Tesis Gap

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UNIVERSIDAD FINIS TERRAE

FACULTAD DE COMUNICACIONES Y HUMANIDADES

ESCUELA DE HISTORIA

CRUCES CON NOMBRE: FRAGMENTOS DE UN RINCÓN DEL


PATIO 29

CARLA ESPINOZA VEROÍZA

Tesis presentada a la Facultad de Comunicaciones y Humanidades de la Universidad Finis


Terrae, para optar al grado de Licenciada en Historia

Profesor Guía: Andrea Botto Stuven

Santiago, Chile

2016
AGRADECIMIENTOS

Esta investigación la dedico a Margarita, Natalia y Carlos, quienes durante todo mi proceso
como tesista, fueron incondicionales y pacientes. También a los miembros del GAP, que
cumplieron su rol con lealtad y honestidad.

Agradezco la paciencia de mi profesora guía, Andrea Botto, quien me dio todo su apoyo
cuando elegí un tema tan complejo, como es el estudio de los Derechos Humanos. De igual
forma, a la motivación brindada por Katherine Quinteros, quien en momentos de desánimo
me entregó su experiencia como historiadora y amiga.

La realización de este trabajo no habría sido posible sin la ayuda de los bibliotecarios del
Museo de la Memoria y de los entrevistados, especialmente de don Felipe, ex agente del
GAP. Quien además de ofrecerme su testimonio y otras ayudas varias, me dio importantes
lecciones de vida.

ii
ÍNDICE

INTRODUCCIÓN 1
Objetivo general 1
Objetivos específicos 1
Hipótesis 2
Marco conceptual 3
Metodología 9
Estado de la cuestión 11

CAPÍTULO 1. CHILE Y SU VINCULACIÓN CON LA GUERRA FRÍA 29

CAPÍTULO 2. SEPTIEMBRE EN CHILE DE 1973. LA OTRA CARA DE


LA MONEDA 50
2.1. Chile en 1973 50
2.2. El plan del día 11 61

CAPÍTULO 3. LA DOCTRINA DE SEGURIDAD NACIONAL Y SUS


IMPLICANCIAS EN CHILE 82
3.1. Generalidades de la Doctrina de Seguridad Nacional 82
3.2. El uso de la Doctrina de Seguridad Nacional en Chile 94

CAPÍTULO 4. EL GAP. EL GRUPO DE AMIGOS PERSONALES.


LA GUARDIA DE ALLENDE 108
4.1. Orígenes y funciones del GAP 108
4.2. El Tancazo y la muerte del edecán 122
4.3. “No daré un paso atrás” 126
4.4. De La Moneda al Patio 29 140
4.5. La causa Judicial 159
CONCLUSIÓN 165
BIBLIOGRAFÍA 167
ANEXOS 177

iii
INTRODUCCIÓN
Este proyecto de investigación tiene como propósito analizar, por medio de un
estudio acabado de fuentes escritas y orales, quienes fueron seis de los detenidos durante el
11 de septiembre de1973 en las cercanías de la Moneda, y comprender por qué sus cuerpos
fueron enterrados en el llamado Patio 29 del Cementerio General. Para esto, será necesario
indagar quiénes fueron los integrantes del GAP1 que protegían al Presidente Allende y
determinar cómo se convirtieron en detenidos desaparecidos o ejecutados políticos.

Con este fin se recurrirá a bibliografía secundaria que aborde el contexto general de lo que
acontecía hacia 1973, para luego ahondar con fuentes primarías, compuestas por prensa
escrita, entrevistas y documentación obtenidas por el Centro de Documentación del Museo
de la Memoria, archivos de la Vicaría de la Solidaridad y elementos audiovisuales, entre
otros. Además se efectuarán entrevistas a familiares de los detenidos y a ex agentes del
dispositivo de seguridad, y otros especialistas relacionados con el tema de los Derechos
Humanos, para lo cual se cuenta con la colaboración de la Agrupación de Familiares de los
Detenidos Ejecutados y Desaparecidos de la Moneda,. A continuación se desglosan los
objetivos de este trabajo.

Objetivo general

El objetivo del proyecto es determinar por qué algunos de los integrantes del GAP fueron
enterrados clandestinamente en el Patio 29 del Cementerio General de Santiago, luego de
que fueran detenidos el día del Golpe de Estado, ocurrido el 11 de septiembre de 1973.

Objetivos específicos

 Explicar el primer proceso de arresto de un grupo de detenidos políticos el 11 de


septiembre de 1973, específicamente de los miembros del GAP, y determinar por
qué muchos de esos presos fueron encontrados en el Patio 29 del Cementerio
General de Santiago.

1
El Grupo de Amigos Personales era el Servicio de Seguridad del Presidente Salvador Allende. Fue creado en
1970 y disuelto el 11 de septiembre de 1973 con el Golpe de Estado. Los miembros del GAP eran militantes
de la coalición de la Unidad Popular y del MIR.

1
 Señalar y analizar las circunstancias en las que algunos de estos funcionarios fueron
detenidos en las cercanías del Palacio de la Moneda, frente a la Intendencia de
Santiago.
 Exponer por qué estos agentes del GAP fueron detenidos el día del Golpe de Estado
por militares del Ejército.
 Detallar las circunstancias en que este grupo de agentes del GAP fue trasladado a un
recinto de detención, lo que posteriormente culminó con su muerte e inhumación en
el Patio 29.

En resumidas cuentas, el propósito de la investigación es explicar por qué el Patio 29 del


Cementerio General de Santiago fue el destino de los cuerpos, e indicar por qué solo al
finalizar el Régimen se pudieron realizar las pericias necesarias para conocer quiénes
fueron enterrados en este sitio. El Servicio Médico Legal ha sido la Institución encargada
de desentrañar qué sucedió con cada una de las víctimas. Para esclarecer esta problemática,
se propone la siguiente hipótesis.

Hipótesis

En el Patio 292 del Cementerio General de Santiago, durante los primeros años del
Régimen Militar, fueron enterrados muchos de los detenidos arrestados en la Moneda y sus
cercanías durante el 11 de septiembre de 1973, entre ellos seis jóvenes de entre 20 y 30
años (Cruz, Garcés, Marambio, Orrego, Montero y Jorquera), quienes formaban parte de la
seguridad del presidente Allende en su residencia de Tomás Moro.

Esta investigación buscar identificar a estos seis jóvenes, comprometidos con los ideales de
la Unidad Popular, que fueron detenidos sin provocación de por medio – pues no
consiguieron hacer uso de sus armas -, torturados y asesinados impunemente por miembros
del Ejército al inicio del Gobierno Militar. El modus operandi de su detención, tortura y
muerte nos da un ejemplo de las actuaciones al margen de la ley y de los abusos de poder

2
Sector del Cementerio General, transformado en un símbolo de la represión vivida durante el Régimen
Militar de 1973-1988 en Chile. En este lugar fueron depositados los cuerpos de numerosos detenidos. Antes
de estos acontecimientos, el Patio 29 era el sector del camposanto destinado a ser la fosa común de
vagabundos y N.N. encontrados en las calles. Fue declarado Monumento Nacional en julio del 2006.

2
cometidos al inicio de la Dictadura, actos que quedaron enterrados bajo cruces anónimas en
el Patio 29 del Cementerio General de Santiago, y bajo el silencio y la ineficiencia del
Servicio Médico Legal.

Marco conceptual

En esta investigación acerca de los cuerpos encontrados en el Patio 29 del


Cementerio General de Santiago, y de las circunstancias en que esas personas fueron
detenidas durante el 11 de septiembre, surgen varios conceptos que deben ser explicados
para una mejor aproximación al contexto histórico del Régimen Militar.

Lo primero que es necesario esclarecer, tiene relación con la instauración de una Junta de
Gobierno y la posterior denominación de este periodo de la Historia de Chile como
Régimen Militar. El concepto de Junta de Gobierno se declara inmediatamente después de
realizar el Golpe Militar del 11 de septiembre de 1973, cuando una asamblea compuesta
por los altos mandos de las Fuerzas Armadas, integradas por el Ejército, la Fuerza Área, la
Armada y Carabineros de Chile, se constituyeron como gobierno. Las FF.AA. y de Orden
tomaban en sus manos el poder político debido a las circunstancias que afectaban al país,
luego de haber derrocado al gobierno socialista de Salvador Allende.

“Con esta fecha se constituyen el Junta de Gobierno y asumen el Mando Supremo de la Nación con
el patriótico compromiso de restaurar la chilenidad, la justicia y la institucionalidad quebrantada […]
por efecto de la intromisión de una ideología dogmática y excluyente, inspirada en los principios
foráneos del marxismo-leninismo” 3.

En este contexto, cabe preguntarse si las acciones efectuadas por las Fuerzas Armadas
durante el 11 de septiembre, correspondieron a un Golpe de Estado o a un
Pronunciamiento. Para comprender mejor este cuestionamiento, es preciso distinguir la
diferencia entre ambos conceptos. Esta radica en que Golpe de Estado se entiende como el
acto de deponer a la autoridad civil constitucional vigente, imponiendo de manera violenta
un Gobierno de Facto por parte de las Fuerzas Armadas; mientras que Pronunciamiento
hace referencia a una intervención que cuenta con la aceptación unánime de las Fuerzas

3
Decreto Ley N° 1. CHILE. Acta de la Constitución de la Junta de Gobierno del 11 de septiembre de 1973.
Diario Oficial, Santiago, Chile, 18 de septiembre de 1973. 1 p.

3
Armadas y el consentimiento de la ciudadanía, con el fin de manifestar su descontento con
alguna situación en particular, y solo se realiza la amenaza del uso de la fuerza.

Los postulados de la Constitución de 1925, vigentes hasta 1973, fueron suspendidos por los
militares, y solo serían retomados una vez que el país alcanzara la estabilidad que ellos
consideraran conveniente; por ende, las divisiones de poder dentro del Estado, que
demandaba la estructura constitucional, dejaron de ser efectivas. El país comenzó a
funcionar bajo las decisiones de la Junta de Gobierno.

El Informe Rettig4 detalla que la Junta tomó posesión de las funciones ejecutiva,
administrativa y colegisladora, tareas que correspondían al Presidente de la República.
Desde el 11 de septiembre de 1973, esta asamblea asumió el ejercicio de los poderes
Constituyente, Legislativo y Ejecutivo, a excepción del Judicial, que continuó funcionando
en forma autónoma.

La Junta de Gobierno detentó el poder hasta el 26 de junio de 1976, pues en ese momento
las Fuerzas Armadas se legitimaron a través de decretos leyes, tanto en lo ejecutivo como
en lo legislativo. Es decir, que a partir de ese instante comenzó a regir el Decreto Ley N°
527, documento que declaraba que las tareas del Ejecutivo serían tomadas por quien
encabezara la Junta, y se le otorgaría el título de Presidente de la República de Chile. El
nuevo mandatario se encargaría de administrar y gobernar el Estado, y tendría en sus manos
el resguardo del orden público y la seguridad exterior del país. El general Augusto Pinochet
Ugarte5 sería el destinatario de todo este poder.

4
CHILE. CORPORACIÓN Nacional de Reparación y Reconciliación, Informe de la Comisión Nacional de
Verdad y Reconciliación, Vol. I, Tomo 1, Santiago, Chile: Corporación Nacional de Reparación y
Reconciliación, Reedición diciembre de 1996. 438 p.
La Corporación Nacional de Verdad y Reconciliación fue designada por el Presidente Aylwin en el año 1990
para realizar un Informe que detallara la condición de cada una de las víctimas de la Dictadura, dándoles las
categorías de torturado, detenido desparecido o ejecutado político. Esta Comisión fue dirigida por el abogado
Raúl Rettig.
5
Augusto Pinochet Ugarte nace el 25 de noviembre de 1915 en Valparaíso y sigue la carrera militar. Fue
designado Comandante en Jefe del Ejército el 23 de agosto de 1973 por el Presidente Salvador Allende en
reemplazo del Carlos Prats, y el 11 de septiembre de ese mismo año encabeza el Golpe de Estado al gobierno

4
Es así como a este periodo de la Historia de Chile se le conoce como Régimen Militar, y
tuvo lugar entre 1973 y 1988. Las Fuerzas Armadas derrocaron al gobierno de Salvador
Allende, y asumieron el poder político a causa de la amenaza ideológica que significaba el
avance del comunismo, en el contexto de Guerra Fría, y de la fuerte crisis política y
económica provocada durante el gobierno de Allende. Esta etapa histórica comienza con el
Golpe Militar el 11 de septiembre y finaliza con el plebiscito del 5 de octubre de 1988.

En estas circunstancias, las FF.AA. y de Orden utilizaron diversas estrategias para eliminar
al enemigo interno6, en las que se vieron fuertemente vulnerados los Derechos Humanos.
De acuerdo a las normas internacionales este concepto involucra todas las áreas de la
sociedad en la que se desenvuelve el hombre, por tanto, se puede hablar de estos derechos
en el área civil, política, económica, social y cultural, pero solo trataremos aquellas que
atañen a nuestra investigación. Según el Informe Rettig,

“los grandes valores que las normas sobre derechos humanos procuran defender son el respeto a la
vida, la dignidad y la integridad física y psíquica de las personas, así como los ideales de libertad,
7
tolerancia, respeto por la diversidad y apoyo mutuo entre todos los seres human os” .

Durante el Régimen Militar se desarrollaron diferentes maneras de clasificar a los actores


sociales que fueron víctimas de las políticas de Estado; por ende, es posible encauzar una
investigación en torno a los detenidos desaparecidos o bien los ejecutados políticos;
involucrando también los conceptos de tortura y actos terroristas. Estos términos serán

socialista del entonces presidente Allende, luego de ello una Junta Militar asume el poder, quebrantando el
sistema democrático y disolviendo el Congreso Nacional. Pinochet se mantiene en el poder por 17 años, el
que debe dejar cuando pierde el plebiscito del 5 de octubre de 1988. Debe entregar el mando el 11 de marzo
de 1990 al nuevo Presidente electo, Patricio Aylwin, aunque continuó siendo Comandante en Jefe hasta 1998,
fecha en la que asume como Senador Vitalicio. Desde esta fecha también debe enfrentar numerosos procesos
judiciales en su contra por diversas causas. Muere el 10 de diciembre de 2006, recibiendo honores como ex
Comandante pero no como ex Presidente. Véase en: SCHIAPPACASSE, Ardiles, MEDALLA, Ernesto y
SÁNCHEZ, Francisco. Allende y Pinochet, las verdades olvidadas. Chile: Editorial Maye LTDA, 2012. 513
p.
6
Amenaza interna que afecta la seguridad y la estabilidad interna del país. En el contexto investigado, el
enemigo interno se reconoce en la figura de la izquierda política e ideológica.
7
CORPORACIÓN Nacional de Reparación y Reconciliación, Op. Cit, p. 11.

5
utilizados por la oposición política del gobierno militar, compuesta por movimientos
paramilitares que eran partidarios del gobierno depuesto, pero que, sin embargo, eran
grupos descoordinados e irregulares.

De tal modo, si queremos posicionar el momento histórico en que comienzan los abusos a
los Derechos Humanos, podemos aseverar que estos se iniciaron el mismo día del Golpe de
Estado. Desde ese instante, comenzaron las detenciones y las torturas, tanto físicas como
sicológicas a quienes se oponían al nuevo régimen. Por lo tanto, se puede establecer la
pregunta acerca de la responsabilidad moral del Estado, con respecto a las numerosas
transgresiones de los derechos de muchas personas, mientras los militares detentaron el
poder.

El concepto de responsabilidad moral fue utilizado por la Corporación Nacional de Verdad


y Reconciliación en el Informe Rettig, y no tiene definición técnica o legal clara, sino que
fue construida para estimar cuánta responsabilidad tuvo el Estado en los actos cometidos
por agentes u órganos institucionalizados de gobierno. En muchos casos, las conductas de
abusos del periodo fueron absueltas o dejadas en el olvido8.

En lo que se refiere a las violaciones a los Derechos Humanos, según el Informe Rettig,
éstas corresponden a la desaparición forzada, ejecución, uso indebido de la fuerza, abuso de
poder, tortura y/o atentados contra la vida. De acuerdo a la definición, podemos señalar que
los detenidos desaparecidos aluden a todas aquellas personas que desde el momento del
Golpe de Estado, fueron arrestadas por autoridades vinculadas al régimen, y que,
posteriormente, se les trasladó a recintos secretos. La principal característica de estos
detenidos, es que no se vuelve a saber nada de ellos. Estos actos implicaron detención,
ocultamiento y tortura.

La Comisión Rettig enfatiza que, en relación a los detenidos desaparecidos, “se tiene la
certeza moral que concluyó con el asesinato de la víctima y la disposición de sus restos de
modo que no pudieran ser encontrados”9. Estas prácticas fueron realizadas tanto por
agentes militares como por civiles, y por lo general, los cuerpos eran lanzados a ríos, al mar

8
Ibíd. p. 16.
9
Ibíd. p. 22.

6
o enterrados en sitios clandestinos. Las versiones oficiales entregadas por los uniformados
fueron alteradas, con el objetivo de encubrir los crímenes. Corresponde utilizar el término
de detenido desaparecido a partir de 1974.

En tanto, los ejecutados políticos son aquellos individuos que recibieron una sentencia por
un Consejo de Guerra en Tribunales Militares, y cuyos casos no siguieron el procedimiento
judicial normal. Este tipo de acciones son consideradas una violación a los Derechos
Humanos, debido a la falta de legitimidad de la pena y la falta de un juicio justo. Lo
anterior aconteció desde el 11 de septiembre de 1973. Estos casos fueron explicados o
justificados en el marco de la puesta en práctica de la jurisprudencia militar por tiempo de
guerra, y también en la ley de fuga, en la que los militares argumentaban ejecuciones, a raíz
de los intentos de huida de los prisioneros que se encontraban detenidos. La diferencia entre
un detenido desaparecido y un ejecutado radica en que los cuerpos de estos últimos han
sido encontrados.

El abuso de poder también es un concepto referido a los casos de violaciones a los


Derechos Humanos, durante el Régimen Militar. En este caso, no existía una motivación
política, sino que se da por circunstancias que no tienen que ver con las órdenes oficiales
del agente de Estado. Por el contrario, se centra en factores ajenos a la política, como por
ejemplo, terminar con la vida de un detenido por encargo. Esta tarea podría asimilarse a la
de un sicario. Estos delitos en ocasiones eran denunciados, pero comúnmente eran
condonados, por lo que no eran llevados a la justicia y se mantenían en la impunidad.

Mientras que el concepto de tortura, según la Comisión Rettig, corresponde a actos en los
que funcionarios públicos infringen dolor o sufrimiento de índole físico o mental de modo
intencionado a terceros con el fin de conseguir información10.

Por tanto, si nos enfocamos en esta definición del informe, es posible otorgarle una
responsabilidad moral al Estado por las violaciones a los Derechos Humanos, dado que
sus funcionarios obedecieron órdenes del nuevo régimen, pudiéndose inferir que las
autoridades del Poder Ejecutivo tenían conocimiento de los abusos, ya que dichos
organismos dependían de la Junta de Gobierno.

10
Ibíd. p. 25.

7
El Patio 29 del Cementerio General, en el contexto del Régimen Militar, es un lugar
emblemático, dado que fue en este sitio donde se ocultaron muchos de los cuerpos de los
detenidos tras el Golpe Militar. Este espacio había sido utilizado por primera vez en 1953
como fosa común, y durante el Régimen fue utilizado para enterrar los cuerpos de
numerosos detenidos ejecutados o muertos a causa de las torturas infligidas por los agentes
de la Junta Militar. En este procedimiento no se realizaba un reconocimiento de la identidad
de los cuerpos, sino que se registraban como N.N. desde el Servicio Médico Legal.

La historia del Patio 29, pese a que es anterior al Golpe de Estado, adquirió mayor
relevancia en este periodo histórico, y continúa siendo un tema controversial, debido a que
hubo numerosos errores en la identificación de los cuerpos en el SML, causando
desconsuelo entre los familiares. Lo que sucedió antes de la muerte de las víctimas es
desconocido, y solo las técnicas forenses han podido determinar las reales causas de
defunción de quienes fueron sepultadas en este sector del Cementerio11. Por esto, el
Servicio Médico Legal ha tenido un papel muy importante en los años posteriores al
Régimen Militar, como la institución encargada de dilucidar parte de lo que realmente
sucedió. Dicha tarea ha sido posible gracias a la actualización de la tecnología forense,
asumiendo públicamente muchos de los errores cometidos durante los últimos años.

Es en este lugar, en que muchas familias han tenido la posibilidad de encontrar la verdad,
porque durante largos años ellas vivieron con la incertidumbre de no saber dónde se
encontraban sus familiares. Muchos de ellos murieron pensando que su búsqueda había
finalizado cuando el Servicio Médico Legal les entregó los resultados de concordancia
genética, pero, lamentablemente, muchos de esos análisis presentaban numerosos errores en
el reconocimiento de los cuerpos, lo que hasta la actualidad ha provocado conflictos legales
producto de las equivocaciones.

11
En algunas de las sepulturas se encontró más de una osamenta. Esto fue calificado por Augusto Pinochet,
en una entrevista, como “una economía tan grande”. Véase en: Pinochet hace mofa de lo hallado en el Patio
29 [en línea]. México: Revista El Proceso, 1991. [Fecha de consulta: 9 de enero de 2014]. Disponible en:
<http://hemeroteca.proceso.com.mx/?page_id=278958&a51dc26366d99bb5fa29cea4747565fec=157784&rl=
wh>.

8
Metodología

La cuestión referente a las detenciones realizadas en la calle Morandé, frente a la


Intendencia de Santiago, de los miembros del dispositivo de seguridad del presidente
Allende, conocido como GAP, con resultado de muerte, y el posterior hallazgo de los
cuerpos en el Patio 29, son circunstancias poco estudiadas por los académicos de la
disciplina histórica12. Por lo que muchas preguntas que rodean este contexto, aún no han
sido contestadas, partiendo de la premisa que de los 126 cuerpos exhumados del
cementerio, desde el año 1991 hasta la actualidad, se han logrado identificar 61 víctimas.

Lo primordial es averiguar qué pasó con esos detenidos, y precisar por qué sus cuerpos
fueron hallados en el Cementerio General. Es por ello, que en esta investigación se
estudiarán seis casos de desaparecidos: Carlos Cruz Zavala, Pedro Garcés Portigliati, Óscar
Marambio Araya, Jorge Orrego González, Edmundo Montero Salazar y Gonzalo Jorquera
Leyton. Hombres cuya identidad fue verificada hace muy poco tiempo por el SML. Para
esta investigación se eligen a estas personas en particular, debido a que solo desde los años
2010 y 2012 existe la certeza científica de que sus cuerpos se encontraban en el Patio 29,
por lo cual, no hay mayores estudios historiográficas sobre ellos.

El método utilizado para efectuar el proyecto de investigación, en primera instancia, será la


aproximación al contexto histórico que rodeó al Presidente Allende, para poder desentrañar
las causas del término de su gobierno, con el Golpe de Estado del 11 de septiembre de
1973. Se recurrirá a fuentes secundarias que traten el tema en cuestión, con el fin de que la
idea general sea comprendida en su contexto, es por ello que los autores que han estudiado
la historia reciente tomarán gran relevancia en la etapa inicial13.

Por ello, se hará una revisión de la bibliografía disponible sobre el Régimen Militar,
específicamente del 11 de septiembre de 1973, fecha en la que se ejecuta el Golpe de
Estado. Se recurrirá a bibliotecas públicas y museos, tales como la Biblioteca Nacional y el
Museo de la Memoria. Luego, se ahondará en los procesos de detención de algunos de los
integrantes del GAP usando, principalmente, fuentes primarias, como por ejemplo, el

12
Remitirse a Estado de la Cuestión, pp.14-31.
13
Remitirse a Bibliografía General, pp. 170-179.

9
análisis de documentos judiciales14 referentes a la situación legal de cada desaparecido.
Además, se utilizará prensa escrita y radial, que revele lo que se decía de los agentes del
GAP. Estas fuentes se obtendrán de la Vicaría de la Solidaridad, el Instituto Nacional de
Derechos Humanos, Cidoc, la sección de prensa de la Biblioteca Nacional, el Centro
Documental y Audiovisual del Museo de la Memoria15, e incluso Youtube.

Se acudirá a este tipo de fuentes, debido a la escasez de fuentes secundarias referidas al


tema. Posteriormente, se realizará una serie de entrevistas a actores sociales que
participaron de este proceso: familiares de las víctimas y a personas que representen a algún
organismo relevante para la investigación, como por ejemplo la Agrupación de Familiares
de los Detenidos Ejecutados y Desaparecidos de la Moneda. Estas conversaciones irán
acompañadas de un cuestionario de preguntas preestablecido, con espacios para profundizar
temas más relevantes. También, se buscará entrevistar a otros especialistas en el tema de los
Derechos Humanos, relacionados con materias jurídicas y forenses, para que de este modo
sea posible explicar y detallar qué pasó con cada uno de los desaparecidos que se estudian
en esta tesis. En estas circunstancias, se podrán buscar los motivos por los que algunos de
ellos fueron llevados al Patio 29 del Cementerio General.

La bibliografía y las fuentes utilizadas, serán un punto de partida para distinguir y elaborar
una visión actualizada de lo que hasta ahora, ha sido un tema bastante conflictivo desde el
punto de vista judicial, político e incluso familiar.

Es preciso establecer, que estos casos al ser crímenes de lesa humanidad, por normativa
legal no prescriben. En la actualidad, los procedimientos judiciales siguen vigentes, por lo
que existen datos que no pueden expuestos, pues podrían perjudicar el trabajo realizado por
quienes llevan los casos. Por este motivo, las entrevistas realizadas no serán añadidas al
anexo de la investigación, solo se exhibirán extractos de ellas.

14
Colaboración del abogado del Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior, Ilán Sandberg.
15
Colección audiovisual de carácter periodístico, realizada por el Museo de la Memoria a distintos personajes
vinculados a los Derechos Humanos. CHILE. MUSEO de la Memoria. Proyecto Cien Entrevistas. 2009.

10
Estado de la cuestión

Durante los últimos años se han publicado numerosas investigaciones, que hacen
referencia a lo acontecido durante el periodo del régimen militar; pero, han sido pocos los
autores que se han encargado de desmenuzar las microhistorias que envolvieron este
periodo de la Historia de Chile. Uno de los acontecimientos que ha sido abordado de modo
general es el que se desarrolló el mismo 11 de septiembre de 1973, con el dispositivo de
seguridad del presidente Salvador Allende, en el momento que se llevaba a cabo el Golpe
de Estado por los miembros de las FF. AA. y de Orden.

Sin embargo, respecto a lo acontecido específicamente con los agentes del GAP, que fueron
detenidos durante el día 11 y que, finalmente, luego de años de búsqueda fueron
encontrados en las inmediaciones del Patio 29, se ha escrito poco, pese a la gran cantidad
de monografías e historias generales que se han publicado por motivo de los cuarenta años
del Golpe Militar. Probablemente, se deba a que el caso al ser considerado un crimen de
lesa humanidad no prescribe, por lo que la investigación judicial continúa en proceso, y el
acceso a la información continúa siendo confidencial.

En los casos de desapariciones forzadas, que se realizaron durante 1973 hay mayor acceso a
fuentes primarias que secundarias, probablemente por los numerosos errores de
identificación que sufrieron los cuerpos durante la década de los noventa y la poca
información documental, por ello es necesario someter estas fuentes a un juicio crítico para
comprobar su veracidad. Dentro de lo que se puede recabar son, básicamente, fuentes
testimoniales y memoriales, hechas por los protagonistas de los hechos, y que a lo largo de
los años varían, por los nuevos datos que se van recabando, mientras que los textos
historiográficos han ido apareciendo lentamente en la escena pública16.

El tratamiento temático del Régimen Militar ha sido estudiado profusamente en los últimos
tiempos, pero de manera general contemplando todo el periodo de la dictadura, haciendo
énfasis en los casos de detenidos desaparecidos y ejecutados políticos más relevantes, o

16
Los textos que se refieren al contexto del Régimen Militar fueron revisados, sin embargo, por espacio las
distintas visiones no son incluidas en este Estado de la Cuestión. Solo se hacen referencia de los textos que
tienen directa relación con el objetivo de la investigación.

11
que causaron mayor impacto público, por el papel que desempeñaron en un determinado
momento, como podría ser el caso de los degollados, las detenciones de integrantes del
MIR o los asesinatos realizados en el extranjero17. Pero, como ya se ha dicho, poco se ha
dicho sobre quienes fueron detenidos el 11 de septiembre de 1973, día en que se realizó el
Golpe de Estado.

Para trabajar el tema de los detenidos desaparecidos y ejecutados políticos, es necesario


explicar qué se ha dicho sobre los Derechos Humanos y por qué son relevantes para la
investigación. Por ello partiremos explicando el contexto internacional de estos.

El libro Derechos Humanos Hoy. Balance Internacional18, editado por el Centro de


Derechos Humanos de la Universidad de Chile, aporta una mirada amplia sobre la relación
entre el derecho internacional y los abusos a los Derechos Humanos. En él se analiza de
modo general, el contexto político respecto a los conflictos sociales que no han conseguido
soluciones concretas en países latinoamericanos. Los autores estudian el escenario en el que
se encuentran los movimientos que a lo largo de los años han defendido distintas causas
sociales, entre ellas la de los Derechos Humanos. Por ende, tal como indica el título de este

17
Los sucesos más emblemáticos y que han destacado en la escena pública, han sido el caso de Los
degollados de 1985, en el que tres profesionales fueron encontrados sin vida, con las gargantas acuchilladas y
signos de tortura, en las cercanías del aeropuerto de Santiago el 30 de marzo y que fueron identificados como
Santiago Nattino, pintor y miembro de Asociación Gremial de Educadores de Chile; Manuel Guerrero,
profesor y dirigente de la AGECH; y José Manuel Parada, sociólogo y funcionario de la Vicaría de la
Solidaridad. Otro caso que ha sido destacado es el de los arrestos de los dirigentes del Movimiento de
Izquierda Revolucionaria (MIR), en el que sobresale el de Patricio Rivas, quien desde el Golpe de Estado
debió vivir en la clandestinidad, soportar torturas y vejaciones y vivir en el exilio por muchos años. Escribió
un libro autobiográfico conocido como Chile, un largo septiembre, en el que relata todas sus experiencias y
las de sus compañeros. Por último, están los casos de los asesinatos realizados en el extranjero, por agentes
del Estado chileno. Entre ellos, destacan el de Carlos Prats, ex Comandante en Jefe del Ejército, muerto el 30
de septiembre de 1974 en Buenos Aires; el frustrado atentado contra Bernardo Leighton, abogado y político
democratacristiano, el que exiliado en Roma sufre un ataque el 5 de octubre de 1975; y el atentado contra
Orlando Letelier, ex embajador chileno de la Unidad Popular, asesinado el 21 de septiembre de 1976 en
Washington.
18
CHILE. CENTRO de Derechos Humanos de la Universidad de Chile (ed.). Derechos Humanos Hoy.
Balance Internacional. Santiago, Chile: Catalonia, 2008. 191 p.

12
texto, se pretende realizar un balance que explique cómo en América Latina se han
trabajado las demandas sociales, surgidas de conflictos políticos.

Los autores de los artículos presentados en este libro, realizan un análisis crítico respecto al
contexto político latinoamericano actual, en relación al tratamiento que han dado los
Estados democráticos sobre los Derechos Humanos. De este libro, se han rescatado dos
artículos que son relevantes para esta investigación. En primer lugar, se toma el trabajo
realizado por Victor Abramovich, académico argentino y miembro de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos de la OEA. El artículo titulado Derechos Humanos y
Política Democrática en América Latina a 60 años de la Declaración Universal, plantea el
escenario político en el que se encuentran las demandas sociales relacionadas con los
Derechos Humanos, y la responsabilidad que tienen los Estados democráticos con las
soluciones que se proponen para concluir los conflictos persistentes hasta la actualidad.

Abramovich, establece que no será posible lograr las reparaciones pertinentes, mientras la
exclusión social siga presente en las prácticas institucionales del Estado y la justicia, pues
esta acción irremediablemente vulnera los derechos y las garantías individuales. El autor
cree que, para dar una respuesta eficaz a los movimientos que alegan transgresiones a los
derechos humanos, son necesarios cambios estructurales a nivel institucional. En síntesis,
se requiere de “políticas complejas y sostenidas en el tiempo”19, de tal modo, que generen
mejores condiciones de seguridad y convivencia entre el Estado y los movimientos
sociales.

A diferencia del artículo anterior, el capítulo Seguridad Internacional y Derechos


Humanos, escrito por Juan Méndez, abogado, académico argentino y presidente del Centro
Internacional por la Justicia de Transición (ICTI); y Francis Deng, académico, político de
Sudán y director del Center for Displacement Studies en John Hopkins University, orientan
su perspectiva, al tratamiento de la amenaza terrorista. Ellos entablan la discusión, a partir
del atentado del 11 de septiembre de 2001, al World Trade Center en Estados Unidos, bajo
la administración de George Bush.
19
ABRAMOVICH, Víctor. Derechos Humanos y Política Democrática en América Latina a 60 años de la
Declaración Universal. En su: Derechos Humanos Hoy. Balance Internacional. Chile: Catalonia, 2008. pp. 37-
42.

13
Los autores realizan un análisis interpretativo respecto al terrorismo, confrontando lo
sucedido en 2001 en Estados Unidos, con las respuestas que dieron los líderes autoritarios
de América Latina a esta misma problemática. Ambos académicos coinciden en la
importancia del Estado a la hora de respaldar los derechos que corresponden a cada hombre
y mujer, estableciendo que el marco de protección debiera abarcar cualquier tipo de riesgo
que dañe al ser humano. Además, dan a entender que la forma en que cada gobierno
enfrenta el terrorismo no puede contener más vulneraciones a los derechos humanos, de lo
contrario esa respuesta convertiría el proceso en una guerra sucia. Sin ir más lejos,
enfatizan que “la violencia política interna genera respuestas autoritarias”20, lo que fue
posible evidenciar con los diversos regímenes dictatoriales de América Latina durante el
siglo pasado. Este análisis, se suma a la respuesta de Estados Unidos luego del atentado a
las torres gemelas de 2001, lo cual trajo como consecuencia la muerte de cientos de
personas inocentes en Medio Oriente.

Sin duda, este texto aporta antecedentes a la investigación sobre las distintas situaciones
jurídicas latinoamericanas, respecto a las distintas respuestas que han entregado los Estados
democráticos sobre las violaciones a los Derechos Humanos, que en algún momento del
siglo XX fueron sistemáticas. Este documento del Centro de Derechos Humanos de la
Universidad de Chile, es interesante para la investigación puesto que detalla el debate
existente en la actualidad sobre las políticas y estrategias con las que cada Estado
democrático ha abordado el tema de los derechos humanos. Es un libro que aporta al
contexto de América Latina, en materia del trabajo que han realizado los distintos
gobiernos democráticos en pos de la justicia y el cumplimiento de las normas que integran
los derechos humanos.

Habiendo considerado anteriormente, el contexto político democrático en relación a las


medidas tomadas para el cuidado de los derechos humanos, podemos desglosar la
perspectiva psicosocial, a cargo del trabajo investigativo del psiquiatra de salud mental de
la Comunidad de Madrid, Pau Pérez-Sales, y la psicóloga social Susana Navarro García, en

20
DENG, Francis y MÉNDEZ, Juan. Seguridad Internacional y Derechos Humanos. En su: Derechos
Humanos Hoy. Balance Internacional. Chile: Catalonia, 2008. pp. 81-91.

14
Resistencias contra el olvido. Trabajo psicosocial en proceso de exhumaciones21. En este
libro, los autores plantean el tratamiento de las exhumaciones realizadas a víctimas de
sistemas autoritarios, desde el punto de vista sicológico.

Para llevar a cabo la explicación de esos procesos, los especialistas se encargan de


contextualizar los panoramas políticos latinoamericanos y las masacres colectivas, que se
desarrollaron durante los años sesenta y setenta. Su objetivo es constatar las distintas
realidades latinoamericanas, en periodos en los que existieron rupturas democráticas,
tomando como objeto de estudio de las consecuencias sicológicas respecto a los hallazgos
de las víctimas. Esta investigación toma especial relevancia en el tema de estudio, debido al
debate con respecto a la Historia Social de la que se hace mención.

Chile es uno de los casos estudiados, y en él, se señala la importancia de la respuesta del
Estado a la hora de asumir la responsabilidad de encontrar a las víctimas, respaldar a las
familias afectadas y determinar quiénes son los culpables de las desapariciones. Por lo
mismo, para esta investigación es relevante destacar el capítulo dedicado a Chile,
Yuxtaposición de tres miradas. Los dilemas de la identificación relativa a los restos22. Esta
sección se encuentra en manos de Victoria Baeza, encargada del Programa de Derechos
Humanos del Ministerio del Interior; Carlos Madariaga y Beatriz Brinkmann, integrantes
del Centro de Salud Mental y Derechos Humanos; por último, a Roberta Bacic, Pau Pérez-
Sales y Teresa Durán, académicos de la Universidad Católica de Temuco.

Los autores de este capítulo realizan un trabajo descriptivo respecto al proceso de búsqueda
que vivieron los familiares de detenidos desaparecidos y ejecutados políticos, en
contraposición al rol del Estado, frente los muchos errores que se cometieron a lo largo de
los años con la identificación de los cuerpos de las víctimas.

“Constituye una revisión histórica de lo que han sido las exhumaciones en América Latina hasta la
fecha, buscando espacios comunes y compartiendo aprendizajes para poder formular, en el capítulo

21
PÉREZ-SALES, Pau y NAVARRO, Susana (ed.). Resistencias contra el olvido. Trabajo psicosocial en
proceso de exhumaciones. Barcelona, España: Gedisa Editorial, 2007. 364 p.
22
BAEZA, Victoria, “Et al”. Chile. Yuxtaposición de tres miradas. Los dilemas de la identificación relativa a
los restos. En su: Resistencias contra el olvido. Trabajo psicosocial en proceso de exhumaciones. España:
Gedisa Editorial, 2007. pp. 115-152.

15
final, una propuesta latinoamericana de cómo debería entenderse el trabajo en exhumaciones y de
los retos y desafíos pendientes.”23

Se busca esclarecer el proceso que vivieron los familiares de los numerosos detenidos,
pasando por etapas, como la búsqueda de los presos políticos, el afrontar la realidad de la
pérdida y las apariciones de traumas psicológicos; mientras que, la segunda parte expresa lo
acontecido con las exhumaciones tanto en el Régimen Militar como en el nuevo periodo
democrático.

Dentro de la perspectiva de las exhumaciones, y pese a que se trata de un enfoque


psicológico, se trata de un trabajo novedoso, que toma una visión distinta a la de otras
investigaciones, que se enfocan preponderantemente en la pérdida y el dolor, sin dar
explicación de por qué ocurren estos hechos. Este libro busca generar aprendizaje y retomar
los desafíos con respecto a indagaciones sobre temas que fueron quedando en el olvido,
como es el proceso de identificación de los cuerpos encontrados. Es interesante que el texto
tome como objeto de estudio diversas realidades latinoamericanas, y se reúnan en un
compilado. Permite realizar comparaciones, que den origen a nuevos postulados y develen,
desde un punto de vista externo, nuevas preguntas acerca de lo que sucedió antes y después
de las dictaduras militares, tanto con las víctimas como con los familiares.

Desde la perspectiva ilustrativa, a esta investigación se adscribe el libro Derechos


Humanos, pedagogía de la memoria y políticas culturales24, editado por Ximena Erazo,
Gloria Ramírez y Marcia Scantlebury. Este texto reúne diversos artículos, que están
orientados al rescate de la memoria y al tratamiento de las materias de Derechos Humanos
en América Latina. Es por ello, que este documento entrega una visión explicativa respecto
a los procesos de transición a la democracia, sobre las políticas de reparación en lo que
concierne a los Derechos Humanos. Además los autores se encargan de detallar las cifras
de detenciones y desapariciones a nivel latinoamericano, y las acciones que ha tomado la
justicia e instituciones internacionales respecto a estos casos. En estos capítulos, se

23
Ibíd. p. 24.
24
ERAZO, Ximena, RAMÍREZ, Gloria y SCANTLEBURY, Marcia (ed.). Derechos Humanos, pedagogía de
la memoria y políticas culturales. Chile: LOM Ediciones, 2011. 156 p.

16
entregan los datos correspondientes a cada proceso, pero no se emiten juicios valóricos que
puedan llevar al lector a una u otra posición.

En el caso particular de Chile, se explica un poco más detalladamente la importancia de la


memoria, y la relevancia que tiene para interpretar y significar al pasado. Ya que, en la
comprensión de ésta, radica en cómo construimos nuestras identidades y nos
desenvolvemos con el entorno que nos rodea. En resumidas cuentas, la memoria se
constituye por valores, normas, creencias e ideologías.

A partir de lo anterior, las autoras afirman que es realmente importante abordar los
procesos que tienen relación con las políticas de violaciones masivas y sistemáticas, de tal
modo, que la historia oculta tras cada una de las detenciones sea develada, para que así se
cumplan dos objetivos. El primero considera entregar a los culpables a la justicia, mientras
que el segundo, consiste en que los familiares de las víctimas puedan transformar sus
testimonios en una experiencia terapéutica.

Podemos mencionar, que este texto aborda una panorámica más bien general de los abusos
a los Derechos Humanos, pero en mayor medida, el texto intenta ilustrar al lector sobre la
importancia que tiene el resguardo de la memoria para la historia reciente.

Habiendo mencionado la importancia de la memoria en el libro anterior, podemos dar paso


a un escrito que desglosa parte de lo sucedido el 11 de septiembre de 1973 es El perdón
imposible. No solo Pinochet25 de Julio Scherer García. Este periodista y escritor mexicano,
devela las responsabilidades que atañen a los altos mandos de las Fuerzas Armadas, en lo
acontecido durante el Golpe de Estado. En este sentido, el autor establece que la
responsabilidad de las decisiones que se tomaron en ese entonces, no solo corresponde a
Augusto Pinochet; sino que, también existieron más implicados en lo que significó la
derrota de la Unidad Popular. Además deja entrever de forma bastante descarnada la
impunidad de los actos cometidos durante este periodo, lo cual era justificado por los
integrantes de la Junta Militar, como un acto que iba dirigido al bienestar de la nación.

25
SCHERER, Julio. El perdón imposible. No solo Pinochet. México: Fondo de Cultura Económica, 2005.
229 p.

17
Este libro es una recopilación de entrevistas, crónicas y declaraciones de quienes vivieron
en el periodo del Régimen Militar, y representa un aporte para la investigación, ya que
muestra las visiones de algunos de los altos mandos con respecto a la intervención militar
del 11 de septiembre. Este texto rescata algunas de las entrevistas realizadas durante este
periodo, las que se entremezclan con la experiencia del periodista. Éstas, revelan detalles de
algunas de las conversaciones más importantes con integrantes de la Junta Militar y testigos
que presenciaron el allanamiento de la casa presidencial, ubicada en Tomás Moro, el día del
Golpe de Estado.

Desde el 11 de septiembre de 1973, las detenciones y las consecuentes ejecuciones y


desapariciones se vuelven sistemáticas en el tiempo, transformándose en políticas de
Estado, y dentro de este contexto podemos destacar los textos que siguen a continuación.

Ya adentrándonos en el contexto que compete más al tema de investigación propiamente


tal, tenemos el libro Chile, un largo septiembre26, de carácter autobiográfico y estilo
ensayístico. El texto rememora y explica lo sucesos ocurridos a partir del Golpe de Estado,
por medio del relato testimonial de Patricio Rivas, miembro del Movimiento de Izquierda
Revolucionaria. El autor pormenoriza los hechos más relevantes del mes de septiembre,
tomando la perspectiva de algunos de sus compañeros del MIR a modo de relato en primera
persona, dando a conocer las tácticas de tortura y detalles sobre algunas desapariciones.
Este libro es una narración de algunos de los sobrevivientes de la desaparición forzada y la
tortura, y entrega una perspectiva del acontecer histórico del momento. Pese a que no tiene
directa relación con el objeto de estudio de esta investigación, el texto nos aporta las
experiencias de Patricio Rivas, ex dirigente del MIR y testigo de los sucesos del 11 de
septiembre. Este testimonio, contribuye una panorámica de lo que sucedió tras las
detenciones en algunos recintos del país.

Por otro lado, y contraponiéndose a la visión anterior, tenemos la perspectiva en favor del
Régimen, que nos entrega el texto La verdad olvidada del terrorismo en Chile 1968-199627
escrito por el periodista Arturo Castillo Vicencio. Este libro señala, que la llegada de los
26
RIVAS, Patricio. Chile, un largo septiembre. Santiago, Chile: LOM Ediciones, 2007. 255 p.
27
CASTILLO, Arturo. La verdad olvidada del terrorismo en Chile 1968-1996. Santiago, Chile: Editorial
Maye. 2007. 197 p.

18
militares viene a frenar la enfermedad que aquejaba a Chile, durante el Gobierno de la
Unidad Popular. A su vez, distingue que el terrorismo viene de los grupos paramilitares de
extrema izquierda, por lo cual, desde su punto de vista, la intervención de las Fuerzas
Armadas era necesaria e inevitable, y para demostrarlo elabora una lista de los atentados de
estos grupos extremistas. Es un texto que sirve para confrontar la mirada crítica de la
contraparte, y conocer las formas de percibir la intervención militar. En esta medida, es
posible plantear la discusión, si este fue un Golpe o un Pronunciamiento, y si dichos actos
de esa llamada izquierda extremista, justifican las desapariciones forzadas y las torturas a
las que se vio enfrentado el país desde el 11 de septiembre de 1973.

Otro texto que trabaja el tema de los detenidos desaparecidos es Historia para no olvidar.
Chile 1976…28 de Héctor Salazar y Nancy Guzmán. La investigación, realizada en base a
documentación oficial y entrevistas hechas a los implicados, se encarga de develar las
acciones de denuncia pública con respecto a la violación de los Derechos Humanos de
cinco abogados ante la Sexta Asamblea Anual Ordinaria de la Organización de los Estados
Americanos, que sesionó en junio de 1976 en Santiago de Chile. Dicha reunión fue
controlada por agentes de la DINA, siguiendo los pasos de cada uno de los embajadores
invitados. Este texto devela el poder excesivo con el que contaban los agentes de seguridad,
partiendo por el autonombramiento de Augusto Pinochet, como Presidente de la Junta
Militar y Jefe Supremo de Estado.

Además, este trabajo se hace cargo de exponer los planes del general Pinochet para negar
todas las acusaciones hechas en su contra, sobre las políticas de violaciones a los Derechos
Humanos. Las cuales, constaban en indicar que dichas recriminaciones se trataban de
supuestas campañas falsas, montadas desde Moscú. Esto, se contraponía a toda la evidencia
que la Vicaría de la Solidaridad tenía en su poder, pues, en ese entonces acogía gran parte
de las denuncias por detenciones y desapariciones.

Los abogados que se atrevieron a denunciar los abusos a los Derechos Humanos, que se
venían produciendo desde el 11 de septiembre de 1973, querían demostrar que “el terror de

28
SALAZAR, Héctor y GUZMÁN, Nancy. Historia para no olvidar. Chile 1976… Santiago, Chile: Editorial
Catalonia. 2009. 108 p.

19
la desaparición había sembrado la parálisis en las organizaciones políticas y sociales.”29
Esta primera denuncia, hizo que muchos organismos reaccionaran defendiendo el Régimen
Militar, incluso el Colegio de Abogados no prestó apoyo a los colegas que se atrevieron a
acusar las malas prácticas llevadas a cabo por quienes detentaban el poder. Este texto
constituye una de las primeras denuncias sobre abusos a los Derechos Humanos, luego de
tres años de crímenes y desapariciones forzadas de muchos chilenos que se oponían al
Régimen.

Para hacer referencia a la contextualización del proceso investigado, podemos destacar la


reciente edición actualizada de La Conjura. Los mil y un días del Golpe30 de la periodista
Mónica González. En este libro se explica, en forma pormenorizada, cómo se planeó el
asalto a La Moneda y quiénes fueron los ideólogos responsables de este suceso, que marcó
el comienzo un régimen militar, por medio de la realización de numerosas entrevistas que
la autora fue recopilando durante su carrera en torno a este tema.

En su relato, la periodista detalla los meses anteriores y los pasos de quienes se encontraban
tras la conspiración contra el Presidente Allende; también, esclarece la perspectiva de cada
bando el día 11 de septiembre, develando la posición de las Fuerzas Armadas y la del
Gobierno Socialista. La investigación narra con gran detalle lo que sucedió antes y después
de que se atacara La Moneda, palacio presidencial. Asimismo, registra las circunstancias en
las que el general Pinochet llegó a transformarse en un dictador, con el uso de fuentes
inéditas, como entrevistas y archivos secretos.

La Directora del Centro de Investigación Periodística (CIPER Chile), hace uso frecuente de
fuentes primarias para respaldar la narración sobre los mil días del gobierno de Allende,
contrastando sus entrevistas publicadas con un relato coloquial en tercera persona. Un
detalle no menor, es que al final del libro ella no hace una lista de las fuentes y referencias
utilizadas, pero si hace entrega de un anexo rico en documentación respecto a la situación
política nacional desde 1969 hasta 1973, los que incluyen estudios, memorándum secretos

29
SALAZAR y GUZMÁN, Op. Cit, p. 16.
30
GONZÁLEZ, Mónica. La Conjura. Los mil y un días del Golpe. Santiago, Chile: Editorial Catalonia. 2013.
568 p.

20
de las Fuerzas Armadas, cartas entre generales, el acta de la constitución de la Junta Militar,
la autopsia del presidente Allende, entre varios otros.

Aunque revela algunas de las fuentes utilizadas, la mayoría entrevistas ya publicadas, deja
información sin develar. Es en este punto, donde se puede ver la diferencia entre una
investigación histórica y una periodística, en la revelación de las fuentes. En definitiva este
libro es uno de los mejores trabajos periodísticos referidos al tema del Golpe Militar, pues
hace referencia a un punto de vista diferente con información que no había sido conocida.
Se encarga de mostrar la conspiración contra el gobierno de la UP, desde una mirada
global, no solo tomando en cuenta el punto de vista de las víctimas; sino que también,
tomando en consideración el rol protagónico de las FF.AA., y la importancia que tuvo la
sublevación de los militares en este proceso histórico.

Contraponiéndose a la perspectiva anteriormente expuesta, uno de los libros más


destacados en la temática del periodo militar, y que se enfoca directamente en el acontecer
de los detenidos desaparecidos y de los ejecutados políticos, pertenece a la cientista política
Antonia García Castro. Esta autora publicó su tesis doctoral en sociología en Francia en el
año 2002, y posteriormente se transformó en el libro La muerte lenta de los desaparecidos
en Chile31, con el apoyo del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.

Esta investigación, se centra en la desaparición forzada de quienes eran considerados los


enemigos ideológicos del Régimen Militar, recopilando las distintas fuentes documentales
y testimoniales que estaban disponibles hasta ese momento. Se detallan historias de vida,
tanto de víctimas como de familiares de detenidos, determinando las circunstancias
políticas en las que se encontraba el país y analizando cómo se vivían los procesos de
detención. La autora establece, que las desapariciones fueron una práctica de poder llevada
a cabo por la Junta Militar.

El trabajo aborda el periodo de 1973 hasta comienzos del año 2000, enfatizando la labor de
las familias de los detenidos, en la búsqueda de la verdad sobre lo que había sucedido con
cada uno de ellos. Además, la cientista política, aporta con una definición concreta al

31
GARCÍA, Antonia. La muerte lenta de los desaparecidos en Chile. Santiago, Chile: Fondo Nacional de
Fomento del Libro y la Lectura. 2011. 302 p.

21
concepto de detenido desaparecido. En el relato se desarrollan las etapas del proceso de
detención, iniciando con la intervención de los militares en los hogares de Chile, la
desaparición, la irrupción de los familiares buscando respuestas, concluyendo, en algunos
casos, con las reapariciones de los cuerpos, aunque sin ser acompañados por la justicia. En
resumidas cuentas, el texto busca desplegar, en todas sus perspectivas, el concepto de
detenido desaparecido en el tiempo.

Como ya hemos realizado un recorrido contextual, en relación a la panorámica general


política y de Derechos Humanos, podemos apuntar a los libros que tienen directa relación
con el objetivo de esta investigación. Éste corresponde, a las circunstancias en las que se
realizaron las detenciones de algunos integrantes del dispositivo de seguridad del presidente
Allende el día 11 de septiembre de 1973.

Uno de los libros que analiza con mayor detalle lo sucedido durante el día del Golpe
Militar, y que aporta con datos relevantes a la investigación, es Páginas en blanco. El 11 de
septiembre en la Moneda32 de Paz Rojas, Viviana Uribe, María Eugenia Rojas, Iris Largo, Isabel
Ropert y Víctor Espinoza, especialistas en Derechos Humanos, pero también familiares y
víctimas del periodo militar.

Esta obra se enmarca en la reconstrucción del contexto histórico de lo acontecido el 11 de


septiembre de 1973, respecto al panorama político de ese entonces, y sobre las
circunstancias y antecedentes, en relación a las detenciones realizadas desde el día del
Golpe. Dicha investigación no tiene directa relación con el Patio 29, pues en ese entonces
los procesos judiciales y verificación de los cuerpos de las víctimas no estaban tan
avanzados como sí lo están en estos días. Sin embargo, dedica un espacio importante del
relato a los desaparecidos del 11 de septiembre, específicamente al grupo que fue
aprehendido en las afueras de la Intendencia.

Este ejemplar, trata las cuestiones referentes a las violaciones a los Derechos Humanos,
utilizando como pilares de la investigación, los Informes realizados por la Comisión

32
ROJAS, Paz, “Et al”. Páginas en blanco. El 11 de septiembre en la Moneda. Santiago, Chile: Ediciones B.
2001. 401 p.

22
Nacional de Verdad y Reconciliación33 y la Corporación Nacional de Reparación y
Reconciliación, dando cuenta de los pormenores sobre lo sucedido con muchos de los
detenidos del día 11. No obstante, los autores de este libro señalan que estas fuentes
“revelaron solo una verdad incompleta, parcial, escondida, no cumpliendo con los
requisitos básicos que exigen las normas jurídicas internacionales vigentes en la actualidad,
cual es nombrar a los responsables de violaciones de derechos humanos”34.

Los autores afirman, que en los informes no se encuentran presentes los responsables de los
delitos cometidos durante el Régimen, por lo cual, ellos se proponen encontrar a los
presuntos culpables por medio de una indagación rigurosa, en base a fuentes documentales,
institucionales, artículos de prensa, memorias y testimonios, con el objetivo de
complementar el trabajo de estas comisiones con testimonios, a veces de familiares y en
otras ocasiones de sobrevivientes de los recintos de detención, por lo que muchos de ellos
son trascendentales para buscar las motivaciones y circunstancias de los asesinatos.

A su vez, los autores efectúan una radiografía de quienes estuvieron vinculados en el


proceso que desencadena el Régimen Militar, dando cabida a posibles objetos de estudio
para hacer investigaciones futuras sobre ellos; sin embargo, le dan un espacio importante a
quienes fueron arrestados el 11 de septiembre de la Moneda. El relato contiene la
explicación del camino que siguió el grupo de estudio, desde que fueron detenidos, hasta
que se les ejecutó en el Puente Bulnes. También, desentraña quiénes son los presuntos
responsables de los homicidios.

En esta misma línea, otro texto que es trascendental en la investigación y que tiene que ver
con las primeras víctimas del 11 de septiembre de 1973, es La Memoria y el Olvido:
detenidos desaparecidos en Chile35 de Elías Padilla. Este libro fue presentado
originalmente, como memoria para obtener la Maestría en Sociología en la Universidad

33
CHILE. CORPORACIÓN Nacional de Reparación y Reconciliación, Informe de la Comisión Nacional de
Verdad y Reconciliación, Vol. I, Tomo 1, Santiago, Chile: Corporación Nacional de Reparación y
Reconciliación, Reedición diciembre de 1996. 438 p.
34
ROJAS, “Et al”, Op. Cit. p. 9.
35
PADILLA, Elías. La Memoria y el Olvido: detenidos desaparecidos en Chile. Santiago, Chile: Ediciones
Orígenes. 1995. 151 p.

23
Católica de Lovaina, Bélgica, en el año 1994, y en Chile fue publicado en 1995 con las
primeras indagaciones oficiales acerca de lo que sucedió con los primeros detenidos. Esta
investigación intenta explicar el contexto de las torturas y desapariciones durante el
régimen militar, planteando correspondieron a políticas de terrorismo de Estado. El trabajo
monográfico de Padilla, aporta importantes datos cuantitativos con respecto a quiénes y
cuántos detenidos desaparecieron durante los primeros años del periodo militar, además
menciona los posibles lugares donde podrían estar sus cuerpos. Dicha información, fue
obtenida en instituciones y organismos de Derechos Humanos.

La información entregada en el anexo de la investigación es tremendamente valiosa, pues


permite contrastar y analizar los datos mencionados con los que se manejan en la
actualidad. Además se incluyen varias cartas abiertas de los distintos actores sociales
involucrados en el proceso histórico. Este libro fue publicado en momentos en que se
esperaban respuestas y soluciones sobre los miles de detenidos de los que aún no se conocía
su paradero. Más, cuando el año anterior, 1994, la Comisión Nacional de Verdad y
Reconciliación había entregado los primeros informes que contenían el registro de las
numerosas víctimas que dejó el régimen militar. En esa oportunidad, muchas familias
quedaron disconformes con los resultados expuestos en la documentación y los testimonios
ofrecidos por la Comisión Rettig.

El autor define y explica, por qué las políticas de desaparición forzada realizadas por las
Fuerzas Armadas, corresponden a una expresión de terrorismo de Estado. De acuerdo al
autor, los militares legitimaron su accionar con la amenaza del peligro externo, y se
autoproclamaron guardianes de la seguridad de la nación. Por lo cual, en pos de esta
misión, el sistema debía ser represivo en tres niveles estructurales: primero oprimiendo las
relaciones socioeconómicas; posteriormente, se da el paso a la represión ordinaria del
Estado; y por último, la represión se convierte en violencia, al punto de transgredir el
derecho nacional e internacional36. En esta medida, el autor califica la desaparición forzada
como un crimen político que está completamente impune, pues, hasta esa fecha, no se
encontraban jurídicamente tipificados. Hoy son reconocidos como crímenes de lesa
humanidad.

