4.2 APUNTES El Arte Gótico
4.2 APUNTES El Arte Gótico
4.2 APUNTES El Arte Gótico
El hombre mira a la naturaleza (además que a Dios). El Arte se hace naturalista frente al
geometrismo del románico. Los nominalistas rechazan los principios universales, proclaman
que sólo lo individual y concreto debe ser objeto de estudio científico: Guillermo de Ockham.
Comienza una duda que crea una fase inmadura, insegura y dubitativa. El Gótico vive bajo la
teología divina, pero con baches y dudas que el Románico no tenía. Por eso las Catedrales
góticas están inacabadas porque empezaban como la obra de nunca acabar. Dura varios siglos y
cada arquitecto que pasa deja su huella. Por eso en pintura Dios ya no es inaccesible y
omnipotente.
El Dios gótico sufre y su cara es de misericordia. Los demás personajes se ríen, lloran,
conversan, con sentimientos y pasiones humanas. Se empieza a redescubrir tímidamente al
No es un término definido y sus orígenes no están definidos excepto para arquitectura (Saint
Denis en París) y no hay una definición homogénea porque cambia a lo largo de los siglos XII al
XV y sobre todo en pintura.
Giorgio Vasari crea el término en el siglo XVI. Para Vasari lo gótico es sinónimo de bárbaro.
En el siglo XVIII se revaloriza el gótico por que se revaloriza la cultura medieval y sobre todo
donde más gótico había: en Alemania e Inglaterra.
Pero es en el siglo XIX cuando más se recuerda y más prestigio tiene. Durante el
Romanticismo, los artistas buscan estilos nacionales pseudo-góticos y en el último tercio se
crea el Neogoticismo en edificios religiosos, utilizando sobre nuevos materiales soluciones
góticas. Pero fue Eugène Viollet Le Duc, teórico francés del siglo XIX, el que descubrió el
Gótico en sus aspectos técnicos. Por su parte, los alemanes estudian la distribución del
espacio: unitario y compacto pero muy jerarquizado.
Inspirada en la de arista románica. Lleva nervios o arcos torales o fajones que son los
transversales y formeros los longitudinales para soportar la plementería. Estos arcos o nervios
soportan el peso vertical y tangencial de la cubierta.
En la bóveda hay muchas variaciones: primero fue cuatripartita, después sexpartita y después
se le añaden terceletes asimétricos y por último la estrellada con formas diversas. Este proceso
dura hasta el siglo XV cuando se acaban todas las posibilidades de ornamentación: por
ejemplo, la bóveda de abanico en el gótico inglés.
Los arbotantes
Soportan el peso tangencial hacia fuera. Le da el aspecto gótico al exterior. Se montan sobre
estribos aislados y se decoran con pináculos. Así siguen quedando grandes vanos para la luz. Es
un arco rampante que descarga su peso en los contrafuertes.
Izquierda: Alzado de Catedral gótica. Derecha: Pilares góticos ligados a la bóveda de crucería.
Arriba: La Sainte Chapelle de París. Abajo: Las portadas góticas se complican, incluyendo esculturas de santos en
disposición más dinámica que en el Románico, soportadas por peanas y cubiertas por doseletes.
La portada
El tímpano ya no tiene una sola escena sino franjas horizontales con decoración de tipo
narrativo. En las arquivoltas las figuras ya no son radiales sino longitudinales.
En las figuras adosadas se les pone un doselete de piedra para protegerlas. En las ventanas la
tracería calada se complica hasta hacerse flamígera y se rellena con vidrieras de colores
La fachada
Se divide en tres zonas verticales (tantas como naves) y tres franjas horizontales, puertas,
rosetón y remate, y torres.
La planta
Es basilical, con una, tres, cinco y hasta siete naves con una o tres de crucero. La del centro
suele ser más alta para dar luminosidad por sus vanos laterales. La tribuna o segundo piso de
las naves laterales ya no es necesaria (por la capacidad interior y por los arbotantes como
contrapeso) y se transforma en triforio o galería corrida, tanto al interior como al exterior, e
incluso a veces se prolonga por la fachada exterior.
El ábside
Es poligonal, no semicircular y suele estar rodeado por la girola. El ábside se cubre con
bóvedas de cuarto de esfera de formas variadas y la girola mediante las dos soluciones.
