres y Rakshasas. Ellos eran luces moviéndose en un caos envolvente de
completa aniquilación y oscura desesperación; bastamente superados en numero, casi
sin esperanza.

∼∼∼
Arturo atestiguaba su terrible condición y estaba lleno de rabia. “¡Joab!
¡Libérame para ayudarlos!”
Pero Débora lo aguantó y lloró, “¡No, lalasa! ¡Tu debes obedecer al Guardián
de la Promesa! ¡Si tu actúas antes de que Almira venga, todo va a ser en vano!
¡Mantén tu corazón en calma!”
El la miró a ella con angustia, temiendo actuar, temiendo no hacerlo. ¿Qué es
lo que él debería de hacer?

∼∼∼

David estaba experimentando el mismo conflicto. Avera y su consejero


Rakshasa habían crecido en mas confianza y seguridad de si mismos como ellos se
daban cuenta de las fortunas del mundo estaban yendo a su favor. David estaba
teniendo dificultad en mantener el velo de la Vaciedad junto a su corazón sin que lo
afectara: el estaba incrementadamente tentado por el cetro. ¡Si tan solo se lo pudiera
arrebatar de Avera, el le daría la vuelta a la batalla para los celestiales! ¡El debería
actuar, y ahora! ¿Qué diferencia era con lo que Joab había dicho?
Sus manos apretando y desapretando con rabia de impotencia, David se paro
detrás de Avera, mirando sobre el oscuro y brillante parpadeo del campo de batalla,
manteniendo la apariencia de Golranel, y no hizo nada mas excepto pensar una y otra
vez, ¿Por qué? ¿Por qué yo?

∼∼∼

La tensión de Arturo y David se cruzaron, montada en una desesperación sin


mente, finalmente forzada a su liberación. El poder de su desesperación alcanzó al
único otro quien había participado en la entrega de una no muy perfecta flor dorada.
Susana de pronto se dio cuenta que ella podía tan fácilmente destruir a los Rakshasas
como aviones y mísiles. Expandiendo su campo de poder dos veces tan lejos como
ella estaba preparada para hacerlo, ella cubrió la mitad este de las Montañas
Guardianes con una resplandeciente, película dorada de luz celestial que llevaba a su
ruina a cualquier Rakshasa que volara dentro de ella.
Por un momento fugaz, hubo un respiro para los ejércitos del Uno. Pero lo que
Susana no pudo prever inmediatamente pasó: su expansión reveló la localidad de su
cuerpo al enemigo. Como lo era Jonathan al oeste, ella estaba profundamente en una
cueva al borde de Vashti; mucho tiempo atrás ella había cerrado su única entrada con
el mundo exterior.
El peso del fluir del tiempo empezó a ser demasiado pesado para el hilo triple
de Mirabeth, Malinda y Mirabel eternamente tejiendo hacer sostenida
apropiadamente: un misil rebotado por el escudo de Jonathan le pegó a una fisura
penetrando la montaña de Susana. Una antigua grieta se movió de la explosión; el
terremoto que se dio como resultado la aplastó a ella instantáneamente.
Sin darse cuenta que ella ahora estaba perdida y que su escudo ahora solo era
una sombra disipándose, Jonathan no se movió a tiempo para verificar la barrera del
este de Avera. Diecisiete mísiles pegaron dentro de Vashti.
Los Rakshasas gemelos, Destrucción y Muerte por primera vez furiosamente
devorando a través de esa gloriosa memoria de la Isolde de Ishtar. La mitad de los
Quinientos fueros asesinados rotundamente; la mayoría del resto estaban heridos.
La mitad de los Celestiales que quedaban se desvanecieron de los cielos; la
mitad de Vanas se ennegreció y murió; el lado izquierdo de Esteban fue
instantáneamente paralizado. Los sobrevivientes lo miraban a él con esperanza, pero
nadie habló: él les había dicho a ellos que cualquier muerte sería final – ningún poder
de este Universo los podría regresar lo que nuestro mundo para siempre perdería.
En la meseta, Arturo sintió la desgarrante agonía de un masivo ataque
cardiaco como la mitad de su pecho era devorado por la Vaciedad. Débora derramó la
esencia de su vida dentro de él, contando no pérdida demasiado grande si ella pudiera
todavía regresarlo completamente al Uno. Sesha se escurrió abajo a través de su brazo
y se subió a Joab.

