El Lavado de Pies
El Lavado de Pies
El Lavado de Pies
Esta teoría dice que el Señor Jesús solamente lavó los pies de sus discípulos para
enseñarles una lección objetiva de humildad. También dice que lo hizo porque los
Apóstoles habían estado discutiendo acerca de quién sería el mayor de ellos en el
reino del Mesías. No obstante, si este fue el principal motivo, es extraño que el
Maestro no mencionara esto cuando lo hizo.
El Señor Jesús sabía que su hora había llegado y que se cumpliría el Antiguo Pacto. El
sabía que era necesario establecer un Nuevo Pacto por medio de su propia sangre;
por medio de su muerte vicaria y substitutiva en la cruz del Calvario. Si nada mas
hubiese sido una lección de humildad, Él no hubiera tenido que humillarse lavando
los pies a sus discípulos solo para decirles: "Lo que yo hago, tu no lo comprendes
ahora" (Juan 13:7). Si hubiese sido una lección de humildad, bastaba con que lo
hubiera hecho con uno y después les hubiera explicado cual era el propósito de la
enseñanza.
Yo creo que el lavado de pies sí nos demuestra una lección de humildad, pero es algo
más que eso. El lavado de pies es una ordenanza instituida por orden del mismo Señor
Jesús, y por lo tanto debe ser practicada por la iglesia.
Jesús lava los pies de sus discípulos, Toma
Lugar de Anfitrión o Siervo
Otra teoría acerca del lavado de pies enseña que el Señor Jesús tomo el lugar
de anfitrión o siervo para seguir la costumbre judía de lavar los pies a los
huéspedes o invitados al entrar a una casa.
Debemos tener en cuenta que los discípulos eran hombres pobres. Ellos no tenían
siervos para que les lavaran los pies. Ellos mismos se lavaban los pies.
Notemos que cuando el Señor Jesús entro en casa de Simón, él no se ofreció para
lavarle los pies a tan distinguido visitante. Cuando Jesús le reclamo a Simón, le dijo:
"...no me diste agua para mis pies..." (Lucas 7:44). Aquí podemos ver que no era una
costumbre que el anfitrión lavara los pies de los invitados. La costumbre de lavarse los
pies era antes de comer y antes de acostarse (Cantares 5:3).
Cuando el Señor Jesús lavó los pies de los discípulos ya había terminado la cena, por lo
tanto, lo que el Señor hizo no fue simplemente una costumbre o tradición, sino que lo
hizo para establecer una práctica cristiana.
Algunos dicen que practicar el lavado de pies no es necesario. Esto contradice las
enseñanzas del Señor Jesús. El dijo: "... vosotros también debéis lavaros los pies los
unos a los otros. Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros
también hagáis" (Juan 13:14-15). El andamiento no es "para que sean como yo he
sido", sino "para que hagáis como yo he hecho". No es solo para ser humilde, sino
también para lavar los pies literalmente. Las dos cosas van juntas. El Señor Jesús no
dijo que lo practicáramos en el espíritu solamente, sino que también lo hagamos de
hecho.
Una de las condiciones que Pablo menciona para poner a las viudas en la lista de
quienes recibían ayuda de parte de la iglesia es: "...si ha lavado los pies a los santos,..."
(I Timoteo 5:10). ¿Creen ustedes que Pablo solo se refiere a la costumbre oriental de
lavar los pies a las visitas? ¡No! EI dice: "los pies a los santos”. Aquí se esta refiriendo a
la práctica literal del lavado de pies. Dar agua al visitante para que se lavara, era
costumbre de la gente, pero el lavado de pies era una práctica de la iglesia.
Jesús instituyó la comunión (con la cena de pascua) en esa misma ocasión en la cual
también lavó los pies a sus discípulos. La santa cena es una práctica cristiana y se
tiene como una ordenanza en el cristianismo
Observemos las razones de por qué los cristianos modernos debemos lavarnos los
pies unos a los otros. Humildad, servicio, compañerismo está involucrado en
esta práctica cristiana.
Si los otros discípulos se hubieran negado ¿les habría dicho lo mismo?, la respuesta es
sí ya que era necesario para tener parte con Cristo. Así que es la forma para tener una
porción o parte o comunión con el Señor Jesucristo.
2. El lavado de pies según la Biblia nos ayuda en
nuestra limpieza espiritual
La práctica del lavado de pies nos lleva a una actitud de arrepentimiento y
humildad limpiándonos de todo orgullo y de ciertas cosas que nos ensucian al
aferrarse a nosotros en nuestro caminar espiritual, ya que al igual que el polvo se
pegaba a los pies de los viajeros orientales, muchas cosas también se pueden adherir
a nuestras vidas.
Somos lavados cuando somos salvos al nacer del agua y del Espíritu, siendo de esta
forma limpiados; sin embargo, en nuestro caminar como cristianos debemos quitar
todo orgullo y seguir el ejemplo de humildad de Jesucristo.