Las torres
Son más altas, con menos volumen cada vez y formas también variables. El cuerpo inferior
suele ser de planta cuadrada y el superior poligonal. Culmina con un remate ornamentado, el
chapitel, que le da más esbeltez.
De izquierda a derecha, de arriba abajo: Notre Danme de París, Catedral de Amiens, Catedral de Laón, Catedral de
Reims.
Ya iniciado el siglo XIII, en 1210 se construye la catedral de Reims, sin girola y triforio corrido
por todo lo que le da más luminosidad. Presenta, además, fachada de tipo normando con
pórticos resaltados del plano general y torres en plano. En 1220 se termina de construir la
catedral de Amiens. Desaparece el triforio y las vidrieras se extienden por los laterales. Tiene
también una fachada normanda y jerarquizado en tres planos.
En 1245 se realiza la Sainte Chapelle donde la vidriera llega hasta el suelo y reemplaza
totalmente al muro. A finales del siglo XV se ponen de moda las formas ascendentes y vértices
enhiestos. Se trata del gótico flamígero, una barroquización del arte cuando la gente se hastía
de las mismas formas y no se inventan otras nuevas. Entonces se intentan encubrir los
fundamentos arquitectónicos con ornamentación.
Izquierda, arriba: Ayuntamiento de Bruselas. Derecha, arriba: Ayuntamiento de Brujas. Izquierda, abajo: Lonja de Paños de
Ypres. Derecha, abajo: Salón gótico del Ayuntamiento de Brujas.
Interior y fachada
de la Catedral de
la Santa Croce de
Florencia..
Izquierda: Catedral de Orvieto. Derecha, arriba: Duomo de Milán. Derecha, abajo: Santa María de las Flores o Catedral de
Florencia.
La catedral de Siena, por su parte, tiene arcos de medio punto en los tres pórticos. Por su
parte, Santa María de las Flores o la Catedral de Florencia es de fines del siglo XIII, pero se
terminó en el siglo XV con la cúpula de Brunelleschi con campanario adosado y sin torres. La
catedral de Milán es ya del siglo XIV.
El Gótico entra más fácilmente por la Lombardía alta, en sentido ascensional, con miles de
pináculos que erizan su cubierta. En cuanto al Gótico civil destacan el Palacio Público de Siena
y la Signoria de Florencia.
Izquierda: Interior de la Catedral de Siena, con arcos de medio punto y franjas de mármol claro y oscuro. Derecha:
Fachada de la Catedral de Siena.
Arriba: Claustro de la Catedral de Gloucester. Abajo: Capilla de Enrique VII en la Abadía de Westminster.
Vista aérea de la Catedral de Colonia, donde se aprecian el ábside, el crucero, la aguja y las dos magnificentes torres de
157 m. de altura.
Arriba, izquierda: Fachada de la Catedral de Burgos. Arriba, derecha: Escalera Dorada de Diego de Siloé, terminada en 1519. Abajo, izquierda: Capilla del
Condestable de la Catedral de Burgos. Abajo, derecha: Cimborrio de la Catedral de Burgos.
Catedral de León
Es la catedral gótica más iluminada en su interior de todas las españolas. Fue iniciada por el
Obispo Martín Fernández hacia el año 1255 y es por tanto algo posterior a la de Toledo y
Burgos. Se encomendó su ejecución al maestro Enrique y, muerto éste, a Juan Pérez. La obra
entera no se concluyó hasta el siglo XV, pero la mayor parte corresponde al siglo XIII.
La fachada principal, con un pórtico de tres arcos es muy parecida a los modelos franceses,
con un cuerpo central y dos torres laterales separadas por un espacio vacío que deja ver el
esqueleto constructivo de los arbotantes. La puerta central es la llamada de La Virgen Blanca y
las tres están repletas de relieves y esculturas de lo mejor del país.
Lo más característico de esta catedral son sus vidrieras, grandes ventanales que se abren en el
muro, reduciendo éste a su mínima expresión mientras nutridas filas de arbotantes sostienen
los empujes laterales. Es el muro menos espeso de todas las catedrales góticas españolas y sus
impresionantes vidrieras inundan todo el interior de un variado cromatismo.
Casi todos los enclaves arquitectónicos importantes se hallan en las capitales. A fines del s. XIII
y durante el XIV, los levantinos se dedican a levantar templos catedralicios en las ciudades que
aún no los tienen. Por otra parte, en Levante predomina aún más que en Castilla la clase
ciudadana pues el campo se ha dejado en manos de los moriscos, como ocurría en Andalucía.