En su cueva cerca de Vashti, Gana observaba el Universo empezando a


disolverse mientras la mitad de su cuerpo se desintegraba. Dentro de él, una nueva
silueta se empezó a formar. No era diferente a la de él en apariencia, pero estaba
compuesta completamente de Vaciedad.
Estebana reconoció la resurgencia del Emperador Asur Valin, pero no sabía
como detener su regreso. Exactamente como lo era su madre en ese momento con
Arturo, ella dejó fluir su vida dentro del corazón de Gana, libremente sacrificando
todo de si misma para que él pudiera todavía prevalecer.
De las fuerzas del Uno, David, Johnatan y Joab solos no fueron afectados
fisicamente por la perdida de Susana. David miró con ojos aterrados a la repentina
disminución de vida en todos lados: de todo el Universo, solo el cetro estaba radiando
todavía tanta energia como antes. ¿A causa de que Avera habia herido la Vaciedad de
su corazon a traves de el? ¿O a causa del que el cetro nunca habia sido una parte del
flujo de energia de Susana?
Mirándolo con añoranza, David se preguntaba una y otra vez, ¿Por qué debo
romperlo? ¿Por qué yo soy el escogido? ¿Por qué? ¿Por qué yo?

∼∼∼

En solo dos horas más, escasamente cuatrocientos de los Diez Mil vivían; un
millón de los más sabios veteranos al servicio de la Emperatriz era todo lo que
quedaba de su vasta fuerza. Los Celestiales estaban completamente destruidos, pero
los Rakshasas habían perdido casi nada de su horrendo poder. La totalidad de las
huestes ahora enfrentaban a los pocos arqueros que quedaban.
El campo de batalla se miraba como un infierno de media noche: el sol, luz,
Verdad, Belleza eran si no leves recuerdos de un ilusorio pasado. Las enormes
formas negras de los Rakshasas deambulaban casi sin oposición, devorando con sus
abiertas bocas de fuego infernal, descendiendo en números sin fin sobre los últimos
niños.

∼∼∼

Arturo había crecido incrementadamente en desesperación mientras él


observaba a su gente ser asesinada. El había requerido toda la fortaleza de la voluntad
de Joab y de Débora para no dejarlo actuar.
Jacobi ahora cayó, rodeada por hordas de Rakshasas. Dagora corrió a ayudar a
su arruinada sharan, pero antes de que él la pudiese alcanzar, la flecha de un Rakshasa
lo atravesó por la espalda. Como su rango vibratorio disminuyó él empezó a ser
vulnerable a las armas humanas: una lluvia de balas y esquirlas laceraron su carne.
Arturo, atestiguó ambas muertes, exclamando, “¡Maldito seas, Joab! ¡No me
aguanto más!” Venus ya estaba parada junto a él, ¡Encarnada como Débora! ¡El no
necesitaba esperarla! ¡Joab estaba mal interpretando sus propias palabras!
Salvaje con rabia, Arturo apaño a Sesha y forzó el casi infinito poder de su
maestría del Uno a través de la serpiente. Un millón de cobras idénticas aparecieron a
su mandato: una junto a cada soldado en el ejército de Avera. En menos de sesenta
segundos el extraordinario acto pero fuera de tiempo de Arturo los había asesinado a
todos ellos.

∼∼∼

Los Rakshasas, reconociendo el origen de esta expresión de dominio, se


echaron de clavado en una sola masa hacia Arturo y Débora. Joab los defendió a ellos
fieramente: desenfundando a Nuriel, él la abatió con una velocidad incluso nueva para
si mismo, creando un impregnable hemisferio de protección.
Probó demasiado tarde el interceptar la maldad por el beneficio de Arturo: la
conexión del Adan con la Vaciedad había crecido demasiado poderosa para resistir.
Llevándose consigo mismo a Débora dentro del reino del Rey Muerte, él cayó a los
pies del Guardián de la Promesa.
Joab se arrodilló junto a ellos sin poder hacer nada como los restos finales de
sus vidas se evaporaron dentro del aire impregnado-de-Rakshasas.

∼∼∼

La totalidad del cuerpo de Gana ahora se había trasmutado en Valin. El


Emperador Asur miró hacia arriba a través de Estebana y dijo con total odio, “Nunca
otra vez tu me aprisionarás, madre.” Tirándola a ella a un lado, él corrió de la cueva,
llamando a sus sirvientes, “¡A mi!”
Los Rakshasas corrieron a él de todas partes, fluyendo sus vidas de regreso
dentro de él. Como su Vaciedad se reunificaba con él, él crecía más poderoso, más
lleno con su poder infernal. Los vientos de huracanes rugían aullando con él como él
entraba como tormenta a Vashti por su largamente esperada destrucción del mundo.
Forzando su terror a la sumisión, Estebana reunió juntas todos los fragmentos
del espíritu de Gana y persiguió a Valin, sin saber lo que ella podría hacer cuando lo
alcanzara, pero a sabiendas que de alguna manera ella debía detenerlo: o el Universo
estaba muerto.

