Errores en Primeros Auxilios Que Hay Que Evitar Cometer

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ERRORES EN PRIMEROS AUXILIOS QUE HAY QUE EVITAR COMETER

1. Poner hielo, aceite, mantequilla, clara de huevo o pasta dental en una quemadura.

El hielo aumenta la profundidad de la quemadura, en tanto que la pasta dental es abrasiva y la agrava. El aceite
o la mantequilla contaminan la lesión y la enmascaran evitando una adecuada valoración; la clara de huevo queda
pegada a la piel y dificulta su limpieza. Con estas prácticas lo que se consigue es crear el ambiente propicio
para la proliferación de bacterias que colonizan la piel y facilitan las infecciones.
La quemadura deberá colocarse bajo el agua por 15 a 20 minutos; de esta manera se aliviará el dolor y bajará
la inflamación.

2. Inclinar la cabeza hacia atrás durante una hemorragia nasal.

Esta medida hace que no salga la sangre por la nariz pero continúa el sangrando hacia la faringe. El tragar
esta sangre acaba produciendo sensación de ahogo e irrita la mucosa digestiva. Lo correcto es comprimir
los lados de la nariz, justo donde termina el hueso y empieza la zona carnosa; colocando la cabeza hacia
adelante y abajo.

3. Frotar o poner calor cuando se sufre una contusión.

Cuando ocurre una contusión, se produce


ruptura de pequeños vasos capilares debajo de la piel y la sangre queda atrapada provocando un hematoma con dolor
e inflamación. Si además de ello, se frota la lesión o se aplica calor, aumentará el flujo sanguíneo y se favorecerá el
sangrado. Efecto contrario se obtiene con el hielo, el cual, disminuye el flujo sanguíneo por vasoconstricción, lo que
disminuye a su vez el dolor y la segregación de las sustancias que generan la inflamación.
4. Aplicar torniquete a cualquier sangrado.

Este error puede causar daño permanente a los nervios y músculos y lesiones de por vida en los tejidos y vasos
sanguíneos. En todo caso solo personal médico podrá realizarlo, ya que existe riesgo muy alto de causa necrosis con
consiguiente amputación del miembro afectado. En cambio, debe aplicarse presión directa sobre la herida con unas
gasas o apósitos limpios entre cinco a diez minutos sin levantar la venda para comprobar si sigue o no sangrando la
herida.

5. Desinfectar las heridas con agua oxigenada o alcohol.

Tanto el alcohol como el agua oxigenada son muy irritantes por lo que nunca deben aplicarse sobre una
herida, ya que con ello se impide la cicatrización y se favorece la formación de coágulos que a su vez
permiten la colonización de bacterias superviviente. Es suficiente lavar la herida con agua y jabón.

6. Retirar la gasa de una herida que sangra.

Ante una herida sangrante se debe comprimir el sitio de sangrado con un apósito limpio. Si el apósito se llena de
sangre no debe quitarse este, sino colocar otro encima aumentando la presión. Los factores de coagulación de la
sangre se concentran en la herida para detener la hemorragia; quitar la gasa mojada puede hacer que la herida
sangre de nuevo.
7. Bajar la fiebre con compresas con alcohol.

Nunca debe usarse alcohol en compresas para bajar la fiebre y mucho menos cuando esa técnica quiere
aplicarse a niños o adultos mayores, debido a que puede producir intoxicación al absorberse por la piel;
además, al evaporarse, el alcohol tiene la capacidad de ser inhalado, con lo cual la toxicidad a la sangre
también puede llegar por esa vía. Solo puede emplearse paños humedecidos con agua, en la frente, axilas
e ingle.

8. Sujetar o intentar introducir algo dentro de la boca de una persona que está convulsionando.

La sujeción de una persona que se encuentra convulsionando no acorta el ataque ni reduce sus efectos, al
contrario, se corre el riesgo de provocarle lesiones. Nunca debe intentarse introducir algún objeto en su boca,
ya que puede causar al afectado, heridas en la cavidad bucal; además del riesgo de sufrir una mordedura
involuntaria. Lo correcto es colocar su cabeza sobre algo suave y plano volteándola de costado para impedir que,
en caso de vómito, se produzca una aspiración hacia los pulmones.

9. Aplicar gotas lubricantes al ojo tras contacto con sustancia química.


Las quemaduras
oculares constituyen verdaderas emergencias oftalmológicas y pueden ocurrir con sustancias ácidas o álcalis;
las primeras afectan la superficie ocular, y las segundas atraviesan la córnea llegando a estructuras más
internas. Ante estas circunstancias, nunca debe usarse gotas lubricantes. Lo correcto es dejar correr una
corriente constante de agua lo más limpia posible durante al menos 15 minutos sobre el ojo. Si es posible,
continuar irrigándolo con agua hasta llegar al establecimiento de salud.
10. Provocar el vómito ante una intoxicación.

En principio, es importante tener en cuenta que hay un tratamiento para cada tipo de intoxicación y solo puede ser
indicado por el médico, por lo que nunca debe inducirse al vómito al afectado.

Si la sustancia que se ha ingerido es corrosiva (lejía, amoniaco, etc.), y ya ocasionó quemaduras al ingresar, también hará
daño en la parte alta del tubo digestivo al devolverse. Por otro lado, si la persona se encuentra semi inconsciente, el
inducir el vómito, puede producir aspiraciones del contenido gástrico hacia las vías respiratorias.

11. Soplar una herida.

Soplar la herida es un acto reflejo que se hace para disminuir el dolor o el ardor que produce; sin embargo, a pesar
de esa sensación de alivio momentáneo, nunca debe hacerse, ya que con ello se proyectan bacterias de la boca a
una zona del cuerpo que ya no cuenta con la cobertura natural de la piel, dando paso a una posible infección. De
ser necesario, puede moverse el aire de manera manual para ayudar a sobrellevar el dolor en un primer momento.

DRA. CELINA M. ROJAS RODRÍGUEZ


Especialista en Medicina Ocupacional y Medio Ambiente
CMP: 032864 - RNE: 031629

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