El Judaismo y La Salvación Diferenciasdocx
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EL JUDAISMO Y LA SALAVACIÓN
Monografía
Por
Septiembre, 2021
Introducción
Hoy, menos de dos por ciento de los judíos del mundo creen que Jesús es el Mesías
de Israel. La evangelización a los judíos es una parte esencial de la evangelización mun-
dial. Por diferentes razones, muchos cristianos hoy no ven la necesidad de la evangeliza-
ción de los judíos. Algunos creen que la iglesia ha perdido su derecho de proclamar el
evangelio al pueblo judío. Otros leen la Biblia de forma tal que diga que los judíos tienen
su propio camino a Dios y, por lo tanto, no necesitan escuchar o creer en Jesús como su
Mesías y Salvador. Otros consideran que la misión de Dios comienza solo con Jesús y el
NT. Y no ven que la historia del NT. Sea la continuación y el cumplimiento del AT. El
desafío es grande pero no imposible para poder llegar a presentar la verdad a esta reli-
gión. Pablo afirmó que ya no hay diferencia entre el judío y el gentil en el pecado;
tampoco hay diferencia alguna en la salvación (Gal. 3:28-29). Sólo en Jesús se puede
tener acceso a Dios el Padre.
Comprensión judía de la salvación
Para la religión judía la salvación es la liberación política y social del pueblo de Israel
mediante la restauración anunciada por los profetas y que se consumaría en la era mesiá-
nica.1 No tienen separación conceptual entre la salvación física y la espiritual, sino que se
ve la obra de Dios como plenamente libertaria en todos los ámbitos posibles. Israel con-
serva esa libertad en la medida que es fiel al pacto de la Tora. Dios imputa la condición
de justos a sus amigos y siervos en virtud de su fidelidad. Toda salvación es en última
instancia mérito de Dios, pero exige gratitud y lealtad a cambio.2
También el judaísmo cree en la liberación última de la humanidad mediante la instau-
ración de la era mesiánica, que implica la resurrección de los muertos, el fin de la injusti-
cia social y las guerras, del crimen y la enfermedad, en suma, el paraíso en la Tierra. 3 Los
gentiles que actúan con bondad humana son tenidos por gentiles justos, especialmente si
actúan en auxilio de Israel en tiempos de persecución. En el judaísmo no se creen en un
día de juicio en que Dios juzgue al ser humano sobre la base de una doctrina o creencia,
sino que será a partir de sus actos de bondad y amor abnegado que Dios considere aptos a
sus ojos incluso a personas de otras culturas y religiones que no conocen al Dios de Isra-
el.4También los gentiles que buscan conocer al Dios de los judíos le pueden adorar sobre
la base de las siete leyes Noájidas (de Noé), y entonces son considerados gentiles temero-
sos de Dios (Noájidas) sin requerir para ello la conversión al judaísmo o la observancia
de la Tora, que son vistas por los judíos como parte de un convenio privado entre Dios e
Israel.5
1
W. Keller, Historia del pueblo judío (Barcelona: Sarpe,1958), 89-91.
Daniel J. Elazar. «Jewish Religious, Ethnic,and National Identities: Conver-
2
Los adventistas con respecto a la salvación creen que existe un conflicto entre el
bien y el mal entre Cristo y satanás donde toda la humanidad está involucrada, esta lucha
tiene que ver con el carácter de Dios, su ley y su soberanía sobre el universo. Este con-
flicto se originó en el cielo cuando un ser creado, dotado de libertad de elección, en exal-
tación propia se convirtió en Satanás, el adversario de Dios, y llevó a la rebelión a una
porción de los ángeles. Introdujo el espíritu de rebelión en este mundo cuando llevó a
Adán y Eva al pecado.6 Gen. 3; 6-8; Job 1:6-12; Isa. 14:12-14; Ez. 28:12-18; Rom. 1:19-
32; 3:4; 5:12-21; 8:19-22; 1 Cor. 4:9; Heb. 1:14; 1 Pedro 5:8; 2 Pedro 3:6; Ap. 12:4-9.
Además, aceptan que la salvación se obtiene viviendo en plena obediencia a la vo-
luntad de Dios, es necesario aceptar a Cristo, su sufrimiento, muerte y resurrección. Dios
proporcionó el único medio de expiación por el pecado humano, para que aquellos que
por fe acepten esta expiación puedan tener vida eterna, y toda la creación pueda compren-
der mejor el infinito y santo amor del Creador. La muerte de Cristo es sustitutiva y expia-
toria, reconciliadora y transformadora. La resurrección corporal de Cristo proclama el
triunfo de Dios sobre las fuerzas del mal, y para aquellos que aceptan la expiación, asegu-
ra su victoria final sobre el pecado y la muerte.7 Gen. 3:15; Sal. 22:1; Isa. 53; Juan 3:16;
14:30; Rom. 1:4; 3:25; 4:25; 8:3, 4; 1 Cor. 15:3, 4, 20-22; 2 Cor. 5:14, 15, 19-21; Fil. 2:6-
11; Col. 2:15; 1 Pedro 2:21, 22; 1 Juan 2:2; 4:10.
El cristiano que acepta a Cristo como su único salvador pasa por una experiencia
de salvación aceptando la justicia de Dios. Guiados por el Espíritu Santo el ser humano
siente la necesidad de reconocer su pecaminosidad, se arrepiente y ejerce la fe en Jesús
6
K. Runia, The Present-day Christological Debate (Downers Grove, Illinois:
Inter-Varsity Press, 1984); G. C. Berkouwer, The Person o f Christ (Grand Rapids,
Michigan: W. B. Eerdmans, 1954), 14-56.