∼∼∼

Esteban, reconociendo al Emperador Asur descendiendo, se unificó con los


vivientes de los Quinientos y lo confrontó. Fuego Celestial se iluminó desde él, des
creando legiones de Rakshasas. Pero el shara había sido severamente debilitado por
las pérdidas de Susana, Arturo y Débora, a través de la destrucción de los Celestiales,
a través de las muertes de la mayoría de los Diez Mil y la mayoría de los Quinientos.
¡El no pudo prevenir el rabioso descenso de Valin a Vanas, difícilmente pudo siquiera
aminorarlo!

∼∼∼
Atrayendo a él más y más grande números de sus huestes Rakshasas, Valin
entró con destrucción e incrementante poder hacia la satisfacción de su deseo. ¡El
tonto de Arturo-Marte estaba muerto! ¡Esteban-Naisan estaba cayendo ante su
continua embestida de fuego Asur! ¡Pronto solo el anciano Joab sería el ultimo
obstáculo entre él y el Arbol Dorado! ¡Y entonces el Universo se arruinaría! ¡Estaría
libre de esta maldita Esfera Dorada!
El llamado de los Rakshasas desde el campo de batalla de pronto liberó a los
últimos arqueros de todo enemigo. Incluso el consejero Rakshasas de Avera
respondió al llamado de su Señor. Desde su perspectiva, su ejercito había sido
destruido por magia, ¡Ahora incluso los Rakshasas estaban corriendo por temor!
“¡Golranel! ¡Estoy aterrada! ¡Hemos sido destruidos! ¿Qué debo hacer?”
“Ya no queda nada que hacer, majestad,” contestó David con agonía. “Tu solo
debes de destruir a esos malditos diablos, antes de que tu también sucumbas ante sus
hechizos. ¡Tu debes de satisfacer las profecías de Joab! ¡Tu debes romper el cetro!”
“¡Por Matrika! ¡Por Marzia! ¿No hay otra alternativa? ¿Acaso el árbol de mi
locura ha crecido tan vasto? ¿No soy yo mas que una esclava de una maldita visión de
ese Guardián de la Promesa? ¿Golranel, Golranel, debo yo destruir esta invaluable
herramienta?”
“¡Ves que tan rápido los últimos cien del enemigo corre hacia nosotros! Si
romper tu cetro puede detenerlos, como Joab profetizó en las Cuarta y Sexta Profecía
del Cetro, ¿Qué más puedes hacer?” contestó la boca de David. Pero el siguió
preguntándose a si mismo, ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?
“Pero la Séptima Profecía del Cetro dice que el Ultimo Viviente Uno me
destruiría!”
“El dijo, ‘Si el Ultimo Viviente Uno puede agarrar mi perdido Cetro,’ ¡Avera!
¡Sí! ¡El previó que tu descubrirías al traidor entre nosotros! ¿Por qué crees que el dijo
que todas las profecías terminarían aquí? ¡El no podía ver más allá! ¡El no podía
soportar el pensamiento de tu eterno reino! ¡Rompe el maldito cetro! ¡No tienes otra
opción!” Las palabras de David eran fuertes, claras, pero su mente aun martillaba,
¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Qué era acerca de esto que era completamente
erróneo? ¿Cuál era su error? ¿Qué estaba haciéndole falta?
Por un instante, David perdió su conexión con la fibra de la Vaciedad que lo
estaba manteniendo invisible de los Rakshasas. Soltando su espíritu desde la ilusión
creada causó un rebote hacia arriba y hacía afuera de su consciente: por un instante, el
Salaziano miró la completa magnificencia del séptimo aro.
En ese momento de irrestringida claridad, David vió a Valin corriendo hacia
un Esteban debilitado en la batalla con Joab demasiado lejos para ayudarlo, vió que el
mundo estaría destruido si los dos se abrazaban en la sombra de Vanas, ¡Vió que el
origen de su inminente catástrofe era su propia in completación y duda!
¡En ese instante de omnisciencia, David se dio cuenta que la única esperanza
para el mundo yacía en su maestría del cetro!
Mientras tanto Avera había muy despacio levantado el cetro. Ella lo aporreó
en la orilla de la mesa. El cetro se sacudió violentamente, el mundo se zamarreó con
el, pero no se rompió. Ella lo levantó otra vez para golpearlo mas duro.
Otra visión de pronto irrumpió dentro del cerebro de David: era Joab gritando,
“¡Detenla, David! ¡Detenla! ¡Ahora me acuerdo! ¡Yo estaba mal! ¡Mi cetro ya estaba
roto! ¡Gana lo rompió cuando asesinó a Almira! ¡Tu solo tienes que tomarlo de ella y
regresar a Vashti! ¡Detenla! ¡El cetro de diamante no se debe romper!”
“¡No, Excelencia, no!” gritó David, pero fue demasiado tarde: abajó vino el
cetro, esta vez rompiéndose por la mitad.
“¿Por qué no?” ella preguntó, girando hacia el. Pero entonces ella vió como
no solo los arqueros en avanzada sino todos sus propios ayudantes estaban
retorciéndose en la imprevista agonía e inesperada muerte. ¡Todos sus propios
ayudantes excepto Golranel quien era realmente David! ¡Y estaba corriendo tras ella
con un Kris desenfundado!