36
PADILLA, Op. Cit. p. 25.

24
Otro texto que aborda algunos de los hechos que destacan durante el 11 de septiembre y
que trata específicamente el objeto de estudio que afrontamos en esta investigación, es el
libro del historiador Patricio Quiroga, Compañeros El GAP: La Escolta de Allende37, que
recupera la historia del dispositivo de seguridad del Presidente, conocidos como el Grupo
de Amigos Personales, quienes durante el periodo de la Unidad Popular se encargaron de
resguardar al mandatario en sus actividades.

El autor pretende dar a conocer, con una narración muy subjetiva, las vivencias de los
miembros del GAP, contextualizando el acontecer internacional respecto de los avances y
retrocesos del socialismo. Para luego, ahondar en los hechos más relevantes de los
sobrevivientes de este grupo, y responder así a una pregunta fundamental: ¿qué pasó?,
puesto que muchas de las fuentes referentes al GAP fueron incautadas, quemadas o
abandonadas. El rescate de la identidad de estos agentes, rompería con la amnesia
histórica, según las palabras del autor, y generaría, por medio de los testimonios, una
explicación más acertada, acerca de la responsabilidad de este grupo de personas en este
periodo.

En sus capítulos finales, el libro descubre lo sucedido el día 11 de septiembre de 1973,


narrando no solo lo acontecido en la Región Metropolitana, sino que también dedica líneas
a describir lo que pasó en el resto del país con los agentes del GAP. Una sección
especialmente relevante para la investigación, son los capítulos Tomás Moro 200 y
Aniquilamiento. En el primer apartado mencionado se explican los hechos sucedidos en la
casa presidencial, y sus cercanías el día del Golpe, esclareciendo cómo fueron vividos estos
momentos de tensión por los integrantes del GAP. En tanto que, el segundo capítulo detalla
quiénes se encontraban en la Moneda con el Presidente Allende, mencionando
sobrevivientes y desaparecidos y, además, caracterizando a los distintos grupos que se
encontraban allí. Los agentes del GAP que estaban allí eran veinte. El autor, en este
capítulo, indica las circunstancias en las que fueron detenidos luego de que los militares
tomaran definitivamente la Moneda.

37
QUIROGA, Patricio. Compañeros El GAP: La Escolta de Allende. Santiago, Chile: Aguilar Ediciones.
2001. 289 p.

25
En la introducción del libro, el autor enfatiza que la investigación fue realizada en base a
fuentes testimoniales, pues la documentación oficial sobre el GAP había sido destruida. El
relato se construye con las versiones de algunos sobrevivientes del dispositivo y testigos del
proceso histórico. Ante lo cual, el texto se transforma en un registro memorial que
desenvuelve el origen, el desarrollo y el desenlace de la participación del Grupo de Amigos
Personales en la administración del presidente Allende. Sin embargo, hay que precisar que
Quiroga no desglosa ni hace mención de una lista de las fuentes testimoniales utilizadas en
la investigación, ni tampoco de la utilización de bibliografía pesquisada, para contextualizar
las circunstancias sobre las que se refiere en el libro.

Ya en la fase final de la línea investigativa, en la que nos preguntamos qué sucedió con los
cuerpos de los investigados y dónde fueron a parar, nos encontramos con El Patio 29 del
Cementerio General de Santiago. Un lugar emblemático, al que se le ha vinculado en
algunos textos, con las detenciones del 11 de septiembre de 1973, que se llevaron a cabo en
el sector de la Moneda. Sin embargo, son pocos los textos que pormenorizan y explican
cómo los cuerpos de algunos de los integrantes del GAP fueron a parar a este lugar.

Desde una perspectiva más general, el texto Ellos se quedaron con nosotros38, realizado por
los colegas de los desaparecidos, se encarga de hacer un seguimiento a profesionales del
área de la salud, que fueron detenidos y posteriormente asesinados, durante los primeros
años del periodo militar. Esta investigación, hecha a base de testimonios de familiares y
amigos de las víctimas, desentraña y construye un relato sobre las circunstancias en que
veintiún médicos fueron detenidos y torturados, para terminar siendo sepultados en el Patio
29. De acuerdo a las autoras, este texto tiene la finalidad de rescatar la memoria de los
caídos a causa de sus creencias e ideales políticos, que iban contra los dictámenes del
Régimen Militar.

En el capítulo II39 de este libro, se muestra el trabajo hecho por el Servicio Médico Legal, e
indica lo difícil que ha sido para la Institución, desde una perspectiva emocional,

38
MALDONADO, Rubí, “Et al”. Ellos se quedaron con nosotros. Santiago, Chile: LOM Ediciones. 1999.
287 p.
39
MALDONADO, Rubí, “Et al”. ¿Dónde están los médicos Detenidos Desaparecidos? En su: Ellos se
quedaron con nosotros. Chile: LOM Ediciones, 1999. pp. 41-50.

26
contactarse con los familiares de las personas que tienen en sus manos; sin abandonar la
objetividad y la rigurosidad de la investigación. Las autoras explican que, la mayor
dificultad a la hora de realizar esta investigación fue enfrentar los conflictos de las familias,
ya que, estos se derivaban de los traumas psicológicos a raíz de las desapariciones de sus
familiares. Por tanto, las investigadoras se encontraron con una actitud de angustia y
desconfianza. Este trabajo cuenta con numerosas fuentes testimoniales, que sin duda,
trascienden en la investigación, pues entregan datos muy importantes sobre al Patio 29 y
algunas de las víctimas.

La información entregada por este libro, de carácter memorial y testimonial, tiene datos que
sirven para elaborar una buena investigación con respecto al Patio 29, pero parece ser que
las autoras se centran en el dolor de los familiares de las víctimas, y lo asumen como
temática central, pasando a segundo plano lo sucedido con cada uno de los arrestados. Las
autoras del texto y colegas de los detenidos desaparecidos, se enfocan en engrandecer las
figuras de quienes murieron de manera injusta, por lo que, de alguna manera los capítulos
pierden objetividad.

Desde una perspectiva más académica, uno de los textos más notables respecto al recinto en
cuestión, es Patio 29: tras la cruz de fierro40, de Javiera Bustamante y Stephan Ruderer.
Ambos autores trabajan con la historia de este lugar, utilizando una metodología que se
sustenta principalmente en entrevistas, y tiene por objetivo enfatizar el valor patrimonial e
histórico de este sector del cementerio.

La perspectiva asumida por los autores supone la reconstrucción histórica de este lugar. Es
una de las pocas investigaciones dedicada de manera exclusiva al tema. Muestra claramente
los hechos trascendentales del Patio 29, pero siempre enfatizando en el objetivo de las
necesidades patrimoniales de este lugar. Otro aspecto que es necesario destacar sobre este
libro, es que los autores orientan el texto hacia los testimonios de los familiares de las
víctimas que se encuentran en el Patio 29, sin contraponer esa posición con la perspectiva
militar. Este texto, evidencia en el pasar de los capítulos, las microhistorias de un par de

40
BUSTAMANTE, Javiera y RUDERER, Stephan. Patio 29: tras la cruz de fierro. Santiago, Chile: Ocho
Libros Editores. 2009. 195 p.

27
familias, que relatan su experiencia con la desaparición y la infructuosa búsqueda de años
para ubicar los cuerpos, para finalmente encontrarlos en este recinto. Por otra parte, la
investigación brinda una lista de las víctimas identificadas por el Servicio Médico Legal,
hasta el año 2009, y el lugar donde fueron detenidos.

Es posible señalar que este libro deja muchos aspectos claros en torno a las víctimas, pero
no explica los motivos por los cuales esos detenidos llegaron al Patio 29. Muchos de los
individuos enterrados en este lugar fueron ingresados como N.N. Varios años más tarde,
fueron identificados por el Servicio Médico Legal, y reconocidos como ejecutados
políticos. Los investigadores, dejan registro del trabajo de búsqueda realizado por los
familiares, narrando cómo fueron los primeros años, las políticas que vinieron con el
regreso a la democracia, y los graves errores en la identificación de las identidades de los
cuerpos.

Sin duda, es un libro que pretende hacer una reconstrucción del pasado y una valoración de
la memoria y del patrimonio. Lamentablemente, son muchas las informaciones que hasta el
día de hoy se desconocen, y no permiten relatar minuciosamente las circunstancias en que
los cadáveres fueron enterrados en el Patio 29.

Habiendo realizado este barrido bibliográfico, es posible concluir que todavía falta mucho
por investigar con respecto a los miembros del GAP, quienes fueron detenidos el 11 de
septiembre de 1973. Muchos de ellos fueron asesinados y lanzados al mar o enterrados en
el Patio 29 del Cementerio General. Cabe destacar, que los casos estudiados, siguen siendo
investigados por la justicia, y prontamente se espera la resolución y el dictamen para los
presuntos culpables. Este hecho, complejiza la realización de la investigación, debido a la
confidencialidad de la información.

Existen otros libros que abordan lo acontecido durante el 11 de septiembre de 1973, pero
que no han sido trabajados en esta discusión bibliográfica, ya que detallan algunas de las
detenciones forzosas, pero que no se refieren particularmente a los casos del GAP, Grupo
de Amigos Personales del Presidente.41

41
STERN, Steve. Recordando el Chile de Pinochet: en vísperas de Londres 1998. Santiago, Chile: Ediciones
Universidad Diego Portales, 2009. 283 p.

28
CAPÍTULO 1. CHILE Y SU VINCULACIÓN CON LA GUERRA FRÍA

El siglo XX ha sido uno de los periodos históricos más conflictivos a nivel mundial,
ya que en él se han desarrollado dos guerras mundiales, movilizaciones, revoluciones y
diversos totalitarismos. Quienes desencadenaron dichos conflictos, utilizaron todas las
tecnologías y armamentos disponibles, pues los avances científicos y la inversión
económica incidieron en su producción. Por lo demás, en este siglo las disputas se
volvieron masivas.

“Las mayores crueldades de nuestro siglo han sido las crueldades impersonales de la decisión
remota, del sistema y la rutina, especialmente cuando podían justificarse como deplorables
necesidades operativas. Así pues, el mundo se acostumbró al destierro obligatorio y a las matanzas
perpetradas a escala astronómica, fenómenos tan frecuentes que fue necesario inventar nuevos
términos para designarlos: «apátrida» o «genocidio»”42.

Durante la segunda mitad del siglo XX, y después de otros varios conflictos en las
relaciones internacionales, el periodo de Guerra Fría se convirtió en un proceso
desestabilizador para todos los países que se vieron involucrados, puesto que el mundo se
vio ideológicamente dividido. La polarización global, a raíz de dogmas ideológicos y
poderío político y económico, hizo que se enfrentaran dos de las superpotencias que habían
conseguido la victoria durante la Segunda Guerra Mundial: Estados Unidos y la Unión
Soviética. Confrontándose el Liberalismo Capitalista y el Comunismo. Algunos autores
señalan, que este era un conflicto que se veía venir, debido a “la habitual política de
poder”43; ya que, en 1945 los vencedores de la guerra emergen como las potencias más
poderosas. Una vez solucionado el conflicto en común, el distanciamiento político y las

OLEA, Raquel y GRAU, Olga (compiladoras). Volver a la memoria. Santiago, Chile: LOM Ediciones, La
Morada, 2001. 156 p.
CHILE. COMISIÓN Chilena de Derechos Humanos. Nunca más en Chile. Síntesis corregida y actualizada
del Informe Rettig. Santiago, Chile: LOM Ediciones, 1999. 231 p.
VERDUGO, Patricia. De la tortura no se habla. Santiago, Chile: Editorial Catalonia, 2005. 228 p.
BARCELÓ, Patricia y ROJAS, María Paz. Tortura y Resistencia en Chile. Santiago, Chile: Ediciones Radio
Universidad de Chile, 2013. 324 p.
42
HOBSBAWM, Eric. Historia del siglo XX. Buenos Aires, Argentina: Crítica, 2011. 612 p.
43
HOWARD, Michael (Ed.). Historia Oxford del siglo XX. Barcelona, España: Planeta, 1999. 719 p.

29
notables diferencias entre estos países, se evidenció con discursos y documentos de ambas
partes que tensionan las relaciones internacionales.

Una vez terminada la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos poseían una fuerza
militar extraordinaria, y su economía creció de tal manera que por sí sola tenían el
cincuenta por ciento del producto interno bruto mundial. Por lo cual, muchos países
europeos comenzarían a depender financieramente de la potencia americana. Como era el
caso de Inglaterra, que después de la guerra era incapaz de solventar los gastos de las
consecuencias bélicas. Ante esto, Estados Unidos tomó la responsabilidad de proteger la
seguridad de Europa, entregando recursos económicos, previniendo el avance de cualquier
ideología que fuese en contra de su poderío44. Sin embargo, la URSS se posicionaba como
la nueva amenaza al dominio occidental, pues era una potencia que pretendía influir sobre
otras naciones en base a la ideología comunista, implantando un nuevo sistema político y,
al igual que Estados Unidos, pretendía utilizar la influencia económica. Es importante
destacar, que con su participación victoriosa durante la Segunda Guerra Mundial, consiguió
prestigio por su fuerza militar y reforzó la idea de que su doctrina era la del “verdadero
progreso y de justicia social”45.

Iósiv Stalin aprovechó esta valiosa oportunidad para tomar el control de Europa Oriental, lo
que fue entendido por Estados Unidos como una muestra del surgimiento de un nuevo
totalitarismo, ante lo cual, la política exterior norteamericana tomó medidas inmediatas de
contención, contra el posible peligro que implicaban las acciones de la Unión Soviética.

Un primer atisbo del quiebre entre estas naciones, se demuestra con la aplicación de la
denominada Doctrina Truman en el año 1947. El entonces Presidente de Estados Unidos,
Harry Truman, realizó un discurso el 12 de marzo ante el Congreso, en el que se dio a
entender la necesidad de contener toda ideología que amenazara a los pueblos libres. Una
vez aclarada la posición de Estados Unidos, la potencia decidió entregar apoyo económico
a Grecia y Turquía, pues estaban siendo presionados por la URSS. A este soporte

44
Ibíd. p. 251.
45
Ibíd. p. 252.

30
financiero se le conoce como Plan Marshall46. Por lo demás, es necesario destacar que el
discurso realizado por Truman marca un precedente, debido a que él entrega una imagen de
mundo dividido en dos estilos de vida: libertad v/s tiranía. Esta fue la primera medida de
contención por parte de Estados Unidos.

“Las grandes potencias están condenadas a desconfiar unas de otras, pues lo que han de
hacer para su propia seguridad puede parecerle amenazador a sus vecinos”47, lo cual es
efectivo, puesto que la Unión Soviética impulsaba su poderío hacia el objetivo de la
expansión territorial. Cabe mencionar, que este proyecto chocaba con los ideales de los
países más cercanos, ya que implicaba un nuevo modo de organización de las áreas más
relevantes de la sociedad, como lo son la política y la economía. Se pretendía adecuar estos
pilares a la ideología comunista.

En tanto que la carrera armamentista fue otro punto que acentuó las diferencias ideológicas,
ya que de acuerdo a lo planteado por Lawrence Freedman en Historia Oxford del siglo XX,
se originaron diversas “organizaciones e intereses militares, apoyados por la aterradora
potencia sin precedentes de las armas atómicas.”48 Lo que, indudablemente, militarizó las
relaciones políticas internacionales entre ambas superpotencias, aumentando la
desconfianza y el resquemor. Aunque no llegaron a enfrentarse directamente en el campo
de batalla, parte de sus adherentes sí lo hicieron, tales son los casos de Corea en 1950, y
Vietnam en 1959.

46
El Plan Marshall fue el Programa de Reconstrucción Europeo, expuesto por el Secretario de Estado, George
Marshall, el 5 de junio de 1947 en la Universidad de Harvard. Dicho Plan tenía la finalidad de ayudar
económicamente a los países afectados por las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial, así como
también la de prevenir la expansión del Comunismo por Europa, manteniendo así los regímenes
democráticos. El Plan fue aprobado por el Congreso en abril de 1948, a raíz del golpe comunista en Praga en
febrero del mismo año. Más de trece mil millones de dólares fueron entregados entre 1947 y 1952. Véase en:
Historia de las Relaciones Internacionales durante el siglo XX [en línea]. España: Historia Siglo 20, 2014.
[Fecha de consulta: 10 de abril de 2016]. Disponible en:
<http://www.historiasiglo20.org/GLOS/planmarshall.htm>.
47
HOWARD, Op. cit. p. 250.
48
Ibídem.

31
En este contexto, la situación entre los bloques ideológicos era cada vez más tensa, por ello
las potencias involucradas buscaron comprometer a los países del mundo con distintas
medidas políticas y económicas, de modo que se formó una verdadera bipolarización. Las
diferencias se hicieron cada vez más fuertes, pero este conflicto nunca se materializó en
forma directa entre las potencias norteamericana y soviética, sino que por el contrario, la
disputa se daba más allá de sus fronteras. Por esto, la articulación de acuerdos con países
aliados o satélites fue vital, porque en estos ejes las ideologías sí se vieron enfrentadas.

Los historiadores Thomas Skidmore y Peter Smith, en su libro Historia Contemporánea de


América Latina49, determinaron que el primer paso del bloque norteamericano, durante la
administración de Truman, fue lograr que las naciones latinoamericanas rompieran
relaciones con la URSS, lo cual tuvo gran éxito, pues gran parte de los países lo hizo, a
excepción de Argentina, México y Uruguay. Una vez logrado este primer objetivo, Estados
Unidos influyó para que los gobiernos latinos proscribieran a los Partidos Comunistas, por
lo que, ambos historiadores concuerdan en la sensibilidad de las elites respecto a las pautas
dictadas por los norteamericanos, se debió a los recursos económicos provenientes de
Estados Unidos. Fue este motivo, el que encauzó a los dirigentes políticos a asumir una
posición en este conflicto. Aunque todo esto no impidió que la influencia de la Unión
Soviética avanzara hacia Latinoamérica, sobre todo hacia los sectores populares.

El peligro revolucionario y el avance del comunismo no solo se encontraban en Europa o


Asia, sino que se hizo verdaderamente cercano a Estados Unidos con la Revolución
Cubana, que desmoronó el régimen dictatorial de Fulgencio Batista el 1° de enero de 1959.
Dicha afrenta fue liderada principalmente por Ernesto “Che” Guevara y Fidel Castro. Este
acontecimiento significó un potencial peligro para Estados Unidos por dos factores. En
primer lugar, por la cercanía geográfica, y en segundo lugar, el fracaso de las políticas de
contención anticomunistas para América Latina podría representar la infiltración de la
doctrina de izquierda en la dinámica revolucionaria. Además, la Revolución Cubana denotó
una pérdida económica, puesto que durante el periodo de Batista eran los norteamericanos
quienes manejaban los intereses comerciales del azúcar, principal producto de exportación

49
SKIDMORE, Thomas y SMITH, Peter. Historia Contemporánea de América Latina. Barcelona, España:
Crítica, Grijalbo Mondadori, 1996. 490 p.

32
de Cuba. Esta industria dominó la economía cubana, y fue el producto que llegó a
estructurar las clases y las relaciones sociales50.

“No solo el capital estadounidense se apropió de la mayor parte de las plantaciones y las centrales,
sino que Estados Unidos se convirtió con mucho en el mayor cliente de las exportaciones del azúcar
cubanas, al soler comprar de un 75 a un 80 por 100 del total. Esto aportó una dimensión política
compleja a la dependencia económica cubana hacia Estados Unidos.” 51

Entendiendo lo anterior, Estados Unidos, previo a la revolución, había conseguido adquirir


el control económico de Cuba. Sin esta inversión, el mercado azucarero no habría logrado
una posición competitiva, por lo tanto, Cuba dependía de las decisiones de su principal
inversor. Esta situación trajo consecuencias positivas y negativas para el país azucarero,
pues, por un lado esto trajo prosperidad a la economía de la isla, pero por otro parte, se
produjeron enormes desigualdades sociales y económicas, ya que las clases obreras urbanas
y rurales tenían escasa comunicación. Los sectores sociales de Cuba, tenía entre sus
escalafones a la clase acomodada, compuesta por empresarios extranjeros y algunos
propietarios nativos; la que se contraponía a la clase media, que era amplia, amorfa, sin
cohesión ni conciencia. En estas circunstancias, el sociólogo Maurice Zeitlin establece que
el país adquirió normas y valores “de conducta capitalistas, nacionalistas, seculares y
antitradicionales”52, lo que desenvolvió una fuerte división por el poderío económico,
profundizando las brechas de desigualdad entre las clases sociales. Con estas condiciones,
Cuba estaba preparada para realizar una revolución.

Hacia 1959, la polarización política en Cuba era más que evidente, así que la revolución se
desencadenó dejando a Fidel Castro como un héroe, descreditando a toda la clase política
cubana, partiendo por Batista hasta el menor de los cargos comprometido con su dictadura.
Desde esta fecha en adelante, el vacío que había quedado en el poder iba a ser ocupado por
el ejército rebelde, convirtiéndose en una institución política clave, de acuerdo a lo
establecido por el historiador Thomas Skidmore53. Batista viéndose destituido de su cargo,

50
Ibíd. p. 283.
51
Ibíd. p. 286.
52
Ibíd. p. 288.
53
Ibíd. p. 293.

33
solicitó ayuda a Estados Unidos, apoyo que le fue negado, ya que, los norteamericanos
habían visto perjudicados sus intereses, producto de su accionar.

Fue el año 1960 el que definiría las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, ya que Castro
comenzó a tomar decisiones contrarias a los intereses del que había sido su principal
inversor. Entre las principales disposiciones, se destacaba la nacionalización de la
economía, el giro ideológico hacia la Unión Soviética, la constitución de un régimen de
carácter autoritario, y la adopción de una política socioeconómica igualitaria. Uno de los
puntos que más afectaron las relaciones diplomáticas entre ambas naciones, fue el vuelco
hacia la URSS. Éste fue posible, debido al costo del petróleo, ya que Cuba en sus
negociaciones con la Unión Soviética. La potencia le ofrecía un mejor precio si lo
compraba en las compañías rusas. En este contexto, las empresas estadounidenses, que
negociaban con este combustible, no quisieron procesar el crudo en las refinerías ubicadas
en la isla, por lo que Fidel decidió confiscar las empresas petroleras pertenecientes a
EE.UU. Mientras que, en Washington decidieron suspender la cuota azucarera cubana.
Desde este punto, Cuba pasó a convertirse en el adversario de la potencia líder del bloque
occidental54.

Con el peligro latente de la influencia que pudiese tener la revolución de Cuba en los países
del resto de América, Estados Unidos decidió seguir desarrollando y reforzando las
políticas que les permitieran un acercamiento a los países latinos, por el peligro que
significaba la infiltración de los dogmas de izquierda, y la posible influencia que podría
tener la URSS en los Partidos Comunistas que emergieran en cada estado.

“El surgimiento de la Guerra Fría, por lo tanto, tuvo serios efectos desestabilizadores en toda
América Latina, ya que sacaba a relucir de nuevo la confrontación social abierta en los peores años
de la crisis económica internacional durante los primeros treinta. Pero, aun así, el creciente
anticomunismo subido de tono de los Estados Unidos permitió a las derechas más duras apuntarse sin
reajustes al carro norteamericano, mientras que las izquierdas […] se vieron huérfanas de apoyo. […]

54
Ibíd. p. 296.

34
En términos generales, la situación no afectó más que indirectamente a los grandes estados
55
latinoamericanos –Brasil, Chile, México- que se ajustaron a la orientación norteamericana.”

En el año 1961, John F. Kennedy propuso una política dirigida a los países
latinoamericanos, conocida como Alianza para el Progreso. Este programa de ayuda
económica y social, propuso mejorar las condiciones de vida de la región en aspectos
sanitarios, educacionales y de vivienda, además de aumentar la productividad agrícola por
medio de una reforma agraria. Así, se impediría que el resto de los estados siguieran el
ejemplo de Cuba y su revolución. Los países beneficiados que realizaran este programa
recibirían un aporte económico por parte de Estados Unidos, lo que finalmente no se hizo
efectivo. Este proyecto fue aceptado por todos los países integrantes de la Organización de
Estados Americanos56.

Otra de las medidas de contención ideológica utilizada por Estados Unidos, fue la
denominada Doctrina de Seguridad Nacional. Esta política fue instituida hacia 1945, una
vez concluida la Segunda Guerra Mundial, en el contexto de Guerra Fría, con el fin de
desprestigiar a la ideología enemiga y mantener a los países que utilizaran esta herramienta
en continuo estado de alerta ante cualquier posible infiltración de carácter izquierdista. A
raíz de la explosión de la Revolución Cubana en 1959, Estados Unidos decidió enfrentar la
amenaza Soviética usando métodos de contrainsurgencia, es decir, lucha antiguerrilla,
infiltración, técnicas de interrogatorio, entre varios otros. La Doctrina de Seguridad
Nacional se encargó de postular a las democracias occidentales, la existencia de un
enemigo externo, representado por el bloque Soviético, y un enemigo interno, el que estaba

55
VEIGA, Francisco. La Paz Simulada. Una historia de la Guerra Fría. Madrid, España: Editorial Alianza,
1998. 472 p.
56
La Organización de Estados Americanos es un organismo regional creado en 1948, con el objetivo de
lograr "un orden de paz y de justicia, fomentar su solidaridad, robustecer su colaboración y defender su
soberanía, su integridad territorial y su independencia", de acuerdo a lo que establece el artículo 1 de la Carta
de la OEA. Esta Organización reúne a los 35 estados independientes de América y es uno de los principales
foros gubernamentales de discusión política, jurídica y social del Hemisferio. La OEA tiene dentro de sus
pilares la democracia, los Derechos Humanos, la seguridad y el desarrollo.
Véase en: Quiénes Somos [en línea]. Washington: Organización de los Estados Americanos, s.f. [Fecha de
consulta: 4 de marzo de 2016]. Disponible en la Web: < http://www.oas.org/es/acerca/quienes_somos.asp>.

35
configurado por partidos y organizaciones de izquierda. Éstos debían ser eliminados para
mantener el orden y la estabilidad.

“La Doctrina de la Seguridad Nacional se asentó en dos postulados básicos: la bipolaridad y la


guerra generalizada. Tal bipolaridad se entendió como la división del mundo en dos grandes fuerzas
opuestas: la del bien y la del mal. Su credo consistió en afirmar la existencia de una guerra
permanente entre el occidente cristiano y el oriente comunista, cuya expresión en las naciones
latinoamericanas, ante la imposibilidad de un enfrentamiento armado mundial, se dio a través de las
57
revoluciones sociales de la época o potenciales dentro de cada país .”

Con la implantación de la Doctrina de Seguridad Nacional en América Latina, se asentó la


visión de un enemigo interno que debía ser eliminado, pues amenazaba la institucionalidad
y la estabilidad de las naciones. El objetivo de la política exterior norteamericana, era
impedir el avance del poderío soviético y del ideario comunista, por lo que incitó a los
países latinoamericanos para que adoptaran la DSN. Estados Unidos adiestró a las Fuerzas
Armadas de los Estados que se adscribieron a estas creencias. Muchos de los militares
fueron adoctrinados y entrenados en relación a la defensa, seguridad y desarrollo,
adquiriendo en el camino un nuevo concepto de nación. En esa medida, inevitablemente
fueron subordinados a las estrategias económicas, políticas y militares de Estados Unidos.

Por último, otro de los programas más relevantes para el enfrentamiento de la amenaza
comunista en América Latina, y que se contrasta con la difusión de la DSN, fue la
incorporación de los militares a la Escuela de la Américas. Esta institución se fundó en el
año 1946 en Panamá, con el nombre de Latin American Training Center – US Ground
Forces, cambiando su apelativo en 1963 a U.S. Aemy School of the Americas o Escuela de
las Américas. En esta organización se daban cursos de contrainsurgencia, que como se
mencionó anteriormente, involucraba estrategias para la lucha antiguerrilla y técnicas de
interrogación, aplicando tortura y ejecuciones sumarias. Debido a las presiones de
organizaciones de Derechos Humanos, esta escuela para militares fue reemplazada en 2001
por Western Hemisphere Institute for Security Cooperation.

57
VELÁSQUEZ Rivera, Édgar de Jesús. Historia de la Doctrina de la seguridad Nacional Convergencia.
Revista de Ciencias Sociales [en línea] 2002, 9 (enero-abril ): [Fecha de consulta: 5 de marzo de 2016]
Disponible en la Web: <http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=10502701> ISSN 1405-1435>.

36
En este contexto mundial, la participación de Chile en la Guerra Fría se dio en el año 1947,
durante la polémica presidencia de Gabriel González Videla, quien presidía el tercer
gobierno radical. En ese entonces, el país estaba viviendo momentos difíciles respecto a la
situación política y económica, ya que los partidos políticos contaban con bastante poder y
continuamente se enfrentaban a la autoridad presidencial. El sistema político estaba
tremendamente desprestigiado a ojos de la ciudadanía.

“Durante este proceso, a su vez, de 14 años de gobiernos presididos por un radical, que podrían haber
sido 18 si no fallecen en ejercicio Aguirre y Ríos, el Partido Radical no solo se desgastó o pagó un
alto costo como mediador, sino que se corrompió y se desprestigió por diferentes conceptos: porque
demostró una conducta en exceso oscilante, formando contradictorias coaliciones, porque trató de
obtener ventajas para sus dirigentes y clientes de muy diferentes formas, todas a costa de la
administración pública. En fin, porque perdió credibilidad, dado que varios de sus militantes fueron
acusados por sus opositores, a veces con razón, otra injustamente, de cometer fraudes o de
corrupción. Pero el desprestigio cayó sobre casi todas las colectividades partidistas. Ya sea por
ciertas prácticas electorales abusivas (cohecho), ya sea por la presión que ejercían sobre el Presidente
los partidos que supuestamente lo debían apoyar, exigiendo ‘cuotas’ de poder o controlando a los
militantes que asumían funciones de importancia en la administración.”58

Esta crisis no solo era política, sino que a ella se sumaron los graves problemas
económicos, debido a que la demanda del cobre había caído una vez terminada la Segunda
Guerra Mundial. El Estado chileno no alcanzaba a cubrir las arcas fiscales, y el país devino
en una fuerte inflación y un alto porcentaje de cesantía. En esta situación, las huelgas en los
yacimientos mineros no se hicieron esperar. Chile vivía una crisis estructural que debía ser
resuelta59. En ese contexto, González Videla fue elegido Presidente el año 1946, con el
apoyo de los radicales, comunistas, democráticos y un sector de los socialistas. El nuevo
mandatario no estuvo exento de la presión partidista, y las condiciones financieras en las
que se encontraba el país no eran las mejores.

58
GÓNGORA, Álvaro. “La Crisis y las fórmulas de solución 1952-1973”. Apuntes de clases Historia de
Chile Contemporánea. Universidad Finis Terrrae, Facultad de Comunicaciones y Humanidades, Escuela de
Historia, primer semestre de 2014. 29 p.
59
GÓNGORA, Álvaro (Coord.). Chile (1541-2000). Una interpretación de su Historia Política. Santiago,
Chile: Santillana, 2000. 375 p.

37
El Partido Comunista, que había apoyado la elección de González Videla, tuvo grandes
acercamientos a las políticas de la Unión Soviética, por lo que mantenían las convicciones
de llegar al poder político por medio de la revolución, pero eso no fue impedimento para
que participaran en el Gabinete presidencial, en las carteras de Trabajo, Agricultura, y
Tierras y Colonización. Habiendo elegido a ministros de militancia comunista, González
Videla esperaba apoyo en el Congreso para la aprobación de decisiones presidenciales, pero
no fue así, ya que mientras legislaban también se encontraban en las calles con obreros y
campesinos oponiéndose al gobierno.

Una vez que estalló la Guerra Fría, el presidente recibió presiones de Estados Unidos para
que concluyese las relaciones con el Partido Comunista.

“Estados Unidos había bloqueado los préstamos a Chile mientras no se solucionara el problema
comunista, ya que era visto como extremadamente peligroso que la Unión Soviética tuviera en el
continente un centro que pudiera provocar la expansión de su ideología revolucionaria, anticapitalista
y antidemocrática por el hemisferio sur”60.

Chile no contaba con las condiciones económicas adecuadas, para permitirse prescindir de
los créditos norteamericanos, sumado a ello, si el presidente aceptaba las disposiciones de
Estados Unidos obtendría el apoyo de la derecha. Por otro lado, que el PC siguiese las
directrices provenientes de Moscú, era un indicador amenazante para la tradición
democrática. De esta manera Gabriel González Videla decide romper con sus antiguos
aliados en abril de 1947, cuando expulsa los militantes comunistas del gabinete y corta las
relaciones diplomáticas con la Unión Soviética y los países de Europa Oriental. En 1948,
con el beneplácito estadounidense, el Congreso aprueba la Ley Permanente de Defensa de
la Democracia, conocida como Ley Maldita. Con esta medida se “proscribió legalmente al
Partido Comunista, facultando al Gobierno para adoptar medidas represivas contra sus
militantes. Fue en ese periodo cuando se hizo famoso el centro de reclusión de Pisagua, el
cual quedó bajo la supervisión del entonces capitán Augusto Pinochet.”61 Por ende, la
participación política, parlamentaria y sindical con la que contaban los comunistas se
extingue.

60
Ibíd. p. 290.
61
Ibídem.

38
Así, Chile define su posición en la estructura bipolar de la Guerra Fría, tomando lugar en el
bloque Occidental, que proponía a los países latinoamericanos, en principio, la defensa de
la tradición democrática participativa y el rechazo tácito a la intervención de la izquierda en
asuntos gubernamentales, por ende, los partidos comunistas y sus variantes, tuvieron un
gran deterioro producto del enfrentamiento ideológico mundial.

A nivel nacional esta situación, desencadenó que los partidos políticos de izquierda se
fraccionaran, mientras que el Partido Radical se uniera a los partidos de derecha, para hacer
frente a la amenaza que implicaban los militantes comunistas. La rivalidad política se hizo
evidente y el Frente Popular, coalición formada por comunistas, socialistas y democráticos,
sufriera una gran decaída, producto de la Ley Maldita. Hasta ese entonces, en Chile las
coaliciones y alianzas políticas funcionaban en base a sus intereses y cuotas de poder, y la
ciudadanía comenzaba a mostrar su molestia por las tácticas de corrupción, los
enfrentamientos y la división política. Sin embargo, el fraccionamiento ideológico aún no
era parte de la sociedad nacional. El Partido Radical, unidad de centro estaba dispuesto para
las propuestas de ambos sectores.

“En un sondeo de opinión, el 31 por 100 de la población chilena se definía como de derechas, el 24
por 100 se describía como de izquierdas y el resto de centro o indecisos. Debido a esta
fragmentación, los partidos de centro, mediante la negociación y hábiles maniobras, podían tener una
gran influencia en las colaciones y los resultados electorales” 62

Indudablemente el sistema político nacional se encontraba viciado y desprestigiado, debido


a las constantes pugnas entre el Presidente y los partidos respecto a negociaciones de cuotas
de poder. “La diferencia entre ambos era que el primero se hallaba minuciosamente
regulado en su actuar, por la Constitución y la ley, al paso que ambos cuerpos legales casi
nada decían de los segundos.”63 Lo cual, dicho sea de paso, le dejaba bastante más libertad
a los partidos políticos para tomar una posición que se acomodara a sus intereses.

Sin embargo, aunque el PC había sido vetado por la Ley Maldita, el sector de izquierda
continuaba siendo un peligro para las próximas elecciones. Esto significaba que la derecha
debía buscar apoyo en el Partido Radical, y así podrían contar con mayoría electoral, por

62
SKIDMORE y SMITH, Op. Cit. p. 142.
63
GÓNGORA, Op. Cit. p. 299.

39
sobre las alianzas de izquierda. De este modo, los próximos dos presidentes, Carlos Ibáñez
del Campo y Jorge Alessandri Rodríguez, fueron elegidos bajo el apoyo del sector
derechista. Los ideales de este último presidente, elegido en el año 1958, estaban
fuertemente enlazados con la economía de libre mercado y la apertura a las inversiones
extranjeras, lo cual podría estabilizar la decaída economía chilena, producto de la inflación
que hasta ese entonces, estaba afectando el presupuesto nacional. Con ello, Alessandri hijo
interviene para que la inversión de empresas mineras estadounidenses aumentara, pero estas
intenciones no dan resultado.

No obstante, los años sesenta dieron un giro importante para los países latinoamericanos, ya
que, luego de la Revolución Cubana en 1959, la preocupación de Estados Unidos por el
avance de los ideales de izquierda en el continente aumentó. Esto se debía, a que Fidel
Castro reconoció que su proyecto revolucionario era de carácter socialista, lo que
ideológicamente tuvo un impacto en la izquierda chilena. En este sentido, las figuras de
Fidel Castro y Ernesto “Che” Guevara, plantearon la posibilidad de alcanzar el poder por
medio de la lucha armada, con ello, se imponía el pensamiento de que la única forma de
vencer al capitalismo era por medio de la violencia. Para lo cual, la revolución debía
desencadenarse a través de un foco guerrillero que naciera desde la ruralidad, y no del
proletariado urbano. Esta alternativa estratégica influenció mucho más a los jóvenes
chilenos, que la visión soviética.64

Con este potencial peligro, de eventuales focos guerrilleros desplegados en Latinoamérica,


Estados Unidos desarrolló un programa financiero destinado a países que requirieran de
reformas estructurales específicas, que tuviesen el fin de mejorar las condiciones de vida
de los sectores populares, en lo que se refiere a los servicios básicos; este programa fue
conocido como Alianza para el Progreso. Así como también, se realizaron mejoras en el
programa de entrenamiento a las Fuerzas Armadas, Doctrina de Seguridad Nacional, con el
objetivo de que estuviesen preparados para contrarrestar las pugnas guerrilleras.

El programa ofrecido por Estados Unidos, fue aceptado en Chile, debido a que las
condiciones sociales no estaban en las mejores condiciones, pues la economía nacional no

64
GÓNGORA, Op. Cit. p. 14.

40
estaba pasando por un buen momento, producto del déficit comercial de las materias
primas.

“No resulta sorprendente que ninguna de las medidas de Alessandri fueran de mucha utilidad para
resolver los graves problemas socioeconómicos a los que se enfrentaba Chile. El continuo éxodo de
los pobres del campo a las ciudades, en especial a Santiago, no se detuvo. Allí vivían y comían mal,
y carecían de educación. Además había poco trabajo. Estos ‘marginados’ eran el lado oculto de la
urbanización capitalista de un país del Tercer Mundo. En los años sesenta, alrededor del 60 por 100
de la población vivía en áreas urbanas.”65

Con esta situación, los comicios de 1964 se presentaban en un contexto de fuerte


polarización política y social, y donde el sector de izquierda contaba con más adherentes. El
resquemor de que un candidato del Frente de Acción Popular (FRAP), coalición de
izquierda, fuese elegido impulsó a que la derecha política se uniera a un partido de centro
relativamente nuevo, la Democracia Cristiana, que presentaba como candidato a Presidente
a Eduardo Frei Montalva. La izquierda había escogido como candidato, por tercera vez, a
Salvador Allende, que representaba la vía al socialismo.

La campaña realizada por el PDC estaba hecha “para convencer al electorado de que Frei
podía proporcionar un cambio significativo sin violar las libertades tradicionales de Chile.
Iba a ser una ‘Revolución en Libertad’. Sin embargo, en la práctica los demócratas
cristianos prometían reformas, no revolución.”66 Frei ganó las elecciones con el 55,6% de
los votos. Estados Unidos brindó su apoyo económico, tanto para la campaña como para el
programa del nuevo Presidente electo, pues creía que frenaría los avances de la ideología
Marxista y se convertiría en un ejemplo para el resto de los países de América Latina.

Pese a ello, Chile seguía en una fuerte crisis que afectaba todas las áreas que movilizaban a
la sociedad, por lo que la presidencia de Frei, opta por realizar cambios estructurales en la
actividad minera, la tierra, con la Reforma Agraria y en la enseñanza, con una Reforma
Educacional67. En resumidas cuentas, dichas reformas pretendían enfrentar los problemas
económicos y sociales, siempre bajo la premisa de que estos cambios serían realizados bajo

65
SKIDMORE y SMITH. Op. Cit. p. 144.
66
Ibíd. p. 145.
67
GÓNGORA, Op. Cit. p. 302.

41
la tradición democrática, por ende, se promovió fuertemente la participación de sectores
medios y populares, para mejorar sus condiciones de vida.

En estas circunstancias, se llevó a cabo la Reforma Agraria, comenzada durante el gobierno


de Alessandri Rodríguez, pero esta vez de forma más contundente. En dicho cambio, se
pretendía aumentar la producción agrícola y crear cien mil nuevos propietarios de tierras;
estos nuevos dueños serían campesinos. La nueva ley recién fue promulgada en el año
1967, luego de numerosas discusiones en referencia al derecho de propiedad.

“La idea fundamental fue la de expropiar los predios abandonados o deficientemente explotados,
determinados mediante estudio técnico, con el objeto de proceder a su parcelación y asignación a
trabajadores agrícolas que, congregados en “asentamientos”, los explotaran en forma comunitaria.
De esta manera se incrementaría la producción agrícola y evitaría la migración campo – ciudad. […]
Pese a generar grandes expectativas entre los campesinos, el gobierno solo expropió hasta 1969
apenas el 6% de la tierra cultivable del país, beneficiando a 20.000 familias. Cifra que ciertamente
dejó frustración.”68

En otras áreas, las reformas favorecieron el avance del país, pues se logró chilenizar el
cobre, con la compra de acciones y propiedades a las grandes empresas mineras
norteamericanas. Con esta negociación, el Estado dispuso del 51% de la propiedad.
Además se controló la inflación, y se invirtió en viviendas, educación y obras públicas. A
pesar de estas mejoras, siguió habiendo descontento en la población, puesto que no se
cumplieron todas las expectativas. “Las simples ‘planificaciones globales’
democratacristiana o unipopular, acentuaron la polarización y la crisis política.”69

Los años sesenta se convirtieron en tiempos de cuestionamiento, ya que, a nivel


internacional, todos los temas contingentes son discutidos, y donde los jóvenes desean
emanciparse y vivir en libertad; ideales que se expanden mucho más, producto del avance
comunicacional. En Chile no era distinto.

“El impresionante despliegue de cambios estructurales, necesariamente produjo expectación en la


población, máxime entre quienes por algún concepto fueron afectados, para bien o para mal. Se trató
de años de gran discusión en organizaciones sociales de toda índole y, consecuentemente, el país

68
GÓNGORA, Op. Cit. p. 18.
69
GÓNGORA, Op. Cit. p. 303.

42
experimentó un estado de hipermovilización, que se prolongaría más allá del gobierno de Frei. Y una
movilización política en extremo polarizada, confrontacional e ideológica.”70

Indiscutiblemente la polarización ideológica, había penetrado por completo en los


lineamientos políticos chilenos, potenciado por el descontento de la ciudadanía. La
Revolución en Libertad no había dado resultado, ya que no logró permear los problemas
fundamentales del país. Pese a los créditos norteamericanos, la inestabilidad de los precios
y la inflación continuaban siendo un inconveniente. En definitiva, Chile sufría de
disparidad en la distribución de la riqueza.71

En las elecciones de 1970, la derecha no se adhirió a los partidos de centro y buscó su


propio candidato. Jorge Alessandri fue el encargado de representar a las voces
conservadoras; en tanto, que la Democracia Cristiana no podía volver a presentarse con Frei
como candidato, puesto que en Chile la Constitución no permitía la reelección, así que
optaron por Radomiro Tomic, cuya posición era de corte más bien izquierdista. Mientras
que, la Unidad Popular (UP), nueva coalición de izquierda, que unió a comunistas y
socialistas desde 1969, presentó por cuarta vez como candidato a Salvador Allende.

La Unidad Popular venía a ser un conglomerado que solo unía a militantes adherentes al
Marxismo-Leninismo. Este bloque no simpatizaba con los partidos de derecha, Partido
Nacional y Liberal, ni de centro, PDC. La UP se compuso por “el Partido Comunista; el
Socialista; Movimiento de Acción Popular Unitaria (MAPU), un grupo del Partido Radical,
la Acción Popular Independiente (API), la Unión Socialista Popular (USOPO); la Izquierda
Cristiana (IC), que se agregó en 1971.”72

Durante las elecciones del año 1970, sucedió lo que Estados Unidos y los partidos de
derecha habían intentado evitar, Salvador Allende había alcanzado la mayoría electoral, con
un 36,3% de los votos escrutados, pero solo el Congreso podría avalar esta elección
presidencial. La amenaza de izquierda era inminente. Allende solo se quedaría con el cargo,
si conseguía el apoyo de la Democracia Cristiana, bajo ciertas condicionantes. De acuerdo a

70
GÓNGORA, Op. Cit. p. 19.
71
MONIZ, Luis. Fórmula para el Caos. La caída de Salvador Allende (1970-1973). Santiago, Chile: Debate,
2008. 592 p.
72
GÓNGORA, Op. Cit. p. 21.

43
la periodista Mónica González, éstas se dieron a conocer en la prensa a través de El
Mercurio del domingo 27 de septiembre.

“Tenemos la convicción de que muchas de las tareas de transformación y desarrollo social que se ha
impuesto la candidatura de Salvador Allende, han sido y son también metas nuestras, sin que ello
signifique ni identidad ni total coincidencia en los planteamientos de fondo ni en las estrategias
definidas ante el país… Nuestra responsabilidad fundamental en esta hora es contribuir a crear las
condiciones que aseguren un cause democrático y libre al proceso de cambios económico-sociales
que Chile debe continuar. Sobre esta base el PDC reafirma que si el Señor Salvador Allende otorga
de un modo real y eficaz las garantías necesarias que tenemos el deber de solicitarle en algunas
materias vitales, puede esperar una decisión favorable de nuestra parte. Lo que nos interesa es
obtener seguridad acerca de la plena subsistencia en Chile de un régimen de convivencia democrática
y de libertades públicas. Nos interesa la manutención del pluralismo político y de las garantías
constitucionales, la plena vigencia del Estado de Derecho, que las Fuerzas Armadas y Carabineros
sigan manteniendo una garantía de nuestra convivencia democrática, que la educación permanezca
independiente de toda orientación ideológica oficial y que se respete la autonomía en las
universidades y la existencia libre de las organizaciones sindicales y sociales…” 73

La Democracia Cristiana intentaba resguardar la estructura democrática que hasta entonces


había perdurado en el país, con lo que también se controlaría la influencia que pudiese tener
la ideología Marxista-Leninista. En cualquier caso, dejan claro en la nota de prensa que las
FF.AA y de Orden, se encargarían de mantener la estabilidad del país, en caso de que las
cosas se salieran de control en el nuevo régimen de izquierda. El PDC hizo que el nuevo
Presidente electo firmara un documento, al que se le denominó Estatuto de Garantías
Constitucionales.

“El 24 de octubre de 1970, Salvador Allende fue proclamado Presidente de la República, concitando
la atención internacional, por cuanto llegaba a la Presidencia un marxista que aseguraba
categóricamente que los cambios revolucionarios se realizarían respetando los mecanismos
democráticos e institucionales”74

Finalmente la coalición de izquierda había logrado llevar a un candidato a la presidencia,


aunque, lo cierto es que no todos los partidos que conformaban esta alianza coincidían con

73
GONZÁLEZ, Op. Cit. p. 93.
74
CORREA, Sofía. Historia del siglo XX chileno: Balance paradojal. Santiago, Chile: Editorial
Sudamericana, 2005. 428 p.

44
los ideales de Allende, pues basta decir que el Partido Socialista, en el cual militaba el
candidato, lo había elegido porque no quedaba otra opción plausible, según explica el
historiador Gonzalo Vial, en el libro Salvador Allende: El fracaso de una ilusión. Este
rechazo se debía, principalmente, a los tres fracasos obtenidos en las elecciones anteriores,
por lo demás, el partido lo veía como “una figura del pasado”75.

La incompatibilidad entre el PS y Allende, ya no solo se debía al fracaso electoral, sino que


también existían discordancias en las pretenciones referentes a la ideología. Con la
Revolución Cubana de 1959, el Partido Socialista había dado un giro en su forma de pensar
respecto de los métodos por los cuales debía obtener el poder, puesto que, desde 1967, a
raíz de la influencia del “guevarismo”, el partido radicalizó su posición, y asume como
estrategia la revolución por medio de la vía armada76. Ellos se vieron inspirados por la
figura de Ernesto “Che” Guevara, quien creía que ese camino permitiría a los oprimidos
levantarse contra los opresores y obtener el poderío. Sin embargo, Allende, pese a admirar
esta Revolución, estaba seguro que un proyecto como ese jamás funcionaría en Chile,
puesto que la institucionalidad estaba mucho más desarrollada y arraigada que en Cuba. Él
creía que el Socialismo en Chile debía alzarse por medios legales y establecidos, es decir,
que la revolución nacional debía ser democrática y pluralista.

Habiendo triunfado en las elecciones presidenciales de 1970, con el 36,6% de los votos,
gracias a la decisión del Congreso Pleno, la situación en el país era de bastante temor,
debido al programa de gobierno que pretendía establecer el nuevo Presidente de la
República.

El sector más acomodado de Chile se sentía amenazado ante la llegada al Poder Ejecutivo
de un conglomerado de izquierda, puesto que el programa propuesto durante la campaña
electoral y las promesas hechas a la clase proletaria afectaban sus intereses y propiedades.
En consecuencia, muchos de ellos decidieron migrar al extranjero. Mientras que, los
sectores populares estaban contentos, ya que, creían que por fin se realizará la “revolución

75
VIAL, Gonzalo. Salvador Allende: El fracaso de una ilusión. Santiago, Chile: Ediciones Universidad Finis
Terrae, 2005. 165 p.
76
GÓNGORA, Op. Cit. p. 18.

45
de los explotados”. Las expectativas del “pueblo” con el gobierno de Allende eran de por
sí, bastante altas.

Estados Unidos no estaba contento con la elección de un candidato socialista, por lo que la
CIA junto a algunos militares chilenos comenzaron a organizar el asesinato de Allende en
septiembre de 1970. La periodista Mónica González en su libro La Conjura. Los mil y un
días del Golpe, explica que el mayor (R) Arturo Marshall, militar vinculado a las
actividades sediciosas de Patria y Libertad, junto a un agente de la CIA, identificado como
Robert F. habrían mantenido contacto para cumplir con el objetivo terrorista. Sin embargo,
este se vio frustrado debido a la intervención del entonces embajador de EE.UU, Edward
Korry, quien informó al Presidente Frei de los planes que la CIA estaba fraguando.

“Yo sabía que Marshall estaba planeando asesinar a Allende. Lo supe porque nuestras fuerzas
estaban infiltradas en Patria y Libertad. La CIA me lo dijo y yo se lo informé a Frei, sin pedir
autorización a Washington. […] Yo sabía que se estaba hablando de un Golpe de Estado por los
contactos que se estaban estableciendo con los militares y lo sabía porque los uniformados chilenos,
a través mío, habían pedido el apoyo de Estados Unidos.” 77

Algunos militares chilenos habían decidido intervenir en política desde el momento en que
comprendieron que podía ascender a la presidencia un candidato socialista, lo cual era un
terrible inconveniente para quienes tenían ideas de extrema derecha. De todas maneras,
cuando se negociaron los Estatutos de Garantías Constituciones, que condicionaban la
presidencia de Allende, se acordó que cualquier conmoción que se diera en torno a las
garantías, las Fuerzas Armadas y de Orden estarían preparadas para solucionar dicha
eventualidad.

Durante los días en que el Congreso estaba decidiendo sobre la elección de Allende como
Presidente de la República, se vivía un ambiente de enorme tensión, pues se debatía el
ingreso del socialismo al Ejecutivo, lo que sin duda podría tener graves consecuencias,
considerando que Estados Unidos iba en dirección contraria. Si Allende era elegido
presidente, habría un Golpe de Estado apoyado por militares y fuerzas norteamericanas.

77
GONZÁLEZ, Op. Cit. p. 96.

46
Allende, al ser candidato de la Unidad Popular, tenía claro que él no podría tomar
decisiones en su propio gobierno; porque, las disposiciones estaban sujetas a la aprobación
del Comité de la alianza política, grupo que se encargaría de supervisar que el Presidente
cumpliera a cabalidad con el programa propuesto durante las elecciones. Por lo demás, toda
votación dentro de este equipo de trabajo debía ser unánime; ante esto, Allende solo sería la
voz y no la voluntad del gobierno.

Gonzalo Vial define los tres años del gobierno de la UP rotulando al año 1971 como el del
triunfalismo, a 1972 como el del desastre y 1973 el del desenlace78. Durante los primeros
dos años de la administración allendista, se elaboró una plan estratégico que asentara
legalmente la vía socialista en el país; esto, por medio de un programa económico y político
que tenía por objetivos, instaurar un sistema económico controlado por el Estado, y
reemplazar a las Cámaras de Diputados y Senadores del Congreso por una Asamblea del
Pueblo, los que serán elegidos democráticamente.

En el caso del Programa Económico, se realizaría una estatización de toda la economía


productiva, es decir, que el Estado se adjudicaría todos los bienes productivos, de modo que
las empresas más rentables de Chile pasaran a manos estatales. Entretanto, el Programa
Político, como se mencionó antes, tenía como objetivo constituir una Asamblea del pueblo
que reemplazase al Congreso bicameral, y una de sus principales atribuciones sería
designar a la Corte Suprema. “Todo se iba a realizar respetando la legalidad, las libertades
públicas establecidas en la Constitución y sin recurrir a la violencia […] la revolución con
olor a empanadas y vino tinto.”79 La idea era estatizar de manera rápida y profunda, para de
este modo, conseguir la aprobación de los sectores populares y garantizar el bienestar
económico. Con esa adhesión se realizaría un plebiscito que certificara la estrategia política
de cambiar el sistema bicameral por otro unicameral. No obstante, esta táctica debía
financiarse de alguna manera, y la solución fue emitir grandes cantidades de papel moneda,
lo cual inevitablemente provocó niveles grotescos de inflación.

78
VIAL, Op. Cit. p. 107.
79
Ibíd. p. 75.

47
Cuando las condiciones económicas del país comenzaron a ser nefastas, la oposición a la
administración de la UP aumentó en dos tercios; por ello, el ambiente interno fue de gran
crisis y descontento. Esta oposición fue conformada por el Partido Radical, el Partido
Nacional y la Democracia Cristiana. Estos partidos justificaron su insatisfacción,
explicando que no querían que se vulneren los derechos de la población; pero, lo cierto, es
que solo estaban cuidando los intereses de su sector. En tanto, que esta fracción política
también contaba con un grupo paramilitar, conocido como Frente Nacionalista Patria y
Libertad, quienes se encargaron de provocar varios disturbios durante el gobierno
allendista. La izquierda no se quedaba atrás, debido a que el Partido Socialista, el MAPU y
el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) estaban radicalizados. Ellos buscaban
organizar al pueblo, para crear poder popular y realizar una verdadera revolución, alejada
de los medios institucionales.

En el país se había generado una atmósfera de combate. Todo lo que ocurría en Chile era
irregular, dado que ambos bandos, tanto el oficialismo como la oposición, generaron una
crisis por las constantes movilizaciones, enfrentamientos y violencia. La polarización,
debido a las discordancias ideológicas, ya estaba instaurada en Chile.

“No era fácil gobernar Chile bajo el paraguas socialista. Con una oposición despiadada, conducir el
gobierno era una empresa complicada ya desde sus génesis. Parecía que había comenzado el
principio de una historia diferente para Chile y, sin embargo, lo que se iniciaba era la cuenta
regresiva de una tragedia que había empezado a gestarse el mismo día en que Salvador Allende
ganaba las elecciones de 1970. Él sabía que ésa apenas había sido una batalla de una guerra que sus
adversarios habían desatado la tarde misma en que las urnas se abrían e iniciaban la vía pacífica al
socialismo en el sur del planeta.”80

El odio político se hizo evidente y palpable, cuando la mañana del 22 de octubre de 1970,
el general René Schneider fue asesinado en la intersección de Américo Vespucio con
Martín de Zamora, cuando su auto fue colisionado por otro y posteriormente baleado por
una de las ventanas. Este acto terrorista fue dirigido por el general (R) Roberto Viaux con
el apoyo del general (R) Héctor Martínez Amaro. En principio, el plan consistía en
secuestrar al general Schneider con dos propósitos. El primero era simple y residía en

80
PAVÓN, Héctor. El 11 de septiembre… de 1973. Buenos Aires, Argentina, Libros del Zorzal, 2003. 128 p.

48
causar temor y desconcierto en la ciudadanía, gestando un ambiente de inestabilidad. En
tanto que el segundo objetivo, buscaba que las Fuerzas Armadas se decidieran a realizar un
Golpe de Estado al nuevo gobierno de la UP.

“El obstáculo era el comandante en jefe del Ejército, general René Schneider. Él era contrario a
cualquier iniciativa extralegal para bloquear la investidura de Allende en la presidencia de Chile, y su
remoción constituía el primer paso para el Golpe de Estado. Por esto, el general Viaux, junto con
Patria y Libertad y respaldado por la CIA, habían planeado su secuestro. Todo indicó, sin embargo,
que el propósito consistía en asesinarlo y acusar a la izquierda, para provocar la intervención de las
Fuerzas Armadas.”81

Lamentablemente el plan se modificó en el camino, ya que realizadores del plan no


contaban con que el general Schneider se defendiera con su arma de servicio. El tiroteo lo
dejó grave en el Hospital Militar y falleció tres días después. Allende nombra Comandante
en Jefe del Ejército, sucesor de Schneider, al general Carlos Prats González.

Este hecho marca el comienzo de una operación que buscaba el colapso del gobierno de
Allende, y generar un ambiente de inestabilidad e inseguridad.

