El documento describe la influencia de Ortega y Gasset en España y América Latina a través de la revista España, que el autor leía en su juventud. La revista presentaba las ideas de destacados intelectuales españoles de la Generación del 98 como Azorín, Unamuno y Pío Baroja. Estas ideas tuvieron un gran impacto en los lectores latinoamericanos y ayudaron a difundir el pensamiento de Ortega y Gasset en la región.
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El documento describe la influencia de Ortega y Gasset en España y América Latina a través de la revista España, que el autor leía en su juventud. La revista presentaba las ideas de destacados intelectuales españoles de la Generación del 98 como Azorín, Unamuno y Pío Baroja. Estas ideas tuvieron un gran impacto en los lectores latinoamericanos y ayudaron a difundir el pensamiento de Ortega y Gasset en la región.
El documento describe la influencia de Ortega y Gasset en España y América Latina a través de la revista España, que el autor leía en su juventud. La revista presentaba las ideas de destacados intelectuales españoles de la Generación del 98 como Azorín, Unamuno y Pío Baroja. Estas ideas tuvieron un gran impacto en los lectores latinoamericanos y ayudaron a difundir el pensamiento de Ortega y Gasset en la región.
El documento describe la influencia de Ortega y Gasset en España y América Latina a través de la revista España, que el autor leía en su juventud. La revista presentaba las ideas de destacados intelectuales españoles de la Generación del 98 como Azorín, Unamuno y Pío Baroja. Estas ideas tuvieron un gran impacto en los lectores latinoamericanos y ayudaron a difundir el pensamiento de Ortega y Gasset en la región.
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Mi exft'añamiento de Ortega y Gasset
compartir sus dolores y gozos. su mayoría intel•ectuales, _nos pa-
Estos últimos difícilmente podia recía que muchas de las predi· ofrecerlos otro país. La revista cas del grupo español eran apli- ESPAÑA en ese tiempo, aun- cables a nuestro país, y algo que sólo había correo marítimo, por el estilo quiso adoptarse el servicio postal era rt!la tiva- años más tarde. Los políticos nos Cristián mente mejor. · Todos aguardá- oían hablar y sonreían. "Per-dó· Rodríguez bamos la llegada del último nú- nalos -pensaban- porque no mero, que distribuían la "Lec- saben lo que dic·en". tura Barata", situada en la es- Los colaboradores de ESPA· quina del jardin del sur del ÑA, bajo la inspiración de Orte· actul Club Unión, y la Libre- ga, constituyen la pléyade he· ría Trejas, que ocupaba un lo- terog.énea de lo mejor que po- cal al sur d!e La Alhambra, día ofrecer la España monár· La rderencia que hace el Dr. junto a la Contigua. quica. El elenco de pensadores Láscaris en su articulo "La ac- Si mal no r.ecuerdo, fu.e un y eser itores comprendía persa· tualidad d'e Ortega" a mi ceji- pequeño mecenas, don Tomás nalidad'es como Azorín, Unamu- junta enemistad con don José Meabe, quien financió la em- no, Pío Baroja, ·Pedro Mourla· Ortega y Gasset me toca una presa. Meabe era gran amante ne Michelena, Luis Araquistain, fibra sensible y me remonta a de las letras, si bien no era es- Julián Besteiro, Ramón Pérez m e ana mocedad, y no por critor, que yo sepa. Es lo cier· de Ayala, Luis Fernández Ar· ffOrt ·. cejijuntes miópica, si- to que la referida revista, ilus- davin, José Moreno Villa, Ja- ~~ .