David brincó sobre ella para arrancarle los fragmentos de ella. Mientras ellos
luchaban, el mundo se transformó alrededor de ellos: cortado de su origen de la vida,
virtualmente cada ser viviente en el Universo pereció en el instante que el cetro se
rompió.
Avera no había ganado su posición suprema a través de ninguna debilidad, ni
los años de autoridad habían disminuido su fortaleza: ella era una gran guerrera.
Moviéndose tan rápida y viciosamente como una pantera, ella le quitó la daga y
entonces lo arañó y lucho con él en el suelo.
Manteniéndolo abajo con una mano, ella fue por la daga con la otra.
Agarrandola con firmeza, ella la forzó en su espalda.
En el último instante David se soltó de su amarre, rodó y le tomó ambas
manos. Pero aun hacia abajo ella forzaba el kris, usando todo el poder que ella le
había arrebatado de Kaysta y Starbha, forzando al traidor a rendirse a su indomable
voluntad.
El mundo estaba arruinado; no había vida en ninguna parte para que David
llamara por ayuda para dominarla. Sus desesperados esfuerzos eran demasiado pocos,
demasiado débiles; sin mostrar misericordia mas y siempre mas cercano venía la
punta de su daga buscando su corazón.
El no pudo detener su descenso, ni luchar mas en contra de su voluntad todo
poderosa: el sintió que la daga le pinchaba la piel, hundiéndose mas profundo y
siempre mas profundo hacia su laborioso corazón.

∼∼∼

En el último instante, un huracán de des creación aulló dentro de la estación de


mando de Avera. Un vapor que no era realmente un vapor enrolló sus remolinos
hirvientes alrededor del cuello de Avera; un hombre que no era realmente un hombre
le quito el kris de su mano; una mano gigante que no era realmente una mano la
levantó como si ella no fuera mas que un insecto y la tiró abajo a su ruina.
“¡Entonces, David!” Vino la voz de Johnatan retumbando desde algún lugar
en las alturas. “Finalmente la deuda de mi vida está repagada. Aunque debo decir,
aparece un poco tarde, juzgando desde el estado de las cosas.”
David se arrastró para localizar la parte de abajo del cetro. Encontrándolo
debajo de la mesa del mapa, el exclamó, “¡A Vashti!” la forma proyectada de
Jonathan levantó a David y el cadáver de Avera (aun encadenado a la parte superior
del Cetro) y los llevó a ellos a Vanas.

∼∼∼

Los Quinientos estaban todos muertos; ellos yacían donde habían caído
cuando el cetro se rompió: apretadamente reunidos alrededor del Arbol Dorado para
ayudar a Esteban en su lucha con Valin. El shara estaba muerto, pero aun mantenía a
su enemigo por la garganta. Valin estaba inconsciente pero respirando. De toda su
generación, Gana solamente había sido considerado merecedor de la auto luminosa
gota del Amrita de Swayam: Ishtar e Sravasa sintieron que el estaba preparado para la
inmortalidad. El pensamiento de atrapar a Valin dentro de el fue una idea tardía: el
cuerpo inmortal de Gana parecía la prisión ideal. En ese tiempo.

