El Ocaso de Un Creyente
El Ocaso de Un Creyente
El Ocaso de Un Creyente
Génesis 13:1-13
1 Subió, pues, Abram de Egipto hacia el Neguev, él y su mujer, con todo lo que tenía, y con él Lot.
3 Y volvió por sus jornadas desde el Neguev hacia Bet-el, hasta el lugar donde había estado antes su tienda entre Bet-el y Hai,
4 al lugar del altar que había hecho allí antes; e invocó allí Abram el nombrede Jehová.
5 También Lot, que andaba con Abram, tenía ovejas, vacas y tiendas.
6 Y la tierra no era suficiente para que habitasen juntos, pues sus posesiones eran muchas, y no podían morar en un mismo
lugar.
7 Y hubo contienda entre los pastores del ganado de Abram y los pastores del ganado de Lot; y el cananeo y el ferezeo
habitaban entonces enla tierra.
8 Entonces Abram dijo a Lot: No haya ahora altercado entre nosotros dos, entre mis pastores y los tuyos, porque somos
hermanos.
9 ¿No está toda la tierra delante de ti? Yo te ruego que te apartes de mí. Si fueres a la mano izquierda, yo iré a la derecha; y si
tú a la derecha, yo iré a la izquierda.
10 Y alzó Lot sus ojos, y vio toda la llanura del Jordán, que toda ella era de riego, como el huerto de Jehová, como la tierra de
Egipto en la dirección de Zoar, antes que destruyese Jehová a Sodoma y a Gomorra.
11 Entonces Lot escogió para sí toda la llanura del Jordán; y se fue Lot hacia el oriente, y se apartaron el uno del otro.
12 Abram acampó en la tierra de Canaán, en tanto que Lot habitó en las ciudades de la llanura, y fue poniendo sus tiendas
hasta Sodoma.
13 Mas los hombres de Sodoma eran malos y pecadores contra Jehová en gran manera.
Introducción:
Dice Dios que el justo es como la luz de la aurora que va de aumento en aumento hasta que el
día es perfecto. En el libro de Filipenses dice el apóstol Pablo que él perseguía adelante hasta
alcanzar el premio. El no cargaba con las experiencias negativas del pasado, sino que se había
propuesto avanzar en la madurez cristiana conforme al plan de Dios para cada creyente.
(Filipenses 3:1-14)
Hermanos, el deseo de Dios es que cada creyente progrese cada día más en todo sentido:
Económico, social, emocional y espiritual, éste último es más importante que los demás.
En las páginas de la Biblia se nos dice que el Señor Jesús cuando niño crecía en sabiduría, en
estatura y en gracia para con Dios y para con los hombres. (Lucas 2:52)
Pero en este pasaje de nuestra reflexión tenemos el caso de un creyente que en lugar de
crecer fue hacia atrás hasta llegar a niveles vergonzosos de pecado contra Dios.
Aquí debe explicarse el fondo histórico del pasaje.
Este hombre era miembro de la familia de Dios. Era sobrino de Abraham y obviamente
era un hombre de fe pues acompañó a su tío en la peregrinación a la tierra de Canaán.
Objeto de las promesas de Dios.
Pero su actitud para con Dios y su familia espiritual no fue como Dios esperaba.
(vs. 5, 10) “y alzó Lot sus ojos y vió toda la llanura del Jordán, que toda ella era de
riego, como el huerto de Jehová, como la tierra de Egipto en la dirección de Zoar, antes
que destruyese Jehová a Sodoma y Gomorra”. Lot estaba más interesado en la
prosperidad material que espiritual y eso significa descenso en el mundo de la fe
cristiana.
En el huerto de Jehová reinaba la santidad de Dios, pero cuando Adán y Eva pecaron
fueron expulsados y el pecado comenzó a reinar no sólo en la criatura humana, sino
también en la creación como lo enseña el apóstol Pablo en Romanos Cáp. 8. En
cambio en Egipto estaba la podredumbre del pecado como en Sodoma. Pero Lot vio
una tierra “como el Edén”.
Su descenso a Sodoma (v. 12) no fue brusco, sino lento como lento es el descenso al
pecado. Satanás sabe como tender trampas a los creyentes para que casi de una
manera inadvertida el creyente descienda a las partes más bajas del pecado.
Fue lento como le puede pasar a cualquiera de nosotros. Hebreos 2:1 “Por tanto es
necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que
nos deslicemos”.
La maldad de las personas de Sodoma (v. 13). Lot no tuvo discernimiento espiritual
puesto que la maldad de los habitantes de aquel lugar era suficiente, para que él
saliera a buscar refugio a otros sitio, tal vez más pobre, pero con un ambiente más
sano.
La guerra de Sodoma y Gomorra. (14:12). La guerra que se levantó en aquel lugar era
otro aviso de alerta para que este creyente saliera de aquel lugar, pero su conciencia
se había adormecido y la capacidad de reflexión se había embotado a tal grado que
había perdido la capacidad de discernir la voz de Dios.
Conclusión:
Dios nos ha dejado su Espíritu Santo para guiar a la iglesia; Dios ha dejado su Palabra, la
Santa Biblia, para ser nuestra luz en este mundo; pero Dios ha dejado también la iglesia local,
es decir, el conjunto de los creyentes en una geografía determinada para que nos exhortemos
los unos a los otros y así de esa manera estemos despiertos y sensibles a la voz de Dios y no
nos vaya s a suceder la experiencia triste del creyente carnal llamado Lot.