81
MONIZ, Op. Cit. p. 179.

49
CAPÍTULO 2. SEPTIEMBRE EN CHILE DE 1973. LA OTRA CARA DE LA
MONEDA

2. 1. Chile en 1973

“Humo y nubes sobre Santiago. El humo como un manto indeleble. La gruesa columna que cubría La
Moneda podía verse desde todos los puntos de una ciudad sitiada. Eran pasadas las 14 horas del 11
de septiembre de 1973 y Chile todavía se estremecía por los efectos de las bombas arrojadas desde
un cielo plomizo sobre el palacio. Humo y llamas. La Moneda corría peligro de reducirse a
cenizas”82

El Golpe de Estado realizado en el palacio presidencial cambió el rumbo de la


historia de Chile. Ese día la institucionalidad y la democracia fueron quebrantadas por las
Fuerzas Armadas y de Orden. Las diferencias ideológicas se habían hecho patentes desde
1970, con la elección de Salvador Allende, candidato de la Unidad Popular.

Las Fuerzas Armadas y de Orden intervinieron el régimen presidencial de Salvador


Allende, irrumpiendo por medio de la fuerza, en el Palacio de la Moneda. El país cambió
ese día 11, ya que el Presidente de la República se suicidó en ejercicio del cargo y muchas
de las personas adherentes a su gobierno fueron detenidas y desaparecidas por tiempo
indeterminado. La bipolarización ideológica había entrado en escena.

En los primeros años de la década de los setenta, Chile estaba viviendo momentos
marcados por la división ideológica, producto del contexto internacional de Guerra Fría, y
una fuerte crisis integral que se venía arrastrando desde gobiernos anteriores, que
involucraba problemas políticos, sociales y económicos, lo cual, daba como resultado un
ambiente de radicalización y agitación social.

“La Unidad Popular no tenía mayoría en ninguna parte. Había sido votada por un tercio de los
ciudadanos, no tenía mayoría en el Senado, no tenía la mayoría en la Cámara de Diputados y
tampoco tenía una mayoría indiscutible en los organismos sociales de los trabajadores, de la gente
modesta, porque allí había una presencia democratacristiana muy fuerte. […] Siendo imposible forjar

82
GONZÁLEZ, Op. Cit. p. 21.

50
mediante una alianza la mayoría indispensable para lograr el cumplimiento del programa sin salirse
de la ley […]83”

Indiscutiblemente, el periodo presidencial de Allende estaba viviendo una fuerte crisis


política, que se veía más profundizada por la disputa ideológica que se estaba produciendo
a nivel mundial. Sumado a ello, la política nacional no estaba viviendo un buen momento,
ya que al interior de la Unidad Popular se vislumbraba una división, producto de la
discordancia de opiniones respecto a cómo debía llevarse a cabo una revolución, si por
medio de las armas o la institucionalidad. Mientras que, la derecha política veía con malos
ojos el ascenso al poder Ejecutivo de un candidato socialista. Sin duda, el Presidente
Allende se vio de manos atadas a la hora de dirigir su gobierno, pues como ya se ha dicho,
eran los integrantes del Comité de la UP quienes aprobaban las decisiones del Ejecutivo.
“Siempre estuvo impedido de gobernar y administrar el país utilizando la plenitud de las
facultades que corresponden al primer mandatario.”84

Hacia el año 1973, Chile ya era un foco de polarización y agitación social, lo cual comienza
a ser más notario por el lenguaje descalificatorio que comenzó a usar la prensa contraria a
la UP; por lo demás, la oposición realizó acciones concretas y organizadas contra las
políticas de gobierno.

“El Mercurio, en la edición del 18 de junio, transcribió conceptos del jurista Pedro Ortiz Muñoz,
extraídos de su obra Curso Breve de Derecho Penal, justificando la intervención de las Fuerzas
Armadas en caso de que los políticos llegasen a tal «grado de descomposición moral que, con sus
actitudes contrarias a la Constitución y a las leyes, prescindiendo de sus deberes de mandatarios del
pueblo, produzcan un caos interno o un grave peligro para la soberanía del Estado». En esta misma
línea el Partido Nacional intensificó, violentamente, la campaña contra el gobierno, y acusó a
Allende de cometer inconstitucionalidades y de viciar su mandato por «ilegitimidades en el ejercicio
de su cargo»”85

Es muy claro que la oposición consideró que en ese momento existió un quebrantamiento
constitucional en el gobierno socialista, por lo cual era justificable, desde el punto de vista
jurídico, que las FF.AA. y de Orden recurrieran a la fuerza y a la violencia para solucionar

83
VIAL, Op. Cit. p. 76 y 78.
84
Ibíd. p. 70.
85
MONIZ, Op. Cit. p. 441.

51
los problemas políticos existentes. Además, este medio periodístico se tomó la libertad de
indicar que se llegó a tal grado de descomposición nacional, que el Presidente había viciado
su cargo, y por ello, como obvia consecuencia, si no se tomaban las medidas pertinentes, el
país correría el riesgo de desplomarse en el caos interno.

En este entonces Chile tenía graves complicaciones económicas, las que radicaban en “el
desabastecimiento, largas filas a las puertas de los establecimientos comerciales,
propagación del mercado negro, carestía e inflación incontrolable. […] Con una deuda
externa del orden de US$ 4 mil millones sin posibilidad de acuerdo con los Estados Unidos,
que eran acreedores del 60%”86. El país se encontraba en una crisis de tal envergadura, que
el gobierno de la UP tenía los días contados. Con ayuda de Estados Unidos, la
desestabilización iba en aumento.

Antes del 11 de septiembre, hubo un primer alzamiento militar o ensayo de golpe de


Estado, contrario a la administración de la Unidad Popular. Este acontecimiento se dio el
29 de junio de 1973, y es recordado como el Tanquetazo o Tancazo, por los numerosos
tanques de guerra que salieron a las calles.

Al no poder destituir al Presidente de la República por medios constitucionales, se retomó


la estrategia del Golpe de Estado que se había considerado en 1970. Así, la oposición al
gobierno inicia el desarrollo de un plan insurreccional en alianza con algunos uniformados.
Esta conspiración estaba siendo dirigida por el Teniente Coronel Roberto Souper, que junto
a unos ochenta soldados, seis tanques de guerra y varios vehículos de transporte rodearon
La Moneda y las proximidades del Ministerio de Defensa, ambos edificios separados por la
Plaza Bulnes.
Cerca de las nueve con diez minutos de la mañana, comenzaron a disparar hacia ellos con
ametralladoras. La Moneda fue resguardada por carabineros de la Guardia de Palacio que se
encontraban en su interior. El ataque duró cerca de una hora, y en ese intertanto murieron
veintidós personas. Durante esta intentona golpista, el Congreso, el Poder Judicial y los
partidos opositores guardaron silencio.

86
Ibíd. p. 445.

52
Las tropas golpistas no son apoyadas por el resto de las ramas de las FF.AA. Ante lo cual,
el General Mario Sepúlveda Squella se encargó de hacer los contactos pertinentes para
reunir a las tropas leales, y sofocar la rebelión. A eso de las diez con treinta, llegaron los
refuerzos leales desde la ciudad de San Felipe, para repeler el alzamiento de algunos
miembros del Ejército.

Al enterarse de la situación, el Comandante en Jefe del Ejército de Chile, el General Carlos


Prats, decide hacerse cargo de las circunstancias y aprueba el plan para repeler el
levantamiento.

Mientras algunas de las tropas eran preparadas por el General Sepúlveda, Prats se trasladó a
todos los regimientos cercanos a Santiago y dio la orden de repeler el ataque. Solo en la
Escuela de Suboficiales recibió cierta resistencia, pues ellos no querían acometer contra sus
compañeros de armas, pero finamente accedieron. Luego, el Comandante en Jefe se dirigió
a La Moneda en su auto, cargado de una ametralladora Thompson, mientras un grupo de
curiosos miraba lo que sucedía en esas inmediaciones.

“El esfuerzo del General Prats –que se colocó personalmente al frente de las tropas- para sofocar la
rebelión antes de mediodía, obtuvo la rendición incondicional de los amotinados. […] También el
general Augusto Pinochet, jefe del Estado mayor del Ejército, apareció frente al Palacio de la
Moneda, con uniforme de combate, y abrazó al general Prats, como si fuese solidario con él. El
presidente Allende convocó a los trabajadores al centro de Santiago, a fin de defender el gobierno, y
los exhortó a traer las armas de que dispusiesen, lo que provocó una reacción en las Fuerzas Armadas
y lo llevó, a retroceder bajo presión del general Prats y del general César Ruiz Danyan, comandante
en jefe de la FACH. […] perecieron tres militares del Blindado, en un total de 22 muertos entre
civiles y militares, inclusive dos periodistas, 32 heridos de bala y más de 50 detenidos.” 87

Esta conspiración, planificada desde inicios de junio por el Teniente Coronel Souper, solo
venía a demostrar el estado de inminente violencia en el que se encontraba el país, y según
las opiniones de la época solo quedaban como opciones el golpe de Estado o la guerra civil,
pues existía un ambiente de convulsión y radicalización. Estos alzamientos solo
representaban actos de presión contra el gobierno. Lo real y lo cierto, es que Allende ya
había perdido el control de la nación.

87
Ibíd. p. 449-450.

53
A las once de la mañana, momentos en los que todavía se combate, Salvador Allende llega
a las inmediaciones de La Moneda, mientras que en las afueras del palacio, el Ministro de
Defensa José Tohá, intenta infundir calma ante el temor de que el enfrentamiento continúe
en la retirada de las tropas insurgentes. En esos instantes, Augusto Pinochet se encontraba
en medio de las tropas leales, quien se veía expectante sin intervenir demasiado. A las once
con treinta, el general Prats asegura al Ministro Tohá que los alzados se han rendido y le
indica la ubicación de sus tropas. Sin embargo, el Comandante en Jefe del Ejército
considera indispensable la declaración del Estado de Sitio para controlar los
acontecimientos de ese día.

A mediodía, cuando la victoria de las tropas leales es clara, los partidos opositores hacen su
aparición. El PDC manifiesta su apoyo al régimen constitucional, el PN no emite
declaraciones y los miembros del movimiento Patria y Libertad se acuartelan en la
Embajada de Ecuador, indicándose como los responsables del alzamiento.

Al final del día el general Prats y la guardia de Carabineros, ubicados en el palacio


presidencial, liderados por el teniente Guillermo Pérez, fueron vistos como los defensores
de la constitucionalidad, al negarse a entregar la sede de gobierno, luego del alzamiento de
un sector de la oficialidad militar.

La Unidad Popular, en ese contexto de descontrol, contaba con pocas posibilidades que le
permitiesen llegar a una solución política. Las alternativas disponibles consistían en “llamar
a plebiscito, transar el programa de gobierno, quebrar la institucionalidad o preparar la
defensa de gobierno”88, y estas dependían del esfuerzo político que se hiciese, lo que
incluía negociar con la oposición y aceptar la derrota ideológica.

Tras el Tanquetazo, sucedido el 29 de junio, quedó en evidencia que la disputa ideológica


entre los sectores políticos era cada vez más fuerte, y que un sector de la oficialidad
simpatizaba con la estrategia de un Golpe de Estado. Sin embargo, Allende confió en los
militares constitucionalistas para resguardar la legalidad de su gobierno, dejando claro que
no permitiría ni toleraría la intervención en su administración de sectores antidemócratas,
que irrumpieran su jefatura en el Poder Ejecutivo. De esta manera el día 30 de junio,

88
QUIROGA, Op. Cit. p. 98.

54
Allende solicita al Congreso la aplicación del Estado de Sitio, ley que le otorga al
Presidente de la República facultades extraordinarias, con las cuales podría nombrar,
trasladar y destituir a los militares que le pareciera conveniente. Este Decreto Ley fue
sometido a votación el día 2 de julio en la Cámara de Diputados. El Estado de Sitio fue
rechazado por el Congreso por 81 votos en contra y 52 a favor, ya que los partidos
opositores creían que no se justificaba que se le entregaran poderes especiales a Allende.

Mientras tanto, desde la mañana del 29 de junio los trabajadores y obreros asumen el
control de fábricas y empresas en todo Chile, fortaleciéndose todas las formas de poder
popular, tales como los cordones industriales, las juntas de vecinos, consejos comunales,
grupos sindicales, entre varios otros, esto a causa de las amenazas golpistas por parte de las
FF.AA. En consecuencia, el mismo 2 de julio, la oficialidad de la Armada comienza a
allanar las empresas ocupadas por los trabajadores en Valparaíso, bajo el amparo de la Ley
de Control de Armas, aprobada durante el año 1972. Dicha ley facultaba a los militares para
realizar registros en busca de armamento sin orden judicial o autorización del gobierno.
Esta es la primera vez que los militares utilizan esta ley. Los allanamientos incluían las
detenciones de los trabajadores y un interrogatorio. En este primer allanamiento los
oficiales de la Armada no encuentran armas89.

En esos momentos de tensión, la prensa favorable al gobierno llamaba e incitaba a la


creación de un poder popular armado, que apoyase y respaldase las decisiones de la
Allende. Sin embargo, el PC y un sector de izquierda, concuerdan con el presidente, al
querer evitar un enfrentamiento armado que poseía condiciones desfavorables para los
oficialistas. Por lo demás, circulaban rumores de que los grupos opositores estaban
preparando un complot para desarticular a la administración de la UP. El Presidente de la
República apeló al respeto de la Constitución y la ley, para asegurar la lealtad de los
militares, pues de lo contrario, las instituciones armadas caerían en un terrible desprestigio
y descrédito.

89
GUZMÁN, Patricio. La Batalla de Chile. La lucha de un pueblo sin armas. Segunda Parte: El Golpe de
Estado [Documental]. Chile, Industria Cinematográficos ICAIC, [1976]. 1 DVD, 79 min., sonido, blanco y
negro.

55
En medio del contexto de violencia, generado luego del Tancazo, el 20 de julio, la Iglesia
Católica hace un llamado a los dirigentes políticos para que exista un entendimiento
pacífico. El Cardenal Raúl Silva Henríquez realiza una campaña que culmina con misas en
todo Chile, ofrecidas por la paz.

Este llamado de la Iglesia, dificulta la posición del Partido de la Democracia Cristiana, ya


que por más de veinte días, los cabecillas se negaron a dialogar con el gobierno de la UP. Si
este enfoque no cambiaba, el partido iría en contra de la posición y los lineamientos de la
Iglesia. En este contexto, días más tarde Patricio Aylwin y Osvaldo Olguín, jefes de la DC,
aceptan reunirse en La Moneda con el presidente Allende, quien está dispuesto a dialogar
con la oposición para evitar el quiebre constitucional. El acuerdo entre la DC y Allende
inquieta a los opositores acérrimos de la UP90.

El 27 de julio, el edecán naval del presidente, el capitán de navío, Arturo Araya Peeters es
asesinado frente a su casa por miembros del grupo de extrema de derecha, Patria y
Libertad. Araya, uno de los hombres de confianza de Allende, se había convertido en uno
de los enlaces del gobierno y los oficiales constitucionalistas de la Armada. Estos hechos de
violencia se dieron justamente cuando el presidente había logrado el diálogo con la DC, los
cuales dieron cuenta de la vulnerabilidad de las figuras políticas que se encontraban a favor
del gobierno constitucional. Posteriormente desde su exilio en Argentina, el general Prats
reveló que una de las causas del asesinato de Araya, se debía a que la Armada no quería
que Allende se enterase de los planes golpistas que se estaban gestando en Valparaíso, con
la asesoría del gobierno de Estados Unidos.91

Gonzalo Vial explica, que al entonces presidente Allende, solo le quedaba el recurso del
plebiscito, en el cual, se consultaría a la ciudadanía si estaban de acuerdo o no con el
gobierno imperante. Él sabía que los resultados serían negativos, pero le darían la
posibilidad de una salida limpia y digna, pero lo cierto es que esta alternativa debía
discutirse en el Comité de la Unidad Popular, el cual, a esas alturas se encontraba

90
Ibíd. min. 51:00 al 53:27.
91
Ibíd. min. 56.00 al 57.00.

56
completamente dividido. Mientras tanto, el golpe de Estado, planeado por la Armada y
apoyado por la Aviación, era inminente.92

Lo que Allende no estaba tomando en consideración, era que este posible plebiscito se
demoraría de treinta a sesenta días en salir, y la amenaza golpista ya estaba encima. El
Presidente cometió el error de creer y confiar en que aún habría regimientos leales al
gobierno, y que éstos tendrían la capacidad de detener la amenaza del alzamiento militar.
Incluso albergó esperanzas en que Pinochet y Leigh estarían de su lado. Solo a momentos
previos al golpe de Estado, al Mandatario se le dio otra alternativa para intentar mantener la
estabilidad en Chile. Esta consistía en salir del país y hacer abandono del cargo, como
alguna vez hizo Alessandri en 1924, pero él se negó rotundamente a esa posibilidad, pues,
de acuerdo a sus palabras, no estaba dispuesto a vivir sin dignidad.

“¿Por qué intervinieron las Fuerzas Armadas el 11 de septiembre de 1973 y pusieron fin a la pequeña
crisis y a la gran crisis… a la pequeña crisis, gravísima de la ingobernabilidad de la Unidad Popular;
y a la gran crisis, de la cual la primera formaba parte, crisis de la nacionalidad chilena más que de la
sociedad chilena, que había comenzado en los 50 y cuyo último capítulo fue justamente el régimen
de la UP?”93

Tal vez podemos encontrar una respuesta a este cuestionamiento, en el entrenamiento que
recibieron algunos militares chilenos, bajo el financiamiento de Estados Unidos en la
Escuela de las Américas. En este lugar recibieron preparación en torno a la Doctrina de
Seguridad Nacional, tema que será tratado en profundidad en el siguiente capítulo.

Mientras tanto, en el mes de agosto, los allanamientos realizados por militares en los
cordones industriales en búsqueda de armamento, fueron efectuados con mayor frecuencia,
con el fin de conocer el terreno y la reacción de los obreros y trabajadores ante una posible
intervención de las FF.AA. En estos operativos comienzan a utilizar tanques, pese a que no
encuentran armas. A su vez los empresarios del transporte declaran un paro indefinido,
estrategia de la derecha que pretende boicotear los planes de diálogo del gobierno con la

92
VIAL, Op. Cit. p. 143.
93
Ibíd. p. 153.

57
DC, y llevar al país al caos económico. De acuerdo a algunas publicaciones del New York
Times, esta huelga fue financiada por la CIA, con cinco millones de dólares94.

Pese a ello, la oposición poesía gran poder sobre los medios informativos, controlando
Canal 13, primera sintonía de Santiago, el 75% de las radios, y el 70% de los medios
escritos. Con el dominio de los medios de comunicación, el bloque opositor al gobierno se
podía permitir coaccionar la imagen de Allende y su administración95.

En este intertanto, el diálogo entre la DC y el gobierno no llega a nada, debido a las


exigencias del partido, las que constaban de tres condiciones: el jefe de Estado debía
someterse a la voluntad del Congreso y renunciar a las facultades presidenciales; terminar
con la política de nacionalizaciones; y por último, ubicar a personeros de confianza de la
DC en puestos estratégicos. Allende se opone a estas peticiones, por lo cual la DC depone
el diálogo. Así, el gobierno enfrenta una férrea oposición, acrecentando los niveles de
violencia perpetrados por grupos terroristas de derecha, quienes, por lo demás, recibieron
entrenamiento de EE. UU. La administración de la UP tenía los días contados.

El 9 de agosto se realizaron cambios en el gabinete, los cuales tienen por objetivo enfrentar
la crisis integral a la que se enfrentaba el país en esos días. El general Prats, líder de los
oficiales constitucionalistas, toma la cartera de Defensa, mientras que la comandancia
interina del Ejército recae en el general Augusto Pinochet, quien también es considerado
constitucionalista. Los políticos a nivel general, dudan del nuevo gabinete cívico militar.
Pese a estos cambios las huelgas de los transportistas continúan y la crisis y el
desabastecimiento solo se acentúan.

El 22 de agosto, mediante un acuerdo en la Cámara de Diputados, la oposición rompe con


el régimen constitucional. En dicho acuerdo se planteó que el gobierno estaba quebrantando
la Constitución, por lo que apoyan la intervención militar. Esto legitimó el Golpe de
Estado.

El 23 de agosto, el general Carlos Prats renuncia a su cargo en el Ministerio de Defensa y a


la Comandancia del Ejército, ya que dos días antes, mientas estaba en su casa se
94
GUZMÁN, Op. Cit. min. 60:00 al 60:02.
95
Ibíd. min. 60:02 al 60:03.

58
presentaron seis esposas de generales a protestar, gritándole que ya no contaba con el apoyo
de las milicias. Al día siguiente, la junta de generales también le niega cualquier tipo de
respaldo. En estas circunstancias, el general Prats presenta su renuncia, y emplaza a que
Augusto Pinochet, visto como militar respetuoso de la Constitución, tome el cargo de la
Comandancia del Ejército de Chile.

Díaz más tarde, la oposición solicita la renuncia del Presidente de la República; sin
embargo, el 4 de septiembre, cuando se cumplen tres años de la elección de Allende, los
simpatizantes del gobierno realizaron una de las concentraciones políticas más grandes de
la historia nacional, con más de 800.000 mil personas desfilando frente a las inmediaciones
de La Moneda. El sector proletario de la población se encontraba movilizado, pero sin
armas para entrar en acción. Tres días después, Allende comunica a sus cercanos que
convocaría a un plebiscito para solucionar la crisis que enfrentaba el país, de este modo se
buscaría una salida por medio de la vía democrática. En resumidas cuentas, el presidente
dejaría en manos de la ciudadanía la continuidad de su gobierno. Esta noticia se conocería
el día 11 de septiembre.

De esta manera, podemos vislumbrar que en el año 1973, a nivel nacional se estaba
viviendo una fuerte crisis política, la cual estaba marcada por la pugna ideológica
internacional entre dos grandes potencias, Estados Unidos y la Unión Soviética. Ambos
contextos se encontraban irremediablemente vinculados, pues como se mencionó en el
capítulo anterior, luego de la Revolución Cubana, Estados Unidos tomó medidas para
controlar el avance de la ideología marxista en el resto de Latinoamérica.

Una de esas estrategias fue la Doctrina de Seguridad Nacional, en la que se hacía


tremendamente importante resguardar el “«Estado de seguridad nacional». Este concepto se
utilizó para designar la defensa militar y la seguridad interna, frente a las amenazas de
revolución, la inestabilidad del capitalismo y la capacidad destructora de los armamentos
nucleares.”96 Esta maniobra de contención norteamericana, consistía principalmente en el
adoctrinamiento anticomunista.

96
LEAL Buitrago, Francisco. La Doctrina de Seguridad Nacional: Materialización de la Guerra Fría en
América del Sur. Revista de Estudios Sociales, (15): 74-87, junio de 2003.

59
Relacionando lo anterior al contexto del 11 de septiembre de 1973, se entiende que el
objetivo de las Fuerzas Armadas y de Orden, haya sido liberar al país del “yugo marxista”
con un golpe de Estado. En el Acta de Constitución de la Junta Militar esta misión se define
como “restaurar la chilenidad, la justicia y la institucionalidad quebrantada”. En síntesis, se
justificó esta intervención señalando que es de suma importancia resguardar la seguridad
nacional, pues el llamado enemigo interno terminaría por provocar la guerra civil.

Desde este día se invalidó la Constitución de 1925, el Congreso fue cerrado y el poder
político residió en las manos de la Junta Militar, compuesta por José Toribio Merino,
Comandante en Jefe de la Armada; Augusto Pinochet, Comandante en Jefe del Ejército;
Gustavo Leigh, Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea; y César Mendoza, General
Director de Carabineros.

60
2. 2. El plan del día 11

“Me chocó toda esa violencia excesiva. No he dejado de preguntarme cómo fue que esas Fuerzas
Armadas profesionales y de excelente preparación, organizaron un Golpe y no detuvieron a Salvador
Allende a las 6 de la mañana en Tomás Moro. […] La lógica indica que la importancia del Golpe
digitado por los norteamericanos, tenía que tener una fuerza ejemplarizadora continental y mundial.
En el juego de ajedrez de la Guerra Fría, la estrategia norteamericana apuntaba a debilitar a los
movimientos similares a la Unidad Popular que se gestaban en otras latitudes y crecían en Francia,
Italia y España, un fenómeno reconocido por Nixon y Kissinger.” 97

En la madrugada del martes 11 de septiembre, los barcos de la Armada llegaron al


puerto de Valparaíso, y tomaron los lugares estratégicos de la región, que correspondían a
Viña del Mar, Quintero, Ventanas, Quillota y Limache, bajo la dirección de los almirantes
José Toribio Merino e Ismael Huerta. Mientras que los militares de Santiago se
coordinaban para tomar la Moneda y la casa del Presidente, ubicada en Tomás Moro. Eran
los dos objetivos del día.

La lealtad de Carabineros al gobierno constitucional estaba dividida, por lo que durante la


medianoche del día 10 de septiembre, los generales Arturo Yovane98 y César Mendoza,
desde la Escuela de Carabineros Carlos Ibáñez del Campo, ordenaron que se detuviera a
todos los oficiales que fuesen partidarios del gobierno de Allende99. A las seis con treinta
minutos de la madrugada, Yovane llega al Centro de Comunicaciones de Carabineros,
situado en calle Amunátegui con Catedral. Desde ese lugar se dieron las órdenes a las
tropas que colaborarían con el golpe. Todos los oficiales favorables al gobierno de la
Unidad Popular fueron detenidos, y en su lugar se apostaron los carabineros golpistas,

97
GONZÁLEZ, Op. Cit. p. 385.
98
“Yovane había sido el candidato original para quedar al frente de la policía uniformada. Según la
apreciación de los demás generales golpistas, era resuelto y conspiraba desde hacía más de un año en contra
del gobierno de la Unidad Popular, desde su cargo de jefe de Zona de Carabineros en Valparaíso. Yovane se
negó a asumir la Comandancia en Jefe de Carabineros, propuesta por los golpistas aduciendo que, de ser así,
debería pasar a retiro a todos los generales que estaban por encima de la jerarquía. Asume entonces, César
Mendoza que estaba en el octavo lugar del escalafón.” Véase en ROJAS, Paz. El día 11 de septiembre de
1973. El Golpe militar. En su: Páginas en Blanco. El 11 de septiembre en La Moneda. Chile: Ediciones B
Chile S. A., 2001. pp. 21-33.
99
Ibíd. p. 26.

61
alrededor de La Moneda, antes de la llegada del presidente Allende. Así se dispusieron en
posición de combate. No obstante, el entonces general director de Carabineros, José María
Sepúlveda, le entregaría su lealtad a la administración socialista, manteniéndose junto a él
en el palacio presidencial.

Ya no había marcha atrás. El plebiscito ideado por Allende no detendría el Golpe de Estado
que se realizaría horas más tarde, tomando las instalaciones donde residía el Poder
Ejecutivo: El Palacio de la Moneda. A eso de las seis de la mañana el Ejército tomó el
edificio del Ministerio de Defensa para ejecutar el Plan Hércules.

“Que supone el control, en todo el país, de los servicios básicos (electricidad, combustibles, agua,
hospitales), de las comunicaciones (teléfonos, ondas radiales, televisión e impresos) y de las líneas de
abastecimiento (vías de transporte, centros de producción y distribución), además de las fuerzas
adversas: partidos políticos, tropas irregulares, organizaciones sociales u órganos de gobierno, según
el caso.”100

Este plan fue rigurosamente preparado por el tercer año del curso de Estado Mayor de la
Academia de Guerra, luego del Tancazo, bajo la dirección del general Herman Brady, quien
sería el jefe de la guarnición de Santiago101. El procedimiento había sido trazado por
militares profesionales y disciplinados para someter a fuerzas enemigas. Esto se contrapone
a los dichos de Pinochet, respecto a que él había sido el autor del plan del 11 de septiembre,
pues este general solo se incorporó el día 9 de septiembre, de acuerdo a una carta firmada
por el almirante Merino102.

A las seis con treinta minutos, el secretario general del Ejército comenzó a enviar
radiogramas que daban la señal de iniciar el procedimiento de las operaciones planificadas.
“La primera maniobra de las Fuerzas Armadas en Santiago fue el aislamiento de periferia a
centro, […] La Moneda representaba el símbolo del poder político.”103 En tanto que, otra

100
CAVALLO, Ascanio y SERRANO, Margarita. GOLPE. 11 de septiembre de 1973. Las 24 horas más
dramáticas del siglo XX. 1ª Edición aumentada y corregida. Santiago, Chile: Uqbar Editores, 2013. 292 p.
101
Ibídem. p. 80.
102
PAVÓN, Op. Cit. p. 59.
103
QUIROGA, Op. Cit. p. 148.

62
fracción de militares se encargó de inmovilizar a los cordones industriales, para que de este
modo el sector popular no pudiese generar resistencia.

Mientras tanto, de acuerdo a las autoras de Páginas en blanco, el general Herman Brady la
mañana del día 11 tuvo dos tareas concretas, que consistieron en desinformar a los
miembros del gobierno de Allende sobre lo que estaba aconteciendo, y ordenar los
movimientos de las tropas en Santiago104.

Cuando el reloj marcó las siete de la mañana en el Regimiento Blindados N°2, ubicado en
la calle Santa Rosa, el general Javier Palacios, jefe de Comando de Instrucción del Ejército,
tomó uno de los tanques Sherman y se subió para arengar a los oficiales.

- “¡Estén tranquilos, porque ahora sí que estamos todos de acuerdo!


- ¡Todos, mi general! –vocea el coro militar.
- ¡Me siguen en formación! –ordena Palacios. Los hombres corren a sus máquinas.

Lentamente ruedan hacia el centro. Palacios sabe que falta todavía un rato para que las fuerzas se
desplieguen en plenitud. […] Tres tanques serán destinados a evolucionar en torno al palacio,
mientras los demás tomarán posiciones entre las esquinas de Teatinos y Morandé, para facilitar los
avances terrestres de la Escuela de Infantería, que vendrá desde la Plaza de Armas, con cierto retraso,
y de la Artillería de Tacna, que avanzará desde el surponiente.” 105

A las siete con treinta minutos Allende llegaba a la Moneda, junto a quince acompañantes,
entre ellos su escolta, conocida como GAP, Grupo de Amigos Personales, para saber cuál
era la situación que se presentaba y las medidas que podría tomar.

“[El presidente vestía de modo informal con] una chaqueta de tweed, un chaleco de origen argentino
regalado por su amigo y ayudante, el médico Danilo Barlutín, y un pantalón de lino marengo. […] Es
lo que los jefes del GAP han definido como ‘tenida de combate’: ropa liviana, sin accesorios, fácil de
usar y cambiar. Todos están vestidos según esas instrucciones.”106

Los escoltas del GAP, en ese momento dirigidos por Jaime Sotelo, se encargaron de
resguardar las entradas de la Moneda, mientras el presidente se encontraba en las
instalaciones. Allende y su comitiva venían preparados con el armamento apropiado para

104
ROJAS, Op. Cit. p. 28.
105
CAVALLO y SERRANO, Op. Cit. p. 93 y 94.
106
Ibíd. p. 98.

63
un posible enfrentamiento, “con dos ametralladoras .30 y tres RPG-7 con sus mochilas de
tres cohetes, además de sus armas individuales: fusiles AK-47, pistolas P-38, revólveres
Colt Cobra y una pistola Luger clásica […]”107. Con ellas se suponía, podrían resistir hasta
que llegaran fuerzas leales al mandatario.

Otros dos equipos de la escolta del GAP, de dos y tres personas respectivamente, se
trasladaron con los autos presidenciales hasta los estacionamientos del edificio del
Ministerio de Obras Públicas, y desde ahí se dirigieron hasta los pisos 5 y 7 para mantener
visibilidad del lado sur de la Moneda y responder a las órdenes que venían desde este
edificio. Cada uno de ellos iba acompañado de una pistola y un fusil AK-47.

A esa hora el Presidente de la República no estaba completamente informado acerca del


complot que se estaba produciendo. En su conocimiento solo estaba que la Armada
pretendía derrocarlo, y no sospechaba que el Ejército, la Fuerza Aérea y Carabineros
también estaban involucrados en el movimiento golpista.

“-¡Pobre Pinochet, debe estar preso! –comenta Allende ante el periodista Carlos Jorquera y el médico
Arturo Jirón cuando le informan que nadie logra encontrarlo por teléfono. El comentario es
voluntarista, porque tampoco hay comunicación con Montero, ni con Leigh, ni menos con la
Armada.”108

Ya cerca de las ocho de la mañana, tanto Allende como las Fuerzas Armadas, comenzaron
a transmitir comunicados por medio de las radioemisoras, respecto de sus posiciones y la
lucha por el poder político que se estaba gestando en el país. Las emisoras radiales se
convirtieron en los centros de información nacional, debido a que la televisión ese día solo
transmitió dibujos animados, aunque de todos modos se movieron para cubrir la noticia. En
tanto que, la prensa escrita ya había realizado la respectiva impresión y distribución para
esa jornada.

“[…] el Presidente se acerca a los tres micrófonos instalados en su escritorio –de las radios
Corporación, Magallanes y Portales- y dirige su primer discurso al país de esta mañana. ‘Un sector
de la marinería’, dice, se ha sublevado y el gobierno está a la espera de tener más informaciones.
¿Qué deben hacer los trabajadores? Estar ‘atentos, vigilantes y evitar provocaciones’. –Como

107
Ibíd. p. 99.
108
Ibíd. p. 102.

64
primera etapa –agrega- tenemos que ver la respuesta, que espero sea positiva, de los soldados de la
patria, que han jurado defender el régimen establecido. No hay movilidad, no hay despliegue, no hay
marcha sobre el centro. En breve, el Presidente ha puesto la prudencia por sobre la ofensiva. Como
táctica militar, es pobre; como hecho político tiene un significado que sólo se comprenderá años más
tarde.”109

Como bien han destacado Ascanio Cavallo y Margarita Serrano, Allende optó por la
prudencia política, que defendiera el sistema político que imperaba hasta entonces, la tan
preciada democracia. En estas circunstancias, pese a que iba en contra de su propia
ideología y su coalición política, Allende decide en principio no responder a la violencia
con más violencia, sino que por el contrario, llama a los trabajadores, a los sectores
populares que apoyaban su gestión, a mantener la calma y no responder a los ataques que
pudiesen propiciar el movimiento golpista, pues parece ser que su prioridad era mantener la
institucionalidad. Además, a través de los medios radiales, recuerda a los militares que su
deber, por juramento, consistía en defender el régimen establecido, elegido por la mayoría
de la ciudadanía.

Sin embargo, todas las sintonías que eran favorables al gobierno de la UP, comenzaron a
ser bombardeadas, y solo unas pocas pudieron informar a la gente lo que sucedía en esos
momentos de tensión entre el Ejecutivo y las Fuerzas Armadas y de Orden. Entre esos
medios se encontraban Radio Magallanes y Radio Corporación. Los militares se encargaron
de silenciar a la mayor parte de los medios radiales favorables a la Unidad Popular, por
medio de la destrucción aérea, para que solo transmitieran las radios de la Cadena
Democrática, las que eran Radio Agricultura y Minería. Las Fuerzas Armadas habían
comenzado con el proceso de destitución del gobierno de izquierda. Las emisoras que
divulgaron los primeros mensajes de la Junta Militar, informaban que La Moneda debía ser
totalmente evacuada antes de las once de la mañana, y si no se cumplía con esta condición
el edificio sería bombardeado por aviones de la Fuerza Aérea de Chile.

Pese a que existían antecedentes de que habría un golpe al gobierno de la UP, no estaban
las condiciones para resistir el ataque de las FF.AA. y de Orden, por lo cual gran parte de la
población chilena quedó paralizada ante este acontecimiento. En ese momento, solo

109
Ibíd. p. 102-103.

65
quedaba escuchar las informaciones que se estaban transmitiendo por las distintas emisoras.
Uno de esos radio-oyentes era Hernán Soto, el Subsecretario de Minería en 1973, quien
manifiesta que:

“Fijar nuevamente en la memoria lo que pensé el 11 de septiembre de 1973, martes instalado a fuego
en imágenes y destellos, parece tarea imposible. […] El proyecto popular había muerto con Allende.
[…] Fue un día insólito para mí –como para millones- que terminó cerca de las 11 de la noche. Lo
inicié libre y lo terminé preso en el mismo lugar en que juró la junta militar a pocas horas del
bombardeo e incendio de La Moneda y la muerte del Presidente Allende.”110

Sofía Correa en el libro Historia del Siglo XX Chileno, señala que en La Moneda había gran
incertidumbre en torno a quiénes integraban las fuerzas leales al gobierno y quiénes
estarían involucrados en este alzamiento insurgente. La desinformación estuvo a la orden
del día y los discursos iban y venían.111 “Todos los escalones de la defensa nacional fueron
involucrados en el Golpe de Estado y todos tomaron la determinación del aniquilamiento
masivo en corto tiempo.”112 Todo a raíz de la lucha ideológica y la situación
socioeconómica que estaba afectando el país.

Ya cerca de las nueve con veinte minutos de la mañana, por Radio Magallanes, se
transmitió el último discurso del Presidente Allende en la Moneda, en el que se destaca el
siguiente extracto:

“Tienen la fuerza. Podrán avasallarnos. Pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni
con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos […] El capital foráneo, el imperialismo
unido a la reacción creó el clima para que las FF.AA rompieran su tradición las que le enseñara
Schneider y que reafirmara el comandante Araya, víctimas del mismo sector social que hoy estará en
sus casas esperando con mano ajena reconquistar el poder para seguir defendiendo sus granjerías y
sus privilegios. […] ¡Trabajadores de mi patria! Tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros
hombres este momento gris y amargo, donde la traición pretende imponerse. […] ¡Viva Chile, viva

110
SOTO, Hernán. Muchos testigos no recuerdan. En: RIVAS, Matías y MERINO, Roberto, eds. ¿Qué hacía
yo el 11 de septiembre de 1973? Santiago, Chile: LOM Ediciones, 1997. p. 55-62.
111
CORREA, Op. Cit. p. 275.
112
QUIROGA, Op. Cit. p. 149.

66
el pueblo, vivan los trabajadores! Estas son mis últimas palabras, teniendo la certeza de que mi
sacrificio no será en vano.”113

Salvador Allende entendió que ya no había forma de detener el levantamiento golpista, y


que la crisis ya se había desatado, pues no contaban con la resistencia suficiente para
contrarrestar a las fuerzas subversivas. De todas maneras, y pese a todas las circunstancias,
él decidió no abandonar el cargo ni La Moneda, e hizo saber a los militares que su figura
representaría siempre la “legitimidad constitucional”, y ellos la transgresión al sistema
democrático114.

En estas condiciones, parece ser que tanto el gobierno de la Unidad Popular como las
Fuerzas Armadas pretenden defender la institucionalidad y la democracia, que a raíz del
contexto global de Guerra Fría, se vio mermada por la pugna ideológica. Ambos extremos
acusan el rompimiento de la institucionalidad y el incumplimiento de los deberes que
dictaba la Constitución. Los militares explican su actuar con el argumento del “deber moral
que la Patria les impone de destituir al gobierno que, aunque inicialmente legítimo, ha
caído en la ilegitimidad flagrante”115. En resumidas cuentas, la nueva Junta Militar habla de
una restauración democrática, en el que se respete el derecho y la institucionalidad, lo cual
se contrapone a su actuar durante los diecisiete años de su permanencia en el poder político.

Las radios de oposición, que transmitieron los bandos de la Junta Militar, dieron a conocer
la información desde otra perspectiva. Fue la Radio Agricultura, con su siempre conocido
“gong”, que inició las transmisiones de las Fuerzas Armadas a las ocho con treinta y cinco
minutos, comenzando con el himno nacional, para luego oír al Teniente Coronel Roberto
Guillard leer la proclama de la Junta Militar de Gobierno:

“Teniendo presente:

1°.- La gravísima crisis económica, social y moral que está destruyendo el país;

113
ALLENDE, Salvador. Discurso del Presidente Salvador Allende [grabación]. Santiago, Radio Magallanes,
[11 de septiembre de 1973]. Radio (grabación).
114
CORREA, Op. Cit. p. 276.
115
ARRIAGADA, Genaro. Por la razón o la fuerza. Chile bajo Pinochet. Santiago, Chile, Editorial
Sudamericana, 1998. 300 p.

67
2°.- La incapacidad del Gobierno para adoptar las medidas que permitan detener el proceso y
desarrollo del caos;

3°.- El constante incremento de los grupos armados paramilitares, organizados y entrenados por los
partidos políticos de la Unidad Popular que llevarán al pueblo de Chile a una inevitable guerra civil,
las Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile declaran:

1°.- Que el señor Presidente de la República debe proceder a la inmediata entrega de su alto cargo a
las Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile.

2°.- Que las Fuerzas Armadas y el Cuerpo de Carabineros de Chile están unidos, para iniciar la
histórica y responsable misión de luchar por la liberación de la Patria del yugo marxista, y la
restauración del orden y de la institucionalidad.

3°.- Los trabajadores de Chile pueden tener la seguridad de que las conquistas económicas y sociales
que han alcanzado hasta la fecha no sufrirán modificaciones en lo fundamental.

4°.- La prensa, radiodifusoras y canales de televisión adictos a la Unidad Popular deben suspender
sus actividades informativas a partir de este instante. De lo contrario recibirán castigo aéreo y
terrestre.

5°.- El pueblo de Santiago debe permanecer en sus casas a fin de evitar víctimas inocentes.” 116

El anuncio de esta proclama por parte de las Fuerzas Armadas, por medio de la denominada
Cadena Democrática, era categórico y definitivo. Exponía brevemente la situación en la que
se encontraba el país en ese momento, estipulando que el Presidente Allende debía entregar
de forma inmediata el poder, para restablecer el orden y la institucionalidad del marxismo.
A su vez, también decretan que Chile se encuentra en medio de una guerra civil, por lo cual
se limitaron prontamente las libertades de la ciudadanía, estableciendo Estado de Sitio117.

116
GUILLARD, Roberto. Proclama de la Junta Militar de Gobierno [grabación]. Santiago, Radio Agricultura.
[11 de septiembre de 1973]. Radio (grabación).
117
El Estado de Sitio es declarado por el Jefe de Estado “en caso de guerra o conmoción interior grave”, es
decir que se determina esta condición cuando la estabilidad institucional y el orden público se ven en riesgo.
Es de carácter transitorio y durará mientras persista la emergencia. Además el Estado de Sitio restringe
algunos derechos constitucionales, “tales como la libertad de opinión, la libertad personal, (arresto en lugares
que no sean cárceles, traslado, etc.), el derecho de reunión, etc.”. Véase en CRUZ-COKE Carlos. Los Estados
Jurídicos de Excepción. En su: Instituciones Políticas y Derecho Constitucional. Chile: Ediciones Universidad
Finis Terrae, 2009. pp. 615-623.

68
El aparato militar abandona su neutralidad política y la obediencia al poder civil,
establecidos en la Constitución, para intervenir en la crisis y las polémicas ideológicas,
abogando en favor de lo que ellos distinguían como la defensa de la seguridad nacional,
estableciendo un régimen de carácter autoritario, dirigido por la institución castrense.118

La mentalidad que ostentaba el aparataje militar, y con la que pretendía reordenar el


escenario nacional, consistía en “un intenso nacionalismo, entendido como el fomento de la
armonía y la unidad nacional; respeto a la propiedad privada […], un sentimiento empático
con los valores del integrismo católico; eficiencia y pragmatismo en la acción, así como la
jerarquía y disciplina en la organización.”119 Bajo este paradigma y la influencia de la
Doctrina de Seguridad Nacional, desde el 11 de septiembre de 1973, comienza la puesta en
marcha del periodo militar que se prolongaría bajo la justificación de mantener controlada
la amenaza marxista. Por lo mismo, este régimen permanentemente hace mención de metas
y no de plazos.

Asumiendo la Doctrina de Seguridad Nacional, las FF.AA. y de Orden, desde el día 11,
comenzaron a tomar el control del país, con la intención de “liberar” al territorio de las
ideas marxistas-leninistas, y superar la grave crisis integral que afectaba al país en todas sus
áreas. “Arreciaba la guerra sicológica. Las FF.AA a través de bandos, proclamas, vuelo
rasante de aviones y amenazas, buscaban generar una baja inmediata en el estado de ánimo
de los adherentes al gobierno.”120

En la proclama de la nueva Junta Militar, también se menciona, que con esta intervención
se pretende evitar que el conflicto interno se agrave aún más, pues la UP contaba con
grupos armados y organizados que tenían intenciones de hacer una real revolución
socialista. Sin embargo, como es bien sabido, el oficialismo no tenía las fuerzas suficientes
para contrarrestar el ataque militar, ni en armamento o preparación, por tanto, es un punto
que puede ser discutido.

118
CORPORACIÓN Nacional de Reparación y Reconciliación, Op. Cit. p. 39.
119
MONSÁLVEZ Araneda, Danny. Discurso y legitimidad: la Doctrina de Seguridad Nacional como
argumento legitimatorio del Golpe de Estado de 1973 en Chile. Revista Derecho y Ciencias Sociales. (7):
111-129, Octubre 2012.
120
QUIROGA, Op. Cit. p. 152.

69
Por otro lado las FF.AA. y de Orden hacen alusión a la recuperación y restauración de la
institucionalidad, dado “que el gobierno de Allende ha incurrido en grave ilegitimidad,
demostrada al quebrantar los derechos fundamentales de libertad de expresión, libertad de
enseñanza, derecho de reunión, derecho de huelga, […] derecho de propiedad y derecho, en
general, a una digna y segura subsistencia.”121 Irónico, si analizamos las escasas libertades
que no se restringieron durante el gobierno militar.

No obstante, Allende en su último discurso fue enfático en destacar que los que estaban
rompiendo con ella fueron los propios militares, puesto que intervinieron en un gobierno
elegido democráticamente, y fueron contra la Constitución al interponerse en una pugna
política. Finalmente, se llama a todos medios de comunicación favorables o “adictos” a la
UP, que dejasen de transmitir inmediatamente. Desde ese momento existía una sola versión
oficial, y esa era la de las Fuerzas Armadas.

Los principales objetivos de ataque de los militares eran la casa presidencial, ubicada en
Tomás Moro, y el Palacio de La Moneda. Ambas estructuras recibirían ataque aéreo, por
medio de los cazas subsónicos Hawker Hunter122. La estrategia consistió en atacar la casa
del Presidente, para de este modo dispersar a los defensores del gobierno, y unos momentos
más tarde atacar el lugar donde residía el Poder Ejecutivo. La planificación de este Golpe
de Estado fue tan minuciosa que, sin que el GAP lo percibiera, los militares desalojaron las
casas aledañas a Tomás Moro, e incluso implantaron material bélico, el cual horas más
tarde se lo adjudicarían a Salvador Allende.

121
CRUZ-COKE Carlos. Instituciones Políticas y Derecho Constitucional. Santiago, Chile: Ediciones
Universidad Finis Terrae, 2009. 744 p.
122
Los doce aviones Hawker Hunter utilizados el día 11 fueron comprados en 1966 a los británicos. “Estaban
armados con 32 cohetes Sura, cada uno de 8 centímetros de diámetro y con una carga explosiva de 350
gramos. Llevaban, además, cohetes Sneb, de 6 centímetros de diámetro, y proyectiles de 30 milímetros en los
cuatro cañones Aden del aparato, con una carga de 60 gramos de explosivo. La caja de municiones tenía una
capacidad de 200 tiros y los cañones una cadencia de fuego de 1.400 tiros por minuto, lo que daba a cada
Hawker Hunter la sorprendente cadencia de tiro total de 5.600 proyectiles explosivos por minuto.” Véase en:
GONZÁLEZ, Mónica. El día 11. En su: La Conjura. Los mil y un días del Golpe. Edición Actualizada. Chile:
Catalonia, 2013. pp. 325-347.

70
“Las casas habían sido evacuadas. Incluso las monjas de un convento que colindaba con Tomás
Moro 200 habían desaparecido y no nos habíamos dado ni cuenta. Recuerdo que en la exploración
que se le practicó al recinto de las monjas encontré materiales que después aparecieron en los canales
de televisión como prueba del arsenal que tenía Allende. Creo que lo habían dejado allí de antemano:
una carpa de campaña, material militar, folletos, cartillas de instrucción, evaluaciones de cursos. La
casa de un teniente de Carabineros que colindaba con la nuestra también estaba vacía. Así me di
cuenta de que estábamos ante un golpe muy bien planificado. Nos sentíamos dueños de la situación y
de repente nos dimos cuenta que venía una operación en gran escala para lo que no estábamos
preparados.”123

Esta nueva casa presidencial que había sido adquirida en febrero de 1971, tenía como fin
resguardar la tranquilidad y la seguridad del mandatario, pero la única falencia que poseía
esta propiedad era su falta de defensa antiaérea, por ende, el ataque provocado por los
militares fue devastador. El lugar quedó en ruinas. Las explosiones no dejaron muertos que
lamentar, solo heridos.

A las 9 de la mañana, el presidente Allende aún parece tener esperanza en disuadir un


ataque a la Moneda, por lo que decide comunicarse al Ministerio de Defensa para intentar
negociar, lo cual fue denegado.

“Lo atiende el general Baeza, con quien mantiene una relación singular de gentileza. Anticipa que no
aceptará el ultimátum y que no cree que puedan bombardear La Moneda. No se atreverán, dice. Y
propone una reunión con los comandantes en jefe, en el palacio, para buscar una salida digna a la
crisis. Baeza responde que debe consultar con Pinochet […] [quien] contesta con un no rotundo.” 124

Salvador Allende se niega a aceptar cualquier tipo de oferta de los militares, y su respuesta
no se hace esperar: “Comandante, dígale al general Van Schower que el Presidente de Chile
no arranca en avión; que él sepa comportarse como soldado, que yo sabré cumplir como
Presidente de la República.”125

La Moneda fue bombardeada a eso de las 11:52 de la mañana, y a las trece horas ya era
invadida por las llamas. El ataque incluyó ametrallamiento aéreo y terrestre, por lo cual,
Allende, que estaba protegido con un casco y una metralleta, le pide a las mujeres y al

123
QUIROGA, Op. Cit. p. 156.
124
CAVALLO y SERRANO, Op. Cit. p. 128.
125
ROJAS y URIBE, Op. Cit. p. 33.

71
personal administrativo que estaban ahí, que abandonaran el edificio para no provocar
muertes innecesarias. Solo la Policía de Investigaciones, sus asesores políticos y los
miembros del GAP se quedaron con él. Sin embargo, minutos más tarde también debieron
salir. A los agentes del dispositivo de seguridad, les ordena disparar por donde sea; ellos
combatieron hasta el final. En tanto que todos los que habían salido por petición del
Presidente, lo hicieron en fila desde el segundo piso del Palacio Presidencial por la puerta
de la calle Morandé 80, donde estaban estacionados los militares esperando la rendición y
salida del mandatario, por lo cual, inmediatamente fueron detenidos. Se les hizo caminar en
fila por la calle y luego obligados a acostarse en ella con las manos sobre la cabeza,
mientras los soldados los apuntaban con metralletas.

Cuando llegó el minuto en que todos tuvieron que desalojar La Moneda, incluso el GAP e
Investigaciones, el Presidente Allende se dirigió al Salón Independencia, en donde se
encerró, luego se sentó en el sillón que había en el lugar, apoyó la metralleta en sus piernas
apuntando el arma en su mentón, y en seguida se suicidó. El general Palacios al encontrar a
Allende informa que la misión estaba cumplida, ya que el Palacio Presidencial estaba
tomado y el mandatario muerto.

“El tiempo pasa, Allende no salió de La Moneda, no se escondió, ni se arrancó en las tanquetas de
Carabineros, como lo presuponía Pinochet, ni menos dejó que lo tomaran preso. ¿Dónde estaba? El
general Palacios encontró su cuerpo sin vida al interior de la Moneda. «Yo no voy a renunciar»,
había dicho en su último mensaje y, más aún, había anunciado nítidamente su destino.” 126

El general Arellano llamó a los bomberos para apagar el incendio y salvar los objetos de
arte que estaban dentro del recinto, y cuando Pinochet se enteró de este hecho, recriminó su
accionar, pues, de acuerdo a su punto de vista, debía quemarse toda La Moneda para que no
quedasen rastros de la UP.127 En cuanto a quienes habían sido tomados detenidos en la
salida de Morandé 80, fueron maltratados en el suelo por los soldados y los bomberos que
venían llegando.

“Desde el suelo, vi venir un tanque. Al oficial que iba en la torreta le escuché decir: «¡Permiso mi
general para pasarle el tanque por encima a estos huevones!». Di vuelta la cabeza y vi al general

126
Ibíd. p. 63-64.
127
PAVÓN, Op. Cit. p. 72.

72
Palacios, con su mano izquierda vendada y un fusil en la derecha. El tanque se movió y puso una
oruga en la vereda. […] Entonces, una mujer, desde las oficinas del Ministerio de Obras Públicas, a
escasos metros, llamó al general Palacios por su nombre. Le pidió ayuda para sacar de allí a la gente
que se había refugiado durante el bombardeo. Surgieron voces alrededor de Palacios. Éste ordenó
que dejasen salir a la gente del Ministerio y nosotros seguimos vivos […]”128

Del bombardeo al palacio presidencial se dará más detalle en el capítulo cuatro, cuando se
desglose la detención y posterior desaparición de seis de los integrantes del equipo del
GAP.

Desde otra perspectiva la prensa escrita de la época, también marcó algunos precedentes
durante ese día 11 de septiembre, pues ya sabían que se realizaría un complot golpista y
para esa jornada sus titulares solo habían hecho la “crónica de una muerte anunciada”.

El sector más allegado al oficialismo, como el diario “El Siglo” o “La Nación”, en días
previos a ese crudo martes de septiembre, se encargó de dar señales de que el apoyo del
pueblo era para el Presidente. Sindicatos y algunos países, manifestaban su posición
favorable a la administración de la UP.

En la última publicación de “El Siglo”, que sale el 11 de septiembre, el titular dice “Partido
Comunista llama al Pueblo: ¡Cada cual en su puesto de combate!”129, y en sus páginas se
habla de un inminente golpe fascista, además, se comunica que distintos países del mundo
hicieron numerosos actos de solidaridad con Chile, entre los que destacan los realizados en
Bulgaria, México y Berlín (República Democrática Alemana). Pero curiosamente, justo en
esta edición, el Ministro de Defensa, Orlando Letelier, anunciaba mejoras de armamento en
las FF.AA.

“Las Fuerzas Armadas y el Desarrollo


Letelier destacó los esfuerzos del Gobierno para dotar a las Fuerzas Armadas de recursos, equipo y
material como asimismo la preocupación por el perfeccionamiento cultural y profesional de soldados
y oficiales, a través de convenios con Universidades, cursos en el extranjero y seminario.” 130

128
Ibíd. p. 73.
129
PARTIDO Comunista llama al Pueblo: ¡Cada cual en su puesto de combate! El Siglo. Santiago, Chile, 11
de septiembre, 1973. p. 1.
130
LAS Fuerzas Armadas y el Desarrollo. El Siglo, Santiago, Chile, 11 de septiembre, 1973. p. 12.

73
Lo anterior puede parecer un apartado bastante peculiar, si se piensa que esa misma
institución que el gobierno financiaba, se estaba preparando para atacar y derrocar al
Presidente de la República. Pero, esto solo hace referencia a que pese a los rumores del
inminente golpe de Estado, se continuaba trabajando en conjunto a las FF.AA con
normalidad y confianza, para resguardar la poca estabilidad que quedaba en el país.

Paralelamente, La Nación, el diario oficial, en el mes de septiembre de 1973 se hace muy


presente la figura de Salvador Allende, y su victoria popular obtenida en las elecciones
democráticas. Así como también, muchos sindicatos mostraron su apoyo y respaldo al
gobierno socialista, a través de afiches publicados en este periódico. Este medio de
comunicación se encargó de enfatizar en sus noticias los desfiles realizados en apoyo al
oficialismo, los cuales solo se hicieron más constantes y multitudinarios; por ejemplo, la
sección de crónica, del martes 4 de septiembre, en la página doce, uno de los apartados
dice: “Dos millones de personas desfilan esta tarde para celebrar triunfo popular”131, y en la
portada del miércoles 5 de septiembre de 1973, el titular dice “Tres años de la victoria. El
pueblo mostró ayer su puño a los golpistas. Gigantesco desfile ante el Compañero
Presidente.”132

De acuerdo a Patricio Quiroga, esta celebración de los tres años de gobierno de Allende
solo indicaba que se estaba elaborando una estrategia política para dar a conocer, de forma
pública, el apoyo con el que contaba la administración de la UP, para de este modo reiniciar
el diálogo. El gobierno buscaba la posibilidad de realizar un plebiscito, y con ello dar
marcha atrás al plan de los militares sublevados133.

En contraste a lo anterior, la prensa escrita de oposición, durante los meses previos al 11 de


septiembre, dejó entrever una mala gestión administrativa por parte del oficialismo,
enfatizando que el gobierno no estaba dispuesto a dialogar. Un ejemplo de ello, es la
publicación de El Mercurio del 1° de agosto, en la que se reseña “El partido Socialista no

131
DOS millones de personas desfilan esta tarde para celebrar triunfo popular. La Nación, Santiago, Chile, 4
de septiembre, 1973. p. 12.
132
TRES años de la victoria. El pueblo mostró ayer su puño a los golpistas. Gigantesco desfile ante el
Compañero Presidente. La Nación. Santiago, Chile, 5 de septiembre, 1973. Portada.
133
QUIROGA, Op. Cit. p. 137.

74
aprueba el diálogo”. En este artículo se muestra la negación del Partido Socialista a
negociar con partidos de oposición. En este sentido el artículo indica que:

“El Partido Socialista no aceptará jamás conciliar con los enemigos de Chile, del Gobierno Popular,
de los trabajadores. En estos momentos, cualquiera fórmula de transacción con la Democracia
Cristiana no solo sirve para alentar a los grupos facciosos que operan en su seno y en el resto de la
reacción, cuyo único e inalterable objetivo es recuperar el poder y sus privilegios. El Presidente de la
Democracia Cristiana ha declarado: ‘No le dejaremos pasar una al Gobierno’. ¿Qué diálogo pudiera
prosperar con quien expresa de manera tan manifiesta su odio al Gobierno Popular […]”134

En referencia a esta situación, podemos indicar que ya no existía concordancia entre la


coalición y el Presidente, ya que como hemos mencionado con anterioridad, todas las
decisiones del Ejecutivo debían pasar por el Comité de la UP, y Allende aunque admiraba
la ideología, no creía que Chile fuese un lugar preparado para la violencia, pues era un país
institucionalizado, que confiaba en la democracia, pero desgraciadamente, la coalición ya
se había visto influenciada por el guevarismo, proveniente de Cuba.