Los brazos de Estebana circundaban el pecho de Valin: ella había estado


intentando jalarlo de Esteban cuando ella murió.
Joab los alcanzaba a ellos ahora, galopando montaña abajo en su corcel. Tan
pronto como el desmontó, el corcel regreso a su mente: Joab siempre disfrutaba
demostrar el viejo adagio que incluso los Guardianes de la Promesa no estaban sin
una cierta fragancia el espectáculo.
Sesha se enrollaba letárgicamente sobre el hombro de Joab, aparentemente sin
impresión por la encarnizada en todas partes a través del Universo. Miraba con sus
fieros ojos a David y casi bostezaba.
David miro al Guardián de la Promesa con ferviente rabia y tristeza ilimitada y
exclamó, “¡Joab! ¡Es exactamente como tu lo predijiste! ¿Pero porque? ¿De que
sirve? Arturo y Débora y los Diez Mil, Esteban y los Quinientos, incluso Susana y
Vanas están muertos! ¿Por qué?”
“¿Por qué? Porque de todos los seres en el Universo, solo nosotros cinco aquí
y Susana y Avera no sacamos nuestras vidas a través del cetro, como sabes tu
perfectamente bien.” El jaló a Valin de Esteban y Estebana. Sesha, aun solo mirando
directamente a David, se deslizó de su brazo y se posó encima del pecho del
Emperador Asur.
Tan pronto como la Serpiente lo tocó, los ojos de Valin inmediatamente se
abrieron; el exclamó, “¡Tu has fallado otra vez, Rodavi! ¡Mira a tu Universo ahora,
tonto! ¡Tu mundo se ha convertido en una sombra, lleno con cadáveres de tu débil
intención! No estas nada cerca de la completación de los Siete. ¡Yo aun debo de ser
libre de tu condenado infierno!”
“No puede haber libertad para ti, Navril,” replicó Joab calmadamente, “No
hay escape del Uno que subyace todo en el dominio infinito de Narain. Vente de
regreso y únete a nosotros ahora -- ¡Si, incluso ahora! – y tu puedes ayudar a rehacer
la Esfera en perfección.”
“¿Con tu mano de tiempo-atrofiado manteniendo la serpiente en mi cuello?
Gracias, pero no. ¡Tu vez que tan pobre es tu victoria! La próxima vez, o el tiempo
que sigue – en algún otro espacio, en alguna edad del pasado o el futuro -- ¡Yo tendré
éxito! Esta Esfera ha crecido demasiado débil para resistirme. ¡Yo debo gobernar
todo!”
“Tu nunca vas a gobernar otra cosa excepto tus ilusiones de la nada, Valin. Y
tu señorío de voluntad de Vaciedad solo será indirecta una vez mas.
“¡Gana! ¡Regresa! ¡Recuerda! ¡Regresa!”
El rostro de Valin se distorsionó mientras Gana luchaba dentro de el para
tomar control del cuerpo.
“¡Jonathan! Exclamó el Guardián de la Promesa. “¡Tu vida! ¡Regrésala a tu
forma maestra!”
“Tu voluntad es mi ley,” contestó Jonathan en una voz sin inflexión. Entonces
se echó como flecha dentro del corazón de Gana-Valin.
“Ahora yo debo seguirlo,” le dijo Joab a David. “Y después de que yo me
haya ido, tu estarás solo. ¿Tu aun entiendes? No hay nada mas que el Uno, tu ves.” El
Guardián de la Promesa no esperó por una respuesta, en vez disolvió su vida y echó
de clavado su energía hacia el ombligo de Gana-Valin. El cuerpo se contorsionó
violentamente; Sesha calmadamente cabalgó sus olas de los torcimientos, viendo
directamente solo a David.

∼∼∼

El Salaziano estaba loco con tristeza y perdida: desesperado luchaba consigo


mismo, batallando en contra de un conocimiento profundo y silencioso que todo
estaba de hecho bien – que aunque Susana y entonces Arturo hubieran errado e
incluso que nadie a través de la totalidad del Universo estaba vivo ahora además que
la serpiente Sesha, un totalmente inmortal Etan y si mismo, que todas las cosas
estaban de alguna manera no solamente bien sino perfectas y gloriosas.
David se sentó pesadamente y miró con angustia a todos los cuerpos yaciendo
en todas partes. Ni un solo celestial, ni un solo animal, ni una sola hoja de grama
habían sido salvados en esta expresión final de la Ruina.
Y todavía -- ¿Y todavía, Gana aun vivía, no es asi? ¿Y no era Gana la
conciencia de todos los demás, en todas partes en todo tiempo? Y Sesha aun estaba
aquí. ¿Y que era la Serpiente Rey? El almacén de absolutamente todas las cosas,
Arturo o Joab habían dicho. ¿Pero que significó eso? Aun si todos los seres en el
cosmos aun se estuvieran escondiendo en un extraño Universo alterno dentro de
Sesha, ¿Que podría el hacer con ellos? ¿Y porque el aun estaba vivo? ¿Quién era el,
de cualquier manera? ¿Por qué el aun existía cuando todos los demás estaban
muertos? ¿Y como?
El mundo estaba empezando a ser transparente. En la ausencia de los seres
vivientes, su realidad estaba siendo cuestionada. Siendo cuestionada, y fallando en
responder. ¿Cuándo tiempo hasta que todo se derritiera de regreso dentro de la
indiferenciada luz del Uno? ¿Una hora? ¿Un día?
David miró a la parte baja del cetro de diamante que el estaba rígidamente
sosteniendo en su mano izquierda. Pero el no encontró respuesta allí para estos
terribles misterios.
Por un largo rato el Salaziano se sentó sin moverse, tratando de entender, sin
crecer cerca de la mas leve solución. El sintió que la respuesta debería de estar ante
el, perfectamente visible, pero el no podía estirar su mente suficientemente para
encontrarla. ¿Cómo podría el solo regresar a Gana de su ilusión creada-por-su-mente
de Valin? ¿Cómo podría el solo restaurar el Universo? ¿Cómo podría el solo amasar
tal increíble energía? ¿Cómo?
David empezó a buscar impulsos de vida. Casi no había ninguno en ninguna
parte. Los Siete estaban trabajando dentro de Gana-Valin, pero su actividad había
empezado a ser menos y menos independientemente consciente, mas y mas una
simple división de la mente de Gana-Valin. Sesha aun vivía, aparentemente viviría
para siempre, aun si la realidad material del universo cesara. David pensó que esto
debería de significar que Sesha era la expresión de Narain dentro de sus sueños de
Universos, el punto de apoyo de Narain en las esferas de espacio y tiempo. Bien y
Bueno. Bastante lógico. ¿Pero, y que?
Y entonces allí estaba el mismo. ¿Y quien era el? El no tenía ni la mas remota
idea. Y en ninguna otra parte, sin importar que tan lejos el esparciera su conciencia
tentando, no podía encontrar el mas ligero impulso de vida, desde el microbio mas
pequeño hasta el alcance mas allá de la mas distante galaxia, desde el momento mas
temprano del tiempo hasta el futuro mas lejano. En ningún lado del espacio, en
ningún lado del tiempo, había la mas leve señal de vida. En ninguna parte.
¡No, el estaba equivocado! El si sintió la mas leve llovizna de vida, y no en
algún distante de espacio intergaláctico de lejano tiempo mas allá: ¡sino aquí mismo!
En el centro del corazón del cadáver de Avera, todo sino escondido debajo de las
masivas coberturas de ilusoria Vaciedad que ella había acarreado con ella misma por
doquier, ¡Estaba el mas ligero impulso del Uno!