- · Wi ~ on José fue uno de trada e impresa en buen papel, cinto Benavente, José "María mis am~' el pasado. de formato mayor que "Blanco Salaverría, Gregorio Martínez A pes · · · e que hace once y Negro" ti "Hojas Selectas" te· Sierra, E!nrique Diez Canedo, ;&lfOlfCI un imberbe, co· nía un material muy div·erso y Gómez de Baquero, (Andrenio), nocia v1c • . ente a don José, estimulante, noticias literarias, Enrique de Mesa, Eugenio d'Ors antes dj!"' , ~ ' r podido saborear poesías -no muchas- y fue (Xenius), Ramiro de Maeztu, ~so& il, :flexible, novedo- en esa publicación donde oí, a- Gómez de la Serna, Luis de Zu- sa ~ · ulante. Y digo esto compañados de breves referen- lueta, Julio Camba, Manuel A- en el circulo de amigos cias biográficas, los nombres de zaña, Gregario Marañón, Eduar- adultos, de que andaba alipe· H . G. Wells, Gilbert K. Ches- do Marquina, Federico García gado Ortega era santo de de· terton y George Bernard Shaw. Sanchiz, Pedro de Répide, Juan voción y su afecto por él no Los dos primeros muchos añ03 Ramón Jiménez, Mariano Ca- podía menos que contagiarme. después, los vi con mis propios via, López de Haro, Julio Ca- Ellos habían leído sus críticas ojos y el tercero, Shaw, lo es· sares, Marcelino Domingo, San- y conceptuosos ensayos, y las cuché por radio, aunque si hu· tiago Rusiñol, Giner de los Rios obras que hasta entonces ha· biera tenido el dinero para cpm· y tantos otros cuyos nombres bía publicado, especialmente las prar la entrada, lo habría visto tenía antes muy presentes, pero "Meditaciones d·e l Quijote", que también. que he olvidado. El único que leí después y, más tarde toda- AunqUie el nombre que se le nunca escribió en la revista, vía, la "España Invertebrada". dio no se había difundido mu- pues no contaba con la simpa- Educado Ortega por jesuitas cho 'todavía y pocas veces se tía de sus colegas, :fue Ricar- era, con todo esencialmente un mencionó en la publicación, do León, novelista muy popu· agnóstico. los colaboradoves representan, lar en España y América y cu- Hubo una circunstancia que más o menos, lo que se ha lla· - ---(Pasa a la Pág. 16)--' me vinculó más :fuertemente a mado la Generación del 98. Es- Ortega y Gasset, y fue que du- taban impacientes de modificar rante la Primera Guerra, en el estado de cosas en España, 1915, Ortega, que contaba en- y aunque había algunos ele- tonces sólo 32 afí.os de edad, mentos republicanos y se ha- fundó en Madrid Ja revista ES- cían a veces criticas a la monar- PAÑA, el esfuerzo periodístico quía y a su política africana, se cultura1 más formidable que se creía en general que se podían haya realizado jamás en la Pe- introducir reformas sin acudir a nínsula. En aquella época nos una revolución. Tal vez en la.9 considerábamos españoles des-- tendencias se podía advertir cier plazados en América, y nuestro ta coloración rosada, pero pre· acendrado españolismo nos ha- valec!a la orientación democrá- cía pensar que así como el as- tica. Se buscaba la solución más turiano Clarín había nacido en bien en una purificación de la Castilla por equivocación, noso- política, en lo que se llamaba tros éramos españolies que ha- la Nueva Política, en contra- bíamos perdido el camino y es- posición a los vicios tradiclona· tábamos obligados a sudar las les. A los lectores costarricen- calenturas de la Madre Patria y ses de esa revista, que eran en Mi extrañamiento de Ortega y Gasset -(Viene de la Pág. 15)--- cas. Constaba de dos grandes mo qué significa. En todo caso, el ya novela, "Casta de Hidalgos", les de aoero que funcionaban a español es la única lengua que era lectura obligada entonces. enorme presión. En la cima del cuenta con una palabra propia El grupo costarricense lo ad. bloque inferior se colocaba la para designar esa idea nibelun· miraba con reservas, y gustáb.a- ,mosca, previamente anestesiada ga. La filosofía de Ortega, incor· mos especialmente de un lar- · y' sobre -ella se descargaba el porada en la mencionada pala· go ensayo titulado "Escuela de peso de la pieza superior, con