El descontento del Presidente de la República con este escenario, se reflejó en una situación
ocurrida el día 11 de septiembre, cuando Hernán del Canto, enviado por el PS a la Moneda
le pregunta a Allende qué podían hacer ante lo que se avecinaba. La repuesta del Presidente
fue: “Yo sé cuál es mi lugar y lo que tengo que hacer. Nunca antes me han pedido mi
opinión. ¿Por qué me la piden ahora? Ustedes, que tanto han alardeado, deben saber lo que
deben hacer. Yo he sabido desde un comienzo cuál era mi deber.”135

Entretanto, Las Últimas Noticas en el mes de septiembre, publicaba que “El Gobierno sigue
haciendo oídos sordos a las protestas populares”, contraponiéndose a los medios favorables
a la Unidad Popular, que señalaban que la administración socialista contaba con todo el
apoyo de los trabajadores. Esta publicación aseveró que:

“La estrategia marxista de desconocer los gravísimos problemas que afronta la población de Chile no
promete ningún cambio positivo en esta semana. Las conversaciones de los camioneros y la
suspensión del paro del comercio no tuvieron eco por parte del Gobierno de Allende. Las dueñas de
casa seguirán haciendo cola, los trabajadores seguirán haciendo sus viajes a pie, el pueblo seguirá

134
PARTIDO Socialista no aprueba el diálogo. El Mercurio, Santiago, Chille, 1° de agosto, 1973. p. 12.
135
Vial, Op. Cit. p.71.

75
soportando la escasez de los productos estatizados y los usuarios del SNS continuarán sufriendo la
falta de sus medicinas, de equipos, de camas […] desde hoy nuevos gremios se suman al apoyo de
los transportistas.”136

Todo lo anterior reflejó el ambiente de polarización ideológica y agitación social que


enfrentaba el país, lo cual, era palpable incluso en los medios de comunicación. Con estas
condiciones, era inevitable que se desencadenara mucha violencia por parte de ambos
bandos.

Sin embargo, pese a que La Nación deja entrever durante todas sus publicaciones de
septiembre, que era el Gobierno quien contaba con el poder popular, hay un comunicado
del Ministro de Defensa, Orlando Letelier, en el que defiende a los militares de todas las
ramas. Lo cual viene a ser un tanto contradictorio con la posición que hasta ese momento se
había dado a entender en el diario oficial. Por ende, la postura del gobierno simple y
llanamente no concordaba con la prensa favorable a la administración de la UP.

“Ministro de Defensa condena ataques de prensa a FF.AA.

El departamento de Difusión y Relaciones Públicas del Ministerio de Defensa Nacional ha entregado


el siguiente comunicado en relación a publicaciones aparecidas en distintos órganos de difusión.

«El Ministro de Defensa Nacional ha podido comprobar con profunda preocupación que en los
últimos días, en distintos órganos de prensa han aparecido publicaciones que afectan al prestigio e
institucionalidad de las Fuerzas Armadas.

El Gobierno se hace un deber señalar que tales publicaciones merecen su más enérgico rechazo y que
se ejercerán todas las acciones legales contra los responsables de dichas publicaciones.

Las Fuerzas Armadas de la República merecen el respeto de toda la ciudadanía y no es posible que
por intereses menores de cualquier índole o procedencia se pretenda dañar su tradicional prestigio.

Por esta razón el Ministerio de Defensa Nacional acudirá con el máximo rigor a las facultades que le
otorga la ley» Orlando Letelier del Solar Ministro de Defensa Nacional”137

136
EL Gobierno sigue sordo a las protestas populares. Las Últimas Noticias. Santiago, Chile, 3 de septiembre,
1973. p. 29.
137
MINISTRO de Defensa condena ataques de prensa a FF.AA. La Nación. Santiago, Chile, 8 de septiembre,
1973. s. p.

76
Esta declaración oficial por parte del Ministerio de Defensa, demuestra que pese a todas las
noticias diarias, exaltando el apoyo del pueblo al gobierno de la UP, hay un fuerte
convencimiento del buen proceder de las FF.AA, pues se confiaba en que existiría respeto
por la Constitución y la institucionalidad.

En cambio la publicación del martes 11, realizada por el diario oficial, no fue de carácter
político ni ideológico, sino que destacó en su portada el inicio de la gira mundial de la
selección chilena. Esto tal vez, producto de las fuertes críticas realizadas por el Ministerio
de Defensa a la prensa en general.

“Hoy parte la Selección: Moscú: Antesala de Munich. El “Equipo de Todos” inicia esta tarde la gira
que culminará en el Estadio Lenin de Moscú, el miércoles 26 de septiembre, cuando enfrente a la
Selección Soviética por las eliminatorias del campeonatos mundial de Alemania, versión 1974.” 138

El día 11 de septiembre fue el último día en que la prensa de izquierda pudo publicar
libremente, pues a partir de esa fecha, solo se comunicaba lo que las Fuerzas Armadas y de
Orden precisaban en medios escritos favorables al nuevo régimen militar. La circulación de
estas publicaciones debe volverse clandestina, puesto que por el nuevo orden establecido su
divulgación era ilegal. Por consiguiente, estos no alcanzaron a informar sobre el golpe de
Estado realizado por las FF.AA y de Orden, ni del suicidio de Salvador Allende, ni de las
detenciones en La Moneda.

Distinta fue la situación de los medios escritos de oposición a la Unidad Popular, pues estos
siguieron publicando sobre lo que había sido la intervención militar y el suicidio de
Allende. Ellos divulgaron que el golpe de Estado o “pronunciamiento militar” no había
hecho más que detener la inminente guerra civil. . Si detallamos, la diferencia entre estos
conceptos radica en que golpe de estado se interpreta como el acto de deponer a la
autoridad civil constitucional vigente, imponiendo de manera violenta un Gobierno de
Facto por parte de las Fuerzas Armadas; en tanto que pronunciamiento militar se entiende
como una intervención que cuenta con la aceptación unánime de las Fuerzas Armadas y el

138
HOY parte la Selección: Moscú: Antesala de Munich.... La Nación. Santiago, Chile, 11 de septiembre,
1973. Portada.

77
consentimiento de la ciudadanía, con el fin de manifestar su descontento con alguna
situación en particular, y solo se realiza la amenaza del uso de la fuerza.

La prensa escrita que no fue censurada, se encargaba desprestigiar todo lo que tuviese que
ver con el derrocado gobierno de la UP y el marxismo. Con el pasar de los días, es lo que se
vio en las publicaciones de los medios escritos. Un ejemplo de ello, es una noticia
publicada en Las Últimas Noticias el 24 de septiembre, en el que se registra el testimonio
de cuatro mujeres sobre lo conforme que están con el golpe de Estado a la administración
socialista.

“El odio fue lo que más daño nos hizo.-

Margarita Zavala de Allamand: ‘Esta es una segunda independencia, pero más trascendental. Hemos
recuperado nuestros propios valores que habían sido pisoteados, liberándonos de la esclavitud
marxista’.

Isabel Page: ‘De no producirse este movimiento, hoy ya estaríamos en plena dictadura comunista’.

Zey Orphanepoulos de Ilabaca: ‘Los marxistas era como malos curas que predican una cosa y hacen
otra’.

Sylvia Sailer: ‘Chile asiste hoy al nacimiento de un hombre libre, cuya educación debe ser la
principal inquietud de este Gobierno’.”139

El diario La Segunda y El Mercurio (Edición Internacional) se encargaron de “blanquear”


la imagen y la legitimidad del nuevo régimen, adaptando su lenguaje, dándole una acepción
negativa a todo lo que tuviese relación con la izquierda y su ideología. Además, el concepto
“extremista” comienza a utilizarse como sinónimos de comunista o socialista.

Por ejemplo el diario La Segunda en su edición del viernes 21 de septiembre de 1973 tiene
como portada:

“Entretelones siniestros del marxismo. Plan de Defensa de Tomás Moro. […]

La presente documentación que hoy presentamos pertenece a los planos de defensa de la casa de
Salvador Allende, conocida como Tomás Moro. Los planos, esquemas y reseñas constituyen uno de

139
EL odio fue lo que más daño nos hizo. Las Últimas Noticias, Santiago, Chile, 24 de septiembre, 1973, p. 3.

78
los antecedentes más valiosos que grafican las intenciones marxistas. La forma de apertrechar,
preparar y fortalecer bélicamente la casa presidencial causará verdadero asombro a los lectores” 140.

En resumidas cuentas, la orientación que se le quiso dar al golpe de Estado del martes 11, a
través de los medios de comunicación, fue una imagen en que los militares salvaron al país
de las “intenciones marxistas”.

Recapitulando, se justificó esta intervención, señalando que era de suma importancia


resguardar la seguridad nacional, y para ello el gobierno socialista debía ser eliminado.
Siguiendo esos lineamientos, la prensa publicaba noticias con titulares que pormenorizaban
detalles de la caída del socialismo en Chile, con titulares que decían, “General Pinochet se
refiere a los extremistas: «no trepidaré en actuar con todos los medios que dispone el
Ejército»”141 o “Plan de defensa de la fortaleza de Tomás Moro”142, en los que se detallan
cantidad de armamento y personas detenidas, acentuando el rol heroico de la nueva Junta
Militar.

Otro detalle que es posible notar al leer la prensa divulgada posterior al día 11, es que se
argumenta la posición de las FF.AA. y de Orden con la supuesta resistencia del
conglomerado de la UP. Se decía que existía un plan de resistencia y ataque por parte del
sector de la izquierda, aunque lo cierto, es que no estaba ni la organización ni el equipo
para combatir el complot golpista. Sin embargo, como se dijo anteriormente, antes del 11
de septiembre, las FF.AA. contaban con el respaldo del Ministerio de Defensa dirigido por
Orlando Letelier; de hecho, hasta ese mismo martes aún se desconocía quiénes estaban
detrás de la organización de dicho motín.

Fueron los integrantes de la Junta Militar de Gobierno, conformada por José Toribio
Merino, Comandante en Jefe de la Armada; Augusto Pinochet, Comandante en Jefe del
Ejército; Gustavo Leigh, Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea; y César Mendoza,

140
ENTRETELONES siniestros del marxismo. Plan de Defensa de Tomás Moro. La Segunda. Santiago,
Chile, 21 de septiembre, 1973. Portada.
141
GENERAL Pinochet se refiere a los extremistas…. La Segunda. Santiago, Chile, 25 de septiembre, 1973.
p. 10.
142
PLAN de defensa de la fortaleza de Tomás Moro”. El Mercurio. Edición Internacional. Santiago, Chile,
Semana del 17 al 23 de septiembre, 1973. p. 6.

79
General Director de Carabineros, quienes intentaron cambiar algunas de las informaciones
por medio de la prensa escrita.

Hacia 1973, Allende había perdido el control del país, y Chile se encontraba convulsionado
por la polarización ideológica. La crisis había invadido todos los niveles del Estado, por
ende, inevitablemente el país terminaría en la ruina, ya que las reformas estructurales
propuestas por la UP, como la Reforma Agraria o la Reforma Educacional, no estaban
teniendo la aceptación ni los resultados esperados. Es por esto que, la radicalización y la
agitación social eran una consecuencia obvia del proceso histórico que se estaba viviendo.

El 11 de septiembre de 1973, La Moneda había sido bombardeada, el Presidente de la


República se había suicidado, y todos los adeptos al gobierno socialista comenzaron a ser
perseguidos, detenidos, para luego ser exiliados, ejecutados o desaparecidos. El cambio que
se desenvolvió a partir de ese día fue completamente radical, ya que los militares
determinaron un nuevo orden nacional. Patricio Quiroga dice que esto fue producto del
miedo. “Miedo para cohesionar a la oposición civil y para desatar la conspiración en las
Fuerzas Armadas. Miedo que tenía un gran objetivo: desalojar para siempre a la izquierda
del sistema político.”143 Por consiguiente, Quiroga cree que la caída de la UP se debió a la
lucha ideológica, en la que se vio envuelta Chile producto del contexto internacional de
Guerra Fría; la que fue aprovechada por la oposición para deslegitimar un sistema con el
cual no concordaban, la que fue continuada por los errores de la izquierda, y terminada por
el accionar de los militares.144

“Chile se había fracturado en dos. Mientras unos celebraban con champagne, otros inauguraban las
cárceles. Los muertos comenzaban a ser apilados en el Instituto Médico Legal. En el Regimiento
Tacna, los prisioneros de La Moneda vivían una pesadilla de la que muy pocos sobrevivieron.” 145

Por consiguiente, es preciso comprender que los medios de comunicación captaron y


generaron una variedad de temas, con las cuales se elaboró una imagen de Chile, la que, por
lo demás, era determinada por la posición política a la que se perteneciese. Estos mensajes
transmitidos por la prensa tenían dos fines: destruir la nación o bien defenderla.

143
QUIROGA, Op. Cit. p. 104.
144
Ibíd. p. 113.
145
GONZÁLEZ, Op. Cit. p. 383.

80
Durante el 11 de septiembre de 1973 con la intervención militar, la realidad nacional
cambió radicalmente. Ese día las FF.AA. rompieron con la Doctrina Schneider, la cual
indicaba que los militares debían ser fieles a la Constitución, obedecer al poder civil y no
intervenir en política. Por el contrario, el aparato militar adoptó la Doctrina de Seguridad
Nacional, respaldado por Estados Unidos, que justificaba la eliminación del enemigo
interno para mantener el orden y la estabilidad nacional. Esto sería llevado a cabo
restringiendo la libertad individual, realizando detenciones al margen de la ley, y
eliminando a todo aquel que fuese una amenaza para la seguridad nacional.

“En diciembre de 2002, cuatro ex militares chilenos, amparados en el anonimato, confesaron al


diario La Nación de Santiago haber participado del fusilamiento de 20 colaboradores de Allende, dos
días después del golpe militar. Luego de describir por primera vez cómo se produjeron las
ejecuciones, los informantes contaron que los cadáveres de las víctimas fueron enterrados en una
fosa común, de donde se los removió años después para arrojarlos al mar.” 146

146
PAVÓN, Op. Cit. p. 76-77.

81
CAPÍTULO 3. La DOCTRINA DE SEGURIDAD NACIONAL Y SUS
IMPLICANCIAS EN CHILE

3. 1. Generalidades de la Doctrina de Seguridad Nacional

A raíz del contexto global de Guerra Fría y la explosión de la revolución Cubana


durante el año 1959, Estados Unidos, líder indiscutido del frente Occidental, decidió aplicar
una serie de políticas que frenaran el avance comunista en el continente Latinoamericano.
Entre los métodos elegidos para llevar a cabo esta batalla, estaban la Doctrina de Seguridad
Nacional y el entrenamiento de militares chilenos en la Escuela de las Américas. Ambas
medidas pretendían disciplinar a los soldados en el cuidado de la estabilidad y el
reconocimiento del denominado enemigo interno, de lo cual se hablará más adelante. Pero,
¿en qué consiste la DSN?

“La doctrina de la Seguridad Nacional es una doctrina militar: ella es una ciencia de la guerra. Si ella
engloba también toda la política, lo hace indirectamente, en virtud del hecho de que la guerra abarca
ahora toda la política. Pero nosotros no podemos jamás perder de vista que la doctrina de la
Seguridad Nacional es antes que nada un conocimiento que tiene por finalidad la guerra. […] La
doctrina de la Seguridad Nacional gira en torno de cuatro conceptos principales: los Objetivos
Nacionales, la Seguridad Nacional, el Poder Nacional y la Estrategia Total o Estrategia Nacional.”147

En Guerra Fría, la Doctrina de Seguridad Nacional, aseguró los intereses nacionales de


Estados Unidos y, por lo mismo, en esta denominada guerra total se ponen en juego la
supervivencia y la esencia de nación del bloque Occidental, entendiendo que este conflicto
bélico surge a partir de la pugna ideológica entre dos grandes potencias. En efecto,
podemos inferir que el estado de guerra y la asimilación de la DSN, implicaban que se
interiorizara el pensamiento militar en el accionar político de los países latinoamericanos.
Con estos lineamientos las instituciones y la sociedad civil quedarían bajo el control del
aparataje militar.

La política exterior de Estados Unidos, orientó sus esfuerzos estratégicos en las Fuerzas
Armadas de los países del Cono Sur, pues “las dictaduras militares que invocan la DSN son
las más sofisticadas de la historia latinoamericana; ellas se proponen meras redentoras,
147
CHILE. VICARÍA de la Solidaridad. Dos ensayos sobre Seguridad Nacional. Santiago, Chile: Vicaría de
la Solidaridad, 1979. 235 p.

82
restauradoras o renovadoras, y ambicionan durar indefinidamente”148. Lo cual, indica que la
intención de la Doctrina de Seguridad Nacional es erradicar al enemigo interno para
alcanzar el bienestar y la estabilidad de la sociedad, de acuerdo a las directrices del bloque
occidental. En palabras simples, podría aseverarse que el plan de Estados Unidos era crear
la imagen de la lucha del bien contra el mal. De esta manera se podría eliminar cualquier
influencia izquierdista o revolucionaria, pues la ideología sería percibida como un concepto
malicioso.

Durante la segunda mitad de los años cincuenta, la política de Estados Unidos pasó a tomar
una condición militarizada, combinándose la diplomacia exterior con la defensa nacional y
se transmutó en lo que se conoce como la Seguridad Nacional. Por lo tanto, la táctica
estadounidense, que había ejecutado hasta ese entonces, cambió y el concepto de guerra
total149 se desplazó, para adoptar la estrategia del establecimiento del orden público interno
y mundial. Esta nueva táctica buscaba desarrollar una opinión pública internacional que
fuese anticomunista. En resumidas cuentas, el comunismo pasaba a ser el antónimo de la
libertad, la igualdad, la justicia social y la democracia. Estados Unidos transformó
negativamente la imagen del bloque Soviético.

La Seguridad Nacional, nueva estrategia, era una táctica que en su trasfondo consistía en
cambiar la concepción de la guerra total en una más bien convencional y limitada. Este
método se consagró en las administraciones de Kennedy y Johnson durante los años
sesenta.

“De este modo, quedó establecido el nuevo perfil de la confrontación mundial: la confrontación
norteamericana-soviética en el plano ideológico condujo de la idea de guerra total a la de guerra
convencional y limitada; esta última desarrolló como su principal táctica la guerra antisubversiva, la
cual condujo a un tipo de entrenamiento militar que derivó en la usurpación de la función política por
parte de los militares, cuya meta fue diseñada como la de asumir la responsabilidad del orden y la

148
TAPIA, Jorge. El terrorismo de Estado. La Doctrina de la Seguridad Nacional en el Cono Sur. México:
Editorial Nueva Imagen, 1980. 284 p.
149
La guerra total era la estrategia de confrontación utilizada por los Estados Unidos desde la explosión de la
Guerra Fría hasta la primera mitad de los años cincuenta, en la que los Departamentos de Estado y de Defensa
junto al Pentágono, preparaban una gran capacidad ofensiva contra la Unión Soviética.

83
estabilidad política internas en sus respectivas naciones. Estos, a su vez, se convertirían en los
principales ingredientes movilizadores de la Doctrina de la Seguridad Nacional” 150.

Estados Unidos se disponía a intervenir en las cuestiones internas de los países


latinoamericanos, aunque no de modo directo, sino que por medio de los nuevos actores
políticos que resguardarían la seguridad de sus países: los militares. Ya que serían estos
líderes quienes tomarían las decisiones políticas, y detendrían el avance subversivo de los
comunistas. En este panorama, cualquier movimiento del bloque Soviético dentro de las
naciones latinoamericanas ya no era visto como una complicación interna, sino que se había
transformado en algo mucho más grave: un problema internacional. Esto legitimaba la
intervención de otros países en asuntos nacionales, y respaldó la intromisión política de las
Fuerzas Armadas. Sin embargo, la intervención militar implicaba que la fuerza castrense
debía abandonar su condición neutral y apolítica.

La prioridad de Estados Unidos era preservar su propia seguridad nacional, por lo mismo
creía necesario intervenir de modo directo o incluso encubiertamente en los asuntos
internos de los países latinos, ya que cualquier intromisión de la ideología de izquierda o de
un régimen no capitalista podría amenazar seriamente su estabilidad e intereses, sobre todo
si esto llegase a ocurrir en el Cono Sur. Ante lo cual, durante las administraciones de
Kennedy, Johnson y Nixon se etiquetó de comunista a “todo movimiento nacional de
carácter izquierdista, especialmente si resulta ser enemistoso o meramente independiente o
neutral con relación a Estados Unidos.”151 Estas determinaciones permitían detectar las
eventuales situaciones de revueltas internas, y generar respuestas rápidas y limitadas que
impidieran su desarrollo.

No obstante, para llevar a cabo todas las directrices anteriores era importante establecer
programas de entrenamiento militar, que orientaran a las Fuerzas Armadas de
Latinoamérica a preservar la seguridad interior de sus países, y eliminar cualquier proyecto
subversivo que fuera una amenaza para la integridad de ella. Es entonces, que a partir de
1963 los programas de asistencia para militares dieron un giro en sus bases, pues el
principio de la defensa hemisférica se cambia por el cuidado de la seguridad interna,

150
TAPIA, Op. Cit. p. 52.
151
TAPIA, Op. Cit. p. 56.

84
haciendo que la búsqueda de cualquier tipo de insurgencia se hiciese más localizada. En
base a ello, se protegía el orden y la estabilidad, y se eliminaba al enemigo interno.

Este orden continental no podía ser llevado a cabo por civiles, pues carecerían de los
dogmas y el patriotismo necesarios para conducir a sus países, en tanto que, un soldado
contaba con la preparación ideológica necesaria para dicha tarea. En los programas de
asistencia, Estados Unidos junto a algunos cientistas sociales, se encargaron de transformar
a los militares en políticos. Si las Fuerzas Armadas eran capaces de dominar ese rol, serían
capaces de controlar cualquier tipo de agitación social, y al mismo tiempo, se mantendría la
estabilidad política del país. Todo esto en base a la teoría. Asimismo, es preciso destacar
que el aparato militar no solo aseguraría el control de la subversión, sino que también
intervendría en los procesos sociales y económicos. En pocas palabras, hablamos de
militarizar la sociedad, por ende, se trataría de una administración autoritaria.

“Este rasgo totalitario tiene raíces que provienen de la visión de la Nación y la sociedad como un
organismo, jerarquizado, en que todas sus partes tienen una función predeterminada, donde la
definición global de las mismas y su coordinación corresponde al Estado identificado con el
Gobierno Militar, y en el que el modo paradigmático de organización es el sistema militar” 152

El entrenamiento ideológico que recibían los integrantes de las Fuerzas Armadas,


identificaba al comunismo como un enemigo real y un catalizador de desorden. En
consecuencia, hay una internacionalización de la concepción e identificación del enemigo
interno. Con esta idea, las milicias cuestionarían el actuar de los gobiernos democráticos al
no saber enfrentar la amenaza. En este punto los militares se hacían cargo del poder,
aunque no de forma electoral. Estados Unidos ganaba dos cosas con este fenómeno, la
militarización de la sociedad y el desarrollo del sistema económico capitalista.

Para los gobiernos estadounidenses, los programas de entrenamiento eran tremendamente


importantes para ejecutar esta estrategia dogmática; por ello, durante la presidencia de
Kennedy se intensificaron los cursos de lucha antiguerrilla y de acción cívica, en la
recientemente rebautizada Escuela de las Américas o U.S Army School of the Americas,

152
CHILE. VICARÍA de la Solidaridad. Informe Especial: Estudio sobre la Doctrina de la Seguridad
Nacional y Régimen Militar. Santiago, Chile: Vicaría de la Solidaridad, 1977. 83 p.

85
ubicada en la zona del Canal de Panamá. Latinoamérica se convirtió en un territorio de
experimentación de estrategias, destinadas a obtener estabilidad política.

El entrenamiento ideológico se sustentaba en conceptos concretos de acciones, tales como


contrainsurgencia o acción cívica, las que se definían con claridad en el Dictionary of U.S.
Military Terms for Joint Use, publicado en febrero de 1964. La preparación dogmática
militar, fue uno de los pilares importantes de la política exterior norteamericana, pues era el
medio por el cual extendían su influencia.

Entendiendo la postura de la influencia de la Doctrina de Seguridad Nacional, propuesta


por Estados Unidos a los países latinoamericanos, podemos cuestionarnos por qué es tan
relevante el control ideológico de una nación. Probablemente porque:

“el concepto de Nación desde el punto de vista de la geopolítica es muy preciso: la Nación es una
sola voluntad, un solo proyecto; es voluntad de ocupación y de dominación del espacio. Este
proyecto supone poder. Él es voluntad de poderío. Este proyecto encuentra la oposición de otros
proyectos parecidos e incompatibles con él; la Nación será, pues un poder que imponga su proyecto a
los otros.”153

De acuerdo a este punto de vista, Estados Unidos durante los años de bipolaridad mundial
adoptó una postura de nación donante, en la que entregó recursos de diversa índole, con la
finalidad de adquirir el derecho a intervenir en asuntos internos, imponiendo su propósito
ideológico en los ejércitos de América Latina.

Las escuelas que estuvieron a cargo de la formación práctica y el asesoramiento ideológico


de los militares latinoamericanos en la Zona del Canal de Panamá, eran para el Ejército:
U.S. Army School of the Americas y el Inter Americas Geodetic Survey School Fort
Clayton. Mientras que para los miembros de la Fuerza Aérea estaba el U.S. Air Force
School for Latin America, Albrook Air Force Base, y el U.S. Air Commands Howard Air
Force Base154.

En cuanto a las materias impartidas en estos centros de entrenamientos, destacan:

153
VICARÍA de la Solidaridad. Op. Cit. p. 31.
154
TAPIA, Op. Cit. p. 75-76.

86
“Departamento de Operaciones de Combate

- Comando y plana mayor de unidad


- Desarrollo nacional y acción cívica
- Relaciones públicas
- Operaciones de ayuda en caso de catástrofes
- Operaciones de contrainsurgencia
- Operaciones en la jungla
- Cursos para cadetes […]

Departamento de Operaciones de Apoyo

- Inteligencia y contrainteligencia
- Técnicas de interrogación
- Supervisión de investigaciones criminales
- Planeamiento de control de tránsito
- Control de desórdenes civiles
- Operaciones de contrainsurgencia urbana
- Técnicas médicas
- Oficial de abastecimientos
- Suboficial de abastecimientos […]”155

En definitiva, los militares eran formados en materias generales de distribución,


administración pública y control de la seguridad interior. Dicha preparación los favorecía
para que estuviesen listos al tomar el liderazgo de un territorio. Estas circunstancias hacen
suponer, que los militares que defenderían la institucionalidad y la seguridad interna, irían
contra las tradiciones democráticas, pues para preservar los puntos mencionados, ellos
tendrían que tomar arbitrariamente el poder, con el fin de erradicar la amenaza de izquierda,
y no podrían optar por la alternativa de ser legítimamente elegidos por la ciudadanía. Por
este motivo, los cursos de control de seguridad eran tremendamente relevantes para la
DSN, por ello la preparación no solo era teórica, sino que también práctica.

“El grupo de cursos relativos a la guerra antisubversiva y al control de la guerrilla urbana


proporciona lo que es estima una educación predominantemente práctica y vívida, que incluye un
conjunto de ejercicios de campo sobre tácticas antisubversivas, de cinco días de duración, llamado
Operación Balboa. […] Se enseñan técnicas especializadas de interrogación con la ayuda de

155
Ibíd. p 82.

87
instructores muy calificados, que desempeñan alternativamente los papeles de interrogados e
interrogadores. Se coloca especial énfasis en las técnicas de contraespionaje en aquéllas para evitar la
subversión o los actos de sabotaje por parte del personal.” 156

El entrenamiento de campo, tenía por objetivo la aniquilación de cualquier infiltración


izquierdista, lo cual, iba mucho más allá de la defensa de la Constitución o del gobierno
democrático. El adoctrinamiento anticomunista impartido por Estados Unidos, se encargó
de catalizar los intereses de american way of life.

Para que los soldados entendiesen por qué debían aniquilar a este enemigo en específico,
era preciso que ellos estuviesen versados en la ideología, por lo que se destinaba del 5 al
20% de los horarios de clase a esta labor, además debían estar al tanto de cualquier tipo de
publicación anticomunista. Con esta inversión en recursos se reforzaba los valores e
intereses norteamericanos, al evitar cualquier tipo de subversión marxista o anticapitalista.

“Respecto del enemigo interno, prevalece cada vez más la opinión de las personas que han
participado en cursos dados por la Escuela de las Américas y otros organizados por el Pentágono…
muchas de las opiniones de estos [soldados] responden a los estereotipos e ideas que les fueron
inculcadas en esos cursos; convencidos de que están liberando al país del ‘enemigo interno’, han
cometido un crimen que solo puede explicarse por su ingenuidad, su ignorancia y su visión política
de corto alcance… yo solía decir al Presidente, que deberíamos enviar a nuestros oficiales a conocer
la realidad de los países de Europa, África y Asia, no para que copien o imiten a sus Fuerzas
Armadas, sino para que amplíen sus horizontes y entiendan (citado en O’Shaughnessy 200: 27,
157
28)”

Una vez que los militares terminaban con su entrenamiento, la Escuela de las Américas se
encargaba de gestionar redes de contactos, manteniendo una publicación oficial, que se
distribuía dos veces al año, la que informaba a los alumnos y egresados sobre las diferentes
actividades que fuesen surgiendo, y se agregaba cualquier novedad sobre materia política-
ideológica. El fin de mantener las relaciones militares, era, como se ha mencionado
anteriormente, “contribuir al logro de los objetivos de la política exterior norteamericana de

156
Ibíd. p. 83.
157
GILL, Lesley. Escuela de las Américas. Entrenamiento militar, violencia política e impunidad en las
Américas. Chile: LOM Ediciones, 2005. 348 p.

88
la región”158, ya que cada uno de los graduados ocuparía un lugar relevante o de poder en
sus respectivos países, por lo mismo era de gran importancia mantener el contacto.

La influencia que tenía la Doctrina de Seguridad Nacional en los países latinoamericanos,


variaría según la cantidad de entrenamiento y la ayuda militar que hayan recibido de parte
de Estados Unidos, pues dependiendo de ésta, sería como se establecería en cada una de las
realidades del Cono Sur.

“La Doctrina de Seguridad Nacional es un fenómeno regional derivado de la influencia externa, pero
con gran variación en sus manifestaciones particulares. A diferencia del viejo militarismo, la
Doctrina de Seguridad Nacional –justificadora del nuevo militarismo- no se circunscribió a las
sociedades donde se gestó. Afectó a las instituciones castrenses y a las sociedades de la región, aún a
aquellas donde no hubo gobiernos militares Naturalmente, las instituciones y sociedades más
afectadas fueron las que crearon y aplicaron a plenitud la Doctrina de Seguridad Nacional, como es
el caso de Brasil.”159

Estados Unidos hizo un esfuerzo para que en América Latina se militarizara el concepto de
seguridad nacional, pero el asentamiento doctrinario variaría de acuerdo al contexto de cada
región. Es claro que no se sistematizaría de igual manera en todos los países en los que se
incorporara, por lo que los principios instaurados por la DSN se afianzaron y propagaron de
diversas formas. Sin embargo, el objetivo era el mismo en cada país: garantizar la
protección interna y evitar cualquier atisbo revolucionario. Para cumplir con esta tarea, el
Estado debía estar bajo el control castrense, así la estrategia de eliminar a los agentes
locales del comunismo, o cualquier idea opuesta al gobierno militar, sería enfrentada de
modo directo. Sin duda, con la influencia de la DSN, el continente latinoamericano se hizo
parte de la Guerra Fría.

Para garantizar la seguridad interna de cada país latinoamericano, Estados Unidos enfatizó
cuatro variables en el entrenamiento castrense y doctrinario. Estas condiciones en la
educación dogmática de los militares, involucraban la adopción de aspectos que mejorarían
su eficiencia técnica y administrativa, lo que en definitiva contribuiría en las competencias
del ejercicio de la autoridad gubernamental.

158
Ibíd. p. 85.
159
LEAL, Op. Cit. p. 75.

89
Los cuatro componentes del esquema de entrenamiento, consistían en:

- Educación anti-izquierdista
- Especialización en Operaciones de Asuntos Civiles
- Liderazgo militar
- Antidemocratismo

La educación anti-izquierdista, como se ha mencionado con anterioridad, enfrentaba el


contexto de Guerra Fría, por ello, Estados Unidos potenciaba un programa de guerra
antisubversiva, el que contrarrestaba la amenaza comunista160, de esta manera, cualquier
concepto asociado a la izquierda, era entendido como una variante del comunismo. “Esta
confusión o ignorancia adquiere especiales relieves en los círculos militares, que se limitan
a definir como ‘comunismo’ cualquier expresión de antinorteamericanismo, anticapitalismo
o antimilitarismo.”161 De modo que los militares, entrenados bajo esta línea, identificaron
en la izquierda una amenaza para el orden establecido, hasta el punto en el que el
adoctrinamiento ha provocado en ellos una fobia hacia este tipo de ideas. Es así, como las
milicias asumen que esta es una guerra de autodefensa y autopreservación162. Habiendo
catequizado este concepto, los soldados entendieron que debían proteger a sus países de la
amenaza que circundaba en los días de Guerra Fría. El enemigo ya tenía el rostro de la
ideología.

Mientras que, la especialización en Operaciones de Asuntos Civiles, consistía en la


orientación de los militares en las operaciones de defensa interna, las que, desde 1969, se
denominaron como Operaciones de Estabilidad. Éstas, tenían por objetivo “intervenir en las
actividades de modernización económica y progreso social establecidas en los programas

160
La política exterior norteamericana asemejaba como amenaza comunista a cualquier idea opuesta a sus
creencias, por lo que a partir de este supuesto se generaron serias confusiones respecto a la identificación de la
ideología de comunista, pues a esta se asociaba el socialismo, el populismo, el neutralismo, la disidencia y la
protesta. Véase en: TAPIA, Jorge. El terrorismo de Estado: La Doctrina de la Seguridad Nacional en el Cono
Sur. México: Editorial Nueva Imagen, 1980. 284 p.
161
Ibíd. p. 90.
162
Ibíd. p. 91.

90
de desarrollo nacional económico y cívico”163. En definitiva, este paso radicaba en
involucrarse en las áreas que tuviesen importancia en el funcionamiento de la sociedad, de
manera, que todo estuviese bajo el control del aparato militar. La meta era obtener la
cooperación de la población civil y reducir las posibles interferencias en el orden social.

“En esta clase de guerra, guerra no declarada y, en gran medida ficticia, las operaciones militares
desempeñan el papel de una oposición política que, capaz de destruir a su adversario por medio de la
violencia, no encuentra otro límite real a sus acciones que su propia concepción de la guerra y el
enemigo.”164

En este contexto, los militares justifican su accionar, en la existencia de una guerra y en la


amenaza de un enemigo que es capaz de destruir el orden interno, y la estabilidad de una
nación. Bajo esta suposición, no queda más que la utilización de la violencia para destruir
dicha amenaza.

En cuanto al liderazgo militar, en los cursos de preparación se buscaba desarrollar la


habilidad de dirigir; de tal modo, que en el ejercicio del poder, los militares pudiesen
constituir una organización jerarquizada y disciplinada, con el fin, de que esta autoridad se
extendiese a toda la sociedad.

“Un ejército está, por necesidad, organizado sobre una base no democrática, en torno a una jerarquía
de líderes, cada uno de los cuales se encarga de adoptar y hacer cumplir las decisiones de la esfera
que le es propia. La perspectiva del líder militar, en consecuencia, es esencialmente autoritaria, no
persuasiva, […] su responsabilidad es personal […] él ordinariamente no puede confiar en una
discusión democrática, en el debate, ni en el desarrollo de un consenso democrático […]” 165.

En este extracto de uno de los manuales de entrenamiento del área profesional militar, es
indiscutible que la democracia no formó parte del adoctrinamiento estadounidense, sino
que por el contrario, estableció parámetros de un tipo de liderazgo autoritario de corte
vertical, en el que la población en general no tenía derecho a réplica, respecto a las
decisiones que se tomaran. Por lo tanto, es el aparato militar quien tendrá la última palabra
en la conformación de los nuevos gobiernos.

163
Ibíd. p. 93.
164
Ibíd. p. 94.
165
Ibíd. p. 95.

91
En relación a lo anterior, podemos referirnos al último punto, el antidemocratismo, pues
como ya hemos mencionado, la democracia no formaría parte de los nuevos regímenes.

“Las entrevistas indirectas hechas a soldados chilenos entrenados en Estados Unidos conducen a la
conclusión de que, […] los soldados latinoamericanos no reciben adoctrinamiento alguno en favor de
la democracia como régimen y modo de vida social. Muy por el contrario, en forma más o menos
directa se acusa al sistema democrático de gobierno de favorecer la corrupción de los que ejercen el
poder, de carecer eficacia creativa y ordenadora y, por lo tanto, de favorecer la infiltración y auge del
comunismo, dando así origen a un estereotipo acusatorio que tiene por meta o resultado no solo la
destrucción de la fe del militar en el gobierno democrático, sino su conversión en enemigo franco y
declarado de la democracia.”166

En este sentido, los norteamericanos, en lo que respecta a la preparación doctrinal de las


milicias latinoamericanas, se encargaron de establecer que la tradición democrática ya no
fuera un sistema pertinente y adecuado para mantener el orden y la estabilidad de un país,
pues de una u otra manera, colaboraba con el avance del enemigo interno: el comunismo.
Esta idea potenció el hecho de que la democracia debía ser reemplazada por una vía en que
las decisiones estén sujetas a un grupo de personas lo suficientemente instruidas para
mantener a salvo la seguridad interna del país. Con la Doctrina de Seguridad Nacional, el
aparato militar se consideraba lo suficientemente preparado como para asumir dicho rol.
Esto también se debe a que la postura de Estados Unidos consideró que parte de los
problemas de los países del Cono Sur provenían de la decadencia de los partidos políticos,
y la única solución plausible era su eliminación. A esta percepción se le denominó Doctrina
Nixon, que llamaba a transformar las instituciones y el sistema de elección que sostenía a la
sociedad.

“La Doctrina Nixon […] se funda, en que los regímenes de gobierno del Tercer Mundo se refiere, en
la convicción de que la causa de la ‘insurgencia’ no estaría en las deplorables condiciones
socioeconómicas de esos pueblos, sino en las instituciones tales como los partidos políticos y en
estructuras como las democrático-representativas que, por tanto, deberían ser eliminadas.”167

En conclusión, la DSN ha preparado a los militares para comprometerse con los intereses
de la política norteamericana, adoptándola como propia. Así como también, ha hecho que

166
Ibíd. p. 96.
167
Ibíd. p. 97.

92
las milicias, por medio del adoctrinamiento, pierdan la fe en el sistema democrático. En tal
medida, convenció a los militares que la mantención de la seguridad interna, era una
responsabilidad de las Fuerzas Armadas. Jorge Tapia168 plantea que este ideal fue
construido en base a la propaganda anti-comunista y la histeria provocada por la Guerra
Fría.

168
Jorge Tapia Valdés es Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Chile, posee una
Maestría en Derecho por la Universidad de Yale, y es Doctor en Derecho por la Universidad de Erasmus
Rotterdam (Holanda). Tiene numerosos artículos relacionados con la Doctrina de Seguridad Nacional. Fue
profesor de Derecho Constitucional y Doctrinas Políticas en la Universidad de Chile. Durante el gobierno de
Salvador Allende fue Ministro de Justicia y Educación.

93
3. 2. La Doctrina de Seguridad Nacional en Chile

En el contexto mundial de Guerra Fría, las relaciones internacionales estaban siendo


dominadas por la bipolaridad y el conflicto indirecto entre dos potencias que pretendían
superponer su ideología. Tanto Estados Unidos como la Unión Soviética adoptaron
medidas que resguardaran la seguridad de sus respectivas zonas de influencia, acudiendo a
las estrategias políticas, económicas e incluso psicológicas, para impedir la penetración de
las ideas capitalistas o marxistas-leninistas, respectivamente. Con estas circunstancias,
Estados Unidos se preocupó de influir con más fuerza en los países latinoamericanos, luego
de la explosión de la Revolución Cubana.

Sin embargo hasta 1973 las Fuerzas Armadas de Chile, oficialmente se reconocían a sí
mismas bajo el alero del profesionalismo militar “que descansa bajo el principio de la
obediencia al poder civil y en la prescindencia de los militares de toda acción partidista”169,
visión que era respaldada por el general Schneider y Prats. En esta medida, su rol consistía
en resguardar la seguridad interior y exterior del país, acatando las decisiones que tomara
los gobiernos democrática y legalmente constituidos.

La Constitución de 1925 establecía que las instituciones militares debían ser obedientes a la
máxima autoridad gubernamental, figura correspondiente al Presidente de la República.
Pero como se vio en el capítulo 2, parte de la milicia nacional, incluyendo altos mandos, se
encontraba descontenta con la elección de un gobierno socialista, por el contexto mundial
de Guerra Fría.

La tradición profesionalista en la institución castrense, que fue despojada en 1973 con la


intervención de las FF.AA., se logra entender con la entrevista que realiza Mónica
González a Horacio Toro170, militar que participó en el Golpe de Estado. En esa
conversación él señala,

169
TAPIA, Op. Cit. p. 123.
170
El militar Horacio Toro estuvo en Santiago el 11 de septiembre de 1973, y participó en las detenciones que
se realizaron en la Universidad Técnica del Estado. Colabora con Ernesto Baeza en la reestructuración de la
Policía de Investigaciones. Con el retorno a la democracia, el presidente Aylwin lo nombra director de la

94
“¿Qué cambios se habían producido en el Ejército para posibilitar el quiebre de la doctrina
constitucionalista?

Entre 1945 y 1970 el sistema militar fue asumiendo gradualmente la Doctrina de Seguridad Nacional
durante los gobiernos democráticos y sin que la sociedad chilena y esos gobiernos tuvieran noción
clara de la transformación. Lo que hizo crisis fue un movimiento civilista: la no incorporación de
militares a un proceso de enriquecimiento democrático que se expresó en su segunda etapa a partir de
la caída de Ibáñez, cuando los gobiernos civiles democráticos asumieron la revancha del movimiento
militar de 1925 a 1931. Eso produjo una reducción del poder militar, se desarrolló una política de
restricciones que lo fue arrinconando, despojando de recursos. […] Ningún político le tenía miedo a
los militares. Habíamos llegado a ser los grandes mudos del sistema, los propios políticos nos
calificaban de esa manera. Había como una garantía cierta de que los militares habíamos llevado
nuestro apoliticismo al más alto grado”171.

De acuerdo al Informe de la Comisión Nacional de Verdad y Justicia, la crisis pudo haber


explotado por algunas de las políticas públicas adoptadas por el gobierno de Salvador
Allende, las que aportaron mayor división social y gran inestabilidad económica, problemas
que se hicieron sentir con mayor fuerza a partir de 1972. La crisis se caracterizó por la
inflación explosiva y desabastecimientos de artículos de primera necesidad, sumado al
estanco del comercio exterior, generaron que la economía nacional se paralizara. A ello se
suma el bajo desempeño de las industrias estatizadas, los problemas por la nacionalización
del cobre, y las huelgas potenciadas por la oposición172. En este contexto aparecen los
conceptos de vía armada e ingobernabilidad, los cuales se reforzaban con la difusión de los
medios de comunicación.

En esta medida la infiltración de la Doctrina de Seguridad Nacional en el aparato militar


chileno se posicionó gradual y fuertemente en las bases de su disciplina. De acuerdo a Jorge
Tapia, especialista en la materia, la entrada de la DSN se origina por medio de dos vías. En
primer lugar, la milicia chilena se encargó de enviar a más de seis mil soldados a entrenarse
en la Escuela de las Américas; y en segundo lugar, al trabajo propagandístico realizado por
la intelectualidad opositora del gobierno socialista, compuesto por escritores, políticos y

institución. Véase en: GONZÁLEZ, Mónica. Elecciones en campo minado. En su: La Conjura. Los mil y un
días del Golpe. Santiago, Chile: Catalonia. 2013. pp. 27-45.
171
GONZÁLEZ, Op. Cit. p. 30-31.
172
CORPORACIÓN Nacional de Reparación y Reconciliación, Op. Cit. p. 37.

95
periodistas173. Este grupo de la extrema derecha, se encargó de divulgar la teoría de la DSN
a los civiles, con una finalidad política, antes y después del 11 de septiembre.
Posteriormente muchos de ellos ocuparon cargos públicos en el gobierno de Pinochet.

Como ya se ha mencionado, la introducción de la DSN en los círculos militares fue una de


las prioridades del Estado norteamericano. Chile fue uno de los países del Cono Sur que
acude a este plan de entrenamiento. Sin embargo, cabe preguntarse, ¿por qué la milicia
chilena recibe el entrenamiento y los recursos norteamericanos? Si bien Chile recibía
influencia política de izquierda, no era un país que se caracterizara por tener conflictos de
guerrillas o terrorismo, tampoco era un lugar que pudiese albergar subversión interna, pues
como planteaba Allende, el sistema político predominante era más bien institucional, con
un funcionamiento estable y regular. De acuerdo a Jorge Tapia, la respuesta a este
cuestionamiento podría encontrarse en el Golpe de Estado, realizado el 11 de septiembre de
1973, razón por la cual el Pentágono se encargó de brindar preparación a las Fuerzas
Armadas nacionales174.

“El objetivo fundamental de las fuerzas armadas consiste en rechazar todo ataque de los enemigos
internos o externos. Su tarea más importante y permanente es la de aplastar la subversión, porque ella
pretende destruir la unidad nacional. Desde este punto de vista cuando existe subversión o disidencia,
entendida no como un problema de mero conocimiento o información sino de desviación de
naturaleza moral […], solo puede ser controlada mediante el uso de la violencia” 175.

Este ideario supone la destrucción de lo que se cataloga como enemigo interno, en pos del
resguardo de la unidad nacional, aunque ese objetivo significara la destrucción de la
institucionalidad y la democracia. El peligro escindía en el hecho de que si el proyecto
socialista chileno triunfaba podría significar que muchos otros países quisieran replicar la
situación política que se estaba a gestando en nuestro país.

Por este motivo, era relevante el rol que la propaganda anti-izquierda estaba ejerciendo a
nivel nacional y que era desarrollada por la intelectualidad de la derecha nacional, pues
junto a Estados Unidos aprovecharon las falencias del gobierno de Salvador Allende,

173
TAPIA, Op. Cit. p. 125.
174
Ibíd. p. 126.
175
Ibíd. p. 127.

96
creando un ambiente de tensión y división, hasta lograr la concepción de una eventual
guerra civil si el proyecto de la UP continuaba. Para lograr ese objetivo era importante
fraccionar a las Fuerzas Armadas, ya que “era lo único que podía transformar el clima de
guerra civil, en guerra efectiva. Es sabido que no hay guerra civil si se enfrentan solo
civiles […] Esta exige la presencia […] de soldados profesionales. Lo que exige que las
Fuerzas Armadas se dividan.”176

Las Fuerzas Armadas y de Orden, una vez adoctrinadas, tomaron un rol preponderante en la
escena nacional, ya que ellos, con el respaldo estadounidense, asumieron el liderazgo
político, y con el fin de eliminar al enemigo interno, caracterizado en todo aquel que
militara ideales de izquierda, declararon Estado de Sitio177, con lo cual podrían concentrar
poderes y atribuciones. El apoyo de Estados Unidos era incuestionable, debido a que la
Casa Blanca quería “evitar que el gobierno socialista fuera tomado como ‘un modelo’ en el
resto de los países de América Latina”178. Con este contexto, los militares se hicieron cargo
del Estado, estableciendo, lo que en un principio sería una dictadura temporal.

“Chile es el país donde la Doctrina de la Seguridad Nacional ha encontrado su aplicación más


completa y más rigurosa. Es en Chile donde está menos mezclada con otros aportes ideológicos. Del
Estado chileno actual puede decirse que es una especie de quinta esencia de la Seguridad Nacional.
Los generales chilenos no han contribuido, sin duda, al desarrollo de la doctrina misma. […] lo han
puesto en práctica de una manera más rígida y sistemática que en ninguna otra parte.”179

Para las Fuerzas Armadas, el resguardo de la seguridad interior era tan relevante que se
hizo necesario crear un Estado Militar, que se mantendría mientras se restablecía la

176
CORPORACIÓN Nacional de Reparación y Reconciliación, Op. Cit. p. 39.
177
“Mediante el Decreto Ley N° 3, dictado el 11 de septiembre de 1973, se declaró el estado de sitio en todo
el territorio nacional, asumiendo la Junta ‘la calidad de General en Jefe de las Fuerzas que operará en la
emergencia’. Sin embargo, a partir del día siguiente y con sujeción al Decreto Ley N° 8, la Junta delegó en los
respectivos Comandantes en Jefe de las Unidades Operativas del territorio nacional, el ejercicio de la
jurisdicción militar y la facultad de dictar Bandos”. Véase en: CHILE. CORPORACIÓN Nacional de
Reparación y Reconciliación. Obra Normativa de la Junta. En su: Informe de la Comisión Nacional de Verdad
y Reconciliación, Vol. I, Tomo 1, Santiago, Chile: Corporación Nacional de Reparación y Reconciliación,
Reedición diciembre de 1996. pp. 58-61.
178
PAVÓN, Op. Cit. p. 42.
179
VICARÍA de la Solidaridad, Op. Cit. p. 123.

97
institucionalidad quebrantada y se eliminaban los grupos subversivos, que representaban al
enemigo interno. La Junta Militar justificó su intervención exhortando que el
mantenimiento de un gobierno socialista era perjudicial para los intereses de la República y
el Estado Soberano180. Con este fin, luego de derrocar la presidencia de Salvador Allende el
11 de septiembre de 1973, la Junta Militar, durante ese día y los que le siguieron, publicó
diversos decretos-leyes181, que instauraban nuevas normas en cuanto a los procedimientos
que se tomarían respecto al control policial y derechos humanos. La tarea era clara,
eliminar cualquier tipo de amenaza insurgente y sediciosa.

La aplicación de la DSN se contraponía férreamente a lo que, hasta entonces, había sido la


formación militar chilena, y que había reafirmado en tantas ocasiones el Comandante en
Jefe del Ejército hasta 1970, que suscribía el respeto por la Constitución y el apego a la
democracia, sin salirse de los límites que correspondían a la función de un soldado. Esta
visión correspondía más bien a una doctrina constitucionalista.

“En Chile el prestigio de las Fuerzas Armadas era inmenso en todas las clases sociales y en todos los
partidos; el país entero revivía sin cesar las glorias militares del pasado y se identificaba con su
Ejército. En tiempos de Allende, todos le hacían la corte: los políticos de izquierda en el gobierno y
los políticos de derecha en la oposición. El 11 de septiembre de 1973, las Fuerzas Armadas
intervinieron, y lo hicieron poniendo en la balanza todo el peso político de sus armas. Desde todo
punto de vista, lo que caracterizó la intervención militar fue su radicalidad.” 182

180
TAPIA, Op. Cit. p. 128-129.
181
“Los principales decretos-leyes [publicados durante el año 1973] a que se hace referencia en el texto son
los siguientes: N° 1, del 11 de septiembre de 1973, dictado como acto constitutivo de la Junta de Gobierno;
N° 5, del 12 de septiembre de 1973, que declaró el estado de guerra dentro del país; N° 5, del 12 de
septiembre de 1973, que declaró el estado de guerra dentro del país; N° 12, del 24 de septiembre de 1973,
sobre la disolución de la Central Única de Trabajadores; N° 25, del 19 de septiembre de 1973, sobre la
disolución del Congreso Nacional; N° 77, del 13 de octubre de 1973, que declaró ilegales a todos los partidos
políticos de izquierda; N° 81, del 6 de noviembre de 1973, que estableció nuevas formas de delitos contra la
seguridad interior del Estado; N° 128, del 16 de noviembre de 1973, que regulaba el ejercicio de los poderes
constituyente, legislativo y ejecutivos detentados por los miembros de la Junta.”
Véase en: TAPIA, Jorge. La Doctrina de la Seguridad Nacional en Chile. En su: El Terrorismo de Estado. La
Doctrina de la Seguridad Nacional en el Cono Sur. México: Editorial Nueva Imagen, 1980. pp. 123-136.
182
VICARÍA de la Solidaridad. Op. Cit. p. 124.

98
Esta radicalidad se justificó en las necesidades de un grupo importante de la población,
quienes instaban a un cambio, dados los graves problemas socio-económicos y políticos
que vivía el país.

La intervención de las Fuerzas Armadas, estaba respaldada por la oposición política de la


Unidad Popular, que se componía por importantes representantes de instituciones públicas
y privadas que estaban descontentos con el gobierno de Allende. El apoyo brindado por
estas instituciones nacionales, fue utilizado por la Junta Militar como una legitimación del
derrocamiento del Poder Ejecutivo, ya que las denuncias de este sector y el devenir del
país, fue tomado por las Fuerzas Armadas como una violación de la Constitución, y ellos
como custodios debían actuar183. Pero, irónicamente, al asumir la nueva Junta Militar de
Gobierno, no restituyeron la Constitución vigente, sino que por el contrario, optaron por
quedarse en el poder de manera permanente.

A partir del 11 de septiembre de 1973, se declaró Estado de Sitio en todo el país, cerraron
el Congreso, los partidos de izquierda fueron disueltos y declarados ilegales, mientras que
el resto de los conglomerados políticos fueron puestos en estado de receso, e hicieron
emisión de sus propios decretos-leyes.

Fue un mes después, que el general Pinochet declaró nuevos argumentos respecto a la
legitimación del nuevo régimen, los cuales no incluían restituir la Constitución o atender
las necesidades de la ciudadanía, sino que se centraban en la construcción de una nueva
sociedad que sea “unificada, unánime y gloriosa”184. Para cumplir con este objetivo, los
militares debieron imponer la lógica de la guerra para evidenciar que los marxistas
chilenos, que estaban al servicio del Comunismo Internacional, habían llevado al país al
caos y al perjuicio socio-económico. “En este sentido, uno de los primeros objetivos fue
calificar al gobierno de la Unidad Popular no como un simple error o fracaso; sino como
una acción deliberada y consciente tendiente a la destrucción de Estado y la entrega de su
soberanía.”185 Se interioriza el supuesto de que la vía chilena al socialismo no logra
funcionar, debido a que el bloque de izquierda realmente no creía en otra estrategia que no
183
Ibídem.
184
Ibíd. p. 125.
185
MONSÁLVEZ, Op. Cit. p.114.

99
fuera la violencia, lo cual irremediablemente implicaba la subversión interna; de acuerdo a
la oposición, ésta era incitada por el marxismo internacional. Por lo tanto, existiendo dicha
amenaza, desde el 11 de septiembre de 1973 imperó la lógica de la guerra.

La polarización de la política chilena desató los rumores de la explosión de una guerra civil,
producto de las acciones del enemigo interno, caracterizado en la izquierda nacional, lo
cual legitimaba el Golpe de Estado. Con ello, se les daba cabida a los miliares en el
escenario político chileno.

“El paradigma del enemigo interno y su manipulación a través de los medios de comunicación,
cumple múltiples funciones. Facilita la creación de una atmósfera de inseguridad en la población,
que la haga aceptar las medidas de fuerza y control como necesarias; aglutina a las fuerzas armadas,
transformando la disensión en traición frente al enemigo; permite la puesta en práctica de políticas
altamente impopulares y legitima la asignación de cuantiosos recursos nacionales a los gastos de
seguridad y defensa.”186

La utilización de los medios de comunicación en la difusión de la inseguridad permitió que


se justificara el accionar militar, lo cual se acentuó aún más con algunas de las decisiones
que tomó la Unidad Popular durante el periodo presidencial de Allende. Éstos se vieron
potenciados con el financiamiento extranjero de la CIA, el que llegó al millón y medio de
dólares entre 1970 y 1973 al diario El Mercurio.187 Este desprestigio al gobierno de la
Unidad Popular a través de la prensa, significó que las Fuerzas Armadas reforzaran su
propia imagen, y que con ello mostraran sus buenas intenciones al querer salvaguardar la
seguridad de la nación, eliminando al enemigo interno. Pues, de haber un enfrentamiento
podría afectar gravemente al Estado chileno y a la población en general.

Es por esto que una vez iniciado el Golpe de Estado, el 11 de septiembre, la situación de
guerra, posibilitó la eliminación del enemigo, por medio del exterminio físico. La estrategia
era sencilla, había que neutralizarlos por todos los frentes. El aparato militar hizo uso de los
medios de comunicación autorizados para dar a conocer sus intenciones al país, y las
medidas que comenzarían a funcionar a partir de ese momento. Cada una de ellas parecían
ser indiscutibles, y todo aquel que se opusiera a la nueva autoridad era calificado como

186
MONSÁLVEZ, Op. Cit. p. 117.
187
Ibídem.

100
enemigo. Así el 11 de septiembre de 1973, se establece como Decreto Ley N° 3, el Estado
de Sitio, por “conmoción interna en todo el país”188 y al día siguiente se declaró Estado de
Guerra, hecho que tuvo dos consecuencias. En primer lugar se aumentan las penas en la
Ley de Control de Armas, y en segundo lugar, se dictó jurídicamente que Chile se
encuentra en conflicto interno, por lo cual se limitan y controlan los derechos de la
población.

Las Fuerzas Armadas y de Orden, declararon, durante el mes de septiembre del año 1973,
que el régimen establecido se sostendría mientras las circunstancias lo exigieran, ya que
consideraron que su intervención se había efectuado para resguardar los intereses del
Estado, que involucraban el compromiso de “restaurar la chilenidad, la justicia y la
institucionalidad quebrantadas”189, durante ese mes no se reflejaron la intenciones de
construir nuevo orden político y socioeconómico.

La nueva Junta de Gobierno realiza un juego sicológico con la extensión del nuevo
régimen, y a través de propaganda en los medios de comunicación, estimularon el grado de
inseguridad existente en el país a causa de la amenaza marxista.