David se inclinó sobre ella, casi nauseado por las aterrantes corrientes de
Vaciedad que aun radiaban de ella, y buscó el fragmento de vida. Sus ojos se cerraron
como el luchaba con el horror y el odio circulando su corazón. El casi se desespera
por alcanzar el Uno enterrado profundamente dentro de ella, aun hacia delante y hacia
adentro el sin descanso se abrió paso. Desde el amor solamente, el se esforzó con
muerte sobre muerte para restaurar el Universo a si mismo.

∼∼∼

¿Por qué yo? Pensó David una vez mas. Y entonces, casi como en respuesta,
vino el pensamiento, ¿Por qué solo yo nunca he tenido a Almira? Las dos opuestas y
aun similares preguntas lo llevaron a el mas profundamente y siempre mas
profundamente dentro de la prisión de la Vaciedad que había encadenado al espíritu
de Avera.

∼∼∼

Ningún record dice por cuánto tiempo el Salaziano David intentó el alcance de
la ultima expresión final del Uno en el corazón de Avera. Nadie sabe y nunca sabrá si
fueron horas, días, semanas o un mil millones de años pasaron como David se movía
hacia adentro, en busca del último impulso de vida en un Universo que de otro modo
estaba muerto.
No hay record, pero no hay la mas leve duda que el Salaziano David
finalmente tuvo éxito: allí ante su mente en búsqueda yacía un simple y refulgente y
vibrante manifestación del Uno, absolutamente aislado del espacio y tiempo, sin
cambio, perfecto, puro.

∼∼∼

David tocó esta única partícula activa del Uno con su mente; inmediatamente
la fuerza primordial respondió, expandiéndose hacia arriba y hacia fuera en un
poderosa excitación de conocimiento y poder.
El cuerpo externo de Avera se desintegró; en su lugar emergió la forma pura
de Almira. Ella levantó sus manos hacia el cielo, como si gozosamente se estuviera
despertando de un descanso Eterno; con su gesto, el Uno empezó a correr con la
velocidad de su mente a través de toda la Creación, en un instante restaurando la vida
de todas las partículas del ser.

∼∼∼

Levantando la parte superior del cetro del suelo, Almira abrazó a David,
exclamando, “¡Abrete!”
El cetro se reformó en sus manos como si ellos se fusionaran en la
hermafrodita, quien ahora exclamó, “Deja que el mundo reempiece!”
Inmediatamente, los Quinientos y Esteban regresaron a la vida y con la
hermafrodita empezaron a levantarse hacia arriba.

Cuando ellos estaban ya muy por encima del planeta, el fuego otra vez fluyó
desde el shara, pero esta vez con la fuerza omnipotente del Uno, para que la energía
fluyera no solo a través de todos los completamente restaurados Quinientos sino
también a través de los cuatro centros más bajos del sistema nervioso universal.
Muchas tierras se quemaron y se hundieron; otras se levantaron de los mares por
primera vez de edades inciertas. Los ejercitos de la Emperatriz y el mal del mundo
fueron consumidos por una lluvia como el ácido, pero Vanas y los Diez Mil y
Estebana y Jacobi regresaron a la vida en una gentil lluvia de dorada paz.

