El Señor le dice a Abram que abandone su tierra y su familia para dirigirse a una nueva tierra que le mostrará, donde lo bendecirá y hará que sea grande. Abram obedece al Señor junto a su esposa Sarai y su sobrino Lot, estableciéndose en Canaán, donde el Señor le promete que dará esa tierra a su descendencia.
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El Señor le dice a Abram que abandone su tierra y su familia para dirigirse a una nueva tierra que le mostrará, donde lo bendecirá y hará que sea grande. Abram obedece al Señor junto a su esposa Sarai y su sobrino Lot, estableciéndose en Canaán, donde el Señor le promete que dará esa tierra a su descendencia.
El Señor le dice a Abram que abandone su tierra y su familia para dirigirse a una nueva tierra que le mostrará, donde lo bendecirá y hará que sea grande. Abram obedece al Señor junto a su esposa Sarai y su sobrino Lot, estableciéndose en Canaán, donde el Señor le promete que dará esa tierra a su descendencia.
El Señor le dice a Abram que abandone su tierra y su familia para dirigirse a una nueva tierra que le mostrará, donde lo bendecirá y hará que sea grande. Abram obedece al Señor junto a su esposa Sarai y su sobrino Lot, estableciéndose en Canaán, donde el Señor le promete que dará esa tierra a su descendencia.
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Lectura del libro del Génesis 12, 1-7
En aquellos días, el Señor dijo a Abran:
—«Sal de tu tierra y de la casa de tu padre, hacia la tierra que te mostraré. Haré de ti un gran pueblo, te bendeciré, haré famoso tu nombre, y será una bendición. Bendeciré a los que te bendigan, maldeciré a los que te maldigan. Con tu nombre se bendecirán todas las familias del mundo». Abrán marchó, como le había dicho el Señor, y con él marchó Lot. Abran tenía setenta y cinco años cuando salió de Harán. Abrán llevó consigo a Saray, su mujer, a Lot, su sobrino, todo lo que había adquirido y todos los esclavos que había ganado en Harán. Salieron en dirección de Canaán y llegaron a la tierra de Canaán, Abran atravesó el país hasta la región de Siquén, hasta la encina de Moré. En aquel tiempo habitaban allí los cananeos. El Señor se apareció a Abran y le dijo: —«A tu descendencia le daré esta tierra». Él construyó allí un altar en honor del Señor, que se le había aparecido. Palabra de Dios. SALMO RESPONSORIAL
R. Mi corazón se regocija por el Señor, mi salvador.
Mi corazón se regocija por el Señor,
mi poder se exalta por Dios; mi boca se ríe de mis enemigos, porque gozo con tu salvación. R.
Se rompen los arcos de los valientes,
mientras los cobardes se ciñen de valor; los hartos se contratan por el pan, mientras los hambrientos engordan; la mujer estéril da a luz siete hijos, mientras la madre de muchos queda baldía. R.
El Señor da la muerte y la vida,
hunde en el abismo y levanta; da la pobreza y la riqueza, humilla y enaltece. R.
Él levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre, para hacer que se siente entre príncipes y que herede un trono de gloria. R.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 26-38
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una
ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: —«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo». Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: —«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin». Y María dijo al ángel: —«¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?». El ángel le contestó: —«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible». María contestó: —«Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». Y la dejó el ángel. Palabra del Señor.