“Se irradió profusamente la idea de que el enfrentamiento armado propiamente militar sería de corta
duración, no así la acción destinada a eliminar toda traza del marxismo, y en tal sentido la
propaganda oficial jugó un rol justificatorio gravitante y prolongado que giró en torno a la
demostración de la destrucción moral y material que el marxismo había provocado en el país y la
presencia constante del peligro de subversión marxista […]”190

En esta dinámica, la Doctrina de Seguridad Nacional que comenzó a interiorizarse con las
políticas del régimen militar, justificó las medidas de excepción establecidas como excusa
para fortalecer la unidad y la seguridad del país.

El régimen militar se estableció bajo la especulación de una confrontación con la izquierda,


que en ese entonces, se afirmaba poseía una cantidad importante de armamento, lo que
vaticinaba un posible enfrentamiento. De esta manera los asesinatos perpetrados desde

188
Ibíd. p. 118.
189
Decreto Ley N° 1. CHILE. Acta de la Constitución de la Junta de Gobierno. Diario Oficial, Santiago,
Chile, 11 de septiembre de 1973. 1 p.
190
MONSÁLVEZ, Op. Cit. p 119.

101
septiembre de 1973, se explicaron bajo los lineamientos del Estado de Guerra. Como tal, el
22 de septiembre de 1973 se establecieron los Tribunales Militares en Tiempo de Guerra,
los cuales se constituirían siempre y cuando existiesen “fuerzas rebeldes militarmente
organizadas”191. Lo cierto es que luego de su instauración, aparecieron cientos de
sentencias atribuidas a este organismo. En treinta ciudades se juzgó a casi dos mil
personas192.

“Septiembre y octubre de 1973 fueron meses de ajusticiamientos. […] Algunas personas ejecutadas
como consecuencia del apresurado cumplimiento de sentencias dictadas por aquellos Consejos de
Guerra. En rigor, la falta de legalidad de esos tribunales y la completa carencia de un debido proceso
hacen de tales fusilamientos flagrantes violaciones de los derechos humanos.”193

Los Consejos de Guerra fueron utilizados para justificar los fusilamientos ilegales que se
cometieron durante los primeros meses del régimen militar. Muchas de las ejecuciones
llevadas a cabo por militares y policías no tuvieron acceso a un juicio. Este procedimiento
se daba en quienes habían sido detenidos en alguna circunstancia, y posteriormente
llevados a un centro de detención. Luego, muchos de ellos, eran ejecutados y abandonados
en la vía pública. Algunos de los cadáveres abandonados eran llevados al Instituto Médico
Legal y reconocidos como N.N., más tarde eran enterrados en algún sitio, como fue el patio
29 del Cementerio General de Santiago.

La validación de esta prerrogativa se dio por la aprobación del Decreto Ley N° 5, publicado
el 12 de septiembre de 1973, “que dispuso el Estado de Sitio, decretando conmoción
interna, concibiéndose como ‘estado o tiempo de guerra’”194. Esta medida propiciaba ante
la ley, que la justicia militar podía hacerse cargo de dictaminar penalidades contra quienes
fueran participes de actividades subversivas vinculadas a la izquierda.

De acuerdo al Código de Justicia Militar, los Tribunales Militares, en tiempo de guerra,


poseían jurisdicción en todo el territorio nacional y los acusados tenían el derecho a defensa

191
ARRIAGADA, Op Cit. p. 24.
192
Ibídem.
193
Ibídem.
194
CHILE. ASESORÍA Técnica Parlamentaria. Los Consejos de Guerra tras el 11 de septiembre de 1973.
Santiago, Chile: Biblioteca del Congreso Nacional de Chile, 2015. 6 p.

102
y dos oportunidades de apelación ante la Corte Marcial y la Corte Suprema. Sin embargo
en la práctica no era así, pues las sentencias eran inapelables y en muy pocos casos hubo
revisión de ellas. Esto se puede evidenciar con los dichos del coronel Joaquín Ramírez a un
grupo de soldados, rescatado del libro Ciencia, Justicia, Verdad, Memoria.

“De regreso al regimiento al regimiento, el coronel Joaquín Ramírez formó a todo el grupo que
nominó para el traslado y ejecución de los prisioneros y les dijo: ‘Esto era lo que había que hacer con
esa gente, todos peligrosos marxistas. A ustedes no les pasará nada porque todos fueron condenados
en un rápido juicio por un tribunal militar. Quédense tranquilos’ El subteniente y Uno no se
olvidaron de esas palabras de Ramírez, como tampoco lo que debieron hacer en Peldehue.” 195

Las personas que fueron detenidas el 11 de septiembre pasaron a ser los primeros casos de
sentencias de Consejos de Guerra, aunque ya muchas de ellas habían sido desaparecidas o
ejecutadas. La normativa militar solo transformó en la estrategia para ejecutar a personas,
pues muchos de los consejos establecidos en el papel ni siquiera llegaron a constituirse en
la práctica.

La aplicación de la ley de fuga fue otra de las estrategias utilizadas por los militares para
justificar algunos de las muertes de militantes de izquierda. Esta consistía en ejecutar a
quienes intentaban huir de los recintos militares donde se encontraban detenidos, y al no
acatar la orden de que regresaran eran baleados.

“De esta práctica como de otras, la burocracia extremadamente legalista de las fuerzas armadas
chilenas dejaría constancia en la legislación, al introducir en el Código de Justicia Militar, al día
siguiente del golpe, una reforma legal en la que se estipulaba que ‘cuando la seguridad de los
atacados (esto es, los militares) lo exigiere, podrán ser muertos en el acto el o los hechores.’”196

El libre pensamiento político fue absolutamente restringido, y todo aquel que se opusiera a
los nuevos paradigmas de la nueva institucionalidad militar corría el riesgo de ser detenido
por militares y policías.

195
CHILE. AGRUPACIÓN de Familiares de Detenidos Ejecutados y Desaparecidos de la Moneda y MUSEO
de la Memoria y los Derechos Humanos. Ciencia, Justicia, Verdad, Memoria. Grupo de Amigos Personales
del Presidente Allende (GAP) 1973. Santiago, Chile: Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, 2012.
98 p.
196
ARRIAGADA, Op Cit. p. 25.

103
La Doctrina de Seguridad Nacional fue profundizada en Chile principalmente por la
Academia de Guerra del Ejército, lugar en el que se desarrolló una nueva visión del
concepto de seguridad nacional a lo largo de los años setenta. En este tipo de instituciones,
de acuerdo a los dichos del general Pinochet, a las Fuerzas Armadas se les orienta y permite
“analizar, planear, ordenar, estudiar”197, entregándoles un conocimiento acabado de
estrategias y conocimientos del funcionamiento del país. Las academias militares
nacionales, formaban a las milicias, en lo que se refería a la seguridad interior, en el área de
geopolítica, la cual es entendida como una ciencia política que entrega pautas en el accionar
de la “supervivencia, fortalecimiento y expansión del Estado en sí.”198

“Seguridad Nacional. Definición.- (autor desconocido)

‘Actividad permanente de un Estado para que la nación mantenga la estabilidad interna y se


desarrolle armoniosamente en el tiempo y en cantidad en lo económico y sea respetada en sus
derechos en lo internacional’.

Les advierto que no nos vamos a quedar con ninguna de las tres, pero quiero partir por lo que
normalmente se está considerando como Seguridad Nacional. Estas definiciones se utilizan y se
comentan en estas Academias de Guerra, en el Instituto Superior de Carabineros y no ha habido
pronunciamiento respecto de su precisión, de su exactitud científica del punto de vista de la situación
que tenemos aquí.”199

La implantación de la Doctrina de Seguridad Nacional en Chile, así como en el resto de los


Estados latinoamericanos, que utilizaron esta estrategia para resolver los problemas
estructurales que involucraban los ideales de izquierda, conceptualizaron y ajustaron el
sistema de acuerdo a su realidad y las dificultades que pretendían solucionar. Es por esto
que podemos señalar que no existe una sola DSN, sino que por el contrario, hay diversos
contextos que originan nuevas visiones de lo que se conoce como Seguridad Nacional. El
factor que todas ellas tienen en común es que la doctrina se desarrolla a partir de la
explosión de una crisis y la eventualidad de la influencia izquierdista.

197
TAPIA, Op. Cit. p. 129.
198
Ibíd. p. 132.
199
CHILE. EJÉRCITO de Chile. Clase N° 1 Seguridad Nacional. Compilado Documentos secretos de
Instrucción de Seguridad Nacional. Sin fecha. 9 p.

104
En el caso de Chile hubo un proceso de “desinstitucionalización, deslegitimación del
sistema, alta movilización popular y extrema polarización política”200, lo cual llevó a que a
un sector de la población buscara una solución plausible que pudiese restaurar el orden y la
estabilidad. La seguridad nacional aparece como una respuesta al marxismo, estructurada
en un estado militar.

“La doctrina de seguridad nacional le da a las FF.AA. una concepción de sí mismas como las
depositarias últimas del destino de la nación, las garantes supremas de la unidad nacional amenazada,
[…] y les da también un rol mesiánico activo y práctico de salvación de la nación ante la crisis que
parece amenazarla con su desintegración.” 201

Esta perspectiva viene a legitimar su posición en el poder, pues el aparato militar identifica
y limita las amenazas a la seguridad interior. En resumidas cuentas, los militares chilenos
asumen el rol de custodios y salvaguardas del Estado ante la existencia de un enemigo
interno. Con este objetivo los miembros de las Fuerzas Armadas constituyeron un proyecto
político. De acuerdo al informe elaborado por la Vicaría de la Solidaridad, la institución
castrense construye y percibe la realidad en base a la mentalidad militar, lo que implica que
la sociedad se organiza en base a estos parámetros202, habiendo una internalización del
pensamiento castrense.

“Apunta también hacia una concepción de la sociedad civil, la que pasa a ser pensada y estructurada
de acuerdo a criterios en que están muy presentes los principios de la organización militar: una
sociedad altamente jerarquizada, un Estado autoritario y centralizado, un movimiento social
fuertemente disciplinado y de estructura unitaria en el que los conflictos son reducidos al mínimo
[…] En lo que concierne al pensamiento político, sus problemas, instrumentos y categorías de
análisis son reducidas a una categoría militar.”203

En Chile, hasta el año 1973, los principios militares que prevalecían en la mentalidad de la
institución castrense, eran el profesionalismo, obediencia al poder civil y neutralidad
partidista. Como ya se ha mencionado antes, éstos eran fuertemente encauzados por los
generales Schneider y Prat. La seguridad nacional se resguardaba en base al respeto jurídico

200
VICARÍA de la Solidaridad, Op. Cit. p. 8.
201
Ibíd. p. 10.
202
Ibíd. p. 12.
203
Ibíd. p. 14.

105
y al acatamiento de las decisiones de los gobiernos civiles establecidos
constitucionalmente. En esta estructura militarista, los miembros de este organismo no se
pronunciaban respecto al contenido o legitimidad del accionar político, pues estaba fuera de
sus límites profesionales.

Esta concepción militarista se confrontó a la Doctrina de Seguridad Nacional el 11 de


septiembre de 1973, cuando las ramas de las Fuerzas Armadas se unieron para realizar un
movimiento golpista que culminara con el gobierno legítimo de Salvador Allende. La
infiltración de la DSN en Chile se dio por medio de dos vías; en primer lugar, el envío de
contingente militar a la Escuela de las Américas, y en segundo lugar, la propaganda de la
intelectualidad de extrema derecha, como ya se ha explicado. Nos podemos cuestionar el
por qué Estados Unidos decide invertir tantos recursos en Chile pese a la inexistencia de
guerrillas o terrorismo. La respuesta es simple; el Pentágono no estaba dispuesto a permitir
que un gobierno socialista fuese visto como un proyecto político exitoso por otros países
Latinoamericanos, ya que el caso chileno estaba implementando ideales de izquierda
utilizando herramientas institucionales, en un sistema político estable y regular.

En este sentido, la doctrina militar que predominó en Chile desde 1973, radicaba en el
enfrentamiento del enemigo interno, entendido como un elemento subversivo de la
sociedad; por lo tanto, los militares de todas las ramas serían preparados y entrenados para
la guerra antisubversiva. La capacitación profesional militar estaba dirigida al
enfrentamiento de este enemigo que tenía por objetivo transformar de modo radical la
sociedad, y por consecuencia la Nación. En resumidas cuentas la DSN intenta demostrar
que el comunismo no reconoce la concepción de patria, puesto que sus intereses están en la
ideología.

“Nada más claro recurrir nuevamente a los propios protagonistas-portadores de la DSN. En 1974 se
conoció en Chile el fallo de un Consejo de Guerra celebrado contra los militares constitucionalistas,
acusados de ‘traición a la Patria’ y otros delitos. Este fallo, […] coherente con los fundamentos de la
DSN, pretende justificar la acción militar en el país invocando un presunto estado de guerra anterior
al golpe de Estado. El documento es ilustrativo de los conceptos de ‘guerra interna’ y ‘enemigo

106
interno’: Una característica muy importante que presenta la guerra moderna es la dificultad […] de
identificar al enemigo en las primeras fases del conflicto.” 204

El concepto de Seguridad Nacional fue estudiado por todas las ramas integrantes de las
Fuerzas Armadas y de Orden, lo cual incluye al Instituto Superior de Carabineros, lo cual
figura en algunos documentos oficiales de instrucción del Ejército, como fue citado con
anterioridad.

En estas circunstancias la Doctrina de Seguridad Nacional pudo haber jugado un rol


preponderante en el nivel de influencia que tuvo en las Fuerzas Armadas y de Orden, pues
de cierta manera permitió y facilitó el camino para que la institucionalidad castrense
pudiese volver a ser parte de la política nacional y tomar decisiones respecto a ella. Con
esas nuevas atribuciones, tomaron la conducción del país y de los poderes del Estado para
eliminar la amenaza, que ellos veían, podían ser los ideales de un gobierno socialista,
aunque para eso, debieron romper su juramento de resguardar la Constitución.

El 11 de septiembre de 1973, las Fuerzas Armadas transformaron al país en un Estado


Militarizado y atemorizado, para mantener la seguridad y la estabilidad de lo que ellos
consideraban el bien nacional usando el paradigma maquiavélico de que el fin justifica los
medios.

204
ROJAS, Sergio. Reflexiones sobre la Doctrina de la Seguridad Nacional en Chile [en línea]. Centro
Documental Blest. [Fecha de consulta: 7 de julio de 2016]. Disponible en:
<http://www.blest.eu/doxa/rojas80.html>.

107
CAPÍTULO 4. EL GAP. EL GRUPO DE AMIGOS PERSONALES. LA GUARDIA
DE ALLENDE205

4. 1. Orígenes y funciones del GAP

“En una de las primeras salidas del grupo, mientras se hallaban en una población, un acucioso
periodista que miraba atentamente a los jóvenes armados que no se separaban del Presidente, a los
que se les notaba que no pertenecían a la Policía de Investigaciones, y que se rumoreaba eran
miristas, le preguntó a Allende quiénes eran; y este, en una de sus típicas respuestas, le contestó ‘son
unos amigos personales’. Allí nació la denominación. Desde ese instante serían conocidos por la
prensa como el Grupo de Amigos Personales (GAP)”206

Desde el año 1969 se evidenciaba con mayor fuerza el clima de polarización en


Chile, debido a que Salvador Allende a los 62 años, se presentaba por cuarta vez a las
elecciones presidenciales que se realizarían en 1970, representando a la Unidad Popular,
coalición de izquierda que estaba integrada por socialistas, comunistas, radicales y
pequeños grupos sociales. La crisis ideológica no solo quedó instalada en lo político, sino
que también se trasladó a las calles, donde la gente comenzó a manifestar sus opiniones,
más aún quienes se ajustaban y apoyaban el programa presentado por el doctor Allende, por
medio de concentraciones y actividades políticas.

Renato González207, ex agente del GAP, en una entrevista a la televisión cubana, relata que
en el Chile de 1970 existía “mucha efervescencia política, o sea ahí no había término

205
En este capítulo se incluirán extractos de documentos legales y testimonios de algunos familiares y ex
integrantes del GAP, de los cuales no existen grabaciones, solo fue posible tomar notas de las conversaciones
realizadas a los distintos involucrados. Los procedimientos judiciales de los seis casos investigados continúan
en curso, por lo que la información obtenida es reservada y no puede ser incluida en los anexos de la
investigación.
206
PÉREZ, Cristián. Salvador Allende, apuntes sobre su dispositivo de seguridad: El Grupo de Amigos
Personales (GAP). Estudios Públicos 79 (invierno): 31-81, 2000.
207
Luis Renato González Córdoba, apodado Eladio, ex agente del GAP. Militante de las Juventudes
Socialistas y del Ejército de Liberación Nacional, se incorpora al dispositivo a los 19 años a fines de 1971.
Acompañó a Salvador Allende el 11 de septiembre en el interior de La Moneda, y fue uno de los cuatro
sobrevivientes de las detenciones realizadas en el palacio presidencial. Escapa a la embajada de México y
pronto se va al exilio a ese país, luego viaja a Cuba y vuelve a Chile en 1998. Debido a su estado de salud

108
medio; se estaba o no se estaba con el proceso. Entonces eso es lo que fue polarizando las
contradicciones que desembocaron en el Golpe de Estado”208.

Allende regularmente se presentaba en reuniones con grandes cantidades de asistentes,


arriesgando su integridad física en las aglomeraciones de gente. En el contexto de violencia
política que se encontraba el país, las posibilidades de atentados por parte de grupos de
extrema derecha eran cada vez mayores.

“En ese momento, el candidato de la Unidad Popular tenía una automóvil Peugeot, que no era muy
adecuado para trasladarse a las regiones agrarias, donde los caminos estaban en mal estado. Enrique
Huerta Corvalán (“Kique”), amigo de la familia de Allende, especialmente de Taty (Beatriz Allende),
poseía un taxi americano que no había usado, porque él había permanecido fuera de Chile. En una
reunión, Taty comentó que su padre no disponía de un auto adecuado para la campaña, Enrique le
dijo que él estaba dispuesto a prestar su automóvil. Allende dio su aprobación y Enrique Huerta
209
comenzó a trabajar como su chofer” .

Debido a la campaña presidencial que se estaba llevando a cabo, Allende constantemente


debía trasladarse a distintos lugares para asistir a las actividades propias de la candidatura,
así que sus más cercanos pensaron que necesitaría un contingente de personas que lo
acompañaran y lo asistieran en el caso de que se generaran disturbios.

Beatriz Allende, conocida como Tati, hija del doctor, era una de las más preocupadas de la
protección de su padre, por lo que en reiteradas ocasiones junto al equipo de la candidatura,
conversaron la posibilidad de crear un grupo que se dedicara a resguardar la seguridad de
Allende en cada una de las actividades políticas.

Tati, licenciada en medicina, había recibido entrenamiento paramilitar en La Habana y


apoyado a las guerrillas del Che Guevara en Latinoamérica. Hacia 1970 participaba
activamente en la candidatura de Allende. Con sus conocimientos logísticos y contactos

debió trasladarse nuevamente a Cuba, para recibir tratamiento. Falleció el 23 de junio de 2014 a los 60 años
en el hospital de Cienfuegos, Cuba.
208
BERMÚDEZ, Ángel. Renato González. Ex integrantes del Grupo de Amigos del Presidente Allende
(GAP) [videograbación], Cuba, Perlavisión Cienfuegos [2013]. Canal de Youtube, 05:54 min., sonido, color.
Disponible en: < https://www.youtube.com/watch?v=z6_fskMULLs>.
209
PÉREZ, Op. Cit. p. 39.

109
obtenidos en Cuba, junto a Eduardo Paredes, uno de los asesores más allegados a Allende,
deciden comunicarse con los integrantes del Ejército de Liberación Nacional de Bolivia
(ELN-B)210, conocidos como elenos, conformado por militantes del Partido Socialista. Esta
organización era la más calificada en materia defensiva. De esta manera, en 1970, algunos
de los chilenos que participaban en este foco guerrillero, retornaron al país para colaborar
con la logística del nuevo dispositivo de seguridad. Aunque siempre pensaron que sería
una tarea momentánea, sus convicciones políticas estaban tan arraigadas que ellos
cumplieron este rol pensando que era necesario defender al primer gobierno de los
trabajadores.

La nueva escolta, en un principio con poca planificación y sin delatar su presencia,


comenzó a resolver los problemas de seguridad de Allende, siguiendo la estrategia de dos
guardias visibles, que acompañaban al candidato, y otros tres invisibles, encargados de
transportar armas y resguardar el perímetro del desplazamiento de Allende. Quienes se
encargaban de gestionar y organizar a este grupo, fueron Beatriz Allende (Taty), Eduardo
Coco Paredes y Rolando Calderón.

Uno de los elenos pertenecientes a la sección chilena que se unió a la seguridad de Allende,
fue Francisco Gómez, quien era conocido como Fernando. Él había sido entrenado como
tirador y era experto en artes marciales, por lo que su experiencia fue solicitada en el
equipo del candidato para entrenar y formar parte del nuevo dispositivo211.

Hasta este momento el resguardo de Allende había sido bastante rudimentario, y estaba a
cargo del equipo más allegado y de confianza. Entre ellos se encontraba su secretario
personal Osvaldo Puccio (padre), y algunos otros amigos personales, como Jaime Suárez,
Augusto Olivares y Eduardo Paredes. Ellos comenzaron a escoltar al candidato a

210
El Ejército de Liberación Nacional de Bolivia (ELN-B), fue una organización político-militar que tenía
como fin llevar a la guerrilla revolucionaria al continente Sudamericano, que conformara un foco que llevara
por medio de la lucha armada la revolución a los países vecinos a Bolivia. Chile también contaba con una
sección que era liderada por el periodista Elmo Catalán. Véase en: PÉREZ, Cristián. Salvador Allende,
apuntes sobre su dispositivo de seguridad: El Grupo de Amigos Personales (GAP). Estudios Públicos 79
(invierno): 31-81, 2000.
211
PÉREZ, Op. Cit. p. 41-42.

110
presidente, de modo bastante básico, ya que no poseían ninguna preparación para llevar a
cabo esta tarea. Lo que se demostró en las grandes aglomeraciones, las actividades
constantes y el peligro latente de un eventual atentado. Fue en esa etapa en la que se
sumaron algunos militantes socialistas que tenían nociones de “chequeos y
contrachequeos”212.

Más tarde, cuando las circunstancias evidenciaron que el triunfo de la Unidad Popular
podía ser posible, los turnos de la escolta se hicieron más exhaustivos, pues se encargaron
de acompañar al abanderado en todos sus desplazamientos, debido a que las amenazas de
un posible atentado fueron en aumento. Fue precisamente este miedo, el que llevó al equipo
de asesores de Salvador Allende a acelerar el proceso de búsqueda de integrantes para el
nuevo dispositivo, que cuidaría de forma organizada y efectiva al candidato.

“Por esos días, en un pleno del comité central del PS, convocado para analizar la marcha de la
candidatura, también se detectaron graves falencia en la seguridad del candidato:

a. Un posible atentado por parte del servicio de inteligencia extranjero

b. Un atentado desde un sector del bloque dominante

c. Un atentado desde las Fuerzas Armadas

d. Un accidente por la falta de protección adecuada ante las masas enfervorizadas, que en
un exceso de entusiasmo, podían aplastarlo.

El PS resolvió dotar al candidato de un grupo de protección y el responsable fue un miembro del


Comité Central: Eduardo Coco Paredes, médico, hombre afín al futuro Presidente, […] cercano a la
política. La amistad de Paredes con el Ejército de Liberación Nacional fue el otro dato y fueron los
213
elenos los que integraron la emergente escolta.”

Este proyecto se potenció aún más, cuando apareció la posibilidad de que viniesen a Chile
algunos integrantes de grupos cubanos a entrenar al dispositivo de seguridad, debido a su
reconocida eficiencia y especialización en la materia, por el contexto de revolución en el

212
Manejo de técnicas de seguridad que permiten saber si un grupo de personas es víctima de seguimiento o
vigilancia.
213
QUIROGA, Op. Cit. p. 48.

111
que se encontraban214. Una vez que Salvador Allende fue elegido Presidente de la
República, “esta ayuda se materializó de dos formas: el envío de oficiales del Ministerio del
Interior (Minit) y del Ministerio de las Fuerzas Armadas (Minfar) de Cuba, expertos en
materias de protección a personalidades, para asesorar a la escolta allendista”215. De esta
manera, el grupo encargado de la seguridad podría estar preparado para la visita de Fidel
Castro el año siguiente, 1971.

Respecto al proceso de instauración del GAP, como dispositivo de seguridad, quien nos
entrega mayor detalle es
216
Felipe , un ex agente del Grupo de Amigos Personales, que prefiere mantener su
identidad en reserva.

Él relata que este grupo fue constituido oficialmente en el año 1970, y era un equipo no
institucionalizado, formado por personas comprometidas con la ideología de izquierda, con
fuertes convicciones políticas, provenientes del sector obrero-campesino, donde los
integrantes en su mayoría eran militantes del Partido Socialista y del ELN-B. Por lo demás,
cada uno de los miembros llevaba una vida semi clandestina, debido a los conocimientos
militares que traían consigo, pues todos ya habían realizado el servicio militar, y otros se
preparaban para participar en alguna guerrilla fuera de Chile, como era el caso de la sección
chilena de los elenos. Una vez que el grupo de seguridad estuvo listo, aparecieron en la
escena pública, sin dar mayor explicación de su presencia en las actividades de Allende.217
Felipe define en una frase el rol del GAP: “Acompañar al presidente en todo lugar”218.

El dispositivo también contaba con un procedimiento de seguridad en su interior, pese a


que eran el grupo de más confianza del presidente Allende. Este consistía en la protección
de la identidad de cada uno, es decir, que en el dispositivo nadie conocía el nombre real de

214
Entrevista realizada a Felipe el martes 9 de agosto de 2016, ex agente del GAP que prefiere mantener su
identidad en el anonimato, utilizando la chapa (apodo) con la que trabajó en el dispositivo de seguridad.
215
PÉREZ, Op. Cit. p. 49.
216
FELIPE, Op. Cit.
217
Ibíd.
218
Ibíd.

112
los colegas, sino que utilizaban el método de las chapas o nombres políticos, en donde cada
integrante contaba con un seudónimo.

“Cuando los jóvenes ingresaba a la organización, les entregaban una credencial de la Presidencia de
la República con su nueva identidad, y el seudónimo por el que serían designados en el GAP.
Recibían instrucciones precisas acerca de no conocer a sus compañeros, no frecuentar sus casas, no
mezclar a sus familiares. […] Estas medidas funcionaron bastante bien, ya que en realidad los
miembros no llegaron a conocerse. Después del golpe de Estado, si llegaban a ser detenidos,
resultaba imposible que delataran a sus compañeros.” 219

En principio, las primeras actividades del grupo consistieron en formar círculos alrededor
de Allende para evitar tumultos, vigilar el auto en el que se movilizaban, detectar
seguimientos, y controlar comidas y bebidas, degustándolas antes que el candidato, estando
a cargo de las casas del doctor, y más tarde del palacio presidencial. Las tareas se
multiplicaban y la guardia existente seguía siendo insuficiente, pues además de la falta de
integrantes, aún existía mucha precariedad e improvisación. Aún faltaba preparación,
entrenamiento y equipo material.

De acuerdo a Cristián Pérez, en su artículo Salvador Allende, apuntes sobre su dispositivo


de seguridad: El Grupo de Amigos Personales (GAP), los agentes circulaban por las calles
de Santiago a gran velocidad con las armas listas para ser disparadas, ante cualquier
sospecha de atentado220. Hasta la elección presidencial del 4 de septiembre de 1970, no
habían ocurrido incidentes mayores; por ende, en ese periodo de tiempo se trabajó en la
organización y la logística del GAP, que hasta aquel momento no superaba las veinte
personas. Esta planificación consideró la posibilidad del aumento de la dotación en el
dispositivo, sumando la participación de los integrantes del Movimiento de Izquierda
Revolucionaria (MIR).

“Cuando el MIR llegó a reforzar el grupo de seguridad de Salvador Allende, probablemente antes de
que el Congreso ratificara el triunfo obtenido en las elecciones presidenciales del 4 de septiembre de
1970, se creó una dirección colegiada con un representante del MIR y uno del Partido Socialista.” 221

219
PÉREZ, Op. Cit. p. 61.
220
Ibíd. p. 48.
221
Ibíd. p. 46.

113
La integración del MIR en el dispositivo de seguridad, significó contar con miembros
preparados en actividades de índole política, porque, a diferencia de los militantes del PS,
que conformaban el GAP, algunos de los asociados del movimiento guerrillero provenían
de un sector social más acomodado, lo que les daba manejo de algunas situaciones que los
demás no tenían. Por lo demás, ellos aportarían con armamento y preparación en técnicas
de contra insurgencia.

Sumado a esto, se impulsó el desarrollo de una estructura que organizaría al GAP en tres
secciones. Escolta, Grupo de Avance y Guarnición.

La primera rama, la escolta, la división más importante y numerosa, fueron los rostros
visibles del dispositivo, pues eran quienes acompañaban al presidente en sus actividades
cotidianas. Esta sección se componía de unas veinte personas. En este equipo, los choferes
de los autos222 tenían un rol muy importante, pues eran los que debían reaccionar con
rapidez ante la eventualidad de un posible atentado. En el primer auto solían ir el presidente
junto al jefe de escolta y el edecán militar. El GAP que acompañaba al doctor, jamás debía
separarse de él y en caso de amenaza de bala, debía utilizar su cuerpo para recibir el primer
impacto y favorecer la reacción de los demás. No usaba chaleco antibalas. Para
comunicarse entre ellos utilizaban equipos de radiotransmisión. La base era la casa de
Tomás Moro, y los mensajes se transmitían en clave, que iban cambiándose con el
tiempo223.

La avanzada o grupo de avance eran una sección minoritaria y poco conocida que estaba a
cargo de Francisco Argandoña, Mariano, y esencialmente se ocupaban de adelantarse al
presidente en sus actividades, para constatar la seguridad y coordinarse con carabineros y
policía de investigaciones224.

Finalmente, estaban los agentes de guarnición, y eran quienes se encargaban de la


vigilancia de las instalaciones que frecuentaba el presidente Allende, vale decir, Tomás

222
En su mayoría eran autos marca Fiat 125 de color azul. Los vehículos podían ir a 200 km/hr, ya que tenían
el carburador arreglado.
223
PÉREZ, Op. Cit. p. 59-60.
224
Entrevista realizada a Felipe el lunes 22 de agosto de 2016.

114
Moro, Cañaveral y La Moneda. Esta unidad dependía del mando central del GAP. Felipe,
ex agente, también detalla, que este grupo se hacía cargo de las tareas domésticas de Tomás
Moro, por una cuestión de seguridad, sobre todo las que hacían relación con la cocina225.
Ellos solían tener en su poder armas de puño, fusiles o subametralladoras cuando hacían
guardia desde las casetas, que se encontraban en los alrededores de la casa226.

Cuando se realizaron las elecciones a la Presidencia de la República el 4 de septiembre de


1970, Allende obtiene la mayoría relativa227, por lo que de acuerdo al ordenamiento
constitucional vigente, quien debía decidir entre las dos primeras mayorías, correspondía al
Congreso Nacional. En este caso, se debía decidir entre Salvador Allende y Jorge
Alessandri, candidatos ideológicamente opuestos.

“Para impedir que el Congreso se pronunciara a favor de Allende, que había obtenido la primera
mayoría relativa, un grupo de extremistas vinculados a la derecha y al ex general Roberto Viaux trató
de secuestrar al Comandante en Jefe del Ejército, general René Schneider. Este, al oponer resistencia
e intentar sacar el revólver de servicio, fue herido de muerte por la inexperiencia de los
secuestradores”228

El asesinato del entonces comandante en jefe del Ejército, René Schneider, el 22 de octubre
de 1970, marcó la confrontación política y los altos niveles de violencia, luego de la
elección presidencial de Allende. El general fallece intentando defenderse con su arma de
servicio, en un intento de secuestro por parte del grupo de extrema derecha Patria y
Libertad, liderados por el ex general Roberto Viaux. Este hecho dejó claro que la seguridad
del Presidente de la República no podía quedar en manos de ninguna rama de las FF.AA.,
sino que su resguardo debía quedar a disposición de los suyos, los militantes de izquierda,
sobre todo de los socialistas.

225
Ibíd.
226
PÉREZ, Op. Cit. p. 61.
227
De acuerdo a los resultados de la elección, Salvador Allende obtuvo el 36,2% de los votos (1.070.334
sufragios); Jorge Alessandri obtuvo el 34.9% (1.031.159 sufragios), y Radomiro Tomic tuvo el 27.8%
(821.801 sufragios). Véase en: PÉREZ, Cristián. Salvador Allende, apuntes sobre su dispositivo de seguridad:
El Grupo de Amigos Personales (GAP). Estudios Públicos 79 (invierno): 31-81, 2000.
228
PÉREZ, Op. Cit. 47.

115
La constitución oficial y la profesionalización del Grupo de Amigos Personales fue un
asunto urgente, ya que, de esta manera los agentes podrían tener las capacidades y el
entrenamiento pertinente para resguardar la seguridad del doctor Allende.

Como ya se ha detallado anteriormente, Felipe, ex agente del GAP, afirma que para esa
tarea recibieron ayuda de Cuba, pues vinieron integrantes de la escolta política-guerrillera a
adiestrarlos en técnicas de seguridad. En cuanto a la indumentaria, durante los primeros
meses de su aparición, utilizaban las armas entregadas por los guardias del Banco Estado, y
además recibieron del extranjero un cargamento de fusiles AKA. Cada uno de los GAP
traía en su poder dos morrales229.

Aunque el nuevo dispositivo de seguridad había hecho su aparición en público, y el Partido


Socialista sabía y aprobaba su existencia, el trabajo de los agentes del GAP se hizo bastante
difícil por la inexperiencia de sus integrantes en la tarea de escoltar al nuevo presidente,
pues, aunque ya habían recibido algún entrenamiento, la falta de preparación se hacía
evidente cuando debían cuidar de los pasos de Allende en las grandes aglomeraciones. El
único objetivo del grupo era que al doctor no le sucediera nada, por ello, estaban dispuestos
a enfrentar cualquier situación.

Renato González, ex miembro del GAP, señala que el presidente Allende era
“indisciplinado desde el punto de vista de su seguridad; se iba hacia la gente, a entrelazar
las manos, a conversar con el niño, la vieja, como decía él, con el compañero. Él mismo
pidió que no lo llamaran Presidente, sino Compañero Presidente.”230

Algunos ex agentes del GAP231, afirman que el armamento utilizado por el dispositivo no
cumplía con las condiciones que debía tener el equipo. Enérico García, apodado como
Chicho, asegura que las armas eran muy malas y que no había uniformidad en ellas, es
decir, que algunos de los miembros del grupo circulaban con armas grandes, mientras que

229
Cargadores de fusiles.
230
BERMÚDEZ, Op. Cit. min 04:10 al 04:30.
231
SERRANO, Claudia. Los GAP, Grupo de Amigos Personales de Allende [videograbación]. Caracas,
TeleSUR, [2008]. Youtube, 60 min., sonido, color. Disponible en:
<https://www.youtube.com/watch?v=nPmFLtntY2g>.

116
otros tenían que circular con equipamiento más reducido y básico. En esas condiciones
debían propiciar la seguridad del doctor, que no existiesen mayores inconvenientes, y estar
alertas para enfrentar cualquier situación que se presentara.

Las ocupaciones que hacían relación con el presidente Allende, eran sumamente
extenuantes, debido a que las funciones del GAP no solo se realizaban en La Moneda, sino
que debían ir donde quiera que fuera el doctor, incluyendo su residencia, ubicada en Tomás
Moro. En una de las entrevistas232, Felipe relata que ser un integrante del dispositivo
implicaba tener disponibilidad las veinticuatro horas, los siete días de la semana, por lo que
a largo plazo se transformó en una ocupación muy tensa y agotadora, en una época en la
que todavía no se hablaba de estrés. Pese a esto, y aunque entre ellos solo conocían sus
chapas –nombres políticos- se generaron fuertes lazos de afectividad y hermandad, los que
a algunos de ellos les salvaron la vida el 11 de septiembre de 1973. No se permitían
desconfianzas entre compañeros, manteniendo “la fidelidad hasta la muerte”233.

En esas circunstancias, Felipe, además menciona que la relación con el doctor, como le
decían los agentes del GAP al presidente, fue muy familiar234, e incluso paternal. Debido a
la convivencia diaria con su escolta, Salvador Allende siempre estaba al tanto de la
situación personal de cada uno y se preocupaba de dar una solución a los problemas
económicos que constantemente se presentaban. Sin embargo, por lo general, los agentes
no aceptaban más que la pequeña ayuda que recibían, pues ellos no contaban con sueldo.
No era una labor pagada, y solo en el año 1972 se les pudo dar un estipendio mínimo a
todos.

El trabajo realizado por los integrantes del GAP era básicamente voluntario, y el único
pago que recibían consistía en dos ternos y cuatro camisas con abrigos. Por su formación y
dirección política creían que resguardar la seguridad del Presidente de la UP, era la forma
de colaborar con el proyecto socialista, el que se traducía en el “sueños de cambiar a Chile

232
Entrevista realizada a Felipe, ex agente del GAP el martes 9 de agosto de 2016.
233
Ibíd.
234
Esta relación familiar y cercana de la que se hace mención solo se da con el presidente Allende y su hija
Beatriz Allende.

117
por uno mejor, más justo e inclusivo”235. Solo los casados recibían una ayuda económica, la
que cabe destacar era muy mínima, en tanto que los solteros solo recibían efectivo para
comprar cigarros236.

Felipe menciona que el presidente Allende debió permanecer en clandestinidad desde


septiembre a noviembre, momento en que toma la banda presidencial. Los turnos eran muy
largos y poco rotativos, debido a que en principio la escuadra continuaba siendo pequeña.
Enérico García, alias Chicho, ex militante del MIR, en el documental venezolano explica la
rutina que llevaban con el presidente electo.

“Allende iniciaba su trabajo normalmente a las ocho de la mañana, con entrevistas, con reuniones,
con intercambios con diferentes personas […] y lo terminaba sobre las dos de la mañana, dos y
media de la mañana, nunca antes que eso. Entonces todo ese tiempo nosotros estábamos con él en lo
que hubiese que hacer. Si estaba aquí en la casa hacíamos guardia externa y el control de la gente
[…] si estábamos en ruta estábamos arriba de los vehículos y harta pega. Era complicado despertarse,
eso de cuanto tú te metes a la ducha te arden los ojos te duelen del cansancio y de la necesidad de
sueño que tienes […]”237.

Ya en el año 1971, la dotación del GAP comenzó a ir en aumento y la preparación de los


integrantes fue más rigurosa. Cristián Pérez en su investigación del GAP238 relata que un
grupo de más o menos diez personas fueron enviadas a Cuba para recibir entrenamiento, en
un curso de quince días donde aprendieron de técnicas de seguridad y defensa personal. Al
parecer, este curso comenzó a ser frecuente en la especialización del dispositivo239.

El 10 de noviembre de 1971 Fidel Castro pisa tierras chilenas. Su equipo había confirmado
la visita solo con dos días de antelación por temas de seguridad. Antonio de la Guardia, uno

235
Entrevista realizada a Felipe, ex agente del GAP el martes 9 de agosto de 2016.
236
Ibíd.
237
SERRANO, Op. Cit. min. 07:07 al min. 08:00.
238
En el año 2000 el historiador Cristián Pérez, en ese momento candidato a magister en Historia, en la
Universidad de Santiago de Chile, realiza una investigación respecto a la formación y el desarrollo del Grupo
de Amigos Personales del presidente Allende. En ella incluye entrevistas a varios ex agentes del GAP,
militantes del MIR y del PS, además de algunos familiares de los detenidos del 11 de septiembre de 1973. Es
uno de los registros escritos más valiosos sobre el tema.
239
PÉREZ, Op. Cit. p. 50.

118
de los hombres más hábiles de las Tropas Especiales de Cuba, líder de la seguridad de
Castro y su contingente, junto a los agentes del GAP idearon un plan en conjunto, que
garantizara la defensa de los líderes políticos. Definitivamente, ésta sería la prueba de fuego
para los integrantes del dispositivo chileno, pues con esta misión se evaluarían sus
capacidades.

De esta manera, hicieron grupos mixtos de escolta para acompañar a los mandatarios en sus
actividades. Sin duda, fue una muestra de confianza por parte de Castro, al permitir que
hombres que no eran de su escolta personal se encargasen de la seguridad. Así como
también, los agentes del GAP pudieron demostrar la lealtad hacia el doctor Allende, y las
habilidades operativas que habían estado entrenando.

En esa visita la escolta cubana había traído numerosas armas para asegurar el cuidado de
Castro, y dejaron una buena parte de ellas en Chile. “En el país quedaron lanzacohetes
RPG-7, fusiles AKA-47, pistolas y subametralladoras, además de una gran cantidad de
parque (balas)”240. Esta dotación de armamento fue entregada y dividida en dos, una parte
quedó para el Partido Socialista y la otra para el arsenal del GAP.

Aunque la profesionalización y especialización del dispositivo iba bastante bien, las


relaciones entre militantes del MIR y el PS no dejaban de tener dificultades, especialmente
con Ariel Fontana, mirista que había asumido el liderazgo del GAP, a tal punto llegaron los
inconvenientes que sus colegas ya no confiaban en él, especialmente los militantes del PS,
por lo que Humberto Sotomayor –alias Tonio- debió reemplazarlo en sus funciones. Sin
embargo, los conflictos no terminaron ahí, sino que continuaron cuando los miristas
realizaron actividades paralelas que después aludieron al GAP. Una de ellas fue el uso de
las instalaciones de Cañaveral241 para entrenar a militantes del MIR, en técnicas guerrilleras
y formación de células de combate. Dichos miristas no tenían ninguna relación con el
dispositivo de seguridad. “Esto indica que el GAP en ese periodo era no solo un dispositivo

240
Ibíd. p. 52.
241
La casa del Cañaveral era propiedad de Miria Contreras –la Payita- secretaria de Salvador Allende. Esta
propiedad se ubica en la zona precordillerana de la capital, en el kilómetro 5 de Farellones. La casa fue
utilizada como residencia alternativa por Allende y, a partir de 1971, como centro de entrenamiento por
agentes del GAP. La existencia de esta casa solo la conocían los más cercanos al doctor.

119
para la seguridad de Allende, sino que a la vez una escuela de formación de combatientes.
En otras palabras, el GAP pudo ser el germen de un ejército revolucionario.”242

Estas atribuciones que se habían tomado los militantes del MIR, no fueron vistas con
buenos ojos por los demás integrantes del GAP, pues además podía significar un eventual
peligro para el doctor Allende, por el riesgo de infiltraciones. También, se exponía la
reputación de los agentes de la escolta, poniendo en duda los objetivos del grupo de
seguridad.

Es por esto que en 1972, el MIR abandona las filas del GAP llevándose parte importante
del armamento243, pues la confianza está irremediablemente rota entre socialistas y miristas.
En medio de la crisis de deslegitimización del GAP, y con la venia de Allende, el Partido
Socialista tomó el control del dispositivo y reordena el sistema de profesionalización, que
hasta entonces estaban llevando a cabo. El PS argumentó que la escolta no podía funcionar
autónomamente cuando sus integrantes eran en su mayoría militantes del partido.

Bajo la dirección del PS, se reordenó la logística y los recursos del GAP. A mediados de
1972 se designó a Marcelo Schilling244 -alias Gastón- como coordinador entre el
presidente, el partido y el GAP. Su rol consistía principalmente en “ordenar al dispositivo,
darle unidad político-ideológica y entregarle la profesionalización requerida para cumplir
su cometido.”245

A partir de ese momento, hubo un cambio en la directiva y un reforzamiento en la


seguridad del GAP, quedando a cargo de la jefatura Domingo Blanco Tarrés246 –alias

242
PÉREZ, Op. Cit. p. 53.
243
“dos cañones sin retroceso, algunas ametralladoras de calibre punto 30, punto 50, fusiles AKA-47 y rifles
del campo capitalista.” Véase en: PÉREZ, Cristián. Salvador Allende, apuntes sobre su dispositivo de
seguridad: El Grupo de Amigos Personales (GAP). Estudios Públicos 79 (invierno): 31-81, 2000.
244
Militante del Partido Socialista y sobreviviente del 11 de septiembre.
245
PEREZ, Op. Cit. p. 56-57.
246
Domingo Blanco Tarrés, conocido como Bruno, era militante del Partido Socialista. Estaba casado con una
hija –Soledad Blanco, presidenta de la Agrupación de Familiares de los Detenidos Ejecutados y
Desaparecidos de la Moneda- y tenía 32 años cuando fue detenido el 11 de septiembre de 1973. Hasta el día
de hoy continúa siendo un detenido desaparecido.

120
Bruno-, la sección de Escolta Presidencia quedó bajo la tutela de Carlos Álamos, el Grupo
de Avance fue dejado en manos de Francisco Argandoña, apodado Mariano, y Enrique
Huerta siguió con su rol como Intendente de del Palacio de la Moneda247.

El nuevo ordenamiento reforzó las medidas de seguridad en los entornos de Tomás Moro,
casa presidencial, trasladando a algunos agentes a barrios modestos que estaban cerca de la
vivienda de Allende. Además, de acuerdo al testimonio de Felípe, cuando se realizaban
peticiones de ingreso al GAP tomaban las medidas de seguridad necesarias para que los
postulantes no supieran que eran llevados a las instalaciones del Cañaveral, recinto de
entrenamiento del dispositivo248.

Cada dos meses recibían a jóvenes que venían de todo el país para formar parte del GAP.
Los requisitos consistían principalmente en tener militancia constante en el Partido
Socialista, convicciones políticas claras, poseer las condiciones físicas suficientes para las
tareas solicitadas, y contar con recomendación de algún dirigente. La jefatura del
dispositivo tomaba la decisión de quién quedaba, tomando en cuenta la opinión del doctor
Allende, su hija Tati y Eduardo Paredes. De ahí se les enviaba a una de las tres ramas del
GAP249.

Bajo la dirección del PS, el dispositivo de seguridad mantuvo los lineamientos de fidelidad
al objetivo por el cual nació, cuidar al Presidente de la República bajo cualquier
circunstancia. Con la nueva directiva que asume el año 1972, aumenta la preparación de los
integrantes del GAP y se convierten en “una efectiva organización paramilitar”250.

247
PEREZ, Op. Cit. p. 57.
248
Entrevista realizada a Felipe, ex agente del GAP el martes 9 de agosto de 2016.
249
PEREZ, Op. Cit. p. 58.
250
Ibídem.

121
4. 2. El tancazo y la muerte del edecán

El día 29 de junio de 1973 fue una antelación de los hechos que ocurrirían durante
el mes de septiembre. A eso de las 8:55 am el presidente Allende, que se encontraba aún en
su residencia de Tomás Moro, recibe informaciones que dicen que el coronel Roberto
Souper, comandante del Regimiento Blindado N° 2, con varios tanques y dos camiones con
cuarenta hombres, se dirigen a La Moneda para comenzar a abrir fuego a la casa de
gobierno y al Ministerio de Defensa. Mientras que, la Guardia de Palacio, comandada por
el teniente Guillermo Pérez se prepara para enfrentar a las tropas sublevadas. Es un intento
de golpe de Estado251.

Entretanto, el presidente Allende se apresura para dirigirse al palacio presidencial junto a su


edecán, el capitán de navío, Arturo Araya; en ese mismo instante, el Comandante en Jefe
del Ejército, Carlos Prats se hace cargo de la situación, ordenándoles a las tropas
subversivas que regresen a su unidad, la mayoría obedece el mandato del general.

En Tomás Moro conociendo la situación, los jefes del GAP no permiten que el presidente
salga del domicilio. Mientras tanto, Domingo Blanco Tarrés –alias Bruno- preparara el
traslado a La Moneda en caso de que sea necesario. Sin embargo, la estrategia del
dispositivo es que las Fuerzas Armadas solucionen el conflicto. Allende continuaba
insistiendo que debía estar en el lugar de los hechos, por lo que solicita un helicóptero para
llegar más rápido, pero los agentes del GAP lo desestiman por el peligro que significaría
que él estuviese en ese sitio, pues estaban seguros de que si la situación no era controlada,
Allende también lucharía.

Cuando ya no pueden oponerse a la impaciencia del presidente Allende, Juan José


Montiglio –conocido como Aníbal- anuncia que deben partir a La Moneda. Para esos
momentos la jefatura del dispositivo había creado una estrategia que resguardara la
seguridad del doctor, reuniendo a “la escolta más numerosa y mejor armada de toda su
historia.”252 Ese día, al mando de Bruno, acompañaron al presidente unos cincuenta
agentes, distribuidos en una caravana de diez autos y camionetas, acompañados de algunas

251
PÉREZ, Op. Cit. p. 62.
252
Ibíd. p. 63.

122
patrullas de Carabineros, dirigidos por el general Jorge Urrutia, Subdirector de la
institución, y escoltas de la policía de Investigaciones253.

En esa ocasión, iban tremendamente armados con fusiles AKA-47, lanzacohetes RPG-7 y
subametralladoras. Salvador Allende que iba en el auto N° 1, llevaba una pistola Walker y
un fusil AKA-47, que le había obsequiado Fidel Castro, en su visita a Chile durante 1971.

En el camino, frente al canal de Televisión Nacional, se toparon con una patrulla de


militares, a los cuales encañonaron hasta que los perdieron de vista, temiendo que se tratara
de soldados sublevados. Al llegar al centro de Santiago la comitiva se divide en dos. Una
parte de ellos se va a La Moneda para asegurar las instalaciones, mientras que los demás
junto al presidente se van al Cuartel General de Investigaciones, ubicado en la calle General
Mackenna.

Salvador Allende iba acompañado de su edecán Arturo Araya. Cuando llegaron al cuartel,
el doctor da la orden de que nadie se baje de los autos, pero el edecán bajándose lo
contradice y dispone que todo el mundo salga de los autos con sus respectivas armas, pues
comprende el peligro de la situación, ya que la estabilidad y la permanencia del gobierno
socialista están en juego, y él está dispuesto a defender la Constitución. “Arturo Araya les
ordena ‘que saquen sus armas y todo el mundo a protegerse’. La escolta obedece y cargan
todos los implementos que poseen.”254 Después de este día, el GAP concluye que las
medidas de seguridad debían ser redobladas, aumentando las guardias nocturnas, la
capacidad de armamento y la disponibilidad de médicos en caso de emergencia.

Otra de las cosas que se comentaban en la izquierda, hacían relación con el comportamiento
del capitán Araya, ya que había demostrado absoluta fidelidad al gobierno constitucional, y
fue el reflejo de muchas tropas de las Fuerzas Armadas que respaldaron la administración
de la Unidad Popular. Sin embargo, esa lealtad tuvo un alto costo para quienes la
mantuvieron.

Un mes después del Tancazo, específicamente la noche del 26 de julio de 1973, se realizó
una reunión en la Embajada de Cuba, que conmemoró el aniversario del asalto al Cuartel
253
Ibídem.
254
Ibíd. p.64

123
Moncada en 1953, bajo la dirección de Fidel Castro. El presidente Allende asistió a esta
velada, junto a su escolta que era dirigida por Bruno y su edecán, el capitán Araya. Cuando
este último regreso a su casa, un grupo de personas se instalaron en la calle, amenazándolo
con su vida. El capitán Araya salió por el balcón con una metralleta checoslovaca P-40, con
la que enfrentó al grupo, pero ellos le dispararon, asesinándolo en el lugar255.

Este hecho marcó el principio del fin del gobierno de la UP, pues la desconfianza y la
violencia estaban a la orden del día, al punto de asesinar a un integrante de la Armada de
Chile. El día 27 de julio, Allende estaba impactado, pues había perdido a un colaborador y
a un amigo. Así, ordenó una minuciosa investigación en los servicios de inteligencia de las
FF.AA., Carabineros e Investigaciones, para que dieran con los responsables de este hecho.

En paralelo, la prensa de derecha comenzó a publicar que ya se habían encontrado a los


responsables del asesinato, gracias a que se había detenido a uno de los responsables, un
electricista del Servicio Agrícola Mecanizado y militante socialista, José Riquelme
Bascuñán. Éste había señalado que la operación había sido dirigida por un tal señor Blanco
refiriéndose a Domingo Blanco Tarrés, jefe del GAP, y que había sido acompañado por
miristas, militantes socialistas y tres de cubanos.

Sin duda se trataba de una estrategia de desprestigio, pues había dos flancos de ataque. Se
culpaba al bloque de izquierda y al GAP, el grupo de confianza del presidente. Sin
embargo, el Director General de Investigaciones, Alfredo Joignant, fue enfático en aclarar
que el grupo de asesinos no provenía del sector de la izquierda, ya que esa noche Bruno iba
en el auto con el presidente.

“Creemos que con esa estrategia se pretendía desprestigiar a la organización de seguridad


presidencial; se apuraba el proceso de separación entre las FF.AA. y el gobierno, y se privaba a la
Unidad Popular del único oficial que podía liderar a la tropa de la Armada en defensa del
gobierno.”256

Sin duda las consecuencias fueron tremendamente negativas para el gobierno de Salvador
Allende, ya que por un lado se había desencadenado mayor desconfianza en el bloque de

255
Ibíd. p. 65.
256
Ibíd. p. 66.

124
izquierda, ante los hechos de violencia que se estaban viviendo en aquel entonces. Además,
con este hecho, las relaciones con la Unión Soviética se vieron menoscabadas, debido a que
no aprobaron la reacción de Allende, pues no aprovechó para movilizar a las masas. Esto
significó que las negociaciones de tanques soviéticos, que habían sido encargados por el
general Prats, fracasaran.

Por otro lado la seguridad logística del GAP se había fracturado, y la protección del jefe de
Estado cada vez estaba más en juego, ya que el líder del dispositivo había sido sindicado
como el culpable del asesinato al capitán Araya. Se había dilucidado quién era Domingo
Blanco Tarrés y su rol, por este motivo no pudo continuar escoltando al doctor, y debió
esconderse por un tiempo, en las residencias presidenciales.

Con el Tancazo y el asesinato del capitán Araya, ya se preveía lo que continuaba. El golpe
de Estado se estaba gestando. La orden del doctor al GAP, fue que estuviesen siempre
alerta con armas al alcance de la mano. Esto fue evidente cuando el general Prats solicitó al
GAP, algunos agentes para que lo custodiaran. “‘Nos solicitó el apoyo porque dijo que […]
él veía que la labor que estábamos haciendo era seria, eficiente y leal’. Evidentemente, en
agosto de 1973 el Comandante en Jefe ya no podía confiar en sus subordinados.”257

En esas fechas, el GAP contaba con un total de cincuenta personas, pues muchos se fueron
luego de los dos hechos que ya se mencionaron.

257
Ibíd. p. 68.

125
4. 3. “No daré un paso atrás”

“[…] que lo entiendan aquellos que quieren retrotraer la historia y desconocer la voluntad
mayoritaria de Chile; sin tener carne de mártir, no daré un paso atrás. Que lo sepan, que lo oigan, que
se lo graben profundamente: dejaré La Moneda cuando cumpla el mandato que el pueblo me diera,
defenderé esta revolución chilena y defenderé el Gobierno porque es el mandato que el pueblo me ha
entregado.”258

El día del golpe de Estado llegó. En la madrugada del 11 de septiembre en la


residencia de Tomás Moro, el presidente Salvador Allende se encontraba preparando el
plebiscito, la última alternativa que podría salvar la continuidad del gobierno. En esos
momentos recibió una llamada de René Largo Farías, desde la Oficina de Radiodifusión de
La Moneda. En ella le comunica que las tropas de Guardia Vieja de Los Ángeles y Yungay
de San Felipe comenzaron a movilizarse. El general Brady le había informado al Ministro
de Defensa, Orlando Letelier, que se trataba de una maniobra para prevenir desórdenes por
los de desafueros del Senador Carlos Altamirano y del diputado Óscar Garretón. El
presidente y el ministro creyeron en su palabra259.

Durante esa madrugada las informaciones que estaba recibiendo el presidente Allende eran
escasas e incompletas. Fue el Director de Investigaciones, Alfredo Joignant quien le
comunicó que la Armada estaba tomando la ciudad de Valparaíso. Teniendo conocimiento
de esto, Allende opta por solicitarle al Ministro de Defensa Orlando Letelier, que se
comunicara con los comandantes que estaban apostados en Valparaíso para conocer la
situación.

Sin embargo, nadie le dio una respuesta clara al ministro Letelier, solo obtuvo
explicaciones elusivas. Mientras tanto, Allende se contactaba con el general Brady, para
pedir detalles de los sucesos que ocurrían a esa hora. Él le contestó que no tenía
conocimiento de lo que estaba pasando. El presidente no quedó conforme con la
información de los representantes de las Fuerzas Armadas, y ya teniendo una sospecha de

258
ALLENDE, Salvador. Discursos del presidente Salvador Allende el día 11 de septiembre de 1973 desde La
Moneda [en línea]. Chile: Las historias que podemos contar, 1973 [fecha de consulta: 6 de septiembre de
2016]. Disponible en: < http://www.lashistoriasquepodemoscontar.cl/allende.htm>.
259
GONZÁLEZ, Op. Cit. p. 325.

126
lo que ocurría realmente, a eso de las siete de la mañana decide dirigirse a La Moneda, en
compañía de sus asesores, el periodista Augusto Olivares y el abogado Joan Garcés.

“Lo siguieron el jefe de la escolta de Carabineros, capitán José Muñoz, y un grupo del GAP,
encabezado por Jaime Sotelo Barrera, más conocido como Carlos Álamos. […] En el camino, Sotelo
y Juan José Montiglio (Aníbal) fueron preparando las armas. Entre ellas, había seis AKA, todas
regaladas por Fidel Castro al GAP. También tomaron su lugar Óscar Balladares y Manuel Mercado,
ambos del GAP, el doctor Danilo Bartulín y el doctor Ricardo Pincheira, integrante del CENOP, más
conocido como Máximo.”260

En esta ocasión los agentes del GAP no tuvieron ocasión de prepararse como lo hicieron
para el Tancazo del 29 de junio, y además tampoco contaban con el contingente que
tuvieron ese día.