∼∼∼

La primera visión de Estebana de su nuevo mundo fue de Gana, usando su


capa plateada creada-por-su-mente, adornado con Sesha, portando a Kaystarbha. A
su tacto, Kaysta y Starbha se reformaron, terminando para siempre el fuego
ecuatorial. Las joyas de brillante opalescencia le eran rivales del esplendor del sol;
sus rayos de luz mostraban constantemente visiones cambiantes de Eternidad.
Gana la abrazó a ella mientras sus pensamientos se movieron dentro de ella,
¡Querida Almira! Así termina la mayor parte de la maldición del Gran Padre.
Y el sexto año de nuestra labor, mi amado Gana, sus pensamientos
contestaron.
La mas leve sombra de confusión se movió sobre su perfecto rostro como el
preguntó, “¿Entonces Brihas te concedió tu extensión?”
“El lo hizo – el deseo para manifestar al Uno en la superficie del Universo lo
tentó incluso a él. Tenemos un año mas del Gran Padre para terminar nuestro trabajo:
¡Otros tres billones de años terrestres! Valin estará encerrado en tu corazón hasta
entonces. ¡Ya casi terminamos!”
Como la Corona de Emura floto desde el cielo a sus manos, Jacobi se
materializo ante ellos. El cetro de diamante de los Guardianes de la Promesa saltó de
la tierra dentro de su mano que esperaba. Mientras ella lo levantaba hacia el cielo en
saludo a su Adan y Adaran, el cetro empezó a pulsar con una blanca luz de sanación,
incluso después fue recordado como el símbolo de la larga labor a su custodio.

∼∼∼

Juntos los tres caminaron a través de todo Vashti, recreando su gloria a través
de solo su intención; entonces ellos cruzaron las Montañas Guardianes de la Cadena
de la Espalda y con los Diez Mil empezaron la labor de reconstruir el mundo.
Con el tiempo, su trabajo sobrepasó incluso a la maravillosa Isolde de Ishtar.
La edad conocida como Krita o Perfecta, la cual en las siguientes eras ha sido
recordada como Satya o Eterna, había empezado. Y duró por la mayor parte de sus
próximos dos millones de años.
En su mundo creado-por-su-mente, Arturo-Gana tomó el kris de la mano de
Débora-Almira y lo clavó profundamente dentro de su corazón. El kris, un
instrumento de luz, pasó a través de su cuerpo de luz y retumbó sobre la tierra, sin
hacer daño. Almira, inclinándose a recogerlo, rió gozosamente, “¿Cómo tu pudiste
haberlo creído de otra manera?”
Simultáneamente, Esteban-Gana se expandió con la velocidad de su mente al
sol, re absorbiendo la energía de los tres ultimos Rakshasas creados-por-su-mente en
el Hilo dorado como el los rebasó.
Esteban dirigió a Jonathan y Susana y a los Quinientos dentro del sol, el
paraíso de Orah, su nuevo hogar por lo que quedaba de la Eternidad.
Y mientras tanto David, la hermafrodita, se aquietó de regreso cómodamente
en su cueva de las Montañas Guardianes. Como el una vez mas cerró sus ojos, el
sonrió con perfecto contentamiento.
David estaba contento porque el había recordado que el era el gobernador
del cuarto centro, el Mundo de Almira, Para.
David estaba contento porque el había recordado que el era Vaga el
Esmeralda.
David estaba contento porque el había recordado que el era el representante
de Brihas en nuestro matriz de espacio-tiempo de las incorruptas Esferas de Narain.
Pero mas que todo, David estaba contento porque el había recordado que el
vivía para siempre en el Corazón no solo de Gana sino de todo el mundo – el era el
todo, el Uno, la esencia subyacente de la vida y la muerte, David era el Gran Padre
de todo lo que siempre fue o siempre sería.
David sonrió, cerró sus ojos, y dejó que los Sueños de Narain continuaran...

Fin del Segundo Trueno


En el que se describe
El crecimiento de Gana a través de sus Primeros Cinco Centros
Del Sistema Nervioso Universal

EPILOGO

Cuando Heramann terminó su relato de Gana, el sol se había puesto hace


mucho, Solon se había unido a Adrián y Althea; los tres de ellos habían escuchado sin
preguntas o pausas por mas de doce horas.
En el repentino silencio, el único sonido fue el resurgente impulso de un
océano rompiendo mas allá de la proa del buque. Finalmente Solo tosió una vez
experimentalmente y dijo suavemente, “¿Qué hay de las dos últimas tareas de Gana,
Airavata? ¿Qué sabes tu de ellas?”
Heramann volvió su cabeza de Lagarto hacia el, muy sorprendido al
encontrarse a si mismo de regreso en el presente. “¡Solon!” el exclamó. “¿Cuánto
tiempo has estado aquí?
“¿Acaso explique que fue Estebana la que me cantó a mi estas historias? Yo
regresé a su mundo tres siglos después, buscando la forma de entrar al pasado y re
crear a mi raza. ¡Que increíble civilización ellos habían ya creado en ese entonces! Ni
siquiera Etan se le podía igualar.
“Yo le pregunté a Jacobi de las dos ultimas tareas de Gana. Su respuesta me
confundió, ya que ella dijo que la totalidad del tiempo debiera de purificarse antes de
que el sexto aro se pudiera clarificar.
“Pero ahora pienso que su hermana lo llevo a el dentro del pasado: Estebana
eventualmente dejo su mundo y renació como Leor en Etan; Gana por amor la siguió
a ella y renació como Orah.”
“¿Y el séptimo aro?” preguntó el Anciano León Adrián de Gurion. “¿Ella
también mencionó su labor allí?”
“Ella dijo que solamente que la totalidad de la Creación no podría ser
suficiente como escenario para esa obra,” contestó Heramann, poniendo un
pensamiento ojo esmeralda hacia el firmamento profanado de Martanda.