Por eso son contadísimos los monumentos góticos que se hallan fuera de las ciudades
levantinas. Florece en cambio un estilo civil que no tiene paralelo en Castilla.
Catedral de Barcelona
Existía en el 1058 una catedral románica sobre la que se construyó esta gótica hacia el 1298.
Su elevación consumió todo el siglo XIV y la primera mitad del XV. Sus torres se levantan en
los extremos del crucero y una tercera lo hace a los pies, todas ellas de planta poligonal. El
primer autor de la catedral parece ser Bertrand Riquer, que es quien la comienza en el siglo
XIII, pero las torres y otros tramos superiores se deben al maestro mallorquín Jaime Fabré.
La fachada principal es del siglo XIX. Su planta es de tres naves más dos de capillas laterales. La
girola se cubre con tramos de bóveda trapezoidales y tiene nueve capillas radiales poligonales.
La nave central es muy ancha y alta y toda la catedral se cubre con bóveda de crucería.
Catedral de Gerona
También esta catedral se levantó sobre restos de monumentos románicos anteriores. Pero el
desarrollo ciudadano que sufrió Cataluña a finales del siglo XIII obligó a hacer un templo
mayor. Así, hacia 1312 se comenzó la obra de la catedral actual, que se prolonga hasta el siglo
XVII. La fachada central, a caballo de una monumental escalinata, es barroca del siglo XVII.
Pero su interior es completamente gótico y original a la vez. Tiene tres naves partiendo de la
cabecera y hasta el crucero y a partir de allí se continua en nave única.
Se reunió una comisión de arquitectos en la Corona de Aragón a fin de solucionar los
problemas técnicos que representaba esta tremenda nave de una anchura desconocida hasta
entonces, pues tiene 23 metros de ancho. A ambos lados de esta nave única se abren capillas
laterales insertas entre los contrafuertes exteriores.
La parte de la cabecera es normal, con tres naves y girola a la que se abren multitud de capillas
radiales poligonales.
En el Teótocos, la Virgen pasa de la frontalidad, el hieratismo y de convertirse en el trono del Niño, propios del románico, a jugar y
relacionarse con él, con una mirada dulce y maternal.
La escuela de Borgoña
Ese amor a la Naturaleza que hemos visto ir transformando las esculturas románicas en las
sonrientes y humanas Vírgenes góticas, da su paso decisivo en pro de la conquista del individuo
en la escultura borgoñona. El creador de la escuela, Claus Sluter, trae la sensibilidad
observadora y ansiosa de realidad del temperamento de los Paises Bajos. Escultor de primer
orden, nace en Utrech y sabemos que trabaja en Bruselas antes de trasladarse a Dijon. Sus
obras maestras son: el llamado Pozo de Moisés y el Sepulcro de Felipe el Atrevido y de Felipe
Pot.
Izquierda: El Pozo de Moisés, del escultor flamenco Claus Sluter. Derecha, arriba y abajo: Detalles del Sepulcro de Felipe el
Atrevido, también de Sluter.
PINTURA GÓTICA
Lo más destacado es el Trecento italiano, donde se muestra un mayor interés por la belleza
naturalista y el juego de volúmenes.
En los primeros años del siglo XIV aparecen dos escuelas de pintura en la Toscana y ambas
constituyen el antecedente directo del Renacimiento Italiano: la Escuela Florentina y la Escuela
Sienesa.
De las dos, la más innovadora es la florentina y tiene a Giotto como su máximo representante.
Giotto rompe con los convencionalismos de la tradición bizantina que imperaba hasta
entonces en Italia y su espíritu de observación de la realidad le distancia de los maestros
sieneses coetáneos. Las expresiones dramáticas de los rostros, las figuras en movimiento y la
gradación de sus colores suponen un avance sustancial, aunque sus montañas sean
convencionales, sus fondos aún dorados y su paisaje muy esquemático. Él es la transición de la
pintura gótica feudal y la renacentista en Italia. Ejemplo: La Deposición del cuerpo de Cristo en
la Capilla Scrovegni.
La Anunciación entre los santos Ansano y Margarita, de Simone Martini, representante de la Escuela Sienesa de pintura.
Dos frescos emblemáticos de Giotto, de la Capilla de los Scrovegni de Padua. Izquierda: Lamentación sobre Cristo muerto. Derecha: La
huida a Egipto.