bra,_ prendió en toda la Améri· los Sofistas'', .escrito en lo que , lo que la mosca moría instan-· ca nuestra como fuego en seca- Unamuno llamaba prosa . de h .a ~ táneamente. Por esa hazaña el no. Don J:osé patentó luego· su maca. Ese efecfo, según des- ptofesor :fue condecorado por el propia marca d,e fábrica de cubrimos, se debía a que esa Kaiser, que creó la "Orden de existencialismo y ha tenido una prosa rHmica, escrita en castella- la Mosca Muerta". En otra oca· influencia desastrosa en el no arcaizante, era en realidad sión dibujó una serie de cua· Continente Estúpido (la expre• prosa en verso. Por esa época dros que tituló la Creación. En sión no es mía, es de don Pío Ricardo León fue nombrado uno de ellos aparecía el Hace· Baroja). cayó en el abismo de la Académico de la Lengua, y se dor modelando al hombre, que sociología, de la que ya se en- decia que eran sus entronques tenía un rostro infrahumano. cuentran trazas en su libro más de familia los que le habían Debajo puso la leyenda: "Y creó popular, "Tbe Revolt of the •valido esa codiciada distinción. al hombre lo mejor que pudo". Masses". Un lógico catalán es· · E1 principal crítico de arte de . cribe un tratado de Lógica, que la revista era un escritor que tiene de esa disciplina tanto llevaba el nombre clásico de como la Lógica de Hegel, en Juan de la Encina. En la revista el cual cita a cada rato, sin se dieron a conocer las escultw venir al caso, un aforismo or- ras de Jl..\lio Antonio y los cua- teguiano. Viene a Costa Rica dros estilizados de Julio Rome- un jurista español, el Dr. Botija, ro de Torres, las pinturas de y habla en la Universidad so- Gustavo de Maeztu, con sus cie· bre derecho laboral y salarios. los de intenso añil oscuro. S•e Antes de empezar su diserta· ~producían con frecuencia cua· cíón, se pone la mano en el pe- •dros de Ignacio Zuloaga, que cho e invoca -el nombre de don era desde luego, un pintor con· . José. .Toda la Universidad de sagrado. Se publicaban graba. Costa Rica estuvo un tiempo dos de Penagos y de Marín, es· saturada de orteguismo y mu- pecializado en escenas taurinas chos licenciados y licenciadas e ilustrador de muchos de los han · escrito su tesis sobre don libros que se editaban en esa José. Ya en Nueva York escu· época. Pero el gran descubrí· chamos a1 discípulo amado, Ju- miento de la r·evista fue el del lián Marías, quien hizo en la originalísimo caricaturista Luis Universidad de Columbia un re- Bagaría, económico en los tra· sumen completo de la historia de zos, dibujos desdibujados, co· la filosofía a partir de Tales de mo se decía, pero de ·notable a- Mileto, y todo para declarar cierto en el parecido. Sus prin· que esos filósofos no habían si· cipales motivos eran Unamuno do sino precursores del hijo de y Baroja, pero no hubo perso· Ortega Munilla. ¿No creen US· naje en España que no fuera ob- tedes que es mucho ortigarnos? jeto de las caricaturas de Baga. ría. Bagaría, como muchos de Cuando en octubre de 1955 los escritores, exceptuando tal llegó a Nueva- York la edi v•ez a Benavente y Salaverria, ción de ultramar del ABC, ded'i: eran apasionados germanófobos. cada a1 filósofo español (Prime· Bagaría inven•tó un personaje ro de España y Quinto de Ale· que encarnaba el cientificismo manía) r·evivió mi cariño por el alemán, Herr Profesor Meyer, antiguo mentor de mi adoles· de cabeza cuadrada, pelado al cencia y me causó honda pena rape, ·con anteojos gruesos y ver el cuerpo de Ortega y Ga- en cuyo cráneo se proyectaba la sset, el ateo, con un crucifijo punta de un casco prusiano. Una en el pecho. El crucifijo sienta vez el profesor Meyer inventó bien en un creyente, pero no una máquina para matar mos· en don José Ortega y Gasset. /