La Sexta Tarea de Gana es descrita en


ORAH, EL BAILARIN INMORTAL:
TERCER TRUENO, LIBRO I
Una historia de Orah sobre Martanda en los días de Etan.

COMPENDIO
Resurrección

O justa creación, ultima y mejor


De todos los trabajos de Dios, creatura en quien excelsó
Cualquier cosa que puedas ver o pensar sera formada,
¡Santa, divina, buena, amigable o dulce!
¡Como te puedes perder! ¡Como de pronto perderte,
Desfigurarte, desflorarte, y ahora a la devota muerte!
--Milton
Desperté en mi cuarto en el monasterio de los Ishayas en los Himalayas. Mi
primera observación era que estaba vestido en una pijama de seda negra, no mía. ¿Por
qué? Giré mi cabeza para ver hacia fuera por mi ventana; Edg estaba sentado en mi
unica silla, viéndome directamente a mi fijamente.
“¿Cómo fue?” el preguntó.
“¿Cómo llegué aquí?” yo pregunté de regreso.
“Nosotros te trajimos aquí hace cuatro días. Algunos se preguntaban si
volverías a despertar otras vez. Pero yo sabía, sabía el día y la hora. Bienvenido de
regreso, vagabundo.”
“Gracias, eso creo. ¿No fue un sueño entonces? ¿Sharon realmente está
muerta?” No había carga emocional. Mas tarde supe que lo habría. Pero ahora las
visiones aun eran demasiado fuertes en mi.
“Nosotros la enterramos en la arboleda donde ustedes dos seguido Ascendían
juntos.”
“Creo que sabía a lo largo de todo el tiempo que la dulzura no podía durar
mucho para mi. Que mujer tan increíble. Dudo de volver otra vez a conocer a
alguien como ella.”
“Ella lo era. Hace su sacrificio parecer lo mas significativo.”
“¿Sacrificio? ¿Qué quieres decir?”
“Tu sabes – morir para salvarte a ti y a todos.”
“¿Para salvarme a mi? ¿De que estas hablando?”
“¿Tu realmente no te acuerdas?”
“Ella se estaba arrastrando hacia mi sobre el pretil de hielo; el arco se rompió;
caimos juntos en la profundidad de la grieta. Eso es todo lo que se.”
“Eso no es para nada de lo que yo estoy hablando, Gana.” Edg me miró a mi
con fuego – el cuarto se desvaneció como los recuerdos de Para me inundaron de
regreso con toda su fuerza. Edg se transformó ante mi en Mordom, y Mordom
tambien era Boanerge.
“Los Ishayas Negros son Reales,” el dijo cálidamente. “La vida es más simple
de lo que tu todavía crees, Naisan. Duerme ahora, despierta olvidadizo. Tu aun
tienes un gran viaje que realizar por delante de ti, mi hijo.”

Desperté en mi cuarto en el monasterio de los Ishayas en los Himalayas. Mi


primera observación fue que estaba usando mi pijama de algodón blanco. Entonces a
toda prisa recordé nuestra caída. Giré hacia mi ventana y lloré amargamente por la
perdida de mi amada.
Ellos me habían rescatado de la grieta y traido aquí desde la montaña. Había
estado inconsciente por ciento ocho horas, soñando sueños fantásticos de otras vidas y
mundos.
Los Ishayas enterraron a Sharon en nuestra arboleda favorita arriba del arroyo
desde el monasterio.
Fui caminando allí al día siguiente. Los Novicios Principiantes habían
plantado un circulo de flores alrededor del montículo de su tumba. Todo se miraba
pacifico y amoroso, un lugar lindo como su cuerpo pudiese haber deseado para su
hogar final.
Estaba entumido, emocionalmente exhausto. Nada de esto tenía el mas
remoto sentido para mi. Estaba solo otra vez, tan solo como nunca antes lo había
estado. ¿Pudiera la vida ser otra vez llena de gozo?

-- MSI
Dedicado en
Diwali, 1995

También podría gustarte