7
W ilbur M. Smith, “Twentieth-Century Scientists and the Resurrection of Christ”
Christianity Today, 15 de abril de 1957, 22. Josh McDowell, Evidence that Demands a
Verdict (Campus Crusade for Christ, 1972),185-274.
como Salvador y Señor, Sustituto y Ejemplo. Esta fe salvadora viene a través del poder
divino de la Palabra y es el regalo de la gracia de Dios.8 Es a través de Cristo que el ser
humano es justificado, adoptado como hijos e hijas de Dios, y liberados del señorío del
pecado.9 A través del Espíritu nacemos de nuevo y somos santificados; el Espíritu renue-
va nuestras mentes, escribe la ley de amor de Dios en nuestros corazones, y se nos da el
poder de vivir una vida santa.10 Solo en Él nos hacemos partícipes de la naturaleza divina
y tenemos la seguridad de la salvación ahora y en el juicio.11 Gen. 3:15; Isa. 45:22; 53;
Jer. 31:31-34; Ez. 33:11; 36:25-27; Hab. 2:4; Mar. 9:23, 24; Juan 3:3-8, 16; 16:8; Rom.
3:21-26; 8:1-4, 14-17; 5:6-10; 10:17; 12:2; 2 Cor. 5:17-21; Gál. 1:4; 3:13, 14, 26; 4:4-7;
Ef. 2:4-10; Col. 1:13, 14; Tito 3:3-7; Heb. 8:7-12; 1 Pedro 1:23; 2:21, 22; 2 Ped. 1:3, 4;
Ap. 13:8.
Similitudes:
En primer lugar, el judaísmo y el adventismo comparten las mismas raíces. 12 Am-
bas religiones creen en Dios, omnipotente, omnisciente, amoroso, justo y misericordioso
es el sustentador del universo. Comparten las Escrituras. Jesús y los discípulos tenían una
sola Biblia, es decir, el AT y es un hecho que el NT se edifica sobre el Antiguo y lo am-
plifica. En segundo lugar, tienen algunos conceptos teológicos en común. Tanto el judaís-
mo como el cristianismo comparten el concepto de un Dios personal que creó nuestro
mundo. La historia de la caída, el llamado de Abraham, la esencia del pacto, la entrega de
los Diez Mandamientos y el énfasis sobre la ética por parte de los profetas son elementos
8
T. F. Torrance, “Royal Priesthood", Scottish Journal o f Theology Occasional
Papers, N°. 3 (Edimburgo: Oliver and Boyd, 1963), p. 48.
9
Elena G. de White, Mensajes para los jóvenes (Buenos Aires: Asociación Casa
Editora Sudamericana, 1941), 32.
10
Hans LaRondelle, Las profecías del tiempo del fin (Buenos Aires: Asociación
Casa Editora Sudamericana, 1999), 47.
11
Elena G. de White, El Deseado de todas las gentes (Buenos Aires: Asociación
Casa Editora Sudamericana, 2007), 621.
12
Charles Baladier, Le Grand Atlas des Religions, Francia: Encyclopaedia Univer-
salis, 1980, 102-113.
de la herencia común de los dos grupos religiosos. En tercer lugar, hay una historia com-
partida. La filosofía de la historia de que Dios tiene todo bajo control y que la historia se
dirige linealmente hacia su clímax, es común tanto al cristianismo como al judaísmo. La
iglesia traza su historia hacia la iglesia en el desierto y extrae sus fuerzas e inspiración de
las promesas que fueron hechas a los hijos de Israel. Es más, la iglesia creció en el suelo
de Israel. Los primeros cristianos eran judíos que se comportaron como judíos leales. Je-
sús fue judío. El AT. Y también el midrashim, que se refiere a las parábolas judías, fue-
ron parte de sus enseñanzas. Todos los discípulos de Jesús fueron judíos. La mayoría del
NT (si no en su totalidad) fue escrito por judíos que se refirieron constantemente a la Es-
critura judía y sus tradiciones.
Diferencias:
El judaísmo rechaza el Nuevo Testamento. No aceptan a Jesús como el salvador,
sino es solo un maestro, rechazan todas las profecías sobre Jesús como el Mesías, por lo
tanto, no aceptan el ministerio de Jesús ni el plan de salvación. Rechazan que Jesús es
Dios, por lo tanto, no aceptan en la divinidad. No aceptan a la organización de una igle-
sia, ni su misión. No creen en el remanente y su misión en el tiempo del fin.
Estudio bíblico
Cómo compartir el evangelio con judíos
Texto:
«Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para
salvación» - Rom. 10:1
Conclusión
Sin duda hay mucho por hacer en bien de los judíos. Solo el Espíritu Santo podrá
y puede abrir los corazones para ver que Jesús es más precioso que las esperanzas incum-
plidas del judaísmo. Por tanto, debemos orar con poder para que Dios nos de oportunida-
des de compartir estas buenas noticias con los judíos.
Bibliografía
Baladier, Charles. Le Grand Atlas des Religions, Francia: Encyclopaedia Universalis,
1980.
Brod, Menajem. La Era Mesiánica: la redención y la llegada del Mashiaj en las fuentes
judías, Buenos Aires: Jabad Lubavitch Sudamericana, 2000.
Josh McDowell, Evidence that Demands a Verdict, Campus Crusade for Christ, 1972.
LaRondelle, Hans. Las profecías del tiempo del fin, Buenos Aires: Asociación Casa Edi-
tora Sudamericana, 1999.
Torrance, T.F. “Royal Priesthood", Scottish Journal o f Theology Occasional Papers, N°.
3, Edimburgo: Oliver and Boyd, 1963.
White, Elena G. Mensajes para los jóvenes, Buenos Aires: Asociación Casa Editora
Sudamericana, 1941.
_____________ El Deseado de todas las gentes, Buenos Aires: Asociación Casa Editora
Sudamericana, 2007.