Mientras que el presidente Allende partía a la casa de gobierno, su esposa Hortensia Bussi
se quedó en la residencia de Tomás Moro, bajo la protección de Jorge Fuentes Ubilla y de
un grupo de escoltas del GAP, que estaba a cargo de Domingo Blanco –Bruno- quien había
tenido que dejar de escoltar al presidente, puesto que la prensa de oposición le había
atribuido el asesinato del capitán Araya, edecán de Allende.

Entretanto, Orlando Letelier llegó al Ministerio de Defensa a las siete con treinta de la
mañana, momento en que las instalaciones ya habían sido tomadas por las Fuerzas
Armadas. El ayudante de Letelier, el coronel Sergio González, le informa que ya no
ocupaba el cargo de ministro. El general Sergio Arellano, que se encontraba al mando del
lugar, ordena que Letelier sea llevado al Regimiento Tacna, lugar que será ocupado desde
ese momento como recinto de detención. El entonces ex ministro se convierte en el primer
detenido del 11 de septiembre261.

Salvador Allende llega a La Moneda a las siete con treinta y cinco de la mañana. Se dispuso
a entrar por la puerta principal del palacio acompañado de su escolta, que portaban AKA-
47, listas para ser disparadas. Los choferes de los autos Fiat azules, dejaron sus transportes
estacionados, preparados para partir en caso de que la situación lo ameritara. Los demás se
trasladaron a la oficina presidencial, que se ubicaba en el segundo piso. Las órdenes para
260
GONZÁLEZ, Op. Cit. p. 332.
261
Ibíd. p. 333.

127
los agentes del GAP fueron claras, debían resguardar las secciones de las inmediaciones
que dan hacia la Plaza de la Constitución y la calle Morandé; en tanto, que Carlos Álamos y
dos agentes más se quedan al lado del presidente, en caso de que entren militares armados a
la oficina. El doctor intuye la traición de la institución castrense.

Isidro García, ex agente del GAP, en un reportaje realizado para un medio de


comunicación, relata algunos detalles ocurridos el día 11 de septiembre, en relación a la
escolta.

“Ese día paradojalmente fue el día en que el presidente tuvo la escolta más escuálida de todo el
tiempo que existió este dispositivo. Estábamos los tres autos, incluso ese día echamos compañeros
casi por la fuerza, ¿ya?, que eran de Guarnición, y los echamos a los autos, y así logramos ser en
total veinte ¿ya? Trece compañeros al interior de La Moneda y siete compañeros en el Ministerio de
Obras Públicas. […] El plan de defensa era que iban a llegar grupos de apoyo y que iban a tomarse
todos los edificios de alrededor de La Moneda… La Nación, Hotel Carrera, los ministerios […] todo.
Nosotros el Ministerio de Obras Públicas” 262.

A las siete y cincuenta y cinco minutos, el presidente Allende se dirige a la ciudadanía


desde la sintonía de la Radio Corporación, en donde confirma sus temores a la población de
un alzamiento por parte de la Armada, pero dejando en claro que no abandonará su cargo.
Sin embargo, es evidente que hasta ese momento, aún desconocía la conspiración que se ha
tejido en todas las ramas de las Fuerzas Armadas.

“Habla el Presidente de la República desde el Palacio de La Moneda. Informaciones confirmadas


señalan que un sector de la marinería habría aislado Valparaíso y que la ciudad estaría ocupada, lo
que significa un levantamiento contra el Gobierno, del Gobierno legítimamente constituido, del
Gobierno que está amparado por la ley y la voluntad del ciudadano. […] me quedaré aquí
defendiendo al Gobierno que represento por voluntad del pueblo. […] Como primera etapa tenemos
que ver la respuesta, que espero sea positiva, de los soldados de la Patria, que han jurado defender el

262
ARÁNGUIZ, Cristián. Resistencia en La Moneda [videograbación]. Santiago, La Pulenta [2014].
Youtube, 24:45 min., sonido, color. Disponible en:
<https://www.youtube.com/watch?v=DE5J5RKjOc8>.

128
régimen establecido que es la expresión de la voluntad ciudadana, y que cumplirán con la doctrina
que prestigió a Chile y le prestigia el profesionalismo de las Fuerzas Armadas.” 263

A las ocho de la mañana un grupo de dieciocho detectives entró a La Moneda, en medio de


un ambiente tenso y convulsionado. Entre ellos se encontraba Juan Seoane, jefe del equipo
de Investigaciones de la seguridad presidencial, quien bajo las órdenes del Director de la
institución, Alfredo Joignant, decidió mantener la lealtad al gobierno constitucional, ya que
de acuerdo a las palabras de Seoane eran servidores públicos que habían jurado defender al
gobierno legalmente constituido264.

A esa misma hora, cuando la ciudad de Valparaíso ya estaba bajo el control de la Armada,
el Almirante Merino lanza la primera proclama.

“Las Fuerzas Armadas no pueden permanecer impasibles ante el derrumbe de nuestra Patria. Este no
es un Golpe de Estado, solo se persigue el restablecimiento de un Estado de Derecho. No tenemos
compromiso, solo gobernarán los más capaces y honestos. Estamos formados en la escuela del
civismo, del respeto a la persona humana, de la convivencia, de la justicia, del patriotismo” 265.

En el sector oriente de la capital, Miria Contreras –la Payita- secretaria del presidente
Allende, se hallaba en el Cañaveral cuando se enteró de la situación en la que se encontraba
Valparaíso y Santiago. En ese mismo instante, decidió ir a la casa de Tomás Moro,
acompañada de su hijo Enrique Ropert266, para saber si el doctor ya se había ido. Fue ahí
donde les pidió a algunos agentes del GAP que la acompañaran a la oficina de Allende.
Ellos decidieron que era hora de movilizarse a La Moneda, con armas automáticas y balas,
para resguardar la seguridad del presidente y la del gobierno. Esta comitiva iba al mando de
Bruno.

263
ALLENDE, Salvador. Discursos del presidente Salvador Allende el día 11 de septiembre de 1973 desde La
Moneda [en línea]. Chile: Las historias que podemos contar, 1973 [fecha de consulta: 6 de septiembre de
2016]. Disponible en: < http://www.lashistoriasquepodemoscontar.cl/allende.htm>.
264
GONZÁLEZ, Op. Cit. p. 333-334.
265
Ibíd. p. 334.
266
Enrique Ropert, hijo de Miria Contreras, en el año 1973, tenía 20 años y era estudiante de Economía y
militante del Partido Socialista. Fue detenido en las afueras de la Intendencia junto al grupo del GAP.

129
Cuando iban llegando a la esquina de la Intendencia, frente al palacio presidencial, la
secretaria de Salvador Allende se bajó rápidamente del auto para entrar a La Moneda.
Luego de eso, escuchó disparos y vio que todos los agentes que la acompañaban estaban
siendo reducidos por carabineros267, que estaban a cargo de los tenientes José Martínez
Maureira y Patricio de la Fuente Ibar.

Cristián Pérez, en su artículo del GAP, señala que Bruno, en un acto de confianza
inesperado, detiene los autos para preguntarles sobre lo que sucedía a los carabineros de
Fuerzas Especiales que estaban apostados en el lugar, pues después de lo sucedido el día
del Tancazo, creía que continuarían siendo leales al gobierno de la UP. Pero no era así.
Ellos los encañonaron y los detuvieron, llevándolos al interior de la Intendencia268,
incluyendo a su hijo Enrique Ropert. En ese grupo estaba Pedro Garcés Portigliati, Óscar
Marambio Araya, Jorge Orrego González, Carlos Cruz Zavala, Gonzalo Jorquera Leyton,
Edmundo Montero Salazar269, William Ramírez Barría, José Carreño Calderón y Luis
Gamboa Pizarro270.

La Payita volvió de inmediato al ver que el grupo estaba siendo detenido por las Fuerzas
Especiales, pero ni las lágrimas ni los gritos sirvieron para que dejaran a su hijo Enrique o
alguno de los agentes del GAP.

Fue entonces cuando la Payita entró al estacionamiento del presidente, que se encontraba
frente a la puerta de Morandé 80, donde pudo comunicarse con Coco Paredes, que
acompañaba al doctor. Salvador Allende se enteró de la situación y le pidió que subiera a su
oficina.

“La puerta de Morandé ya estaba cerrada herméticamente. Ingresó por la puerta principal de La
Moneda. En el camino, se cruzó con el edecán naval de Allende. Le pidió ayuda. Ambos regresaron
hacia la Intendencia. Pero ya en la calle, el marino desistió. En pocos minutos, ella estaba con

267
GONZÁLEZ, Op. Cit. p. 339.
268
PÉREZ, Op. Cit. p. 69.
269
Las detenciones de estos seis agentes del GAP serán detalladas en el siguiente sub capítulo.
270
GONZÁLEZ, Op. Cit. p. 340.

130
Allende y, enfrente, el general José María Sepúlveda, general director de Carabineros. Conseguir la
liberación de Enrique Ropert y los jóvenes del GAP fue la petición.” 271

El general Urrutia fue el encargado de resolver la tarea encomendada por Sepúlveda, pero
cuando volvió a la oficina, donde estaban Miria Contreras y al presidente, dio las malas
noticias. Ya no se obedecían las órdenes del director general de Carabineros que se
encontraba en esa habitación. El general Mendoza ya había asumido el cargo,
probablemente a raíz de que las fuerzas golpistas tomaron la Central de Comunicaciones de
Carabineros (CENCO), y desde ése lugar se daban las instrucciones por radio 272. La
institución que se había mantenido fiel hasta el evento del Tanquetazo, traicionaba al
gobierno constitucional. Sumado a ello, habían detenido al jefe del dispositivo.

A la misma hora que detenían al grupo del GAP en las afueras de la Intendencia, cerca de
las ocho de la mañana, las radios Agricultura y Minería sintonizaban marchas militares y el
himno nacional, para luego pronunciar el Bando N° 1 de las FF.AA., por medio del cual
declaraban el fin del gobierno socialista. Las ramas de la institución castrense se habían
coludido para realizar un golpe de Estado. En esta ocasión no hubo regimientos que
opusieran resistencia al levantamiento. Ningún movimiento paramilitar de izquierda podría
hacerle frente a todas las ramas de las Fuerzas Armadas. Sin embargo, pese a las
circunstancias, Salvador Allende decide combatir hasta la muerte273.

En esos momentos de tensión, a las nueve con tres minutos, el presidente habla por medio
de radio Magallanes:

271
Ibídem.
272
PÉREZ, Op. Cit. p. 70.
273
Díaz antes se había formulado un plan para impedir la caída del gobierno de la Unidad Popular ante un
inminente golpe de Estado, “que consistía en sacar al Presidente de La Moneda, llevarlo hasta los sótanos del
Banco del Estado, hacerse fuerte allí, en espera de que otros obreros de los cordones industriales, sumados a
los aparatos militares de la izquierda y una hipotética fuerza militar leal, iniciaran el contragolpe. […] Pero la
idea de sacar a Allende fue finalmente rechazada, pues el cerco sobre el centro de Santiago se había
estrechado; era muy costoso o en realidad imposible salir de La Moneda y llegar al edificio del Banco del
Estado.” Véase en: PÉREZ, Cristián. Salvador Allende, apuntes sobre su dispositivo de seguridad: El Grupo
de Amigos Personales (GAP). Estudios Públicos 79 (invierno): 31-81, 2000.

131
“En estos momentos pasan los aviones. Es posible que nos acribillen. Pero que sepan que aquí
estamos, por lo menos con nuestro ejemplo, que en este país hay hombres que saben cumplir con la
obligación que tienen. Yo lo haré por mandato del pueblo y por mandato consiente de un Presidente
que tiene la dignidad del cargo entregado por su pueblo en elecciones libres y democráticas. […]
Pagaré con mi vida la defensa de los principios que son caros a esta Patria. Caerá un baldón sobre
aquellos que han vulnerado sus compromisos, faltando a su palabra... rota la doctrina de las Fuerzas
274
Armadas.”

Luego del discurso radial, Allende recibió una llamada en la que se le ofrecía un avión para
salir del país con su familia, pero se negó rotundamente a dejar el cargo, La Moneda y el
país. Más tarde llegaron sus edecanes de las FF.AA., para reiterar la propuesta que había
recibido. Si no aceptaba abandonar la casa de gobierno, ésta sería bombardeada. Ante la
insistencia, Salvador Allende les hizo frente señalando que no entregaría su renuncia, y que
aunque bombardeasen La Moneda no lo sacarían vivo275.

Cerca de las diez de la mañana, los edecanes salieron del palacio presidencial y
comunicaron el mensaje de Allende a los mandos de las Fuerzas Armadas. A esa misma
hora, desde el Ministerio de Defensa se ultimaban los detalles de los blancos de los Hawker
Hunter, que incluían La Moneda y la casa de Tomás Moro. Mientras que las radios a fines a
las FF.AA. transmitían las últimas advertencias de bombardeo. Las once de la mañana era
la hora estipulada para el ataque.

El presidente Allende se encontraba con los agentes del GAP, sus asesores, integrantes de
la policía de Investigaciones y algunos carabineros. No había más resistencia que ellos.

En su último mensaje a la ciudanía, por medio de la transmisión de radio Magallanes,


Salvador Allende vuelve a reiterar que no renunciaría y que mantendría su lealtad a la
Constitución.

“Ante estos hechos sólo me cabe decir a los trabajadores: ¡Yo no voy a renunciar! Colocado en un
tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la

274
ALLENDE, Salvador. Discursos del presidente Salvador Allende el día 11 de septiembre de 1973 desde La
Moneda [en línea]. Chile: Las historias que podemos contar, 1973 [fecha de consulta: 6 de septiembre de
2016]. Disponible en: < http://www.lashistoriasquepodemoscontar.cl/allende.htm>
275
GONZÁLEZ, Op. Cit. p. 341.

132
semilla que hemos entregado a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser segada
definitivamente. […] Trabajadores de mi Patria: quiero agradecerles la lealtad que siempre tuvieron,
la confianza que depositaron en un hombre que sólo fue intérprete de grandes anhelos de justicia, que
empeñó su palabra en que respetaría la Constitución y la ley, y así lo hizo. […] ¡Viva Chile! ¡Viva el
pueblo! ¡Vivan los trabajadores! Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi
sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará
la felonía, la cobardía y la traición.”276

Radio Magallanes deja de emitir programación a las diez con veinte minutos, a partir de ese
momento solo hay una señal que transmite bandos militares277.

A las diez treinta de la mañana comienza el ataque terrestre a La Moneda. La escolta del
presidente no se quedó atrás bajo las órdenes de Salvador Allende.

“Al empezar el ataque a La Moneda, miembros del GAP que se encontraban en el garaje, escalan con
una escalera hacia las ventanas del segundo piso del edificio contiguo que pertenecía al Ministerio de
Obras Públicas. Se parapetaron en situación de defensa. Desde esa posición logran detener cinco
intentos del Ejército por avanzar hacia La Moneda.” 278

A pesar del escenario en el que se encontraba el presidente y sus hombres en el interior de


las oficinas, el mandatario logra reaccionar sin titubeos, por lo que reúne a todo el mundo el
Salón Toesca, incluyendo a sus hijas Beatriz e Isabel. Es allí donde le pide a las mujeres y a
los asesores que no supieran disparar que abandonaran el lugar, y deja a Carabineros y a
Investigaciones en libertad de acción. Allende no quería muertes innecesarias. Los
carabineros que lo acompañaban desertaron, mientras que los detectives se quedaron con el
doctor hasta las últimas consecuencias. Al interior de La Moneda quedaron treinta
personas. Las balas iban en todas direcciones, y las FF.AA. estaban ganando camino.

“El detective Luis Henríquez acaba de separarse Allende: -Vi al Presidente disparar desde una de las
ventanas que dan a la Plaza de la Constitución y ante la presencia de un blindado. Pero fue retirado

276
ALLENDE, Salvador. Discursos del presidente Salvador Allende el día 11 de septiembre de 1973 desde La
Moneda [en línea]. Chile: Las historias que podemos contar, 1973 [fecha de consulta: 6 de septiembre de
2016]. Disponible en: < http://www.lashistoriasquepodemoscontar.cl/allende.htm>
277
GONZÁLEZ, Op. Cit. p. 349.
278
AGRUPACIÓN de Familiares de Detenidos Ejecutados y Desaparecidos de la Moneda y MUSEO de la
Memoria y los Derechos Humanos, Op. Cit. s.p.

133
para evitar que siguiera exponiéndose. Con las armas que allí había, resistir era un chiste. ¡Cómo se
puede enfrentar un tanque con un fusil ametralladora o una 9 milímetros!” 279

El presidente y su equipo tuvieron que trasladarse a la cocina para resguardarse del


bombardeo, que se produciría en pocos minutos más, pues era el lugar más seguro debido al
grosor de las murallas del lugar.

A las once con cincuenta minutos se origina el primer bombardeo a la casa de gobierno,
que da en el frontis norte “destruyendo la gran puerta y las dependencias de los costados e
interiores”280. Los cohetes del segundo avión impactan de forma certera en el techo del
palacio. Los siguientes bombazos caen entre el Patio de los Naranjos y el de los Cañones.
Las explosiones desencadenan un incendio, y las llamas comienzan a arrinconar a la gente
que estaba dentro del edificio. Aunque algunos de ellos lograron conseguir máscaras
antigases, debieron compartirlas porque el aire se volvió irrespirable281.

El equipo del presidente comenzó a trasladarse al ala que daba a Morandé, pues era la que
se encontraba en mejores condiciones. Dos detectives que se encontraban separados del
grupo, Romero y Sotomayor, intentan escapar de las llamas y las balas, buscando un
refugio. El primero relata sus vivencias en el bombardeo.

“Nos metimos debajo de los escritorios. El ruido era tremendo. Cuando comenzó el incendio
optamos por bajar. El bombardeo seguía y también las balas y las bombas lacrimógenas. El aire era
irrespirable. Pensábamos que posiblemente nos quemaríamos vivos si nadie apagaba el incendio.
Afuera se escuchaban gritos de militares. No sabíamos nada del resto de la gente. Cada cierto tiempo
nos arrastrábamos hasta el baño, para mojar nuestros pañuelos y poder respirar. Observábamos cómo
se quemaba todo el sector presidencial.” 282

Se arrojaron dieciocho bombas en dieciséis minutos. A este ataque le sigue el de la artillería


pesada de Infantería, ubicadas frente a La Moneda, mientras continuaban lanzando bombas
lacrimógenas al interior del palacio. Estaba siendo difícil defender el edificio cuando había
tanto humo y fuego por todas partes. Allende seguía diciendo que no cesaran los disparos,

279
GONZÁLEZ, Op. Cit. p. 355.
280
Ibídem.
281
Ibíd. p. 356.
282
Ibíd. p. 356-357.

134
que se respondiera las agresiones por donde se pudiese. Mientras tanto Pinochet, desde
Peñalolén seguía indicando por radio que debían tomar detenido a Allende. “Más vale
matar la perra y se acaba la leva…”283 Pero, como ya hemos dicho el presidente no
planeaba salir vivo de La Moneda. A esa hora Allende y quienes lo acompañaban ya no
esperaban que alguien los auxiliara.

Mientras tanto, a medio día, la residencia de Tomás Moro también fue bombardeada. Esta
misión estaba a cargo del general César Raúl Benavides y no fue del todo exitosa, debido a
lo que el mismo general Arellano calificó como una descoordinación por parte del
encargado de la misión. Esto se debe a que el plan inicial contemplaba sitiar la casa de
Tomás Moro a las ocho con treinta de la mañana, sin embargo, esto solo se pudo realizar a
las doce del día. A esa hora la casa ya no contaba con la custodia del GAP. Antes de que
los aviones apuntaran al lugar, el domicilio fue saqueado, y fue la junta de vecinos que
detuvo este acto delictivo. El general Benavides no comunicó a sus superiores lo que estaba
sucediendo, por lo que el bombardeo se realizó de todas maneras, lo cual era del todo
innecesario284.

“Los aviones bombardean Tomás Moro. El piloto del avión 2 confunde su blanco. Sus cuatro
primeros cohetes caen en el Hospital de la FACH, aledaño a la residencia presidencial. Dos rebotan
sobre grandes árboles y los otros dos, en el segundo piso del recinto hospitalario. Gato ordena,
entonces suspender el ataque.”285

Poco después de la una de la tarde, Osvaldo Puccio, Fernando Flores y Daniel Vergara,
asesores del presidente, hablan con Allende, para comunicarle que el general Ernesto Baeza
les había propuesto realizar un acuerdo de rendición. Las condiciones eran detener los
bombardeos, formar un gobierno con civiles y respetar las reformas que beneficiaban a los
sectores sociales. Cuando cuentan con la aprobación del aún Presidente, el trio de asesores
sale de La Moneda para negociar. Sin embargo, fueron apresados apenas fueron divisados
por militares.

283
Ibídem.
284
Ibíd. p. 358-359.
285
Ibíd. p. 359.

135
Mientras tanto Salvador Allende y los hombres que quedaban, se trasladaron al comedor
del personal de La Moneda, y junto a él estaba la Payita, quien no había obedecido las
órdenes del presidente para retirarse de la casa de gobierno. Ella prefería quedarse cerca de
donde su hijo había sido detenido y al lado de Allende. En medio del caos, el periodista
Augusto Olivares se disparó en la sien, pues minutos antes había comentado que no estaba
dispuesto a caer en manos de los militares golpistas. El shock fue inmenso, pero de acuerdo
al testimonio del detective Luis Henríquez, quien toma el control de la situación fue el
doctor Allende. Hizo que todo el mundo se tranquilizara, para luego guardar un minuto de
silencio por el periodista286.

Salvador Allende le pidió al médico Danilo Bartulín que se contactara con el Ministerio de
Defensa, para saber qué había pasado con los asesores que salieron a negociar. El
presidente se entera de que fueron detenidos.

Sergio Arellano dice que “hasta que las tropas ingresaron a La Moneda, se combatió intensamente.
El fuego de armas automáticas por ambos lados era impresionante mientras gigantescas llamas
consumían el palacio. Se produjo el movimiento de tenazas que estaba previsto prácticamente sin
encontrar gran resistencia ya que las unidades conquistaron sus objetivos a las 13:30 horas, media
hora antes de lo calculado. El millón de trabajadores con que amenazaba Salvador Allende no
apareció por ninguna parte.”287

Al interior de La Moneda ya todos sabían que no podrían aguantar mucho más. El


presidente quiso negarse, pero estaba de acuerdo de que ya no podían continuar derramando
sangre. Ya era tiempo de salir y anunciar la rendición. Saldrían uno por uno con una
bandera blanca. En esos mismos instantes el general Javier Palacios se preparaba para
ingresar a la casa de gobierno.

El primero en salir fue el doctor Óscar Soto. En la puerta el médico se encuentra con un
oficial que le pregunta cuántas personas quedan en el interior. Soto se confunde, por lo que
el oficial lo manda de vuelta para verificar e informar que solo tienen diez minutos para
salir de ahí288. Al conocer la información, Allende les dijo que bajaran las armas y

286
Ibíd. p. 362.
287
Ibíd. p. 364.
288
CAVALLO y SERRANO, Op. Cit. p. 187.

136
comenzaran a abandonar el recinto. El presidente ordena que Payita sea la primera en la
fila, luego manifiesta que él sería el último en dejar la casa de gobierno.

Cuando ya todos se posicionan en sus lugares Coco Paredes le entrega el Acta de


Independencia a Miria Contreras, quien llevaba la chaqueta de Augusto Olivares, el
periodista que se había suicidado, para entregársela a su esposa Mirella Latorre. La Payita
coloca el Acta en una de las mangas. Luego Eduardo Paredes se comunica con el general
Baeza para informarle de la rendición y solicitarle que haga un alto al fuego, también le
dice que el presidente necesitará un vehículo para salir289.

Una vez realizados los procedimientos correspondientes, Salvador Allende se aseguró de


que todos hubiesen tomado un lugar en la fila. Entre las personas que estaban listas para
bajar al primer piso, se encontraba el periodista Carlos Jorquera, los médicos Óscar Soto y
Danilo Bartulín, los agentes del GAP Juan José Montiglio y Renato González y por último
el policía de Investigaciones Eduardo Ellis290.

Mientras que, en esos instantes Enrique Huerta y Eduardo Paredes se enfrascan en una
discusión. El primero se niega a aceptar la rendición y plantea que lo mejor es morir
peleando, pero Coco Paredes le responde que ya no se puede hacer nada más. El doctor
Allende intervino diciéndole que sus acciones podrían afectar a todo el grupo. Huerta lo
acepta y se puso en la fila.

El policía de Investigaciones Juan Seoane, relata que el equipo de Allende se encontraba en


el segundo piso, en el ala de Morandé 80. Fue en ese lugar donde comenzaron a dejar las
armas, tomaron una bata blanca que estaba en el suelo para comenzar a bajar al primer piso
en fila. Todo esto se dio en medio de una balacera entre las Fuerzas Armadas que estaban
instaladas afuera del lugar y algunos agentes del GAP, que se habían instalado en el
Ministerio de Obras Públicas. En medio de las llamas y el humo el Presidente de la
República se iba despidiendo de cada uno diciendo “compañero, muchas gracias y mucha
suerte”291.

289
Ibíd. p. 181.
290
Ibíd. p. 186.
291
GONZÁLEZ, Op. Cit. p. 365.

137
Cuando todos comenzaron a salir de la casa de gobierno, el policía de Investigaciones Luis
Henríquez lo escuchó decir “¡Allende no se rinde, mierda!”292. El presidente se había ido al
salón Independencia, se sentó en uno de los sillones y se disparó con su fusil-ametralladora
en el mentón. Fue el doctor Patricio Guijón quien escuchó la bala y comprobó su
defunción, pues se había devuelto para llevarse una máscara antigás como recuerdo para su
hijo293. Guijón les grita a todos que Salvador Allende se había suicidado, cuando todos se
preparaban para bajar a la entrada de Morandé. Él decide acompañarlo hasta que llegasen
los militares al salón.

Todos salieron en fila a un metro de distancia con las manos en la nuca. La Payita que iba
al comienzo de la fila es arrastrada por un soldado que le quita la chaqueta de Olivares para
registrarla. Miria Contreras no alcanza a decirle al militar que lo que estaba en la chaqueta
era el Acta de Independencia. El soldado la había destruido.

En esos instantes la jefatura militar aún desconoce de la muerte de Allende, pues Gustavo
Leigh ordena que un helicóptero espere al destituido presidente hasta las cuatro de la tarde.
Si luego de esa hora no salía, quedaría detenido.

Finalmente, a las dos de la tarde las tropas del general Javier Palacios entran a La Moneda
por Morandé 80. Allí se toparon con el equipo de Allende. Eran alrededor de 15 personas
que venían con delantales blancos. Solo los agentes del GAP que estaban en el Ministerio
de Obras Públicas no se rindieron y continuaron disparando con las últimas balas que les
quedaban.

El conscripto Manuel Carrillo de la tropa del Teniente Iván Herrera se encuentra con
Guijón y el cadáver del presidente. Cuando el soldado encañona al médico que estaba con
Allende, llega René Cardemil, de la Escuela de Suboficiales, y se encarga de acomodar el
cuerpo. Pocos minutos después entra el general Palacios, acompañado de otros militares y
con una metralleta en sus manos, reconoce a Salvador Allende gracias a su reloj Jaeger-Le
Coultre, quien “yace encima de un sofá de terciopelo rojo con dos almohadones en sus

292
CAVALLO y SERRANO, Op. Cit. p. 187.
293
Ibídem.

138
costados.”294. Luego de ordenar que taparan el cuerpo, se comunica con el almirante
Carvajal y le reporta “misión cumplida. Moneda tomada. Presidente muerto.”295

“14:00 hrs. ‘Los compañeros que habían salido del Palacio de la Moneda seguían tendidos en la calle
pero ya rodeados por un piquete de soldados. En ese momento aparece el General Palacios.’ Los
primeros prisioneros en ser sacados de La Moneda fueron los que habían estado combatiendo al
interior del palacio presidencial. Éstos fueron alineados y posteriormente arrojados contra el suelo en
medio de la vía pública. […] los prisioneros fueron parados uno a uno, registrados físicamente y
puestos contra la pared con las manos en la nuca. […] Las Fuerzas Armadas y de Orden asimilan la
situación a un Estado de Guerra. Desde ese día en adelante, se aplica la jurisprudencia militar.”296

Los asesores, médicos y agentes del GAP que fueron detenidos al salir de La Moneda,
luego del bombardeo fueron llevados al Regimiento Tacna297, sitio designado para
mantener a quienes fuesen apresados. Sin embargo quienes habían sido detenidos por la
mañana298 no tuvieron el mismo destino, lo cual ha sido posible verificar con la
investigación judicial que se está llevando a cabo en la actualidad. Durante la primera
década del siglo XXI aún se creía este grupo había sido trasladado al Regimiento Tacna, lo
cual ha sido posible evidenciar con la investigación de Páginas en Blanco299. La mayor
parte de los detenidos, y varios agentes del GAP, que estaban en La Moneda fueron
interrogados, torturados y luego asesinados en el Fuerte Arteaga por fusilamiento con
granadas.

294
Ibíd. p. 368.
295
Ibíd. p. 369.
296
AGRUPACIÓN de Familiares de Detenidos Ejecutados y Desaparecidos de la Moneda y MUSEO de la
Memoria y los Derechos Humanos, Op. Cit. s.p.
297
Los detenidos de La Moneda que fueron llevados al Regimiento Tacna, son arrojados a las caballerizas del
lugar, atados de pies y manos. A los agentes del GAP se les trató con gran violencia, soportando golpes y
tortura. La gran mayoría de ellos fueron ejecutados.
298
Pedro Garcés Portigliati, Óscar Marambio Araya, Jorge Orrego González, Carlos Cruz Zavala, Gonzalo
Jorquera Leyton, Edmundo Montero Salazar, William Ramírez Barría, José Carreño Calderón, Luis Gamboa
Pizarro y Enrique Ropert.
299
ROJAS, “Et al”, Op. Cit. p. 71.

139
4. 4. De La Moneda al Patio 29: la ruta de los seis detenidos

El caso de los detenidos en las afueras de La Moneda el día 11 de septiembre de


1973, permanece judicialmente abierto con Rol N° 126.461-BT, instruido por el Ministro
en Visita Extraordinaria de la Corte de Apelaciones de Santiago, Mario Carroza Espinosa.
Dicho procedimiento se refiere a la detención, secuestro y desaparición de un grupo de
personas relacionadas con el entonces Presidente de la República, Salvador Allende. Estos
actos han sido calificados como crímenes de lesa humanidad, por lo tanto son
imprescriptibles300.

Uno de los abogados del Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior, Ilán
Sandberg, quien lleva la causa de los detenidos de la Intendencia, explica que esta clase de
delitos no pueden prescribir debido a los numerosos Tratados internacionales a los que se
ha suscrito el Estado chileno, los cuales establecen una serie de obligaciones respecto a los
crímenes de lesa humanidad.

“Obligan al Estado a investigar y esclarecer en el mayor grado posible las circunstancias que rodean
la muerte y la desaparición de las víctimas, a que nuestros Tribunales hagan todo lo posible por
determinar a los responsables y consecuencialmente en el marco de un proceso judicial los condene a
penas cuya gravedad sea proporcional a los delitos cometidos, debiendo las mismas cumplirse de
manera efectiva.”301

El proceso de investigación sobre seis detenidos del GAP302 , respecto a lo sucedido desde
que fueron detenidos en las afueras de la Intendencia hasta que fueron encontrados en el río
Mapocho bajo el puente Bulnes, ha sido difusa, pues en estos cuarenta y tres años se han
ideado diferentes hipótesis sobre lo que les habría sucedido los días que estuvieron bajo el

300
Ministro Miguel Vásquez dicta procesamiento por secuestros y homicidios de detenidos en el Palacio de
La Moneda el 11 de septiembre de 1973 [en línea]. Santiago: Programa de Derechos Humanos del Ministerio
del Interior, 2015 [fecha de consulta: 27 de junio de 2016]. Disponible en:< http://www.ddhh.gov.cl/n89_16-
04-2015.html>.
301
Entrevista realizada al abogado del Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior y
Seguridad Pública, Ilán Sandberg el lunes 13 de junio de 2016, quien lleva la causa de los detenidos de la
Intendencia.
302
Gonzalo Jorquera Leyton, Carlos Cruz Zavala, Edmundo Montero Salazar, Óscar Marambio Araya, Pedro
Garcés Portigliati y Jorge Orrego González.

140
control de las Fuerzas Armadas y de Orden. Pese a ello, la investigación judicial ha sido
clave para entender y aclarar dónde estuvieron y con quiénes.

Sin embargo, el peritaje judicial hace referencia principalmente a Domingo Blanco Tarrés,
jefe del dispositivo, y quién acompañaba a los seis GAP investigados. Es por esto que
tomará un rol preponderante en la explicación del proceso de detención.

“El ministro en visita extraordinaria de la Corte de Apelaciones de Santiago, Miguel Vázquez Plaza,
dictó auto de procesamiento por los secuestros calificados y homicidios calificados de 11 miembros
de Grupo de Amigos Personales del Presidente Salvador Allende (GAP), detenidos el 11 de
septiembre de 1973, en las inmediaciones del Palacio de La Moneda.
En la causa, el ministro Vázquez procesó al general en retiro de la Fuerza Aérea Vicente Rodríguez
Bustos y al general en retiro de Carabineros Patricio de la Fuente Ibar, por su responsabilidad en
los secuestros calificados de Domingo Blanco Tarrés y José Carreño Calderón; y en los homicidios
calificados de Gonzalo Jorquera Leyton, Carlos Cruz Zavala, Luis Gamboa Pizarro, Pedro Garcés
Portigliati, Óscar Marambio Araya, Edmundo Montero Salazar, Jorge Orrego González, William
Ramírez Barría y Enrique Ropert Contreras.” 303

Respecto a la vida privada de los GAP investigados, son pocos los datos que han salido a la
luz pública. Mientras trabajaron con Salvador Allende, debían ser sumamente cuidadosos
con el resguardo de su identidad, pues esta información comprometía la seguridad interna
del dispositivo. Tanto en las fuentes primerias como en las secundarias, se revelan pocas
precisiones respecto a lo que cada uno de los miembros del GAP hacía en su tiempo libre.

Gonzalo Jorquera Leyton, militante del Partido Socialista, tenía 27 años. Su nombre
político era Ramón. Estaba casado con Haydée Castro Méndez y tenía tres hijos. Fue
hallado muerto en las orillas del río Mapocho el 19 de septiembre de 1973, e ingresado al
entonces, Instituto Médico Legal al día siguiente. La autopsia fue realizada por el doctor
Carlos Marambio Allende, quien dictaminó que falleció por heridas de bala304.

Carlos Cruz Zavala, militante del PS, al momento de su detención tenía treinta años.
Trabajaba como carpintero y estaba soltero. Se desconoce su nombre político. Fue

303
Ministro Miguel Vásquez dicta procesamiento por secuestros y homicidios de detenidos en el Palacio de
La Moneda el 11 de septiembre de 1973 [en línea]. Op. Cit.
304
ROJAS, “Et al”, Op. Cit. pp. 87-88.

141
encontrado en las riberas del río Mapocho, bajo el Puente Bulnes el 19 de septiembre de
1973, a eso de las veintiuna horas. Se le practicó el protocolo de autopsia en el Instituto
Médico Legal, el 22 de septiembre, por el doctor Alfredo Vargas Kother. Se declaró que la
causa de muerte fueron balas en el tórax y el cráneo305.

Edmundo Montero Salazar, también militaba en el PS, tenía veintiún años al momento de
su fallecimiento. Su nombre político era Carlos Castillo. Su cadáver fue encontrado en las
cercanías del Puente Bulnes, ingresando al IML el 19 de septiembre. La autopsia efectuada
consignó que murió a causa de heridas de bala. Su familia solo supo de él, cuando se
convocó la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación306.

Óscar Marambio Araya tenía veinticinco años al momento de su detención. Militaba en el


PS y estaba soltero. Los primeros informes señalaban que fue detenido en las afueras de la
Moneda y posteriormente llevado al Regimiento Tacna307. Sin embargo, el Auto
procesamiento indica que acompañaba a Blanco Tarrés la mañana del 11, y fue detenido en
el subterráneo de la Intendencia. Fue ejecutado el 19 de septiembre, e ingreso al IML como
N.N. Solo veinte años después fue posible identificar su cuerpo, cuando se realizaron las
inhumaciones del Patio 29, en 1993.

Pedro Garcés Portigliati, tenía veinte años cuando fue aprehendido por Carabineros. Su
nombre político era Renato. Militaba en el PS y estaba soltero. Recientemente había
terminado el servicio militar en el Regimiento Yungay de San Felipe, cuando se incorporó
al GAP, en el mes de agosto de 1973. En el dispositivo se le dio la tarea de custodiar las
residencias, mientras recibía entrenamiento. Se presumía que había sido detenido en el
Regimiento Tacna, pues como había ingresado hace poco tiempo en el GAP, los integrantes
no lo conocían demasiado308, por lo que hubo confusiones en torno a su arresto. Se cree que
falleció ejecutado el 19 de septiembre, en las cercanías del Puente Bulnes; sin embargo, su

305
Ibíd. p. 88.
306
Ibíd. pp. 89-90.
307
Ibíd. p. 91.
308
GARCÉS PORTIGLIATI, PEDRO JUAN [en línea]. Santiago: Memoria Viva, s.f. [Fecha de consulta: 24
de septiembre de 2015]. Disponible en: <http://www.memoriaviva.com/Desaparecidos/D-
G/garces_portigliati__pedro_juan.htm >.

142
entrada al IML no fue registrada, por lo que hasta el año 1990 aún se desconocía su
paradero. El 2 de agosto de ese año, su madre, María Rebeca Portigliati realizó una
denuncia por presunta desgracia309.

Jorge Orrego González tenía 29 años en septiembre de 1973. Era militante del PS. Estaba
casado con Milica Basic Rivera y tenía tres hijos. Las primeras indagaciones hacían creer
que había sido aprehendido con el grupo que se encontraba al interior de La Moneda y
detenido en el Regimiento Tacna. Sin embargo, la investigación judicial, determinó que
había sido aprehendido en la calle Morandé, frente a la Intendencia, con el grupo de agentes
que acompañaba a Blanco Tarrés. Se cree que habría sido ejecutado el 19 de septiembre en
las cercanías del Puente Bulnes. El IML habría hecho recepción del cuerpo de Orrego, no
obstante, la familia nunca recibió sus restos310.

En la actualidad, se ha detentado la responsabilidad de la desaparición del grupo de doce


personas, que fueron detenidas el día 11 de septiembre de 1973, en el general en retiro de la
Fuerza Aérea, Vicente Rodríguez Bustos, y el general en retiro de Carabineros, Patricio de
la Fuente Ibar. Ambos están siendo acusados de secuestro con grave daño y homicidio
calificado. El abogado de Derechos Humanos, Ilán Sandberg, señala que si los procesados
son condenados no podrán acogerse a ningún beneficio establecido por la Ley N° 18.216311.

Siguiendo con lo anterior, el estado de guerra, del que hizo mención y aplicación la Junta
Militar no fue tal. Pues como estable en Informe de la Comisión Nacional de Verdad y
Reconciliación, no hubo ejércitos paralelos, ni extranjeros armados que defendieran el
gobierno de la Unidad Popular312, sino que por el contrario, el entonces Presidente de la

309
ROJAS, “et al”, Op. Cit. p. 94.
310
Autoprocesamiento Blanco Tarrés [en línea]. Santiago: Poder Judicial, 16 de abril de 2015. [Fecha de
consulta: 27 de junio de 2016]. Disponible en:
<http://www.pjud.cl/documents/396729/0/AUTO+PROCESAMIENTO+BLANCO+TARRES+2015.pdf/519
e215e-70a2-45ef-bdce-15adf0c99dc4>.
311
La Ley N° 18.216 “establece penas que indica como sustitutivas a las penas privativas o restrictivas de
libertad”. Véase en: LEY 18.216 [en línea]. Santiago: Ley Chile. Biblioteca del Congreso Nacional, 14 de
mayo de 1983. [Fecha de consulta: jueves 22 de septiembre de 2016]. Disponible en:
<https://www.leychile.cl/CONSULTA/m/norma_plana?org=&idNorma=29636>.
312
CORPORACIÓN Nacional de Reparación y Reconciliación, Op. Cit. p. 124.

143
República, Salvador Allende, solo fue apoyado en su afán de mantener el régimen
constitucional, por su escolta el GAP y su equipo de médicos y asesores. No hubo más
resistencia que ésa.

A raíz del Estado de Sitio en el que estaba el país el día 11 de septiembre, un grupo de doce
personas fueron detenidas en las cercanías de la Intendencia, por Carabineros de la
Prefectura de Fuerzas Especiales, sin mayor ataque por parte de los agentes del GAP, ya
que no alcanzaron a hacer uso de sus armas de servicio.

Este grupo de escoltas del GAP, comenzó su jornada en las residencias del Cañaveral y
Tomás Moro. Días más tarde, terminaron baleados en las corrientes del río Mapocho, bajo
el Puente Bulnes; luego, acabaron siendo enterrados en el Patio 29 del Cementerio General
como N.N. Lo que sucedió en medio de ese recorrido es lo que aquí se explicará.

Domingo Blanco Tarrés, miembro del Grupo de Amigos Personales (GAP), tenía la
jefatura del dispositivo desde mediados de 1972. Hacia 1973 tenía 32 años, estaba casado y
tenía una hija313. “Trabajaba como dependiente en el almacén de un familiar en la zona
norte de la capital. Realizó estudios en medicina y allí tomó contacto con el Ejército de
Liberación Nacional de Bolivia (ELN), sección chilena”314. El militante socialista, desde
julio de 1973 debió permanecer oculto producto del crimen que se le impugnaba. Es por esa
razón, que comenzó a resguardar la seguridad de las residencias, circulando entre las
propiedades del Cañaveral y Tomás Moro.

Justamente es por eso, que el día 11 de septiembre de 1973, Bruno –Blanco Tarrés- no
estaba escoltando al presidente Salvador Allende, ya que, como se ha mencionado antes, la
prensa opositora al gobierno lo había tildado como el principal sospechoso del asesinato del
edecán naval, el capitán Araya. Su rostro y nombre ya eran de dominio público. La
seguridad del GAP, y el secreto de identidad habían quedado mermados. Esto obligó a
Bruno a quedar fuera del equipo que acompañó al mandatario el día del Golpe de Estado.

313
La hija de Domingo Blanco Tarrés, Soledad Blanco, en la actualidad es la Presidenta de la Agrupación de
Familiares de los Detenidos Ejecutados y Desaparecidos de La Moneda, y se ha encargado de dilucidar lo que
sucedió con los agentes del GAP. Los restos de su padre siguen desaparecidos.
314
PÉREZ, Op. Cit. p. 67.

144
Las versiones respecto al lugar en el que se encontraba en la madrugada del día 11, fueron
difusas hasta el comienzo de la década del 2000, pues algunos documentos anteriores a esa
fecha señalaban que la Payita lo encuentra en Tomás Moro, donde le pide que la acompañe
a La Moneda para saber qué estaba sucediendo, mientras que otras corroboran que partió
desde Cañaveral, con Miria González y su hijo Enrique Ropert. Lo cierto es que cuando
Miria Contreras no encontró a Salvador Allende en su domicilio de Las Condes, ambos
partieron desde ese lugar a La Moneda, ya que el presidente había salido a las siete con
treinta y cinco de la mañana; testimonio que Miria Contreras plasma en el libro Páginas en
Blanco315. La investigación judicial, también, afirma que Blanco Tarrés habría partido
desde el Cañaveral a Tomás Moro con la Payita y sus hijos Max y Enrique Ropert, con el
fin de encontrar a Salvador Allende, pues a las siete de la mañana, la secretaria habría sido
avisada de las sublevaciones de la Marina en Valparaíso.

A eso de las ocho de la mañana, llegaron a la casa de Tomás Moro, pero el presidente ya
había partido a La Moneda. Así que Miria habla con Blanco Tarrés, para que un
contingente del dispositivo la acompañase al palacio de gobierno. Además, le pide a su hijo
Enrique que la lleve en su renoleta blanca, mientras que Max se quedaría en Tomás Moro.

Los agentes que acompañaron a Blanco Tarrés hacia La Moneda, fueron José Belisario
Calderón, Luis Gamboa Pizarro, William Ramírez Barría, Carlos Cruz Zavala, Pedro
Garcés Portigliati, Gonzalo Jorquera Leyton, Óscar Marambio Araya, Edmundo Montero
Salazar y Jorge Orrego González.

Los agentes del GAP se suben a la camioneta roja de doble cabina y parten rumbo a La
Moneda, seguidos del auto de Ropert.

A las ocho con cuarenta y cinco minutos de la mañana iban llegando a la calle Moneda.
Ambos automóviles entraron por la calle Morandé, cerca de los estacionamientos de la casa
de gobierno, cuando se dieron cuenta que el perímetro ya estaba rodeado por carabineros de
Fuerzas Especiales del Grupo Móvil316, y desconocían si eran leales o no al gobierno

315
ROJAS, “Et al”, Op. Cit. p. 72-74.
316
La Prefectura de Fuerzas Especiales de Carabineros es la rama encargada de mantener y garantizar la
seguridad pública en situaciones de catástrofe o eventos de emergencia. Por ello, cuentan con entrenamiento

145
constitucional. El contingente de Carabineros tenía la misión de rodear La Moneda para
servir de escudo a Infantería317.

Miria Contreras se había bajado del auto, cuando interceptaron a la camioneta en la que
venían los miembros del GAP. De acuerdo a un reportaje realizado por la periodista María
Eugenia Camus, para la Revista Análisis de junio de 1987318, los carabineros habrían
reconocido a Domingo Blanco Tarrés, puesto que su rostro había sido divulgado por los
medios, después del asesinato del capitán Araya.

Miria se devuelve hasta el auto donde estaba su hijo, y le pidió que investigara qué sucedía
con los miembros del GAP. Apenas Enrique Ropert se acerca a Fuerzas Especiales es
detenido. La Payita sin mucho éxito intenta evitar la detención, así que parte a buscar
ayuda al palacio presidencial, donde esperaba que Allende la ayudase. Sin embargo,
ninguna de las gestiones del mandatario o del Director José María Sepúlveda, pudo liberar
a los detenidos, ya que, Carabineros solo atendía las órdenes de Mendoza.

“’Por favor –les digo- los han detenido, no sé por qué, díganle a los carabineros que los suelten’.
Responden: ‘Pero están armados…’ Contesto: ‘Y si ustedes no lo defienden (al presidente)… ¿creen
que con palomitas blancas los van a defender? Ya venían avisados, porque ¿cómo me contestan que
venía gente armada si ni siquiera los habían visto aún?”319

Los agentes del GAP fueron encañonados por carabineros y bajados violentamente de la
camioneta, sin ninguna posibilidad de sacar sus armas de servicio. Con las manos en alto,
las Fuerzas Especiales los condujeron al grupo a la Prefectura Policial, que estaba al
interior de la Intendencia. Ropert fue llevado con ellos.

Las gestiones realizadas por Allende y Sepúlveda fueron infructuosas. El general Urrutia, a
petición del presidente, se dirigió a la Intendencia a hacer los últimos esfuerzoa, para ver si

en técnicas y tácticas En 1963, se crea el Grupo Móvil, unidad que incorpora la “acción antidisturbios
urbanos”. Están capacitados en técnicas y tácticas que les permiten cumplir su rol. El Grupo Móvil en 1973
funcionaba en la calle San Isidro 330, en el centro de Santiago.
317
GONZÁLEZ, Op. Cit. p. 330.
318
CAMUS, María Eugenia. La historia secreta del GAP. Revisa Análisis. (178): 33-36, Semanario del 8 AL
14 de junio de 1987.
319
ROJAS, Paz, “Et al”, Op. Cit. p. 73.

146
puede liberar a las doce personas detenidas, pero a las nueve treinta de la mañana, vuelve
con malas noticias. El equipo de Fuerzas Especiales hizo caso omiso de sus órdenes.
Quince minutos más tarde, se les comunica que el general Mendoza ha asumido el mando
de la Institución de Carabineros, rompiéndose todo contacto320.

El grupo de detenidos fue sacado de la Intendencia a las once de la mañana, con las manos
en alto, siendo rodeados por Fuerzas Especiales que cargaban metralletas, para ser
trasladados a las Sexta Comisaría. De este momento existe una secuencia de fotos321, que
fueron publicadas al día siguiente por El Mercurio, La Segunda y La Tercera322.

El entonces teniente de Carabineros, Patricio de La Fuente Ibar 323 algún tiempo después del
Golpe de Estado, escribió un artículo para la Revista de Carabineros de octubre de 1973,
titulado El día que cambió la Historia de Chile, en el que describe la detención del grupo
de Domingo Blanco Tarrés. En el fragmento expuesto, de La Fuente señala que supieron de
inmediato que se trataba de agentes del GAP, por lo que decidieron detenerlos sin mediar
ataque alguno por parte del dispositivo. Probablemente fue el rostro de Bruno, el que vieron
primero. Como ya sabemos, conocían su identidad y su participación en el Grupo de
Amigos Personales.

“Repentinamente, por calle Moneda aparecieron una camioneta y otros vehículos en cuyo interior
viajaban miembros de la Guardia Personal del Presidente. Era el GAP que llegaba de refuerzo. No
dudamos en lo que debíamos hacer; corrimos a detenerlos, les rodeamos y ellos trataron de resistirse;
pero el hielo de las bayonetas apoyadas en sus pechos les impidió todo intento de hacer uso de sus
poderosas armas. […] antes de que reaccionaran, en forma rápida los llevamos al interior de la
Prefectura, conjuntamente con el apreciable arsenal de metralletas, pistolas, granadas de mano,

320
Ibíd. p. 74.
321
Las fotografías fueron tomadas por Juan Enrique Lira y Hernando Farías. Se pueden encontrar en el anexo
N° 3 de esta investigación.
322
EL operativo de las FF.AA. comenzó a las 7:20 horas. La Tercera de la Hora, Santiago, Chile, 13 de
septiembre de 1973. pp. 4-7.
323
Aquel 11 de septiembre, Patricio de la Fuente Ibar, tenía el grado de teniente y era parte de la Prefectura de
Fuerzas Especiales. Su superior era el coronel Carlos Hinrichsen, quien también se encontraba en las
inmediaciones de la Intendencia. Ese día estaba a cargo de alrededor de veinte carabineros, que componían la
sección 1-0.

147
minas, munición de morteros y demás elementos […] Eran éstos los primeros prisioneros de las
operaciones de ese día.”324

Una vez que los detenidos estuvieron en la Intendencia, el teniente de La Fuente le


comunica las novedades a la Prefectura. Desde ahí le notificaron que este grupo sería
trasladado a “una unidad más segura”325, por lo que debían esperar el transporte que los
llevaría. Hasta ese momento, los agentes del GAP y Enrique Ropert, debieron permanecer
tendidos sobre el suelo en los subterráneos de la Intendencia326.

A las once de la mañana llegó el bus de Carabineros que se llevaría a los detenidos a la
Sexta Comisaría de Santiago, donde se quedarían por dos días. De acuerdo a declaraciones
realizadas por el teniente Patricio de la Fuente y el teniente José Martínez, para el caso de
Manuel Cantú y Enrique Ropert, en noviembre de 1990, ambos se habrían puesto de
acuerdo para detener a estos automóviles que entraban por calle Morandé, pues habrían
estado infringiendo la Ley N° 17.998, que regulaba el control de armas 327. Por tanto, al
momento de ser apresados por el Grupo Móvil, el teniente Martínez les habría cursado un
parte para la Sexta Comisaría de Santiago328.

“Que el grupo fue conducido a la Intendencia, donde permanecieron unas horas, siendo subidos
posteriormente por orden del coronel Carlos Hinrichsen González, jefe del Grupo Móvil, a un bus de
Carabineros y llevados a la Sexta Comisaría de Santiago, Unidad Policial hasta donde llegó
primeramente.”329

Patricio de La Fuente estaba a cargo del bus que trasladaría al grupo de la Intendencia hasta
la Unidad de Carabineros. Allí los entregó a la guardia de la comisaría, quienes los estaban

324
DE LA FUENTE, Patricio. El día en que cambió la Historia de Chile. Revista de Carabineros. (222): 26-
27. Octubre de 1973.
325
DE LA FUENTE, Op. Cit. p. 27.
326
Autoprocesamiento Blanco Tarrés [en línea]. Op. Cit. p. 31.
327
Las Fuerzas Armadas y de Orden habían declarado Estado de Sitio. Por lo demás en el Bando N° 1,
emitido por radio Agricultura, se advirtió que “dispone que cualquier acto de sabotaje en
todo tipo de actividades nacionales será sancionado de la forma más drástica en el lugar mismo de los
hechos.”
328
ROJAS, Paz, “Et al”, Op. Cit. p. 76.
329
Autoprocesamiento Blanco Tarrés [en línea]. Op. Cit. p. 31.

148
esperando, pues el grupo de Fuerzas Especiales ya había dado aviso. El jefe de la Sexta
Comisaría en esa fecha, era el mayor Jorge Retamal Berríos.

El mayor Retamal en sus declaraciones para el caso de Enrique Ropert, señaló que recibió a
un grupo de diez o doce personas, y que era de su conocimiento que pertenecían al GAP de
Salvador Allende. Sabía que habían sido enviados desde la Intendencia por el coronel de
Fuerzas Especiales de Carabineros, Carlos Hinrichsen, pues no contaban con los calabozos
suficientes. Retamal aseveró que el grupo estuvo en la comisaría dos días.

Según consta en la declaración de Retamal, en el Auto procesamiento del año 2015, el día
12 de septiembre llegó a la unidad policial, el mayor Pedro Espinoza, miembro del Servicio
de Inteligencia del Ejército (SIM), y más adelante jefe operativo de la DINA330. Espinoza
se presentó en la comisaría para llevarse al grupo que había sido detenido el día anterior.
Sin embargo, Retamal no puede hacerlo, pues no contaba con ninguna orden escrita. Pero al
día siguiente, no hubo tanta suerte. El día 13 de septiembre en la mañana, llegó el mayor
Vicente Rodríguez de la Fuerza Aérea. Venía con “una orden de un Consejo de Guerra331,
por lo cual dejándose constancia en el libro respectivo, le hizo entrega de un grupo de
personas”332, con destino desconocido por el mayor Retamal.

Domingo Blanco Tarrés había conversado con Retamal durante los dos días que estuvieron
en la comisaría, y él se presentó con su nombre político –Bruno-, mientras que los demás
integrantes del GAP indicaron que Blanco era su jefe.

Los GAP y Ropert fueron llevados al Cuartel General de Investigaciones, ubicado en calle
General Mackenna. Luego del Golpe de Estado, dichas instalaciones fueron intervenidas

330
ROJAS, Paz, “Et al”, Op. Cit. p. 77.
331
A partir del 11 de septiembre de 1973, comenzó a regir el ordenamiento jurídico del Código de Justicia
Militar. En este se contemplaba la aplicación de Consejos de Guerra, pese a que a partir del mismo día 11 se
fueron ordenando diversos decretos leyes para modificar “el ordenamiento positivo chileno”, ya que las
Fuerzas Armadas y de Orden declararon Estado de guerra. Véase en: Las sentencias de los Consejos de
Guerra son nulas [en línea]. Santiago: El Mostrador, 14 de noviembre de 2014. [Fecha de consulta: 18 de
mayo de 2016]. Publicación diaria. Disponible en: <
http://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2014/11/14/las-sentencias-de-los-consejos-de-guerra-son-nulas/>.
332
Autoprocesamiento Blanco Tarrés [en línea]. Op. Cit. p. 5.

149
por el Ejército. El general Enesto Baeza333 había asumido la dirección de la Institución. Se
presume que fue uno de los responsables de las torturas realizadas a los detenidos de la
Intendencia. El Auto procesamiento señala que durante su estancia en el Cuartel, los
miembros del GAP y Ropert, habrían sido sometidos a interrogatorios y tortura334.

“El detective Carlos Espinoza Pérez, que se presentaba al Cuartel General de Investigaciones el día
13 de septiembre de 1973, después de haber sido liberado del Regimiento Tacna, formula la siguiente
declaración “Bruno […] estaba acompañado de un hijo de la Payita, […] y otros más del GAP, que
no supe quiénes eran, ya que estaban todos en el interior de los calabozos. A ellos les llevé
cigarrillos, por espacio de dos días, y al tercer día, cuando volví, el personal de la guardia me
manifestó que por orden de los oficiales de Ejército, agregados a Investigaciones, habían sido
entregados a la DINE [Dirección de Inteligencia del Ejército]. Eso es lo último que supe de ellos, ya
que desde allí desaparecieron.”335

De acuerdo al testimonio del policía de Investigaciones, podemos establecer que los


detenidos habrían sido trasladados a otro recinto el día 16 de septiembre. Desde esta fecha
al 19 de septiembre, momento en que los cuerpos de los GAP estudiados en esta
investigación, fueron encontrados en las riberas del río Mapocho. En este tramo temporal
su ubicación se volvió incierta y el grupo se habría dividido. Según los peritajes, Domingo
Blanco Tarrés, habría sido llevado el 15 de septiembre a la Cárcel Pública, por orden de la
Segunda Fiscalía Militar. Blanco fue sacado constantemente a la Fiscalía Militar, para
efectuarle interrogatorios, donde, por lo demás, le realizaron toda clase de vejámenes. El 19
de septiembre habría dejado el recinto penitenciario, por ordenamiento militar. Desde ése
día se pierde todo rastro de Bruno.

333
El general del Ejército Ernesto Baeza, en septiembre de 1973 desempeñaba el cargo de general de División
y Comando de infraestructura del Ejército. Fue uno de los instigadores del Golpe de Estado. Fue Director de
Investigaciones desde el septiembre de 1973 hasta 1981. Véase en: ROJAS, Paz, “et al”. Autores y actores:
Algunos antecedentes. Sus nombres por ramas de las Fuerzas Armadas. En su: Páginas en Blanco. El 11 de
septiembre en La Moneda. Chile, Ediciones B, 2001. pp. 231-328.
334
Autoprocesamiento Blanco Tarrés [en línea]. Op. Cit. p. 31.
335
ROJAS, Paz, “Et al”, Op. Cit. p. 78.

