Ensayo Del Derecho Penal Del Menor.
Ensayo Del Derecho Penal Del Menor.
Ensayo Del Derecho Penal Del Menor.
CARRERA DE DERECHO
TRABAJO DE INVESTIGACIÓN
Fecha:
Turno: Mañana.
• Introducción
• Desarrollo
• Conclusión
• Bibliografía
DERECHO PENAL DEL MENOR.
INTRODUCCIÓN.
DESARROLLO.
Queda claro que ante la comisión de un hecho punible en el cual esté involucrado un
menor infractor la ley aplicable es la Ley 548, razonamiento que no puede variar aunque,
el menor infractor en el transcurso del procesamiento penal adquiera la mayoría de
edad, toda vez que pese a que se configure este extremo, la aplicación normativa
jurídica no puede mutar de un sistema penal a otro por el cambio de edad del procesado,
hay que recordar que el art. 116.I de la CPE, indica lo siguiente: se garantiza la
presunción de inocencia. Durante el proceso, en caso de duda sobre la norma aplicable,
regirá la mas favorable al imputado procesado. El Art 116.ll nos menciona que
“Cualquier sanción debe fundarse en una ley anterior al hecho punible”. A su vez la
Declaración Universal de los Derechos Humanos en su art. 11.2, establece: “Nadie será
condenado por actos u omisiones que en el momento de cometerse no fueron delictivos
según el Derecho nacional o internacional. Tampoco se impondrá pena más grave que
la aplicable en el momento de la comisión del delito” en el mismo sentido la Convención
Americana sobre Derechos Humanos en su art 9, dispone lo siguiente: “Nadie puede
ser condenado por acciones u omisiones que en el momento de cometerse no fueran
delictivos según el derecho aplicable. Tampoco se puede imponer pena más grave que
la aplicable en el momento de la comisión del delito…”; por su parte el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PICDP), que también forma parte del
bloque de constitucionalidad consagra en su art. 15.1: “Nadie será condenado por actos
u omisiones que en el momento de cometerse no fueran delictivos según el derecho
nacional o internacional. Tampoco se impondrá pena más grave que la aplicable en el
momento de la comisión del delito”.
Bajo estos antecedentes fácticos, es importante precisar que el reconocimiento de un
sistema penal diferenciado para los adolescentes infractores, no sólo importa la
existencia de una jurisdicción especializada (principio de jurisdiccionalidad y
preservación de la especialidad de los órganos), sino la aplicación de un procedimiento
propio, que condice con el principio universal de protección especial, en razón de su
situación de desventaja y mayor vulnerabilidad respecto a los demás sectores de la
población; por el cual este grupo de atención prioritaria goza de un amparo jurídico
específico, que funcionalmente implica una garantía que primará a momento de decidir
sobre los derechos subjetivos y procesales del adolescente infractor.
Asimismo, los centros que acogen a niños, niñas y adolescentes, deben brindarles el
mayor nivel de seguridad personal; vale decir, que no impliquen ningún peligro para su
salud e integridad física; en este sentido, las instalaciones deben permitir que los
mismos cuenten con ambientes en los que puedan estar con sus familiares en cierto
grado de intimidad, brindar los servicios higiénicos adecuados, contar con el personal
apropiado interdisciplinario (educadores, psicólogos, psiquiatras, médicos, etcétera) y
capacitado en el trato de menores pues no se debe olvidar que los menores siguen
gozando de todos los derechos que le reconoce la Norma Suprema como la legislación
especial que protege su niñez y adolescencia; además, que estos profesionales
permitirán evaluar a cada uno de los internos a fin de clasificar a aquellos que tengan
problemas graves de conducta o violentos evitando de este modo se conviertan otros
en víctimas o se les ocasione algún tipo de daño, garantizado por el Estado su bienestar
al interior del centro de reintegración social para adolescentes infractores.
En ese entendido, se tiene que debe existir un trato primordial a adolescentes que se
encuentren privados de libertad, esto por pertenecer a un grupo que merece protección
prioritaria y especial, principalmente por la etapa de desarrollo en la que se encuentran;
en dicho sentido, tanto los tribunales como los administradores de justicia, deben de
actuar con prontitud y diligencia a momento de resolver cuestiones que tengan que ver
con niñas, niños y adolescentes.
La ley 548, en su artículo 11, establece que: Las instituciones del Estado en todos sus
niveles, están involucradas en la protección de los derechos de la niña, niño y
adolescente, garantizarán a favor de las niñas, niños y adolescentes el tratamiento
especializado, para lo cual desarrollarán programas de capacitación, especialización,
actualización e institucionalización de sus operadores; asimismo, el art. 262 del referido
cuerpo normativo, determina que: La o el adolescente en el Sistema Penal, desde el
inicio del proceso, así como durante la ejecución de la medida socio-educativa, tienen
derechos y garantías, y que la impartición de justicia se tramitará a través de un sistema
penal diferenciado, mediante proceso y asistencia integral de personal especializado,
en observancia de su condición como personas en proceso de desarrollo físico, mental,
emocional, espiritual, moral y social.
Así, nuestro ordenamiento jurídico prevé que a todo menor sometido a algún proceso
judicial, se le debe de respetar su derecho al debido proceso, garantizándole, entre
otros, el derecho al juez natural que, dadas las condiciones especiales de los menores
por la etapa de desarrollo en la que se encuentran, así como de su condición de
vulnerabilidad, debe ser especializado, para lo cual, el Estado debe proveer de
mecanismos de capacitación para llevar proceder a juzgar jurídicamente antes las leyes
a un menor de edad.
CONCLUSIONES:
Bibliografía.
https://jurisprudenciaconstitucional.com/derecho-de-la-ninez-y-
adolescencia/sistema-penal-en-bolivia/sistema-penal-para-adolescentes/2294.
- Ley 548 (Código Niña, Niño y adolescente).
- CPE. Constitución Política del Estado