150
El libro del Arzobispado de Santiago, Detenidos Desaparecidos habría llegado a la
conclusión de que los detenidos de la Intendencia habrían sido torturados en el Cuartel de
Investigaciones, para luego ser sacados y fusilados336.

“[…] exponiendo que el 11 de septiembre de 1973 integraba un grupo de 12 personas –GAP- que
venían desde Tomás Moro a La Moneda […] fueron detenidos al llegar a la Intendencia de Santiago
por Fuerzas Especiales de Carabineros, conducidos a la Sexta Comisaría, luego al Cuartel de
Investigaciones donde fueron torturados, y posteriormente ejecutados en el Puente Bulnes el 19 o 20
de septiembre de ese año”337

Esta versión del Auto procesamiento del año 2015, se puede contrastar con la versión de
otro preso político, que relata su experiencia en el Cuartel General de Investigaciones de
1973.

“[…] me llevaron a un subterráneo llamado ‘La Patilla’, en el que había cien personas, a pesar de que
solo medía quince metros por quince metros. A la gente la sacaban para interrogarla, pero cuando
volvían estaban todos mal trechos y sangrantes. Lo de la noche era horroroso, porque a cada hora, a
las 7, a las 8, a las 9, a las 10, pasaban a la celda haciendo ruidos para que uno no se durmiera.” 338

Lo cual, quiere decir que los hechos ocurridos con los detenidos de la Intendencia no fueron
aislados, sino que por el contrario, se volvieron reiterativos en el tiempo. En este recinto las
personas arrestadas recibían golpes al llegar, para luego ser llevados a los calabozos,
ubicados en el subterráneo. Muchos de los que pasaron por este sitio recuerdan con especial
énfasis La Patilla; este lugar era una celda de quince por quince, que recurrentemente
estaba inundada. Por lo general en este calabozo “los mantenían amarrados y con los ojos
vendados; privados de alimento, de agua y de sueño; hacinados y en muy malas
condiciones sanitarias.”339

336
Ibídem.
337
Autoprocesamiento Blanco Tarrés [en línea]. Op. Cit. p. 23.
338
Cuartel/Dirección General de Investigaciones [en línea]. Santiago: Memoria Viva, s.f. [Fecha de consulta:
16 de octubre de 2015]. Disponible en:
<http://www.memoriaviva.com/Centros/00Metropolitana/cuartel_general_de_investigaciones.htm>.
339
Ibídem.

151
Augusto Pinochet, en una de las comunicaciones radiales que tiene con Patricio Carvajal
respecto al exilio del presidente Allende, deja claro que ningún GAP se va con él. Todos
debían ser aprehendidos.

“Carvajal: -Conforme, pero el avión sería para él y familia exclusivamente y nadie más.

Pinochet: -Conforme, nadie más. Ningún GAP, no vayan a meter un GAP ahí. Hay que agarrarlos a
todos.

Carvajal: -Conforme.”340

El objetivo era apresar a todo colaborador directo del gobierno de la Unidad Popular, y que
pudiese significar un potencial peligro para los objetivos del nuevo régimen. Entre ellos
estaban los agentes del dispositivo de seguridad de Salvador Allende.

Enrique Ropert y los agentes del GAP, permanecieron detenidos durante nueve días, y se
sabe que fueron fusilados en las orillas del río Mapocho, bajo el Puente Bulnes el 19 de
septiembre en la noche o el 20 en la madrugada. Respecto a lo sucedido con ellos, durante
los últimos días de su arresto341, solo se barajan algunas hipótesis sobre su paradero.

En el Auto procesamiento de 2015, constan algunas declaraciones que luego de permanecer


en el Cuartel General de Investigaciones, los integrantes del grupo habrían sido trasladados
a otros recintos de detención, entre los que se contemplan el Estadio Nacional y al Estadio
Chile342. Sin embargo, son declaraciones aisladas, que no son sustentadas en el resto del
peritaje. Los casos de Jorquera Leyton, Cruz Zavala, Montero Salazar, Marambio Araya,
Garcés Portigliati y Orrego González, se vuelven difusos, una vez que Blanco Tarrés es
trasladado a la Cárcel Pública.

Lo que sí queda claro es que el grupo fue juzgado por Consejo de Guerra, bajo
jurisprudencia militar, por infringir la Ley de Control de Armas N° 17.798.

340
MONCKEBERG, María Olivia y PAULSEN, Fernando. Documento Histórico: La grabación del Golpe.
Revista Análisis. 9 (122): 8-13, 1985.
341
Desde el 16 al 19 de septiembre de 1973.
342
Autoprocesamiento Blanco Tarrés [en línea]. Op. Cit. p. 6.

152
“declaración de Lorenzo Galmez Elgueta de foja 1793, el que indica que se realizaron Consejos de
Guerra en 1973, recordando una causa en contra de los empleados del Presidente Allende que
trabajaban en Cañaveral y que fueron aprehendidos armados en una camioneta en las cercanías de La
Moneda, agregando que en esta causa el Fiscal al parecer propuso una pena aflictiva, que fue resuelto
y notificado por un Consejo de Guerra, debiendo haber sido remitidos a los Militares o a
Gendarmería para cumplirse esta condena.” 343

Lorenzo Galmez, que en ese momento trabajaba como actuario junto al Fiscal Joaquín
Erlbahum, recuerda haber visto la sentencia de los GAP de la Intendencia, señalando que
una vez que fue emitida dejaron de tener injerencia en el caso, y que por lo demás ya no
tuvieron noticias del cumplimiento del dictamen o lo que sucedió en definitiva con cada
uno de ellos344.

Pese a los vacíos que existen respecto a la ruta que siguieron los agentes del dispositivo en
su proceso de detención, existe la certeza judicial de que las personas investigadas fueron
detenidas el día 11 de septiembre de 1973 a las ocho con cuarenta y cinco de la mañana. El
equipo de Fuerzas Especiales de Carabineros, comandada por el teniente Patricio de la
Fuente Ibar, detuvo al grupo en la calle Morandé, al bajar de la camioneta roja de doble
cabina en la que circulaban. Desde allí, fueron obligados a ir al subterráneo de la
Intendencia. A las once de la mañana de ese día fueron enviados a la Sexta Comisaría de
Santiago, con una multa por infringir la Ley de Control de Armas.

Dos días más tarde el Mayor Vicente Rodríguez de la FACH, se presentó en la Unidad
policial con una orden escrita para llevarse al grupo aprehendido para realizar un Consejo
de Guerra. Desde la Comisaría fueron trasladados al Cuartel General de Investigaciones,
dirigido por el general del Ejército, Ernesto Baeza. En este lugar fueron interrogados y
torturados. Los cuerpos de Jorquera Leyton, Cruz Zavala, Montero Salazar, Marambio
Araya, Garcés Portigliati y Orrego González fueron encontrados el día 19 de septiembre, en
las riberas del río Mapocho, bajo el Puente Bulnes. Los peritajes del, entonces, Instituto

343
Ibíd. p. 11.
344
Ibíd. p. 14.

153
Médico Legal arrojaron que fallecieron por heridas de bala. Todos habían sido fusilados,
alegando pena de muerte por Consejo de Guerra345.

Respecto al fusilamiento de estos seis GAP, bajo el Puente Bulnes, se ha podido establecer
los procedimientos de ejecución, gracias a la declaración del soldado Nelson Bañados
Pinto, conscripto de la Unidad del Regimiento Yungay N° 3 de San Felipe346. En ella, el
presunto asesino de Enrique Ropert, explica el proceso de fusilamiento durante los
primeros días del régimen militar.

“[…] Yo tuve los carnés de todos los que maté y el que no tenía carné y el que no tenía carné, yo les
preguntaba el nombre. Los matábamos, de espaldas al río y se caían hacia atrás. Luego los
recogíamos en el mismo camión y los llevábamos a la morgue. A veces eran como veinte en día. […]
Maté a más de cien. En ese tiempo estaba acostumbrado porque no tenía ningún problema… pero
ahora. Pedían que no los mataran”347.

El conscripto del Regimiento Yungay, Nelson Bañados, tenía como superior al Capitán
Mario Caravez Silva, y fue quien le dio las órdenes para realizar fusilamientos348. En
declaraciones realizadas por mayor del Ejército Donato López Almarza349, en octubre de
1991 por el caso del sacerdote español, Juan Alsina, también fusilado el 19 de septiembre
de 1973 en el Puente Bulnes, explica que el capitán Caravez, tendía a asumir conductas
conflictivas, y muchas veces abusivas y violentas. Daba órdenes no aprobadas por sus
superiores, y se extralimitaba con los detenidos que llegaban a sus manos. Nelson Bañados,
en su declaración al Tribunal, expuso que siempre recibió órdenes del capitán Caravez350.

En abril de 1988, Isabel Ropert Contreras, hermana de Enrique, se entrevistó con Bañados,
ex suboficial del Ejército, fusilero confeso. En esa conversación, le corroboró que las

345
Ibíd. pp. 31-33.
346
Esta Unidad del Ejército llega a Santiago el 10 de septiembre de 1973.
347
ROJAS, Paz, “Et al”, Op. Cit. p. 98.
348
El territorio que la Unidad de San Felipe tenía a su cargo “abarcaba desde la ribera sur del río Mapocho,
por el oriente; calle Matucana, hasta Estación Central; y calle Sur, hasta las Rejas, por el Poniente.” Véase en:
ROJAS, Paz, “et al”. El Puente Bulnes: un lugar de ejecución. En su: Páginas en Blanco. El 11 de septiembre
en La Moneda. Chile, Ediciones B, 2001. pp. 95-99.
349
Mayor del Ejército a cargo de la Unidad que llegó a Santiago.
350
ROJAS, Paz, “Et al”, Op. Cit. pp. 96-97.

154
órdenes de fusilamiento, después del 11 de septiembre, venían del capitán Caravez Silva.
Bañados también reconoció que había sido él quien fusiló a Ropert en el Puente Bulnes351.
Tiempo después el ex suboficial se suicidó.

Por declaraciones de Bañados sabemos, que luego de ejecutar a los detenidos, tomaban sus
cuerpos y los ingresaban al Instituto Médico Legal, donde se procedía a realizar los
protocolos de autopsia. Al comienzo de la investigación se creía que los seis ejecutados
indagados habían sido enterrados en el Patio 29 del Cementerio General, pero no fue así.
Dada la variedad de versiones y errores de identificación desde el regreso a la democracia
no fue fácil dilucidar lo sucedido con cada uno de ellos.

Carlos Cruz y Edmundo Montero, fueron identificados en la morgue por huellas digitales,
dejando el registro en los libros del IML; sin embargo, las familias no fueron notificadas.
Sus cadáveres fueron enterrados como N.N. en el Patio 29. Jorge Orrego y Óscar
Marambio, pese a haber ingresado al Médico Legal, también fueron ingresados como N.N.
al Cementerio General. Solo en las inhumaciones realizadas durante las décadas de los
noventa y el dos mil pudieron ser identificados. Antes habían sido considerados como
detenidos desaparecidos.

Por lo demás, el caso de Marambio se entrecruza con el de Pedro Garcés. Éste último había
sido ingresado a la morgue, pero no fue registrado en los libros del IML, por lo que su
cuerpo fue llevado al Patio 29 como un N.N. Asimismo, su familia solo interpuso una
denuncia por presunta desgracia, en el año 1990.

En la década de los noventa las inhumaciones del camposanto, habían atribuido el cuerpo
de Marambio al de Eduardo Paredes Barrientos. Este caso, solo se resolvió en los años dos
mil, cuando el Servicio Médico Legal envió los restos óseos al Laboratorio de la University
of North Texas, en Estados Unidos. Dichos resultados confirmaron la identidad de
Marambio. En tanto que, la familia de Marambio Araya también había recibido el cuerpo

351
Cómo mataron a mi hermano Enrique en 1973 [en línea]. Santiago: Pressenza. International Press Agency,
18 de mayo de 2015. [Fecha de consulta: jueves 25 de agosto de 2016]. Disponible en:
<http://www.pressenza.com/es/2015/05/como-mataron-a-mi-hermano-enrique-en-1973/>.

155
equivocado. Los restos óseos no correspondían a los del GAP mencionado, sino que
pertenecían a Pedro Garcés, lo cual fue corroborado del mismo modo.

Solo el caso de Gonzalo Jorquera es diferente, ya que su cuerpo fue reconocido por sus
hermanos en octubre de 1973. Lamentablemente su esposa, Haydée Castro fue detenida en
dos oportunidades. La primera vez, la llevaron al Estadio Nacional, y en la segunda ocasión
fue conducida a Cuatro Álamos, dirigido por la DINA. Luego fue exiliada, falleciendo en el
extranjero a raíz de las secuelas de la tortura.

Lo que estos seis GAP tienen en común, es que todos fallecieron por impactos balísticos
bajo el Puente Bulnes.

Héctor Herrera Olguín, empleado del Registro Civil en septiembre de 1973, fue enviado
por miembros del Ejército al Instituto Médico Legal para tomar huellas y medir a los
cuerpos que iban llegando al recinto. En ese entonces, Herrera solo tenía veintitrés años, y
fue quien identificó el cadáver de Víctor Jara352.

Herrera llegó al IML, el 15 de septiembre, para identificar a los cuerpos por muerte
violenta. Cuando entra, según él dice, se topa “con el infierno”353. Los cadáveres estaban
apilados en una sala, que eran traídos por camiones del Ejército. Los funcionarios del
organismo se estaban encargando de ordenarlos e identificarlos en otro sector, de la forma
más delicada y humana posible. La orden era que determinaran el sexo, el color de piel y de
ojos, la altura y las huellas digitales. Para llevar a cabo ese procedimiento, debían poner los
restos del fallecido sobre una camilla de metal y practicar la dactiloscopia. Esta técnica
consistía en estudiar las huellas digitales con un lente, “eso da un número, o sea cada uno
de nosotros tiene diez números, eso da una ficha. Esas fichas se guardan por orden
numérico […] con esa ficha, tú buscas, comparas índice y pulgar, comparas las diez huellas
y no hay ninguna duda que esa ficha es la persona”354.

352
LA RED. Mentiras Verdaderas: Entrevista a Hernán Herrera [videograbación]. Santiago, LA RED, [jueves
6 de marzo de 2014]. Canal de Youtube, 105 min., sonido, color. Disponible en
<http://www.youtube.com/watch?v=id5Jt4yVy5g>.
353
Ibíd. min. 11:12.
354
Ibíd. min. 14:48 a 15:10.

156
La tecnología forense era más bien precaria, por lo que la identificación de los cadáveres
muchas veces no se podía resolver, pues las huellas digitales no siempre venían en buenas
condiciones, debido al contexto en el que habían fallecido. En estas condiciones, eran
comprensibles las equivocaciones en la identificación de los cuerpos.

“Hubo distintos factores que dificultaron aún más el trabajo de identificación. Entre ellos, el estado
deplorable en que llegaron muchos cadáveres: con heridas graves por balas o golpes, ensangrentados
o casi carentes de epidermis por haber pasado tanto tiempo en las aguas del Mapocho, cosa que
imposibilitaba la toma de huellas dactilares. Además, los muertos llegaron en cantidades tan grandes,
que los funcionarios del Instituto Médico Legal no tuvieron tiempo suficiente para dedicarse a una
autopsia correcta y rigurosa.” 355

Con la nueva Junta Militar, la dirección de las instituciones estatales fue asumida por
militares, y el Cementerio General de Santiago no fue la excepción. Por lo que el acceso de
los cadáveres al Patio 29, no tuvo mayor dificultad. Pero, cabe preguntarse por qué se elige
ese lugar para enterrar los cuerpos que traían los militares. En una entrevista realizada a
Alicia Sánchez356, Jefa de Operaciones del Cementerio General, explicó que el Patio 29, era
utilizado desde el año 1953; y por políticas logísticas de reutilización del camposanto, el
año 1973 era lugar que se utilizaba para enterrar a indigentes y gente sin recursos, que eran
enviados por el Instituto Médico Legal. Esto se debía a que se trataba de un sector
económico, y resultó ser el patio de turno para estas diligencias.

Por este motivo, los cuerpos que venían de la morgue identificados como N.N., después del
11 de septiembre, fueron enterrados en este sitio. El procedimiento regular consistía en
conseguir una autorización de sepultación. Una vez que se conseguía ese pase, se
recepcionaban los cuerpos para ubicarlos en el Patio 29. De acuerdo a los dichos de Alicia
Sánchez, si había algo clandestino o ilegal, no era algo que manejasen los funcionarios del
cementerio.

En estos cuarenta y tres años, los ex agentes del GAP, entre ellos Felipe, junto a los
familiares han buscado incansablemente la verdad y la justicia, y han sido precisamente

355
BUSTAMANTE y RUDERER, Op. Cit. p. 48.
356
Entrevista realizada a Alicia Sánchez, Jefa de Operaciones del Cementerio General de Santiago, el martes
14 de junio de 2016.

157
ellos quienes han entregado información de vital importancia para el avance de las
investigaciones judiciales. La Agrupación de Familiares de los Detenidos Ejecutados y
Desaparecidos de La Moneda, junto a los sobrevivientes, reclaman reparación para quienes
fueron asesinados durante los primeros meses del régimen militar, para así poder concluir
este doloroso proceso. Hoy, está en espera el procesamiento de Patricio de la Fuente Ibar y
Vicente Rodríguez Bustos, pero hay muchos otros que no han sido condenados por los
crímenes de lesa humanidad cometidos desde el 11 de septiembre de 1973.

158
4. 5. La causa judicial

Como ya se ha mencionado, los peritajes judiciales de los detenidos de la


Intendencia continúan abiertos, al ser considerados crímenes de lesa humanidad. En la
actualidad se espera la declaración de sentencia para Patricio de La Fuente Ibar y Vicente
Rodríguez Bustos, ambos generales en retiro de Carabineros y la Fuerza Aérea
respectivamente. Se les acusa de secuestro calificado y homicidio calificado, de acuerdo en
“lo dispuesto en los artículos 14 N°1, 15, 141 y 391 N° 1 del Código Penal, y del 274 y
siguientes del Código de Procedimiento Penal357. Los artículos citados del Código Penal se
refieren los autores responsables de los delitos y la culpabilidad correspondiente ante los
crímenes de secuestro y daños graves a los detenidos implicados.

“Título II De las personas responsables de los delitos.


Art.14. Son responsables criminalmente de los delitos.
1° los autores.
Art. 15. Se consideran autores:
1°. Los que toman parte de la ejecución del hecho, sea de una manera inmediata y directa, sea
impidiendo o procurando impedir que se evite.
2°. Los que fuerzan o inducen directamente a otro a ejecutarlo.
3°. Los que, concertados para su ejecución, facilitan los medios con que se lleva a efecto el hecho o
lo presencian sin tomar parte inmediata en él.
Art. 141. El que sin derecho encerrare o detuviere a otro privándole de su libertad, comete el delito
de secuestro y será castigado con la pena de presidio o reclusión menor en su grado máximo.
En la misma pena incurrirá el que proporcionare lugar para la ejecución del delito. Si se ejecutare
para obtener un rescate o imponer exigencias o arrancar decisiones será castigado con la pena de
presidio mayor en su grado mínimo a medio.
Si en cualesquiera de los casos anteriores el encierro o la detención de prolongare por más de quince
días o si de ello resultare un daño grave a la persona o intereses del secuestrado, la pena será presidio
mayor en su grado medio a máximo.
El que con motivo u ocasión del secuestro cometiere además homicidio, violación, violación
sodomítica o algunas de las lesiones comprendidas en los artículos 395, 396 y 397 N°1, en la persona
del ofendido, será castigado con presidio mayor en su grado máximo a presidio perpetuo calificado.
Art. 391. El que mate a otro y no esté comprendido en el artículo anterior, será penado:
1° Con presidio mayor en su grado máximo a presidio perpetuo, si ejecutare el homicidio con alguna
de las circunstancias siguientes:

357
Autoprocesamiento Blanco Tarrés [en línea]. Op. Cit. p. 34.

159
Primera. Con alevosía
Segunda. Por premio o promesa remuneratoria
Tercera. Por medio de veneno
Cuarta. Con ensañamiento, aumentando deliberada e inhumanamente el dolor al ofendido
Quinta. Con premeditación conocida.”358

Los crímenes cometidos durante el mes de septiembre en adelante, se realizaron bajo la


declaración de Estado de Sitio, pues de acuerdo la nueva Junta Militar, el país se
encontraba en un periodo de guerra interna y por esa razón, desde el 11 de septiembre de
1973, funcionaría la jurisprudencia militar. Es decir, que cualquier acción que se
considerase sediciosa al nuevo régimen militar, sería juzgada en un Tribunal Militar. Esto
se hizo evidente en el Bando N° 1, anunciado en radio Agricultura el día del Golpe de
Estado359. En este se advertía que los actos de sabotajes serían castigados en el mismo lugar
de los hechos.

De acuerdo al artículo 81 del Código de Justicia Militar, cuando el país se encontrara en


estado de guerra, se procedería a la realización de Consejos de Guerra. En esta instancia
legal, las sentencias eran inapelables. Sin embargo, los acusados por la ley marcial tenían
derecho a defensa, beneficio que, por lo general, no se llevaba a cabo.

“Las llamadas sentencias dictadas por los Consejos de Guerra sólo tienen el nombre de tales, ya que
no son verdaderamente sentencias, no han dado lugar a la cosa juzgada, pues constituyen
esencialmente actos de fuerza, de los cuales ha estado ausente el derecho. Por esa razón se puede
sostener que las mal denominadas sentencias de los Consejos de Guerra no son tales y puede la
autoridad pertinente restablecer el pleno imperio del derecho.”360

358
Código Penal [en línea]. Santiago: Ley Chile. Biblioteca del Congreso Nacional de Chile, 2016. [Fecha de
consulta: 24 de septiembre de 2016]. Disponible en < https://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=1984>.
359
Remitirse a la nota al pie 326.
360
Las sentencias de los Consejos de Guerra son nulas [en línea]. Santiago: El Mostrador, 14 de noviembre
de 2014. [Fecha de consulta: 18 de mayo de 2016]. Publicación diaria. Disponible en:
<http://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2014/11/14/las-sentencias-de-los-consejos-de-guerra-son-
nulas/>.

160
Las sentencias de Consejos de Guerra, no tienen validez, pues se pasan a llevar los
principios del Estado de Derecho361. Los integrantes de la Fuerzas Armadas legitimaron un
nuevo régimen, fuera de los parámetros de la Constitución de 1925, alegando una fractura
en la seguridad interna del país, haciendo hincapié en que Chile se encontraba al borde un
estado de guerra interna, a raíz de la amenaza de izquierda que podría afectar la estabilidad
del territorio. “Ahora, la violenta represión impuesta por los mismos militares sirvió de
‘prueba’ para demostrar la tesis de esta guerra interna, con la cual los militares justificaron
su permanencia en el poder como garantes del orden y la seguridad.”362

Los miembros del GAP que son estudiados en esta investigación (Jorquera, Leyton, Cruz
Zavala, Montero Salazar, Marambio Araya, Garcés Portigliati y Orrego González), fueron
juzgados por Consejo de Guerra, al infringir la Ley de Control de Armas, ya que, al
momento de ser detenidos por el Grupo Móvil de Carabineros, en calle Morandé, los
agentes del dispositivo de seguridad venían armados. Sin embargo, cuando fueron
encañonados ellos no alcanzaron a sacarlas para defenderse. Fuerzas Especiales estaban
informados de que ellos vendrían con equipo balístico.

De acuerdo al Auto procesamiento, la Segunda Fiscalía Militar propuso una pena


aflictiva363, condena que fue notificada por medio de un Consejo de Guerra a los acusados.
Sin embargo, una vez que fue emitida, se desconoce que sucedió con los procesados del
GAP364. Al parecer, se les llevó a otro Consejo de Guerra, el cual dictaminó condena de
muerte, el que se habría llevado a cabo en las inmediaciones del Ministerio de Defensa.

“Declaración de Pablo Alfaro de foja 2485 quien era funcionario de la Primera Fiscalía Militar, el
que indica que es efectivo que se desarrollaron Consejos de Guerra en el edificio del Ministerio de
Defensa, añadiendo que existió un Consejo donde los denunciados eran solo miembros del GAP, los

361
“Estado de Derecho se caracteriza por la vigencia real o formal de las normas y las creencias en el
ordenamiento jurídico”. Véase en: YRARRÁZABAL, Arturo. Diccionario Jurídico Económico. Santiago,
Chile: Ediciones UC, 2011. 734 p.
362
BUSTAMANTE y RUDERER, Op. Cit. p. 46.
363
La pena aflictiva es una condena que contempla la reclusión de los acusados.
364
Autoprocesamiento Blanco Tarrés [en línea]. Op. Cit. p. 14.

161
que se veían maltratados y sucios, escuchando el nombre de ‘Bruno’ o Domingo Blanco Tarrés como
uno de los jefes del GAP.”365

Información que se corrobora con la testificación de Walter Dörmer Andrade, miembro del
Consejo de Guerra que enjuicia a los GAP. La resolución, por unanimidad, fue la pena de
muerte366.

El peritaje judicial, los protocolos de autopsia del Servicio Médico Legal y las
inhumaciones realizadas en el Patio 29 del Cementerio General, aseveran que los seis
investigados fueron fusilados en las riberas del río Mapocho, bajo el Puente Bulnes. Los
acusados están siendo juzgados por secuestro calificado y homicidio calificado. Ambos
están con arraigo nacional. Una vez que sean procesados no podrán acceder a los beneficios
de la Ley N° 18.216367. Pero, qué pasa con otros de los responsables directos de los
crímenes de esta causa, como Pedro Espinoza, Enesto Baeza o Mario Silva Caravez. Hoy
siguen sin ser juzgados por los delitos cometidos con los detenidos de la Intendencia.

No obstante, dilucidar lo que acaeció con quienes fueron aprehendidos durante el 11 de


septiembre, no fue un proceso rápido, ya que como se sabe, hubo diversos errores de
identificación en el antiguo Instituto Médico Legal y, también, en el nuevo Servicio Médico
Legal. Durante los primeros años del régimen militar, la identificación de los cadáveres no
se hacía sencilla, pues para realizar el reconocimiento de identidad, solo se practicaba la
dactiloscopia368, no había gran avance en técnicas forenses ni tecnologías que favorecieran
la inspección efectiva de los fallecidos que llegaban al recinto.

Muchos de los cuerpos que fueron a parar al Patio 29 del Cementerio General, habían sido
identificados, pero las familias no eran notificadas, y camiones del Ejército los trasladaban
como N.N. al camposanto.

Recién en el año 1990 se tomaron las primeras medidas judiciales para exhumar los restos
óseos del Patio 29, e identificar a las víctimas que se encontraban en ese lugar. En agosto

365
Ibíd. p. 15.
366
Ibíd. p. 16.
367
Remitirse a la nota al pie 310.
368
Técnica que estudiaba las huellas digitales.

162
de 1991, se comenzó a tramitar la causa en el Veintidós Juzgado del Crimen de Santiago, y
en septiembre de ése año, el Grupo de Antropología Forense exhumó ciento siete de las
tumbas del Patio 29, y se encontraron ciento veintiséis cadáveres. En algunos nichos se
encontraron hasta cuatro cadáveres. Desde el año 1992 al 2002, los restos óseos fueron
llevados al Servicio Médico Legal. En esos diez años se identificaron noventa y seis restos
mortales, mientras que treinta occisos se mantuvieron en el SML, hasta poder iniciar las
pericias correspondientes369.

Sin embargo, en el año 1994, un grupo de expertos mostró dudas respecto al proceso de
identificación que estaba realizando el SML, así que ese año se hacen las gestiones para que
la Universidad de Glasgow, Escocia, periciara el trabajo hasta entonces realizado. Los
resultados no fueron positivos. El 2001, fue la Universidad de Granada, quien hizo nuevos
estudios respecto a la identificación de los cuerpos. En esta ocasión las conclusiones
también fueron negativas, a este resultado se suma un informe presentado por la Mesa de
Diálogo que arrojó errores en la individualización de los restos mortales370.

En 2005, el juez a cargo de la causa, Sergio Muñoz ordena una segunda exhumación de los
cadáveres, en el Servicio Médico Legal, y lo que antes había sido evidente en esta ocasión
fue categórico. Habían errores de identificación en cuarenta y ocho cuerpos, y en otros
treinta y siete existían serias dudas371.

“Los errores de identidades alertaron, después de varias peticiones negadas, sobre la responsabilidad
que tenía el Estado de asignar los fondos destinados a resolver definitivamente la grave situación.
[…] en mayo de 2006 se fueron creadas la Comisión Presidencial a cargo de María Luisa Sepúlveda
y la Comisión Investigadora de la Cámara de Diputados.”372

Los agentes del GAP detenidos en la Intendencia también fueron vinculados en los errores
de investigación del SML. Los restos de Marambio Araya y Garcés Portigliati, habían sido
entregados erróneamente.

369
BUSTAMANTE y RUDERER, Op. Cit. p. 40.
370
Ibíd. p. 41.
371
Ibídem.
372
Ibídem.

163
Fue bajo la dirección del doctor Patricio Bustos, que solicitaron al Laboratorio de la
University of The North Texas, que realizara los análisis genéticos para verificar las
identidades, a través de pruebas de ADN nuclear. En ese proceso se verificaron las
identidades de los cinco GAP que habían sido sepultados en el Patio 29373 del Cementerio
General 374.

La identidad de Edmundo Montero Salazar se confirmó a sus familiares el 13 de agosto de


2010375.

Carlos Cruz Zavala, Óscar Marambio Araya y Pedro Garcés Portigliati, fueron entregados a
sus familiares el 17 de febrero de 2012376.

La identidad de Jorge Orrego González, fue confirmada a sus familiares el 20 de junio de


2012377.

373
El Patio 29 es declarado Monumento Nacional el 10 de julio de 2006, por el Consejo de Monumentos
Nacionales. Gracias a esto se abrieron Concursos de Intervención y Puesta en Valor.
374
Recordemos que Gonzalo Jorquera Leyton, fue identificado por sus familiares en octubre de 1973, en el
Instituto Médico Legal.
375
Patio 29: SML confirma siete identidades [en línea]. Santiago: La Nación, 2010. [Fecha de consulta: 25 de
septiembre de 2016]. Publicación diaria. Disponible en: <http://www.lanacion.cl/patio-29-sml-confirma-siete-
identidades/noticias/2010-08-12/225258.html>.
376
SML entrega restos de 3 escoltas de Allende a sus familias [en línea]. Santiago: La Nación, 2012. [Fecha
de consulta: 25 de septiembre de 2016]. Publicación diaria. Disponible en: http://www.lanacion.cl/sml-
entrega-restos-de-3-escoltas-de-allende-a-sus-familias/noticias/2012-02-17/163718.html>.
377
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asociadas-al-caso-patio-29.html>.

164
CONCLUSIÓN

El dispositivo de seguridad del presidente Salvador Allende, el GAP, durante el año


1970 asumió la tarea de resguardar la integridad física del nuevo mandatario electo, en un
contexto de fuerte crisis política y gran convulsión social. Fueron jóvenes de orígenes
obrero-campesinos, con fuertes convicciones políticas, que estaban dispuestos a dar la vida
por ellas.

Éstas se vieron truncadas el 11 de septiembre de 1973, cuando las Fuerzas Armadas y de


Orden, derrocaron el gobierno constitucional por medio de un Golpe de Estado. La división
global a raíz de la Guerra Fría, en la que tanto Estados Unidos como la Unión Soviética,
adoptaron medidas que resguardaran la seguridad de sus respectivas zonas de influencia.
Una de las estrategias adoptadas en Latinoamérica por Estados Unidos, fue la aplicación de
la Doctrina de Seguridad Nacional. Ésta, postulaba la existencia de un enemigo interno, el
cual estaba configuraba por organizaciones de izquierda., que amenazaba la
institucionalidad y la estabilidad interior. Por esa razón debían ser eliminados. De esta
manera, Estados Unidos controlaba el avance ideológico de la URSS en el continente.

Esto se vio reflejado en el Decreto N° 1, Acta de Constitución de la Junta Militar, en el que


se menciona que la institucionalidad se encontraba quebrantada, a raíz del gobierno de la
Unidad Popular, y las FF.AA., serían las encargadas de restaurarla. Con ello, desde el 11 de
septiembre de 1973, se da comienzo a la persecución política que culminó con la muerte de
miles de personas, por pensar de modo diferente.

En la actualidad, el caso de los detenidos de la Intendencia se encuentra en etapa de


sumario, con diligencias de investigación en desarrollo. Patricio de La Fuente Ibar y
Vicente Rodríguez, son los dos generales en retiro de Carabineros y La Fuerza Aérea
respectivamente, que están siendo procesados por los crímenes de secuestro calificado y
homicidio calificado, de acuerdo al Auto procesamiento de Domingo Blanco Tarrés,
emitido en abril de 2015.

Después de cuarenta y tres años, se ha podido aclarar, mas no completamente, qué sucedió
con el grupo de doce personas que fue detenido por el Grupo Móvil de Fuerzas Especiales
de Carabineros, en calle Morandé el 11 de septiembre de 1973. De acuerdo al parte emitido

165
por el teniente José Martínez, la causa de la detención se debió a la infracción de la Ley de
Control de Armas N° 17.798, ya que este grupo del GAP venía a dar apoyo al resto del
dispositivo que se encontraba en La Moneda. Estos agentes de la escolta junto a Enrique
Ropert, aparecieron, en su gran mayoría, fusilados en las riberas del río Mapocho, bajo el
Puente Bulnes, el 19 de septiembre.

La ruta de los seis GAP estudiados en esta investigación, partió en la Intendencia.


Posteriormente, se les trasladadó a la Sexta Comisaría, donde permanecieron arrestados dos
días. El 13 de septiembre, los detenidos fueron entregados al Mayor de la FACH, Vicente
Rodríguez, quien traía una orden de Consejo de Guerra. El miembro de la Fuerza Aérea, los
llevaría al Cuartel General de Investigaciones, dirigido por el general Ernesto Baeza, donde
fueron víctimas de interrogatorios y tortura. La investigación judicial plantea la hipótesis
que permanecen en ese lugar hasta el 16 de septiembre. Después se pierde su rastro hasta el
19 de septiembre, día en que son fusilados, por miembros del Ejército, presumiblemente
por una Unidad de San Felipe, que había llegado a Santiago el 10 de septiembre.

Durante los días siguientes, fueron ingresados al Instituto Médico Legal. Solo la familia de
Gonzalo Jorquera, fue notificada para que retirase el cuerpo. Los cinco restantes, Pedro
Garcés, Óscar Marambio, Jorge Orrego, Edmundo Montero y Carlos Cruz, fueron
trasladados al Patio 29 del Cementerio General como N.N.

Con la vuelta a la democracia se iniciaron procesos de inhumación para identificar a


quienes estaban sepultados en ese sector del campsosanto. Desde el año 1991 hasta el 2006,
hubo serios problemas con la individualización de los cadáveres, por lo que muchos
cuerpos que ya habían sido entregados a sus familiares debieron ser devueltos. El dolor
volvió y continuaba sin desaparecer.

El Servicio Médico Legal envió los restos óseos al Laboratorio de University of North
Texas. Entre el año 2010 y 2012 son identificados los cuerpos los GAP estudiados, por
medio de la técnica del ADN nuclear. Los familiares debieron esperar 37 y 39 años para
vivir el luto, que durante tanto tiempo no les fue permitido.

166
BIBLIOGRAFÍA

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176
ANEXO

Anexo N° 1: Imágenes de los seis GAP detenidos en las afueras de la Intendencia

Carlos Cruz Zavala Pedro Garcés Portigliati

Óscar Marambio Araya Jorge Orrego González

Edmundo Montero Salazar Gonzalo Jorquera Leyton

177
Anexo N° 2: Datos de los seis GAP detenidos en las afueras de la Intendencia

Nombre Chapa Edad Rut Fecha de nacimiento Partido

Gonzalo Jorquera Ramón 27 4.880.624 4 de abril de 1946 PS


Leyton
Se
Carlos Cruz Zavala desconoce 30 6.902.581 30 de octubre de 1943 PS

Edmundo Montero Carlos 21 6.969.496 1 de agosto de 1952 PS


Salazar Castillo

Óscar Marambio Se 25 6.072.981 20 de mayo de 1948 PS


Araya desconoce

Pedro Garcés Renato 20 7.071.201-6 28 de mayo de 1953 PS


Portigliati

Jorge Orrego González Se 29 4.758.902-9 25 de diciembre de PS


desconoce 1943

178
Anexo N° 3: Fotografías de la detención del GAP el 11 de septiembre en las afueras de
la Intendencia

179
Anexo N° 4: Imágenes de Memoriales y Patrimonio en recuerdo de los GAP detenidos
en la actualidad

Memorial ubicado al costado de la Intendencia

180
Memorial a todos los fusilados en el Puente Bulnes

181
Patio 29 del Cementerio General de Santiago

182
Anexo N° 5: Autoprocesamiento Domingo Blanco Tarrés. 16 de abril de 2015

CORTE DE APELACIONES

SANTIAGO

Santiago, catorce de abril de dos mil quince.

VISTOS Y TENIENDO PRESENTE:

1.- Que, con ocasión de la instrucción del presente sumario, se han reunido las siguientes
antecedentes relevantes: denuncia de María Soledad Blanco Arancibia de foja 6 y ss., por la
presunta desgracia de su padre Domingo Bartolomé Blanco Tarrés, interpuesta el 24 de
Septiembre de 1990, señalándose en la misma que era miembro del GAP, que tenía 32 años
a la época de ser aprehendido, esto es, el día 11 de Septiembre de 1973, en las cercanías de
la puerta del Palacio de La Moneda; certificado de foja 5 emitido en 1973 por la II División
del Ejército, señalando no existir ninguna causa instruida por los Tribunales de Guerra en
relación a Domingo Blanco Tarrés; certificado de foja 11, otorgado por Gendarmería sobre
ingreso de Domingo Blanco Tarrés a la Cárcel Pública; oficio de foja 20 remitido por el
Registro Civil informando resultados de exámenes a huellas digitales en registros de
ingreso de cadáveres del Instituto Médico Legal; querella de foja 22 interpuesta por María
Soledad Blanco Arancibia por delito de secuestro de su padre, Domingo Blanco Tarrés
relatando hechos semejantes y en términos similares a los expuestos en su denuncia de foja
6, expresándose que Blanco Tarrés había sido miembro del GAP; declaraciones prestadas
ante la Comisión Verdad y Reconciliación por: Marcelo Schilling a foja 32, quien indica
que el Presidente Allende andaba permanentemente con un grupo de 11 GAP, y supo que
fue detenido un grupo de GAP que llegó a la Intendencia el 11 de septiembre, entre ellos
Domingo Blanco y Enrique Ropert; Rafael Ruiz Moscatelli a foja 34, quien indica que en
septiembre de 1973 era asesor del Presidente Allende, encontrándose el día 11 en la
residencia de Tomás Moro, donde pasaron unos vehículos que venían del Cañaveral con
destino a La Moneda, entre los cuales iba Enrique Ropert Contreras; Juan Seoane Miranda
a foja 237 y 253, que indica que en septiembre de 1973 era funcionario de Investigaciones,
destinado a la custodia personal del Presidente Allende, y que el día 11 fue al Palacio de La
Moneda, enterándose que Carabineros de la Intendencia habían detenido a Enrique Ropert

183
y a varios miembros del GAP a cargo de Domingo Blanco Tarrés; Luis Arturo Venegas
Venegas a foja 240, Cabo Segundo del Regimiento Tacna en Septiembre de 1973, el que
vio en dicha Unidad a muchas personas detenidas, entre ellas a un grupo GAP, los que
fueron llevados a Peldehue donde se les habría dado muerte; y Patricio Guijón Klein de foja
247, médico personal del Presidente Allende, el que señala haber estado en La Moneda el
11 de septiembre de 1973, indicando que cuando se produjo el bombardeo bajó junto a
otras personas a un especie de subterráneo del Palacio, en la que estuvo un rato Carlos
Jorquera, agregando que también vio en La Moneda a la “Payita”; informe técnico pericial
de foja 59 emanado del departamento de Huellografía de Investigaciones de Chile, relativos
a pericia a protocolos de autopsia a cadáveres N.N. de 1973; informe de Gendarmería de
foja 60 por el cual se indica la fecha de ingreso de Domingo Blanco Tarrés a esa Unidad el
día 15 de septiembre de 1973 por orden emanada de la Segunda Fiscalía Militar y que salió
en libertad por orden de la misma, el día 19 de septiembre de 1973, Folio 32, n° 38, Libro
Fiscalía 1973; protocolo de autopsia de foja 87 de cadáver ingresado como N.N. al Instituto
Médico Legal en 1973, identificado como Edmundo Enrique Montero Salazar; oficio del
Registro Civil de foja 208 y ss. que registra protocolos de autopsia de cadáveres ingresados
como N.N. en 1973, consignándose a foja 209 el correspondiente a la víctima William
Osvaldo Ramírez Barría; orden de investigar diligenciada por la Policía de Investigaciones
de foja 427, que señala que son efectivos los hechos relatados en la denuncia por la
presunta desgracia de la víctima Domingo Blanco Tarrés, estableciéndose que con fecha 15
de septiembre de 1973 fue ingresado a la Cárcel Pública, egresando de la misma el día 19,
ignorándose su paradero actual; declaraciones de Carlos Espinoza Pérez de foja 432, 874 y
4785 bis, refiriendo haber visto a Blanco Tarrés, a Ropert Contreras y a otros miembros del
GAP detenidos en cuartel central de Investigaciones en septiembre de 1973; declaración de
Eleazar Bravo Manríquez de foja 655, quien manifiesta haber recabado información de la
Vicaría de la Solidaridad en relación a que Enrique Ropert había estado privado de libertad
en la Cárcel Pública en los días siguientes al 11 de septiembre de 1973; copia de certificado
otorgado en mayo de 1974 por el Alcaide de la cárcel de Santiago de foja 659, certificando
que Domingo Blanco Tarrés ingresó a dicho recinto el día 15 de septiembre de 1973 por
orden de la Segunda Fiscalía Militar y que egresó el día 19 de septiembre, también por
orden de la misma Fiscalía; declaración de Juan Seoane Miranda de foja 680, exponiendo

184
que pertenecía a Investigaciones en septiembre de 1973, destinado a la custodia personal
del Presidente Allende y que el día 11 concurrió a La Moneda y desde allí organizó al
personal de Investigaciones, enterándose por Miria Contreras que le pidió ayuda porque
Carabineros de la Intendencia habían detenido a su hijo y a varios miembros del GAP a
cargo de Domingo Blanco Tarrés, no pudiendo hacer nada por ellos, desconociendo su
destino final; declaraciones de Isabel Ropert Contreras hermana de Enrique Ropert
Contreras de foja 683 bis, 4514, 4532 y 4702, quien refiere que su hermano fue detenido
por Carabineros frente al Palacio de La Moneda el 11 de septiembre de 1973 junto a un
grupo compuesto de alrededor de 10 miembros del GAP, entre ellos Domingo Blanco
Tarrés, los que se movilizaban en dos vehículos, añadiendo que fueron ingresados
violentamente a la Intendencia, trasladados en buses de Carabineros a la Sexta Comisaría,
siendo encontrado su cuerpo en el puente Bulnes con múltiples impactos de balas junto a
los cadáveres de Carlos Cruz Zavala, Gonzalo Jorquera y Jorge Orrego González;
declaraciones de Max Ropert Contreras, hermano de la víctima Enrique Ropert Contreras a
foja 697, 4272 y 4754, quien refiere que muy temprano el día 11 de septiembre salió desde
Cañaveral con destino primero a Tomás Moro con su madre y hermano, acompañados por
un grupo de GAP como escolta, y que desde ese lugar se fueron su madre (secretaria del
Presidente Allende) y hermano hacia La Moneda, con un grupo de GAP, sumando unas 15
personas en total, siendo aprehendidos por Carabineros al llegar a la Intendencia alrededor
de las 7 y media de la mañana, liberándose a su madre quien es la única que logra escapar
por un acceso de calle Morandé 80; oficio del Registro Civil a foja 535 y siguientes,
relativo a fichas de identificación dactilar del año 1973, correspondiendo una de ellas a las
impresiones tomadas a la víctima Pedro Garcés Portigliati, sin indicarse número de
protocolo; declaraciones de Luis Pozo Ormeño de foja 449, 687, 905, 1782, 2463 y 2464,
quien se desempeñaba en septiembre de 1973 como Jefe de Seguridad de la Cárcel Pública,
indicando que no tenía relación con los detenidos y expone, en relación a la copia del libro
de ingreso de detenidos de la Cárcel Pública, que es efectivo que el ingreso de Domingo
Blanco Tarrés a dicha Unidad se efectuó el día 15 de septiembre de 1973; fotografías de
Domingo Blanco Tarrés de foja 707; oficio del Segundo Juzgado Militar de foja 728,
informando que los procesos iniciados durante la vigencia del procedimiento militar
corresponden a los Tribunales de Tiempo de Guerra, y que no tiene vinculación alguna con

185
estos procesos; declaraciones de Rafael Ahumada Valderrama de foja 764 y 5196, quien era
Capitán y Comandante de la 1° Batería del Regimiento Tacna, indicando que a dicha
Unidad le correspondió concurrir a La Moneda y que al volver al Regimiento, pudo
percatarse que habían detenidos del grupo GAP, a quienes tuvo que cuidar hasta el 13 en la
mañana, donde salió de la Unidad y que al volver los detenidos ya no se encontraban en el
lugar; declaraciones de Jorge Retamal Berríos a foja 770, 2209 y 4388, Comisario de la
Sexta Comisaría en septiembre de 1973, el que señala haber recibido de Carabineros de
Fuerzas Especiales, a un grupo de alrededor doce GAP detenidos afuera de La Moneda que
enviaba el Comandante Hinrichsen, y que el día 12 de septiembre llegó a la Unidad el
Mayor Pedro Espinoza Bravo a pedir que le entregaran dichos detenidos pero se negó por
no contar éste con una orden escrita, y que posteriormente, llegó hasta la Unidad el Mayor
Vicente Rodríguez de la FACH, a quien conocía, provisto de una orden de un Consejo de
Guerra, por lo cual, dejándose constancia en el libro respectivo, le hizo entrega de este
grupo de personas, añade que en este grupo de detenidos, conversó personalmente con
“Bruno”, que le señaló que él era Jefe de Seguridad de los GAP, a quienes nunca volvió a
ver; Inspección ocular del Tribunal de foja 798, realizada a las causas roles N° 5-73, 1-73,
310-73, 311-73, 312-73, 314-73, 315-73, 317-73, 318-73, 319-73 del 2° Juzgado Militar de
Santiago, respecto del proceso 1-73, que, según la denunciante sería la causa que se
instruyó en contra de Domingo Blanco Tarrés, fue seguida ante el Segundo Juzgado Militar
y Primera Fiscalía Militar, en contra de N.N. por el suicidio del Carabinero Marco Antonio
Díaz Campos, sobreseída temporalmente, la que no guarda relación con los hechos que
rodearon la desaparición de Domingo Blanco Tarrés; declaración de Carlos Hugo
Hinrichsen González de foja 804, quien en setiembre de 1973 tenía el grado de Coronel de
Carabineros del grupo Móvil o Servicios Especiales, prestando servicios con su grupo a
cargo en la guardia de la Intendencia, precisando que las personas del GAP que detuvieron
el día 11 de septiembre, fueron aprehendidas por dos Tenientes de su Unidad, recordando a
Patricio De La Fuente Ibar como uno de ellos, los que fueron enviados a la Sexta Comisaría
de Santiago, hasta el día siguiente en que son trasladados al Estadio Nacional, precisando
que él dio la orden de traslado a la referida Comisaría, hablando telefónicamente con el
Mayor de Carabineros a cargo de ésta; oficio de la Fuerza Aérea de foja 823, indicando que
la causa rol 1-73 fue instruida con fecha 18 de septiembre de 1973, correspondiente a los

186
Tribunales en Tiempo de Guerra, en la que se condenó a varios miembros de dicha
institución; declaración de Douglas Eloy Gallegos Todd de foja 872, quien era funcionario
de Investigaciones, y que conocía a Domingo Blanco Tarrés como “Bruno”, indica que
supo que había sido detenido por Carabineros de la Intendencia, viéndolo posteriormente en
la guardia del Cuartel de Investigaciones cuando era sacado del calabozo, no recordando la
fecha exacta; declaración de foja 1322 de Ernesto Baeza Michaelsen, que expone que el 12
de septiembre de 1973 se hizo cargo como Director de Investigaciones y vio a los detenidos
del Palacio La Moneda, señala que todos pertenecían al GAP los que pasaron al Estadio
Chile y luego a Investigaciones; declaraciones de José Martínez Maureira de foja 1346 y
2148, quien refiere que al 11 de septiembre de 1973 era Teniente de Carabineros destacado
en la guardia de la Intendencia y que en dichas funciones recibió a un grupo de detenidos
que se dirigían al Palacio de La Moneda; declaraciones de foja 892 y 1374 de José
Calderón Carreño en las que indica que se desempeñaba en la Policía de Investigaciones en
septiembre de 1973, presenciando que Domingo Blanco Tarrés se encontraba detenido en el
cuartel principal de dicha Institución; oficios remitidos por el Estado Mayor de Ejército de
foja 1381 y 2278 por los que se adjunta listado del personal que formaba parte de las
Fiscalías Militares del Cuartel General de la II División de Ejército en septiembre de 1973;
declaración de Juan Otto Gutiérrez agregada a foja 1390, quien en septiembre de 1973 era
funcionario de Investigaciones, designado como ayudante de Santiago Cirio cuya misión
fue liberar a los funcionarios de Investigaciones detenidos en La Moneda, indica que
Herman Brady autorizó para sacar a los funcionarios que se encontraban en el Regimiento
Tacna, señala que al ingresar a esa Unidad vio a unas 100 a 150 personas detenidas en el
interior de un galpón, entre los que había políticos, funcionarios de Investigaciones y GAP;
fotocopias autorizadas agregadas a foja 1397 y siguientes del reportaje diario El Mercurio
del 14 de septiembre de 1973, relativo a los hechos del golpe militar y los días posteriores
al mismo, remitidas por la Biblioteca Nacional; copia simple de declaración Manuel
Carrillo Vallejos de foja 1428, conscripto del Regimiento Tacna, quien participó en el
ataque a La Moneda, relatando los pormenores de dicha acción, y el que expresa que los
detenidos en dicha oportunidad, fueron trasladados al Regimiento Tacna; copia simple de
declaración Luis Venegas Venegas a foja 1431, quien en Septiembre de 1973 cumplía
funciones como clase en el Regimiento Tacna, indicando haber visto en su interior a una

187
gran cantidad de detenidos, y entre ellos, a un grupo de GAP, quienes fueron sacados y
llevados a Peldehue donde se les habría dado muerte; copias simples de fotografías del
Presidente Allende con parte de su escolta de seguridad y del pronunciamiento militar de
foja 1440; copia simple de declaración policial de Víctor Romero Padilla a foja 1455,
conscripto del Regimiento Tacna, quien en septiembre de 1973, vio detenidos en su
interior, los que fueron ubicados en diferentes lugares del Regimiento y que permanecieron
en el lugar alrededor de 15 o 20 días, y que por comentarios supo que los habían llevado a
Peldehue y allí habrían sido fusilados; copia simple de declaración Jorge Gamboa Álvarez a
foja 1458 señalando que pudo ver cómo fueron sacados alrededor de veinte detenidos del
Palacio de La Moneda y ser subidos a un camión, de los que supo posteriormente que
habían sido llevados a los Tribunales Militares; copia simple de declaración Juan Acevedo
López de foja 1462, en la que expresa que vio varios detenidos el día 11 de septiembre,
pero al día siguiente escuchó rumores que habían sido conducidos al Estadio Chile; copia
simple de declaración Arnaldo Aguayo Espinoza de foja 1463, el que se desempeñaba
como Sargento en el Regimiento Tacna al 11 de Septiembre de 1973, indica que vio gran
cantidad de detenidos en esa Unidad, específicamente en el sector de los boxers, pero
ignora cuál fue su destino final; copia de declaración judicial de Eliseo Cornejo Escobedo
de foja 1465, por la que expresa que vio que llegaron detenidos a la Unidad procedentes
desde la Moneda, los cuales habrían sido trasladados el día 14 al estadio Chile en un bus
que él condujo, en dos viajes; declaración de Eduardo Fornet Fernández de foja 1474, quien
en 1973 era Coronel y Secretario General de la Fuerza Aérea, designado a formar parte del
Consejo de Guerra, donde cumplió funciones por espacio de tres meses, en los cuales se
condenaron o absolvieron a más de 60 personas, pero no recuerda a ningún miembro del
GAP, sólo casos relativos a personal de la Fuerza Aérea; declaración de Orlando Gutiérrez
Bravo de foja 1475, indicando que se desempeñó en el año 1973 como Fiscal del Consejo
de Guerra donde se conocieron casos únicamente de la Fuerza Aérea; declaración Carlos
Godoy Avendaño a foja 1476, exponiendo que en 1973 fue Fiscal del Consejo Guerra por
un período de dos meses, señalando respecto de esta función que los inculpados eran
principalmente funcionarios FACH, siendo públicos los alegatos que se efectuaban;
declaración de Nicanor Díaz Estrada de foja 1477, el que señala al Tribunal que en 1973
fue Fiscal Consejo de Guerra y estuvo asignado al Estado Mayor de la Defensa Nacional,

188
siendo igualmente Director de la Academia Aérea de Guerra; copias certificadas y
remitidas por Carabineros de foja 1478 y siguientes, correspondientes a la Revista de dicha
Institución, ejemplar N° 222 del mes de octubre de 1973, la que contiene el artículo
denominado “El día que cambió la historia de Chile”, escrito por el Teniente de
Carabineros Patricio De la Fuente Ibar (agregándose copias de dicho artículo a foja 3697 y
4701 del proceso), que relata la detención de Domingo Blanco Tarrés y el grupo de GAP
que se movilizaban con él en las cercanías del Palacio La Moneda y su traslado posterior en
un bus de la Institución; declaración de foja 1553 de René Aguirre San Martín, en la que
expone que el día 12 de septiembre vio detenidos en el Regimiento, y entre ellos a un grupo
compuesto por personas del GAP, respecto de los cuales supo que habían sido llevados a
Peldehue y que fueron fusilados; declaración de Jorge Herrera López de foja 1554, por la
que hace referencia a los fusilamientos de detenidos de esa Unidad en el sector de
Peldehue; declaraciones judiciales de Joaquín Erlbaun Thomas de foja 784 y 1557, quien,
en septiembre de 1973 se desempeñó como Fiscal Militar de la Primera Fiscalía Militar de
Santiago, refiriendo al Tribunal la composición y funcionamiento de los Consejos de
Guerra en 1973, indicando que al parecer habría integrado alguno de éstos y señala no
recordar que se haya impuesto alguna pena de muerte, respecto de Enrique Ropert
Contreras expone que por su edad es probable que se haya pedido sobreseimiento por él,
acorde al procedimiento de las causas tramitadas en tiempo de guerra que tenían un plazo
de 48 horas para dictar acusación o en su defecto sobreseer; oficio y antecedentes remitidos
por el Archivo Nacional de foja 1579 y siguientes, consistente en un registro de detenidos
de la ex Cárcel Pública del mes de septiembre de 1973, en cuya primera hoja aparece el
nombre de Domingo Blanco Tarrés; declaración de Víctor Romero Padilla de foja 1617,
conscripto del Regimiento Tacna, lugar al que llegaron detenidos, los que supo eran
sacados en la noche del Regimiento y posteriormente fusilados por traición a la Patria;
declaración de foja 1656 de Rolando Melo Silva, quien en septiembre de 1973 ejercía
funciones como Fiscal de la Segunda Fiscalía Militar, indicando que en ese período, se
efectuaron Consejos de Guerra y se nombraron Fiscales designados; declaración de
Nehemías Vega Fernández de foja 1672 A, quien indica que en 1973 se desempeñó en la II
División de Ejército como asesor jurídico del General Brady, quien actuaba como autoridad
máxima en los Consejos de Guerra que se efectuaron, los cuales no le correspondió

189
integrar; declaración de Walter Álvarez Berríos de foja 1721, conscripto del Regimiento
Tacna en 1973, expresando que a dicho Regimiento llegaron personas detenidas que eran
del GAP en su mayoría, recordando entre ellos al Director de Investigaciones igualmente,
señalando que este grupo habría sido llevado a Peldehue y fusilado; inspección ocular del
Tribunal de foja 1723 del Libro de Detenidos de Fiscalía Militar, indicándose que en el
Folio n° 32 aparece el nombre de la víctima Domingo Blanco Tarrés a disposición de la
Segunda Fiscalía Militar por infracción a la Ley 17.798, ingresando el 15 de septiembre de
1973 y dejado en libertad el día 18 o 19 de septiembre, y, a foja 1723, en relación a dicha
acta, declara Marcela Cavada Martínez, señalando que dicho libro de detenidos de la
Fiscalía Militar fue archivado a consecuencia de la demolición de la Cárcel Pública en
1993; declaración de Luis Henríquez Seguel de foja 1742, el que expresa que el día 11 de
septiembre le correspondió prestar servicios en La Moneda, tomando conocimiento que
Domingo Blanco Tarrés, al que conocía por el apodo de “Bruno”, habría permanecido
detenido en el Cuartel Central de Investigaciones y desde allí enviado a la Cárcel Pública;
declaración de Eduardo Cruz Adaro de foja 1764, al que le correspondió la toma de La
Moneda y cuando regresó a su Unidad vio un gran número de detenidos, averiguando que
entre éstos había un grupo de gente del GAP, respecto de los cuales supo que fueron
fusilados; oficio del Estado Mayor de Ejército de foja 1772, que contiene los nombres de la
jefatura de la Compañía de Guardia del Ministerio de Defensa Nacional en septiembre de
1973 y del Depto. II “Inteligencia” de la Segunda División de Ejército; declaración de Juan
Jiménez Bustos de foja 1779, señalando la composición del Consejo de Guerra; declaración
de Juan Lama Abogair de foja 1780, quien era procurador de la Primera Fiscalía Militar en
1973, indicando quiénes integraban el Consejo de Guerra a la época; declaración de Agda
López Ferrada de foja 1787, quien se desempeñaba como funcionaria de la Segunda
Fiscalía Militar, exponiendo que se realizaron Consejos de Guerra, y que en calle Vidaurre
existía una oficina donde se desarrollaban, los que contaban con un personal especializado;
declaración de Lorenzo Galmez Elgueta de foja 1793, el que indica que se realizaron
Consejos de Guerra en 1973, recordando una causa en contra de los empleados del
Presidente Allende que trabajaban en Cañaveral y que fueran aprendidos armados en una
camioneta en las cercanías de La Moneda, agregando que en esta causa el Fiscal al parecer
propuso una pena aflictiva, lo que fue resuelto y notificado por un Consejo de Guerra,

190
debiendo haber sido remitidos a los Militares o a Gendarmería para cumplirse esta condena;
declaración de Rosamel Cancino Flores de foja 1806, el que señala que le correspondió
hacer guardias en su Unidad y luego el traslado de detenidos a otros lugares, recordando a
un grupo que era de Investigaciones y que ayudó a trasladar a General Mackenna;
declaración de Jorge Aguilera Ribera de foja 1809, por la que señala que sus funciones eran
tomar declaraciones y decretar diligencias dispuestas por el Fiscal, existiendo dos tipos de
expedientes: uno en tiempo de paz y otro en tiempo de guerra, acotando que los Consejos
de Guerra no se hacían en las Fiscalías, ignorando dónde se realizaban; declaración de
Jaime Gómez Plaza de foja 1822, exponiendo al Tribunal que existieron igualmente los
Consejos de Guerra en la época compuestos de miembros designados por la Dirección de
Personal de Ejército; atestado de Patricio Ochoa Zavala de foja 1887, exponiendo que el día
11 de septiembre recibió a muchas personas detenidas que eran traídas por patrullas
militares, las que colapsaron el lugar, los que fueron derivados a los estadios Chile y
Nacional; declaración de foja 1899 realizada ante funcionarios de la Policía de
Investigaciones de Chile que se trasladaron a Canadá, prestada por Miguel Araneda Ulloa,
el que en 1973 era conscripto del Regimiento Tacna y participó en el asedio a La Moneda,
correspondiéndole custodiar a varios detenidos, entre ellos el grupo de los GAP, a quienes
vio posteriormente inconscientes después de ser torturados y supo que habían sido llevados
a Peldehue y allí fusilados; declaración de Lautaro Rivera Baeza de foja 1937, indicando
que el día 11 de septiembre ingresaron a la Sexta Comisaría un grupo de personas de civil
detenidas traídas por Carabineros, respecto de los cuales se decía que eran del GAP, los que
fueron sacados una hora más tarde por Carabineros, sin registrarse su paso por la
Comisaría; copias de Informe de la Comisión Verdad y Reconciliación agregadas a foja
1964 y siguientes, relativo a los detenidos en el Palacio de La Moneda y alrededores el 11
de septiembre de 1973; declaración de Julio Soto Céspedes de foja 2063, relatando que ese
11 de septiembre de 1973, Blanco Tarrés junto a Ropert Contreras fueron detenidos por
Carabineros al llegar a La Moneda y llevados a la Intendencia, añade que él mismo fue
llevado ante el Fiscal de la Primera Fiscalía y que éste le señaló que Blanco Tarrés había
pasado por allí, indicando que posteriormente fue enviado a la Cárcel Pública,
encontrándose con un grupo de prisioneros en el que

191
había gente que vio llegar e irse a Blanco Tarrés de la cárcel, adjuntando a su declaración, a
foja 2069 y siguientes, listado de fichas de los miembros del GAP con sus fotografías y
datos básicos de identificación; declaración de Sergio Lizana Muñoz a foja 2114, el que
expone que vio detenidas en el suelo, a varias personas en la guardia del edificio de la
Intendencia, y que los Carabineros de ese sector le habrían señalado que se trataba de gente
del GAP; declaración de Moisés Vidal Herrera de foja 2116, señalando que vio en esa fecha
a tres o cuatro personas jóvenes tendidas en el suelo, y que eran mantenidas detenidas en la
guardia del edificio de la Intendencia; declaraciones de Juan Osses Beltrán prestadas a foja
2120 y 3516, quien fue detenido en La Moneda por militares, llevado al Regimiento Tacna
y trasladado en un grupo de cinco personas al Estadio Chile junto con otros prisioneros de
“Protección Permanente”, que era una rama de los GAP, respecto de Domingo Blanco
Tarrés, dice que en esa fecha estaba en Cañaveral y que vio que fue detenido cuando bajaba
a La Moneda, frente a la Intendencia, junto a otros 10 o 12 compañeros; declaraciones de
Nemorio Garrido Gajardo de foja 700 y 2150, quien vio cómo Carabineros hacía entrar a
unos prisioneros pertenecientes al GAP a la Intendencia, estando entre ellos Domingo
Blanco Tarrés y Ropert Contreras, el día 12 de Septiembre vio a Blanco Tarrés detenido en
el Cuartel Central de Investigaciones, esposado en el subterráneo, donde se encontraba la
Brigada de Homicidios, refiere que le comentaron que Blanco Tarrés fue llevado a la
Cárcel Pública y que después fue trasladado (por orden de militares) desde la Cárcel hasta
un control de Carabineros camino a Colina o Peldehue, siendo entregado ahí a funcionarios
del Ejército; declaración de Eduardo Calderón Carreño de foja 2170, quien señala que el
mismo 11 de septiembre, tuvo que trasladar a un civil que se identificó como “Bruno” y
que era Jefe de Seguridad del Presidente Allende, desde la Intendencia hasta el Cuartel
Central de Investigaciones, al subterráneo, donde fue esposado, siéndole asignado a él
mismo la custodia de éste, y añade que en la noche llegó un grupo de militares jóvenes y se
llevaron al detenido en la madrugada del 12 de septiembre con destino desconocido;
declaración de Lorenzo Galmez Elgueta de foja 2237, quien se desempeñaba como actuario
con el Fiscal Joaquín Erlbahum, acotando que recuerda claramente el proceso seguido el
mismo día 11 de Septiembre de 1973 contra los llamados “empleados del presidente
Allende” y que terminó con un dictamen emanado del mismo Fiscal, dejando de tener
injerencia en esos momentos en la causa; declaración de José Jarpa Cortés de foja 2264,

192
quien indica que en Septiembre de 1973 era actuario de la Primera Fiscalía Militar,
recordando que el día 11 de Septiembre llegaron detenidos un grupo del GAP de La
Moneda, los que fueron interrogados y que debieron haber sido ingresados a la cárcel,
atendida la naturaleza del delito (infracción a la Ley de Armas) para ser llevados luego a
Consejo de Guerra, señala que entre esos detenidos vio a uno de apellido Ropert (hijo de la
payita), desconociendo qué sucedió con ellos; orden de Investigar diligenciada por
Investigaciones de foja 2312 respecto de quiénes habrían confeccionado el Libro de
Detenidos de la Cárcel Pública, indicándose que habría sido la Sección Estadística,
acotando que, según copia de oficio de Gendarmería de foja 2313, Domingo Blanco Tarrés
estuvo registrado en dos libros: el Libro de Ingresos Diarios de 1973 (por Segunda Fiscalía
Militar, infracción Ley de Armas) y el Libro de Detenidos de Fiscalías Militares de 1973
(con ingreso el 15 de septiembre y egreso el 19 de septiembre de 1973, sin indicarse
Fiscalía o Juzgado); declaración de foja 2420 de Leopoldo Osorio Cornejo, detenido por
Carabineros y llevado a la Cárcel Pública, conducido desde allí a la Segunda Fiscalía
Militar, recordando haber sido interrogado y que cuando regresó a la Cárcel, se encontró en
la misma celda con Domingo Blanco a quien conocía como “Bruno”, que era miembro del
GAP, expresando que lo vio hasta el 17 o 18 de septiembre, y que durante ese tiempo fue
sacado por militares hasta el Ministerio de Defensa donde era torturado, y, según sus
propios dichos, se le preguntaba por sus funciones en el GAP, enterándose posteriormente
que fue llevado a una Fiscalía Militar y entregado a personal de Ejército; declaración
judicial de foja 2428 de Sergio Peña Ulloa, indicando que en septiembre de 1973 fue
detenido en su domicilio por Carabineros junto a otros funcionarios de la Municipalidad de
Maipú y llevados a la Cárcel Pública, lugar en el que vio detenido a Domingo Blanco
Tarrés quien se identificó como GAP y jefe de seguridad del Presidente Allende, agregando
que éste era sacado en varias oportunidades y llevado a una Fiscalía Militar, donde era
sometido a torturas, interrogatorios y careos con otros miembros del GAP, y que
aproximadamente el 19 de septiembre fue sacado por última vez, sin saber de él, aunque
unos gendarmes le contaron que un Capitán de Ejército le había disparado dos veces en la
cabeza; declaración de Pablo Alfaro Vaccaro de foja 2485 quien era funcionario de la
Primera Fiscalía Militar, el que indica que es efectivo que se desarrollaron Consejos de
Guerra en el edificio del Ministerio de Defensa, añadiendo que existió un Consejo donde

193
los denunciados eran sólo miembros del GAP, los que se veían maltratados y sucios,
escuchando el nombre de “Bruno” o Domingo Blanco Tarrés como uno de los jefes del
GAP; declaraciones de María Soledad Blanco Arancibia de foja 660 y 2652, querellante por
su padre Domingo Blanco Tarrés, expresando que esta víctima habría sido aprehendida
junto a once personas más, entre ellos Enrique Ropert, Gonzalo Jorquera Leyton y otros
miembros del GAP desde las afueras del Palacio de La Moneda y conducidos a la “guardia
médica” ubicada en los subterráneos del Ministerio de Defensa de la época, añadiendo que
según las identificaciones que ha habido de algunas de estas víctimas en la causa Patio 29,
existieron algunas fracturas previas a las ejecuciones, lo que daría cuenta de torturas;
informe policial de foja 2657, relativo al ingreso de Domingo Blanco Tarrés en la Cárcel
Pública y registros de la misma, informándose el personal que se encontraba asignado al
servicio de guardia de la Cárcel, y agregándose que se ubicó en el Archivo Nacional, el
“Libro de Procesados” utilizado en la Cárcel Pública en septiembre de 1973,
determinándose que Blanco Tarrés está ingresado como detenido en el folio n° 37 del 15 de
septiembre de ese año; acta de transcripción de videoconferencia mantenida por el Tribunal
con el testigo Danilo Bartulín Fodich, agregada a foja 2740 y siguientes, quien identifica a
los miembros del dispositivo de seguridad del Presidente Allende, el GAP, principalmente
por sus nombres políticos, señalando desde dónde procedían políticamente y a quiénes de
ellos recuerda ese día 11 de septiembre de 1973, indicando que había un grupo de ellos en
el Ministerio de Obras Públicas y otro, había caído preso en la Intendencia; exhorto
nacional diligenciado de foja 2768 que contiene declaración judicial de foja 2777 de Walter
Dörner Andrade, el que expone que en septiembre de 1973 fue nombrado para integrar
Consejo de Guerra convocado para enjuiciar a los GAP apresados en la toma de La Moneda
el 11 de septiembre de 1973, cuya sentencia por unanimidad fue condena a muerte, la que
se elevó ante el Juez Militar como proposición, desconociendo lo que sucedió
posteriormente; declaración de foja 2826 de Juan Barrientos Vidaurre, quien refiere haber
integrado dos Consejos de Guerra, recordando que el primero de éstos fue en contra de
aproximadamente seis personas jóvenes que al parecer venían de La Moneda; declaración
judicial de foja 2939 de Danilo Bartulín Fodich, quien indica que era asesor del Presidente
Allende y que se dirigía hacia La Moneda el 11 de septiembre de 1973 y que vio en calle
Moneda una camioneta en la que iba Bruno –Domingo Blanco Tarrés- y Enrique Ropert,

194
junto a otro vehículo con otros GAP, todos los cuales provenían del Cañaveral, agregando
que un grupo de Carabineros de la Intendencia los rodearon, produciéndose un incidente
entre ellos, momento en que se acercó y vio cómo este grupo fue llevado detenido a la
Intendencia; querella criminal de foja 2954, interpuesta por María Salazar La Regla y
Jeannette Lagos Salazar, madre y hermana de la víctima Edmundo Enrique Montero
Salazar, en contra de quienes resulten responsables, cuyos restos fueron identificados en la
causa Patio 29, adjuntos a esta querella; certificado de nacimiento de fojas 2951 de
Edmundo Montero Salazar; certificados de defunción de Edmundo Montero Salazar de foja
2966, 2999, 3419 y 3466; informe de la Fundación Documentación y Archivo de la Vicaría
de la Solidaridad de foja 2971, relativo a la víctima Edmundo Montero Salazar; informe del
Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior de foja 2996 que adjunta
antecedentes relativos a la víctima Edmundo Montero Salazar; fotografía de foja 2997 de
Montero Salazar; copia del informe de autopsia de Edmundo Montero Salazar de foja 3000;
copias de prontuario y acta de recepción de cadáveres del Servicio Médico Legal
correspondientes a Edmundo Montero Salazar de foja 3158 y 3159; orden diligenciada por
Investigaciones de Chile de foja 3236 sobre los hechos expuestos en la querella interpuesta
por la víctima Edmundo Montero Salazar, en la que se establece su red familiar y se
identifica a personal que servía en la Sexta Comisaría de Carabineros en septiembre de
1973, al que se adjunta el informe de autopsia de Edmundo Montero Salazar; certificado
médico de defunción de éste y su fotografía, agregados a foja 3276, 3310 y 3374, e
igualmente, se entrevista a María Salazar La Regla, madre de la víctima, la que señala que
por informaciones de otros miembros del GAP, Montero Salazar había sido detenido por
Carabineros de la Sexta Comisaría, a un costado de La Moneda, ingresado a la Intendencia,
luego trasladado a dicha Unidad policial, y posteriormente ejecutado en el puente Bulnes
del río Mapocho; declaración prestada ante el Tribunal por María Salazar La Regla de foja
3387, expresando que a comienzos del mes de septiembre de 1973 fue la última vez que vio
a su hijo Edmundo Montero, y que la información que ha obtenido sobre las circunstancias
de su muerte ha sido a través de otros GAP que eran sus compañeros, indicando que su
cuerpo fue ingresado como N.N. al Servicio Médico Legal y sus restos sepultados en el
patio 29 del Cementerio General; declaración de Jeannette Lagos Salazar a foja 3390, la
que expone que sabía que su hermano pertenecía al GAP y que la última vez que lo vio con

195
vida fue a inicios de septiembre de 1973, y que por otros GAP supo que habría sido llevado
a la Sexta Comisaría de Carabineros y luego al edificio de la Intendencia, luego fue
ejecutado en el puente Bulnes; certificado de nacimiento de Edmundo Montero Salazar de
foja 3404; querella criminal interpuesta por Edmundo Montero Montero de foja 3405 y
siguientes, por el delito de homicidio cometido en contra de su hijo Edmundo Enrique
Montero Salazar, en la que se señala que éste habría ingresado a los GAP en 1970 con el
nombre político “Carlos Castillo” indicando que su muerte se habría producido el 19 de
septiembre de 1973 a causa de múltiples impactos de bala; copia de la autorización de
sepultación de Edmundo Enrique Montero Salazar de foja 3408, de fecha 4 de octubre de
1973; informe de autopsia de Edmundo Montero Salazar de foja 3417; orden diligenciada
por Investigaciones de foja 3489 y siguientes que adjunta, entre otras, declaraciones
policiales de Orosman Elmes Masías, quien indica a foja 3497, que en 1971 pasó a integrar
el dispositivo de seguridad del Presidente Allende (GAP), y que a Edmundo Montero
Salazar lo conocía desde la infancia, a quién contactó personalmente para que también
integrara el grupo de los GAP, quedando éste bajo el mando de “Bruno”, y que supo por
comentarios posteriores, que Bruno y Montero venían juntos el 11 de septiembre de 1973
desde Cañaveral y que fueron detenidos por Carabineros frente a la Intendencia;
declaración policial de foja 3499 de Ana Luisa Cortés Gallardo la que expuso que conocía
de pequeño a Edmundo Montero Salazar quien era amigo de sus hijos, y que
aproximadamente en 1972 empezó a desempeñarse como guardaespaldas del Presidente
Allende; querella criminal presentada por el Ministerio del Interior que rola a foja 3571, en
contra de quienes resulten responsables de los delitos de secuestro simple y homicidio
calificado cometidos en perjuicio de: Carlos Cruz Zavala, Luis Gamboa Pizarro, Pedro Juan
Garcés Portigliati, Gonzalo Mario Jorquera Leyton, Oscar Marambio Araya, Edmundo
Montero Salazar, Enrique Ropert Contreras y Jorge Osvaldo Orrego González, y del
secuestro calificado de José Belisario Carreño Calderón y de William Ramírez Barría,
todos miembros del dispositivo de seguridad del Presidente Allende (GAP) en hechos
ocurridos en septiembre de 1973; oficio del Programa de Derechos Humanos del Ministerio
del Interior de foja 3616 y siguientes, que remite antecedentes de diversas víctimas del
proceso, adjuntando copia de certificado de defunción y registro de defunción de William
Ramírez Barría de foja 3619 y 3621; copia de certificado de defunción, certificado médico

196
de defunción e informe de autopsia de José Carreño Calderón de foja 3641, 3642 y 3643;
copia de certificado de defunción, certificado médico de defunción e informe de autopsia de
la víctima Oscar Marambio Araya de foja 3676, 3677 y 3678; certificado de defunción e
informe de autopsia de Gonzalo Jorquera Leyton de foja 3690 y 4681; copia de certificado
de defunción de Enrique Ropert Contreras de foja 3701; copia de certificado de defunción,
certificado médico de defunción e informe de autopsia de Luis Alfredo Gamboa Pizarro de
foja 3753, 3754 y 3755; copia de certificado de defunción, certificado médico de defunción
e informe de autopsia de la víctima Carlos Alfonso Cruz Zavala de foja 3769, 3770 y 3774;
antecedentes remitidos por la Fundación Documentación y Archivo de la Vicaría de la
Solidaridad agregados a foja 3815 y siguientes, acompañándose copias de antecedentes
relativos a las víctimas: Carlos Cruz Zavala, Luis Gamboa Pizarro, Pedro Juan Garcés
Portigliati, Gonzalo Mario Jorquera Leyton, Oscar Marambio Araya, Enrique Ropert
Contreras, Jorge Osvaldo Orrego González, José Belisario Carreño Calderón y William
Ramírez Barría; oficio remitido por Carabineros de Chile de foja 4141 y siguientes, que
contiene nómina de la dotación de la Plana Mayor, Primera Comisaría y Segunda
Comisaría de Fuerzas Especiales o Grupo móvil de dicha Institución en septiembre de
1973; informes policiales diligenciados por la Policía de Investigaciones rolantes a foja
4227 y 4255 sobre los hechos denunciados respecto de las víctimas: Carlos Cruz Zavala,
Luis Gamboa Pizarro, Oscar Marambio Araya, Enrique Ropert Contreras, José Carreño
Calderón y William Ramírez Barría, informando el parte agregado a foja 4227, acerca de la
red familiar más próxima de cada una de las víctimas que menciona, agregándose
declaraciones policiales de algunos de estos familiares en relación a las víctimas: Cruz
Zavala, Gamboa Pizarro y Ropert Contreras, sobre los hechos denunciados; parte de foja
4255, por el que adjunta declaraciones extrajudiciales: de Rafael Ruiz Moscatelli a foja
4271 (quien declara judicialmente a foja 935 y 769), quien se desempeñaba como asesor
del Presidente Allende en septiembre de 1973, y que el día 11 se encontraba en Tomás
Moro, por donde pasaron unos vehículos que venían del Cañaveral con destino a La
Moneda, grupo en el cual habría ido Enrique Ropert Contreras a quien conocía desde la
Universidad; testimonio de Cecilia Gamboa Pizarro a foja 4278, la que recuerda que en
marzo de 1973 éste fue contactado por una persona de apellido Parra que trabajaba en el
Palacio de La Moneda para trabajar en ese lugar, lo que hizo aunque sin el consentimiento

197
de su familia, agregando que antes del 11 de septiembre éste le envió una carta a su madre
donde le indicaba que estaba trabajando junto al grupo de amigos del Presidente Allende,
dice que su cuerpo fue encontrado en el río Mapocho y posteriormente reconocido por
exámenes de ADN en el Patio 29; atestado de Alfonso Cruz Araya a foja 4280, por el que
indica que éste les contó que trabajaba integrando el GAP del presidente Allende,
realizando escoltas y seguridad en la casa de Tomás Moro, siendo alrededor de veinte
personas quienes compartían estas funciones (y entre ellos, su otro hermano Jorge Cruz
Zavala), añade que sólo tuvo noticias de la víctima Carlos Cruz el día 13 de septiembre, al
ver una foto de éste en el diario La Tercera, en circunstancias que subía a un bus de
Carabineros en calidad de detenido junto a otras personas, y que posteriormente su cuerpo
fue identificado en Patio 29; fotografías de foja 4282 y 4283 correspondientes a Enrique
Ropert Contreras, en la que aparece de espaldas subido como detenido a un bus de
Carabineros; parte policial de foja 4375 en que individualiza a las personas que integraron
la Plana Mayor de la Prefectura de Fuerzas Especiales de Carabineros en septiembre de
1973, denominada en la época “Grupo Móvil”; copias autorizadas de foja 4403 de
declaración prestada en los autos rol 11.337-JF de este Tribunal, por Jorge Anabalón Rojas,
quien al 11 de septiembre de 1973 se encontraba prestando servicios con el grado de
Sargento de Carabineros en la Intendencia de Santiago, recordando que llegó hasta ese
lugar un grupo de detenidos aprehendidos en una camioneta roja doble, cargada con armas
y explosivos, y entre ellos venía un detenido alto y rubio de apellido “Blanco”, añadiendo
que este grupo fue posteriormente sacado de la Intendencia en un bus de Fuerzas Especiales
y llevado a la Sexta Comisaría, desconociendo su destino final; certificados de nacimiento
y de defunción agregados al proceso de foja 4423 a foja 4438 de José Carreño Calderón,
Pedro Garcés Portigliati, Gonzalo Jorquera Leyton, Jorge Orrego González, Enrique Ropert
Contreras, William Ramírez Barría y Osvaldo Marambio Araya; denuncia efectuada por
María Portigliati Catalán de foja 4448 por la presunta desgracia de su hijo Pedro Juan
Garcés Portigliati a la que se adjunta una fotografía; declaración de María Portigliati
Catalán de foja 4446, quien expone que su hijo Pedro Garcés Portigliati ingresó al GAP
unos meses antes de septiembre de 1973 que el día 11 de septiembre, se encontraba
cumpliendo dichas funciones; orden diligenciada por Investigaciones de foja 4454, que
establece la veracidad de la denuncia hecha por María Portigliati; querella criminal

198
interpuesta por María Portigliati Catalán rolante a foja 4463, por los mismo hechos de su
denuncia de foja 4448, añadiendo que presumiblemente su hijo Pedro Garcés Portigliati
habría sido detenido y llevado al Regimiento Tacna del Ejército y posteriormente a
Peldehue; querella criminal de foja 4469 interpuesta por Leonila Del Carmen Barría por los
delitos de secuestro y homicidio de su hijo William Ramírez Barría, quien se encuentra
desaparecido desde el 11 de septiembre de 1973 desde los hechos acaecidos en La Moneda,
indicando que éste pertenecía al GAP del Presidente Allende y que habría sido conducido
al Regimiento Tacna; fotografías de la víctima William Ramírez Barría y certificado de
nacimiento de éste de foja 4465, 4466, 4467 y 4687; querellas criminales de foja 4475 y
4582 interpuestas por Milica Basic Rivera por los delitos de secuestro con grave daño y
homicidio cometidos en la persona de su cónyuge Jorge Osvaldo Orrego González,
adjuntando certificado de defunción de Jorge Orrego González en foja 4472; declaraciones
prestadas por Milica Basic Rivera de foja 4481 y 4925, señalando que su cónyuge fue
detenido el 11 de septiembre de 1973 en el Palacio de La Moneda y que supo que éste
habría sido herido en un brazo y trasladado posteriormente al Regimiento Tacna, agregando
que a pesar que concurrió posteriormente al Servicio Médico Legal, nunca se le hizo
entrega de su cadáver; orden de investigar diligenciada por la Policía de Investigaciones de
foja 4483 en la que se establece la efectividad de la denuncia efectuada por Milica Basic
Rivera, indicándose que de acuerdo al certificado de defunción, el cuerpo de Orrego
González habría sido encontrado en el Puente Bulnes sobre el río Mapocho; oficio remitido
por el Servicio Médico Legal de foja 4485, que adjunta a foja 4486, 4487 y 4488, ficha de
ingreso al Servicio, acta de recepción de cadáveres e informe de autopsia correspondientes
a la víctima Jorge Orrego González; querella criminal de foja 4496, interpuesta por Miria
Contreras Bell e Isabel Ropert Contreras por el homicidio de su hijo y hermano Enrique
Andrés María Ropert Contreras, exponiendo que el 11 de septiembre de 1973 integraba un
grupo de 12 personas –GAP- que venían desde Tomás Moro a La Moneda, en el que iba
igualmente Domingo Blanco Tarrés, quienes fueron detenidos al llegar a la Intendencia de
Santiago por Fuerzas Especiales de Carabineros, conducidos a la Sexta Comisaría, luego al
Cuartel de Investigaciones donde fueron torturados, y posteriormente ejecutados en el
Puente Bulnes el 19 o 20 de septiembre de ese año; querella criminal de foja 4537,
interpuesta por María Blanco Arancibia por el secuestro calificado de su padre Domingo

199
Bartolomé Blanco Tarrés, quien se desempeñaba en septiembre de 1973 como miembro del
GAP del Presidente Allende, encontrándose ese día en la residencia de Tomás Moro y
dirigiéndose a La Moneda junto a un grupo de GAP, siendo aprehendido por Carabineros,
llevado posteriormente a la Sexta Comisaría y a la Cárcel Pública, añadiendo que la
detención de éste fue relatada en el artículo denominado “El día en que cambió la historia
de Chile”, publicado en la revista de Carabineros y escrito por el Teniente Patricio De La
Fuente Ibar, quien participó en su detención; querella criminal de foja 4564, interpuesta por
David Olivares Jorquera por el secuestro agravado cometido en la persona de su hermano
Gonzalo Jorquera Leyton, quien fuera miembro de la guardia presidencial del Presidente
Allende –GAP- indicando que éste junto a un grupo de GAP se dirigieron el 11 de
septiembre de 1973 desde el Cañaveral a La Moneda y que en ese grupo se encontraba
Miria Contreras y su hijo, el estudiante universitario Enrique Ropert Contreras, quien fue
aprehendido por Carabineros junto al grupo de GAP al llegar a la Intendencia, detención
que quedó documentada en el artículo del Teniente de Carabineros Patricio De La Fuente
Ibar (quien participó en su detención) llamado “El día en que cambió la historia de Chile”
publicado en la revista de Carabineros; querella criminal de foja 4665 por el delito de
homicidio calificado de Enrique Ropert Contreras, interpuesta por el abogado Eleazar
Bravo Manríquez en representación de Enrique Ropert Gallet, padre de la víctima,
exponiendo que en horas de la mañana del 11 de septiembre de 1973 éste se trasladó a La
Moneda a dejar a su madre que se desempeñaba como secretaria del Presidente Allende,
momentos en los cuales fue aprehendido por Carabineros junto a un grupo de GAP que los
acompañaban –entre los cuales se encontraba Domingo Blanco Tarrés- como da cuenta la
fotografía de foja 4662, en la que se ve a Enrique Ropert de espaldas subiendo a un bus
policial, luego su cuerpo fue encontrado con múltiples impactos de bala en el puente Bulnes
y reconocido por familiares; oficio remitido por Gendarmería de Chile de foja 4689 por el
que se reitera que Domingo Blanco Tarrés ingresó al Centro de Detención Preventiva De
Santiago (ex Cárcel Pública) mediante parte de investigaciones a disposición de la Segunda
Fiscalía Militar por infracción a Ley de Armas, el día 15 de septiembre de 1973 y que el 19
de septiembre egresó en libertad por orden de dicho Tribunal; declaración de Mitzi
Contreras Bell de foja 4691, tía materna de Enrique Ropert Contreras, indicando que
después de la aprehensión de éste el 11 de septiembre de 1973, su familia recibió un

200
llamado que señalaba que tanto la víctima como a su padre Enrique Ropert Gallet, se
encontraban detenidos en el Estadio Nacional, lo que no era efectivo en cuanto a Ropert
Contreras y que el primero de octubre de 1973 recibieron otra información que éste último
había sido fusilado, por cuanto su nombre se encontraba en la lista puesta afuera de la
morgue, concurriendo a ese lugar el que estaba atestado de cadáveres, y pudo reconocer el
cuerpo de su sobrino, quien tenía alrededor de seis orificios de bala en la cabeza y ocho en
la región toráxica, expresando que al día siguiente pudo retirar su cadáver y darle sepultura;
declaración judicial de Javier Levine Contreras de foja 4728, sobrino de Miria Contreras,
indicando que el 12 de septiembre de 1973 se dirigió al domicilio del padre de Enrique
Ropert, intentando averiguar algo sobre su paradero, días más tarde su tío Michell Ropert le
comentó que había reconocido su cadáver y que su cuerpo presentaba heridas como si le
hubiesen pegado una ráfaga de metralleta; declaraciones de Andrés Ropert Gallet de foja
740 y 4731, indicando que él fue detenido el 20 de septiembre de 1973 y llevado al Estadio
Nacional, sin tener noticias de su hijo Enrique, el que el día 11 de septiembre salió
acompañado de su madre hacia La Moneda siendo aprehendido, intentó efectuar llamadas
telefónicas los días siguientes a objeto de lograr su liberación, sin resultados, enterándose
posteriormente que había sido muerto; declaración de Fernando Guarello Zegers de foja
4770, quien señala que en septiembre de 1973 asumió en su calidad de abogado, la defensa
de Enrique Ropert Gallet, que estaba detenido en el Estadio Nacional, y que realizó
gestiones para averiguar sobre el paradero de su hijo Enrique; declaración de Miria
Contreras Bell de foja 4781, por la que indica que el día 11 de septiembre de 1973 se
trasladó hasta Tomás Moro con sus hijos Max y Enrique, acompañados de un grupo de
GAP en otro vehículo que iban junto a Domingo Blanco –conocido como Bruno-,
informándose que el Presidente ya había salido a La Moneda, por lo que decidieron partir
hacia la casa de Gobierno en dos vehículos, siendo alrededor de 18 personas en total con
los GAP, añade que en Morandé con Moneda, al bajar Bruno fue encañonado por
Carabineros y que fueron aprehendidos por éstos y llevados hasta la Intendencia, por lo que
ella descendió del vehículo en que iba junto a su hijo Enrique, siendo éste detenido
igualmente por Carabineros y llevado a la Intendencia y que se dirigió a La Moneda y que
pidió ayuda al Presidente para liberarlo y no lo logró, y que no supo más de su hijo;
declaración de Juan Concha Castillo de foja 4790, el que expone que a septiembre de 1973

201
era Comisario de la 24ª Comisaría de Carabineros de Las Condes, correspondiéndole la
custodia del domicilio del Presidente de Tomás Moro, y que conocía a Enrique Ropert que
era hijo de Miria Contreras, el que, según tenía entendido, pertenecía al GAP y que no supo
de éste hasta fines de septiembre o principios de octubre de ese año en que se encontraba en
el Servicio Médico Legal por el suicidio de un familiar, donde se encontró con Mitzi,
hermana de Miria quien estaba haciendo los trámites para retirar el cuerpo de Enrique
Ropert, enterándose de su muerte en ese lugar, señalando que ayudó a que se realizara la
entrega del cadáver; orden diligenciada por la Policía de Investigaciones de foja 4871 y
siguientes, en la que se indica que el día 11 de septiembre de 1973, Enrique Ropert
Contreras fue detenido en horas de la mañana por Carabineros, mientras se movilizaba
junto un grupo de GAP en las calles Morandé con Moneda, posteriormente fue conducido a
la Sexta Comisaría de Carabineros y desde allí a disposición del Fiscal Militar,
encontrándose su cuerpo junto al de dos GAP más en las riberas del río Mapocho, muertos
por heridas de bala; declaraciones extrajudiciales de Julio Stuardo González de foja 2000 y
4881, quien refiere que en septiembre de 1973 era el Intendente de Santiago y que desde su
oficina vio como llegaba al lugar un vehículo con personal del GAP, quienes fueron
detenidos por Carabineros, alrededor de seis a siete personas que relacionó con La Moneda,
encontrándose entre ellos, Enrique Ropert Contreras, desconociendo dónde fueron llevados;
informes de autopsias de foja 4899, 4904, 4915, 4929 y 5105 de: Enrique Ropert Contreras,
Jorge Orrego González, Gonzalo Jorquera Leyton, Carlos Cruz Zavala y José Belisario
Carreño Calderón; oficio de foja 4933 del Servicio Médico Legal que acompaña copias de
fichas dactiloscópicas del mes de septiembre de 1973 de ese servicio, tomadas a los
cadáveres de personas desconocidas que ingresaron el 20 de septiembre de ese año, en las
cuales se consignan los nombres de las víctimas Jorge Orrego González, Edmundo Enrique
Montero Salazar, José Belisario Carreño Calderón, Oscar Osvaldo Marambio Araya y
Carlos Alfonso Cruz Zavala; copia de informe pericial integrado de foja 4995, elaborado
por el Servicio Médico Legal en los autos rol n°4449-22 “Patio 29”, en el que se indica que
por medio de exámenes genéticos se han identificado los restos de la víctima Carlos
Alfonso Cruz Zavala; querella criminal agregada a foja 5008, interpuesta por los hermanos
de Pedro Juan Garcés Portigliati, por delitos de secuestro, torturas y homicidio, exponiendo
que éste integraba la guardia de seguridad del Presidente Allende (GAP) y que el 11 de

202
septiembre de 1973 fue detenido por Carabineros junto a un grupo de GAP que venían
desde Cañaveral con dirección del Palacio de La Moneda y conducidos al interior de la
Intendencia, sin conocerse donde fueron llevados posteriormente; querella criminal de foja
5029, interpuesta por Alicia Lira Matus en su calidad de Presidenta de la Agrupación de
Familiares de Ejecutados Políticos -AFEP-, por delitos de homicidio cometidos en contra
de José Belisario Carreño Calderón, quien era miembro del GAP del Presidente Allende en
septiembre de 1973, y fuera aprehendido el día 11 junto a un grupo de personas del GAP, al
mando de Domingo Blanco Tarrés, al intentar ingresar al Palacio de La Moneda, muriendo
el día 19 de septiembre a causa de heridas de bala, en la ribera del río Mapocho;
declaración de foja 5044 de Alicia Lira Matus, en la que dice que la víctima José Carreño
Calderón pertenecía al GAP y fue detenido con un grupo de sus compañeros de labores en
las inmediaciones de La Moneda el día 11 de septiembre de 1973 y posteriormente había
sido ejecutado; oficio de la Fundación Documentación y Archivo de la Vicaría de la
Solidaridad de foja 5048 que remite antecedentes que esa institución posee en relación a la
víctima José Carreño Calderón, adjuntando certificado de defunción, inscripción de
defunción y certificado médico de defunción de éste; informe policial de foja 5113
diligenciado por la Brigada Investigadora de delitos contra los Derechos Humanos de
Investigaciones, sobre los hechos que rodearon la muerte de José Carreño Calderón,
estableciéndose la red familiar cercana de esta persona, a quienes se entrevistó
policialmente, informándose al Tribunal que la víctima era parte integrante del GAP o
grupo de seguridad del Presidente, quien había recibido formación paramilitar y cuyo
cuerpo la familia no ha podido recuperar por cuanto fue sepultado en Patio 29 y no ha
existido hasta ahora una identificación positiva de sus restos; declaraciones de Luis Castillo
González de foja 1550 y 5191, quien era Subteniente de Ejército en septiembre de 1973,
encontrándose destacado en el Regimiento Tacna, refiriendo que le correspondió concurrir
a la toma de La Moneda el día 11 de septiembre y que al regresar a la Unidad en la tarde,
observó que en los patios existía un gran número de detenidos, escuchando que en uno de
estos patios había gente que pertenecía al GAP, desconociendo quiénes eran y cuál fue su
destino posterior; copias de informes periciales integrados de foja 5275 y 5285, elaborados
por el Servicio Médico Legal, en los que se indica que por medio de exámenes genéticos de
ADN practicados en laboratorios extranjeros se han identificado los restos de las víctimas:

203
Jorge Osvaldo Orrego González y William Osvaldo Ramírez Barría; oficio de foja 5311
remitido por el Ministro en Visita Extraordinaria Leopoldo Llanos Sagristá, en el que se
informa que, entre los años 2010 y 2012 se encuentran identificados los restos óseos
correspondientes a las víctimas: Pedro Garcés Portigliati, Jorge Orrego González, Oscar
Marambio Araya, William Ramírez Barría; Edmundo Montero Salazar, Luis Gamboa
Pizarro y Carlos Cruz Zavala, y que, por el contrario, aún no han sido identificado por
ADN los restos de la víctima José Carreño Calderón.

2.- Que con el mérito de los antecedentes probatorios consignados en el acápite anterior, se
encuentran legalmente justificados en autos, en la presente etapa procesal, los siguientes
hechos:

a) Que durante el mandato del Presidente Salvador Allende Gossens, se formó un


dispositivo de seguridad integrado por hombres jóvenes, armados y con instrucción
paramilitar en algunos casos, conocido como GAP o “amigos personales del Presidente”, y
que a este grupo pertenecían, entre otros: José Belisario Carreño Calderón, Carlos Cruz
Zavala, Luis Gamboa Pizarro, Pedro Juan Garcés Portigliati, Gonzalo Mario Jorquera
Leyton, Oscar Marambio Araya, Edmundo Montero Salazar, Jorge Osvaldo Orrego
González, William Ramírez Barría y Domingo Blanco Tarrés, siendo este último uno de los
jefes de este dispositivo. Por su parte, Enrique Ropert Contreras, a la época era un
estudiante universitario, hijo de Miria Contreras, la secretaria privada del Presidente
Allende.

b) Que en la madrugada del día 11 de septiembre de 1973, los Comandantes en Jefe del
Ejército Augusto Pinochet Ugarte y de la Aviación Gustavo Leigh Guzmán; el Almirante
de la Armada José Toribio Merino Castro y el General de Carabineros de Chile César
Mendoza Durán, procedieron a dar un golpe de Estado en contra del gobierno del entonces
Presidente Salvador Allende Gossens, a consecuencia de lo cual, el Primer Mandatario, que
se encontraba en la residencia presidencial de calle Tomás Moro, se trasladó acompañado
de un grupo de sus escoltas y de Carabineros al Palacio de La Moneda.

c) Que en conocimiento que se estaba desarrollando un golpe de Estado, el jefe del GAP,
Domingo Blanco Tarrés, que estaba pernoctando en la residencia presidencial de

204
Cañaveral, se trasladó junto a los miembros de dicha agrupación, individualizados en el
acápite primero, acompañados de la secretaria del Presidente, Miria Contreras Bell y sus
hijos Max y Enrique Ropert Contreras, a la residencia de Tomás Moro, a juntarse con el
Presidente Allende; al llegar a dicho lugar, se enteraron que éste ya se había retirado con
destino a La Moneda, por lo que Blanco Tarrés junto a los demás escoltas se trasladaron en
una camioneta desde Tomás Moro con destino a La Moneda, lo mismo hizo Miria
Contreras y su hijo Enrique Ropert Contreras, en una renoleta, quedándose Max Ropert en
Tomás Moro.

d) Que al llegar al centro de la ciudad e ingresar por calle Morandé, cerca de los
estacionamientos de los vehículos de La Moneda, Blanco Tarrés junto a los nombrados
José Belisario Carreño Calderón, Carlos Cruz Zavala, Luis Gamboa Pizarro, Pedro Juan
Garcés Portigliati, Gonzalo Mario Jorquera Leyton, Oscar Marambio Araya, Edmundo
Montero Salazar, Jorge Osvaldo Orrego González y William Ramírez Barría, se bajaron
con sus armas, motivo por el cual fueron conminados a entregarlas por Carabineros
pertenecientes al Grupo Móvil dirigidos por un Oficial que pertenecía a la Prefectura
ubicada en la Intendencia de Santiago; debido al incidente Miria Contreras Bell, que llegó
cuando se produjo la detención, le solicitó a su hijo Enrique Ropert Contreras que
averiguase lo sucedido, sin embargo fue detenido por las Fuerzas Policiales y Miria
Contreras trató de evitar la detención, sin resultado positivo, logrando esta última escapar
hacia La Moneda; siendo trasladados todos los integrantes de la guardia personal del
Presidente Allende junto a Enrique Ropert Contreras a las dependencias de la Prefectura
Policial del interior de la Intendencia, sin que las intervenciones desde el Palacio
Presidencial y del Director de Carabineros, a ese momento, tuvieran éxito en obtener la
liberación de los detenidos.

e) Que el grupo fue conducido a la Intendencia, donde permanecieron unas horas, siendo
subidos posteriormente por orden del Coronel Carlos Hinrichsen González, jefe del Grupo
Móvil, a un bus de Carabineros y llevados a la Sexta Comisaría de Santiago, Unidad
Policial hasta donde llegó primeramente Pedro Espinoza Bravo a hablar con el Comisario
Jorge Retamal Berríos a efectos de llevarse consigo a los detenidos, lo que fue negado
debido a la falta de una orden escrita, llegando más tarde hasta la Comisaría un Mayor de

205
Inteligencia de la FACH, premunido de una orden escrita de un Consejo de Guerra, quien
se lleva consigo a este grupo de detenidos.

f) Que todo o parte de este grupo de prisioneros fueron trasladados el día 12 o 13 de


septiembre de 1973 al Cuartel Central de la Policía de Investigaciones, donde fueron
sometidos a interrogatorios, entre los que se sabe con certeza que estaba Domingo Blanco
Tarrés, el que luego fue ingresado a la Cárcel Pública el día 15 de septiembre de 1973 por
orden de la Segunda Fiscalía Militar, desde donde fue sacado en varias oportunidades y
llevado a una Fiscalía Militar, donde era sometido a torturas, interrogatorios y careos con
otros miembros del GAP y que egresó el día 19 de septiembre, estableciéndose por los
registros de dicho recinto penitenciario, que fue igualmente por orden de la Segunda
Fiscalía Militar, perdiéndose todo rastro de dicha persona desde esa fecha, del que no se
sabe su destino hasta el día de hoy.

En cambio, los restos de José Belisario Carreño Calderón, que en un principio fueron
identificados como de dicha persona en los encontrados el 19 de septiembre de 1973 en el
puente Bulnes, con posterioridad se descartó de acuerdo a examen de ADN que
correspondieran a dicha persona, por lo que desde la fecha en que fue trasladado a la Sexta
Comisaría de Carabineros y retirado por un Oficial de Inteligencia de la FACH, se
desconoce su paradero hasta el día de hoy.

g) Que los cuerpos de Enrique Ropert Contreras, Carlos Cruz Zavala, Gonzalo Jorquera
Leyton, Jorge Orrego González, Luis Gamboa Pizarro, Oscar Marambio Araya, Edmundo
Montero Salazar y William Ramírez Barría, fueron encontrados el día 19 de septiembre de
1973 en las riberas del río Mapocho, en el sector del Puente Bulnes, e ingresados el día 20
de septiembre de 1973 al entonces Instituto Médico Legal, según dan cuenta sus protocolos
de autopsia y actas de recepción de cadáveres.

En relación a Pedro Juan Garcés Portigliati, se encuentra acreditado en autos que su


cadáver ingresó al Instituto Médico Legal, sin constar respecto de él ningún informe de
autopsia o acta de recepción de cadáveres, encontrándose esta víctima entre las
identificadas por exámenes de ADN realizados a los restos encontrados en Patio 29.

206
h) Que a la fecha, y según la información allegada a la causa, se encuentran identificados
por exámenes de ADN realizados en laboratorios extranjeros practicados en los restos óseos
encontrados en la fosa común de Patio 29 del Cementerio General, las víctimas: Pedro Juan
Garcés Portigliati, Oscar Marambio Araya, Jorge Osvaldo Orrego González, William
Ramírez Barría, Edmundo Montero Salazar, Luis Gamboa Pizarro y Carlos Cruz Zavala.
Además, por la autopsia de la época y registros de entierro, se encuentra establecido que los
restos de Enrique Ropert Contreras y de Gonzalo Mario Jorquera Leyton, fueron
reconocidos y entregados a sus familias en los días posteriores a ocurridos los hechos.

3.- Que los hechos antes expuestos, son constitutivos de los siguientes delitos: a) secuestro
calificado cometido en la persona de DOMINGO BARTOLOMÉ BLANCO TARRÉS;
b) secuestro calificado cometido en la persona de JOSÉ BELISARIO CARREÑO
CALDERÓN y c) 9 homicidios calificados cometidos en las personas de: GONZALO
MARIO JORQUERA LEYTON, CARLOS ALFONSO CRUZ ZAVALA, LUIS
ALFREDO GAMBOA PIZARRO, PEDRO JUAN GARCÉS PORTIGLIATI,
OSCAR OSVALDO MARAMBIO ARAYA, EDMUNDO ENRIQUE MONTERO
SALAZAR, JORGE OSVALDO ORREGO GONZÁLEZ, WILLIAM OSVALDO
RAMÍREZ BARRÍA y ENRIQUE ANDRÉS MARÍA ROPERT CONTRERAS;
ilícitos previstos en los artículos 141 n° 1 los dos primeros y 391 N° 1 del Código Penal los
restantes, según texto vigente a la fecha de comisión de los mismos.

4.- Que, de los mismos antecedentes señalados en el numeral primero, sumado a las propias
declaraciones de Vicente Armando Rodríguez Bustos de foja 1328 y 2180 y
declaraciones de Patricio Fernando De la Fuente Ibar de foja 402, 1344, 2214, 4842 y
5329; surgen presunciones suficientes para estimar que a los dos les cupo una participación
en calidad de autores de los delitos de secuestro calificado de Domingo Blanco Tarrés y de
José Belisario Carreño Calderón y de homicidios calificados de Gonzalo Mario Jorquera
Leyton, Carlos Cruz Zavala, Luis Gamboa Pizarro, Pedro Juan Garcés Portigliati, Oscar
Marambio Araya, Edmundo Montero Salazar, Jorge Osvaldo Orrego González, William
Ramírez Barría y Enrique Ropert Contreras.

207
Por estas consideraciones y visto lo dispuesto en los artículos 14 n° 1, 15, 141, y 391 N° 1
del Código Penal, y artículos 274 y siguientes del Código de Procedimiento Penal, se
declara que, SE SOMETE a PROCESO y a ARRAIGO a VICENTE ARMANDO
RODRÍGUEZ BUSTOS y PATRICIO FERNANDO DE LA FUENTE IBAR en
calidad de AUTORES de los delitos de Secuestro Calificado, cometidos en las personas
de DOMINGO BARTOLOMÉ BLANCO TARRÉS y JOSÉ BELISARIO CARREÑO
CALDERÓN, y en calidad de AUTORES de los delitos de Homicidio Calificado
cometidos en las personas de: GONZALO MARIO JORQUERA LEYTON, CARLOS
ALFONSO CRUZ ZAVALA, LUIS ALFREDO GAMBOA PIZARRO, PEDRO
JUAN GARCÉS PORTIGLIATI, OSCAR OSVALDO MARAMBIO ARAYA,
EDMUNDO ENRIQUE MONTERO SALAZAR, JORGE OSVALDO ORREGO
GONZÁLEZ, WILLIAM OSVALDO RAMÍREZ BARRÍA y ENRIQUE ANDRÉS
MARÍA ROPERT CONTRERAS, hechos ocurridos los días inmediatamente siguientes
al 11 de septiembre de 1973.

Con el fin de asegurar la comparecencia de los procesados, despáchese orden de


aprehensión a través de la Brigada Investigadora de Delitos contra los Derechos Humanos
de la Policía de Investigaciones, en contra de: VICENTE ARMANDO RODRÍGUEZ
BUSTOS y PATRICIO FERNANDO DE LA FUENTE IBAR, Hecho, dese orden de
ingreso en contra de los mencionados, en calidad de procesados en libre plática, a la Base
Aérea El Bosque, Sección Guarnición, el primero de ellos y al Centro de Detención
Transitorio “Sucre” de Carabineros de Chile, el segundo nombrado. Coordínese lo anterior,
con coordinándose igualmente con el Estado Mayor de la Fuerza Aérea y con la Dirección
General de Carabineros, respectivamente.

Notifíqueseles personalmente a los encausados, y, en su oportunidad, identifíqueseles y


agréguense sus extractos de filiación.

Asimismo, infórmeseles a los procesados, que deberán designar abogado que los represente
bajo apercibimiento de designárseles el abogado de turno, si no lo hicieren en el acto de la
notificación o dentro de tercero día.

Practíquense las designaciones legales.

208
Comuníquese el arraigo al Departamento de Extranjería de la Policía de Investigaciones.

No constando en autos la existencia de bienes por parte de los procesados, no se da


cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 380 del Código de Procedimiento Penal.

ROL N° 126.461-BT

DICTADA POR DON MIGUEL VÁZQUEZ PLAZA, MINISTRO EN VISITA


EXTRAORDINARIA.

En Santiago, a catorce de abril de dos mil quince, notifiqué por el estado diario la
resolución que antecede.

209
Anexo N° 6: Discursos del presidente Salvador Allende el día 11 de septiembre de
1973 desde La Moneda378

7:55 A.M. Radio Corporación

Habla el Presidente de la República desde el Palacio de La Moneda. Informaciones


confirmadas señalan que un sector de la marinería habría aislado Valparaíso y que la ciudad
estaría ocupada, lo que significa un levantamiento contra el Gobierno, del Gobierno
legítimamente constituido, del Gobierno que está amparado por la ley y la voluntad del
ciudadano.

En estas circunstancias, llamo a todos los trabajadores. Que ocupen sus puestos de trabajo,
que concurran a sus fábricas, que mantengan la calma y serenidad. Hasta este momento en
Santiago no se ha producido ningún movimiento extraordinario de tropas y, según me ha
informado el jefe de la Guarnición, Santiago estaría acuartelado y normal.

En todo caso yo estoy aquí, en el Palacio de Gobierno, y me quedaré aquí defendiendo al


Gobierno que represento por voluntad del pueblo. Lo que deseo, esencialmente, es que los
trabajadores estén atentos, vigilantes y que eviten provocaciones. Como primera etapa
tenemos que ver la respuesta, que espero sea positiva, de los soldados de la Patria, que han
jurado defender el régimen establecido que es la expresión de la voluntad ciudadana, y que
cumplirán con la doctrina que prestigió a Chile y le prestigia el profesionalismo de las
Fuerzas Armadas. En estas circunstancias, tengo la certeza de que los soldados sabrán
cumplir con su obligación. De todas maneras, el pueblo y los trabajadores,
fundamentalmente, deben estar movilizados activamente, pero en sus sitios de trabajo,
escuchando el llamado que pueda hacerle y las instrucciones que les dé el compañero
Presidente de la República.

378
ÚLTIMO Discurso del Compañero Allende. Transcripciones. [En línea]. Chile: Las historias que podemos
contar, 1973 [fecha de consulta: 6 de septiembre de 2016]. Disponible en: <
http://www.lashistoriasquepodemoscontar.cl/allende.htm>

210
8:15 A.M. Radio Corporación

Trabajadores de Chile:

Les habla el Presidente de la República. Las noticias que tenemos hasta estos instantes nos
revelan la existencia de una insurrección de la Marina en la Provincia de Valparaíso. He
ordenado que las tropas del Ejército se dirijan a Valparaíso para sofocar este intento
golpista. Deben esperar las instrucciones que emanan de la Presidencia. Tengan la
seguridad de que el Presidente permanecerá en el Palacio de La Moneda defendiendo el
Gobierno de los Trabajadores. Tengan la certeza que haré respetar la voluntad del pueblo
que me entregara el mando de la nación hasta el 4 de Noviembre de 1976. Deben
permanecer atentos en sus sitios de trabajo a la espera de mis informaciones. Las fuerzas
leales respetando el juramento hecho a las autoridades, junto a los trabajadores organizados,
aplastarán el golpe fascista que amenaza a la Patria.

8:45 A.M. Radio Corporación

Compañeros que me escuchan:

La situación es crítica, hacemos frente a un golpe de Estado en que participan la mayoría de


las Fuerzas Armadas. En esta hora aciaga quiero recordarles algunas de mis palabras dichas
el año 1971, se las digo con calma, con absoluta tranquilidad, yo no tengo pasta de apóstol
ni de mesías. No tengo condiciones de mártir, soy un luchador social que cumple una tarea
que el pueblo me ha dado. Pero que lo entiendan aquellos que quieren retrotraer la historia
y desconocer la voluntad mayoritaria de Chile; sin tener carne de mártir, no daré un paso
atrás. Que lo sepan, que lo oigan, que se lo graben profundamente: dejaré La Moneda
cuando cumpla el mandato que el pueblo me diera, defenderé esta revolución chilena y
defenderé el Gobierno porque es el mandato que el pueblo me ha entregado. No tengo otra
alternativa. Sólo acribillándome a balazos podrán impedir la voluntad que es hacer cumplir
el programa del pueblo. Si me asesinan, el pueblo seguirá su ruta, seguirá el camino con la
diferencia quizás que las cosas serán mucho más duras, mucho más violentas, porque será
una lección objetiva muy clara para las masas de que esta gente no se detiene ante nada. Yo
tenía contabilizada esta posibilidad, no la ofrezco ni la facilito. El proceso social no va a
desaparecer porque desaparece un dirigente. Podrá demorarse, podrá prolongarse, pero a la

211
postre no podrá detenerse. Compañeros, permanezcan atentos a las informaciones en sus
sitios de trabajo, que el compañero Presidente no abandonará a su pueblo ni su sitio de
trabajo. Permaneceré aquí en La Moneda inclusive a costa de mi propia vida.

9:03 A.M. Radio Magallanes

En estos momentos pasan los aviones. Es posible que nos acribillen. Pero que sepan que
aquí estamos, por lo menos con nuestro ejemplo, que en este país hay hombres que saben
cumplir con la obligación que tienen. Yo lo haré por mandato del pueblo y por mandato
conciente de un Presidente que tiene la dignidad del cargo entregado por su pueblo en
elecciones libres y democráticas. En nombre de los más sagrados intereses del pueblo, en
nombre de la Patria, los llamo a ustedes para decirles que tengan fe. La historia no se
detiene ni con la represión ni con el crimen. Esta es una etapa que será superada. Este es un
momento duro y difícil: es posible que nos aplasten. Pero el mañana será del pueblo, será
de los trabajadores. La humanidad avanza para la conquista de una vida mejor.

Pagaré con mi vida la defensa de los principios que son caros a esta Patria. Caerá un baldón
sobre aquellos que han vulnerado sus compromisos, faltando a su palabra... rota la doctrina
de las Fuerzas Armadas.

El pueblo debe estar alerta y vigilante. No debe dejarse provocar, ni debe dejarse masacrar,
pero también debe defender sus conquistas. Debe defender el derecho a construir con su
esfuerzo una vida digna y mejor.

9:10 A.M. Radio Magallanes

Seguramente ésta será la última oportunidad en que pueda dirigirme a ustedes. La Fuerza
Aérea ha bombardeado las torres de Radio Postales y Radio Corporación. Mis palabras no
tienen amargura sino decepción Que sean ellas el castigo moral para los que han
traicionado el juramento que hicieron: soldados de Chile, comandantes en jefe titulares, el
almirante Merino, que se ha autoproclamado comandante de la Armada, más el señor
Mendoza, general rastrero que sólo ayer manifestara su fidelidad y lealtad al Gobierno, y
que también se ha autodenominado Director General de carabineros. Ante estos hechos sólo
me cabe decir a los trabajadores: ¡Yo no voy a renunciar! Colocado en un tránsito histórico,
pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla
212
que hemos entregado a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser
segada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los
procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los
pueblos.

Trabajadores de mi Patria: quiero agradecerles la lealtad que siempre tuvieron, la confianza


que depositaron en un hombre que sólo fue intérprete de grandes anhelos de justicia, que
empeñó su palabra en que respetaría la Constitución y la ley, y así lo hizo. En este
momento definitivo, el último en que yo pueda dirigirme a ustedes, quiero que aprovechen
la lección: el capital foráneo, el imperialismo, unidos a la reacción, creó el clima para que
las Fuerzas Armadas rompieran su tradición, la que les enseñara el general Schneider y
reafirmara el comandante Araya, víctimas del mismo sector social que hoy estará en sus
casas esperando con mano ajena reconquistar el poder para seguir defendiendo sus
granjerías y sus privilegios.

Me dirijo, sobre todo, a la modesta mujer de nuestra tierra, a la campesina que creyó en
nosotros, a la abuela que trabajó más, a la madre que supo de nuestra preocupación por los
niños. Me dirijo a los profesionales de la Patria, a los profesionales patriotas que siguieron
trabajando contra la sedición auspiciada por los colegios profesionales, colegios de clases
para defender también las ventajas de una sociedad capitalista de unos pocos.

Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron y entregaron su alegría y su espíritu de


lucha. Me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al intelectual, a aquellos que
serán perseguidos, porque en nuestro país el fascismo ya estuvo hace muchas horas
presente; en los atentados terroristas, volando los puentes, cortando las vías férreas,
destruyendo lo oleoductos y los gaseoductos, frente al silencio de quienes tenían la
obligación de proceder. Estaban comprometidos. La historia los juzgará.

Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz ya no llegará a


ustedes. No importa. La seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes. Por lo menos mi
recuerdo será el de un hombre digno que fue leal con la Patria.

El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni


acribillar, pero tampoco puede humillarse.

213
Trabajadores de mi Patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este
momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo
que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde
pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.

¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!

Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano,
tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la
cobardía y la traición.

214

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